La Casa Historia de Una Idea Witold Rybczynski

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L asa
a casa es el lugar donde se vive. Desde
las grandes salas de los palacios medie-
vales hasta los ambientes y espacios de
hoy, este libro explica c6mo ha evolucionado,
a lo largo de los siglos, esta idea fundamental ist o ri a de una idea
en la vida del hombre.
La comodidad, el confort, la austeri-
dad, lo privado, lo practice, son conceptos
cuya importancia y significado han ido va-
riando con el tiempo. Los cambios sociales y
culturales han influido en los estilos de deco-
raci6n. Amena e instructiva, La casa revela
tambien c6mo las necesidades tecnicas de la
construcci6n originaron algunos de los lujos
mas apreciados de la vivienda actual, critica
con fundamento ciertas ideas arquitect6ni-
cas modemas y se plan tea por ultimo c6mo, en
definitiva, queremos vivir.

1.S.B.N.: 950.04.1085-0
· · Witold Rybczynski

em e c e
I
23.414

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···:--.-:·_:_::_:_:·::.-_:: :_·_·::·._·· ·: ·· .': -.'. ··· ·._ --·. ·.: -··-····------·---·-·-....------------- ..........-

b{. origen. polaco,


. .R.ybczynskinaci6 en Edimbur-
go; Escoeia, en 1943. Creci6 · en
Surrey y estudi6 en colegios ie-
suitas de Inglaterra y Canada. Se
gradu6 como arquitecto en la
Universidad McGill de Mon-
treal, donde es hoy profesor de
arquitectura. Ha escrito varios Ii-
bros y mas de cincuenta artfcu-
los y trabajos sobre la vivienda y
la tecnologfa. Vive con su mujer
en Quebec, en una casa de campo
que construy6 el mismo.

"Lacasa es un libro serio, histo-


ricamente meditado y de exqui-
sita lectura.. Un triunfo de la in-
teligencia. 11
The New Yorker

He aquf un libro que cambiara


11

para bien la manera en que usted


ve su casa o su departamento."
People
LA CASA. Historia de una idea

Traduccum realizada en Espana por


Fernando Santos Fontenla
Revision
M.C.
WITOLD RYBCZYNSKI

LA CASA
Historia de una idea

EMECE EDITORES
A mis padres, Anna y Witold

Diseno de tapa: Eduardo Ruiz


Tftulo original: Home. A short history of an idea.
Copyright © Witold Rybczynski, 1986
By arrangement with the author.
Todos los derechos reservados
Para su venta excluslva en America Latina
© Emece Editores, S.A., 1991
Alsina 2062 · Buenos Aires, Argentina
Primera ediclon en offset: 2.000
NOTA DEL TRADUCTOR
ingles, la difercncia entre house (casa en el sentido material de la es-
y home (hogar donde se vive) es clara y tajante, No ocurre asi en
pues scrian horribles frases como "Esta ustcd en su hogar" o "Me
como en mi hogar", Por lo tanto, he optado por utilizar "casa" como
general para ambas cosas, Por otra parre, en la nota al pie de la pagi-
na 71 el autor se refiere a esa caracteristica de la palabra homey de sus ana- Durante los seis anos que duraron mis esrudios de arquitectura, el te-
logas en otras lenguas afincs. ma del confort no sc mencion6 masque una vez. Lo hizo un ingenie-
En cuaruo a los terrninos confort y confortable, el autor expllca tarnbien su ro mecanico, cuya misi6n consistia en lniciarnos a mis condiscipulos
origen de tal modo quc colnciden casi ltteralmente con la definici6n del
y a mi en los rnisterios <lei aire acondicionado y la calefaccion. Hab!6
DRAE. Por otra parte, el autor tropieza con dificultades al enfrentarse en
de algo llamado la "zona de confort", que, en la rnedlda en que pue-
inglcs con la equivalencia de terrnlnos franceses como commodiie para dis-
tinguirlo del confort se ve obligado a utillzar un terrnino tan arcaico como do recordarla, era una zona en forma de riii6rr y llcna de rayas en un
commodiousness. En castellano, en camblo, no se plantea este prob]ema. En grafico que rnostraba la relaci6n entre la temperatura y la humedad.
resumcn, he tratado de respetar el genio del idioma, para ser asi traduttore y El contort se hallaba dentro de ese rifion y su contrario en todas las
no traditore. demas partes. Aparenternente, era lo unico que necesitabamos saber
acerca <lei tema. Curiosa omisi6n en un programa de estudios que en
todas las otras cosas era muy riguroso, uno habria pensado que el
confort era una cuestion clave en el aprendizaje de la profesion dear-
quitecto, coma la justicia en la abogacia o la salud en la medicina,
O sea que escribo a partir de la ignorancia. No pido perdon por
ello, pues como dijo una vez Milan Kundera, "el ser escritor no signi-
fica predicar u na verdad, significa descubrir u na verdad". El obietivo
de este libro no cs convencer sino tratar, mas bien, de descubrir -y
sabre todo de que yo descubra-> el significado de! confort. Crci que
esto seria rclarivarnente facil, o por lo menos scncillo. Ese fue mi pri-
mer error. Tarnbien crei, pues hada poco quc habia terrninado un li-

9
desempefiarian un pa-
de la casa. Tambien en eso me
la dornesticidad era una idea que no le-
con la tecnologia, o por lo menos una idea en la cual
era una consideraci6n claramente secundaria.
\Y/, R.
habta proyectado y construido casas, y la expcriencia habia
LA CASA BARCO
a vcces inquietantc, pucs vi que las ideas sabre arquitcctura que
Hemmingford, Quebec
se habian cnsefiado en la Escuela solian pasar por alto =-cuando no
coruradeclan cotalmcntc- las ideas convencionales de mis clientes
accrca del confort. No es que yo fuera un proyectista caprichoso, y
sicmpre trataba de ajustarme a lo que me pedian mis clientes, pero
por lo general lo hacia con una vaga sensaci6n de cornponenda, Bas-
ta quc mi mujer y yo construirnos nuestra propia casa no descubri
personalmcnte la pobreza fundamental de las ideas arquitect6nicas
modernas. Me encorure volvicndo una vez tras otra a recuerdos de
casas mas anliguas y de habitaciones mas antiguas y tratando de com-
prender que es lo que habia hecho que me pareciese tan bicn, tan
confortablc. Tambien empece a sospcchar, yen esro no me equivoca-
ba, que las mujeres comprenden mas acerca de la comodidad domes-
tica que los hombres.
Este libro no trata de la decoraci6n de interiores. Mi terna no es
tanto la realidad de la casa como la idea de la casa, y aunque en es-
to interviene la historia, lo que me preocupa es el presence. En lo
que a la historia respecta, he recurrido a la labor de muches estu-
diosos, mencionada en las notas, pero desearia destacar dos textos
con los cuales tengo una deuda especial de gratitud: la extraordina-
ria incursion de Mario Praz en el pasado, An Illustrated History of
interior Decoration (Landres, 1964), y la obra de Peter Thornton
Authentic Decor (Nueva York, 1984), cuya erudici6n jamas podna
yo aspirar a igualar. ·
Desearia agradecer los consejos y la asistencia de las siguientes
personas. mi mujer Shirley Hallam .;..:..Ja primera que lee y comenta to-
do lo que escribo-, John • aliento cuando este llbro no
V'-''-'""'u y mis editores Stacy
McGill tuvo la amabili-

11
CAPITULO 1

La nostalgia

Si11 embargo, en la medida c,n que exista una referencia asi a


un pasado bistorico, lo peculiar de las tradiciones "inuenta­
das" es queen ellas la continuidad es en gran medida ficticia.

f!RJC !IOBSD,\WN
la invenci6n de la tradicion

Todos hemos vista a ese hombre que parece encontrarse tan como-
do; nos mira desde las paginas de publicidad de las revistas, El pc-
lo canoso, cortado muy corto, le anade edad -no tiene mas que
43 anos-, igual que la camisa arrugada y Jos pantalones vaqueros
destefiidos ocultan que gana mas de diez millones de d6lares. Ape-
nas si vernos una sugerencia de esto ultimo en el Rolex de plata
dlscretarnente sernioculto por la manga de la chaqueta, asi como
las botas del Oeste hechas a mano. No se advierte lnrnediatamente
con que se gana la vida. Bueno, sabernos que pese a la ropa de
KATE GREENAWAY, Dos niiias tomando el Ii (1879)
traba]o destenida que lleva, no es
un bracero, los trabajadores mi-
grantes no llcvan chaquetas deportivas discretas de Jana y mohair.
Podria tratarse de un atleta profesional o de un proveedor de cer-
vezas ligeras y de desodorantes, pero lleva una ropa demasiado
discreta, y en todo caso le falta cl bigote. Sin embargo, trabaje en
lo que trabaje, parece que le sienta bien: una media sonrisa le cru-
za la cara atezada. Pero sus ojos no transmiten la mirada vacua de!
maniqui profesional ni la sonrisa autosatisfecha de la persona fa-
rnosa; este hombre parecc sentirse a gusto. "Miradme", dice, "po-
dria vestirrne come me diera la gana, pero no necesito impresionar
a nadie, ni siquiera impresionarte a ti. Sencillamente, me siento
bien asi." Como todos los anuncios, scan de cigarrillos o de lucha

13
contra el cancer, sirven para vender algo, lo unico que podemos prendas no son replicas fieles de vestidos de epoca, si tienen
. concluir es que lo que este hombre vende es confort. aspecto que refleja la forrna en que la genre ve diversos perio-
Naturalrnente que este hombre se slente c6rnodo. iPOr que no se romanticos de la historia de los Estados Unidos. Las hemes vis-
lo iba a sentir? Es propietario del 90% de una emprcsa cuyo volumen to codas antes, en cuadros, en fotos, en la television y, especial-
anual de ventas ascicnde a 1.000 millones de d6lares. Segun se dice, mente, en el cine.
en 1982 su renta neta, despues de pagar irnpuestos, Iue de 15 millo- · Lauren entiende de cine. Uno de sus primeros disefios parn. ropa
nes de dolares. Goza de todos los privilegios que comports un exito de etiqueta de hombre consisti6 en un esrnoquin negro, una camisa
asi: un duplex en la parte alta de la Quinta t\venida (de eso hablare- con cuello de pajarita, guantes blancos y una bufanda de seda blan-
mos mas tarde), una finca en \X'cstchester, otra en Jamaica, una casa ca. Cuando el New York 'times public6 un articulo sobre su desfile,
de playa en Long Island, un rancho de 4.000 hectareas en Colorado dijo que esa ropa "salla de una pelicula interpretada por Leslie Ho-
y un avion de reacci6n privado para desplazarse de una residencia a ward"; el propio Lauren se presento vestido con un traje negro a ra-
otra'. yas "diplornaticas" y al periodista le recordo a Douglas Fairbanks'. El
iQuc hace este capitan de ernpresa, este rnultirnillonario, este sirnil cinematografico iba bien, pues Lauren acababa de disefiar el
hombre que se siente a gusto? Idea formas de vestir para los de- vestuario masculino de una version filmada de El Gran Gatsby. Du-
mas. I lace cincucnta anos podria haber side sastre o rnodista, si rante algun ticmpo se pusieron de moda las prendas inspiradas en
hubiera vivido en Francia, lo habrian calificado de couturier. Pero los afios 20; Lauren dijo que la genre se vestia para tener exito. Unos
Hamar sastre a Ra! ph Lauren es como calificar de contratista de anos despucs, en la pelicula Annie Hall se vieron muches de sus di-
obras a la Bechtel Corporation. El terrnino no transmitc el volumen senos; aquel afio se pusieron de moda las prendas c6modas y relaja-
ni la cscala Internacional de! negocio. Un sastre hace ropa, la em- das que llevaban sus estrellas, Woody Allen y Diane Keaton. Esta
presa de Lauren concede licencias a fabricantes de cuatro continen- tendencia al aurezzo, junto con una carrera que debe tanto a la pu-
tes que producen articulos que se venden en mas· de 300 comercios blicidad como a los desfiles de modelos y a la revista Vogue, no le
que llevan su nornbre, ademas de en las boutiques especializadas ha significado a Lauren una posicion segura en el mundo de la mo-
de grandes almacenes de los Estados Unidos el Canada Inglaterra da. Es improbable que jamas se haga una rctrospectiva de Ralph
Italia, Suiza, Escandinavia, Mexico y Hong-K~ng. A medida que s~ Lauren en el Musco Metropolitano, como la que sc hizo en 1984 so-
empresa ha ido creciendo, tambien se ha ido divcrsificando. Empe- bre Yves Saint-Laurent.
z6 modestamente, con corbatas, pero pronto Se ampli6 a ropa de Que el diserio de moda sea o no un arte es discutible, pero no ca-
hombre, despues ropa de mujer y ultirnamente una Ilnea especial be duda de que hoy dia es un gran negocio. Todo se inici6 en 1967,
nifios. Ahora Ilevan su imprimatur perfumes, jabones, produc- cuando Yves Saint-Laurent, el nino prodigio de la alta costura que ha-
. zapatos; maletas, cinturones, carteras y gafas. La bfa sucedido a Christian Dior como principal modista de Pads, inau-
Lauren es la mas moderna del rnundo. es el disefiador gur6 Rive Gauche, cadcna de tiendas que vendfa ropa cara pero pro~
ducida masivamente con la etiqueta, ahora famosa, YSL. Rive Gauche
la atencion acerca de la ropa de Lau- result6 ser un gran exito (ya tiene mas de 170 tiendas en todo el
Se basa en imagenes do- mundo) y al cabo de poco tiempo otros costureros como Courreges y
la granja en Ia pradera, Givenchy prestaban -es decir, vendfan - sus talentos a las empresas
Esa sensaci6n de deja de pret a porter. !ncluso la conservadora Chanel sucumbi6 a esa ten-
de imagenes, Aunque dencia, aunque no hasta la muerte de su fundadora.

15
La alta costura habia aportado el glamour a la industria de la mo- · y la decoraci6n de lnteriores es muy antigua, Observese
da, pero ahora la ropa hecha se convirtio en su modus oitendr . En el de Hogarth: un interior de principles de la era georgiana.
· proccso, muchos dlsefiadores adquirieron una relacion claramente co- suaves talladas en los muebles hacian conjunto con los ri-
mcrcial con los productos que firrnaban, si han visto ustcdes a atletas de la epoca y complementaban los voluminosos vestidos
anunciando ropa de golf o zapatillas de tenis, comprenderan a que las mujercs y los cncajcs y las compl!cada~ pelucas.,de los ?om-
me refiero, Resulta dificil creer que, por ejemplo, Pierre Cardin cstu- Los interiorcs algo pomposos del siglo XIX tarnbien rcfleia?an
vicra jamas dispuesto a llevar muches de los perfumes ode las pren- las rnodas <lei vcstuario; las sillas con faldones y las cortinas recogidas
das (que se fabrican en un taller infecio de Bombay) que llevan su ; ·· itaban Jos detallcs de c6mo se utilizaba cl pane en las faldas y en
nombre. Es cvidente que en muches casos los propagandistas de la irn vestidos, y cl papel de pared copiaba los diserios utilizados en los
moda tienen poco o nada que ver con el disefio de sus productos, en tcjidos. La riqueza de los muebles Art Deco reflejaba los lujosos ata-
todo caso, sus reputaciones, corno las de Arnold Palmer o Bjorn de sus propietarios.
Borg, se ganan en otra parte. En ese scntido, por lo menos, por lucra- Y. ·c6mo sc propone Ralph Lauren vestir la casa moderna? La 11-
tiva quc sea la cornercializacion masiva, no es mas que un aspecto a ·d~ productos -Jlamada la CoJecci6n- comprende todo lo ne-
marginal de su vida. ne d I C l ., ,
ccsario para decorar la casa. El objetivo ~ a ,o eccion es, scgun
Al contrario que Cardin y Saint-Laurent, cuyas carreras se fundaron diccn los publicitarios de Lauren, un mcd10 casero total. Ahora sc
en los saloncs mas exclusives de la rnoda, Lauren nunca fue costure- pucde uno poncr una bata de Lauren, calzarse con un par de 7.apa-
ro, dcsde cl principio lo quc le importaba era cl vestuario producido tillas de Lauren, ducharsc con jab6n de Lauren, sccarse con una
en rnasa, y asl fue adquiriendo una vision de lo quc le gusta a la gen- toalla de Lauren, cruzar la habitaci6n pisando una alfombra de Lau-
te, y no a la elite. Su reputacion como disefiador ha sido resultado de ren contcmplar el papel de pared de Lauren y meterse entre saba-
su exito cornercial, y no a la inversa, Muchas veces se olvida su in- nas' de Lauren, bajo una manta de Lauren, mientras se bebe una le-
fluencia sobre la forma en que se visten los estadounidenses, precisa- che tibia en un vaso de Lauren. Ahora ya ~uede uno ser parte de!
mcnte porque ha sido indirecta. Muchas de las mujcrcs que copiaron anuncio.
las chaquetas sucltas de tweed de Diane Keaton o las carnlsas gran- Sin embargo, es dudoso que esta sea "la siguicntc cima de comcr-
des de hombre en 1977 no se daban cuenta de que estaban imitando cializaci6n de un cstilo de vida", como lo ha calificado un disLribuidor
originales de Lauren. La moda de los 80 de ropa <lei tipo de las uni- entusi3Sta'. Para cmpezar, la Colecci6n tendra una clientcla limitada.
versidades de elite de Nueva Inglaterra ....:..1a llamada "moda universi- Lus accesorios domfsticos de Lauren, quc no sc producen en masa,
taria"- tarnbien estaba inspirada por Lauren. :,un carus v :><'>lo :..e v(:ndcn en grandcs almaccncs earns de grnndes
iQue tiene esto que ver con el confort dornestlco? En 1984, Ralph ciudades c; >mo Ch101,~<>. D.Jll:.1:,- y Los A1l~elcs. Ad~mas, pcse a la lar-
Lauren anuncio que iba a ernpezar a trabajar en acccsorios para la ca- g3 lista de pr< 1ductos ·Jc Lturc11, b Cok:u.:i6n cs lirnit:1da y no com-
sa, Lo unico sorprendente es que tardara tanto en hacerlo. La relacion ;)rende una gama complcta de mueblcs: hast::i ahom s<>lo hay dispo-
nibles unos cuantos muebles de enea. Sin embargo, merece la pena
examinar c6mo interpreta las imagenes populares de la casa una gran
• Fue el rnodista Charles-Frederic Worth el que invento cl. terrnino de "alta
empresa cuyo exito se basa en comprender que prcndas de vestir
costura" en 1858. Durante mucho tiempo s6lo podfan utllizarlo las casas de
modas rcconocidas por la Office pour Art et Creation de! Gobierno de Francia. gustan al publico. .
Curiosamente, la alta costura no era la acrcditaci6n mas alta. A Jos productos Voy a 131oomingdale's, la tienda de Nueva York para el consum1-
de las casas de modas Irias selectas sc los callficaba de "crcaci6n de costura". dor de clasc media alta, a contcmplar esta pr6xima cima. "La moda

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<lei estilo de vida", dice una voz cuando salgo de la "Purasangre" es igual de delicada. es la habita-
mecanica, Asombrado, me doy la vuelta. Ahl esta el, cl hom-
l"'S<"'.'lli~rn. c:aballero residente en el campo, con colores oscuros
se siente a gusto, estrella <lei video sobre sus propios pro- con el cobre brillante de la cama y los relucientes
ductos. Mas alla de! monitor de television esta la entrada a la bouti- de caoba de las paredes. Abundan los motives de faisanes
que de Accesorios Domesticos de Ralph Lauren, que consiste en una al igual que los cstampados con dibujos de arnebas y los
de habitaciones en las cuales se cxhiben los productos de Lau- l.u.,u,,v., escoceses'. Las parcdes estan cubiertas de disenos de cua-
ren. Me recuerdan cl Musco Shelburne de Vermont, donde sc exhi- de tartanes y de sodas. El efecto es un taruo abrurnador, co-
bcn accesorios y objctos en casas rcalcs como parte de marcos habi- cstuviera uno atrapado en cl interior de! armario de Rex Ha-
tacionales rcccnstruidos. Eso conficre a unas habitacioncs historicas Al pie de la cama hay un par de betas de montar. Las fotos
la imprcsi6n de que estan habitadas, En Bloomingdalc's las habita- para la publicidad incluian a dos podencos adormilados entre
clones de Lauren tambien esian totalmente rcconstruidas, con pare- tweeds. Los busco en este confortable contexto, pero debe de
des, techos e incluso veruanas, y mas bicn parecen cstudios de cine que ahi fue don de Bloorningdale's dijo que bastaba ya. En "Pu-
que tiendas. la mesa de cornedor es claramente angl6fila: teteras, hue-
Resulta que la Colccci6n no esta formada por una linca, sino por veras y un plato para bollos ingleses, asi como otros ornamentos
cuatro. Cada una de ellas ticne su nombre: "La Cabana de Troncos", · con escenas de jugadores de polo a caballo. Un periodista britanico
"El Purasangre", "Nueva Inglaterra" y "Jamaica". Las paredcs de Ja caritativo lo calific6 de "una lnglaterra de suefio filtrada por
"Cabana de Troncos" estan encaladas y el techo se sustenta sobre el prisma de la ftnura estadounidense'".
unas vigas de madera sin desbastar. Mantas a cuadros de! Ocste y "Nueva Inglaterra" contiene s6lidos muebles dcl tipo antiguo de los
rurales cubrcn la enorme carna de rnadera. La carna, adernas, Ileva Estados Unidos; podria tratarse del dorrnitorio de una posada rural y
una colcha de francla suave con almohadas, sabanas y faldones a restaurada de Vermont. Los colores son suavcs, la tela de las parcdes
El mobiliario rural csra evidenternente hecho a mano y con- cs grucsa y lleva rayas de colores suaves a tono con la ropa de cama
bien con la alfombra de chimenea tejida por amerindios. Junta de pique. Es la monos teatral de las cuatro, la sobriedad de Nueva In·
par de botas de la. marca Bean; en la mesilla hay glaterra no se presta a la dramatizaci6n.
que todo el mundo prefiere para leer en Los cuatro temas tienen mucho en comun. Estan inspirados por
""""u,"u' Geographic. El efecto general las casas de! propio Lauren: su escondite en Jamaica, el rancho y la
en mueblcs de unos panta-

. Evidcnterncnte se ha disefia-
centre de una habitaci6n blanca y • Sin duda, Lauren no tiene conciencia, al igual que casi nadie, dcl origen
dose! envuclta en algo que parece rcciente de los cuadros de los tartanes cscoceses "tradicionalcs". La idea de
serun rnosqulrero. Los colores de la ropa de vincular un determinado tipo de tartan a diferentes familias ocurri6 en la pri-
--·,----" suizos y cl cdrcdon de chambray son fe- mcra parte de! siglo XIX -no en los tiempos nebulosos de la antiguedad ccl-
ta- y, al igual que la propia falda escocesa, fue una invenci6n moderna. I.a
La ropa de cama y de mesa llcva encajcs y va
introducci6n de esros tartanes fue resultado de culto que rend\a la reina Vic-
de flares. Si el habitante de la "Cabana de
toria a las Tierras Altas de Escocia, de lo que es muestra el castillo de 13almo-
ha salido a cazar alces, los propictarios de esta casa deben ral, su casa de campo escoccsa, y de una campana de ventas por fabricantcs
porchc bebiendose un planter's punch. de panos que trataban de desarrollar mayores mercados para sus productos~.

19
rico" *. Viejo, en la mayoria de los casos, significa cntre
granja de Nueva Inglatcrra", Se destinan al numero cada vez mavor
1930. Por ejcmplo, cl contexto de la cabana de troncos pre-
de pcrsonas que ticncn casas secundarias e incluso terciarias en cl
la cstudiada rusticidad de toc6n de cedro que solla caractcri-
Iago, junto a las pistas de esqui o en la playa-, y por eso siguen
pabellones de caza de los rices a fines del siglo pasado,
modelos ruralcs. Al rnismo tiempo, cs probable quc la confortable
Lauren, que cs partidario de la conservaci6n de la fauna,
inforrnalidad de estos accesorios sea tan adecuada para apartamen-
cuidadosamente las cabezas de ciervo disecadas en la
tos y casas en la ciudad corno para las casas de fin de scmana. Los
La "elegancia y el refinamiento del Viejo Mundo" de los ac-
mucbles tarnbien son una extension de los disciios de Lauren para
jamaiquinos recuerdan cl ritmo pausado de la vida en las
ropa, a los que sc ha calificado de "del Oeste y dcporiivos o con-
con porches blancos de la isla durante su periodo colonial. El
scrvadorcs y confortablcs'". En cse sentido son esccnarios, para los
de caballero rural que evoca "Purasangre" podria ser la ha-
cuales ya se han discfiado los vestuarios. Esta tcndencia a coordi-
de Lord Sebastian Flyte en Retorno a Bridesbead, de
nar la ropa con los acccsorios ha de coruinuar en otros dos temas
Waugh. Pero no se trata de una dccoraci6n de epoca en cl
que no sc exhibicron en Bloomingdale's: "Marinero" y "Safari". El
primcro cstablcccra un esccnario adecuado para cl yate, cl segun-
sentido convencional: carece de los detalles espccfficos y cohercn-
do transmitira, segun cl discnador, la scnsacion "de un cazador que
tes del ncogeorgiano o el franccs antiguo, por mencionar dos esti-
los conocidos. A Lauren no le interesa tanto recordar el aspccto au-
se baja de su Range Rover y se lleva a la cara su fusil para cazar
de una cpoca hist6rica como cvocar el ambiente hogareno
elefantes'".
tl".:1.dicional y de s6Jida domesticidad que se suelc identificar con el
Los escenarios tienen algo mas en cornun, algo que se ha conver-
tide en la caracteristica del estilo Lauren. Uno de sus conjuntos ini- pasado.
elates Y mas cxtravagantes para hombres consistia en una chaqueta . Esta aguda conciencia de la rradici6n es un fen6meno moderno
de tweed de Donegal con trabilla a la cspalda y bolsillos de fuelle, que refleja uo anhclo de costumbres y de rutinas en un mundo carac-
con pantalones blancos de Iranela, alfiler para cl cuello y zapatos in- tedzado por un cambio y una ionovaci6n constantes. La rcvercncia
gleses de cuero grueso. "lnmediatamcntc se comprende que el caba- por el pasa<lo se ha convcrtido en algo tan fuertc quc, cuando las tra-
llero asl vestldo pcrtenecc a un club privado y conduce un Rolls diciones no cxisten, muchas vec~s sc invcntan. !-lay otros ejemplos,
Royce (o por lo menos quiere dar esa impresion)", decia una colum- ademas de los cuadros de los tartanes escoceses. Cuando Inglaterra
na de moda, que lo clasificaba de "estilo Vanderbilt" 9• adopt6 un himno nacional, a mediados de! siglo XVlll, casi codas las
·. En muches de sus disciios rccicntes de ropa, Lauren ha logrado naciones europeas siguicron rapkbmente su cjemplo. En algunos ca-
rnodcrar una rendencia a evocar los simbolos yel estilo de la rique- los resultados fueron curiosos. Por ejemplo, Dinamarca y Alema-
za de principios de siglo, pero la principal influencia en la forma nia se limitaron a ponerlc letrn propia a la melodta inglesa. Suiza si-
gue cantando Rufi die, mein Valerland con la rnelodfa de mos Salue
· en que trata sus accesorios sigue siendo lo que un socio suyo califi-
al Rey, y hasta que cl Congreso adopt6 un himno nacional oficial

Scg(1nla mujer de Lauren, "los sitios en que vivirnos son como una espe- • Las fricciones cntre nuevos ricos y vicjos ricos dieron un giro extrano hacc
dc suefios de que se han hecho realidad. Pero en cuanto l!ega a poco, cuando sc inform6 de que Ralph Lauren habfa denunciado por infracci6n
quedc pcrfecto. Diseiia para cada una. Si no de "su" logo a una organizaci6n quc habfa tcnido la osadfa de utilizar como in-
quizas habria disciiado de todos modos una li- signia la figura de un jincte quc blandfa un taco de polo. I.a organizaci6n
eso le dio cl estimulo'". dcnunciada era la Asodaci6n Estadounidcnsc de Polo, fundada en 1900".

21
-en 1931-, los estadounidenses cantaban Patria, a Ti Te Canto de F. Scott Fitzgerald, pero aunque los
la misma musica monarquica. La Marsellesa es original y autentica, se ataviados con sus americanas azules navegaban
escribio durance la Revolucion Francesa, Pero el Dia de la Bastilla se metros con cubiertas de ceca -<:on una tripulacion
celebr6 por primera vez en 1880, un siglo despues de[ aconteclmien- ._1H!iu•cr--. casi rodes nosotros tenernos que satisfacernos con. un
to conmemorado. flbra de vidrio techado en Detroit. "Safari" recuerda una
Otro ejemplo de tradicion inventada es la moda popular de los en la que [os estadounidenses y los europeos ricos podian ir
llamados mueblcs Arnericanos Antiguos o Coloniales. Casi toda la a matar todo lo que quisieran, hoy dla, si van, es mas pro-
genie se imagina quc representan un vinculo con los valores de los que lleven una Minolta que un Mannlicher, corno hacia He-
Padres Fu ndadores, cl Espiritu de 1776, pane integrante de! acervo La Jamaica real posterior a la independencia, mas que re-
nacional. La verdad es que el estilo colonial no debe su existencia el atractivo de! Viejo ~..!undo, consiste en gru pos turisti-
a una continuidad ininterrurnpida transmitida de padre colonial a drogas y rastafarios amenazantes. En cuanto a los simples pla-
hijo rcpublicano, sino a las conmcmoracioncs, mucho mas re- del ho gar im plicitos en "Cabana de Tron cos", se han vis to
cicntes, de! Centenario, o sea, de 1876". El Centenario alento la u,u,,_.,.,,..,, o al menos cornplementados, por el ala delta y las mo-
Iundacion de rnuchas de las llarnadas sociedades patrioticas, coma todoterreno.
tos Hijos de la Rcvoluci6n Norteamericana (ya desaparecidos) y las Loque tarnbicn rcsulta llamativo acerca de esos interiores tan bo-
Hijas (iodavia en activo), las Damas Coloniales de Norteamcrica y cs la ausencia de tantas de las cosas que caracterizan la vida
la Socicdad de Dcscendientes dcl Mayflower. Este nuevo intcres En vano buscarernos radios despertadores, secadores de
por la gcnealogta se debio en partc al Centcnario en si y en parte a electr6nicos o jucgos de video. En los dormitories hay piperos
los esfuerzos de la c!ase media ya establecida para distanciarse det humedecedores de cigarros, pero no telefonos Inalarnbricos ni te-
nurnero cada vcz mayor de nuevos inrnigrantes, en su rnayoria no En ta pared pueden verse raquetas para la nieve, pero
britanicos. Esre proceso de autcntificaci6n cultural se rcforz6 a la puerta no hay betas para la rnoto de nieve. En el escena-
cuando las casas sc cmpezaron a arnueblar en cl llamado estilo rio tropical vemos un ventilador de techo, en lugar de un acondicio-
Colonial, lo cuat subrayaba cl vinculo con el pasado. Como suele nador de aire. Sc ha escondido la impedimenta. mecanica de la vida
ocurrir con las tradiciones invcntadas, el resurgimiento Colonial fue contemporanea, sustituida por cajas de munici6n con cantoneras de
un reflejo de su propia epoca: ct siglo XIX. Su gusto visual garrafas de plata para elagua en la mesilla y libros encuader-
lnfluido por la moda arquitect6nica inglesa de la epoca -cl nados en cuero.
Ana-, que no tenia nada que ver con Ios Padres Pe- Es de reconocer que esos escenarios no son autenticos interiores,
pero cuyo aire confcrtablernente hogareiio atrata a un sino unicamente contextos para lucir los tejidos, las mantelerias y la
por las extravagancias de los Anos Dorados en ropa de cama que forman la Colecci6n de Menaje; es improbable que
nadie jarr_ias amueblara su casa para que se pareciera a !os folletos de
tradiciones inventadas por Lauren se derivan de la imagina- publicidad de Lauren. Pero no es eso lo que importa; a menudo los
literaria y cincmatografica. La vida inglesa de campo que su- anuncios representan un mundo estilizado que no es totalmente real,
"Purasangre" ya estaba en decadencia cuando escribia sobre pero que refleja la vision que tiene la socicdad de c6mo deberian ser
Waugh, hace 40 anos. Hoy dla, en los sitios en los que persiste las cosas. Se han clegido esos temas para sugerir imagenes populares
caza del zorro, se practica casi en secreto, para evitar los ataqucs informales y c6modas, reminiscences de riqueza, estabilidad y tradi-
de varios grupos ecologistas y de proteccion de la fauna. "Marine- ci6n. Loque omitcn es can revelador como lo qoe incluycn.

23
No cabe mucha duda de que estas habitaciones tan ordenadas hay un reloj para fiacre Baum & Mercier que
desequllibrarian si se introdujeran en ellas objetos modernos. uc..1.v1;vu,,11 de madera de peral, con apliques de co-
igual que un director que rueda una pelicula "de rornanos", y que ha es de cuarzo, En carnbio, un producto estricta-
de eliminar los cables telefonicos y el ruido del avi6n que pasa por como una forocopiadora, no tiene precedences, no
encima, Lauren se ha distanciado de! siglo XX. Frente a la chimenea UC..tUL<,uv, Y Si $C intentara hacer CSQ, C] resuhado SCrl3 mas
de piedra no hay ropa interior terrnica puesta a secar, en la mesa no corno cuando se disfrazan los aparatos de
hay una tostadora elcctrica que cheque con lo hogareno tradicional que parezcan credencias de estilo Colonial.
de "Cabana de 'Ironcos", igual que no hay una computadora perso- a distancia el mundo modcrno. Esos interiores de
nal en la mesa de trabajo de "Purasangre" . .:Cc>mo hacernos para que los escenarios de la Coleccion Lauren, tiencn la aparicn-
la realidad enca]e en este mundo de ensueiio? Una forma es ni si- estilo de vida que ya no existe. Su realidad no es mas pro-
quiera intentarlo, La central de Estee Lauder Incorporated, gran em- el revcstimiento de las paredes, un cinico sefialaria que la
presa de la cosrnetica, se halla en el edificio de la General Motors de 'del despacho Luis XVI naci6, de hecho, en Queens, y cl senor
Nueva York. Las oficinas principales son convencionales, el despa- en Brooklyn (Lauren, ese otro ang!6filo, se cri6 en el Bronx).
cho de la presidents no: se parece a una salita de un castillo de! Loi- si el estilo de vida es un recuerdo o una mera irnagina-
ra. El escritorio de Estee Lauder es Luis XVI, al igual que las dos si- significa una nostalgia muy gencralizada. iEs que este desco de
llas que lo flanquean, Los dos siJlones son Segundo Im perio, el sofa fr:-:idici6n es sencillamente un furioso anacronismo, o refleja una insa-
es de la Belle Epoque y la lam para es Bouillotte f ranees (cvldente- mas profunda con el entorno que ha creado nuestro propio
mcnte, en lugar de velas hay bornbillas electricas), Los unicos obje- moderno? ,:Que es lo que echamos de rnenos y que tanto bus-
tos rnodcrnos son dos telcfonos". L~ oficina de Malcolm S. Forbes, en el pasado?
propietario de la revista Forbes, ni siquiera hace esa transaccion con
la modernidad. No hay ningun telefono que agreda la elcgancia del
doble escritorio georgiano, flanqueado par un par de sillas Reina
Ana y por un magnifico butac6n Chippendale. Del techo cuelga un
candelabra que ilumina el despacho de paredes de caoba, construi-
do inicialmente en el siglo XIX y sin ninguna sugerencia del XX. Se
trata de un ambientc tan adecuado para beberse una copa de oporto
de buena afiada como para hacer negocios".
Este tipo de verosimilitud hist6rica es dilfcil de conseguir, y evi-
dcnternente es caro. En todo caso, junta a las oficinas del senor For-
bes y de la senora Lauder estan los telex, las procesadoras de textos,
las sillas ergonornicas de las mecan6grafas, Jos archivadores de acero
y las luces fluorescences que son necesarias para el buen funciona-
miento de una ernpresa moderna. Uno de los rnotivos por los cuales
todo este equipo esta Iuera de los dos despachos es que no resulta
facil intcgrarlo con un salon Luis XVI ni con un estudio georgiano.
Hay pocos aruculos modernos que sc presten al camuflajc en disfraz

24 25
CAPITULO 2

Lo intimo y lo privado
Y, sin embargo, Jueprecisamente en ese contexto nordico, apa­
rentemente sombrio, donde naci6 Stimmung, el seniido de la in­
timidad.

M.\RlO !'RAZ
Historia ilustrada de la decoracion de interiores

la habitacion que ilustr6 Alberto Durero en su famo-


San Jeronimo en su escritorio. El gran artista de! Renaci-
siguio las convenciones de su epoca y no mostro a aquel sa-
principios del cristianisrno en un contexto de! siglo V -ni en
donde vivio en la realidad=-, sino en un escritorio cuyo arno-
era ripico de la Nuremberg de Durero a principles del si-
XV. Vemos a un anciano inclinado sobre lo que esta escribiendo
rinc6n de una habitacion. La luz entra par una gran ventana
coronada por un arco. Contra la pared, junto a la venta-
un banco bajo. En el hay unos cojines con borlas; los asien-
tapizados, en !os cuales los cojlnes formaban parte integrante del
.,.,.·"''""'"v, no aparecieron hasta cien aiios despues. La mesa de madera
disefio medieval: la tabla esta separada del bastidor, y si se sa-
par de clavos, todo se puede desrnontar Iacilmente cuando no
a utilizar, Junta a la mesa hay un taburete con respaldo, pre-
de Ia silla lateral.
tabla de la mesa esta vacia, salvo un crucifijo, un tintero y un
todo lo dernas esta Ueno de posesiones personales, Bajo el
ha quedado u n par de zapatillas. Los libros colocados a! azar
ABERTO DU RF.RO. San Jer6nimn en su escritorio (l 514). banco no son mucstra de descuido. todavia no se han inventa-
estanterias. En la pared de arras hay un soporte para notas he-

27
chas en papel, donde tambien se encuentran una navaja y un par ,. u,.,v~. escritores Jes resulta agradable trabajar en un es-
rijeras. Encima hay una repisa con palmatorias. De unos "~''~"V"'· el mio esta lleno de libros a medio abrir, en-
cuclgan un rosario y un cepillo de paja, probablernente, la "'"''""''a.· revistas, papeles y recortes de periodicos.
contiene algo de cornida. En un nicho en la pared hay un alga en este mont6n tan precario es como jugar a los
con agua bendita. El unico objeto decorative de la habitacion cs , ...... ~·~·- que avanza cl trabajo, el mont6n se va haciendo
cu riosa calabaza que cuelga de! techo. Salvo los obietos "'01'""'"'~ espacio abierto en el que escribo mas pequeiio. Aun
-un sombrero de peregrine, una calavera y un reloj de arena- me resulta c6moda; hasta que termino un capitulo
hay gran cosa que llame la atcnci6n, salvo, naturalmcnte, el leon vuclve a quedar totalmente vacio, nunca me siento in-
rncsticado <lei santo, que dormita en primer piano. El resto de escritorio ordenado puede intimidar tanto corno una pa-
objetos domesticos resulta conocido, de hecho, nos da la
de que facilmente podriamos sentarnos en el taburete con no es lo ordenado. Si no, todo el mundo viviria en re-
que esta desocupado y considerarnos en casa en este escritorio fun- tipo de las casas esteriles e impersonates que se ven en las
clonal, pero no austere. disefio de lnteriores y de arquitectura. De lo que carecen
El estudio en el que yo escrlbo ticne un tarnafio parecido. Como inmaculadas, o lo que unos fot6grafos astutos han
esta en un piso alto, el techo traza un angulo agudo para enconirar- i..;rn, .... , .. ~,v Jaboriosamente, cs de toda huclla de que estan habitadas
se con las paredes bajas, y si levanto la mano me resulta facil tocar humanos. Pese a los jarrones artisticamente situados y a los
el ciclo raso de rnadcra, que se parece a la quilla de un bate volca- arte expucstos como por azar, no hay indicios de que esten
do. Hay una ventana que da a! oeste. Por la maii.ana, que cs cuando Esos interiores impecables me fascinan y me repelen. iPue­
suelo trabajar, deja cntrar una luz palida quc se refleja en las pare- gente vivir de vcrdad sin desorden? ,Como se impide que el pe-
des blancas y en el techo de cedro para caer sobre la alfombra gris dcl domingo quede desparramado por todo cuarto de estar?
quc hay en el suelo. Aunque la habitacion se parccc a una buhardi- sc las arreglan s.in tubos de pasta de dientes y sin barras deja-
Ila parisiense, fuera no veo tejados, chimeneas ni antenas de televl- a media utilizar en sus cuartos de baiio! iD6nde esconden el de-
sion, por cl contrario, veo una plantaci6n, una alamcda y mas alla el de sus vidas cotidianas?
de la sierra. de los Adirondack. Esta vista -no cs lo bas- escritorio esta lleno de muchos recuerdos personales, fotogra-
para calificarla de perspecLiva- es de una domesti- y objetos -recuerdos de parientes, amigos y mi vida profesio-
Una pequeiia gouache de un joven -que soy yo- sentado en
en uni butaca de rnadera del tipo anticuado giratorio portal de Formentera. Una fotografia de color sepia de un zepel1n
hallarse en las oficinas de Ios periodicos; ticne un viejo co- que sobrevuela Boston camino de Lakehurst. Una foto de mi
Cuando uso el telefono, me echo hacia arras y casa en construcci6n. Una colgadura guyarati. Una nota en-
creo que soy Pat O'Brien en Primera Pagina. Como Ia silla tiene de una Persona Famosa. Un tablero de corcho con mensa-
puedo girar para buscar los libros, las revistas, los periodi- jes, numeros de telefono, tatjetas de visita, cartas amarillentas sin
y Jos papeles y lapices que me rodean. Tengo a mano todo lo contestar y facturas olvidadas. En la cama turca, al otro !ado dcl es-
necesario, al igual que ocurre en cualquier lugar de trabaio bien or- critorio, hay un sueter negro, unos !ibros y una cartera de cuero. La
ganizado, tratese de! de un escritor o de la cabina de un avi6n jum- mesa en la que escribo es vieja. Aunque no se tra.ta de una antigue-
bo. Naturalmente, el tipo de organizaci6n que se ncccsita para escri- dad especialmente valiosa, su elegancia recuerda una epoca en que
bir un libro no es cl mismo que el necesario para pilotear un avion. escribir cartas era un arte quc se cultivaba con calma y se realizaba

28 29
cuidadosamcnte con pluma, tinta y secante. Me siento un tanto la fabricacion del vidrio habia
gonzado al garabatear notas desordenadas en grandes cuadernos de el dla las ventanas grandes eran una
papel amarillo y barato, En la mesa, ademas de la confusion de de! crepusculo se bajaban las velas del
bros y de peri6dicos, hay un candado pesado de bronce uiilizado o al menos incomodo, escribir. La cale-
como pisapapeles, una lata llena de lapices, una cantonera sioux En cl siglo XVI las casas tenian solo una chime-
hicrro forjado y una tabaqucra de plata con la cara de Jorge II en la la habitaci6n principal, y el resto de la casa
tapa. i.Era de mi abuelo? No lo rccuerdo, La pctaca de plastico azula- En el invierno, esa habitaci6n, con sus grandcs
do debe de habcr sido suya; igual quc cl marco polaco de preguerra, y su piso de piedra, era Irigida. El llevar un ropaje
ticne sus iniciales. el de Jeronimo, no era cuestion de moda, sino de
Posesioncs personales, una silla, una mesa: un lugar donde escri- el viejo sabio esta encorvado, ello no indica piedad, si-
bir. En mas de 400 arias no cs mucho Jo que ha cambiado. ;.O sl? ticne frio.
Durero pintaba a un erernita, de forma quc resultaba natural mos- me incline sabre lo que escribo, no frente a u n atril, si-
trarlo trabajando solo, pcro en cl siglo XVI era raro que alguien tu- a la pantalla fosforea y ambarina de una proccsadora de
viera una habltacion solo para et. Pasaron mas de cien anos hasta lugar del raspado de la pluma sobre el pergamino, oigo
que las habitaciones a las cuales se podia retirar uno de la vision leves tecleos y runruneos a mcdida que las palabras pasan de
dcl publico cmpczaron a aparecer, y se las llamaba las "habitacio- mente a la maquina y de la rnemoria de la maquina a los
ncs privadas". Ast, aunque cl titulo dcl grabado dice que se irata de plastico en los que quedan registradas. Esta maquina que,
un "escritorio", en realidad era una habitaci6n con multiples usos, nos hacen creer, va a revoluclonar la forma en que vivirnos, ya
todos ellos publicos. Pese a la calma presente en esa obra rnaestra, ha atectado a la literatura: ha devuelto el silcncio al aero de escribir.
el tipo de tranquilidad y de intirnidad que solemos relacionar con de las cosas que primero se echan de menos en los cuadros anti-
el lugar donde trabaja un escritor habria sido imposible. Las casas de gente escribiendo son los cestos de !os papeles; el papel era
escaban llenas de genre, mucho masque hoy dia, y la intirnidad era ·,1,,,m,,<:,~1nn valioso para tirarlo, y el escritor tenfa que ir corrigiendo
algo dcsconocido. Adernas, las habltaciones no tenian funciones es- En ese sentido, hemos dado la vuelta al drculo, pues la
pccializadas; al rnedlodia se sacaba el atril y Jos residences en la ca- roccsa1ctora de textos ha climinado los papeles que desechar. Yo, por
sa sc sentaban a la mesa de comer. Al atardecer se desrnoruaba la contrario, apricto una tecla, la pantalla parpadca y se acab6; las pa-
mesa y el banco largo sc convcrtia en un divan. Por la noche, lo que no vallan desaparecen en una trizadora electr6nica. El
quc ahora funcionaba como cuarto de estar se convertia en dorrni- es sedantc.
tono. En este grabado concrete no se ve una carna, pero en otras As1 que, de hccho, es mucho lo que ha cambiado en Ja casa. Ai-
versiones Durero mostro al sabio escribiendo en un pcquefio podio de Jos carnbios son cvidentcs: los adclantos en cuanto a cale-
y utllizando la cama como asiento. Si pudieramos sentarnos en uno facci6n e iluminaci6n se deben a la nueva tecnologfa. Los muebles
de los taburetes con respaldo, al cabo de poco tiempo ernpezarta- en los que nos sentamos son mucho mas avanzados, estan mcjor
mos a cambiar de postura. El cojtn quo hay en el asiento protege adaptados para el descanso. Otros cambios son mas sutiles: la forma
algo contra. la dureza de la madera, pero no se trata de un sill6n en en quc se utilizan las habitaciones, o la intimidad que estas pcrmi-
el que relajarse. ten. ,Es mas confortable mi escritorio? La respuesta evidente es que
La habitaci6n de Durero contiene algunos instrumentos: un relo] pcro si se lo preguntaramos a Durero, es posible que nos sorpren-
de arena, un par de tijeras y una pluma de ave, pero no hay rnaqui- diera su respuesta. Para empezar, no cornprenderfa la pregunta.

30 31
\Que significa exactamente sentirse conferrable?", podria cl "dia de semana" medieval que distinguia
trabajaba de! Dia del Senor, el "fin de semana"
muy confuse.
1..... -{lltlC·. inicialmente describia el periodo del cierre de las
La palabra "confortable" no se referia inicialmente a la
dad ni al estar a gusto. Su raiz latina era confortare -confortar pas6 a reflejar una forma de vida organi-
consolar o reforzar- y este sigui6 siendo su significado a lo de la busqueda activa de! ocio. El terrnino Ingles, y
de siglos. Ese sentido es el que utilizarnos en frases coma . .,.,.,.,v,,~ han entrado en muchos idiomas sin modificacioncs
mucho a su madre cuando se hizo vieja". En este sentido se el weekend, das weekend). Otro cjemplo. Nuestros
rollos de papel en sus pianolas. En lo que a
en teologia: cl "confortador" cs el Espirltu Santo. Por cl carnino,
palabra "confort" tambien adquiri6 a veces sentido juridico: en la pianola y el rollo Iormaban parte de la misma
siglo XVI, en lnglaterra, un "confortador" era alguien que era En cambio, nosotros estableccmos una distinci6n entre
pike en un crimen o ayudaba en el. Esa idea de apoyo fuc y las instrucciones que le damos. Llarnarnos a la maqu i-
u ordenador y para describir las instrucciones he-
pliandose con el tiempo para incluir a personas y a cosas que
una nueva palabra, en ingles software (en espafiol
rnitian u na cicrta satisfacci6n, y el terrnino "confortable" llego a
Es alga mas que una jerga. Su adici6n al idioma se-
nilicar tolerable o suficiente. se hablaba de una carna de
memento importante".
confortable, aunque todavia no de una cama confortablc. Ese
de la palabra "confort" en el coruexto de bienestar
siendo el sentido de la expresi6n "tener una posici6n
tarnbien tiene un interes mas que lexicografico. Existen
suficiente, pero no !ujosa. Las generaciones sucesivas ampliaron
palabras en el idiorna Ingles con el mismo significado -por
ta idea de agrado y con el tiempo la palabra "conferrable"
su sentido de bicncstar fisico y disfrute, pero eso no fue hasta el
cozy (c6modo, 1ntimo)-, pero son de origen mas tardio.
ernpleo de la palabra "confort" para indicar un nivel de
glo XVlll, mucho despues de haber muerto Durcro, Sir Walter
··"''''"'''v dornestico no esta documentado hasta cl siglo XVIII. ,Como
fue uno de los primeros novelistas que la utilize en este nucvo
que haya llegado can tardfamente? Se dice que los inuits def
tide al escribir: "Me da igual que hiele en la calle, aqui dentro
tienen muchas palabras para describir una gran varicdad de
mos confortables." Los significados mas tardios de la palabra sc
de nieve. Al igual que los rnarineros, que tienen un arnplio vo-
ferian casi exclusivarnente al agrado, a menudo de caracter
para describir el tiempo, necesitan diferenciar entre la nie-
en la Inglaterra victoriana, el "confortador" ya no significaba el Re- .
recien caida y la vieja, la dura y la blanda, y asi sucesivarnente.
dentor, sino una bufanda larga de Jana; hoy dia significa uni
no sentimos esa necesidad y decimos simplernente "nie-
. En cambio, los esquiadores de fondo, que sl necesitan disrin-
palabras tienen importancia. El idiorna no es solo un medio, <
entre los diferentes tipos de nieve, lo hacen segun los colores
una cafierfa de agua, es un reflejo de c6mo pensamos. No>
la cera para los esquies: hablan de nieve purpura o de nieve
palabras unicamente para dcscribir objetos, sino tam>
No son exactamente palabras nuevas, pero st representan una
expresar ideas, y la introducci6n de palabras en el idio- ·. · •
senala la introducci6n simultanea de ideas en la conciencia. Co->
decia Jean Paul Sartre: "El atribuir nombres a objetos consiste ·.•·. 'El primer cmplco de la palabra soflwaredata de 1963 (scgun cl Oxford English
en trasladar acontecimientos inmediatos, no reflexionados, quiza ig- · • aunquc emonces solo la utilizaban los ingenicros de ordenadores. Su
norados, al piano de la reflcxi6n y de la mente objetiva"1. Tomemos en la lengua vcrnacula, yen la conciencia del publico, sc produjo mas de
anos despucs, cuando aparecicron los ordcnadores personalcs baratos.
un tcrmino como "fin de semana", que aparcci6 a fines del siglo

33
tentativa de ampliar el idiorna para atender a una necesidad
cial. Analogamcnte, Ja gente ernpczo a utilizar la palabr_a «confort
1ii1rl!f'!:!:~<le:puesde
~ ser un
transcurridos 500 aiios'.
Agujero Negro tccnologico, la Edad Media sefialo el
En

de forrna diferente, porque necesitaba una palabra especial para co" t6 cbrnieriz<> de la industrializacion en Europa. La influencia
municar una idea quc anteriorrnente no habia existido o no necesi- ettbd6 seisinti6 por lo rnenos hasta el siglo xvm en todos los
taba expresion. ./. Hof de la vida cotidiana, comprendidas las actitudes hacia Ia
Empcccmos este examen del confort tratando de comprender lo
quc ocurri6 en Europa en el siglo XVlll y por que la gent~ ~escubri9 )d:8ori1critario sobre la vida domestica durante este periodo
de pronto que necesitaba una palabra especial para describir un at~t- H.t.inctuir una imporcante advertencia: no puede referirse a ta
buto particular de los interiores de sus casas. Para ello es necesano \(6r parte de Ia poblaci6n, que era pobre. Al hablar del otofio de
conternplar un periodo anterior: la Edad Media. . .. > ~clad Media, el hisioriador J. H. Huizinga hablaba de un mundo
La Edad Media constituye un periodo opaco de la historia' \grandes 'contrastes, en el cual Ia salud, el dinero y el amor (el
abierto a multiples intcrpretaciones. Como ha cscrito un estudioso jobrindis) se apreciaban tanto por lo raros que eran como por
frances "el Renacimiento consideraba que la sociedad medieval era .stbeneficios. "En la actualidad, dificilrnente podernos comprender
escolastica y estatica, la Reform a la consideraba jerarqu lea y !{que avidez se disfrutaba de un abrigo de picl, un buen fuego
corm pta, y la llustracion considero quc habia s!do i:racional Y_ su~. fa. chimenea, una cama blanda, un vaso de vino"\ Tambien se-
persuciosa'". Los romanticos de! siglo XIX, que 1~:ahzaban l_a Edad > queel arte popular medieval, que DOSOlfOS apreciamos por SU
Media, la calificaron de la antitesis de la Revoluc1o_n !ndustn~I. Au- .. ¢iUa bel!eza, era aprcciado por sus crcadores por su esplendor y
tores y artistas como Thomas Carlyle y Joh~ R~sk~n popul~nza~o? p9n1pa. Su suntuosidad sobredecorada, que solemos pasar por alto,
la imagen de la Edad Media como una Arcadia rusuca Y ant'.me~~~1t si t1hf prueba de lo que hada falta para impresionar a un publico
ca. Esta ultima revision ha influido rnucho en nuestra prop1a v1s1on µyi:rsensibilidad cstaba apagada por las horribles condiciones en
de la Edad Media y ha dado origcn a la idea de que la sociedaq 9g¢{vivfa. Los desfi!es dispendiosos y los festivales religiosos que
medieval no solo era antitecnol6gica, sino que la tecnologia no I< 9ar,cterizaron aqueHa epoca no pueden comprenderse s6lo coma
inreresaba. . .. fest~jos, sino tambien como un antidoco contra la miseria de la vida
Esta idea es completamente erronea. La Edad Media no solo prOj ridiana5.
dujo libros rniniados, sino tarnbien las gafas, no ~61o la cate~ral, .si- 'i<)spobres tenfan unas viviendas mal!simas. No tenian agua co-
no tambicn la mina de carbon. Ocurrieron cambios revolucionarios .rite ni saneamiento, casi ningun mueble y pocas posesiones, situ a-
taruo en la industria primaria corno en la manufactura. El prime ....•. •quc, al menos en Europa, continu6 hasta principios de! siglo
caso registrado de producd6n en serie -de herraduras=- se pro~u \.En las ciudadcs, sus casas eran tan pcquefias que la vida familiar
jo durante la Edad Media. Entre los siglos X y XI [I una, explos16< rrfa peligro; aquellas zahurd.as diminutas de una sola habitaci6n
tecnol6gica produjo el reloj mecanico, la bomba de succion, el telar ... §poco mas que refugios en los que dormir. Solo babfa espacio
horizontal, la noria, el molino de viento, e incluso, a ambos lades g~ra\fos recien nacidos: a los hijos mayores se los separaba de sus
del Canal de la Mancha, el molino movido por las mareas. La base pacires y sc los enviaba a trabajar corno aprendices o sirvientes. El re-
econ6mica de toda esta actividad tccnica estaba formada por las in- sbltado de aquellas privaciones, segun algunos historiadores, fuc que
novaciones en la agricultura. El arado de vertedera y la idea de 1 -: 1 aquellos miserables no existfan conceptos como el de "casa" y
rotaci6n de Jos cultivos aumentaron la produclividad en nada me tilHia"'. El hab!ar de contort o de incomodidad en esas circunstan-
nos que un 400%, de forma que los rendimientos agricolas <lei sigl . es absurdo; se trataba meramente de existir.

35
no com partian la prosperidad medieval,
habitaclones tienen solo unos cuantos
de personas que si: los que vivian en las ~,u"'c:i1ete!
la pared, un taburete junto a la gran chimenea.
ciudad libre fue una de las innovaciones mas im portantes y
no es una afectaci6n moderna; las casas medieva-
'IS"'"""-~ de todas las ocurridas en el Medioevo. Otras socicda
muebles. Los que habia eran un poco complicados.
podrlan haber inventado los molinos de vicnto y las norias, v los i
ventaron, pero la ciudad libre, separada del campo predor~iinanl tanto para guardar cosas coma para sentarse en
rnente feudal, era algo exclusivamente europeo. Sus habitantes -I · · acomodados utilizaban a veces un area (truhe) co-
francs bourgeois, los burghers, los borghesi, y los bu rgueses :t.:in:a esoecie de cama: dentro de ella se guardaba la ropa que a
rian una nueva civilizaci6n u rbana". La palabra bourgeois apareci6 de colch6n. Eran comunes las bancos, los taburetes
prirnera vez en Francia a principios de! siglo XI'. Sc referia a los de tijeras desmontablcs. Las camas tarnbien eran aba-
caderes y los vendedores que vivian en ciudadcs amuralladas, se a fines de la Edad Media los personajes mas imper-
bernaban mediante concejos elegidos y en la mayor parte de los en grandes camas permanences, por lo general arri-
sos solo debian lealtad al rey (que estableci6 la ciudad libre o un rincon. Las camas tarnbien servian de asiento, pues la
en lugar de a un senor. Esos "ciudadanos" (la idea de la sentaba, se turnbaba y se acuclillaba donde pudiera, en
nacional es muy posterior) se distinguian de! resio de la taburetes, cojines, escalones y a veces cl suelo. De juzgar
que era feudal, eclesiastica o agricola. Eso significaba que, al pinturas contemporaneas, en la Edad Media cada uno adop-
, , .. v ... ·­ postura que le apeteda.
ticmpo que se arrastraba a los vasallos a alguna guerra local, los
gueses de las ciudades gozaban de un grade considerable de no soHa scntarse mucho la gente era en sillas. Los egip-
pendencia y podian beneficlarse de la prosperidad econ6mica. la era fara6nica habian ulilizado sillas, y los griegos anti-
que situa al burgues en cl centre de mi analisis de! confort las llcvaron a la · perfecci6n en cuanto a elegancia y comodi-
es que, al contrario que el aristocrata, que vivia en un castillo el siglo V a.d.C. Los romanos las introdujcron en Europa,
cado, o el clerigo, que vivia en un rnonasterio, o el sicrvo, que tras el dcrrumbamiento de su imperio se olvid6 la silla. Resul-
en una choza, el burgues vivia en una casa. Aqui ernpicza saber exactamente cuando reapareci6, pero en el siglo XV
examen de la casa. volvian a utilizarse las sillas. jPero que sillas mas diferentes! La
La casa urbana burguesa tipica de! siglo XIV combinaba la resi- griega tenia u n respaldo bajo y c6ncavo adaptado al cuerpo
dencia con el trabajo. Los solares para viviendas tenian fachadas Ji- La postura c6moda de un griego ocioso, con el brazo do-
rniradas a la calle, dado que la ciudad medieval fonificada tenia por sobre el respaldo bajo de la silla y las piernas cruzadas, es
fuerza una gran densidad de construccion. Aquellos edificios largos moderna. No era posible una postura asr en una
y estrechos solian tener dos pisos sobre un s6tano que se utilizaba medieval, que tenia un asiento duro y liso y una espalda alta y
como alrnacen. EI piso principal de la casa, o por lo menos la parte con una funci6n mas decorativa que ergon6mica. Durante la
que daba a la calle, era una tienda o -si el propietario era un arte- Edad Media, las sillas -incluso las butacas, que tenfan forma de
sano- un lugar de trabajo. La parte residencial no consistia como cajas- no tenian por objeto ser confortables; eran simbolos de au-
cabria prever, en una serie de habitaciones, por el contrario 'no ha- toridad. I-labia que ser importance para sentarse en una silla: la
bia mas quc una gran carnara que ascendia hasta cl cielo raso. La gente sin importancia se sentaba en bancos. Como ha dicho un his-
genie cocinaba, comia, recibla y dormia en este espacio. Sin embar- toriador, si uno tenia derecho a silla, se sentaba tieso en ella, nadie
go, los Interiores de las casas medievales reconstruidas sicrnpre pa- sc repantigaba jamas10• ·
Un motivo de la sencillcz, y la escascz, de los muebles en la Edad

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Media era ta forma en que la gente utilizaba sus casas. En la Edad M vi<la de los monjes habia de ser ascetico, no habia
dia la gente no vivia tanto en sus casas como acampaba en ellas. •C.,.·"""". para que aplicaran su prodigiosa energia e inventiva
nobles poseian rnuchas residencies y viajaban rnucho, Al despiazarss V"'""""­'~ la vida, y la mayor parte de sus rnuebles eran
enrollaban los taplces, llenaban los bancos-arcon, dcsmontaban las' ~·· ;,,<-,,,.,,,.,_ Las Sillas de espalda recta centraban la mente eh
camas y se Jlevaban todo con ellos. Eso explica por que tantos muei elevados Cy manrenlan despierto al que estaba sentado),
bles medievales son portatiles o dcsmontables. En Castellano, frances (que todavta se encuentran en los colcgios uni-
e Italiano, las palabras relativas a muebles, mobiliers y mobiiia signiff- Oxford) desalentaban las largas permanencias a la me-
caban precisarnente "lo que se puede mover?'.
Los burgueses de las ciudades eran menos m6viles, pero tambie que sorprende acerca de las casas medievales no cs la
necesitaban muebles transportables, aunque por diferentes motivos, Clos huecos que deja la arqultectura moderna nos
uu,,._,,._..,
La casa medieval era un lugar publico, y no privado. La sala estaba a eso), sino la multitud y el pulso vital que habia
en constante uso para cocinar, comer, recibir invitados, hacer nego~ Aquel!as casas no eran necesariamente grandes =-sal-
cios y, por la noche, para dormir. Esas dlferentes funciones s~ reali- comparasen con las chozas de los pobres=-, pero estaban
zaban rnediante el cambio de sitio de los muebles segun se necesi-' Ello se debia en parte a que, al no existir restauran-
taran. No habia "mesa de comedor", solo una mesa que sc utilizaba ni hoteles, servian de lugares de reunion publica para re-
para preparar la comida, comer, contar el dinero y, de scr necesario, hacer negocios, pero asirnismo a que tambien eran mu-
para dormir. Por la noche, se quitaban las mesas y sc sacaban las las habitaban. Adernas de la familia inmediata, habia
camas. El resultado era quc no se hacia ningun intento de ordenar sirvientes, aprendices, amigos y protegidos, no eran
Jos muebles de forma perrnanente. Los cuadros de interiores medic/ hogares de nada menos que veinticinco personas. Como
vales reflejan una improvisaci6n en la colocaci6n desordenada .de genre vivia en una habitaci6n, o como maxima dos, la inti·
los rnuebles, que sencillamente se ponian al lado de las paredes era algo desconocido•. Todo el que haya hecho el servicio
cuando no se utilizaban. Salvo la butaca, y mas tarde la cama, <la la o haya estado interno en una escuela, puedc imaginarse lo
impresi6n de que se atribuia escasa importancia a los disrintos rnue-s de haber sido eso. Solo la gentc cxccpcional -ermitaiios
bles, se Jos trataba mas como equipo que corno posesiones perso- ,u...,"v,,v., (como San Jer6nimo)- podian enccrrarse a solas. ln-
nales apreciadas. se dormia en comun. No s6lo por lo general habia muchas ca-
Los irueriores medievales, con sus ventanas de vidrio ernplornado, en una habitaci6n -el testamento de Richard Toky, un comer-
sus bancos parecidos a reclinatorios y sus nervaduras goticas, revelan i de comestibles de Londres que muri6 en 1391, indica queen
siernpre sus origenes eclesiasticos. Las ordenes monasticas eran las: habia cuatro camas y una cuna-, sino quc habitualmcnte
empresas multinacionales de la epoca: no s6lo eran la fuente de in- 1,,~ muchas pcrsonas en ca<la camai<. Ello explica el tamaiio de
.;.1~· •• ..,.

novaci6n cientiflca y tecnologica, sino que tarnbien influian en otros medievalcs: era normal que midiesen trcs metros de !ado.
aspectos de la vida medieval, entre cllos la rnuslca, la escritura, el ar- Gran Cama de Ware era tan grande que "en ella pod1an yacer
te y la medicina. Analogamcnte, afectaban al diseno de los
de los laicos, gran parte de los cualcs se originaron en ambientes re- • Este conccpto de la intimidad, de lo privado, tambicn es inexistente en
ligiosos: el area para guardar las vestiduras, la mesa de! refectorio, cu!turas no occidentales, concretamente en el Jap6n. Como los japo-
atril y el sitial, Los prirneros cajones de que se tiene constancia se carecen de una palabra aut6ctona para describir esa cualidad, han
utilizaron para archivar documentos de las Iglesias". Sin embargo, . . .:actorltacloun termino ingles: praibashii (privacy, en ing!es).

