Jornadas de Patrimonio Cultural de La REGIÓN DE MURCIA

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XXVI

JORNADAS DE
PATRIMONIO
CULTURAL DE
LA REGIÓN DE MURCIA

Caballo del Vino. Archivo Fotográfico Municipal del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz
Las Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, en su XXVI edición, se plantean como
foro abierto a la reflexión, debate e intercambio de ideas y experiencias entre profesionales, estu-
diantes y cuantos, de una u otra forma, estamos implicados en la restauración, rehabilitación, conser-
vación, puesta en valor, gestión y difusión del Patrimonio Cultural de la Región de Murcia.

Aspectos de criterio y metodología, así como de análisis e intervención, junto a éxitos y dificultades
en las actuaciones seleccionadas, además de su gestión, serán temas a exponer y debatir por los
especialistas, investigadores y profesionales responsables de las mismas.

Por todo ello, además de facilitar y motivar el debate técnico y científico en torno al Patrimonio Cultu-
ral, con la celebración de las XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia se preten-
de, una vez más, acercar y someter a la consideración de los ciudadanos, la labor continuada que los
profesionales de dentro y fuera de la Administración desarrollan en el estudio, documentación,
conservación, recuperación y puesta en valor de los bienes que integran el rico y variado Patrimonio
Cultural de la Región de Murcia, en cuya conservación y transmisión a las nuevas generaciones en
las mejores condiciones de uso y disfrute, todos estamos comprometidos.
XXVI
Jornadas de Patrimonio Cultural
de la Región de Murcia

2020
ORGANIZAN DIRECTORES DE LAS JORNADAS Actas de las XXVI Jornadas de Patrimonio
Consejería de Educación y Cultura de la Pedro-Enrique Collado Espejo Cultural de la Región de Murcia
Región de Murcia Universidad Politécnica de Cartagena
Dirección General de Bienes Culturales ETS de Arquitectura y Edificación Primera edición: octubre 2020
Universidad Politécnica de Cartagena Juan García Sandoval
Vicerrectorado de Estudiantes, Cultura Consejería de Educación y Cultura © De los textos y sus imágenes: los autores
y Deportes Dirección General de Bienes Culturales
Ángel Iniesta Sanmartín © Consejería de Educación y Cultura de la
COLABORAN Consejería de Educación y Cultura CARM
Dirección General de Bienes Culturales
Excmo. Ayuntamiento de Mula Edita
Excmo. Ayuntamiento de Ulea COMITÉ CIENTÍFICO DE LAS JORNADAS Comunidad Autónoma de la Región de Murcia
Dirección General de Universidades Joaquín Tomás Cánovas Belchí Consejería de Educación y Cultura
Universidad de Murcia Dirección General de Bienes Culturales
Campus Mare Nostrum Departamento de Historia del Arte Editorial Tres Fronteras
Real Academia de Bellas Artes de Santa María Pedro-Enrique Collado Espejo
de la Arrixaca Universidad Politécnica de Cartagena Imagen de portada
ETS de Arquitectura y Edificación Caballo del Vino
Colegio Oficial de Arquitectos de la Región de
Jorge A. Eiroa Rodríguez (Archivo Fotográfico Municipal del
Murcia
Universidad de Murcia. Dpto. de Prehistoria, Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz)
Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval
Técnicos e Ingenieros de Edificación de la y Ciencias y Técnicas Historiográficas Edición digital
Región de Murcia Carlos García Cano María Belén Sánchez González
Departamento de Arquitectura y Tecnología de Consejería de Educación y Cultura Clara Rodríguez Martínez
la Edificación de la Universidad Politécnica de Dirección General de Bienes Culturales
Cartagena Pedro García Martínez ISBN: 978-84-7564-770-8
Universidad Politécnica Cartagena
Departamento de Historia del Arte de la Dpto. Arquitectura y Tecnología de la Edificación Depósito Legal: MU 628-2020
Universidad de Murcia Juan García Sandoval
Departamento de Prehistoria, Arqueología, Consejería de Educación y Cultura Reservados todos los derechos. De acuerdo
Historia Antigua, Historia Medieval y Ciencias Dirección General de Bienes Culturales con la legislación vigente, y bajo las sanciones
y Técnicas Historiográficas de la Universidad Manuel Pablo Gil de Pareja Martínez en ella previstas, queda totalmente prohibida
de Murcia Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos la reproducción o transmisión parcial o total
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Máster Universitario en Patrimonio María Griñán Montealegre por escrito de los propietarios del copyright.
Arquitectónico de la Universidad Politécnica de Universidad de Murcia. Facultad de Letras
Cartagena Ángel Iniesta Sanmartín Impreso en España / Printed in Spain
Máster Universitario en Historia y Patrimonio Consejería de Educación y Cultura
Histórico de la Universidad de Murcia Dirección General de Bienes Culturales
José Francisco López Martínez
Máster Universitario en Investigación y Gestión Consejería de Educación y Cultura
del Patrimonio Histórico-Artístico y Cultural de Dirección General de Bienes Culturales
la Universidad de Murcia Francisco Marín Hernández
Real Academia de Bellas Artes de Santa María
de la Arrixaca
PATROCINAN Eusebio José Martínez Conesa
Restauralia Cartago S. L. Universidad Politécnica de Cartagena. Dpto. de
Arquitectura y Tecnología de la Edificación
Lorquimur S. L. Vicente Martínez Gadea
Azuche 88 S. L. Real Academia de Bellas Artes de Santa María
de la Arrixaca
Construcciones Urdecon S. A.
Carmen Martínez Ríos
Pegiro S. L. Consejería de Educación y Cultura
Patrimonio Inteligente S. L. Dirección General de Bienes Culturales
María José Peñalver Sánchez
Cydemir - Construcciones y Desarrollo Colegio Oficial de Arquitectos de la Región
Tudmir S. L. de Murcia
Ferrovial Agromán S. A. Julián Pérez Navarro
Construcciones Marcaser S. L. Universidad Politécnica de Cartagena
ETS de Arquitectura y Edificación
Salmer Cantería y Restauración S. L. Ana Pujante Martínez
Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en
Filosofía y Letras y en Ciencias de la Región
de Murcia. Sección de Arqueología
Manuel A. Ródenas López
Universidad Politécnica de Cartagena
ETS de Arquitectura y Edificación
Olga Concepción Rodríguez Pomares
Universidad de Murcia. Facultad de Bellas Artes
Gregorio Romero Sánchez
Consejería de Educación y Cultura
Dirección General de Bienes Culturales
Diego Ros McDonnell
Universidad Politécnica de Cartagena
ETS de Arquitectura y Edificación
Simón Ángel Ros Perán
Real Academia de Bellas Artes de Santa María
de la Arrixaca
Josefa Ros Torres
Universidad Politécnica de Cartagena
Dpto. Arquitectura y Tecnología de la Edificación
María Victoria Sánchez Giner
Universidad de Murcia. Facultad de Bellas Artes
Caridad de Santiago Restoy
Consejería de Educación y Cultura
Dirección General de Bienes Culturales
Gemma Vázquez Arenas
Universidad Politécnica de Cartagena
Dpto. Arquitectura y Tecnología de la Edificación
Índice

PRESENTACIONES

ESPERANZA MORENO REVENTÓS


Consejera de Educación y Cultura ............................................................................................................................ 11

BEATRIZ MIGUEL HERNÁNDEZ


Rectora Magnífica de la Universidad Politécnica Cartagena .................................................................................. 13

IN MEMORIAM AGUSTINA MARTÍNEZ MOLINA

ELENA RUIZ VALDERAS


Museo Teatro Romano de Cartagena

CARLOS GARCÍA CANO


Servicio de Patrimonio Histórico ............................................................................................................................... 15

PONENCIAS

ACTUACIONES EN EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DEL MOLINETE (CARTAGENA):


PRIMEROS RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA Y DE
CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN EN EL FORO DE LA COLONIA
Víctor Velasco Estrada, María José Madrid Balanza, Izaskun Martínez Peris
y José Miguel Noguera Celdrán .................................................................................................................................. 21

EL MOLINO HIDRÁULICO ROMANO Y OTROS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS EN HOYA


DE LOS MOLINOS DE CARAVACA DE LA CRUZ (MURCIA). AVANCE PRELIMINAR
María Belén Sánchez González, Juana María Marín Muñoz, María Jesús Sánchez González,
Ana Isabel García López y Francisco Brotóns Yagüe ............................................................................................... 33

CONSERVACIÓN, RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO


SALTO DE LA NOVIA, ULEA-OJÓS
Olga María Briones Jiménez y María José Morcillo Sánchez .................................................................................. 45

500 AÑOS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO DE MULA (1520-2020): ASPECTOS


HISTÓRICOS Y ARQUEOLÓGICOS
José Antonio Zapata Parra ......................................................................................................................................... 55

EL PLAN DIRECTOR DEL CASTILLO DE MULA. UNA HERRAMIENTA FUNDAMENTAL DE


CONSERVACIÓN
Isabel Bestué Cardiel ................................................................................................................................................... 67

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 5


REHABILITACIÓN DEL ENTORNO DEL MUSEO DE LA HUERTA, NORIA Y ACUEDUCTO
DE ALCANTARILLA
José Montoro Guillén, Juan Antonio Ramírez Águila, Diego Hernández Gil, Juan Esteso Esteso
y Raquel Hernández Ortega ....................................................................................................................................... 75

INTERVENCIONES EN LA ESTRUCTURA DE LA BASÍLICA DE LA CARIDAD DE CARTAGENA


Juan Gómez Acosta y Francisco Marín Hernández ................................................................................................. 85

DESRESTAURACIÓN, RESTAURACIÓN Y ADECUACIÓN DE LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN


COMO SALA DE USOS MÚLTIPLES DE LA PRESIDENCIA DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA
DE MURCIA (2009-2019)
José Félix Santiuste de Pablos ..................................................................................................................................... 93

LOS CABALLOS DEL VINO: RITUALES, CELEBRACIÓN Y PATRIMONIO


Juan López García ..................................................................................................................................................... 105

PROPUESTA PARA REALIZAR UN ATLAS DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA


REGIÓN DE MURCIA
Inmaculada García Simó, Tomás García Martínez y José Francisco López Martínez ....................................... 115

ESTUDIOS E INTERVENCIONES EN EL PATRIMONIO PALEONTOLÓGICO

LA SECCIÓN DE QUIBAS-SIMA (ABANILLA, MURCIA): LA PRIMERA SECUENCIA


CONTINUA DE VERTEBRADOS CONTINENTALES DE EDAD PRE-JARAMILLO
A JARAMILLO DE EUROPA
Pedro Piñero, Jordi Agustí y Oriol Oms .................................................................................................................. 125

RESULTADOS E IMPACTO DEL CAMPO DE TRABAJO EN EL YACIMIENTO


PALEONTOLÓGICO DE CUEVA VICTORIA 2019
Ainara Aberasturi Rodríguez, Ignacio Fierro Bandera, José Navarro Almendro
y Gregorio Romero Sánchez ..................................................................................................................................... 133

REVISIÓN DEL MATERIAL FÓSIL SIN INVENTARIAR DE CUEVA VICTORIA (CARTAGENA)


Eulalia García-Nos, Carles Ferràndez-Cañadell y Francesc Ribot Trafí .............................................................. 141

PRIMER REGISTRO FÓSIL DE DINOSAURIO EN EL NOROESTE DE LA REGIÓN DE MURCIA


(CRETÁCICO INFERIOR, ALBIENSE)
Nuria Torrente García, Miguel Ángel López Sandoval y Miguel Tórtola García ................................................ 147

ESTUDIOS E INTERVENCIONES EN EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

HALLAZGO DE DOS CONJUNTOS DE INSCULTURAS EN LOS CABEZOS DE LA MINA


Y MALNOMBRE (PROSPECCIONES SANTOMERA 2018/2019)
Miguel Pallarés Martínez, Norman Fernández Ruiz, Cristina González Gómez
y José Ángel Ocharán Ibarra .................................................................................................................................... 157

TALLER DE CUARCITAS DEL PALEOLÍTICO MEDIO DEL COLLADO DE LA HERMANA


DE JUMILLA (MURCIA)
Cayetano Herrero González, Ignacio Martín Lerma y Noelia Sánchez Martínez .............................................. 163

EL USO DE MORTEROS DE INYECCIÓN EN LA CONSOLIDACIÓN DE LADRILLOS EN EL


CONJUNTO ARQUEOLÓGICO DE SAN ESTEBAN (MURCIA)
Pilar Vallalta Martínez y Josefina Monteagudo Merlos ......................................................................................... 171

6 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


DOCUMENTACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LAS ESTRUCTURAS CONSERVADAS
EN LA CASA FALCÓN (ESPINARDO, MURCIA)
Ana Baño López y María Haber Uriarte ................................................................................................................ 177

ACTUACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL CASCO URBANO DE TOTANA. NUEVAS PROPUESTAS


DE PROTECCIÓN PATRIMONIAL
Verónica Carricondo Gázquez y José Antonio González Guerao ......................................................................... 185

LA MEZQUITA-ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS HUERTAS DE RICOTE


María José Morcillo Sánchez, Olga María Briones Jiménez, José María García Avilé
y Luis Lisón Hernández .................................................................................................................................................... 193

LOS CANALAOS, ANTIGUA REAL FÁBRICA DE PÓLVORA DE MURCIA


Luis Alberto García Blánquez y Consuelo Martínez Sánchez ............................................................................... 201

MOLINO DEL AMOR (SIGLOS XVII-XX), UN MOLINO HARINERO SOBRE LA ACEQUIA


MAYOR ALJUFÍA
Consuelo Martínez Sánchez y Luis Alberto García Blánquez ............................................................................... 209

ESTUDIOS E INTERVENCIONES EN EL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DE ESTRUCTURAS ARQUEOLÓGICAS


MEDIEVALES EN MURCIA: EL CASO DE LOS BAÑOS ANDALUSÍES DE SAN ANTONIO
Y SU SIMBIOSIS CON LA ARQUITECTURA PRIVADA CONTEMPORÁNEA
Francisco Guerao López y Mario García Ruiz ....................................................................................................... 219

RECUPERACIÓN DEL CASTILLO DE MONTEAGUDO (MURCIA): PRIMER ACTO


Francisco José Sánchez Medrano y Pilar Vallalta Martínez .................................................................................. 227

FACHADAS DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE GRACIA EN CARTAGENA.


RESULTADOS Y CONCLUSIONES
Juan de Dios de la Hoz Martínez ............................................................................................................................. 235

RESTAURACIÓN DE LAS FACHADAS BAJAS SUR, ESTE Y NORTE EN LA IGLESIA DE


EL SALVADOR EN CARAVACA DE LA CRUZ
Juan de Dios de la Hoz Martínez y Luis de la Hoz Martínez ................................................................................ 243

REHABILITACIÓN DE LA CASA JARDÍN O DE LOS MURCIA (SANTOMERA)


Tomás Franco Pérez y José Manuel Andúgar Villaescusa ..................................................................................... 251

RESTAURACIÓN DEL PUENTE DE LAS PILAS. ALCANTARILLA


José Montoro Guillén y Juan Antonio Ramírez Águila .......................................................................................... 257

EL CEMENTERIO DE SAN ILDEFONSO DE MULA (1900): HISTORIA Y ARQUITECTURA


Juan Fernández del Toro ........................................................................................................................................... 265

ANÁLISIS FORMAL Y CONSTRUCTIVO DE LA TECHUMBRE DECORADA


CON LACERÍA DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN,
EN CARAVACA DE LA CRUZ
Pedro-Enrique Collado Espejo ................................................................................................................................. 273

CATALOGACIÓN DE ELEMENTOS CONSTRUIDOS CON TRAVERTINO ROJO EN


LA COMARCA DEL RÍO MULA
Martín Boluda Gutiérrez, Cristóbal García-García y Virginia María Robles-Arenas ....................................... 281

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 7


EL MONASTERIO TERESIANO DE SAN JOSÉ DE CARAVACA DE LA CRUZ:
NUEVOS VALORES DE PROTECCIÓN MATERIAL E INMATERIAL
Rafael Marín Sánchez ............................................................................................................................................... 287

INTERIORES EXCEPCIONALES EN UN EDIFICIO MODERNISTA. EL CASO DE LA CASA


DE CELESTINO MARTÍNEZ DE CARTAGENA
José Antonio Rodríguez Martín y Sandra Sandoval González ............................................................................. 295

IDENTIFICACIÓN DE UN ACUEDUCTO MEDIEVAL: EL ACUEDUCTO DE LA NORIA


DE ALCANTARILLA
Juan Antonio Ramírez Águila y José Montoro Guillén .......................................................................................... 303

ANÁLISIS DIGITAL DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO CON FOTOGRAMETRÍA


DIGITAL, ESCÁNER LASER 3D Y MODELADO TRIDIMENSIONAL. APLICACIÓN
AL ESTUDIO DE LA ANTIGUA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR - CATEDRAL VIEJA
DE CARTAGENA
Pedro-Enrique Collado Espejo, Francisco Joaquín Jiménez González y Carmen María Sánchez Yepes............ 311

EL CONTROL INSTRUMENTAL Y LA TECNOLOGÍA ESCÁNER LÁSER EN


LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LORCA TRAS EL SISMO DEL 2011
Yolanda Spairani Berrio, José Antonio Huesca Tortosa, David Torregrosa
y Carmen Martínez Ríos .......................................................................................................................................... 319

PATRIMONIO Y ACTUACIONES CONTEMPORÁNEAS. ¿SON COMPATIBLES?


José Antonio Rodríguez Martín y Sandra Sandoval González ............................................................................. 325

ESTUDIOS E INTERVENCIONES EN EL PATRIMONIO TÉCNICO, INDUSTRIAL


Y PAISAJÍSTICO

LA GRÚA SANSÓN. 1930-1993


José Manuel Chacón Bulnes ..................................................................................................................................... 335

REPARACIÓN DE LA NORIA GRANDE DE ABARÁN


Antonio Sabater Soto ................................................................................................................................................ 343

RESTAURACIÓN DE LA NORIA DEL PARQUE AMBIENTAL DE HUERTO PÍO


Pedro Martos Miralles ............................................................................................................................................... 351

ACTUALIZACIÓN DEL CATÁLOGO DE BIENES CULTURALES DEL BIC DE LA SIERRA


MINERA DE CARTAGENA Y LA UNIÓN. 2ª FASE
Pedro Martos Miralles, Francisco A. Fernández Antolinos, José Ignacio Manteca Martínez
y Manuel Francisco Rosique Campoy ..................................................................................................................... 359

ESTUDIOS E INTERVENCIONES EN EL PATRIMONIO ETNOGRÁFICO E INMATERIAL

DEL BAILE POPULAR AL BAILE BOLERO EN LA REGIÓN DE MURCIA: ORÍGENES


Y CONSIDERACIONES IDEOLÓGICAS
Manuel Sánchez Martínez ........................................................................................................................................ 369

DEL BAILE TRADICIONAL AL BAILE TÍPICO REGIONAL


Miguel Ángel Montesinos Sánchez ........................................................................................................................... 377

LA FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES EN LA ACTUALIDAD: UN RITUAL FESTIVO


VIVO EN LA REGIÓN DE MURCIA
María Luján Ortega y Tomás García Martínez ..................................................................................................... 385

8 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PROCESOS DE INTERTEXTUALIDAD EN LOS ESTRIBILLOS DE AGUILANDO
DEL SURESTE
Bernardo Sáez García ............................................................................................................................................... 393

LA MAÑANA DE SALZILLO: CANDIDATURA PARA SU INCLUSIÓN EN LA LISTA


DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD
María Teresa Marín Torres ...................................................................................................................................... 401

IMÁGENES PARA OTRA HISTORIA. GRAFITOS EN EDIFICIOS DEL MEDIO


RURAL MURCIANO
Gregorio Rabal Saura ............................................................................................................................................... 409

LAS TAMBORADAS DE MORATALLA Y MULA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD


José Antonio Melgares Guerrero .............................................................................................................................. 417

LOS GRAFITOS HISTÓRICOS DE LA TORRE DE RAME (LOS ALCÁZARES, MURCIA)


Gregorio Rabal Saura y Gregorio Castejón Porcel ................................................................................................. 423

LA VELA LATINA EN CARTAGENA Y EL MAR MENOR: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN


Caridad de Santiago Restoy y Víctor de los Santos Moreno Oropesa ................................................................... 431

EL SOLVENTE (BLANCA, RICOTE Y OJÓS): PATRIMONIO DE UN PARAJE EN EL PAISAJE


CULTURAL DEL VALLE DE RICOTE
Jesús Joaquín López Moreno y José María Gómez Manuel ................................................................................... 439

LOS PAISAJES SONOROS DE LA REGIÓN DE MURCIA: PATRIMONIO INMATERIAL.


UNA PROPUESTA DE TRABAJO
Juan Jesús Yelo Cano y Sergio Sánchez Nicolás ...................................................................................................... 447

ESTUDIOS E INTERVENCIONES EN MUSEOS

ITINERARIOS PATRIMONIALES: ESTRATEGIA DE DIFUSIÓN DE LA HERENCIA


CULTURAL EN MOLINA DE SEGURA
Rosario Contreras Vicente, Josefa Ros Torres, Gemma Vázquez Arenas y Jaume Blancafort Sansó ................ 455

APROXIMACIÓN A UN CATÁLOGO DE BIENES HIDRÁULICOS DE FUENTE ÁLAMO


DE MURCIA: UN LEGADO OLVIDADO
Gregorio Castejón Porcel .......................................................................................................................................... 461

MODELADO TRIDIMENSIONAL DE PRECISIÓN DE PIEZAS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO


DE MURCIA. CASO DE ESTUDIO: CAPITEL JÓNICO ROMANO
Jesús Ángel González García y María de los Ángeles Riquelme-Gómez .............................................................. 469

EL PLAN MUSEOLÓGICO DEL CIUFRONT MUSEO MEDIEVAL DE LORCA


David Francisco Torres del Alcázar ......................................................................................................................... 477

50 AÑOS DE LA REAPERTURA DEL MUSEO “JERÓNIMO MOLINA” DE ETNOGRAFÍA


Y CIENCIAS DE LA NATURALEZA EN JUMILLA, EN PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN
Cayetano Herrero-González .................................................................................................................................... 485

LA COLECCIÓN NUMISMÁTICA DEL MUSEO MUNICIPAL JERÓNIMO MOLINA DE JUMILLA


Estefanía Gandía Cutillas y Emiliano Hernández Carrión .................................................................................. 493

PROYECTO DE AMPLIACIÓN DEL MUSEO CIUDAD DE MULA. LA ALMOLOYA: EL PRIMER


PARLAMENTO DE EUROPA
José Antonio Zapata Parra y Carlos María López Martínez ................................................................................ 499

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 9


ESTUDIOS E INTERVENCIONES EN BIENES MUEBLES

LA CRUZ DE LOS CONJUROS DE LA CATEDRAL DE MURCIA


Sacramento Cantero Mancebo ................................................................................................................................. 509

ACTUACIONES NORMATIVAS Y PREVENTIVAS PARA LA SALVAGUARDA DEL


PATRIMONIO CULTURAL DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE LA REGIÓN
DE MURCIA

PROPUESTA DE GESTIÓN INTEGRAL DE LAS VILLAS DE CARTAGENA. PATRIMONIO


CULTURAL Y MEDIO AMBIENTE
David Navarro Moreno, María Mestre Martí, Inmaculada Bas Martínez,
José Francisco Fernández González y Luca Covello ............................................................................................... 517

LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL, UN RETO DE FUTURO


Francisco Heredia Martínez ..................................................................................................................................... 525

TRABAJOS FIN DE ESTUDIO (GRADO Y MÁSTER) DE LA UPCT – ETS DE


ARQUITECTURA Y EDIFICACIÓN VINCULADOS CON EL PATRIMONIO CULTURAL

EL PLAN DE CONSERVACIÓN Y MANTENIMIENTO EN EL PATRIMONIO


ARQUITECTÓNICO. APLICACIÓN A LA ANTIGUA IGLESIA DE VERÓNICAS (MURCIA)
Adrián Pérez Martínez ............................................................................................................................................. 535

VIVIFICAR LA VEJEZ. CENTRO DE ENVEJECIMIENTO ACTIVO “PALACIO DE LA


ENCOMIENDA” (CARAVACA DE LA CRUZ)
Silvia Meroño Esparza .............................................................................................................................................. 543

LA ERMITA DE LOS ÁNGELES EN CARTAGENA. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN


PARA SU RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR
Juan Antonio Bernal Abenza ................................................................................................................................... 551

LA CASA SOLARIEGA PÉREZ DE LOS COBOS EN JUMILLA. ANÁLISIS HISTÓRICO,


CONSTRUCTIVO Y DE PATOLOGÍAS
José Antonio Ruiz Marco .......................................................................................................................................... 559

REHABILITACIÓN DE LA “CASA DE LA VIRGEN”, EN CARAVACA DE LA CRUZ,


COMO CENTRO PARA LA INVESTIGACIÓN Y LAS ARTES
Francisco Sandoval Gómez ...................................................................................................................................... 567

REHABILITACIÓN DE LA ARQUITECTURA HISTÓRICA. ANÁLISIS INTEGRAL DE LOS


TRABAJOS DE REHABILITACIÓN DE PABELLONES DEL CUARTEL DE ARTILLERÍA
EN MURCIA
Víctor San Bernardo Hernández .............................................................................................................................. 575

10 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


Esperanza Moreno Reventós

Consejera de Educación y Cultura

Las Jornadas constituyen una apuesta decidida por considerar el Patrimonio Cultural como fuente de riqueza,
y mantener a nuestra Región como punta de lanza de la investigación, la innovación y difusión en este campo.
Las Jornadas han tenido desde que nacieron en 1989 una vocación de foro de referencia para investigadores,
empresas y autoridades en las áreas de conocimiento ligadas al Patrimonio Cultural. Con el paso de los años,
se han afianzado como oportunidad de formación, investigación, innovación, inserción laboral y calidad de
vida de las personas que estudian y trabajan en el ámbito del patrimonio, y contribuyen al desarrollo socioe-
conómico del territorio donde se ubican, impulsando en particular la generación de actividad económica en
torno a los recursos patrimoniales.

En estas XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural, se recogen principalmente actuaciones aprobadas y reali-
zadas en el último año en Bienes Culturales de nuestra Región, así como trabajos de investigación. Este foro,
en la actualidad, es fruto de la cooperación de la Universidad Politécnica de Cartagena y de la Consejería de
Educación y Cultura, a través de la Dirección General de Bienes Culturales; cuenta con un comité científico
con representación de la Real Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca, de los Departamentos de
Arquitectura y Tecnología de la Edificación de la UPCT, de Historia del Arte y de Prehistoria, Arqueología,
Historia Antigua y Historia Medieval, y Ciencias y Técnicas de la Universidad de Murcia, así como de colegios
profesionales, el Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía de la Región de Murcia, el Colegio Oficial de
Arquitectos de Murcia, y el Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación
de la Región de Murcia; y cuenta con el patrocinio de una selecta muestra del tejido empresarial de la Región
de Murcia.

Agradezco a todos su colaboración, a los directores, comité científico, ponentes y de forma especial a las
empresas que han contribuido al patrocinio de esta edición de las Actas. A todos muchas gracias por hacerlo
posible.

Estas XXVI Jornadas se celebran los días 6, 13, 20 y 27 de octubre de 2020, en cuatro jornadas donde se
exponen las ponencias y comunicaciones científicas de diferentes disciplinas. En esta edición se cuenta con
la colaboración de los Excelentísimos Ayuntamientos de Ulea y Mula, donde de forma especial se ponen de
relieve actuaciones que se vienen desarrollando en estos municipios con motivo del V Centenario del inicio
de la construcción del Castillo de Mula y de la puesta en valor del Sitio Histórico del Salto de la Novia en Ulea.
Especial relevancia hemos querido dar en esta edición a la presencia del Patrimonio Cultural Inmaterial. A
través de las Jornadas y su publicación y unido al patrimonio histórico, arquitectónico, arqueológico, paleon-
tológico, documental, social y museístico, se convierten en un punto de referencia para destacados especia-
listas. Así lo constatan el alto número de inscritos o las sesenta y ocho contribuciones científicas de este libro
que recogen resultados y propuestas desde un amplio abanico de disciplinas. Todo ello, sin duda, nos ayuda a
generar ideas e impulsar actuaciones, avanzando en la conservación, restauración y difusión de nuestro rico
legado cultural.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 11


Beatriz Miguel Hernández

Rectora Magnífica de la Universidad Politécnica Cartagena

La sensibilidad de la Universidad Politécnica de Cartagena con el patrimonio es uno de sus pilares funda-
mentales. La institución que tengo el honor de representar, desde su origen, ha basado su configuración y
desarrollo en una apuesta decidida por la recuperación del patrimonio, en este caso arquitectónico, como
base de su identidad. Desde un firme convencimiento en el que se reconocen los valores de lo patrimonial
como una garantía de futuro vinculado con la tradición cultural, la Universidad ha contribuido y seguirá
contribuyendo a poner en valor el legado de nuestra historia de distinta forma. La posibilidad que otorga el
carácter ejemplarizante de nuestra Universidad frente a la sociedad en su conjunto nos convierte, ineludible-
mente, en referente. Nuestra forma de hacer, en relación con el patrimonio, puede y debe marcar la agenda y
compromisos de los ciudadanos con su historia. Por ello, la Universidad Politécnica de Cartagena, apostó en
su día decidida y singularmente, por la construcción de su campus universitario a partir de la recuperación
de los espacios patrimoniales históricos que podían tener una nueva y rejuvenecida vida. Así fue y ello ha
posibilitado la definición de un carácter único a nuestra Universidad. Posteriormente se amplió la oferta de
estudios con los títulos de Arquitectura, Fundamentos de Arquitectura e Ingeniera de Edificación, ampliando
así nuestro alcance sobre la cultura del patrimonio. La Universidad se amplió con un estupendo conjunto de
docentes e investigadores que, a partir de la plataforma que supone la comunidad universitaria, desarrollan
desde entonces innumerables aportaciones científicas y docentes vinculadas con el patrimonio de nuestra
Región. Esta capacidad divulgativa y analítica que supone el trabajo de nuestros investigadores en su día a día
ha mejorado, sin duda, la protección y atención a nuestro patrimonio, asegurando el respeto por el legado de
nuestro pasado y posibilitando su conservación para las futuras generaciones.

Es un orgullo poder contribuir a la organización de estas XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región
de Murcia, cuya dilatada trayectoria se ha convertido en un acto, casi podría decir, que patrimonial en nues-
tras agendas como investigadores.

Quiero finalmente agradecer a todos los colaboradores y patrocinadores, que en una muy difícil época han
contribuido al desarrollo de estas Jornadas, sin cuyo esfuerzo no hubiese sido posible.

Mi más sincera enhorabuena a todo el comité organizador y científico de las Jornadas, encabezados por
Pedro-Enrique Collado Espejo, Juan García Sandoval y Ángel Iniesta Sanmartín, por seguir un año más con
la misma ilusión y perseverancia con el fin de dar forma a un interesante conjunto de aportaciones que con-
tribuyen, de forma rotunda, a poner el valor de nuestro importante patrimonio cultural.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 13


IN MEMORIAM
Agustina Martínez Molina

El pasado día 28 de agosto falleció Agustina Martínez Molina, Gerente del Consorcio “Cartagena Puerto
de Culturas” desde sus inicios en el año 2000. Una persona fundamental en la configuración, desarrollo y
consolidación del ambicioso proyecto de turismo cultural implantado en la ciudad de Cartagena hace ya casi
dos décadas, y sin duda, una de las figuras capitales de su éxito. La noticia de su muerte, tras cuatro años de
lucha incansable contra la terrible enfermedad del cáncer en la que ha tenido un gran apoyo de su familia,
especialmente de su esposo e hijos, nos produce una enorme tristeza y desazón. Se nos ha ido, además de una
estupenda madre y esposa, una gran gestora y una gran persona que con inteligencia, mucho trabajo y gran
capacidad de liderazgo de equipo supo llevar con éxito el proyecto Cartagena Puerto de Culturas.

Un proyecto que nacía con el objeto de convertir Cartagena y su imponente legado histórico en un producto
atractivo de turismo cultural mediante un proceso de valoración de los numerosos recursos patrimoniales y
culturales de la ciudad, la creación de nuevos equipamientos turísticos y una apropiada promoción y difusión,
buscando la sostenibilidad de un sector turístico casi inexistente en Cartagena en esos años, y que a la vez
revirtiese en la mejora urbana del casco histórico, entonces muy deteriorado, así como en la calidad de vida y
en la autoestima de sus ciudadanos.

Con estos objetivos arrancó el proyecto. Aún recordamos a Agustina en estas fechas trabajando desde un des-
pacho en la Concejalía de Cultura, poniendo en marcha todo el ingente y ambicioso programa de actuaciones;
muy pronto le acompañaron Cristina Pérez, su mano derecha, y enseguida María Dolores Ponce, y desde las
oficinas del Gran Hotel dio comienzo la andadura. En esos momentos iniciales recordamos que cada vez que
Agustina daba una conferencia sobre los objetivos del proyecto y su puesta en marcha, muchos de los asis-
tentes pensaban que se estaba vendiendo humo. Nada más lejos de la realidad, el proyecto iba a todo vela, sin
prisa pero sin pausa, y muchos de nosotros comprometidos con el patrimonio cultural creíamos firmemente
en su puesta en marcha, en su viabilidad, y de forma muy clara apreciamos que Agustina en su forma de aglu-
tinar a los distintos colectivos profesionales implicados e incluso a la hora de poner de acuerdo a las distintas
instituciones que estaban impulsando el proyecto, era la persona idónea para el liderazgo del mismo, que
además se ganó el necesario apoyo e impulso de las administraciones públicas, el Ayuntamiento de Cartagena
y la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, y de los principales agentes sociales e instituciones involu-
cradas en el progreso y mejora constante de Cartagena, como son la Autoridad Portuaria, la Confederación de
Organizaciones Empresariales de Cartagena (COEC), la Cámara de Comercio de Cartagena y la Universidad
Politécnica de Cartagena, reunidos en el Consorcio Cartagena Puerto de Culturas creado en el año 2001.

La estructura de gestión, la Sociedad Cartagena Puerto de Culturas, contó desde el principio con el apoyo de
una Comisión Técnica formada por distintos profesionales vinculados a las instituciones presentes en el Con-
sorcio, con todo ello comenzó una actividad trepidante liderada por Agustina de la que fuimos partícipes y
testigos, con reuniones maratonianas de análisis de proyectos, con el lógico debate entre distintas perspectivas
profesionales desde la arqueología, el turismo, la arquitectura, además de la visión empresarial y económica
que enriquecían todas las propuestas. En definitiva, la magnífica organización y metodología de trabajo de
la Gerente, que contagiaba su entusiasmo y entrega a la propia comisión, al Consorcio, y a los profesionales
vinculados al desarrollo de los proyectos, permitió la ejecución de una inversión de ocho millones de euros,
a través de los Fondos de la Unión Europea, que arrancó con las convocatorias de anteproyectos y proyectos
en 2001, el comienzo de las obras y puesta en marcha en 2002, y pronto la apertura al público de los primeros
equipamientos culturales como el Centro de Interpretación de la Muralla Púnica, el Centro de Interpretación del

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 15


Castillo de la Concepción y el Decumano en 2003, y del resto de equipamientos culturales en 2004: Casa de la
Fortuna, Anfiteatro de Autopsias y Refugios de la Guerra Civil, así como la gestión del Augusteum.

Sin embargo, la implantación del proyecto, que lideraba Agustina, no quedaba solo en la puesta en marcha
de los equipamientos culturales sino que implicaba la creación de una marca de excelencia que identifica la
ciudad, Cartagena Puerto de Culturas, tras la cual se desarrollaba un ambicioso plan de gestión, marketing,
un plan de comercialización, el diseño de productos de calidad para las tiendas de los centros o la asistencia
a ferias de turismo. Un plan de formación del personal de atención al público, el desarrollo tecnológico para
la creación y diseño de entradas y abonos, a lo que se suma un plan de señalización turística de la ciudad y
la puesta en marcha de otras infraestructuras turísticas como el Ascensor Panorámico de acceso al Castillo
de la Concepción, el Bus turístico que recorre el centro de la ciudad, haciendo paradas en aquellos lugares de
interés y explicando a los pasajeros de forma amena la historia de cada uno de los lugares por donde circula o
el Barco Turístico que permite conocer la bahía de Cartagena, su puerto milenario, la arquitectura militar con
sus fuertes defensivos a la orilla del mar y vislumbrar desde el mar la ciudad. Así como el necesario Edificio
de usos múltiples, que alberga las propias oficinas y dependencias de Cartagena Puerto de Culturas, y sirve de
ingreso a los Refugios de la Guerra Civil y al Ascensor Panorámico.

En esos años también se desarrolló el Plan Director del Conjunto Arquitectónico Defensivo de la Bahía de
Cartagena, encargado por Cartagena Puerto de Culturas, cuyo documento final recopilaba toda la informa-
ción disponible del sistema defensivo, en ambos frentes de la bahía, y establecía diversas propuestas de uso
más adecuadas para cada instalación, en función de su viabilidad, tipología arquitectónica o su capacidad de
adaptación a otros usos. En esos momentos el Ayuntamiento consiguió la cesión del Fuerte de Navidad en el
marco de un convenio con el Ministerio de Defensa, a lo que se debe añadir la colaboración de la Dirección
General de Bienes Culturales socio del proyecto europeo “Sistemas Defensivos en el litoral Mediterráneo”,
y con todo ello se pudo poner en valor la primera actuación en una batería de costa. La ejecución de dicho
proyecto se financió con fondos de Euromed y del consorcio Cartagena Puerto de Culturas, abordando
también la musealización y la puesta en marcha del Fuerte de Navidad como Centro de Interpretación del
Sistema Defensivo de la Bahía de Cartagena, que fue inaugurado en 2007, y que de nuevo ponía en valor
la capacidad de Agustina de coordinar y llevar cabo un proyecto tan complejo desde el punto de vista de la
gestión administrativa, como desde el punto de vista técnico que implicaba la rehabilitación del Fuerte, y la
adecuación de los accesos y de un punto de embarque para facilitar el atraque de Barco Turístico de Puerto
de Culturas.

De forma paralela al desarrollo de estas actuaciones inauguradas entre 2003 y 2007, el Teatro Romano tuvo un
fuerte impulso a través de la Fundación del Teatro Romano de Cartagena, creada en 2003 entre Ayuntamiento
de Cartagena, la Comunidad Autónoma y la Fundación Cajamurcia, que se marcó entre sus objetivos la com-
pleta recuperación del Monumento que pasaba por culminar la excavación, su conservación y restauración,
su integración en el tejido urbano y la creación de un nuevo espacio museístico, el Museo Teatro Romano de
Cartagena gestionado desde la Fundación, que fue inaugurado en julio de 2008.

La puesta en marcha del Museo marcó un salto cualitativo en la recuperación patrimonial y en la regeneración
urbana de la ciudad, convirtiéndose en muy pocos años en un emblema de la Cartagena del siglo xxi; para la
gestión de entradas y atención al público se valoró muy positivamente el buen trabajo de Agustina y de todo
su equipo, por tanto se redactó un Convenio de Colaboración de la Fundación con el Consorcio Cartagena
Puerto de Culturas para la gestión del servicio de atención al público, tienda, recepción y guías, gestión de
entradas así como para la promoción turística. Dicho convenio ha significado un importante impulso para
ambas instituciones, pues favoreció la integración del teatro en los itinerarios turísticos y culturales de la ciu-
dad creando paquetes y recorridos unificados, e incorporando el monumento a las estrategias turísticas y de
desarrollo local, en un claro ejemplo de aprovechamiento de sinergias y rentabilidad de los esfuerzos.

Estrategias que fueron muy necesarias para enfrentarse a la crisis económica que se desencadenó, especial-
mente, a partir de 2009 y en la que se trabajó codo con codo para optimizar estos proyectos, por lo que en
pocos años y con mucho trabajo se consiguió ir consolidando paulatinamente el turismo cultural en la ciudad,
duplicando el número de visitantes y generando más empleo y puestos de trabajo. En esos años, los buenos
resultados, la visión global, el buen hacer y la estimable experiencia de Agustina llevó consigo la incorpora-
ción de la Oficina de Congresos a Cartagena Puerto de Culturas en 2014, para fortalecer aún más la gestión
integral turística de la ciudad.

16 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


En 2007 se inició otra intervención fundamental para Cartagena, como es la excavación arqueológica en el
Molinete, impulsada y financiada inicialmente por la Dirección General de Bienes Culturales y el Ayunta-
miento de Cartagena, en la que una vez más la implicación de Agustina ha sido fundamental. Los resultados
de esta primera fase se conservan en el Barrio del Foro abierto al público en 2012 con la visita a la Insula I, que
contiene las termas y un edificio de banquetes, muy próxima al foro de la colonia y a la zona portuaria en un
excelente estado de conservación. El proyecto tuvo continuidad gracias a la importante inversión que desde
2014 realiza la Fundación REPSOL, y que pronto se verá coronado con la apertura al público del Museo del
Foro Romano que además de albergar la colección museográfica conserva los restos de la curia.

Agustina estuvo trabajando en este proyecto con una especial dedicación e ilusión en los últimos años. Se tra-
taba de un programa complejo en el que debían coordinarse diferentes equipos de trabajo, que incluía desde el
rigor de la investigación arqueológica y los tiempos de la restauración de la pintura mural romana –de la que
El Molinete se ha convertido en poco tiempo en referencia ineludible–, a la necesidad de preservación y puesta
en valor y gestión de este excepcional conjunto arqueológico, lo que exigió un considerable esfuerzo por parte
de Agustina que como siempre supo llevarlo a cabo con eficacia y el apoyo de la comisión técnica, y siendo
un soporte fundamental para el magnífico equipo de arqueólogos, restauradores, arquitectos y museógrafos
del proyecto, además de ser el nexo entre todos ellos y los diferentes organismos y administraciones. En esta
segunda fase se produjo la excavación e identificación del santuario de Isis en la Insula II, cuya adecuación cul-
minó en octubre de 2017, con una Agustina pletórica, tras haber superado las primeras fases de la enfermedad.

Posteriormente los trabajos han continuado en la cabecera del Foro, en la adecuación de la curia –conservada
desde 2002 bajo el Centro de Salud del Casco Antiguo–, y en la instalación museográfica del Museo del Foro,
que servirá de acceso al conjunto arqueológico y donde se expondrán los más destacados materiales recupera-
dos en las excavaciones. A pesar de la enfermedad de los últimos tiempos, Agustina mantenía el seguimiento
del trabajo y aunque no ha llegado a verlo finalizado, sabía que estaba prácticamente hecho.

Su fallecimiento, tan prematuro, a los que la tratamos de cerca nos ha dejado perplejos y desconcertados, con
una gran pena que nos llena de tristeza y desazón. Hemos perdido a una gran persona, una gran gestora, a la
que Cartagena debe mucho, y sobre todo a una gran amiga. Siempre la recordaremos con su buena disposi-
ción, su amabilidad, y con su sonrisa franca, honesta y perpetua.

Descanse en paz.

Elena Ruiz Valderas


Museo Teatro Romano de Cartagena

Carlos García Cano


Servicio de Patrimonio Histórico

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 17


PONENCIAS
ACTUACIONES EN EL PARQUE ARQUEOLÓGICO
DEL MOLINETE (CARTAGENA):
PRIMEROS RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN
ARQUEOLÓGICA Y DE
CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN EN EL FORO
DE LA COLONIA

Velasco Estrada, Víctor


Parque Arqueológico del Molinete
Madrid Balanza, María José
Parque Arqueológico del Molinete
Martínez Peris, Izaskun
Parque Arqueológico del Molinete
Noguera Celdrán, José Miguel
Universidad de Murcia

En homenaje a Agustina Martínez Molina


Gerente del Consorcio Cartagena Puerto de Culturas
In memoriam

Resumen
En este trabajo se dan a conocer los resultados de los trabajos realizados en los tres últimos años en el Foro de
la colonia romana de Carthago Nova (Cartagena, España; Hispania citerior), en el sector oriental de la ladera
sureste del cerro del Molinete. Las excavaciones arqueológicas realizadas en la zona han permitido constatar la
existencia de una serie de construcciones aterrazadas correspondientes a la trama urbana de los siglos ii-i a. C.
Estos edificios fueron amortizados en el siglo i d. C. para la construcción de las terrazas superior e intermedia
del Foro. El estudio de los contextos cerámicos asociados sugiere la construcción del Foro en los primeros
decenios del siglo i d. C., integrado por una serie de edificios destinados a cumplir la funcionalidad religiosa,
política y administrativa del espacio. A continuación, se exponen los resultados de los trabajos arqueológicos,
así como los tratamientos de conservación-restauración aplicados a los bienes patrimoniales recuperados.

Palabras clave: Carthago Nova, colonia, Foro, urbanística, aterrazamiento, substrucción, conservación,
restauración.

Abstract
This paper released the results of the work carried out in the last three years at the Forum of the Roman colony of
Carthago Nova (Cartagena, Spain; Hispania citerior), in the eastern sector of the southeastern slope of Molinete
hill. Archaeological excavations have shown the existence of a series of terraced buildings corresponding to the ur-
ban planning of the 2nd-1st centuries BC. These buildings were amortized in the 1st century AD for the construction
of the upper and intermediate terraces of the Forum. The study of the ceramic contexts suggests the construction
of the Forum in the early decades of the 1st century AD, consisting of a series of buildings designed to meet the
religious, political and administrative functionality of the space. Below are the results of the archaeological work
carried out, as well as conservation-restoration treatments applied to the recovered remains.

Keywords: Carthago Nova, colonia, Forum, urban planning, terrace, substruction, conservation, restoration.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 21


Víctor Velasco Estrada, María José Madrid Balanza, Izaskun Martínez Peris y José Miguel Noguera Celdrán

1. INTRODUCCIÓN
En la Antigüedad, Cartagena1 se ubicaba en una pequeña península ubicada al fondo de una profunda bahía,
resguardada de los vientos dominantes. La orografía de la ciudad estaba condicionada por la existencia de
cinco colinas que creaban dos vaguadas, con dirección noreste-suroeste y noroeste-sureste, que hasta nuestros
días han sido los principales ejes de comunicación del solar urbano. Una de estas colinas es la que Polibio de-
nominó como arx Hasdrubalis (X, 10, 9), conocida desde el siglo xvii como el cerro de Los Molinos, devinien-
do en el imaginario popular su nombre de Molinete. En el año 2001, el Ayuntamiento de Cartagena aprobó
un PERI que calificaba el cerro y su entorno suroriental (un ámbito de aproximadamente 26.000 m2) como
área de reserva arqueológica donde desarrollar en un futuro un proyecto de parque arqueológico. Después de
diversos estudios arqueológicos previos acometidos en la zona desde 1965 por diferentes equipos y arqueólo-
gos (Martín Camino, 2009: 31-37; id., 2016: 64-69), en 2008 comenzó la andadura del Parque Arqueológico
del Molinete2 con un proyecto de investigación, promovido inicialmente por la Comunidad Autónoma de
la Región de Murcia, cuyo testigo retomó el Ayuntamiento de Cartagena en 2013, en colaboración con la
Fundación Repsol. Desde su inicio, la gestión del proyecto corrió a cargo del consorcio Cartagena Puerto de
Culturas y la dirección científica a cargo de la Universidad de Murcia. El equipo técnico está integrado por
un amplio elenco multi e interdisciplinar de profesionales vinculados con la gestión del patrimonio cultural
y arqueológico que se ocupa de planificar todos los trabajos necesarios para acometer un proyecto de investi-
gación que pretende conocer mejor una de las áreas nucleares de la ciudad a lo largo de sus más de 2.250 años
de historia y en particular durante la Antigüedad y la Tardoantigüedad. Los diferentes proyectos acometidos
en la zona, organizados por sectores condicionados por las dimensiones de las diferentes insulae de época
romana identificadas, se planifican con el objetivo de su investigación, conservación, musealización y puesta
en valor. El proyecto contempla asimismo el diseño y ejecución del Museo Foro Romano. Molinete, que en
breve abrirá sus puertas, y que mostrará un recorrido diacrónico por la historia arqueológica del Molinete y
de la ciudad de Cartagena.

En este contexto, entre los años 2017 y 2019 se han acometido diversas intervenciones en el parque y, en
particular, en el sector este de la ladera oriental del cerro, donde se ubicó en época del Alto Imperio el Foro,
centro de la vida religiosa, política y administrativa de la colonia romana. La intervención, de gran calado por
la envergadura y resultados obtenidos, se ha realizado en un área delimitada por la cuesta del Maestro Fran-
cés y las calles Adarve y Pocico. En una primera fase, se acometió la excavación arqueológica de un amplio
sector que ha permitido conocer mejor la evolución urbana de esta área, ampliando y matizando los datos e
interpretaciones derivados de los sondeos parciales realizados entre los años 1995 y 2005 en esta zona, donde
se había identificado parte de las estructuras monumentales de la plaza forense.3 Los trabajos arqueológicos
se llevaron a cabo con el apoyo del equipo de conservación-restauración, que se centró fundamentalmente en
trabajos de urgencia precisos para el buen desarrollo del proyecto.

Una vez concluida la intervención arqueológica, se procedió a la ejecución de las tareas de conservación y
restauración de las estructuras conservadas, atendiendo a la distinta naturaleza y fábrica de los diferentes
elementos que las integran. Para ello, se han seguido los criterios metodológicos descritos en la Carta Interna-
cional sobre la Conservación y Restauración de Monumentos y de Conjuntos histórico-artísticos (ICOMOS,
Venecia 1964) y la Carta Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico aprobada por esta misma
institución en 1990. Los criterios estandarizados aplicados son los mismos descritos y aplicados en el resto de
las actuaciones desarrolladas en el parque.

1  Sobre la Cartagena antigua: Noguera, 2002: 49-87; id. 2003a; id. 2003b: 13-74; Ramallo, 2003: 289-318; id. 2006: 91-104; Ramallo y Ruiz, 2010: 95-110; Ra-
mallo, 2011; Soler y Noguera, 2011: 1095-1105; Noguera, 2012: 121-190; Noguera y Madrid, 2014a; ead., 2014b; Noguera et alii (eds.), 2016; ead. (eds.), 2019.
2  Para los resultados de los trabajos en el Parque Arqueológico del Molinete véase: Noguera y Madrid (eds.), 2009; Giménez et alii, 2011: 95-118; Noguera
y Madrid, 2012: 58-65; Noguera et alii, 2010 (2013): 251-264; Noguera et alii, 2013: 103-113; Noguera et alii, 2012: 78-89; Noguera y Madrid, 2014c: 1689-
1693; Noguera et alii, 2015: 353-364; Noguera et alii (eds.), 2016; Noguera, Abascal y Madrid, 2017: 149-172; Noguera et alii, 2017: 28-33; Noguera, Abascal
y Madrid, 2018: 63-101; Noguera et alii, 2018: 339-347; Fernández et alii, 2018: 655-672; Noguera et alii (eds.), 2019; Noguera et alii, e. p. b.
3  Berrocal y De Miquel, 1999: 187-194; Noguera et alii, 2009: 217-302; Noguera, Soler y Martín, 2013: 135-164.

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ACTUACIONES EN EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DEL MOLINETE (CARTAGENA): PRIMEROS RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN
ARQUEOLÓGICA Y DE CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN EN EL FORO DE LA COLONIA

2. EL FORO DE LA COLONIA
A partir del análisis e interpretación de los datos obtenidos en las mencionadas excavaciones de 2017-2018,
analizados en conjunto con los datos y conclusiones dadas a conocer previamente por diferentes equipos
que trabajaron en la zona del foro (Berrocal y De Miquel 1999: 187-194), se obtienen diversas conclusiones
de relevancia. En primer lugar, para el emplazamiento del Foro de la colonia de Carthago Nova se eligió una
zona nuclear de la ciudad, enclavada en el área occidental del solar urbano, cercana al área portuaria y a los
pies de la ladera suroriental de la acrópolis o arx Hasdrubalis (Fig. 1). Esta zona estaba ocupada por una serie
de construcciones preexistentes pertenecientes a un barrio de carácter doméstico y quizás también artesanal
que puede fecharse en época romana republicana y que se articulaba en, al menos, tres terrazas concatenadas
dispuestas en la mencionada ladera. Estas construcciones debieron ser compradas o expropiadas, abando-
nadas, amortizadas y después arrasadas de forma planificada, lo que se explica –entre otros factores– por la
ausencia de ajuares en su interior. La terraza superior e intermedia de este barrio (Fig. 2) se localiza en las
proximidades de las actuales calles Subida Maestro Francés con Adarve; en esta zona se ha documentado un
conjunto de viviendas construidas con sólidos muros de aparejo mixto en opus africanum y opus vittatum que
fueron demolidas tras su abandono, conservándose el muro de aterrazamiento que salvaba el desnivel entre
una y otra, una altura de circa 3 metros.

Figura 1. Topografía y urbanismo de Carthago Nova a finales del siglo i d. C. (superpuesto al urbanismo actual). A la derecha, el Foro
colonial. (Dibujo: J. G. Gómez. Edición científica: J. M. Noguera y M. J. Madrid)

En la terraza inferior (Fig. 2), separada de la intermedia por un decumano pavimentado con losas irre-
gulares de piedra caliza, se han atestiguado tres construcciones o edificios. El primero de ellos, situa-
do en el extremo suroeste, corresponde a una imponente subestructura realizada en piedra arenisca, con
unas dimensiones de 3 metros de altura, por 13 metros de anchura y una longitud que hemos calculado
en torno a 19 metros de longitud ya que el extremo sur de la construcción queda, curiosamente, bajo la
actual calle “Pocico”. Esta estructura está excavada en el terreno, por lo que en superficie sólo observa-
mos una gran plataforma o basamento en la que se conserva una oquedad rectangular, de 0,75 por 0,85 m
de lado, con una impronta correspondiente al alzado de un cuerpo exterior relacionado con el acceso. Esta

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 23


Víctor Velasco Estrada, María José Madrid Balanza, Izaskun Martínez Peris y José Miguel Noguera Celdrán

abertura se encuentra en uno de los ángulos de la substrucción, por lo que en los muros laterales se aprecian
algunas marcas podrían interpretarse como pertenecientes a la escala que permitiría el acceso.

Figura 2. Cartagena (Carthago Nova). Estructuras de los siglos ii-i a. C., distribuidas en tres terrazas en la ladera sureste del Molinete (arx
Hasdrubalis). (Fotografía: J. G. Gómez)

Como ya se ha referido, se trata de una gran estructura subterránea construida con grandes bloques de piedra
arenisca, compuesta por tres cuerpos de planta rectangular con cubierta plana (Fig. 3). Dos de ellos marcan el
cierre meridional; se disponen en paralelo con dirección norte-sur y están conectados a través de un vano con
arco de medio punto; el tercero, al norte de los dos anteriores, se encuentra en posición perpendicular, abar-
cando la anchura de ambos, con los que se conecta por sendos vanos rectangulares. No se conservan restos de
mortero hidráulico en los muros, ni tampoco en el suelo, que se impermeabilizó simplemente con una capa
de láguenas grises, colocadas sobre el terreno natural, correspondiente igualmente a esquistos impermeables.

La interpretación de esta estructura aún es objeto de estudio. Sus grandes dimensiones y el hecho de que a
día de hoy siga recibiendo aguas continentales a través de una pequeña apertura revestida con mortero de cal,
existente en la pared oriental (aguas que han sido analizadas y debieron ser aptas para el consumo humano
desde antiguo), sugiere como una primera posibilidad que pueda tratarse de una gran cisterna o depósito de
agua, construida en época republicana aprovechando un venero de agua continental que aún hoy se mantiene
activo. Como elemento contradictorio, llama la atención la ausencia de revestimiento hidráulico en los muros,
lo que sugiere tener en cuenta otras hipótesis interpretativas. Una hipótesis interesante podría ser la de identi-

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ACTUACIONES EN EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DEL MOLINETE (CARTAGENA): PRIMEROS RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN
ARQUEOLÓGICA Y DE CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN EN EL FORO DE LA COLONIA

ficar en esta estructura la cárcel (carcer) de la ciudad. Estos espacios, que eran ocupados por los presos solo de
forma temporal, eran lúgubres, insanos e, incluso, se inundaban con frecuencia, lo que sería compatible con la
existencia de un venero de agua que, en un año tan lluvioso como el 2020, logra alcanzar 1 metro de agua en
poco más de 6 horas. En cualquier caso, la interpretación continúa abierta.

Figura 3. Subsestructura hallada en el sector occidental de la terraza inferior romano republicana en la ladera sureste del Molinete (arx
Hasdrubalis). (Fotografía: J. G. Gómez)

Al este de esta gran substrucción, en la parte central de la terraza, se localizó un edificio de funcionalidad
indeterminada, levantado con bloques de andesita negra trabados con argamasa, que al interior conserva
un llagueado inciso sobre el mortero de cal todavía fresco, simulando hiladas irregulares de mampostería;
esta técnica ya se ha documentado en otros muros de época republicana de la ciudad, tanto en el Molinete
(en concreto en diversas estructuras bajo el Edificio del Atrio), como al pie del cerro de Despeñaperros, en el
denominado Barrio Universitario.

Junto a esta construcción, de compleja estructura y difícil interpretación dado que carecemos de datos su-
ficientes, cierra la terraza por su extremo nororiental otro edificio desarrollado de este a oeste e integrado
por tres ambientes interpretados como atrio, vestíbulo y aula, esta última, pavimentada con un opus sectile,
del que tan solo se conservan las improntas y algunos calzos para la colocación de las losas y cuyos alzados
estaban decorados con pinturas del III Estilo, aún en proceso de estudio. Muy sugerente, aunque todavía no
definitiva, podría ser su interpretación como sala de reuniones, quizás asociada a la constitución del primer
ordo decurionum colonial. En efecto, la cronología de este edificio podría remontarse, incluso, a mediados del
siglo i a. C., en virtud de los contextos cerámicos asociados, por lo que podría relacionarse con el periodo de
la deductio colonial (Abascal, 2002) y, por tanto, al programa de los primeros homenajes públicos a patronos
y prohombres locales y foráneos para el que se utilizaron peculiares pedestales epigráficos de caliza, de forma
paralelepipédica y pequeña dimensión (Abascal y Ramallo, 1997: 30-31, 171-177, n. 41-42; 185-193, n. 46-49
(n. 45 en esparita); 197-200, n. 52; 212-213, n. 58).

Sobre los restos arrasados de estas terrazas de época republicana se construyó el Foro de la colonia en los
primeros decenios del siglo i, posiblemente coincidiendo con el reinado del emperador Tiberio, según se
deduce del análisis crono-estratigráfico y de los contextos cerámicos documentados (Fig. 4). Desde entonces,
esta plaza pública, que se convirtió en uno de los elementos vertebradores del urbanismo de la ciudad, utilizó

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 25


Víctor Velasco Estrada, María José Madrid Balanza, Izaskun Martínez Peris y José Miguel Noguera Celdrán

la particular topografía que ofrecía la ladera suroriental de la acrópolis y se articuló en tres niveles o terrazas
que simbolizaban la jerarquía existente entre lo humano y lo divino, marcando la posición del poder religioso,
político/administrativo y los ciudadanos. Además de albergar el templo de culto imperial y otros edificios ad-
ministrativos, en este espacio de desarrollaron los homenajes de la colonia y sus instituciones al Princeps, los
miembros de la casa imperial, los prohombres del Estado y los miembros destacados de la élite local (Noguera
et al. 2009: 217-302; Noguera et al. 2013: 135-164).

Figura 4. Cartagena (Carthago Nova). Ortofotografía cenital de las excavaciones del Foro colonial (2017-2019); obsérvese la superposi-
ción de las estructuras forenses a un barrio precedente (siglos II-I a. C.). (Ortofoto: J. G. Gómez)

La terraza superior y sus rellenos se sustentaron con un imponente muro de aterrazamiento construido en
opus caementicim y forrado al exterior con un sillarejo de piedra arenisca local dispuesto mediante la técnica
del opus vittatum. Este muro se completó con sendas escaleras monumentales laterales, con peldaños de pie-
dra caliza, y con una serie de contrafuertes construidos con sillares de caliza en los zócalos y grandes bloques
de arenisca en los alzados, que pudieron tener una doble funcionalidad; a su función tectónica y estructural,
los laterales sirvieron de antae de las referidas escaleras y los cuatro centrales pudieron servir –al igual que se
constata en la fachada principal de la basílica del Foro de Segobriga (Abascal et alii, 2007: 697-699, figs. 9-10;
Abascal, Almagro-Gorbea y Cebrián, 2007: 66-68, fig. 5)– de pedestales para sostener estatuas ecuestres de
personajes homenajeados, en el contexto analizado seguramente vinculados a la familia imperial. Práctica-

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ACTUACIONES EN EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DEL MOLINETE (CARTAGENA): PRIMEROS RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN
ARQUEOLÓGICA Y DE CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN EN EL FORO DE LA COLONIA

mente nada se conserva del edificio que debía coronar la terraza superior, pero considerando el porte y mag-
nitud de la terraza bien pudo tratarse de un templo. Referente a su arquitectura y tipología, algunos elementos
arquitectónicos que podrían asociarse al edificio (Ramallo, 2004: 198-199, figs. 40-42; Pensabene, 2006: 117,
nota 17) sugieren que fuese un templo de orden gigante. Su fachada pudo ser tetrástila si aceptamos como
elemento con valor algunas acuñaciones monetarias de la colonia que celebran la construcción de un templo
dedicado a Augusto divinizado ya bajo el gobierno de Tiberio (RPC 174-178; Llorens, 1994: 71-74 (emisión
xvi); Abascal, 2002: 22, 25 y 29, tabla I). De ser así, el templo de la terraza superior pudo estar dedicado al
divus Augustus, y su construcción se enmarcaría en el contexto inmediatamente posterior a la construcción en
la capital provincial de la Hispania citerior, Tarraco, de un templo dedicado al emperador divinizado (Tácito,
Annales, 1, 78, 1).

Como ya se ha referido, dos escaleras monumentales –en las que se conservan las improntas de la cancela
que controlaba el acceso a la terraza superior– permitían el acceso desde la terraza o plataforma intermedia
del foro, a la cual abrieron algunos edificios político-administrativos, como la Curia, todos ellos ricamente
ornamentados a tenor del abundante material marmóreo recuperado en toda la zona (Noguera et al. 2009:
256-265). En el extremo noreste de la terraza se levantó la Curia o sede del ordo decurionum, cuyas sesiones
presidía una estatua togada del emperador en su calidad de primer ciudadano de Roma y Pontifex Maximus
(Noguera et al. 2013: 135-164). El conjunto, que amortizó el anteriormente mencionado edificio con aula
marmorizada de mediados del siglo i a. C., tenía un amplio vestíbulo que daba acceso a la sala de reuniones;
esta última estancia fue decorada en suelos y paredes con mármoles en época flavia (Noguera et al. 2013:
135-164), en correspondencia con la importante etapa que la edilicia y sus programas ornamentales experi-
mentaron en la ciudad a finales del siglo i y la primera mitad del ii d. C. (Soler y Noguera, 2011: 1095-1105).
En el lado opuesto de la plaza, enfrentado a la curia, se ha identificado otro edificio que tiene unas antae que
anteceden una estancia que, ya en el siglo iii d. C., se pavimentó con un mosaico realizado con grandes teselas,
donde una cenefa compuesta por motivos geométricos imbricados, contornea un espacio central pavimenta-
do con un opus scutulatum, delimitado por una banda realizada con grandes losas en travertino rojo. La fun-
cionalidad de este edificio está todavía pendiente de determinar, aunque tuvo una larga perduración y es uno
de los espacios forenses que permanecían en uso y fueron repristinados en el siglo iii d. C., cuando algunos
ambientes forenses ya estaban abandonados.

En la parte central de esta terraza intermedia, desplazado ligeramente respecto a su eje de simetría, se do-
cumentó un gran basamento de más de 12 metros de anchura, con planta en forma de π y antae laterales
orientadas al sureste. Estaba enmarcado, al menos al sureste, por un pavimento de losas de mármol bardiglio
lunense. El basamento apoyaba parcialmente sobre la substrucción arriba referida, pero sin destruirla. Los
contextos cerámicos asociados sugieren su construcción en las primeras décadas del siglo i d. C., es decir, en
época julio-claudia. También pendiente de un estudio en profundidad, podría identificarse como el pódium
de un gran altar, inspirado en una tradición de altares en forma de π que arranca en época helenística, tal vez
dedicado al culto imperial y erigido por razones cuyas circunstancias se nos escapan.

Por último, el nivel inferior se ubicaría en el espacio donde hoy se ubica la plaza de San Francisco y sus edi-
ficios aledaños. Apenas conocemos sus límites oriental y occidental. Su extremo sureste estaría marcado por
una serie de tabernas dispuestas en fila y abiertas a la plaza forense (Berrocal, 1987: 137-142; id., 1997: 63-71).
En cualquiera de estos laterales pudo alzarse la basilica forense.

El Foro colonial fue el lugar principal donde proyectar las obras de evergetismo con los que las élites locales
obsequiaron a sus conciudadanos, intentando alcanzar con ello magistraturas, homenajes e, incluso, escalar
hasta alcanzar un nuevo estatus social. Al respecto, cabe mencionar la existencia, quizás en la terraza inter-
media o en la inferior, de una inscripción pavimental de litterae aureae, de la que solo se han conservado dos
losas, que probablemente pudo pertenecer a la fase augustea o tiberiana del foro y hace referencia a varios
magistrados y personalidades locales que pudieron costear de sua pecunia el pavimento de la plaza (Noguera
y Abascal, 2003: 53-58; Abascal, Noguera y Madrid, 2012: 291-294, n. 4). Con ocasión de la resistematización
tiberiana, el anterior ciclo de homenajes augusteos debió reubicarse en una posición desconocida, junto con
otras muchas estatuas con sus correspondientes epígrafes dedicadas a dioses, miembros de la casa imperial,
patronos y hombres ilustres de la ciudad y del Estado, práctica que se extendió hasta el primer tercio del siglo
iii d. C.; de todo ello persisten algunos restos estatuarios, algunos pedestales o sus fragmentos y, sobre todo,
gran cantidad de placas epigráficas fragmentadas que debían estar expuestas en las paredes de los edificios y
pórticos, o bien forrando altares de obra (Noguera y Abascal, 2003: 11-63).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 27


Víctor Velasco Estrada, María José Madrid Balanza, Izaskun Martínez Peris y José Miguel Noguera Celdrán

3. TRABAJOS DE CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN
Desde el punto de vista de la conservación-restauración, se han llevado a cabo una serie de actuaciones que
se pueden dividir en dos aspectos: limpieza y consolidación de las estructuras conservadas y restitución de
volúmenes parciales.

En cuanto las labores limpieza y consolidación, los tratamientos se han centrado principalmente en las are-
niscas y, en concreto, en devolverles la cohesión, para lo que hemos aportado su cementante natural, el car-
bonato cálcico. De este modo se han realizado impregnaciones con agua cal (obtenida de la decantación de la
cal apagada o hidróxido de cal Ca (OH)2 con un tiempo de reposo de 12 meses mínimo), con un total de 25
aplicaciones. Los resultados de este tratamiento han sido positivos en un gran porcentaje de las piedras trata-
das, aunque la degradación que presentan algunas de ellas ha obligado a realizar encapsulados superficiales
generando una costra con mortero de cal. De esta manera, el material lapídeo queda aislado de los agentes
ambientales que provocan la arenización y pérdida matérica.

Respecto a la restitución parcial de volúmenes, se han seguido los criterios aplicados en el resto de interven-
ciones realizadas hasta el momento en el Molinete, donde prima el respeto y la conservación del elemento
original. Todo añadido ha cumplido el criterio de discernibilidad, para evitar el falso histórico, procurando
evidenciar la nueva factura ya sea por la tonalidad, la disposición y/o por la separación del original.

La recuperación de volúmenes parciales ha tenido justificaciones diversas como la puesta en valor del bien,
facilitar la lectura y comprensión de la arquitectura, así como devolverle su estabilidad mecánica. En este sen-
tido, se han restituido las faltas existentes en el muro de aterrazamiento del foro, y añadido de una hilada de
sacrificio como protección de la coronación original.

En cuanto a los elementos arquitectónicos recuperados durante las excavaciones, siempre que ha sido po-
sible, se han reubicado en su posición original, con la realización de estudios previos interdisciplinares que
aseguraran que la colocación era la correcta. En los casos en el que no se tenían materiales originales para su
reposición, se fijaron una serie de criterios básicos y que en gran medida tienen relación con la similitud de
los nuevos elementos con respecto al original. El material empleado en el Foro era mayoritariamente piedra
arenisca local procedente de la zona oeste de Cartagena, lugar que en la actualidad se identifica con el topó-
nimo Canteras y caliza micrítica procedente del sector oriental de la ciudad, que actualmente corresponde
a la zona de Los Nietos y El Sabinar. En el caso de la piedra arenisca, cuyas canteras ya están completamente
clausuradas, se sustituyó por arenisca Dorada Urbión, procedente de la zona de Burgos, seleccionada por su
aspecto similar al original, baja porosidad y alta resistencia, teniendo en cuenta que se trata de una arenisca.
Esta piedra ya se ha utilizado en las reposiciones volumétricas realizadas en el año 2011 en el templo itálico
que corona la cima del cerro del Molinete y en el año 2014, en la restauración del santuario de la Insula II del
Molinete, sin haber ofrecido hasta el momento problemas relativos a su mantenimiento y conservación. En el
caso de los sillares de caliza micrítica, se han usado piezas procedentes de las canteras del cabezo Beaza, en las
inmediaciones de Cartagena. Este material ya se ha empleado en los ejercicios de anastylosis realizados hasta
ahora en las Insulae I y II del Molinete.

Para la recolocación de las piezas de nueva fábrica, se han tenido en cuenta una serie de premisas básicas; en
ningún caso, se ha visto afectado el elemento original por la reposición de la nueva sillería, que ha quedado
separada del original con la colocación de una serie de tiras de geotextil polipropileno de 300 gr/m2, de unos
10 cm de anchura, situadas a unos 50 cm de distancia entre ellas y asentadas sobre mortero de cal4 y arena,
en una proporción de 1:3. Respecto a las reposiciones de opus caementicium, han consistido en una mezcla
de mortero realizado con hidróxido de cal y arena, con cascotes de piedra de tamaño pequeño y mediano, así
como grava. Como en los casos anteriores, nunca se ha afectado el elemento original y se ha de separar del
anterior con las ya mencionadas tiras de geotextil.

En el caso de la reposición de volúmenes con mampostería, se ha utilizado piedra caliza de tonalidad


clara, formando hiladas regulares, acordes al elemento original conservado, trabadas con mortero de cal
y arena, en proporción 1:3 y separadas del original tanto en planta como en alzado con las habituales tiras
de geotextil. La piedra que se está usando en las restituciones de mampostería procede de las canteras de

4  Hidróxido de cal Ca (OH)2 en pasta añejo y de alta calidad; con un reposo de mínimo de 12 meses en la balsa de apagado.

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ACTUACIONES EN EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DEL MOLINETE (CARTAGENA): PRIMEROS RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN
ARQUEOLÓGICA Y DE CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN EN EL FORO DE LA COLONIA

Abanilla. En el caso de estas reposiciones, han quedado ligeramente retranqueadas respecto al trazado de
la estructura original.

4. CONCLUSIONES
Con esta intervención en el Foro de la colonia, la próxima puesta en marcha del Museo Foro Romano. Mo-
linete, y la ejecución de una conexión entre el Foro y el nuevo pabellón de salida del parque, completamos el
proyecto de actuaciones previsto para 2014-2020 financiado por Fundación Repsol. El trabajo desarrollado
a lo largo de los últimos siete años, promovido en todo momento por Cartagena Puerto de Culturas y a la
cabeza su gerente Agustina Martínez Molina, a quien dedicamos estas líneas, ha permitido completar la de-
finición urbana de uno de los principales ejes urbanos de la colonia de Carthago Nova, construido en torno
al denominado decumanus II, conservado en parte en la actual plaza de los Tres Reyes y eje principal de
conexión entre dos áreas principales de la ciudad: el puerto y la plaza forense, como evidencian la sucesión
de edificios localizados en este sector tales como las Termas del Puerto, el Edificio del Atrio, el Santuario de
Isis, las posibles viviendas de gran porte localizadas en la Insula IV y la gran plaza pública en la que hemos
centrado nuestro trabajo en los últimos años.

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ACTUACIONES EN EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DEL MOLINETE (CARTAGENA): PRIMEROS RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN
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EL MOLINO HIDRÁULICO ROMANO Y OTROS
HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS EN HOYA DE LOS
MOLINOS DE CARAVACA DE LA CRUZ (MURCIA).
AVANCE PRELIMINAR

Sánchez González, María Belén


Arqueóloga
Marín Muñoz, Juana María
Arqueóloga
Sánchez González, María Jesús
Arqueóloga
García López, Ana Isabel
Arqueóloga
Brotóns Yagüe, Francisco
Museo Arqueológico “La Soledad”, Caravaca de la Cruz

Resumen
Las excavaciones arqueológicas en un solar de grandes dimensiones ubicado en Hoya de los Molinos de Ca-
ravaca de la Cruz han descubierto un molino hidráulico de época romana altoimperial, que consta del canal
de alimentación, canal de la noria o rueda hidráulica vertical, un habitáculo para albergar el sistema de engra-
najes, los canales de evacuación de agua y dos edificios anexos que dan servicio a esta actividad. Además, en
otros sectores, se han hallado restos de una instalación productiva de época ibérica, una necrópolis tardorro-
mana y un campo de silos medieval de los siglos viii al xiii. Estos hallazgos contribuyen de forma relevante a
la historia de Caravaca de la Cruz rellenando lagunas históricas en la ocupación antigua del núcleo urbano y,
en el caso del conjunto hidráulico romano, debutando en la península ibérica como el primer molino hidráu-
lico que conserva todos sus elementos estructurales.

Palabras clave: Excavación, molino hidráulico, canal, noria, agua, carbonatación, edificio, ibérico, romano,
medieval.

Abstract
The archaeological excavations on a large site located in Hoya de los Molinos de Caravaca de la Cruz (Murcia,
Spain) have discovered a Roman watermill, which consists of the headrace, the wheel-pit with the water-wheel
marks, the gear-pit, the tailrace, and two attached buildings possibly serving this activity. In addition, in other
sectors, there have been found remains of a productive installation from the Iberian period, a late Roman burial
and a medieval pit-field from the 8th to the 13th centuries. These findings contribute in a relevant way to the
History of Caravaca de la Cruz filling historical gaps in the old occupation of the urban nucleus and, in the case
of the Roman hydraulic complex, debuting in the Iberian Peninsula as the first watermill that retains all its struc-
tural elements.

Keywords: Excavation, watermill, headrace, water-wheel, gear pit, sinter, building, Iberian, Roman, Medieval.

1. INTRODUCCIÓN
El solar se encuentra ubicado en las estribaciones urbanas de Caravaca de la Cruz, en el margen derecho de la
carretera de acceso al núcleo de población RM-730, con una superficie de 10.841 m2. La actuación arqueoló-
gica ha estado motivada por el proyecto de edificación de una gran nave de uso comercial con aparcamiento
que podría afectar a la zona arqueológica de Molinos de Papel, donde numerosas intervenciones han puesto

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 33


María Belén Sánchez González, Juana María Marín Muñoz, María Jesús Sánchez González, Ana Isabel García López y Francisco Brotóns Yagüe

al descubierto restos que abarcan desde época prehistórica hasta moderna. Los trabajos arqueológicos se ini-
ciaron el 27 de mayo de 2019 y se prolongaron hasta finales de febrero de 2020 bajo la dirección de las arriba
firmantes (JMMM y MBSG), y con la colaboración de otras dos técnicas (MJSG y AIGL) y un amplio equipo
multidisciplinar al que agradecemos profundamente su gran interés e importante contribución (véase apar-
tado final Agradecimientos).

Desde el punto de vista metodológico, los trabajos se han desarrollado conforme al proyecto de ejecución de
obra, con la supervisión arqueológica de un total de 32 sondeos iniciales, cimentaciones de muros perimetra-
les y zona central mediante sistema de correas y zapatas, realizados de forma mecánica y/o manual en el caso
de constatación de depósito arqueológico, trabajos completados con la excavación en extensión, con meto-
dología arqueológica, de la superficie con evidencias arqueológicas hasta cota de rebaje prevista en la nueva
construcción. Dada la amplia superficie objeto de estudio, todo el registro arqueológico se ha posicionado
espacialmente mediante el sistema de georeferenciación acompañado con una sectorización –sectores A, B,
C y D– siendo el sector B donde se han constatado los hallazgos de mayor entidad pertenecientes a época
romana, que por su relevancia arqueológica la ejecución final del proyecto de obra ha adoptado las medidas
de corrección necesarias para garantizar su conservación en el subsuelo (Fig. 1 a y b).

Figura 1. Izquierda topografía del solar (INTEMA). Derecha, sectorización de los trabajos arqueológicos sobre ortofoto del solar. (Foto:
Cristian Castillo)

Al inicio de los trabajos el terreno se encontraba en situación de abandono, aunque previamente había sido
objeto de roturación y de cultivo de árboles frutales durante varias generaciones, aspecto que ha alterado en
gran medida la conservación del depósito arqueológico preexistente, alcanzado por las huellas visibles del
arado tradicional, como también se observa en los afloramientos travertínicos concentrados en el área no-
roccidental del solar. Por otra parte, dentro del perímetro de la finca junto a los límites oriental y meridional,
discurre una acequia, todavía en uso, de aguas provenientes del manantial de las Fuentes del Marqués. Muy
cerca del solar y hacia el sur discurre el río Argos, cuya superficie adyacente está formada por terrazas de
cultivo que actualmente son regadas por una red de acequias provenientes de las mismas Fuentes. El flujo
continuo del agua ha determinado en gran medida la naturaleza del substrato ya desde antiguo incluso en
la actualidad, como así ha quedado atestiguado en la formación de travertinos y tobas calizas, con restos de
carbonataciones, llamadas localmente “tosca”, presentes en amplios sectores del solar.

Así, la disponibilidad del recurso del agua en un área topográfica idónea para su aprovechamiento, cons-
tituyen el marco fundamental que favoreció el establecimiento y desarrollo de actividades productivas y/o
agropecuarias que han caracterizado a las comunidades allí asentadas a lo largo de diferentes etapas: ibérica,
romana y medieval.

En el presente trabajo se expone un avance preliminar de descripción general del registro arqueológico cons-
tatado según fases cronológico-culturales, cuyo estudio final está en proceso de realización, en razón no solo
al volumen considerable de datos obtenidos sino también a la espera de los resultados sobre los distintos
estudios y analíticas contemplados que complementarán de forma significativa y precisa la información hasta
ahora procesada.

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EL MOLINO HIDRÁULICO ROMANO Y OTROS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS EN HOYA DE LOS MOLINOS DE CARAVACA DE LA CRUZ
(MURCIA). AVANCE PRELIMINAR

2. FASES HISTÓRICAS DOCUMENTADAS


2.1. Fase ibérica
Los restos se localizan en el cuadrante NW del solar. Topográficamente se trata de una zona sobreelevada
con respecto al resto de la superficie, seccionada por su lado occidental por el vial de acceso al núcleo urba-
no. A modo de plataforma se caracteriza por los afloramientos travertínicos (en parte en forma de crestas) y
substrato tobáceo, alcanzados por los surcos del arado agrícola, donde se excavan y asientan las estructuras
arqueológicas, en torno a un área de unos 200 m2.

El registro arqueológico se compone esencialmente por un gran número de estructuras en negativo cubiertas
por tierra de labor hasta el inicio de su identificación. Estas subestructuras responden a diferentes formas y
tamaños y por tanto de funcionalidad específica. Dentro de una clasificación con carácter general, por un
lado, se constata una amalgama de pequeñas oquedades de planta circular, ovalada y cuadrada e incluso al-
gunas geminadas, con medidas que oscilan entre 5 y 40 cm de eje mayor y profundidad máxima constatada
entre 10 y 30 cm. Por su morfología y dimensiones estarían asociadas a la función de sustentación o “agujeros
de poste”, aunque algunas de las de mayor tamaño, con paredes curvas y base ligeramente cóncava, podrían
corresponder a un tipo soporte o basar de un recipiente. Diseminadas a lo largo de una amplia superficie, la
mayoría se disponen de forma paralela y próxima entre sí, delimitando espacios reducidos en algunos casos
ocupados por otras estructuras en negativo de morfología diferente y mayor tamaño, tipo “cubeta”, con planta
por lo general de forma rectangular con esquinas redondeadas y de sección ligeramente cóncava, con medidas
en torno a 1 m de largo y 0,30-0,40 m de ancho y profundidad máxima conservada de unos 0,30 m. Por otro
lado, intercaladas o bien en algunos casos yuxtapuestas a las anteriores, se constatan otras fosas rectangulares
de escasa profundidad, con extremos redondeados pero más estrechas en general ajustadas a dos medidas, de
0,50 m de largo por 0,10 m de ancho y de 1,30 m de longitud por 0,18 m de anchura, en las que se aprecian las
huellas de la herramienta con la que fueron excavadas.

Otro tipo de subestructuras documentadas e insertas en el mismo contexto espacial, son dos fosas rectan-
gulares de mayor tamaño (2,30 x 1,30 m y 2 x 1,70 m) con esquinas redondeadas y de similar profundidad
constatada (0,75 y 0,85 m). Presentan idéntica orientación (324º NW) separadas entre sí por unos 8 m de
distancia. A diferencia de las anteriormente descritas, estas últimas se hallaban colmatadas por un depósito
estratificado con aporte de elementos cerámicos datado entre los siglos v y iii a. de C. En la situada más al
oeste, bajo el relleno superficial, se constata una superficie uniforme y nivelada formada por grandes lajas de
piedra caliza de caras planas y recortadas, parcialmente conservada en su mitad norte. Sellado por la misma
apareció una gran acumulación de fragmentos tipo ánfora y otros contenedores, colocados cuidadosamente
revistiendo las paredes y base de la fosa, unidos por una argamasa de arcilla decantada y tonalidad clara. Esta
disposición intencionada no presenta solución de continuidad en el extremo sur de la misma, diferenciándose
así un tratamiento de parte de las paredes con el mismo tipo de argamasa, muy compactada y de grosor con-
siderable, en torno a los 15 cm (Fig. 2a). Entregándose a este revestimiento, un depósito con restos de carbon-
cillos junto a piezas cerámicas de tipo anfórico y 1 fragmento de cerámica de barniz negro. Con respecto a la
segunda fosa, presenta la particularidad de conservar todas sus paredes y fondo revestidos con mampostería
de tamaño homogéneo, conformando una ligera curvatura que se estrecha hacia el fondo. De nuevo el empleo
de arcilla decantada y clara, limpia de inclusiones, utilizada como revoque y de unión entre las piedras. En
su interior, se hallaron hasta 4 ánforas muy fragmentadas (Fig. 2b). Del relleno diferenciado en ambas fosas,
se recuperaron muestras del sedimento para su análisis, no observándose a priori ningún resto de semillas u
otro tipo de vegetales.

Por último, en el límite norte de las subestructuras descritas, se identifica un contexto ocupacional de posible
carácter doméstico, constatado de forma parcial al estar afectado, al oeste, por la zanja del vial. Se trata de un
recinto delimitado por dos frentes, formando ángulo, recortados en el substrato rocoso, siendo el lado mayor
de dirección N-S de 6,5 m de largo, el menor con medidas máximas constatadas de 1,60 m. Adosado al lado
mayor u oriental se conservan los restos de un rebanco de arcilla muy depurada de gran compacticidad. La se-
cuencia estratigráfica documentada en su interior revela un momento de uso de este espacio con la presencia
de restos de un hogar junto al abandono de recipientes cerámicos in situ, como son un plato de borde en ala
con cubierta de engobe rojo-marrón al interior y un vaso caliciforme también con pintura a base de motivos
geométricos.

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2a 2b

Figura 2. Fosas ibéricas 1 y 2. A: Fosa 1 durante el proceso de excavación con los fragmentos de ánforas. B: Fosa 2 al final de excavación
con el forro de piedras. (Foto: Cristian Castillo)

Sobre la coetaneidad cultural y funcional del conjunto de estructuras descritas, es algo que está por determi-
nar, atendiendo a que en su mayoría no responden a contextos interestratificados que permitan su asociación
o vinculación a esta fase ibérica, a excepción del registro constatado en las dos subestructuras con elementos
cerámicos posicionados en un sedimento arqueológico sin alterar, asociadas claramente a esta época. En cual-
quier caso, hay que tener en cuenta su disposición y agrupación espacial así como su caracterización estruc-
tural, que podría responder a un tipo de explotación de carácter vinícola, como indican ciertos paralelos de
este tipo de estructuras en otras áreas de la Península. En este sentido, los resultados de las analíticas de los
sedimentos recuperados aclararán en gran medida esta propuesta.

2.2. Fase romana: el molino hidráulico


A lo largo de todo el sector central y cuadrante suroriental de la superficie del solar, se concentra el conjunto
de elementos integrantes de la instalación de un molino hidráulico, de rueda vertical, datado en época al-
toimperial. Estos elementos son: canal de alimentación, canal o “caja” contenedora de la noria –cuyas marcas
de rotación son visibles en uno de los paramentos pétreos–, un habitáculo anexo para albergar los mecanis-
mos de engranaje y área de molienda, el canal de huida de aguas y una gran acequia colectora de las mismas.
A escasos metros, al este, se sitúan dos edificios de planta rectangular que darían servicio al conjunto.

2.2.1. Canal de alimentación


Se denomina así al canal que conduce las aguas, provenientes del manantial de las Fuentes del Marqués situa-
das a tan solo 1,5 km de distancia, para alimentar o ejercer la energía cinética necesaria que mueva la rueda
y con la rotación de su eje así activar los mecanismos de engranaje que posibilitan el ejercicio de la molienda.
Este canal, desde el límite norte del solar, parte con dirección NW-SE a lo largo de un trayecto de unos 75 m,
siguiendo una pendiente suave pero claramente descendente hacia el canal de la noria. Para su construcción
se excava una fosa en el sustrato natural de sección en U, reforzando las paredes, quizás solamente en algunos
tramos, con el levantamiento de tabiques o paramentos de piedra, como bien se ha podido documentar en
algunos puntos de su tramo central. En sus paredes y con solución de continuidad hacia la base del canal han
quedado visibles las sucesivas capas carbonatadas de grosor milimétrico, como consecuencia del paso prolon-
gado del agua (Fig. 3).

Con independencia de la alteración sufrida por la acción del arado, la cual ha arrasado en gran parte la altura
original del canal, el registro aportado por las secciones realizadas en un total de cuatro sondeos, pone de mani-
fiesto la existencia de este circuito de canalización en distintos momentos a lo largo de un tiempo determinado
pero claramente asociado a la existencia del molino. Testimonio de ello es la presencia yuxtapuesta de distintos
caces o canales, hasta un total de seis, comprendidos en un espesor de entre 0,30 y 0,60 m, manteniendo la misma
orientación pero con ciertas refacciones y distinta anchura, que oscila entre los 0,80 m y 1,30 m. Si bien hay que
señalar que estas medidas varían así mismo según tramos del trazado. Por otra parte, sus rellenos respectivos
presentan el mismo comportamiento, formados exclusivamente por el arrastre y depósitos de arena y gravilla,
entre los que se mezclan algunos materiales cerámicos de adscripción romana e incluso ibérica hasta elementos
vegetales fosilizados por efecto de la carbonatación.

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3a 3b

Figura 3. Canal de alimentación romano. A: Vista donde se aprecia la anchura del canal con sus muros de contención. B: El canal de
alimentación en su tramo final junto al canal de la rueda. (Foto: Cristian Castillo)

Con respecto a su trazado, hacia la mitad de su desarrollo, presenta una bifurcación en Y, donde el canal sigue
dos direcciones. Por un lado continua hacia el canal de la noria en forma de S alargada, con un recorrido de
unos 15 m, para recuperar de nuevo un trayecto NW-SE directo a la misma. Un segundo canal, paralelo a
este último tramo, con función de desviación de aguas o “aliviadero” (interrupción de molienda, limpieza del
canal/es, reparación de noria…) estrategia habitual constatada en el funcionamiento propio de los molinos
hidráulicos romanos hallados en Europa.

2.2.2. Canal de la noria


El tramo final del canal de alimentación se resuelve en un salto topográfico que facilita, hacia una cota inferior,
el impulso del agua sobre la rueda. Este salto se regulariza con un muro de mampostería trabada con barro,
de 4,30 m de longitud y 0,68 m de ancho, apoya en su lado septentrional en el terreno previamente seccionado
para su acople. Probablemente este muro serviría además como soporte del entramado de madera que dirigi-
ría con acierto el caudal hacia las palas de la rueda (Fig. 4).

Como prolongación del canal de alimentación, el canal que alberga la noria se dispone en el mismo sentido,
NW-SE, tiene una longitud de 4,14 m, con una anchura máxima de 0,58 m (frente N) y mínima de 0,43 m (fren-
te S o final), medio de 0,52 m, la profundidad conservada es de 0,95 m. Para su construcción se realiza una fosa
de planta rectangular, excavada en el substrato natural, sobre cuyos perfiles se apoyan los paramentos (0,40 m
de grosor) de piedra travertínica que conforman las paredes del canal propiamente dicho, formados por gran-
des bloques escuadrados dispuestos en hiladas (hasta un total de 6 conservadas) y perfectamente acoplados sin
dejar huecos. Su límite meridional presenta una solución de continuidad con el denominado “canal de huida”,
marcado por un solo bloque conservado de travertino dispuesto de forma transversal, a una altura de 0,50 m
(cota inferior) con respecto a la base del canal, permitiendo así la salida del caudal. La erosión producida por
el flujo continuado del agua, ofrece un aspecto desgastado del aparejo, con bordes redondeados y grandes ad-
herencias calcáreas –de hasta 2,5 cm–, que presentan miles de pequeñas marcas, testigos de las salpicaduras del

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agua por el movimiento de la noria durante su funcionamiento. Así mismo, sobre los paramentos se conservan
restos adheridos fosilizados de lo que parecen cuerdas y otros elementos vegetales que quedaron atrapados por
la acusada naturaleza calcárea de las aguas (Fig. 5 a-c).

4 5c

5a

5b

Figura 4. Vista del muro de regularización del salto hidráulico e


inicio del canal de la noria. (Foto: autoras)

Figura 5. Canal de la norial. A-B: Paramento oriental del canal de


la noria y detalle de marcas de fricción de la rueda hidráulica ver-
tical. C: Vista del interior del canal de la noria desde el canal de
huida. (Foto: autoras)

De especial relevancia ha sido la conservación en el paramento oriental de las marcas de fricción de los rema-
ches metálicos de la rueda, producidas por el continuo movimiento rotatorio, con la huella de hasta 4 líneas
curvas paralelas entre sí, lo que ha permitido averiguar un diámetro de casi 2 m de rueda (similar a las de otros
molinos hidráulicos romanos hallados en Francia y en Italia). Por otra parte, la situación de estas marcas con
respecto a la base y trayecto longitudinal del canal, junto con el diámetro de la misma, permite situar el eje de
rotación tanto en altura como en planta y por consiguiente establecer la distancia del salto desde el inicio de
caída hasta el punto concreto de la rueda sobre el que vierte la fuerza del impulso del agua, situándose en el
cuadrante superior de la misma, próximo más bien hacia el eje central.

Durante la excavación del relleno que colmata el interior del canal de la noria se ha hallado un potente depó-
sito de cenizas y numerosos clavos de hierro, sin duda pertenecientes a los restos de la rueda de madera y sus
remaches.

2.2.3. El pozo de engranajes


Se denomina así al espacio destinado a albergar los mecanismos de engranaje conectados al eje horizontal de
la rueda, activando de esta forma, a través de un movimiento en vertical, la rotación de las ruedas que ejercen

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la molienda, situadas en una altura superior. Se trata por tanto de un espacio ubicado junto al canal de la noria,
en este caso construido junto al paramento oeste y dispuesto conforme al eje de la misma, aunque ligeramente
descentrado. Excavado de igual forma en el sustrato natural, presenta una planta de tendencia cuadrangular
con lados de 1,64 m y 1,44 m y profundidad máxima constatada de 0,45 m. Sus paredes ligeramente abiertas
descienden hacia un fondo cóncavo suave. Su interior aparece colmatado por un relleno con restos de cenizas,
clavos y elementos de plomo. Así mismo, junto a sus paredes internas se constatan hasta al menos 3 pequeñas
oquedades o agujeros para sustentación o sujeción del entramado vertical de este habitáculo o de los elemen-
tos propios de engranaje. Otras pequeñas fosas se hallan dispuestas también al exterior del mismo y próximas
al canal de la noria, con funciones de igual forma de apoyo o sustentación.

De forma anexa y al sur de este espacio, se documenta un nuevo receptáculo de similares características,
construido junto al paramento del canal de la noria, excavado en el terreno y también de planta cuadran-
gular pero con medidas menores de 1,26 m y 0,93 m y de unos 0,25 m de profundidad máxima constatada.
El relleno que colmata su interior apenas ha aportado restos materiales significativos. Su hallazgo junto al
“pozo de engranajes”, de características constructivas similares y posición al mismo tiempo en relación al ca-
nal de la noria, podría apuntar a la existencia de dos sistemas de engranaje y por tanto del uso de dos ruedas
hidráulicas de menor tamaño a la descrita y que bien pudieron funcionar al mismo tiempo, en un momento
posiblemente anterior al de la gran y única rueda. Si bien, esta consideración es de carácter hipotético, a la
espera de su contrastación y del resultado final de los estudios proyectados sobre el conjunto del molino
(Fig. 6 a y b).

6a 6b

Figura 6. Canal de la noria y pozo de engranajes. A. Desde el tramo final del canal de alimentación con el pozo a derecha, el canal de huida
al fondo. B. Vista general desde el canal de huida del canal de la noria, pozo de engranajes a izquierda y muro del salto hidráulico al fondo.
B. Canal de la noria a derecha con el pozo de engranajes a izquierda y muro de contención al fondo. (Foto: autoras)

2.2.4. El canal de huida y la gran acequia


El caudal de agua que discurre por el canal de la noria es evacuado directamente hacia otro canal excavado
en el firme geológico y que con pendiente claramente descendente desagua en una gran acequia inferior, a la
que de igual forma vertirían, entre otras, las aguas provenientes del “canal aliviadero” descrito en apartado
anterior (2.2.1.).

Este “canal de huida”, de 8,40 m de longitud, inicia su trazado con una pequeña curva para continuar con un
recorrido en sentido prácticamente N-S, hasta desembocar en la gran acequia. A los 4 m de desarrollo, desde
su inicio, presenta un ramal de desviación del caudal, con orientación NE-SW, con base sobreelevada respec-
to al anterior, con desagüe dirigido igualmente aguas abajo de la acequia, con una longitud total de 7,20 m.
Ambos cauces, de sección en U con paredes en ciertos tramos más abiertas, presentan una anchura similar, en
torno a los 40 cm y profundidades constatadas entre 0,60 m y 0,30 m respectivamente (Fig. 7 a y b).

El tramo final del canal de huida se abre a la gran acequia por una boquera que, tras su amortización, dejó
embutida en ella multitud de fragmentos cerámicos (anfóricos y envases medianos comunes romanos), cantos
rodados y elementos vegetales. Un “tapón” que no impidió el paso del agua, ya que esta rebosó durante largo
tiempo como puede verse por las carbonataciones que se observan en las superficies cercanas.

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7a 7b

Figura 7. A: Vista aérea del canal de huida y bifurcación con segundo canal de huida. B: Vista de la gran acequia desde el W-SW. (Foto:
Cristian Castillo/autoras)

En relación a la gran acequia, se denomina así por su gran capacidad como receptora de caudales provenientes
de distintas direcciones. Se localiza en una zona topográfica inferior con trazado transversal a la pendiente, en
sentido ENE-WSW, y por tanto en una posición claramente estratégica como solución más eficaz, muy bien
planteada por sus constructores, para reaprovechar el agua sobrante del entramado de canalizaciones que cir-
culan por amplios sectores del solar en sentido perpendicular a la misma y, que a su vez, permitiría redirigir
este caudal hacia otras zonas para su aprovechamiento. Presenta unas paredes paralelas y rectilíneas, sobre
todo el frente meridional, con una anchura de canal de entre 1,40 m y 1,60 m, y de longitud y profundidad
máxima constatada en torno a los 20 m y 1 m, respectivamente.

El proceso de colmatación y continuado uso de esta acequia presenta el mismo comportamiento que el cons-
tatado en el canal de alimentación con diferentes refacciones en las paredes de la misma asociadas a diferentes
superposiciones de suelos carbonatados, entre los que se distinguen los depósitos alternantes de arenas y
limos, debido a los continuos aluviones o arrastres de sedimentos y entre los que han quedado atrapados toda
una amplia gama de elementos vegetales, fosilizados por la carbonatación provocada por el continuo flujo del
agua durante un prolongado tiempo.

2.2.5. Los edificios romanos 1 y 2


Se trata de dos recintos aislados, separados entre sí por una decena de metros, construidos en las proximida-
des del conjunto hidráulico del molino, al este. La alteración producida por el laboreo agrícola tradicional se
puede observar en las huellas visibles del arado que han arrasado los niveles de circulación, por lo que ambos
edificios se conservan tan solo a nivel de cimentación, encajada en una fosa excavada en el substrato tobáceo.
Dichas cimentaciones, de las que se conservan entre 2 y 4 hiladas, se caracterizan por el empleo mayoritario de
piedra margo-caliza, seguida de caliza gris y bloques de “tosca”, en menor proporción, dispuestas con cara lisa
en los paramentos, por lo general trabadas con barro, aunque restos escasos de mortero de cal con abundante
gravilla también se han constatado en parte de las estructuras del edificio 1.

El llamado Edificio 1, es el más cercano, a tan solo 4 m de distancia al sureste del canal de la noria y por tanto
con mayor presencia de fuertes carbonataciones que profundizan en el substrato en el que asientan sus cimen-
taciones, como consecuencia de la actividad hidráulica continua, prolongada tras el abandono del molino. Se
trata de un recinto inserto en una planta rectangular con dos ambientes de orientación paralela (NW-SE),
delimitados en su sector meridional por un único muro de 0,55 m de grosor y en torno a unos 7 m de longitud
conservada. Dichos ambientes están diferenciados o separados por una estructura que presenta doble muro
de mampostería y un relleno intencionado de piedra más pequeña entre ambas estructuras, alcanzando un
grosor total de hasta 1,80 m. Este relleno tras su excavación y vaciado, amortiza la existencia de un canal cu-
yas paredes están constituidas por los paramentos respectivos de los muros mencionados y base formada por
una solera de lajas recortadas bien dispuestas, con adherencia de las costras carbonatadas debidas al paso del
agua. Con una longitud de 4,20 m y anchura de 0,42 m, presenta una ligera pendiente dirigida hacia el muro
de cierre meridional del edificio, abriéndose paso bajo el mismo para dirigirse con toda probabilidad a la gran
acequia, según se ha observado por su aparente conexión con los restos mal conservados de una estrecha zanja
excavada en el subsuelo dirigida en esa dirección.

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Con respecto a los ambientes o estancias que caracterizan a este edificio, prácticamente la única conservada
es la situada en el sector oriental, presenta planta rectangular con medidas de 4,20 m de longitud (eje NW-SE)
y 2 m de ancho (eje NE-SW). En su interior se ha constatado un silo/fosa, perteneciente a una fase posterior,
dado que en su realización se destruye parte del muro de cierre oriental de esta estancia. Esta fosa presenta un
diámetro de boca de 0,90 m y 1,49 m de profundidad máxima, su interior contenía los restos óseos completos
de un burro en posición primaria, así como clavos de hierro y algunas cerámicas.

El Edificio 2 se localiza al NE del anterior y está asentado sobre una plataforma de naturaleza tobácea, en la
que se excavan las fosas para encajar su cimentación. Presenta planta rectangular, con una longitud máxima
constatada de 12,80 m y 3,60 m de anchura, con orientación NE-SW y está delimitado por muros de mam-
postería rectilíneos según sus lados mayores, parcialmente conservados, mientras que del resto de su perí-
metro o frentes menores tan solo queda el testigo del recorte practicado en el substrato para el acople de sus
estructuras. En su interior y junto a uno de los lados largos se documenta una fosa de planta casi circular y
sección hemiesférica a modo de vasar, para albergar una tinaja/dolium o similar. Por otro lado, próximo a los
extremos menores del edificio, se constatan pequeñas agujeros de poste geminados, agrupados en número de
dos dispuestos de forma enfrentada junto a los muros largos y separados de estos unos 70 cm.

En ambos edificios se han podido recuperar escasos materiales arqueológicos asociados a su uso, cerámicos
en su mayoría que coinciden en fase cronológica con los hallados en el molino inmediato (no obstante, que-
dan por recibir los análisis de datación por carbono-14 y los estudios de las monedas halladas e inventario
detallado de cerámicas para afinar más en la cronología de este conjunto).

2.3. Fase tardorromana: la necrópolis


Al NE de todo el conjunto del molino hidráulico, en los límites entre el sector A y B, se hallaron los restos
de hasta 8 sepulturas de inhumación, perfectamente alineadas en sentido SW-NE, con fosas rectangulares
de bordes redondeados excavadas en el terreno natural. A falta de terminar los estudios antropológicos, po-
demos decir que se trata de 7 adultos jóvenes y un infante de entre 8 a 11 años. Por el rito de enterramiento
pensamos que se trata de una necrópolis de época tardorromana, datada quizás hacia los siglos III-IV d. C.

Las tumbas aparecen al exterior señaladas con túmulos de piedras y tierra, o en el caso de una de ellas al-
ternando con cubierta de tegula romana. De carácter excepcional, y debido probablemente a la afección del
arado, en una sepultura se ha constatado la presencia de una piedra hincada a la altura del cráneo como señali-
zación. El interior de algunas fosas, cuatro de ellas, su perímetro se halla revestido por hiladas superpuestas de
mampostería a modo de “caja de piedra” albergando así al inhumado. Una excepción es la tumba del infante
(T. 8) forrada en forma de cista por grandes losas y tejas planas de cerámica bien dispuestas en paredes y fon-
do, los restos del joven se hallaban removidos y desplazados, con parte del esqueleto desaparecido. Se disponía
en paralelo a la fosa de un adulto varón. Otra singularidad la ofrece la sepultura n. 7, en la que el inhumado
es enterrado con fosa propia en el fondo de una fosa tipo silo, a partir de 0,60 m de profundidad. Se trata del
único individuo que portaba un brazalete de marfil fragmentado en una muñeca, frente a la ausencia de ajuar
en el resto de inhumados.

Las medidas generales de las fosas oscilan entre 1,90 m y 2,50 m de longitud, 0,50 y 0,70 m de ancho, y
profundidad máxima de 0,56 m, a excepción de la fosa del infante de 1,50 m por 0,50 m. Los inhumados se
depositan en posición decúbito supino, bien con los brazos rectos en paralelo (T. 3), cruzados con manos
sobre la pelvis (T. 1, 2 y 7), o brazo derecho recto e izquierdo flexionado sobre pelvis (T. 4 y 5) (Fig. 8).
Los cráneos aparecen algunos ladeados hacia el E y otros en su posición original pero con las mandíbulas
desencajadas. Piedras aplanadas colocadas en el fondo de las fosas sostienen cráneos, zona de hombros,
caderas y pies. Por otra parte, junto a los restos óseos, se hallan abundantes clavos de hierro, que en algunos
casos llegan hasta la veintena, concentrados en su mayoría en los lados cortos, relacionados con el uso de
ataúd de madera u otro tipo de cerramiento. Los individuos presentan, excepto el infante, la erupción de
todas las piezas dentales, con algunos casos de extracción y buena cicatrización en vida. Destaca la ausencia
de caries y un bruxismo acentuado en todas las mandíbulas incluida las del infante, acción que ha limado
sobremanera las superficies dentales.

El paso del sondeo por georradar (Universidad de Granada) detectó al menos 8 fosas más, con la misma
alineación y paralelas a las excavadas, seguramente se trate de más enterramientos situados a mayor profun-

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didad, pero dado que no iban a ser afectados por los niveles de construcción de la nueva obra no han llegado
a excavarse.

En la zona sureste más cercana a las últimas sepulturas, se hallaron los restos de un pequeño muro de mam-
postería, de forma aislada, que podría corresponder a una estructura de cierre del área de la necrópolis por
este sector.

2.4. Fase medieval: el campo de silos y fosas


Durante las excavaciones arqueológicas se han hallado al menos 26 silos y fosas. Están repartidos por toda
la superficie del solar, si bien se concentran en los sectores B, C y D. La mayoría se disponen en zonas donde
no se ha documentado depósito arqueológico previo, sin embargo otros directamente rompen los niveles de
ocupación ibérico y romano. Algunos, debido a la topografía en pendiente del terreno, se han conservado
completos pero otros, alterados por el arado y uso agrícola tradicional en el solar, se han descubierto a partir
de su desarrollo medio e incluso inferior (Fig. 9).

Figura 8. Vista de la sepultura 5. (Foto: autoras) Figura 9. Vista de uno de los conjuntos de silos medievales en sec-
tor SW. (Foto: autoras)

En líneas generales, los silos se excavan hasta niveles profundos del subsuelo geológico, máximo 2 metros desde
la boca, la cual oscila entre 0,50 y 0,70 metros de diámetro. Las paredes presentan tendencias globulares y cilín-
dricas, el fondo suavemente aplanado y las bocas estrechas apenas presentan cuello, aunque hay casos de cuello
cilíndrico y bocas con entalladuras para encajes de tapaderas o similares. Los revestimientos interiores son di-
versos: la mayoría poseen un fino barro anaranjado decantado, pero hay otros con arcillas claras beige/gris bien
adheridas a modo de impermeabilizante. En algunos su interior aparece colmatado de piedras grandes y me-
dianas; en otros con relleno de tierra claramente diferenciada del exterior y elementos orgánicos como bolsadas
de miles de caracoles de la misma especie. El estudio en laboratorio de las muestras de sedimento recuperadas
de sus rellenos se encuentra aún en proceso de estudio, sin embargo con las flotaciones realizadas in situ no se
apreciaron restos de semillas u otro tipo de vegetal.

Por otra parte se han documentado otras estructuras negativas identificadas como “fosas de deshecho”. Pre-
sentan a nivel superficial contornos más irregulares, de perfil troncocónico invertido, menor desarrollo en
profundidad y un fondo o base más pequeña. Se hallan colmatadas por un relleno de tierra más oscura que la
circundante mezclada con elementos orgánicos, restos óseos, cerámicos y carbones.

Respecto a la cronología de estas subestructuras, según los materiales cerámicos aportados en sus rellenos,
abarcan desde el siglo vii-viii hasta el siglo xiii. El estudio pormenorizado sobre el momento de uso y/o
amortización de estas estructuras está todavía en proceso, lo que permitirá establecer de forma más precisa la
secuencia diacrónica o coetaneidad de las mismas.

Por otra parte, en el sector B, amortizando las construcciones romanas, se han hallado restos de combustión
tipo hogares, en contextos de pseudo-estancias cuadrangulares delimitadas por muros de mampostería de
escaso porte que se asientan sobre el sustrato geológico previamente recortado. Estos ámbitos presentan ma-
teriales cerámicos fechados en época emiral-califal (jarras comunes con filtro, marmitas hechas a mano sin
vidriar y candiles de cazoleta circular y piquera pequeña).

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EL MOLINO HIDRÁULICO ROMANO Y OTROS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS EN HOYA DE LOS MOLINOS DE CARAVACA DE LA CRUZ
(MURCIA). AVANCE PRELIMINAR

3. CONCLUSIONES PRELIMINARES
El topónimo de Hoya de los Molinos es un claro indicador de la elección de este paraje para su ocupación
durante siglos, donde el protagonista indudable es el recurso del agua acompañado por una idónea topografía,
caracterizada por el escalonamiento de las distintas terrazas fluviales del río Argos, lo que permitió la adopción
estratégica de los mecanismos necesarios para su total aprovechamiento en el desarrollo de actividades agro-
pecuarias y de instalaciones productivas y/o artesanales. Prueba de ello es, en la misma vega del Argos, la
instalación del complejo molinero “Molinos de Papel” constatado en fuentes desde el siglo xvii, destinado a
la elaboración de papel, como su nombre indica, o el caso del conjunto hidráulico del molino romano descu-
bierto en esta intervención, enfocado con toda probabilidad a la producción de harina.

Del mismo modo, este paraje se convierte en el escenario idóneo para el establecimiento de comunidades
desde época prehistórica, como demuestran las evidencias arqueológicas constatadas desde el año 2000 en
las proximidades del área de estudio , en la denominada “Zona Arqueológica de Molinos de Papel” (Pujante,
2006; Marín, 2008 y 2012), yacimiento de gran extensión con relevantes restos de adscripción Calcolítica
–poblado de cabañas circulares y enterramientos con valiosos ajuares en marfil–, con niveles de ocupación
posteriores en época ibero-romana y medieval islámica.

Todos estos hallazgos se encuentran en la misma margen del río Argos mientras que en la margen opuesta, en
conexión visual directa con el área de actuación, se localizan villas romanas próximas entre sí documentadas
por excavaciones arqueológicas, como son Fuente de la Teja, Santa Inés y Casa Aroca-Casa Mauro, esta última
conocida por el hallazgo de columnas romanas de grandes dimensiones en sus alrededores. De la villa Fuente
de la Teja quedan restos de un poblamiento tardorrepublicano con estructuras y materiales que denotan tra-
bajos metalúrgicos, de su fase altoimperial una importante instalación oleícola, y una modesta reocupación
en época tardorromana que perdura hasta su abandono en el siglo v (Murcia, 1999, 2006, 2010 y 2012). De la
villa romana de Santa Inés, sus directores hablan de una pequeña granja indígena construida durante el siglo
ii a. C. que perdurará como tal hasta el siglo i d. C. cuando se imponen los modelos de las villae en el territorio
(Murcia y Brotóns, 2006).

Las comunidades instaladas en este entorno podrían haber sido abastecidas durante la etapa de funciona-
miento del molino hidráulico descubierto, en un contexto cronológico que de forma preliminar se situaría
en época altoimperial. Su destrucción, en un momento del s. ii d. C., está marcada por los gruesos niveles de
cenizas hallados tanto en el canal de la noria como en el adyacente canal de huida, que supuso el abandono de
las instalaciones y el paso de agua sin control sobre las mismas.

El proyecto de edificación de la obra moderna se ha visto modificado para conservar en el subsuelo, protegi-
dos y cubiertos, los restos del molino así como los edificios asociados y la necrópolis tardorromana. En defi-
nitiva, los restos hallados en nuestra intervención vienen a completar el panorama histórico-arqueológico del
núcleo de Caravaca de la Cruz, y debido a que recientemente han finalizado las excavaciones todas las disci-
plinas de gabinete contratadas (estudios palinológicos, análisis carbono-14, planimetrías, reconstrucción 3D,
fotogrametrías, estudio georradar, topografía, estudio de carbonataciones, vuelo de dron final, inventario de
cerámica, dibujo de materiales, estudio físico-mecánico del molino…) se encuentran actualmente en proceso.
Poco a poco, según se dispongan de nuevos datos, se aportarán para su conocimiento (Fig. 10).

Figura 10. Imágenes de la visita al yacimiento del especialista en molinos romanos Dr. Robert Spain a izquierda, a derecha con Ann Spain.
(Foto: José Miguel Martínez)

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 43


María Belén Sánchez González, Juana María Marín Muñoz, María Jesús Sánchez González, Ana Isabel García López y Francisco Brotóns Yagüe

4. BIBLIOGRAFÍA REFERIDA
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los inicios de la Edad del Bronce en Molinos de Papel (Caravaca de la Cruz, Murcia)”. Iberia Archaeologica Band. 16, 1;
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MURCIA MUÑOZ, A. J.; BROTÓNS YAGÜE, F. (2006). “Intervención arqueológica en el yacimiento de Santa Inés (Ca-
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ter-mills. BAR International series 1786. Oxford: John and Erica Hedges. ISBN 9781407302.

AGRADECIMIENTOS
Las directoras de la excavación (JMMM y MBSG) queremos expresar nuestra más sincera gratitud y reco-
nocimiento por la valía y ejecución de los trabajos de las otras dos técnicas también firmantes: María Jesús
y Ana Isabel, así como a Francisco Brotóns Yagüe, por sus valiosos consejos científicos y el soporte técnico
prestado en todo momento. Gracias también a la empresa promotora por su paciencia y esfuerzo, PROAN 06,
representada por Antonio Martínez Robles, quien íntegramente ha soportado todos los gastos generados. El
equipo ha estado formado por un grupo de personas de gran calidad profesional y humana a las que desde
aquí agradecemos el interés, la perseverancia y la ilusión que han puesto en todos los trabajos: José Antonio
Bermejo, INTEMA, topografía; Adolfo Calvo, fotografía aérea georeferenciada y planimetrías; Mireia Celma,
estudios palinológicos y de semillas en general; Cristian Castillo fotografía aérea de campo y trabajos de ar-
queología; Antonia Fernández, auxiliar de arqueología, y los peones, Santos Martínez, Fernando Fernández,
Pedro Antonio López, Pedro Antonio Martínez, Antonio Martínez, Luis B. Romero, José Amador Sánchez,
Jaime Sánchez, Juan Antonio Serrano y Miguel Serrano. La Universidad Politécnica de Cartagena, en la repre-
sentación de Pedro-Enrique Collado como investigador responsable del proyecto “Yacimiento arqueológico
Hoya de los Molinos en Caravaca de la Cruz. Levantamiento planimétrico con escaneado láser 3D, fotograme-
tría digital y georradar GPR por sondeo terrestre. Recomposición y recreación virtual 3D”, con la colaboración
de la Dra. Josefina García, Jesús A. González y M. Ángeles Riquelme, el Dr. Pedro Martínez Pagán y el Dr.
José A. Peña (Universidad de Granada). El Dr. C. Passchier y G. Sürmelihindi de la Universidad de Mainz,
como responsables de los estudios de carbonataciones físicas de molino hidráulico romano; y se ha contado,
finalmente, con la colaboración desinteresada del especialista en molinos romanos, el Dr. Robert Spain del
Imperial College de Londres, para aclarar los pormenores mecánicos y físicos del molino, y de los intérpretes
Paz Cifuentes Pérez-Hita y José Miguel Martínez Rodríguez, quienes nos regalaron su tiempo y esfuerzo en
traducir y grabar las indicaciones del Dr. Spain.

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CONSERVACIÓN, RESTAURACIÓN Y PUESTA EN
VALOR DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO SALTO
DE LA NOVIA, ULEA-OJÓS

Briones Jiménez, Olga María


Conservadora-Restauradora de Bienes Culturales. Arqueonaturaleza
Morcillo Sánchez, María José
Arqueóloga. Arqueonaturaleza

Resumen
El yacimiento arqueológico del Salto de la Novia, ubicado en pleno Valle de Ricote (Ulea-Ojós) junto a un
paisaje idílico del río Segura y su huerta, esconde un asentamiento de época tardorromana (siglos iv-vi
d. n. e.) con entidad de ciudad fortificada, un lugar que engloba naturaleza e historia y tiene un gran valor
arqueológico y paisajístico. A principios de los años 70 del siglo xx, se realizaron las primeras excavaciones
en el yacimiento pasando desapercibido durante casi cincuenta años, siendo el 2019 el momento en el que
se han retomado los trabajos de limpieza, conservación, restauración y puesta en valor de las estructuras
excavadas. El uso del asentamiento no solamente se reduce a esta etapa histórica, sino que posiblemente
hubo una ocupación durante época ibérica y posteriormente durante el periodo andalusí donde se ubica la
Pila de la Reina Mora.

Palabras clave: Tardorromano, Valle de Ricote, ciudad fortificada, restauración, conservación y puesta en
valor.

Abstract
The Salto de la Novia archaeological site is located in the Ricote Valley (Ulea-Ojós) and is next to an idyllic land-
scape of the Segura river and its orchard. It hides a settlement from the late Roman period (iv-vi AD centuries)
with the entity of a fortified city. In addition, this place includes the nature and the history and also has great ar-
chaeological and landscape value. At the beginning of the 70s of the 20th century, the first excavations were carried
out but the settlement were unnoticed for almost fifty years. In 2019 the cleaning, conservation, restoration and
enhancement work took place on the excavated structures. The use of this settlement is not only reduced to this
historical period, but there is evidence of a possible occupation during the Iberian period an also during Islamic
chronology, where the Pila de la Reina Mora is located.

Keywords: Late Roman, Ricote Valley, fortified city, restoration, conservation and enhancement.

1. EMPLAZAMIENTO, DESCRIPCIÓN Y CONTEXTO ARQUEOLÓGICO DEL YACIMIENTO DEL


SALTO DE LA NOVIA
El yacimiento arqueológico del Salto de la Novia emplazado en pleno centro del Valle de Ricote, está ubicado
geográficamente en un lugar transcendentalmente estratégico junto a una de las rutas óptimas de la Región de
Murcia, el río Segura y además, tiene conexión con la principal vía de comunicación de la zona, la calzada ro-
mana que enlazaba Carthago Nova con Complutum. Este asentamiento disfruta de un gran control territorial
del Valle de Ricote, flanqueado al norte por Bolvax y Siyâsa y al sur por el Cabezo del Tío Pío y el Balneario de
Archena, así como tiene una gran visibilidad de la estrecha y fértil huerta donde predomina principalmente el
limonero, ya que se encuentra situado en uno de los puntos más estrechos del valle, en el paraje que da nombre
al yacimiento, el Salto de la Novia.

El nombre del asentamiento tardorromano, ha dado lugar a la difusión de diversas leyendas (trágicas histo-
rias de amor entre jóvenes amantes cristianos y musulmanes), pero la primera vez que tenemos constancia

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Olga María Briones Jiménez y María José Morcillo Sánchez

en historiografía del topónimo Salto de la Novia lo encontramos en la visita santiaguista de 1498, cuando los
visitadores mandaron hacer: “vn petril en el Salto la Nouia, en lo peligroso dello, porque no caygan los caminantes
por alli”. Los visitadores hacían mención del deterioro del angosto paso que discurría por la margen derecha
de este estrecho. Igualmente, el catedrático de la Universidad de Murcia, Antonio González Blanco, analizó el
significado del topónimo deduciendo que podía proceder del latín Saltus Novus y que hacía referencia a “nuevo
desfiladero” que se encuentra tallado en la roca natural de época romana para abrir éste al camino fluvial de
herradura que recorría el Valle de Ricote (González Blanco, 2007).

Geográficamente, el Salto de la Novia ocupa una especie de vaguada, formada entre dos farallones rocosos,
situada a unos 20 metros sobre el nivel del río Segura, por los que discurren las estructuras del yacimiento
adaptadas a la topografía inclinada del cerro. Asimismo, debemos destacar en la zona más elevada al denomi-
nado castillo Pila de la Reina Mora, una atalaya andalusí, en la que destacan los restos de lienzos de la muralla
y un aljibe. Ambos asentamientos están separados solo por el cantil rocoso de la cima, pero la declaración de
La Pila de la Reina Mora-Salto de la Novia como bien de interés cultural, con categoría de monumento, tam-
bién incluye al Salto de la Novia (Fig. 1).

Figura 1. Vista aérea del Salto de la Novia (Ulea y Ojós).

La parte inferior de la vaguada, localizada junto al camino ecoturístico que une Ulea y Ojós, fue la zona par-
cialmente excavada entre 1970 y 1972, intervenciones realizadas por Nicomedes Gómez bajo la supervisión
del entonces director del Museo Arqueológico Provincial de Murcia, Manuel Jorge Aragoneses. Esta excava-
ción dio como resultado la aparición de un asentamiento con entidad de ciudad fortificada tardorromana,
datado inicialmente entre los siglos iv y vi d. n. e.

El yacimiento está compuesto por varios lienzos de muralla que rodean el área del hábitat, con una disposi-
ción de terrazas artificiales, en las que se observan diferentes muros pertenecientes a estancias o habitaciones.
La actividad principal era la agropecuaria por la gran extensión de huerta en la zona, pero igualmente contro-
laría el paso y los circuitos comerciales a través de la vía de comunicación. Se ha podido constatar actualmente
dos tipos de técnicas constructivas en la zona excavada de los años setenta, se trata de muros con alzados de
mampostería (algunos superan los 2 metros de altura) y una gran estructura de opus caementicium que con-
serva una canalización, por la que se facilitaría la evacuación de agua del cerro. Asimismo, se han documen-
tado hasta 11 estancias o espacios diferentes distribuidos en tres terrazas adaptadas a la topografía del terreno,
además de una gran escalera monumental construida con sillares de arenisca de color rosáceo y amarillo, que
seguramente pertenecían a una calle por la que se ascendería hacía las zonas superiores del yacimiento.

Las noticias sobre el Salto de la Novia son muy escasas e insuficientes, debido a que no se han encontrado los
diarios de excavación, ni los croquis, ni las fotografías, ya que solamente se conserva un breve inventario de

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CONSERVACIÓN, RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO SALTO DE LA NOVIA, ULEA-OJÓS

materiales con numerosas cajas repletas de restos arqueológicos depositados en el Museo Arqueológico de
Murcia, desconociendo la ubicación de los hallazgos asociados a las zonas habitacionales que se hallan en el
yacimiento. Es por tanto, que ha sido muy complicado indicar la funcionalidad de estas estructuras y espacios
documentados, debido a que el material aparecido durante los trabajos de supervisión arqueológica estaba
muy fragmentado, apenas ha aparecido cerámica significativa y casi todo lo hallado es como consecuencia de
la erosión por la fuerte pendiente. Por eso, sería necesario realizar en un futuro cercano excavaciones arqueo-
lógicas para poder conocer en profundidad y aclarar la cronología y la utilidad de esas estancias.

Con respecto a las referencias y publicaciones sobre el material significativo hallado en el yacimiento durante
las excavaciones del pasado siglo, sí que han podido proporcionar una aproximación cronológica al mismo.
Las primeras noticias sobre el yacimiento se documentan en 1952 por Valiente Atué, que menciona la pre-
sencia de muros, dos piedras de molino circulares, cerámica, clavos y restos de la funda de un puñal, aunque
ese material actualmente se encuentra en paradero desconocido, así como diversos investigadores como Ca-
ballero Zoreda en 1974, que entre su estudio de las cerámicas de los siglos iv y v d. n. e. menciona una pieza
del yacimiento.

Más tarde, en 1985 Rafael Méndez y Sebastián Ramallo, estudian materiales del yacimiento al igual que Ma-
nuel Amante en su publicación sobre las lucernas de la Región de Murcia. El grueso de piezas arqueológicas
fue estudiado e investigado por Sebastián Ramallo en 1987, que realizó una selección que proporcionó una
cronología bastante homogénea entre los siglos iv y v d. n. e., destacando Claras A, C y D, Terra Sigillata Gáli-
ca Tardía, una lucerna que presenta decoración de espigas y un crismón, así como un lote de objetos de metal
como remates de boca de caballo, tachuelas, fíbulas, cencerros, campanillas, vástagos de bronce, un gancho,
una botella de metal, entre muchos otros.

Durante los trabajos realizados en la puesta en valor y la restauración de las estructuras emergentes, se han
hallado dos piezas importantes que nos siguen indicando una aproximación a la cronología de ocupación del
siglo iii-iv d. n. e. Se trata de una lucerna (UE 108) y de un medio centenional (UE 700), siendo ambas piezas
halladas en zonas diferentes del yacimiento (Fig. 2 y 3).

Figura 2 y 3. Imagen de la lucerna y el centenional, ambas piezas datadas entre los siglos iii-iv d. n. e.

La lucerna por su tosquedad aunque está hecha a molde, nos indica que es una producción local derivada
de las lucernas de disco, tiene cuerpo circular con piquera redondeada, con asa maciza de pellizco añadida
posteriormente y base plana. Su pasta está poco depurada con cocción oxidante, destacando su gran orificio
de alimentación que tiene una marca de tres trazos. Destaca su gran altura de 5,5 cm de alto por sus 11 cm
de largo y sus 8,5 cm de ancho y posiblemente desde el punto de vista formal es una producción degenerativa
de las lucernas de disco tardías como la Dressel 30 o Loeschcke VIII (Morillo y Rodríguez, 2008), con una
cronología aproximadamente de siglo iii al iv d. n. e.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 47


Olga María Briones Jiménez y María José Morcillo Sánchez

En cuanto al medio centenional, se trata de una moneda bastante desgastada de bronce con 1,5 cm de diáme-
tro que pertenece al emperador Constancio II (357-363 d. n. e.). En el anverso observamos: dn constan-tius
pf avg, con el busto del emperador con diadema de perlas mirando hacia la derecha y en el reverso: spes
rei-pvblice, con la figura de Constancio II mirando hacia la izquierda, vestido con atuendo militar, portando
globo en su mano derecha y lanza invertida en la izquierda (Royo y Moreno, 2008).

En la Región de Murcia podemos encontrar yacimientos con características y cronologías similares como
son Begastri, Carthago Nova o La Almagra en Mula, con una entidad de asentamiento urbano de ciudad, son
ciudades amuralladas en lugares de fácil defensa y con un gran control del territorio. Pero la particularidad
del Salto de la Novia se encuentra en su ubicación en el Valle de Ricote, un lugar poco estudiado arqueológi-
camente y que debería en un futuro potenciarse como recurso patrimonial por su gran importancia.

2. ESTADO DE CONSERVACIÓN INICIAL DE LAS ESTRUCTURAS ARQUEOLÓGICAS


El proceso de alteración del material pétreo y morteros, utilizados como principales materiales constructivos
en las estructuras del Salto de la Novia, es muy complejo y en él convergen toda una serie de fenómenos me-
cánicos, físicos y químicos.

El tipo y grado de alteración de estos materiales depende fundamentalmente de dos factores determinantes
en los procesos de degradación. Por un lado, los factores llamados intrínsecos, que son aquellos en los que
el comportamiento de los distintos tipos de piedra y morteros frente a los agentes de alteración depende, en
primer lugar, de sus propias características, que le confieren una mayor o menor resistencia a las distintas
agresiones. Además, la naturaleza química y mineralógica del material, así como su porosidad, homogenei-
dad, tamaño de grano, grado de cementación, etc., también influyen en su alteración. Por lo tanto, su origen,
composición, textura y estructura van a determinar su comportamiento.

Por otro lado, están los factores extrínsecos y debemos tener en cuenta que la degradación de los materiales
no está provocada por una causa aislada sino que existen una serie de factores, fundamentalmente atmosféri-
cos ya que se trata de un yacimiento localizado al aire libre, que actúan con mayor o menor intensidad en los
procesos de alteración, como son la acción del viento (que es muy notable en esta zona del Valle de Ricote),
cambios térmicos (las temperaturas se caracterizan por una fuerte oscilación térmica tanto a lo largo de la
jornada como en los valores anuales), lluvias (en muchos casos pueden llegar a ser torrenciales, arrastrando
material de la ladera del monte donde se ubica que posee gran pendiente y afectando directamente a los restos
arqueológicos, además de disgregar los morteros, llegando a provocar derrumbes), presencia de sales, agentes
biológicos (como pueden ser las plantas que se desarrollan abundantemente sobre las propias estructuras),
acciones antrópicas de forma directa e indirecta, etc., todas ellas actuando sobre los diferentes materiales
constructivos, influyendo en mayor o menor grado en su degradación (Fig. 4).

Figura 4. Estado de conservación inicial (Salto de la Novia-Ulea).

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CONSERVACIÓN, RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO SALTO DE LA NOVIA, ULEA-OJÓS

De forma general, los principales daños que sufrían las estructuras arqueológicas del Salto de la Novia eran
pérdidas y desplomes en las estructuras y disgregación del material constructivo, fundamentalmente de los
morteros. Los restos también se encontraban parcialmente cubiertos por los desprendimientos y la acumu-
lación de tierra ocasionados principalmente por las precipitaciones producidas a lo largo del tiempo, impi-
diendo una visualización correcta del yacimiento y facilitando las condiciones óptimas para el desarrollo del
manto vegetal con la correspondiente puesta en marcha del proceso degradativo, principalmente debido a su
enraizamiento, que va fisurando y desprendiendo los materiales constructivos.

3. DESCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN


La intervención se ha realizado entre octubre y diciembre de 2019 mediante la ejecución del Proyecto de
Conservación-Restauración del Yacimiento Arqueológico Salto de la Novia – Ulea, enmarcado en las subven-
ciones de la Consejería de Turismo y Cultura de la CARM a entidades locales de la Región de Murcia para la
realización de intervenciones en yacimientos arqueológicos y paleontológicos, cofinanciado por el Ayunta-
miento de Ulea y ejecutado por la empresa Arqueonaturaleza, contando con la participación de auxiliares de
la localidad.

A la hora de actuar sobre el yacimiento se han tenido en cuenta, en primer lugar, todos los problemas estruc-
turales existentes para evitar desplomes y conseguir que los restos conservados sean estables. Todas las actua-
ciones realizadas han ido encaminadas principalmente a la investigación, conservación, protección y difusión
del patrimonio arqueológico de nuestra Región, dotándolas de las suficientes medidas de conservación para
garantizar su permanencia y siempre, sin alterar su valor histórico.

Las labores realizadas han sido de forma general: documentación fotográfica detallada de todo el proceso,
tratamiento herbicida y biocida, limpieza del espacio arqueológico de forma manual tanto para eliminar las
acumulaciones de tierra que se habían depositado sobre las estructuras a lo largo de los años como de la
vegetación intrusiva (con supervisión arqueológica), consolidación química de las estructuras para devol-
ver la resistencia mecánica al material disgregado, consolidación física mediante rejuntado de los muros de
mampostería para evitar nuevos desplomes, reintegración de lagunas mediante la reposición de los materiales
desprendidos y colocación de hiladas de protección o sacrificio en la coronación de los muros para protegerlos
de las inclemencias medioambientales.

Todas estas actuaciones se han realizado a partir de unos criterios de intervención basados principalmente
en el respeto total al original, sin agresión física, química o estética; mínima intervención, siempre ne-
cesaria y justificada; prioridad en la consolidación; realización de pruebas previas de los materiales de
intervención; discernibilidad, es decir, fácil reconocimiento de la intervención; reversibilidad en la medida
de lo posible de los tratamientos aplicados; materiales a utilizar, siempre que sea posible, tradicionales y
de probada eficacia y la ejecución de los trabajos realizada bajo la dirección de técnicos acreditados (es-
pecialistas en Conservación-Restauración de BBCC). La intervención ha consistido básicamente en los
siguientes procesos:

3.1. Documentación gráfica y fotográfica


Se ha realizado un exhaustivo registro documental y fotográfico, tanto general como de detalle, incluso imá-
genes aéreas, para dejar constancia de la mayor cantidad de datos posibles como ubicación, características
técnicas, estado de conservación, causas de deterioro, tratamientos realizados, resultados finales obtenidos,
etc. También se ha realizado un levantamiento topográfico en coordenadas georreferenciadas UTM ETRS89
de la zona de actuación del yacimiento (Fig. 5).

3.2. Limpieza general de forma manual


El primer tratamiento realizado ha sido la limpieza manual, labor efectuada bajo supervisión arqueológica,
para eliminar el material que se había depositado sobre las estructuras, fundamentalmente acumulaciones de
tierra desprendida de la ladera del monte, que además facilitaban el desarrollo y crecimiento de microorganis-
mos y plantas, favorecían la acumulación de humedad y ocultaban parcialmente el alzado de las estructuras
arqueológicas, llegando incluso a soterrar algunas casi por completo.

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Olga María Briones Jiménez y María José Morcillo Sánchez

Se ha realizado una primera limpieza manual de la cobertura vegetal, que era muy abundante y no permitía
documentar correctamente los derrumbes que sufrían algunas estructuras y, posteriormente, tras poder ser
registrados fotográficamente, se ha procedido a la retirada y acopio de los materiales de estos derrumbes
parciales, que posteriormente han sido repuestos en su localización original. Por otro lado, el material mueble
aparecido durante las labores de limpieza, fundamentalmente fragmentos cerámicos de poca entidad, ha sido
registrado, recogido y embolsado con su correspondiente identificación durante la supervisión arqueológica
para su posterior limpieza, siglado e inventariado en el laboratorio (Fig. 6).

Figura 5. Toma de datos para la realización del levantamiento to- Figura 6. Limpieza general del yacimiento de forma manual (Salto
pográfico (Salto de la Novia-Ulea). de la Novia-Ulea).

Para eliminar la vegetación se ha realizado la aplicación manual mediante pulverización de un herbicida para
secar la vegetación parásita que afectaba a las construcciones arqueológicas y poder posteriormente retirarla
manualmente sin causar deterioros en ellas, ya que produce importantes daños debido a la incidencia de las
raíces sobre los pavimentos y muros, llegando a provocar movimientos, desplazamientos y desprendimientos
en dichas estructuras. Del mismo modo, se ha procedido a la eliminación de agentes microbiológicos (líque-
nes, musgos, etc.) mediante la aplicación de un agente activo biocida en baja proporción en disolución acuosa.

En las estructuras con un estado de conservación más delicado se ha realizado una limpieza de depósitos de
tierra, material disgregado y restos de plantas mediante métodos mecánicos, incidiendo principalmente en
la coronación de los muros y en las oquedades existentes. Ha sido necesario realizar labores de preconsolida-
ción puntuales durante el proceso de limpieza ya que existían materiales en un estado de conservación muy
precario.

3.3. Consolidación química de las estructuras


La consolidación química se ha realizado para devolver la cohesión interna a los materiales degradados, ase-
gurando su estabilidad y tratando de paliar los desprendimientos de los materiales constitutivos de las es-
tructuras arqueológicas, sin implicar ningún cambio morfológico sobre las estructuras intervenidas ni alterar
sus características físicas, estéticas o cromáticas, por lo que se ha procedido a la aplicación de un producto
consolidante en las zonas que habían perdido su resistencia estructural, con objeto de reforzarlas, sin peligro
para su integridad.

Para ello se ha tenido en cuenta la compatibilidad del consolidante con los materiales originales, es decir, se
ha utilizado un producto con la mayor afinidad química y mecánica para no producir alteraciones negativas
en la evolución material de las estructuras, seleccionado siempre tras la realización de pruebas previas (Fig. 7).

La consolidación química de las estructuras, que mayoritariamente están conformadas por muros de mam-
puestos tomados con tierra y cal o de opus caementicium con cal, áridos y pequeños cantos rodados, se ha
realizado con aplicaciones de agua de cal (de 5 a 10 aplicaciones según las necesidades), mediante equipos
pulverizadores de mochila, previa humectación con agua destilada para facilitar una penetración más profun-
da e intensa del agua de cal en los poros de los muros.

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3.4. Consolidación física de las estructuras


- Saneado, rejuntado y recebado de grietas y oquedades de muros de mampostería:

Cualquier actuación de consolidación física conlleva la aplicación de materiales nuevos sobre los elementos
originales, por lo que deben ofrecer garantía de estabilidad y resistencia, y no provocar ningún tipo de alte-
ración perjudicial sobre ellos. De su correcta elección y aplicación depende, en gran medida, la obtención de
resultados satisfactorios durante la intervención.

Se ha realizado el refuerzo de los materiales constructivos que habían sufrido importantes pérdidas de morte-
ro, daño que afectaba a casi la totalidad de las estructuras arqueológicas, para aportarles de nuevo su unidad
estructural y formal. Estas consolidaciones físicas de refuerzo han necesitado fundamentalmente el empleo
de nuevos morteros para realizar el rejuntado y recebado de los muros, con similares características que el
mortero original para evitar reacciones adversas de los nuevos materiales (Fig. 8).

Estos trabajos se han planteado en las zonas donde existía pérdida o deterioro de los aglutinantes del aparejo
con el objetivo prioritario de devolver la consistencia y resistencia mecánica a las estructuras para evitar su
desprendimiento, utilizando morteros y materiales afines a los originales. Para el rejuntado y recebado de
grietas y oquedades se ha empleado un mortero de cal hidráulica natural NHL 3,5 amasado con las tierras
recuperadas de dosificación 1:4.

- Reposición de materiales desprendidos (reintegración de lagunas):

La reintegración de lagunas mediante la reposición de los materiales desprendidos tiene como objetivo priori-
tario devolver la consistencia y resistencia mecánica a las estructuras para evitar su derrumbe. Los elementos
utilizados se han obtenido de las acumulaciones de material localizado en la propia zona arqueológica, proce-
dente de los derrumbes y aplicando el tipo de técnica constructiva original.

Esta actuación ha ido encaminada a la recuperación de su unidad potencial y formal para asegurar su estabili-
dad estructural y facilitar la lectura visual e interpretación de las estructuras, sin las distorsiones que provocan
las partes faltantes mediante la reintegración y reposición de algunas zonas perdidas (lagunas). Para ello se
han aplicado técnicas diferenciadoras, es decir, se ha favorecido la contemplación global pero en una obser-
vación más detenida y atenta se pueden apreciar las zonas restauradas claramente distinguidas del original
mediante la interposición de una malla de fibra de vidrio (Fig. 9).

7 8

9 Figura 7. Consolidación química de las estructuras con aplicacio-


nes de agua de cal (Salto de la Novia-Ulea).

Figura 8. Rejuntado y recebado de la UC 1004 (Salto de la No-


via-Ulea).

Figura 9. Reintegración de lagunas (Salto de la Novia-Ulea).

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Olga María Briones Jiménez y María José Morcillo Sánchez

Se han empleado los mampuestos desprendidos y acopiados durante el proceso de limpieza y un mortero de
cal natural amasado con las tierras recuperadas de dosificación 1:3 o 1:4, según las necesidades y selecciona-
dos tras la realización de pruebas previas.

3.5. Colocación de hiladas de protección o sacrificio


La colocación de hiladas de protección o sacrificio sirve al mismo tiempo para aportar medidas de conserva-
ción a las estructuras que se ven afectadas directamente por las condiciones medioambientales y también para
facilitar la interpretación y comprensión del espacio arqueológico.

Esta actuación ha consistido en recrecer mínimamente los muros originales conservados, a modo de hiladas
de protección, aplicando las mismas técnicas constructivas originales para facilitar su conservación y la co-
rrecta lectura de las estructuras arqueológicas, aportándoles unidad estructural, formal y estética, por lo que
además de ayudar a su conservación debido a que las coronaciones de los muros quedan protegidas y se crea
una correcta evacuación del agua de lluvia, también permite una mejor comprensión de los espacios y facilita
la visualización de las características esenciales de la arquitectura en su espacio. Para estas reconstrucciones
se han utilizado métodos y materiales de construcción similares a los originales, considerando esta la opción
más adecuada para el yacimiento, con el empleo de los materiales acopiados procedentes de los derrumbes de
las estructuras arqueológicas e interponiendo siempre un elemento de separación (malla de fibra de vidrio)
entre el nivel original conservado y los nuevos materiales añadidos, sin crear ninguna alteración cromática o
estética para la visualización general del conjunto (Fig. 10).

Mediante esta intervención en el yacimiento se facilita su conservación, la percepción visual y la lectura de


los trazados de los muros, así como la interrelación de las estructuras. Es decir, este sistema sirve a su vez de
medida de preservación de los elementos originales conservados y como solución estética e interpretativa.

3.6. Tratamientos para la evacuación de pluviales


Para evitar en lo posible que las escorrentías de agua de lluvia provoquen cárcavas o desprendimientos en el
yacimiento se han realizado una serie de intervenciones que son básicamente (Fig. 11):
• Recolocación de muros de contención: Tras la excavación de los años setenta del pasado siglo se crea-
ron grandes desniveles en el terreno que fue contenido mediante muros construidos a piedra seca,
empleando el abundante material pétreo existente, por lo que se ha optado por revisar y reforzar estos
muros de contención del terreno para evitar en lo posible los desprendimientos de tierra sobre las
estructuras arqueológicas intervenidas.
• Facilitar la evacuación del agua de lluvia de la ladera: mediante la creación de canales de tierra com-
pactada para dirigir su recorrido e incluso con la instalación de un tubo de PVC soterrado, facilitando
dicha evacuación al canal del camino que desemboca en una arqueta.

Figura 10. Hiladas de protección con interposición de malla de fi- Figura 11. En la parte superior de la fotografía se pueden obser-
bra de vidrio (Salto de la Novia-Ulea). var los muros de contención realizados a piedra seca (Salto de la
Novia-Ulea).

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3.7. Tratamiento de materiales muebles


También se han desarrollado labores de conservación-restauración en el laboratorio, tratando los diferentes
materiales arqueológicos aparecidos durante el proceso de limpieza. El material más abundante es el cerámico,
aunque fundamentalmente se trata de piezas de poca entidad (excepto la lucerna completa) y mayoritaria-
mente procedentes de los desprendimientos de la ladera, material que ha sido limpiado mediante cepillado
con agua para eliminar la suciedad superficial. También han aparecido en menor cantidad otros materiales
como vidrio, hueso, metal, fragmentos de enlucidos, etc., que por sus características físicas y su estado de
conservación han sido inicialmente limpiados en seco y posteriormente, en algunos casos, se han aplicado
productos químicos para finalizar su limpieza y consolidación.

También han aparecido algunas piezas de hierro como un clavo, varias tachuelas y un fragmento de hoja de
cuchillo, que tenían incrustaciones terrosas, concreciones y productos de corrosión con formación de óxidos
e hidróxidos de hierro que por su volumen causaban deformación en las piezas, además de convertirlas en
objetos muy frágiles y quebradizos. En estas piezas se ha realizado una primera limpieza mecánica en seco
para eliminar las concreciones terrosas que las recubrían, la posterior limpieza de los productos de corrosión,
su estabilización mediante el empleo de conversores de óxido, consolidación, adhesión de fragmentos y pro-
tección final. Igualmente se han hallado algunas piezas de bronce como una moneda, una aguja, una posible
hebilla, una cucharilla casi completa, un botón, etc., que acumulaban numerosas concreciones e incrustacio-
nes además de abundantes productos de corrosión con focos activos por cloruros, por lo que su tratamiento
ha consistido básicamente en la limpieza mecánica, eliminación de los productos de corrosión, tratamiento de
inhibición y protección final. De este modo se ha conseguido que piezas, como por ejemplo la moneda, que en
un primer momento era ilegible, aporte datos cronológicos tras la intervención.

4. CONCLUSIONES
Sin lugar a dudas el estado de conservación previo del yacimiento hacía prioritaria la intervención de con-
servación y restauración de este destacable patrimonio arqueológico excavado hace casi 50 años, pero en este
caso concreto, no solo es patente la importancia histórica y científica del yacimiento arqueológico Salto de
la Novia, sino también la excepcionalidad de su entorno y el potencial cultural y turístico que puede llegar a
suponer en la localidad de Ulea y en la Región. El patrimonio histórico legado por las civilizaciones anteriores
asentadas en el lugar se puede convertir en una oportunidad para el desarrollo turístico y social, y al mismo
tiempo permite establecer acciones para su investigación, conservación, puesta en valor y difusión (Fig. 12).

Figura 12. Vista aérea del estado final del yacimiento tras la intervención (Salto de la Novia-Ulea).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 53


Olga María Briones Jiménez y María José Morcillo Sánchez

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500 AÑOS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO
DE MULA (1520-2020): ASPECTOS HISTÓRICOS
Y ARQUEOLÓGICOS

Zapata Parra, José Antonio


Arqueólogo Municipal de Mula

RESUMEN
Con motivo de la conmemoración del V Centenario del inicio de la construcción del castillo de Mula (1520-
2020), se realiza esta síntesis sobre los aspectos históricos y arqueológicos de la fortaleza renacentista manda-
da construir hace 500 años por el I marqués de los Vélez.

Palabras clave: Fortaleza, historia, arqueología, elementos defensivos, artillería.

Abstract
On the occasion of the commemoration of the V Centenary of the beginning of the construction of the Mula Castle
(1520-2020), this synthesis is carried out on the historical and archaeological aspects of the Renaissance fortress
ordered to be built 500 years ago by the 1st Marqués de los Vélez.

Keywords: Fortress, history, archeology, defensive elements, artillery.

1. INTRODUCCIÓN
Se cumplen 500 años de la construcción del castillo de Mula por el I marqués de los Vélez, Pedro Fajardo
Chacón, como consecuencia de su expulsión de la villa durante los levantamientos comuneros del reino de
Murcia. La fortaleza, obra de sillería, levantada sobre la antigua alcazaba andalusí, presenta una construcción
novedosa en el sureste peninsular desde el punto de vista de la poliorcética (Fig. 1).

El castillo alcanzará su época de máximo esplendor a finales del siglo xvi, cuando el marqués de los Vélez
trasladó la capital de sus estados, desde el castillo de Vélez Blanco a la villa de Mula, convirtiéndose la forta-
leza en el centro de operaciones del marqués, que también ostentaba el título de Adelantado Mayor y Capitán
General del reino de Murcia.

Contextualizada la parte histórica, analizaremos arqueológicamente la fortaleza renacentista levantada sobre


la alcazaba andalusí de Mula, partiendo del análisis constructivo, principalmente de los materiales y técnicas
empleadas en su construcción, para a continuación pasar al análisis estructural, en el que se describe los di-
ferentes tipos de muros, arcos y bóvedas. Tras estos análisis, desarrollaremos una descripción del exterior del
castillo, estudiando principalmente los escudos nobiliarios. Posteriormente, nos introduciremos en el interior
de la fortaleza, pasando por la puerta de acceso, el cuerpo de guardia, la plaza de armas, la tribuna, la torre del
homenaje y la torre del aljibe. Para terminar, analizaremos los elementos defensivos de la fortaleza, incluyendo
toda la artillería, armas y municiones que hubo en el castillo entre los siglos xvi y xviii.

2. CONTEXTO HISTÓRICO
El 12 de septiembre de 1430 el rey Juan II concedía la villa de Mula a Alonso Yáñez Fajardo II, Adelantado
Mayor del reino de Murcia, por los leales y buenos servicios que le había prestado en la guerra contra el rey
de Aragón. La donación proporcionaba el señorío con todos sus derechos, pero con la reserva real de la re-
caudación de impuestos y del nombramiento de oficios concejiles. Durante un siglo los diferentes señores
de Mula mantuvieron esos privilegios, hasta que, a finales del siglo xv, don Pedro Fajardo Chacón, señor de

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 55


José Antonio Zapata Parra

Mula, Adelantado Mayor del reino de Murcia y futuro primer marqués de los Vélez, comenzó su intromisión
en el concejo muleño. Esa intrusión señorial comenzó en 1495 con el nombramiento del doctor Fontes como
alcalde mayor de Mula, que empezó a inmiscuirse en la impartición de Justicia, que hasta ese momento habían
llevado los alcaldes ordinarios. Por otro lado, Pedro Fajardo comenzó a vender cargos concejiles, formando
grupos de incondicionales a su causa. La hostilidad contra el marqués estalló en 1520, cuando los muleños, a
principios de julio, se levantaron en comunidad, tomando la fortaleza y la villa, y expulsando a los hombres
de los Fajardo.

Figura 1. Vista del castillo y de la muralla y la alcazaba andalusíes. (Foto: Juan Gutiérrez)

Tres semanas después, el 21 de julio, se presentaba el marqués de los Vélez frente a los muros de la villa. Con
la mediación de los arcedianos de Lorca y Cartagena se llegó a un acuerdo con los vecinos para permitirle la
entrada, no sin antes hacerle jurar ante un altar dispuesto en la puerta de Yéchar (actual placeta del Punta-
rrón), dieciocho capítulos que no debía vulnerar. Sin embargo, la humillación del marqués apenas duró cuatro
años, pues don Pedro Fajardo logró un documento del rey Carlos I, en abril de 1524, en el que declaraba nulo
el juramento firmado por la fuerza “y en tienpo de tirania e por recobrar la dicha villa e fortaleza”. El 30 de
junio, el Gobernador y Justicia Mayor de Mula, don Rodrigo Fajardo, nombra nuevos cargos concejiles entre
los partidarios del marqués. Los muleños, sabedores de que el marqués contaba con el favor real, optaron por
poner un pleito contra él en la Chancillería de Granada el 11 de febrero de 1525, argumentando entre otras
demandas que Mula era de la corona real y no de señorío.

Según el historiador Nicolás Acero y Abad, las obras en el castillo se iniciaron hacia 1520, pues en el libro lla-
mado Diferentes del Archivo Municipal pudo leer una carta del primer marqués en la que pedía activar la obra
de la fortaleza. La carta fue remitida desde Cuevas de Almanzora con fecha de 5 de mayo de 1520. Dos meses
después, se producía el levantamiento comunero, que sería resuelto con la entrada del marqués en la villa, el
21 de julio, bajo el juramento de guardar los usos, tradiciones y costumbres de Mula. Este levantamiento pro-
vocó la salida del antiguo alcaide, Hernán Gascón, de la fortaleza y la llegada de Luis Fajardo. Las obras bajo
la dirección del nuevo alcaide debieron retomarse hacia 1522, según se desprende de las cartas enviadas al
marqués. El resultado fue la construcción de una nueva fortaleza, que tan solo reaprovechó algunas estructu-
ras precedentes. No volvemos a tener información hasta marzo de 1531, fecha en la que sabemos que se estaba

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500 AÑOS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO DE MULA (1520-2020): ASPECTOS HISTÓRICOS Y ARQUEOLÓGICOS

trabajando en la fortaleza, pues el maestro cantero Juan de Artiaga escribe una carta desde allí. Este maestro
vizcaíno, posiblemente, fue contratado para rematar las obras, como sucedió en el castillo de Vélez Blanco,
donde también fue contratado entre 1515 y 1517. Por lo tanto, a partir de la documentación conservada po-
demos deducir que las obras que dieron forma al actual castillo de Mula se desarrollaron aproximadamente,
entre 1520 y 1531.

3. ANÁLISIS ARQUEOLÓGICO
En este apartado vamos a analizar, mediante los métodos y técnicas de la arqueología de la arquitectura, los
diferentes materiales y los sistemas constructivos empleados en la edificación del castillo.

3.1. Análisis constructivo: materiales y técnicas


Cuando visitamos el castillo, lo primero que podemos apreciar son los diferentes materiales empleados para
su construcción. Por un lado, el tapial de las murallas y torres de la alcazaba árabe, levantadas a base de tierra y
cal y, por otro, los grandes sillares de piedra caliza que dan forma a la fortaleza de los Fajardo. Evidentemente,
lo que estamos contemplando son dos sistemas constructivos que corresponden a épocas culturales diferen-
tes: la andalusí y la castellana. El desarrollo de las armas de fuego a partir de la segunda mitad del siglo xv,
terminará por imponer el nuevo sistema de construcción.

Con respecto a los materiales constructivos, la fortaleza es una obra de sillería, de piedras calizas de sección
rectangular y paralelepípedas rejuntadas con mortero de cal. Junto al empleo de estos sillares encontramos
el uso de sillarejos para formar algunos de los paramentos de las estancias interiores del castillo. El sillarejo
aparece trabado y enjutado con mortero de cal. Posteriormente, estos paramentos se revocaban con yeso,
aunque con el tiempo se ha perdido el revoco. El resto de materiales constructivos empleados en la fábrica de
la fortaleza son arena, ladrillo, mampostería, yeso calcinado y agua.

La técnica constructiva era la siguiente: se alzaban dos hileras de sillares paralelas, una al exterior y otra al in-
terior, ambas con la cara exterior trabajada, y se rellenaba el hueco entre ellas con mortero de cal y mamposte-
ría. La disposición de los sillares se ejecutó a soga y tizón. Según la documentación existente, cada quince días
se levantaba una hilada, siendo más costoso el levantamiento de las hiladas del exterior que las del interior.

3.2. Análisis estructural


Desde el punto de vista estructural, junto a los muros se emplearon arcos y bóvedas, estructuras de descarga
que también tenían como función cubrir espacios y crear aberturas en los muros.

Los muros, como decimos en el apartado anterior, están construidos por dos paramentos de sillería, con cara
plana al exterior y relleno de mampostería y cal. El grosor de los muros del castillo varía según de la zona,
presentando dimensiones que van desde los 2 a los 4 metros, siendo más anchos los de la cara norte. Los
muros de los diferentes partes de la fortaleza no están trabados. Esto se debe a la búsqueda de la comparti-
mentación defensiva del castillo, de manera que, si era derribada una parte, la otra quedara libre y no fuera
arrastrada.

Los arcos que encontramos en la fortaleza cumplen varias funciones. Por un lado, como elementos susten-
tantes y como arranque de espacios abovedados. Con esta función encontramos uno en el inicio del cuerpo
de guardia. Se trata de un arco de medio punto de tipo diafragma que separa la bóveda de cañón de un
espacio abierto, aliviando su peso y los contrarrestos laterales. Otro arco con esta función se localiza en la
plaza de armas para levantar y sostener la tribuna (Fig. 2). En este caso, por las dimensiones del espacio que
cubre se trazó un arco escarzano, es decir, rebajado con un ángulo aproximado de 60º. Por otro lado están
los arcos construidos para formar los vanos de acceso en la fortaleza. El más utilizado es el rebajado, aquél
cuya altura es menor que la mitad de su luz. Lo encontramos en todas las puertas, ventanas y chimeneas
de la fortaleza.

Además de los arcos, otro de los elementos estructurales que podemos ver en la fortaleza son las bóvedas.
Estas presentan una doble función: cubrir el espacio comprendido entre dos muros y servir como elemento
sustentante. Encontramos tres tipos de bóveda empleados en la fortaleza: de cañón (en el cuerpo de guardia, la

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José Antonio Zapata Parra

sala de veladores, el polvorín, en la sala principal de la torre del homenaje y en la planta primera de la torre del
aljibe), rebajada (en las plantas primera y segunda de la torre del homenaje, así como en todas sus escaleras)
y rampante (en la planta segunda de la torre del aljibe).

Figura 2. Arco escarzano levantado para sostener la tribuna de la plaza de armas.

Con el paso de los años, las bóvedas realizadas a base de lajas de piedra y mampostería fueron sustituidas por
ladrillos dispuestos de canto o sardinel, que enlucían con yeso para tapar la fábrica. Sabemos por González
Simancas que a comienzos del siglo xx se acometió una gran reforma en las bóvedas del castillo.

4. DESCRIPCIÓN DEL CASTILLO


4.1. La imagen exterior del castillo
Levantado como símbolo del poder señorial, el castillo presenta una imagen exterior sobria, con líneas rectas
y volúmenes geométricos que le dan un aspecto inmutable y eterno. Tan sólo destacan en la fachada sur las
almenas, matacanes y los escudos del primer marqués de los Vélez y sus consortes.

4.1.1. La fachada norte


En esta fachada, precediendo a la fortaleza, encontramos parte de la antigua alcazaba árabe, en la que todavía
se pueden ver torres y lienzos de muralla que cercaban una gran explanada. El castillo, perfectamente adapta-
do a la topografía existente, presenta en su flanco norte lienzos salpicados de cañoneras, así como troneras de
forma circular en el parapeto que cubre el adarve de la tribuna de la plaza de armas.

La entrada principal está perfectamente adovelada con sillares de piedra, en cuyas esquinas superiores se
pueden ver los orificios por donde corrían las cadenas o maromas que subían y bajaban el puente levadizo.
Como elemento decorativo encontramos el escudo del primer marqués de los Vélez colocado en la torre del
homenaje, junto a la puerta principal, con el objetivo de recordar al visitante quién era el dueño y señor de la
fortaleza. Está labrado en piedra, timbrado con corona marquesal y con campo cuartelado, presentando en
el primero y en el cuarto las armas de los Fajardo: sobre ondas de agua tres rocas que sostienen tres matas
de ortiga de siete hojas cada una. En el segundo y tercer cuarto, aparece nuevamente el campo cuartelado, el
primero y el cuarto en campo de azur y con una flor de lis de oro, y el segundo y tercero con un lobo de sable
en campo de plata, que son las armas de los Chacón.

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500 AÑOS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO DE MULA (1520-2020): ASPECTOS HISTÓRICOS Y ARQUEOLÓGICOS

Figura 3. Esperonte situado en la fachada oeste del castillo.

4.1.2. La fachada oeste


En cuanto a su lado oeste, el castillo destaca por la edificación de un esperonte, es decir, una torre de flanqueo
de forma triangular (Fig. 3). Al igual que en el lado norte, la presencia de grandes sillares se interrumpe por
las troneras y cañoneras, estando coronado por matacanes sobre ménsulas. Junto a estos elementos defensi-
vos destacan dos escudos señoriales, uno se encuentra junto a la cañonera circular y corresponde a las armas
del primer marqués. El otro, localizado en el flanco oeste de la torre meridional, representa el emblema de
su tercera esposa, Catalina de Silva, y está formado por timbre marquesal con un cuarto de plata y un león
rampante de gules.

4.1.3. La fachada sur


El lado sur mira a la ciudad de Mula y, exteriormente, es el más representativo y simbólico. Desde esta pers-
pectiva se pueden apreciar claramente los tres cuerpos que componen la fortaleza: baluarte, torre del home-
naje y aljibe (Fig. 4).

A excepción de la torre del aljibe, tanto la torre del homenaje como el baluarte occidental estuvieron remata-
dos con un adarve amatacanado, que en su origen presentaba un perfil almenado con merlones prismáticos.
Los únicos elementos decorativos son los escudos de armas. En la fachada sur encontramos seis, dispuestos
de la siguiente manera: tres en la torre del homenaje (marqués, segunda esposa y tercera esposa) y otros tres
en el baluarte occidental (dos del marqués y uno de su segunda esposa).

Los escudos con las armas del marqués y las de su tercera esposa han sido descritos anteriormente. El escudo
de su segunda esposa, Mencía de la Cueva, presenta timbre marquesal y es mantelado; el primero y segundo,
con un palo de gules en oro, y el mantel, de plata, con un dragón de sinople saliendo de una cueva. La borda-
dura general, de gules con ocho aspas de oro alternándose con otros tantos escudetes de los Mendoza.

Otro de los elementos que vemos en el exterior, concretamente en la parte este de la torre occidental, es la ins-
cripción labrada en un sillar de color rojizo: lvdivicvs faiardo me fecit, 1524 (Luis Fajardo me hizo, 1524).

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José Antonio Zapata Parra

Figura 4. El castillo visto desde la plaza del Ayuntamiento.

4.1.4. La fachada este


Se trata de la fachada que mira a Murcia, y es sin duda la más sobria y en la que menos elementos defensivos
encontramos. Esto se debe principalmente a que es una zona muy escarpada y de difícil acceso para el asal-
tante. Destaca en este flanco la torre del aljibe, que no presenta ningún tipo de tronera o cañonera. Sí encon-
tramos troneras en la cara este de la torre del homenaje, pero más que para la defensa de este lado son para el
control de la zona inferior de la misma.

4.2. El interior del castillo: partes, distribución y funciones


Construido sobre una cresta rocosa aprovechando parte de la antigua alcazaba árabe, el castillo presenta,
como ya hemos dicho, tres partes claramente diferenciadas: la torre del homenaje, la torre del aljibe y el ba-
luarte occidental (Fig. 5).

Figura 5. Sección planimétrica del castillo con las diferentes partes del interior.

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500 AÑOS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO DE MULA (1520-2020): ASPECTOS HISTÓRICOS Y ARQUEOLÓGICOS

4.2.1. El baluarte occidental


Gran cuerpo de forma rectangular en cuyo extremo encontramos tres salientes o bastiones: uno, de forma
poligonal, al norte; otro, de forma rectangular, al sur; y el último, de forma triangular, al oeste. Este baluarte es
el que ocupa la mayor parte de la superficie de la fortaleza, distribuida entre sus cuatro plantas. En el primer
nivel encontramos el sótano, que ocupa la planta inferior del bastión rectangular. A una cota superior se sitúa
la planta baja, por la que accedemos al castillo; en ella se localiza el patio de acceso, el cuerpo de guardia, la sala
del portero y veladores y la entrada a la plaza de armas. Por encima de estos espacios, al aire libre encontramos
la primera planta, ocupada íntegramente por la plaza de armas, desde la que se accede a la segunda y última
planta, la tribuna, anexa al muro norte y ocupando la parte superior del baluarte poligonal.

4.2.2. La torre del homenaje


Elemento principal de la fortaleza, la torre del homenaje domina desde su posición todo el castillo. Como es-
tructura defensiva independiente era el último reducto en caso de asedio, pues ninguna otra parte del edificio
está trabada con ella. La torre era un elemento que por su alzado, alrededor de 30 metros, mostraba el poder
del señor por encima de sus vasallos, siendo el lugar donde se encontraban las dependencias del alcaide y
del señor, en el caso de su visita. Está compuesta por cuatro plantas: sótano, planta primera, segunda, tercera
y terraza, comunicadas por una sola escalera situada en el muro norte. Se accede por la plaza de armas tras
pasar un puente levadizo que salvaba el foso, cuya profundidad es de 5,50 metros. El izado del puente en caso
de asedio dejaba la torre inaccesible e independiente. Formando parte del vano de acceso, a modo de dintel
se colocó una de las dos inscripciones que aún se conservan en el castillo (Fig. 6). Está tallada en piedra caliza
de color gris con letras capitales latinas, cuya traducción es: “Pedro Fajardo, el primer marqués, erigió esta
torre marcando el lugar donde una vez fue construida una fortaleza por Antonino Pío Augusto. La reedificó
totalmente bajo el reinado de Carlos V, rey de España, el César, su señor”.

Figura 6. Torre del homenaje vista desde la plaza de armas (Simancas, 1905).

4.2.3. La torre del aljibe


Se trata de un baluarte adosado al homenaje por su flanco oriental. Presenta una planta cuadrangular de
gruesos muros cubierta por tejado a tres aguas de lajas de piedra. En su interior se halla el aljibe, bajo dos
plantas que permiten el acceso al mismo y prestan más espacio para almacenamiento a la fortaleza. En cuanto
a su función, el investigador E. Cooper ha llamado a esta torre “casamata”, dándole la función de un posible
polvorín, debido a que no está trabada con el homenaje. Sin embargo, creemos que se levanta no como ele-

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José Antonio Zapata Parra

mento defensivo a modo de cubete artillero, sino para proteger el único aljibe que contenía el agua de toda la
fortaleza, ya que el que se tenía intención de obrar en la torre del homenaje plantea problemas y tienen que
derivarse todas las aguas a este, de origen árabe.

5. ELEMENTOS DEFENSIVOS DEL CASTILLO


Basándonos en su localización y funcionalidad, podemos agrupar los elementos defensivos en varios niveles:
murallas y torres; fortificación y defensa de los accesos; defensa vertical; frentes artilleros y artillería, que ha-
cían del castillo un lugar protegido y bien defendido en caso de ataque.

5.1. Murallas y torres


Pertenecientes a la antigua alcazaba árabe, la fortaleza tiene un primer recinto de murallas y torres para la
defensa del flanco norte y de su acceso principal. Estas fortificaciones presentan un aspecto exterior dife-
rente, pues están construidas a base de alzados de tapial sobre un zócalo de mampostería o sobre las crestas
rocosas.

5.2. Fortificación y defensa de los accesos


El castillo presenta una serie de elementos que protegían y daban seguridad a los diferentes accesos: fosos,
puentes levadizos, puertas, poterna y la rampa de compartimentación.
a) Los fosos: Encontramos el primero de ellos en el acceso a la fortaleza. Este foso se abrió aprovechando
parte de la cresta rocosa sobre la que se erige el castillo, siendo necesario el adarve de la antigua alcazaba
para llegar al puente levadizo que lo salva. El otro foso lo encontramos en el acceso a la torre del homena-
je; es el patio donde se encuentran la puerta principal y la del albacar.
b) Los puentes levadizos: Eran pasarelas de madera que, tendidas sobre los fosos frente a las puertas, se
levantaban hasta la vertical impidiendo el tránsito y cubriendo el vano de entrada. En el castillo existen
tres puertas en las que se empleó el puente levadizo: en la puerta principal, en la puerta sur, denominada
“puerta de la albacara” y en el acceso a la torre del homenaje.
c) Las puertas: Por la documentación existente, sabemos que las puertas eran de madera forrada con plan-
chas de hierro para rechazar las flechas incendiarias y, en su parte posterior estaban reforzadas con un
alamud o tranca de madera. Encontramos este sistema de seguridad en la puerta principal de entrada al
castillo, en la de la albacara o sur, en la de acceso a la torre del homenaje y en la poterna que da paso a la
torre del aljibe desde el homenaje.
d) Poterna: Otro de los elementos de defensa y seguridad es la poterna o puerta falsa, una pequeña puerta
para entrar o salir de la fortaleza de forma discreta. En el castillo encontramos dos, localizadas en la planta
baja de la torre del homenaje y en la segunda planta de la torre del aljibe.
e) Rampa de compartimentación: La rampa de compartimentación es otro de los elementos defensivos de la
fortaleza que podemos ver en el muro norte, entre la plaza de armas y la torre del homenaje. Es un sistema
de defensa interior para evitar el acceso a la torre del homenaje desde el adarve del muro norte del castillo.
De esta forma se interceptaba el paso sin rebajar la altura exterior del muro, convirtiendo ese tramo del
camino de ronda en un plano sumamente inclinado e intransitable.

5.3. Defensa vertical


Ubicados en la coronación de los muros se encuentran los elementos para la defensa vertical de la fortaleza:
ladronera, matacanes, adarves, parapetos, merlones y almenas.
a) Ladronera y matacanes: La ladronera se localiza sobre la puerta principal de la fortaleza. Es una peque-
ña obra voladiza con parapeto y suelo aspillerado por el que se defendía el acceso con armas de fuego o
arrojando piedras o líquidos hirviendo. Otro de los elementos de defensa vertical son los matacanes, que
estaban dispuestos de manera corrida en la parte alta de los muros oeste y sur de la plaza de armas y en la
torre del homenaje, formando parte del adarve. Se trata de unos parapetos voladizos sustentados por canes
y con el suelo aspillerado para el control y la defensa vertical del pie del muro.
b) Adarves, parapetos, almenas y merlones: Como se ha dicho anteriormente, coronando los muros se dis-
ponen los adarves, caminos de ronda protegidos por parapetos o por matacanes. En el castillo estos pa-
rapetos o antepechos estaban rematados en forma piramidal en el flanco norte y con almenas y merlones

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sobre los matacanes en el flanco sur y en la torre del homenaje. Las almenas son vanos descubiertos entre
los merlones que constituyen el tramo macizo del antepecho para la protección del defensor del adarve.

5.4. Frentes artilleros


Los frentes artilleros estaban compuestos por las cañoneras y troneras de los muros exteriores, vanos abocina-
dos para obtener el máximo ángulo de observación y tiro con la mínima abertura en el muro (Fig. 7).

Figura 7. Frente artillero del flanco norte, con elementos de defensa vertical y de accesos.

a) Cañoneras: La cañonera es una abertura específica para el disparo de armas de fuego no portátiles a ras
de suelo. En el castillo se localizan en todos los flancos de la plaza de armas, sobre la tribuna y en la azotea
de la torre del homenaje. Con respecto a su apariencia, todas presentan un abocinamiento externo de leve
deriva y acusado derrame inferior. Por su parte interior, la forma varía según el tipo de arma de fuego que
se emplea en cada una de ellas. En el castillo encontramos de tres tipos: de hornacina simple, con cámara
de tiro y circular. Otras cañoneras muestran una cámara de tiro con muescas en las derivas internas para
encastrar algún tipo de cureña correspondiente a piezas de artillería ligera, quizá dotadas de eje de mu-
ñones, y muy probablemente de retrocarga por alcuza del tipo verso naval, tan frecuente en las flotas del
siglo xvi.
b) Troneras: Junto a las cañoneras, otro tipo de aberturas para la defensa de los muros son las troneras.
Llamadas así por el ruido o trueno que emitían las piezas al ser disparadas. Se trata de un hueco más pe-
queño, con abocinamiento interior y en ocasiones exterior, abierto en antepechos y muros para disparar
armas de fuego portátiles o ligeras. Según la apariencia de la embocadura externa se pueden clasificar: de
palo y orbe, de cruz y orbe, circular, rectangular, de buzón, etc. En el castillo de Mula localizamos veinti-
nueve entre circulares, rectangulares, de buzón y de palo y orbe.
C) Ventana aspillerada: Continuando con las aberturas para la defensa, la fortaleza dispone en la planta
principal de la torre del homenaje, en el muro sur, de una ventana aspillerada. Esta presenta el pretil del
alféizar perforado por una tronera de tipo palo y orbe con el fin de aprovechar el tabuco ventanero, que
tiene dos poyos de piedra, como cámara de tiro. Este tipo de tronera de palo y orbe o de cerradura inver-
tida la encontramos también en el castillo de Vélez Blanco, así como en otras fortalezas de la península
ibérica y de toda Europa.

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d) Saeteras: Otro de los elementos defensivos que podemos ver en los muros del castillo es la saetera, un
hueco rectangular alto y angosto con abocinamiento interior y estrecha abertura exterior. Su funcionali-
dad no solo era para la defensa, sino también para la iluminación y ventilación de los espacios. Podemos
verlas en el extremo oeste del cuerpo de guardia, en la sala de los veladores y en la planta segunda de la
torre del homenaje. La presencia de estas aberturas en nuestra fortaleza son reminiscencias del medievo.
A partir del siglo xv comenzarían a sustituirse por troneras, evidencia definitiva de la introducción de las
armas de fuego en la defensa de los castillos.

5.5. La artillería del castillo de Mula


Además de los elementos defensivos de tipo arquitectónico que hemos visto, el castillo contaba con los deno-
minados pertrechos, es decir, “las municiones, armas y demás instrumentos, maquinas, etc., necesarios para
el uso de los soldados y defensa de las fortificaciones”. Para saber la artillería, armas, municiones y demás
objetos destinados a la defensa activa de la fortaleza muleña, contamos con los inventarios de los siglos xvi,
xvii y xviii.

La artillería del castillo de Mula fue variando a lo largo de los siglos; así, encontramos en los inventarios armas
de hierro forjado, de bronce y de hierro fundido o colado. En el inventario de pertrechos de 1580, el más an-
tiguo que conservamos, relaciona las armas fabricadas en hierro forjado y en bronce, así como los diferentes
calibres de las piezas: cañones, medios cañones, culebrinas, medias culebrinas, sacres, falconetes y medios
falconetes (Fig. 8).

Figura 8. Sacre (cañón) con el emblema de los Fajardo y con el epígrafe: Fugite ame omnes quia preceptum mei domini Facio (“Huid todos
de mí, porque cumplo los mandatos de mi señor”, Museo del Ejército, Toledo).

En la torre del homenaje había cuatro tiros de campo de pequeño tamaño, también con las armas de los Fajar-
do. Tiro es la palabra con la que se denominaba a estos cañones, piezas de mayor calibre pero con una longitud
de tubo menor, con el fin de que fuesen menos pesados y de menor alcance, para la defensa más cercana en
caso de asedio. En la plaza de armas encontramos cañones de hierro colado: cinco medianos y tres pequeños
que irían montados sobre cureñas. También hay un cañón o tiro pedrero, cuyo nombre es barçoque. Normal-
mente, el tiro pedrero iba sobre un afuste de madera.

En cuanto al armamento ligero, la documentación nos indica la existencia, en la sala de armas de la fortaleza,
de coseletes, celadas, petos, golas, antepechos de hierro, armaduras de hierro para ballestas, escarcelas, espal-
dares, guardabrazos, morriones, etc. Incluso se trasladó en 1582, desde Vélez Blanco, una armadura decorada
en fino oro perteneciente al III marqués. Entre las armas ligeras hay que destacar la presencia de arcabuces y
escopetas vizcaínas, mosquetes, ballestas y lanzas.

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6. CONCLUSIONES
En definitiva, el castillo de Mula representa el poder de la nobleza sobre el pueblo, siendo el máximo exponen-
te de la diferencia de clases que se hizo patente tras la conquista castellana del sureste peninsular en el siglo
xiii y que tuvo su culminación en los siglos posteriores con el acceso y concentración del poder en la familia
Fajardo, primero con el cargo de adelantados y posteriormente como marqueses de los Vélez.

7. BIBLIOGRAFÍA
ACERO Y ABAD, N. (1886). Historia de la muy noble y leal villa de Mula. Murcia.
COOPER, E. (2001). Castillos señoriales en la corona de Castilla. Salamanca: Consejería de Cultura y Turismo, 1991, 3 vols.
DE MORA-FIGUEROA, L. (2006). Glosario de Arquitectura Defensiva Medieval. Ministerio de Defensa, Madrid.
GONZÁLEZ CASTAÑO, J.; GÓNZÁLEZ FERNÁNDEZ, R. (2005). Repertorio Heráldico de la Región de Murcia - Mula,
Universidad de Murcia, Murcia.
GONZÁLEZ SIMANCAS, M. (1997). Catálogo Monumental de España. Provincia de Murcia (1905-1907), 2 vol., publica-
ción facsímil realizada por el Colegio de Arquitectos de la Región de Murcia, Murcia.
LEMEUNIER, G.; GONZÁLEZ CASTAÑO, J. (1989). “Señores y oligarcas. Las luchas políticas en Mula durante los siglos
xvi y xvii”. Revista Áreas, 10, pp. 119-144.
ZAPATA PARRA, J. A. (2015). El castillo de Mula (Murcia). Ayuntamiento de Mula y Fundación CajaMurcia, Mula.

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EL PLAN DIRECTOR DEL CASTILLO DE MULA.
UNA HERRAMIENTA FUNDAMENTAL
DE CONSERVACIÓN

Bestué Cardiel, Isabel


Arquitecto

Resumen
El castillo de los Vélez de Mula en el devenir de los últimos cincuenta años ha sufrido el abandono de sus
propietarios, la ruina de sus estructuras, el intento de restauración por parte de la Administración estatal,
regional y local, y la paralización de las mismas por diversas sentencias judiciales que otorgaban su propiedad
a la familia propietaria hasta finales del siglo xx. En los últimos años, la situación legal del castillo ha varia-
do al pasar el consistorio muleño a detentar el 66,66 % de la propiedad. En estas circunstancias, se inicia un
proceso de conservación del castillo tendente, en primer lugar a eliminar los peligros inminentes que afectan
al recinto fortificado y, posteriormente a su restauración global y apertura. El Plan Director se presenta como
herramienta esencial para alcanzar los objetivos propuestos dentro de un marco legal y patrimonial adecuado.

Palabras clave: Plan Director, conservación, fortificación, valores patrimoniales, Planes Nacionales.

Abstract
The Castle of the Vélez de Mula has suffered, in the course of the last fifty years, the abandonment of its owners,
the ruin of its structures, the attempt of restoration by the state, regional and local Government and the paralysis
of such restoration by various court rulings that granted their property to the owner family until then, at the end
of the 20th century. The legal situation of the castle has changed in recent years, when the Muleño council finally
hold 66.66 % of the property. In these circumstances, a process of preservation of the castle begins, aimed, firstly,
to eliminate the imminent dangers that affect the fortified place and, later, to its global restoration and opening.
The Master Plan is presented as an essential tool to achieve the proposed objectives within an adequate legal and
patrimonial framework.

Keywords: Master Plan, conservation, castle, cultural heritage values, National Plan.

1. EL CASTILLO DE MULA EN LA HISTORIA


1.1. Fortificaciones de Mula en el periodo medieval
La población de Mula se sitúa en el próspero valle del río Mula, enclave generoso que ha permitido la pervi-
vencia de comunidades estables desde la Antigüedad. En este contexto geográfico y una vez pacificados los
territorios musulmanes del sur de la península, es posible que existiese una fortificación en el cerro de Mula
ya en la segunda mitad del siglo x, presentando en el siglo xi un hisn en la cumbre del cabezo y viviendas en
la ladera de mediodía, defendidas por una muralla frente a la cual corría la acequia mayor que suministraba
agua a las huertas situadas en el llano (Sánchez, 1990). Correspondería al siglo xii la conformación defensiva
de la ciudad que se mantendría hasta la Edad Moderna (Molina, 1995). Esta fortificación estaba constituida
por tres recintos que ocuparían respectivamente la cima del cerro, las laderas y la zona llana. Así se organiza-
ban la alcazaba en la cumbre, el albacar en las laderas y la medina en el llano, antecediendo el desarrollo de su
potente huerta (Idrisi, 1989).

De esta estructura defensiva se conservan importantes tramos, en particular de la alcazaba y del albacar,
habiéndose perdido en su mayor parte la muralla de la medina, de la que conocemos su trazado por la fosili-
zación de la trama urbana del casco histórico de Mula y por la pervivencia de la acequia mayor, que discurría
en buena parte paralela a la muralla de la medina (Fig. 1).

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Isabel Bestué Cardiel

Figura 1. Hipótesis del trazado de las fortificaciones y desarrollo urbano de Mula hasta finales del siglo xv. (Plan Director del castillo de
Mula)

1.2. El castillo de Mula en el Renacimiento


El periodo medieval castellano supondrá para la fortificación de Mula una etapa de constantes reparaciones
de lienzos de muralla en la alcazaba y en el albacar (Gutiérrez, 2006: 171) debido a la necesidad de mantener
en perfecto estado uno de los enclaves más importantes de la frontera castellana en territorio hostil y de la
vanguardia de la ciudad de Murcia.

Durante toda la Baja Edad Media, el número de hidalgos y nobles que se asientan en los territorios murcia-
nos para contribuir a su defensa militar va en aumento. Estos señores se reparten las tierras, los privilegios
y el poder político local. Entre ellos, la familia de los Fajardo va a ir aumentando su influencia en el sudeste
peninsular, hasta que en 1507 recibe el marquesado de los Vélez. El nuevo marquesado se fue revistiendo de
construcciones representativas con un fuerte contenido simbólico y señorial (VV. AA., 2007). De todas ellas,
el castillo de Mula representa el poder militar del marqués de los Vélez en este territorio (Martínez, 2018).
Tanto por su posición inexpugnable como por su dotación artillera, supone también un magnífico ejemplo de
transición de las fortificaciones de la Edad Media al Renacimiento. La construcción del castillo de los Fajardo,
iniciada años antes, se reactiva en 1520, tras el levantamiento de las Comunidades, prolongándose hasta 1531.
Las obras se inician con la torre del Homenaje y continuarían después con la erección el baluarte occidental,
derribándose entonces la torre de la Veleta, elemento principal de la alcazaba medieval (Zapata, 2015).

El nuevo castillo se estructura así en tres grandes edificios: la torre del Aljibe, la torre del Homenaje y el ba-
luarte, y protegiendo todo el conjunto, las murallas de la alcazaba en la zona noroeste y las del albacar desa-
rrollándose hacia el sureste.

1.3. La decadencia del castillo de Mula en las Edades Moderna y Contemporánea


El castillo de los Vélez ha sufrido a lo largo de su historia una continua disputa con la población muleña. Du-
rante todo el siglo xvi los litigios entre el marqués y el concejo se suceden, al sentenciarse que la villa era de
señorío y no de realengo. Durante el siglo xvii un alcaide nombrado por el marqués se ocupaba de su mante-
nimiento y conservación. A principios del siglo xviii, durante la Guerra de Sucesión, el castillo es desmante-
lado de su artillería y se convierte en prisión, quedando al poco tiempo cerrado y abandonado. El siglo xviii
supondrá la destrucción progresiva para la fortificación, que deja de tener interés estratégico para el marque-
sado (Díaz y Lentisco, 2006). En 1800 se intenta frenar el acceso descontrolado al castillo reparando su puerta
principal y tabicando las troneras que permitían el acceso. Durante el siglo xix sin embargo, continúa su aban-
dono, no teniendo ningún protagonismo durante la Guerra de la Independencia. La fortaleza permanece en
manos de los marqueses de los Vélez hasta 1897, cuando es vendido a Alfonso Chico de Guzmán y Belmonte.

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EL PLAN DIRECTOR DEL CASTILLO DE MULA. UNA HERRAMIENTA FUNDAMENTAL DE CONSERVACIÓN

En el siglo xx, Luis Pidal y Mon lleva a cabo reparaciones en las bóvedas de los cuerpos superiores de la torre
del Homenaje, muy acertadas según González Simancas (González, 1997). Este último, en su catálogo de Mo-
numentos de 1905-1907 incorpora algunas fotografías del castillo en las que se aprecia con claridad su estado
ruinoso y la existencia todavía de parte del pretil en la torre del Homenaje. De este pretil en los años 40 tan
solo se conservaba un pequeño tramo y un merlón conocido como “el mirador de la reina” que desapareció
por completo en la década de los 70 del siglo xx.

1.4. El despertar del castillo. Restauración en los siglos xx y xxi


La década de 1960 supondrá el inicio de una conciencia colectiva en relación al estado de deterioro y ruina del
castillo y a la necesidad de recuperar el patrimonio muleño para su población.

La denuncia en prensa y ante las administraciones públicas del estado de abandono del castillo y de la urgen-
cia y necesidad de proceder a su recuperación y expropiación, incentivaron diversas acciones de estudio y
restauración durante el último tercio de siglo xx.

De este modo, en 1976 por encargo del Ministerio de Educación y Ciencia, Pedro San Martín Moro redacta
el “Proyecto de obras de restauración del castillo de Mula”, proponiendo la apertura de un camino de acceso
para vehículos al castillo y la consolidación y restauración de muros, cubiertas, accesos, etc. Este proyecto
se ejecutó entre 1977-78. En 1981 la Dirección General de Bellas Artes encarga a Manuel Cuadrado Isasa
un nuevo proyecto de restauración que se ejecuta entre 1982-83 y posteriormente uno más en 1984 que se
ejecutaría en 1988 por encargo de la Consejería de Educación y Cultura de la Región de Murcia. Después de
este proyecto el castillo, carente de mantenimiento, se deteriora rápidamente y en 1998 es el Ayuntamiento de
Mula quien ejecuta un proyecto de reparación de la red viaria de la zona alta y de la ladera del castillo, recal-
zando con mampostería los peñones y tramos de muralla descalzados tras importantes lluvias torrenciales.
También en 1998 la Dirección General de Cultura encarga a Manuel Cuadrado Isasa un “Proyecto de acon-
dicionamiento de accesos e itinerarios de visita al castillo de Mula”. Dicho proyecto de reparaciones quedó
en suspenso al resolverse la sentencia judicial que otorgaba la propiedad del inmueble a la familia Bertrán
de Lis y Pidal y no al Ayuntamiento, quedando de nuevo el castillo abandonado y carente de ningún tipo de
mantenimiento.

En 2015, ante la situación de ruina de algunas partes del castillo, la Dirección General de Bienes Culturales
de la Región de Murcia ordena la adopción de medidas urgentes de protección y conservación del casti-
llo, ejecutándose obras de consolidación bajo la dirección de Francisco Javier López Martínez en 2017.
También en 2017 y bajo la dirección de Antonio del Amor se llevan a cabo las obras de apuntalamiento y
recalce de la torre oriental de las murallas medievales del albacar, promovidas por el Ayuntamiento de Mula
(Sánchez, 2018).

En paralelo a estas actuaciones conservativas, el consistorio muleño trabaja durante las primeras décadas del
siglo xxi en la obtención de la propiedad del castillo, condición indispensable para poder abordar su completa
recuperación. A partir de 2016 el Ayuntamiento había conseguido hacerse con el 66,66 % de su propiedad, lo
que lo legitimaba como propietario mayoritario y responsable parcial de su conservación.

Ante las nuevas perspectivas que esta situación generaba, el servicio técnico municipal y la Consejería de
Turismo y Cultura de la Región de Murcia plantearon la necesidad de redactar un Plan Director que rigiera
el proceso de recuperación del castillo, siguiendo las premisas y exigencias del Plan Nacional de Arquitectura
Defensiva. Se encarga así el Plan director del Castillo de Mula a un equipo pluridisciplinar liderado por la
arquitecto Isabel Bestué Cardiel en 2018.

Finalmente, en 2019 se llevan a cabo las primeras actuaciones enmarcadas en la hoja de ruta del Plan Director;
dos obras de emergencia destinadas respectivamente a eliminar los peligros de derrumbe del tramo de mu-
ralla del albacar T1-T2 y la situación de inestabilidad estructural y de peligro para las personas de la esquina
sureste de la torre del Homenaje y de las parte altas de la plaza de Armas del castillo. En 2020 las arquitectas
Isabel Bestué Cardiel, Carmen Cañones Gallardo y Rosario Carmona Campos redactan el “Proyecto de con-
solidación y restauración del castillo de Mula” que aborda la recuperación del acceso original al castillo por la
ladera suroeste del cerro, la restauración del recinto de la alcazaba y la adecuación de su espacio interior, todo
ello dentro del programa de restauración y conservación planteado en el Plan Director.

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Isabel Bestué Cardiel

2. EL PAPEL DEL PLAN DIRECTOR DEL CASTILLO


2.1. Plan Nacional de Arquitectura Defensiva
El Plan Nacional de Arquitectura Defensiva se encuentra dentro del marco de los Planes Nacionales del Pa-
trimonio Histórico Español de información, conservación y restauración, que son instrumentos cuyo objeto
es establecer una metodología de actuación para la conservación y restauración de conjuntos patrimoniales,
programar las inversiones de acuerdo con las necesidades de conservación, y coordinar la participación de las
distintas instituciones que intervienen en la gestión de los mismos (Ministerio de Cultura, 2015).

Tras quedar en evidencia las carencias que mostraban los documentos generales de conservación de este
particular patrimonio del Estado, y la necesidad de actualizar la información contenida en el Decreto de
22 de Abril de 1949 en cuatro de sus artículos y en la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985 del
25 de Junio del Patrimonio Histórico Español, la Dirección General de Bellas Artes en 1998 dio un paso
más en la definición del modelo de gestión del patrimonio fortificado al encargar un nuevo inventario de
castillos y estructuras de carácter defensivo a la Asociación Española de Amigos de los Castillos (Schnell,
2015). En 2006, tras las Jornadas Técnicas sobre Castillos y Arquitectura Defensiva Española celebradas en
Baños de la Encina con el fin de revisar la metodología, criterios y técnicas de conservación y restauración
de este patrimonio, vio la luz un nuevo texto programático La Carta de Baños de la Encina (Ministerio
de Cultura, 2007). Se trata del primer texto publicado por el Ministerio de Cultura con recomendaciones
consensuadas para abordar, desde unas pautas comunes, el proceso de conservación y restauración de la
arquitectura defensiva. En el desarrollo de este documento, se hace hincapié en la necesidad de conocer
los valores que encierran las estructuras defensivas desde diversos enfoques y ámbitos de estudio, de eva-
luación de la información generada en dicho proceso de investigación pluridisciplinar, de la definición de
actuaciones en base a premisas establecidas y en función de los estudios realizados, del control del proceso
de intervención por parte de las administraciones encargadas de su tutela, incluyendo la divulgación de la
misma y la definición de los medios para una conservación preventiva y de mantenimiento. El instrumento
para la consecución de todos estos objetivos es la redacción de Planes Directores para los conjuntos arqui-
tectónicos defensivos.

2.2. El Plan Director como herramienta de identificación y conservación de los valores patrimo-
niales del castillo de Mula
Los Planes Directores se han definido así como aquellos instrumentos que permiten mejorar el conocimiento
sobre el bien y estructurar las actuaciones a emprender en el monumento que por su complejidad lo requiera,
en orden a asegurar tanto su mejor gestión por parte de las administraciones competentes, como a encauzar
adecuadamente los recursos de toda índole que se les destinen, asegurando al mismo tiempo la conservación
de todos sus valores culturales y patrimoniales.

Planteamos el Plan Director del castillo de Mula como el instrumento adecuado para la gestión global y uni-
taria del patrimonio fortificado y defensivo de Mula, desde el que definir una metodología y un programa de
actuaciones conjuntas encaminado a alcanzar unos fines precisos.

El Plan debe: conseguir un conocimiento exhaustivo y poliédrico de la realidad actual del castillo, su recinto
de murallas y su entorno de contacto; establecer una reflexión estructurada sobre el conocimiento genera-
do; favorecer la correcta coordinación de actuaciones entre organismos públicos y privados implicados en
la investigación, la protección, la conservación, la gestión y la difusión del patrimonio fortificado de Mula;
generar respuestas que ayuden a solventar el problema urbanístico de la coexistencia y conexión del castillo
y su muralla con la villa a través de actuaciones programadas, continuadas en el tiempo y adaptadas a las
exigencias que la población y su ordenación urbana plantean; potenciar el valor paisajístico del conjunto y sus
relaciones visuales con otros elementos fortificados del territorio y con las preexistencias estructurales de su
entorno; mejorar la oferta turístico-económica, ampliando la accesibilidad en todos los órdenes, tanto físicos
como virtuales; plantear métodos de control y seguimiento de las actuaciones, así como implementar acciones
para una mejor difusión y reconocimiento de sus valores ante la población local y otros entes de todos los
aspectos de su conocimiento; involucrar a sociedades privadas y vecinales junto a los entes oficiales en una
conservación eficiente y sostenible.

70 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL PLAN DIRECTOR DEL CASTILLO DE MULA. UNA HERRAMIENTA FUNDAMENTAL DE CONSERVACIÓN

Todo ello se traduce en unos objetivos básicos que resumimos del siguiente modo:
• Obtener un conocimiento profundo de la materialidad del castillo y su entorno cercano y lejano y de
su proceso diacrónico de evolución y transformación. Solo a través de un conocimiento interdiscipli-
nar del conjunto fortificado será posible establecer las estrategias de desarrollo y conservación.
• Establecer con claridad la titularidad del castillo y de toda la muralla, con el fin de definir qué partes
de la misma son propiedad municipal y por tanto, responsabilidad del Ayuntamiento de Mula compe-
tente en materia de cultura y qué partes no lo son.
• Establecer las principales actuaciones necesarias para la conservación y recuperación del conjunto
fortificado. Dichas actuaciones se plantean desde el conocimiento real de las posibilidades materiales
y económicas de las administraciones competentes.
• En acuerdo con el planeamiento vigente, establecer las futuras operaciones de recuperación y reha-
bilitación de espacios públicos vinculados al castillo y sus murallas, en orden a mejorar los espacios
históricos de la ciudad de Mula.
• Desarrollar estrategias de conservación sostenible del conjunto fortificado, estableciendo sinergias
que reviertan en la población muleña desde diferentes ámbitos económicos y sociales.

2.3. Metodología de trabajo del Plan Director del castillo de Mula


Como ya hemos comentado, el Plan Director del castillo de Mula se planteó como la herramienta adecuada
para la gestión global y unitaria de todo el patrimonio fortificado de Mula.

El método de trabajo para la consecución óptima del Plan se estructuró en tres grandes bloques en los que
participaban los equipos de trabajo de diferentes disciplinas, primero de forma autónoma, y en las fases se-
gunda y tercera de manera interdisciplinar. Estos bloques son a grandes rasgos: Conocimiento, Diagnosis y
Propuestas.

La primera fase de Conocimiento se dividió en varios capítulos independientes que abordaron el estudio y
análisis de las diferentes variables que presenta el monumento, con el fin de detectar y definir los valores esen-
ciales del bien. Así se analizó el monumento desde la perspectiva legal, administrativa y jurídica, histórica,
arqueológica, material, constructiva, arquitectónica y patológica, urbanística, medioambiental, paisajística y
de gestión de riesgos (Fig. 2).

Figura 2. Una de las herramientas de conocimiento generadas por el Plan. Levantamientos fotogramétricos 3D de toda la fortificación.
(Plan Director del castillo de Mula)

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 71


Isabel Bestué Cardiel

A partir del conocimiento generado, los equipos compartieron los datos extraídos, aportando una visión que
se enriqueció de manera exponencial al conseguir conclusiones complementarias. De este modo se identifican
los valores esenciales del bien y se define una diagnosis global en la que al mismo tiempo se obtienen herra-
mientas de trabajo que serán de gran utilidad en los futuros procesos de intervención (Fig. 3).

Figura 3. Una de las herramientas de diagnosis generadas por el Plan. Mapas predictivos y de riesgo arqueológico. (Plan Director del
castillo de Mula)

Finalmente, se llega a la tercera fase de definición de propuestas encaminadas a la conservación eficiente y


sostenible del bien. En esta fase se definieron las acciones de protección y conservación priorizadas y valora-
das; se plantearon las acciones urbanísticas encaminadas a imbricar el bien patrimonial en el conjunto urbano
de la ciudad de Mula; se estableció un plan de usos, de gestión y de mantenimiento posterior viable a corto,
medio y largo plazo. Finalmente, se definieron las acciones destinadas a la difusión permanente del conoci-
miento generado en los procesos previos de estudio y análisis del bien y del que a futuro puedan aportar las
diversas acciones que se vayan ejecutando. Dicha difusión marcó un interés especial por la acción sobre la
propia población local como herramienta eficaz de conservación preventiva (Fig. 4).

72 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL PLAN DIRECTOR DEL CASTILLO DE MULA. UNA HERRAMIENTA FUNDAMENTAL DE CONSERVACIÓN

Figura 4. Herramienta de gestión. Resumen de propuestas de actuación del Plan Director. (Plan Director del castillo de Mula)

4. CONCLUSIONES
Partiendo de una premisa tan sencilla como “lo que se comprende se quiere; lo que se quiere se protege, y lo
que se protege se conserva”, el Plan Director del castillo de Mula pretende comprender, difundir, enamorar y
convencer a su población del valor singular y excepcional de su castillo para conseguir, de manera conjunta
un objetivo común, la preservación del patrimonio defensivo de Mula.

5. BIBLIOGRAFÍA
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REHABILITACIÓN DEL ENTORNO DEL MUSEO
DE LA HUERTA, NORIA Y ACUEDUCTO DE
ALCANTARILLA

Montoro Guillén, José


Doctor Arquitecto
Ramírez Águila, Juan Antonio
Arqueólogo director de las excavaciones
Hernández Gil, Diego
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
Esteso Esteso, Juan
Jefe de Servicio de Obras y Servicios Públicos, de la Concejalía de Desarrollo de la Ciudad
y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Alcantarilla
Hernández Ortega, Raquel
Técnico de Cultura de la Concejalía de Educación, Cultura y Juventud del Ayuntamiento de Alcantarilla

Resumen
Mediante la actuación del Proyecto de Rehabilitación del Entorno del Museo Etnológico de la Huerta,
Noria y Acueducto como zona de Interés Cultural de Alcantarilla, se pretende contribuir a la recuperación
de un importante conjunto patrimonial y a su integración. La intervención contempla la puesta en valor y
restauración del acueducto, creación de zonas verdes, auditorio al aire libre y espacios de juegos. Este proyecto
es resultado de la aportación del Ayto. de Alcantarilla y de las Direcciones Generales de Bienes Culturales y
Administración Local, que hará posible contribuir a mejorar, sensibilizar y revalorizar la zona con la finalidad
de crear un polo de atracción o referente cultural, turístico y lúdico reconocido más allá del ámbito local. Su
conexión con el Museo Etnológico de la Huerta completará la integración global de todo el entorno.

Palabras clave: Proyecto, noria, acueducto, museo, Alcantarilla, recuperación, integración, patrimonio, inte-
gración, revalorizar.

Abstract
The aim of the Restoration Project of the Murcia Orchard Ethnological Museum, Waterwheel and Aqueduct, as
a Heritage of Cultural Interest in Alcantarilla, is to contribute to the recovery and integration of an important
heritage site. The project highlights the importance and restoration of the aqueduct, the construction of new green
spaces, an open- air auditorium and play and amenity areas. This project is the result of the contribution from the
Town Hall in Alcantarilla, the Directorates General of Cultural Heritage and the Local Administration which will
make possible to improve, raise awareness and increase the value of the heritage site with the aim of turning the
site into an attraction pole or a cultural, touristic and pleasure reference point known far beyond local boundar-
ies. Its connection to the Murcia Orchard Ethnological Museum will complete the global integration of the whole
site and surroundings.

Keyword: Project, waterwheel, aqueduct, museum, Alcantarilla, recovery, integration, heritage, integration, increase.

1. ANTECEDENTES
Durante los últimos años, el Ayuntamiento de Alcantarilla viene impulsando una serie de proyectos para la
conservación y recuperación del entorno a través de sus valores históricos monumentales y culturales, que

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 75


José Montoro Guillén, Juan Antonio Ramírez Águila, Diego Hernández Gil, Juan Esteso Esteso y Raquel Hernández Ortega

hagan posible un desarrollo urbanístico, territorial, económico y armonioso, capaz de potenciar la cohesión
social del municipio. Son varias las actuaciones que ya se han acometido en este sentido, como han sido
la limpieza y estudio del Acueducto de los Arcos, en la rambla de las Zorreras (2017), la restauración del
Puente de las Pilas1 (2018) y las labores de mantenimiento sobre la Noria de Alcantarilla (2018).

En enero de 2019 comenzó la ejecución de un proyecto de rehabilitación del entorno del Museo de la Huerta,
circunscrito al área delimitada por las calles Senador Bartolomé Romero y Médico Cástulo Sanabria, deno-
minado “Proyecto de Rehabilitación del Entorno del Museo Etnológico de la Huerta, Noria y Acueducto
como zona de Interés Cultural de Alcantarilla”. Este surge con la intención de integrar una serie de elementos
presentes en una zona de un gran valor patrimonial, caracterizada por un lado por la calidad de los bienes que
se ubican en ella (Noria, Acueducto, yacimiento arqueológico del Huerto de las Canales y museo) y por ser
un referente en la llamada “Cultura del Agua” de la Región de Murcia. Ambas consideraciones ofrecen una
singularidad relacionada tanto en la oferta interpretativa como educativa, con el objetivo de proteger, recupe-
rar, conservar y fomentar el patrimonio histórico como seña de identidad necesitada de una rehabilitación y
recuperación.

El Proyecto actual es resultado del impulso y voluntad del Ayuntamiento de Alcantarilla, coadyuvado por
diferentes programas de subvenciones convocados por la Dirección General de Administración Local y la de
Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma de Región de Murcia. Mientras que la dirección facultativa y
el equipo técnico está compuesto por los autores de esta ponencia.

2. LOCALIZACIÓN Y JUSTIFICACIÓN HISTÓRICA


El área de la actuación se ubica en el extremo norte del núcleo urbano y en el ámbito del Museo Etnológico
de la Huerta de Murcia.

