Origen Del Pensamiento Clasico

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EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO CLÁSICO: ORIGEN DE LA FILOSOFÍA.

DEL
PENSAMIENTO MÍTICO A LA EXPLICACIÓN FILOSÓFICA. LA FILOSOFÍA
EN LA DEMOCRACIA ATENIENSE: SÓCRATES Y LOS SOFISTAS.
ESTOICISMO Y EPICUREÍSMO COMO LÍNEAS ESENCIALES DE LA ÉTICA
CLÁSICA.

1-C
CIENCIA Y FILOSOFÍA EN GRECIA

Platón y Aristóteles constituyen el eje divisorio de lo que nosotros entendemos por filosofía y
ciencia y lo que hasta ese mismo momento comprenderían estos dos términos. El hecho es que,
en los siglos VI y V a.C., hubiera carecido de sentido presentarlos como una dicotomía
insalvable.

Para los presocráticos, según Eggers Lan, "filosofía sería el estudio del universo como unidad y
como multiplicidad: como totalidad ordenada; y el puesto que corresponde en esa totalidad a las
diversas "cosas" y en particular al hombre. Y también la forma en que éste debe estudiar ese
mundo, con cuáles de sus órganos y con qué procedimientos. Y llamarían ciencia a cualquier otro
estudio con pretensiones de validez universal pero sin referencia al mundo como totalidad"

Los primeros filósofos comenzaron buscando el principio fundamental del universo, algo unitario
que habría dado lugar a la pluralidad aparente y cambiante de las cosas, lo que estaba por debajo
de esa apariencia, el fundamento último de todo. Tales de Mileto, que pasa por ser el primer
filósofo, dijo que el fundamento, en griego arché, del mundo era el agua. Anaxímenes, su sucesor
en Mileto, dijo que el aire, y Anaximandro, algo después, que el infinito.

Pero más importante que la respuesta concreta es la pregunta planteada. Se busca bajo las formas
variables de la realidad un principio estable y único, se plantea la interpretación del mundo por la
razón y el razonamiento, y se ve la verdad como algo que el hombre debe descubrir reflexionando
e investigando. Se desconfía del mito y se apela a la razón y la experiencia. Se rechaza el mythos
y se acude al logos para encontrar la verdad (que en griego se llama alétheia), que no es ya una
creencia basada en la autoridad del pasado, sino ardua conquista de la razón. La filosofía es, ante
todo, esa actitud radical ante el mundo que trata de explicar las causas profundas de las cosas
mediante la razón, rechazando cualquier otro instrumento (creencia, mito, etc.).

Semejante actitud comenzó en el siglo VI a.C. en Mileto, una ciudad comercial de la costa jonia.
De la filosofía se fueron luego escindiendo las diversas ciencias, que tenían objetos más definidos
y procedimientos metódicos más delimitados. La aparición de la inquietud filosófica en ese
determinado momento y en esa circunstancia histórica merece, sin duda, una explicación.
Coincidieron varias causas: el ambiente de una ciudad ordenada e innovadora, el cruce de varias
influencias culturales, el afán crítico de los jonios, la importancia que en la población tenían los
técnicos y los comerciantes, todos estos factores estimularon la investigación racional y la
concepción del mundo como un orden estable y lógico, un cosmos sujeto a leyes y principios, una
naturaleza (physis) que, lo mismo que la ciudad, estaba ordenada racionalmente (la palabra
cosmos significa justamente "orden").
Desde esos comienzos la filosofía fue avanzando. A los milesios se añaden los discípulos de
Pitágoras, que insistieron en que el fundamento del mundo eran los números, es decir, un orden
matemático, y que se preocuparon también por el alma humana y sus destinos futuros. Heráclito
de Éfeso insistió en que el Logos, la Razón, es lo que impone sentido a un mundo de apariencias
inestables, cuyo principio es el fuego, y Parménides de Elea dijo que el fundamento de todo, más
allá de las fugaces apariencias, es el Ser. Leucipo y Demócrito escribieron que el fundamento
último de las cosas son los átomos, partículas mínimas e indestructibles, cuya combinación
múltiple da lugar a los cuerpos.

Más tarde, ya en la Atenas ilustrada del siglo v, los sofistas se interesaron por los problemas de la
cultura y la sociedad, por la retórica y la política. Cambió así la dirección del filosofar. Y después
de los sofistas vino Sócrates, que no escribió nada, pero cuya vida y conducta cambiaron de
nuevo el sentido de la filosofía. Fue condenado a muerte por la asamblea de Atenas y murió
ejemplarmente, como un mártir de la libertad filosófica de examinar y criticar todo, proclamando
que una vida sin examen crítico no es digna del hombre. Su discípulo Platón es el más grande
filósofo de la filosofía clásica, junto con Aristóteles, que fue alumno de Platón. Uno y otro
fundaron escuelas de filosofía en Atenas: Platón la Academia y Aristóteles el Liceo. Tanto uno
como otro escribieron muchas obras y dominaron un conjunto muy amplio de saberes.