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c6modamente cuatro parejas, y eso sin tocarse:", cC6mo se c:ual producia la contaminaci6n de! agua de los
guia intimidad en esas condiciones? En muches cuadros estallidos de c61era. Fue el mismo tipo de ignoran-
se ve una pareja en la cama o en el bano, y al Iado, en la misma de suciedad, lo que explic6 la incapacidad de la
bitacion, a amigos o sirvientes en animada conversacion, XIV para resisiir a la Peste Ncgra: no comprendia que
mente despreocupados". vectores eran las ratas y los piojos.
Sin embargo, no debemos saltar a la conclusion de que la vida Ia Rcgla, los seglares no obscrvaban la higiene tanto
mestica medieval era prirnitiva, Por ejemplo, el banarse cstaba pero existen prucbas de que tarnbien prestaban
bien visto. En este caso tambien los monasteries dcsempefiaron u la Hrnpieza. Un manual de! sig!o XIV titulado Menagere
papel, pues no solo eran centres de piedad, sino tambien de limpie al ama de casa: "la entrada a tu casa, es decir,
za. La higiene era importante para los cistercienses, tan preocupado; y las entradas por las que viene la genre a hablar dentro
por la eficicncia, por ejernplo, San Bernardo, su fundador, habia da} debe barrerse a prirnera hara <le la rnafiana y seguir lirn-
do todo genero de detalles en la Regla, manual de operacioncs que taburetes, bancos y cojines deben dcsempolvarse y sacu-
no solo se ocupaba de asuntos religiosos, sino tambien de los mun- EI piso de la sala se recubria de paja en invierno y de hier-
danos. Por ejernplo, cl objetivo de la tonsura no era sirnbolico; a los cn el verano. Esta encantadora costumbre lcnfa un ob-
monies se les afeiiaba la cabeza para combatir los piojos. La Regla practico, tanto conservar el suelo caliente coma mantener un
describia detalladamcnte los horarios de trabajo, asi como el piano \iSr.,ect:o y un olor a limpieza. Se utilizaban mucho las lavatorios y
de los edificios, que estaba normalizado, coma los hoteles comercta-; aunquc no habia cuartos de bano. S6lo en las monas-
les de hoy. Alguien ha dicho que un monje ciego podria entrar en. o en edificios excepcionales como el palacio de Westminster,
cua!quiera de los mas de 700 monasterios cistercienses y no perderse. una habitaci6n dedicada exclusivamente al bano; casi todas
nunca11• Cada complejo incluia un lauatorium, o sala de banes, .con al igual que el resto de los muebles, eran portatiles2l.
bafieras de madera y un sistema de calentar cl agua, junta al refecto- que eran de madera, solian ser grandes y eran frc-
rio habia pequefios lavabos con agua fria corricnte para lavarse las\ Lmcu"~" las ban.OS en compania. El ban.a era un ritual social en la

manes antes y despues de las .cornidas. El misericord, donde se" Media, igual que en algunas culturas orientates actuates. Mu-
banaba ritualrnente a los monjes moribundos, estaba [unto a la enfer- vcccs formaba partc de festejos como las bodas y los banque-
merta, mientras que cl reredorter, ala que contenia las letrinas, cs- e iba acompanado de conversaci6n, musica, comida, bebida e,
taba [unto al dormitorio (el dorter). Las aguas rcsiduales de esas del amor22•
lnstalaciones salian par conductos cubiertos, que de hccho eran al-i Los modalcs medievales a la mesa eran complicados: la etiqueta
cantarillas subtcrraneas". · tomaba en serio y nuestra costumbre de dar precedencia a las in-
Casi todas las casas burguesas de lnglaterra contaban con un siste- o de ofrccer!es que repitan de u n plato, se inici6 en la Edad
ma de desague y con pozos negros subterraneos (aunque no con al- < El lavarse las manos antes de comer era otrn formula de cor-
cantarillas). Hay muchos ejcmplos de casas del siglo XV (no solo pa- medieval que ha sobrevivido hasta hoy. El lavarse las manos
!acios y castillos) que tenian los llamados garderobes o retretes en el •.· de la comida, durance ella y despues era necesario en la Edad
piso alto, con tuberias que llevaban al sotano". Esos sitios se Jim pia- Media, pues aunque se uti!izaban cuchar'a.S para la sopa, no habia
ban periodicamente y, rnientras la ciudad dorrnia, las "suelos noctur- tenedores, y la gente comia en gran parte con los dedos; al igual
nos" se transportaban al carnpo, para utilizarlos como abonos. Lo mas que en la India o en la Arabia Saudita actuates, eso no significaba
Irecuente era que las garderobes y Ios retretes vaciaran directamente descortesia. La comida se servia en grandes bandejas, se cortaba en

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De lo que carecian nuestros ante-
partes mas. pequefias y se colocaba en grandes rcbanada,
•.;;,,~~ ,,,,~,. n,f'. la conciencia del confort coma una idea
quc -al igual que las tortillas rnexicanas o las chapatis
servian corno plates comestibles. La Imagen popular de las co
·"·~~",~"c a una comida medieval, nos qucjaria-
medicvalcs cs de plates caseros con grandes raciones, pero norn,
el banco. Pero al cornensal medieval le irn-
rn
complicados: pcro en Ia rcalidad la diversidad de Ios plates
vales era asornbrosa. El crecimiento de las ciudades foment6
tercarnbio de productos como la cerveza alemana, el vino Iran ;
ti scntaba que donde se sentaba. El estar colo-
­=~,, ··r,,,. la sal" era un honor que se reservaba solo a
,.~.,,,,,,,c distinguidos. El sentarsc en el mal lugar, o
italiano, cl azucar espafiol, la sal polaca, la miel rusa y, para 1~:f
era un grave error. Los buenos rnoda-
cos, esp~cias de! Oriente. La comida medieval no era nada insipl
d6nde y junta a quien se scntaban los miembros
se cornbinaban la canela, el gengibre, la nuez moscada y la pimic
sociales, sino incluso lo quc podian corner". A
ta con hierbas de olor locales como cl perejil, la hierbabuena, el ii
de lo regimentada que cs nuestra propia socie-
y cl tom illo", I lay mucha documcntacion accrca de banquctcs de
medieval estaba regida por cl orden y cl ritual has-
cone, exagerados y (ormados por muchos plates servidos en u
a nosotros nos pareceria intolerable. La gente vivia
sccuencia cuidadosarncnte orquestada. Gran pane de la variedad
El dfa cstaba dividido en ocho per1odos, y el
debia a que sc comia ianta caza como animates domesticos, y I
panas de maitines ode nonas no solo significaba el
menus de la corte parcccn a veccs Iistas de un fondo para la consc
vaci6n de la fauna: pavos reales, grullas, garzas, patos y aguilas c !a oraci6n en el monasterio, sino que cambien regfa el
en la ciudad. De noche no habia tiendas; los
sas tan exoticas Haman la atencion, pero incluso el burgues mas h
y cerraban conforme a unos horarios estrictos. En la
rnilde comla bien. Vean~e los ingredientes de! "polio con farsa", pli
Landres no se podfa comprar queso extranjero antes de
to m~y frecuente descriro por Chaucer: polio al homo relleno <f
hara de Ja tarde) ni carne despues de v1spcras (al
lentejas, cerezas, queso, cerveza y avena, con una salsa de migas d
. Cuando se inventaron los relojes mecanicos, esas nor-
pan demayne (pan candeal), hierbas y sal mezclados con romeney
perf eccionandose, y no se podia vender pescado antes
(vino de malvasia)", <
de la manana ni vino o cerveza antes de las seis. El in-
Entonces, iC6mo debemos entender la casa de la Edad :Vledii?
significaba la carcel.
Walter Scott, tras describir el interior de un castillo del siglo XII en
normas cambien regian c6mo sc ves(la Ja gente. I.a funci6n pri-
Ivanhoe, advert,~ al lector. "habia algo de magnificcncia, con algu-
de! vcstuario medieval era comunicar la condici6n social, y
nas crudas tenrauvas de buen gusto, pcro comodidad poca y, como
una reglamentaci6n formal quc describ1a cxactamentc c6mo
no se conocia, no se echaba de menos'?'. Scgun Siegfried Giedion.
vcstirsc las difcrentes clases socialcs. Un baron importante es-
historiador arquitcctonico actual, "desde el punto de vista de ho/
autorizado para cornprar mas ropa nueva al af\o que un simple
en la Edad Media no habia ningun conforr'". lncluso Lewis ivlurn~
a un comerciante rico se le permiuan de mala gana las mis-
ford, que admiraba este periodo, concluia que "la casa medieval:
vanidades que a un noble del rango mas bajo, aunque el armiii.o
apcnas si tenia un minima de ... confort'". Esos juicios son correc- >
se reservaba a la aristocraciaio. Algunos podian l!evar broca-
tos, pero no se deben interpretar ma!. La genre de la Edad Media
otros seda de colores y tejidos bordados. Incluso algunos colores
no carecia totalmente de confort, coma he intentado dernostrar, Sus i
para los privilcgiados. Todo cl mundo se cubria Ja cabeza y raras
casas no eran rusticas ni burdas, y tarnpoco debernos imaginar que/i
se quitaba el sombrero. La gentc importante segu1a con el
la gente que las habitaba lo hacia sin ningun placer. Pero el confort /
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,¥··~··~-~~-

puesto rnientras comia, dormia e incluso se bafiaba. Ello no


nccesariamcnte incomodo, salvo que fuera uno un obispo quc
~,,~Jtfi!?,:,::'~ ~~'.~~ ~on el ..
Jrp~dicri un madrigal. Al misrno tiernpo, Se carcajearia
~ s~i

que llcvar una mitra alta durante Loda una cena, pcro s1 indica la f ()~.(juc salian de un salto de un enorme entremets (pas-
portancia que esra sociedad obsesivarnente ordenada atribula a la ex frid, f los platos se los _rraerlan sirvientes a caballo. Al tratar
presion publica y a las formalidades, y cl papel secundario que atri ~rWararente incomratibilictact encre 1a -1ndccencia extrema
bufa de buena gana al confort personal. Asl ocurria cspccialmerne J tiriihadas costumbres y la modescia de comportamiento im-
final de la Edad Media, cuando los convenciona!isrnos del vcstuar] Apcitfa/c:ortcsfa, Huizinga sugicre quc la Edad Media estuvo
sc cxageraron hasta el punto del ridicule". Las rnujcres llevaban ·.~ . p6rdos ca pas superpuestas de civilizaci6n: una,. primitiva y
hennin, un tocado conico alto del cual colgaba un vclo. Los hombre rfan~,Y la otra, mas reciente, cortesana y religiosa". Esas dos
llcvaban poulaines -zapatos absurdos con unas punteras largufaf bhtraban a menudo en conf!icto, y lo que a nosotros nos pa-
mas- y jubones con mangas largas y que por debajo de la cintura se urla.s emociones incoherentes son las tentativas, no siempre
parccian a m inifaldas. Todos ios que podlan pcrmitirselo adornaba-i ifidas,/de reconciliar una realidad cruel con la armonia ideal
sus prcndas con cascabclcs, lazes de colorcs y picdras prcciosas. Un >g;igfan tanto la caballerosidad como la religion. La excitable
escudero bicn vestido se parccia a Michael Jackson vcstido para ur1i fititfidad medieval estaba oscilando constantemente entre esos
discoieca y Ileno de lentejuelas, · ~/p()los' opucstos.
Rcsulta posible describir como comia, sc vestia y vivia la genre cri J]combinaci6n de lo primitivo con lo refinado se reflejaba en la
la Edad Media, pcro nada de eso Liene mucho sentido si no hace-, i53. (riedieval. I-labia habitaciones adornadas con tapices ricamente
mos tarnbien un esfuerzo por comprcnder como pensaba. Eso es d2tbtaclos que estaban mal calentadas; unas senoras y unos caballe-
dificil, pues si alguna vez ha sido aplicable la expresion de "un tai Jujbsamcnte vestidos se sentaban en bancos y taburetes de lo
mundo de contrastes", fue durante la Edad Media. Coexistian la reli- ~kaUsteros; unos cortesanos que podfan consagrar quince minutos
giosidad y la avaricia, la dclicadeza y la crueldad, el lujo y la sordl-. .. JAa(coinplicada salutaci6n dormian de a tres en la carna y no se
dez, el ascetismo y el erotismo. Nuestro propio rnundo, mas o me- pr1ocupaban de la intimidad personal. iPOr ·C]UC no mejoraban SUS
nos coherente, qucda palido en cornparacion. Imagincrnos un sabio' >cbndiciones de vida, scncillamente? No faltaban conocimientos tec-
medieval. Tras una mariana de devoci6n silenciosa en una catedral' hicotni ingenio. Parte de la explicaci6n se debc a que la gente de
(que ya en si era una extrana cornbinacion de sancta sanctorum y fa Edad Media pensaba de forma diforente acerca de la cuesti6n de
de bestiario), podia asistir a una ejecucion publica en la cual se apli-: Jafu11cionalidad, especialmcnte en lo que respectaba a su entorno
caban castigos de la mayor crueldad conforrne a una etiqueta muy dbrriestico. Para nosotros, la funci6n de algo ticne que ver con su
estricta. Si era corno la mayor pane de la genie, no seria una oca- )\uti[idad (por ejemplo, la funci6n de una silla es scntarse en ella), y
si6n de diversion, sino de dcrramar lagrimas cuando el condenado >separamos cste de sus otros atributos, como la belleza, la amigue-
o la condenada pronunciase (antes de su desmembramienro) una< / 8ady el estilo; en la vida medieval no exLstfan esas distinciones. Ca-
homilia a la multitud. La vida "olia al misrno tiernpo a sangrc ya ro- i )da objclO tenia un significado y un lugar en la vida que formaban
sas'?', Nuestra idea de la Edad Media suele esrar basada en la rnusi- ./pirtc de su funci6n tanto corno su finalidad inmcdiata, y ambas co-
ca y en el arte religloso, que dan una scnsacion falsa de las senslbi- < sas eran inseparables. Como no existfa nada parecido a la "funci6n
lidades medievales. Por ejernplo, las ocasiones festivas constitutan J)llra", a la mentalidad medieval le resultaba dificil estudiar perfec-
una rnezcla asornbrosa de buen y mal gusto. El misrno estudioso, in- i cionamientos funcionales; ello habria significado una intrusion en la
vitado a una comida en la carte, se lavarla las rnanos con agua per- ·. irealidad en sL Los colores tenfan significados, los acontecimien-

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tos tenian significados, los nornbres tenian significados: nada era Lukacs, "dado que la autoconciencia de la genre medieval
dental'. En pane se trataba de una supersticion y en parte en una los interlores de sus casas estaban desnudos, comprendi-
encia en un universe ordenado per la voluntad divina, A los .objetos salas de los nobles y de los reyes. El amoblamiento interior de
utllltarios, como los bancos y los taburetes, pracucameruc no se Jes· apareci6 junto con el arnoblamiento interior de las rnentes'?',
prestaba atcnci6n, porque carecian de significado. final de la Ed.ad Media y hasta el siglo Xvll, las condiciones de
Tambien era cscasa la difcrcnciaci6n entre la utilidad y la cercmo- i domcstica carnbiaron lentarnente". Las casas eran mayores y
nia. Habia funciones scncillas, corno el lavado de rnanos, Iormas ce- / construidas que las de tiernpos anteriores -por ejemplo, la
rcmoniales adquiridas y cercrnonias como la de partir el pan, que se : sustituy6 a la madcra-, pcro persisuo la inexistencia de
realizaban de form a inconscicnte como pane natural de la vida. La . . . rrnnoct1c1aoles fisicas. Hubo algunas mejoras menores: el vidrio, que
importancia que se atribufa a la ceremonia en la Edad Media subraya i era caro, se abarato, y se ernpezo a utilizar en las ven-
lo que John Lukacs ha calificado de. caracter externo de la civili,,aci6n i cn lugar de papcl engrasado, aunquc las vcntanas practicables
mcdicva[Y.. Lo quc importaba entonces era el mundo cxterno, y cl lu- sicndo raras". La chimenca con repisa y tubo de salida (que
gar quc uno ocupaba en eL La vida era un asunto publico, c igual habia inventado en cl siglo XI) fue popularizandose, y casi to-
quc uno no tcnfa una autoconciencia muy desarrollada, tampoco se .•. los espacios habitables estaban dotados de una chimenca. Por
tenfa un cuarto para uno solo. Era la mentalid.ad medieval, y no la estas no estaban bien diseiiad.as -los tiros eran dernaslado
incxistencia de sil!as confortables y de calefacci6n central, lo que ex-.·• y los hogares demasiado prof undos- y durante siglos las ha-
plica la austeridad de la casa medieval. No es tanto quc en la Edad i estaban al mismo tiempo llenas de humo y ma! calentadas,
Media no se conocicra el confort, como pretende Walter Scott, sinoi que no se remedi6 hasta el siglo XVlll. En Alernania se in-
mas bien que no era nccesario. . las estufas revestidas de azulejos, pero no se difundieron si·
John Lukacs senala que palabras como "autoconfianza", "amor pro- lentarnente al resto de Europa y, aunque se introdujeron en Fran-
pio", "melancolia" y "sentimental" aparecieron en ingles y frances, en Y eo el siglo XVI, tardaron mas de 200 afios en popularizarse". El
sus scmidos modcrnos hace s6lo doscientos o trcscicntos anos. 5u seguia siendo malo. Hasta que llego el gas, a principios
cmpleo senal6 el surgir de algo nuevo en la concicncia humana: la siglo XIX, no habia una forrna eficiente de contar con iluminaci6n
aparici6n de un mundo interno del iodividuo, del yo y de la familia. < la noche. Las velas y las lamparas de aceite eran caras y nose uti-
La (inica forrna de apreciar la importancia de la evoluci6n del confort. mucho, al caer la noche, la mayor parte de la gente se iba a
domestico es en este contcxto. Se trata de mucho mas que una sim­i cama",
ple busqueda de bicnestar fisico; comienza con la apreciaci6n de la En cuanto a la costumbre de bafiarse, se produjo una regresion
casa como un contexto para una vida interior que va apareciendo. de las norrnas medievales, Durante la Edad Media se habian
banes publicos (que, al igual que los hospitales, se habian
~"·~'""" de la cultura islamica, gracias a los cruzados que regresaban)
• Las casas rnedievales, al igual que las campanas de las igiesias, las espa· grandes numeros en casi todas las ciud.ades europeas. Sin embar-
das y los cafioncs, se personalizaban, para lo cual se les atrlbuian nombres: cuando degeneraron en burdeles a principios de! siglo XVI, se los
propios. Esta costumbrc ha continuado hasta el siglo XX -Adolf Hitler Ilama-i: y no reaparecieron hasta el siglo XVIll'0• Como los cuartos
ba a su casa de campo cl Nido dei Aguila; Winston Churchill, con la caractc-i:
bane particulates no existian, la higiene personal disminuy6. Ade·
ristica autopeyoracion inglesa, llarnaba a la suya el Cerdo C6modo, pero a•·.·.·
medida que las casas han ido dotandose de un valor mas econ6mico que · el abasteclmiento de agua se estaba convirtiendo en un proble-
ernocional, los nornbres han cedido paso a los nurneros. A medida que ciudades corno Paris y Londres crecieron en tarna-

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i'io Y densidad, los pozos medievales se fueron coruarn inandrr
0111{;:::~.~~··.n·,orno· :··un. ~,,o· ,n,.do,.In,<··
gerue tuvo que recurrir cada vez mas a las fuentes publicas asa .· .. •·.
.-...... t·e·•···n"' n un espacio cornercia· l y esta blos, a demas
1a··
, de
e.n Paris habia 23 de esas fuentes en 1643"2• El consume de a-g-·u··a,vi
"'"'1 s()n ······. ropietario
<i<del····r· -. . . sus sirvientes
y su Familia, . . y sus em-
siernpre es un buen indice de la higiene, baj6. El esfuerzo ' .Segiifa nc1a ..... di l
tiatandose de. una ~asa. me reva ~~ cuan o a a
t I
para llevar agua a casa, especialmente a los pisos altos, Jimit6 di~hde y sus residentes la diversidad de actividades que se
su consumo, y Ia costumbro de bai\arse, que habia sido frecuente .............. ._. Ila .. A la habitaci6n principal se la llamaba salte y era
nene ..
la Edad Media, sc paso de moda, < .. rande parecido al hall Ingles y utilizado para comer,
ac1og. · b l h
: _J~l sane~miento.s'.gui6 siendo primitivo, no mucho mejor queen Jf rat(}y recibir a visitantes. Ya no SC cocina a en C ~gar
Edad M~d1a. Se hicieron algunos esfuerzos por mejorar fa situaci6 ·.·.· · .••·. '.·.··.·.··•·e·•n· ·. ..una habitaci6n separada reservada para esos fines.
.l sino
Y a parur def siglo XVI una ordenanza municipal de Paris exigfa q n,
~d.
faisodedad, que en otros aspectos era maloliente, considera-
todas las casas estuvieran dotadas de u n retrete que vaciara en f.:ldable el olor de la cocina, esta no estaba adyaccnte a la
ag · .·.. . I d' . l
~ozo negr~ cons.tru1do dcbajo del patio". Habia un rctrete comunita1 ·.r,e..> . •.•·.sin ·.·.·.· .· ·.·•0.··,.cii:Jc generalmenlc se hallaba a a guna 1stanc1a a otro
n~~ en. cf p'.so bajo, y a veces en un nivel superior, Ircnte a la escale, ·.•.· .·.· . ·. '..d.·.·.·.c.1. ··.:-p...a.tio.
· Aunque algu na gente scguia du rmiendo en la sala o
. o. . .. abatiblcs, habia una nueva l1a b'ttaoon, ., que so l'1a uu'j' 1zarse
ra . S1 se uene en cuenta que en el edificio vivian 30 6 40 personas} diirtas
dos o tres retrctes no eran mucho lujo. Em Irecuente el uso de orina-i· tli){ivamente para dormir: la chambre. Tambicn habfa cuartos se-
Jes. C~mo no habia alcantarillas ni cafierias de desague, su content, i/d. . ·a<do.· s conectados con el dormitorio: el garde­robe (quc no de-
n ... b
d~, al 1gu~l que todas. las aguas ~esi?~ales, se eHminaba corno se po-\ JtbnfJndirse con el retrete ingles, ya que en este caso ~e trata a
dla, lo cual en los pisos altos signiflcaba tirarlos a la calle directa<\ euffguardarropa o vestidor) y el cabtnet (dcspensa). Sin cmbar-
mente desde la ventana-. . ·· .. >estos nombres pueden inducir a error, pues tanto el garde­robe
, La~, comodidades m.ateriales fueron mejorando Jentamente, pero< ofubiel cabinet eran habitaciones con ventanas cuyas dimensiones
t~mb1~n estaban ocurnendo otros cambios: no cambios de tecnojo. .·.·•·•·• &ii11 sJficientes para que se pudiera dormir en ellos, y a menu do
~:a,, sino d~ modales _Y actinides. La principal ciudad de Europa era \ /26r1tenfan una chimenea. '
I ans, y existen archives detallados de Jos tipos de casas que se · · •·' ta casa burguesa t1pica de Paris alojaba a mas de una familia; era
cons~~y~ron en ella durante el siglo XVII(\ La tipica casa burguesa . fri1s bien un edificio de apartamentos. Los pisos mas altos estaban
s~guia ?cupando la parcela medieval inicial, pcro tenia cuatro O .forrriados por chambres con garde­robe y cabinet adjuntos, que se
c1.~co pisos en lugar de dos, lo cual reflejaba el precio y la disponi- >i alquilaban a inquilinos. Pero esos espacios no estaban planeados :o­
bilidad de terrenos en el centro de esta ciudad que crecia rapida- rri6 apartamentos separados. El inquilino a!q.uilaba todas las h~b1ta-
i (:iones que neceSitaba O que SC podfa pcrmitlf, a menudo en mas de
(!h piso. Las habitacioncs eran espaciosas; el dormitorio tcnia por lo
, • ~egu? se dice, el nombre popular de! retrete en inglcs loose deriva de esa <rnenos sietc metros y medio de !ado, y el garde­robe y el cabinet
practic~. En e.I siglo XV1!1 existfa en Edimburgo Ja costumbre de gritar (/ardy­ \• efan aproximadamente del tamano de un dormitorio moderno. Co-
foo ant~,s de ttrar las suc1edades a la calle; era una forma de pronunciar mal la . \ .ffi0 esos a!ojamientos nunca contaban con una salle ni con una coci-
e?:esion ~ra.ncesa. Garde a l'eau!, aunque no esta claro por quc los escoceses i / ria -la chimenea de! dormitorio era lo bastantc grande como parn
h~bta~-dec1d1do gntar esa advertencia en una lengua extranjera. Existe otra ex-
phcac1on m~nos <:omplicada: en los planos arquitect6nicos franceses del siglo .<i.ic:ocinar en ella-, Ia vida de la familia segufa desarrollandose en una
XV~ll ~e soha .des1gnaral espacio donde estaba el retrete con los terminos de >sola habitaci6n. Sin embargo, la separaci6n de los amos de sus cria-
petits lzeuxo sunplemente lieu, que en ingles se convirti6 en loo. i dos, que, junto con los hijos menores, solian tener camas en las ha-

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hitaciones adyacentes mas pequefias, es prueba del deseo que resultaban mas comodas para el cuer-
de muebles que en el pasado, pero toda-
mavor intimidad.
I.a cxistencia de viviendas de alquiler subraya un cambio a habitaciones especializadas, y seguian es-
habia producido desde la Edad Media: m~cha genre ya no vivia y imaginaci6n.
bajaba en cl mismo cdif!cio. ~~nque ,;as1 _ todos l~s ~ende;,os, c~m ,;,,:,1-,.,,.;,CJi\· ,tei'u"',,v., interiores de! siglo XVI! tcnian algo quc irn-
0

ciantcs \' ariesanos seguian vlvicndo cncuna de la tienda , habia · scnsaci6n de intimidad. Los vacios mcdievales se
numcro. cada vez mayor de ciudadanos =-constructcrcs, abogad sillas, c6modas Y carnas con dosel, pero de mane-
notaries, funcionarios- para los cuales la casa era exclusivamc Aquellas habitaciones tan llcnas de cosas no
una resi~lcncia. El resultado de csta separacion era que -en lo q amuebladas. Era como si los duciios se
rcspcctaba al mundo exterior-_ Ia casa_ :~c estaba convinie~do en • . una orgia de compras y al dia siguiente hubieran des-
lugar priuado. jurno con esta pnvattzac_,on d~ la casa surgio un sent no habia espacio suficicntc para todo Jo que habtan
do cada vcz mayor de intirnidad, de idcnuficar a la casa exclusiv; be era el resultado <lei tipo de ncrviosis-
mcntc con la vida de familia. · que Abraham Bosse satiriz6 en sus grabados, que repre-
Sin embargo, dcruro de la casa la. inti~ida~ personal scguia tG que siempre, hasta cierto pu nto, cstan representan-
nicndo re!ativamcnlc poca importanc1a. Salomon de Bresse, desi la casa cs sobre todo un escenario de teatro social.
nado arquiiccto real de Enrique IV_ ~e Francia en_ 1608,. y CJU? pro franccsa, em parcdada como estaba entre la aristocracia y
yccto el palacio de Luxembu'.g~, vivia con su mu!cr '! srcte hijos, I bajas, sicmpre trataba de adaptarsc, de distanciarse de las
un numero desconocido de s1rv1entes, en dos habitaciones adyacen lograr la condici6n de la primera.
tes", Estas habitaciones no solo estaban llenas de gente, sino Ilona "V'""'··"' y los burgucses mas ricos vivian en casas mucho mas
de muebles: alacenas verticales, cornodas, rinconeras, aparadores y llamadas hotels, que eran mas espectaculares y tenfan mas
armarios. Se trataba de la era de la alfabctizacion y la genre tambien lo quc nosotros llamariamos palacios. !ban en tamai'io desde el
neccsitaba mesas en las que escribir =secretaires y escritorios-c-, asf de Uancourt (proyectado en pane pbr de I3rosse), que tenia
como estanterias. Se popularizaron las camas de cuatro postes -<fo pabellones conectados entre si y agrupados en torno de dos
Brossc tcnia cuatro de ellas- generalmcnte con cortinajes, que per- patios, hasta estructuras mas pequei'ias con solo 12 habita-
rnuian a sus ocupantes estar mas calientes, adernas de Lener algo de Tambicn estaban empezando a expresar un deseo cada vez
de intirnidad. Se ocultaban tras las casas de la genre del co-
intimidad. .
La Iascinacion moderna con los muebles comienza en cl siglo y no tenian un aspccto exterior impresionante; sus jardines y
XVII. Los rnuebles ya no eran simplcmente equipo, sino que se consi-s patios eran invisibles desde la calle. Dentro, sin embargo, todo
deraban una posesi6n valiosa, y empezaron a formar parte de la dc-. planeado para cl lucimiento. Tras cruzar un patio imponente,
coraci6n de la habitaci6n. Gener-...i.lmcntc se hacian de nogal, y no de visitante <lei Hotel Lambert, donde vivla Jean-Baptiste Lambert de
roble, 0 (si eran mas caros) de ebano, de ah! el nornbre de cbanista Presidcnte del C'our des Comptes, subia por una gran esca-
para el fabricante de mucbles. Los a:ientos se h~b1an hec_ho mas pasaba por un vestibulo ovalado y llegaba a una antecamara.
complicados. El taburete con respa!do, inventado a fines del_s1~lo XVI Esta no era sino una sala de espera que, al igual que en el pasado,
(para que cupieran las faldas amphas_~e las da~as) se conviruo en la seguia utilizandose como sala de recepci6n y como dormitorio para
silla gcncralmente tapizada y con cojmes. La silla de respaldo recto, los sirvientes. Mas a!la estaba el dormitorio de Monsieur le President.
que habia sobrcvivido a la Edad Media, estaba siendo sustituida por En aquellas casas no habia pasillos, cada habitaci6n daba dirccta-

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rncnte a la siguicnte, y los arquitectos se cnorgullecian de alincar to~.> (pLJ.r,rnte el siglo XVII hubo pequerios cambios .. , . . . ,
das las pucrtas en enfilade, de modo que se gozaba de una vision. !'ll. .erna dcl hotel que indicaban una mayor cone· ~ndla dr~tr'.b~cron
·i•• i,,· . iencia e fa intimidad
coruinuada desde un extrema de la casa hasta el otro. Es evidente Ia< ) ffr/'~et, antenormente ucilizado s6Jo por el a da d , ·
prioridad que se daba a las apariencias, en lugar de a la intirnidad J ()nverua a veces en una habitacion mas , t' yu ~ ~amara, se
iodos, tanto los sirvicmes como los lnvirados, pasaban por cada ha- r ii~s como la ~scr~tura. En el Hotel Lamb~~/;a:raa::~:v~:~~s pri:
<.e·t·ra·s .<lei dormitorio del presidente· estaba d d . ion a.si
bitacion para llegar a la siguiente. ..... ·...· . . . l ' ecora a por el prntor I
Al igual que se dejaba de !ado la intimidad, lo mismo ocurria' ~OCUf con C Lema de! amor y recibfa el b .e
'· .'l.}.fn.dur•. En la gran chambre impersonal s nom r~ de cabinet de
con el sanearniento. Los reirctes se consideraban algo plebeyo. Per- ,d. . . d . e constru1a a veces u 1 .
sonalidades emincntes corno Jean-Baptiste Lambert de Thorigny no ,? h .~ntro el cua! se colocaba la cama. Se trataba casi . I n'.-

iban al reiretc: cl retretc venia a ellos. El "retrete ccrrado" era una Opgseparado, pero no dcl todo. El merito de cse de de _u~ dormt-
caja con una iapa acolchada que los sirvientcs traian a la habitacion. ·<·i!)~ible a la marquesa de Rambouillet. Esta habfa ~cubnmrent~ ~s
cuando cl arist6crata la ncccsitaba. Sin embargo, no sc dcjaba Pf9fcdcnt~ de Homa Y, lras padecer cl frfo invicm lcgado a Pans
~cir:.z.bre sin_ ca!efacci6n, en 1630 convirti6 su ard~ en su cnormc

f: :a:
mucho tiempo en la habitacion, pues como nos recuerda un histo-.
riador <lei siglo XIX, se trataba de un meuble odorant6. Durante el\ 9~en7 dorm1tono privadolO. El primer uso d I g Iii e robe en un pe-
rcinado de Luis XIV habia por lo menos 300 de esas cajas en el pa-< W;dpr)_sc dio e~ 1634, pero la sustituci6/d: man~er(el co-
lacio de versalles, aunque quiza no fueran suficientes, como sena-< µrya}ene de hab1taciones especializada r_n~Juusos por
~~fmvo que :5perar hasta el siglo sigui::r:~ comer, rec1bir y conver-
laba la duquesa de Orleans en su dlario: "hay una cosa sucia de la<
Corte a la que [arnas me acosturnbrare: la genre que esta en las ga< <~quellos hotels estaban maravillosamente om
.. Q.tados al fresco y con paredes de . . ame~tados con techos
lerias frente a nuestras habitaciones mea en todas las esquinas'P.'
Los parisienses mas escrupulosos iban en sus caches a los jardines pip.ta:dos. El techo de la habitaci6n deeG:~~ con p~~eles de madcra

io
publicos de las Tullerias, donde se apeaban y hacian sus necesida-j l~s.deLe Sueur que representaban la le enda: CO~SI~tta en tres _pane-
des bajo los arboles "8. ·.·
.~.aspo produdan gran sensacion de ar I-1:
J~prter. Pero esas ca-
En el Hotel Lambert no habia cuartos de bafio, Para ernpezar, no. pqpit()S, pcro paredan inc6modamente a;and _bia muchos mu~bles
a.ira.rparcdes de enormes habitaciones n· o?ados, col?c~dos Junto
se consideraba que Iuera necesario bafiarse a menudo y, ademas, fa
idea de una habitacion dedicada exclusivamente al bano habria deja- quwla_s.habitaciones estaban decoradas y l1t
punto lntlffio._ Aun-
do cstupefactos a los parisienses del siglo XVII. No porque no huble- }.1\mor, las musas, Hercules-- carec'con d ~ eren:es tern as clasicos
ra espacio suficiente en aquc!Jas grandes casas, sino porque la idea j<fagque es resultado de la actividad hui::na~ amb1ente de domesti-
de relacionar una funcion especializada con una habitacion separada J-9 quc ~~ existfa en aquellos interiores era lo u .
todavia no se Ies habia ocurrido. Por ejemplo, no habia cornedores, snayo id1osincratico sobre la teoria de I d q ~ Man~ Praz, en
Las mesas eran desrnontables y la gente comia en diferentes panes de J~59de Stimmung: la sensaci6n de inti;ida~oracion de rnteriores,
t9n Y sus elementosJ2_ Stirn . qu~ ~rean una habi-
la casa -en la satte, en la anticbambre o en la cbambre­« segun su /. . munges una caractenst1ca de Jos inte-
estado de animo o el numero de invitados". La cbambre que contenia
una cama (pero solo una) seguia siendo el Iugar donde la genre se ·.tsdutilizaba esta habitaci6n para la seducci6n co . .
reunia con fines sociales. Al igual queen las casas burguesas mas .1~'.11~nte. El hacinamiento forzoso de 1 c ·t· ' mo unplica su nornbre? Pro-
'fa l · · . a tam1 1a burguesa no ex· ri
quenas, los sirvientes y las criadas dormian en los cabinets y los •i; osmatnmonios SOJlan ViVir )' dormir , lS a entre Ja no-
a}U. apartamento de igual extension e r~r sepa~ado. Madame la Presidente
de­robes anexos. \ ·•. · n e p1so enc1ma del de su marido.

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riores que tiene menos quo ver con su funcionalidad que con la madera, contenia el taller de encuadernaci6n, un
ma en que la habitaci6n cxpresa el caracter de su propietario, la . un pajar y muches almacenes agrupados en
ma en que refleja su alma, como dice poeticamente Praz. Segun patio. El edificio en sf daba a la calle. Los Brun habian
Summung apareci6 prirnero en el norte de Europa. Ya estaba nn•,,.ncc la casa cuando se casaron y la habian ampliado median-
Le en el siglo XVI, cuando Durero grab6 San}er6nimo en su de unsegundo piso. La estructura original consistia en
rio. Es visible en la atenta forma con quc represento los flanqueada por una cocina pequefia y una sola
objctos de la habitaci6n llena de cosas de! Santo, y por la luz adyacente. Ia ampliaci6n era mas ambiciosa: compren-
calienta al anciano en su escritorio y al rnisrno tiempo introduce habitaciones a cada !ado de una selskapssat (habitacion
mundo externo y natural en el interior. Curiosamente, cl le6n domes- mayor. La casa, que tenia las dimensiones de un pc-
ticado no hace sino subrayar la intimidad de la escena. Cornparcse chalet moderno (unos ciento cuarenta metros cuadrados) y
estc grabado con una pintura algo anterior sobre el mismo Lema de.: sido pequena para los Brun y sus ocho hijos, alojaba de he-
un italiano, Antonello da Messina. Los elernentos son parecidos a los: personas: adernas de la familia Brun habta tres empleados
de! grabado de Durero =-libros, un atril, un par de zapatillas=- y hay doncellas.
un Icon, aunque puesto al fondo. Todo esta tambien pintado con mu- casa de Ios Brun es un ejemplo de lo que Philippe Aries llama-
cho detalle -Antonello habla estudiado en los Parses Bajos e introdu- "casa grande", que era la forma en que los burgueses pros-
cido la tecnica flamenca en Italia-, pero el aspecto es diferente. San > vivian, no solo en el siglo XVII, sino tambien en el XVI y el
Jeronimo esta sentado --o mas bien esta posando-- en un contexto \ caracteristica primordial de una casa grande era su carac-
inveroslmilrnente teatral, enrnarcado por el prosccnio de una gran > vu,,.•v·~· Al igual que SU antecesora medieval, era el contexto pa-
abertura abovedada. No hay sensaci6n de intimidad en absolute. / les aspectos de la vida: los negocios, las diversiones y el
Existe belleza en la elegancia de los elementos arqultectonicos, pero Siempre esraba llena de parientes, invitados, clientes, ami-
su predominio y la formalidad del entorno crean un a ire de artificiosi- < y conocidos. Aunque en la casa de los Brun habta mochas habi-
dad. El interior no nos dice nada de este hombre; de hecho, no nos; habitables, Frederik y Marthe no ,tenfan un "dormitorio
creernos de verdad que esa diminuta habitaci6n ni siquiera le perte- { dormfan en la gran habitaci6n de abajo, junto con los
nezca, ni que ese sea su sitio. hijos mas pequenos, en una gran cama de cuatro postes. Los
Para encontrar interiores que den muestras de Stimmung en la Eu-.•·.· hijos mayores -uno de trece afios que trabajaba de aprendiz,
ropa de! siglo XVII hay que mirar hacia el Norte. Tenernos un ejern- · de diccinucvc que estaba enfermo y no trabajaba, dos hijas pe-
plo bien documentado de una familia noruega que vivia en la ciudad Y otra de veintiun anos que estaba compromctida en matri-
de Cristiania (la actual Oslo) a fines del siglo XVIP\ En aquella epoca, dormfan en dos camas en una sola habitaci6n, encima de
Noruega dependia de Dinarnarca y Cristiania em una pequefia ciudad cocina. Las dos doncelJas dormfan en Ja habitaci6n de abajo, pro-
con una poblaci6n de menos de 5.000 almas (un incendio la habia para que Marthe pudiera tenerlas vigiladas: eran chicas
destruido en 1624); no era un lugar rnuy importante. La Cristiania carno<~s1r1as de cuya educaci6n y virtud serlan responsables Ios
provincial estaba un poco "atrasada", y la casa de Frederik Jacobsen Dos de los empleados varones tenian una cama en la segunda
Brun y de su mujer Marthe Christlansdatter habria sido tipica de la .,~,,.=v•v··· de arriba. El tercer empleado, un joven aprendiz, dormia
forma en que vivia el burgues europeo de una ciudad pequefia a el taller, dado que a el le correspondia levantarse temprano yen-
principles de! siglo XVII. Ja lumbre.
Brun era encuadernador y trabajaba en casa. Un edificio de dos Conforme a la tradici6n medieval, casi todas Jas actividades diurnas

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ocu rrian en la gran habitacion principal. En el centre de esta habta los 15 habitantes. A la noche solo comia junta la fa-
una mesa con cuatro sillas. los dernas rnueblcs cstaban colocados jun- inmcdiata; los nifios pequefios y los aprendices cornian en
to a las paredes. Adernas de la gran cama, habia ocho sillas, el sill6n El dia tcrminaba temprano y la gente se acostaba poco des-
de rcspaldo alto <lei padre, un segundo si!l6n para los visuantes, una del crepusculo,
alacena y dos areas. Cuando llegaban invitados, las sillas se colocaban calentaban su casa los Brun durance el largo invicrno no·
en cl mirador, que se convertia en un rinc6n improvisado para las Dificilmente bastaria con los fuegos de la cocina y de! taller;
conversaciones, La cocina conicnia un gran hogar y una mesita con caso, dado donde se encontraban, no aportaban mucho calor
taburetes. No habia aparador; los utcnsilios de cobrc y de peltre esta- dernas habitaciones. Cuando se ampli6 la casa, se instalaron es-
ban colgados en la pared. La l!amada habitaci6n para las fiestas ape- en algunas de las habitaciones (no esta claro exactamerue en
nas si tenia u nas cuaruas sillas, al igual quc la sala del siglo XlX, la pero probablcmerue habia una en la sala y otra en las habita-
mayor pane dcl uempo no sc utilizaba sino para ocasiones especia- de arriba). Las estufas cran una innovaci6n =-los Brun fueron
les, como los dias de fiesta y las grandes ocasiones. Las otras habita- de su calle" que las utilizaron- y habrian rneiorado
cioncs contcnian camas, c6modas para la ropa y poco mas. No habia la cornodidad terrnica de la casa, entre otras cosas porque, al
cuarto de bafio. La genre se lavaba en cl patio o se bafiaba una vez que los hogares, no Ilenaban las habitaciones de humo. Sin
por sernana en la cocina", corno muchas de las habitaciones quedaban sin calefacci6n,
La casa se despertaba al amanccer. El desayuno sc irnprovisaba Y ellas tenian por lo menos dos paredes al exterior, incluso con
cada uno lo tomaba por separado. Marthe y las doncellas iban a la casa debe de haber side bastante Iria, Al igual que todas, en
car agua (habia un viejo pozo en el patio, pero la mayor parte del no habia pasillos internos, si habia que ir al piso de arriba o al
agua procedia de una bomba publica en la calle), hacian la pcqueria se hacia por fuera. Una visita invernal al retrete, que estaba jun-
colada (el gran lavado se hacia dos veces al afio en el rio Aker, al !a- establo, debia de hacerse a toda prisa.
do) y se encargaban de otras tareas, El preparar una comida llevaba Brun vivian y trabajaban en el mismo local, y la mayor parte
mucho tiempo. Al igual que casi todos las residcrues en ciudades, las actividades sc rcalizaban en una o dos habitaciones, pero su
Brun eran propierarios de un pequefio prado junco a la ciudad donde ya no era medieval. Habia mas muebles, aunque no tantos como
cultivaban hcno (para su yegua) y verdu ras, !o cual explica por que casa parisicnsc. El uso de estufas no s6lo aportaba mas como-
una gran cantidad de! espacio de la casa se dedicaba a almacenar Y confort, sino que tambien permiria que la casa sc subdividie-
rnida. Resulta interesante que a veces utilizaran una pequefia cuadra en muchas mas habitaciones de lo que hubicra side posible antes.
de su prado para pasar la noche, una version initial de la "caslta de la habitaci6n principal se parecia a la sala, ya sc estaban em-
verano". En casa de los Brun la comida dcl mcdiodia era la pc:2artao a asignar funciones especializadas a otras habitaciones, co-
la cocina y los dormitorios.
importantes que las innovaciones tecnicas eran los cambios
• En toda Europa, los dlas de la semana llcvan los nombres de . la organizaci6n domestica. Los padres seguian compartiendo su
precristianas, en inglcs Wednesday por \X!odin, '/bursday por Thor, etc. (lo
mismo ocurre con los dfas de la semana en cspanol o en franccs). La
con los ninos pcqueiios, pcro los mayores ya no dormlan en
excepci6n ocurre en los idiomas escandinavos, en los cualcs el sabado, habitaci6n. Cabe imaginar a Frederik y Marthe, tras enviar
wrdag, llcva el nombre de una actividad humana: es cl "dfa del baii.o", hijos a acostarse, senrados a solas en la habitaci6n principal.
cual indica la importancia que se atribufa a esta practica. Mi colcga esra en silencio, cl trabajo de! dia ha acabado, y hablan a la
Schoenauer ha tcnido la amabilidad de senalar csto a mi atcnci6n. una vela. Una escena sencilla y, sin embargo, se esta produ-

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ciendo una revoluci6n en las relaciones humanas. El marido. y siglos, los padres podian ver corno iban creciendo
esposa han empczado a pensar en si misrnos --quiza por
vez- como pareja. lncluso su noche de bodas, veinte anos atrai de hiios de :11uchas edades tambien producia un
seria un acontecimienlo publico, celebrado con una inforrnalids mrxiares que ~s evidente en c6mo dormfan los Brun. Hu-
ruidosa y medieval. Las oportunidadcs de expcrirnentar la intimid{ y aconseiable, separar a los j6venes por sexos pc
eran raras, y Iue en csas viviendas burguesas donde la vida famili;if l . . I ' ro
as sirvicntas y os empleados quienes tenian sus
empez6 a adquirir una dimension privada. Es irnposible exagcrar 1;1 Incluso el hijo que era aprendiz dormia con
importancia de cste acoruccimiento, que esta rcsumido en la cai/ no con sus cornpafieros de trabajo, No era cucsti6n de
de los Brun, pero quc estaba ocurricndo en Loda la Europa del nor, -!os d~).rmitorios cran ideruicos=-, sino de separar a
tc y de! ccruro. Antes de que pudicra erurar en la conciencia huma.> de la Camilla de las demas. El aislamiento de las sirvien-
na la idea de la casa como sede de la vida familiar, hacia Ialta ta. casi improvisado -mas tarde adoptaria una forma ar ui-
experiencia de lo privado y lo intimo, cosas ambas imposiblcs en ia cuando sc asign6 a los sirvientes al s6tano o a la buha;di-
sala medieval. ·· no era cornpleta, pucs toda ta casa segufa haciendo p l
La aparici6n de la intirnidad en la casa fue tarnbien rcsuliado de ·ct
comt a en comun, pero sl reforzaba la conciencia cada
or o
oiro cambio im portante que estaba ocu rriendo en el seno de la. de la familia.
Iamilia: la presencia de los hijos. La idea medieval de la familia era . en el sentido m_aterial. seguirfa sin llegar hasta el sig!o
diferentc de la nuestra en muches sentidos, especialrnente en su act 1gual que el perfccc1onam1ento de tecnologfas como las de
titud nada sentimental hacia la infancia. No solo los hijos de los po> abaistecirn de agua y calefacci6n y la mejora de la subdivision in·
bres trabajaban, en todas las familias, a los hijos se las enviaba Iuera la casa. Pero ya se habfa iniciado la transici6n de la casa pu-
de casa cuando curnplian los siete anos de edad. Los hijos de las fa} a la casa particular familiar. El sentimiento cada ve 2 , _
milias burguesas se iban como aprendices a casas de artesanos) la intimidad domestica tuvo tanto de invencia'n huma na comoma
, . ,
rnientras que los de la clase mas alta servian como pajes en las ca- artefacto tecrnco. De hecho quizas haya . - ·
51·cta mas lillpor-
, , . , -
sas de los nobles. En arnbos casos, se esperaba de ellos quc trabaja- no
. solo. afccto a nuestro entorno material , sino tamb·,1en a
ran adernas de aprender, los sirvientes en los banquetes medievales conc1enc1a.
eran Jos hijos de familias nobles, no criados a sueldo (la palabra
francesa gan;on, que significa al mismo tiempo muchacha y carnare-
ro, recuerda esta practica). La funci6n de cste aprendizaje, fuera efl
un oficio o en una carte, cquivalia al papel de la educaci6n. Esa si-
tuaci6n empez6 a cambiar en el siglo XVI, cuando se amplto la edu)
caci6n academica formal, que anteriorrnente habfa sido exclusiva-
mcnte religiosa, y esta sustituyo al aprendizaje, al menos entre los
burgueses". Dos de las hijas de los Brun (de nueve y de once anos)
iban a la escuela. Aunque la asistencia a csta no duraba mucho.
ticmpo -cl muchacho de trece anos que trabajaba de aprendiz coni
su padre ya habia terrninado su educaci6n-, sin embargo significa-j
ba quc las hijos pasaban rnucho mas tiempo en casa que antes. Por'

58 59
CAPITULO 3

La domesticidad
la domesticidad, la intimidad, el confon, el concepto de!
bogar y de la [amilia son, literalmente, grandes logros de la
Era Burguesa,
)OH~ LUKACS
El interior burgues

de la intimidad en las casas en Paris y Londres, y poco


incluso en Iugares tan rernotos como Oslo, fue una reacci6n
a la evolucion de las condiciones de la vida urbana,
trararse mas de una cuesti6n de las actitudes de la genre
cualquier otra cosa. Resulta dificil seguir la evolucion de algo
y seria pellgroso afirmar que Ia idea moderna de la casa
penetro en la conciencia humana de una sola vez yen un so-
Despues de todo, no hubo un momenta identlficable de des-
no cabc atriouir a ningun inventor individual la intui-
ni ninguna teoria o tratado sobre el tema. Sin embargo, hubo un
donde el interior domestico de! siglo XVI! evolucion6 de una
Etl.L\V'EI. DI·: WITT!·:, Interior con u,w mujer que ioca el mrginal (hacia 1660). que cabc aducir es excepcional y que se puede calificar, como
de cjemplar.
Provincias Un idas de los Paises f3ajos eran un Estado total-
nuevo, formado en 1609 tras 30 arias de rebelion contra Es-
Era uno de los parses mas pequefios de Europa, con una po-
que era una cuarta parte de la de Espana, una octava parte
de Francia, y tenia uoa superficie inferior a la de Suiza. Tenia
recursos naturales -ni minas ni bosques- y las pocas tie-
cootenla necesitaban una protecclon consrante contra el
Pero este pars "bajo'' se cstableci6 con una rapidez sorpren-
derue como gran Potencia. En poco uernpo se convirtio en f6Virilias soberanas, elegidos entre la clase media alta
-:-:_·->-:•:·:·:·.-_.
cion con la construccion naval mas avanzada de! mundo y
grandcs flotas de gue_rra_, de pe~ca y m?rcante. Sus ,e~plorado( '~~!dsasentamientos _humanos tambien era muy diferen-
fundaron colonias en Africa y Asia, ademas de en Amenca. Los Pa ~()trospaises. Ya en 1500, los Paises Bajos (que entonces
ses Bajos intrcdujeron muchas innovaciones financieras que I rii~~nte, o Belgica) tenian mas de 200 ciudades fortifica-
convirtiercn en una gran fuerza econ6mica, y Amsterdam se cony faqeblos grandes~. Para el siglo Xll, la mayor parte de la
Li6 en el centre mundial de las finanzas internacionales. Sus ciu de sus tres provincias mas poderosas -Holanda, Zclan-
des manufactu rcras crecieron a tal velocidad que a rnediados d ?~cht--- vlvlan en ciudades. Amsterdam se convirtio en una
siglo los Palses Bajos habian sustituido a Francia como princip iti&l.des [mportantes de Europa, Rotterdam era un puerto en
nacion industrial de! mundo'. Sus universidades figuraban cntre r <;tjt<} y Leiden era una importance ciudad manufacturera y
mcjores de Europa; su clima politico y rcligioso tolerante brindab ita'Ha.. Sin embargo, los Paises Bajos nose distinguian por sus
un hogar a pensadores emigrados corno Spinoza, Descartes y Joh dudades, sino por sus multiples ciudades mas pequcnas,
Locke. Ese pais fecundo no solo pro<lujo capitalistas avcntureros > .is\cilldades interrnedias que en paises mucho rnayores, co-
el comcrcio especulativo de! tullpan, sine tambien a Rembrandt ncia, Inglaterra o Alemania'. Cada una de las 18 ciudades ma-
Vermeer; no solo ide6 las primeras rnaniobras militares rcgistradas tehriun voto en la asamblea de los Estados provinciales, lo
sino tambien el primer microscoplo, no solo invirtio en buques 9 dicaba su importancia y su independencia. En resumen en
guerra fuertemente armadas para las lndias Orientales, sino tam tpocien que los demas Estados de Europa seguian siendo fun-
bien en ciudades bellislrnas. Todo ello ocurri6 en un momenta hi fnra.lrhente rurales (incluso en la urbanizada Italia, la mayor
torico breve -apenas una vida humana- que dur6 desde 16Q <9e la gente segufa siendo campesina), los Paises Bajos se esta-
la decada de 1660, y que los holandese ()rivirtiendo rapidamente en una naci6n de habitantes de ciu-
hasta aproximadamente
l!aman su "edad de oro", .. .\fos holandeses, ciudadanos por tradici6n hist6rica, eran bur-
Estos rares logros fueron resuhado de varies factores diferent~s sesipor inclinaci6d .
corno la venrajosa situacion de los Paises Bajos en el cornercio mart . :.f caracter burgues de la sociedad holandesa en el siglo XVII nece-
timo europeo, adernas de la defendibilidad de sus fronteras naciona ta alguna explicaci6n. El decir que era "burguesa" no significa que
[es, pero tarnbien en gran medida del caracter peculiar de la tram wviera formada exclusivamente por una clase media. Habia agricul-
social holandesa, que era diferente de la del resto de Europa. LO /qs. (boers), marinas y, en ciudades manufactureras como Leiden
holandeses eran fundamentalmente cornerciantes y terratenientes, A >bajadores fabriles. Estos ultimas, especialmente, no compartian I~
contrario de lo que ocurria en lnglaterra, en los Parses Bajos no ha Jospcridad de la epoca, y sus condiciones de vida eran tan misera-
bia campesinos sin tierras (casi todos las agricultores holandese ]~s como en otros pa1ses. Tambien exisLia, al igual que en otras ciu-
eran propietarios de las suyas); al contrario que en Francia, no exis.\ pes europeas, una chusma urbana (grauw), formada por pobres y
ria una aristocracia poderosa (la nobleza, diezrnada por las guerras qlincuentes, por los desempleados y los inempleables, por mendigos
de indepcndencia, era pequeiia y ya no era rica), al contrario qu¢ )tfnerantes y vagabundos. Sin embargo, predominaba la clase media,
en Espana, no habia rey (el jefe del Estado, o stadbouder, era u~ qBe era lo bastante amplia como para abarcar tanto al financiero in-
sirnbolo nacional, pero con un poder autentico limitado). Esta repu/ iternacional como al tendero. Naturalmente, el primero no se identifi-
blica -la primcra de Europa+: era una confederaci6n flexible go, <saba, ni siquiera se trataba, con el Segundo, aun cuando, coma soHa
bernada por unos Estados Generales, integrados por representantes 9currir, su ascension econ6mica fuera recicnte, pues la sociedad ho-

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iandesa no era esta.tica, y la posici6n social se definia en gran · ~Y
>.... . .
}~~0l~~t~s·· ·casacas)
·•····.·.> ....
~.<:.ercaba a b
' .
.
pero sus ropas era d
(:H6h . I o ugu . re. Sus rnujeres se nves-
l' e
por cl dinero. Tarnbien era burguesa la elite parricia -una cla
,.. . \.Y ru Ios unos ru las otras daba
bernantc- que aportaba los magistrados y los burgomacstrcs que r1.nsrv1osa . l n rnues-
< , ; .• ·.....·',· .·. . Y e constante cambio de la d
bernaban las ciudadcs y, por conducto de ellas, cl pals. Confoi H0fP~~ 1<:05 de la bur uesia Ira , . mo a
:ri.terios europ~os, se rrataba de una democracia muy ampliada;\, Srtl.~p1cses que en ~OS cu ncesa. fa~ circuns-
d1ctadura social de la clase mercantil", como la llam6 un hisroria . JgI 91stingu ir entre un functdro~ de la epoca ~o
crco el primer Estado hurgues. · . ... Y.la. cnada. onano y SU secretano,
I.a vida cotidiana en los Paises Bajos en el siglo XVII reflcjaba
•..•..
.•.·.*).sf~ciH.6zyeconom1a
· ,·· ···ct·· ·1· . ··ct cntcs en las C'
era n ev1
virtudcs burgucsas tradicionales: una rnoderaci6n soscgada, una .}$~f~9ag_ e as pretensiones ar u· , . asas neerlan-
rniracion por cl trabajo intenso y una prudcncia financiera que b s.·..•. o.. ....· d.e·· · <·.·.P.a<ns.• ,.· · Y. que e Stab an hechas q itcctonicas
d I d ·i1 de las casas
dcaba en ta tacaheria. El ahorro se desarrollo naturalmente en J r:qse.uti!izaban eso . C a fl O Y madera y
socicdad de comcrciantes y tenderos quc, adernas, vivian en un p ~I suelo pantanoso des I mater;ales p~rque pcsaban poco, da-
• > ·. OS Patses BaJOS . ,
que cxigia una constantc inversion cornunitaria en canales, diqu ; .firilien,to~ se construyeran sob~e ilo ex1g1a muchas veces
. esclusas y molinos de viento para maruener dominado el Maf )f..S..t.l()S c.1Il1t~ntos soportaban meno; tes, .cuyo ~osto se podia
Norte. Tambien se irataba de un pueblo sencillo, menos apasiona g.?f9e~9rao6n complicada: al con pe~o. El ladnll~ nose pres-
que los latinos de Europa meridional, menos sentimental ques )t~ll~r,y al contrario que el escuco l!"J.no que la piedra, no sc
vecinos alemanes, menos lntelectual que los franceses. El histori ~ffJeheves y molduras. En c c~mento, no se pucde for-
dor necrlandes Huizinga aseguraba que el paisa]e llano y sedante > . wse.ncillos, con s6lo algu~~:e:i;cta, los ~dificios neerlande-
los polders y los canales, que careda de rasgos llamativos co x.en. tornd de las puertas y las ven nos ~e pied:3 en las esqui-
rnontanas o valles, foment6 la sencillez del caracter neerlandes', re todo por_ SU agradable textura· i:nas. El matenal se apreciaba
religion tenia igual importancia. Aunque solo la tercera parte, apr )taba atracttva a los practicos ' dud~blemente, su econom1a
ximadamente, de los holandeses eran calvinistas, esta religion Jrso para SUS edificiOS pt'.iblicos. neerlandescs, QUC lo UtiJizaban in-
convirti6 en la <lei Estado y ejcrci6 una gran influencia en la vid J[coStO de ~onstruir canales ilo. .
cotidiana, al aportar un sentimiento de screnidad y moderaci6n a [ ai.<?lle ~e reduJeran lo mas posit!~· e:es dic~ba que las fachadas a
<q~}as cmdadcs holandesas eran es~r r:~ultado es que las parcelas
sociedad neerlandesa.
· Todas estas circunstancias produjeron un pueblo que adrniraba tfhura de una s~la habitaci6n. Las ca.:chtsimas, a ~eces con una an-
el ahorro, censuraba los gastos excesivos y naturalmente fue crean .. ? las otras en f1la, por lo general sa~ se wnstruian las unas junto
do unas costumbres conservadoras. La sencillez de las burguesef )~Os se cubrfan con tejas de arcill:o~ !as parc~es pegadas. Los ceja-
ncerlandcses se expresaba de muchas formas. Por ejemplo, la vesti- i• abuhardillados, daban a la calle OJa. ~"os p1sos altos, a menudo
menta del var6n neerlandes era sencilla. El jub6n con pantalones /Cas que dieron fama a las ciudad producian las siluetas caracteristi-
era el equivalence del siglo XV!! del traje con chaleco del hombre :>de[ pin6n habfa una escuadra de %aholan~esas. En la parte mas alta
de negocios actual, y tampoco se veia afectado por la moda: podfai i .)izaba para subir los muebles y dera con una polea, que se uti-
cambiar la calidad del paiio, pero el estilo seguia sin modificarse /j~~erior de la casa neerlandesa ::s. c~sas a l~s pisos mas altos. El
durante generaciones enteras. Los colores favorites eran oscuros: . i c1on dela~te~~" (donde se realizab/teval c~n~1st1a en una "habita-
negro, violeta o marr6n. Los funcionarios del grcmio de paneros ?. ..u_na "habttac1on trasera" (donde 1 n la~ .act!VJ~ades comerciales) y
< a famd1a cocmaba, com1a y dor-
en el famoso retrato de grupo de Rembrandt, eran pr6speros (com~>

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Delantc de la casa, Iigeramentc elevado sobre el nivel de eran un pueblo maritimo, y sus compactos interiores
calle, habia un amplio steep, coma un porchc, con bancos, a de marinero, con paredes de ladrillo alquitranadas (para
protegido con una iechurnbre de rnadera. A!II era dondc la <,;..,. ;.,,.~r1,,c contra la humedad) y maderas pintadas, escaleras estre-
se sentaba al atardecer a charlar con los que pasaban por la inclinadas y habitaciones tan pequefias coma los carnarotes
Bajo Ia casa habia una bodega poco profunda, cuyo suelo nunca Cabria decir de ellas que estaban "bicn aparejadas" -el
taba mas bajo quc cl nivcl del agua de! canal adyacente. A Ingles cs snug, palabra que da la casualidad que tiene un
que las farnilias sc iban hacienda mas pr6spcras, esas casas bajas tan nautico coma holandes.
ampliaban en la unica direccion posible: hacia arriba. Sc cdificar sabre pilotes en terrenos recuperados a Jos pantanos
dos pisos, y a vcccs trcs. sus problemas, pero tarnbien aportaba una vcntaja inesperada
Los pisos bajos originalcs de las casas holandcsas solfan tcncr ocupantes. Como las parcdes Iaterales comparlidas de cstas ca-
chos altos, <le manera quc cl primer cspacio adicional consisti6 iodo cl peso dcl tejado y de los pisos, las fachadas
una galeria o un dcsvan, a donde sc llcgaba por una escalerilla. no tenian ninguna funci6n estructural, y dado cl alto cos-
medida quc iba creciendo la casa, se mantuvo csc sistcma, de los cimientos, convents construirlas lo mas Iigeras posible. Pa-
que muchas veccs no habfa dos habitacioncs al mismo nivel, y los constructores de las casas neerlandesas llenaron las
cllas cstaban cnlazadas par escaleras cstrechas y cmpinadas. de muchas ventanas grandes, cuya funci6n quiza fuera
mente, esas habitaciones, con la excepci6n de la cocina, no peso, pero que tarnbien perrnina que la luz penetrara rnuy
funcioncs espccializadas. Sin embargo, a mcdiados de siglo se en los interiores estrechos y profundos. Antes de que llegara la
la subdivision de la casa scgun los usos diurnos y nocturnos, Y de gas, esto era importance. Los cuadros de casas neerlandesas
zonas formales c informales. Se empez6 a era.tar a los pisos altos el dta muestran habitaciones claras y bien iluminadas, cuyo
la casa coma habitaciones formales, reservadas para ocasiones animado contrasta con los interiores sombrios tipicos de otros
dales. La habitaci6n del segundo piso que daba a la calle se convir- Hasta el siglo XVII, las partes altas de las ventanas holande-
ti6 en una sala y la antigua habitaci6n dclantera se convirti6 en una tenian un cristal fijo, y solo se podfan abrir las partes bajas, que
cspecie de cuarto <le estar, mientras que otras habitacioncs de madcra rnaciza, a partir de entonces, tarnbien se acristalaron
ron a utilizarse exclusivamente para dormir. Al igual que en el rcsto La Iuz que entraba par esas ventanas se controlaba mediante
de Europa, no habfa cuartos de bano y los retretcs eran raros*. Los y rnediante un elernento nuevo -las visillos- que tam-
bien perrnitia mantener la intimidad frente a la calle. A medida que
aperturas se iban hacienda mas grandes, resultaba mas proble-
abrir las ventanas de la forma convencional, y Jos holandeses
• Uno de los motives por los que eran raros los retretes era que casi todas inventaron un nuevo tipo de ventana, cl de guillotina, que se podia
las ciudades holandesas estaban construidas sobre terrcnos pantanosos, y los comodamente sin meter el marco en la habitaci6n. Al igual
pozos negros para los retretes se llenaban de agua y dejaban de funcionar. La la puerta holandesa partida en dos, la ventana de guillotina se
alternativa mas habitual era el orinal, que se vaciaba en cl canal. Sin embargo, muy pronto en Inglaterra y en Francia. Las invcnciones como
al contrarlo que Venecia, las ciudades holandesas no tenian mareas que elirni-
naran esos descchos, con la lamentable consecuencia de que aquellas ciuda-
des tan bonitas probablemente tenlan un olor insoportable. De vez en cuando de las casas en contenedores de madera y se llevaban al campo en be-
se reallzaban esfuerzos por poner rernedio a la situaci6n. Los canales se dra- dc los ag~icultores, practica cuyo origen era medieval, pcro que conti-
gaban pcriodicamente, y en algunas cludades los residues nocturnes se reco- en algunas c1udades hasta el decenio de 1950'.

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la ventana de gulllotina no eran tipicas; las casas neerlandesas >pares de pantalones y gruesas capas, sus mujeres llevaban
siglo XVII no estaban precisamente llenas de innovaciones, y de he l)nenos que sei.s enaguas bajo las faldas. El efecto no era muy
cho conservaban muches aspectos rnedievales. Esta mezcla de l fag~dor para la figura Y explica, al menos en parte, Jos flsicos
viejo con lo nuevo era caracteristica de la sociedad neerlandesa. A #r~ntementc regordetes de los burgueses y sus esposas en los
mismo tiernpo que esta iba a la vanguardia de nuevas forrnas pollti dros de la epoca.
cas de organizacion, las combinaba con instituciones tradicional )\.qJellas casas eran "casas pequefias" tanto en el sentido literal
como los grcmios y las ciudades aut6nomas; estos revolucionari !l1<ren el figurado, No tenian que ser grandes porque alojaban a
sociales (aunque ellos dificilmentc se consideraban como tales) s .c~s personas; el prornedio de habitantes por casa en la mayor
vestian igual que sus abuelos y en muches scntidos tambien vivian .rtede las ciudades holandesas no pasaba de cuatro o cinco Iren-
corno ellos. Sus casas se scguian construyendo de madera y ladrillo] ~ia.[1ada mcnos que veinticinco en una ciudad como Paris. tPor
Como era tradicional, habia cnscnas que indicaban la profesi6n de[ p~tPara empcz~r, no habia inquilinos, porque los holandeses pre-
propietario: u nas tijcras para el sastrc, u n homo para el panadero. rran darse cl lUJO de Ser los dueii.OS de SUS Casas, pOr pequci'tas
Las fachadas de pii\6n de las casas particulates rerminaban con una u~fueran, y cra.n lo bastante pr6speros como para permitfrselo. La
escu ltura figurativa con connotaciones literarias o biblicas. A los ho- J~~ habfa dejado de ser el lugar de trabajo, y a medida que mu-
landeses les encantaban las alcgortas, y en algunas casas se ponia · · os artesanos se convertian en comerciantes o rentistas acomoda-
en la pared tablillas de rnadera inscritas con un epigrafe adecuado. .s, construian establecimientos separados para sus negocios, y los
Las casitaS con SUS ensefias coloreadas tenian UO encanto medieval, pleados Y los aprendices tenfan que buscarse d6nde vivir. Tam-
como de juguete. De hecho, a menudo se las podia calificar de "art ppco .habia tantos sirvientes como en otros pa1ses, pues la sociedad
ticuadas", igual que a sus propietarios. . .· . 9lMdesa desalentaba la contrataci6n de sirvientes y establecfa im-
Por desgracia, los encanros terrnicos de estas casas tarnbien era p~estos especiales para los que empleaban servicio domestico8• La
medievales (una vez pase una semana de enero en una casa .de Le( jn.dep.ende~cia i?dividual ~e apreciaba mas que en otras partes y, Io
den del siglo XVII. Se trataba de un barrio protcgido por motive quf t1ene 1gual 1mportanc1a, era posible. El resultado era que en la
hist6ricos y la vleja casa carecia de aislamiento, ventanas dobles · < ~yor pa:~e de las casas de los Paises Bajos s6lo vivfa una pareja
calefaccion central; fue una experiencia heladoramente autentica): i sn.sus htJOS. ~:lo produjo Otro cambio. El caracter publico que .ha-
El clima holandes no es especialmente duro, pero la situaci6n de it!a ~preso la. casa ?ran~e" se vio sustituido por una vida hogare-
pais hace que los invicrnos sean hurnedos. Al no haber Jena (Ho <11a.mas tranqu1la y mas pnvada.
landa tiene pocos bosques), el principal combustible para la cale <+.La aparici6n del hogar familiar reflej6 la creciente irnportancia de
facci6n en el siglo XVII era la turba, que arde bien pero necesit >Ja familia en la sociedad holandesa. El aglutinante de esa unidad era
estufas especiales. En aquella epoca no se conocian y en su lugar lwpresencia de los hijOS. La madre Criaba a SUS hijos, no habfa amas
para fornentar la combustion, la turba se amontonaba en grande ..9~ cria. Los nii\os pequei\os iban a un jardin de infancia a Jos tres
pilas en la parrilla dentro de la chirncnea o se quernaba en recep .a~os Y d~spues asistian a la escuela primaria durance cuatro. En ge-
taculos especiales, con eso se eliminaba el hurno maloliente, per peral, ex1ste acuerdo en que los PaJSes Bajos tenfan el nivel de alfa-
por desgracia se producia poco calor7• La (mica forma de estar alg (betizaci6n mas alto de Europa, e incluso la educaci6n secundaria
comodo en esas circunstancias era llevar mucha ropa que, com trafrecuente. Casi t?dos los hijos se quedaban en casa hasta que se
sefialaban divertidos los visitantes, era exactarnente lo que hacia 5asaban, y. las relac1ones entre los padres neerlandeses y sus hijos
los neerlandcses. Los hombres llevaban media docena de chaleco Ste caractenzaban par el afecto, mas que por la disciplina. Los visi-

68 69
extranjeros consideran que esta perrnisivldad era un el uso generalizado del ladrillo y un estilo de cons-
peligroso. Dada la excesiva indulgcncia con la que sus padres imitative que inventivo, las ciudades neerlandesas te-
ban a sus hijos, un visitante observ6: "Es sorprenderue que no agradable uniformidad, Ello impuls6 al historiador <lanes
mas desorden de! que hay'". Para el frances que escribio esa Rasmussen a escrlbir que mientras los franceses y los
los nirios eran pequcnos y diflciles, pero sin embargo adultos, creaban palacios impresionantes, los neerlandeses creaban
el no existia la idea de la infancia. El historiador Philippe incornparables".
descrito c6mo la sustitucion de! aprendizaje por la escuela en prosperidad de los Paiscs Bajos, que a muchos Jes pare-
Europa reflej6 un acercamiento entre los padres y la familia, y ,,,rr""'"'" -pero ocurre con Jap6n hoy dia- despert6 mucho in-
cl concepto de familia y cl conccpto de infancia'". Eso f UC otros palses. Sir William Temple, que fue embajador Ingles
rncnte lo que ocurri6 en los Paises Bajos, donde la familia sc Haya de 1668 a 1670 y conoda bien el pars, escribi6 un libro
ba en el nino y la vida familiar se centraba en la casa, solo que mucha difusion para tratar de cxplicar este curioso fen6mc-
la casa neerlandesa ocurrio aproximadamente cien anos antes q cornpatriotas. El cuarto capitulo, titulado "De sus Habitantes
en otras panes". ·. rcrones, concluia diciendo: "Holanda es un Pais donde la
Mas de un visltante conternporaneo opinaba quc los holandes es mejor que el Aire, y se aprecia mas el Lucro que los Hono-
apreciaban ires cosas por encima de todas las dernas, en primer r hay mas Sentido Comun que Ingenio; mas buen Caracrer
gar sus hijos, en segundo sus casas y en tercero sus jardines12• E y mas Riqueza que Placer; un Pats mejor para visitarlo
aquellas casas estrechas, construidas directamente sobre la calls; vivir en el.," Son palabras duras, aunque quiza destinadas a
que compartian SUS paredes laterales COn SUS vecinos, el jardin ei chauvinista, dado que mas adelante su autor renunci6 a la
un espacio importante, tanto mas cuanto que dado lo suave de! d Jµu ... lu,uu..,...,. de ser Secretarlo de Estado para volver a su antiguo des-
ma, se utilizaba durante la mayor parte del afio. Dentro de la limi La Haya. Pese a lo que Temple interpretaba como un morbo
<la superficie posible fue surgiendo un tipo especialmente formal en el caracter neerlandes, si seiial6 que, por lo menos en una
paisaje, tan artificial, a su estilo, como los pequeiios jardines urban los neerlandeses no reparaban en gastos: se sentlan inclinados
de los japoneses. Los arbustos cuidadosamente recortados, los arb todo su excedente econ6mico en "la Fabrica, el Adorno o el
Jes cercados y con formas geornetricas y Ios paseos de gravilla cor de sus Casas"M.
reada reflejaban el orden de los interiores, El jardln holandes em on holandeses amaban sus ca.sas. Compart1an el viejo termino
indicaci6n de la transicion de la casa grande cornunitaria a la cas de home ­ham, hejm en holandes- con los otros pue-
familiar individual. La casa urbana europea tipica de este period del norte de Europa*. "Home" reunfa los significados de la ca-
fuera en Paris o en Oslo, estaba construida entorno de un patio de sus habitantes, de la residencia y el refugio, de la propie-
caracter csencialmente publico, El jardin trasero cerrado de la cas Y el afecto. Home significaba la casa, pero tambien todo lo que
neerlandesa era diferente: era privado. · ·
Aunque las casas y los jardines neerlandeses fueran privados
contribuian sin embargo al aspecto general de las ciudades. Dae
la existencia de Jos canales, que se construian con caminos bor Esta palabra maravillosa de home, que designa un "lugar" fisico, pero que
deados de arboles a ambos lados, los espacios entre las casas rent tiene el sentido mas abstracto de un "estado de ser", no tiene equiva-
en los idiomas romances o eslavos europeos. Tanto el aleman como el
an la misma anchura que los bulevares (esto era doscientos afi()
el sueco, el islandes, el holandes y cl ingles tienen palabras hom6fo-
antes de que el Baron Haussmann construyera los Champ decir home, todas ellas derivadas de! antiguo noruego heima.

71
habia en ella y alrededor, adernas de la genie, y la sensacion plata, las cristalenas, la porcelana de Delft y la de
tisfacci6n y contento que todo ello aportaba. Se podia salir
casa, pcro siern pre se vol via a home. El afecto que sentian mueble de una casa holandesa era parecido al que se
holandeses par sus casas se expresaba en una practica singulaf en una casa bu rguesa de Paris; la diferencia estaba en
hacian que se les construyeran cornplicados modelos a escala d interior Frances estaba abarrotado y era frenetico, con
sus casas. A esas replicas se las califica a veces -incorrect;{ arnontonados unos contra otros en habitacioncs cu-
rnente- de casas de munecas. Su funci6n se parecia mas a la d empapeladas estaban todas ilustradas con paisajes y
los modelos de barcos, que no son juguetes sino mernoriales e estaban bordadas, plateadas o decoradas. En cam-
miniatura. recordatorios de objetos bienamados. Se construtr neerlandesa era sobria. Los mueblcs eran cosas
como repisas que no representaban el aspccto exterior de la casa pero tambien que utilizar, y nunca eran tantos que re-
Pero cuando se abrian las puertas se rcvelaba magicarncnte todo e sensacion de espacio que produclan la habitaci6n y la
interior, no solo las habiiaciones -con sus paredes pintadas y su de esta. Las paredes raras veccs estaban empapeladas
muebles-, sino induso los cuadros, los utensilios y las Iigurillas d~ aunquc estaban adornadas con pinturas, espejos y ma-
porcelana. /. esta ultima que era exclusivamente neerlandcsa. EJ
El objetivo de los muebles y la decoraci6n de una casa neerlan, mucho de ser severo, ni era eso lo que se pretendla.
desa de! siglo XVII era expresar, aunque logicamente de form habitaciones, con una o dos sillas bajo una ventana, o un
moderada, la riqueza de su propietario. Segula habiendo bancos [unto a la puerta, eran intensamente humanas y se destina-
taburctes, especialmente en las casas de tos menos pr6speros, pe. uso privado, en lugar de a las recepciones y la diversion.
ro, al igual que en Inglaterra y en Francia, la silla se habia converts una intirnidad tal que el calificarlas de "serenas" o "paci-
do en el artefacto mas frecuence para sentarse. Casi siernpre carecta es suficiente.
de brazos y estaba acolchada y tapizada de terciopelo y otros mate" sabe toda persona que lleve una casa, cuantos menos mue-
riales ricos, por lo general fijados al bastidor con clavos de cobre; hay, mas facil es mantener limpia una habitacion, y es posible
Las mesas, al igual que las sillas, eran de roble ode nogal y tenfart esto tuviera algo que ver con la relativa escasez de ellos
patas elegantemente torneadas. Las camas de cuatro pastes estaban interior neerlandes, pues aquellas casas estaban inmaculada e
construidas igual, pero eran menos frecuentes que en Inglaterra o limpias. El porche neerlandes bien barrido es famoso
en Francia; los neerlandeses, por su parte, dorrnian en carnas em-, llegado a constituir un ejempJo de exhibici6n publica y de
potradas en la pared. Esas carnas, de origen medieval, ocupaban uni
niche, completamente cerrado por tres lades, y la apertura se tapa-\
ba con una cortina o con una puerta maciza. El mueble burgues prcsencia de porcelana de China reflejaba el comercio internacional de
mas importante era el aparador, que los holandeses habian tornado Palses Baios y el crecimiento de su imperio colonial. Tambien es un recorda-
prestado de Alernania, que sustinria al area horizontal corno sitio\ de que los neerlandeses solfan desernpenar el papel de intermediarios, no
donde guardar cosas. Solla haber dos aparadores, a mcnudo or~/ de! comerdo, sino tambien de la cultura'S. Jlor cjemplo, fueron los primeros
namentos con incrustaciones de maderas preciosas, uno para las ~.un,·p~'v" en utilizar alfombras turcas, a veces en el suelo, pero mas a menudo
.....

mantelerias y otro para las vajillas. Estas ultimas se guardaban y revestir mesas. Tambien fueron los neerlandescs, por conducto de su Com-
dc las lndias Orientales, quienes introdujeron en Europa Jos acabados en
exhibian tarnbien en vitrinas con puertas de cristal, descendientes
yen laca del Orientc, las artcs de la marqucterla incrust.ada y de]
de los aparadores de vaiillas medievales, en las que se guardaban de Asia y, lo que no es poco, !a costumbre de bcbcr te.