Los indicios más antiguos de presencia humana en Alcantarilla, se remontan al siglo vii a. C. con los pri-
meros asentamientos protoibéricos en el poblado del Cabezo de la Rueda o del Agua Salada.2 Esta singular
ubicación estratégica, sobre un pequeño promontorio en el margen derecho del río Segura, coincide con
la encrucijada de caminos marcada por este río en su confluencia con el Guadalentín. Ambas vías fluviales
permitían el acceso a rutas naturales de comunicación de trascendental importancia económica a lo largo de
la historia. Este era el lugar por donde la calzada romana de Carthago Nova a Complutum atravesaba el río
Thader (Segura) y la posible vía transversal de Ilici a Eliocroca. En el siglo xii, tenemos constancia, por Al-
Idrīsī, de la existencia de una alquería junto al puente, llamada Qantarat Aškāba, en la ruta de Murcia hacia
Andalucía. El topónimo en el siglo xiii queda reducido al sustantivo al-Qanṭara, y en la documentación
cristiana más antigua aparece con la forma mozárabe en diminutivo Alcantariella, que dará paso a la actual
Alcantarilla.

Naturalmente, la agricultura ha actuado como eje de la economía tradicional, sacando el máximo provecho y
dejando constancia durante siglos, del aprovechamiento del agua como principal protagonista, dando lugar a
una importante red de acequias que perdura en la actualidad. Esta tradición ha fomentando la implantación
de derivados agrícolas, como las conservas, claves para entender el desarrollo industrial de la Región en ge-
neral, y de Alcantarilla en particular.

La primitiva ubicación de Alcantarilla, probablemente en el actual paraje de El Soto, junto al río, estaba
inmersa en la propia red de acequias que regaba las tierras ubicadas a su alrededor. Más allá de la Dava y
el Turbedal se extendía el secano, excepto en una pequeña zona, en el paraje de la Boznegra, que recibía
esporádicamente las aguas del Guadalentín a través de su ramal más septentrional, el “riacho”. Para asegu-
rar y regularizar el suministro de agua, la Iglesia de Cartagena, que detentaba el señorío de Alcantarilla,
solicitó en 1451, permiso al concejo de Murcia para instalar en la acequia mayor de Alquibla una noria con
la que extraer parte de sus aguas y llevarlas hasta la Boznegra a través de una nueva acequia. Para ello sería
necesario elevar dicha acequia en su tramo inicial sobre una arcada o pilares que salvaran el desnivel al que
discurría la Alquibla, a través de “la Cañá”, hasta alcanzar la cota necesaria para discurrir por gravedad has-

1  Ver en este mismo volumen la comunicación de Montoro Guillén y Ramírez Águila: “Restauración del Puente de las Pilas. Alcantarilla”.
2  García Cano e Iniesta Sanmartín, 1987.

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REHABILITACIÓN DEL ENTORNO DEL MUSEO DE LA HUERTA, NORIA Y ACUEDUCTO DE ALCANTARILLA

ta la zona regable. La petición chocó con los intereses de los regantes del Turbedal, que consideraban que
la extracción de aguas iba en detrimento de sus recursos, iniciándose un pleito resuelto con la autorización
definitiva en 1457, a condición de que la noria se ubicara aguas abajo de la toma del Turbedal, tal y como
hoy se halla.

No obstante, la actual fábrica del acueducto responde al menos a dos momentos cronológicos diferentes: la
primera sería la original de mediados del siglo xv, con diversas reparaciones, donde se encuentra la rueda
y los primeros arcos; y una segunda fase, que debe de ser posterior a la destrucción causada por la riada
de 1545, que sigue conservando su función. La noria ha sido sustituida en su emplazamiento en múltiples
ocasiones. De las antiguas ruedas de madera se pasó a la actual, de hierro, en 1956, con un diámetro de 11
metros. Del mismo modo, la altura del acueducto también se ha visto recrecida con cada aumento del radio
de la noria.

En los años 50 del siglo xx, el tramo norte del acueducto quedó seccionado en dos partes, debido a la cons-
trucción del trazado de la variante de la N-340, la actual avenida del Príncipe, suponiendo la eliminación de
algunos arcos, sustituidos por un paso subterráneo mediante sifones que elevan el agua hasta el extremo norte,
donde únicamente se conservan dos arcos. Es en el tramo sur donde se conservan veintidós arcos, con una
longitud de 147 metros, a partir de los cuales se prolonga únicamente la canal tallada en sillares de arenisca
que lo corona, hasta desembocar nuevamente en un sifón que canaliza el agua por debajo del casco urbano,
hacia la Boznegra.

Con el crecimiento de la población en la zona, los aportes de tierra de “la cañá” ‒pequeña rambla que discurría
perpendicular al acueducto buscando el cauce del río Segura‒ y tras las sucesivas riadas, fue quedando oculto
bajo las viviendas, hasta que en 2019 se tomó la determinación de descubrir la arcada.

Con motivo de este proyecto, se han iniciado las intervenciones arqueológicas en el yacimiento contiguo
denominado Huerto de las Canales, con antecedentes en 1992, que han aportado estructuras de una po-
sible zona de laboreo documentada entre los siglos i-iii d. C. En este sentido, cabe destacar los elementos
que engloban un complejo histórico artístico, que en 1982 fueron declarados Bien de Interés Cultural con
categoría de Monumento.3

3. CARACTERÍSTICAS DEL PROYECTO


En 2018, el Ayuntamiento de Alcantarilla se propuso mejorar la zona adyacente al Museo Etnológico de la
Huerta, clasificado según el Plan General como “Sistema General de Espacios Libres Equipados”, mediante la
creación de zonas verdes compatibles con actividades lúdicas y culturales, debido a que la obra propuesta se
desarrolla en el entorno BIC de protección de la Rueda de Alcantarilla que dispone número de catalogación
05011E, y en el que existe un yacimiento arqueológico conocido como Huerto de las Canales.

En definitiva, se trataba de poner en valor un área de 25.000 m2 integrando zonas verdes y de juegos para niños
y jóvenes, con la integración y restauración del acueducto mediante las excavaciones arqueológicas necesarias
que descubrieran totalmente sus arcos y analizaran el yacimiento con el objetivo final de ser polo de atracción
o referencia turístico, lúdico y cultural de la zona.

Los objetivos de partida del proyecto eran los siguientes:


• Estudio previo del acueducto y yacimiento mediante las excavaciones arqueológicas necesarias que
descubrieran totalmente sus arcos y delimitar el yacimiento.
• Creación de zonas verdes de paseo y acceso accesibles a la zona delimitada arqueológica/cultural.
• Creación de un auditorio integrado en el talud oeste cuyo “telón de fondo” fuera el propio
acueducto.
• Zonas de juegos infantiles y de jóvenes con vistas al propio acueducto.

3  RD 1757/1982 de 18 de Junio de 1982 (BOE núm. 181 de 30 de Julio de 1982), formado por la Rueda de Alcantarilla y el Museo Etnológico de la Huerta
de Murcia. En 2018 el Servicio de Patrimonio Histórico de la Región de Murcia, consideró procedente que se modificara la declaración del BIC para la
inclusión como parte fundamental el Acueducto de la Rueda, el Acueducto sobre la acequia del Turbedal y el Puente del Azarbe del Turbedal, así como el
establecimiento del entorno de protección, ya que no estaban incluidos en la declaración del BIC.

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José Montoro Guillén, Juan Antonio Ramírez Águila, Diego Hernández Gil, Juan Esteso Esteso y Raquel Hernández Ortega

Las líneas de trabajo establecidas han sido las siguientes, así como los momentos de actuación, estrechamente
ligados entre sí, para poder alcanzar los objetivos que se persiguen:
1. Acondicionamiento del entorno del Museo de la Huerta
2. Restauración del Acueducto de la Noria
3. Rehabilitación – Conexión con el Museo de la Huerta

1. Acondicionamiento del entorno mediante la recuperación de especies vegetales autóctonas, para contri-
buir a su conocimiento y difusión, junto con el complejo patrimonial presente. La dotación de mobiliario
urbano enriquecerá su atractivo a través de zonas ajardinadas integrándolos con los elementos que con-
forman el patrimonio histórico de la zona. Incluye otras actuaciones como la “Mejora de la conducción
de las aguas extraídas”, donde se ha retirado la tubería de cemento de los años 60, que unía el estribo del
acueducto con el sifón que introduce las aguas bajo el casco urbano, así como la adecuación en el espa-
cio conocido como la “Antigua Discoteca”, consistente en una zona de esparcimiento. Para completar la
ejecución del proyecto existe un nuevo Plan Bianual de Cooperación de Obras y Servicios con el Consejo
Regional de Administración Local y el Ayuntamiento de Alcantarilla, que completará la rehabilitación
integral del entorno de actuación.
2. Restauración del Acueducto de los Arcos. Esta línea de trabajo ha sido consecuencia de la excavación
del acueducto, que se realizó en el acondicionamiento del entorno, y que fue descubierto en su totalidad.
Su restauración, se llevará a cabo mediante una subvención concedida, por concurrencia competitiva, a
través del Servicio de Patrimonio Histórico, integrado en la Dirección General de Bienes Culturales de
la Región de Murcia; donde se acometerá su restauración integral mediante la consolidación en ambas
fachadas hasta los niveles de cimentación. Por otro lado la actuación supondrá la dotación de ilumina-
ción nocturna, pavimentado, ajardinado, adecuación del entorno para salvar los desniveles generales y
conducciones del drenaje, así como la estabilización e impermeabilización de la canal del acueducto y la
retirada de los sifones, ubicados en la carretera N-340, sustituidos por una tubería. La intervención en la
estructura hidráulica, que no ha dejado de funcionar desde su construcción y abastece a un gran número
de regantes, entronca con una pieza fundamental del patrimonio cultural inmaterial, a través del Tribunal
del Consejo de los Hombres Buenos, declarado BIC inmaterial por los valores que posee,4 y como trasmi-
sores de un valor histórico, preservando la identidad histórico-cultural.
3. Rehabilitación – Conexión con el Museo de la Huerta. Con la finalidad de lograr una intervención glo-
bal del entorno es necesario integrar el museo con la zona en rehabilitación, pudiendo incrementar su
divulgación y conocimiento. Para ello se está trabajando en la elaboración de un proyecto museológico y
museográfico con la finalidad de disponer de una herramienta básica e imprescindible de interpretación
de la Huerta de Murcia, permitiendo establecer un propósito global. Del mismo modo, resulta necesario
contemplar esta realidad, valorando y analizando su evolución, para pormenorizar las razones de los
cambios. El proyecto contempla cambios estructurales que se adecúen a las necesidades arquitectónicas,
adaptándolas a todo tipo de público y eliminando cualquier tipo de barreras. Igualmente, el discurso
expositivo de la colección permanente se renovará y dotará de un nuevo itinerario, consiguiendo que se
convierta en un elemento dinamizador del patrimonio y la cultura huertana, imbricándolo también con
los elementos del exterior. Para poder alcanzar la comprensión del nuevo recorrido interpretativo, esti-
mular el interés e implicación de los visitantes se apostará por un modelo museográfico interactivo que
ofrezca una experiencia didáctica, clara y atractiva, con el objetivo de transformarlo y modernizarlo en un
ámbito de primer orden por su singularidad y calidad, manteniendo en todo momento la idiosincrasia y
particularidad de sus colecciones. Su conexión con todo el conjunto potenciará aún más su interés y per-
mitirá un atractivo extra para poder contribuir a la difusión del patrimonio, siendo el Museo un referente
para el conocimiento de la Huerta de Murcia.

4. MATERIALIZACIÓN DEL PROYECTO


El proyecto inicial de “Rehabilitación del Entorno del Museo, Noria y Acueducto” contemplaba las siguientes
acciones:

4  Decreto 2010/2008 de 18 de Julio por el que se declara Bien de Interés Cultural el Consejo de los Hombres Buenos de la Huerta de Murcia.

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REHABILITACIÓN DEL ENTORNO DEL MUSEO DE LA HUERTA, NORIA Y ACUEDUCTO DE ALCANTARILLA

1. Construcción de un auditorio en el extremo norte de la parcela, entre el acueducto y la acequia del Turbe-
dal, retranqueado 5 metros de los arcos, cuyo graderío se construirá mediante un talud generado por la
tierra del entorno.
2. La retirada de aportes antrópicos procedentes de la acequia del Turbedal, con la finalidad de descubrir los
arcos, ha supuesto alcanzar la profundidad de los arcos soterrados.
3. Viales de acceso adoquinado al Auditorio de ancho útil 4 metros.
4. Caminos de losa decorativa en hormigón fratasado a color de 15 centímetros de espesor.
5. Zonas de juegos infantiles, ciberquiosco, zona skate y calistenia.
6. Conexiones de agua potable para suministro, riego e incendios y limpieza de instalaciones.
7. Red de saneamiento y evacuación de pluviales mediante conexiones directas a la acequia del Turbedal y
calles limítrofes.
8. Conexión de telefonía.
9. Iluminación con luminaria sobre columnas de 4 metros con a distancia aproximada de 20 metros y 6
metros en zonas deportivas.
10. Red de aspersión y riego por goteo automática, independientes para césped y zonas verdes con arbolado
en alcorques.
11. Jardinería de especies compatibles con la zona climática tras la retirada de rellenos y escombros antrópicos.

Por su parte, el proyecto de “Mejora de la Conducción Entubada de las Aguas Extraídas por la Noria” se con-
cretó en las siguientes actuaciones, previo estudio arqueológico:
1. Retirada de la conducción de hormigón existente, tierras y elementos contemporáneos hasta la rasante del
terreno natural y colocación de una tubería de PVC de 500 milímetros. Creación de un sifón de hormigón
al final de la canalización original
2. Construcción de un aliviadero para el caudal sobrante, con inicio en el nuevo sifón y terminación en un
punto de cota aceptable de la acequia del Turbedal.

Por último, la Fase II de Proyecto, engloba una serie de actuaciones consistentes en la pavimentación y acon-
dicionamiento de entorno del acueducto y restos arqueológicos, diferenciándose de la siguiente manera:
• Pavimentación de la longitud de todo el acueducto, delimitando una franja de protección de 5 metros,
a cada uno de los lados.
• Restitución del vaso del canal en su tramo final del acueducto, mediante la instalación de un canal de
la misma sección, colocada en el lugar original.
• Revestimiento del pozo, al que vierte el canal del acueducto, con piedra careada, para su mejor inte-
gración en el paisaje.
• Restitución del antiguo aliviadero, permitiendo el vertido de las aguas por un canal de hormigón
chapado en piedra, hasta el punto de desagüe en un colector existente. Permitiendo que su funciona-
miento sea visible.
• Paso peatonal, en madera, sobre el canal del aliviadero.
• Espacios de paso y estancia alternando con parterres.
• Delimitación de los restos arqueológicos, con su puesta en valor, y con un vallado perimetral, delimi-
tando las zonas no accesibles.
• Alumbrado, mobiliario y vallado perimetral del entorno, completada con la ejecución de redes de
abastecimiento y pluviales.

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José Montoro Guillén, Juan Antonio Ramírez Águila, Diego Hernández Gil, Juan Esteso Esteso y Raquel Hernández Ortega

Figura 1. Plano de la zona de actuación.

El proyecto se vio modificado por los resultados de las actuaciones arqueológicas que se venían llevando a
cabo durante la Fase I del Proyecto de Rehabilitación y el de la Mejora de la Conducción Entubada de las Aguas
Extraídas por la Noria. El cambio más destacable fue la ubicación del auditorio, proyectado originalmente en
el flanco oriental del acueducto. El motivo surge ante el hallazgo de los restos arqueológicos del Huerto de las
Canales, la extensión del yacimiento obliga a modificar el proyecto original y realizar los cambios pertinentes.
Otros de los motivos fue la necesidad de conexión entre el espacio rehabilitado y el museístico. Por lo tanto, el
auditorio se traslada al otro lado de la arcada, de manera acertada, ya que se consigue aprovechar el talud exis-
tente entre el nivel de base del acueducto y el de la calle Bartolomé Romero, para apoyar su graderío, dejando
como telón de fondo el propio acueducto. La explanada liberada, ofrece una óptima panorámica de la arcada,
al tiempo que el hallazgo de los restos de una aceña en la misma zona, cuya recuperación se ha contemplado,
llevó a la creación de un espacio de huertos ecológicos con finalidad lúdico-educativa.

Para llevar a cabo la intervención arqueológica proyectada, esta dio comienzo precisamente por la conducción
entubada que partía del estribo meridional del acueducto. Primero se retiró la cubierta vegetal que crecía
abundantemente alrededor de él, como consecuencia de las múltiples filtraciones de agua que presentaba
la tubería. A continuación se retiró la tierra acumulada durante las últimas décadas al pie de esta, aflorando
las primeras evidencias de canalizaciones anteriores sobre las que se había dispuesto el muro de apoyo de la
tubería.

Se descubrió así la fecha de colocación de los tubos, grabada en el mismo cemento (marzo de 1961), y la
existencia de una salida de aliviadero, en uso hasta hace no muchos años, que había quedado últimamente
oculta e inutilizada. La presencia de este aliviadero histórico, llevó a decidir su recuperación, para lo que se
siguió su antiguo trazado mediante una zanja a cielo abierto hasta la acequia del Turbedal, en la que se colocó

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REHABILITACIÓN DEL ENTORNO DEL MUSEO DE LA HUERTA, NORIA Y ACUEDUCTO DE ALCANTARILLA

una tubería de PVC para poder soterrarla, al tiempo que se modificó el segundo proyecto para evitar que el
trazado de la tubería coincida con los nuevos espacios ajardinados donde se han de situar los elementos ar-
quitectónicos previstos.

Por debajo del soporte de la tubería de hormigón del acueducto, se descubrió la presencia de una acequia
anterior, recrecida sucesivas veces mediante ladrillo e incluso mampostería ordinaria de piedra, con su fon-
do sobreelevado al menos en tres ocasiones, que cabe relacionar con las distintas fases de uso del acueducto
desde su construcción a mediados del siglo xiv. La fase más antigua de la acequia, por debajo de la de ladrillo,
estaba realizada en tierra, directamente excavada en el terreno base constituido por el depósito arqueológico
del yacimiento romano del Huerto de las Canales.

La tubería de hormigón fue encastrada sobre las antiguas canales de calcarenita, prolongación de las que
actualmente coronan el acueducto, lo que provocó daños en la mayor parte de estas debido a que el diámetro
de los tubos (0,80 metros) era superior a la anchura de las propias canales, por lo que el nuevo reto consistía
en sustituir el tubo por una nueva conducción a cielo abierto, acorde con la existente de piedra. El tubo fue
retirado en su integridad y sustituido por una tubería provisional de plástico, estando en la actualidad a punto
de ejecutar su sustitución definitiva por una canalización a cielo abierto con aliviadero, que discurra sobre la
original.

Las siguientes labores se realizaron en torno a la arcada del acueducto que atraviesa la Cañá. Comenzamos con
la retirada de tierras y escombros de la base del acueducto por medios mecánicos bajo dirección arqueológica,
con una franja de 5 metros a ambos lados del mismo, hasta alcanzar la cota de sus pilares de cimentación, que
conocíamos por las intervenciones de 1992. El terreno en torno a los pilares y sobre las zapatas fue excavado
manualmente, para prevenir la aparición de posibles estructuras asociadas a estos en distintos momentos his-
tóricos. Esto nos permitió descubrir los restos del anterior acueducto, que discurría perfectamente alineado
con el actual por el lado occidental de este, con alguno de sus pilares incrustados en las zapatas del actual. La
modulación de sus vanos no guardaba relación con los 4,20 metros actuales (Fig. 2 y 3).5

Figura 2. Estado del acueducto a comienzos de 2019. (Autor: J. A. Figura 3. Visión del acueducto tras su excavación. (Autor: J. A. Ra-
Ramírez Águila) mírez Águila)

5  Sobre los detalles arquitectónicos del acueducto y sus fases cronológicas, ver en este mismo volumen la comunicación de Ramírez Águila y Montoro
Guillén: “Identificación de un acueducto medieval: el acueducto de la noria de Alcantarilla”.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 81


José Montoro Guillén, Juan Antonio Ramírez Águila, Diego Hernández Gil, Juan Esteso Esteso y Raquel Hernández Ortega

La retirada de los aluviones que ocultaban el acueducto descubrió la existencia de un nuevo arco, hasta enton-
ces enterrado, el último hacia el extremo meridional (arco 27). Igualmente, la eliminación de los sedimentos
existentes entre el acueducto y el Turbedal, nos descubrió la presencia de una aceña enterrada. Aunque noso-
tros desconocíamos su existencia, algunos vecinos de la zona nos advirtieron de su presencia, puesto que ha-
bía estado en uso hasta los años 70 del siglo xx, cuando fue sustituida por un motor de impulsión. Esta aceña
dataría de finales del siglo xix y al tratarse de un nuevo elemento que venía a enriquecer el acerbo cultural
hidráulico del lugar, se decidió su recuperación e integración en el proyecto.

La realización del proyecto contó con supervisión continua de todos los movimientos de tierra, así como con
la realización de catas mecánicas en la ubicación de aquellos elementos de mayor incidencia en el subsuelo.

La fase final ha sido la excavación de la zona arqueológica del Huerto de las Canales, contigua al es-
tribo meridional del acueducto. Allí han aparecido las primeras estructuras romanas, principalmen-
te de carácter hidráulico, así como abundante material cerámico que indica un horizonte cronológico del
siglo i al iii d. C.

En el momento de redactar la presente ponencia se están restaurando y consolidando alguna de las estructuras
descubiertas con el fin de volver a enterrarlas, ya que están a punto de iniciarse los trabajos de colocación de la
nueva canal anexa al acueducto, y la restauración y recuperación integral de la arcada, cuyos trabajos podrían
comprometer la integridad de las estructuras arqueológicas. Para ello se ha cubierto con geotextil y tierra del
lugar, para volver a desenterrarlas y continuar con las labores de excavación arqueológica tan pronto como
sea posible (Fig. 4).

Figura 4. Vista aérea de la zona de actuación. (Autor: José Gabriel Gómez Carrasco)

82 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


REHABILITACIÓN DEL ENTORNO DEL MUSEO DE LA HUERTA, NORIA Y ACUEDUCTO DE ALCANTARILLA

5. CONCLUSIONES
Los elementos patrimoniales implícitos en este proyecto responden y atestiguan una extensa tradición, rela-
cionada con la cultura del agua, que en la actualidad continúa realizando su función. La materialización del
proyecto contribuirá a la recuperación de un importante e interesante conjunto patrimonial, integrarlo urba-
nísticamente en un conjunto de regeneración del entorno, recuperando incluso especies vegetales autóctonas
y contribuyendo a su difusión y conocimiento.

La restauración del acueducto y la conexión con el Museo Etnológico de la Huerta de Murcia, añadirá un
atractivo extra que pretendemos sea un referente en la difusión del patrimonio huertano de Murcia. La ruta
turística “Donde la Huerta Nace”, prevista como resultado de transmisión del patrimonio, desde el punto de
vista más turístico, aportará un añadido. En el recorrido de 3 kilómetros confluirán todos los bienes patri-
moniales: Acueducto de las Zorreras, Ermita de la Salud, Paraje del Agua Salada, Cerro Íbero, Puente de las
Pilas, Acueducto, Noria y Museo, con la finalidad de ponerlos en valor, bajo un mismo denominador común:
el patrimonio hidráulico.

Este amplio conjunto de elementos, serán tratados con carácter didáctico y socio cultural en el compromiso de
fomentar la preservación, conservación, divulgación y promoción de los bienes integrantes. La restauración,
regeneración, conservación y preservación del BIC implícito, contribuirá a la rehabilitación, conocimiento y
difusión de un centro tanto lúdico como cultural, dentro de un enclave histórico-artístico con una trascen-
dencia que puede totalmente ser reconocida más allá del ámbito local.

6. BIBLIOGRAFÍA
GARCÍA ALMAGRO, Alejo (2014): Colección de documentos medievales de Alcantarilla. Revisión e interpretación
(ss. xiii-xv). Almería.
GARCÍA CANO, José Miguel; INIESTA SANMARTÍN, Ángel (1987): “Excavación arqueológica en el Cabezo de la Rueda
(Alcantarilla). Campaña de 1981”. Excavaciones y Prospecciones Arqueológicas. Murcia, pp. 134-175.
LÓPEZ CAMPUZANO, Manuel (1992): “Comercio de cerámicas romanas (ss. iv-v d. C.) en la Vega Media de Murcia:
la terra sigillata Africana del Cabezo del Agua Salada (Alcantarilla)”. Verdolay: Revista del Museo Arqueológico de Murcia,
núm. 4. Murcia, pp. 125-132.
LÓPEZ CAMPUZANO, Manuel (1998): “Actuaciones arqueológicas en Alcantarilla (Murcia): el hábitat rural íbero-roma-
no (Las Canales y Cabezo del Agua Salada)”. Memorias de Arqueología, núm. 7. Murcia, pp. 167-179.
LÓPEZ CAMPUZANO, Manuel (2002): “Los acueductos de las acequias Alquibla, el Turbedal y la Dava (Alcantarilla):
datos arqueológicos sobre la evolución del sistema de regadío rural de la Huerta de Murcia durante la Alta y Baja Edad
Media”. Memorias de Arqueología, núm. 10. Murcia, pp. 635-655.
POCKLINGTON, Robert (1990): Estudios toponímicos en torno a los orígenes de Murcia. Murcia.
RAMÍREZ ÁGUILA, Juan Antonio (2019): “Intervención arqueológica sobre el acueducto de Alcantarilla en 2019”. Can-
gilón, 36. Revista etnológica del Museo de la Huerta de Murcia. Alcantarilla, pp. 239-246.
TORRES FONTES, Juan (1968): “El pleito de la noria de Alcantarilla”. Alcantarilla 68. Alcantarilla, pp. s/n.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 83


INTERVENCIONES EN LA ESTRUCTURA
DE LA BASÍLICA DE LA CARIDAD DE CARTAGENA

Gómez Acosta, Juan


Doctor Arquitecto. Francisco Marín y Juan Gómez Arquitectos asociados, S. A. P.
Marín Hernández, Francisco
Arquitecto. Francisco Marín y Juan Gómez Arquitectos asociados, S. A. P.

Resumen
La rehabilitación estructural que se describe en la presente comunicación, tiene su origen en el conocimiento
que tuvimos en la década de los 90, cuando intervinimos sustituyendo la linterna y cupulín de la entonces
iglesia de la Caridad, ahora basílica. La estructura portante de la grandiosa cúpula está formada por perfiles
de acero, compuestos, que vienen a empotrarse entre dos vigas trianguladas, horizontales, concéntricas y pa-
ralelas que descansan sobre grandes pilastras de fábrica de ladrillo, que transmiten esfuerzos verticales hasta
la cimentación. Las vigas trianguladas presentan un importante grado de oxidación, así como las estructuras
horizontales (forjados de viguetas metálicas y escasa losa de hormigón, levemente armado) de la terraza del
nivel más alto (13 metros), en su encuentro con la cúpula, cuya falta de impermeabilidad ha propiciado las
oxidaciones metálicas y degradación de las fábricas y el viejo hormigón.

Palabras clave: rehabilitación, estructura-metálica, oxidación, cúpula, forjados, viguetas, vigas-trianguladas,


hormigón.

Abstract
The structural rehabilitation described in this paper has its origin in the knowledge we had in the 90s when we
intervened replacing the Linterna y Cupulín of the Caridad Church, now Basilica, in Cartagena. The supporting
structure of the grandiose dome is made of steel profiles which are embedded in two horizontal, concentric and
parallel trusses that rest on large masonry pilasters which transmit vertical stress to the foundation. The trusses
have a significant degree of oxidation and so do the horizontal structures (floors of metal joists and a lightly
reinforced concrete slab) of the highest level terrace (13 metres), in their junction with the dome, whose lack of
impermeability contributed to metal oxidation and degradation of the masonry and old concrete.

Keywords: rehabilitation, metallic-structure, oxidation, dome, slab, joist, trusses, concrete.

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y DESCRIPTIVOS


1.1. Históricos del antiguo hospital y la iglesia
A finales del siglo xvi, un soldado de la Galera San Miguel, con base en Cartagena, llamado Francisco Gar-
cía Roldán, ayudado por otros compañeros, se dedicaba a recoger públicamente limosnas para dar cristiana
sepultura a sus compañeros de armas y forzados de galeras que fallecían en la ciudad. Más tarde extendió su
labor recogiendo y cuidando enfermos en una casa alquilada en el arrabal de San Roque, junto a la ermita
de este nombre (en la actual calle de Don Roque), constituyéndose en una congregación con el nombre de
Cofradía de San Roque y Nuestra Señora de la Victoria.

El origen de la actual basílica de la Caridad es la antigua iglesia ubicada en los terrenos dedicados a ce-
menterio del Hospital de Caridad, construida entre 1742 y 1744, quedando pronto pequeña ante la gran
veneración de los cartageneros a la imagen de la Piedad que había sido traída desde Nápoles en 1723, y que
sigue siendo hoy la Patrona de la Ciudad de Cartagena. Aprobado por la Junta el 6 de octubre de 1889, un
siglo y medio más tarde de aquella originaria construcción, el Hermano Mayor de la Junta del Hospital,
don Tomás Eduardo Tallarie Ametller, ingeniero naval de la Armada, concibió el proyecto de un nuevo

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 85


Juan Gómez Acosta y Francisco Marín Hernández

templo en el que sin duda influyó su conocimiento de las estructuras metálicas. Las obras dieron comienzo
bajo la dirección del entonces arquitecto diocesano Justo Millán y Espinosa y siendo consagrada el 10 de
septiembre de 1893.

1.2. Aspectos descriptivos de la iglesia


La iglesia ocupa una parcela trapezoidal de unos 700 m2 sin contar superficies destinadas a sacristía, alma-
cenillos y trasteros. En el centro de la planta se puede percibir un círculo de unos veinte metros de diámetro,
dejando los espacios irregulares del contorno para las capillas, proporcionando el máximo aprovechamiento y
la máxima visión del altar mayor desde cualquier punto de la planta (Fig. 1). El círculo del que hablamos no es
más que la proyección horizontal de la cúpula aproximadamente semiesférica, que apoyada en un tambor po-
ligonal de 16 lados, viene a convertirse en el interior en un aparente cilindro, de cuya circunferencia directriz
superior arranca la cúpula nervada, cuyos 16 nervios albergan los perfiles compuestos metálicos, auténticas
líneas estructurales.

Figura 1. Plantas baja (nivel acceso) y primera (nivel del coro y órgano), mostrando la disposición circular de las mismas, con el altar
mayor centrado al fondo y dos capillas, la de las Ánimas en el lado del evangelio y la de San José en el de la epístola. Las ocho pilastras de
fábrica de ladrillo, anuncian el sustento de la estructura metálica superior, concretada en los dieciséis nervios de la cúpula y su tambor,
que nacerán verticales desde este, curvándose circularmente y terminando en un anillo cilíndrico metálico que a modo de óculo, recoge
las compresiones horizontales superiores y las compensa. (De los Proyectos de los autores)

Dicho cuerpo principal presenta una planta intermedia de tribunas a modo de palcos, volcados al in-
terior de la nave, y una rotonda abalconada sobre una gran cornisa, en voladizo, a la altura del tambor
con 16 vidrieras emplomadas. Por otra parte, dadas las corrientes arquitectónicas imperantes en la época
de su construcción, no es de extrañar la elección de este tipo de planta con grandes analogías con otras
construcciones religiosas contemporáneas o ligeramente anteriores, analogías que se ven reflejadas en sus
alzados y en especial en su monumental cúpula. De las estructuras abovedadas y en particular de las cú-
pulas, son especialmente significativos los estudios que Jackes Heyman (1999), Santiago Huerta (2004) o
Antonio José Mas-Guindal (2011). En nuestro caso, el estudio de unos de los nervios de la cúpula, viene a
ser equivalente al que correspondería a otro de fábrica, sin más que sustituir el peso propio de una de sus
dovelas virtuales, por el del acero del nervio más el del hormigón y la ligera tabiquería que le acompaña en
horizontal. Serían mecánicamente equivalentes, dando componentes horizontales similares en la entrega
al tambor (Fig. 2).

En tal sentido, Juan Gómez (2013) realiza estudios relativos a cálculos grafostáticos para el análisis de equili-
brio de arcos y bóvedas, revisando conocidos conceptos y técnicas de la Estática Gráfica, que son de aplicación
para el conocimiento del empuje de bóvedas y arcos (Fig. 3).

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INTERVENCIONES EN LA ESTRUCTURA DE LA BASÍLICA DE LA CARIDAD DE CARTAGENA

Figura 2. Arriba: sección transversal vertical, mostrando el grandioso espacio bajo la cúpula y fachada principal de la basílica. Abajo:
Planta seccionada al nivel de las vidrieras del tambor, mostrando los 16 nervios estructurales, encapsulados en fundas de escayola al in-
terior y pilastras de GRC al exterior y planta de cubierta mostrando la vista de las escamas de zinc y linterna y cupulín. (De los Proyectos
de los autores)

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 87


Juan Gómez Acosta y Francisco Marín Hernández

En particular se tienen en cuenta los aspectos conceptuales de los empujes de la cúpula de la basílica de
La Caridad, que se analizan en el epígrafe 1.3 haciendo una extrapolación desde lo que serían arcos fic-
ticios de fábrica, en el sentido teórico, a los arcos metálicos de los nervios de nuestra cúpula, que llevan
adheridas las hojas de hormigón levemente armado con alambre liso y de ladrillo que conforman lo que
podríamos denominar la plementería entre nervios y que parece haber respondido correctamente al paso
del tiempo.

No podemos decir lo mismo de los nervios metálicos propiamente dichos y de los forjados de viguetas me-
tálicas que se intersecan en la terraza con el volumen del tambor, como más adelante se señala, estructura de
viguetas y losa de hormigón armado con una malla de acero, de pequeño calibre y sin recubrimiento ninguno,
es decir, se llega a ver por el intradós, entre las viguetas metálicas.

1.3. Aspectos estructurales de la cúpula y tambor de la iglesia


Como ya hemos señalado, Tomás de Tallarie Ametller concibe una estructura para la cúpula de la iglesia,
cuyo armazón puede verse con detalle en los planos del proyecto de los autores, parte de los cuales aquí re-
producimos (Fig. 4) y debía tener conocimiento, sin duda de la propiedad de las cúpulas, por la que se pueden
construir cáscaras muy delgadas, siempre que se rebajen, o que a partir de la zona donde pueden aparecer
tracciones, haya una desviación de los empujes apartándose de la superficie media.

Se hacía pues imprescindible la construcción de anillos horizontales, capaces de contrarrestar lo que era im-
posible por no existir contrarrestos o contrafuertes, propiamente dichos. Nada que objetar a esa ausencia, en
primer lugar por estar construidos los “gajos de nuestra cúpula a base de perfiles compuestos de acero, capaces
de resistir tracciones, cosa imposible en las cúpulas de fábrica”. No obstante, hacemos un pequeño análisis que,
derivado del expuesto en la figura 2, viene a explicar la existencia del gran anillo que encontramos en el plano
horizontal que separa la estructura curvada de la cúpula de la recta del tambor.

Figura 3. Estudio del equilibrio de una cúpula mediante el análisis de los “gajos” o semiarcos contrapuestos y análisis grafostático del
equilibrio de una cúpula de revolución, dividida en gajos, a su vez divididos en dovelas por los planos 1, 2,…, 7 y 8. Aparece dibujado
el antifunicular de las cargas, con las líneas de corte en las verticales que pasan por los centros de masas de cada dovela, señalándose
los puntos de la línea de empujes a, b,…, g y h, como intersección del polígono antifunicular con las secciones 1, 2,…, 7 y 8. (Dibujos y
cálculos de Juan Gómez)

2. ALGUNAS RESEÑAS DE LA REHABILITACIÓN ACOMETIDA


2.1. Elementos que requerían de una crítica intervención
Tal y como hemos descrito, en la primera intervención que hicimos en los años 90, tuvimos que reparar ese
anillo que en nivel de la cornisa sirve como elemento de zunchado, absorbiendo las componentes horizontales
de las fuerzas resultantes , haciendo que dicho anillo entrara en tracción, todo lo necesario, hasta la trans-
misión exclusiva de las componentes verticales , tal y como mostramos en las figuras 3 y 4. Nos servimos en

88 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


INTERVENCIONES EN LA ESTRUCTURA DE LA BASÍLICA DE LA CARIDAD DE CARTAGENA

aquella época y ahora volvemos a hacerlo de bibliografía de finales del siglo xix y principios del xx, conside-
rando que los aceros originales, no eran soldables y con unos parámetros mecánicos (Módulo de deformación
longitudinal y tensiones admisibles) ciertamente diferentes a los aceros actuales (Sondericker, 1903; Kersten,
1929). En este último, Empleo del hierro en la construcción hemos llegado a encontrar perfiles roblonados, de
similares características a los empleados, años antes en la construcción de la basílica que ahora rehabilitamos.

Los forjados del segundo piso correspondientes a la terraza, presentaban unos niveles de oxidación, junto
con las vigas trianguladas sobre las que apoyan, que nos hizo tomar la decisión de intervenir, saneando si ello
era posible o sustituyendo en caso contrario. En lo que al hormigón de los forjados se refiere, que a modo de
placa de 10-12 cm de espesor con una pequeña armadura en malla en su cara inferior, se encontraba en su
casi totalidad carbonatado, con las armaduras total o parcialmente oxidadas, obligándonos a su sustitución
por un hormigón ligero de Arlita sobre chapa colaborante apoyada sobre nuevas viguetas metálicas con
máxima protección contra la corrosión. Mostraremos más adelante algunas de las fotografías tomadas en
obra que arrojan luz sobre lo aquí explicado, si bien hay que señalar que la intención que ha servido de guía a
esta intervención, ha sido sanear antes que eliminar y si ello no era posible por las condiciones de seguridad
estructural exigible en toda construcción, respetar al máximo la obra existente, declarada Bien de Interés
Cultural.

Figura 4. Armazón de la estructura metálica nervada de tambor y cúpula, empotrados los nervios entre la doble viga triangulada que des-
cansa sobre los machones de fábrica de ladrillo que mostramos en la planta de la derecha, a la vez que se muestra la estructura de viguetas
metálicas que soportan los forjados que horizontalmente encastran al nivel superior de las vigas trianguladas. Se puede apreciar como las
viguetas tienden a entregar perpendiculares a los lados del octógono entre pilastras. La estructura de la linterna que gravita sobre el anillo
de compresiones de la cúpula es de la rehabilitación de 1995. (De los Proyectos de los autores)

2.2. Detalles en imágenes de elementos dañados y sustituidos


Una cuestión que ha resultado imprescindible para la ejecución de lo proyectado, ha sido el seguimiento paso
a paso del estado de los elementos resistentes de los forjados y sus apoyos en muros y vigas que finalmente
también terminan por apoyar en muros, a los que se ha intentado tocar lo menos posible, máxime con el
grado de protección que tiene la basílica como Bien de Interés Cultural (Fig. 5). Mostramos a continuación
una selección a modo de collage de algunos de estos dañados elementos y del resultado de su rehabilitación o
sustitución.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 89


Juan Gómez Acosta y Francisco Marín Hernández

Figura 5. Montaje fotográfico descriptivo de la patología de oxidación que presentaba


la mayoría de la perfilería de la estructura portante (vigas, viguetas y armadura de las
placas de hormigón de los forjados. En algunos casos era posible y prudente el saneado,
eliminando la capa superficial oxidada de los perfiles, mediante chorreado. En otros, se
impuso la sustitución como única alternativa, considerando que los esfuerzos solicitación,
requerían unas secciones transversales de acero imposibles ya de tener, por la pérdida tan
considerable del acero oxidado. (Del proyecto y la dirección de la obra de los autores).

90 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


INTERVENCIONES EN LA ESTRUCTURA DE LA BASÍLICA DE LA CARIDAD DE CARTAGENA

2.3. Detalles en imágenes de medios auxiliares empleados, dignos de mención y de algunas de


las reparaciones en fase de ejecución

Figura 6. Montaje fotográfico en el que se pone de manifiesto, desde la “gran fotografía” de la que se obtuvo la lona con la imagen de la
Virgen de la Caridad que preside el altar mayor, al sistema de andamiaje para trabajos en altura, que nos ha permitido salvar los 19 metros
del ámbito central sin obstáculos, para mantener abierta al culto la basílica, haciendo hincapié en el sistema “catari” que fue previamente
sometido a pruebas de carga, arrojando una deformación máxima de 16 mm en el centro de la viga principal, sometida a carga repartida
(q = 8.18 KN/m). Y desde los nuevos forjados con viguetas similares a las existentes, apoyadas en zunchos o cangilones de H. A. de co-
ronación de muros, repuestos con ladrillo Valentín y mortero de cal, a las auténticas prótesis metálicas atornilladas con tornillos de A. R.
por la insoldabilidad del acero original. (Del proyecto y la dirección de la obra de los autores).

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Juan Gómez Acosta y Francisco Marín Hernández

3. CONCLUSIONES
Resumir en unas pocas páginas las intenciones impresas en forma de proyecto, fruto del estudio y el conoci-
miento derivado de los análisis estructurales y sobre todo de las diversas patologías que un edificio histórico
presenta, no es tarea fácil. Han pasado 15 años desde nuestra intervención primera en la iglesia de la Caridad
de Cartagena y sabíamos desde que acabaron aquellas obras de rehabilitación concreta de la linterna y su cu-
pulín, que quedaba mucha tarea por realizar para alcanzar una puesta en valor del edificio completo.

Las estructuras metálicas, que desde mediados del siglo xix se habían impuesto a las de madera, acompa-
ñando ambas a los muros y pilastras de fábrica, eran una alternativa valiosa, máxime, considerando el cono-
cimiento que en Cartagena había del manejo del hierro por las construcciones navales, si bien, no estaba del
todo calibrado el comportamiento a lo largo de la vida útil de los edificios donde las vigas y viguetas metálicas
conformaban la estructura horizontal de los mismos. Así la presencia de abundante vapor de agua en el am-
biente costero de la ciudad y una gran concentración de anhídrido sulfuroso, que durante muchos años, en ese
ambiente húmedo terminaba por convertirse en “lluvia ácida” terminaron por generar una generalizada des-
composición de los elementos metálicos más expuestos. No en vano, la estructura metálica de nuestra basílica
ha estado desde su concepción, bien oculta, encubierta tanto al exterior como al interior del espacio de culto.

Nuestro ingeniero Tomás de Tallarie, concibió de manera muy inteligente una estructura que por su ligere-
za, asombraría y sigue haciéndolo, en tanto en cuanto salva una luz casi icónica de 20 metros, a los que está
próximo el diámetro de nuestra cúpula y probablemente el más ingenioso de los elementos estructurales del
edificio, es la doble viga triangulada en la que los palastros de esos nervios de la cúpula se empotran, siendo
bien eficaz ese empotramiento frente a acciones horizontales de etiología común, como viento o extraordina-
ria como el sismo.

Pues bien, a esa tarea de cuidadoso saneamiento y rehabilitación hemos dedicado estos últimos años de nues-
tro quehacer profesional, analizando, estudiando y comprometiendo todo ello en la redacción de un Proyecto
y en la dirección de la obra que lo ejecuta, mirando por la nueva puesta en servicio de una basílica que concita,
a más de una experiencia religiosa, un sentimiento de pertenencia, que el pueblo de Cartagena ha experimen-
tado desde la llegada de esa imagen napolitana de la Piedad, que vino a quedarse y en cuyo templo estamos
interviniendo como arquitectos.

4. BIBLIOGRAFÍA
GÓMEZ ACOSTA, J. (2013). La estática gráfica. Instrumento para el conocimiento estructural intuitivo y el diseño de los
arquitectos. Editorial Universitat Politècnica de València. Valencia.
HEYMAN, J. (1999). El esqueleto de piedra. Mecánica de la arquitectura de fábrica. Instituto Juan de Herrera. Madrid.
HUERTA FERNÁNDEZ, S. (2004). Arcos, bóvedas y cúpulas. Geometría y equilibrio en el cálculo tradicional de estructuras
de fábrica. Instituto Juan de Herrera. Madrid.
KERSTEN, C. (1929). Empleo del hierro en la construcción. Publicaciones de Arquitectura. Editorial Casona. Barcelona.
MAS-GUINDAL LAFARGA, A. J. (2011). Mecánica de las estructuras antiguas o cuando las estructuras no se calculaban.
Munilla-Lería. Madrid.
SONDERICKER, J. (1903). Graphic Statics whit applications to trusses, beams, and arches. John Wiley & Sons. New York.

92 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


DESRESTAURACIÓN, RESTAURACIÓN
Y ADECUACIÓN DE LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN
COMO SALA DE USOS MÚLTIPLES DE LA
PRESIDENCIA DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA
DE MURCIA (2009-2019)

Santiuste de Pablos, José Félix


Arquitecto de la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Presidencia y Hacienda

Resumen
La restauración de la iglesia de San Esteban para adecuar su uso como sala de usos múltiples, introduciendo
todas las instalaciones necesarias, así como el cumplimiento de la normativa específica en cuanto a accesi-
bilidad, evacuación, protección al fuego, etc., y que estas pasen desapercibidas sin que el monumento pierda
su significado, ha sido el principal objetivo de este proyecto. Para actuar sobre un edificio ya restaurado
con la dificultad de identificar las diferentes etapas históricas, ha sido fundamental utilizar la metodología
de la Restauración Objetiva del arquitecto Antoni González Moreno-Navarro. Entendiendo el monumento
como documento histórico material de proyecto y con un significado. La documentación e investigación
previa y durante el proceso de ejecución, han sido fundamentales para poder identificar en el proceso de
restauración esas aportaciones históricas y valorar la reversibilidad o no de las actuaciones realizadas con
anterioridad.

Palabras clave: Iglesia, San Esteban, Murcia, restauración, 2019, Dirección General de Patrimonio.

Abstract
The San Esteban’s Church restoration to adapt it as a multipurpose room, has required the introduction of all the
facilities that such a wise venue demands. In addition, all the required specific regulations regarding accessibility,
evacuation, fire protection, etc. have also been accomplished, making them unnoticeable and without losing the
monument’s meaning, which has been the main objective of this project. Furthermore, the restoration of damaged
or modified elements has also been included. In order to work on an already restored building and identify the
different historical stages, it has been essential to use Antoni González Moreno-Navarro’s Objective Restoration
methodology and understanding the monument as a historical document, a project material with a meaning. The
documentation and investigation prior and during the execution, has been fundamental to be able to identify
historical contributions during the restoration process and to assess the reversibility of the previously carried out
actions.

Keywords: Church, San Esteban, Murcia, Restoration, 2019, Direction General of Heritage.

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La iglesia de San Esteban está dentro del recinto medieval del “Barrio de La Arrixaca”, una importante expan-
sión de la medina construida en el siglo xiii. Forma parte del conjunto monumental del Colegio de la Compa-
ñía de Jesús, promovido y financiado por el obispo Esteban de Almeida entre 1551 y 1569.

Según describe Cristina Gutiérrez-Cortines Corral en su publicación de 1976. La Iglesia y el Colegio de San
Esteban de Murcia, publicada por la Excelentísima Diputación de Murcia, se atribuye la traza a Jerónimo
Quijano y otros colaboradores:

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 93


José Félix Santiuste de Pablos

“La realización del Colegio de San Esteban de Murcia se debe a la iniciativa y patronazgo de D. Esteban de Almeida,
noble portugués que vino a España con la reina Isabel de Portugal, mujer de Carlos V, y que fue obispo de Cartagena
desde su nombramiento en 1546 hasta su muerte en 1563.

Su deseo de construir un nuevo Colegio de la Compañía, con la intención de que los Jesuitas fueran sus principales
colaboradores en la tarea de catequesis, evangelización, apostolado y formación cultural del sacerdocio, concluyen en
1555 con el comienzo de las obras del Colegio de S. Esteban.

Fue la primera universidad de carácter humanista y científico de la región en la cual a lo largo de los siglos se forma-
ron la mayor parte de los hombres de letras en esta zona, entre otros el licenciado Francisco Cáscales, el P. Bartolomé
Alcázar, o el gran artista Francisco Salzillo.

Posteriormente, expulsados los jesuitas en 1767, se trasladó allí la casa de la Misericordia o asilo de niños y ancianos,
manteniendo este destino hasta 1972, fecha en que comienzan las reformas y restauración del conjunto para adecuar-
lo a Museo del Traje y Centro de Actividades Culturales de La Diputación Provincial” (Fig. 1 y 2).

En 1972 comienzan las obras de restauración de conjunto de San Esteban. La Diputación Provincial decide
realizar un proyecto de restauración integral y alojar diferentes dependencias de su competencia, como el
Museo del Traje, el Orfeón Fernández Caballero y el Archivo Histórico. Estas reformas se concretan en un
proyecto encargado en 1977 por la Diputación Provincial de Murcia a los arquitectos Provinciales.

1 2

Figura 1. Planta del Colegio de San Esteban en 1704. Plano de To-


más Montalvo, en La Iglesia y el Colegio de San Esteban de Murcia.
Cristina Gutiérrez Cortines, 1976.

Figura 2. Deterioro de la Iglesia y Colegio de San Esteban, años


1960. (Archivo Unidad Técnica de la Dirección General de Patri-
monio de la Consejería de Presidencia y Hacienda de la CARM)

2. RESTAURACIONES ANTERIORES: 1978


El proyecto se redacta en 1978 en un solo documento con dos presupuestos de ejecución. Uno para la iglesia
(35.793.683,24 pesetas) y otro para el resto de las dependencias del Colegio de San Esteban (173.621.006,39
pesetas). Ambos proyectos se contrataron por separado.

De la documentación de este proyecto solo pudimos encontrar en los archivos una parte, los Planos y la Me-
moria. No localizamos los presupuestos hasta 2019, en una carpeta con otros documentos de San Esteban.

De la documentación de obra realizada solo hemos encontrado 2 fotos. Una del desmontaje de la cubierta
y otra del comienzo de las obras en la nave de la iglesia. El proceso de ejecución de las obras ejecutadas lo
fuimos conociendo en las actuaciones que se realizaron en la Fase de Investigación Arqueológica de nuestro
proyecto.

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DESRESTAURACIÓN, RESTAURACIÓN Y ADECUACIÓN DE LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN COMO SALA DE USOS MÚLTIPLES DE LA
PRESIDENCIA DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE MURCIA (2009-2019)

El proyecto de la iglesia se contrató con la empresa CONSTO S. A. y se debió de ejecutar en el año 1981-82
para adaptarla, según el proyecto, a usos múltiples, culto, conciertos, conferencias y otros.

Se desmontaron las cubiertas de madera y se sustituyeron por estructura metálica, se levantaron pavimentos,
y se excavó toda la superficie aproximadamente 70 cm para rellenarla con un encachado de piedra y grava
colocando un drenaje. Se realizaron picados de revestimientos interiores y exteriores. Se proyectaron recalces
con micropilotes, se trasladó el sarcófago del obispo Esteban de Almeida de la hornacina del lateral del altar
mayor a la sacristía; se renovaron las cubiertas de las capillas laterales con vigueta de hormigón; se proyectó
el traslado de la reja del coro al presbiterio y la instalación de iluminación así como desmontaje y montaje de
retablos, entre otros.

Muchas de estas actuaciones, que se referenciaban en el proyecto, no se realizaron o se cambiaron por otras,
pero no se describieron ni documentaron los cambios. Entre ellas podemos citar:
• La realización de los refuerzos de las bóvedas de la acequia, que no supimos hasta que pudimos entrar
a recorrerla.
• No se trasladó la reja del coro al presbiterio como estaba proyectada.
• Se desconoce las causas que motivaron la eliminación de la cubierta de madera y su sustitución por
estructura metálica.
• No se realizó el recalce de la cimentación con micropilotes.
• No se realizó la eliminación y posterior renovación de los revestimientos y pinturas interiores y revo-
cos exteriores. Solo se realizó el picado, no se repusieron en el interior de la iglesia y se dejó la piedra
vista. Incluso se dejaron de yeso las cornisas de remate de la nave central.
• No se desmontaron los retablos de las capillas. Solamente se desmontaron los pavimentos de las capi-
llas y los altares, seguramente para dejar toda la iglesia a nivel.

La falta de documentación y la falta de imágenes del proceso, dificultó la redacción de nuestro proyecto. Al-
gunas de las soluciones se decidieron en la obra a la vista de lo que íbamos encontrado fundamentados en los
estudios arqueológicos de nuestro proyecto (Figs. 3, 4 y 5).

En 1983 se realiza en la iglesia la toma de posesión del primer Presidente de la Comunidad Autónoma D.
Andrés Hernández Ros. El montaje para la toma de posesión se realiza cubriendo las capillas laterales con
lienzos de gasa sobre bastidores de madera. Lo realizó el arquitecto Juan Antonio Molina Serrano. El encargo
se realizó tres días antes. Lo resolvió de forma brillante, con una solución de transparencias que ocultaba el
mal estado de los retablos, pero permitía reconocerlos en un segundo plano.

El proyecto del Colegio se comenzó en 1982. Tenía por objeto consolidar y adecuar el edificio para alojar la
Imprenta Provincial, el Orfeón Fernández Caballero, el Museo del Traje e incorporar el Archivo Histórico.

Con la creación de las Autonomías y las transferencias del Estado en 1982 surge la necesidad de nuevas de-
pendencias administrativas. Por ello, se decide modificar el proyecto ya contratado con la empresa Dragados
y Construcciones S. A. y adaptarlo para albergar la sede de la Presidencia del Gobierno y de las Consejerías de
Presidencia, Cultura y Educación, pasándose a denominar Palacio Regional.

Este proyecto, debido a las circunstancias del cambio de uso una vez contratadas las obras, también sufre
numerosos cambios, muchos de ellos seguramente para poder absorber las necesidades del nuevo uso como
sede de la Presidencia de Gobierno Regional.

Quizá el más significativo fue realizar solamente parte del recalce de todas las cimentaciones del edificio, y
no el total como estaba proyectado. Solamente se recalzaron algunas zonas del edificio que hemos ido des-
cubriendo con catas, lo que ha provocado algunos problemas estructurales por diferencias de apoyo en las
cimentaciones.

También se realizaron en esta fase del proyecto actuaciones en la iglesia que estaban descritas, como el bajar la
cota del coro bajo aproximadamente 60 cm. Desmontando y bajando incluso la reja. Seguramente para abrir
una nueva puerta de unión entre el claustro y la iglesia, que nunca existió, pero que se demandaría para una
mayor conexión entre ambas partes. Se eliminó la escalera de acceso al coro alto desde la nave de la iglesia y se
realizó un nuevo acceso desde la planta segunda por detrás del nuevo ascensor.

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Figura 3. Iglesia de San Esteban después de la restauración de


1981. En la Toma de Posesión del primer Presidente de la Comu-
nidad Autónoma en 1983. Sin yesos ni pinturas en los paramen-
tos y con la piedra vista abujardada. (Foto archivo Juan Antonio
Molina Serrano)

Figura 4. Iglesia antes de 1981. (Archivo General de la CARM) Figura 5. Comienzo del Proyecto, año 1981. Interior de la iglesia
todavía con revestimiento.

3. RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA EN EL AÑO 2009


Desde el año 2000, en la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Hacienda de la CARM hemos
ido realizando de forma continuada trabajos de acondicionamiento y de intervención en diferentes zonas del
Palacio de San Esteban.

Una vez concluidos los proyectos de de restauración de los patios sur y norte del Palacio en el año 2008, se nos
encargó por el Presidente del Gobierno D. Ramón Luis Valcárcel Siso, un proyecto de restauración integral y
adecuación de la iglesia, para destinarla a sala de usos múltiples y actos de representación de la Presidencia,
con cabida para más de 350 personas. La intención era que las nuevas tomas de posesión de los Presidentes
Autonómicos se pudieran realizar en la iglesia, como se hizo en 1983 cuando se realizó la primera.

La iglesia se había utilizado ya desde 1983 para actividades culturales, fundamentalmente exposiciones. La
última exposición que se realizó fue la de Alfonso X El Sabio, que concluyó en enero de 2010, cuando se cerró
para comenzar las obras.

El proyecto incluyó la climatización de la iglesia y la renovación de todas las instalaciones que se habían
quedado obsoletas o inexistentes. También incluía todas las instalaciones que precisa hoy un edificio de estas
características, tanto por normativa como para poder realizar cualquier tipo de actividad o montaje como
electricidad, iluminación, protección contra incendios, voz y datos, seguridad, intrusión, audio y video, ac-
cesibilidad, evacuación, aseos, entre otros. Anteriormente, las instalaciones necesarias para cada actividad
programada se solucionaban de forma provisional para cada acto.

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El proyecto se planteó de forma global e integradora. Incluyendo también la restauración interior y exterior de
la iglesia, a excepción de la restauración de los retablos, que, por ser bienes muebles, se realizaría por el Centro
de Restauración de la Consejería de Cultura (Fig. 6).

Figura 6. Planta de la iglesia del proyecto de 2009.

Hay que señalar que los retablos, desde 1983, siempre estuvieron tapados mediante elementos que ocultaran las
capillas laterales con telas y bastidores, similares a los montados por Juan Antonio Molina para la toma de po-
sesión de 1983. Incluso las ventanas habían estado cegadas para utilizar exclusivamente iluminación artificial.

Por contra, el proyecto de 2009 plantea que los retablos quedarían vistos definitivamente, recuperando así la
identidad del monumento. De ahí la necesidad de completar su restauración, simultánea o inmediatamente
después de concluir las obras de restauración.

La mayor dificultad en el capítulo de instalaciones fue la de proyectar e integrar las instalaciones de clima-
tización. De todas las soluciones estudiadas para la instalación de climatización (suelo radiante, agua fría,
conductos aire con unidades compactas exteriores refrigerado por agua, VRV con ventiladores interiores
y compresores exteriores), se decidió proyectar una instalación de climatización por aire con unidades de
ventilación en el interior de la iglesia situadas bajo el suelo, aisladas acústicamente y distribuyendo el aire por
conductos por una cámara bajo el suelo de la nave de 1,80 m de altura. Como forjado para cubrir esta cámara,
se proyectó un suelo técnico desmontable para escenarios de teatro y resistente a sobrecargas de 700 kg/m2,
apoyado sobre estructura metálica y cimentada sobre micropilotes. El acabado superficial se proyectaba con
un pavimento flotante de tarima de madera tipo Dinesen de tablas de 600 cm a 800 cm de largo, 40 cm de
ancho y 3,5 cm de espesor. Las unidades de compresores se situaron en el exterior, ocultos en un espacio bajo
rasante junto a la cabecera de la iglesia, en el lateral sur. En este espacio se situó también el grupo electrógeno.

4. RESTAURACIÓN INTEGRAL POR FASES


4.1. Fase I. 2010
En esta primera Fase se contrató el proyecto que incluía los estudios previos y la investigación arqueológi-
ca. Se contrató con la empresa INTERSA y la investigación arqueológica la realizó la empresa de estudios
ARQUEOTEC.

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Se realizaron sondeos puntuales, longitudinales y una excavación en extensión. Se descubrió que, en el pro-
yecto ejecutado en 1981, se desfondaron casi 60 cm realizados a máquina para colocar un encachado de
piedra, bajo una solera armada.

Se documentó la presencia de 75 enterramientos de padres jesuitas que quedaron sin afectar por el desfonde
realizado en 1981, aunque algunos quedaron seccionados por la maquinaria de la excavación. De los 222
Jesuitas enterrados en la iglesia, documentados e identificados con nombre y apellidos por los registros de la
Compañía de Jesús, los 75 enterramientos se correspondían con los jesuitas fundadores por encontrarse en el
estrato más profundo.

Dentro de este proyecto integral de restauración y por Resolución de la Dirección General de Bienes Cultua-
les, se documentaron los restos hallados, de forma individual para cada enterramiento con fichas descriptivas
de patologías, posición, restos óseos, dentadura y otros (Fig. 7 y 8).

Figuras 7 y 8. Excavación arqueológica, enterramientos. (Fotografías: ARQUEOTEC)

Desmontados los enterramientos, aproximadamente en la cota -1,00 m, se continuó la excavación hasta la


cota -1,80 m, donde comenzaron a aparecer algunas estructuras murales del siglo xv. Esta cota fue la que
tomamos para realizar la cámara para situar y ocultar las instalaciones. También se hicieron dos catas a ma-
yor profundidad para documentar la presencia de restos del arrabal de La Arrixaca, que aparecieron a una
profundidad de unos -3,5 m.

4.2. Fase II. Periodo crisis económica 2010-2015


Debido a la crisis económica, el proyecto se paraliza por falta de presupuesto y la excavación se queda abierta
sin ningún elemento estructural de contención. Desde la Dirección Técnica se remiten de forma continuada
informes advirtiendo a la Dirección General de Patrimonio, del peligro que supone tener la excavación abierta
sin elementos de contención. El proyecto sale varias veces a contratación, pero los problemas presupuestarios
hacen que se retire. La aparición de unas fisuras en la cabecera de la iglesia, provocan la alarma y hacen que se
contrate en 2015 una Fase II de estructura que incluyó (Figs. 9 y 10):

• Muros de contención.
• Cimentación mediante micropilotes.
• Estructura metálica de apoyo.

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• Suelo técnico desmontable de escenarios de teatro para soportar sobrecargas de 700 kg/m2. Este
suelo permitirá su desmontaje y montaje, para introducir la maquinaria y poder extraerla en caso
de averías.

Figuras 9 y 10. Consolidación estructural en Fase II. Cimentación, estructura y forjado suelo técnico.

4.3. Fase III. 2018


Concluida la fase de consolidación estructural, el proyecto se vuelve a parar.

El nuevo Presidente de la Comunidad Autónoma D. Pedro Antonio Sánchez, surgido de las elecciones de
mayo de 2015, pone en marcha los recursos económicos para la conclusión del proyecto de restauración
de la iglesia. El 13 de enero de 2017, antes de dejar la Presidencia del Gobierno, presidirá junto con los su-
periores de la Compañía de Jesús, el acto del enterramiento de los restos de los 75 Jesuitas aparecidos en la
excavación arqueológica. Ante el almacenamiento en bolsa y cajas de los restos aparecidos, pendientes de
su traslado a los depósitos del museo, se propuso al Superior de la Compañía de Jesús en Murcia, el depo-
sitarlos en una urna de zinc con una placa identificativa, en la sacristía junto al sepulcro del obispo Esteban
de Almeida.

Con esta Fase, se concluyeron todos los capítulos pendientes del proyecto original de 2009.

La realización de la obra en tres fases y a lo largo de un periodo de 10 años, con una primera fase de Estudios
Previos ha permitido reflexionar y decidir con mayor conocimiento, las distintas actuaciones proyectadas en
el año 2009.

Algunas de las actuaciones proyectadas se confirmaron, como la de no volver a reconstruir los revocos origi-
nales, dado que la imagen de la iglesia con el acabado de las paredes de sillería estaba bastante consolidada.

Se intentó descubrir en las partes más inaccesibles de las bóvedas o en las capillas algún testimonio de los
revocos y colores originales, pero no encontramos casi nada. Solo unos restos de ocre en una de las paredes
de los pasos entre capillas y algo de gris con restos de carbón en el zócalo. La falta de datos sobre colores
originales, nos confirmó la decisión de dejar la piedra vista. Solamente se volvieron a revestir las paredes
laterales del acceso principal, que se habían dejado con sillería careada y verdugadas de ladrillo.

Se descubrieron los pasos entre capillas reutilizándolos para alojar cuadros eléctricos y conexiones de voz y
datos para cualquier tipo de montaje.

Se descubrieron las pátinas originales de las sillerías.

A modo de resumen podemos destacar las siguientes actuaciones:

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1. INCORPORACIÓN DE NUEVAS INSTALACIONES

Incorporación de las instalaciones de climatización, electricidad, iluminación, datos, audio, video, seguridad,
incendios, saneamiento, aseos y evacuación. También se colocan cortinas motorizadas para el control solar en
el interior de las ventanas del cuerpo superior de la nave central (Fig. 11).

2. RESTAURACIONES EXTERIORES: CUBIERTAS, FACHADAS Y PORTADA

En el proceso de limpieza y restauración de las fachadas de ladrillo de las caras norte, sur y oeste, se descubrió
que en alguno de los momentos posteriores a su realización en siglo xvi, se aplicó una pátina con cal. Se de-
cidió volver a aplicar este revestimiento con un tratamiento diluido que permitió homogeneizar el tono de la
fachada y disimular las diferentes actuaciones realizadas en la intervención del año 1981.

Uno de los elementos más singulares de la iglesia, es la composición a modo de “Arco de Triunfo” típica-
mente Renacentista, que aparece tanto en la portada como en el retablo mayor. En la restauración de la
portada se procedió a la limpieza consolidación y recuperación de las pátinas originales. Se descubrió que
las esculturas y la ornamentación de la portada tenían policromía en colores rojo, azul y negro y que las
imágenes de dos jesuitas, situados encima de la cornisa, son posteriores a la realización de la portada y de
menor calidad.

Las piezas de sillería, que se habían reconstruido o restaurado con morteros y hormigones de cal en la res-
tauración de 1981, se mantuvieron porque estaban en buen estado, aunque se eliminó la pátina oscura color
marrón y se recuperó el color original de la pátina en ocre.

Se restauraron los elementos deteriorados con morteros de reparación a base de cal y árido del mismo color
de la piedra, pero utilizando varillaje de fibra de vidrio y eliminando los de acero de la restauración de 1981
(Figs. 12 y 13).

3. RESTAURACIÓN O CONSOLIDACIÓN DE PARAMENTOS INTERIORES: SILLERÍA, PÁTINAS, EN-


FOSCADOS, PINTURA Y TRASDOSADO DE LOS CAMARINES DE LA FACHADA NORTE

En la restauración de 1981 se realizaron actuaciones en el interior de la iglesia de difícil justificación. Se eli-


minaron totalmente los revocos y pinturas que cubrían los sillares de piedra, así como las cornisas de yeso de
remate de los paramentos de la nave central antes del arranque de las bóvedas. Se rebajó la sillería de piedra
para eliminar el picoteado producido al eliminar los yesos, y se aplicó un tratamiento a la martellina.

Estas actuaciones son totalmente irreversibles, porque no quedó ninguna muestra de los tratamientos origina-
les. Se decidió mantener la sillería en ese estado, pero aplicando una pátina al temple que unificara y protegiera
las superficies de piedra y de yeso. Asimismo, se restauraron los sillares en mal estado con morteros de cal. Se
restauraron y pintaron las bóvedas en un color blanco roto en tonos grises azulados.

4. PAVIMENTOS, REVESTIMIENTOS, PUERTAS Y CORTAVIENTOS

Se procede a la limpieza del polvo de los retablos y revestimiento provisional de los altares. Los pavimentos
originales habían desaparecido totalmente en la restauración de 1981. En esa restauración se colocó un pavi-
mento de caliza ocre, de 2 cm de espesor, que estaba partido y destruido en muchos puntos. Este pavimento
se elimina y se decide realizar el pavimento de la iglesia con tarima de madera Dinesen de Pino Douglas. Esta
tarima está formada por tablones de 40 mm de espesor, por 400 mm de ancho y longitudes que oscilan entre
los 6 y los 8 metros. Estas longitudes permitían realizar con un solo tablón desde las paredes de las capillas
laterales hasta las rejillas de difusión del aire climatizado, que sale del suelo.

A la madera, después del lijado, se le aplica primero un tratamiento a base de lejías para abrir el poro y pos-
teriormente una protección con jabón con ceras que le da un acabado blanquecino, con el mismo tono que la
piedra de las paredes verticales de los muros y pilastras. Se consigue así una homogeneidad y una continuidad
entre las paredes y el suelo (Fig. 14).

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Figura 11. Desmontaje de suelo técnico para introducir las


instalaciones.

Figuras 12 y 13. Restauración de la portada, años 2009 y 2019.

Figura 14. Montaje suelo de tarima Dinesen de Pino Douglas.

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Todas las puertas, el cortavientos, los accesos a la sacristía, la capilla de la Epístola, las nuevas puertas de
los aseos y armarios de climatización se realizan con la misma madera y el mismo tratamiento que el suelo
(Fig. 15).

Figura 15. Diseño del cortaviento, para el control de la climatización.

En el proceso de restauración del muro norte por el interior, se descubrió el trasdós y los cerramientos traseros
de madera de los camarines de las capillas de la cara norte. Estos elementos, con sus puertas, seguramente
nunca estuvieron vistos, porque aparecieron tabicados. Los muros de la fachada norte se perforarían para in-
troducir los camarines. Se decide dejarlos vistos para conocer como era el montaje de madera, manteniendo la
rotura de los muros. Se cierran y protegen con una luna de vidrio. Estas traseras recaen sobre el pasillo que ac-
cede a los nuevos aseos. Ha quedado pendiente la restauración de tres retablos de las capillas laterales, aunque
para disfrute de los ciudadanos quedarán vistos, sin restaurar, después de 36 años ocultos (Figs. 16, 17 y 18).

El importe total de las tres Fases ha ascendido a la cantidad de 1.990.746,93 euros.

Las obras comenzaron el 15 de abril de 2010 y finalizaron el 29 de julio de 2019.

El 31 de julio de 2019 tomó posesión en la iglesia de San Esteban de Murcia el séptimo Presidente de la Comu-
nidad Autónoma D. Fernando López Miras con la presencia del Ministro de Cultura y Deporte D. José Guirao
Cabrera y la asistencia de más de 350 personas (Fig. 19).

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Figuras 16 y 17. Cortavientos y nave central. (Fotos de Pablo Almansa)

Figura 18. Restauración interior. Capilla laterales cara norte. (Foto


de Pablo Almansa)

Figura 19. Toma de posesión, en la restaurada iglesia de San Es-


teban, del Presidente de la Comunidad Autónoma D. Fernando
López Miras con la presencia del Ministro de Cultura y Deporte
D. José Guirao Cabrera, en julio de 2019.

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5. CONCLUSIONES
El proceso de restauración de la iglesia de San Esteban nos confirma la necesidad imprescindible, de la inclu-
sión en los proyectos de restauración de todos los estudios previos que permitan documentar y avanzar en el
conocimiento del monumento previo al proyecto y en el proceso de ejecución. Tan importante como esta la-
bor previa de investigación, es la de documentar y recopilar todos los trabajos realizados en el proceso de res-
tauración. Los monumentos además de la necesaria labor de conservación, una vez restaurados, a lo largo de
años posteriores pueden sufrir transformaciones en el uso. Es necesario saber qué partes son las que afectan
al significado del monumento y que estas no se deberían modificar en actuaciones posteriores. La constancia
escrita de las diferentes soluciones adoptadas, materiales utilizados, planos definitivos, circunstancias sobre-
venidas durante la obra y secuencia de imágenes de todo el proceso, deberían ser obligatorias en los proyectos
de restauración. Cuando se termina la obra todo el equipo desaparece y es complicado reunir esa información.

La reversibilidad de nuestros trabajos de restauración es muy discutible. Muchas veces eliminar alguna parte,
puede suponer más daño que beneficio al monumento.

Este trabajo no hubiera sido posible sin los equipos multidisciplinares que han participado: arqueólogos, his-
toriadores, restauradores, carpinteros, pintores, canteros, ingenieros, aparejadores y otros. Mi agradecimiento
a la empresa contratista DOALCO S. A., que puso mucha ilusión en la realización del proyecto y muy parti-
cularmente a Francisco García y Juan Alcocer, jefe de obra y encargado, por su gran ayuda y profesionalidad.

6. BIBLIOGRAFÍA
GUTIÉRREZ-CORTINES CORRAL, C. (1976). La Iglesia y el Colegio de San Esteban de Murcia. Excma. Diputación Pro-
vincial de Murcia.
DRAGADOS Y CONSTRUCCIONES S. A. (1989). Rehabilitación del Colegio de San Esteban para sede de la Presidencia
del Gobierno Regional de Murcia.
JIMÉNEZ CASTILLO, P. (2013). Murcia de la Antigüedad al Islamismo. Tesis doctoral.
DARADERO PÉREZ, A.; GARCÍA BLÁZQUEZ, L. A. (2010). Memoria arqueológica, intervención arqueológica restau-
ración y acondicionamiento de la Iglesia de San Esteban. Fase I. CARM.
YUS CECILIA, S. (2018). Memoria supervisión arqueológica preventiva. Iglesia de San Esteban. Fase III. CARM.

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LOS CABALLOS DEL VINO: RITUALES,
CELEBRACIÓN Y PATRIMONIO

López García, Juan


Coordinador de la Casa Museo de los Caballos del Vino, Caravaca de la Cruz (Murcia)

Resumen
Los distintos festejos llenos de tradiciones e historia que se celebran en localidades o municipios de España
son parte de la riqueza patrimonial cultural. Los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz (Murcia) son un
claro ejemplo de ello, con la celebración de un festejo que de manera invariable e histórica se remonta a casi
300 años de antigüedad y cuyo origen reside en la realización del rito que tenía como finalidad bendecir el
vino en actos litúrgicos. Esta celebración en su sentido más cercano sigue desarrollándose en familia, ya no
de sangre, sino de amistad y sus integrantes reciben el nombre de caballistas en la mañana del 2 de mayo,
dentro de las fiestas patronales en honor a la Santísima y Vera Cruz de Caravaca que se celebran del 1 al 5 de
mayo. Esta fiesta de marcado carácter popular integra al total de la población sea cual sea su condición, edad
y género.

Palabras clave: Caballo del Vino, fiesta, cultura, patrimonio, tradición, Caravaca de la Cruz.

Abstract
The various festivities full of traditions and history that are held in localities or municipalities of Spain are part of
the cultural heritage. The Caravaca de la Cruz Wine Horses (Murcia) are a clear example of this, with the cele-
bration of a celebration which invariably and historically dates back almost 300 years old and whose origin lies in
the realization of the rite that was intended to bless the wine in liturgical acts. This celebration in its nearest sense
continues to develop as a family, no longer of blood, but of friendship, and its members are called cavalrymen on
the morning of May 2, within the Patron Saint Festivities in honor of the Most Holy and Vera Cruz de Caravaca
that are held from 1 to 5 May. This festival of marked popular character integrates the total population whatever
their condition, age and gender.

Keywords: Wine Horses, party, culture, heritage, tradition, Caravaca de la Cruz.

1. INTRODUCCIÓN
Las fiestas de Caravaca de la Cruz están llenas de connotaciones históricas, religiosas y culturales. Estas fiestas
surgen de una serie de rituales, algunos con una antigüedad de unos 600 años como es el Baño de la Cruz
en el Templete el día 3 de mayo, cuyo rito está datado del año 1384. Este acto de bendición de las aguas, del
vino y flores con el baño de la Cruz representa actualmente el eje de las fiestas. Las fiestas de Caravaca han
ido incorporando con el tiempo la celebración de los Moros y Cristianos y los Caballos del Vino, elementos
básicamente festivos.

Estas fiestas se celebran entre los días 1 y 5 de mayo y están declaradas de Interés Turístico Internacional
desde 2004. El 4 de noviembre de 2011, el Consejo de Gobierno de la Región de Murcia aprobó la declaración
de Bien de Interés Cultural Inmaterial del festejo de los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz (según
Decreto n. 295/2011, de 4 de noviembre, por el que se declara bien de interés cultural inmaterial “Los Caba-
llos del Vino de Caravaca de la Cruz”. BORM n. 257, de 8 de noviembre de 2011) considerándolo como una
expresión relevante de la cultura tradicional, distinguiéndose con ello sus valores históricos, antropológicos
y culturales.

El día 2 de mayo es el día de los Caballos del Vino en Caravaca. Un día en que la ciudad se viste de blanco, rojo
y oro, los colores de los caballistas y los bordados de los mantos. La ciudad se llena de alegría, fiesta y hermo-

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 105


Juan López García

sos animales vestidos con bellos ropajes. Un espectáculo digno de ver y único en el mundo entero. La mañana
del 2 de mayo es una mañana muy activa. Los caballistas comienzan a las 5 de la madrugada su actividad,
incluso antes, cuando las calles están aún en calma y la mayoría de caravaqueños descansando para el gran
día que se avecina. Los caballistas se encierran en bajos o cocheras con un reducido número de personas para
realizar el ritual de vestir al caballo. Estos rituales suelen ser rituales íntimos y a los que solo se puede acceder
si se conoce a las personas adecuadas. Es todo un honor ver cómo visten a un caballo.

A las 7 de la mañana, con el repique de campanas y el fuerte estruendo de los fuegos artificiales, Caravaca des-
pierta. Comienza el gran día de los Caballos del Vino y llega repleto de actos. Los caballos ya están en la calle.

2. EL ORIGEN DE LOS CABALLOS DEL VINO


2.1. Breve aproximación histórica y legendaria al origen de los Caballos del Vino en el contexto
de la aparición de la Cruz de Caravaca
El municipio de Caravaca de la Cruz está habitado desde iv milenio a. C. en un fértil territorio que favoreció
el desarrollo agrícola (Villanueva, 1994). El vino, como producto de la trilogía mediterránea, fue uno de los
productos principales de esta tierra. No hay duda de que ya en la Prehistoria y en la época romana y visigoda
la vid tuvo capital importancia en Caravaca. Si en el periodo de dominio islámico tuvo que sufrir, inevitable-
mente, un gran retroceso, de nuevo durante la Edad Media cristiana el vino se convirtió de nuevo en de los
productos más importantes de la economía caravaqueña hasta su desaparición, a finales del siglo xix a causa
de la filoxera.

Caravaca de la Cruz no tuvo una relevancia demográfica y económica hasta su situación como territorio
cristiano de frontera para el reino de Castilla ante el anexo dominio musulmán. Después de varios siglos de
dominio musulmán, Caravaca se incorporó al reino de Castilla en 1243. Fue posesión de la Corona, bailía de
la Orden del Temple, señorío laico y finalmente, encomienda de la Orden de Santiago. Previamente, y durante
su época musulmana se produjo la aparición de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca. Este hecho del siglo xiii
se recoge en numerosas fuentes y ha sido parte de estudio histórico por parte de múltiples autores (Guerrero,
1983; Villanueva, 1994; Ballester, 1998; Sánchez, 2001), siendo después el motivo de las fiestas en su honor.

La Cruz de Caravaca descendió tomada por unos ángeles en el año 1231 según cuenta la leyenda y tal y como
recoge Guerrero (1986):

“Estando Caravaca tomada por las huestes del reyezuelo musulmán Ceyt AbuCeyt, éste quiso saber a qué se dedicaba
uno de sus prisioneros: Ginés Pérez Chirinos. Era sacerdote y su oficio consistía en decir la misa. Ceyt AbuCeyt quiso
conocer de primera mano qué era eso de ‘celebrar misa’. Así que mandó organizar todo para realizar el ritual cristiano.
Estando todo dispuesto y Chirinos preparado para comenzar la misa, éste advirtió que faltaba un elemento importan-
te para llevar a cabo el ritual: la Cruz. Así lo hizo saber a AbuCeyt. Sin la Cruz no se podía oficiar la misa, pues era el
elemento central de la liturgia, el símbolo de todo cristiano. En esto estaban, cuando una gran luz apareció en lo alto
y dos ángeles, portando una Cruz de doble brazo, descendieron ofreciendo la reliquia al sacerdote.
Tan impresionado quedó el sultán AbuCeyt que tiempo después acabó por convertirse al cristianismo bajo el nombre
de Vicente Belvis. Caravaca ya tenía a su Cruz y la Cruz ya estaba en su pueblo”.

La singularidad del festejo de los Caballos del Vino rememora un hecho histórico para dar sentido a tal ce-
lebración. Manuel Guerrero Torres (1986), nos ofrece el siguiente fragmento literario del acontecimiento, a
todas luces legendario sobre este hecho:

“Ya entregado este reino a los cristianos y a los caballeros del Templo, el espíritu variable de los musulmanes hizo
que poco después quisieran echar de estas tierras a los cristianos, y puestos en combinación con el Rey de Granada,
Ben-Alamar, que a su vez lo estaba con el de Marruecos, prepararon un levantamiento que explotó en todos los pue-
blos en el mismo día, no sólo en el reino de Murcia, sino también en los demás pueblos tomados en Andalucía por
San Fernando. En Caravaca los sublevados se apoderaron de la población, matando a muchos cristianos y moros que
se habían convertido a nuestra religión, pero el castillo que ya había sido dado por San Fernando a los caballeros del
Temple, lo defendieron tan bravamente que los moros que acaudillaba un tal Ben-Alazar no pudieron tomarlo por el
cajagual, esto es, por el foso, gracias a lo cual se salvaron muchas familias y la Santa Cruz. En el castillo es tradición
caravaqueña, que, al corromperse el agua del aljibe, se produjo entre las personas que en él había una mortífera en-
fermedad. Unos cuantos caballeros se ofrecieron voluntarios para, burlando la vigilancia de los moros, salir con sus
caballos y unas pieles o pellejos y traerlos llenos de agua. En una charca que había en lo que hoy es Templete, quisie-

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LOS CABALLOS DEL VINO: RITUALES, CELEBRACIÓN Y PATRIMONIO

ron llenar las pieles o pellejos, pero dicen que los moros habían envenenado las aguas y echado en ellas unos caballos
muertos. Nuestros paladines llegaron hasta el Campillo, que desde entonces se llama ‘de los Caballeros’ y después de
reñir con los moros una desigual batalla, llenaron las pieles de vino, no de agua, y burlándolos por segunda vez, cogi-
dos a su corcel dos delante y dos detrás protegiendo las cargas que iban a lomos del caballo, se metieron en el castillo.
Este, pues en este vino bañaron la Cruz y, ya bendito, lo dieron a beber a los enfermos que todos sanaron, por lo cual
desde entonces se viene haciendo la fiesta del Baño del Vino, que se da a los enfermos especialmente y con el que se
obsequia a todos los vecinos y forasteros que acuden a presenciar estos festejos”.

Sin embargo, la leyenda de los Caballos del Vino se escribió a principios del siglo xx, con un valor exclusi-
vamente literario. Con anterioridad al siglo xvii no se menciona la bendición del vino el día dos de mayo
por la mañana, ni ningún acto parecido, sin embargo sí se describe este ritual en 1722 por el padre Martín
de Cuenca, por lo que hemos de situar el origen de este festejo en la segunda mitad del siglo xviii. Tal vez,
en uno de esos momentos críticos en los que la enfermedad sacudió a nuestra ciudad y, tal y como se había
hecho varios siglos antes, se volvió a acudir a la Vera Cruz como posible remedio a esta desgracia y se bendijo
el vino, y se dio de beber a los enfermos. Y así cada año había que subir el vino al castillo en la mañana del dos
de mayo, y, lógicamente, se hacía en pellejos a lomos de caballos que, por ser día de fiesta, iban engalanados
del mejor modo posible. Poco a poco el enjaezamiento fue tomando más importancia y también la pugna de
los caballistas por tener el privilegio de que su vino se bendijera el primero, es decir, correr más y mejor que
nadie y llegar primero al castillo. Desde este modesto principio a lo que hoy podemos ver hay más de tres
siglos de evolución.

Los documentos más antiguos están fechados en 1765, 1766 y 1767, se encuentran en el Archivo Histórico
Nacional. En los mismos se detallaban los gastos del caballo que anualmente preparaba la Orden de Santiago,
describiendo también su enjaezamiento:

“[…] un repostero de paño azul con su fleco y armas reales que se pone sobre la carga de vino, que sube al castillo
para el baño de la Santa Cruz. Una bandera de raso liso encarnado con tres horlas y galón de oro al canto, en que
esta figura de raso liso blanco por los dos lados la santísima Cruz para adorno del caballo quando sube dicha carga
de vino según costumbre”.

La expresión “Caballo del Vino” era ya usada en 1804. A finales del siglo xix los caballos dejaron de trasportar
el vino, pero en lugar de desaparecer se consolidaron, popularizándose la participación. Se regularizaron las
carreras, anunciándose como “tradicionales” y “típicas” tal y como lo recoge Torrecilla de Robles y Godínez
en 1888 (Fernández, 2003):

“El día 2 de mayo, a las diez de la mañana, se reúnen en la casa capitular, el ayuntamiento, cofradía y personas notables
de la población. El alcalde entrega al hermano mayor de la cofradía un azafate cubierto de flores del tiempo y cruce-
citas de seda, bordadas en una tela muy fina, poniéndose seguidamente en marcha la comitiva precedida de varios
caballos lujosamente enjaezados y con banderas, que conducen con cierta cantidad de vino; gigantones, dulzainas y
bandas de música, uniéndose en el transito á dichas corporaciones, vicario, hoy arcipreste, con el clero. De este modo
se dirigen al Santuario que está en la parte más elevada de la ciudad, y el recinto, como ya hemos dicho, del antiguo
alcázar. Dentro ya de la iglesia, penetran en la capilla mayor, el Clero y las corporaciones, y entonces el capellán mayor
saca la reliquia del sagrario y la toca en el vino que contiene un magnífico jarrón de plata. A esta ceremonia, en la cual
se bendicen además las flores y crucecitas, se le llama Baño del vino”.

Este relato no se ajusta en absoluto a un juicio histórico, sin embargo, ha sido adoptada popularmente para
explicar este hoy grandioso acontecimiento. Con esta conmemoración y este importante acto da comienzo el
día, en el que vivirán muchas emociones y pasiones, pues muchos caravaqueños llevan los Caballos del Vino
dentro de su corazón.

En el día 2 de mayo los actos se suceden uno tras otro, incluso algunos se solapan. La misa de Aparición es el
primer acto de la mañana. Realizada al aire libre y en un entorno peculiar: el bañadero o el Templete, como se
conoce comúnmente a este monumento. Las peñas caballistas y representantes de los tres bandos acuden a la
misa para asistir a lo que será la conmemoración de la aparición de la Cruz en Caravaca. Los bandos festeros
en Caravaca de la Cruz son los propios del de los Caballos del Vino, Moros y Cristianos, y son agrupaciones
definidas y organizadas de emblema reconocible para la organización del festejo. Al terminar la misa, los ca-
ballos comienzan el primer pasacalle, iniciándose por la Cuesta de la Simona, donde algunos equinos realizan
carreras sin ningún tipo de premio y que se ha constituido como una previa a la Carrera que se realiza en el
castillo.

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Figura 1. Recreación del caballo de la encomienda de Santiago (1766). (Fuente: Colección Casa-Museo Caballos del Vino)

3. LA CELEBRACIÓN DEL FESTEJO DE LOS CABALLOS DEL VINO EN LA ACTUALIDAD


Dejando a un lado los actos religiosos, el festejo de los Caballos del Vino es el más antiguo de cuantos forman
parte de las fiestas patronales de Caravaca. Sin embargo, a lo largo de su historia el festejo ha ido evolucionan-
do hasta llegar a la actualidad en que, además de los diversos recorridos que realizan caballos y caballistas por
diversos lugares de la población, se nos muestra como un triple concurso, el de caballo a pelo, el de enjaeza-
miento y el de carrera.

3.1. El enjaezamiento de los Caballos del Vino


A principios del siglo xx la representación festiva de la subida de los caballos al castillo para bendecir el vino
y en la que iban enjaezados de una manera única, causaron expectación en la ciudadanía lo que provocó que
finalmente se celebrara dentro del festejo el concurso de Enjaezamiento a partir de 1921, estableciéndose 3
premios decididos por un jurado. El primer ganador fue el caballo enjaezado por Dolores Michelena.

Los caballos se enjaezaban con colchas, mantones y prendas similares valorándose el conjunto, especialmente
la bandera y demás accesorios, que se renovaban cada año. A mediados de la década de 1940 se comienzan a
confeccionar piezas bordadas. La primera fue la de Dolores Michelena. Otros caballos siguieron su ejemplo,
destacando el Caballo del Hoyo que fue el primero en presentar todas las piezas bordadas.

La rivalidad entre barrios fue creciendo y se confiaron a diseñar espectaculares bordados, cuya tradición se re-
monta hasta la actualidad en la que entran los oficios de diseñadores y bordadoras. Los talleres y trabajadores

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LOS CABALLOS DEL VINO: RITUALES, CELEBRACIÓN Y PATRIMONIO

para el bordado elaboran a contrarreloj los mantos cada año. En la actualidad se utilizan distintos materiales:
seda, canutillo de oro o plata, pedrería de distintos modelos y formas. En estos talleres se realizan las vesti-
mentas de los caballos donde los mejores engalanados serán los ganadores de este concurso.

Figura 2. Bordado artesanal de Los Caballos del Vino. (Fuente: Morety, Colección Casa-Museo Caballos del Vino)

El paso de los años hace evolucionar el festejo hasta llegar a la década de los años de 1960 que suponen la
consolidación del festejo, generalizándose el uso del pañuelo rojo entre los caravaqueños. En 1967 se creó una
nueva figura, la “Madrina de los Caballos del Vino” (posteriormente denominada Amazona) la cual represen-
taría las fiestas junto al presidente. En 1969 adquirió cierta independencia organizativa al crearse la Subco-
misión de los Caballos del Vino, integrada en la Comisión de Festejos, siendo los primeros participantes del
festejo El Panterry, el Caballo de los Arañas y El Estudiante.

En los 1974 surgen la Peñas Caballistas, generalizándose la participación popular y asegurando una gestión
para el mantenimiento económico. Las primeras fueron Pura Sangre y Júpiter, a las que posteriormente se
sumarían Solterón, Soberano, Fogoso, Terry, Mayrena y Triana. En 1977 se creó el Bando de los Caballos del
Vino.

Un aspecto diferencial de los Caballos del Vino respecto a otros festejos o manifestaciones que giran en torno
a este animal es su enjaezamiento, integrando por múltiples piezas bordadas con seda, pedrería y canutillo de
oro y plata y elaboradas anualmente y a medida para cada caballo, y cuyo mérito será, además de su propia
belleza y complejidad, que luzcan perfectas sobre el animal.

3.2. La carrera de los Caballos del Vino


La carrera de los Caballos del Vino es el acto festivo de mayor antigüedad. Los testimonios orales recogidos
por varios historiadores datan de la existencia de las carreras de los Caballos del Vino desde el primer tercio

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Figura 3. Caballo Panterry (1969). (Fuente: Colección Casa-Museo de los Caballos del Vino)

del siglo xix. Estas carreras aparecen en los programas de fiestas más antiguos que se conocen y en su des-
cripción se acompañan con el calificativo de “tradicionales”, pero nada más se puede precisar al respecto. En
estos años la preocupación general era la seguridad por lo que en 1892 se intentó la supresión de la carrera de
los Caballos del Vino aduciendo este factor. Aun así, el arraigo que tenía entre la población era tan grande que
hizo que la tentativa fracasase. Dos años más tarde, en 1894, la crónica de las fiestas publicada en el diario La
Paz de Murcia refiere la ausencia de accidentes habidos ese año “Los Caballos del Vino sin atropellar a nadie,
a que son tan expuestos por las condiciones en que se dan las carreras”.

A finales del siglo xix, tal vez por la aparición en 1894 de la filoxera que provocó la práctica desaparición del
cultivo de la vid en la huerta y campo de Caravaca, debió de experimentarse algún tipo de disminución en el
número de participantes en el festejo, teniendo que intervenir la Comisión de Festejos para facilitar la parti-
cipación. El Padre Sala lo señaló así: “los Señores de la Comisión vino, tendrán el cuidado de proporcionar
caballos para esta fiesta, y cuantos más, mejor; siendo de cargo de los jóvenes que los guían, las ropas y flores
con que se adornan. El Tesorero de festejos solo les da la banderita que llevan” (Fernández, 1998). La situación
evolucionó favorablemente ya que la crónica de las fiestas del periódico murciano El Liberal correspondiente
a 1910 cita “Los Caballos del Vino en gran número y muy vistosos”.

La Carrera de la Cuesta del Santuario, conocida popularmente como la Cuesta del Castillo o simplemente
La Cuesta, es un evento del festejo de los Caballos del Vino descrito como “insólito y pasional” por D. Pedro
Ballester (1991), antiguo Capellán del Santuario de la Vera Cruz y cobra todo su significado y sentido en uno
de los actos centrales de las Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz. Las palabras calificativas insólito y
pasional hacen honor al torrente de pasión, fuerza y adrenalina que se desata en este episodio de la Fiesta.

Tanto en el pasado como en el presente, la Carrera es uno de los acontecimientos más esperados y multitudi-
narios de las Fiestas de Caravaca. La contrarreloj con la que se prueban los caballos determina cuál de ellos es
el más rápido en ascender la cuesta. En las épocas que no se tenía conocimiento ni acceso a la tecnología, la
medición del tiempo se realizaba con una aclamación popular mediante aplausos, que dictaban que caballo
era el más rápido. El tiempo, también se podría decir que se midió con la música. El conocido popularmente

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LOS CABALLOS DEL VINO: RITUALES, CELEBRACIÓN Y PATRIMONIO

como El Tío de la Pita y el tamboril, se colocaba en una almena de las murallas del castillo y desde allí veían a
la perfección la carrera del caballo y su finalización. La salida se daba con el lanzamiento del cohete, estos se
podrían a tocar y pararían a la llegada a la meta, y con notas musicales se descifraba cuál era el más rápido.
Posteriormente, se introdujo el uso del cronómetro. En dicho momento se calculó el tiempo de los caballos
participantes en esta carrera mediante un cronómetro que se accionaba en el momento que una bandera a la
salida se bajaba, para pararlo a la llegada del caballo a la meta. En la actualidad la medición se realiza con me-
dios tecnológicos de última generación donde el cálculo del tiempo incluye hasta las milésimas de segundo.

El mayor impulso a esta competición se la dieron los jóvenes caravaqueños de finales del siglo xx. Hasta
entonces estas carreras tuvieron bastantes altibajos en cuanto a la calidad de la competición, pero fue en la dé-
cada de los años de 1990, donde las peñas caballistas más jóvenes como Gacel, Berea y Minipua, presentaron
una gran rivalidad y un gran sentido de la competitividad entre ellas, pero a la vez una gran deportividad, que
se ha contagiado hasta la actualidad.

Los registros de esta carrera de 80 metros con un desnivel del 14 % han llegado hasta los 7 y 8 segundos esca-
sos. El récord en un tiempo actual de la carrera está en 7,713 segundos en el año 2016. Pero no todo se basa
en la velocidad del animal. Las reglas de la carrera exigen que el caballo llegue a la meta con sus 4 caballistas
cogidos al equino, siendo descalificado por la falta de alguno de ellos a la llegada de meta. Por tanto, entra en
juego la pericia y resistencia de los mozos que controlan al caballo, los cuales deben prepararlo con exigentes
entrenamientos para conseguir una unión casi perfecta entre hombre y animal. La emoción de las peñas se
palpa en el ambiente, consiguiendo realizar un acto deportivo sin parangón en el resto del mundo.

Al terminar de subir todos los animales, se procede a entregar los trofeos a las diferentes categorías (carrera
y los del curso de enjaezamiento) en la explanada de la Real Basílica Santuario.

Figura 5. Cuesta del Castillo (2 de Mayo).


(Fuente: Morety. Colección Casa-Museo
Figura 4. Ganador de la carrera Peña Artesano (2017). (Fuente: Morety. Colección Ca- Caballos del Vino. Fuente: Casa-Museo Ca-
sa-Museo Caballos del Vino) ballo del Vino)

3.3. El concurso de caballo a pelo en el festejo de los Caballos del Vino


Este concurso celebrado el 1 de mayo el animal se muestra en su estado natural, salvaje y puro, con las crines al
viento, mimado y acicalado, con el pelaje brillante. Este concurso es el más reciente de los tres que se celebran
en la actualidad. Se inició en 1981, coincidiendo con el Año Jubilar de la Stma. y Vera Cruz de Caravaca y el
750 aniversario de su aparición. Sin embargo, no tomaría cuerpo de concurso hasta el año 1983. A partir de
ahí y hasta el día de hoy ha tomado un auge cada vez mayor, hasta el punto de convertirse en un extraordinario
evento.

El evento comienza por la tarde con un pasacalle en la Gran Vía de Caravaca en el que las peñas caballistas
desfilan portando a sus caballos y yeguas, no importando la raza (árabes, Pura sangres, Pura raza española,

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etc.) y mostrándolos al gran público en todo su esplendor y majestuosidad. A algunos caballos los hacen ga-
lopar para exhibir una pequeña muestra de su fuerza, a otros les pasean con calma para que su belleza pueda
ser contemplada con más detenimiento. Todo este pasacalle queda enmarcado en la alegría de las peñas y la
música de las bandas que acompañan a los animales.

El recorrido termina en la plaza de los Caballos del Vino conocida popularmente como la plaza del Hoyo,
donde los caballos se someten al escrutinio de los jueces del Bando de los Caballos del Vino, los cuales nom-
bran a los caballos que mejor lucen, los más destacables, y les entregan los trofeos a las peñas ganadoras. En
este momento se pronuncian frases que todo caravaqueño conoce: ¡caballo visto!, ¡puede abandonar la plaza
la Peña…!. Tras la terminación de concurso del caballo a pelo, los animales son retirados a sus establos y fincas
para descansar, pues a la mañana siguiente volverán a ser los protagonistas absolutos.

4. PARTICIPACIÓN INFANTIL Y FUTURO DE LA FIESTA


El festejo de los Caballos del Vino reserva una parte de su programación para los más pequeños. La mañana
del 3 de mayo es uno de ellos. Este día se celebra en la Gran Vía, la gran arteria viaria de la ciudad, el desfile
infantil. Un acto no tan antiguo como el resto, pero que pretende dar protagonismo a la cantera que un día
será la representación adulta de la fiesta. Los pequeños caballistas, ante la imposibilidad de manejar un caba-
llo, sacan ponis a la calle, vestidos como los grandes caballos, y se dirigen a la cuesta del castillo para proceder
de la misma manera que lo hacen los adultos: con la carrera. Más de una veintena de peñas participan con su
poni en la carrera para admirar como destacan algunos niños bajo el control de los adultos.

A la diferencia de los adultos, aquí todos sus participantes serán premiados individualmente por su participa-
ción, recompensando así la constancia y el trabajo en equipo.

Caravaca, sin lugar a duda, puede estar contenta con la cantera festera, pues sabemos que con generaciones
así la fiesta y las tradiciones estarán aseguradas durante muchos años. No debemos olvidar que, aunque sean
niños realizan sus actos con la solemnidad propia de los adultos.

Figura 6. Caballo de la Peña Melazules, ganador del concurso Caballo a Pelo del día 1 de mayo (2017). (Fuente: Morety. Colección Ca-
sa-Museo Caballos del Vino)

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LOS CABALLOS DEL VINO: RITUALES, CELEBRACIÓN Y PATRIMONIO

5. LA ACTIVIDAD CULTURAL MÁS ALLÁ DE LOS DÍAS FESTIVOS


El Bando de los Caballos del Vino realiza jornadas culturales desde hace más de 35 años. En estas jornadas se
aportan los conocimientos y tradiciones más antiguas a la actualidad. El propósito es variado y alcanza mo-
tivos artísticos como son mostrar los avances en las nuevas prácticas del bordado, pero también educativos y
culturales, con diferentes actividades lúdicas en los colegios.

El 21 de noviembre del 2014 fue inaugurada la Casa Museo de los Caballos Vino. Es un inmueble datado del
siglo xviii y situado en pleno casco histórico que muestra la historia y desarrollo de este singular festejo a
través de una destacada colección de piezas utilizadas para enjaezar los caballos desde principios del siglo xx
hasta la actualidad, complementada con diversos audiovisuales que recrean los momentos más significativos
de esta manifestación festiva, antropológica y cultural. El contenido del museo, compuesto por 8 salas, refleja
la implicación de la ciudad en la fiesta, destacando el valor del trabajo en equipo, la salvaguarda de las tradi-
ciones, el respeto al caballo y la fuerza de la juventud. En este edificio podremos encontrar próximamente la
Escuela de Diseño y Bordado, elemento muy valorado para la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad.

6. CONCLUSIONES
La Fiesta de los Caballos del Vino es una forma de vida para los caravaqueños. La implicación de la ciudad al
completo en la fiesta destaca junto al valor del trabajo en equipo, la salvaguarda de las tradiciones, el respeto
al caballo y la fuerza de la juventud, elementos todos ellos muy valorados para la declaración de Patrimonio
Cultural Inmaterial. La supervivencia de la fiesta al paso de los siglos y los valores históricos, religiosos, ar-
tísticos, económicos y antropológicos acumulados hacen que los Caballos del Vino adquieran por sí sola una
personalidad única y digna de conservarse en su esencia y ser difundida, para su disfrute, al mundo entero
porque esta fiesta es patrimonio de todos.

Este año 2020 la candidatura será presentada para su inclusión en la lista de Unesco como Patrimonio Cultu-
ral Inmaterial de la Humanidad. El congreso se iba a celebrar en las fechas del 30 de noviembre hasta el 5 al
diciembre, en la localidad de Kingston (Jamaica), pero debido a la pandemia mundial del Covid-19, se aplaza-
rá para la semana del 14 de diciembre al 19 del mismo año, cambiando también su ubicación a Paris (Francia).

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PROPUESTA PARA REALIZAR UN ATLAS
DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA
REGIÓN DE MURCIA

García Simó, Inmaculada


Antropóloga Social y Cultural. Eurovértice Consultores
García Martínez, Tomás
Documentalista
López Martínez, José Francisco
Técnico Gestión Historia del Arte. Servicio de Patrimonio Histórico

Resumen
El Atlas del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Región de Murcia es un proyecto complejo cuya finalidad es
la salvaguarda del patrimonio inmaterial, realizando una investigación profunda, promoviendo la valoración
y dando a conocer el mismo. Este es el motivo por el que se ha desarrollado un trabajo previo en el que se ana-
liza la situación, se establece la metodología y diseño del futuro Atlas. La categorización del patrimonio inma-
terial, su vinculación con el territorio, la temporalidad con la que se desarrollan las distintas manifestaciones
inmateriales y la difusión y transmisión, son los principales aspectos metodológicos que se han analizado para
la propuesta de las cinco grandes líneas de actuación para el desarrollo del Atlas planteadas.

Palabras clave: Patrimonio inmaterial, catalogación, documentación, antropología, etnología, tradición, ri-
tuales, folklore, cultura.

Abstract
The project for an Atlas of the Intangible Heritage in the Region of Murcia is a complex project whose purpose is
the safeguarding of the intangible heritage, through documentation, research, promotion and dissemination. This
is the reason why a previous work is needed, to analyze the previous situation, and establishing the methodology
and the design of the future Atlas. The categorization of intangible heritage, its link with the territory, the tem-
porality of intangible heritage and the dissemination and transmission, are the main methodological aspects that
have been analyzed for the proposal of the five main lines of action for the Atlas development.

Keywords: Intangible heritage, cataloging, anthropology, ethnology, tradition, rituals, folklore, culture.

1. INTRODUCCIÓN
El Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Edu-
cación y Cultura tiene la intención de desarrollar un Atlas del Patrimonio Cultural Inmaterial (en adelante
PCI) en la Región de Murcia, durante los próximos años, con la finalidad de salvaguardar, mediante el estudio
y la documentación el PCI existente en la Región. La legislación regional en materia de patrimonio cultural,
entiende por bienes inmateriales aquellas instituciones, actividades, prácticas, usos, representaciones, cos-
tumbres, conocimientos, técnicas y otras manifestaciones que constituyan formas relevantes de expresión de
la cultura de la Región de Murcia.

Este amplio objeto de estudio hace necesario, como primer paso, establecer la metodología de trabajo, los
objetivos generales, los plazos y las directrices a seguir para la realización del Atlas. En este sentido, se ha
iniciado el camino a través de la redacción de un Plan Director del Atlas de PCI, cuyo objeto es establecer
dicha metodología y aportar al Servicio de Patrimonio Histórico una hoja de ruta para la implementación
del Atlas.

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Para ello, se analiza la situación de partida del patrimonio inmaterial dentro y fuera de la Región de Murcia,
se realiza un diagnóstico de la situación, y las líneas de trabajo y metodología para el desarrollo del Atlas a im-
plementar. En este artículo se muestran los principales antecedentes en la Región de Murcia y las propuestas
metodológicas que van a regir la elaboración del Atlas.

Figura 1. Cuadrilla de Aledo (6-1-2020).

2. ANTECEDENTES
Para establecer un contexto adecuado de partida para la realización del Atlas, es necesario contar con el bagaje
previo, para lo que se ha realizado un análisis de la situación de partida en la Región del PCI, que incluye las
experiencias previas en catalogación, documentación y protección realizadas desde la Administración regio-
nal, y otras administraciones o entidades, sobre bienes inmateriales del patrimonio cultural.

Desde la Administración regional, el primer gran paso en la incursión del PCI en la gestión del patrimonio
se dio en los primeros años del siglo xxi, con la participación de la Región en la candidatura conjunta del
Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia y el Tribunal de las Aguas de Valencia a Patrimonio In-
material de la Humanidad, primero para la inclusión como Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible
de la Humanidad, cuya candidatura no se llegó a presentar por la entrada en vigor de la Convención de la
UNESCO que propició el cambio del sistema de listas, y finalmente a la Lista Representativa del Patrimonio
Inmaterial de la Humanidad, logrando su inscripción en 2009.

En el año 2005 se redactó el Plan de Gestión y Protección del Patrimonio Etnográfico en la Comunidad Autó-
noma de la Región de Murcia, que definía las actuaciones a realizar en el periodo 2006-2009. Este plan preveía
actuaciones para el PCI, especialmente la realización de un preinventario de patrimonio inmaterial, ya que
hasta el momento no se había desarrollado ninguna labor de sistematización y estudio del PCI en la Región.

En el mismo período de tiempo se trabajaba en la elaboración de la Ley de ámbito regional sobre el patrimo-
nio: Ley 4/2007, de 16 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
La entrada en vigor de esta Ley supuso un avance respecto a la legislación previa vigente en relación al PCI,
superando las limitaciones de la Ley 16/1985, en cuanto a su reconocimiento y protección, ya que permite

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que los bienes inmateriales puedan ser incluidos en los tres niveles de protección mencionados en dicha Ley,
pudiendo existir bienes inmateriales Inventariados, Catalogados por su relevancia cultural, y Bienes de Interés
Cultural.

Figura 2. Romería de la Virgen de la Soledad al Monte Calvario, Cartagena (11-3-2018).

Fue entre los años 2006 y 2008, cuando se realizó el principal esfuerzo en documentación del PCI desde la Ad-
ministración Pública regional, en el marco de las acciones del proyecto europeo MEDINS. Identity is Future.
The Mediterranean Intangible Space, de la convocatoria Interreg IIIB MEDOC, de cuyo consorcio la Región
formó parte como socio. El Proyecto se dividía en una serie de acciones, en las que participaban todos o al-
guno de los socios, según se establecía en el mismo. La Región de Murcia participó en acciones de estudio del
PCI a distintos niveles (legislación y catalogación, a nivel de programación de políticas europeas y regionales
para el período 2007-2013), diseño y desarrollo de la Base de Datos de Patrimonio Cultural Inmaterial, diseño
y ejecución de una primera fase de trabajo de campo (que incluía una primera aproximación documental a
los bienes inmateriales, la recogida de información para la elaboración de un inventario y la catalogación de
32 manifestaciones), y también un análisis de tipo económico aplicado al PCI con el fin de establecer posibles
vías de perpetuación y dinamización del mismo. Durante el desarrollo del Proyecto, también le correspondió
la organización de uno de los seminarios transnacionales, celebrado en Murcia los días 15 y 16 de febrero de
2007, sobre la temática de la definición de sistemas de catalogación y la publicación de sus actas. Durante los
años del Proyecto se dio cumplimiento de las acciones descritas y el cronograma previsto en el plan de trabajo
como socio participante.

De las cuestiones que nos ocupan, son las de diseño y ejecución de las fichas para la catalogación y trabajo de
campo, los mecanismos desarrollados para la implicación de las personas interesadas, y el diseño y ejecución
de la base de datos de patrimonio inmaterial, las más relevantes para su análisis como antecedente directo del
Atlas.

El fin último de las fichas era una documentación profunda de las manifestaciones del PCI en toda su com-
plejidad y dimensiones culturales. La ficha diseñada se volcó en una base de datos en Microsoft Access, en
la que la información se distribuía en pestañas y en la que se recogía la identificación completa del bien, su
localización territorial y formas de acceso, las tipologías de PCI en la que se enmarca, las fechas de elabo-
ración y actualizaciones posteriores, así como toda la documentación gráfica, audiovisual, cartográfica y
sonora que se hubiera recogido durante el trabajo de campo. La siguiente pestaña describía detalladamente a
los participantes, modo de organización, duración y secuencias temporales, las formas de financiación y los
espacios asociados. También se estipuló la conexión con los bienes inmuebles y muebles asociados al bien

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Inmaculada García Simó, Tomás García Martínez y José Francisco López Martínez

inmaterial, recogiendo su información de referencia


y permitiendo la visualización del registro del bien
inmueble o mueble en su base de datos. Otra pestaña
permitía la descripción de otros bienes inmateriales
asociados a la expresión, para que quedaran enlaza-
dos los registros al realizar las consultas. En otra pes-
taña se llevaba a cabo el análisis del bien, incluyendo
historia, uso y función, transformaciones, valores
y pautas culturales que se transmiten así como los
colectivos implicados en su transmisión y el estado
del entorno. También se recogían propuestas para
fomentar, difundir, proteger el PCI en un plan de
acción, así como las fuentes documentales, biblio-
gráficas y los datos de los informantes de referencia
que habían participado en la elaboración del registro Figura 3. Base de datos del PCI desarrollada durante el proyecto
(Fig. 3). MEDINS (Región de Murcia).

El resultado de tal nivel de detalle dio lugar a unas fichas muy extensas con una gran variedad de apartados
que durante el trabajo de campo no siempre fueron entendidos por las personas que documentaron el PCI,
dando además como resultado que el tiempo invertido en el desarrollo de cada registro resultara extenso y
farragoso. Los tiempos y otros requerimientos y actuaciones del proyecto imposibilitaron que se pusieran en
práctica las actuaciones de difusión, valorización, dinamización e investigación diseñadas. Desafortunada-
mente, una vez finalizado el Proyecto y ya en plena crisis económica el resto de actuaciones planificadas se
paralizaron por falta de presupuesto y personal para realizarlas.

Tras la finalización del Proyecto desde la Administración regional no se ha trabajado sobre el PCI de manera
planificada y sistematizada, sino siguiendo las necesidades marcadas por las solicitudes existentes en cada
momento para la declaración de Bien de Interés Cultural inmateriales, y las candidaturas a la Lista Represen-
tativa de la UNESCO.

De este modo se ha venido trabajando en expedientes para la declaración como Bien de Interés Cultural
inmaterial que en algunos casos han estado relacionadas con la candidatura de estos elementos a la Lista Re-
presentativa del PCI de la Humanidad de la UNESCO: Consejo de Hombres Buenos, Tamboradas de Mula y
Moratalla, Caballos del Vino, Cantes Mineros y de Levante de Cartagena, la Tradición del Bordado de Lorca
y la Mañana de Salzillo de Murcia.

Asociado a lo anterior, la Región de Murcia ha participado en la preparación de las candidaturas del Consejo
de Hombres Buenos y el Tribunal de Regantes de Valencia (junto con la Comunidad Valenciana), además de la
del Flamenco (junto con Andalucía y Extremadura) y las Tamboradas (junto con Andalucía, Aragón, Castilla
La Mancha y Valencia), ya inscritas en la Lista Representativa de la UNESCO. También ha dado soporte para
que otras instituciones puedan presentar las candidaturas de la Dieta Mediterránea, los Caballos del Vino de
Caravaca de la Cruz, la Artesanía del Bordado lorquino y la Mañana de Salzillo.

Según los datos recabados, desde la entrada en vigor de Ley 4/2007, del Patrimonio Cultural de la Región de
Murcia, que dio lugar a la declaración de bienes inmateriales con alguna de las categorías de protección, se
han inscrito dos elementos con la categoría de Catalogados por su relevancia cultural y trece con la categoría
de BIC. También, y tras la entrada en vigor de la Ley 10/2015, para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural
Inmaterial nacional se han inscrito tres Manifestaciones Representativas del Patrimonio Cultural Inmaterial
a través de esta figura.

• Catalogado por su relevancia cultural: Escuela Bolera de Fuente Álamo, Las Pitanzas de Librilla.
• Bien de Interés Cultural: El Consejo de Hombres Buenos, Cantes Mineros y de Levante de Cartage-
na-La Unión, Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz, Fiesta de las Cuadrillas de Barranda, Fiestas
de la Virgen del Castillo de Yecla, Fiesta de los Toros en la Región de Murcia, Fiesta de los Tambores o
Tamborada, Tradición del Bordado en Lorca, Dieta Mediterránea, La Aurora Murciana. Los Auroros
de la Región de Murcia, El trovo y la actividad trovera en la Región de Murcia, La Mañana de Salzillo
y la Vela latina en el Mar Menor.

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PROPUESTA PARA REALIZAR UN ATLAS DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA REGIÓN DE MURCIA

• Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, Ley 10/2015, de 26 de mayo: Tras-
humancia y Vías Pecuarias de la Región de Murcia, Semana Santa y las Composiciones de Banda de
Música de la Región de Murcia.

3. MARCO PARA LA PROPUESTA METODOLÓGICA


Los aspectos metodológicos a tener en cuenta para la realización del Atlas de Patrimonio Inmaterial de la
Región de Murcia, son cuestiones comunes que se han planteado de manera recurrente durante el diseño
y desarrollo de proyectos de documentación y salvaguardia del PCI en los distintos territorios que los han
puesto en práctica.

3.1. Categorización del PCI


Se han revisado diferentes categorizaciones de los bienes que integran el patrimonio inmaterial en los casos
revisados. Los rangos abarcan de las 4 categorías establecidas en el Atlas Andaluz, a las 11 categorías estable-
cidas en la Base de Datos de PCI de la Región de Murcia. El nivel de detalle varía aunque es posible normal-
mente la integración de unas categorías más detalladas en otras más genéricas.

Estudiado el caso regional en profundidad, estimamos necesario establecer una categorización más genérica
para el desarrollo del Atlas, de modo que se simplifiquen las categorías y resulten más comprensibles para su
posterior difusión. Para ello, se propone la categorización en las siguientes tipologías:
• Creencias y rituales festivos.
• Expresiones musicales, sonoras, escénicas, juegos y deportes tradicionales.
• Conocimientos tradicionales sobre actividades productivas, procesos y técnicas.
• Tradición oral.
• Formas de alimentación.
• Formas de sociabilidad colectiva y organizaciones.

3.2. El papel del territorio


Es necesario referenciar el patrimonio inmaterial con el territorio en el que se genera, que le da sentido y lo
explica. Las formas de vida, las creencias, los valores, los oficios que llevamos a cabo están condicionados por
nuestra relación con el entorno, el paisaje, y los recursos del territorio. Es en este sentido, que hablamos del
carácter del patrimonio inmaterial como elemento caracterizador del territorio, definiendo la singularidad de
un territorio a través de las prácticas tradicionales de sus habitantes.

Por este motivo, el concepto territorial que normalmente se usa para la catalogación del patrimonio cul-
tural, el municipio, no se corresponde con las necesidades de los bienes inmateriales, que requieren de
conceptos más elásticos que permitan definir unos límites amplios con unas características físicas, demo-
gráficas e históricas similares, como son las comarcas, que en el caso de la Región tienen características muy
heterogéneas.

Esta unidad territorial sigue siendo la más adecuada para caracterizar el territorio, explicando la diversidad de
paisajes, aprovechamientos, oficios, etc. que trascurren desde el Mediterráneo a la Meseta castellana, pasando
por sierras y valles fluviales, incluyendo entre sus particularidades territoriales un mar interior.

Determinadas por las circunstancias ambientales aquí descritas, hemos de destacar la existencia de 10 grandes
comarcas naturales de la Región de Murcia, que engloban a sus 45 municipios, en las que se desarrollará la
territorialización del Atlas. En estas comarcas, se tendrán en cuenta los trabajos y recursos del territorio, tales
como los Grupos de Acción Local para el Desarrollo Rural, y el Grupo de Acción Local de Pesca y Acuicultura
de la Región de Murcia, así como los espacios naturales y sus órganos gestores:
• Altiplano
• Noroeste
• Alto Guadalentín
• Bajo Guadalentín
• Huerta de Murcia

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• Campo de Cartagena y Mar Menor


• Río Mula
• Oriental
• Vega Media del Segura
• Valle de Ricote y Cieza

3.3. La temporalidad
La vida tradicional, en líneas generales, ha estado marcada por la religiosidad popular y las labores agrícolas.
Estas dos facetas de la vida han marcado la presencia de manifestaciones culturales como fiestas, arquitectura
popular, gastronomía, etc., relacionadas con el calendario laboral y festivo anual.

A lo largo del calendario festivo anual se podrán documentar los rituales festivos, creencias, danzas, expre-
siones musicales y gastronomía asociados. Los ciclos, basados tanto en la religiosidad popular, que abarcan
la Navidad, Semana Santa, Cruces de Mayo, Difuntos, así como las festividades patronales, como en las festi-
vidades paganas como las celebraciones rememorando hechos históricos, se encuentran relacionadas con los
diferentes cambios estacionales, al igual que las actividades agropecuarias y pesqueras tradicionales (Fig. 4).

3.4. La difusión y transmisión del patrimonio


Uno de los grandes papeles que están desarrollando experiencias como el Atlas Andaluz es el de difundir, dar
a conocer, realizar publicaciones atractivas y periódicas de los bienes integrantes del Atlas. Esta es una de las
cuestiones fundamentales que desde la Convención de la UNESCO hasta la actualidad, menos se ha trabajado
en el ámbito regional, con la excepción de algunas publicaciones puntuales o relacionadas con bienes inmate-
riales con candidaturas a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Existe una preocupación compartida entre los profesionales del sector sobre la necesidad de conocimiento,
sensibilización social y desarrollo de mecanismos de transmisión a través de la educación formal e informal
como herramientas fundamentales para la salvaguardia del PCI. Para lograrlo, es importante la colaboración
entre las diferentes instituciones culturales y educativas para trabajar de forma coordinada.

Es fundamental que el Atlas cuente con una continuidad e impacto en la sociedad, a través de la difusión de
sus resultados de modo que la población conozca y valore adecuadamente el PCI. Para lograrlo se propone
publicaciones en distintos formatos, realización de audiovisuales y materiales didácticos basados en el Atlas,
así como la organización de seminarios, jornadas y colaboraciones con otros agentes del territorio.

Figura 4. Ofrenda del Trigo del Jueves Santo en Guadalupe (Murcia).

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PROPUESTA PARA REALIZAR UN ATLAS DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA REGIÓN DE MURCIA

4. FASES PARA EL DESARROLLO DEL ATLAS DE PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL


4.1. Mapa inicial
Una de las primeras tareas a realizar será un trabajo colaborativo de investigación para identificar de manera
preliminar las manifestaciones del PCI presentes en el territorio. Para ello se realizará una búsqueda docu-
mental sobre las distintas manifestaciones del PCI en la Región, se clasificarán por comarcas identificando así
a los autores que investigan cada temática en cada territorio.

Estos autores se convertirán en informantes para la siguiente fase, estableciendo mecanismos para su implica-
ción en la elaboración del Atlas, de manera participativa. Del mismo modo, se propone la realización de una
encuesta para entrevistar a los especialistas, así como el establecimiento de reuniones virtuales individuales o
en grupo, según las temáticas a trabajar.

4.2. Directrices para el desarrollo del Atlas


El Atlas se desarrollará en un marco temporal plurianual, debido a los factores ya mencionados del ámbito terri-
torial a abarcar, las diez comarcas identificadas suponen un vasto territorio, y del ámbito temporal, ya que se tie-
ne que completar el ciclo anual en un territorio para dar por válido un trabajo de campo con cierta rigurosidad.

El desarrollo del Atlas se desarrollará en torno a cuatro grandes Líneas de Actuación:


• LA01. Estructura de las fichas para el registro documental. En esta primera línea de actuación, se
desarrollarán los campos, las categorías, y la estructura de la base de datos web o contenedor que
recogerá la información del Atlas.
• LA02. Diseño y realización del trabajo de campo para la recogida de información. El trabajo de campo
se realizará por todo el territorio regional en dos campañas anuales de recogida de información, dis-
tribuidas en las distintas comarcas. Se realizará el trabajo de campo con criterio extensivo, abarcando
toda la Región de Murcia, y también participativo, implicando en su elaboración a los practicantes e
investigadores interesados. Durante el mismo, se pondrán en práctica las técnicas de investigación
propias de la antropología social y cultural, como la observación participante, las entrevistas a per-
sonas clave, la realización de fotografías, grabaciones audiovisuales y sonoras. Toda esta información
será volcada en la base de datos y redactada en las fichas elaboradas, y será validada por la Adminis-
tración para asegurar su calidad.
• LA03. Difusión de resultados. Paralelamente a la recogida de información, y una vez finalizada y vali-
dada la primera campaña de trabajo de campo, se publicarán los resultados a través de la página web,
se realizarán ediciones monográficas de elementos puntuales y también audiovisuales que puedan
servir para dar a conocer los bienes inmateriales. Estas mismas medidas se pondrán en práctica tras
la segunda campaña de recogida de datos, añadiendo además, la publicación en papel si así se estima
conveniente una vez abarcadas todas las categorías y territorios estudiados.
• LA04. Transmisión mediante la educación formal e informal. Un aspecto fundamental para la salva-
guardia del PCI es la transmisión del mismo a las generaciones futuras, para garantizar su pervivencia.
En este sentido, muchos rituales festivos cuentan con versiones infantiles o promueven la participa-
ción de los niños para favorecer su implicación en el acto. Esta cuestión se abordará y profundizará
con la ayuda de las comunidades implicadas, para establecer medidas en esta línea.
• LA05. Propuestas para la protección del PCI. El último pilar del Atlas, es el de establecer propuestas
para la protección de bienes inmateriales de entre los que se hayan identificado durante el trabajo de
campo. En este sentido, se estudiará la viabilidad de establecer propuestas para el inventario colectivo
de manifestaciones recogidas en el Atlas.

5. BIBLIOGRAFÍA
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ESTUDIOS E INTERVENCIONES
EN EL PATRIMONIO PALEONTOLÓGICO
LA SECCIÓN DE QUIBAS-SIMA (ABANILLA,
MURCIA): LA PRIMERA SECUENCIA CONTINUA
DE VERTEBRADOS CONTINENTALES DE EDAD
PRE-JARAMILLO A JARAMILLO DE EUROPA

Piñero, Pedro
CONICET, Sección Mastozoología, Museo de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad
Nacional de La Plata (Buenos Aires, Argentina)
Agustí, Jordi
ICREA, Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats
Oms, Oriol
Departament de Geologia, Universitat Autònoma de Barcelona

Resumen
La secuencia de vertebrados del Pleistoceno inferior de Quibas-Sima (Abanilla, España) es única en Europa
por su edad. La información magnetoestratigráfica disponible junto a la asociación de pequeños vertebrados
permite de manera fiable constreñir la edad de los diferentes niveles de la sección. Desde la reanudación de
las intervenciones paleontológicas en 2014 en el yacimiento de Quibas, se han podido recuperar numerosos
restos fósiles. Se dispone así de una sucesión continua de pequeños vertebrados que incluye representantes de
las familias Bufonidae, Pelodytidae, Testudinidae, Gekkonidae, Blanidae, Lacertidae, Colubridae, Viperidae,
Soricidae, Erinaceidae, Rhinolophidae, Vespertilionidae, Muridae, Gliridae, Sciuridae, Leporidae y Ochoto-
nidae. La sección incluye siete niveles estratigráficos (QS-1 – QS-7) de los cuales cinco han ofrecido restos
fósiles de vertebrados (QS-1 a QS-4, y QS-7). El nivel más basal (QS-1) registra una polaridad inversa asig-
nada al subcrón pre-Jaramillo dentro de Matuyama, entre 1,2 y 1,07 Ma. Las unidades intermedias (QS-2 a
QS-5) han registrado una polaridad normal correlacionada directamente con el subcrón Jaramillo (entre 1,07
y 0,99 Ma), mientras que los niveles superiores (QS-6 y QS-7) registran una polaridad inversa post-Jaramillo,
entre 0,99 y 0,78 Ma. El subcrón Jaramillo es especialmente importante en relación a las primeras dispersiones
humanas en Europa occidental. Sin embargo, las faunas de vertebrados que se han podido correlacionar de
manera inequívoca con el subcrón Jaramillo en Europa son extremadamente raras. Por lo tanto, el análisis
de la secuencia de Quibas-Sima permite caracterizar la asociación de vertebrados sincrónica a este episodio
paleomagnético en el sur de la Península Ibérica, y contribuir así al avance en el conocimiento de los eventos
bióticos y climáticos que tuvieron lugar en el sur de Europa al inicio de la transición Pleistoceno inferior-me-
dio, previo al límite Matuyama-Bruhnes (0,78 Ma). Se ha detectado una progresiva reducción de la cobertura
forestal al inicio del evento Jaramillo.

Palabras clave: Pleistoceno inferior, Quibas, vertebrados, Jaramillo, magnetobioestratigrafía.

Abstract
The early Pleistocene vertebrate sequence of Quibas-Sima (Abanilla, Spain) is unique in Europe because of its age.
The available magnetostratigraphic information together with the small vertebrate association, allow to reliably
constrain the age of the different units of the section (QS-1 to QS-7). Since the resumption of palaeontological in-
terventions in 2014 at the Quibas site, numerous fossil remains have been recovered, with a continuous small ver-
tebrate succession that includes representatives of the families Bufonidae, Pelodytidae, Testudinidae, Gekkonidae,
Blanidae, Lacertidae, Colubridae, Viperidae, Soricidae, Erinaceidae, Rhinolophidae, Vespertilionidae, Muridae,
Gliridae, Sciuridae, Leporidae and Ochotonidae. The section includes seven stratigraphic levels (QS-1 – QS-7).
Five of them have yielded fossil vertebrate remains (from QS-1 to QS-4, QS-7).The basal unit of the section has
recorded a reversed polarity assigned to the pre-Jaramillo Matuyama, between 1.2 and 1.07 Ma. The intermedi-

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Pedro Piñero, Jordi Agustí y Oriol Oms

ate units (from QS-2 to QS-5) have recorded a normal polarity correlated directly with the Jaramillo subchron
(between 1.07 and 0.99 Ma), while the upper units record the post-Jaramillo reverse polarity, between 0.99 and
0.78). Jaramillo subchron is especially significant regarding the earliest hominin dispersal in Western Europe.
However, vertebrate faunas unambiguously correlatable with Jaramillo subchron are extremely rare in Europe.
Thereby, the study of the Quibas-Sima sequence allows to characterize the vertebrate association synchronous
to this paleomagnetic episode in southern Iberian Peninsula, and contributes to increase knowledge of the biotic
and climatic events that took place in southern Europe at the beginning of the early-middle Pleistocene transition,
prior to the Matuyama-Brunhes boundary (0,78 Ma). A progressive reduction in forest cover in the onset of the
Jaramillo subchron has been detected.

Keywords: Early Pleistocene, Quibas, vertebrates, Jaramillo, magnetobiostratigraphy.

1. INTRODUCCIÓN
El subcrón C1r-1n (1.07-0.99 Ma), más conocido como Jaramillo, es un importante marcador estratigráfico
dentro del Pleistoceno inferior. Se trata de un intervalo geomagnético de gran interés y relevancia en relación
a las primeras evidencias de ocupación humana en Europa Occidental (Barranco León 5, Fuente Nueva 3,
Sima del Elefante 9c, Le Vallonet) (Oms et al., 2000; Carbonell et al., 2008; Toro-Moyano et al., 2013; Michel
et al., 2017). Desafortunadamente, las sucesiones de vertebrados continentales inmediatamente anteriores o
posteriores a esta inversión paleomagnética son escasas en Europa (Duval et al., 2012; Minwer-Barakat et al.,
2011; Cuenca-Bescós et al., 2015), mientras que las faunas de vertebrados correlacionadas inequívocamente
con el subcrón Jaramillo son extremadamente raras. En Europa del Este, los micromamíferos de Ostrogozh,
en la sección de Korotoyak (Rusia), se correlacionaron con el subcrón Jaramillo a partir de evidencias paleo-
magneticas (Semenov, 1994). En Europa Occidental, la secuencia de Colle Curti (Italia central) cubre una
parte del cron Matuyama que incluye el subcrón Jaramillo (Coltorti et al., 1998). La sección de Castagnone
(norte de Italia) registra depósitos con polaridad normal y restos de microfauna que se correlacionaron con
este evento (Giraudi et al., 2003). El yacimiento de Untermassfeld (Alemania) se correlacionó también con el
subcrón Jaramillo (Kahlke, 2000). La secuencia de polaridad normal registrada en los depósticos arqueoló-
gicos de Le Vallonnet (Francia) fue primero correlacionada con el subcrón Jaramillo, pero posteriormente se
asoció al subcrón Cobb Mountain, algo más antiguo, de acuerdo a resultados de U-Pb en combinación con
datos paleomagnéticos (Michel et al., 2017). En España, el subcrón Jaramillo ha sido directamente identifi-
cado en la sección de Torrent de Vallparadís (Terrassa, Barcelona) en los niveles fosilíferos EVT10 y EVT12
(Minwer-Barakat et al., 2011). Hasta el momento, esta sección representa la única de la península ibérica
donde este evento normal se ha podido identificar de forma fiable. A pesar de la excelente sucesión bioestra-
tigráfica en torno al subcrón Jaramillo registrada tanto en el yacimiento de la Sima del Elefante como en el de
Gran Dolina (Atapuerca, Burgos), en ninguno de ellos se han identificado niveles fosilíferos coetáneos a este
subcrón (Cuenca-Bescós et al., 2015; Parés et al., 2018). Del mismo modo, aunque la cuenca de Guadix-Baza
ha ofrecido uno de los mejores registros continuos de vertebrados continentales desde el Mioceno superior al
Pleistoceno medio de Europa Occidental, existe un hiato biostratigráfico que cubre justamente los depósitos
coetáneos al evento Jaramillo (Agustí et al., 1999).

El yacimiento paleontológico de Quibas (Abanilla, Murcia) es un complejo kárstico de cavidades rellenas


con sedimentos del Pleistoceno inferior. El excelente estado de conservación del registro fósil de este yaci-
miento, así como su riqueza y gran diversidad faunística, ofrece una oportunidad excelente para la mejora
del conocimiento sobre los cambios climáticos y faunísticos que tuvieron lugar en el sur de Europa durante
la transición del Pleistoceno inferior al medio (ca. 1,2 – 0,7 Ma). Precisamente, esta transición se caracteri-
za por un cambio fundamental en la ciclicidad climática de la Tierra, con una fuerte intensificación de los
periodos glaciares. El incremento de la severidad y duración de los estados fríos desencadenó profundos
cambios en la biota y el paisaje físico, principalmente en el hemisferio norte. En el yacimiento de Quibas
se han identificado hasta la fecha más de 70 especies de vertebrados e invertebrados (Montoya et al., 1999,
2001; Piñero et al., 2018, 2019, y sus referencias). Las principales estructuras del yacimiento de Quibas con-
sisten en una galería denominada Quibas-Cueva (hasta 5 metros de anchura, 9 metros de altura y más de
30 metros de longitud) y una estructura vertical conocida como Quibas-Sima (12 metros de profundidad
y hasta 2 metros de anchura) (Fig. 1). La secuencia de Quibas-Sima contiene hasta 7 niveles detríticos bien
diferenciados (QS-1 a QS-7). Los niveles QS-1 a QS-4 y QS-7 han ofrecido restos fósiles de vertebrados,
mientras que QS-5 y QS-6 son estériles excepto por la presencia de restos de gasterópodos (Piñero et al.,
2018, 2019).

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EDAD PRE-JARAMILLO A JARAMILLO DE EUROPA

Las intervenciones en el yacimiento de Quibas, paralizadas desde 2009, se reiniciaron en el año 2014 con la
finalidad de esclarecer la serie de eventos bióticos y climáticos acaecidos durante el final del Pleistoceno in-
ferior, momento en el que aparecen los primeros registros humanos en Europa (Orce y Atapuerca). Entre los
trabajos que se han realizado desde entonces, se cuenta con un estudio paleomagnético. El paleomagnetismo,
en combinación con la biocronología, permite a menudo proporcionar una edad fiable para las rocas sedi-
mentarias. El objetivo de este estudio es proporcionar una edad precisa de la sección de Quibas-Sima y de la
base de Quibas-Cueva sobre la base de su magnetoestratigrafía y datos paleontológicos, así como realizar una
inferencia paleoambiental de acuerdo a las afinidades ecológicas de los taxones hallados (Fig. 1).

Figura 1. Vista frontal del complejo kárstico de Quibas marcando sus dos principales estructuras.

2. MATERIAL Y MÉTODOS
La muestra de Quibas-Sima incluye un total de 2.300 restos identificados correspondientes a al me-
nos 28 taxones de microvertebrados (Piñero et al., 2019). Para este primer estudio paleomagnético en
el yacimiento de Quibas, se tomaron 50 muestras de la sección de Quibas-Sima con un taladro eléctri-
co. Cada muestra consistió en un único núcleo que si presentaba el tamaño adecuado se dividió en va-
rias muestras, hasta contar con un total de 70 especímenes. Estas muestras fueron sometidas a una
desmagnetización térmica escalonada y a la medición de la remanencia en un magnetómetro criogé-
nico triaxial en el Laboratorio de Paleomagnetismo de la Universidad de Barcelona (SCT-CSIC). Para
este estudio se utilizó el desmagnetizador térmico TSD-1 (Schonstedt), mientras que la susceptibili-
dad magnética de masa se midió con el susceptibilímetro KLY-2 (Geofyzika Brno). Se aplicó a las mues-
tras estudiadas un protocolo de desmagnetización térmica que incluía de 8 a 13 pasos. Este protoco-
lo iba desde la magnetización remanente natural (NRM, “Natural Remanent Magnetization”) hasta los

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600 ºC. También se tomó una muestra de la parte basal de la sección lateral (Quibas-Cueva) con unos pocos
núcleos adicionales.

3. RESULTADOS
La secuencia de Quibas-Sima ha liberado una gran cantidad de restos de microvertebrados. Los niveles
QS-6 y QS-5 resultan estériles en cuanto a material de vertebrados, mientras que los niveles QS1 a QS-4
y QS-7 ofrecen restos tanto de microfauna como de macrofauna (Piñero et al., 2018, 2019). La asociación
de pequeños vertebrados incluye anfibios (Bufonidae, Pelodytidae), reptiles (Testudinidae, Gekkonidae,
Blanidae, Lacertidae, Colubridae, Viperidae), insectívoros (Soricidae, Erinaceidae), murciélagos (Rhinolo-
phidae, Vespertilionidae), roedores (Arvicolinae, Muridae, Gliridae, Sciuridae) y lagomorfos (Leporidae,
Ochotonidae).

Los gráficos de desmagnetización de la sección de Quibas-Sima muestran tanto polaridades inversas como
polaridades normales. Las pocas muestras de Quibas-Cueva muestran solo polaridades inversas. En algunos
especímenes se observan valores inconsistentes, como una inclinación positiva y una declinación hacia el sur,
que pueden ser el resultado de procesos posteriores a la deposición, como la inclinación o la reelaboración.
Los valores del componente característico (declinación e inclinación) se utilizaron para calcular la latitud del
polo geomagnético virtual (VGP, “Virtual Geomagnetic Pole”). Los valores de estas latitudes se utilizan para
construir una magnetoestratigrafía local. Debido a que cada nivel de muestreo estratigráfico suele estar re-
presentado por una o dos muestras (34 y 16 casos, respectivamente), no se puede calcular la media por nivel
para toda la sección. Así pues, la evaluación de la calidad de las muestras se realiza integrando todos los datos
pertenecientes a cada nivel estratigráfico/paleontológico (Fig. 2). En el nivel QS-1, la polaridad observada es
principalmente inversa, con la mayoría de las muestras agrupadas en torno a valores consistentes (es decir,
inclinaciones hacia el sur y negativas). Por otra parte, en los niveles QS-2 y QS-3 se detectan polaridades cla-
ramente normales, con valores medios coherentes que apuntan hacia el norte y tienen inclinaciones positivas.
El nivel QS-4 es menos consistente, pero las latitudes VGP son predominantemente normales (Fig. 2). QS-5
tiene latitudes VGP y polaridades normales consistentes. En los niveles QS-6 y QS-7 se han podido obtener
pocas muestras y, aunque los resultados pueden estar bastante dispersos, las latitudes VGP son inversas. En
cuanto a las pocas muestras tomadas de la base de la estructura de Quibas-Cueva, estas mostraron polaridades
claramente inversas (Fig. 2).

Figura 2. Niveles estratigráficos (coincidentes con los niveles de muestreo de micromamíferos) y resultados magnetoestratigráficos de la
sección de Quibas-Sima.

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EDAD PRE-JARAMILLO A JARAMILLO DE EUROPA

4. PALEOECOLOGIA
El nivel más bajo de la secuencia de Quibas-Sima (QS-1) está caracterizado de forma general por una asocia-
ción diversificada de pequeños vertebrados, incluyendo anuros, lagartos, serpientes, insectívoros, murciéla-
gos, roedores y lagomorfos. Muchos de estos elementos se relacionan con formas vivientes que son indicativas
de un clima Mediterráneo como Blanus cinereus, Tarentola mauritanica y Rhinolophus ferrumequinum. La
presencia del insectívoro Neomys sp., el múrido Apodemus sylvaticus, y la ardilla Sciurus sp. en QS-1 es indi-
cativo del desarrollo de un hábitat boscoso bajo condiciones relativamente húmedas en la sierra de Quibas
durante su depósito. La existencia de condiciones favorables se confirma además por la alta diversidad de
murciélagos presentes en este nivel (Rhinolophus ferrumequinum, Rhinolophus euryale, Rhinolophus hipposi-
deros, Myotis nattereri y Miniopterus cf. horaceki). Se ha observado un cambio significativo en la composición
de pequeños vertebrados entre este nivel y los suprayacentes (QS-2 a QS-4). Este cambio implica la desapa-
rición en los niveles más jóvenes de especies asociadas a hábitats boscosos y cuerpos acuáticos tales como
Sciurus aff. magistri y Neomys sp. respectivamente, así como una disminución en la diversidad de murciélagos.
Entre los reptiles, este cambio se observa en la aparición de especies con una preferencia por áreas secas y de
matorral tales como el quelónido Testudo sp. y las serpientes Malpolon monspessulanus y Vipera latastei. A
estos taxones se une el erizo Erinaceus sp. que, aunque se considera una forma generalista, usualmente habita
espacios abiertos. Por tanto, la asociación faunística de Quibas-Sima apunta hacia una progresiva reducción
de la cobertura arbórea desde QS-1 hacia QS-4. La sección se divide claramente en dos episodios paleoam-
bientales: el primero (nivel QS-1) se caracteriza por la presencia de un hábitat boscoso en mosaico con con-
diciones moderadamente húmedas, y el segundo (QS-2, QS-3, QS-4) es indicativo de un paisaje más abierto
con condiciones ambientales relativamente más secas.

5. CORRELACIÓN MAGNETOBIOESTRATIGRÁFICA
La presencia conjunta del múrido Castillomys rivas y un representante arcaico del arvicólido Allophaiomys en
Quibas-Sima y en la parte baja de Quibas-Cueva permite emplazarlos en el Pleistoceno inferior tardío (Biha-
riense) (Piñero et al., 2015, 2016). La edad de estas dos secciones puede ser constreñida de forma más precisa
a través de la correlación de las polaridades obtenidas con la escala de tiempo de polaridad geomagnética
(GPTS, “Geomagnetic Polarity Time Scale”) y los datos bioestratigráficos disponibles con los de otros yaci-
mientos del Pleistoceno inferior tardío de la Península Ibérica tales como Fuente Nueva-3 (FN-3), Vallparadís
(EVT), Cueva Victoria (CV) y Gran Dolina (TD). Toda la parte baja de Quibas-Cueva registra una polaridad
inversa, mientras que la sección de Quibas-Sima registra una secuencia de polaridad inversa-normal. Así,
mientras el nivel QS-1 se incluye en un intervalo inverso, los niveles QS-2 a QS-5 han proporcionado una
polaridad normal. A esto se añade el registro de una segunda polaridad inversa en QS-6 y QS-7. De acuerdo al
contenido en micromamíferos, la sección inversa de Quibas-Cueva y la base inversa de Quibas-Sima se pue-
den correlacionar, compartiendo ambas la presencia de Neomys sp. y Castillomys rivas, así como Apodemus
sylvaticus, Sciurus aff. magistri, Allophaiomys sp. y Eliomys quercinus, entre otros. Los datos paleomagnéticos
de FN-3 muestran que este yacimiento se emplaza en un cron inverso identificado como Matuyama superior
(Álvarez et al., 2015). Los datos radiométricos indicaron que FN-3 se localiza bajo el subcrón Jaramillo (Duval
et al., 2012). Duval et al. (2012) y Lozano-Fernández et al. (2015) dataron FN-3 en ca. 1,2 Ma. Quibas-Sima
comparte con este yacimiento la presencia de una especie endémica de Allophaiomys (Allophaiomys sp.), lo
que sugiere una edad muy próxima. Sin embargo, la presencia de Neomys en Quibas-Sima, un género aún au-
sente en FN-3 donde su ancestro Asoriculus todavía se registra, indica que QS-1 es algo más joven que FN-3.
De esta forma, se puede descartar la correlación de la polaridad inversa observada en QS-1 con el intervalo
pre-Olduvai de Matuyama.

Por otro lado, los últimos ejemplares del múrido Castillomys se registran en el nivel de Cúllar-Baza B (Agustí
et al., 1999), un nivel correlacionado con la parte más alta del cron Matuyama, inmediatamente antes del lí-
mite Matuyama-Bruhnes (entre 0,99 y 0,78 Ma). Castillomys ya está ausente en los niveles más altos de Gran
Dolina (TD4 a TD7), algo posteriores al subcrón Jaramillo pero anteriores al límite Matuyama-Bruhnes, en
torno a 0,9 Ma (Cuenca-Bescós et al., 2015; Parés et al., 2018). Por tanto, este género se extingue antes del
límite Pleistoceno inferior-medio. La presencia de Castillomys en los niveles estudiados permite descartar
la asignación de la polaridad normal de QS-2 a QS-5 al cron Bruhnes. Esto se confirma por el registro de
una polaridad inversa en los niveles suprayacentes QS-6 y QS-7. Además, el arvicólido encontrado en Qui-
bas está ya ausente en el cercano yacimiento de Cueva Victoria, donde este ha sido reemplazado por un
arvicólido más avanzado (Allophaiomys chalinei). Cueva Victoria se correlacionó con la parte alta del cron

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Matuyama, entre Jaramillo y Bruhnes, en torno a 0,9 Ma (Gibert et al., 2016). Los yacimientos de Quibas
son también más antiguos que los niveles de EVT12 y EVT10, de la sección de Vallparadís. Estos dos niveles
están emplazados en un cron normal que se ha correlacionado con el subcrón Jaramillo (Minwer-Barakat et
al., 2011). En estos niveles el arvicólido Iberomys huescarensis está ya presente, mientras que este taxón no ha
aparecido en ningún nivel de Quibas-Sima, lo que apunta hacia una edad algo más antigua. Así, a diferencia
de la sección de Vallparadís, la secuencia de Quibas-Sima cubre el límite entre Matuyama pre-Jaramillo y
Jaramillo. Por tanto, la edad de las bases de Quibas-Cueva y Quibas-Sima (QS-1) pueden ser constreñidas
entre 1,2 Ma (edad de FN-3) y 1,07 Ma, mientras que la polaridad normal detectada en QS-2 a QS-5 puede
ser correlacionada con el subcrón Jaramillo, entre 1,07 y 0,99 Ma (Fig. 3). Esta correlación es consistente
con la asociación de macromamíferos de Quibas-Cueva descrita por Montoya et al. (1999, 2001), Piñero y
Alberdi (2015) y Alba et al. (2011), con dos especies de caballos (Equus altidens and Equus suessenbornensis)
y el macaco Macaca sylvanus florentia.

Figura 3. Correlación magnetobioestratigráfica de varias localidades Europeas y localización de los niveles de Quibas-Sima y la base de
Quibas-Cueva. La escala de tiempo de polaridad geomagnética (GPTS) muestra Bruhnes, y dos intervalos de polaridad normal dentro
de Matuyama: subcrón Jaramillo (1.07–0.99 Ma) y Cobb Mountain (1.22–1.19 Ma).

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EDAD PRE-JARAMILLO A JARAMILLO DE EUROPA

6. CONCLUSIONES
La sección de Quibas-Sima registra un cambio de polaridad de inversa (QS-1) a normal (QS-2 a QS-5), a lo
que se une un segundo intervalo inverso (QS-6, QS-7). Este intervalo de polaridad normal delimitado por
polaridades inversas se identifica como el subcrón Jaramillo. En Europa, asociaciones de vertebrados asigna-
das de forma inequívoca el subcrón Jaramillo son muy escasas. Hasta ahora, la secuencia de Quibas-Sima re-
presenta la primera y única sucesión continua de vertebrados continentales de edad pre-Jaramillo a Jaramillo
de este continente. Esta sección proporciona por tanto una oportunidad única para mejorar el conocimiento
sobre el contexto paleoambiental y faunístico del intervalo de tiempo comprendido entre 1,2 y 0,99 Ma. Pre-
cisamente, este lapso de tiempo es el preludio de la transición del Pleistoceno inferior al medio, marcado por
grandes cambios en la ciclicidad climática de la Tierra. Ante estas circunstancias, la información proporcio-
nada por el estudio de la secuencia de Quibas-Sima es una importante contribución para la comprensión de
los acontecimientos climáticos y faunísticos que se produjeron al principio de la transición del Pleistoceno
inferior-medio. El significativo cambio observado en la composición de los pequeños vertebrados desde QS-1
a QS-4 apunta a que cerca del inicio del subcrón Jaramillo tuvo lugar un cambio ambiental progresivo que
implicó una reducción de la cubierta arbórea y la expansión de espacios abiertos de matorrales o pastizales.
En la sección de Quibas-Sima, este cambio coincide con la transición del MIS 31 al MIS 30.

A medida que se avance en la recuperación de restos fósiles y en la aplicación de distintas técnicas analíticas
como análisis de isótopos estables, se permitirá profundizar en el estudio de la evolución climática a través de
los distintos niveles. Para lograr una caracterización más detallada de cada uno de ellos se precisa la continua-
ción de las labores de recuperación de material fósil. El yacimiento de Quibas muestra por tanto un enorme
potencial para el aporte de datos de interés paleoecológico para el final del Pleistoceno inferior. Comparando
estos resultados con los de otros yacimientos de la Península Ibérica de edad próxima a Quibas, tales como
Fuente Nueva 3 y Barranco León en Orce, y Sima del Elefante en Atapuerca, se permitirá contextualizar el
entorno ambiental de los primeros humanos que poblaron el sur de Europa.

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TINÓN-TORRES, M.; FAJARDO, B.; DUVAL, M.; FALGUÈRES, C.; OMS, O.; PARÉS, J. M.; ANADÓN, P.; JULIÀ, R.;
GARCÍA-AGUILAR, J. M.; MOIGNE, A. M.; ESPIGARES, M. P.; ROS-MONTOYA, S.; PALMQVIST, P. (2013). “The
oldest human fossil in Europe, from Orce (Spain)”. Journal of Human Evolution, 65 (1), pp. 1-9.

AGRADECIMIENTOS
Queremos dar las gracias a todo el equipo de excavación que participa en el proceso de recuperación de los
restos fósiles, así como al Ayuntamiento de Abanilla por el apoyo en la logística. Agradecer también al Dr.
Gregorio Romero y al Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Bienes Culturales de la
Región de Murcia su apoyo para la realización de esta investigación. Este trabajo ha sido posible en el marco
de la Subvención ARQ115/2018 para la Investigación e Intervención en el Patrimonio Arqueológico y Pa-
leontológico de la Región de Murcia (Comunidad Autónoma de la Región de Murcia), la Fundación Palarq
(Ayuda para la aplicación de metodologías y técnicas de las ciencias experimentales/analíticas en arqueo-pa-
leontología) y el Proyecto CGL2016-80000-P (Ministerio de Economía y Competitividad), y la Generalitat de
Catalunya (CERCA Programme). Pedro Piñero está sujeto a una Beca Postdoctoral del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.

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RESULTADOS E IMPACTO DEL CAMPO DE TRABAJO
EN EL YACIMIENTO PALEONTOLÓGICO DE CUEVA
VICTORIA 2019

Aberasturi Rodríguez, Ainara


Fundación Cidaris-Museo Paleontológico de Elche
Fierro Bandera, Ignacio
GeaLand Patrimonio
Navarro Almendro, José
Fundación Cidaris-Museo Paleontológico de Elche
Romero Sánchez, Gregorio
Dirección General de Patrimonio CARM

Resumen
Se presentan los resultados del primer campo de trabajo realizado en el yacimiento paleontológico de Cueva
Victoria. Este ha permitido la formación de 10 jóvenes geólogos y biólogos en el ámbito del patrimonio pa-
leontológico y la realización de labores de conservación en tres áreas concretas del yacimiento. Paralelamente
se ha realizado un workshop entre investigadores y agentes implicados en su gestión, mientras se desarrollaban
tareas de divulgación vinculadas al borrador del Plan Director de la cueva.

Palabras clave: Cueva Victoria, gestión, patrimonio paleontológico, patrimonio minero, vertebrados fósiles.

Abstract
The results of the first fieldwork at the Cueva Victoria paleontological site are presented. This has allowed the
training of 10 young geologists and biologists in the field of paleontological heritage and the carrying out of con-
servation work in three specific areas of the site. At the same time, a workshop was held between researchers and
agents involved in its management, while dissemination tasks related to the draft Master Plan for the cave were
carried.

Keywords: Cueva Victoria, management, paleontological heritage, mining heritage, fossil vertebrates.

1. INTRODUCCIÓN
La Cueva-Mina Victoria (Cartagena, Región de Murcia) alberga un conocido yacimiento paleontológico y
forma parte del Bien de Interés Cultural (BIC) incoado como “Sitio Histórico del Monte Miral”. Sus valores
geológicos y paleontológicos han propiciado su inclusión en el proyecto Global Geosite (IUGS y UNESCO).
Además de este reconocimiento y de su protección legal, el yacimiento paleontológico se encuentra recogido
en diferentes inventarios de ámbito local, regional y nacional.

La cueva fue explotada inicialmente como mina, para la extracción fundamentalmente de manganeso, pero
es mundialmente conocida por el yacimiento paleontológico de “Cueva Victoria”, un yacimiento kárstico con
vertebrados fósiles del Pleistoceno inferior en cuya lista faunística, de cerca de un centenar de especies, desta-
can los restos del cercopitécido africano Theropithecus oswaldi y una falange humana, siendo uno de los pocos
yacimientos europeos con restos humanos de esta edad.

El elevado grado de conocimiento científico del enclave y la posibilidad de musealizar el mismo, estableciendo
una oferta de ocio y turismo en la zona han llevado al desarrollo del borrador del Plan Director de la cueva
(Laine et al., 2018). A pesar de todo lo anterior, la Cueva-Mina Victoria carece de un estudio patrimonial rigu-

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Ainara Aberasturi Rodríguez, Ignacio Fierro Bandera, José Navarro Almendro y Gregorio Romero Sánchez

roso (importancia científica, potencialidad de uso y riesgos de deterioro) que haya sido objeto de publicación
o debate.

Entre julio y agosto de 2019 se realizó un campo de trabajo en Cueva Victoria coordinado por la Fundación
Cidaris que perseguía precisamente objetivos relacionados con el patrimonio geológico y paleontológico. En-
tre ellos destacamos un análisis objetivo del valor científico de la cueva, así como, un estudio de su potencia-
lidad de uso. Paralelamente se realizaron actividades formativas y docentes, de conservación en el yacimiento
y divulgativas mediante visitas guiadas. Todos estos aspectos se muestran en este artículo.

1.1. Localización y antecedentes


La Cueva-Mina Victoria se localiza en la ladera este del cerro de San Ginés de la Jara (también conocido como
Monte Miral), próximo al Mar Menor y situado en las estribaciones orientales de la Sierra Minera de Cartage-
na – La Unión, perteneciendo al término municipal de Cartagena (Fig. 1).

Figura 1. Localización general de la Cueva-Mina Victoria (en la señal tipo estrella), al sur del Mar Menor.

La sierra de Cartagena, en la que se ubica la Cueva-Mina Victoria, pertenece a la cordillera Bética, formando
parte de las llamadas Zonas Internas, caracterizadas por la superposición de varios mantos de cabalgamiento,
con diferentes grados de metamorfismo. Fruto del esfuerzo compresivo la sierra comenzó a emerger del mar
hace unos 20 millones de años, a comienzos del Mioceno superior.

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RESULTADOS E IMPACTO DEL CAMPO DE TRABAJO EN EL YACIMIENTO PALEONTOLÓGICO DE CUEVA VICTORIA 2019

El cerro de San Ginés está formado por rocas carbonatadas (calizas y dolomías) de edad Triásico medio, co-
rrespondientes al complejo Alpujárride inferior o Unidad de San Ginés. Esta formación carbonatada descansa
sobre una formación detrítica, compuesta por filitas violetas y cuarcitas.

En el proceso de formación del karst en los carbonatos del macizo de San Ginés, parece importante la oxida-
ción de las masas de sulfuros de la zona de Los Blancos, al sur de dicho enclave. Esto pudo provocar, en su
momento, una importante lixiviación ácida dirigida hacia el norte, jugando un papel relevante en la génesis
de las cavidades kársticas, como cueva Victoria (Manteca & Piña, 2015).

Los estudios estratigráficos llevados a cabo en Cueva Victoria parecen constatar que la brecha fosilífera co-
rresponde a un único episodio de relleno (Ferràndez, 1995; Ferràndez et al., 1989; Gibert et al., 2006). Tras la
formación y el relleno de la cueva durante el Pleistoceno inferior, esta quedó sepultada bajo los sedimentos
de un abanico aluvial que cubre la ladera del cerro de San Ginés. Por este motivo la localización de la zona de
acceso natural de los materiales no se encuentra perfectamente delimitada.

En el año 1970, Cueva Victoria fue dada a conocer al mundo científico en el I Congreso Nacional de Espe-
leología, celebrado en Barcelona (Valenzuela, 1970). Interesados por la espeleología, en 1976, Andrés Ros y
Joan Pons Moyà visitaron la cueva (Ferrández-Cañadell & Gibert, 2015). Fruto de la visita se organizan diver-
sas intervenciones en años consecutivos en las que se recupera fauna fósil (Pons-Moyá & Moyà-Solà, 1978,
Pons-Moyà, 1985).

En el lapso de tiempo 1977-1984, los hallazgos en la cueva le reportan una gran proyección internacional.
Esto se debe fundamentalmente al descubrimiento de una falange humana (Gibert & Pons-Moyà, 1984) y a la
presencia del taxón Theropithecus oswaldi.

Una nueva fase de investigación tiene lugar con las excavaciones paleontológicas realizadas entre 1984 y
2011. En esta nueva fase el Dr. José Gibert, entonces director del Museo de Paleontología de Sabadell, asume
la dirección gracias a los acuerdos con organismos e instituciones regionales (Ferrández-Cañadell & Gibert,
2015).

Esta segunda fase goza de una buena dinámica durante más de diez años, aproximadamente hasta el año
1996. Entre 1996 y 2004 los trabajos se vuelven más discontinuos, volviéndose a trabajar anualmente entre
2004 y 2012. El fallecimiento del paleontólogo Dr. José Gibert, en el año 2007, deja un gran vacío en la inves-
tigación de la cueva que rápidamente es retomado por el equipo que había formado. Desde dicho momento
y hasta el año 2011 la dirección de las excavaciones corre a cargo de los doctores Luis Gibert y Carles Ferràn-
dez-Cañadell.

Existe una magnífica monografía que recopila detalladamente los hallazgos realizados en la cueva y su estado
actual de conocimiento. Esta monografía cuyos editores científicos son Gibert & Ferràndez-Cañadell (2015)
se encuentra publicada en un volumen monográfico de la revista Mastia que aglutina los números 11, 12 y 13.
Remitimos a ella a nuestro lector para una información más completa y fiel de los antecedentes en la cueva.
La larga trayectoria de investigación del equipo de J. Gibert también culminó con una exposición temporal e
itinerante sobre el yacimiento: “Cueva Victoria – Out of Africa”, proyecto que permitió acercar todavía más el
yacimiento a la sociedad.

2. OBJETIVOS
Ante la trayectoria y los resultados obtenidos en el ámbito de la investigación por parte de los equipos prece-
dentes, la Fundación Cidaris se enfrentaba al reto de plantear un campo de trabajo enmarcado en la gestión
del patrimonio geológico y paleontológico del yacimiento. La propuesta debía servir, además de formación
para el alumnado, como punto de inflexión entre las campañas realizadas hasta ese momento en Cueva Vic-
toria y la futura gestión del lugar, promoviendo la conservación del yacimiento y permitiendo conocer la
situación en la que se encontraba el mismo.

Los objetivos generales del proyecto se estructuraron en torno a diferentes ejes de actuación: la investigación
patrimonial, la conservación y la comunicación, tanto del yacimiento paleontológico como de su entorno.
Dichos ejes formaron parte del proceso de gestión de Cueva Victoria y, en este sentido, el proyecto perseguía

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 135


Ainara Aberasturi Rodríguez, Ignacio Fierro Bandera, José Navarro Almendro y Gregorio Romero Sánchez

el objetivo general de valorar y diagnosticar dicha gestión en el contexto del borrador del Plan Director pre-
sentado para el BIC (Laine et al., 2018).

Con respecto a los objetivos específicos marcados fueron los siguientes:


• Formar a estudiantes del grado de Geología y/o Biología o recién graduados en dichas titulaciones, en
el campo del patrimonio paleontológico.
• Favorecer labores de conservación en diferentes puntos del yacimiento.
• Colaborar en el inventario de las colecciones procedentes de Cueva Victoria, depositadas en el Museo
Arqueológico Municipal de Cartagena (MAMC).
• Ser punto de encuentro, realizando mesas de trabajo con equipos de investigación previos, planteando
una línea de futuro para la investigación en la cueva.
• Favorecer el desarrollo de actividades de divulgación (visitas) y su valoración.
• Constituir un grupo de expertos para el análisis de la gestión patrimonial.
• Sondear el potencial de diferentes enclaves para ordenar la futura puesta en valor.
• Valoración y diagnóstico de la gestión del patrimonio asociado al BIC de Cueva Victoria.

3. METODOLOGÍA DE TRABAJO
El campo de trabajo se desarrolló entre el 15 de julio y el 11 de agosto de 2019 y se establecieron dos turnos de
trabajo por quincenas, participando en cada uno de ellos 5 estudiantes junto a los 3 componentes del equipo
técnico. Aunque el yacimiento permite contar con más alumnado, las características del proyecto de forma-
ción y conservación hicieron que el número fuera ajustado a ciertas pautas de calidad y atención marcadas
desde la dirección técnica.

El trabajo en el yacimiento se realizaba por las mañanas y por las tardes era el turno complementario de las
sesiones teórico-prácticas de formación y visitas relacionadas con el patrimonio geológico y paleontológico
del entorno del yacimiento (Fig. 2).

El proyecto contemplaba el desarrollo de diferentes tareas en el interior de la cueva, de conservación en va-


rias zonas del yacimiento, trabajos de mantenimiento o la interpretación del patrimonio a través de visitas
teatralizadas, entre otras. Con respecto al trabajo externo, destacamos la colaboración en el inventario de las
colecciones depositadas en el MAMC o el análisis de la potencialidad de uso del yacimiento, valoración y
diagnóstico de la gestión a través de un workshop y la difusión del campo de trabajo.

Para cada una de las tareas planteadas se estableció una metodología específica. Así, en el caso de la inter-
vención paleontológica en el yacimiento, para la cual se contó con la pertinente autorización de la Dirección
General de Bienes Culturales, se actuó fundamentalmente en 3 zonas, las denominadas como “Andamio su-
perior”, “Bloque caído” y “Sondeo 3”. Como paso previo y tras recopilar información acerca de la metodología
de excavación en fases anteriores (Gallardo, 2015) se marcaron los criterios de intervención y se realizaron
pruebas previas que permitieron evaluar y determinar la mejor metodología de trabajo a desarrollar en cada
de las áreas.

La intervención en el “Andamio superior” fue fundamentalmente conservativa, realizando una limpieza su-
perficial inicialmente con brochas e hisopos impregnados en acetona, para pasar posteriormente a una con-
solidación con Paraloid B-72 al 5% disuelto en acetona y aplicado por goteo o por impregnación en función
del grado de conservación de los fósiles. La intervención en el “Bloque caído” tuvo como objetivo mejorar la
visibilidad de los restos fósiles y su consolidación. En “Sondeo 3”, se perseguía que el alumnado aprendiera el
trabajo en cuadrícula y el tamizado (Fig. 3).

La recogida de datos topográficos y la documentación de los trabajos realizados en un yacimiento son una parte
fundamental. Esta información suele recogerse en las memorias e informes técnicos, si bien, en el yacimiento
no suele quedar ninguna referencia. Con el objetivo de innovar en este campo y poner al alcance de cualquier
investigador o gestor que llegue al yacimiento información básica del mismo, se ha implementado la tecnología
NFC, convirtiéndose en un yacimiento pionero en el uso de este sistema. Así, y gracias a unas etiquetas de PVC
inteligentes con un aislamiento termo sellado IP68 con tecnología NFC, es posible acceder a datos importantes
de cara a la investigación y a las intervenciones de conservación realizadas en la cueva. Para su lectura y escritura
tan solo es necesario un terminal móvil con tecnología NFC.

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RESULTADOS E IMPACTO DEL CAMPO DE TRABAJO EN EL YACIMIENTO PALEONTOLÓGICO DE CUEVA VICTORIA 2019

Figura 2. Salida de campo para conocer la geología regional del Figura 3. Trabajos de tamizado en “Sondeo 3”.
entorno del yacimiento.

Uno de los objetivos planteados se vinculaba a la colaboración con el Museo Arqueológico Municipal de
Cartagena (MAMC) para favorecer la realización del inventario de las colecciones de Cueva Victoria. Para
ello se solicitó la correspondiente autorización al Servicio de Museos y Exposiciones de la Dirección General
de Bienes Culturales.

Existe una metodología aplicada al siglado de las colecciones (Ferràndez-Cañadell & Gibert, 2015), si bien
fue necesario contactar con el equipo anterior de excavación para determinar la última sigla asignada de mu-
seo. Se realizaron 4 sesiones en el museo y se abrió una hoja Excel, con los mismos campos que habían sido
designados en trabajos de inventariado anteriores. Tras realizar las fotografías iniciales generales, comenzó el
proceso de siglado, previa disposición de una capa de protección de resina acrílica Paraloid® B-72 disuelta al
10% en acetona sobre la que se rotuló con rotulador indeleble negro la sigla. En el caso de piezas pequeñas,
coprolitos o astillas con marcas no fueron sigladas directamente sino que las referencias se aplicaron a los
embalajes. Además, se sustituyeron bolsas antiguas por bolsas de polietileno de cierre hermético.

Para abordar la Interpretación del Patrimonio en el contexto de la Cueva-Mina Victoria se sintetizó la extensa
información existente sobre distintos campos que confluyen en el enclave: la geología, la minería y la paleon-
tología. Así, a partir de la síntesis, se elaboró un guion interpretativo para realizar la visita teatralizada, la cual
implicaba la participación de tres geólogos, que “actuaron” como tres profesionales de distintos sectores que
han trabajado en la cueva: geólogo, minero y paleontólogo.

Además del cuidado discurso, se tuvieron en cuenta aspectos como la gestión de las visitas, coordinadas con
el Ayuntamiento de Cartagena, a través de la Oficina de Información Municipal del Llano del Beal, así como
la seguridad y el sentido de la visita en la cueva.

Para la valoración patrimonial de la potencialidad de uso y del valor científico (Aberasturi et al., 2019) de
la Cueva-Mina Victoria se ha recurrido a la metodología desarrollada por la Fundación Cidaris en el marco
del proyecto FOPALI. Este modelo de valoración ha sido recientemente publicado en un monográfico sobre
patrimonio editado por la Sociedad Española de Paleontología (Sánchez-Ferris et al., 2019).

La metodología para la valoración y el diagnóstico de la gestión se organizó en torno a una salida de campo
y a una reunión de trabajo durante el sábado día 3 de agosto de 2019. El conjunto tuvo el desarrollo de un
workshop en el que los distintos participantes recibieron una documentación previa y participaron en la
discusión de los temas propuestos.

4. RESULTADOS
El campo de trabajo ha conseguido diferentes resultados que pueden relacionarse directamente con los ob-
jetivos inicialmente marcados. En el ámbito de las intervenciones realizadas sobre el patrimonio de la cueva,
cabe destacar que la actuación ha aportado estabilidad al conjunto de los fósiles de las zonas intervenidas y ha

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 137


Ainara Aberasturi Rodríguez, Ignacio Fierro Bandera, José Navarro Almendro y Gregorio Romero Sánchez

permitido una mayor visibilidad, si bien, será necesario realizar revisiones periódicas. Por su parte, los traba-
jos de tamizado en Sondeo 3 han supuesto la recuperación de numerosos restos de microvertebrados, con más
de 5.000 huesos y esquirlas identificadas.

Con respecto a los resultados obtenidos en el campo de la formación de alumnos, incidir que actualmente y
con carácter general, en los planes de estudio de los grados de Geología y Biología no existen asignaturas en
las que el alumnado pueda adquirir conocimientos acerca de la intervención del patrimonio paleontológico,
tan solo están disponibles en másteres. Ante esta situación, los campos de trabajo como el realizado, ofrecen
al alumnado un marco inmejorable para ampliar sus conocimientos y con ello adquirir habilidades de cara a
su futuro profesional.

El resultado de la formación de los 10 alumnos y alumnas podemos expresarlo mediante las encuestas indivi-
duales y anónimas realizadas por parte del alumnado, con valoraciones en todos los casos por encima de una
puntuación de 8 sobre 10.

El trabajo en el Museo Arqueológico Municipal supuso fijar las directrices para reiniciar el siglado de la colec-
ción y como resultado del inventario se catalogaron un total de 175 piezas.

Con respecto a las visitas teatralizadas, la valoración ha sido muy positiva y ha permitido atender a 391 par-
ticipantes en 18 sesiones. Parte de los visitantes acudían posteriormente a las localidades de Llano del Beal,
El Beal y El Estrecho de San Ginés para disfrutar de los grafitis con ilustraciones de fósiles o paleoambientes
vinculados al yacimiento, realizados en el año 2017, o a disfrutar de una tapa paleontológica en la Casa del
Pueblo de Llano del Beal.

La valoración de la potencialidad de uso siguiendo el modelo de FOPALI ofrece un resultado Muy Alto: 9,5
puntos de un máximo de 10. Con respecto al valor científico para Cueva Victoria se obtiene un 6,75 sobre
10 (Aberasturi et al., 2019), que según el modelo FOPALI es indicativo de un valor Medio alto a Alto, más
próximo a este último.

Con respecto a la implementación del sistema NFC, se han colocado un total de 6 etiquetas, seleccionando
zonas donde se ubican puntos topográficos, zonas de intervención y zonas de información. Los investigadores
o técnicos que trabajen en el futuro dentro de la cueva podrán utilizar los datos recogidos en estas etiquetas
de forma libre (Fig. 4).

Figura 4. Uno de los resultados del campo de trabajo es la implementación del sistema NFC en el yacimiento.

El diagnóstico y la valoración de la gestión del patrimonio asociado al BIC de Cueva Victoria se ha recogido
en un documento como conclusiones del workshop realizado.

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RESULTADOS E IMPACTO DEL CAMPO DE TRABAJO EN EL YACIMIENTO PALEONTOLÓGICO DE CUEVA VICTORIA 2019

Durante la ejecución del campo de trabajo, la difusión fue una parte esencial de la interpretación del patri-
monio. En este sentido, a través de las redes sociales del Museo Paleontológico de Elche, gestionado por la
Fundación Cidaris, se fue dando difusión al trabajo y se enviaron 9 notas de prensa, que tuvieron repercusión
en prensa, radio y televisión.

5. CONCLUSIONES
Parece sorprendente que en un yacimiento paleontológico legalmente protegido y reconocido internacional-
mente, que posee una importante trayectoria de investigación y que cuenta con la existencia de Plan Director
(en fase de aprobación), no se haya considerado abordar hasta la fecha un estudio patrimonial de la potencia-
lidad de uso del sitio, exponiendo objetivamente dichas posibilidades como diagnóstico previo a su puesta en
valor. Más aun, a pesar de la abundancia de publicaciones científicas sobre la cueva tampoco existía hasta la
fecha una publicación sobre su valor científico.

El campo de trabajo, desarrollado por la Fundación Cidaris, ha permitido abordar labores de conservación en
la cueva, la formación de jóvenes estudiantes en el ámbito del patrimonio paleontológico y realizar diferentes
valoraciones patrimoniales, además de potenciar la difusión del yacimiento.

Las visitas guiadas han permitido comprobar el interés social y turístico de la cueva y los datos recogidos en
el Plan Director indican que un adecuado proyecto sobre dicho enclave puede ser rentable desde diversas
perspectivas. Para ello, resulta necesario completar el inventario de los georrecursos del interior y del exterior
de la cueva desde dos puntos de vista: los de interés científico y los de interés divulgativo, siendo también
importante fomentar el inventario y la catalogación de las colecciones como fase previa a la realización de
nuevas campañas de excavación.

La abundancia y diversidad del patrimonio geológico y minero en la Sierra Minera hace que las posibilidades
de puesta en valor de estos recursos sean muchas. Conviene trabajar desde una perspectiva global, buscando
las singularidades de cada sitio y evitando proyectos duplicados o abiertos al público sin la calidad suficiente.
Así, en el caso de la Cueva-Mina Victoria, su singularidad es evidente: no existe un yacimiento paleontológico
similar, asociado a la actividad minera en toda la Región.

6. BIBLIOGRAFÍA
ABERASTURI, A.; FIERRO, I.; NAVARRO, J.; BUENO, E.; ROMERO, G.; ROS, A. (2019). “El valor científico de la Cue-
va-Mina Victoria (Cartagena, Murcia): un espacio donde el patrimonio natural y cultural se dan la mano”. I Simposio anual
de Patrimonio Natural y Cultural ICOMOS España.
FERRÀNDEZ, C.; PÉREZ-CUADRADO, J. L.; GIBERT, J.; MARTÍNEZ, B. (1989). “Estudio preliminar de los sedimen-
tos de relleno de Cueva Victoria (Cartagena, Murcia)”. En Gibert, J., Campillo, D. & García Olivares, E. (eds.), Los restos
humanos de Orce y Cueva Victoria, Publicacions de l’Institut de Paleontologia Dr. M. Crusafont. Barcelona, pp. 379-393.
FERRÀNDEZ, C. (1995). “General stratigraphy and geological history of Cueva Victoria, a lower Pleistocene Hyaena’s
den with human remains”. Congreso Internacional de Paleontología Humana: Los homínidos y su entorno en el Pleistoceno
inferior y medio europeo. Museo de Paleontología del Ayuntamiento de Orce, pp. 107-108.
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Pleistoceno Inferior. Mastia, 11-12-13, pp. 17-45.
GIBERT, L.; FERRÀNDEZ-CAÑADELL, C. (2015). Geología y Paleontología de Cueva Victoria. Mastia. Revista del Museo
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XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 139


Ainara Aberasturi Rodríguez, Ignacio Fierro Bandera, José Navarro Almendro y Gregorio Romero Sánchez

AGRADECIMIENTOS
Como siempre, una parte importante de los proyectos solo pueden ser realizados gracias a la colaboración de
personas que luego nunca aparecen. En nuestro caso queremos agradecer la colaboración prestada por diver-
sas personas vinculadas a la cueva:
• A la Dirección General de Bienes Culturales de la Región de Murcia y al Ayuntamiento de Cartagena
por la subvención concedida para desarrollar el campo de trabajo.
• Andrés Ros.
• A los distintos participantes de la mesa de trabajo celebrada en las instalaciones de la Casa del Pueblo
de Llano del Beal, en especial a Mari Carmen Berrocal por la coordinación realizada.
• Al director del Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, Miguel Martín Camino y a Olaya
García-Nos por su colaboración en el inventario de las colecciones del MAMC.

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REVISIÓN DEL MATERIAL FÓSIL SIN INVENTARIAR
DE CUEVA VICTORIA (CARTAGENA)

García-Nos, Eulalia
Museo Arqueológico Municipal de Cartagena y Laboratorio de Estudios Paleolíticos, UNED
Ferràndez-Cañadell, Carles
Dpto. Dinámica de la Tierra y del Océano. Facultad de Ciencias de la Tierra, Universidad de Barcelona
Ribot Trafí, Francesc
Museo Municipal de Prehistoria y Paleontología Josep Gibert, Orce

Resumen
Las excavaciones en Cueva Victoria han proporcionado una rica colección de restos fósiles. Con el estudio
parcial de la colección se han identificado más de 100 taxones, algunos únicos en Europa, y se han erigido
nuevos géneros y especies. Presentamos aquí el trabajo de revisión realizado, con autorización de la Dirección
General de Bienes Culturales, en el material no inventariado. Los objetivos son acondicionar la colección,
completar su inventario y realizar una evaluación y estudio previo. Hasta el momento, se han revisado e in-
corporado al inventario 9 cajas. La revisión ha permitido reconocer piezas interesantes que podrían aportar
nuevos datos y requieren un estudio detallado. También se han identificado restos con marcas de carnívoros,
de cara a completar el estudio tafonómico.

Palabras clave: Cueva Victoria, inventario, fósiles, colección, Patrimonio, taxones, Museo Arqueológico de
Cartagena, estudio, catalogación, Pleistoceno inferior.

Abstract
The site of Cueva Victoria has supplied a large collection of vertebrate fossils. The study of a part of the collec-
tion led to the identification of over a hundred of taxa, some of them unique in Europe, including some of new
genera and species. We present the preliminar results of a revision, with the authorisation of the Head Office for
Cultural Heritage, of raw excavation material pending study. The objectives are the maintenance, determination
and inventory of this material, and to carry out an evaluation of its interest. So far, 9 boxes were reviewed and
incorporated into the inventory. Our review found interesting pieces that could contribute new data and require a
detailed study. The remains with tooth-marks were identified, in order to complete the taphonomic study.

Keywords: Cueva Victoria, inventory, fossils, collection, heritage, taxa, Archaeological Museum of Cartagena,
research, cataloging, Early Pleistocene.

1. INTRODUCCIÓN
En el año 1985, bajo la dirección del Dr. José Gibert, comenzaron las excavaciones sistemáticas en el yaci-
miento de Cueva Victoria, situado en Cartagena. Durante más de veinte años de campañas se ha ido recupe-
rando una abundante cantidad de material fósil, que ha dado lugar a una de las colecciones más importantes
de restos faunísticos del Pleistoceno inferior europeo. El estudio de una parte seleccionada de la colección
tuvo como resultado el reconocimiento de más de un centenar de especies fósiles en el yacimiento, así como
la definición de nuevos géneros y especies, como el ciervo gigante Megaloceros novocarthaginiensis, el lago-
morfo Oryctolagus giberti o el arvicólido Victoriamys. Entre todos estos taxones, destacan los fósiles de pri-
mates, que incluyen una falange humana, uno de los pocos restos de homínidos del Pleistoceno inferior en
Europa, y el único registro en toda Europa del cercopitécido africano Theropithecus oswaldi. La abundancia y
diversidad de restos se debe a la acción de las hienas, ya que la cueva funcionó como cubil de estos carnívo-
ros. La mayor parte de la colección está depositada en el Museo Arqueológico Municipal Enrique Escudero
de Castro, en Cartagena. En su mayoría, los restos están almacenados en cajas, correspondientes a distintas

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 141


Eulalia García-Nos, Carles Ferràndez-Cañadell y Francesc Ribot Trafí

campañas de excavación, con una reducida selección de los fósiles más relevantes o ya estudiados clasifica-
dos en módulos de cajones (Fig. 1). Debido a que en las prolongadas campañas de excavación no se siguió
un siglado uniforme, en 2008 se decidió unificar la colección bajo un nuevo protocolo de inventariado, tanto
para los nuevos restos recuperados en campañas de excavación, como para todos los restos ya depositados
en el Museo. Este protocolo se ha ido utilizando desde entonces y se ha aplicado a todos los restos publica-
dos, aunque el material inventariado sigue siendo solo una pequeña parte de la colección. El inventariado es
indispensable, tanto para facilitar el estudio de los restos, como para tener un control de la colección como
patrimonio histórico de la Comunidad. Tras un hiato, debido a la suspensión de las campañas de excavación,
en 2018 se solicitó permiso a la Dirección General de Bienes Culturales de la Región de Murcia para estudiar
y clasificar materiales sin inventariar procedentes de campañas antiguas y así poder también continuar con el
necesario trabajo de inventariado. Presentamos aquí los resultados preliminares de estos trabajos de revisión
e inventariado del material.

Figura 1. A) Módulo de cajones para el material ya estudiado. B) Caja con fósiles de excavaciones de Cueva Victoria con los nombres de
localidades donde se hallaron. Museo Arqueológico de Cartagena.

2. MATERIALES Y MÉTODOS
Se han revisado un total de nueve cajas de distintas campañas, desde el año 1987 en adelante. Un primer
problema detectado es que en algunas cajas no consta el año de excavación. Sin embargo, de cara al estudio
paleontológico de los fósiles, tiene más relevancia tener constancia de su localización en la cueva, la cual está
dividida por “salas” y “localidades” de excavación, de las que se conoce si los fósiles están in situ (en el lugar
original donde se sedimentó) o ex situ (en material removido, principalmente por la acción minera). En
cuanto a la revisión de las cajas, igual que su posterior inventario, se han conservado en todo momento las
nomenclaturas de origen, a las que se ha añadido la nueva información disponible y un número de inventario
para cada pieza o bolsa de material fragmentario.

2.1. Estudio del material


El material estudiado presenta una gran diversidad de restos, tanto del esqueleto apendicular como del axial.
Los restos menos representados en esta revisión han sido los craneales y los más abundantes, las extremida-
des y los dientes, algunos en conexión con la mandíbula o el maxilar. Parte del material presenta problemas
de clasificación debido a la fragmentación de los restos. Tal es el caso de las astillas, fragmentos de huesos de
diversos tamaños, algunos de apenas 3 o 4 centímetros, que no permiten la identificación del grupo al que
pertenecen. En cualquier caso, el material de este tipo tiene un gran valor a nivel tafonómico, ya que aporta
una información relevante por las abundantes y variadas marcas de carnívoros que presentan (Fig. 2). En las
nueve cajas seleccionadas se han estudiado varias bolsas llenas de astillas de todos los tamaños. Es importan-
te revisar cada bolsa, ya que a veces entre las astillas se localizan fragmentos o incluso huesos completos de
tamaño mediano-pequeño que se pueden determinar.

142 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


REVISIÓN DEL MATERIAL FÓSIL SIN INVENTARIAR DE CUEVA VICTORIA (CARTAGENA)

Figura 2. A-C) Metápodos de caballo con marcas de dientes. A) Metápodo entero. B) Metápodo fracturado por hienas del que sólo se
preserva la epífisis distal. C) Metápodo roído por ambos extremos del que sólo ha quedado parte de la diáfisis. D-E) Astillas con marcas
de dientes. Museo Arqueológico de Cartagena.

Otro aspecto interesante en cuanto al contenido de las cajas revisado es la presencia de restos de grupos que
no abundan en el registro fósil del yacimiento, como son las tortugas (Fig. 3B). Se han localizado, a menudo en
las bolsas de astillas, varios fragmentos de placas del Testudinidae Chersine hermanni, del que solo constaban
36 restos identificados hasta el momento.

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Eulalia García-Nos, Carles Ferràndez-Cañadell y Francesc Ribot Trafí

Figura 3. A) Fósiles de micromamíferos: mandíbulas del lagomorfo Oryctolagus giberti, especie definida en Cueva Victoria. B) Fósil de
reptil: fragmento de placa de tortuga, atribuible a Chersine hermanni. C) Coprolito de grandes dimensiones, de grupo indeterminado. Si
bien los coprolitos de hiena son abundantes en el yacimiento, los de otros grupos son muy raros y, por tanto, relevantes. Museo Arqueo-
lógico de Cartagena.

Entre el material también abundan las vértebras. La mayoría identificadas en el material revisado están en
buen estado de conservación, completas o ligeramente abrasionadas. Las más abundantes son las vértebras
cervicales, que son las de morfología más característica dentro de cada grupo y, por tanto, de identificación
más fiable. Entre los dientes, predominan los molares de caballo, siendo mucho menor la proporción de inci-
sivos; los siguen en abundancia los dientes de ciervo, también molares en su gran mayoría y, por último, los
dientes de carnívoros, caninos, premolares y molares, sobre todo (Fig. 4D) y algunos molares de rinoceronte.
Entre los pequeños mamíferos predominan las mandíbulas con algunos dientes de lagomorfos, topotipos de
Oryctolagus giberti (Fig. 3A). Los huesos largos de macromamíferos son el material más abundante de las ca-
jas. Predominan los metápodos (Fig. 2A-C, 3A) sobre todo de caballo con las epífisis roídas, a veces el grado
de desgaste es tan agresivo que ha provocado el colapso con la desaparición de una de las epífisis (Fig. 2B) o
incluso de ambas (Fig. 2C). Siguiendo con los huesos largos, el material incluye los fémures, tibias y húmeros,
así como falanges (Fig. 4C) y otras piezas como calcáneos (Fig. 4B). Prácticamente todos ellos tienen marcas
de roído, mordisqueo y fractura. Como dato interesante, se ha detectado la presencia en un mismo hueso, de
marcas producidas por individuos de grupos distintos.

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REVISIÓN DEL MATERIAL FÓSIL SIN INVENTARIAR DE CUEVA VICTORIA (CARTAGENA)

Figura 4. A) Epífisis distal de metacarpo de artiodáctilo. B) Calcáneo, posiblemente de carnívoro. C) Primera falange de équido. D) Pre-
molar de cánido. E) Húmero de herbívoro indeterminado. Museo Arqueológico de Cartagena.

2.2. Metodología utilizada


Para la revisión y estudio del material se utilizaron atlas de anatomía animal y humana, manuales de osteo-
logía y tafonomía y, por supuesto, la anatomía comparada con los fósiles restaurados, especialmente aquellos
ya estudiados y publicados. Todas las cajas presentan un etiquetado con un código perteneciente al Museo
Arqueológico de Cartagena y otra etiqueta que aporta información como el número de caja o las localidades
donde se ha excavado y recuperado el material. En las cajas más antiguas, como por ejemplo del año 1987, la
única información que se aporta es el lugar de localización de los fósiles, es decir, las distintas salas o locali-
dades de excavación, como “Descargador” “Utrillas” “Bloque I”. Estas localidades están descritas y situadas en
la monografía sobre el yacimiento que se publicó en 2015 en la revista del Museo Arqueológico Municipal de
Cartagena, Mastia, donde se especifica, por ejemplo, si el material es in situ o ex situ. Las cajas sin inventariar
se clasificaron, se estudió su contenido y se procedió a su inventariado según el protocolo oficial establecido
en 2008. La información disponible en las cajas es diversa. Por norma general, la información incluida en las
cajas se limita al número de la caja y los números de las bolsas que contiene, con una descripción más o menos

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detallada del contenido de las bolsas, en función del tipo o número de piezas en la bolsa. Algunas incluyen un
inventario general o incompleto y se decidió respetar los datos ya existentes, completar la información y pro-
ceder a inventariar. En otros casos nos hemos encontrado con inventarios consistentes en una lista en la que
se incluía el tipo de resto y el taxón al que pertenece. De nuevo se decidió ampliar y completar ese inventario
con una lista más detallada. Todos estos datos se han ido incluyendo en un nuevo inventario, corrigiendo los
errores de asignación y actualizando el siglado. Otro problema con el material de Cueva Victoria es la presen-
cia de fósiles con siglas distintas rotuladas directamente en el resto.

3. RESULTADOS
Los resultados del estudio son positivos.
• Se está consiguiendo unificar y actualizar el inventario de toda la colección, hecho destacable al for-
mar parte del patrimonio de la Comunidad de Murcia.
• Hemos podido constatar la importancia de revisar el contenido de las bolsas con material fragmen-
tado (“astillas”), recuperando piezas enteras o que se pueden determinar a nivel de género o incluso
de especie.
• Hemos recuperado restos significativos, que llevaban años en una caja desde su recuperación en las
excavaciones y que podrán ser estudiados en detalle en su momento.
• Se ha ampliado la colección de algunos taxones que no abundaban en el registro, como tortugas o
rinocerontes.

4. CONCLUSIONES
En definitiva, con los resultados de esta revisión parcial del material de Cueva Victoria se ha constatado el
potencial interés científico que tiene la colección y la nueva información que puede proporcionar el material
por estudiar, así como su gran valor patrimonial. Destacamos la importancia de disponer de una colección de
referencia, de indudable interés internacional, actualizada y controlada de cara tanto a la gestión del Patrimo-
nio Cultural, como a facilitar su estudio científico.

5. BIBLIOGRAFÍA
GIBERT, L.; FERRÀNDEZ-CAÑADELL, C. (eds.) (2015). Geología y Paleontología de Cueva Victoria. Mastia. Revista del
Museo Arqueológico Municipal “Enrique Escudero de Castro”. Cartagena, Núm. 11-13, pp. 1-478.

AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a Miguel Martín Camino, conservador del Museo Arqueológico de Cartagena, su valiosa ayuda
con temas relacionados con el material siempre que la hemos precisado y a la Dirección General de Bienes
Culturales por la concesión de los permisos prorrogables de estudio y clasificación.

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PRIMER REGISTRO FÓSIL DE DINOSAURIO
EN EL NOROESTE DE LA REGIÓN DE MURCIA
(CRETÁCICO INFERIOR, ALBIENSE)

Torrente García, Nuria


Doctorando de la Universidad de Murcia
López Sandoval, Miguel Ángel
Doctorando de la Universidad de Murcia
Tórtola García, Miguel
Miembro de la Asociación Cultural Paleontológica Murciana

Resumen
En este trabajo se analiza el primer fósil de dinosaurio (Cretácico inferior, Albiense) encontrado en el Noroes-
te de la Región de Murcia, España. Se trata de dos fragmentos pertenecientes a una diáfisis que pudiera formar
parte de un fémur de un saurópodo indeterminado. De momento, el resto no nos permite visualizar una mor-
fología relacionada a una determinada familia de saurópodos, como consecuencia de la posición anatómica
a la que pertenece el fragmento, su tamaño y conservación. Este fragmento constituye el primer registro fósil
de dinosaurio encontrado en la formación Utrillas en el Noroeste de la Región de Murcia, confirmando las
grandes posibilidades que ofrece esta unidad estratigráfica a nuevos hallazgos.

Palabras clave: Albiense, Noroeste, diáfisis, Región de Murcia, formación Utrillas.

Abstract
This paper analyzes the first dinosaur fossil (Lower Cretaceous, Albian) found in the Northwest of the Region of
Murcia, Spain. There are two fragment of a diaphysis that could be part of a femur of an indeterminate sauropod.
At the moment, the bone rest does not allow us to visualize a morphology related to a certain family of sauro-
pods clearly as a result of the anatomical position to which the fragment belongs, its size and conservation. This
fragment constitutes the first dinosaur fossil record found in the Northwest of Murcia in the Utrillas Formation,
confirming the great possibilities offered by this stratigraphic unit to new findings.

Keywords: Albian, Northwest, diaphysis, sauropod, Region of Murcia, Utrillas Formation.

1. INTRODUCCIÓN
La era Mesozoica en la Región de Murcia es una de las más ampliamente representadas, no solamente en
cuanto a superficie, sino que además, las elevaciones más importantes de la Región. También están formadas
por materiales de esta era, a lo que hay que añadir ahora el hallazgo de restos óseos fosilizados de dinosaurio.
Si la mayor característica de este periodo geológico fueron los procesos de erosión que acontecieron en las
elevaciones que constituía el Macizo Hespérico que ocupaba a grosso modo la mitad oeste de la península ibé-
rica, también acontecieron de manera simultánea a los anteriores, procesos masivos de sedimentación de esos
mismos materiales transportados por los ríos hacia las márgenes orientales de este antiguo macizo, además, a
todo ello hay que añadir que al mismo tiempo que ocurrían los dos procesos anteriores, se fueron sucediendo
a lo largo del Triásico (mares poco profundos hipersalinos), Jurásico (mares tropicales) y Cretácico (mares
tropicales y retazos continentales) diferentes tipos de ecosistemas tanto en los ambientes marinos como en los
continentales en los que habitaban los grandes saurios (dinosaurios, ictiosaurios y pterosaurios).

Si bien es cierto que casi la totalidad de la Región estuvo sumergida bajo el mar de Tetys, en esta larga era geo-
lógica, pequeños retales continentales escaparon del agua emergiendo al final de la misma (Cretácico) estando
presentes en pequeñas áreas del Altiplano y del Noroeste de nuestra Región.

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Nuria Torrente García, Miguel Ángel López Sandoval y Miguel Tórtola García

Hasta el año 2001 no existía ningún indicio documental de la presencia de restos de dinosaurios en la
Región de Murcia. Fue a partir de esta fecha cuando se pudo comenzar a confirmar que Murcia estuvo ha-
bitada por estos grandes vertebrados, demostrándose aún más con las evidencias de este pasado año 2019
en Benizar.

Hasta la fecha no existe gran abundancia ni diversidad de estos fósiles en la Región de Murcia pero sí podemos
afirmar la verdadera importancia paleontológica de este descubrimiento debido a la escasez de restos óseos e
icnitas de dinosaurios que actualmente se conocen dentro la de formación Utrillas (Albiense, 113-100,5 Ma)
en el Cretácico inferior.

2. ANTECEDENTES
Del periodo Albiense (Cretácico inferior) fue la formación en la que se encontraron los primeros restos de di-
nosaurios en España, hace ahora casi siglo y medio. Estos restos óseos fueron encontrados en Utrillas (Teruel),
siendo citados por primera vez por Vilanova y Piera en 1872. Al año siguiente se encontraron nuevamente
otros restos óseos en Morella (Castellón), también del periodo Albiense, siendo mencionados por Vilanova
en 1873.

Los primeros hallazgos de restos de dinosaurio en la Región de Murcia se sitúan en Yecla a finales del año
2001, encontrados por Joaquín Gómez Gómez y pertenecientes también al periodo Albiense. Se sucedieron
diferentes descubrimientos hasta el año 2007 con más hallazgos fósiles, tanto óseos como de icnitas, en los
municipios murcianos de Yecla y Jumilla, que convertirían al Altiplano en el único lugar murciano donde se
evidenciaba hasta el momento la presencia de estos vertebrados.

Se confirma ahora con el hallazgo de los restos óseos objeto de este estudio, la presencia de dinosaurios en
otras comarcas murcianas, concretamente en la Comarca del Noroeste y pertenecientes igualmente al periodo
Albiense, como es el caso de los primeros hallazgos mencionados anteriormente en la Región.

El resto óseo objeto de estudio se encuentra en el término municipal de Moratalla (Murcia). El fósil fue encon-
trado de manera fortuita por Miguel Tórtola. Podemos afirmar que tanto en el Noroeste como en el Altiplano
la superficie representada por el Albiense en el Prebético interno es limitada, siendo bastante más amplia en la
cordillera Ibérica donde tantos restos óseos de dinosaurio han aparecido, por lo que la presencia de estos dos
restos de dinosaurios en tan reducida superficie (Albiense) en la región es esperanzador, por las probabilida-
des de encontrar nuevos restos óseos fósilizados de dinosaurios.

3. DESCRIPCIÓN DEL HALLAZGO


Los fragmentos BNZR/1 y BZNR/2 (Fig. 1 y 2) objeto de análisis pertenecen probablemente a la diáfisis de un
fémur izquierdo de un saurópodo (ver discusión).

Figura 1. Vista anterior, posterior y proximal del fragmento BNZR/1.

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PRIMER REGISTRO FÓSIL DE DINOSAURIO EN EL NOROESTE DE LA REGIÓN DE MURCIA (CRETÁCICO INFERIOR, ALBIENSE)

Figura 2. Vista medial, lateral y en perspectiva del fragmento BNZR/2.

El fragmento BNZR/1 posee una anchura máxima de unos 125 mm, una longitud máxima de unos 246 mm
y una altura de 79 mm, por otro lado el fragmento BNZR/2 posee una longitud de 155 mm y una anchura de
72 mm. Dentro del fragmento óseo BNZR/1 es posible observar la oquedad interior del tuétano, que posee
una anchura de unos 38 mm y una altura de unos 9 mm aproximadamente. La conservación del resto óseo
BNZR/1 no es del todo lo buena que se desearía, pues está muy fragmentado como resultado de haberse en-
contrado en la base de un talud de una parcela agraria plantada de olivos, siendo muy probable que haya sido
alcanzada sucesivas veces por los aperos de labranza que tan frecuentemente son utilizados para arar estos
cultivos. Es muy probable que existan desperdigados muchos más fragmentos de diferentes tamaños pertene-
cientes a las partes proximales y distales de este hueso a lo largo y ancho de esta parcela; si en un futuro estos
fragmentos pudieran ser recuperados nos proporcionarían una mayor y más completa información acerca de
la especie en concreto a la que pudiera pertenecer por la forma del mismo.

Aun así, la fisonomía de la diáfisis BNZR/1 se conserva y está bien definida de una manera contundente en el
fragmento, pero al encontrarse tan deteriorada su superficie se han perdido los detalles externos de las posi-
bles impresiones musculares. Desde una perspectiva frontal el resto óseo posee una forma ovoidal caracterís-
tica de la sección transversal que poseen las diáfisis de los huesos alargados como es el fémur de este tipo de
saurópodos. Por otro lado desde la perspectiva medial, si bien es cierto que presenta una gran fragmentación
y diaclasado en sus paredes, es observable una forma aplanada característica de este tipo de huesos. La apa-
riencia externa del hueso es de un color beige claro ligeramente rosado con textura filamentosa ligeramente
brillante, también la apariencia interna del tuétano es de un color opaco que va desde naranja oscuro en pe-
queñas áreas que alternan con otras pequeñas superficies de color marrón, toda la sección transversal posee
una textura limosa, destacando sobre todo en su aspecto superficial las precipitaciones de carbonatos que han
rellenado las pequeñas fisuras y diaclasas que posee.

4. SITUACIÓN GEOGRÁFICA
Los fragmentos óseos fosilizados de dinosaurio (BNZR/1 y BNZR/2) analizados, fueron hallados de forma
fortuita en la parte más septentrional del término municipal de Moratalla, entre las pedanías moratalleras de
Benizar y Otos, en el paraje conocido como el Cortijo de los Prados. El yacimiento se encuentra muy cerca del
límite de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia con el término municipal de Socovos y por tanto
de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha (Fig. 3).

5. CONTEXTO GEOLÓGICO
El afloramiento donde se encontró la diáfisis se sitúa en una sucesión muy próxima de un pequeño anticlinal
junto a un pequeño sinclinal, unas decenas de metros más al norte. Dentro de este pequeño sinclinal apareció
el resto óseo, en unas arenas del Albiense Superior perteneciente a la facies Utrillas.

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Nuria Torrente García, Miguel Ángel López Sandoval y Miguel Tórtola García

Figura 3. Ubicación yacimiento (Benizar, Moratalla).

Figura 4. Corte geológico (lugar del hallazgo).

La formación Utrillas es una unidad detrítica situada al techo del Cretácico inferior que puede ser reconocida
desde el norte de España, en la cordillera Ibérica hasta el Prebético donde se inserta nuestro fósil óseo; suele
estar compuesta por sedimentos fluviales resultado de la erosión de macizos fundamentalmente graníticos
(García Mondéjar, 1982). En el Prebético la formación Utrillas presenta características similares a las que posee
la misma formación en la cordillera Ibérica, con sedimentos detríticos formados por arenas blancas sin cemen-
to y arcillas de colores variados que pasan lateralmente a facies de plataforma. En las zonas donde se ha podido
datar con macroforaminíferos aglutinados en el Albiense superior (García Hernández et al., 1982) (Fig. 4).

El lugar del hallazgo se encuentra dentro de la formación Utrillas, concretamente en el Prebético Interno,
situado sobre un tramo carbonatado inferior que se desarrolla entre las poblaciones de Benizar y Socovos. En
este emplazamiento la formación Utrillas posee una potencia variable (30-200 metros) de arenas versicolores,
margas y areniscas; pasando a ser calizas arenosas conforme avanzamos hacia la sierra de la Muela, donde se
reconoce aún Neorbitolinopsis conulus (Albiense Superior) junto a Cuneolina pavonia parva (L. Jerez, 1973:
318), cambiando hasta dolomías arenosas intercaladas entre arenas según avanzamos hacia su techo.

El término Utrillas se ha aplicado por la mayoría de autores para denominar los cuerpos de roca arenosos de
edad cretácica que subyacen a las sucesiones calco-dolomíticas del Cretácico superior, extendiéndose enton-
ces su edad a casi todo el Cretácico superior. Su edad se extiende entonces desde el Aptiense inferior hasta
quizás el Santoniense inferior (Gil y García, 1996).

Las facies más características de la formación Utrillas son las arenas blancas arcósicas o caoliníferas. Pueden
contener desde cantos aislados a nivelillos de cantos y estratos de conglomerados cuarcíticos. Presentan fre-
cuentes niveles de arcillas verdes, rojas y moradas, en la mayoría de las ocasiones relacionadas con paleosuelos
y paleoalteraciones representativas de discontinuidades sedimentarias, cuyo derrubiado le proporcionan su
característico aspecto abigarrado. También pueden presentar intercalaciones de otras muchas litologías, como
carbón, margas ocres, calizas, dolomías, areniscas calcáreas y dolomíticas, calizas y dolomías arenosas, etc.
Grosso modo, su contenido fósil más característico son los fragmentos de troncos silicificados y los rizolitos,
apareciendo las intercalaciones de las otras facies, bioturbaciones de origen animal y fauna entera o fragmen-
tada, principalmente de bivalvos.