2-C
CUADRO HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Períodos Problemas principales Autores


Cosmológico (s.VII-VI a.C.) Naturaleza, arje, ser, movimiento Presocráticos

Antropológico (s.V a.C.) Hombre (cultural, moral) Sofistas, Sócrates


Grandes sistemas: problemas del hombre y del mundo, y causas.
Esplendor (s.V-IV a.C.) Platón, Aristóteles
Morales, lógica, cosmología, misticismo religioso Estoicos, epicúreos. Neoplatonismo
Final (s.IV a.C.-VI d.C.)
Choque con la cultura pagana: Dios, creación, hombre
Inicio filos. cristiana (s.I-VI d.C.) Patrística: San Agustín

3-E
EL CONCEPTO DE NATURALEZA

Aristóteles, primer filósofo que hace historia de la filosofía, nos indica que los primeros
pensadores se ocupan primordialmente del problema de la naturaleza, physis. Para ellos, physis
era el conjunto ordenado, kosmos, de todas las cosas existentes, la razón última explicativa del
ser de las cosas. En sí, la naturaleza es el arjé, principio, de las cosas.

A)N
Naturaleza como arjé.

Tales de Mileto (aprox.640-546 a.C.)es el primer hombre que trata de indagar los
fenómenos de la naturaleza con una actividad crítica y reflexiva. Mileto se enfrenta a los
problemas y se pregunta por la razón de ser de las cosas, por su arjé. Tales cree que el
arjé de las cosas es el agua.

Para Anaximandro (610-547 a.C.), el arjé es algo indeterminado, lo apeirón, lo infinito.

Anaxímenes (588-524 a.C.) es el tercer miembro de la escuela de Mileto y considera


como principio de las cosas al aire.
B)L
Los pitagóricos: visión religioso-matemática de la naturaleza.

Pitágoras (571-497 a.C.) emigró a la Magna Grecia, donde fundó una secta filosófica,
matemática y religiosa. Esta escuela pitagórica se diferencia de los filósofos milesios por
su espiritualismo: no sólo profesan doctrinas religiosas como la inmortalidad de las almas
y su transmigración (durante diez mil años, retornando posteriormente y volviendo a
comenzar de nuevo), sino que estaban impregnadas de religiosidad doctrinas científica
como las relativas a la aritmética y a la geometría. Es decir, los pitagóricos consideraban
como principio de las cosas al número.

Los pitagóricos juraban por la gran Tetractys, que era para ellos el número sagrado, el
diez, obtenido por la suma de cuatro números con propiedades divinas: el uno, dos, tres y
cuatro. Tales números no sólo son la base de la aritmética, sino también de la geometría:
el uno engendra el punto, el dos la línea, el tres el triángulo y el cuatro el cuadrilátero.
También descubrieron las distintas clases de números: pares-impares...

La música se relacionó con las matemáticas, lo que hizo que se le atribuyeran propiedades
religiosas: la música es para el alma una especie de catarsis o purificación.

C)H
Heráclito: naturaleza como devenir.

Heráclito de Éfeso (¿535-475? a.C.), tras observar cómo una familia aristocrática había
perdido sus privilegios y movido por su escepticismo, filosofó sobre la mutabilidad de las
cosas. Heráclito parte de la visión del mundo físico, donde la mutación y el cambio son
visibles, donde se aprecia claramente la sucesión del día y la noche, el calor y el frío.

Su conocida metáfora Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río indica claramente
su idea de la mutabilidad de las cosas. Panta rei, todas las cosa fluyen, y ese fluir brota de
una armonía oculta más fuerte que la manifiesta. En esa armonía oculta radica la
verdadera naturaleza de las cosas.

Desde el punto de vista físico, el fuego es el arjé de las cosas.

D)P
Parménides: la naturaleza como ser.

Parménides expone su pensamiento en un Poema, que consta de tres partes:

-En el proemio, se nos muestra al poeta que es conducido en un carro ígneo hasta
los dominios de la diosa, quien le revela la verdad.

-En la Vía de la Verdad le revela que hay dos vías: la una, practicable, la del Ser;
la otra, impracticable, la del No-Ser.

-La Vía de la Opinión, en donde arremete contra todos aquellos que piensan que
el ser puede no-ser y el no-ser puede ser.

