Reseña Histórica de Celendín
Reseña Histórica de Celendín
Reseña Histórica de Celendín
Orígenes
Los primeros pobladores de la zona, al igual que de toda la hoya del
Marañón, como dice Julio C. Tello, eran de origen Arawac. Es probable que
esta cultura diera origen a la palabra chilindrín, derivada del fruto de la
plant a llamada chili o shil shil, que crece junto a las lagunas donde se
asentaron varias tribus. Una de las más importantes fue Choctamalque, con
su centro en La Chocta.
En el Horizonte Tardío, el del Imperio Incaico, los incas llegaron en el
siglo XV hasta el Marañón y pasaron hacia el Gran Pajatén. En Celendín se
siente su influencia a través de la cerámica Cajamarca V, estilo aríbalo, de
varios topónimos netamente quechuas y estilos arquitectónicos con ventanas
trapezoidales (como en La Chocta).
Según Jorge W. Izquierdo "alrededor de la comarca de Llamadín se formaron
otros cinco cacicazgos: Chumuch, Chimuch, Huauco, Oxamarca y Sorochuco.
Cuando Túpac Yupanqui marchaba sobre el reino de los Scires (Ecuador),
en 1456, se produjo en estas tierras un éxodo masivo hacia el oriente, por lo
que en el Celendín de hoy no existen indígenas propiamente dichos". Según
esta teoría, el Inca envió mitimaes chilchos o guamán, a los que los
caxamalcas pronto llamaron chilicos o shilicos.
Colonial
Poco después de la conquista del Tahuantinsuyo, la Corona Española repartió tierras
a los conquistadores y evangelizadores. Según Consuelo Lescano Merino, las tierras
de Llamadín fueron ocupadas por Juan de Rojas Salazar y Juan Mori Alvarado,
hijos de los conquistadores de Chachapuyas, quienes fundaron el asiento de
Nuestra Señora de la Concepción del Valle de Zelendín, con su templo y plaza
pública para las ferias. Esto sucedió en el siglo XVI.
En opinión de Pelayo Montoya Sánchez, los cacicazgos incas fueron repartidos, en
1536, del siguiente modo: Llamadín para don Hernando Mori Alvarado, que fundó
la hacienda de San Bernardo de Llamadín; Chumuch y Chimuch para don Miguel
Burga, que funda la hacienda San Miguel de Chumuch; Sorochuco le tocó a
don Francisco de Vargas, quien funda la hacienda de San Francisco de
Sorochuco; Huauco a don Isidro de Segovia, quien fundó la hacienda de San Isidro
de Huauco; y Oxamarca para don Augustín Ortiz de Cerna, que crea la hacienda de
San Augustín de Oxamarca.
En 1591, como no había sacerdote en este asiento, viajó don Juan Rojas a la
Ciudad de los Reyes y consiguió que venga Fray Andrés Romero de la orden de
San Francisco. El templo de la Purísima Concepción de Zelendín estaba conformado
por una sola nave y el atrio fue el primer cementerio del pueblo.
Según una tradición narrada por Manuel Silva Rabanal, a mediados del siglo
XVIII llegaron a la zona inmigrantes portugueses de origen judío, tal vez
perseguido por la Santa Inquisición. Venidos del Brasil siguieron la ruta
Amazonas -Marañón rumbo a la costa, pero impresionados por el paisaje
celendino lo tomar on por segunda patria. Muchos apellidos portugueses
confirman este hecho.
Celendín republica
El 23 de noviembre de 1820, el Intendente de Trujillo, don José Bernardo
de Tagle Portocarrero, Marqués de la Torre Tagle, proclamó la independencia de
Trujillo y luego envió a Celendín un extenso documento insinuando la pronta
proclamación de la libertad en esta tierra.
El Jefe Político Militar de la Villa, teniente coronel Juan Burga, cita al pueblo y
autoridades a la Plaza de Armas y el 6 de enero de 1821, siendo las 10 de la
mañana, jura la independencia con estas palabras: "desde hoy, 6 de enero de 1821,
la Villa de la Bella Amalia de Zelendín, es libre e independiente del poder español
y de todo extranjero. ¡Viva la patria!, ¡viva la libertad!, ¡viva la independencia!,
¡viva la Villa de Bella Amalia de Zelendín!, ¡muera el despotismo!, ¡muera la
tiranía! Todos se abrazaban y gritaban al unísono en gran fiesta, luego se sentó
un acta.
Celendín actual
La ciudad de Celendín cumple la función externa de ciudad intermedi a en
el corredor económico Trujillo/Chiclayo - Cajamarca - Celendín - Balsas -
Chachapoyas, y la función interna de capital provincial.
Hasta la primera mitad del siglo pasado, la ciudad de Celendín jugó un rol
articulador entre la costa peruana y la selva, ya que era el paso obligado de la ruta
pecuaria que partiendo de Trujillo y pasando por Cajamarca llegaba a Balsas en
las orillas del Marañón y continuaba hacia Leymebamba, Chachapoyas, Rodríguez
de Mendoza y otros pueblos de la Amazonía.