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PRIMER REGISTRO FÓSIL DE DINOSAURIO EN EL NOROESTE DE LA REGIÓN DE MURCIA (CRETÁCICO INFERIOR, ALBIENSE)

Entre los microorganismos destacan las carofitas, ostrácodos y el polen. En las inmediaciones donde se encon-
tró la diáfisis también son muy frecuentes los fragmentos de madera mineralizados por óxidos e hidróxidos
de hierro, también se encuentran moldes de moluscos como Tylostoma sp. Nerinea sp., Pterotrigonia sp., fo-
raminíferos bentónicos, diferentes tipos de gasterópodos, ostras, nódulos, todos ellos tan característicos de la
formación Utrillas, así como las concreciones ferruginosas. También es muy común que las arenas aparezcan
bioturbadas por raíces, estando entonces muy oquerosas y deformadas; pero no es el caso de las arenas de
nuestro yacimiento. A veces es frecuente encontrar estratificación cruzada de las arenas de alto y bajo ángulo,
así como laminación paralela.

El estrato formado por lutitas que permitió la conservación de la diáfisis está compuesto por arenas de colo-
res grises y rojizos con escaso o nulo contenido en carbonatos y formadas principalmente por mica y caolín,
siendo este estrato el que posee fragmentos de corteza de coníferas mineralizadas por óxidos e hidróxidos
de hierro. Los estratos carbonatados que también encontramos en este yacimiento son aquellos en los que
se encuentran los fósiles de gasterópodos Tylostoma sp. y Nerinea sp., así como bivalvos formados, ostras y
gasterópodos, siendo este estrato bastante oqueroso (Canudo, Ruiz-Omeñaca, Del Ramo, Guillén Mondéjar,
2004). La capa de arenas donde fue hallado el hueso posee un espesor de un par de metros, estando confinada
por estratos arcillosos en muro y carbonatados en techo.

6. RECONSTRUCCIÓN DEL PALEOAMBIENTE


Podríamos especular sobre el tipo de paleoambiente que pudo rodear al dinosaurio al que pertenecían los
fragmentos hallados en el paraje del Cortijo de los Prados, gracias a los variados restos de fósiles de diferentes
especies vegetales y animales presentes en el yacimiento y aledaños más próximos. En el lugar podemos en-
contrar, como ya hemos mencionado anteriormente, moluscos como Tylostoma sp., Nerinea sp., Pterotrigonia
sp., foraminíferos bentónicos, diferentes tipos de gasterópodos, ostras, fragmentos de madera mineralizados
por óxidos e hidróxidos de hierro, moldes de moluscos y concreciones ferruginosas. También es común que
los depósitos arenosos aparezcan muy bioturbados, principalmente por raíces (Guillén Mondéjar et al., 2004)
lo que evidencia la proximidad de los depósitos arenosos a zonas batiales costeras de poca profundidad con
vegetación tipo manglar (Fig. 5).

Figura 5. Reconstrucción paleoambiente. (Fuente: Travis R. Tíschler)

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Nuria Torrente García, Miguel Ángel López Sandoval y Miguel Tórtola García

Desde el punto de vista de los procesos sedimentológicos que han permitido la conservación de esta diáfisis,
los materiales que albergaron este resto óseo se depositaron en un paleoambiente deltaico que padeció en
sucesivas ocasiones transgresiones y regresiones marinas, todas ellas de poca entidad en lo que a profundidad
y duración en el tiempo se refiere; confirmándolo el registro sedimentológico.

Podemos debatir sobre el tipo de paleopaisaje en el que habitó el dinosaurio al que pertenece la diáfisis. Este
sería un paisaje costero formado por un delta de arena blanca-grisácea, cuyos sedimentos eran aportados por
un cauce o cauces fluviales en sus avenidas. Es plausible que la diáfisis perteneciera a un saurópodo, que pudo
haber sido devorado por carnívoros en tramos superiores al delta y, como resultado de los arrastres de las ave-
nidas, dicho fragmento fue transportándose y deteriorándose como resultado del rozamiento del mismo con
el fondo del cauce; finalmente la diáfisis se depositó por la disminución de la velocidad del agua, de su energía
cinética y por tanto de su capacidad de transporte albergándose sobre las arenas que formaban un delta en el
tramo final del cauce, posibilitándose de esta manera su fosilización al quedar enterrado en las mismas.

Los fragmentos de madera (conífera) encontrados en el yacimiento, nos confirman que las vertientes de la
cuenca de drenaje que formaba de dicho delta fluvial estaban ocupadas en parte por coníferas, pues los restos
de madera son muy frecuentes en el yacimiento. Se puede deducir que cuando el delta era funcional, pudo estar
ocupado por vegetación con raíces zancudas adaptadas a las aguas salinas y dulces tipo manglar o de marisma,
como así lo demuestran las bioturbiditas que frecuentemente aparecen en las arenas de la formación Utrillas.

También sería factible que la influencia marina en el delta fuese limitada, en el sentido que los moluscos que
encontramos pertenecen a especies de hábitats marinos batiales de poca profundidad como son los foraminí-
feros, bivalvos, gasterópodos, etc., y no de zonas marinas neríticas o abisales. El yacimiento también es muy
interesante al formar parte de un gran ecotono, puesto que en él se entremezclaban varios tipos de ecosistemas
a la vez, fluvial, continental y marino, de ahí su gran variedad en especies pertenecientes a muy diferentes há-
bitats; desde dinosaurios, gasterópodos, fragmentos vegetales, bivalvos y foraminíferos bentónicos.

7. DISCUSIÓN
Los restos óseos encontrados se sitúan dentro del Cretácico inferior y concretamente en el Albiense superior.
Podemos afirmar que en el Cretácico inferior en el que nos encontramos, desde el punto de vista paleontológi-
co, habitaron cuatro familias dentro del taxón Saurópoda (Diplodocidae, Camarasauridae, Brachiosidae y Tita-
nosauridae). La morfología femoral de nuestra diáfisis se asemeja de una forma muy factible a la de este taxón.

A partir de aquí especulamos que los fragmentos BNZR/1 y BNZR/2 pudieran pertenecer a un saurópodo
(Fig. 6), ya que morfológicamente se asemejan a una diáfisis femoral por su forma trapezoidal característica
de este tipo de saurópodos además de que éstos habitaban la península ibérica en el Albiense superior.

Todo este análisis nos proporciona una información muy valiosa, puesto que podríamos extrapolar que nues-
tro “probable” fémur de saurópodo formaría parte de un esqueleto de altura máxima a la cruz de 1,80 metros
aproximadamente y que además este podría haber formado parte de un individuo de saurópodo subadulto o
de una especie de saurópodo no especialmente grande.

Figura 6. Relación de la diáfisis BNZR/1 con el fémur al que pudiera pertenecer dicho fragmento.

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PRIMER REGISTRO FÓSIL DE DINOSAURIO EN EL NOROESTE DE LA REGIÓN DE MURCIA (CRETÁCICO INFERIOR, ALBIENSE)

8. CONCLUSIONES
El hallazgo de estos dos fragmentos óseos BNZR/1 y BNZR/2 supone el hallazgo del primer resto de dinosau-
rio encontrado en el Noroeste de la Región de Murcia y el segundo de la Región situado de la misma manera
en la formación Utrillas del periodo Albiense superior en el Cretácico inferior.

En relación a nuestras investigaciones y aportaciones de la Asociación Cultural Paleontológica Murciana, po-


demos concluir que, probablemente, los restos se traten de dos fragmentos de la parte medial (diáfisis) de un
fémur de un saurópodo subadulto o de una especie de saurópodo no especialmente grande.

Por el resto óseo analizado, así como por el encontrado con anterioridad en Yecla perteneciente también al Al-
biense medio, además de por las numerosas icnitas de dinosaurios descubiertas en todo el Altiplano, así como
por todos los restos fósiles de este mismo periodo, nos hace reflexionar que hasta hace bien poco la formación
Utrillas era considerada bastante escasa en lo que se refiere a registro de fósiles en general y de dinosaurios en
particular en nuestra región.

A partir de ahora se hace necesario revisar la percepción que de la formación Utrillas y del Albiense superior
se ha tenido en el Noroeste de Murcia, pues se reafirma como una de las unidades sedimentarias con mayores
posibilidades de nuevos hallazgos en lo que a restos de dinosaurios se refiere de toda la región.

El hallazgo de esta diáfisis supone un gran incentivo para la investigación paleontológica en la Región de Mur-
cia y para las comarcas del Altiplano y del Noroeste, pues a partir de ahora, habrá que considerar a las arenas
de la formación Utrillas del Albiense superior del Noroeste de Murcia, como una zona de gran valor para la
investigación paleontológica de los grandes saurios del Albiense superior, dentro del Cretácico inferior a nivel
nacional e internacional dado las grandes posibilidades que ofrece.

9. BIBLIOGRAFÍA
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WWW.REGMURCIA.ES

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ESTUDIOS E INTERVENCIONES
EN EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
HALLAZGO DE DOS CONJUNTOS DE INSCULTURAS
EN LOS CABEZOS DE LA MINA Y MALNOMBRE
(PROSPECCIONES SANTOMERA 2018/2019)

Pallarés Martínez, Miguel


Consejería de Educación, Juventud y Deportes. Asociación Patrimonio Santomera
Fernández Ruiz, Norman
Universidad de Murcia. Asociación Patrimonio Santomera
González Gómez, Cristina
Consejería de Educación, Juventud y Deportes. Asociación Patrimonio Santomera
Ocharán Ibarra, José Ángel
Universidad de Murcia. Asociación Cultural de Estudios Protohistóricos y Arqueología ACEPA.
Dr. en Arqueología y Prehistoria

Resumen
Presentamos dos conjuntos de insculturas localizados en los cabezos de la Mina y Malnombre, solana de la
sierra de Orihuela, durante la campaña de prospecciones llevadas a cabo durante los años 2018 y 2019 en el
municipio de Santomera. Se acompaña descripción y contextualización de los hallazgos, relacionados con los
poblados prehistóricos homónimos ubicados en sendos cabezos.

Palabras clave: Santomera, Calcolítico, Edad del Bronce, Argar, insculturas, prospección.

Abstract
We present two sets of rock carvings located at the peaks of La Mina and Malnombre, on the southside of the
mountain range of Orihuela, during the survey campaign carried out during 2018 and 2019 in the municipality
of Santomera. A description and contextualization of the findings are provided, related to the homonymous pre-
historic settlements located on the two peaks.

Keywords: Santomera, Chalcolitic, Bronze Age, Argar, insculture, prospecting.

1. INTRODUCCIÓN
Los cabezos de La Mina y Malnombre son dos elevaciones de la sierra de Orihuela situadas en su cara sur,
dentro del término municipal de Santomera. Se componen de rocas carbonatadas superpuestas sobre un
zócalo de esquistos y cuarcitas de origen metamórfico. En ambos cabezos, distantes entre sí unos 400 metros,
encontramos los vestigios del primer poblamiento organizado en esta zona de la Vega Baja del Segura, en el
poblado calcolítico del Cabezo Malnombre y en la ocupación argárica del Cabezo de la Mina, enclaves que
desde su elevada posición controlaban la vega fluvial.

Los estudios se han realizado durante los años 2018 y 2019 a cargo de la Asociación Patrimonio de Santomera
con el apoyo del Ayuntamiento y de la Dirección General de Bienes Culturales, en el marco del proyecto N./
Ref. CTC/DGBC/SPH N./Expdte. EXC 92/2018. Gran parte de los trabajos de prospección se han centrado en
el entorno de los cabezos citados y la solana de la sierra, donde se han podido documentar nuevos datos sobre
el poblamiento prehistórico de la zona.

El asentamiento prehistórico en Santomera se conoce desde las investigaciones llevadas a cabo en Cobatillas
la Vieja (Ayala Juan, 1981; Lillo Carpio, 1977; Ros Sala, 1985; Medina Ruiz, 1999), los trabajos realizados en
el entorno de Rambla Salada (Jiménez Lorente et al. 2005, 2006), y por el descubrimiento de los poblados

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 157


Miguel Pallarés Martínez, Norman Fernández Ruiz, Cristina González Gómez y José Ángel Ocharán Ibarra

del Cabezo de la Mina y el Cabezo Malnombre, prospectados por primera vez por Blas Rubio a inicios de los
noventa.1 Actualmente, el municipio se ha revelado como uno de los más ricos de la Región en patrimonio ar-
queológico, especialmente en cronologías de Prehistoria reciente y Paleolítico. La importancia de los enclaves
del Malnombre y La Mina para el estudio del primer poblamiento del valle del Segura ha motivado que gran
parte de los trabajos realizados por la Asociación Patrimonio Santomera se centren en el entorno de estos ya-
cimientos, con hallazgos de gran relevancia como son las cuevas de enterramiento vinculadas a los poblados
y, sobre todo, de los conjuntos de cazoletas y petroglifos reseñados en este trabajo.

2. CONTEXTO GEOFÍSICO
El territorio del municipio de Santomera ha sido poblado en reiteradas ocasiones desde al menos el Paleolítico
medio, como evidencian algunos hallazgos realizados en el entorno del embalse y las estribaciones occidenta-
les de la sierra de Orihuela. Se trata de un enclave estratégico donde confluyen el río Segura y la rambla Salada,
principales vías de comunicación de esta zona de la región murciana. Además, la abundancia de materiales
silíceos en el entorno de esta rambla, la cual discurre a los pies de los cabezos de La Mina y Malnombre, ha
favorecido, sin lugar a dudas, que el asentamiento prehistórico en esta zona haya sido especialmente intenso
y continuo (Fig. 1).

Figura 1. Cabezo Malnombre y Cabezo de la Mina (Santomera).

Ambos cabezos se levantan en la solana de la sierra de Orihuela, en la zona conocida como el Frontal del
Siscar. Se hallan a una distancia de unos 400 metros el uno del otro, siendo hitos principales en el paisaje que
actúan como magníficas atalayas y puntos de control del territorio circundante, especialmente hacia el sur,
dominando el valle fluvial. Se trata de relieves agudos con fuertes pendientes, de 251 m.s.n.m Malnombre y
197 m.s.n.m. La Mina. Están formados principalmente por materiales carbonatados del Triásico medio, espe-
cialmente en las cotas superiores; en cotas inferiores encontramos una predominancia de cuarcitas y filitas. En
la serie cuarcítica aparece localmente mineral de cobre, y se han encontrado pequeñas masas de metabasita
en la parte superior de la formación. La litogénesis de ambas series se puede encuadrar en el Permo-Triásico
(De Boer et al. 1982).

Se pueden apreciar suelos de hasta 50 cm de espesor aunque normalmente es escaso, siendo un terreno prin-
cipalmente pedregoso compuesto por gravas, piedras y bloques desprendidos de los peñones rocosos cimeros.
La superficie rocosa representa hasta una cuarta parte, en todas sus vertientes, produciéndose un alto grado
de drenaje. La densidad de la vegetación es del 50-75 %, caracterizada por matorral bajo. En general presen-
tan un aspecto deteriorado, con cárcavas en sus laderas sur y este, así como daños por el aterrazamiento y la
explotación minera en época contemporánea.

3. METODOLOGÍA
Los estudios de campo han sido realizados mediante prospecciones sistemáticas en diferentes sectores del mu-
nicipio, centrándonos en las elevaciones montañosas (sierra de Orihuela, Bermejo, Balumba, Los Ásperos).

1  El Cabezo Malnombre, al igual que La Mina y otros enclaves del municipio, fue prospectado por primera vez oficialmente para la realización de la Carta
Arqueológica Municipal por Cristina González Gómez en el año 1996.

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HALLAZGO DE DOS CONJUNTOS DE INSCULTURAS EN LOS CABEZOS DE LA MINA Y MALNOMBRE (PROSPECCIONES SANTOMERA
2018/2019)

En ocasiones, debido al objetivo de la salida de cam-


po, se han prospectado selectivamente ciertos encla-
ves, especialmente con el fin de revisar los yacimien-
tos ya conocidos y comprobar los datos publicados
así como su estado de conservación actual (Fig. 2).

Para los trabajos de campo hemos preparado una do-


cumentación cartográfica previa, tanto en aspectos
geológicos como topográficos, para posteriormente
diseñar los itinerarios a seguir y objetivos principa-
les de cada sector. Cualquier tipo de hallazgo ha sido
georreferenciado mediante GPS para su posterior
inclusión y manipulación en un SIG. Asimismo, se
han documentado fotográficamente mediante cáma-
ra manual y también con el uso de un dron; a la vez
se han tomado medidas de estructuras y cavidades.
La recogida de materiales ha sido selectiva con el fin
de establecer un marco cultural y cronológico de los
hallazgos. A posteriori se ha realizado un estudio de
los materiales, así como análisis espaciales y foto-
gramétricos.

Figura 2. Área de prospección en el T.M. de Santomera.

4. LOS POBLADOS PREHISTÓRICOS


El yacimiento del Malnombre es un hábitat prehistórico en altura fechado durante el iii milenio a. C., en el
Calcolítico. Se distribuye fundamentalmente en la ladera meridional y suroriental del cabezo, sectores donde
la abundancia de materiales arqueológicos es significativamente mayor, aproximadamente unas 5 hectáreas,
además de la aparición en superficie de estructuras pétreas y aterrazamientos que indican la antigua existencia
de elementos arquitectónicos en esa parte del relieve. No obstante, en la cara noroeste existe un área con una
alta concentración de materiales arqueológicos, sobre todo industria lítica, tanto implementos propiamente
dichos como desechos del proceso de la talla; es por ello que el lugar ha sido interpretado como una zona de
taller lítico, también por la falta de muros visibles, a diferencia de lo que ocurre con el sector sur (Fernández
y Pallarés, 2019).

Los muros presentan una disposición paralela al relieve estructural del cabezo, adecuándose a la morfo-
logía del terreno. Están compuestos por paramentos de piedras medianas sin cantería, trabadas por arga-
masa de barro. Se han podido identificar los restos de hasta siete elementos murarios a lo largo del sector
sur, que por sus características han sido clasificados como estructuras de aterrazamiento o estructuras de
hábitat.

Ha aparecido una notable densidad de materiales arqueológicos, tanto líticos como cerámicos, la mayoría de
ellos pertenecientes a fases recientes de la Prehistoria, sobre todo al Calcolítico. Pero también aparecen mate-
riales, en un número considerablemente inferior, cerámicas argáricas bruñidas, así como restos de cerámicas
medievales islámicas e incluso alguna cerámica tosca que pese a su arcaico aspecto probablemente pertenezca
a época visigoda, sin relación alguna estos últimos con estructuras. Conforme nos desplazamos hacia el este,
el hallazgo de cerámica es más puntual.

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Miguel Pallarés Martínez, Norman Fernández Ruiz, Cristina González Gómez y José Ángel Ocharán Ibarra

A grandes rasgos podemos hablar de dos fases en la Prehistoria: Calcolítica y Bronce pleno (argárico). No
conocemos su momento original, que tal vez pueda remontarse a una ocupación del Neolítico final, teniendo
en cuenta la abundancia de talleres líticos de ese periodo documentados en la Rambla Salada (Fernández y
Pallarés, 2019). No existe constancia de formas o decoraciones propias de este periodo por lo que el asenta-
miento podría haberse abandonado a finales del iv milenio o inicios del iii a. C. Posteriormente se volvería a
ocupar durante los primeros siglos del ii milenio a. C. ya en la Edad del Bronce, tal vez de forma simultánea
con el Cabezo de la Mina, o en momentos diferentes aprovechando las similares características de ambos
cerros.

Por otra parte, el poblado de La Mina se sitúa en el cabezo del mismo nombre, llamado así por la explotación
minera de materiales cupríferos situada en su ladera, aunque su nombre antiguo era Cabezo de la Fuente
(Escanilla, 2016), seguramente por la presencia de un manantial que hoy se halla desaparecido debido a la
actividad industrial minera del siglo xix.

El poblado corresponde al Bronce pleno. Se localiza en la zona sur y suroeste del cabezo, pudiéndose observar
diversas estructuras de aterrazamiento y muros que corresponden a las viviendas. El estado de conservación
es muy deficiente y en toda el área se han producido numerosos expolios. Al igual que lo observado en el Ca-
bezo Malnombre, los muros presentan una disposición paralela al relieve estructural del cabezo, adecuándose
a la morfología del terreno. Están compuestos por paramentos de piedras medianas sin cantería, trabadas por
argamasa de barro. También aparecen varias sepulturas en cista expoliadas, formadas por lajas de roca caliza
del entorno del poblado.

Los materiales que aparecen son en su mayoría cerámicas de tipología argárica, de diversa morfología, sobre
todo galbos. Aparecen también restos de molinos y otros elementos que prueban el trabajo del metal. Entre-
mezclados en su ladera sur con los restos del Bronce hemos hallado restos de paredes de cerámica común
romana (s. ii a. C.-i d. C.) o sigillatas africanas lo que sugiere una ocupación en época clásica del cabezo, tal
vez para la explotación de mineral. También han aparecido molinos barquiformes y manos de molino y abun-
dante industria lítica; en ambos poblados la industria lítica que aparece proviene exclusivamente de materia
prima obtenida en la Rambla Salada.

A pesar de la presencia de cobre, se ha sugerido que el cobre usado por los pobladores argáricos de Santomera
era importado en su totalidad (Escanilla, 2016). De todos modos, ante la falta de excavaciones y analíticas,
cualquier inferencia estaría sometida a futuros estudios en la zona; no sería extraño que en siglos de ocupa-
ción de ambos cabezos, sus habitantes hubieran descubierto la malaquita y la hubieran explotado en pequeñas
explotaciones superficiales (Fernández y Pallarés, 2019).

5. LOS CONJUNTOS DE INSCULTURAS


Las insculturas y petroglifos localizados en ambos cabezos son básicamente morfologías circulares y cón-
cavas, lo que comúnmente se llaman cazoletas. En ocasiones se trata de cazoletas aisladas, aunque también
aparecen en agrupaciones con diverso tamaño. Son formas comunes en la Región de Murcia, en ocasiones
unidas por canalillos lo que sugiere algún tipo de relación con el vertido de líquidos como sugieren algunos
autores (Jordán, 2015).

Ya se conocían algunas cazoletas dentro del perímetro de los poblados, aunque al tratarse de concavidades ais-
ladas y de mayores dimensiones es probable que tuviesen un uso distinto. En primer lugar fue documentado
el conjunto del Malnombre, situado en la cima del peñón rocoso, infranqueable por todos sus lados excepto
por un punto donde hay que escalar para alcanzar la plataforma superior.

Cerca de la cima podemos ver un conjunto de ocho grandes y profundas cazoletas, las mayores del yacimien-
to, de hasta 25 cm de diámetro y 36 de profundidad. Situadas en plena subida son totalmente diferentes a
cualquier otra que podamos encontrar en el cabezo.

Muy cerca en una roca expuesta y plana, aparece otro conjunto, con una disposición anárquica tienen diáme-
tros entre 15 y 10 cm, y una profundidad en torno a 2-3 cm. Una vez en la cima, encontramos una plataforma
lisa e inclinada 45º hasta su zona central cuyo buzamiento se suaviza. En el centro existe un gran calderón
hemiesférico de 3 m de diámetro y casi 2 m de profundidad, con un origen semiartificial, aprovechado para

160 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


HALLAZGO DE DOS CONJUNTOS DE INSCULTURAS EN LOS CABEZOS DE LA MINA Y MALNOMBRE (PROSPECCIONES SANTOMERA
2018/2019)

recoger el agua de la pendiente de la cima. Junto al calderón y en diversos puntos de la plataforma aparecen
pequeños testigos de sedimento con materiales cerámicos y líticos.

En ocasiones aparecen aisladas y en otras ocasiones formando pequeños conjuntos, siendo formalmente muy
parecidas entre sí. Destacan dos conjuntos singulares: el primero de ellos, denominado conjunto 11, es una
composición geométrica de dos líneas paralelas de cuatro cazoletas unidas entre sí, con una cazoleta en el
extremo inferior (pendiente abajo) y dos cazoletas flanqueando el extremo superior, en un total de 11 inscul-
turas. Apunta a los 240º suroeste y es una representación hasta ahora única de este yacimiento (Fig. 3).

Del mismo modo se halló un conjunto parecido en la zona más alta, junto al extremo oriental, denominado
conjunto 15 dispuesto en línea con el conjunto 11, situado algo más abajo del calderón. En forma y compo-
sición es muy similar al conjunto 11 por lo que su relación es más que evidente. Además, continuando esta
línea imaginaria que une el grupo 15 y 11, a través de la continuidad de su eje de simetría, atravesaríamos por
el centro del calderón. La dirección de esa línea de simetría señala los 240º suroeste. Teniendo en cuenta la
morfología y disposición de estos podrían tener un uso ritual asociado a ciclos solares, aunque esta hipótesis
estaría sujeta a un estudio arqueoastronómico más detallado.

En cuanto a las insculturas de La Mina, fueron localizadas en las últimas jornadas de trabajo de campo y son
parecidas a los grupos de cazoletas del Malnombre. En la cima encontramos tres cazoletas aisladas de unos
20 cm de diámetro y entre 9 y 23 cm de profundidad. También aparece en un puente de roca cercano a la
cima un grupo de 15 cazoletas de 15 x 3 cm junto a una de mayores dimensiones (21 x 14 cm); parecen seguir
una alineación este-oeste. Muy cerca aparecen otras dos cazoletas aisladas de 16 y 13 cm de diámetro y una
profundidad de 13 y 7 cm respectivamente. El resto de cazoletas aparecen en la ladera sur en el perímetro del
poblado, una aislada y en tres conjuntos diferentes de tres cazoletas cada uno con dimensiones de entre 10 y 20
cm de diámetro y profundidad variable de entre 5 y 15 cm, salvo una de ellas más aislada que tiene 30 cm de
profundidad. Parece que las cazoletas más grandes y profundas se hallan cerca del poblado, al igual que ocurre
en el Cabezo Malnombre, por lo que puede indicar un fin diferencial respecto a las situadas en las zonas más
altas de los cabezos (Fig. 4).

Figura 3. Conjunto 11 del Cabezo Malnombre (Santomera). Figura 4. Conjunto 5 del Cabezo de la Mina (Santomera).

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Miguel Pallarés Martínez, Norman Fernández Ruiz, Cristina González Gómez y José Ángel Ocharán Ibarra

También cabe destacar la presencia de un conjunto de oquedades excavadas en la roca de un pequeño abrigo
orientado a levante, tal vez utilizadas para instalar algún tipo de parapeto, constando de dos filas paralelas
y una profundidad de unos 30 cm en las cazoletas, difiriendo en forma y tipología del resto de insculturas
documentadas.

6. A MODO DE CONCLUSIÓN
El descubrimiento de estos conjuntos de insculturas ha dado un nuevo enfoque a las investigaciones y al co-
nocimiento que se tenía hasta ahora del yacimiento. Al aspecto puramente material se le podría añadir una
dimensión simbólica lo cual enriquece sobremanera las interpretaciones que puedan plantearse.

La localización de las cazoletas se halla estrechamente relacionada con la ocupación prehistórica de los cabe-
zos, si bien, es complejo discernir a que periodo corresponden, si Calcolítico o Bronce argárico, ya que este
tipo de manifestaciones se encuentran repartidas en poblados de ambas cronologías. El lugar donde se hallan
inclina a pensar en un uso ritual en la mayor parte de los conjuntos, con orientaciones evidentes a poniente o
levante, e incluso podemos observar una predisposición arqueoastronómica en alguna de las composiciones,
datos preliminares que de momento debemos tomar con cautela. Más bien parece que este tipo de manifes-
taciones son comunes a lo largo de un extenso periodo de la Prehistoria reciente (Hernández y Lomba, 2006)
independientemente del periodo cultural al que pertenezcan y según se puede ver en otros puntos de la Re-
gión, parecen estar relacionadas con vías de comunicación principales, situándose cerca de estas. No obstante
es necesario un estudio en profundidad basado en un análisis comparado de todo el registro conocido para
concretar de mejor forma cuales pueden ser afirmadas o desechadas en cuanto a su funcionalidad.

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162 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


TALLER DE CUARCITAS DEL PALEOLÍTICO MEDIO
DEL COLLADO DE LA HERMANA DE JUMILLA
(MURCIA)

Herrero González, Cayetano


Museo Municipal “Jerónimo Molina” de Etnografía y Ciencias de la Naturaleza
Martín Lerma, Ignacio
Universidad de Murcia, Área de Prehistoria, Facultad de Letras
Sánchez Martínez, Noelia
Universidad de Murcia, Área de Prehistoria, Facultad de Letras

Resumen
En 2011 fueron hallados en la Solana del Collado de la Hermana, junto a una zona catalogada por la presencia
de petroglifos en el término municipal de Jumilla, una serie de restos de industria lítica en superficie. Se trata
de un taller de cuarcitas, adscrito al Musteriense por sus rasgos tecnológicos. Geológicamente, el área está
compuesta por calcarenitas que se apoyan en una capa de calizas y arcillas rojas donde se encuentran gran
cantidad de cantos de cuarcita, de edad Oligoceno-Aquitaniense, dato que nos aporta información sobre una
posible fuente de abastecimiento de materia prima para estas poblaciones paleolíticas. El hallazgo de este
yacimiento contribuye a obtener una valiosa información sobre el Paleolítico Medio en el área de Jumilla,
ayudándose a completar la información que conocemos actualmente acerca de la presencia neandertal en la
Región de Murcia.

Palabras clave: Jumilla, Prehistoria, Paleolítico Medio, industria lítica, tecnología, traceología.

Abstract
In 2011, a surface lithic assemblage was discovered next to an area with recorded petroglyphs in Solana del
Collado de la Hermana, Jumilla. We identify the site as an extensive quartzite workshop attributed to the Mous-
terian on the basis of its technological features. Geologically, the area comprises calcarenites overlying a layer of
limestone and red clays which contains a large number of quartzite pebbles of Oligocene-Aquitanian origin. The
data presented in this paper thus documents a local source of raw material for tool manufacture exploited by
Palaeolithic populations. The discovery of this site provides relevant information regarding the supply networks
and procurement strategies of Middle Palaeolithic communities inhabiting and navigating the landscape around
Jumilla, and therefore expanding the information we currently know about the Neanderthal presence in the
Murcia Region.

Keywords: Jumilla, Prehistory, Middle Palaeolithic, lithic industry, technology, use-wear analysis.

1. INTRODUCCIÓN
En los trabajos realizados para la catalogación de los petroglifos del término municipal de Jumilla, en abril
de 2003, se localizó uno en el paraje conocido como Collado de la Hermana de Jumilla, a 712 metros sobre el
nivel del mar. Se trata de un calderón natural al que se le han practicado dos canalillos para facilitar la reco-
gida de agua de lluvia. Junto a dicho petroglifo, se encontró un interesante material lítico paleolítico (Herrero
González, 2004).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 163


Cayetano Herrero González, Ignacio Martín Lerma y Noelia Sánchez Martínez

Figura 1. Vista general del Collado de la Hermana. (Fotografía: C. Herrero)

2. UBICACIÓN
Se encuentra en la parte occidental de la sierra de las Cabras, conocida como Hermana de Jumilla, siendo
el Collado de la Hermana la parte que linda con la provincia de Albacete, y por consiguiente con el termino
de Hellín. La frontera entre ambos municipios la marca la carretera MU-420. El citado taller de cuarcitas,
encuadrado en una superficie aproximada en 2.500 m2, se encuentra en la solana del Collado de la Hermana,
desde donde se divisa al norte el paraje de El Llano y Montesinos y, al sur Las Casas del Llano y el Barranco del
Llanto, por donde circula la carretera antes mencionada MU-420. Es una zona con espectaculares vistas de los
cabezos pétreos de la Hermana de Hellín y la de Jumilla, con una interesante vegetación de esparto, carrasca,
romero, tomillo, espino, carrasco y encinas.

Figura 2. Petroglifo del Collado de la Hermana. (Fotografía: C. Herrero)

3. CONTEXTO GEOLÓGICO
El yacimiento se encuentra en las cordilleras Béticas, considerando que estos materiales pertenecen al Pre-
bético Oriental, área de Jumilla-Yecla (y están formados por calcarenitas de grano fino con gran porosidad
(Vilas et al., 2004).

164 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


TALLER DE CUARCITAS DEL PALEOLÍTICO MEDIO DEL COLLADO DE LA HERMANA DE JUMILLA (MURCIA)

Estos afloramientos son muy comunes en todo el término municipal. En concreto, esta área está compuesta
por un paquete de unos 30 metros de calcarenitas miocenas, de muro a techo, con importantes contenidos de
fracciones de pequeñas conchas de moluscos bivalvos de pelecípodos principalmente, sobre materiales terríge-
nos de arenas fósiles, con pequeñas cantidades de cuarzo (Vilas et al., 2005). Se apoyan en una capa de calizas
y arcillas rojas donde se encuentran gran cantidad de cantos de cuarcita de buena calidad. A esta unidad, le
atribuyeron una edad Oligoceno-Aquitaniense inferior (23 millones de años). Se sitúa sobre una base de mar-
gas blancas gris amarillento, dato que nos aporta información sobre una fuente de abastecimiento de materia
prima para estas poblaciones paleolíticas (Jerez-Mir et al., 1972).

4. LA INDUSTRIA LÍTICA
La industria lítica recogida en el Collado de la Hermana alcanza la cifra de 106 piezas, las cuales representan
la cadena operativa al completo, ya que se encuentran constatadas todas las fases: selección del material, la
talla, el uso, la reutilización y el descarte. El material lítico utilizado se debió recoger en el entorno inmediato
al área de talla/uso, por la presencia de cantos sin trabajar junto a cantos trabajados.

Con respecto a la selección de material, muchos nódulos de cuarcita fueron empleados para ser tallados, tal
y como veremos a continuación, pero también dichos elementos funcionaron a modo de percutores. Se han
localizado 7 en concreto, y presentan un formato aproximado que oscila entre 7 y 14 centímetros y presentan
claros indicios de impactos, golpes o lascados, producto del choque con otra materia prima dura, entendemos
que, durante el momento de la talla, y que han sido abandonados sin ninguna muestra más de trabajo o tra-
tamiento antrópico.

De los materiales recogidos en superficie en el Collado de la Hermana llama la atención notablemente la gran
cantidad de núcleos que conforman la colección (53 de las 106 piezas totales, el 50 %). Gracias a ello hemos
podido realizar un estudio tipológico de estos núcleos y precisar las metodologías de talla presentes en el sitio.

En primer lugar, debemos aclarar que la presencia tan elevada de núcleos dentro del conjunto se debe a la
realización de una recogida selectiva, en la que primaron las piezas de mayor tamaño o con una clara inten-
cionalidad de talla. El Collado de la Hermana presenta un elevado número de piezas en superficie debido a la
abundancia de materia prima, y hasta ahora no se ha realizado una recogida total mediante una metodología
arqueológica.

De todas las piezas clasificadas como núcleos, 33 han sido realizados claramente sobre cantos pues conser-
van parte del córtex que nos permite identificarlos. En general, la cuarcita seleccionada para la talla es de
buena calidad, de grano fino a medio, aunque hay algunas excepciones en núcleos poco trabajados o aban-
donados sin agotar con numerosas fracturas que presentan una cuarcita de grano más grueso. La coloración
va de marrón-beige a gris, siendo estas últimas las de mejor calidad, como por ejemplo el núcleo levallois de
la figura 4.

Figura 3. Porcentajes de representatividad de los tipos de núcleos presentes en el conjunto del Collado de la Hermana.

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Cayetano Herrero González, Ignacio Martín Lerma y Noelia Sánchez Martínez

En cuanto a la variabilidad de tamaños dentro de los núcleos recogidos, podríamos plantear la existencia de 2
categorías: los núcleos realizados sobre canto de cuarcita presentan una mayor talla que los que no conservan
el córtex. Este motivo puede deberse al mayor aprovechamiento de los segundos, lo cual justificaría la carencia
de córtex al ser explotados al máximo. En cuanto al nivel de agotamiento de los núcleos, en general presentan
un abandono en una fase final de aprovechamiento, en la que los núcleos pierden la forma que se le ha dado
durante toda la talla debido a que las últimas extracciones no siguen esa metodología para aprovechar al
máximo la materia prima. Es este el motivo de que el 41,51 % de los núcleos presente una forma aleatoria o
multifacial. Otro dato que apoya esta hipótesis de partida es la gran cantidad de fracturas de talla, reflejados y
golpes que se superponen a otras extracciones realizadas de forma correcta.

Los tipos de núcleo que aparecen en el sitio han sido clasificados, tras realizar el análisis de la jerarquización
de las superficies de explotación, con las siguientes denominaciones: informe o multifacial, unifacial plano,
bifacial parcial (Casanova et al., 2008), unipolar, bipolar (Maíllo, 2007; Slimak, 2008), levallois y discoide
(Boëda et al., 1990; Boëda, 1995; Casanova et al., 2008), siendo añadida una última categoría para los cantos
que presentan extracciones bifaciales (Fig. 3). Hemos decidido realizar una distinción entre aquellos cantos
trabajados de forma bifacial que presentan una posible intencionalidad de generar un filo útil, y que por lo
tanto consistirían útiles en sí mismos (4 cantos trabajados bifaciales, 1 unifacial y 2 triedros), y los cantos
que presentan extracciones bifaciales pero cuyo filo no es útil por su ángulo o su morfología. En este último
caso han sido considerados núcleos, puesto que la intencionalidad de estas piezas es la de extracción de
soportes.

Figura 4. Esquemas diacríticos de núcleos representativos del conjunto del Collado de la Hermana. (Fotografía: J. Canicio Martínez;
dibujos: E. Gea Martínez; esquemas diacríticos: N. Sánchez-Martínez).

En cuanto a los núcleos que presentan una metodología clara de predeterminación en la talla (levallois 2, dis-
coide centrípeto 4 o unipolar con preparaciones en la plataforma de talla 8), constituyen un 26,41 % del total.
Como ya hemos indicado, algunos de los núcleos considerados como informes o multifaciales pudieron ser el
su momento de alguno de estos tres tipos, pero debido al agotamiento resultan irreconocibles. De los núcleos
levallois solamente conservamos uno completo, que pertenece al tipo centrípeto recurrente. En cuanto a los
discoides se encuentran muy agotados y fragmentados, lo cual solamente nos ha permitido clasificarlos tipo-
lógicamente. Finalmente, los núcleos unipolares, dos de cuyos ejemplos aparecen en la figura 4, presentan un
agotamiento de medio a alto, pero todavía nos permiten analizar los métodos utilizados, que serían alternos
entre preparación de la cornisa y extracción de soportes.

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TALLER DE CUARCITAS DEL PALEOLÍTICO MEDIO DEL COLLADO DE LA HERMANA DE JUMILLA (MURCIA)

De estos procesos de manufactura lítica, también han sido localizados restos de talla, los cuales se constatan
sobre todo en la parte superior del Collado, en el entorno del mencionado petroglifo, donde encontramos 19
fragmentos sin extracciones significativas, los cuales tienen un formato comprendido entre 5 y 10 centímetros.

Con rasgos de esta tecnología, y localizados ya en la zona más baja de la ladera, aparecen otros morfotipos
propios de la talla, como son 3 lascas de dorso natural, así como diferentes soportes sin retocar ni usar, en
concreto 9 lascas de formato medio (10 centímetros), la mayoría pertenecientes a fases iniciales del desbas-
tado por presentar córtex todas ellas, a excepción de tres, que no son piezas corticales y cuyas proporciones
son lógicamente menores por ser productos propios de fases de manufactura más avanzadas (5 centímetros).
Uno de ellas, gracias a la lectura que se puede realizar observando sus extracciones, podemos confirmar que
se trata de una lasca levallois típicamente adscrita a la metodología de talla que caracterizó a los neandertales.

La poca cantidad de útiles retocados que, hasta ahora, componen el conjunto nos dificulta poder ahondar
más en una posible adscripción cronológica o tipo-tecnológica. La mayor proporción de denticulados sobre
raederas podría ser un posible indicador cronológico, pero como hemos indicado anteriormente, la recogida
de materiales no ha sido total. De este conjunto de piezas destacan 4 denticulados de retoque abrupto y una
raedera doble convergente, todo ellos muy característicos del período Musteriense.

El análisis traceológico nos ha desvelado la presencia de huellas de uso en la mayoría de estas piezas. Todas
ellas están realizadas sobre una cuarcita de grano muy fino, lo que indudablemente han favorecido a la génesis
y conservación de dichas huellas. Las trazas detectadas al microscopio son equiparables a los que se generan
en el sílex, aunque con diferencias de aspecto y lentitud en su formación, por las características geológicas del
material (Martín Lerma, 2008).

Las huellas localizadas en el denticulado sobre lasca (Fig. 5) nos permiten saber que dicha pieza realizó acti-
vidades relacionadas con una materia semidura como la madera, llevando a cabo procesos de talado o trabajo
de material vegetal leñoso. Se trata de un pulimento bien desarrollado, brillante, de trama cerrada-semicerra-
da y morfología abombada, con presencia de pequeños microagujeros de bordes irregulares y embotamiento
en las zonas elevadas de la topografía.

El denticulado sobre lasca de tendencia laminar (Fig. 5), presenta trazas de haber sido utilizada sobre una ma-
teria dura como el hueso, al conservar un pulimento compacto y de aspecto curvado. Estas huellas se preser-
van sobre todo en los filos que más contacto tuvieron con el material trabajado. Al ser una materia trabajada
resistente, la aparición de desconchados es frecuente, incluso a nivel microscópico también. Estos se producen
en la periferia de los cristales, siendo más abundantes y de mayor tamaño en las zonas de mayor fricción con
el hueso. Lógicamente se disponen de acuerdo al movimiento realizado, ya que, en las acciones transversales,
ocupan las zonas proximales y se disponen perpendicular u oblicuamente al filo, y en las acciones longitudi-
nales se sitúan en los laterales del cristal, paralelos al filo.

De entre los utensilios encontrados destaca lo que, a priori, podía parecer una punta pero que, tras un mi-
nucioso análisis al microscopio, podemos ratificar que se trata de una raedera convergente. Los bordes de la
pieza fueron retocados para conseguir una delineación del filo correcta, aunque estos se han visto afectados
por una serie de melladuras en media luna, propias del trabajo una materia dura, así como de un ligero redon-
deamiento que afecta a las zonas más sobresalientes. Las características de los pulidos conservados, de aspecto
brillante, de contornos bien definidos y con una fuerte presencia de estrías paralelas, nos revela que la pieza
trabajó asta de ciervo.

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Cayetano Herrero González, Ignacio Martín Lerma y Noelia Sánchez Martínez

Figura 5. Denticulados (1 y 2) y raedera convergente (3) con huellas de uso. (Fotografías: J. Canicio Martínez; Traceología: I. Martín-Lerma
y P. Sferrazza)

5. CONSIDERACIONES FINALES
El Paleolítico de Jumilla aún no ha sido muy estudiado, aunque existen citas bibliográficas puntuales a lo largo
del tiempo que evidencian este tipo de ocupaciones (Molina Grande y Molina García, 1991; Montes et al.,
1989, Montes y Molina, 1992-1993; Hernández Carrión y Gil González, 1998, 2000; Gil González et al., 2005).

Dicho término municipal presenta un gran interés para localizar yacimientos paleolíticos al encontrarse en
una excelente zona de paso natural y tratarse de un lugar privilegiado, tanto para la explotación de todos los
recursos allí existentes como para el control del entorno, algo fundamental por poder llevar a cabo actividades
de caza, las cuales se siguen constatando en la zona a día de hoy.

A pesar de tratarse de material sin contexto estratigráfico, la importancia del conjunto es indudable y radica en
la constatación de todas las fases propias de la vida de este tipo de útiles, como son nódulos sin tallar, nódulos
usados a modo de percutores, fragmentos propios de la talla, soportes e, incluso, útiles usados, los cuales nos
permiten confirmar que no nos encontramos únicamente en un taller lítico sino ante un lugar donde también
se llevaron a cabo otro tipo de actividades. Por lo tanto, la importancia de los núcleos, debido a la cantidad de
información que nos ofrecen sobre la tecnología del momento, así como las herramientas que fueron usadas,
nos acercan a los modos de vida de los neandertales.

El hallazgo de este tipo de yacimientos, mejoran nuestra comprensión sobre la movilidad de estos grupos
durante el Musteriense y la conexión existente entre los diferentes yacimientos musterienses del entorno,
como puede ser la Cueva del Arco (Martín Lerma et. al, 2019). Por tanto, la localización de este yacimiento
contribuye a seguir obteniendo una valiosa información sobre el Paleolítico Medio en el término de Jumilla y,
por tanto, amplía el conocimiento del poblamiento neandertal que existió en la Región de Murcia.

6. BIBLIOGRAFÍA
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TALLER DE CUARCITAS DEL PALEOLÍTICO MEDIO DEL COLLADO DE LA HERMANA DE JUMILLA (MURCIA)

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EL USO DE MORTEROS DE INYECCIÓN EN LA
CONSOLIDACIÓN DE LADRILLOS EN EL CONJUNTO
ARQUEOLÓGICO DE SAN ESTEBAN (MURCIA)

Vallalta Martínez, Pilar


Arqueóloga, Conservadora-Restauradora. Directora del equipo de restauración del yacimiento
de San Esteban
Monteagudo Merlos, Josefina
Conservadora-Restauradora del equipo de restauración del yacimiento de San Esteban

Resumen
Los materiales cerámicos constituyen una parte importante de las estructuras excavadas en el conjunto ar-
queológico de San Esteban en la ciudad de Murcia. La mayoría de ellos presentan importantes problemas de
disgregación y estabilización, que comprometen su conservación al aire libre. En la última campaña de la
“Fase 0”, dirigida por la Universidad de Murcia, el equipo de restauración ha aplicado una nueva metodología
de consolidación y adhesión, basado en la utilización de morteros de inyección.

Palabras clave: Consolidación, materiales constructivos cerámicos, ladrillos, morteros de inyección, PLM.

Abstract
The affected ceramic materials are an important part of the structures excavated in San Esteban archaeologi-
cal site (Murcia). Most of them present significant disaggregation and stabilization problems, which compro-
mise their conservation in the open air. In the last campaign of “Phase 0”, led by the University of Murcia, the
restoration team has applied a new consolidation and adhesion methodology, based on the use of injection
mortars.

Keywords: Consolidation, ceramic construction materials, bricks, injection mortars, PLM.

1. ANTECEDENTES
Los elementos cerámicos, objeto de nuestra actuación, conforman la zona de letrinas del Recinto I. Este edi-
ficio de grandes dimensiones, ha sido interpretado como funduq islámico u hospedería de viajeros y comer-
ciantes. Ubicadas en el ángulo noroeste del recinto, las letrinas son uno los elementos clave para la interpre-
tación del edificio. Junto a las numerosas atarjeas identificadas en esta zona, constituyen un complejo sistema
de evacuación hidráulica, que hace pensar en un edificio de uso público.

1.1. Estudio de los ladrillos presentes en San Esteban. Estado de conservación


Los materiales cerámicos están presentes en la mayoría de las estructuras excavadas en el arrabal de la Arrixa-
ca, siendo los ladrillos la tipología más abundante, formando parte habitualmente de los alzados de los muros,
o de estructuras menores, como en el caso de las letrinas del Recinto I.

La mayoría de ladrillos presentan un tipo de degradación similar, predominada por problemas de dis-
gregación granular, falta de cohesión y pérdida de resistencia mecánica. Estas afecciones se manifiestan
con superficies arenizadas y cuarteadas, formadas por una red de fisuras y grietas, que en los peores casos
alcanza la totalidad de la pieza, acarreando su desmoronamiento progresivo que puede conducir a su total
desintegración (Fig. 1).

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Pilar Vallalta Martínez y Josefina Monteagudo Merlos

Figura 1. Degradación de ladrillos en el área estudiada de


San Esteban (Murcia).

Podemos diferenciar tres tipos de ladrillos, amarillos, rojos y marrones, esta sencilla división cromática, coin-
cide con unas pautas de conservación diferenciales, así tenemos:
• Ladrillos de tonos que van del amarillo al naranja, se conservan en general en buen estado.
• Ladrillos rojos, la mayoría muy degradados, con un alto índice de descohesión.
• Ladrillos marrones, menos abundantes que dos anteriores, con un nivel de conservación similar al de
los ladrillos rojos.

El equipo de investigación AMBAR, de la Universidad Politécnica de Cartagena, dirigido por el doctor y


profesor Marcos Lanzón, ha realizado la caracterización de los materiales arquitectónicos presentes en el
conjunto arqueológico de San Esteban. Gracias a este estudio hemos podido conocer la composición de estos
materiales cerámicos y las principales diferencias entre ellos.

Se han estudiado cinco muestras de ladrillos, procedentes todas de la coronación de los muros del Recinto I,
incluido la zona de las letrinas. Se eligieron piezas representativas de los distintos tipos de ladrillo, basados en
la diferencias de color y estado de conservación. Los resultados de este estudio indican que la composición de
las cinco muestras analizadas es muy similar, basándose las diferencias principales en cuanto a su composi-
ción, en la aparición o no de determinados minerales, cuya presencia se explica por las distintas temperaturas
y condiciones durante el proceso de cocción. De lo que se deduce que los materiales constitutivos de partida,
antes de la cocción, serían todavía más similares.

Solo se ha detectado la presencia de gehlenita en la muestra de ladrillo amarillo, un mineral que se forma
durante los procesos de cocción a mayores temperaturas, a partir de 800 ºC, gracias a las cuales la cerámica
alcanza un mayor grado de vitrificación, convirtiéndose en un material más resistente. Por el contrario, la
ausencia de gehlenita en el resto de las muestras indica que los ladrillos fueron fabricados con técnicas poco
depuradas y tiempos de cocción y/o temperaturas bajas. Debido a ello han alcanzado un grado de vitrificación
mucho menor, haciéndolos más susceptibles a los agentes de deterioro (Fig. 2).

Debemos aclarar que no parece existir ningún tipo de intencionalidad en las diferencias de cocción entre un
tipo de ladrillo y otro. Más bien parecen deberse a una falta de control sobre estos procesos, al tratarse de
tejeras artesanales que priorizaban la cantidad a la calidad del producto, ya que no perseguían un acabado
estético, pues las fábricas se solían enlucir posteriormente.

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EL USO DE MORTEROS DE INYECCIÓN EN LA CONSOLIDACIÓN DE LADRILLOS EN EL CONJUNTO ARQUEOLÓGICO DE SAN ESTEBAN
(MURCIA)

Figura 2. Degradación diferencial de ladrillos de distinto color.

En cuanto al contenido de sales solubles en las muestras de ladrillos, el informe del equipo AMBAR indica
una baja presencia de sulfatos, muy inferior a las detectadas en las zonas de tapia de los mismos muros. Este
resultado se debe posiblemente a que todas las muestras de ladrillos proceden de la coronación de los muros.
Esta ubicación puede haber limitado por un lado el aporte de sales procedentes del suelo, que se introducen
en los muros por ascensión capilar, sin llegar a la coronación, y a la vez, al estar más expuestas a las precipita-
ciones, pueden haber sufrido un proceso de lixiviación natural, con la resultante disolución y arrastre se sales
hacia cotas más bajas.

Por tanto, los resultados de los análisis no indican que los materiales cerámicos constructivos no se hayan vis-
to afectados por los mecanismos de deterioro provocados por sales, cuya presencia hemos podido constatar
en forma de eflorescencias salinas en diferentes zonas del Recinto I (Fig. 3).

Figura 3. Eflorescencias salinas.

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Pilar Vallalta Martínez y Josefina Monteagudo Merlos

De todo lo expuesto anteriormente, deducimos que el estado de conservación que presentan los ladrillos del
Recinto I es debido a una combinación de: condiciones ambientales adversas en que han permanecido y la
técnica de manufactura. De esta última especialmente el proceso de cocción, ya que una mala o incompleta
cocción va a permitir que los materiales no alcancen un grado de vitrificación suficiente, haciéndolos más
susceptibles a un proceso de degradación. Aunque algunos deterioros estaban ya presentes en las cerámicas
antes de su exhumación, el paso a un sistema aéreo, con características completamente distintas, y sobre todo
mucho menos estables, han supuesto una importante aceleración de los procesos de degradación.

2. INTERVENCIÓN
Durante la primera campaña de excavación se diagnosticó la patología que presentaban los elementos es-
tructurales de las letrinas, pero no se llevó a cabo ninguna intervención de conservación, ya que los trabajos
arqueológicos no se consideraban ultimados. En esta segunda actuación se ha acometido la restauración de
este conjunto, tras un estudio más profundo de los daños.

Nos enfrentábamos a dos patologías distintas: por un lado la disgregación granular y pérdida de resistencia
mecánica y por otro el cuarteado formado por una red de fracturas y grietas.

El primer problema fue fácilmente resuelto mediante la aplicación de un consolidarte a base de silicato de
etilo, Estel 1000, muy utilizado en la consolidación de materiales silicios, por tener una naturaleza similar a
ellos, además no altera su permeabilidad al vapor de agua, tiene buenas cualidades de penetración y su efica-
cia sobre soportes cerámicos ha sido ampliamente demostrada. Pero este consolidante era insuficiente para
conseguir la unión de los pequeños fragmentos del cuarteado.

Esta patología debía ser resuelta mediante la adhesión de fragmentos y el relleno de grietas. La utilización de
cualquier tipo de resina, sintética o naturales, a modo de adhesivo, estaba completamente desaconsejada, ya
que generarían películas impermeables, desencadenantes de nuevos mecanismos de deterioro.

Para solucionar esta dificultad se diseñó una metodología basada en el uso de morteros de inyección. La uti-
lización de morteros de cal es uno de los requisitos especificados tanto en el Plan Director del yacimiento, así
como en los criterios seguidos por la dirección de restauración del equipo arqueológico.

La amplia experiencia del equipo de restauración en la utilización y aplicación de diversos morteros de in-
yección tanto en tratamientos de materiales arqueológicos, como de pintura mural, nos dirigió a seleccionar
los morteros PLM que comercializa la empresa italiana CTS. En concreto el mortero PLM-A. Este producto,
recomendado para la consolidación de intonacos separados de su soporte mural, está compuesto a base de
cales naturales, exentas de sales eflorescentes, que llevan incorporadas cargas inertes y aditivos que modifican
sus propiedades reológicas, favoreciendo el proceso de inyectado.

Esta formulación permite que el mortero sea inyectado, precipitando en el interior de la red porosa, cimen-
tando y aglutinando las partículas sueltas del material donde se ha introducido. El producto resultante po-
see características físicas y mecánicas similares a la cerámica, no altera la permeabilidad de las superficies
intervenidas. A la hora de aplicarlo es fácilmente inyectable y es sencillo de eliminar o limpiar en el caso de
descuelgue, antes de que se produzca su carbonatación.

Los morteros PLM se presentan en todos en color blanco y para que quedara integrado con los ladrillos fue
necesario teñirlo. Se usaron pigmentos minerales, muy resistentes a los rayos solares, la luz ultravioleta y a
la carbonatación. Cada ladrillo ha requerido de una prueba de color personalizada, variando desde amarillo
pálido al marrón rojizo.

La metodología de aplicación ha sido la siguiente:


1. Limpieza de las superficies mecánica, con brochas de pelo suave, con sumo cuidado para evitar el
desmoronamiento de los fragmentos.
2. Consolidación con silicato de etilo mediante goteo o impregnación con brocha, según la consistencia de
la zona a tratar, y trascurridos 10 días desde la aplicación del silicato, se inició el tratamiento con PLM.
3. Inyección en fisuras y grietas de una mezcla de agua y alcohol para rebajar la tensión superficial y
mejorar la penetración del producto.

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EL USO DE MORTEROS DE INYECCIÓN EN LA CONSOLIDACIÓN DE LADRILLOS EN EL CONJUNTO ARQUEOLÓGICO DE SAN ESTEBAN
(MURCIA)

4. Preparación del mortero pigmentándolo en masa y diluido en agua según las necesidades requeridas
en cada zona.
5. Inyección por medio de jeringuillas y agujas de diámetro seleccionado del preparado. Las primeras
aplicaciones se dieron más diluidas para favorecer su penetración, disminuyendo progresivamente la
fluidez para ser aplicadas en las grietas de mayor tamaño.
6. Transcurridas unas horas, el mortero quedaba seco al tacto, pero no había carbonatado, por lo que
podía ser cepillado para eliminar los excesos.

Los resultados de las pruebas previas realizadas fueron muy satisfactorios y decidimos su utilización solo en
los ladrillos con alto nivel de degradación de la zona de las letrinas del Recinto I, pues es un tratamiento lento
que conlleva numerosas horas de trabajo y que debe ser aplicado por personal especializado. Pocos días des-
pués de la aplicación el producto endurece correctamente creando una resistente unión entre las fracturas y
microfisuras de los ladrillos (Fig. 5 y 6).

Figura 4. Inyección del mortero.

Figura 5. Antes del tratamiento. Figura 6. Después del tratamiento.

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Pilar Vallalta Martínez y Josefina Monteagudo Merlos

3. CONCLUSIONES
La ejecución de este tratamiento ha sido el último recurso que tenía el equipo de restauración, antes de realizar
la sustitución de los materiales cerámicos altamente degradados en la zona de letrinas. Los resultados nos po-
sibilitan alargar la vida de los elementos originales de esta zona, y en el futuro, en otros espacios seleccionados.

A día de hoy, 2 de junio, han pasado 6 meses desde el tratamiento, y todas las reintegraciones realizadas sobre
los ladrillos están en el mismo estado que cuando se aplicaron; no ha variado el volumen del mortero, no ha
virado cromáticamente y no se han desprendido ni han aparecido nuevos agrietamientos (Fig. 7).

El resultado obtenido ha sido muy satisfactorio. La continuidad del proyecto del conjunto arqueológico de
San Esteban nos permitirá constatar los resultados obtenidos y su comportamiento a medio y largo plazo,
pudiendo ampliar y mejorar esta metodología en nuevas intervenciones.

Figura 7. Superficie tratada, aspecto actual después de seis meses.

4. BIBLIOGRAFÍA
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DOCUMENTACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LAS
ESTRUCTURAS CONSERVADAS EN LA CASA
FALCÓN (ESPINARDO, MURCIA)

Baño López, Ana


Arqueóloga
Haber Uriarte, María
Dirección Dpto. de Arqueología y Bioantropología de PIMA

Resumen
El proyecto de rehabilitación proyectado en Casa Falcón (Espinardo, Murcia) ha permitido un completo es-
tudio arqueológico con unos objetivos bien establecidos: determinación de su cronología original, identifi-
cación de sus diferentes fases constructivas y/o remodelaciones posteriores y definición del nivel de suelo
original al exterior del inmueble, seriamente modificado por la acumulación de rellenos contemporáneos.
Para ello se han realizado una serie de sondeos exteriores y catas murarias al interior y exterior de la residen-
cia. Los resultados han permitido definir diferentes técnicas constructivas y varias remodelaciones producidas
durante el siglo xx, así como la identificación de su cimentación.

Palabras clave: Casas-torre, Huerta de Murcia, Arqueología de la Arquitectura.

Abstract
The rehabilitation project developed by the Murcia City Hall in Casa Falcón building (Espinardo) has allowed
the execution of a complete archaeological study to determine its original chronology, identify different phases or
subsequent renovations and its original ground level outside the building. The latter seriously modified by the ac-
cumulation of fillings from nearby buildings trade. A series of exterior probes, indoor and outdoor wall studies of
the residence and the study of the inside well have been carried out. The results have allowed us to define different
construction techniques and various renovations produced during the 20th century. As well as, the identification
of the foundations on which it is based.

Keywords: Tower-houses, Architecture of the Murcia’s Orchard, Archeology of Architecture.

1. INTRODUCCIÓN
El estudio arqueológico de la arquitectura de la Casa Falcón (Espinardo, Murcia), se ha llevado a cabo como
consecuencia del proyecto de rehabilitación previsto por parte de la Concejalía de Urbanismo, Medio Am-
biente, Agua y Huerta del Ayuntamiento de Murcia para su puesta en valor.

La casa-torre Falcón se localiza entre la autovía A30, que conecta Murcia con Alicante, y la zona residen-
cial Joven Futura, junto a la conocida Senda de Granada, histórica vía de comunicación entre Murcia y
Andalucía Occidental. Se emplaza entre la Acequia Nueva de Churra y la Acequia Vieja de Churra, de las
que aprovecharía el agua para las labores agrícolas. Es un claro ejemplo de inmueble típico del paisaje de
la huerta murciana de estilo barroco con tres alturas (Boti y Cachorro, 1986), datado en el primer tercio
del siglo xviii, y que mantiene como parte de su idiosincrasia actual un importante ejemplar protegido
de pino piñonero centenario. En el nivel superior del inmueble, tanto en la fachada principal como en la
trasera, destacan seis vanos de forma arqueada, a modo de ventanas. Este rasgo es bastante común en esta
tipología arquitectónica y lo encontramos en otras casas-torre datadas en el siglo xviii, como Casa Mira-
lles en Alquerías, Casa Villescas en Puente Tocinos, Torre Guil en Sangonera La Verde, Casa del Reloj en
Puente Tocinos (actual Museo del Belén), Casa Alburquerque en Aljucer o Casa Almodóvar en Los Ramos
(Fig. 1).

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Ana Baño López y María Haber Uriarte

Figura 1. Referencia catastral y ubicación sobre el PNOA de la Casa Falcón. Fuente IGN, ortofoto máxima actualidad y catastro.

Esta tipología arquitectónica responde a un contexto social y económico concreto en el que se produjo un
importante crecimiento de la economía murciana en el s. xviii gracias, entre otras cosas, al desarrollo de las
actividades sederas y todo lo que ello implicaba. Estas casas solariegas surgen como grandes residencias de
familias nobles o adineradas; terratenientes con grandes tierras de producción, agrícola y/o ganadera, anexas
a estas (Aragoneses, 1973; Boti y Cachorro, 1986). En el siglo xix se transformaron en casas de veraneo al
desaparecer el cultivo industrial de la seda, y con las barracas, son las edificaciones más características de la
huerta murciana.

Su tipología es muy variada, aunque mantienen una serie de patrones que las identifican. Suelen ser de planta
cuadrangular, con cubierta a cuatro aguas y linterna central que ilumina la escalera o la sala principal y fa-
chadas con huecos simétricamente dispuestos. Suelen presentar fachada en tres alturas orientada al sur, con
grandes huecos dispuestos simétricamente en el piso principal a ambos lados del eje central sobre el que solía
ponerse un escudo nobiliario bien visible desde el carril de acceso, símbolo del poder de sus propietarios al
estar vinculadas a las más importantes familias de hacendados. La planta baja solía ser la más lujosa, dado
que era la zona de recepción de las visitas; la primera planta solía ser la zona privada donde se habilitaban las
habitaciones de descanso y la cocina. El piso superior, donde se encuentran los huecos de arquería, solía ser
la zona relacionada con las actividades agrícola-ganaderas. En el patio se disponía la pila de piedra, el pozo,
el horno y, si se tenía ganado, se disponía de establos construidos, cercanos a la casa. Cabe mencionar que la
torre, además, de su uso como espacio vigía de control territorial, también funcionaba como palomar (Fig. 2).

El inmueble toma su nombre de sus propietarios originales, aunque, posteriormente pasa a pertenecer a los
marqueses de Ordoño. A principios del año 2007 se vendió a la promotora de Joven Futura, quien, finalmente,
la cedió al Ayuntamiento de Murcia. Se encuentra catalogada dentro del PECHA (Plan Especial del Conjunto
Histórico) del Ayuntamiento de Murcia con el núm. de catalogación: 2ED-Ed11. Puesto que se trata de un
inmueble protegido, se requiere seguimiento arqueológico de cualquier intervención sobre el propio edificio
y/o su entorno de protección. Bajo esta premisa se explica el análisis arqueológico realizado.

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DOCUMENTACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LAS ESTRUCTURAS CONSERVADAS EN LA CASA FALCÓN (ESPINARDO, MURCIA)

Figura 2. Diferentes perspectivas del inmueble momento en el que se iniciaron los trabajos arqueológicos (descritas de izquierda a dere-
cha y de arriba hacia abajo): fachada principal en la que destaca el pino centenario que ya es parte de su caracterización popular; fachada
trasera, fachada lateral oeste en la que se observa el patio apuntalado para evitar la caída de sus muros, y, por último, la fachada lateral
este, en la que se han realizado en los últimos años pintadas de grafitis.

2. METODOLOGÍA DE TRABAJO
En la Arqueología de la Arquitectura se aplica el método estratigráfico sobre el alzado del edificio, a partir del
cual se elaboran las Unidades Estratigráficas Murarias (UEM). Esta disciplina o especialización considera el
edificio como un documento histórico, una fuente primaria en la cualquier restauración comporta una des-
trucción de parte de este. De ahí la necesidad del estudio de los periodos constructivos de este edificio para
ayudar a definir proyectos de restauración futuros.

Como ya se ha indicado, el edificio presenta tres alturas. Está construido en mampostería y ladrillo macizo
trabados con mortero de cal. Presenta una división interna que lo fracciona en dos: una parte delantera (la del
acceso principal) y otra trasera. Esta división es debida a un muro maestro construido en su mayor parte en
mampostería irregular de mediano y pequeño tamaño trabada con mortero de cal. A ambos lados del vano
principal del muro de carga (solo en la planta baja) tenemos sendos tramos de muro construidos en tapial (en
muy mal estado) que cierran y configuran el vano.

Con respecto a la distribución del inmueble, en la planta baja, donde se encuentra el acceso principal a la casa
y al patio, es donde se ubicarían las salas de recepción de las visitas, con un amplio salón de recepción con
chimenea al fondo, a la izquierda de la entrada. En esta planta es donde se localizarían las salas más decoradas
y ostentosas, ya que se trataría de la zona pública. A la derecha de la puerta de entrada construyeron las esca-
leras de subida a los restantes pisos y un acceso al patio. En la mitad trasera encontramos dos habitaciones,
un aseo y una cocina de pequeño tamaño construidos en la segunda mitad del siglo xx, puesto que presenta
fábrica de ladrillo hueco naranja trabado con mortero de cemento. En la primera planta encontraríamos los
dormitorios, a la izquierda, y, a la derecha, una pequeña cocina y un aseo. En la segunda mitad del siglo xx se
adosan a la fachada oeste una cocina y un aseo –tras la cocina existente– construidos en ladrillo hueco naranja

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trabado con mortero de cemento y enlucidos con azulejo. Esta planta se correspondería con la zona privada
donde no accederían los invitados. Conforme ascendemos a la segunda planta, a mitad de la subida, sobre la
escalera, vemos un pequeño cobertizo construido en cañas de río trabadas con mortero de yeso (para guardar
herramientas u objetos de trabajo y/o como despensa del grano u otros cultivos). Este último piso sería la zona
más austera de la casa en la que no parece haber ni particiones del espacio ni decoración alguna. Encontramos
una escalera de madera que daría acceso a la torre, hoy prácticamente desaparecida.

Los trabajos arqueológicos se han distribuido en tres actuaciones diferentes: ejecución de seis sondeos exte-
riores junto a las fachadas principales del inmueble, dieciocho catas murarias tanto al exterior como al interior
y estudio del pozo ubicado en el hueco de la escalera del interior de la casa-torre. Se han consultado los vuelos
antiguos para comprobar la existencia de alguna posible construcción, hoy desaparecidas, como son el Vuelo
Ruiz de Alda de 1928 y el Vuelo Americano de 1956.

2.1. Sondeos
La finalidad de estos sondeos era el establecer el nivel de suelo del inmueble en su origen, documentar su
cimentación, detectar posibles cambios en la funcionalidad exterior del inmueble, e identificar remodelacio-
nes y estructuras anejas susceptibles de datación. El número de sondeos establecido y su ubicación vienen
definidos por estos objetivos, y se han realizado con medios mecánicos, salvo en el caso de la cata localizada
en el patio de la vivienda, excavada manualmente como consecuencia del peligro que cualquier movimiento
de tierra podía ocasionar en las estructuras murarias apuntaladas de este recinto. La profundidad de estos
sondeos ha alcanzado entre 1,5 m y 2 m, documentándose importantes niveles con rellenos contemporáneos,
consecuencia no sólo de la ejecución de la autovía, sino también de las obras del residencial Joven Futura.

Los tres primeros (núm. 3, 4 y 5) se excavaron en el muro norte, en la parte trasera de la casa (de 4,5 x 2 m,
3 x 2,5 m y 3 x 2,5 m, respectivamente). El sondeo 2 se excavó paralelo al muro oeste de la casa, ocupando
todo su perfil (5 x 2 m). Se suma un quinto sondeo de 4,3 x 1,55 m en la fachada principal de la vivienda, a
la altura del pozo del interior de la vivienda, con la finalidad no solo de localizar el suelo de ocupación ori-
ginal, sino también de comprobar de dónde procedería el agua que se extraería del pozo en el momento de
su construcción y uso como casa-torre, ya que puede ser consecuencia de la captación de agua directamente
del nivel freático (de mala calidad para su consumo, aunque sí muy útil para otras actividades cotidianas), o
que existiera alguna canalización desde la cercana Acequia de Churra la Vieja. Por último, se excavó uno más
pequeño para definir el uso del patio (0,50 x 0,50 m), no solo para buscar el suelo de ocupación sino también
para descartar posibles construcciones, ahora destruidas, que tuvieran uso en algún momento durante la uti-
lización del inmueble. Las unidades murarias y estratigráficas identificadas fueron numeradas, documentadas
y dibujadas (Fig. 3).

Figura 3. Fotografías y dibujos del sondeo núm. 4


con sus unidades constructivas y estratigráficas.

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DOCUMENTACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LAS ESTRUCTURAS CONSERVADAS EN LA CASA FALCÓN (ESPINARDO, MURCIA)

2.2. Lectura de paramentos


Las catas murarias se realizaron manualmente, documentándose simultáneamente las unidades construc-
tivas al realizar la lectura de las diferentes estructuras murarías y de su secuencia cronológica mediante el
método Matrix-Harris, este último aplicado a toda la estratigrafía identificada, tanto constructiva como
estratigráfica. Cada una de las catas se ha ubicado en planimetría. El tamaño medio es de 1 m2, aunque al-
gunas de ampliaron para determinar mejor la estratigrafía del sector. El objetivo era establecer las distintas
remodelaciones del edificio visibles en los paramentos, con el objetivo de definir el inmueble original y va-
lorar las modificaciones y reparaciones posteriores. Para ello, además, se ha documentado fotográficamente
el exterior e interior del inmueble, así como toda acción llevada a cabo, se ha realizado dibujo arqueológico
por un dibujante arqueólogo especialista y se ha registrado cada unidad en su ficha correspondiente. Han
sido ejecutadas un total de dieciocho catas murarias, cuatro al exterior y catorce al interior, repartidas entre
la planta baja y la primera. Cabe mencionar que para su localización se toma como referencia el nivel de
suelo actual del inmueble que presenta un relleno de tierra y escombros de 20 cm de media. No se ejecutaron
catas en la segunda planta debido a su mal estado y al elevado riesgo de derrumbe del piso. La lectura de los
muros nos ha permitido averiguar la fábrica original del edificio, así como las remodelaciones posteriores,
dado que la casa ha sido habitada desde el siglo xviii hasta finales del siglo xx; hoy en día sigue siendo objeto
de actos vandálicos (Fig. 4).

Figura 4. Ejemplo de proceso de trabajo, Cata 2. Se observa cómo se ha ido ampliando manualmente el tamaño de la cata para ir desgra-
nando las diferentes unidades constructivas.

Figura 5. Ejemplo de ficha de registro de Unidades constructivas (UC) de la CCAA, rellenada con UC 2010 de la Cata 2.

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2.3. Análisis del pozo


Finalmente, se llevó a cabo el estudio del pozo ubicado en la planta baja del edificio. Es de sección circular, rec-
to hasta su base, con un diámetro de 72 cm y una profundidad de 7,20 m, medida con una cuerda a la que se
ató un peso en su extremo y que fue lanzada hacia el fondo, y a la que posteriormente se ató una microcámara
para ver todo su recorrido y su fondo, que se aprecia perfectamente a pesar de los restos de escombros (mate-
riales de construcción) que se han acumulado. Está construido en ladrillo revestido con mortero de cemento.
La boca del pozo, cerrada con una puerta de madera, es rectangular, construida combinando ladrillo hueco
naranja y ladrillo macizo trabados, respectivamente, con mortero de cemento y de cal.

3. CONCLUSIONES
Los trabajos arqueológicos realizados han permitido definir la fábrica del edificio y del patio, reconocer remode-
laciones posteriores y datar correctamente la vivienda, el nivel de suelo original y sus diferentes cimentaciones.

El edificio presenta en su fachada principal una fábrica de ladrillo macizo dispuesto a soga y tizón y trabado
con mortero de cal, y dispuesto a tizón en la fachada trasera. En ambas fachadas se observa en el lado oeste,
una ampliación del inmueble de 4,08 m de anchura y su altura completa. Esa ampliación en la fachada tra-
sera es de ladrillo macizo dispuesto a tizón (al igual que el resto del muro), en toda su extensión, aunque la
cimentación es de mampostería irregular. En la fachada principal, esa ampliación presenta una construcción
compuesta de mampostería e hilada de doble ladrillo de 1,50 m de altura desde el piso hasta llegar a la fábrica
de ladrillo macizo, dispuesto a soga y tizón, como en el resto de la fachada principal. Estos datos nos llevan a
suponer que la ampliación se hace a la vez que la construcción del edificio, por tanto, en algún momento del
siglo xviii. Cabe mencionar que las esquinas del inmueble presentan refuerzos de ladrillo macizo dispuesto a
soga y trabado con mortero de cal; cada lado mide 58 cm.

Una de las cuestiones fundamentales fue la localización y definición del trazado de los muros maestros de
tapial. Fueron localizados en la cata 16, donde se puede comprender el tamaño del lienzo del lado oeste. La
mampostería se adosa al muro, o lo que queda de él; desconocemos su tamaño original. En el muro de tapial
orientado al este sí que tenemos todo el lienzo completo en extensión. Esto nos ha llevado a considerar que los
lienzos de tapial son los muros más antiguos que hay en el interior de la casa y probablemente, se ejecutaron
en la primera fase de la construcción del inmueble. Su material de fábrica era muy frágil, ya que la mezcla
presenta muy poca cantidad de cal a lo que se suma que la humedad del terreno es muy alta debido al elevado
nivel freático, lo que provocó que se fueran deteriorando rápidamente, especialmente el lienzo oeste. Por esta
razón, se decidiría reforzar el muro, de forma inmediata, mediante la construcción de un muro maestro de
refuerzo de mampostería. Los muros de tapial los datamos en el siglo xviii, al igual que la casa.

Por otro lado, los muros de las fachadas laterales, este y oeste presentan mampostería irregular de pequeño y
mediano tamaño e hiladas de doble y triple fila de ladrillo macizo dispuesto a soga y trabado con mortero de
cal. Esta construcción la hemos identificado a lo largo de ambos paramentos laterales. Además, es la misma
técnica que tenemos en la parte inferior de la ampliación en la fachada principal y, también ha sido documen-
tada en todos los muros, incluida la cimentación, del patio. Nos lleva a determinar que tanto la casa como el
patio se construyen en la misma época.

Los muros medianeros que observamos actualmente, algunos en muy mal estado, se construyeron con pe-
queñas losetas macizas de barro cocido de 21 x 20,5 x 2 cm trabadas con mortero de cal y cañas de río. Se
trata de unos tabiques muy finos, pues tienen el grosor de la propia loseta y se localizan en las divisiones de la
planta baja, mitad delantera de la casa. Los tabiques de la mitad trasera de la planta baja son de ladrillo hueco
naranja trabados y revestidos con mortero de cemento. Los muros medianeros de losetas se pueden datar en
la segunda mitad del siglo xx, mientras que la mitad trasera la situamos cronológicamente en el último tercio
del siglo xx. Los muros medianeros de la primera planta presentan esa misma construcción de losetas con
mortero de cal y cañas de río, en la mitad delantera de la casa; en la mitad trasera los medianeros son de ladri-
llo hueco amarillo trabados con mortero de cal, lo que permite datar esta construcción, también, en el último
tercio del siglo xx. La cocina y el aseo que tenemos tras la cocina de la primera planta, también la ubicamos
en el último tercio del siglo xx.

Con respecto a los sondeos excavados en el exterior, han permitido documentar los cimientos de los muros
del inmueble y patio. Cabe mencionar el hecho de que los cimientos de la casa sean iguales, prácticamente,

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DOCUMENTACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LAS ESTRUCTURAS CONSERVADAS EN LA CASA FALCÓN (ESPINARDO, MURCIA)

en sus lados trasero y oeste, mampostería irregular trabada con mortero de cal y con una altura similar, 1,20
m. En la fachada principal la cimentación es de ladrillo y tiene una altura de tan solo medio metro. Esto nos
puede llevar a pensar que la fachada podría haber sido lo primero en construirse, al inicio de las obras. Los
sondeos del patio permiten documentar la cimentación con una construcción igual que en el resto de los mu-
ros del patio, mampostería irregular combinada con una hilera de doble ladrillo macizo a soga. En el sondeo
interior pudimos ver la elevada altura de escombros acumulados y deducir la existencia de un suelo de tierra
apisonada, en algunas zonas a más de 1 m de profundidad.

Los sondeos exteriores no evidenciaron la existencia de suelo alguno, por lo que, al igual que en el patio,
serían de tierra apisonada. Un dato importante observado es que la casa se asienta sobre un suelo aluvial de
cantos rodados de pequeño y mediano tamaño, un suelo un tanto inestable para soportar una estructura de
esta envergadura (Fig. 6).

Figura 6. Planimetría donde se reflejan en varios colores las diferentes fases constructivas del inmueble. Planta baja en la parte superior
y planta primera en la inferior.

4. BIBLIOGRAFÍA
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ACTUACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL CASCO
URBANO DE TOTANA. NUEVAS PROPUESTAS
DE PROTECCIÓN PATRIMONIAL

Carricondo Gázquez, Verónica


Arqueóloga
González Guerao, José Antonio
Arqueólogo. Prof. Ed. Secundaria

Resumen
Presentamos en este trabajo un doble enfoque de estudio. Por un lado, los resultados obtenidos en la última
intervención arqueológica en el casco urbano de la ciudad de Totana (Murcia) que nos ha permitido docu-
mentar y conocer estructuras de ámbito agropecuario hasta ahora desconocidas en el subsuelo de la ciudad.
Por otro, aportamos una propuesta de nueva delimitación de zonas de protección arqueológica del casco
urbano, atendiendo a las últimas actuaciones llevadas a cabo, el aumento de hallazgos casuales y la aportación
de información oral, en aras a evitar la desaparición de ese patrimonio que actualmente están fuera de los
modelos de control y gestión.

Palabras clave: Arqueología urbana, Totana, protección, patrimonio, romano.

Abstract
We present in this paper a double study approach. On the one hand, the results obtained in the last archaeologi-
cal intervention in the urban area of the city of Totana (Murcia), which has allowed us to document and learn
about agricultural structures previously unknown in the subsoil of the city. On the other, we provide a proposal
for a new delimitation of archaeological protection areas of the urban area, taking into account the latest actions
carried out, the increase in casual findings and the provision of oral information, in order to avoid the disappea-
rance of this heritage that is currently it lacks control and management models.

Keywords: Urban archeology, Totana, protection, heritage, roman.

1. INTRODUCCIÓN
La historia que se esconde bajo el subsuelo del casco urbano de la ciudad de Totana está por escribir. Toda vez
que en muchos municipios de nuestra comunidad se realizan excavaciones de las denominadas de urgencia
(ahora denominadas preventivas) de manera habitual, en Totana apenas se han llevado a cabo intervenciones
en una decena de solares previas a la realización de nuevas construcciones.

Desde principios del siglo xx el historiador local José M. Munuera y Abadía (1916) nos cuenta diferentes
hallazgos en el casco urbano. En su momento, sus informaciones se tomaron como referencia para establecer
las zonas de la ciudad que serán protegidas de cara a preservar los orígenes del actual emplazamiento urbano.
En la actualidad, estos son datos desfasados que se hace necesario revisar.

En este sentido han cobrado importancia una serie de los hallazgos casuales e informaciones que han llegado
hasta nosotros y que podemos calificar como “arqueología oral” que sirven, con las reservas oportunas, de
complemento a las informaciones científicas que hemos podido obtener en los diferentes solares en los que
hemos intervenido (Carricondo, González y Ramírez, 2018) y otros lugares que aquí ponemos de manifiesto.

Presentamos los resultados de la última intervención que hemos realizado en ámbito urbano de Totana, que
ayuda a comprender la ocupación de este espacio en época romana, aunque todavía queda un largo camino

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 185


Verónica Carricondo Gázquez y José Antonio González Guerao

que recorrer para entender la dimensión del poblamiento y su administración en este terreno en torno al
Valle del Guadalentín. Hemos podido localizar una importante zona con funciones agropecuarias con la do-
cumentación de cinco silos para almacenamiento que en su período de abandono son colmatados y nos han
permitido extraer interesantes datos para completar la historia de la ciudad. Además, se hace necesaria una
nueva propuesta de zonificación de protección ante futuras construcciones o edificaciones que trataremos de
exponer y justificar en este trabajo.

2. ACTUACIÓN ARQUEOLÓGICA EN SOLAR SITO EN CALLE ANTONIO GARRIGUES


Durante los meses de diciembre de 2019 y enero de 2020 hemos podido llevar a cabo una actuación arqueo-
lógica en el casco urbano de Totana. El deseo por parte del propietario de construir tres viviendas familiares
con el derribo de una vieja vivienda, y que suponía un desfonde de más de dos metros sobre la rasante actual
de la calle, ha motivado nuestra actuación.

Los primeros trabajos consistieron en la supervisión del desfonde del solar por medios mecánicos. Estos
trabajos comenzaron en la zona sur del solar, junto a la calle Maestro Perelle. Es el espacio más próximo a la
cercana rambla de la Santa. En la supervisión de estos desfondes, realizados a tramos por medio de bataches,
pudimos localizar restos de cerámica romana sin un contexto ni estructuras a los que asociarlas. Se trataba de
materiales de arrastre fruto de las escorrentías próximas a la rambla. Sin embargo, a medida que la supervisión
se acercaba a la fachada opuesta (calle Antonio Garrigues), la presencia de material cerámico aumentaba de
forma considerable. La aparición de materiales significativos motivó un cambio de actuación. En la super-
visión de uno de los bataches pudimos localizar un sillar, perfectamente labrado y de grandes dimensiones,
a metro y medio de profundidad con respecto a la rasante de la calle actual y asociado a materiales de época
romana. Parece formar parte de una gran infraestructura pudiendo formar parte de un arco ya que parece
responder a una clave con esa funcionalidad sustentante. Aparece completamente descontextualizado y sin
estructura principal con la que asociarlo. De la misma forma, aparecieron en estos bataches dos elementos
significativos, el hallazgo de una moneda (pendiente de limpieza y restauración) y una jarrita de tipo pirifor-
me que apareció prácticamente completa. Estos elementos, una vez restaurados, aportarán una información
relevante para el conocimiento de Totana en época romana y, sobre todo en el caso de la moneda, aportar
una cronología más exacta del momento que estamos estudiando. Estaban asociados a dos lajas de margas
yesosas de mediano tamaño. Toda esta casuística motivó la detención de la supervisión de bataches y pasar
a la excavación manual del solar restante por desfondar. El área que quedó pendiente de excavación manual
estaba en torno a los 70 m2.

Debido a diversos condicionantes tuvimos que realizar en dos momentos esta excavación, lo que nos obligó
a dividir el área a excavar en dos sectores (A y B). La proximidad del área a excavar con las propiedades co-
lindantes aconsejaba no abrir todo el espacio en un mismo momento así como el desarrollo de las obras de
cimentación que limitaban la capacidad de acción y acumulación de tierras en el interior del solar.

El sector A era el más próximo y contiguo a la zona donde se documentaron el sillar, la jarrita y la moneda.
Por medios mecánicos se encontraba desfondado sobre un metro con respecto a la rasante de la calle. En
nuestro proceso de exhumación manual pudimos localizar abundantes fragmentos de cerámica con un con-
texto cronológico bastante cerrado de época romana. En el segundo sector (B), pudimos comenzar a excavar
prácticamente a nivel de rasante de la línea de fachada. Apenas a medio metro pudimos documentar una gran
acumulación de mampuestos de mediano tamaño, que presentaba mezcla de materiales de época andalusí y
romana. Esta presencia de materiales de cronología medieval era muy interesante porque, a día de hoy, no en-
contramos estructuras de esta etapa en el subsuelo de la ciudad. Una vez excavadas, no resultaron ser más que
eso. No respondían a estructura alguna pero sin duda debieron ser manipuladas en ese momento. Destacan
algunos fragmentos de cerámicas vidriadas (en verde y amarillo) y su estudio en detalle aportará información
en otra publicación futura.

Sin duda, los elementos más significativos que hemos podido documentar han sido la presencia de, al menos,
cuatro silos para almacenamiento de grano de indudable adscripción romana. Pensamos, que en el lugar del
hallazgo del sillar descrito en párrafos anteriores así como la jarrita piriforme quizá se encontraban en otro
silo (con lo que el número subiría a 5). Hay un elemento que nos hace pensar en esa opción, el hallazgo junto
a esos materiales de unas lajas de margas yesosas. La localización de estos silos ha sido muy significativa por-
que, hasta ahora, en el solar del casco urbano se habían localizado restos de esta cronología pero eran todos

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ACTUACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL CASCO URBANO DE TOTANA. NUEVAS PROPUESTAS DE PROTECCIÓN PATRIMONIAL

estructuras muy simples de mampuestos de mediano tamaño trabados con barro, a excepción de los restos
localizados en el solar de la calle Luis Martínez (Carricondo, González y Ramírez, 2018). En esta ocasión estas
estructuras responden claramente a un espacio dedicado a producción de tipo agropecuario y artesanal. No
presentan estructuras murarias asociadas salvo la aparición de un pequeño “rudus” que se encontraba en un
estado muy deteriorado.

En cuanto a los silos documentados, tres de ellos apenas conservan unos 40 cm de alzado cuando debieron de
tener en su momento al menos 1,5 m. El diámetro de los mismos apenas supera el metro. En su interior hemos
podido recuperar algunos fragmentos de cerámica. Destaca que se encontraban completamente sellados en
cuanto a intrusiones se refiere siendo todo ese material de época romana. Estos silos contenían unas lajas de
margas yesosas de mediano tamaño en el fondo de los mismos a modo de suelo, un elemento característico
que los define y que los hace muy particulares. Estos silos, cuando dejaron de tener su función original de
almacenaje fueron utilizados y rellenados con materiales de desecho. En ese sentido hay que destacar el silo
4. Es el que mayor alzado ha conservado con más de un metro. En su interior hemos podido recuperar algo
de material cerámico pero destaca la presencia de piedras de molino y una base de mortero todo realizado
con piedra caliza, así como un gran bloque de piedra (igualmente caliza) de un elemento hidráulico (quizá
un canal) (Fig. 1).

Figura 1. Silo 4 en proceso de excavación. Base de piedra de molino y mortero. (Fuente: Elaboración propia)

Especial atención merece también citar la gran cantidad de fragmentos de piedra de molino que hemos
podido documentar, lo cual sirve para reforzar nuestra idea de que nos encontramos en una zona de activi-
dades artesanales y agropecuarias. Son molinos circulares sobre eje central con fricción entre una base y un
elemento superior. Para reforzar nuestra idea también hemos podido documentar un fragmento de copela
de escoria de plomo, lo que nos habla de la presencia de hornos en las cercanías del solar como también
quedó documentado con la localización de dos grandes manchas de ceniza en la esquina noreste del solar.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 187


Verónica Carricondo Gázquez y José Antonio González Guerao

En lo que al material cerámico se refiere, a falta de un estudio pormenorizado, podemos extraer unas prime-
ras conclusiones. En primer lugar, la cantidad de fragmentos recuperados ha sido importante teniendo en
cuenta las dimensiones del área excavada (unos 70 m2). En una amplia mayoría encontramos producciones
locales, sobre todo vajilla de mesa (platos, cuencos, marmita, gris de cocina…) todas relacionada con un uso
cotidiano. Dentro de este material destaca el hallazgo de una jarrita piriforme que se conserva casi completa.
Presenta una fractura antigua que probablemente motivó su desecho en uno de los silos comentados anterior-
mente. Ocupa un papel destacado el volumen de cerámica pintada romana de tradición indígena. Destaca la
decoración de bandas simples de diferentes grosores que rodean la pieza tanto al interior como al exterior en
color rojo vino y marrón.

Por otro lado, apenas encontramos representación de cerámica de mayor calidad como es el caso de la sigilla-
ta. Apenas dos docenas de fragmentos pero destaca el hallazgo de dos con el sigillum o marca de alfarero y un
fragmento con decoración zoomorfa (un cánido con collar en plena carrera). El estudio preliminar del ma-
terial cerámico, con abundantes producciones de tradición indígenas y algunos fragmentos de importación
(campaniense A y sigillata), podrían situar el inicio del establecimiento en torno al siglo i a. C. prolongándose
hasta el siglo i-ii d. C. (Fig. 2, 3 y 4).

Figuras 2 y 3. Ejemplos de vajilla de mesa localizados en el solar. Cuencos. (Dibujo: Pablo Pineda)

Figura 4. Jarrita piriforme. (Dibujo: Pablo Pineda)

188 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


ACTUACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL CASCO URBANO DE TOTANA. NUEVAS PROPUESTAS DE PROTECCIÓN PATRIMONIAL

Esta cronología no difiere mucho de la información extraída de los solares documentados hasta la fecha en el
casco urbano de Totana, si bien aquí encontramos algunos elementos que nos hacen pensar que el hábitat en
esta zona podría haberse iniciado en unas fechas algo más tempranas. En este sentido, tenemos que indicar
que el solar recientemente excavado se encuentra en la margen izquierda de la rambla de La Santa, cauce que
divide el casco urbano en dos barrios tradiciones: el barrio de Triana, donde se ubica el solar descrito y el ba-
rrio de Sevilla, donde se han centrado el grueso de las intervenciones arqueológicas hasta la fecha.

3. REVISIÓN DE LAS ZONAS DE PROTECCIÓN


En alguna ocasión hemos aludido a las zonas que se establecieron en los años 90 de cara a generar un es-
pacio de protección del patrimonio arqueológico urbano de Totana (González Guerao, 2006). Desde hace
unos pocos años (apenas una década), se vienen realizando algunas intervenciones que derivan en una
intervención arqueológica con medios manuales, que son las que nos permiten extraer una mejor informa-
ción y documentación de nuestro patrimonio arqueológico urbano. Algo que en la mayoría de los munici-
pios es, por así decirlo, habitual, en el caso de Totana se encuentra en una fase incipiente.

Es por ello, que abrazamos la idea que, paradójicamente, no deja de ser lamentable que el hallazgo de restos
arqueológicos en una supervisión urbana no deja de ser un inconveniente más que un fruto de alegría patri-
monial. Por el contrario, es una fuente inagotable de disgustos, polémicas y problemas de gestión” (Mar y Ruiz
de Arbulo, 1999). Por el contrario, también compartimos la idea de Rodríguez Temiño (2004) cuando afirma
que “las ciudades son los mejores libros de historia que pueden leerse”, libro que está empezando a escribirse
en el caso que nos ocupa.

Como bien hemos escrito en ocasiones anteriores, Totana cuenta en la actualidad con diez zonas o ámbitos
de protección. Estas zonas se establecieron y siguen vigentes desde la realización de las Normas Subsidia-
rias del casco urbano y que tienen más de 35 años. Desde entonces no han sufrido modificación alguna.
La casuística que presenta el municipio de Totana hace que, esas normas sigan estando en vigor, estando
ya más de 10 años en trámites para la aprobación de un nuevo Plan General de Ordenación Municipal
(PGOU) (Carricondo, González y Ramírez, 2018). Estas zonas de protección se basaban principalmente en
las afirmaciones que el historiador local José María Munuera y Abadía recoge en su Apuntes para la historia
de Totana y Aledo (1916). Junto a este referente también se utilizó la aportación de testimonios orales que
hablaban del hallazgo fortuito de diferentes restos arqueológicos, como un olpe romano de tradición ibérica
y una inscripción funeraria también de época romana (Martínez Cavero, 1997).

En el asunto referente a las zonas de protección arqueológica del casco urbano de Totana, las actuales áreas de
protección arqueológica fueron delimitadas hace en torno a 30 años en relación con las Normas Subsidiarias
del año 1992. En este sentido, los diversos hallazgos realizados posteriormente hacen necesario la modifica-
ción y/o ampliación de estas zonas de protección.

Es por ello que se propone y se solicita que se amplíen cuatro de las diez zonas de protección existentes en base
a los criterios que exponemos a continuación (Fig. 5):

1a. Espacio comprendido entre plaza de la Constitución, calle Mayor Sevilla, calle Ana Matías, calle del Pilar
hasta calle San Antonio. Justificación: el hallazgo en los cimientos de una vivienda de la calle Vidal Abarca
(antiguo Bar el Cojo) de una inscripción funeraria de época romana, depositada actualmente en el IES Juan de
la Cierva y Codorníu, el cual también ha cedido temporalmente la pieza al museo que se encuentra sito en la
torre de la iglesia de Santiago. Estos datos están recogidos en el libro Aproximación a la Prehistoria e Historia
Antigua de Totana, de Pedro Martínez Cavero (1997: 170-175).

2a. Espacio entre calle San Antonio, calle La Fuente, glorieta del Convento, calle Santa Bárbara y Mayor Triana.
Justificación: el hallazgo de material cerámico de época romana, destacando un olpe de tradición ibérica el
cual se ha conservado íntegro aparecido en la calle San Antonio, a la altura de la papelería Molino (Martínez
Cavero, 1997: 160-164).

3a. Espacio entre calle Padre Acosta y calle Alcántara. Justificación: las actuaciones arqueológicas realizadas en los
últimos años, así como los testimonios orales aconsejan la ampliación del perímetro de protección de este sector.
4a. Espacio entre rambla de la Santa, calle Doctor Sanchís, calle Ramón y Cajal, General Páramo, Virgen de

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Verónica Carricondo Gázquez y José Antonio González Guerao

Fátima y avenida Juan Carlos I. Enlazando la zona IV.B y III.B. Justificación: Es conocida la aparición de un
miliario romano en las obras del convento de San Buenaventura, lo que evidencia la presencia del trazado
de una vía de comunicación por esta zona. Además próximo a esta se ubica una necrópolis de cronología
probablemente romana. En la zona III. B denominada Antigor, Munuera y Abadía aseguraba que existían
restos de época romana. Por la combinación de todos estos datos creemos necesaria la unión entre las zonas
IV y III.

5a. Espacio entre calle Encomienda, calle General Aznar, calle Quevedo y rambla de La Santa. Justificación:
Informaciones orales nos indican del hallazgo de material cerámico en este sector durante recientes repa-
raciones en el subsuelo, entre el que destaca la aparición de un candil completo de época andalusí. Supone
un hallazgo significativo porque en el entorno sabemos de la presencia de restos romanos pero este hallazgo
puede dar una nueva interpretación sobre la fisonomía del solar en época medieval.

Figura 5. Propuesta de zonas de ampliación de protección arqueológica en trama sombreada sobre las ya existentes. (Fuente: Elaboración
propia, fotografía aérea SIG PAC)

4. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
Es indiscutible el valor patrimonial con el que cuenta el municipio de Totana. En lo referente a yacimientos
arqueológicos contamos con varios referentes como La Bastida, La Tira del Lienzo o Las Cabezuelas, este últi-
mo colindante al casco urbano y con el cual mantiene una estrecha relación ya que hay momentos en los que
el abandono de uno supone la ocupación del otro y, a veces, perviven al mismo tiempo.

Como hemos puesto de manifiesto en este trabajo, la historia de Totana está por escribir. La arqueológica está
apenas comenzando. Es por ello que en estas líneas hemos querido mostrar cómo una parte de esa historia, la
que recoge la vida cotidiana, también contribuye a conocer nuestras raíces y que nos define como sociedad. En
esta línea se hace necesario seguir apostando por el patrimonio que se encuentra bajo el subsuelo de la ciudad
y aconsejamos e instamos a la Administración local y regional a la ampliación de esas zonas de protección, ya
que son suficientes los criterios de índole científica, aquí expuestos, los que aconsejan esa ampliación.

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ACTUACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL CASCO URBANO DE TOTANA. NUEVAS PROPUESTAS DE PROTECCIÓN PATRIMONIAL

5. BIBLIOGRAFÍA
CARRICONDO, V.; GONZÁLEZ, J. A.; RAMÍREZ, J. A. (2015). “Los orígenes de Totana a estudio. Las excavaciones
vuelven a Las Cabezuelas. Cuadernos de La Santa, 17; pp. 207-215.
CARRICONDO, V.; GONZÁLEZ, J. A.; RAMÍREZ, J. A. (2018). “Arqueología urbana en Totana. Últimas intervenciones
y estado de la cuestión”. XXIV Jornadas de Patrimonio de la Región de Murcia. Consejería de Turismo y Cultura. Dirección
General de Bienes Culturales. Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Tres Fronteras Ediciones; pp. 373-378.
CHÁVET, M.; SÁNCHEZ, R. (2007). “Supervisión arqueológica de urgencia calle Libertad esquina a calle Alcántara, To-
tana”. XVIII Jornadas de Patrimonio Cultural. Intervenciones en el patrimonio arquitectónico, arqueológico y etnográfico de
la Región de Murcia. Volumen 1; pp. 573-574.
GONZÁLEZ GUERAO, J. A. (2006). “Arqueología urbana y Totana”. Cuadernos de La Santa, 8; pp. 247-252.
GONZÁLEZ GUERAO, J. A. (2007). “La arqueología como fuente de conocimiento histórico en Totana. Últimas inter-
venciones y estado de la cuestión”. En Miradas históricas. 750 aniversario de la donación de las tierras de Aledo y Totana a
la Orden Militar de Santiago (1257-2007). Edita: Ayuntamiento de Totana. Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Dirección General de Cultura; pp. 39-58.
MAR, R. y RUIZ DE ARBULO, J. (1999). “Veinte años de arqueología urbana en Tarragona”. XXV Congreso Nacional de
Arqueología. Valencia; pp. 240-248.
MARTÍNEZ CAVERO, P. (1997). Aproximación a la Prehistoria e Historia Antigua de Totana. Premio Alporchón 1996.
Totana.
MUNUERA Y ABADÍA, J. M. (2000). Apuntes para la Historia de Totana y Aledo. Murcia (reed. de la primera edición,
Totana, 1916).
RODRÍGUEZ TEMIÑO, I. (2004). Arqueología urbana en España. Ed. Ariel.

AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer la colaboración de los técnicos y obreros que han participado en estos trabajos. Al técni-
co Pedro Jesús Cánovas Lorenzo. A los técnicos encargados de dibujo y planimetría Juan Antonio Ramírez y
Pablo Pineda. A los obreros y voluntarios que han trabajado en la excavación y estudio de materiales: Antonio
Peregrín Gilberte, Alfonso Cánovas Muñoz, Salvador Andreo, César Mellado y Lali Tomás Martínez. También
a la empresa Construcciones Hermanos Palomares por su colaboración y su siempre disposición para llevar a
cabo las tareas de movimientos de tierras y por dar siempre facilidades para poder desarrollar nuestro trabajo
de forma óptima. Al arquitecto encargado de la obra Pedro Antonio Rubio, por su total colaboración.

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LA MEZQUITA-ERMITA DE NUESTRA SEÑORA
DE LAS HUERTAS DE RICOTE

Morcillo Sánchez, María José


Arqueóloga. Arqueonaturaleza
Briones Jiménez, Olga María
Conservadora-Restauradora de BBCC. Arqueonaturaleza
García Avilés, José María
Doctor en Historia. Universidad de Alicante
Lisón Hernández, Luis
Secretario General de la RAECO, Correspondiente de la RR. AA. Alfonso X el Sabio,
y Matritense de Heráldica y Genealogía

Resumen
Las ruinas de la mezquita-ermita de Ntra. Sra. de las Huertas se localizan en plena huerta de Ricote, que con-
juga un espacio de alto valor histórico y paisajístico. Esta huerta está conformada por parcelas aterrazadas y
es un claro ejemplo de la transformación de un terreno árido en una superficie fértil mediante el empleo de
técnicas de irrigación de cultivos y sistemas hidráulicos de la cultura andalusí adaptados a las características
específicas del territorio. La Orden de Santiago poseía algunas de estas parcelas, y en sus Libros de Visitas,
a finales del siglo xv, se menciona que junto a estas se localizaba una mezquita. Pero la referencia de esta
mezquita desaparece a principios del siglo xvi y se comienza a nombrar la ermita, lo que hace pensar que se
construyó exactamente en el mismo emplazamiento, siendo objeto de reutilización a lo largo de su historia
material.

Palabras clave: Ricote, huerta, mezquita, ermita.

Abstract
The ruins of the Mosque-Hermitage of Nuestra Señora de las Huertas are located in the heart of the Ricote or-
chard, which combines a space of high historical and landscape value. This orchard is made up of terraced plots
and is a clear example of the transformation of an arid land into a fertile surface through the use of crop irrigation
techniques and hydraulic systems of the Andalusian culture adapted to the specific characteristics of the territory.
At the end of the 15th century, this Visitors’ Books mentions that the Santiago’s Order owned many of these plots
and besides, next to the plots, there was also a mosque. Nevertheless, the reference to this mosque disappears at
the beginning of the 16th century and begins to name the hermitage, which suggests that it was built on the exact
same site, being reused throughout its material history.

Keywords: Ricote, orchard, mosque, hermitage.

1. RICOTE Y SU HUERTA
El paisaje de Ricote es el resultado de la confluencia de una serie de factores estratégicos, naturales y econó-
micos que han contribuido a construir desde el principio de la dominación musulmana, y a lo largo de los
siglos posteriores, lo que hoy podemos ver cuando lo visitamos. El primitivo poblado, asentado en el monte
conocido como Algezar, permitió ofrecer a sus pobladores una seguridad que el llano no les garantizaba, y
no ocupar espacios agrícolas en la llanura aluvial cercana al poblamiento. Los posteriores periodos de paz
relativa, principalmente a partir del siglo xiii, facilitaron su progresivo asentamiento a lo largo de las primeras
estribaciones del citado monte y la creación de alquerías en diferentes lugares cercanos a las parcelas de culti-
vo como medida de protección de las mismas y elemento que facilitaba su cultivo.

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María José Morcillo Sánchez, Olga María Briones Jiménez, José María García Avilés y Luis Lisón Hernández

Es difícil entender la primacía de Ricote en una sociedad agraria sobre el resto de pueblos del valle si nos ba-
samos en la diferencia de caudales de agua disponibles en comparación con los pueblos de la vega, pero esto
se hace más comprensible si tenemos en cuenta que la superficie de la tierra de cultivo irrigable de Ricote es el
doble que la mayor huerta de los pueblos de la vega, y que pese a la escasez de agua, la existente era suficiente
para abastecer a la población y generar excedentes que proporcionasen beneficios económicos derivados del
comercio, y que lógicamente su huerta no se veía afectada por la periódicas riadas, debido a la posición geo-
gráfica que ocupa.

El cultivo en la huerta de Ricote se basa en un complicado sistema hidráulico, en el que el manantial del
Molino, así llamado por ubicarse en su cabecera el molino de cubo que la Orden de Santiago explotaba en
régimen de monopolio. Se trata de un molino ubicado en el inicio del sistema, posteriormente fueron dos,
y que no generaba ningún conflicto con los regantes, al contrario que ocurre cuando este se ubica sobre una
acequia en la vega, pues el primero no dificulta el paso del agua y el segundo sí. A partir de ahí se distribuía
el agua, primero por una acequia principal cuyo final era desaguar en dirección al río, y posteriormente, a
derecha e izquierda de la misma, se fueron construyendo acequias secundarias que fueron irrigando desde
la primitiva huerta, construida a partir de finales del siglo x (Puy, Balbo y Bubenzer, 2016), hasta las parcelas
situadas en las estribaciones de los montes cercanos, expansión que se produjo mientras que la ley de rendi-
mientos decrecientes no impuso sus límites, hasta donde el cultivo era deficitario, bien por escasez de agua
o por mala calidad del suelo.

El manantial del Molino no era el único, hubiese sido insuficiente para irrigar las 90 hectáreas que ocupaba
la huerta histórica de Ricote. Otros manantiales contribuyeron a su irrigación. Todos presentan las mismas
características en oposición al Molino, pues mientras este tiene un caudal que permite regar directamente con
la cantidad que fluye del manantial, el resto tienen un aforo menor, y sus aguas han de ser almacenadas en
pequeños reservorios para ser utilizadas durante un pequeño espacio de tiempo. Es de destacar que el Molino
también tiene su balsa para acumular agua, pero con un efecto ambivalente, por una parte permite que un
propietario pueda regar más superficie en menos tiempo al poderlo hacer sumando el caudal de agua de la
balsa y del manantial, y por otra, la balsa permite recoger el agua que el manantial aporta durante la noche y
poderse regar de día, un adelanto que hoy nos puede parecer pequeño, pero trasladémonos a épocas pasadas,
en invierno, y lo valoraremos. El Paul, las Balsas, los Balsones, son los tres manantiales que complementaban
los aportes del Molino. Como se ha indicado, su explotación se basa en que un propietario acumula durante
parte del tiempo que tiene de derecho de riego el agua que va manando, y antes de finalizar ese periodo abre
el reservorio y riega el agua acumulada con un caudal suficiente.

Figura 1. Acequia en la zona del Molino (Ricote). Figura 2. Reservorio de Las Balsas (Ricote).

Pequeños afloramientos, muchos de ellos explotados por muy pocos propietarios, o por una familia, com-
pletaban el complejo sistema hidráulico de Ricote. El sistema de riego de Ricote se basa en el principio de
la ley de la gravedad. Sus escasos caudales no permitían el uso de norias para la elevación, si bien se han
conservado algunos restos de antiguas aceñas movidas por tracción animal o humana, cuyos aportes apenas
permitían el riego de la parcela donde esta se encontraba. Diferentes afloramientos y diferentes propietarios
que regaban sus aguas en momentos en los que confluían con otros sobre la misma acequia, por lo que los
conflictos eran frecuentes y más tensos en los momentos en los que el agua escaseaba por déficit en la apor-
tación o por mayor exigencia de los cultivos. Esto supuso un reto con el que se ha convivido hasta este siglo,

194 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA MEZQUITA-ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS HUERTAS DE RICOTE

en el que la modernización de regadíos cambio la situación. La forma de evitar los conflictos fue doble, por
una parte se redactaron unas ordenanzas muy precisas que regulaban la explotación de estos acuíferos, y por
otra se construyeron partidores de agua, que perfectamente equilibrados, permitían dividir por igual el agua
de dos propietarios.

La huerta de Ricote es uno de esos lugares donde resulta patente la siguiente afirmación de Pierre Vilar (1987):
“para quien conozca la pobreza, los caprichos hidráulicos de los torrentes y la utilidad que el más pequeño
depósito tiene para el jardín o el huerto encaramados en terrazas, el dedo de agua parece menos ridículo, tiene
un valor y se le sacará el máximo rendimiento”. El resultado de esta afirmación es lo que hoy vemos, una huer-
ta extremadamente parcelada (Heider, Rodríguez, García, Balbo, 2016), recorrida por una compleja red de
acequias que forman parte de un perfecto sistema hidráulico, que mil años después ha servido de inspiración
para trazar la distribución del sistema de riego modernizado que hoy existe en Ricote.

La producción estuvo condicionada por la falta de agua, lejos de las rentables producciones de cítricos y fru-
tales de la huertas del resto de pueblos de la Encomienda, Ricote tuvo que dirigir su producción a variedades
agrícolas menos exigentes como el cereal, el olivo o la morera, reduciéndose el cultivo de hortaliza o frutales
a las tierras donde la irrigación era más fácil y abundante. Esta mentalidad de cambio de rentabilidad por
adaptación a las condiciones naturales ha pervivido, y hoy en Ricote todo es un monocultivo de un producto
resistente a la carencia de agua, justamente rentable y menos exigente en agua si lo comparamos con otras
variedades de su mismo género, el limón verna.

2. LA MEZQUITA-ERMITA DE NTRA. SRA. DE LAS HUERTAS


Las ruinas de la mezquita-ermita de Ntra. Sra. de las Huertas se localizan en plena huerta de Ricote, entre
los parajes conocidos como Huerta de Arriba y Huerta de Abajo, en la denominada “Senda de los moriscos”,
perteneciente a la Red de Senderos Naturales de la Región de Murcia y que conjuga un espacio de alto valor
histórico y paisajístico.

Figura 3. Panorámica de la huerta y localización de la ermita (Ricote).

El Valle de Ricote fue encomendado a la Orden de Santiago en 1285, unos años después de la conquista de
Murcia por Alfonso x en 1266, y es precisamente a través de los Libros de Visitas de la Orden de Santiago de
donde se han podido extraer importantes datos de este edificio, que es referenciado en numerosas ocasiones
en relación con la descripción de las parcelas que poseía dicha orden en la huerta. En 1495 se menciona un
espacio descrito como “viña” indicando que estaba “cabo la mezquita” y en 1498 “baxo vna casa que solia ser
mezquita”. En 1507 la construcción de la mezquita desapareció de la documentación como referencia para
situar la parcela y se anotó que “visitaron dos vynnas que la horden tiene en la huerta de la dicha villa, la vna
tiene doze tahullas, junto con la hermita de Nuestra Sennora”, también se mencionan “doze tahullas de vinna

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 195


María José Morcillo Sánchez, Olga María Briones Jiménez, José María García Avilés y Luis Lisón Hernández

junto a la hermyta de Santa María” en la visita de 1511 y “hermita de Santa María de la Huerta” en 1526. Es
decir, la referencia de la mezquita desaparece justo cuando se comienza a nombrar la ermita, coincidiendo
aproximadamente con la conversión de la población musulmana al cristianismo en 1501, lo que hace pensar
que se construyó exactamente en el mismo emplazamiento, siendo objeto de reutilización a lo largo de su
historia material. Hay que tener en cuenta que en la Bula Inter Coetera el Pontífice dispuso “que las mezquitas
en que celebraban sus ritos los moriscos de dichos pueblos, fueran convertidas en iglesias”.

A estos datos históricos hay que unir las características estructurales del edificio ya que en el extremo norte
del muro oeste se conserva aparentemente un fragmento de arco de herradura con revestimiento de yeso que
bien pudiera pertenecer a la edificación de la mezquita primitiva y que posteriormente quedó incluido en la
transformación cristiana del inmueble. El edificio tiene orientación NO-SE, por lo que se podría corresponder
con el rezo de los musulmanes orientado hacia La Meca, es decir, hacia el cuadrante SE. Se desconoce cómo
era el edificio primitivo de la mezquita pero las descripciones existentes parecen confirmar que en el siglo
xvi el edificio cristiano tenía planta basilical con una nave central con cubierta de madera de pino cepillado y
dos laterales, cubiertas de teja sobre cañas soportadas por vigas de madera y con campanario. También debió
contar con un altar en su interior.

Actualmente el inmueble cuenta con una sola nave, de la que no se conserva su cubierta sino únicamente parte
de los muros laterales longitudinales este y oeste. En ambos muros se observan al interior dos arcadas ciegas
de medio punto (y el arranque de una tercera) a modo de capillas entre pilastras lisas adosadas, conjunto
recuadrado por alfiz y completado con un friso liso. Se coronan estos cuerpos con frontones semicirculares.
Se observan sobre las pilastras los arranques de arcos fajones, a modo de prolongación estructural, elementos
de refuerzo de la bóveda de cañón con lunetos que debió existir y que descargan el peso de la misma en las
pilastras y que además coinciden en el exterior con contrafuertes ya que sus tensiones se transmiten al exterior
mediante estos. Al exterior del muro este se puede observar la existencia de tres contrafuertes, dos de ellos
bien conservados, que en el muro oeste apenas son perceptibles pero conservan restos.

Figura 5. Muros laterales longitudinales este y oeste conservados


de la ermita (Ricote).

Figura 4. Posible arco de herradura conservado en el muro oeste


de la ermita (Ricote).

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LA MEZQUITA-ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS HUERTAS DE RICOTE

Figura 6. Detalle de la hornacina central de la cara interna del Figura 7. Vista general de la ermita desde el camino noreste (Ricote).
muro este de la ermita (Ricote).

3. FUENTES DOCUMENTALES SOBRE LA ERMITA DE LAS HUERTAS DE RICOTE


El devenir histórico de este inmueble queda reflejado en numerosas fuentes documentales, destacamos las
siguientes:

1507.- En la huerta de la Villa visitaron la Ermita de Nuestra Señora de la Concepción. Es un edificio de tres
naves, y sobre pilares cubierta de madera de pino y caña. Cepillado, la central; las otras dos de madera
tosca y teja y caña. Bien reparada. [Visita de la Orden]
1515.- Ermita de Nuestra Señora de las Huertas.- Visitaron la Ermita, en medio de la Huerta. Es de tres naves,
sobre arcos de yeso. Bien maderada de pino. Tiene una torrecilla de cal y canto para campanario. Está
una arcada de ella, junto a la puerta, por cubrir. No tiene rentas, ni propios. Tiene un altar, mal ata-
viado. Está el material para acabar la arcada. No hay mayordomo, y nombraron por tal a Luis García.
[Visita de la Orden]
1526.- Derechos de los clérigos: Y si fuese a decir misa a Santa María de las Huertas, 12 maravedís. [Visita de
la Orden]
1536.- Visitaron la Ermita de Nuestra Señora de la Huerta, la cual en el edificio parece que fue mezquita.
[Visita de la Orden]
1572.- 27-VI, Ricote.- Testamento de Diego Miñano. Manda limosna a Nuestra Señora de las Huertas. [A.H.P.
Signatura 9.323]
1574.- 25-V, Ricote.- Testamento de Francisco Marín. Cita Iglesia de San Sebastián, de San Pedro, Santiago y
Nuestra Señora de las Huertas. [A.H.P. Signatura 9.323]
1645.- 23-XI, Ricote.- Testamento del P. Fray Francisco Riquelme, del hábito de San Pablo, ermitaño en la de
Nuestra Señora de la Concepción de las Huertas, donde se manda enterrar. Fue casado. Se concertó
con el Concejo en servirle de ermitaño por 4 ducados anuales. No ha cobrado nada. Está desde mayo
(muere el 29). [A.H.P. Signatura 9.338]
1658.- 31-V, Ricote.- La fábrica del salitre, en el pago del Almarjal, tiene obligación de dar cada año 25 libras
de pólvora fina para las fiestas de Nuestra Señora de la Concepción, según la escritura de fundación.
[A.H.P. Signatura 9.347]
1681.- 20-VI, Blanca.- Andrés de Losa, casado con Catalina Talón, vecinos de Ricote, fue mayordomo de
Nuestra Señora de la Concepción, nombrado por el concejo. [A.H.P. Signatura 9.341]

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 197


María José Morcillo Sánchez, Olga María Briones Jiménez, José María García Avilés y Luis Lisón Hernández

1726.- 9-VIII, Ricote.- Venta de un bancal a la Cofradía de la Concepción, de la Ermita de dicho nombre.
[A.H.P. Signatura 9.909]
1730.- Ricote. Antes que esta Villa de Ricote venerase a la imagen Santísima nuestra Señora de las Huertas
padecían los campos de esta Villa tanta esterilidad por la falta de agua, que eran muy cortas las cose-
chas; y fuera de esto, sobrevenía la plaga de la langosta, tan continuada casi todos los años, que la corta
cosecha que encerraban en sus trojes era con inmenso afán y trabajo.
Viéndose los vecinos con tanta desgracia y no sabiendo qué camino tomar para el remedio, acor-
daron por más seguro, y cierto, acogerse al soberano amparo de la Santísima Virgen, y para esto
fabricaron una ermita fuera del lugar, en donde la colocaron con singular demostración de júbilo
y devoción. Eligiéronla por Patrona de las huertas y campos, poniéndola por sagrado título de las
Huertas. Fue pues, cosa maravillosa, que luego que esta dulcísima madre, fue colocada en su Tem-
plo, experimentaron la abundancia, de las aguas y campos, y espanto de la langosta: que hoy en día
se experimentan estos favores, pues en hallándose la Villa en semejantes necesidades, llevándole en
solemne procesión a la Parroquia consiguen todo remedio y hasta que lo han conseguido no la resti-
tuyen a su santa casa.
Está la ermita situada cerca del lugar al pie de un eminente cerro, vestido de distintos árboles silvestres
que lo hermosean, y desde su eminencia se descubre lo frondoso de toda la Vega. Cerca de la ermita,
nace de dicho cerro una fuente de copiosísima agua para regar la huerta; agua tan saludable, que tiene
la experiencia que bebida por los enfermos en nombre de Nuestra Señora de las Huertas, sanan mi-
lagrosamente. A la fama de estas maravillas no hay ninguno que deje de beberla con suma devoción.
Es visitada esta divina imagen por los fieles continuamente haciendo sus romerías, y presentándola
algunos dones para su altar y velándola los días enteros en acción de gracias de los beneficios recibidos.
[Pensil del Ave María, de Villalba y Córcoles]
1741.- 29-XI, Ricote.- Testamento de Juan Saorín Abenza. Cita a Nuestra Señora del Rosario que se venera en
la Ermita de Nuestra Señora de las Huertas, en su altar reservado. [A.H.P. Signatura 9.901]
1742.- 1-I, Ricote.- El Concejo y cura arriendan la hacienda de Nuestra Señora de la Concepción y Señor
Santiago, en 263 + 60 reales anuales, por seis años. [A.H.P. Sig. 9.901]
1744.- 11-XI, Ricote.- Muere don Pedro de Llamas Villa, presbítero. Otorgó testamento cerrado el 11 de abril
de 1740. Cita la Ermita de Nuestra Señora de la Concepción, en la huerta. [A.H.P. Signatura 9.902, fº
112]
1748.- S./f., Ricote.- Arrendamiento por el Concejo de las haciendas de Nuestra Señora de la Concepción y
Señor Santiago. [A.H.P. Signatura 9.904]
1749.- 27-IV, Ricote.- Testamento por poder de doña Catalina de Llamas. En la Huerta está la Ermita de
Nuestra Señora de la Concepción “con título de las Huertas”, de la que se cita el altar mayor. [A.H.P.
Signatura 9.904, fº 43]
1752.- 24-IX, Ricote.- Testamento de Francisco Candel Pay y esposa, cofrades de Nuestra Señora de los Dolo-
res de la Concepción (que debe acudir con cera). [A.H.P. Sig. 9.906]
1755.- 16-X, Ricote.- Testamento de Alonso Palazón. Cita Ermita de la Concepción, en la Huerta. [A.H.P.
Signatura 9.907]

La decadencia de la ermita de Nuestra Señora de las Huertas podemos achacarla a las sucesivas desamorti-
zaciones de bienes de cofradías, hermandades y templos que se sucedieron desde finales del siglo XVIII (Go-
doy), hasta la de Mendizábal (1836-1837).

Expoliados sus bienes, el sustento del culto y el mantenimiento de la obra de fábrica se hacían prácticamente
imposibles, y desde 1833 deja de ser citada en documentos y diccionarios de la época. Con el abandono, la
ruina total solo era cuestión de tiempo.

4. INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA
Es necesaria una investigación arqueológica que permita documentar si los restos de este edificio pertenecen a
una mezquita reconvertida en ermita en el siglo xvi y obtener la documentación necesaria sobre sus diferentes
fases constructivas y su evolución histórica. Los objetivos principales de la investigación serían descubrir la
posible mezquita bajo los cimientos de la ermita y de este modo saber si tenían las mismas dimensiones o de
lo contrario, tras su destrucción o abandono parcial o total se remodeló el edificio con la reutilización de los
elementos arquitectónicos. Se trata de conocer la planta inicial del edificio, la distribución de la misma y su
superficie, además de poder comparar con otras mezquitas rurales andalusíes.

198 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA MEZQUITA-ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS HUERTAS DE RICOTE

Es por ello, que se propone la realización de varios sondeos de dimensiones variables con su excavación ar-
queológica metódica en diversas zonas del edificio, para permitir la correcta documentación, investigación,
comprensión y evolución del mismo. Estos sondeos se desarrollarán preservando la integridad de las estruc-
turas y los resultados ayudarán a la interpretación de las posibles reestructuraciones de la mezquita y la pos-
terior ermita, de ese modo la distribución de los sondeos nos facilitará la comprensión global de la secuencia
constructiva del edificio desde época andalusí.

Descripción de las actuaciones previstas:


• Excavación puntual de sondeos arqueológicos en diferentes zonas de la cimentación del edificio, tan-
to en el área de la cabecera de la ermita para conocer si su construcción era un ábside semicircular
o poligonal, como en la continuidad de los muros ya existentes para conocer la fachada original del
edificio, así como otro sondeo central para exhumar la posible nave central que aparece en una de las
descripciones de las visitas santiaguistas.
• Sondeo en uno de los muros para conocer la remodelación del edificio o la posible reutilización de los
elementos arquitectónicos de época andalusí.
• Recuperación de todos los materiales arqueológicos que pudieran aparecer, ya que nos pueden apor-
tar cronología sobre las diferentes fases de construcción y remodelaciones del edificio.
• Análisis del edificio, desde el punto de vista arquitectónico, constructivo y estructural de las diferentes
remodelaciones de la ermita.
• Descripción de los sistemas y de las técnicas constructivas.
• Relación de estratigrafía muraria de la evolución del edificio hasta nuestros días.

Con la investigación de todos estos aspectos arqueológicos y arquitectónicos, podremos conocer la evolución
histórica del edificio que se encuentra en un lugar privilegiado rodeado de la huerta que envuelve a Ricote y
su valle.

5. CONCLUSIONES
Como ya se ha indicado anteriormente, es preciso realizar una investigación arqueológica que arroje informa-
ción sobre la historia de este edificio histórico de Ricote pero también es necesario paliar las alteraciones de
sus estructuras conservadas, realizando una serie de actuaciones de conservación y restauración. El edificio,
además de ser una parte importante del acervo histórico y patrimonial de la localidad, está situado en plena
huerta, a escasos metros de la población y cuenta con un fácil acceso a través de un agradable camino que
atraviesa las huertas de cítricos, disfrutando de un entorno con gran riqueza paisajística. La situación del in-
mueble hace de él un espacio idóneo para el uso y disfrute de la cultura y la naturaleza.

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LOS CANALAOS, ANTIGUA REAL FÁBRICA
DE PÓLVORA DE MURCIA

García Blánquez, Luis Alberto


Arqueólogo. ArqueoTec (Arqueología Técnica y de Gestión)
Martínez Sánchez, Consuelo
Arqueóloga. ArqueoTec (Arqueología Técnica y de Gestión)

Resumen
La actuación arqueológica en Los Canalaos se enmarca en el proyecto de acondicionamiento de los restos
del antiguo Molino de Pólvora y su entorno, promovido por el Ayuntamiento de Murcia. La fábrica se funda
en 1719 cuando el Administrador General de las Reales Fábricas de Pólvora de Murcia, don Francisco Zoco,
recibe de S. M. el mandato de aumentar la producción. A finales del siglo xviii alcanzó su máximo desarrollo,
ocupando las instalaciones ambos lados de la acequia Aljufía, llegando a contar con dos fábricas con tres
molinos cada una, Granador, Pavón, almacenes y casa del administrador. Las excavaciones arqueológicas han
puesto al descubierto dos canales hidráulicos para ruedas de impulsión y una posible sala de pica, con varios
morteros de caliza gris. En 1803 se decreta el cierre de la Fábrica y en 1805 cesa la actividad centrándose la
producción en la Fábrica Militar de Pólvora de Murcia en Javalí Nuevo.

Palabras clave: Molino, pólvora, Aljufía, Morla.

Abstract
The archaeological work in Los Canalaos is part of the project of conditioning the remains of the old Molino de
Pólvora (“Gunpowder Mill”) and the surroundings, promoted by the municipality of Murcia. The factory was
founded in 1719 when the General Administrator of the Royal Gunpowder Factories of Murcia, don Francisco
Zoco, received from the Royalty a mandate to increase production. At the end of the eighteenth century it reached
its maximum development, occupying the facilities on both sides of the Aljufía ditch, reaching two factories with
three mills each, “Granador”, “Pavón”, warehouses and manager’s house. Archaeological excavations have ex-
posed two hydraulic channels for drive wheels and a possible pike room, with several gray limestone mortars. In
1803 the closure of the factory was decreed and 1805 activity ceased focusing production at the Military Powder
Factory of Murcia in Javalí Nuevo.

Keywords: Mill, gunpowder, Aljufia, Morla.

1. ANTECEDENTES
El estudio y excavación del antiguo Molino de la Pólvora se enmarca en el proyecto de rutas para visitar la
huerta de Murcia, promovido por la Concejalía de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta de Murcia.

En 2016 comienzan los trabajos de investigación histórico-arqueológica y prospección de los llamados moli-
nos de pólvora o Canalaos con el fin de delimitar espacialmente su entorno y documentar los restos materia-
les visibles de naturaleza estructural o funcional.1 Así se pudo constatar que las estructuras hidráulicas de la
antigua fábrica de pólvora están integradas por dos canales, situados junto a los quijeros de la acequia Aljufía,
flanqueando las estructuras de un antiguo molino harinero compuesto por otros tres canales provistos de
cárcavos circulares. Además, contaba con una toma de agua secundaria, conocida como brazal del “Pavón”,
cuyo caudal movía la maquinaria empleada para pavonar los granos de pólvora en una dependencia terrestre.

1  Véase informe inédito: García Blánquez, L. A.; Martínez Sánchez, C. (2016). “Documentación arqueológica y delimitación espacial del antiguo Molino de
Pólvora, Rincón de Beniscornia-Guadalupe (Murcia)”. Concejalía de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta, Ayto. de Murcia.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 201


Luis Alberto García Blánquez y Consuelo Martínez Sánchez

Posteriormente, entre febrero y marzo de 2017, se realizó una intervención arqueológica para comprobar el
estado de conservación. En el sondeo 3, situado junto al quijero derecho de la acequia, se localizó un canal,
restos de un edificio con madera carbonizada y un nivel de escombro que cerraba y amortizaba todo este
sector.

Finalmente la Concejalía de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta, encargó a un equipo redactor, dirigido
por los arquitectos Juan Antonio Santa-Cruz y Antonio Abellán, y los arqueólogos que subscriben, el “Proyec-
to básico y de ejecución de acondicionamiento de los restos del Molino de la Pólvora y su entorno”, consistente
en la adecuación del entorno mediante sendas de borde de quijero, cambios de pavimento de la calzada y en la
construcción de un puente peatonal, una pasarela secundaria y una sala mirador parcialmente en vuelo sobre
el cauce de la acequia con paneles expositivos incorporados en las barandillas.

Entre abril y mayo de 2018, previo al comienzo de las obras de construcción, se realizó la excavación arqueo-
lógica de las zapatas y las zanjas de cimentación para evitar que nuevos hallazgos pudieran comprometer la
ejecución de las cimentaciones proyectadas. El resultado de las excavaciones aconsejó modificar las zapatas de
la pasarela con el fin de preservar estructuras de la fábrica de pólvora localizadas en los respectivos márgenes
de la acequia (Fig. 1).

Figura 1. Planta del Molino de la Pólvora sobre la acequia mayor Aljufía con la situación de los canales y cárcavos del molino harinero y
brazal del “Pavón”.

2. LA FABRICACIÓN DE PÓLVORA EN MURCIA


Se puede considerar que en Murcia la producción de pólvora comienza a mediados del siglo xvii (1637-1654)
cuando, por Real Orden de Felipe IV, se crea la Real Fábrica de Salitre en los terrenos donde se conserva hoy
día calle Acisclo Díaz (antigua calle de la Acequia Aljufía).

Previo a este comienzo oficial se tiene noticia en 1633 de la concesión de la construcción de un molino de
pólvora a Francisco Berastegui y Lisón, esposo de Guiomar Carrillo, dueña del mayorazgo de Javalí Viejo;2
molino que se conocerá como molino Alto, en contraposición al que nos ocupa molino Bajo, que se edificará,

2 http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,522,m,168&r=CeAP-739.

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LOS CANALAOS, ANTIGUA REAL FÁBRICA DE PÓLVORA DE MURCIA

posteriormente, aguas abajo del molino harinero de la Ñora (de Puxmarín o Los Casianos), en la misma ace-
quia de Aljufía, en el antiguo pago de Guadalupe, actualmente, también de Rincón de Beniscornia.

La construcción de la antigua Real Fábrica de Pólvora de Beniscornia,3 también conocida como Los Canalaos,
tuvo lugar en 1719, cuando el Administrador General de las Reales Fábricas de Pólvora de Murcia, don Fran-
cisco Zoco, recibe de S. M. el mandato de aumentar la producción de pólvora en 4.000 quintales más cada
año, a los 11.000 que ya tenía asignado el Proveedor General del Reino.4 Tras la solicitud de licencia al concejo
y diversos reconocimientos de la parte de la acequia donde estaba prevista su construcción, las obras dieron
comienzo de inmediato. Aunque surgieron algunos inconvenientes al principio, como el depósito de un banco
de arenas formado por el marco de hormigón del molino sobre la acequia,5 las obras hubieron de concluir en
breve plazo de tiempo.

Unos años después, en 1727, el molino ya se encontraba a pleno rendimiento, produciendo las veinticuatro
horas del día, bajo la tutela de un molinero, Francisco Jilbente, un oficial, Alonso Gómez, y un morterero,
Francisco Simiente, todos ellos vecinos de La Ñora.6

El 27 de julio de 1742 se produjo una gran deflagración7 en uno de estos molinos de pólvora, sin que sepamos
a ciencia cierta cuál fue el afectado: el molino Alto de Javalí Viejo o el Bajo de los Canalaos en Guadalupe/Be-
niscornia. En cualquier caso, cinco años más tarde, la Real Orden de 1 de julio de 1747, decreta la incautación
del molino Alto, en Javalí Viejo, para construir la nueva Fábrica Militar de Pólvora.

A finales del siglo xviii la fábrica alcanzó su máximo desarrollo, siendo visitada por el general Tomás de Mor-
la, autor de tratados de artillería8 y fabricación de pólvora,9 donde la describe así: “tenía un edificio a cada lado
de la acequia con tres molinos de 12 morteros de pica cada uno y una rueda de pavonado; contaba también
con granador, sala de asoleo, de pesaje y almacenes de pólvora, y varias piezas más como los cuartos de los
operarios, del sobrestante, la cocina, dos carpinterías y la casa del Administrador de los molinos”.

Sin embargo, en 1802 la Ordenanza del Real Cuerpo de Artillería decreta el futuro cierre de la Fábrica baja
(Los Canalaos) y, tres años más tarde, deja de producir.10

Este molino, como todos los situados en los cauces de las acequias de Murcia, técnicamente pertenece al grupo
de molinos llamados de “regolfo”. Molinos que presentan un pantano aguas arriba del mismo, donde se retiene
y acumula el agua con el fin de asegurar la dotación continua durante el proceso de fabricación de harina,
pimento o abatanado.

Los llamados molinos de pólvora, como en los otros casos, también utilizaban el agua de la acequia como
fuerza motriz de la maquinaria, pero a diferencia de los harineros sus instalaciones se encontraban en tierra.

Cuando se calaban todos los tablachos el nivel de la acequia subía considerablemente creando un salto de
agua de más de un metro de altura. El paso del agua estaba regulado por una compuerta situada en la embo-
cadura de los canales de impulsión (canales 1 y 4). Cuando se izaba la compuerta el agua corría por la rampa
del canal poniendo en movimiento la rueda de corriente vertical (rueda vitruviana), encargada de generar el
movimiento que ponía en marcha la maquinaria.

El eje de la rueda, de un diámetro y longitud considerable, se prolongaba hacia el lado de tierra cruzando
totalmente el casal del molino. Dentro se hallaba la “sala de pica” donde se alineaban hasta 12 morteros (de
pica) para mezclar y batir los ingredientes de la pólvora (azufre, carbón y salitre). Encima de los morteros se

3  La investigación histórica en los archivos históricos de Murcia corre a cargo del documentalista don Manuel Muñoz Zielinski.
4  1719/04/20 Murcia ACPMU.
5  1719/12/05 Murcia ACAPMU.
6  11 de agosto de 1727: Murcia AMM Leg 3952.
7  GONZÁLEZ CASTAÑO, J.; MARÍN-CONSUEGRA BLAYA, G. J. (2004). Antología de la Literatura de Cordel en la Región de Murcia (siglos xviii-xix).
Editora Regional de Murcia.
8  MORLA, T. (1816). Tratado de Artillería para el uso de la Academia de Caballeros Cadetes del Real Cuerpo de Artillería. Segovia.
9  MORLA, T. (1800). Arte de Fabricar Pólvora Dividido en Tres Libros. Madrid.
10  TEJADA BORJA, R.; MESA DEL CASTILLO FERNÁNDEZ, I. (1995): Artilleros en Murcia. Tipografía San Francisco.

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Luis Alberto García Blánquez y Consuelo Martínez Sánchez

encontraba una gran estructura de madera llamada “telar” de la que pendían los pilones o mazas de madera
de gran tamaño (130 libras = 58,96 Kg) para “picar” la pólvora. La parte inferior redondeada estaba forrada
con gorrones de bronce para evitar chispas durante el proceso de fabricación. Del eje de la rueda de impul-
sión sobresalían grandes vástagos de madera por lo que tomaba el nombre de “erizo”. Los vástagos colocados
radialmente, a modo de levas, izaban progresivamente cada pilón hasta quedar liberado por el giro del eje,
impactando sobre la pasta húmeda de pólvora, aplastando y removiendo los ingredientes. Este proceso de
mezcla duraba 36 horas consecutivas, durante el cual, cada cierto tiempo, la pasta se cambiaba al mortero
contiguo para obtener una pólvora lo más homogénea posible.

Finalizada la “pica” la pólvora pasaba al proceso de “asoleo” extendida en bandejas para que perdiese la hu-
medad restante. Luego se hacía pasar por cedazos (“granador”) para obtener granos de distinto grosor. Poste-
riormente estos granos se depositaban en un barril de madera con bolas de bronce que hacía girar la rueda del
“pavón”, lustrando y pavonado los granos de pólvora para su mejor manipulación.

En otras dependencias de la fábrica se procedía a clasificar la pólvora según su tamaño (“guerra” o “caza”),
pesar y ensacar, para su transporte.

3. LAS INTERVECIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA FÁBRICA DE PÓLVORA


En 2017 se practicó un sondeo perpendicular al quijero de la acequia para documentar las instalaciones te-
rrestres de la fábrica, donde estuvo la rueda motriz de uno de los molinos de pólvora.

En la parte septentrional se ha constatado la secuencia estratigráfica relacionada con el quijero de la acequia y


un canal paralelo; en la parte central, una estancia delimitada por sendos paramentos, y en el extremo meri-
dional, la acera en un espacio al aire libre del edificio anterior (Fig. 2).

Estos tres sectores se hallan cubiertos y sellados por dos estratos de naturaleza arcillosa que forman la tierra
de cultivo actual de la huerta. Estos niveles, al sur, cubren los pavimentos de ladrillo y un área, al descubierto,
formada por un nivel de tierra arcillo-arenosa compacta con algunas manchas de ceniza. El material que se
registra es poco diagnóstico y de datación incierta. Junto a un ajuar de tipo doméstico (platos y cazuelas vi-
driadas), se documentan diversos fragmentos de cuencos de esmaltín azul-grisáceo murciano y de cerámica
esmaltada bícroma de Hellín, que aportarían una fecha entorno del siglo xvii.

Inmediatamente debajo se localiza a 1 metro de profundidad, los restos de la antigua instalación industrial
tras su destrucción y/o abandono. En la parte central una estancia de 6,4 metros de ancho, delimitada por
sendos muros de ladrillo paralelos al quijero de la acequia. La capa de colmatación superior está formada
por la acumulación de escombro con gran cantidad de ladrillo macizo fragmentado y grandes trozos de ar-
gamasa. Debajo hallamos un nivel de arenas naturales originadas por un fenómeno de arroyada, que afecta a
toda la estancia cubriendo el nivel de destrucción subyacente. Este nivel está integrado por dos estratos, uno
de derrumbe de color gris oscuro con abundantes trozos de argamasa y fragmentos de teja y ladrillo, y otro
de incendio, identificado al norte del pilar, compuesto por cenizas negras sueltas depositadas directamente
sobre el suelo de la estancia. En el paquete de cenizas se ha documentado diversos elementos de madera, como
tablones o vigas y algunos posibles utensilios, encontrándose todos ellos parcialmente quemados. Se ha docu-
mentado 8 posibles artefactos fabricados en madera, de forma cilíndrica irregular con un diámetro que oscila
entre 3,5 y 5 centímetros, y una longitud variable de 10-17 centímetros. Tienen uno de sus extremos cortado
a bisel, donde se aprecia cierto desgaste por abrasión (Fig. 3).

El suelo de la sala, hecho con una solera de argamasa de cal sobre trozos de cerámica, se ha podido docu-
mentar en parte meridional. El paramento de cierre norte del edificio está confeccionado con ladrillo macizo
cogido con argamasa de tonos grisáceos. Paralelo a él discurre un muro de sillería de 1,25 metros de longitud
(visible), 0,6 metros de ancho y 1,10 metros de alzado. Ambas estructuras forman un canal de 0,56 metros de
ancho por 1,15 metros de profundidad constada.

Al norte del sondeo, entre el muro de sillares y un paramento asociado al quijero de la acequia, se documenta otro
canal. Los niveles de abandono y colmatación de ambos canales ofrecen un conjunto de materiales que permite
datar el momento de su abandono y la naturaleza de su depósito. El paquete de relleno, se puede fechar en el últi-
mo tercio del siglo xix, gracias a la moneda de cinco céntimos de peseta que la ceca de Barcelona acuñó en 1870.

204 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LOS CANALAOS, ANTIGUA REAL FÁBRICA DE PÓLVORA DE MURCIA

Figura 2. Planta y sección del sondeo nº 3 con los canales y sala de molino de la Pólvora, en el margen derecho de la acequia mayor Aljufía.

Figura 3. Planta excavación tajamar y canal con sala de pica en el margen derecho de la acequia mayor Aljufía.

En 2018, con el fin de estudiar el apoyo occidental de la pasarela peatonal, se excavó un sector junto al quijero
derecho, entre la línea de brencas de las compuertas de los canales (este) y la primera inflexión del muro del
quijero, aguas arriba (oeste).

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Luis Alberto García Blánquez y Consuelo Martínez Sánchez

El hallazgo de nuevas estructuras del antiguo molino de pólvora aconsejó ampliar 3 metros el espacio de
estudio hasta el sondeo excavado en 2017 en la parte oriental, y 2 metros en la parte occidental, con el fin de
completar la documentación del tajamar del canal descubierto en la campaña anterior.

El quijero de la acequia está hecho con sillares de arenisca rematados con una albardilla de perfil convexo de
ladrillo macizo recubierto con mortero de cal. El muro de sillares tiene un espesor de 0,8 metros y la albardilla
0,47 metros de ancho y 0,22 metros de alto.

Hacia el oeste el quijero terminaba en un tajamar de sillería que forma la embocadura de otro canal. Este
canal, parte de la margen derecha de la acequia Aljufía y se dirige hacia el este, paralelo al cauce de la acequia.
La embocadura tiene forma abocinada con una anchura máxima, al principio, de 1,36 metros, y 0,55 metros
a la entrada del canal. En la entrada del canal había una compuerta, de la que solo resta su flanco norte. Está
formada por dos sillares cuadrados superpuestos de arenisca de tono amarillento, de 0,57 metros de lado y
1,65 metros de altura total, con una entalladura cuadrada de 0,14 metros para el paso de la compuerta. La par-
te meridional no se conserva. La apertura fue amortizada con un muro de mampostería enlucido por ambas
caras de 0,41 metros de ancho, del que se conserva un tramo de 0,77 metros de largo y 1,08 metros de alzado.
El canal se encontraba amortizado con varias capas de relleno: un sedimento arcilloso con restos de cal, trozos
de ladrillo y bloques de piedra, una capa arcillosa compacta marrón oscura que contenía un fragmento de
rueda molino (de presión) y un mortero de pica (de percusión) de la antigua fábrica de pólvora, y en el fondo
un limo arcilloso plástico y compacto.

El fondo del canal, de una anchura media de 0,67 metros, y sus zócalos laterales (0,53 metros de altura) están
construidos con sillares de arenisca. El resto del alzado es fábrica de ladrillo macizo (30x15x4) tomada con
argamasa de cal. En el tramo inicial las losas del fondo son de arenisca, mientras que, en la parte central, don-
de se emplazaba una rueda hidráulica de impulsión, son de conglomerado de mayor dureza. En el fondo y en
las paredes la rueda ha dejado numerosas y profundas marcas de fricción, que corresponden a un ingenio de
unos 4 metros de diámetro.

El quijero donde se emplazó la rueda de impulsión del canal 4, está formado por un muro de mampostería
de 0,75 metros de anchura,11 al que se adosa por el sur un gran refuerzo de mampostería de 7,40 metros de
longitud. En esta zona el canal alcanza su máxima longitud visible: 9,60 metros, desde la embocadura hasta
donde se interrumpe, aparentemente, con un paramento transversal que se prolonga hacia el sur 2,45 metros
sin solución de continuidad.

Adosado a este muro, se documenta varios elementos de la posible “sala de pica” de las antiguas instalaciones
de la fábrica de pólvora. Se trata de una zapata cuadrada de caliza gris (0,79 metros de lado y 0,55 metros
de altura), montada sobre un asiento conformado por dos sillares, también de caliza gris, y un “mortero de
pica” tallado en un bloque prismático de caliza gris, muy dura, de 0,71 metros de lado y 0,5 metros de altura
conservada. La cara superior de la pieza está erosionada y solo conserva el fondo del cuenco (0,45 metros de
Ø y 0,10 metros profundidad máxima). La parte cóncava tiene un tono gris oscuro y es lustrosa, y muestra
numerosos impactos causados por el mazo de madera forrado de bronce, que servía para batir la mezcla de
los ingredientes para fabricar la pólvora (azufre, carbón y salitre) (Fig. 4).

En esta misma zona, en el espacio delimitado entre los contrafuertes que refuerzan el quijero y el canal, bajo
un sedimento arcilloso compacto, hallamos en posición secundaria, apoyados contra el refuerzo del quijero,
otra zapata de caliza gris y otro “mortero de pica”. La zapata (0,79 de lado por 0,49 metros de altura) está de
lado y montada sobre el mortero. La cara mayor visible presenta numerosas marcas alargadas y estrechas he-
chos, posiblemente, con una herramienta metálica de hoja afilada. Las caras laterales presentan, sin embargo,
una superficie rugosa con el característico piqueteado de labrado con la bujarda para texturizar la piedra. El
“mortero de pica” está boca arriba y, aunque se encuentra debajo de la zapata, queda visible su parte cóncava.
Tiene 0,66 metros de lado y 0,51 metros de altura conservada.

11  En la zona de la gran estructura de mampostería la cara superior del quijero no está bien definida. En la sección que ha dejado el hundimiento del terreno
con la rotura del quijero aguas abajo, se aprecian varias fases constructivas y el método de construcción de la última etapa.

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LOS CANALAOS, ANTIGUA REAL FÁBRICA DE PÓLVORA DE MURCIA

Figura 4. Estado inicial y final de las estructuras hidráulicas (arriba). Abajo: “sala de pica” con mortero y zapata de caliza gris (izda.).
Tajamar y canal de impulsión del molino de pólvora (dcha.).

4. DOCUMENTACIÓN HISTÓRICA
Además de la documentación recabada en archivos históricos de Murcia, se han localizado en la bibliografía
antigua valiosísimas referencias de la fábrica de pólvora que nos ocupa, conocida en los textos históricos como
Fábrica baxa o baja, en contraposición a la Fábrica alta localizada en Javalí Viejo.

En el libro III del Arte de Fabricar Pólvora Dividido en Tres Libros, editado en 1800,12 su autor Tomás de Morla,
con motivo de su estancia en las fábricas de Murcia, en las que realiza numerosos experimentos y estudia las
condiciones de fabricación de la pólvora para aumentar su potencia, reducir costes e incrementar la produc-
ción, nos ofrece una exhaustiva descripción de la Fábrica baja (o de los Canalaos).13

Detalla la forma que tiene la planta de la fábrica y sus dimensiones en varas castellanas, y cómo se distribuían
espacialmente las instalaciones en relación con la acequia Aljufía, dándonos a conocer la existencia molinos
de pólvora al norte de la acequia. Además, describe el número de puertas de acceso que tenía la fábrica y su
localización, cómo estaban construidos los edificios de los molinos, cuantas dependencias había y qué función
desempeñaba cada una (Fig. 5).

La Fábrica baja o vieja, tenía tres puertas de acceso, una en la casa del administrador, otra cerca de los molinos
y la última junto a la acequia en la parte norte. El lado de poniente tenía 183 varas, el de mediodía 54 varas y
el tramo transversal de acequia, 138 varas. La acequia se cruzaba por un puente con un tajamar que divide el
agua para los dos edificios en los que están los molinos, tres en cada lado.

Un cauce anterior salía de la acequia para mover la rueda del pavón, situado delante de molino de la derecha.
Junto a la acequia en lado de poniente se encontraba el granador, un pequeño edificio que servía de grandor
y almacén de pólvora, con un pórtico donde se secaba y pesaba la pólvora. En el lado contrario se encontraba
el cuarto del sobrestante, el de los operarios, una cocina y dos talleres de carpintería.

12  Agradecemos sinceramente a D.ª Isabel Mesa del Castillo Fernández, responsable del Archivo Histórico y de la Biblioteca de la Fábrica Nacional de
Pólvora de Murcia desde 1982, habernos facilitado el texto de la descripción de la Fábrica baja o de los Canalaos contenido en el Libro III, del Arte de Fabricar
Pólvora (1800) de Tomás de Morla y de la Certificación de la medida, aprecios, y Apero. Deslinde de las Reales Fábricas y Molinos bajos, de la Pólvora (1803).
13  MORLA, T. (1800). Arte de Fabricar Pólvora Dividido en Tres Libros. Madrid. Libro III (pp. 105-107).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 207


Luis Alberto García Blánquez y Consuelo Martínez Sánchez

Junto al camino de la Ñora, al mediodía, se encontraba en la parte de levante la “habitación del Administra-
dor” y, en la parte contraria, otros dos almacenes uno de madera y otro de pólvora en desuso.

Poco más tarde se publica en el Reino de España las ordenanzas por las cuales se debía regir el cuerpo de
artillería: Ordenanza del Real Cuerpo de Artillería14 (1802). Entre otros muchos aspectos relativos al arma
(composición de la tropa, uniformes, instrucción, cañones, munición, etc.), dedica un apartado completo a la
fabricación de la pólvora destinada al ejército (Reglamento VII, t. II). En primer lugar, establece que la pól-
vora que ha de emplearse en el Ejército y la Armada española, se fabricará bajo la dirección del Real Cuerpo
de Artillería (Reglamento VII, art. 1) en dos fábricas: la de Murcia y otra que se propone crear en Zaragoza.

De las dos fábricas que existían en Murcia: Fábrica alta o de Javalí Viejo y Fábrica baja (Los Canalaos), se decide
cerrar la segunda cuando ya estuviera en funcionamiento la de Zaragoza y concentrar toda la producción de
Murcia en la de Javalí (Reglamento VII, art. 62, p. 49). No obstante, hasta que no se produjera la clausura de
dicho establecimiento hace una serie de recomendaciones acerca del cambio de uso de algunas instalaciones, es-
pecialmente, aquellas situadas en el sector norte de la fábrica, por la cual, sabemos que al norte de la Aljufía había
tres molinos (igual que en la parte sur), y que en aquellos momentos se estaban introduciendo mejoras tecno-
lógicas que hemos podido constatar en nuestra excavación con el hallazgo de una rueda de molino de presión.15

En 1803, la Junta de Gobernación de Artillería de la Real Fábrica de Pólvora de Murcia ordena que se proceda
a “medir y apreciar los sitios que ocupan las Reales Fábricas y molinos de Pólvora titulados los molinos de
abajo”, con el fin de vender los terrenos en las mejores condiciones posibles.

En 1805 los molinos de los Canalaos dejan de producir definitivamente concentrándose la producción en el la
Fábrica Militar de Pólvoras de Murcia en Javalí Viejo (Mesa del Castillo, 1996: 31). En la 2ª edición del Tratado
de Artillería, publicada en 1816, ya no se menciona la Fábrica baja (Los Canalaos).16

Sin embargo, los molinos bajos no se liquidan hasta la desamortización de Mendizábal (1836), cuando se
permutan por tierras de D. Joaquín Fontes de la Reguera, que lindaban con la fábrica de Javalí Viejo (Mesa
del Castillo, 1996: 33).

Figura 5. Extensión de la Real Fábrica de Pólvora de Murcia en 1803, sobre mapa catastral.

14  ESPAÑA, REY (1788-1808 Carlos IV) (1802). Ordenanza: dividida en catorce reglamentos que S. M. manda observar en el Real Cuerpo de Artillería para
sus diferentes ramos de tropa, cuenta y razón y fábricas. Madrid.
15  MORLA, T. (1816). Tratado de Artillería para el uso de la Academia de Caballeros Cadetes del Real Cuerpo de Artillería. Segovia. T. II, REGLAMENTO VII:
De las Fábricas de pólvora dependientes del Real Cuerpo de Artillería, talleres, almacenes y demás edificios de que ha de constar.
16  Se describen cuatro porciones de terreno que en total suman 18 tahúllas, 4 ochavas y 24 brazas, 2793,56 m2.

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MOLINO DEL AMOR (SIGLOS XVII-XX),
UN MOLINO HARINERO SOBRE LA ACEQUIA
MAYOR ALJUFÍA

Martínez Sánchez, Consuelo


Arqueóloga. Arqueotec (Arqueología Técnica y de Gestión)
García Blánquez, Luis Alberto
Arqueólogo. Arqueotec (Arqueología Técnica y de Gestión)

Resumen
La actuación arqueológica en el Molino del Amor, situado en la acequia mayor Aljufía, ha tenido como base la
realización de sondeos estratigráficos y estudios de estratigrafía muraria que nos han permitido, a partir de los
elementos estructurales y técnicas de construcción documentadas, precisar una secuencia evolutiva del edi-
fico que se inicia en el siglo xvii y continua de forma ininterrumpida hasta bien entrado el siglo xx (en 1946
deja de funcionar como molino), aunque la fase más importante y mejor documentada es la fechada en 1698,
cuando el molino pasa a ser propiedad del convento de las Agustinas Descalzas de Murcia, quienes realizaron
una reforma estructural integral del edificio.

Palabras clave: Molino, harinero, acequia, Aljufia.

Abstract
The archaeological excavation in the Molino del Amor (“Mill of Love”) has been based on the realization of
stratigraphic surveys and studies of wall stratigraphy. This have allowed us, from the structural elements and
documented construction techniques, to specify an evolutionary sequence of the building that begins in the seven-
teenth century and continues uninterrupted until well into the twentieth century (in 1946 it ceases to function as
a mill). Although, the most important and best documented phase is the one dated 1698 when the mill becomes
the property of the Convent of the Barefoot Augustinies of Murcia, who carried out a comprehensive structural
reform of the building.

Keywords: Mill, flour, ditch, Aljufia.

El Molino del Amor es un Bien Inmueble catalogado y protegido por el Ayuntamiento de Murcia, situado en la
acequia mayor Aljufía, de la que obtiene la fuerza motriz del agua para la molienda, a su paso por la Albatalía.
A la hora de acometer su rehabilitación, la Concejalía de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta y el Servicio
de Arqueología Municipal, propusieron llevar a cabo la supervisión arqueológica de todo el proceso de re-
habilitación del edificio, con arreglo a la vigente Ley 4/2007 de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia.

Una vez iniciados los trabajos de supervisión se pudo observar la complejidad del edificio y las numerosas
reparaciones que había sufrido a lo largo de, al menos, cuatro siglos. Esto motivó la necesidad de incorporar
otras actuaciones arqueológicas más exhaustivas, que implicaban la realización de excavaciones y estudios de
estratigrafía muraria, para obtener una información más precisa sobre la evolución estructural y cronológica
del edificio, y necesaria para la toma de decisiones de obra y para la realización del proyecto.

La fase más antigua ha sido fechada en el siglo xvii, cuando el molino está adscrito a los marqueses de San
Juan Piedras Albas. Esta fase ha sido localizada preferentemente en la zona meridional del molino, que es la
que parece conservar las estructuras más antiguas con suelos, pilares y umbrales de puerta, asociados a muros
construidos con fábrica de tapial encofrado, con tapias de 0,98 y 1,00 m. de altura, rematadas con una verdu-
gada de ladrillo.

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Consuelo Martínez Sánchez y Luis Alberto García Blánquez

Además de este tipo de muros, para la fase del siglo xvii también se identificaron varios pavimentos en el
interior del molino, con una secuencia que arranca con una estructura de ladrillo y un derrumbe de gran-
des fragmentos de cal, al que se superpone un pavimento de cal muy compactado y grueso junto al que se
desarrolla otra zona construida con losas redondeadas de piedra de caliza gris o blanca y de conglomerado
(almendrolón). Asociado a este pavimento hay un muro de ladrillo macizo dispuesto a tizón y trabado con
mortero de cal, por lo que pensamos que el zócalo de todo el edificio sería de ladrillo y sobre él se levantaría
los alzados de encofrado de tapial.

En el muro sur del edificio se abrió una puerta de acceso con un escalón interior formado por una gran piedra
de conglomerado con forma semicircular que comunicaría con el exterior a través de una puerta, de la que se
ha conservado el quicio, y que se mantendrá en fases posteriores, al menos hasta la reforma del siglo xviii. Este
tipo de piedra de conglomerado (almendrolón) también fue utilizada para la construcción de los dinteles de
los canales 1 y 2 en los vanos de salida, formando parte de la fachada aguas abajo de la acequia Aljufia (Fig. 1).

Figura 1. Planta del Molino del Amor sobre la acequia mayor Aljufía con la situación de los canales y cárcavos.

La cronología de esta fase queda encuadrada a lo largo del siglo xvii, tanto por la posición estratigráfica del
suelo de habitación, como por la presencia de un fragmento de plato azul cobalto sobre cubierta estannífera,
decorado con una línea en el borde y con helecho-palma, posiblemente de la serie azul de helechos y golon-
drinas de Talavera, de influencia oriental, y fechada en el siglo xvii, llegando hasta principios del siglo xviii
(Museo Nacional de Artes Decorativas, sala 2.9).

También sabemos que durante este momento se debieron de producir inundaciones, ya que sobre el suelo
hemos identificado varias capas de sedimentación natural, alternándose capas de arcillas y arenas de escasa
potencia.

Posteriormente, este nivel de pavimentación fue cubierto con un suelo de cal bastante regular, conservado
en la zona sur del edificio, y asociado a un pilar de ladrillo con un revestimiento muy fino de yeso, mientras
que en la zona noreste del edificio el pavimento presenta unas características diferentes, ya que junto al suelo
de cal existe un empedrado delimitado por una hilera de losas planas de piedra caliza, dispuestas de forma
perpendicular al muro este de fachada.

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MOLINO DEL AMOR (SIGLOS XVII-XX), UN MOLINO HARINERO SOBRE LA ACEQUIA MAYOR ALJUFÍA

La cronología relativa estimada para esta fase, tanto por su posición estratigráfica como por los elementos
cerámicos, es de al menos la segunda mitad del siglo xvii, ya que tanto el pilar como el suelo está cubierto
por un relleno en el que se han localizado algunos fragmentos de loza vidriada en blanco y pasta granate po-
siblemente relacionada con los talleres de San Agustín de Murcia, que podemos fechar entre finales del siglo
xvii-xviii (Matilla Séiquer, 1992).

En 1698 la comunidad de religiosas de las Agustinas Descalzas de Murcia compra el molino y permanece en
su poder hasta la desamortización de Mendizábal en 1837, siendo adjudicado en subasta a Manuel Bosque.
Esta fase posiblemente sea una de las más importantes del Molino del Amor, ya que se acometen obras de
construcción de mucha entidad, posiblemente realizadas por los maestros que trabajaban en el convento de
las Agustinas en Murcia, dada la similitud de fábricas y elementos arquitectónicos.

El edificio debía de estar en mal estado y las reformas emprendidas afectaron tanto a los muros del edificio,
como a los niveles de uso del interior y también, seguramente, a la infraestructura hidráulica y a la maquinaria
de molienda. La primera reforma importante afectó a los muros del edificio, construidos con ladrillo macizo
dispuesto a soga, en los muros sur y este, y a tizón en los muros norte y oeste, trabados con un buen mortero
de cal, y en el caso del ángulo sureste trabados con barro para unir con la fábrica más antigua de encofrado
de tapial del siglo xvii (Fig. 2).

Figura 2. Planta del Molino del Amor con la situación de pavimentos (fase V, siglo xvii; fase IV, siglo xviii) y bancada para las piedras
de moler.

La fachada este del molino parece que es la principal ya que en este momento se construye una puerta de
acceso rematada por un arco de medio punto, con rosca de ladrillo ligeramente rehundido, con jambas abo-
cinadas por el interior y umbral de acceso también de ladrillo. El arco estaba totalmente oculto por una obra
de ladrillo moderno, mientras que el vano fue tapiado en la última fase del edificio. A este momento también
corresponde otra puerta de acceso, situada ahora en el muro sur, con un umbral con escalón formado por dos
losas de arenisca, acceso que se mantiene desde la fase anterior del siglo xvii.

Los vanos de la planta superior estaban rematados con arco rebajado de ladrillo, tres en la fachada este y otros
tres en la oeste. Pero solo se ha conservado uno en la fachada norte. En la planta inferior solo están los vanos
de control del agua, el ventanuco aguas abajo en la fachada este, y los ventanucos de control de entrada de la
Aljufia entre los dos canales, y de control de la acequia Zaraiche en el alzado oeste (Fig. 3).

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Consuelo Martínez Sánchez y Luis Alberto García Blánquez

Figura 3. Alzados con distribución de puerta de acceso principal con arco, vanos y entrada y salida de canales, siglo xviii.

En el interior también se acometen reformas importantes, como la pavimentación con un suelo de grandes
losas de piedra de forma cuadrangular (ángulo noreste), o combinados con muelas de molino fracturadas,
alguna de ellas con surcos o ríos circulares, en la zona sureste.

Varios pilares alineados parecen formar parte de la estructura central del edificio, estructurándose el espacio
en dos crujías, sustentando esta estructura central el piso superior y la cubierta a doble vertiente. Precisamente
para el acceso al piso superior se construyó junto al muro sur una escalera, de la que se han conservado tres
peldaños.

Este sector del molino, identificado junto al muro sur del edificio, parece corresponder, con algunas de las es-
tructuras relacionadas directamente con el funcionamiento del molino, especialmente aquellas situadas junto
a los cárcavos, como un suelo hecho con fragmentos de muelas de molino, conservando una de ellas su orificio
central que fue aprovechado para la embocadura del mecanismo del alza puente o alivio, que conserva todavía
el vástago de hierro antiguo.

Durante esta fase, se aprovechaba la energía cinética del agua de la acequia Aljufía que entra por el canal hasta
el cárcavo, donde movería el rodezno o rueda horizontal que, a través de un eje vertical denominado árbol o
palahierro, transmite el movimiento de rotación a un aparejo donde se colocaba un juego de piedras de moler
(muelas), activándose la muela superior o piedra volandera. De esta maquinaria no se conserva nada, ya que
fue desmontada.

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MOLINO DEL AMOR (SIGLOS XVII-XX), UN MOLINO HARINERO SOBRE LA ACEQUIA MAYOR ALJUFÍA

En cuanto a los arcos situados a la entrada de los canales, dos son de medio punto con rosca de ladrillo. El arco
del tercer canal que corresponde al aliviadero es peraltado con rosca de ladrillo, con apariencia rampante, aun-
que, quizás, esto se debe a que parte de su estructura ha sido tapada por el muro meridional que forma el canal.
Cada canal tiene en el exterior las brencas de las compuertas que sirven para regular la entrada de agua (Fig. 4).

Figura 4. Fachada principal e interior del Molino del Amor después de su restauración.

A este momento también parecen corresponder varias representaciones pictóricas en rojo, motivos dibujados
con grafito y grabados incisos, realizados sobre un enlucido de cal de buena calidad, de tonalidad oscura, en la
pared este del edificio. Pero de todas las representaciones identificadas, destaca especialmente la llamada “es-
cena de duelo de espadas” en la que participan dos personajes masculinos y uno femenino central, realizado
con carboncillo para contornear las figuras que posteriormente se rellenaron con pintura roja (probablemente
almagra), a modo de tinta plana.

Los hombres visten calzón abombado, capa corta hasta la rodilla y sombrero de forma triangular con dos pi-
cos hacia abajo, denominado bicornio o bicorne. Este tipo de sombrero aparece en la indumentaria del ejército
español a principios del siglo xviii, generalizándose en las últimas décadas de la centuria en el uniforme mili-
tar, siendo adoptado por los oficiales de alto rango. Portan una espada, relativamente corta, en la que podemos
apreciar con detalle su empuñadura con la protección en forma de S, llamada gavilán, arma española conocida
con el nombre de “espada ropera”, ampliamente extendida en el siglo xviii.

La dama viste un corpiño entallado y tontillo, armazón redondo y hueco hecho con alambres y sujeto a la cin-
tura con cintas para ahuecar las faldas, sobre el que se vestía la basquiña, guardapiés o zagalejo, apreciándose
los tobillos y los zapatos de punta achatada. El tontillo se generaliza en la vestimenta española a partir de la
segunda mitad del siglo xvii y sobre todo en el xviii, sustituyendo al guardainfante (Fig. 5).

A partir de 1870-1920 se introducen cambios tecnológicos muy importantes, que ya habían sido adoptados
en las fábricas durante la Segunda Revolución Industrial, como ruedas de hierro de fundición con dientes de
madera, flexibles y fáciles de sustituir por los molineros, pasando después a ser totalmente de hierro.

Sobre los respectivos ojos de los cárcavos, se colocaron vigas de hierro donde encajaba un nuevo árbol me-
tálico movido por el rodezno. Este movimiento de rotación se transmitía mediante un sistema complejo de

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Consuelo Martínez Sánchez y Luis Alberto García Blánquez

engranajes formado por ruedas horizontales y verticales (catalinas) que transmite la fuerza a un eje horizontal
conectado a otras ruedas (vertical y horizontal) que, finalmente, movían la piedra móvil o volandera. Este
nuevo sistema requería mantener desplazadas los pares de muelas ambos lados de los cárcavos, hasta dos
bancos de apoyo respectivamente.

Figura 5. Representación de la “escena de duelo de espadas”.

Para sostener los engranajes metálicos (catalinas) se construyeron dos muros perpendiculares a la bancada
principal que sostenían los ejes de transmisión horizontal. La bancada enlaza con la cubierta de los dos cana-
les, con varios huecos de forma cuadrada, rectangular o trapezoidal, para insertar los postes de la nueva ban-
cada de madera o de otros elementos como la grúa o cabría, utilizada para mover las muelas cuando necesitan
ser reavivadas o talladas.

Los canales que presentan una base antigua de sillería son recrecidos en este momento, posiblemente para
ampliar la capacidad de energía hidráulica del molino, con obra de ladrillo sobre la que apoya una cubierta
plana de grandes losas de arenisca.

A nivel estructural el edificio también parece sufrir cambios importantes, como la reedificación de parte de
su alzado oeste con ladrillo macizo muy grueso, que no aparece en ninguna otra parte del edificio. En esta fa-
chada se rehacen los vanos de la planta superior, con dinteles rectos de ladrillo, imitando los de arco rebajado
del siglo xviii.

Con respecto a la planta inferior se mantienen el ventanuco de control del pantano aguas abajo y el de control
de entrada de la Aljufia, además de otro ventanuco de control de la acequia Zaraíche.

En la fachada este también se produce una importante remodelación estructural, ya que en la planta superior
se rehace parte del muro y se amplía la puerta de acceso preexistente rematada con un arco del siglo xviii, que
ahora deciden romper para instalar el nuevo cargadero y darle así mayor altura.

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MOLINO DEL AMOR (SIGLOS XVII-XX), UN MOLINO HARINERO SOBRE LA ACEQUIA MAYOR ALJUFÍA

Es bastante probable que a esta fase le precediera otra inmediatamente anterior, donde la fuerza hidráulica se
transmitiera a un eje vertical metálico de transmisión directa a las piedras que estarían colocadas directamen-
te sobre el cárcavo.

La última fase funcional del molino se sitúa entre 1920-1946, manteniéndose activo hasta la postguerra, dedi-
cándose a la producción de pienso para animales para finalmente en 1946 dejar de funcionar, siendo el último
molinero Pedro Díaz Franco.

Se acomete el cerramiento de los huecos que comunicaban con los distintos canales (impulsores de la energía
hidráulica), es decir, los cárcavos y la zona de la entrada de los canales, mientras que las compuertas se tras-
ladan al exterior del molino, son metálicas y su función es solamente regular el agua para riego de la Aljufía,
puesto que ya no es necesaria su fuerza motriz para impulsar la maquinaria del molino.

Durante esta fase se construyen varias infraestructuras destinadas a la sustentación de un motor y al apoyo de
un sistema de transmisión del movimiento mediante engranajes metálicos formado por ruedas horizontales
y verticales (catalinas), cuya fuerza motriz, ahora eléctrica, movía las piedras de moler. La implantación del
nuevo sistema requería mantener desplazadas los pares de muelas a ambos lados de los cárcavos, que son
cegados definitivamente.

En la zona norte del molino se construye una estructura rectangular subterránea, por debajo del piso de circu-
lación, con un banco corrido central y otro cuadrangular adosado sobre el que debió de sustentarse el motor.

En las fachadas también se producen remodelaciones importantes, como la apertura de una ventana con un
vano inferior para la maquinaria, dos puertas nuevas en los extremos de la fachada este, otra puerta en el piso
superior que daría acceso a una pequeña terraza desaparecida, y sobre todo la segunda ampliación de la puerta
con arco del siglo xviii, lo que supuso la rotura del trasdós. En la fachada oeste solo se abre un vano nuevo
en la planta superior para dar luz a una pequeña cocina. En el alzado norte, creemos que es en este momento
cuanto se abre la puerta o portalón que daría acceso al molino por primera vez por esta zona, y en el alzado
sur se abre también por primera vez otra puerta al camino de la Ñora, además de dos grandes ventanas.

Finalmente, entre 1960-1980 el molino es habilitado como comedor de la fábrica Conservas Caravaca, aco-
metiéndose obras importantes, entre ellas las necesarias para inutilizar toda la infraestructura eléctrica y de
maquinaria para la molienda. Las obras de remodelación consistieron en la realización de un relleno y colma-
tación de la bancada y otras estructuras destinadas a los soportes de motores eléctricos y apoyo de ejes metá-
licos. Esto supuso que todo el suelo del molino fuese recrecido quedando a una cota superior con respecto al
exterior, mediante una capa de hormigón con zahorra y sobre esta última un suelo cemento.

Pero la obra de mayor envergadura fue la construcción de un nuevo forjado realizado a una cota superior al
original del edificio, que fue sustentado sobre pilares de hormigón cimentados con zapatas que en algún caso
apoyan directamente sobre los canales. Para la construcción del nuevo forjado, se construyó en el muro oeste
por su cara interna un nuevo muro de ladrillo macizo cogido con cemento de muy buena factura, con un
alzado que se sitúa entre el forjado antiguo y el nuevo, que apoya sobre él.

La construcción del nuevo forjado supuso el cierre definitivo de todos los vanos del piso superior, funcio-
nando parte de estos cerramientos como pretil de la terraza. Se habilitaron ventanas nuevas para dar luz al
comedor interior y se amplió el portalón de acceso en la fachada norte. También se construyó una nueva es-
calera con un recrecido junto al muro norte del edificio, para acceder a la planta superior, que ahora se había
convertido en una terraza habilitada como comedor de verano, con una cubierta de fibrocemento.

En definitiva, creemos que la inclusión dentro del proyecto de rehabilitación de una actuación arqueológica
exhaustiva, ha permitido documentar la evolución estructural y cronológica del edificio del Molino del Amor.
Mediante la realización de sondeos arqueológicos, con registro estratigráfico y de materiales cerámicos aso-
ciados, estudio de pavimentos e infraestructuras hidráulicas y documentación gráfica de plantas acotada de
las estructuras.

Así como, el estudio arqueológico de la arquitectura del edificio, mediante la realización de catas parietales
puntales para la identificación de fábricas y de vanos, revestimientos, módulo de materiales de construcción,

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Consuelo Martínez Sánchez y Luis Alberto García Blánquez

tipos de fábrica empleados, técnicas constructivas, elementos arquitectónicos desaparecidos, relaciones se-
cuenciales (continuidades y discontinuidades temporales entre fábricas y elementos arquitectónicos), y la
documentación planimétrica de alzados de todas las fachadas por fases constructivas y cronológicas.

BIBLIOGRAFÍA
BARTOLOMÉ ARRAIZA, A. Cerámica de Talavera. Sala 2.9. Museo Nacional de Artes Decorativas. Ministerio de Cultura.
MATILLA SÉIQUER, G. (1992). Alfarería popular en la antigua Arrixaca de Murcia. Los hallazgos de la plaza de San Agus-
tín (siglos xv-xvii). Museo de Murcia-Bellas Artes, Dirección General de Cultura de la Consejería de Cultura, Educación
y Turismo de la Región de Murcia, Murcia.

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ESTUDIOS E INTERVENCIONES
EN EL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DE
ESTRUCTURAS ARQUEOLÓGICAS MEDIEVALES EN
MURCIA: EL CASO DE LOS BAÑOS ANDALUSÍES
DE SAN ANTONIO Y SU SIMBIOSIS CON LA
ARQUITECTURA PRIVADA CONTEMPORÁNEA

Guerao López, Francisco


Arquitecto
García Ruiz, Mario
Arqueólogo-LAAC (Laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad)

Resumen
Las intervenciones arqueológicas de índole urbano, con carácter privado, que se llevan practicando en la ciu-
dad de Murcia, han permitido documentar numerosos restos arqueológicos, que, en determinadas circuns-
tancias, han sido objeto de conservación. En muchas ocasiones, los promotores se han visto en la obligación
de incorporarlos a sus inmuebles; en otras, han sido ellos mismos, o sus propios equipos técnicos, los que
han tenido sensibilidad para con las estructuras arqueológicas exhumadas. El ejemplo de los Baños de San
Antonio es paradigmático, al permitirnos aproximarnos a una realidad que, en determinados momentos,
acompaña al crecimiento urbano de la ciudad de Murcia, pues contempla su conservación y puesta en valor
gracias a su proyectada simbiosis con la arquitectura contemporánea.

Palabras clave: Baños de San Antonio, conservación, puesta en valor, arqueología medieval, arquitectura Con-
temporánea, arqueología urbana, evaluación arqueológica.

Abstract
Several archaeological remains have been documented thanks to the archaeological interventions made within
the urban field with private purposes in the city of Murcia. These findings have been object of preservation. In
most of the cases promoters have been forced to incorporate them into their properties. In some occasions, pro-
moters or their technical experts have been the ones to make the decision due to the sensibility that the exhumed
archeological structures have evoked to them. Los Baños de San Antonio is a paradigmatical example since we
can observe a reality which usually goes hand in hand with the urban growth of the city of Murcia. Preservation
and value are taken into account through the effort to combine remains and contemporary architecture.

Keywords: Baños de San Antonio, preservation, value, Medieval architecture, Contemporary architecture, urban
archaeology, archaeological evaluation.

1. INTRODUCCIÓN
El presente trabajo pretende establecer una reflexión al respecto de la Arqueología Urbana y las soluciones
de conservación adoptadas a lo largo de los últimos cuarenta años en la ciudad de Murcia y las posibles
soluciones que podrían utilizarse para ampliar el espectro de elementos conservados y puestos en valor.
Tomamos como ejemplo los Baños de San Antonio para mostrar las posibilidades que existen al respecto
(Fig. 1).

El concepto de Arqueología Urbana surgió en Europa durante las décadas de los 50’-60’ como “una política
de protección entendida no solamente como una protección contemplada en los instrumentos de planifi-
cación urbanística. Es, sobre todo, una gestión de los depósitos arqueológicos inventariados y evaluados a

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Francisco Guerao López y Mario García Ruiz

través de decisiones que pueden ir desde la conservación total a la destrucción controlada” (Quirós Castillo,
2005: 109). Consideramos interesante matizar esta apreciación al incluir las estructuras arqueológicas do-
cumentadas durante dichas actuaciones urbanas, pues la arqueología es una disciplina científica destructiva
de los depósitos arqueológicos, pero puede no serlo de las construcciones que, en ocasiones, acompañan a
la estratigrafía.

Por tanto, podemos hablar de “la fragilidad de los depósitos urbanos” y de la “erosión de la historia” (Quirós
Castillo, 2005: 111), sobre todo si no alcanzamos a conservar determinados elementos arquitectónicos, los cua-
les son los que, en definitiva, llegan a los ciudadanos y les permite conocer el pasado de la ciudad.

Figura 1. Plano situación Baños de San Antonio (Murcia).

La Arqueología Urbana permite documentar una ingente información que nos sumerge en la evolución histó-
rica, social, económica y urbana de las ciudades. Sin embargo, sus resultados difícilmente llegan al ciudadano
de a pie, pues, en ocasiones, los depósitos y estructuras arqueológicas no contienen una estimable calidad para
ser conservados o no se disponen los mecanismos necesarios para que la información obtenida adquiera un
carácter divulgativo. No obstante, obviando la calidad de los elementos a conservar, es gracias a su conser-
vación y puesta en valor lo que permite dar la ocasión de generar un discurso expositivo del pasado históri-
co-arqueológico de las urbes. Es decir, se cuenta con un elemento arquitectónico que enlaza su historia con
la de los estratos desaparecidos. Es un lienzo que, cuando se contempla, permite conocer las características
técnicas, morfológicas y estilísticas de la pintura, así como del propio pintor y del contexto histórico, social y
económico en el que se encontraba. Es una ventana con la que asomarse al pasado. Así ocurre con los restos
arqueológicos que se conservan en suelo urbano.

La respuesta a lo descrito anteriormente ya surgió en los años 80’, pues se tuvo la consciencia de abordar “la
rentabilización social de la Arqueología Urbana a través de la socialización de los resultados obtenidos y la
puesta en valor de los materiales recuperados” (Quirós Castillo, 2005: 115) mediante la utilización de exposi-
ciones y musealización de determinados elementos arquitectónicos.

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CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DE ESTRUCTURAS ARQUEOLÓGICAS MEDIEVALES EN MURCIA: EL CASO DE LOS BAÑOS
ANDALUSÍES DE SAN ANTONIO Y SU SIMBIOSIS CON LA ARQUITECTURA PRIVADA CONTEMPORÁNEA

Durante las últimas décadas, derivados de “los procesos de cambio y transformación de las ciudades en Oc-
cidente en la óptica de la globalización burguesa (urbanización creciente, mayor capacidad de intervención
en la estructura urbanística, planes de intervención y transformación de las ciudades bajo el peso de la espe-
culación), han causado una capacidad de destrucción y modificación de los paisajes urbanos hasta entonces
desconocida” (Quirós Castillo, 2005: 110). Aunque gracias a la labor divulgativa, como consecuencia de la
conservación de algunos elementos arqueológicos y el floreciente crecimiento turístico, se ha conseguido
desarrollar de manera paralela “una nueva sensibilidad proteccionista, debido a la percepción de la fragilidad
del patrimonio arqueológico, y a la necesidad de intervenir para preservar este patrimonio” (Quirós Castillo,
2005: 110).

Si trasladamos todo lo expuesto con anterioridad a la ciudad de Murcia, debemos indicar que la Arqueo-
logía Urbana y, por ende, la documentación arqueológica de depósitos y Estructuras Arqueológicas Me-
dievales (a partir de ahora EAM) se inicia en la capital, de forma sistemática, a partir de los años 80’. Esta
iniciación se debe gracias a la labor formativa y organizativa de la catedrática de arqueología de la Uni-
versidad de Murcia, Ana María Muñoz Amilibia. Tan solo contamos con un hito extraordinario previo, la
pionera conservación de los restos defensivos documentados por Manuel Jorge Aragoneses en el barrio de
Santa Eulalia. Como respuesta a la Arqueología Urbana que empezaba a desarrollarse por esos años, bajo
el amparo del Ayuntamiento capitalino, surge el Centro de Estudios Árabes y Arqueológicos “Ibn Arabí”
de Murcia, dirigido por Julio Navarro Palazón hasta finales del siglo xx, para “evitar que el patrimonio
arqueológico murciano sufriera el aciago destino de la mayor parte de los cascos históricos españoles, en
los cuales las intervenciones arqueológicas han quedado en manos de profesionales desvinculados de los
centros de investigación oficiales y de la Universidad, fuera del marco de un proyecto científico” (Navarro
Palazón y Jiménez Castillo, 2009: 43).

Consideramos, por tanto, que es prioritario contar con una programación o “Plan Director” que considere “el
conjunto de la ciudad pluriestratificada como un único yacimiento en el que hay que intervenir estudiando
toda la secuencia ocupacional” (Quirós Castillo, 2005: 112). Un plan que marque una metodología clara y
precisa al respecto de la conservación de las EAM, que tan solo se ven obligadas a ceñirse a los elementos
catalogados como B.I.C. Esto deja a la sensibilidad del promotor o a la de su sus propios equipos técnicos, la
tarea de abordar y acometer económicamente la labor de generar el diálogo entre estructuras contemporá-
neas y EAM. Asimismo, debemos indicar que el panorama de conservación de EAM, tal y como hemos dicho,
viene limitado por la legislación vigente para el patrimonio cultural. Aunque existe una marcada diferencia
entre lo que sucede con los elementos patrimoniales en suelo público o privado, por lo que en numerosas
ocasiones es el promotor el que debe acometer la conservación, puesta en valor o mera contemplación de su
propia pecunia. Es el caso de numerosos ejemplos conocidos en la ciudad de Murcia, los cuales no vamos a
enumerar, no porque sean muchos, sino porque no consideramos que sea el objeto de este artículo. Sin em-
bargo, sí que destacaremos como ejemplos: las EAM del sistema defensivo y cementerio del número 13 de la
calle Marengo, las de los Baños de San Lorenzo, la vivienda del adarve de la calle Platería o los propios Baños
de San Antonio.

En la actualidad, no existe, o, al menos, desconocemos la existencia de un proyecto científico capitaneado por


la Administración local y/o por la Universidad de Murcia que permita establecer unos mínimos a la hora de
conservar, poner en valor las EAM, o conocer el mundo urbano andalusí de la ciudad de Murcia.

2. CONTEXTUALIZACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LOS BAÑOS DE SAN ANTONIO


La morfología de los baños andalusíes queda definida por tres áreas bien diferenciadas: la seca, la húmeda y la
de servicio. La primera se encuentra ubicada entre la calle y la parte húmeda; es donde se localiza el zaguán,
las letrinas, los vestuarios y la sala de reposo. En cuanto a la parte húmeda se caracteriza por estar “confor-
mada por varias salas cuya arquitectura es muy sólida y cerrada” (Jiménez Castillo, 2013: 634) siempre con
solución abovedada; en ellas se disponen distintas salas ordenadas con respecto a la gradación calórica, desde
la más fría a la más caliente. Finalmente, el área de servicio es un espacio independiente donde se encuentra
el horno, la caldera y la leñera.

Los Baños de San Antonio fueron documentados mediante sendas intervenciones arqueológicas, previas a
nuestra actuación. La primera se realizó durante las labores de desescombro de un solar con acceso desde la
calle Rambla en 1985 (Navarro Palazón y García Avilés, 1989), donde fueron exhumados los restos arqueo-

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lógicos de dos salas con el alzado abovedado, pertenecientes al área húmeda; una de ellas, la más meridional,
contaba con hipocausto, por lo que los autores las identificaron con la sala caliente del baño y la que la prece-
día con la templada. No pudo intervenirse sobre la parte de acceso o una sala fría, pues este espacio debía de
encontrarse en el cuerpo de escalera del Colegio Mayor Azarbe. Asimismo, fueron identificados dos vanos en
el muro meridional de la sala caliente, el central valorado como el lugar donde se ubicaba el horno; el oriental,
fue considerado como el perteneciente a una pileta de agua caliente, según paralelos con otros baños, como el
desaparecido de la calle Madre de Dios (Fig. 2).

La segunda intervención se realizó en 1999 en un solar que se sitúa en la parte oriental y meridional del
límite establecido por las salas húmedas abovedadas (Muñoz López 2006). Dicha excavación logró contex-
tualizar las otras dos partes que faltaban por documentar: el área seca y la de servicio. La primera compuesta
por un zaguán, sala de reposo, tres iwanes y una zona de letrinas; la segunda, el cimiento de la pileta de la
sala caliente. La comunicación con el área húmeda pudo intuirse en el extremo noroccidental de la zona
excavada (Fig. 3).

Figura 2. Área caliente Baños de San Antonio. (Fotografía: Julio Navarro)

Figura 3. Baños de San Antonio. (Jiménez Castillo, 2013: 661)

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ANDALUSÍES DE SAN ANTONIO Y SU SIMBIOSIS CON LA ARQUITECTURA PRIVADA CONTEMPORÁNEA

La partición de las parcelas urbanas de la ciudad de Murcia está atestiguada por la historiografía más recien-
te (Jiménez Castillo, 2013: 1144). Por tanto no es de extrañar que la documentación arqueológica se haya
realizado en dos fases, pues “tras el abandono de los baños, fue frecuente que sus parcelas fueran partidas
en, al menos, dos nuevas fincas división que venía favorecida por las diferencias estructurales que hay entre
el área seca y la húmeda y por el hecho de que todo baño solía disponer de dos entradas (Jiménez Castillo,
2013: 637).

La actuación que realizamos sobre los restos conservados del Baño de San Antonio en el año 2019 ha supuesto
la revisión de la documentación de los alzados, de tapial de mortero de cal, descubiertos durante la interven-
ción de 1999, pues nuestra labor queda ubicada en el bajo comercial que surge tras la edificación de un nuevo
inmueble, que propició la excavación de finales de los 90’. En este sentido, los trabajos supusieron la limpieza
y llagueado arqueológico del paramento, la eliminación de enlucidos, la consolidación con agua cal y la foto-
grametría del alzado, tanto el conservado en el sótano como en el bajo comercial (Fig. 4).

Nuestro trabajo nos ha permitido documentar en el paño A el arco de ladrillos conservado en el vano identi-
ficado para dar servicio desde la sala caliente a la pileta de agua. Asimismo, en el paño B hemos identificado
y remarcado los arcos de las bóvedas de la sala caliente y templada. Al igual que ocurrió en las actuaciones
previas a la nuestra, no hemos podido ampliar el conocimiento sobre el área húmeda en su extremo septen-
trional, pues la solución de cubierta que pudo tener no ha quedado conservada (Fig. 5).

Figura 4. Alzado documentado durante la excavación de 1999. En


rojo, trabajos de retirada de enlucidos, llagueado, limpieza y con-
solidación. En naranja, trabajos de llagueado, limpieza y consoli-
dación. (Muñoz López, 2006)

Figura 5. Fotogrametría de los alzados meridional y oriental de los Baños de San Antonio y restitución.

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Francisco Guerao López y Mario García Ruiz

3. PROPUESTA DE CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DE LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS


La intervención arqueológica practicada en el solar de la calle San Antonio núm. 15, tal y como hemos indica-
do con anterioridad, permitió documentar los restos arqueológicos vinculados a las áreas seca y de servicio de
los baños exhumados en 1985. Asimismo, certificó que la medianera entre el solar que ocupaban ambas áreas
estaba claramente delimitada por los paramentos que cerraban el espacio abovedado en su lado meridional y
oriental. En este sentido, la ejecución del nuevo inmueble debía proyectar el tipo de sensibilidad que se iba a
establecer entre ambas obras de tan distante cronología y materiales, pues debía afrontarlo tanto en la parte
del garaje como en la planta del bajo comercial, espacios en lo que se podían observar las EAM en todo su
esplendor, sabedores de que no podían ser eliminadas para ganar medio centímetro al nuevo edificio, pues
afectaba a la finca colindante.

La opción más cotidiana a la hora de afrontar dicho reto suele ser la elección más fácil, la cual no aporta com-
plicaciones de conservación y puesta en valor al director de la obra, es decir, cubrir con una capa de aislante
sintético, para, posteriormente, emparedar los restos arqueológicos tras un tabique de ladrillo, como si fueran
el Don Mendo de la obra teatral de Salvador García. Sin embargo, existe una opción mucho más atrevida y con
cierto carácter visionario, caracterizado por varios prismas: optar en apostar por la simbiosis entre ambas obras
arquitectónicas, que les permita convivir a corto, medio y largo plazo en un espacio rediseñado para tal fin.

En este sentido, la elección por la que se optó para el nuevo inmueble contemplaba la conservación visual del
paramento, conseguida durante la excavación arqueológica, tanto en el garaje como en el bajo comercial, pues
la continuidad arquitectónica, pese a ser interrumpida por el nuevo forjado, debía ser indisoluble. Por tanto,
fue asumido, con esa visión de futuro, que la superficie de los paramentos que se ubicaban en planta baja sería
contemplada cuando el bajo comercial fuera arrendado, mientras que los del garaje podrían ser disfrutados
desde el inicio de la habitabilidad del edificio. Del mismo modo, la colocación de los pilares necesarios tuvo
en cuenta afectar lo menos posible a la visualización del muro, por lo que tan solo uno de los tres proyectados
en el frente occidental se interpone en la visual del paño más largo. Por ello, para minimizar la mimetización
de ambas obras, los pilares fueron diseñados con sección circular, para que contrastaran con los muros de los
baños, de carácter cuadrangular y líneas rectas.

Finalmente debemos indicar la puesta en valor de los paramentos que se ha conseguido en dos momentos di-
ferenciados en el tiempo y en el espacio. En primer lugar, nos vamos a ceñir al paramento que puede verse en
el garaje, el cual fue iluminado de manera diferente a la elegida para dar servicio de paso a los vehículos, por lo
que se optó por focos de luz cálida que reflectaran directamente sobre el lienzo, de tal forma y manera que se
conseguía resaltar las texturas naturales del tapial de mortero de cal, con sus improntas negativas dejadas por
las maderas de la tapias y los característicos mechinales, reflejo solemne de las agujas. El resultado obtenido
ha sido conseguir dignificar un espacio con un servicio tan prosaico como es el de aparcamiento.

En cuanto al paño puesto en valor en el bajo comercial se optó por la limpieza y llagueado arqueológico del
paramento, así como por la eliminación de enlucidos contemporáneos que ocultaban los elementos construc-
tivos que diferencian este tipo de obras; es el caso de los arcos de las bóvedas de las salas caliente y fría y el vano
de la pileta de agua caliente, ubicado en el muro meridional de los baños. Además, se optó por retirar también
el resto de revocos que ocultaban las medianeras, para obtener una lectura arquitectónica y arqueológica de
la evolución del muro.

El hallazgo de los restos nos obligó, en el buen sentido de la palabra, a rediseñar el proyecto previsto, con
el fin de hacer protagonista del espacio a las EAM. Se procuró que no hubiera ninguna compartimentación
invariable y se acompañó al espacio de cerramientos de vidrio o paneles móviles, para conseguir un acertado
carácter diáfano y visibilidad desde cualquier ángulo. En cuanto a los materiales y acabados se eligieron y
dispusieron para no interferir en la contemplación de los restos. Un claro ejemplo es la tonalidad con la que se
impregnaron los pilares, pues ayudan a enmarcar y destacar los paños. Asimismo, la iluminación focal e indi-
recta incide sobre la superficie, consiguiendo jugar con las sombras para fortalecer las características texturas
de este tipo de arquitectura de tapial (Fig. 6). Finalmente, la fachada del local se hizo con acristalamiento para
que el interior pueda ser visto desde la calle y los restos transmitan el pasado medieval del antiguo inmueble
a la ciudad del siglo xxi.

La actuación proyectada con esmero de conservación en 1999 y finalizada veinte años después, junto a las
acciones de puesta en valor utilizadas en ambos momentos ha permitido poner en valor las EAM conser-

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ANDALUSÍES DE SAN ANTONIO Y SU SIMBIOSIS CON LA ARQUITECTURA PRIVADA CONTEMPORÁNEA

vadas. Las actuaciones arqueológicas desempeñadas,


también, en dos momentos cronológicos distintos re-
copilaron todos los datos de las tres áreas de un baño
andalusí. Estas han permitido emparentar los restos
arqueológicos de los baños de San Antonio con una
suerte de lienzo o cuadro, el cual poder contemplar y
que sirva para explicar las características formales de
este tipo de estructuras, así como el contexto histó-
rico-arqueológico en el que fue diseñado, dentro de
la evolución urbana de una medina andalusí y, por
ende, la historia de la capital.

Por otro lado, también es necesario expresar el in-


eludible valor añadido que adquiere el inmueble en
general y el bajo comercial en particular, pues en sus
entrañas alberga los restos arqueológicos de una es-
tructura fundamental dentro de la idiosincrasia del
mundo musulmán, que lo diferencia de otras edifica-
ciones que no cuentan con elementos patrimoniales.

Figura 6. Alzados meridional y oriental de los Baños de San Anto-


nio puestos en valor.

4. CONCLUSIONES
La Arqueología Urbana, como parte de una ciencia, presenta una evolución continuada desde su origen en los
países europeos en los años 50’-60’ hasta la actualidad. Ha recorrido un largo camino, cuyo fin no puede vis-
lumbrarse aún. Por eso, como ciencia destructiva, debe reflexionar de forma periódica, con el fin de resolver
parcelas que no se estén desarrollando satisfactoriamente.

Por tanto, con respecto a la ciudad de Murcia, la conjunción de EAM y la arquitectura contemporánea es una
tarea que inició su andadura durante los años 80, con la salvedad de los restos defensivos musealizados por
Aragoneses.

Durante los últimos cuarenta años, la Arqueología Urbana ha podido documentar una ingente cantidad de
restos arqueológicos. Su suerte de conservación ha dependido de la categoría de protección de los mismos
o establecidos por criterios subjetivos con respecto a la calidad de los restos. En este sentido, los elementos
defensivos localizados en la ciudad han corrido la mejor de las bondades por tener la categoría de BIC. Esto
ha propiciado su conservación, aunque no todos han podido ser puestos en valor, en ocasiones fruto de
una desacertada simbiosis entre arquitectura contemporánea y medieval. En cuanto al resto de los distintos
elementos arquitectónicos que pueden encontrarse en una ciudad andalusí, entiéndase: baños, mezquitas,
cementerios, palacios, viviendas, estructuras comerciales, espacios industriales, etc., su suerte ha sido inver-
samente proporcional. Es cierto que en la ciudad de Murcia hay EAM con dicha tipología, pero consideramos
que es un bajo porcentaje con respecto a las posibilidades arquitectónicas contemporáneas que existen y que
permiten conjugar con mayor pericia ambos momentos constructivos.

Desde nuestra perspectiva, observamos que dicha anomalía se ha debido a la ausencia de sensibilidad, la cual
recae en la mayoría de ocasiones en los promotores y equipos técnicos que propician las excavaciones urba-
nas. Somos conscientes que la sensibilidad no puede ser impuesta, pero sí reconocemos que se puede inducir,

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 225


Francisco Guerao López y Mario García Ruiz

siempre y cuando se dote a la Arqueología Urbana y a las EAM que se documentan, de unos mecanismos y
sinergias que permitan hacer atractiva su conservación y puesta en valor dentro de los nuevos inmuebles que
se proyectan.

Consideramos que una correcta propuesta de conservación de las EAM debe contemplar, no solo la con-
solidación de los restos, sino también debe ser un ejercicio de rescate del olvido o abandono, una suerte de
visibilidad, que permita darle un uso, en plena armonía con la actual actividad cultural, social, comercial y
turística. Nunca debe ser un elemento decorativo que acabe mimetizado con su entorno, que lo pueda devol-
ver al ostracismo y al olvido.

La puesta en valor de las EAM sugiere dotarla de una nueva vida que permita conectarla con otros restos
arqueológicos, en el que se pueda establecer un discurso unitario y temático, que sirva de puente entre las
actuaciones pasadas y las futuras. Mientras esta situación no sea revertida, deberemos seguir confiando en
personas anónimas con una elevada sensibilidad patrimonial, para que adopten las medidas necesarias en sus
actuaciones y que permitan preservar distintas partes del pasado y que, por lo tanto, nos acerquen a la evolu-
ción de la ciudad de Murcia.

5. BIBLIOGRAFÍA
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Arqueología de la Región de Murcia, 12, pp. 533-544.
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JIMÉNEZ CASTILLO, P. (2013). Murcia. De la Antigüedad al Islam. Tesis Doctoral. Universidad de Granada.
JORGE ARAGONESES, M. (1966). Museo de la muralla árabe de Murcia, Madrid.
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na a la luz de algunas experiencias europeas”. Arqueología y territorio medieval, 12(1), pp. 107-132.
RAMALLO ASENSIO, S. F. (Ed.) (2004). Estudios de Arqueología dedicados a la profesora Ana María Muñoz Amilibia,
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RAMIREZ ÁGUILA, J. A.; MARTÍNEZ LÓPEZ, J. A. (2001). “Introducción al urbanismo de la Murcia islámica a través
de una intervención de urgencia en los solares número 31, 33 y 35 de la calle Platería (junio-octubre, 1994)”. Memorias de
Arqueología de la Región de Murcia, 9, pp. 547-569.

AGRADECIMIENTOS
Queremos mostrar nuestro más sincero agradecimiento a las personas que han participado de manera directa
o indirecta en este trabajo: a Inés Yeste, por su dedicada revisión del texto y exquisita traducción al inglés; a
Antonio Rico por su asesoramiento científico en las labores de limpieza y consolidación de los restos arqueo-
lógicos; a Julio Navarro por las imágenes facilitadas; y a Adolfo Calvo por su milimétrica fotogrametría. No
nos podemos olvidar tampoco de la comunidad de vecinos del inmueble por la paciencia y ayuda prestada en
nuestras labores de limpieza en la zona del garaje, que han permitido obtener los resultados que presentamos,
así como por la sensibilidad que mostraron y siguen mostrando al decidir poner en valor los paramentos
medievales en el subsuelo.

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RECUPERACIÓN DEL CASTILLO DE MONTEAGUDO
(MURCIA): PRIMER ACTO

Sánchez Medrano, Francisco José


Dr. Arquitecto, A3A SLP
Vallalta Martínez, Pilar
Arqueóloga y Restauradora, A3A SLP

Resumen
A finales de 2019 se entregó el Proyecto de Restauración del Castillo de Monteagudo en su Primera Fase. La
cooperación entre administraciones y las aproximaciones al monumento y su entorno, de forma razonada y
documentada, han servido para plantear una metodología de intervención fiel a los orígenes constructivos
de la fortaleza, sin descartar la incorporación de las heridas soportadas en su existencia; todo ello en aras de
apuntar a una valoración de la construcción defensiva unida al carácter de configurador de paisaje para la
comarca de la huerta de Murcia. Aquí se exponen los criterios de dicha metodología, los instrumentos tecno-
lógicos empleados, junto con evidencias documentales o normativas que nos permite distinguir la propuesta
de algunos aspectos del marco conceptual del Plan Director, aportando bases de encuentro o discusión para
el ámbito de intervención en monumentos.

Palabras clave: Arquitectura defensiva, restauración, tecnología aplicada, patrimonio y paisaje.

Abstract
At the end of 2019, the Monteagudo Castle Restoration Project was delivered in its First Phase. The coopera-
tion between administrations and the approaches to the monument and its surroundings, in a reasoned and
documented way, have served to propose a methodology of intervention faithful to the constructive origins of
the fortress, without ruling out the incorporation of the wounds sustained in its existence; all this in order to
point to an assessment of defensive construction coupled with the character of landscape shaper for the region
of “Huerta de Murcia”. Here the criteria of said methodology are exposed, the technological instruments used,
together with documentary or normative evidence that allows us to distinguish the proposal from some aspects
of the conceptual framework of the Master Plan, providing meeting or discussion bases for the scope of interven-
tion in monuments.

Keywords: Defensive architecture, restoration, applied technology, heritage and landscape.

1. PLAN DIRECTOR, PLANTEAMIENTO DE FASES, BASES DE TRABAJO


En el año 2017 el equipo del arquitecto Fernando Cobos concluía la redacción de un segundo Plan Director
del Castillo de Monteagudo, encargado por el IPCE del Ministerio de Cultura, en consonancia con el Plan
Nacional de Arquitectura Defensiva. De esa manera se dejaba cerrado el camino planteado en el primer Plan
Director, que se decantaba por actuaciones, al parecer, con mayor peso en otros ámbitos.

En dicho documento, además de una extensa información del monumento, de detección de patología y de
aporte de directrices generales de intervención, se planteó un cronograma de actuaciones con tres fases (A,
B y C), más unos trabajos previos (fase 0 para cada uno de los tres grandes apartados), y un epílogo de in-
tervención sobre urbanización del entorno. En el mencionado Plan Director, ya se exponía la concurrencia
de administraciones afectadas: el Ministerio de Cultura por la propiedad del castillo y parcela sobre la que se
asienta, y el Ayuntamiento de Murcia en cuanto a los accesos y proceso de expropiación de parcelas colindan-
tes, en aras del desarrollo de un ambicioso plan de puesta en valor de las fortificaciones y palacios medievales
en esa parte del municipio.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 227


Francisco José Sánchez Medrano y Pilar Vallalta Martínez

Las fases de trabajo, a rasgos generales se plantearon: A (preparación de accesos y plataformas para las si-
guientes intervenciones, eliminación de riesgos, consolidación de estructuras centradas en el frente sur de la
fortaleza), B y C (actuaciones de restauración en los dos recintos del castillo: superior e inferior).

Sin embargo, tanto la economía como los procesos administrativos no van siempre acompasados, por lo que,
una vez lanzado y adjudicado el concurso de redacción del proyecto de la primera fase, la demora en cerrar un
convenio entre la Administración estatal y local, ha dilatado los plazos de estudio e influido en la intensidad
de los objetivos inicialmente previstos.