Estos serán la base de los dos principios de la metafísica: el principio de identidad (el ser
es, el no-ser no es) y el de contradicción (es imposible que el ser no sea y el no-ser sea).

El ser de Parménides es uno, único, continuo, no engendrado, imperecedero, inmutable y


redondo. Es uno, único y continuo, porque distinguir partes sería no-ser. Es no
engendrado e imperecedero, porque su nacimiento sería desde el no-ser y su muerte un
retorno al no-ser. Es inmutable, porque en todo cambio se pierde o gana algo, lo que
presupone el no-ser. Es redondo, porque es perfecto.

De sus discípulos, podríamos destacar a Zenón de Elea por sus aporías para demostrar
los argumentos de su maestro. De los cuatro argumentos, Aquiles y la tortuga, los
móviles, la flecha volandera y el del estadio, el primero arguye que Aquiles, el de los pies
ligeros, nunca alcanzará a la tortuga, a la que le ofrece un margen de ventaja, ya que
cuando éste llegue a donde está la tortuga, ésta estará más adelante, y cuando Aquiles
llegué allí ésta habrá avanzado otro poco, y así sucesivamente.

Zenón sabía que Aquiles acaba alcanzando a la tortuga, pero lo que el quería es que se lo
demostrasen teóricamente, no andando.

Sin Zenón no podríamos haber distinguido entre infinito real e infinito posible, entre un
espacio infinitamente dividido y un espacio infinitamente divisible.

E)L
Los pluralistas: conciliadores.

Tras Parménides y Heráclito llegan una serie de filósofos que intentan armonizar los
cambios de los seres, su génesis y muerte, sin la admisión del no-ser; en todo momento
debe permanecer el ser.

Son pluralistas porque para ellos el arjé de las cosas no está en un solo elemento, sino en
varios.

Empédocles (483-430 a.C.) trata la doctrina de los cuatro elementos. El nacimiento,


crecimiento y la muerte de los seres se explica por la agregación y disgregación de los
cuatro elementos, a saber, tierra, agua, aire y fuego. Todos estos elementos navegan en
un quinto elemento, el éter, para evitar la existencia del no-ser. El Amor impulsa la
agregación y el Odio la disgregación.
Anaxágoras (499-428 a.C.) piensa que nada se engendra ni se destruye; la confusión,
separación y mezcla de un número infinito de partículas lo explican. La cosmogénesis se
produce: en un principio todas las partículas están confundidas en una masa caótica, que
es ordenada por la inteligencia, nous, mediante un movimiento en torbellino.

Demócrito (460-376 a.C.) resume su pensamiento en el atomismo. El atomismo es un


mecanismo racional, donde se atribuye a cada átomo las cualidades del ser parmenideo.
Átomo significa indivisible; se diferencian entre sí por su orden, figura y posición. La
generación y corrupción de los seres se produce por agregación y disgregación de átomos.
La unión o desunión de éstos no viene determinada por el Amor u Odio o por el Nous,
sino por fuerzas mecánicas internas.
F)P
Platón.

En el s.V a.C. se produce un giro notable en la comprensión del problema de la


Naturaleza. Ahora es la naturaleza humana la que ocupa el primer plano del quehacer
filosófico. Sócrates representa el eje de este cambio de mentalidad y Platón fue atraído a
la filosofía por Sócrates.

Aristocles, más conocido por Platón por sus anchas espaldas, (428-347 a.C.), heredó de
Parménides la distinción entre el mundo del ser real y el mundo con apariencia de ser.
Para Platón la naturaleza real del ser radica en las Ideas, los seres reales verdaderos son
las Ideas.

Cada Idea platónica retiene los atributos del ser parmenideo, salvo la unicidad, ya que
Platón admite la multiplicidad de ideas sin dar cabida al no-ser, mediante la distinción del
no-ser absoluto parmenideo y un no-ser relativo (no ser otra cosa). Las Ideas habitan en
un lugar celestial y no existe entre ellas una igualdad, sino una jerarquía.
En la cumbre se sitúa el Bien; en la escala más baja está la malo, feo, lo sucio...

El conocimiento de las Ideas se logra a través de la teoría de la anámnesis o


reminiscencia, ejemplificada mediante la alegoría de la caverna. Nosotros vivimos en este
mundo como encadenados sin poder conocer los verdaderos seres, sólo sus sombras, sus
reflejos. Pero nuestra alma es inmortal y ocupa un lugar entre las Ideas celestiales,
describiendo con ellas órbitas circulares. A causa de nuestra culpa nuestra alma cae a
tierra y queda encarcelada en el cuerpo, como en una caverna. Si alguno logra liberarse de
estas cadenas podrá contemplar estas Ideas en sí mismas, tras un largo proceso de
enseñanza y formación, paideia o educación. Sólo los filósofos podrán llegar al
conocimiento de las ideas.

