Crisis de La Evaluación Psicológica

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Crisis de la Evaluación Psicológica

En la historia de nuestra ciencia, se dieron algunos acontecimientos que, con

participación siempre crítica de la mirada científica y netamente práctica (sin que haya

necesariamente una desvinculación entre ambos, aun si consideramos sus diferencias dentro de la

comunidad académica por el propio problema que implica una coordinación exacta de ambas),

marcaron un distinguible cambio de perspectiva sobre los términos a considerar a continuación…

nos referimos específicamente a “Psicodiagnóstico” y “Evaluación” (en sí misma). No solo se

debe considerar en este contexto a un problema conceptual, ya que definiremos una serie de

hechos y críticas que tendrás que ver con cuestiones procedimentales.

Diversos autores han analizado las causas de la crisis del Psicodiagnóstico tradicional en

la década de los 60-70. Al analizar las causas que determinaron la decadencia del denominado

Psicodiagnóstico Tradicional se subrayan principalmente [ CITATION Gar98 \l 10250 ]:

1. Críticas a las Técnicas Proyectivas: Se produce un desencanto por los datos negativos

sobre la validez y confiabilidad de las técnicas proyectivas que eran las de mayor uso en el

contexto clínico.

2. Auge Progresivo de la Evaluación Conductual: Este enfoque inicialmente surgió

tratando de ser una alternativa al Psicodiagnóstico Tradicional. Desde la Evaluación conductual

se propuso la descripción de los problemas en términos conductuales versus en términos

psicodinámicos.

3. Ataques a los tests: Otra de las causas que contribuyeron a la decadencia del

Psicodiagnóstico fue el uso excesivo de los tests, que llegó casi a un abuso acompañado de una

gran repercusión social Este descrédito se centró fundamentalmente en la valoración de la

inteligencia en el ámbito escolar y en interpretaciones basadas en tests proyectivos.


En cuanto a lo referido a ese golpe de jerarquía (entendido por su status como gran fuente de uso

y fiabilidad en su tiempo), Blanco Picabia (citado en Garaigordobil, 1998) define algunos puntos

de importancia mayor en la explicación de su decaimiento, como son: (1) Las limitaciones reales

tanto técnicas de los tests como humanas; (2) Los abusos por su utilización masiva

indiscriminada, así como por la utilización en ocasiones con fines ideológicos, políticos o

comerciales, con las consiguientes situaciones éticas que plantean; (3) Las reacciones defensivas

de la sociedad consciente de la existencia de personas dotadas de instrumentos y conocimientos

que temen que pueda violar su intimidad o su libertad; y (4) Además, se plantean críticas

derivadas de una inadecuación en la presentación de los resultados del proceso psicodiagnóstico.

Entonces, continuando con la revisión (más interpretativa que precisa por los dichos y

proposiciones de autores), vemos que la palabra propiamente de “Psicodiagnóstico” nace del

Psicoanálisis (Rorschach), por lo que la evaluación conductual parece venir a totalmente

desintegrar los medios y procedimientos tomados en cuenta en esta época referida (los 70’s).

Puesto que, como se sabe, una de las bases de la corriente opositora (la Conductual): desde el

principio de su historia, se planteaba alejar de la postura mentalista que tanto había caracterizado

a la Psicología en sus inicios (haciendo o tratando de hacer que se mantenga la realidad por el

contexto probatorio de la persona que no sería otro que, por el uso de los sentidos, dejando de

lado el marco interno mental). Es cuando vemos que en sí (en cuanto a un “crecimiento

momentáneo” y “diferencia” terminológica) se trata de un quiebre entre lo que significa

“Evaluación” y “Psicodiagnóstico” … haciendo caer en cuenta que la primera palabra tiene

mucha más trascendencia y complejidad que la primera. Es así que Aragón Borja (2011) propone

dos tipos de conceptos (o dos sentidos):