La ampliación en los plazos de análisis también ha servido para reconsiderar algunas propuestas incluidas en
el Plan Director, especialmente en cuanto a la conveniencia y disponibilidad de uso de caminos y plataformas
“de trabajo”, tanto para el acarreo de materiales como para la ubicación de grúas y maquinaria de elevación.
El vial V1 de nueva ejecución, así como la parte más oriental del vial V2, son imposibles de ejecutar con los
trazados previstos, al menos como acceso de maquinaria pesada. El vial V3 solo podría realizarse a modo
de senda peatonal, de forma que los dos asientos de grúa sugeridos en el costado norte del promontorio no
resultan operativos; mientras que la rama occidental del vial V2 sí que tiene unas dimensiones y desarrollo
adecuados para establecer la base operativa de acceso al frente sur, tanto del castillo, como de su base rocosa
sobre la que se debe actuar para eliminación de desprendimientos, o de su riesgo (Fig. 1).

Dado que los viales de acceso son propiedad del Ayuntamiento de Murcia, o están en proceso de serlo, a nivel
proyectual hemos recogido todos los análisis e información recabada sobre el territorio para su conocimiento,
destinando la inversión que ahora le corresponderá al ámbito local, a incrementar la recuperación del castillo
y preparar la accesibilidad de las distintas zonas del monumento, para que las obras de restauración sean un
taller vivo, haciendo posible la participación social mediante visitas (Fig. 2).

Figura 1. Planta de intervención: accesos, recintos inferior y superior. (Fuente: Proyecto fase A)

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RECUPERACIÓN DEL CASTILLO DE MONTEAGUDO (MURCIA): PRIMER ACTO

Figura 2. Ortofoto con topografía de viales. (Fuente: Proyecto fase A)

2. EQUIPO, INFORMACIÓN, DETALLE Y TECNOLOGÍA


La industria de la construcción, en particular el subsector dedicado a la recuperación del patrimonio y la
patología de edificaciones, experimenta en los últimos años un notable crecimiento del apoyo tecnológico.

En nuestro planteamiento del concurso ya apuntamos la extensión del equipo multidisciplinar (arquitectu-
ra, arqueología, restauración, ingeniería civil, de edificación, industrial, topografía, geología), así como la
variedad de técnicas que podían aportarnos información y detalle del monumento, para su comprensión,
para ahondar en el origen de las lesiones, y en la aplicación de las intervenciones más adecuadas. Para la ela-
boración del proyecto hemos contado con inspecciones y tomas de datos directas, y además con un amplio y
especializado conjunto de colaboradores.

Debido a la importancia de conocer el estado de la cara sur del promontorio, que resulta ser el más escarpado,
y el que presenta más fracturas rocosas, conociéndose episodios de desprendimientos, se han utilizado las
siguientes técnicas (Fig. 3):
• Inspección geológica-geotécnica.
• Inspecciones de agrietamientos con microcámara (endoscopio).
• Campaña de prospección geofísica mediante georradar GPR (Ground Penetrating Radar).
• Realización de un perfil sísmico multicanal (MASW), con instalación de 12 geófonos y un sismógrafo
receptor.
• Simulación de caída de bloques.

En los trabajos de topografía (Fig. 4):


• Levantamiento topográfico mediante GPS con RTK de doble frecuencia y precisión centimétrica (le-
vantamiento de 1.385 puntos, y posicionando 7 bases de replanteo mediante clavos de acero o estaca
para la ejecución de las obras).

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Francisco José Sánchez Medrano y Pilar Vallalta Martínez

• Modelo Digital de Superficie levantado mediante fotogrametría aérea con RPS (dron), con una reso-
lución media <1,73 cm/pix.

Otro conjunto de pruebas y ensayos ha consistido en:


• Estudio de drenajes y escorrentías de la plataforma superior y de la plataforma inferior del castillo.
• Determinación de índice de rebote (análisis esclerométrico).
• Inspecciones con cámara térmica (Fig. 5).

Las labores de recuperación de patrimonio, sobre todo cuando conllevan actuaciones de reconstrucción vo-
lumétrica, interpretación espacial, o reafirmación del carácter fundacional del bien, las entendemos como
“expediente abierto”. Esto ocurre durante los períodos de proyecto y de obra; de forma que, en la medida de lo
posible mantenemos vivas las investigaciones, búsquedas y posibles fuentes, para que demuestren respaldo o
reformulación de las hipótesis proyectuales; lo que nos permite también cuestionar algunas interpretaciones
previas.

En el caso concreto del castillo de Monteagudo debemos referirnos a dos aspectos. De un lado al escaso valor
de análisis de los planos del Servicio Histórico Militar: en la época de la Guerra de la Independencia tenemos
los croquis dibujados por los ingenieros militares Mariano del Río (4-11-1810), y José M. Araújo (25-5-1811),
que proporcionan elementos de referencia para los accesos de la fortificación. De otro la falta de referencia al
estudio del paisaje efectuado por la Consejería de Fomento (antes Obras Públicas) de la CARM, donde el área
del castillo pertenece a la Unidad Homogénea de Paisaje UH-12 “Cabezos”, de alta fragilidad y alto nivel de
protección, lo que, unido al carácter rocoso del emplazamiento, plantea discutible el empleo de la vegetación
propuesta en el Plan Director para ocultar los nuevos viales (algunos inejecutables desde la obtención de una
topografía detallada).

Figura 3. Prospecciones de georradar y perfil sísmico. (Fuente: Proyecto fase A)

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RECUPERACIÓN DEL CASTILLO DE MONTEAGUDO (MURCIA): PRIMER ACTO

Figura 4. Nube de puntos vuelo dron. (Fuente: Proyecto fase A) Figura 5. Prospecciones de endoscopio, esclerómetro y cámara tér-
mica. (Fuente: Proyecto fase A)

3. CRITERIOS, METODOLOGÍA Y FICHAS DE TRABAJO


Se ha partido del conocimiento y compromiso de criterios generales expresados en las Cartas de Restauración,
con especial atención a los expuestos en la de Baños de la Encina de 2006, las pormenorizadas directrices del
Plan Director y el seguimiento de prescripciones de la normativa cultural (incluyendo la sectorial regional de
la CARM y la local del Ayto. de Murcia), y, a continuación, se exponen los principios y métodos que configu-
raran las pautas para redacción del proyecto y dirección de obras:
• Respeto a los valores históricos, simbólicos, funcionales, tipológicos, sistémicos, paisajísticos, estruc-
turales, constructivos, formales y estéticos. Siendo conscientes del respeto y especificidad de la Arqui-
tectura Defensiva.
• Exhaustividad en la toma de documentación, previa y durante los necesarios controles arqueológicos
que acompañarán las actuaciones.
• Rigurosidad, fidelidad e integración en relación con los restos, en cuanto a estructuras constructivas,
pero dotadas de carácter, restituyendo los volúmenes y coronaciones en compatibilidad con el estado
del monumento, sin despreciar las heridas o rastros históricos que acompasaron la vida del inmueble.
• Empleo de tecnología adecuada a las labores de observación, consolidación y restauración. Especial
atención al uso de medios auxiliares de cierta singularidad, junto con la decantación por técnicas
tradicionales en la reintegración de fragmentos de lienzo: encofrados de madera, constitución y do-
sificación de la tapia.
• Sostenibilidad y durabilidad en la proposición de elementos de factura contemporánea, contemplan-
do la capacidad de reversibilidad y de clara identificación de facturas entre elementos originales o
históricos y los de nueva ejecución

En consecuencia con lo anterior, los componentes metodológicos serán los siguientes:

Búsqueda de la mínima intervención, de forma que constituya la menor irrupción posible dentro de la mate-
ria del objeto.

Se garantizará la conservación de los propios y singulares valores del bien en el que se interviene, su seguridad
y, en la medida de lo posible, la persistencia de la intervención, de modo que aquella no suponga el inicio de
un proceso recurrente que limite el disfrute del bien cultural por parte de la sociedad.

Se considerarán las posibles modificaciones de los elementos externos que puedan afectar a la estabilidad del
conjunto, como es el caso de la estructura del suelo o rocas que puedan alterar la estabilidad o estanqueidad de
lienzos de muralla, con la posible incorporación de elementos estructurales que prevengan su posible ruina.
Las intervenciones de reintegración deberán ocupar un discreto segundo plano que no reste protagonismo al
elemento protegido.

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Francisco José Sánchez Medrano y Pilar Vallalta Martínez

La intervención sobre un bien cultural implica también la inmersión en un proceso de investigación. Se plan-
teará estableciendo una confluencia pluridisciplinar. Todo proceso de restauración o conservación tiene un
carácter dinámico como cualquier tipo de investigación. Será la propia dinámica de ese proceso la que module
sus propios resultados.

La propuesta de restauración contribuirá a la recuperación de la unidad potencial castillo, que el discurso


del tiempo ha mermado. Se perseguirá la búsqueda de la esencia del bien y el despegue de artificialidades o
supuestos estéticos o históricos desprovistos de soporte o que interfieran en la lectura o reconocimiento de los
restos existentes. Los edificios tienen una doble lectura, una como aspecto y otra como estructura, y ambas
deberán ser respetadas en el proceso de restauración y conservación por ser testimonio de la memoria.

La situación geoestratégica y en antiguos lugares de difícil acceso, de los bienes de Arquitectura Defensiva, es
parte integrante de su morfología y de su razón de ser. En consecuencia, la accesibilidad por medios moder-
nos estará condicionada y limitada a esta circunstancia. En la ejecución de nuevos accesos, su construcción
y diseño deberán garantizar la protección de los valores originales del emplazamiento procurando que las
soluciones adoptadas no alteren los valores originales morfológicos y paisajísticos.

3.1. Propuestas de actuación


Se plantean como objetivos de esta fase de actuación:
a. Eliminación situaciones de riesgo (desprendimientos de rocas y/o tramos de muralla).
b. Restauración sectorial desde el respeto a los valores del monumento: aseguramiento de rocas de base,
consolidación y restauración de cimentaciones, apoyos, estructuras y fábricas de muros.
c. Eliminación de aspectos disonantes y etapas de abandono: eliminación de elementos vegetales, elimina-
ción de grafitis, regularización de acabados.
d. Acondicionamiento de accesos: para servicio de las fases de obra, para recorrer el inmueble, como futuras
plataformas para la gestión del monumento.
e. Estudio de sistemas de implantación, para esta fase “A” y para las fases futuras, incluyendo estudio de
viales y puntos de ubicación de grúas y elementos auxiliares.
f. Reordenación de sistema de iluminación, incorporando instalaciones de vigilancia o anti-intrusión.

Por consiguiente, las Intervenciones consistirán en las acciones necesarias para la consolidación y restaura-
ción del frente sur del castillo, teniendo como meta principal garantizar su estabilidad estructural, así como
consolidar y restaurar las fábricas de tapial y sillarejo de dicha zona.
• Ejecución de accesos y caminos para la entrada de un camión grúa de alcance y capacidad de carga
suficiente para soportar las cestas de trabajo en altura en el frente sur, y la instalación de medios
auxiliares y elementos de seguridad y salud precisos para el desarrollo de los trabajos, conforme al
PD, en aras a su posterior formalización como nuevos accesos de visita (los caminos de acceso serán
realizados por el Ayuntamiento en base al convenio entre administraciones).
• Documentación de lienzos de muralla afectados por las obras. Identificación de lesiones y realización
de mapa de daños.
• Demolición y retirada de elementos (obras, infraestructuras modernas) que por mala conservación,
desuso o impacto negativo supongan riesgo para la conservación del castillo, su gestión futura o alte-
ración de valores
• Desescombro de materiales de relleno o debidos a desprendimientos murarios, o construcciones mo-
dernas, en el área afectada por la actuación.
• Limpieza general del castillo y de tramos de muralla a tratar. Eliminación de vegetación, pintadas y
residuos.
• Estudio e identificación del frente rocoso sobre el que se asienta el frente sur del castillo. Saneamiento
y consolidación de zonas de riesgo.
• Consolidación estructural de zona afectada, garantizando asiento sobre terrenos competentes
• Consolidación y restauración de lienzos de muralla sur identificados, conforme a los criterios de in-
tervención y metodología de trabajo vigentes en Patrimonio Cultural. Con empleo de técnicas tradi-
cionales, y conforme al PD, podrán ser restauraciones superficiales, de remate, de recuperación volu-
métrica o de traza y continuidad. Retranqueando paños 5 cm, igualando acabados con fábrica en su
estado actual, sin generar falso histórico y garantizando estabilidad estructural (rejuntados, cosidos,
relleno de huecos), en consonancia con la lectura del monumento y sus valores.

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RECUPERACIÓN DEL CASTILLO DE MONTEAGUDO (MURCIA): PRIMER ACTO

• Adopción de medidas de seguridad que favorezcan accesibilidad al castillo, incluyendo mejora de


accesos actuales y dotando de cerramientos efectivos.
• Pre-Instalación de circuitos eléctricos para iluminación del Castillo y la figura del Cristo acorde con el
respeto al monumento, con nuevo trazado oculto y reubicación de proyectores.
• Disposición de señalética provisional con información general de las actuaciones correspondientes a
esta fase y descripción de la edificación.
• Disposición de elementos informativos definitivos explicativos de la intervención realizada. Imple-
mentar señalética unificada.

Los trabajos conllevarán el seguimiento y control arqueológico de la intervención, que comprenda labores de
supervisión y/o seguimiento de excavaciones, remociones y estratigrafía muraria.

3.2. Fichas de trabajo


Para que quedaran patentes y detalladas, tanto la información sobre lesiones, como los procedimientos de
intervención, al proyecto se han incorporado unas fichas en tamaño A3, con doble cara: la primera deno-
minada “Ficha de patología”, y la segunda “Ficha de Intervención”. Cada una se estructura en tres columnas
(Fig. 6).

En la primera columna aparecen los conceptos de Daño, Descripción y Causas, siendo el tipo y denominación
de la lesión coincidente con los especificados en el Plan Director, asegurando de esta manera la fidelidad de
la tarea. En la segunda ejemplos fotográficos del caso, y en la tercera planos de localización de la deficiencia
(planta y alzado).

En la segunda ficha, la columna inicial queda referido el “tratamiento” (donde se incluyen aspectos arquitectó-
nicos y de restauración), y el “proceso constructivo y medios auxiliares” previstos a emplear (donde se indican
métodos constructivos, empleo de técnicas, materiales y medios), incluyendo los capítulos del Presupuesto
donde van relacionadas las unidades de obra correspondientes. Las columnas 2 y 3 quedan para fotografías de
trabajos similares y planos o detalles de la actuación proyectada.

Entendemos que de esta forma se facilita la comprensión de las intervenciones, a la vez que se proporciona
un sistema de control y evaluación de los trabajos, desde la fase proyectiva hasta la de ejecución material
de obra.

Figura 6. Ficha de Patología (izda.) y de Intervención (dcha.). (Fuente: Proyecto fase A)

4. CONCLUSIONES
Con el proyecto de la fase A de restauración del Castillo de Monteagudo se inicia el “primer acto” de un pro-
ceso completo de recuperación y puesta en valor del monumento, retomando el carácter de fortificación y
elemento de identificación visual de la huerta de Murcia.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 233


Francisco José Sánchez Medrano y Pilar Vallalta Martínez

Los trabajos de recogida de información y toma de datos han supuesto la participación de un conjunto de
técnicas e inspecciones que colocan los trabajos de recuperación del patrimonio a la altura de los avances de
auscultación en edificación. Conjuntamente hemos querido facilitar la comprensión de las actuaciones, y el
control de los trabajos, mediante la inclusión en la Memoria de una Fichas de Patología y de Intervención, que
aúnan la descripción de las lesiones, su localización, tratamiento y proceso constructivo, aportando un eficaz
instrumento de clasificación y particularización de las actuaciones.

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234 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


FACHADAS DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE
GRACIA EN CARTAGENA. RESULTADOS
Y CONCLUSIONES

De la Hoz Martínez, Juan de Dios


Arquitecto. Lavila Arquitectos SLP

Resumen
El principal objetivo del presente trabajo es mostrar los resultados obtenidos durante la restauración de las
fachadas principal y lateral de la iglesia de Santa María de Gracia en Cartagena y las conclusiones más im-
portantes respecto de la utilización tanto de materiales y técnicas tradicionales, como de otros materiales,
sistemas y métodos constructivos, completamente contemporáneos (sobre todo lo relativo a hidrofugantes y
consolidantes). También se centra en la aportación de nuevos elementos, como por ejemplo el cuerpo musical
que constituyen el grupo de campanas más la matraca, las esculturas de los Cuatro Santos de Cartagena o los
huecos de las antiguas puertas de la fachada lateral.

Palabras clave: Iglesia, ladrillo, campanas, matraca, morteros, pátina, escultura, restauración, Cartagena.

Abstract
The aim of this work is to show the results obtained during the restoration of the main and lateral façades of the
Church of Santa María de Gracia in Cartagena and also the most important conclusions regarding the use of ma-
terials and tradicional techniques on the one hand, and the use of contemporary materials, methods and building
systems (especially everything concerning about consolidated and hydrofugant mortars) on the other hand. Be-
sides, this work focus on the incorporation of new elements like the set of bells with the matraca, the sculptures of
the Four Saints of Cartagena, the sculptures or the original door holes in the main façade.

Keywords: Church, brick, bell, matraca, mortars, patina, sculpture, restoration, lime, Cartagena.

La comunicación pretende ser la continuación del trabajo que se presentó en las Jornadas del año pasado1 y
mostrar los principales resultados obtenidos tras los trabajos de restauración de la fachada principal (calle
del Aire) y lateral (calle San Miguel) de la iglesia de Santa María de Gracia en Cartagena. El objetivo es poder
completar los datos extraídos de los trabajos previos en la propia obra (que fueron los que sirvieron de base
para la toma de decisiones) a través de la arqueología,2 caracterización de materiales y compatibilidad e ido-
neidad de las diferentes pátinas e hidrofugantes. También nos proponemos mostrar las conclusiones más im-
portantes que hemos podido extraer de elementos tan sobresalientes como la torre (no solo como remate del
edificio, sino fundamentalmente como cuerpo musical que alberga las campanas y la matraca), las diferentes
cornisas, pilastras y zócalos, en los que ha sido necesario incorporar nuevos elementos y trabajar con perfiles
a partir de elementos existentes, texturas, colores, etc.

En consecuencia, partimos de los datos históricos ya expuestos anteriormente y la decisión tomada de recupe-
rar la fachada de ladrillo visto. En este texto trataremos de explicar aspectos relativos a las formas, materiales

1  “Lectura, dibujo e intervención sobre la fachada principal de la iglesia de Santa María de Gracia -SMG- en Cartagena”. En este texto mostrábamos los
resultados de los análisis, catas, lectura de paramentos e investigación histórica que confirmaron la existencia de restos de la configuración original de gran
parte de los muros, cornisas y algunas otras decoraciones de la fachada, todas ellas ejecutadas en fábrica de ladrillo y que estas fábricas de ladrillo se habían
levantado con la clara voluntad de quedar vistas y no cubrirse posteriormente con ningún tipo de mortero o revoco. Todo ello llevó a modificar el proyecto
inicial y proponer las actuaciones necesarias para recuperarlas completamente.
2  Dirigida por Ana Pujante: “Memoria de supervisión arqueológica preventiva para la restauración de las fachadas de la iglesia de Santa María de Gracia”.
Nº/ Ref.: CCYT/DGBC- N. Expt.: EXC 194/2018.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 235


Juan de Dios de la Hoz Martínez

y técnicas tradicionales utilizadas para la recuperación de la fábrica subyacente, insistiendo algo más en aque-
llos aspectos menos tratados, como por ejemplo las formulaciones para la ejecución de los grandes ladrillos
de cal (30 x 15 x 10 cm), las protecciones de zinc, sistemas de alejamiento de aves, iluminación monumental,
accesibilidad o puertas principales.

Estamos realmente satisfechos del trabajo llevado a cabo por la empresa Restauralia, que ha sabido adaptarse a
las especiales circunstancias del proyecto y la obra y situar en cada momento a las personas adecuadas al frente
de los trabajos. Queremos hacerlo constar pues es más que evidente el deterioro en los oficios y las técnicas
con las que se construyeron estos edificios y la dificultad para encontrar operarios que las ejecuten. Por ejem-
plo, ha sido preciso recuperar los rejuntados que estaban deteriorados y ejecutarlos de nuevo donde habían
desaparecido. La imagen de la figura 1 muestra uno de los paños antes de la aplicación de la almagra que le
proporciona el característico color rojizo. En ella se aprecian tanto los rejuntados a punta de paleta con el bisel
en el encuentro superior con el ladrillo, como el tratamiento dado a los mechinales, dejando constancia de
ellos, pero rehundiéndolos cuatro centímetros sobre el paño de fachada, así como un detalle que está presente
en los paños entre pilastras y que no es otro que la junta vertical entre cada uno de los ladrillos. Este tipo de
junta es muy habitual en las construcciones de ladrillo visto y el albañil la ejecuta a la vez que va subiendo la
fábrica, retirando una porción más o menos triangular de mortero en el encuentro entre los tizones.

En nuestro caso, debíamos hacerlo de diferente manera, pues la fábrica no se va subiendo, sino que ya se
encuentra ejecutada y, en consecuencia, no es posible retirar el mortero de las juntas al estar terminada la fila
superior. Por ello, hubo de fabricarse un útil de madera de forma que el albañil pudiera rehundir con él la junta
recién rejuntada y dejar la marca entre las sogas vistas de la fachada (en realidad fueron tres útiles del mismo
tipo pero de diferente dimensión, de forma que se pudiesen utilizar indistintamente dependiendo del tamaño
de los ladrillos, de la junta o de su propia situación).

Todos estos detalles están ahora presentes en la fachada, una vez retiradas todas las capas de cemento que la
recubrían y gracias a ello es posible contemplarla de una forma muy similar a como se concibió en origen.

Ya indicamos en la anterior comunicación (aportando planos con los esquemas de crecimiento del Templo),
que la iglesia de SMG es un caso atípico entre los edificios religiosos, pues lo habitual es que se construya pri-
mero la cabecera y las sucesivas ampliaciones van trasladando la fachada. En Santa María la fachada permane-
ció desde el inicio del edificio y se fueron trasladando la capilla mayor y el altar en las sucesivas ampliaciones.
Por eso hemos propuesto una recuperación que afectara al cien por cien de sus elementos, así como a los
aspectos de la textura y el color. Al recordar la imagen que el edifico tenía antes de las obras (Fig. 2), vemos que
se cubrieron con morteros la totalidad de sus paños y elementos formales y decorativos, sin diferenciar nin-
guno de ellos, modificando las cotas y dimensiones de los huecos y alterando la coronación de la zona central.

Tras las obras (Fig. 3), se ha consolidado toda la fábrica de ladrillo, recuperando el característico color rojo
de la almagra, además de dejar patentes los mechinales y el cuidadoso trabajo de los diferentes aparejos, utili-
zando ladrillos de diferentes tamaños y formas, dependiendo de su ubicación en zócalos, pilastras, molduras
o cornisas.

El cambio también ha sido importante en la fachada lateral, si bien en este caso se comprobó que la fábrica
no estaba pensada para ser vista (excepto en la esquina suroeste donde el aparejo continuaba con el mismo
despiece de la fachada principal, en lo que probablemente, en origen, se pensara como otra torre). Además,
había sido enormemente mutilada al introducir las bajantes de las terrazas, motivo por el que presentaba unas
enormes manchas de humedad. Al igual que en la principal, se han eliminado todos los morteros de cemento
y se han aplicado morteros de cal, dejando patente con diferentes tonos, los paños lisos, las pilastras y el zócalo
que alberga las reproducciones de las imágenes de la Vida de la Virgen, que ahora se han colocado sobre un
marco de acero. Por debajo se ha podido recuperar el imponente basamento de sillería, aunque el mal estado
que presentaba tras haber estado cubierto por capas de hormigón, ladrillo, cemento y piedra artificial, nos
obligaron a colocar algunas piezas nuevas de sillería, así como a rejuntar el resto de pérdidas con morteros de
cal. Afortunadamente se conservaban restos de las puertas laterales del templo, que se han dejado señaladas
sobre la fachada y sus paramentos rehundidos, resaltando las jambas y los dinteles. De hecho, durante las
obras, fueron apareciendo las jambas, umbrales y dinteles (en forma de arco, ejecutados con ladrillos macizos
y huecos, colocados a sardinel) de las tres puertas que el templo tenía hacia la calle San Miguel. En uno de
ellos, en el lugar que hoy ocupa la capilla de Jesús Resucitado, existía una de las puertas laterales desde las que

236 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


FACHADAS DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE GRACIA EN CARTAGENA. RESULTADOS Y CONCLUSIONES

se accedía al interior del templo3 y que fue tabicada hace unos cuarenta años (según testimonios de personas
cercanas a la parroquia). Aún conserva los herrajes de colgar, así como las fallebas y la práctica totalidad de
los clavos (cara exterior).

Figura 1. Detalle de uno de los paños recuperados en Santa María de


Gracia, con los tendeles horizontales ejecutados a punta de paleta y
las juntas verticales rehundidas en forma de triángulo.

Figuras 2 y 3. Fachada de Santa María de Gracia al inicio de los trabajos y una vez finalizadas las obras. (Fotografía: Joaquín Zamora)

3  Esta puerta de grandes dimensiones (dos hojas de 272 x 472 cm con un espesor total de 11 cm y portillo de 98 x 236 cm) aún se conserva almacenada y
hemos podido comprobar que coincide con los niveles, embocaduras y disposición del hueco existente en la actual capilla. También conserva los herrajes
que, además, dado el tipo, la cota de los mismos en los paramentos, así como el tipo de madera, clavos y pintura, coinciden con los datos obtenidos de las
tres puertas de la fachada principal, lo que asegura que estas dos hojas estuvieron colocadas en la fachada lateral de Santa María de Gracia. Todo esto sugiere
que su reinstalación sería de un innegable valor para el edificio, al recuperar una parte de su funcionamiento primitivo, así como, al menos, la tipología de
uno de sus huecos laterales.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 237


Juan de Dios de la Hoz Martínez

Figuras 4 y 5. Fachada lateral de Santa María de Gracia en su estado previo y una vez finalizadas las obras. (Fotografía: Joaquín Zamora)

Figuras 6 y 7. Cuerpo de campanas antes de las obras y después.


(Fotografía: Joaquín Zamora)

238 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


FACHADAS DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE GRACIA EN CARTAGENA. RESULTADOS Y CONCLUSIONES

Quizá uno de los cambios más significativos sea el cuerpo de campanas, que previamente no era sino una es-
pecie de espadaña de tres huecos (mayor el del centro que los laterales) y otros dos huecos en el lateral norte.
Las obras llevadas a cabo han conformado un auténtico cuerpo de música, en el que se mantienen dispuestas
las tres campanas, añadiendo una matraca (cuyo toque suena fundamentalmente en la Semana Santa). Esto
ha implicado construir los dos muros restantes, así como una cobertura de madera a base de cuatro dur-
mientes perimetrales con cuadrales en las esquinas, una pareja de tirantes en cada dirección, cuatro limas
bordón en las esquinas y las correas sobre las que se apoyan los tableros del entablado donde descansa la
cubrición formada por planchas de zinc. Como dato curioso, cabe señalar que esta armadura de madera se
montó en el suelo y se izó con una grúa hasta depositarla en la coronación de la torre. Las campanas son de
un enorme valor histórico (lo que las hace merecedoras de su catalogación como Bien de Interés Cultural)
y por ello se ha contado con el asesoramiento y supervisión del doctor en Antropología D. Francesc Llop i
Bayo, autor del plan director para la restauración de las campanas de las catedrales de España. Se trata de
tres bronces denominados Cristo (360 kg), Jacobo (364 kg) y María (1.300 kg), que fueron fundidas en 1528,
1797 y 1622 respectivamente y que tras su instalación en el nuevo campanario permiten el volteo manual y
mecánico, así como todos los toques religiosos y festivos con mazos controlados desde un procesador insta-
lado en la sacristía.4

Nos queda resaltar dos aspectos llevados a cabo sobre el edificio, correspondientes a los trabajos de arqueolo-
gía y los de escultura, tanto de bulto redondo, como de los frisos situados en la fachada lateral.

Los primeros han sido llevados a cabo por la arqueóloga Ana Pujante y estaban destinados a obtener la mayor
cantidad posible de información sobre la arqueología de la arquitectura del edificio. Ya expresamos en la an-
terior comunicación algunos de los resultados tanto de esta investigación, como de nuestros propios análisis
(de dimensiones, tipos de morteros, juntas, etc.) que nos permitieron conocer las claves principales de la evo-
lución constructiva de la fachada, sobre todo en lo relativo al tipo de fábricas y técnicas constructivas. Junto
al estudio arqueológico se ha incorporado también la recogida de muestras y el análisis de los morteros de
unión, de los revestimientos, los acabados, pátinas, o elementos cerámicos, intentando con ello que los mate-
riales propuestos fueran los más adecuados y compatibles para la restauración de ambas fachadas.

En dicho estudio se han localizado unidades estratigráficas que van desde pinturas vistas (UE 100) y pinturas
bajo capas de mortero (UE 101), casi todas de componentes plásticos, hasta revocos de cal y árido (UE 103),
de cemento (UE 104), y también de cemento en la fachada lateral (UE 105) a base de mortero gris con árido,
de fuerte compactación y adherencia a los ladrillos, afectando gravemente a su conservación. Este mortero se
ayuda de miles de clavos para intentar sujetar la masa. También se han localizado las huellas de las rozas para
canalizaciones, parcheados o vanos ocultos, en toda la fachada lateral (UE 110, 111, 112, 113).5

Además de lo anterior, se han localizado trasdosados de ladrillo hueco y cemento en zócalos (UE 106), algunos
de los cuales iban recreando molduras en su terminación, dejando vistos en los extremos restos de grandes
sillares de piedra del cabezo. Los trabajos realizados en los zócalos han dejado ver los restos de los originales en
la fachada principal, realizados con sillería, de los cuales apenas se conservan las piezas que los forraban y cuyas
características se describen en la memoria arqueológica en las UE 157 y 124. Quedan también identificadas
las fábricas de ladrillo en la zona de las pilastras, cuyas molduras superiores se encontraban tan degradadas
que se reconstruyeron probablemente en la última intervención que se hizo en la fachada, mediante cemento
y ladrillos huecos (UE 107).

Finalmente se documentaron varias ventanas (UE 125 y 126), un arco de ladrillo (UE 115) encastrado en la
fábrica general del muro; restos de huecos (UE 116) algunos de los cuales conservan el arco rebajado for-
mado por ladrillos macizos y mortero de cal, jambas, umbral, e incluso un posible escalón, con los mismos
bloques de sillares y mampostería, así como otros rellenos de mampostería (UE 119) y reparaciones con
ladrillo (UE 120). Estas últimas son interesantes pues la inclusión de estos materiales constructivos en distin-
tos puntos de las zonas de coronamiento del edificio, indica que se repararon junto con las zonas altas de la

4  Ejecutado por la empresa Campaneros Murcianos.


5  Según la memoria arqueológica se pueden diferenciar unas más modernas de PVC y fibrocemento, cuyas rozas son más amplias e irregulares, encontrán-
dose rellenas de ladrillo hueco y algún material extraído de la propia roza, cogidos con cemento. Estas infraestructuras se realizaron abriendo grandes rozas
verticales en las paredes también afectando a los zócalos. La UE 113 son rozas para tuberías cerámicas formadas por tubos encastrados en la pared, y rellenos
con ladrillo hueco y un mortero de tono blanquecino. En estos casos la afectación de los muros es menor, al ser las tuberías más finas.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 239


Juan de Dios de la Hoz Martínez

fachada lateral, utilizando un módulo de ladrillo habitual en numerosos edificios de la ciudad de principios
del siglo xx.

Todos estos datos aconsejaron volver a aplicar un mortero de cal sobre la fachada lateral, no solo por las rozas
que se le habían abierto o el mal estado de los ladrillos que se encontraban totalmente fracturados, llenos
de clavos, con su mortero arenizado y completamente degradado debido a la aplicación de los morteros de
cemento de fuerte compactación, sino porque era completamente necesaria su eliminación para sanear las
estructuras y evitar las humedades.

Por todo ello se ejecutó la reparación de la fachada lateral de forma distinta de la principal, eliminando todo el
cemento y cubriendo los muros con mortero de cal, totalmente compatible con la fábrica original, que además
nos ha permitido dejar constancia de los antiguos vanos de puertas, a la vez que volver a mostrar las grandes
piezas de sillería existentes en los zócalos.

Por lo que a las humedades se refiere, debemos indicar la situación que tiene SMG, en zona de terrenos ga-
nados al mar y un componente importante de saturación de agua que se ha agravado notablemente en los
últimos cincuenta años por los morteros de cemento. Esto nos aconsejó utilizar solo pigmentos naturales en
la cal y en la almagra, a la vez que un tratamiento hidrofugante que permitiera a las sales salir del interior de
la estructura porosa, sin ningún tipo de limitación que redujera la permeabilidad al vapor de agua. Para ello
se ha hidrofugado con un protector de la marca Tecnan, que permite que continúen aflorando eflorescencias
primarias (es imposible eliminar en solo unos meses el cien por cien de la humedad acumulada durante años),
pero evita las secundarias, debidas a nueva incorporación de agua de lluvia al soporte. Es decir, se permite que
las sales higroscópicas y humedad en el seno del muro puedan migrar a las caras del soporte por evaporación
del agua que las contiene y, una vez que llega a la cara externa y evapora el agua, aparece una sal higroscópica
en forma de eflorescencia blanca o pelusilla fina, que no queda adherida al soporte sino bastante suelta, por
lo que puede retirarse fácilmente con un simple cepillado (incluso sin cepillado, gran parte de estas manchas
desaparecen con la acción del propio viento o de la siguiente lluvia, que las disolverá).

Finalizamos el artículo con un juicio crítico, intentando sopesar algunas de las opiniones recibidas y justificar
la toma de decisiones. No es habitual (al menos en nuestro caso) entablar diálogos en respuesta a críticas que,
en la mayor parte de las ocasiones son anónimas y, las más, sin ninguna base científica ni de ninguna otra
disciplina que las justifique. No obstante, dada la enorme significación social y cultural que la fachada tiene en
Cartagena, hemos considerado esta posibilidad y explicar el resultado final a la vez que dar respuesta a algunas
de las cuestiones planteadas. Desgraciadamente y, a pesar del esfuerzo realizado por todos: Administración
Autonómica y Local, Obispado de Cartagena, técnicos, empresas…, se trata de obras que muy pocas veces se
analizan con criterios científicos, históricos o técnicos y se dan opiniones gratuitas, sin ningún fundamento
ni análisis.6

Con el presente texto hemos intentado resumir los resultados, a la vez que mostrar unas conclusiones que
hacen que las fachadas intervenidas sean ahora más auténticas y capaces de permanecer en el tiempo en buen
estado de conservación.

Y no es que los intervinientes en este tipo de obras tengamos que estar libres de críticas. En absoluto es ese el
escenario. Lo que sí solicitamos es que se tengan presentes los criterios, cartas, normativas y leyes que afectan
al Patrimonio Histórico y que no se apliquen a estos venerables edificios los mismos estándares que utilizamos
para los de nueva planta.

Estamos de acuerdo en que la accesibilidad a los inmuebles debe ser algo universal y para ello se ha diseñado
y construido una rampa y unas cómodas escaleras en la puerta del Evangelio de SMG. También estamos de
acuerdo en que se trata de un elemento añadido, que nunca estuvo allí y que, en consecuencia, tiene un cierto
impacto visual, pero que asumimos con normalidad como un signo del paso del tiempo, del mismo modo
que entendemos que haya que colocar cables, luminarias, equipos de aire, calefacción, etc., en estos edificios
que se iluminaban con velas y no disponían de ningún medio para climatizarlos, más allá de abrir o cerrar las
puertas y ventanas. Los fundamentalismos no son buenos en ningún caso y en el Patrimonio tampoco. Exigir

6  En ocasiones, como en este caso, algunas críticas provienen de técnicos sin experiencia alguna en Restauración, a pesar de tener dilatadas carreras en otros
campos de la arquitectura, como el urbanismo.

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FACHADAS DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE GRACIA EN CARTAGENA. RESULTADOS Y CONCLUSIONES

que todas las puertas cumplan con los estándares del siglo xxi, que la iluminación sea homogénea en el cien
por cien de las superficies, que todos los elementos cumplan de manera estricta el reglamento de incendios o
cualquier otra cosa que olvide las singularidades de estos inmuebles en favor del uso y del cumplimiento del
código técnico de la edificación, nos llevará a modificarlos de forma irreversible. La experiencia acumulada en
las últimas décadas en actuaciones sobre edificios integrantes del Patrimonio Histórico ha demostrado que se
pueden alcanzar muy altas cotas de seguridad, accesibilidad y mantenimiento, aunque no superen lo prescrito
para los edificios actuales de nueva planta.

Estamos convencidos que éste es el criterio razonable: asegurar el cumplimiento de unos estándares básicos,
aunque no se superen en el cien por cien de los casos, de forma que se pueda mantener una parte muy impor-
tante de la autenticidad que ha llegado hasta nosotros.

Figura 8. Fachada de Santa María de Gracia finalizadas las obras. A la izquierda, la nueva rampa (esquina inferior) y el cuerpo de campa-
nas (esquina superior). Sobre el zócalo, las cuatro hornacinas descubiertas y, en su interior, los Cuatro Santos de Cartagena: San Leandro,
San Fulgencio, Santa Florentina y San Isidoro. Toda la fachada muestra los aparejos de fábrica de ladrillo recuperados, quedando única-
mente cubierto con mortero de cal el entorno de la puerta principal, pues aparecieron restos de unos cajones de mampostería (no pen-
sados para ser vistos), que probablemente se correspondan con restos de posibles enjarjes que se dejaron preparados en la fachada para
poder colocar una portada que cubriera el hueco central de la fachada. Aunque no se aprecia en la imagen pues son prácticamente invisi-
bles, se ha instalado una línea de protección frente a las palomas en las cornisas, así como iluminación mediante tiras de led (estas últimas
se combinan con la iluminación procedente de los focos instalados en las fachadas opuestas de la iglesia). (Fotografía: Joaquín Zamora)

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RESTAURACIÓN DE LAS FACHADAS BAJAS SUR,
ESTE Y NORTE EN LA IGLESIA DE EL SALVADOR EN
CARAVACA DE LA CRUZ

De la Hoz Martínez, Juan de Dios


Arquitecto. Lavila Arquitectos SLP
De la Hoz Martínez, Luis
Arquitecto Técnico. Lavila Arquitectos SLP

Resumen
Mostramos en el presente texto los resultados obtenidos durante la restauración de las fachadas bajas de la
iglesia de El Salvador en Caravaca de la Cruz, cuyo eje principal ha sido la utilización de materiales y técnicas
tradicionales, si bien se ha complementado con otros materiales, sistemas y métodos completamente contem-
poráneos (sobre todo lo relativo a hidrofugantes y consolidantes). También se centra en el descubrimiento
sobre las fachadas de piedra, de una gran cantidad de vítores, que consisten en una combinación de las letras
v, i, t, o, r, formando un anagrama y que se utilizaba habitualmente sobre las fachadas de los edificios, para re-
cordar el nombre de alguna persona que había conseguido un hecho relevante: una licenciatura, un donativo,
un cargo público, etc. Estos vítores han podido recuperarse en gran medida y quedar vistos sobre la fachada
sur del templo.

Palabras clave: Iglesia, piedra, rejuntado, morteros, pátina, escultura, restauración, vítores, arpía, quimera.

Abstract
The present paper describes the results of the restoration works of the lower facades of the Church of El Salvador,
in Caravaca de la Cruz. These works main priority has been the use of traditional materials and techniques,
respectfully combined with contemporary solutions and materials such as sealants and water repellents. The
restoration has also focused on the recovery of a great amount of “vitores”; an anagram formed by the combina-
tion of the leters v, i, t, o, and r usually painted on the stone facades of important buildings to commemorate an
accomplishment or distinguished citizen (a degree, donation, public office, etc). Most of this uncovered “vitores”
can be seen on the southern facade of the Temple.

Keywords: Church, Stone, mortar, patina, sculpture, restoration, vitores, harpy, chimera.

La iglesia del Salvador es un extraordinario edificio del Renacimiento enclavado en Caravaca de la Cruz, uno
de los conjuntos históricos más emblemáticos de la Región de Murcia. Aunque su planta no llegó a completar-
se, pues al menos queda un tramo a los pies sin edificar, su sección y alzado son impresionantes, sustentados
por cuatro gigantescas columnas jónicas estriadas de 1,70 metros de diámetro y cubierta mediante bóvedas
estrelladas. Sus fachadas pétreas se conforman con enormes sillares de cantería, más una portada de dos cuer-
pos en el lateral sur y una hermosa galería alta con ocho arcos carpaneles apoyados en cuatro columnas exen-
tas y ocho semicolumnas adosadas, todos ellos con una variada muestra de diferentes capiteles. El conjunto se
remata con una esbelta torre junto a la cabecera, con tres cuerpos, igualmente de cantería.

Su historia comienza en torno a 1524, si bien es entre 1537-39 cuando se traza y comienza a levantarse, quizá
por Jerónimo Quijano y Martín de Oma, maestro y cantero respectivamente. Su consagración se cifra en tor-

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Juan de Dios de la Hoz Martínez y Luis de la Hoz Martínez

no a 1573, si bien recientes documentos1 han arrojado luz sobre las fechas más importantes de su fundación,
así como otros elementos más tardíos, como la galería de la fachada sur, que no se finalizó hasta bien entrada
la segunda mitad del xvii y más aún la torre, que no concluyó hasta casi el final del siglo xviii.

Figuras 1 y 2. Fachada sur de la iglesia del Salvador en Caravaca de la Cruz, antes y después de los trabajos.

El estado de las fachadas era muy precario, e incluso había sido necesario colocar algunas protecciones para
evitar que los trozos de piedra cayeran a la vía pública. Es por ello que la parroquia del Salvador y el Obispado
de Cartagena, con la financiación de la Fundación Camino de la Cruz y el apoyo del Gobierno de la Región de
Murcia y del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, propusieron su restauración para eliminar la multitud de
manchas de humedad, zonas de la cantería perdidas o muy deterioradas, rotura de piezas, pérdida de perfiles
y volúmenes, escorrentías, costras negras (procedentes sobre todo del humo de los escapes de los vehículos),
deplacados, sales, etc. Estas obras fueron ejecutadas por las empresas Azuche y Urdecon, entre noviembre de
2019 y junio de 2020, participando en ellas los restauradores Pablo Molina –Repristinare2– y Alba Cerezo (del
informe final de esta última hemos tomado referencia de algunos de los procesos y tratamientos llevados a
cabo).

Como antecedente citamos que algunas zonas como las cornisas y decoraciones de la portada y algunas do-
velas de los arcos aparecían excesivamente perfectas en sus aristas, por lo que es probable que en una de las
últimas intervenciones se realizaran retallados en muchas de las piezas y la cubrición con morteros de otras.

1  Estudiados fundamentalmente por Indalecio Pozo Martínez y también por José Antonio Melgares Guerrero, a través del expurgado de diferentes archivos,
más comunicaciones y numerosos artículos en publicaciones y revistas especializadas.
2  Las zonas de pruebas de viabilidad e idoneidad de los tratamientos realizados se registraron sobre los planos de alzados, con la situación de cada uno de los
espacios tratados. Se evaluaron la eficacia, ventajas y desventajas de cada método y producto examinado, de acuerdo con los siguientes apartados:
- Pruebas de limpieza de la superficie con métodos mecánicos y químicos para eliminar productos de alteración y capas superpuestas al original como,
morteros, depósitos de suciedad y otro tipo de manchas y recubrimientos.
- Pruebas de fijación y consolidación de la capa pictórica empleando productos compatibles con la naturaleza de los materiales constitutivos originales, según
las características del material y los posibles revestimientos o morteros del soporte a tratar. Se han empleado productos inorgánicos, una dispersión acuosa
coloidal de sílice con dimensiones nanométricas, en torno a 10-20 nm. Estos consolidantes se han aplicado según protocolos preestablecidos y de forma
mínimamente invasiva, procurando no modificar las propiedades físicas de porosidad y las características ópticas de la superficie.

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RESTAURACIÓN DE LAS FACHADAS BAJAS SUR, ESTE Y NORTE EN LA IGLESIA DE EL SALVADOR EN CARAVACA DE LA CRUZ

Efectivamente, tras analizar dichas zonas una vez que se dispuso el andamio, se comprobó que la mayor parte
eran morteros recientes que, no obstante, se consideraron adecuados por lo que no se propuso la eliminación
de ninguna pieza, ni la extracción de las lechadas sobre los paramentos, sino únicamente la eliminación de
los morteros de cemento de las zonas en contacto con el terreno o a media altura, más la limpieza exhaustiva
de la superficie pétrea que se encontraba muy deteriorada en las zonas inferiores de la portada principal. En
este caso se propuso introducir piedra natural en el encuentro con el suelo, al ser la zona más comprometida
en cuanto a la humedad de capilaridad y la propia de la pluviometría para su mantenimiento en el futuro.
Todo ello obligó al levantado cuidadoso de los rellenos de cemento que conformaban la parte baja de las
pilastras que estaban en contacto con el suelo, procurando no deteriorar la piedra original (algo ciertamente
difícil por la propia tenacidad del cemento). Esto permitiría dejar a la vista todo el material pétreo original
existente por debajo, y trabajar de forma puntual y exclusivamente el volumen de las faltas, a base de silla-
res de piedra similar (se han encontrado sillares de la misma cantera de origen), con un tallado idéntico en
cuanto a vivos y molduraciones. El resto de los acabados seguiría siendo el existente (enlucido casi líquido de
color ocre sobre molduras y talla originales), pues hay que recordar que, bajo esa capa de enlucido pétreo, se
encuentra una capa aun más gruesa de costra negra3 que en anteriores actuaciones no les fue posible retirar,
o consideraron esta solución como aceptable.

También ha sido necesaria la colocación de la primera hilada de sillares en contacto con el terreno en el
resto de la fachada, a ambos lados de la portada, siendo más significativos los daños en la parte izquierda, al
estar más expuesta que el resto y haber sido utilizada una piedra caliza más débil en una ampliación anterior.
Prácticamente el cien por cien de estos sillares se encontraban perdidos o muy deteriorados en los primeros
10-12 cm de su cara externa, por lo que fue preciso colocar sillares de esas mismas dimensiones hasta com-
pletar el plomo del zócalo.

Por lo que se refiere a los aleros de las cubiertas, se han efectuado dos tipos de trabajos. En el testero este se
descubrió un faldón pétreo bajo una cobertura de teja árabe completamente descolocada, con parches de
espuma, tejas superpuestas a punto de caer, etc. Por debajo, la piedra se encontraba en buen estado, pero la
forma de disponer las tejas hacía que éstas estuvieran prácticamente sueltas, con grave peligro de desprendi-
miento y alto riesgo para los viandantes, lo que motivó una intervención de urgencia (comunicada al Ayun-
tamiento y Comunidad de Murcia), para evitar su completo desprendimiento. Al analizar la zona en detalle,
una vez se colocaron los andamios, se pudo comprobar que se trataba de un remate de coronación del muro
de cierre de la iglesia, de enorme espesor y al que incluso se le abrió un hueco vertical de iluminación. Todo
este faldón estaba “mordido” en sus encuentros con los muros laterales y frontal, de forma que se pudieran
introducir las tejas. Aunque esta operación dañó gravemente la piedra, no propusimos su reconstrucción y
sí un cambio de cobertura, pues no era adecuada la instalación de una nueva de teja que apoyara sobre los
sillares de piedra inclinados. Además, dicha actuación falsearía de nuevo el alero, perdiendo gran parte de la
importancia que tiene. La decisión consistió en ejecutar primero una completa limpieza de la superficie pétrea
hasta quedar libre de cualquier añadido o impureza, rejuntando en ese momento aquellas zonas en las que era
necesario. A continuación, la colocación de rastreles de madera donde fijar un tablero contrachapado que es
el que conforma la nueva superficie de la cubierta y lo hace sin dañar ni afectar a los sillares inferiores. Sobre
ese tablero, planchas de zinc engatilladas y con junta alzada, así como el alero con goterón de 4 cm que asegura
la conservación de las cornisas de piedra por debajo y mantenerlas en buen estado.

Las cubiertas del lado sur presentaban mejor estado de conservación general, pero no obstante era necesario
solucionar algunos puntos con deficiencias, pues las escorrentías estaban deteriorando la piedra, además de
realizar una intervención general destinada a aumentar el vuelo de los aleros, evitando así las patologías que
se provocaban en varios elementos ornamentales de la fachada. Para ello, se desmontó el alero de teja y se
ejecutó de nuevo, construyendo una teja volada –cobija–, para permitir colocar otra teja –canal– cuyo plomo
vertiera completamente fuera de los elementos ornamentales de la fachada. Para garantizar la presencia de
goterón y evitar posibles chorretones, se colocó una pieza de chapa lacada, que además sirve para datar como
absolutamente contemporánea la intervención. Además, se ha procurado respetar el ritmo y constitución de
la fachada, dejando completamente libres los contrafuertes (eliminando las tejas que pasaban por delante),

3  Las costras negras se producen por una serie de reacciones químicas de la piedra cuando entra en contacto con el dióxido de azufre y el dióxido de car-
bono, presentes en el ambiente por la combustión de los automóviles y las calefacciones y pueden presentar diferente grado de adhesión, grosor y densidad.
Además, son más duras en la zona de contacto con la piedra, reducen su permeabilidad y actúan químicamente sobre la superficie pétrea volviéndola débil y
provocando un variado abanico de deterioros, pudiendo llegar a los desprendimientos y la pérdida parcial o total de los volúmenes originales.

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Juan de Dios de la Hoz Martínez y Luis de la Hoz Martínez

que ahora refuerzan su condición vertical y marcan los cambios de nivel, fundamentalmente el que se produce
al finalizar la galería del piso superior. Todo ello ha supuesto la necesidad de colocar aleros como el que ya
hemos señalado, así como desvíos para el agua al llegar a los contrafuertes, que ahora modifica el recorrido
y baja a través de una cadena de eslabones, para evitar caídas de agua de tipo cascada durante las lluvias más
importantes.

Volviendo a las fachadas, el tratamiento se inició con la limpieza física de las superficies mediante un equipo
de chorro de agua a baja presión y cepillos de cerdas de manera suave. Si bien era un tratamiento eficaz en un
alto porcentaje de las superficies pétreas, no se conseguía la eliminación de la capa de costra negra existente
en la práctica totalidad de la fachada. Se realizaron otros análisis y ensayos con el fin de obtener mecanismos
y productos adecuados a los materiales pétreos y morteros que conforman la fachada, así como para eliminar
la suciedad más adherida, llegando a la conclusión de que la proyección de partículas de fibra a baja presión
era la más efectiva sin producir daños a la piedra. Este tipo de limpieza ha sido el que permitió descubrir los
diferentes vítores existentes en la fachada sur (muchos más de los previstos inicialmente). Además de esta
limpieza, fue absolutamente necesario eliminar los morteros de cemento gris, que eran muy numerosos, y que
fue preciso retirar de forma manual, con cincel y maceta.

Figuras 3 y 4. Detalle de un tramo de la fachada sur (junto a la


portada de acceso), antes y después de los trabajos de limpieza. A
la derecha se aprecian los vítores que previamente estaban prácti-
camente ocultos al cien por cien, así como el tratamiento realizado
sobre la sillería, tanto en las juntas, como en la limpieza y, princi-
palmente, en la reducción del impacto de las costras negras.

Previamente a su aplicación se analizaron diferentes formas de consolidación, que concluyeron con la reco-
mendación de no utilizar hidrofugantes y sí proponer un consolidante –Nano Estel– por su mayor grado de
penetración frente a otros que se evaporan con mayor rapidez. Además, se trata de un material específico para
sillería de piedra, sobre todo en casos como este tan blanda y porosa. También se realizaron pruebas de rein-
tegración volumétrica, fundamentalmente en los capiteles de las pilastras de la galería, a partir de un mortero
de cal aditivado con resina epoxídica, anclado al original mediante varillas de fibra de vidrio. Estas prótesis
pudieron reintegrarse cromáticamente utilizando pigmentos de tierras de diferentes colores, diluidos en agua
con consolidante Nano Estel.

También se eliminaron con carácter previo todos los elementos ajenos como vegetación, clavos, cables, bor-
nes telefónicos, etc. y fundamentalmente, las señales de tráfico y peatonal que se encontraban muy mal
situadas, afectando gravemente a los vítores y, sobre todo, a la figura de la esquina, conocida como Arpía o
Quimera.

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RESTAURACIÓN DE LAS FACHADAS BAJAS SUR, ESTE Y NORTE EN LA IGLESIA DE EL SALVADOR EN CARAVACA DE LA CRUZ

Durante los procesos de limpieza se pudo comprobar que la suciedad presente en las fachadas no eran solo
depósitos naturales (polvo, piedras, maleza…), sino que se trataba de costras negras de mayor o menor es-
pesor, dependiendo de la altura a que se encontraban, al proceder fundamentalmente de los escapes de los
vehículos. El principal problema de esta costra es que no se elimina solo con agua sino que precisa de una
limpieza mediante proyección de micropartículas de sílice. La prueba de este sistema dio buenos resultados,
pero se optó por realizarla solo en aquellas zonas carentes de cornisas, decoraciones o cualquier tipo de ele-
mento subyacente (pintura, relieves, etc.) y tampoco llevarla a cabo sobre la fachada norte, pues el pésimo
estado de conservación de sus sillares lo desaconsejaba (muchos de ellos presentaban enormes pérdidas de
material, grandes huecos y alveolos, disgregación, etc.).

Figuras 5 y 6. La fachada sur vista desde la esquina oriental, antes y después de las obras.

Tras la limpieza se llevó a cabo la inyección de cal hidráulica en el interior de los muros, así como el cosido de
las grietas presentes en los mismos. Estos cosidos se ejecutaron con taladros de 24 mm de diámetro y 50 cm
de longitud, cruzados en diagonal sobre la línea de la grieta, en los que se introdujeron las varillas de fibra de
vidrio (12 mm de diámetro) y el posterior llenado con el mortero de cal hidráulica.

La consolidación de los sillares que se encontraban en peor estado se realizó con un consolidante al silicato
Nano Estel® diluido al 2 % en agua desionizada y aplicado mediante pulverización. Después se utilizó un mor-
tero de base de cal hidráulica con arena de sílice y cuarzo para rellenar los sillares que se encontraban en peor
estado de arenización y protegerlos del ambiente. En aquellos que presentaban oquedades muy importantes
en la fachada norte, se utilizó piedra similar a la original para retacar y aportar consistencia a la fachada, co-
locándola con el mismo mortero descrito anteriormente.

No se ha ejecutado un vaciado completo de juntas, sino exclusivamente de las que se encontraban en mal
estado o con morteros de cemento o inadecuados. El rejuntado se ha llevado a cabo mediante la utilización de
mortero de cal apagada, arena de río de baja granulometría y marmolina en polvo, procurando texturas, color
y forma de aplicación similares a las juntas originales de las sillerías.

Ya hemos indicado que la zona más deteriorada eran las basas de la portada de la fachada sur, lo que obligó a
reponer parte de sus sillares, por encontrarse tan alterados y perdidos que se consideraron irrecuperables. Sin
duda es la parte más afectada por el agua y el salpiqueo, y ha sido necesario un entresacado de las zonas de
piedra más deterioradas y su sustitución por prótesis ejecutadas con piedra nueva. Junto a la portada, también
en las basas de las fachadas sur y este, han sido necesarios rellenos puntuales, bien de sillería de piedra, bien
de prótesis ejecutadas con mortero de restauración, sobre todo en los sillares a ras de suelo y en la coronación
del zócalo, donde había pérdidas superiores a los veinte centímetros de espesor. En estos casos, se retacaron
con piedra natural similar a la original, y se rejuntaron con mortero bastardo 1/1/6.

Una vez finalizadas las prótesis, rejuntados y reintegraciones, se procedió a la recuperación cromática de toda
la superficie, intentando evitar excesivas diferencias entre sí, o bien entre zonas con tratamientos o piedras
diferentes. Para ello se utilizaron pigmentos de tierras naturales, aglutinados con Nano Estel diluido en agua

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Juan de Dios de la Hoz Martínez y Luis de la Hoz Martínez

(en proporción 2/4). Como ya hemos indicado, no se utilizaron métodos agresivos en la limpieza, lo que
supuso que tras los trabajos todavía quedaran bastantes sillares con costra negra muy tenaz que no fueron
tratados para evitar la pérdida de las capas superficiales. Por el contrario, sí se ejecutó un tratamiento a base de
hidróxido de cal que minimiza el color negro y sobre el que posteriormente se aplicó la misma reintegración
cromática (con los mismos pigmentos) que en el resto de los morteros de la fachada. También fue necesario
insistir en las zonas en contacto con el terreno, por lo que a todos los zócalos se les aplicó un tratamiento pro-
tector e hidrofugante mediante disolución acuosa al 10 % aplicado a brocha. Se aplicó una sola mano a fin de
obtener un acabado mate, incoloro y que no dificultara la respiración de la piedra. Finalmente, se utilizó un
tratamiento biocida con Biotin T diluido al 3 % en agua desmineralizada, aplicado mediante pulverización en
todas las fachadas en las zonas colonizadas por líquenes, algas o plantas, con especial atención en la fachada
norte, por ser la más afectada por ataques biológicos.

Con las rejerías se procedió de la misma forma; primero una limpieza mecánica con soplador, luego una quí-
mica (a la vez que se enderezaban algunos barrotes y se ajustaban sus remaches y anclajes), por último con una
protección final a brocha con Owatrol.

Finalizamos el presente artículo con el aspecto quizá más señalado de la intervención, que fue la recupera-
ción y restauración de los vítores encontrados en la fachada sur, así como la intervención sobre la figura de
la arpía. Antes de las obras, la fachada principal del templo (orientada al sur) se encontraba cubierta por un
denso depósito de polvo y bajo éste, una capa más o menos gruesa pero bastante generalizada de lo que hemos
señalado anteriormente como costra negra. Todos estos depósitos impedían ver las pinturas subyacentes y por
lo tanto saber cuántas había y sus dimensiones reales. Sin embargo, en la la esquina sureste, entre la ventana y
el relieve de la arpía, sí se entreveían algunas manchas rojas e incluso partes de algunas letras. El primer paso
era descubrir el número y dimensiones de dichos vítores, para lo que se realizaron una serie de pruebas de
limpieza y consolidación en superficie (tanto con procesos mecánicos como químicos), variando las fórmulas
y el tiempo de exposición a fin de constatar la idoneidad de cada uno de ellos. El método que mejores resul-
tados proporcionó fue la limpieza con papetas, por lo que una vez delimitadas las zonas en las que se habían
encontrado restos de color rojo, se aplicó de forma uniforme en las mismas, pero dividiendo el espacio en días
de trabajo, calculando el tiempo de exposición, el tiempo de retirada del producto y la limpieza posterior con
agua y cepillos. A continuación se procedió a eliminar los restos de costra negra más fuertemente adheridos
en el contorno de las pinturas (con el fin de poder perfilar las letras y los símbolos para su correcta lectura
posterior) mediante abrasión con microtorno. Una vez que las pinturas estaban limpias se les pulverizó un
consolidante de nano-silicato diluido en agua, antes de proceder a la reintegración. La técnica de reintegra-
ción escogida fue un bajo-tono, es decir, el mismo color que el original, pero más claro. De esta forma se
pueden diferenciar fácilmente las zonas originales de las reintegradas y al mismo tiempo son perfectamente
legibles desde la calle, que se encuentra varios metros más abajo. El color se realizó con pigmentos naturales
diluidos en agua con una proporción muy baja de consolidante de nano-silicato para permitir su fijación. Se
aplicó a pincel y siempre respetando los restos que, finalmente, dejaron a la vista cinco vítores con sus corres-
pondientes inscripciones.

La arpía es un relieve que representa un águila con cabeza de mujer que, en este caso, sujeta bajo sus garras
una cabeza en relieve pero que, debido a su avanzado estado de arenización, no ha sido posible distinguir
qué representa. Está conformada por sillares de arenisca, mucho más blandos que el resto de la fachada
para permitir una talla con tanto detalle, pero también mucho más porosa, disgregable y propensa a sufrir
desgaste por los agentes atmosféricos y la contaminación. Esto ha provocado un enorme deterioro de la
imagen, sobre todo en su rostro y su mitad oriental, con grandes pérdidas de volumen, avanzado estado de
arenización y también presencia de costras negras gruesas y muy duras. Ya hemos señalado que la limpieza
con papetas daba buenos resultados, si bien no ocurrió así en esta escultura, que hubo de ser limpiada de
forma mecánica, con cepillos, espatulines y microtorno en las zonas más gruesas. La consolidación se realizó
también con Nano Estel 2/4 en agua desionizada con aplicación por brocha. Posteriormente, en las zonas
donde se observaban pequeñas grietas o levantamientos, se realizó un asentado y consolidación con mortero
de cal coloreado para revestimientos Cosua Base NHL 8696 (para poder aplicarse con espatulín se procedió
previamente a su cribado). Después se le aplicó con brocha una segunda capa de consolidante Nano Estel (en
este caso 3/4 también en agua desionizada). Lógicamente, se rellenaron los agujeros que habían dejado las
señales de tráfico (con el mismo mortero Cosua Base NHL 8696), a la vez que se decidió reconstruir su pata
izquierda (mutilada por uno de estos agujeros). Para ello se realizaron dos taladros con punta de widia y se
introdujeron varillas de fibra de vidrio impregnadas en resina Acril 33. Posteriormente se aplicó nuevamente

248 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


RESTAURACIÓN DE LAS FACHADAS BAJAS SUR, ESTE Y NORTE EN LA IGLESIA DE EL SALVADOR EN CARAVACA DE LA CRUZ

el mismo mortero y se modeló la pata sobre las varillas. Finalmente se realizó una reintegración cromática
con pigmentos de tierras naturales diluidos en agua desionizada, aglutinados con Nano Estel 2/4 y aplicados
mediante estarcido.

Figuras 7 y 8. Vista de la esquina sureste antes y después de los trabajos. A la izquierda puede apreciarse cómo la arpía y todo su entorno
estaban completamente degradados, no solo por la erosión y los agentes climáticos, sino también por la colocación de diversas señales.
A la derecha, una vez retirado todo ello, consolidada la piedra, ejecutadas las prótesis, así como los vítores más vistosos que son justo los
que se encuentran entre la arpía y la ventana.

Solo nos queda hacer una breve reseña sobre la imagen que preside la portada, correspondiente al Salvador,
titular de la parroquia y a la propia puerta de madera que cierra el acceso al templo. En cuanto a la figura de
El Salvador, se trata de una imagen de mortero, colocada bajo la hornacina de piedra que corona la portada.
Antes de las obras se encontraba en un estado preocupante, tanto que fue necesario colocar un protector
transparente por delante para evitar que se venciera hacia la calle o que pudieran caer a la vía pública cualquier
tipo de fragmento. Como en el resto de la fachada, se ha realizado una limpieza, completada con reintegracio-
nes de mortero de yeso y agua de cal para recrear los volúmenes faltantes de la túnica, los pies y la base. De la
misma forma se repuso la cruz que le faltaba al orbe que la figura lleva en su mano. Finalmente se reintegró
cromáticamente con los mismos pigmentos de tierra natural que el resto de la fachada.

La puerta principal es un notable ejemplo de carpintería de madera que, desgraciadamente, se encontraba


seriamente alterada por las gruesas capas de pintura que se le han aplicado durante los últimos cincuenta años
y que agravaron sus condiciones de conservación. La eliminación de todas estas capas se ha llevado a cabo
con calor y espátula en la madera, calor y cepillo en las partes metálicas, mientras que en las zonas menos
accesibles se utilizó decapante de uso doméstico Macy. Las grietas y separaciones de las tablas de más de 2 mm
de anchura que quedaron al descubierto fueron rellenadas mediante un chuleteado con madera igual a la ori-
ginal, colocada en el sentido de la veta y encolada, mientras que en las grietas menores se utilizó una masilla
para madera de un color similar al original. Todos los agujeros pequeños, alveolos y grietas se consolidaron
con resina polivinílica y se rellenaron con masilla para madera, mientras que aquellas partes que faltaban o
que estaban extremadamente dañadas en la zona inferior de la puerta se completaron con piezas nuevas de
madera igual a la original, encoladas y encajadas en el sentido de la veta. Todas las masillas y las piezas de
madera nueva se tintaron para que se integrasen debidamente con la madera original. En cuanto a los ele-

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 249


Juan de Dios de la Hoz Martínez y Luis de la Hoz Martínez

mentos metálicos, una vez libres de pintura, se pulieron mecánicamente con un cepillo en un micro-torno y
se protegieron con un barniz para metales (no se han repuesto las faltas). La madera se protegió con aceite de
teca, sin barnizar, para no obstruir los poros y garantizar que la madera pueda respirar.

Figura 9. Arriba: Alzado sur del templo, estado previo. Debajo: Alzado sur de la iglesia, en el que se han grafiado los vítores y la arpía,
recuperados tras las obras. (Dibujo: Lucía Ramírez Fernández de la Puente, arquitecta)

250 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


REHABILITACIÓN DE LA CASA JARDÍN
O DE LOS MURCIA (SANTOMERA)

Franco Pérez, Tomás


Arquitecto, Ayuntamiento de Santomera
Andúgar Villaescusa, José Manuel
Arquitecto

Resumen
Se trata de cómo a través de una actuación completa sobre una edificación histórica del municipio de San-
tomera, cuyo uso principal ha sido el de Casa y con la rigidez en organización y distribución de dependen-
cias y espacios que ha comportado este uso en tiempos pasados, puede transformarse en una edificación
con una riqueza de espacios tanto exteriores como interiores para uso y disfrute del ciudadano. La Casa
Jardín o de Los Murcia, en Santomera, es un claro ejemplo de arquitectura tradicional y su rehabilitación
ha supuesto la recuperación, como Casa Social, de un importante patrimonio arquitectónico y cultural del
municipio.

Palabras clave: Casa Jardín, histórico, impronta, recuperación, pueblo, Santomera.

Abstract
It is about how the complete action on a historic building in the municipality of Santomera, which had been
mainly used as residential accommodation, and therefore specifically matching the traditional layout for organi-
zation and distribution of rooms and outbuildings for this purpose in the past, can be converted into a building
with wide open spaces, suitable for both indoor and outdoor use and enjoyment. The Garden House, or The Mur-
cia House, is a clear example of traditional architecture, and its rehabilitation as community hall has meant the
recovery of an important architectural and cultural heritage of the municipality of Santomera.

Keywords: Garden House, historic, impression, recovery, town, Santomera.

1. INTRODUCCIÓN
La Casa Jardín o de Los Murcia (también conocida como Casa del Huerto) es una edificación histórica del
municipio de Santomera. Recogida en el Catálogo-Inventario del Servicio de Patrimonio Histórico de la
CARM (Direcc. Gral. de Bienes Culturales), con el n. 37023, además de quedar recogida en la Ficha nº 21 del
Catálogo de Construcciones y Elementos Naturales, Históricos, Artísticos o Ambientales protegidos por el
PGMO de Santomera, con un grado de protección GP-2 Estructural.

Es una edificación que data de 1750 y presenta las características compositivas y constructivas típicas de
lo que llamamos arquitectura tradicional. El inmueble ha llegado a nuestros días con diferentes interven-
ciones a lo largo de su vida pues, en origen, tenía uso principal de vivienda. Estas intervenciones habían
afectado a la distribución y contaron con ampliaciones volumétricas, llevadas a cabo por sus antiguos pro-
pietarios, la familia Murcia (a mediados del siglo xix lo adquirió D. Juan Murcia Martínez a D. Andrés de
Garfias, hermano de D. Luis de Garfias, Corregidor de Murcia, de ahí que se conozca también como “Casa
de Los Murcia”). En 2005, el Ayuntamiento de Santomera adquiere la propiedad del inmueble al llegar a un
acuerdo con los descendientes del doctor Claudio Hernández-Ros Murcia (de ahí que también se conozca
esta construcción como “Casa de Don Claudio”). Con su adquisición, el Ayuntamiento se plantea su reha-
bilitación para que el pueblo pueda disfrutar de esta edificación histórica y que, una vez recuperada, pueda
ser destinada a un uso cultural, a la vez que administrativo.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 251


Tomás Franco Pérez y José Manuel Andúgar Villaescusa

2. ESTADO PRE-EXISTENTE
Nos encontramos frente a un complejo edificatorio definido por una serie de construcciones tanto anejas unas
a otras como separadas e independientes, pero interconectadas entre sí y que formaban la heredad de Los
Murcia. Este conjunto estaba compuesto por diversas viviendas, una ermita, una almazara, otras edificaciones
menores anejas y un magnífico jardín donde, como curiosidad, se cultivaba una especie única importada de
rosa verde, entre algunos árboles de elevado porte, hoy inexistentes (Fig. 1).

Figura 1. Fotografía de época de parte del complejo edificatorio de la Casa Jardín.

El paso del tiempo, así como la transformación urbanística, ha impuesto una sectorización física de este com-
plejo, disgregándolo, difuminando e incluso extinguiendo los espacios y recorridos de interconexión entre las
edificaciones. Por esta razón, nos encontramos una serie de edificaciones que, habiendo tenido el carácter de
aisladas, se encuentran entre medianeras e inmersas en la trama urbana con autonomía propia. No queda más
que el consuelo y, a la vez, el reto de afrontar su recuperación integral de manera independiente.

La edificación que nos ocupa estaba destinada principalmente a uso de vivienda, segunda residencia de la
familia Hernández-Ros Murcia y, en concreto y principalmente, del prestigioso traumatólogo don Claudio
Hernández-Ros Murcia. Nos encontramos ante una evolución volumétrica, funcional y estética de una casa
tradicional según la demanda y necesidades de cada momento (Fig. 2 y 3).

Para entender mejor este conjunto edificatorio, a continuación se detallan las zonas y/o elementos arquitectó-
nicos que componen la Casa Jardín.
a) El cuerpo principal, identificado en el croquis (Fig. 3) como Zona I, es el más antiguo (“el primigen-
io”) del complejo, desarrollado en dos plantas, cámara o “sostre” entre la cubierta y el falso techo de
la planta primera y un torreón, de construcción posterior, destinado a mirador.
b) La zona II, ampliación de la planta baja del principal y rematada en cubierta plana transitable.
c) La zona III comprende la intervención más reciente. Dispone de dos alturas y está unida y comuni-
cada con el cuerpo principal en la planta primera. Esta actuación, realizada en los años 70 del pasado
siglo y destinada principalmente a exposición de carruajes de propiedad familiar, resuelve un patio
interior.
d) La ermita, que se levanta de nueva construcción, pasando de posicionarse en orientación levante y
aneja al cuerpo principal (véase la Fig 1), a reubicarse próxima a la edificación y unida a un pequeño
almacén, con fachada a la calle Cuatro Esquinas.

252 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


REHABILITACIÓN DE LA CASA JARDÍN O DE LOS MURCIA (SANTOMERA)

e) Una pequeña edificación de construcción posterior y destinada a cochera, ubicada dentro del patio
interior.

Figura 2. Vistas de la edificación. Estado pre-existente antes de la intervención.

Figura 3. Croquis en planta de la edificación a rehabilitar.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 253


Tomás Franco Pérez y José Manuel Andúgar Villaescusa

La actuación se centra, debido a la limitación de los recursos económicos, en las zonas I, II y III así como
en el patio interior y accesos, quedando sin intervención la ermita y la cochera. Cuando se visita la obra en
el año 2007, se redacta un primer estudio de intervención donde nos encontramos una edificación acep-
table para el uso al que se destinaba, con algunos problemas de humedades en muros y otros puntuales de
estanqueidad en cubiertas y un fuera de contexto urbano con necesidad de relación adecuada con la trama
urbana. Es entonces, a mediados del año 2016, cuando se decide actuar para realizar una rehabilitación
completa y poder adaptar la edificación a sus nuevos usos, cultural y administrativo, procediendo de nue-
vo a visitar el inmueble y encontrándose este prácticamente en la misma situación aceptable que en años
anteriores, pues la Administración local ha ido haciendo pequeños arreglos de mantenimiento para el uso
de determinadas asociaciones. Si bien es verdad, que la cubierta del cuerpo principal presentaba mayores
problemas de estanqueidad y seguridad estructural que en la visita de años anteriores. Parecía que la cons-
trucción únicamente presentaba problemas puntuales de seguridad y filtración en cubiertas, humedades en
muros de carga y solados, estanqueidad en puertas y ventanas, deficiencia en comunicación y organización
entre las distintas zonas y/o cuerpos, instalaciones deficientes y, otro de accesibilidad, derivado de la adap-
tación al nuevo uso.

Cuando dan comienzo las obras, en las actuaciones previas y pequeñas demoliciones, empiezan a vislum-
brarse problemas estructurales en el cuerpo primigenio ocultos tras los trasdosados existentes de ladrillo
y otras cámaras, fuera del alcance de las catas realizadas. Los muros presentaban una heterogeneidad de
materiales increíbles, convivencia de mampostería de piedra con atobas, ladrillo de barro macizo, ladrillo
hueco con mortero cegando pasos de antaño, otras partes con relleno de cascote, diversidad de huecos
ocultos mal cerrados y variedad de dinteles, conviviendo con grietas y fisuración puntual en dichos ele-
mentos. Los muros de carga de la planta superior, ejecutados en mampostería de piedra con pequeños
añadidos actuales de ladrillo hueco y mortero de cemento, sobre todo en formación de nuevos huecos y
cierre de otros, descansan sobre los inferiores compuestos por una amalgama de materiales. En definitiva,
nos encontrábamos frente a un “muro de gruyére” donde convivían huecos de distintas geometrías, mal
cegados, otros reabiertos y heterogeneidad de materiales para soportar las nuevas cargas. Los forjados
unidireccionales intermedios, compuestos por viguetas semirresistentes, de construcción posterior y en
apariencia, en sustitución de los existentes, sin negativos y mallazo solo en algunas zonas, se comprueba
que estaban acodalados sobre los inmediatamente inferiores, de vigas de madera y revoltón, presentando
ambos una deformación acusada. Esta situación hace dar un giro a la actuación en cuanto a su intervención
estructural se refiere.

3. ACTUACIÓN PROPUESTA
Analizadas las diferentes situaciones, para dar forma a la propuesta, se decide partir de las premisas; firmeza,
utilidad y belleza. Necesidad de una construcción consolidada estructuralmente, que su espacio esté bien
organizado y distribuido acorde a su uso y funcionalidad con incorporación adecuada a la trama urbana y
que su apariencia sea agradable donde los elementos compositivos estén proporcionados y con la estética
correcta. La idea fundamental es la de recuperar la impronta del cuerpo principal, distinguiéndolo sobre el
resto de cuerpos fruto de intervenciones y añadidos posteriores, poner en valor la cámara existente bajo la
cubierta del cuerpo principal, denominada tradicionalmente como “sostre” y destinada al almacenamiento de
productos de la huerta y crianza de la seda; lograr flexibilizar los espacios interiores para crear recorridos con
perspectivas visuales interesantes, así como la de revalorizar tanto el patio interior como el espacio exterior
principal, entendido como lugar de recepción y encuentro, relación social y conexión con la malla urbana
para lograr un funcionamiento adecuado al nuevo uso.

En primer lugar, se procede a la adecuación estructural del cuerpo primigenio, proponiendo una nueva es-
tructura y cimentación interior formada por entramado de zapatas arriostradas, pilares de hormigón armado
con forjados de losa armada y soleras ventiladas. Los muros de carga, ahora de escasa colaboración, pasan
prácticamente a responder únicamente a su peso propio y funcionar como envolvente de la edificación. Tra-
bajo arduo y laborioso pues hubo que proceder de forma sectorizada y muy ordenada a la ejecución de los
trabajos con la demolición manual de forjados, proceder a los vaciados para realizar las zapatas y riostras así
como materialización de la solera ventilada, cajear los muros de carga interiores para alojar los pilares, ma-
terializar zunchos de atado y arriostramiento, ejecución de nuevos forjados de losa armada en combinación
con otros de madera, apertura de nuevos huecos de comunicación para escaleras de nuevo trazado y ascensor,
consolidación de grietas, fisuras y dinteles, cosido con varillas de fibra de vidrio de los muros de fachada a la

254 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


REHABILITACIÓN DE LA CASA JARDÍN O DE LOS MURCIA (SANTOMERA)

estructura nueva así como ejecución de la nueva cubierta siguiendo las directrices de “par y cargadero”. Para
los otros dos cuerpos, el de la zona II (muros de carga de bloque prefabricado) y zona III (entramado de za-
patas y pórticos de hormigón armado con forjado unidireccional), se considera adecuada estructuralmente y
únicamente se procede a actuaciones puntuales de consolidación.

En segundo lugar, se procede a estudiar el correcto funcionamiento del edificio. Cómo poder lograr que
funcione no solo como edificio, sino de manera sectorizada y autónoma sus espacios según demanda de
los usuarios. A la hora de la redacción del proyecto su destino era incierto, pero de manera general se en-
marcaba dentro del uso cultural y administrativo, vinculado a la actividad de la Administración local, bien
para exposiciones, para uso de asociaciones culturales, uso vecinal, en definitiva, un carácter polivalente
y multifuncional. Se realiza una readaptación de los dos núcleos de comunicación vertical existentes, con
incorporación de un ascensor, y se organiza la circulación bajo los dos accesos existentes de manera que las
dependencias puedan tener autonomía funcional aprovechando la sectorización constructiva del conjunto
por zonas, con bloqueos de puertas de manera estratégica sobre los recorridos de planta. Se realiza un tra-
tamiento limpio del patio interior para favorecer los actos públicos, con permeabilidad y conexión sobre
un aula múltiple y se define el espacio exterior principal como un espacio de recepción y relación urbana
mediante incorporación de arbolado, unificación de desniveles en pavimento y recuperación de los asientos
para tertulia, antes embebidos en la fachada del edificio.

En tercer lugar, se define y recupera la impronta del cuerpo primigenio, distinguiéndolo del resto de ac-
tuaciones y añadidos que se tratan de manera uniforme sin realce alguno. Para ello, se recupera el esque-
ma compositivo y estético en fachada principal que revelaba la imagen de época (Fig. 1) con composición
tripartita, proporción de elementos y expresión de sobriedad y elegancia. En el interior de la edificación se
continúa con esta sobriedad, con el adecuado tratamiento de la luz natural proveniente de los ventanales
en orientación sur-este que engrandece un espacio a doble altura, utilizando el muro de carga central como
una fachada interior para revalorizar ese espacio perdido, el llamado “sostre”, que se ensalza como mirador
interior (Fig. 4).

Figura 4. Vistas generales de las fachadas rehabilitadas e interiores de la sala a doble altura con su fachada interior.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 255


Tomás Franco Pérez y José Manuel Andúgar Villaescusa

4. CONCLUSIONES
La rehabilitación integral de la Casa Jardín o de Los Murcia (también conocida como Casa del Huerto), ha
conseguido devolver y poner a disposición de la población de Santomera una edificación histórica convertida
en Casa Social. Se trata de un conjunto arquitectónico, incluido en el Catálogo-Inventario del Servicio de
Patrimonio Histórico de la CARM y protegido por el PGMO de Santomera. Un claro ejemplo de lo que se
denomina “arquitectura tradicional” y que con una operatividad multidisciplinar, se ha logrado una variedad
de espacios de disfrute y relación social pero, sobre todo, se ha desenmascarado su belleza y la sobriedad que
la hizo destacar en años pasados como centro de reunión de numerosos personajes, mandatarios nacionales y
familias nobles. Desde el punto de vista arquitectónico, si una cosa hemos aprendido, es que las rehabilitacio-
nes siempre te sorprenden incitando a reflexionar si sería adecuado redactar el proyecto de ejecución una vez
realizadas las actuaciones previas. Con este texto, esperamos haber conseguido explicar, de manera sencilla, la
metodología y criterios de intervención de la rehabilitación realizada, así como dar a conocer este importante
patrimonio histórico, arquitectónico y cultural de Santomera y de la Región de Murcia.

5. BIBLIOGRAFÍA
AYUNTAMIENTO DE SANTOMERA (2008). Catálogo de construcciones y elementos naturales, históricos, artísticos o
ambientales protegidos por el Plan General Municipal de Ordenación de Santomera.
CÁNOVAS CANDEL, F. (2005). “Historia de la Casa del Huerto”. Revista La Calle. Santomera; pp. 13-15.

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RESTAURACIÓN DEL PUENTE DE LAS PILAS.
ALCANTARILLA

Montoro Guillén, José


Arquitecto. Universidad Católica de Murcia
Ramírez Águila, Juan Antonio
Arqueólogo

Resumen
El pasado año 2018, a instancias del Ayuntamiento de Alcantarilla y promovido por la Consejería de Cultura
y la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia, acometimos la restauración de este puente ubicado sobre
la acequia de Alquibla o Barreras, del que apenas tenemos documentación histórica. Presenta una estructu-
ra portante a base de una bóveda de ladrillo con forma de arco de medio punto que descansa sobre pilas o
tajamares partidos en sus extremos, construidas a base de un hormigón de mampuestos, de los que segura-
mente toma su nombre. Las pilas partidas se acaban alineando con los muros o paramentos laterales, que van
abocinando el cauce de la acequia y reconduciéndola hasta el ojo o bóveda central del puente. Los pretiles o
paramentos, ahora modificados, debieron ejecutarse con fábrica de mampostería ordinaria.

Palabras clave: Puente, acequia, Alcantarilla, pilas, restauración, huerta.

Abstract
In 2018, according with the city council of Alcantarilla and promoted by Consejería de Cultura and the Junta de
Hacendados de la Huerta de Murcia, we worked in the restoration of the bridge Puente de las Pilas located over
the Alquibla or Barreras channel, with a shortage of primary source like a principal problem of research. This
bridge has a structure base on a brick vault in the shape of a semicircular arch: all of these elements are upholding
on piles or broken cutwaters of his ends and it was made with basis of masonry concrete, and it took the name for
this reason. About the broken piles, it was ending aligning with the walls or side walls, which flare the cannel of
the channel and lead it back to the eye or central vault of the bridge. The parapets or walls are now different than
in the past, and it has been executed with an ordinary masonry.

Keywords: Bridge, irrigationditch, Alcantarilla, cutwater, restoration, orchard.

1. UBICACIÓN Y DESCRIPCIÓN
El pasado año 2018, acometimos la restauración del llamado “Puente de las Pilas”, ubicado en el término
municipal de Alcantarilla, sobre la acequia de Alquibla o Barreras, promovido por la Consejería de Cultura y
Portavocía, y La Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia. El puente tiene la consideración de Bien Cata-
logado por su relevancia cultural desde el 1 de diciembre de 2016.1

Se encuentra situado al noreste de la población de Alcantarilla, en un contexto marcado por la acequia ma-
yor de Alquibla o Barreras, la carretera de Alcantarilla a La Ñora, y un entorno en proceso de urbanización,
ocupado en parte, por edificaciones de tipo industrial, y otra parte destinada a cultivo agrícola con tendencia
al abandono. Presenta una estructura portante a base de una bóveda de ladrillo con forma de arco de medio
punto que descansa sobre pilas o tajamares partidos en sus extremos, construidas a base de un hormigón
de mampuestos. Estas pilas partidas se acaban alineando con los muros o paramentos laterales, que van

1  Se incoó procedimiento de declaración de bien catalogado por su relevancia cultural a favor del Puente de las Pilas, mediante Resolución de 15 de junio de
2015 de la Dirección General de Bienes Culturales (BORM núm. 152 de 4 de julio de 2015, pp. 26244-26249), y finalmente adquirió la consideración de Bien
Catalogado por la resolución de 3 de noviembre de 2016 (BORM núm. 279 de 1 de diciembre de 2016, pp. 36176-36181).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 257


José Montoro Guillén y Juan Antonio Ramírez Águila

abocinando el cauce de la acequia y reconduciéndola hasta el ojo o bóveda central del puente, de ahí que se
acaban unificando pilas y paramentos laterales. Su único arco presenta rosca de ladrillo con dos tramos per-
fectamente diferenciados. El inferior, que apoya directamente sobre las pilas de cimentación, está fabricado
mediante ladrillo de 30 por 15 por 3,5 cm, de excelente factura y cocción, lo que hace que esté perfectamente
conservado pese a estar más próximo y expuesto al agua de la acequia, lo que en sí mismo delata una cro-
nología moderna, tal vez en torno al siglo xviii. Sobre él se levanta otro tramo que cierra la bóveda por su
parte superior, fabricado con ladrillo de 24 por 12 por 4 cm, de cocción mucho más defectuosa y estado de
conservación muy precario, que es la parte que más tratamiento ha requerido, con sustitución de buena parte
de sus elementos y reedificación de la misma.

El tablero de calzada del puente presenta una longitud y anchura variables, tal como se especifica en plano de
cotas y estaría ejecutado mediante mampostería ordinaria sobre la bóveda de ladrillo. Por su lado oeste (ima-
gen inferior) no conservaba el pretil que protegía a los viandantes de caer a la acequia, aunque por fotos anti-
guas sabemos que en su última fase estaba hecho de mampostería ordinaria de piedra, mientras que el pretil
del lado oriental estaba fabricado a mediados del siglo xx con ladrillo macizo trabado con cemento Portland.
En ambos flancos del puente se observaban multitud de intervenciones de reparación, tanto en mampostería
ordinaria como mediante ladrillo, indicando un uso muy dilatado del mismo, que enmascaraban la estructura
original.

Figura 1. Puente de las Pilas. Fachada de poniente.

En cuanto a su denominación, parece muy probable que se refiera a los apoyos del puente, apoyos que reciben
precisamente la denominación de “pilas”, lo que podría indicar que la parte de más entidad del puente serían
esas pilas, incluso durante un tiempo en el que el puente estuvo inutilizado por una riada que se llevaría su
parte central.

El Proyecto de Restauración del Puente de las Pilas, enumeraba una serie de patologías apreciables en el puen-
te, como son: pérdidas de masa, de mampuestos y paños de fábricas de ladrillo, en cimentación, muros, arcos
y bóveda. La bóveda presenta pérdidas importantes de ladrillo en su intradós y de mampostería ordinaria en
su extradós. Así mismo existían pérdidas de fábrica de mampostería en pretiles del puente.

258 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


RESTAURACIÓN DEL PUENTE DE LAS PILAS. ALCANTARILLA

2. LAS LABORES DE RESTAURACIÓN


Las primeras actuaciones acometidas consistieron en la eliminación de las fábricas que resultaban ser añadi-
dos inadecuados, en su mayoría realizadas desde mediados del siglo xx.

Tras apuntalar la bóveda del puente, se inició la restauración y consolidación de las pilas o tajamares, llevando
a cabo el encofrado y hormigonado de la fábrica de mampostería ordinaria, que con el paso de los años había
perdido gran parte del hormigón de las juntas entre mampuestos. El hormigón bastardo utilizado tenía en su
composición 4 partes de cal hidráulica y 1 parte de cemento blanco, ya que, en esta zona de la obra, se requiere
una gran capacidad de resistencia frente a la erosión y desgaste producido por la corriente de agua.

A continuación, se acometió la restauración, reposición y consolidación de fábricas de ladrillo macizo en


intradós y extradós de la bóveda del puente. Posteriormente se ejecutó la capa de compresión de hormigón de
cal hidráulica en consolidación del extradós de la bóveda. Ligada a esta intervención, estuvo la restauración
y consolidación del tablero del puente, cuya bóveda de ladrillo se encontraba en mal estado de conservación,
incluso con grandes orificios y pérdidas de masa.

Una vez consolidada la estructura del puente, la siguiente labor fue restaurar y consolidar los muros late-
rales, realizando enjarjes con la inclusión de nuevos mampuestos, continuando con la reposición de los
pretiles del puente mediante fábrica de mampostería y sillería, adoptando en su coronación la forma en
“lomo de asno”.

El mortero bastardo utilizado como mortero de agarre en los muros de mampostería, por la cercanía a la
corriente de agua y el efecto latente de humedad, estaba compuesto de 4 partes de cal hidráulica y 0,5 partes
de cemento blanco.

3. LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA
Planteamos una cata en el cuadrante nororiental del puente a partir del eje longitudinal de este. Como la an-
chura del puente era de 3,70 m, el eje discurría a 1,85 m de ambos bordes y marcaría el perfil occidental del
corte, con una longitud de 2,60 m por 3,25 m de anchura, marcando su límite meridional el emparrillado de
hierro corrugado que ya estaba dispuesto sobre el puente, quedando el perfil meridional exactamente a 3,00
m del eje transversal del puente. El sondeo resultante tenía una planta trapezoidal por quedar limitada hacia
el este por el pretil abocinado que se prolonga hacia el curso de la acequia.

Una vez levantado el nivel superficial (UE 000), de tierra vegetal suelta y gravas, apenas a 30/40 cm de la su-
perficie actual hallamos un nivel de suelo de color blanquecino formado por escombros de yeso y cascotes de
ladrillo y teja (UE 001), arrojados para compactar el terreno de acceso al puente, con pendiente ascendente
hacia el centro de este. Tenía unos 10 cm de potencia y, aunque no hallamos materiales arqueológicos asocia-
dos al mismo, podría datarse en la segunda mitad del siglo xix, seguramente asociado por cota con la segunda
fase de la bóveda del puente. Debajo hallamos un nuevo nivel de suelo, más fino, realizado a modo de lechada
de cal sellando una nueva capa de escombros de yeso (UE 002), sobre un nivel más potente de arcilla marrón
(UE 003).

Conforme avanzaba la excavación, el buzamiento de los diferentes niveles de relleno era cada vez más acusa-
do, con pendiente descendiente desde el puente hacia la calle de la Fábrica de la Pólvora.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 259


José Montoro Guillén y Juan Antonio Ramírez Águila

Figura 2. Arriba: Planta y alzados del puente de las Pilas. Estado inicial en 2017. Abajo: Planta y alzados del puente de las
Pilas restaurado en 2018.

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RESTAURACIÓN DEL PUENTE DE LAS PILAS. ALCANTARILLA

Figura 3. Arriba: Plantas y secciones del puente de las Pilas estado inicial y restaurado. Abajo: Plantas y detalles del puente
de las Pilas restaurado en 2018.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 261


José Montoro Guillén y Juan Antonio Ramírez Águila

Comprobamos que la estratigrafía estaba fundamentalmente formada por rellenos constructivos (escombros)
relativamente recientes y que la presencia de fósiles directores era prácticamente nula (UE 004), siendo a par-
tir de 1 m de profundidad aproximadamente, cuando afloró un nivel ya exclusivamente formado por limos y
arcillas marrones de claro origen fluvial. No se trataba de un único nivel, sino que al perfilar pudimos distin-
guir uno superior de limos más claros que parecía dibujar en el perfil la sección del cauce de una acequia (UE
005), seguido de otro nivel de limos grisáceos por la presencia de materia orgánica (cieno) (UE 006) y debajo
un nuevo nivel de arcillas marrones (UE 007) con una fina veta negra de materia vegetal en descomposición
(UE 008).

Todo este depósito estratigráfico horizontal estaba cortado en el límite meridional del sondeo por una fosa de
terreno arcilloso oscuro con algunas piedrecillas (UE 010), relacionado con la construcción del puente, puesto
que, como más tarde comprobamos, se entregaba al extradós de la bóveda del puente. Esa fosa estaba sellada
por un nivel de textura y color similar que se intercalaba entre los niveles de limos fluviales y los rellenos an-
trópicos (UE 009), que por cota venía a coincidir con la segunda fase de este (reparación), al que correspon-
dería también el bloque de mampuestos con yeso colgado en el perfil sur (UE 012).

Al alcanzar -1,90 m de profundidad desde la superficie del sondeo, en torno a la cota de los 54,500 m. s. n. m.,
apareció a lo largo de todo el perfil meridional del sondeo, una alineación de piedras areniscas amarillas (UE 011)
inmersas en la fosa UE 010, idénticas a las que observamos en las pilas del puente por el lado de la acequia,
aunque no estaban trabadas con argamasa alguna, salvo la arcilla que las envolvía. Para poder conocer mejor
su relación con la estructura del puente, fue necesario ampliar el sondeo hacia el sur en la mitad oriental de
ese lado hacia el eje transversal del puente. La ampliación se hizo a partir de 1,45 m desde el eje longitudinal
del puente (perfil W) y tenía 1 m de anchura, prolongándose hacia el sur hasta alcanzar el propio extradós
de la bóveda del puente, donde de nuevo hallamos algún ladrillo de 30 por 15 por 4 cm entre las abundantes
piedras del estribo.

Efectivamente, el estribo del puente estaba formado por tongadas alternantes de piedra arenisca y tierra que
repartían los empujes del puente contra los laterales de la acequia. Las tongadas de piedras eran 3, correspon-
diendo la superior a la segunda fase del puente, cubierta por una tierra muy rica en yesos (UE 002) y un suelo
también de yeso, tal vez con algo de argamasa (UE 001) (Fig. 4).

Figura 4. Cata arqueológica. Zona de la espalda de la pila izquierda.

262 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


RESTAURACIÓN DEL PUENTE DE LAS PILAS. ALCANTARILLA

Pese a que no se halló material cerámico alguno que permitiera una aproximación cronológica a la construc-
ción del puente, salvo un pequeño fragmento informe con pasta rosácea y vidrio verde oscuro en la UE 007,
cabe situar la construcción del puente entre los siglos xvii y xviii, preferiblemente en este último, habiendo
sufrido una destrucción parcial y una reconstrucción posterior de su bóveda, seguramente tras una de las
grandes riadas del siglo xix.

Podemos citar como referente el puente existente en las salinas del Principal, en Jumilla, que algunos identi-
fican como romano, pero que está perfectamente datado en el siglo xviii porque tiene grabada la fecha de su
construcción en el intradós de su bóveda.

4. CONSIDERACIONES HISTÓRICAS
Parece seguro que por las inmediaciones de Alcantarilla discurriría la calzada romana de Carthago Nova
(Cartagena) a Complutum (Alcalá de Henares), donde se cruzaba con la calzada que desde Ilici (la Alcudia
de Elche) debía de dirigirse hacia Eliocroca (Lorca) por el valle del Guadalentín. Sillières sitúa el paso de la
primera calzada sobre el Segura en las inmediaciones de Lorquí,2 siguiendo a Lozano,3 donde también lo
hacen Brotóns y Ramallo,4 aunque no resulta descabellado pensar que ambas calzadas coincidirían en un
mismo paso sobre el río Segura, que no es otro que donde se hallaba el puente que daría nombre a la alque-
ría medieval asentada en sus inmediaciones (Qanṭarat Aškāba), y no en Lorquí, para dirigirse desde allí a
la meseta castellana por la margen izquierda del río, lo que apoyamos en el hecho de que Molina de Segura
se denominara en época bajomedieval como Molina Seca, denominación que derivaría del topónimo árabe
Mulīnat as-Sikka, que significa “Molina de la Calzada” y que habitualmente se emplea para referirse a anti-
guas vías romanas.5

Por tanto, sería este antiguo puente romano el que daría nombre a la población de Alcantarilla, y no el de las
Pilas, como en alguna ocasión se ha propuesto. Pero el camino que discurre sobre el puente de las Pilas recibe
el nombre de “camino del vado”, ya que durante la segunda mitad del siglo xvi y hasta finales del siglo xix,
parece que no existió un puente practicable sobre el río en esta zona, desde la destrucción en 1545 del puente
de madera y hasta la construcción de uno nuevo en 1877. Sabemos que tras la riada de 1545, los vecinos de
Alcantarilla y La Ñora pidieron al rey la construcción de un puente nuevo que permitiría recuperar el paso
del camino real de Andalucía a través de Alcantarilla, y que además este fuera de calicanto para que pudiera
resistir las acometidas de las periódicas riadas. Sin embargo, parece que este no llegó a levantarse en los años y
siglos siguientes, por lo que el paso del río por Alcantarilla quedó limitado a un simple vado mediante barca,
al cual se llegaba salvando la acequia de Alquibla por el Puente de las Pilas. A partir del siglo xvii, el tránsito
principal quedó desviado al cercano puente de las Ovejas, cada vez menos utilizado por los ganados debido
al progresivo declive de la Mesta, no siendo hasta 1877 cuando se construyó un puente de calicanto y hierro
para servicio de la cercana fábrica de la pólvora de Javalí Viejo.6

5. BIBLIOGRAFÍA
BROTÓNS YAGÜE, F. (1999). “La calzada romana Carthago Nova-Saltigi-Complutum. El segmento viario entre Cartage-
na y Cieza.” XXIV Congreso Nacional de Arqueología, v. 4. Murcia; pp. 269-280.
BROTÓNS YAGÜE, F.; RAMALLO ASENSIO, S. F. (1989). “La red viaria romana en Murcia.” Los Caminos de la Región
de Murcia. En A. González Blanco (ed). Murcia; pp. 101-119.
CARMONA GONZÁLEZ, A. (1989). “Las vías murcianas de comunicación en época árabe”. Los Caminos de la Región de
Murcia. En A. González Blanco (ed.). Murcia; pp. 151-166.
FRUTOS HIDALGO, S. (1999). Historia de Alcantarilla. De la Prehistoria al fin del señorío. Alcantarilla.
GARCÍA ALMAGRO, A. (2014). Colección de documentos medievales de Alcantarilla. Revisión e interpretación (ss. xi-
ii-xv). Almería.
LOZANO SANTA, J. (1794). Bastetania y Contestania del Reino de Murcia, 3 v. Murcia (reed. Murcia, 1980).
POCKLINGTON, R. (1990). Estudios toponímicos en torno a los orígenes de Murcia. Murcia.

2  Sillières, 1982: 253.


3  Lozano Santa, 1794: vol. I, disertación II, XI: 86-87.
4  Brotóns y Ramallo, 1989: 113. Brotóns, 1999: 272 y 273.
5  Carmona González, 1989: 166. Ramírez y González, 2005: 280.
6  Frutos Hidalgo, 1999: 182-183.

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José Montoro Guillén y Juan Antonio Ramírez Águila

RAMÍREZ ÁGUILA, J. A. (1993). “El camino medieval de Alicante a Lorca y sus antecedentes romanos”. IV Congreso de
Arqueología Medieval Española, t. III. Alicante, pp. 997-1003.
RAMÍREZ ÁGUILA, J. A.; GONZÁLEZ CABALLERO, F. (2005). “La estructura urbana de Ḥiṣn Mulīna (Molina de Se-
gura).” Verdolay, 9. Murcia; pp. 275-292.
SILLIÈRES, P. (1982). “Une grande route romaine menant à Carthagéne: la voie Saltigis-Carthago Nova”. Madrider Mit-
teilungen, 23. Madrid; pp. 245-257.

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EL CEMENTERIO DE SAN ILDEFONSO
DE MULA (1900): HISTORIA Y ARQUITECTURA

Fernández del Toro, Juan


Arquitecto Técnico del Ayuntamiento de Mula

Resumen
Con la publicación de la Real Cédula de Carlos III en 1787, empiezan a abandonarse los enterramientos en
los templos y a construirse cementerios en las afueras de las poblaciones. Sin embargo, no será hasta bien
entrado el siglo xix cuando se generalice esta práctica. En el caso de Mula, habrá que esperar hasta 1830 para
que se construya su primer cementerio. La elevada mortalidad, acentuada por las epidemias de cólera de 1855
y 1885, y las escasas dimensiones del recinto supusieron la colmatación del cementerio, el cual se tornó insu-
ficiente en el último cuarto de siglo. Así las cosas, en 1887 comenzaron las gestiones para establecer un nuevo
lugar de enterramientos y a tal efecto se eligió el cabezo de San Sebastián como lugar oportuno y se encargó
el proyecto al arquitecto Justo Millán Espinosa. No obstante, la inauguración del nuevo cementerio se retrasó
hasta diciembre de 1899. En torno a la plaza central del cementerio, las familias más pudientes de la ciudad
construyeron sus panteones siguiendo las tendencias arquitectónicas del momento, en su mayoría basadas en
el eclecticismo historicista, haciendo gala de sus fortunas.

Palabras clave: Cementerio, Mula, eclecticismo, historicismo, Justo Millán Espinosa.

Abstract
The publication of Charles III’s Royal Warrant in 1787 prompted the cease of the burial activities in temples in or-
der to build cemeteries on the outskirts of the towns. Nevertheless, this practice was not widespread until well into
the 19th century. Considering the city of Mula as the case of study, it was in 1830 that its first cemetery was build.
The high mortality, increased by the cholera epidemics of 1855 and 1885, and the small size of the enclosure, gives
way to the overflowing of the cemetery and the insufficient capacity of it for the last quarter of century. Thus, in
1887, the efforts to establish a new burial place resulted in the selection of El cabezo de San Sebastián as the most
suitable place to make such structure. This building project was developed by the architect Justo Millán Espinosa.
However, the inauguration of this new cemetery was delayed to December 1899. The wealthiest families of the city
used to build their pantheons around the central square of the cemetery following the architectural trends of the
time, mostly based on historical eclecticism, in order to exhibit their fortunes.

Keywords: Cemetery, Mula, eclecticism, historicism, Justo Millán Espinosa.

1. INTRODUCCIÓN
Sobre el cementerio municipal de Mula no es mucho lo que se ha publicado hasta la fecha, a pesar de contar
con una interesante historia y un importante elenco de panteones levantados, principalmente, en eclecticismo
historicista. El estudio más completo se encuentra en la tesis doctoral de Ana María Moreno Atance: Cemen-
terios murcianos: arte y arquitectura, donde dedica un apartado específico al cementerio muleño. Al margen
de ese estudio, no se han publicado más trabajos que traten el camposanto de Mula como uno de los objetivos
principales, aunque sí se menciona, de forma breve, por autores como Sánchez Maurandi en su Historia de
Mula. Por último, merece la pena destacar la colaboración de González Castaño en el periódico local muleño
editado por el Consejo Local de la Juventud bajo el título “La Falcata”. Así como la reseña El cementerio de
Mula cumple 120 años, publicada en el Semanario El Noroeste por Gutiérrez García.

Partiendo de lo ya publicado por los citados autores y a la luz de los nuevos datos hallados sobre el cementerio
de San Ildefonso de Mula, con este trabajo se pretende dar una aproximación a la historia y arquitectura del
mismo y que pueda servir para futuros trabajos más exhaustivos. Las fuentes documentales utilizadas en el

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 265


Juan Fernández del Toro

presente ensayo son, fundamentalmente, los acuerdos municipales tomados al respecto del cementerio, tanto
del actual, como del anterior. No obstante, hemos tenido acceso a otras fuentes de especial interés para el tema
que nos ocupa, como el Reglamento del Cementerio de San Ildefonso de la ciudad de Mula, cuyo ejemplar pu-
blicado es el único conservado y hasta ahora conocido y que pertenece a los fondos de un archivo particular
de Mula.

En contraste con los documentos oficiales, es especialmente reseñable el manuscrito de Francisco Piñero
Palazón (1853-1938), a la sazón secretario del Ayuntamiento de Mula en los años finales del siglo xix, donde
cuenta sus memorias y, entre ellas, relata el episodio referente a la fundación del nuevo cementerio. Si bien se
ha de ser precavidos a la hora de tratar esta información, por ser la visión de un particular que podría tener
un carácter sesgado con respecto a la realidad, lo cierto en que aporta una rica información extraoficial del
asunto.

2. ANTECEDENTES DEL CEMENTERIO ACTUAL


La fundación de la actual ciudad de Mula bajo dominio hispanomusulmán, debió llevar aparejada la ubica-
ción de un lugar de enterramiento para los habitantes fallecidos. Tras la conquista cristiana en el 1244, pasaron
a convivir las tres cultural medievales por antonomasia: cristianos, musulmanes y judíos, por lo que debió
de existir, al menos, un cementerio para cada una de ellas. En el caso de la comunidad cristiana, su lugar de
enterramiento fueron las iglesias y sus entornos. Así pues, a modo de ejemplo, sabemos que en 1369 la igle-
sia de Santo Domingo de Guzmán contaba con su propio cementerio parroquial anexo al templo (González
Castaño, 1992: 68).

En esas se mantendrán los espacios de enterramiento en Mula hasta la década de 1830, salvo contadas ex-
cepciones merced a calamitosas epidemias como la peste de 1648, por la que se abrió una fosa común frente
al hospital (González Castaño, 1983), o la fiebre amarilla de 1812, que dio lugar a un nuevo espacio de
enterramientos en torno a la ermita de San Sebastián, en el cabezo del mismo nombre (Sánchez Maurandi,
1955-57: 223).

Por motivos de insalubridad, los enterramientos en las iglesias fueron suprimidos en 1787 por Real Cédula de
Carlos III, obligándose a la creación de cementerios alejados de las ciudades. Sin embargo, la adaptación a la
orden fue lenta, sobre todo en pequeñas ciudades, como es el caso de Mula; aunque ya hacia 1800 el Ayunta-
miento prohíbe los enterramientos en las iglesias (González Castaño, 1990: 59).

La década de 1830 comienza en Mula sin un cementerio acorde a la citada orden. Es por ello que, el 12 de
junio de 1830, se trata en sesión plenaria del concejo muleño sobre una Real Orden enviada por el rey a fin de
destinar veinticinco mil pesetas procedentes de la pagaduría de Marina a la construcción de un cementerio
y la reparación de la cárcel, calles y caminos.1 Es entonces cuando el Marqués de Menahermosa regala “una
portada de sillería pa el nuevo cementerio que se está construiendo”, a cambio se le cede una parcela para un
panteón familiar.2

El 19 de diciembre del mismo año, ya habían finalizado las obras del cementerio y por ello se acuerda nombrar
encargado de su cuidado al muleño José González Corbalán y solicitar licencia al obispo de la Diócesis “para
la consagración de la capilla construida en él y para la vendición del sto. Vía crucis”.3

Así, la bendición del lugar se hizo patente el 30 de enero de 1831, con la celebración del primer enterramiento,
que correspondió a María Escámez Boluda, curiosamente, mujer de Lorenzo Duarte, el maestro de obras que
había construido el cementerio. No obstante, que no hubiese un nuevo enterramiento hasta el 27 de mayo
siguiente, cuando se declaró abierto oficialmente el cementerio, da a suponer que el enterramiento de María
Escámez fue un acto de condescendencia con su marido como alarife del camposanto (Sánchez Maurandi,
1955-57: 230).

1  A. M. Mula (Archivo Municipal de Mula), Acta Capitular de 1830-VI-12.


2  A. M. Mula, Acta Capitular de 1830-IX-18.
3  A. M. Mula, Acta Capitular de 1830-XII-19.

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EL CEMENTERIO DE SAN ILDEFONSO DE MULA (1900): HISTORIA Y ARQUITECTURA

Aquel primer cementerio, situado en el cabezo del Sepulcro, ocupaba “una superficie de cuarenta metros de
longitud, por diez y nueve de latitud” y hacia 1897 se estimaban en más de treinta mil los enterramientos allí
realizados, lo que suponía un elevado número de cadáveres para tan escaso espacio.4

Sabemos que contaba, además de los panteones, con dos edificios: la capilla y el pabellón para depósito de
cadáveres. A finales de la centuria del ochocientos el estado del cementerio era insostenible por encontrarse
completamente hacinado de cadáveres. Tal era el grado de aglomeración que muchos de los panteones estaban
construidos sobre enterramientos que, a medida que los cuerpos se descomponían, el terreno cedía y deterio-
raban las construcciones. Apenas quedaba espacio de terreno donde pisar sin hacerlo sobre difuntos y buena
cuenta de ello da Francisco Piñero Palazón:
“Con un flexible bastón de junco que solía yo usar entonces, descubrí algunos de los cadáveres que apenas tenían
encima dos centímetros de tierra y despedían hedor irresistible, combatido, atenuado por nosotros valiéndonos de
pañuelos empapados en esencias fuertes”.5

Así las cosas, ya a finales de la década de 1870 hubo un intento de remediar el lamentable estado del ce-
menterio con una ampliación del mismo; idea que finalmente se abandonó, quizás por no disponer de las
siete mil quinientas pesetas necesarias. Sin embargo, se retomó la idea en 1887, sin duda con motivo de la
epidemia de cólera de 1885 y la gran cantidad de cadáveres que había dejado. En esa ocasión, aunque la
gestión fue extremadamente lenta, llegó a buen puerto con la construcción de un nuevo cementerio con el
cierre del siglo.

Aquel primitivo cementerio se mantuvo en pie, aunque sin recibir nuevos enterramientos desde su clausura, el
8 de diciembre de 1899, hasta el año 1921 en que fue desmantelado, trasladando los restos mortales al nuevo
cementerio y demoliendo las construcciones allí existentes. El motivo principal de esa decisión fue el paso de
la línea del ferrocarril por los terrenos ocupados por el cementerio.6

3. EL ORIGEN DEL CEMENTERIO DE SAN ILDEFONSO


El deplorable estado en que llegó el cementerio al último cuarto del siglo xix hizo mella en la conciencia de
Francisco Piñero Palazón, quien insistía por activa y por pasiva en la ampliación del camposanto por impe-
riosa necesidad. Más aprovechó cada oportunidad que tuvo para insistir en el tema, como hizo durante una
conversación con Juan Molina, por entonces alcalde de Mula, cuando este pidió a aquel algunas sugerencias
para emprender mejoras en la ciudad. La respuesta fue clara: Mula necesitaba un cementerio y lo necesitaba
de inmediato.

Así las cosas, el 5 de febrero de 1888, el Ayuntamiento acordó “encargar á uno de los Arquitectos de la capital
el plano del Cementerio” y, en virtud al citado acuerdo, el 1 de junio de ese mismo año Juan Molina Párraga
notifica el encargo al arquitecto Justo Millán Espinosa (1843-1928).7 Pronto, el arquitecto hizo entrega del
encargo; sin embargo, el Ayuntamiento no fue tan rápido a la hora de pagarle, por lo que se vio obligado a
enfrentarse al alcalde y al diputado provincial López Parra, aunque con escaso éxito. Aún debió esperar hasta
el 30 de junio de 1899 para cobrar sus servicios.8

Pese a contar con el proyecto, la empresa se detuvo por dos motivos principales: el terreno donde se pretendía
construir el cementerio era privado y el concejo no disponía de capital para las obras y compra de terrenos.
Pasado algún tiempo, tras el cambio de gobierno local de liberales a conservadores, ocupando la alcaldía
Martín Perea Valcárcel, Piñero Palazón volvió a intentar retomar el tema del cementerio en innumerables
ocasiones, encontrándose siempre con la negativa del alcalde, pese a plantearle un proyecto que no afectaría a
las arcas municipales. La idea de Francisco Piñero consistía en proponer a Alfonso Chico de Guzmán la cesión
de los terrenos del cabezo de San Sebastián, cuyo título de propiedad era de su sobrino, quien estaba a su car-
go. Una vez resuelta la consecución del terreno bastaba dividirlo en parcelas y venderlas, con cuyo producto

4  Semanario La Lata, 1897-V-9.


5  Memorias de Francisco Piñero Palazón (inédito).
6  A. M. Mula, 559, documentación diversa, 1921, “Expt. para la demolición y traslado de restos del cementerio viejo al nuevo de S. Ildefonso, con motivo de
atravesar el mismo la línea de ferrocarril de Fortuna a Caravaca, por Archena y Mula y ramal de Mula a Murcia”.
7  A. M. Hellín (Archivo Municipal de Hellín), fondo Justo Millán Espinosa.
8  A. M. Mula, Acta Capitular de 1889-VI-30.

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Juan Fernández del Toro

bastaría para hacer las obras necesarias; quedando a cargo de cada propietario la construcción de su panteón
en la parcela adquirida. Así lo transmitió Piñero, en cuanto tuvo ocasión, a Chico de Guzmán –es importante
destacar que Francisco administraba los bienes de Alfonso y su familia–, quien recogió el guante y se encargó
de gestionar la empresa de cara al alcalde (Fig. 1).

Figura 1. Izquierda: Justo Millán Espinosa. Derecha: Croquis del terreno para el cementerio hecho por Justo Millán.

A fin de desarrollar la idea, tal cual la había concebido Piñero, se fundó la Junta del Cementerio, ente que se
encargó de la construcción y gestión del camposanto. Así pues, el 9 de mayo de 1897, el semanario local La
Lata, constataba la venta de todas las parcelas grandes, casi todas las medianas y se esperaba que en breve pla-
zo se vendiera un gran número de pequeñas.9 Una vez colocadas la gran mayoría de parcelas, se dio comienzo
a las obras contratadas con el maestro de obras muleño Mariano Dato Martínez, quien cobró los trabajos con
una de las parcelas del cementerio.

El 26 de noviembre de 1899, el Ayuntamiento recibió una comunicación de la Gobernación Civil de la Provin-


cia por la que se concedía autorización para la apertura del nuevo cementerio, certificando el cumplimiento de
los requisitos exigidos.10 Dos días más tarde, la Junta del Cementerio redactó el Reglamento del Cementerio de
la ciudad de Mula,11 el cual fue impreso en la Imprenta de Mula, de Basilio Robres Mañas, el 6 de diciembre.
En sus 72 artículos este reglamento regula todos los aspectos concernientes al cementerio y faculta a la Junta
del Cementerio como órgano competente en la toma de decisiones. Además, establece las labores del sepultu-
rero y las competencias del capellán, define los espacios del camposanto, determina el tipo de urbanización y
vegetación que debía disponer, regula las inhumaciones y exhumaciones, etc. Es interesante destacar el primer
artículo del Reglamento…, el cual dice que “Este Cementerio se denominará de San Ildefonso”. El motivo de
esa decisión se debió a la proposición que Piñero hizo a Patricia Muñoz, mujer de Alfonso Chico de Guzmán,
para honrar la memoria de su esposo, quien falleció el 30 de noviembre de 1897, mientras se estaban llevando
a cabo las gestiones del nuevo camposanto y en el que, como se ha visto, había participado.

El 8 de diciembre, el mismo día en que se clausuraba el ya conocido como cementerio viejo, por fin se inauguró
el cementerio de San Ildefonso, pese a no haberse concluido aún las obras.

9 Semanario La Lata, 1897-V-9.


10  A. M. Mula, Acta Capitular de 1899-XI-26.
11 Del Reglamento del Cementerio de la ciudad de Mula existe el manuscrito original firmado por los miembros de la Junta del Cementerio y un ejemplar
editado e impreso en la imprenta de Basilio Robres, ambos conservados en un archivo particular de Mula.

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EL CEMENTERIO DE SAN ILDEFONSO DE MULA (1900): HISTORIA Y ARQUITECTURA

4. ALGUNAS CONSIDERACIONES EN TORNO A LA FISIONOMÍA DEL CEMENTERIO DE MULA


A partir del nuevo siglo, los muleños contaron con un cementerio en condiciones dignas de enterrar a sus
familiares, nada que ver con el viejo camposanto rebosante de cuerpos putrefactos. El nuevo estaba delimi-
tado por una cerca de tapia sencilla, sobre un zócalo de mampostería y rematada con teja cerámica curva. El
acceso principal corresponde a la portada del cementerio viejo, pues fue trasladada. Se trata de una portada
en piedra de la almagra, propia de las canteras del castillo de La Puebla de Mula y del cerro de la Almagra,
de estilo clásico con pilastras a ambos lados y rematadas con un sencillo cornisamento. Sobre la misma se
eleva un cuerpo que une la tapia y que está rematada en punta con sendos pináculos en los laterales. En el
centro de ese cuerpo se colocó una lápida que reza así: “cementerio / san ildefonso”.

En los extremos de la tapia que cierra el cementerio por poniente, donde se encuentra la portada, en origen
había dos accesos más, aunque de menor entidad que el principal. Se trataba de puertas muy sencillas para dar
paso a los difuntos no vinculados con la iglesia: los niños no bautizados y los no católicos.

Volviendo a la entrada principal, al pasar el portón se accede a una cancela que da paso a la izquierda a la
vivienda del sepulturero y a la derecha al pabellón de autopsias y depósito de cadáveres. El portón que cierra
la cancela al interior es de madera forrada con chapa de cinc completamente trabajada a punzón, con una rica
ornamentación y dos inscripciones, una en cada hoja, que dicen “faciat vobiscum deus misericordiam,
sicut fe/cistis cum mortius ruth. c.1.v.8” y “octubre / de 1859”. La fecha demuestra que ese portón se
hizo para el cementerio viejo y que fue trasladado al nuevo, tal y como ocurrió con la portada de piedra. No
obstante, es preciso indicar que el actual chapado de cinc conservado no es original, sino que se trata de una
magnífica recreación realizada por el muleño Manuel Risueño Moreno, a partir de un calco de la original, por
encargo del Ayuntamiento en el año 1997.

Al pasar la cancela se abre la calle central del cementerio que desemboca en la plaza de Todos los Santos.
En torno a esa plaza y calles aledañas se encuentran los panteones de las principales familias muleñas. A
continuación, subiendo por las actuales escaleras que hay al frente de la plaza, se encontraba la zona para los
enterramientos sin panteones. No obstante, con los años acabó siendo una ampliación de la zona principal y
se construyeron nuevos panteones (Fig. 2).

Figura 2. Plano del cementerio de San Ildefonso en 1900 (conservado en el Ayuntamiento de Mula).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 269


Juan Fernández del Toro

Entre las construcciones de la parte vieja del cementerio, impera el eclecticismo historicista como estilo do-
minante, aunque existen algunos ejemplos de modernismo. En algunos casos se trata de enterramientos tipo
cripta, los cuales, en lugar de disponer de un panteón, se limitan a la disposición de una escultura (Fig. 3).

Figura 3. Izquierda: Cripta de la familia de Tirso Valcárcel. Derecha: Cripta de la familia de Francisco Zapata Urrea.

Es común el uso del ladrillo visto, de testa biselada o no, colocado en aparejo a la española y jugando con otros
tipos de aparejos de forma puntual a modo de ornamentos. También está muy presente el uso de la piedra
labrada, en muchos casos procedente de las canteras de travertino rojo autóctono de la zona. Sin embargo, el
material más utilizado es la piedra artificial, hecha con cemento portlan; material muy característico de finales
del siglo xix y comienzos del xx. Como elementos de cubierta a destacar, tenemos el uso de teja cerámica
vidriada, combinando colores y la teja plana.

Por último, aunque no es objeto de este artículo el estudio pormenorizado e individualizado de los panteones,
merece la pena nombrar algunos de ellos, de los que acompañamos fotografías, cuales son los de las familias
Perea, Blaya Saavedra, de Bernardino Navarro, de Aquilino Herrera, de Leandro Llamas Valcárcel, de Juan L.
Zapata, de Tirso Valcárcel, etc. (Fig. 4 y 5).

Figura 4. 1: Panteón de la familia de Leandro Llamas Valcárcel; 2: Panteón de la familia Perea; 3: Panteón de la familia Blaya Saavedra.

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EL CEMENTERIO DE SAN ILDEFONSO DE MULA (1900): HISTORIA Y ARQUITECTURA

Figura 5. 1: Panteón de la familia de Aquilino Herrera; 2: Panteón de la familia de Juan L. Zapata; 3: Panteón de la familia de Bernardino
Navarro Martínez.

5. CONCLUSIONES
Con el presente trabajo se ha realizado una aproximación al origen del cementerio de San Ildefonso de la
ciudad de Mula. Un camposanto que ha cumplido recientemente 120 años y que sigue siendo, con sus amplia-
ciones, el lugar de enterramiento de los muleños.

Sin embargo, lejos de cerrar las investigaciones referentes al cementerio muleño, se presenta este estudio como
punto de partida para otros trabajos más exhaustivos sobre la historia y arquitectura del lugar, para lo cual
sería interesante la localización de la documentación generada por la Junta del Cementerio, cuyo paradero
se desconoce. Entre la misma, debe o debió de encontrarse el proyecto elaborado por Justo Millán y cuantos
acuerdos adoptara la junta.

También sería interesante localizar proyectos particulares de panteones, en caso de que se conserven, lo cual
ayudaría a conocer la autoría de los mismos, cuya arquitectura merece un estudio detallado de los estilos y
materiales utilizados y de los que aquí se han apuntado solo algunas consideraciones.

6. BIBLIOGRAFÍA
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Ciencias Sociales, 3-4; pp. 181-191.
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XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 271


ANÁLISIS FORMAL Y CONSTRUCTIVO DE
LA TECHUMBRE DECORADA CON LACERÍA DE LA
IGLESIA PARROQUIAL DE LA PURÍSIMA
CONCEPCIÓN, EN CARAVACA DE LA CRUZ

Collado Espejo, Pedro-Enrique


ETS de Arquitectura y Edificación. Universidad Politécnica de Cartagena

Resumen
La iglesia parroquial de La Purísima Concepción (siglo xvi), en Caravaca de la Cruz, es un edificio declarado
BIC, con categoría de monumento. Esta iglesia destaca por la solución estructural y las decoraciones de la
techumbre de madera (conocida popularmente como artesonado mudéjar) con la que se cubre la nave cen-
tral. Se trata de un ejemplo de carpintería de armar donde la estructura de madera forma parte también de la
decoración. El almizate de esta iglesia es un magnífico ejemplo de carpintería de lazo (la gran aportación de
los carpinteros castellanos a la carpintería de armar medieval europea), con policromía, y toda la techumbre
de madera se apoya en arcos transversales de piedra. El texto realiza un análisis formal y constructivo de la
carpintería de lazo, en general, y del trazado de la estrella de ocho y su desarrollo, en particular, tomando
como ejemplo el almizate de esta iglesia. Con ello, se pretende fomentar el conocimiento y difusión de este
magnífico ejemplo de carpintería de armar y de lazo, que tenemos en la Región de Murcia, contribuyendo así
a su correcta interpretación y transmisión a las generaciones futuras.

Palabras clave: Carpintería de lazo, cubierta, iglesia, La Concepción, Caravaca, estrella de ocho, armadura.

Abstract
The Parish Church of La Purísima Concepción (16th century), in Caravaca de la Cruz, is a building declared
BIC, with a category of monument. This Church stands out for the structural solution and decorations of the woo-
den roof (popularly known as Mudejar coffered ceiling) with which the central nave is covered. It is an example
of structural carpentry where the wooden structure is also part of the decoration. The “almizate” of this Church
is a magnificent example of laced carpentry (the great contribution of the Castilian carpenters to the European
medieval structural carpentry), with polychromy, and the entire wooden roof is supported by transverse stone
arches. The text makes a formal and constructive analysis of the carpentry of lasso, in general, and of the layout of
the star of eight and its development, in particular, taking as an example the “almizate” of this Church. With this,
it is intended to promote the knowledge and dissemination of this magnificent example of structural carpentry
and laced carpentry, which we have in the Region of Murcia, thus contributing to its correct interpretation and
transmission to future generations.

Keywords: Laced carpentry, cover, church, The Conception, Caravaca, star of eight, roof framework.

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS. UNA IGLESIA PARA UNA COFRADÍA


La iglesia parroquial de La Purísima Concepción, situada en la calle Corredera s/n de Caravaca de la Cruz
(Región de Murcia), es un edificio del siglo xvi, que está declarado como Bien de Interés Cultural (en adelante
BIC) con categoría de Monumento (R. D. 2881/1983) y forma parte del BIC con categoría de Conjunto His-
tórico de la ciudad (Decreto 43/1985). Se trata de una iglesia de una sola nave, dividida en cuatro tramos de

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Pedro-Enrique Collado Espejo

diferente longitud, separados por arcos transversales1 de medio punto realizados con sillería. La cabecera se
cubre con bóveda de crucería con terceletes, y la nave principal con carpintería de armar y lacería “muy bellas
de detalle y de las más ricas de la región” (Pérez, 1960: 99). Solo el segundo tramo de la nave presenta capillas
laterales; en el lado del evangelio la de San Juan de Letrán, y en el de la epístola la del Cristo, ambas cubiertas
con bóveda (Fig. 1).

Figura 1. A la izquierda, vista general de la techumbre de la iglesia parroquial de La Purísima Concepción, en Caravaca. A la derecha,
exterior de la iglesia (arriba) y plano de la techumbre (abajo).

El origen de la iglesia se remonta a la época en que el territorio murciano, con la reconquista de Granada,
deja de ser zona fronteriza e insegura y comienza a repoblarse. Esto conlleva la construcción, extramuros, de
nuevas barriadas y los correspondientes edificios religiosos, básicamente ermitas (Gutiérrez-Cortines y Gri-
ñán, 1996), que en la mayoría de los casos, tiene un origen similar: una cofradía fundada con fines sociales y
asistenciales. En Caravaca, será la Confradía de Ntra. Sra. de La Concepción y San Juan de Letrán, constituida
en 1532, la encargada de construir un Hospital de Caridad, y anexa, la iglesia de la Purísima Concepción. Con
ello, los cofrades disponen de un lugar de culto, además de un asilo para el cuidado y atención de enfermos y
pobres. Dos casos similares2 los encontramos en Cehegín y Mula. En los tres casos, los edificios que alberga-
ban los hospitales no se conservan pero sí las techumbres de madera de las iglesias, (trabajos de carpintería de
armar y lacería y ornamentadas con pintura al temple); en el caso de Caravaca y Cehegín, en su totalidad, pero
en Mula solo se conserva un pequeño tramo aunque oculto (solo visible en el bajocubierta) por la bóveda de
lunetos que cubre la nave central de la actual iglesia de San Francisco (Collado y Fernández, 2018). En todos
los casos, las ermitas responden a las características de la llamada “arquitectura popular” (planta rectangular,
una sola nave, dimensiones reducidas, poco iluminadas, cubierta a dos aguas, pocos elementos decorativos
y techumbre de madera), y serán construidas por canteros, albañiles y carpinteros locales que, en su gran
mayoría, serían cofrades.

1  “El tipo de templo más propagado por la región levantina (…) es el de una nave cortada por arcos fajones transversales, trasdosados en forma angular para
el asiento de la armadura de madera a dos aguas que cubre aquella. (…) y nada deben al arte islámico. La única influencia mudéjar que existe en semejantes
iglesias levantinas, hay que buscarla tan solo en las pinturas que decoran su techumbre a dos aguas. Tal vez desde Levante este tipo de templos llegó a Granada
en el siglo xvi, a raíz de su conquista, (…)”. (Torres, 1949: 295).
2  En Cehegín, la Archicofradía de la Purísima Concepción (constituida en 1534), construirá un Hospital de Caridad y, anexo a éste, la actual iglesia de
Ntra. Sra. de La Concepción (consagrada en 1556). En Mula, la Cofradía de la Purísima Concepción construye el Hospital de San Pedro y la primitiva iglesia
(terminada en 1577), que actualmente forma parte del convento de San Francisco.

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ANÁLISIS FORMAL Y CONSTRUCTIVO DE LA TECHUMBRE DECORADA CON LACERÍA DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE LA PURÍSIMA
CONCEPCIÓN, EN CARAVACA DE LA CRUZ

De la iglesia de Caravaca se desconoce el autor de la traza pero Gutiérrez-Cortines (1987: 443), data el ini-
cio de las obras en 1542, cuando Martín de Homa, maestro cantero que trabajaba en la cercana iglesia de El
Salvador, se hace cargo de éstas, dirigiéndolas al menos hasta 1556, en que se inaugura el templo sin estar
terminado. También intervendrán Domingo Ortiz y Diego de Vilabona (que terminan el último tramo a co-
mienzos del xvii), y Damián Plá desde 1611. Finalizando las obras en 1616. Sobre la autoría de la techumbre,
Gutiérrez-Cortines (1987: 447) dice que podría ser el carpintero local Baltasar de Molina;3 estando también
acreditada la presencia de los carpinteros Juan Miravete y Diego Pérez (éste, junto con sus oficiales, cobrará
por realizar el coro). En cualquier caso, en la primera jácena del faldón de madera del coro, en el lado del
evangelio, hay un texto que dice “acabose de cubrir año de 1605”, datando la conclusión de la techumbre de
madera (Fig. 2).

Figura 2. Detalle del arranque del faldón del tramo 0 (techumbre del coro), con el texto “acabose de cubrir año de 1605” en el lateral de
la primera la viga.

2. APORTACIÓN A LA CARPINTERÍA DE ARMAR: LA CARPINTERÍA DE LAZO


En 1859, Amador de los Ríos ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con un discurso
titulado “El estilo mudéjar en arquitectura”. Desde entonces, el concepto “carpintería mudéjar” se impuso
para definir unos trabajos estructurales y decorativos, realizados en madera (en la Región de Murcia entre
los siglos xvi y xvii), para resolver techumbres, con unas características particulares. Por ende, se atribuyen
a carpinteros moriscos4 estas construcciones. Sin embargo, Enrique Nuere (arquitecto considerado como el
gran especialista y divulgador de la carpintería de armar5 española), defiende que su origen no es musulmán

3  En el Libro de Cabildos y encargo de las casas de la Iglesia y Cofradía de la Concepción, 1587-1616 (Archivo de la Catedral de Murcia, armario, caja 02, libro
04, fol. 314v-315r.), se acredita el pago a “Baltasar de Molina, carpintero, vecino de esta villa conforme a las condiciones con que la dha obra se ha corrido y
rrematado”.
4  Con la reconquista de Granada, la Corona de Castilla (a la que pertenecía el territorio murciano) ordenó, en 1502, la conversión obligatoria al cristianismo
de la población musulmana para poder permanecer en la Península. Y en 1525 lo ordena para los territorios de la Corona de Aragón (Levante y Baleares). A
estos musulmanes conversos se les denominará “moriscos” mientras que “mudéjares” serán los musulmanes que convivían con los cristianos en la Península,
manteniendo sus creencias.
5  Se denomina “carpintería de armar” a las techumbres y forjados resueltos con madera escuadrada, cortada y ensamblada de tal forma que desarrolla, en
primer lugar, una armadura que es estructuralmente resistente y estable, y en segundo lugar, que presenta un diseño que se convierte en un magnífico ornato
para la edificación. Como se generalizó el uso de la madera de pino (que muestra una superficie muy clara), en los tratados históricos, esta carpintería se
conocerá como “carpintería de lo blanco”.

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sino que viene del norte de Europa y en la Península ya se utilizaba en época visigoda. Para Nuere, la convi-
vencia entre cristianos y musulmanes hizo posible el desarrollo de un tipo de estructuras de madera que las
diferencia de las que se construían en el resto de Europa. Esta nueva tipología, que él denomina “carpintería de
lazo”, será una clara evolución de la carpintería de armar que, al incorporar los motivos decorativos islámicos,
desarrollará una ornamentación basada en estrellas y dibujos geométricos que se van formando con líneas que
se entrecruzan, pasando alternativamente unas encima de otras (la regla de “corta y pasa”), formando figuras
poligonales y un diseño que llamamos “lazo”. La convivencia hispanomusulmana facilitó que estos nuevos
conceptos estéticos y compositivos fueran asumidos por los carpinteros castellanos que, gracias al dominio
que tenían de la técnica constructiva de las armaduras de madera, los incorporaron a sus trabajos rápidamen-
te. Los conocimientos en geometría y las estrictas reglas de trazado y uso de cartabones que regían los trabajos
de los carpinteros castellanos les permitieron integrar la decoración y modulación islámica en sus armaduras
de cubierta y forjados. Para Nuere “fueron los carpinteros castellanos quienes sistemáticamente integraron
la decoración típicamente islámica en sus armaduras de cubierta, mientras los nazaríes preferían emplear su
característica geometría principalmente con funciones decorativas, lo que no impedía que en alguna ocasión
también la emplearan en carpinterías estructurales” (Nuere, 2010). El resultado son las techumbres que se de-
sarrollaron en toda la Península, llegando a las Canarias, al norte de África y a Iberoamérica. Unos trabajos de
mucha calidad técnica y que dependiendo de la zona geográfica, irá desarrollando algunas particularidades.

Y todo esto fue posible porque el gremio de “carpinteros de lo blanco” se regía por estrictas ordenanzas y
jerarquías, que se transmitían de maestros a aprendices de una manera práctica y verbal, y que conocemos
gracias a los tratados de Diego López de Arenas (Breve compendio de la carpintería de lo blanco y tratado de
alarifes, publicado en 1633), de Fray Andrés de San Miguel (un manuscrito que se conserva en la biblioteca de
la Universidad de Texas), y de Rodrigo Álvarez (Breve compendio de la carpintería y Tratado de lo blanco con
algunas cosas tocantes a la geometría, y puntas del compas, de 1699). Unos tratados ampliamente estudiados
(con una excelente relectura técnica y científica) por Enrique Nuere, que nos muestran la técnica constructiva
de la carpintería de armar y de lazo.

En el caso de la Región de Murcia, se conservan once ejemplos de carpintería de lazo, todos con armaduras apei-
nazadas (la labor de lacería forma parte de la estructura), a diferencia de las armaduras ataujeradas, de origen
musulmán y donde los elementos que forman la lacería están clavados a tableros sujetos a la estructura. Por ello,
es lógico atribuir estos trabajos a maestros carpinteros castellanos (Cantero, 2011: 140).

3. LA ESTRELLA DE OCHO PUNTAS Y EL LAZO. TRAZADO Y DESARROLLO


Para analizar el desarrollo de la carpintería de armar española se pueden tomar dos ciudades como referentes
(con sus numerosos y variados ejemplos en todo tipo de edificios): Granada y Toledo. Y en el caso de Toledo,
destaca “el uso sistemático y casi exclusivo de la estrella de ocho como base de sus trazados. (...) La estrella de
ocho puntas y el lazo sirven de herramienta compositiva que abarca desde las armaduras más antiguas hasta
los artesonados renacentistas” (Nuere et al., 2019). Además, el trazado de una estrella (denominada “sino”
por los carpinteros) de ocho puntas es muy sencilla. Hay varios métodos, por ejemplo: dibujar un cuadrado
y luego hacerlo girar 45º manteniendo el centro. Si se prolongan los ejes de simetría y los lados, y se siguen
unas reglas6 de desarrollo (Fig. 3a), se va formando una trama que configura una nueva figura derivada de la
anterior, es decir, la “rueda de ocho”. Solo había que tener en cuenta que el trazado de la lacería con estrella de
ocho tenía dos tipologías básicas de desarrollo: la estrella con cintas en ángulo de 90º y la estrella con cintas en
ángulo de 45º (Fig. 3b). La diferencia solo afecta al diseño del sino (estrella), siendo el desarrollo de la rueda
el mismo. Por todo esto, la estrella de ocho puntas es, posiblemente, la que más representa a la carpintería de
lazo, siendo la elegida para los almizates de La Purísima Concepción de Caravaca.

Como se ha comentado, el carpintero seguía unas estrictas reglas para diseñar, cortar y ensamblar las piezas
de las techumbres, lo que incluía el trazado concreto de unos cartabones según el diseño elegido. Para los

6  Una regla básica de trazado es la llamada “a calle y cuerda”, usada para todo tipo de tramas y que permitía diseñar la mayor parte de las armaduras, donde
la “calle” es la distancia que separa dos brazos (dos cintas en la lacería), y tiene el doble de anchura que la “cuerda”, que es la anchura de un brazo (grueso de
la madera). Con la regla de “corta y pasa” (típica en carpintería islámica) y los tres cartabones del lazo, se desarrollaba la rueda.

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CONCEPCIÓN, EN CARAVACA DE LA CRUZ

elementos estructurales usaba los “cartabones de armadura”,7 y para la lacería (estrella y rueda de lazo), los
“cartabones de lazo”. Dependiendo del diseño elegido para la armadura y el lazo, también había un juego con-
creto de cartabones que, en el caso de la estrella de ocho, eran los cartabones llamados “cuadrado”, “de ocho” y
“blanquillo” (también llamado “ataperfiles”). Por tanto, para trazar la rueda elegida el carpintero no necesitaba
medir sino dibujar y desarrollar, con el juego específico de cartabones, el trazado completo del lazo. Un mé-
todo de trabajo que los carpinteros8 castellanos dominaban perfectamente. Además, estos trabajos se vieron
favorecidos por la prefabricación (en taller de carpintería), tanto de los faldones de cubierta como de los
elementos de la rueda de lazo. En el caso de la rueda, el carpintero utilizaba el “cuartillejo”, que era el módulo
que, repetido tantas veces como se necesitase y ensamblados éstos en la techumbre, le permitía componer
todo el trazado de la carpintería de lazo. En el caso de la rueda de ocho, se componía de varias partes (Fig. 3).
El “sino” es la estrella central y de la que parte el desarrollo de la rueda. El “zafate” (o “azafate”), es cada uno de
los ocho polígonos de seis lados que se origina cada dos almendrillas. La “almendrilla” es la pieza o hueco que
se origina entre la punta del sino y el zafate. El “costadillo” es el lado paralelo del zafate y que forma también
el candilejo. El “candilejo” es el polígono estrellado (normalmente irregular) situado entre la cabeza de los
zafates. Y la “aspilla” es el cruce oblicuo de la cabeza exterior del zafate.

Figura 3a. Detalles de la estrella de ocho puntas: trazado, desarrollo (con el nombre de las partes) y dos de sus cartabones. (Nuere, 2000).
Figura 3b. Detalle de las dos tipologías de estrellas y rueda de ocho según el ángulo de las cintas. (Nuere et al., 2019).

4. LOS ALMIZATES DE LA IGLESIA: GEOMETRÍA Y DECORACIÓN


Lo más destacado de la techumbre de madera de la caravaqueña iglesia parroquial de la Purísima Concepción
son los almizates,9 resueltos con carpintería de lazo. En cada tramo, la techumbre presenta ocho grandes jáce-
nas (vigas) apoyadas en canecillos de madera (sin policromía, pero tallados con ovas y acantos), que sobresa-
len de los arcos de piedra, y alfardas (pares) de menor escuadría. Todos los faldones se resuelven con la técnica

7  Para dar los cortes necesarios (ubicación, longitud e inclinación), a las piezas que componían y desarrollaban la techumbre, el carpintero usaba tres car-
tabones: el “cartabón de armadura”, el “albanecar” y el “coz de limas”. Estos cartabones los obtenía mediante una relación geométrica a partir de un cartabón
llamado “de armadura”, que a su vez obtenía partiendo de la pendiente de cubierta que deseaba y de dividir en un número de partes (12, 27...) la anchura del
edificio que se pretendía cubrir (por ejemplo, en 26 partes para una techumbre ochavada).
8  En la carpintería de lo blanco, la máxima categoría que podía alcanzar un carpintero era la de “iumétrico” (geométrico), lo que da idea de la importancia
del conocimiento de las reglas de la geometría en estos trabajos. A un nivel inferior estaban los “laceros”, carpinteros que basaban su trabajo en el uso de los
cartabones de armadura y de lazo típicos, pero no habían acreditado la capacidad de proyectar en cualquier circunstancia.
9  El almizate (también llamado harneruelo) es la parte horizontal tanto de las armaduras de par y nudillo como de las techumbres apoyadas en arcos trans-
versales. En las armaduras de lazo, solía tener la traza más elaborada (y decorada con llamativa policromía), por ser la zona de la techumbre más expuesta
visualmente.

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de cinta y saetino, adornados con borde blanco y puntos negros (el emblema blanquinegro significa pureza y
penitencia), formando, en el casetón central, un motivo floral.

La diferencia entre tramos lo marca el almizate, que en esta iglesia es estrecho (casi la separación entre las
jácenas) y está resuelto con cuartillejos que desarrollan la estrella de ocho puntas. En el caso de los tramos 0
(el que cubre el coro, con solo un cuartillejo), en 1 y 3 (cuatro cuartillejos cada uno), se utiliza la estrella con
cintas en ángulos de 45º, y en el tramo 2, la estrella con cintas en ángulos de 90º. Los tramos 0 y 1 comparten
también la decoración polícroma, con racimos de uvas y motivos florales estilizados en tonos claros sobre fon-
do salmón. En el tramo 3, los motivos florales son más voluminosos aunque con algunos tonos muy oscuros.
Estos tres tramos (0, 1 y 3) tienen pequeños mocárabes colgados de cada sino, destacando el intenso dorado
de los tramos 0 y 1. El tramo 2 (en el centro de la nave) es el que tiene el almizate más llamativo; no tiene
mocárabes ni decoración floral; pero partiendo del sino de ocho desarrolla la rueda con un zafate irregular
y la almendrilla en negro, destacando así los tonos blancos del candilejo (estrella irregular) y de la cinta (con
puntos negros, a diferencia de los otros tramos, que solo tiene el tono blanco). De esta forma, se obteniene una
solución aún más cercana a los diseños islámicos que en el resto de tramos. Está acreditado el pago a Francisco
de la Torre y a Ginés López por pintar el almizate y maderos de la techumbre,10 así como a Cristóbal Hernán-
dez11 por pintar las tablas y tirantillos de la techumbre del tramo 0 (coro).

La última restauración del templo, bajo la dirección del arquitecto Juan de Dios de la Hoz, ha permitido
recuperar completamente esta impresionante techumbre de madera, tanto estructural como ornamental-
mente. Los faldones (con la policromía de los bordes de las cintas y saetinos), y los cuatro almizates han
recuperado el colorido original de los motivos decorativos, acrecentado los grandes valores patrimoniales
de esta construcción.

Figura 4. Detalles de la carpintería de lazo, con estrella de ocho puntas, de tres de los almizates de la techumbre de madera de la iglesia
parroquial de La Purísima Concepción, en Caravaca de la Cruz. A la izquierda, el tramo 1 (el tramo 0 es igual pero con solo un cuartille-
jo). En el centro, el tramo 2 (posiblemente el más vistoso, la estrella con cinta a 90º y el desarrollo de la rueda). A la derecha, el tramo 3
(similar a los tramos 0 y 1 pero con diferente policromía).

5. ALGUNAS CONCLUSIONES
La iglesia parroquial de La Purísima Concepción (siglo xvi), en Caravaca, presenta un magnífico ejemplo de
techumbre de madera, apoyada en arcos transversales de medio punto y resuelta con la técnica constructiva
de la carpintería de armar (en faldones), y de lazo (en los almizates). Los cuatro tramos en que se divide la

10  Archivo Episcopal de Murcia, Libro de Cuentas de la Iglesia de La Concepción de Caravaca, Cuentas de 1551.
11 Ídem, Cuentas de 1605.

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CONCEPCIÓN, EN CARAVACA DE LA CRUZ

nave principal, muestran almizates estrechos pero muy llamativos y solucionados con unos trabajos de lacería
que desarrollan la estrella de ocho puntas, y se complementan con mocárabes dorados en tres de los cuatro
tramos y policromía en toda la techumbre. El trazado, geometría y desarrollo de la rueda de ocho de estos
almizates responde a las reglas descritas en los tratados de la carpintería de lo blanco (uso de los cartabones de
lazo, diseño “a calle y cuerda”, regla de “corta y pasa”...), además de estar presentes las dos soluciones de cons-
trucción de la estrella de ocho: con cintas a 45º y a 90º. El uso del cuartillejo para desarrollar la decoración de
los almizates denota la prefabricación (el carpintero podía trabajar las piezas con más seguridad y solo debía
preocuparse del traslado y montaje posterior), ha contribuido a la gran calidad técnica y artística del resulta-
do. La investigación histórica está permitiendo conocer el origen de este templo e identificar a los principales
canteros, carpinteros y pintores que participaron en su construcción, lo que facilitará el análisis técnico y com-
parativo con techumbres similares de nuestra Región. Esperemos que este texto contribuya a la identificación,
conocimiento y difusión de la carpintería de armar y de lazo, en general, y de los magníficos ejemplos de este
importante patrimonio arquitectónico y cultural que se conservan en la Región de Murcia, en particular.

Figura 5. Vista general de los tramos 1 (con mocárabes dorados) y 2 (con el desarrollo de la rueda de ocho y cintas en ángulos de 90º), de
la techumbre de madera, decorada con lacería y policromía, de la iglesia parroquial de La Purísima Concepción de Caravaca de la Cruz.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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280 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


CATALOGACIÓN DE ELEMENTOS CONSTRUIDOS
CON TRAVERTINO ROJO EN LA COMARCA DEL RÍO
MULA

Boluda Gutiérrez, Martín


Campos Solares del Mediterráneo, SL
García-García, Cristóbal
Dpto. Ingeniería Minera y Civil, ETS de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y de Ingeniería de Minas,
UPCT
Robles-Arenas, Virginia María
Dpto. Ingeniería Minera y Civil, ETS de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y de Ingeniería de Minas,
UPCT

Resumen
El travertino rojo de Mula ha sido utilizado desde época romana hasta principios del siglo xx, favorecido por
su especial coloración, propiedades mecánicas y su buen comportamiento frente al agua. Este material aflora
en dos cerros testigo, conocidos como cerro de Alcalá y cerro de La Almagra, situados en la localidad murcia-
na de Mula. En este artículo se realiza un análisis del uso de esta roca en la Comarca del Río Mula, mediante la
elaboración de un inventario de los diversos tipos de construcciones en los que aparece. El catálogo consta de
una breve descripción de cada lugar, se detallan las partes en las que aparece el material, datación aproximada
de la construcción y un registro fotográfico. Los 189 lugares inventariados han sido recogidos en un plano
georreferenciado.

Palabras clave: Travertino rojo, catálogo de edificaciones, Comarca Río Mula, cerro de Alcalá, cerro de La
Almagra.

Abstract
Mula red travertine has been used from Roman times to the beginning of the 20th century, due to its striking
colour, mechanical properties and good behaviour against water. This material outcrops in two hills known as
cerro de Alcalá and cerro de La Almagra, located in the town of Mula (Murcia, SE Spain). In this paper is shown
a historical analysis of the use of this rock in Río Mula region, by means of a catalogue-inventory of buildings in
which this material appears. The catalogue consists of a brief description of each place, detail of the parts where
the travertine appears, approximate date of the construction and a photographic record. The 189 inventoried sites
have been collected on a georeferenced map.

Keywords: Red travertine, building catalogue, Rio Mula region, cerro de Alcalá, cerro de La Almagra.

1. INTRODUCCIÓN
Los travertinos son rocas empleadas históricamente en construcción por su singularidad, dadas sus propieda-
des mecánicas y comportamiento hídrico. En concreto, el travertino rojo de Mula fue empleado en la Hispania
romana con un reseñable uso en Carthago Nova, destacando su presencia en el teatro romano de Cartagena,
que, por tanto, evidencia una labor extractiva, aunque no se han encontrado restos de actividad minera roma-
na en los afloramientos. Soler Huertas (2005) propone que las canteras estuvieron en pleno rendimiento en el
último cuarto del siglo i a. C. sin concretar una fecha de cese de actividad.

Los afloramientos de travertino se encuentran coronando dos cerros, de Alcalá y de La Almagra dentro del
término municipal de Mula (Fig. 1), declarados Bienes de Interés Cultural, por la presencia de importantes

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Martín Boluda Gutiérrez, Cristóbal García-García y Virginia María Robles-Arenas

yacimientos arqueológicos. En 2019 quedaron incluidos dentro del lugar de interés geológico LIGMU-32
“Geodiversidad de La Puebla y Los Baños de Mula”, donde se destaca este sector por aspectos estratigráficos,
sedimentológicos, geomorfológicos, paleontológicos, etc.

Para poner en valor el uso de esta roca en la Comarca del Río Mula, se ha llevado a cabo la realización de un
inventario de edificaciones y construcciones que cuentan con elementos elaborados con travertino rojo.

Figura 1. Localización del término municipal de Mula e imagen panorámica de ambos cerros.

2. ACTIVIDAD MINERA
Como se ha indicado en el apartado de introducción, sobre los afloramientos no se identifican evidencias de
actividades mineras romanas en la actualidad, consecuencia de las labores que se han ido sucediendo con
posterioridad por otros pobladores del entorno (Fig. 2).

Figura 2. Marcas de barrenos y restos de actividad minera en el cerro de La Almagra.

Tratar de datar las actividades atendiendo a la fecha de las edificaciones y construcciones en las que se reco-
nocen es poco apropiado puesto que se identifica con frecuencia la descontextualización de las mismas, un
ejemplo es el sillar con guirnaldas que se empleó en la construcción del Torreón de la Ermita Vieja de la pe-
danía muleña de Puebla de Mula, edificio de origen islámico y para el que seguramente se emplearon sillares
de construcciones romanas del cerro de La Almagra.

Atendiendo al mayor volumen empleado en edificación, se podría indicar que entre los siglos xvi y xviii se
intensificó la extracción de material, tal y como se justifica en el siguiente apartado por un mayor desarrollo
y expansión del municipio.

En la Administración no se tiene registro oficial de actividades mineras en este sector. Se considera que podría
ser a mediados del siglo xx cuando finaliza la extracción de este material, puesto que muchos mayores de la
zona comentan haber visto actividad industrial en la colina del cerro de La Almagra, las marcas de barrenos

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CATALOGACIÓN DE ELEMENTOS CONSTRUIDOS CON TRAVERTINO ROJO EN LA COMARCA DEL RÍO MULA

en el frente de extracción parecen ser recientes, y al menos, hasta los años 20 del pasado siglo, se estuvo
empleando este material en la construcción de dos viaductos de la línea de ferrocarril que unía Murcia con
Caravaca de la Cruz.

3. USO DE TRAVERTINO EN EDIFICACIÓN


Uno de los edificios más antiguos donde aparecen piezas de travertino rojo es en el teatro romano de Carta-
gena. Aparece en diversos puntos de la antigua ciudad de Carthago Nova, siendo el lugar más reseñable los
fustes de columna del escenario del teatro romano, además, también fue empleado en varios umbrales y en el
revestimiento del zócalo del escenario junto a una gran variedad de mármoles importados, lo que le da valor
a este travertino, que aparece en varias villae del entorno de la ciudad de Carthago Nova en forma de fustes de
columna y elementos de uso industrial, como pies de prensa (Ramallo y Ruiz, 1998).

Este material también ha aparecido en yacimientos arqueológicos de época tardorromana situados en las
proximidades del lugar de extracción, como son Los Villaricos (Fig. 3) y La Almagra. Este material también
ha aparecido en construcciones islámicas.

Figura 3. Piezas de travertino rojo en el yacimiento Los Villaricos (Mula).

La villa de Mula empieza a expandirse a principios del siglo xvi, tras unos años de pérdida de población debi-
do a la expulsión de los moriscos y las sucesivas epidemias. Durante este periodo de crecimiento se empieza a
excavar la plaza y construir en ella la anterior Torre del Reloj y la iglesia de San Miguel Arcángel, empleando
el travertino en la cimentación de ambas y en la portada de la entrada sur de la última. Durante este periodo,
las familias nobles empiezan a construir sus palacios en las proximidades de dicha plaza, empleando sillares de
travertino de grandes dimensiones en las vistosas portadas que en la actualidad se conservan, lo que muestra
la importancia de este material en la época (González Castaño, 1992).

A finales del siglo xvi, se empieza a construir el conjunto formado por la iglesia y el convento de San Fran-
cisco, utilizando grandes sillares para la cimentación, un arco que comunicaba ambos edificios y dos pozos,
construidos de una sola pieza de travertino rojo, para recoger el agua del aljibe existente bajo el claustro del
convento. En la actualidad, el convento es utilizado como museo, y tanto el arco como los pozos pueden ser
visitados, causando una gran impresión por lo llamativo del labrado de los pozos en una sola pieza, y la vis-
tosidad provocada por su coloración.

En el siglo xvi también se construyen la iglesia Virgen del Carmen, el monasterio de la Encarnación y la igle-
sia de Santo Domingo, utilizándose el travertino en la cimentación, los escalones de acceso a los edificios y de
un modo más importante en las portadas de entrada a los edificios.

En el siglo xvii se construye la portada de estilo barroco de la casa palacio número 13, en la calle San Francis-
co, mientras que en el s. xviii se reconstruye la iglesia adyacente al monasterio de la Encarnación, mantenién-
dose el campanario renacentista construido casi en su totalidad con travertino rojo (Fig. 4a).

Con la aparición del mármol de Cehegín en el siglo xviii, el travertino rojo pasa a un segundo plano, en este
periodo las portadas de los palacios se construyen con este mármol, como se puede apreciar en la casa del

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Martín Boluda Gutiérrez, Cristóbal García-García y Virginia María Robles-Arenas

Marqués de Menahermosa, actual Museo El Cigarralejo, donde el travertino es empleado en el umbral de la


puerta principal. El travertino deja de emplearse como elemento decorativo y pasa a utilizarse en umbrales de
puerta y esquinas de numerosas casas.

Figura 4. Ejemplos de uso del travertino. a) campanario del Monasterio de la Encarnación (Mula). b) puente situado en la carretera C-415
bajo el castillo de Alcalá (La Puebla de Mula).

A finales del siglo xix y principios del xx se construyen con travertino rojo los puentes de carretera, en la
MU-513 a la altura de Albudeite; en la C-415 existen dos, en el km 22,4 a los pies del castillo de Alcalá (Fig.
4b) y en el km 24,8 en las proximidades de La Sultana; en la C-3315 sobre el río Pliego y en el km 16,3 de la
MU-530 dirección Yéchar.

En 1923, se construyen los viaductos para que la línea de ferrocarril Murcia-Caravaca salve el río Mula y la
rambla Perea, en ellos se utiliza el travertino para el revestimiento. Por estas fechas se debió construir la casa
de Saura, situada en la Gran Vía de Mula, en la que se hace un importante uso de travertino en cimentación,
escalones de entrada y arcos de puertas y ventanas inferiores.

4. INVENTARIO
En el catálogo se han registrado la mayor parte de los edificios y lugares de la Comarca del Río Mula en los que
aparece el travertino rojo, pudiendo haber sido algunos obviados por su irrelevancia o por desconocimiento
de su existencia.

El inventario cuenta con diversos campos de información (Fig. 5):


• Localización (coordenadas ETRS89, Huso 30).
• Localización sobre imagen aérea.
• Datación y breve descripción de la construcción.

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CATALOGACIÓN DE ELEMENTOS CONSTRUIDOS CON TRAVERTINO ROJO EN LA COMARCA DEL RÍO MULA

• Se detalla el lugar y función de los sillares, fustes, losas o placas de travertino: umbrales de puertas,
esquinas de los edificios, zócalo de fachadas, escalones de acceso a viviendas, gradas para salvar el
desnivel entre calles o con fines decorativos.
• Se precisa si sobre la construcción existe alguna figura de protección.
• Registro fotográfico.

Figura 5. Ejemplo de ficha de inventario.

Conviene indicar que gran parte del travertino empleado se encuentra oculto, principalmente bajo el nivel
del suelo, ya que uno de sus principales usos era como cimentación. También cabe destacar que al restaurar
algunas casas se han podido deshacer de algunas piezas, otras que hayan quedado enterradas o cubiertas,
como ha podido suceder con algún umbral o como es más común, que sobre ellas se les haya aplicado una
capa de pintura u otro tipo de material que dificulta su identificación, siendo solo visible tras el deterioro del
revestimiento.

5. RESULTADOS
El resultado es un catálogo, con 189 fichas de inventario repartidas por toda la Comarca del Río Mula, con-
centrándose el mayor número de ellos en los cascos antiguos de Mula y Puebla de Mula, todos ellos se han
incluido en un plano georreferenciado (Fig. 6).

Se han realizado varias clasificaciones en función de diversos parámetros, por ejemplo, se han catalogado 98
lugares que no han sido declarados Bien Inmueble, repartiéndose los 91 restantes entre los distintos grados de
protección, BIC: 12, UNO: 13, DOS: 34 y TRES: 32.

En la mayoría de los casos el travertino se encuentra en buen estado, aunque el edificio o lugar en el que se
encuentre esté abandonado, en esta catalogación se ha realizado otra clasificación en función del estado en
el que se encuentre el edificio o lugar catalogado, existiendo 31 en estado de abandono y 158 en buen estado.

Otra de las clasificaciones ha sido en función del uso original de los lugares y edificios catalogados, distin-
guiendo entre tres tipos; edificios religiosos (34), propiedad privada (117) y obra civil (38).

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Martín Boluda Gutiérrez, Cristóbal García-García y Virginia María Robles-Arenas

Figura 6. Reproducción parcial del mapa elaborado para La Puebla de Mula.

6. CONCLUSIONES
A pesar de no disponer de registro oficial de las explotaciones realizadas en los cerros de Alcalá y de la Alma-
gra, existen evidencias de que se han extraído materiales en ambos. La visita al lugar constata la existencia de
reservas de travertino que podría ser aprovechable, pero la reactivación de la actividad minera sería impensa-
ble debido al encontrarse ambos cerros bajo figuras de protección.

El uso del travertino rojo ha estado ligado a la evolución de la comarca con una mayor presencia en los asen-
tamientos romanos y en edificaciones de edad Moderna, y con una representación descontextualizada en
edificaciones donde se ha procedido a la reutilización de piezas previas.

La realización de catálogos de este tipo es una herramienta básica para su puesta en valor, teniendo en cuenta
su historia y alta capacidad turística, siendo la base para la elaboración de herramientas de divulgación, por lo
que la inclusión de rutas turísticas, tanto urbana visitando los edificios más emblemáticos, como por ambos
cerros, favorecería su visibilidad e interés, pues permitirían de un modo sintético acercar este conocimiento a
la población, tanto local como visitante.

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EL MONASTERIO TERESIANO DE SAN JOSÉ
DE CARAVACA DE LA CRUZ: NUEVOS VALORES DE
PROTECCIÓN MATERIAL E INMATERIAL

Marín Sánchez, Rafael


Profesor titular de Historia de la Construcción. Universitat Politècnica de València

Resumen
El texto aporta novedades para fortalecer los valores de protección del monasterio de San José de Cara-
vaca de la Cruz (1576), la duodécima fundación femenina de Santa Teresa de Jesús y la primera en tierras
murcianas. Fue uno de sus primeros cenobios de nueva planta y también pionera en respetar las pautas
constructivas dictadas por la Santa. Solo Caravaca posee una fundación Teresiana y otra Sanjuanista. Ade-
más, mantiene relativamente íntegras las fábricas de la primitiva “casa de renta” que acogió a la comunidad
fundacional, permitiendo entender de forma más elocuente que en otras “ciudades teresianas”, la evolución
de estos cenobios desde las primeras casas “de limosna”. Finalmente, su clausura acogió desde el siglo xviii
ceremonias de gran simbolismo, como el intercambio de la bandeja de flores que se ofrenda a la Santa Cruz
el 2 de mayo.

Palabras clave: Monasterio de San José, Monjas Carmelitas Descalzas, Caravaca de la Cruz.

Abstract
The text offers news about the protection values of the monastery of San José de Caravaca de la Cruz (1576),
the twelfth female foundation of Santa Teresa de Jesús and the first in Murcian lands. It was one of her first new
buildings and to respect the construction guidelines dictated by Santa Teresa. Only Caravaca has a Teresian and
a Sanjuanista foundation. In addition, it maintains the factories of the primitive “rent house” that welcomed the
founding community relatively intact, allowing us to understand more eloquently than in other “Teresian cities”,
the evolution of these monasteries from the first houses of “alms” Finally, its closure hosted ceremonies of great
symbolism since the 18th century, such as the exchange of the tray of flowers that is offered to the Holy Cross on
May 2.

Keywords: Monastery of San José, Discalced Carmelite Nuns, Caravaca de la Cruz.

1. INTRODUCCIÓN
El ex monasterio de San José de Caravaca de la Cruz, de Madres Carmelitas Descalzas, fue declarado Bien de
Interés Cultural (en adelante BIC), con categoría de Monumento, por Decreto 177/2003, de 5 de diciembre,
del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (BORM n. 190 de 17/12/2003).
Lamentablemente, dicho expediente fue incoado de manera apresurada, cuando se tuvo noticia de que las
monjas preparaban la venta del inmueble. Ello impidió, probablemente, que tanto la motivación del propio
decreto como la declaración de bienes que lo acompaña, recogiesen otras valiosas informaciones que refuer-
zan el interés patrimonial del BIC. Es el caso de sus rasgos tipológicos dentro del particular contexto funda-
cional del Carmelo Teresiano o su relación con los primeros resultados de la Contrarreforma Católica en la
península ibérica.

Tal circunstancia también afectó al inventario de sus bienes muebles. El anexo II de la declaración (partes
integrantes y pertenencias) solo recoge 42 elementos catalogados y vinculados al BIC. Se trata en su mayoría
de piezas integradas en la propia fábrica (azulejos, retablos, etc.) y, por tanto, inherentes al inmueble por su
propia naturaleza, aunque no mediase su inventario explícito. Pero se echan en falta otros elementos relevan-
tes: algunas variantes de azulejos, papeles pintados y terminaciones pictóricas, así como otras valiosas obras

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Rafael Marín Sánchez

y objetos, en su día bien conocidos en la localidad y hoy en paradero desconocido. Es el caso, entre otros, del
Libro de Profesiones y Elecciones de Prioras y del Libro Conventual del monasterio, que deberían formar parte
del catálogo para conocer de manera permanente su localización porque contienen noticias de la fundación y
constatan la presencia en varias ocasiones de San Juan de la Cruz en el convento. Además, se obvió cualquier
alusión al “patrimonio vivo” (o patrimonio inmaterial) fuertemente vinculado al conjunto arquitectónico.
Según la UNESCO, cabe incluir aquí todas las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por
las comunidades de generación en generación que refuerzan el sentimiento de identidad y de continuidad y
contribuyen a la gestión del entorno cultural, natural y social, al tiempo que contribuye a generar importantes
ingresos económicos.

En las próximas líneas se aportan novedades de carácter material (histórico, técnico y artístico) e inmaterial
para fortalecer los valores de protección del monumento con vistas a una mejor comprensión de su utilidad
social, como propone en su preámbulo la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español. Todo ello con la
esperanza de alentar la pronta recuperación de este inmueble para la sociedad.

2. NOTICIA HISTÓRICA
Esta fundación de monjas Carmelitas Descalzas (1576) se estableció inicialmente en unas antiguas viviendas
de la calle Mayor, propiedad de Rodrigo de Moya. Dichos volúmenes de escala doméstica, que constituyen
el germen del edificio actual, quedaron más tarde integrados, con algunos cambios sustanciales, en el ángulo
noroeste del monasterio. El resto de pabellones y la iglesia se incorporaron en varias fases. La coherente inte-
gración de dichos espacios en sucesivas etapas constructivas sugiere la existencia de un proyecto previo que,
según apuntan algunas fuentes, pudo tomar como referencia los planos de Nicolás de Vergara el Mozo para
el cenobio de monjas de Malagón (ca. 1576), la tercera fundación de Santa Teresa y la única trazada por un
arquitecto en vida de esta santa Mística. Aunque no se ha podido confirmar documentalmente este extremo,
sí que es posible establecer un cierto paralelismo constructivo y tipológico entre ambos conjuntos arquitectó-
nicos (Marín-Sánchez, 2018).

El pabellón norte pudo iniciarse hacia 1589. Este volumen, que alberga el llamado “tránsito de las re-
gidoras”, se comunica de manera fluida con la denominada “casa fundacional” a través de la “escalera
primitiva”, una pieza de gran importancia por su carácter articulador de las estancias más relevantes del
monasterio. En su planta superior conserva prácticamente intactas las siete celdas que en su día acogieron
a las fundadoras de la comunidad (todas ellas hijas de regidores del concejo, de ahí la anterior denomina-
ción) y en el nivel inferior aún permanecen inalteradas las antiguas cocinas y despensas. Por su parte, en
la “casa fundacional”, que acoge la puerta reglar y el torno, se emplazó el primer noviciado, el coro alto y
el locutorio principal donde, según la tradición, recibían las monjas a San Juan de la Cruz (Martínez-Igle-
sias, 1982: 5-6).

En una segunda fase se edificó la iglesia, también anexa a la “casa fundacional”. Fue iniciada en 1601 y con-
cluida en 1625. Sus naves, de similar altura, se cubren con bóvedas vaídas y una cúpula sin tambor sobre el
crucero. Un número indeterminado de sus bóvedas podrían ser encamonadas, es decir, podrían estar ejecu-
tadas con tendidos de yeso sobre tramas de cañizo colgado y rigidizado contra un armazón estructural de
madera. Se trataría, en ese caso, de una solución singular en el contexto tecnológico de la localidad, donde
predominan los ejemplos abovedados de albañilería generalmente protegidos, como también es el caso, por
cimborrios y cubiertas leñosas de par e hilera; con sus pares dispuestos sobre arcos diafragma; o mediante
una estructura porticada de jácenas sobre pilares y muros. El interior de la iglesia adquirió el recargado re-
vestimiento tardobarroco, que hoy ofrece, entre 1767 y 1780 (Melgares, 1989: 11-12). De su estética inicial,
muchísimo más austera, solo se conservan las impostas y encintados marmóreos, en realidad teñidos de
almagra, que articulan los lienzos blancos en paredes y techos del coro alto y algunos otros retazos en las
traseras de los retablos.

Por último, entre 1752 y 1757, debieron edificarse los dos pabellones restantes: el oriental recayente al huerto y
el meridional que desde entonces acoge la sacristía (Melgares, 1989: 11-12), así como las dos escaleras “claus-
trales” dispuestas en sus extremos. El irregular patio interior del monasterio y los corredores claustrales que
lo circundan podrían ser también de esta fecha según se desprende –a falta de otros datos– del análisis de las
antiguas fenestraciones, los itinerarios de circulación y las primitivas cornisas del “pabellón de las regidoras”
(Marín-Sánchez, 2018) (Fig. 1).

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EL MONASTERIO TERESIANO DE SAN JOSÉ DE CARAVACA DE LA CRUZ: NUEVOS VALORES DE PROTECCIÓN MATERIAL E INMATERIAL

Figura 1. Monasterio de San José desde el Santuario de la Stma. y Vera Cruz. (Fotografía: Martínez. Año 1947. Archivo Municipal de
Caravaca).

3. VALORES TIPOLÓGICOS
El ex monasterio de San José de Caravaca de la Cruz fue la duodécima fundación de monjas Carmelitas Des-
calzas, de los diecisiete conventos que impulsó o autorizó personalmente Santa Teresa. Además, es la primera
de esta Orden religiosa que se estableció en los actuales territorios de la Región de Murcia (1576).

Fue también uno de los primeros edificios de nueva planta de la Orden. Su arquitectura, organización funcio-
nal, escala dimensional y patrones constructivos responden sustancialmente a lo establecido en las primeras
directrices dictadas expresamente por Teresa de Jesús para la fundación de Malagón, iniciada en 1579. Este
convento manchego y el alcarreño de Pastrana, fundado en 1569, que fue abandonado poco después de su
comienzo, son los dos únicos cenobios de nueva planta edificados antes de la muerte, en 1582, de la Madre
fundadora. El documento con las capitulaciones de Malagón, que todavía se conserva en el propio monaste-
rio, fue transcrito y publicado por el P. Silverio de Santa Teresa (1918, t. V, 389-394) (Fig. 2).

La construcción caravaqueña es muy robusta y sobria en sus terminaciones, como gustaba a Santa Teresa.
Aunque la Santa no señaló unas pautas conducentes a la creación de un arquetipo distintivo de la Orden,
sus estrictas condiciones para las obras, que incidían más en los aspectos prácticos que en los puramente
arquitectónicos, sirvieron para delimitar el quehacer de los arquitectos carmelitas y demarcar sus primeras
ordenanzas constructivas, dictadas a partir de 1594. En las sucesivas ampliaciones del convento de San José
también parece intuirse la posible existencia de un proyecto-guía. Como se ha señalado, el tracista del monas-
terio caravaqueño pudo tomar como referencia los planos de Nicolás de Vergara el Mozo para el convento de
Malagón (Sor Carmen Teresa de Jesús Sacramentado, 1962).

El conjunto conserva la mayor parte de sus espacios primitivos con un más que aceptable grado de integridad.
Lógicamente, algunas de sus terminaciones interiores han sido renovadas, pero permanece sustancialmente
inalterado el ambiente de ascetismo constructivo en el que tanto insistió la Madre fundadora. Y las escasas
obras de mayor calado solo parecen afectar, de manera bastante localizada, a estancias secundarias. Asimismo,
también parece conservar relativamente íntegras las principales fábricas primitivas de la “casa de renta” que
acogió a la comunidad fundacional. Este hecho ofrece datos relevantes de tipo histórico, espiritual y arqui-

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Rafael Marín Sánchez

tectónico para entender de manera más elocuente que en otras “ciudades teresianas”, su carácter inicialmente
improvisado, al gusto de la Santa. Y también la lenta mejora o adecuación experimentada por estos primeros
cenobios, en paralelo a la propia evolución de los criterios fundacionales, desde las casas “de limosna” y “de
renta” iniciales hacia otros proyectos arquitectónicos de mayor envergadura.

Figura. 2. Grabado de 1866-1867 realizado por Hye Hoys del Monasterio de San José. Colección J. A. Pozo Martínez (Caravaca).

Decía Santa Teresa de Jesús que “para cualquier fundación de monasterio no le era necesario más de una cam-
panilla y una casa alquilada” (P. Silverio de Santa Teresa, 1935: V. II, 481) y así se hizo en el primer estable-
cimiento de los frailes descalzos de Caravaca (1586). Aunque para las monjas optó por una segunda fórmula
más conservadora: una casa “de renta” pactada con un patrono, consciente de las dificultades y penurias que
solían atravesar sus conventos femeninos.

A estas dos premisas cabe añadir una tercera, porque la Santa fundadora no concebía un monasterio sin una
amplia huerta a la que poder retirarse a meditar, como bien se encargó de remarcar en sus constituciones
“primitivas” de 1562-1567: “Sea la casa pequeña y […] fuerte lo más que pudieren; y la cerca alta, y campo para
hazer hermitas, para que se puedan apartar a la oración, conforme a lo que hazian nuestros padres Sanctos”
(Teresa de Jesús, 1919: T. VI, Constituciones, Cap. XI, De la humildad y penitencia, pp. 432). Es decir, conce-
bía los huertos como una extensión o adaptación al lugar –una recreación a pequeña escala– de los célebres
desiertos carmelitanos. Precisamente, fueron las envidiables vistas y la abundante presencia de agua de este
espacio, las que animaron a la Santa a fundar en el lugar, como ella misma expresó en una carta a Rodrigo de
Moya, el patrono del cenobio: “De el precio de la casa no estoy descontenta […] porque a trueco de tomar buen
puesto jamás miro en dar la tercia parte más de lo que vale, y aún la mitad me ha acaecido dar […]. El agua y
vista tomara yo en otra parte con mucho más de lo que costó, muy de buena gana. Gloria a Dios que ansí se ha
acertado” (Fr. Efrén de la Madre de Dios y Fr. Otger Steggink, 1949: 163). Por tanto, aunque hoy se encuentre
muy mermado y preocupantemente descuidado, se debe velar por la conservación del huerto como parte
integrante del cenobio ya que no es posible concebir una completa lectura histórica y cultural de este monu-
mento que no contemple como merece la presencia y participación de este espacio verde y sus construcciones
efímeras en las actividades cotidianas de la comunidad carmelitana.

4. OTROS BIENES DIGNOS DE PROTECCIÓN


Por su interés cultural y su vinculación con la imagen originaria de las dependencias del monasterio, con-
vendría ampliar el Anexo II de la Declaración de BIC para incorporar algunos elementos de la fábrica del
convento y garantizar su vigilancia. En particular, cabe destacar las interesantes pinturas de rocallas y los
papeles pintados que revisten los paramentos de las hornacinas de la anteportería y los antecoros. Todos ellos

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EL MONASTERIO TERESIANO DE SAN JOSÉ DE CARAVACA DE LA CRUZ: NUEVOS VALORES DE PROTECCIÓN MATERIAL E INMATERIAL

se encuentran bastante bien conservados, al tratarse de espacios poco iluminados y escasamente expuestos a
los humos, humedades, etc. Las primeras podrían ser del siglo xviii y haberse realizado probablemente a la
vez que se renovaron los revestimientos de la iglesia. Los papeles pintados, por su parte, parecen remontarse
a los primeros años del siglo xix.

También merecen atención algunos elementos cerámicos, en su mayor parte reutilizados y emplazados en
espacios secundarios del mismo. Generalmente proceden de los alfares de Talavera de la Reina y Hellín y son
datables entre los siglos xvii y xviii. Se trata, en general, de piezas de interés por sí mismas pero que, no obs-
tante, cobran una importancia adicional porque podrían haber formado parte de algunos de los espacios más
relevantes de la clausura monástica, bien como pavimento o como panel de fondo de alguna imagen de bulto.
Destacan por encima del resto algunas piezas con el anagrama ihs conservadas en el camarín de la iglesia. Se
trata de elementos reutilizados, tal vez procedentes del cercano colegio de los Jesuitas. Asimismo, en el acceso
al coro bajo se conservan tres hiladas de azulejos bipartidos, también llamados “de cartabón”, esmaltados en
blanco y azul cobalto, de la segunda mitad del siglo xvii y procedentes de los alfares de Hellín. Estos podrían
ser el único vestigio del pavimento original de esta sala. Finalmente, en el antecoro alto se conserva un arma-
rio o alacena dividido en dos partes con su base forrada de azulejos reutilizados procedentes de Talavera de la
Reina, probablemente de finales del siglo xvii. Destaca por encima del resto una valiosa pieza con el dibujo de
una figura antropomorfa tricolor (azul, ocre y manganeso) fabricada en Hellín a finales del siglo xvii (Fig. 3).

Figura. 3. Hornacina del antecoro alto del monasterio. Pavimento del hueco inferior. Figura antropomorfa en una pieza de 13,5 x 13,5 cm
procedente de los alfares de Hellín. (Fotografía: Pascual Clemente).

5. VALORES DE CARÁCTER INMATERIAL


La comunidad de Monjas Carmelitas Descalzas gozaba de un profundo arraigo en la ciudad. Su clausura aco-
gió durante mucho tiempo ceremonias de gran relevancia y simbolismo en el imaginario colectivo local, que
quedaron bruscamente interrumpidas con la marcha de las monjas en 2004. Es el caso del célebre intercambio
de la bandeja de flores que se ofrenda a la Santa Cruz el 2 de mayo cuyas primeras noticias se remontan a
1833. Aunque el Padre Cuenca, capellán del santuario y hombre fuerte del obispo Belluga en la población,
ya describía en 1722 la secular bendición del vino y las flores que se celebraba en el santuario el mismo día 2
por la mañana, así como la entrada de la Santa Cruz a esta iglesia de monjas descalzas durante su recorrido
procesional hacia la parroquial de El Salvador (Sánchez-Romero, 1995; Cuenca, 1891 [1722], 285 y 388). Se
trata de un acontecimiento histórico de relevancia que bien podría justificar la vinculación del inmueble a
un virtual expedientede declaración de “Bien de Interés Inmaterial”, bien fundamentado, como pudiera ser
el relacionado con los ritos seculares de bendición del agua, el vino y las flores por la Vera Cruz de Caravaca.
Además, dicho acto se celebraba en el locutorio emplazado en la planta superior de la “casa fundacional”, el
mismo espacio que anteriormente frecuentó San Juan de la Cruz para celebrar misa, confesar a las monjas o
ser testigo en sus capítulos y las elecciones de las prioras. Estas evidencias quedaron recogidas en el antedi-

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Rafael Marín Sánchez

cho Libro de Profesiones y Elecciones de Prioras, de ahí la importancia de asegurar su localización mediante
los oportunos mecanismos de protección que ofrece la Ley 4/2007 de Patrimonio Cultural de la Región de
Murcia.

6. RELEVANCIA DE LAS FUNDACIONES CARAVAQUEÑAS


Solo Caravaca de la Cruz y Segovia poseen a la vez una fundación Teresiana y otra Sanjuanista. Por ello, la
ciudad debería valorar la explotación, desde una triple perspectiva turística, cultural y religiosa, del privilegio
de contar con el monasterio de San José y el convento del Carmen. Y también con dos interesantes obras del
excepcional arquitecto carmelita fray Alberto de la Madre de Dios: el referido convento del Carmen y la capi-
lla de la Vera Cruz, donde se guarda la Sagrada Reliquia. Para muchos especialistas, Fray Alberto (1575-1635)
alcanzó durante el primer tercio del siglo xvii un prestigio similar al de los dos maestros de las obras reales,
Francisco de Mora (1553-1610) y su sobrino Juan Gómez de Mora (1586-1648), que solo quedó eclipsado por
las restricciones impuestas por sus votos religiosos (García 2015 y Muñoz, 1990b). De hecho, la arquitectura
carmelitana gozó de un protagonismo indiscutible en la producción edilicia religiosa del momento, no solo
en el plano espiritual, sino también en el arquitectónico y, en contra de la creencia habitual, dicha influencia
sobre otras órdenes religiosas fue mayor que la jesuítica (Bonet Correa, 1961: 18).

Además, como ya se ha expuesto, las fundaciones caravaqueñas ofrecen por sí mismas una lectura completa
para entender de forma más elocuente que en otras “ciudades teresianas”, la evolución de estos cenobios desde
las primeras casas “de limosna” y “de renta” hacia otros complejos arquitectónicos de mayor envergadura y
su íntima relación con los postulados de la Contrarreforma Católica. Sus fábricas, con más de 400 años de
historia, ilustran de manera conjunta todos los episodios relevantes de los inicios de la Orden y el incipiente
desarrollo de su arquitectura. Desde las primeras fundaciones “de limosna” en ruinosas viviendas alquiladas –
como es el caso de la fundación masculina, que arrancó en un destartalado inmueble muy próximo al conven-
to actual–, hasta las fundaciones “de renta” en edificios de mayor porte sostenidos por patronos para asegurar
su pervivencia –como ocurrió con el monasterio de San José–, pasando por los sucesivos establecimientos de
frailes para asegurar el servicio religioso a las monjas.

La adecuada imbricación de todos estos conceptos con otros episodios relevantes del brillante siglo xvii cara-
vaqueño (expansión de la Vera Cruz por Europa, sede de la Encomienda de Santiago, etc.) permitiría armar un
discurso cultural, turístico y espiritual coherente que contribuiría a dar más relevancia a la ciudad.

7. CONCLUSIÓN
La venta del convento de San José produjo una dolorosa herida en la población que aún sigue abierta, a pesar
de los 15 años transcurridos. Ningún otro monumento del municipio ha acumulado tantas reacciones en
forma de denuncias, artículos y crónicas periodísticas en aras de su recuperación. Eso es un síntoma inequí-
voco de la estima de que goza en la ciudad y un poderoso argumento para reclamar su merecida salvaguarda
patrimonial, atendiendo a lo expresado en el preámbulo de la Ley 16/1985 (LPHE). Este señala textualmente
que el valor de protección de un BIC lo proporciona la estima y sensibilidad de los ciudadanos hacia ese bien
“debido exclusivamente a la acción social que cumplen, directamente derivada del aprecio con que los mismos
ciudadanos los han ido revalorizando”.

Pero su recuperación no solo resulta esencial para la localidad por su relevante pasado o su valor sentimental.
Como se ha señalado, existen otras poderosas razones culturales y estratégicas. Curiosamente, la fundación
del monasterio avivó la consolidación de la calle Mayor y siglos más tarde su abandono coincidió con su in-
cipiente decadencia. El inmueble todavía goza de un emplazamiento privilegiado en el tejido urbano, entre la
calle Mayor y la Gran Vía. Su virtual recuperación podría contribuir a dinamizar el corazón de este viario –el
tramo más castigado por la despoblación y la merma de tirón comercial de sus locales en planta baja– fortale-
ciendo la articulación funcional del degradado casco antiguo con el área más comercial de la ciudad.

En todo caso, el encaje de cualquier uso futuro en el inmueble debería ser razonablemente respetuoso y com-
patible con sus espacios más distintivos, bien por su interés patrimonial o por su simbolismo en el contexto
local: el huerto, las celdas, la sala capitular, el refectorio, los corredores de distribución, el coro y el locutorio
alto, etc. No se puede obviar que los valores patrimoniales y de identidad cultural, que en el caso que nos ocu-
pa trascienden el ámbito local y regional, deben prevalecer sobre los de carácter estrictamente empresarial.

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EL MONASTERIO TERESIANO DE SAN JOSÉ DE CARAVACA DE LA CRUZ: NUEVOS VALORES DE PROTECCIÓN MATERIAL E INMATERIAL

Aunque, evidentemente, estos edificios requieren de un uso continuado para asegurar su pervivencia y utili-
dad social, no cabe pasar por alto las reflexiones aquí expuestas sobre el conjunto y su lugar en el imaginario
colectivo aceptando cualquier alternativa, por forzada que esta fuese.

8. BIBLIOGRAFÍA
BONET CORREA, A. (1961). Iglesias Madrileñas del siglo xvii. Madrid, Instituto Diego de Velázquez.
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SANTA TERESA DE JESÚS (1919). Obras Completas de Santa Teresa de Jesús. Tomo VI, Constituciones. Ed. fr. S. Santa
Teresa. Burgos, Tipografía El Monte Carmelo.

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INTERIORES EXCEPCIONALES EN UN EDIFICIO
MODERNISTA. EL CASO DE LA CASA DE CELESTINO
MARTÍNEZ DE CARTAGENA

Rodríguez Martín, José Antonio


Arquitecto. Arquitecto Técnico
Sandoval González, Sandra
Arquitecta

Resumen
La Casa de Celestino Martínez es una de las viviendas más interesantes y menos conocidas del modernismo
cartagenero. Quien posteriormente sería el promotor del conocido Gran Hotel, quiso construir una vivienda
para su familia, con el estilo y las calidades que su posición social le permitía. El edificio se construyó con
los sistemas constructivos y materiales más modernos de la época, y su decoración interior reflejaba el aire
burgués de las viviendas de los empresarios adinerados. Todo este despliegue de valores patrimoniales ha
llegado a nuestros días casi intacto, y como ha ocurrido con tantos otros edificios de interés de la ciudad,
no entró en el catálogo de edificios que protegían su interior, manteniendo, como es habitual, tan solo la
fachada. Esta comunicación pretende dar a conocer cuáles son estos valores patrimoniales que dispone este
singular edificio.

Palabras clave: Cartagena, patrimonio, modernismo, Nolla, protegido.

Abstract
The House of Celestino Martínez is one of the most interesting and least known houses that belonged to the Art
Nouveau of Cartagena. The one that later would be the promoter of the Gran Hotel, wanted to build a house for
his family, with the style and qualities that his social position allowed him. The building was constructed with the
most advanced construction systems and materials at the time, and its interior decoration reflected the bourgeois
air of the houses of wealthy businessmen. All this heritage values have survived to this day almost intact, and as
it has happened with other buildings of interest in the city, the house wasn´t part of the catalog of buildings that
protected its interior, but it kept, as usual, only the facade. This paper wants to disclose the heritage values of this
unique building.

Keywords: Cartagena, heritage, art nouveau, Nolla, protected.

1. INTRODUCCIÓN
1.1. Contexto histórico
Cartagena en los albores de 1900 era una ciudad inmersa en la renovación arquitectónica y urbanística del
centro histórico. Por su carácter militar, seguía siendo una ciudad amurallada, lo que impedía un desarrollo
del ensanche a extramuros. Además, encontramos una ciudad que todavía se encuentra en proceso de re-
construcción después de la Guerra Cantonal (1873-1874), pues aún quedaban muchos solares y edificios en
mal estado consecuencia de aquella guerra. Por todo ello, la renovación arquitectónica, al contrario de otras
ciudades, como Barcelona, se realizó intramuros (Rodríguez Martín, 2016).

La corriente modernista llegaba tímidamente a la ciudad de la mano del arquitecto catalán Víctor Beltrí y Ro-
queta, en sus actuaciones de la fachada del Casino (1897), Casa Cervantes (1900) y de las obras que estaban en
marcha en 1900, como el Palacio de Aguirre o la Casa de Juan Conesa. La ciudad se encontraba en un cambio
importante de tendencias donde se iba abandonando el eclecticismo imperante en el final del siglo xix y se iba
introduciendo esta modernidad importada de las grandes capitales europeas como Bélgica, París o Barcelona.

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José Antonio Rodríguez Martín y Sandra Sandoval González

En esto Cartagena fue de las pioneras en introducir el modernismo, por ser, después de Barcelona, de las pri-
meras en aceptar esta nueva tendencia.

1.2. El propietario
Celestino Martínez Vidal fue el empresario que mandó construir el edificio. Nació un 5 de junio de 1858 en
San Ginés. Se casó con Isabel Segado Sánchez con la que tuvo tres hijos: Miguel, Sixto y Carmen (Fig. 1A)
(Chacón Bulnes, 2016).

Figura 1. A. Familia de Celestino Martínez (Foto: archivo de Javier Alcantud). B. Fachada principal del edificio (Foto: JARM). C. Planos
del Proyecto original de Tomás Rico Valarino (Archivo Municipal de Cartagena). D. Miguel Martínez en el despacho de planta baja del
edificio (Foto: archivo de Javier Alcantud)

Celestino fundó pronto, en el Estrecho de San Ginés, un pequeño negocio de coloniales, con tienda y almace-
nes. A finales del siglo xix hay constancia de movimientos en el puerto de Cartagena con productos que com-
praba para su comercio. Como muchos de los empresarios de la época estuvo vinculado a la minería, donde
tuvo varios golpes de suerte como concesionario de varias minas de la sierra de Cartagena. En 1890 ingresó
como socio en la Cámara Oficial de Comercio, indicador de la prosperidad en sus negocios.

Fue un importante hombre de negocios y que, además de las minas, entró a formar parte de diversas empresas,
como parte de la Sociedad Minera Cuatro Amigos, junto a grandes empresarios de la talla de Pío Wandosell,
Serafín Cervantes y Juan Martínez Conesa; fue el concesionario de la instalación del alumbrado público de
La Unión, estuvo involucrado en explotaciones mineras de Badajoz y Ciudad Real, propietario de numerosos
terrenos de toda la Comarca de Cartagena, arrendador del impuesto de consumos y arbitrios de La Unión y
otras muchas. El carácter empresario de Celestino, y con el afán de reducir costes en el transporte por mar de
sus productos comerciales y mineros, creó en el año 1900 la Compañía Cartagenera de Navegación junto con
otros dos ricos empresarios. También tuvo su vertiente política, siendo destacado del Círculo Conservador de
La Unión. La sede la colocó en su propia vivienda que acababa de Construir en La Unión.

Celestino Martínez, debido a los problemas mineros y las continuas huelgas, y por los muchos enemigos que
hizo por ser arrendador del impuesto de consumos, llegó a dudar de su seguridad, por lo que decidió trasla-
darse a Cartagena, donde construyó su nueva vivienda. Siguió con los negocios desde Cartagena y en el año
1907 encarga el edificio más importante de la Región de Murcia en esa época, el Gran Hotel (1907-1916),
que no pudo ver inaugurado porque murió cuando ya estaba acabado, pero sin adecuar su interior. Con su
prematura muerte en 1911, con solo 52 años, se perdió un importante promotor e industrial que dejó un sig-
nificativo legado arquitectónico en La Unión y Cartagena.

1.3. El encargo de la vivienda


En el año 1899 Celestino compra una antigua casa en la plaza de la Merced para poder trasladar su residencia
desde La Unión. Tras un año de trámites administrativos en el Ayuntamiento de Cartagena por la variación
de las alineaciones de la calle Saura, encargó el proyecto de la vivienda a Tomás Rico Valarino. Tomás Rico era
un reconocido arquitecto de la época en Cartagena, y había sido el autor del proyecto del Palacio Consistorial
de Cartagena. Los planos del proyecto se firmaron el 19 de febrero de 1900, fecha con la que se presentó la
solicitud de licencia en el Ayuntamiento de Cartagena. Las obras debieron acabar en el mismo año, pues en
unos de los pavimentos de la vivienda se muestra el año de la construcción. Posteriormente hacia los años 50
del siglo xx el edificio fue comprado por el actual propietario, que lo conserva casi intacto.

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INTERIORES EXCEPCIONALES EN UN EDIFICIO MODERNISTA. EL CASO DE LA CASA DE CELESTINO MARTÍNEZ DE CARTAGENA

2. VALORES PATRIMONIALES
Quizás lo más interesante y desconocido del edificio está en el interior del mismo, donde podemos encontrar
todo un muestrario de las artes decorativas de la época. Nada más entrar al portal del edificio las sensaciones
nos transportan en el tiempo. Una rejería artística, zócalos de madera y mármol, artesonados en el techo y una
puerta de acceso a un despacho con importantes tallados en madera con motivos relacionados con la minería
y el trabajo, nos reciben adelantándonos qué vamos a encontrarnos después. Pequeños detalles modernistas
empiezan a asomar en determinados elementos.

Siguiendo el recorrido, nos encontramos con un amplio patio que dota de iluminación el acceso y la caja de
la sinuosa escalera, toda ella realizada en mármol de Macael. En la subida por la escalera destacan los óculos
de iluminación con forja artística, que se repite en la barandilla rematada con pasamanos de madera continuo
en todo su recorrido.

En el deambular por nuestro paseo nos detenemos ante las imponentes puertas de acceso a las viviendas, rea-
lizadas en un magnífico trabajo en ebanistería acompañados de todos los herrajes originales como tiradores,
mirilla o timbre, destacando la curiosa cartelería en chapa de la casa M. Guiseris,1 de los pisos numerados
como: principal, primero y segundo.

En el piso principal se ubicaba la vivienda de Celestino Martínez, y en ella definitivamente nos trasladamos al
año 1900 por su estado de conservación. Nos invade el olor, la luz, y multitud de sensaciones sin saber hacia
dónde mirar. Suelos, techos, carpinterías o mobiliario forman un conjunto que, nos atreveríamos a decir, es
único en Cartagena. En esta casa, incluso se conserva el baño original, con tallados en madera decorativos
y con las iniciales del propietario (Fig. 4D). Los detalles salpican en cada elemento, con curiosidades como
un pestillo del baño que exteriormente muestra el cartel de ocupado o libre según se gire (Fig. 4E). El resto
de pisos continúan el mismo patrón, aunque el segundo piso se encuentra sin mobiliario, disminuyendo
puntualmente la magia que nos invadía en nuestro paseo por el edificio. En el tercer y último piso volvemos
a recuperar las sensaciones perdidas al encontrarnos con un nuevo, y distinto, muestrario de elementos patri-
moniales de gran valor.

2.1. Pavimentos de Nolla


Se trata de uno de los pavimentos más excepcionales de la época (Laumain & López Sabater, 2016) y la
ciudad de Cartagena destacó por ser el punto de distribución en la Región de Murcia (Rodríguez Martín,
J2017). Este edificio posee mosaicos Nolla en casi todas las estancias de las viviendas. Tan solo algún baño,
cocina y una zona de pavimento hidráulico del segundo piso, no disponen de este magnífico pavimento.

Los diseños que dominan son de tipo geométrico con colores básicos o primarios, aunque destaca algún mo-
delo más desarrollado como en el salón de la planta principal. Este dispone de un motivo vegetal en forma de
roleo sobre fondo rojo y estrellas típicas de Nolla en bicolor banco y azul. Sobresale el efecto de sombra pro-
yectada muy característico de los modelos más avanzados de Nolla. También es relevante el diseño del salón a
calle Saura con un diseño geométrico con encáusticas poco habituales en los diseños utilizados en Cartagena.
Los modelos utilizados varían mucho en cuanto a geometría y dificultad en relación a la importancia dada a
la sala dentro de la vivienda. Existen modelos que utilizan del orden de 385 piezas por metro cuadrado, como
es el caso de uno de los dormitorios que utiliza piezas de 53 mm de lado, frente al salón principal que sube a
850 piezas por metro cuadrado, por utilizar toda una variedad de cuadrados de 38 mm de lado con todas sus
piezas complementarias como triángulos y rombos.

Pero si hay una estancia que destaca es la del actual baño principal, que es una reforma posterior y que oculta
parcialmente uno de los diseños más notorios de la ciudad de Cartagena. Se trata de un mosaico que muestra
las iniciales del propietario (cmv) y el año de construcción del edificio (1900) en colores primarios, esto es,
rojo, azul, blanco y damero en tonos pardos. Lo peculiar de este mosaico es que en Cartagena solo se encuen-
tra en algo parecido en el edificio de Juan Conesa, en plaza de la Merced, 27 de Víctor Beltrí y realizado en la
misma época.

1  Casa fundada en Madrid y que actualmente sigue abierta en la calle Montera núm. 39.

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Figura 2. Distribución de los mosaicos Nolla en el piso principal. Abajo, diversas fotografías de modelos de mosaico Nolla existentes en
el edificio.

En el piso segundo, el más complejo de los modelos utilizados es el de los salones principales y gabinetes acce-
sorios. Motivos geométricos con colores rojos y pardos con flores en azul y blanco. Lo mismo ocurre en el piso
tercero donde todos los modelos son geométricos sencillos de catálogo, aunque el colocado en el comedor que
da a calle Saura es de un diseño mucho más elaborado con el uso de encáusticas de dos tipos.

2.2. Pavimentos de baldosa hidráulica y mármol


El mosaico hidráulico, por su precio, se hizo más popular, y habitualmente lo encontramos en la mayor parte
de estancias, dejando el Nolla exclusivamente para los espacios principales. Pocos edificios encontramos con
todas las estancias de Nolla, entre ellos, el Palacio del Marqués de Fuente Sol, construido entre 1891 y 1893. La
Casa de Celestino es otro de ellos, y únicamente utiliza la baldosa hidráulica en un par de estancias del piso
segundo. Desconocemos si se trata, por lo puntual del suceso, de un hecho original o de una reforma poste-
rior. El diseño del mosaico hidráulico es conocido como mosaico romano con colores muy vivos, modelos que
aparecen en viviendas de Cartagena de décadas posteriores, lo que nos hace sospechar de la posibilidad de que
pueda tratarse de una reforma. El modelo de baldosa responde a fabricantes locales, probablemente Carvajal
Hermanos (Rodríguez Martín, 2018).

Como era habitual en este tipo de edificios en Cartagena el mármol de Macael lo encontramos en los peldaños
de la escalera y pavimentos de las zonas comunes. El trabajo de los artesanos se plasma en las piezas de los
peldaños y rellanos de la escalera que van adaptándose a la forma curva de la misma con una precisión hoy
día casi imposible de conseguir.

2.3. Artesonados, pinturas y papel pintado


Los artesonados son otro capítulo de vital importancia en el edificio. Es difícil encontrar una estancia sin
decoración, algunas de ellas de magnífica factura. Encontramos artísticos artesonados de diseño ecléctico
en el techo del despacho de planta baja, salón principal, comedor y dormitorios del piso primero, así como
algunos espacios principales del piso segundo. Todos ellos realizados en la técnica de staff y decorados con las
pinturas originales, a excepción del piso segundo que ha sufrido repintados posteriores. Aunque los motivos
principales buscan diseños clásicos con motivos vegetales y detalles antropomórficos (Fig. 3B y C) en esqui-
nas, existen ejemplos de una clara influencia modernista con motivos florales como el del gabinete anexo al
salón principal del piso primero (Fig. 3F).

Por último, el piso tercero se muestra como excepción al conjunto, utilizando artesonados metálicos con
chapa estampada de acero (Fig. 3A) que podía estar tratada en sus caras con plomo y zinc acabados en aceite

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INTERIORES EXCEPCIONALES EN UN EDIFICIO MODERNISTA. EL CASO DE LA CASA DE CELESTINO MARTÍNEZ DE CARTAGENA

de linaza, materiales habituales en este tipo de decoraciones metálicas. Se trata de decoraciones bastante mo-
dernas para la época y Celestino quiso incorporarlas en el edificio. En Cartagena no encontramos este tipo de
decoración hasta años después, algo que denota el interés de la propiedad de realizar un edificio único con los
materiales y acabados más modernos y exclusivos que pudiera disponer.

El papel pintado de las viviendas ha desaparecido casi por completo, y aunque en el primer piso se conservan
algunos ejemplos en los dormitorios, el más relevante se encuentra en el acceso a la vivienda (Fig. 3E), un
modelo de diseño modernista con motivos florales.

Figura 3. Distintos detalles de artesonados y techos del edificio. A. Techo del salón principal del tercer piso en chapa estampada. B, C y D.
Artesonados de distintos techos de las viviendas que mantienen las pinturas originales. E. Papel pintado original del edificio. F. Pintura
modernista del piso principal.

2.4. Carpinterías de madera


Todas las carpinterías de las viviendas se conservan en su estado original, tanto las interiores como las ex-
teriores. No existen grandes trabajos de ebanistería, pero contienen pequeños detalles decorativos que las
diferencian de las simples puertas de bajo coste. Las puertas interiores son mayoritariamente de dos hojas y
las vidrieras son decoradas con cristal en relieve y en algunos casos con decoraciones mediante láminas ad-
hesivas, muy utilizadas en las primeras décadas del siglo XX. El trabajo de ebanistería sí que se aprecia en las
puertas de acceso a las viviendas (Fig. 4A) y en el gran trabajo realizado en la puerta de acceso al despacho de
planta baja, claro ejemplo de carta de presentación para las visitas de origen empresarial. En esta puerta po-
demos encontrar el desarrollo de una decoración con motivos relacionados con la minería o el trabajo, origen
inequívoco del dueño de la vivienda (Fig. 4F).

En el exterior, uno de los elementos más importantes del trabajo de los carpinteros es el mirador de madera
que hace de coronación del edificio, que a su vez es una de las piezas más conocidas entre la ciudadanía, dentro
del cual tradicionalmente se ha encontrado la característica jaula del canario. Este mirador, a pesar de lo que
en su momento comentó Pérez Rojas sobre la posibilidad de ser un elemento añadido por el carpintero (Pérez
Rojas, 1986), entendemos que se trata de un elemento que se pensó en obra por el propio arquitecto, por la
coherencia del conjunto.

2.5. Cerrajerías interiores


La segunda puerta del portal de acceso separaba la zona de uso privativo de la más pública, centrada en la
zona de acceso al despacho. Es el trabajo de cerrajería artística más interesante del edificio (Fig. 4G). En ella,
podemos distinguir ciertas reminiscencias al neogótico incluso a lo religioso, en alusión a las rejerías de las
capillas o vidrieras catedralicias con un abigarrado desarrollo de los detalles.

La escalera (Fig. 4H), sin embargo, desprende un diseño menos intrincado estando compuesta por balaustres
de forja que se van repitiendo de forma mecánica adaptándose su tamaño y forma a las distintas curvas que
va realizado el recorrido de la escalera, de forma que se aprecia como un conjunto homogéneo y continuo.
Los balaustres son de diseño clásico de barrotes curvos con elementos decorativos, como macollas, en plomo.
En el propio núcleo de escaleras encontramos los óculos de iluminación que también contienen una rejería
desarrollada muy típica de los edificios cartageneros. Elementos que se van perdiendo poco a poco, por ser

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generalmente de interior, debido a la moda del “fachadismo”2 tan popular en las actuaciones tan desafortuna-
das de las últimas décadas.