El conocimiento se construye mediante la dialéctica a través de:

┌Conjetura: imágenes mundo sensible


┌De opinión┤
│ └Creencia: realidad mundo sensible
Conoci.┤
│ ┌Inteligencia: matemáticas
└De ciencia┤
└Razón: ideas

El conocimiento de las ideas se inicia a través del conocimiento de opinión acerca de las
cosas sensibles.

G)A
Aristóteles.

Aristóteles de Estagira (384-322 a.C.), discípulo de Platón, preceptor de Alejandro


Magno y fundador de la escuela de los peripatéticos (porque daban sus lecciones
paseando: peripatein, pasear), centra el problema de la physis en las cosas concretas. Para
Aristóteles, la naturaleza propia del ser está en el ser concreto individualizado, esto es, en
la sustancia, ousía.

Expone la teoría del hilemorfismo, es decir, los seres concretos se componen de materia,
hylé, y forma, morphé, que en realidad son principios, porque no pueden ser el uno sin el
otro: la forma unida a la materia nos da la peculiar naturaleza de cada ser concreto o
sustancia.

Pero el ser concreto, sustancia, no tiene sólo una vertiente sustantiva, sino también activa,
dinámica, lo que hace o padece. Para explicar esta dinamicidad Aristóteles comenta dos
coprincipios: la potencia o posibilidad de ser; y el acto o realización de esa potencia. El
tránsito de un ser concreto de la potencia al acto sería en sí la definición de movimiento.

Los cambios de la sustancia los explica según dos vertientes:

-Cambios accidentales, cuando la sustancia sigue conservando su naturaleza


peculiar, pudiendo ser los cambios de lugar, cantidad o cualidad.

-Cambios sustanciales, cuando cambia su propia naturaleza, aun persistiendo su


materia prima, no dando lugar a la posibilidad del no-ser (cuando arde un árbol, la
madera se convierte en ceniza: permanece la materia prima).

Para explicar el conocimiento de la verdadera naturaleza de los seres, plural, hemos de


aplicar la abstracción, dado que los verdaderos seres están en el mundo sensible. La
esencia coincide con la idea y la idea se expresa a través de la definición. El conocimiento
particularizado de los seres concretos se realiza a través de la predicación y ésta se
expresa mediante las siguientes categorías: sustancia, cantidad, cualidad, relación,
posición, hábito, lugar, tiempo, acción, pasión.

4-H
HOMBRE Y SOCIEDAD

En el s.V a.C. la filosofía griega da un giro de 180º: el problema de la naturaleza de las cosas se
ve desplazado por el problema del hombre, concebido como animal político. Este cambio se
produce merced a tres factores fundamentales: la medicina (por razones obvias), la sofística y
Sócrates.

A)L
La sofística.

El nombre de sofista, sophistés, ha mantenido a lo largo de la historia un sentido


despectivo derivado de sophos, sabio, y que tiene su origen en Platón, quien caracterizó
así a un grupo de intelectuales para diferenciarlo de su maestro Sócrates.

A su origen y desarrollo concurrieron, además de la situación socio-política de Atenas en


el s.V (esplendor tras los triunfos contra los persas y líder indiscutible de la federación de
polis griegas), otros factores, entre los que cabe destacar:
-El escepticismo producido ante la pluralidad de sistemas filosóficos, que
reivindicaban para sí el único conocimiento válido de la última esencia de los
fenómenos naturales.

-Las interrogantes a que condujo la contemplación de la disparidad de


costumbres, religiones, cultos, instituciones, etc. de las distintas regiones que la
logografía jonia había descrito y que suscitaban el problema de la validez de la
tradición, al plantearse el contraste existente entre la constancia e igualdad de lo
que era por naturaleza y la variabilidad y relatividad de lo que era por convención.

La imposibilidad de llegar a un conocimiento absoluto sobre la esencia del mundo y el


origen de las cosas, unido al pensamiento de que todo lo externo no tiene un valor en sí
mismo, sino en relación con la persona que lo examina, colocó al hombre, como
individuo y como ser social en el centro de la reflexión de la sofística, revalorizó la
opinión, que condujo al relativismo e individualismo, e indujo a los sofistas a consagrarse
a la adquisición de un saber práctico y una competencia específica, bien en el campo de la
virtud ético-política, bien en el del arte del bien hablar, y a su trasmisión mediante la
enseñanza.