73
ntuosidad burgucsa. Desde lucgo era publico -Ios
los Parses Bajos significaba que ho habia polvo, y la
de la casa no solo lavaban y enarenaban cl porche, sino Loda
qucsos, actividad que exige una especial atenci6n
ra y Ia calzada frente a la casa-, pero no era pretencioso, los . Eso parece demasiado determinista y en todo caso la
riores de las casas necrlandesas estaban igual de barridos y
queso nose limitaba precisamente a los Palses Bajos.
Sc echaba arena en el suclo. lo cual rccuerda la practica
cs que los cuidados prestados a sus casas por los
cubrir los suelos con hierba~. Las caccrolas relucian, · las
constituian una especie de rnantenim lento preventive.
Laban barnizadas, los ladrillos cmbreados. Los ncerlandeses se
era lo que sugeria Temple: "La misma humedad dcl
ban muy en serio todo aqucllo y fucron establccicndo algunas
todos los Merales tiendan a oxidarse, y la Madera a
tumbres curiosas que nunca dcjaban de provocar cornentarios de
moho, lo cual los obliga, mediante un trabajo constantc
exrranjeros. Un alcman quc visiio Delft en 1665 escribio que "en barrer, a buscar una prevenci6n o cura: eso crea la clari-
chas casas, igual que en los lugares sagrados de los paganos,
;""''"'''"' que parece afectada en sus Casas, y que cllos Ila-
pueden subir las escaleras ni erurar en u na habitacion sin antes sin prestarle mas atencion?",
tarse los zapatos?". Jean-Nicolas de Parival, viajcro Frances, ,;; ;;rnn()mrnc:1a quc los neerlandeses atrlbutan a la limpieza domes-
lo mismo, afiadiendo que a menudo se ponian encima de los mas llamativa cuando sabemos queen sus habitos perso-
cos unas zapatillas de paja", holandeses no eran especialmente Iirnpios; hay muchas
Ello da la impresion de que las callcs de las ciudadcs
que se !os considcraba sucios, incluso conforme a los cri-
no estaban Iimpias, todo lo contrario, Salvo las de los barrios del siglo XVIl'0• "Tienen sus casas mas limpias que
viejos, donde vivian Ios pobres, las calles estaban pavimentadas
, escribi6 un visitante ingles21• Por ejemplo la casa nccr-
ladrillos y tenian aceras para los peatones, Mientras que en
no contenia una habitaci6n para baflarse, y Ios banos publi-
y en Paris la calle publics era insoportable -una mezcla de alcan .·
casi desconocidos. Ademas, el cumulo de ropas que lleva-
rilla abierta y basurcro-, en las ciudades holandesas ese material d
los hombres como las mujeres en Jos inviernos humcdos
desecho se echaba a los canales, lo cual dejaba las callcs relativa dcsalentaba los banos. ·
rnente Iirnpias. Ademas, como cada familia tenia la costumbre de laJ.
comentaba el clima y la situaci6n malsanos de los Paises
var la calle delante de su casa, esas calles sollan estar tan bien barrs
Aunque los neerlandeses iniciaron la medicina modcrna, no
das coma los porches. Si las calles estaban tan limpias, desde luegd
controlar las multiples enfermedadcs infecciosas que afecta-
mas limpias que las de otras panes de Europa, ,c6mo explicar ague? casi todas las ciudades holandesas durante el sigto' XVII. Una
!la obsesi6n colectiva con la limpieza dentro de casa? ,Era producto
de! nivel generalmente bajo de la salud publica era la serie
de! calvinismo (los porches de la calvinista Escocia estaban igual de
anuales quc asolaron a Amsterdam durante seis aiios en
bien barridos), o merarnente de decoro burgues? iO era esa virtud ,11>1·pn,r, de 1620, reduciendo su poblaci6n en 35.000 habitantcs. En
hogarena el resultado de la sencillez de! espiritu neerlandes, el gusto meses de 1635 Leiden perdi6 mas de una tercera pane de sus
por lo lirnpio y lo ordenado?'. Huizinga sugiere esto ultimo, anadien .. ciudadanos.
do que era posible gracias a que se disponia de mucha agua, el cli~
los pisos fregados y los mctalcs rclucientcs de los Paises Bajos
significativos es precisamente porque no reflejaban una compren-
profunda de la salud ni de la higiene. La limpieza de los interio-
• El termino holandcs schoon significa limpio, pero tambien expresa bellec\ . neerlandeses no era sencillarncntc parte de su caracter nacional,
za y pureza.
respuesta determinada por causas externas, sino una muestra

74
75
de a!go mucho mas importance. Cuando sc exigia a lo~ visitantes
como una represenraclon desusadamente exacta
se quitaran las zapatos o quc sc pusieran unas zapat1ll:s, no
mediatamerue al entrar en la casa -el piso bajo se seguia .....
do coma parte de la calle publica-, sine al subir las escaleras, A afecto que sentian los neerlandeses por sus casas tan or-
bien mantenidas, no es de sorprender que adernas de los
era donde terrninaba la esfera publica y empezaba la casa. Esa front
y los retratos de familia, surgiera un genera de pintura
ra era una idea nueva, y el ordcn y la limpieza de la casa. no era.
de la propia casa. El recordar la obra de un ilustrador es-
rnuestras de mezqulndad ni de una especial afici6n a la limpieza, si~
nidcnse como Norman Rockwell evoca algo del arte de aquellos
par el contrario, de un deseo de definir el hogar como un !ugar scp
rado y especial. .i\ bid, yen rode caso sugiere una sensaci6n de un tipo de pintura
a{raia a un publico muy hogareno Pieter de Hooch pinto escc-
Si -sabemos tanto de! aspccio de las casas neerlandesas es gr~cta§
~J!T\afavillosas de la vida domestica, coma tambien hicieron Jan
a dos accidentes afortunados: el irnportante papel desempenad
par la pintura en los Paises Bajos de! siglo XV.II y la popularidad .:
(eertY Gabriel Metsu. Quedan rnenos de cuarenta cuadros de! gran
~KVermeer, y casi todos ellos son de interiores. Pero fue Emanuel de
las escenas domesticas corno Lema de esa pmtura, A las neerlar
' itte, que se especializaba en cuadros de interiorcs de Iglesias, otro
deses les encantaban los cuadros. Tanto !os mas rices como 1.
mas humildes los compraban y Jos colgaban en sus casas. _En ~art.
io popular, quien pinto una escena domestica que ha llegado a
efepHome de! interior ho!andes de! siglo XVI[. Esta pequeiia obra
eran una inversion, pero tambien los destinaban a su propi_o d'.sf
te. No solo se encontraban cuadros en las salas y las hab1tac10.nt'!
}stra, pintada hacia 1660, muestra una serie de habitaciones que se
'ren las unas a las otras, baiiadas en una luz que penetra por las
delanteras, sino tarnbien en tabernas, oficinas y lugarcs, de traba10.
ta.ndes ventanas emplomadas*. A juzgar por la forma en que la luz
eras los mostradorcs de las tiendas. El publico burgues cornprab
las obras de muchos pintores que, al igual que los ebanistas u otro
ritra en las tres habiraciones y la sugerencia de que por las ventanas
artesanos estaban organizados en gremios. Esos pintores neerlan
%n arbo!es, es probable que esta casa se halle en las afueras de la
deses tra0bajaban diligentemente para ir ascendiend~ en su pr?
La figura central de! cuadro, que le da su nombre, es Ja de
que toca el virginal, precursor de! piano, que era popular
fesi6n, y ernpezaban a los catorce anos como apre~d1c:s, desp~e
Paises 13ajos de la epoca.
como oficiales ayudantes, hasta que al cabo de sets anos pod1.a
solicitar el ingreso en el gremio y convertirse en "maestros" m- igual que muches pintores neerlandeses, de Witte aspiraba a
su cuadro contara una historia. Superficialrnente, se trata de
dependientes, en cuyo memento se les permitia vender cuadros
escena idilica y pacifica. Es tcmprano, cosa que indica el angu-
con su firma. >t del sol y el que la criada, visible al fondo, este ocupada con
Aunque el mercado de la pintura em grande, tambien lo era I
tareas matutinas. La duena de la casa -ide que otra persona
oferta, y pocos pintores neerlandeses se hadan ric~s. Los retratos s~
tratarse?- esta sentada al instrumento musical. La habita-
pintaban por encargo, pero muchos cuadros se pintaban ant:s .d~.
tener cliente y se vendian por conducto de marcbands. El publico en la que lo toca sirve para muchas funciones, lo cual es tfpi-
deseaba cuadros cuyos temas Iueran los adecua~os, cuyo a~e ?u~ Ademas del virginal conciene una mesa, tres sillas ·y una cama
dose!.
dieran comprender y adrnirar. Los pintores de mas ~estreza tecnrca;
con un enfoque directo y sencillo de la pintura, y sin el amor pro,
pio de artistas mas tardies, lo aceptaban muy conten~os. ~I resultado
es que los cuadros neerlandeses dcl siglo XVll no solo sirvcn como. • Las pinturas de genero tendfan a colgarse en casa, y solian ser pequeiias;
es de de Witte; media solo 75 x 100 cm. Muchas med.Tan menos de la mitad.

77
Pero no todo es lo que parece ser. Una inspecci6n mas ~ft,son imaginados, no reales. Por ejemplo, las Iglesias dectl/
del cuadro rcvela que la mujer no esta iocando a solas, en la 'it~"tio eran retratos de edificios existentes, aunque se basaban en .
iras las cortinas, hay alguien que escucha ia rnusica. Sin duda ·'·uis de interiores idenuficables, los cuadros acabados combinan. · •
irata de un hombre -la figura tiene bigotes- y aunque esia 1d\hentos de diferentes iglesias. Sin embargo, Jo que no podemos pa-
to, se ve toda su ropa en la silla del primer plano, La Jf pcx alto es que, si bien la casa puede ser imaginaria, el efecto es
de una espada que apcnas se ve en cl cuadro y la forrna 1/fsobre todo cs un efecto de gran intimidad.
cupada en que esta iirada la ropa en la silla -en lugar de . <J;os muebles no son complicados; las sillas acolchadas parecen co-
ordenadamentc en las ganchos tras la pucna- sugieren, dcllcada-x mhcias, pero careccn de los Ilecos y <lei material bordado que eran
rnente, que quiza este hombre no sea el rnarido de la mujer. En lo( [~<:>pularcs en Francia a la sazon. Las habltaclones son en enfilade, pe-
Paises Bajos calvinistas se censuraba la infidelidad matrimonial, { 'rocl efecto no es intimidatorio. Las paredes son sencillas, aunque ti-
de Witte cum pli6 con sus obligaciones sociales al convertirla en tc-} 'p\fariiente estan adornadas con un espejo, ast como con un rnapa
ma de una alegoria, aunque la historia esia oculta en una serie de\ 4W se ve por la puerta. El piso de piedra es un sencillo ajedrezado
enigmas, sirnbolos y significados secundarios. La jarra de agua y la de baldosas de marmot blancas y negras. Se trata de una casa acomo-
toalla en la mesa, la bornba para el agua y la mujer que barre el/ dkda -lo dernuestran el instrurnento musical, la alfombra oriental y
suelo sugieren algo en el sentido de que "la limpieza viene sola- · ¢1espejo dorado- pero el arnbiente no es-de lujo. Los objetos no es-
mente despues de la piedad". Pero parte de! encanto de este gene-\ tid>en exhibici6n; por el conrrario, nos da la impresi6n de un practi-
ro es la arnbiguedad <lei pinter con respecto a su tema. iEsta la mu<J d~mo sencillo por la forma en que estan ordenadas las cosas. La ca-
jcr arrepentida coma debiera? En tal caso, iporque esta tocando un .. Afa esta en un rincon, tras la puerta, la alfombra esta cuidadosamente
instrumento en lugar de [lorar? Nos da la espalda, como avergonza-] <uesta junto a la cama, para evitar el frio matutino del piso de piedra.
da, pero en el espejo que cuelga en la pared por encirna de! virgi-' {~fespejo esta sobre el virginal. La mesa y las sillas junto a la ventana,
nal, no se le refleja la cara, lo cual es frustrante. Quizas este son-: #fa luz. iY que luz! I.as habitaciones estan i!uminadas para destacar
riendo; nunca lo sabremos. · }U profundidad y su distancia, ademas de su realidad f1sica y material.
No hace falta averiguar que ardiente historia sc halla oculta en las. /Lo que distingue este cuadro es sabre todo esa sensaci6n de espacio
sombras y los detalles de! cuadro de de Witte. A este no solo le inte~/: /interior y por lo tanto de interioridad. En lugar de ser un cuadro de
resaba la narracion, sino tambien, al igual que a casi todos los pinto-:" \uria habitaci6n, es un Cuadro de una casa.
res holandeses, reflejar el mundo material tal como el lo veia. EseJ .·.··.·.·.· El verdadero tema de de Witte era el ambience domestico en si,
arnor al mundo real -la palabra "realisrno" es dernasiado debil-> era) que es el motivo por el cual durante tanto tiempo se desech6 este ti-
evidente en muchos detalles. Podemos disfrutar con la forma en que • Jp_Ci de pintura como menor, yes precisamente por lo que nos intere-
la sornbra de las ventanas cae sobre la puerta abierta, las cortinas de\ <sa a.qui. Claro que de Witte no era el unico que practicaba el genero
tafetan rojo que colorean la luz de la habitacion, el cobre reluciente \dcimestico. Pieter de Hooch, vecino de Delft, produjo toda una
del candelabra, el rico dorado de! marco dcl espejo y la textura mate ': }oeuvre que documentaba la vida cotidiana de los burgueses corrien-
de la jarra de peltre. ]unto a la cama esta acurrucado un perrito; enci-v. tes. Los mostraba en sus casas, por lo gener'J.I en el trabajo, absortos
ma del virginal hay hojas de musica. Nada es demasiado pequeiio pa- ten alguna tarea de la vida diaria, y presentaba cuidadosamente sus
ra escapar a la atenci6n de! pinter. fF Casas Y SUS jardines Con precision arquitect6nica. Ai COntrariO que de
Debe decirse inmediatamente que es improbable que el cuadro /~xritte, le interesaba menos la narraci6n y mas representar una do-
de Witte sea el de una casa real; por fotograficos que parezcan sus ')rriesticidad idealizada. Aunque subordinaba ia figura humana a su

79
~st.a lejos: aunque no lo estuviera, tendria que pisar con
contexto, sus escenas slempre incluian una o dos personas, · por k) el piso de marmol blanco Y negro recien limpio. Cuando hay
general mujeres con ninos, Durante el Renacimienlo, cuando las mu-. . en un Vermeer, da la sensaci6n de que es un visitante
[eres eran Iiguras solitarias en un cuadro, como madonas, santos c) ·•. intruso-, pues estas mujercs no solo viven en esas habitacio-
personajes btblicos, los pintores neerlandeses fueron los primeros en\ las ocupan totalrnente. Taruo si estan cosiendo como rocando !a
escoger a mujeres corrientes como terna. Era natural que los cuadrosj e5iPii'.iC,a o le_yendo una carta, las mujeres neerlandesas estan s6!ida
de de \'Vitte se centraran en las rnujeres, porque el mundo domestico' ""·'"'~'"'''~,:, y satisfecharnente en su casa. '
que el reflejaba sc habia convertido en dominio de cllas. El rnundo'
dcl trabaio masculino, y la vida social de los hombres, habia pasado.
de\
a otras panes. l..a casa sc habia convertido en el lugar de otro tipo * * *
trabajo: el trabajo dornestico especializado, cl irabaio de las mujeres(
Este trabajo en s1 no era nada nuevo, pero su aislamicnto sl lo era/ feminizaci6n ?e. la casa ~n los Patses 13ajos del siglo XVII fue
Los cuadros medievales siempre habtan mosirado rnujeres trabaian-', de las ,acontecirruentos
. , . mas importances en la evolucio 1 n d e 1 in-
·
do, pero rararnente Solas, C inevitablemente SU trabajo ocurria en d~m~suco. Iuvo vanas causas, la principal de las cuales fue
medic de las actividades de Jos hombres: genre hablando, comicndoJ . , . limltado que se. hacia de las sirvientes. Ni siquiera la casa
haciendo negocios o descansando. Las mujeres de Hooch trabajarG m~s nca em~l~aba habitualmente a mas de tres sirvientes, rnientras
solas y en silencio. i /l~e una f~m1lta burgucsa tipica tenta, como mucho, una sola cria-
A Jan Vermeer, otro pinter de Delft, lo que mas le interesaba era la: i\?~· Comparese es.to. con las Brun que, ademas de sus cres em olea-
figura humana femenina y menos los interiores dornesticos, pero co/ \?,~s, ten1_an dos s1rvtentes, o la tipica familia burguesa britani~a de
mo el contexto de casi todos sus magistrales cuadros es el hogar, tanf si_
< aquella .· epoca,. que habrfa tenido por Io menos me d'1a d ocena de
bien expresan algo de! caracter de este. Sus sujetos actuan con urui Nff1~dos. Las !eyes neerlandesas eran explkitas acerca de las dispo-
concentraci6n que se refleja en el arnbiente callado de la habitaci6n Y s1c1ones contractuales y los' derechos civ1·1es de Jo s s1tv1entes· · de
de sus muebles. Por los cuadros de Vermeer vernos c6mo ha cambial · forma
· 1 que la relaci6n,., entre el empleador y el emplead o era menos '
do la casa. se ha convertido en un contexto para Jos actos privados y .~~p otadora, y mas estrech~ que en otras partes de Europa; Jos sir-
los mementos personales. La carta de amor rnuestra a la duefia de fa .·. v1ent:s com1~n. con sus senor~s a Ia misma mesa, por ejemplo, y el
casa intcrrumpida por su criada que trae una carta. Vemos la esquloa yt?ba10, domest'.co s_~ comparua, en lugar de delegarse. Todo ello
de una camplicada chirnenea, asi corno un panel de pared de cuerd .,<_P..roduc1a
.. una s1tuacwn . notable
. para el siglo XVII·. Ja s muieres
· near-
con adornos metalicos y una marina que cuelga en la pared (esto :llan~e~_:is cas~das, independ1entemente de lo ricas que fueran O Ia
dos ultimos articulos eran propiedad de Vermeer). Sise pasan por a( .P?s1c10~ social que tuvieran, hacfan Ia mayor parte de sus tareas
to las pistas narrativas -la carta, la mandolina, la marina- lo mful d~mest1cas. Ha que~ado registrado que cuando un enviado del
llamativo es la relaci6n entre estas dos mujeres que comparten u~ ?fladhouder, el, Pn~c1pe de Orange, visit6 a la viuda de! almirante
memento intlmo, y la forma en que Vermeer nos coloca en otra habf' JP~ _R~yter el d1a s1gu1e,nte a la muerte de su marido, esta no pudo
tacion, destacando la intimidad del acontecimiento y logrando ade- ,~e:1bulo, porque hac1a poco que se hab1a torcido un tobillo ...
mas una sensaci6n de .espacio domescico de forma muy original. Lbs". HW1entras e~taba colgando la roparn. Cuando de Witte recibi6 el en-
diversos objecos de la casa -un cesto de lavar, una escoba, prendas cargo de pintar un retrato de la mujer de un burgues rico, Adriana
de vestir, un par de zapatos- establecen el predominio de las mufe: .yan Heusden, la retrat6 de compras con su hija pequena en un
res en este espacio. El hombre, que es de suponer es quien ha envia
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mercado de pescado de Amsterdam. Seria imposible irnaginar a habian tenido que aceptar unos arrcglos inc6modos y
dama francesa o inglesa rica hacienda eso mismo, o deseando idcados porque no tenian nada que decir en el asu nto, El ama
se la inmortalizara en un ambiente tan prosaico. no, especialmente cuando era de ideas tan independientes
Las mujeres casadas neerlandesas se encargaban de "todo el fa neerlandesa. · .
do v la administracion absoluta de Loda su Casa", scgun Temple". importancia concedida a la cocina reflejaba la posici6n central
to incluia encargarse de la cocina, Los relatos conternporaneos de mujer en la farnilia necrlandesa. El marido podia ser el cabeza
shames extranjeros eran claros a cste respecto, aunquc, farnilia y dirigir las oracioncs a las horas de comer, pero en las
en cl caso de los (ranccscs, haclan observaciones Li picamcntc u<..::,uc,L.- domesticas, ya no era "el senor de la casa". Era la mujcr,
Livas accrca de lo primaria quc era la cocina de los holandcscs. el rnarido, quien insistia en la limpieza y e! ordcn, en gran
do caso, este pcqucno cambio tuvo consecucncias de gran "·----·- ·· porque era ella quicn tenla que hacer la Iimpieza Ese simple
Cuando los sirvientcs sc cncargaban de la cocina, la habuacion que cs una cxplicaci6n mucho mas convincente de lo limpias
cementa esiaba muy poco difcrenciada de las dernas, Y en todo estaban las casas neerlandcsas que el clirna o el caracter
se le atribuia una condici6n secundaria. Por ejemplo, en las
burguesas de Parts, la cocina ocupaba una habitacion frente al Existen muchos ejemplos <lei orden domesuco que mantentan las
sin acceso directo a las habitaciones principales. En las casas en los Paises Bajos. J\ los neerlandeses Jes gustaba rnucho
de los barrios residenciales, la cocina, adyacente a la zona de los y sus mujeres hac1an grandes esfuerzos para que las casas no
dos, siguio estando en el sotano hasta el siglo XIX. En la mayor , .. · "·----~- impregnadas de! olor a tabaco. Algunas mujeres incluso
de los appartements, la "cocina" no era masque una cazucla que que en sus contratos de matrimonio se incluyeran clausulas
gaba dentro de la chimenea. "prohibido fumar''; si todos los demas recursos fallaban, destina-
En la casa neerlandesa, la cocina era la habitaci6n mas una habitaci6n "fumador'' para sus esposos nicotfoicos. En todo
te; segun su historlador, "se promovi6 a la cocina a una posicion una vez al ano se vaciaba coda la casa para haccr una gran
fantastica dignidad, y se convirti6 en algo intermedio cntre un (ademas de !os lavados semanales regulares). Los hombres
p!o y un musco'?'. Alli estaban los aparadores que contenian se prohibfa la emrada y se los privaba de comidas calien~
rnantelerias, la china y la plata, tan apreciadas. En las paredes dccian que este pcriodo era un ."infierno". Las habitaciones de
ban utensilios de cobre y de bronce muy relucicntes. La tambien se Jimpiaban regularmente, aunque raras veces se
era enorme y estaba muy decorada -<lemasiado para el gusto Un buq~ues confes6 a Temple que en su propia casa habia
demo-, y no s6lo contenia el hogar con la tradicional olla corzaoa habitaciones en las cuales no le estaba permitido entrar, y en las
sobre el, sino tambien un tipo sencillo de mueble de cocina. El nunca habfa entrado2j, Aunque los hombres neerlandeses se-
dero era de cobre, a veces de rnarmol. Algunas cocinas tertian con el sombrero puesto a la mesa (salvo al pronunciar las
bas de agua interiores (hay una visible en el cuadro de de Witte) v•"·'"'"'"'c"', y raras veces sc lavaban las manos antes de corner se
incluso depositos con una reserva permanente de agua caliente. iniciado la evoluci6n de los modales burgueses, en contr;po-
presencia de esos articulos e instrurnentos significaba la irnportancia a los cortesanos.
cada vez mayor de! trabajo dornestico y lo mucho que se estaba Los visitantes foraneos consideraban extraiia la imposici6n de un
pezando a apreciar !a comodidad. Era Iogico. Por primera vez, especial de comportamiento dentro de la casa, aunque es po-
persona que estaba en contacto tntimo con el trabajo de casa se que esa opini6n esruviera prejuzgada, dado que todos los visi-
llaba en condiciones de influir en el orden y la dlsposicion de cuyas impresiones han sobrevivido eran hombres. Abundaban

82 83
relatos sobre lo estrictas, per no decir tiranicas, que eran las amas
casa neerlandesas; sin duda, muchos de ellos eran apocrifos. Pero CAPITULO 4
dos indicaban un cambio en las condiciones dornesticas. No solo
casa se estaba hacienda mas intima, sino que adernas, en el
iba adquiriendo un ambiente especial. Se estaba convirtiendo en Comodidad y agrado
lugar fcmenino, o por lo menos en un lugar bajo el control
Ese control era tangible y real. El resultado era la limpieza y la
sici6n de norrnas, pcro rambien introducia en la casa algo que no ... el buen gusto consiste en sumar comodidad [irmeza
~~ • y
bia existido antes: la dornesticidad.
JACQUES FRAN<;:OIS BI.ONDF.I.
El hablar de dornesticidad es dcscribir un conjunto de ,._.,.,,,,v·,·t,n,
00

Architecture Francaise
percibidas, noun solo atributo aislado. La domesticidad tiene que
con la familia, la intimidad y una consagracion al hogar, asl como
sensaci6n de que la casa incorpora esos sentimientos, y no solo
da refugio. Loque impregnaba los cuadros de de Witte y de v... ,·mr'P.r.
era el ambiente de domesticidad. El interior no era s6lo un lugar
las actividades domesticas -como lo habia sido siempre-, sino
las habitaciones y los objetos que contenian adquirian ahora una Y la domesncidad, los dos grandes descubrimiemos de
propia. Esa vida, naturalrnente, no era aut6noma, pero existia en f3~rguesa, ap_arecieron, como era natural, en los burgueses
imaginaci6n de sus propietarios y, en consecuencia, Bajos. En el siglo XVlll se habian difundido al resto de! norte
la dornesticidad hogareria dependia de! desarrollo de una rica Inglaterra, Francia· y los Estados alemanes. La casa habia
ciencia de! interior, una conciencia quc era resultado de! papel de . tanto fisica como emocionalmente, a medida que habia
mujer en la casa. Si la dornesticidad fue, como ha sugerido John de?ndo de _ser un Iugar de trabajo, se habia ido hacienda cada
kacs, uno de los principales logros de Ia Era Burguesa, foe sobre ma: pequena Y, lo que es mas importante, menos publica. Co-
terua menos ocupantes, no solo se vio afectado su tarnafio ·
un logro femenino", l b' , sino
e am 1en~e mismo dentro de la casa. Ahora era un lugar
el comportamiento personal e Intimo. Esa intimidad se vio re-
por un c~mbio en la actnud hacia Jos hijos, la prolongaci6n
cuya presencia altero el caracter publico medieval de Ia "casa
· Lacasa ya no era solo un refugio contra los elernentos una
orc,tec:ci.6 contra los intrusos -aunque esas funciones siguieron
1~ portant~s-, se habia convertido en el contexto de una
unidad social compacta: la Familia. Con la familia vino el ais-
,aauc11lu. p~r~ tambien · la vida familiar Y la domesticidad. La casa se
conv1rt1~ndo en un hogar y, tras la intimidad y Ja dornestici-
estaba abierto el camino al tercer descubrimiento: Ia idea de

Quiza parezca extrano hablar del contort como una idea. Sin duda
84
85
una condici6n fisica; uno se sienta en una silla como.
confortable. ,:Que podria scr mas sencillo? Segun
critico Irasoble de la civilizaci6n moderna, seria
evitar totalmenre fas sillas y sentarse en el suelo. "El
sillas cs un habito adquirido, como el de fumar, y mas o
de sano", dice Rudofsky', Esre enurnera una serie dear.
-y segun el superiores- de orras culturas y otros
Incluyc entre ellos las tarimas, los divanes, las plataformas,
y las hamacas, pero su alternativa favorita es la mas
cl suelo.
;1,...,c,,,..,r"1~ de postura, corno las diferencias en las utensilios
(tenedor y cuchillo, pali!Jos o los dedos, por ejernpto), di.
tanta coma las fronteras paliticas. En cuanto a postu-
bandos: los que se sicnran en sillas (el llamado munda
.,...,,,..- .. , y los que se sientan en el suelo (todos Jos demas)•. Aun-
hay un "tel6n de acero" que separe a ambos bandos, ninguno
se siente c6modo en la postura de! otro, Cuando yo como
orientales, en seguida empiezo a sentirme mal, sentado
sin apoyo para la espalda y con las piernas dormidas. Pe-
que se sientan en el suelo tampaco Jes gusta sentarse ergui-
una casa india puede haber un camedor con mesas y sillas,
la familia pasa un rato de descanso durance cl calor de
las padres y los hijos se sientan juntas en el suelo. El can-
de un triciclo de motor de Delhi tiene que sentarse, pero en
de hacerlo al estilo occidental; se cruza de piernas, con los pies
banqueta, en lugar de en el piso (de forma que a mi me parece
ya el c6moda). Los carpinteros canadienses trabajan de pie,
un banco, Mi amigo guyarau Vikram, sl puede, prefiere trabajar
en el suelo.
FIC\:-.i<;Ols BOUCHER, Madame Boucher ( 1743).

Esta division bipan.ra ha sido de una notable continuidad, s6lo existe un


de civilizaclon en la cual hayan coexistido el sentarse en sillas y en cl
la China antigua. Probablemente la silla lleg6 a China dcsde Europa ya en
VI. Sin embargo, aunquc Jos chinos utllizaban mesas, si!las y carnas alias,
.,us casas segufan conteniendo zonas con adrnin1cu!os muy bajos para sentarsc-.

87
1J11as culturas han adoptado la postura sentada no lo son. EI sentarse en el suelo con la espalda
No parece existir una respuesta satisfactoria a esta bueno para el cuerpo, pero no hay muestras de que
sencilla. Resulta tentador sugerir que los ·­­·­•M­<A como la de Ios griegos antiguos (y atleticos)
ron aparecicndo como respuesta funcional a los suelos porque fueran perezosos o debiles. ·
cierto quc la mayor parte de] mundo de Jos que se sientan en el que el sentarse en sillas o en el suelo se pueda expli-
lo CSLa en los tropicos. Pero todos los creadorcs de mueblei< c.omo cucs~i6n de gusto. En tat caso, scgun Ru-
seruarse -!os mcsopotamicos, los egipcios y los griegos- vivI~ consntuye un ejemplo mas de la estupidez occidental.
climas calidos. Y para complicar mas las cosas, los corcanos y( de los muebles se basan en la hip6tesis rousseauniana
ponCSCS, que Si viven en rcgiones Irias, nunca cxperimentarmj J para seruarse, o acostarse, lo unico que hace falta cs
cesidad de crcar rn ucblcs )' SC las arreglaron en SU Ju gar con p) las si~las ~ las cam~s son innecesartas, antinaturales y, en
formas quc caleruaban. Fcrnand Brandel sugiere que la aparicio, ,.·~. ,,,.·A.~r,,, mfenores_. La idea de que lo natural ha de scr mejor
mucblcs para interiores en diferentes culiuras siguio dos normas. no lo es ex1ge. un salto precario de razonamiento, pero
primer lugar, los pobres podian perrnitirse pocas posesiones y( parece muy 1mportante para el publico occidental al
segundo Jugar, las civilizaciones tradicionales siguieron fieles a la juzgar por las docenas de anuncios que ensalzan Ja "n~tu-
coraci6n a la que estaban acostumbrados y no Ja Iueron rnodifica Eso es de un engreimiento superficial. Basta con pensar un
sino lentamente> Pero despues se ve obligado a admitir que esta t ver que toda la cultura humana es artificial canto la coci-
ria determ inista no resuelve suficlentemente la cuesti6n. Exp!id la musica, los ~uebles como la pintura. iPO; que prcparar
escasez de rnuebles en Etiopia o Bangladesh -ambas culturas: que llevan t1empo cuando bastaria con una fruta cruda?
bres y tradicionales-, pero no en clvilizaciones tan prosperas y molestarse con instmmentos musicales cuando la voz ya es
namicas corno la Turquia otomana y la Persia imperial. Tampoco e agradable? ,Por que pintar cuadros cuando el contemplar Ja
plica por que la India mogola, que era Io bastante rica y lo basl<ih es satisfactorio? iPor que sentarse en sillas cuando se
adeJantada para construir el Taj Mahal, no creo muebles para seri( uno sentar en el suelo?
se. Esas exccpciones son abundantes. Los japoneses del siglo V respuesta es gue todo cllo hace que la vida sea mas rica mas
que copiaron gran parte de su tecnologia y su cultura de China, d y mas agradable. Claro que los muebles no son natu~ales
ron de !ado cuidadosarnente los muebles chinos; en el sigJo artefact~s.' ::l sentarse en sillas es artificial, y al igual que ocras ac~
adaptaron las arrnas europeas de fuego, pero dejaron de lado la sill ,vn,,c1u,::;" ,a~nf1~1ales, aunque de manera menos obvia que el cocinar,
Y adernas esa renu ncia a los muebles no ha sido consistence. Al igu la rnus1ca instrumental o que la cultura, introduce el arte en la vi-
que Jos iaponeses, Jos indios se las han arreglado durante much Comemos pasta o tocamos el piano -o nos sentamos erguidos-
ticmpo sin mesas ni sillas, pero, al contrario que ellos, prefieren doi­ queremos, n~ porque lo necesitemos. Es alga que dcbc su-
mir en carnas y no en el suelo. /. "'''"""''"''" dad? qu~ es tanto lo que se ba escrito acerca de la practici-
Dcsde Jucgo, es cierto que la genre habituada a sentarse en el sue/ ' Y la func_10.nalt~d de los muebles (especialmente los modernos)
Jose siente Iisicamerue c6moda en esa postura mientras que la acos/ resulta faC1I olv,dar que las mesas y las sillas, al contrario, por
tumbrada a las sillas enseguida se siente cansada e incomoda, pero es que las neveras y las Javad0ras, son un refinamiento no s6-
imposible explicar Ia elecci6n cultural de un modo u otro por diferen-' algo util. ·
cias en la morfologia hurnana. Los japoneses por lo general son mas Cuando una persona se sienta en el suelo, no esta c6moda ni Jnc6-
bajos que los europeos, pero los africanos negros, que tarnbien sei Naturalmente, las piedras con aristas o las obstrucciones desa-

89
.··.···::·:~:'.'.':::.::·­­.·:­:·:'.·'.C::­., ,···¥-.".:¥:::·:~. ·-··--·- -·-.-'·. ·.·.

gradables se evitan, pero sr. no, una super ficre · risa se parecc, . j~~sigue teniendo su nombre en la silla, aunque solo este impreso
cualquier otra superficie lisa. El sentarse en el suelo es ~atural, hfa Jona. Hay incluso asientos imaginaries, como las caredras uni-
cso la persona que lo l race no pien · sa en co' mo sentarse m ,en .· rsifarias, o los puestos en los consejos de administraci6n. En mi
Eso' no cs dccir. que cl scntarse en e 1 sue· lo sea una grosena • al }dpia universidad, el catedrauco que curnple veinte afios de servi-
que· ocurre con otras acuvxia · idad es h um anas , puede cornponar . una io no recibe un relo], sino un sillon de madera con el sello de la
qucta v un decoro. Por ejcmplo, los japoneses nunca s; sicntan en rliversidad.
propio ' suclo, sicmprc
. en una plata f'orma, e. 1 cva da. · Los arabes
, -.,~u,~,u~~ ii\unquc las sillas ernpezaron a prestar servicio a actividadcs mas
se sientan en unas alfombras de gran belleza. No sc uata ~e que btidianas, corno comer o escrlblr; la postura scntada evolucion6 len-
habito sea inferior ni mcnos c6modo, sino de que en runguno tamcntc. A lo largo <lei Rcnacimicnto y cl Barraco, aunque aumcnt6
esos casos sc hace ex plicito cl confort. fa<':antidad de mucbles cu ropcos para sentarse, scrvfan para la postu-
El sentarse en una silla cs oiro asunto. La st·11 a pu ede scr dcsencialmente erguida fomentada por las sillas mas antiguas. fnclu-
do alta o dcmasiado baja. Puede hacer dafio en la cspalda, o. en }JJos domesticados ncerlandeses <lei siglo XVII seguian sentandose
rnuslos. Pucde adorrnecer al que se sicnta, o po~cr~o nervioso, firrnemcnte en sus sillas de respaldo recto, con ambos pies flrmemen-
dejarlo con dolor de espalda. La silla ha de estar disenada para fden el suelo.
modar la postu ra del cuerpo y en consecuencia plantea uesuones < ta silla adquiri6 un papel difcrente en la Francia de Luis XIV, que
.
diferentes a las que uene ante. st, qu1en.
· ~~ nstruye. , una plataforma foe una epoca de logros rnilitares, politicos, literarios y arquitcct6ni-
fombrada. Los rnuebles obligan a la civilizacion sentada a 2b~ prodigiosos. Tambien fue el pcriodo en que el mobiliario se elev6
tarde o temprano, la cuesti6n del confort. . , kLnivel de una de las bel!as artes. Lleg6 a considerarse como parte
El problema de! confort en la postura sentada en sill.a tardo J11tegrante en la decoraci6n de interiores, y las disposicioncs desorde-
en resolverse. Aunque ya lo habian descubierto los anuguos o'"vov·v, hadas de los muebles de! pasado cedieron el puesto a una decora-
sigui6 olvidado y dcjado de lado. Los historiadores de! mu~bl~ <:i6n estrictamente ordenada. Las ilustraciones de! palacio real de Ver-
Jan inevitablerncntc a nuestra atenc1on ., l os ca, rnbios en. cl· disefio
. Y salles muestran una mesa entre cada par de ventanas, una c6moda a
construccion de las sillas y nos perrniten olvidar un ingrediente b1.da !ado de la puerta y un taburete en la base de cada pilastra. Co-
importante: los cambios . que ocurrieron · .en quienes se sentaban irto la funci6n de los muebles em destacar y real7.ar la arquitectura de
. . I 1·
ellas. Pues la pnnc1pa 1mttac1on . ., al disefio de mueblcs
. ., . no. era /fas Salas, no recibir a gente, las siJlas estaban disenadas para ser admi-
mente tecnlca -<.:()mo hacer la silla-, sino tambien cultural, Jadas, pero no, por extrano que parezca, para sentarse en ellas. Se
usarla. La buiaca tcnia que ir precedida del deseo de sentarse /alineaban en filas ordenadas contra la pared, como soldados. Se dice
(de Luis XIV, que era un tanto tiranico, que una vez amonest6 a su
damente. deseaba
La silla fue respondiendo a la forma en que 1 a g~nte ., amante por dejar una silla en media de la habitaci6n, en lugar de de-
tarse Como sc ha scfialado durance la Edad Media la funcion volverla a SU lugar COffCCtO contra la pared.
· ' de la' silla era ceremonial.
mordial ' El horn b re que se sentaba
. era L Aunque la funci6n de la si!Ja era sccundaria, si desempciiaba un
portante =-de ah! cl tcrmino Ingles chairman (p.resi~cnte)- Y /importante papel en la etiqueta de la corte. En una oficina moderna,
postura digna y erguida re f leja · b a su con d'ic i6n social
. · Esa
, et tamano de la Silla de Un ejecutivo indica SU categoria y SU in-
del asiento en si con la autoridad ha seguido formando parted fluencia; analogamente, en Versalles, el tipo de silla en que se per-
grante de la cultura europea y ,amencana: · . seguimos hab!ando . . c1 )nitia scntarse a cada uno denotaba rango y posici6n social. En algu-
lion presidcncial o de tomar el asieruo del conductor. El director §as habitaciones no se permitia sent.arsc a nadie mas que al rey: el

90 91
. . , ·=======------
,1:tI«f/i',J' wr << > x '.ff i!l'!!i
dorrnitorio real no contenia sillas para los visitantes en absolute. ·.·.· .:
el resto del palacio imperaba una jerarquia est~i?ta. Los ~illo~es e~
f~i para escuch~r musica, conversar, jugar a las cartas, Sus pos-
. )?lsentarse refleiaban un nuevo sentido de! tiernpo de ocio. Jos
taban reservados para el Rey Sol, y no se perrmna a nadie mas sen .~Heras se echaban hacia arras y se sentaban con las piernas cru-
tarse en ellos. Las sillas sin brazes cstaban reservadas para I .~s --una postur~ nueva-, y las <lamas se reclinaban. Se pusie-
miembros de! eruorno real inmediato. DeLerminados rniembros deI ge moda las. ~cwudes despreocupadas. Las sillas se adaptaron a
nobleza podian utilizar taburetes sin respaldo, y las pcrsonalidacte s.nuevas posiciones, es decir, se adaptaron, por prirnera vez des-
rnenores se sentaban en taburetes plegables sin cojines. Como el /le>S griegos antiguos, al cuerpo humane. Los respaldos eran
nurnero de csos taburetes esiaba estrictamente controlado -un in:. linadOS en ]u~ardc vcrticales, los brazes SC curvaban en Iugar de
vernario lcvantado cuando muri6 Luis XIV mosiro que s6lo habi t.rectos. Las sillas eran mas anchas y mas bajas y perrnitfan mas
1.325, en una cpoca en que la poblacion diurna de versalles a:ceny. jibilidad al colocar el cuerpo. El tipo mas comun de asiento era
dia a muchos miles de pcrsonas-, el rcsultado general era un jueg .buraca tapizada con un respaldo curvo y acolchado, y mucho mas
de sillas musicales en cl cual la mayor pane de los cortesanos s plia que las sillas de! pasado. La persona sentada en ella podia
quedaba de pie'. Cabe imaginar que cuando estaban sentados n~ t . . raren un :5entido O en otro, apoyarse en los brazos acolchados y
relajaban, colocados en sus taburetes, asumian una P?stur~ de fir $?11versar comodamente con su vecino o vecina. Los taburetes no
mes" sentados. Aunque esa curiosa etiqueta de las sillas irnperabi $f~.~ para sentarse, sino para poner los pies en ellos, otra postura tI-
sabre todo en Versalles, y no en las casas burguesas, dificilmenr B·ic.~c Habia asientos para dos y varios tipos de divanes cuyos nom-
cabrla esperar una evolucion hacia un mayor confort en esas cir- re.r_­ottoma~~' s~~tane: tu1:qu?!se­: recordaban, al igual que la
cunstancias. I-labia ebanistas como Golie, Cued y Boule que creamq /ppia palabra sof~ , la 1nsptrac1on arabe de esos asientos bajos y
piezas de una belleza extraordinaria ~specialmente escritorios, ar.- . C?lch~dos: .Las mu1eres se recHnaban en la reposera, que tambien
marios y c6modas-, pero los muebles para sentarse SC quedaron ,se pod1a ut1hzar como sofa.
estancados en una incomodidad dorada. / Los franceses resolvieron el problema de la comodidad de Jos
Todo esto iardaria poco en cambiar: con la muerte de Luis XIV e< uebles de forma carncterlsticamente racional. No abandonaron el
1715 y la Ilegada al trono de su joven bisnieto Luis XV, a la form~7 tipo formal Y tradicional de muebles que habian caracterizado Jos in-
lidad sucedio la vivacidad, a la grandiosidad la intimidad Y a la mag- t¢dore_s _de Luis XIV, sino que crearon una nueva categorfa de asien-
niflcencia la delicadeza. "Versa!les en el siglo XVIII", escribe Nancy (?S ad1c1onales, no sometida a la presi6n de unas necesidades estric-
Mitford, "presentaba el espectaculo nada edificante pero animado d~ .tamente esteticas rfgidas y que podia responder a su deseo de una
varios miles de personas que vivian para el placer y que lo pasaba> gostura sentada mas reJajada. A esos dos tipos de asiento se Jos lla-
muy bien'". Nuestra imagen de este periodo ha estado coloreada P? ll1aba sieges meubtants y sieges courants6• En primer termino se refe-
la actitud desaprobadora de! hisroriador victoriano -y del pacato de .pa al tipo de .~siento que segufa considerandose como parte de! de-
siglo XX- para quien la persecuci6n del placer eq~ivalia a ~:spilff c.orado. :ambien se los llamaba "muebles arquitect6nicos" y eran los
rro derrochador y un estilo sofisticado de vida a vil corrupcion. S1·> /.9ue eleg1a Y colocab~ el arquitecto; al igual que los cuadros, que no
embargo, fue precisarnente durante este periodo, y debid? sabre tod? }~ colgaba~ al azar, srno que se pintaban expresamente para una pa-
a sus intereses hedonisticos, cuando aparecieron los pnmeros mue- ife~ ?etermmada, quedaban integrados permanentemente en Ja deco-
bles confortables. ii .f~Cton de la ?abitaci6n. El pesado jauteuil a la reine, que tenfa un
El sentarse ya no era zlgo ritual o funcional, sino que se convirtld \respaldo vertical y estaba apoyado contra la pared, recibi6 ese nom-
en una forma de descanso. Las personas se sentaban unas al \pre en honor de la esposa del rey. Los sieges meublants raras veces

92 93
se quitaban de sus lugares preordenados, de hecho tan raras .
;)pfs
,~l
sus tocadores -en parte vestidore .
que coma los respaldos de las sillas nunca se veian, muchas veces
)ta,r-- donde_ se podia recibir a los mas en ~-arte cuarriros ~e es-
dejaban sin acabar, ·.,·'.·.n. e.s eran mas pequeiias men ct· mos. lodas esas habJtacio-
En carnbio, los sieges courants, eran al mismo tiempo m6viles y\ < · • os gran 1osas y , , ·
pasado. Ya no estaban organizadas en ·1. d,mas murnas q_ue en el
para el uso diario (courant significa ambas cosas en frances), i\O tc{
y9eforma menos cercmoniosa d d enfi a e, e~ fargas Filas, sino
nian un lugar fijo y eran lo bastante ligcros como para trasfadarlos (biraci6n sin pasar por otra El' . ~ ~o O que se podra llegar a una ha-
con facilidad de un lade a otro de la habitacion. Se podian colocar' }meritc una "habitaci6n"· aho,raSICIO Ondc SC dormia ya no era Simple-
en agrupaciones inforrnales, en torno de una mesa para cl Le o en -, , , . era una "camara" l h . .
:.Rheas se scguian llamando sal!es (de aht , . .as ab1tac1ones pu-
grupos para las conversaciones. A esas buiacas ligcras se las llamaba ' )!Salon), pero el donnitorio era u h sa/:e ~ manger­comedor­
fauteuils en cabriolet; es decir, litcralmcme, sillas de cabriola. Mien/ '.i. Hoy dia, cua d 1 . . na c amb,e a coucher.
tras que los sieges meublarus se utilizaban en los saloncs, los siege( ,... · n o os cnados se han .
;:}fhibe ostentosamente. No ocurria I ~onvemdo e~ un lujo, se los
courants esiaban diseiiados para un uso informal y eran los rnuebles;
para el tocador y para el cuarto de esiar mas Intimo, No estaban limif
/~O se empcz6 a considerar que 1 ? ~tsmo ~n el s1glo XVIII, cuan-
i. .'dores eran unos i01rusos e I . o: s_1rv1emes inquisitivos Y murmura-
tados por las necesidades formales de la decoraci6n arquitect6nica/ •.d· ··.· n a 1nt1m1dad de s ~
( e caza de Luis xv en Cho' , us senores. El pabeJJon
que tcndia a ser rcculinea, sino que podian asurnir nuevas formas .,/~u.bir una mesa completame1sy concenia un mecanismo que permitfa
fluidas que se basaban en la postura sentada, en lugar de en la est~+ :< ·. . . nee puesta al co d
t.<ieabaio, eliminando la neces'dad 1 d . . me or desde las cocinas
tica formal. R . e s1rv1ences y p .. .
/>ey Y sus a~1?os gozaran de total intimi . , erm1llendo que eJ
La distinci6n entre muebles fijos y transportables tambien existt \b.re que se hic1era salir a Jos c . d dad. En versalles era COStum-
entre los diferentes tipos de mesa. Ademas de los grandes escrltorios' : invitados despues de las ce na os Y que cl propio Rey sirviera a sus
y de las mesas con tablero de marrnol, que se colocaban de form} , nas cuando la com ~-
..1o~ a tomar cafe. ' pania se retiraba al sa-
decorativa pero poco practica contra la pared, habia piezas mas pC:: x>. El siglo xvm se caract . ,
quefias, destinadas a un USO mas intlmo O personal. Habia mesas pa
·.·· ·. · enzo por el d , . .
Jlaba tanto en la casa bu eseo de mas intunidad· se ha-
leer, mesas para jugar y rnesillas de noche. Estas se solian constru ·M· .. d' 1 rguesa como en el p' I . D •
ingeniosamente con cajoncs de difcrentes tamafios y tableros que s ,\ ~ ,a~ os sirvienres habian dorrnido en 1
.·.••. s.us senores o en una habi'ta . , I
c1on a Jada s . 1 1
. a ac10. ~sde la Edad
as m1smas hab1taciones que
deslizaban o plegaban. Habia una gran cantidad de mesas de vestidof <
.tocando una campanilla E l . f . 'e os lamaba a palmadas o
-para ambos scxos-, asl como para lavatories. Las rnujeres e~f . . . ·ct . n e sig o XV/ll la ca 1
;.t111 .a por el cordon de! timbre'. Ese .. , . mp~niJ a quect6 susti-
cribian rnuchas cartas y diaries, y para esa actividad se les hacia J? s1sterna de cables Y poleas ue ht:can1smo accivaba un comple-
escritorios y mesitas especiales, El apartamento de una <lama tambie parte de la casa. Se invent6 po q . i"a sonar una carnpana en ocra
contents mesiras para costura, para el desayuno y para servir la nuev rriifiar exigia mantener a dista r~ue e nuevo sentido de intirnidad fa.
importaci6n de moda, el cafe. ..•... d. nc1a a los sirvie t
Es"'-
/Ja os en alas separadas o . n es. tos estaban alo-
La diversidad de tipos de mueble en la Francia de! siglo XVIll •>· en un cuartito ent d ·
/. re os p1sos, conseguido
flcjaba la especializacion que se estaba produciendo en la disposici . .
de la casa, las diferentes habitaciones iban adquiriendo funciones :
ferenres. La genre ya no comia en la antesala, sine en un corned 1% • J>• mom, di,ti0<i6n OXifilo on i•li, .
adecuadamente amueblado. Ya no recibia a los visitantes en sus d .dse, ut1!1za la antigua palabra bedchamb no (sa/a y camera); en ingles ya no
espacho pr·vad d . er, aunque en la P',o,es1
~ -6 . , .
mitorios, sino en un salon, Jos caballeros tenian sus estudios, las · grrta
• ,.. J o e un 1uez se le si ue II·
ccrrada se llaman in camera. g
n 1undrca al
amando chambers y los juicios a

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95
techo de! dormitorio. Se hacian otros
casi veinte aiios. Gran aflcionada a intervenir
tar la intrusion de los sirvientes. Por ejernplo, la la mediadora de la moda de la carte y, en
dad de las estufas durance el siglo XVIII se debi6 en estilos en general. No s61o foment6 el interes
la forma en que se podlan alimenrar, par un agujero en domestica, sino que tarnbien la oriento
un cuarto adyacente. Otro mecanismo que se invento en
to precioso y lo intimo. En una carta a una de sus
-tambien destinado a mantener a distancia a los ,·. ,~"'"'" cl Hermitage, su residencia de Versalles: "rnide
montaplatos, que en Ingles recibe el significativo nornbre
diez, nada mas, de manera que ya comprenderas
waiter(camarero rnudo)". es; pero alll pucdo estar a solas, o con el Rey y
El Vcrsalles de Luis XIV habia sido una "casa grande", de modo quc estoy contcnta"9• El Hermitage era
de Francia. Era un lugar publico, con pocas restricciones de sus casas, pues construy6 o renov6 media doce-
a los lugares a los que podian ir los cortesanos y, en e! interes del Rey por la decoracion, lo mantuvo
con poca intimidad. Eso empezo a carnbiar, Lo primero ...... un proyecto tras otro. Aquello prornovio una moda
Luis XV al ir a vivir a Versalles fue reorganizar sus apartam.e decoraci6n de interiores que facilit6 y acelero la intro-
Permaneci6 el enorme dormitorio oficial, al igual que las cer .. "modernas", como la de lo privado, la intimidad y
nias del lever y el coucber -aquellos extrafios espectaculos p~
cos en las que se conternplaba al Rey despertarse o irse a des. moda por las interiores domesticos se refleiaba en to-
sar-, pero ahora eran · puros forrnulismos, el Rey dormia en: socieuav francesa. Las casas burguesas parisienses estaban mas
parte y en la intimidad. Sus apartamentos privados, a los cuales( que anreriormente. Los apartamentos ya no consistian en
taba restringido el acceso, se llamaban los Petits Appartements,: habitaciones: habia par lo menos cinco o seis habitaciones
porque fueran pocos (habia cincuenta), sine porque las habit.ai cuyo orden era reconociblernente moderno. La puerta de
nes en st eran pequcnas, al rnenos conforme a los criterios de que daba a una escalera cornun, llevaba a una antecamara
epoca. Las camaras reales, que algun ingenioso bautizo "nidos/ coma gran vestibule, y desde alli se podia llegar a to-
ratas", incluian pasajes secretes, escaleras ocultas y muchas alco. habuaciones. Adernas de la cocina, habia un donnitorio
y habitaciones Intimas, todas ellas exquisitamente decorada . Habfa otras habitaciones, como dormitorios privados, a
amuebladas. \ un tocador y varias habitaciones mas pequeiias que se utili-
El que el Rey, hasta entonces una figura publica, sintiera la ne(: despensa o para los criados.
sidad de intimidad es ejemplo de! alcance de la influencia de los un error no mencionar el aspecto de esas habitaciones, de-
lores burgueses en la vida de la carte y, en este caso, de la influe 1.u,,o.~·~~ en un estilo que se inicio en Francia y que recibi6 el norn-
cia de aquella gran burguesa que era Jeanne-Antoinette Poisso rococo". A los arquitectos de! rococo les fascinaba la decora-
mas conocida como Madame de Pompadour. Durante una
temporada fue la amante de Luis XV, y despues su confidence,
• Se trataba de un juego de palabras con el termino barocco; "roe." proce-
de rocaille; que significaba el trabajo con conchas o con guijarros, que era
• La misma tecnologia se utilize para el funcionamiento de los motivo caractenstico. Al igual que todos los nombres que aparecen en la
Has", que eran frecuentes en las casas de los ricos. Madame de Pompadour del arte, se cre6 a posteriori, hacia 1836. Y no era un termino elogio·
nia uno privado que la llevaba a su apartamento del segundo piso de lo inventaron unos cr1ticos que lo desaprobaban y que tambien calificaban
lles; en el hotel Luxemburgo el mecanismo llcgaba a todos los pisos" tipo de decoraci6n de "achicoria".

96 97
ci6n en forma de conchas, follaje y molduras, generalmenrd} . \ #Jrtjuitec~ura de Eur?pa. _S~bray6 reiteradamente que.
doradas. Se decoraba todo lo que podia decorarse. Aunque Ja'e ;}J!Je. la arquitectura tuviera exrto deberia ser Ja doctrina
ci6n era rnuy diestra y dclicada, el efecto global de tanta orriarn. \ir\kiador en el roman~ Vitruvio: "Comodidad, finneza y
ci6n podia ser abrumador. El cstilo arquitcctonico no es el te' -~.see contexto, es el .Pruner concepro -comodidad- el
este libro, pero solia constituir una indicacion de las actituM ¢.u11 examen mas atento,
pubhco en cuanto al cstilo e imponer limites a corno se poctii Jquc SUS conternporaneos, Blonde! utilizaba el termino,
ganizar las casas. En estc caso, lo intercsante cs la forma en qd dt ~n cl scntido de idoneidad y convenicncia para el ;
aplicaban los ornamcruos rococo. El historiador de la arquite~ f9 difcrenciaba de lo puramentc estetico ("agrado"), ode
Peter Collins ha sefialado que jean-Francois Blondel, disenadb igia la necesidad estructural (Tirmeza"). Tarnbien significa-
muches interiores rococo Iarnosos, nunca utilize csa ornament{ .. ff; pero en un sentido muy particular. Segun Blondcl, la
en las fachadas de sus cdificios, que siernpre eran severameritdi pgecca de planear una casa era dividir las habitacionc
sicas". De hecho, en los cxtcriorcs de los edificios franceses f1gCJrfas: habitaciones de respeto (appartements de par:d:)n
nunca se encontraban rasgos rococo (aunquc aparecieron, maS' }8r~ f~rmales_ de recepci6n (appariements de societe) y 1;
de, en Italia y en Espana). El rococo fue el primer estilo quc si <·8~.tegona que el llamaba appanemenu de commodue. "En un
bore exclusivarncnte para el interior, y no para el exterior. Estc( ···.\,grande,
,, .. :• . los appartements
, de commodiie son habit1 ac1ones
·
solo subraya que ahora se pensaba que los interiores de las (; , .. s?ntrano qu~ las demas, raras veces se abren a los descono-
eran muy difercntes de los exteriores, sino tambien que se esili ,)5(Jue se dcstm~n ~I uso privado de! ducno o la duena de la
estableciendo una importance distincion entre la decoracion de ih Ff~ .~n esas habitaciones donde duerrncn durance el invierno
riores y la arquitectura, Esta distinci6n no era tan obvia entoncesf J.,dcscansan en ca~o de enfermedad y donde se ocu pan d~
mo parece ahora, anteriormcnte, la arquitectura de las habitacio tgs pers~nales y rec1~en a sus amigos y su farnilia?" _ Igual que
habia sido la de las fachadas, dadas vuclta. Hasta el rococo arqui( '"~~~les hgeros y transp?rtables no desplazaron a tos formales y
tos como Blonde! no pudicron especializarse en la "decoracion. p~os, tampoco la comodrdad sustituy6 a Ja <:eremonia y la forma-
interiores". Ello acelero el aurnento del confort dornestico Y, a taJk ;Jos appartements de commodite eran una especie de foro, un
ga, pcrmitio los carnbios que seguirian. Mas adelante, el rococo . .. , ~onde soltarse el pelo (es decir, quitarse la peluca) d
·.n. ·· am b"1ente c mo d o. Y escansar
veria sustituido por otros estilos, pero persistiria cl convencimieri 6
de que el interior de un edificio se debia considerar por separa R~sulta significativo que I31ondel mencionara el USO de esas ha-
de su exterior. .,~1ones
. ... · ~ como
. dormitorios durance el invierno· , no so'Io e ran mas
,
,QLJ<!nas, smo ~Jue_ ademas eran mas d!idas. Durante el siglo XVH
.}pdo l;';ls hab1tac1o~es eran enormes, resultaba imposible calen-
* * * flas, aunque las ctumcneas hubieran sido eficaces, cosa que no
·<·P· El Versalfe~ de Luis XIV contenfa muchas chimeneas magnifi-
Los principios que regfan el diseno de edificios durance este per( S~f, pero ~ran mas ornamentales que practicas. En Jas casas burgue-
do los explic6 el gran arquitecto y educador fr-t.1nces Jacques-Fran<; · ~~ las ch1meneas habfan sido fundamenralmente Jugares donde co-
Dlondel en su monumental, ArchitectureJran~aise, de cuatro vo!Cmi .lf~.r Y s6lo secundariamente, y sin gran eficacia, fuenccs de calor.
nes, que ruvo su primcra edici6n en 1752. lllondcl, sobrino de Jca . ,}c1a 1720, los c?nstructores descubrieron c6mo haccr chimeneas
Frani;ois, era el arquitecto de Luis XV y fund6 la primera escucla ek fil;modo que luv1esen un buen tiro. Ello no s6lo eliminaba el hu-

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mo, sine que adernas mejoraba la combustion, al estrosantepasados del siglo XIX estaban convencidos de
[or hacia la habitaci6n. Resultara o no la combinaci6n ri!ricia. de Luis XIV era un pars Iicencioso y, en consecuen-
mas pequenos y mejores chimeneas una revolucion en > higienico. Siegfried Giedion, un escrupuloso suizo, mante-
ci6n, coma preiende Braudcl, fue por lo menos una gran "faltaba el sentido mas elemental de la limpieza"'5• Otros
un campo hasta entonces descuidado". Las casas nuevas d6res son menos categ6ricos16• Por otra parte, los datos su-
truian con esas chimeneas mas pequefias y eficaces. las qoeel bafiarse se consideraba coma una forma agradable de
viejas de las casas ya existentes se redujeron de iamano y Ltiempo, en Jugar de una necesidad, y los cuartos de bano
virticron. La eficacia de esas nuevas chimencas se vio ideraban un accesorio de moda -por ejernplo, dcstinados a
por el empleo de pantallas plcgables, que podian \Uri bafio caliente para descansar-, y no una instalaci6n
de la persona sentada para contc ncr el calor y reducir el ~iia. iC6mo, si no, explicar la frccuencia de datos sabre la ins-
confort aument6 rnucho, 6nide cuartos de bano que despues sc eliminaban caprichosa-
Tarnbien se pusieron de moda enionces las estufas de ·.·· e?\ En cambio, la atenci6n que se prestaba al suministro de
utilizadas en Alemania. Ceneralmente se colocaban en un nicho1 icaliente, y la complicada decoraci6n de esas habitaciones in-
forma que se pudieran alimentar por un agujero en la pared de/ h:3_que la limpieza, o por lo menos el bano, iba adquiriendn
antesala adyacente. Como se conslderaban esteticarnente infer] }i!l1portancia. Los pianos de Blonde! de una casa grandiosa
a las chirneneas -aunque eran mas eficientes como sisternas d~. . .ran tres baneras en una gran habitaci6n, aunque esta se halla
lefacci6n-, al principio las estufas solo se instalaban en los co cia de forma no muy practica al extrema de una enfilade, junto
<lores y las antecamaras. Sin embargo, a partir del decenio de Vi a biblioteca y a cierta distancia de los dormitorios11• Sin embar-
triunf6 su calor limpio, sin humo y radiante, y empezaron a utiH. #o hab1a cuartos de bano mas que en las casas de los ricos, y
se tarnbien en habitaciones mas irnportantes", De todos modes )fieras portatiles con capacidad para todo el cuerpo humano no
buen gusto exigla que en las casas a la moda se disimularan la~ fficieron popufares hasta fines de siglo, y hasta entonces la mayor
tufas, por lo general coma una especie de credencia o de urna .C de la gente hacfa sus abluciones en lavatorios de cobrc o de
corativa. rcefana. Pero ni siquiera las casas burguesas carecian de SUS refi-
Otro aspecto de la cornodidad era la mayor frecuencia de! cua •ientos. Un inventario (1771) de la casa de Jacques Verberckt,
de bane, o mas bien de "banes", como se llamaba en trances, p rpfritero de la cone a quien se deben algunos de los preciosos pa-
muchas veces esas habitaciones contenian dos bafieras, una para Jesde madera de Versalles, comprendia una canilla montada en la
varse y otra para enjuagarse. El palacio de Versalles contenia po( r¢d y un lavatorio de cobre especialmente ideado para lavarse las
rnenos cien cuartos de bafio; solo en las apartamentos reales ha nos. Se hallaba en el vesr:ibulo adyacente al comedor18.
siete. Los banes solian contener bides -artefacto util en este per }iEra la busqueda de comodidad una fuga pagana de la religiosi-
do ardiente-, pero no retretes, Un tipo inicial de retrete estaba en. a1 medieval que durance tanto tiempo habra dominado cl amobla-
"lugar Ingles" (extrafio nombre, dado que los retretes de! tipo . jento domestico?]. H. B. Peel ha sugerido que la preocupaci6n
water closet eran desconocidos entonces en lnglaterra)". Mas.fr #1 siglo XVIII con el confort material fue resultado de la decaden-
cuente que ese tipo era el retrete cerrado tradicional que tenfa/ ja de la fe religiosa o, en todo caso, de h disminuci6n de! fervor
propio cubiculo O se dejaba, sin mas formalidades, en una antecarll ?ligioso1~. Desde luego, resulta dificil imaginar una sociedad mas
ra cerca del dorrnitorio. ·· }terialista que la de Luis XV, pero se trataba de una sociedad com-
No esta claro que prioridad tenia la limpieza durante el si( )~ja, llena de contradicciones (como todas las sociedades) y nos

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resulta dificil comprenderla. Era una sociedad que oraba , •.,,,·..,,,v, Incluso a la
corte real como centro de arres, le-
Su busqueda del placer la impulsaba hacia el lujo a veces .c·~rw·,, que se debio a la Duquesa de Borgofia, nieta
de! rococo, pero tambien, al mismo Liem po, la llevo a de! estilo Regencia que caracterizo los
confort. Nuestra preocupaci6n modcrna por la coherencia sei de aquet. Pero fue durante el siglo XV!ll
hoquiabierta ante cl siglo XVIII. Nos resulta difici) rcconciliarel arisL6crat.as y burguesas se establecieron plena-
to de Luis XV por la opulencia y su reconocimieruo de un piri( de las costumbres. Su influencia se manifesto
csccnas domesucas como Chardin, dos de cuyas escenas de fa pero especialmcnte en el efecto de ablandamien-
hogarefia burguesa poseia el Rey. 0 corn prcnder los valores el comporLamiento domestico, que se hicieron mas
, monarca quc adoraba la caza (se dice de cl que mato 200 ci Jgual que la mujer holandesa introdujo la domes-
cada ano de su vida de adulto) y, al mismo tiernpo, criaba pct{ hogar, la francesa exigi6 y obtuvo unos mucbles menos
mcntc palomas y conejos en cl tejado de su palacio, TarnpocO{ mas c6modos. El toque femenino produjo, sin duda,
ta facil distinguir cntre lo que se hacta por placer y lo que era··
uu"'"·""·" en Francia a los de la domesticidad hogarefia
ostentacion. Cuando Luis y SU amante SC ocultaban en el Henn. pero fuc un paso igualmente importante en la revolu-
y ella le hada unos huevos pasados por agua, i:estaban busc:fod
comodidad o la ernocion vicaria de jugar a las casitas? iEStaba. parte era mas evidence la influencia de la mujer en la.
<lamas de Jos cuadros de Francois Boucher tranquilamente rela] el gran nurnero de nucvos tipos de rnuebles para sen-
como lo parecian o eran sus posturas ran afectadas como su f que se disefiaban especialmente para ellas, Pode-
de hablar o de andar?*. < de que las mujeres de la clase alta influycron
En todo caso, las mujeres tenian una cnorrne influencia en loS\ de Jos rnuebles, pues entonces era frecuente que los
dales de la epoca. Muchas veces se ha calificado de femenino al} desempefiasen un papel active en el amoblamiento e in-
namiento delicado de! rococo frances. Lo era, y no solo en el serif de sus casas". Habia diversos tipos de reposeras y
mctaf6rico. Si los interiores y Ios muebles de las casas reflejaban se creaban exclusivamente para que las usara la rnujer.
sensibilidad diferente no era solo porque Luis XV -y en consecu 111r,1u1.:,e y la ducbesse, dos tipos de sillas basculantcs, nos re-
cia su corte=- estuviera dorninado per Madame de Pompadour, s fdin quienes fueron las primeras en encargarlas. Incluso la om-
porque toda la vida social durante el ancien regime estaba domill esente butaca lapizada debfa SU forma a las modas femeninas:
por las mujeres. . . Brazos colocados bien atras dejaban espacio para sus exagerados
La preemlnencia de las rnujeres en la vida social y cultural franc
dos.
no comenz6 en el siglo XVIII. Las grandes meccnas corno Madame
Sevigne, Madame de Maintenon, Madame de Geoffrin y la Marqt(
fa producci6n de esos muebles estaba en manos de ebanistas
(con el tiempo, fueron haciendose cada vez mas diestros en la
du Deffand habian estado precedidas por la famosa grande daml4 ·fuprensi6n de los aspectos ergon6micos, ademas de los decorati-
siglo XVII, Marquesa de Rambouillet, cuya introduccion de! dormit },.de su oficio. Hoy dia admiramos los ultimos, pero fue cl conoci-
rio privado ya ha sido sefialada. Su casa (que se decia habia disena ieilto de IOS primeros Jo que constituyO SU mayor Jogro, pues aque-
fas preciosas sil!as rococo eran, sobre todo, muy c6modas. Ello se
• El "contonco de Versa!les"consistfa en una serie de pasitos apresurad ebi6 en gran medida al uso correcto del almohadillado. Las si!las
arrastrando !os pies. Las mujcrcs llevaban unas faldas largu1simassuspend] edievales, que ten1an asientos Jisos de madera, casi nunca habfan
sobre un entramado de alambre, y eso les daba el aspecto de dcslizarse. fado almohadilladas, sino que se colocaba en ellas un cojin blan-

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·.• •. ·.· .....•......•..... • .. • · .. •· ·7. =====--,------

do. Despues se utilizaron diversos materiales coma el cuero, la en •. < sitadan r:nesas ni escritorios, y es poco probable que una socie-

y los juncos para hacer asientos alga mas c6mados. lnevitablement. iJque se sienta en el suelo desee rodearse de otros muebles verti-
se hicieron tentativas por fijar el cojin a la silla para que no se caye fosicorno aparadores, c6modas y estanterias.
ra lo cual l!ev6 hacia fines de! siglo XVII a las asientos almohadill Los ebanistas de! rococo resolvieron todos los problemas que plan-
dos. Esta evoluci6n lleg6 a su apogeo en los muebles rococ6 franc~ : .\•· ~l sentarse c6modameme en una silla, Existen pruebas de que go-
scs, cuando se almohadillaban las asienios, los respaldos e inclus gp~n de. acceso al esiudio de la relacion entre las malos asientos y
or.defectos de postura, que ya en 1741 habia publicado en Francia
los brazes de las sillas.
La comodidad en el asicnio se logra cuando cl cucrpo esta bie i.<Jolas Andry de Boisrcgard". Andry no solo senalo c6mo un asicn-
apoyado; no es tan facil come parcce. De hecho, es un asunto ta .>.rnal. disenado afcctaba al cuerpo, sino que incluso sugiri6 las
complicado que lo sorprendente no es queen la Edad Media se olv .<rn~ns1ones adecuadas de difercntes tipos de sillas. En parte coma
dara c6mo hacer sillas comodas, sino mas bicn que los griegos · t<!.Sllltado de csos analisis y en partc por tanteos y retractos, los eba-
descubricran. Para asegurar la comodidad --es decir, la ausencia pista~ fi:nceses e~aboraron soluciones a las formas de sentarse que
incomodidad-, la silla debe atender simultaneamente a varias condl f()S d1senadores mas modernos no han podido mejorar.
ciones. Debe estar lo bastante alrnohadillada para impedir que 1 .. ./Los asicntos de las sillas se almohadillaban con crin de caballo
huesos esten sometidos a presion, pero no tanto que los rnuslos y la yeaportaba un apoyo firme; las sillas para mujeres, que tenian qu~
nalgas esten dolorosamente apretados contra la base de la pelvis, r pr.ortar menos peso, solfan almohadillarse con plum6n (no se co-
barra dclantera de la silla, necesaria por motives estructurales, deb <odan l~s muelles, que no se empezaron a utilizar en general hasta
estar situada mas baja que el cojin, pues si no se clavara en el musk)'. ~.ldecenio de 1820). El almohadillado no era liso, sino que se Je da-
Hace falta un respaldo, pues quien esta sentado debe estar mas o rctf ~tuna form~ convexa (bomM), que absorbia el mayor peso en el
· eptro de! as1ento y ademas impedia que Ia barra delantera se clava-
nos erguido. Sin embargo, un respaldo totalmente vertical resulta i
c6modo; lo ideal es un angulo ligeramente inclinado hacia atras, pr n.el
en los muslos. Los respaldos indinados ya se habfan descubierto
siglo anterior; cuando estaban almohadillados, coma ocurrfa
feriblemente algo curvado para ajustarse a la columna vertebral, qu
no es recta. Sin embargo, el angulo no debe ser dcmasiado pronu Jmodo casi invariable, tenian una forma levemente curvada. El al-
ciado, pues si no la persona ira cayendo hacia adelante. Si el cuerp ._.()hadillado se recubria con brocados de seda, terciopelo y tapice-
cae hacia adelante, el peso dejara de apoyarse en la region lumbar na bordada, cuyos elementos todos tenian textura (al contrario que
el pecho quedara doblado contra el est6mago. Ello causara un lige( lfmadera o el cuero) e impedfan que la persona sentada se resbala-
fa hacia adeiante.
hundimiento de las pulmones, con la reducci6n consiguiente de)
entrada de oxigeno y fatiga". >\
/.Esta explicaci6n de! logro de la comodidad puede resultar dema-
Esa es una exp!icaci6n de por que el mundo se dividi6 entre qui 7 Ji~do clinica. Las sillas eran c6modas porque acomodaban a la
f!lorfologia hurnana, pero tambicn porque daban acogida a las pos-
nes se sientan en sillas y quienes se sientan en el suclo. La coinciden
cia de todos los facto res necesarios para es tar sen ta do c6modame ·. turns de la epoca. La languida reposera fomentaba una intimidad
es tan improbable, la probabilidad de mala sensaci6n e incomodidf ficil, por no mencionar al amor. Los sofas no eran anchos para q.ie
es tan grande, que no resulta dificil imaginar que muchas culturas f% sentara mucha gente en ellos, sino con objeto de dejar espacio
eras haberlo intentado, abandonaran el esfuerzo y recurrieran sabi · para los grandes gestos, la pierna subida, el brazo puesto en el res-
mente a sentarsc en el suclo. Esa opci6n, a su vez, habria af ectado' p~l~o, Y para las amplias ropas de la cpoca. La ancha butaca pcr-
la evoluci6n de las muebles en general, pues al no haber slllas no 1!1ftta toda una serie de posiciones. La socicdad de! siglo XVIII se

