Diferencias Individuales Capitulo 9
Diferencias Individuales Capitulo 9
Diferencias Individuales Capitulo 9
TEMA 9
Diferencias individuales:
1) felicidad.
2) excitación.
3) control.
Cualquier acontecimiento situacional ofrece el potencial de afectar estas tres experiencias subjetivas.
Las características de personalidad presentadas en el capítulo —extraversión, neuroticismo, búsqueda
de sensaciones, intensidad de afecto, control percibido y deseo de control— explican por qué las
diferentes personas tienen distintos estados motivacionales y emocionales incluso ante la misma
situación.
Por ejemplo, presentar un examen es muy común una situación estresante (infeliz), estimuladora y un
tanto controlable en términos de su resultado. Considere que todas las situaciones varían en su
capacidad para producir emociones positivas y negativas en nosotros, las fiestas son divertidas, los
accidentes producen angustia). Todas las situaciones varían en la cantidad de estimulación y actividad
que producen, todas las situaciones varían en la cantidad de control que se tiene sobre ellas, La gente
parece tener un “punto fijo” de felicidad (Lykken y Tellegen, 1996). Imagine que usted evaluara qué tan
feliz es un grupo de individuos de veinte años y después esperara diez años para dejar que les sucedan
una serie de acontecimientos vitales (matrimonio, carrera, familia, accidentes, problemas económicos,
muerte de los padres, etc.). Lo que probablemente descubra cuando busque a estas mismas personas a
los treinta años de edad es que aquellos que eran felices a los veinte años sigan siéndolo a los treinta y
que aquellos que eran infelices a los veinte también sigan siéndolo ahora. De hecho, parece ser que
tenemos dos puntos fijos emocionales en lugar de uno. Un punto fijo se relaciona con la emocionalidad
positiva (un punto fijo de felicidad). Otro tiene que ver con la emocionalidad negativa (un punto fijo de
infelicidad). Además, nuestra felicidad e infelicidad resultan ser indicadores independientes (más que
opuestos) del bienestar.
El estatus de nuestros puntos fijos de felicidad e infelicidad se puede explicar a través de las diferencias
individuales en nuestras personalidades. El punto fijo de felicidad surge en mayor medida de las
diferencias individuales en extraversión, en tanto que el punto fijo de infelicidad surge mayormente de
las diferencias individuales en neuroticismo.
Extraversión y felicidad:
Para definir la extraversión, los psicólogos de la personalidad analizan sus tres facetas. La primera es la
sociabilidad, o la preferencia y disfrute de otras personas y situaciones sociales. La segunda es la
asertividad, o la tendencia a la dominancia social. La tercera es la audacia, o una tendencia a buscar y
disfrutar de situaciones emocionantes y estimulantes. De este modo, los extravertidos son más felices
que los introvertidos y disfrutan de estados de ánimo positivos más frecuentes que los introvertidos.
. Los extravertidos son sumamente sociables, pero esto no explica por qué son más felices; y son más
felices ya sea que vivan solos o con otros, que vivan en grandes ciudades o en áreas rurales remotas y
que trabajen en labores sociales o no.
Extravertidos son más susceptibles a los sentimientos positivos que los introvertidos. Por ende, debido a
que tienen esta mayor sensibilidad a los sentimientos positivos, los extravertidos están más dispuestos a
abordar con entusiasmo las situaciones potencialmente compensatorias que los introvertidos.
La idea de que la extraversión se asocia con el funcionamiento cerebral (un SAC fuerte) significa que la
extraversión es una diferencia individual que tiene una base biológica. El sustento de la idea de que los
extravertidos nacen y no se hacen se puede encontrar en estudios que muestran que la extraversión es
hereditaria.
Los neuróticos tienen un SIC fuerte y sumamente sensible. Este sistema cerebral detecta y regula las
señales ambientales de castigo. En el SIC, las señales de un castigo próximo son la fuente de emociones
negativas como temor y ansiedad. Por esta razón, los neuróticos son más vulnerables y más susceptibles
a las emociones negativas.
La excitación representa una variedad de procesos que gobiernan el estado de alerta, la vigilia y la
activación (Anderson, 1990).
1. El nivel de excitación de una persona está en función de qué tan estimulante es el ambiente.
3. Cuando las personas están subexcitadas, buscan oportunidades para incrementar sus niveles de exci-
tación porque el aumento en la estimulación ambiental es placentero y mejora el desempeño, en tanto
que la disminución es aversiva y socava el desempeño.
4. Cuando las personas están sobreexcitadas, buscan oportunidades para reducir su nivel de excitación
porque el aumento en la estimulación ambiental es aversivo y socava el desempeño, en tanto que la
disminución es placentera y mejora el desempeño.
Estos cuatro principios se pueden organizar en forma colectiva en la relación de “U invertida” entre
activación y desempeño/bienestar.
Desempeño y emoción La curva de U invertida ilustra que un bajo nivel de activación produce un
desempeño relativamente deficiente (parte inferior izquierda). A medida que el nivel de excitación au
Estimulación insuficiente y subexcitación La investigación sobre privación sensorial ilustra las
consecuencias psicológicas de estar sometido a subexcitación (Bexton, Heron y Scott, 1954; Heron,
1957; Zubek, 1969). La privación sensorial se refiere a la experiencia sensorial y emocional de un
individuo en un ambiente rígidamente menta de bajo a moderado, mejoran tanto la intensidad como la
calidad del desempeño.
Búsqueda de sensaciones Los seres humanos difieren en su nivel genético basal de excitación y en su
capacidad de reacción a los estímulos ambientales. Es la característica de personalidad relacionada con
la excitación y la capacidad de reacción. Una persona con una búsqueda elevada de sensaciones prefiere
una provisión externa continua de estimulación cerebral, se aburre con la rutina y continuamente busca
maneras de aumentar la excitación mediante experiencias emocionantes.
Búsqueda de nuevas experiencias Quien busca sensaciones explora de manera continua experiencias
novedosas, como probar comida picante (Terasaki e Imada, 1988), cambiar los programas en la
televisión (Schierman y Rowland, 1985), escuchar música con cierto vigor (Litle y Zuckerman, 1986),
entre otras. Una manifestación de la búsqueda de nuevas experiencias es el sexo.