Como maestros de virtud se enfrentaron con las ideas ético-políticas de la antigua


aristocracia para la cual la areté, virtud, era el derecho de nacimiento de la nobleza, que
nadie podía adquirir con instrucción y esfuerzo.

Como maestros de retórica consiguieron gran perfección en la búsqueda de efectos e


invención de razonamientos que garantizaran el éxito en los diferentes ramos del saber y
de la praxis. A ellos se debieron las primeras investigaciones gramaticales, análisis de
poesía y critica literaria.

Los sofistas difundieron sus ideas e impartieron su magisterio en los ambientes más
amplios posibles, empleando diferentes métodos. A los jóvenes enseñaban a pensar,
hablar y actuar mediante una adecuada instrucción en el dominio de los discursos
antitéticos y el diálogo. A la educación de los adultos destinaban bien discursos
preparados de antemano, divulgadores de sus ideas sobre política, religión, ética, etc.,
bien improvisados sobre cuestiones que les presentaba su auditorio.

Otra forma de difusión de sus ideas eran los escritos, de los que sólo se han conservado
unos pocos fragmentos.

Aun cuando son numerosos los puntos de coincidencia entre los distintos sofistas, no
cabe afirmar que constituyeran una escuela con una corriente de pensamiento
homogénea. Frente a las semejanzas externas (ser maestros itinerantes, cobrar salarios,
etc) presentan, según su ideología, soluciones diferentes para idénticos problemas y sus
intereses por determinadas ramas del conocimiento no siempre coinciden. Ello obliga a
un examen individual de su pensamiento.

Entre los muchos sofistas destaca Protágoras. Nacido en Abdera hacia 485 a.C., ha sido
considerado como el más importante de los sofistas y el que mayor influjo ejerció entre
sus contemporáneos. Viajero infatigable, visitó Atenas en varias ocasiones.

Entre sus escritos pueden citarse, además del Sobre los dioses, en el que ponía en duda
su existencia, La Verdad o Discursos demoledores, que supone un paso más en la
búsqueda de una teoría del conocimiento, Sobre el estado original, que trataba del
origen de la cultura, y Las Antilogías, en las que enfrentaba dos opiniones opuestas sobre
un mismo tema.

Platón asegura en su diálogo Menón que la fama de Protágoras le sobrevivió largo


tiempo. En efecto, su influencia se extendió a filósofos, a poetas y a políticos.

Platón, que no perdonó a sus coetáneos confundir a Sócrates con un sofista, trazó una
línea divisoria entre sofística y filosofía, atribuyendo al primer término un matiz
peyorativo del que carecía en su origen. Al peso de la autoridad de Platón se unen
también Jenofonte y Aristóteles, que definió la sofística como "sabiduría aparente, pero
no real" y al sofista como "mercader" de esa sabiduría.

Estos juicios indujeron a que se considerara la sofística como un movimiento aislado,


marginal a la filosofía, y desprestigiado hasta tal punto que era difícil reivindicar para él
la posición que debía ocupar en la evolución del pensamiento griego. La falta de textos
completos de los sofistas, de los que sólo se conservan fragmentos o citas, probablemente
tendenciosas, transmitidas en su mayoría por enemigos declarados de la sofística,
mantenía el juicio peyorativo platónico-aristotélico.

La revalorización de los sofistas, la determinación de su importancia histórica y el lugar


que ocuparon en la evolución de la filosofía griega se inició a partir del siglo XIX, cuando
se dejaron de subrayar los caracteres externos de su desprestigio, se acentuó su valoración
como pedagogos, humanistas y teóricos de la política de su tiempo y se hizo notar que los
odios de Platón iban dirigidos más a los últimos sofistas que a los grandes maestros, por
quienes sentía, a pesar de sus diferencias, un extremado respeto, como puede observarse
en sus diálogos.

B)S
Sócrates.

Sócrates (469-399 a.C.) es uno de los filósofos más geniales de la historia. Feo, irónico,
agudo, seguido por sus discípulos, filosofaba en todos los lugares públicos de Atenas.

A diferencia de los sofistas, Sócrates no cobraba por sus enseñanzas, por lo que sus
discípulos le seguían por pura atracción intelectual, aunque él no se considerase un
hombre extraordinario. Cierto día le preguntaron si él era el hombre más sabio de Grecia,
a lo que contestó que él sólo sabía que no sabía nada.

El centro de su filosofía estaba en la physis humana basada en las virtudes, en la ética, no


la retórica como los sofistas.

Sócrates no escribió nada. Pero de su filosofar tenemos muchos testimonios como los de
Jenofonte, Aristófanes, Aristóteles... Pero sobre todo es Platón la verdadera fuente para
poder conocer la filosofía de Sócrates.