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caracterizaba por la animaci6n y el movirniento, muchos yen consecuencia diferentes modos de cornportarnien-
rnuestran a hombres y mujcres sentados de !ado o apoyados el decorado sc cambiaba segun las estaciones, los muebles
respaldo de la silla. Mientras que en el siglo XIX Ia genie se denotar difercntes mementos del ano, igual que para
ba a solas, o debidarnente separada en sillas muy muHidas, 8tros una hamaca de Iona sefiala las variaciones de verano y una
XVIII solian reunir SUS Sillas pOCO pesadas para facilitar la cica frailuna almohadillada recuerda la lectu ra de invierno al lade
y la charla.
\fachimcnea.
Las sillas francesas se identificaban con una gran varicdad de iJie breve examen de los rnuebles rococ6 franceses subraya la
brcs. \o eran ctiquetas tecnicas (como en inglcs shield­hack o c riiplejidad, y la riqueza, de la idea del confort en el siglo XV!ll. Tc-
aer­bacts. sino nombrcs afectuosos y encaruadorcs, quc sicrnpre . riii'riuo componente fisico -quien se sentaba en ellos descansaba=-,
de genero femenino. La "pastora" (bergere) era una butaca pcquefi'.£
PS.'8 comporta~an al~o mas que eso. l~ butaca ~-uis ~'.' era c~nforta-
con un respaldo rnacizo curvado y alrnohadillado y un mullido cojifl ' feipcro ademas terua aspecto de scr cornoda. Esto uhirno tenta para
de plumon, la "miradora" tioyeuse) era una silla con un t'dil alrnoha{ §J'propictario por lo rnenos ianta importancia como lo prirnero. La
dillado a lo largo de un respaldo alto, que pcrrnitia a una person( forma bombeera util, pero adcrnas realzaba las curvas del bastidor de
apoyarse en clla por detras y contcrnplar una partida de canas o par? 'silla, que a su vez reflejaba los gustos visuales voluptuosos de la
ticipar en una conversaci6n. La veladora (veilleuse) era un divan bajc). 6ca. Los complicados bordados florales de! asicnto de la silla man-
para tenderse en el. La "caleruadora" (chauffeuse) era una sillita si( ntan e.n posid6n erguida a quien la ocupaba, pero tambien eran un
brazes con paras cortas que podia acercarse a la chimenea mientraf' cb de las moldums de oro molido de los panelcs murales. La encan-
se vestia uno: como era baja, resultaba mas Iacil ponerse las medias;\ tiidora idea de que unos mueblcs fueran masculines y otros femcni-
de ahi su nornbre rnoderno de calzadora. · < noi --<lesconocida hasta entonces- subrayaba una realidad social
Los muebles siempre han tenido una funci6n simb6lica, adernas ct{ qJe tambien era. evidente en· el vestido y en las costumbres. La silla
utilitaria. Hoy dla los muebles rococo del siglo XV!ll, espccialmcnte ~ta un objeto decorative que invitaba a senta.rse, pero que complada
cuando son autenticos, expresan la riqueza y en consecucncia el po~/ tanto a los ojos como a las nalgas. El siglo XVlll descubri6 el confort
der de su propietario. Cornportan muchas asociaciones de ideas: con/ ./fisico, no cabe duda de ello, pero sus ideas nunca escuvieron domina-
la monarquia, con los estilos de! pasado y con cl prestigio de colec- < ./<las por la comodidad, como parece ocurrir ahora. Quiza por eso la
cionar antiguedades. Al rnenos, eso es lo que presuruamente hemes {palabra "comodidad" no es la primcra que se nos ocurre al describir
de opinar cuando las vemos en el despacho de la senora Lauder, o en i )una silla Luis XV; elegancia y agrado, sf, desde lucgo belleza, pero no
la sala ovalada amarilla de la Casa Blanca de Reagan. Casi todas esas .·. /Jn prosaico confort. Y, sin embargo, lo que eran precisamente era
asociacioncs de ideas son recientes. La decoraci6n figurativa, que \ /confortables.
para nosotros no es mas que ornamental, generalrnentc rcmitia a la
anriguedad clasica, cuya literatura Jos franceses conocian bicn y admi-
raban mucho. A un espejo de cuerpo entero suspendido entre dos
apoyos rectos lo llamaban psyche, por la ninfa cuya belleza atrajo la .
atend6n de Cupido. Un tripode en el que se apoyaba una rnesita o
un lavatorio era una atbenienne.
Los rnuebles rococo tcnian otros slgnificados. Segun las piezas se
colocaban en diferentes habitaciones, para indicar diferentes grades

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CAPITULO 5

Comodidad
iAhf Para estar uerdaderamente corforiabtes no hay como
quedarse en casa.
jANE AUSTEN
Emma

de epoca Hegan y se pasan, y a veces vuelven otra · vez,


de favor durante un tiempo -cincuenta anos mas o menos es
despues se quedan "anticuados" y acaban par caer en el
o en las libros de historia que, al menos par lo que respecta al
ououco. es practicamente lo mismo. A veces aparecen y gozan
veranillo de estirna. Naturalmente, hasta _el sigio XV!II no es es-
""'"''"'""'·'-" exacto hablar de "estilos de epoca" en absolute. Aunque
el Renacimiento los arquitectos habfan buscado inspiraci6n en
no se Jes hubiera ocurrido imitarlo. Si bien la decoracion
inspiracion clasica reflejaba un gusto por la cultura griega y roma-
los estilos barrocos no tenian un precedente historico y los rococo
todavia.
El rococo se paso de moda hacia 1770, sustituldo por el neoclasi-
que fue la prirnera tentativa consciente de recrear entero el es-
GEORG FRIEDRICH KERSTING, Muchacha bordando (hacia 1814). del pasado, en este caso el de la Roma antigua. El siglo XIX
resucitando muchos estilos antiguos, casi todos, coma el isa-
Y el egipcio, hicieron poco por adelantar el confort dornesti-
El neog6tico era adecuado para los edificios parlamentarios,
producia interiores con un arnbiente funebre y eclesiastico. Las
moras y chinas resultaban ex6ticas, pero cansaban; el
tendencioso de William Morris era demasiado compli-

109
cado. Todos cllos se hundicron en la confusion de las guerras f{()llywood, la restablezca en todo su esplendor anterior a Ia
rianas de estilos. \dlSecesi6n1• Una rcstauracion cornpleta es cara, pero incluso
Aunque el resu rreccionismo hist6rico al por mayor habia _,,...,~'"""' (efl()\13Ci6n mas rnodesta -por ejernplo de una Casa urbana
quemado a principios del siglo XX, seguimos fascinados por la fuicla en el siglo XIX- se suele amueblar de forrna mas o me-
de rccrear el pasado. Los "estilos Luis" que reaparecleron en el a.clicional, para complernentar el caracter de la arqultectura de
nio de 1860, volvieron a reaparecer a principios de! 1900, lbit:Kiones. Cuando una casa contiene una colecci6n de muebles
gran pane a la influcncia de Elsie de Wolfe, quc Iuc la primera Jog; tambien cs razonable crear un contexto apropiado, como en
cstadounidensc dccoradora de interiorcs. De \\?olfc tenia }ode Ia oficina Luis XVl de la senora Lauder. El hccho de que la
cclecucos (aunque desprcciaba los tcrciopelos y los cachivaches fiiia.(:i6n se halle en un alto cdlficlo convcncional de oficinas tiene
torianos) y cuando reorganize su Villa Trianon en versalles, fue Jf(importancia. Raras veces SC pretende que CSOS contextos scan
una amalgama de Luis XV Y Luis XVI. Los rnueblcs antiguos t6riCamente exactos, su objetivo primordial es crear un estado de
dos autenticos, pcro tarnbicn habia piezas de otros pcriodos rrioiadecuado, y en ellos se mezclan liberalmente obietos de dife-
cjcmplo, Art Deco), y todo ello se cornbinaba con grandes sofas ies pe riodos.
modos de cojines que no pertcnecian a ningun estilo concrete, ·.·-•· Nos estarnos acosturnbrando aver alusiones historicas en las edifi-
efccto general era vagamente historico, pero no pedante. Lo que s }modernos, y contamos con que las casas de epoca esten amue-
proponia de \X'olfe era adaptar la historia a la vida contemporanea{ fada.s en estilos de epoca. La practica de decorar una habitaci6n de
no a la lnversa. · > ri£casa o una oficina con un estilo historico concrcto tiene mas
El interes actual por la historia de la arquitectura tarnpoco llcga . fobabilidades de provocar una reacci6n de respeto que de sorpre-
resucitar estilos. Gran parte de la llarnada arquitectura posmodem }ai Pero es menos frecuente reconstruir con exactitud hist6rica toda
incorpora elementos clasicos -molduras, podios y arc?s-, pero ra. 011::t casa, canto por dentro como por fuera, si no se pretende que
ras veces lo hace de forma historicamente exacta. Por ejernplo, later~ bnstituya una exposici6n de museo, sino destinarla a Ia vida diaria .
minacion chippendale en el edificio de American Telephone and Te\ . (1ce poco, David Anthony Easton diseii6 una casa de ese tipo para
legraph de Nueva York es una astuta a!~si6n ~ la histori~, per~ desq< una_familia de lllinois2• Aunque esta hecha de materiales modernos
Juego no una tentativa de recrearla. La Neue Staats-galerie de Stuttgart (a vcces crabajados para darles aspecto antiguo, o por lo mcnos para
esta recubiena de rnarrnol al igual que sus vecinos necclasicos, pent atenuar el nuevo), y tiene aire acondicionado, calefacci6n central y
las barandillas exteriores son enormes salchichas de color rosa viv9/ electricidad, su aspecto, su distribuci6n y el orden de las habitacio-
hechas de fibra de vidrio. El efecto es mas histri6nico que historico ifjes son los de hace doscientos aiios. Los detal!es cambien son co-
Se trata de jugar con la historia, pero de hacerlo de tal modo que ej rrectos desde el punto de vista hisr6rico: codo, desde los picaportes
edificio nunca se confunda con nada distinto de lo que es: un diseiio\ hasta las molduras de! techo. Los muebles son exclusivamente anti-
contemporaneo. i< gucdades autenticas O reproducciones de diseiios de epoca de! siglo
El irnpulso a rehabilitar edificios viejos, en lugar de construir otrosi XV!ll. Nose trata de una copia de una casa concreca ni de una "ver-
nuevos, refleja el mismo tipo de inscguridad en las ideas contempora-/ i '5i6n moderna" de un estilo hist6rico. Tampoco se traca de una inter-
neas que desemboc6 en las resurrecciones de! siglo XIX. Pero el con-\ \ prctaci6n del pasado. Por el contrario, es la obra de un arquitecto
servar el pasado no es exactamente lo mismo que recrearlo. Si el ac-; \del siglo XVlll que, no se sabe c6mo, se ha encontrado en el Media
tor George Hamilton, que cs de! Sur, sc cornpra la mansion de unai Oeste de Ios Estados Unidos en el XX. Es autentica, en coda la medi-
plantacion en Mississippi, es natural que, con la ayuda de escen6gra-\ ii.da de lo posible.

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. . . . . . . . . . . -·-·=~-!
{·)\::'.::::-:::_·:_:_:::-:··:-:·_-:.·_:.· i

El estilo de la casa es el georgiano, epoca que correspo1:1de §{burgueses de la intimidad y la inforrnalidad, pero siempre
madamente a los reinados de Jorge I a Jorge IVO 714-1830). ~rt por conducto de la sociedad de la corte. Se trataba so-
bonita replica de Easton heraldo de otra resurrecci6n? Pero de una sociedad urbana. Los aristocratas poseian fincas en
rrecto hablar de "resucitar" el estilo georgiano, porque /construian preciosos cbdteaux, pero por esplendido que
nunca se ha pasado de moda. Salvo un breve hito, cuando i;hateau trances, no era un lugar donde vivir perrnanente-
del publico Iavorecieron un interior mas opulento y irl mas bien como un chalet de fin de scrnana, aunque a
corado, se han seguido construyendo casas en el estilo georgia? cala. Los unicos nobles franceses que Vivian en el campo
menos en cl mundo de habla inglesa, sin interrupci6n durantel dfque habian caido en dcsgracia o no podfan perrnitirse el Ju-
Limos cien anos. El autor de un libro sobre "casas de carnpo" ingl tivir en Paris.
recierues, CS dccir, Casas palaciegas edificadas en grandes fincas> faterra era dlferente. Para empezar, la corte de St. James tenia
compilado una lista en la que se enumeran todas las casas de ese't \irif]uencia en el comportamicnto de la sociedad. El hannoveria-
construidas desde el decenio de 1950;. Como era de esperar, auh rge II (que por lo menos sabia hablar ingles, y no como SU pa-
las casas estan concebidas al gran estilo, son un poco mas peql.l< jorge I, que solo hablaba alernan) era un monarca poco irnagi-
que las construidas en el siglo XVII[, y entre SUS dueftos 00 hays () que jarnas adquiri6 el prestigio de Luis XV. Aunque si Iogr6
duques y condes, sino tambien un promoter de inmobiliarias y\ 1eFa Handel a Landres desde Hannover, su corte, al contrario que
conductor de coches de carreras. Sin embargo, hay mas de 200 #eVersalles, era un lugar mon6tono. Adernas, la aristocracia ingle-
cllas. Esta estadistica en st ya es inesperada, pero lo mas sorpren /efa mucho mas poderosa e independiente que su equivalence
te es que salvo unas pocas, todas estas casas tienen una sola cosi ncesa. Se trataba de nobles terratenientes cuya riqueza y cuyo or-
cornun: son neogeorgianas. · i Ilo se hallaban en sus propiedades rurales, Entonces no habia en
El que los interiores georgianos sigan siendo atractivos no es/ . glaterra un equivalence <lei estilo cortesano frances, por el contra-
accidente de la moda. Son ttpicos de un periodo que combinaba.t rid, se renia en gran aprecio al cam po y nose consideraba que fuese
dornesticidad, la elegancia y el confort con mas exito de lo quej rovinciano el vivir alli, De ese estado de cosas surgi6 un fen6meno
mas se habia logrado hasta entonces o, segun muches, desde e sirigular, la casa de carnpo inglesa, que complementaba, aunque no
tonces. La idea de! confort no entr6 plenamente formada en la cd sustituia, a la ciudad como centro de vida social. Ello llev6 al emba-
ciencia europea: fue evolucionando a lo largo de mucho tiempo #dor estadounidense a observar: "casi nadie que tenga un Jugar
aunque avanzo mucho en la Francia de! rococo, su evolucionrj irnportante en los cfrculos de su sociedad vive en Londres. Tienen
acab6 ahi. Desde aproximadarnente mediados de! siglo XVIII, o a!i )casas en Londres, en las que residen durante las sesiones de! Parla-
go antes, fue objeto de una influencia cada vez mayor de la Ingla\ m.cnco y que visitan a veces en otras temporadas; pero sus hogares
terra georglana. En este ultimo pals, gracias a una feliz confluencia /estan en el campo"<. Esra preferencia por la casa de campo ten1a re-
de circunstancias econ6micas y sociales y de caracter nacional;/ >percusiones arquitect6nicas. La 9istribuci6n de la casa urbana, ingle-
prosper6 mucho. <i < sa, que por lo general formaba parte de una fila de casas adosadas
La vida social de Francia estaba centrada en Versalles y en su veX < (al contrario que el hotel parisiense, que era exento), se habfa nor-
cina Paris. En Francia, la corte y los personajes de la corte, come malizado antes de fines de! siglo XVIII y cambi6 poco en los 150
Madame Pompadour, desernpenaron un importante papel en la in- anos siguientes. En cambio, las casas de carnpo daban muestras de
troduccion de nuevas modas, como los rnuebles ligeros y transpof-\ •·.· • gran variedad y a lo que mas atencion prestaban los arquitectos era a
tables. Es posible que algunas de esas modas se basaran en 105 > su planificaci6n y su disefio.

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.=.,:;'.­'.·:':·­­.:­.·­_ •

La prefercncia por las casas de carnpo tuvo un enorrne efecto . 1Jinataci6n no adquiri6 popuJaridad en Inglaterra hasta fines del si-
socicdad mglcsa en general, pero especia!mente en la burguesia gio X!X. De hecho, ninguno de Jos deportes burgucses tradicionales
al igual que en Francia, lmitaba a la clase aha. Ello produjo un ~Izo su. aparici6n hasta el siglo XIX. El croquet JJeg6 a lngfaterra
de vida que era mucho mas relajado que su equivalente en 9csde Francia a mediados de siglo, aproximadamentc en la rnisma
quc acab6 por producir un ideal de domesiicidad difcrente. La epoca en que llegaron de Escocia cl golf y Ios bolos; el Lenis sobre
ra aparicion <lei confort en Francia habia sido en un co~tcxto hicrba se cmpezo a jugar, en Wimbledon, hacia 1874. lncluso la bi-
crauco v. en csa rnedida, siernpre hab1a estado determinado iSideta, que tanto colaboro a transforrnar el tiempo librc de la clase
entorno. ·Si bien cs cicrto que los muebles rococo introdujcron la ..Media -cspccialmcnte de las rnujcres- no tuvo cxito comcrciaJ
Iormalidad en cl palacio, sin embargo nunca perdicron sus hasta cl dccenio de 1880.
cortesanos; incluso en la aciualidad, una habitacion llcna de }.En consecuencia, los burgueses sedentarios inglescs deJ siglo XVI(]
Luis XV no pucde, para rncjor o para peor, cvitar un aspccto suntud? }C· pasaban_ la mayor pane <lei Liernpo en casa. Los que vivfan en el
so. Pero cuando la idea dcl confort se trasplaruo a lnglaterra, adquirig >campo -sm los Leatros, concicrtos y bailes de la ciudad- sc visita-
un aire distinto. Es rcvelador que despues del siglo XVII los inglescs b~r~ los unos a los otros. Era la epoca de la conversaci6n ... y de los
SC refiricran Cada vez menos a SUS Casas (homes) -por grandes <J.UC! c()tdlcos. Las novc!as adquirieron popularidad. Lo mismo ocurri6 con
fueran- con oira palabra que no sea "casa" (house): no habia ur1a:< .I<)s juegos cascros: Jos hombres jugaban al billar, las mujeres borda-
palabra especial, corno cbdteau, palazzo, ni si~Juiera villa, para distin{ .ban, _ Y todos juntas jugaban a las cartas. Organizaban bailes, cenas y
guir a las grandes de las pequenas, a las grandiosas de las mcrament~ Ju.nc1ones teatrales de_ aficionados. EI tee pas6 a ser de una palabra
mundanas. Para Jos ingleses, todas eran casas. </ holandesa Cy una beb1da extranjera; tambien se lo llamaba la bebida
Esta dornesticacion del conf ort se vio facilitada por la estrucrura d1 china), un ritual nacional. Daban pJacidos paseos y admiraban una de
la sociedad inglcsa, en la cual la riqueza esiaba distribuida de forma stis grandes aportaciones, el jardin ingles. Como todas esas activida-
algo mas igual que en Francia. La diferencia entre la nobleza y la cla~. Hes se re~Ji-~aban en la casa yen tomo de ella_, el rcsultado fue que
se media rica sc observaba de forma menos estricta, un "caballero" e.sta adqumo una posici6n de importancia social que no ha tcnido
podia perrenecer a cualquiera de esos dos grupos: lo important~ eq /nunc~ antes ni te~drfa d~spues. La casa, gue ya no era un Jugar de
c6mo se cornportase. Si bien esto no equivalia del todo a una situa .. i t~abaJo, como hab1a ocurndo en la Edad Media, se convirti6 en un lu-
cion igual a la de Ja Republica neerlandesa de! siglo XVII, si era un~i gar para cl tiempo de ocio.
situacion en Ja cual la practicidad burguesa tenia una gran influend~ I. La casa era un lugar social, pcro de forma curiosamente privada.
en el confort dornestico. \ No se tr~taba de una "casa grandc" medieval, donde Ja gentc entra-
La prosperidad de la Inglaterra georgiana deja~a mucho mat? /ba Y sal1a con una gran farniliaridad. Por el contrario la casa bur-
tiempo libre quc antes, y el burgues ingles, al contrano que el neeg ~uesa inglesa c~n~tirufa un mundo aislado en el cuaJ s61o se permi-
landes, aprovechaba esa oportunidad. iC6mo utilizaba su ti:mpo el \t1a entrar a un v1s1tante eJegido; el mundo se mantenfa a distancia, y
Ingles? A los britanicos del siglo X:Vlll practicamente no les int~resa7 . ise ~~rturbaba en la menor medida de lo posible la intimidad de ta
ban Jos deportes fatigosos. Salvo el montar a caballo Y el cncket,\ fam1ha Y de cada uno de sus rniembros. Habfa "dias de estar en ca-
eran rares los deportes fislcos. A veces, en invierno, los j6venes s7/ ifa_" Y "visitas matutinas" (gue se hacian despues del mediodia). La
iban a patinar, pasatiernpo llegado de l~s Paises Baj?~ en el ~i~l? ietiqucta domestica se basaba, sobre todo, en la reticencia; vecinos
anterior. Se estaban empezando a apreciar los beneficios de! arr~ ?d)?Ccntes se intercambiaban notas --quc entregaba un sirviente-
de! mar", pero la genre iba a las playas a pasearse, no a bariarse; ai. fin de evilar visitas no anunciadas. Era descortes prescmarse sin

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previa invitacion, aunque fuera en casa de un amigo intirno. cada vez rnayores, hasta el punto de que a veces ocupa-
proyectaba hacer una visita, habia que dejar una tarjeta de el piso.
esperar respuesta. i ,u;:,.'"'"'u de las habitaciones publicas en la casa georgiana
Tras recibir y acepiar correctarnente una invitacion, la primera ha: 'ebi'escmnwa una fase intermedia en la evoluci6n de la distribuci6n
bitaci6n que vela un visuante de la casa era el hall. Aunque las casa casa. Todavia no habia llegado la combinaci6n moderna sirn-
aristocraucas solian estar organizadas en iorno de un hall central al de cuarto de estar-cornedor o de cuarto de estar-cornedor-
estilo de la casa medieval, cl de una casa de clase media era una ha.; para Loda la familia. En lugar de ello, tras abandonar la
bitacion adyaccnte a la erurada, situada de forma que SUS pucrtas da- medieval, el siglo XVlll cre6 una diversidad de habitaciones de
ban a las principales habitaciones comunes". Como cornenia la esca{ cormin. No habia una norma exacta acerca de cuantas eran ne-
lera principal, era una habitacion amplia y, de conforrnidad con su ni de que tipo; ello dependia de la imaginaci6n del arqui-
origen medieval, solta contcner armaduras y escudos. Aunque ya no y de la riqueza del propietario. Lo minirno necesario era por lo
era la principal habuacion para las reuniones, si cumplia una funci61r una habitaci6n publica de recepci6n y un comedor de respe-
importante como contexto para la llegada y la salida cerernoniosas de Jos inglcses nunca adoptaron la costumbre francesa de comer en
Invitados en ocasiones de respeto. Er'J. donde esperaban los visitantesj; El comedor solo se u tilizaba por la noche, y !as dernas
bajo la fria mirada de un sirviente de la familia, a que se les diera ac- se hadan en habitaciones mas pequefias, llamadas habita-
ceso a la casa, Era donde se invitaba a cantar a los grupos de villanci-\ del desayuno. Ademas, habia cualquier cantidad de otras ha-
cos en navidades y donde se reunian las sirvientes para que el senor. comunes, y una casa de buen tarnafio podia contener
Jes hablara en las ocasiones importances. / una biblioteca, un estudio, una galena, una sala de billar y
Los pisos bajos contenian la mayor parte de las habitaclones des.- . invernadero.
tinadas a actividades en cornun. En algunas casas se mantuvo la< A veces se explica el gran numero y la diversidad de las habita-
tradici6n francesa de poner las habitaciones publicas en el primer\ publicas en la casa georgiana por motives funcionales, pero
piso, pero era mas frccuente que las habitaciones principales estu-\. los nombres de esas habitaciones no dan necesariamente una des-
vieran al nivel del suelo, lo cual permitia un acceso directo al jardfn./ cripci6n exacta de su empleo efectivo, o pretendido. La galena,
La mas espaciosa de esas habitaciones comunes era el salon; las fa- / que inicialmente era una habitacion alargada para exhibir cuadros,
milias rlcas solian tener dos: uno para las ocasiones especiales y < podia utilizarse como salon, la biblioteca, que siempre contenta li-
otro para el uso cotidiano, Por lo general contenia un instrumento\. bros, podla ser tarnbien la principal habitacion para toda la familia.
musical -un piano, un 6rgano o un arpa- y era lo bastante grande La habitaci6n de! desayuno se utilizaba asimismo para visitas no
coma para utilizarlo cuando habia musica, especialmente bailes, < forrnales. En todo ello se daba una cierta cantidad de experimenta-
Tarnbien era en esa habitaci6n donde se ponian mesas plegables / . ci6n, lo cual se refleja en la imprecision de las nombres de las ha-
para un pasatiernpo favorito de la epoca: los juegos de cartas. A fin bitaciones. A la habitaci6n para recepciones publicas se la llamaba
de dar cabida a esas diversas actividades, los salones se fueron a veces sala o cuarto delantero. A una habitaci6n mas pequena pa-
ra conversaciones mas intimas se la podfa Hamar salita. La gente
• Con el tiempo, el hall, que habfa sido tan grandioso, se fue convirtlendo < que segufa la moda francesa tenia antecamaras, que eran espacios
en poco masque un vest!bulo amplio. En las casas modernas, aunque persl~- >> pequeiios entre habitaciones mas grandes, y a sus salones Jos lla-
te el termino medieval, el espacio que denota -el de entrada- se ha reduc1-· i maban por el nombre frances o saloons. Aunque el termino "cuarto
do a un pasillo unitario de estar" nose hizo de uso comun hasta el siglo XIX, el que hubie-

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ra dos saloncs, o el ernpleo de la biblioteca corno lo que plantas de! alfeizar son suyas; suya es la gu itarra y su-
llamariamos cuarto de cstar, reflejaba la necesidad de l)O.c•=~·~ de la cama turca, es ella quien ha colgado en la
gar en la casa que fuera mas rclajado, deride el del joven y lo ha enmarcado con flores. La sensaci6n
pudiera ser rnenos formal v donde pudieran dejarse de evidente en esta escena no era improvisada, no era algo,
lo mcnos atenuarse, los convcncionalismos sociales. La idea cuadros de Vermeer, resultado de un momento pasaiero.
ncr dos tipos de habiiacioncs cornunes, una mcnos formal qJ una habltacion ordenada conscientemente como un Iu-
otra, no oxistia en los pianos Iranceses y probablementc se her donde estar tranquilamente a solas.
de los nccrlandcses. . .·. Price, la hcroina de la novela de Jane Austen Mansfield
La casa no solo estaba subdividida en habitaciones comuncsp cl ano antes de quc Kersting pintara este cuadro) tenia
comer, para recibir y pasar el tiernpo de ocio, sino que ademas cq a la que podia ir "despues de ocurrir alga desagrada-
prcndia habitacioncs privadas para las personas de la familia. Ahtj y cncontrar un Consuelo inrnediato en alguna actividad, o
quc Jos hijos pasaban casi todo cl tiernpo en la casa, no solo tenia que pensar, Tenia a mano sus plantas, sus Iibros -que ha-
sus propios dormitories =-separados segun los scxos=-, sino tambi6 comprando desde la primera vcz que tuvo un dinero pro-
cuartos de juego y de estudio. La multiplicaci6n de dormitorios nos~ escritorio y sus obras caritativas o creativas; o si no tcnia
lo indicaba que ahora sc dormia de forma diferente a la de antes,is que hacer, si le bastaba quedarse pensando, apenas podia
no una nueva distincion entre la familia y cada miembro de el!a.E objeto en aquella habitaci6n que no guardase relaci6n con al-
la casa, las actividades estaban separadas verticalrnente, las public """'"'~·~ intercsante". Al igual que la cama turca y la silla del
abajo, las privadas arriba. El "subir" o "bajar" no solo significaba ca de Kersting, los muebles de la habitaci6n de Fanny eran sen-
biar de piso, sino dejar la comparua de otros o sumarse a ella. y bien usados. f-labia recuerdos (un dibujo de un barco por su
el mundo tenia su propio dormitorio. Esos dorrnitorios, sin el marina, que estaba fuera), en lugar de adornos. A! igual
no eran solo suios donde dormir, los nifios utilizaban sus el tcma de Kersting -la pintorn Louise Siedler-, Fanny tenia Do-
nes para [ugar, las esposas y las hijas para sus labores mas en el alfcizar y cosas para bordar. Kersting era aleman, Austen in-
(coser o cscribir) o para uue­a­teies intimos con sus arnigas. El pero sus descripciones de esas habitaciones dan muestras de!
de tener una habitacion propia no era sencillamerue cuestion de sentido de intimidad y de caracter.
midad. Demostraba Ia conciencia cada vez mayor de Austen naci6 en 1775, once anos despues de que muricse
de una vida personal interior mayor y la necesidad de expresar de Pompadour. En dos breves rachas de creatividad, la
individualidad de forrna Ilsica. · poco despues de cumplir veinte aii.os y la segunda justo
Era mucho lo que habfa cambiado desde el siglo XV!!. La de su mucrte, a los cuarenta y uno, escribi6 seis novelas bri-
ci6n en la que de Witte pinto a una mujer que tocaba el virginal Su vida no tenia nada de notable; hija solterona de un pas-
tenia una funci6n claramente definida: iCra un dorrnitorio que conte- protestante rural, vivia con su hermana y con su madre viuda
nia un instrumento musical, o una sala de musica que contcnia una Hampshire. Que se sepa, nunca tuvo un gran romance, su vida
cama? La habitaci6n tampoco indicaba claramente a quien perteneda; estaba limitada a escribir cartas, coser y las tareas domesticas. No
la mujer estaba en una habitacion, pero no percibimos si era su habi- era viajera y nunca visit6 Europa continental y, de hecho, raras ve-
taci6n especial. En cambio, cuando conternplamos cl cuadro de ces sali6 de! condado rural de! sur de lnglaterra en el que habfa
Georg Friedrich Kersting de una chica bordando -pintado ciento nacido. Conoda alga la vida urbana; aunque fue pocas veces a
cuarenta anos dcspues- sabernos inmediatamerue que la habitaci6n Londrcs, conocia Bath, que entonces se consideraba la ciudad mas

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bella de lnglaterra. Sin embargo, nada de ello constituia un impe JfY una_ fe ?rotes~nte, e~table~ie.ran firrnes lazes comerciales y
rnento a que fuera novelista, pues no escribia de arist6cra~as_ r'.c ·<tura!es. No solo se unporto el habiro de beber te y el de patinar
.bre hie lo, sino tambien las tecnicas neerlandesas de construcci6n
ni de aventureros de capa y espada y tampoco romances historic?)
como Walter Scott ni sombr'ios dramas urbanos corno Balzac. De l fa() cl uso de fachadas de ladrillo sin ornamentaci6n y la ventana
que escribia era de un mundo que conoda bien, que o~servab guillotina. Lo que quiza fuera mas irnportante, de! otro !ado de!
con una ironia precoz y no poco humor: la vida dornesuca de 1.> . (del Norte llego una afici6n general a la practicidad austera de la
(quitecLUra domestics neerlandesa y su pequena escala y su intimi-
clase media provincial inglesa. \
Una novela de Austen cs un tour de force, al menos conforrnc •. §d­ El resultado fue que, micntras los edificios publicos inglcses ten-
criterios modernos. No pasa nada cxtraordinario: no hay asesinatos gfan a lo parisiense, la arquitcctura domestics tendla a lo neerlandes',
averuuras ni dcsastrcs. En lugar de aventuras o melodramas, lo qui S1(Pequena casa de campo inglesa de ladrillo, con su encanto sin
leemos es la comedia cotidiana prosaica de la vida familiar. Los argu pretensiones, era en muchos sentidos una version rural de la casa
mentos son poco complejos (comparados, par ejcmplo, con los .· .. · adosada nccrlandcsa.
Dickens) y el suspense, cuando existe, se debe. funda~ental~~ntei i El disefic de las casas inglesas tenia otras influcncias. Mientras
cuestiones de amor y matrimonio. Jane Austen invento por :1
~ola,. c.asi toda Europa seguia el modelo frances y adoptaba el estilo ro-
~dc6 de decoraci6n, los ingleses siguieron un rurnbo diferente, in-
tlcv6 a la perfecci6n, lo que cabria calificar de genera domesuco .<
la novela, el equivalente Ilterario de la escuela ne~~landesa de c<• ~<'.>modos con lo que consideraban, y siguen considerando, un esti-
lofrivolo, adoptaron en su lugar un vocabulario arquitect6nico mas
dros de mteriores del siglo XVII. Naturalmente, sus libros son muct
mas que una representaci6n fiel <lei periodo, igual que los cuadrosg .anquilo, basado fundamentalmente en la labor de! gran arquitecto
Vermeer eran masque ilustraciones de j6venes holand~sas ~n casa .. A yeneciano del siglo XVI Andrea Palladio, cuyo influyente libro f
9uattro ltbri di architettura habfa ya publicado en Ing!aterra Inigo
igual que Vermeer, de Witte y los demas pintores de mt~n~res ne.
landeses, Austen prefiri6 quedarse estrictamente en las limites _de j()nes en 1620. No s6lo la serenidad clasica de los disenos finirrena-
7entistas de Palladio atrafa a las clases acomodadas inglesas, sino
cotidiano, no porque su talento fuera rcducido, sine porque su un~.
9ue como Palladio se habia especializado en villas de campo, re-
naci6n no necesitaba un lienzo mayor. i sultaba especialmente facil adaptar sus ideas a la casa de cam po. Al
En general, Jane Austen no consagraba mucho espaci? a descri
el aspecto de las casas en las que ocurnan sus novelas. Sus_ relates piincipio, el palladianismo afect6 s6lo a la planificaci6n de las ca-
centraban fundamentalmente en el caracter Y el comportamtento;y sas, pero a partir de 1700 se convirti6 en un estilo arquitect6nico
todo caso probablemente daba por sabido el entorno =
sus per~6f
caracteristicamente ingles y ejerci6 una influencia considerable so-
?re el gusto ingles a lo largo de! siglo XVIII, incluso despues de
jes. Pero por obvios que le parecieran a ella esos inte;1ores, la d1sg
que la formalidad de esos interiores se viera sustituida por unas
sicion de la casa ing!esa de fines de siglo XVlll habia adoptad?U
rumba que, en el contexto de la Europa continental, era desusa distribuciones mas flexibles.
Ello era en parte resultado de un determinado ternperamento Y Los muebles georgianos reflejaban esa tradici6n palladiana; a me-
nudo se los ha calificado de "arquitect6nicos", y eran sencillamente
parte cuesti6n de tradici6n hist6rica. i\
· daE ~structurales, mas que decorativos. Eran mas rectangulares que cur-
Los pr6speros neerlandeses ten1an mucha i nfluencia en to U
pa, y especlalmente en lnglaterra, donde habian afecta?o a los g~~
yos. Aunque eran populares las sillas "francesas" o "cabrioles" con
prazos y respaldos almohadillados, la silla inglesa tipica no 'cenfa
pobticos durante la mayor parte de! siglo XVII. Era l6gtco que 105;>,
prazos y, por lo general, tenfa un respaldo de madera, no al.mohadi-
pequenos paises maritimos y del Norte, que compartian una trad1?.

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Los listoncs tenian formas decorativas y producian refinamiento. Entre tanto, hizo la transicion del a
modclos dlfercntes: los respaldos "doblados", "en escalera" yen" y sc podiaencontrar junto a sillas de inspiraci6n clastca. La
cudo". A fin de maruener el aspccto rectangular de sus disenos, I era una silla sin almohadillar toda de madera, general-
cbanistas ingleses elaboraron varias tecnicas de coscr y Iijar lofrJ arce, quc es una madera ligcra pero fuerte, e ideal para.
llcnos de los asieruos, de modo que se mantuvieran Jisos 11 yi respaldos Y brazes dclicadamcnte curves apoyados en listo-
adopiaran cl aspccio inflado de la tapiccria [rancesa'. Eso teit; ,... e~,uc:1iu.:,. El asicnto macizo csiaba tallado para el buen apoyo de
iambien a producir una silla mas conforiable. Como los ebanistas< sentaba y parn impcdir quc se rcsbalara hacia adelante. Esa
gleses uulizaban mcnos alrnohadillado, tcnfan quc prcsiar muc y practica, bicn proporcionada, clegantc, era cl epitome
atcncion a las dimcnsiones de la silla, y habia ebanistas como Th y el scntido comun inglcses•.
mas Chippendale y George Hepplewhite que incluian en sus lib? nccrlandcscs habian introducido las alfombras orientales en
de patrones los iamanos exactos de la altu ra, la anchura y la profu pero las colgaban de la pared o las ponian en mesas; por lo
didad de cada si!la. Esos llbros de patroncs, que tenian ilustracio-, los ajcdrezados pisos de piedra quedaban desnudos. Las ca-
de iodo genero de rnuebles domesticos, desde sil!as hasta picapo los palacios france~cs tenian unos suelos muy bellos de par-
res y marcos para los cuadros, cran los precu rsores de los actuale madera con d1scnos complicados, y tambicn se dejaban dcs-
manuales de bricolage y eran muy popu Jares. Con ayuda de ellos Fueron los inglcses quienes popularizaron el uso de alfom-
un anesano habil podia reproducir las ultimas ideas de los ebanist< para rccubrir los suelos, quc naturalmente era la forma en la
mas a la rnoda. Ello no solo ayudaba a desmitificar el diseno · las utilizaban sus creadores oricntales. En los comedores y los
mueblcs, sino que adernas promovi6, y acelero, la difusi6n de sc colocaban grandes alfornbras. Sabre ellas se distribuian
mueb!es "al gusto Ingles", que era como sc !os estaba empezando y sillas, lo cual con el tiernpo 1Jev6 a una nueva idea: alfom-
Harnar. hechas a medida, que tapaban todo el suelo. Los menos ricos
En 1786 una revista alemana decia a sus lectores: "Los muebles i "panos para el suelo"; lonas pintadas para que pareciesen
gleses son casi sin excepci6n s6lidos y practices; los franceses so En ambos casos, cl color se conccntraba en el suclo y no
rnenos s6lidos, mas artificiosos y mas ostentosos'". Los ebanisras f las paredcs, que estaban menos decoradas; los papelcs ing!eses
gleses uti!izaban caoba, madera durisima, importada a Europa desd pared solian ser lisos. Tecnicamente, las ventajas de un suelo cu-
Santo Domingo y las Bahamas. Ese material, que s61o se podla crab de alfombras serian considerables, dado especialmente que Ja
jar con instrumentos de acero de gran calidad, daba unas sillasi todavia era prirnitiva. Ademas, las habitacioncs con al-
unas mesas que cornbinaban la robustez con una gran Iigereza y &? eran menos ruidosas.
licadeza, El empleo de la caoba iambien afect6 el aspecto de lo{ otra diferencia crucial entre los interiores ingleses y los fran-
rnuebles ingleses, pues aunque SC prestaba al tallado, SU superficie' Cuando Chippendale public6 su guia de diseno de muebles Ia
oscura, lustrosa y granulada, exigia mcnos decoraci6n: lo mejor cfa G'uia para el caballero y el ebaniSta, y en la introducci6n a 5~ Ii-
barnizarla, en lugar de pintarla o sobredorarla, como era !a costurn?
bre franccsa. , • Aunque actualmente siguen fabricandose replicas de rnuchas sillas dd si-
Un disefio que no figuraba en los libros de patrones para caballe- XV!ll, resulla difkil reproducir a maquina esas formas talladas a mano. En
ros era la silla Windsor, creada a fines de! siglo XVII por artesanos la silla Windsor, con sus listoncs normalizados hechos en torno, ha
rurales y no por ebanisias urbanos. Al igual que la rnecedora en !Os • .• ,,,h,,.,.v;,,;,, mtacta a la industrializaci6n y sigue haciendosc, y utilizandose
Estados Unidos, este disefio rustico Cuc evolucionando y logr6 un ex\ !nglaterra y los Estados Unidos. '

122 123
bro de patrones Hepplewhite manifestaba la esperanza de . Fue entonces, en respuesta a la influencia cada vez
libro de disenos fuera "util para el artesano y de provecho las mujeres, cuando, como ha observado Peter Thornton,
ballero", Ambos ebanistas daban por hecho que a las mujeres ;;,o,.r,,,,,r,n por primera vez importantes carnbios en cuanto a confort
teresarlan poco los muebles. Y asi ocurria, efectivamente; las la unica habitaci6n publica que se hallaba bajo el control
de los pafses de habla inglesa no empezaron a participar en lad de las mujeres",
raci6n de interiores sino mas tarde. Hasta entonces se considera que ya eran mas confortables, ernpezaron a invadir,
que ese era asunto de hombres. Resulta dificil decir hasta que pfr gradualmente, el caracter puramente arquitect6nico
influy6 esto en el caracter de las casas georgianas. c:Se trataba simJ) Las mesas y las sillas estaban siernpre en el centre de la
mente de un caso del georgiano "masculine" Irente al rococo "fe mrn,«-.,vu, y ya no colocadas contra la pared. Los sofas se aparta-
nino"?8. Los interiores de Robert Adam eran igual de delicados, a Jos costados de las habitaciones -momenta lmportantisimo
estilo, que cualquier habitaci6n rococo, al igual que las estructuras evoluci6n de! confort domestico-> y se colocaron en angulo
las jardincs ingleses. Sin embargo, un historiador briianico ha califi con las paredes. Con el tiempo se ariadieron mesas bajas
do a las muebles ingleses de "masculines y funcionales, disefiad primeras mesitas para el cafe- frente a los sofas. Esa agrupa-
para ser utiles, mas bien que para una indolencia Iujosa", en com .... npica de muebles, que tambien incluia varias butacas, solia
raci6n con lo que considera unos muebles Iranceses de inspiracio frente a la chimenca para crear un rinc6n intimo. A fines de
femenina". Eso huele a chauvinisrno, tanto nacional coma masculind a rnedida que las costumbres se hicieron todavia menos rigi-
Lo rnisrno ocurre con la afirmaci6n de que la dispcsicion de la ca$ muches de esos cambios ernpezaron a aparecer en otras habi-
"era un tema que superaba la capacidad mental de la mujcr'' y laSu especialmente en la biblioteca, que inicialmente habia
gerencia de que el buen gusto era exclusive de los hombres", Es cie( exclusiva de los hombres, pero que ahora era la habitaci6n
toque la decoracion inglcsa solia ser mas sencilla que la francesa, p(: para las reuniones de familia. Las flares y los tiestos se
ro es mucho mas probable que ello fuera resultado de un cierto tipq en parte de la decoraci6n. La disposici6n poco forma·
de practicidad burguesa que los ingleses cornpartian con los ncerlartf de las habitaciones fue acompaii.ada de' una flexibilizaci6n en
deses, ast como de la tradici6n palladiana hereditaria, mas bien qbe forma de vestir. La levita corta y las botas de cuero que se lie-
de las diferencias de sexos. · ) para montar a caballo empezaron a sustituir a los largos levi-
En todo caso, a fines de! siglo XVJI la influencia de los caballeros] que llevaban antes los caballeros. El Hermoso Brummell
sobre la disposici6n de la casa georgiana estaba erosionandose. Ello el Lraje de tres piezas de un solo color. Se abandonaron
es especialmente obvio en la evolucion de! salon. Durante el siglcf pelucas; los peinados de las mujeres se hicieron menos artificio-
XV!I habia sido costumbre que las muieres fueran a una "habitaciorf y mas naturales. La comodidad y la facilidad caracterizaban la
retirada" despues de la cena, mientras que los hombres se quedabanj en la casa georgiana.
en el comcdor bcbiendo cofiac, fumando cigarros y entregados a lar·./ Muchos de esos cambios se debieron al entusiasmo ingles por la
gas conversaciones. Aunque la separacion despues de la cena conti .. i) -y la naturalidad- que produjo la primera contribuci6n
nu6 a Io largo del siglo, esa habitaci6n, ahora rebautizada salon, se> inglesa a la cultura europea: el Movimiento Romantico. El
convirtio en un espacio mayor y mas importante, por lo general al la{) interes por lo irregular y lo pintoresco empez6 a dominar el diseno
do de! comedor, aunque a veces separado de el, por razones acusti-' de las casas y, naturalmente, de los jardines. La estricta geometria
cas, por una antecarnara. Iadecoracion de los dos espacios adquirio. del piano neopalladiano en el cual cada habitaci6n de! !ado iz-
dos caracteres especificamente disrintos: el comcdor mas masculine y\ quierdo de la casa exig1a otra habitaci6n identica y correspondien-

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::-:--:-.. .-:···:,::· ..·.·.·::··.-_-··.·.

re en el dcrecho, no siernprc se ajustaba a las ei~JI,cn todo case, crecia a mayor velocidad que la ingle-
les, y nunca logr6 la compleja subdivision de un h6te/ ·ai6al confort practice de los muebles georgianos, Gracias a
rigidez se vio ahora susiituida por unas distribucioncs ieebanistas, que gozaban de muchos lectores, el "chippcn-
espaciosas, Este cambio de la perccpci6n visual ref!ejaba .Zrkano" adquiri6 gran popularidad y dur6 mas que ese
mas amplio de los gustos publicos; la irregularidad slilo en lnglaterra. Aunque los muebles cstadounidenses se
metria, igual que cl romanLicismo de Lord Byron habia dr1el pais, no se podian distinguir de Jos georgianos, y bubo
al ingenio scco de Samuel Pepys. Scstadounidcnscs, como Benjamin Randolph, que se hicie-
El interior de la casa tarnbicn se vio afcctado. La casa bsos por derecho propio. Sin embargo, mayor importancia
u na masa com pacra, y Jc iban salicndo unas largas alas. ldopci6n de un estilo concrete tuvo la asimilacion de una for-
pasillos por los que desplazarse e inevitablernerue cbnccbir la casa, que tendria u na influencia dccisiva en la evo-
una mayor iruimidad en las distintas habitaciones. Al bstadounidcnsc futura.
}11forior gcorgiano tiene algo que cs sumamentc atractivo, Rcfle-
.h.~a
po, cl hall -que ya no hacla talra para dar acccso a las
ncs-e- se fue hacienda mas pequefio. Como la scnsibilidad que, coma ha dicho Praz, conciliaba la practici-
habitaciones ya no estaba constrcfuda por la presion de iburguesa con la fantasia, y el sentido comun con el refinarnien-
tria, resulto mas Iacil combinar habitaciones de difercntes ificc es un juicio a posteriori, pero tambien es lo que decian en
y dimensionarlas y proporcionarlas segu n las nccesidades. fu6mento los propios inglcses. El prefacio de! libro de patrones
quc anteriormente el sal6n habia sido identico al /frepplewhite empieza diciendo "sicmpre se ha considerado que
crnpczo a ocupar una superficie mayor. Esta planificacion Uofr ta elegancia y la utilidad y el mezclar lo util con lo agradab!e
facilitaba la incorporacion de nuevos tipos de sido una tarea dificil, pero honorable"2". Thomas Chippendale ca-
ventanas se podian situar y proporcionar conforme a la jdaba a sus muebles de "elegantes y utiles". Quiza sea esa vigorosa
la habitaci6n, en lugar de conformc a las exigencias de la frtbinaci6n la que cxplique que el interior georgiano siga resultan-
ci6n de las fachadas. Como rcsultado, la habitacion, que atrayente: la idea de que el confort no debe comprender solo el
periodo rococo se habia considerado un artcfacto, o una gddo visual y el bienestar fisico, sino tambien la utilidad. Esa era la
arte, empezo a entenderse coma un centre de actividad ba francesa de la comodidad llevada un paso mas alta; la idea pro-
no era solo un espacio bonito, sino que se cstaba aica de! confort ya no era una simple idea, se habia convertido en
un lugar. hideal.
"El gusto a la inglesa" en los muebles domesticos mereceria i Resulta sorprendente la cantidad de veces que se encuentran las
larse en cualquier caso, pero es importante porque no se limit6 j)alabras "confort'' y "confortable" en las novelas de Jane Austen. Las
pats de origen. Igual que Ja idea Irancesa de la casa esruvo en la htilizaba en el sentido antiguo de apoyo y asistencia, pero tambien
guardia de! pensamiento europeo durante el pcriodo rococo, cl f<con mas frecuencia, para comunicar un nuevo tipo de expe~
rior Ingles pas6 a gozar de gran adrniracion en todo el > dencia: la scnsaci6n de agrado que produda el disfrute del cntorno
Claro que parte de su exito se debio a las Guerras fisico de uno. Calificaba la habitaci6n de Fanny de "un nido de con-
partir de principios de! siglo XIX, era lnglaterra y ya no Francia la fort". No s6lo habfa habitaciones confortables y vehiculos confort.a-
dominaba la polirica europea. La difusion de las ideas ing!esas < bles, sino comidas confortables, vistas confortables y situaciones
bien se vio facilitada por la ascendencia de lnglaterra coma \ confortables. Era como si no pudicra hartarse de cso, de esa nucva
comercial, espccialmente en los Estados Unidos. La clase media <palabra nada dramatica que se ajustaba tambien a la satisfacci6n

126
bu rguesa de! mundo que describla". En una de sus
Emma, utilize la expresi6n de "confort Ingles" y no
CAPITULO 6
rioso term ino, lo cual obliga a pensar que SU
haber sido evidente para sus Jectores. No la utilize
una casa, sino una vista campcstre: una corta avenida
Luz Y Aire
llcva al final del jardin y a un muro de piedra; mas alla
una cuesta muy pronunciada con prados y algunas Abora bemos de estudia tod.
·
cuyo Jiunc:onamienio r as las dist, · ·
d e'P ende de ,­,os:c:ones de una casa r,,,
para las granjas, rodeada por la curva de un rio. "Era una . .
cua lquier upo. como lac f,r. . . un4 energta motrts d
dable: agradable a la mirada y a la rnente. El verdor ingles, ., l { b a (!,acc:on ,__ b e
cion, e a um rado' et summistro . . d. Y .,.,,. tu erias' fa uent
v
•ta
: •
ra inglcsa, el contort Ingles, todo cllo vista bajo un sol desagues, los timbres las
., ' comunv·~ . e agua. [ria y calienle ios
,
scr excesivo." El confort no dcbia ser dramatico y sl censores. E, confort de u ,.,.,.c,ones intern45y los
d na casa de, d as­
or. en adecuada de estas cosas, ipen e en gran medida de/
parecer "natural", pero, al igual que el jardin ingles o que la
glesa, era algo cuidadosamcnte organizado,
)OHN ]. STEVENSON
Arquiteclura domestiC:.

han ocurrido entre el d


mo esto lug ct
"""·"""'v por Alberto Durero y el estudio ar e trabajo re-
techo desnudo, las paredes de . d del caballero de! siglo
pte ray l ·
han quedado sustituidos por un d . e prso de pfanchas
y una alfombra de !ado a lade E elicado estuco, el papel
1
,v~·~v--~, las ventanas COntienen g. 'ndugar ~e pequeiios pane-
•· . b ran es hojas d . l
ente, y sus marcos su en y bajan com O.da e cnsta trans-

.. . _. e.er, un sofa para la conversaci6n me . .


·•.••.l
~r~:;
_5hos mas muebles y son mucho mas v ~nent~ para ventilar. Hay
y tarse a esc~ibir a una mesa, butacas co:1 sillas espe~iales para
b _os almohadillados pa-
d ' sitas ajas Y co da
}< mas, • .
se trata e muebles diseiiados p d mo s. Lo que
gfferentes de las taburetes duros y los ban~: Ji~cansar en _ellos, muy
J11duso la mesa para escribir esta hecha es . os de dos s1glos antes.
t~
icscritorio ya no esta improvisado con pla ~ecialmence para ese fin. El
1
•t montable, sine que es una caja de cao~ sabre un cabatiete des-
rfrente curve que se desllza suavemente haci am:nte tallada con un
/i cajones y unos huecos muy (Hiles. Las co ~ atras para revelar unos
/ sustituido a las areas; los Iibros se guarda:o s recras con cajoncs han
• La palabra "confort" tiene un origen en el frances antiguo (confort),
adquiri6 su sentido moderno y dornestico en Inglaterra. Desde alli, a fines
</ cristal. El efecto general, vis to por Jos ojos ~; gtantes con puertas de
slglo XVl!I se vclvio a exportar a Francia". .>mento de la densidad de objetos y la de , __urero, es el de un au-
>•·-•· coracron, y tamb·,1en un pro-

128
129
de ablandamiento debido no solo a que los rnuebles
sine tarnbien al papel pintado que cubre las pa-
pafio que cubre la mesa de la biblioteca, las cortinas
lado de la veruana y las alfombras de! piso.
siglo xvrn sefiala un punto mas o mcnos intermedio
de Durcro, en la que crnpezamos, y la actual. Las his-
mucbles ticndcn a centrar nuestra atencion en la evolu-
y a pasar par alto la cuestion mas fundamental de la
logro <lei slglo XVIII no fue solo la produccion de rnue-
y clegantes, sino tambicn su disponibilidad para una
Eso seria lo que mas impresionana a Durero, ese ni-
no estaba presente en un palacio real, sino en la casa
rnodcradarnente acomodada. El que un particular po-
docenas, o centenares, de libros habria asom-
al igual que la idea de dedicar una habitaci6n espe-
exclusivarnente a escribir y leer.
desde nuestra perspectiva es sorprendente la canti-
que no han cambiado en absoluto. El estudio gcor-
segula calentandose -y sin gran eficacia- mediante una
Er1ea abierta, o si estaba en la Europa continental, mediante
~stufa de porcelana no muy diferente de la que Durero estaba
fombrado a ver. Sin duda el escritorio era elegante, pero Ia gen-
gufa escribiondo con una pluma de ave mojada en tinta. Par la
che Je1a inc6modamente a la luz de una vela, al igual que Durero
dentos anos antes. Si alguien escribla una carta y queria lavarse
irnanchas de tinta de las manos, estaba obligado a pedir a un sir-
rite una palangana, pues no habia .. lavatorios ni cafierias. Tam po-
. habfa cuartos de bafio: en un rinc6n habia un pequefio aparador
. !tun orinal.
• ·'-~.- .. !"'(~r1d1",y'(N'Nt'Cr,n,"}O,'i. YLa verdad era que si bien la gente de! siglo XVIII mencionaba ha-
", 4,,.."-'..tif--c'rl".,.
'iualmcnte la "utilidad" y la "comodidad" al hablar de sus casas, esos
Un cuario de bafio victoriano (lwria IHB.5). Mrrninos tcnlan canto que ver con el buen gusto y la moda corno con
fa eficiencia funcional. Es decir, podian hablar lo mismo de una "vista
tdnfortable" que de una "silla confortable". El confort era una sensa-
d6n generalizada de bienestar, no alga que se pudiera estudiar ni
cUantificar. Tan arraigada estaba esta actitud que cincuenta afios des-

131
<.·· . ·. ··". · ... ·.··'·><• < i,i
pues de la rnuerte de Jane Austen todavia ~cfmuchos anos despues de su rnuerte, al igual que el negocio
"confort ingies". "Loque llamariamos en inglaterra una pp,endale tras la suya,
ble es algo tan Iruimarnente identificado con las fuerzas que Iornentaron la innovaci6n en el diseno de mueblcs
como para que podamos decir quc en ningun pals }ban en la construccion de casas, La casa de! siglo XVIII no
nuestro se emicnde plcnamentc csic clcmcnto de! (6 grandes innovaciones en materia de tecnologta domestica,
rnentc podrian los estadounidenscs haber estado de A-··--., ~Jgerido que rnicntras se dispusiera de muchos sirvientes para
afirrnaci6n, pero por lo rnenos hasia el deccnio de 1850 .• ,er las velas, alimentar las chimeneas, caleniar y llevar agua y
Le de la gcnte cntcndia cl confort como algo que en los orinales, no habia grandes incentives para mejorar el alum-
prirnordialrncrue cultural (y posiblcrneruc Ingles), y solo j/Ja calcfacci6n, el suministro de agua y el saneamientoi. Sin
rnente algo material. }go, si estc fuera cl unico motivo, cabria prcver que el numero
El disefio de los rnucblcs, en el cual se realizaban ,f-yientcs habria disminuida irunediatamente antes de que sc
zos para lograr la comodidad fisica, era una excepcion. Jjera ninguna mejora tecnalogica, y no hay pruebas de que ocu-
a las circunstancias especiales en las que trabaiaban los }asi. Ademas, no todas las mejoras domesticas se referian a la
siglo XV!IL La mistica que se ha crcado en torno de 6rnfa de mano de Obra, Sino que algu nas, como el COnSeguir una
dcl siglo XVII! y de Ios hombres que los producian nos ha facd6n y una ventilaci6n mejores o un alumbrado mas intenso
vidar que los artesanos quc disefiaban y construian sillas rnejoras cualitalivas que no tenia~ nada que ver con los sirvien~
ingcniosos escritorios no cran solo artistas, sino hombres f:{ay que buscar en otras partes los motivos para quc esas mejoras
cios. Aunque Thomas Sheraton era un disefiador que aff apareciendo lentamente.
otros para Iabricar lo que el disenaba, la mayor parte de los ... · \arquitectura no se practicaba coma negocio, sino que se con-
como Hepplewhite, poseian sus propias fabricas. Chippendale< ~r.1ba un arte, y era una actividad de caballeros, no de obreros,
nia solo una fabrica, Sino tarnbicn SU propio comercio. No sor&t as a menudo de aficionados sin formaci6n academica diletan-
an piczas de cncargo, sino que claboraban disenos normalizados · }que de profcsionales•. Las casas se construian de una ~n una, y
la produccion en serie, en ese sentido, los libros de Jos ebanista )tlo el arquitecto no era contratista, no se hallaba en condiciones
eran obras erudiias, ni siquiera, en realidad, Iibros de patrones- /jnrroducir innovaciones de fondo en el proceso de construcci6n.
destine era scrvir de caialogos para los posibles clientcs. Corn& /<:6ntrario que el ebanista, que controlaba todos las aspectos de
muebles se producian para un amplio mercado y como sc trataba producci6n, desde la manufactura hasta la comercializaci6n el
un terreno muy cornpetitivo -s6Io en Londres habia mas de 200 c q~itecta era ante todo un disefiador que preparaba dibujos ~ara
nistas-, los rnueblistas estaban obligados a innovar, Esa innovad itrabajo que realizaban otros. El resultado era que iba desarro-
era tanto mas eficaz cuanto que no era el resultado de esfuerzos ihtj
viduales. El libro de patrones de Chippendale contcnia 160 Jamim1sJ
el de Hepplewhite mas de 300. Hubiera sido imposible producir \la formaci6n en arquitectura no se formaliz6 en Inglaterra hasta 1850. O
volumen de trabajo sin la colaboraci6n de muches ayudantes, y e . sa, mucho mas t.arde que en Francia, donde Luis XIV habia fundado la Aca-
9~rnie Royale d'Architecture en 1671, y donde Jacques-Franvois Blonde! esta-
general existe acuerdo en el sentido de quc la mayor parte de los df.
pI~ci6 la_ pr~e~~ escuela de arquitectura en el decenio de 1730. Es posible
scnos que se atribuyen a los ebanistas famosos eran obra de sus ertl g~e la d1spornb1!1dad de una formaci6n academica explique el mayor adelan-
pleados. As! ocurria en especial con Hepplewhite, que muri6 de:) < de la planiflcaci6n franccsa de las casas, que incorpor6 pronto sistemas
anos antes de que se publicara "su" Iibro, y cuya fabrica sigui6 fu ecanicos como los bai'ios y los retretes.