En un sentido estrecho, la evaluación en psicología consiste en diagnosticar, es decir,

detectar la presencia de un estado, un conocimiento, una patología, etc., de acuerdo con el

campo donde se esté evaluando. En un sentido amplio, el término evaluación no se

restringe solo al diagnóstico, sino a todo un proceso cuya meta consiste en identificar,

rotular, seleccionar, plantear objetivos, intervenir, pronosticar y evaluar si los objetivos

planteados se alcanzaron; su finalidad estriba sobre todo en su utilidad para la toma de

decisiones [CITATION Ara11 \p 35 \n \y \t \l 10250 ]

Resurgimiento de la Evaluación Psicológica

Viendo en sí que no se instauró de forma ideal, como quizá se hubieran imaginado los

clásicos conductistas o (los posteriores incluso), el paradigma conductista llevándose en su

recorrido a todas las anteriores propuestas; se detuvo esas diferencias tan grandes en cuanto a

metodología y terminología. Consiguientemente, pasamos por ver esa transición a una

recuperación y acuerdo de circunstancias “rotas” de lo planteado antes. Entre los indicadores más

llamativos y significativos, pasamos a considerar:

1. La pervivencia de los tests tanto en su utilización práctica: en la clínica, como en la

enseñanza, en los programas de postgraduados

2. El incremento de tiempo: que se ha venido dedicando al Psicodiagnóstico y/o

Evaluación Psicológica en las convenciones de la División 12 de la American Psychological

Association (APA).

3. Numerosas Publicaciones: que aparecen referidas al Psicodiagnóstico o a sus

instrumentos de evaluación más característicos: los tests.


4. La vitalidad de la evaluación psicológica la aparición de nuevos tests: así como las

frecuentes revisiones de tests tradicionales (WAIS, MMPI). Esta actividad en el campo de los

tests ha incluido también a los tests proyectivos.

Además de todo lo relatado con anterioridad, podemos agregar algunos acontecimientos

que ayudaron a la revitalización de la Evaluación Psicológica. Disminución del Antagonismo

entre la Evaluación Conductual y el Psicodiagnóstico Tradicional: Cuando surge la Evaluación

Conductual lo hace en medio de una crítica devastadora del diagnóstico tradicional, al que

incluso parece que viene a sustituir. Ternemos como otros acontecimientos a la aplicación de las

teorías de la información a la evaluación de la inteligencia, desarrollo de importantes

instrumentos en el campo de la evaluación neuropsicológica, la creación de nuevos campos, tales

como: el de la salud, el deportivo, judicial… Y claro como no acotar también el hecho de la

devastadora “imposición” del uso de los ordenadores para mejoras dentro del apartado científico.

Situación actual de la Evaluación Psicológica

Se tiene una grandísima vuelta en cuanto a respetabilidad y confiabilidad desde los años

80’s. El psicólogo se ha convertido en un experto y un activo asesor, colaborando en la

planificación del tratamiento y en su evaluación posterior (refiriéndonos a su contexto de

servicio de salud).

Vemos que por el uso constante de software se puede hablar de alguna manera sobre una

reducción de la interacción paciente – terapeuta.

Se nota el empleo de múltiples técnicas, aunado con la actualización de técnicas

tradicionales y las nuevas que siguen produciéndose con el paso de los años.

Existe también un desarrollo de manuales de evaluación psicológica desde distintos

enfoques o modelos.
Los cuadros psicopatológicos más actuales son: depresión, trastornos de la alimentación,

delincuencia, adicciones y los efectos disociativos de situaciones traumáticas.

Reflexiones sobre el papel del género en los diversos tests y estudios transculturales en

relación a los tests.

También está por decir el hecho de que por el auge que tiene (y ha tenido en las últimas

décadas), nosotros como parte de las ciencias de la salud debemos de guiarnos por las

indicaciones del DSM-V y sus posteriores actualizaciones.

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