El método socrático recibe el nombre de mayeútica (de mayeuo, dar a luz), es decir, el
arte de dar a luz los conceptos. La mayeútica se inicia con la pregunta, según dos formas:
la exhortación irónica y la indagación inductiva. Su método está destinado a la
conceptualización, hacia la formación de conceptos precisos y exactos, pero siempre son
"descubiertos" por el alumno, por lo que es un método eficaz. El alumno es encauzado
hacia la respuesta por Sócrates: es él quien "parece descubrir" la solución.

La meta de la filosofía socrático es detectar la virtud, areté, del hombre, pero virtudes
anímicas como el valor, la justicia y el bien. La virtud es saber. Según Sócrates, quien
conoce el bien lo hace, sólo se obra mal por ignorancia. Todas las virtudes coinciden en
el conocimiento del bien.

Su filosofía no incluye ninguna reforma social, pero ésta estaba implícita en su


concepción educativa del hombre ateniense. Por ello Sócrates fue denunciado y acusado
de no creer en los dioses y corromper a la juventud y, tras ser juzgado, fue sentenciado a
muerte. La condena fue injusta y Sócrates lo sabía. Consciente de su propia doctrina, no
trata de evadirse de la cárcel cuando unos discípulos se lo proponen. Sócrates rehusa la
huida: sabía que era mejor padecer una injusticia que cometerla, ya que conociendo lo
justo no podía obrar injustamente y la huida supondría dar la razón a los acusadores. Su
muerte fue sin duda la mejor lección moral que pudo darle a sus discípulos.
C)P
Platón.

Aristocles, conocido con el sobrenombre de Platón por su robusta complexión, nació en


Atenas el año 427 a.C., bajo el arcontado de Diotimo, en el seno de una familia
aristocrática que pretendía descender de Solón.

Vinculado estrechamente al mundo de la antigua nobleza ática, recibió la educación física


e intelectual propia de su época: música, matemáticas, pintura, gimnasia. La lectura
asidua de Homero y los poetas contribuyeron a su formación literaria, componiendo en su
juventud algunos ditirambos y tragedias. Su formación filosófica corrió a cargo de
Crátilo, discípulo de Heráclito, hasta su encuentro con Sócrates en el año 407, junto al
que permaneció hasta su condena y muerte el año 399.

Hacia el 390 se dirigió a la fastuosa corte siracusana de Dionisio el Viejo, con intención
de convertir al tirano en filósofo, pero, en realidad, sólo consiguió ganarse a Dion, cuñado
del tirano. Dionisio se deshizo de él, embarcándole en una trirreme que hizo escala en
Egina, entonces en guerra con Atenas, y Platón fue vendido como esclavo.
Afortunadamente, Aniceris, amigo de Platón, a quien conoció en Cirene, le rescató y le
concedió la libertad.

Llegado a Atenas (388 a.C.) compró al noroeste de la ciudad un terreno, donde fundó la
Academia, que se convirtió en la primera escuela de filosofía y donde Platón por espacio
de cuarenta años impartió enseñanza a alumnos de toda Grecia y el mundo mediterráneo.
Murió en 347 a.C., a los 81 de edad.

El conjunto de la obra que ha llegado hasta nosotros bajo el nombre de Platón comprende
41 diálogos, la Defensa de Sócrates, 13 cartas y las Definiciones. Sin embargo, no todas
las obras del corpus pertenecen a Platón. Entre ellas hay algunas apócrifas y otras que
ofrecen serias sospechas de no ser auténticas. Se han desechado como apócrifos varios de
los diálogos del corpus y las Definiciones. Por lo que se refiere a las cartas, se admite casi
sin reservas la VII, de gran utilidad para conocer su estancia en Sicilia.

En cuanto a su filosofía, Platón concebía un gigantesco plan de formación humana,


paideia, presidido por el ideal filosófico que aprendiera de Sócrates. Pero consciente del
fracaso socrático propugnará una reforma profunda de la polis. Este nuevo concepto es
desarrollado en República y Las Leyes. En Platón no puede separarse su concepción del
hombre de su concepción del Estado. Mantiene en todo momento un paralelismo entre el
hombre y Estado, de forma que cada tipo de Estado refleja un tipo de hombre.

La concepción platónica del hombre está presidida por el dualismo: el hombre se


compone de cuerpo y alma. El alma es inmortal y trasmigra junto con las Ideas. El alma
se halla, así, en el cuerpo, pero no fusionada con él. Platón ejemplificar esto por medio
del mito del carro: si el alma, por medio de su formación y purificación, logra dominar y
conducir los caballos (=instintos corporales) podrá ascender de nuevo al lugar celestial
de las Ideas o, de lo contrario, se precipitará irremisiblemente. La purificación y
ascensión del alma se consigue a través del conocimiento de la Idea del Bien y este
conocimiento se logra mediante la paideia.