Figura 4. Diversos detalles de carpinterías, letreros y cerrajerías del edificio. A. Puerta de acceso a vivienda. B. Detalle de mirilla de puerta
de acceso. C. Cartelería indicativa del piso. D. Detalle en carpintería de las iniciales cm del propietario en el aseo principal del piso primero.
E. Detalle de indicación de libre/ocupado en aseo de una de las viviendas. F. Trabajo de tallado en la puerta del despacho de planta baja. G.
Rejería de la segunda puerta del edificio. H. Vista parcial de la barandilla de la escalera y óculo de escalera.

2.6. Fachadas
Las fachadas, por sí mismas, y debido al encuentro de diversos elementos artesanos que la componen merecen
un capítulo independiente para ellas.

Fachada principal

La fachada principal recoge en su diseño un aire muy atrevido y modernista para la época. Tomás Rico supo
mezclar las distintas artes aplicadas como la cerrajería, carpintería, piedra artificial y ladrillo cerámico. Todo
ello formando un conjunto único en la ciudad de Cartagena.

Sobresale el diseño de todo el frente vertical del mirador realizado en piedra artificial realizada para dejar
vista. Este acabado requiere de un proceso de fabricación de alta calidad, pues la piedra no puede ser tratada
a posteriori. Conforme salen las piezas de los moldes, se colocan en obra, sin posibilidad de retoques, enmasi-
llados u otros procesos que oculten defectos. El tamaño y diseño de las piezas de este edificio es de tal comple-
jidad, que sorprende el uso de piedra artificial vista, algo que en Cartagena ocurre en contados edificios, como
la Casa Cervantes de Beltrí. La piedra artificial hace contraste con el ladrillo caravista que ofrece el fondo de
fachada, realizado en fábrica de ladrillo prensado con aparejo a tizón o a la española.

Encontramos en la cerrajería un movimiento más atrevido que en los interiores, las barandillas son de un
diseño modernista con inclinación de barrotes y decoración mediante flores de chapa estampada. Este mismo
diseño se repite en la rejería del despacho de planta baja incluso desarrollando geometrías que nos recuerdan
a elementos decorativos de la arquitectura de la sezession de Viena.

Fachada trasera

En contraposición a la fachada principal, donde Rico arriesga en el diseño modernista, en la trasera, se aven-
tura con la sinceridad de los materiales. A pesar de no ser un diseño tan modernista, las sensaciones son
también atrevidos y con un desarrollo latericio interesante.

El fondo de fachada es liso de fábrica de ladrillo prensado con aparejo a tizón, donde se alterna con impostas,
que desarrollan distintos diseños y tipologías, con dentados o doble hilada a serreta.

Lo más atrevido de la fachada son los dinteles de acero vistos, elemento que Tomás Rico utiliza por primera
vez en este edificio y que, posteriormente, aplicará a otros muchos. La sinceridad estructural era algo denos-
tado por los arquitectos académicos, lo que da todavía más valor al atrevimiento por parte de un arquitecto

2  Fachadismo: Se conoce como fachadismo a las actuaciones de demolición o transformación completa de un edificio histórico conservando tan solo la
fachada como elemento original.

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INTERIORES EXCEPCIONALES EN UN EDIFICIO MODERNISTA. EL CASO DE LA CASA DE CELESTINO MARTÍNEZ DE CARTAGENA

como Tomás Rico, que estudió en Madrid con profesores que impartían los modelos académicos de arquitec-
tura. En todo caso, Rico intenta minimizar el efecto del acero visto mediante la colocación de unas pequeñas
flores de chapa estampada que hacen las veces de distracción visual.

Sobre los dinteles se colocan decoraciones de azulejo de diseño arábico. Otros elementos cerámicos se in-
sertan bajo la cornisa de la fachada, alternados con fábrica de ladrillo. Estos azulejos de diseño floral, son
más cercanos al modernismo que los anteriores, pero apenas se aprecian por la altura a la que están. Ambos
azulejos están realizados en la técnica de pintado con trepa, muy habitual en las fábricas de Onda y Valencia.

3. CONCLUSIONES
Esta comunicación no deja de ser un pequeño resumen del inmenso valor que atesora el edificio en su interior.
En este caso, existe una intención del propietario de conservar el edificio, y por ello ha llegado intacto hasta
nuestros días. Sin embargo, a pesar del valor patrimonial del edificio, tan solo está protegido con grado 3 en
el Plan Especial de Ordenación y Protección del Centro Histórico (PEOCPH) de Cartagena. Este grado sim-
plemente obliga a la conservación de la fachada, por lo que todo el interior podría destruirse, perdiendo para
siempre un magnífico legado patrimonial. Con ejemplos como este, queda clara la inseguridad que ofrece una
normativa antigua, con un criterio muy superficial de protección y con el objetivo de mantener un ambiente
urbano, frente a intentar fomentar la conservación de interiores, un bien tan preciado y tan poco conocido.

Esperamos que esto sirva de ejemplo para conocer uno de los tantos edificios existentes en Cartagena, los
cuales albergan en su interior elementos de interés patrimonial que son, por lo general, totalmente descono-
cidos. Insistimos en la necesidad de divulgar el conocimiento sobre nuestro patrimonio, para que la sociedad
y la Administración lo valore y, así, consigamos que se conserve para poder dejar el legado a la Cartagena del
futuro.

4. BIBLIOGRAFÍA
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IDENTIFICACIÓN DE UN ACUEDUCTO MEDIEVAL:
EL ACUEDUCTO DE LA NORIA DE ALCANTARILLA

Ramírez Águila, Juan Antonio


Arqueólogo
Montoro Guillén, José
Arquitecto. Universidad Católica de Murcia

Resumen
Se exponen los trabajos de restauración y mantenimiento realizados en 2018 sobre la Rueda de Alcantarilla y
su acueducto (tramo sur), que lleva las aguas extraídas de la acequia de Alquibla o Barreras, hasta el paraje de
la Boznegra, situado a unos 2 kilómetros de distancia. A lo largo de 2019 se ha llevado a cabo la excavación
de la arcada de dicho acueducto inmediata a la noria, de unos 150 metros de longitud y una altura media de
unos 8 metros, en el marco de los proyectos de “Rehabilitación del entorno del Museo, Noria y Acueducto”
y “Mejora de la conducción entubada de las aguas extraídas por la Noria” de Alcantarilla. Esto ha permitido
un estudio detallado del mismo, sus fases, técnicas y cronología, con dos fases claramente diferenciadas: una
del siglo xv y otra del siglo xvi, que se ha mantenido hasta la actualidad con las consiguientes reparaciones y
modificaciones.

Palabras clave: Alcantarilla, Boznegra, acueducto, arcada, noria, Alquibla, regadío, huerta, acequia.

Abstract
The restoration and maintenance of the Waterwheel and the aqueduct of Alcantarilla started in 2018 (southern
section). These elements of the water-related architecture bring water since the Alquibla or Barreras channel to
the Boznegra area (2 km of distance). Since 2019, we worked in the excavation of the arcade of this aqueduct
next to the waterwheel: it covers 150 meters in length and 8 meters high. All of these works are included in the
different projects of “Rehabilitación del entorno del Museo, Noria y Acueducto” and “Mejora de la conducción
entubada de las aguas extraídas por la Noria” from the city council of Alcantarilla. These projects bring a specific
study to this kind of special architecture about the different phases, techniques and chronology with two clearly
differentiated phases: one from the 15th century and another one from the 16th century, which have been main-
tained to nowadays with some repairs and modifications.

Keywords: Alcantarilla, Boznegra, aqueduct, arcade, waterwheel, Alquibla, irrigation, orchard, irrigation ditch.

1. INTRODUCCIÓN
La Noria y Acueducto de Alcantarilla son un mismo artefacto originalmente concebido para extraer y elevar
de cota una porción de las aguas de la acequia de Alquibla o Barreras, y llevarlas hasta el paraje de la Boznegra,
a un kilómetro y medio de allí en dirección sur. Es, sin duda, el elemento más icónico de la localidad, por la
que es conocida también fuera de los límites de la Región de Murcia, que cuenta con la protección de Bien de
Interés Cultural.1

1  BIC con categoría de Monumento por el Real Decreto 1757/1982 de 18 de junio (BOE 181 de 30 de julio, pp. 20763) y la Disposición Adicional Primera
de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. También cuenta con un “Plan Especial de Protección del Parque de la Rueda de la
Huerta, Museo Etnológico y Acueducto de los Arcos (sic)”, aprobado en 2009. Igualmente, está protegida por la Modificación número 35 del Plan General
de Ordenación Urbana de Alcantarilla, referida al “entorno de protección histórico y paisajístico de la noria, el museo y el acueducto”, aprobado el 21 de
febrero de 1991 por el consejero de Política Territorial, Obras Públicas y Medio Ambiente, cuyo objeto fue la ampliación del entorno de protección dentro
del PGOU de los elementos citados.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 303


Juan Antonio Ramírez Águila y José Montoro Guillén

La noria está enclavada en el extremo norte del casco urbano de Alcantarilla, junto al Museo Etnológico de la
Huerta, en la avenida del Príncipe, antes variante de la N-340 a su paso por la localidad, frente al cabezo de la
Rueda o del Agua Salada, importante yacimiento arqueológico2 y probablemente el primer núcleo habitado
en la zona.

Con sus 11 metros de diámetro, la noria actual es el resultado de una serie de transformaciones y renovaciones
que han tenido lugar desde su instalación en 1457, hasta nuestros días. Desde entonces eleva el agua a sendas
canales ubicadas a cada lado de la rueda, apoyadas sobre una arcada de ladrillo, de la que parten dos muros
perpendiculares a ella del mismo material, coronados por una canal para la conducción de las aguas: uno en di-
rección norte, que permite regar el cabezo de la Rueda o del Agua Salada, y otro en dirección sur, que constituye
la acequia de Alcantarilla propiamente dicha o “cequeta”. Esta se prolonga a cielo abierto a lo largo de unos 170
metros, hasta un sifón por el que se introduce bajo tierra para atravesar el casco urbano de Alcantarilla y llegar a
la Boznegra, que en el siglo xv eran “tierras secanas que no se pueden regar de las açequias synon con algaydon”,
puesto que “en esta tierra las aguas del çielo eran muy duras de caher”.3

Por lógica, el tramo urbano de la acequia se construiría originalmente a cielo abierto, a través de un paisaje
de secano, cuando Alcantarilla se hallaba junto al cauce del río Segura, alejada del lugar por donde discurría
esta. Pero tras la inundación y destrucción de la villa por la riada de 1545, el obispado decidió que el caserío
debía de trasladarse a una zona más retirada y elevada, hacia el sur, en lo que hoy se conoce como “barrio de
San Pedro”. Méndez Silva escribía justo un siglo después que “en tiempo de nuestros abuelos, rompiéndose la
referida azequia, se inundó quedando arruinada, y la mudaron sus moradores al lugar permanente, dos tiros
de mosquete.”4 Estrada, a mediados del siglo xviii, repite la misma información,5 y un siglo después, Pascual
Madoz la vuelve a reproducir en su Diccionario en términos casi literales: “habiéndose roto una de las acequias
que riegan sus campos se inundó y quedó arruinada: sus moradores se trasladaron al sitio que hoy tiene, que es
como á 2 tiros de fusil del que antes ocupaba.”6

Con el transcurrir de los siglos, Alcantarilla se fue desarrollando y extendiendo, principalmente en dirección
suroeste, siguiendo el camino de Lorca y hacia el altozano donde los monjes Mínimos habían fundado el con-
vento de San Francisco de Paula, de manera que conforme el caserío creció y superó la acequia, fue necesario
soterrarla, de tal forma que en la actualidad atraviesa el callejero de manera totalmente subterránea.

2. DESCRIPCIÓN DEL ARTEFACTO


La noria actual, de hierro, fue instalada en 1956 por la Sociedad Metalurgia Naval y Terrestre de Alicante, con
las mismas dimensiones que la de 1890 que era de madera.7 Está formada por una serie de perfiles de hierro y
acero, atornillados, remachados o soldados, que conforman dos circunferencias de 11 metros de diámetro que
giran de manera solidaria sobre un mismo eje, realizado en una única pieza cuadrangular de hierro fundido
que descansa en sus extremos sobre dos bujes de fricción construidos en bronce. Todo el conjunto tiene una
anchura de 1,90 metros.

Ambas circunferencias presentan radios de acero con perfil en forma de U, de 70 por 145 milímetros, atorni-
llados o remachados a la corona central que sustenta el eje de giro, unidos por travesaños concéntricos al eje
principal. En la parte distal, uniendo ambas circunferencias, se encuentran las palas de impulsión, de chapa de
acero con curvatura para favorecer su inmersión en el caudal de la acequia. Sus dimensiones son 1,90 metros
de anchura por 1,30 metros de profundidad.

Por último, están los cangilones, parte esencial de la noria. Están realizados mediante cajones continuos ubi-
cados en el borde externo de cada una de las dos circunferencias que conforman el cuerpo de la noria, con
unas dimensiones de 260 por 300 milímetros de anchura y una longitud equivalente a un tercio de la longitud

2  García e Iniesta, 1987.


3  Frutos Hidalgo, 1973: 198, documento n. VI: AMM. Actas Capitulares, 1451, sesión de 10-VII-1451: el concejo de Murcia aprueba la petición del deán de
Cartagena para construir una noria en Alcantarilla.
4  Méndez Silva, 1645: f. 234v. Frutos Hidalgo, 1999: 180.
5  Estrada, 1768: 58.
6  Madoz, 1845, t. I: 406.
7  Jorge Aragoneses, 1967: 26-27.

304 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


IDENTIFICACIÓN DE UN ACUEDUCTO MEDIEVAL: EL ACUEDUCTO DE LA NORIA DE ALCANTARILLA

del segmento de la circunferencia exterior que queda entre dos radios. Cada cangilón presenta una apertura
en su cara externa por donde se introduce el agua cuando se desplaza en sentido ascendente, y se vacía cuando
va en sentido descendente. Un orificio circular, de pequeña dimensión, sirve para la salida de aire del cajón,
dejando paso a la entrada del agua.

La doble corona exterior que forman los cangilones, adopta la forma circular exterior de la noria en su máxi-
mo diámetro. Las esquinas interiores de los cajones se rigidizan mediante dos angulares circulares continuos
de 60 por 60 milímetros, a los que se acomodan las palas y estos, a su vez, se atornillan sobre los radios. La
rueda actual cuenta con 72 cangilones, 36 en cada corona.8

La noria se apoya sobre dos muros paralelos de ladrillo con un módulo de 30 por 15 por 4 centímetros a cara
vista, en los que se abren dos arcos ojivales contiguos en cada uno, de clara inspiración tardogótica. En el caso
de los dos del flanco norte, presentan una luz diferente, de 2,18 metros el de la izquierda y 1,89 el de la dere-
cha. Su altura (flecha) es, en ambos casos, de 1,64 metros desde la imposta que va de salmer a salmer, y 1,52
metros más hasta la base del vano o umbral. Se apoyan en un pilar intermedio de 0,75 metros de anchura con
un grosor de muro de 0,60 metros y una arquivolta de 44 centímetros. El eje de la noria está ubicado en el arco
de la izquierda, según se mira desde el exterior por el lado norte.

En cuanto al acueducto, ambos sectores nacen del propio soporte de ladrillo de la noria y del canal superior
que recibe directamente las aguas elevadas por esta. En sus primeros tramos en ambos sentidos, está realizado
mediante mampostería ordinaria de cantos con verdugadas y pilares integrados de ladrillo, aunque no existe
simetría entre los dos lados.

El tramo o sector norte conserva al otro lado de la avenida del Príncipe únicamente 2 de los 5 arcos originales
que lo conformaban, puesto que fue demolido a mediados del siglo xx en un tramo de unos 26 metros para la
construcción de la variante de Alcantarilla, que hoy atraviesa mediante un sifón subterráneo.

El arco mayor tiene una luz máxima visible de 4,95 metros, aunque en su línea de imposta que queda bajo
la superficie actual, podría superar ligeramente los 5 metros. El segundo arco tiene una luz menor, de 4,35
metros, porque también su desarrollo es menor al empotrarse contra la ladera del cabezo del Agua Salada.

El dovelaje está realizado mediante ladrillo macizo de 30 por 15 por 4 centímetros, con un intradós de 50
centímetros y una arquivolta de similares dimensiones. El muro que se apoya sobre los arcos es ligeramente
más ancho que estos, de 60 centímetros, y está realizado en mampostería ordinaria de piedra, con pilares de
escasa proyección frontal entre cada arco a modo de estribos. Sobre esta mampostería corre la canal realizada
nuevamente en ladrillo macizo a cara vista, más ancha que el muro sobre el que descansa, tal y como se aprecia
en la sección del tramo que queda junto a la noria.

El tramo meridional se apoya inicialmente sobre un arco apuntado de ladrillo de similar factura que los
del soporte de la noria, que permite salvar el cauce de la Alquibla, puesto que la noria está colocada en la
margen opuesta de esta. Se abre en un muro realizado con paños de mampostería ordinaria de piedra con
verdugadas horizontales de ladrillo y pilastras intercaladas, que evidencia un sinfín de remodelaciones a
lo largo de los años. A continuación, vemos un arco de medio punto cegado, y antes de llegar a la acequia
del Turbedal, tras una extraña inflexión, se transforma ya en un muro enteramente de ladrillo a cara vista.
A partir de ese punto se inicia una arcada con dovelaje de ladrillo formada por 22 arcos de medio punto,
para salvar la depresión que constituye el cauce de la “cañá”, transversal al propio acueducto. Se trata de una
construcción apoyada sobre zapatas de argamasa y hormigón de mampuestos vertidos en fosa excavada, y
fábrica de ladrillo macizo colocado a “cara vista llagueado” en los alzados de la obra. Los pilares que des-
cansan sobre las zapatas fueron fabricados mediante encofrado de ladrillo. Sobre ellos se apoyó el formero
de madera mediante el cual se construyeron los 22 arcos que lo componen, de medio punto rebajado lige-
ramente, con 4,20 metros de luz.

Sobre la arcada, la acequia discurría originalmente integrada por la misma obra, con cajal de ladrillo, si bien,
debido a las sucesivas ampliaciones del diámetro de la rueda, el fondo del canal fue sucesivamente sobreele-

8  Descripción adaptada de la J. Montoro Guillén en la memoria del proyecto “Básico y Ejecución Restauración Noria y Acueducto de Alcantarilla”, pp. 4 y
14 a 16.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 305


Juan Antonio Ramírez Águila y José Montoro Guillén

vado mediante soleras internas de mortero hidráulico y finalmente macizado y vuelto a elevar mediante una
nueva canal, que es la que está hoy en uso, fabricada con piezas prismáticas de piedra arenisca vaciadas en
su interior para construir la canalización propiamente dicha. Las piezas tienen una longitud variable, que en
ningún caso superan 1 metro, con espesor de pared de 13 centímetros, unidos con diferentes morteros. Sus
uniones han sido revestidas de cemento durante las últimas décadas y su altura recrecida con materiales di-
versos, entre los que destaca el ladrillo hueco de 90 milímetros.

Una detenida observación de los paramentos de los dos tramos de acueducto, del soporte de la noria y de las
técnicas materiales y morteros empleados, permite distinguir diferentes fases constructivas a simple vista.

Todo parece indicar que la fase más antigua está representada por el soporte de la noria y los dos tramos
del acueducto que parten de ella, si bien tampoco parecen contemporáneos, pues se observa que no traban
entre sí.

TRAMO SUR
SOPORTE NORIA TRAMO NORTE
desde el Turbedal
Técnica del paño Ladrillo Mampostería de cantos Ladrillo
Arcos Apuntados Medio punto Medio punto rebajado
Dovelaje Ladrillo Ladrillo Ladrillo
Luz de arcos 2,18 y 1,89 m 4,95 m 4,20 m
Anchura intradós 50 cm 50 cm 62 cm
Arquivolta 45 cm 50 cm 60 cm
Anchura del muro 60 cm 60 cm 72 cm

Resumen de las características métricas de los dos tramos del acueducto de Alcantarilla y del soporte de la noria

En 1991-1993, el conjunto fue objeto de la primera intervención de restauración y estudio arqueológico que
se recuerda desde la instalación de la noria actual. Ya en 2018 realizamos una nueva intervención de mante-
nimiento y restauración de la propia noria y su entorno inmediato, incluidas actuaciones sobre la acequia de
Alquibla, mientras que a lo largo de 2019 y aún en la actualidad, se ha desarrollado un proyecto mucho más
ambicioso sobre el entorno del Museo Etnológico de la Huerta y el acueducto,9 que hasta ahora ha incluido
diversas acciones de excavación de la conducción y en el yacimiento arqueológico del “Huerto de las Canales”,
inmediato a esta.

3. LA INTERVENCIÓN DE 1991-1993
A lo largo de estos años se realizaron, sobre la noria y su acueducto, diversas intervenciones arqueológicas y
de restauración, inmersas en una polémica sobre los orígenes de la Huerta de Murcia que tuvo su reflejo en
los medios de comunicación.

En 1991, Manuel López Campuzano realizó dos intervenciones arqueológicas en el tramo sur, limitadas a
varias catas puntuales,10 mientras el sector norte fue estudiado por Juana Gallego Gallardo.11 En ambas in-
tervenciones las conclusiones fueron similares: el acueducto era de mediados del siglo xv o siglo xvi, y fue
construido sobre los restos de un yacimiento arqueológico anterior, con materiales datables en época ibérica y
tardorromana para el tramo norte, y de época altoimperial y tardorromana para el tramo sur.

La segunda intervención arqueológica dirigida por López Campuzano, tuvo como objetivo el apoyo al pro-
yecto de restauración de la noria y su acueducto ejecutado en aquellos años por el arquitecto José Montoro
Guillén.

9  Ver en este mismo volumen, la ponencia presentada por Esteso Esteso, Juan; Hernández Gil, Diego; Hernández Ortega, Raquel; Montoro Guillén, José;
Ramírez Águila, Juan Antonio, que lleva por título: “Rehabilitación del Entorno del Museo de la Huerta, noria y acueducto de Alcantarilla”.
10  López Campuzano, 1991; López Campuzano, 1998.
11  Gallego Gallardo, 1991.

306 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


IDENTIFICACIÓN DE UN ACUEDUCTO MEDIEVAL: EL ACUEDUCTO DE LA NORIA DE ALCANTARILLA

4. LA INTERVENCIÓN DE 2018
En 2017, el ayuntamiento de Alcantarilla impulsó una intervención de restauración de la noria, del acueducto
ligado a ella, y también del Puente de las Pilas, que contaría con la financiación procedente de una subvención
directa de la Consejería de Cultura a la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia, propietaria de los bienes
afectados.12 La supervisión arqueológica y la dirección técnica del proyecto fue encargada respectivamente, a
los autores de la presente comunicación.

4.1. Descripción de las actuaciones realizadas


Las obras contaron con un presupuesto total de 75.000,00 euros. Los trabajos dieron comienzo a principios de
marzo de 2018, aprovechando el periodo de monda de las acequias, y finalizaron a principios del mes de mayo.13

4.1.1. Actuaciones sobre las acequias


Aprovechando que no circulaban las aguas durante los primeros días, los trabajos comenzaron en el cauce de
la acequia de la Alquibla, reparando los desprendimientos que existían en los laterales de la misma mediante
encofrado de cemento armado y revestimiento de piedra vista a modo de mampostería, tal y como estaba en
los tramos contiguos.

No se observó la existencia de estructuras anteriores en la rotura de la caja de la acequia, tampoco en la lim-


pieza de los flancos del Turbedal, aún de tierra.

También era urgente reparar el paso sobre esta, cuyo mal estado obligó a sustituir la bóveda que cubría la em-
bocadura de la noria por una nueva, aunque realizada con la misma técnica y similares materiales. Para ello se
fabricó una cimbra de tablones con la que se formó la bóveda rebajada siguiendo el trazado de esta conservado
únicamente en el tramo exterior del lado de la noria (arquivolta oriental).

En el tramo siguiente, sobre la acequia propiamente dicha, se realizó un nuevo forjado con armadura metálica
que sustituyó a las vigas de madera podrida existentes. En los elementos funcionales modernos en el entorno
de la noria, se optó por mimetizarlos mediante recubrimiento con sillares reutilizados y readaptados.

4.1.2. Actuaciones sobre el acueducto


Tras las intervenciones en el cauce de las acequias, se eliminaron elementos vegetales diversos a lo largo del
acueducto por procedimientos manuales y, a continuación, se aplicaron dos tratamientos con herbicidas de
contacto, con 20 días de separación entre ambos. Se limpió una banda de terreno 3 metros de anchura a todo
lo largo del acueducto, donde se eliminó el manto vegetal y los depósitos de tierras y escombros existentes.

A continuación, se acometió el picado y limpieza de los distintos depósitos vegetales, calcáreos, etc. También
un picado de revestimientos inadecuados que ocultaban las fábricas originales en algunos puntos, fundamen-
talmente morteros o partes de fábricas de ejecución reciente o con materiales recientes. Se realizó la reposi-
ción en general de fábricas de ladrillo, de textura y métrica análoga a la existente.

4.1.3. Actuaciones sobre la noria


En el propio ingenio de la noria se realizó la sustitución de elementos metálicos dañados, como palas, radios,
travesaños y tirantes, afectados por la oxidación y corrosión. También se realizaron operaciones de limpieza
que se ampliaron a los muros de apoyo de la noria.

En la zona que separa la noria de la avenida del Príncipe, continuamente salpicada por las aguas y favorable al
crecimiento de la vegetación, se repusieron los morteros perdidos o deteriorados mediante un nuevo mortero
de cal hidráulica.

12  La ayuda económica se concretó en el decreto n. 308/2017, de 20 de diciembre, por el que se establecieron las “normas especiales reguladoras de la con-
cesión directa de una subvención a la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia, para la restauración de las infraestructuras hidráulicas de interés cultural:
Puente de las Pilas y Noria-Acueducto de Alcantarilla y para la adecuación de su entorno” (BORM número 299, viernes, 29 de diciembre de 2017, pp. 36626-
36632).
13  La ejecución material del proyecto fue encomendada a la mercantil AMM, OBRA CIVIL, CONSERVACIÓN Y CANALIZACIONES DEL LEVANTE,
SL, con sede en Beniel.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 307


Juan Antonio Ramírez Águila y José Montoro Guillén

En la fachada norte de la noria, en el punto del que parte el acueducto de este lado, existía una escalera ado-
sada de obra no original que desvirtuaba el alzado principal de la misma, por la que los regantes acceden a las
canales a las que vierte la noria para su mantenimiento. El proyecto preveía su eliminación, ya que en alguno
de sus desconchados se evidenciaba que estaba realizada mediante ladrillo perforado del tipo “panchito”, de
unos 50 o 60 años de antigüedad, seguramente del momento en que se colocó la noria actual o algo posterior,
y se estimaba que alteraba las características constructivas del ingenio. Cuando comenzó su demolición se
descubrió que estaba construida sobre la estructura de una acequia o canalillo muy anterior aprovechada
como base, que permitía que el agua siguiese fluyendo por su interior. Con posterioridad hemos hallado fotos
de la noria de 1900 y 1923 en las que se aprecia la existencia de esta escalera, lo que indicaría que habría sido
rehecha en un momento posterior, seguramente tras la colocación de la noria actual en 1956. No obstante,
tomamos la decisión de eliminar la parte realizada con ladrillo moderno y cemento para dejar visible la ace-
quia interior, mucho más antigua y de aspecto más próximo al del ingenio, consolidándola y reemplazando la
escalera por una metálica de aspecto más ligero y diáfano.

Igualmente, se repuso el revestimiento exterior de la canal superior de la noria, por su lado norte, mediante
una fina argamasa. El actual databa de 1994 y había sido realizado bajo la dirección de uno de nosotros (Mon-
toro Guillén), para recubrir esta pared realizada en buena parte mediante ladrillos huecos de 90 milímetros
de mediados del siglo xx, que en algunas zonas habían quedado visibles y afeaban el aspecto de conjunto de
la noria.

La última intervención consistió en la sustitución de un tubo de hierro que comunicaba las dos canales de la
parte superior de la noria, en las que los cangilones vierten su agua. Dicho tubo se hallaba en la parte anterior,
y fue reemplazado por una canal tallada en un único bloque de piedra caliza, más acorde con el resto de las
fábricas presentes.

Otras acciones finales fueron la colocación de barandillas de protección en las inmediaciones de la noria don-
de existe riesgo de caídas, mediante paños de chapa perforada, y la dotación de conducciones para instalación
de iluminación del conjunto.

5. LA INTERVENCIÓN DE 2019-2020
Tras la intervención del año 2017 sobre el cercano Acueducto de los Arcos, el Ayuntamiento tomó la decisión
de recuperar este singular elemento patrimonial tan próximo al Museo de la Huerta, enmarcándolo en una
zona ajardinada, cultural y de recreo que ocupará una superficie de más de 25.000 m2. Esta no era una inter-
vención de simple restauración y mantenimiento, como la anterior, sino que ahora tendríamos la oportunidad
de investigar arqueológicamente el acueducto de Alcantarilla.

En su trazado, hallamos el elemento de discordancia más notable e interesante en la inflexión que presenta el
acueducto en un punto intermedio del tramo existente entre las acequias de Alquibla y del Turbedal. En ese
lugar existe una discontinuidad evidente, tanto de técnica constructiva, como en el trazado de la acequia, que
no se justifica por razones funcionales. Se trata de un quiebre en su trazado que evidencia la unión de dos
tramos diferentes como consecuencia de la destrucción parcial del más antiguo y el entronque con uno nuevo
de diferente trazado, hipótesis a partir de la cual comenzamos los trabajos arqueológicos. Partiendo de la ob-
servación del trazado en planta del acueducto actual, supusimos que originalmente el diseño sería rectilíneo
hasta salvar el Turbedal, y a partir de este cauce se produciría la inflexión en el acueducto anterior, que debió
de discurrir paralelo al actual por su lado occidental.

Con este planteamiento, los trabajos en el entorno del acueducto se centraron en la retirada de los sedimen-
tos que cubrían los pilares hasta alcanzar la base fundacional del mismo, es decir, el inicio de las zapatas de
cimentación. Para ello contábamos con la información de las intervenciones de los años 90. Esto nos permitió
el uso de una excavadora mecánica, con la cual retiramos los sedimentos aluviales acumulados bajo los arcos
a lo largo de sendas franjas de 5 metros de anchura a cada lado del acueducto. El rebaje alcanzó una cota de
-1,50 metros respecto a la superficie actual, se abrieron los arcos que estaban cegados en su mayor parte y
se excavó manualmente el entorno de los pilares, lo que permitió localizar finalmente los restos de diversas
zapatas y hasta de varios pilares de ladrillo del acueducto anterior. De esta manera se veía confirmada nuestra
hipótesis de partida y la información que nos aportaban los textos conocidos, permitiendo datar la arcada
hacia el año 1550.

308 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


IDENTIFICACIÓN DE UN ACUEDUCTO MEDIEVAL: EL ACUEDUCTO DE LA NORIA DE ALCANTARILLA

Figura 1. Planta y alzados de la Noria y Acueducto de Alcantarilla (2019-2020). Representación del Acueducto una vez desenterrado.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 309


Juan Antonio Ramírez Águila y José Montoro Guillén

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310 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


ANÁLISIS DIGITAL DEL PATRIMONIO
ARQUITECTÓNICO CON FOTOGRAMETRÍA
DIGITAL, ESCÁNER LASER 3D Y MODELADO
TRIDIMENSIONAL. APLICACIÓN AL ESTUDIO
DE LA ANTIGUA IGLESIA DE SANTA MARÍA
LA MAYOR - CATEDRAL VIEJA DE CARTAGENA

Collado Espejo, Pedro-Enrique


ETS de Arquitectura y Edificación. UPCT
Jiménez González, Francisco Joaquín
Becario de Investigación del Grupo de Investigación TAG de la UPCT
Sánchez Yepes, Carmen María
ETS de Arquitectura y Edificación. UPCT

Resumen
En cualquier proyecto sobre el patrimonio arquitectónico, la información gráfica de precisión se considera
una herramienta indispensable para el conocimiento del edificio a intervenir. Las nuevas tecnologías de le-
vantamiento y representación gráfica permiten obtener modelos tridimensionales que facilitan el análisis y
la toma de decisiones para su conservación integral. Un ejemplo de análisis digital con fotogrametría digital,
escáner láser 3D y modelado tridimensional es el desarrollado recientemente en la antigua iglesia de Santa
María La Mayor, conocida como Catedral Vieja, en Cartagena. Trabajo realzado por el Grupo de Investiga-
ción Thermal Analysis and Geomatics - TAG de la UPCT. Este texto describe la metodología desarrollada
para la digitalización del monumento, los medios técnicos empleados y los resultados. El análisis digital ha
ayudado a conocer mejor el edificio para así poder plantear su correcta recomposición formal, estructural
y material.

Palabras clave: Catedral, Cartagena, escáner láser, fotogrametría digital, modelado tridimensional.

Abstract
In any project on architectural heritage, precision graphic information is considered an indispensable tool for
the knowledge of the building to intervene. New survey and graphic representation technologies allow obtaining
three-dimensional models that facilitate analysis and decision-making for their comprehensive conservation. An
example of digital analysis with digital photogrammetry, 3D laser scanner and three-dimensional modeling is
the one recently developed in the old Church of Santa María La Mayor, known as Old Cathedral, in Cartagena.
Work enhanced by the UPCT Thermal Analysis and Geomatics Research Group. This text describes the metho-
dology developed for the digitization of the monument, the technical means used and the results achieved. Digital
analysis has helped to know the building better so that it can propose its correct formal, structural and material
recomposition.

Keywords: Cathedral, Cartagena, laser scanner, digital photogrammetry, three-dimensional modeling.

1. ANTECEDENTES. UN EDIFICIO SINGULAR


La antigua iglesia de Santa María La Mayor o de Nuestra Señora de la Asunción, en Cartagena (también co-
nocida popularmente como “Catedral Vieja” o “Antigua” e “Iglesia de Santa María la Vieja”), es un edificio de-
clarado Bien de Interés Cultural (en adelante BIC), con categoría de monumento, incluido en el Plan Especial

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Pedro-Enrique Collado Espejo, Francisco Joaquín Jiménez González y Carmen María Sánchez Yepes

de Ordenación y Protección del Centro Histórico de Cartagena, ubicado en el entorno de protección del PERI
Teatro Romano (Decreto 234/2918), e incluido en el Plan Nacional de Catedrales (elaborado por el Ministerio
de Cultura). Por tanto, un edificio histórico con un alto valor patrimonial y cultural. Sin embargo, los diferen-
tes acontecimientos que ha soportado la construcción, especialmente desde finales del siglo xix hasta media-
dos del xx, han dado lugar al estado general de semiruina en el que, por desgracia, aún se encuentra (Fig. 1).

Figura 1. A la izquierda, fachada recayente al Teatro Romano. A la derecha, imagen general del interior del templo.

Se ubica entre la calle Osario (fachadas sur y oeste) y la plaza Condesa de Peralta (fachada norte), en la ladera
noroccidental del cerro de La Concepción, y está documentado que el templo primitivo, del siglo xiii, se cons-
truyó sobre restos romanos, entre ellos el propio Teatro Romano. Aunque será a partir del siglo xvi, cuando la
iglesia se configure como catedral, al construirse las tres naves principales combinando los estilos tardo-góti-
cos y clasicistas. Este siglo termina con el templo inacabado (Murcia, 2018), pero en los siguientes el edificio
termina de consolidarse, construyéndose la mayor parte de las capillas laterales actuales de la nave meridional
y modificándose las fachadas principales. Los bombardeos de la guerra cantonal (julio de 1873-enero de
1874), dañan las capillas y gran parte de la fachada de poniente; lo que obliga a realizar pequeñas restaura-
ciones. Y a finales del xix, se hunde el ábside y casi todo el muro norte por problemas en la cimentación. Por
suerte, el auge de la minería trae estabilidad y riqueza a la ciudad y, entre 1899 y 1902, se le encarga al arqui-
tecto Víctor Beltrí y Roqueta la restauración del templo, quien lo modifica volumétrica y arquitectónicamente.
Siguiendo los principios de la llamada “restauración en estilo”, Beltrí realiza una intervención con un marcado
estilo neorománico en el exterior y un estilo con aspectos neogóticos en el interior (Murcia, 2018). El edificio
se compone de una nave central y dos laterales con capillas adosadas. La entrada era una pequeña puerta en
fachada sur; aunque en la norte hay una gran puerta que tenía la consideración de principal; con torre-cam-
panario y, en el lado norte, un volumen anexo donde residían los clérigos. Pero en julio de 1936 (inicio de la
Guerra Civil), el templo es asaltado y destruidos los altares y retablos, instalándose en el interior una cárcel. Y
en 1939 es bombardeado, quedando totalmente destruidas las cubiertas y capillas del lado norte. A partir de
este momento el edificio queda parcialmente en ruina y es abandonado.

Entre 1983 y 1986 se realizan dos excavaciones arqueológicas que permiten identificar y reconocer mejor las es-
tructuras del templo. En 1988 se descubren unos restos arqueológicos en un solar medianero que se identifican
como partes del teatro romano, y en 1990 se confirma el hallazgo. Las sucesivas excavaciones han confirmado
que parte de la cávea está bajo el templo y en el subsuelo de la nave sur se encuentra una cisterna de la época
del emperador Augusto y un mosaico romano en la antigua cripta del templo. En resumen, la antigua iglesia de
Santa María La Mayor o de Nuestra Señora de la Asunción, conserva restos de origen romano, islámico y me-
dieval cristiano, así como muros góticos y renacentistas y elementos añadidos en reformas y reconstrucciones
de los siglos xviii al xx. Por tanto, el análisis histórico y arquitectónico de este monumento permite conocer la
evolución urbana, social y cultural de Cartagena.

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ANÁLISIS DIGITAL DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO CON FOTOGRAMETRÍA DIGITAL, ESCÁNER LASER 3D Y MODELADO
TRIDIMENSIONAL. APLICACIÓN AL ESTUDIO DE LA ANTIGUA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR - CATEDRAL VIEJA DE CARTAGENA

2. EL LEVANTAMIENTO GRÁFICO DE PRECISIÓN. METODOLOGÍA


En 2009, la Universidad Politécnica de Cartagena (en adelante UPCT) realizó un primer levantamiento
planimétrico y documental (Collado y Martínez, 2009), que se completó con un análisis constructivo y
de patologías detectadas en el monumento. A raíz de este estudio, entre 2011 y 2012 se realizaron obras
de consolidación de muros y, más recientemente, la restauración de la capilla del Cristo del Socorro. En
consecuencia, la Diócesis de Cartagena (propietaria del inmueble) ha abierto la construcción para visitas
guiadas, incorporándola a la oferta cultural y turística de la ciudad. Además, la Diócesis se ha propuesto la
restauración integral del monumento, y como paso previo, ha encargado la elaboración de un Plan Director
a la empresa Lavila Arquitectos SLP (dirigida por el arquitecto D. Juan de Dios de la Hoz Martínez). Este
Plan Director debe establecer las condiciones generales y particulares de conservación y puesta en valor del
BIC y de su entorno; y debe configurarse como una herramienta que determine los valores constitutivos del
BIC y servir de base para la planificación de futuras actuaciones desde una perspectiva de preservación de
la autenticidad del monumento (Decreto 234/2018). Además, la redacción de un Plan Director y su futura
aplicación debe basarse en una investigación, documentación y análisis exhaustivo del edificio y de su entor-
no de protección (De la Hoz, 2006: 366), “y sólo podremos evaluar detalladamente los diversos cuadros de
problemas si disponemos de una documentación planimétrica de precisión” (De la Hoz, 2006: 373). Por ello,
y con la experiencia del trabajo realizado en 2009, Lavila Arquitectos SLP encargó el “Escaneado y redacción
de documentación planimétrica en Cad de la antigua Iglesia de Santa María La Mayor - Catedral Vieja de
Cartagena (Región de Murcia)” (Collado y García, 2019) al Grupo de Investigación Thermal Analysis and
Geomatics - TAG, de la UPCT.

Para desarrollar esta documentación se ha combinado la topografía clásica con el escáner láser 3D y la fo-
togrametría digital. En los últimos años, esta complementariedad de métodos gráficos se ha impuesto como
la metodología más precisa y eficaz en la documentación del patrimonio arquitectónico (García-León et al.,
2019) y la más utilizada en el levantamiento gráfico en detalle de catedrales (Fassi et al., 2010; Yastikli, 2007).
El láser escáner permite generar la modelización global del edificio; y para un mayor nivel de detalle en ele-
mentos singulares (tanto geométrica como visualmente), la fotogrametría digital es la herramienta adecua-
da. Esta precisión en la definición gráfica permite analizar las características arquitectónicas y el estado de
conservación de los materiales y sistemas constructivos, además de adecuar el trabajo a los objetivos que se
persiguen, generando planos y secciones de cualquier elemento, quedando definido, de un modo completo,
el edificio.

Para planificar el trabajo de campo se tuvo en cuenta la complejidad arquitectónica del templo y la compati-
bilidad con el uso actual de éste (con visitas diarias de turistas). Se dividió el edificio en ocho zonas de estudio
(calle Osario y parque; escenario y cávea; naves; capillas; torre; cisterna romana; cripta; y columnas centrales)
y, con el apoyo de la topografía clásica, se establecieron las bases de escaneo a través de una poligonal cerrada
(con el mismo sistema de coordenadas en todas las nubes de puntos), y se fijaron los puntos de apoyo y control
(tomando para ello al menos tres puntos desde cada una de las estaciones).

2.1. El trabajo de campo con escáner láser 3D


Para el trabajo de campo se utilizó una multiestación Leica Nova MS50 (capaz de tomar 1.000 puntos por
segundo en 360º) con prisma circular GPR 111, del Departamento de Arquitectura y Tecnología de la Edi-
ficación de la UPCT. El escaneado de millones de puntos permite obtener nubes tridimensionales de gran
definición que, combinados con cientos de fotografías, darán lugar a modelados texturizados muy realistas.
Las estaciones se organizaron en dos anillos que se interrelacionaban, uno totalmente exterior (14 estaciones),
vinculado con otro interior (17 estaciones). Por tanto, 31 estaciones vinculadas por topografía clásica, desde
las que se han realizado 37 escaneados láser, con 75 puntos de control, que han permitido certificar la preci-
sión del modelo tridimensional realizado del templo. Inicialmente se obtuvieron unos 95 millones de puntos;
una información que debe tratarse y optimizarse con el software Leica Infinity para poder ser incorporada al
modelo digital. El modelando de elementos de detalle se realizaría con fotogrametría digital usando la cámara
Canon EOS 700D sobre trípode rígido con objetivo EFS 18-55 mm f/3.5-5.6 y corrección de color con Color-
Checker Classic (Fig. 2).

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Figura 2. A la izquierda, planta general con los puntos de estacionamiento para la poligonal interior (identificados de la A a la M) de la
construcción. A la derecha, el esquema de puntos (identificados con números del 1 al 14) de ubicación de la estación para la obtención
de la poligonal exterior.

Las escaleras de bajada a la cripta y la cisterna romana fueron los volúmenes más difíciles de analizar por la
dificultad de acceso y el poco espacio para estacionar el escáner láser. El análisis de la cisterna se consideraba
fundamental por lo que se realizó un escaneado de bóveda completa, abarcando 360º en horizontal y obte-
niendo un total de 2.396.455 puntos y 5 puntos de control. La escalera, realizada en la intervención dirigida
por Beltrí, se encuentra separada del resto del templo e integrada en el recorrido del Museo del Teatro Ro-
mano. Su ubicación y dimensiones dificultaba su integración en el resto del levantamiento, ya que no existen
visuales para su vinculación (salvo una pequeña ventana en la fachada occidental), por lo que fue necesario
realizar tres estacionamientos con tres escaneados independientes. Se tomaron hasta cuatro puntos de apoyo
en la ventana para que, en el trabajo de gabinete, se pudiera alinear con los puntos de apoyo y por Best Fit.
Así se pudo obtener la escalera integrada en el modelo 3D y referenciada con el resto de zonas y volúmenes
del edificio.

2.2. El trabajo de gabinete. Procesado de datos y modelo tridimensional final


Los datos del escaneado se tienen que descargar y analizar con el software Leica Infinity para ser exportados
y procesados (modelización, optimización y texturización), con otros programas como Geomagic Design,
Blender, Retopology, 3DReshaper… Básicamente, se trata de la limpieza de datos brutos (nubes de puntos),
generación y optimización de superficies y volúmenes, texturización de elementos y modelización final. Es
un trabajo de gabinete lento y que requiere cierta especialización de quien lo realiza pero que proporciona un
material gráfico de precisión con multitud de posibilidades de análisis y procesado.

Las nubes de puntos brutos generados por el escaneado se depuraron con Geomagic Design obteniéndose
mallas más limpias. El resultado fueron 9 mallas que, debidamente trianguladas, crearán el primer modelado
del edificio. Después, con Blender se analiza y retoca la malla general para obtener una modelización tridi-
mensional más completa y acorde al trabajo. Esta operación genera un archivo con un tamaño muy alto por
lo que debe ser nuevamente procesado, en este caso con Retopology, pasando de una malla triangular a otra
cuadrangular pero respetando la geometría original. El resultado es una malla con un tamaño más reducido,
lo que facilita su visualización. La última fase del trabajo será la aplicación de la textura al modelo 3D, que se
realizará con el software 3D Reshaper. En este proceso es fundamental la toma de datos fotográficos, la apli-
cación de la fotogrametría digital y la corrección de colores (como se expone en el apartado 2.3); además de
realizar una comprobación final de la precisión del modelo tridimensional generado para que las diferentes
imágenes y planos en 2D y 3D que se obtengan sean lo más fiables posible (Fig. 3 y 4).

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ANÁLISIS DIGITAL DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO CON FOTOGRAMETRÍA DIGITAL, ESCÁNER LASER 3D Y MODELADO
TRIDIMENSIONAL. APLICACIÓN AL ESTUDIO DE LA ANTIGUA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR - CATEDRAL VIEJA DE CARTAGENA

Figura 3. A la izquierda, modelo 3D generado por la nube de puntos del escaneado tras la exportación a Geomagic Design para su depu-
ración. A la derecha, modelo tridimensional durante el procesado final realizado con 3D Reshaper una vez ha sido previamente depurado
y corregido.

Figura 4. A la izquierda, planta general del edificio con la malla optimizada y sin texturizar. A la derecha, la planta general con la com-
probación final de precisión y malla texturizada.

2.3. Fotogrametría digital para elementos singulares


Como demuestran multitud de recientes estudios (Rodríguez-Navarro y Fantini, 2012), la fotogrametría digi-
tal terrestre ofrece resultados equiparables en precisión al escaneado láser. Con el desarrollo de los algoritmos
de modelado fotogramétrico SfM (Structure from Motion), ahora se dispone de una perfecta herramienta para
objetos o edificios de pequeño o medio tamaño (como en nuestro caso), haciendo posible su modelización
con toma de fotografías desde diferentes puntos de vista cubriendo toda la superficie a restituir y teniendo
un solape suficiente (recomendable superior al 60 %). Los softwares basados en esta tecnología determinan
la posición en el espacio de cada una de las fotografías con respecto al objeto de estudio. Posteriormente se
realiza un análisis de puntos homólogos entre las distintas imágenes para obtener una nube de puntos tridi-
mensional. Esta nube de puntos puede ser convertida en una malla tridimensional basada en triángulos con
una textura procedente de las fotografías. Este nuevo modelo puede ser exportado en las extensiones habitua-

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les de software de modelado 3D (como .obj o .stl), lo que permite integrarlo en el resto del modelo generado
a través del escaneado láser. En nuestro caso, el levantamiento de la torre campanario y de las columnas de la
nave central se ha realizado con esta técnica. Las fotografías fueron generadas en formato .raw para asegurar
una alta calidad de archivo y la realización de un correcto balance de blancos durante el trabajo de modelado.
También se optó por utilizar luz natural en todos los casos, obteniendo el color real. Para la restitución de
las columnas se realizaron 577 fotografías formando un círculo alrededor de cada una de ellas, con lo que se
generaba una malla tridimensional para cada columna.

Para optimizar la calidad de la textura de las imágenes hay que considerar dos aspectos. En primer lugar, la
toma de fotografías debe realizarse en condiciones de iluminación suficientes para no utilizar altos niveles de
sensibilidad a la luz y, a su vez, con escasas sombras proyectadas sobre el objeto de estudio. Por ello, se aconse-
ja la toma de imágenes en los momentos en el que el sol no se encuentre a gran altitud, siendo recomendables
los días nublados. Así, no solo mejoramos el resultado de la textura sino que maximizamos las fotografías
orientadas durante el procesado. En caso de no poder tomar imágenes en condiciones idóneas, se disponen
de herramientas digitales (como Photoshop) para la corrección del color. El segundo aspecto a considerar es
el color obtenido. Las fotografías realizadas con diferentes orientaciones o a distintas horas del día tendrán
diferentes ángulos de incidencia, intensidades de luz o áreas en sombra, lo que afectará a las tonalidades del
objeto a restituir. Por ello, deben utilizarse cartas de balance de grises y de color. La neutralización de este
tipo de irregularidades es muy aconsejable, reduciendo así posibles variaciones de importancia en el resulta-
do final. Las imágenes finales (en total se han tomado 1349 fotografías), permitirán identificar y medir con
precisión materiales y patologías (grietas, humedades, pérdidas de sección…), por lo que la neutralización de
irregularidades en éstas es fundamental.

En nuestro caso, se planificó la toma de fotografías en días con reducida luz solar, de forma que tanto las co-
lumnas como la torre campanario dispusieran de la mínima cantidad de sombras arrojadas y de uniformidad
en todas las superficies. Se usó luz natural para obtener un modelo lo más fiel posible a la realidad y la carta
de color Xrite ColorChecker para el balance de blancos en el trabajo de gabinete. Como resultado de este tra-
bajo se obtuvieron seis mallas tridimensionales poligonales (una por cada columna central y otra de la torre
campanario), con una textura compensada con perfiles de cámara utilizados en Adobe Lightroom. El resul-
tado son mallas triangulares de alta calidad, texturizadas a partir de las fotografías digitales de alta resolución
tomadas in situ. Estas mallas fotogramétricas han podido ser utilizadas para realizar análisis y diagnósticos
de las evoluciones y estado de conservación de estos elementos, con una alta riqueza constructiva e histórica,
pudiendo identificar y estudiar muchos estratos históricos que están superpuestos.

3. ALGUNAS CONCLUSIONES AL TRABAJO REALIZADO


La antigua iglesia Mayor de Santa María - Catedral Vieja, de Cartagena, es un referente patrimonial y cultural
de la ciudad. Un monumento complejo que conserva restos de origen romano, medieval islámico y cristiano,
muros góticos y renacentistas así como aportaciones de los siglos xviii al xx; pero también un edificio que
presenta una imagen general de ruina y abandono que, desde los bombardeos que sufrió en 1939, parece que
se ha consolidado. Afortunadamente, en los últimos años la Diócesis de Cartagena (propietaria del inmueble)
se ha propuesto la restauración y conservación integral del monumento. Como paso previo, ha encargado
la elaboración de un Plan Director a Lavila Arquitectos SLP (empresa dirigida por el arquitecto D. Juan de
Dios de la Hoz). Un documento que determine los valores del BIC y establezca la metodología, criterios de
intervención y planificación de futuras actuaciones desde la perspectiva del reconocimiento y preservación
de su autenticidad.

Partiendo de la idea de que solo podemos analizar y evaluar el estado de conservación de un edificio his-
tórico si disponemos de documentación gráfica de precisión (y con la experiencia del estudio realizado en
2009), Lavila Arquitectos SLP contrató el “Escaneado y redacción de documentación planimétrica en Cad
de la antigua Iglesia de Santa María La Mayor - Catedral Vieja de Cartagena (Región de Murcia)” al Grupo
de Investigación Thermal Analysis and Geomatics - TAG, de la UPCT. Un trabajo que ha significado todo un
reto, tanto por el tamaño y complejidad del conjunto como por la relevancia del mismo.

El uso de herramientas tan potentes como el escaneado láser 3D y la fotogrametría digital terrestre, junto con
la topografía clásica, ha permitido realizar un análisis constructivo y gráfico de precisión, junto con un mode-
lo tridimensional, que identifica y documenta los materiales y sistemas constructivos del edificio y su estado

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ANÁLISIS DIGITAL DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO CON FOTOGRAMETRÍA DIGITAL, ESCÁNER LASER 3D Y MODELADO
TRIDIMENSIONAL. APLICACIÓN AL ESTUDIO DE LA ANTIGUA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR - CATEDRAL VIEJA DE CARTAGENA

de conservación. El modelo digital permite obtener superficies, grosores de muros, inclinación exacta de ele-
mentos estructurales, mapa detallado de deterioros, volumetría…, además de componer un amplio abanico
de planos en 2D y 3D que ayudan a conocer y entender correctamente el edificio. En el caso de las escaleras
de bajada a la cripta y la cisterna romana, se han podido documentar elementos de los que no se disponía
documentación fiable. La integración en el modelo tridimensional global de estos elementos permite tener
seguridad de la ubicación de estos volúmenes así como obtener una planimetría de precisión imprescindible
para evaluar su estado de conservación y afrontar con garantías las futuras restauraciones del templo (Fig. 5).

En resumen, se ha elaborado un modelo tridimensional, texturizado y de precisión de la antigua iglesia de


Santa María La Mayor o de Nuestra Señora de la Asunción en Cartagena, que forma parte del Plan Director
que se está desarrollando, y que debe contribuir a su análisis, gestión y difusión, contribuyendo así a su co-
rrecta recuperación y conservación.

Figura 5. A la izquierda, dos de los alzados interiores del templo con la texturización final. El superior con las fachadas de las capillas
laterales; el inferior en sección por la cisterna romana. A la derecha, modelo tridimensional final con la malla del conjunto texturizada.

4. BIBLIOGRAFÍA
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Decreto 234/2018, de 28 de noviembre, por el que se establecen las normas especiales reguladoras de la concesión directa
de una subvención al Obispado de la Diócesis de Cartagena, para la redacción del Plan Director para la Restauración de la
Iglesia de Santa María la Vieja de Cartagena. (BORM nº 277, de 30 de noviembre de 2018).
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318 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL CONTROL INSTRUMENTAL Y LA TECNOLOGÍA
ESCÁNER LÁSER EN LA RECUPERACIÓN DEL
PATRIMONIO CULTURAL DE LORCA TRAS EL SISMO
DEL 2011

Spairani Berrio, Yolanda


Universidad de Alicante, Departamento de construcciones arquitectónicas
Huesca Tortosa, José Antonio
Universidad de Alicante, Departamento de construcciones arquitectónicas
Torregrosa, David
Universidad de Alicante, Departamento de construcciones arquitectónicas
Martínez Ríos, Carmen
Dirección General de Bienes Culturales. Región de Murcia

Resumen
En el sismo de Lorca del 11 de mayo del 2011 se realizaron mediciones instrumentadas en determinados
inmuebles del patrimonio cultural, consistentes tanto en el control tridimensional de los principales ele-
mentos arquitectónicos como en la instalación de fisurómetros y sensores para lectura de temperatura,
humedad y punto de rocío. El análisis de los datos permitió conocer tendencias del movimiento, facilitando
la toma de decisiones relativas a la estabilización estructural. Del análisis de las casuísticas generadas se
pueden establecer líneas de trabajo futuras de optimización en la gestión de protección del patrimonio
cultural, tanto en fase de emergencia como en la posterior restauración, mediante el escaneado láser de los
diferentes elementos estructurales de los inmuebles afectados para la identificación y obtención de datos
con rapidez y precisión.

Palabras clave: Medición instrumentada, laser escáner, patrimonio cultural, daños por sismo, riesgo
sísmico.

Abstract
In the Lorca earthquake of May 11, 2011, instrumented measurements were made in certain properties of the
cultural heritage, consisting of both the three-dimensional control of the main architectural elements and the in-
stallation of cracks and sensors to read temperature, humidity and point of Dew. The analysis of the data allowed
us to know trends in the movement, facilitating decision-making regarding structural stabilization. From the
analysis of the generated casuistry, future lines of work for optimization in the management of cultural heritage
protection can be established, both in the emergency phase and in the subsequent restoration, through laser scan-
ning of the different structural elements of the affected buildings for the identification and data collection with
speed and precision.

Keywords: Instrumented measurement, laser scanner, cultural heritage, earthquake damage, seismic risk.

1. INTRODUCCIÓN
Los movimientos sísmicos del 11 de mayo de 2011, sometieron a las estructuras murarias de Lorca a un mo-
vimiento orientado en la dirección NW-SE perpendicular a la falla de Alhama de Murcia (FAM), producién-
dose la mayor intensidad de las deformaciones entre los ejes N145E y N195E (Giner-Robles et al., 2012), con
un primer movimiento de magnitud Mw 4,5 y un segundo movimiento de magnitud Mw 5,1.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 319


Yolanda Spairani Berrio, José Antonio Huesca Tortosa, David Torregrosa y Carmen Martínez Ríos

Las actuaciones de emergencia fueron gestionadas de forma coordinada por la Administración estatal,
autonómica y local, junto con el Obispado de Cartagena. Los gastos derivados de dichas actuaciones de
emergencia fueron asumidos en parte por el Gobierno de la Nación al amparo de lo establecido por el Real
Decreto-Ley 6/2011 de 13 de Mayo, de actuaciones imprescindibles e inaplazables para garantizar la seguri-
dad de las personas y el funcionamiento de los servicios públicos esenciales, y por el Fondo de Solidaridad
Europeo.

Tras la inspección de los bienes culturales afectados por sismo y posterior intervención de apeo y consolida-
ción estructural, en determinados inmuebles se estableció una metodología de trabajo que permitió conocer
las posibles deformaciones en los edificios afectados en las semanas siguientes al evento sísmico, obteniendo
información de los desplazamientos continuados en una misma dirección y sentido de uno a varios elementos
estructurales.

2. EL CONTROL INSTRUMENTAL EN EL SISMO DE LORCA DEL 2011


En el seísmo de Lorca se realizaron mediciones instrumentales en determinados inmuebles, consistentes tanto
en el control tridimensional de los principales elementos arquitectónicos como en la instalación de fisuróme-
tros para obtener una mayor precisión. Para aumentar la calidad del registro se implantaron sensores para
lectura de temperatura, humedad y punto de rocío (López y Méndez, 2015).

Los instrumentos y métodos topográficos permitieron realizar mediciones suficientemente precisas para
apreciar movimientos significativos en elementos estructurales que podían afectar a la estabilidad del inmue-
ble. El control instrumental fue realizado en la antigua colegiata de San Patricio, iglesia del Carmen, iglesia de
San Mateo, iglesia de San Diego, iglesia de Virgen de las Huertas, capilla del Rosario y torre del Espolón, por
las empresas designadas para las intervenciones de emergencia en cada inmueble. El análisis de los datos en
el tiempo permitió conocer tendencias del movimiento en una misma dirección y sentido de los elementos
arquitectónicos observados, facilitando la toma de decisiones relativas a su estabilización.

La captura de datos se realizó mediante la observación directa de los fisurómetros colocados en grietas, así
como mediante la topografía clásica, auscultando una serie de puntos ubicados en los elementos estructu-
rales del edificio. Las observaciones fueron realizadas inicialmente cada 6 horas, y transcurrida una semana
se comenzaron las observaciones cada 24 horas. Pasado un mes, el período de tiempo entre observaciones
fue de 72 horas. Después de dos meses, las observaciones fueron semanales hasta la finalización de la toma
de datos.

En la colegiata de San Patricio, tras el control continuo de los puntos se observó que la zona superior del
muro de cierre del segundo tramo de la girola estaba sufriendo un acusado desplazamiento hacia el exterior.
Este daño era directamente observable, pero fue cuantificado mediante el control instrumental. Los desplaza-
mientos observados oscilaban desde los 7,6 a los 4,8 milímetros y se apreciaron el séptimo día de medición.
Igualmente, se colocaron en el interior dos medidores de temperatura y humedad, ubicados uno en zona de
solana y el otro en zona de umbría para poder medir la variación térmica interior, registrándose lecturas de
humedad y temperatura cada 5 minutos con almacenamiento digital de datos (Figs. 1 y 2).

Del control instrumental en la iglesia del Carmen se verificó el inicio de vuelco de la fachada barroca hacia
la calle (De la Hoz, 2012c). Con las mediciones efectuadas se confirmó el desplazamiento de la vertical de 8
mm en los cuatro puntos en los que se realizó la medición. La unión entre las fábricas de fachada y muros
de la nave central no disponía de las cadenas de atado como sí existen en otros inmuebles de la arquitectura
religiosa, donde los sillares de unión con las fachadas laterales traban ambas fábricas (De la Hoz, 2012b)
(Fig. 4).

320 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL CONTROL INSTRUMENTAL Y LA TECNOLOGÍA ESCÁNER LÁSER EN LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LORCA
TRAS EL SISMO DEL 2011

Figura 1. Control geométrico mediante topografía clásica. Colegia- Figura 3. Dianas reflectantes adhesivas en la clave del arco del cru-
ta San Patricio (Lorca). cero. Iglesia de Virgen de las Huertas (Lorca).

Figura 2. Desplazamiento muro en segundo tramo de girola. Cole- Figura 4. Apeo de la fachada barroca. Iglesia del Carmen (Lorca).
giata San Patricio (Lorca).

3. EL LÁSER ESCANER EN LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL TRAS EL SISMO


En la gestión de la emergencia del sismo de Lorca de 2011 no fue empleada la tecnología de escáner láser en la
evaluación de daños. El levantamiento de la bóveda de la capilla de Virgen del Alcázar de la colegiata de San
Patricio, previo a su restauración, fue realizado en 2013 por José Calvo López (Calvo y Alonso y Natividad,
2013). Posteriormente, tras la restauración de la capilla, la digitalización mediante escáner láser ha sido reali-
zada por Yolanda Spairani y José Antonio Huesca (Arquinversa) (Figs. 5 y 6).

Las actuaciones de emergencia del patrimonio cultural en el sismo de L’Aquila (2009), Emilia Romagna (2012)
y México (2017) han contado con la digitalización mediante escáner láser en algunos de los inmuebles da-
ñados. En México, algunos de los equipos que trabajaron en la evaluación de daños, realizaron utilizaron el
escáner láser y la toma de fotografías aéreas con dron. Dependiendo del tamaño del inmueble fue posible
realizar el escaneado con una estimación aproximada de cuatro horas.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 321


Yolanda Spairani Berrio, José Antonio Huesca Tortosa, David Torregrosa y Carmen Martínez Ríos

Figura 5. Nube de puntos de los alzados interiores de la capilla Virgen del Alcázar. Colegiata San Patricio (Lorca). (Fuente: Arquinversa,
www.arquinversa.com)

Figura 6. Nube de puntos de la bóveda de la capilla Virgen del Alcázar. Colegiata San Patricio (Lorca). (Fuente: Arquinversa,
www.arquinversa.com)

La duración del proceso de trabajo para cada inmueble fue aproximadamente de tres días, y consistió en regis-
trar las tomas realizadas, desarrollar la nube de puntos y obtener las ortofotos para la elaboración de planos.
Por cada inmueble fue elaborada una ficha de evaluación de daños, donde se reflejaron los diferentes tipos de
daños, la propuesta de apuntalamiento y la evaluación de costes de las obras de emergencia. Esta información
fue aportada a la Secretaría de Cultura para la adopción de medidas de protección del patrimonio cultural.

En Italia, la Unidad Técnica de Ingeniería Sísmica (UTSISM) de la Agenzia nazionale per le nuove tecnologie,
l’energia e lo sviluppo economico sostenibile (ENEA), ha diseñado aplicaciones para teléfonos inteligentes en
diversos sectores, entre ellos para las fichas de evaluaciones de daños post-sismo. Las soluciones integran sof-
tware personalizado, aplicaciones para estos dispositivos, servidores remotos y sitios web. La versión digitali-
zada de las fichas dispone de un diseño igual que el de papel. Así, el evaluador puede completar esta ficha con
los mismos gráficos siendo un flujo de trabajo sin papel. Desde el teléfono inteligente se insertan fotos, videos,
croquis y audio tomados en el sitio, reduciendo el tiempo de adquisición de datos. Es una herramienta que
puede funcionar sin conexión a internet estando conectado a un servidor central para transmitir los informes
en PDF en tiempo real.

322 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL CONTROL INSTRUMENTAL Y LA TECNOLOGÍA ESCÁNER LÁSER EN LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LORCA
TRAS EL SISMO DEL 2011

ENEA ha trabajado en lugares afectados por sismo como en L’Aquila en 2009 y Emilia en 2012. Ha interveni-
do en la redacción del Plan de Reconstrucción de Arsita, afectada por el terremoto de L’Aquila, junto con la
Universidad de Chieti-Pescara Gabriele D’Annunzio, la Universidad de Nápoles Federico II y la Universidad
de Ferrara. Para cada una de las viviendas se realizó un levantamiento con tecnología escáner láser.

En España, por parte del grupo de investigación formado por Yolanda Spairani (UA), José Antonio Huesca
(UA) y Carmen Martínez Ríos (CARM), en 2016 se desarrolló una propuesta de ficha para afrontar la eva-
luación de daños en bienes culturales afectados por movimientos sísmicos en fase de emergencia, que fue
presentado en el Congreso de Rehabend 2016 celebrado del 24 al 27 de mayo en Burgos (España).

Para la optimización de la gestión de la emergencia por riesgo sísmico en el patrimonio cultural, se planteó
una metodología de trabajo que agilizara el trabajo de evaluación de los inmuebles dañados, abordando la
evaluación de daños en el patrimonio cultural desarrollada a partir de las herramientas que ofrecen las nuevas
tecnologías, con uso de dispositivos móviles para su cumplimentación para la necesaria incorporación de
imágenes captadas en vídeo y fotografía (Martínez y Spairani y Huesca, 2016).

Los apartados de identificación y descripción se incorporaban al dispositivo móvil como datos volcados de
Catastro a partir de la geolocalización (GPS) incorporando cartografía catastral, fotos aéreas y coordenadas
UTM 30 ETRS89, siendo estos apartados, junto con los de inspección y medidas a adoptar del informe los que
se habían de cumplimentar por los evaluadores desde un dispositivo móvil en las primeras 48 horas tras del
sismo. El informe podía ser completado en días posteriores con datos relativos a las obras necesarias a corto
plazo, evaluación de costes y observación de los evaluadores.

El informe debía de incorporarse a una plataforma software o servidor local con aplicaciones para dispositivo
móvil que sirviese como herramienta para organizar y geolocalizar en fase de emergencia, coordinando a to-
dos los agentes que intervienen en la misma a través de una aplicación instalada en su dispositivo móvil, que
permitiese gestionar las incidencias y la evaluación de daños, controlado bajo niveles de acceso a la informa-
ción y con la posibilidad de uso sin conexión a internet (Martínez, 2017).

Posteriormente, se ha trabajado en una ficha específica para la arquitectura defensiva (torres) (Martínez
y Spairani y Huesca, 2018), y para la arquitectura religiosa de planta catedralicia (Martínez y Spairani y
Huesca, 2018), donde se ha propuesto en el desarrollo de la evaluación de daños estructurales por sismo, el
empleo de la metodología BIM para optimizar tanto la toma de datos como la organización de la informa-
ción generada.

4. CONCLUSIONES
Las nuevas tecnologías han hecho posible cambiar el método de trabajo en la adquisición y organización de
datos en la recuperación del patrimonio cultural. Se propone una metodología de evaluación de daños en fase
de emergencia del patrimonio cultural tras un sismo incorporando técnicas de digitalización mediante laser
escáner, de forma que permita identificar de forma más exacta los daños, realizar el levantamiento gráfico
y estudiar las deformaciones y movimientos de los diferentes elementos estructurales de un bien inmueble.

Se plantea que en la gestión de protección del patrimonio cultural en fase de emergencia por riesgo sísmico,
se incorpore el proceso de escaneado láser de todos los inmuebles afectados como parte del gasto derivado de
las actuaciones de emergencia sufragadas por el Gobierno de la Nación. El objetivo es generar la información
estructurada obtenida en la inspección, de forma que sirva a su vez para la salida de los datos a incorporar en
los proyectos de restauración, con optimización del tiempo destinado a su elaboración.

En los informes de daños en los que ya se ha aplicado esta metodología de trabajo, se ha realizado primera-
mente el levantamiento del edificio mediante técnicas topográficas, como el láser escáner 3D y la fotograme-
tría, que permiten obtener una geometría real del inmueble con los daños que presentan. A partir de estos
datos se ha realizado la modelización 3D del edificio, posteriormente se ha volcado toda la información de
las inspecciones en el modelo y servir como base para la exportación a formatos BIM (Building Information
Modeling).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 323


Yolanda Spairani Berrio, José Antonio Huesca Tortosa, David Torregrosa y Carmen Martínez Ríos

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324 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PATRIMONIO Y ACTUACIONES
CONTEMPORÁNEAS. ¿SON COMPATIBLES?

Rodríguez Martín, José Antonio


Arquitecto. Arquitecto Técnico
Sandoval González, Sandra
Arquitecta

Resumen
La mayoría de técnicos nos hemos encontrado durante nuestra vida profesional o personal, clientes que des-
conocen el valor patrimonial que posee su vivienda, quizá por ignorancia o falta de interés. Pero la realidad
es que, para la sociedad en general, el patrimonio no existe si no hay alguien que lo ponga en valor. Es impor-
tante identificar los elementos de interés patrimonial y conseguir que estos se conserven. Día a día, nos vemos
bombardeados de información a través de las redes sociales del concepto de arquitectura contemporánea.
Imágenes de viviendas actuales y en tendencia forman ya parte de nuestra galería de elementos adquiridos
por la publicidad en dichas redes. En esta maraña de información, el patrimonio es el gran olvidado. La la-
bor consistirá entonces, en crear una conexión entre las necesidades de un propietario y la conservación del
patrimonio.

Palabras clave: Cartagena, patrimonio, reforma, actualidad, vivienda, tendencia.

Abstract
Most of the technicians find, during our professional life, clients who are unaware of the heritage value of their
house, perhaps due to ignorance or because of a lack of interest. However, the reality is thatfor the society in
general, the heritage does not exist if there is no one who highlight the importance of his value. It is important
to identify the elements of interest and to ensure that they are preserved. Day by day, we get a lot of information
on social networks about the concept of contemporary architecture. Images of current and trending houses are
already part of our gallery of elements acquired by advertising on these networks. In this tangle of information,
heritage is the great forgotten. The task will consist in creating a connection between the owner’s needs and the
conservation of the heritage.

Keywords: Cartagena, heritage, alteration, currently, house, trend.

1. INTRODUCCIÓN
Antes de entrar en profundidad en el por qué es tan importante conservar el patrimonio arquitectónico, de-
bemos entender en primer lugar estos dos conceptos en sí mismos.

El patrimonio cultural es el legado cultural que se encuentra presente en la sociedad en la que vivimos. Se di-
vide en dos: material, que es aquel que podemos tocar, e inmaterial, que está presente en nuestras costumbres
y tradiciones. Y, a su misma vez, el patrimonio material, se divide en dos: mueble, que son aquellos elementos
que se pueden trasladar físicamente (pinturas, mobiliario, libros), e inmueble, que son los elementos que no
pueden trasladarse (edificios, parques).

El patrimonio arquitectónico está contenido dentro del patrimonio material inmueble, es un elemento físico
que no podemos mover ni cambiar de sitio y que refleja el pasado y la historia de una ciudad. Lo podemos
encontrar en prácticamente todas las ciudades del mundo, excepto en aquellas que se haya perdido a causa
de la destrucción de las guerras y abandono de los núcleos de población. Y las ciudades son las encargadas de
proteger y conservar este patrimonio para las generaciones venideras.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 325


José Antonio Rodríguez Martín y Sandra Sandoval González

Los materiales, las formas, los contornos, los colores… son todos aquellos factores presentes en los edificios de
otras épocas que han llegado hasta nuestros días. Todos ellos nos hablan de una historia acerca de las personas
que vivieron en ellos, de una corriente artística que queda definida por todos los elementos que los componen,
tanto exterior como interiormente. Entonces podríamos decir que el patrimonio arquitectónico está formado
por un conjunto de edificaciones que representan a una sociedad y una cultura en un momento histórico
determinado, y que además están dotadas de una gran importancia cultural que deriva de su antigüedad, su
pasado histórico, sus valores arquitectónicos, espaciales, estéticos y funcionales.

Por todo esto, no haría falta seguir ahondando con más ímpetu en la razón del por qué hay que conservar los
edificios de valor patrimonial. Es nuestro trabajo, como arquitectos, saber reconocer este tipo de edificaciones,
conocerlas y estudiarlas, para que puedan seguir perdurando en el tiempo y puedan ser admiradas y valoradas
durante muchos más años.

La problemática de hoy en día, es que los arquitectos hemos ido olvidando los valores históricos e intrínsecos
de la arquitectura. Todo ello ha pasado a un segundo plano para dar prioridad a la estética por encima de
todo. La mayoría de los técnicos no están preparados para abordar temas tan complicados que requieren de
conocimientos muy específicos. Y si a ello le sumamos el total desconocimiento de la población que posee una
edificación de alto valor patrimonial, como consecuencia, tendremos un cóctel que nada tiene que ver con la
restauración, sino más bien con la destrucción.

En la actualidad, las personas estamos más influenciadas que nunca por las redes sociales. Es fácil suponer
que, en esta situación, hay un exceso de información. Compartimos todo aquello que hacemos, comemos,
compramos, y, por supuesto, miramos constantemente todo lo que actualiza la gente de nuestro entorno.
Además, tendemos a cambiar lo material con bastante frecuencia, algo potenciado por el consumismo y por
la necesidad de adaptarnos a las modas con rapidez. En arquitectura ocurre algo parecido, queremos tener en
casa la última tendencia y se obvia el valor del patrimonio preexistente.

Quizá, de todas las redes sociales, las más peligrosas son las que ofrecen imágenes de viviendas espectacu-
lares, idílicas y de la máxima actualidad, como es el caso de Pinterest.1 Buceamos en su interior en busca de
inspiración, tratando de encontrar algo que se ajuste a nuestros gustos, olvidando el papel de los técnicos
especializados, que son los que mejor nos pueden guiar. De ahí radica la importancia de la concienciación
acerca del patrimonio arquitectónico. La mayoría no conoce lo que tiene, y los que lo conocen, desechan los
consejos de los técnicos, dando prioridad a imágenes que han visto en las redes. La estética por encima de
la preservación.

2. METODOLOGÍA
Con el estado de la cuestión planteado en el punto anterior, el reto del proyectista se convierte en una carrera
de fondo, donde tendrá dos tareas fundamentales: por un lado, mostrar al cliente las virtudes de los elemen-
tos originales de su vivienda; y por otro, compatibilizar las ideas preconcebidas de alguien muy influido por
aquellas tendencias, y que siempre va a buscar lo más nuevo y lo más moderno.

Se trata de realizar un estudio completo del contexto histórico cuando se construyó la edificación, conocer
los sistemas constructivos con los que fue realizada e intentar realizar un catálogo de elementos de interés.
En este catálogo debemos relacionar estos elementos con la compatibilidad con necesidades actuales. El
conocimiento de cada uno de los elementos también nos dará las posibilidades que tenemos para cada uno.
A modo de ejemplo, la colocación de un mosaico de Nolla requiere de una especialización tal que hoy día,
muy pocas personas a nivel nacional son capaces de realizarlo correctamente. Sin embargo, un mosaico
hidráulico, de formato habitual de 20 x 20 cm, sí que es más fácil de encontrar colocadores. Queda claro
que un mosaico Nolla es casi intocable y un pavimento hidráulico, aunque es mejor no desmontarlo, cabe la
posibilidad de recolocarlo sin problemas. Por ello, es importante conocer estos sistemas para poder decidir
qué hacer con ellos.

1  Pinterest: Esta web es una plataforma de libre acceso que permite a los usuarios crear y administrar tableros de diferentes temáticas, intereses, aficiones y
gustos. Y, al mismo tiempo, permite seguir a otros usuarios con gustos similares.

326 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PATRIMONIO Y ACTUACIONES CONTEMPORÁNEAS. ¿SON COMPATIBLES?

La parte técnica quedaría resuelta con un estudio minucioso del contexto y los sistemas constructivos. Sin
embargo, otro punto a tener en cuenta, y no menos importante, es la esencia. No se trata de colocar, reponer
o conservar en sí mismo, sino de conseguir que las sensaciones que tenemos en una edificación histórica no
se pierdan. En esto, es muy importante concienciar a la sociedad de la necesidad de contar con profesionales
especializados y, sobre todo, la labor de los técnicos de transmitir los valores patrimoniales a los propietarios,
de forma que se enamoren de los mismos.

3. ACTUACIONES
Existen numerosos ejemplos en los que las actuaciones se han realizado respetando las preexistencias,
compatibilizándolas con materiales y acabados actuales. Pondremos aquí algunos ejemplos que los autores
han conocido en persona.

Despachos en plaza Castellini de Cartagena (Fig. 1). En este caso no hubo una rehabilitación como la an-
terior, pues las actuaciones consistieron en la creación de nuevos aseos y alguna pequeña adaptación. El ex-
celente entorno histórico se aprovechó como fondo de telón. No era necesario crear un nuevo espacio de
oficinas si el entorno ya estaba creado. Se trataba de aprovecharlo y ver que es posible compatibilizar, con unos
pequeños retoques, un espacio de oficina en un entorno burgués.

Figura 1. Vistas de los despachos del edificio en plaza Castellini de Cartagena.

Oficina en Puertas de Murcia de Cartagena (Fig. 2). Todavía con menos alteración del anterior, en este des-
pacho se han aprovechado los espectaculares espacios para dotarlos de mobiliario actual que convive a la per-
fección con un espacio de casi 130 años. Los pavimentos de mosaico Nolla de diseño bastante recargado, junto
con los techos artesonados y pintados, probablemente por Wssel de Guimbarda, crean un espacio que nos
transmite esencias del pasado. Sin embargo, con un mobiliario totalmente extremo y actual, el conjunto que-
da totalmente equilibrado y, al contrario de lo que se podría pensar, es totalmente llamativo y perfectamente
compatible. El suelo y el techo crean dos planos con decoración abigarrada separados por paredes desnudas
blancas que liberan parcialmente la visual del espacio.

Vivienda en Vall d’Alcalà (Alicante) (Fig. 3). Isabel-Clara Sendra Alemany, arquitecta. Se trata de una vivien-
da del siglo xviii que mantenía originales la estructura de muros de carga, forjados, pavimentos de baldosa
hidráulica y cerrajerías de forja. La intervención ha consistido en conservar la mayor parte de los elementos
originales combinándolos con las necesarias actuaciones de renovación. Nos podemos hacer una idea del
estado de la vivienda, pues llevaba más de un siglo deshabitada, lo que también es una oportunidad de inter-
venir en un edificio sin alteración alguna durante este tiempo. Uno de los elementos intervenidos de mayor
interés es la reconstrucción de la escalera con técnica original de bóveda tabicada. Las baldosas hidráulicas
que cubrían parte del suelo de la planta baja, eran, en su mayor parte, piezas monocolores de color rojo oscuro
y en menor cantidad había otras que presentaban un diseño con motivos geométricos en colores blanco, ne-
gro y gris. Los propietarios de la casa disponían de un tercer modelo de baldosas hidráulicas, con un diseño
mucho más colorido y atractivo, que nunca llegó a utilizarse y que había permanecido guardado desde su
compra, a principios del siglo pasado. Decidieron utilizar en la obra estas baldosas más llamativas y recupe-

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 327


José Antonio Rodríguez Martín y Sandra Sandoval González

rar y almacenar las piezas originales de la casa. Todo ello combinado con la recuperación de muros vistos de
mampostería, rejerías y otros tantos elementos de la vivienda, ofrecen, en la actualidad, un espacio que respira
historia pero con un aspecto renovado.

Figura 2. Vistas de las oficinas de Puertas de Murcia, en Cartagena.

Figura 3. Vistas de distintas fases de obra de la vivienda en Vall d’Alcalà (Alicante).

Casa en plaza San Francisco de Cartagena. JARM Arquitectura (Fig. 4). En esta vivienda las actuaciones
se desarrollaron partiendo de un interés de los propietarios de conservar elementos originales, pero sin un
conocimiento concreto del valor de lo que tenían. Se trataba de una vivienda burguesa del año 1900 que man-
tenía techos pintados, pavimentos de mosaico Nolla, carpinterías, y un largo etc. No era fácil compaginar la
nueva cocina, aseos y las nuevas necesidades con el caos de distribución original. Todo ello había que intentar
encajarlo con diversos espacios que, al unirlos, se creaban divisiones en los pavimentos y los techos que no
terminaban de encajar con los nuevos espacios. Finalmente, y con la ayuda y paciencia de los propietarios,
se pudieron adaptar espacios a los techos existentes y el resto fue fruto de la imaginación. Se dispusieron de
falsos techos en las zonas donde no había preexistencias para poder colocar instalaciones y lo mismo se hizo
con ciertas zonas de los pavimentos, donde se levantaron algunos bordes de pavimentos y se aprovecharon los
espacios vacíos de los tabiques para poder pasar estas. Se pasó de unos pavimentos con una gruesa capa de
polvo que apenas dejaba verlos, unos techos oscurecidos por el tiempo y unas carpinterías repintadas varias
decenas de veces, a unos pavimentos limpios que recuperaron los espléndidos colores originales, unos techos
que también recuperaron, con un poco de limpieza, algo de su originalidad, y las carpinterías, decapadas y
restauradas recuperaron el esplendor de antaño. Realmente la actuación, sumado a un nuevo mobiliario que
encajaba con el ambiente, dotó a la vivienda de un cambio radical actualizándola, pero manteniendo la esencia
original.

328 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PATRIMONIO Y ACTUACIONES CONTEMPORÁNEAS. ¿SON COMPATIBLES?

Figura 4. Diversas vistas de la vivienda reformada en plaza San Francisco. Cartagena.

Vivienda en Murcia. Llanes_Granados Arquitectos (Fig. 5). La rehabilitación integral de la vivienda por parte
del equipo de arquitectos, que además cuenta en su equipo con diseñadores de interior, hizo que el resultado
brillara por sí mismo. Sorprende ver mosaicos Nolla de 100 años mezclados con luces led y mobiliario actual.
El trabajo realizado es un ejemplo más de que si se valora bien lo que nos encontramos, es posible darle su
protagonismo dentro de una estética actual. Se mezclan materiales y diseños totalmente contemporáneos
alternados con las preexistencias que reflejan modas de otra época, sin embargo, con una buena dosis de ima-
ginación se ha podido mezclar todo dando un resultado actual, pero respetuoso con el pasado. El mobiliario
se adapta a las tonalidades de los pavimentos y, aunque lo actual quiere destacar, finalmente el conjunto se
percibe como un todo.

Figura 5. Vistas finales de la reforma de vivienda en Murcia.

La Casa de Antonio Petit Hotel. Barcelona. Ana Caffaro arquitectura (Fig. 6). En Barcelona hace tiempo que
entendieron que el patrimonio es un factor de distinción. Si se trata de conservar el patrimonio, cualquier
estrategia es bienvenida, siempre que no caiga en una moda que pueda llegar al olvido. En el caso de este pe-
queño hotel del ensanche de Barcelona, tenían claro que conservar los valores patrimoniales del edificio era
un encanto más para atraer clientes. Si a esto le sumamos la sensibilidad de los técnicos, se llega a un resultado
donde de nuevo, se ponen en valor los elementos originales, hasta el punto que los propios defectos del paso
del tiempo se conservan y no se intentan disimular. Esa es la esencia de este tipo de edificaciones y su valía,

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 329


José Antonio Rodríguez Martín y Sandra Sandoval González

además de los elementos artesanos y artísticos, es la huella del paso del tiempo, algo que, poco a poco, vamos
tomando conciencia y valorando.

Figura 6. Vistas de una habitación tipo en la Casa de Antonio Petit Hotel, en Barcelona.

Estudio de Arquitectura. Barcelona. Roldán Berengué Arquitectos (Fig. 7 y 8). Quizás este despacho sea uno
de los ejemplos más destacables de los hasta ahora comentados, por el hecho de ser una actuación, precisa-
mente, para el estudio de arquitectura de los propios autores del proyecto. La vivienda era de su propiedad y
no debían luchar frente a un propietario, pero también existía el peligro de intentar actualizar la vivienda a un
despacho contemporáneo que presentara una imagen más en línea con la arquitectura que promueve este es-
tudio. Sin embargo, dejando a un lado ese ego que solemos tener los técnicos, la actuación fue inmensamente
respetuosa con la esencia de la vivienda que, no solo intentaron conservar, sino que además es la protagonista
del estudio.

Figura 7. Vistas parciales del Estudio de Arquitectura de Roldán-Berenguer en Barcelona.

Figura 8. Vistas parciales del Estudio de Arquitectura de Roldán-Berenguer en Barcelona.

330 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PATRIMONIO Y ACTUACIONES CONTEMPORÁNEAS. ¿SON COMPATIBLES?

Todos los rincones, detalles y actuaciones están pensados para dar relevancia a las preexistencias. No se utili-
zan los elementos originales como complemento de los nuevos espacios, como simples elementos decorativos
o como testimonios de un pasado lejano, sino que se revitalizan y estos asumen el protagonismo de los espa-
cios, dominándolos. Las actuaciones contemporáneas son las que pasan a ser el complemento del conjunto
histórico. Se trata de un ejemplo de gran interés y que, estudiando los detalles, abruma el ingenio utilizado
en él.

4. CONCLUSIONES
Con el conocimiento de nuestro patrimonio, es mucho más fácil hacer llegar a los propietarios la necesidad de
su conservación. Pero también es muy importante la formación de quienes actuamos en este tipo de edificios,
para que seamos capaces de transmitir esta necesidad sin caer en una insistencia que juegue en nuestra contra.
Debemos tratar de satisfacer las necesidades del cliente, pero a la misma vez conseguir conservar y revitalizar
nuestro entorno histórico. La esencia de nuestros edificios debe permanecer como en las actuaciones que
hemos podido estudiar, a modo de ejemplo, en esta comunicación.

Con lo expuesto en esta comunicación, se ha querido hacer un pequeño repaso a las posibilidades que tienen
nuestros edificios históricos ante la necesidad de la sociedad de disponer de todas las comodidades y los dise-
ños más contemporáneos que difunden las redes sociales. La necesidad de divulgación de nuestro patrimonio
es importantísima para que llegue a todo el público. No es una cuestión actual, sino que el trabajo debe ser una
labor continua, pues las nuevas generaciones deben también conocer y valorar este legado.

5. BIBLIOGRAFÍA
GONZÁLEZ-VARAS, I. (2018). Conservación del patrimonio cultural. Teoría, historia, principios y normas. Ediciones
Cátedra. Madrid.
RODRÍGUEZ MARTÍN, J. A. (2018). “Intervención en Patrimonio no protegido. Conocer para conservar”. Contart 2018.
La convención de la edificación. Escuela Ubiversitaria Politécnica de La Almunia.Zaragoza; pp. 685-694.
RODRÍGUEZ MARTÍN, J. A. (2018). “Las fábricas de mosaico hidráulico y piedra artificial de Cartagena”. Patrimonio
Industrial: Pasado, presente y futuro. Fundación Patrimonial Industrial de Andalucía. Alcalá de Guadaíra; pp. 167-181.
RODRÍGUEZ MARTÍN, J. A. (2018). “Los Valores patrimoniales de la arquitectura de finales del siglo xix y principios del
xx”. XXIV Jornadas de Patrimonio Cultural Región de Murcia. Tres Fronteras edificiones.Murcia; pp. 131-137.
RODRÍGUEZ MARTÍN, J. A.; PÉREZ YELO, M. (2016). Guía del Patrimonio Arquitectónico de Cartagena. Universidad
Politécnica de Cartagena - Fundación Cajamurcia.Cartagena.

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ESTUDIOS E INTERVENCIONES
EN EL PATRIMONIO TÉCNICO,
INDUSTRIAL Y PAISAJÍSTICO
LA GRÚA SANSÓN. 1930-1993

Chacón Bulnes, José Manuel


Dr. Arquitecto

Resumen
Se pretende exponer en esta comunicación un ejemplo paradigmático de un bien de carácter patrimonial, que
al final de su vida útil fue conducido al desguace para su destrucción. Es una realidad que se repite con relativa
frecuencia incluso en los tiempos que corren. Pero en el caso de la monumental grúa Sansón, algo sucedió que
propició su salvación. La intervención de un ciudadano permitió la paralización del desguace. Lo que pone
de relieve la capacidad potencial de cualquier individuo para operar en favor de la defensa y conservación del
patrimonio. Esta monumental estructura de acero roblonado, con sus 589 toneladas de peso y casi 35 metros
de altura, participó en numerosas operaciones a lo largo de los 63 años de actividad en el puerto de Cartagena.
Siendo por tanto uno de los motores de su crecimiento, expansión y desarrollo. Hoy día debemos alegrarnos
de que esta construcción realizada en Valencia en el año 1929 pueda ser contemplada en uno de los accesos a
la ciudad desde la zona de poniente.

Palabras clave: Grúa Sansón.

Abstract
The intention is to expose in this communication a paradigmatic example of a heritage asset, which at the end of
its useful life was led to the scrapping for destruction. It is a reality that is repeated with relative frequency even
in these times. But in the case of the monumental Samson crane, something happened that led to his salvation.
The intervention of a citizen allowed the paralysis of the scrapping. This highlights the potential capacity of any
individual to operate in favor of the defense and conservation of heritage. This monumental steel structure, with
its 589 tons of weight and almost 35 meters in height, participated in the operations throughout the 63 years of
activity in the port of Cartagena. Therefore being one of the engines of its growth, expansion and development.
Today we should be glad that this construction carried out in Valencia in 1929, can be seen at one of the entrances
to the city from the west area.

Keywords: Samson crane.

1. ANTECEDENTES
En el primer tercio del siglo xviii, bajo el reinado de Felipe V, Cartagena fue designada como tercera ciudad
departamental del estado. Se iniciaba la construcción del Arsenal militar. Las obras se prolongarían hasta final
de siglo. Esta circunstancia es crucial para entender la gran transformación que sufrió la ciudad del dieciocho.
Siendo una decisión principalmente estratégica de carácter político militar, factores sociales, culturales, eco-
nómicos y sobre todo urbanísticos, no pudieron sustraerse al cambio. Miles de hombres debieron enfrentarse
a una descomunal tarea de construcción de este enclave defensivo. Se erigieron decenas de edificios; talleres,
fábricas, cuarteles, almacenes, etc., destinados a la construcción, mantenimiento, reparación y pertrechado de
los barcos de la Armada.

Fueron determinantes, para el desarrollo del Arsenal, las diferentes machinas que se instalaron en la dársena
para ayudar en las complicadas y pesadas maniobras de construcción, arbolado y desarbolado de los barcos.
La primera se instala hacia 1757. Se trataba de estructuras en forma de trípode, de madera o acero, que actua-
ban como grúas. Gracias a estos artilugios se pudieron llevar a cabo operaciones imposibles de realizar con
los medios de que se disponía en la época. La última machina se construyó en acero y dejó de prestar servicio
en el año 1941. Para entonces ya había entrado en acción la grúa Sansón. Si hasta este momento las diferentes
machinas se instalaban en tierra firme, al borde del cantil, la grúa Sansón supuso un avance técnico respecto
de sus predecesoras, ya que se erigió sobre una plataforma, pontón o pontona flotante que le permitía movili-

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José Manuel Chacón Bulnes

dad e independencia. De esta forma podía ser transportada o remolcada hasta el lugar donde fuera necesaria
su intervención. Gracias a esta relativa autonomía, la grúa Sansón realizó labores de gran relevancia para
la ciudad como veremos más adelante, siendo determinante su presencia en el crecimiento y desarrollo del
puerto y por tanto de la misma ciudad.

2. CONSTRUCCIÓN. CARACTERÍSTICAS
Se construyó en Valencia, en concreto en los astilleros de la Unión Naval de Levante. Se inició su montaje en
1929 y se concluyó a principios del año siguiente. Se empleó el acero en su fabricación. De estructura pira-
midal, posee tres tramos solapados formando un ligero arco abatido hacia adelante. Se inicia el primer tramo
sobre una base rectangular que va reduciendo sus dimensiones a medida que se eleva hasta acabar en punta,
a unos 30 metros de altura. La grúa podía reclinarse hacia adelante a través de dos grandes usillos (tornillos)
de acero de 10 metros de longitud y 22 centímetros de grosor (Fig. 1).

Las características principales de esta obra, la número 12 del catálogo de obras realizadas en los astilleros de
la UNL, son las siguientes:

Eslora (pontona) 31,25 m


Manga (pontona) 16,5 m
Puntal (pontona) 3,25 m
Altura de la grúa 30,00 m
Desplazamiento 589,35 Tn
Potencia motor 150 H.P.
Carga máxima de elevación 100 Tn

Figura 1. “Grúa flotante de 100 To para la base Naval de Cádiz”. Plano de planta y alzados realizados en la Unión Naval de Levante. (Fuen-
te: Archivo del Arsenal de Cartagena)

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LA GRÚA SANSÓN. 1930-1993

Curiosamente, esta obra de ingeniería cuya titularidad era de la Armada, tendría consideración de embarca-
ción o buque por su capacidad para la navegación, si bien necesitaba ser remolcada. Por tanto, al igual que
el resto de buques de la armada, había que dotarla de un nombre. En una R. O. de diciembre de 1929, quedó
asignado dicho nombre tal y como lo anunció el Diario Oficial del Ministerio de Marina:1
Nombres de Buques
Excmo. Sr: S.M. el Rey (q. D. g.), a propuesta de la Dirección General de Campaña de los Servicios de Estado Mayor, ha
tenido a bien disponer se asigne el nombre Sansón a la grúa eléctrica de 100 toneladas, construida en los astilleros de la
Unión Naval de Levante con destino a la Marina.
Lo que de Real orden digo a V.E. para su conocimiento y efectos. –Dios guarde a V.E. muchos años. –Madrid, 28 de
diciembre de 1929.

Aunque la actividad de la grúa se desarrolló en Cartagena en la práctica totalidad de los años que estuvo en
servicio, 63 en concreto, en realidad se construyó para ser destinada a la Base Naval de Cádiz. Por alguna
razón estableció su base en el Arsenal de Cartagena desde el principio y aunque salió a realizar servicios de
rescate de forma puntual, como los trabajos realizados en Mahón, siempre volvía a Cartagena, siendo en la
ciudad departamental donde realizó la gran mayoría de sus servicios.

3. TRABAJOS DESARROLLADOS POR LA GRÚA SANSÓN


En este apartado procedemos a enumerar algunas de las labores desarrolladas por la grúa Sansón a lo largo de
los 63 años de actividad ininterrumpida. Solo así podremos calibrar de forma justa la relevancia que tuvo la
grúa en el avance y desarrollo del puerto, y por tanto, de la ciudad que lo acoge (Fig. 2).

Figura 2. Grúa Sansón descargando un tubo de 38,1 centímetros en el Arsenal de Cartagena. (Fotografía: Memoria del coronel D. José
López Pinto Berizo)

1930; 7 de junio. En esta fecha se iniciaron las labores de desembarque del material necesario para instalar
en las Cenizas dos piezas de 38,1 centímetros, con sus equipos correspondientes. El lugar elegido para esta
compleja operación fue el muelle de Portmán. La participación de la grúa Sansón fue determinante. Por la
fecha pensamos que debió ser uno de los primeros trabajos en los que intervino. El material para instalar
estos grandes cañones fue transportado en un barco que, debido a la escasa profundidad del puerto, quedaba
fondeado a 200 metros del muelle de Portmán. El trabajo de la grúa consistió en abarloarse al buque fondeado

1  Año XXV. N. 1. Diario Oficial del Ministerio de Marina. 28 de diciembre de 1929. Madrid.

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José Manuel Chacón Bulnes

para el trasiego del material. Esta lo recogía y gracias a su poco calado, lo acercaba, en sucesivos viajes, hasta
el muelle, donde era depositado para su traslado por tierra hasta el lugar de instalación de la batería, en este
caso en Las Cenizas.2

1932; 21 de abril. En esta fecha la grúa fue remolcada hasta Ibiza. Allí participó en el salvamento del buque José
Luis Díez. Para su reflote le fueron desmontados las artillería y los tubos de lanzar.3

Figura 3. 1941. Imagen depositando una barcaza basculante de 250 toneladas en la dársena del Arsenal de Cartagena. (Fuente: Archivo
de NAVANTIA)

1947; 17 de enero. Era habitual la asistencia de la grúa para la puesta a flote de embarcaciones. Como prueba
de seguridad, los submarinos realizaban las primeras inmersiones colgados por cables controlados desde la
grúa. De esta forma si el submarino sufría algún percance imprevisto en la prueba de inmersión, podía ser
izado al momento por la grúa. Así sucedió por ejemplo con el submarino “D”1 el cual, mientras permanecía
sujeto por la grúa, bajó hasta los 80 metros sin novedad ni percance alguno. En este mismo año también par-
ticipó en la puesta a flote del submarino “Alemán” G7.

1948; 30 de junio. Participó en la puesta a flote de embarcaciones de recreo de carácter privado. Es el caso del
balandro construido para el que entonces era director de la factoría Bazán, D. Luis Vial.

Participó innumerables veces en el pertrechado de embarcaciones las cuales eran puestas a flote antes de su
conclusión. En su maniobra típica de aproximación a la embarcación, la grúa Sansón depositaba la pieza a
instalar con destreza y precisión. Así se montaron chimeneas, masteleros, palos, grúas eléctricas, maquinaria,
motores, etc.

En sucesivos años, la grúa llevó a cabo maniobras de esta naturaleza con innumerables embarcaciones: guar-
dacostas números 91 y 92 (1948), dragaminas Segura (1948), destructores números 62 y 63 (1949), buques
como el Malaren (1949), Villa Bens (1950), el Castillo Montiel (1951), el Rioja (1952), la corbeta Descubierta
(1952), el buque La Mancha (1953), el Cabo de Hornos (1954), buque Montjuic (1954), etc.

2  Memoria del coronel D. José López Pinto Berizo. “Del desembarque del material de cañones de 38,1 cm para la batería de las Cenizas (Portmán)”. 7 de
junio de 1930.
3  Archivo Municipal de Cartagena, AMC. Cartagena Nueva. 22 de abril de 1932.

338 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA GRÚA SANSÓN. 1930-1993

1954; 16 de junio. En esta fecha intervino en una operación de descarga de material militar. El transporte de
guerra norteamericano Kingsport Victory, llegó a Cartagena con un curioso material de guerra. El cargamento
lo componían 27 carros de combate y 38 toneladas de cajas con accesorios y material para los mismos.4

1955; 12 de febrero. Tiene lugar en esta fecha una de esas desagradables e ingratas intervenciones en las que
la grúa se vio involucrada, varias veces, a lo largo de su actividad. Ese día asistió al rescate del remolcador
R-P-21, el cual se hundió el 3 de enero de 1955. La grúa tuvo que remolcar, bajo el agua, a dicha embarcación
hasta el mismo arsenal militar. En el hundimiento pereció la tripulación menos dos hombres que pudieron
salvar la vida.

A partir de este año, la Sansón siguió realizando muy diversas labores en la línea de las comentadas hasta este
momento. Destacamos algunas de las principales labores ejecutadas por la grúa en ese período de tiempo,
hasta que fue nombrado nuevo gruista D. Mariano Vidal. En 1956 realizó pruebas de flotabilidad del sumergi-
ble Foca; embarcó el cigüeñal y palo de proa en el buque Díaz de Solís; participó en el montaje de la chimenea
del buque tanque Teide; en 1957 trasladó una Central Térmica de 5.000 Kw hasta el muelle comercial donde
fue embarcada con destino a Málaga; en 1958 realizó el desmontaje de la corbeta Atrevida; colocó los palos y
embarcó las calderas en el buque Pedro de Alvarado; en 1959 instaló el palo de celosía en el minador Júpiter;
en 1961 colocó un ascensor de municiones en el destructor Álava; en 1962 instaló las chimeneas en el buque
B-120; en 1964 participó en la operación de desguace de casetones del destructor Marqués de la Ensenada; en
el arrastre y botadura de los lanchones antisubmarinos L-128, L-129 y L-130; en 1967 intervino en la prueba
de inmersión a 150 metros de profundidad del submarino SA-51 Tiburón (Fig. 4).

Figura 4. 1967. Prueba de flotación del SA-51 Tiburón. (Fuente: Archivo de NAVANTIA)

El 28 de junio de 1968 D. Mariano Vidal Lucas embarca como nuevo gruista, labor que desempeñó hasta el
último servicio realizado por la grúa cuando se ordenó la baja de esta espléndida construcción el 1 de enero
de 1993.

Durante este período de tiempo y bajo la dirección de M. Vidal, la grúa continuó realizando labores de re-
levancia para el desarrollo y crecimiento, no sólo de la ciudad y de su puerto, sino también, como veremos
a continuación, de la Región de Murcia. En el año 1969, se estaba construyendo en el cauce del río Mundo,
provincia de Albacete, un embalse conocido con el nombre de Talave, cuyo objeto era el de abastecer las

4  Archivo Municipal de Cartagena; AMC. El Noticiero. 16 de junio de 1954.

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José Manuel Chacón Bulnes

demandas de regadío para la Región de Murcia. La grúa Sansón participó en las necesarias operaciones de
desembarco de la perforadora destinada a las obras del embalse. Así aparece en la prensa de la época:5
EN LA SEGUNDA QUINCENA DE ENERO DARÁ COMIENZO LA PERFORACIÓN DEL TALAVE
La máquina que se ha descargado hoy, entrará en funcionamiento simultáneo con la que llegó hace un mes. Tal y como
adelantamos a nuestros lectores en la última edición, ayer tarde llegó a nuestro puerto el buque alemán Neptun que traía
a bordo la segunda máquina perforadora para el túnel del Talave y que se utilizará en la boca número dos situada en
Liétor, provincia de Albacete. Esta mañana a primera hora se han iniciado los trabajos de descarga. Para ello ha sido
necesario contar con la grúa Sansón capaz de manejar objetos de hasta cien toneladas.

En el año 1971 la grúa hubo de intervenir en una nueva operación marcada por la tragedia. Se trata del acci-
dente del destructor de clase T-47, denominado Surcouf, que tenía a gala ser el primer buque de guerra cons-
truido en Francia desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Desplazaba 3.750 toneladas, con una eslora
de 128,60 metros, 12,71 de manga y 5 de calado. Puesto en servicio el 1 de noviembre de 1955. La madrugada
del 6 de junio de 1971 navegaba con rumbo noreste frente a las costas de Cartagena escoltando al portaavio-
nes Arromaches. A las cuatro en punto, lo que parecía una tranquila navegación se vio interrumpida por la
aparición en rumbo de intercepción de un petrolero soviético, el General Bucharov. La actuación normal ante
una situación así es que ambos buques se esquivaran girando a su estribor a fin de evitar un abordaje, pero
no sucedió así. El petrolero, por ser más grande y por ende menos maniobrable, tenía prioridad. Sin embargo
el destructor Surcouf mantuvo su rumbo sin percatarse del petrolero. Finalmente ambos barcos se acercaron
tanto y el riesgo de colisión era tan evidente que el capitán del petrolero se vio obligado a virar. Ya era tarde.
El petrolero abordó al destructor por su lado de estribor en un ángulo de 90º, en perpendicular. El resultado
fue terrible. El Surcouf quedó prácticamente partido en dos mitades. La sección de proa se hundió en las pro-
fundidades del mediterráneo. La otra mitad del buque fue remolcado hasta el puerto de Cartagena. En total
perecieron nueve marinos franceses. En la labor de recuperación de los cadáveres intervino la grúa Sansón, a
cuyos mandos se encontraba Mariano.6

En los siguientes años continuó desempeñando su labor, incluso colaborando en diferentes obras como colo-
cación de muertos de hormigón en formación de diques y rompientes en Cartagena y Escombreras.

Iba camino de cumplir los 63 años de servicio cuando se decidió que la grúa había quedado anticuada para el
desarrollo de los trabajos que debían seguir realizándose en el puerto de Cartagena. De ahí que causara final-
mente baja el 1 de enero de 1993. El último viaje de la grúa a los mandos de Mariano concluyó con el traslado
de la pontona, y la magnífica pluma que portaba esta, hasta la playa del Espalmador, a la falda del monte de
Galeras, donde durante varias décadas estuvo allí situado el desguace de las embarcaciones dadas de baja por
la Armada. Unos días después se iniciaron las labores de desmontado de todos los elementos de la grúa para
reaprovechamiento o venta del acero.

Pero esta es una historia con final feliz. Al menos parcialmente. En contra de lo que muchas veces sucede en
el campo del patrimonio, donde valiosas e históricas piezas son destruidas, muchas veces con alevosía y noc-
turnidad, sin que nada se haya podido hacer por salvarlas, en esta ocasión, la casualidad, en parte, pero sobre
todo la pericia profesional de quien supo ver el gran valor de la pieza, la cual recordemos, no disfrutaba de
grado de catalogación o inventario, permitieron su salvación. A penas unas semanas antes, el nuevo director
del Museo de Arqueología Submarina, situado en aquellos años en la zona del Faro de Navidad, había venido
con destino a Cartagena a desempeñar su nueva labor, que por cierto, hoy día sigue desempeñando. El camino
de acceso hasta el Faro de Navidad pasaba en su último tramo por la zona del desguace o cementerio de barcos.
D. Iván Negueruela observó con asombro y extrañeza aquellas iniciales operaciones de corte y destrucción de
la magna grúa. Sin duda fue su preparación y pericia la que le llevó a interponer una queja o denuncia ante la
aberración que se estaba cometiendo con la grúa, llegando a intervenir el Ministerio de Cultura. Afortunada-
mente se paralizó el desguace, si bien se había amputado de la pontona y del primer tramo o base de la grúa,
la pieza más singular o simbólica; la gran pluma. Los primeros habían sido ya destruidos pero la pluma pudo
salvarse de la destrucción. Continuó unos años varada en aquel contaminado lugar hasta que la Autoridad
Portuaria de Cartagena decidió rescatarla del olvido colocándola en la rotonda de Santa Lucía para disfrute y
admiración del cartagenero y del turista. Desde entonces se ocupan de su cuidado y mantenimiento (Fig. 6).

5  Archivo Municipal de Cartagena, AMC. El Noticiero. 18 de diciembre de 1969.


6  Consultado en internet el 7 de marzo de 2020: https://envisitadecortesia.com/2019/11/02/el-escolta-de-escuadra-surcouf-y-las-consecuencias-de-una-ma-
la-decision/

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LA GRÚA SANSÓN. 1930-1993

Figura 5. 1980. La grúa introduciendo un motor en el buque Arao Figura 6. Estado actual de la grúa Sansón. (Fotografía: J. M. Cha-
de Gijón. Cartagena. cón Bulnes)

4. CONCLUSIÓN
Siendo estas Jornadas de Patrimonio un espacio para la difusión y conocimiento de obras de carácter patri-
monial, principalmente de naturaleza arquitectónica, es esta comunicación un tanto singular, ya que en ella se
aborda una construcción de carácter industrial, que no por ello deja de poseer los valores intrínsecos de toda
pieza digna de ser mantenida, por encima de la ignorancia o de los intereses económicos, que con frecuencia,
puede llegar a suponer su destrucción.

La comunicación permite dar a conocer, en breves pinceladas, la importancia que dicha grúa tuvo para el
puerto y por tanto para la ciudad, como motor de desarrollo implicada en muchas y diversas tareas. Su histo-
ria, su antigüedad, a menos de una década de cumplir su primer centenario, la tipología constructiva y hasta
su belleza monumental, han sido suficientes motivos para que esta comunicación ocupe un pequeño lugar
entre tantas obras y monumentos de carácter arquitectónico.

Los amantes del patrimonio debemos mostrarnos contentos ante la salvación de esta pieza, que supone un
ejemplo esperanzador de cómo a veces no todo está perdido. Me viene bien este comentario para vincular las
agraciadas circunstancias que permitieron que la grúa Sansón no fuera desguazada, con nuestra responsabi-
lidad social como centinelas de nuestro entorno, animando a todo aquel que ame el patrimonio, a interceder
en cada ocasión en que exista riesgo de pérdida irreparable del bien cultural, que por nuestra intuición, ex-
periencia o preparación, estamos obligados a denunciar. Gracias a la actuación de un ciudadano que no dudó
ni un momento en implicarse para evitar que se consumara la destrucción de esta pieza, hoy día podemos
disfrutar de su hermosa estampa en uno de los accesos más emblemáticos de la ciudad portuaria. Valga mi
aportación en estas jornadas para hacer un homenaje a la figura del ciudadano valiente y decidido que da un
paso adelante para anteponer la fuerza de la razón al absurdo.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 341


José Manuel Chacón Bulnes

5. BIBLIOGRAFÍA
TAIBO ARIAS, X. I.; QUEVEDO CARMONA, D. (2002). Las embarcaciones del tren naval de la Armada española. IZAR
Construcciones Navales, SA, Cartagena.
ANCA ALAMILLO, A. (2007). El Arsenal de Cartagena. Descripción de las obras, dependencias, talleres y construcción
naval durante el periodo 1801 a 1908. Fundación Alvargonzález, Gijón.
MARTÍNEZ RIZO, I. (1894). Fechas y fechos de Cartagena. Imprenta de Hipólito García e Hijos, Cartagena.

342 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


REPARACIÓN DE LA NORIA GRANDE DE ABARÁN

Sabater Soto, Antonio


Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Sabater Ingenieros, SL

Resumen
En el año 2019 se redactó el Proyecto de Reparación de la Noria Grande de Abarán, que cuenta con la decla-
ración de BIC. La reparación vino motivada por la rotura de los discos laterales de sustentación de los radios
de la noria, lo que motivó a su vez la rotura del eje, lo que impedía el movimiento de la misma, y ocasionó a
su vez la rotura de palas y cangilones por el empuje continuo del agua. El proyecto contemplaba la reparación
de la parte mecánica de la noria con sustitución de las piezas de acero, reparación de las partes de madera y
aplicación de revestimiento a la cal en las obras de fábrica. Con la reparación de la noria se consiguió la puesta
en funcionamiento de la noria, manteniendo las condiciones de trabajo y de elevación de agua previas a su
rotura, a la vez que se conservan los valores de interés cultural que sirvieron para su declaración como Bien
de Interés Cultural.

Palabras clave: Noria Grande de Abarán, reparación, cangilones, eje.

Abstract
The Reparation Project for the Grande Waterwheel of Abarán was drafted in 2019, which is considerated as a
BIC. The repair was motivated by the breakage of the lateral discs of support of the spokes of the Waterwheel,
which in turn motivated the breakage of the disks and hub, and the breakage of blades and buckets by the push of
water. The project included the reparation of the mechanical part of the Waterwheel with replacement of the steel
parts, reparation of the wooden parts and application of lime coating in the walls. With the repair of the Water-
wheel, it was put into operation, maintaining the working conditions and water elevation prior to its breakage,
while preserving the values of cultural interest that served for its declaration as a BIC (Cultural Interest Good).

Keywords: Grande Waterwheel of Abarán, reparation, buckets, hub.

1. ANTECEDENTES
1.1. Declaración de BIC
La Noria Grande forma parte de las cuatro norias del BIC “Norias de Abarán”, estando ubicada en el paraje del
parque de la Noria, y desde aquí tiene su inicio la acequia Mayor de Abarán – Blanca. Fue declarada BIC me-
diante el Decreto n. 116, de 23 de mayo, del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de
Murcia, por el que se declara bien de interés cultural con categoría de lugar de interés etnográfico, las Norias de
Abarán, en los términos municipales de Abarán y Cieza, (BORM, 7 de junio de 2018).

1.2. Contexto histórico


El proyecto inicial de la Noria Grande de Abarán, data del año 1805, y fue redactado por el arquitecto va-
lenciano Francisco Lician. Se tiene constancia del proyecto de reconstrucción, del año 1951 por el maestro
Nicomedes Caballero.

A mediados del siglo xix, en la zona de Abarán las acequias ya discurrían paralelas al cauce del río Segura, lo
que permitía que se regaran todas las tierras situadas bajo sus aguas. La expansión de nuevos regadíos no era
cuestión de caudal sino de elevar aguas para cubrir nuevas superficies. La Noria Grande de Abarán tuvo su
razón de ser en un artilugio hidráulico capaz de elevar el agua para permitir el riego de las tierras ubicadas
a mayor cota, mediante un simple mecanismo de giro alrededor de un eje horizontal utilizando una rueda
vertical.

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Antonio Sabater Soto

El diámetro de la noria, tanto en la actualidad como en su origen, era de casi 12 metros, lo que la convierte en
la más grande de España y quizá de Europa.

La noria inicial fue construida en madera según el proyecto de Francisco Lician, arquitecto valenciano de la
Academia de San Fernando, que ocasionalmente visitó Abarán para la realización de alguna obra y recibió
paralelamente el encargo de proyectar la Noria Grande. Posteriormente la noria se fue modificando, tanto
en su morfología como en cuanto a sus materiales, hasta llegar a la actual con estructura mixta de madera
y hierro.

El diámetro de la noria inicial se cree que es bastante similar al actual, aunque la morfología del aparato di-
fiere, como vemos, comparando los dibujos anteriores con las formas actuales. De los dibujos originales, se
deduce que la noria estaría construida totalmente en madera y respondería a la tipología de norias de influen-
cia renacentista y barroca, distintas en su morfología del tipo de aparato que los musulmanes introdujeron en
nuestras tierras durante su dominación.

Del estudio de los dibujos de la noria de Francisco Lician (Fig. 1), la noria tenía las siguientes características:
• Los travesaños forman figuras geométricas de esquemas simples, alejados de las abundantes geome-
trías de los musulmanes, y son concéntricos al eje principal de giro.
• Los radios que predominan sobre los travesaños, parten desde el eje hasta las palas que son de direc-
triz rectilínea.
• Los cangilones, en lugar de recipientes de arcilla, son cajones de madera de forma rectangular, en el
perímetro exterior, con una serie de perforaciones por las que entra el agua en la parte inferior del
movimiento de la noria, y por donde sale el agua en la parte superior del movimiento, elevando el
agua, hasta los canales superiores, por donde se distribuye el agua para riego.

Desde su construcción se han realizados numerosas


intervenciones en la noria, por lo que en la actualidad
nos encontramos con una noria de características si-
milares a la mayoría de norias que pertenecen a la
cuenca del río Segura, si bien se ha modificado to-
talmente su diseño inicial, manteniendo en la actua-
lidad solo la ubicación y las dimensiones en cuanto a
diámetro, y parcialmente los materiales.

Pese a las actuaciones realizadas para la remodela-


ción de la noria, el diámetro inicial no se ha visto al-
terado, siendo en la actualidad de 11,90 metros, la de
mayor diámetro de la Región.

En el año 2018 se produjo un fallo en el funciona-


miento de la Noria Grande, debido a la rotura de su
eje, lo que hacía que la noria se encontrara totalmente
fuera de servicio, con sus piezas inservibles y con da-
ños estructurales graves. Además, al no poder girar
la noria, y puesto que la noria se encuentra encajada
entre obras de fábrica, se produjo el deterioro de las
palas de madera, cangilones y radios de madera.

Figura 1. Plano de la Noria Grande de Abarán.

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REPARACIÓN DE LA NORIA GRANDE DE ABARÁN

2. ELEMENTOS DE LA NORIA
La Noria Grande, se compone de los siguientes elementos:
1. Eje principal de giro del aparato de 150 milímetros de diámetro, hecho en una pieza cilíndrica maciza
de acero que se apoya en sus extremos sobre dos rodamientos o cojinetes de fricción.
2. Radios: elementos estructurales a base de escuadrías de madera con secciones importantes, acoplados
y atornillados a otros elementos.
3. Travesaños: circulares con escuadrías de madera rectangulares, ensamblados entre sí y unidos a los
radios mediante tornillos, y travesaños poligonales a base de perfiles metálicos concéntricos al eje
principal de giro, atornillados entre sí y a los radios.
4. Tirantes: elementos estructurales a base de escuadrías de madera, acoplados entre sí y a los radios,
también atornillados, siendo su labor arriostrar los radios y equilibrar la noria.
5. Palas de impulsión del elemento, de tablas de madera sujetadas mediante tabloncillos. Son de forma
rectangular y perfil plano y se sumergen en el agua produciendo el movimiento de la rueda por el
impulso de la corriente.
6. Cangilones: de forma rectangular, formados por unión de tablillas de madera, formando un volumen
rectangular que se llena de agua en la parte inferior de la rueda y en su giro, vertiendo el agua en la
parte superior de la noria donde se encuentra la canal de recogida. Cada cajón tiene una apertura en
su cara externa por donde se produce el llenado y posterior vaciado del agua. Un orificio de pequeño
tamaño sirve para la salida de aire de cajón para que se permita la entrada de agua. La doble corona
exterior que forman los cajones, adoptan la forma circular exterior de la noria con su máximo diá-
metros y en las esquinas inferiores de los cajones se acomodan las palas y estos a su vez se atornillan
sobre los radios.
7. Canal de recogida de agua ejecutado en obra.
8. Rigidizadores: separadores de madera que unen los radios, los tablones de tope en las palas.

Todos los elementos de madera y metálicos, en su origen, llevaban un acabado superficial de protección
mediante tratamiento bituminoso, casi siempre alquitrán caliente. Posteriormente, se ha utilizado pintura
bituminosa industrial de propiedades similares a los revestimientos anteriores.

3. PROYECTO DE REPARACIÓN
Para la reparación de la noria, en marzo de 2019 se redactó Proyecto para la Reparación de la Noria Grande
de Abarán, en el que se consideraron las siguientes intervenciones en la parte mecánica como en las obras de
fábrica:
1. Limpieza de la parte superficial de las partes metálicas y de madera.
2. Intervención en la parte metálica.
3. Intervención en unidades de obra de madera.
4. Intervención en las obras de fábrica.
5. Puesta en funcionamiento.

Con la reparación de la noria se consiguió la puesta en funcionamiento de la misma, manteniendo las con-
diciones de trabajo previas a su rotura, a la vez que se conservan los valores de interés cultural, que sirvieron
para su declaración como Bien de Interés Cultural.

3.1. Limpieza de la parte superficial de las partes metálicas y de madera


El agua procedente de la acequia, y por tanto del río Segura, trae gran cantidad de limos arcillosos, que se
van adhiriendo al perímetro de la madera tanto cuando la noria se encuentra en contacto con el agua, en la
parte inferior, como con el agua que se pierde durante la elevación y al caer a los canales de recogida de agua
ubicados en la parte superior. Durante la toma de datos para la reparación de la noria, estos limos presentaban
un espesor de más de un centímetro, si bien, una vez puesta la noria en funcionamiento, el rozamiento de la
noria con las partes fijas de las obras de fábrica, impiden que el espesor aumente.

3.2. Intervención en la parte metálica


Antes de la intervención de la noria presentaba el eje de hierro partido, y los discos de sujeción de los radios
tenían graves desperfectos. Los desperfectos en los discos se podrían deber al hecho de haber ido reparando

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Antonio Sabater Soto

las roturas de los discos mediante soldadura con eléctrodos de diferente calidad a la de los discos de hierro,
por lo que si bien para la reparación de los discos era necesario unirlos con soldadura, las características me-
cánicas de los electrodos presentaban unas características resistentes y mecánicas distintas a los de los discos
de hierro, lo que propició la rotura de los discos, con el desigual reparto de pesos sobre el eje, propiciando su
desalineación e impidiendo su movimiento, dando lugar a su rotura (Fig. 2 y 3).

Figuras 2 y 3. Detalles de las partes metálicas de la noria. (Fuente: Elaboración propia)

Para la sustitución de las partes metálicas de la noria se procedió a construir una estructura auxiliar con perfi-
les metálicos tipo IPN en la que se apoyó la noria después de su izado, lo que permitió elevar la noria unos 60
centímetros, y de esta manera proceder a la sustitución del eje y discos, mientras la noria se quedaba apoyada
en la estructura auxiliar.

De los cálculos realizados a la estructura de la noria, se obtuvo un peso de unas 10 toneladas, por lo que la
estructura auxiliar de apoyo permitió la reparación total, sin necesidad de contar constantemente con una
grúa.

Los discos metálicos que recogen los radios fueron modelizados y mediante un programa informático de cál-
culo mecánico se dimensionó su espesor óptimo y las dimensiones de los pernos de unión (Fig. 4).

Figura 4. Detalle del cálculo de los esfuerzos en los discos. (Fuente: Elaboración propia)

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REPARACIÓN DE LA NORIA GRANDE DE ABARÁN

Previamente al izado de la noria se procedió al arriostramiento de los radios mediante usillos construidos
especialmente con las dimensiones de los radios de la noria, tanto en el sentido del eje como en su perpen-
dicular, lo que impidió que durante el izado la noria perdiera su forma y que los radios de la noria no se
destensaran.

Una vez finalizadas las actuaciones previas y con la noria ya arriostrada y situada en su posición de trabajo, y
desmontadas las piezas metálicas: disco interior, disco exterior, eje y rodamientos, se transportaron a un taller
mecánico para fabricar piezas de idénticas características que las originales.

El eje y el buje se mecanizaron mediante fresado en torno, por medios mecánicos y manuales, y el disco de
hierro se cortó a medida con láser, con idénticas dimensiones al disco actual. En todas las piezas se realizaron
los taladros en la misma posición que tenían las piezas existentes. Una vez que las piezas se terminaron en el
taller, se transportaron a obra para su montaje e instalación.

El eje construido es de hierro, de diámetro 150 milímetros, para acople en los rodamientos y cuenta con un
refuerzo por la colocación de cartelas de hierro para la rigidización del eje. Se colocó un buje de hierro para
acoplar el eje, con mecanizado para la colocación del chavetero, que permite la sujeción del eje al disco de
hierro interno, por el chavetero en un extremo y soldadura en otro. Posteriormente, con el eje y el buje en su
posición, se colocaron los discos de hierro, que disponían de agujeros para sujeción de los radios a través de
tornillos y tuercas.

A continuación, se colocaron los rodamientos axiales de bolas de bronce de doble efecto, para sujeción del eje
de ø 150 milímetros, con aros planos para alojamiento de superficie de asiento y contraplacas, y elementos de
sujeción a placa de anclaje.

Una vez finalizados los trabajos de reposición de las piezas metálicas, se desmontaron los arriostramientos de
pletinas de hierro y los perfiles metálicos de los perfiles HEB 220, que se utilizaron para que la noria descan-
sara mientras se trabajaba sobre ella.

A continuación, se utilizó una grúa autopropulsada de brazo telescópico para poder desplazar verticalmente
la noria a su posición de origen, montando la noria sobre placas de anclaje y sujetando los rodamientos a las
placas de anclaje.

Por último, se niveló la noria ajustando el giro de la misma sobre la base de soporte para su perfecto funcio-
namiento. Hay que tener en cuenta que la noria reparada cuenta con una antigüedad de casi 50 años, y que
su forma y dimensiones, aunque se asemejan a lo indicado en los planos tiene ciertas variaciones, por lo que
los trabajos de nivelación y giro, que aquí se explican en una sola línea, se llevaron a cabo durante dos días
completos (Fig. 5 y 6).

Figuras 5 y 6. Elevación con grúa y detalle de la noria. (Fuente: Elaboración propia)

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Antonio Sabater Soto

3.3. Intervención en unidades de obra de madera


Una vez terminadas las actuaciones en la parte metálica de la noria, se procedió a la reposición de la madera
en las palas y en los cangilones que se encontraban deterioradas, aproximadamente un 40 % del total. Para
ello se contó con un equipo de carpinteros que fueron fabricando y reponiendo in situ las piezas de madera
que se encontraban deterioradas.

La madera utilizada fue de madera de pino tratada en autoclave clase V, con una clase resistente C27, según
CTE, con calidad estructural ME-1 y con una clase de penetración NP2. La madera suministrada contaba con
tratamiento en autoclave, aunque dado que las tablas suministradas se cortaron a la medida requerida, se les
volvió a dar un tratamiento en las zonas de corte mediante un producto en líquido que equivale a dar el tra-
tamiento en autoclave en esa zona. A continuación, se llevó a cabo una limpieza general de la noria mediante
una proyección de un chorro de agua para eliminar los restos de cal, barro y suciedad del soporte.

La intervención se realizó durante los meses de verano, y aunque no se tuvo en cuenta hacer la reparación
durante los meses de verano nos vino muy bien puesto que la madera existente estaba totalmente seca, y una
vez puesta en funcionamiento la noria se observó que la madera sufrió un pequeño hinchamiento, lo que
habría dificultado la ejecución.

Una vez puesta la noria en funcionamiento se observó que la mayoría de los cangilones no eran estancos por
lo que la noria no era capaz de elevar todo el caudal para el que estaba proyectada. Por tanto se procedió a la
reparación de los cangilones con reposición de las maderas de los cangilones y aplicación de un calafateado
en su interior, consiguiendo su impermeabilización (Fig. 7 y 8).

Figuras 7 y 8. Detalles de los trabajos de las partes de madera de la noria. (Fuente: Elaboración propia)

3.4. Intervención en las obras de fábrica


La intervención en las obras de fábrica consistió en la aplicación manual de dos manos de revestimiento a
la cal con color igualando color al existente diluidas con un 20 % de agua previa aplicación de una mano de
imprimación granulosa translúcida, sobre los paramentos existentes (Fig. 9).

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REPARACIÓN DE LA NORIA GRANDE DE ABARÁN

Figura 9. Detalle de la noria previa a su puesta en funcionamiento. (Fuente: Elaboración propia)

4. CONCLUSIÓN
Como resumen de lo expuesto en los apartados anteriores, se concluye lo siguiente:

En el año 2018 se produjo un fallo en el funcionamiento de la Noria Grande, debido a la rotura de su eje,
lo que hacía que la noria se encontrara totalmente fuera de servicio, con sus piezas inservibles y con daños
estructurales graves. Además, al no poder girar la noria, y puesto que la noria se encuentra encajada entre
obras de fábrica, se produjo el deterioro de las palas de madera, cangilones y radios de madera, por el empuje
continuo del agua.

Para la reparación de la noria, en marzo de 2019 se redactó Proyecto para la Reparación de la Noria Grande
de Abarán, en el que se consideraron las siguientes intervenciones en la parte mecánica como en las obras de
fábrica:
1. Limpieza de la parte superficial de las partes metálicas y de madera.
2. Intervención en la parte metálica.
3. Intervención en unidades de obra de madera.
4. Intervención en las obras de fábrica.
5. Puesta en funcionamiento.

Con la reparación de la noria se consiguió la puesta en funcionamiento de la misma, manteniendo las con-
diciones de trabajo y de elevación de agua previas a su rotura, a la vez que se conservan los valores de interés
cultural que sirvieron para su declaración como Bien de Interés Cultural.

El plazo de ejecución previsto en el proyecto era de tres meses con un presupuesto general IVA incluido
de 48.399,90 euros.

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RESTAURACIÓN DE LA NORIA DEL PARQUE
AMBIENTAL DE HUERTO PÍO

Martos Miralles, Pedro


Sociólogo. Gerente Fundación Sierra Minera

Resumen
La Noria de Huerto Pío (La Unión) tiene un importante valor histórico y destaca por su excepcionalidad,
al ser la única noria “de sangre” de estas dimensiones y características existente en la Región que ha sido re-
habilitada y recuperada para un nuevo uso cultural, turístico y de educación ambiental. Es el elemento más
emblemático del Parque Ambiental de Huerto Pío, desde que en 2001 la Fundación Sierra Minera llevó a cabo
la rehabilitación completa de la noria y de la balsa anexa, convirtiendo la noria en un centro de interpretación
de la cultura rural de la comarca y los sistemas tradicionales de extracción de agua del subsuelo. A finales de
2019 se ha efectuado una importante restauración del mecanismo de la noria, desmontando el conjunto de la
rueda portadora con sus maromas y arcabuces, e instalando un nuevo eje horizontal, además de desmontar y
reforzar el eje vertical.

Palabras clave: Noria, restauración, arquitectura rural, etnografía, Parque Ambiental, Huerto Pío, educación
ambiental, ecoturismo.

Abstract
The importance of the Huerto Pio´s waterwheel in La Unión lays on its historical value because of its exceptional
characteristics. It is the only one pulled by animals with such dimensions and characteristics in the Region of
Murcia. It was restored for cultural, tourist and environmental education purposes. In 2001 The Sierra Minera
Foundation, carried out a complete restoration of the waterwheel and the pond as well. Since then it has repre-
sented the main element in Huerto Pío environmental park. In that way, the waterwheel has become a museum
where people can learn and appreciate the rural culture and the traditional systems for extracting water from the
subsoil. At the end of 2019, an important restoration of the wheel, the ropes and the clay buckets, have been made.
Besides, a new horizontal axe has been set up and the vertical axe has been reinforced.

Keywords: Waterwheel, restoration, rural architecture, ethnography, Environmental Park, Huerto Pío, environ-
mental education, ecotourism.

1. APUNTES HISTÓRICOS Y CARACTERÍSTICAS DE LA NORIA DE HUERTO PÍO


La Noria de Huerto Pío tiene un importante valor histórico y destaca por su excepcionalidad, al ser la única
noria de estas dimensiones y características existente en la Región, y que además ha sido rehabilitada y recu-
perada para nuevos usos.

1.1. Una noria de finales del siglo xix


La noria es el elemento más emblemático de la finca de Huerto Pío, y junto con la antigua balsa forman un
conjunto con un importante valor histórico y patrimonial, vestigios de la arquitectura rural de la zona.

Huerto Pío es el nombre como se conoce popularmente a la finca ubicada en un entorno eminentemente agrí-
cola, junto a la actual carretera F-43 que une La Unión con Los Camachos, y que en el siglo xix se denominaba
“Hacienda Buenas Aguas”. En 1893 fue adquirida por Pío Wandosell, uno de los grandes empresarios mineros
de la época, en pleno auge de la minería en La Unión, y él le cambió el nombre por el de “Villa Dolores”, en
honor a su primera mujer, y la convirtió en su finca de recreo, manteniendo a su vez la actividad agrícola en
la misma. Denominada como “La Huerta” para la familia, popularmente pasó a conocerse como el “Huerto
(de) Pío”.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 351


Pedro Martos Miralles

En la descripción de esta finca que se recoge en el acta notarial de la escritura de compra de 7 de junio de 1893
se nombra un pozo de agua dulce pero no aparece la noria:
“José María Neuza es dueño de una Hacienda situada en la diputación del Garbanzal, término de esta villa de la
Unión, de trece tahullas de tierra de regadíos, de 1 hectárea, de 45 áreas; y tierra de secano de 4 hectáreas, 52 áreas,
dando cabida a 40 higueras, 280 almendros, 7 0liveras, 18 granados, 2 algarrobos y palas, 2 tahullas de viña y 7 alba-
ricoqueros, una casa para el dueño de 30 vigadas, con patio, cuadra y pajar, porchada, con pozo de agua dulce de 6
julas y con parrado, y otras dos casas, una de 20 vigadas y otra de 18…”.

Por tanto, la noria se construyó cuando él ya era el dueño de la finca, en los años que transcurren entre 1893
y 1898, puesto que en el Plano de La Unión del Instituto Geográfico Nacional de 31 de diciembre de 1898
aparece recogida la noria junto a la casa de la finca, situada en la Cañada de Mejías. Probablemente en 1896,
año en el que Pío Wandosell lleva a cabo grandes obras de reforma de la casa y la finca comprada. Para ello
contrató a un diseñador de jardines de Valencia que diseñó y construyó el invernadero de cristal y madera, la
noria, las diferentes plantaciones de flores y arbustos y las fuentes. En las navidades de 1896 inauguraron esa
gran reforma.

La noria estuvo utilizándose para la extracción de agua hasta los años 50 del siglo pasado.

1.2. Una noria “de sangre” singular y monumental


Es una noria “de sangre” pues obtenía su fuerza motriz de los pollinos que hacían girar las ruedas, y se utili-
zaba para la extracción del agua del subsuelo desde el pozo donde está ubicada, a diferencia de otras norias
famosas en nuestra Región, como las de Alcantarilla o Abarán, que son movidas por la fuerza de la corriente
del agua de los cauces donde se localizan. La noria tiene un mecanismo de doble rueda horizontal y vertical,
engranadas entre sí, y sobre la rueda vertical o portadora un sistema de maromas y arcabuces o cangilones,
para subir el agua del pozo, similar al que utilizan los molinos de viento dedicados a la extracción de agua
(Fig. 1 y 2).

Figura 1. Noria de sangre de Huerto Pío restaurada y en funcionamiento. 2007.

Figura 2. Tipos de arcabuces.

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RESTAURACIÓN DE LA NORIA DEL PARQUE AMBIENTAL DE HUERTO PÍO

La documentación existente respecto a este tipo de “norias de sangre o de tiro” es abundante y detallada. Julio
Caro Baroja, que es autor de varias monografías al respecto, es uno de los estudiosos más notorios de las no-
rias y cuenta que sus orígenes pueden remontarse a fines de la antigüedad o a comienzos de la Edad Media.
Concretamente en su monografía Sobre la historia de la noria de tiro, revisa las distintas teorías existentes
al respecto, que sitúan los orígenes de las norias más allá del mundo árabe, con cuyo antecedente se suelen
relacionar las norias existentes en el ámbito de la península ibérica, que a su vez tienen grandes semejanzas
con las que se conservan en el norte de África (Egipto, Túnez o Marruecos). Julio Caro Baroja se hace eco
también de las teorías de Myres y Laufer, que sitúan el origen de las norias en Persia, o las de Neuburger, que
las asocia al mundo hindú e incluso a la civilización China. Lo que parece estar claro es que la noria de sangre
no se comprende sin que previamente haya existido la mecánica helenística, que en el siglo iii a. C. poseía las
bases teóricas y técnicas para construir este tipo de aparatos de ruedas hidráulicas dentadas. Julio Caro Baroja
presta atención a diferentes aspectos del ingenio “noria” y muy especialmente a los vinculados con los avances
en mecánica que permiten distintos procedimientos para aumentar la eficacia y rentabilidad de este básico
ingenio fundamental en las civilizaciones agrícolas.

A España llegó la noria a partir del siglo viii en Andalucía y Levante. Los árabes la emplearon no solo en
agricultura sino también para el abastecimiento urbano y de baños públicos. La literatura castellana hace refe-
rencia a norias a través de todos sus clásicos, con los términos noria, anoria y hanorias. A mediados del siglo
xix se construyeron norias de metal con mecanismos perfeccionados de origen francés.

En el caso de las norias de sangre, todo el mecanismo se movía mediante tracción animal, generalmente un
burro o mulo que, con los ojos tapados para evitar el mareo, giraba alrededor del eje vertical, que sostiene y
hace girar la rueda dentada horizontal. Esta transmite el movimiento a la rueda vertical, que gira sobre un
eje horizontal situado sobre el brocal del pozo. Sobre esta rueda vertical o portadora, dos grandes maromas
unidas a modo de cadena sin fin portaban los arcabuces o cangilones, que son un tipo de cubos con una
capacidad aproximada de 10 litros, habitualmente cerámicos, aunque también los hubo de madera, como
la muestra que se conserva en Huerto Pío. Los arcabuces entraban invertidos en el agua y ascendían llenos
de líquido, con un agujero en su base para evitar su colapso. Tras coronar su recorrido los arcabuces vierten
el agua en un pilón, desde donde pasa canalizada hasta la balsa contigua donde se almacena el agua para el
riego.

La noria de sangre de Huerto Pío es de grandes dimensiones y monumental, con una superficie de 150 m2, y
una plataforma superior elevada, donde estaba instalada la doble rueda para la extracción del agua, movida
por un animal de carga. Es también excepcional por el hecho de disponer de un gran espacio interior bajo
esa plataforma superior, que estaba destinado a las cuadras de los animales, y dotado de un gran pesebre
semicircular. A la plataforma superior se accede a través de una rampa con escasa pendiente para facilitar
el acceso de los animales. Y bajo ella disponía de un espacio singular, de 11,20 m2, que estaba destinado
al encargado del cuidado de los animales. El pozo es rectangular y tiene una profundidad de más de 20 m
(Fig. 3).

Figura 3. Planos del interior de la noria y de la plataforma superior. Proyecto de restauración (2000).

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Pedro Martos Miralles

2. REHABILITACIÓN DE LA NORIA DE HUERTO PÍO Y CREACIÓN DEL PARQUE AMBIENTAL DE


HUERTO PÍO
En el año 2000 el edificio de la noria se encontraba en estado ruinoso y del mecanismo para la extracción del
agua solo quedaban algunos restos de la rueda de la noria, que se conservaron como testigo (Fig. 4).

Figura 4. Estado de la noria y la balsa de Huerto Pío en el año 1999.

En ese año la Fundación Sierra Minera llegó a un acuerdo de cesión en usufructo de 4 Ha con la propietaria
de la finca, Francisca Calín Wandosell, para llevar a cabo en ella el Proyecto Araar II – Huerto Pío, que fue
financiado a través del Programa Europeo Proder y cofinanciado por la Comunidad Autónoma de la Región
de Murcia y el Ayuntamiento de La Unión. El proyecto ha posibilitado:
1. Crear un Parque Ambiental con una extensión de 2,5 Ha que emula los distintos ambientes y tipos de
vegetación característicos de la Sierra Minera y su entorno con una funcionalidad educativa, para mostrar
a los visitantes la gran biodiversidad de la comarca, sin poner en peligro o comprometer poblaciones na-
turales. El parque cuenta con más de 2.000 plantas de 40 especies diferentes, agrupadas en 4 unidades de
vegetación principales, con sus respectivas bandas de transición, y está atravesado por una senda de casi
un kilómetro de longitud, en cuyo recorrido se ha habilitado también un pequeño observatorio de aves.
2. Crear un vivero formado por un pequeño invernadero de 45 m2, y un umbráculo de tipo forestal de 288
m2. Su finalidad es la producción de planta forestal autóctona, tanto para el mantenimiento del parque
ambiental, como para su comercialización o para la realización de actuaciones de restauración ambiental
en espacios deteriorados y suelos contaminados de la Sierra Minera, que se han desarrollado en balsas de
estériles, ramblas y otras áreas, como recientemente en el cabezo Ventura.
3. Crear una zona dedicada a cultivos experimentales, donde se incluye una parcela con una amplia planta-
ción de Tetraclinis articulata para contribuir a la conservación de esta especie de alto interés ambiental,
que es la más representativa de Huerto Pío, así como un conjunto de parcelas que en los últimos años
se han dedicado a un ambicioso proyecto de agricultura ecológica, que combina parcelas de ocio para el
autoconsumo, producción de planta hortícola en el vivero, cultivos de hortalizas y distribución en una
red de consumo.
4. Llevar a cabo la rehabilitación completa de la noria, reproduciendo íntegramente su mecanismo para la
extracción de agua del pozo, convirtiéndose en la primera noria de sangre restaurada en la Región de
Murcia. El proyecto de restauración fue dirigido por los arquitectos Alberto Ibero y José Manuel Chacón.

Tras la rehabilitación completa del edificio, el interior de la noria se acondicionó como un pequeño centro de
interpretación abierto para los visitantes, relativo a la cultura rural y agraria de la comarca y los sistemas tra-
dicionales de extracción de agua del subsuelo, incorporándose progresivamente nuevos artículos de artesanía
de esparto, y elementos tradicionales del mundo rural de esta zona. La noria es así un recurso extraordinario
para abordar la problemática del agua, tan importante en nuestra región, y los sistemas de extracción, así como
diferentes aspectos relacionados con el ahorro de este recurso tan preciado.

354 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


RESTAURACIÓN DE LA NORIA DEL PARQUE AMBIENTAL DE HUERTO PÍO

También se recuperó la balsa anexa a la noria para el almacenamiento del agua que se extrae del pozo, y su uso
para el riego de las parcelas de la finca. Igualmente, también se llevó a cabo la reparación y acondicionamiento
del muro y la puerta de entrada a la finca (Fig. 5).

Figura 5. Vista general de la noria y la balsa de Huerto Pío restauradas. 2019.

Desde la apertura del Parque Ambiental en 2001, se realizan en él numerosas actividades de educación am-
biental en las que han participado más de 30.000 personas, y en las que la noria juega un papel fundamental,
como elemento central en torno al que se estructuran las visitas a Huerto Pío. Destacan especialmente las acti-
vidades de educación ambiental con escolares, que en los últimos años, desde 2015, se han intensificado por la
participación de la Fundación Sierra Minera en el Proyecto Life Tetraclinis, con múltiples visitas a Huerto Pío y
actividades en los propios centros educativos de Cartagena y La Unión, en las que han participado un total de
10.457 escolares. Igualmente se llevan a cabo también un amplio abanico de talleres y actividades ambientales
y formativas con grupos muy diversos, además de itinerarios ambientales por el entorno de la Sierra Minera
de Cartagena-La Unión y actividades de voluntariado ambiental.

3. PROTECCIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA NORIA


La noria de Huerto Pío, junto con la balsa y la casa de la finca, está incluida en el Catálogo de Bienes Protegi-
dos de La Unión que fue aprobado provisionalmente en el año 2013 por el Ayuntamiento de La Unión, y que
todavía sigue pendiente de aprobación definitiva. En concreto se recoge en la ficha numerada con el código
AR-08, dentro del Catálogo de Edificios y Elementos Singulares, en el apartado dedicado a Roche. En el in-
ventario de la CARM figura con el número 42056.

Sin embargo, por la importancia y singularidad de esta “noria de sangre” en el conjunto de la Región de
Murcia, desde Fundación Sierra Minera se va a solicitar elevar su protección y su declaración como BIC,
que debería encuadrarse en alguno de los tipos de Bienes de Interés previstos en la Ley, concretamente en el
artículo 3.4. A saber, los propios de la categoría de Monumento, que corresponde a: “la construcción u obra
producto de la actividad humana, de relevante interés histórico, arquitectónico, artístico, arqueológico, et-
nográfico, científico, industrial, técnico o social, con inclusión de los muebles, instalaciones y accesorios que
expresamente se señalen como parte integrante del mismo, y que por sí sola constituya una unidad singular”;
pero que también podría ser considerado como Lugar de interés etnográfico: que es “aquel paraje natural,
conjunto de construcciones o instalaciones vinculadas a formas de vida, cultura y actividades propias de la
Región de Murcia”.

4. RESTAURACIÓN DEL MECANISMO DE LA NORIA EN 2019


Desde la rehabilitación de la noria ha sido continua la labor de mantenimiento de la misma y ya en 2007 fue
necesario restaurar parcialmente el mecanismo de madera. Y a finales de 2019 ha sido necesario acometer
una importante intervención en las dos ruedas de la noria, ante el deterioro del eje vertical y la rotura del eje
horizontal que ponía en peligro de colapso y caída al pozo de la rueda portadora. Gracias al apoyo económico
de la Dirección General de Bienes Culturales se ha podido acometer la restauración de los dos ejes del meca-
nismo de la noria, mediante el desmontaje del conjunto de la rueda portadora de la noria con sus maromas
y arcabuces para instalar un nuevo eje horizontal, además de desmontar y reforzar el eje vertical e instalar de
nuevo todo el mecanismo.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 355


Pedro Martos Miralles

Los trabajos de restauración, realizados por la empresa Técnicas Cartagena dirigida por Ginés Luengo Pérez,
han sido los siguientes:

Eje vertical y rueda conductora. El eje vertical se había desviado en su parte inferior de su alojamiento y en
la parte superior el anclaje del palo tiro estaba muy deteriorado. Para corregirlo se ha fabricado en taller un
envoltorio de chapa de 4 mm de espesor con un eje de acero F125 y discos de apoyo, con un rodamiento axial.
Así mismo, en el externo superior del eje se ha recubierto con una funda de chapa y se ha ensamblado al palo
de tiro.

Eje horizontal y rueda conducida o portadora. Dicha rueda se encontraba totalmente desplazada debido a
que el eje estaba totalmente partido, existiendo peligro grave de caída al pozo. En primer lugar se procedió al
desmontaje con ayuda de grúa de todas las maromas, arcabuces y rueda, así como a su transporte al taller de
esta última, donde se llevó a cabo el desmontaje del eje, así como la fabricación de un nuevo eje y disco para
soportar la rueda. El eje ha sido fabricado en acero F125 y los discos en acero F1U, para asegurar su durabi-
lidad, y una de las puntas del eje se ha enfundado en madera. Una vez fabricado el eje y los discos se acopló
de nuevo a la rueda, centrándolo y atornillando con tornillos de M 8.8. También se ha fabricado un anillo
con tensores para evitar la caída lateral de la rueda, se ha sustituido la traviesa que soporta el freno, y se han
fabricado los dos apoyos del eje. Además, se ha dado tratamiento anticorrosivo a toda la madera de la noria.
Finalmente, se ha vuelto a montar de nuevo la rueda portadora con ayuda de grúa y se ha procedido a renovar
y reinstalar de forma manual maromas y arcabuces (Fig. 6).

Figura 6. Detalle del nuevo eje horizontal. 2020.

Paralelamente, dado el mal estado de algunas zonas de la fachada del edificio de la noria, se ha llevado a cabo
una restauración del conjunto de la fachada, mediante el picado de los morteros deteriorados, la restitución de
la piedra en las zonas de la fachada donde era necesario y, por último, un nuevo rejuntado con mortero bas-
tardo de cal del conjunto de la fachada. Igualmente, se ha llevado a cabo la restauración del muro perimetral
de Huerto Pío, tras los daños causados por la DANA de septiembre de 2019.

5. CONCLUSIONES
A lo largo de estos 20 años desde su inauguración, el Parque Ambiental de Huerto Pío se ha convertido en un
espacio natural con una gran biodiversidad en flora y fauna, enmarcado en un paisaje rural que se ha trans-
formado en las últimas décadas en un espacio totalmente dominado por grandes extensiones de agricultura
intensiva. En ese contexto, Huerto Pío se ha consolidado como:
1. Un recurso turístico-educativo extraordinario para la educación ambiental y el turismo rural y verde, y
para la divulgación del patrimonio natural y etnográfico de la Sierra Minera.

356 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


RESTAURACIÓN DE LA NORIA DEL PARQUE AMBIENTAL DE HUERTO PÍO

2. Un recurso singular para la conservación, recuperación y aprovechamiento de especies autóctonas emble-


máticas de la Sierra de Cartagena – La Unión como el Tetraclinis articulata, por su extraordinaria rareza y
valor ecológico en el contexto europeo, y para la restauración ambiental del territorio.

La Noria de Huerto Pío es el referente y el elemento más emblemático de este Parque Ambiental, y un gran
atractivo para sus visitantes. Por su singularidad y vinculación con este Parque Ambiental, y al ser la única
noria de estas características restaurada en la Región de Murcia, debe ser cuidadosamente conservada y de-
clarada Bien de Interés Cultural (Fig. 7 y 8).

Figura 7. Vista de las dos ruedas de la noria tras su restauración en Figura 8. Vista general de la noria tras su restauración. 2020.
2019, con las maromas y arcabuces montados.

6. BIBLIOGRAFÍA
WANDOSELL FERNÁNDEZ DE BOBADILLA, G. (2012). Pío Wandosell Gil. Memorias extraviadas de un empresario
audaz. Retrato de una época: La Unión 1868-1920. Ayuntamiento de La Unión. Murcia; pp. 273-278.
CARO BAROJA, J. (1995). “Sobre la historia de la noria de tiro”. En Historia de los molinos de viento, ruedas hidráulicas
y norias, IDAE. Instituto para la Diversificación de la Energía. Ministerio de Industria y Energía de España; pp. 281-333.
HERNÁNDEZ GÓMEZ, S.; HERNÁNDEZ ORTEGA, R. (2013). Catálogo de Bienes Protegidos La Unión. Catálogo de
Edificios y Elementos Singulares. Ayuntamiento de La Unión.
VARIOS AUTORES, (2002, 2007). Patrimonio Cultural y Yacimientos de Empleo en la Sierra Minera de Cartagena-La
Unión. Fundación Sierra Minera. La Unión.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 357


ACTUALIZACIÓN DEL CATÁLOGO
DE BIENES CULTURALES DEL BIC DE LA SIERRA
MINERA DE CARTAGENA Y LA UNIÓN.
2a FASE

Martos Miralles, Pedro


Sociólogo. Gerente Fundación Sierra Minera
Fernández Antolinos, Francisco A.
Licenciado en Historia y Arqueólogo. Director técnico del Centro Interpretación de la Mina Las Matildes
Manteca Martínez, José Ignacio
Doctor en Ciencias Geológicas. Profesor honorífico del Departamento de Ingeniería Minera, Geológica
y Cartográfica
Rosique Campoy, Manuel Francisco
Licenciado en Geografía e Ingeniero Técnico en Explotación de Minas y en Combustibles y Explosivos

Resumen
En 2016 la Fundación Sierra Minera realizó un primer trabajo de actualización del catálogo de bienes mi-
neros e industriales de los cuatro primeros sectores del BIC de la Sierra Minera. En 2019 se ha llevado a
cabo una segunda fase que ha permitido completar la revisión de los otros 4 sectores del BIC, realizando
un trabajo de campo exhaustivo y elaborando 184 fichas, con amplia información documental y gráfica de
los elementos, y una completa cartografía de los sectores BIC y de las concesiones mineras. El trabajo se ha
completado con 55 fichas de los bienes mineros más destacados no incluidos en el BIC de la Sierra Minera, y
con un informe específico sobre los Lugares de Interés Geológico, con otras 22 fichas. El estudio documenta
el grave deterioro y expolio de la mayor parte del patrimonio industrial de la Sierra Minera, a pesar de su
declaración como BIC.

Palabras clave: Patrimonio minero, patrimonio industrial, patrimonio geológico, BIC, conjunto minero, catá-
logo, expolio, protección, conservación, Sierra Minera.

Abstract
In 2016, the Sierra Minera Foundation carried out the first project to update a catalogue of mining and industrial
goods of the first four sectors of the Sierra Minera BIC. In 2019, a second phase was accomplished. As a result of
this, the review of the other 4 sectors of the BIC was completed, as well as the exhaustive field work and the 184
files, which consisted of extensive documentary and graphic information of the elements. In addition, a completed
mapping of the BIC and mining concessions sectors were realized. The project was completed with 55 files of the
most outstanding mining assets which were not included in the BIC of the Sierra Minera, a specific briefing on
the Places of Geological Interest and another 22 files. The study reported the serious deterioration and plundering
of the most of Sierra Minera industrial heritage, despite it was considered as BIC.

Keywords: Mining heritage, industrial heritage, geological heritage, BIC, mining grouping, catalogue, plunder,
protection, conservation, Sierra Minera.

1. METODOLOGIA Y CONTENIDOS DEL ESTUDIO


Tras la declaración en 2015 como Bien de Interés Cultural (BIC) de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión
(SM), como sitio histórico, culminada tras un proceso de casi 30 años, el catálogo de bienes que integran este
BIC fue revisado por la Fundación Sierra Minera (FSM) en 2016 únicamente en los cuatro primeros sectores:

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 359


Pedro Martos Miralles, Francisco A. Fernández Antolinos, José Ignacio Manteca Martínez y Manuel Francisco Rosique Campoy

I) La Parreta; II) Cabezo Rajao; III) Lo Tacón; IV) El Llano del Beal y El Beal. Para ese trabajo se realizó una
labor de campo exhaustiva que dio lugar a un total de 73 fichas con amplia información sobre el estado de
conservación de los elementos y abundante documentación fotográfica.

A finales de 2018 la Dirección General de Bienes Culturales (DGBC) realizó el encargo a FSM de completar
esta revisión y actualización del catálogo del BIC, con una segunda fase que permitiera “completar la revisión
del resto de sectores del BIC: V) Camino del 33-Cuesta de Las Lajas; VI) Rambla del Abenque y Cabezo de La
Galera; VII) Cabezo de Ponce, Peña del Águila y Monte de Las Cenizas; VIII) Conjunto del Lavadero Roberto
de Portmán. En el caso de estos conjuntos el trabajo cobra especial importancia ya que en los últimos años
han sido numerosas las agresiones sufridas en casas de maquinas, castilletes y otras instalaciones allí ubicadas.
Por ello resulta muy necesario para la DGBC contar con un catálogo actualizado y detallado de todos los
elementos mineros, una herramienta que sin duda resulta fundamental a la hora de garantizar la gestión y
conservación del Sitio Histórico”.

Paralelamente la FSM recibió también el encargo del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) de un
estudio de estrategias de conservación preventiva para el BIC del sitio histórico de la SM, que ha incluido una
rigurosa evaluación y diagnóstico de la situación de los diferentes elementos que conforman el patrimonio in-
dustrial de la SM, y una definición de estrategias de conservación preventiva y de propuestas de intervención,
objeto principal de este estudio.

Esto ha permitido combinar y unificar la metodología de trabajo de los dos estudios, realizados a lo largo
del año 2019, de modo que se puedan enriquecer y complementar. Y también ampliar el objeto de esta 2a
fase de actualización del catálogo no solo a los cuatro sectores del BIC restantes, sino también a elementos
relevantes y catalogados del patrimonio industrial de la SM que quedaron fuera del perímetro del BIC, y
a los Lugares de Interés Geológico (LIG), por la importante conexión entre patrimonio geológico y patri-
monio minero.

Así, la metodología de trabajo, desarrollada por un amplio equipo interdisciplinar, ha sido la siguiente:
1. Recopilación de toda la información disponible de cada uno de los elementos, de los diferentes catálogos
y estudios realizados.
2. Diseño de una nueva ficha para la recogida de datos de cada elemento, ampliando la que utilizamos en
el anterior trabajo realizado para la DGBC, de los sectores I a IV del BIC, añadiendo nuevos campos
y estructurando la información en cinco bloques: identificación-localización, descripción, información
previa, estado de conservación, valor patrimonial y propuestas de conservación.1 Para la valoración de
cada campo se utilizan escalas con valores numéricos entre 1 y 5, que permiten obtener estadísticas y
comparar los distintos conjuntos mineros y sectores BIC.
3. Trabajo de campo exhaustivo, de recogida de datos con las fichas de campo en formato Excel y de una
amplia información gráfica de cada elemento, organizado del siguiente modo:2
a. En los sectores V, VI, VII y VIII.
b. En los elementos mineros e industriales de mayor interés cultural no incluidos en el perímetro de la
declaración de BIC.
c. En los Lugares y estructuras de Interés Geológico existentes en los diferentes sectores del BIC de la
SM y en su entorno, que se han añadido al estudio como un informe complementario.
4. A partir de la información cartográfica en SIG facilitada por el Servicio de Patrimonio Histórico sobre los
elementos catalogados e incluidos en el BIC de la SM (plano de 2007), se ha hecho una revisión completa
de la cartografía para ubicar en ella la totalidad de los elementos estudiados y georreferenciados, además
de crear nuevos planos con la información de la demarcación de las concesiones mineras, con el fin de
ubicar con exactitud los elementos en las concesiones mineras a las que pertenecen.
5. Revisión de la información recogida en el trabajo de campo, tanto de los datos recopilados en las fichas de
campo, como de la información gráfica, seleccionando carpetas de fotos de cada elemento y elaborando
los textos descriptivos de las mismas. Con toda esa información se han elaborado las fichas finales de los
elementos integrados en cada sector, en formato Word.

1  Este último punto ha sido muy relevante para la elaboración de estrategias de conservación, en el estudio realizado para el IPCE.
2  Adicionalmente, en el estudio para el IPCE también se ha realizado trabajo de campo en los sectores I a IV, para actualizar la información recogida en la
revisión de 2016, con un total de 72 elementos, al descartarse la ficha 58 de las IMM de la mina Esperanza II, dado que se trataba de un elemento desaparecido
desde hace muchos años, y no tenía sentido mantenerla.

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ACTUALIZACIÓN DEL CATÁLOGO DE BIENES CULTURALES DEL BIC DE LA SIERRA MINERA DE CARTAGENA Y LA UNIÓN. 2ª FASE

6. Investigación sobre concesiones mineras y propietarios, ante las dificultades para disponer de informa-
ción actualizada en cada uno de los elementos, que es muy relevante para el objetivo final de la conserva-
ción de este valioso patrimonio industrial:
a. Respecto a las concesiones mineras inicialmente solo se consiguió un informe facilitado por la Ser-
vicio de Patrimonio Histórico de la CARM, con información de número, fechas y titulares de con-
cesiones mineras en los 8 sectores del BIC. Sin embargo, la información era incompleta y no estaba
actualizada, especialmente en lo referente a si las concesiones seguían activas o se había declarado su
caducidad. Por ello, se solicitó directamente al Servicio de Minas de la Dirección General de Energía
y Actividad Industrial y Minera, pero al no poder facilitarla y no tener informatizada esa informa-
ción, con el permiso de la DGEAIM, se ha realizado un trabajo de extracción manual de datos de los
libros de registro de concesiones mineras existentes en el Servicio de Minas.
b. Simultáneamente se ha sacado la información disponible en los expedientes de demarcación de las
concesiones mineras, en cuanto a número y nombre de la concesión, fecha de la demarcación e in-
formación cartográfica. Para la reconstrucción de las concesiones mineras se han utilizado los datos
topográficos recogidos en sus expedientes de demarcación. Debemos indicar que en dichos datos se
han encontrado errores que impiden la perfecta reconstrucción de la red de concesiones, producien-
do errores en ella que pueden llegar a decenas de metros, sobre todo en los sectores más grandes.
Además, dicha distribución de concesiones mineras se ha realizado representando las más modernas,
por lo que se ha dado el caso de elementos mineros que reciben el nombre de la concesión para la que
se construyeron pero que están situados sobre otras de nombre distinto, demarcadas posteriormente
sobre aquellas.
c. También se ha ampliado la información sobre los propietarios de los bienes del patrimonio industrial
y minero en estudio, en colaboración con el Servicio de Patrimonio Histórico de la CARM. Para ello
se han identificado las parcelas catastrales en donde están ubicados los elementos y se ha solicitado
información al catastro sobre sus propietarios.
7. Revisión de las fichas, completando las valoraciones de todos los elementos y procediendo a reordenarlas
y darles una nueva codificación y numeración en base a criterios de pertenencia y proximidad a conjuntos
mineros, y de articulación de itinerarios, que permitan una mayor coherencia a la hora de definir pro-
puestas de intervención.
8. Por último, elaboración de los informes finales de cada sector del BIC, del V al VIII en 7 tomos. Y, adi-
cionalmente, también de los elementos estudiados fuera del perímetro del BIC (2 tomos), así como de los
LIG (1 tomo).

2. ORGANIZACIÓN DEL BIC Y DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL DE LA SIERRA MINERA EN


SECTORES Y CONJUNTOS MINEROS
2.1. Por Sectores del BIC de la Sierra Minera
La declaración vigente de BIC de la Sierra Minera, como sitio histórico (Decreto núm. 280/2015), mantiene
la estructura en 8 “sectores” que se introdujo en la declaración de BIC anterior (Decreto núm. 93/2009), que
sustituyó parcialmente al criterio utilizado en el primer expediente de BIC de organización por “conjuntos
mineros”. Conforme se justifica en el propio texto de la declaración de BIC, “esta sectorización en áreas po-
ligonales responde a criterios de singularidad y representatividad de los bienes identificados, lo que permite
establecer una base para valorar el patrimonio existente en cada una de ellas y plantear medidas específicas de
protección y conservación”.

Pero más allá del territorio protegido como sitio histórico por la declaración de BIC, hay numerosos elemen-
tos del patrimonio industrial-minero, y muchos de ellos de gran relevancia, que quedan fuera del perímetro
del BIC (en muchos casos por los recortes del territorio a proteger que se efectuaron durante la tramitación
del mismo durante casi 30 años), aunque en la mayoría de los casos están recogidos en los catálogos de alguno
de los dos ayuntamientos o en el propio catálogo de la CARM.

En total, en los 4 sectores del BIC incluidos en esta segunda fase se han estudiado y evaluado un total de 184
elementos mineros, y fuera del perímetro del BIC de la SM otros 55, por lo que el total de elementos evaluados
en esta segunda fase asciende a 239, que sumados a los 72 elementos de los sectores I a IV hacen un total de
311 elementos.

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Pedro Martos Miralles, Francisco A. Fernández Antolinos, José Ignacio Manteca Martínez y Manuel Francisco Rosique Campoy

Figura 1. Lavadero Roberto en Portmán. Sector VIII. 2019.

2.2. Patrimonio minero-patrimonio geológico


Junto con el patrimonio industrial y minero, el patrimonio geológico es otra dimensión fundamental del pai-
saje cultural que se ha ido conformando en la SM a lo largo de miles de años de historia vinculada a la minería,
y en muchos elementos patrimonio minero y patrimonio geológico están estrechamente relacionados. De
hecho, los elementos de interés geológico se han recogido anteriormente en el “Catálogo de Bienes Patrimo-
niales, Culturales y Naturales de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión”, que se elaboró en la CARM en 2005
y se incluyen también en el catálogo del Plan Director del Paisaje Industrial de 2006. Por ello se han analizado
y valorado también ahora un total de 37 lugares y estructuras de interés geológico, con un doble tratamiento:
• En primer lugar, en aquellos lugares o estructuras de interés geológico que son a su vez elementos
mineros, se ha incorporado la información geológica en las fichas respectivas de los propios elemen-
tos mineros, destacando en ellos su relevancia como LIG, sin duplicar las fichas de los elementos. Es
el caso de diversos minados, como las minas Agrupa Vicenta, Remunerada o Pablo y Virginia, o de
buena parte de las cortas mineras, hasta un total de 15 elementos.
• En segundo lugar, se ha realizado un catálogo específico adicional de LIG que no coinciden con ele-
mentos mineros. En total se han evaluado 22 elementos, elaborando las correspondientes fichas.

Figura 2. Corta Brunita. 2019

2.3. Por Conjuntos mineros


Salvo en los sectores I, III y VIII que son de tamaño reducido y coinciden con conjuntos mineros concretos,
los cinco sectores restantes, más los elementos no incluidos en el perímetro del BIC, se han organizado a una
menor escala en conjuntos mineros, recuperando el concepto que utilizamos en el estudio sobre el patrimonio
cultural de la SM que publicamos en 2002 y que se estuvo utilizando también en los primeros expedientes de
BIC y en el propio Plan Director de 2006. Para ello se han agrupando los elementos por cercanía y caracterís-
ticas comunes a nivel territorial y paisajístico, en función de los mismos criterios recogidos en la propia decla-
ración de BIC para justificar la sectorización, antes citados: poder “plantear medidas específicas de protección
y conservación”, con mayor coherencia, y facilitar “una correcta ordenación y gestión de las zonas protegidas,

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ACTUALIZACIÓN DEL CATÁLOGO DE BIENES CULTURALES DEL BIC DE LA SIERRA MINERA DE CARTAGENA Y LA UNIÓN. 2ª FASE

adaptándose con ello a los posibles escenarios más propicios y factibles para una planificación con criterios de
desarrollo local sostenible y respetuoso con el entorno”.

En total se han identificado 22 conjuntos mineros, más un área adicional amplia de la periferia de la SM donde
se incluyen diversas zonas de Calblanque y el Campo de Cartagena con LIG destacados (Tabla 1).

CONJUNTOS BIENES SECTORES BIC


NO BIC LIG TOTAL
MINEROS MINEROS I II III IV V VI VII VIII
1 LA PARRETA 14 14 14
ALUMBRES
2 3 3 3
ESCOMBRERAS
3 CABEZO RAJAO 9 9 9
PERIFERIA
4 23 19 4 23
CABEZO RAJAO
5 LO TACON 6 6 6
EL
6 8 4 4 8
DESCARGADOR
RAMBLA
7 3 3 3
LAS MATILDES
8 EL BEAL 18 18 18
CABEZO
9 6 6 6
DE DON JUAN
ESTRECHO
10 6 1 5 2 8
SAN GINÉS
LLANO
11 16 9 7 16
DEL BEAL
CABEZO
12 16 16 16
DE PONCE
CABEZO DE
13 9 8 1 9
LA PRIMAVERA
PEÑA
14 20 20 20
DEL ÁGUILA
PEÑA DEL
15 14 14 14
ÁGUILA/SUR
16 EL LAZARETO 4 1 3 4
CARRETERA
17 21 16 5 10 31
DEL 33
18 EL GORGUEL 21 15 6 21
RAMBLA
19 35 33 2 1 36
DEL AVENQUE
CABEZO
20 14 12 2 14
DEL PINO
21 PORTMÁN 31 6 14 5 6 4 35
22 SANCTI SPIRITU 14 10 4 14
23 ENTORNO SM 5 5
TOTAL ELEMENTOS 311 14 28 6 24 31 66 82 5 55 22 333

Tabla 1. Elementos catalogados por Conjuntos mineros y Sectores del BIC de la Sierra Minera

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 363


Pedro Martos Miralles, Francisco A. Fernández Antolinos, José Ignacio Manteca Martínez y Manuel Francisco Rosique Campoy

Posteriormente se ha simplificado esa organización territorial, agrupando algunos de los conjuntos más pe-
queños y próximos y reduciendo el número de conjuntos mineros a 14, más la periferia de la SM con los LIG
situados en su entorno (Fig. 3):
1. La Parreta y entorno de Alumbres: 17 elementos, 14 del sector I del BIC y 3 no incluidos en el BIC, en el
entorno de Alumbres-Escombreras.
2. Cabezo Rajao: 9 elementos, sector II del BIC.
3. Periferia Cabezo Rajao y Lo Tacón: 29 elementos, sectores II (19), III (6) y no incluidos en el BIC (4).
4. El Descargador y Rambla de Las Matildes: 11 elementos, sector V (4) y no incluidos en el BIC (7).
5. El Beal y Cabezo de Don Juan: 24 elementos, todos los del sector IV, 18 en El Beal y 6 en el Cabezo de
Don Juan.
6. Estrecho San Ginés y Llano del Beal: 24 elementos, 10 del sector VII, 12 no incluidos en BIC y 2 LIG.
7. Cabezo de Ponce y de La Primavera: 25 elementos, 24 del sector VII y 1 no incluido en el BIC: Cabezo de
Ponce (16) y de la Primavera (9 elementos, uno de ellos no incluidos en el BIC).
8. Peña del Águila: 34 elementos, sector VII, 20 en la vertiente norte y 14 en la vertiente sur.
9. Carretera del 33 y El Lazareto: 35 elementos, 31 en la Carretera del 33 y 4 en El Lazareto: 17 sector V, 8 no
incluidos en el BIC y 10 LIG.
10. Sancti Spíritu: 14 elementos, 10 en el sector V y 4 no incluidos en el BIC.
11. Rambla del Avenque: 36 elementos, 33 en el sector VI, 2 no incluidos en el BIC y 1 LIG.
12. El Gorguel: 21 elementos, 15 en el sector VI y 6 no incluidos en el BIC.
13. Cabezo del Pino: 14 elementos, 12 en el sector VI y 2 no incluidos en el BIC.
14. Portmán: 35 elementos, sector VIII (5), VI (6), VII (14) y no incluidos en el BIC (6), además de 4 LIG.
15. Periferia de la Sierra Minera: 5 LIG, 3 en Calblanque y 2 en el Campo de Cartagena.

Figura 3. Plano de los elementos catalogados por conjuntos mineros.

364 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


ACTUALIZACIÓN DEL CATÁLOGO DE BIENES CULTURALES DEL BIC DE LA SIERRA MINERA DE CARTAGENA Y LA UNIÓN. 2ª FASE

3. CLASIFICACIÓN POR TIPOS O CATEGORÍAS DE ELEMENTOS


Los elementos y bienes mineros evaluados, en función de sus características funcionales, se han clasificado
en las siguientes categorías y códigos: K) Castilletes. CH) Chimeneas. H) Hornos. L) Lavaderos. F) Fundicio-
nes. P) Polvorines. CO) Cortas Mineras. M) Minados. MQ) Maquinaria Minera. CM) Caminos Mineros. T)
Túneles.

El resto de los elementos se han clasificado en otras tres categorías:


• IM) Instalaciones Minero-Metalúrgicas: Infraestructura o instalación complementaria dedicada a las
labores mineras o metalúrgicas: pozos, balsas, tolvas, planos inclinados… y edificios auxiliares vincu-
lados a la minería (almacenes, oficinas, laboratorios, vestuarios, viviendas…).
• IT) Instalaciones de Transporte, Trituración o Molienda: Infraestructura dedicada al transporte, la
trituración o la molienda en las tareas o faenas relacionadas con la minería.
• OT) Otros Edificios: Edificaciones no directamente de filiación minera, pero que han esta-
do relacionadas con las labores mineras (viviendas, establos, centros de transformación de
electricidad…).

Figura 4. Castillete y casa de máquinas de la Mina María Jesús, en el Cabezo Agudo. Sector II. 2019.

A estos 14 tipos de elementos vinculados a la minería hay que añadir los LIG a los que se ha asignado el
código G.

Con respecto a la maquinaria minera el criterio utilizado ha sido el de incluirla en las fichas de las instala-
ciones mineras respectivas a las que pertenece cada una de las máquinas inventariadas (maquinaria de las
casas de máquinas, vagonetas y locomotoras del tren minero, pala en corta minera,…) sin individualizarlas
en fichas independientes, como se hizo, parcialmente, en el Plan Director del Paisaje del Patrimonio Indus-
trial de la Sierra Minera, de 2006. Solo se han recogido con fichas específicas dos elementos singulares y
excepcionales: el único malacate minero existente, declarado BIC de forma individual, y un concentrador
gravimétrico de espirales, del que, desgraciadamente, apenas se conservan restos. El resto de la maquinaria
minera, además de incluirse en las fichas respectivas de las instalaciones donde está ubicada, se relaciona
como anexo (Tabla 2).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 365


Pedro Martos Miralles, Francisco A. Fernández Antolinos, José Ignacio Manteca Martínez y Manuel Francisco Rosique Campoy

TIPO DE BIEN INDUSTRIAL - MINERO


Total TOTAL
SECTOR
CH CM CO F H IM IT K L M MQ OT P T Total LIG GRAL

I 2 0 0 0 0 5 0 1 3 0 0 1 1 1 14 0 14
II 4 1 0 0 0 8 0 11 3 1 0 0 0 0 28 0 28
III 1 0 0 0 0 1 0 3 1 0 0 0 0 0 6 0 6
IV 2 0 0 0 1 14 0 3 0 0 0 3 0 1 24 0 24
V 0 1 1 2 7 1 3 5 7 3 0 0 0 1 31 9 40
VI 3 6 0 0 5 18 1 9 12 1 1 6 2 2 66 2 68
VII 1 0 1 0 3 39 0 14 10 2 0 10 2 0 82 2 84
VIII 1 0 0 0 0 0 2 0 1 0 0 0 0 1 5 0 5
NO INC.
6 0 6 2 11 3 1 17 7 0 1 0 0 1 55 9 64
BIC
Total 20 8 8 4 27 89 7 63 44 7 2 20 5 7 311 22 333

Tabla 2. Elementos y bienes mineros catalogados según tipo de elementos y sectores del BIC Sierra Minera

No se han incluido en este estudio los numerosos yacimientos arqueológicos que existen en la Sierra Minera,
algunos de extraordinario valor como el de la Villa Romana del Paturro, por no considerarlos como objeto es-
pecífico de este estudio, al igual que otros elementos importantes del patrimonio cultural del territorio, como el
patrimonio arquitectónico, vinculado en buena parte a la historia de la minería, o el patrimonio militar, con las
excepcionales baterías de costa, o los molinos de viento y norias del campo de Cartagena.

4. CONCLUSIONES
A pesar de estar formalmente protegido desde la incoación del primer expediente en 1986 para la declaración
de BIC como sitio histórico, este patrimonio minero e industrial se encuentra en un estado lamentable de de-
terioro y expolio, que ha supuesto una gran pérdida patrimonial desde los años 80, acelerada en estas últimas
décadas tras el cierre final de la minería en los 90, lo que pone en evidencia su fragilidad y vulnerabilidad,
acrecentada por su elevada dispersión en el territorio.

La revisión del catálogo realizada con este estudio, documenta de forma exhaustiva, elemento por elemento, el
deficiente estado de conservación de la mayor parte del patrimonio industrial de la Sierra Minera, y certifican
el fracaso colectivo, social e institucional, en la conservación de este valioso patrimonio cultural cuya preserva-
ción para las generaciones futuras está en peligro si no se adoptan medidas urgentes para evitar su desaparición:
castilletes deteriorados, caídos o expoliados, casas de máquinas o lavaderos derruidos, maquinarias destroza-
das, chimeneas y hornos desplomados, vertidos de escombros y deterioro del paisaje,… dibujan un panorama
desolador, solo compensado por las escasas actuaciones de restauración y puesta en valor realizadas desde que
en 2003 se inició la restauración de la Mina Las Matildes. Para invertir este proceso FSM ha elaborado una
ambiciosa propuesta de estrategias de conservación preventiva para el IPCE que debe implicar a las adminis-
traciones públicas, propietarios privados y actores sociales.

5. BIBLIOGRAFÍA
VARIOS AUTORES (2002, 2007). Patrimonio Cultural y Yacimientos de Empleo en la Sierra Minera de Cartagena – La
Unión. Fundación Sierra Minera. La Unión.
BERROCAL CAPARRÓS, C.; MANTECA MARTÍNEZ, J. I.; GARCÍA GARCÍA, C. (2005). Catálogo de Bienes Patrimo-
niales, Culturales y Naturales de la Sierra Minera de Cartagena – La Unión. Dirección General de Bienes Culturales.
TABALA (2006). Plan Director del Paisaje Industrial de la Sierra Minera. Instituto de Patrimonio Histórico Español. Di-
rección General de Bellas Artes y Bienes Culturales. Ministerio de Cultura.
ANTOLINOS MARIN, J. A.; PEÑAS CASTEJÓN, J. M. (2007). “Catalogación del Patrimonio Cultural en la Sierra Minera
de Cartagena-La Unión”. Actas XVIII Jornadas de Patrimonio Cultural Región de Murcia.
VARIOS AUTORES (2013). Portmán: de El Portus Magnus del Mediterráneo occidental a La Bahía Aterrada. Universidad
de Murcia. Capítulos I y III. Págs. 51-89, 139-208.
MARTOS MIRALLES, P.; FERNÁNDEZ ANTOLINOS, F.; MANTECA, J. I. (2018). “El Patrimonio Industrial de la Sierra
Minera de Cartagena–La Unión”. Actas XXIV Jornadas de Patrimonio Cultural Región de Murcia.

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ESTUDIOS E INTERVENCIONES
EN EL PATRIMONIO ETNOGRÁFICO
E INMATERIAL
DEL BAILE POPULAR AL BAILE BOLERO
EN LA REGIÓN DE MURCIA: ORÍGENES Y
CONSIDERACIONES IDEOLÓGICAS

Sánchez Martínez, Manuel


Etnógrafo

Resumen
Los contextos culturales y las ideologías dominantes en cada momento han condicionado los juicios mo-
rales sobre las modas de baile de esa época. Esto ha ocurrido también con los bailes sueltos españoles en
sus modalidades de bolero y popular. En este artículo tratamos sobre la evolución de algunas de estas
opiniones en España desde fines del siglo xviii hasta la actualidad, con especial consideración a la Región
de Murcia.

Palabras clave: Baile suelto, baile bolero, baile popular, ideología, Región de Murcia.

Abstract
Cultural contexts and dominant ideologies at all times have conditioned moral judgments about the dance fads
of that Era. This has also happened with the Spanish loose dances: bolero and popular. In this paper we discuss
the evolution of some of these opinions in Spain from the late eighteenth century to the present day, with special
consideration to the Region of Murcia.

Keywords: Loose dance, bolero dance, popular dance, ideology, Región de Murcia.

1. INTRODUCCIÓN
La Región de Murcia efectuó el día 10 de agosto de 2017 (BORM 184 de esa fecha) “la efectiva declaración
como bien catalogado por su relevancia cultural a favor de la Escuela Bolera de Fuente Álamo, con especial
mención a la Familia Leandro, de Fuente Álamo, atendiendo a su relevancia en la configuración del acervo
folclórico regional, y con la finalidad de garantizar su conservación y difusión”; aunque esta catalogación es
de carácter regional menor, porque reconoce que la Escuela Bolera no es una manifestación exclusiva ni origi-
naria de la Región de Murcia, sino nacional. Pero, ¿por qué se ha llegado a esta catalogación?, ¿qué es el baile
bolero y qué le diferencia del baile suelto popular? Si estamos hablando en los dos casos de baile suelto al estilo
hispánico ¿por qué tiene reconocimiento público solo uno de ellos?

Vamos a intentar una breve aproximación a sus orígenes y a la evolución de las distinciones, con especial
incidencia en algunas motivaciones ideológicas subyacentes que han actuado sobre ciertos marcadores que
se pueden rastrear a lo largo del tiempo y que proceden con frecuencia de los discursos dominantes de cada
sociedad en un momento histórico, aunque no en un sentido único, puesto que pueden existir líneas diver-
gentes y hasta contradictorias.

El baile suelto, con sus variantes, es una de las tradiciones hispanas incluidas en el folclore, entendido como
“saber popular” –según la definición inicial del término–, y se puede trazar una secuencia esquemática de
la evolución de los pensamientos y de la ideología que los sustenta, en una línea que conduce desde lo na-
cional español a lo local murciano. Del baile bolero poseemos abundantes referencias por cuanto al tener
una variedad artística que ha sido ejecutada en teatros, los medios de la burguesía del pasado lo recogían
frecuentemente, cosa que no ocurría igual con el baile popular, ya que era tan cotidiano que apenas tenía
cabida en esos medios hasta que los románticos o costumbristas españoles y los viajeros extranjeros se hacen
eco y lo reflejan.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 369


Manuel Sánchez Martínez

2. EL BAILE BOLERO Y EL BAILE POPULAR


Los investigadores mencionan que el baile bolero nació en España durante la segunda mitad del siglo xviii,1
como producto de la creatividad de maestros de baile de diversas influencias que sistematizaron y complica-
ron hasta hacerlos espectaculares los bailes sueltos populares españoles,2 y a lo largo de la centuria siguiente
se extendió por todo el país, como atestiguan las referencias sobre bailes boleros de las que se tiene noticia en
todas las regiones. La moda del baile bolero hay que insertarla en el fenómeno del “majismo” dieciochesco, un
estilo popular de la plebe (en las actitudes, el vestido y el baile) imitado de forma refinada por las clases altas.

Y también hay que resaltar la especial importancia de Murcia en este aspecto, pues existen maestros de baile
bolero de esta procedencia, como Requejo –impulsor de una reforma del baile bolero tendente a eliminar los
excesos–, que tuvieron destacados antecedentes, ya que Esquivel menciona en 1642 al también murciano Juan
de Castro (maestro de los bailes que hubo en esa época). En general, se intuye asimismo una notoria afición
al baile bolero en Murcia que es señalada en varias noticias de la época.

Como ejemplo del ambiente en que se desarrollaba la moda del baile bolero, muy extendida ya a fines del siglo
xviii (lo que da una idea de su éxito),3 podemos mencionar una serie de obras de carácter satírico que siguen
el estilo moralista que estaba de actualidad por aquellos años y que tratan de mostrar las desproporciones de
ciertas modas que venían a subvertir el orden establecido, elogiando por el contrario las ventajas de seguir con
las tradiciones morales burguesas y clericales.4

Así, se criticaban el amor el lujo, la afectación, lo extravagante en el vestido y tocado, el afeminamiento de los
comportamientos masculinos o el gusto de las muchachas por aprender el francés, músicas y bailes (en vez de
seguir el aconsejable aprendizaje de las labores caseras y la práctica de la piedad religiosa). Curiosamente, es-
tas críticas no pocas veces son contradictorias y revelan la dicotomía que acompañará al baile bolero durante
décadas –casi siglos–, cuando por una parte es alabado por ser netamente español frente a modas extranjeras
(francesas sobre todo), y por otra censurado por las presuntas exageraciones que cometían sus practicantes,
siendo el caso que coinciden en algunas de esas críticas las ideologías contrapuestas de los “modernos” libera-
les afrancesados y la moral religiosa hispana.

Y como para criticar hay que resaltar las características de lo criticado, estas obras mordaces, teniendo en
cuenta las demasías que se reflejan, proporcionan datos sobre los primeros años de la consolidación como
moda del baile bolero y son de las pocas que nos dan noticias de nombres y situaciones de la época, por lo que
son de cita obligatoria.

El más prolífico en estos aspectos fue el fraile agustino Juan Fernández de Rojas, que escribió sus obras con
diferentes seudónimos, casi todas en 1792. En ellas el autor da cuenta de los desarreglos de esta moda y, entre
sus textos burlescos, nos da noticia de algunas de las criticables tendencias de sus practicantes: “amantes de
los placeres, el luxo, y las diversiones con el mayor exceso”,5 por contraposición a lo deseable: lo sobrio, lo
modesto y lo frugal.

Asimismo, es capital otra fábula satírica moralista: La bolerología de Rodríguez Calderón (1807), que confie-
sa que “criticar los defectos que en el día envilecen a un pueblo generoso, es procurar hacerle más dichoso
y volverle a aquel ser que antes tenía”, y que su prólogo lo dedica, por cierto, “a los sapientísimos alumnos y
alumnas de las Academias bolerológicas de Madrid, Cádiz, Sevilla, Córdoba, Murcia...” [nótese Murcia]. La
bolerología relata desaprobatoriamente la ruina de una familia que, para estar “verdaderamente a la moda” por
causa de pretender hacer de su hija una muchacha moderna, se la educó en lengua francesa, fortepiano y bole-

1  SUÁREZ-PAJARES, Javier (1992). “El bolero, síntesis histórica”, en VV. AA. (1992): La Escuela Bolera. Encuentro Internacional. Ministerio de Cultura.
Madrid; pp. 187-193.
2  Con baile suelto nos referimos al baile que se realiza generalmente por parte de una pareja sin que haya contacto físico, o muy escaso, como ocurre en el
caso de los fandangos, seguidillas, jotas, etc. Es contrapuesto al baile agarrado, en el que las parejas bailan enlazadas, como en pasodobles, valses, mazurcas,
chotis, etc.
3  Sobre la historia de los inicios del baile bolero hay bastantes estudios publicados y casi todos se refieren a los mismos textos de la época.
4  En este tiempo existió también la tendencia contraria, encabezada por afrancesados como Moratín, que, siguiendo teorías liberales, criticaban, también
satíricamente, esa moralidad tradicional y religiosa.
5  MOYA, Alexandro (1792). Triunfo de las castañuelas. Librería Viuda de Piferrer. Barcelona, p. 44. [Ed. Facsímil Ed. Extramuros. Sevilla, 2007]. Alexan-
dro Moya era uno de los seudónimos de Juan Fernández de Rojas, que también utilizó los alias de Francisco Agustín Florencio, Juanito López Polinario o
Madama Crotalistris.

370 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


DEL BAILE POPULAR AL BAILE BOLERO EN LA REGIÓN DE MURCIA: ORÍGENES Y CONSIDERACIONES IDEOLÓGICAS

ro, quedando tullida por un accidente durante una arriesgada mudanza bolera, y utiliza una expresión que ya
identificaba la genealogía del baile bolero y que sería repetida durante todo el siglo xix, al resaltar que “es un
baile nacional español”, aunque también le haga un apunte feroz: “ese necio capricho, esa pasión desordenada,
ese frenético deseo de aprender el bolero […]. Para hacerse digno del general aprecio no es forzoso saber el
bolero: este baile se desconoce en las asambleas de la gente ilustre; hay otros más graciosos, más serios, más
significativos y menos peligrosos…”.6

Para abundar en la presencia de estos “excesos” característicos del baile bolero, nos remitiremos también
al cancionero popular, cuyas coplas pueden reflejar de manera permanente formas o estilos de vida y cir-
cunstancias que pertenecen a determinado contexto, aunque después hayan desaparecido, y aparecen como
fotografías de un instante concreto. Véase la siguiente seguidilla jocosa, escuchada a cantaores del entorno de
Puerto Lumbreras –Murcia–:

Anoche fui a acostarme


a lo bolero
y al echarme en la cama
me di en el suelo.

Lo que nos confirma la espectacularidad de esos “volatines” que eran una de las señas de identidad del baile
bolero más arriesgado: el estilo que criticaba Rodríguez Calderón y que se supone que el murciano Requejo
quiso reconducir hacia modos más contenidos. Por cierto, que su juicio crítico no le impide usar a Calderón
el tono nacionalista de exclusividad española frente a la presunta quimera de los que argumentaban que este
baile había dado el salto como moda por toda Europa hasta sus confines.

Y así, esta tónica nacionalista de la defensa del baile bolero como netamente español se repetirá en las décadas
siguientes (cuando la extensión de la moda bolera por Europa y América sea muy constatable), aunque al
parecer el éxito de esa criticada moda española por Europa sí fuese cierto desde muy pronto, si bien en España
se desconozca porque los afrancesados lo pretendan ignorar.7

Roca Barea resalta, en el ambiente de fines del siglo xviii, la disociación que hubo entre los gustos de la plebe
y las élites afrancesadas, y en ese contexto podemos situar el nacimiento del baile bolero, criticado por los
afrancesados y practicado por el pueblo llano y las clases privilegiadas que querían imitar al vulgo. Como
ejemplo, cita otras cáusticas críticas moralistas a los bailes –las de Jovellanos, también afrancesado–, que se-
ñalaba que los bailes aristocráticos eran “una miserable imitación de las libres e indecentes danzas de la ínfima
plebe”, debido a ello Roca indica que “la música popular española, por efecto del riguroso afrancesamiento,
era considerada vulgar y hasta inmoral”, y por eso se produjo una reacción contraria nacionalista, ya que “la
invasión napoleónica precipitó, no el rechazo por lo extranjero, sino el aprecio por formas artísticas, en este
caso musicales, que no sonaran como la música oficial de los ambientes académicos, y ahí van juntos lo fran-
cés y lo italiano”.8

Muchos años después, y cuando la pujanza del baile bolero en su versión más artística seguía alta, con desta-
cados intérpretes que recorrían otros países con sus espectáculos, un conocido músico, Francisco Asenjo Bar-
bieri, publicó en 1878 otra obrita satírica mencionando el origen y la historia del baile bolero y reflexionando
sobre las diferencias entre los bailes aristocráticos y populares y cómo estos llegaron a confundirse durante
el nacimiento del baile bolero, y significa también cómo los escritores franceses son, “detractores constantes
de todo cuanto á España concierne”, en una nueva vinculación del pensamiento “moderno” procedente de
Francia con la crítica a las costumbres tradicionales españolas.9

6  RODRÍGUEZ CALDERÓN, Juan Jacinto (1807). La bolerología o Cuadro de las Escuelas del baile bolero, tales cuales eran en 1794 y 1795 en la Corte de
España. Imp. Zacharías Poulson. Philadelphia. http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcfb504; pp. 1, 6, 24 y 26.
7  ROCA BAREA, María Elvira (2019). Fracasología. España y sus élites: de los afrancesados a nuestros días. Espasa. Barcelona; p. 204.
8  Roca Barea, op. cit., pp. 66, 198 y 203.
9  Asenjo Barbieri, Francisco (1878). Las castañuelas. Estudio jocoso dedicado á todos los boleros y danzantes. Imprenta y Estereotipia de Aribau y Cía. Madrid.
[Edición facsímil de Extramuros Edición, S.L. Sevilla (2007)], p. 18.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 371


Manuel Sánchez Martínez

Estas invectivas nos muestran que, para algunos, el baile bolero era “políticamente incorrecto”, lo cual ocurrirá
con otros tipos de bailes en distintos períodos en función de la ideología moralizante que tuvieran las élites
de esas épocas, porque el baile, al igual que otras actividades sociales, ha sido sometido a juicios ideológicos
o criterios de valoración, a veces discrepantes, que han evolucionado. Como las fuentes provienen, por lo
general, de las élites y estas tienen una determinada ideología mayoritaria, será esa ideología la que se refleje
y nos dé una imagen sesgada, como ocurre con el caso del baile bolero. Si bien, debemos de recordar que en
todo momento ha habido conductas transgresoras que han podido pasar a ser dominantes en otros periodos,
o si no llegan a ese dominio, pasar a normalizarse perdiendo ese carácter transgresor.

Pese a las críticas, la moda del baile bolero se extendió y con el tiempo las escuelas boleras se diversificaron
en una rama artística que llegó a los teatros y se internacionalizó; y otra más popular y local hispana, a veces
de maestros ambulantes, de la que deriva la escuela bolera de la familia Leandro de Fuente-Álamo de Murcia,
activa al menos desde el último tercio del siglo xix, y que parece presentar las características de moderación
que imprimió en su día el maestro Requejo.

Con una trayectoria que se presume con altibajos, en la Región de Murcia el baile bolero ha tenido ciertos
periodos discontinuos de reactivación en el último siglo y medio: a fines del siglo xix y principios del xx; tras
la contienda civil; y a partir de la Transición democrática hasta hoy –en todos los cuales ha tenido especial
protagonismo la citada familia Leandro–, mientras que hubo periodos intermedios de alguna o total deca-
dencia (Fig. 1).

Figura 1. Fuente-Álamo de Murcia, 06-01-2006. Bailaores boleros de Fuente-Álamo en una malagueña de tres bolera. (Fotografía: autor)

En cuanto al baile suelto más popular, las noticias se dispersan, pero sabemos que en todo tiempo y lugar las
clases bajas han tenido sus modos de bailar para divertimento, estando también sujetas a los hábitos de cada
época, aunque con frecuencia han sido silenciados por las élites representantes de la cultura oficial por su
“vulgaridad” o apartamiento de lo deseable, cuando no reglamentados o prohibidos, como ocurrió con cier-
tos bailes en el reinado de Carlos III o durante el franquismo.10 Sin embargo, el baile suelto popular no era de

10  Para el siglo xviii y el periodo de afrancesamiento, véase Roca Barea, op. cit., pp. 199 y 204. Asimismo, durante el franquismo, la cultura oficial no se hizo
eco de formas populares de baile que no pasaran por el tamiz del folclore oficial de la Sección Femenina.

372 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


DEL BAILE POPULAR AL BAILE BOLERO EN LA REGIÓN DE MURCIA: ORÍGENES Y CONSIDERACIONES IDEOLÓGICAS

escuela, como el bolero, sino de mudanzas más sencillas, menos espectaculares, y aprendido desde muy pronto
en el seno de la comunidad –por el método de observar y repetir la gestualidad–, como otro elemento más de
socialización y de herramienta festiva.

No obstante, en ambos casos, el paso a la profesionalización o semi-profesionalización del baile suelto y la


creación de escuelas ha sido una constante en la evolución, aunque esto sea más evidente desde antiguo con la
escuela bolera, mientras que el baile suelto popular ha entrado en esa dinámica, paulatinamente y dependien-
do de las zonas, en el último siglo y cuarto, a la vez que desaparecía el aprendizaje tradicional y se quebraba la
transmisión oral, haciendo necesaria la labor del maestro de baile. Al mismo tiempo, como en otros órdenes
culturales, ha existido una retroalimentación mutua entre lo culto y lo popular que ha variado con las épocas
y que no siempre es fácil de distinguir.

3. ALGUNOS MARCADORES
Ciertos factores culturales actúan como marcadores que nos indican la evolución que ha tenido el pensamien-
to durante los dos siglos y medio transcurridos desde el nacimiento del baile bolero, pues un mismo elemento
va adquiriendo valores distintos según las épocas, caracterizadas por la evolución de modas y contextos so-
ciales. Veamos algunos de ellos.

Existió la valoración del baile bolero (en su rama más popular y no profesional) como apropiado para la edu-
cación de las señoritas de buena posición, que en sus inicios se sitúa en entornos urbanos, en las academias
de algunas de las principales ciudades españolas, extendiéndose a otros ámbitos durante el siglo xix, mientras
que durante el siglo xx esta costumbre se estableció entre las familias campesinas acomodadas, como señala la
historia murciana de enseñanzas de los maestros boleros fuentealameros de la familia Leandro. Aunque hubo
intentos de introducir el baile bolero de nuevo en las ciudades tras la Guerra Civil, por parte de la Sección
Femenina entre sus adeptas, no siempre tuvo éxito, como demuestra el fallido intento de los Coros y Danzas
de Murcia, que no acabaron de sacar producto de las enseñanzas del maestro bolero de Fuente-Álamo de
Murcia Pedro Leandro Izquierdo, en la década de 1940,11 aunque este mismo grupo, varios años después, sí
pudo incorporar algunos bailes enseñados por un bolero procedente de Águilas.12

Más recientemente, a finales del siglo xx, estas consideraciones educativas de género se pierden y los bailes
boleros supervivientes quedan de manera preferente como patrimonio de los grupos y personas dedicados a
la muestra o a la representación artística: grupos folclóricos y similares, como ocurre con una buena parte del
resto de los bailes sueltos.

Dentro de los discursos ideológicos, hay líneas argumentales que se mantienen en el tiempo, incluso durante
siglos, para luego, en función de la irrupción de nuevas modas, transformarse, darse la vuelta (hasta alabar lo
antes criticado), o incluso desaparecer, en consonancia con los pensamientos dominantes de cada periodo.
Un ejemplo de esta continuidad lo tenemos en el concepto de la honestidad, una cualidad de lo honesto, em-
pleado en su acepciones de decente, decoroso o recatado (DRAE), que fue una condición vinculada a la moral
religiosa imperante en épocas pasadas, que estuvo presente en los juicios morales sobre los bailes desde siglos
atrás y se mantiene en el discurso público de algunos hasta el fin del franquismo, cuando con la etapa de la
Transición política española llegó un incremento del laicismo que hizo desaparecer los términos “honesto”
o “deshonesto” asociados a los bailes sueltos, e inclusive de los agarrados, que ya eran tenidos por antiguos.
Sin embargo, durante mucho tiempo, esa catalogación sobre la honestidad se ha aplicado especialmente a los
bailes practicados por las mujeres, lo que es posible que haya tenido influencia, junto con otras modas y al
menos en el pasado, en la feminización que se ha observado en el baile suelto desde las épocas finales del siglo
xix, especialmente en cuanto a las escuelas.13

11  SÁNCHEZ MARTÍNEZ, M. (2005). “El Folclorismo en Murcia (1939-1970)”. 5º Seminario sobre Folklore y Etnografía. Ayuntamiento de Murcia;
pp. 52-109 y 78.
12  MURCIA GALIÁN, Juan Francisco (2019). Música, refolklorización e identidad: los grupos de Coros y Danzas en Murcia desde la Posguerra hasta la
Preautonomía (1939-1978). Tesis doctoral. Universidad de Salamanca; pp. 79 y 129.
13  SÁNCHEZ MARTÍNEZ, M. (2008). “Hacia una interpretación del modelo folclórico musical en el sureste español”. En GARCÍA JIMÉNEZ, M. (coord.),
Música de tradición oral. XXV Años de los Encuentros de Cuadrillas de Ánimas de Los Vélez. Instituto de Estudios Almerienses. Almería; pp. 213-214.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 373


Manuel Sánchez Martínez

Pues bien, esa catalogación se ha venido manteniendo, aunque cambiaran las modas, durante siglos y hasta
bien avanzado el siglo xx. Así, si el baile bolero fue en su nacimiento descrito como deshonesto por la inte-
lectualidad española de carácter afrancesado y por la moral religiosa, perdió este carácter con el tiempo, y
durante buena parte del siglo xix –y por supuesto en el xx–, ya no se observa asociar lo bolero a la indecencia.
Es más, incluso como es un baile suelto (sin apenas contacto físico), cuando llega la moda de los agarrados,
que igualmente son catalogados en sus inicios como indecentes –aunque aquí también juegue el discurso na-
cionalista en defensa de lo español frente a lo importado, porque los agarrados son en buena parte de origen
centroeuropeo–, el bolero pasa a ser un baile decente por contraposición a los inmorales, cualidad que se
mantendrá tras la Guerra Civil, cuando la Sección Femenina, garante de la moralidad en los bailes folclóricos,
incorpora (o lo intenta) los bailes boleros a los repertorios de sus Coros y Danzas. En general, la consideración
sobre la honestidad se transforma a partir de fines del siglo xix y todos los bailes sueltos se incluyen entre los
decorosos, por contraposición al baile agarrado y otras modas posteriores de procedencia extranjera, espe-
cialmente americana (como el foxtrot).

Y es que el recurso de resaltar lo autóctono frente a modas foráneas o poco apropiadas moralmente es una
constante, no solo con la consideración del baile bolero como baile nacional durante el siglo xix, sino que
también lo hicieron los costumbristas a fines de ese siglo, y en una línea similar, los moralistas de la Sección
Femenina y los clérigos tras la Guerra Civil, ya que, para algunos, siempre había bailes considerados desho-
nestos, cuando no pecaminosos.14 Como ejemplo tardío mencionamos el caso del cura de Patiño (Murcia)
que creó en 1970 un grupo folclórico, posiblemente el primero o de los primeros de Murcia no adscrito a una
entidad oficial del régimen político de la época.

Y así es posible comprobar cómo los debates ideológicos se trasladan a cualquier aspecto de la vida social, y
más en concreto a las expresiones festivas públicas, incluidos los bailes sueltos; a veces de manera sutil, en es-
critos de prensa o literatura, pero otras veces de manera poderosa, implicando a instituciones como la Iglesia
o los gobiernos (en especial los nacionalistas, sean totalitarios o no). Es el caso de la moral religiosa y peque-
ñoburguesa a fines del xix, cuando comenzaban los bailes agarrados y otras modas, y del franquismo tras la
Guerra Civil española, que hizo del “folclore” un elemento de propaganda política de primer orden, centra-
lizándolo a través de la Sección Femenina, que se quejó cuando, tras la muerte del dictador, vio tambalearse
ese monopolio.15 En este sentido, diferentes estudios ponen de relieve cómo las ideologías dominantes han
intentado controlar las formas de bailar, y cómo los bailes y las músicas folclóricas en general, han sido utili-
zadas como soporte propagandístico de distintas ideologías dictatoriales (fascistas o comunistas) durante el
siglo xx, aunque también los regímenes democráticos pueden usarlos para sus fines ideológicos nacionalistas.

