Justicia Constitucional Digna Abierta
Justicia Constitucional Digna Abierta
Justicia Constitucional Digna Abierta
Entender qué es la Justicia Constitucional, involucra pues adoptar un criterio a través del
cual se esboce paradigmas que coadyuven a abarcar su conceptualización, en consecuencia,
esta surge cuando el avance del constitucionalismo determina la supremacía de las normas
constitucionales por sobre aquellas de la legislación ordinaria, donde para ello se requiere
de la defensa y el conjunto de mecanismos de esa categoría especial de norma positiva
determinada en el texto constitucional.
Por su parte, García Pelayo (1991), refiere que “el Tribunal es un ente supremo de
control, regulador de la constitucionalidad de la acción estatal, el cual está destinado a dar
plena existencia al Estado de Derecho y a asegurar la vigencia de la distribución de poderes
establecida por la Constitución”. (p. 137).
Por ende, esta premisa tiene que estar orientada a la rapidez en la aplicación de la justicia
constitucional, unida a la necesaria prudencia ya señalada, de modo que es una fuente de
legitimidad para la propia Justicia Constitucional y, por tanto, para todo el sistema
institucional, en efecto, debe considerarse a la Justicia Constitucionalidad como una
cualidad, de modo que, una correcta actuación de ella exige la dignificación de la función
del órgano que la materializa.
Sin embargo, surge una interrogante en el sentido de la elección de los miembros de nuestro
Tribunal Constitucional, como es de conocimiento general, el Congreso de la República es
el encargado de elegir a los miembros que conforman el Tribunal Constitucional Peruano,
un Congreso que muchas veces ha sido criticado por la politización en sus decisiones,
intentando proteger a ciertos partidos.
Entonces, surge una medida de solución que en buena medida puede establecerse en aras de
dotar de independencia en las decisiones que toma el Tribunal Constitucional, como
máximo intérprete de la Constitución, pues consideramos que la elección de los tribunos
debe ser por concurso público.
En tal sentido, nos da un potencial para formarnos, para detectar errores y soluciones en las
experiencias ajenas que hacen del método comparado mucho más que una conveniencia
una necesidad. A nuestras instituciones, pues, hemos de pedirles ayuda para poder hacer
realidad ese estudio comparado que permite reflexiones conjuntas e intercambio de
experiencias y de ciencias.
Pero la apertura de la justicia constitucional no sólo debe realizarse desde esta perspectiva
estrictamente comparada. Otra línea de apertura, en especial por lo que se refiere a la tarea
de la defensa de los derechos fundamentales, se encuentra en el proceso de
internacionalización de los derechos humanos. Este es un tema abundantemente tratado en
la doctrina de las últimas décadas.
A modo de ejemplo, tenemos el grado de importancia que han tenido varias decisiones
relativas a los efectos de legislación nacional de amnistía. Pero, además, tampoco debe
olvidarse que el trabajo de la Corte Interamericana no es un trabajo que se levante sobre la
nada; pues sus decisiones siempre recaen sobre problemas que primero han nacido en un
ordenamiento concreto.
Ello hace que la relación entre jurisdicción interamericana y jurisdicción nacional, que
involucra pues la jurisdicción constitucional es una relación recíproca, es decir, de ida y
vuelta, en la que no sólo los conflictos sino también las categorías para resolverlos pasan de
un plano al otro enriqueciendo a ambos, estos detalles consideramos que enriquecen
nuestro sistema de justicia.
Como es sabido, y al igual que en otras partes del mundo, también en el continente
americano se han abierto procesos de integración supranacional, como muestran realidades
como el MERCOSUR, la Comunidad Andina o el Sistema de Integración Centroamericano.
Ciertamente, esos procesos resultan aún tímidos desde el punto de vista jurídico, pero ya
han dado algunos pasos, pasos que hay que presumir que la historia no sólo no detendrá,
sino que acelerará. (
Muy complejas son las cuestiones jurídicas que los procesos de integración plantean en
relación con los ordenamientos estatales tributarios de la vieja idea de soberanía, hoy si no
cuestionada sí al menos relativizada. La justicia constitucional, si nos fijamos en lo
sucedido allá donde los procesos de integración han avanzado más, ha de tener un papel
muy importante, consistente, por un lado, en asegurar que esa integración resulta respetuosa
con la democracia y con la libertad, y, por otro, en ir asumiendo las nuevas categorías
jurídicas que la integración genera para proyectarlas sobre los ordenamientos nacionales.
Este sistema denominado difuso confiere a todos los jueces la tarea de control, o sea que
todos los jueces son jueces de legalidad y de constitucionalidad.
La revisión judicial surgió por la necesidad de limitar el poder de las legislaturas que sólo
representaban los intereses de “las mayorías circunstanciales, irracionales y apasionadas”,
en perjuicio de las minorías1.
Pero surge de la letra de la Constitución americana, pero fue bajo el paraguas de estas ideas
y circunstancias que tuvo lugar la célebre decisión recaída en el caso “Marbury vs.
Madison” (1803), en el cual se materializó la idea sobre el control jurisdiccional de la
constitucionalidad de las leyes (judicial review).
1
Loewenstein, Karl, Teoría de la Constitución, Barcelona, Ediciones Ariel, 1970, p. 316.
2
Ruiz Miguel, A. (1998). El principio de jerarquía normativa. Revista Española de Derecho Constitucional,
24, 135-154.
los sistemas democráticos ha sido la razón de ser para la institucionalización de tribunales
constitucionales que supervisaran la conformidad de las leyes con la Constitución3.
En la tradición del derecho continental, los jueces son vistos como aquellos que aplican la
ley, sin poder para crear (ni destruir) principios legales.
La separación de poderes se basa en la idea de que ningún poder debería predominar sobre
los demás sin el debido proceso legal; cada poder debe controlar los otros poderes, creando
así un equilibrio entre ellos. La clave está en los controles y el equilibrio. En los Estados
Unidos, la revisión judicial se considera un control clave de los poderes de las otras dos
ramas del Estado por parte de la judicatura.
3
Prieto, L. (2003a). Constitución y democracia. En Id., Justicia constitucional y derechos fundamentales (pp.
137-174). Madrid: Trotta, 2003
4
Montesquieu, El espíritu de las leyes
4.4. Modelo judicial de review y su aplicación en los tribunales
ESTADOS UNIDOS
En los Estados Unidos, los tribunales federales y estatales (en todos los niveles, tanto de
apelación como los de primera instancia) pueden revisar y declarar la "constitucionalidad"
o acuerdo con la Constitución (o la falta de legislación) mediante un proceso
de interpretación judicial que es relevante para cualquier caso propiamente dentro de su
jurisdicción. En el lenguaje jurídico estadounidense, la "revisión judicial" se refiere
principalmente a la adjudicación de la constitucionalidad de las leyes, especialmente por
parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos. Fue establecido en el caso Marbury
contra Madison, que se discutió ante el Tribunal Supremo en 1803, también se adoptó un
sistema similar en Australia5.
CHECOSLOVAQUIA
RUSIA
Rusia adopta un modelo mixto dado que (como en los EE. UU.) Los tribunales de todos los
niveles, tanto federales como estatales, están facultados para revisar la legislación primaria
y declarar su constitucionalidad; como en la República Checa, existe un tribunal
constitucional encargado de revisar la constitucionalidad de la legislación primaria.
5
Australian Communist Party v Commonwealth
6
Vanberg, Georg (2005). «Constitutional Review in Comparative Perspective»
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
García, M. (1991). El nacimiento de las ciencias sociales. Tomo III, (2405-2420), Madrid.
REFERENCIAS LINKOGRÁFICAS