El Estado es considerado como "modelador del almas". Su punto de partida es el


concepto de justicia, basada en la moralidad personal. Un Estado justo es aquel en que el
artesano posee la virtud de la templanza, el guardián la fortaleza y el gobernante la
prudencia

Platón con La República se propone llevar a efecto una reforma moral de la sociedad. El
Estado no debe fundarse en el ansia de poder y egoísmo, suscitado en las personas que no
saben dominar su cuerpo e identifican justicia con lo agradable, útil y ventajoso, sino que
ha de ser la encarnación de la justicia, que no es otra cosa que la armonía entre los
distintos componentes.

La ciudad ideal platónica se configura como una aristocracia basada en las aptitudes
naturales de cada clase y en la educación apropiada que recibe. De ahí que constituya un
problema central la formación de los gobernantes que planeen y dirijan la política de la
ciudad. El conocimiento de las ideas, entre las que se encuentra la idea de Bien, en la que
se debe instruir a los ciudadanos, hace del filósofo el gobernante idóneo y el único capaz
de hacer posible una ciudad tal. Porque el filósofo no debe separar, aunque le cueste,
especulación filosófica y política; su deber es la acción, pero sólo en el estado ideal, en
caso contrario ha de interiorizarla.

Toda la construcción de la ciudad ideal había ido encaminada desde su origen a


solidificar las relaciones entre las clases. Sin embargo no era posible una solidez absoluta.
Las experiencias platónicas de la oligarquía, democracia y tiranía (en Siracusa) y las
referencias de la timocracia (celebrada en Creta y Lacedemonia) le suministran los datos
para la exposición de los diferentes grados de corrupción de la ciudad, parejos a los de los
individuos que la habitan. El pesimismo llega al extremo con la afirmación de la
imposibilidad de existencia terrenal de su ciudad .

D)A
Aristóteles.

Aristóteles nació el 384 a.C. en Estagira. Su padre, el "asclepiada" Nicómaco, era el


médico personal del rey Amintas II de Macedonia, padre de Filipo y abuelo de Alejandro
Magno. La muerte prematura de su padre hizo que Próxeno de Atarnea, su tutor, se
encargase de la educación de Aristóteles hasta que éste, cumplidos los diecisiete años, se
trasladó a Atenas, donde permaneció por espacio de veinte años (367-348) incorporado a
las enseñanzas de la Academia dirigida por Platón. La muerte de Platón pone fin a la
etapa de "aprendizaje" de Aristóteles.

Tras la muerte del maestro, comienza para Aristóteles una segunda etapa, la de los
"viajes" (347-335). Estos se vieron pronto interrumpidos por la llamada de Filipo que le
encomendaba la educación de su hijo Alejandro.

En el 342, por decisión paterna, Alejandro comenzó sus tareas de regente. Filipo es
asesinado el año 336 y Alejandro sube al trono de Macedonia.

El año 335, mientras Alejandro prepara su expedición a Asia, comienza para Aristóteles
el tercer período de su vida, el llamado de "madurez", con el establecimiento casi
definitivo en Atenas. Ayudado por Antípatro, general macedónico encargado de los
asuntos de Grecia mientras Alejandro está en tierras de Asia, Aristóteles funda el
Perípato, escuela del Liceo, donde consume los últimos años de su vida entregado a la
enseñanza y la investigación.

El año 323 muere Alejandro Magno. El hecho promueve en Atenas una fuerte reacción
del partido antimacedónico, que presenta contra Aristóteles una acusación de impiedad.
Aristóteles, ante tal amenaza, se retira a la ciudad de Calcis, en la isla de Eubea. Y allí, en
la patria de su madre Festias, murió el año 322 aquejado de dolencias estomacales. De los
cuatrocientos o mil libros que, según los autores antiguos, habría escrito Aristóteles, el
Corpus transmitido por los códices medievales comprende ciento cincuenta y dos,
correspondientes a treinta y siete obras de una extensión muy desigual. Añadamos los
restos de algunas obras perdidas (Eudemo, Protréptico, De la retórica, Sobre la filosofía,
Sobre la justicia, etc.), y obtendremos el mensaje material del estagirita, que se eleva a un
millón de palabras griegas.

