03 Principios Del Ser Creado
03 Principios Del Ser Creado
03 Principios Del Ser Creado
sIempre las mismas vacas. La reflexión lleva así a la mente a ,distinguir entre
substancia y accidente, y entre las distintas especies de accidente"s, y santo
Tomás acepta de Aristóteles la doctrina de las diez categorías: la substan-
cia y las nueve categorías de accidentes.
Hasta aquí la reflexión nos ha conducido solamente a la idea de cambio
accidental y a la noción de las categorías; pero una nueva reflexión llevará
. a la mente a un nivel más profundo en la constitución del ser material.
Cuando la vaca come hierba, la hierba no sigue siendo 10 que' era en el
campo, sino que se convierte en otra cosa por la asimilación, mientras que,
por otra parte, QO deja simplemente de ser, sino que algo permanece a tra-
vés del proceso de cambio. Ese cambio es substancial, puesto que es la hier-
ba misma lo que ha cambiado, no meramente su color o su tamaño, y el
análisis del cambio substancial conduce a la mente a discernir dos elemen-
tos, un elemento que es común a la hierba y ~a la carne ~n que la hierba se
transforma, y otro elemento que confiere a ese algo su determinación, su
carácter substancial, haciendo de ello primero hierba y, más tarde, carne.
Además, podemos últimamente concebir que cualquier substancia material
se cambie en otra, no necesariamente, desde luego, de un modo directo o
inmediato, pero al menos mediata e indirectamente, a tra:vés de una serie de
cambios. Así llegamos a la concepción, por una parte, de un substrato sub-
yacente a los ,cambios, que, considerado en sí misfflP, no puede recibir el
nombre de ninguna substancia determinada, y, por otra' parte, a la de un
elemento caracterizante o determinante. El primer elemento es la "materia
prima", el substrato indeterminado del cambio substancial; el segundo ele-
mento es la forma substancial, que hace a la substancia tal como es, la pone
en su clase específica, y la determina así como vaca, hierba, oxígeno, hidró-
geno, o lo que quiera que sea. Toda substancia material está, así, compuesta
de materia y forma.
Santo Tomás aceptó,· pues, la doctrina aristotélica de la composición
hile_mórfica de las substancias mat~riales, y definió la materia prima como
pura potencialidad, y la forma substancial como el acto primero de un cuer-
po físico, donde "acto primero" significa el principio que pone al cuerpo en
su clase específica y detérmina su esencia. La materia prima está en potencia
para todas las formas que pueden ser formas de cuerpos, pero, considerada
en sí misma, es sin forma alguna, pura potencialidad: es, como dijo Aris-
tóteles, nec quid nec· quantum .nec quale nec aliud quidquam eorun'tquibus
determinatur ens. 1 Pero, por esa razón, no puede existir por sí misma, por-
que hablar de un ser existente actualmente sin acto ,o forma sería contra-
dictorio; no'preéede, pues, temporalmente a la forma, sino que fue creada
juntamente con la forma. 2 Santo Tomás ve, pues, completamente claro que
en el mundo material solamente existen en acto substancias concretas, conl-
3. In 11 Sellt., 18, 1, 2.
4. Santo Tomás emplea ciertamente el nombre, raliolles semillales, pero lo que entiende por el
mismo es primariamente las fuerzas activas de objetos concretos, por ejemplo, el poder activo que
controla la generación de los seres vivos y la limita a la misma especie, y no la doctrina de que
haya formas incoadas en la materia prima. Esa última teoría, o la rechaza, o dic~ que no concuerda'
con la enseñanza de san Agustín (cí. Joc. cit., S. T., la 115, 2; De ,.erit., 5, 9, ad 8 y ad 9).
322 EL SIGLO XIII
16. C.4.
17. De Potentia, 7, 2, ad 9.
328 EL SIGLO XIII