133
llando unos conocimicnros teoricos que nose ---·--~·-·" se los llam6 mas adelante, pasaron a dominar ca-
truccion, sino en un estudio de la historia y de los ureceoer dornestico.
toricos. En todo caso, a las arquitcctos, cntonces igual ·"~"v,.,,~ dornestica llenaba el vacto existeme entre el arquitec-
les Interesaba mas el aspecto de los edificios que su Este ultimo podia determinar el aspecto que tenian
to. No cstaban prcparados, por su formacion ni par su "M'''","~ e incluso, hasta cierto punro, c6mo se podian utilizar,
a iruervenir en cuestiones tan mecanicas como las ,..,..,,,,~,- ·" por la comodidad y el confort no podian llcgar
lefaccion. Tarnbien prcsiaban mas atencion al exterior los sisternas rnecanicos que forrnaban parte de la trama
rior'. Una vez deterrninadas las dimcnsioncs y la forma st, y no Ilegaba. En cambio, el arquitccto, que se halla,
taciones, por lo general la disposici6n dctallada de! de introducir innovaciones en la disposicion de la ca-
ba al propietario. Este, cnfrentado con la cnorrne variedad considerandosc un artista, noun tecnico, y se satisfacia con
Los que hacian falta ahora para amueblar adecuadarnente lo convencional en lo que se referia a las necesidades do-
tacion, rccurria cada vez mas a ayuda cxterna. Es la divisi6n de! trabaio atras6 la introducci6n de la tecnolo.
aportar el llamado tapicero.
Inlcialmente, el tapicero solo se habia ocupado de las dornestica no ernpezo a avanzar hasta fines del si-
las tapicerias, pero coma era cornerciante y reconocia la aunque se trat6 de una evoluci6n lenta y no coordinada.
de hacer negocios, habia ampliado sus servicios para incluir Bra.mah, ebanista con inclinaciones mecanicas, produjo mu-
dinacion de todos los muebles de inieriores Y se habia que no tenfan relaci6n con los muebles. El primero,
segun una revista britanica de la profesion, publicada en en 1778, fue el cierre de valvula Bramah, retrete que te-
experto en todos los arriculos que pertenecen a una casa. cierre hidraulico para impedir que los olores de! pozo negro
operarios para hacer el trabajo que da nombre a su oficio, ""'""·r<>n la habitaci6n. Aunque no fue el primer inodoro moderno
tas, vidrieros, enmarcadores de espejos, tallistas de sillas, de de ese invento pertenece a Sir John Harington (1596)-,
ras y de postcs de camas, al especialista en Janas, el mercero, . . . primero que se comercializ6. Pero no tuvo sino un exito mo-
cialista en hilos y a diversos tipos de metalurgicos, Y a un nut( pasarfa rnucho tiempo antes de que los W. C. se populariza-
cjercito de oficios de las dernas rarnas artesanales'", El tapicero no~ todavfa cuarenta aiios dcspues se segufan considerando un
artista ni artesano, sine un hombre de negocios que se organizaba p Aunque I3ramah deda haber vendido mas de 6.000
ra responder a la necesidad de ascsoramiento tecnico que tenfan.l A los suyos en los diez primeros anas, con esto no podia bastar
propietarios de las casas. Para la epoca en que las arquitectos co .•. ara que se mantuviera una empresa, y pas6 a ocuparse de otras
prendieron que habian perdido el control sobre la disposici6n deli. ?Sas e inventar un numero asombroso de otros artefactos, entre
terior de la casa, ya era demasiado tarde. Los tapiceros, o decoradore ellos una maquina de billetes de Banco que imprimfa Jos numeros
/de serie, un aparaco· de succi6n para tirar la cerveza, una prensa hi-
.draulica y perfeccionamientos en la maquinaria de fabricaci6n de
• Al mcnos pane de la culpa de esto se puede atribuir al palladianis!IlO:
\papel. En vida nose hizo famoso por el retrete de valvula, sino por
Los libros de Palladio no contenian informaci6n sobre los interiores, y sus h~:.
bitaciones son basicarnente vohimenes abstractos, rnanipulados mas por Sll tJa inexpugnable cerradura I3ramah, que nadie pudo violentar en
efecto externo quc por su cornodidad interna. Los franceses tenian mu_~ha \mas de cincuenta aii.os.
mas conciencia de! interior, tanto de su planlficacion como de su decoracion; ii El uso limitado del modcrno \YI. C. nose debi6 a la ignorancia so-
aunque eso decayo cuando se paso de rnoda el estilo rococo. < bre las caiierias. Mark Girouard observa que ''hacia 1730 ... cualquier

135
casa de campo podria en teoria haber dispuesto de agua de! confort y la comodidad estaban circunscrhas por esas
todos los pisos y de tantos banes y reiretes como su Ariin:1no en cuanto al propietario de la casa, aceptaba el
siera o se pudiera perrnitir. Pero en los cincuenta anos de aquellos. Sin embargo, eso no significaba que la tecnolo-
hizo un uso relativamente escaso de esa tccnologia", avanzara. La primcra instalacion a gran escala de la Iuz de
de campo tcnian agua corricrue -generalmcnte alimentada medr. 1806, sc realize en una hilandcria, e inicialmente esa forma
una cisterna para cl agua de lluvia que se hallaba bajo cl tejad se utilize solo en Iabricas yen edificios publicos. Una
pero ello no significaba necesariamente que hubiera cuarto ?e ba primeras tentativas de vcruilacion artificial de las que hay
Scgun Girouard, Iue el conservadurismo natural (y cl csnobismo) ~n,,, .. ,ua fue un estudio de las Camaras del Parlamcnto Britanico
los rices lo que les impidi6 adoptar nuevas tecnologias coma la· en 181 l por Sir Humphry Davy, que no era arquitecto, si-
nerias. Incluso todavia a principios de! dccenio de 1900, que .·.·.· · Muchas de csas mejoras ambientales fueron obra de
arisiocratas inglcses que pref erian que les llevaran sus bancras p() ilustrados o de reforrnistas con preocupaciones sociales
tiles al dormitorio y se las colocaran delante de la chimcnca Ya q el decenio de 1820 habia mas probabilidades de encontrar
ncs la practica de cornpartir un cuarto de bafio con otros les par central en un asilo o en una carcel que en la casa de
burda e inaceptable6. .I rica,
En cuanto a la burguesia, la explicaci6n de la falta de cancrfaj?t a esta pauta, el primer perfeccionamiento importance
rior es mas sencilla: hasta mediados de! siglo XIX, la mayor parte\ chimenea y la estufa no se produjo en una casa, sino en la
la gente no tenla un surninistro de agua corriente central; el a~uan. de un asilo y no fue obra de un arquitecto ni de un construe-
bla que traerla a mano de un pozo, 0 de una bomba en la coctna,g Conde Rumford (Sir Benjamin Thompson), de origen esta-
falta de agua a presi6n y en consecuencia de canerias, no se P?. era militar, diplomarico, jardinero (cre6 el famoso
dotara las casas de un cuarto de bano, y mucho rnenos de un('~. MJD!tsc,IJer Garten ~e Munich) y, al estilo de Franklin y de Jefferson,
mah". Para el saneamiento recurrian a una tecnologia anterior: et.9 autod1dacta. Estc hombre de mundo peripatetico -ad-
nal. La edici6n de 1794 de la Gula de Hepplewhite daba varios eje su titulo de sir por sus servicios a Jorge Ill de Inglaterra y el
plos de "aparadores para orinal", asi como "mesillas de noche'.',\ de Conde de Sacro Irnperio Romano-- rambien era cienrifico.
cuales conslstian en un pequefio gabinete que se abria para rev sus multiples intereses se hallaba la fisica del calor y, como
un asiento con un receptaculo en su interior'. Tambien describfai .....•... un hombre pracrico, ide6 meLodos mejorados de cocinar y ca-
pedestal con una jofaina, y sugeria se utilizaran dos en el come .: j~ptar. En Baviera, donde pas6 once aflos en calidad, entre arras co-
uno a cada lado del aparador'. Las jofainas estaban dotadas de esp, ~as, de ministro de la guerra, construy6 varios hospitales en los cua-
y contentan agua helada, pero los pedestales de abajo eran ~en rea les incorpor6 hornos de cocina y cocinas de su propio diseiio. Era,
dad recipientes para orinales. Cuando se retiraban las senoras, ttestilo no espccializado de su epoca, un reformador social y el in-
abrian y se sacaban Ios orinales para que los utllizaran los cabal!er. Yfntor de la cocina para pobres, en la cual tambien incluy6 homos
Esa practica se hizo tan frecuente que cuando se ernpezaron a mt • con calor indirecto.
ducir los W. C., inevitablemente habia uno para SU uti!izaci6n port \ Durante una visita a Londres, Rumford propuso una serie de mo-
hombres al lade de! comedor. \ dificaciones en las chimeneas a fin de reducir su tendencia a hu-
Otro rnotivo de la Ientitud con la que se introdujo la tccnolog1 p1ear. Entre ellas figur6 el cstrechar el paso de Ja chimenea, hacer
en la casa era la falta de una demanda efectiva. A los tapicerosI gue Ja apertura fuera mucho mas pequena y colocar los muros Jate-
interesaba la moda y a los arquitectos la estetica Y, en consecuen~j> ftles en angulo para que irradiasen mas calor a la habitaci6n. El re-

137
/'~*'! f' T \ !' 7 if
sultado fuc que no solo producian rnenos humo, sino que )~~ariamos contaminaci6n interna. No sabernos si las cosas cran
daban mas calor. Para cntonces --era 1795-, parcce que el hscesariamente mas agobiantes que en el siglo anterior (no hay mo-
co era mas receptive a la tecnologia innovadora y, como las
caciones no eran complicadas ni caras y las podian introducir
tlvo para pensar que lo fueran), pero sf hay muchos datos de que
;en el periodo victoriano la genie tenia una sensibilidad mas desarro-
misrnos propictarios de las casas (sin neccsidad d~ la l!ada a los olores. Per ejemplo, les horrorizaban los olores de la co-
arquitectos ni tapiccros), las chimeneas perfcccionadas (:jna, de manera que esta quedaba lo mas lejos posible de !as partes
una cicrta popularidad (Jane Austen describio una "~lumford" pdncipalcs de la casa; ;hay grandcs casas de campo victorianas en
Abadia de Nortbanger, que se escribi6 solo tres anos \fas cuafes la Cocina Csla a 50 metros de! comcdor'. Y cl olor de! la-
que el conde presentara sus ideas a la Roya! So:iety). La ·.. baco era igual de rnolcsto. En la primera pane dcl siglo xv1r'1, la
cia de Rumford para la historia de la recnologia se debe en gra. gente dej6 casi tota!mcnte de fumar y cuando, mas tarde, volvicron
parte a sus temativas pioneras de aplicar cl razonarnicruo cicntffi<:i••
a un aspccto de la vida domestics. Sin embargo, su propuesta ~f iiiponcrsc de moda los cigarros, todavia cstaban prohibidos en los
<intcriares. La reina Victoria probibia fumar en SUS casas y muchos si-
rcso!vi6 totalmente el problerna del humo de las chirneneas, com. <guicron su ejemplo. En algunas casas de campo a los visitantes que
sugicre el hecho de que la preocupacion por un buen disefio qe jnsistian en fumar sc los enviaba desdenosamente a la cocina, y eso
chimenca coruinuase a lo largo del siglo XIX. De las 169 patents (inicamcntc cuando ya se habfan ido los sirvientes". Cuando los in-
britanicas rcgistradas entre 1815 y 1852 relativas a estuf~s Y Chim< /Vitados de Gragside, la finca de Lord Armstrong en Northumberland,
ncas casi un tercio tenian por objeto cl impedir O rcducir cl hum() /qucrlan fumar, tenian que salir afuera, no s61o porque su anfitri6n
En 1860, C. J. Richardson dedico todo un capitulo de SU libro sob.r >po fuera fumador -muchas veces se iba con ellos-, sino porquc el
la proyeccion de casas a la "Construcci6n de Chimeneas y Prevery \olor de! tabaca se consideraba ofcnsivo'i. Cuando se generaliz6 el
ci6n del Humo" y escribio que "todavia no se ha encontrado un Jiabito de fumar, sc anadi6 una habitaci6n especial -el fumador-
construccion que ponga remedio a los graves defectos'". Tamb(' i para aislar esa actividad .
escribio un Iolleto titulado Las Molestias de! Humo y sus Remedi?f; ... ·.··.. Pero Ja vemilaci6n implicaba alga mas que deshacerse de Jos ola-
Incluso veinte afios despues, sus libros sobre la construcci6n de cat ires desagradables. Como era tipico de la epoca, el siglo XIX enfocaba
sas sugerian diversas formas de reducir "las rnolestias de una dliJ \e.j problema dcl aire de forma cientifica. Desde el siglo XVlll se sabia
menea hurneante?". . i\ /que el aire estaba formado por oxigeno, nitr6geno y di6xido de car-
Ningun Iibro del siglo XIX sabre la planificacion d?mestica Secor) \ bono o acido carb6nico, como se decfa entonces. La experiencia
sidcraba cornpleto si no incluia por lo menos un capinilo s~bre el ~1S > practica demostraba que una habitaci6n muy llena se iba hacienda
ma de !a ventilacion y "los pcrjuicios del aire viciado". A pnmera vis. ', iagobiantc Y dcsagradable. La expcrimcntaci6n estableci6 que a medi-
ta, parece que se trataba fundamentalmen~e ~e ~~e n~ entr~ran en]f (da que la gente respiraba aire producia dioxide de carbono y los
casa Ios vapores y los humos de la industrializacion. Visto mas de cet \ dentificos razonaron quc era el aumento de! nivel de! di6xido de car-
ca, resulta que se trataba de una cuesti6n mas ~om?,licad:, pues l?s \ bono en una habitaci6n lo que afectaba al confort de sus ocupantes.
vlctorianos no se sentian intcresados por la ventilacion asi como ase ·. !..a soluci6n, o asI parcci6 entonces, era sencilla: reducir las niveles de
estaban obsesionados con el terna del aire libre. > )di6xido de carbono mediante la evacuaci6n de! aire rancio y la intro-
Para ernpezar, no cabe duda de que aquellos interiores, con su.5 i.ducci6n de aire nuevo en su lugar. Ahora sabemos que esta teoria era
chimeneas humcantes, los fuegos abiertos de la cocina y sus haby i equivocada, aunque la idea basica no. El confort humano no es mera-
tantes mat Iavados, contenian en grandes cantidades lo que hoy di.1 meme una funci6n de! nivel de! di6xido de carbono. La remperatura,

139
a la circulaci6n de! aire, la
el contenido de vapor de agu : . I de irnportantes, o mas. Si
!~irnenra,;a, que trat1ban de haliar explicaciones y curas. Se crefa
cl polvo y 16s olores son factore_s d1guaf Io o caliente o dernasiado
. ·6 demasia o n ' :::c. err6neamente que muchas enfermedades -eJ paludismo el c61era
re de una habitaci ,n es . inm6vil v si coruiene polvo u o_lor
medo O seco, 0 esia dcm~s~ado .h , tes de que SC alcancen ntvel.
fa disenteria, la diarrea y las fiebres tifoideas- es ta ban ca~sadas po;
la incornodidad sc producira muc o an / sustancias e impurezas en el aire. La llamada teor1a de Jos miasmas
hacia que la cuesti6n dcl aire puro no s6Jo fuera asunto de comodi-
malsanos <le dioxide de carbono. influven en el confort almosf.
\dad, sino de vida o muerte, y como los partidarios de la vemilaci6n
La complcjidad de los Iactores ~Ju: '. s d,el dccenio de 1900; ha(
id hasia pnncrpio ·.··•· propugnaban su tcorfa con el rnismo celo que caractcri;,.a a los ac-
rico_·• no se hizo cvi·1, ,"cnte sc enten di,a u, nicarnente 1 en terminos de, dil_. ut_>. ;tuales adversarios de los adirivos aliment.arios, 0 a los partidarios de
cntonccs, la vcnu acion . eraba el efccto de este ult1m_
. d , r, 10 Por eso se exag
cl dioxide c carooi . . I de dioxide de carbono en u11
·.<·:,' fa fluorizaci6n de! agua, la conciencia dcJ publico aument6 en con-
faecuencia.
idc
\osoLros cons, r r · ·
d
a nos <Jue cl
d aproximadamentc u
. nive n 250% mayor quc a ·.··: t·
.... ,
a \) "Cuando la gentc es1a bien vestida y bien alimentada, cuanro
habitaci6n puc c scr c I I del siglo XIX exisua el firm._ . · irias airc puro, por frfo que sea, mejor", aconsejaba un libro sobre
re libre sin · que no_ s afecte . .A Iod argo d'6 'do de carbono en una h.a b·l,·..
. . d q e el nivc e I xi . . ).., fa planificaci6n domestica16• Resulra un tanro sorprendente recordar
d 1 . el existence al arre libre, l.
.i- ·
convcncuruemo d l ,, e ,uar el 1)0% _ Xcitie las volumioosas figuras victorianas de las primeras forografias,
c niv · 'fi· . ·
taci6n no c »a super . .. . en parte a que Ios c1ent11c._ .. rfgidas y tensas con sus cucllos altos y sus vestidos de corse, ente-
quistto excesivo Y ... ,
bido en pa~e a ese re . , la cantidad de aire que entraba en ~g l'iad;,is en habitaciones recargadas de cortinas oscuras y llenas de
Y los ingcnieros subesnmabanl das y puertas abiertas Y en part
irhuebles voluminosos, tambien eran aficionadas al aire fibre. Des-
casa ror grie~as, ven:rana~ rn~- :er~1 ~1umbracto producian ereciix
pues de todo, fueron ellas quienes popularizaron la biciclera, los
a que la cocma, la calefac~10 ~ los ciennflcos llegaron. a/
I yn la casa enorrnes cantida
. . ·ct··..:,. oeportes y la gimnasia, asr corno las vacaciones en el mar. No dis-
rnente humo Y o ore s , los mgemeros .
d bl · iroducirse e -: frtitaban de la naturaleza sibar1ticamente, como los georgianos; los
conclusion de quc e ran in re "residencias sanas" cuya prirnera e1:< yictorianos hacian ejercicio en aras de la salud, tanto moral como
de aire libre. En un libro so~ b . , . o Douglas Galton decia qt1 _
0 1 · en ero ntarnc · .,,·, [fsica. Parecen haber disfrutado autenticamente con la sensaci6n ro-
ci6n data de 188_ ' e, i~g , aire libre por minuto Y persona Pf< riificante de! aire libre, incluso denrro de sus casas. Es una costum-
hacian Ialra 50 pies cubicos de I 'd' Ingles va H Corfield cita .

ventilar bien una habuaclon . . .
·, 1} E me 1co 1
J h S Billings " · ·
mencionabaS
· Hrc que los britanicos han persistido en mantener, para gran dis-
. ,,. El , dico rnilitar o n · · . ·.·.·.•· 'gusto de sus visitantes extranjeros. Pero quiza el termino exacro no
la rnisma cifra" .. me
· coy por ocupan
. teen una publicaci6n estad99
> sea el de "disfrutar", pues en ese amor al aire libre habia algo de
pies cubicos por minu ,. nea 1~ Esas Ct'f ras debcn compararse con las n,_· · :· austeridad estoica. Esta rambien se hallaba presenre en otra cos-
nidense conternpora . : consideran que basta con 5 ~/ .
timbre def siglo XIX. Durante la segunda mitad del siglo resurgi6
mas actuates de vcnulacicn, que . q e esto puede incluso s..
· lo por persona Y u ·, icostumbre de bafiarse y se popularizaron varios modeJos de me-
pies cubicos por :nmu , humedad, el calor y los de~:
excesivo, scgun como sc contro 1 en 1a . . J }ias baiieras, bafie.ras completas y banos de esponja. Pero no debe
COnfundirse Ja COSturnbre Victoriana de darse bafios COO el COnfort.
factores. , . , .
Habfa orra teona c1cnt1f1ca que
contribuy6 a la alarma que la ge
. .6 cl hacinamiento e Se recornendaba que la remperatura del agua fuera tibia (para quie-
, . . . d " La urba017,ac1 n Y
te sentia ante el 'aire v1c1a o . has epidemias. Ello coin
res tenfan un fisico fragil), y preferiblemenre fria. Al comprador de
. . d ! 'glo XIX causaron muc 'd. ffria nueva ducha se le adverrfa que "el agua casi helada de una du-
Jas v1v1endas e s, . . v de la investigaci6o me ica
di6 con cl crecimicnco de la c1cnc1a , \~_ha produce una sensaci6n alga parecida a Jo que cabrfa imaginar
26mo resultado de un chaparr6n de plomo al rojo; la sensaci6n es

141
tremcnda y no cabe duda de que si la ducha continua rolong6 el USO de las chimeneas y en general retraso [a · tr d
• · d ·
: .•..•.••
·:...• •.·••.. P.
10 0 uc-
tiempo alga largo, causaria asfixia?". . ., \ci6n e me.carns~os mas eficientes, como las estufas y las calderas
Adcrnas de la ciencia y la mcdicina, la proliferacion de \centrales. l:I arquuecto John James Stevenson, que era un escoces
de ventilaci6n tarnbien contcnia un clernento de moda. Resulta )Con mucho sentido comun, reconoci6 que la chimenea era anticien-
comprender la necesidad de ventilaci6n en edificios publicos, ··.··.tffica, anticco. n6mica, sucia e ineficaz, pero scguia diciendo que ,
el Capiiolio de \Vashington o las Carnaras del Parlamento de · ··1 · · ·, <la era
/. "e '.11CJOr srstema", do que se trataba de un "modo tolerab!emcnte
drcs, que recibian aire que sc introducia desde fucra por i\enc1c~~c de vemilaci?n"10. Criticaba las estufas de irradiaci6n y la ca-
mecanicos, o en una fabrica abarrotada de gente en la que los • lcfacc1~n central basandose en que las habuaciones que se calenta-
bajadores sudaban rnucho [unto a las rnaquinas calur~sas. ?.ban as, rcsull~ban sofoca~;es e inc6modas, yen un pasaje muy for-
mucho rncnos evidente por que las casas de clase media, que i·<zado com paro la calefaccion _por aire caliente con el clima opresivo
grandes y de tecbos altos, necesitaban ta_nta ventilaci6n. Es
que la ciudad del siglo XIX estaba caracterizada por cl
)<del ~ah_ara. P_a:e~e una tentativa de racionalizar el afccto que scntia
) el pu?hco bntanic~ por el simpatico liar y su resistencia a cualquier
en las casas v la contarnlnacion, pero ninguna de esas /otro ttpo de mecamsmo de calefacci6n. En los Estados Unidos don-
afectaba a las casas de cam po de los rices, muchas de las de escaban mas difundidas las estufas de hierro y la calcfacci6~ cen-
embargo, estaban dotadas de complicados sisternas de entrada . trnl de aire caliente, tambien habfa muchos criticos que considcra-
Iida artiflciales de aire. cCual era su funci6n? cPoclia ser que, al i. bf,ln malsanos esos tipos de calefacci6n. La influyente obra de 1850
que los paneles solares "de conservacion de energia" de un . de Andrew Jackson Downing titulada La Arquitectura de tas Casas
para esquiar en Aspen, o cl motor diesel "econ~r_nic?" d~ un / de Campo advertia severamente: "Sabcmos que hay pocos "inven-
alernan las sisternas de ventilaci6n no fueran utilltarios, smo que
objetivo fuera sugerir quc sus propietarios eran progresistas Y
iws" a los que nuestro publico tenga mas afici6n que las estufas
<.---de todos las tipos-, pero protestamos contra ellas decidida e in-
ban al dia? .i<cansablemente. Las estufas cerradas no _son agradables, pues encar-
Tanto la moda coma ta ciencia y la medicina eran ingredientes f. cclan la. belleza de la _chimenea; y no son econ6micas, pues aunque
la mania de la ventilacion. Las casas, queen todo caso no eran i\ econom1zan combusttble, acarrean grandes facturas del medico"2,
cialmente hermeticas, estaban dotadas de conductos de aire Y de ) En un Tratado sobre economia domestica, Catherine Beecher er~
lidas de ventilaci6n. No resulta facil introduclr las enormcs <..d1.1u,14~< mcnos catcg6rica, y se limiraba a sugerir que cuando se utilizaran
des de alre fresco que exigia la teoria cientifica sin al mismo ( estufas hubiera una buena ventilaci6n (asf como metodos de hume-
enfriar una habitaci6n mal calentada, Hay ejemplos oocurnemaoos \. decer el ambiente)22•
de ingenieros entusiastas que Instalaban rejillas de vcntilac_i6n ~or \i(. La i~portancia que se atribufa a la ventilaci6n tuvo una gran
da !a casa, para encontrarse con que despues los propietanos .\ rnfluencra en el confort domcstico. Aunque Gaitan y Billings se equi-
bloqueaban para poner cote a las corrientes de aire frio", Un . \ \ vocaban en cuanto al volumen de a ire que de verdad hacfa falta
tor l!amado Tobin propuso un sistema de tubos de metro Y medio
alto que inrroducian aire fresco al nivel de! techo. Parecia que
i --equivocaci6n qu_e pronto se advertirfa-, sf identificaron un proble-
.•...•.. ma vcrdadcr?. ~u mvestigaci6n inici6 a la gente en la idea de que el
cionaban bien, salvo cuando !os propietarios utilizaban los tubos .... confo~ domestJCo era algo que se podfa estudiar, medir y explicar.
mo pedestales y colocaban encirna de las aperturas rnacetas o < Tamb1en tuvo otro efecto. Era imposible lograr esas renovaciones tan
decorativas". i enormes de aire medianre la simple apertura de ventanas, especial-
La preocupacion por la vcntilaci6n tenia otro efecto ./i mente durance el invierno. Para que circulase el aire hac:ian falta todo

142
143
genera de. conductos y tuberlas de ingenioso diseno, amen de t.·.ascolocadas en estudios y salones pcrmitian leer e 'b' '
. ,. 1· , ., ~ . . ' sen ir y easer. El
sos filtros para Iimpiarlos. No solo resu!taria gran parte de esta ·.·•.r...ub ico aprecio rapidamente estas venta1·as v se ampuc I
>> , , , . . , 10 e mercado de
logia inicial util mas tarde para vcntilar y llevar el aire ys~ la~paras ba_ratas produ~1das en rnasa. Una vez que se conocio la
a los edificios grandes, slno que iambien subrayo que el confort '.maravtlla
·.·.,_· · · ·. . de un . alurnbrado Iuerte v' constarue , s1·gui'e· ron rap1
, id amcnte
la casa era algo que se podia lograr con maquinaria. Resulta . ........perfecc1onam1 c mos de la Jampara Argand Hal>ra .t · .
· . ~ . . · muc11as vanac1oncs
pero los ingcnieros viciorianos tcnian la rcspuesta corrccta para .. s.obre cl disciio basico. La larnpara francesa Astral inc b
< , . • , . . "' 1 orpora a un de-
pregunta equivocada. i posno en forma de anitlo bajo la pantalla. con Jo I , ·
, .,·.. -. , , ·i , , , . · cua era especlat-
Otro rnotivo de la Ierua evolucion de la tecnologia arnbiental ·-..·,..-••···.:~m-cntc., ult para alumbrar mesas circulares· , en 1800, J>,crnar d (',arccl
rante el siglo XVIII rue el crecimicmo lento en general de los anadro una bomba de rcsonc para alimcntar la mcch· ·
i. , . a con ace1te de
mientos tecnicos y cicntificos totales, En ningun aspecto era esto yn deposno en la base, Jo cual tambien dio por rcsultado una I - ,
evidentc quc en cl alumbrado domestico. Los fenicios habian tonstante. uz mas
tado las vclas de cera antes de liOO d. J. C., y aunquc durantc la > Lo quc de las lamparas def c·1po ct e A rgand era
<·.. , limitaba
. la eficacia
.
Media se utilizaron antorchas y lamparas burdas de aceue, no se •.· .: -. la mala cal 1dad del aceJte quc quern a ban y a med'd -
cubrio ningOn sistema mcjor quc la vela (ni siquiera lo logr6 • Jai d , ,
emanda de (am paras mejores, tambien aumentaron Jos esfuco:os
1 a quc aumento

do <la Vinci, que intento sin exito perfeccionar la lampara de .· >de


.·.· .· , los .cmpresanos
, · s ma's 1;,.,. .... . P.10s y quc. d.1eran
por. crear combustible·
Las velas siguieron siendo la unica fuente de Iuz artificial. A nm,~•··~~• :<mas. luz. l:n Estados Unidos era popular el aceite de bal!cna· en Eu-
nos gusta la luz de las velas en las cenas rornanticas, pero como •·i.·. ropa el, de colza, que sc extraia de las scm1'Jlas de una espcc1e·' ct e na-
. ·
ma cotidiana de alurnbrado tcnta muchas desventajas. Las velas \ bo, as1 como camfma, que sc produda con aceite Y tremencina. En
ducian una luz temblorosa e incontrolable que servia poco para <}85~ Abr~ham, Gcsnc~, medico y ge6logo amateur canadicnse, desa-
o escribir. Cien velas aportan menos luz que una bombilla f!ollo Y patcmo un metodo de extraer de rocas asfalticas un co b _
corriente; para semialurnbrar un gran salon hacian falta docenas tible q~e era limpio y mas barato que la grasa de ballena: lo 7ra~~
velas, asi como una considerable mano de obra para ... • querosen. ,
apagarlas o sustituirlas. En el siglo XVlll se hacian velas de sebo ) La invc_nc!on de Gesner qued6 anticuada por un dcscubrimiento
cera de abejas se reservaba para los ricos), y la combustion de ,rmucho _mas tmportante, el de! petroleo, realizado en 1859. Tarnbien
grasa animal no solo irritaba los ojos, sino que producla un / e'. petrolco se podia dcstilar y piezopirolizar para producir quero-
sagradable. ·· .··•.·· sen,
· J d combusublc para cl alumbrado de grado muy alto CJ ue ace. J ero,
Como las velas habian side la unica forma de alumbrado desde ·.. e csarrollo, dcl , alumbrado artificial · A Ja inversa,
· 1 a dcmanda de
cia mas de 1.400 anos.. no es de extrafiar que se diera por cosa querosen para Jamparas constituyo el fundamento de la . ·
d · d J nueva m-
que la Juz artificial era debil. Todo ello carnbio en 1783 cuando > _'· .. ustna c _pctr61co•. Aunque la lam para de querosen daba mas luz
Argand, fisico ginebrino, invento un nuevo tipo de Iarnpara de > que o~ros t1pos de lamparas de aceitc, seguia necesitando constan-
La llamada larnpara Argand consistla en una rnecha retorcida t-v1ue1u-.·.- > tes cu1dados y frecuentes limpiezas y rellenados. Como la luz se
da en un tubo cilindrico de vidrio que controlaba la corriente de
hacia la llama, lo cual reduda el temblor y mejoraba la calidad,
mas de la intensidad de la luz. Una lampara colocada en el centre
\ • Re_sulta intcrcsante observar que la gasolina fue un producto derivado de]
una mesita permitia actividades sociales coma los juegos de \ Jueroscn hecho a partir de! pctr61co crudo y no inmediatamente Dtil; no hubo
que se podian realizar comodarnente durante la velada, y las \ na demand.a considerable de gasolina hasta principios del decenio de 1900.

144
145
..··,·.···:·.···.

zc:
producla por combustion simple, las larnparas de
. lbs Jugares grandes. Los propietarios de fabricas y tall .,
cian mucho calor y hollln y, a cambio de una p-.c,.1u~;1,a ca > . . , . eres tamb1en
luz, quemaban mucho combustible. Como la lam r}~n un ~cojomico: dadas las guerras con Ios Estados
)9os y co~ 1. apo con, a grasa de ballcna y cl sebo ruso se encaro.
producian muchos pcquenos Iabricantes y no habta
trol de la calidad, la volatilidad dcl queroscn J?n y el 0~1do de carbono era facil de obtener Y baratn, Con el
·. .m. po, a medida que se Iue gcneraJizando el uso de! gas , .1. .
Nunca se sabia si una larnpara iba a producir un <· ·1·· . , es e empe-
/a un 1zars~ ~n 1 as <asas, aunque durance mucho tiempo las lampa-
noso O simplcmerue un Iuego, en 1880, en Nueva
i. s6fo se ut1liza·r~n. en los ?a~illos y en las habitaciones de servicio.
yeron mas de 100 incendios de casas concretameme a
de qucrosen", ypca en las h~baac1ones publicas, que estaban afumbradas con lam~
La principal alternativa a las Iarnparas de querosen 3 ras o ~elas. _i~n las c_asas mas ricas solian prcvafecer las vclas, dado
··.u.e . .• se disponia de muchos sirvicmes, y fas de cera de abe] d
gas. Los faroles de gas aparecieron promo en las calles < I d ta pro u-
Jar ~na uz agra able y n~ emitian olor. En cf decenio de 1850 el
(1807), Baltimore (1816), Paris (1819) y Berlin (1826), pero
a.lac10 de Buckingham scgu1a aJumbrado por ccntenarcs de vclas un
no se utilize el gas para alumbrar las casas hasta el dcccnio
ryorme g~sto que el ahorrativo Principe Alberto hizo todo Jo os,ibfe
en Estados Unidos no se utiliz6 hasca despues de la at reduc1r'7• p
si6n. Al principio, bubo una considerable resistencia de!
\La invenci6n del quemador atmosferico permiri6 una comb r·,
ernpleo de! gas en las casas -sc consideraba pcligroso-, y
.ma~ complcta del gas, y junco con la tccnica de puriflcar el 6xi~l~ l~~
de carbono era impure y no produda mucha luz. Ademas,
sarbono, tuvo por resulrado un alumbrado mas Juminoso I ·
ras luces de gas tenian problcmas. El gas ardia · ·· r · b
t1empo que c 1mma a -o por Jo menos reducla- Jos efe t
a m1smo
._
producia un olor desagradable que inducia a la somnolencia.
S~ndarios desagradabl:s. El gas scgufa produciendo hollfn ata~~e!ey
bitaciones con luz de gas necesitaban una ventilacton c~1.,,c<.1at.
si no resultaban inc6modas en seguida. Walter Scott instal6 la
rn~nchaba e! ~e~ho, as~ C?mo las COrtinas y Jos tapices de los mue-
~les. Ello ongmo la practica de la Jimpi~za de primavera, cuando se
gas en la casa de campo que se construy6 en 1823, pero
.1~caban afuera LOdas las ropas y Jos muebJes sucios para vcntilarlos
mentc no tuvo un exito total; cuando su biografo habla de ese
yse Javaba o se voMa a pincar el techo28• Sin embargo c J 1 d
mento catorce anos despues, sigue considerando que "el ··· d , bl' , a era a e-
\.rnan a pu tea de un mejor alumbrado que a partir de 1840 J 1 •
resplandor ya vcces cl olor del gas, cuando invaden todas las
r.de gas se popuJariz6 rapidamente, pese al hollin los vap a ~z
de una casa particular, constituiran siempre una rnolestia para la >Jo demas•. ' ores Y to o
yoria de los hombres'?'. Se decla que los "vapores nocivos" vA1uav<>,
/ I.a luz de gas produjo lo que un historiador ha calificad d. "
el metal, maraban las plantas y destruian los colores". Un ""''"'-"'U
girio que la mejor forma de alumbrar con gas una habitacion
itgran :evoluci6~ c~ r.a vida humana"'9• Esa dcscripci6n es e~ac~. ::
camb1os en la rnt1m1dad domestica, 0 en el confort de 1 .
locar el quemador fucra de la ventana". De hecho, asi era coma ...... h b' ·d os as1entos
> a 1an ren1 o 1 ugar gradua!rnente , durance un pe(od
·. . ·•·.•.·.·. o e t1em po'
d . ·
alumbraba la Camara de Ios Cornunes: las Iamparas estaban 1
\ muy prolongado, y los cambios en si mismos habian sido pequeiios,
tras un techo suspendido de cristal, de rnodo que los vapores se
dian extraer directamente.
El primer uso generalizado de! alumbrado de gas para .• . •·••.· > • La repisa
. ,
incandescente Wclsbach introducida en 1887
, ,
I ., l
, reso v10 c pro-
foe en edificios publicos, fabricas y tiendas, corno ya se ha ·.••. bJem. a de] hollm en Jas lamparas de gas y ademas produc' l , ! ·
do, al monos en parte, porque era mas Iacil disipar el olor y el <•.·. · doantea lay JuzagradabJe.
. • JI
de gas.
ia una uz mas m­
Pero cuando apareci6, Ja e!ectricldad ya estaba s t'
us 1tuyen
_

146
117
·.... . . . . to mirando hacia atras. En ''rte de las fami!;as tenla po, lo menos una limpara de ace;te ode
.. a veces apenas percept1blcs excep . Iue rapida. Las vclas qi.ieroscn que, al ser portatil, podia servir para coda la casa31• En
., l ado domcsuco ·. :
la mcjorfa dcl a 1 um )r . 'b'I , la ma,,or parte de las tarea:... 1890, las compaiifas inglesas de gas, que aspiraban a ampliar su
. I . d mas1ado de I para ' •.: ·.·.· · dientela (y percibfan la arrienaza de la competencia de una nueva
•1
P roducido una uz .
C
as de ace1tc
.
so o
podfan lanzar un haz de lu;::
.: ..
domcsticas; las I ampar . . z de cas era lo basiante 1_11::; tecnologia, la electricidad), ofrecian a las familias de clase obrera
escntono pero 1 a 1 u · ,., · ·'· Ontadores de gas activados por monedas, lo cual par fin puso la
sobrc una mesa o un ' , t. c·c·)n Fl cambio cuanuiauv .._
· ·1 · , r Loda la ,,a »ta 1 · • . ·'.
tcnsa como para i um1na '' ia sola arana de gas erae] 1ucva Lecnologia domestica al alcance de la mayor parte de la pobla-
. le I brado Iue enorme . ....,1 •
en los nivelcs ( e a um . , c velas. Sc ha ca\culado quc crurc
~_.
18?;. ci6n urbana3',
cquivalcntc de una doccna d d (exprcsada en buj\as) en uni.: \: f:1 gusto del publico por Ja comodidad y cl confort de! alumbrado
id d real de alumbra o cl d
•· 1. , I or veinte1o. El resulta o c qu~> irtificial result6 evidente cuando por fin acept6 el gas para alumbra-
.c .
v 1895 la canu a .
. d l"I delfia se mutup \CO J <lb al mismo tiempo que lo recha;.:aba para otros usos. Las vcntajas de
casa media e ·1 a , . . d no fuc solo cl de aurncntay_.,
. · mejor alumbra os r . · ,.
los intcnorcs cstuv1cran odi I er de nochc lo cual ,omcntq focinar con ga5 eran menos evidenlcs y, aunque el publico ya conta·
. llzsep iae , ·.
C l confor1... Al . scr mcior Ia l u ·· hab1tac1on . . cs mei·or alumbradas iarnbie..·~
. · ···.··
ba con placas y homos de gas a partir de! decenio de 1820, no se
la alfabctizaet6n genera . as d I ncicncia de la limp1eza, tant. pdpularizaron. A lo largo de los 60 aiios siguientes, pese a todos los
. . , ento e a co . : ·;•
coinc1<l1eron con un aurn . \. ,esfuerzos de las compaiiias de gas, en la mayor parte de las casas se
personal como domestica. to de un dcsarrollo cicnufico ~ teen<>\ i~gufa cocinando con carb6n o leiia. Cuando las cocinas de gas em-
La arana de gas Iue produc . el objetivo principal 4 '.pezaron a generalizarse, se las disenaba igual que las cocinas exentas
. . d or empresanos con , ..
t6gico financ1a o P , osible de gcnte. Dicho en oiros t?n_m de carbon (mochas veces combinaban el gas y el carb6n), lo cual tu-
vcnderselo al mayor numero p . . domcstico que tuvo exit() vO el importante efecto, como seiial6 Giedion, de retrasar la aparici6n
. tefacto de consumo . .f .
nos ' fue el primer ar I I . de gas ex1g1a . , grandes invers1ones en. a~.·. ~~- la superficie continua de trabajo en la cocina13•
. .,• · .·.· .· •·
Precisamente porque a uz fas baio las calles de la cludad, tani.; L El gas er.a una tecnologia urbana, y como la mayor parte de la
b ricas de gas y redes de tuber . . l or su propio caracler era. u.· .· ente que utilizaba el gas era de clase media, cabria decir que fue la
t suanos· P , · ·.
bicn cxigfa Lener muc ios ~-
sivo Esc ue u
t: 'r no de los motivos por 19
· . ··
rimera tecnologia especificamente burguesa. Ello caus6 una sicua-
P ro<lucto de consume ma
., I tamente· hasta que
. . . la mavor parte de la gent
, . :·
ci6n curiosa: al menos en Inglaterra, los propiecarios de casas de la
que sc difun d 10 en · , \taba prohibitivamente ca:;, dase alta llegaron a la conclusi6n de que las comodidades moder-
T· ar gas esre resu . ,:
estuvicra dispuesta a ut. rz ' ,I barat6 de forrna imprcs197 rlas, como la luz de gas Co los cuartos de baiio) eran algo vulgar y
ro. Cuando la mayorfa opt6 por el , ~e caostabaun 80% menos CJ{ tje que el confort conexo con esos artefactos mecanicos era algo de
. 8o I nglaterra e gas · b ...
nante: haeta ·1 7 , en . d'atnentc de lo que costa ae· /nuevos ricos*. En este contexto, se tropieza con alusiones derogato-
· 2-01. aprox1ma · ·<.·.·
40 aoOS antes, y SOlO UO ) rO . /( 'i'ias al "lujo". En los Estados Unidos no habfa esa oposici6n y las fo-
aceite para lamparas. b ··o como para que se lo pudie~ .tos de interiores muestran aranas de gas en los salones palaciegos
I b' stante arac ··
Aunque el gas era o a , . d iemasiado caro para el rest,. \ de los ricos y en los cuartos de es tar y las cocinas modestas de la
pcrmitir la clase me '.a, .s~
ct· ·gUia s1en o c
. 1 XIX incluso las velas de se if

(tlase media.
1 :­!\
de la poblaci6n. A pnnetp1os de s1gdo . 'to<las las familias obrer~sr.:•
fuera de 1 a\cance e cas1 lo estaban desdc la E~. ,l;,d•·
sc
. consideraban , do oscuras como . , ...:· :/ • Thoresby Hall era una cnonne casa de cam po acabada en 1875 que estaba
Cuyas casas segu1an estan , . t'r cl cara·
ctcr dcmocra~1.
• sc h1zo sen 1 ,., totalmente alurnbrada con lamparas de aceite, no de gas, y que, segun por lo
Media. Pero incluso en ese ~aso ra el deccnio de 1880 la maY9.. rnenosun historiador, parec:e no haber contenido ni un solo cuarto de bano><.
zador de la tecnologfa rnas1va y pa . ..
149
148
CAPITULO 7

La eficiencia
El confort en la uida es mucbo mas mental quefisico.

ELLEN H. R!CHAR DS
El caste de la uiuienda

llegada del gas y de la ventilaci6n, pese a los defectos de esas tee-


uv,,vl".'""• signific6 el comienzo de la racionalizaci6n y ademas de la
de la casa. La recnologja dornestica del tipo de la araiia
gas y el conducto de ventilaci6n represento una invasion de la ca-
no solo por nuevos artefactos, sino por una sensibilidad diferente-
de! ingeniero y la de! hombre de negocios. Fue una invasion que
mayor parte de los arquitectos prefirio ignorar (aunque no sus
En la edicion de 1871 de su influyente libro La Casa de! Ga­
el arqultecto Robert Kerr no considero necesario mencionar
luz de gas, salvo para seiialar lac6nicamente al lector que "las obli-
l{d~.,v,.,~ del arquirecto no van mas alla de Lener en cuenta al ingenie-
det gas segun sus exigencias'". En un libro parecido publicado tres
despues en los Estados Unidos por Calvert Vaux, Villas y Cha­
no se rnenciona para nada el alumbrado artificial, aunque para
A para tos elect ricos ( hacia t 900).
<>n''"""'"~ la luz de gas era una tecnologfa muy cornun.
La ventilaclon afectaba a la trama de la casa todavla mas que la
Iuz de gas. Los edificios modernos hacen circular el aire con venti-
ladores electricos. Aunque hay ejemplos de edificios publicos que
utilizaban ventiladores a vapor, eso resulraba demasiado caro y com-
plicado para las casas, que tenfan que contar con la fucrza de la
gravedad para que el aire circulase. Esto exigfa grandes conducros

151
de ventilacion y significaba que la casa tenia que estar proveca t!Jasas a un comentario sobre los sistemas· arnbt . . . ··. ·, '; . ·. i·'·.· ..
especillcarnente para dar cabida a esos tubos y a otros espacios d~ , · , oientalcs do , ·
senna mcomodo con la mecanlz, c" d mcstrcos, sc
za JOn ca a vez mayor d
ventilacion, si los arquuectos no estaban dispuestos a hacerlo, otrdi con la advertencia de que u l . e su arte Y.
lo harian. En 1872, el doctor John Hayward, de Liverpool, construy() ria coruenida en una casa pued a vcce~ a cantrdad de rnaquina-
e ser excesiva= r . ·
su propia casa para dernostrar sus ideas de lo que era una ventil~i tecnologias domcsticas . f . .a arqu1tectura Y las
· · · se ueron separand ., .
ci6n correcia'. Se trat6 de un ejcmplo notable y dcsusado de come mtroduieron adclantos tccnologl o. Cuando se
. , 1cos. parece que se d l .
habia quc intcgrar las nuevas tccnologias arnbientales con la arq1.;f mtercs clef clientc quc al de! arq . · C · c »eron mas al
uuccio. uando Lo d \
iectura si se prctcndia que funcionaran bien. Todas las luces de ga' y Iabncaruc de arrnamernos consrr , r , rrnstrong, in-
eran lo que se llarnaban globes de Ricker, en los cuales la llama est~} , . , uyo su casa Crag. ·d
no so 1 o incluy6 la prirnera instal' ,·, ' s, e, en
ba encerrada en una bola de Cristal y nunca Se perrniua que los val brado elcctrico (Amstrong era ami acio~ quc scparnos de alurn-
O
pores cntraran en la habitacion. Las vcntanas no cran pracucables. i} ventor de la lampara de filamcnto ~ ~ vicino d~ Joseph Swan, in-
aire entraba dcsde cl sotano, se calcmaba en una caldera y se dist~ii' interiorcs, calefacci6n central edcar ono), smo La_m~ic~ tclcfo-
buia por un vestibule central en cada piso y entraba en las habitado./ arquirecto, el famoso Norman Sha. Y os a~~ensores h1draulicos. Su
w, no rep1t16 esos e
nes por una rejilla. Encirna de cada arana de gas habla otra rejilla di£ casas quc consrruy6 despues.
.
xpenmentos en
salida que daba a una tuberla. El aire gastado se iba acumulando e · Hasta el siglo XVII!, el interior se con . ,
una "carnara de aire viciado" en el atico; desde alll, una caiier1a JI: Blonde! habfa diseiiado habitaciones roe c~b1a como ~na sofa. pieza.
vaba a la chimenea de la cocina, que atraja el aire hacia abajo y I res: paredes muebles Y com I . oco como ent1<lades smgula-
' P ementos Juncos I · h. .
evacuaba par el tubo de la chimenea. As! no solo se ventilaban J{ ~uit~ctos georgianos coma Robert Adam . D ,1'.1rsmo ic1er?n ar-
habitaciones principales, sino tambien la cocina, los vestidores, Jo' 1ntenores fueron resultando de la I b Y _John Nash. Despucs, los
bafios y los retretes. y ebanistas (no siempre mu a ~; :oniunta de arquitectos, tapi-
Henry Rullan era un ingeniero canadiense que habia disefiado siii mediados de! siglo XIX los ta icer~ acuerdo entre ellos). Pero a
ternas de ventilacion para vagones de ferrocarril en el Canada y eri coradores de interiorcs, estab:n ado' ~~os que ahora se. llamaba de-
los Estados Unidos. En 1860 publico un libro en el que explicaba c&.. clusiva por todo lo rclacionado pl . d~ Ja responsab1lrdad en ex-
L con e mtenor de la casa
mo se podlan aplicar muchas de sus ideas (las dobles ventanas, po.•·· os dccoradores de interiores estaban d , .
ejemplo) a la construccion de casas. Rutten criticaba a los arquitectcl los arquilectos para trabajar con I to avia peor dotados que
"En media de la llarnarada de luz que en este siglo XIX ha iluminado la fisica solian encontrarse enf asdnuevas tecnologias, Y la moda Y
. . renta as En 1898 d
tanto al rnundo, solo la arquitectura se ha quedado inrn6vil, tapa:~ c16n centml Y la ventilaci6n ya h b' . ' cuan o la calefac-
por el polvo de siglos. Que yo sepa, nadie puede recordar que esa; estadounidense sabre decoraci6n ad ,a~ pr~grcsado mucho, un libro
profesi6n haya sugerido una sola idea'", <{ las chimeneas abiertas eran la _e. mc~nores segufa manteniendo
Esta falta de interes de los arquitectos, en SU inmensa mayorta, ci6n, y concluia con la s· . unica orma aceprable de calefac-
por las nuevas tecnologias, sefiala una divisoria en la evoluci6n def puede deducir cl b igu1ente advenencia: "Cabria dccir que se
uen gusto y cl savoir­vivr, d I
confort domestico. Ningiin arquitecto tuvo canto exito corno Hay~/ una casa par los medios que T- e e os ocupantes de
ward en la iruegracion de sistemas ambientales en sus proyectos. In-: .\ ducci6n de artefactos coma la ut, i__za~ para calentarla"5. Con la intro-
cluso Stevenson, que tenia mas conciencia que casi todos sus cole~\ ··•·· ci6n se produJ·o una esc· . , arana e gas y el conducto de ventila-
1s1on entre el enfioq ba .
gas de la necesidad de trabajar con las nuevas tecnologias y quf? los decoradores y el pri· d' lm . ue s1camente visual de
, · mor 1a ente , · . .
consagro una cuarta parte de! segundo volumen de Arquitectura de/ Como veremos, con el tiem ':1~~an1co de los mgen1eros.
po esta esc1s1on se hizo mayor Y con-

152
153
tribuy6 a una actitud esqu izofrenica hacia el confort oomesucoa alg~nos pensaron que la respuesta podria ser la energia hi-
sigue afectandonos. Vanas empresas fabricaron "motores de agua", pequerias tur-
El esfucrzo vicioriano por rneiorar la comodidad quc se coneciaban al grifo y que a su vez estaban concctadas
diante el uso de la tccnologia tropczo con un duro obstaculo. poleas con los aparaios. En los sitios donde el agua era bastarue
mo si la genie cstuvicra tratando de cornpletar un parcce que los motorcs de agua fueron populares y con ctlos
que le faharan unas cuanias piezas. Stevenson habia dicho , !avadoras y ccntrifugadoras, rnaquinas de coscr, ventl-
instrurnentos rnccanicos dcpcndian de "f uerza mornz de . y maqumas para hacer hclados. Una ernpresa Iabrico la "Br ·
po", pero los tubes de comunicaci6n, las tuberias de vcntilaci6n .: " UJa
fA?~a , un mo'.or de agua que desarrollaba una succion por aire y
moniaplatos de Jos que hablaba empleaban encrgia humana, no s.~ urilizaba para irnpulsar una aspiradora, un aparato para masajcs v
tia una Iuerza motriz rnecanica'. El vapor era cl primer motor de! on secador de pelo. ·
XIX, pero aunquc sc podia tornar un tren para ir de San .· /Sin. embargo, la principal fuerza motriz seguia siendo la misma
Nueva York y un vapor para ir de Montreal a Londres, los • .· q· · . ue
. sicmprc:
d , . el trabajo. hurnano. !·labia toda una divcrsidad de a pa _
vapor en si eran demasiado grandes y demasiado cares para /.ratos , y
01:1est1cos de! s1glo XIX que funcionaban a mano, no solo
vieran aplicacioncs dornesticas. \-lay algunos ejcmplos de .las maqumas de coser, las despepitadoras de manzanas y las batido-
campo viciorianas cnormes con sus propias ccntrales de vapor, ps ~e. huevos, sino tambien los lavarropas, y los lavaplatos1. Estos
eran excepcionales". El gas era la unica fuente de energia /905 Ult1mos Se parecian asombrosamente a SUS contrapartidas moder-
ra la casa Y, como hernos visto, planteaba muchos problernas, {pas, salvo que se activaban con una manivela o una palanca; los la-
se utilizaba para el alumbrado como si, lo que era menos <ya~ropas a m.ano se utilizaron en el Canada rural hasta el decenio de
se utilizaba para cocinar. }9)0. La asp1radora, tan necesaria, apareci6 en el decenio de 1960
La falta de energia limitaba mucho la tecnologia domestica. < (I.as interiores victorianos estaban llenos de cortinas y de alfombras, ;
ventilaci6n y !a calefacci6n eran burdas porque dependian de la gr,l ./la luz de gas, que alumbraba mas, revelaba el ho!Hn de Ja chimenea
vedad v de ia cornunicacion natural. El aire circulaba lentamente d \que se habia ido acumulando tanto dentro como fuera de Ja casa*
una habitaci6n a otra: los olores de la cocina quedaban llotando .. e . >.1\d~mas de! diseiio de cepillo rotatorio, ya clasico, se elaboraron me~
el aire. I.as habitaciones con chimenea se calcntaban sin asistencia i~anismos de succi6n activados por diversos tipos de fueJ!es. !-labia
mecanica, por radiacion, quienes estaban sentados [unto a la chimt . un m?delo para utiJizar, en el cual habia que mover el mango arriba
nea se asaban (o se protegian tras las llamadas pantallas para el fut. iy abaJo constantemente; otro tenia dos largos mangos que se abrfan
go), rnientras que quicnes estaban lejos de la chimenea seguian te;.. \ >Y ;crraba~ de la~o~ como un par enorme de tijeras. La aspiradora
niendo frio. \i< . mas extrana con~1st1a en dos fuelles que Ja pobre criada tenia que
Se produjeron muchas tcruativas de resolver cl problema d~ la me; ( pon~rse en los pies y cuyo tubo aspiraba el aire cuando ella iba re-
canizacion con los medios disponibles. Un cstadounidense mventC>\. . cornendo la habitaci6n.
una plancha a gas: estaba conectada a la araria de gas por un tubo de. ·>···
caucho, En el dcccnio de 1870, cuando llcg6 a las casas el agua a// . .-·:·.·._·.::

( • Los ingenieros de ventilaci6n como Douglas Calton, se oponfan vehe-


:-:.·-::·:.:.::{:!:: • · mentemente a las alfombras, que denunciaban por ser dcp6sitos malsanos de
i
po!vo. Parece que se hizo caso de sus advertencias, pues a fines del siglo XIX
• A fines de! siglo XIX se produjeron pcquenos motores a v3por para use>/ Ias alf~mbras de pared a pared se habfan visto sustituidas por aJfombras rrias
domcstico, pero pronto sc vieron sustituidos por motores mas eficaces. \ > pequenas colocadas sobre suelos de madera barnizada.

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­ e esos arteiac
t: lOS fuesen practices
Lo que hacia falta para qu . , . era una de las piezas que G<:nue ellos la Camara de Ios Comunes y el Museo B,itanico, estaban
sisiema pequcno y eficaz de ~ner~~~lo ta domestics. De hecho, /alumbrados por eJectricidad y, al cabo de poco tiempo -y no solo
ban en cl rornpccabezas de la Lee r; s !ficiente de calor Y una
d , .. una fuerue ma I S las mansiones de los rices-, utilizaban la Juz eleccrica. Surgieron
bien Ialtaban os ,~as. . , . . a arccicron con e u'-··~~-·., (compafiias electricas en Nueva York, Landres y todas las grandes ctu-
ma \ <lades de Europa.
, •1 intcnsa v lirnpia de luz. I.as, tres p etarnente. con la invencion
·> ' di ·t mas concr · . d .
to de la clcctricidad o, IC _10 I , I ruador por resistencia Y e i{ Hacia 1900, el alumbrado elcctrico era algo aceptado en la vida ur-
un pequcno motor clcctrico, e ca e
\bana. El primer uso a gran cscala, y de hecho el unico uso, de la
bombilla incandcsccntc. ·. de la elcctricidad Iue para :' ) electricidad era el aJumbrado. A los generadores de Edison se los lla-
El primer uso quc sc hizo , lam aras de arco voltaico en -.\':'maba "estadones de luz elCc«ica• y, al igual que la 1ecnologia del gas
d En 1877 se insialaron ochenta P_ o afio se alumbr6 por
o. . ie ises: ese rrusrn Ose edific6 sobre la araiia de gas, tambien Ja proliferaci6n de la tecno-
grandes almaccncs ~a.n~1 ~ I ;ndres. Las lam paras de ~rco (Jogia electrica se bas6 en Ja bombilla incandescence. La superioridad
mismo sisterna un edificio e , tivos tecnicos eran mas_ .,_,uc•~ua,ua~.:- \de la electricidad sobrc el gas era evidence·. Era mas luminosa, mas
eran muy lurninosas, pero por mo_ plo tambien se utilizaban \segura, mas fiable y mas limpia; significaba el final de los vapores no-
oara grandes instalaciones: por e1emho p'ara el alumbrado
1 , mpleaban muc , :dvos, del hollin en el techo, de la limpieza de los globos y de la ne-
los faros. Adernas, se e d) los bulevares de Pans \ccsidad de vemiladores especiales encima de cada aparato de luz. En
(por prirnera vez en Cleve~an - os El gran avance, por lo que \ poco mas de cien aiios, la evoluci6n del alumbrado domestico -de
alumbrados asl durante va,n~s an oc.ur.ri6 cuando Thomas \ la Jain para de aceite de Argan a la bombiJJa electrica incandescentc-
ecta al alumbrado do~est1Co, se arado en los Estad~s i estaba totalmente realizada.
JP eph Swan que trabalaban por_ P bombillas de fllarnento
os ' d . n las pnrneras 6 un generador en la : , Una vez que la electricidad entm en la casa, esraba disponible pa-
lnglaterra pro ujero
en ' - 1882 Edison construy d d :' ,a otros usos. La primera aplicaci6n de la electricidad para que fun-
carbono baratas, !·.n . ' , . k rnediante una re e- ?tionara una maquina de la que hay conscancia ocurri6 en 1883, en
na de Wall Street de ~ueva Y::0 :~ergia a una zona de 2,) < una rienda de alimentaci6n de Nueva York, donde se uti1iz6 un mo-
ci6n de cables subtcrran~o~, JI Edison se encendian en las tor electrico para el funcionamiento de un molinillo de cafe. Isaac
C
tros cuadrados. .in co mil lamparas ios ricos, entre e II os e I Singer advirti6 las posibilidades que brindaba la electricidad e intro-
de mas de 200 hombres de negoc -
\dujo un modelo de maquina de coser movido por ella ya en 1889.
J Pierpont Morgan. as de cincuenta afios en \Aquel mismo afio Nikola Tesla, inmigrante croata, patent6 el motor
. La luz de gas habia tardado .n:ad avanzo mucho mas rapido, fCelecrrico eficieme multifase y, dos aiios despues, en asociaci6n con
aceptaci6n del publico, la electn~11 energia de Edison prestaba \iGeorge Westinghouse, produjo un pequeno ventilador elcctrico. La
un plazo de dos afios, la centra llos la Bolsa de Nueva York, ?primera aspiradora electrica se patent6 en 1901, yen 1917 las aspira-
vicios a 500 subscriptores, entre e 11, Siguieron mas instalaciones idoras habfan logrado tal popularidad que se podfan pedir dcl omni-
habian pasado de la luz de gab~, a esu:~i~istr6 las dinamos para la ?presente catalogo de Montgomery Ward. Ese mismo afio, empezaron
Estados Unidos Y Edison tam ien la de Milan. Tras a t gun as . a fabricarse en gran escala heladeras electricas en Francia y en los
rnera central generadora europea_, dad y procedieron a construir :?Estados Unidos. El lavarropas electrico Thor se empez6 a producir
[uridicas, el Y Swan formar~n so~e Pecos anos despues de la gran '.en 1909, y el lavaplatos electrico Walker se empez6 a vender en
trales electricas en toda Ing aterr .Cragside, varios edifkios
novac1"o'n de lord
· Armstrong en - i918; en el decenio de 1920 ambos se comercializaban en gran esca-
r::.­.
Ja. Los primeros motores electricos pequenos eran baratos de cons-
156
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truir y de rnanejo: en 1910 Westinghouse anunciaba que su y un calentador de agua, todo ello ca!entado electrica.
dor costaba un cuarto de centavo por hora. Otro rnotivo de A partir de 1907, cuando se perfeccionaron las resistencias de
aplicaran rapldamenie fue que casi todos los ap~ratos ~·"·"'"'"u,,, de niquel y cromo, proliferaron los aparatos electrodomesti·
tre ellos los ventiladores, eran sencillamente versioncs a efi_cac~s Y duradcros. En 1909 \\?estinghouse introdujo una plan-
iefacios anteriores manejados a mano, dado que las electnca Y: al cabo_ ~e unos afios, se difundieron mucho, por lo
lavaplatos y los lavarropas esiaban ya disponibles en < .· _en los Estados Unidos, las tostadoras, las cafeteras, las placas y
nuales mucho antes de quc sc los doiara de motores ascocmas .
sencillo convcrtirlos en artefactos motorizados. Lo unico que .. . La popularidad de los aparatos clectrodomesticos cstaba en
era aquella pieza pcrdida dcl rompccabezas. / funci6n del bajo cosio de la electrlcidad. Los primeros clientes de
Un bencficio rnenos visible, pero igual de irnportante, del descubfii f~ison tenlan que pagar nada menos que 28 centavos por kilowa-
rnicnto de! motor clectrico fuc que sc podia contar con ventiladores [io/hora, que era mucho, y al principio la electricidad y Ios clcctro-
movidos por elcctricidad para la ventilacion y la ca!efacci6n. El vent.i,. dbrne~ticos se considcraban un lujo. Esa situaci6n no dur6 mucho y
lador electrico portaiil tuvo un importante efecto en el confort enJof las tanfas empezaron a bajar rapidamente. Para 1915 las tarifas elec-
Estados Unidos, donde los veranos eran calurosos Y hurnedos, Aun} trii:as habian bajado a diez centavos por kilovatio/hora, y en 1926
que los ventiladores no eran baratos -en 1919 cosiaban cinco d61a.-r >eran de siete centavos, lo cual en d6lares de 1915 era aproximada-
res, o sea, mas de un dia de salario-« tenian un uso muy difundido\/ /mente cuatro centavos par kilovatio/hora~. En 1885, en el momenta
Los ventiladores de techo aparecieron en los Estados de! Sur en eJ ycumbre de! gas, este s6lo habia estado disponible en unos dos millo-
decenio de 1890. Al agitar el aire inmovil de una habitacion, los vehti~ ipes de. _hogares britanicos, o sea, menos de una cuarta parte de la
!adores de techo reducian la sensaci6n de agobio que tanto habf; poblac1on; en 1927, mas de diecisiete millones de familias norteame-
preocupado a los primeros defensores de la ventilaci6n: Solian com- \ricanas -mas de! 60o/<r- tenian electricidad. El numero de casas es-
binarse con las lamparas electricas; con lo cual se resolvia de un so.k:r Ytado~nidenscs electrificadas (sobre todo en las ciudades grandes y
golpe el problema canto de la luz como de! aire. L~s ventiladores_ med1anas; la electrificaci6n rural llegaria mas adelante) era igual al
electricos de tuberia contribuyeron mucho a popularizar la calefac-< /de! resto de! mundo sumado. Ello rcpresentaba un mercado de con-
ci6n central barata. La calefacci6n por aire caliente habia side siemprf >surno de escala sin precedentes.
mas barata que los sisternas de agua caliente, que exigfan una ca~erfai/ i El aparato electrico mas utilizado (aparte de los de alumbrado) era
y unos radiadores caros, pero no gozaban de mucha popu~anda1;( {la plancha e!ectrica; en 1927, masde tres Cuartas partes de las casas
porque sin vcntiladores el aire solo subia pOr [OS conductos Si Se ca-< estadounidenses que estaban electrificadas tenian una de eJlas. Una
lentaba hasta tcrnperaturas altisimas, que llegaban a los 85°C. No es/ plancha electrica pesaba menos de kilo y media, mientras que las
de extrafiar que los medicos se quejaran de los efectos para la saludi \ enormes planchas tradicionales de hierro, que se calentaban en serie
de unas casas recalentadas, Ahora, con ventiladores electricos para /
que circuiase el aire, el aire caliente se podia mezclar con air~ fr~sco,.>.
.i en la co~ina, habian pesado de kilo y medic a seis kilos, segun lo
> iq~e hub1era que planchar'0• En ingles lfamaban a esas planchas de
desplazarse artificialmentc por toda la casa y llegar a la habitacion a/ > h1erro "planchas tristes" Cun significado arcaico de! termino "triste" es
una temperatura confortable, / < > el de pesado o denso), lo cual, por casualidad, constituia una des-
La capacidad de la electricidad para aportar un calor directo se ad-/< ( cripci6n adecuada de lo duro que resultaba utilizarlas. Las primeras
virtio rapidamente y en la Exposici6n Universal de Chicago de 1893 /. ) . plan~has electricas eran caras -unos seis d6lares-, pero su funcio-
se exhibi6 una "Cocina Electrica Modelo" que cornprendia una placa, \ i nam1ento resultaba mas barato que encender coda la cocina. Otra im-

158
159
a

rtante ventaja de la plancha electrica, que .:ompa~ia con/os


po , .
los portatiles de gas ) de
, alcohol que tarnbien habia en e
, hacerse al lado de la coctna
ciVNo es quc estos no existieran en absoluto; pese aJ republicanismo
\le· cllos mismos sc atribufan, los f:stados Unidos no cran una ver-
era que el planchado no ten1.a que erarura v con
dida sino que podia realizarsc a menos temp , < i6ri moderna de los Parses Bajos dcl siglo XVII, donde la mujer de!
ccn 1 , . ·:· -,•. residente colgaba SU propia· ropa. En 1870 nada menos que el 60 %
comodidad en_ otras pane.s. d d las casas electrificadas cementa un d6 las mujcrcs que trabajaban en los Estados Unidos lo hacian coma
En 1927 mas de la. mua c stc anefacto no estaba a disposkio cfiadas. Andrew Jackson Downing distinguia entre casas y casitas
. s· ns dera quc c
aspiradora, ; J se cod ,~de hacia diez anos, constuuye una proporci'
.··•·
\Jfgun cl numero de sirvicntes quc contuvieran: codas las que tuvie-
de iodos mas que e dl rar una pequefia aspiradora p tan menos de t,·es sirvicnces eran casitas. Sin embargo, ya en 1841
1915 po ra comp ,.:
asombrosa. En se . por 30 d6larcs aunqu · <fathcrinc Beecher argumentaba que hacfan falta casas mas compac-
b I e tcnorcs para e1 po 1 vo ' .·.
succi6n · con
d so ma)•ores
sas x con . a d mini
. iculos adicionales eran mas cara ... cas, dado que "a medida que aumente la prosperidad de esta Na-
las asp1~a ~r~ dida c uc se popularizaban, bajaban los pre+ ¢i6n, habra menos criados buenos"". Efectivamentc, asi ocurri6, y
?) t
i:

(unos dolares~-. A me ue habla creado una aspiradora barata h~cia 1900 habia menos de la mirad de sirviences en los Estados
cios. Una cornparna sueca q Jos Estados Unidos,' · Unidos que en Jnglaterra; mas de! 90% de las familias estadouniden-
., . _, ender su producto en '· :
tipo cilindrico ernpezo ave .. , el prototipo de las aspirado~s ses no ten1an criados'3 •
el diseno Electrolux se _ con:irtJ.o en \I igual que la plancha electri/ \:. El que en los Estados Unidos hubiera menos sirvicntes no era
1
durante los cincuen'.a ~nos sig,uic~t~s. odian limpiar las alfombr:i}
ca, la aspiradora eliminaba trabajo, se p itarlas una vez por sema
\ma cucsti6n de dcmanda -siempre habla genre buscando cria-
donde estaban, en lugar de tcner que qu \ clos-; sino de ofcrta. El empleo domestico -es decir, el empleo
idomestico femenino, pues la inmensa mayorra de los sirviences eran
para sacudirlas al aire libre. ~ . ion de la casa como si Jo unicg \nujcres- no era agradable y antes de la llcgada de los aparatos
A veces se habla de la me..ahorrai . po [)e haber sido esa s\J' i~lectricos resultaba especialmentc duro. Si sus maridos ganaban mas
ll f ese a orrar tiem · · ··
que se lograra ~~~ e a u · , rse O ularizado a tal veloci7 \b si habfa otros trabajos disponibles, las mujeres pobres preferian
unica ventaja, diflcilmente podnanl~ab~, yps~ rapida proliferacio \casi cualquicr cosa, comprendido el lrabajo en una fabrica, al scrvi-
. d la plancha e ectnca. -. .
dad la aspira ora y . , . nte de operaciones de comercializ~. '.ciodomcstico. Y asi sigue ocurricndo. Es en los parses mas pobres
t~~poco fue resu~ado ut~~;eespecialmente en el caso de la aspir~, .if me nos industrializados donde la clase media em plea a muchos
cion, aunque este ue un a . ' roductos que vendieron puerta ~ }\irvicntes. En pa1ses como Mexico, donde una economia en creci-
dora, que fu·e· uno de los pn.m~ros p rinci al economia que produj~ ( miento ha ofrecido ultimamente otros empleos a la mujer, resulta
puerta los viajantes de co~er~io. La ~ d~ tiempo sino de esfuerzo, "}\mas facil escuchar quejas por lo dificil que es encontrM y conservar
ron los nuevos aparatos electricos no ur:alizaran c;n mucha comdd.i Yservicio domesrico.
perrnitian que las :a,reas, de .la, ca:s sf~volos -por ejemplo, cuchillbi ? La gucrra foment6 la entrada de la mujer en la fuerza de trabajo y

y cepillos de dientes :le~~~1cos .;ra !


dad. ~unque s~guman ~d~tru~ los rimeros aparatos electricos s:~.
habian Iogrado en cuanto a
;'. tambicn fren6 la inmigraci6n, de modo que, a partir de la Primera
\ Guerra Mundial, el numero de sirviemes en los Estados Unidos baj6
distinguian por .la aute?t1~a mseJ . q t6 para describirlos una nuev~r } mucho•. Esto tambien tuvo el efecto de elevar Jos saJarios de Jos
facilitar el trabajo domestico. e mven . • \\·.
., . l' . ratos para trabajar menos. . ·•
expresion
l· en mg es. a.pa d . las tareas domesticas era, P9F.
, estadounidense por re ucir . · · ·····:
E interes . , I , bia pocos s1Men:::, \ • Las inmigrantes eran, y siguen siendo, la principal fuente de servicio do-
lo menos en parte, resu I ta do de· que en genera 11a 1 ·.. •:
< mcstico. A principios del dccenio de 1900 procedfan de Jrlanda y Europa
160
161
· · , Y un )-oo,:<
rure u n 33 ' 1923 ' un ama de llaves
zo · En .
s1rvientes, e . . , . , mentc 300 dolares al afio, su . •Jor· una serie de razones -aJgunas sociales y otras econ6micas.__,
nidcnse ganaba aproximada . . 1, El cfecto de las lliujer estadounidensc (al igual que su equivalente neerlandesa de!
. , . l de la mitad de esa suma · . .., I.
britanica cobra )a monos d . , de la oferta de mujcrcs d1sptic$a glo XVII) hacia ella misma Codas SUS tareas dornesticas, o por lo
I · de la re ucc1on ., ... ...,.
bida de los sa arios Y . . if , e en las casas cstadounideriscs }nos buena parte de ellas, Ello signific6 que al mismo ticmpo que
b . como cnadas s1g01 ico qu bi . .. ..
tas a tra ajar , E· desusado que hu icra mas. htiaba en fa casa la electricidad y fa mecanizaci6n, muchas mujeres
· · ·
dondc habta sirvrentcs, habia pocos· · ra d ella Io mas frccucrif ...... .,
, " .. lo (pico era una so 1 a one . , • ·.• 'dcfasc media Se haJlaban en COndiciones de apreciar por Si mismas
de dos en _u_na casa; , 1~n el deccnio de 1920 sc considcrab: en}~ S bencficios de los aparatos quc ahorraban trabajo y de c6mo me-
era cl servrcio por horas '. , . de 3 000 dolarcs al ano pa j_(j_taban las tareas dornesticas, y contaban con cl dinero necesario pa-
ncral que hacia Iaha u n mgreso m11~1rno . ,1;0 de aqucl entor\C fo. comprarlos. La coincidencia de csos factores explica la rapidez
.. . . Como cl mgreso meu, . . ,:
perrmurse tc~er servicio. 1 000 dolares, poca genie podia perrruurs hn que cambi6 la casa estadounidense a principios del decenio de
cm de aproximadarnente · >< · (:)O. El mayor interes por la eficiencia domestica no era exclusi-
tener Servicios en casa. id contaba con rnenos Sirvicntes irnente rcsultado de la faha de sirvientes, ni estaba causado por la
Si el ama de casa estadounf1 enses ccon6micos. sino que se vef . ecanizaci6n de las tareas domesticas. La autora de uno de los pri-
,I sultado de actore . , ..
eso no era so o re . . . libros sobre econornia domestic eros manuales de economfa domestica, EL Arna de C'asa, hizo esta
fomentado por la multiplicidad de_ d En el Coste de la Vi clistinci6n al advertir; "Los instrumentos que ahorran trabajo no son
r a parn r e 1900 · ,
que ernpezaron a aparece ld ba que el servicio dornestico er nicesariamenre instrumentos con mucho mecanismo, ni con un mo-
uienda Ellen H. Richards consi era.
' . . ·, I caro e mnecesano, u
, · n "adrniniculo d cbr para hacer el trabajo, mientras el arna de casa esta leyendo o
un convencionalisrno socia f ·1· io vcnes sc podian permitir:6 ~harlando; muchas veces son instrumenros manuales adecuados para
. I . ,» c muy pocas am1 ias J • •
la vida uJOSa , qu d . ientes por motives sociales iaitarea que han de desempefiar." Y concinuaba diciendo que no se
. . onia al uso e s1rv1 . . . .
Maryp Pattison se op
· 'f'l ·05 de ta Ingeniet . J ,a D omestica
'­"· calificaba al. servrcio. k <lo- d~bia seguir ciegamence toda innovaci6n. "Que el ama de casa lea,
en .rtnctpt 'investigue y este dispuesta a probar un metodo nuevo, hasta que vea
d .. , d barbaro de vasa ll aie . »11 · Christine
' Frederic. , par.
mesc~co e ;sta o. . . es" aducia que los principales Impedi ~{es mejor o peor que los que ya aplica"i9• Esas advertencias eran ti-
tidaria de la casa sm strvrent ' las sirvientas que po .pitas. No se trataba de una carrera frenetica hacia la mecanizaci6n.
., f .· te de Ia casa eran •
mentos a la gesuon e ic1~n . i ranees o carnpesinas poco educa Jos aparatos eJectricos se acogieron con alegrfa como un medio en
lo general eran mu~h~chas mm :evas ideas y los nuevos aparatos; (el proceso de reorganizaci6n domestica, pero no fueron su causa. Lo
das Y que solian resistirse a las n . a habla una plancha de ga que estaba cambiando radicalrnente en la casa esrad9unidense no
Frederick contaba que ~n ~~ rto!an~~~e utilizaba -salvo ella mis fa resultado de unos mocores electricos ni de unos ca!entadores con
v una lavadora por oscilacio q di a sus sirvicntes para qu }sistencias siempre al rojo. Todo eso era casi accesorio para el cam-
~a- porque no habia logrado persua ir , ..
las manejararr'", •· . io mayor que se estaba produciendo en la forma de definir el con-
brt sfornestico.
)/ La gran innovaci6n estadounidense en la casa consisti6 en no
, . Y e 1 can'be · Sin· cmbarg/t>
:I
oriental; en de 1~80 pr<><:e
den de Centroamenca
.
. . '·<
1972 1980 el numero de hmp1a~o~a
~xigir confort s6lo en el tiempo libre en casa, sino tambien en las
}ireas domesticas. Giedion subraya que la organizaci6n del trabajo
total de sirv1entes s1gue ba1ando, entre eJcanas descendi6 en un tcrc10';':/·
y doncellas empleadas en las casas nor~eamoristicamente de un incidenre part
• La pelicula de 1984 Et Norte trata un_id trat.a sin exito de persuadir. ~~; criada mexicana para que utilice una lavadora y secadora de ropa; la criada
cido en cl cual un ama de casa estadouni ense . }}
Hva a mano y deja la ropa a secar al sol en el jardfn suburbano de la casa.

163
sencillamente corno una habitaci6n amplia que se llamaba "coci-
, l mente en marcha antes que se . Beecher no solo indicaba d6nde debian estar situados los ele-
domestico ya estaba c ~ra 211 Deberfa haber anadido "en los mentos principales, coma el fregadero y la cocina misma, sino tam-
de instrumcntos mecanizado~ . rri6 la introducci6n de la bien toda una diversidad de innovaciones practicas: cajones para los
" s donde pnmero ocu , l
dos Unidos ' pue domcsticas fue en ese pars. .a pafios y para el polvo de fregar debajo del lavadero, una superficie
. fort en las tareas ,
cienc1a Y e 1 con aria a liarnarse econom1a ·. seguida de trabajo con sitios para guardar cosas par abajo y vasares
rnera expositora de lo que pas 'b" en 1841 Un Tratado sobre por arriba, con la cocina en sl separada de! resto de la zona de traba-
. E 13 cher que escn io .
fue Catherine . . . ee , d Damas J6venes en Casa yen jo por puertas correderas de cristal. Y nose lirr,1taba a la cocina. Para
Ec'Jnomia Domestica para el Uso el te de corno administrar ahorrar espacio ponia las camas en per:;uefias alcobas (a las que lla-
Escuela Aunque tratara fundamenta °:en cap1tulo "Sobre la Cons- maba bed.presses y que se pared,i ri a los nichos en que dormian los
. . d to tambien terna un
casa, este ubro e tex . I su contemporaneo inglcs neerlandeses en el siglo XVII\ que escaban distribuidas por toda la
as" Al igua que ·
trucci6n d e Cas . h destacaba la importancia casa, incluso en la sala y el comedor. Aunque por lo general los li-
Kerr en La Casa del Caballero, Bfeec ~rla planificaci6n de una casa. bros de arquitectura d~ aquella epoca no mostraban la direcci6n en
didad y el con ort e ,, , ·
la salud, la como . ., el "buen gusto ' que a que se abrian las f'llertas, ella la incluia cuidadosamente, porque "la
, ho menos h1ncap1e en
aunque hacia muc enos importance"•. Pero comodidad de un:i. chimenea depende mucho de la forma en que es-
juicio era "algo des~able, aun:;o;los libros sobre la tan colocadas las puertas"22•
otras diferenc1as. Al igual que Id Kerr no aludfa a las 1-listoriadores como James Marston Fitch y Sigfried Giedion han
de casas escritos por hombres, el el c·6n entre comodidad Y calificado a Catherine Beecher de precursora de la arquitectura mo-
1
de las mu1eres · en la casa , ' ni a a :re avaga posible. Aunque "ecxt11ec. /: C
u· derna, pero coma ha sugerido Douglas Handlin, el Hamar revolucio-
. I o de la forma mas . . h'
domesucas, sa v ucua a este resoccto "No ay naria a Beecher equivale a ignorar el mensaje fundamentalmente
. , · nos antes e,.:1. exp · 1
cscnb1a veinte a , , , . , fecte mas senamente a a conservador de sus libros21• Aunque era aboliclonista, igual que toda
rnia domesuca, que a
pecto de la econo i . . d \· mujeres estadounidenscs, que su familia (era hermana de Harriet Beecher ,Stowe), no era radical ni
lud y a la cornodidad diaria e a5,,2: \I contrario que La Casa feminisca, y de hecho se oponfa al derecho de voto para la mujec
construcci6n correcta de las casas h. , noros sabre arquitectura Beecher no discutfa que el sitio de la mujer estuviera en casa; lo que
I . de los muc os t
Ingles o que cua qu1era h dirigia a las mujeres, no a afirmaba era que la casa no era un sitio bien ideado para quedarse
mestica el Tratado de Beec er sle . ipa I usuaria de la casa, en ella.
' u paba de a pnnc1
hombres, y com_o s~ oc cuestiones. Nose ocupaba de Su reacci6n era en contra de la concepci6n masculina contempora-
iaba de una sene diferente <led . del espacio adecuado para nea de la casa, que era fundarnencalmente visual. Esa idea se tipifica-
. d . " ni de la mo a, sine
nos compltca os t • , od o del aspecto de la casa, . ba en La Arquitectura de las Casas de Campo, de Downing. Este ma-
armarios Y de las cocmas com as, n .
nifestaba su acuerdo de labios para afuera con el ideal de que las ca-
de su funcionamiento.. l . es desarroll6 sus ideas score sas dcbfan combinar canto la utilidad como la belleza, pero no cabia
En el Tratado y en libros u te~1or d . ,., evidente que su punto duda de que era lo que el consideraba mas importance. Consagraba
. , · cecnicos. En to O e,.. . , l
lies arqu1tecto01cos y . d quitectura se descnb1a a cuatro paginas a "lo util en la arquitectura", pero la secci6n siguicnte
.
vista era . d'1ferente · En otros ubros e ar
"lo bello en la arquitectura" tenia veintid6s paginas. Al igual quc casi
. o habia estudiado arquitectura -era. . todos los que escriben sobre arquitectura, cuando hablaba de co-
• Al contrario de Ker, Ueecher n tos de casas en este hbro modidad lo hacfa de una forma muy generalizada. Se juzgaba que
- aunque casl todos los proyec
tra de escue la , ·
otros ulteriorcs eran suyos.