Durante el siglo xix, conforme se va reconociendo al baile bolero como “baile nacional” y al menos la rama
más artística de este se profesionaliza con vistas al espectáculo, se observa la costumbre de diferenciarlo de
los bailes populares (o no de escuela), que eran llamados “bailes del país” (es decir, el baile de los “paisanos”),
que sobre todo en el sur de España se identifican con los llamados “bailes de candil”, porque solían celebrarse
de noche a la débil luz de un candil en casas particulares y tabernas16 (lo que no excluye que allí se pudiese
bailar ocasionalmente bolero). Sin embargo, a lo largo del siglo xx, vemos cómo va evolucionando la línea
argumental y los bailes boleros y populares (es decir los nacionales y del país) ya son clasificados todos como
“populares”, o más bien “folclóricos”, por tratarse en ambos casos de bailes sueltos.

Pero también el costumbrismo de origen romántico juega su baza ideológica en determinado periodo, entre
fines del siglo xix y principios del xx. En este caso, algunos critican la nueva revitalización que hubo en esa
época de los bailes de escuela o boleros, en detrimento de los bailes populares. Esto es constatable en la co-
marca de la huerta de Murcia, en la que los jóvenes estaban dejando de bailar cotidianamente las seguidillas
del terreno (las parrandas), y los maestros de baile copaban los espacios públicos (los más visibles) con sus
escuelas de baile bolero. Así lo refleja esta noticia de 1900 en Murcia:
“Aún no ha llegado á los bailes agarrados... porque nó; pero las malagueñas (sencillas, dobles y cartageneras), las sevilla-
nas, el bolero, estos son los que privan, y bailados con arte primoroso, que exige aptitudes y aprendizaje con maestro. ¿Y

14  Como caso extremo, véase esta crítica moralista religiosa tras la Guerra Civil: BERNAL AROCA, F. (1940). ¿Es pecado bailar? Publicaciones del Secreta-
riado Diocesano de Acción Católica. Tip. Sucesores de Nogués. Murcia. [Aunque posiblemente fuese escrito por un sacerdote murciano: José Luján García.]
15  Murcia Galián, op. cit. p. 209.
16  BERLANGA FERNÁNDEZ, Miguel Ángel (2000). Bailes de Candil andaluces y fiesta de Verdiales. Otra visión de los fandangos. Diputación de Málaga.
Para el caso de Cartagena: CASAL MARTÍNEZ, F. (1947). Folklore cartagenero. Imp. Carreño. Cartagena; p. 42.

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DEL BAILE POPULAR AL BAILE BOLERO EN LA REGIÓN DE MURCIA: ORÍGENES Y CONSIDERACIONES IDEOLÓGICAS

las parrandas? No hay ya quien las sepa ni las quiera bailar, son cosa antigua. Casi le ofende á la juventud actual que le
hablen de semejante vejestorio”.17

Pues bien, podemos apreciar cómo esta reprobación ya era añeja comparándola con una cita de 1792:
“Una de las cosas que más disgustaba a los jóvenes era el bayle antiguo; pareciales demasiado serio, grave, y sobre todo
honesto, olvidáronle, y aprendieron uno nuevo llamado bolero”.18

Mucho después, durante la posguerra civil española y en parecida tónica, la Sección Femenina abundará en
la idea de aprecio por los bailes sueltos a la antigua frente a otras modas. Críticas similares por el olvido de lo
antiguo por parte de la juventud aparecieron otra vez a fines del siglo xx con la irrupción de los bailes discote-
queros y otras novedades, lo que en parte contribuyó, como reacción, a un resurgir en Murcia del movimiento
costumbrista, que se materializó en peñas huertanas, grupos folclóricos, cuadrillas, etc.

La difuminación de las diferencias entre los bailes boleros y los bailes populares se fue produciendo con el
tiempo y acabaron siendo todos de escuela por la quiebra de la transmisión oral y gestual de la forma de bailar
suelto y asumir la necesidad de maestros, que muchas veces han enseñado de una y otra clase indistintamente.
Incluso hubo mixturas que dieron lugar a los bailes abolerados:19 bailes boleros simplificados, a veces incluso
aprendidos sin maestro. Sin embargo, en las demostraciones de bailes llamados folclóricos a fines del siglo xx
y comienzos del xxi se bailan unos (los boleros, muchas veces de forma mediocre) y otros (los populares), y
por las mismas personas, lo que genera cierta confusión: ambos son interpretados con frecuencia por ciertos
grupos folclóricos aficionados o semi-profesionalizados como espectáculos escénicos dirigidos a espectadores
pasivos poco instruidos, que es frecuente no los sepan distinguir. Estas distinciones sí se pueden producir en
contextos más tradicionales –en fiestas o romerías, por ejemplo–, a las que suelen concurrir espectadores más
avezados. Y no es raro que cuando se inicia un baile bolero por unos bailaores expertos, el resto de bailaores
(que bailan a lo popular) paren, y, junto con los demás presentes, fijen la atención en los bailaores boleros para
admirar la exhibición.

Asimismo, la atribución a los bailes de connotaciones relativas a la identidad va por épocas, pero parece que
ha existido desde hace tiempo. Y en este mismo sentido identitario, en la propia Región de Murcia y en los
comienzos de la Autonomía tras la Transición democrática, se instituyó la Fiesta de la Región para el día 9
de junio, y en las primeras ediciones, en la década de 1980, y siguiendo las líneas creadas por los llamados
encuentros de cuadrillas (en boga desde 1979), se llevaron al lugar de concentración festiva a cuadrillas de
animeros para revelar sus músicas y bailes populares y boleros, sin diferencias, pues todo era baile suelto,
como una manera de mostrar las raíces tradicionales de la identidad local.

4. CONCLUSIONES
El baile bolero, que nació a partir de mediados del siglo xviii como una derivación estilizada de los bailes sueltos
populares, ha tenido, junto con estos, distintas consideraciones por parte de las élites culturales, dependiendo
de las épocas y las ideologías dominantes. Esos cambios en el juicio social de determinados elementos del baile
suelto nos indican asimismo las transformaciones del pensamiento y la evolución social.

Respecto de las consideraciones ideológicas acerca del baile, a fines del siglo xviii y principios del xix hubo
posicionamientos contra las modas que practicaban las élites influenciadas por la plebe; a fines del xix y pri-
mera mitad del xx contra el baile agarrado y otras modas que fueron llegando; y a fines del xx es frente a otras
nuevas prácticas, como marcador identitario de “lo nuestro”, un refuerzo de la identidad del pasado, que ya
comenzó a fines del xix tomando como bandera a los antepasados y las raíces.

Es en este contexto en el que se ha desarrollado el baile de la última escuela bolera viva de la Región de
Murcia: la de Fuente-Álamo de Murcia, cuyos representantes, agrupados en la cuadrilla de la localidad,
han venido participando en pie de igualdad con otros grupos en festivales, encuentros de cuadrillas, etc.,
frecuentemente sin solución de continuidad con el resto de manifestaciones de baile suelto, lo que a veces

17  BAQUERO ¿A?, “Bazar Murciano”, de 1 de septiembre de 1900, p. 1.


18  Moya, Alexandro, op. cit., p. 49.
19  En el canal de Youtube gestionado por el autor (Manuel Sánchez Martínez) se pueden encontrar, entre otros, diversos ejemplos visuales de bailes boleros
(de la familia Leandro de Fuente-Álamo de Murcia), bailes populares y bailes abolerados: <https://www.youtube.com/user/antropologoclemente>.

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Manuel Sánchez Martínez

dificulta la diferenciación para gentes no informadas. Por eso, la acción institucional en el ámbito de la
Región de Murcia, distinguiendo oficialmente una de las clases de baile suelto, refuerza simbólicamente la
diversidad y es una constatación de que las diferenciaciones que hubo antaño, y que el tiempo amortiguó,
siguen latentes y, en nuevo bucle cultural, rebrotan con el paso del tiempo al calor de los contextos y pensa-
mientos de cada época.

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DEL BAILE TRADICIONAL AL BAILE TÍPICO
REGIONAL

Montesinos Sánchez, Miguel Ángel


Escuela de Folklore Caldo de Pésoles

Resumen
Desde épocas ancestrales la transmisión oral del baile tradicional suelto (géneros como la jota, fandango o
seguidilla) ha sido por naturaleza, es decir, por el método del copiado de generación en generación, lo cual
llevaba implícito el conocimiento de la estructuración, normas y lenguaje propio dentro del contexto natural
de estas manifestaciones. La proliferación de grupos escénicos dedicados a la recreación romántica, transfor-
mó la enseñanza del baile hacia unos repertorios que con el tiempo se han ido fosilizando y academizando,
convirtiéndose en señas pseudoficiales de identidad territorial, separando regionalmente unos aspectos que
nada tienen que ver con las manifestaciones lúdico-festivas del pueblo llano, que sigue manteniendo el baile
suelto como divertimento espontáneo sin ningún tipo de fronteras.

Palabras clave: Folklore, folclore, baile tradicional, Murcia, tradición, cuadrilla, rural.

Abstract
From ancient times the oral transmission of the traditional loose dance (genres such as jota, fandango or seguidilla)
has been by nature, that is, by the method of copying from generation to generation, which implied knowledge
of the structure, rules and own language within the natural context of these manifestations. The proliferation of
stage groups dedicated to romantic recreation, transformed dance teaching into repertoires that have become fos-
silized and academic over time, becoming pseudo-official signs of territorial identity, regionally separating aspects
that have nothing to do with demonstrations, playful-festive of the flat people, who continue to keep the dance
loose as a spontaneous diversion without any borders.

Keywords: Folk, traditional dance, Murcia.

1. UNA APROXIMACIÓN CONCEPTUAL AL BAILE SUELTO DE ESTILO POPULAR EN LA REGIÓN


DE MURCIA
La aparición en los ambientes cultos urbanos de un movimiento romántico de recuperación de la identidad,
basada en el gusto por las costumbres rurales fue notoria a finales del siglo xix, este hizo transformar la ense-
ñanza del baile de la época hacia un enfoque exhibicionista, sacándolo de su contexto natural para mostrarlo
como una recreación teatral.

En los años cuarenta del pasado siglo, el formato se asentó de una forma definitiva mediante la irrupción de
los grupos de Coros y Danzas de la extinta Sección Femenina de las J. O. N. S., los cuales con el apoyo institu-
cional le infundieron un carácter oficial convirtiéndolo en la imagen amable durante el régimen.

El formato se fue expandiendo y la Obra Sindical Educación y Descanso no dudó en tomar el modelo y
filosofía reinantes, lo que potenció aún más la percepción de un “folklore oficial”, creando una subcultura re-
presentativa de un patrimonio inmaterial que en la Región de Murcia no había ni ha desaparecido en ningún
momento de la historia.

A día de hoy, con la explosión asociativa ocurrida alrededor de estos sectores del romanticismo durante los
años 80 del siglo xx, nos encontramos con dos mundos totalmente diferentes en el ámbito de “lo folklórico”.
Una, la tradición propia con sus rituales, su contexto y su funcionamiento natural, y la otra, la exhibicionista,
donde conviven cuadrillas, coros y danzas, grupos folklóricos, peñas huertanas y asociaciones dedicadas a la

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Miguel Ángel Montesinos Sánchez

noble labor de “recuperar y rescatar” tradiciones perdidas como colección particular para construir reperto-
rios propios.

Si bien es cierto que las cuadrillas actuales siguen siendo la reminiscencia más real del contexto natural,
la propia evolución hacia los encuentros de cuadrillas de diferentes localizaciones fomentó la filosofía de
lo territorial, protegiendo el aspecto propio como repertorio a proteger, llegando al extremo de presentar
dichos contenidos como representativos en estos festivales de cuadrillas rurales, donde el aspecto exhi-
bicionista toma gran relevancia, perdiendo así su sentido natural de espontaneidad y creación evolutiva
(Fig. 1).

Figura 1. Diferencias de los ambientes folklóricos actuales. (Fuente: Elaboración propia)

En este contexto, la enseñanza pasó de una impronta natural por el método del copiado directo donde el
sentido va intrínseco en ella, definida como tradición oral, a otra más academizada donde se impone el
aprendizaje de repertorios creados y fosilizados para una recreación teatral, presentada como histórica,
olvidando así los contenidos propios de los géneros, sus estructuras, sus costumbres de ejecución y normas
no escritas.

La separación de estos dos conceptos nunca ha estado clara, por lo que actualmente el margen entre tradición
y exhibición se confunde en un mismo entorno debido sobre todo, al mestizaje natural entre asociaciones del
ámbito rural con las de enfoque exhibicionista.

Igualmente la obsesión recuperativa institucionaliza las reconstrucciones locales como costumbres o carac-
terísticas zonales de algo totalmente extendido por todo el territorio, siendo en muchos casos las manías o
estilos personales, impuestos como distintivos de la zona.

El baile suelto de talante popular, con sus géneros más reconocibles como la seguidilla, el fandango y la jota,
en sus diferentes estilos y variedades, poseen como característica principal la espontaneidad y variabilidad
en sus ejecuciones, teniendo a la mujer como conductora de la elaboración, estando el hombre siempre a la
espera para seguirla.

Esto es algo que se va perdiendo en favor de un exceso sentido de exhibición, siendo necesaria la enseñanza
bajo una fuerte argumentación histórica de estas costumbres tradicionales y potenciando el sentido natural
para un conocimiento estricto de la base estructural que asegure una correcta transmisión.

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DEL BAILE TRADICIONAL AL BAILE TÍPICO REGIONAL

2. PEDAGOGÍA Y METODOLOGÍA DE ENSEÑANZA PARA UN CONOCIMIENTO ESTRUCTURAL


DE LOS GÉNEROS TRADICIONALES DE BAILE SUELTO
La premisa principal de la metodología propuesta es “aprender a bailar, no aprender bailes”, por lo tanto el
plan de aprendizaje comienza con el estudio de las estructuras de género y sus variantes, mediante la educa-
ción del oído con escuchas sonoras de la diversidad de estilos existentes junto con la parte teórica de estructu-
ración que asegure un conocimiento del contexto natural de estas manifestaciones populares.

El progreso para el aprendizaje de los géneros se recomienda desde una perspectiva de comprensión estruc-
tural, por lo que jota, seguidilla y fandango ofrecen un orden de ejecución que asienta la motricidad en re-
solución de dificultad, obteniendo un resultado óptimo por el avance en la complejidad de los elementos
conforme se va subiendo el nivel de aprendizaje.

La enseñanza desde los elementos que componen las mudanzas o pasos, ofrecen al alumno la oportunidad de
innumerables recursos, siendo capaces de crear sus propios pasos o mudanzas personales dentro de la regla-
mentación simétrica que va implícita, por lo que la contribución a una evolución natural del baile es más que
evidente. No limitándose a una reproducción mecánica de mudanzas cerradas y fosilizadas.

Ejercitar elementos respetando la simetría que deben llevar las mudanzas en todos sus géneros implica al
alumno a desarrollar, según su estilo personal, la versatilidad, variabilidad y enlaces propios de estos géne-
ros, que a modo de información se le van ofreciendo para su posterior aplicación en la ejecución del baile
(Fig. 2).

Figura 2. Proceso metodológico para el aprendizaje. (Fuente: Elaboración propia)

La reglamentación nemotécnica dispensa un trabajo de memorización que permite la retención mediante


nombres concretos a los elementos, así como también a mudanzas complejas que al ser identificadas con
nombres particulares ofrece una facilidad para recordar un pequeño repertorio de ellos.

Aunque la metodología principal está basada hacia un estilo espontáneo y popular, también el estilo “a lo
bolero”, conservado sobre todo en la Huerta de Murcia y puntos concretos de la geografía sureña por la gran
influencia que tuvieron diferentes maestros boleros históricos durante finales del siglo xix y principios del xx,
se enseña desde una perspectiva fuera de los enfoques de repertorios concretos. Enseñando al igual que en
el estilo popular, los elementos y figuras de una forma más estilizada que respeten su conservación y normas
de estilo.

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Miguel Ángel Montesinos Sánchez

3. CONTENIDOS
3.1. Estructura de los géneros
Los tres géneros más populares de baile suelto están conformados a ritmo ternario y compás de 3 x 4, por lo
que las mudanzas bailables encajan en cualquier género, siendo la diferencia entre cada uno de ellos, aparte de
la propia estructuración, la cadencia.

JOTA
• Ciclo: Estribillo de espera / Mudanza (Copla) / Estribillo cantado ¿? à
• El ciclo de jota genérica tiene la versatilidad de realizar o no el estribillo cantado, siendo común rea-
lizarla con él o sin él.
• La mudanza (copla) va compuesta por 7 u 8 (flamencas) tercias o frases conformadas por canto en
cuarteta o quintilla octosílaba.
• El estribillo cantado se realiza en formato de copla de seguidilla compuesta por tercias heptasílabas (1
y 3) y pentasílabas (2 y 4).

FANDANGO (MALAGUEÑA)
• Ciclo: Estribillo / Mudanza (Copla) à
• La mudanza/copla está compuesta por seis tercias o frases conformadas por canto en cuarteta o quin-
tilla octosílaba.

SEGUIDILLA (PARRANDA, PARDICA)


• Ciclo: Entrada / ½ Mudanza / ½ Mudanza / Cierre
• Entrada a formato de media seguidilla (2 frases: heptasílaba (1) y pentasílaba (2)).
• Mudanza y cierre a formato seguidilla completa (4 frases: heptasílabas (1 y 3) y pentasílabas (2
y 4).
• El género de seguidilla comprende muchas más variedades como manchega, sevillana, torrá, etc., pero
centraremos la enseñanza en el estilo de parranda y pardica por ser los más comunes en la zona de la
Región de Murcia.

3.2. Reglamentación y normativa natural


La pieza bailable se ejecuta sin limitación de coplas, siendo el cantaor quien decide la duración del baile,
cantando coplas a su libre albedrío hasta que decide “echar” la última, avisando de ello en la propia letra de la
copla o cortando al grito de “¡fuera!” o cualquier otro que avise de su terminación.

No habiendo una posición inicial, el baile puede tener diferentes modalidades de mudanzas, tanto estáticas
(en las que no se pierde la posición), cruzadas (en las que se ocupa la posición del acompañante), de 4 puntos
(donde se ocupan los 4 puntos cardinales de la situación inicial) y rodadas (donde la mudanza, sin tener ele-
mentos de cruce, se va ejecutando rodando a la vez con la pareja, habitualmente hacia la dirección del hombro
derecho).

La reglamentación básica ahonda en la obligación que perpetúa la simetría fisiológica de la mudanza, siendo
común la paridad de movimiento tanto con el pie derecho como el izquierdo, aunque no hay que olvidar que
en el baile tradicional de transmisión oral la versatilidad es un factor primordial que impide una obligato-
riedad intrínseca, siendo lo aquí expuesto solo un modelo para una metodología de enseñanza, basado en la
observación durante un gran periodo de tiempo de costumbres sobre su ejecución.

La variabilidad de la entrada bailada a mudanza permite diferentes puntos de inicio, siendo el siguiente com-
pás después de la primera tercia la más lógica, que no la única, permitiendo una ejecución simétrica perfecta
tanto en jota como en malagueña, siendo común por el contexto histórico el comenzar a ejecutar con el pie
derecho.

En parranda la entrada permite iniciar al compás en el tiempo fuerte del final de la primera tercia o bien al
siguiente compás. Igualmente la movilidad de los inicios permite adornar con vuelta el comienzo al baile
(cuarta sílaba de la segunda tercia de inicio), enlazando con el paseo de entrada en parranda y utilizando la
sexta sílaba o tiempo de la primera tercia en el caso de malagueña.

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DEL BAILE TRADICIONAL AL BAILE TÍPICO REGIONAL

Aunque existen movimientos de vueltas a contrapié, las vueltas se establecen a modo natural hacia los lados
lógicos de movimiento nomotético, siendo esencial la correspondencia con el punto de entrada según entre
el pie al acabar el ciclo.

Según géneros, las características y variabilidades en su ejecución son diversas: en jota, se tiene la opción de
aperturar la mudanza, como también cerrarla, combinando alternamente cada una de ellas, abriendo solo la
mudanza o solo cerrándola, así como ninguna de las dos, o ejecutando ambas opciones. Hay que señalar que
por costumbres zonales y personales, quien tenía el hábito de abrirla, la abría siempre, igual para los demás
casos. Igualmente, para estribillo cantado lo más común es cerrarlo en la última tercia con vuelta de 4 puntos,
es decir, sin parar la ejecución en ningún momento del estribillo cantado al de espera. Solo hay un momento
de parada mínima a la hora de enlazar estribillo de espera con mudanza.

La variedad existente de movimientos para estribillo cantado ha resultado con la propia evolución del baile,
extendiéndose en muchos casos utilizar uno diferente para cada uno que, siendo totalmente libre y correcto,
conviene puntualizar que en la mayoría de casos con informantes del terreno, suelen utilizar el mismo para
toda la jota, cambiando como mucho el último por ser de despedida.

Para parrandas la diversidad se limita tanto al punto de entrada hacia el pisado de derecho o izquierdo como
al marcado hacia delante para continuar con el paseo andado tradicional (en zonas más cercanas al noreste
granadino el paseo se solía sustituir por movimiento de estribillo directo ladeado).

Un dato a tener en cuenta es que la mudanza en parranda se divide en dos mitades, por lo tanto con la que se
inicia se debe de terminar el ciclo ocupando el lugar de la pareja en el primer movimiento y volviendo al lugar
inicial en el segundo, pudiendo el cierre ser diferente al movimiento de mudanza.

En esta variedad de seguidilla hay que apuntar los diferentes cierres de mudanza hacia estribillo, siendo los
más comunes el natural, el de apertura alterno, el de pie adelantado y el de contrapié. Así mismo se hace
notar que los cierres de mudanza son variables: de una vuelta (natural), de 2 vueltas (entrando en el cuarto
tiempo y realizando 2 vueltas continuadas a diferente o igual pie) y de 3 vueltas que a su vez se convierte en
mudanza.

Figura 3. Baile espontáneo en Bullas (Murcia). (Fotografía: Miguel Ángel Montesinos)

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Miguel Ángel Montesinos Sánchez

En malagueña la diferenciación es esencial a la hora de bailar estilo popular o de corte bolero, donde toma
relevancia la apertura de mudanza con la figura del desplante, iniciando en el sexto tiempo de la primera tercia
para su inicio, no así en el estilo popular donde la continuación del estribillo se realiza hasta la terminación de
la primera tercia y entrando al siguiente compás (esto dicho de una forma genérica, no olvidemos que en el
estilo popular o personal es muy variado, pues también hay en este estilo entradas a mudanza adornando con
vuelta ejecutada en el sexto tiempo de la primera tercia).

Es en esta variedad de fandango donde la abundancia de elementos toma protagonismo, siendo este género
de baile el más solicitado por bailaores expertos, habiendo aperturas a mudanzas tanto hacia el pie izquierdo
como al derecho, siendo indiferente el hecho de haber iniciado hacia el uno o el otro, pues se combinan in-
distintamente.

Otra las particularidades muy extendidas es la mezcla de géneros, siendo común el empezar por parrandas y
en medio de la ejecución cambiar a jota, o de poblatas (variedad de seguidilla) enlazar durante su ejecución
a malagueña, etc., convirtiendo esta práctica como un juego para el engaño de los músicos a los bailaores, así
como la demostración de virtuosidad.

3.3. El lenguaje del baile


Por el contexto rural de la época de máximo esplendor de estos bailes populares (siglo xix) se crea un entor-
no de protocolos dignos de remarcar. El antes y el después toman mucha importancia; la pedida de permiso
para bailar con una moza (el hombre tomaba el mando en este apartado) requería de una paciencia infinita.
Padres, hermanos e incluso el cura debían de dar su aprobación en algunos casos, para después la aceptación
de la bailaora, cuya obligación en el baile al ser solicitada tomaba visos de “por honor”, independientemente
de que le gustara o no bailar con el pretendiente. Por supuesto había negaciones por peticiones no deseadas y
casi siempre envueltas en problemas de antipatías, familia o luto.

El recato de la mujer contrastaba con el desparpajo masculino que siempre intentaba acercarse lo máximo
posible, siempre sin tocar, a lo sumo, un roce sutil hombro con hombro durante la ejecución. Ahí entraba el
juego de si a la mujer le gustaba lo dejara acercarse y si no es así se tenían varias tretas para retirarlo. Una de
las más socorridas era retirar con el brazo no dominante al bailaor, brazo con el que la mujer solía recoger el
pecho, bien como método de defensa ante bailaores muy descarados, o bien como recato cuando se tiene el
pecho voluminoso y no se quiere escandalizar con el movimiento de este.

Igualmente toma una especial importancia el agradecimiento del baile. Un leve toque del varón en el
hombro de la mujer reflejaba la satisfacción por la que solicitó, siendo en muchos casos el comienzo del
romance.

Debido a la situación de la mujer en este periodo, la mayoría de veces siempre a la sombra del hombre, es-
taba mal visto una bailaora desafiante (que las habría) que mantuviera la mirada a un hombre, por lo que la
sensación de estar bailando para ella misma encerraba un encanto especial que ya se ha perdido. Un cruce de
mirada correspondida a quien pretendías era un logro que alimentaba las esperanzas de relaciones.

La conjunción de ignorancia y represión religiosa de la época daba lugar a supersticiones que todavía perdu-
ran, y de ellas estaban repletos los bailes. Una de esas supersticiones o normas no escritas “obligaba” a la mujer
a realizar el comienzo de las mudanzas con el pié derecho por su “buen nombre”, sobre todo en el género de
jota. No así era el caso del hombre, que elegía acompañar el baile de la mujer “a la doble” o a “la natural”, según
fuese más entendido en la ejecución.

Otra de estas normas o represiones afectaba al reconocimiento de la hombría. Los brazos en el hombre rea-
firmaban la identidad masculina no subiéndolos más de lo necesario, de lo contrario el escarnio público se
abalanzaba sobre él, convirtiéndose en motivo de mofa por su amaneramiento.

Actualmente muchas de estas normas están en desuso debido a la propia evolución de la sociedad, no te-
niendo sentido muchas de ellas, pero es importante señalarlas como algo habitual del contexto natural de la
época.

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DEL BAILE TRADICIONAL AL BAILE TÍPICO REGIONAL

4. CONCLUSIONES
Después de 24 años inmerso con esta metodología de enseñanza, los resultados obtenidos, durante los últi-
mos, en la Escuela de Folklore Caldo de Pésoles, dicen que la enseñanza hacia el contexto natural es la manera
idónea para formar bailores/as que conserven los géneros populares de baile suelto, bajo un conocimiento
estructural que hace entender este patrimonio inmaterial que tan vivo sigue, independientemente del uso o
enfoque que posteriormente se le vaya a dar.

5. BIBLIOGRAFÍA
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XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 383


LA FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES
EN LA ACTUALIDAD: UN RITUAL FESTIVO VIVO EN
LA REGIÓN DE MURCIA

Luján Ortega, María


Documentalista
García Martínez, Tomás
Documentalista

Resumen
La fiesta de los Santos Inocentes se celebra el 28 de diciembre o fechas próximas, como se han recogido en
el sureste español, es la inversión del poder establecido por un día, este cambio de rol está emparentado con
la fiesta de carnaval. El personaje del inocente, o varios de ellos, tiene potestad para controlar la población
con un fin recaudatorio con destino a las cofradías de ánimas o comisión de fiestas. El alcalde-inocente solía
disfrazarse con arpilleras o ropas viejas, o por el contrario vestir un traje policromo. El alcalde-inocente es el
encargado de regir junto a la cuadrilla de músicos y a la mayordomía, el baile de Inocentes que lo administra
para crear simpáticas escenas y conseguir un mayor reembolso. En la actualidad, se sigue celebrando la fiesta
de Inocentes en la ermita de la Araña en Totana, en La Copa de Bullas, Caravaca de la Cruz, en Calasparra, en
El Garrobillo (Águilas), en Fuente Librilla (Mula), en Las Balsicas (Mazarrón) y en Zeneta (Murcia).

Palabras clave: Inocentes, carnaval, baile, inocentadas, fiesta, etnografía, hermandad, pujas, patrimonio
inmaterial.

Abstract
The feast of the Holy Innocents is celebrated on December 28 or near dates. In the Spanish southeast have been
collected the inversion of power established for one day. This change of role is related to the feast of Carnival. The
figure of the innocent, or several of them, has the power to control the population for a collection purpose destined
for the brotherhoods or town hall commission. The character of the innocent used to dress up with arpilleras or old
clothes or on the contrary with luxury dresses polychrome suit. The mayor of innocent is in charge of governing,
along with a group of musicians and stewardship. The dance of innocents who administers the Innocent, create
nice scenes and get a bigger refund. Currently, the feast of the Holy Innocents continues to be held in the hermitage
of La Araña in Totana, in La Copa de Bullas, Caravaca de la Cruz, in Calasparra, in El Garrobillo (Águilas), in
Fuente Librilla (Mula), in Las Balsicas (Mazarrón) and in Zeneta (Murcia).

Keywords: Innocents, carnival, dance, jokes, ethnography, brotherhood, tradition, religiosity, food bids, intangible
heritage.

1. FIESTAS DE INVERSIÓN DE PODER: OBISPILLO DE SAN NICOLÁS, REY PÁJARO


La fiesta de los Santos Inocentes es una celebración popular enraizada desde muy antiguo con la Iglesia, en la
que participan todos los grupos sociales. Los protagonistas son los personajes de inocentes, que amparados por
las cofradías de ánimas, tienen el poder por un día, para realizar inocentadas graciosas y administrar multas
por andar con los pies, mirar con los ojos, escuchar con los oídos… esas dádivas recaían en la administración de
la feligresía. La festividad de los Santos Inocentes junto con la de carnaval soporta unas características concre-
tas, ya que en ambas estaba permitido gastar cualquier tipo de bromas durante el transcurso de su celebración.

Para abordar la genealogía histórico-cultural de los procesos rituales de inversión simbólica que nos van a
ocupar a continuación, hay que retroceder hasta los carnavales medievales, herederos de las antiguas saturna-

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les romanas, junto al ritual de la vuelta o la celebración del despertar del solsticio invernal, en las que se per-
mitía hacer por unos días, sin pena espiritual o castigo corporal, todo lo deseable, lo que estaba del otro lado.

La devoción a san Nicolás se divulgó ampliamente en la Edad Media. De todas las fiestas de España que se
han relacionado con las saturnales, la más conocida es la del Obispillo de Inocentes celebrado el día de san
Nicolás (6 de diciembre). El obispillo solía ser el cantor más pequeño que pertenecía a la escolanía del coro
de la catedral. La celebración de la fiesta del Obispillo en la catedral de Murcia fue retomada en 2011 por la
Diócesis de Cartagena.

En Murcia, junto a la figura del Obispillo, se contó con la fiesta medieval del Rey Pájaro. En los días navideños
del medioevo, se formaban cuadrillas de individuos de bajo nivel social, que eran disfrazados y encabezados
por un jefe, el Rey Pájaro, sometían a todo tipo de bromas, chanzas y exigencias a los vecinos. Fue por ello
que, tal y como indica el profesor Ángel Luís Molina “las quejas llegadas al concejo por los excesos cometidos
por estas cuadrillas, le llevaron, sin éxito, a adoptar medidas restrictivas y multas; hasta que en 1474 el concejo
prohibió que en las parroquias se hiciesen reyes pájaros”.

Según los estudios del conocido antropólogo Julio Caro Baroja, en una de las teorías sobre la fiesta de Inocen-
tes, expone que el calendario festivo anual de ciclo de carnaval comprende los meses de diciembre, enero y fe-
brero. De esta forma podemos observar que la fiesta de los Inocentes está enmarcada dentro de la simbología
de carnaval, hace alusión a las fiestas propias del invierno donde vincula esta celebración con los de personajes
burlescos, el inocente-alcalde por un día, las máscaras y los disfraces con ropas viejas.

2. ORGANIZACIÓN DE LA FIESTA DE INOCENTES: COFRADÍAS, MAYORDOMÍAS, MÚSICA,


INOCENTES
La creación de la festividad de los Santos Inocentes fue implantada por las cofradías de la hermandad de
Nuestra Señora y Ánimas del Purgatorio, interesadas tanto en el culto público como en la defensa de los in-
tereses socio-económicos del colectivo que la integraba. Tenían derecho a pedir limosna mediante demandas
callejeras, fueron de gran importancia los rosarios callejeros de finales del siglo xviii.

La mayor parte de las cofradías tenían su sede en parroquias, sobre todo en el mundo rural. Las cofradías
asistenciales tenían en común los fines principales de auxilio, contribuían al culto divino, ejercían una política
asistencial respecto a sus miembros, auxilio en la enfermedad, acompañamiento en el entierro, realización de
sufragios, eran los fines más frecuentes de estas cofradías. Las mayordomías eran asimilables en cierto sentido
a las cofradías, pero su actividad se limitaba con frecuencia a la celebración de fiestas patronales en las que
participaban todos los vecinos.

A finales del siglo xviii, hubo varias iniciativas para la supresión de las cofradías por no tener la aprobación
real. Entrado el siglo xix, el número de cofradías en España había disminuido considerablemente. En la dé-
cada de 1960, las cofradías de las ánimas cayeron en suspensión debido a la inmigración poblacional a las
grandes urbes olvidando los rituales etnográficos. En la actualidad la mayordomía se ha traducido a tipos
asociativos que organizan la fiesta ayudados por la corporación municipal. Entre los rituales más conocidos de
las cuadrillas de ánimas del sureste español, en tiempo de Navidad, están las carreras de ánimas o recorridos
de Pascua, que son marchas petitorias de donativos para la hermandad. Era muy común la limosna de reses
y limosna de grano.

El personaje del inocente era buscado por la hermandad, solía ser gente del lugar, otras veces salían como
voluntarios para animar las fiestas. Para identificar al inocente y su autoridad, acostumbraba a teñirse la cara
de hollín, azulete o almagre; portar coloridos sombreros adornados con lazos multicolor, o acarrear varas de
mando adornadas con plantas aromáticas; otros protagonistas están provistos de escobas, tijeras de esquilar,
cencerros, herraduras para llevar a cabo sus inocentadas y así poner sus sanciones a los vecinos.

3. DESARROLLO DE LA FIESTA DE INOCENTES: RITUAL Y SIMBOLOGÍA


En todas las zonas de la Región de Murcia se han celebrado fiesta de Inocentes a lo largo de la historia, se
conoce de su existencia en el Altiplano (Yecla y Jumilla con el Tío Higui), Vega Media (Molina de Segu-
ra, Guadalupe, Espinardo, Churra, Patiño, Aljucer, El Palmar, El Cabezo del Esparragal, Santa Cruz, Ermita

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de Burgos-Nonduermas con los barredores, etc.), Valle de Ricote (Ulea), Noroeste (Valentín, Escobar, Copa
de Bullas, Campillo de los Jiménez de Cehegín), Lorca (Campo López, Zarzadilla de Totana, en Marchena
trascendió el Tío Tiznao) y Águilas (Cuesta de Gos y Garrobillo), en el Campo de Cartagena eran famosos
los inocentes que portaban grandes navajas, hay documentación sobre los rebuznos en Tallante y los que se
siguen haciendo en Las Balsicas de Mazarrón. Estos bailes de inocentes se recrearon en Barrio Peral de Carta-
gena y en los barrios capitalinos del Carmen, en el Malecón, en el barrio de la Merced y Puertas de Orihuela
de Murcia.

3.1. Petición de inocentes. Los espacios de la fiesta. Antes, durante y después de la misa: Inocen-
tes de Las Balsicas de Mazarrón
Dentro de la fiesta de los Santos Inocentes podríamos destacar tres momentos importantes: a la entrada de
la iglesia, en el interior del templo y a la salida de la iglesia con el baile de Inocentes. El inocente tiznado con
hollín o almagre esperaba a los que llegaban para solicitarle las primeras dádivas del día. La misa de alba se
celebraba a las 6 horas, como era el día de Inocentes se gastaba una inocentada, no se dejaba entrar por “el
inocente y los hermanos de la Virgen si no se daba limosna”, “los mayordomos de la Virgen de Loreto de la To-
rres de los Alburquerques (Murcia), después de dar el obsequio a la Virgen, estos ofrecían una bolicas de anís
o un trago en el porrón”, al igual pasaba en la pedanía de Los Dolores de Murcia que una decena de hombres
enmascarados con un gorro y un sayal, el inocente de mayor edad obligaba a beber del porrón con vino viejo,
para después tener que echar algo en la bolsa. En una noticia de prensa del Diario de Murcia fechada el 28 de
diciembre de 1894, nos dice, “los inocentes comenzaban a funcionar a primera hora del día, bien temprano,
en la puerta de la iglesia o la ermita en los distintos pueblos de la huerta y el campo donde con un porrón de
aguardiente y una caja de turrón de nieve, que repartían a gotas el primero y a puntas de alfiler el segundo,
sacaban buenas limosnas”.

En la ermita de la Araña situada en el Raiguero de Arriba en Totana, todavía antes de comenzar la misa y los
cantos de Pascua, el inocente ataviado con vara de mando adornada con cintas y cascabeles al grito de “¡ino-
cente!” ofrece bacalao salao, bebidas alcohólicas (anís, ponche, vino) y tabaco (Farias, Ducados, Winston) a
cambio de una dádiva. Otra figura de inocente que ha dejado de darse son los barredores, los inocentes de
la Ermita de Burgos de Nonduermas (Murcia), iban vestidos con ropas estampadas y con escobas. La escoba
es un elemento de uso habitual en los inocentes y se configura como una herramienta en el baile de puja. Lo
encontramos en Cañadas de San Pedro (Murcia), en la comarca del Río Mula como en Casa Nuevas que tam-
bién hubo barredores, en Yéchar y Puebla de Mula usaban escobas y sombreros adornados con cuatro naipes.
En Fuente Librilla el inocente lleva una escoba como vara de mando durante toda la carrera de aguilando y se
suelen usar para el baile de Inocentes para ir subiendo la puja.

Un acontecimiento exclusivo son las burlas que se sucedían dentro de la iglesia, como por ejemplo: el robo
del misal, donde un inocente u otro personaje cercano a la fiesta, cogía el libro sagrado del altar mayor y el
párroco, sabiendo lo que sucedía, alborotaba diciendo que habían robado el misal por lo que no se podía ofi-
ciar la misa, todos los asistentes se enfrascaban en ese ambiente de algarabía, donde los inocentes procedían a
buscar el misal entre los bancos (hasta que descubrían que una de las mozas lo había robado) y se comenzaba
a decir “han robado el misal, cómo vamos a decir la misa, hay que mandar a alguien a Roma por otro misal,
pues mandaremos… y siempre mandaban al más inválido, al que menos podía moverse, pues mandaremos a
fulano para que lo traiga rápido. Las risas estaban aseguradas. Los dos inocentes buscaban por toda la iglesia
banco por banco, hasta que descubrían que la hija de tal, había robado el misal, ¡pero bueno! ¡Cómo puede ser
que la hija de zutanito haya robado el misal!, normalmente la familia de la chica pagaba uno 30 o 40 duros de
aquel entonces, por el robo del misal, cuando un jornal no valía nada” relato de nuestro informante natural de
El Albujón (Cartagena), haciéndose referencia a la fiesta de Inocentes que se hacía antes de la Guerra Civil. La
representación del robo del misal se ha perdido en nuestro tiempo, pero era muy extendida en el Campo de
Cartagena y en el municipio de Murcia.

Un hecho muy característico entre los rituales de inocentes es la tradición de los rebuznadores que se reali-
zaban en el pueblo de Tallante (Cartagena), y se siguen haciendo en la población de Las Balsicas (Mazarrón),
tradición recuperada desde el 2003 por el Ayuntamiento. Según cuenta la leyenda todo comenzó cuando
se terminó de construir la pequeña ermita de Las Balsicas en honor a la Inmaculada Concepción, que se
encuentra situada en lo alto de un cerro donde se puede divisar la ensenada marítima que baña el Puerto de
Mazarrón. Los vecinos organizaron una fiesta para celebrar el final de las obras, también se encontraban los

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burros que habían servido para subir los materiales de la obra. Uno de los asnos dando brincos de alegría y
sin parar de rebuznar se mezcló entre los invitados. Los vecinos y concurrentes a la celebración comenzaron
a imitarle, y desde entonces, a modo de reconocimiento por el trabajo de los animales de carga, se viene or-
ganizando este acontecimiento en los últimos días del mes de diciembre. Los rebuznadores van engalanados
con sombrero de cintas multicolor, vara de mando, navajas de madera, tijeras de esquilar, un gran peine, una
herradura, púas, martillo... pero la fiesta no comienza hasta que se da el primer rebuzno al sacerdote de Las
Balsicas y al alcalde de Mazarrón en la puerta de la ermita. A modo de escena teatral, se ejecutan sonoros re-
buznos en ambos tímpanos, se representa el acto de afeitar con grandes navajas, se recorta el pelo sobrante del
flequillo, de las orejas, se le colocan nuevas herraduras al borrico, se extraen las piezas dentales que se encuen-
tran en mal estado y se le da una coz cuando está totalmente aderezado. Los asistentes pagan a estos inocentes
para que sus familiares, vecinos y amigos sean vociferados con rebuznos y esquilados para comenzar el nuevo
año con energías renovadas. Los dos rebuznadores son Paco “El Ministro” y Bartolo “El Tabilla” que con gran
cordialidad y cuidado, gastan bromas en las inmediaciones del paraje de la ermita, reembolsando propinas para
la continuación de la fiesta patronal y arreglos de la iglesia. Se rifa un jamón, previamente se ha vendido papele-
tas, se agasaja a todos los asistentes con un plato de arroz y por la tarde se hace el baile pujado de inocentes con
la cuadrilla de músicos de Las Balsicas y como guión de aguilando Paco “El Choto”. Esta actividad está dentro
de las fiestas patronales de la Inmaculada Concepción que está llevada por la comisión de fiestas.

3.2. Recreación de la tradición: Juan Pelotero de Calasparra, los Cherros de Zeneta y Alarde de
Inocentes en Caravaca de la Cruz
En Calasparra, en la actualidad, se hace una recreación de la tradición, con el personaje de Juan Pelotero que
va vestido con ropas viejas, la cara pintada con hollín o azulete y una cascaborra que va blandiendo a los que
no le quieren dar propina; acompañado por una curia de inocentes que representan la autoridad del pueblo
con vestimenta napoleónica compuesta por el Juez con bastón de mando que pone multas por andar por la
calle, por comprar pescado en la pescadería, por respirar aire con los pulmones; el Escribano que porta larga
pluma de ave y libro viejo donde va anotando las multas, y si no son pagadas se dirige al Carcelero que lleva
un manojo de llaves antiguas para meter a los infractores de las benditas ánimas, a la cárcel. El elemento de la
cárcel lo encontramos en fiestas de inocentes de otras partes de España como en Vélez Rubio. En los últimos
años, el Ayuntamiento de Calasparra ha recuperado esta tradición, la realiza un grupo de teatro y está enfoca-
da al público infantil donde termina la jornada de Juan Pelotero con juegos y pasacalles circense.

Figura 1. Juan Pelotero. Calasparra. 28 de diciembre de 2012. (Fotografía: Tomás García)

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LA FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES EN LA ACTUALIDAD: UN RITUAL FESTIVO VIVO EN LA REGIÓN DE MURCIA

Una tradición que sigue viva, retomada a partir de 1942, con algunos cambios temporales, se traslada su ce-
lebración al tiempo de Carnaval, con alteraciones organizativos, el cometido de la hermandad de las ánimas
desaparece, es el conocido ritual de inocentes de los Cherros, que se da en la población de Zeneta que perte-
nece tanto al municipio de Murcia como a la del Raiguero de Beniel y la Villa. Al igual como ocurrió en otras
poblaciones con advocación a la hermandad de la Virgen del Rosario, se instauró la celebración de inocentes
a partir del siglo xviii. La carrera o la pedimenta de aguilando duraba tres días, comenzaba después de la misa
de Gallo y terminaba el día de Inocentes o el día de Año Nuevo. Ese día salían los mayordomos, el mochilero
y dos inocentes llamados “cherros” vestidos con arpilleras, cencerros atados a la cintura y tiznadas las manos
y la cara de azulete iban acompañados por un manojero o gañán que los llevaba cogidos con una soga. Quien
no hiciera un buen sufragio era tiznado por las carantoñas dóciles de los becerritos. Aun así, la caricia azulada
que proporcionan los Cherros, en muchas otras fiestas es símbolo de purificación y salvación de las penas.
En la actualidad, esta fiesta está enmarcada dentro del Carnaval de Zeneta, que sale como una comparsa más,
pero cargada de ritualidad, haciendo que estas fiestas de carnaval tengan una singularidad especial. La re-
creación de los Cherros ha sido salvaguardada por la saga familiar de “Los Rosquillas” y “Los Bibianos” desde
que Juan Tovar “El Rosquilla” hiciera de mayordomo nueve años y después de gañán otros muchos, hoy en
día, se cuenta con la tercera generación, otra de las personas que llevan gran peso en esta tradición es Bibiano
Andreu Lorente. La recreación de los Cherros, en el presente, es más numerosa, contando con los dos inocen-
tes principales que van atados por el mismo cordel, se han ido incorporando otros cherritos de menos edad
e incluso niños, con vistas para que esta costumbre no se pierda. Durante el recorrido de Carnaval simulan
ser los animalitos que llevan por nombre, por lo general buscan a sus familiares, conocidos, compañeros de
colegio para tiznarlos de azulete dando un arrumaco a modo de restregón, hacen sonar los cencerros como
si los fueran a topar.

La fiesta de Inocentes que se celebra en Caravaca de la Cruz es una fiesta recuperada para la ocasión desde
el 2006, donde se hace exhibición de elementos, personajes y significados. Está organizada y planificada por
la Hermandad de las Ánimas, la asociación de Amigos de los Gigantes de Caravaca, con la colaboración de
la parroquia de El Salvador, de la Concejalía de Cultura y Festejos y el patrocinio de empresas caravaqueñas.
Según estudios precedentes, el documento más antiguo que se tiene constancia es relativo a la celebración de
la fiesta del Rey Pájaro. Para hacer la conmemoración de Inocentes hoy día en Caravaca de la Cruz, se ponen
de acuerdo las fuerzas totémicas del más allá, se junta el bien y el mal por la misma causa. Por una parte está
el bando de inocentes que cuenta con el personaje del Rey de Inocentes que suele ser una persona conocida, el
Alcalde de Inocentes o Alcaldesa de Inocentes, en 2018 fue encarnado por la actriz caravaqueña Lola Salcedo,
el pregonero, los alguaciles, los mochileros y los obispillos. Por otro lado encontramos el bando de demonios,
a la cabeza está el mismo Lucifer que dirige el ejército demoníaco, que al pedir la limosna de inocentes, si la
persona aludida no aportara con prontitud el dinero, se le decreta un séquito de diablos para que cambie rá-
pido de opinión. Durante la cuestación, el séquito va acompañado por la música de la charamita con dulzaina
y tambor. Comienza la comitiva con el Alarde de Inocentes, parte de la iglesia mayor de El Salvador al Ayun-
tamiento, donde se porta el cuadro de la Virgen del Carmen, los mochileros llevan sombreros rojos y varas
de mando floridas, van acompañados por el Inocente de ese año, el Alcalde de Inocentes, el pregonero, los
alguaciles y los obispillos pintados graciosamente. En el Ayuntamiento se produce la Investidura del Alcalde
de Inocentes, el alcalde municipal le pasa el mando al Alcalde de Inocentes por un día, para que haga y des-
haga a su antojo. Los claveros, suelen ser el vicario de la iglesia de El Salvador, el Rey de Inocentes, el Alcalde
de Inocentes y el alcalde de Caravaca de la Cruz, cierran y firman las alcancías y las huchas; después las abren
y hacen el recuento. La comparsa vuelve a la iglesia, donde se produce el Pleito entre Inocentes y Demonios.
Aparece la estatua de Herodes, es invocado Lucifer para que ayude a esta buena causa, surgiendo a través de
un humo espectral con su corporación de diablos. Se da lectura al Bando de Ánimas por el pregonero donde
se indica el cometido y para quien va a ir lo recolectado, haciéndolo público. Por la mañana y por la tarde se
hace un pasacalles, pidiendo fondos para una asociación benéfica de la población. Los viandantes cuando son
multados, son recompensados con una picardía (caramelo), se le emite una amonestación como justificante,
para evitar que los Demonios se los quiera llevar al infierno a golpe de cencerro. A última hora de la tarde, en
el salón de actos del Ayuntamiento, se hace recuento público, en 2016 se recaudó la cantidad de 2.943 euros
para la asociación de espectro autista. Se restituye el bando de mando al auténtico alcalde. Para terminar en la
plaza Nueva se Quema el Herodes, donde se pueden avivar las llamas con el justificante de multa, según dicen
nuestros protagonistas “si en el reverso de la multa se escribe el mal o la desdicha, desaparece automáticamen-
te”, así termina la intensa jornada de esta singular fiesta.

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3.3. Baile de Inocentes: La Copa de Bullas, Fuente Librilla


En estos bailes el que lleva la dirección es un inocente o subastador que incita a los presentes a pujar al alza
por cada baile. El que más ofrece se queda con la puja y puede bailar, o bien, ordenar que bailen las personas
que él quiera. Si los designados no quieren hacerlo deben pagar una contrapuja más elevada. En las fechas
próximas al baile comenzaba a rumorearse quién iba a ser ese año el que rompiera el baile. “Romper el baile”
es el resultado de ganar una puja entre contrarios. El ganador es el primero en bailar, elige pieza musical, elige
con quien quiere bailar. Eran procedimientos de galanteo, consumar noviazgos, anunciar bodas. Otra fórmula
simbólica que se ha encontrado es la de “desbaratar el baile”, significa la finalización del baile de Inocentes, ya
sea por exceso de jolgorio acumulado o por que las fuerzas civiles lo deciden.

El baile se celebraba el día 28 de diciembre o en fechas cercanas. En el Campo de Cartagena se solía celebrar el
día de Año Nuevo, como sigue haciendo en la ermita de la Araña (Raiguero, Totana). En La Copa de Bullas, el
baile de Inocentes se ha acomodado en las fiestas patronales por San Antón. El día anterior se hacen hogueras,
por la mañana se reparten los rollicos bendecidos por el santo, se efectúa la “subasta de la carne” por los ma-
yordomos, por la tarde se hace el baile de Inocentes, con posterioridad tiene lugar la procesión de San Antón
por el pueblo, se bendicen los campos y las mascotas; terminado el desfile religioso, en la iglesia se eligen los
mayordomos para el año que viene.

Figura 2. Baile de ánimas. La Copa de Bullas. 20 de enero de 2013. (Fotografía: Tomás García)

En La Copa de Bullas, el inocente salía durante los tres días que duraba la “pedida de aguilando”, algunos años
salieron dos inocentes para llegar a todos los caseríos limítrofes, como fue el caso de José Ruiz Pérez que salía
en caballo fue ayudado por Fernando. Dar las gracias a Lázaro Pérez Béjar por la aportación de datos, que
recuerda el nombre de algunos inocentes como Antonio García Valera “el Salao”, José González Sánchez “el
Piruli” y el Ginés “el Goloso” que tomó el cargo en 2019. Estos inocentes van vestidos con pantalón amarillo,
blusa roja, vara de mando y sombrero de espejos.

Un tradicional baile de Inocentes que goza de buena salud es el celebrado en la localidad muleña de Fuente Li-
brilla, donde dos retozones inocentes ataviados con escobas y gorro militar o tarbush, van dando vueltas por la
pista de baile, buscando la puja más alta, cada vez que asciende la apuesta la tradición es romper una escoba de
caña para dar más emoción. El que hace la oferta más elevada, es el encargado de “romper el baile”. En Fuente
Librilla, la pareja o parejas que rompen el baile suele tocarse con el gorro de inocentes y el dinero de la puja.

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3.4. Pagar por poner el sombrero de inocentes. Juego de galanteo


Otro medio para recolectar más dinero era pagar o pujar para ponerle el sombrero de inocentes a ciertas
personas. Como ocurría en el baile de Inocentes de Campillo de los Jiménez de Cehegín, celebra sus fiestas
dedicadas a la Purísima Concepción, el templo parroquial está dedicado a la Virgen del Rosario. Una de las
fiestas más características era el baile de pujas en el día de Inocentes, en el salón anexo a la iglesia con grade-
río para este tipo de bailes se hacía una representación con un Alcalde de Inocentes elegantemente vestido y
vara de mando, tres mayordomos y dos inocentes con gorros forrados en tela roja, bellamente decorados con
grandes espejos, collares de cuentas, flores secas y lazos multicolores. El baile se hacía en presencia del cuadro
de la Virgen del Carmen y una campanilla. La hermandad de Ánimas casi desaparece después de la Guerra
Civil, en 1987 la cuadrilla de ánimas del Campillo se constituye como asociación cultural, la última vez que
se hizo el baile de puja fue en 2009 y el año siguiente. Según los inocentes, hacía 35 años desde esa fecha, que
se había organizado el último. Conjuntamente los asistentes pagan por bailar o para que bailen expertos dan-
zantes, se pagaba por poner el sombrero a una persona elegida, se invitan a dulces y se ameniza unos juegos
teatralizados para diversión general.

3.5. Pujas de alimentos: ermita de la Araña y ermita de El Garrobillo


Otros elementos que encontramos en el baile de Inocentes para avivar la fiesta es la puja de alimentos, do-
nados por los vecinos, por las empresas o porque fueran recogidos antiguamente en la carrera de aguilando.
Además del baile y de las inocentadas existían otras fórmulas para obtener dinero, una de ellas era a través de
la rifa o la puja de productos locales como frutas o dulces, un hecho entendido en el Diario de Murcia a 30
de diciembre de 1886 es la costumbre muy arraigada en la localidad de Espinardo (Murcia) “el sábado, día de
Año Nuevo, habrá también en Espinardo baile de Inocentes, donde se rifarán magníficas piezas de dulce cuyo
producto se destinará a las fiestas religiosas de la Virgen del Carmen”. En la prensa histórica nos habla de la
codiciada rifa de cuajada y mazapán en los bailes de Inocentes de Espinardo, pujar por un corazón de maza-
pán en bailes subastados era muy extendido entre novios, al igual como ocurría en el pueblo de Balsapintada
(Fuente Álamo) y de Valladolises (Murcia).

El baile de Inocentes de El Garrobillo (Águilas) sigue siendo de gran importancia por su carácter etnográfico,
donde un subastador con sombrero de inocentes y vara de mando, además de subastar el baile, pone almoneda
productos alimentarios como hogazas de pan casero, hortalizas del terreno o embutidos artesanales que van
adquiriendo una gran suma de dinero para el mantenimiento de la fiesta. En Totana, en la ermita de la Araña,
por el día de los Inocentes se venden papeletas durante las mandas de pascuas y el baile, a los asistentes se les
obsequia con caldo con albóndigas y vino del terreno. El inocente recoge las dádivas para que el guión de pas-
cua le cante a la familia del donante, cuya temática va relacionada con que la Virgen le disponga de buena salud,
prosperidad en los negocios, le desea descendencia y para los familiares que ya no están, le dedica unas entra-
ñables coplas al cielo. Durante ese proceso se compran papeletas para ser rifadas. Al final del baile de Inocentes
se sortea los productos y las cestas de Navidad donadas, un pollo campero vivo, caja de vinos, kilos de miel del
terreno y se hacen juegos, se disfruta de una jornada completa en torno a la tradición y a los seres queridos.

4. CONCLUSIONES
En el análisis del ritual festivo de Inocentes se detecta que son pocas las manifestaciones festivas tradicionales
vivas, si las comparamos en número con las que había hace un siglo. Esto es debido a la supresión ejercida de
cofradías, a la despoblación de las zonas rurales y a los cambios de la oferta de diversión. Por otro lado, las
conmemoraciones que perviven en la actualidad se han acomodado a los nuevos tiempos, ya sea en la readap-
tación dentro del calendario festivo, han cambiado los agentes organizadores por lo que la recaudación tiene
otros fines, pero la misma función ya que revierte al pueblo. Las fiestas tradicionales de inocentes implican la
existencia de una memoria común con un horizonte de sentido compartido, reafirmando los lazos de integra-
ción social. Como fiestas tradicionales están abiertas a todos los públicos y visitantes, tan solo hay que leer los
códigos rituales. Constituye una expresión artística, está presente la música, la danza, el vestuario, el color, la
vistosidad, el ingenio y la belleza estética. Crea un espacio privilegiado para la transmisión de mensajes, abre
momentos de distracción y entretenimientos diferentes de ocio.

En muchos casos se da una reinvención de la tradición o una recuperación de la tradición muy válida porque
se siguen otorgando rituales, símbolos y funciones sociales que revierte en la reafirmación grupal. En el dina-

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 391


María Luján Ortega y Tomás García Martínez

mismo de los tiempos modernos y en momentos de transformación, la recuperación de las tradiciones cobra
una extraordinaria importancia. Estas fiestas son singulares por su temática y hacen que no se corte de raíz las
tradiciones de los pueblos siendo un reclamo. Con la presente descripción extendida se ha querido poner en el
mapa del patrimonio inmaterial la fiesta de Inocentes vivas, a día de hoy. Se ha podido documentar las caracte-
rísticas inherentes, se ha llegado a la comprensión de los rituales por su gran valor social, cultural y etnográfico.
En el momento que estamos contribuyen a la creación de comunidad y momentos de esparcimiento, anterior-
mente eran propósito de galanteo y momento de enlaces sociales. Este tipo de fiestas tienen una determinada
singularidad y están poco contaminadas con lo global, entendidas como un fin más, para contribuir en el
mantenimiento de las fiestas patronales, hacen que sean un atractivo de la zona, sumándose a lo monumental,
artesanal, medioambiental o paisajístico. Las fiestas tradicionales se deben de incluir en el circuito de la oferta
regional turística por su importancia y particularidad.

5. BIBLIOGRAFÍA
ARIAS DE SAAVEDRA, I.; LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, M. (2002). La Represión de la religiosidad popular. Crítica y
acción contra las cofradías en la España del siglo XVIII. Universidad de Granada.
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392 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PROCESOS DE INTERTEXTUALIDAD EN LOS
ESTRIBILLOS DE AGUILANDO DEL SURESTE

Sáez García, Bernardo

Resumen
El aguilando, como forma poética y musical al servicio de la petición en el periodo navideño, recoge proce-
dimientos de la lírica tradicional, en vigor desde la Edad Media, como el paralelismo de los versos y el papel
estructural de los estribillos, en contraste alterno con el verso improvisado, sumando los temas de la doctrina
católica pasados por el filtro de la piedad popular. Asumiendo estas influencias de forma concentrada, los
estribillos de aguilando se constituyen en ejemplo vivo de intertextualidad, una característica de las manifes-
taciones artísticas de tradición oral, como reflejo de rituales milenarios.

Palabras clave: Aguinaldo, aguilando, intertextualidad, estribillo, paralelismo, repetición, ritual.

Abstract
The aguilando, as a poetic and musical form at the service of the petition in the Christmas period, collects pro-
cedures of the traditional lyric, in force since the Middle Ages, such as the parallelism of the verses and the struc-
tural role of the refrains, in alternate contrast with the improvised verse, adding themes of the Catholic doctrine
run through the filter of popular piety. Assuming these influences in a concentrated way, the aguilando refrains
become a living example of intertextuality, a characteristic of the artistic manifestations of oral tradition, as a
reflection of ancient rituals.

Keywords: Gift, intertextuality, repetition, refrain, parallelism.

1. PRELIMINARES
La forma poética de los aguilandos1 es simple y recurrente, aunque puede admitir variantes, y deriva estruc-
turalmente del canto responsorial: una copla de cuatro versos octosílabos de rima asonante ejecutada por
un solista (o varios que se van turnando) a la que sigue una respuesta, por un coro, de otros cuatro versos
octosílabos con función de estribillo. Las coplas que ejecuta el solista tienen habitualmente carácter impro-
visatorio mientras que la respuesta del coro es una estrofa fija, establecida de antemano (o en el curso de la
performance), relacionada con el ámbito en el que se produce. Este proceso se repite indefinidamente en el
tiempo en función de la creatividad del solista y de la respuesta del auditorio. Una característica distintiva de
los aguilandos del sureste español es el uso de la repetición. En efecto, el último verso de la estrofa del solista
se repite como primer verso de la estrofa de respuesta formando esta estructura:

Solista: El niño nació en Belén Coro: Qué fue lo que sucedió


por una combinación Digamos con alegría
Es muy fácil de explicar Viva San José y el Niño
qué fue lo que sucedió Viva la Virgen María.

La rima de estos versos puede ser xaxa // abab (como en el ejemplo) o abab // bcxc pero en cualquier caso la
estructura del estribillo, considerado como un terceto independiente, suele ser axa. En Sevilla (1921: 164) los
Coros de aguilando aparecen agrupados, separados de las coplas, y los nueve que recoge son tercetos octosíla-

1  Escogemos decididamente la forma aguilando, en vez de la considerada correcta “aguinaldo”, por entender su etimología más acorde con su devenir
histórico y representar mejor la compleja semántica adquirida con en el tiempo.

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Bernardo Sáez García

bos con la misma rima axa. Estos elementos formales, la rima, la repetición, la glosa, la contrahechura,2 junto
al carácter improvisatorio y responsorial sirven de vehículo a un proceso de intertextualidad3 al servicio de
contenidos semánticos cuyas raíces trataremos de mostrar en las líneas siguientes. La repetición de versos en
el engarce de las coplas de aguilando (las que improvisa el guion) con el estribillo (del coro) permite una uni-
dad de la estructura estrófica en relación con la musical. Este formato de la repetición deriva directamente de
los procedimientos de la poesía paralelística practicados desde la Edad Media y que serán objeto de un estudio
más avanzado que excede el espacio de esta comunicación. Como vemos en el ejemplo anterior, tras la repe-
tición del último verso de una estrofa en el primero de la siguiente, que inaugura el estribillo, se añade un ter-
ceto como respuesta del coro (acordado previamente por parte de los intérpretes de la cuadrilla o grupo) que
se mantiene habitualmente durante toda la interpretación en función de tres factores: tiempo, lugar y carácter.

2. EL TIEMPO
En una primera aproximación, el tiempo alude a la época del año en que se realiza el ritual de forma cíclica e
iterativa; se repite, pero en cada ocasión adopta singularidades; el ritual es un AHORA pero inmerso en el fluir
temporal. En un análisis diacrónico podemos observar que la manifestación ritual es distinta y deudora de
cada uno de los momentos históricos que le toca vivir; de esta manera hace frente a tendencias contrapuestas:
permanencia en lo básico vs evolución inevitable. Solís Zepeda (2016) dice que “el ritual posee intrínsecamente
un complejo temporal único, constituido tanto por el tiempo cronológico (histórico-social) del que parte, como
por el tiempo sentido (experimentado) por los actores de él. La relación de estas dos percepciones, existencial y
experiencial, conforma un nuevo tiempo recurrente y cíclico, grupal e individual, convencional y subjetivo”. La
práctica de los aguilandos utiliza un periodo amplio que adopta como eje el día de Nochebuena y Navidad, pero
empieza mucho antes. A veces, con la excusa de los preparativos, desde mediados de noviembre como indica
García (2012: 163), extendiéndose hasta la fiesta de la Candelaria del 2 de febrero. Se asumen por tanto todas las
fiestas incluidas en este amplio paréntesis temporal, fiestas que influyen en la realización del ritual requiriendo
adaptaciones que les den reflejo, presencia y visibilidad, siguiendo la secuencia: NOVIEMBRE > Preparativos
/ DICIEMBRE > [8, Purísima] - [16, comienzan las misas de Gozo] - [24, Nochebuena] - [25, Navidad] - [27,
S. Juan Evangelista] - [28, Inocentes] / ENERO > [1, Año Nuevo, La Circuncisión] - [6, Reyes] / FEBRERO >
[2, La Candelaria].

3. EL LUGAR
El ritual necesita de un espacio más o menos acotado que influye (cuando no lo define o determina) en su
realización. El lugar escogido, predispuesto o impuesto ordena muchas de las acciones a realizar. Para el caso
de los aguilandos la casuística es variada pero perfectamente acotable en esta taxonomía:

SAGRADO: Iglesia, Ermita, Salón Parroquial, Romería


PROFANO: Auditorio (con público), Calle (pasacalles), Plaza, Sala (privada)

La lista incluye espacios cerrados y espacios abiertos (al aire libre) pero la característica esencial expansiva
(no introspectiva) del ritual aguilandero los transforma en una plaza pública como expresión de la alteridad
y transgresión de la cultura oficial. Pero también existen espacios mixtos: en las romerías hay un encuentro, a
veces indiscernible, donde lo profano penetra en el espacio sacro y viceversa. Por otro lado, los encuentros de
Cuadrillas se dan en la calle, pero suelen comenzar con una misa donde los textos del ordinario se ejecutan
con músicas profanas como jotas y malagueñas.

4. EL CARÁCTER
Deriva de lo anterior y del apriorismo que supone el propio carácter del acto en que se participa: Religio-
so-Profano / Petitorio-Remunerado / Guion profesional-Guion aficionado / Presencia-Ausencia de co-
mensalía… factores que influyen en el desarrollo de la performatividad y se manifiestan en los aguilandos

2  Del latín contrafactum, alude al cambio de un texto literario manteniendo su misma música y/o métrica como cuando pasa de profano a religioso, “vuelto
a lo divino”, procedimiento de gran tradición en el Siglo de Oro.
3  Partiendo del concepto formulado por Bajtín (1895-1975) de intersubjetividad del discurso dialógico que evoluciona hacia el de intertextualidad en manos
de Kristeva (1969: 190): “Todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto”. Un buen resumen del
estado de la cuestión sobre la intertextualidad lo encontramos en <http://gonzaloiv.es/cultura/2016/01/03/intertextualidad.html>

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PROCESOS DE INTERTEXTUALIDAD EN LOS ESTRIBILLOS DE AGUILANDO DEL SURESTE

mediante: 1) las coplas, que al ser habitualmente improvisadas quedan fuera del ámbito de este estudio,
2) los estribillos, que se escogen en relación a lo anteriormente expuesto y 3) la música que aunque es la
misma de forma predeterminada en cada cuadrilla o grupo performativo, sí se deja influir por factores
como: cantidad y calidad de los músicos, sonoridad del espacio, expresión de los afectos de la combinación
letra-música en relación al LUGAR, que serán expansivos (si es en la calle, auditorio, etc.) o contenidos
(si es en una iglesia, ermita, etc.). Las estrofas de estribillo de aguilando, como veremos a continuación,
son manifestaciones del TIEMPO diacrónicamente considerado y del MOMENTO en que se ejecutan,
pero poseen una tendencia a mantener su carácter prístino y originario4 en la secuencia espacio-temporal.
Como dice Frazer en La rama dorada: “lo que alguna vez estuvo en contacto con algo conserva esa cone-
xión en la distancia”.

5. LOS ESTRIBILLOS DE AGUILANDO


La formación y el mantenimiento de los estribillos de aguilando depende de todos los factores enumerados,
pero hay que destacar que constituyen símbolos del pasado que contrastan con el aquí y ahora de la impro-
visación de las coplas entre las que se interpola en repetición. Al verso repetido que inaugura el estribillo le
sigue un terceto independiente, habitualmente octosílabo con rima axa, cuyo primer verso tiene una función
invocativa que es bastante común y que puede adoptar otros formatos. A continuación, el segundo verso,
con rima libre, tiene función advocativa y se utiliza para ubicar la carga semántica del estribillo en relación
con los factores variables de tiempo, lugar y carácter ya enumerados anteriormente. Y finalmente el tercer
verso del terceto tiene función rogativa que mueve a la acción. A veces el orden se puede alterar (con cam-
bio de tiempo verbal) como en este estribillo de Aguilando de Rincón de Bonanza, Orihuela (Alicante) que
mantiene la misma rima evitando el arcaísmo que de la manera habitual lo habría convertido en un trístico
monorrimo:

Digamos con alegría: Digamos con alegría:


En nuestra compañía viene Ana, Joaquín y María
Ana, Joaquín y María vaya en nuestra compañía.

Estos tres versos en forma de tercerilla más el previo verso libre, procedente de la cuarteta improvisada, for-
man una especie de Frankenstein estrófico pues cada uno de ellos tiene orígenes y fundamentos diversos. El
conjunto de funciones, relativas a los estribillos de aguilando que vamos a analizar, se puede ordenar en un
cuadro, pero en realidad la correspondencia no es lineal pues muchas de las funciones son intercambiables y
mantienen relaciones cruzadas, dobles y triples.

Actos del habla Función 1 Función 2 Verso


Invocación Apelativa Conativa 8a Digamos con alegría:
Advocación Advocativa Vocativa 8x La Virgen de la Fuensanta
Petición Imperativa Rogativa 8a Vaya en nuestra compañía

6. LA INVOCACIÓN
El papel conativo5 de la invocación, que busca influir en el oyente, está dentro de las funciones del supuesto
imperativo “digamos” que se muestra en versos como “digamos con devoción”, “digamos con alegría”, “digan
todos a una voz”, “digamos todos a un grito” con un sintagma cuya terminación busca rimar con la figura reli-
giosa del verso advocativo. Hay que advertir en este punto sobre el papel ambiguo de estos supuestos impera-
tivos que rigen sobe la 1ª persona del plural y que bordean con el modo subjuntivo. Según Grande Alija (2016:
191) “se integra el imperativo y el subjuntivo en el marco de lo que llamamos ‘espacio desiderativo-apelativo’,
donde se agrupa una serie de procedimientos gramaticales o gramaticalizados basados en el imperativo y el
subjuntivo. Semánticamente, se organiza en torno a un componente de deseabilidad (la acción se presenta
como deseable) que, al variar diversos factores, configura un recorrido que va desde un centro situado en
el imperativo a una periferia que se encuentra en la expresión del deseo”. La invocación “digamos todos” en
contextos religiosos es muy antigua, Gonzalo de Berceo (1197-1264) nos regala estos versos en cuaderna vía

4  Siguiendo a M. ELIADE. “Arquetipos celestes de los territorios, de los templos y de las ciudades”, en El mito del eterno retorno, Ed. Alianza, Madrid,
1992.
5  La función conativa es característica del lenguaje oral y se orienta hacia el receptor buscando una reacción.

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Bernardo Sáez García

de Los Milagros de Nuestra Señora:

Nombre tan adonado, lleno de virtud tanta,


el que a los enemigos les persigue y espanta,
no nos debe doler ni lengua ni garganta
que no digamos todos: Salve, Regina sancta.

También tiene fuerte presencia en el teatro áureo. Así en la Loa para el auto sacramental El lirio y la Azucena
(ca.1665) de Calderón de la Barca (1600-1681) leemos:

Entendimiento. Pues para fin de la Loa


basta, que a vuestros pies puestos,
digamos todos rendidos,
que perdonéis nuestros yerros.

que utiliza nuestros versos para pedir la preceptiva captatio benevolentiae. También Bances Candamo
(1662-1704) termina la zarzuela Fieras de Zelos y amor estrenada en la corte en 1690 diciendo mientras
danzan:

Nereo. Sea aquí, para que acabe / lo trágico en lo festivo. (Danzan)


Galatea. Pues el festejo acabado, / digamos todos rendidos:
Todos. Que Amor ha querido, / borrando lo fatal, premiar lo fino.

Nótese la posición del verso “digamos...” y el encadenamiento que se produce entre acabe y acabado, pero en
cualquier caso hay que resaltar el uso que se hace de esta frase con la misma función con la que ha perma-
necido en nuestros aguilandos. En este sentido Digamos con Alegría ya aparece al menos desde 1612 (y en el
mismo contexto devocional) en este estribillo contenido en una Vida de Santos,6 que repite los dos últimos
versos al final de cada nueva estrofa siguiendo un procedimiento habitual en los Gozos:

Cantemos con melodía, El pan que se da del cielo,


jubilemos de contento: que es Dios todo descubierto,
digamos con alegría, come ya con carne el suelo,
sacrosanto sacramento. pero del todo cubierto.
Diose esta carne María,
y él nos la da por sustento:
digamos con alegría,
sacrosanto sacramento.

Dentro de esta invocación que invita a la acción debemos destacar el cum iubilo (o cum laetitia), de fructífera
existencia dentro de la parafernalia literaria católica oficial, que subyace tras el con alegría y que aparece como
jubilemos, en el segundo verso de la cabeza. Dentro de esta llamada a la jocunditas está el Risus Paschalis que
tendrá cabida en rituales navideños como misas de aguilando, de gozo, obispillo, locos y otros muchos de ín-
dole irreverente, lúdica y controladamente rupturista que funcionan como válvulas de escape para mantener
la ortodoxia el resto del año. En una Loa7 realizada para la comedia de 1682 “Los dos amantes del cielo” de
Calderón de la Barca para su representación en Potosí (Bolivia) en 1830, en un periodo entre la Navidad y la
Candelaria, se dice en el verso 145:

Jubilosos selebremos Música Cielo y tierra en general,


su nacimiento glorioso con alegre melodía
pues con él ya os conduse alabemos a Jesús
la redención con el goso. en este dichoso día

El campo semántico del lenguaje utilizado (común en su totalidad con los aguilandos) remite a textos doctri-
nales como los ya nombrados de uso en conventos e iglesias para la formación de los feligreses y que fueron
usados tanto en la península como en las colonias americanas para mantener con firmeza la difusión del

6  PINTO DE LA VICTORIA, Juan. Vida del venerable siervo de Dios Iván Sanz del Orden de Nuestra Señora del Carmen. Valencia, 1612.
7  Loa para el Nacimiento del Niño Dios por su devoto Mariano Fernández año de 1830 procedentes del convento de Santa Teresa de la Villa Imperial de
Potosí.

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PROCESOS DE INTERTEXTUALIDAD EN LOS ESTRIBILLOS DE AGUILANDO DEL SURESTE

mensaje evangélico. Estas motivaciones ideológicas ¿debieron ser las mismas que existen detrás de esta copla
de aguilando, ya citada, que utiliza el mismo lenguaje?

¡Ay!, qué Niño tan hermoso / que a todos causa alegría / su nacimiento glorioso.

Creemos que sí a tenor de hechos documentados que seguiremos exponiendo y que confirman el uso de la
retórica teológica, procedente de escritos doctrinales, como base del lenguaje de los aguilandos del sureste
hispano. La pervivencia y coincidencia se observa también en rituales como Los Pastoretes de Enguera (Va-
lencia) y por supuesto en un género tan importante como los Gozos/Goigs de la zona de Catalunya también
presentes en todo el mediterráneo occidental (con ejemplos relevantes en Murcia) y que mantienen impor-
tantes paralelismos y raíces comunes con los aguilandos. También hay que llamar la atención sobre una doble
direccionalidad, o paralelismo sintáctico que se produce en el sintagma Digamos con Alegría en relación con
el verso anterior y al posterior8 como rasgo de ambivalencia que refuerza la intertextualidad de la forma:

y él nos la da por sustento: / digamos con alegría, / sacrosanto sacramento.


Qué fue lo que sucedió, / digamos con alegría: / la Virgen de la Fuensanta […]

7. LA ADVOCACIÓN
El segundo verso del terceto que da forma a este estribillo de aguilando es de rima libre, y no es de extrañar9
pues está destinado a servir de contenedor variable al servicio de la advocación escogida. El concepto de
advocación parte, etimológicamente hablando, del latín advocatio, advocationis como “tutela, protección o
patrocinio de la divinidad o de los santos a la comunidad o institución que toma su nombre”, en la primera
acepción del DRAE, mientras que en la segunda alude a la “denominación complementaria que se aplica
al nombre de una persona divina o santa y que se refiere a determinado misterio, virtud o atributo suyos, a
momentos especiales de su vida, a lugares vinculados a su presencia o al hallazgo de una imagen suya, etc.; p.
ej., Cristo de la Agonía, […]”. La conexión de las advocaciones con las ofrendas y peticiones es estrecha en el
Antiguo Régimen; vírgenes y santos son convocados a distintas intercesiones en relación con su iconología
y la devoción de sus fieles. El papel de la advocación en general dentro del estribillo de aguilando confirma
su carácter petitorio al servicio del creyente individual, pero también de las cofradías como asociaciones
de devotos alrededor de una advocación particular y sus habituales cuestaciones. En Murcia la Cofradía de
Nuestra Señora del Rosario, de la mano de los dominicos, tiene gran prestigio desde principios del siglo xvi,
pero encontrará fuerte competencia en el culto a la Inmaculada Concepción a principios del xvii, de la mis-
ma manera que después la hubo entre la Virgen de la Fuensanta y la Virgen de los Remedios, merecedoras de
coplas de aguilando y gozos como en este estribillo:

A Murcia propicio envía / el cielo una gran ventura,


pues por Segura, asegura / sus Remedios en María.

que pide a la Virgen de los Remedios protección contra las riadas (siendo la misma a la que se hacían rogativas
por la lluvia). En la advocación de la Fuensanta hemos de destacar someramente la conexión con un lugar
santo, uno de sus aspectos semánticos esenciales, en relación sincrética con el concepto latino de genius loci
que se remonta documentalmente a 1356, cuando se cita “el camino de la Fuent santa” grafía que permanecerá
al menos hasta el siglo xix como prueba esta copla recogida por Sevilla (1921: 93):

Consoladnos, Fuente-Santa, / en este mísero valle


que sin lágrimas y penas / no hay persona que se halle.

La evidente intertextualidad del término Fuensanta10 se podría hacer extensiva a otras advocaciones en un
análisis particularizado; en el imaginario popular sirven para las grandes peticiones (rogativas para pedir la
lluvia… y para que cese la lluvia) como pervivencia pagana del culto a la naturaleza, pero también para las
pequeñas cosas como las cuitas de amor. Sevilla (1921: 151) cita esta copla paralelística que aúna devoción y
petición amorosa con la Fuensanta como intercesora e intermediaria entre lo sagrado y lo profano:

8  Aunque esta ilación pueda carecer de sentido con relación a la semántica variable del verso improvisado, que a veces no sigue los enunciados, explícitos
e implícitos, que contiene el estribillo; pero llegado el momento casi cualquier cosa se puede decir con alegría.
9  En el caso concreto de esta tipología que estamos analizando, la más habitual por otro lado.
10  De consulta obligada son los artículos contenidos en el libro de VV. AA., Fuensanta, la Virgen Patrona de Murcia. Fundación CAM, 2017.

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Bernardo Sáez García

La Virgen de la Fuensanta Y te casaste con Pedro,


no quiso escuchar mis rezos, y le saliste muy falsa
no hiciste caso de mí y bendita mil veces sea
y te casaste con Pedro… la Virgen de la Fuensanta.

8. LA PETICIÓN
Como canto de cuestación (o solicitud inmaterial) el aguilando tiene en el último verso del estribillo su re-
presentación paradigmática. El canto estrófico es una herramienta para conseguir un fin, pero en este caso el
estribillo es un signo lingüístico significante en sí mismo pues utiliza la re-petición al servicio de la petición.
Volviendo al ejemplo del §5, no hemos encontrado referentes directos en documentos escritos para el verso
“Vaya / Venga / Viene en nuestra compañía” tal cual, pero sí encontramos una fórmula de despedida piadosa
en Gracián (1669: 541): “Jesús, Jesús, Jesús, y María sean en mi compañía, Amén” unida como un todo con la
parte advocativa, como enumerábamos anteriormente. También en Tomás de Kempis (1380-1471) aparece, lo
que equivale a decir “se leyó en todo el orbe católico”, dentro de este párrafo: “Por cierto, Señor, poderosa es
tu misericordia para concederme esta gracia […] cuando tú, Señor, tuvieres por bien de hacerme esta merced
[…] rogando a tu Majestad me haga particionero de todos los fervientes amadores tuyos y me cuente en su
santa compañía”. Los versos que venimos estudiando, despojados de elementos superfluos, quedarían así:

Digamos con alegría: Digamos:


la Virgen de la Fuensanta > Virgen
vaya en nuestra compañía. Ven

Enunciados básicos que están implícitos en las Antífonas mayores de Adviento de la liturgia católica que se
cantaban originariamente en el Oficio de Vísperas entre el 17 y el 23 de diciembre. Siguiendo el análisis de
Gutiérrez Ordóñez (2019: 649-653) estas antífonas contienen las funciones discursivas que ya hemos enume-
rado: apelación, advocación y petición. Son llamadas antífonas del O por la interjección con la que todas co-
mienzan: O Sapientia, O Adonai, O radix Jesse, O Clavis davis, O Oriens, O Rex gentium, O Emmanuel, seguida
de una advocación bíblica como ocurre en “Virgen / de la Fuensanta”. En realidad, si sustituimos el artículo
la por la exclamación Oh y vaya por ven, nuestro estribillo de aguilando seguiría funcionando, incluso vería
intensificada su expresividad:

Digamos con alegría: / Oh, Virgen de la Fuensanta / ven en nuestra compañía.

Ven, veni, constituye el verbo sobre el que gira todo el estribillo, también conlleva una concentración de sig-
nificados derivada de su presencia en cánticos donde forma parte del título con idéntica función: Veni creator
spiritus, Veni Emmanuel, Veni domine et noli tardare, Veni sponsa Christi y así hasta 23 pero puede que más.
Y todos relacionados de una forma u otra con la Parousia, παρουσία, la segunda venida de Cristo a la Tierra
ejemplificada en el periodo de Adviento, adventus Redemptoris, “venida del Redentor”.11 Otras tercerillas de
estribillo de aguilando tradicional mantienen la esencia semántica piadosa con estructuras muy diferentes
como esta de sujeto elíptico de fuerte impronta culta como vemos en dos fragmentos más que hablan por sí
mismos:

¡Mírala qué hermosa viene, Mira, qué hermosa viene Una hermosa doncella […]
con el rosario en la mano, coronada de flores hincada de rodillas, con una flama so-
coronada de laureles! (Sevilla, 1797) bre la cabeza, y un rosario en la mano
(Aguilando) (Madrid, 1797)

Es curiosa la dicotomía que se produce entre dos concepciones líricas, la religiosa, encarnada en el rosario
(la rosa) y la profana, pagana incluso, representada por el laurel, que en su conjunto nos hablan de modelos
influenciados por un ambiente de ingenua devoción popular que beben de modelos cultos y de la lírica tra-
dicional como vemos en este otro estribillo de aguilando: “Digamos con mil primores / el Rosario de María /
todas son rosas y flores”. El laurel es el símbolo de la divinidad romana Victoria y por extensión de cualquier
victoria, como la que consigue la Virgen María en la Asunción y en la Coronación, 4º y 5º misterios gozosos
del Rosario. Recordemos la relevancia de las Letanías lauretanas (de laurel), brevísimas estructuras respon-

11  Recordemos que Adviento deriva del latín adventus que procede del verbo advenire (llegar) compuesto de ad- (a, hacia) y el verbo venire (venir).

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PROCESOS DE INTERTEXTUALIDAD EN LOS ESTRIBILLOS DE AGUILANDO DEL SURESTE

soriales, en el rezo del Rosario desde el siglo xvi. Relacionado con ello hallamos un testimonio de lujo de la
mano de Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695), verdadero fénix poético no suficientemente ponderado, que
en un solo villancico12 reúne muchos de los elementos que venimos exponiendo:

Pues la Iglesia, Señores, COPLAS. Uno solo.


canta a María, De par en par se abre el Cielo,
de fuerça ha de cantarle para que entre en él MARÍA:
la LETANÍA. porque a la puerta del Cielo,
Oigan, óiganla todos con alegría, puerta del Cielo reciba
que es de la Iglesia, aunque parece mía. Choro. Ianus Caeli. Ora pro nobis.

El estribillo, de sorprendente forma (también presente en sus Nocturnos) compuesto por una seguidilla más
dos dodecasílabos de seguidilla que se podrían reformular desplegando la evidente cesura, anuncia la LETA-
NÍA que se va a cantar. La estructura dialógica está lanzada ya desde el estribillo en el irónico verso “que es de
la Iglesia, aunque parece mía” como inestable vínculo entre la iglesia oficial y la religiosidad popular, represen-
tada por Sor Juana, lo que lleva a una sucesión de coplas a solo que glosa previamente en español la letanía que
el coro responderá en latín cerrando el ciclo. Llama la atención la repetición basada en el leixaprén que se da
en el cuarto verso de las coplas enlazando con el verso del coro, con cambio idiomático incluido, y que entra
dentro del experimentalismo poético de Sor Juana al servicio de expresar simultáneamente dualidades tales
como popular/culto, profano/religioso y religioso/litúrgico en un complejo ejercicio de intertextualidad. Tam-
bién es de destacar que cada polo dual queda bien separado por el uso del esquema responsorial asignando la
copla en español al solo y la respuesta en latín al coro. A tales repeticiones, emparentadas con las de nuestros
aguilandos, se une otro punto coincidente: las invocaciones “oigan […] con alegría” equivalente a “digamos
con alegría” que ya hemos estudiado en párrafos anteriores y que nos hablan de modelos comunes en los que
hemos de seguir profundizando. La letanía como modelo de oración corta basada en la repetición al servicio
de la petición13 (que contribuye a la meditación) tiene otro ejemplo en la Jaculatoria, del latín iaculatorĭus,
lanzar al cielo una plegaria, ese cielo al que tradicionalmente se dirigían los Auroros: “Madre de piedad, / un
devoto por ganar la gloria / al santo rosario debe de rezar”.14

9. CONCLUSIONES
De lo visto hasta ahora podemos extraer como corolario que el conjunto de versos que forman los estribillos
pueden haber sido re-combinados y re-ordenados mediante un procedimiento de re-creación con material
pre-existente por parte de re-creadores concretos (y no el pueblo en general), manteniendo muchos enuncia-
dos retóricos e iconográficos originales de la fuente primaria de la que bebían, probando una transmisión
directa desde modelos de la literatura religiosa y profana que, fruto de la tradición oral, se han mantenido
vivos hasta nuestros días. La consideración de los estribillos de aguilando como material preexistente no nos
debe hacer olvidar que existen dentro de una secuencia estrófica en la que se alternan con otros versos que son
improvisados, creados “de repente” como se diría en el Siglo de Oro y que utilizan los procedimientos arcaicos
del paralelismo como nexo. Cabría preguntarse si estos estribillos ya citados y analizados serían fruto de ese
trabajo de improvisación, siendo una copla más en un momento determinado y ascendiendo al estatus de es-
tribillo en virtud de su éxito. Podemos aventurar como hipótesis que en origen las coplas glosarían la temática
y el tono poético del estribillo para más adelante liberarse de esa función y dedicarse a glosar cualquier otra
cosa: los hechos del día, del lugar, de la vida, etc. Algo similar ocurre en la lírica tradicional que se refleja en
los cancioneros. Como indica Beltrán (2014: 24) “generalmente los estribillos, sean o no tradicionales, adquie-
ren desarrollos identificados con la moda poética del momento”. Una hipótesis complementaria podría estar
fundada en la semejanza que observamos con las formas de la lírica cancioneril, desde el siglo xv hasta el xvi,
mantenidos más tarde en los pliegos de Villancicos de las fiestas de Navidad y Corpus de las sedes catedralicias
de los siglos xvii y xviii. Pero eso es otro cantar.

12  Dentro de “Villancicos que se cantaron en la santa iglesia metropolitana de Méjico, en honor de María santísima, madre de Dios, en su Asunción triun-
fante, y se imprimieron, año de 1685” contenidos en la obra Inundación Castálida, Madrid, Juan García Infanzón, 1689.
13  Aunque evidente, no podemos dejar pasar la ocasión de recordar la íntima relación etimológica que existe entre las palabras pedir y repetir, petición y
repetición, pues todas proceden del verbo latino petere, “propiamente ‘dirigirse hacia un lugar’, ‘aspirar a algo’” en palabras de Corominas (1987). Relación
que tiene un refuerzo semántico importante en el hecho, como idea cognitiva, de que para conseguir el cumplimiento de las peticiones se necesita la reite-
ración que supone la repetición.
14  Copla de la Salve de difuntos, Campana de Auroros Virgen del Rosario de Javalí Nuevo (Murcia).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 399


Bernardo Sáez García

10. BIBLIOGRAFÍA
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400 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA MAÑANA DE SALZILLO: CANDIDATURA
PARA SU INCLUSIÓN EN LA LISTA DEL PATRIMONIO
CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD

Marín Torres, María Teresa


Profesora Titular de la Universidad de Murcia, directora del Museo Salzillo

Resumen
En este artículo se estudia el proceso llevado a cabo por la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre
Jesús para que la denominada Mañana de Salzillo sea incluida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad, desde el año 2013, con el análisis de las acciones ejecutadas. Del mismo modo, se pro-
fundiza en la peculiaridad de este bien cultural inmaterial y se compara con otras candidaturas de parecida
naturaleza.

Palabras clave: Patrimonio inmaterial, Unesco, Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús, La Maña-
na de Salzillo, Murcia.

Abstract
This paper studies the process carried out by the Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús so that the
Salzillo Morning is included in the list of Intangible Cultural Heritage of Humanity, since 2013, with the analysis
of actions carried out. In the same way, the peculiarity of this intangible cultural asset is studied in depth and
compared with other candidacies of a similar nature.

Keywords: Inmaterial heritage, UNESCO, Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús, Salzillo Morning,
Murcia.

1. INTRODUCCIÓN
En la mañana del Viernes Santo en Murcia se viene produciendo un ritual desde cuatro siglos que constituye
uno de los patrimonios inmateriales más ricos de todo el sureste español. Se trata de la salida en procesión de
los famosos pasos que hiciera el escultor murciano Francisco Salzillo (1707-1783) para la Real y Muy Ilustre
Cofradía de Nuestro Padre Jesús, fundada en 1600. Y en torno a ella se aúnan tradiciones centenarias que se
han ido transmitiendo de generación en generación, que hacen posible la celebración de una procesión que es
un unicum en la Semana Santa española. Como señala García Cuetos, lo inmaterial no es solo lo que tocamos
o vemos, sino sus significados y sus valores, las tradiciones y usos unidos a lo material e incluso aquellos que
no lo están (García Cuetos, 2012: 77). En este caso lo inmaterial va unido inexorablemente a un patrimonio
material singular, los excepcionales ocho pasos creados por Salzillo, joyas de la historia del arte barroco espa-
ñol, que acompañan a su imagen titular, Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Desde 2013 a todo este conjunto de tradiciones se le viene denominando “La Mañana de Salzillo” y como tal
fue declarada bien de interés cultural, con categoría de inmaterial, por la Comunidad Autónoma de la Región
de Murcia en abril de 2014, tras la solicitud de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Jesús el 5 de diciembre de
2013.1 Este importante paso fue fundamental en el largo camino de aspiración para que este BIC consiga en-
trar en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco.

1  “Resolución de 8 de abril de 2014 de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se incoa procedimiento de declaración de bien de interés cultural
inmaterial, a favor de la Mañana de Salzillo, en Murcia”, BORM, martes 15 de abril de 2014, pp.15257.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 401


María Teresa Marín Torres

Algunos de los elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) en España reconocidos por la Unesco han
tenido que ver con celebraciones religiosas, como “El Misterio de Elche” en 2008 o la fiesta de “La Mare de Déu
de la Salut” de Algemesí en 2011, por lo que “La Mañana de Salzillo”, vinculada a la procesión de Viernes Santo
en Murcia, tendría perfectamente cabida. De hecho, la procesión de la Santa Sangre de Brujas, que se celebra
el día de la Ascensión, con origen en el siglo xiii, fue inscrita en 2009 en la Lista Representativa del Patrimo-
nio Cultural Inmaterial de la Humanidad, entendiendo que es “un acontecimiento ritual y social de la ciudad
de Brujas, que ha sabido mantener su continuidad a través del tiempo y constituye para los ciudadanos una
fuente de su identidad y un vínculo inestimable con su historia, que les confieren un sentimiento de orgullo y
refuerzan los vínculos de su comunidad”. Es ejemplo de ceremonia colectiva que une a una ciudad “gracias a
una representación ritual de su historia y sus creencias”.2

Alguna vez se ha planteado si toda la Semana Santa en España podría presentar una candidatura conjunta
a la Unesco, aunque sería complicado por la variedad de manifestaciones que se da en ella. Lo que sí hizo el
Ministerio de Cultura el 8 de abril de 2017 bajo la polémica3 Ley 10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia
del Patrimonio Cultural Inmaterial, fue declarar la Semana Santa como PCI.4 Allí reconoce cómo no existe un
modelo único y es un fenómeno plural. De ahí que singularidades como “La Mañana de Salzillo”, dentro del
panorama de la Semana Santa española, puedan aspirar a un reconocimiento mundial.

Figura 1. La Santa Cena a su paso por la plaza de Santo Domingo.

2. LA MAÑANA DE SALZILLO
La procesión de la mañana de Viernes Santo ha constituido desde hace siglos la representación de los mis-
terios de la Pasión en el escenario cambiante de la ciudad, haciendo de esta un teatro móvil, y llegando a
producir con su sola presencia “ternura y lágrimas” (Belda, 2000). Todo se originó con la fundación de la
cofradía el 3 de septiembre del año 1600, para dar culto a Nuestro Padre Jesús, imagen anónima y readaptada
por Juan de Aguilera y Melchor de Medina. Como señaló Quesada Sanz en 1970, lo que siempre se realizó de

2  Unesco, Patrimonio Cultural Inmaterial. “La procesión de la Santa Sangre de Brujas”, <https://ich.unesco.org/es/RL/la-procesion-de-la-santa-sangre-de-
brujas-00263> [Consulta: 21 de junio de 2020].
3  Polémica dadas las transferencias en patrimonio a las comunidades autónomas, por lo que en ella se subraya “cuando superen el ámbito territorial de una
Comunidad Autónoma y no exista un instrumento jurídico de cooperación entre Comunidades Autónomas para la protección integral de este bien”, Ley
10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia del PCI (art. 12 ap. 1.a).
4  Real Decreto 384/2017, de 8 de abril, por el que se declara la Semana Santa como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, BOE
n. 86, de 11 de abril de 2017, pp. 28899-28900. También durante esos días se declaró como PCI el Carnaval y la Trashumancia.

402 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA MAÑANA DE SALZILLO: CANDIDATURA PARA SU INCLUSIÓN EN LA LISTA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA
HUMANIDAD

forma invariable en el tiempo es la procesión, encabezada por su estandarte, con “los ataviados nazarenos,
encapuchados y con cruz, adminículos propios de cada uno”, y que “formaban obligatoriamente en el cortejo
penitencial alrededor de Nuestro Padre Jesús, titular de la cofradía, cuya efigie, tributaria de inmemorial
veneración, jamás dejó de desfilar procesionalmente” (Quesada Sanz, 1977: 55). A través de la documenta-
ción de archivo de la cofradía era factible imaginar la procesión en su primera centuria “a partir de la base
suministrada por los inventarios, si se medita en cuanto sugieren las breves y expresivas aclaraciones insertas
en ellos” (Quesada Sanz, 1977: 54). Una procesión netamente barroca, en la que participaban los gremios de
la ciudad, y en la que se hacían representaciones sacras sobre la Pasión en torno a los pasos. También fue en
este siglo cuando los cofrades engrandecieron la capilla del convento de San Agustín con la ermita levantada
a partir de 1670.

La renovación de la misma se produjo ya en el siglo xviii, la edad dorada, en que las viejas insignias que
acompañaban al titular fueron sustituidas a partir de 1752 por las del gran escultor Francisco Salzillo. Se
engrandeció la iglesia, especialmente con las pinturas de arquitecturas fingidas con símbolos de la Pasión,
realizadas por el pintor milanés Paolo Sirtori. Fue un periodo clave en la constitución de la procesión actual,
como va a ocurrir en la segunda mitad del siglo xix, donde se vive una segunda edad de oro (Fernández
Sánchez, 2014).

El viajero inglés George Alexander Hoskins describió muy bien La Mañana de Salzillo en su libro de 1851,
Spain, as itis, llamándole la atención la gran cantidad de nazarenos con túnica morada que salían en la proce-
sión, acompañados por multitud de fieles. Este espectáculo sacro, que le impresionó más que las ceremonias
vistas en Roma, se hacía participar con la música, los adornos florales, elementos como la palmera, el olivo y
los dátiles “auténticos” o la indumentaria. Y le sorprendió especialmente el público, movido por la devoción
pero también por la admiración estética, pues gritaba “qué bonito” y maravilloso” al ver pasar la procesión
(Torres-Fontes, 1996: 169).

La palabra “mañana” debía estar presente en la denominación del bien cultural, pues es una constante en las
descripciones de la procesión, donde se subraya la luz matutina y primaveral, como se ve en El Diario de Mur-
cia el 1 de abril de 1893: “Ayer, por fin, brilló el sol. La procesión de Jesús, la más suntuosa, artística y piadosa,
cruzó por nuestras calles, produciendo en la inmensa concurrencia ese efecto sorprendente, nuevo siempre,
cada vez más intenso”. Ya en el siglo xx, cabría destacar las palabras del cronista Carlos Valcárcel, al definirla
como “la gran mañana del dolor”.5 O el periodista Jaime Campmany: “todos los personajes de la Pasión, que
para esta luz, para este cielo y para esta mañana esculpió Francisco Salzillo” (1977: 65).

Frente a otras cofradías murcianas, donde hubo una gran destrucción de imágenes en los tiempos de la
Segunda República y la Guerra Civil, el patrimonio de la Cofradía de Jesús quedó intacto. De ahí la singu-
laridad de esta procesión y su carácter más invariable frente a otras murcianas. Es posible estudiarla por las
fuentes de archivo pero también por las imágenes de reconocidos fotógrafos desde el siglo xix, como Jean
Laurent o Almagro o gracias a los primeros cortometrajes, como los de Val de Omar ya en 1934 (Marín
Torres, 2003).

Los inmuebles que contienen el patrimonio material ligado a La Mañana de Salzillo tienen un grado de reco-
nocimiento como bienes de interés cultural. La iglesia de Jesús fue declarada monumento histórico artístico
en 19356 y el Museo Salzillo con todo su contenido en 19627 (Fig. 3). Esto también es una enorme ventaja pues
la institución que garantiza la salvaguarda del patrimonio cultural, es la cofradía de Jesús junto con el museo.
Creado en 1941, construido en la década de los años cincuenta, fue inaugurado oficialmente el 15 de febrero
de 1960, aunque los pasos de la iglesia de Jesús se continuaron visitando, incluso cuando esta se encontraba en
obras para su readaptación museográfica. Estos fueron llevados al vecino convento de las Madres Agustinas,
como se constata en la prensa de la época, cada vez que visitaba la ciudad un personaje ilustre, guiados por su
entonces director José Sánchez Moreno.

5  “A su paso por la ciudad a las horas cálidas de la aurea mañana primaveral, en el augusto silencio, en la magnitud del Viernes Santo murciano, la procesión
va dejando un sabor de piedad y arte, un regusto de siglos, y sobre todo una estela, un reguero de amor y de arrepentimiento en esa gran mañana que es la
mañana del dolor” (Valcárcel, 2003: 103).
6  Gaceta de Madrid, núm. 168 de 17 de junio de 1935, pp. 2250-2251. Cit. en Marín Torres, 1998: 102-104.
7  BOE n. 59 de 1 de marzo de 1962. Cit. en Marín Torres, 1998: 190.

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María Teresa Marín Torres

Figura 2. La Oración en el Huerto a su paso por la plaza del Carde- Figura 3. Iglesia de Jesús y Museo Salzillo.
nal Belluga, ante el Palacio Episcopal.

Pero como señaló el poeta Andrés Bolarín en 1959, aunque la construcción del museo suponía un aconteci-
miento muy importante “es notorio reconocer que esos pasos ilustres no se crearon para semejante empresa
y que fueron tallados para que la luz de la calle los iluminara y pudieran admirarse en diferentes perspectivas
sus dimensiones, acrecidas sobre los fuertes hombros de los nazarenos […] Si ustedes quieren verlas en su
apropiado marco, vengan en primavera, en la Semana Santa, y las verán en la calle, en pleno triunfo, animadas
y vivificadas por el sol” (Bolarín, 1959: 29).

3. REQUISITOS
Tal y como se definió el patrimonio cultural inmaterial en la Convención de 2003 de la Unesco en su artículo
2, La Mañana de Salzillo cumple con todos los requisitos, pues entra dentro de “los usos, representaciones,
expresiones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales
que le son inherentes– que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como
parte integrante de su patrimonio cultural”. Además “se transmite de generación en generación, es recreado
constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su
historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto
de la diversidad cultural y la creatividad humana”. También es compatible con “los instrumentos internacio-
nales de derecho humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e
individuos y de desarrollo sostenible”.8 Desglosando los ámbitos en los que se manifiesta, podemos analizar
brevemente “La Mañana de Salzillo”.

a) Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural
inmaterial
En La Mañana de Salzillo se aúnan tradiciones centenarias. Como hace más de cuatro siglos, a las seis hora
solar se abren las puertas de la iglesia de Jesús y sale la procesión, con los pasos creados por Francisco Sal-
zillo para este fin. En los días previos se produce el traslado del titular, la imagen de Nuestro Padre Jesús, al
convento de Madres Agustinas, donde queda custodiado hasta su vuelta la iglesia de Jesús la mañana del
Miércoles Santo. El jueves es el día del espectacular montaje del paso de La Santa Cena, con viandas naturales,
preparación que se hace por la misma familia durante generaciones, o la disposición de la palmera natural
del paso de La Oración en el Huerto en la plaza de San Agustín, mientras los Auroros, cuando comienza el
crepúsculo, cantan sus peculiares y milenarias salmodias, las salves de Pasión en dobles corros. Los floristas
terminan de adornar con flores los pasos, preparados para la mañana siguiente. Nazarenos se concentran en
la madrugada, al igual que lo hicieron sus antepasados desde hace cuatro siglos. Nazarenos estantes y cabos
de andas, muchos con el orgullo de que hasta ocho generaciones atrás en su familia lo han venido haciendo
así, se preparan para cargar los pasos a hombros. Los mayordomos, regentes de la procesión, se congregan en
la iglesia para rezar. Se abren las puertas y sale el pendón mayor, dando paso al inicio de la procesión. Miles de

8  Convenciónpara la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, aprobada por la Unesco en 2003, ratificada por
España en 2005 y con el Plan Cultura 2020.

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LA MAÑANA DE SALZILLO: CANDIDATURA PARA SU INCLUSIÓN EN LA LISTA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA
HUMANIDAD

nazarenos penitentes se congregan en el lateral del Museo Salzillo, con sus cruces negras a cuestas, o con los
cirios de la Hermandad de la Dolorosa preparados para dar inicio a este espectáculo sacro. Todos ellos, con
sus indumentarias de color morado, el distintivo de esta cofradía, movidos por la devoción pero también por
una tradición que hace les hace sentir un sentimiento identitario y de orgullo, en relación con la comunidad.

b) Artes del espectáculo


La procesión se lleva a cabo durante toda la mañana hasta que vuelve a recogerse en la iglesia de Jesús antes
de las tres de la tarde. Largas filas de nazarenos acompañan a los pasos por las calles del centro de Murcia.
En los escenarios cambiantes, la procesión desfila mientras congrega a miles de devotos y turistas que visitan
especialmente ese día la ciudad. Hay lugares especiales que los asistentes buscan por la belleza del espectáculo
que se representa ante ellos, como las parroquias de la ciudad, San Antolín, San Pedro, Santo Domingo, San
Bartolomé, Santa Catalina, San Nicolás o el convento del Corpus Christi, o en las plazas emblemáticas, como
la del Cardenal Belluga, ante el espléndido fondo del imafronte de la catedral de Murcia, donde se despliega la
historia de la Diócesis de Cartagena tallada en piedra (Fig. 4). Por no hablar de otras plazas como las del Romea
o las Flores, donde la procesión alcanza su cénit, con miles de personas que la contemplan cuando el sol ya ha
alcanzado el medio día. Entre el público se producen reacciones de devoción y admiración, esas “ternuras y
lágrimas” que hemos visto en los siglos del Barroco o esas exclamaciones que expresaban la admiración por la
belleza, como contaba Hoskins en el siglo xix.

c) Usos sociales, rituales y actos festivos


En esta mañana mágica concurren tradiciones y leyendas de la ciudad y la huerta, del pasado musulmán,
judío y cristiano, que forma parte de la idiosincrasia de la historia de Murcia. Un ritual que se produce tan
solo un día al año y que esperan con ilusión los nazarenos, a pesar del sacrificio que supone la costumbre de
salir descalzos en la procesión, como es el caso de muchos cofrades o los mayordomos que portan a Nuestro
Padre Jesús. Los estantes soportan en sus hombros durante horas pasos de unos 1.500 kilos, como hicieron
sus antepasados, lo que lo hacen con orgullo y emoción. La cofradía de Jesús, con unos 3.300 miembros, entre
hombres y mujeres, se estructura en nazarenos penitentes, mayordomos y estantes. Por la característica indu-
mentaria es posible reconocerlos, siendo tradicionales las medias de repizco, algunas bordadas, y las esparte-
ñas de los estantes o las túnicas adornadas con puntillas de los mayordomos, reminiscencia de los caballeros
del siglo xviii. La música es parte importante del ritual, con los tonos y toques desafinados de las peculiares
largas bocinas y tambores destemplados de burlas que se han transmitido de manera oral entre los nazarenos
músicos. También es tradicional el cierre de la procesión con un piquete de paracaidistas.

Figura 4. El paso de La Caída ante el imafronte de la catedral de Figura 5. Salida del paso de La Oración en el Huerto desde la igle-
Murcia. (Foto: Rafa Sánchez) sia de Jesús.

d) Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo


Los cinco sentidos confluyen en La Mañana de Salzillo. Las familias de nazarenos preparan días atrás los cara-
melos con los que obsequiar al público asistente, además de otras viandas (como los tradicionales huevos co-
cidos, las monas o las habas). El montaje de la mesa de la cena se arregla con productos naturales de la huerta,
escogidos con gran mimo por su camarera. Las ramas cuajadas de dátiles se buscan con afán por sus estantes
en una época en la que ya no dan fruto, para poder montar la palmera de La Oración en el Huerto. Ramas de

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 405


María Teresa Marín Torres

olivo se insertan en este último paso y en el del Prendimiento. Un embojo de capullos de seda se prepara gra-
cias al mantenimiento de la tradición de la cría del gusano de seda en la huerta de Murcia, para ser colocado
a los pies de Nuestro Padre Jesús. Los floristas, junto con los camareros de los pasos, seleccionan con primor
los arreglos florales que acompañan a las imágenes. La procesión celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús pero también el cambio de estación, el paso del invierno a la primavera, en una tierra fuertemente ligada
a las tradiciones agrícolas, a modos de vida que se van perdiendo y cuyas reminiscencias permanecen todavía
en esta procesión y que deben ser protegidas y salvaguardadas.

e) Técnicas artesanales tradicionales


Es considerable el acervo de técnicas y artesanías que permanecen en La Mañana de Salzillo, presentes en las
medias de repizco, las enaguas con puntillas o el calzado de esparto de los estantes, así como los bordados
de túnicas y estandartes. Lo es también la elaboración de los peculiares caramelos de azúcar en cuyos envol-
torios se reproducen antiguos versos populares alusivos a la procesión y a las imágenes de Salzillo, en ellos
reproducidos, que junto a las estampas son apreciados por los asistentes a la procesión que los reciben como
obsequios.

En suma, es difícil conjurar todo un ritual lleno de tradiciones, que solamente es posible vivirlo con propiedad
en la mañana del Viernes Santo murciano, La Mañana de Salzillo.

4. PROCESO LLEVADO A CABO POR LA COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS


Todo surgió cuando el 27 de junio de 2013 el Ayuntamiento de Murcia aprobó por unanimidad de todos los
grupos políticos “que la obra pasionaria de Francisco Salzillo y toda el ritual y tradición heredada de genera-
ción en generación desde hace siglos y que tiene su máxima expresión en la preparación y posterior procesión
del Viernes Santo discurriendo por las calles y plazas de la ciudad de Murcia sea declarado patrimonio cultu-
ral inmaterial por la Unesco”. La moción fue defendida por el concejal de UPyD el historiador del arte Rubén
Juan Serna y en aquel entonces no se desligó el patrimonio material del inmaterial, como también ocurrió en
la moción presentada por la que esto suscribe, del Grupo Parlamentario Popular, en la Asamblea Regional, el
27 de septiembre de 2013.9 Ese día estuvo presente una representación de la Junta Particular de la Cofradía
de Jesús (Fig. 7).

Para esa ocasión, y hasta el 11 de octubre, el Museo Salzillo y la cofradía organizaron una exposición en el
Patio de los Ayuntamientos de la Asamblea Regional de Murcia en Cartagena que podía visitarse por las ma-
ñanas. En ella se mostraban fotografías sobre la obra de Salzillo realizadas por Carlos Moisés García, bajo el
título “Paseos por el amor y la muerte”,10 así como los estandartes de las hermandades de la Cofradía de Jesús
(Fig. 6).

La Junta Particular de la Cofradía acordó iniciar las gestiones para la inclusión en la Lista del Patrimonio
Inmaterial de la Humanidad, dando cuenta su presidente, Antonio Gómez Fayrén al cabildo de la Cofra-
día de 28 de octubre de 2013, donde se designó al mayordomo Guillermo Martínez Torres para dirigir el
proceso de la candidatura.11 Desde entonces su labor ha sido incansable e rigurosa en una carrera ardua,
a sabiendas que son muchos años los que se tardarán para conseguir tan merecido objetivo. Contó con el
asesoramiento de mayordomos y cofrades de Jesús, especializados en su historia, así como en la figura de
Salzillo.12

9  “Moción 551, sobre Declaración de Patrimonio Material e Inmaterial de la Humanidad del conjunto escultórico de Francisco Salzillo procesionado en la
mañana del Viernes Santo en Murcia, formulada por doña María Teresa Marín Torres, del Grupo Parlamentario Popular”. Diario de Sesiones de la Asamblea
Regional de Murcia, 2013, n. 67, pp. 3744-3751.
10  Esta exposición se celebró en el Museo de Bellas Artes de Murcia en el 2007, con ocasión del iii Centenario del Nacimiento de Francisco Salzillo, tras la
cual el fotógrafo Carlos Moisés García la donó íntegramente al Museo Salzillo. Entre febrero y marzo de 2020 se ha podido contemplar de nuevo en el Museo
Roque Molera de Jumilla, en préstamo temporal.
11  Antonio Gómez Fayrén ha sido presidente de la Cofradía de Jesús de Murcia entre 2012 y 2020, y se ha volcado en la consecución de que La Mañana de
Salzillo sea declarada bien de interés cultural inmaterial y que aspire a ser considerada mundialmente por la Unesco.
12  Comisión formada por Francisco Javier Díez de Revenga, Concepción de la Peña Velasco, Alberto Castillo Baños, Antonio Botías Saus, Pablo Reverte
Navarro, Adrián Ángel Viudes y quien esto suscribe, entre otros, especialmente los miembros de la Junta Particular del presidente de la cofradía.

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LA MAÑANA DE SALZILLO: CANDIDATURA PARA SU INCLUSIÓN EN LA LISTA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA
HUMANIDAD

Figura 6. Asamblea Regional de Murcia (Cartagena). Diputados de Figura 7. Asamblea Regional de Murcia (Cartagena). Exposición
los diferentes grupos políticos con representantes de la Cofradía de sobre “La Mañana de Salzillo”, sep.-oct. 2013.
Jesús (25 de septiembre de 2013).

El paso que se siguió a continuación fue la denominación de la candidatura como “La Mañana de Salzillo” y
la búsqueda de un logo para la misma, tras reunión de miembros de la Cofradía de Jesús con el director Ge-
neral de Bienes culturales, Francisco Giménez Gracia y Miguel San Nicolás, jefe del Servicio de Patrimonio.
Igualmente la realización de una página web que desde entonces viene actualizándose con noticias relativas a
la candidatura y a todo lo relacionado con la procesión de la mañana de Viernes Santo.13

Un importante aval a la candidatura fue la aprobación, de nuevo por unanimidad, de la proposición no de ley
defendida por la diputada Lourdes Méndez, del Grupo Popular, el 17 de diciembre de 2014 en la Comisión
de Cultura del Congreso de los Diputados. En este caso ya sí que se pedía la declaración inmaterial “para el
conjunto de tradiciones que rodean el conjunto escultórico de Salzillo de la procesión del Viernes Santo”.14 A
estos apoyos políticos se sumaron los de la Casa Real o los de la Confederación Española de Centros y Clubes
Unesco, así como numerosas firmas del público tras la finalización de la visita al Museo Salzillo, procedentes
de numerosos países, entre otros avales.

Otro de los importantes objetivos que se marcó el mayordomo comisionado, fue la realización de un audio-
visual sobre “La Mañana de Salzillo”, a partir de la salida de la procesión en la Semana Santa de 2015, dirigido
por Primitivo Pérez.15 Se grabaron más de ochenta horas de recursos audiovisuales entre entrevistas y prepa-
rativos de la procesión. Fue producido por Bravo Estudios y la Fundación Integra de la Comunidad Autóno-
ma de la Región de Murcia y estrenada en la Filmoteca Regional de Murcia el 23 de abril. La banda sonora
original del audiovisual fue compuesta por Pedro Contreras,16 que pudo escucharse por vez primera el 23 de
junio en el Teatro Romea, dirigida por Leonardo Miguel Martínez Cayuelas. Durante esos días se organizaron
mesas redondas en la iglesia de Jesús, con la participación de destacados miembros de la sociedad murciana
en apoyo a la candidatura.

Finalmente, la Cofradía de Jesús, con su presidente a la cabeza, entregó a la Consejería de Cultura el 29 de fe-
brero de 2016, el expediente completo. Desde entonces es ya misión de la Comunidad Autónoma de la Región
de Murcia elevar la proposición al Estado, que tras acuerdo del Consejo del Patrimonio Histórico, es quien
debe presentar la iniciativa a la Unesco, como Estado parte de la Convención, previa selección entre otras
candidaturas del resto de las comunidades autónomas.

13  La Mañana de Salzillo: <http://www.salzilloparalahumanidad.com> [Consulta: 24 de junio de 2020].


14  “Proposición no de ley relativa a la declaración de «La Mañana de Salzillo» de Murcia como patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.
Presentada por el Grupo Parlamentario Popular del Congreso. Número de expediente 161/003194”. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. Comi-
siones, año 2014, n. 726, pp. 4-7.
15  Primitivo Pérez (Archena, 1959), director de cine, escritor y guionista, miembro de la Academia de Cine desde 2006. Dirigió en 1983 un importante
cortometraje dedicado a Salzillo protagonizado por el actor aguileño Francisco Rabal y codirigido con José Antonio Postigo.
16  Pedro Contreras (Archena, 1976), músico y compositor, miembro de la Real Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, cuenta
con gran cantidad de reconocimientos, premios y nominaciones como los premios Goya, Premios de la Crítica Internacional o los Premios de la Música en
Hollywood, entre otros.

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María Teresa Marín Torres

5. CONCLUSIONES
Murcia no tiene denominaciones de bienes de interés cultural material mundial, aunque sí estuvo presente
en la candidatura del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, concedida en 1998. Po-
dría aspirar a conseguirlos en la categoría inmaterial, dada la profusión que esta tierra tiene en tradiciones.
Cabe recordar que la Región de Murcia cuenta con once declaraciones de BIC inmaterial, lo que denota la
riqueza de las tradiciones, usos y costumbres de interés cultural. Del mismo modo, ha participado en otras
candidaturas que han recibido el reconocimiento de la Unesco, estando presente en la relativa a los tribunales
de regantes del mediterráneo español, el Consejo de Hombres Buenos (2009), o en las tamboradas y repiques
rituales de tambores (2018). E igualmente comparte la aspiración con otras candidaturas que iniciaron antes
que La Mañana de Salzillo sus expedientes, como Los Caballos del Vino (BIC en 2011) y El Bordado en Lorca
(BIC en 2014). Ojalá que todas ellas puedan ser inscritas en la listas del PCI de la Unesco, porque todas, sin
duda alguna, lo merecen.

6. BIBLIOGRAFÍA
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BOLARÍN, A. (1959). “Arte barroco español: el dramatismo de Francisco Salzillo”. ABC, 22 de marzo; pp. 22-29.
CAMPMANY, J. (1977). “Viernes Santo”. Salzilllo: su arte y su obra en la prensa diaria (Arriba, 24 de marzo de 1967).
Academia Alfonso el Sabio, Museo Salzillo. Murcia; pp. 63-65.
CUETOS GARCÍA, C. (2012). El patrimonio cultural: conceptos básicos. Universidad de Zaragoza. Zaragoza.
FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, J. A. (2014). Estética y retórica de la Semana Santa murciana: el periodo de la Restauración
como fundamento de las procesiones contemporáneas (tesis doctoral). Universidad de Murcia. Murcia.
MARÍN TORRES, M. T. (1998). El Museo Salzillo en Murcia. Academia Alfonso X el Sabio. Murcia.
MARÍN TORRES, M. T. (2007). “La reproducción de obras artísticas en los museos y el impacto de la fotografía: una breve
síntesis”. Revista de Museología, n. 38; pp. 22-36.
MARTÍNEZ TORRES, G. (2014). “La Mañana de Salzillo”. Nazarenos, n. 18; pp. 86-88.
MARTÍNEZ TORRES, G. (2015). “La Mañana de Salzillo”. Nazarenos, n. 19; pp. 44-45.
QUESADA SANZ, J. (1977). “Curiosidades de la historia de la Cofradía de Jesús”. Salzilllo: su arte y su obra en la prensa
diaria (Línea, 27 de marzo de 1970). Academia Alfonso el Sabio, Museo Salzillo. Murcia; pp. 53-56.
TORRES-FONTES SUÁREZ, C. (1996). Viajes de extranjeros por el Reino de Murcia. Academia Alfonso X el Sabio, Asam-
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VALCÁRCEL MAVOR, C. (2003). Semana Santa del Azahar. Real y Muy Ilustre Cabildo Superior de Cofradías. Murcia.

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IMÁGENES PARA OTRA HISTORIA. GRAFITOS EN
EDIFICIOS DEL MEDIO RURAL MURCIANO

Rabal Saura, Gregorio


Profesor de Enseñanza Secundaria. SOMA (Sociedad Murciana de Antropología)

Resumen
La finalidad de la presente comunicación es dar a conocer una parte de nuestro patrimonio material relacio-
nado con el grafito histórico. Para ello, se han documentado un gran número de muestras de este grafismo
popular existentes en edificios diseminados por el medio rural murciano. Por otro lado, se ofrece una clasi-
ficación tipológica que permita poner de manifiesto la amplia variedad de temas y motivos representados
mediante distintas técnicas, datados en su mayoría en los siglos xix y xx. Por último, se incide en el proceso
de irreversible desaparición en el que se encuentran este tipo de manifestaciones gráficas, proponiendo que se
lleve a cabo su documentación exhaustiva para dejar constancia de su existencia y del papel que jugaron como
parte de la mentalidad de generaciones pasadas.

Palabras clave: Grafito histórico, Región de Murcia, medio rural, patrimonio cultural, hexapétala.

Abstract
The purpose of this paper is to publicize a part of our material heritage related to historical graphite. For this,
we have documented a large number of samples of this popular demonstration documented samples in buildings
scattered throughout rural in the Region of Murcia. On the other hand, a typological classification is offered that
makes it possible to reveal the wide variety of themes and motifs represented by different techniques, the major-
ity dated from the 19th and 20th centuries. Lastly, the process of irreversible disappearance in which this type
of graphic manifestation is found is emphasized, proposing that its exhaustive documentation be carried out to
record their existence and the role and importance they had in the mentality of past generations.

Keywords: Historical graffiti, Región of Murcia, rural space, cultural heritage, hexafoil.

1. INTRODUCCIÓN
En las superficies murales de viviendas, apriscos para el ganado, molinos, almazaras, bodegas, aljibes, balsas
y conducciones hidráulicas, autores generalmente anónimos y de un modo espontáneo, plasmaron mediante
textos e imágenes sus creencias, costumbres, preocupaciones, o sus percepciones del entorno en el que vivían.
Dichas manifestaciones forman parte de lo que se conoce como grafito histórico, una parcela de nuestro pa-
trimonio cultural todavía poco conocida.

La labor de prospección llevada a cabo por toda la geografía regional en un gran número de edificaciones
abandonadas y en diverso estado de ruina, ha permitido documentar muchas de estas muestras de grafismo
popular hasta componer un extenso catálogo de motivos, cuya estructura temática exponemos sucintamente
en esta comunicación.

Para dejar constancia de su existencia, se ha utilizado el calco directo con rotulador permanente sobre láminas
de plástico transparente, procedimiento metodológico habitual utilizado en el estudio del grafito histórico.
Paralelamente, se ha procedido a documentar fotográficamente la práctica totalidad de los grafitos figurativos
hallados, muchos de los cuales son visibles actualmente gracias al propio proceso de deterioro del muro donde
se hallan, al producirse desconchados o al caer parte de los enfoscados más recientes que los cubrían, dejando
al descubierto los trazos e imágenes realizados en enlucidos anteriores. Se trata de grafitos fechados como
modernos o contemporáneos al estar realizados, en su mayor parte, sobre enlucidos de yeso o capas de cal
aplicadas en los siglos xix y xx, mientras fueron funcionales los edificios en los que se encuentran. Incisiones,

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Gregorio Rabal Saura

pigmento de color rojo, en ocasiones combinando ambas técnicas, y lápiz negro, dan forma a todo un universo
variado de textos e imágenes, producto de una mentalidad y un modo de vida extintos.

2. ANTECEDENTES
La atención hacia la documentación y estudio del grafito histórico en la Región de Murcia se ha producido
más tardíamente que en otras regiones del país como Andalucía, Aragón, Navarra, Cataluña, las Islas Baleares
o la Comunidad Valenciana. A partir de los años ochenta del siglo pasado, empezaron a llevarse a cabo en
dichos territorios estudios de diversa envergadura relacionados con importantes conjuntos de grafitos exis-
tentes en edificios históricos relevantes (castillos, edificios religiosos, palacios, etc.), así como en edificaciones
más humildes alejadas de los entornos urbanos. Su importancia por la abundancia y variedad de los motivos
representados, despertó el interés de los investigadores, a la vez que fue gestándose una progresiva corriente
de valoración y una no menos necesaria actitud de conservación y puesta en valor de esta parte del patrimonio
histórico.

En la Región de Murcia hubo que esperar a la primera década de la actual centuria para que comenzaran a
aparecer publicados los primeros trabajos dedicados a tan desconocida e ignorada parcela patrimonial, fijan-
do la atención en grafitos históricos realizados sobre los muros de edificios de nuestra arquitectura popular.
La muestra regional acerca de ese rico patrimonio, la ofrecen los artículos de Carlos Velasco Felipe1 en cola-
boración con otros investigadores, a los que se unen nuestras aportaciones a esta materia publicadas en fechas
más recientes.2

Figura 1. Casa de Paredes (Mazarrón). Panel con gran concentración de grafitos de distinta temática.

1  VELASCO FELIPE, C. y CELDRÁN BELTRÁN, E. (2010). “Sobre unos grafitos históricos localizados en un pequeño cortijo de Lorca (Murcia)”, Alberca,
8; pp. 121-137.; VELASCO FELIPE, C., CELDRÁN BELTRÁN, E. y ANDÚGAR MARTÍNEZ, L. (2011). “Estudio histórico-documental y gráfico de la cor-
tijada y ermita del Pozuelo (Lorca, Murcia)”. Alberca, 9; pp. 179-200; ESCALAS VALLESPIR, M., CELDRÁN BELTRÁN, E. y VELASCO FELIPE, C. (2011).
“Un grafito histórico antropomorfo del siglo xviii de Lorca (Murcia). Nuevas aportaciones a partir de su extracción, consolidación y revisión”. Alberca, 9; pp.
201-205; VELASCO FELIPE, C. (2013). “Grafitos históricos de embarcaciones de los siglos xviii y xix localizados en una casa-cueva en Los Curas (Lorca,
Murcia)”. Alberca, 11; pp. 157-167.
2 RABAL SAURA, G. (2016). “Un velero de tierra adentro. Grafito de una embarcación de tres palos en el muro de una casa de Viquejos (Mora-
ta, Lorca)”. Alberca, 14; pp. 189-200; “Grafitos históricos en molinos de la Región de Murcia”. X Congreso Internacional de Molinología, Segovia;
pp. 213-223.

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IMÁGENES PARA OTRA HISTORIA. GRAFITOS EN EDIFICIOS DEL MEDIO RURAL MURCIANO

3. ESTUDIO TEMÁTICO DE LOS GRAFITOS


Por limitaciones de espacio, la clasificación temática se centra en algunos temas de los llamados grafitos figu-
rativos y en el amplio conjunto de manifestaciones catalogadas como epigráficas. Son, por otro lado, las cate-
gorías de grafitos modernos con más abundantes e interesantes muestras, circunstancia puesta de manifiesto
desde el inicio de la investigación sobre el grafito histórico en España (González, 1988).

1. Animales y zoomorfos
En un entorno rural como el que se hallan las edificaciones objeto de estudio, los animales cumplieron un
papel trascendental como proveedores de recursos, fuerza de trabajo y medio de transporte. Resulta lógico,
por tanto, que se opte por representar animales que formaron parte la sociedad tradicional, aquellos más cer-
canos al hombre del campo y de esencial relevancia en la economía agropastoril dominante. Por este motivo,
abundan las representaciones, algunas mediante incisión pero sobre todo utilizando como técnica el lápiz, de
équidos, vacas, ovejas, cerdos, aves de corral como gallinas y palomas, y otras más exóticas como pavos reales.
Más raros son los grafitos relacionados con especies silvestres, de las que únicamente se ha documentado la
representación del jabalí, animal por otro lado de cierta vinculación con el hombre al ser pieza tradicional de
caza mayor, y alguna figura que recuerda la silueta de un zorro. Cabe destacar también el interesante conjun-
to de roedores representado en el interior del molino de La Paloma (Leiva, Mazarrón), competidores con el
hombre por recursos tan importantes como los cereales, cuya abundancia en semejantes instalaciones no pa-
saba desapercibida a ratas y ratones, como tampoco su presencia al anónimo autor de esas ingenuas imágenes,
tal vez el molinero acostumbrado a verlos deambular por el interior del molino.

Más raros son los grafitos de peces, faltando incluso en aquellos edificios más proximos a la costa. Los ejem-
plos documentados hasta el momento, están relacionados con especies de la familia de los escómbridos, al-
gunas de ellas como la caballa (Scomber scombrus), pez de consumo frecuente entre las clases más populares.
En ocasiones, estos pisciformes muestran trazos naturalistas, pudiendo identificar la especie representada
como sucede con un grafito realizado sobre el enlucido fresco de una casa situada junto al río Amir (sierra
de la Almenara); otros son más esquemáticos, como los documentados en una de las dependencias de Venta
Seca (Murcia) que recuerdan por su número a los cardúmenes respresentados en las Torres de Quart, Valencia
(Serra, Torres y Llopis, 2016).

2. Artefactos y máquinas
Al tratarse de representaciones gráficas pertenecientes al siglo xx, son habituales los diseños dibujados a lápiz
que representan vehículos a motor, como motocicletas, automóviles (algunos con detalles que permiten iden-
tificar marca y modelo), camiones e incluso algunos de los primeros autobuses utilizados como transporte
público en el medio rural. Con ellos comparten espacio representaciones de los medios de transporte más
tradicionales, como carros y bicicletas.

Las representaciones de barcos cuentan con algunos ejemplos aislados y varios conjuntos de interés, en los que
se aprecia una variada tipología de embarcaciones a través de las cuales se percibe la evolución de la navega-
ción desde finales del siglo xviii, con barcos movidos con la fuerza del viento (Fig. 2), hasta las representacio-
nes de embarcaciones mixtas con mástiles y chimenea de vapor, que nos recuerdan a las primeras de este tipo
construidas en España en el siglo xix.

Por último, los grafitos de aviones, dibujados a lápiz o trazados mediante incisión, se centran sobre todo en
biplanos, aunque también se han documentado representaciones de aviones monoplanos en contextos apa-
rentemente narrativos, al representar lo que parece una acción de combate relacionada, posiblemente, con la
Guerra Civil.

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Gregorio Rabal Saura

Figura 2. Embarcación de tres mástiles. Molino Zabala (Cartagena).

3. Figuras humanas y antropomorfos


En general, la figura humana se representa de un modo muy simple y esquemático, dando como resultado
grafitos que no pasan de ser simples monigotes. Sin embargo, en ocasiones la habilidad de un anónimo autor
dejó figuras de una notable calidad estética y un innegable interés etnográfico, al reproducir actitudes, com-
portamientos y situaciones cotidianas, relacionadas con los ámbitos social, laboral o festivo de nuestras comu-
nidades rurales. En esas representaciones se perciben también rasgos de la indumentaria propia del momento,
tanto masculina como femenina, algunos detalles de índole social relacionados con las modas en el vestir, en
el peinado o en el tipo de adornos y complementos femeninos, así como los instrumentos musicales más po-
pulares con los que amenizar un baile de los que se organizaban en caseríos aislados y en las aldeas del campo
murciano. En este sentido, es especialmente relevante el conjunto de figuras humanas, dibujadas a lápiz o me-
diante técnica mixta lápiz y pigmento rojo, del interior de algunos molinos de Fuente Álamo, como el llamado
de Antonio Imbernón en La Pinilla. Por otro lado, muchas de las representaciones humanas documentadas
están asociadas a nombres propios, tratándose probablemente, del intento de realización de un retrato.

También resultan frecuentes las representaciones de partes del cuerpo como la cabeza, trazada normalmente
de perfil, y las manos, un diseño sencillo producto del gesto casi natural de posar una mano sobre el muro y
delimitar su contorno con un objeto punzante.

Por último, cabe destacar que algunas representaciones portan atributos vinculados en su día a estatus sociales
determinados (escopetas, bastones), y a ciertas profesiones como algunos grafitos de soldados. Otros grafitos
de este tipo aluden a actividades profesionales que en su día gozaron de fama y reconocimiento social como
algunos grafitos de toreros, reconocibles por la montera que cubre su cabeza; o aquellos que representan a ac-
tores cuyas películas sirvieron de entretenimiento a la población española después de la posguerra, como algu-
nos dibujos de Cantinflas trazados en los muros de algún caserío de los alrededores del Castillo de Feli (Lorca).

4. Elementos de contabilidad
Cómputos, contarios, líneas o peines de contabilidad, son algunos de los términos empleados para nombrar
la sucesión de líneas verticales paralelas cuya presencia resulta muy común en los muros de todo tipo de

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IMÁGENES PARA OTRA HISTORIA. GRAFITOS EN EDIFICIOS DEL MEDIO RURAL MURCIANO

edificios antiguos, como forma de contabilidad utilizada por la población rural. Habitualmente conforman
apartados específicos en los estudios dedicados al grafito histórico, aunque en ocasiones se agrupan, como
una categoría más, dentro del grupo de los motivos geométricos (Molina, Belmonte y Satorre, 2017).

Su presencia se centra sobre todo en dependencias que en su día tuvieron funciones de almacenamiento, au-
nque también son habituales en otros espacios domésticos (muros que flanquean el hogar, jambas de puertas)
y por suspuesto en instalaciones industriales tradicionales como molinos y almazaras.

Tipológicamente presentan una gran variedad, si bien la forma más repetida es la sucesión de líneas verti-
cales paralelas que parten de una línea horizontal. A partir de este formato, se generan variantes que acaso
reproduzcan necesidades de cómputo específicas, de las cuales poco sabemos, a excepción de los contarios
encontrados en ámbitos carcelarios, cuya relación con el transcurrir de la pena se ha puesto de manifiesto
(García, 2012). Líneas verticales cerradas en sus extremos por líneas horizontales, líneas verticales atra-
vesadas por el centro por una línea horizontal, sucesión de líneas cruzadas en forma de aspa o de cruz,
delimitadas por líneas horizontales; series de pequeños óvalos o círculos, serían solo algunas de dichas
variantes.

5. Herramientas, utensilios y objetos diversos


No son habituales las representaciones de útiles y herramientas relacionados con las tareas del campo. Los
que hasta el momento se han documentado, hablan de la importancia de algunas de ellas, como el arado de la
tierra y la poda del arbolado. El primer caso está representado por un conjunto de arados tradicionales de tipo
romano, incisos en las paredes de uno de los inmuebles próximo al llamado Ventorrillo de Jiménez (Jumilla);
el segundo, lo ilustran las representaciones de ocetes, podones o podaderas incisos en los muros de caserios
próximos al río Chícamo (Abanilla). Por otro lado, también se han documentado grafitos de herraduras, cuya
carga simbólica como objeto asociado a la buena suerte, justificaría su presencia, materializada mediante la
colocación de estas piezas en el umbral de madera de la enorme chimenea que ocupaba las cocinas de muchos
caseríos del altiplano jumillano.

Una sección importante en este apartado la constituyen las armas, categoría en la que podemos diferenciar
entre los grafitos de armas de fuego y aquellos que representan armas blancas. Entre las primeras destacan
algunas representaciones de pistolas, cuyo esquematismo impide identificar el tipo de arma, y los trabucos que
portan algunas figuras de soldados. Los grafitos de armas blancas, como cuchillos y diversos tipos de navajas,
son por el contrario muy abundantes, especialmente las representaciones de la tradicional faca o esfaca de
canales. Lo habitual es la representación de uno solo de estos instrumentos, en ocasiones varios ejemplares,
por lo que resulta excepcional el conjunto de la Casa de Paredes (Mazarrón) con más de una veintena de este
tipo de armas, cuya carga simbólica como talismanes para ahuyentar desgracias se han puesto de manifiesto
en anteriores trabajos para este tipo de grafitos (Molina, Belmonte y Satorre, 2017).

6. Motivos epigráficos
Se trata de los grafitos más abundantes, entre los que se incluyen desde fechas, nombres propios y apellidos,
hasta textos más extensos de contenido muy diverso. Son comunes también las listas de personas y de produc-
tos agrarios, con especificación numérica de cantidades o valor económico de las mismas. Del mismo modo,
la motivación que los sustenta resulta extraordinariamente variada. Muchas frases solo muestran el deseo
de dejar constancia de la presencia de su autor en un lugar y momento determinados, en otras se percibe la
necesidad de recordar hechos relevantes en la vida campesina. Las hay con cierta intención literaria, y se han
documentado textos con trasfondo moralizante y religioso, probablemente extraídos de devocionarios y li-
bros de oraciones. Algunos ponen de manifiesto un claro sentido irónico, bufo y socarrón, y no faltan aquellos
con vocación de dar fe de un acontecimiento relevante a los ojos de su autor.

7. Motivos geométricos
Entre las distintas formas geométricas, que en ocasiones llenan de forma confusa y enmarañada amplios
sectores de muro, destacan las llamadas rosetas sexifolias (González, 1988) o hexapétalas, entre otras denomi-
naciones. Su presencia en la arquitectura popular murciana, junto con otros motivos como cruces de brazos

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Gregorio Rabal Saura

curvilíneos (lauburus) y círculos concéntricos, ya fue puesta de manifiesto en su día (Rabal, 2015). Estas
figuras estrelladas, rodeadas habitualmente por un círculo, son frecuentes en todo tipo de edificios del medio
rural murciano. En ocasiones forman diseños complejos a modo de redes, logrados mediante la combinación
de círculos trazados a compás. Su valor simbólico como elemento protector de los hogares, ha sido puesto de
relieve en la práctica totalidad de territorios del país.

8. Motivos religiosos
El motivo de la cruz resulta especialmente frecuente, sobre todo en el primer enlucido del interior de vivien-
das y edificaciones de todo tipo. La técnica habitual utilizada es la incisión, realzando en ocasiones el contorno
mediante pigmento rojo. También son frecuentes las cruces pintadas totalmente con pigmento de ese color.
Por otro lado, es habitual que toda la superficie interna aparezca cubierta por líneas que se cruzan originando
una malla o red romboidal, recurso muy característico en los grafitos del siglo xviii, que se repite en diseños
relacionados con otros temas.

Normalmente la cruz suele aparecer en el acceso al edificio o en sus inmediaciones (tras las jambas de la puerta
de entrada o sobre el dintel de la misma), pero también en otros lugares y rincones, resultando especialmente
relevante que sea en dependencias destinadas al almacenamiento de producciones agrícolas y al alojamiento
del ganado, sobre todo cuadras, donde mayor porcentaje de cruces se han documentado hasta el momento.
Es probable que esta ubicación esté relacionada con el valor simbólico-protector que tradicionalmente se ha
otorgado al símbolo cristiano por excelencia (Cruz, 2012), protegiendo a los animales de labor y a los recursos
esenciales para el sustento de la economía doméstica.

La tipología documentada se ajusta al tipo de cruz latina, con escasos ejemplos de cruces griegas, predomina-
do el modelo de cruz patriarcal, patada en todos sus extremos, semejante en ocasiones a la cruz procesional.
En algún caso, como sucede en la cruz documentada en la Casa de la Naveta (Puerto de la Cadena, Murcia),
aparece representada con motivos ramiformes, asociados a palmas, que salen de los ángulos que forman el
stipes y el patibulum al cruzarse, con paralelos idénticos en la torre árabe de Las Gabias, Granada (Fernández
y Pedregosa, 2013) y en la basílica de Santa María, Alicante (Rosser, 2009).

Más raros son los agrupamientos de cruciformes, formando calvarios (3 cruces), por lo que resulta interesante
por su excepcionalidad el conjunto inciso en la cuadra, sobre los pesebres, de un cortijo de El Castillar (Puerto
Lumbreras).

Por lo que respecta a grafitos que reproduzcan imágenes de personajes sagrados o escenas relacionadas con
ellos, resultan más escasas aún. Esta circunstancia es común en otras zonas de España, rarificándose este tipo
de representaciones incluso en los repertorios más extensos y variados estudiados hasta el momento en otros
puntos del país. En el área de estudio solo se ha documentado un motivo mariano, además del existente en la
casa Irurita de Lorca en un entorno urbano (Rabal y Castejón, 2019). Se trata de dos representaciones de la
Virgen de los Llanos, ambas realizadas a lápiz en el interior de uno de los molinos que rodean la población de
El Algar, de la que es patrona dicha advocación mariana. El otro motivo, de una extraordinaria sencillez en su
factura que no resta carga expresiva a la escena representada, es el dibujo de un descendimiento pintado con
almagra, situado en el interior de un hueco ciego abierto en el muro del molino llamado de la Tía Hilaria, en
la zona de los Puertos de Santa Bárbara (Cartagena). Pese al lugar escondido en el que se pintó dicha escena,
queriendo de algún modo preservarla de la vista de quien entrara en la instalación molinar, son reconocibles
la figura del crucificado con corona de espinas y un brazo aun clavado al madero, así como la escalera que se
apoya en él.

9. Motivos vegetales
La forma más simple de representación en este ámbito temático la constituyen diseños esquemáticos de arbo-
riformes y ramiformes, organizados habitualmente mediante líneas que parten de un eje central, con ramifi-
caciones hacia los extremos. En algún caso, se intenta dotar al grafito de cierto naturalismo, colocando entre
las ramas el trazo esquemático de un ave. Algunos de los grafitos vegetales más elaborados documentados
hasta el momento, corresponden a tallos y ramos florales recogidos en jarrones y búcaros. En ocasiones, esos
tallos se representan sueltos, sin que estén contenidos en recipiente alguno. Resulta complicado determinar
las especies vegetales representadas, tratándose muy posiblemente de rosas y otras flores del propio entorno

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IMÁGENES PARA OTRA HISTORIA. GRAFITOS EN EDIFICIOS DEL MEDIO RURAL MURCIANO

doméstico, sin descartar la representación de alguna especie silvestre, llamativa por su floración y abundancia,
perteneciente a la familia de las Asteráceas.

No se descarta que tras estas representaciones, algunas con una clara intencionalidad estética u ornamental al
estar dispuestas, por ejemplo, a modo de cenefas pintadas enmarcando repisas y soportes para tinajas y otros
elementos del ajuar doméstico, existan motivaciones simbólicas relacionadas con la asociación de la Virgen y
ciertas flores, tomando como modelo la iconografía reproducida en postales y estampas religiosas, o la impre-
sa en almanaques ilustrados con es esos motivos, de circulación frecuente en centurias pasadas.

4. CONCLUSIONES
En los edificios en ruinas del medio rural murciano existe un amplísimo repertorio de manifestaciones gráfi-
cas populares. Fueron realizadas por segmentos sociales sin presencia en el circuito de la historia, que encon-
traron en ellas formas eficaces de expresión, propias de grupos iletrados o con un escaso nivel de instrucción.
A través de su documentación y estudio podemos profundizar en el conocimiento de los grupos sociales que
las realizaron, pastores y campesinos sobre todo, accediendo a una parte más psicológica que material, más
simbólica que práctica, de la sociedad a la que pertenecían. Además, se da protagonismo a un patrimonio
histórico en irreversible proceso de desaparición al que se le ha concedido un escaso valor y casi nula atención.

5. BIBLIOGRAFÍA
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XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 415


LAS TAMBORADAS DE MORATALLA Y MULA,
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Melgares Guerrero, José Antonio


Cronista Oficial de la Región de Murcia

Resumen
La presente comunicación a las XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, pretende
contribuir al estudio y conocimiento del origen de las “tamboradas” en España en general, y en la Región de
Murcia en particular bajo el punto de vista personal del autor, basándose en paralelismos de similar naturaleza
habidos durante el primer Renacimiento e incluso al final de la baja Edad Media. La ausencia de bibliografía al
respecto, impide basarse en otro tipo de documentación que no sea la transmisión oral y la deducción lógica
del devenir de esta muestra etnográfico-cultural.

Palabras clave: Oficio de Tinieblas, tenebrario, “hora sexta”.

Abstract
This communication to the XXVI Cultural Heritage Days of the Region of Murcia, aims to contribute to the
study and knowledge of the origin of the “drums” in Spain in general, and in the Region of Murcia in particular
under the personal point of view of the author, based on parallels of similar nature that occurred during the first
Renaissance and even at the end of the lower Middle Ages. The absence of literature in this regard prevents it from
relying on any type of documentation other than oral transmission and the logical deduction of the development
of this ethnographic-cultural exhibition.

Keywords: Office of Darkness, Tenebrarium, “Sixth Hour”.

El largo proceso seguido por el expediente para la inscripción de las “Tamboradas en España” en la Lista
Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, concluyó felizmente el
29 de noviembre de 2018 (13 COM), con la inclusión de este bien inmaterial en la lista de la Institución, que
finalmente lo hizo con el título “Las tamboradas, repiques rituales de tambores”, con argumentos un tanto
generales que podrían servir para la inclusión de cualquier bien.

La tramitación fue larga. Casi diez años pasaron desde que el Consejo de Patrimonio Histórico Español
decidió ampliar el ofrecimiento del Ayuntamiento de Hellín para que sus tamboradas fueran propuestas a
la UNESCO. Quien esto escribe estuvo presente en los inicios del proceso, que comenzó en una reunión en
el Ministerio de Cultura de los representantes de las cinco comunidades autónomas en cuyo seno tenían
lugar este tipo de eventos: Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Murcia y Valencia, cada una con sus
características, terminología e indumentaria muy diferentes entre sí y con el denominador común del re-
doble del tambor. El proceso de recogida de datos, con interminables reuniones en cada uno de los lugares
proponentes, encuentros en los diferentes ayuntamientos, selección de documentación, recuperación de
material audiovisual y conversión resumida de la abundante documentación en los márgenes de redacción
exigidos por UNESCO, fue lento y dificultoso por los diferentes equipos de trabajo, que en la Comunidad
de Murcia coordinó la antropóloga Inmaculada García Simó.

Desde el primer momento se planteó la necesidad de argumentar el origen de la actividad, a todas luces des-
conocido en todos los lugares sin excepción, tanto en su aspecto temporal como en el morfológico; así como
el desarrollo del mismo, siempre en el marco de la Semana Santa.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 417


José Antonio Melgares Guerrero

Como trabajo de campo y sin llegar a conclusiones definitivas en el planteamiento de los orígenes, se acepta-
ron dos teorías que finalmente desconozco si se tuvieron en cuenta como complementarias, y no excluyentes
la una de la otra.

El origen remoto de las tamboradas es difícil de precisar con exactitud, pero está vinculado al desarrollo de las
cofradías de penitencia que comienzan su andadura tras la celebración del Concilio de Trento en el siglo xvi,
sin desechar la posibilidad de sus comienzos en la Baja Edad Media; y está íntimamente ligado a la celebración
del Oficio de Tinieblas que se celebraba a la “hora sexta” (del tempo sacro), coincidente en el tiempo civil con
las tres de la tarde, anualmente, cada viernes santo.

Figura 1. Tamborada de Moratalla.

Como recuerdan los de mi generación y anteriores, durante las primeras horas de la tarde de ese día, los sacer-
dotes (entonces en abundancia), se reunían en los templos para rezar juntos la “hora sexta”, en el denominado
Oficio de Tinieblas, a lo largo del cual y tras recitarse los salmos correspondientes del Oficio Divino, se iban
apagando las siete luces (velas) del “tenebrario” (candelabro de grandes dimensiones, de forma triangular que
recordaba las siete últimas palabras de Cristo en la cruz, cuyas velas de iban apagando paulatinamente). Lle-
gado el momento de apagarse la última, en que se evocaba la muerte del Redentor, los clérigos participantes
en el acto abatían ostentosamente los asientos del coro donde se encontraban, cerraban los libros con gran
estruendo e incluso los tiraban con fuerza al suelo, causando mucho ruido en el templo que a partir de ese
momento quedaba completamente a oscuras y en silencio. De esa manera se representaba plásticamente el
terremoto y el eclipse solar que, según tres de los cuatro Evangelios, siguieron a la muerte de Jesús en la cruz.
(Mateo 27. 45-54; Marcos 15. 33-38 y Lucas 23. 44-49).

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LAS TAMBORADAS DE MORATALLA Y MULA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

La ceremonia del Oficio de Tinieblas, que tenía lugar en el interior de los templos, como ya se ha dicho, era
seguido dentro y fuera de los mismos por las gentes de cada localidad, quienes en algún momento, emulando
lo que hacían los clérigos se incorporaron al ruido causado por los mismos, con todo tipo de utensilios a su
alcance; no siendo extraño que también se hiciera con tambores, ya preparados para la procesión vespertina
del “Santo Entierro”, a celebrar pocas horas después en la localidad. El desarrollo de la actividad sonora vino
después, así como su reglamentación y ordenación, primero por las propias cofradías y luego por los ayun-
tamientos encargados del orden público. Originariamente fue un movimiento espontáneo de participación
popular que trascendió pronto del interior del templo a la calle. Cuando la participación fue masiva, es cuando
los concejos locales hubieron de tomar cartas en el asunto dictando ordenanzas municipales para su control
y normalización en el tiempo.

Curiosamente, la actividad tamborista comenzó y se desarrolló con inusitada participación popular en luga-
res con presencia de la orden franciscana –en Moratalla y Mula hubo desde el siglo xvi, hasta la desamorti-
zación del siglo xix, conventos y comunidades de frailes franciscanos–, cuyos religiosos, desde la época de
S. Francisco de Asís, se preocuparon por acercar los misterios de la redención de forma sensible y entendible
al pueblo llano, mediante representaciones plásticas como el “belén” (en tiempos de Navidad) el “vía-crucis”
(durante la Cuaresma y Semana Santa) o los “autos” de Navidad y Pasión como representaciones teatrales, de
carácter popular, asequibles y entendibles por toda la población, incorporando incluso personajes de la vida
diaria.

Aquella práctica de origen renacentista o bajomedieval, en algunos lugares languideció con el tiempo, resur-
giendo, por razones diversas y también desconocidas, en el siglo xix, durante la época del Liberalismo, ya con
otro sentido más festivo e incluso vinculado a la contestación social. En Moratalla hay noticias de prensa, de
comienzos del siglo xx, en las que se recogen críticas particulares y grupales contra el escándalo público que
suponían las tamboradas de Semana Santa. Aquí es donde se sitúan quienes defienden la teoría del origen de
las tamboradas en aquella centuria, despojando a la actividad tamborista de su sentido religioso ancestral.

Figura 2. Tamborada de Moratalla, el Domingo de Resurrección.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 419


José Antonio Melgares Guerrero

Figura 3. Tamborista de Mula. Figura 4. Tamborista. Figura 5. Monumento al Tamborista,


Moratalla.

En opinión de quien esto escribe, ambas teorías son, como antes dije, complementarias y en ningún caso ex-
cluyentes. Así se plasmó en el documento inicial del expediente que finalmente ha tenido en cuenta la UNES-
CO para la inscripción en su Lista Representativa de las Tamboradas como Patrimonio Cultural Inmaterial de
la Humanidad, bien cultural que en la Región de Murcia se une a las Pinturas Rupestres del Arco Mediterrá-
neo, el Consejo de Hombres Buenos y la Dieta Mediterránea, expresiones de nuestra cultura que se ofrecen
al mundo como elementos a cuidar y proteger, pues son patrimonio de todos, mostrándose como atractivo a
cuantos se fijan en lo cultural como oferta turística.

Figura 6. Tamborada de Moratalla.

420 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LAS TAMBORADAS DE MORATALLA Y MULA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

El desarrollo actual de las tamboradas de Moratalla y Mula es idéntico en su morfología aunque no en su


calendario y horario, si bien uno y otro se enmarcan temporalmente en la Semana Santa del año litúrgico. En
Moratalla las túnicas que visten los tamboristas suelen ser de colores festivos, predominando los contrastes
e incluso los denominados “remiendos” y añadidos inferiores (que las madres de los tamboristas añadían
cuando estos rompían la túnica o se les quedaba pequeña al crecer); mientras que en Mula las túnicas son
casi exclusivamente de color morado o negro. En Moratalla la mayor parte de los participantes en el festejo
llevan capuchón (con cuerpo de cartón o no) y la cara tapada, mientras que en Mula suelen ir descubiertos.
En uno y otro lugar, sin embargo, el redoble del tambor y el bombo es desacompasado. No hay orden alguno
ni en el ritmo ni en un itinerario fijo a seguir, que se centra fundamentalmente en las calles y plazas del casco
histórico, aunque haya tamboristas dispersos en otras calles de las poblaciones. En uno y otro lugar se han
erigido en los últimos años monumentos al festejo, siendo ambos en bronce, originales del escultor valenciano
afincado durante años en Caravaca de la Cruz, Rafael Pí Belda. El de Moratalla se inauguró en 1997 y el de
Mula en el año 2000, y aunque ambos en su concepción iconográfica son muy parecidos, cada uno incorpora
sus particularidades, como en el caso de Moratalla un gato (cuyo sentido se desconoce incluso por los lugare-
ños). El tema de los horarios ha variado con el tiempo. En Mula, la “rompida” se produce a las 12 de la noche
del Martes Santo y el festejo tiene repercusión a escala regional, donde se le reconoce como fiesta de Interés
Turístico, con gran despliegue de publicidad previa. En Moratalla, a los días tradicionales se ha incorporado
recientemente la mañana del Domingo de Resurrección. En uno y otro caso existe bibliografía reciente sobre
el festejo (original de Juan González Castaño, en Mula y de José Jesús Sánchez Martínez y Jesús Navarro Egea,
en el caso de Moratalla). En Mula, finalmente existe un concejal del Ayuntamiento con competencias en el
festejo de las tamboradas.

Figura 7. La plaza del Ayuntamiento de Mula Figura 8. La plaza del Ayuntamiento de Mula en la Noche de los Tambores. A partir de
en la Noche de los Tambores. Unos minutos doce de la noche del Martes Santo y bajo el toque de campanas, miles de tambores se
antes de las doce de la noche del Martes Santo. funden en un estruendo que hace vibrar la ciudad de Mula.

El reconocimiento de la UNESCO no es sin, embargo, y en ningún caso, a perpetuidad. Igualmente que se


incluyen en ella bienes materiales o inmateriales por sus destacados valores sociales, culturales, históricos y
antropológicos, pueden excluirse de la misma al ser considerados “patrimonio en peligro”, cuando estos se
desvirtúan por la pérdida de aquellos o el alejamiento de los principios que animaron su inscripción. No es
frecuente, pero sí posible, con el desprestigio mundial que acarrea, la exclusión de un bien de la Lista UNES-
CO. No deberá ser así en lo referente a las tamboradas del Noroeste y Río Mula, a las que entre todos debemos
cuidar y proteger de elementos espurios que pudieran perjudicar su autenticidad y prestigio, cuya considera-
ción trasciende a lo estrictamente local, pues es patrimonio de todos.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 421


José Antonio Melgares Guerrero

Inicialmente se pensó organizar una “rompida” general y simultánea en todas las tierras de España donde se
produce el fenómeno tamborista, para celebrar el reconocimiento de la UNESCO. Sin embargo, este evento
no se produjo por razones de organización y por otros en los que no entraré. En todos los casos, como sucedió
en las declaraciones de Elche y El Consejo de Hombres Buenos y el Tribunal de las Aguas de Murcia, nunca
faltan los políticos para hacerse la foto y celebrar el éxito. Sin embargo, en ninguna de esas fotos figuraran los
técnicos y profesionales de los equipos multidisciplinares que con mucho trabajo y dedicación fueron cons-
truyendo el expediente que finalmente consiguió el éxito. Sirvan estas líneas como reconocimiento a su labor
callada y eficaz cuyo éxito otros celebran ostentosamente.

Figura 9. Una de las características de la tam- Figura 10. Tamboristas y visitantes en el entorno de El monumento al tamborista en
borada de Mula son las Pánganas, espectáculo Mula. La escultura realizada por Rafel Pi Belda, fue inaugurada en el año 2000. En él,
espontáneo en el que dos tamboristas compi- dos tamboristas ataviados con túnica y capirote, tocan sus tambores.
ten frente a frente por demostrar quien toca
mejor su tambor.

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LOS GRAFITOS HISTÓRICOS DE LA TORRE
DE RAME (LOS ALCÁZARES, MURCIA)

Rabal Saura, Gregorio


SOMA. Sociedad Murciana de Antropología
Castejón Porce, Gregorio
Doctor en Geografía

Resumen
En la presente comunicación se aborda, de forma preliminar, el resultado de los trabajos de intervención
arqueológica desarrollados en el interior de la Torre de Rame (Los Alcázares). A través de ellos se ha docu-
mentado un importante conjunto de grafitos históricos trazados en los muros de dicho inmueble, empleando
diversas técnicas. La relevancia del conjunto queda puesta de manifiesto tanto por el número total de motivos
documentados, como por la variedad iconográfica de dichas grafías, entre las que destacan las representacio-
nes de barcos de distintas épocas. Un posterior estudio en profundidad del conjunto, nos permitirá calibrar
la aportación de estos grafitos a la historia de la comarca y su papel como fuente de información histórica
complementaria.

Palabras clave: Grafito histórico, Torre de Rame, Los Alcázares, embarcaciones, corsarios berberiscos, patri-
monio histórico.

Abstract
This paper presents, in a preliminary way, the result of the archaeological intervention works carried out inside
the Torre de Rame (Los Alcázares). Through them an important set of historical graffiti has been documented
draw on the walls of said building using various techniques. The relevance of the ensemble is evidenced both by
the total number of documented motifs and by the iconographic variety of these, among which stand out the
representations of ships from different historical periods. A subsequent in-depth study of the complex will allow
to gauge the contribution of these graffiti to the history of the region and their role as a source of complementary
historical information.

Keywords: Rame Tower, Los Alcázares, historical graffiti, corsairs berbers, ships, historical heritage.

1. INTRODUCCIÓN
La concesión de un permiso de intervención arqueológica emitido por la Dirección General de Bienes Cultu-
rales,1 ha permitido llevar a cabo los trabajos necesarios para documentar, de un modo exhaustivo, los grafitos
trazados a lo largo de siglos sobre los muros de los espacios que componen la Torre de Rame, Bien de Interés
Cultural con categoría de Monumento (Decreto 3/2006 de 20 de enero), situada a menos de un kilómetro del
Mar Menor y del núcleo urbano de la cabecera municipal (X 684829; Y 4177857), en el histórico paraje de “El
Rame” o “El Ramí”.

La primera visita realizada a la torre y la prospección inicial llevada a cabo en ella, constató la existencia de
más grafitos de los inicialmente comunicados por los miembros de la Asociación Los Alcázares-Eco Cultural
(LAEC),2 cuyos comentarios se centraron, sobre todo, en la existencia de varias representaciones de barcos.

1  Expediente EXC 116/2019, referencia CTC/DGBC/SPH, resuelto con fecha 11 de julio de 2019.
2  Agradecemos a Antonio Javier Zapata Pérez, Pedro Bernal Baños y Nicolás Santos Ruiz León, miembros de dicha asociación, su colaboración en el proceso
de documentación de los grafitos.

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Gregorio Rabal Saura y Gregorio Castejón Porce

Su variedad y número, comprobada in situ en aquella primera visita, acrecentó el interés y la determinación
de llevar a cabo su estudio.

Una vez concluido el proceso de documentación, se ofrece, a través de esta comunicación, una breve valora-
ción del procedimiento metodológico seguido, así como de la diversa tipología de grafitos trazados sobre los
muros de la torre. Estas líneas de trabajo, junto con la contextualización histórica y arquitectónica del edificio,
marcarán el germen de un futuro estudio más amplio y detallado que dará a conocer y pondrá en valor este
importante legado patrimonial.

2. LA TORRE DE RAME, VIGÍA HISTÓRICA DEL MAR MENOR


Al margen de datos históricos más tempranos que parecen probar la presencia romana en el entorno de este
enclave, esta obra se ha asociado, comúnmente, con la “La torre de riba la mar Faraich Arramim”, mencionada
en el Repartimiento del Campo de Murcia, obra defensiva dada a Ponce de Villanueva por el concejo de Murcia
como merced en 1272 tras la conquista de la ciudad. No obstante, a juzgar por las referencias históricas, más
bien la carencia de ellas, las características arquitectónicas de la edificación, semejantes a otras del entorno con
datación segura, y el análisis de la propiedad donde esta se ubica, todo parece indicar que la torre actual fue
construida en la primera década del siglo xvii, momento en el que los terrenos sobre los que se erigió eran
propiedad del señor de Villa Morena-El Ramí, Diego Bienvengud Rosique.

De acuerdo con esto, el referido personaje junto con su hijo, aprovecharon tanto su posición social como
su solvencia económica, y se hicieron entre 1601 y 1607 con tierras en la zona de Hoya Morena y El Rame.
Compras en las que en ningún caso se cita la existencia previa de una obra que pudiera asociarse a este in-
mueble defensivo y que, si bien estaban destinadas a ampliar la superficie de pastos en las que llevar a cabo
la actividad ganadera de la familia y dar paso a una intensa roturación que incentivó la producción agrícola,
también buscaba un propósito mayor: la compra del señorío del lugar a la Hacienda Real en 1613, aunque esta
fue revocada en 1629.

En este lapso de tiempo es en el que parece debió construirse la mencionada edificación por la necesidad de
la misma como puesto vigía y defensa frente a la constante amenaza corsaria del momento –contra la que
lucharon los propios Bienvengud como capitanes de milicia– y, de igual modo, como elemento de distinción
social de la referida familia de la oligarquía cartagenera. Una intervención semejante a la realizada en otras
haciendas cercanas, como es el caso de la del también regidor de Cartagena Juan Giner, en la que se edificó en
1585 la conocida, actualmente, como “Torre del Negro”.

Por otro lado, sobre la explotación y evolución de la propiedad, Lemeunier (1990), Montojo (1993) y recien-
temente Buendía (2008), realizaron minuciosos trabajos sobre la materia que no solo son muy esclarecedores
sino que, además, permiten comprender por qué, cómo y quiénes fueron los propietarios de esta y el uso
agropecuario que se hizo de la hacienda, aunque es cierto que las referencias acerca de la atalaya no son muy
numerosas.

Arquitectónicamente, el edificio se corresponde con una torre levantada en obra de mampostería de planta
rectangular (en su base 9,3 metros por 8,6 metros) y 9 metros de altura (en alzado ligeramente trapezoidal)
con tres plantas (baja, primera y segunda) y azotea o plaza de armas almenada, todas ellas comunicadas por
una escalera de obra ubicada en la esquina sureste de la edificación. Una construcción que, en origen, debió
ser mucho más austera, sin la gran puerta principal actual, carente de los balcones y almenas hoy visibles,
y casi con toda probabilidad, sin la escalera que permite acceder a las plantas superiores. De igual modo, la
distribución interior así como la utilidad de su espacio también se han visto modificadas con el paso de los
siglos.

En lo que se refiere a su parte externa, no hace muchos años fue restaurada, por lo que, en apariencia, solo
presenta algunos desperfectos asociados a una mala calidad del mortero empleado en el último reacondicio-
namiento. No obstante, uno de los elementos distintivos es la constatación del empleo de esquineras de piedra
labrada en su basamento, de forma idéntica a otras torres datadas de finales del siglo xvi.

En el interior, el estado de conservación es peor. La planta baja, posee cerramiento de bóveda de cañón y
cumplía la función de granero, por lo que su superficie está toda compartimentada para el almacenamiento

424 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LOS GRAFITOS HISTÓRICOS DE LA TORRE DE RAME (LOS ALCÁZARES, MURCIA)

del cereal. En la primera, también con bóveda de cañón, existe al oeste una gran estancia con chimenea y al
este tres compartimentos para el almacenaje de grano. Por último, la segunda se divide en una estancia al sur
frente a la escalera y dos al norte más amplias pero de tamaño similar, la del oeste convertida en palomar, y la
del este una gran sala; habitáculos que se compartimentaron en el siglo xx a la vez que se construyó el palo-
mar. Tanto la primera como la segunda planta conservan el piso de ladrillo de adobe y una pequeña ventana
al norte en cada caso, si bien la última presenta un cerramiento mucho más complejo que las anteriores con
varias bóvedas y un arco central. En todo caso, casi la totalidad de las paredes conservan el revoque de yeso,
aunque con distinta cronología dependiendo del paño y altura (Fig. 1).

Figura 1. Planos de las tres plantas con indicación alfabética de los muros de cada una de ellas.

3. METODOLOGÍA
Una vez realizado el acondicionamiento y la limpieza básica de las estancias en las que se iba a desarrollar el
trabajo, se procedió a limpiar los muros con el fin de retirar de su superficie restos de concreciones de sales
del enlucido y de la humedad, polvo y telarañas acumuladas durante décadas de abandono de la torre. De
este modo, se mejoró la nitidez de los trazos de los grafitos, circunstancia esencial para llevar a cabo el pro-
cedimiento de documentación utilizado, el calco directo, siguiendo así el proceder clásico en la metodología
relacionada con el estudio de estas manifestaciones gráficas. Se han utilizado distintos tipos de lámina de plás-
tico en lo que se refiere a transparencia y tamaño, con la dificultad de fijarlas, en ocasiones, sobre superficies
curvas como sucede en la planta primera del edificio cuyos muros forman parte de su cerramiento de bóveda
de cañón.

El tratamiento del muro desde una óptica arqueológica ha significado realizar tantos calcos como planos de
grafitos se han detectado a partir de los realizados a carboncillo, considerados como los más antiguos y sobre
los que se superponen las incisiones y dibujos de motivos realizados en momentos posteriores. Bien es cierto
que los grafitos de Rame no forman conjuntos cuya densidad dificulte sobremanera la identificación de los
motivos, todo lo contrario, de modo que el calco de sucesivas capas se ha realizado de forma ágil y clara en
cuanto a la identificación de los motivos principales.

El proceso de documentación gráfica se ha complementado con la realización de fotografía de cada uno de los
mtivos mediante cámara digital, así como de los principales paneles, alrededor de doce, que contienen grafi-
tos. Se realizaron fotos en distintos momentos del día, aprovechando los recursos lumínicos utilizados para
mejorar la iluminación durante la fase de calco. La documentación gráfica de los paneles se completó con el
estudio fotogramétrico realizado por José Gabriel Gómez Carrasco, de la empresa Aerograph Studio, sufraga-
do por la LAEC. Persona encargada, igualmente, de realizar el levantamiento topográfico y la vectorización de
planos arquitectónicos, trabajos sufragados en este caso por la propietaria del inmueble, María José Martínez
Lamberto.3 Además, a partir de las fotografías se procederá, posteriormente, a la digitalización individualiza-
da de los grafitos mediante tableta digitalizadora haciendo uso de MediaBang Paint Pro.

3  Agradecemos las facilidades dadas en todo momento por la propietaria para desarrollar nuestro trabajo en las mejores condiciones, facilitándonos el acce-
so sin restricción ni limitación alguna, manifestando interés por los grafitos y preocupación por el grave deterioro en el que se encuentran muchos de ellos.

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Gregorio Rabal Saura y Gregorio Castejón Porce

Una vez avanzado el proceso de calco, se llevó a cabo la tarea de describir cada grafito en una ficha de inven-
tario. A cada una, se le ha otorgado un número correlativo dentro de cada muro con grafitos que hay en cada
planta. Técnica utilizada, dimensiones, tipología, descripción, croquis de situación, estado de conservación y
medidas de recuperación y/o consolidación propuestas, son algunos de los aspectos cumplimentados en esas
fichas.

4. LOS GRAFITOS DE RAME. ASPECTOS TÉCNICOS, DISTRIBUCIÓN Y TIPOLOGÍA


Los grafitos de Rame se distribuyen en las tres plantas del edifico. Su posición en ellas sigue un sistema alfa-
numérico que combina el número de la sala o estancia de la torre, en este caso solo para las plantas primera y
segunda, seguida de la letra del muro donde se encuentran. La presencia de vanos y de otros elementos arqui-
tectónicos ha supuesto la sectorización de algunos de los paneles con grafitos. Concretamente, los paneles A
y C en la primera planta, y los paneles A, B y C en la segunda.

Cabe señalar que la mayor parte de los grafitos se desarrollan a partir de unos 50 centímetros del suelo, al-
canzando una altura media de 1,75 metros. No obstante, alguno supera dicha altura y hay un grupo cuyos
autores debieron realizarlos tumbados o agachados, al situarse en el arranque de los muros, prácticamente a
ras de suelo.

Desde un punto de vista técnico y sin entrar en valorar la posible relación de cada técnica con un momento
histórico concreto, cabe decir que predomina la incisión con un objeto punzante, cuya sección y grosor va-
riables determina trazos de sección y profundidad diversa, aunque son mayoritarios los motivos de trazo me-
dio-fino. La segunda técnica a destacar es el empleo de pigmento rojo, tipo almagra, empleado exclusivamente
en la primera planta de la torre para los motivos vegetales, alguna inscripción y un motivo antropomorfo. En
tercer lugar destacan los motivos realizados mediante la técnica del carboncillo, utilizada en algunos grafitos
de barcos, probablemente los más antiguos de los que tenemos constancia, en la representación de un ave
posada sobre una rama, y en nombres e inscripciones de difícil lectura. En último lugar, destaca el uso del
lápiz en todos aquellos diseños (nombres, aviones, operaciones matemáticas, frases, etc.) realizados a lo largo
del siglo xx.

En cuanto a la distribución de los grafitos en la torre, cabe señalar que si bien las tres plantas del edificio cuen-
tan con alguna manifestación gráfica, lo cierto es que su distribución resulta ciertamente desigual, relacionada
no tanto con una distribución lógica o intencionada, como a la pérdida de grafitos por deterioro del muro
original y/o la ocultación de algunos de ellos tras capas de enlucidos de reformas parciales acometidas con
posterioridad. La mayor parte de los grafitos se distribuyen por los muros de las plantas primera y segunda, un
apreciable conjunto en los tramos del hueco de la escalera y un exiguo número en la planta baja.

Desde un punto de vista cronológico y a falta del análisis pormenorizado de cada uno de los motivos, de la
búsqueda de paralelos y diseños semejantes para los cuales se ofrecen cronologías fiables, así como de la com-
paración con ellos, se puede establecer una cronología general para la mayoría de los grafitos de Rame que
abarca desde el siglo xviii hasta la primera mitad del siglo xx. No se descarta una cronología anterior para
algunos diseños de barcos característicos del siglo xvii, incluso del xvi. En algunos casos, como el motivo del
ave posada sobre un motivo vegetal (Fig. 2), la presencia de fechas (1730, junto al nombre del posible autor),
facilita la datación de los motivos, en otros deberá ser la tipología de los barcos, la asociación de las diferentes
técnicas a periodos cronológicos concretos o la prevalencia de unos determinados motivos sobre otros, los
elementos que permitan ofrecer una cronología aproximada de los grafitos.

La primera constatación en lo que a tipología se refiere, es que la torre posee un conjunto muy variado en
diseños y motivos, un rasgo característico de edificios que han tenido una prolongada ocupación y una aza-
rosa historia. Dicha variedad queda ejemplificada con, al menos, un motivo de cada una de las principales
categorías tipológicas establecidas en el ámbito del grafito histórico.

Si se centra la atención en los motivos figurativos, cabe decir que estos ascienden a un número total que
supera el centenar, distribuidos en los distintos paneles de una forma espaciada y poco densa, un hecho que
ha facilitado enormemente su documentación. Únicamente los paños E y F de la primera planta, presentan
una mayor concentración de grafitos con una notable superposición de planos de momentos cronológicos
distintos.

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LOS GRAFITOS HISTÓRICOS DE LA TORRE DE RAME (LOS ALCÁZARES, MURCIA)

Figura 2. Planta primera. Vista parcial de los grafitos del muro E.

De forma breve y limitando la alusión, exclusivamente a algunos de los motivos figurados y de las inscripcio-
nes documentadas, podemos adscribir los grafitos de Rame a los siguientes grupos tipológicos.

1. Animales
Bloque temático representado sobre todo por aves, la mayoría realizadas mediante trazos muy esquemáticos
que no impiden identificar, no obstante, a un grupo de aves de corral, probablemente gallinas, y a un pavo real.

Más naturalista resulta la representación de un ave, probablemente exótica y perteneciente a la familia Psitta-
cidae, realizada a carboncillo, cuyo paralelo más cercano se encuentra en la iglesia de Santa María de Cocen-
taina (Alicante) (Marset y Martí, 2009), aunque técnicamente ejecutado con menor maestría.

Los otros grafitos de animales corresponden a la posible figura de un pez y a dos zoomorfos indeterminados.

2. Antropomorfos
Las figuras humanas se reducen, por un lado, a grafitos de marinos relacionados con las tripulaciones de
algunos de los barcos representados, y a algunas figuras muy esquemáticas. Respecto a las primeras, resultan
de interés las figuras asociadas a uno de los barcos de la primera planta, en las que podemos distinguir indu-
mentarias y complementos propios de corsarios berberiscos. También resulta de interés lo que parece ser un
complejo tocado que porta una figura apenas perceptible, que recuerda a los que llevaban algunos jenízaros,
ejército de élite del Imperio otomano.

El resto, reproducen en su simplicidad y esquematismo (formas simples para marcar elementos corporales,
brazos abiertos, puntos para marcar ojos, torso triangular, etc.) los formalismos utilizados en la representa-
ción de la figura humana relacionada con el mundo de la mar, muy probablemente vinculada a la actividad de
corso, que por ejemplo, vemos en los grafitos navales de la Casa Capiscol, en Alicante (Rosser, 1994).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 427


Gregorio Rabal Saura y Gregorio Castejón Porce

3. Arquitectónicos
Temática representada por dos ejemplos de interés. Por un lado, una posible representación dibujada a lápiz
del faro de las Islas Hormigas, por otro, los trazos que componen la fachada de un edificio religioso en el que
son distinguibles elementos como pilastras, volutas, pináculos, coronando todo el conjunto una cruz sobre
peana.

4. Astronómicos
Un solo grafito está relacionado con esta categoría. Sin embrago, resulta de una extraordinaria importancia
al apartarse de las habituales representaciones del Sol y la Luna que se ven, por ejemplo, en los muros del Pa-
lacio Episcopal de Tarazona (García, 2012), para ofrecer lo que, con toda probabilidad, sea la representación
de un meteorito, cuerpo celeste no documentado hasta el momento en los estudios sobre grafitos históricos
realizados en España.

5. Aviones
Configura este bloque temático un pequeño grupo de cuatro aviones Polikarpov I 16, designados en su día con
el término “Mosca”. Sus dibujos a lápiz nos hablan, posiblemente, de su contemplación desde la misma torre,
alineados en la pista del aeródromo de Los Alcázares donde estos aviones tuvieron su base durante la Guerra
Civil o volando en formación de línea.

6. Barcos
Es el bloque temático que reviste mayor interés, tanto por la tipología de las embarcaciones, como por la in-
formación histórica que puede aportar para el conocimiento de la presión berberisca en este sector de la costa
murciana. Se han identificado más de una veintena de embarcaciones que representan algo más del 15 % del
total de grafitos, entre los que podemos distinguir galeones, faluchos, esquifes y barcas auxiliares, bergantines
y galeotas, entre otros tipos de difícil identificación hasta que no se lleve a cabo su estudio. Es un conjunto,
en número y variedad de embarcaciones, comparable con otros estudiados también en la Región de Murcia,
como el documentado en una casa-cueva del paraje de Los Curas, Lorca (Velasco, 2013); en localidades ali-
cantinas como Denia (Gisbert, 1999) o la Barbera (Bonmatí et al., 2013); en la Lonja de Palma (González,
1988) y en otras localidades de las Islas Baleares; o en lugares tan alejados del mar como la ermita de San Zoilo
de Cáseda (Navarra) (Larraz y Fondevila, 2015), por mencionar solo algunos ejemplos.

En cuanto a su representación, algunos aparecen con las velas desplegadas, otros las presentan recogidas a las
vergas y antenas que en ocasiones aparecen bajadas. También es destacable el hecho de presentar gallardetes,
banderas y flámulas, cuyo análisis será de gran ayuda a la hora de determinar el origen de las embarcaciones
que las portan.

7. Elementos de contabilidad
Son numerosas las series de líneas verticales paralelas que reflejan algún tipo de cómputo, muy posiblemente
anteriores todas ellas al siglo xx, momento en el que semejante forma de contabilidad es sustituida por ope-
raciones matemáticas realizadas con números arábigos. Pese a ser un elemento muy abundante en cualquier
edificio con grafitos históricos, los documentados en Rame llaman la atención por su variedad, así como por
el patrón numérico que siguen muchos de ellos, agrupando cantidades de 10 en 10.

8. Epigráficos, onomásticos y cronológicos


Se agrupan bajo este epígrafe el conjunto (alrededor del 25 % del total de los grafitos) de nombres, fechas,
relaciones de productos, inscripciones, palabras y trazos sueltos semejantes a letras, cuya identificación re-
sulta difícil. Cabe destacar el grupo de inscripciones, cuyo análisis puede arrojar datos valiosos acerca de la
ocupación de la torre y de su situación jurídico-administrativa a lo largo del tiempo. Como ejemplos, se puede
mencionar una inscripción en árabe, en la que según opinión de expertos es claramente legible el término
“alá” y alguna otra palabra, posiblemente un nombre propio, y varias inscripciones cuya relación con el ám-
bito administrativo parece estar justificada, a priori, con la presencia del término “demanio”.

9. Geométricos
La estrella de cinco puntas, pentalfa, o pentagrama, es el grafito geométrico más importante de los documen-
tados en la Torre de Rame. Forma el grupo casi monotemático de los motivos distribuidos por los muros de

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LOS GRAFITOS HISTÓRICOS DE LA TORRE DE RAME (LOS ALCÁZARES, MURCIA)

la escalera, a los que habría que añadir un grupo de tres situado en el panel B de la primera planta. Las otras
formas geométricas documentadas son dos estrellas de ocho puntas formadas por la combinación de triáng-
ulos equiláteros, y una línea quebrada pintada, con pigmento rojo, desarrollada a modo de cenefa a lo largo de
algo más de un metro y medio en el panel C de la planta baja.

10. Religiosos
Varios grafitos cruciformes distribuidos en los muros B y D de la segunda planta configuran el grupo más
destacado de este bloque. Se trata de dos cruces latinas, una de ellas sobre peana triangular de vértice muy
agudo, un tipo de cruz que si bien es muy frecuente como grafito representado en todo tipo de contextos, no
suele ser el habitual en edificaciones del territorio regional, tanto urbanas como rurales (Rabal, 2016; Rabal y
Castejón, 2019), en el que predomina la representación de la cruz patriarcal o de Caravaca.

A dichos motivos habría que añadir la representación de un corazón, representado lateralmente, en clara alu-
sión a la devoción relacionada con el Sagrado Corazón de Jesús.

11. Vegetales
La mayoría de los grafitos adscritos como motivos vegetales están realizados con pigmento rojo, se encuentran
en la primera planta (panel B), y presentan una traza muy esquemática al tratarse de líneas que parten de un
eje central, distribuyéndose a ambos lados formando una especie de espiga. El extremo opuesto lo constituye
un tallo lleno de hojas y flores, de estilo naturalista, situado en el panel E de la misma planta. Probablemente
sea una especie tropical sudaméricana epífita, tal vez del género Epiphyllum, realizado a carboncillo y fechado
en el siglo xviii.

5. CONCLUSIONES
Los grafitos presentados en esta comunicación contribuyen a acrecentar el valor histórico y cultural de la To-
rre de Rame. La exposición somera de la intervención llevada a cabo en ella, se ha limitado a presentar cuáles
han sido las labores realizadas y qué resultados han arrojado las mismas. Se abre ahora el proceso de estudio
de los motivos, de llevar a cabo su contextualización y establecer la posible relación que tuvieron con el acon-
tecer histórico de la comarca del Campo de Cartagena-Mar Menor entre los siglos xvii y xx.

6. BIBLIOGRAFÍA
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LA VELA LATINA EN CARTAGENA
Y EL MAR MENOR: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

De Santiago Restoy, Caridad


Técnico de Gestión. Dirección General de Bienes Culturales de la CARM
Moreno Oropesa, Víctor de los Santos
Ingeniero Naval y Oceánico. Asociación Marítima Estrella Polar

Resumen
En la actualidad el puerto de Cartagena y el Mar Menor albergan en sus aguas a más de medio centenar de
embarcaciones consideradas de interés patrimonial, tradicionales y clásicas, que siguen en activo gracias a la
práctica de la navegación a vela latina, usando el remo como elemento auxiliar. Estas embarcaciones están
consideradas el soporte material de esta práctica marinera que ha sido recientemente declarada Bien de Inte-
rés Cultural de carácter Inmaterial en enero de 2018, después de un amplio estudio realizado por la Dirección
General de Bienes Culturales en los años previos. En el momento presente nos enfrentamos al reto de conser-
var este patrimonio vivo que resulta socialmente desconocido.

Palabras claves: Vela latina, regata, navegación tradicional, vela clásica, patrimonio marítimo, herencia, Car-
tagena, Mar Menor, patrimonio inmaterial.

Abstract
Currently in the Harbour of Cartagena and Mar Menor coastal on exist more than fifty traditional and classic
small craft sailing with the consideration of cultural patrimony, they are still active because of lateen sailing
practice, using the row as auxiliary propulsion. These small craft are considered material support of this sailing
practice which has been recently declared in January 2018 Asset of Immaterial Cultural Interest after a large in-
vestigation done by the Dirección General de Bienes Culturales in the previous years. At the present moment we
challenge the conservation of this a live patrimony which due its marine nature is socially unknown.

Keywords: Latin sailing, regatta, traditional navigation, classic sailing, maritime patrimony, heritage, Cartagena,
Mar Menor, inmaterial heritage.

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Es históricamente conocido que Cartagena ha sido una ciudad vinculada a la navegación marítima y a la cons-
trucción naval, habiendo constancia del uso de la vela latina desde la llegada del Imperio Romano. Sin embar-
go, el apogeo de esta técnica de navegación en el espacio Mediterráneo viene de la mano de los bizantinos, el
dominio de la vela latina por parte de esta cultura viene secundado por una amplia gama de representaciones
gráficas en todo tipo de enseres y mosaicos, incluidas monedas de metal de la época, es así como se nos mues-
tra hasta nuestros días este milenario aparejo de navegación (Fig. 1).

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Caridad de Santiago Restoy y Víctor de los Santos Moreno Oropesa

2. LA CLASIFICACIÓN COMO DEL BIEN DE INTERÉS CULTURAL EN LA REGIÓN DE MURCIA


En febrero de 2018 se publica en el Boletín Oficial de la Región de Murcia la clasificación como bien integrante
del patrimonio cultural de la Región de Murcia, con categoría de Bien de Interés Cultural de carácter Inma-
terial constando los informes favorables de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Naval y Oceánica de la
Universidad Politécnica de Cartagena y de la Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca.
Siendo la tercera comunidad de España en conseguirlo, junto a la Vela Latina de la Albufera Valenciana, y la
Vela Latina Canaria. En la publicación del Boletín Oficial se reconoce la práctica de la Vela Latina y los oficios
y saberes relacionados con su práctica como un bien integrante del patrimonio cultural de la Región, recoge
entre sus párrafos la descripción de la práctica de la navegación a vela latina que se viene haciendo desde el
mediterráneo antiguo, hasta la etapa actual, donde hemos contemplado el paso de ser un bien de uso cotidia-
no para la navegación de defensa, cabotaje y la pesca, hasta acabar siendo una práctica de carácter cultural
y deportiva que es como se entiende en la actualidad. Si bien todo el Bien de Interés Cultural se centra en la
práctica de la vela latina, así como los oficios asociados, como carpinteros de ribera, calafates, talabarteros y
veleros principalmente, que son oficios que construyen y ponen a punto las embarcaciones de vela latina y
sus elementos de navegación, tales como casco, arboladura, jarcias de labor o maniobras y velas, no hay que
olvidar que estas embarcaciones y elementos son el soporte material de la práctica del BIC y que sin ellos no
sería posible su práctica (Fig. 2).

En este sentido los diseños de los laúdes actuales que se conservan navegando corresponden a un punto
concreto de la historia de Cartagena, un diseño de embarcación mediterránea propia de la zona sureste de la
península ibérica, con su distintivo caperol, raso a la mar, de construcción en madera típico de principios de
siglo xx, es por ello que estas embarcaciones ya, están empezando a celebrar, si no lo han hecho ya, su cente-
nario en las cuadernas, conservándose en activo el Carrión de 1910. En cambio, los botes de 21 palmos de vela
latina, corresponden a un diseño un poco más actual, más deportivo, están anclados en los conocimientos,
materiales y técnicas de construcción naval y navegación marítima a vela al alcance de los carpinteros de
ribera de Cartagena de principios de los años 40, tratándose de un casco más aligerado y con unos objetivos
claros de orzar al viento, que se denota en las formas de su profunda quilla corrida, diseños que empezaron a
construirse íntegramente con fines deportivos, conservándose el Cala de 1940. Hay que decir que en esta épo-
ca no solo existían los botes de 21 palmos, sino que había varías medidas: 19 palmos, 23 palmos, pero fue la
clase de 21 palmos la que se fue normalizando y ganando más unidades y seguidores, así como siendo la más
importante de las regatas que se realizaban en los años 40 y 50 en el campo de regatas del puerto de Cartagena.
Es por esto que al menos dos botes de 23 palmos de aquella época fueron cortados a 21 palmos para entrar
en la categoría reina, ambos botes se conservan en la actualidad como botes de 21 palmos: el Abuelo (1932) y
el Olimpo (1952). Pinto y los hermanos Montalbán fueron los carpinteros de ribera que marcaron tendencia
en la construcción de este tipo de botes, los denominados popularmente en Cartagena como los “21 palmos”.

Figura 2. Fotografía de Maestro Carpintero D. Diego Fernández


Mateo, carpintero de Águilas, uno de los últimos carpinteros de
Ribera de la Región de Murcia calafateando uno de los laúdes de
vela latina del Mar Menor en 2018. (Fotografía de D. Ángel Maciá
Veas. Asociación Fotográfica Photorouters Cartagena)

Figura 1. Representación de una liburna, nave ligera romana según


Rafael Monleón Torres. (Museo Naval de Madrid)

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LA VELA LATINA EN CARTAGENA Y EL MAR MENOR: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

3. LA DISPARIDAD DE LA FLOTA EN LA ACTUALIDAD


3.1. Los botes de 21 palmos
En la actualidad se distinguen dos flotas, una bien identificada de botes de 4,50 metros de eslora con un total
de 26 unidades que siguen un patrón de construcción típico de los años 40, que son los botes de Cartagena
conocidos popularmente como los “21 palmos”, botes que empiezan su construcción en Cartagena. La apari-
ción de la flota de botes de regatas de 21 palmos en Cartagena, podría deberse principalmente a dos motivos,
la bahía natural del puerto de Cartagena, ligada al saber hacer de los maestros constructores de ribera, tam-
bién la tradición marinera de hacer competiciones de velocidad entre las embarcaciones, algo que es normal
entre barcos de vela, aunque con fines comerciales, para conseguir unas mejores condiciones de venta del
género, normalmente pescado fresco, que llevaban a bordo. Además, la flota se centró principalmente en
manos de algunos carpinteros de la época como Pinto, los hermanos Montalbán o también Maspons, ya que
ellos tenían la posibilidad de construirse un bote en la posguerra, a precio de coste, realizando el trabajo en
sus tiempos libres, pero poco a poco se fueron creando agrupaciones o peñas boteras para poder acarrear
los costes de construcción y aparejado de este tipo de botes que amenizaban las tardes de sábados de los
Cartageneros.

En el período estival de los años 50 y 60 muchos vecinos de Cartagena veraneaban en Los Nietos, por lo
que cada verano los dueños de los botes y las peñas de los botes llevaban estas embarcaciones, primero en
carretas tiradas por burros hasta el Mar Menor, desde Cartagena, y pasaban el verano los botes en Los Nietos
realizando navegaciones y regatas todo el verano. También en la zona del Vivero la familia Celdrán tenía un
total de 4 botes de vela latina de 21 palmos, que pasaban practicando la vela latina como forma de navegación
recreativa y de competición todo el verano. En la actualidad, la regata del Vivero es hospedada por la familia
Macián Lasén (Fig. 3).

Figura 3. Palangre de salida de la regata de botes de 21 palmos del Vivero, típica del final de verano a principios de septiembre en la zona
sur del Mar Menor organizada tradicionalmente por el Club Náutico Santa Lucía. (Fotografía de D. Ramón Olmos Castelo. Asociación
Fotográfica Photorouters Cartagena)

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3.2. Los laúdes de 33 y 42 palmos


La segunda parte de la flota es de mayor porte y antigüedad, y se conserva casi en su totalidad en el interior
del Mar Menor; sin duda ha sido en gran parte debido a la afición creada por los botes pequeños lo que
ha propiciado que esta clase de vela latina se haya conservado. Entre las embarcaciones más antiguas de la
flota que representa el soporte material del BIC Inmaterial de la práctica de la vela latina y sus oficios rela-
cionados está un bote de La Ribera de la familia Barnuevo, que data 1886 y es el único de su tipología, que
originariamente era de remos y fue adaptado a la vela latina. Seguidamente a esta excepción se conserva la
saga de los centenarios, que son todos los laúdes de labores de pesca que se construían localmente, y que
se pueden clasificar en dos tipos: aquellos por debajo de 7 metros, en palmos 33, que normalmente eran
barcos que pescaban en el Mar Menor, y los que estaban por encima de esta medida, generalizándose nor-
malmente entre los 40 y 44 palmos (8,20 y 8,82 m). Entre ellos destacan, en la clase de 42 palmos, el Carrión
de 1910, el Bartolomé de 1912 y el San Antón de 1916, San Antonio de 1924 y así hasta llegar al Carmen de
1949, el Illeta y el Francisco Moreno, de los que se desconoce su año de construcción, y cierran esta clase
la reconstrucción de la Flor de Mayo y el Sur, en el año 1998 y 1999, que fueron una reconstrucción de un
laúd incendiado, y la construcción de uno nuevo siguiendo el diseño, técnicas y materiales de principios
de siglo xx.

En la clase de 33 palmos se conservan laúdes de 1918 como es el caso de la Virgen del Carmen, el San Fran-
cisco de 1920, la Ana María de 1923, el Joven Pablo de 1927, la Virgen de los Remedios de 1938, el San Rafael
de 1949, y la Joven Josefa de 1965, conservándose además otros tantos laúdes que se desconoce su fecha de
construcción tales como el Santa Eulalia, la Virgen de la Asunción, el San José y el Jojimar. Cabe decir que
esta clase de 33 palmos tiene algunos barcos que recientemente han sido dados de baja de la pesca artesanal
y que todavía se podría evitar su desguace para poder salvaguardar la práctica de la vela latina en el Mar
Menor (Fig. 4).

Figura 4. Navegación en popa con viento de lebeche de los laúdes de 42 palmos en el Mar Menor. (Fotografía de D. Ramón Olmos Castelo.
Asociación Fotográfica Photorouters Cartagena)

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LA VELA LATINA EN CARTAGENA Y EL MAR MENOR: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

4. LA UBICACIÓN DE LOS BOTES EN LA ACTUALIDAD


4.1. Los 21 palmos de Cartagena, Santa Lucía (Puerto de Cartagena) y Los Nietos (Mar Menor,
municipio de Cartagena)
Una parte de los botes, un total de 14 unidades: Cala, Flecha, Gavira, Gitano, Morrete, Olimpo, Perla Negra,
Pinto, Puerto Callao, Serviola, Sigamé, Taka-Tak, Temporal y Tramontana, todos de vela latina de 21 palmos,
se guardan en el almacén del Club Náutico Santa Lucía, quien es además propietario de uno de los botes, el
Cala de 1940. El almacén del club fue construido por los socios antiguos en un solar cedido por la Autoridad
Portuaria de Cartagena. El espacio de este almacén es reducido y no todos los botes caben en su interior, es
por ello que como norma general se adoptó en 2016 que todos los botes que no participaran en las regatas y
eventos del Club Náutico Santa Lucía fueran sacados del almacén, lo que hizo que una parte de los botes que
llevaban tiempo sin tripulación o averiados por falta de mantenimiento se colocasen a la intemperie y otros
tuvieran que guardarse donde los dueños buenamente pudieron, dispersándose así algunas unidades de la
flota.

La actividad de vela latina de botes de 21 palmos decayó bastante en el Club Náutico Los Nietos a partir del
verano de 2007. Los cambios de la junta directiva del club en su momento no valoraron las regatas históri-
cas como algo de importancia, posiblemente debido a que la mayoría de los socios de número no practica-
sen la vela latina, siendo dentro de la masa social del club una modalidad de vela minoritaria. Este club es
propietario de uno de los botes, el Pitín III del año 1953, y es cierto que la actual directiva es consciente de
la importancia de la historia y de la salvaguarda de la práctica de la vela latina en el club, poniendo muchas
facilidades para su práctica, aunque los botes de 21 palmos no se suelen almacenar en el club debido a la
falta de espacio. Son el Pitín, el Biomur y la Patacha los barcos que se encuentran normalmente en Los Nie-
tos, y si mejorara el almacenaje de los botes en las instalaciones, seguramente este número aumentaría. El
resto de botes no mencionados, 27 de Agosto, El Abuelo, Arriba España, José Moreno, La Isla, Malasombra,
Miguel Ángel, Ondina y Poseidón se guardan en sitios privados. En la actualidad el Arsenal de Cartagena
celebra el día de la Hispanidad en Cartagena con una regata de vela latina de 21 palmos y un concierto de
Habaneras (Fig. 5).

Figura 5. Regata de las Fuerzas Armadas del 12 de octubre en la dársena de botes del Puerto de Cartagena en su edición 2018. (Fotografía
de D. Ramón Olmos Castelo. Asociación Fotográfica Photorouters Cartagena)

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Caridad de Santiago Restoy y Víctor de los Santos Moreno Oropesa

4.2. Los laúdes de 33 y 42 palmos del Mar Menor (puertos deportivos y refugios pesqueros del
Mar Menor)
La base más importante en la actualidad por capacidad del dar abrigo, y por su histórica relación con la vela
latina en el Mar Menor es el Club Náutico Los Nietos. A partir del año 2010 las regatas de laúdes de vela latina
del Mar Menor resurgen con más fuerza y entusiasmo, creándose el Circuito de Regatas de Laúdes de Vela
Latina del Mar Menor, aunque si bien es cierto que la flota que se conserva viene de una etapa anterior, de los
años 90, por el espíritu olímpico, la afición de los botes de vela latina de 21 palmos, la renovación de la flota
pesquera artesanal, y quizás la necesidad imperiosa que genera el Mar Menor de navegar a vela en su interior,
hizo que algunos pioneros y visionarios como Miguel Ángel Celdrán, José María García Carreño, José Ginés
Gómez Navarro, Antonio Lorente López, Ángel Olmos y Eduardo Gallego fueran recuperando embarcacio-
nes al amparo de una directiva europea que permitía la alternativa al desguace para fines culturales, y poder
tener así la gran oportunidad de conservar la flota actual.

Estos barcos centenarios se han ido concentrando cada vez en el interior del Mar Menor, siendo este un
campo de navegación natural más acorde con el tipo de navegación de estos barcos que se conservan a la
antigua usanza, y que en su mayoría carecen de motor con alguna salvedad, siendo propulsados a vela latina
y a remo de manera auxiliar para realizar las maniobras de entrada y salida de puerto. La conservación de
los laúdes de vela latina tradicionales del Mar Menor tiene mayores problemas en el sentido de amarre y
refugio, ya que, aunque la vela latina tiene la categoría de Bien de Interés Cultural, no existen medidas de
salvaguardas, ni medidas de protección reales y efectivas, que no sean las que, a nivel personal y por sim-
patía, bien por esta práctica de navegación o bien por las personas que de alguna u otra manera están al
frente de algún laúd de ese tipo propicien. Entre estas ayudas de tipo no oficiales, se encuentra la cesión de
algún punto de amarre gratuito por parte de los clubes náuticos de la Región, los cuales no reciben ningún
tipo de contraprestación o descuento en el canon de ocupación que estos realizan al organismo de Puerto o
Costas, por lo que al final es ocupación del espacio que el club deja de percibir, lo que hace que los socios del
club que no sean condescendientes o aficionados de la vela latina del Mar Menor, presenten normalmente
quejas, protestas o trato desfavorable, porque los barcos de ellos tienen que pagar y los de vela latina no.
En este grupo se encuentran los laúdes más afortunados en cuanto a tener sitios donde poder estar, como
por ejemplo la Joven Josefa y el Santa Eulalia que son acogidos sin ningún tipo de coste en el fondeadero
ecológico del Club Náutico La Puntica. O los laúdes La Flor de Mayo, La Virgen de Los Remedios y el San
Rafael en el Club Náutico Los Nietos. También el Carrión se encuentra en esta situación favorable en el Club
Náutico La Isleta.

A nuestro entender, la situación óptima de estas embarcaciones serían la de recibir un trato favorable, debido
a razones obvias de valor cultural, en el cual a los clubes que se prestaran a acoger alguna de estas embarca-
ciones pudiesen desgravar el coste anual del amarre del canon de ocupación portuaria que pagan anualmente
a la CARM. También existe otro grupo de laúdes que sí que disponen de amarre, pero son los dueños los que
se ocupan de los gastos de amarre, no reciben ningún tipo de ayuda por mantener el barco, y lo hacen porque
para ellos conservar el barco supone una responsabilidad que va desde salvaguardar una herencia familiar
hasta tener una sensibilidad por la conservación y la transmisión del patrimonio marítimo inmaterial que
conservar y navegar en este tipo de embarcaciones supone. En este punto se encuentra el San José en el Club
Náutico Lo Pagán, la embarcación La Conchita amarrada en el Real Club Náutico Santiago de La Ribera. Por
último, existen algunos barcos de vela latina que están sin amarre y sin mecenas, están amarrados sin vigi-
lancia, a la intemperie o amarrados a algún muerto antiguo del Mar Menor, normalmente en algún abrigo
natural cerca de algún embarcadero o refugio de pescadores como es el caso de la Virgen de la Asunción y el
San Miguel en Los Alcázares, o el Madrid y el Jojimar en Lo Pagán.

5. CONCLUSIONES. EL CONJUNTO ETNOGRÁFICO MARÍTIMO DEL MAR MENOR


Los enclaves etnográficos marítimo y pesqueros deberían estar bajo proyecto de salvaguarda y conservarse
en el Mar Menor, para mantener el conjunto que dé lugar al concepto del espacio etnográfico marítimo,
que iría desde la conservación de las embarcaciones tradicionales del Mar Menor a los embarcaderos o
balnearios tradicionales, todos ellos puntos estratégicos de comprensión del espacio marinero y marino del
Mar Menor, enfocado desde un punto de vista cultural y turístico. También debería vincularse un informe
desde la Dirección de Bienes Culturales de la Región informando a las juntas directivas que albergan en sus
instalaciones una embarcación soporte del BIC de la práctica de la vela latina, y que esa vinculación surtiera
efecto a modo de una reducción del canon de ocupación, compartiendo así la carga económica que tener

436 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA VELA LATINA EN CARTAGENA Y EL MAR MENOR: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

un barco a los dueños y al club que lo hospeda. Pero también importante habilitar algunos de los bienes
materiales vinculados a la vela latina del Mar Menor tales como los embarcaderos antiguos, para poder
hacer uso sostenible y cultural de ellos y que se pueda salvaguardar la práctica cultural de la vela latina en
el Mar Menor.

La Consejería de Cultura puso en conocimiento de este decreto de declaración BIC a la Dirección General
de Transportes, Puertos y Costas para que tomen las medidas necesarias para la salvaguarda de los barcos
históricos en la Ley de Puertos. Igualmente, se trasladó a la Federación de Vela de la Región de Murcia, para
que en sus estatutos enfatice el hecho de que este patrimonio además de interés deportivo posee un gran valor
cultural.

El valor patrimonial de estas embarcaciones, implica que se deba pulir un sistema de gestión sobre ellos. Fo-
mento, Cultura, Deporte, sobre todo a nivel administrativo, y a nivel de asesoramiento en cuanto a la restaura-
ción y mantenimiento de las embarcaciones, y catalogar los carpinteros de ribera que quedan, ya que es difícil
conservar los barcos en cuanto a su proyecto original. En la actualidad se baraja la posibilidad de la creación
de una Federación Cultural de Patrimonio Marítimo.

Entre los oficios artesanos que deben ser fomentados están los de calafates y carpinteros de ribera y los que
cosen las velas de esta tipología. Este reto, se puede realizar mediante los certificados de profesionalidad que
el Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales tiene regulados como carpinteros de ribera, calafates y otros en la
familia profesional de transportes y mantenimiento de vehículos mediante Decreto 626/2013, de 2 de agosto
(BOE n. 224 de 18 de septiembre de 2013).

El Club Náutico de Los Nietos ha publicado dos folletos de gran interés para la salvaguarda de este tipo de
embarcación como son: Iniciación a la Vela Latina y Terminología marinera aplicada a la embarcación, 1995
reedición 2012, de esta forma se fomenta la salvaguardia del vocabulario y la técnica. Pero más allá de todo
esto, es imprescindible dinamizar la flota a través del “Circuito de Regatas de Vela Latina de 33 y 42 Palmos del
Mar Menor”, y otro tipo de veleros, para que se siga practicando el deporte de la vela latina en el Mar Menor,
el más seguro y mejor campo de regatas. Posteriormente, a través de la asamblea de armadores y el reglamento
técnico de la clase, conciliar en cuanto a cómo se deben conservar los barcos y la manera de navegar, evitando
la utilización de materiales y herrajes modernos. Con el incentivo de participar en las regatas, se consigue
que los barcos varen y hagan mantenimiento en las fechas que se han realizado tradicionalmente, siendo las
idóneas durante el invierno, para que a partir de la primavera se puedan realizar encuentros culturales, regatas
y campeonatos.

Sería interesante identificar y recuperar los antiguos varaderos de las embarcaciones de vela latina en el Mar
Menor, como los del Vivero, los Urrutias, Los Alcázares (Pescadería) y Los Alcázares (Iglesia), La Ribera (Casa
Meseguer), La Ribera (Casa Barnuevo), la Esparteña (Isla Perdiguera) antiguo embarcadero de aviación en
la isla Perdiguera, y los muelles de Lo Pagán, Dos Mares y de la Punta de la Embestida, entre la Cala del Pino
y los Optimist (límite del término municipal entre Cartagena y San Javier en la Manga). Todas ellas, zonas
importantes para el uso y el disfrute de la vela latina del Mar Menor desde tiempos inmemoriales (Fig. 6),
además el Club Náutico del Estacio, el cual siempre organizó una gran regata de vela latina que es la vuelta a
las tres islas del Mar Menor.

Dentro de las medidas de salvaguarda, es importante apoyar a las asociaciones interesadas en este tipo de
embarcaciones como la Escuela de Vela Latina y la Escuela de Recuperación de barcos antiguos situada en el
Chalet Barnuevo de Santiago de la Ribera, la Asociación Club de Amigos de la Vela Latina, la Asociación Vela
Latina del Mar Menor con sede en la Isla del Barón, y la Asociación Marítima Estrella Polar, son asociaciones
que han trabajado para la recuperación de este singular bien. En la Revista Hispania Nostra, n. 6 de 2012, Gon-
zalo Quijano Navarro publicó un interesante artículo sobre la recuperación de la Vela Latina en el Mar Menor.

Es importante promover estudios y publicaciones relacionados con la vela latina, oficios y saberes, relaciona-
dos con su práctica y de esta forma reemprender la recuperación de este patrimonio inmaterial tan caracte-
rístico de la costa del Campo de Cartagena, como los desarrollados por el grupo de trabajo de GALPEMUR
apoyando la publicación en 2019 del libro titulado de Francisco Javier Olmos titulado, Las Embarcaciones
Tradicionales en la Laguna del Mar Menor, cuyo objetivo era apoyar a entidades que pongan en valor el patri-
monio cultural marítimo pesquero. El libro recopila los nombres de útiles de aperos marineros, artes de pesca

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 437


Caridad de Santiago Restoy y Víctor de los Santos Moreno Oropesa

y componentes de las embarcaciones de pesca tradicionales empleadas en la laguna del Mar Menor con el fin
de estudiar, conservar y divulgar el patrimonio etnográfico relacionado con la pesca y las embarcaciones en
el Mar Menor.

Figura 6. Un grupo de personas sobre un embarcadero del Mar Menor y laúd de vela latina típico del Mar Menor, con patrón junto a la
caña y marinero haciendo labores de amarre de la embarcación. (Archivo General de la Región de Murcia)

6. BIBLIOGRAFÍA
DIRECCIÓN GENERAL DE BIENES CULTURALES. (2018). Decreto n. 7/2018, de 31 de enero, del Consejo de Gobierno de
la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, por el que se declara bien de interés cultural inmaterial la Vela Latina y los
oficios y saberes relacionados con su práctica. Murcia. Boletín Oficial de la Región de Murcia, n. 32 de 8 de febrero de 2018.
GIL PAGÁN, E.; MORENO OROPESA, V. (2018). Velas Blancas: Una mirada al patrimonio marítimo pesquero de vela
latina de la Región de Murcia. Cartagena. Asociación Marítima Estrella Polar-GALPEMUR.
MAS GARCÍA, J. (1990). La vela latina: un símbolo de la cultura mediterránea. Cartagena. Ediciones Mediterráneo.
MAS HERNÁNDEZ, J. (2016). Las actividades tradicionales en los puertos mediterráneos del siglo xxi. En <https://www.
um.es/arqueologia/wp-content/uploads/2016/01/03-Julio-Mas-Hernandez-Las-actividades-tradicionales-de-los-puer-
tos-mediterráneos-del-siglo-XXI.pdf>.
OLLER DAZA, F.; GARCÍA-DELGADO SANCHO, V. (1996). Nuestra Vela Latina. Barcelona. Editorial Juventud.
OLMOS GARCÍA, F. (2017). Las embarcaciones tradicionales en la laguna del Mar Menor. Club Deportivo de Vela Latina
Los Alcázares-GALPEMUR.

438 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL SOLVENTE (BLANCA, RICOTE Y OJÓS):
PATRIMONIO DE UN PARAJE EN EL PAISAJE
CULTURAL DEL VALLE DE RICOTE

López Moreno, Jesús Joaquín


Asociación Cultural “La Carrahila”
Gómez Manuel, José María
Asociación Cultural “La Carrahila”

Resumen
El artículo presenta el patrimonio material e inmaterial que alberga El Solvente, paraje dado en el Valle de
Ricote, en los términos municipales de Blanca, Ricote y Ojós. Bañado por el río Segura, su suelo no solo es
el centro geográfico de la comarca, sino que también constituye el lugar donde se administró su territorio
durante la Edad Media. Así lo testimonia el castillo de Ricote (hisn Riqūt), erigido en el Estrecho del Solvente,
y el Pino de la Rambla del Solvente, árbol de junta bajomedieval de los pueblos de la Encomienda de Ricote.
Por primera vez se exponen los bienes de este paraje, relacionados con hechos históricos, fenómenos naturales
del pasado y obras de carácter histórico e hidráulico. La difusión del rico patrimonio de El Solvente y de otros
puntos del paisaje cultural del Valle de Ricote se está ejecutando desde el proyecto Legado vivo (asociaciones
“La Carrahila” y Caramucel).

Palabras clave: Valle de Ricote, paisaje cultural, Sitio Histórico, difusión del patrimonio.

Abstract
The paper presents the tangible and intangible heritage that El Solvente houses, a place given in the Ricote Valley,
in the municipalities of Blanca, Ricote and Ojós. Bathed by the Segura River, its soil is not only the geographical
center of the region, but also constitutes the place where its territory was administered during the Middle Ages.
This is borne out by the Ricote Castle (hisn Riqūt), erected in the Estrecho del Solvente, and the Pino de la
Rambla del Solvente, a late medieval gasket tree of the villages of the Encomienda de Ricote. For the first time
the assets of this place are exposed, related to historical events, natural phenomena of the past and works of a his-
torical and hydraulic nature. The dissemination of the rich heritage of El Solvente and other points of the cultural
landscape of the Ricote Valley is being carried out from the project Legado vivo (associations “La Carrahila” and
Caramucel).

Keywords: Ricote Valley, cultural landscape, Historic Site, heritage dissemination.

1. INTRODUCCIÓN
Los diversos parajes del Valle de Ricote conforman un paisaje cultural articulado por el río Segura, cuyo
sinuoso recorrido por esta comarca de la Región de Murcia es de 22 kilómetros. Se extiende entre Bolvax
(Cieza) y el Cabezo del Tío Pío (Archena), aunando los términos municipales de Cieza, Abarán, Blanca, Ri-
cote, Ojós, Ulea, Villanueva del Río Segura y Archena. En un clima mediterráneo subtropical semiárido, su
paisaje se puede explicar como el resultado del aprovechamiento de sistemas hidráulicos por el poblamiento
asociado durante el último milenio. Está basado en el continuo contraste que confeccionan el encajonado y
serpenteante río, las verdes, estrechas y abancaladas huertas y los abruptos y áridos montes; todo ello abrazado
por las solanas y las umbrías de sus sierras.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 439


Jesús Joaquín López Moreno y José María Gómez Manuel

La belleza del Valle de Ricote (“No hay pluma que pueda describir la hermosura de estos sitios encanta-
dores”)1 y la relevancia de sus elementos culturales y naturales permiten que tengan un reconocimiento
nacional al estar incluido en el Plan Nacional de Paisaje Cultural del Ministerio de Cultura. Entre las actua-
ciones de este plan se encuentra el Estudio del paisaje cultural del Valle de Ricote (Murcia),2 elaborado por
Raúl Díaz Ortín en el año 2007. Su finalidad fue confeccionar un documento que determinase los valores
culturales y naturales de la comarca. También para que sirviera como base para la planificación de futuras
actuaciones desde una perspectiva de preservación de su paisaje cultural, permitiendo un desarrollo eco-
nómico sostenible, sin perjuicio para su rico patrimonio. Su redacción estuvo motivada por la solicitud
cursada por la extinta Plataforma para la defensa del Valle de Ricote, con el objetivo de incluir esta comarca
en dicho plan nacional. La plataforma recogió la propuesta lanzada por Caridad de Santiago Restoy (2005:
628), como miembro de ICOMOS España, en el III Congreso Turístico Cultural del Valle de Ricote (Ojós,
25 y 26 de noviembre de 2005). Esta iniciativa fue avalada por la Comunidad Autónoma de la Región de
Murcia y aprobada por el Ministerio de Cultura, que, a través del Instituto del Patrimonio Histórico Espa-
ñol (hoy Instituto del Patrimonio Cultural de España), asumió la realización del estudio del paisaje cultural
del Valle de Ricote y su inclusión en el Plan Nacional de Paisaje Cultural (Cruz Pérez y Díaz Ortín, 2007:
57). Recientemente, el Valle de Ricote ha sido recogido en el catálogo 100 Paisajes culturales en España, en
el bloque temático de paisajes urbanos, históricos y defensivos, según las agrupaciones de las categorías de
paisajes identificadas en el plan nacional (Cruz Pérez, 2015: 328-331).3 De los treinta paisajes culturales de
este gran bloque, Linarejos Cruz Pérez considera el Valle de Ricote como uno de los cinco paisajes del agua
(Cruz Pérez, 2017: 31-34).

Pese a la aprobación de la Ley 4/2007, de 16 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de


la Región de Murcia, todavía no se ha redactado el Plan Especial del Paisaje del Valle de Ricote. En este sentido,
esta ley recoge la categoría de Paisaje Cultural dentro de los Planes de Ordenación del Patrimonio Cultural,
aunque no contempla que pueda ser declarado Bien de Interés Cultural. Es por ello que, para proteger un
paisaje cultural, al menos de manera sectorial, se tenga que recurrir a las categorías de Lugar de Interés Etno-
gráfico o Sitio Histórico (De Santiago Restoy y Díaz Ortín, 2009). Estas figuras de clasificación de los bienes
inmuebles de interés cultural se han comenzado a aplicar en el Valle de Ricote desde el año 2016. Los decretos
116/2018 y 159/2018 del Consejo de Gobierno de la CARM declararon Bien de Interés Cultural, con categoría
de Lugar de Interés Etnográfico, a Las Norias de Abarán (Abarán-Cieza) (BORM, 130, 07-VI-2018, 14775-
14784) y a la Acequia de la Andelma (Cieza) (BORM, 158, 11-VII-2018, 18445-18452). El 18 de noviembre de
2017, la Dirección General de Bienes Culturales publicaba la resolución por la que se incoaba procedimiento
de declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico, a favor del Estrecho del Solvente
(Ojós) (BORM, 267, 18-XI-2017, 31842-31852). La longitud de su delimitación incluye casi un kilómetro de
cauce fluvial entre el Azud de Ojós, que queda excluido, y hasta aguas abajo de la Fábrica de la Luz del Solvente
y la Noria de la Ribera. Su amplitud está acotada al cauce fluvial en la zona septentrional. A partir del Azud del
Solvente, la línea imaginaria sigue el trazado de la Acequia de Ulea en la margen izquierda y por todo el espacio
agrícola de la derecha. Es en esta margen por donde transcurre la Acequia de Ojós y Villanueva del Río Segura y
se encuentran los restos de la Noria del Solvente. Como partes integradas, también quedan incluidos los muros
de piedra seca (hormas).

Para la preservación del paisaje cultural del Valle de Ricote existen normativas medioambientales, culturales,
urbanísticas y paisajísticas susceptibles de aplicar. Pese a que este territorio posee diversas figuras de protec-
ción, se echa en falta una planificación que contemple el Valle de Ricote de forma integral, con el fin de pre-
servar su identidad cultural y natural y establecer una política de protección de sus elementos significativos.
Para la ordenación adecuada de este espacio es necesario un trabajo conjunto de las diversas administraciones
(local, regional y estatal), que venga a promover un desarrollo económico sostenible (Cruz Pérez y Díaz Ortín,
2007: 66-68) y que palie, en lo posible, el proceso de despoblación que está acechando a su identidad cultural.
Debido a la notabilidad de los elementos culturales y naturales del Valle de Ricote, quizás tenga aquí cabida la
figura de paisaje de interés cultural, que ya se está aplicando en Andalucía, aunque, por el momento, sin ser

1  DE MIÑANO, S. (1827). Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal. Tomo VII. Madrid; pp. 308.
2  En <http://www.culturaydeporte.gob.es/planes-nacionales/planes-nacionales/paisaje-cultural/actuaciones/paisaje-valle-ricote-murcia.html>.
3  En <http://www.100paisajes.es>. El Plan Nacional de Paisaje Cultural fue aprobado en la sesión del Consejo de Patrimonio Histórico celebrada en la Resi-
dencia de Estudiantes de Madrid el 4 de octubre de 2012. Define paisaje cultural como “el resultado de la interacción en el tiempo de las personas y el medio
natural, cuya expresión es un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales, producto de un proceso y soporte de la identidad de una comuni-
dad” (<http://www.culturaydeporte.gob.es/planes-nacionales/planes-nacionales/paisaje-cultural.html>).

440 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL SOLVENTE (BLANCA, RICOTE Y OJÓS): PATRIMONIO DE UN PARAJE EN EL PAISAJE CULTURAL DEL VALLE DE RICOTE

una figura jurídica de protección de bienes culturales (Rodrigo Cámara y otros, 2012). Un registro de paisajes
de interés cultural de la Región de Murcia permitiría recoger sus paisajes culturales más significativos en un
único documento. Entre otros objetivos, serviría como base para futuras planificaciones o intervenciones,
públicas o privadas, en un determinado paisaje. Este registro estaría en sintonía con el Convenio Europeo del
Paisaje, en vigor en España desde el 1 de marzo de 2008. Mientras tanto, las administraciones tendrían que
evitar actuaciones agresivas e irreversibles para el paisaje valricotí, que, en las últimas décadas, han dañado
para siempre algunos de sus parajes. Uno de los numerosos ejemplos es la trinchera que se hizo en el Estrecho
del Solvente (Ojós) para la carretera RM-520 (2003), ocasionando una gran terrera entre la vía y el cauce del
río Segura. Esta trinchera no solo rompió la armonía paisajística de unas de las vistas más esplendorosas del
Valle de Ricote, con El Chinte como protagonista, sino que, en la actualidad, supone un gran peligro por los
desprendimientos que se dan sobre la carretera en los episodios de lluvias intensas. Incluso, la desaparición de
parte de la barrera natural del Estrecho del Solvente ha provocado que el viento del norte esté más presente en
la Huerta de Ojós, con las consecuentes variaciones en su microclima.

2. PATRIMONIO MATERIAL E INMATERIAL DE EL SOLVENTE


El paraje de El Solvente está localizado en el centro geográfico del Valle de Ricote, en los términos munici-
pales de Blanca, Ricote y Ojós, extendiéndose por las dos márgenes del río Segura a lo largo de dos kilóme-
tros. Abarca el terreno comprendido entre los parajes de Buyla y Bayna, en la Huerta de Blanca, y La Era y
La Ribera, en la Huerta de Ojós (Fig. 1). Geográficamente, el patrimonio material e inmaterial de su suelo
supera la delimitación de Sitio Histórico propuesto en la anterior resolución, que únicamente se circunscri-
be al Estrecho del Solvente. El paraje no solo supone el centro del Valle de Ricote, sino que, durante siglos,
fue el lugar elegido para administrarlo. Paso obligado del tradicional camino fluvial del Segura, constituyó
un enclave controlado por civilizaciones pasadas, desde la Prehistoria hasta el Medievo. Las infraestruc-
turas hidráulicas registradas en este espacio permiten analizar la evolución del paisaje histórico durante el
último milenio. A las huellas humanas se le añade la obra de la naturaleza, con la presencia de fenómenos
hidrológicos ya desaparecidos.

2.1. Fenómenos naturales del pasado


El imponente Estrecho del Solvente, constituido por un cañón entre las sierras del Chinte (Ojós) y Salitre (Ri-
cote), ha sido labrado por el río, que, en dirección NW-SE, corta las sierras Subbéticas aprovechando la gran
fractura neógena-cuaternaria del Segura medio. Aquí se puede apreciar la erosión fluvial en los bancos de ca-
lizas arenosas, ejemplo de discordancias intramiocénicas (López Bermúdez, 1973: 164) y un notable sinclinal
que cruza el río y acaba en la sierra del Chinte. En la margen derecha, en las calizas del Alto de la Umbría, se
da la Ventanica de Ojós (Ricote), monumental ejemplo de exokarst. Bajo estas calizas, muy cerca de la ribera,
son visibles los yesos y arcillas triásicas del Keuper. Esta área se encuadra en el Lugar de Interés Geológico
(LIG) del Valle del Segura entre Villanueva del Río Segura y Ricote, que posee un interés didáctico en cuanto a
la tectónica de mantos de corrimiento y también geomorfológico.4 Además, gran parte de este suelo pertenece
al espacio Red Natura 2000 de las Sierras de Ricote y La Navela, que incluye una Zona de Protección para las
Aves (ZEPA) y un Lugar de Interés Comunitario (LIC).5

Por la margen derecha del Estrecho del Solvente, en suelo de Ojós, transcurre el camino fluvial, que, todavía a
finales del siglo xix, era de herradura. Desde la arcaica Cuesta del Solvente (desaparecida por la citada actua-
ción en la carretera RM-520) se observaba una de las vistas más hermosas de todo el Valle de Ricote, tal como se
recoge en el séptimo tomo del diccionario de Sebastián de Miñano (1827: 309), obra publicada en el año 1827.
Es en esta ladera donde, hasta la construcción del Azud de Ojós (1975), se daban grandes bloques pétreos que
llegaban hasta el cauce del río, que ocasionaban el fenómeno hidrológico de ocultación del agua a la vista de los
hombres (Fig. 2); hecho natural que motivaría el topónimo “El Solvente”.6

4  Directrices y Plan de Ordenación Territorial de Río Mula, Vega Alta y Oriental de la Región de Murcia. Tomo I: Análisis y Diagnóstico. Vol. 1. Consejería de
Obras Públicas y Ordenación del Territorio. Dirección General de Territorio y Vivienda. Murcia. 2013; pp. 24.
5  En <http://www.murcianatural.carm.es/web/guest/red-natura-2000>. La delimitación propuesta para el Sitio Histórico Estrecho del Solvente queda fuera
de la Red Natura 2000 (<https://geoportal.imida.es/oisma/>).
6  Las grafías antiguas “Sorvente” y “Sorbente” parecen indicar que el topónimo se debió al verbo “sorber”, del latín “sorbēre”, al que se le añadió el sufijo -nte
(López Moreno, 2014: 89).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 441


Jesús Joaquín López Moreno y José María Gómez Manuel

En tiempo de crecidas, este obstáculo y el propio estrecho evitaban que el agua pudiera transcurrir con norma-
lidad, provocando la inundación de los sotos ribereños de aguas arriba, en suelo de Blanca. La zona pantanosa
ocasionada fue registrada en el citado tomo del diccionario de Sebastián de Miñano (1827: 308):
“[…] el estrecho llamado del Sorbente, en el que está cortada por dicho rio una sierra que lo atraviesa, conociéndose
en la piedra los roces sucesivos, hechos en el espacio de los siglos, y los enormes pedruscos, por entre los cuales pasan
las aguas, ocultándose á la vista. En tiempo de avenidas ofrece una vista majestuosa, formando un grande estanque,
pequeña idea del que debió existir en los siglos remotos”.

Otra referencia a este hecho natural, esta vez en el periodo andalusí, la realizó el geógrafo Ahmad al-Rāzī
(887-955) en la descripción del río Segura en Ajbār Mulūk al-Andalus:
“Nahr Turmid […]. Es un río cuyo curso se encuentra encajonado entre las montañas, en un lugar llamado Ricote
(Riqūt), a 18 millas de Murcia; sin la presencia de esta zona montañosa, esta corriente de agua inundaría el territorio
de Murcia”.7

La zona pantanosa ocasionada por el Estrecho del Solvente en los terrenos más bajos de las tradicionales huertas
blanqueñas de Buyla (margen derecha), Bayna y El Solvente (margen izquierda) se manifiesta analizando la evo-
lución histórica de estos espacios irrigados, mucho más reducidos en siglos pasados. A mediados del siglo xviii, el
área pantanosa se ha calculado en unas 36,6 hectáreas (Fig. 3); extensión que ya estaba en producción en el siglo xx.
El topónimo “Bayna” también estaría relacionado con este fenómeno natural. Procedería de una deformación
de badina, arabismo variante de ‘(al)badén’, del árabe batin, con el significado de “depresión del terreno” o “lugar
hondo donde se estanca el agua” (López Moreno, 2016: 36 y 37).

Figura 2. Estrecho del Solvente a finales del siglo xix (Ojós). Foto-
grafía recopilada en uno de los álbumes familiares de los herederos
de Don Carlos González Gieger (reproducida por Miguel Ángel
Molina Espinosa y Jesús Joaquín López Moreno)

Figura 1. Paraje de El Solvente en los bosquejos planimétricos de


los términos municipales de Blanca, Ricote y Ojós (Dirección Ge-
neral del Instituto Geográfico, 1899). (Autor: Jesús Joaquín López
Moreno, 2020)

Figura 3. Aproximación al espacio agrario en torno a la zona pan-


tanosa producida por el Estrecho del Solvente (Blanca) hacia el año
1800. (Autor: Jesús Joaquín López Moreno, 2015)

7  LÉVI-PROVENÇAL, E. (1953). “La ‘Description de l’Espagne’ d’Aḥmad al-Rāzī”. Al-Ándalus, XVIII. Número 1; p. 102. El texto en francés ha sido tradu-
cido al español.

442 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL SOLVENTE (BLANCA, RICOTE Y OJÓS): PATRIMONIO DE UN PARAJE EN EL PAISAJE CULTURAL DEL VALLE DE RICOTE

2.2. Yacimiento arqueológico prehistórico y estación de arte rupestre


2.2.1. Umbría del Solvente (Blanca)
En la margen derecha de El Solvente, sobre el pago de El Ramble, se localiza el yacimiento arqueológico pre-
histórico Umbría del Solvente (Blanca). Se asienta en la sierra que la documentación escrita alude “Ombría
del Sorbente” o “Sierra del Sorbente”.8 En una pequeña elevación, que no supera los 250 metros sobre el nivel
del mar, se pueden observar restos murarios de lo que constituyó un hábitat prehistórico. A pesar de no haber
sido objeto de estudio arqueológico hasta la fecha, algunas evidencias en superficie, restos cerámicos y de talla
lítica, permiten situarlo en una cronología próxima a las últimas etapas del Neolítico o, tal vez, Calcolítico (iv-ii
milenio a. C.). El asentamiento podría estar relacionado, tanto temporal como espacialmente, con el yacimiento
Peñón de Ricote y con la estación de arte rupestre de Los Pedregales.

2.2.2. Los Pedregales (Ricote)


En la margen derecha del Estrecho del Solvente se ubican las pinturas rupestres esquemáticas de Los Pedre-
gales (Ricote). Están encuadradas en el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, bien
cultural incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1998. La estación fue denunciada por la
Asociación Cultural “La Carrahila” al Servicio de Patrimonio Histórico de la CARM en 2012. Las seis figuras
esquemáticas visibles al ojo humano se dan en una pequeña oquedad con visera, a modo de hornacina, no dis-
poniendo de un buen estado de conservación. Se aprecian dos cruciformes con base triangular, una en forma
de phi griega y serpentiformes (Gómez Manuel y López Moreno, 2020).

2.3. Centro administrativo del Valle de Ricote en la Edad Media


2.3.1. Castillo de Ricote
El paso del Estrecho del Solvente fue controlado por el castillo de Ricote desde los siglos centrales de la Edad
Media, erigiéndose en su margen derecha. Declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento,9
está ubicado en la cumbre septentrional de la sierra del Salitre, a 448 metros sobre el nivel del mar. Con una
extensión de unos 3.500 m2, la fortificación está dividida en dos recintos: la albacara y el castillo propiamente
dicho con la torre del Homenaje (Fig. 4). Otro espacio de dimensiones imprecisas se extiende por debajo de la
fortaleza, en la zona donde se sitúa el aljibe extramuros. Aquí se registra un posible hábitat de los últimos si-
glos del periodo andalusí (Manzano Martínez, 2002: 679 y 670). Los restos de las estructuras más significativas
de la fortaleza presentan un estado de conservación muy mediocre, precisando de una propuesta de actuación
urgente de cara a evitar derrumbes.

A mediados del siglo xii, el geógrafo al-Sarīf al-Idrīsī (muerto hacia 1165), al describir el Camino de Murcia
a Segura en Uns al-Muhag, apuntaba que el hisn Riqūt distaba 20 millas de Murcia (unos 37 km).10 En la firma
del Tratado de Alcaraz, en abril de 1243, estuvo presente el señor o arráez de Ricote como representante de
uno de los lugares del reino musulmán murciano que estaban “sennoreados sobre si”.11 Antes de la ocupación
castellana, su territorio debió estar integrado por las fortalezas, con sus correspondientes alquerías, de Ne-
gra (Blanca), al-Sujūr (Pila de la Reina Mora, Ulea-Ojós) y, con probabilidad, Archena (Cabezo del Ciervo)
(López Moreno, 2005: 382-386). El wādī Riqūt, así aludido por Ibn al-Hatīb (1313-1375) en Rawdat al-ta̔rīf,
constituyó uno de los focos de sufismo rural en al-Ándalus (Guichard, 2001: 168-171). La entrega del Valle de
Ricote a la Orden de Santiago en 1285,12 con la extensión del territorio entre Abarán y Asnete (Villanueva del
Valle), convirtió el castillo de Ricote en morada del alcaide, junto con sus escuderos, en representación de un
comendador santiaguista casi siempre ausente. El centro administrativo del valle mudéjar se trasladará hacia
la señorial Casa de la Encomienda de Ricote, actual convento de San Diego, en una fecha incierta anterior a

8  A. M. Ricote, 1729-1739, Fondo especial, Pleito sobre deslindes seguido por las villas de Ricote, Blanca y Abarán, ff. 41v. - 42v. (García Avilés, 2012: 106).
9  Decreto número 103/2004, de 8 de octubre, del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, por el que se delimita el en-
torno de protección del Bien de Interés Cultural denominado Castillo de Peñascales, en Ricote (Murcia), BORM, 25-X-2004; pp. 22443 y 22444.
10  Edición de Jassim Abid Mizal (1989). Los Caminos de al-Ándalus en el siglo xii. Madrid; pp. 63 y 65. Texto recogido por Carmona González (2005: 136
y 137). Siguiendo el camino tradicional del Segura, las 20 millas corresponden, exactamente, a la distancia dada entre el centro histórico de Murcia y el
Estrecho del Solvente.
11  MENÉNDEZ PIDAL, R. (1955). Primera Crónica General de España que mandó componer Alfonso el Sabio y se continuaba bajo Sancho IV en 1289. II.
Madrid; p. 742.
12  Documento transcrito en TORRES FONTES, J. (1977). Documentos de Sancho IV. CODOM, IV; pp. 44-47.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 443


Jesús Joaquín López Moreno y José María Gómez Manuel

mediados del siglo xv.13 El recinto fortificado quedó obsoleto a partir de la toma de Granada, al desaparecer
el peligro de los ataques nazaríes que despoblaron la Encomienda de Ricote en la segunda mitad del siglo xv
(López Moreno, 2008: 68 y 69). El castillo es considerado inhabitable en 1515.14

2.3.2. Pino de la Rambla del Solvente (Blanca)


En el paraje de “La Rambla del Sorvente”, hoy El Ramble (Blanca), se localizaba el pino utilizado como sitio
de junta por las aljamas de mudéjares y de los posteriores concejos de moriscos de la encomienda santiaguis-
ta del Valle de Ricote, tal como se documenta a finales del siglo xv y primera mitad del siglo xvi.15 Los viejos
de las aljamas de mudéjares de Abarán, Blanca, Ricote, Ojós, Ulea y Asnete (posterior Villanueva del Valle)
se juntaban en el pino siempre que era necesario tratar sobre cualquier asunto que implicaba los intereses
comunales. Una vez al año, en el Día de San Juan (24 de junio), elegían los oficios bajo el árbol, entre el que
estaba el cargo de alcalde, residente en Ricote, que ostentaba la jurisdicción civil y criminal en todo el valle.
Este cargo tenía que ser aceptado por el comendador o alcaide con posterioridad. Tras 1501, año de la con-
versión masiva de la población mudéjar al cristianismo y de la consecuente transformación de las aljamas
en concejos de moriscos, los oficiales de cada lugar continuaron con la tradición de juntarse en el Pino de
la Rambla del Solvente para tratar sobre sus asuntos comunales y defenderse de la opresión señorial, en una
lucha constante por defender sus nuevos derechos adquiridos, que motivaría un levantamiento antiseñorial
en el año 1517.

Figura 5. Casa del Pino (rodeada) en El Ramble (El Solvente). Bos-


quejo planimétrico del Término Municipal de Blanca, Hoja 1ª, escala
1:25.000. Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico,
1899. (Autor: Jesús Joaquín López Moreno, 2018)

Figura 4. Fortaleza de Ricote y sus principales elementos docu-


mentados en el último tercio del siglo xv. (Autor: Jesús Joaquín
López Moreno, 2018)

El pino desapareció en una fecha incierta entre 1550 y 1582, desvaneciéndose para siempre el símbolo de
unión de los pueblos del Valle de Ricote. Pese a ello, su testimonio fue transmitiéndose tras generaciones,
como prueba que el árbol diera nombre a la Casa del Pino, localizada en estado ruinoso en El Ramble (Fig. 5).
La elección del sitio de junta en este paraje hay que relacionarlo con que era un lugar próximo a todas las alja-

13  En 1495 se aludía que dependencias de la casa de la orden se habían caído en tiempo del comendador Juan Fajardo (años centrales del siglo xv). A. H.
Nacional, OO. MM., Manuscritos-Santiago, 1066c, ff. 153 v. y 154 r.
14  A. H. Nacional, OO. MM., Manuscritos-Santiago, 1078c, ff. 322 v. y 323 r.
15  A. H. Nacional, OO. MM., A. H. Toledo, 20604 y 21685 (Rodríguez Llopis, 1986: 321); A. H. Nacional, OO. MM., A. H. Toledo, 18-II-1530, Solvente
(término de la Encomienda de Ricote), 19634, f. 96 r. y v. (R-50/4); A. G. Simancas, 1582, Expedientes de Hacienda, 371, f. 17; R-13/17.

444 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL SOLVENTE (BLANCA, RICOTE Y OJÓS): PATRIMONIO DE UN PARAJE EN EL PAISAJE CULTURAL DEL VALLE DE RICOTE

mas, estando localizado en el punto medio del arcaico camino fluvial entre las dos poblaciones más distantes
de la encomienda, es decir, entre Abarán y Villanueva del Valle (López Moreno, 2018).

2.4. Espacio de concentración de infraestructuras hidráulicas


El Estrecho del Solvente ha sido aprovechado por el hombre para construir obras hidráulicas. Si bien la an-
gostura fluvial supone el final obligado de los sistemas hidráulicos que, a ambas márgenes, riegan la Huerta de
Blanca (Fig. 3), también constituye el sitio donde se capta agua para las huertas de Ricote, Ojós, Ulea y Villa-
nueva del Río Segura. En el Azud del Solvente (Ojós) dan comienzo las acequias de Ulea (margen izquierda)
y Ojós y Villanueva del Río Segura (margen derecha). La presa de derivación, anteriormente llamada “Presa
de Ulea”, fue construida en el año 186016 (Fig. 6). En 1798 se documentan dos presas de derivación, llamadas
“Los Azuicos”: una para la acequia de Ulea (predecesora del actual) y otra, aguas abajo, para la acequia de
Ojós y Villanueva del Río Segura.17 Los dos sistemas hidráulicos están registrados en las visitas santiaguistas a
la Encomienda de Ricote de finales del siglo xv y comienzos del xvi.18 El Estrecho de Solvente como punto de
captación debió ser empleado en el periodo andalusí. Abū ‘Ubayd al-Bakrī (1014-1094), en Kitāb al-Masālik
wa-al-Mamālik (hacia el año 1068), reproduce la misma descripción sobre el lugar de Ricote hecha por al-
Rāzī, aunque añadiéndole una aposición más que significativa: “de tal modo que allí el hombre puede detener
su curso”.19

La revolución tecnológica del siglo xx propició el aprovechamiento de este tramo del río en Ojós para generar
electricidad por medio de la Fábrica de la Luz del Solvente (1903), para la instalación del Motor San Sebastián
(1964), con el propósito de elevar agua a la Huerta de Ricote, y para constituir un lugar estratégico en el Trasvase
Tajo-Segura con la puesta en funcionamiento del embalse del Azud de Ojós (1979).

3. CONCLUSIONES
En el Valle de Ricote no existe un paraje que aglutine tanto patrimonio material e inmaterial como el dado en
El Solvente. Con la compilación de sus bienes en un único escrito se ha pretendido seguir poniendo en valor
este lugar, así como contribuir a la declaración del Estrecho del Solvente como Sitio Histórico. La difusión de
su patrimonio, al igual que en el Lugar de Interés Etnográfico Las Norias de Abarán, se está desarrollando a
través del proyecto Legado vivo (Asociación Cultural “La Carrahila” y Caramucel, naturaleza e historia).20 La
recuperación simbólica del Pino del Solvente (Fig. 7) y la rehabilitación y nuevo contenido de los senderos
locales Castillo de Ricote (SL-MU 26) y Ruta de las Norias (SL-MU 28) son parte de las actuaciones de di-
vulgación del patrimonio en el paisaje cultural del Valle de Ricote, que se vienen programando y ejecutando
desde el año 2013.

Figura. 7. La restitución simbólica del Pino del Solvente (km 3 de la


carretera RM-520, Blanca) fue realizada por la Asociación Cultural
“La Carrahila” el 15 de diciembre de 2013, después de cuatro siglos
y medio de la desaparición del árbol de junta original. En mar-
zo de 2015, el Pino del Solvente pasó a considerarse como uno de
los árboles monumentales de la Región de Murcia, señalizándose
Figura 6. Azud del Solvente. (Autor: Jesús Joaquín López Moreno, como “árbol singular” por su valor histórico y social. (Autor: Jesús
2008) Joaquín López Moreno, 2017)

16  El azud construido en 1860 sustituyó al edificado para las dos acequias un año antes. El anterior estaba localizado a escasa distancia aguas arriba del nue-
vo: “sin avenida del río, en el día 27 de julio (de 1860), espontáneamente se deshizo y desapareció”. A. M. Ulea, Carpeta 119, Documento 9, Ulea, 04-I-1861,
Ordenanzas del Heredamiento de la Huerta de Ulea.
17  A. H. P. Murcia, 9917, Ulea, 22-VI-1798, ff. 93 r. - 94 v.
18  A. H. Nacional, OO. MM., Manuscritos-Santiago, 1066c, f. 155; 1072c, f., 154 v.; 1077c, ff. 258 r. - 259 r.; 1078c, f. 327 v.
19  Traducción de Alfonso Carmona González (Carmona y Pocklington, 2008: 50 y 51).
20  Legado vivo es un proyecto, en continuo desarrollo, para la señalización, divulgación, recuperación y protección del patrimonio del Valle de Ricote
(<http://legadovivo.blogspot.com>).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 445


Jesús Joaquín López Moreno y José María Gómez Manuel

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446 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LOS PAISAJES SONOROS DE LA REGIÓN
DE MURCIA: PATRIMONIO INMATERIAL.
UNA PROPUESTA DE TRABAJO

Yelo Cano, Juan Jesús


Universidad de Murcia
Sánchez Nicolás, Sergio
Artista sonoro

Resumen
Cincuenta años después de la creación del término soundscape aún parece necesario comenzar cualquier
artículo, libro o conferencia que trate cuestiones de nuestro entorno sonoro definiendo su significado. Esto
se debe, entre otras razones, a la falta de interés o al mero desconocimiento de las instituciones sobre este
aspecto de nuestra cultura. Si en alguna ocasión se alude a lo sonoro, siempre es desde la perspectiva de la
tradición oral o de lo etnomusical, nunca de la marca sonora que produce la actividad humana. Es necesario
poner en marcha la Ecología Acústica que Murray Schafer ya definió en 1977. Esta comunicación presenta
una propuesta de trabajo que proteja y ponga en valor en nuestra Región los paisajes sonoros que forman
parte de nuestro patrimonio inmaterial. Es una llamada a nuestras autoridades para que creen un plan que
actúe sobre lo sonoro.

Palabras clave: Paisaje sonoro, patrimonio inmaterial, patrimonio natural, ecología acústica.

Abstract
Fifty years after the creation of the term Soundscape it still seems necessary to define its meaning in any article,
book or conference that addresses questions of our sound environment. This is due, among other reasons, to the
lack of interest or the mere ignorance of the institutions on this aspect of our culture. If the sound is ever alluded
to, it is always from the perspective of oral tradition or ethno-musical, never of the sound mark that human ac-
tivity produces. It is necessary to set in motion the Acoustic Ecology that Murray Schafer already defined in 1977.
This communication presents a work proposal that protects and values in our Region the soundscapes that are
part of our intangible heritage. It is a call to our authorities to create a plan that acts on sound.

Keywords: Soundscape, intangible heritage, natural heritage, acoustic ecology.

1. LA “INVISIBILIDAD” DEL PAISAJE SONORO EN EL PATRIMONIO


Es incomprensible que en pleno siglo xxi cada artículo científico, comunicación o conferencia que pretenda
hablar de las implicaciones de lo sonoro en la economía, la contaminación, lo social o el patrimonio cultural
deba comenzar por definir conceptos relacionados con el paisaje sonoro. Términos como paisaje en alta o baja
fidelidad, grabación de campo o marca sonora tiene que ser una y otra vez explicados por su escaso o nulo
conocimiento fuera del ámbito de los estudiosos de este tema. El paisaje sonoro es algo “invisible” (valga la
paradoja). Y todavía más si nos circunscribimos al ámbito del patrimonio.

¿A qué se debe esta situación? En estos momentos solo podemos hablar desde la experiencia y quizás se re-
quiera un estudio en profundidad, pero creemos que puede deberse a varias causas. Nos limitaremos a señalar
dos: las lagunas de nuestro sistema educativo y la inacción de la Administración.

Sin lugar a dudas, existe una razón que proviene de la educación: solo la asignatura de Música en nuestro
sistema educativo tiene en cuenta el paisaje sonoro y, la mayoría de las veces, solo para hablar de conta-
minación sonora y casi nunca como un activo cultural y una seña de identidad de las sociedades. No es de

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 447


Juan Jesús Yelo Cano y Sergio Sánchez Nicolás

recibo que en la optativa “Patrimonio de la Región de


Murcia” (promovida desde la propia Administración
educativa) se dedique en Primero de ESO al paisaje y
se nieguen los aspectos sonoros del paisaje (tanto del
natural como del urbano). No sabemos muy bien si se
debe a una simple cuestión de desconocimiento del
tema (lo que sería imperdonable) o a una exclusión
deliberada (lo que sería aún más terrible). Solo con
hojear el texto publicado por la propia Consejería de
Educación de la Comunidad Autónoma de la Región
de Murcia (Colomer et al., 2018) encontramos nu-
merosos despropósitos. Citaremos y comentaremos
brevemente algunos.

Ya en la Introducción se puede leer: “este estudio del


paisaje que gira en torno a la imagen y a la represen-
tación visual de nuestro entorno” (p. 6). Realizar un
estudio del paisaje teniendo en cuenta exclusivamen-
te lo visual ya es toda una declaración de intenciones.
Con respecto a los contenidos, dentro del bloque I
“Localizar y conocer el espacio regional” el criterio
de evaluación 4 dice: “conocer y analizar los proble-
mas y retos medioambientales que afronta la Región
de Murcia, su origen y las posibles vías para afrontar
estos problemas” (p. 22). Y el 5, “describir los dife-
rentes paisajes naturales murcianos”, el cual se con-
creta en el estándar 5.1. “distingue los elementos que
constituyen los paisajes naturales murcianos” (p. 23).
La lectura de criterios y estándares nos pueden ha-
cer presuponer que se tendrán en cuenta los aspectos
sonoros, pero en el desarrollo posterior en unidades
formativas no aparece ninguno de ellos. Como si la
contaminación acústica no existiera o el sonido del
agua no formara parte de los paisajes de la huerta o
de nuestros ríos y mares (Fig. 1).

Por citar un último desatino (hay muchos más), el Figura 1. Presa de El Jarral (Abarán). (Fuente: Juan Jesús Yelo)
bloque II se llama “Mirar y ver los paisajes de la Re-
gión de Murcia” (p. 22), no existiendo ningún otro los paisajes’ se entenderán las acciones encaminadas
que sea “Oír y escuchar los paisajes de la Región de a conservar y mantener los aspectos significativos o
Murcia”. ¿Es que los paisajes solo se ven y no se oyen? característicos de un paisaje, justificados por su valor
Nuestra sociedad ¿es una sociedad formada por per- patrimonial derivado de su configuración natural y/o
sonas sordas? Parece ser que sí. la acción del hombre” (Convenio Europeo del Paisaje,
2000). ¿No es característico del paisaje de la huerta el
La segunda causa que forma parte de esta nula aten- sonido del agua en las acequias, ñoras y aceñas? ¿No
ción a los elementos que conforman el paisaje sonoro define también el canto de las ranas los riegos a man-
como componentes de nuestro patrimonio proviene ta en las noches de verano? Y las dolinas bufadoras de
de una indefinición que ya viene marcada desde las Calblanque, ¿no suenan?.
propias leyes. Las directrices españolas sobre Patri-
monio Cultural Inmaterial (en adelante PCI) derivan A pesar de esa invisibilidad de lo sonoro en la legis-
de la ratificación en 2007 en el BOE de la Convención lación (a excepción claro está, de manifestaciones
para la Salvaguarda del PCI celebrada por la UNES- musicales o del habla), opinamos que cualquier ta-
CO en 2003. Igualmente, el Convenio Europeo del xonomía del patrimonio incluye el sonido de mane-
Paisaje del Consejo de Europa, ratificado por España ra transversal, y tal vez esa sea la razón de que no se
también en 2007, realiza en su artículo 1 una serie de le incluya en una categoría: porque está presente en
definiciones que, según defendemos, también impli- todas. Fijémonos por ejemplo en la clasificación pro-
carían a lo sonoro. Un ejemplo: “por ‘protección de puesta por García Ceballos (2014, p. 12) (Fig. 2).

448 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LOS PAISAJES SONOROS DE LA REGIÓN DE MURCIA: PATRIMONIO INMATERIAL. UNA PROPUESTA DE TRABAJO

Figura 2. Categorización del patrimonio en base a la UNESCO (1972). (Fuente: García Ceballos (2014)

Cualquiera de las categorías incluye algún aspecto sonoro de forma implícita. Quizás el patrimonio cultural
material inmueble podría tener alguna excepción, pero solo si aceptáramos que lo sonoro no forma parte de
edificaciones o monumentos. Cerdá (2016) explica en un artículo cómo realiza la cartografía sonora de la Al-
hambra y en el mismo define “las marcas sonoras y las trazas sonoras” que conforman los distintos espacios de
este monumento. En este exhaustivo trabajo se detalla, por ejemplo, cómo el grado de absorción del sonido de
los materiales empleados en la construcción o incluso la ornamentación de los muros, influyen en la reflexión
del sonido, demostrando la importancia de realizar estudios de este tipo para cuidar que las intervenciones
sobre los bienes materiales no alteren la escucha original de los lugares.

La Ley 4/2007 de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia indica en su artí-
culo 17 que “La declaración de un bien de interés cultural contendrá necesariamente: a) Una descripción clara
y detallada del bien objeto de la declaración que facilite su correcta identificación”. Si realmente queremos
describir exhaustivamente los bienes a proteger, creemos que se han de incluir los aspectos sonoros relaciona-
dos con ellos. En esta ley, dentro de las figuras en las que se clasifican los bienes inmuebles solo en la de Jardín
Histórico podríamos incluir el paisaje sonoro cuando se habla de “estimado de interés en función de (…) sus
valores (…) sensoriales”. Pero ni tan siquiera así estamos seguros que dentro de esos valores se incluyan los
sonoros.

Otro ejemplo de esa “sordera” legislativa la encontramos en la reciente creación en octubre de 2018 del Con-
sejo Sectorial del Patrimonio Cultural del Municipio de Murcia. Este órgano tiene por el objeto el asesora-
miento en cuestiones relativas a la toma de decisiones sobre bienes patrimoniales del municipio, excluyendo
expresamente el patrimonio inmaterial. A nuestro de modo de ver es un error. Lo que aquí planteamos se
puede resumir en una idea: si no hay sonidos, no hay patrimonio. Tenemos que abandonar los prejuicios aco-
modaticios a lo visual y considerar los objetos sonoros como parte de nuestro legado. Es necesario añadir un
eje en el campo de estudio del patrimonio con una línea estructural clara que use como recursos principales
de su trabajo no solo los aspectos geográficos y de identidades culturales o biológicas, sino también el paisaje

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 449


Juan Jesús Yelo Cano y Sergio Sánchez Nicolás

sonoro tradicional (sin sonidos invasivos) que sea coherente con los lugares patrimoniales susceptibles de
integración en el catálogo regional.

Una manera de tomar el pulso a la sensibilidad hacia el aspecto sonoro del patrimonio por parte de la Ad-
ministración está escrita en el Reglamento de creación y regulación del citado Consejo del Ayuntamiento de
Murcia, ya que recoge la posibilidad de incluir en él a un representante de una sociedad especialista sin ánimo
de lucro que tenga entre sus fines la protección del patrimonio. La Asociación Intonarumori de la que ambos
autores somos miembros fundadores estamos pensando en la posibilidad de solicitar la incorporación al cita-
do Consejo. Dependiendo de la respuesta que recibiéramos podríamos medir el grado de receptibilidad de la
Administración hacia lo sonoro.

2. EL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL Y LO SONORO


Más allá de la obviedad de reconocer que el silencio no existe, la convención sonora “La Fonoteca del Mar”
celebrada en Tenerife los días 17 y 18 de diciembre de 2011 plantea en sus conclusiones tres vías de trabajo
posibles con el material sonoro de las Islas Canarias que pueden ser extrapolables a cualquier ámbito geo-
gráfico (De la Cruz, Rodríguez y Doreste, 2012, p. 214): la dimensión artística, la dimensión archivística o
documental y la dimensión turística.

Cualquiera de esos tres aspectos debería requerir la


atención de la Administración, en especial los dos úl-
timos. Con respecto a la primera dimensión, es indu-
dable que las producciones basadas en el paisaje sono-
ro algún día formarán parte del patrimonio cultural,
pero queremos llamar la atención sobre las otras dos.

Como ya hemos señalado, todo aquello que no ve-


mos pero que escuchamos puede ser concebido como
patrimonio inmaterial. Se trata de una forma de pen-
samiento sobre nuestra cultura e idiosincrasia como
pueblo. Prestar atención únicamente a lo que vemos
no debe convertirse en un dogma que se imponga
para delimitar lo que debe ser considerado patri-
monio inmaterial, desplazando así nuestra tradición
sónica que se ciñe básicamente al rescate de lo oral
y lo etnomusical. Sin lo sonoro, en un sentido más
amplio y total que no descarte el paisaje sonoro, sin su
escucha viva y profunda, sin su estudio, y sin su con-
servación, nuestra época histórica no será del todo
conocida, y por tanto, comprendida.

En este sentido, la propuesta “Sonar históricamente”


de Sergio Sánchez (uno de los autores de esta comu-
nicación) lleva más de 10 años registrando todo lo
que es susceptible de ser preservado para un futuro
archivo sonoro que siga los preceptos metodológi-
cos del pionero en esta materia R. Murray Schafer,
y también Barry Truax e Hildegard Westerkamp. El
Figura 3. Cohetes en Ojós. (Fuente: Sergio Sánchez)
lema de “Sonar históricamente” es: el sonido, patri-
monio de todos. Toda una declaración de intenciones
que perfectamente se integra en nuestra apuesta por ta sus archivos en la emisora Onda Regional) y la
incluir como parte del patrimonio inmaterial de la plataforma AADK, si bien esta última restringida al
Región de Murcia, nuestro patrimonio sónico como Valle de Ricote y aún más al municipio de Blanca.
elemento cultural de gran importancia. En cualquier caso, no existe un propuesta institu-
cional de creación de un archivo regional que recoja
Yelo (2018) cita las propuestas de mapas sonoros todos estos sonidos y incluya en un plan de cata-
realizadas por la Fundación Integra (que presen- logación y conservación, que identifique aquellos

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LOS PAISAJES SONOROS DE LA REGIÓN DE MURCIA: PATRIMONIO INMATERIAL. UNA PROPUESTA DE TRABAJO

que se encuentren en peligro de extinción y sobre


los que urge intervenir.

Con respecto a la dimensión turística, como indi-


ca otra de las conclusiones de la citada convención
sonora “La Fonoteca del Mar“, “rescatar y difundir
elementos del patrimonio acústico [...] puede ser
una estrategia relevante en los procesos de recon-
versión-adecuación de destinos y productos“ (De la
Cruz, Rodríguez y Doreste, 2012, p. 214). Incluir en
la oferta turística patrimonial de nuestra Región lo
sonoro, puede en algunos casos dotar de un punto
de originalidad a dicha propuesta a la vez que con-
tribuir a la conservación global del patrimonio. Un
ejemplo de este modo de proceder puede ser dotar
de un contenido sonoro algunos de nuestros museos,
superando la tradicional audioguía y trabajando des-
de la realidad aumentada en museos de arte contem-
poráneo (que incluya las voces de los propios artistas
hablando de su obra) hasta paseos sonoros por de-
terminados entornos de nuestra Región. Si funcionan
los colores de la floración de Cieza, también podría
funcionar “La ruta del agua en el Valle de Ricote”, por
ejemplo. Figura 4. Acequia (Abarán). (Fuente: Juan Jesús Yelo)

2. CONCLUSIONES
Después de lo expuesto, creemos necesaria la implicación de los órganos de la Administración responsables de
la salvaguarda y puesta en valor de nuestro patrimonio para que incluya lo sonoro de manera transversal en
todas sus actuaciones. Yelo (2008, pp. 564-565) ya realizó algunas propuestas que refundidas con las actuales
podemos resumir en la elaboración de un plan regional a medio plazo que contemple:
1. La incorporación de expertos en patrimonio sonoro a los equipos técnicos encargados de informar
sobre los aspectos a tener en cuenta en la protección de nuestro patrimonio, ya se trate de patrimonio
natural o cultural (material o inmaterial).
2. La formación de especialistas en patrimonio sonoro. Con la firma del citado convenio de la UNESCO,
los Estados se comprometen a promover la formación de especialistas en valoración de paisajes, pro-
gramas pluridisciplinares de formación, y cursos escolares y universitarios que aborden el paisaje y su
protección, gestión y ordenación.
3. La inclusión en los currículos educativos de las materias pertinentes conceptos relativos al paisaje
sonoro y a la importancia de la escucha atenta.
4. Un proyecto de recogida, preservación y puesta en valor de nuestro patrimonio sonoro atendiendo a
dos criterios:
a) Lo sonoro como parte del patrimonio cultural inmaterial.
b) Lo sonoro como aspecto irrenunciable y transversal del patrimonio.
5. Un estudio sobre la inclusión del patrimonio sonoro en la oferta turístico-patrimonial de nuestra
Región.

3. BIBLIOGRAFÍA
CERDÀ, J. (2016). “Cartografía sonora de La Alhambra. El sonido del agua como configurador del lugar”. Barcelo-
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XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 451


Juan Jesús Yelo Cano y Sergio Sánchez Nicolás

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junio 2020).
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sidad Politécnica de Cartagena. Murcia; pp. 559-565.

452 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


ESTUDIOS E INTERVENCIONES
EN MUSEOS
ITINERARIOS PATRIMONIALES: ESTRATEGIA DE
DIFUSIÓN DE LA HERENCIA CULTURAL EN MOLINA
DE SEGURA

Contreras Vicente, Rosario


Universidad Politécnica de Cartagena.
Ros Torres, Josefa
Universidad Politécnica de Cartagena
Vázquez Arenas, Gemma
Universidad Politécnica de Cartagena
Blancafort Sansó, Jaume
Universidad Politécnica de Cartagena

Resumen
Una característica común presente en la mayoría de municipios de la Región de Murcia es la riqueza de su pa-
trimonio histórico y cultural. Como respuesta a la búsqueda de nuevos métodos de reconocimiento y puesta
en valor de estos bienes, se plantea la identificación de estos elementos y la creación de “Rutas o itinerarios
patrimoniales” que, combinadas con un catálogo de etiquetas de almacenaje con datos codificados (Códigos
QR), pueden llegar a convertirse en un método sencillo, intuitivo e inmediato en la transmisión de conoci-
miento. Como caso de estudio, se plantea el municipio de Molina de Segura, que remonta sus primeros asen-
tamientos al Paleolítico medio y donde, además, existen evidencias de la cultura ibérica, romana y vestigios
de la época musulmana.

Palabras clave: Itinerario patrimonial, herencia cultural, divulgación del patrimonio, Molina de Segura.

Abstract
One of the characteristics the Region’s Murcia municipalities, is the richness of its historical cultural heritage. In
response to the search for new methods of recognition and enhancement of the existing patrimonial remains, it
is proposed the identification of these elements and the creation of “Heritage routes” combined with a catalogue
of QR-Codes (Quick response). This method is proposed as a simple, intuitive and immediate form in the trans-
mission of knowledge. The municipality of Molina de Segura is proposed as a case study. Its first settlements
dates back to the Paleolithic, furthermore, there is evidence of remains from the Iberian and Roman culture, and
vestiges of the Muslim Age.

Keywords: Heritage route, cultural heritage, disclosure of heritage, Molina de Segura.

1. INTRODUCCIÓN
En los últimos años la creación de recorridos basados en la conexión de diferentes puntos de las ciudades
(edificaciones, elementos singulares, hitos…) y en la divulgación de la cultura y patrimonio existente, han
aumentado considerablemente. Este crecimiento se debe en parte a la proliferación del turismo, lo que ha
llegado a suponer en algunos casos la creación de rutas turísticas donde se prioriza el beneficio turístico y la
demanda de los visitantes sobre el mantenimiento o conservación del patrimonio. Estos, suelen ser recorridos
con un hilo conductor orientado principalmente al ocio y pueden llegar a suponer un riesgo para los bienes
existentes si no se controla la afluencia de visitantes y sus actos (López, 2006).

En contraposición encontramos los itinerarios patrimoniales, definidos como “toda vía de comunicación
terrestre, acuática o de otro tipo, físicamente determinada y caracterizada por poseer su propia y específica

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 455


Rosario Contreras Vicente, Josefa Ros Torres, Gemma Vázquez Arenas y Jaume Blancafort Sansó

dinámica y funcionalidad histórica” (ICOMOS, 2008). En ellos, tiene tanta importancia el recorrido que
se realiza en sí, como los diferentes elementos que lo constituyen, y su finalidad última es reflejar la gran
riqueza y diversidad que han dejado las distintas culturas y sociedades al patrimonio cultural a lo largo de
su historia.

Con este proyecto, se plantea la creación de diferentes itinerarios organizados según temáticas donde se orde-
nan y clasifican los diferentes elementos patrimoniales catalogados, teniendo como objetivo final su puesta en
valor, y, priorizando el beneficio cultural y didáctico sobre cualquier otro.

2. OBJETIVOS
Como respuesta a la constante búsqueda de nuevos métodos de puesta en valor y divulgación del patrimonio
cultural, se plantea la creación de diferentes itinerarios patrimoniales. Estas se entienden como la agrupación
de diferentes elementos catalogados que comparten características entre sí, y entre las que se puede crear
fácilmente una conexión física.

Para la mejora del conocimiento y conservación de la calidad y riqueza de estos elementos, y, como forma
de conectar a las nuevas generaciones con su pasado, se le añade un componente tecnológico que facilite la
transmisión cultural (Códigos QR).

3. METODOLOGÍA APLICADA AL CASO DE ESTUDIO: MOLINA DE SEGURA


3.1. Análisis del lugar. Antecedentes
La metodología desarrollada en este estudio, se basa, en primer lugar, en el análisis histórico y territorial del
lugar. Para llegar a conocer los elementos patrimoniales que se conservan en el territorio, y la relevancia que
poseen en la actualidad, es indispensable conocer la historia de los mismos.

Figura 1. Crecimiento territorial Molina de Segura.

En nuestro caso de estudio, los primeros asentamientos de los que se tiene constancia en Molina de Segura,
se remontan a la época del Paleolítico medio (180000-40000 a. C.), y a partir de esa época, se han ido encon-
trando vestigios de la cultura ibérica y romana diseminados por el campo. El núcleo urbano que hoy cono-
cemos comienza a ser habitado en la época musulmana (s. ix) cuando se aprovecha la existencia de un cerro
cercano al río Segura y se crea una fortaleza en el actual barrio del Castillo (Valle, 1989). En este territorio
comienzan a convivir cristianos y musulmanes a partir del siglo xiii, y a pesar del control político ejercido
por los cristianos, el trazado urbano existente quedó prácticamente inalterado (a pesar de que el territorio
fue gobernado por diferentes reinos: Castilla, Aragón, y de nuevo Castilla) (De los Reyes, 1974). Hasta finales
de la edad media (s. xv), el recinto urbano de Molina seguía reduciéndose al actual barrio del Castillo, y, es
a partir de este momento cuando a raíz del aumento de la población y al desarrollo de las nuevas técnicas de
regadío, comienza a expandirse alrededor de las murallas árabe-medievales existentes (s. xviii) (Lemeunier,
1994). A partir del siglo xix, la población comienza a aumentar exponencialmente, y como consecuencia,
el trazado urbano se extiende a ambos lados de las antiguas murallas dando lugar a la aparición de nuevos
barrios, como el actual barrio de San Roque. Es a raíz de la gran expansión agrícola, industrial y económica

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ITINERARIOS PATRIMONIALES: ESTRATEGIA DE DIFUSIÓN DE LA HERENCIA CULTURAL EN MOLINA DE SEGURA

del siglo xx y del crecimiento poblacional que esto conlleva, cuando se comienza a desarrollar una expan-
sión territorial desmedida, llegando a multiplicar por 15 la superficie ocupada hasta el momento (Abellán,
1980) (Fig. 1).

3.2. Identificación del patrimonio. Delimitación del área de trabajo.


Tras estudiar el entorno, el siguiente paso consistiría en la identificación de los diferentes elementos patrimo-
niales históricos que se conservan en el lugar y en la delimitación del espacio donde desarrollar el proyecto
planteado dentro del municipio. Según la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE
n. 155, de 29 de junio de 1985, pp. 20342-20352), integran el Patrimonio Histórico Español todos aquellos
inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, cientí-
fico o técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y
zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o
antropológico; además de los bienes que integren el Patrimonio Cultural Inmaterial.

Figura 2. Localización de bienes catalogados.

En nuestro caso de estudio, tras consultar los catálogos de protección del Plan General Municipal de Orde-
nación del municipio y el Censo de los bienes integrantes del patrimonio cultural de la Región de Murcia, se
comprueba que el área donde mayor es la presencia de elementos catalogados es en los actuales barrios del
Castillo, San Roque, y sus alrededores. Al ser mayor la presencia de bienes catalogados (Fig. 2), mayor es la
influencia que estos ejercen en su entorno más próximo por lo que se decide que esta área sea la delimitación
del área de trabajo. En la delimitación encontramos un total de 24 elementos (Fig. 3) que han sido cataloga-
dos por la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español o por la Ley 4/2007, de 16 de marzo, de Patrimonio
Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Murcia (BORM n. 66, de 12 de abril de 2007,
pp. 11360-11382)

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 457


Rosario Contreras Vicente, Josefa Ros Torres, Gemma Vázquez Arenas y Jaume Blancafort Sansó

Figura 3. Enumeración elementos patrimoniales catalogados en el ámbito de trabajo.

3.3. Clasificación de los bienes patrimoniales


Una vez definido el área de trabajo y habiendo identificado los elementos patrimoniales, se procede a analizar
cada uno de ellos de forma particular para su posterior organización en diferentes grupos o temáticas. En
ocasiones, un mismo bien, dada la época, origen u otras características que lo definen, puede ser circunscrito
en diferentes grupos. Esto, no tiene por qué llegar a suponer un problema, sino que puede ayudar a mostrar
las relaciones que existen entre los diferentes elementos a pesar de no pertenecer a la misma época, no estar
diseñadas para el mismo fin, o no tener a priori ninguna relación entre ellas.

En el caso de estudio, tras analizar los diferentes elementos se plantean de partida 4 itinerarios diferentes
(Fig. 4):
1. Itinerario arquitectura militar. Se incluyen aquellos elementos que han sido diseñados con un fin
defensivo, tanto de personas como del territorio en sí. Las murallas, castillos, fortalezas, ciudadelas,
torres de vigilancia, son algunas de los elementos que pertenecen a esta tipología de arquitectura.
2. Itinerario culto religioso. Se incluyen aquellos elementos y edificaciones de oración o culto, y todo lo
relacionado con ellos. Mezquitas, sinagogas, iglesias, santuarios pertenecen, entre otros, a este grupo.
3. Itinerario etnográfico. Se incluye el conjunto de bienes materiales que representan o expresan culturas
y características propias de una región o comunidad. Son elementos que simbolizan una organización
social tradicional.
4. Itinerario industrial. Se incluye los bienes de la cultura industrial que poseen un valor histórico, tec-
nológico, social, arquitectónico o científico. Suelen consistir en edificios, maquinaria, talleres, alma-
cenes, depósitos, etc., así como los sitios donde se desarrollan las actividades sociales relacionadas con
la industria.

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ITINERARIOS PATRIMONIALES: ESTRATEGIA DE DIFUSIÓN DE LA HERENCIA CULTURAL EN MOLINA DE SEGURA

Figura 4. Itinerarios organizados según temática.

3.4. Creación de fichas identificativas


Una vez organizadas las diferentes rutas patrimoniales y los bienes pertenecientes a cada una de ellas, se
procede a la creación de fichas identificativas (por cada elemento patrimonial se creará una ficha) (Fig. 5).
Además, como iniciativa para el acercamiento entre las nuevas tecnologías y la divulgación del patrimonio
existente, se propone la correspondencia de cada una de las fichas con un código de información codificada
(Código QR) que se colocaría en cada uno de los bienes teniendo en cuenta siempre sus condiciones de pro-
tección, sin dañar de ninguna forma el elemento.

Las fichas se organizan de una forma sencilla e incisa, pudiendo dividir los datos que en ellas aparecen en 3
partes diferenciadas:
a) Información gráfica, donde se incluye una o más imágenes del elemento en sí.
b) Información básica, donde se incluyen los datos más característicos del bien catalogado (Ubicación,
coordenadas, origen, estado actual…).
c) Información patrimonial, donde se incluyen datos más concretos de cada uno de los elementos, rela-
cionados con la conservación del bien. En este apartado podemos encontrar datos como la normativa
de catalogación aplicable, su grado de protección, condiciones de actuación…
d) Información adicional, donde se recogen datos históricos, sociales o culturales basados en hechos ve-
rídicos de interés que muestren las características del elemento o de la época en la que fue construido.

Partiendo de esta base e intentando transmitir de una forma clara e inmediata toda la información citada, se
plantea una muestra de una de las fichas identificativas. En este caso, la ficha pertenece a la Chimenea Maxi-
mino Moreno, situada en el casco antiguo del municipio y perteneciente al itinerario Industrial.

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Rosario Contreras Vicente, Josefa Ros Torres, Gemma Vázquez Arenas y Jaume Blancafort Sansó

Figura 5. Ejemplos de ficha identificativa, Chimenea Maximino Moreno.

4. CONCLUSIONES
La Región de Murcia goza en la mayoría de sus municipios de una gran riqueza patrimonial y cultural. Con
este trabajo se plantea la mejora del conocimiento y conservación de la calidad de estos bienes (al llegar a en-
contrar algunos de ellos en estado de deterioro), planteando la creación de “Itinerarios patrimoniales” tema-
tizados y asociados con fichas identificativas. La reorganización de los elementos catalogados según temáticas
y la creación de un inventario documental gráfico de cada uno ellos dentro de un municipio, permite de una
forma sencilla e intuitiva la mejora del conocimiento de nuestro entorno más próximo y la puesta en valor de
los diferentes elementos.

Como punto de partida se toma el municipio de Molina de Segura, y más concretamente su área más antigua
(barrio del Castillo y barrio de San Roque), donde se encuentran un total de 24 elementos catalogados según
las leyes de Patrimonio y donde se pueden llegar a encontrar incluso restos de la cultura musulmana (siglo xi).
Posteriormente, esta área podría llegar a ser ampliada a todo el municipio, e incluso, llevar esta metodología
a los demás municipios de la Región.

5. BIBLIOGRAFÍA
ABELLÁN GARCÍA, A. (1980). Evolución demográfica de Molina de Segura. Murcia. Ed. Instituto Juan Sebastián Elcano,
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GRIÑÁN MONTEALEGRE, M.; LÓPEZ SÁNCHEZ, M.; PALAZÓN BOTELLA, M. D. (2008). “Propuesta de una ruta
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460 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


APROXIMACIÓN A UN CATÁLOGO DE BIENES
HIDRÁULICOS DE FUENTE ÁLAMO DE MURCIA:
UN LEGADO OLVIDADO

Castejón Porcel, Gregorio


Doctor en Geografía

Resumen
En Fuente Álamo de Murcia, la escasez de lluvias y la carencia de cursos de agua permanentes han impulsa-
do históricamente la aplicación y desarrollo de distintas soluciones técnicas de aprovisionamiento de agua.
Identificadas y analizadas, se presentan en un catálogo tipológico simplificado que ofrece datos cuantitati-
vos y cualitativos, por cuanto constituyen un conjunto de gran interés histórico, cultural y patrimonial. No
obstante, se demuestra que su grado de protección y reconocimiento es prácticamente nulo, aun cuando
necesitan de una actuación urgente de recuperación y puesta en valor para su salvaguarda.

Palabras clave: Fuente Álamo de Murcia, catálogo, bienes hidráulicos, patrimonio hidráulico.

Abstract
In Fuente Álamo de Murcia, the scarcity of rains and the lack of permanent water courses have historically driv-
en the application and development of different technical water supply solutions. Identified and analyzed, they
are presented in a simplified typological catalog that offers quantitative and qualitative data, since they constitute
a group of great historical, cultural and heritage interest. However, it is shown that their degree of protection and
recognition is practically nil, despite that they need urgent action to their recover and safeguarding.

Keywords: Fuente Álamo de Murcia, catalogue, hydraulic elements, hydraulic heritage.

1. INTRODUCCIÓN
El topónimo del municipio es un indicador de que el agua y su territorio guardan una relación estrecha. Sin
embargo, puede parecer un término donde le déficit de este recurso ha sido una de sus características más limi-
tantes, si bien su análisis minucioso y el de su historia revelan una considerable inexactitud en la afirmación, a
pesar de que es cierto que el agua ha sido siempre un bien exiguo. Dicha carencia se suplió de forma importante
con el ingenio de quienes habitaron este espacio situado al sur de la Región de Murcia en pleno corazón del
Campo de Cartagena. Una sabiduría ancestral aplicada y desarrollada por una población sedienta y ansiosa por
sacar provecho a una tierra fértil, lo que dio lugar a la búsqueda y aprovechamiento del agua allí donde esta
aguardaba: en los manantiales; sobre el terreno, después de haber precipitado desde el cielo; y oculta bajo el sub-
suelo, bien encubierta en las capas subálveas de las ramblas o resguardada en acuíferos más o menos profundos.

Así, las distintas técnicas y actuaciones aplicadas para su captación, distribución y uso, dieron lugar a obras y
artefactos de gran interés y diversa tipología a lo largo de toda su historia conocida; creaciones que constitu-
yen hoy un extenso catálogo de bienes hidráulicos cuya relevancia arquitectónica, cultural e histórica es solo
comparable con su importancia etnográfica y patrimonial. Por este motivo, desatender su adecuada protec-
ción y no preservar su existencia como hitos identitarios de una cultura tradicional diferenciada es abocar al
olvido aquello que definió a esta sociedad, despreciar a quienes la precedieron y condenar un futuro donde el
agua sigue siendo un recurso vital en el porvenir de una de las regiones agrícolas más importantes de España.
De esta forma, un primer paso para lograr este objetivo es conocer qué elementos existen y ponerlos no solo
al servicio de la Administración local y regional, así como de las entidades que deben velar por la protección
de los mismos, sino también a disposición de la sociedad, ya que, tanto en un caso como en otro, el descono-
cimiento evita el reconocimiento e impulsa la destrucción.

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Gregorio Castejón Porcel

2. METODOLOGÍA
Ni la normativa nacional ni regional plantean la obligatoriedad o recomendación de realizar un catálogo espe-
cífico de bienes asociados al agua, por lo que no existe a nivel autonómico un ejemplo de “Catálogo de Bienes
Hidráulicos” que se pueda extrapolar al caso de Fuente Álamo de Murcia, hecho que requiere de una confec-
ción ex novo que queda acotada, en este caso, a la limitación de páginas de la comunicación. El propósito de
esta es, por tanto, aproximar al interesado al importante y variado patrimonio hidráulico del municipio, por
lo que para una mayor profundización se recomienda consultar la bibliografía citada.

En este inventario se recogen aquellos bienes hidráulicos existentes que son susceptibles de dicha considera-
ción por su relevancia cultural y patrimonial, elementos históricos que posibilitaron el hábitat y aprovecha-
miento del territorio; artificios y obras que actuaron como sujetos transformadores del paisaje que modelaron
las áreas ocupadas y explotadas desde hace siglos y que también garantizaron el abastecimiento humano,
agrícola, ganadero e industrial de este. Identificación de estos recursos patrimoniales que es el resultado del
trabajo de campo, la consulta de documentación bibliográfica, el análisis de la cartografía histórica, el estudio
de imágenes satelitales y el examen de la documentación de archivo. Fuentes cuya revisión ha propiciado su
cuantificación, reconocimiento y clasificación en las siguientes tipologías: Bienes de captación, Bienes de con-
ducción, Bienes industriales, Bienes de servicio público y Bienes de acopio.

El siguiente paso es ejecutar un análisis descriptivo pormenorizado de estos, si bien, en el caso de estudio,
dicho examen, en vez de realizarse de forma individualizada y mediante fichas, se ha llevado a cabo de forma
generalizada, aunque integrada, con la intención de ofrecer una visión global del conjunto sin perder la rique-
za particular de cada uno de estos componentes, sobre todo de los más relevantes.

Como conclusión, se presenta una evaluación de la situación de protección legal en la que se encuentran
dichos elementos como expresión indispensable de su valoración social y administrativa, por cuanto su ca-
talogación es solo la premisa de una manifestación del interés como conjunto de bienes heredados que per-
miten entender y conocer la historia, las costumbres y forma de vida de este municipio; base sobre la que se
construyó la memoria colectiva, la identidad y un paisaje concreto que posibilita la asociación con una cultura
específica, constituyendo, de este modo, el legado que se transmitirá a las generaciones venideras.

3. CATÁLOGO DE BIENES HIDRÁULICOS


3.1. Bienes de captación
A esta tipología pertenecen todas aquellas infraestructuras cuya función es la captación de agua, bien sea
mediante la derivación de las escorrentías superficiales generadas por las lluvias (terrestre) o por la obten-
ción de recursos subsuperficiales ocultos (subálveos, cuando estos se encuentran en la capa superficial de
las ramblas; o subterráneos, cuando se consiguen de capas freáticas más profundas que requieren de una
perforación).

a) Boqueras de aguas turbias


Son, por lo general, canales excavados con la intención de concentrar el agua de lluvia y transportarla hasta
donde se desea, una red hidráulica antaño muy extendida en el territorio de estudio, donde su aridez provocó
que los habitantes hiciesen uso de los ínfimos recursos que les brindaba el cielo; sin duda, uno de los sistemas
de aprovechamiento más antiguos de los empleados no solo en las regiones secas. No obstante, pese a que
poseían extensiones muy importantes y eran muy numerosas, documentar cada una de estas boqueras es una
tarea prácticamente imposible, más cuando casi la totalidad han desaparecido debido a la transformación del
paisaje rural tradicional. Sin embargo, también existen otro tipo que son tomas directas construidas en los
márgenes de las ramblas con el propósito de que durante las arroyadas parte del caudal movilizado por los
cauces se derivase por estos canales hacía el destino ansiado, las parcelas de cultivo. Las evidencias físicas de
estas también han desaparecido casi por completo, pero la documentación histórica cita alguna de las que
derivaban agua de la rambla de Fuente Álamo, aunque debieron ser muchas más. De este modo, la Boquera de
Villa Antonia es, sin duda, una de las más importantes, así como la mejor documentada hasta la fecha ya que
se conoce que esta obra, de más de 1.800 metros, fue autorizada a Juan de Velasco (Marqués de Villa Antonia)
en 1876 y se edificó en la margen izquierda de la rambla de Fuente Álamo junto a la pedanía de El Estrecho
(X: 666.276; Y: 4.177.610) para que “con sus avenidas fertilize su hacienda denominada ‘La Villa-Antonia’”
(Castejón, 2019).

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APROXIMACIÓN A UN CATÁLOGO DE BIENES HIDRÁULICOS DE FUENTE ÁLAMO DE MURCIA: UN LEGADO OLVIDADO

b) Presas de derivación o azudes


Aprovechaban igualmente las aguas que circulaban por las ramblas en episodios de lluvias importantes o ave-
nidas. De este modo, mediante un muro perpendicular al cauce se contenía el agua favoreciendo su derivación
hacia un canal que conducía los recursos captados hasta un área agrícola en explotación. La única construc-
ción que parece encajar con esta descripción se localiza en el lecho de la rambla de Fuente Álamo al oeste de
la cabecera municipal (X: 659.911; Y: 4.176.699), presenta una cronología incierta y se trata de una obra de
más de 23 metros de largo por 1,30 metros de ancho que puede que alimentase a un antiguo asentamiento de
la margen izquierda del cauce.

c) Aljibes
Son receptáculos semisubterráneos de recolección de agua de lluvia derivada hacia estos bien mediante una
boquera o una era acondicionada para este fin y suelen equipar un sistema manual de extracción de agua me-
diante garrucha o polea sujeta a un travesaño de madera. En Fuente Álamo se han empleado a lo largo de un
extenso periodo de tiempo en base a tres tipologías constructivas: cúpula, casi en su totalidad, cisterna o bóveda
de cañón y pozo, estas dos últimas mucho menos numerosas. Algunos trabajos se han aproximado a su estudio,
sin embargo, una investigación del autor en proceso eleva la cifra de aljibes a unos 190, con diferentes estados de
conservación. Determinar una cronología para estos resulta una tarea complicada, no así para algunos donde
la fecha de su construcción aparece indicada por un grabado inciso o pintado en almagra. Sin duda, uno de los
más importantes de todo el conjunto es el conocido como “Aljibón de Corverica”, edificado en 1883 en la loca-
lidad de Fuente Álamo y que ostenta la particularidad de ser el mayor aljibe de cúpula de la Región de Murcia.

d) Galerías con lumbreras


Constituyen uno de los elementos más interesantes del término, por cuanto suponen extensos y complejos
sistemas de captación de recursos subálveos de fuentes y ramblas existentes en este; obras que, por medio de
dichos minados y en asociación con acequias y acueductos, proporcionaban caudales hídricos muy importan-
tes a la cabecera municipal y a la zona este del término, donde abastecían a lavaderos, fuentes y abrevaderos,
además de propiciar la transformación agrícola de esta área y servir como fuerza motriz de varios molinos
hidráulicos. Asimismo, se documentan dos sistemas excepcionales tanto al oeste como al sur del área admi-
nistrativa indicada, con lo que el total de complejos hidráulicos asociados a galerías con lumbreras es de siete
(Cuadro 1).

Distintos trabajos de Castejón Porcel (2014, 2015 y 2019), han puesto de manifiesto la gran relevancia de cada
uno de los cinco sistemas que se construyeron al levante de Fuente Álamo de Murcia desde mediados del siglo
xviii, así como también el existente al oeste, mientras que el complejo del sur que complementa este fabuloso
conjunto (VII) lo estudió Martínez Hernández (2016), aunque parte del mismo se encuentra en el T. M. de
Mazarrón. En todos los casos, a estas infraestructuras se asocian distintos elementos hidráulicos de gran in-
terés patrimonial: lumbreras, presas, abrevaderos, lavaderos, acequias, sifones, molinos hidráulicos y balsas;
además de haciendas y fincas de amplia tradición agrícola.

Inicio Extensión total aproximada


Sistema de construcción (galería)
I. Casa de Girón-Condes de Heredia-Spínola 1753 15.000 m (5.000 m)
II. Casa de Girón-Adolfo Ceño Martínez 1837 20.000 m (3.500 m)
III. Juan de Velasco, Marqués de Villa Antonia 1879 7.600 m (1.500 m)
IV. Sociedad Amistad y Lucro 1893 >25.000 m (10.000 m)
V. Sociedad Anónima San Juan 1915 >13.000 m (>5.000 m)
VI. Francisco Vivancos García s.d. (anterior a 1928) 2.500 m (800 + 400 m)
VII. Huerta del Mingrano-Huerta Lo Pareja s.d. (anterior a 1900) >1.500 m (250 m)

Cuadro 1. Sistemas de galerías con lumbreras existentes

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 463


Gregorio Castejón Porcel

e) Presas subálveas
Son obras hidráulicas realizadas en el propio cauce de la rambla de Fuente Álamo, en sentido perpendicular
al mismo para garantizar la filtración de los caudales subálveos al interior del sistema hidráulico. Todas las
que se conocen en el municipio están asociadas al Sistema de la Casa de Girón-Condes de Heredia-Spínola
(Cuadro 2) y existen dos tipos: presas de retención de caudales que ayudaban a la filtración de los recursos
subálveos a las galerías adyacentes a estas y presas de captación por filtración directa a su propia infraes-
tructura formada por una galería filtrante antepuesta que precede a la estructura de contrafuertes. Estas
construcciones datan de principios del s. xix, marco temporal en el que se edificó el complejo hidráulico y,
en todo caso, se corresponden con actuaciones en mampostería y cal hidráulica.

Presa Localización Función


I X: 660255.62, Y: 4176962.21 Retención y derivación
II X: 660332.56, Y: 4176982.99 Retención y derivación
III X: 661603.00, Y: 4176781.00 Captación por filtración
IV X: 661605.39, Y: 4176785.33 Captación por filtración
V X: 661991.00, Y: 4176783.00 Captación por filtración

Cuadro 2. Localización y características de las presas subálveas

Sin duda, la que aquí se ha identificado como IV es la más relevante, por cuanto es la que presenta unas carac-
terísticas estructurales de mayor interés (visibles), es la que está mejor documentada y de la que se conoce un
funcionamiento de gran eficiencia. El resto, o presentan graves desperfectos (I y II) o únicamente se sabe de
su existencia por la documentación, sin que exista constatación física de las mismas (III y V).

f) Pozos
Aquellos a tener en cuenta son los que constituyen perforaciones verticales protegidas mediante la construc-
ción de un brocal de obra que suele equipar un sistema de extracción de agua manual mediante polea sujeta
a un travesaño de madera.

No ha sido posible cuantificar los existentes, por el momento, pero a partir del análisis de cartografía histó-
rica se puede afirmar que a finales del siglo xix (momento de máxima implementación junto con la primera
mitad del siglo xx) el número de estos era de al menos 147. No obstante, con toda seguridad, la cifra debió
ser muy superior, por cuanto estos, junto con los aljibes, fueron la principal solución pública y privada para
el abastecimiento humano y ganadero, si bien los pozos particulares o de pequeñas dimensiones suelen pa-
sar más desapercibidos, no así los concejiles o de mayor tradición por cuyo tamaño e importancia eran más
reconocidos, además de ser utilizados con frecuencia como punto de abrevadero de ganados. Algunos de los
más destacados son el Pozo del Tío Andreo (Las Palas), el Pozo del Escobar (El Escobar) o el Pozo de la balsa
(Balsapintada)

g) Aceñas
También llamadas “norias de sangre”, por necesitar de la fuerza animal para accionar la maquinaria que per-
mitía elevar el agua recogida por sus arcaduces del fondo del pozo, son otra de las soluciones técnicas de
amplia usanza y desarrollo en el término, como demostraron en su análisis Martínez y Pagán (2010), quienes
documentaron vestigios de casi un centenar de estas (cifra que aumenta con su labor investigadora reciente),
de las que un 25 % habían desaparecido en su totalidad y cuya distribución está muy vinculada al entorno de
las ramblas de Fuente Álamo y de La Azohía, así como también con el área comprendida entre el Rincón de
la Lobera y El Espinar; zonas reconocidas históricamente como ricas en recursos hídricos. En todo caso, se
trata de infraestructuras que, por lo general, poseían una balsa auxiliar y que dieron lugar a pequeñas huertas
particulares.

h) “Molinos de viento”
Edificios cuya maquinaria empleaba el viento no para molturar cereal sino como energía para elevar aguas
del subsuelo con un “rosario de arcaduces”. De la veintena de estos emblemáticos ingenios industriales que
existieron en el municipio y que formaban parte de la estampa pérdida del Campo de Cartagena (Martínez
y Pagán, 2012), tan solo dos estaban destinados a extraer recursos hídricos, el Molino de Beltrán o Molino

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APROXIMACIÓN A UN CATÁLOGO DE BIENES HIDRÁULICOS DE FUENTE ÁLAMO DE MURCIA: UN LEGADO OLVIDADO

de Pedro Conesa (X: 660.208; Y: 4.173.949) y el Molino de Villa Antonia (X: 667.361; Y: 4.178.080); el resto
eran industrias harineras. Las dos infraestructuras señaladas conservan la torre (aunque transformadas) y las
balsas auxiliares.

3.2. Bienes de conducción


a) Acequias
Se corresponden con las conducciones de obra construidas para canalizar el agua captada. Generalmente esta-
ban edificadas mediante mampostería y cal hidráulica, aunque también se emplearon en estas lajas de pizarra
y ladrillos de adobe. Las más importantes del término están asociadas a los sistemas de galerías ya descritos
(Cuadro 3), el resto formaban parte de los complejos hidráulicos de aceñas y molinos sin que tuviesen un de-
sarrollo muy extenso, aunque también hay otras más modernas, posteriores a los años cincuenta, que forman
parte de complejos hidráulicos asociados a pozos motorizados.

Sistema Inicio de construcción Extensión aproximada


I. Casa de Girón-Condes de Heredia-Spínola 1753 10.000 m
II. Casa de Girón-Adolfo Ceño Martínez 1837 16.500 m aprox.
III. Juan de Velasco, Marqués de Villa Antonia 1879 6.100 m
IV. Sociedad Amistad y Lucro 1893 > 15.000 m
V. Sociedad Anónima San Juan 1915 > 7.000 m
VI. Francisco Vivancos García s.d. (anterior a 1928) 1.300 m (total)
VII. Huerta del Mingrano-Huerta Lo Pareja s.d. (anterior a 1900) >1.300 m

Cuadro 3. Acequias asociadas a los sistemas de galerías

b) Acueductos
Estas estructuras, por medio de un paso sobreelevado sustentado en un arco o arcos, permitían salvar grandes
desniveles del terreno y, por tanto, la circulación de las aguas. Los 6 documentados están todos asociados a los
sistemas de galerías precitados (Cuadro 4) y por su atractivo suelen ser los elementos más reconocidos del pai-
saje. Otros tres formaban parte de estos mismos sistemas hidráulicos, pero quedan fuera de este término por
escasos metros. En todo caso, todos ellos se construyeron en obra de mampostería y cal hidráulica, haciendo
uso, en ocasiones, de lajas de pizarra y/o ladrillos de adobe.

Sistema Acueducto (arcos) Extensión total aproximada


I (2) X:662635; Y:4177407
I. Casa de Girón-Condes de Heredia-Spínola
II (>10) X:666347; Y:4177768
I (1) X:664427; Y:4176798
II. Casa de Girón-Adolfo Ceño Martínez
II (2) X:664499; Y:4176852
III. Juan de Velasco, Marqués de Villa Antonia I (>10) X:666347; Y:4177768
VII. Huerta del Mingrano-Huerta Lo Pareja I (1) X:656415; Y:4167674

Cuadro 4. Acueductos identificados

c) Boqueras
Son aquellas canalizaciones excavadas en el terreno carentes de elementos de edificación. Como ocurre con
las de turbias, estas prácticamente han desaparecido por completo, si bien, antaño, eran parte fundamental
en los procesos finales de distribución de las aguas captadas por las distintas infraestructuras citadas hasta las
parcelas cultivadas. La documentación histórica cita un gran número de estas, sobre todo en el área irrigada
por los minados, sector este, aunque prácticamente han sido arrasadas.

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Gregorio Castejón Porcel

3.3. Bienes industriales


Estos hacen alusión a los inmuebles o artefactos que utilizaban la fuerza del agua como energía para desen-
cadenar la transformación industrial de un producto y únicamente existe una edificación que se ajusta a esta
descripción, el Molino de Serón, construcción erigida a mediados del siglo xviii que poseía dos cubos de 7
metros de caída. Se localiza en la pedanía de El Estrecho, en la margen izquierda de la rambla de Fuente Ála-
mo, al pie del cabezo de la Cruz (X: 665297; Y: 4177511). Tanto Martínez y Granero (2007) como Castejón
Porcel (2014, 2015 y 2019) lo han estudiado en profundidad, por lo que sus características y referencias histó-
ricas están bien documentadas. No obstante, lo más relevante de esta industria es su propia excepcionalidad,
ya que es uno de los cuatro de esta tipología existentes en todo el Campo de Cartagena y el único de dos cubos
en la extensa comarca.

3.4. Bienes de servicio público


Con esta denominación se clasifican aquellos elementos cuya existencia permitía cubrir una necesidad básica
de la población de forma gratuita, como fue la higiénica o la de abastecimiento humano y ganadero, aunque
en ocasiones, el Ayuntamiento fue el que sufragó su construcción o pagó para el dispendio de este servicio.

a) Lavaderos
Eran infraestructuras de obra junto a canalizaciones que estaban equipados con piedras de geometría plana
en las que se frotaban las prendas. La mayoría estaban asociados a los sistemas de galerías con lumbreras
anteriormente descritos, a excepción del Lavadero de Jiménez. En el municipio existieron 8 (Cuadro 5), ge-
neralmente de uso público, aunque parece que tanto el del Caserío de La Ribera (El Estrecho) como el de
Los Madrileños (Balsapintada) tuvieron, en cierto momento, un acceso restringido, además, a día de hoy, el
Lavadero de Serón se encuentra enterrado bajo el lecho de la rambla y tanto el Lavadero de Jiménez como el
Lavadero Municipal desaparecieron a finales del siglo xx.

Nombre Abastecimiento Año de construcción Ubicación


Lavadero de Serón o de La Sist. de la Casa de X:661395
1753-1755
Rambla Girón-Condes Heredia Spínola Y:4176810
Sist. de la Sociedad Amistad y X:661579
Lavadero Municipal 1932
Lucro Y:4176588
X:661391
Lavadero de Jiménez Canal del Taibilla 1960
Y:4176338
X:666105
Lavadero de La Ribera Sist. de Juan de Velasco Citado ya en 1867
Y:4177667
Sist. de la Casa de X:666425
Lavadero de El Estrecho 1932
Girón-Condes Heredia Spínola Y:4177797
Sist. de la Sociedad Amistad X:666741
Lavadero de Los Rabales 1893-1898
y Lucro Y:4179971
Sist. de la Sociedad Amistad X:666742
Lavadero de Los Madrileños Posterior a 1893
y Lucro Y:4179972
Sist. de la Sociedad Amistad X:666906
Lavadero de Balsapintada 1893-1898
y Lucro Y:4180140

Cuadro 5. Lavaderos identificados.

b) Abrevaderos
Los abrevaderos identificados (Cuadro 6) presentan dos tipologías distintas. Por un lado se han documentado
algunos que se corresponden con pequeños pilones labrados en piedra o de obra asociados a pozos (principal-
mente concejiles), aljibes y, excepcionalmente, a los complejos hidráulicos de galerías del Sistema de Francisco
Vivancos García y el Sistema de la Sociedad Anónima San Juan, este último desaparecido recientemente.
Por otro, se registran pilones adosados a las acequias que transportaban las aguas del resto de complejos de
galerías a modo de obras integradas en estas; al margen de estos puntos, los rebaños no podían abrevar en las
canalizaciones a no ser que el propietario lo autorizase.

466 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


APROXIMACIÓN A UN CATÁLOGO DE BIENES HIDRÁULICOS DE FUENTE ÁLAMO DE MURCIA: UN LEGADO OLVIDADO

Sistema Localización
Casa de Girón-Condes de Heredia-Spínola X:661395; Y:4176810
I. X:662193; Y:4176836
Casa de Girón-Adolfo Ceño Martínez II.X:664609; Y:4177018
III.X:665493; Y:4176862
I.X:663003; Y:4178082
Sociedad Amistad y Lucro
II.X:664011; Y:4178684
Sociedad Anónima San Juan X:666050; Y:4177602
Francisco Vivancos García X:648716; Y:4171373

Cuadro 6. Abrevaderos asociados a sistemas de galerías con lumbreras

c) Fuentes
Las fuentes consideradas son aquellas de carácter público para el abastecimiento humano o las de carácter
ornamental de interés histórico, por lo que no se tienen en cuenta los manantiales ni aquellas instaladas re-
cientemente. Conforme a esto, en 1920 José Maestre Pérez donó dos fuentes de hierro que se conectaron en
la localidad de Fuente Álamo a la red hidráulica del Sistema de la Sociedad Amistad y Lucro y sirvieron a la
población como punto de aprovisionamiento gratuito. De estas, solo pervive una, la Fuente de Santa Obdu-
lia, aunque no en su ubicación original (X: 661.380; Y: 4179.870). Por otro lado, existe una segunda fuente
(X: 661.314; Y: 4.176.623), en este caso ornamental y de piedra, que se instaló en 1960 en la actual plaza de
la Fuente de la cabecera municipal en conmemoración de la llegada de las aguas del Canal del Taibilla (para
lo que se arrancó la de hierro fundido preexistente citada líneas atrás); sin embargo, está fue sustituida en la
década de 1970 por la que existe en la actualidad.

3.5. Bienes de acopio


Balsas
Edificaciones generalmente superficiales de mampostería o excavadas con paredes enlucidas que eran y son
utilizadas para el acopio de agua procedente de distintos sistemas de captación (en su mayoría: galerías, bo-
queras, aceñas, pozos y molinos de viento). Se pueden clasificar en balsas de geometría circular o albercas de
perímetro cuadrangular, y una primera aproximación estima su número total en cerca de medio millar, casi la
totalidad asociadas hoy día a pozos pero antaño ligadas a diversos sistemas de captación. Los aljibes pueden
considerarse también bienes de acopio.

4. CONCLUSIONES
Se ha demostrado que Fuente Álamo de Murcia cuenta con un amplio y variado catálogo de bienes hidráuli-
cos cuyo valor patrimonial y cultural es indiscutible, motivo que impulsó en 2016 la organización anual de las
Jornadas de Investigación: Cultura, Patrimonio y Agua (JICPA), actividad –actualmente en su quinta edición–
coordinada por el autor y respaldada por la municipalidad. No obstante, la práctica totalidad de estas infraes-
tructuras se encuentran en grave riesgo de desaparición ya que solo se ha intervenido en la recuperación del
Aljibón de Corverica, en la Balsa de Balsapintada y en el Pozo de El Escobar. Pero, sin duda, sorprende que tan
solo tres elementos de los citados en este trabajo están inventariados en las relaciones de bienes catalogados
por la Dirección General de Bienes Culturales, concretamente en la categoría de Bienes de Interés Etnográfico:
Aljibón de Fuente Álamo, Balsa de Balsapintada y Aljibe de Balsapintada; así como también asombra que ni
el Molino de Beltrán ni el Molino de Villa Antonia hayan sido distinguidos como BIC, al contrario que otras
industrias de esta tipología del municipio.

Por otro lado, en el año 2017 el Ayuntamiento de Fuente Álamo de Murcia, amparado bajo un informe realizado
por el autor, solicitó a este mismo organismo la catalogación de los sistemas de galerías existentes en el término,
si bien esta aún no ha resuelto el expediente. Con todo, no cabe duda de que urge la protección y restauración de
estos elementos, tal y como ha considerado Hispania Nostra para alguno de ellos: Molino de Serón y Sistemas
de la Casa de Girón, para evitar su desvanecimiento e integrarlos a la red de recursos culturales municipal y de
la Región de Murcia, bienes identitarios de la sociedad de este territorio.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 467


Gregorio Castejón Porcel

5. BIBLIOGRAFÍA
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468 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


MODELADO TRIDIMENSIONAL DE PRECISIÓN DE
PIEZAS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE MURCIA.
CASO DE ESTUDIO: CAPITEL JÓNICO ROMANO

González García, Jesús Ángel


Universidad Politécnica de Cartagena
Riquelme-Gómez, María de los Ángeles
Universidad Politécnica de Cartagena

Resumen
La documentación precisa de cada una de las piezas de un museo permite poder analizarlas, estudiarlas y di-
vulgarlas de un modo más dinámico, al mismo tiempo que incorporar réplicas de esas piezas, preparadas para
hacer el museo más inclusivo y permitir que personas con determinadas discapacidades y los niños puedan
disfrutar de las piezas del museo, tocándolas y disfrutando sus detalles. Para conservar el rigor y el respeto
de estas piezas, en este caso arqueológicas, es fundamental realizar un levantamiento exhaustivo, que permita
modelarlas conservando todas sus formas. Un ejemplo de esta modelización de piezas del Museo Arqueoló-
gico de Murcia, ha sido el realizado con un capitel jónico de aire corintizante romano mediante fotogrametría
y topografía clásica.

Palabras clave: Fotogrametría digital, museo inclusivo, documentación, arquitectura romana, capitel jónico.

Abstract
The precise documentation of each of the pieces in a museum allows them to be analyzed, studied and dissem-
inated in a more dynamic way, at the same time as incorporating replicas of those pieces, prepared to make the
museum more inclusive and allow people with certain disabilities and children can enjoy the museum pieces,
touching them and enjoying their details. In order to preserve the rigor and respect of these pieces in this archae-
ological case, it is essential to carry out an exhaustive survey that allows them to be modeled while preserving all
their forms. An example of this modeling of pieces from the Archaeological Museum of Murcia has been carried
out with a Roman Ionic capital, using photogrammetry and classic topography.

Keywords: Digital Photogrammetry, inclusive museum, documentation, Roman architecture, Ionic capital.

1. INTRODUCCIÓN
Las nuevas metodologías y el avance tecnológico facilitan el proceso de documentación de piezas en los
museos, lo que hace posible un mayor conocimiento y comprensión de dichas piezas. Desde este punto de
vista, las técnicas más utilizadas actualmente para la reconstrucción y documentación geométrica de mo-
delos, metodologías no invasivas como son la fotogrametría digital convergente y las mediciones de láser
escáner.

Estas técnicas muy respetuosas con el objeto de estudio, permiten documentar el patrimonio obteniendo un
modelo preciso del objeto que ayuda en su estudio en profundidad (Remondino, 2011; Yastikli, 2007). Ade-
más, una vez obtenido el modelo virtual, es posible su difusión de manera online, como se ha realizado con
otros elementos patrimoniales, a través de portales web de libre acceso (Peña Velasco et al., 2017; Cabezos
Bernal & Rossi, 2017) o incluso generando juegos interactivos para su mayor divulgación y acercamiento,
consiguiendo motivar a un público juvenil (García-León et al., 2018). Una vez obtenida la modelización de la
pieza de estudio, es posible realizar réplicas, que permiten que los museos sean inclusivos y más interactivos
con los visitantes.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 469


Jesús Ángel González García y María de los Ángeles Riquelme-Gómez

Estos levantamientos permiten la valorización del patrimonio cultural, sea por la adquisición de datos mé-
tricos, sea por la representación (Papa et al., 2019). En particular, en la representación, lo digital transfor-
ma indudablemente el modo con el cual se navega por nuestro conocimiento, permitiendo no solo percibir
virtualmente objetos y contextos, sino también reconocer y crear nuevas relaciones entre ellos, de lo que se
desprenden temas adicionales de investigación que pueden ir mucho más allá del mero uso y disfrute cultural
(Gaiani et al., 2011). Con este objetivo ha sido desarrollada la investigación sobre el capitel jónico hallado en
una villa romana de Portmán, ubicado actualmente en la exposición permanente del Museo Arqueológico de
Murcia.

1.1. Caso de estudio: capitel jónico


El capitel de este caso de estudio se encontró en las excavaciones realizadas en 1969 en la villa romana ubicada
en Portmán, fechada la construcción de la villa desde el siglo i a. C. Esta villa sufrió varias remodelaciones,
una en época augustea y posteriormente otra remodelación con la construcción del área termal. Finalmente,
en el siglo iii d. C. se produjo el abandono total de la villa, este suceso vino acompañado de su expolio (Fer-
nández Díaz, 2003).

Este capitel se encontró, como parte del material desubicado del yacimiento y lejos de su posición original, en
las piscinas de la terraza inferior en el rectángulo 5 (Fig. 1). El capitel es una variante singular de un capitel jó-
nico que incorpora ciertos motivos del orden corintio, como en este caso son las hojas de acanto. Actualmente
esta pieza se encuentra en el Museo Arqueológico de Murcia, expuesta de modo permanente, con el número
de inventario 4536.

Figura 1. Ortoimagen obtenida con dron del yacimiento de la Villa romana de Portmán. (Elaboración propia)

El capitel está labrado en mármol con características similares al extraído en el Cabezo Gordo. Podrían estar
dentro de la segunda mitad del siglo i d. C. (Ramallo Asensio, 2012). Hay varios capiteles de la misma épo-
ca que son de orden jónico pero con motivos del orden corintio. Esta singularidad se encuentra en varios
ejemplos en la ciudad de Carthago Nova, siendo testimonio de la complejidad y variedad arquitectónica de
la ciudad. Otros ejemplos de capiteles que presentan esta singularidad han sido encontrados en el Cerro de la
Concepción y en el Cerro del Molinete (Ramallo Asensio, 2012).

Puede verse en la figura 2-izquierda que tiene características del orden jónico por las volutas, pero en las otras
partes presenta espirales, hojas de acanto típicas del orden corintio, figura 2-derecha.

Figura 2. Imágenes de los dos lados distintos del capitel objeto de estudio. Los otros dos lados son simétricos. (Elaboración propia)

470 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


MODELADO TRIDIMENSIONAL DE PRECISIÓN DE PIEZAS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE MURCIA. CASO DE ESTUDIO: CAPITEL
JÓNICO ROMANO

2. OBJETIVOS
La modelización de la pieza escultórica se ha realizado basándose en la fotogrametría digital convergente, y
utilizando de manera complementaria la topografía clásica para el posicionamiento de los puntos de apoyo y
control, resolviendo así las tres orientaciones del objeto: interna, relativa y absoluta.

Una vez definido el modelo digital preciso del capitel romano, documentarlo gráficamente y ampliar la ac-
cesibilidad del museo, así como la divulgación que este pueda hacer del objeto de estudio. La generación
del modelo tridimensional virtual permite una agilidad y un lenguaje más actual con la sociedad, donde su
incorporación en plataformas web, incrementarán notablemente la visibilidad de la pieza y su accesibilidad
virtual. También, la posibilidad de realizar una impresión 3D del modelo, con lo que se lograría palpar la
réplica, mejorando la oferta del propio museo donde actualmente se exhibe, permitiendo que visitantes con
discapacidad visual pudiesen explorarla.

Finalmente realizar una hipótesis de la posición que ocuparía dicho capitel dentro de la villa rural romana,
donde se analizan diferentes posibilidades de dónde podría estar ubicado, cumpliendo su función arquitectó-
nica como parte de una columna.

3. METODOLOGÍA
La creación de modelos digitales que permitan la divulgación y la posibilidad de réplicas o impresiones de la
pieza genera la necesidad de crear un modelo tridimensional preciso del objeto. La metodología empleada
para realizar este proyecto se diferencia por el uso de dos técnicas complementarias: la toma de datos median-
te fotogrametría y el apoyo de la topografía clásica. Este proceso se realiza in situ, dentro del Museo arqueo-
lógico de Murcia. Terminada la fase de toma de datos, se procede a un análisis de la información tomada, así
como a generar el modelo tridimensional aportándole finalmente una texturización al mismo.

3.1. Toma de datos


La fase de toma de datos fue realizada en el interior del museo en febrero de 2020. El museo alberga gran
cantidad de piezas en su exposición, para poder realizar la toma de datos el museo trasladó la pieza, con las
medidas de seguridad pertinentes, a una habitación aislada (Fig. 3). El capitel se colocó sobre un pedestal que
poseía el museo.

Para la obtención de datos a través de la estación total, se utilizó la multiestación Leica Geosystems MS50 1
R2000, tratándose esta de un escáner láser y estación total. Con ella se tomaron una serie de puntos de apo-
yo, cuatro dianas preseñalizadas que se colocaron en lugares externos a la pieza para no producir ninguna
alteración en la misma y cuatro puntos naturales, para poder realizar la orientación absoluta, que permita su
correcto escalado y la comprobación de los errores obtenidos.

La toma de fotografías se realizó con un objetivo Sigma DC 17-50mm montado sobre una cámara Nikon
D3300, con una focal de 29 mm, sobre trípode. Se grabó en formato RAW para posteriormente realizar
una corrección del color con una carta de color Xrite ColorCheker para obtener una textura óptima de la
pieza (Fig. 3). La textura de los materiales y la iluminación artificial de la sala pueden crear efectos nega-
tivos en la toma de imágenes. Debido a esa consecuencia se mejoró con dos focos específicos colocados
directamente y puestos a la altura adecuada para iluminar correctamente la pieza. El proceso de toma de
imágenes se realizó con trípode generando anillos a alturas diferentes. En total se realizaron 97 imágenes
en formato RAW, que tras el volcado de los datos han sido corregidas con la tabla de color y transformadas
al formato jpg, mediante el programa Adobe Lightroom, para introducirlas en los diferentes programas
de procesado.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 471


Jesús Ángel González García y María de los Ángeles Riquelme-Gómez

Figura 3. Toma de datos mediante fotogrametría, a) imágenes de la escultura con la plantilla de corrección de color; b) imágenes en el
momento de la toma. (Elaboración propia)

3.2. Procesado y obtención del modelo tridimensional


A través del programa Agisoft Metashape Professional se ha realizado la orientación de las imágenes en el mo-
mento de la toma. La introducción de todas las imágenes para generar su orientación relativa para calcular la
posición en la que las imágenes se encontraban en el momento de la toma con respecto al objeto fotografiado
y la calibración de la cámara y focal utilizada. Visualizando los cuatro anillos realizados en la toma a diferentes
alturas (Fig. 4).

Figura 4. Resultado de la orientación relativa. Anillos de toma de las fotografías. (Elaboración propia)

Una vez orientado, se obtiene por correlación automática de puntos homólogos una nube de puntos tridimen-
sional del objeto de estudio (Fig. 5a). Partiendo de la construcción de la nube de puntos, se realiza la densifi-
cación de dicha nube con una calidad alta, con una densidad de puntos finales de más de 4 millones de puntos
(Fig. 5b). Esta permite controlar mejor la creación del modelo y eliminar fallos de una forma sencilla dando
como resultado un modelo bastante homogéneo. Tras la depuración de los puntos y limpieza de elementos
externos al capitel se generará el modelo mediante una malla triangular (Fig. 5c).

Esta malla se realizará en calidad alta para obtener un modelado de mayor número de caras, densidad y preci-
sión, obteniendo un total de malla de 832.299 caras. Tras esa fase, se exportará el resultado al programa libre
de modelado Blender. A través de este software se reconstruirá la malla reparando las oquedades que pudieran
resultar del proceso anterior así como mejorar la superficie mediante un esculpido digital, proceso muy deli-
cado para no modificar la geometría (Aparicio Resco, 2014). Finalmente, reparada y depurada la malla se le
aplicará la textura final del modelo de estudio (Fig. 5d).

472 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


MODELADO TRIDIMENSIONAL DE PRECISIÓN DE PIEZAS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE MURCIA. CASO DE ESTUDIO: CAPITEL
JÓNICO ROMANO

Figura 5. Proceso de modelado tridimensional, a) Nube de puntos de la correlación automática; b) Nube de puntos densa; c) Modelo de
Malla; d) Modelo con la textura real. (Elaboración propia)

4. RESULTADOS
Se ha obtenido el modelo tridimensional virtual del capitel del yacimiento romano, a través de la fotograme-
tría digital terrestre, con un método totalmente respetuoso con la pieza. Al mismo tiempo se pueden mostrar
las ortoimágenes de sus alzados y sobre ellos realizar la vectorización de los mismos y su acotación. Las di-
mensiones que presenta son de: 30 cm de altura, 43 cm de planta cuadrangular y un diámetro sobre fuste de
33,5 cm (Fig. 6). Estas mediciones se han llevado a cabo tras la toma y comprobación de una serie de puntos
de apoyo tomados a través de la multiestación, mostrando un error medio cuadrático de 6 mm.

Figura 6. Vectorización de los dos alzados diferentes del capitel, sobre la ortoimagen del mismo. (Elaboración propia)

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 473


Jesús Ángel González García y María de los Ángeles Riquelme-Gómez

El modelo virtual permite realizar hipótesis en él sobre la reconstrucción de la columna y su posible ubicación
en el yacimiento. La anastilosis se ha realizado mediante el tratado de Vignola, publicado en el año 1562.
Partiendo de la base del capitel de 33 cm de diámetro, este tratado determina que esa base del capitel es 7/8
del diámetro de la columna. Mediante esta proporción podríamos sacar el diámetro de la columna, siendo
37,7 cm. Una vez teniendo el diámetro de la columna se puede sacar el resto de las dimensiones, obteniendo
la altura total de la columna de 3 m. En esta villa, conociendo el yacimiento excavado hasta la fecha, hay dos
zonas que tendrían columnas: el corredor principal que unían la zona de vivienda (Pars Dominica) y la zona
industrial (Pars Rustica) de unos 70 metros de longitud, la palestra de las termas.

En el yacimiento actual, apenas queda la mitad de la palestra de las termas, que podemos ver en la ortoi-
magen del yacimiento mediante fotogrametría aérea, con dron que aparece en el rectángulo 6 de la figura
1. En el yacimiento se localiza el arranque de dos columnas en la zona de la palestra, anexada a las termas.
Basándonos en las tipologías y forma de construir romana, la palestra se construía fundamentándose en un
tratado estandarizado en el siglo iv a. C. Esta área tendría forma cuadrangular, con peristilo en su zona inte-
rior, la cual estaría rodeada de columnas. A partir de estas premisas podemos hacer una hipótesis de dónde
estarían ubicadas las columnas partiendo de los arranques que ya conocemos y como quedaría el área de la
palestra (Fig. 7).

Figura 7. a) Ortoimagen hipótesis de la ubicación de las columnas en la zona de la palestra; b) Arranque de columna ya existente. (Ela-
boración propia)

En cuanto a sus dimensiones y materiales, las columnas en esta zona están elaboradas mediante aparejo de
ladrillos cocidos, se trata de un material mucho más duro, resistente y duradero que el ladrillo de adobe tra-
dicional. Normalmente el aparejo tenía una geometría rectangular, pero existen casos como el que nos abarca
realizados de forma circular, este modo de construcción se realizaba en edificaciones de la época romana alto
Imperial. Las columnas de la villa presentan un aparejo de una mitad de cilindro sin núcleo de cerámica en el
centro, que después se recubrían enfoscándolos y pintándolos o colocando polvo de mármol. Se han obtenido
in situ las dimensiones de la basa de una de las columnas de la palestra que aún quedan, estas tienen un diá-
metro de 36 cm, sin contar el revestimiento. Se ha realizado la reconstrucción de las columnas de la palestra
con el capitel de estudio (Fig. 8).

La zona del corredor principal, se cree que sería un corredor techado, pero de pórtico abierto descubierto
en la parte del mar. Este corredor, además de servir de comunicación entre la parte industrial y privada de la
villa, también debió de servir como un lugar prominente desde donde se podía disfrutar del paisaje, de ahí
la posición más elevada respecto al de servicio (Fernández Díaz, 2003). Sus paredes quedarían pintadas y se
formarían exedras en su recorrido donde quedarían expuestas esculturas o pinturas de gran importancia. En
la parte exterior no se ha podido localizar ningún arranque de columna, sin embargo, la anchura del muro
donde debería estar apoyada la basa es inferior a la dimensión que se ha obtenido mediante anastilosis, por lo
que se considera que no pertenecería a esta localización.

A día de hoy, y con el nivel de las excavaciones actuales se puede pensar en estos lugares como ubicación del
capitel, debido a su ornamento; pero ya que esta pieza se encontró desubicada dentro del yacimiento cabe la po-
sibilidad de que con futuras campañas de excavación se pudiera delimitar otra posible localización.

474 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


MODELADO TRIDIMENSIONAL DE PRECISIÓN DE PIEZAS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE MURCIA. CASO DE ESTUDIO: CAPITEL
JÓNICO ROMANO

Figura 8. Reconstrucción de la columna y posible ubicación en el área de la palestra. (Elaboración propia)

5. CONCLUSIONES
Los hallazgos encontrados en la excavación de la villa romana de Portmán nos ayudan en la comprensión de
las construcciones romanas. La generación de un modelo tridimensional, nos proporciona un modelo 3D con
la textura real del capitel a partir de las imágenes. Se ha realizado la representación clásica bidimensional con
una acotación en planta, alzado y perfil; lo que permite la documentación precisa del capitel jónico romano.

Con sus dimensiones y el conocimiento del yacimiento actual, pueden realizarse hipótesis de su posible ubica-
ción, tanto en la palestra como en el corredor, pudiendo utilizarse para recreaciones virtuales de la villa. Estos
modelos y recreaciones pueden subirse a diferentes plataformas web para aumentar su difusión incluyendo
anastilosis e hipótesis de ubicaciones.

Las nuevas técnicas y avances tecnológicos permiten un mejor conocimiento de las piezas del museo y ayu-
dan a una divulgación de las mismas de una forma más ágil tanto para investigadores como para público en
general, permitiendo además ampliar el abanico de posibilidades al hacer réplicas mediante impresoras 3D o
moldes con el modelo tridimensional, haciendo la oferta del museo más inclusiva.

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Jesús Ángel González García y María de los Ángeles Riquelme-Gómez

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AGRADECIMIENTOS
Agradecer al Museo Arqueológico de Murcia y a la arqueóloga responsable del yacimiento por su colaboración.

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EL PLAN MUSEOLÓGICO DEL CIUFRONT
MUSEO MEDIEVAL DE LORCA

Torres del Alcázar, David Francisco


Historiador del arte. Director del CIUFRONT

Resumen
Desde el año 2007 la Federación San Clemente viene realizando exposiciones temporales en diferentes salas
de la ciudad, mostrando diferentes montajes de un museo efímero que tendrá su sede definitiva en la antigua
iglesia de Santa María la Mayor de Lorca. En 2019 se creó jurídicamente el organismo que regirá el CIU-
FRONT Museo Medieval de Lorca, institución que tiene por objeto el estudio y conservación del patrimonio
que conforma el tesoro artístico medieval de la ciudad y de las conmemoraciones medievales de Lorca. Para
su puesta en marcha se ha redactado un plan museológico específico para esta institución que, siguiendo el
espíritu de este tipo de documentos, viene adaptándose a las diferentes necesidades y condicionantes que van
surgiendo a lo largo de la implementación del proyecto que haga del museo una realidad.

Palabras clave: Museo, medieval, Lorca, plan museológico, proyecto expositivo, museografía, museología.

Abstract
Since 2007, the San Clemente Federation has been holding temporary exhibitions in different venues around
the city, displaying different versions of an ephemeral museum that will have its final headquarters in the old
church of Santa María la Mayor in Lorca. In 2019, the body that will govern the CIUFRONT (Border town)
Medieval Museum in Lorca was legally created. This institution aims to study and conserve the heritage that
makes up the city’s medieval artistic treasure and its medieval commemorations in Lorca. For its commission-
ing, a specific museological plan has been drawn up, a plan which has been adapted to the different needs and
conditions that have arisen throughout the implementation of the project to make the museum a dream come
a reality.

Keywords: Museum, medieval, Lorca, museological plan, exhibition project, museography, museology.

1. INTRODUCCIÓN
Rara vez un historiador del arte puede enfrentarse a dirigir la puesta en marcha de un museo ex novo y la
redacción de su Plan Museológico. A pesar de la falta de importancia que se le atribuye a este documento, el
Plan Museológico permite afrontar toda la complejidad que supone la remodelación o puesta en marcha de
un museo desde una óptica global e integral, de forma que la institución adquiere una dimensión extraordi-
naria. En el caso del CIUFRONT no se trata de actualizar, remodelar o redirigir la línea de un museo preexis-
tente sino de poner en marcha, desde tabula rasa, una nueva realidad museográfica en la ciudad de Lorca con
el claro objetivo de dotar a la Federación San Clemente de una sede institucional digna del Patrón de la ciudad
y capaz de exhibir las colecciones clementinas. De tratarse tan solo de estos objetivos, nos veríamos envueltos
en un proyecto conveniente en otros tiempos, respondiendo a instituciones propias de la ya superada época
del coleccionismo. Se trata por tanto de diseñar una institución que exhiba las colecciones que tienen a su
disposición en condiciones de conservación preventiva, de forma ordenada y clara, fomentando su contem-
plación y estudio, garantizando su protección, conservación y restauración, sin renunciar al desarrollo de
programas de exposiciones temporales vinculadas a su colección y de actividades de divulgación, formación,
didáctica y asesoramiento en conservación.

Con estos fines la Federación San Clemente, titular del museo, toma conciencia desde el principio de la necesi-
dad de redactar un plan, un proyecto, una hoja de ruta que lleve el sueño del museo a ser una realidad. En 2009
el presidente de la Junta de Gobierno de la entidad encarga a quien suscribe estas líneas la redacción del Plan

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 477


David Francisco Torres del Alcázar

Museológico del que entonces se conocía como CIUFRONT, museo Ciudad de Frontera. Con dicho encargo
la institución patronal nos planteaba su visión sobre el museo, el concepto del que partían y las posibles sedes.
En estrecha colaboración con ellos nos pusimos manos a la obra presentando el primer borrador en 2010
ajustado a la estructura y método de trabajo establecido por el Ministerio de Cultura en 2005. Varios serán los
documentos que se han venido generando, pues si algo caracteriza a los planes museológicos es su carácter
vivo, cambiante, su capacidad de adaptarse a las novedades que van surgiendo a lo largo de la implementación
y desarrollo del proyecto. En aquella primera aproximación se dejaba el capítulo dedicado a la arquitectura
sin redactar por ausencia de una sede clara, en otras se planteaban propuestas que hoy ya son historia, en los
futuros se plantearán nuevos retos que definirán sin duda la vida del museo.

Para hacer posible la redacción de este artículo, que debe reducir el espíritu invariable del plan a la extensión
de esta publicación y hacer más comprensible su lectura, la estructura propuesta por el Ministerio de Cultura
se verá alterada fusionando los apartados correspondientes a la evaluación y diagnóstico con sus homólogos
dedicados a programas y proyectos de futuro. Así mismo cerramos esta publicación con los planteamientos
de los patrones expositivos, etapa del proyecto en el que nos encontramos.

2. PLANTEAMIENTO CONTEXTUAL: ¿POR QUÉ UN MUSEO MEDIEVAL?


Tras la capitulación de Lorca en 1244 su territorio pasa a depender de la Corona de Castilla y se convierte en
la llave segura del reino tal y como reza la divisa de la ciudad. En ese siglo xiii comienza la solemnidad del
“Invicto Mártir Pontífice San Clemente”, ínclito Patrón de Lorca, promulgándose un voto perpetuo del con-
cejo de la ciudad por el que se comprometen a procesionar a la imagen del santo y acompañarlo bajo mazas.
La veneración del Patrón de Lorca llega a nuestros días de mano de una imagen de 1948 obra de Eduardo
Espinosa que siendo propiedad municipal fue depositada para el culto en el altar mayor de la “Insigne Cole-
giata de Lorca”.

El año 1986 será una fecha clave en estas festividades pues el Ayuntamiento de Lorca delega tras más de seis
siglos la organización de las fiestas patronales en la recién creada Federación San Clemente. Esta institución,
conformada por mesnadas cristianas y cabilas moras, será a partir de entonces la encargada de vertebrar los
actos civiles y religiosos en torno al Patrón de la ciudad. Este hecho fue generando un incipiente patrimonio,
especialmente textil bordado con la técnica del recorte y aplicación, que tenía por objeto vestir los diferentes
personajes que trataban de conmemorar el pasado medieval de la ciudad, centrándose en los acontecimientos
relativos a la capitulación de Lorca en 1244. A partir de 2006 se incorporan diferentes personajes vinculados
a la historia de la ciudad como monarcas, sultanes o caudillos, pero será en 2007 con la proclamación del
nuevo presidente, cuando se ahonde en el concepto de unas fiestas de corte histórico y la incorporación de
la cultura judía en base a los hallazgos arqueológicos descubiertos en el castillo de la ciudad al amparo de la
torre Alfonsina.

Las festividades toman a partir de ese año, con la divisa Lorca ciudad de frontera, un nuevo concepto de
conmemoración vertebrada en torno a los diferentes acontecimientos medievales acaecidos en Lorca, entre
la conquista musulmana de manos de Abd el Aziz Ibn Musá en 713 y 1488, año de la visita regia de Fernando
el Católico, que supuso la ruptura de la frontera y el comienzo de la fase final para la conquista del reino de
Granada. La incorporación a las festividades de San Clemente de estos pueblos, reyes, generales, talmudistas y
personajes relevantes vinculados a la historia de la ciudad creó la necesidad de generar la puesta en escena de
los diferentes personajes y con ello una investigación más exhaustiva que condujo a la creación de un equipo
de trabajo compuesto por historiadores, historiadores del arte, arqueólogos y dibujantes encargados de velar
por el carácter científico de las recreaciones y el diseño de la indumentaria, metales o vexilias.

Con este cambio de rumbo de las festividades y la creación en 2017 de la Real Orden-Hermandad de San
Clemente, la Federación y las diferentes instituciones que la conforman, han generado un patrimonio estable,
suficiente y en constante ampliación digno de ser estudiado, catalogado y difundido. La necesidad de un mu-
seo se hacía cada vez más patente.

3. PLANTEAMIENTO CONCEPTUAL: DE CIUDAD DE FRONTERA A MUSEO MEDIEVAL DE LORCA


Desde que comenzó a fraguarse la idea del nacimiento de este museo se inició una profunda reflexión sobre
qué museo queríamos diseñar y crear. Para eso debíamos estudiar cuál iba a ser su temática, con qué colec-

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EL PLAN MUSEOLÓGICO DEL CIUFRONT MUSEO MEDIEVAL DE LORCA

ciones iba a contar, cuál era su ámbito de acción y estudio, qué papel jugaría en el contexto de la ciudad y su
región…

La recepción del encargo suponía en origen, el diseño de un plan que permitiera la apertura de un museo
dedicado a las Festividades de San Clemente que compatibilizara su función museística con las de repre-
sentación de la Federación del Patrón de la ciudad. Estudiada la situación museística y los centros de interés
turístico visitables de Lorca, se vislumbró la ausencia de un centro museístico de carácter científico dedicado
al mundo medieval, acorde con un período histórico de gran relevación para Lorca, especialmente durante los
244 años de zona limítrofe con el reino de Granada, y su vinculación territorial centrada en la idea de Lorca
como ciudad de frontera por el destacado papel ejercido en tierras lorquinas durante la Edad Media.

Llegados a este punto el concepto de museo y su temática debían viajar hacia un modelo de entidad de sitio
centrada en un período histórico determinado sin olvidar la institución que lo promocionaba pues a su vez,
el museo serviría de sede institucional a la Federación del Patrón de Lorca. Este nuevo concepto de museo se
vio alentado por las últimas aportaciones que se estaban incorporando al patrimonio de la Federación que
configuran el grueso de las colecciones del museo, las sedes que finalmente se terminaron por centrar en la
antigua iglesia de Santa María y la muralla medieval en la Merced, la ausencia de espacio en el Museo Arqueo-
lógico Municipal para la exponer valiosas piezas de la cronología en cuestión y la riqueza de obra vinculada
al carácter fronterizo de la ciudad que se encontraba en depósitos y almacenes no siempre bien conservados.
Esta situación permitía y demandaba claramente la ampliación del concepto de museo hacia una idea más
universal que englobara el pasado medieval de Lorca en el período cronológico comprendido entre el 713 y
1488 como un museo histórico que, a través de los bienes muebles de una institución señera de la ciudad y
los extraordinarios edificios que le sirven de sede, pretende interpretar los procesos históricos medievales del
territorio que lo acoge.

4. EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO
4.1. La institución: el nacimiento de un museo
El CIUFRONT museo medieval de Lorca se configura como una entidad dependiente de la Federación San
Clemente, Patrón de Lorca, creada por acuerdo de la Asamblea General de la institución el día 9 de julio de
2018, pero la idea de crear un museo se hace pública en el programa electoral del actual presidente de la ins-
titución en 2007. Para comenzar a andar el camino que llevara a la Federación a tener su añorado museo, se
comienza una política de exposiciones temporales en diferentes salas de la ciudad mostrando originales mon-
tajes de un museo efímero que tendrá su primera gran manifestación en 2008 con la muestra que tuvo lugar
en el Palacete del Huerto Ruano y llevaría por título La cruz del privilegio. Desde esta exposición, todos los
montajes realizados hasta 2018 presentarían en cartelas y resto de documentación la referencia al CIUFRONT
y desarrollaban fundamentalmente aspectos relativos a las festividades pero incorporando muy pronto obras
medievales, documentos o investigaciones sobre hechos históricos, siendo estos montajes expositivos claro
reflejo del cambio de concepto que las propias festividades de San Clemente estaban experimentando.

En aras de reforzar la autonomía del museo respecto de la Federación, el 21 de octubre de 2019 se aprueba su
reglamento de funcionamiento definiendo la institución museística, sus objetivos, fines y funciones u órganos
rectores entre otros. Con esta disposición, se establece el nombre oficial de museo como CIUFRONT Museo
medieval de Lorca y su temática se confirma en el pasado medieval de la ciudad, más allá de las festividades en sí.

4.2. Las colecciones: patrimonio de ayer y hoy


Las colecciones que se encuentran a disposición del CIUFRONT son muy diversas englobando un significa-
tivo número de obras de metal de gran calidad, una importante colección de vexilia, una nutrida colección de
indumentaria, una singular colección de dibujos y, la más destacada, que alberga el Pontifical del Patrón San
Clemente. A estas colecciones debemos sumar las obras, que en concepto de cesión o depósito, se incorporan
a las colecciones con la clara vocación de convertir al museo en un actor del progreso de la ciudad de Lorca y
del barrio que lo acoge.

La Federación no ha contando a lo largo de su historia de un inventario patrimonial, como viene siendo


habitual en este tipo de instituciones, hecho que ha determinado la necesidad de su confección. A la fecha

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David Francisco Torres del Alcázar

de la redacción de estas líneas el inventario, redactado por historiadores del arte, se encuentra prácticamente
concluido y se ha comenzado ya con el desarrollo del catálogo científico de las colecciones. A la par de la
realización del inventario se ha venido realizando un plan de valoración del estado de las colecciones para el
montaje del programa expositivo con el fin de estudiar las posibles necesidades de intervención o problemáti-
cas de traslado de las obras desde sus ubicaciones actuales hasta la sede de Santa María.

Figura 1. Modelo de ficha de inventario elaborado.

Las colecciones son sin duda el alma de cualquier museo. En ellas se refleja el espíritu de la institución, son
el hilo conductor del discurso expositivo y eje vertebrador de la propia institución. Las colecciones del CIU-
FRONT, a las que debemos sumar las cesiones y depósitos de la CARM, Ayuntamiento, Diócesis, instituciones
y particulares, se estructuran en torno a cinco conjuntos independientes e interrelacionados.

La colección Clemente I está compuesta principalmente de las obras que conforman el Pontifical de San
Clemente, Papa y Mártir, Patrón de Lorca, destacando por su extraordinario simbolismo pues representa la
dignidad del protector de la ciudad. Por su condición de papa sigue la tradición iconográfica iuris pontificii
que configura los símbolos del poder de los soberanos de los Estados Pontificios como representación propia
de las facultades exclusivas de ejercicio de ese poder.

A través de la excelencia, la colección de orfebrería y metalistería esta compuesta de un notable número de


réplicas de las regalías de los monarcas castellanos entre 1244 y 1488, así como de extraordinarios trabajos
de plata cincelada bereber e islámica entre los siglos viii y xv procedentes de talleres españoles, omaníes o
napolitanos. La colección de vexilia del CIUFRONT engloba estandartes de armas, guiones y pendones reales
así como estandartes de caballería configurándose como una de los conjuntos más interesantes de los fondos.
La delicadeza y exquisitez de los materiales con los que se confeccionaron y su uso habitual cada año todavía
en la actualidad, hacen de esta una de las colecciones de mayor complejidad técnica para su conservación.
Destaca en ella el guion personal del rey Juan II de Castilla entregado a la ciudad en 1442.

La colección de indumentaria es la más numerosa y la compone los diferentes trajes y vestimentas que lu-
cen los personajes históricos que participan cada año en las conmemoraciones de San Clemente en Lorca
en el mes de noviembre. Se dividen en tres conjuntos de piezas cuyo eje vertebrador es la vinculación a
las culturas musulmana, judía y cristiana medievales. Realizados con tejidos suntuosos fundamentalmente
terciopelos, rasos y damascos con bordados en hilo de oro y sedas, están inspirados en las obras de arte más
insignes de los diferentes períodos representados. Para finalizar, la colección de dibujos, trazas y diseños se

480 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL PLAN MUSEOLÓGICO DEL CIUFRONT MUSEO MEDIEVAL DE LORCA

fundamenta en los proyectos de los enseres, cartelería, trazas de bordado o modelos para del resto de las
colecciones del museo. Junto a ello debemos destacar la documentación iluminada, propia de la vida insti-
tucional de la Federación San Clemente o fruto de donaciones, que por su diversidad destaca como un buen
exponente, y prácticamente exclusivo, de esta tipología en la ciudad que permite una mejor comprensión
del conjunto de las colecciones, ya que está íntimamente relacionada con el resto del patrimonio que atesora
el museo.

4.3- Arquitectura: la búsqueda de una sede


Dos son las sedes que, a fecha de redacción del presente escrito (junio de 2020), conforman el museo medie-
val de Lorca. Desde que se toma la decisión de la creación de la institución museística se plantea la proble-
mática de su ubicación. La decisión sobre la sede es sin duda una de las más importantes de las que se deben
tomar de cara a la apertura de un museo, pues debe contar con un edificio simbólico, capaz de albergar las
colecciones y servicios propios de la institución y aquellos que estarán a disposición del visitante, sin olvidar
que deberá encontrar su lugar en los recorridos culturales y turísticos de la ciudad. Esta decisión, en nuestro
caso, se veía condicionada por el hecho de la que Federación San Clemente no contaba con sede propia hasta
la fecha, y mucho menos de un edificio simbólico más allá del uso puntual de la colegiata de San Patricio
para los actos de mayor solemnidad, por encontrarse entronizado en su altar mayor la imagen del titular de
la institución.

Comenzamos en 2007 el complejo recorrido temporal para la consecución de una diócesis con el anuncio
del presidente de la Federación por el que se hace pública la intención de abrir un museo dedicado a las
festividades de San Clemente. Leoncio Collado, entonces alcalde de la ciudad, propone en ese momento el
Palacete del Huerto Ruano como sede para el museo y su sucesor, Francisco Jódar, ofrece en un principio
el Palacio de Villaescusa, ubicación que ha de descartarse por necesidades de uso como dependencias mu-
nicipales. Tras estudiar en colaboración con el Ayuntamiento de la viabilidad de algún palacete histórico
abandonado en el centro histórico, especialmente el conocido como Casa de los Gimeno, en noviembre de
2014, el alcalde ofrece a la Federación la recién restaurada muralla medieval de la Merced, planteándose la
necesidad de recuperar el proyecto municipal de crear un centro cultural en su entorno para, ahora, alber-
gar la sede oficial de la Federación, un centro de interpretación de los sistemas defensivos de Lorca y, a su
vez, las colecciones de la institución. En junio de 2018 el alcalde Fulgencio Gil propone el cambio de sede a
la antigua iglesia de Santa María la Mayor de Lorca, propuesta aceptada por la Asamblea general de la Fede-
ración con la condición de mantener la de la Muralla, convirtiéndose el museo a partir de ese momento en
una institución multisedes. La muralla fue entregada públicamente en septiembre de ese mismo año. Con la
llegada a la alcaldía de Diego José Mateos, se mantiene la propuesta arquitectónica multisedes y se adecúan
las actuaciones previstas para destinar definitivamente la antigua iglesia de Santa María a sede central del
CIUFRONT. Cabe destacar que en 2019 se mantuvieron a instancia del Sr. Mateos diferentes reuniones con
el Ministro de Cultura, José Guirao, en las que se comprometieron actuaciones para concluir la puesta en
marcha del museo.

Con esta configuración final, los edificios sede se funden perfectamente con las colecciones y, tras muchas
vicisitudes, la iglesia de Santa María la Mayor, propiedad de la Diócesis de Cartagena y recuperada para Lorca
por Leoncio Collado, se pone al servicio de los ciudadanos y se convierte en el eje vertebrador del Proyecto
CIUFRONT.

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David Francisco Torres del Alcázar

Figura 2. Propuesta para la sala de Alfonso X.

4.4. Patrones expositivos para un nuevo museo


Si bien la exhibición de las colecciones es el fin principal de un museo, en la actualidad cobran gran impor-
tancia los servicios y actividades que ofrece a la sociedad. Dependiendo del tamaño, instalaciones disponibles
o presupuesto no siempre pueden ofrecerse todos los servicios ideales, deben establecerse unas prestaciones
mínimas pero garantizando su plena capacidad de funcionamiento. En el caso que nos ocupa, se han estable-
cido como necesarios espacios destinados a acogida de visitantes que incluyan la recepción y taquillas, tienda,
biblioteca, sala didáctica, sala de exposiciones temporales, almacenes y un media center que haga las veces de
sala de conferencias.

La presencia de bienes culturales en exposición se establece en exclusiva a la sede de Santa María, reservando
la muralla de la Merced como espacio arqueológico destinado a la comprensión de los sistemas defensivos de
la ciudad y la vida en tiempos de de la frontera medieval. La sede de Santa María será por tanto la responsable
de exhibir la línea principal del discurso del museo a través de los bienes culturales y acogiendo los servicios
del museo. Para ello contamos con más de 1.800 metros cuadrados de los cuales, cerca de 800 se dedicarán a
la exposición permanente como núcleo de la actividad del museo, destinando la mitad de la superficie dispo-
nible a los servicios establecidos como necesarios y espacios exteriores al servicio del museo. Al encontrarnos
ante un museo en plena creación, los patrones expositivos previos no presentan relevancia alguna más allá de
las propuestas realizadas en los diferentes montajes efímeros que se han venido realizando a modo de expo-
siciones temporales.

Para establecer los recorridos, se plantea el condicionamiento de no romper el gran espacio que ofrece el edi-
ficio que recibe al visitante: un templo con tres grandes naves de notable verticalidad y altura muy similares,
que dotan al interior de una importante espacialidad y unidad conformado por arcos ojivales sobre poderosos
pilares de sección octogonal de los que arrancan bóvedas de crucería de gran belleza. Para ello se propone un
mobiliario museográfico que no supere, salvo en casos muy puntuales, los dos metros cincuenta centímetros
de altura. Con ello garantizamos las visuales del edificio desde la práctica totalidad del recorrido pero permi-
tiendo el asilamiento suficiente para concentrar al visitante en el discurso expositivo. Para la construcción de
la museografía establecemos como base las directrices publicadas por el Ministerio de Cultura a través de los
Planes Nacionales de Conservación preventiva y de Investigación y Conservación y dispondremos modelos
diseñados ex profeso dotados de sistemas pasivos de control de humedad, iluminación integrada tipo led y
vidrios extra claros optando para su fabricación materiales físicamente estables y químicamente inertes a las

482 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL PLAN MUSEOLÓGICO DEL CIUFRONT MUSEO MEDIEVAL DE LORCA

condiciones ambientales. Para las vitrinas que lo requieran, se optará por la incorporación de filtros mecáni-
cos tipo Millipore para las válvulas de entrada y salida.

Para garantizar la conservación de las colecciones, del magnífico edificio que las acoge, y debido a la impor-
tancia de la implantación de una estrategia de tutela como principio fundamental para la conservación del
patrimonio cultural, se establece un programa de conservación preventiva con el fin de definir patrones orga-
nizativos, técnicas de trabajo, protocolos de actuación o herramientas de gestión como principio fundamental
para la conservación de bienes culturales y su mantenimiento en el tiempo de forma sostenible. Este último
aspecto cobra gran importancia debido a que deben plantearse planes realistas que perduren en el tiempo y
para ello deben tenerse en cuenta, en especial, los recursos disponibles. En el caso del CIUFRONT no debe-
mos olvidar que gran parte de las colecciones son utilizadas con carácter anual durante las Festividades de San
Clemente, lo que hace necesaria la compatibilidad del uso de las piezas con su conservación, y la necesaria
implicación de los ciudadanos en este objetivo, aquí encarnados por los miembros de la Federación. Debido
al gran número de piezas textiles a exponer, y la antigüedad de algunas de ellas, este programa de prevención
cobra una importancia excepcional y en especial el capítulo dedicado a la iluminación, que deberá responder a
modelos que operen solo en presencia de visitantes, no superen los 50 lux (30 lux para las piezas más antiguas)
y emitan la iluminación sin los componentes espectrales infrarrojos y ultravioletas dañinos para las obras de
arte, en especial las de carácter textil.

5. CONCLUSIONES
El CIUFRONT está llamado a convertirse en un actor fundamental en el panorama cultural y turístico de la
ciudad y región de mano de sus colecciones y los dos magníficos edificios que le sirven de sede. Con unas in-
fraestructuras acordes con lo que se espera de un museo en pleno siglo xxi, esta nueva institución museística
toma pleno protagonismo en el discurso expositivo e investigador de la ciudad mostrando un período históri-
co de gran relevancia en el panorama nacional, sin olvidar la Federación que lo promociona como fundadora
del mismo y que representa la continuidad de una tradición con más de 700 años de antigüedad en torno al
Patrón de Lorca.

Con este fin el museo expondrá sus colecciones, junto a las colecciones depositadas en él, con un vanguardista
programa museográfico diseñado desde un concepto de accesibilidad total y un riguroso programa de con-
servación preventiva, difundiendo el acervo cultural que atesora a través de un programa de comunicación
creado e implantado en las primeras fases del plan museológico. En el momento de la redacción de estas
líneas, se encuentra en ciernes la implementación de la museografía que incluye cerca de dos centenares de
obras ordenadas en torno a seis colecciones todas ellas objeto del discurso expositivo.

Cerramos esta publicación con palabras de su presidente: “El museo medieval de Lorca se convierte de mano
de su plan museológico en una institución abierta, moderna, integradora y ecuménica, en sentido universalis-
ta de esta última. Un museo que alberga los testimonios históricos y manifestaciones contemporáneas de un
pasado medieval fundamental, que ha forjado el carácter de los lorquinos, y nos legó el mayor y más signifi-
cativo edificio de la ciudad, el excepcional castillo que la corona”.

6. BIBLIOGRAFÍA
AA. VV. (2005). Criterios para la elaboración del Plan Museológico. MCU. Madrid.
ALONSO FERNÁNDEZ, L. (2001). Museología y museografía. Ediciones del Serbal. Barcelona.
FEDERACIÓN SAN CLEMENTE (2019). Reglamento de funcionamiento del CIUFRONT Museo medieval de Lorca.
Federación San Clemente. Lorca.
IZQUIERDO PERAILE, I. (coord.) (2007). Plan museológico y exposición permanente en el museo. MCU. Madrid.
HERRÁEZ, I. (coord.) (2018). Recomendaciones básicas para vitrinas destinadas a bienes culturales de naturaleza orgánica
especialmente sensibles. MCU IPCE. Madrid.
TORRES DEL ALCÁZAR, D. F. (2020). Plan museológico del CIUFRONT Museo medieval de Lorca. Federación San
Clemente. Lorca.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 483


50 AÑOS DE LA REAPERTURA DEL MUSEO
“JERÓNIMO MOLINA” DE ETNOGRAFÍA Y CIENCIAS
DE LA NATURALEZA EN JUMILLA, EN PLAZA DE LA
CONSTITUCIÓN

Herrero-González, Cayetano
Museo Municipal “Jerónimo Molina” de Etnografía y Ciencias de la Naturaleza

Resumen
El Museo Municipal se fundó en 1956 por D. Jerónimo Molina, que instaló un incipiente Museo Arqueo-
lógico en las dependencias del antiguo Instituto Laboral. A finales de 1969 se trasladó a la plaza de la
Constitución, donde abrió sus puertas al público con dos pequeñas dependencias en la planta baja. Por fin
en 1980 se amplía en la primera planta las secciones de Etnografía, con una pequeña sala y Ciencias de la
Naturaleza con solamente dos vitrinas para la colección de fósiles del término municipal, y una vitrina para
los minerales. En el año 2001 se traslada todo el material arqueológico al renovado Palacio del Concejo,
que se inaugura en 2005 como un excelente Museo Arqueológico. Tras 5 años de renovaciones, el museo
sito en plaza de la Constitución abrió sus puertas con cuatro plantas el 30 de noviembre de 2007, siendo
actualmente referente de los museos municipales triplicando en número de visitas a cualquier museo o
monumento de Jumilla.

Palabras clave: Jumilla, museo, etnografía, ciencias de la naturaleza, plaza de la Constitución, Jerónimo Molina.

Abstract
The Municipal Museum was founded in 1956 by Jerónimo Molina, who installed an incipient Archaeological
Museum on the premises of the old Labor Institute. At the end of 1969, it moved to the plaza de la Constitución,
which opened its doors to the public in two small rooms on the ground floor. Finally, in 1980, the Ethnography
sections were expanded on the first floor, with a small room and Natural Sciences with only two showcases, for
the fossil collection of the municipal area and a showcase for minerals. In 2001 all the archaeological material
was transferred to the renovated Palacio del Concejo, which opened in 2005 as an excellent Archaeological
Museum. After 5 years of renovations, the museum in plaza de la Constitución opened its doors with four floors
on November 30, 2007. It is currently a benchmark for municipal museums, tripling visits to any museum or
monument in Jumilla.

Keywords: Jumilla, museum, ethnography, natural sciences, plaza de la Constitución, Jerónimo Molina.

1. INTRODUCCIÓN
El Museo Municipal de Jumilla se crea por acuerdo municipal del Ayuntamiento, en la sesión celebrada el
19 de enero de 1956, nombrando como director del mismo a D. Jerónimo Molina García “persona idónea
para dicho cargo, por sus actividades íntimamente ligadas a las investigaciones arqueológicas del término”. El
Museo Municipal se instala en una dependencia del Instituto Laboral de Jumilla, inaugurado el 18 de julio de
1958, al que asiste el alcalde D. Juan Martínez y relevantes personalidades de la ciudad de Jumilla, siendo ben-
decido el local por el Rvdo. cura párroco de El Salvador D. Marcial Ortuño. Queda incorporado a la Dirección
General de Bellas Artes según Orden Ministerial del 2 de febrero de 1962.

El museo permanece en el citado Instituto hasta finales de 1969, cuando es trasladado al edificio de la plaza de
la Constitución, abriendo sus puertas en las Navidades de ese mismo año, por lo que durante 2019 se ha estado
celebrando el 50 aniversario del Museo en la ubicación de plaza de la Constitución. Originalmente con dos

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 485


Cayetano Herrero-González

pequeñas dependencias de la planta baja, en la que se instaló un mosaico y en las otras cuatro vitrinas, pues el
resto del edificio se encontraba ocupado por las oficinas de Extensión Agraria y también por la Hermandad
del Cristo amarrado a la Columna (Fig. 1).

En el año 1971, nacía la sección de Etnografía, donde actualmente se encuentra la sala de trabajo del museo.
En esta pequeña sala se recogían varios utensilios colgados de la pared y una vitrina en el centro de la sala
(Fig. 2). Podemos ver objetos de cocina (platera, jarrero, paneras, orzas, etc.), de vendimia y faenas de la vid
(hocete, podón, etc.), utensilios para coger esparto como el tahalí y diferentes objetos de caza, amasador, que-
seras, útiles de colmenero etc.

Desde aquel inicio, el objetivo de D. Jerónimo fue recuperar para museo todo el edificio, idea que parecía
imposible, pero que por fin en 1980 se materializó con la marcha de la primera planta las oficinas de Exten-
sión Agraria. En ese momento el museo fue ampliando las salas y creando definitivamente las secciones de
Etnografía, Ciencias de la Naturaleza y Arte Religioso (hoy en el Museo de Semana Santa). Rápidamente se
llenaron las salas vacantes de la Extensión Agraria con la instalación de los Museos del Campo, del Vino y
del Esparto que ocuparon el 90 % de esa primera planta, quedando una pequeña sala, que en palabras de D.
Jerónimo “era modesta e inadecuada exposición” con solamente dos vitrinas (por llamarles de alguna mane-
ra), donde nacería la sección de Ciencias de la Naturaleza. En una de esas vitrinas se instaló una colección de
minerales, catalogados en su día por la hija de D. Jerónimo, M. Asunción Molina Grande, muchos de ellos
procedentes del desaparecido Instituto o Colegio de San Francisco. Más tarde esta vitrina fue ampliándose
con intercambios de minerales, entre otros museos y particulares a cambio de Jumillita. Incrementándose
notablemente con ejemplares donados por el coleccionista sabadellense D. José Monné.

La otra vitrina estaba dedicada a los fósiles de nuestro término municipal, aunque poco a poco también se fue
ampliando con fósiles de otros puntos de España; incorporándose así la paleontología al Museo Municipal,
que volviendo a las palabras de D. Jerónimo “la meta propuesta para esta sección es la de conseguir un mues-
trario exhaustivo, con carácter monográfico de la geología”, ampliándose en el 2007, una vez que la planta baja
quedó libre del material arqueológico al instalarse este en el antiguo Palacio del Concejo, en un nuevo edificio
totalmente restaurado y abierto al público en 2005, con nuevas vitrinas y nuevo concepto expositivo.

Figura 2. Sala de Etnografía, cuando nace la sección en 1971. (Foto:


Cayetano Herrero)

Figura 1. Fachada del actual Museo de Etnografía y Ciencias de la


Naturaleza. (Foto: Cayetano Herrero)

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50 AÑOS DE LA REAPERTURA DEL MUSEO “JERÓNIMO MOLINA” DE ETNOGRAFÍA Y CIENCIAS DE LA NATURALEZA EN JUMILLA,
EN PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN

2. RENOVACIÓN TOTAL DEL MUSEO: ESTADO ACTUAL


Después de permanecer el museo cerrado durante 5 años, por sucesivas restauraciones y ampliación del edifi-
cio en el lugar que ocupaba el antiguo patio, el renovado museo abrió sus puertas el 30 de noviembre de 2007,
un día memorable, con la asistencia del alcalde D. Francisco Abellán y la concejala de Cultura, Dña. Juana
Guardiola, junto con una nutrida representación municipal y la familia del primer director D. Jerónimo Mo-
lina. El Museo quedó distribuido en cuatro plantas.

2.1. Sala de Usos Múltiples


Comencemos por la planta sótano dedicada a usos múltiples. Con ella hemos dado un impulso importante
al museo, pues aquí se desarrollan muchos actos, tanto de asociaciones culturales como internas del museo.
Exposiciones, conferencias y celebraciones de hermandades y cofradías de Semana Santa, exposiciones de
pintura, fotografía, tallas, acontecimientos culturales de presentaciones de libros, concursos de fotografía.
Conferencias de distintas asociaciones culturales y deportivas, con presentación de documentales, actividades
infantiles, colegios, etc., lo que le ha hecho que nuestro museo esté vivo y que el pueblo lo sienta como suyo.

2.2. Sección de Geología


Ocupa la planta baja y está diferenciada por dos partes que ocupan tres salas: minerales y paleontología.
Dentro de la primera se pueden admirar fósiles invertebrados de Jumilla, representados por sus principales
yacimientos: ammonites, cymatoceras, arctosteon, rastellum, de Sierra Larga; corales, trigónia, pterotrigonia,
innoceramos, coral, ammonites de Sopalmo; rudistas de El Carche; clipaster, hypsoclipus, echinolampas, pec-
ten de la Pedrera; diente de tiburón del Hornillo; terebrátulas de Peñas Blancas; ostra de la Ceja; o el amblipi-
gus de la Rajica de Enmedio, erizo del Estrecho de Marín; coral de la Peña Rubia, etc. Todos ellos componen
una importante nueva sección gracias a la incorporación de la colección de D. Sebastián Martínez (que lleva
su nombre), y la colección de rudistas procedentes de El Carche, estudiados por la Universidad Complutense
de Madrid y la Universidad de Marsella.

Sala de Minerales. Compuesta por una excelente colección de 500 minerales, procedentes del desaparecido
Colegio de San Francisco, del propio museo y de la colección particular de D. Ángel Francisco Cutillas, que
ha cedido para el museo una parte muy importante (Fig. 3, a y b). En ella están representados los yacimientos
jumillanos de las Minas de la Celia, con los minerales de apatito, principalmente en su variedad de “espa-
rraguina” (llamada así debido al tono verdoso con el que aparece aquí). Yacimiento que debemos proteger y
cuidar, pues fue declarado en 1989 por la Asamblea Regional como de Interés Geológico, intentando poner
de acuerdo a su propietario con nuestro Ayuntamiento para realizar su compra, puesto que es un yacimiento
mundialmente conocido, visitado y desgraciadamente expoliado por comerciantes y coleccionistas. La Jumi-
llita, que es nuestro “buque insignia” de los minerales locales, fue muy utilizada en la fabricación de cerámicas
locales desde el Neolítico hasta la Edad Media, empleada como desgrasante de la cerámica, y como ejemplo
más claro lo tenemos en la “vasija de los Triángulos” encontrada en la Cueva de los Tiestos, decorada con
triángulos pintados en rojo.

Figura 3a. Sala en 1971, con mosaicos y piezas arqueológicas, en la Figura 3b. Actual Sala de Minerales “Ángel Francisco” en 2007.
actual Sala de Minerales (Foto: Cayetano Herrero) (Foto: Cayetano Herrero)

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 487


Cayetano Herrero-González

En la colección del museo podemos ver algunos de los minerales locales como la limonita del Pino Doncel; sal
gema, del Salero de la Rosa; yeso del diapiro del Morrón; cuarzo (Jacinto de Compostela) del Salero de la Rosa;
sílex de la Hoya de la Sima, de los que tenemos gran variedad, como relleno de grietas horizontales o en nó-
dulos sueltos (el sílex fue muy utilizado en la Antigüedad para la fabricación de material lítico prehistórico y
hasta hace pocos años para la fabricación de trillos); oligisto de la Celia; pirita del Charco de la Peña; aragonito
del Cabezo de la Rosa; calcita, etc. Y otros minerales españoles fruto del intercambio de la Jumillita que ya hi-
ciera D. Jerónimo Molina. También contamos con una muestra de bombas volcánicas de los Cerricos Negros.

La siguiente sala, como continuación de la primera está dedicada a los yacimientos paleontológicos de Ju-
milla, con huellas fósiles (icnitas) de tres yacimientos excepcionales, que nos servirá como Sala de Interpre-
tación de los tres yacimientos, con dibujos del paleontólogo Mauricio Antón de animales a tamaño natural
y una réplica un Paracamelichnum Jumillensis, especie de camello que habitó en la zona hace 6,4 m.a. en el
yacimiento de la Hoya de la Sima (Fig. 4). También está expuesta una réplica de una icnita de dinosaurio con
una antigüedad de 65 m.a., del yacimiento de la Sierra de Gavilanes, que compartimos con el término muni-
cipal de Yecla. Por último tenemos expuesto dos yacimientos de huesos fósiles de los Barrancones (7 m.a.) y
la Cueva de los Huesos (cubil de hienas).

Figura 4. Sala de Paleontología con la réplica del Paracamelichnum Jumillensis, realizado por Paleoymás en 2015. (Foto: Cayetano Herrero)

HOYA DE LA SIMA. Es el yacimiento más importante de huellas fósiles del Terciario en España, y único en
toda Europa y Asia del Terciario, edad Messiniense, con aproximadamente 6,2 m.a. Desde su descubrimiento
en agosto de 1997 ha sido visitado por geólogos y paleontólogos de todo el mundo, así como los principales
especialistas en huellas de España. En el museo tenemos una representación de cada una de las huellas de los
animales que conocemos en la actualidad, así como una reproducción pictórica a tamaño natural de cada uno
de los animales y moldes de algunos de los rastros del yacimiento.

LA SIERRA DE LAS CABRAS es el último yacimiento localizado de huellas fósiles del Terciario, que se en-
contraban en el margen de un antiguo lago. Nos encontramos actualmente inmersos en su estudio y publica-
ción, pero podemos decir que tenemos rastros de huellas de rinoceronte, hiparión, oso, tigre dientes de sable,
grullas, etc. y que hasta el momento hemos localizado tres estratos con huellas.

LOS BARRANCONES. A raíz de una publicación de Agustí, Moyá-Solá, Gubert, Guillén y Labrador de 1985,
se da a conocer un yacimiento de microfósiles de huesos de mamíferos en la zona de la Celia. Durante el 2004
se localizaron diferentes puntos con nuevos registros fósiles, de grandes mamíferos, hasta el mes de febrero de
2005 que se ubicaron 7 de estos puntos con registros fósiles que componen las orillas y fondo de un pequeño
lago, en el que iban animales a beber agua y algunos murieron en las orillas de ese lago, con una antigüedad

488 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


50 AÑOS DE LA REAPERTURA DEL MUSEO “JERÓNIMO MOLINA” DE ETNOGRAFÍA Y CIENCIAS DE LA NATURALEZA EN JUMILLA,
EN PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN

de entre 7,2 y 7,6 millones de años, por lo que estamos hablando dos yacimientos del Terciario, separados
por un millón de años respecto al de icnitas de la Hoya de la Sima, teniendo en uno las huellas de los mismos
animales que murieron en otro.

En el 2005, de la mano de D. Lorenzo Vilas, localizamos el yacimiento junto con el equipo de investigación
del Instituto Geológico de Madrid durante un estudio de la zona y una excavación, donde se hallaron nume-
rosos huesos fósiles de animales también identificados en la Hoya de la Sima: Hipparion, identificando dos
especies distintas; otras dos de artiodáctilos, como el Tragoportax. Además Proboscidios, que se encuentran
representados por varios fragmentos dentarios, probablemente pertenecientes a un Tetralophodon; y otra
serie de animales que aparecieron tras de la excavación como el rinoceronte, galápagos y tortugas gigantes
que podrían llegar a pesar 250 kg. Actualmente todos esos restos se encuentran expuestos, catalogados y
restaurados.

CUEVA DE LOS HUESOS. Se trata de una extraordinaria cueva, localizada hace años y en cuyo entorno se
encuentran varios enterramientos sepulcrales eneolíticos. La gran cantidad de fragmentos de huesos que se
encontraban superficialmente fueron estudiados por Dª. Beatriz Chacón, profesora de la Universidad Com-
plutense de Madrid, quien publicó un informe en la Revista Pleita, núm. 2 de 1999, identificándolos como
restos de gato montés, oso pardo, lobo, ciervo, conejo, oveja, caballo, etc. Lo que en principio podría parecer
como una cueva ocupada por diferentes animales como osos o lobos, cambió de perspectiva en junio de 2005,
momento en el cual se aprovechó la estancia en Jumilla del equipo Museo Geominero del Instituto Geológico
y Minero de España, para realizar un muestreo superficial hallando huesos de los mencionados animales
anteriormente además de dos colmillos de hiena, lo que confirmaban las sospechas del equipo de que podría
tratarse de un cubil de estos animales, posiblemente del Pleistoceno Medio (hace medio millón de años). Un
interesantísimo yacimiento, hasta ahora el único conocido de la Región, que nos permitirá dar una informa-
ción precisa de identificación de todos los animales que vivían en la zona en esa época.

2.3. Sección de Etnografía


Ocupa por entero la primera planta del edificio y podemos decir que actualmente es la colección más impor-
tante de la Región, iniciada por D. Jerónimo Molina en un momento decisivo cuando la degradación del patri-
monio etnográfico era un hecho. Consta de seis salas, clasificadas por lo utensilios que en ella se exponen o por
sus oficios.

BOTICA. Donada por D. Juan Molina García, se abre al público en agosto de 1982 con una importante co-
lección de Farmacia, que recoge en una sala el mobiliario de tres boticas: la más antigua con una cajonera del
siglo xviii, otra del siglo xix, perteneciente a una conocida botica situada en la antigua calle de Las Casicas
del Hospital, y la tercera comprada por D. Juan, de principios del siglo xx. La mayoría de los tarros y botamen
de la farmacia es mucho más antiguo pues la mayor parte pertenece a los siglos xvi, xvii, xviii y xix, adqui-
ridos por D. Juan. Los más antiguos comprados, en tiendas de antigüedades y chamarileros, de cerámicas de
Aragón, Cataluña y Talavera. La entrega al museo por parte de de este farmacéutico jumillano obedeció, prin-
cipalmente, a su empeño de enriquecer los fondos museográficos con esa valiosa colección y dejar constancia
del bello patrimonio histórico-artístico de nuestras antiguas farmacias.

SALA PRIMERA. Está dedicada principalmente a la cerámica, en la que podemos ver vajillas y menajes de
Alcora, Manises, Sevilla y Cuenca, con especial mención a la fábrica de loza y vidrio de Cartagena, de la Amis-
tad y la Cartagenera (ambas del siglo xix). Mención especial merece la vitrina dedicada a objetos relacionados
con la mujer en el primer tercio del siglo xx: abanicos, rodillos para dibujar y luego bordar en los antiguos
refajos, con máquinas de coser y una colección de tenacillas para los peinados.

SALA SEGUNDA. Dedicada principalmente a una importante colección de armas, medallas, llaves, escudos
de cerraduras, etc. También se exponen máquinas de coser, cunas, andadores, etc.

SALA TERCERA. Se expone todo lo referente a la casa y a la cocina (Fig. 5, a y b), con colecciones de plateras,
jarreros, ollas, candiles, pucheros, sartenes, etc., con dos vitrinas dedicadas una al alumbrado, en los que tene-
mos recogidos desde una simple vela, hasta la luz de los carburos, pasando por candiles de aceite, quinqués de
alcohol, etc.. En la otra vitrina podemos ver una colección de planchas, calentadas directamente en el fuego,
otras usadas con carbón y terminando por las eléctricas.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 489


Cayetano Herrero-González

Figura 5A. Estado de abandono en la que se encontraba la co- Figura 5B. Actual de Sala de la Cocina en 2007. (Foto: Cayetano
lección de esparto, amontonada en la Sala de la Cocina en 2002. Herrero)
(Foto: Cayetano Herrero)

SALA CUARTA. Se muestra lo referente al amasador, moldes de dulces, cedazos, artesa, queseras; utensilios
para la caza, jaulas para la perdiz, trampas; matanza del cerdo, embutideras, etc.

SALA QUINTA. Está dedicada al esparto con la gran tradición en Jumilla e importante riqueza por esta fibra
de patrimonio comunal. En ella podemos ver todo tipo de utensilios, cestos, capazos, alborgas, etc., distintos
tipos de pleitas, con un apartado importante dedicado a la cestería de la paja de centeno, como: paneras, tor-
teros, escriños, etc.

SALA SEXTA. Dedicada a oficios prácticamente desaparecidos como correchero, talabartero, herrero, hojala-
tero, ebanista, pastor, heladero, abarquero, colmenero, aperador, etc. y algunas de las faenas del campo como
la siega, la trilla, la vendimia, etc. Debemos resaltar la donación realizada en el año 2013 de la colección de
negativos del fotógrafo José Antonio Tomás, que abarca desde finales de los años cuarenta hasta principio de
los noventa del siglo xx. Queda documentado en su trabajo la vida agrícola, social y tradicional de Jumilla.
Encontrándose actualmente se encuentra en proceso de restauración y clasificación. También contamos con
la importante donación realizada en el año 2015 de 178 negativos de placas de cristal del fotógrafo Oscar Vai-
llard, realizadas en Jumilla entre los años 1922 a 1929.

2.4. Sección de Entomología


La segunda planta del museo está dedicada por entero a las colecciones de lepidópteros y coleópteros, con
tres salas expositivas y una didáctica, almacén y laboratorio, para preparación de insectos, cajas expositivas,
desinfección, preparación y desinfección. Para la instalación de este museo se han tenido que hacer obras de
acondicionamiento en el interior de la sala, para suprimir la luz que entraba por dos claraboyas del techo y de
las ventanas de toda la planta, pues uno de los importante enemigos de los lepidópteros es la luz, pues destru-
ye los ricos colores de las alas de las mariposas. En la sección se recogen principalmente dos colecciones de
lepidópteros y coleópteros de los hermanos D. Francisco y D. José Luís Lencina Gutiérrez. En ella podemos
ver principalmente una importante muestra de los lepidópteros de la comarca Jumilla-Yecla, con 273 especies
censadas que pertenecen a 20 familias. También una importante colección de coleópteros recogida por ellos
en Sudáfrica y Sudamérica, con unos ejemplares magníficos debido a su tamaño y colorido.

En abril del 2013 recibimos la importante donación de la colección de D. Francisco González López, con más
de 6.000 ejemplares, de los que tenemos expuestos 1.500, convirtiendo el museo en que más mariposas y es-
carabajos tenemos expuestos después del Museo Nacional de Ciencias Naturales (Fig. 6).

490 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


50 AÑOS DE LA REAPERTURA DEL MUSEO “JERÓNIMO MOLINA” DE ETNOGRAFÍA Y CIENCIAS DE LA NATURALEZA EN JUMILLA,
EN PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN

Figura 6. Sala segunda de la Sección de Entomología en 2017. (Foto: Cayetano Herrero)

3. BIBLIOGRAFÍA
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XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 491


LA COLECCIÓN NUMISMÁTICA DEL MUSEO
MUNICIPAL JERÓNIMO MOLINA DE JUMILLA

Gandía Cutillas, Estefanía


Hernández Carrión, Emiliano
Museo Municipal Jerónimo Molina de Jumilla

Resumen
El objetivo de este artículo es presentar los fondos numismáticos que alberga el Museo Municipal Jerónimo
Molina de Jumilla, hasta el momento desconocidos y caracterizados por su riqueza tipológica y cronológi-
ca. Se trata de una gran colección reunida desde la apertura del Museo, a lo largo de más de 50 años, donde
encontramos una gran casuística, desde monedas procedentes de excavaciones arqueológicas y por ende con
un contexto y un ambiente histórico, hasta hallazgos casuales, con las dificultades que esto implica, y un gran
número de donaciones de particulares, obviamente sin contexto arqueológico. Además, se incide en la impor-
tancia de la numismática en las funciones del museo.

Palabras clave: Numismática, Jumilla, museo Jerónimo Molina, monedas, arqueología.

Abstract
The objective of this research is to present numismatic collections from Jerónimo Molina Municipal Museum,
unknown and characterized by their typological and chronological wealth. It is a large collection gathered since
the opening of the Museum, over more than 50 years, where we find a great casuistry, from coins from archaeo-
logical excavations and therefore with a context and a historical atmosphere, to casual finds, with the difficulties
that this implies, and a large number of donations from individuals, obviously without archaeological context. In
addition, the importance of numismatics in the functions of the museum is stressed.

Keywords: Numismatics, Jumilla, Jerónimo Molina Museum, coins, archaeology.

1. INTRODUCCIÓN
Una tarea pendiente del Museo Municipal Jerónimo Molina era realizar un estudio de los fondos numis-
máticos que alberga para poder dar a conocer la totalidad del conjunto. No debemos olvidar que la moneda
constituye una de las fuentes primarias de información histórica.

La palabra numismática procede del término latino numisma (moneda) que a su vez deriva del griego num-
mus, por el que designaban las monedas de plata equivalentes a la antigua libra de bronce. La ciencia numis-
mática ha evolucionado de su condición de ciencia auxiliar de la Historia a una disciplina propia con meto-
dología específica. Las monedas son auténticos objetos llenos de información histórica, artística, económica,
política, etc., por lo que deben estudiarse en todas sus vertientes como documento vivo de la historia. Esta
información puede variar atendiendo al contexto de su hallazgo:

- Hallazgos fortuitos. Se trata de monedas aisladas encontradas de forma ocasional que pudieron ser aban-
donadas, perdidas o incuso depósitos votivos. Su información fuera de contexto arqueológico ofrece in-
formación menos detallada. Es el caso del Tesoro de las Omblancas.

- Hallazgos en excavaciones arqueológicas. Las monedas halladas en contextos arqueológicos son muy
útiles a la hora de datar los estratos donde se localizan, es decir, arrojan cronología. No obstante, debemos
actuar con precaución ya que podemos estar ante posibles factores de alteración como tipos inmoviliza-
dos, donativos o incluso monedas ceremoniales. Cabe destacar el llamado Tesoro de los Cipreses o del
castillo de Jumilla.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 493


Estefanía Gandía Cutillas y Emiliano Hernández Carrión

- Tesoros o conjuntos de monedas. Hace referencia a los grandes depósitos o lotes de monedas que, gene-
ralmente, se han ocultado a propósito por diversos motivos. Pueden ilustrar un atesoramiento de larga
duración en un ámbito determinado, una selección de las piezas más valiosas en circulación en un deter-
minado momento... Este tipo de hallazgos, al tratarse de conjuntos cerrados, permiten análisis más preci-
sos que las monedas conservadas en museos o colecciones de las que, en ocasiones, es imposible saber su
procedencia y composición original. Un ejemplo en este sentido lo constituye el Tesoro del Peliciego.

2. ESTUDIO HISTORIOGRÁFICO
Abordar la tarea de realizar un análisis de la producción historiográfica referente al contenido numismá-
ticos del Museo Municipal Jerónimo Molina no es sencillo, debido a la prácticamente inexistencia de este
tipo de estudios para la zona de Jumilla, a pesar de los numerosos hallazgos monetales que se reúnen en
dicho Museo. Destacan sobre manera las referencias del canónigo J. Lozano Santa en su Historia Antigua
y Moderna de Jumilla (1800) que además de una historia local es un auténtico tratado de hallazgos numis-
máticos. Más recientemente los estudios de L. Arias, J. A. Antolinos y J. M. Noguera (2011) sobre el tesoro
hallado en el yacimiento de la villa romana de Los Cipreses, o el estudio de M. Lechuga Galindo (1986)
sobre los tesorillos de moneda romano-republicana de la Región de Murcia, donde incide en el encon-
trado en el paraje de Omblancas en los años treinta del pasado siglo. Por último, cabe destacar el análisis
numismático recogido en la Carta Arqueológica de M. C. Molina Grande y J. Molina García (1973) y en la
posterior Addenda de 1990.

Figura 1. Cuatro maravedíes de cobre de Felipe III. Museo Municipal Jerónimo Molina de Jumilla.

3. CATÁLOGO NUMISMÁTICO
3.1. Monedas con procedencia conocida
La mayoría de estos ejemplares proceden de excavaciones arqueológicas, aunque no en todos los casos es po-
sible conocer el contexto exacto en que la moneda fue extraviada y, posteriormente, hallada. Destacan:

TESORILLO DE OMBLANCAS
Hallado en el paraje de las Omblancas tras realizar labores de siega. Debió estar compuesto por unas mil mo-
nedas de plata, según el cómputo que se ha realizado entre personas que vivieron el hallazgo. Sin embargo, la
mayoría fueron vendidas y extraviadas. La dirección del Museo consiguió la donación voluntaria de 40 de estas
piezas (J. Molina, 2013). Está compuesto por denarios romano-republicanos, comprendidos entre los años 157
y 74 a. C., correspondiendo el 58,33 % de la totalidad del tesorillo al primer cuarto del siglo i a. C. (Lechuga,
1986: 88) llamando la atención la ausencia de emisiones correspondientes a los años de la II Guerra Púnica.

TESORO DE LOS CIPRESES


Localizado en el yacimiento de la villa romana de Los Cipreses. Consta de un total de 52 piezas de bronce
argentífero de los que 14 son indescifrables, 17 se adscriben cronológicamente a una emisión concreta gracias
a la interpretación del tipo del reverso y los 21 ejemplares restantes presentan un estado de conservación va-

494 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA COLECCIÓN NUMISMÁTICA DEL MUSEO MUNICIPAL JERÓNIMO MOLINA DE JUMILLA

riado que, más o menos, ha permitido su clasificación (Arias, Antolinos y Noguera, 2011: 85). Atendiendo al
tipo de reverso, contamos con un virtus exercitus de Constantino I (320-321 d. C.), dos gloria exercitus
de Constante (337-341 d. C.), cuatro victoriae dd avgg q nn de Constante (341-348 d. C.), veintidós fh.
fel temp reparatio emitidos por Constancio II, Gallo César y Juliano César de las que once son indetermi-
nadas (348-361 d. C.), siete spes reipublice de Constancio II (355-361 d. C.), un securitas reipublicae
emitida por Valentiniano I (364-378 d.C.), un gloria romanorum de emisión indeterminada (364-378 d. C.)
y catorce frustras.

Figura 2. Nummus emitido por Constancio II (337-341 d. C). Constantinopla. Museo Municipal Jerónimo Molina de Jumilla. En el an-
verso encontramos cabeza de emperador diademado a derecha […] pf […] y en el reverso, dos soldados de pie, de frente, portando un
estandarte (gloria exercitus). En exergo [.] on [..]. Peso: 1,45 g, diámetro: 14,6 mm.

TESORILLO DEL PELICIEGO


En la denominada Cueva del Peliciego, perteneciente a la Solana de La Alquería (sierra de las Grajas). La cue-
va entra en el catálogo de yacimientos arqueológicos en agosto de 1939, momento en el que se descubren las
pinturas rupestres que se encuentran en la parte derecha de la entrada a la misma. En 1965 J. Molina practica
una pequeña excavación justo debajo del panel de las pinturas, donde encontró el tesorillo de 40 monedas
romanas de bronce en muy mal estado de conservación y un mediano también de bronce, extraviado. Fue es-
tudiado por M. Lechuga Galindo, quien de las 40 piezas solamente pudo identificar 17 fechadas en el siglo iv,
del resto fue imposible, bien por fragmentadas o bien por excesivo desgaste, el autor dice que algunas de ellas
eran “simples láminas” (Lechuga, 1985: 202-204). Los 17 ejemplares identificados se sitúan cronológicamente
entre Constancio II-Constantino I (series póstumas: 341-346 d. C.) y Honorio (393-395 d. C.).

MONEDAS MEDIEVALES
Localizadas en su mayoría en las excavaciones realizadas en el castillo de Jumilla. En 1982 se procedió a
terminar de limpiar el patio de armas, obras que se iniciaron en 1977, pero se dejaron a medio por falta de
financiación. Por lo tanto, la única colección realmente localizada en un ambiente concreto es precisamente
la de la segunda fase de la limpieza del patio de armas, que si bien no es muy numerosa sí es interesante y está
sin publicar. Todas las monedas arrojan una cronología del siglo xv. La colección cuenta con dos cuartillos de
vellón de Juan II (1406-1454) con ceca en Segovia, un real de plata de Juan II (1406-1454) y ceca en Burgos,
medio cuartillo de vellón de Enrique IV (1454-1474) con ceca en Segovia, tres dineros de vellón de Enrique
IV (1454-1474) con cecas en Cuenca, Ávila y Segovia, y un dinero de vellón de Fernando II de Aragón (1479-
1516) con ceca en Zaragoza.

MONEDAS MODERNAS
Contamos con dos monedas de cuatro maravedíes de cobre emitidas por Felipe III (1598-1621), una de ellas
con ceca en Valladolid. En el anverso aparece un castillo encerrado en círculo liso. A la derecha, iiii. Alrededor
leyenda philippvs. iii. d. g. que no se conserva. El reverso muestra un león encerrado en círculo liso. Alrede-
dor leyenda (h)ispan(ia)rvm (rex). Presentan un peso de 2,5 gramos y un diámetro de 15 milímetros. Hay
que destacar que durante el siglo xvi el sistema monetario castellano, heredero de una racional ordenación
emprendida por los Reyes Católicos, se irá consolidando caracterizado por su eficacia y estabilidad.

3.2. Monedas con procedencia desconocida


Entre los fondos del Museo contamos con un gran número de monedas de procedencia desconocida, todas
ellas incluidas dentro de la misma colección. La problemática de estos ejemplares radica en que no podemos

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 495


Estefanía Gandía Cutillas y Emiliano Hernández Carrión

extraer más información acerca de su circulación ni el contexto de su uso. No obstante, su estudio es funda-
mental para otro tipo de análisis como puede ser el del aprovisionamiento monetario en esta comarca.

De época antigua destacan 35 monedas romanas de procedencia desconocida con una cronología que abarca
desde el siglo iii a. C. hasta 423 d. C. con el emperador Honorio. Concretamente, el conjunto numismático
está formado por un semis de bronce, un victoriato de plata, dos ejemplares de cuarto de calco cartaginés de
cobre, tres ejemplares de calco cartaginés de cobre, cinco denarios de plata, un denario de bronce, dos ejem-
plares de as de cobre, tres ases de bronce, dos quinarios de plata, dos semis de cobre, un dupondio de bronce,
un antoniniano de plata, un antoniniano de bronce, un sestercio de bronce, un antoniniano de vellón, dos
follis de bronce, dos medio centenional de bronce y cuatro maiorinas de bronce.

De época medieval, contamos con dos maravedís de cobre de los Reyes Católicos (1479-1504) con ceca en
Cuenca y un dinero de vellón, esta última la más antigua de este período, emitida por Jaime II (1291-1327) y
ceca en Barcelona.

De cronología moderna, de los siglos xvi-xix, la colección posee 38 monedas que abarcan desde la emisión de
Felipe II a Alfonso XII con muestras de dos cuartos de cobre, cuatro maravedíes de cobre, ocho maravedíes de
cobre, dieciséis maravedíes de cobre, dinero de vellón, seis dineros de cobre, dos céntimos y medio de cobre y
varias indeterminadas. Llaman la atención los resellos de Felipe IV, quien en marzo de 1636, ordena triplicar
el valor de las antiguas monedas de vellón rico reselladas en 1603, y las de dos y cuatro maravedís del vellón
pobre acuñadas en el Ingenio, aplicando un resello de seis maravedís sobre las antiguas piezas de dos, y doce
maravedís sobre las antiguas de cuatro maravedís.

Figura 3. Resello de Felipe IV sobre moneda de Felipe II. Museo Municipal Jerónimo Molina de Jumilla.

4. LAS MONEDAS EN LAS FUNCIONES DEL MUSEO


Sin duda alguna, una de las funciones principales del museo es el enriquecimiento de sus colecciones, entre
ellas, la colección numismática. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que no se trata de una mera acumula-
ción de objetos y bienes culturales, sino su conservación para las futuras generaciones, así como su protección
frente al expolio y la exportación ilegal. Se ha buscado la adquisición de ejemplares poco representados o
inexistentes en las colecciones, como por ejemplo la serie de monedas romanas y modernas, principalmente
mediante cesión y donación al museo. La adquisición de ejemplares no tendría sentido sin culminar en otra
de las funciones clave del museo, la difusión, es decir, la puesta a disposición del público de los bienes numis-
máticos para su disfrute y aprendizaje. Sin embargo, partíamos de un problema previo: la gran especializa-
ción que requiere su investigación y puesta en valor, así como las características físicas de la mayoría de los
ejemplares, pueden llegar a retraer su difusión al público.

En el museo municipal Jerónimo Molina de Jumilla su papel en el discurso expositivo era inexistente debido a
la amplitud y diversidad de bienes impidiendo su completa exposición. No obstante, la reciente construcción
de una vitrina para este fin permitirá la incorporación de los bienes numismáticos a la colección permanente
del museo.

No debemos olvidar que el primer paso para lograr estos objetivos es la documentación y para ello es necesa-
rio el inventario y catalogación de las colecciones numismáticas del museo. Esta catalogación se ha realizado a

496 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA COLECCIÓN NUMISMÁTICA DEL MUSEO MUNICIPAL JERÓNIMO MOLINA DE JUMILLA

través del soporte informático FORUM, un sistema integral de gestión museográfica en funcionamiento en la
Región de Murcia que nos permite la identificación, descripción, clasificación y, por supuesto, la investigación
de las monedas, actividad clave del Museo Municipal Jerónimo Molina.

5. VALORACIÓN Y CONCLUSIONES
El objetivo perseguido ha sido realizar un estudio exhaustivo sobre la colección numismática custodiada
en la Sección de Arqueología del Museo Municipal Jerónimo Molina de Jumilla, reunida desde la apertura
del Museo, a lo largo de más de 50 años, donde nos encontramos con una gran casuística, desde monedas
procedentes de excavaciones arqueológicas y, por ende, con un contexto y un ambiente histórico a otras de
hallazgos casuales, con las dificultades que esto implica. A esto hay que sumar gran número de donaciones de
particulares, obviamente sin contexto arqueológico y en la mayoría de los casos, sin conocer el lugar o zona
del hallazgo.

Este análisis nos da pie para analizar y destacar la importancia de las colecciones numismáticas en los museos,
su carácter didáctico, y su función divulgativa. La numismática ha evolucionado de ser una ciencia auxiliar de
la arqueología a ser una ciencia per se. Su presencia en los museos debe destacarse y exhibirse con la suficiente
información para el gran público. Desde el momento histórico en el que se acuñan, la ceca de la que proceden
y los posibles caminos que recorrido el dinero.

Cada día son más los museos que dedican vitrinas, cuando no salas completas a la numismática. Hemos de
recordar que la ciencia numismática aparece de la mano del interés de algunos estudiosos de las medallas
antiguas, por lo tanto, no hay que despreciar estos objetos de devoción, de símbolo de pertenencia a un grupo
(cofradía, academia, etc.) o simplemente de adorno personal.

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498 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PROYECTO DE AMPLIACIÓN DEL MUSEO
CIUDAD DE MULA. LA ALMOLOYA: EL PRIMER
PARLAMENTO DE EUROPA

Zapata Parra, José Antonio


Arqueólogo Municipal de Mula
López Martínez, Carlos María
Patrimonio Inteligente, S. L.

Resumen
En este trabajo presentamos el proyecto de ampliación del Museo Ciudad de Mula, concretamente la museo-
grafía destinada al yacimiento de La Almoloya y su sala denominada “El Parlamento”, donde se halló la tumba
principesca con un rico y único ajuar. Junto a la sala expositiva, el proyecto ha contemplado la realización de
un salón de actos y un depósito de bienes arqueológicos.

Palabras clave: Museo, argárico, tumba principesca, salón de actos, depósito.

Abstract
In this paper we present the expansion project of the Ciudad de Mula Museum, specifically the museography for
the La Almoloya site and its room called “The Parliament”, where a princely tomb was found with a rich and
unique trousseau. Along with the exhibition hall, the project has included the construction of an assembly hall
and a deposit of archaeological assets

Keywords: Museum, argaric, princely tomb, assembly hall, warehouse.

1. INTRODUCCIÓN
Desde que el Museo Ciudad de Mula abrió sus puertas en la primavera de 2015, se ha convertido en el centro
vertebrador y dinamizador de la cultura y el turismo de Mula y su comarca. A través de la exposición “El Le-
gado de Mula en La Historia”, el visitante puede realizar un recorrido lineal y cronológico desde la Prehistoria
hasta la Historia reciente de la ciudad, así como disfrutar de las espléndidas exposiciones temporales ubicadas
en los claustros del convento. Desde su apertura han visitado el Museo un total de 25.000 personas aproxima-
damente (Fig. 1).

El Ayuntamiento de Mula, conocedor del crecimien-


to de visitas turísticas de carácter cultural y a la vista
de la obras recién terminadas en el convento de San
Francisco, consideró la necesidad de ampliar el Mu-
seo, dotándolo de un salón de actos, el depósito para
los bienes arqueológicos y la musealización de una
sala dedicada al yacimiento argárico de La Almoloya,
ubicado entre los términos de Mula y Pliego, que está
dando unos resultados espectaculares a nivel mate-
rial desde que comenzaron las excavaciones arqueo-
lógicas bajo la dirección de la Universidad Autónoma
de Barcelona (UAB) en 2013, entre ellos con el hallaz-
go de una tumba principesca (AY-38).
Figura 1. Museo Ciudad de Mula sito en el convento de San
Francisco.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 499


José Antonio Zapata Parra y Carlos María López Martínez

2. OBJETIVOS
El objeto del proyecto es la ampliación y adecuación del Museo Ciudad de Mula, en virtud de la terminación
de las obras de restauración del convento de San Francisco llevadas a cabo a lo largo de 2016-2017 con cargo a
la subvención del 1,5 % Cultural del Ministerio de Fomento y Cultura, la Comunidad Autónoma de la Región
de Murcia y el Ayuntamiento de Mula. Como consecuencia de esas obras, el Museo se amplía a las alas sur y
este del convento de San Francisco, con un total de 327,35 m2.

Con la solicitud de ayuda al Programa de Desarrollo Rural de la Región de Murcia (LEADER), el Ayunta-
miento de Mula busca ampliar el contenido museográfico y museológico del MCM, concretamente con la
creación de un salón de actos (refectorio ala este), el depósito de bienes arqueológicos (sótano ala sur) y la
musealización de los restos materiales del yacimiento argárico de La Almoloya (sala este de planta primera).

Respecto al último objetivo (la sala arqueológica de La Almoloya), que es el que justifica este proyecto museo-
gráfico, los objetivos son:
• Crear una nueva sala expositiva en el Museo Ciudad de Mula, contribuyendo a la presentación y difu-
sión de uno de los yacimientos más importantes de la Edad del Bronce en Europa.
• Generar sinergias entre el visitante y el discurso expositivo. A través de una experiencia didáctica
convertir la visita en una experiencia atractiva con la que se asimilen conceptos y experiencias rela-
cionadas con lo que se ha venido a llamar “El primer Parlamento de Europa” mediante la recreación
en la propia sala de este gran espacio y el empleo de elementos interactivos.
• Dar a conocer el resultado de las investigaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento de la Al-
moloya en los últimos años, incidiendo en el “valor” de los materiales expuestos, no solo por su valor
artístico, también como fuente histórica para el conocimiento de nuestro pasado.
• Establecer itinerarios culturales relacionados con la cultura del Argar, en el que la visita al Museo
Ciudad de Mula se convierta en un punto más en la visita a los yacimientos argáricos de La Bastida
(Totana) y La Almoloya (Mula/Pliego).
• Conservar y custodiar los materiales procedentes de La Almoloya permitiendo el acceso a la colección
a los investigadores que lo soliciten. Para ello, será necesario contar con un inventario de toda la co-
lección, no solo de los materiales expuestos en la colección museográfica. En este sentido, queremos
destacar aquí que uno de los objetivos del proyecto actualmente en curso es el suministro e instalación
de un depósito de bienes arqueológicos, ubicado en el sótano existente en el ala sur del edificio. El de-
pósito cuenta con compactos para el almacenamiento seguro de las colecciones y dos mesas de trabajo
para arqueólogos y restauradores.

3. LA ALMOLOYA: EL PRIMER PARLAMENTO DE EUROPA


La Almoloya ocupa un cerro amesetado de casi 3.000 m2 de extensión en su cima, que se eleva a 585 metros
sobre el nivel del mar. en las estribaciones septentrionales de la sierra de Espuña, a caballo de los términos
municipales de Pliego y Mula. Desde él se domina visualmente un extensísimo territorio, circunstancia que le
confirió un elevado valor estratégico que es preciso tener siempre en cuenta a la hora de entender su historia
(Fig. 2).

Descubierto y explorado inicialmente por Emeterio


Cuadrado en 1944, y sometido a expolios durante
décadas, en fecha reciente ha sido objeto de cuatro
campañas de excavaciones arqueológicas (2013-
2016) bajo la dirección científica de los firmantes.
Estas campañas de excavación han sido posibles gra-
cias a la cofinanciación principal de la Universidad
Autónoma de Barcelona y del grupo empresarial
CEFU, S. A., así como de aportaciones menores por
parte del Ayuntamiento de Pliego y de la Cooperati-
va Vega de Pliego. Al término de la tercera campaña
de 2015, se realizó una primera fase de consolidación
de las estructuras arquitectónicas descubiertas hasta Figura 2. Vista aérea del yacimiento de La Almoloya. (Fotos:
entonces, gracias a una financiación del programa UAB-ASOME)

500 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PROYECTO DE AMPLIACIÓN DEL MUSEO CIUDAD DE MULA. LA ALMOLOYA: EL PRIMER PARLAMENTO DE EUROPA

LEADER, de la Unión Europea, por intermediación de Integral, Sociedad para el Desarrollo Rural (Bullas,
Murcia), y la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno Regional. También en 2015
se publicó la incoación del procedimiento conducente a la declaración del yacimiento como Bien de Interés
Cultural (BORM de 12 de marzo de 2015, n. 3169, resolución de 26 de febrero de 2015).

El depósito arqueológico documentado hasta la fecha corresponde por entero a la Edad del Bronce argárica,
aproximadamente entre el 2200 y el 1550 antes de nuestra era. A lo largo de estos seis siglos de ocupación,
se han observado tres grandes fases de desarrollo urbanístico, de las cuales a fecha de hoy se ha explorado la
más reciente de ellas en su práctica extensión, mientras que las dos fases previas han sido documentadas en
diversos sectores.

A dicha fase más reciente corresponden los vestigios inmuebles que hacen de La Almoloya un enclave privi-
legiado para el conocimiento de uno de los primeros centros de poder y gobierno de la Europa prehistórica,
hace unos 3.800 años. En estos momentos, una abigarrada trama de complejos arquitectónicos, subdivididos
entre seis y once estancias, cubría casi por entero la cima de La Almoloya. Los edificios estaban construidos
con muros de piedra trabada con argamasa, revestidos con capas de mortero que contenía cal.

3.1. La Sala del Parlamento


De entre los nueve complejos arquitectónicos documentados hasta el momento, destaca el n. 1, una estructura
de carácter residencial y político, de unos 250 m2 de superficie total, clasificable bajo la categoría de “Palacio”,
donde residía un grupo aristocrático de aquella sociedad. En su interior, un amplio recinto de 85 m2 dedicado
a la reunión política (Habitación 9) ha sido bautizado como “Sala del Parlamento” y ha recibido el interés de
los medios de comunicación nacional e internacional.

Las numerosas tumbas halladas en el subsuelo del asentamiento (104 hasta el momento) informan de múlti-
ples aspectos de la estructura social, política y económica de la sociedad argárica. La Almoloya ha proporcio-
nado una de las sepulturas más lujosas de la Edad del Bronce antiguo de Europa continental (tumba n. 38),
una tumba principesca situada precisamente bajo el suelo de un lugar prominente de la “Sala del Parlamento”.
Abundantes joyas de plata, oro y ámbar, delicadas piezas de orfebrería y otras ricas ofrendas apuntan a una
sepultura principesca que acogió a dos miembros de una dinastía reinante (Fig. 3 y 4).

Figuras 3 y 4. Tumba n. 38 de La Almoloya, en la que se aprecia la disposición de los dos esqueletos y de algunas de las piezas de ofrenda
y ajuar funerario. (Fotos: UAB-ASOME)

Una de las piezas más destacadas es una diadema de plata que ceñía el cráneo de la mujer. Se trata de un
descubrimiento de gran valor científico y patrimonial, por cuanto las otras cuatro conocidas proceden de un
único yacimiento (El Argar, en Almería), fueron descubiertas hace más de 130 años, y ninguna de ellas de
conserva hoy en España.

Los llamados “dilatadores de oreja” son objetos igualmente raros. Dos fueron elaborados en plata, mientras
que otros dos son de oro. Excepto en la Creta minoica, ninguna élite en Europa acumulaba tanto poder y

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 501


José Antonio Zapata Parra y Carlos María López Martínez

riqueza. Y en ningún otro escenario como en Murcia podemos llegar a conocer con tanto detalle cómo se
forjaron y funcionaban las primeras civilizaciones europeas. Muy pocos yacimientos europeos muestran con
tanto detalle las dimensiones cotidianas y públicas de una de las primeras civilizaciones. Es precisamente esta
singular riqueza arqueológica la base principal que garantiza el atractivo de una iniciativa museística como la
se plantea en este proyecto.

4. PROGRAMA MUSEOGRÁFICO
El proyecto expositivo tiene como objetivo ofrecer una imagen sintética, atractiva y amena en torno a uno de
los descubrimientos más importantes de la Prehistoria reciente en los últimos años: el llamado “primer Parla-
mento de Europa” en el yacimiento de La Almoloya, y los excepcionales hallazgos funerarios documentados
en su subsuelo.

El proyecto consta de 4 ámbitos temáticos, que serán desarrollados en las páginas siguientes:
• Entrada y acogida de visitantes. Señalización de la Sala La Almoloya junto al acceso desde el Claustro
• Introducción: la sociedad de El Argar. Audiovisual de presentación.
• El Parlamento de La Almoloya y el gobierno de una civilización. Sala expositiva.

Los ámbitos principales son los n. 2 y 3, ya que en ellos se concentra la mayor parte de elementos museológi-
cos y museográficos. Ahora bien, sus discursos respectivos son muy diferentes: el ámbito 2 posee un carácter
de introducción general a la sociedad que utilizó el Parlamento y museográficamente gira en torno a un único
audiovisual, mientras que el ámbito 3 presenta los contenidos específicos de La Almoloya, comprende la ma-
yor parte del espacio expositivo y combina los recursos gráficos con la contemplación por vez primera de una
colección singular de piezas arqueológicas (Fig. 5).

Figura 5. Propuesta de distribución museográfica de la Sala “La Almoloya”.

4.1. Vestíbulo. Presentación y título sala


El vestíbulo tiene unas dimensiones de 5,76 m2 al que se accede desde la primera planta del claustro y que sirve
de distribuidor hacia la Sala de la Almoloya y los aseos. A mano izquierda, según se entra desde el claustro, se
sitúa un panel de presentación de la Sala de la Almoloya. Frente al acceso, la puerta de los aseos. Finalmente,
a mano derecha, está la puerta que comunica con el Espacio I (sala audiovisual) de la Sala de La Almoloya.

4.2. Espacio I. Sala audiovisual


La sala prevista para la Sala La Almoloya mide 16,87 metros de largo x 7,06 metros de ancho. Nuestra pro-
puesta plantea generar dos espacios mediante la construcción de un tabique separador en el que se construi-

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PROYECTO DE AMPLIACIÓN DEL MUSEO CIUDAD DE MULA. LA ALMOLOYA: EL PRIMER PARLAMENTO DE EUROPA

rán dos puertas y sirve además de soporte para información textual y gráfica. El tabique se adosa al trasdosado
perimetral y a uno de los muros de la sala.

Este tabique, que separa el Espacio 1 (audiovisual) del Espacio II (sala expositiva) permite generar un espa-
cio longitudinal para una proyección audiovisual de presentación del yacimiento, con capacidad para 20-25
personas sentadas. El tabique separador tiene en sus extremos distal y proximal dos puertas que permiten la
comunicación con la sala expositiva.

En el muro sur, donde se sitúa la proyección audiovisual, se construirá un trasdosado que continúa a lo largo
de todo el muro sur y este de la sala y que sirve de apoyo para la recreación de los muros de la Sala del Parla-
mento con los que se pretende comunicar la sensación general de habitar en dicha sala. El tabique separador
permite crear dos espacios diferentes en la sala, el dedicado al audiovisual de presentación y la sala expositiva.

El audiovisual introductorio sobre la sociedad de El Argar (aprox. 5’). Tiene como objetivo proporcionar la
información básica sobre espacio, temporalidad, materialidad y organización interna de esta sociedad de la
Edad del Bronce. Al salir del Espacio I, el visitante se encuentra de lleno con la reconstrucción de la Sala del
Espacio que acaban de ver en el audiovisual.

4.3. Espacio II. Sala expositiva


Se trata del ámbito principal de la exposición, donde se mostrará el significado social y político del conjunto
arqueológico formado por una estructura singular y varios conjuntos funerarios, entre los que destaca la
llamada “tumba principesca” (n. 38). La propia sala del Museo se utiliza a modo de réplica de la Sala del Parla-
mento original. Para ello se realizaran trasdosados perimetrales en los muros sur, oeste, norte con decoración
a base de vinilos (Fig. 6 y 7). Así mismo, estos muros incluyen banco adosado similar al documentado en la
sala original.

Figura 6. Alzados de los tabiques sur y oeste de la sala expositiva.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 503


José Antonio Zapata Parra y Carlos María López Martínez

Figura 7. Alzados de los tabiques norte y este de la sala expositiva.

Se emplean dos tipos diferentes de gráfica que sirven para diferenciar los elementos arqueológicos reales de
la reconstrucción infográfica. Para los primeros se utiliza el vinilo laminado, para el segundo la tela impresa
retroiluminada. Además se muestran los ajuares de la tumba principesca en una gran vitrina central, los
ajuares del resto de las tumbas halladas en la Sala del Palacio en otra vitrina integrada en el trasdosado y un
enterramiento doble en urna, junto a otros elementos audiovisuales (reconstrucciones faciales, proceso de
excavación de las tumbas) y gráficos (vinilo suelo con representación fotográfica de las tumbas).

4.3.1. Espacio II. Vitrina central. Tumba AY38


En la vitrina central se expone la tumba principesca hallada en el centro de la sala del Parlamento. Se trata de
una tumba doble, hombre y mujer, de clase alta. El ajuar es de los más ricos encontrados hasta la fecha. Los
materiales se reparten en dos volúmenes expositivos: el inferior, para la urna y su tapadera, y el superior, para
los dos esqueletos y los ajuares hallados en el interior (Fig. 8). Los ajuares se agrupan en peana, cada una con
su cartela explicativa. Las características de la vitrina son las siguientes:
• Vitrina. Medidas: 250 cm de largo x 200 cm de ancho x 125 cm de altura. Realización de vitrina mesa
con estructura metálica, con sistema de apertura mediante puerta abatible con marco realizado en
pletina de aluminio con rueda y cierre de seguridad en sus dos lados largos. Vidrio laminado de se-
guridad 4+4 según planimetrías. Incluye dos paneles en DM ignífugo a modo de suelo para generar
dos volúmenes expositivos. La altura del interior es 70 cm, la del superior 40 cm. Incluye iluminación
mediante tira flexible de led regulable oculto en nivel superior con perfil en L en los dos volúmenes
expositivos. La vitrina incluye 10 peanas con las cartelas correspondientes.
• Termohigrómetros. 2 unidades, situadas en cada uno de los dos volúmenes expositivos.
• Artsorb. Artsorb al 40 % para regulación humedad interior vitrina. Oculto en depósitos bajo peanas.

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PROYECTO DE AMPLIACIÓN DEL MUSEO CIUDAD DE MULA. LA ALMOLOYA: EL PRIMER PARLAMENTO DE EUROPA

Figura 8. Vitrina central para la tumba n. 38, alzados y planta.

5. CONCLUSIONES
En definitiva, los hallazgos realizados en La Almoloya revisten una enorme relevancia histórica y patrimo-
nial. Su interés trasciende la escala local, para elevarse a un puesto de primer orden a nivel continental. Nos
hallamos ante descubrimientos únicos, que suman a su valor intrínseco el hecho de estar perfectamente con-
textualizados. Su investigación, salvaguarda y difusión constituyen una necesidad ineludible, que sin duda
redundará muy positivamente en la proyección cultural del Museo Ciudad de Mula, de la comarca en la que
se enclava el yacimiento y, por ende, en la Región de Murcia.

6. BIBLIOGRAFÍA
LULL, V.; MICÓ, R.; RIHUETE HERRADA, C.; RISCH, R.; CELDRÁN BELTRÁN, E.; FREGEIRO MORADOR, M. I.;
OLIART CARAVATTI, C.; VELASCO, C. (2016). “La Almoloya (Pliego, Murcia): palacios y élites gobernantes en la Edad
del Bronce”. En Zapata, J. A. (ed.), El Legado de Mula en la Historia; pp. 40-59.

AGRADECIMIENTOS
A todo el equipo de la UAB-ASOME, por su colaboración en los contenidos y diseños finales del proyecto
museográfico.

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ESTUDIOS E INTERVENCIONES
EN BIENES MUEBLES
LA CRUZ DE LOS CONJUROS DE LA CATEDRAL
DE MURCIA

Cantero Mancebo, Sacramento


Historiadora. Guía del Museo de la Catedral de Murcia

Resumen
En el verano de 2019 se rescataba del olvido la Cruz de los Conjuros de la catedral de Murcia, un Lignum
Crucis enmarcado en una cruz latina de madera decorada en plata. Esta cruz con relicario sería utilizada
antiguamente en los rituales de conjuros practicados en la catedral murciana con el objetivo de apartar de la
ciudad fenómenos adversos como las tormentas, el pedrisco o las plagas de insectos. Ya restaurada y en su
oratorio, vuelve a formar parte de la colección de reliquias de la catedral. Para la historia queda rememorar el
ritual de conjuros en el que, hace siglos, fue utilizada.

Palabras clave: Cruz, Lignum Crucis, conjuros, catedral de Murcia, reliquias.

Abstract
In the summer of 2019 the Cross of the Spells of the Cathedral of Murcia was rescued from oblivion, a Lignum
Crucis framed in a wooden latin cross decorated with silver. This cross with a reliquary would be used in ancient
times in the Spells rituals practiced in the cathedral with the purpose of dispelling adverse phenomena such as
storms, hail or plagues. Already restored and in its oratory, it is once again part of the Cathedral’s collection of
relics. For history it is necessary to recall the spell ritual in which, centuries ago, it was used.

Keywords: Cross, Lignum Crucis, Spells, Cathedral, Murcia, relics.

1. INTRODUCCIÓN. LA CRUZ Y SU ESTADO


En el verano de 2019, la curiosidad infinita de un joven sacristán, Daniel Munuera Duque, y las sospechas,
documentalmente contrastadas, de quien esto escribe, tomaron la iniciativa para bajar de la parte exterior del
muro izquierdo (nave del evangelio) del presbiterio de la catedral de Murcia, una vieja cruz colgada hacía ya
unos treinta años. Como se pudo comprobar la cruz, de proporciones grandes, más de metro y medio por
metro, parecía tener en su centro una teca que guardaba un Lignum Crucis.

Desde un punto de vista descriptivo y formal esta cruz es una cruz latina (crux immissa), de madera tintada,
toda ella ribeteada de láminas de plata que, al frente, tienen formas dentadas y en su perfil la plata está calada.
En tres de los palos muestra en sus extremos, o cabos, unas volutas, probablemente piezas fundidas, y de las
esquinas de la cruceta, también en plata, salen destellos o potencias. En el centro de la cruz se encuentra la teca
que contiene el Lignum, una crucecita dorada, rodeada de ondas que imitan destellos, se ve tras los vidrios,
que la enseñan en las dos caras de la cruz (Fig. 1).

La decoración más relevante se encuentra alrededor de la teca vidriada (Figs. 2 y 3), tanto en su frontal como
en su zona posterior, hay símbolos en plata dorada de ángeles que adoran el Lignum, querubines y símbolos
de la pasión, concretamente una corona de espinas y clavos. Por último, ángeles que sostienen el símbolo del
cabildo de la catedral de Murcia: el jarrón con azucenas.

Como veremos más adelante la madera podría ser peral, tintado en nogal, y los detalles con símbolos que
rodean el Lignum podrían ser de distinta época que el ribeteo de plata de los cantos de la madera, es fácil
observar calidades estéticas y de ejecución muy distintas en estos pequeños detalles. Asimismo, las volutas de
los extremos de tres de los palos, parecen añadidos también en época posterior al resto de piezas.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 509


Sacramento Cantero Mancebo

Figura 1. Cruz de Conjuros ya limpiada en su oratorio.

Figura 2. Parte frontal de la Cruz de Conjuros. Cruceta con Lignum. Figura 3. Parte posterior de la Cruz de Conjuros. Cruceta con Lignum.

En el caso que nos ocupa, la estética de gran cruz a modo de cruz guía no es original y respondía a una fun-
cionalidad doble, ser contenedor del Lignum y cruz de adoración y bendición para rituales. Que la teca de un
Lignum vaya inserta en una cruz, a manera de marco estético para engrandecerla y señalarla, es habitual desde
que existe este tipo de mobiliario, podríamos comprobarlo en muchos Lignum, algunos tan antiguos como la
Estauroteca de Limburg, del siglo x.