164
un comcdor era "c6rnodo" porquc estaba ccrca de la
·
d orrmtono· era "u' til" .si .cra grande · Cuando Robert . Kerr a un lado y la habitaci6n servia de dormitorio. Por la manana
,
acerca de la planificaci6n de las casas, tarnbien distinguia dormitorio. se podla dividir en dos y utilizarlo para estar v pard
confon v la comodidad: el conf on ten fa que vcr_ con el micnt~s que durante cl dia se utilizaba el arrnario para
pasivo ct'e la casa por sus propietarios v la _cor~od1dad con ~: una pequena zona de costura y una sala mas amplia. Asi,
cionarnleruo correcto de la casa que, supoma Kerr, era cucsuon "pucde hacerse que unas casas pequefias y ccon6micas proporcio-
los suvicntes y nccesiiaba poca cxplicaci6n. Como, por el la mayor pane de las comodidades y muches de los rcfinamien-
trarlo, Beecher consideraba que pane de las tarcas" tos de las casas grandes y caras", cscribian las hermanas Bcccher=.
Los pianos de casas que incluyo Catherine Beecher en su TraJado
aunque no todas, las haria el ama de casa, dcstaca~~ la.,
<lei irabajo" coma primera consideraci6n en la planificacion de destinados a "iovencs arnas de casa de 'medics modcrados"' eran
efcctivamente pcquerios. En un ejemplo, rnediante el recurso a los
casa. h bi bedpresses y a dormitories pequcfi.os, Iograba crear espacio para
Beecher exprcsaba un punto de vista que no se . a !.a
dcsde el siglo XVII en los Paises Baios: cl del usuano_. Esa era la ocho pers~nas en menos de 1 IO metros cuadrados, y ello con gran-
racteristica primordial de la dosmesticidad estadounidense: s~ des armanos y dcspensas. "Todas las habitaciones de la casa au-
por los ojos de las personas que trabajaban en la casa, es decir, men.tan los gasto~ que intervicnen en acabarla y amueblarla y en la
los ojos de Ia mujer, Beecher, seguida despues ~or. much~ , cantidad de traba10 que se dedica a barrer, desempolvar, limpiar las
difico la imagen europea de la casa como terntono del varon . suelos, la pintura y la ventanas y cuidar de los muebles y repararlos.
mo i . d f . ., d I H Sise duplica el tamafi.o de la casa, se duplica cl trabajo de cuidarla
casa del caballero=-, y al hacerlo enriquecio la e 1n1C1on ~ a casa y a la inversa"21• '
La idea masculina de la casa era fundamentalrnente sedentaria. la
como refugio contra las preocupaciones del mundo, u~ ~ug~r ''"''""''·. La obsesi6n de Beecher con reducir el tamafi.o de la casa no era
hallarse tranquilo. La idea femenina de la casa era ?10am1c~; s6lo ~uesti6n de ahorrar ~inero, aunque una casa pequeiia siempre
que ver con la comodidad, pero tambien con el _traba]O. Cabna es mas barata.de construtr que una grand~. Loque estaba sugirien-
que pas6 el centre de atencion del salon a la cocma, lo c~a_t fue do era algo d1ferente: que como era mas facil cuidar y utilizar una
vo de que, cuando la electricidad entr6 en la casa, lo hiciera por casa pequeiia, esta podia ser mas confortab!e que una mayor. La
desventaja de una casa grande, escribia, era que "las mesas, los ma-
puerta de la cocina,
Se ha escrito mucho acerca de la tecnclogia ambiental que se teriales y utensilios de cocina, el fregadero y el comedor estan tan
Jejos que la mitad de! tiempo y de la fuerza se destinan a ir y vol­
corporo en la casa modelo descrita en La Casa de la .
na de Beecher, que escribio [unto con su hermana Harn;t en ver de unos sitios a otros para recoger y volver a poner en su sitio
Incluia un sistema de calefacci6n y ventilaci6n por tuberias que los _:1nkulos util_izados"28• Este gusto por lo pequeiio era algo que
vaba aire caliente desde una caldera en el sotano a todas las habia desaparccido de la cscena domestica desde aqueUas c6modas
casas neerlandesas. Su reaparici6n senal6 un momenta importance
ciones y eliminaba totalmente las c~1imene_as21• EJ a~ua a
en Ja evoluci6n del confort domestico. En ello, como en tantas co-
procedia de una cisterna colocada bajo el tejado, _ha~1a dos
uno en cl sotano y otro en el piso de los dormitories. Lo. ~ue sas, Beecher se adelant6 a su tiempo, pues en el siglo XIX se se-
igual de notable acerca de la casa era la forma en que se ut1l1za_ba guia relacionando el confort con el espacio, y la idea de vivir en
una superficie reducida le habria resultado dificil de accptar a la
espacio. Lo que normalmente habria sido un comedor co~tenia
gran armario movible sobre ruedas. Por la noche, se porua ese mayor parte de la gente. Pero ya no era sino cuesti6n de tiempo.
Uno de los diseiios de La Casa de! Ingles de C. ). Richardson se ti-

166
167
.
tulaba "Una Villa Suburban!
trataba de una casa pequena
f T · en v acomo a
ella vivia una arm ia JOY ,
,,. Conforme a criterios victorianos
"_' 610 tenia ires dormitories-
s ds da con dos o ires hijos.
. . tes) habia ires mas con mas
mas de un piso alto (para l~s.s1rv1en , I Richardson no consioei
y
i!~: .;
)idoun·idense.

)}
;ncloso mayo, que el cuarto de estar de la casa esta,

l-labrian hecno falta dos pcrsonas trabajando a jornada completa


s de superficie en Lota . I · para dcscmpolvar, barrer y lir'npiar las 17 grandes habitaciones de 13
quiniernos mctr~. crada. Destaco concretamente a "pequeih" villa suburbana de l<ichardson. En carnbio, la casa esta-
q uc esta superficie Iucra exag , , .io" de esta
" I "econornia de espaci ·• dounidcnsc estaba disciiada para que la pudicra lirnpiar facilmente
posici6n compacta Y a . . .0 sc basaba en las ideas
b b a" quc a su juici . fr. un ama de casa sofa, qui%a con una asistema. Esa consideraci6n no
vivienda su ur an ,, ,9 1·f"'ct1'.vamente las habitaciones '· solo Ilevo a que bs habitaciones tuvicran un tamafio rcducido, sino
orancas . , " '
dounidenscs conternp , d do cornpacto y se destina
tan dispuesias en un c~a ra tambien al uso de muchos mueblcs "cmpotrados" -estantes, arma-
Paco espacio a los pasillos. rios de cocina, librerias, asientos de chimenca, un aparador-, que no
. , Christine Frederick
, sa con la que escog10 , existlan en la casa victoriana. Segun Frederick, la principal ventaja de
Comparese, estaI de ·c· .,
ca "plant rcacion de una casa eficicnte" en La los muebles empotrados era que nunca habia que moverlos, y en
ilustrar el capitu o t abia construldo en Tracy, consecuencia, se simplificaba la limpieza. La cocina tenia muchos as-
genieria Domes~ica. Esa cas~ 2se s~lo cuarenra afios despues de pectos utiles que se harian habitualcs: ventanas alras encima del mos-
suburbia de Ch1~ago, enl'~9 :r mbien estaba destinada a una crador, escurreplatos a ambos lados <lei fregadero, aparadores de di-
Richardson publicara su i ro. a - se aproximaba mucho mas·
I dia pero su tamano versos tamaiios y una zona muy coordinada de trabajo donde estaban
lia de c ase me • tenla cuatro dormitories, su cl fregadero y la hcladera. Otra invenci6n estadounidense, que databa
modelo de Beecher. Aunquc ,I na cuarta parte de la de la de principios dcl siglo XIX (figur6 en los pianos de l3eecher) fue el
total (excluido el s6tano) c~a so o u e la casa estadounidense
ta parte! No era qu armario empotrado que sustituy6 a Ios annarios exenros, los aparado-
ing!esa. [Una c~ar . . . Contenia tanto un cuarto de rcs y las areas, no s6lo en los dormitorios, sino tambien en Ja cocioa.
se muchas habitaciones menos. I de una biblioteca, tenia
d aunque en ugar La forma y la situaci6n de los armarios queda plenamence resuelta y
como un come or, . . , ba un porche en el que se desde enronces no se ha mejorado: un armario para abrigos junto a la
. Tarnbien incorpora 0)
cuarto de 1uego~. as estadounidcnses desde 190 Y puerta de entrada, otro para escobas cerca de la cocina, un armario
d1a dorrnir (habllua_J e~ las c:~n antallas, Lo que explicaba la para la ropa de cama en el vestibule de arriba y un botiqurn en el
porche de estar acristalado y d p de las habitaciones de la cuarto de baiio.
d - o era que ca a una I
rencia e taman · id es que figuraban entre as La idea de colocar el retretc y la baiiera juntos en una sola habi-
ing!esa era mucho mayor; los vesn odre-ls 'iglo XIX eran mayores
. a q enas de la casa · ' taci6n, para el uso comun de coda la familia, fue estadounidense.
bitaciones rn s pee ~ . la casa de Chicago, y en cuanto a Muchos de Jos pianos de casas de Downing 0850) mostraban un
casi todos los dorm1tor:os de f me a crircrios modcrnos Y "cuarto de bano" que tenfa un retrete y una ban.era juncos, y no pa-
dormitories, eran palaciegos con or
rece que Downing lo considerara desus::Tdo. Para fines de siglo cl
cuarto de bai'io compacto con tres elemencos, con la baiiera al ex-
treme de la habitaci6n y el retretc y el lavabo al Jado, era lo mas co-
uitecto importante; carcda de la autoridad
• Richardson no era un arq I>ero precisamcnte porquc mun. No ocurrfa Jo mismo en Europa. Es evidence por la descrip-
l . ·00 de Stevenson.
Kerr y def talcnto y a expres1 ~ onvencionales su libro fue muy ci6n de Richardson que cada vestidor tenfa agua caiiente central,
d us ideas eran mas c • . . t
me nosseinnova
pular; y s veces y s1gu1
reedit6orvarias . . 6 ven diendose hasta el siglo s1gu1en c. . pero como la gente seguia utilizando baiieras portatiles que esraban
los vestidores, no existfa el cuarco de bai'io como tal. Habfa una
Ji. . .
d' '6 de la bafrera porta.til estaba
{{scaleras y el cuarto de costura estaban distribuidos de forma que
sugerencia de .qu.e la .t:a ic1 J~ichar<lson de que el vestidor Ysepararan 10s dormitorios y permitieran mayor intimidad en estos.
a su fin en la int1maeton de <l na ban-era aunque esa no ...•.• El dormitorio de los padres estaba encirna del cuarto de estar y los
· di dotarse e u " c-,
del piso de abajo po ra . '6 ma's co' moda El cuarto de \cuartos de los niiios encima de la cocina y el cuarto de jugar, mas
. · te la s1tuac1 n ·
biera sido prec1samen . . ortantc en la planificaci6n de u /silenciosos.
"americano"_era un el~m~~t~~:~ ue sc podian climinar \ Las habitaciones de un h61el franccs de! siglo XVlll estaban cuida-
casa pequcna, pues s,g_nif,c d . l I tamano de los dormitorios E dosarnente dispuestas para separar a los sirvientes de sus scnores; en
los vestidores y se pod1a re ucir el ban-"'ra) Eso tambien nl~~M,,n la casa estadounidense moderna se consagr6 el mismo esfuerzo a se-
los cuales se ha·bita pue sto a veccs _ a . "', odia · ser mas parar las actividades ruidosas de los ninos de las de sus padres. Sin
fort no para quien sc banaba (,que. p dids ?) :. embargo, esta scparaci6n era diferente de la distribuci6n estricta del
aI con ' f a una chimenea encen t a.
<
t

que darse un largo bano ren:e banar v vaciar la bancra, y bole/, pues !os padres y los hijos compartian dcterminadas actividades
para la pers~n~ q .
ue antes tenia que 1
a<la uno de ellos. El cuarto de bano
­
i y habia que integrar esa comunidad con intimidad. Sin embargo, en
en un <lorm1tono, sino en ~e caneria y sus paredes de azulejos, la planificaci6n arquitect6nica de aquella modesta casa de familia
derno, con sus elem~ntosl . fue resulrado de la casa sin ~,n11Pr,. existia el mismo sentido de commodite que habia informado la plani-
rccia eficiente Y func1ona ' pe;o . ficaci6n rococ6.
tes y no de ningun adelanto iecruco. rtes En la casa del slglo XIX El proyecto era obra de un arquitecto competente, pero no espe-
La tecnologia sl era util en otr'.i.bspa a.rte de! dia sencillamente cialmente de moda: H. V. van Holst*. Christine Frederick podia haber
h b . dedicado una uena p elegido una casa de un arquitecto mas conocido, como Frank Lloyd
slrviente u iera tender a las multiples luces
alimentar y vaciar las 14 chirneneal s ytaaba mediante una caldera en Wright; despues de todo, debe de haber estado familiarizada con la
mas moderna se ca en b . obra de Wright. Frederick era amiga de Edward Bok, el editor de The
gas. La casa . . , ua caliente a radiadores situados ajo
sotano que distnbuia ag r enraba con Ladies' Home Journal, que habia encargado.a Wright que le proyec-
ventan~s de cada habitaci6n. La caldera, se a irn l dia La luz tase "Una Casa Pequena con Much1simo f%pacio" para el numero de
t pero solo una vez a ·
habia que cargar!a manuaImen e, julio de 1901 de su revista. La arquitectura de Wright incorporaba
electrica, natura!mente: d I victoriana no existia en la . cfectivamente muchos de los aspectos de econom1a de espacio que
La distribuci6n sstncta .e a casa . destinaba solo a los propugnaba Frederick; en su Casa Cheney, proyectada ya en 1893, in-
dounidense. El cuarto de iuegos no se do la "i'uventud" utilizaba cluia una habitaci6n que combinaba comedor con cuarto de bano
, F d ick a los padres cuan com pactos, calef acci6n central y una distribuci6n eficiente. Pero
sino segun ·re en • inos debian poder,
' d estar Frederick destacaba que 1 OS OI r,;,,;11,,, -, :>
\X'right, coma la mayoria de los arquitectos, tenia otros intereses. En
cuarto e . habitaciones sin perturbar las
todo memento, llega: a su:na casa odian entrar por la puerta su obra siempre predomin6 el aspecto cxterno de la casa y pese a lo
des de los adultos. En aqu .. p ) ir arriba o al cuarto practicas que eran muchas de sus ideas acerca de la distribuci6n, ine-
atras (y uullzar el lavatorio all1 d1spue~tol ~;cina (ni ensuciar
. . , el cuarto de estar nt a
jugar sin cruzar . , de movimientos Y actividades era
habitaciones). Esa separac1on - de manera que mientras en
• Van Holst public6 en 1914 una colecci6n de pianos de casas modestas y
ficil de lograr e~ una c~abra:q~:~~·por hechos la tranquili<lad y . baratas titulado Casas Modernas Amerlcanas'0. Pue el (inico arquitecto al qu.e
gran casa v1ctonana se a , en consideraciones se mencion6 por su nornbre en el libro de Frederick y tarnbien en El Ama de
. ld d h a estas se converttan - Casa de Lydia Ray Balderston.
int1m1 a ' a or , . Los armarios el cuarto de bano,
tantes en el confort dornesttco. '
171
170
vuablemerne quedaban en se~~n do p lano con respecto a las ·;.;.,,-nh,ns se podian introducir para reducir el tiempo, aumentar la efi-
. itectonicas y esteucas. d. Y, en consccuencia, mejorar la produccividad. El mctodo de
raoones arqu1 . . , bien entre otras defcnsoras c
' , l en Frcdcnck. sino tam t . implicaba la observaci6n directa (por lo general como un ere-
No so o . . · , in exccpcion mujeres, se
cconomia domesuca, que eran st I arquitecios en general. y a menudo los perfeccionamientos mas sencillos imagina-
. , picacia
1 rcspecto a os ' · . bles: modificar una herramienta, reescalonar las pausas para el des-
una crcrta sus , . •. , d "J, . norancia de Jos arquuectos,
antes. Beecher habia. cnuca o a ig !" o haber redistribuir la colocaci6n dcl material. Los resu ltados, en
. t b . en genera por n cuanto a aumcntos de la produclividad, fueron impresionantes. Lo
constructores Y los iom r,es. de ventilar las casas".
, d ficaccs y econornicos es mas pertinence cs quc rapidamente qued6 daro que otros
meta os e t • diese al arquitccto planes
aconsejaba que cl ama de/a~a b~ cl papel de! arquitccto a podian aplicar el metodo de Taylor con igual exito y a diversas acti-
de lo que hacia falta, Y muta ., , a preparar los vidadcs. Poco despues Frank Gilbreth, otro ingeniero de eficiencia,
I cxtcrno de la casa ) la albanileria. Lo tradicional era que al albanil le llegaran los
mejoras en e as~ecto 32 Otra autora advertia que el ama
tecnicos para cl constructor . . ,·, n de! ladrillos en montoncs desordenados. Gilbreth ide6 un ccsto para la-
o ezaria con la opostcio drillos que podia colocarse en un andamio ajustable que siempre es-
casa debia prover que tr P · ., d de de hace tanto
llevan hacicn ose es taba a la altura de la cintura y permitia al obrero alcanzar un ladrillo
porque "algunas cosas d considers que las ideas
-casi siglos- quc a menu O se · bl s"~' Para facilmente sin agacharse. Como resultado de cambios tan sencillos Ia
I de casa no son via e: . productividad del albanil se triplicaba.
tarnente nuevas de ama rso resumido de
tarlo, impartia a sus lectora~· un c~acer pianos y "verificar" La aplicaci6n a las tarcas domesticas de lo que estaba empezando
arquitect6nica, para que pu i Rlcl.. ds tambien parecia sentir a calificarse de "administraci6n cientffica" se debi6 entre otras cosas
dl itecto Ellen uc iar a una serie de coincidencias notables. El interes de Christine Frede-
proyectos e arqu , ., ldad O or lo menos el interes, de
cepticismo acerca de la ca pact 1 '-r p cion dornestica. En 1905 rick par el tema se vio estimulado por el hecho de que su marido
arquitecros en la esfera de lfa p arn ic~certado por educar a George, hombre de negocios e investig_ador de mercados, estaba
idad de un es uerzo co trabajando en un proyecto con algunos ingenieros de eficiencia. Un
cibia la necesi . Iuia a los arquitectos en
"" ero obviamente no inc dia Frederick le coment6: "Si esa nueva idea de la eficiencia es tan
tos en casa , p . . de ese tipo indicaban que la
caregoria". Las declaraciones itecto y el practice del buena como deds vosotros y se puede seguir en trabajos tan dife-
entre el enfoque visu~I de! a:c~ta uellas mujeres se llamaban rentes como las siderurgias y las fabricas de zapatos, no entien-
de! siglo XIX ~espues ,de_ to" ' n~ "arquitectas domcsticas"- do por que no puede aplicarse tambicn a las tareas domesticas"~5.
mismas "ingen1eras domesucas Y George la present6 a sus colegas y Frederick visit6 fabricas y ofici-
mayor que nunca. . . . . staban formulando aquellas nas donde se estaba poniendo en practica la nueva ciencia. Pens6
La idea de la casa efio~ntde que e tran_o. rnarida]e entre los que muchas de las cosas que veia se podian aplicar a la casa. El que
, . " surg10 e un ex las superficies de trabajo estuvieran a una altura que eliminase la
gcnieras domesticas . J'·, r or zanizar las tareas '""'··~~·-·
zos de las mujeres por ~ac1o~ab::ad~ p!ra mejorar la producci6n neccsidad de agacharse, el que las herramiencas y las maquinas es-
y las teorias que,se_hab1an ea n in eniero de Flladelfia tuvieran colocadas de modo que se redujera la fatiga, el que el tra-
dustrial en las fabr;:as. Cuand~, uen u~a siderurgia, de 1898 a bajo estuviera organizado conformc a un plan claro, eran problemas
Frederick Winslow I aylor trabajo de trabajo mcdiante la ~h<·r>r""" reconocibJemente domesticos. Empez6 a estudiar sus propios habi-
creo la idea de mejorar el _rrots~breros determinadas tareas y tos de trabajo y los de sus amigas. Fue tomando tiempos y notas y
cion detallada de corno hacian os , fotografi6 a otras mujeres en sus tarcas. El resultado fue que reorga-

172 173
.:.:..·.:.· ..

dla hacer sus tareas mas {)tracaba merarnente de una empresa academlca, coma resultado de es-
nizo su cocina y concluy6 que po ita experimentaci6n personal, Lillian Gilbreth escribi6 dos libros sabre
mente Y con menos ~sfuerzo. como un enuetcnimiento, {economfa domestica. EL Ama de Casay su Trabajo y La Administra­
Podfa haber term1nado en .e~o,ds Frederick habia estudiado (< cto» en Casa.
que, al igual que Beec~1er y Rte a:dd.rsc con sus nuevos . Algunas de las sugercncias de las ingenieras domesticas parecen
gisterio y nose contentaba con 'qb~' na seric de cuairo aniculos \ ahora pedantes y forzadas. Se pregunta uno, por ejemplo, c6mo lo-

lt~~~~: <
. 1 Fn 1912 escn 10 u · ·
tos para el Ia so a. · .. , "La nueva econom1a graban rnuchas amas de casa compilar registros exhaustivos minuto
'{he Ladies' Home Jo~rnal de ubro". En su casa de Long por minuto de sus actividades diarias o preparar horarios escritos de
que despues ~~ ~u~hc6. en Ex erimental de Eficiencia .· . limpieza. 0 c6mo manten1an un complicado inventario y un fichero
land estable~1_? la Coc1na vaiu6 instrumentos y aparatos. Tres \. de todo lo que habia en la casa (cabe imaginar lo que hubieran he-
dondc somet'.o. ~ prue~ Y_ e Domestica, que organiz6 como un > cha las ingenieras domesticas si entonccs se hubiera dispuesto del
despues escnb10 l~gent.ena . C la ayuda de diagramas y i< ordenador personal).' 0 c6mo realizaban los estudios de costo-bene-
OO
por correspon<le_noa par~ rn~ie:\e odia imprimir mas eficien.cia \ ficio que recomendaban antes de comprar hast.a el articulo mas bara-
muchas fotograf1as sugena com d ~ ticas: cocinar lavar, umptar, ·.. to para el hogar.
d las tareas orncs t • • ' •
todos los aspcctos e t Se trataba de uua combina- La respuesla es que probablemente lo hadan muy pocas. Pero eso
de compras y establecer un presu~ue\: consumidores y manual · .•· no niega el exito de algo que era fundamentalmente una tarea de
ci6n de libro de texto, panfle.to, gu1a p ). educaci6n masiva. Es notable lo rapidamente que se estableci6 en la
ra hacer las co_sas por uno 1:1_1smo. ieria Domestica, Mary Pattison ·•· casa el confort coma eficiencia. Mientras que las ingenieros victoria-
El mismo ano en que saho Ing~. . Domestica. Aunque no parece nos habfan tenido que luchar para convencer al publico de sus ideas
blic6 Los principios de la ~ngenien~ e las dos mujeres, ambas acerca de la ventilaci6n y el saneamiento, las partidarias de la econo-
que hubiese un contacto ~trecto: rforma muy parecida. Bajo la mfa domestica tropezaron con poquisima oposici6n. Los libros de
ban a las rnisrnas conclusi?nes ~ ~ Taylor (que escribi6 la intro- Frederick eran muy populares y sus artkulos en Tbe Ladies' Home
fluencia directa de Frederick Wms ow
lib llego a comparar
a naltison con da Vinci
,
Journal gozaban de muchas lectoras; con el tiempo lleg6 a ser "re-
ducci6n de su i ro Y_ , . . - a aplicar el metodo de dactora jefa consultora en cuestiones domesticas". Varios fabricantes
· . dedico vanes anos d , ·
Newton ) , P amso~ . ., analisis a las actividadcs ornesti- de apa!"'..i.tos domesticos contrataron a Lillian Gilbreth para que realiza-
de observaci6n d1recta, med1c1on y l <CEstaci6n Experimental de Eco- ra estudios de una planificaci6n mas eficiente de las cocinas. Beecher
cas. Cre6 en Colonia, New Jersey, a . habia pedido que la "economfa domestica" se ensefiara como asigna-
nom'ia Domcstica". . . - Domestica de Frederick era obra tura cientifica. Para principios del decenio de 1900 se enseftaba eco-
Tambien el prefac10 de Ingenf.i~na. Prank Gilbreth. Este tenia nomfa domestica en muchos colegios universitarios y universidades;
I · ieros de e 1c1enc1a,
de uno de os ingenv I dministraci6n domestica. Gran en MIT la impartia Richards y en la Universidad de Columbia Balders-
mteres mas que pasaiero P?r a a . en colaboraci6n con su ton. iEs chovinista sugerir que el exito de la economfa domestica se
de su investigaci6n in~~sma~ se retza:: natural, como deda ella de debi6 en gran medida a que la ensenaban mujeres? iQuien mas que
posa, Lillian, de profes1on P~.te6logd ' Yse trato de organizar su propla ellas tenfa el conocimiento 'intimo y directo de los problemas? iQuien
li · a que cuan o , ·1·
forma un tanto lflC ' . . . y las p.racticas que habia uu t- ·. mas que ellas se habrian ocupado de este tema olvidado desde hada
familia, tratara de aplicar los. pn?dc1p1os na aventura y un viaje de ex- tanto tiempo? Y, ,quien mas ·que ellas lo habr1a hecho de una forma
. prop1a vt a en u
zado para converttr su , a familia numerosa, no se tan directa y tan practica?
. " "l'
p l01"'.d.ClOn , Como los Gilbreth ten1an un ..

175
174
Claro que esas primeras pioneras de la ciencia en la cas~
CAPITULO 8
Gilbreth v Frederick como su precursora Beecher- eran rnujeres
tables". P~ro no estaban en absolute solas, Hay muches libros
res sobre el tema v iodos escritos por rnujeres. Los ritulos pegacizos
Forma y fondo
se explican por sl solos: EL Negocto de La Casa, EL Negccio de Ser
jer; La Casa y su Gestion. cSuponia el mo~imient7 en pro de ~rna
Una casa es una mdquina en la que uiuir.... ; una butaca es
nornia domestica mas eficiente que la rnujer habla de quedarse en una maquina en la que sentarse etcetera.
sa? Naturalrnente que sl; no se podia separar de la realidad de
ticmpos y, en todo caso, ni se intento. Pero no d:bc juzgarse por LE CORHUS!ER
que "pudiera haber sido", sine por lo que habia sido antes ... Y por Hacia una arquiteclura
que siguio. Con el tiernpo, la reduccion de! nurncro de. t~~ras
rias para Jimpiar la casa, para cocinar o para lavar peri;ut_ma a_ las
jeres liberarse, dcfinitivamente, de su aislamiento domestico. El que
Catherine Beecher ni Christine Frederick pensaran en ello no
el resultado. De hecho, los acontecimientos de los ultimos cmcuerua,
anos han vindicado la correcci6n de su replantcamiento prever que las diversas invenciones que contribuyeron al con-
de! confort dornestico. La casa ha seguido siendo un lugar de humano a principles de siglo tuvieran hondas consecuencias para
el aumento del nurnero de madres que trabajan -y el que el «avaiv ..,, aspecto de la casa. Sorprendentemente, no foe asl. AI mismo tiem-
dornestico se com parta entre maridos y mujeres- no ha hecho po que la casa se estaba organizando con maseficlencia para las ta-
para modificarlo. De rnanera que muchos aspectos de ~a cas~ domesrtcas -y pese al numero cada vez mayor de aparatos me-
na que damos por hechos datan de ese periodo: la_s _dunens1one_s canicos que hacian falta para ello--, su decoraci6n interior sigui6 sin
ducidas de la casa, la altura correcta para las superficies de trabajo, modificar en gran parte. No cs que esa decoraci6n no cambiara, sino
colocaci6n de los aparatos principales para econornizar pasos mas bien que los cambios que sf se produjeron se debieron a la mo-
sarios, la organizaci6n de lo que se alrnacena, Toda persona que da y a los gustos populares y practicarnente en nada a la tecnologia.
baje comodamente en la superficie de· 1a cocina, o que saque Aunque hay algunas pruebas de que las arafias de gas, y despues las
de un Iavavajillas y los coloque en un vasar c6modamcnte ..... ,,,v.,,~v,,v, Iamparas electricas, tuvieron un efecto en la decoraci6n de las habita-
mas arriba de la cabeza, o que limpie la casa en una hara y no en ciones, por ejemplo, el que los interiores fueran mas luminosos, no
dia, tiene alguna deuda con las ingenieras domesticas. fue una moda creada por la tecnologfa, sino por una influencia escan-
dinava, que tenia mas que ver con el deseo de que cntrara el sol que
con la eiectricidad, Analogamente, resulta dificil vincular la moda de
• Catherine Beecher, que escribi6 varies libros, tarnbien cre6 el primer
las habitaciones totalmente blancas, popularizada por decoradoras de
gio universitario para rnujeres de los Estados Unidos, en Ha'.tfor<l,_ en
LillianGilbreth no solo tuvo una larga carrera profesional como ingeruera. interiores coma Suyrie Maugham y Elsie de Wolfe, con algo distinto
trial, consultora y aurora, sino que ademas crio a 12 hijos. Chr_istine Frederick de la moda.
cribi6 mucho y dio conferencias sobre asuntos de los consumidores en los No hay ningun motivo para que hubiera debido ocurrir de otro
nios de 1920 y 1930; tarnblen fund6 MujeresPublicitariasde America_, cuando modo. Es una presunci6n moderna que la maquinaria o las casas con
le neg6 el ingreso en el Club de Publicitarios,excluslvarnentemasculine.

177
176
miqu;nas hayan de Ser diferentes de SUS antecesoras preindustriales.
s{ ha citado tantas vcces la afirmaci6n de que "la forma sigue a la
f(Jnci6n" (Iorrnulada inicialmente por el arquitecto estadounidense
(r.ouis Sullivan) que resulta fad! olvidar que eso era un lerna y no' una
}riorma. Evidentemcnte, no habia sido cierto durante el siglo XIX. Los
)tictorianos, quc despues de todo eran grandes ingenieros y quc fue-
i\Jn los primeros en ensalzar la idea del progreso, jarnas sinticron la
\hccesidad de elaborar lo que cabria calificar de una estetica de la
/ngenieria. Los interiores de los buques de vapor, los trenes y los tran-
i;,fas -invenciones extraordinarias- siempre adoptaban formas
<<:onfortablemente familiares. Los camarotes de lujo de un trasatiantico
>paredan suites de! Ritz. Los comparumentos de los trcnes se disefia-
·.·• ban para que pareciesen salitas; los hombres de negocios ricos tenian
. sus propios vagones de ferrocarril, cuyos interiores estaban acabados
>como lujosos fumadores, con paredes de paneles de rnadera, butacas
Uy cortinas con flecos. Los tranvias adoptaron el lenguaje y la orna-
inentaci6n visuales del coche de caballos. Aunque la genre admiraba
/el elevado Palacio de Cristal de Paxton y afiadia invernaderos pared-
/dos de hierro forjado y vidrio a sus casas, esas construcciones utilita-
\rias no afectaban al resto de la casa, nose le ocurria a nadie construir
edificios de cristal, como se Jes ocurri6 a los arquitectos al principio
de! decenio de 1900. ,
Se daba por hecho que los interiores de las casas -y tambien sus
exteriores- debian estar decorados con un estilo de epoca. Natural-
MAURICE DUFRENE, Chambr« de Dome (1925).
mente, entonces aquello no parecia mas anacr6nico de lo que pueda
parecer hoy llevar corbata Cesa descendiente de la cravat de encaje
del siglo XVII). Tampoco dcmostraba forzosamente ningun lnteres es-
pecial por la historla. Al clasicismo de! siglo XVIll (que habia estado
/> rnotivado por una curiosidad autentica acerca del pasado) habian su-
cedido varios estilos de epoca y, a partir de 1820, las habitaciones se
podlan decorar y arnueblar en neorrococ6, neogriego, neogotico, neo
lo que se quisiera. Inevitablernente, ello llev6 al eclecticismo, que los
puristas Jarnentaban, pero que dejaba a los arquitectos y los decora-
dores de interiores imaginativos -ya se rrataba de profesiones dif e-
renres- mucho rnargen para idear, Interpretar e incluso combinar di-
versos estilos.

179
Un hisioriador ha establecido una distincion entre las
nes "creauvas" e "historicas" que coexistieron durantc cl > Cualquier invencion nueva que apareciese, por innovadora
En las resurrecciones creativas no habia ningun intcrcs por que fu~se, ~ra alga con lo que los victorianos se sentlan inrnediata.
.rnente identificados,
tud hisiorica, sino que se limitaban a utilizar los motives y
tradicionales, a rnenudo de Iorma muy original. El esulo < Sin. embargo, habia .alg~~a~ dificultades con los estilos de epoca.
tiguo, rnuy popular en Estados lJnidos antes de la Guerra \El ob!eto de una h~b1\ac1on. a la rornana era obtener un aspecto
si6n, era una arnalgarna de los estilos de los tres l.uises, a }~rand1os~ ~n un esrilo unpenal decadente, una habitacion decorada
en adaptaci6n libre. En carnbio, las resu rrecciones re~ neogouco habfa de Lener un aspecto melanc6lico y triston. Sin
una tcniauva de irnitar con mayor o rncnor fidclidad cl asoectoa y,~mba~rgo, la casa sin sirvientes exigia, sobre todo, una reduccion <lei
un esulo hisiorico deterrninado. Se basaban en el esiudio ) tam~no de las ~a?i~ciones. Como casi todos los estilos historicos sc
pasado y, por lo general, no solo rcflejaban u na admiracion };b1an Crea.do inicialrnente para casas grandes -en realidad pala-
obictos, sino tarnbien por las costumbres de la epoca de que L:10s- no s1cmpre resultaba fricil adaptarlos a las casas mas peque-
ra. La resurreccion colonial <lei decenio de 1870 y la 0P'""''',n,~:;, > nas que esta~a cons~ruyendo la clasc media a fines de siglo. Eran
principios de siglo eran resurrecciones hist6ricas. Pero estas > pocos los ~stdos de epoca adecuados a la decoraci6n de habitacio-
mas tardias y mas raras, las primeras resurrecciones -coma el >nes pequ~nas. lncl~so los tocadores y los salones Luis XIV necesita-
gotlco=- tendian a ser creativas, tan una cierra canttdad de espacio; los muebles rococo estaban des-
El que la mayor parte de las resurrecciones del slglo XIX tmados a colocarse en entornos espaciosos y poco llenos de cosas.
creativas en lugar de hist6ricas facilitaba mucho las iAl~unos tra~ron, de todos modos, de decorar sus modestas casas al
mo no se esperaba que la forma siguiera a la funci6n -solo a ,> estJlo grand1oso; pero por lo general no se lograba el efecto deseado
dici6n y de forma muy flexible=-, no era dificil introducir ""'"'"'·'u~: \ y el resultado podfa ser un tanto ridicule. El cuarto de bafi.o "a la ro-
como las aranas de gas o las lamparas electricas en la casa. 0 > m~~a" o el comedor "medieval" resultaban malas caricaturas de los
ongmales. ,
adaptaban a forrnas familiares -de ahi el candelabra de gas o
co- o, si no era posible, se las trataba de rnanera "tradicional". \ . r..as dificultades de adaptar estilos de epoca a casas pequeiias no se
no era necesario seguir estrictamente los preccdentes i. l1m1taban a la decoraci6n. La simctria de una distribuci6n neoclasica
resu ltaba dificil. Una guirnalda por aqui, unas flores de estuco planteaba una limitaci6n en la distribuci6n de una casa pequena, in-
alla v el tubo de ventilacion de la banera quedaba facilmente clus~ en manos de! arquitecto mas diestro. Si no habia habitaciones
porado en la decoraci6n general de la habitaci6n. Resulia Iacil s~f tct~ntes se ~erdia el efe~to espacial necesario y si las propias ha-
se de la forma en que los victorianos hicieron que Ios nuevos """'"'1..-::.· b1tacwn.es t.e?1an. formas megulares y estaban proyectadas para
tos sc adaptaran a los anuguos gustos no rnecanicos, y esa critica c~nsegu1r ef1c1enc1a en lugar de efecto, podia resultar imposible com-
la base de muchos libros sobre el diseiio industrial. Pero fue bmarlas de la forma clasica correcta. La forrnalidad de Ja distribuci6n
mente la ausencia de toda contradiccion perceptible erure la georgiana tambien estaba mal adaptada al esti!o mas relajado de vida
y la innovacion lo que explico la rapidez de! cambio durante ese q~e ~e .estaba adoptando. Lo que hada falra era un estilo domestico
riodo. Las barrocas larnparas de querosen, las arafias de gas en mas 1r1:uno. Los neerlandeses de! siglo XVII habian construido casas
de candelabro y los ventiladores de techo muy dccorados que pcquenas que e.ran al mismo tiempo acogedoras y confortables y, de
aprecian hoy los coleccionistas constituyen un rccordatorio de la haberse produc1do una "resurrecci6n'' neerlandesa, esta habria brin-
lidad -y a rnenudo la gracia- con que se combinaba lo nucvo dado una soluci6n. Lo que ocurri6 fue que la evoluci6n de la casa
pequena, eficicnte y sin criados, se vio facilitada por la aparici6n, en

180
181
1870, de un estilo del siglo XVlll diferente, pero no sin relaci6n menea, asientos en las ventanas y . h ,
el Reina Ana. me os realzab I
dor· Y poco formal. Esto no equivale d . a e am.biente acoge-
El creador del estilo Reina Ana y uno de sus partidarios mas fuera en absoluto funcional _a .ecir que el est1lo Reina Ana
didos fue el mismo J. J. Stevenson, que escribio esa guia pracuca . -sus asp1rac1one ti darn
v,suales-, pero sin quererlo facilit6 s un entales eran las
es Arquuectura de Casas. Stevenson creia que ni el neogotico ni pequeiias Y mas c6modas T: b'e mucho el planear casas mas
neogriego ni el neorromano eran especialmerue adecuados para principal rasgo de una ca . Rein , n por pura casualidad, corno el
casas de farnilias, lo que buscaba era un enfoque mas dornesuco. ,',,,, . d sa eina Ana era una 1,· d
\( p1~ta as de blanco de panelcs e u. - . m~ titu de ventanas
s6 sus proyectos, con gran flexibilidad, en la arquitecrura nn,mr.•c::t,.~~ ,· .. mas Juminosos que antes. p q enos, los mtenores tendian a ser
dcl siglo XVII. Una casa tipica suya era de ladrillo rojo sin encalar
r::.n Jo~ Estados Unidos apareci6 un esrilo .
en sus fachadas Stevenson no aplicaba detalles clasicos o ,·,·,•. cl h1s'.ona~or Vincent Scully ha calific- pa~Jelo .al. Rem~ Ana que
muy pocos. Sin embargo, distaban mucho de ser mon6tonas, pucs \'(. El Est1lo Ripia inOuido por . . ado de Estilo R1p1a Shtno/e SMe
,,, . ' 1,as vtviendas de · · . 0
exterior estaba formado por ventanas variadas, aleros, .,,,, lonial, lo populariz6 en . . pnnc1p1os de la epoca co-
'J' ·

obra de rejerla, persianas y puertas-ventana, dispuestas de forma . vanas mans1ones d J .


'•'• d10 de Jos arquitectos McKim Mea . e a costa atlant,ca el estu-
gular y sin ninguna tentativa de lograr la simetria. Stevenson r sas incorporaban muchos ' d y Wh1~e, de Nueva York Sus ca-
baa su estilo de "Clasico Libre". Ese nornbre no tuvo exito yen su ·,; irregulares, puertas-ventanaaspecros del estilo Reina Ana: buhardillas
gar se le llam6 "Reina Ana" (que rein6 de 1702 a 1714), apelativo ,,, 1 Y ventanas adem' d
••• o general eran de madera cubie s ' . . as e porches, pero por
muy historico, pero es que el estilo tampoco era historicarnente . mero en casas grandes, es;e voca:1 ~e np1a. ~unque se utiliz6 pri-
exacto. En eso residia su atractivo, los terminos que mas se \ de forrna que los distintos elementos :~~ t~tto .s~mameme flexible,
para describir las casas estilo Reina Ana son los de "encantador'' tar a casas pequeiias por . st1 o R1p1a se podian adap-
"pintoresco", atributos que rapidamente hicieron que el publico \ tiempo dej6 totalmem~ d ciemplo .al chalet de Cape Cod. Con el
encariiiara con el. ', 1 e ser un estilo y se · .,
o normal de los suburbios tad . conv1rt10, en cambio, en
El interior de una casa Reina Ana estaba amueblado con ~~,.a_,,,,, , ,, · , es ourndenses con ,
nos segun el presupuesto con . . . ' mas o menos ador-
atenci6n a la exactitud hist6rica. La casa de! propio Stevenson, ,'qu·· t' . , o srn np1a a veces .
i,ec onrcamemc impresionanres ( ' , en crcac1ones ar-
Roja, no s6lo tenta muebles conternporaneos, sino tambien una Frank Lloyd Wright) y aco..,.,, da como ocurna en manos del joven
i, «una mente y m,
cla de estilos chippendale, rococo y neerlandes de! siglo XVIII. El .' •
; senc1llas no llamativas.
'
, as a menudo en casas
jetivo de un interior Reina Ana era producir un efecto pintoresco, { Con la popularizaci6n de los estil . . .
cual se lograba mediante la mezcla de muebles de! siglo XV!II y •.\ .. el problema de c6mo orga . os Rema Ana y R1p1a se resolvi6
XIX de la forma mas "artistica" posible. En ese sentido, una ... · , n1zar una cas ~ .
( te. La casa de Chicago que sirvi6 . a P~quena s~t1sfactoriamen-
ci6n Reina Ana exhibia "una armonia mas de tratamiento que de /. en lngenierfa Domestica era de _iiustrac16n a Chnstine Frederick
10"2• Si bien esto solia producir un interior muy recargado, tenia la ,,·.rab ct• . una vaname del Est'! R' . .
\ a una IStnbuci6n fie 'bl ., i o rpia, e mcorpo-
tud de permitir a los residentes mucha mas libertad que los ,._-,,uv,, '" .•, .\. taciones de taman~os d'c x1 e que perm1t1a combinar diversas hab1'-
· ·.•. . uerences segu · .
hist6ricos mas restrictives. La otra ventaja estaba en la . J neces1dades. Sus asienros . n .ex1g1eran las funciones Y las
Como se admiraba la irregularidad, las habitaciones podian distribuir:c\
se segun las actividades que fueran a contener, podian asumir di><
, d'
\ 1spuestos con megularidad
.", eran tod ll
. /Unto a la chimenea

Y 1 as ventanas de tama
o:,
Y rnc
· h
los porches
ct·r,
; os e os vestigios del Rein . nos J erentes
ferentes formas y tarnafios y combinarse de diferentes modes, y las i estadounidcnse. Era t1pica de las ca Ana, ftltra~os por la sensibilidad
ahuras de los techos podian variar. El uso de asientos junto a la chfr{ (ban con eficiencia para aprovech as::el penodo, ~ue se planifica-
< ar t s las comodidades Y todo el

183
confort que brindaba la tecnologia dornestica. Al mismo vo era exhibir las ideas mas recientes . _
. . . en matena de mu . bk
aspecto interior no era muy diferente de lo que se nabia vista , de intenores. Participaron mas de 17 , e es Y de
Algunas habuacioncs carnbiaban -sabre todo la cocina y cl ademas
.
del Jap6n '
Turouia
t
)' la Un1·0· n S -· , .
ovieuca Las , · europeos '
pa1ses
de bano-«, pero el cuarto de cstar mantenia la dornesticidad au,,,,.,, ..': eras notables fucron Alernanla v los Est d U . · unicas auscn-
. . , 1 , a os Jnidos (a A! .
dora a la quc estaba acostumbrada la genie. Las chirneneas ya se l a inv1to por razones poluicas, la .· . .. . cman.a no
, no· panic1pac1on e ta i .
eran una nccesidad Iuncional, pero scguian simbolizando el sc no se ha explicado). Fue la prim _ ( s < oun1dcn-
. . era vez Y de hccho 1, , l .
familiar. La decoraci6n hist6rica se habia simplificado -!a en. que el intenor dornesuco fue el te ma e una expo · ·, a . u Lima)
d
parte de la genre nose la podia permilir-, pero persistian cional de esas dimensiones En la Expos: . . d s1c.1on intcrna-
. ·· , icron e 1925 hs ,
gran estructura destacada no habia p 1 . no abia una
El porche reposaba en columnas clasicas, unos zocalos :·r· . ' un a ac10 de Cristal · , ,.
, ,1 ,el. En cambio, casi 200 edificl10s cu tman • un . l dru u na Io-
georgianos daban una cierta clegancia al comedor y el vestibulo rre l
5
taba alumbrado con larnparas ornameruales. Aunque se habia tareas que iba desde los Invalidos , d oar e 30 hec-
. , cruzan o el Se h
cido rnucho cl tamafio de las habitaciones, sc lograba una G rand Pala1s. El objetivo de la Expo .. , na, asta el
s1c1on era restablcc .
de confort mediarue la adaptacion de elcmentos derivados de como llder europeo de la decorac1·, on d e intenores . . _ er a hani::ia
tas de! siglo XVlll -asientos junto a las ventanas, entonces ocupaba Austria- y adema' d l .. - puesto que
' s e os ed1fic1os q
puertas Interiores de vidrio- que coexistian bien con la luz ,,,,,,.,r,, ···
ca, la calefacci6n central y un nurnero cada vez mayor de ~t"'""""'·· · ·.
scnta ban a cada pais, habia pabcllones es
fabricantes destacados, asi como por los
cenes de Francia. En el!os se
::it!es .

h"b'· Ph . pa(es grandcs alrna-


ue repre-
levantados por
electrodomesticos. , . ex t tan ab1tac1ones c l
Bernos llegado -o casi- a la casa moderna. Hasta principios rn~e b Jes, ceram1ca, cristal, estampados alfomb omp etas,
art1culos metalicos. ' ras, papel de pared y
siglo XX, la historia del confort es la de una evoluci6n gradual.
una evoluci6n que no perturbo ni siquiera la llegada de la electrtci--» Sin duda, las estrellas de! espectaculo eran l .
es t • · · · os ensemblters fra
dad y de la economia domestics. Logr6 sobrevivir a la S - ermmo que se ut1lizaba para calificar a una . nee- ....
de! servicio y a la reaparici6n de la casita unifami!iar. Era lo bastante < corad?r, un couturier de! interior dorne;tico El ::sr;c1e de gran de-
flexible para no absorber solarnente la nueva tecnologia, sino ques-Emilc Ruhlmann, disenador y fabrica t. d as amoso era Jae-
. n e e muebles q ,
un nuevo estilo de vida, Pero ese c6modo equilibrio entre la su prop10 pabell6n, el H6tel du ColJe r· ' ue ten1a
d . c 1onneur, creado com fl .
ci6n y la tradicion estaba a punto de verse perturbado por una e 1,a casa de un nco colcccionista de ob d o re eJo
. • ' ras e arte Todo I
mod6n en la evoluci6n del confort domestico que alteraria drasnca-« exhi_lm_ era contcmporaneo y habia obras de mucho. o ~ue se
mente el aspecto de! interior dornestico. artesanos franceses mas conocidos, cuyos aneles s_ de Ios art1stas Y
ras, candelabras de cristal y lrabajos de re·e~a s pm_tado:, escultu-
mueblcs de RuhJmann en una dccorac1" l I e co~bmaban con los
on e egante. El salon . .
* * * cuyos colores predominances eran el purpura Y el azuJ . pn~ctpa!,
nado por ventanas altas con Cortinas verticales d 'tstaba i_lum1-
Exposition tntemationate des Aris Decoratifs et mdustriels taba dominado por un inmenso candelabro c1"l'ned ~asa. ,J espac10 es-
La "d · 1 nco con cu d
dernes que se celebro en Paris en el verano de 1925 foe un v1 r:o; sobre la chirnenea de marmol de color de la fl entas e
acontecimiento que se celebro en el centre de la ciudad y dur6 hab1a un gran Cuadro de Jean Dupas ­L n . . or de! durazno
, , ., ­ os r­enquitos, en cuyo es
meses. Al contrario que otras exposiciones universales ma cromat1co en gns ' negro y az·, ul con un toque de ve d . que-
esta se centr6 en un solo terna -las artes decorativas- y su ccntraba la habitaci6n. las sillas Y los s f' b . r e vivo sc
o as esta an tap1zados con pa-

184 185
no de Beauvais. El ebano oscuro de Macassar de los muebles se veia
Dufrene corno en Ja bibJiorcca mas seria de P
rebajado por unos trazos de incrustaciones de rnarrnol y de bronce oro Y ~egro, los interiores franceses estaban ;uJ F~llor, decorada en
plateado que, junto con algun cromado, reflejaban la luz y ariadian mo. esrilo JJamativo que un hi t . d ecorados con ese mis-
brillo a una habitaci6n que por lo demas era severa. El pabell6n . " is oria or ha caJificad d
jazz Y que con el tiempo qued6 ba t'· d o .e "mocterno-
Ruhlmann fue objeto de gran aplauso coma modelo ejernplar del di- que la Exposici6n: Art Deco u rza o con el m1smo nombre
seno moderno, y cuando al afio siguiente se llev6 a los Estados Uni-
La linea Art Deco fue la ultima d· .
dos una selecci6n itincrante y se exhibi6 en el Musco Metropolitano d a uno menos hist6rico que el anterior e una sene de estu .
El m . . J os creativos, ca-
de Arte de Nueva York Casi como en museos de otras ocho grandes tesanias (Artsand Crafts·'d I r . . ovun1emo de Artes Y Ar-
.I' :J e ng aterra habfa
ciudades), el punto destacado de la exposicion Iue la "Casa de un Co- IJamado esulo Chalet Inofes l . empezado elaborando el
Ieccionista'". c» que, a igual que el Re· , A
en una arquitectura domesrica a t . ma na, se basabs
Las habitaciones que se mostraban en la Exposici6n eran mani- . . l n enor pero era , lib
ongina en su decoraci6n d . . ' . mas i re Y mas
festaciones de riqucza y agrado visuales. vearnos una descripci6n ueau, todavia mas creative \ e intenore~. Ello llev6 al estilo Art Nou­
conternporanea del dorrnitorio de una senora diseriado por Maurice tanto en. Inglaterra coma. ; unEsquedhab1a precedentes del Art /vouceou
Dufrene, un ensembtier que trabajaba para los grandes almacenes
elegances de Paris, Galeries Lafayette. Un periodista ingles, eviden-
terncnte cautivado por aquel delicioso arnbiente escribio: "I-la ilumi-
fue en Bruselas, coma estilo def id
historia. Durante su breve e
en
J: ta os Unidos d d
.
·
'. on e prunero surgi6
o ~ cre~tivo, no in!luido por la
decada, de 1892 a 1900­ s spd~fc1od. ~ v1genc1a -dur6 menos de una
'

nado esta maravillosa habiracion con una apertura ovalada en cl e t un 10 por toda r
u.na serie de nombrcs: Jugendstil Libert . :~ropa, donde recibi6
techo, en la cual se entrctazan lineas ondulantes de tones beige pa- rnsmo. Fuc ante todo y sob d , y, it stile jloreale Y moder-
lido para formar un dibujo. Pero una innovaci6n mas notable es la . '
tac1ones de! Art Nouveau s
re to o un esn
'
a · ·
. i o e zntenores, y las habi-
ornamcntaci6n Iurninosa que ondula en trazos limpios b ,asa, d os en formas extrafdas de caractenzaban
J
po d .
r a ornos sinuosos
en torno de un gran espejo circular frente a la cama. Este cbambre namiento y por la cohcrencia :sili~~~~~eza, por Ja ausencia de haci­
de dame es una armonia verdaderarncnte lograda de curvas suaves alfombras. No est.an daros Jo . e los muebles, las teJas Y las
por las cuales se desliza la mirada agradecida hasta descansar en la velocidad. Quiza la genre se s motJVods por los que desapareci6 a ral
plataforma de 30 centimetres de alto cntronizada donde la alcoba · cansara e su e r .
tan perfecta y estuviera tan I x ravagancia, quiza fuera
forma un nicho. La alcoba en sf tiene unas paredes con formas ra- . P enamente form d
guirse desarrollando, o quiza su "tufiIJo , a o ~~e no podfa se-
diantes de plata, una afirmaci6n final de la femineidad que lo pene- Praz) lo sentenci6 desde un . . . a decadenc1a (la frase cs de
tra todo. jAh! e:Me olvido de la enorme pie! de oso blanco que . prmc1p10. En rodo c c ,
expenmentos Y termin6 pa . aso, iomento nuevos
bre la mitad del suelo? Como bozal tiene un cordon de plata, ., ra s1empre O eso pa . ,
c1on de epoca. En su variaci6n final ct' V rec10, con la decora-
y con flecos. [Como se imagina uno Jos exquisites pies de bre de Estilo Secesi6n pe d', e iena, donde recibi6 eJ nom-
. , r, 10 gran parte de ,
marfil de Madame que se hunden blanda y elegantemente en etas a diseiladores como Josef Hoffm· su ?~cter floral Y gra·
blancura de esa magnifica piell'". Tanto en el voluptuoso tocador abstracto Y geometrico. ann adqumo un aspecto mas
. , El Art Deco Jleg6 al conocimiento de! , .
cton Internacional, pero los orf ene d gran p~blico en la Exposi-
• La exposici6n itinerante tuvo una influencia enorme y duradera en cl anriguo~. Lo desencaden6 la
Serge Diaghilev en 1909 La , .g
JJ;
ad: a\ es!e est1Jo. frances eran mis
. ans de las ballers rusos de
seno estadounidcnse, cl interior dcl Radio City Music Hall de Nueva York,
rninado en 1933, se parec:c asornbrosamcnte al sal6n Ruhlrnann, .
b ade · mus1ca de Runsky K k
de Nijinsky tuvicron un ~ . . Orsa ov Y el estilo de
e ecto e!ectnzame en la sociedad pari-
186
187
igual que la ?rnamentaci6n, aunque esra tend· . , .
siense, pero la decoraci6n y el vestuario sensuales de Leon Bakst hi-' en lugar de figurariva, Pcrsistian lo I iera a ser geornetrica
la bros, frisos, paneles ornamcntado:_:_ ernentos del pasado =-cande-
cieron una impresi6n igual de grande. Eran ex6Licos y Itamauvos y
a una estetica diferente. Y el Art De ' ~er~ r~elaborados conforme
constitu"ian una panida radical de lo habitual. l)espucs de ver cl ballet
nologia. El alumbrado era uno d l co s?g~1a interesado por ·la tee-
Sheherazade, importamcs costureros como Paul Poiret irnrodujerori
para los ensembliers. Eileen Gra ~ d~s ~~mc1palcs terrenos de imeres
turbantes con plumas, medias de seda de colores, pamalones de
rem y otras modas orientalcs. Las grandes curvas de la Helle Itpoque turiere parisiense, un apaname~to :ino fara Suzanne Talbot, cou­
dad de vidrio mate plateado ·1 . do e suelo hecho en su totali-
se vieron sustituidas por Ialdas rectas en varias capas y \os corses ' , umma o desde ab . El f
ventanas de Jacques Dunand . aJo. · umador sin
vcstidos de cociel rectos (con el uernpo rnuy cortos) y pechos
techo escalonado Y plateado' que se v10 en la Exposici6n, tcnfa un
nos. Como habia ocurrido tanias veces antcriormcntc, el vesiuario in,
trico corno las salidas de la veq~; ~~!tab~ tanto el alumbrado elec-
f\uy6 en la deCO!"a.Ci6n. El lame de oro exigla un contcxto adecuado ·
ingenicro que tres anos des ~e~aton. P'.e_rre Chareau, decorador e
ni cl estilo modesto <lei Chalet ni el estricto de Secesi6n vicncs
drio, la Maison de V,erre h"· p onstruma su famosa casa de vi-
eran. El vestuario mas suelto y mas libre pro<lujo posturas mas ' 120 para la Ex · .,
tcca con una cupula de mad d pos1c1on un estudio-biblio-
das, la genie empez6 a sentarsc a la oriental en montones de era e palmera que d' b ·
· blandos. En 1911, Poiret inaugur6 su propio negocio de decoractons' noche para revelar un techo ·1 . d po ia a nrse por la
.d. I umma o formado po .
v1 no blanco grueso Otr d" - d . r vanas capas de
de interiores -anticipandose en mas de medio siglo a Ralph . . , . o isena or mnovado R b M
utrhzo tambien capas su r, o I aller-Stevens
ren- y ampli6 el lujo languido de su ropa a la propia habitaci6n. perpuestas de ·ct · -d •
ceo- para difundir y colorear la luz EtAno e color verde grisa-
bia nacido el Art Deco. ningun otro estilo de aquella e oca . rt De~o -~ostraba, mas que
Tras la Primera Guerra Mundial, en el clirna embriagador de
matcriales Y los artefactos· dp ' una aprec1ac1on estetica por los
afios veinte, el Art Deco prosper6 y se convirti6 en el estilo oredornt- mo ernos· para eso ct· - d
nologfa era algo diverti<lo. . ' . s ,sena ores, la tec-
nante en Pans. Siempre habia tenido un matiz pccaminoso que
se intensific6. Seguia influido por la danza, pero ahora e!".i.n las Uno de los resultados de la Ex osici6 . .
cha gente contempl6 el Art D, PAI . n Incernac1onal fue que mu-
tas de cabaret de Josephine l)aker, el ardiente tango y cl Hlack
nucvo estilo no ten'1a p et e~o. igual que el estilo Reina Ana el
tom. Los apartarnentos Art Deco -fue siempre un estilo urbane, r ensiones e d. '
. con el publico en general ru itas Y alcanz6 popularidad
ahl su dureza brillante- incorporaban influencias africanas, con . ' aunque no con los ti l
tuales de vanguardia. Ni c I . . . ar stas y os intelec-
les de cebra y leopardo y maderas tropicales.
Hacia 1925 se daba practicamente por hecho, por lo menos nidense advertia a sus lec~ire~~ .~it~tnahstas;_ una critica estadou-
Francia, que podian disenarse intedores confortablcs sin ninguna pino, ni para el partidario de! ~lgod6n pra ~u1en ~~e el arce y el
ferencia espedfica al pasado. Los organiza<lores de la Exposici6n . Jarse mucho mas de! Colonial E d Y. a en~; Sena unposible ale-
del Art Deco era su !amour .sta ~un.1dense \ Parte del atraccivo
ternacional habian insistido explicitamente en que no debia
estilo eran modiscas ~icos . Los pnnc1pales partidarios de! nuevo
interiores de epoca en absoluto, en que todo habia de ser , como Jacques Douc t )
moderno". Se consider6 necesario redecorar el interior del Ta lbot. Podfan permitirse la d e , eanne Lanvin Y
Palais, construido hacia solo veinticinco anos para una ex·ooi,1c1on- dor con paredes de lapislazu:p~ras ~tabast~o veteado, un come-
dera de sandalo Y tela de ch ' , mu~ es con mcrustaciones de rna-
anterior, a fin de camuflar su aspecto neoc\asico. Pero el
r6 en la exposici6n parisien:egr:, to o lo cual se exhibi6 y se admi-
mo de Ruhlmann y Dufrene no constitu"ia una negaci6n del
Seguian siendo evidentes el agrado y el confort. La buena ,..,.~~,,,n,A· acerca de "este claro a, , .. unque algunos cr1ticos murrnuraron
amam1ento a la clase privilegiada", casi todo
y los materiales rices ocupaban un lugar destacado en su
189

188
el mundo, comprendido casi todo el publico, acepto la . vistazo a la casa de Espiritu N N' . .
estilo Lal y como se exponia, Ya habia pasado y se habta ._.sobre la Exposici6n que se p buel_vo. mguno de Ios largos articulos
. . I u icaron en las re .
guerra destinada a acabar con codas las guerras; la ti scs e ing ~s~~ de arquitecrura lo mcocio 6 . vrstas csra~ouniden-
posguerra esiaba en pleno auge y el estilo modernc-jazz \ go ese ed1fic10, que ni si uiera ? . dir~c~amente. Sm embar-
adecuado. Hubo consenso en que la exposicion de Pads fue. ·.·.·· ". · fluencia en la cvoluci6n ~ I merec10 la cnt1ca, tendrfa mas in-
gran exito. El cstilo "mas moderno de los rnodernos" resultaba ) aplaudidos e ilusrres. e a casa que ninguno de sus vecinos
ces raro, a mcnudo exotico, pero todos estaban de acuerdo en El pabel16n esLaba proyectado or .
era el del futuro. Edouard y Pierre. El primero ue: los .Prunos Jeanneret, Charles-
Aunquc incluso la obra de diseriadores tan progresivos como adquirirfa mas renombre ' q ra e! ~irector de L 'Esf)n'tNouveau
rcauya Mallet-Stevens gustaba, el gusto por el modernismo Cor b usrer,. con su seudonuno .,
,:Por que recibi6 tan oca ., recren asumido de Le
limites. "Aunque la consigna es Sencillez y Racionalismo", escribi6ie · •.· · tado por un hombre al que cabp, ar~~c1on aqueJ edificio, proyec-
critico de Architectural Record de los Estados Unidos, "el efecto ~h d
f .
amoso d el s1glo XX? Le C b .
na cahf1car co
.
or usrer nac1do en S .
.
mo c 1 arqu1tecto mas
muchos casos es frio y depresivo, y a veces absurdo'". Sin duda/e( esconocido; llevaba ocho a· .'. uiza, no era un IOC,11
edificio mas polemico de la exposici6n fue el pabcll6n sovietico. st tor Fernand Leger habfa form:~/~~endo_e~ Paris. Junco con el pin-
habia proyectado al estilo constructivists que favorecia entonces ef mo- y aunque habfa constru .d movun1_ento artfstico --el puris-
nuevo estado revolucionario y su aspecto duro, sencillo, geomerrkd} recibido una considerable exp i .o. poc~s ~dificios, sus ideas habian
de madera sin pintar, escandaliz6 a muches, que era lo que se pr~/ e . .
xpos1c1ones y ultimamente en
os1c1on publica en s
J'b
.
u rev1sra, en varias
tendia. Se difundi6 la historia (ap6crifa) de que cuando se es~ba\ . .,
C xp 1 icac1on generalmente a su i ro Hacia un .
da a arquitectura. La
construyendo el pabell6n en el solar de la Exposici6n las cajas d~\i t6 al pabell6n de Esp:ir1·ru Ncepra de la poca atenci6n que se pres
i uevo suger'da -
embalar en las que habta llegado de Rusia se habian incorporado pdl'/

s1er, era que se produJ·o u fi , , por el propio Le Corbu
error en el edificio6• . d 1 ­ n es uerzo concertad I -
. \
res e a Exposici6n para sabotear b o por os organizado-
A alguna distancia de! pabell6n sovietico habia un local que sci./ ple era que a la mayor pane d 1 su pa ~116~·. Un motivo mas sim-
habia confiado a una de las innumerables pequefias revistas de ari&( < el Espfritu Nuevo. e a gente senc1Jlamente no le gusraba
que se publicaban entonces en Pads. El pabell6n se llamaba Es/rltl y_·. Los visitanres de! pabell'
· <· · ct esnu d o
.
h b,
on a nan v1sto
.
1 . .
Nouveau (Espiritu Nuevo) -que era el titulo de la revista-, y prb/ e rnacabado com I . que e mtenor estaba tan
bablernente era en lo que pensaba un corresponsal cstadounidense{ .... n· 1 o e extenor No hab' d
/. J pape en las paredes No hab' . . ia a ornos, cortinas
cuando denunci6 algunos disefios que mostraban la "literalidad pfo/i ._( fotos de familia y el es·u· d' ia _una repisa en la que exhibir las
. b' , • io no tenia panel
saica de un almacen frigorifico cubico'". Aquello no era totalmentes ) ,a madera pulimentada es en las paredes. No ha-
injusto, pues tenia mas o menos la forma de una caja, y el exterio(Iij id , Y mucho menos lap'sla 1· , ,
> uro: paredes sobre tod bl J zu r. El colorido era
so era blanco, sin mas dccoraci6n que dos enorrnes letras de sei{ \ o ancas que conrrastaban con un techo
metros de alto pintadas en una pared: EN. El catalogo oficial de @
Exposici6n decia que era una "extrafieza" y aseguraba al lector qt1?/ .( . • Le Corbusier asegur6 que las auto . ,
pese a su extrafio aspecto, no era algo Jlegado de otro planets', En\ • se1s metro~ de alto en torno del pabeJJ, ndades hab1an levantado una pared de
: ~ue aquel mfame muro tenfa una fu ~n p~ra taparlo. Datos recientes su iere
cuanto al publico, parece que en general no le interes6. Los "ext~?:
}~ras de ultima hora, la construcci6~~;r d~r~te: debid~ .a dificultades 1man~
nos conceptos eslavonicos" del pabcll6n ruso llamaban la atenci6n;\ )._c10 h~sta la nochc antes de que . pa Ion de! Espmtu Nuevo no se ini-
pero pocos de los visitantes que pasaban al !ado dedicaban ni (cesano para que nose Viera la fe:o:ugurase la.Exi:osici6n, y el muro era ne-
:,.:;:; I
' que contmuo durante tres meses•'
190
azul, una pared del cuarto de cstar estaba pintada de m'>rrAn_

marios que servian de iabiques estaban pintados de . .,


tand crcativas coma los cstilos de t\ rtes Y Artes ,
S e C esion, Y e evitar incluso l- d ., . anias Y
El efecto era clararncnte poco hogarefio, y se vcia realzado Eso dejaria el interior bastant: decora~JOn abstracta del Art De­
cscalera, hccha de tubes de acero y que parccia haber de malo? preguntaba I e c''orb . esns~ o, zverdad/ ;_Y que tenia
tarnente de la sala de rnaquinas de un buque. El aspecio ' ' USJCf iern pre SC d'
en la pared. De hecho cl pabelk po ra colgar un
se reflejaba tam bien en los rnarcos de las ventanas, que no ' · · on contents obra d ·
de r a vanguardia de Par's· Pi . . s e vanes
madera, sine de acero, de! tipo que se Barnaba l I L • icasso Gris v I ipsct it !)
rnuen es? Aunque l e Corb . l ' , , ll z. ero i.Y
guillotina de fabrica. Habia algu nas transposiciones extranas: . usrer amcntaba el habi '
mucbles -ridiculizaba , . a uo [ranees de
cina era la habiiacion mas pequena de la casa, de! tamafio de mobiliario"- t , a esas casas Jlamandolas "labe-
cuarto de bano, y el cuarto de bafio, que se destinaba ' erua que reconocer que I
neccsarios: mesas y sillas P. b',
· cro tam 1en a es t ,
a gunos muebles
gimnasio, tenia toda una pared de bloqucs de vidrio y era
casas def Espfritu Nuevo ya no t d , o cn1a respuesta:
grande como el cuarto de estar. Los rnuebles eran todavia mas an amucbladas con equipo "E'J cdn nan _mue_bles, sino quc estari-
prendentes. No s6lo habia pocos, sino que parecian . lb . arte ecorat1vo es . I
na onito", escribi6". matena, un mate-
te sornbrlos: un par de butacas de cuero sin nada notable, sillas
tipo cornun que se solian encontrar en los restaurantes Lo unico que se construy6 especialmcnt
los aparadores metalicos q , e para el pabell6n fueron
mesas consistcntes en planchas de madera corriente rnontadas . , ue parcc1an archivador .
bncante de material de oficina C . es Y que hizo un fa-
bastidores de tubas de acero, En comparaci6n con los y de tiempo para disenar muebl om? _Le Corbuster carcda de fondos
de! moderno-iazz, el Espitiru Nuevo era una rnelodia de otros ya hechos 1iod'1a hab ~I~ ongmales, se vio obligado a utilizar
' er U(I 1zad j · . "
nota tocada con un silbato. mesticos baratos Y producid o cua qu1er ttpo de mucbles d0-
La monotonia de aquel interior no era resultado de ·1· os en masa pero en l d
presupuestarias -aunque estas habian planteado problemas-,
deliberada. Y tampoco pretendia epater les bourgeois =-escandanzar
uu 1zar en el interior sillas de
muebles corrientes de los parqma e":
d
i~
' ugar e eso prefiri6
restaurantes y en la terraza
rro. En lugar de floreros hab' . ues pdu !CO$ de Pa6s, hechos de hie-
al publico-, aunque el plan de Le Corbusier, que se mostraba en 11 ia Jarras e Jaborator'o J
ta ado, vasos baratos de taberna En Ju ar J ; en ugar de Cristal
pabell6n, de destruir el centre de Paris y sustituirlo con rascacielos decorativas, habfa focos, lam a~s d g de candelabras o lamparas
sesenta pisos dificilmente se puede tomar en serio salvo corno red o bombillas desnudas. p . e escaparate montadas en la pa-
blague monumental. Pero el Espiritu Nuevo no era una broma. En los
cinco aiios siguierues Le Corbusier construy6 una serie de casas uni- Para la mayor parte de Jos visitantes l b
restaurante resultaban burdos e . . ' os tu os Y los muebles de
farniliares cuyos lnteriores seguian estrictarnente los pasos del "alma- tivo en los vasos de taberna b tmpr~visados. ~o vcfa nada de atrac-
cen frigorifico cubico" y, de hecho, como advirti6 un critico frances industrial. Las paredes b!ancas ~:t~u~~:~ l~s _lam?aras de alumbrado
perspicaz, hacia 1930 las ideas que solo cinco afios antes habian pa- bres, los colores fuertes Y los ob· t . es parec1an repelentes Y po-
recido exoticas estaban ernpezando a obtener prestigio". personales. El alto cuar~o d 1e os mdustriales parecfan frios e im-
,En que consistia el Espiritu Nuevo? En primer lugar, en el re- e estar, con su enorme
talJer o un estudio de artista y , ventana, parecia un
chazo total de! arte decorative. Ello significaba, evidenternente, el brillantes Y duros mas adecua~~: m~~bles espartan?s _Y sus acabados
rechazo de la ornamentaci6n que caracterizaba los estilos de re- barato que para una casa* La _P un e:table~!ITltento comercial
surreccion de epocas hist6ricas que Le Corbusier calificaba despecti- . cocina pequena tenia todo el encanto
vamente de Luis A, 13 y C. Pero tarnbien significaba rechazar re-
• Segun Le Corbusier, la inspiraci6n para el cuarto de estar de dos, p·!SOS d e

192
193
de un laboratorio diminuto. En una exposici6n consagrada a las
decorativas, cl pabellon de Le Corbusier no contenia ninguna <lLcr.,ir·,.a·,·
parecen burdas, ello era tarnbien una indicaci6n de lo a van-
cion ni, a juicio de la mayoria, nada de arte,
. que era cl discfio domcstico cstadounidense en compa,.rci6fl
,:Se debicron csos drasticos cambios, como afirmaba Le --·--·~·~·,. con cf curopc:o. Los cuartos de estar de varios usos, los arrnarios ern-
a las necesidades de una "nueva era rnecanica? En el "Manual de potrados, las duchas y la iluminaci6n indirecta, que prcsentaba corn°
Vivienda", publicado dos anos antes, Le Corbusier habia ofrecido "ideas nuevas", eran lo corricnte en las casas cstadounidenscs dcsde
conscjos a quienes pensaban en cornprarse una casa". Resulta hacia dcccnios. Cuando Eflcn Richards cscribi6 que "fa casa corno
prendente que pocos de csos conseios se refiriesen a la hogar cs rr'.eramcntc un revestimicnto exterior, que dcbe caer igual
dornestica. La calcfacci6n ni se mencionaba. De la vemilaci6n que un abngo, sin arrugas que muestren quc csta comprado hccho",
si se trataba. No brindaba nada mas mecanico que ventanas sc adclantaba -en veintc anos- a la afirmaci6n de Le Corbusicr de
bles en cada habitacion. Su propuesta de que la cocina estuviera quc "uno puede scntirsc orgulloso si tienc una casa tan util coma
la parte aha de la casa, para evitar los olores, era extrafia y una maquina de escribir"'1.
practica. En cuanto a aparatos domesticos, lo mas que hacia era Pero cxistia una difcrcncia revefadora en su elccci6n de mctafo-
gerir una aspiradora y un gram6fono, que no son precisamente r~s: _vcstirnenta y maquinaria. El objetivo de la gesti6n cienrifica en la
rates revolucionarios. El pabellon daba muestras de poco interes fabnca era dcscubrir procedimientos de trabajo cficientc~ y normali-
detalles tan tecnicos coma el lugar mas conveniente para las zados. Cuando las ingenieras domcscicas aplicaron csas ccorias a la
fes y las Jamparas. Uno de sus dichos mas famosos era: "La casa ca:a, advirti~ron qu~ sc estaban ocupando de actividades que erafl
una maquina en la que vivir", pero a juzgar desde una m~s complcJas y mas pcrsonales. Tambicn reconocicron que habia
puramente mecanica, el Espiritu Nuevo otrecia poco que mas de una forma "correcca" de haccr las cosas, y su objclivo era
bien, nuevo.
ayu_dar a I~ g~~te a descubrir soluciones que se adaptaran a sus nc-
Sin embargo, es imposible no simpatizar con los esfuerzos de cestdadcs md1v1duales; por eso Richards imaginaba Ja casa como una
Corbusier por enfrentarse con los problemas de la vida moderna, prcnda d~ vestir, que deberia caerle bien a la persona de que se cra-
go que diferenciaba su sencillo pabell6n de los interiores tara, los diagramas de Lillian Gilbreth y sus calcomanias de micromo-
sos de los ensembliers de! Art Deco. Intentaba, par torpernents vimicntos tcnian por objetivo ayudar al arna de casa a organizar csta.
fuese, convertir la casa en un lugar mas eficiente, y ocuparse de conformc a sus pro/Jios habitos de trabajo. Hecordaba constamcmcn-
vida cotidiana, en Iugar de los problemas esotericos y casi """~··«- tc a. s~s lccioras quc no habia una soluci6n ideal; la altura de Ja su-
dos de la decoraci6n. A este respecto, compartfa rnuchos de Ios ob 0
pcr~1c1<: de. ~rabaj? ~e. la cocina debia ajustarse a la de la persona, y
jetivos de la ingenieria domestica estadounidense. Al igual que la drstnbucion mas utrl de los aparatos variaria segun Ja casa de quc
derick y Gilbreth, Le Corbusier habia leido el libro de F. W. sc tratara. Sus dos primeras normas parn mejorar Ia distribuci6n de la
sobre la gestion cientffica, pero parecfa no haber aplicado las casa era "oricncarse por Ja comodidad, no por Jo convcncional" y
de Taylor mas que a la construcci6n de las casas, y no a las "cstudie las pcrsonalidadcs y Jos habitos de su familia comprcndida
domesticas en s11\ Si SUS tentativas de una planificaci6n domestica ustcd misma"16. '

Cuando Gilbreth hablaba de "normas", se rcferia a Jas normas pcr-


sonaJcs que cada familia decidla para sf; una vez estabJecidas estas,
alto, rematado por una galeria e iluminado por un ventanal -<JUe replti6 p~dia a~licarsc: la tecnica de Ja gesti6n cientifica para hallar la forrna
rnuchas casas-- se la dio un cafe de camioneros de Paris". mas c(1c1cntc de lograrJas. Para Le Corbusicr, en cambio, Jas normas
cran alga quc sc imponia dcsde fuera. Segun cl, las necesidades tiu-
194

195
manas eran universales y se podian uniforrnar Y, en
que la gerue deseana decorar SUS Casas de formas uuerf•nt,,~
sus soluciones eran prototipicas, no personales. Visualizaba la advertian n!ngun motive para afirmar que una forma '"=·~--,- ,·.·
coma un objcto producido en masa (una maquina de escribir) que oira. Gilbreth destacaba la importancia del color en·
cual dcbcrla adapiarse el individuo. La tares del disenador
cio~:s ~n l_a~ que se trabajaba, pero anadia que se trataba de
en identificar la soluci6n "corrccta"; una vez encontrada, la genre
opcron individual y que lo que a aJguien le resultaba agrad bl·
nia que acostumbrarse a ella, Para Le Corbusier, cl m.o?iliario otra persona le podia resultar deprimente. Frederick recomendabe',.
era el de oficina que, al igual que la rnaquina de escribir, se oda · " d " . a ala
m . .v1~nesa o erna c?mo alternanva barata al Luis XIV, pero
en "prototipos" y que, mediante la producci6n en masa, se repena
no ms,st'.a en e 1mo,1 y despues pasaba a comentar el estilo colonial y
gran escala. En un libro que public6 justo despues de la txoo_:sicron
otros estilos resurgi~os. NJ~g.uno de las dos advertia conflicco algu.
Internacional, lo ilustro al rnostrar un interior ejernplar -el City
no entre la decoracion trad1c1onal y la gestion dornestlca eficiente
tional Bank de Tuscaloosa, por extrano que parezca-> en el cual los ese fue el motivo de que sus ensefianzas gozaran de la acepta ·', Y
escritorios y las sillas de oficina, con ventiladores, telefonos, larnpa- de I pu'bl" 1co. cron
ras -yrnaquinas de escribir- identicos estan perfectarnente alinea-
En eso era en lo que Le Corbusier se distanciaba de las ingenieras
dos uno tras otro". domestica: En cierto sentido, seguia siendo un arquitecto del siglo
Por util que fuera la idea de normalizacion en un Banco,. no es
XIX empenado en la batalla de las estilos. De eso trataba el Espiritu
adecuada para las actlvidades cornplicadas y variadas que cont1e?~ la
Nu~vo: un estilo nuevo, un estilo adecuado al siglo XX, un estilo para
casa. Debido a ello, las ideas de Le Corbusier acerca de la planifica-
la Era de la Maquina, un estilo para una vida mas eficiente. Su casa
cion domestica eran menos adelantadas que las de las ingenieras do-
~o ~ra sirnplemente moderna, sino una casa que parecia moderna.
mesticas. La cocinita de la casa de! Espiritu Nuevo, con SU superficie
1en1a raz6n en cuanto a la necesidad de la eficiencia domestica aun-
minima de trabajo, estaba mal concebida, y su relaci6n con el come-
que eso no fuera siempre evidence en la practica, pero se equiv~aba
dor era inc6moda. El estudio abierto habria sido ruidoso e irnpractico.
en cuanto a sus efectos en el aspecto de la casa. La eficiencia no de-
La (mica habitacion que podia haberse beneficiado de la norrnaliza-
pendia de que aspecto tuviera el interior de 1a 'casa, sino de c6mo es-
cion el cuarto de bano, se trataba con un criterio escultural, poco
~viera organizado el trabajo dentro de ella. Si la cocina estaba plani-
util. 'No s6lo el proyecto de Le Corbusier no era una "casa sin sirvien-
f1cada conforme a las principios de la gesti6n cientffica en realidad
tes", sino ni siquiera, pese a su admiraci6n por la eficienci~, resukaba
no irnportaba que las aparadores tuvieran remates colo~iales o pica-
especialmente pequefio. Adernas de la gran terraza al extenor, aquella
portes de porcelana floreada, siempre que todo estuviera en el lugar
casa de tres dormitories tenia una superficie de 240 metros cuadra-
adecuado y nada estuviera muy lejos de uno. Si la gente se sentia
dos. Era mas de! doble que la casa modelo de Catherine Beecher y
mas c6moda, y trabajaba mejor, con un azulejado de colores o unas
mucho mayor que la "casa eflciente" de Von Holst, que incluia un
cortinas alegres, pues bueno, tambien eso era eficiencia. No era 13 au-
cuarto para la farnilia, cuatro dormitories y dos porches y que se ha-
sencia de papel de pared y de z6calos Jo que hacia "moderna" a una
bia proyectado quince aiios antes. . . , . casa, sino la existencia de calefacci6n central y de cuartos de bano
Otra diferencia entre Le Corbusier y las mgerneras domesttcas se
c6modos, planchas electricas y maquinas de lavar. Le Corbusier al
referia a la cuesti6n de! aspecto que debia tener la casa eflciente. La
igual que la mayor parte de las arquitectos, no comprendfa, o 'no
actitud de Richard Frederick y Gilbreth respecto del aspecto de la
queria aceptar, que la aparici6n de la tecnologfa y la gesti6n domesti-
casa no se puede calificar mas que de alegrernente pragmatica, lo
ca habfan dejado en un lugar subordinado a toda la cuesti6n de! esti-
que les preocupaba era la funci6n, no el aspecto. Daban par hecho lo arquitect6nico.