Se pudo comprobar que la cruz, tras ser bajada de la pared del presbiterio, se encontraba en bastante mal
estado, la plata era difícilmente perceptible ya que estaba totalmente ennegrecida por la falta de limpieza y
pulido. La madera también sufría el paso del tiempo, básicamente con suciedad acumulada, afortunadamente
con muy pocas muestras de ataques de insectos de carcoma. La estructura se comprobó que era firme aunque
algo débil a tracciones en la cruceta. Faltaban algunos clavos de plata y algún detalle dentado, y en la cruceta,

510 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


LA CRUZ DE LOS CONJUROS DE LA CATEDRAL DE MURCIA

en su parte posterior, existe un elemento de hierro, una pequeña pletina, sujeta a la madera con tornillos de
cabeza de pala, que, seguramente, procuran dar firmeza a toda esa parte y debieron ser añadidos en época
contemporánea.

Para la Cuaresma del año 2020, la pieza se sometió a un proceso de limpieza y protección básico. Sin ser des-
montada, se limpió y pulió la plata, protegiéndola con lacas, y se limpió la madera, aplicando una terminación
a la cera. Se recuperaba así la belleza de una cruz que durante muchos años, varios siglos, representó tanto
para la catedral como para la sociedad murciana, un elemento asociado a una tradición ritual que podríamos
incluir en la historia de los rituales sacramentales de la Iglesia y en un patrimonio inmaterial ya perdido. De
todo ese rico patrimonio, que hoy día solo sobrevive en algunos puntos del país de una manera folclórica, se
recupera su elemento material.

2. LA CRUZ EN LOS DOCUMENTOS


Intentaremos contextualizar primero las referencias documentales que nos ofrecen información sobre esta
cruz que, durante siglos, tuvo su descanso en una capilla interna de la torre de la catedral y que fue utilizada
en rituales y oficios.

La primera prueba documental estudiada que hacía pensar que esta cruz era la llamada Cruz de los Conju-
ros, era una nota de los inventarios realizados en época de la Guerra Civil por la Junta del Tesoro Artístico,
concretamente un documento1 con epígrafe “Inventario de las obras de arte entregadas para su depósito en
el Museo Provincial de Bellas Artes de Murcia, procedentes de las iglesias que a continuación se indican”.
Aunque sin fecha precisa, lo referente en este documento a la catedral de Murcia podría corresponder a
septiembre de 1936.

Con numero escrito a lápiz: 1406, así queda descrita la cruz en esta cita: “Cruz de los conjuros de madera
negra y aplicaciones de plata; lleva un linnum-crucis (sic) al parecer de oro. 1,53 x 0,95. En uno de los escudos
del cabildo le falta un trocito; también faltan numerosas púas”.

La referencia 1406 se puede encontrar nuevamente en un libro de registro general de custodia cuyos datos solo
indican en este caso las medidas, su procedencia, su clasificación como “objetos varios” y otra referencia de
movimiento de la pieza. Lamentablemente en los documentos existentes sobre los distintos inventarios de la
JTA en la catedral, no se vuelve a encontrar esta cruz, de hecho en uno de ellos con referencia JTA, 53136/084,
la numeración de la descripción de obras comienza en el número 1412 y no hay rastro del número 1406, y este
inventario, algo desordenado, podría habernos dado una idea de dónde estaba la cruz cuando fue recogida y
enviada al Museo de Bellas Artes.

Previa lectura de la escasísima2 bibliografía referida a esta cruz o a la ceremonia de los conjuros en la catedral
de Murcia, esta primera evidencia documental se amplió con un estudio de la documentación existente en el
archivo de la catedral que podría contextualizar la realidad histórica de la cruz. Una búsqueda en el archivo
permitió, dando marcha atrás en el tiempo, dar con la primera descripción de esta misma cruz. Se trata de
un inventario de 1807 que hace la siguiente descripción: “Una cruz de peral con los cabos de plata, el florón
con las armas de esta santa iglesia por ambas partes con vidrieras pequeñas y dentro de ellas una crucecita de
oro en donde está reservado un Lignum Crucis y toda ella guarnecida de una chapa de plata ondeada y sirve
para la adoración de la cruz en el día de Viernes Santo y los demás del año está en el oratorio de la torre para
los conjuros”.3

Inventarios y Libros de Fábrica siguen aportando datos, aunque es difícil entender desde cuándo existía la
Cruz de los Conjuros. Encontraremos una cita referida a una cruz “de madera de color noguerado”, con una
descripción similar a la utilizada en la mencionada en 1807, en un inventario con fecha de 1701, que cita las

1  ARM, JTA, 53136/023_2 Acta n. 22. “Inventario de las obras de arte entregadas para su depósito en el Museo de Bellas Artes procedentes de las iglesias y
conventos de Las Claras, Santa Catalina, Catedral…”
2  BELDA NAVARRO, C. (1995). “Signatium nubium. Conjuros y campanas, ritual y magia en la catedral de Murcia”. Homenaje al profesor Antonio de Hoyos,
pp. 49-63.
3  ACM, Caja 7, Libro 15, fol. 47 vto.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 511


Sacramento Cantero Mancebo

reliquias que hay detrás del retablo.4 En fechas posteriores, en inventarios de 1711, 1725 y 1743, se volverá a
hacer referencia a esta cruz, o más bien a este Lignum, que en 17155 es reformado, añadiendo una guarnición
de ébano y plata, siendo seguramente aprovechadas las decoraciones de los “floroncillos” descritos, con las
armas del cabildo, y, por supuesto, la teca con la cruz dorada que guardaría la reliquia del Lignum.

Leyendo las descripciones y su disposición cronológica, y con las diferencias estéticas encontradas y ya men-
cionadas, sabemos que esta cruz podría tener elementos del siglo xvii, que fueron reaprovechados en 1715
para hacer la cruz nueva ribeteada en plata y guarnecida en ébano. Así, se nos dice varias veces en márgenes de
inventario, notas al margen que recuerdan que la cruz descrita en 1701 ha sido “consumida”, es decir retirada
de uso, en este caso reaprovechada para hacer una nueva, como hemos señalado.

Por otra parte, y es parte de la historia estética de esta cruz, en las descripciones de los inventarios, se suele
citar en ocasiones “y está en la torre” (1725) o “y está en la torre de los conjuros” (1743). Y en el Libro de Fá-
brica que nos cita la reforma de la antigua cruz en 1715 en una nueva de ébano, guarnecida de plata, veremos
apuntes referidos al pago a doradores, tallistas, vidrieros y pintores por distintas reformas en el “oratorio de
la torre” u “oratorio del Santo Lignum Crucis”. Es decir, la reliquia, que en 1701 está en el armario detrás del
retablo, un armario que se hizo para disponer las reliquias de la catedral,6 acaba teniendo su propio espacio,
en la torre, en un oratorio: el del Santo Lignum Crucis.

Los estudios documentales del rastro de esta cruz son complicados, de hecho los cambios estéticos en la cruz
pueden crear cierta confusión. Por otra parte, la catedral de Murcia ha tenido y tiene otros Lignum, como el
atribuido a Bartolomé de Acha y considerado en alguna ocasión como el utilizado en el ritual de los conjuros.
Pero, en cualquier caso, podemos hacer ciertas afirmaciones a raíz del redescubrimiento de este Lignum.
Tenemos claro que esta Cruz de los Conjuros es la ya existente en 1701, transformada en 1715 y aun vigente
como tal en el siglo xix, rescatada y llevada al Museo de Bellas Artes durante la Guerra Civil, y tradicional-
mente custodiada en el oratorio de la torre, hasta su último traslado al Museo Catedralicio y de este, a una
pared del presbiterio.

3. EL RITUAL DE LOS CONJUROS. CONTEXTO LITERARIO Y DOCTRINAL. EL CASO DE LA CA-


TEDRAL DE MURCIA
Su nombre nos da parte de la información de su uso, esta es la cruz utilizada en el ritual de los conjuros prac-
ticados en la catedral de Murcia. Los conjuros eran unos rituales difíciles de remontar en el tiempo pero, sin
duda, practicados ya en el siglo xvi en todo el país y documentados, especialmente en el xviii, en la catedral
murciana. Estas ceremonias, que se podrían encuadrar en los rituales sacramentales de exorcismo, tenían
como objetivo apartar del territorio cualquier fenómeno meteorológico adverso, especialmente tormentas y
granizadas, plagas de insectos, principalmente las de langosta, –plaga habitual en el territorio murciano y ya
documentada en el siglo xv– y cualquier fenómeno que tuviera como principio la acción demoniaca. Junto a
las rogativas, los conjuros serían las ceremonias que más relacionaban la vida de la catedral con los miedos y
esperanzas más usuales en la vida de la sociedad murciana.

Existe suficiente bibliografía en España que estudia muchos de los rituales de conjuro de los distintos terri-
torios del país, estudios generalmente enfocados en el carácter etnográfico de los mismos, porque al ritual
eclesiástico habría que sumar el ritual tradicional popular, las creencias, símbolos o arquitecturas que hoy día
aún quedan, remanentes en lo folclórico, en alguna provincia. Cada zona del país podía tener sus localismos
en cuanto a conjuros.

Para entender, desde nuestra perspectiva actual, estas ceremonias que conminaban a las tormentas a desha-
cerse, a los demonios que provocaban las granizadas a marcharse, y a las langostas a no llegar nunca a los
campos, deberíamos comprender el contexto histórico en el que se desarrollan, el nivel de desarrollo científico
de la sociedad y la pervivencia de un pensamiento que se ancla en tiempos antiguos. Ya en la cultura pagana

4  ACM, Caja 12, Libro 30, fol. 34 y 35.


5  ACM, Caja 206, 1715 Libro de Fábrica.
6  PÉREZ SÁNCHEZ, M. (2000). “Arcas de prodigios (A propósito de tres relicarios de plata de la catedral de Murcia)”. Imafronte, Universidad de Murcia,
14; p. 8.

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LA CRUZ DE LOS CONJUROS DE LA CATEDRAL DE MURCIA

grecorromana existían las fórmulas que conminaban a las fuerzas, que se creían sobrenaturales, a detener su
curso.7 Pero debemos tener siempre en cuenta que los conjuros de la Iglesia son rituales de exorcismo, y se
enmarcan en el aspecto doctrinal y en la esencia de ser un acto de fe.

Si analizamos la literatura especializada en conjuros de la Iglesia en España, fue temprana, siguiendo la misma
deriva que, en el resto del orbe católico, impondrían tratados como el Malleus Maleficarum (1486), es decir,
una aceptación del hecho mágico, de la brujería y del poder de los conjuros y ensalmos, y la necesidad de ser
vigilados o incluso perseguidos y castigados aquellos que los practicaran. Como hemos señalado, tras estos
fenómenos y realidades sociales, la Iglesia podía asumir, con matices, la inspiración o acción demoniaca, y
por lo tanto el conjuro eclesiástico será encuadrado muchas veces en los tratados de prácticas exorcísticas.

Ya en 1529, el padre franciscano Martín Castañega, publica su Tratado muy sotil y bien fundado de las supers-
ticiones y hechizerías y vanos conjuros y abussiones y otras cosas al caso tocantes y de la possibilidad y remedio
dellas, obra que ahonda en estos conceptos poco científicos sobre el origen sobrenatural de los fenómenos
metereológicos. Pero, en cierta manera, habría un contrapunto solo un año después, en 1530, cuando Pedro
Ciruelo, tomista y profesor de matemáticas escribe Reprobación de las supersticiones y hechicerías, una obra
que, frente a la de Castañega, podría considerarse más racional, con críticas hacia los nigromantes y brujos,
con advertencias sobre la falsedad de estos personajes, en un intento quizá de mantener un equilibrio dentro
de una sociedad que cae, inevitablemente, en creencias populares supersticiosas. Ciruelo ve la necesidad de
que cualquier rito se ajuste a unas normas que eviten excesos y que reduzcan el aparato ceremonial a actos de
fe comedidos. “Queremos avisar a todos los hombres de buena fe y buenos cristianos que tengan por cierto que de
cien nublados que vean venir sobre su tierra apenas en uno de ellos vienen diablos”, escribe Ciruelo. Comparado
con el tratado de Castañega, Ciruelo se esfuerza en dejar clara su posición, es decir, el conjuro existe, pero
solo aquel que se haga de manera proporcionada y por miembros de la Iglesia preparados para ello, que sepan
interpretar la situación y no se dejen llevar por creencias mal entendidas, lo importante para Ciruelo es el acto
de fe, no tanto el despliegue que conlleve, con el Santísimo, reliquias e imprecaciones.

Sin embargo está claro que posiciones como la de Ciruelo fueron menos habituales con el tiempo y que los
rituales de conjuro realizados por la Iglesia en España se fueron extendiendo y haciendo, conforme pasaban
los años, más habituales. Se publicaron manuales de conjuros, como el del ciezano Mateo Guerrero Morcillo,
en 1661, Libro de Conjuros contra tempestades, langostas, Pulgón, Cuquillo, y otros animales nocivos, que dañan,
y infestan los frutos de la tierra, o el de Pedro Ximenez Libro de conjuros, contra tempestad de truenos, granizo,
rayos, y contra las langostas, publicado en Burgos en 1738.8 La figura del sacerdote conjurador pasó a ser casi
una especialidad dentro del clero.

Los conjuros de la Iglesia tendrían, en muchos casos, unas fechas de realización, concretas, y sus variadas tipo-
logías.9 La documentación de la catedral de Murcia referida a los conjuros, en buena parte del siglo xviii, dis-
tingue, por ejemplo, conjuros ordinarios y extraordinarios. Serían habituales, por lo general, en todo el período
de tiempo que dista entre las dos grandes fiestas dedicadas a la cruz redentora de Cristo: la fiesta de la Invención
de la Santa Cruz, (o Cruz de Mayo) el 3 de mayo y la fiesta de la Exaltación de la Cruz, el 14 de septiembre.

Pero sería corriente en la catedral de Murcia que se hicieran también rituales de conjuro en meses anteriores
a mayo, siempre que la climatología se volviera adversa. En estos conjuros, además de estar presente esta cruz
con el Santo Lignum, que podía servir como cruz de guion dadas sus características, se deberían bendecir los
cuatro puntos cardinales y asperjar agua bendita, siguiendo todo el prontuario de oraciones, letanías, lecturas
evangélicas y las fórmulas propias del conjuro. El toque a nublo, que precisaría de un conjuro fuera de las
fechas destacadas o festividades, se debería realizar cada vez que el tiempo amenazara tormenta y sería una
señal para llamar al capellán conjurador, que debería conjurar allí donde le indicara el sacristán y mientras
durara la amenaza de tormenta. Se cita también en actas capitulares, la necesidad de realizar misas pro sereni-
tate temporis o las dedicadas a san Gregorio Ostiense.

7  Siempre recomendables los trabajos de Sabino Perea Yébenes para entender los antiguos rituales mágicos paganos y su conexión con las ceremonias de
siglos posteriores.
8  Son varios los autores, además de estos citados, como Diego Gómez Lodosa, Diego de Céspedes o Bernardo Noydens, si bien obras como la de Céspedes
acabaría en una lista de libros prohibidos en 1747.
9  Agradecemos a Manuel Muñoz Zielinski el que compartiera algunas de sus notas y conocimientos sobre los conjuros en la catedral de Murcia, ante la
imposibilidad de visitar el archivo catedralicio en fechas de la pandemia de Covid-19.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 513


Sacramento Cantero Mancebo

Son variadas las ocasiones, en las actas capitulares del cabildo catedralicio, en las que se recuerda la necesidad
de realizar los conjuros, no en vano el cabildo era propietario de una importante cantidad de terrenos de cul-
tivo y cuando no eran los vientos huracanados marzales, eran las tormentas de primavera o la langosta la que
ponía en peligro las cosechas. Según los años, los conjuros contra las tormentas abundaban, al igual que las
rogativas ante la escasez de lluvias.

Debemos tener en cuenta un aspecto importante en estas ceremonias, la necesidad en ocasiones de una ar-
quitectura propia que facilite la acción de conjurar los cuatro puntos cardinales, ya sea un simple balcón, o un
conjuratorio o conjuradero o esconjuradero, según las definiciones de cada territorio. Durante varios siglos,
en la catedral murciana los conjuros se realizarían en la cúspide de su torre campanario, torre inacabada hasta
que se retoman las obras en 1765. Ya en 1770, cuando la torre ve terminado su gran balcón de los conjuros, con
cuatro conjuratorios coronados con los Cuatro Santos de Cartagena, la ceremonia de conjuros se realizaría
en el balcón, incluyendo un espacio propio, la sala o capilla de conjuro, con un pequeño altar con armario de
reserva para la cruz.

Otro aspecto importante en todo el ritual, imprescindible en los conjuros, era el toque de campana, toque que
subsistió en el tiempo aún más que el ritual mismo. El toque de conjuro en la catedral de Murcia todavía se
podía oír a finales del siglo xix, cuando ya no se celebraban ceremonias de conjuro. El bronce bendecido y
tañido es, sin duda, un signo apotropaico poderoso y ya el padre Ciruelo recomendaba tañer las campanas con
fuerza, ya que el ruido podía disolver las nubes.

La importancia de las reliquias en estas ceremonias debe contextualizarse, puesto que si seguimos los manuales
o indicaciones de obras como la de Ciruelo, no se hacen siempre referencias explícitas al uso de elementos con-
cretos, aunque sí se cita la exposición del Santísimo dentro de esos actos de fe necesarios para tranquilizar al co-
mún de las gentes, recomendando que no se utilice como elemento mágico en sí. Pero sabemos de la utilización
de reliquias en estos rituales y la importancia de las mismas para que ayudaran a combatir plagas, carencias de
lluvias o tormentas, confianza que demuestra el viaje por la Península de las reliquias de san Gregorio Ostiense
durante la plaga de langosta de 1756.10 Sin duda con la Contrarreforma se impulsaría decididamente la ins-
trucción en el culto y devoción a las reliquias, aunque existiera el matiz de no utilizarse en actos supersticiosos.

4. CONCLUSIONES
Asistir a las antiguas ceremonias de conjuro eclesiásticas, a las eucaristías especiales previas al ceremonial y la
confianza en los tradicionales toques de campana a conjuro, se mezclarían sin duda con imprecaciones popu-
lares, “Tente nublo, tente en ti, no te caigas sobre mí, salva el pan, salva el vino, para los pobres del camino”. Toda
ceremonia implica la utilización de símbolos, de signos y de fórmulas, y especialmente de baluartes, como esta
Cruz de los Conjuros, que con su Lignum Crucis inserto, recordaba la fe en el poder de la Cruz de Cristo. Si
bien hoy día, estas ceremonias han perdido su significado ante el avance evidente del pensamiento científico,
su marco doctrinal y su esencia, como acto de fe, seguirían, de algún modo, vigentes.

No sabemos cuándo empezaron en la catedral de Murcia las ceremonias de conjuros, no sabemos si alguna de
las escasas reliquias que poseía en el siglo xvi, ya era utilizada para estos rituales, pero sin duda el Lignum de
la Cruz de los Conjuros formaba parte de estas ceremonias. Como ya hemos visto el Lignum tenía su propio
oratorio, en la torre, junto a la sacristía, y, terminado el balcón de los conjuros, en su sala de acceso a la escalera
de caracol que da a los cuerpos de campanas, también existiría una armario con altar interno entre sus muros
para depositar la cruz durante los rituales.

Sin duda los conjuros determinaron una parte importante de la vida de la catedral y formaron parte de las tra-
diciones vividas de la sociedad murciana. Para estos exorcismos, basados en la doctrina de la Iglesia y que, al
tiempo, trataban de evitar la proliferación de actos supersticiosos y de brujería, la catedral de Murcia dispon-
dría de los elementos necesarios, y este Lignum Crucis, esta Cruz de los Conjuros, fue uno de esos elementos,
conservado y modificado con el paso de los siglos. Esta cruz queda ya, no solo como una de las reliquias de
Lignum de la catedral, sino como testigo de una época pretérita en la que la ciencia aún no se había generali-
zado, ni como respuesta ni como solución a todos los problemas.

10  ALBEROLA ROMÁ, A. (2012). “Plagas de langosta y clima en la España del siglo xviii”. Relaciones: Estudios de historia y sociedad, 33, n. 129; pp. 21-50.

514 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


ACTUACIONES NORMATIVAS Y
PREVENTIVAS PARA LA SALVAGUARDA
DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LA
COMUNIDAD AUTÓNOMA
DE LA REGIÓN DE MURCIA
PROPUESTA DE GESTIÓN INTEGRAL DE LAS VILLAS
DE CARTAGENA. PATRIMONIO CULTURAL Y MEDIO
AMBIENTE

Navarro Moreno, David


Dr. Ingeniero de Edificación. Universidad Politécnica de Cartagena
Mestre Martí, María
Dra. Arquitecta. Universidad Politécnica de Cartagena
Bas Martínez, Inmaculada
Arquitecta
Fernández González, José Francisco
Arquitecto
Covello, Luca
Arquitecto

Resumen
En el Campo de Cartagena existe un interesante conjunto de villas construidas a principios de la pasada centu-
ria que tienen un gran valor arquitectónico y paisajístico dada su cuidada arquitectura y su roturado entorno
natural. En la actualidad algunas de estas villas continúan siendo utilizadas, bien como residencias privadas
o bien como espacios vinculados al sector servicios principalmente. Otras, en cambio, resisten el paso del
tiempo de forma loable, pendientes de poder ser disfrutadas por el público de la región. De estas últimas, uno
de los ejemplos más significativos es el de la otrora maravillosa Villa Calamari, hoy en preocupante situación
de abandono. Se aborda por tanto en la presente comunicación la necesidad de realizar una gestión integral
de este patrimonio para su valorización. Finalmente, y como caso de estudio se formulará una propuesta de
gestión integral para Villa Calamari identificando el doble potencial de esta obra.

Palabras clave: Patrimonio cultural, patrimonio integral, Villa Calamari, Cartagena, villas urbanas del Campo
de Cartagena.

Abstract
In Campo de Cartagena there is an interesting set of villas built at the beginning of the 20th century that have
great architectural and landscape value given their careful architecture and their natural surroundings. Current-
ly, some of these villas are still being used, either as private residences or as spaces linked mainly to the service
sector. Others, on the other hand, resist the passage of time in a commendable way, pending to be enjoyed by the
public of the region. Of the latter, one of the most significant examples is the once wonderful Villa Calamari, today
in a worrying situation of neglect. Therefore, the present communication addresses the need for comprehensive
management of this heritage to be valued. Finally, and as a case study, a comprehensive management proposal
for Villa Calamari will be formulated, identifying the double potential of this work.

Keywords: Cultural heritage, integral heritage, Villa Calamari, Cartagena, urban villas of Campo de Cartagena.

1. INTRODUCCIÓN
Si preguntando por la calle a los transeúntes quisiéramos saber algunos ejemplos de bienes patrimoniales es
muy probable que solo se mencionaran monumentos de importancia nacional o internacional. Así, el imagi-
nario colectivo relaciona los bienes protegidos, el patrimonio cultural, casi únicamente con los monumentos.
Esto se debe a que la acepción del término ha ido evolucionando sin tregua a lo largo de los últimos 50 años, y
en el imaginario común el sentido se mantiene anclado a la visión de bien cultural exclusivamente monumen-

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 517


David Navarro Moreno, María Mestre Martí, Inmaculada Bas Martínez, José Francisco Fernández González y Luca Covello

tal, motivo de las primeras declaraciones de conservación. Con el paso del tiempo, la visión de patrimonio
cultural se ha ido ampliando y diversificando, aunque sigue desvinculada del patrimonio natural o medio
ambiental, a pesar de que, en muchos casos, ambos términos vayan de la mano. Esta dicotomía provoca que
el cuidado del patrimonio cultural y del patrimonio natural sea responsabilidad de administraciones comple-
tamente inconexas y en pocos casos, se atiendan de forma conjunta.

El Campo de Cartagena puede ostentar de varios ejemplos que superan este diacronismo y cuya gestión re-
vela un gran interés por la posibilidad de gestionarlo de forma integral. Hablamos de las villas burguesas de
principios de siglo xx, que deben su razón de ser y son poseedoras de un valor excepcional, precisamente por
la relación con los terrenos circundantes que las embellecen y las dotan de un valor ambiental, ecológico y
paisajístico añadido. Este trabajo se centra precisamente en el estudio de la interacción entre el Bien Cultural
Arquitectónico (la Villa) y su entorno más próximo (su jardín). En las obras analizadas, villa y jardín histórico
se consideran un único conjunto, un todo, artificial y natural (aunque antrópico) que viven en una simbiosis
indisoluble, y precisamente esa doble naturaleza nos hace entenderlo como valiosos ejemplos de patrimonio
integral (Castillo Mena, 2018).

Muchas de las numerosas villas que caracterizan la comarca del Campo de Cartagena, aunque hayan sido
reconocidas como parte del patrimonio cultural de la Región, se encuentran abandonadas o al menos infrau-
tilizadas por motivos variados. En ellas subyace una potencialidad postergada que, de ser aprovechada, podría
cambiar las condiciones del entorno más cercano, de toda la ciudad e incluso de la comarca del Campo de Car-
tagena: la atenta puesta en valor del jardín, de estos paisajes a pequeña escala, sería un mecanismo capaz, a tra-
vés de su contexto natural, simbólico, de esparcimiento... de generar cultura, comunidad e identidad territorial.

En la metodología holística utilizada para abordar el tema, no se han incluido los niveles relativos a las políticas
medioambientales ni territoriales a gran escala. No nos hemos enfrentado a planes generales, ni hemos consi-
derado las leyes reguladoras de la ordenación territorial, porque excedía del ámbito de esta comunicación. Estos
instrumentos necesitan revisiones para el caso concreto de las Villas de Cartagena porque resultan inadecuados
para un patrimonio “integrado” por la visión estática que tienen del territorio.

2. OBJETIVOS
• Realizar una clasificación de las villas según el estado de conservación de su terreno circundante, para
actualizar su situación actual y proponer intervenciones de protección y salvaguarda.
• Realizar una puesta en valor de la riqueza medioambiental de las villas, ligada a los valores arquitec-
tónicos de las mismas.
• Demostrar que solamente una perspectiva unitaria es posible, sobre todo para la gestión de estas villas
particulares.
• Denunciar el estado de abandono de la Villa Calamari y relatar las vicisitudes que atraviesa, a pesar
de su declaración BIC.

3. LAS VILLAS DEL CAMPO DE CARTAGENA


En la comarca del Campo de Cartagena existe un interesante conjunto de villas construidas a finales del siglo
xix y principios del siglo xx, momento en que la ciudad experimentó un significativo crecimiento económico,
favoreciendo la aparición de una incipiente burguesía que, según las corrientes de pensamiento en boga en la
época, realizó un importante consumo de arquitectura (Pérez Rojas, 1986).

Estas villas, ubicadas en los alrededores de la ciudad, responden principalmente al deseo de disponer de un
lugar destinado al descanso y ocio y en el que disfrutar también de un contacto más directo con la naturaleza.
Desde el punto de vista paisajístico se caracterizan por la existencia de un hito arquitectónico: la residencia
principal de la familia burguesa, rodeado de frondosos jardines. Modelada al estilo de los palacios urbanos, el
estilo predominante de la edificación principal suele ser el eclecticismo decimonónico basado en la imitación
de los modelos antiguos (neoclasicismo, neoárabe, neomedieval), combinado con el gusto por lo exótico im-
pulsado por el modernismo (arquitectura inglesa, arquitectura colonial).

Las villas de Cartagena no solo son notables por su desahogada belleza arquitectónica, sino también por los
espléndidos jardines que las rodean. En estos, los arquitectos dejaban volar su imaginación, disponiendo ce-

518 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PROPUESTA DE GESTIÓN INTEGRAL DE LAS VILLAS DE CARTAGENA. PATRIMONIO CULTURAL Y MEDIO AMBIENTE

nadores imitando grutas perdidas en medio de pinares, bancos serpenteantes de trencadís, dando la sensación
de criaturas mitológicas que habitaban esos espacios llenos de romanticismo, con árboles y arbustos exóticos
y con fuentes, estanques y riachuelos. El agua jugaba un papel fundamental decorativo para el acondiciona-
miento de dichos jardines, pero también para regar los cultivos de frutos que se incorporaban a los terrenos
de las villas. Encontramos en gran cantidad de villas la presencia de pozos, molinos y embalses que nutrían de
agua los jardines, muchos de ellos adornados y decorados para embellecimiento del propio jardín. También se
aprovechaba este recurso para el disfrute de los dueños, creando cursos de agua que discurrían a lo largo de
las zonas ajardinadas, así como fuentes que evocaban los jardines de la Alhambra, gran referente en la idea de
exotismo tan promulgado por el romanticismo modernista; aunque debemos recalcar también su contribu-
ción a la refrigeración del ambiente, proporcionando sensación de frescor en épocas estivales, cuando la villa
era mayormente utilizada (Navarro y Ochoa, 2016).

De modo que estas residencias pueden ser objeto de un análisis en varios sentidos: por un lado, no cabe duda
de su valor arquitectónico, urbano e histórico y, por otro lado, su dimensión medioambiental, debido a los
hermosos jardines que tienen incorporados en sus términos la mayoría de ellas. Precisamente esa doble ver-
tiente: arquitectura y naturaleza es lo que las distingue del resto de villas de otro tipo u otra época, ya que la
plenitud económica de la Cartagena de principios del siglo xx permitió poder hacer realidad las viviendas de
ensueño de los nuevos burgueses adinerados que, además de la demostración de su poder adquisitivo y social
a través de sus villas, buscaban las condiciones saludables de la vida al aire libre y en el campo que ya habían
puesto en auge las corrientes higienistas de finales del siglo xix y a las que solo tenían acceso aquellos que
“pudieran permitírselo”.

Tristemente esa doble condición de villa y jardín con demasiada frecuencia se ha perdido. En el peor de los ca-
sos, como Torre Calín, el espacio vegetal ha desaparecido invadido completamente por actividades agrícolas.
En otras ocasiones, como ocurre en Villa Isabel y Finca Peñalver, sus espacios vegetales se han visto acotados
debido la expansión de la trama urbana. Otras villas, como El Cortijo, mantienen su extensión y en mayor
o menor medida la masa vegetal, aunque sin apenas mantenimiento. Ocurren hechos similares en las fincas
Moncada y La Rosa, donde debido al escaso cuidado del jardín se conservan únicamente algunos árboles
dispersos y casi ningún rastro de la estructura original.

Algunos espacios han tenido más suerte. Así, vemos algunas villas como la Finca Lo Pelegrín, que mantiene
su vegetación circundante; Torre Antoñita, modificada ligeramente en pro de su nuevo uso como lugar de
celebraciones; y La Arboleda, que aunque ha perdido parte de zona ajardinada mantiene el resto. Los mejores
datos los obtenemos en Torre Lo Poyo, Villa María o Villa Almenara, donde no solo se mantiene la masa ve-
getal creada, sino que se aumenta con el tiempo, aunque es palpable la modificación de la estructura original.
Ocurre algo similar en El Retiro y Torre Llagostera, separadas por la carretera de Murcia: ambas conservan sus
espacios ajardinados y frondosidad, encontrando en esta última una gran cantidad de elementos arquitectó-
nicos que constituyen un claro ejemplo de jardín modernista; en cambio, es de las pocas cuyo terreno agrícola
no está explotado, salvo algunos árboles frutales.

3.1. Casos de estudio


Para la realización del presente estudio se ha partido de una preselección de 56 villas ubicadas dentro
del término municipal de Cartagena (Navarro Moreno, 2017). Atendiendo a sus características han sido
clasificadas en 31 villas rurales, 15 villas situadas en entornos de urbanización o en proceso, y 10 villas
incluidas en la trama urbana, siendo en su mayoría de propiedad privada. Sus usos, así como su estado,
suelen ser muy variados. Refiriéndonos al contexto medioambiental, en casi todas ellas, está altamente
modificado o abandonado; habiendo sido invadido por especies autóctonas y careciendo de cuidados,
por lo que la frondosidad se ha reducido considerablemente en el caso de jardines, o modificado por las
nuevas técnicas o tipos de cultivo en caso de las zonas agrarias circundantes (en dicha época destacaba el
cultivo de secano).

En cuanto a las villas urbanas, observamos cómo en la actualidad en su mayoría han perdido su entorno vege-
tal, devorado por actuaciones urbanísticas, y estrechamente acotados los que aún quedan visibles. Resultan de
este estudio solo dos villas que sí han conservado ese espacio natural, pero muy modificado, ya que la frondo-
sidad del jardín se ha visto muy reducido, y los espacios de cultivo están escasamente explotados, quizás como
abastecimiento propio exclusivamente. Se trata de Villa Isabel y de Los Pinos.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 519


David Navarro Moreno, María Mestre Martí, Inmaculada Bas Martínez, José Francisco Fernández González y Luca Covello

Sobre las villas en espacios urbanizados, observamos el mismo caso de pérdida de terreno circundante, pero
en menor medida. En su mayoría conservan su jardín visiblemente modificado. También, por suerte, tenemos
ejemplos de villas cuyos elementos paisajísticos que lo componen como parte de la flora se han conservado
hasta nuestros días y nos permiten comprender mejor la dimensión y espacios que se recreaban en dicha épo-
ca y que existieron en los jardines de otras villas que desgraciadamente han desaparecido (Torre Llagostera).

En las villas rurales no encontramos el problema anterior derivado de las actuaciones urbanísticas, pero en-
tramos en la problemática del abandono y desidia en el cuidado de los mismos, que han sobrevivido al tiempo
a duras penas, siendo esto extrapolable a las propias villas (San Ginés de la Jara, Torre del Negro). Encontra-
mos gran cantidad de villas que poseen tanto un jardín bien definido, así como una extensión de explotación
agrícola considerable y, en algunos casos, al ser restaurada la villa, se ha llevado a cabo una actuación de con-
servación y revitalización del terreno ajardinado circundante, conservando parte de las pericias decorativas
que se colocaban en los jardines como fuentes o pilastras (Torre Antoñita). Por desgracia, los jardines de gran
parte de las villas estudiadas han sido muy modificados, incluyendo nuevas infraestructuras como piscinas o
pistas deportivas (El Jeringal). De otros terrenos solo nos han llegado evidencias de lo que en su día fueron.

Finalmente, tras el análisis de las villas preseleccionadas y sus jardines se ha seleccionado para un análisis
minucioso un conjunto de 26 villas (Tabla 1), detallando el estado de los jardines (idóneo, mantenido y aban-
donado) así como el de su terreno agrícola anexo.

3.2. Villa Calamari


Si en este tipo de residencias era requisito indispensable su inserción en un paisaje privilegiado, esta premisa
alcanzó su máxima expresión en Villa Calamari, cuyos antecedentes se remontan al Jardín de Ehlers, creado
a finales del siglo xix por un minero luxemburgués y experto botánico que creó un parque surcado por ria-
chuelos artificiales en el que cultivó y aclimató diversas especies traídas de ultramar. Años más tarde la finca
fue adquirida por Calamari, un minero italiano que decidió erigir en el jardín una villa, probablemente según
proyecto de Beltrí, arquitecto favorito de la burguesía de Cartagena. Durante la posguerra la villa y sus jardi-
nes fueron reestructurados por el arquitecto San Martín Moro (Navarro Moreno, 2008) (Fig. 1).

Figura 1. Villa Calamari (San Félix, Cartagena). A la izquierda, Jardín de Ehlers, hacia 1900. (Fuente: Servicio de Patrimonio Histórico de
la Región de Murcia). A la derecha, Jardín de villa Calamari, año 2014. (Fuente: Bing maps)

Tras años de apogeo y esplendor, Villa Calamari ha llegado a nuestros días parcialmente arruinada por la
incuria y el abandono. Y esto ocurre a pesar de haber sido declarada Bien de Interés Cultural en 2012, años
después de que una primera incoación en 1999 caducase sin que fuese resuelto el expediente. Además, se trata
un caso particular debido a la fuerte sensibilización vecinal por la conservación del edificio más emblemático
de la diputación de San Félix, conocido coloquialmente como el Palacete de Versalles. Y es que fueron los pro-
pios vecinos quienes, a finales de los 90, al percatarse del deterioro experimentado por la villa y sus jardines,
no solo solicitaron su protección, sino que asumieron también labores de vigilancia.

A lo largo de los años diversas noticias en la prensa local han venido relatando los avatares de Villa Calamari,
víctima de incendios y saqueos. Motivos que llevaron en 2014 a su inclusión en la Lista Roja del Patrimonio, de
la que salió temporalmente un año más tarde tras la adopción de una serie de medidas de conservación preven-
tiva, siendo incluida de nuevo en 2017 ante su progresivo estado de deterioro (Fig. 2).

520 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PROPUESTA DE GESTIÓN INTEGRAL DE LAS VILLAS DE CARTAGENA. PATRIMONIO CULTURAL Y MEDIO AMBIENTE

Estado
Estado Con-
Época Conser- Propie-
Denominación Grado Protección servación Uso Actual
Constr. vación dad
Edificio
Entorno
Villa María según Plan
3 ≈1900 Mantenido A mejorar Vivienda Privada
(La Capellanía) Urbanístico
Monasterio de
según CAR-
San Ginés de la BIC 1611 Restaurado Perdido Monumento Público
M/P.U.
Jara
según CAR-
Torre Lo Poyo BIC ≈1900 Restaurado Conservado Hotel rural Privada
M/P.U.
según Plan
El Jeringal 3 ≈1900 Mantenido A mejorar Restaurante Privada
Urbanístico
Torre Calín Catalo- según CAR-
≈1900 Abandonado Perdido - Privada
(La Aljorra) gado/3 M/P.U.
Catalo- según CAR-
Torre Asunción ≈1900 Mantenido Perdido Cortijo Privada
gado/3 M/P.U.
Catalo- según CAR- Lugar apero
Villa Lo Triviño 1912 Abandonado Perdido Privada
gado/3 M/P.U. cultivos
según Plan
Finca Moncada 3 ≈1900 Abandonado Perdido - Privada
Urbanístico
según Plan
Finca La Rosa 3 1895 Abandonado Perdido - Privada
Urbanístico
Finca
- - - Mantenido A mejorar Vivienda Privada
La Arboleda
Villa Almenara - - - Restaurado Conservado Vivienda Privada
Catalo- según CAR-
Villa Pilar 1925 Mantenido A mejorar Vivienda Privada
gado/3 M/P.U.
Restauran-
Catalo- según CAR- 1908-
Finca El Inglés Restaurado A mejorar te-Casa Privada
gado/3 M/P.U. 1910
Rural
Catalo- según CAR-
Villa Antonia 1906 Abandonado Perdido - Privada
gado/2 M/P.U.
según CAR-
Torre Nueva BIC/3 1904 Restaurado Conservado Varios Privada
M/P.U.
según Plan Espacio Ce-
Torre Antoñita 2 1906 Restaurado A mejorar Privada
Urbanístico lebraciones
Villa Maria según Plan
3 1875 Restaurado Conservado Vivienda Privada
(La Piqueta) Urbanístico
Finca Lo Pelegrín - - ≈1900 Mantenido Perdido Vivienda Privada
Pozo Antón - - ≈1900 Mantenido Perdido Vivienda Privada
Finca Peñalver según Plan
- ≈1900 Abandonado A mejorar - Privada
(Hac. Dodero) Urbanístico
Huerto de las
según CAR- 1903-
Bolas (Torre BIC Restaurado Conservado Restaurante Público
M/P.U. 1918
Llagostera)
Catalo- según CAR-
Finca El Retiro ≈1900 Restaurado Conservado Vivienda Privada
gado/3 M/P.U.
La Boticaria según Plan
2 1914 Mantenido Perdido Vivienda Privada
(El Cortijo) Urbanístico
Villa Calamari
según CAR-
(Palacete BIC ≈1900 Abandonado Perdido - Privada
M/P.U.
Versalles)
según Plan
Villa Isabel 2 ≈1900 Mantenido A mejorar Vivienda Privada
Urbanístico
según Plan
Los Pinos 3 1906 Mantenido A mejorar Vivienda Privada
Urbanístico

Tabla 1. Listado de 26 villas seleccionadas del Campo de Cartagena. Elaboración propia

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 521


David Navarro Moreno, María Mestre Martí, Inmaculada Bas Martínez, José Francisco Fernández González y Luca Covello

Figura 2. Villa Calamari (San Félix, Cartagena). A la izquierda año 2005, a la derecha año 2020. (Fuente: fotografías de los autores)

Una manera eficaz de garantizar la conservación de la villa, más allá de la intervención, es darle un nuevo
uso, dotando al conjunto de una utilidad para la sociedad local, no solo de carácter histórico-cultural, sino
también que cubra la carencia de servicios y/o infraestructuras del entorno. Con tal fin, se ha realizado una
encuesta a los vecinos, que han demandado su rehabilitación como un espacio de reunión, cultura y ocio en el
que puedan coexistir las diferentes generaciones. Un programa de necesidades que es factible de implantar en
Villa Calamari. Así, la edificación principal podría ser utilizada como ludoteca por los más pequeños y como
espacio de co-working y zona de lectura por los adultos. Por su parte, los jardines podrían ser recuperados
como un espacio verde más del barrio, y el huerto parcelado y gestionado como huertos urbanos. Asimismo,
las construcciones de servicio además de almacén de aperos podrían ser utilizados para la impartición de
talleres sobre jardinería y agricultura. Estos son los usos más demandados por la vecindad.

4. CONCLUSIONES
En las obras analizadas tanto el aspecto naturalista como el arquitectónico cobran igual importancia, por lo
que conviene contemplar estas villas mediante una forma de gestión integrada, con su doble vertiente: medio
ambiente y patrimonio cultural. Podemos hablar de gestión integral en el sentido de que contempla cuestiones
ecológicas, naturales, medioambientales, etc., que generalmente el patrimonio cultural no abarca. Es por ello,
que el enfoque integrado de la propuesta de recuperación debe tener en cuenta ambos elementos como uno,
inseparable, estableciendo una propuesta de intervención holística del conjunto. La recuperación histórica no
se puede limitar al edificio y es por ello que se plantea la necesidad de recuperar con la mayor fidelidad posible
también los jardines y las zonas de cultivo.

Es desconcertante que no exista pues, una normativa integral que una la protección de la propia edificación
con su entorno, debido a que en muchos casos, los condicionantes arquitectónicos y estéticos del bien no
se entienden sin las trazas o algunos elementos del espacio que las rodea. Este hecho ha dado lugar, como
mostramos en la tabla 1, a que muchas villas hayan perdido, o haya sido gravemente modificado su espacio
ajardinado a pesar de estar catalogadas, o incoadas en el planeamiento urbanístico.

No solo la labor restauradora debe estar continuamente supervisando el estado material y físico del bien, sino
que se hace necesario dotar, tanto al propio edificio como a los jardines circundantes, de actividades de ocio,
sociales o de otra índole, compatibles con el entorno, que le devuelvan la vida y faciliten un aprovechamiento
social por parte de la ciudadanía próxima o incluso la visitante. Si no se hace de la villa un catalizador de re-
laciones sociales, un promotor de una transformación en la realidad circundante, no se podrá entender como
un bien de interés cultural en el sentido social, es decir, convertirse en un lugar querido, valorado e importante
para la ciudadanía. Actualmente, en las villas del Campo de Cartagena, y a pesar de algunas declaraciones de
protección, se aprecian graves carencias en cuanto a los resultados de su gestión, debido a la falta de impli-
cación de la colectividad que vive alrededor y a la falta de aprovechamiento turístico, indefinición de usos y,
por ende, un menoscabo de su potencialidad económica y social como hito representativo de la identidad
histórica de la comarca del campo de Cartagena (Navarro y Peñalver, 2016).

522 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


PROPUESTA DE GESTIÓN INTEGRAL DE LAS VILLAS DE CARTAGENA. PATRIMONIO CULTURAL Y MEDIO AMBIENTE

5. BIBLIOGRAFÍA
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Integrales. Universidad Complutense de Madrid, Madrid.
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Murcia.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 523


LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL,
UN RETO DE FUTURO

Heredia Martínez, Francisco


Guardia Civil. Estudiante de Geografía e Historia UNED

Resumen
El presente texto desarrolla la idea que emite un profesional de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que sin
representar a esta ni a ninguna otra Institución, emite un juicio de valor de la situación actual existente entre
la conservación de patrimonio cultural del Estado español y la vigilancia de este. En el mismo se trata de la
incongruencia que existe entre el laborioso trabajo del conservador, englobando con este término a toda per-
sona encargada tanto de la custodia, reparación, vigilancia, etc., y lo ingrato de su esfuerzo cuando su labor es
objeto de ataque de cualquier tipo (sustracción, daños, etc.), casi siempre debido a la falta adecuada de pro-
tección y vigilancia, o la poca eficiencia de la misma; todo ello visto desde la experiencia y el convencimiento
de ser un objetivo prioritario para lograr poner a salvo todo nuestro patrimonio cultural, tanto material como
inmaterial, creando para ello un cuerpo específico para la protección del mismo.

Palabras clave: patrimonio, conservación, vigilancia, seguridad, medidas.

Abstract
this paper develops the idea that emits a professional of the State Security Forces, who without representing them
or any other institution, emits a value judgment of the current situation between the conservation of cultural her-
itage of the Spanish state and the monitoring of this. It deals with the incongruity that exists between the laborious
work of the conservator, encompassing with this term every person in charge of custody, repair, surveillance, etc.,
and the thanklessness of his effort when his work is subject to attack of any type (theft, damage, etc.), almost in
all of them due to the lack of an adequate protection and vigilance, or its low efficiency; all of this seen from the
experience and the conviction of being a priority objective to achieve safeguarding all our cultural heritage, both
material and immaterial, creating for it a specific force for its protection.

Keywords: heritage, conservation, surveillance, security, measures.

1. INTRODUCCIÓN
Como dijo Nicolás Maquiavelo (1469-1527) historiador, político y teórico florentino: “Los hombres olvidan
más pronto la muerte de un padre que la pérdida de su patrimonio” (El Príncipe, 1513: cap. 17, p. 37), y sin
ánimo de enjuiciar las conclusiones de cada uno a esta frase, para hacerla buena dentro del punto de vista de
la temática expuesta, la humanidad siempre ha temido más perder sus pertenencias que su propia integridad
física; ese legado a través del tiempo es el patrimonio de esas personas, que unas veces se nos han trasmitido
como meros objetos y otras han dado lugar a ser admirados por su valor histórico o artístico. Estos últimos
son los que en su día fueron protegidos y nos han llegado a nosotros, por lo que se debe garantizar su transmi-
sión a generaciones venideras; y como quiera que en su transmisión a lo largo de su historia han intervenido
todo tipo de factores para hacerlos llegar hasta ahora, es por lo que ese dinamismo hay que adaptarlo para
lograr mediante nuestro aporte de presente, conseguir el mismo fin.

Con ello, en la actualidad los bienes culturales de la nación están protegidos por la Constitución de 1978; se
desarrolla la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (en adelante LPHE), que esta-
blece que la Administración está obligada a la conservación y protección del Patrimonio Cultural, trazando
las bases para su adecuada conservación y protección. Crea la categoría de Bienes de Interés Cultural (en
adelante BIC), que según su naturaleza pueden ser de carácter mueble e inmueble (monumentos, jardín,
conjunto y sitios históricos o zona arqueológica). El Ministerio de Cultura y Deportes, gestiona a través

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 525


Francisco Heredia Martínez

del Instituto de Patrimonio Cultural de España (Subdirección General adscrita a la Dirección General de
Bellas Artes IPCE), el cometido de la investigación, conservación y restauración de los bienes que confor-
man el Patrimonio Cultural. Para ello, ha desarrollado 14 Planes Nacionales con objeto de la protección
activa de los BIC. El Ministerio es el nexo entre Comunidades Autónomas en cuestión de Patrimonio Cul-
tural, dentro de sus atribuciones, ya que cada comunidad ha ido asumiendo las competencias propias de
su estatuto en esta materia. Estas, han elaborado legislación paralela a la LPHE, modificando o añadiendo
algunas categorías. Crean a partir de las Consejerías de Cultura o similar, órganos de gestión en categoría
de Direcciones Generales de Bienes Culturales, como es el caso de la Región de Murcia, desarrollando una
distribución en Unidades Organizativas Dependientes: Subdirección General de Bienes Culturales (Servi-
cio de Patrimonio Histórico, Centro de Restauración y Servicio de Museos y Exposiciones), Servicios de
Coordinación Jurídico-administrativa, Archivo General y Biblioteca. Cabe reseñar que la Comunidad de
Murcia es vanguardista en comparación con el resto, siendo sus órganos de los más restrictivos e innova-
dores del segmento.

A nivel internacional, la Unión Europea en su Tratado de Funcionamiento, otorga a la Comisión la tarea


específica de contribuir al florecimiento de las culturas de los Estados miembros, poniendo de relieve al
mismo tiempo el patrimonio cultural común, sentando las bases para la cooperación, en amparo de los bie-
nes de Patrimonio. Participa en la conservación y preservación de este patrimonio, a través de subvenciones
como los fondos FEDER y FEADER, que dedican partidas presupuestarias para conservación y protección.
Además, la UE trabaja con otras organizaciones internacionales para abordar problemas como el tráfico de
bienes culturales; organizaciones como UNESCO, así como el Convenio UNIDROIT de 1995, han desarro-
llado medidas en colaboración con sus países miembros. El interés de la UE es apoyar las políticas de sus
Estados para conservar y proteger el patrimonio cultural, poniendo en marcha una serie de medidas econó-
micas y programas, reforzando la cooperación entre los países miembros y los profesionales del patrimonio.
Desarrolla un amplio espectro de programas culturales, en la que tiene una especial relevancia la temática
aquí expuesta, como ejemplo, la elección cada año de dos ciudades europeas para ser Capitales Europeas de
la Cultura (Fig. 1).

No se puede olvidar la labor tan silenciosa pero efectiva de las universidades, donde el aporte de profesionales
y medios, ha paliado muy eficazmente los errores e imperfecciones aludidos. También colaboran en este sen-
tido organizaciones de mecenazgo, fundaciones y entidades de carácter privado en financiación de proyectos
con el mismo fin. Y, por último, la sociedad en general que, como parte importante del proceso, si ya ha sal-
vaguardado el patrimonio actual, estamos todos obligados a continuar la labor.

Pero, ¿se está haciendo todo lo necesario para proteger nuestro patrimonio? A la vista está que se siguen ex-
poliando, estafando, falsificando y dañando, considerando que se produce por falta de control, información,
medidas de seguridad y vigilancia de los mismos.

2. NUESTRO PATRIMONIO
En nuestro Estado existe un importante número de recursos patrimoniales materiales e inmateriales, de los
más importantes del mundo y fuente de riqueza para la nación por el turismo tanto nacional como internacio-
nal que propicia; el 10,9 % del PIB lo generó el turismo en el año 2014 (fuente Instituto Geográfico Nacional).
El turismo emplea parte de su tiempo en visitas culturales, la mayoría hacia los grandes museos de prestigio
internacional, monumentos, arquitectónica urbana y rural, fiestas populares, lugares arqueológicos, etc.; to-
dos con el denominador común de ser relevantes culturalmente, difundidos en guías de turismo y con una
considerable protección, ante su importancia y el beneficio que origina.

A veces las medidas de seguridad que presentan, son poco efectivas e incluso colaboran en su deterioro.
En ocasiones los BIC son utilizados como lugares de celebración de espectáculos, adaptándolos para ello;
circunstancia que, casualmente crea perjuicio para el monumento o emplazamiento. Como ejemplo, la cele-
bración del Festival de Teatro Clásico de Mérida, tantas veces criticado por sus conservadores. Se exige una
adecuada sostenibilidad, para evitar su deterioro, como La Alhambra, que limitó su aforo debido precisamen-
te a este motivo (Fig. 2).

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LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL, UN RETO DE FUTURO

Figura 1. Ortega Dolf, P. (30 de junio de 2019): La España vaciada


(de obras de arte). Cabeza de Marco Aurelio recuperada por el grupo
de Patrimonio de la UCO. El País. (Fuente: https://elpais.com/politi-
ca/2019/06/29/actualidad/1561829451_958428.html)

Figura 2. Ruiz, L. (23 de mayo de 2014): Granada supera el medio millón de turistas en el primer cuatrimestre. Ahora Granada. (Fuen-
te: https://www.ahoragranada.com/noticias/granada-supera-el-medio-millon-de-turistas/). Morera Pardo, E. (28 de febrero de 2015): El
Festival de Teatro Clásico de Mérida. 7 Días Extremadura. (Fuente: http://www.extremadura7dias.com/noticia/el-festival-de-teatro-cla-
sico-de-merida-tendra-una-extension-en-madrid)

Nos encontramos singularidades como monumentos dedicados al culto religioso, fortificaciones o cualquier
otra clase de edificio histórico, en los que se ha conservado precisamente por su uso periódico y adaptación no
invasiva (iglesias, paradores de turismo, centros de exposiciones, etc.) y otros, que su deterioro está propiciado
por su abandono, por lo que ha de tenerse en consideración a la hora de abordar el problema.

Este patrimonio mencionado es el que se conoce, luego existe otro menos popular, pero no menos importante,
que indudablemente sufre, bien sea por la acción erosiva ante su desprotección, sustracción por no poseer
medidas de seguridad o el daño, tanto vandálico como premeditado para su robo. Citemos como ejemplo,
excavaciones arqueológicas que solo se trabajan en verano, con ayuda de estudiantes y un bajo presupuesto,
que el resto del año permanecen sin vigilancia alguna o con la única medida de consolidación por parte de la
prospección arqueológica en sí. O los yacimientos consolidados, pero que debido a su menor significación,
relaja más su protección y vigilancia (monumentos de todo tipo, calzadas, pinturas rupestres, obras de arte
pictórico, literario, etc.). Esta herencia cultural no es menos importante que el resto, ya que muchas de ellas en
su descubrimiento nos enseñan a interpretar de manera más fehaciente las ya descubiertas e incluso legitima
a sus autores o los desautoriza.

Tanto el patrimonio más conocido e importante como el que menos, en casos adolece de seguridad y protec-
ción, lo que hace totalmente necesaria la acción sobre ellos para evitar lo que en realidad se precisa, que es su
conservación y legado a generaciones venideras (Fig. 3).

Cada vez que se necesita la labor de un restaurador de arte, emplea normalmente una infinidad de horas,
para recobrar o minimizar el daño de las piezas. En la actualidad este oficio está desapareciendo a ritmos
agigantados, por la rebaja porcentual en la inversión institucional para conservación, determinada por la
coyuntura económica y política del momento. Se ha podido comprobar en la pasada crisis económica 2008-
2014, en la que los presupuestos para el patrimonio histórico se vieron mermados. Las perspectivas de futu-
ro no parecen más favorables, habiendo quedado pendiente de desarrollo la reforma de la LPHE, de la que
existe un borrador que incorporaba el patrimonio inmaterial, el industrial y el paisaje, todo ello pospuesto
con la convocatoria de las últimas elecciones y a su vez en suspenso ante la apertura de una nueva crisis
con la emergencia sanitaria mundial por el virus SARS-CoV-2 (COVID 19), de la que aún no se estiman
repercusiones.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 527


Francisco Heredia Martínez

Figura 3. Agencia EFE (21 de abril de 2014): Destrozan una pintura rupestre patrimonio de la humanidad en una cueva de Jaén. El
Mundo. (Fuente: https://www.elmundo.es/andalucia/2014/04/21/5354fc39ca4741382a8b4575). Lavandeira, Jr. (08 de agosto de 2018):
Bajo relieve Catedral de Santiago de Compostela. El Universal. (Fuente: https://www.eluniversal.com.mx/cultura/escultura-de-la-cate-
dral-de-santiago-se-somete-una-segunda-limpieza)

La actuación preventiva ha de ser primordial sobre todo el patrimonio, tanto el material, paisajístico, indus-
trial o inmaterial. Una fiesta o tradición, el paisaje o la industria (desarrollo histórico), también puede ser
objeto de perjuicio o menoscabo, bien sea intervencionista, económico o cualquier otro método que lo haga
mermar o quebrante. El restaurador debería desarrollar su labor únicamente ante el deterioro de las piezas por
la erosión, accidentes o el paso del tiempo, y no por la intervención antrópica.

3. MEDIDAS ACTUALES DE PROTECCIÓN


En el presente, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, más concretamente la Policía Nacional y la
Guardia Civil, desempeñan la labor de perseguir y esclarecer los delitos e infracciones relacionados con esta
materia, se detalla la estructura y funcionamiento de ambas (Fig. 4).

Figura 4. Europa Press. (21 de enero de 2012): La Guardia Civil detiene a dos personas y evita el expolio de un yacimiento arqueológico.
Teinteresa.es Sevilla. (Fuente: Recuperada de http://www.teinteresa.es/andalucia/sevilla/Guardia-Civil-personas-yacimiento-arqueolo-
gico_0_631737007.html. (02 de febrero de 2016): La Policía Nacional recupera obras de arte sacro robadas en el monasterio de San
Clemente. El Correo Sevilla. (Fuente: https://elcorreoweb.es/sevilla/la-policia-nacional-recupera-obras-de-arte-sacro-robadas-en-el-mo-
nasterio-de-san-clemente-HB1322876)

3.1. Guardia Civil


Ante el aumento considerable de robos de bienes culturales, la mayoría en locales y edificios de culto a finales
de la década de los 70 del siglo pasado, la Dirección General de la Guardia Civil decide crear medidas para
evitarlos. Con la creación de las Unidades de Policía Judicial (1987), y más concretamente la Unidad Central
Operativa (en adelante UCO), designa un grupo dedicado en exclusividad, el Grupo de Patrimonio de UCO
que actuará, en colaboración directa con el Ministerio de Cultura y los órganos de las Comunidades Autóno-
mas encargados de la ejecución de la LPHE, en la investigación y persecución de las infracciones que contra
esta se realicen. Su misión principal es la investigación de delitos contra el Patrimonio Cultural que por su
especial índole o naturaleza, no tengan capacidad las demás unidades territoriales de abordarlas. Cometi-
dos secundarios de compilación de información referente de todas las fuentes y modus operandi delictiva.
Igualmente, asesora e imparte directrices específicas a todas las unidades de la institución para la mejora
en el desempeño de protección del patrimonio. Pone en contacto a los investigadores con las autoridades
del Ministerio Cultura, Comunidades Autónomas, delegados del patrimonio de la Iglesia, asociaciones de
anticuarios, profesores universitarios, revistas especializadas, etc. Sus componentes, asisten periódicamente

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LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL, UN RETO DE FUTURO

a reuniones del Consejo de Patrimonio Histórico. Imparten y asisten a conferencias relacionadas; se coordi-
nan, cooperan y comparten información con policías de otros países, ante el complejo y dinámico modo de
proceder de la delincuencia internacional y el recorrido de las obras de arte robadas en España por territo-
rios extranjeros.

La Organización y estructura del Grupo UCO, hace participar a todas las unidades del Cuerpo en esta fun-
ción, primero a las Territoriales diseminadas por el dominio geográfico español; también al Servicio de Pro-
tección de la Naturaleza (en adelante SEPRONA), que actúa preferentemente en protección del Patrimonio
Arqueológico y objetos de marfil; Servicio Marítimo, en prevención del Patrimonio Arqueológico Subacuáti-
co; Servicio Fiscal en fronteras y aduanas para evitar la exportación ilícita de BIC; vertebrando a todas estas
unidades con el Servicio de Policía Judicial, dependiente de la UCO, que su misión es la investigación de este
tipo de delincuencia (Fig. 5).

A todas estas unidades se les encomienda los servicios preventivos, vigilancia e inspecciones de estableci-
mientos dedicados a la compra y venta de antigüedades, así como todos aquellos destinados a impedir la
actuación ilícita sobre nuestro patrimonio.

Figura 5. Flores García, J. (30 de abril de 2013): Plan para la Defensa del Patrimonio Histórico español. Se pretende evitar el expolio de
yacimientos arqueológicos subacuáticos. Blog Consultoría de formación de prevención en seguridad privada y autoprotección. (Fuente:
https://www.segurpricat.es/2013/04/plan-para-la-defensa-del-patrimonio.html). (30 de octubre de 2019): Hallan una excavación ile-
gal en un yacimiento arqueológico en Botorrita. Heraldo.es. (Fuente: https://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza/2019/10/30/ha-
llan-una-excavacion-ilegal-en-un-yacimiento-arqueologico-en-botorrita-1341251.html)

3.2. Policía Nacional


Ante el problema mencionado de expolio generalizado del patrimonio en España, la Policía Nacional da igual-
mente origen a un pequeño grupo, la Brigada Central de Investigación Criminal, con la misión de averiguar
y esclarecer este tipo de delincuencia. Con el tiempo evoluciona hasta la actual Brigada de Investigación de
Patrimonio Histórico creada en el año 1977, con las mismas atribuciones en la LPHE, que también otorga la
competencia para la investigación de todas las agresiones contra el patrimonio histórico, artístico y cultural,
acaecidos en cualquier ámbito geográfico del territorio nacional, al igual que Guardia Civil.

Posee Delegados de Patrimonio en todas las Jefaturas Superiores de Policía, Comisarías Provinciales y locales,
donde se atiende todo lo relacionado con la delincuencia en este ámbito. La brigada está formada por dos
grupos operativos, uno se ocupa de la propiedad intelectual y el expolio arqueológico, entre otros y el segundo
de los delitos: robos, hurtos, estafas, apropiaciones indebidas y demás. También cuentan con una secretaría
cuya labor son las difusiones y una jefatura de brigadas. Es decir, su estructura, difiere poco con la de la otra
institución, variando aspectos meramente funcionales u orgánicos, por lo que no se mencionan más datos
meramente irrelevantes (Fig. 6).

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 529


Francisco Heredia Martínez

Figura 6. (15 diciembre 2017): Detenidas tres personas acusadas de delitos contra el patrimonio en un restaurante y banco. El Día de
Córdoba. (Fuente: https://www.eldiadecordoba.es/cordoba/Detenidas-personas-acusadas-patrimonio-restaurante_0_1200180655.html).
(24 mayo 2018): Interior entrega 791 piezas al Museo Arqueológico Sevilla. Andalucía Información. (Fuente: https://andaluciainforma-
cion.es/granada/756576/interior-entrega-791-piezas-de-gran-valor-al-museo-arqueologico/)

4. MEDIDAS QUE SE PROPONEN


Para implementar las medidas ya descritas y sin ánimo de devaluar la efectividad actual, es criterio que las
mismas deberían adaptarse a los nuevos métodos y formas de delincuencia, unificar y especificar recursos,
información y personal dedicado a esta misión; adunar criterios para depurar los posibles errores, adaptarse
al dinamismo de la delincuencia y en definitiva contemporizar el daño.

La figura jurídica del BIC, implica medidas asimismo singulares, distinguiendo para ello los dos ámbitos
actuales donde se alojan; por un lado, lugares y recintos que las albergan en zona urbana y el resto en zonas
rurales, así como su carácter público o privado. En el ámbito urbano, tanto la Guardia Civil, Policía Nacional
y los distintos servicios de seguridad de museos y demás recintos que acogen obras de arte presentan unos su
metodología de trabajo y su plan director de seguridad los otros. Los primeros, tienen unidades encargadas
de la vigilancia, investigación y esclarecimiento de los hechos relacionados con los BIC y el resto dentro de
su espacio de actuación, siendo en este marco donde se genera la primera discordancia. Cuando se produce
un acto delictivo en un museo o similar, el personal encargado de su seguridad lo pone en conocimiento de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de su competencia en su respectiva demarcación, poniendo fin a su labor
preventiva y únicamente colaborando en su esclarecimiento. Muy distinto sería si el personal que interviene
en este acto perteneciera a la misma unidad, es decir, si tanto policías como miembros de seguridad de museos
y recintos fueran los mismos, más efectiva se hace tanto la prevención como el esclarecimiento, a la vez que la
intervención de ellos fuera de estos lugares, ya que en la actualidad el equipo de seguridad de estos espacios,
no pueden intervenir más allá del propio local. Con esto se desprende que, si existiera una institución única
encargada de la custodia, vigilancia y protección, su gestión sería más eficiente. No es una quimera, ya que en
la actualidad el Ministerio de Cultura ofrece plazas a los miembros de Fuerzas de Seguridad del Estado para
formar parte del organigrama de seguridad de dichos espacios, pero estos han de cambiar de ministerio y de
profesión. Se debería continuar con esta oferta, pero sin cambiar de empleo, es decir seguir siendo policía,
pero ahora englobado en cultura y con las mismas competencias.

En el ámbito rural los BIC son la mayoría competencia de la Guardia Civil. Sus especialidades son las en-
cargadas de la vigilancia y protección, pero sin el cometido peculiar de su custodia, que dependiendo de su
importancia tendrá asignada o no dicha protección por el Ministerio de Cultura u otra Administración afec-
tada; y es en esta faceta donde se produce igualmente la discordancia. Estas distintas unidades, sí tienen como
instrucción vigilar BIC, pero no es la misión preferente; tanto el SEPRONA (dedicado a la protección de la
naturaleza), Servicio Marítimo (distintos ámbitos náuticos) y Policía Judicial (esclarecimiento de todo tipo de
delitos), han de prevalecer en sus cometidos principales; es decir, solo presenta una exclusividad absoluta la
Unidad del Grupo de Patrimonio de la UCO, con el inconveniente de, al ser su sede en la capital del Estado,
deben desplazarse a lugar de los hechos, donde con ocasión de la comisión delictiva, inician la investigación
(Fig. 7).

Esto nos lleva a discernir el que no es lo mismo tener competencias en un ámbito a poseer la exclusividad y
dándole preeminencia a la vigilancia y protección del patrimonio. Se razona poniendo un ejemplo significati-

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LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL, UN RETO DE FUTURO

vo: hasta la creación del SEPRONA (1988), la defensa de la naturaleza era un cometido que realizaban todas
las fuerzas territoriales de la Guardia Civil, junto a Guardas del Servicio Forestal; ahora la exclusividad la tiene
SEPRONA. Con ello se consiguió un aumento del número de detenciones e infracciones administrativas en el
régimen medioambiental, pero no por una escalada delictiva, sino por el aumento en la vigilancia del mismo.
Fue similar con la creación del Servicio Marítimo, pero no con el Grupo UCO, que, teniendo una gran efec-
tividad en el esclarecimiento delictivo, no logra bajar los delitos contra el patrimonio, al no tener despliegue
en el territorio español. Sería razonable una expansión a nivel zonal como lo hace el SEPRONA, con una
demarcación territorial definida, donde a partir de la posesión de todos los censos habidos de BIC, su función
diaria sería la vigilancia de estos, consiguiendo así una periocidad de comprobación superior a la actual, y
más efectiva. Se vigilarían los lugares, se informaría al personal que los custodia sobre medidas de seguridad o
desperfectos de estas para repararlas…, en definitiva, se comunicaría de cualquier circunstancia anómala que
pudiera repercutir en su integridad (Fig. 8).

Figura 7. Guardia Civil Guadalajara. (04 de abril de 2018): Iglesia Románica de Nuestra Señora de la Varga. Twitter. (Fuente: https://
twitter.com/guardiacivilgu/status/981560348103905282). Guardia Civil (27 de agosto de 2016): Asturias joyas de nuestro patrimonio
histórico y natural. Twitter. (Fuente: https://twitter.com/guardiacivil/status/769474593253830656)

Figura 8. Ministerio de Cultura y Deporte. (21 de noviembre de


2017): IV Jornadas de formación sobre Patrimonio Cultural Suba-
cuático para la Guardia Civil. Museo Nacional de Arqueología Suba-
cuática (ARQUA Cartagena). (Fuente: http://www.culturaydeporte.
gob.es/mnarqua/investigacion/cursos/historico/cursos-gc.html)

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 531


Francisco Heredia Martínez

5. CONCLUSIONES
Se debería impulsar la creación o ampliación de los grupos actuales existentes en favor del patrimonio, tanto
de Policía Nacional y Guardia Civil, desplegándolos por todo el territorio nacional, similar a como en su día
el SEPRONA, que ha pasado de 600 agentes iniciales a 1.800 en 30 años desde su creación. De crearse esta
nueva unidad propuesta y siguiendo una pauta similar a la aludida, en pocos años tendría un despliegue pa-
recido, con el consiguiente beneficio para el erario público, pues podría incluso estar financiado con Fondos
Europeos, como actualmente ocurre con el SEPRONA. No sería un gasto superfluo, sino el evitar tener que
destinar dinero público para restauraciones en todo tipo de daños a los BIC, premeditados o no, redundando
en beneficio primero del propio patrimonio, del turismo cultural, y en definitiva de nuestro legado que todos
tenemos la obligación de hacerlo perdurar.

Sirva como proposición para que, ante su viabilidad, se pueda dar un primer paso hacia el futuro de nuestro
patrimonio. “Una persona que nunca cometió un error, nunca intentó algo nuevo”, Albert Einstein.

6. REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA
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532 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


TRABAJOS FIN DE ESTUDIO
(GRADO Y MÁSTER) DE LA UPCT – ETS
DE ARQUITECTURA Y EDIFICACIÓN
VINCULADOS CON EL PATRIMONIO
CULTURAL
EL PLAN DE CONSERVACIÓN
Y MANTENIMIENTO EN EL PATRIMONIO
ARQUITECTÓNICO. APLICACIÓN A LA ANTIGUA
IGLESIA DE VERÓNICAS (MURCIA)

Pérez Martínez, Adrián


Ingeniero de Edificación

Resumen
La antigua iglesia de Verónicas en Murcia, de estilo Barroco, consta de nave central, con dos naves laterales
adosadas y crucero con cúpula. Conserva los materiales originales de su construcción, tales como el ladrillo,
sillares, la teja curva árabe; reforzados con materiales modernos como el acero y hormigón. Tras analizar su
historia, ubicación, configuración arquitectónica, su estado actual con las patologías existentes y plantear
soluciones para todas ellas, se elabora un plan de conservación y mantenimiento para la antigua iglesia de
Verónicas, donde se asigna, para cada uno de los elementos y sistemas constructivos que la componen, una
serie de controles a realizar con su periodicidad correspondiente, con el fin de garantizar la conservación del
bien por medio de un mantenimiento continuado.

Palabras clave: Iglesia, Verónicas, sala, TFM, análisis, mantenimiento, conservación, plan.

Abstract
The old Verónicas Church in Murcia, in the Baroque style, consists of a central nave, with two attached side naves
and a transept with a dome. It preserves the original materials of its construction, such as brick, ashlars, the Ara-
bian curved tile; reinforced with modern materials such as steel and concrete. After analyzing its history, location,
architectural configuration, its current state with existing pathologies and proposing solutions for all of them, a
conservation and maintenance plan is drawn up for the old Verónicas Church, where it is assigned, for each of the
elements and constructive systems that compose it, a series of controls to be carried out with their corresponding
periodicity, in order to guarantee the conservation of the property by means of continuous maintenance.

Keywords: Church, Verónicas, hall, TFM, analysis, maintenance, conservation, plan.

1. INTRODUCCIÓN
Con motivo de la celebración de esta nueva edición de las Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de
Murcia, se me presenta la oportunidad de desarrollar brevemente mi Trabajo Fin de Máster (en adelante
TFM), con el que finalicé mis estudios de Máster en Patrimonio Arquitectónico en la Universidad Politécnica
de Cartagena (en adelante UPCT). Este TFM fue defendido en octubre de 2019 y calificado con sobresaliente
10. Consiste en un trabajo de investigación y análisis de la antigua iglesia de Verónicas, actual Sala Verónicas
en Murcia, con el propósito de establecer un Plan de Conservación y Mantenimiento que contribuya a la
conservación del bien (Fig. 1).

La antigua iglesia de Verónicas, en Murcia, cuyo origen se remonta al siglo xvi, ha sido reedificada en suce-
sivas ocasiones como consecuencia de catástrofes naturales, guerras, etc. En 1988, una vez adquirida por la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, arquitectos de los Servicios Técnicos de la Consejería de Cul-
tura redactan el proyecto de consolidación definitivo y rehabilitación para un nuevo uso como sala cultural
y dedicada, principalmente, a exposiciones temporales (pasando a denominarse Sala Verónicas) y el Centro
Regional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, hasta que este último fue trasladado a sus
actuales instalaciones, en el Polígono Ind. Oeste de Alcantarilla.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 535


Adrián Pérez Martínez

Han pasado más de treinta años desde su restaura-


ción y aunque su estado es bastante aceptable, requie-
re de una nueva intervención para subsanar las pato-
logías existentes, muchas de ellas minimizables con la
puesta en práctica de un Plan de Mantenimiento pre-
ventivo. El problema reside en que un mantenimien-
to preventivo es consecuencia de la implantación de
un Plan de Conservación y Mantenimiento donde
queden establecidos los distintos controles y actua-
ciones a realizar, con su periodicidad correspondien-
te, para los distintos elementos constructivos. Plan
inexistente, a día de hoy, para la Sala Verónicas y, por
desgracia, para la gran mayoría del patrimonio arqui-
tectónico.

Figura 1. Portada del TFM.

2. BREVE MEMORIA HISTÓRICA


El origen del convento de Santa Verónica en Murcia, tiene lugar a principios de la segunda mitad del siglo
xvi y se divide a su vez en dos etapas. La primera etapa de construcción tiene lugar entre 1531 y 1653 apro-
vechándose las casas legadas en herencia por su fundadora doña Isabel Ruíz de Alarcón, hija de Tristán de
Alarcón y Blanca de Arróniz, de la nobleza murciana. Entre los bienes cedidos por Isabel se encuentran varias
propiedades intramuros en el trazado meridional de la muralla y edificios anexos a la misma, que se adecuan
inicialmente como beaterio para acoger a las primeras religiosas. Es en 1563 cuando se inicia la construcción
del monasterio y se instaura el voto de clausura.

En el año 1566 se une otra comunidad de religiosas pertenecientes a la Orden de Santa Brígida tras verse
obligadas a abandonar por motivos económicos su convento, situado en las inmediaciones de la catedral. Para
acoger a esta comunidad se han de adaptar las instalaciones conventuales existentes hasta el momento. La po-
breza de materiales empleados y la poca consistencia de la construcción no resisten a la riada de San Calixto
de 1651, quedando el convento arrasado en su mayor parte. Comienza aquí la segunda etapa de construcción;
recomponiendo lo poco que se tenía en pie; se construye una iglesia de mayores proporciones, solicitándose
para ello los terrenos de algunas casas situadas en la Carretería. Es en este momento cuando se les concede
la “Gracia de la muralla” por la que es posible anexionar el espacio que ocupan las defensas “a extramuros” y
ampliar el convento al otro lado de las mismas, abriéndose vanos para la comunicación de las antiguas insta-
laciones intramuros con la nueva ampliación extramuros. Durante estos años las religiosas del convento rea-
lizan numerosos trabajos de ampliación y reforma. De esta primera reconstrucción surge una nueva iglesia,
en 1727, que posteriormente se ha de demoler y reconstruir en su totalidad por amenaza de ruina. En 1735 se
anexiona al convento el torreón de la muralla.

La segunda construcción de iglesia y monasterio, tras ser declarado ruina el conjunto, es ejecutada entre los
años 1746 y 1755 y se inaugura el 18 de diciembre de 1755.

La veneración de las Religiosas Brígidas al Salvador se transmitió a este nuevo convento de las Madres Ve-
rónicas que las acoge, y así, en la nueva iglesia que estas levantan en sustitución del oratorio inicial, se con-
sagra a la advocación del Salvador, conociéndose desde entonces como la iglesia del Salvador de Verónicas,
cuya representación queda plasmada en la portada pétrea de su fachada. El conjunto conventual queda así

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EL PLAN DE CONSERVACIÓN Y MANTENIMIENTO EN EL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO. APLICACIÓN A LA ANTIGUA IGLESIA DE
VERÓNICAS (MURCIA)

constituido por la iglesia del Salvador y el convento


anexo, ejecutado en torno a un patio claustral (Fig.
2).

Con la desamortización, en el año 1835, el conjun-


to conventual entra en otra etapa y, tras su incendio
(también en 1835), las religiosas, exclaustradas, se
trasladan al Real Monasterio de Santa Clara. Pero tras
haber intentado su venta y haber sido despojado de
todo lo que pudiera tener valor, las religiosas regresan
al convento el 17 de septiembre de 1848 y proceden
a su reconstrucción, proceso al parecer continuo si se
tienen en cuenta las múltiples noticias aparecidas en
prensa relacionadas con estas reparaciones a lo largo
de los años.

En este mismo año, el Ayuntamiento de Murcia


construye en el Plano de San Francisco una Pla-
za de Abastos que deja relegado el convento a una
estrecha calle, denominándose Verónicas tanto al
mercado como al vial. Pronto, el mercado queda
pequeño y entre los proyectos municipales contem-
plados para 1895 se plantea la posibilidad de am-
pliar el mercado existente frente al convento con
terrenos del mismo. Mientras tanto, el convento va
deteriorándose progresivamente e incluso en 1916,
tras haber realizado sucesivas reparaciones, se habla
de insalubridad. Así, la Rvda. Madre Abadesa del
Convento de Verónicas solicita al Inspector Provin-
cial de Sanidad una visita a dicho claustro, por las
condiciones de insalubridad. Estos mismos proble-
mas de “evacuación de aguas residuarias” no solo
continúan en el tiempo, sino que se agravan con la
ocupación del convento en tiempo de guerra como
“refugio de gentes sin control”. Y es que en el año
1931 el convento es saqueado, aunque en esta oca-
sión se libra de ser incendiado, y pasa a utilizarse la
iglesia como almacén de chatarra, y el convento es
tomado por familias que vivían en unas condiciones
Figura 2. Portada de la antigua iglesia de Verónicas en 2019. totalmente insalubres.

Tras la Guerra Civil el convento queda muy menoscabado, siendo reedificado nuevamente y adaptado a las
nuevas exigencias en 1946. Su localización en una zona típicamente comercial hace que la planta baja se desti-
ne a locales comerciales, permitiendo obtener de su arrendamiento recursos financieros para el mantenimien-
to de la comunidad religiosa. Sin embargo, el inmueble no tarda muchos años en menoscabarse nuevamente,
y en 1981 es declarado en ruina por la Corporación Municipal, pero resaltando el valor histórico-artístico del
conjunto monumental, centrado en la capilla, el coro y las columnas del claustro, que debiera conservarse, au-
torizando y procediendo a la demolición del resto. Esta decisión es recurrida por los inquilinos de los locales
comerciales existentes en ese momento en el convento, pero es desestimada. Finalmente, en 1982, la Comisión
Provincial de Patrimonio declara al conjunto Monumento Histórico-Artístico, con excepción del convento
reedificado tras la Guerra Civil, que es demolido en 1985, trasladándose las religiosas a un nuevo monasterio
cerca del Santuario de Ntra. Sra. de la Fuensanta, en la pedanía murciana de Algezares.

La demolición del convento deja a la vista las estructuras de la muralla medieval que habían sido amortiza-
das con la ampliación del convento, allá por el siglo xvii. Por su parte, la iglesia es consolidada en un primer

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 537


Adrián Pérez Martínez

momento en 1986, procediéndose posteriormente a su rehabilitación integral tras ser adquirida, como se ha
comentado, por la Comunidad Autónoma en 1988, y convertida en un nuevo centro cultural (exposiciones,
conferencias, conciertos...) para la ciudad, denominado Sala Verónicas.

3. MEMORIA DESCRIPTIVA Y CONSTRUCTIVA


La antigua iglesia de Verónicas presenta una arquitectura propia del Barroco murciano. Se encuentra ubicada
en la calle Verónicas, en la ciudad de Murcia, en una estrecha calle peatonal donde queda relegada a un se-
gundo plano de la trama urbana, tras el Mercado de Abastos. Hacia el norte, la iglesia linda con edificaciones
privadas de carácter residencial; en su orientación este, se ubican los restos de un tramo de la muralla medie-
val de Murcia, que afloraron tras la demolición del convento en el año 1985 y, hacia el oeste, existe una parcela
privada donde únicamente se conserva la fachada de la construcción que un día la ocupó. Su configuración
arquitectónica muestra una iglesia de planta rectangular con doble altura en la nave principal y capillas comu-
nicadas entre sí en las naves laterales (Fig. 3).

Figura 3. Indicación de la situación de la antigua iglesia de Verónicas incluida en el TFM.

Durante los años en los que se dedicó como iglesia, presentaba una cabecera plana donde se situaba el presbi-
terio y, a ambos lados, la sacristía y el acceso al camarín y a la torre. En los pies se disponían sendos coros, en
planta baja, mientras que en la planta superior se situaba el coro general con barandilla, prolongado por tribu-
nas situadas sobre las capillas, que se abrían hacia el interior con balconcillos provistos de rejería. La cubrición
se resolvía con una cúpula gallonada sobre el crucero, la nave con una bóveda provista de lunetos generando
arcos fajones rebajados, y las capillas con bóvedas de arista que se adaptaban a los arcos que las conforman.
Destacaba la portada de piedra que realzaba el único acceso con el que contaba el templo, y sobre la que se
elevaba un frontis también de ladrillo rematado por una cornisa curva.

538 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


EL PLAN DE CONSERVACIÓN Y MANTENIMIENTO EN EL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO. APLICACIÓN A LA ANTIGUA IGLESIA DE
VERÓNICAS (MURCIA)

Con la restauración llevada a cabo en 1988, se conserva la configuración geométrica y espacial que caracteriza
a la iglesia, con la necesidad de llevar a cabo un refuerzo estructural a base de zunchos y losas de hormigón
armado, además de perfiles metálicos en las zonas de cubierta reemplazada, con incorporación de entradas de
luz mediante claraboyas. Interiormente, los espacios tan característicos de una iglesia quedan reemplazados
por aquellos necesarios para su nuevo uso como sala cultural. La antigua iglesia de Verónicas pasó a denomi-
narse como Sala Verónicas.

En la actualidad, la Sala Verónicas consta, en planta baja, de una sala de exposiciones en lo que se correspon-
dería con la nave, capillas, transepto y presbiterio; en la zona del coro bajo, a la que se dotó de un acceso direc-
to desde la calle posterior, se dispone la sala de prensa, un almacén, un aseo, una pequeña zona de descanso
y el núcleo de comunicaciones con escalera y ascensor. Por su parte, la antigua sacristía se destina también a
archivo-almacén al igual que la estancia superior, comunicadas interiormente por medio de una escalera; en
el otro extremo del presbiterio, en la antigua subida al camarín, se ubican unos aseos y una pequeña zona de
archivo. En planta primera, el espacio destinado al coro alto se convierte en un espacio diáfano compartimen-
tado con el propio mobiliario, generando zonas de trabajo independientes. En las tribunas y, más concreta-
mente, en el ala recayente a la calle de Verónicas, se ubica una zona más reservada en la que encontramos un
despacho de dirección, sala de juntas y el despacho de secretaría. Por último, en la tribuna superior se ubica
una sala de impresión.

4. ANÁLISIS DE PATOLOGÍAS DETECTADAS


Analizar las patologías (deterioros, lesiones...) existentes en los materiales y sistemas constructivos de la Sala
Verónicas es, junto con el análisis histórico-constructivo, el paso previo para poder plantear un Plan de Con-
servación y Mantenimiento acorde a su estado actual y a sus elementos constructivos. Este capítulo se cen-
tra, por un lado, en identificar y localizar patologías en los diferentes elementos constructivos (cimentación,
fachadas, cubierta, etc.), quedando plasmada su ubicación en el conjunto de planimetrías realizadas y que
forman parte del TFM y, por otro lado, asociar cada una de estas patologías con el agente de alteración que la
produce (factores atmosféricos, ambientales, presencia de humedad, factores bióticos, químicos o estructura-
les), al que se le atribuye una periodicidad en los controles de mantenimiento a realizar.

En términos generales, se ha podido comprobar que un gran número de las patologías existentes tienen su
origen en el estado de conservación de las cubiertas, con coberturas deterioradas, sistemas de evacuación
de aguas pluviales obstruidos o inexistentes que, unido a las dificultades de acceso desde la cubierta de la
nave principal a los distintos faldones de las naves laterales por parte del personal encargado del mante-
nimiento, ha ocasionado la aparición continuada de patologías, subsanadas en reiteradas ocasiones, pero
sin llegar a atajar el origen que las motiva, convirtiéndose en un flujo temporal continuo de aparición-re-
paración. Es por ello por lo que resulta necesario plantear una serie de intervenciones que subsanen las
deficiencias detectadas, posibilitando las posteriores labores de mantenimiento y conservación de la Sala
Verónicas (Figs. 4 y 5).

Figuras 4 y 5. Planos de fachada principal y cubierta, incluidos en el TFM, con ubicación y definición de las patologías detectadas en
estos elementos.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 539


Adrián Pérez Martínez

5. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN
Resulta necesario aportar las soluciones técnicas necesarias, desde un punto de vista teórico, que subsanen
las patologías detectadas en los distintos elementos constructivos que componen la Sala Verónicas de Mur-
cia, actuando sobre el origen que las originan con el fin de facilitar las posteriores labores de mantenimiento
incluidas en este TFM, objetivo principal del mismo. Se desarrolla un conjunto de actuaciones a realizar,
organizadas por elementos constructivos (fachadas, cubierta,etc.), lo que posibilitaría poder llevarlas a cabo
de forma independiente o por fases, en el caso de ser llevadas a la práctica, con indicación de las actuaciones
a realizar para cada uno de los elementos que lo forman (reparación del muro de los contrafuertes, colocación
en cubierta de escalera metálica, nuevo canal de evacuación de aguas pluviales, sobre babero de plomo…), es-
pecificando la ejecución de cada una de ellas y siempre desde el máximo respeto al edificio. Finalmente, como
todo proyecto de intervención, todas las actuaciones indicadas de una forma descriptiva quedan recogidas y
localizadas en un conjunto de planimetrías con las actuaciones propuestas.

6. PLAN DE CONSERVACIÓN Y MANTENIMIENTO


Una vez realizado un análisis detallado de la antigua iglesia de Verónicas de Murcia, actual Sala Verónicas, y
detectadas las patologías susceptibles de subsanar existentes en los distintos elementos constructivos que la
conforman así como el agente causal de cada una de estas patologías, se plantea y redacta un Plan de Conser-
vación y Mantenimiento acorde a las necesidades actuales del conjunto arquitectónico; dentro de este Plan
de Conservación y Mantenimiento se incluye también una serie de actuaciones destinadas a llevarse a cabo
de forma continuada, periódica y con carácter preventivo para su mantenimiento, con el fin de evitar en un
futuro la necesidad de realizar grandes intervenciones de mejora o de reparación de patologías, mucho más
costosas y dificultosas.

Para establecer las distintas actuaciones de mantenimiento a realizar, se ha tenido en cuenta la normativa
recogida en el R. D. 314/2006, de 17 de marzo, por el que se aprueba el Código Técnico de la Edificación, en
la que se detalla el criterio y periodicidad a seguir para cada uno de los elementos arquitectónicos de la Sala
Verónicas. En cuanto a las patologías encontradas y el agente causal relacionado, se ha elaborado un plan de
reparación y mantenimiento según los criterios establecidos en el Programa de Mantenimiento de Bienes
Culturales de la Junta de Andalucía.

Dentro del Plan de Conservación y Mantenimiento elaborado en el TFM se incluyen una serie de medidas
entre las que podemos destacar: medidas de acondicionamiento del terreno mediante la revisión de arquetas,
acometidas y colectores para prevenir cambios en la humedad del subsuelo por fugas de agua que favorecen
cambios en el asiento de la estructura y degeneración de la cimentación; medidas de protección de la estructu-
ra frente a un uso inadecuado (como sobrecargas en forjados, corrosión por agentes químicos y humedad...);
medidas destinadas a evitar cambios secundarios en fachadas y particiones que puedan ocasionar problemas
de humedades, sobrecargas, etc. así como alteraciones de la estética del edificio; medidas destinadas a la pro-
tección de cerrajería, carpintería y vidrios; medidas destinadas a evitar manipulaciones o modificaciones en
las instalaciones sin la intervención de un especialista (siguiendo en todo momento las especificaciones de la
reglamentación vigente con la supervisión de un técnico competente); medidas destinadas al mantenimiento
de las cubiertas y revestimientos del edificio; y por último, se incluyen también medidas destinadas al mante-
nimiento de los equipamientos del inmueble.

Todas estas labores de conservación y mantenimiento periódicas a realizar en la Sala Verónicas recaen sobre
dos figuras fundamentales: el usuario de la iglesia o encargado de mantenimiento propiamente dicho y el
profesional cualificado, especificándose en el TFM quién debe llevar a cabo cada una de las actividades de
mantenimiento y la periodicidad con la que se debe llevar a cabo. Con el fin de resumir y simplificar toda esta
información se elabora en el TFM un cronograma que permite tener un control más o menos exhaustivo de
cuándo, dónde y quién debe realizar cada uno de los controles de mantenimiento programadas del inmueble
(Fig. 6).

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EL PLAN DE CONSERVACIÓN Y MANTENIMIENTO EN EL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO. APLICACIÓN A LA ANTIGUA IGLESIA DE
VERÓNICAS (MURCIA)

Figura 6. Cronograma de actuaciones de mantenimiento incluido en el TFM.

7. CONCLUSIONES
La iglesia de Verónicas, en Murcia, ha sufrido desde su origen allá por el siglo xvi numerosas alteraciones
en su estructura inicial fruto de catástrofes naturales, guerras, cambios de uso, abandono..., llegando incluso
a ser declarada en ruina. Afortunadamente, a finales del siglo xx es adquirida por la Comunidad Autónoma
de la Región de Murcia y se inician las reformas necesarias para su restauración y puesta en valor hasta ser
reconvertida en lo que es actualmente, la Sala Verónicas, un centro cultural (exposiciones, conferencias, con-
ciertos...). La intervención de la Comunidad Autónoma ha permitido recuperar y salvaguardar el inmueble y
que este llegue hasta nuestros días.

El objetivo principal planteado en el TFM ha sido la elaboración de un Plan de Conservación y Mantenimien-


to para la antigua iglesia de Verónicas de Murcia, cuyo fin no es otro que garantizar la conservación de un
edificio histórico y monumental de la Región de Murcia. Todo lo que acontece al desarrollo de dicho Plan,
como el análisis histórico, el análisis descriptivo-constructivo, el estudio de las patologías/deterioros existen-
tes y la propuesta de intervención para su reparación..., son las distintas fases que todo técnico especializado
en patrimonio arquitectónico debe acometer para poder alcanzar el objetivo final, que no es otro que contri-
buir a la salvaguarda del inmueble. En este caso, la rehabilitación de una antigua iglesia del Barroco murciano
reconvertida en un edificio para la cultura y el ocio. A lo largo del TFM se exponen, de forma desglosada, las
distintas necesidades encontradas en el edificio tras el análisis del mismo y las distintas actividades destinadas
a su mejora.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 541


Adrián Pérez Martínez

Se ha realizado un estudio amplio, minucioso y complejo, llevándose a cabo un extenso trabajo de investi-
gación, documentación y análisis para poder fundamentar cada una de las decisiones técnicas planteadas
posteriormente.

Este trabajo me ha permitido poner en práctica todos los conocimiento y competencias adquiridas en el
Máster en Patrimonio Arquitectónico, impartido por la ETS de Arquitectura y Edificación de la UPCT, a la
vez que se aporta un documento de referencia para que todo profesional, con competencias en la materia,
pueda llevar a cabo un Plan de Conservación y Mantenimiento aplicado al patrimonio arquitectónico.

Por último, destacar que este TFM obtuvo el 1er Premio en 2019 de los “Premios a Trabajos Final de Máster
que concede el COAATIEMU”, en reconocimiento a su contribución al conocimiento y propuesta de mante-
nimiento de esta singular construcción que forma parte del patrimonio cultural de la Región y de la ciudad
de Murcia.

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542 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


VIVIFICAR LA VEJEZ. CENTRO DE
ENVEJECIMIENTO ACTIVO “PALACIO DE LA
ENCOMIENDA” (CARAVACA DE LA CRUZ)

Meroño Esparza, Silvia


Arquitecta

Resumen
El Palacio de la Encomienda construcción de principios del siglo xvi, se encuentra situada en el casco his-
tórico de Caravaca de la Cruz e incluida en el ámbito de protección del mismo. Fue el lugar destinado para
almacenar el grano, el vino y otros víveres procedentes de la actividad agrícola de la zona. Donde se guardaban
los equinos y se cobraba el impuesto de la Tercia. Desafortunadamente el edificio se encuentra en un gran
estado de abandono, fomentado por el desplazamiento de la población más joven a los ensanches de la ciudad,
debido a la gran variedad de servicios que proporcionan respecto al casco antiguo. Quedando en desamparo
las edificaciones del centro y por lo general la población más envejecida que habita en él. Por ello, se propone
la rehabilitación de la Encomienda con un centro de envejecimiento activo, dotado de varios servicios de ocio
y espacio público con el fin de revivir el Palacio de la Encomienda, dotar al casco histórico de nuevos servicios
y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Palabras clave: Palacio de la Encomienda, ámbito de protección, Caravaca, vejez, rehabilitación.

Abstract
The Palacio de la Encomienda, built in the early sixteenth century, is located in the historic center of Caravaca de
la Cruz and included in its scope of protection. It was the place destined to locate grain, wine and other supplies
affected by agricultural activity in the area. Equines were kept and the Tercia tax was collected. Unfortunately, the
building is in a great abandoned state, as a consequence of the displacement of the younger population to the city’s
extensions. These conditions have caused that the buildings of the center and generally the older population that
inhabits them are forgotten. For this reason, it is proposed the rehabilitation of the Encomienda with an active
aging center, provided with various leisure services and public spaces in order to revive the Encomienda Palace,
endowing the old town with new services and improving the quality of life of its inhabitants.

Keywords: Palacio de la Encomienda, scope of protection, Caravaca, eld, rehabilitation.

1. CONTEXTO
1.1. Caravaca, lugar del jubilado
Caravaca de la Cruz se ubica en la Región de Murcia, al oeste de la Comunidad Autónoma, siendo capital y
centro administrativo de la Comarca del Noroeste. Sus actividades económicas principales han estado ligadas
al sector primario, pero en los últimos años está viviendo un proceso de transformación para intentar con-
vertir a la ciudad en un referente nacional en turismo cultural y religioso. Debido a que Caravaca es una de
las cinco Ciudades Santas de la cristiandad (las otras son Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo
Toribio de Liébana), donde se celebra el Año Jubilar in perpetuum, cada siete años, ligado a la figura de la Cruz
de Caravaca.

“En el crecimiento urbano de Caravaca, a lo largo de los años, se aprecia que su trama urbana del casco histó-
rico ha permanecido prácticamente invariable desde su configuración original, siendo un núcleo central cuyo
alrededor han ido surgiendo diferentes ensanches de la ciudad.” (Pozo, 2014)

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Silvia Meroño Esparza

1.2. El casco histórico


“El ámbito del casco antiguo abarca la trama histórica de la ciudad, en la cual se diferencian dos trazas urba-
nísticas principales, correspondientes al periodo medieval o de trazado árabe en las faldas del castillo y a la
expansión de los siglos xvi al xviii.” (Pozo, 2014)

Su arquitectura consiste en viviendas de entre una y tres alturas, que junto a edificios de mayor rango como ca-
sas señoriales, palacios e iglesias generan espacios urbanos significativos dentro del trazado general del casco
antiguo. Siendo una zona que conserva plenamente el trazado antiguo de las calles, que ha sabido conservar
en gran parte el aspecto histórico y ambiental de sus edificaciones y que todavía hoy mantiene una población
suficiente, que ha permitido que el centro histórico no se degrade.

Sin embargo, el casco histórico sufre una pérdida de funciones tradicionales que se trasladan al ensanche
moderno. Desplazándose el centro geográfico y socio-económico de la ciudad hacia el sur del casco antiguo.
Además, los espacios públicos libres y zonas verdes, son muy reducidos y de escasa entidad, siendo una de las
carencias más graves del tejido urbano histórico (Fig. 1).

Figura 1. Fotografías del casco histórico de Caravaca.

El viario y espacios peatonales del centro histórico, poseen con una gran variedad de trama, la práctica tota-
lidad de ellos se encuentran adoquinados o pavimentada con piedra natural, existiendo diferentes modelos
de adoquín que ayudan a situar al usuario y potencian la diferencia entre el entorno histórico y el ensanche
(Pozo, 2014).

1.3. Envejecimiento demográfico


“Respecto a su situación demográfica, el 21 % de la población total del casco antiguo es mayor de 65 años
(942 personas), frente a solo el 15 % de todo el casco urbano; el 20 % es menor de 18 años (888 personas),
frente al 23 % del resto de la ciudad; la tasa de población que podemos considerar dependiente es del 41,12 %,
frente al 38,60 % de todo el casco histórico. Queda evidenciado que existe un envejecimiento de la población
de la ciudad histórica, ya que hay más personas mayores y menos jóvenes que la media de toda la ciudad.”
(Pozo, 2014)

El caso del envejecimiento de población en Caravaca no se trata de un hecho aislado. La pirámide de pobla-
ción española ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. Cabe cuestionarse las soluciones arquitec-
tónicas dadas para enfrentar dichos cambios sociales y demográficos. Enfrentar el desafío del envejecimiento
determinará si, la sociedad, será capaz de rentabilizar el capital objetivo de vivir más años o por el contrario
supondrá una carga asfixiante el proceso global del desarrollo humano.

544 XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8


VIVIFICAR LA VEJEZ. CENTRO DE ENVEJECIMIENTO ACTIVO “PALACIO DE LA ENCOMIENDA” (CARAVACA DE LA CRUZ)

1.4. Encomienda abandonada


El Palacio de la Encomienda, también conocido como “Casa de la Tercia”, se construyó a principios del siglo
xvi. En 1606 ya disponía de la bodega y las tinajas donde se almacenaba el vino y el aceite. Administró toda la
Encomienda durante doscientos años. Recaudando el diezmo y también los paños y banderas utilizados para
enjaezar a los caballos que portaban el vino al castillo.

El edificio se encuentra ubicado en la calle Rafael Tejeo núm. 9, calle que prolonga la conocida calle Mayor. Es
un edificio con 27 m aproximadamente de fachada y 57 m de fondo. Su superficie total es de unos 1.672 m2 en
la actualidad, antes sus terrenos de huertos quizás fuesen mayores. Con la apertura de la Gran Vía, a inicios del
siglo xx, muchos terrenos de huertos fueron construidos. Lindando al este, con las edificaciones del ensanche
y al oeste, con las edificaciones del casco antiguo, ambos entornos unidos por jardines con gran densidad de
vegetación (Santos et al., 2016).

“Actualmente el edificio consta de tres partes claramente diferenciadas: en primer lugar el núcleo que com-
pone la primera crujía, que consta de cuatro plantas; la planta sótano, donde se sitúa la bodega, la primera
planta, que corresponde al zaguán de la entrada y la cocina, la segunda planta, donde se encontraban las
viviendas de los años 60-70, y por último, la tercera planta, perteneciente a las cámaras o falsas. La segunda
parte correspondería al cajón de escaleras y a la parte del patio que según testimonios orales se derrumbó a
inicios de la década de los ochenta. Y, la tercera parte estaría formada por una obra de construcción con-
temporánea.” (Santos et al., 2016).

Se trata de un edificio prácticamente en ruina, que requiere una rápida actuación para la preservación del
mismo. Siendo necesario designar un nuevo uso al Palacio de la Encomienda para su correcta puesta en va-
lor, la recuperación de sus elementos preexistentes de gran interés patrimonial y poner freno a su progresivo
deterioro.

2. EL PROYECTO
Este Trabajo Fin de Grado (en adelante TFG) reflexiona sobre cómo afrontar el incremento de una población
envejecida y frenar el progresivo abandono del casco histórico de la ciudad de Caravaca de la Cruz, en bene-
ficio a los nuevos ensanches debido a su pérdida de funciones urbanas tradicionales (hostelería y comercios)
y la falta de espacios libres o equipamientos sociales.

Al igual que en otras muchas zonas de España, Caravaca necesita tanto un cambio social, como arquitectó-
nico, para poder satisfacer las demandas actuales. Los cascos históricos de las ciudades escasean de espacios
intergeneracionales y equipamientos capaces de ofrecer un envejecimiento activo e integrado. Por ello, se
propone la proyección de un entorno físico accesible, amigable y tecnológicamente avanzado que promueva
un envejecimiento saludable y una buena calidad de vida, y para esto se plantea la rehabilitación del Palacio de
la Encomienda. El TFG se convierte en un proyecto técnico y social que persigue prolongar la independencia
de las personas mayores, para evitar una carga asfixiante a la sociedad actual y futura; dotando al municipio
de un servicio exclusivo, un equipamiento enfocado en el desarrollo del envejecimiento activo y que fomente
las relaciones intergeneracionales, en Caravaca. Además de evitar la pérdida de un edificio histórico y patri-
monial tan importante como el Palacio de la Encomienda, que es una edificación de gran interés histórico y
cultural para la ciudad.

2.1. Reactivar
Analizada la situación actual del Palacio de la Encomienda, basada en los estudios arqueológicos, históricos
y arquitectónicos realizados, el TFG propone la conservación de la bodega, en la cual han aparecido intactas
casi la totalidad de las tinajas y los canales de circulación de líquidos hasta las mismas, y la primera crujía en
su totalidad, procediendo a actuar en los forjados para su refuerzo y manteniendo el sistema constructivo con
las mejoras técnicas precisas para su preservación.

Independientemente de los elementos conservados, se necesita la implantación de obra nueva, para poner
en valor a la existente y poder albergar adecuadamente las demandas del nuevo uso. Los valores tenidos en
cuenta para el diseño de la obra nueva son:

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• La fachada de la calle Mayor, fachada principal de la Encomienda. En la intervención se potencia el


elemento prioritario de la portada de piedra, volviendo a ser el acceso principal al edificio.
• De la primera crujía y la bodega se extraen ejes principales correspondientes a su estructura formal y
de uso que ayudarán a la proyección de la nueva obra. Distinguiendo un total de cinco ejes en planta,
de los cuales tres corresponden a las bóvedas de la bodega. El cuarto, al corredor que consistía en la
entrada principal. El quinto eje nos indica la dimensión del patio, entrada de los animales al edificio,
y una superficie cuyo uso no se ha podido confirmar con certeza.
• En sección se destacarán los ejes correspondientes a las alturas de cada estrato y el fondo de la primera
crujía.

Como resultado de los ejes extraídos se obtiene el módulo base, que servirá de guía para proyectar la nueva
edificación (Fig. 2).

Figura 2. Elementos que se conservan en el Palacio de la Encomienda y ejes principales que forman el módulo base para
la nueva edificación.

Obteniendo un mismo diálogo entre lo nuevo y lo viejo, debido a que estos ejes obtenidos de la propia Enco-
mienda, guían la formalidad de la nueva obra, consiguiendo que sea respetuosa con la edificación existente.
Pues ambas pertenecerán a una misma guía formal, ayudando a la conservación de elementos como la bodega
o el pavimento de piedra original del patio.

Una intervención que dotará al edificio la posibilidad de implantar un nuevo uso, que recupere e impida el
progresivo deterioro de los espacios y elementos persistentes de interés histórico y patrimonial.

2.2. Reintegrar
Debido a las modificaciones que ha sufrido el entorno del Palacio, es imprescindible que la nueva edifica-
ción se adapte a la situación actual para volver a reintegrar a la Encomienda y formar parte del lugar.

Como punto de partida, la nueva obra se adapta a las medianeras que envuelven el solar y eliminan la pan-
talla visual que provocan. El nuevo volumen añadido es retranqueado con respecto al existente que genera
un patio interior, creando un nuevo hall exterior de acceso por la calle Mayor, actual entrada principal de la
Encomienda. En él, se asentarán las nuevas comunicaciones verticales de la edificación existente que cumplen
con las normas de accesibilidad actuales.

Con el objetivo de fomentar la conexión del espacio urbano a los jardines interiores de la manzana, se
genera una calle transición, que dota a Caravaca de un espacio público intergeneracional y divide la edi-
ficación en dos partes: una, destinada a las actividades para el desarrollo de las capacidades cognitivas;
y la otra, enfocada a las actividades físicas que ayuden al desarrollo de la capacidad motriz, pudiendo
funcionar ambas de forma independiente. Para la elaboración de la nueva obra que revalorice la existente,
se parte del módulo base procedente de la edificación actual. En planta se resalta la importancia de los
jardines adaptando el volumen para potenciar su visual y ocultar las traseras de los edificios de Gran Vía.
Y en sección, se fusiona la composición formal de los dos ámbitos que rodean el emplazamiento, casco
histórico y ensanche, generando una cubierta integrada con ambos entornos.

El resultado muestra una nueva obra compuesta por dos bloques, que albergarán distintos usos, unidos por un
gran espacio público, que genera una transición entre el entorno artificial y el natural, el histórico y el actual,
integrándose y potenciando sus virtudes (Fig. 3).

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VIVIFICAR LA VEJEZ. CENTRO DE ENVEJECIMIENTO ACTIVO “PALACIO DE LA ENCOMIENDA” (CARAVACA DE LA CRUZ)

Figura 3. Axonometría descriptiva de la nueva propuesta en relación con los jardines existentes y las edificaciones de su
entorno.

2.3. Estructura y programa


En planta baja se llevan a cabo los servicios que facilitan las relaciones sociales e intergeneracionales de los
usuarios, entre ellos un espacio museo y expositivo situado en la bodega de la Encomienda, donde se puedan
desarrollar actividades culturales de interés general, una zona de exposición exterior situada en el antiguo
patio, conservando el pavimento empedrado y el recorrido de la acequia existente, y un restaurante para re-
cuperar el uso tradicional hostelero que poco a poco se está perdiendo en la zona del casco antiguo. Servicios
que ayudan a establecer relaciones entre los usuarios, turistas y caravaqueños.

En planta primera, se persigue una atmósfera que recree un adecuado ambiente de trabajo y espacios cuya
armonía ayuden a la concentración y productividad. Se trata de las estancias, donde el programa realiza ac-
tividades de mayor duración, más sedentarias. Destacando dos usos generales que son las estancias para el
desarrollo de las capacidades cognitivas y físicas, mediante una banda de servicios y espacios multiusos, cuyo
sistema de carpintería permite una reorganización del espacio para la ejecución de diversas actividades, tanto
en estancias interiores como exteriores.

En la planta segunda, la distribución va acorde al movimiento de las cubiertas y lucernarios. Las bandas de
servidor y servido se organizan paralelamente de este a oeste. En esta planta se establecerán los programas
cuya actividad requiera mayor concentración y entornos más íntimos. Estas actividades, de concentración y
desconexión, son favorecidas gracias a la iluminación tenue de los lucernarios, que captan la luz indirecta-
mente (Figs. 4 y 5).

Figura 4. Sección longitudinal por la bodega que conecta el Palacio con la nueva propuesta.

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Figura 5. Distribución planta baja, que muestra la relación de la nueva obra con el acceso a los jardines y con el Palacio de
la Encomienda, mediante las bodegas y la conservación de pavimentos.

2.4. Entidad
La elección del ladrillo como material principal de la obra no es una elección casual. La importancia de con-
seguir con este proyecto transformar la imagen social negativa que existe sobre las personas de avanzada edad
para poder ayudar a mejorar su situación actual y futura, conlleva a la elección de este material como el más
adecuado para la representación simbólica del cambio que se persigue. Hablamos de un material tradicional
que, adaptado a nuevos sistemas constructivos, puede conseguir proporcionar espacios muy enriquecidos e
integrados en las líneas de tendencia actual.

Se distinguen tres entidades clave que ayudan a comprender el funcionamiento del edificio: color, textura y
filtro (Fig. 6).

COLOR
El rojizo natural del ladrillo simboliza el movimiento, por lo que podemos observar una abundancia de color
en la planta baja, pues se trata del espacio destinado al intercambio social y al recorrido que nos abstrae del
espacio urbano al espacio natural. Un rojizo que contrasta con el verde de la vegetación.

En la cubierta también predomina el rojizo de la baldosa cerámica que cubre el juego de lucernarios y cubier-
tas inclinadas, obtenidos por la composición formal de su entorno, simbolizando el tránsito del casco antiguo
al ensanche. La cubierta resulta de un transcurso modelado que, mediante su integración formal, fusiona dos
ámbitos muy distintos.

En las estancias con actividades más estáticas se dota al material de un acabado blanco.

TEXTURA
El revestimiento se realiza con diferentes posiciones del ladrillo consiguiendo una gran variedad de tramas
que corresponden a un uso, estrato o relación interior-exterior, proporcionando una atmósfera enriquecida
y ordenada.

La gran parte del pavimento existente es conservado, tratándose de un pavimento muy variado formalmente,
característica que adoptará la nueva obra. Para potenciar la diferenciación de usos en cada estancia, el pavi-
mento será más o menos diverso acorde a las situaciones que se realizan en cada una. Siendo la planta baja la
que más variedad de tramas posee, acompañando a las situaciones de relación e intercambio entre los usuarios
e introduciéndolos gradualmente a entornos interiores y exteriores. En el desarrollo de actividades de larga

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VIVIFICAR LA VEJEZ. CENTRO DE ENVEJECIMIENTO ACTIVO “PALACIO DE LA ENCOMIENDA” (CARAVACA DE LA CRUZ)

estancia, el pavimento es neutral diferenciando solamente las áreas de servidor y servido. Evitando el movi-
miento y consiguiendo una sensación de calma y tranquilidad.

Figura 6. Imagen del nuevo acceso a los jardines.

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FILTRO
La diversidad de la colocación del ladrillo genera distintas celosías correspondientes a cada estrato. En la
base del edificio la celosía es muy permeable para facilitar las conexiones visuales y que la vegetación pueda
escalar por ella. La disposición de los paños establece diferentes recorridos, donde poder perderse en el labe-
rinto artificial antes de llegar al natural. En el siguiente estrato, donde se asientan las actividades del centro y
predominan los blancos, la celosía es semipermeable para reducir la conexión visual con el exterior y dar un
mayor tamiz de la luz conforme se distancia de la cota cero. Así, se convierte a los lucernarios en los elementos
principales para iluminar las estancias. Todo ello con el fin de ofrecer a los usuarios distintas atmósferas de
encuentro. Tratándose de lugares cambiantes que potencia su uso.

3. CONCLUSIÓN
El contexto en el que nos encontramos de la actual pandemia y la trágica experiencia que ha significado sobre
todo para el colectivo de las personas mayores, nos obliga a reflexionar sobre la arquitectura y redefinir nuevas
estrategias de diseño. En España según la ONU en 2050 una de cada tres personas será mayor de 65 años, es
decir el 38,9 % de la población total. Por ello debemos empezar a pensar ¿Cómo sería una ciudad que se adapte
a las nuevas necesidades de todos sus habitantes?

El objetivo que el TFG “Vivificar la vejez” busca, no es otro que dotar a Caravaca de un espacio capaz de va-
lorar su historia y enriquecer su futuro. Hacer que envejecer forme parte de un proceso que enriquezca a la
ciudad y a sus habitantes. Revalorando espacios arquitectónicos de gran interés para evitar su pérdida y reva-
lorando un aspecto específico de la vida humana, como es la vejez. Siendo un momento para pensar, proponer
y planificar nuevas formas de habitar y usar nuestro territorio, con las cuales enfrentar el gran desafío que este
repentino tiempo nos ha presentado.

4. BIBLIOGRAFÍA
SANTOS GARCÍA, B.; GRAN SABATEL, A.; MARÍN MUÑOZ, J. M. (2016). Anexo sobre memoria arqueológica, his-
tórica, arquitectónica y estructural de la edificación al plan especial de ordenación urbana del ámbito del antiguo Palacio
de la Encomienda, en Caravaca de la Cruz. Arquitania Bussines. San Javier. (Inédito)
POZO NAVARRO, J. (2014). Avance a la revisión del “Plan especial de reforma interior y protección del casco antiguo del
municipio de Caravaca de la Cruz” y del catálogo incluido en el mismo. Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz. (Inédito)
VV. AA. (2016). Proyecciones de Población 2016-2066. Instituto Nacional de Estadística, (Nota de prensa del 20 de octubre
de 2016).
VV. AA. (2011). Envejecimiento Activo. Libro Blanco. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Secretaría Gral. de
Política Social y Consumo. Instituto de Mayores y Servicios Sociales-IMSERSO. Madrid.
VV. AA. (2014). Análisis de encuesta sobre vivienda en personas mayores. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igual-
dad. Secretaría Gral. de Servicios Sociales e Igualdad. Ceapat-Imserso. Madrid.
FRANK, E. (2003). Vejez, arquitectura y sociedad. Edita Nobuko. Libronauta Argentina S. A.
MARTÍN RODRÍGUEZ, M. P. (2015). Proyecto “Diseño para todos, arquitectura y tercera Edad”. Beca Leonardo a Inves-
tigadores y Creadores Culturales. Fundación BBVA.

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LA ERMITA DE LOS ÁNGELES EN CARTAGENA.
PROPUESTA DE INTERVENCIÓN PARA SU
RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR

Bernal Abenza, Juan Antonio


Arquitecto Técnico e Ingeniero de Edificación

Resumen
La Ermita de los Ángeles se encuentra asentada en una meseta del Monte Miral, adyacente al Monasterio
de San Ginés de la Jara, situado en Cartagena. La construcción fue declarada Bien de Interés Cultural en el
año 1992, lo cual no ha garantizado su adecuada conservación, encontrándose en un avanzado estado de
deterioro. Este es el punto de partida para la elaboración del Trabajo Fin de Máster, el cual profundiza en
el conocimiento del eremitorio, tanto a nivel histórico como constructivo y sociológico, proporcionando
una información integral del mismo. Con todos estos datos se desarrolla una propuesta de intervención
objetiva, con criterios que respetan a la construcción primitiva y permiten poner en valor el monumento y
su entorno.

Palabras clave: Ermita, Monte Miral, San Ginés de la Jara, Cueva Victoria, romería.

Abstract
The Hermitage of los Ángeles is located on Monte Miral, adjacent to the Monastery of San Ginés de la Jara,
in Cartagena. Although the hermitage was declared Site of Cultural Interest in 1992, it has remained in an
advanced state of deterioration and the declaration has proven unsuccessful in ensuring its conservation. In
order to draw a better picture of the hermitage’s current state, these evidences were taken as the departure point
of my Master’s Final Project. As such, by pursuing new avenues of research from an historical, architectural and
sociological perspective, this work has provided new insights and comprehensive information about it. Building
on that, the aim of this paper is to develop an objective proposal of intervention by taking into consideration
the respect due to the original construction and the parameters that allow us to highlight the monument and its
environment.

Keywords: Hermitage, Monte Miral, San Ginés de la Jara, Cueva Victoria, pilgrimage.

1. INTRODUCCIÓN
Este artículo emana del Trabajo Fin de Máster presentando en el año 2019, denominado “Propuesta de inter-
vención de la Ermita de los Ángeles”, elaborado en el marco del Máster Universitario en Patrimonio Arquitec-
tónico de la Universidad Politécnica de Cartagena, y tutelado por los arquitectos D. Diego Ros McDonnell y
D. Enrique de Andrés Rodríguez.

A 15 km de Cartagena, en dirección a La Manga del Mar Menor y lindante al archiconocido Monasterio de


San Ginés de la Jara, emerge un enclave montañoso singular compuesto por una serie de construcciones en
avanzado estado de deterioro, que inicialmente se podrían asociar al pasado minero reciente de la zona. Sin
embargo, realizando una observación más detallada, nos desconcierta una inscripción en la fachada de una
de ellas donde se puede leer, en grandes letras negras, el anagrama ave mr (Ave María).

Esta fachada corresponde a la denominada popularmente Ermita de los Ángeles, ubicada en una planicie
intermedia del Monte Miral, también conocido como cerro de San Ginés, a consecuencia de su proximi-
dad al monasterio, laureado enclave de peregrinación durante la Edad Media en el Campo de Cartagena
(Fig. 1).

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Juan Antonio Bernal Abenza

Figura 1. Fotografía de la Ermita de los Ángeles con el Monasterio de San Ginés de la Jara al fondo (2013).

El eremitorio forma parte del conjunto de las llamadas “Ermitas del Monte Miral”, compuestas en su origen
por nueve construcciones, encontrándose en la actualidad todas en un estado de conservación ruinoso, ha-
biendo incluso desaparecido alguna de ellas.

La investigación realizada se descompone en dos partes claramente diferenciadas. La primera de ellas hace
referencia a la evolución histórica de la ermita y su entorno, a fin de obtener una idea global, recopilando todo
el material historiográfico encontrado referente a ella.

La segunda parte consiste en el análisis arquitectónico del monumento, partiendo del estudio geográfico de su
entorno para continuar con la realizando un levantamiento de planos, la descripción de su estado construc-
tivo y el estudio de las patologías existentes. Esta fase concluye con la realización de un análisis sociológico,
destacando la Romería de San Ginés de la Jara. Además, como elemento indivisible del conjunto, se incluye
un apartado con el estudio histórico-constructivo del resto de ermitas existentes en el Monte Miral, construc-
ciones a evaluar con mayor detalle en futuros trabajos.

El trabajo concluye con la aportación de una propuesta de intervención fundamentada en unos objetivos
esenciales como son la protección de los valores documentales, arquitectónicos y significativos del monumen-
to. Y junto con ellos se proponen unos criterios de intervención que respetan, conservan y ensalzan los valores
propios de la Ermita de los Ángeles y su entorno.

2. ANÁLISIS HISTÓRICO
Como todo monumento vinculado a la religiosidad y espiritualidad, los escritos referentes a la ermita están
dotados de cierto aire de misticismo y leyenda, por lo que hay ocasiones en las que no queda claro dónde
acaba la realidad y dónde empieza la ficción.

La documentación relativa a la ermita no es especialmente numerosa. Afortunadamente, la proximidad a


lugares catalogados como el Monasterio de San Ginés de la Jara y la Cueva Victoria ha facilitado la obtención
de datos reseñables y referenciados de la zona y su evolución. Esta información histórica corresponde al de-
sarrollo de los acontecimientos que han proporcionado la ubicación de la ermita, por lo que las menciones
obtenidas abarcan desde los primeros asentamientos de la Prehistoria en la Cueva Victoria, emplazada en la
ladera sur del Monte Miral, recorriendo las civilizaciones romana, visigoda y musulmana, hasta llegar a su
construcción, validada en escritos del siglo xvi.

Las primeras reseñas indican la existencia de una menesterosa edificación, la cual sería mejorada y ampliada
entre 1595 y 1598, años en los que también se refieren las crónicas al levantamiento del resto de las ermitas.
Este periodo coincide con la dirección del monasterio por la Orden de los Franciscanos, siendo la época de

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LA ERMITA DE LOS ÁNGELES EN CARTAGENA. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN PARA SU RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR

mayor esplendor del conjunto monacal, acompañado de un incremento de las peregrinaciones y la organi-
zación de romerías, como consecuencia de la concesión por parte del Papa Paulo III en 1541 de la liturgia y
culto a San Ginés, con celebración el 25 de agosto. Como colofón, el 4 de diciembre de 1599, fue concedido
por el papa Clemente VIII el jubileo perpetuo en favor de la ermita y oratorio de Santa María de los Ángeles.

Sin embargo, el voto de pobreza de los franciscanos provoca la devolución del cerro en 1725, quedando en
posesión del concejo de Cartagena, y pasando, ya en el siglo xix, a manos del Estado, iniciándose la explota-
ción de los yacimientos en el cabezo de San Ginés. Durante estos años se continúa con las labores mineras en
el paraje, existiendo diversos traspasos entre empresas del sector y acabando a finales del siglo xx en posesión
de una empresa de índole inmobiliario (Fig. 2).

Es en este último siglo donde se comprueba la inexistencia de mantenimiento y conservación del monumento,
encontrándose a principios del siglo XXI en un lamentable estado de ruina.

Figura 2. Fotografía de la Ermita de los Ángeles (1920). (Fuente: Archivo Municipal de Cartagena)

3. ANÁLISIS MATERIAL
Dado el estado en el que se encuentra la Ermita de los Ángeles, la información que nos aporta es insuficiente
para un conocimiento completo de sus particularidades, siendo necesaria la ejecución de estudios arqueoló-
gicos más pormenorizados.

Únicamente existen dos investigaciones anteriores, realizadas en los años 80 por Julio Más García y por el
Ayuntamiento de Cartagena, en las cuales, a pesar de encontrarse ya la ermita en un estado de conservación
penoso, se corrobora que parte de la información aportada por dichos estudios se encuentra en la actualidad
desaparecida, a causa de la continua degradación de la ermita y el expolio al que se ha visto afectada.

Los datos obtenidos referentes a materiales, técnicas constructivas y patologías se compilan en una serie de
fichas, clasificadas por tipologías constructivas, de los elementos que componen el edificio (Fig. 3).

Tanto para los paramentos de la ermita primitiva como para las ampliaciones posteriores la tipología cons-
tructiva utilizada siempre ha sido la misma, una mampostería ordinaria de diferentes tamaños aparejada con
ayuda de ripios y mezclada con argamasa de cal, la cual varía en características mecánicas y físicas según el
paramento en estudio. Estos paramentos están revestidos con enfoscados y enlucidos de cal.

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Juan Antonio Bernal Abenza

Esta solución en exteriores únicamente varía en la


fachada principal, una de las últimas ampliaciones,
realizada mediante muro de mampostería con verdu-
gadas de ladrillo macizo que se intercalan entre las
franjas revestidas. En esta fachada también encontra-
mos el uso del ladrillo sin revestir en los elementos
de mayor detalle constructivo, como recercados y
esquinas.

En el interior, los vestigios de los pocos tabiques divi-


sores y de la escalera de subida a la entreplanta de la
fachada principal revelan su realización con ladrillo
cerámico macizo, acabados con yeso pobre, el mis-
mo acabado usado en el interior de los cerramientos
exteriores.

Elementos como solados, carpinterías o cerrajerías se


encuentran totalmente desaparecidos o entre los res-
tos de los escombros, del mismo modo que casi la to-
talidad de las cubiertas y cubriciones, encontrándose
únicamente en pie la bóveda de cañón de la capilla,
realizada con mampostería, y la bóveda esquifada del
presbiterio, también realizada en mampostería, dobla-
da por una hilada de ladrillo cerámico. Como último
revestimiento de acabado de las cubiertas se utilizó
teja de medio cañón, como atestigua la documenta-
ción fotográfica investigada, quedando diversos frag-
Figura 3. Ejemplo de ficha técnica de un elemento constructivo. mentos de estos materiales entre los restos derruidos.

Junto con este estudio material se ha realizado un análisis estratigráfico, que pone de manifiesto una ermita
primitiva compuesta solo de la capilla, anexa a la cual se han ido ejecutando numerosas modificaciones y
ampliaciones, siendo todo ello evidente por las variaciones de los materiales y la existencia de juntas entre los
distintos volúmenes que componen la edificación.

Además, han sido referenciados los elementos artísticos existentes, exiguos frente a los mencionados en los
textos analizados. Sin embargo, todavía quedan restos de algunos de ellos, destacando las pinturas con motivos
vegetales en la cúpula del presbiterio y las pinturas monocromáticas en un lateral de la capilla.

Como documentos expositivos de toda esta investigación se han elaborado una serie de planos descriptivos
del estado actual de la ermita, grafiando las tipologías constructivas de los diversos elementos constructivos
frente a su situación original, así como sus patologías y la ubicación de los diversos elementos artísticos que
perduran (Fig. 4).

Para completar este apartado es inevitable realizar una breve reseña del resto de las ermitas que se encuentran
asentadas sobre el Monte Miral, como base para posteriores estudios más detallados.

A pesar de que los escritos hablan de un total de nueve ermitas vinculadas a distintas santidades, en estas
fechas, solo podemos constatar de manera fehaciente la existencia de seis de ellas, quedando los otros tres
oratorios en una ubicación incierta. Cada una de estas construcciones posee fachadas, plantas y distribuciones
distintas, coincidiendo únicamente en que todas ellas se encuentran en un estado de conservación calamitoso,
con riesgo de desaparición en caso de no proceder con urgencia a unas labores mínimas de consolidación y
conservación (Fig. 5).

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LA ERMITA DE LOS ÁNGELES EN CARTAGENA. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN PARA SU RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR

Figura 4. Ejemplos de planos del trabajo.

Figura 5. Una de las ermitas del Monte Miral (2015) con boceto de la fachada según los restos existentes.

4. ANÁLISIS SOCIOLÓGICO
Los aspectos a tratar en este capítulo engloban las relaciones entre el monumento y la sociedad, así como su
relación social a través de los vínculos jurídicos.

Ya en el análisis histórico se evidencia, desde tiempos inmemoriales, una estrecha relación entre la ermita y
su entorno con el ente social. Su proximidad al ecosistema del Mar Menor y su situación estratégica han pro-
porcionado el asentamiento de varias poblaciones cercanas a lo largo de los tiempos, constatando un tránsito
continuo por la zona.

Como evento destacable de esta reciprocidad social se encuentra la laureada Romería de San Ginés de la
Jara, ya documentada en la Edad Media, la cual ha sufrido diversos altibajos y parones a lo largo de estos
siglos pero que perdura, poseyendo en la actualidad una segunda juventud con el incremento de romeros
cada año.

Desde el punto de vista jurídico cabe mencionar la condición de la ermita como elemento protegido dentro
del catálogo y la carta arqueológica del Plan General Municipal del Excmo. Ayuntamiento de Cartagena.
Además, esta búsqueda de la protección del conjunto queda reforzada con la declaración en el año 1992 del
Monasterio de San Ginés y tres de las ermitas del Monte Miral como Bien de Interés Cultural, con categoría
de Monumento.

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 555


Juan Antonio Bernal Abenza

5. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN
Una vez asentado el conocimiento sobre la ermita y su entorno es viable el planteamiento de una propuesta de
intervención que respete su valor documental, arquitectónico, histórico, social y cultural. Todo ello acompa-
ñado de unos criterios y metodología de actuación, que en este caso, además, contribuyan a la conservación
de la simbiosis con el paisaje.

Punto clave para el desarrollo de este apartado es la definición de las expectativas de uso del monumento.
Como primera valoración, dado el carácter religioso del edificio, es inevitable plantear su utilización para
eventos eclesiásticos, aunque no de manera periódica, dada la modestia de los accesos, pero sí en fechas
señaladas del calendario cristiano y durante la Romería de San Ginés. También, dentro del ámbito católico,
se encuentra la posibilidad de su uso primitivo, como eremitorio o lugar para la realización de retiros espiri-
tuales, distribuyendo las diferentes estancias entre zona de hospedería y salas para los ejercicios espirituales.

Otros usos plausibles son, ya fuera del contexto religioso, su adecuación como instalaciones para exposicio-
nes, musealización o astroturismo para los aficionados a la astronomía.

La propuesta de intervención evaluada consiste en la recuperación de la Ermita de los Ángeles a un estado


análogo al que poseía en el periodo más antiguo del que se dispone documentación fotográfica, a principios
del siglo xx. Este supuesto proyecta la delimitación de los volúmenes exteriores del edificio dejando listo el
interior para adecuar a alguna de las actividades descritas. Previamente, son necesarias unas actuaciones de
apuntalamiento y consolidación de los elementos existentes, situación a partir de la cual poder realizar los
trabajos de desescombrado y los estudios arqueológicos necesarios para concretar las actuaciones a realizar y
recuperar el valor de la ermita (Figs. 6 y 7).

Sin embargo, donde realmente se concibe el mayor potencial del edificio es aunándolo al resto de oratorios y
creando la “Ruta de las Ermitas del Monte Miral”, implantando una actividad de cultura y ocio en la naturaleza
totalmente beneficioso para la sociedad. Esto conlleva, entre otras actuaciones, la conservación y restauración
de las edificaciones, la adecuación de senderos, la creación de miradores y la colocación de cartelería explica-
tiva, constituyendo, por ejemplo, una fundación como entidad gestora del conjunto (Fig. 8).

Figura 6. Imágenes fotorrealistas de las fachadas de la ermita.

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LA ERMITA DE LOS ÁNGELES EN CARTAGENA. PROPUESTA DE INTERVENCIÓN PARA SU RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR

Figura 7. Imagen fotorrealista de una sección de la propuesta de intervención de la ermita.

Figura 8. Imagen fotorrealista de la ermita y su entorno.

6. CONCLUSIONES
La investigación realizada sobre la Ermita de los Ángeles, en Cartagena, y su entorno ha requerido de la bús-
queda, recopilación, ordenación y estudio de todas las fuentes documentales existentes, además del estudio
de la información proporcionada por el monumento en la actualidad. A pesar de ello, siguen siendo insufi-
cientes los datos recabados y ante estas circunstancias, para una mejor comprensión del conjunto, se propone
la participación de otras disciplinas, particularmente arqueólogos, con el fin de esclarecer las incertidumbres
existentes de cuerpos perdidos o materiales utilizados en distintas fases de su ejecución.

El estudio elaborado muestra, desgraciadamente, el alto grado de deterioro del eremitorio, prácticamente en
ruina, como consecuencia de la total ausencia de mantenimiento y conservación de la construcción en el últi-
mo siglo. Esta circunstancia manifiesta que la sola declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) no es garantía
para la supervivencia del monumento, siendo necesario articular nueva legislación para corregir esta realidad.

Todo el análisis llevado a cabo sobre los materiales y sistemas constructivos empleados, sumado a la des-
cripción de las patologías existentes, la documentación gráfica elaborada y la propuesta de intervención,
ofrecen una información global de la ermita. Este conocimiento del estado actual de la edificación supone

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 557


Juan Antonio Bernal Abenza

una base de partida, quizá la mejor hasta el momento, para cualquier intervención posterior a realizar sobre
esta edificación.

Finalmente, destacar que la propuesta de intervención planteada no se reduce únicamente a la edificación


analizada, la Ermita de los Ángeles, sino que comprende también a su entorno, aunando la trinidad compues-
ta por el Monte Miral, Ermitas y Monasterio de San Ginés de la Jara, la cual posee un potencial extraordinario,
y conforma un ámbito de gran belleza natural y arquitectónica asentado en el Monte Miral.

7. BIBLIOGRAFÍA
CASCALES, F. (1621). Discursos históricos de la muy noble y muy leal ciudad de Murcia y su Reino, Capítulos VII y VIII.
Academia Alfonso X El Sabio. Murcia.
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rios Murcianos. Asociación Patrimonio Siglo xix, 22. Campobell, S. L., Murcia.
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nes e Intercambio Científico. Murcia.

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LA CASA SOLARIEGA PÉREZ DE LOS COBOS EN
JUMILLA. ANÁLISIS HISTÓRICO, CONSTRUCTIVO
Y DE PATOLOGÍAS

Ruiz Marco, José Antonio


Ingeniero de Edificación

Resumen
La Casa Solariega Pérez de Los Cobos es un edificio singular construido a mediados del siglo xvi en el
casco histórico de la ciudad de Jumilla, que fue declarada en el año 1998 como Bien de Interés Cultural
con categoría de Monumento. El objetivo principal de este TFG ha sido analizar su historia, su sistema
constructivo y además su influencia en la sociedad, así como las patologías que presenta y plantear una
posible rehabilitación integral. El deterioro que presentaba la llevó a formar parte de la Lista Roja de Pa-
trimonio de la Asociación Hispania Nostra en el año 2015. Por este motivo hubo que analizar el estado
real de conservación de sus materiales y sistemas constructivos, y plantear las intervenciones que podrían
llevarse a cabo para, desde el respeto al valor patrimonial del inmueble, conseguir la mejor rehabilitación
posible. El resultado de este TFG, el planteamiento y metodología desarrollados en él, contribuye al mejor
conocimiento de este tipo de inmuebles tan especiales, para afrontar con garantía intervenciones en edifi-
caciones similares.

Palabras clave: Pérez de los Cobos, patologías, intervención, rehabilitación, Jumilla, TFG.

Abstract
The ancient and noble Pérez de Los Cobos House is a unique building built in the middle of the 16th century in
the historic center of the city of Jumilla. It was declared in 1998 as a Monument of Cultural Interest. The main
objective of this end of degree project is to analyze the history of the above-mentioned building, along with its
construction system, influence upon society and the pathologies it presents so as to propose a complete feasible
restoration. The signs of deterioration shown in the building resulted in its inclusion on the Heritage Red List of
the Hispania Nostra Association in 2015. Thus, it is necessary to analyze the current state of conservation of its
materials and construction systems in order to suggest which series of measures could be taken to undergo the
complete restoration of the building out of respect for its patrimonial value. The findings of this end of degree proj-
ect as well as the approach and methodology employed to carry it out promote a greater knowledge of this kind of
special buildings to ensure successful interventions in similar buildings in the future.

Keywords: Pérez de los Cobos, pathologies, measures, restoration, Jumilla, Final Degree Project.

1. INTRODUCCIÓN
Con motivo de la celebración de esta nueva edición de las Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de
Murcia, se me presenta en las páginas siguientes, la oportunidad de desarrollar brevemente mi Trabajo Fin
de Grado (en adelante TFG), con el que finalicé mis estudios de Ingeniería de Edificación en la Universidad
Politécnica de Cartagena (en adelante UPCT). Este TFG fue defendido en octubre de 2019 y calificado con
Matrícula de Honor. Se trata de un trabajo de investigación expresamente de mi elección, tanto en la elección
de la construcción objeto del estudio integral como en los objetivos del mismo. La decisión de realizar el TFG
sobre la Casa Solariega Pérez de los Cobos es fruto de varios factores, aunque destacaría dos: a) el interés por
descubrir la historia que atesoran edificios singulares a través del tiempo y el sistema constructivo que los ha
llevado a perdurar durante tantos siglos, y b) el descubrimiento de un fuerte interés por el Patrimonio Cultu-
ral revelado durante mi periodo de prácticas con el arquitecto D. Plácido Cañadas Jiménez. El interés por todo
lo que significa el patrimonio ha supuesto también el empuje, tanto en el ámbito académico como profesional,

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 559


José Antonio Ruiz Marco

hacia el estudio, conocimiento y difusión de nuestro rico Patrimonio Cultural y la necesidad de la correcta
conservación y uso respetuoso con todos los valores que atesora.

A través de este documento se relata una aproximación al marco que encuadra el edificio en su enclave físico e
histórico, además de estudiar el inmueble a través de su morfología y estilo arquitectónico (Fig. 1).

Tras este análisis podremos comprender las numero-


sas patologías encontradas y así poder realizar un es-
tudio sobre una posible intervención. Con este TFG
lo que se pretende es una revalorización de un edifi-
cio que se encontraba en la llamada Lista Roja de Pa-
trimonio hasta hace relativamente poco tiempo y que
forma parte de ese conjunto de edificios imprescindi-
bles para ejemplificar el desarrollo de una población
como la de Jumilla, que ha sido obviado en la trama
urbana a pesar de su relevancia y magnitud.

Este TFG fue realizado durante el año 2019, estando


el inmueble en propiedad del Ayuntamiento de Ju-
milla, el cual me permitió el acceso al inmueble que
se encontraba desescombrado y apuntalado desde
la última intervención realizada en el año 2016 para
evitar las numerosas entradas de agua a través de la
cubierta.

Figura 1. Portada del TFG.

2. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA PARA EL DESARROLLO DEL TFG


El principal objetivo del TFG ha sido realizar un exhaustivo análisis histórico, constructivo y sociocultural de
la Casa Solariega Pérez de los Cobos, así como del estado real de conservación material y constructivo, con
el fin último de plantear, teniendo muy en cuenta todos sus valores patrimoniales, su posible rehabilitación
integral.

El estado general de abandono en el que se encontraba y las importantes patologías que presentaba la cons-
trucción, obligaban a analizar en profundidad el estado real de conservación de los diferentes materiales (ori-
ginales o propios de intervenciones de reparaciones puntuales) y sistemas constructivos que lo componían.
Solo este conocimiento permite plantear qué intervenciones podrían llevarse a cabo para, desde el respeto
a todos los valores que atesora un Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento, como este, poder
conseguir la mejor rehabilitación integral posible.

Hay que insistir en que toda propuesta de intervención de un inmueble histórico protegido debe basarse en
el conocimiento; por tanto, para este TFG se ha realizado un exhaustivo estudio del edificio, donde el análisis
de los materiales y sistemas constructivos originales, así como la evolución que han tenido y su estado de con-
servación, ha sido parte fundamental para entender las características estructurales, formales, compositivas y
sociales, en este caso, de un inmueble del siglo xvi.

Se ha documentado (con una memoria descriptiva, diferentes fichas y planimetría específica), los deterioros
que presentaba la construcción y se ha valorado el estado real de conservación. Se ha desarrollado una meto-
dología de análisis y conocimiento y se han definido unos criterios específicos de intervención (tratamientos

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LA CASA SOLARIEGA PÉREZ DE LOS COBOS EN JUMILLA. ANÁLISIS HISTÓRICO, CONSTRUCTIVO Y DE PATOLOGÍAS

de limpieza, antihumedad, de protección, consolidación…) basados en el conocimiento, respeto al elemento


patrimonial, normativa vigente (con especial atención a la Ley 4/2007 de Patrimonio Cultural de la Región
de Murcia) y las cartas y recomendaciones internacionales sobre intervención en el patrimonio cultural. El
estudio histórico del inmueble y su análisis constructivo permite entender su evolución constructiva y mate-
rial, pudiendo plantear una rehabilitación integral que permita una puesta en servicio respetuosa con todos
los valores que atesora el edificio. Todos los análisis se complementan con planos y detalles constructivos que
explican las características formales, pero también socioculturales.

3. ANÁLISIS HISTÓRICO DE LA CASA SOLARIEGA PÉREZ DE LOS COBOS


Cuando Jumilla pasó a formar parte de la Corona de Aragón en 1288, pasó a ser una ciudad fronteriza entre
Castilla y Aragón. Aragón nombra señor a Pedro Maza de Lizana, el cual tenía un carácter rígido y estricto
que a la población de Jumilla aterrorizaba y asustaba. Ante tal situación la población de Jumilla pide auxilio
al rey de Castilla. El rey de Castilla, Pedro I, nombra a su hermanastro el infante D. Fabrique la conquista de
la fortaleza. El infante acompañado de ochenta caballeros se establece allí. Uno de los ochenta caballeros que
se asentaron en la villa fue D. Alonso Pérez de los Cobos, alias “El Rico”, caballero de la Espuela Dorada y que
fue nombrado alcaide del castillo. Es el tronco común de la genealogía.

La Casa de Pérez de los Cobos, conocida por otros como “Solar de los Cutillas”, y creída por terceros perte-
neciente al linaje de los Espinosa, nos demuestra ya en su propia denominación la gran historia que atesora.
Desde su origen ha sido una morada que ha estado llena de vida, ya que en toda su historia ha estado ocupada
por familias muy numerosas e importantes que con el paso del tiempo fue motivo de disputas (Fig. 2).

Figura 2. A la izquierda, escudo de armas de la familia Pérez de los Cobos. A la derecha, escudo de la familia De Cutillas y Torres.

De la importancia de la edificación a derivado el nombre de la propia calle, la calle de “El Rico”. Su propio
origen data de la evolución de la villa de Jumilla. Es ya en el año 1672 cuando aparece en documentos públicos
esta calle con este nombre. La razón de la denominación así de la calle es que en el siglo xvi, y durante un buen
número de años, un “cavallero” al que se le conocía por el apodo de “El Rico”, y de nombre D. Francisco Pérez
de los Cobos, vivió junto a su familia en este edificio. También cabe mencionar que en esta época la edifica-
ción no es la que nos ha llegado a nuestras manos, sino una casa de menores dimensiones y que no contaba
con el escudo de armas de Pérez de los Cobos en su fachada. Será con el paso de los años cuando se eleve esta
construcción a la categoría de “Casona Hidalga”.

En 1997 y dada la importancia de esta edificación histórica en la trama urbana de Jumilla, se inicia el proceso
de incoación para declarar a la Casa Solariega de Pérez de los Cobos como Bien de Interés Cultural. Y un año
después, en 1998, se la declara BIC de categoría de Monumento (BORM n. 280, de 3 de enero de 1998).

Actualmente el inmueble es propiedad del Ayuntamiento de Jumilla, de ahí que se haya podido visitar y cons-
tatar el mal estado de conservación de la edificación, que se encontraba desde el año 2015 en la Lista Roja de
Patrimonio de la asociación Hispania Nostra. Es el año 2017 cuando el Ayuntamiento de Jumilla destina una

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 561


José Antonio Ruiz Marco

partida presupuestaria por valor de 90.600 euros para que se acometan las obras de urgencia. El proyecto,
redactado por el arquitecto jumillano D. Plácido Cañadas Jiménez, incluía actuaciones de apeos, limpieza,
desescombro y reposición puntual de la cubierta.

En el mes de marzo del año 2019, la comisión del 1,5 % Cultural del Ministerio de Fomento (actual Minis-
terio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana), destina una partida presupuestaria a la ejecución de la
restauración de la Casa Solariega Pérez de los Cobos para la creación de un Centro Sociocultural y Legado
Musical de Jumilla; aportando este Ministerio el 69 % del presupuesto total de la actuación, que asciende a
1.325.736 euros.

El proyecto de restauración integral redactado por los arquitectos D. Juan de Dios de la Hoz Martínez y D. Plá-
cido Cañadas Jiménez está previsto que se comience a ejecutar en junio de 2020, al encontrarse ya adjudicado,
por parte del Ayuntamiento, tanto la dirección técnica de las obras como la empresa constructora encargada
de su realización (la empresa Lorquimur S. L., con clasificación K-7 y sede en Lorca).

4. MEMORIA DESCRIPTIVA Y CONSTRUCTIVA


El inmueble se compone de planta semisótano con una galería subterránea y tres plantas sobre rasante, con
un total de 892,75 m2 construidos. La planta semisótano tenía la función en origen de almacén o despensa.
Tanto es así que todavía se encuentran algunas de las antiguas tinajas de cerámica que seguramente servían
para almacenar el vino o el aceite, que se elaboraba en dependencias junto al patio donde además contaba
con una bodega con prensa incluida. La galería subterránea, a la que se accede desde la planta semisóta-
no, consta de un brazo principal del que se abren espacios laterales formados en su entrada por bóvedas
apuntadas, semejantes a una bóveda de cañón de arco gótico y que se rigidiza mediante arcos formeros que
sobresalen unos 15 cm de la superficie del paramento con unas aristas muy bien terminadas para así formar
una cúpula nervada, reforzando toda la galería. En los nichos laterales, se introducen tinajas semienterradas
de barro cocido con una boca de unos 60 cm y un ancho de 1,25 m en su parte más ancha, con una altura de
1,45 m y una capacidad estimada de unas 16 arrobas, es decir, unos 2.560 litros (una arroba equivale a unos
160 litros).

La planta del recinto excavado recuerda a la cabecera o ábside de la parroquia mayor de Santiago, en Ju-
milla, ya que los nichos laterales forman una estancia trilobulada revestida de mortero de cal en la que se
colocan tres vasijas, que están excavados alternativamente de forma natural. En las figuras 3 y 4 podemos
apreciar algunas de las tinajas que aún se conservan en buen estado en los nichos de la galería subterránea
de la edificación.

La planta baja de la Casa Solariega era el lugar donde se desarrollaba toda la actividad diaria. En ella encon-
tramos un gran número de estancias, cada una con su función, estética y dimensiones. En la figura 5 pode-
mos observar la llamada sala de las columnas, una sala muy peculiar que sirve para comunicar el porche con
la antesala de las cuadras. Se accede mediante una puerta coronada por un arco de medio punto situado en
el centro de la sala, a ambos lados se encuentran las columnas de arenisca colocadas sobre un muro de unos
30 cm de espesor biselado en su parte superior formando una moldura. A ambos lados y simétricos al arco
anterior se encuentran dos arcos más pequeños que comparten columna con el arco anterior en el centro y
con media columna idéntica a ambos lados contra los paramentos laterales. Esta sala también destaca por su
colorido y bien conservado papel pintado, que decora las paredes.

Lo que más destaca de la fachada principal es su portada renacentista (Fig. 6), que da acceso a la planta baja
y sus rejas elaboradas en forja. La portada está formada, en sus jambas, por sillares superpuestos, en concreto
cinco a cada lado, que continúan con unas columnas sobresalientes, dos a cada lado de la fachada con base y
capitel, y el frente estriado sobre el que se coloca un dintel plano con cinco dovelas almohadilladas. Sobre este
dintel se coloca un friso dividido en seis metopas guardando simetría desde el eje de la portada para terminar
coronando la portada con un frontis triangular abierto con el escudo de armas de la familia Pérez de los Co-
bos, el cual está formado por dos leones rampantes a ambos lados y su escudo coronado por el yelmo. Todo
el conjunto se remata con un guardapolvo labrado en piedra de sillar y que tiene la finalidad de resguardar el
escudo.

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LA CASA SOLARIEGA PÉREZ DE LOS COBOS EN JUMILLA. ANÁLISIS HISTÓRICO, CONSTRUCTIVO Y DE PATOLOGÍAS

Figura 3. Nicho de tinaja con arco apuntado. Figura 4. Nicho de tinaja de planta semicircular.

Figura 5. Sala de las columnas. Figura 6. Portada renacentista.

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José Antonio Ruiz Marco

Las rejas situadas en la fachada principal son las más trabajadas que hay en la casa, ya que es una rejería de
forja muy robusta. Las barras horizontales tienen un ojal el cual permite que las verticales las atraviesen y
formen un conjunto rígido. En el tercio central, las barras horizontales dejan de existir para dejar paso a un
dibujo repetitivo de cruces curvilíneas unidas por pasadores y remaches de forja, que se ocultan mediante
embellecedores en cada cruce. Estas rejas sobresalen unos 30 cm de la fachada y están ancladas en todo su
perímetro al muro, además están rematadas en su parte superior con el escudo de armas de la familia Cuti-
llas. Este escudo está formado por dos leones rampantes, uno a cada lado, y en su centro un castillo coronado
con un yelmo con vista hacia la izquierda y penacho de plumas. La reja posee un guardapolvo a juego con el
remate de la portada, pero realizado en madera, que cubre todo el ancho de la reja y que se recubre con una
chapa de 2 mm de zinc para evitar que se deteriore la madera.

La planta primera está destinada, en su mayoría, a estancias que sirven como dormitorio y una sala rectangu-
lar de grandes dimensiones que posiblemente estaría destinada a la celebración de grandes banquetes o fiestas.
Tiene una superficie construida de 325 m2 y se ha utilizado una calidad de construcción inferior a la utilizada
en planta baja.

La última planta es la buhardilla. Esta planta era la más afectada hasta que se llevaron a cabo las medidas de
urgencia destinadas a la reposición puntual de las partes de cubierta que habían colapsado y que permitían la
entrada del agua de lluvia. Es la que menor superficie tiene de todo el inmueble, con unos 142 m2 de superficie
y destinada en su totalidad al almacenaje de alimentos no perecederos y cría de animales.

5. ESTADO DE CONSERVACIÓN. ANÁLISIS DE PATOLOGÍAS


Un apartado importante del TFG es el análisis del estado general de conservación de la Casa Solariega Pérez
de los Cobos para poder determinar su posible rehabilitación integral y su viabilidad. Este estudio es abor-
dado desde dos puntos de vista. Realizando primeramente un análisis de todas las patologías y deterioros
presentes en los distintos materiales y elementos constructivos presentes en el edificio. La segunda fase se
basará en la redacción de unas fichas de patologías donde se describa, de manera más precisa y detallada,
los deterioros y lesiones detectadas, así como los lugares concretos donde las encontramos. El resultado y
las conclusiones de ambas partes del análisis son fundamentales para determinar, al menos a nivel teórico,
los procesos de envejecimiento y deterioro de los materiales y las posibles causas de las lesiones. Con este
amplio conocimiento sobre las patologías detectadas será posible plantear procesos de limpieza, determi-
nar qué elementos se pueden recuperar y cuáles deben ser cambiados por el alto grado de deterioro, qué
tratamientos de consolidación, reintegración y protección pueden ser los apropiados para su rehabilitación,
etc. Debido a la antigüedad de la construcción, los materiales que componen la Casa Solariega Pérez de los
Cobos, presentan una gran cantidad de patologías, sobre todo de humedades en sus fachadas, procesos como
arenización o alveolización en los elementos de arenisca y distintos deterioros por ataques de xilófagos a los
elementos de madera.

Una vez realizado el estudio del edificio se optó por profundizar y detallar más las lesiones presentes en el
inmueble, para lograr centrar el análisis en los deterioros más importantes. Hay que tener en cuenta que,
desde su construcción, el inmueble ha sido sometido a distintas modificaciones y ampliaciones, con lo que
una parte importante de los materiales han sido sustituidos. Por este motivo, en el transcurso del TFG se
optó por clasificar y documentar patologías en función del material principal que compone el elemento es-
tudiado y su ubicación. El resultado de este análisis fue la realización de un total de 46 fichas de patologías
(Fig. 7), en las que se describen los deterioros de elementos estructurales, elementos de madera, (biodete-
rioro, ataque de xilófagos, pudrición…), las distintas humedades presentes (por ascensión capilar, por sal-
picaduras, filtraciones, escorrentías), procesos de arenización y alveolización de sillares pétreos y una gran
cantidad de fisuras y grietas presentes en los distintos elementos.

Por último, todo este análisis de deterioros por zonas y elementos se complementa con una planimetría com-
puesta por 20 planos con los que se describe gráficamente la totalidad del inmueble (alzados. plantas, detalles
constructivos...) así como su estado de conservación (con los diferentes planos de identificación de patolo-
gías) (Fig. 8).

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LA CASA SOLARIEGA PÉREZ DE LOS COBOS EN JUMILLA. ANÁLISIS HISTÓRICO, CONSTRUCTIVO Y DE PATOLOGÍAS

Figura 8. Ejemplo de uno de los planos de patologías incluido en


el TFG. En este caso, plano de fachada principal de la Casa Pérez
de los Cobos con identificación y ubicación de los deterioros.

Figura 7. Ejemplo de ficha de patologías.

6. CONCLUSIONES
Este TFG se ha centrado en el análisis historico-constructivo y de las patologías presentes en la Casa Solariega
Pérez de los Cobos con el objetivo de proponer una rehabilitación integral que sirva para recuperar esta con-
strucción. Se trata de un inmueble muy singular del patrimonio arquitectónico y cultural de Jumilla y que está
declarado, desde enero de 1998, como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.

Una vez realizado el estudio histórico-constructivo, sociocultural y el análisis de las diferentes patologías pre-
sentes en la construcción (identificadas y analizadas según materiales y sistemas constructivos), y teniendo en
cuenta el estado casi ruinoso en el que se encontraba el inmueble en el momento de la realización del TFG, se
llegó a la conclusión de que la sociedad no le confería el valor patrimonial y cultural que se merecía y del que
además legalmente dispone. Por ello, se tornaba indispensable conseguir una rehabilitación integral (la cual
afortunadamente ha comenzado este presente año 2020), para logar una correcta puesta en valor del monu-
mento y que la sociedad vuelva a hacer uso de él (con un uso respetuoso y acorde a sus valores patrimoniales);
sacándolo así del abandono en el que se encontraba.

Se trata de un trabajo muy amplio y complejo, en el que se ha llevado a cabo un extenso trabajo de investiga-
ción, documentación y análisis arquitectónico y sociocultural para poder fundamentar cada una de las deci-
siones técnicas propuestas para su rehabilitación integral. El TFG ayuda a entender los sistemas constructivos,
formales y sociales de este tipo de inmuebles históricos del siglo xvi, y de los posibles métodos de restauración
o rehabilitación integral aplicables, desarrollando una metodología de análisis y unos criterios básicos de
intervención, fácilmente extrapolables a edificios similares. Esto permite afrontar, con las mayores garantías
posibles, su conservación, rehabilitación y posible adaptación a un nuevo uso, respetando siempre los valores
patrimoniales que atesora.

Finalmente, con la elaboración de este trabajo y su inclusión en abierto en el repositorio de TFG de la UPCT,
espero haber contribuido al mejor conocimiento de un edificio histórico y patrimonial tan importante como

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José Antonio Ruiz Marco

es la Casa Solariega Pérez de los Cobos, ofreciendo su metodología de trabajo y su contenido como una herra-
mienta útil, eficaz y disponible para facilitar la correcta toma de decisiones en la futura recuperación de este
monumento, tanto para Jumilla como para la Región de Murcia.

7. BIBLIOGRAFÍA
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REHABILITACIÓN DE LA “CASA DE LA VIRGEN”,
EN CARAVACA DE LA CRUZ, COMO CENTRO PARA
LA INVESTIGACIÓN Y LAS ARTES

Sandoval Gómez, Francisco


Arquitecto

Resumen
La casa edificada por don Andrés de Quesada, popularmente conocida como “Casa de la Virgen”, destaca
como uno de los edificios más importantes y singulares de la arquitectura Barroca de carácter civil en Ca-
ravaca. En su fachada una hornacina con la imagen de Nuestra Señora de las Angustias o de las Conquistas
se mostraba hacia el Camino Real de Granada. Su interior retiene una espacialidad característica y un valor
etnológico únicos en la ciudad. En la actualidad, esta casa se halla en una frontera temporal y morfológica,
pues sus huertos mermaron para levantar en ellos la ciudad contemporánea. Su actual estado de abandono
pretende ser revertido con un proyecto de restauración que, además, edifique el solar anexo, de forma que se
puedan conciliar dos realidades enfrentadas, se dote de un nuevo uso y se respete la memoria.

Palabras clave: Barroco, arquitectura civil, Virgen de las Angustias, rehabilitación, Rococó, verdugado, valor
etnológico.

Abstract
The house built by don Andrés de Quesada, popularly known as “Casa de la Virgen”, stands out as one of
the most important and unique buildings in the civil and Baroque architecture of Caravaca. On its façade a
niche with the image of Nuestra Señora de las Angustias was shown towards the Royal Road of Granada. Its
interior retains a characteristic spatiality and an ethnological value unique in the city. Nowadays, this house
is on a temporal and morphological frontier, since its orchards were depleted in order to erect in them the
contemporary city. Its current state of abandonment is intended to be reversed with a restoration project that,
in addition, builds the annexed site, so that two conflicting realities can be reconciled, given a new use and the
memory respected.

Keywords: Baroque, civil architecture, Virgen de las Angustias, rehabilitation, Rococó, brick course, ethnological
value.

1. ANTECEDENTES
El crecimiento demográfico que experimenta Caravaca de la Cruz en el siglo xvi lleva asociado un desarrollo
urbanístico según los cuatro caminos históricos que parten de la puerta de entrada a la villa medieval: el de
Villanueva de los Infantes, el de Andalucía oriental, el de Murcia y el de Lorca. Este último será conocido como
Camino Real de Granada y se irá colmatando de edificaciones que en su flanco oriental se levantan sobre la
acequia que discurre paralela al mismo. De esta manera, surge el convento de San José (de monjas Carmelitas
Descalzas), la Casa de la Encomienda, el Palacete del Marqués de San Mamés y, por fin, la Casa de la Virgen
(también conocida como Casa de los condes de Santa Ana de Las Torres).

El edificio que hoy vemos (ubicado en la actual calle Rafael Tejeo n. 25), fue construido en la década de
1770 como resultado de la unión de dos inmuebles diferentes levantados en el siglo xvii. En 1616 la fami-
lia Martínez de Robles levanta el primero de ellos, “que tiene de fachada 10 varas y 16 de fondo”, datos que
se corresponden con lo observado hoy. En 1658 compran el edificio anexo, y 30 años después, en 1688,
la primogénita de los Robles-Moya contrae matrimonio con D. Francisco Marcos de Quesada, natural de
Baeza.

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Francisco Sandoval Gómez

El hijo nacido de este matrimonio establecerá vínculo con el linaje Fernández de Córdoba y fruto de este na-
cerá D. Andrés de Quesada Martínez de Robles Fernández de Córdoba y Ronquillo en la ciudad de Granada,
en una fecha que podemos estimar alrededor de 1725. D. Andrés vivió a caballo entre Granada y Caravaca,
se casó en 1750 y tuvo seis hijos. Fue entonces cuando, respaldado por su gran patrimonio, decidió acometer
una reforma integral de los dos inmuebles (Fig. 1).

Figura 1. Dibujo a mano alzada de la Casa de la Virgen.

2. LEVANTAMIENTO GRÁFICO DEL EDIFICIO Y METODOLOGÍA


Como paso previo al estudio arquitectónico y constructivo de la Casa de la Virgen (Casa de los condes de
Santa Ana de Las Torres) se realizó un levantamiento gráfico de la fachada mediante un escáner láser Leica
360BLK. A partir de seis estacionamientos en diferentes ángulos se obtuvo un archivo 3D de seis millones de
puntos que contenía tanto la fachada principal como el volumen definido por dicha fachada y la medianera.
El archivo fue procesado con el programa Rhinoceros 6, desde el cual se obtuvieron secciones en verdadera
magnitud y se delineó la fachada con una precisión de 2 milímetros y un alto nivel de detalle. Posteriormente,
se realizó el levantamiento del interior de la casa mediante el empleo de un distanciómetro láser, apoyado con
mediciones y comprobaciones manuales.

3. LA FACHADA. ANÁLISIS CONSTRUCTIVO


La fachada del edificio se conforma por dos planos que siguen las alineaciones de los inmuebles originales. Po-
see un zócalo pétreo de escasa altura, como la mayoría de las casas de la misma calle. El verdugado de ladrillo
rojo y los cajones de mampostería enlucidos constituyen una señal inequívoca del Barroco civil murciano, al
que se añade la característica v invertida en las llagas del aparejo, la cual genera un juego de luces y sombras.
Este es un recurso local que vemos en el cercano Palacete del Marqués de San Mamés y se ha repetido en otros
edificios de la época.

Sus constructores, conscientes de la escasa entidad del zócalo, y de la incidencia de las humedades por ascen-
sión capilar, no colocan el aparejo de ladrillo visto hasta una altura de metro y medio, aproximadamente, de
tal forma que existe un paño continuo de mampostería revestida entre el zócalo y el verdugado. De esta forma,
resultaba más sencillo renovar cada cierto tiempo dicho revestimiento cuando aparecía la humedad, que sus-
tituir una fábrica de ladrillo que quedaría disgregada por esta afección. Este paño se observa en otras fachadas
similares de la Región, como la Casa de Expósitos en la calle Santa Teresa de Murcia. No lo tuvieron en cuenta,
sin embargo, en el mencionado Palacete del Marqués de San Mamés, donde nada más terminar el zócalo de

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REHABILITACIÓN DE LA “CASA DE LA VIRGEN”, EN CARAVACA DE LA CRUZ, COMO CENTRO PARA LA INVESTIGACIÓN Y LAS ARTES

piedra arranca la fábrica de ladrillo, y por tanto esas primeras hiladas se encuentran muy disgregadas o han
sido sustituidas por “parches” de mortero de cal.

Otros elementos característicos de la fachada, que se repiten en algunas otras de Caravaca, son los arcos de
descarga sobre dinteles abocinados y las molduras bajo los balcones y en la cornisa adornadas con dentellados.
Dos grandes ventanales en planta baja se cierran con rejería Rococó, con motivos decorativos que aparecen en
otras viviendas de la misma época, lo que ha llevado a algunos historiadores a plantear que uno o unos pocos
herreros realizaron trabajos para varias casas en la segunda mitad del xviii, tanto en Caravaca como en Puebla
de Don Fadrique (Granada), donde encontramos diseños similares.

4. LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS


Sin duda, el elemento más característico de la fachada es el camarín de la Virgen de las Angustias. La talla
es una copia de la patrona de Granada, encargada por don Andrés de Quesada y cuyo autor desconocemos,
aunque sabemos que fue tasada en 640 reales. Tal y como se observa en la figura 2, el cuerpo de Cristo yace
con una marcada horizontalidad sobre el regazo de su Madre, mientras ella lo mira, desconsolada. Estos son
rasgos muy similares a los que encontramos en la talla homónima de la basílica de Nuestra Señora de las
Angustias de Granada. Por el contrario, la Virgen de las Angustias que se halla en el templo de El Salvador
de Caravaca, y que procesiona el Viernes Santo, nos muestra el cuerpo de Cristo en una composición dia-
gonal, de mayor ritmo, donde solo la cabeza apoya en el regazo de su Madre, y los brazos están extendidos,
sostenidos por ángeles. Además, la Virgen mira al cielo. Esta otra imagen que acabamos de describir tiene la
clara influencia de la escuela de Salzillo. Por lo tanto, la talla que se alza en el camarín de la Casa de la Virgen
constituye un ejemplo único en Caravaca de la iconografía granadina.

El camarín que contiene la imagen tiene el fondo


pintado de azul. En la actualidad lo ilumina por la
noche un foco situado en la fachada de enfrente, aun-
que todavía se conservan en la baranda los portavelas
de forja. Además, el camarín se cierra con un vidrio
único de muy reciente creación, pues antaño se com-
ponía de ocho vidrios debidamente emplomados y
tasados en 116 reales. Estos vidrios, junto con una
persiana que salvaba del duro poniente, se observan
en una foto de la década de 1970.

Bajo el camarín puede leerse la siguiente inscripción:


“Serán concedidos 80 días de indulgencia a los que re-
zaren una Salve delante de esta soberana imagen de
Nuestra Señora de las Angustias. 1773”. Así, es de su-
poner que en ese año ya estaba la casa terminada y la
imagen en su hornacina.

Figura 2. Camarín de la Virgen.

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Francisco Sandoval Gómez

5. LA CUESTIÓN URBANA
La ubicación del camarín en la fachada no es fruto del azar, sino que mira a lo que fue el Real Camino de
Granada. Este camino venía del occidente y llegaba a Caravaca por el Templete-Bañadero, un lugar de suma
importancia pues en él se realiza el Baño de la Cruz desde el siglo xiv. Desde ahí, continuaba por la actual calle
Corredera, un paseo que no fue urbanizado hasta el siglo xix. Finalmente, el camino encontraría la Casa de la
Virgen al hacer un quiebro para adentrarse en la ciudad consolidada. El frente de fachada que primero vería
el viajero es el lugar donde se encuentra la hornacina.

La Casa de la Virgen debió de ser durante algún tiempo la última de esta calle principal, pues la prolongación
de dicha calle, llamada hoy calle Santísimo, no se abrió hasta 1925 para conectar con una avenida de nueva
creación. Además, la única estructura que podíamos encontrar más allá de esta Casa era el molino de las
cruces, desde donde salía un ramal de la acequia madre hacia la calle Rafael Tejeo y calle Mayor. La primera
casa que recibía este ramal es la Casa de la Virgen, y esto queda constatado por el trazado que hace bajo ella,
entrando en codo a través de las bodegas.

6. EL INTERIOR: UNA ESPACIALIDAD ÚNICA EN CARAVACA


La vivienda se compone de tres crujías. En la de oriente se disponían las salas que miraban a los huertos, en la
de poniente las que miraban a la calle, y en la central, de un ancho algo menor, las escaleras y el patio.

El acceso principal es a través de un zaguán que antecede al patio. El suelo se conserva de empedrado con
canto rodado y mortero. El patio es pequeño y rectangular, al cual se abre directamente la escalera señorial
que sube a la planta noble. Esta escalera era empleada por los dueños de la casa, nunca por la servidumbre que
tenía su propio acceso y escalera. Lo más llamativo es que ambas escaleras se comunican visualmente por una
ventana, pero tienen usos totalmente diferenciados. La escalera del servicio, a diferencia de la señorial, llega
hasta el bajocubierta, conocido en la zona como “las falsas”.

El hueco de la escalera señorial posee un farol de delicada factura con una policromía dorada y negra. En las
paredes aparecen pintados los escudos del linaje familiar, uno por cada paramento, cuatro en total. Tal y como
apunta D. José Miguel Cutillas, en esta época ya no era tan común la colocación de escudos en la fachada
como lo había sido en la anterior centuria, y estos cuatro escudos quedan como el único ejemplo de escudo
pintado en Caravaca, pues en otras viviendas o bien son de piedra o escayola o bien han desaparecido bajo
capas de pintura. En la figura 3 podemos ver representado el apellido Quesada sobre la ventana que da a la
escalera de servicio. A la derecha se aprecia el apellido Fernández de Córdoba, formado por tres fajas de plata
sobre campo de gules, un esmalte que difiere del original, que debe ser tres fajas de gules en campo de oro.
Frente a este aparece el apellido Martínez-Robles y, por último, el escudo de armas de la esposa de don Andrés,
María Antonia de Robles-Miñarro Guevara y Tomás de Abellán.

El hueco de escalera se cubre con una interesante bóveda de rincón de claustro a la que acometen cuatro lune-
tos, en cuyo frente se insertan los mencionados escudos. Si bien el trabajo no alcanza al levantamiento gráfico
de la bóveda, sí pude plantear un modelo tridimensional gracias a la ayuda de mi tutor, Pau Natividad. En la
proyección horizontal solo interpretamos líneas rectas, dado que las intersecciones de los lunetos se perciben
sensiblemente paralelas a las aristas diagonales. El resultado da en el luneto una superficie geométrica com-
plicada, pero sencilla de ejecutar si las hiladas de ladrillo comienzan desde las intersecciones y asumen las
irregularidades hacia el rampante (Fig. 4).

La Casa conserva la espacialidad original casi en su totalidad. Solo la planta baja presenta modificaciones de
consideración, pues hemos de destacar que el salón contiguo al zaguán fue dividido mediante delgados tabi-
ques de rasilla cerámica en pasillo y tres habitaciones. Dicho salón presentaba los dos ventanales con rejería,
por lo que para sacar tres habitáculos se hizo pasar un tabique por mitad de uno de los ventanales. Las paredes
se empapelaron según el gusto de mediados del siglo xx.

La otra modificación de relevancia es la inserción de cuartos de baño. En planta baja se tabica uno en la sala
que mira al huerto y en planta primera se hace junto a la medianera. Además, la última de las cinco salas que
miran a la calle presenta alicatado de azulejo moderno, un lavabo y una bañera de obra, con tabique encalado
y cortina (Fig. 5).

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REHABILITACIÓN DE LA “CASA DE LA VIRGEN”, EN CARAVACA DE LA CRUZ, COMO CENTRO PARA LA INVESTIGACIÓN Y LAS ARTES

Figura 4. Modelo 3D de la bóveda.

Figura 3. Hueco de escalera.

Debido al desnivel existente, pues la calle se alza 3 me-


tros por encima de los huertos, la planta en contacto
con el terreno tiene dos niveles. En la crujía oeste se
dispone la bodega, con 18 tinajas, su correspondiente
canal de vertido y los huecos a fachada para venti-
lación y luz. Al fondo entra en codo la acequia, que
discurre enseguida bajo la crujía central de la casa,
paralela a los muros de carga. Así, la escalera de ser-
vidumbre era conocida también como “del surtidor”,
pues bajo ella no solo se podía acceder a la acequia,
sino que surge la derivación de un ramal hacia los
huertos. En la crujía este hacía vida la servidumbre,
con espacios de una altura mucho más reducida que
la planta noble y unos vanos también más pequeños,
que se abren al huerto.

Este desnivel entre la crujía este y oeste está patente


también en las falsas (la última planta). A ella, como
se ha mencionado, solo se llega a través de la esca-
lera del surtidor, pues era el servicio de la casa el
encargado de transportar el cereal, la cebada y en
general las cosechas recolectadas. Para su depósito
se diferenciaron atrojes, en cuyas paredes viene aún Figura 5. Planos de planta primera y sección.
hoy escrito qué se guardaba en cada uno. Este es-
pacio, que se abre a la fachada principal mediante
pequeños vanos, se ha llamado en mi Proyecto Final
de Grado (en adelante TFG) “Sala de los Atrojes” y
se plantea para él una conservación integral, pues
supone un ejemplo único en Caravaca. Afortunada-
mente, este espacio sobrevivió al afán que surgió en

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Francisco Sandoval Gómez

la segunda mitad del siglo xx por hacer habitable el


bajocubierta, cuando en realidad su uso mayoritario
era de almacén y actuaba como cámara de aire que
amortiguaba las temperaturas extremas en los pisos
inferiores (Fig. 6).

En la crujía central, sobre la bóveda de lunetos,


aparece un espacio abierto al exterior pero techa-
do. Una viga de madera lo recorría por su centro,
donde se colgaban embutidos y otros víveres. En la
actualidad, esta parte de la cubierta se ha hundido,
suponiendo sus restos una grave sobrecarga para la
bóveda de lunetos que, además, sufre importantes
humedades.

Figura 6. Sala de Atrojes.

7. CRITERIOS DE INTERVENCIÓN
Una vez representados y analizados todos los espacios de la Casa, se propuso un inventario de elementos a
conservar y se establecieron tres niveles de actuación en ellos, según su interés patrimonial (histórico, arqui-
tectónico, artístico, social, cultural...). Hay que decir que la ficha de la Casa existente en el PGOM realiza una
descripción muy somera del inmueble, sin especificar muchos elementos de interés. Es una ficha correspon-
diente al Plan Especial del Casco Antiguo de 1989, por lo que conviene una actualización para la que este TFG
pretende servir de base. Los tres niveles propuestos son:

Nivel 1. Corresponde a conservación integral. En aquellos elementos que precisen intervención solo debe
actuar personal cualificado que garantice la inalterabilidad del objeto, usando las mismas técnicas con las que
fue concebido. Ejemplo de ello son los escudos pintados en la pared o el farol de la escalera. Se aplica también a
espacios, como la sala de atrojes, donde es preceptivo conservar los revestimientos y las grafías que contienen.

Nivel 2. Se propone la recomposición de los elementos en sus partes faltantes, de tal forma que el todo siga
guardando su imagen original. Las tinajas, con bordes faltantes, o las puertas, en las que se podrán sustituir
tablones, entran en este nivel.

Nivel 3. Aquí se engloban fundamentalmente pavimentos, que podrán ser sustituidos parcial o totalmente por
otros de iguales características en caso de deterioro. El empedrado es un ejemplo de ello, pues si bien el canto
rodado no tiene valor por sí solo, sí lo tiene la imagen global que otorga al espacio.

Esta clasificación va encaminada a reconocer no solo los elementos de interés sino los espacios singulares de
la Casa. Resulta fundamental no alterar la relación original entre ambas escaleras, o entre los espacios nobles
y los de acopio.

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REHABILITACIÓN DE LA “CASA DE LA VIRGEN”, EN CARAVACA DE LA CRUZ, COMO CENTRO PARA LA INVESTIGACIÓN Y LAS ARTES

8. CONCEPCIÓN DEL PROYECTO


En el TFG se propone dotar de una segunda vida a la Casa de la Virgen. Para ello, se decide edificar el solar
anexo, que albergará usos que el histórico edificio no podría asumir por sí solo. Este solar cierra no solo la
manzana, sino el casco antiguo de Caravaca, hallándose por tanto en una frontera morfológica y temporal.

El proyecto trasciende a la escala urbana, en tanto que pretende revalorizar la vía histórica en la que se asienta.
El original Camino Real de Granada pasa en la actualidad desapercibido en un entorno desangelado. Desde la
apertura de la calle Santísimo, el último tramo de la calle Rafael Tejeo ha perdido protagonismo.

Por eso, el TFG busca fomentar esta vía hasta sus últimas consecuencias, conectándola con los huertos trase-
ros de la casa a través del nuevo edificio anexo. Esta actuación es, en esencia, un tercer acceso, que se añade
al principal de la Casa y al de la servidumbre como un testigo de nuestro tiempo, desde un lugar adosado, sin
modificar la fachada y la fisionomía de los accesos originales.

La crujía central, donde están las escaleras y el patio, se prolonga hacia el nuevo edificio como una banda
servidora. Esta intervención se fundamenta en la necesidad de conectar espacios de manera accesible, eli-
minando únicamente la cámara de planta baja que no poseía ventilación alguna y un espacio que, con toda
seguridad, no guardaba la relación original de la casa (Fig. 7).

Figura 7. Sección de proyecto.

Así, en la intersección entre el nuevo acceso desde la calle y esta crujía se dispone un nuevo patio, que es
reinterpretación del anterior y con sus mismas dimensiones, y aporta luz al lugar. Esta permeabilidad entre
el edificio histórico y el nuevo se manifiesta en planta baja, mientras que en las superiores se mantiene la es-
pacialidad. Esto se consigue conservando la fachada norte del patio original desde la cornisa hasta un nuevo
dintel con perfiles de acero que la soportan, y que conforma un paso de la misma altura que los otros huecos
que se abren al patio, el cual sigue conservando la escala y su atmósfera particular.

El edificio nuevo estará dotado de escalera protegida en caso de incendio y ascensor, y acogerá una sala de
conferencias y aulas de ensayos con una superficie de 110 metros cuadrados totalmente diáfanos. Las estan-
cias de la Casa de la Virgen serán aulas de estudio, espacio co-working y Archivo Municipal. Estos usos están
conectados, mediante la apertura de huecos en la medianera original, con el ascensor del nuevo edificio para
hacerlos accesibles a todo el público, y forman parte del recorrido de evacuación por la escalera protegida.

Por último, el salón de planta baja se convierte en cafetería desde la que se pueden observar las tinajas de la
planta inferior, mediante piezas de vidrio en el pavimento que sustituyen de forma parcial la bóveda de cañón
en las zonas donde presenta mayor deterioro. Las bodegas presentan una altura libre muy pequeña, de apenas
1,80 metros en el eje central de la bóveda. Por ello, al no poder rehabilitarlas como espacio propio, se decide
incorporarlas visualmente a la cafetería superior. No obstante, se conserva el acceso propio a las mismas de tal
forma que puedan ser visitadas.

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Francisco Sandoval Gómez

9. CONCLUSIONES
La Casa de la Virgen, en Caravaca, ha sobrevivido como testigo íntegro del patrimonio cultural caravaqueño
del siglo xviii. Sus escudos pintados, sus atrojes intactos y las peculiares circulaciones hacen de este inmueble
un ejemplo único en nuestros días que debe ser conservado ante el peligro de ruina que amenazan algunas
de sus partes.

El análisis y la documentación técnica y científica de un edificio histórico, como el realizado para la Casa de la
Virgen, se manifiestan a través de un TFG de tal forma que este supone un buen instrumento para compren-
der el valor patrimonial del inmueble. Así, una vez asegurada la supervivencia del edificio y sus elementos, se
puede plantear el reto de la rehabilitación integral basada en el conocimiento de todos sus valores culturales.

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REHABILITACIÓN DE LA ARQUITECTURA
HISTÓRICA. ANÁLISIS INTEGRAL DE LOS
TRABAJOS DE REHABILITACIÓN DE PABELLONES
DEL CUARTEL DE ARTILLERÍA EN MURCIA

San Bernardo Hernández, Víctor


Ingeniero de Edificación

Resumen
Se realiza un análisis integral del Cuartel de Artillería en este TFG, centrando su análisis posteriormente en
el Pabellón I. Será en el primer tercio del siglo xx cuando se decida construir un cuartel militar en Murcia.
El nuevo Cuartel de Artillería estará destinado a alojar a los militares del Regimiento Núm. 33 de Sevilla. El
diseño del nuevo cuartel militar estará determinado por influencias tanto neomedievales como neomudéjares.
Su configuración arquitectónica y sus sistemas constructivos, estarán basados en la evolución de los tratados
de construcción de acuartelamientos militares. Respecto a su arquitectura y construcción, tendrá una per-
sonalidad propia de principios del siglo xx, donde desarrollará patologías en distintos puntos del Pabellón,
que se rehabilitarán mediante un proyecto enfocado a hacer del Pabellón I y II un espacio diáfano para poder
realizar diferentes actividades.

Palabras clave: TFG, cuartel, artillería, pabellón, arquitectura, militar, Murcia, análisis.

Abstract
A comprehensive analysis of the Artillery Barracks is this TFG, focusing its analysis later on in Pavilion I. It will
be in the first third of the xx century when it is decided to build a military Barrack in Murcia. The new Barrack
will be used as home for the military of the 33rd Regiment of Seville. The design of this new Barrack will be deter-
mined by neomedieval and neomudéjares influences. Its architectural configuration and its construction systems
will be based on the evolution of the construction treaties for military barracks. Its architecture and construction
will have its own personality like that of the early twentieth century. This architecture and construction will suffer
from different pathologies at different parts of the Barrack, and it will be rehabilitated through a project aimed to
make the Barrack an open space able to carry out different activities.

Keywords: TFG, barrack, artillery, pavilion, architecture, military, Murcia, analysis.

1. ANTECEDENTES. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CUARTEL MILITAR HASTA EL CUARTEL DE


ARTILLERÍA DE MURCIA
Cualquier intervención en un edificio histórico, y más si es un monumento, debe basarse en el conocimiento
profundo de todos los valores que atesora; desde valores arquitectónicos y constructivos (composición volu-
métrica y espacial, materiales y sistemas constructivos...), documentales, representativos y simbólicos, hasta
sociales y culturales. Además, en la mayoría de los casos, el edificio es la consecuencia de diferentes procesos
constructivos que lo han transformado a lo largo de los años. Por tanto, el primer paso para la elaboración de
un Trabajo Fin de Grado (en adelante TFG) es el análisis histórico-constructivo del edificio en cuestión, que
en el caso que nos ocupa es el Cuartel de Artillería, en Murcia.

El cuartel militar tiene su origen en la villa fortificada, que destacaba por estar rodeada por una muralla que
delimitaba y protegía todo su ámbito. Desde ese momento, los cuarteles se ubicarán junto al perímetro de la
muralla, con un fin totalmente protector. Esta característica se mantendrá vigente durante siglos, con otros
emplazamientos militares como el propio Cuartel de Artillería; de este modo se posicionarán en los límites de

XXVI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. ISBN: 978-84-7564-770-8 575


Víctor San Bernardo Hernández

las ciudades en las que se ubican. Esta localización pretendía proteger a la ciudad situando los edificios más
importantes en zonas más céntricas del área de la villa fortificada.

En el inicio del siglo xviii, el cuartel militar adquirirá una forma establecida por diversos tratados de cons-
trucción militar enfocados al acuartelamiento y también se ajustarán a las necesidades de la época, estando
diseñados para poder convivir con tiempos de paz y tiempos de guerra. El cuartel militar, más que un edificio
singular formará un emplazamiento militar y es por eso que, una de las principales características del acuarte-
lamiento será disponer de una plaza de armas. A través de la plaza de armas se dibujará la distribución de las
diferentes construcciones y también evolucionarán a través de su disposición en ella.

A lo largo de los años los acuartelamientos militares variarán de sistemas centralizados a sistemas descentrali-
zados. El sistema centralizado se caracterizará por agrupar los pabellones que conforman el cuartel militar en
un único cuerpo. De este sistema podemos encontrar distintos diseños como el tipo rectangular, cuyo objetivo
era agrupar en la mínima superficie posible el mayor número de hombres, extendiéndose de manera vertical.
Este tipo de pabellón se cerraba mediante cuatro cuerpos entre sí. Posteriormente se instalaría una variante al
sistema rectangular mediante el sistema centralizado en u. En esta variación se crean pabellones independientes,
pero en sus extremos salen dos “alas”, consiguiendo de este modo mejorar la entrada de luz solar y la salubridad.
Los sistemas centralizados descritos anteriormente los podemos encontrar en Cartagena: Por una parte, el anti-
guo Cuartel de Instrucción de Marinería desarrollaría el sistema centralizado rectangular, así mismo el sistema
en u lo encontramos en el Cuartel de Antigones.

El sistema centralizado no contribuía en absoluto a la salubridad ni a la luz solar, por estas razones los acuar-
telamientos estarán en constante evolución tratando de solventar estos problemas, que afectan a la habitabili-
dad, mediante diferentes diseños (Fig. 1).

Figura 1. Sistemas descentralizados. Izquierda: Proyecto de sistema independiente (Imagen de Estudio de Edificios Militares por la Co-
misión creada con este objeto por Real Orden de 4 de febrero de 1847, Cuarteles de Infantería y Cuarteles de Caballería. Memorial de
Ingenieros). Derecha: Cuartel de Artillería, en Murcia.

Para intentar resolver estos problemas, el cuartel militar evolucionará al sistema descentralizado, que se ca-
racteriza por albergar gran variedad de pabellones dispuestos paralelamente entre sí y con suficiente espacio
entre ellos para solventar los problemas anteriormente descritos. Pero este sistema tendrá una debilidad, ya
que al tratarse de pabellones de gran superficie se dificulta la vigilancia, y a esto se le suma el “enfriamiento”
producido por las salidas frecuentes de los soldados.

2. ARQUITECTURA Y CONSTRUCCIÓN DEL CUARTEL DE ARTILLERÍA DE MURCIA


El emplazamiento del acuartelamiento de la ciudad de Murcia lo delimitará, en el popular barrio del Carmen,
la calle Cartagena junto a la calle José Castaño y callejón Séiquer, delimitando al noreste con el río Segura.
El espacio cuartelario estará formado por seis pabellones de características similares entre ellos, con la pecu-
liaridad de que el Pabellón I (que lleva el nombre de Jaime I “El Conquistador”), será el que tenga mayores
dimensiones y presente todo el recinto militar. El análisis realizado en el TFG se dividió en dos apartados.
Un apartado arquitectónico donde se valoró todo el conjunto arquitectónico del Cuartel de Artillería y otro

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DEL CUARTEL DE ARTILLERÍA EN MURCIA

apartado constructivo donde se analizaron todos los sistemas constructivos y materiales, centrando el análisis
en el Pabellón I del Cuartel de Artillería.

Los seis pabellones seguirán el mismo patrón de construcción, pero cada uno de ellos presentarán acabados
diferentes. A su vez, los seis pabellones están acompañados por otras dos edificaciones de menor entidad y
todos los edificios permanecen rodeando una plaza de armas, distribuyéndose según el sistema de acuartela-
miento descentralizado anteriormente descrito.

Los elementos que complementan a estas edificaciones son zonas ajardinadas junto a dos estanques de
agua, mobiliario urbano y un depósito de agua elevado el cual clasificamos como patrimonio industrial.
Todos estos elementos guardan relación con el estilo arquitectónico que formará parte de los pabellones
del Cuartel de Artillería de Murcia y participarán en la simbiosis que le otorgará ese ambiente de principios
del siglo xx.

El Cuartel de Artillería de Murcia y en concreto los seis pabellones que lo conforman, están construidos
mediante una marcada influencia neomedieval, neomudéjar y arquitectura de tipología militar. En relación
a la arquitectura neomudéjar, destaca el uso repetido en todos los pabellones del arco de medio punto, el
arco de herradura y el uso de la cerámica como elemento decorativo en las fachadas de los seis pabellones.
Estos recursos estéticos también serán utilizados en edificaciones de menor entidad, jardines o estanques
de agua.

La influencia neomedieval se presenta por medio de las almenas, ubicadas en el peto de la cubierta o las to-
rretas, dispuestas en la portada principal del Pabellón I del Cuartel de Artillería. Estas torretas, conforman
la cota más alta de todo el acuartelamiento, por detrás del depósito elevado de agua. La arquitectura militar
se distingue en la configuración del espacio del acuartelamiento, con su descrito sistema descentralizado en
torno a la plaza de armas. Esta configuración militar se pudo ver en su distribución interior, previamente a las
obras de rehabilitación, donde se retirarán sus tabiques interiores. Observamos, según sus espacios, cómo las
plantas bajas eran destinadas a dependencias generales y a altos mandos, mientras que las plantas superiores
se destinarán a dormitorios del personal del ejército de menor rango. Por otra parte, la ornamentación y la
iconografía presente en los pabellones tendrán un papel fundamental para dotarle de esa imagen militar. La
ornamentación estará presente mediante molduras, distribuidas por todas las fachadas de los pabellones del
cuartel. Las molduras coronan los huecos de ventanas y puertas a su vez también las encontraremos descen-
diendo del peto y de las balaustradas de la cubierta (Fig. 2).

Entre otras singularidades que contienen los pabe-


llones militares se encuentran los balcones de planta
rectangular y semielíptica finalizados con balaus-
tres. Además, cabe destacar que en la actualidad el
acuartelamiento mantiene parte de la muralla, la cual
rodeaba todo el acuartelamiento acompañada de la
garita exterior del guardia.

En lo que se refiere a su construcción, la cimentación


está formada mediante zapata corrida bajo muro de
carga, y acogerá todo el perímetro rectangular del Pa-
bellón I y las dos cajas de escalera, donde el muro de
carga se introducirá en los pabellones, para cerrar los
espacios de los dos módulos de escaleras, que con-
tiene el Pabellón I. Este Pabellón I también dispone
de zapatas combinadas y zapatas aisladas. Las zapa-
tas combinadas, se ubicarán en el eje longitudinal de
todo el edificio, que a su vez se complementarán con
zapatas aisladas de medianería. Muy característica es
la estructura troncopiramidal que sobresale de la cara
superior de la zapata combinada, haciendo de cone-
Figura 2. Detalle de la portada del Pabellón I durante los trabajos xión entra la zapata combinada y el pilar que recoge.
de rehabilitación. La conexión entre zapatas combinadas se realiza me-

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diante arcos de descarga. Los arcos de descarga parten de las estructuras troncopiramidales, que forman dos
zapatas combinadas, de este modo arriostrarán ambas zapatas (Fig. 3).

Figura 3. Cimentación en Pabellones I y II durante los trabajos de refuerzo por recalce.

La estructura que desarrollan los pabellones del Cuartel de Artillería, está compuesta de forma conjunta por
el sistema porticado y el sistema de muros de carga. El muro de carga, que materializa el cerramiento de todo
el Pabellón I, se encuentra formado por mampostería, la cual se encuentra delimitada por ladrillos macizos
formando “cajones de mampostería”. Por otra parte, la estructura del Pabellón I la componen los pilares, que al
igual que las zapatas combinadas recorren todo el eje longitudinal del edificio. Son destacables las hendiduras
que poseen los pilares, debidas al tipo de encofrado utilizado en la época (Fig. 4).

Figura 4. Estructura formada por sistema porticado y muros de carga, durante la rehabilitación del Pabellón I.

El sistema estructural de los forjados del Pabellón I del Cuartel de Artillería, está formado por vigas y viguetas
descolgadas. Las viguetas se empotran a las vigas y a su vez, las vigas se empotran a los muros de carga. Los
forjados trabajan como un forjado unidireccional transmitiendo las cargas en una sola dirección, transfirien-
do los esfuerzos a los muros perimetrales de la fachada principal y la fachada posterior. En lo que respecta a
las cubiertas de los pabellones, únicamente el Pabellón I dispone de una cubierta transitable y es el de mayor
dimensión respecto a los otros cinco que lo acompañan.

3. ICONOGRAFÍA DEL PABELLÓN I DEL CUARTEL DE ARTILLERÍA


Durante el desarrollo del TFG, una de las partes del estudio realizado más relevantes fue el papel fundamental
que desempeña la iconografía que posee cualquier construcción, ya que le dota de personalidad a la edifica-
ción. Si bien el Pabellón I, en el momento actual, no contiene gran cantidad de muestras iconográficas, las
que mantiene poseen una gran fuerza de carácter militar y simbolizan a la perfección el lugar en el que se
encuentran.

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DEL CUARTEL DE ARTILLERÍA EN MURCIA

Será en la portada del Pabellón I (que da nombre


a todo el acuartelamiento), donde se encuentre el
icono más relevante en toda la construcción. Una
imagen formada mediante azulejos, en donde se
mostrará una representación del propio Jaime I “El
Conquistador” (protagonista de importantes con-
quistas en el territorio de Murcia). La imagen se
compone por la bandera de franjas verticales rojas
y amarillas propias de Aragón, Cataluña, Valencia y
las Islas Baleares, que más tarde formarían el reino
de Aragón. Superiormente a la bandera, se represen-
ta un yelmo combinado con una cruz en representa-
ción del catolicismo y superiormente al yelmo una
corona, tratando de representar al propio Jaime I.
Rematando la imagen, se encuentra un dragón, muy
característico y visto en representaciones antiguas de
este rey. Toda esta iconografía se encuentra rodeada
por un óvalo verde. De este modo, la iconografía que
conserva el Pabellón I estará relacionada en su con-
junto con la propia función militar del edificio. Se
podrán ver en el cuartel distintas referencias milita-
res distribuidas a lo largo de todo él y por diferentes
medios (Fig. 5).
Figura 5. Portada del TFG.

En las piezas cerámicas del solado, se reproducirán castillos en relación con el cuartel militar. También vere-
mos águilas, símbolo de gran relevancia por representar al dios del Olimpo Zeus, adquiriendo también pro-
tagonismo en las famosas legiones romanas. Otras culturas y civilizaciones también adoptarán este símbolo,
siempre en un contexto militar. Así mismo, vemos mosaicos trazando contiendas militares, ambientadas en
guerras pasadas o escudos de armas. En una de las escaleras del Pabellón I vemos munición de gran calibre
revistiendo parte de la estructura de la escalera. Y, por último, destacar que, ubicada en la fachada posterior,
en los antepechos de las ventanas, tras los trabajos de rehabilitación se descubre un leve relieve, el cual fue
recuperado. Este relieve responde hipotéticamente a la Cruz Laureada de San Fernando, una de las más pre-
ciadas condecoraciones militares.

4. LESIONES EN EL PABELLÓN I DEL CUARTEL DE ARTILLERÍA DE MURCIA


El Cuartel de Artillería presentaba diferentes lesiones, y todas ellas fueron clasificadas en el TFG según su lu-
gar y origen, para luego poder ser abordadas. Enfocando el análisis del trabajo en el Pabellón I, será el agrieta-
miento de elementos estructurales una de las patologías a intervenir. Al desarrollar un sistema estructural con
forjado de tipología unidireccional, principalmente apoyará en cuatro elementos, formado por dos apoyos,
que se encuentran en las fachadas longitudinales y las dos alineaciones de pilares. La ubicación de los apoyos
desarrolló tres flexiones, localizadas de muro de carga de la fachada posterior a pilar, de pilar a pilar y de pilar
a muro de carga a fachada principal. Las grietas se concentraron en los encuentros entre pilar y forjado y en
el centro del vano. Por otra parte, también se produjeron fisuras en distintas partes del Pabellón I debidas a
dilataciones y contracciones del conjunto de la edificación, como en el peto cubierta.

Otras lesiones, clasificadas en el TFG como patologías de origen físico-mecánico, se presentaban en el despren-
dimiento de un gran número de piezas de los revestimientos discontinuos, pudiendo deberse su origen a dife-
rentes factores, como la falta de juntas de dilatación, el envejecimiento natural de los materiales o impactos que
haya podido sufrir el material. Todo ello pudo contribuir al deterioro del conjunto de los revestimientos dis-
continuos. Además, se vieron afectados los revestimientos continuos en sus cuatro fachadas, desarrollándose
abombamiento y desprendimientos parciales en toda la envolvente del edificio. En el interior, los revestimientos
del Pabellón I desarrollaron, al igual que el exterior, pérdidas de material y abombamientos significativos.

Otro aspecto asociado al deterioro del acuartelamiento militar son las patologías de origen biológico. El Pabe-
llón I desarrolló la formación de hongos y líquenes en las balaustradas de la cubierta. También la presencia de

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ramas, en las oquedades del Pabellón I, que se encontraban en la cota más elevada del cuartel, especialmente
en las torretas de la fachada. Asimismo, se produjo formación de costra biótica en tejas cerámicas mixtas. Por
otra parte, en el entorno de los pabellones, se podía apreciar la actividad biológica en el levantamiento del
pavimento del solado del acuartelamiento exterior debido a las raíces de árboles.

La presencia de humedades fue una patología generalizada en el Pabellón I, donde destacaban elementos sin
vierteaguas, vierteaguas con poco vuelo o con ausencia de goterón... Esto provocaba escorrentías y lavado
diferencial de la fachada. Además, las humedades por condensación y las humedades de ascensión capilar en
arranques de muros (en planta baja) contribuían al deterioro generalizado que presentaba el Pabellón I.

Entre otras patologías, podemos destacar la formación de costra negra desarrolladas principalmente en las
parte superiores e inferiores de las almenas de la cubierta, también apareció, oxidación en elementos me-
tálicos adosados en fachada, con posterior tinción de los paramentos verticales. La oxidación y corrosión
de armaduras, asociadas a humedades señaladas anteriormente, conllevaron posteriormente al desarrollo de
fisuraciones. También se vieron afectados elementos de carpintería de madera de puertas y ventanas. Por úl-
timo, observamos desprendimientos y amenización de algunos elementos constructivos como las conexiones
de zapata y pilar, muros de carga formados por mampostería y ladrillo cerámico, hormigones, materiales
pétreos y molduras.

5. TRABAJOS DE REHABILITACIÓN DEL PABELLÓN I


Las intervenciones llevadas a cabo en los pabellones tendrán el objetivo de recuperar y conservar todo lo
posible del Pabellón I, pero con el objetivo de rehabilitar el inmueble como un espacio diáfano adaptado a las
necesidades del presente y siempre respetando el grado de protección del inmueble. Durante la rehabilitación
se dará un significado a cada elemento constructivo y materiales valorando la tipología constructiva, estética
y patrimonial.

Una de las primeras tareas llevadas a cabo fue retirar aquellos elementos con gran valor patrimonial que pu-
dieron verse afectados durante los trabajos de rehabilitación para su posterior recuperación. La intervención
comenzó con la demolición de tabiquerías interiores, picado de revestimientos continuos y el desmontaje de
los revestimientos discontinuos muy afectados para su posterior colocación. También fue necesaria la retirada
de elementos de fibrocemento (como las bajantes, colocadas a principios del siglo xx).

Papel fundamental será la intervención en la cimentación, que se reforzó con un recalce de hormigón ar-
mado. Esta solución mantuvo la cimentación original del Pabellón I, pero se adaptó y “envolvió” en una
solución actual, de manera que coexistan y que trabajen de manera simultánea la cimentación original y el
refuerzo. Además, se realizó una losa de cimentación conectada y hormigonada a la cimentación original
(Fig. 6).

La estructura del Pabellón I se intervino mediante la recomposición de los elementos originales afectados,
junto con el refuerzo estructural de todo el conjunto. Los elementos de conexión entre zapata-pilar y pilares
fueron reforzados mediante encamisado metálico. Con esta tipología de refuerzo aplicado superiormente, se
formaron capiteles y se conectaron al forjado superior. Las vigas y viguetas, al igual que los pilares, se reinte-
graron para posteriormente quedar recogidos mediante chapa metálica, para finalmente trabajar conjunta-
mente (Figs. 7 y 8).

Los forjados que mantiene el Pabellón I fueron intervenidos, tanto superiormente como inferiormente, conec-
tando al forjado original una losa superior. Entre otras actuaciones a destacar, en las escaleras se procedió con la
misma metodología y criterios que los otros elementos descritos anteriormente. Durante los trabajos, la antigua
cubierta transitable pasó a ser una cubierta visitable pero no transitable. También se restauraron elementos en
fachada como las balaustradas, cornisas y molduras; en algunos casos se recuperó su volumen original y, en los
casos más deteriorados, se reintegraron mediante piezas prefabricadas.

Para completar la rehabilitación, se colocó un zócalo ventilado para favorecer la ventilación contra las hu-
medades por capilaridad. Se intervino en los revestimientos continuos y discontinuos (dejando vistos los
paramentos interiores), se adecuaron las instalaciones a la normativa actual y se eliminaron las barreras arqui-
tectónicas, consiguiendo un edificio más accesible y seguro para su actual uso cultural.

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Figura 6. Apuntalamiento durante los trabajos de refuerzo estruc-


tural, en el segundo forjado del Pabellón I.

Figura 7. Detalle encamisado metálico, Pabellón I. Figura 8. Imagen durante los trabajos de hormigonado, en forjado
primero del Pabellón I.

6. CONCLUSIONES
En el momento de realizar el TFG se iniciaba la rehabilitación del Pabellón I del Cuartel de Artillería de Mur-
cia para dotarlo de un uso cultural. Por ello, el objetivo principal del trabajo consistió en realizar un análisis
integral de esta intervención con la intención de aportar, desde la premisa del conocimiento, propuestas y
soluciones técnicas a los problemas que se fueran planteando. El estudio histórico, constructivo y social del
Cuartel de Artillería y el análisis de las patologías que presentaba el Pabellón I debían ser la base para la toma
de decisiones en la rehabilitación integral que se iba a realizar en este edificio y en las futuras intervencio-
nes. Por tanto, el TFG debía reflejar la metodología de análisis y ejecución de la rehabilitación, servir como
documento básico para la toma de decisiones en las futuras intervenciones en otros pabellones del Cuartel y
contribuir al conocimiento y difusión del gran valor patrimonial que atesora todo este conjunto de construc-
ciones militares.

El análisis histórico-constructivo y social realizado muestra cómo surge este antiguo acuartelamiento militar
y cómo se configura formalmente, estudiando los criterios y sistemas estructurales, organizativos, estratégi-
cos, higiénicos, de salubridad, etc., así como la ornamentación e iconografía, de carácter militar que muestra
el edificio. El levantamiento planimétrico, general y de detalle, ha facilitado el análisis arquitectónico y cons-
tructivo de este edificio, además de mostrar su adaptación al nuevo uso cultural. El estudio de las patologías
(apoyado en el análisis constructivo) así como la metodología y criterios de intervención y seguimiento han
permitido entender cómo han envejecido los materiales y, por tanto, cómo se deben subsanar esos deterioros.
Además, las soluciones dadas para la ejecución de las instalaciones y equipamientos son extrapolables al resto
de pabellones del Cuartel, con lo que se facilitan sus futuras rehabilitaciones y se contribuye al mantenimiento
y conservación de este singular edificio histórico de la ciudad de Murcia.

Por último, destacar que el TFG obtuvo el 1er Premio, en 2019, de los Premios a Trabajos Final de Grado que
concede el COAATIEMU. En este trabajo, se buscó dar a conocer histórica, arquitectónica y socialmente el
Cuartel de Artillería de Murcia y, a su vez, realizar un documento que desarrolla una metodología útil para
analizar y proyectar una futura intervención en el resto de pabellones de este edificio patrimonial.

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Víctor San Bernardo Hernández

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pp. 189-214.
JIMÉNEZ GRANERO, G. (2017). Proyecto de rehabilitación del Pabellón-1 del Cuartel de Artillería de Murcia. Ayunta-
miento de Murcia (inédito).
RABANAL YUS, A. (2002). “El concepto de ciudad en los tratados de arquitectura y fortificación del siglo xviii en Es-
paña”. Anales del Instituto de Investigación Estéticas, vol. 24, n. 81. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid; pp. 33-52.
SEBASTIÁN MAESTRE, J. A. (1992). “Planimetría del cuartel español del siglo xix”. Anuario del Departamento de Histo-
ria y Teoría del Arte Vol. IV. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid; pp. 261-272.

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