196
197
CAPITULO 9

Austeridad
... compartimos lo que babia sido antes un uestidor y se babia
transformado bacia ueinte anos en un cuarto de baiio mediante
la sustitucion de la cama por una bahera profunda de cobre, re­
uestida de caoba, para llenar la cual babia que tirar de una pa­
lanca de bronce mas pesada que un artilugio de barco, el resto
de la babiiacion seguia sin cambiar; en inuierno siempre babia
un fuego de carbon. ;t uecespienso en aquel cuarto de baiio­i­tas
acuarelas oscurecidas por el vapory la enorme toalla calentan­
dose en el respaldo de la butaca de cretona­« yto compare con
esos cuanitos uniformes, clinicos, resplandeciente:de cromo y fie.
nos de espejos, que pasan por ser un lujo en el mundo moderno.

EV~LYN WAVGH
Retorno a Bridesbead

Cuando Ralph Lauren y su mujer contrataron a Angelo Donghia para


que renovara su duplex de Nueva York, ese decorador de interiores
de moda supuso que cl hombre confortable vestido de Levi's, que
tambicn era cl iniciador de! aspccto Vanderbilt, dcsearia que su casa
se pareciera "al Club Harvard o a un rancho muy prospero" 1• Para su
gran sorpresa -y la nuestra=- result6 que no 'era ninguna de las dos
cosas. Ni una sola de las diez habitaciones tenia un centimetre cua-
drado de cretona, tejido con dibujo ni estampado, ni un cenrimetro
cuadrado de amebas en toda la casa. En vane se busca un papel con
textura o unos tapices de Aubusson. No existen; no hay alfombras
que desfiguren los suelos desnudos y barnizados, no hay cortinas que
tapen las paredcs blancas lisas. En las ventanas hay simples persianas
de barnbu. Hay unas cuantas plantas enorrncs, hay muy pocos mue-
MARCH BREUER. Silla Wassily ( 1925-26). bles y ninguno de ellos es antiguo. El elcmento mas destacado de la
cocina es una zona de trabajo de acero inoxidable y de aspecto co-
mercial, un sofa-mesa tapizado en cuero con un puesto de rnando
que controla el sisterna audiovisual de la casa forma el centre de la
habitacion para las horas de ocio. El cuarto de bafio esta dominado

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por un mostrador severo, coma el de un laboratorio, Y se . ha_brfa vivido .en media de paredes laqueadas en plata y ne-
zona preoperatoria de un hospital prospero, naturalrnente no Y un cum~!a de p1eles_ de leopardo, como disefio de Eileen Gray
ne ninguna acuarela, y no digamos una butaca de creiona. Suzanne J albor. Habria descansado sabre una estera de algod6n
habria detestado. en cl suelo. ·
El duplex de Lauren es lo que los disenadores Harnan Jocosamente se ha calificado a la decoraci6n minimal de "austeri-
mcnte sencillo". Dicho en otros terrninos, no parece estar dad consptcuav, Es como las versiones caras de dcterminados auto-
en absolute. El hombre que quiere llenar las casas de los rnoviles quc sc puedcn encargar al fabricante sin quc se vea la mar-
Unidos de cuadros escoceses, foulards y chambray ha ca, o como los trajes nacionales que llevan los politicos sauditas en
rnucho mas de moda para sf mismo: la decoracion minimal. las conferencias internacionales. Representa una forma sutil de es-
las normas estrictas de este genero, no solo se eliminan nobismo, que logra la singularidad al evitar lo familiar· en el caso
elemcntos arquitect6nicos decorativos, sino que todas las de los interiores, cso signinca que la decoracion consiste en que no
ncs personales pasan a ser inservibles. Las luces estan ~"''"-·~~, haya decoraci6n. Pero tambien es un ejemplo de la afici6n actual a
en el techo, los libros y los juguetes de los nifios esc?ndidos reducir el abigarramiento y la acumulaci6n de objetos en una habi-
aparadores, e incluso los aparadores estan escondidos tras taci6n. ~ada periodo, a .veces incluso cada decenio, tiene su propio
puertas lisas, generalmente de color blanco mate. Los gusto visual, igual que tiene su propio gusto culinario. Por ejemplo,
parecen a refectorios rnonasticos. Las cocinas parecen estar tan durame el decenio de 1970 se produjo un apreciable cambio en las
nudas como las demas habitaciones: la heladera, el homo, las costumbres estadounidenses de comer y se abandonaron las co-
y las sartenes, las cucharas y las espatulas han desaparecido. midas sosas en favor de una cocina con mas especias. se populari-
caso extreme de diseflo minimal --el piso de una marchante zaron plates extranjeros como los picantes de Szechwan y de la
te de Landres- hasta las camas han desaparecido, pues son cocina "mexicana" de Texas. Hoy, la nouvelle cuisine ha sustituido a
des dlindros de algod6n que se enrollan y se guardan Escoffier, y el paladar parece estar dispuesto para una dieta mas
dia. En la rnisma casa, el cuarto de bafio es tan pristino que no sencilla. Lo mismo ocurre con los interiores, ha variado el nurnero
ne caiones ni botiquin: la propietaria esta obligada a llevar de forrnas y de objetos y el grado de riqueza y diversidad visual de
el cepillo de dientes y el caj6n en lo que ella califica de "bolsa las habitaciones.
bafio". Si esto nos parece inc6modo, se nos asegura que "ella Peter Thornton ha calificado de "densidad" a esta cualidad de los
te alegremente en que merece la pena aceptar las pequenas "'"(\., . .,..,. interior~s\ Las idas y venidas de esa densidad vanan, igual que la
rnodidades de su forma disciplinada de vida en aras de un moda, igual que la longitud de las faldas de las mujeres y de! pelo de
vida tan refinado'", los l~ornbres. Es una funci6n de cuanta estructuraci6n y cuanto abiga-
iC6mo ban cambiado las modas! En 1912, cuando el gran rrarrucnto puede soportar la mirada. No se trata simplemente de una
parisiense Jacques Doucet vendi6 su colecci6n de obj~tos de arte cuesti6n de epocas o estilos hist6ricos, pues incluso dentro de una
siglo XVII y la sustituy6 per pinturas cubistas y surrealistas, so!a epoca puede cambiar la densidad. Un interior neopalladiano in·
Paul lribe que disefiara una decoraci6n moderna a tono. El g~es de 172? ei:3 mas dense que el de veinte aiios despues; en cam-
glamoroso -mas adelante Iribe diseii6 decorados d~ cin~ pa~ bm, las hab1tac1ones de mediados de la era victorfana no estaban tan
B. de Mille- se considera en general como el pnmer intenor llenas de cosas como las de! decenio de 1870, especialmente si eran
Deco. Cuando Ralph Lauren desea glamour, se conforma con de! estilo Reina Ana. A partir de 1920 se produjo un claro carnbio del
desnudas y macetas. I-lace sesenta afios, la propietaria de! piso gusto popular, y las habitaciones se hicieron menos densas, tendencia

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que llego a su culrninacion con el minimalismo de! decenio de Ya en 1904 Loos proyectaba chalets con paredcs envcsadas blan-
Desdc emonces, scgun Thornton, se ha producido un cas Y sin. or~am~ntar, icchos lisos sin cornisas y vcman~s rcctangu la-
carnbio hacia mas cosas y mas cstruciuras, de lo cual cs ejcmplo res sin rungun gencro de bastidor ni de moldura: los primcros "alma-
recu peracion dcl irucres por cl interior victoriano, quc anLes sc cones frigorfficos cubicos (rios". Pero Loos era un reformador no un
olvidado. rcvolucionario. Era adversario de la ornarncmaci{)n, pero 0; de la
Austcridad conspicua: tcrrnino curioso y aniipodico. decoracion, y los interiores de sus cubes no se parecian en lo mas
bicn las comradiccioncs de la dccoraci6n modcrna: superficics minimo a los extcriores. Las habitaciones esiaban acabadas con ma-
cocina de marmot y pcrsianas de barnbu, paredcs de ycso pintado tcrialcs rices, rcvcstirnicntos de rnarmol y parquets, y contenian rnue-
pucrtas de roble hechas a la mcdida, un Matisse en la pared y u bles c~mfortables y tradicionalcs: era adrnirador del chippenda'e y
cstcra para dorrnir en el suclo, un clima dorncstico quc csta al dcl Reina Ana. Los interiorcs de Loos cxhibian Loda Ja domcslicidad
mo ticrnpo muy rcgirncniado y iorpcrncntc improvisado. La s61ida, confortable y burgucsa quc espcraban de una casa el v sus
cion cs scncilla, pcro de u na scncillcz cstudiada y refinada. El clicntes vieneses. '
to de ba110 parece un cuarto de bano corriente con sus El vocifcramc ataque lanzado por Loos contra la omamentaci6n
blancos, hasta que se advierte que esta dimensionado de Lal que mas ta:d: _habria de lamentar, abri6 la puerta a una puesta globai
que no sc ha recortado ni un solo azulejo; perfectos y prisunos, en tcla de 1u1c10 de Jos valores tradicionales. Ademas, como cl habia
dos encajan pcrfeciarnente. El piso de roblc parccc sencillisirno, establccido una base mof".:1.l para su posici6n, ese movimiento oronto
ro cada plancha de madcra ticne exactameruc el rnisrno adquiri6 la ret6rica y la seguridad en si mismo de una cruza~. Para
Tarnbicn la sencillez es engafiosa: no resulta facil proyectar la vanguardia franccsa, alemana y ncerlandcsa, la eliminaci6n de la
radorcs que desaparecen en la pared, o puerias sin bastidores. ornamentaci(m no fuc sino un principio. Dicron la vuclta dcl revcs a
precision con que estan cnsamblados los materiales cs severa, las ideas de Loos y Jos inreriores de sus casas pasaron a ser igual de
perfccci6n intimida y acusa al mismo tiernpo. No es de extrafiar bla.ncos Y de vacios que los extcriores. Se eliminaron todos los vesti-
todo dcba desaparccer, no es solo cl abigarrarnicnto Jo que se gios de! pasado. Si la ornamentaci6n era un delito tambicn Jo era el
eliminado de este interior,.sino todos los lndicios de descuido y lujo. Sc acabaron los matcrialcs ricos, se acab6 la s~ntuosidad, se aca-
Iragilidad humana, e incluso de disefio. baron los adornos. No pasarfa mucho tiempo antes de que incluso Ja
Este proceso de dcsnudarnieruo quc es caracteristico de los comodidad burgucsa fucra objeto de ataque. El papel de pared, los
riores modernos lo inici6 el arquitecto vienes Adolf Loos. En p~nclcs de m~dera y los zocalos sc vicron sustituidos por el ycso sin
escribi6 un ensayo polernico utulado Ornamento y delito, que pmtar, el la?nllo ~ el ccmcnto. Cuanta mas austcridad, mcjor. Las pa-
pugnaba la abolicion de todos los ornarnentos de la vida redcs sc dcJaron sm dccorar, los suclos desnudos y las luces sc hicic-
comprcndidas la arquitectura y la decoraci6n de interiorcs. Loos ron agresivas.
cia quc lo que habia sido nccesario en el pasado ya no era adecuado Dcspucs, se pas6 a atacar la idea misma de la domcsticidad. Tc-
en un mundo moderno industrializado. Equiparaba el impulse nia que dcsaparcccr la comodidad, eso lo tcnian claro los moralis-
mental con el primitivisrno y brindaba los graffiti de los bafios tas. Por cso sus intcriores, al contrario de los de Loos, no tcnian ni-
cos y los tatuajes como ejemplo de Jo que el consideraba una decora- chos recogidos ni asientos junto a la chimcnea. Loos ha~lfa aducido
ci6n desviacionista. El "delito'' de la ornamcntaci6n era que despilfa- que si algo era practice dcberia utilizarsc, por viejo que fu0ra: a me-
rraba recurses de la sociedad, tanto dinero como cl tiempo de la gen- nudo cncargaba copias de sillas Windsor para sus clicntes. Pero
te en lo quc, a juicio de Loos, era tan innecesario como arcaico. aqucllos cruzados creian quc habia quc evitar los aditamcntos

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·. burgueses, igual que la ornamentaci6n burguesa. Por eso tiendas y hoteles rein6 absolutarnente en los veinticinco afi.os si-
ban las mucblcs de epoca y utilizaban sillas comerciales, a Casi todas las ciudades de los Estados Unidos tenian por lo
ban muebles que parccian material industrial" Par eso se hacian{. un cine Art Deco cuyo ambience glamuroso parecia hecho a la
aparadores para que pareciesen archivadores, y las escaleras 2~< para los productos 'de Hollywood. Ciudades come Miami
escalas de barco, La casa sc estaba rehaciendo en una nueva iri! y Los Angeles pracucamente adoptaron el Art Deco como estilo
gen, privada de sus tradiciones burguesas y de la intimidad corit'd Pero el Art Deco autentlco era para estetas elegances, no
table y las ideas bien establecldas <lei confort. Los arquitectas mi las rnasas, y en su transformaci6n publica raras vcces fue tan re·
radicalcs eran Irancos a ese respecto. Hacian falta mcdidas extremi finado coma en su apogee; se convirti6 en una versi6n burda y asep-
"para quc no caigamos presa del aburrimiento, <lei habito y del C<>tt tica de su autentico yo atrevido,
fort' (el subrayado es m10)6• Es razonable preguniar c6mo pudolc( En cambio, el estilo nada seductor <lei almacen cubico era el ade-
grar exito una idea tan inverosimil y, al mcnos superficialmente, ta~' cuada para la sobriedad posterior a la depresi6n. Tarnbien era mas
impapular. Fuc resultado de una serie de accidcntes, caincidcnda$ adaptable a unos presupuestos reducidos y unos recursos limitados:
y Iuerzas historicas, ninguna de las cuales se podria haber previs# lo unico que hacta falta era suflclente pintura blanca. Pero se trataba
en el verano de 1925, cuando el pabell6n de! Espiritu Nuevo se er? de algo mas que una cuesti6n de economta. Durante el decenio de
guia desprcciado y olvidado, coma heraldo triste de un future qui/ 1920 el unico gobierno que hizo suyo (brevernente) el estilo antibur-
aparentemente, nadie deseaba. gues habia sido el de la Uni6n Sovietica -el primer gran encargo
que se le hizo a Le Corbusier fue en Moscu- porque la ldeologla de
los cruzados antiburgueses les resultaba atractiva a las socialistas re-
* * * volucionarios. En carnbio, los nuevos poderes nazis en Alemania eran
decididamente tradicionalistas -por lo menos en lo que respectaba a
Para ernpezar, el crack de 1929 y la Gran Depresi6n detuvieron !~)! la arquitectura- y no querian tener nada que ver con lo que conside-
expansi6n <lei Art Deco. Casi ninguno de los clientes privados que ha()i raban estilo bolchevique. Como las dktadores eran partidarios de!
bian apoyado anteriorrnente a los ensembliers podia ya permitirse pa{ neoclasicismo -tanto Hitler coma Mussolini y, segun resulto, Stalin,
gar la artesanta y las materiales buenos, los que podian, preferian Y la arquitectura austera de Jos modernos pas6, par defecto, a represen-
gastarse el dinero de formas mas discretas. El Art Deco no murio del. \ tar el antifascismo y el antitotalitarismo.
todo -los irueriores del famoso trasatlantico frances Normandie, Los nuevos gobiernos socialistas de posguerra de Inglaterra, Ale-
tado en 1935, eran de Art Deco­, pero dej6 de ser un estilo t1n,mt->~ti~· mania, Holanda y las paises escandinavos reaccionan favorablernente
co; en todo caso, siempre habia sido demasiado caro para la a la oratoria izquierdista de la escuela moderna. En las Estados Uni-
parte de la gente. Se mantuvo en grandes edificios, especialmente dos, donde muches de los arquitectos alemanes modernos habian
las que tenian que atraer al publico, y como decorado de restauran- . buscado asilo de las nazis, el estilo moderno se recibi6 igual de
bien, no por sus ensenanzas socialistas, sino porque, dados sus ori-
genes, se consideraba que era sofisticado y de vanguardia. lgual que
• Loos estaba viviendo en Paris en la epoca de la Exposici6n Internacional y ·
represent6 a una empresa austriaca que debia suministrar mucbles para el pabe- en 1925 los estadounidenses habian visitado la Exposici6n Interna-
116n del Espiritu Nuevo, Aunque fue el primer arquitecto moderno que utiliz6 Si· cional para admirar el Art Deco, diez anos despues estaban apren-
llas de rnadera curvada -en 1899-, lo hizo para un cafe, y consider6 que el diendo otro estilo europeo nuevo. Sin embargo, esta vez It> hactan
empleo de sillas de restaurante en una casa por Le Corbusier era "lamentable'", directamente, de dos de las arquitectos alemanes modernos mas

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dcstacados: Walter Gropius y Mies van der Rohe. Se Ios no inspiraban afecto. Aunque los profesionalcs de la arquitectura y
los cxhibi6 y se las puso al Ircnte de sus propias facultades sus partidarios exalraban las virtudes morales <lei Espiritu Nuevo, para
quitectura, adernas de llcnarlos de encargos. Con cl apoyo cl hombre de ta callc no era sino un producto mas de la vida moder-
de protcctorcs de la bucna sociedad, museos, univcrsidadcs y na, dcsagradablc pcro inevitable; igual que los ernbotellamicmos de
COS de arquucctura, SU enfoque de esta adquiri6 gran nr,"'""""
trafico o los cubicnos de plastico.
cia'. Su reputacion antitotalitaria tambicn sirvi6, y sc convirti6 La dccoraci6n de irueriores siguio a la arquitcctura. Los arquitec-
un estilo del "Mundo Libre", que represeruaba a la dcmocracia tos habian aprcndido la lccci6n y no iban a perdcr el control de los
los Esiados Unidos en la Guerra Fria, En esta funci6n, nose lo intcriores de los cdificios, como habian hecho en cl siglo XIX. La
sidcraba como rncrarncnte otro esulo arquitectonico, no solo iba disposicion dcl interior ya no quedaba a! capricho de! propictario,
vestido de blanco, sino quc moralrncntc tarnbien era i tarnpoco sc permiua que cayera en manos de dccoradorcs de inte-
Consuiuyo una ruptura con cl pasado, un pasado quc cada riorcs. Un cdificio modcrno era una expcricncia total; no sc plan-
cruendia mas como algo indigno e inrnoral, al mcnos desde cl tcaba solo la distribucion del interior, sino tambien los matcrialcs
Lo de vista arquitcctonico. Scgun esta opinion, cl Art Deco habia de acabado, cl mobiliario, los accesorios y la colocaci6n de las Si-
do lascivo, las resurrccciones victorianas dccadcntcs, cl rococo llas. El rcsultado fuc que las habitaciones tenlan una consistcncia
"que cornan pasteles" era lo pcor. lo u nico virtuoso era la «u·"'-"" visual que no se habia visto desde el rococo. Pero no era el pro-
dad blanca. La genre .sc seruiria mas feliz si desechaba el ducto de un cquipo de artesanos que comparticscn un vocabulario
de la dccoraci6n de cpoca. Si aquello no sicmpre rcsultaba facil formal comun. Los interiores mas admirados eran aquellos en los
agradable, por lo menos si que era, al igual que un que todo cstaba proycctado por un solo arquilecto: hasta las luccs,
algo neccsario. los picaportcs y los ceniceros•. Y, naturalmcnte, los muebles; en es-
Pero cl apoyo de los politicos europeos o de los intelectuales pecial los mueblcs.
yorquinos no habria significado mucho si la nueva arquitectura no Los mucblcs nos lo diccn todo. · 1gual que un paleont6logo pucde
vicra algunas grandes vcntaias practicas propias. La reconstrucci6n reconslruir un animal prchist6rico a partir de tin fragmento de rnandi-
Europa, y el auge cconornico eatadounidense de la posgucrra, bu la, se puede rcconstruir el interior domestico, y las actitudcs de sus
gian una forma rapida y barata de construccion que sc adecuara a habitantes, a panir de una sola silla. Unjauteuit Luis XV no ref1cjaso-
producci6n en rnasa y la indusirializacion, Tanto las estilos de lo la dccornci6n de la habitaci6n a la que sc destinaba, sino tambien
rrecciones de epocas como cl Art Nouveau y el Art Deco la dcliciosa elcgancia de la cpoca. Una silla \\:tindsor georgiana de
una artesania cara, adernas de materialcs costosos. La arquitcctura de caoba lustrosa, con sus listones graciosamcnte esculpidos, es la escn-
parcdes blancas y habitaciones sin dccorar no exigia ninguna de esas cia de la modcraci6n dcl caballero. Una silla victoriana bien mutilada,
dos cosas -<le hecho, convertia la normalizaci6n en una virtud- con su tapiccrfa rica y de hondas estrias y sus antimacasares de enca-
ya por cse unico motive era atractiva, al mcnos en lo quc respectaba jc, reprcsenta tanto cl conscrvadorismo de la epoca como su dcsco
a los hombres de negocios. La reacci6n del publico fuc menos entu-
siasta. De poder elegir, la mayor partc de la genre habria prcferido al- • Adolf Lcx::>s habia estado en desacuerdo con cl cnfoquc dcl ''proycclista maes-
go un poco mas acogedor, digarnos Reina Ana o colonial, pero a la tro": ''Soy advcrsario de la tendencia que considcra espccialrnentc aconscjable que
gentc no sc la consultaba. Los edificios de estilo austcro se aceptaron los edificios sc proyccten jumo con todo lo quc van a contener -hasta el balde
para cl carb6n- por un solo arquitecto. Yo creo que como result.ado cl cdifido
de mala gana a partir de la hipotesis de quc eran 'funcionalcs" y "efi-
puede tcncr un aspccto mas bien mon6tono"a. As! dccia en una colecci6n de cn-
cicntes". lncluso sc los adrniraba -cspccialmente si eran altos-, pc, sayos quc public6 en 1921 con cl adccuado titulo de! Clamar en el desierto.

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de com~idad fisica. Una mecedora de Art Deco, tapizada prolongados; una inmovilidad prolongada tiene un efecto per-
cebra e incrustada de madreperla, exhibe un gusto tacul y ""'"~'"'- para los tejidos, los musculos y las articulaciones. Los cambios
<lei lu]o. postura -cruzarsc de piernas, subir una, o inc!uso las dos, al
Se considera que la siila Wassily, proyectada por Marcel incluso echar una pierna por encima de! brazo de la silla-
1925-1926, es un clasico. Al igual que la silla Barcelona de el peso de una parte del cuerpo a otra, alivian la presi6n y
der Rohe, de la misrna epoca, es un ejemplo de los ideates de! tension y relajan diferentcs paquetes de musculos. lncluso el asien-
co~ternporanco _de sillas. pesa poco, utiliza rnateriales hechos an] mas perfecta results pronto incomodo si esos movimientos se ven
quina y no conuene adornos. Es una estructura de tubos dobladoS come saben perfectamente quienes viajan en avion. Los
metal crornado, de un lado a otro de los cuales se tensa un cue/ califican de motilidad a esta tendencia de! cuerpo a cam-
d~:nudo que forma cl asiento, cl respaldo y las brazes. Conforrne<:i de postura. La rnotilidad en postura yacente se ha estudiado, tan-
dicho po~ular, no parece hecha par mano humana. Su simple beU~i£ por lo que respccta al confort en el suefio coma a las camas de
no se deriva d~ la decoracion, sino de la forma explicita y cstructul'a1L hospital en las cuales la falta de rnotilidad causa rapidarnente llagas".
mente expresiva en que se cornblnan las rnateriales: los tubos > La rnotilidad en postura sentada es algo que se comprende menos
compresion, el cuero en tension. Al igual que todas las sillas mod?~y bien, pero existen indicios de que tiene igual de importancia en cuan-
nas, no ~ontiene ninguna alusi6n a los muebles de epoca, las iddiS to a dar sensaci6n de conforr".
que sugiere son contemporaneas y deliberadamenre cotidianas. ( Una forma de dar cabida a la rnotilidad es que la propia silla se
tubos doblados de metal recuerdan cl cuadro de una bicicleta el mueva. Es lo quc hace una mecedora tradicional; su principal obieti-
ro duro se pa~ece al que utiliza el barbero para afilar la nava]a. vo no es estarse mcciendo constantemente, sino permitir que quien
do ~e ~royecto, no se parecia a ninguna silla que jarnas hubiera se sienta en e!la cambie de po.stura y alivie las tensiones, tanto en las
n~d1e: incluso sesenta afios despues sigue pareciendose mas a piernas coma en la espalda. Por eso suelen recomendarse meccdoms
maqu_i_na para hacer ejercicio que a una butaca. De ahi que la a la gente que tienc problemas de espalda. A partir de mediados dcl
reaccion al sentarse en la silla Wassily sea favorable; resulta sig!o XIX, y sabre todo en los Estados Unidos, apareci6 una serie de
dente que sea posible sentarse en absolute en este extrafio - muebles en las cuales la comodidad al sentarse no se lograba me-
de tubas y de pianos que se intersectan. diantc la tapiccrfa y el acolchamiento coma antes, sino mediante el
Una butaca bien proyectada no s6lo debe invltar a sentarse movimiento: flexi6n, rodado, inclinaci6n y giro. Sin embargo, al con-
do, _sino tarnbien a tomar una copa, a la lectura, a la conversacion trario que en la mecedora, esos muebles m6viles eran mecanicos.
subirse a las nifios pequeii.os a las rodillas a descabezar un ' Hoy dia, las muebles mecanicos se relacionan con las oficinas y las
to, etcetera. Debe permitir a quien se sicnta en ella que carnbie sillas para escribir a maquina, o a asientos especializados, como los
postura ~- adopt~ diversas posiciones. Ese cambio de posturas sillones de barbero y de dentista, pero sus origenes son domesticos.
una funcion social: el llamado lenguaje del cuerpo. Tambien debe La primera silla girn.toria que ademas se inclinaba, que se patent6 en
s~lt~r po~ible ech_ars~ hacia adclante (para expresar preocupaci6n) 1853, se destinaba a la casa1•• La familia victoriana utilizaba muchas
hacla atras (para indicar que esta uno pensando), debe resultar
?le sent~rse tieso (para mostrar respeto) o recostarse (para • La diversidad de posiciones que se ofrece ahora en muchos asientos de
mform~h~ad o in~~uso. falta de respeto). La capacidad para cambiar automovil no tiene por unico objetivo que sean adaptab!es a los diferentes
de posicion tambien uene una funci6n fisica importance. El cuerpo conduclores, sino tambicn permitir que cl mismo conductor cambic de postu·
humano no esta ideado para mantener una sola posici6n durance ra durante los viajes largos.

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"maquinas en las quc sentarse": sillas Ilexiblcs para _la postura,
~· Si se doblan las rodU~as, los muslos ya no cstan apoyados por cl
ajusiablcs para invalidos, sillas giratorias para cscribir y tocar cl
asiento icnso, que tamb1cn le impide a uno estirar las piernas total.
no. rncccdoras rnccanicas y buiacas ajustables.
rncnte. Al cabo de poco rato cf bordc de cuero r'1g1'do cm · ·
.Los mueblcs mecanicos no solo pcrmitcn la motilidad. sino . , p1cza a m-
trod uc .1 rse do!oros::imcnte err fa partc de abajo de fos musios v las
tambicn resuclvcn un problems quc siernpre ha (astidiado a los
puntacl~s gruc~as de los bra1.os de la siila crean un roce desagradable
scnadorcs de rnucblcs cl cucrpo humane ucnc toda una garna
en lc~s codos. Es una butaca en que no puedc uno estar c6modamen-
formas y de iarnanos y no hay silla quc valga para todos. En te mas de treinta minutos seguidos.
scntido. los muebles tradicionales han sido siernprc una soluci6n in-
iC6mo pucdc scr una silla inc6moda un "clasico"? ·Sc dcbe a .
termcdia; lo masque sc podia haccr era ofrcccr sillas de
imp<:rtancia hist6rica, dado quc Breuer la disci'\6 en 19;6? Es posib~~
tamarios (por lo general mas pcquenas para las rnujcrcs, mas anchas
adrnrrar l~s pnmcras biciclctas, por ejcmplo, pcse a lo inc6modas quc
y pesadas para los hombres), con suficicnte tapiccria y rel le no para·
son, scncillamcntc porquc rcprcsentan un salto adclanLe en mate ·,
compensar la diferencia. En cambio, la silla rnccanica puedc disc- d · ., na
c 1nnovac1on. Pero la silla \Vassily no cs prccisamerue la primera bu-
narse para que no solo sea ajusiable en lo que rcspecia a ,a altura
t~ca, aunque fuesc la prirnera que se construy6 con tubos de metal.
dcl asicnto, sino tambien al angulo y la al tu ra dcl rcspaldo. Los me-
!;n Lodo caso, fa bicicleta "de a penique y mcdio" se ha qucdado para
canismos de inclinaci6n perrniten diversas posturas en la misma Si-
lc~s muscos, m1cntras que la silla de Breuer sc sigue fabricando y ven-
lla, y la prcsi6n se puede calibrar para Lener en cucnta los
diend~) Y la gcntc sc sigue scmando en clla. No cs injusto el escogcr
pesos corporales. , .,
esLa sill: como objeto de critica, pues es un parang6n muy admirado
Las sillas mccanicas dorncsticas nunca han atraido la aicncion de
del d1s_eno modcrno, al igual que la cfegante silla Barcelona, disenada
arquitcctos y discnadores, desprccian la butaca ajustable =-supcrvi-
por Mies van de:. Roh~; que sigue adornando vestibulos, rnuscos y
vcncia del siglo XIX- coma algo desesperadamcnte vulgar". La si.lla
cuartos de estar. lamb1en la silla Barcelona ofrcce un confort Jimita-
Wassily, al igual quc todos los rnuebles domesticos rnodernos, .no ue-
do. Sus delgados cojincs son dcmasiado plaf)os para brindar un apo-
ne ningun rnecanismo que permits a quicn sc sicnta en e!la ajusiarla
conforrne a sus propias necesidadcs. Adernas, lo agudo dcl
Y? a,d~cuado, la '.alLa de braws hace quc resultc diHcil scntarse y fc-
:antar~c, Y el a~1cnto Y. el respaldo de cucro resbaladiz.o no Jogran
dcl asiento hace que resulte imposible scntarse en ninguna postura
unpcd1r quc quien se sienra en ella sc vaya des!izando. Ese misrno
salvo la rcparuigada, por ejernpto, si trata uno de adclantarse para al,
prob!cma _de dcsfo'.amiemo se puedc cncontrar en otras sillas, como
canzar una taza de cafc, se encucrura desagradablcrncruc apoyado en
la famosa sdla de cuero disenada por Charles Eames. Varios criticos
cl borde rigido del asiento. Si se da uno la vuclta de lado, los brazos
~an ~~nalado el ?racaso. opcracional" de la ingeniosa silla lfardoy,
brindan escaso apoyo. Como cl rcspaldo y el asieruo son pianos, de­
ta'.11b1~n Hamada s1Jla Manposa, cuya popularidad y fama resultan mas
salicntan los rnovimicntos; uno se ernpicza a scntir inquieto en segui-
rrustenosas cuanto mas tiempo se pasa uno sentado en e!Ja:i. Scria
~xa_geradoafirmar quc todos los rnueblcs domesticos rccicmcs son
• Una de las raras tcntativas de mcjorar la butaca ajustablc, quc cs muy mcomodos, pcro cs un hccho que muchos de los que sc considcran
grandc y poco manejablc, cs una silla rcdinatoria proycctada por Ferdinand gcncralmentc ejcmplos destacados dcl diseno mcxlerno de sillas dan
Porsche. El que un discnador de autom6vilcs sc intcresc por los muc~l~s me· muestras de mu>' poco interes pur el confort humano•.
canicos no cs de sorprcnder, pucs Ir:,~ mejores asientos de automov1l dan
mucstras de un grado de confort y de ajustabilidad quc no tienen cq_ulva!ente
en ninguna silla dom6stica y que solo igualan algunos mueb!es de of1c1na.
' Tanto la silla Barcelona como el siH6n de Eames y la si!la Hardoy figura-

210
211
· .. d I fracaso ergonomic , . o de los muebles contern-
ct· · .
Se ha sugeri o que e . I onvencionalismos tra rcrona-
poraneos se debe al desprecio por os c tada" No resulta facil rein- . utilizaci6ri de nogal nudoso con incrustaciones de plata y de marfi!
r . la postu ra sen= · · . I ·. tambien era inconfundiblemenre Art Deco. Una silla lateral con res-
les en cuanto al contort ~n ialmente si se insiste en que a -.
ventar la rueda -ni· 1 a s Ila- ' espeo
1
donda A los ebanistas de 1 sig · · Io paldo de cuchara de Louis Sue y Andre Marc, que en detalles y as-
rueda sea cualquier cosa menos re . los angu los id6neos del pectos era moderna, segura · manteniendo la tradici6n rococ6 de
XVIII Jes llcv6 mucho tiempo encontrar, iales adecuados para el una parte delantera amplia, un asicnro acolchado bombc y un res-
Id , I s curvas Y los maten . palda alga curvado y ahuecado. No era que los disenadores snob
asicnto Y de! respa o ) a Esos adelantos se incorporaron en una ·.·
confort en la postura sentada, l h do la silla de madera y la .. de Art Deco atribuyeran tanra importancia al conforc -lo que les
S
erie de prototipos como el sill6n aco c a. ueron en los paradigmas preocupaba fundamentalmente era obtener efectos superficiales
I. cs que sc convir
silla de comedor con rston ' . da Los libros de patro- sunll!osos-, sino que se contcntaban con observar los convencia-
didad en postura sema . l . nalismos del pasado mientras segufan tocando sus versiones sinco-
funcionales de la como r . I de Chippendale, aponaban a _m- padas de las normas antiguas.
nes, como los de Hepplewhite _Y, o:l aradigma, Y tambicn sugena~ · .
formaci6n detallada que describia ~ian combinarse con el. Las di- . A las disefiadores contemporaneos no Jes interesan las variacio-
diversas posibilidades formales _quel po detaltadas Y explicitas y ga-. nes; quieren una partitura totalmente nueva. Quieren elaborar solu-
di a funciona eran , I · ciones propias, sin la ayuda de paradigmas, y por eso ahora se juzga
mensiones <lei para igrn t da Las alternauvas rorma es
_, n la postura sen a . I . . -. su trabajo fundamentalmente conforme a su novedad. Ello ha lleva-
rantizaban el contort e . . Y se dejaban mas a a unagr-
se daban por lo general sin dirnensiones raba que produjera piezas da a un "cuJto de la originalidad", como lo ha llamado Allan Green-
b · t De este se cspe
naci6n de cada ~ ams a. d I contexto del paradigrna, el berg, en el cual se suele preguncar mas a menudo si "es nuevo" que
si "es mejor''''.
originales, pero siernpre dentr~ e T itado de variaciones sobre
de muebles consistla en un numero t mu
Hepplewhite y Chippendale habian brindado docenas de ejemplos
numero fijo de tema~. , ua bien entrado el siglo XX. Los de posibles diseiios de silJa de cualquier modeio determinado. Cada
Esa practica continue has I . teres dieciochesco por la silla moderna, en cambio, se considera como algo unico: un nuevo
<lores de Art Deco compartlan e in bles eran mas pequenos paradigma, pero que nunca se debe copiar. Un italiana llena una bol-
didad Y el agrado y aunque ~us :u~enas- por lo general scguian; sa de perdigones de poliesrireno -idea ingeniosa- y esa vfa queda
adaptarlos a habitacione~ mas p f~rma ge~eral. Cuando . . cerrada para siempre; ningun diseiiadar volvera a tocar los perdigo-
las tradiciones, al rnenos en su nto de partida la silla nes de plastico. Se espera el pr6ximo adelanto: ,:Se haran las sillas de
disefiaba una b u taca ' tornaba
. . corno pu tapizada, con e I respaico,
talmente cart6n ondulado, o de redes de plascico expandido? Como cada para-
riana de respaldo semicircular to iln suelto en el asiento. En el, digma "pertenece" a su diseiiador, los demas mueblistas nunca po-
Y los lados acolchados y con un COJII ion de Rulhmann era dran mejorario; uno encuenrra imitaciones menos caras de sillas fa-
, d , dornos· a vers1 .
glo XIX la butaca ten_ na a 1· p,atas esbcltas de ebano mosas, pero casi nunca se trata de perfeccionamientos de esas sillas.
. terciopelo iso, ·11 En tales circunstancias, la evoluci6n gradual resulta imposible; el
sencilla, con un . ue definia la forma de la st a.
una banda de rnadera ~n~ qa su antecesor de! Imperio . adaptar el diseiio de otro equivale a verse acusado de falta de imagi-
el sofa Rulhmann recor a a naci6n, y el mejorar el propio equivale a reconocer que no era per-
fecto desde un principio.

::p~~ ~::s:~:. 7 de los "cien mejores productos" elegidos


1~:~i:::adorcs, criticos y profesores",
El problema del confort se ve complicado ademas por el deseo
de los diseiiadores de hacer muebles a partir de materiales indus-
trializados y de urilizar nuevas tecnicas. Lo malo no es el deseo de
212

213·
expcrimcntar -eso al menos qued6 demostrado hace un confundir los deseos con la realidad. I.a genre que se derrumba en
los invcntores de rnuebles mccanicos=-, sino mas bien la una silla Barcelona, o que se levanta dificuhosamenre de una butaca
de la innovaci6n. Casi todos los disenadorcs, incluso cuando Eames, nose sicnte comoda, sencillarncntc esta dispuesta a sopona-
jan con madera, evitan los modelos funcionalcs dernostrados i a: la incomodidad en nombre dclane +-O de! prcstigio-, lo cual no
largo dcl ticrnpo y en su lugar buscan soluciones totalrneme 11J& es lo rnisrno. Aspirarnos a que nucstros intcriores y nuestros mue-
vas. Cuando si utilizan metodos y mareriales tradicionalcs, los rdi blcs scan confortables, y no merarnente que parezcan atractivos.
sultados casi siempre son beneficiosos. El rcspaldo y cl asiemo Antes del siglo XVII, se podia haber considerado quc una silla esta-
la popular silla Breuer son de madera vaciada y de roien ba bien aunque no fuera agradable sentarse en ella. Cuando una si-
al igual que las sillas georgianas hechas de csos rnaterialcs, la Ila parecia bella o grandiosa, o impresionante, era "bucna". Nuestros
Breuer cs un asierno agradable, La silla \Vcissenhof, discnada abuelos llevaban corses de ballenas y cucllos altos alrnidonados y se
Mies van der Rohe, cs mas confortablc que la \Vassily, sentian a la moda y elegances. Les delta la cintura y tenian rozadu-
cuadro tubular esta recubierto de cana tejida a rnano, tecnica ras en cl cuello, pero cabria decir quc se vestian asi y tarnbien se
glo )(Vil. La butaca Eames no logra su confon imperfecto gracias sentian "bien". Pero si carnbiararnos nuestros pantalones vaqueros y
su cascar6n innovador de contrachapado, sino porque esta nuestro sucter por un atavio parccido, nos sentiriamos scncillamcnte
de plumas y plum6n. inc6modos. Bernos llegado a dar por hecho que cualquiera sea el
Un conocido arquitecto britanico, James Stirling, describi6 una aspecto de la ropa, debe brindar facilidad de movimicntos, igual
como sigue algunos de sus muebles favorites: "Si me gustan (las quc cspcramos que los muebles, cualquiera sea su aspccto, nos re-
llas) es· por criterios iruclcctuales. No son tcrriblerncntc cornodas sulten c6modos.
ra sentarse en ellas, aunquc desde luego se puedc uno sentar duran- Y, ,que es lo que nos ofrecc la silla def siglo XX? Revela una fe
te una hora sin peligro de que se derrumben"16• Entonces, ,cso cs optimista en Ja tecnologia y en el uso eficicnte de inatcriales. Revela
que podernos esperar, una hora sin un paro cardiaco? Desde una preocupaci6n por la fabricaci6n, no por la artesanla en el senti-
no rcsulta un aplauso convincente, Da la casualidad de quc do tradicional, sino en un montaje preciso y exacto. Es un objeto
se referia a los mueblcs de Thomas Hooe, diletante de principios con un objetivo deterrninado, sin frivolidad ni adornos. Ofrece cate-
siglo XIX, que diseiiaba sillas de aspccto excentrico en estilo goria; es posible comprar un cache usado por menos que muchas
gipcio, pero sin embargo esa actltud es rcveladora. El confort en sillas modernas. Es ligera y desplazable, e invita a la admiraci6n por
postura sentada ya no es la principal consideraci6n cuando sc csas cualidades, igual que un camastro de campamento. Pero no pi-
el valor de una silla, ahora se puede apreciar intelectualmentc. 0 de que nos sentemos en ella, o al menos durance mucho ticmpo. La
teucamente. Philip Johnson, protcgido de Mies van dcr Rohe, dccia a silla rococ6 incita a la conversaci6n, y la silla victoriana invita a Ja
sus cstudiantcs de Harvard: "Creo que el confort es una funci6n siesta, pcro la silla moderna invica a la actividad. Ordena: "Basta ya
cuando pcnsais sl una silla tiene buen aspecto o no?". Con su inge- de cstar sentados y volvamos a hacer alga (ail." Esa silla provoca
nio caracterisuco pasaba despues a sugerir que la gente a la que le muchas cosas, pero ya no la tranquilidad, el ocio o, a decir verdad,
gustaba el aspecto de las sillas l3arcelona que tenia el en casa disfru- • el confort.
tartan sentadas en ellas, aunque el mismo reconocia que "no son Si- !-lace doscientos anos, cuando la gente iba a comprar sillas o me-
llas muy confortables". sitas en la tienda de Thomas Chippendale de St. Martin's Lane de
Esta creencia en cl poder def arte para superar la rcalidad Itsica l.ondres, no considcraba quc cstaba cornprando clasicos, ni podia
tiene algo cncantadoramente ingenuo. Desdc lucgo, se irata de haberse imaginado quc mucho despucs Jos coleccionistas se pe-

214 215
· ·. learian por esas piezas. Compraban las sillas de Chippendale tadounidense, cuando de hecho, canto las enormes cambios que se
aunque sus disenos eran nominalmente Luis XV, neogoucos o produjeron en la casa durante fines de! siglo XIX, come la introduc-
nos, eran nuevos y porque querfan arnoblar sus casas a la moda ci6n de una econom1a domesiica eficiente por las ingenieras dornesti-
<lei dia, En cambio, en 1977, cuando la revista Beller Homes cas no tropezaron con una gran oposici6n. Nunca ha habido oposi-
Gardens hizo una encuesta erure sus Iectores, solo el 15% ci6n alguna a los aparatos 'futurisras", tratese de telefonos portatiles,
las mueblcs del "ultimo estilo moderno"18• Lo que la mayoria bafieras con jacuzzi, ordenadores personales o el video en pantalla
y sigue queriendo, eran muebles anucuados -no grande. Para continuar, el "futuro" en el cual parecc que la gente no
antiguos- y una decoracion tradicional, exactarncnte lo mismo quiere vivir -paredes blancas, tuberias y muebles de acero y cuero-
brinda Ralph Lauren en "Purasangre" y en "Nueva Inglaterra", A no es precisamente algo escandalosamente nuevo. El Espiritu Nuevo
gar por los grandes almacenes o por las revistas de decoracion de tiene ya mas de sesenta afios y ha habido rnucho tiempo para acos-
tcriores, lo que prefiere la mayor parte de la genre es vivir en tumbrarse a el.
clones que sc parezcan, en todo lo que se lo permitan sus La nostalgia per el pasado suele ser un indicio de descontento
puestos, a las de sus abuelos. con el presente. He calificado al interior moderno de "ruptura en la
Nadie considera extrafio csto. Pero, coma sefialaba Adolf Loos, evolucion del confort domestico". No representa tan to una tentativa
nostalgia no existe en otros aspectos de nuestras vidas cotidianas. de introducir un estilo nuevo -eso es lo que menos im.porta-,
echamos de menos la gastronomia de epoca. Nuestra coma de modificar los habitos sociales, e incluso de alterar el signifi-
par la salud y la nutrici6n ha modificado la forma en que rnmPmr"' cado cultural subyacente de! confort domestico. Su negaci6n de las
asi coma lo que comemos, nuestra admiraci6n par los fislcos esbeltos tradiciones burguesas le ha llevado a poner en tela de juicio y a re-
habna resultado enigmatica para el corpulento siglo XIX. Hemos mo- chazar no solo el lujo, sino tambien la comodidad, no s61o el abiga-
dificado nuestra forma de hablar, nuestros modales y nuestro compor- rramiento, sino tambien la intimidad. Su insistencia en el espacio le
tamiento en publico yen privado. Por ejemplo, no sentimos necesi- · ha llevado a pasar per alto la intimidad, igual que su interes por los
dad de resucitar la practica de dejar tarietas de visita, o de noviazgos materiales y los objetos de aspecto industrial lo han desviado a la
largos y con "carabina", Un regreso al decoro dteciochesco no se domesticidad. La austeridad, tanto visual como tactil, ha sustituido al
ajustaria bien a nuestro estilo informal de vida. Salvo que los colec- agrado. Lo que empez6 como una tentativa de racionalizar y simplifi-
cionemos, no conducimos caches antiguos. Queremos autom6viles car se ha convertido en una cruzada por los motivos err6neos; no,
menos caros, mas seguros y mas c6modos, pero no imaginarnos que como suele afirmarse, una respuesta a un mundo en evoluci6n, sino
puedan lograrse esos perfeccionamlentos mediante la resurrecci6n de una tentativa de cambiar la forma en que vivimos. No es una ruptura
modelos de caches de epocas anteriores. Nos sentiriarnos tan extras porque termine con los estilos de epoca, ni porque eliminc la orna-
nos en un Ford T como si llevaramos pantalones bombachos o faldas mentaci6n, ni porque haga hincapie en la tecnologfa, sino porque
de polis6n, pero aunque no se nos pasa par la cabeza vestirnos con ataca la idea misma del confort. Por eso la gente se vuelve hacia el
ropa de epoca, no vemos que tenga nada de raro vestir riuestras habi- pasado. Su nostalgia no es resultado de un interes por la arqueolo-
taciones con decoracion de epoca. gfa, como algunas resurrecciones victorianas, ni de una simpatia por
Un autor ha sugerido una explicaci6n de esa nostalgia: "los esta- un periodo deterrninado, como el clasicismo jeffersoniano. Tampoco
dounidenses pueden quedar fascinados con el future, pero no quie- es un rechazo de la tecnolog1a. La gente agradece las comodidades
ren vivir en el"19• Eso suena bien, pero es inexacto. Para ernpezar, im- de la calcfacci6n central y de! alumbrado electrico, pero se sigue sin-
plica que la resistcncia a la innovaci6n en la casa es una tradicion es- tiendo atraida por las habitaciones de una casa de campo colonial o

216 217
una mansion gcorgiana -quc no Lcnian. ninguna de csas ~"'"'"'7,,
porquc apor l,an' alco
r» (Jue no cxiste en cl iruenor rnodcrno.
· La CAPITULO 10
sc vuelve hacia cl pasado porque esta buscando a 1 go quc no
en cl prescmc: confort Y bienestar,
Confort y bienestar

. .. uttimamente be pensado que quizas el confon sea el mayor


de los lujos.

Bii.LY B,ILDWI:\
Citado en The New York Times

El bienestar domestico es una necesidad humana fundamental pro-


fundamentc arraigada en nosotros y que ha de satisfaccrse. Si cl pre-
serue no satisface esa necesidad, no es antinaturat buscar el contort
en la tradici6n. Sin embargo, al hacerlo no debernos confundir la idea
del confort con la decoraci6n -cl aspccto externo de las habi-
taciones- ni con el comportamiemo: c6mo se utilizaban esas habita-
ciones. La decoraci6n es fundamentalmente producto de la rnoda y su
longcvidad sc mide en decadas o mcnos. Un estllo de decoraci6n co-
mo el Reina Ana dur6 coma maximo treinra anos, el Art Nouveau po-
co mas de una decada, el Art Deco todavia rnenos, El comportamienro
social, que es funci6n de habitos y costumbres, es mas duradero. La
costumbre masculina de retirarse a una habitaci6n especial para fu-
mar, par ejcmplo, ernpezo a mediados del siglo XIX y continuo hasia
bien entrado el XX. Todavia en 1935 el trasatlantico Normandte con-
taba con un salon de fumar, aunquc para entonccs las muieres ya cs-
taban empezando a fumar en publico, El fumar en publico ha durado
unos cuarcnta aiios, pero cs probable quc no falte rnucho para que
cese totalrncntc y volvamos a la epoca en que se consideraba descor-
tes furnar cuando se esta con otros, Las ideas cullurales, coma el con-
fort, en cambio, tienen una duraci6n que sc mide por siglos. Par
cjcmplo, la domcsticidad lleva mas de trescicntos afios de existcncia.

218
219
En ese tiernpo ha variado la "densidad" de la decoraci6n de interio-
res, el tamaiio y funci6n de las habitaciones han cambiado y las habi-
taciones en si han estado mas o menos llenas de rnuebles, pero el in-
terior domestico ha mostrado siernpre una sensaci6n de intimidad y
de hogar.
Los cambios de la moda ocurren con mas frecuencia que las de
comportamiento, como las ideas culturales duran tanto tiernpo, son
mas resistentes al cambio yen consecuencia tienden a constrenir tan-
lo el comportamicnto coma la decoraci6n. Aunque a menudo se cali-
fica de revolucionarias a las modas nuevas, raras veces lo son, pues
no pueden modificar las costumbres sociales sino leverncnte, y la cul-
tura tradicional en absolute. El pelo largo, simbolo de la rebeli6n del
decenio de 1960, se calific6 de importance cambio cultural; result6 ser
lo que deberiamos haber comprendido que era: una moda de corta
duraci6n. Cuando la moda trata de modificar el cornportarniento so-
cial, lo hace por su cuenta y riesgo. Por ejemplolas prendas de vestir ·
de papel, otra moda del decenio de 1960, no podian satisfacer el uso
tradicional que hace la genre de! vestuario como simbolo de caregoria
social y no dur6 mucho. La capacidad de la cultura para constrenir el
comportamiento es evidente cuando se roman prestadas las costum-
bres extranjeras, Par ejemplo, el bane al estilo iapones esta actual-
mente de moda en los Estados Unidos -y quiza con el tiernpo se
convierta en una costumbre-, pero las tradiciones del baiio en el Ja-
p6n y en los Estados Unidos son enormemente diferentes. El bafio en
comun se ha vista convertido, en consecuencia, de un ritual oriental
semirreligioso y contemplative, en una actividad recreativa social oc-
cidental. Esa adaptaci6n se produce en ambas direcciones, e igual
que el bane en cornun se ha occidentalizado, las japoneses han mo-
dificado nuestras costumbres domesticas para adecuarlas a sus habi-
tos y cultura propios'.

• Segun George Fields, consultor australiano de cornerclalizacion, hay apara-


NORMAN ROCKWELL (1946)
tos como los lavarropas y las heladeras que tienen un "posicionamiento psicolo-
gico" mas alto para los ja poneses, que atribuyen la rnisma importancia a estos
aparatos utilitarios que los estadounidenses a Jos rnuebles; en una casa japonesa
la heladera lo mismo puede estar situada en el cuarto de estar queen la coclna',

221
Analogarnente, los prestamos dcl pasado deben hacia 1920. Vivimos, nos guste o no, al otro lado de una gran diviso-
cosiumbrcs contcmporancas. Por eso las resurrecciones de;;~."'-"'. ,,. ria tecnologica. Como nos rccuerda John Luckacs, aunque a nosoiros
cluso cuando no eran francas invenciones, nunca tuvieron por nos resultaria familiar la casa de l 930, esta hubiera sido irreconocible
vo ser autenticas rccreaciones de! pasado, sicmpre eran, en el para el ciudadano de 18952• Hasta entonces la rccrcaci6n del pasado
estricto dcl terrnino, "supcrficiales'', Cuando volvio a ponerse era plausible, aunque fucse rara, a partir de 1920 se convirtio en una
da cl esulo gotico en el siglo XVII 1, cllo afecto a la decoraci6n exec ntricidad.
habitacloncs, pcro no tcnia por obictivo revivir la "casa El confer; no solo ha carnbiado cualitativa, sino tarnbien cuanti-
falta de iruimidad medieval: la disposicion basica de la casa tativamcnte: se ha convcrtido en un producto de masas. A partir de
pcrmancci6 iruacta. Cuando los interiores Rcnacirniento se n11,,;r,.,,,",.., . ., 1920, cspecialmentc en los Estados Unidos (algo mas Larde en Eu-
de moda en los Estados Unidos en el decenio de 1980, no se ropa), el confort en la casa deja de scr el privilcgio de una pane de
en absolute de echar arras cl rclo], cl cstilo SC utilizaba cu,,rn~M la socicdad y estuvo al alcance de todos. Esa dcmocratizaci6n de!
forma selcctiva y solo en deterrninadas habitacioncs. Por ejcmplo, confort sc ha debido a la producci6n en masa y a la industrializa-
habia cocinas Rcnacimiento: la idea de zonas de trabaio ,..,...,,...,,,~~ ci6n. Pero esta ultima ha tcnido otros efecros: ha hecho que las co-
eficicntcmcrue planeadas formaba ya una pane dcmasiado sas hcchas a mano scan un lujo (en ese sentido, el analisis de Le
de la cultura domestica. Corbusier era corrccto). Tambien eso nos separa de! pasado. Como
No se pucde volver al confort del pasado si se copia su ""'''"•~· .: descubrieron los diseiiadores de Art Deco, el recurso exclusivo a la
ci6n. El aspecto de las habitaciones tenia sentido porque artcsania era caro y significaba una clicntela limitadisima. Podemos
un marco para un tipo determinado de cornportamicnto, que a su admirar e! dcspacho Luis XV de la senora Lauder, pcro, ,:cuamos
estaba condicionado por la forma en que la genre concebta el pucdcn pcrmitirse ni siquicra buenas rcproducciones y no digamos
fort. El reproducir lo primero sin lo Segundo scria como rnontar antiguedades autenticas? Si insistimos en cl rococ6, hemos de con-
obra de teatro y Iimitarse a crear cl esccnario, pero olvidarse de tentarnos con un sucedaneo, una mala imitaci6n que no es muy c6-
· actores y de! icxto. Seria una experiencia huera e insatisfactoria. moda ni encantadora. S<')lo Jos ricos o los muy pobres puedcn vivir
demos admirar los intcriorcs dcl pasado, pero si tratamos de en el pasado. Solo los primcros lo hacen por su propia dccisi6n. Si
veremos que es demasiado 10· que ha cambiado, Lo que mas ha uno tienc suficicntc dinero -y suficicntes criados- lo indicado es
biado es la rcalidad de confort Iisico -el nivcl de vida-, en gran una casa de campo gcorgiana. Pero la realidad de que las casas son
medida corno resultado de Jos avances de la tccnologia. Los cambios pequcnas y de que no hay criados hace quc a la mayor parte de la
tecnologicos, naturalrnente, han afectado a la cvoluci6n de! confort gcntc le resulte imposible lanzarse a restauraciones en gran cscala
lo largo de toda la historia, pero nosotros nos hallarnos en una posi- de ese tipo: ,£quicn va a dcsempolvar todas esas preciosas moldu-
cion especial. La evoluci6n de la tecnologia domcstica que se ha ido ras?, iqui6n va a sacudir las alfombras y a sacar el brillo a los co-
narrando en Ios capiuilos anteriores mucstra que la historia de las co- brcs?
modidades materiales se puede dividir en dos grandes fases: toda la La moda actual de dccorar los interiores con cachivachcs orna-
era hasia 1890 y las tres decadas siguienres. Si csto parece extrafio, mentales de aspecto tradicional, sin seguir ningun cstilo hist()rico
rnerccc la pena recordar que todos los aparatos "modernos" quc con- concrcto, parcce, al mcnos superficialmcnte -y casi todo es superfi-
tribuycn a nuestro confort domestico =calefaccton central, plomcna cial- constituir una altcmativa aceptablc. Tambicn es una cornpo-
interior, agua corriente frla y calicnte, luz y encrgias clectricas y as- ncnda barata, aunquc a medias: ni cs una resurrccci6n ni cs un mo-
censorcs=- no existian antes de 1890 y ya estaban rnuy difundidos dernisrno puro. Pero cl llamado posmodernisrno sc equivoca; en

222 223
realidad de lo que se trata no es de afiadir una rnoldura ~~'"'L·"'-'"- espacio fluye, pero tambien la vista y el sonido, y es la prirnera vez
una columna clasica simb61ica. Lo que falta en las casas de Ia desde la Edad Media que las casas ofrecen tan poca intirnidad perso-
no son referencias historicas descafeinadas. Lo que falta es nal a sus habitantes. lncluso a las familias pequenas !es resulta dificil
scnsacion de domesticidad, y no mas adornitos, una sensacion de vivir en interiores tan diafanos, especialmente si utilizan la gran diver-
timidad, y no vcntanas neopalladianas; un clirna acogedor, no sidad de dispositivos para la diversion casera que se han populariza-
lumnas de yeso. Al posmodcrnismo le interesa mas la historia do: televisores, videos, equipo de audio, juegos electronicos, etcetera.
sicmpre dificil) de la arquitectura que la evolucion de las ideas Lo que hace Iaha son mas habitaciones pcquefias -algunas no nece-
rates que representa esa historia. Adernas, siente renuencia a sitan ser rnayores que nichos- para adaptarse a la gama y la diversi-
en Lela de juicio ninguno de los principles basicos del dad de actividades de ocio en la casa moderna.
el nombre le viene bien, porque casi nunca es antimoderno. Pese Eso tarnbien significa volver a unos muebles que scan adaptables y
su ingenio visual ya su despreocupacion a la moda, nose ocupa confortables, no a sillas que constituyan una manifestaci6n artistica,
problema basico. sino a sillas en las cuales resulte agradable sentarse. Eso significa tan-
Lo que bace f alt a no es un nueuo examen de los esulos ourouesas to ir hacia adelante como hacia atras: hacia arras para recuperar el co-
sino de las tradiciones burguesas. No debernos contemplar el nocimiento que se tents de la ergonomia en el siglo XVIII y hacia
desde un punto de vista estilisrko, sino en relaci6n con la idea adelante para idear muebles que se puedan adaptar y modificar con-
de! confort. Por ejemplo, el interior burgues neerlandes del siglo forme a las necesidades de las distintas personas. Significa volver a la
tiene mucho que ensenarnos acerca de Ia vida en espacios idea dcl mueble como un objeto practice mas bien que estetico, co-
Sugiere c6mo se puede crear un clima de domesticidad acogedora mo algo duradero, en lugar de una novedad pasajera.
con materiales sencillos, vcntanas del tamafio adecuado en el Otra tradici6n que se debe volver a examinar es la de la comodi-
adecuado y muebles empotrados. La forma en que las casas neerlan- dad. En muchas partes de la casa se ha perdido el pragrnatismo de
desas daban a la calle, la cuidadosa diversidad de tipos de ventanas, las primeras ingenieras dornesticas por la insistencia en las aparien-
· la graduaci6n planificada de habitaciones cada vez mas privadas y la cias visuales. Lo que predomina es la estetica, y' no la practicidad,
secuencia de sitios pequehos en que sentarse son sisternas arquitect6- La cocina moderna, en la cual todo esta cscondido en muebles inge-
nicos que siguen siendo aplicables'. La casa Reina Ana brinda Ieccio- niosarnente disefiados, parece estar bien organizada, coma una ofl-
nes parecidas de planificacion informal. Los victorianos se enfrenta- cina bancaria. Pero una cocina no funciona como una oficina; en to-
ban con disposinvos tecnicos mas innovadores que los nuestros y la do caso, se parece mas a un taller. Los instrumentos deben estar en
facilidad con que incorporaron una tecnologia nueva en sus casas sin lugares en los que sean accesibles, cerca de donde se hace el traba-
sacrificar las cornodidades tradicionales resulta instructiva. La casa es- jo y no escondidos bajo mesadas o en aparadores muy profundos
tadounidense de 1900 a 1920 demuestra que se pueden resolver efi- en los que es dificil alcanzarlos. La necesidad de diferentes alturas
cazmente las cuestiones de comodidad y eficacia sin crear en absolu- para las su perficies de trabajo fue alga quc se identific6 hace ya
te un clima frio ni rnecanico. mucho tiempo, pero las cocinas siguen teniendo mesadas unifor-
El someter a un nuevo examen a las tradiciones burguesas signiflca mes, de una altura y una anchura normalizadas, codas acabadas en
que las casas se vuelvan a planear de forma que brinden mas intimi- el mismo material. Este orden y esta uniformidad siguen el dicta.do
dad que el llamado piano abierto, en el cual se perrnite que el es- moderno que exige que no se amontonen cosas y que haya senci-
pacio "fluya" desde una habitaci6n hasta la siguiente. Eso produce llez visual, pero contribuyen muy poco a mejorar la comodidad en
interiores de gran interes visual, pero canto interes tiene su precio. El el trabajo.

224 225
El pequcno cuarto de bafio normalizado (cuya distribuci6n en la casa. El deseo de las mujeres de trabajar fuera de Ia ca-
cambiado dcsdc el deccnio de 1850) parecc cflcientc, pero esta sa -y no solo por razones ccon6micas- ha modificado todo eso.
adaptado a la casa modcrna. La cornbinacion de banera v Ello no significa quc vaya a desaparccer la domesticidad, aunque sl
iorpe, los grifos no son cspccialmcnte confonablcs ni ~cguros, puede significar que la casa dejara de ser "cl lugar de la mujcr". La
siqu iera faciles de lirnpiar. Por razones funcionalcs e higicnicas. escascz de criados a principles del dccenio de 1900 provoco un
rctrete estarfa mejor scparado, corno en Europa. Cuando las , intcres por rnaquinas que ayudarian al ama de casa y rcducirian cl
corucnian muchas mas habiiaciones, los cuartos de bano podian tedio de las tarcas domcslicas; la reducci6n de la presencia de la
pequcfios. Hoy dia cl cuarto de bano dcbe ajusiarse a actividadcs mujcr en la casa exige maquinas que pucdan hacer las tareas por si
antes se rcalizaban en vcstidores. cuartos de los nirios v solas. Casi todos los aparatos domcsticos mas recientcs, como los la-
(hay hasta lavarropas en los cuartos de bano). En las casas varropas automaticos, las maquinas para hacer cubitos de hick>, los
cs imposible que el cuarto de bano sea cl unico totalmcnte privado, homos que se limpian solos y las heladeras que no acumulan hielo,
aunque el bafio no sea un ritual en los CstadosUnidos corno lo cs tienen por objetivo sustituir operaciones manuales por operacioncs
el Jap6n, desdc luego es una forma de descanso y, sin embargo, mecanicas autorregulables: todas e!Jas estan parcialmente auwmati·
actividad se reallza en una habitacion que carecc tanto de encanto zadas. Esta evolud6n --<le herramientas a maquinas aut6matas- es
corno de comodidad. Tambicn la cocina rnodcrna es dcmasiado pc- caracter1stica de todas las tecnologias, no menos en la casa que en
quena. Los estudios iniciales de la cficicncia en la cocina sc cl lugar de trabajo". El secador llcva al escurridor manual y despucs
en rcducir la cantidad de pases quc habia que dar durante la prepara- mccfoico, al quc sustituyc el sccador automatico. La disponibilidad
ci6n de las comidas. Ello ha tcnido por rcsuliado la cocina diminuta de microchips baratas hace que vaya l!cgando el dia en que cnwua
supuestamente cficiente -a menudo sin ventanas- en la que hay en la casa la automatizaci6n total en forma de robots domesticos:
pocas supcrficies de traba]o, pero en Ia que se puedc trabaiar casi sin sirvientes mccanicos.
moverse. Si esa disposicion ha sido alguna vcz comoda, lo cual es Un nuevo examen de la tradici6n burguesa del confort constituye
discutible, ya ha supcrado su utilidad. No hay suficicntc espacio para una crilica implicita de la modernidad, pero no es un rechazo del
cl gran numero de aparatos =-baudoras, mczcladoras, maquinas de cambio. De hecho, la evoluci6n del confort va a continuar. De mo-
haccr pasta y molinillos de cafc- quo necesita el ama de casa obliga- mcnto, esta evoluci6n esta dominada por la tecnologia, aunquc en
da a administrar su ticmpo. mcnor medida queen cl pasado. Ello no tiene por que deshumanizar
Dcsde el siglo XVJI, cuando se introdujo la intirnidad en la casa, la casa, igual que no lo hicieron en el pasado las chimeneas eficaccs
\
cl papcl de la mujcr en la dcfinicion de! confort ha sido supremo. ni la electricidad. iPodemos combinar realmente un ambiente acoge-
Tanto cl interior ncerlandes corno cl sal6n rococo y la casa sin cria- dor con la prcsencia de robots? Eso dcpendera de! exito quc tenga-
dos fueron rcsuhados de invcnciones de las mujcrcs. Cabria aducir, mos en cuanlo a deshacernos de los entusiasmos superficiales del
sin, exagerar dcmasiado, quc la idea de la domesticidad fue princi- modcrnismo y crear una comprcnsi6n mas honda y mas autcntica de!
palmcnte Icmcnina. Tarnbicn la de la cficiencia, Cuando Lillian Gil- confort domcstico.
breth y Christine Frederick introdujcron en la casa la gestion y la ,Que es el confort? Quizas esta pregunta se hubiera debido hacer
eficiencia, dieron por hecho quc el trabajo lo haria una mujer cuya antes, pero es casi seguro que sin un estudio de la larga evoluci6n de
principal ocupaci6n serta cuidar de su familia. Es posible que la cste tema complejo y profundo la respuesta habrfa sido err6nea, o
economia dornestica fuera mas eficiente, pcro las tareas domesucas por lo mcnos incompleta. La respucsta mas scncilla serfa que cl con-
seguian siendo un trabajo a jornada complcta. cl lugar de la mujer fort se rcficre unicamente a la fisiologia humana: sentirsc bien. Eso

226 227
no tiene nada de misterioso. Pero no explicaria par que, ........ ,uuL~· una proyeccion, un tecnico cortaba la pieza molesta, Al final
cucrpo humano no ha cambiado, nuestra idea de lo que es rnru,...,.,- del proceso, cuando ya no quedaban mas obstrucciones, se juzg6 que
ble difiere de la de hace cien anos. Y la respucsta tampoco la carlinga era "confortable". La definici6n ciennfica de! confort serla
en decir que cl confort es la experiencia subjetiva de la ""'''"""·'-'v11 algo asi como. "el contort es esa condicion en la que se ha eliminado
Si el con.fort fuera subjetivo, cabria esperar que hubiera una m;i·vn~,,i el inconfort".
vcrsidad de actitudes al respecto, por el contrario, en cualquier Casi todas las investigaciones cientificas quc se han realizado sa-
hist6rica detcrrninada sicrnpre ha exlstido un consenso nr>,-nAc,,.,,,1, bre el confort terrestre se han referido al lugar de trabajo, dado que
accrca de lo que es confortable y lo quc no lo es. Aunque el '""'"'"''"'· se ha averiguado que un entorno con.fortable afecta a la moral y, en
es algo que se experirnenta pcrsonalrnerue, cada uno juzga el rn,,1,.,_,,. > consecuencia, a la productividad de los trabajadores. Hasta que
conforme a normas mas amplias, lo cual indica que el confort """-'-'"''' .... punto puede el contort afectar al rendimiento econ6mico lo indica
ser una experiencia objetiva. un calculo reciente de que los dolores de espalda --<::omo resultado
Si el con.fort es alga obietivo, deberla resultar posible medirlo, de una mala postura en el trabajo- representan 93 millones de dias
es mas dificil de lo que parece, Resulta mas Iacil saber cuando de trabajo perdido, o sea, una perdida de 9.000 millones de d6lares,
sentimos confortables que por que, ni en que medida. Seria pat'.! la econornia estadounidense', El interior de una oflcina moder-
identlficar el confort mediante el registro de las reacciones ,..,.,,,r,n,n,;,1,,~· na refleja la definici6n cicntifica de! confort. La intensidad de! alum-
de una gran cantidad de genre, pero eso se pareceria mas a una brado se ha controlado cuidadosamente para quc corrcsponda a un
cuesta de comercializaci6n o de opinion que a un estudio nivel aceptable de comodidad optima para la lectura. Los acabados
el ciennfico preflere estudiar las cosas una por una y, de las paredes y de los suelos son suaves: no hay colores chillones
medirlas. En la practica, resulta que es mucho mas Iacil mcdir la ni llamativos. Los escritorios y las sillas estan planeados para evitar
de confort que el confort. Para establecer una "zona de confort" la fatiga.
mica, por ejernplo, se determina a que temperatura la mayor parte Pero, ihasta que punto se sienten confortables las personas que
la genre siente demasiado Irio o demasiado calor, y lo que esta a mi- trabajan en esos entornos? Como parte de un esfuerzo por mejorar
tad de camino se convierte automaticarnente en lo "confortable", 0 si sus instalaciones, una gran empresa farrnaceutica, Merck & Company,
se esta tratando de identificar el angulo correcto del respaldo de una · hizo una encuesta entre 2.000 de sus empleados de oflcina para ver
silla, puede uno someter a la gente a angulos que sean demasiado que pensaban de su lugar de trabajo, que era un interior comercial
agudos o demasiado rectos, y entre Ios puntos en donde manifiestan moderno y atractivo'. El equipo de la encuesta prepar6 un cuestiona-
incomodidad se encuentra el angulo "correcto", Se han realizado ex- rio en el que se enumcraban diversos aspectos del lugar de trabajo.
perirnentos parecidos acerca de la intensidad <lei alumbrado y el rui- Entre ellos figuraban factores que afectaban al aspecto, la seguridad,
do, las dirnensiones de habitaciones, la dureza y la blandura de los la eficiencia laboral, la comodidad, el confort, etcetera. Se pidi6 a los
muebles en los que sentarse y acostarse, etcetera. En todos estos ca- empleados que expresaran su satisfacci6n, o su insatisfacci6n, con di-
sos, la garna de la comodidad se descubre cuando se miden los limi- ferentes aspcctos, y que tambien indicaran los aspectos que cada uno
tes en los que la genre ernpieza a experimcntar incomodidad. Cuando consideraba personalmente mas importantes. La mayorfa distingui6
se disefio el interior de! Trasbordador Espacial se cre6 una replica de
entre las cualidades visuales de su entorno -<lecoraci6n, color, al-
carton de la carlinga. Se pidi6 a los astronautas que se movieran par fombrado, revestimiento de las paredes, aspecto del escritorio- y las
ese modelo a tarnafio natural, hacienda coma que realizaban sus acti-
aspectos fisicos -alumbrado, ventilaci6n, intimidad y comodidad de
vidades cotidianas y cada vez que se golpeaban. contra una esquina o las sillas-. Toda este grupo figuraba en una lista de las diez factores

228 229
mas irnportantes, junto con el tarnafio de la zona de dcl trabajador, el volumcn de espacio abierto frente al escrito-
dad y el espacio para dejar efectos personales. la superficie del cspacio de trabajo, el volumen de! recinto, vista
que nose considerase ninguno de los factores purarncnte exterior, distancia hasta la persona mas proxirna, nurnero de per-
mo de gran irnportancia, lo cual indica hasta que punto sonas en el entorno inmediato y volumen y tipo de ruido, Como la
idea de que el confort es exclusivamentc una funci6n mayor parte de las distribuciones de oficinas no se ocupan directa-
de! estilo. rncnte de estos aspcctos, no es de sorprender que a la gente les re-
Lo que es mas revelador es que los em pleados de sulte dificil concentrarse en su trabajo.
saran una cierta satisfacci6n con dos tercios de los casi 30 La falacia de la dcfinici6n cientifica de! confort es que solamente
difercntes del lugar de trabajo. Entre los que sugcrian las ~--'-""''' considera los aspectos del confort que son mensurables y, con una
nes mas ncgativas figuraban la falta de imimidad para arrogancia que no deja de scr caracteristka, niega la existencia de!
lidad de! aire, la falta de intimidad visual y la intensidad de! rcsto: rnuchos cientiflcos conductistas han concluido que corno la
brado. Cuando se pregunto que aspectos def interior de la genre solo experirnenta la incomodidad, la corncxiidad coma fen6me-
desearian podcr controlar individualmcntc, casi todos no f1sico no existe en rcalidad en absolute". No es de sorprender que
la tempcratura del despacho, el grado de intimidad, la la intimidad autentica, quc cs imposiblc de medir, no exista en casi
silla y escritorio y la intensidad del alumbrado. El control ningun arnbiente planeado de oficina. La intimidad en la oficina, o en
dccorado era el que recibia la prioridad mas baja. Ello la casa, no es algo dcsusado a estc rcspecto; hay rnuchas expcriencias
dicar que st bien existc amplio acuerdo en torno de la complicadas quc sc resisten a la medici6n. Por ejemplo, es imposiblc
dcl alumbrado o de la ternperatura, tarnbien existen grandes describir cientfficamcnte lo quc distingue a un gran vino de otro me-
rencias de opinion acerca de exactamente cuanta luz o cuanto diocre, aunque un grupo de expertos en6logos no tendria ninguna
resulta confortablc para cada uno. Evidcntcrnente, cl confort cs dificultad para establecer cual es cual. La industria vitivinicola, al igual
to objetivo como subjctivo. que los fabricantes de te o de cafe, sigue recurriendo a pruebas no
Las oficinas de Merck se habian proyectado para eliminar la tecnicas -la "nariz" de u n gustador experimentado-, en lugar de
modidad y, sin embargo, la cncuesta demostro que muchos de unicamente a normas objetivas. Quiza sea posible medir un umbra!
ernpleados no se sentian a gusto en su lugar de trabajo; la por debajo del cual el vino sabria "mal" -acidez, contenido alcoh6li-
mas comun era la incapacidad para concentrarse. Pese a los co, dulzura, etcetera-, pcro nadie sugerirfa que bastarfa con eliminar
tranquilos y el mobiliario atractivo (quc todo el mundo esos cfcctos para producir un buen vino. Una habitaci6n puedc pro-
faltaba algo. El enfoque cientlfico presume quc si se eliminan los ducir una scnsaci6n inconfortable: puede resu!tar dcmasiado lumino-
ruidos arnbientales y se controla la vision directa, el ernpleado de sa para una conversaci6n 1ntima, o dcmasiado oscura para leer, pero
oficina se scruira confortable. Pero cl confort en el trabajo depcnde el evitar esas irritaciones no produce automaticamente una sensaci6n
de muches mas factores. Debe de existir tambien una sensacion de de bicnestar. ta monotonfa no cs lo bastante irritante para molestar,
intirnidad y de vida privada, lo cual se logra mediante un equilibria pero tampoco cs estimulantc. Por otra parte, cuando abrimos una
entre el aislarniento y lo publico; si existe dernasiado de lo uno o de puerta y pensamos "quc habitaci6n mas confortable", estamos reac-
lo otro habra incomodidad. Hace poco, un grupo de arquitectos de cionando positivamente a algo especial, o mas bien a una scrie de
California idcruifico nada menos que nueve aspectos diferentes del cosas cspecia!cs.
recinto de trabajo quc deben satisfacerse a fin de crcar esa sensa- Veamos dos descripciones de! confort. La primcra cs !a de un co-
cion'. Entre cllos figuraban la prescncia de paredes detras y a los la- nocido decorador de interiorcs, Billy Baldwin: "Para m1, cl confort

230 231
es una habitaci6n que funciona para uno y para sus en comparaci6n, las descripciones del confort que hacen Baldwin y
unos muebles bien c6modos. Es tener una mesa a rnano para Alexander! Incluyen la comodidad (una mesa a mano), la eficiencia
una copa o un Iibro. Tambicn cs saber que si alguien accrca una (una fuente modulada de luz), la dornesticidad Cuna taza de Le), la co-
Ila para charlar, Loda la habiiacion no se deshace. Estov harto de modidad f1sica (sillas hondas y almohadoncs) y la intirnidad (leer un
decorados artificiosos'". La segunda cs la de un arquitecto, libro, charlar). La intimidad figura mucho en esas descripciones. To-
topher Alexander: "lmagincse usted una tarde de invierno con una das esas caracteristicas sumadas contribuyen al clima de calma inte-
tetera, un libro, una larnpara de lectura y dos o tres almohadones rior que cs parte del confort.
enorrnes en los que recosiarse. Ahora p6ngase c6modo. No para Ese es el problema de comprender cl confort y de encontrar una
rnostrarselo a otros y decirles que a gusto esta. Quiero decir que de definicion sencilla. Es como tratar de describir una cebolla. Per fucra
uerdad le guste, que le guste a usted. Deja el Le a mano, pero en un parcce sencilla, simplemcnte una forrna esferoidal. Pero eso es enga-
sitlo en donde no se vaya a caer. Baja usted la lam para para que la fioso, pues una cebolla tambien ticne muchas capas. Si la cortarnos,
luz calga en el libro, pero no demasiada, y de forma que no pueda nos quedamos con un mont6n de peladuras de cebolla, pcro ha de-
usted ver la bombilla. Se pone los almohadones detras y los coloca saparecido la forma inicial; si describimos cada capa por separado,
cuidadosamente, uno por uno, exactarnente donde los quiera tenor, perdemos de vista el todo. Para complicar las cosas, las capas son
para apoyar la espalda, el cuello, el braze- de forma que esta usted transparentes, de forma que cuando rniramos una cebol!a entera, no
apoyado confortablemente, exactamente en la forma que usted de- solo vemos la superficie, sino tarnbien parte de! interior. Analoga-
sea tornar el te, leery sonar?". La descripci6n de Baldwin era resul- mente, el confort es al mismo tiempo algo sencillo y complicado. In-
tado de scsenta anos de dccorar casas a la moda, la de Alexander se corpora muchas capas transparentes de significado -intimidad, co-
basaba en la observaci6n de genre corricntc y lugares corrientes", modidad, rranquilidad-, algunas de las cualcs estan mas hondas
Pero ambos parecen haber coincidido en la representaci6n de un que las otras.
clima dornestico que es reconocible instanraneamenre por sus cuali- El stmil de la cebolla no solo sugicre que el confort tiene varias
dades hurnanas corrientes. ca pas de significado, sino tambien que la idea· de! confort ha ido
Esas cualidades son algo que la ciencia no ha logrado dominar, evolucionando hist6ricamente. Es una idea que ha significado cosas
aunque al Iego le basta con una foro o con una descripci6n escrita. diferentes en diferentes momentos. En el siglo XVII el confort signi-
"El confort no es masque una invenci6n verbal", escribe desesperado ficaba lo privado, lo cual llevaba a la intimidad y, a su vez, a la
un ingeniero", Naturalrnente, el confort es precisarnente eso. Es una domesticidad. El sig!o XVll atribuy6 mas importancia al ocio y !a co-
invencion: un artificio cultural. Al igual que todas las ideas culturales modidad, el XIX a elementos en los que interven1a lo mecanico: luz,
-infancia, familia, sexo- tiene un pasado y no se puede compren- calor y ventilaci6n. Las ingenieras domesticas de! siglo XX subraya-
der sin referenda a su historia especifica. Las definiciones tecnicas
ron la efjciencia y la comodidad. En diversos momentos, y en res-
unidimensionales del confort, que hacen caso omiso de la historia, puesta a vanas fucrzas externas -sociales, econ6micas y tecnol6gi-
cas- la idea del confort ha cambiado, a veces drasticamente. Esos
tlenen por fuerza que ser insatisfactorias. En cambio, 1que ricas son,
cambios no tenian nada de preordenado ni de inevitable. Silos Pai-
ses Bajos del siglo XVJI hubieran sido menos igualitarios y las muje-
• Baldwin gozaba de la consideraclon general hasta su rnuerte, ocurrida en rcs menos independientes, la domesticidad habria llegado mas tarde
1983, como supremo decorador de la alta scciedad, entre sus clientcs figuraron de lo que lo hizo. Si la lnglatcrra de! siglo XVII hubiera sido aristo-
Cole Porter y Jacqueline Kennedy. Alexander es cl autor de la obra iconoclasta
cratica en lugar de burguesa, el confort habrfa tornado un giro dife-
Un Lenguaje Uniformado, que es una critica de la arquitectura rnoderna.

232 233
rcnte. Si en nuestro siglo no hubieran cscaseado los criados, cs
probable que alguien hubiera cscuchado a Beecher y Frederick. NOT AS
lo que rcsuha llarnauvo cs que la idea del contort, al mismo
quc ha cambiado, ha conscrvado casi todos sus significados antcrlo:
res. La cvolucion <lei confort no pucde conf undirse con la evolucion
de la tecnologia. Par lo general -no siernprc=- los nucvos artilugios
iccnicos dejaron anticuados a los antiguos. La lampara electrica susti-
iuyo a la de gas, que sustituyo a la de aceitc, quc sustituyo a las ve-
las, etcetera. Pero las ideas nuevas de come lograr cl confort no des-
plazaron a los conccptos fundarncmalcs de! bicncstar dorncstico. Ca-
da nucvo significado anadia una capa a los arueriores, quc sc con-
scrvaban debajo. En cualquicr memento dcicrminado, cl confort
consiste en todas las capas, y no solo las mas rccicnics.
O sea, quc ahi ucncn ustcdcs la 'Icoria de la Ccbolla del Confort,
CAPfTUI.O !
que no cs precisamcnte una definicion, pero quiza no haga falta una
explicacion mas precisa. Quiza baste con cornprender que el confori Fred Ferretti, «The Business of Being Ralph Lauren,» New York Times Ma­
domestico implica toda una gama de arributos -comodidad, eficien- ga<'.ine, 18 de septiernbre de 1983, piigs. I 12-135.
2
cia, ocio, calma, placer, domesticidad, intimidad-, iodos los cuales . New York Times, 17 de abril, 1973, pag. 46.
David M. Tracy, vicepresidente de J. P. Stevens Company, citado en Fe-
3
contribuyen a la experiencia; el resto lo hara el sentido comun, La
rretti, «Ralph Lauren,» pag. [ 12.
rnayoria de la gente -"quiza no sepa por que me gusta, pero se que ­i Hugh Trevor-Roper, «The Invention of Tradition: The Highland Tradition
me gusta"- reconoce el confort cuando lo cxperimenta. Ese recono- · of Scotland», en Eric Hobsbawm & Terence Ranger, comps., The Invention of Tra­
cirnicnto comporta una combinaci6n de sensaciones -muchas de dition (Nueva York: Cambridge University Press, 1983).
ellas subconscientcs=- y no solo fislcas, sino tambien cmocionales e s Peter York, «Making Reality Fit the Dreams», Times de Londrcs, 26 de oc-
tubre de 1984, pag. 14.
imelectualcs, lo cual hace que el confort sea dificil de explicar e im- 6
Citado en Ferretti, «Ralph Lauren», pag. 132.
posible de medir, Pero no hace que sea menos real. No aceptariarnos 7
Ibid., pag 132. ·
las definicioncs insuficierues que nos han ofrecido los ingcnicros y 8
Citado en ibid., pag. 133.
9
los arquitcctos. El bienestar domestico cs algo demasiado importante New York Times, 17 de abril de 1973, pag. 46.
10
para dejarselo a los expertos; es, igual que ha sido siernpre, asunto de Fortune, 2 de abril de 1984.
11
William Seale, The Tasteful Interlude: American Interiors Through the Camera's
la familia y de la persona. Hernos de redescubrir por nosotros mismos
Eye,1860­1917 (Nashville: American Association for State and Local History, 1982),
cl misterio dcl confort, pues sin el nuestras residcncias seran de ver- pag. 21.
dad maquinas y no casas. · 12
Judith Price, Executiue Style: Achieving Success Through Good Taste and Design
(Nueva York: Linden Press/Simon & Schuster; 1980) piigs. 20 a 23.
l:3
tu«,
. "
pags. 168 a 171.
' ...

CAPITULO 2
1
• Citado a Martin Pawley, «The Time House», en 'Charles Jencks y Geo;ge
Baird, cornps., Meaning in Architecture (Londres: Cresset Press, 1969), piig. 144.

234
235
1
Jean Gimpel, The Medieval Machine: The Industrial Revolution·of the Middle :ii Huizinga, MiddleAges, pags. 249-50.
(Nueva York: Penguin, 1980), pag. 237-238. [La reoolucion industrial en la Edad :n Ibid., pag. 27.
dia. Taurus. Madrid, 1981]. :i:i tsu., pig.109 y 110.
:i tu«, pags. 43 y 44. :H Lukacs, «Bourgeois Interior», pag. 622.
:i,, Ibid., pag. 623. .
4
J. H. Huizinga. El olono de la Edad Media (Madrid: Revista de Occidente).
~ Ibid. :u; F. Braudel: Cioilizacion material, economiay capitalismo, Siglos XV­XVII/. Las es­
O
Martin Pawley, Architecture vs. Housing (Nueva York: Praeger, 1971), pag. 6. tructuras de lo cotidiano. Alianza. Madrid 1984.
7
Philippe Aries, Centuries of Childhood: A social History of the Family, trad. Ro- :i7 Jean-Pierre Babelon, Demeures parisiennes: sous Henri IV ti Louis X//1 (Paris:
bert Baldick (Nueva York: Knopf, 1962), pag. 392. Editions de temps, 1965), pag. 82.
II
John Lukacs, «The Bourgeois Interior», American Scholar, Vol. 39, No. 4 (Oto- :m Braudel, op. cii., pags. 300-302.
:ii, lbid., pag, 310-11.
iio de 1970, pag. 620 y 621).
9
Joan Evans, Life in Medieval France (Londres: Phaidon, 1969), pags. 30 a 43. :io Wright, Clean and Decent, pags, 42 a 44.
10
John Gloag, A Social History of Furniture Design: From B.C. /300 to A.D. 1960 .;i Babclon, Demeures parisimnes, pig. 96.
(Londres: Cassell, 1966), pag 93. t2 tu«, pags. 96 y 97.
11 4'1 Mc he basado rnucho en Ibid, pags, 69 a 116 en lo que respecta a la des-
Sigfried Gicdion, Mechani;:.ation Takes Command: A Contribution lo Ano'!Ymous
History (Nucva York: Norton, 1969), pigs. 270 a 272. [La mecanizaci6n toma el man­ cripcion de las casas de Paris en el siglo XVII.
do. Gustavo Gili. 1978}. H Ibid., pigs. 96 y 97.

=u«, pigs. 276 a 278. ~5 lbid., pig. 111.


1_:i
Evans, Medieval France, pigs. 61 y 62. ·Hi Wright, Clean and Decent., pag. 73.
47 Citado en Terence Conran, The Bed and Bath Book (Nueva York: Crown,
lfColin Platt, 'JI,,.· English Medieval Town (Nueva York: David
pag, 73. 1978), pag. 15.
1~
De un poem a dcl Principe Ludwig de Anhalt-Koh ten ( 1596), citado ill Brandel, op. cit., pag. 310.
Gloag, Social History, pig. 105. w Ibid., pag. l96.
1<; Mario Praz, An Illustrated History ef Interior Decoration: From Pompeii to Ari Nou­ :)o Ibid., pags. 189-90.
veau, trad. William Weaver (Nucva York: Thames and Hudson, 1982), pig. ISL tH Ibid .. pag. 196.
17
Gimpel, Medieval Machine, pags. 3 a 5. n Praz, Interior Decoration; pags, 50 a 55.
18
Lawrence Wright, Clean and Decent: The History of the Bath and the Loo ''3 Odd Brochmann, By og Bolig (Oslo: Cappelans, 1958),Traducido y citado
drcs: Routledge & Kegan Paul, 1980), pags. 19 a 21. en Norbert Schoenauer, 6,000 Years of Housing, Vol. 3, The Occidental Urban House
11' (Nueva Yorlt: Garland, 1981), pags, 113-117.
Platt, M_tdie11al Town, pags. 71 y 72.
°
2
Citado en Evans, Medieval France, pig. 51. ,,t Aries, Childhood, pags, 391 a 395.
21
Wright, Clean and Decent, pags, 29 a 32. .,r, lbid., pag, 369.
n Ibid., pag. 31.
2:i CAPfTU!.O 3
Madeleine Pelner Cosman, Fabulous Feasts: Medieval Cookery and 1,,r·~m,mv
(Nueva York: Braziller, 1976), pag 45. I
G. N. Clark, TheSeuenteend: Century (Oxford: Clarendon Press, 1929), pag. 14.
2I
Ibid., pag. 69. 1
Steen Eiler Rasmussen, Towns and Buildings: Described in Drawings and Words,
25
Citado en Praz, Interior Decoration, pags. 52 y 53. Trad. Eve Wendt (Liverpool: University Press of Liverpool, 1951), pag. 80.
_26 Giedion, Mechanization, pig. 299.
27 :i Charles Wilson, The Dutch Republic and the Civilization ef the Seventeen/It Century
Lewis Mumford, The Ciry in History: Its Origins, Its Transformationsand Its Pros­ (Nueva York: McGraw-Hill, 1968), pag. 30.
pect~ (Nueva York: Harcourt, Brace & World, 1961), pag. 287. i «Nuestra cuhura nacional es burguesa en todos los sentidos que cabe atri-
w Cosman, Fabulous Feasts, pigs. 105 a 108.
29 buir lcguimamente a ese terrnino» J. H. Huizinga, en «El Espiritu de los Paises
Ibid .• pag. 83. Bajos», en Dutch Civilization in the Seventeenth Ct11/ury and Other Essays, trad. Arnold
:u, Barbara W. Tuchman, A Distant Mirror: The Calamitous 14th Century
York: Ballantine, 1979), pags.·19 y 20.
J. Pomerans (Londres: Collins, 1968), pag. 112.

236 237
r, J. H. Huizinga, «Dutch Civilization in the Seventeenth Century», en 7
Aries, Childhood, pag. 399.
pags, 61 a 63. » Michel Gallet, Slatery Mansions: Eighteenth Century Paris Architecture (Nueva
6
N. J. Habraken, Transformations of the Silt (Cambridge, Mass.: Awater York: Praeger, J972), pig. 115.
1983), pag. 220. 11
Citado en Mitford, Pompadour, pag. 171. . .
7
Paul Zumthor, Daify Life in Rembrandt's Holland, trad, Simon Watson 10
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v Ibid., pag. 100.. 27.
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11
Bertha Mook, The Dutch Family i~ the 17th and 18th Centuries: An Exploratives 13
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12
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13
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Verlet, Maison, pig. 6J..
1•
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15
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va York: Harper & Row, 1982), pig. 259. 1964), pigs. 39 a 47.
17
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Allan Greenberg, «Design Paradigms in the Eighteenth and Twentieth Cen-
18
Huizinga, Dutch Cioilieouon, pig. 63. turies», en Stephen Kieran, comp. Ornament (Filadelfia: Graduate School of Fine
w Blok, History, pig. 256. Arts, University of Pennsylvania, 1977), pag. 67.
21 22Joseph
Citado en Zumthor, Daily life, pigs. 53 y 54. Rykwert, «The Sitting Position-A Question of Method», en Charles
22 !hid., pigs. 139 y 140.
Jancks y George Baird, c.omps., Meaning in Architecture (Londres Cresset Press,
l!l Temple, Observations, pig. 80.
23
1969), pag. 234.
Temple, Observations, pag. 89.
2·i
Zurnthor, Daily Life, pig. 41.
2s
Ibid., pig. 138. CAP!TULOS
26
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I
Paige Rense, comp, Celebrity Homes II (Los Angeles: Knapp Press, 1981), pags,
CAPfTU!.O 4 113a 119. \
2
I
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Bernard Rudofsky, Now I Lay Me Down to Eat (Garden City, N. Y._: zine, 24 de abril de 1983, pags. 96 a IOO.
Press/ Doubleday, 1980); pag. 62. 3
John Martin Robinson, The Latest Country Houses (Londres, Bodley Head,
2
Braudel, op. cit., pags. 288 a 292. 1984).
:i tu«, pigs. 283 a 285. 4
4
Citado en Peel, Englishman's Home, pag. 20.
Gervase Jackson-Stops, «Formal Splendour: The Baroque Age», en ·' Nikolaus Pevsner, European Architecture (Harmondsworth, Middlessex: Pen-
Charlish, comp. The History qf Furniture (Londres: Orbis, 1976), pag. 77. guin, 1958), pig. 226. .
5
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Peter Thornton, Authentic Decor: The Domestic Interior 1620­1920 (Nueva York:
pag. 111. Viking, 1984), pag. 1012.
Ii Pierre Verlct, La Maison du XVI/le Siede en France: Sociiti Decoration na onrner­ 7
Citado en ibid., pag. 140.
(Paris: Baschet & Cic, 1966), pag.· 178. R Giedion, Mechani:r_alion, pags. 321 y 322.

238 239
9
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10
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11
Mark Girouard, lift in the English CountryHouse(New Haven: Yale 22 Catherine E. Beecher, A Treatise on DomesticEconomy: For the Use of Young la­

sity Press, 1978), pag. 235. .dits at Home and al School (Nueva York: Harper, 1849), pig. 281.
Thornton, Authentic Decor, pag. 150. 23 H. M. Plunkett, Women, Plumbers and Doctors: Or HoustMld Sanitation (Nueva
12

13
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(Londres: Batsford, 1898). J.• ed., 1794-. pig. 11.
15
Gallet, L'epoque de Louis XVI, pag. 97. 2s Stevenson, House Architecture, pig. 254-.
26 T. K. Derry y Trevor I. Williams, A Short History of Technology (Oxford: Ox-

ford University Press, 1979), pig. 512. [Hislori4 de la tecnologia. Siglo XXI, Madrid
CAPITUI.O 6
1977].
27 C. S. Peel, A Hundred Wonderful Years; Social and Domestic life of a Century,
I Robert Kerr, The Gentleman's House: How lo Plan English Residences.from the Par­

so~age to tlu Palace, 3.' ed. (Londres: John Murray, 1871 ), pig. 278. 1820­1920 (Londres: Bodley Head, 1926), pags. 4-5 y 4-6.
28 Reyner Banham, The Architecture of thL Well­TemperedEnvironment (Londres:
.2 Girouard, English Country House, pig. 256.
? Citado en Lawrence Wright, Wann and Snug: The History of the Bed (Londres; Architectural Press, 1969), pig. 56.
29 Ibid., pig. 55.
Routledge/& Kegan Paul, 1962), pag. 14-4-. 30
4 C. S. Peet, The Streamof Time: Socialand Domestic life in England 1805­1861 Ibid., pig. 55.
31· Stefan Muthesius, The English Terraced House (New Haven: Yale University
dres: Bodley Head, 1931), pig. 114-.. ·
5
Girouard, English Country House, pag. 4-. Press, 1982), pig. 52.
32 Ibid., pags, 53 y 54- .
. Jill Franklin, The Gentleman's Country House and Its Plan 1835­1914 (Londres:
6
3~ Giedion, Mechanization, pig. 539.
Routledge & Kegan Paul 1981), pig. 114-. 3• Girouard, Victorian Country House, pig. 188.
·
7
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8
tsu, pig. 7, laminas 35. y 36.
9 C. J. Richardson, The Englishman's House; From a Cottage to a Mansion, 2.' ed. CAPfTUl.07
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10
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millan, 1880), pags, 229 a 235. 2 J. Drysdale y J. W.
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II Girouard, English Country House, pag. · 295. dres: Spon, 1876), pigs. 54- y 58. La casa Hayward se describe tambien en Ban-
12 ham, Well­Tempered Envfronment, pigs. 35 a 39.
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pig. 14-6. :i Henry Rutten, Ventilation and Wanning of Buildings (Nueva York: Putnam,
13
Douglas Galton, Observations on the Construction of Healthy Dwellings, 2.' ed. 1862), pig. 37. .
(Oxford: Clarendon, 1896), pag. 52. 4
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14
W. H. Corfields, DwelUng Houses: Their Sanitary Construction and Arrangements :; Edith Wharton y Ogden Codman, Jr., Tiu Decoration of Houses (Londres: Bats-
(Londres: H. K. Lewis, 1885), pig. 16. ford, 1898), pig. 87.
15John
· S. Billings, The Principles­of Ventilation and Heating and Their Practical Ap­ 6
Stevenson, House Architecture, pig. 212.
1 Giedion, Mechanization, pags. 54-0 a 556.
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16 8 Lydia Ray Balderston, Houseioifery: A Manuel and Text Book of Practical House­
Stevenson, House Architecture, pig. 236.
17
Wright, Clean and Decent, pag 122. keeping (Filadelfia: Lippincott, 1921), pig. 128.
9 Matthew Sloan Scott, «Electricity Supply», EncyclopaediaBritannica (Chicaao:
18
Stevenson, House Ardiitecture, pag, 248.
19
Franklin, Gentleman's Country House, pig 110. University of Chicago, 1949}, Vol. 8, pags. 273 y 274-.

241

. Ch.nstme.
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Seale, Tasuful Interlude, pag. 15.
n Beecher, Treatise. pag. 261. 2
Girouard, Swutness and Light, pag. 130. . .
13 '
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. A_lba M. E_dwards, «Domestic Service», en EncyclopaediaBritannica
Un~~ersity o~Ch1cago, 1949), Vol. 7, pags, 515 y 516. ,~ ,ni::: 344 (julio de 1925), pag, 27.
Frederick, Household Enginuring, pag. 377. t F. L. Minnigerode, «Italy and People Play Loto Once a Week•>, New York
15
' Los datos sobre los salarios de los sirvientes se basan en: Peel Times Magazine, 25 de octubre de 1925, piig. 15.
dafu! Years, pag. 185 y Frederick, Household Enginming pag 379 ' 5 W. Franklyn Paris, «The International Exposition of Modern Industrial and
;; Ellen H. R:ichards: ~/u Cost of Shelter (Nueva Y~rk: Wiley: 1905), Decorative Art in Paris», Part 11, «General Features»; Architsctural Record, Vol. 58·;
Mary Pattison, Principlesof Domestic Enginuring: Or the What, Wiry and No. 4 (Octubre de 1925), piig. 379.
a H~::5e (Nue~a York: Trow Press, 1915), piig. 158. 6 Ibid.
Frederick, Household Engineering, pag. 391. 7
lbid., pag. 376 .
1,1
. · Balderston, Housewiftry, pag. 240. 8
Encyclopidiedes Arts Dicaratifs et Industriels Modernes au XX eme Siicle, Vol. 2, Ar­
20
21
Giedion, Mechanization,pags, 516 a 518 • chitecture (Paris: lmprimerie Nationale, 1925), pags, 44 y 45.
Beecher, Treatise, pag. 259. 9 Stanislaus von Moos, Le Corbusier: Elements of a Synlheris (Cambridge, Mass.:
21
Ibid., pag. 263. MIT Press, 1979), pag. 339, nota 55.
· 23
_Douglas Handlin, The American Home: Architecture and Socie!J.t 1815­1915 10
George Besson, critico de arte contemporiineo, citado en ·ibid; pag. 165.
ton: Little, Brown, 1979) pag, 522 nota 33 · · 11
Charles-Edouard Jeanneret, L'Art dicoratif d'aujourd'hui (Paris: Cres, 1925),
24 ' ' •
Vease .una hist?ria de ~tras pioneras domesticas en Dolores Hayden, pag 79.
Grand Domestic Revolution: A History of Feminist Designsfor American Homes 12 Charles-Edouard Jeanneret, Le Corbusier et Pierre Jeanneret: Oeuvre Comple~ de

hood;~ and Citi~s <<::ambridge, Mass.: MIT Press, 1983). ' 1910­1929 (Zurich: Editions' d'Architecture Erlenbach, 1946), pag. 31.
13
Catherine E. Beecher y Harriet Beecher Stowe The American Woman's Charles-Edouard Jeanneret, Towards a New Architecture, trad. Frederick Et-
(N~z~va York: J. B. Ford, 1869), pags, 23 a 42. ' ·. chells (Londres, John Rodker, 1931), pags. 122 y 123.
' Ibid., pag. 25. 11
Brian Brace Taylor, Le Corbusier et Pessac (Paris: Fondation Le Corbusier,
27
Beecher, Treatise, pag. 259. 1972), pag. 23.
28 '
B~echer y Stowe,.American Woman's Home, pag. 3f 15
Richards, Cost efShelter, p. 45;Jeanneret, Towards a New Architecture, pag. 241.
29 16 Lillian M. Gilbreth, Orpha Mae Thomas y Eleanor Clymer, Management in
so Richardson, Engllshman's House, piigs. 373 a 388. ·
~erma~n Valentin van Holst, Modem American lf.orMs (Chicago: American
Technical Society, 1914). ... ·
:~ Beech~r y Stowe, American Woman's Home, piigs. 61 y 62.
,~~.~~,~
the Home: Happier Living Through Saving Time and Enngy (Nueva York: Dodd, Mead,
17 Jeanneret, L 'Art dicoratif, pags. 92 y 93. ·
.
\
Frederick, Househ~ld Engineering, pags. 471 a 477. ·
33
'l4 B~lderston, Housewifiry, piig. 9. CAP{TUL09
~~ ~1char~s, Cost of Shelter, pag. 71.
F re~e~1ck, House~old Engineering, pag. s,
I
Citado en Marilyn Bethany, «Two Top Talents Seeing Eye to ~ye,,, !yew Ti­
36
Chnstme. Frederick, The New Housekeeping: Efficiency Studies in Home Manage­ mes Magazine, 13 dejulio de 1980, pag. 50. ·
2 Doris Saatchi, «Living in Zen», House and Garden, Vol. 157, No. I (enero de
men;/G~r~en C1_1y, N.Y.: Doubleday, Page, 1914).
, Lillian Gilbreth, Living with Our Children (Nueva York: Norton, 1928), 1985), pig. 110. .
pag. 11. 3
Joan Kron, Home­Psych, The Social Psychology of Home and Decoration (Nueva
York: Clarkson N. Potter, 1983), pag. l 78.
1
Thornton, Aul/untie Decor, pigs .. 8 y 9.
5
Citado en Burkhard Rukschcio y Roland Schachel, Adolf Loos: Leben imd Werk
(Salzburg Residcnz Verlag, 1982), pag. 308.

242
243
II Henry Mcilvaine Parsons, «Comfort and Convenience: How Much?» mono,
i; Adolf Behne, citado en Ulrich Conrads y H~ns G. Sperlich
gralia presentada en la reunion anual de la American Ass.ociation for the Advan-
tecture (Londres: Architectural Press, 1963), pag. 134. . ' .
7 cement of Science, Nueva York, (30 de enero de 1975), pag. I.
Vease una narraci6n humoristica de este periodo en Tom ·
9 Citado en George O'Brien, «An American Decorator Emeritus», New York Ti­
haus lo Our House (Nueva York: Farrar Stratus & Giroux 1981)
ll ' ' ' mes Magazine: Home Design, 17 de abril de 1983, pag. 33.
Adolf Loos, «Interiors in the Rotunda», en Spoktn into the m Christopher Alexander, The Timeless Way of Building (Nueva York: Oxford
sqys /897­1900, ,irad. Jane 0. Newman y John H. Smith (Cambridge, Mass.:
Press, 1982, pag. 27, i- ed., 1921. University Press, 1979), pags. 32 y 33.
11 Parsons, «Comfort and Convenience», pag. I.
u Henry Mcilvaine Parsons «The Bedroom», Human Factors, Vol. 14,
tubre de 1972), pags. 424 y 425.
10 P. Branton, «Behavior, Body Mechanics and Disconfort» Ergonomics
12 (1969), pag. 316 a 327. ' '
11
Gicdion, Mechanizalion, pags, 402 y 4-03.
1~
Rykwert, «The Sitting Position», pags. 236 y 237.
:: Ralph Caplan, By Design (Nueva York: McGraw-Hill, 1982), pags, 91 y
Greenberg, «Design Paradigms», pag, 80.
If, Ibid.
16
James Stirling at Home», Blueprint, Vol. I, No. 3 (Diciembre de
de 1984).
11
Philip Johnson, Wrilings (Nueva York: Oxford University Press,
pag. 138.
18
Kron, Home­Psych, pag. 177.
19
Ibid.

CAPfTUl.O IO

I George Fields, From Bonsai lo Levi's: When WesJ Metls East, an Insider's

sing}ccounl of How the Japane_se Live (N ueva York: Macmillan, 1983), pags. 25
John Lukacs, Oulgrowmg Democracy: A History of the United States in the
tieth Century (Garden City, N. Y'.: Doubleday, 1984), pag. 170.
· ~ Muchos de los modelos descritos en Christopher Alexander y otros, A
Language: Town, Buildings, Construction (Nueva York: Oxford University
1977), se derivan de interiores dcl siglo xvn,
4 V'ease, de estc rrusrno
' autor, Taming ths Tiger: The Struggle lo Control
(Nueva York: Viking, 1983), pag. 25.
5 J. Douglas Phillips, «Establishing and Managing Advance Office Techno-
logy: A Holistic Approach Focusing on People», Monografia presentada en la reu-
nionanual de la Sotiery of Manufacluring Engineers, Montreal, 16 a 19 de septiembre
de 1984, pag. 3.
(~ . .
S. George Walters, «Merck and Co., Inc., Office Design Study, Final Plans
Board», memoria inedita (Newark, N. J.: Rutgers Graduate School of Manage·
ment, 6 de agosto de 1982).
7
Alexander, Pattern Language, pags, 847 a 852.

244
INDJCE ANALITICO

/lhndia dt Nortlrnngtr (Austen), J 38. - decoracion interior vs, 133-13:i, 136, 137.
abastecimiento de agua, 47, 56. 59, 135-136, - cnfoque visual. 153-154, 172.
166, 169. - fraucesa, 97-98, 99.
aceite de ballena, 145, 147. - naturalidad en la, 125-126. 128.
aceite de colza, 145. - no profesional, l::!2-133.
Adam. Robert. 124, 153. - resurreccionismo histdrico, 109-112,
agricultura, 34. 179-182.
Albmo Eduardo, Principe de Gales, 147. - recnologfa domestica vs, 151-154, ·
Alexander, Christopher, 232-233. 165-166. 171-172, 184, 193-197.
alfomhras. 131, 155. ( Vu lambiin estilos arquitut611i,os indiriduales .)
- orientates. 123. Arquitectura d, Casas (Stevenson). 151-153, 182.
alincacion tn}ilodt. 52, 79, 95. Arquiteauro dt las Casas dt Campo, IA, 143; 165.
,lmn dt Cnsrr. El (Balderston), 163, I 7tn. arquitectura palladiana, 121, 124. 125, 133n.
amas de casa, 41. Auhittdura/ Record, 190.
antt'ca rnaras, J 17. artesanos, 58.
Antonello da Messina, 54. asienros, 93.
aparadores: aspiradoras, 155, 15 7. 160, 194.
- accesibles, 225. Austen, Jan<', I 19-120, 127-128, 132, 138.
- para lihros. 129.
- para vajilla, 72-73. Baker, .josephi ne, 188.
aparatos: Bakst, Leon, 188.
- economia de trabajo, ·160-161. 163·. Balderston, Lvdia Rav, 163, I 71i1. 175
- electricos. 150, 157-164. Baldwin, Bill~:. 232. 2°33.
aprendices, 55. 58. Ballets rusos, 187.
Architectur« franeais« (Blondd), 98-99. Balzac, Honore de, 120.
Argand, Ami, 144. bancos, 37, 39, 43, l 29.
Arii\s, Philippe, 55, 70. hafieras, 41. I 00, 169, 170, 221.
armarios, 169. - portatiles, IOI. 170.
- para abrigos, 169. bafios:
- para escobas, 169. - en Japan. 221, 226.
- para ropa de cama, .169. - medievales, 39-40, 41.
Armstrong, William, I 53, 156. - en el siglo X\'11, 52, 56.
arquitectura: - en el siglo xvr, 47.
- antitotalitaria, 205-207. - victorianos, Hl-142.
- aparieneia externa, I 72. bafios publicos, 47-48, 75.
- base moral. 204-207. «bedpresses», 165, 167.

247
Casa dt la Mujtr Amerknn« (Beecher y comedores, 52, .53, 94, 97; 117. 124, 16!>-166. - con repisa, 47.
166. computadores, 33, .175. - discrio de, 137-138'.
Casa dtl Caballero, la (Kerr), 151, 164 .. conductos de ventilacion, 142, 1.51-152. -, perfeccionamiento en, 137·139, 142. 154.
Casa dtl Jnglfs. la (Richardson), 164, confort: Choisy, pabell6n de caza, 9.'i.
169 .: - biencstar, y, 218.
Casa Roja, 182. - como concepto, 31-34, 43, 86-87,' 99, de lloisrtgard. Andry, 105.
IOI; 133n, casas: 128n, 163-164, 227-234. de Brosse, Salomon, 50, 51.
- accesorios domesticos, f6-25. - como eficiencia, 171, 175-176, 196, 197. de Hooch. Pieter, 77. 79.
.Jean-Fran~oise, 98-99. - administracion cientifica, I 72-176 . -· desarrollo hist6rico, 33-34, 42-43 S9 125 de Parival. Jean-Nicolas, 74.
Bok. Edward, 171. - americanas, 166-172, 183-184. 232-234. · ' ' ' de \\'ill<', Emanuel. 60. 77-80, 82, 89. I 18, 120.
bombas de agua, 82. - compactas, 161, 164-168. - dis<"rio modrrno y. 193-197. . de \\'oUc. Elsie. l 10, 177.
Bosse, Abraham, 51. - de campo, 112, 113. - <'II accesorios para la casa, 16-25.
l)iaghik\', Serge, 187.
bolas de cuero, 125. - de la nobleza, 50-51. - en la Edad Media, 42-43, 44, 46. disefio intrrior
botiqulu, 1Ei9. - disposicion irregular, 182-183. - en el lugur de trabajo. 229-231. - urquiiectura vs, 133-135. 136-137, 138.
Boucher. Francoise, 86, 102. - distribucion, 170-172. - en moda, 13-16. - austeridad. 217-218.
Bramah, Joseph. 135-136. - eficientes, 196, 172. - espaciosidnd y. 167-168, 184. - ·hurguesfa, 203-2CH, 205.
Bramah, cierrc de valvula, 135, 136, 137. - <'II el siglo X\'11, 48-59. - falta de, 228-229, 230. - de· nlieiua. 24. 25.
Brandel, Fcrnand, 88, 100. - t'pocas historicas, '111-113. - iutimidad v, 230-231, 2:H. . - dt•wradc',11 ex terior vs, 98.
Breuer, Marcel. 198. 208, 211, 214. - esrilos de t'p<>eas, 109-IH, 179-182. - it1\'Cstigadi,11 ciemflka sohrc, 229-230. - densidad eu, 201-202. 219. 221.
Bridtshrad Rrvisilrd (Waugh), 21. - humildes, 35-36, 40, 88. - material, IOI, 222. 228. - en Francia, 62, 18.'i-186.
di" Agua». 155. - iluminacion de, 133, 137, 144-148, - nod,111 burgucsa de, 224-22.'i. - inllueuciu escandiuuva de, 177.
Brummel. George «Beau», 125. - interiores de, 46-47, 61. - nodi',n inglrsa de, 114-115, 131-132. iufluencia vienrsa de, 185, 1118, 197 ..
Brun, familia, 54-59, 81. - Iimpiczn M 41-42, 74-76, 82-83, - nodi',n modernu. de, 203-20·~. 208-215, - moderno, 2:l-25. 177-197. 1!)9-217, 22!t
huques de vapor, 179. - mecanizadcin, :lO<ll, 158-161. 217-218. - tc•,·nologfa domc'stic-a \'S, 153, 154;,
-., medievalcs, '.14-47. 177-1 i9. .
htirgueses, 36. · - nostalgia v, 14-15, 221-223.
butacas. 90. 103, 129, 208, 211. - neerlaudesas, 65-69, 71-72, - ptthliddaci, 1:t-lS. - vernsimilitud hist<>rka. 24-25
.:..._ ajusrablcs, 210, 211, 214. 166. 167. 2.:u. :.m-234. - simil de la cebolla, 233. Dior. Christian, l.'i .
- pequeiias, 69. 161, 174-179, - suhjetivo, 230, 2:tl-233. dcnnrstil'idad. 84. 219, 2:.l(i-227.
- perfecciouamicntos d,;mt'sticos, - IC't'lllllogia y, 153-l.'i4, 227. Donghia: Angelo. 199.
57-58, 59, (i6. 82-84, 85, 166-167; 184; - «zona de contort», 228. dormiturios. 52-.'i4. 102.
- quitarse los zapatos en las, 74, 76. cortinas para veutanas, 67. 131. - inglrs. I HI.
- viviendas para alquiler en, 50, 69. Costr d( In l'irimda. el (Richards), 162. - principal.· 55.
197. (Vcasc hogar/c-asa.) costumhre» medievales, H·+.'i. ­ cir los padres. Ii I.
casas C'II lila, 65, 66. 120. credcncias, 72. 90. - prque1ios, 167.
casas urhanas, '.!5-36. criados, 49-:,o. 95. - Real. 91-92.
- iuglcsas, 113-114. - cuurtos de dorrnir de, 51, 52, 55, .59. Doucet . .Ja,·qu,·s. 189. 200.
- <'I! Paris, 47-:,0, 51-52, 70. - en la sociedad necrlandesa, 69, 81, 112. Dawning. Andrfw Ja1·kso11, 143, 161, 16.'i. 169.
clstercieuses, 40. - <'II Esrados Unidos. 161·16:3.
d11dir.,.,,. 103. .
cisternas, 166. - escasez de, 223. 226, 227, 23t. Dufrene. Mauri1·e. 178, 186. 188-189.
City-National Bank (Tuscaloosa), 196. - nr<'tsidadde.131.1'.l:l, 147, 166.16!1-171, d11mhwnil11.>. 96.
cocinas, 41-43\ 55-57, 82, 97. 167, 194. 233. Dunand . .Jacqurs. 189.
- de carlxin, 149. · cuartos de hario, 56, 66. 75, 100-IOI, 1:~1. Dupas . .Jean, 185.
- de gas. H9. 154. l~.~-1%. l·f!lo. Dr1r1·r11. :\Jlwr10. 26. 27-28. :m-:H. 54. 128.
- de hierro fundide, 144. - disposiciun de. 169-170, 225-226, Eames. Gharlrs. 211, 214.
- de irradiad(m, 143. - moderuos, J9(i-l!li. Easwu. Dadd Anthom·. l 11-112.
- de porceluua. 100. rha nistas. I 03. I 05, I 2°7. I '.i2. I ~,4'.
- neerlaudesas, 82-83. chalets, 5(i. 18:f ,<'<'<1110111fa-dom1'stirn. l!i-1 .. 175.
- para calrntar, 57. C.:hal,·t Cape· Cod, 183. edificio d,· .\merirnn T<'lc·plrunr
- revestida <k azulejos, 47. C/1amhrt dt Dnme {Dufri·rw), 1711. graph. 110.
coleccion «jarnaica», 18-19, 20n, 21. rhnmbres, 4!l, 52,53. Edison. Thomas. 1~16-157.
coleccion «Log Cabin», 18, 19, 23, 24. Ch,irdin. Jean. 102. <'Cidrnda. 171. 175-176. 19Ci. 197.
coleccion «Mariner», 20, 23. Charcau. Pierre, 189, 190. mrm1hlim. 185. 189. l!lf.
colecciou «Safari». ·20, 23. Chaucer. Geollre,·. 42. t•st·ritorios. 30, 50, 94, 129-1'.H.
colores, signiflcado ck. 46. chirm-ncas, 31. 47. 99-100, 166. rsnitura. 28-'.H. 50. 53, 129-131.
Collin», Pl'lrr. 98 - abierra. 153. l:'.<µiri/11 Nun•o, 190.
- sociedad burguesa en, 63-64. Le Sueur, Eustache. 53.
27. 50. gnrdt­robrs. 439. 52, 53. hollin, 14 7, 155. levita cona, 125.
Art 212-213. 219, 223. Gesner, Abraham, 154. Hope, Thomas, 114 .. Ii bros de patrones, 122-123, 124, 127.
Ari Nouveau. '187-188. 206, 219. Giedion, Sigfried, 42, 101, 149. 163, 165. homo de cocina, 137-138. 212.
d<' Artes v10!).
0
Artcsanias, 193. Gilbreth, Frank. 173, 174-175. Hi'Hd du Collectionneur, 185-186. limpicza, 74-76, 83-84.
Barrero. Gilbreth, Lillian, 175-17fi, 194, 195, 196, Hotel Lambert, 51-52, 53. Loos, Adolf. 202, 203, 20711, 216.
rstilo lklk Epoque. 188. 226. houls. 51, 53, 113, 126, 171. Lukacs, John, 46, 47, 84. 223.
Cl:\sico librc, 182. Girouard. Mark, 135-136. Hotel de- Liancourt, 51. luz de gas, 47. 137, 145-149, 151, J.'>2,
estilo Constructivisra, 190. globes de Ricket. 152. Huixinga, J. H .• 35, 45, 64, 74-75. 155. 156, 164.
Chalet I nitl<'s. I 87. 188. Grav, Eileen, 189, 201.
csrilo Chippendale. 122. 127, 132-133, 203, 212, grcmio de pafieros, 64-65. iluminacion, 31-32. Mallet-Stevens, Rob, 189, 190.
213. 215. 216. Gropius. Walter, 206. - rlfrtrica, 148-149, 153, 156-157.170, 234. Alnrujitld Pork (Austen), 119.
Chippendale Amcricauo, 127. Guin para ,I Cnballtro.v ti Ebanisla (Chippenda- - de gas, 47, 137, 145-149, 152, 154, 155, «Manual de la Vivienda» (Le Corbusier).
<'Stilo Frances Anriguo, 180. le), 123-124. 156, 171. maquinas de vapor, 154.
estilo Gl'or.l!;iano, 112. 113-128. 131, 181, 223. /ngtnitrin domistirn. IA (Frederick), 168-172, Mare, Andre, 213.
esrilo Hepplewhite. 122. 124, 127, 132-133. 212, ha bitacioncs 174. 183. Maugham. Syrie, 177
21:l. - desavunn, 117. iugcnieros, 153-154. !vkKim. Mead y White, 183.
,·slilo Luis XI\', 52. 91-92. 110, 181, - ceremouiales, 99. - domesticas, 172, 174-175. J.76. 217. Much & Co., 229-230.
rstilo Luis X\'. 92-9:l. 95, 101-107. 110, 113, - comunes, 116-117, 118. intimidad mesas, 27, 38, 94, 116-117, 125.
114. - pant jugar, 170. - como separacion. 170-171. Mersu, Gabriel. 77.
· cstilo Minimal. 199-218. - privadas, 99. - valoracion (O Ios Paises Bajos, 67, 69, miasmas, teoria de, 141.
rstif<i Modernisra. 199-218. - reccpciou, 99. 70, 73- 74, 7.'i·76, 85, 170. 171. . Mies van der Rohe, Ludwig, 206, 208, 211, 214.
<·~tilo '.'it·odiisirn, 205. - tarnafio de, 183-184, 225, 228. - concepto de, 30, 38, 39, 224-225. mohiliario:
,·stiln Nt'O·li(l"Or.i:i:mo, 112. - funciunes especializadas de, 30, 52-53; - confort y, 230-231, 2)4. - americano, 122, 126-127.
rscilo '.li1·0-g6tim. 180, 222. 94-95, 116-118. 131. - cultivo francfs de, 96, 97 .. - arabigo, 93.
Nuevo Espiritu, 190-197, 204, 207, 217. Hacia unn .1rquilttlum (le Corbusier). 191. - historia de, 50, 59, 125. · - «arquitecuinico», 93-94 ..
estilo Reina Ana, 22, 182-184, 187. 189, 201, hall central, 36. 37-38. 57, 116. - en las casas victorianas, 17017 I. - artificial vs. natural, 89-90.
221, 224. Hannltou, George, 110-111. - noci<,n inglesa de, 114-116. - uspecto decorative, 103-104.
· esrllo Ripia, 18:l. Handlin, Douglas. 165. - visual, 230. - chino, 8711, 88.
estilo Roroc,,, 97-98, 102-107, !09, 112-113, Harrington, John, 135. Jeauorrct, Charles-Edouard, 191-197, 204n, - como equipo, 38, 192-193, 203-204. ·
114, 121, 153, 171, 181. 205, 215. Hayward, John, 152. 205. 223. +-. concepto de, 37-38.
estilo de Secesion, 187, 19:l. Hermitage, 97, 102. Johnson. Philip, 214. - confort <'II. 89, 90,- 93, 228-229.
esril« Victoriano, 109, 170, 179, 180-181, 201, higiene, 39-41, 47-48, 6711-680, 73'-76, 83-84-. Jones, liiigo, 217. - de oficina, 196.
206, 215. 224. Hitler. Adolfo, 46n, 205. - disefio v construccion de, 24, 90.
estudios, 27<!2, 95, 129, 130-131, 196. Hoffmann. Joseph, 187. K••rr. Robert, 151. 164, 166, 1680. 132-133.
etiqucta, 41-44, 49, 83, 115-116. Hogarth, William, 17. K<'rsting. Georg Friedrich, 108, 118·119. - disposicion de, 50-51.
Exposicion Universal de Chicago ( 1893), 158. hogar/casa klismos, 37. - eclesiastico vs. secular, 38-39.
Exposition lnternationale des Arts Decoratifs - como institucion de la clase media, 36, - empotrado, 169.
et Industries Moderues ( 1925), 184, 197, 51, 52. 55. 58, 72-73, 95. Ladies' Hom, .foumnl. 171, 174, 175. - en el siglo x,·111. 131-133.
204, 205-206. -. concepchin masculioa vs. concepcion fe. lampara~: - estilos de c'poca, 109-110, 11.
menina, 166-167. - dfrtricas. 153, 156, 17-7, 180. - fabricados en serie, 132, 193,
Fitch, Jamrs Marston, 165. - concepro de, 35, 7.1-72. - de gas. 146-149. 151. 157, 177, 180. 203-204, 206. . . ·.
Forbes, Malcolm S., 24, 25. - <"II el arte, 27-28. 75-80. - de queroseno, 145-146, !RO. - femenino vs. masculino, 105-106, 107 .. · .
forma bombi, 105, 107. 213. - familia y, '35, 46, 50, 57-58, 59, 61, 70, 85. - de aceite, 47, 144-145, 148. - historia de. 90, 92, 131.
Frederick, Christine, 162-163, 169-172, 183, - fcminizaci6n. 81-84. . l:,mpara de· arco voltaico, I 56. - indio. 88.
194, 197, 226, 234. - ·iotimidad v, 27, 50, 53-55, 57-58, 74, 78, lampara Argand, 144-145, 157. - inOucncias <'Uhur4.les <'II, 88-89.
Frederick, George, 173. 83-84. 85, 95. 118-120, 230-231. lampara Astral, 145. - inglc's vs. franct's, 1.12-114, 123-124,
fregaderos, 82, 169. - matrimonio v. !i7-~8. Lanvin • .Jeann<'. 189. - japones, 88.
frigori!icos, 157. - nifios y, 58-5!1, 59-70, 170-171. Lauder, Estfr. 24, 106, 111. 223. - mecanico. 209-210.
fu<'gos, 57. - papel de la mujer en, 4-0-41, 79-81, 1!2-84, Lauren, Ralph. 13-15, 16·21, 188, 199. - medieval, 27-:l8, 36-37.
fumar, 83, 137-138. 124, .161-162. 165-167, 226-227. Iavabos, 41. 94. - moderno, 206-216.
fumar, salon-de, 139, 219. (1•tr lambiin casas}, Iavadoras, 15.'>. 157-158. - movible, 38, 93, 94, 99, 112-113.
Holanda: lavaplatos, 15 7-158. - producci611 eh Serie, 132.
~ casas <"II, 65-69, 70-71.. 72. 76-80, 212, l.t· Corbusier, 191-197, 2040, 205, 223. - propiedad d<-. 131.
165, 224, 234. l.t'!(<'r. Fernand, 191. - tapizado, 103-105, 131.
- gobkrno de, 61-64. 61!.
i51
utilidad de.', 45-46, 106. Poiret, Paul, 188. · sillas: tecnologfa:
varied ad de, 50-51 , 88. Pompadour. Jcann<' Antoinette Poisson, Mar· - contort v, 153-154, 227.
- almohadillas. l()-1-105:
lnmhil11 pit.r.ns indiridualesJ estilos.} · qu,•sa de, 96n, 97, 102, l 12, l 19. - domesrica, 133. 134, 136-139,
­ :\rt Deco, 212-21 '.l.
porches, 66, 74. ­ cabriole, 121. 177-178; 184, 193-197.
- publicidad, 13-14, 18, 20, 23. - para dorrnir, 168. - masiva, 148-149.
- cnmo simbolo de autoridad, 37, ,tl, 90.
- camhios en, 221. postrnoderno, l ro, 223-225. - medieval, :l'.l. '.l4-35.
- con hraws, 92, W:l. 105, 207-209.
- contort en, 13-16. posturas, 37, 38, 87-88, 90, 93, 208-210, 229. T1·111ple. William, 71, 75, 83.
- con rcspaldo, I 0-1, 228.
· ·- alta costura, 15-16. pozos negros, 40, 48, 135. T<·sla, Nikola, 157.
- conforrahle. IOS, 107. 208-209, 210,
- tradidones invcntadas, l9n, 21-24. Praz, Mario. 53-54, 127, 187. Thorignv, Jean-Baptiste Lambert de,
211-215.
- alusiones literarias en, 22-23. Principios dt lngmierin Domistica (Pattison), 162, - de harra dclantcra, 104. «Thoroughbred», coleccion, 18, 19, 21,
- nostalgia v, 14-15, 19, 21, 25, 214-216. l 74. ­ de director, 90. 24. 216.
- influencia de.' los aii.os veinte, 15. problernas de espalda, 209, 229. tocndores. 94, 95. 97.
- d,· discfio crgonornico. 37, IO'.l-105,
- influencia de las mujeres en, 102-103. publicidad. 13-18. 20, 23, 89.
208-212. toilrts, IOO. l 35, I 3li.
modules, 41-44. 49, 83, 116. Rambouillet, Catherine de Vivonne de Savelli, - de respaldo doblado, 122. Toh. Richard. 39.
- en la mesa, 41-42. Marquesa de, 53, 102. - de rcspaldo «en esca ler a », 105-106. transbnrdador espacial, 228·229.
dtl Humo y sus R,mtdios, Las (Richard- Randolph, Benjamin, 127. 121-122. . Tratado sobr« EconomlaDomhtica (Beecher), 143.
son). 138. · Rasmussen, Steen Eiler, 71. - de rrspaldo recto, 50-5 l. 164-lli7.
Morris, William, 109. Reagan, Ronald, 106. - de respaldo semicircular, 212. tumhonas. !03, 105-106, 208.
Muchachn bordnndo (Kersting), 108; 118-119. Rembrandt van Rijn, 62. - diseno rnoderuo de, 207, 216.
van Hensden, Adriana, 81.
r<."surn·1·d1:>llism<>: - en la Antig[kdad, 37-38, 89. 90. !13,
- papel domestico de la, 40-41, 79-81, - historico, 110-112, 179-182. 103-104. van Holst, H. V., 171, 196.
·82-84, 124-125, 161-162, 166-167, - colonial, 180, 189. - esrilos franceses, 91-93, I 03-106. Vaux, Calvert, 151.
226-227. - gcorgiano, 180. velas, 47.
- etiqueta, 92.
·.,.... inlluencia en-la moda de la, 102-103. rctretes, 40, 48, 49, 5 7, 66, - de cera M abeja, 144, 147.
- fund6n de, 85-93.
Mumford, Lewis, 42. 166, 169, 226. - iluminacidn con, 147-148, 234.
- giratoria, 209-210.
Mussolini, Benito. 205. - cerrados, 52, !00. - de scbo, 144, J47, 148 ..
- griega, 89, 90, 93, 104.
- de valvula, 135-136. - imaginaria, 91. - de cera, 144.
Nash, John, 153. Richards, Ellen M., 162, 172, 175, 195, 196. ven ta nas:
«New England», roleccion, 18, 19, 216. - medieval, 37, 90, 104.
Richardson, C. J., 138, 165, 167 -168. - motilidad en postura seiuuda, 209. 210.
- · en las casas holandesas, 67-68.
Nijinsky, Waslaw, 187-188. Rimsky-Korsakov, Nikolai, 187. - rnrtinas para. 67.
- postura y, 87-88, 9'.l.
nostalgia: Rockwell. Norman, 77-220. - de guillotina, 67-78. 121. 192.
- tapizada, 103-105.
- moda v:
- confort v, 14-15, 221-223.
14-15, 19, 21, 25, 216-217.
«Nueva Ecm;omia Dornestica», La (Fred<'rick).
Rudofsky, Bernard, 85. 117, 89.
Ruhlmann, Jacques-Emile.', 185-186, 188, 212.
- tipos de, 105-106.
- usos ceremoniales, 37, -!3, 90, 92.
- situadon y tamaiw,. 126.
- ventilaci{m, 143-IH.
Rumford, Conde (Ben.iamin Thompson), ,·,·ntilacifoi. 133. 1'.l7, 138-144.
silla Barcelona, :.!08, 211, 21-1-215.
174. Ruskin, Johu, 34. 158.
silla Breuer. 214, 215.
Ruuon, Henrv, 152. sill:, Butterfly. 211-212. wntiladores:
orinales, 48, 66n, 131, 136.
Ruyter, Mich~! Adriaanszoon de. 81. silla \\'assily, 198. 208, 210-211, 214. ­ dc. techo. L'i8, 180.
ornamcutacion. 53, 98, 192, 193, 201-204.
- dfrtricos, 157, 158.
«Ornam<.'nto y Delito» (Loos), 202. sillu \\'eism1hof. 21·i.
Saint-Laurent, Yves, 15. Verherckt, Jacques, IOI.
,'ixido de carbono, 146, 147. silla Windsor. 122-123, 203, 207.
· sala ovaladu amarilla, I 06. Vermeer.Jan, 62, 77, 80-81, 84, 119. 120.
sillones, 92. IO:l. 105, 106-107 207-208 210.
pabellon sovietico, 190, 205. salas de estar, 170-177, 184. Vi:rsalles, 91-92. 96, 97, 99, 100-101, 112.
Sin~c·r, Isaac, 197. ' '
Palacio de Cristal, 179. salones, 94-95, 97, 117-118. V<'Stuario: ·
solas, 93, l 25, l 29.
de Luxemburgo, 50: saloons. 117. Steen . .Jan, 77. - l<'ycs sabre, 68-69 .
Andrea, 121, 134. salles, 49, 95. - reglas medievalt-s, 4:l-44.
Stcvensou . .Joint James. 14'.l. I 52- l.'i3. 154,
pan candeal, 42. salles a mnngtr. 53, 95.' . .
16811. 182. - de papcl, 221.
pasillos, 51, 57, 126.
S4n jm5nimo ,n su esrritorio ( Durero}, 26, ­ de ahrigo, 31.
Stirlin~, James, 214.
Pattison. Marv: 162, 174. 30-31, 32, 39, 53-54. Vinoria, Reina de I nglaterra, 19n. 139.
sanearnicnto, 39-41, 47-48, 66n-67n, Stowe, Harriet Beecher, 164, 16.'i, 166-Hi7.
Paxton, Joseph. 179. Sue, Louis. 213. Villas _v Clialrls (Vaux), 151.
Peel, J. M. B .. IOI. 83-84.
Swan, Joseph. 153, 156. Villa Trianon, 110.
pinturas, 76-80, 93. Sartre. Jean-Paul, 32. Vitruvio. 99.
Periquitos, Los (Dupas). 185. Scott, \V,ther, ·32, 42, 46, 120. 146. Jo.1111,. 15. ·
taburetcs, 27, 30, 50, 93, 129.
planchas: Scullv, Vincent, 183.
- con respaldo. 27, 30-31, 50. 129.· \\'.,;,cl,. Ewh11. 21. 1CJO,
- electricas, 159, 160. secretaires, 50.
Talbot, Suzanne, 189, 201. W1·sti11!(housc, G1·mw:. l:)7, 158, 15!1.
- de hicrro, 159. Shaw, Norman, 153.
tapiceros, 134-J 35. 136, 137, 153, 154. \Vestminsh-r, palacio de, 41.
'Slw1 .tJn11. Tho,nas, 132.
d,· t:.t• 1.1 I. l:l'\. Taylor, Frederick Winslow, 172-173, l 74. 175. Wright. Frank Lloyd. l 71. 183.

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Se agradece la autorizacion para reproducir fragmentos de las µuuuca,ciu,
siguientes:
Towards a New Architecture, de Le Corbusier, publicado par The
Press, Landres, 1970.
«The Invention of Tradition», de Eric Hobsbawm, tornado de
oj Tradition, comps. E. Hobsbawm y T. Ranger, Cambridge
Press.
«The Bourgeois Interior», de John Lukacs, reimpr. en The American' Scholar,
vol. 40, nurn. 4, otofio de 1970. Copyright© 1970 by the United Chapters
of Phi Beta Kappa. By permission of the publishers.
«An American Decorator Emeritus», de George O'Brien, <lei New York Times.
Copyright© 1983 by the New York Times Company. Reprinted by perrnis-
sion.
An Illustrated History of Interior Decoration, de: Mario Praz. Copyright © 1
Longanesi and Co., publicado por Thames and Hudson.
Brideshead Revisited, de. Evelyn Waugh, por autorizacion de A. D. Peters and
Co. Ltd.
Se reproducen asimismo con autorizacion las ilustraciones siguientes:
Dos niiias tomando el le, de Kate Greenaway ( 1879). .
San Jeronimo en su escritorio, de Alberto Durero (1514). Par autorizaci6n
Kupfersrichkabinett und Sammlung der Zeichnungen, Staatliche Museen,
Berlin.
Interior con una mujer que toca el virginal, de Emanuel de Witte (hacia
Cortesfa de la Oficina de Bellas Artes de Jos Paises Bajos, La
Museum Boymans-van Beuningeri, Rotterdam.
Madame Boucher, de Francois Boucher ( 1743). The Frick Collection,
York.
Muchacha bordando, de Georg Friedrich Kersting (hacia 1814}. Cortesia
Kunstsammlungen zu Weimar.
Un cuarto de baiio oictoriano (hacia 1885). Leeds Cities Libraries, Inglaterra.
Aparatos elictricos (hacia 1900). Copyright© Nordbok, Goteburgo, Sueda.
Chambre de Dame, de Maurice Defrene, Con la autorizacion de
Review.
Silla Wassily ( 1925-26), de Marcel Breuer. The Design Council.
Norman Rockwell (1946). Copyright© Estate of Norman Rockwell.

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