En cuanto a su concepto del hombre, para Aristóteles éste se compone de materia y


forma. La materia se identifica con el cuerpo y la forma sustancial con el alma. Pero
cuerpo y alma no son simples elementos agregados como en la dualidad platónica, sino
compenetrados, hasta el punto de que, separados el uno del otro, no existe el hombre.

El alma es material y persiste después de la muerte. L muerte sería la disgregación del


compuesto cuerpo-alma. El alma está concebida como el principio de la vida.

Aristóteles acusa a la teoría socrático de intelectualista, pues no es lo mismo conocer el


bien que hacer el bien y no sigue la idea platónica del Bien, porque, aun pensando que el
hombre es por naturaleza un animal político, distingue la dimensión ética del hombre de
su dimensión social.

La conducta moral del hombre se rige por la búsqueda de la felicidad, y la felicidad


consiste en la posesión del Bien. El principio de la felicidad está en la actividad anímica
guiada por la virtud. A ésta se llega mediante la práctica de los términos medios entre los
dos extremos igualmente viciosos: el defecto y el exceso.

De todas las virtudes morales ka más importante es la justicia, adecuada a la igualdad y a


las leyes.

De la misma manera, Aristóteles no concibe al hombre desvinculado de la polis. Expone


el origen del Estado a partir de los pueblos y tribus y estudia los elementos, es decir, las
familias. Estudia las relaciones interfamiliares. Defiende la esclavitud. Distingue tres
tipos de gobierno: monarquía, aristocracia y democracia; ésta última la más idónea.

E)E
Escuelas morales postsocráticas.

Tras la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.), el panorama de la filosofía griega se


muestra mucho más diversificado que en las centurias anteriores. La Academia platónica,
el Liceo aristotélico y las escuelas socráticas menores (cínicos, cirenaicos y escuela de
Mégara) coexistirán con tres nuevas tendencias que se disputan, desde ángulos bien
distintos, el logro de una felicidad completa para el hombre: el escepticismo, el
epicureísmo y el estoicismo.

En cuanto al escepticismo, es desconocida la cronología precisa de esta escuela. Sabemos


que su fundador, Pirrón de Elicre, habría escrito un poema en honor de Alejandro Magno,
única obra de que tenemos noticia. Pero, gracias a la prolífica obra del médico escéptico
Sexto Empírico (siglo II d.C.), poseemos una abundante historiografía sobre el desarrollo
de esta tendencia filosófica. Su doctrina predicaba la suspensión del juicio, ya que no hay
ninguna garantía de que captemos la verdad.

En cuanto a la escuela del Jardín o epicúreos, que recibían este nombre por reunirse en el
jardín con su maestro Epicuro (341-270 a.C.), su doctrina filosófica se extiende
fundamentalmente por dos disciplinas, la física, cuyo objetivo es el conocimiento de la
naturaleza en su estructura y funcionamiento, y la ética. culminación del saber al postular
la conquista de la felicidad.

De un modo similar, la física y la ética de los estoicos son comparadas por ellos con los
nervios, el alma y la carne de los animales. En uno y otro sistema, las partes no tienen
sentido por sí solas: únicamente el aprendizaje ensamblado de las partes llevará al
objetivo final, la felicidad.
En la física recogen el atomismo mecanicista de Demócrito. Tan sólo introducen el
concepto del azar.

En la ética consideran sabio a aquel que sabe escoger lo placentero. El sabio puede
dedicarse exclusivamente a la búsqueda del placer. La hedoné, placer, ha de conseguirse
racionalmente, ya que son preferibles aquellos placeres duraderos

La escuela estoica recibía el nombre de la escuela del Pórtico por reunirse bajo un
pórtico. La filosofía estoica abarca sobre todo tres campos: la física y astronomía, la
lógica y teoría del conocimiento, y la ética.

En la física unen elementos de Heráclito y Demócrito. En lógica impulsan la gramática, el


estudio del lenguaje.

La ética estoica está presidida por cierto fatalismo o pesimismo cosmológico: todo lo
gobierna el logos. La preocupación por comprender el funcionamiento de la naturaleza es
capital también en la filosofía estoica. Pero, en lugar de adoptar el prisma de la
inteligencia humana como los epicúreos, el estoico hace de su concepción del mundo una
cuestión de fe. Dios es la ley universal obedecida por el mundo, que, gustoso, se somete a
su dominio.

F)E
El neoplatonismo: Plotino.

En el s.II d.C. renacen en la filosofía una nueva valoración del hombre, basándose en las
doctrinas clásicas, sobre todo las de Platón. El neoplatonismo culmina con Plotino (203-
269) y tras él se desvanecerá como doctrina filosófica. La filosofía de Plotino se centra en
tres aspectos: Dios, la cosmogénesis y el hombre.

Dios es Uno, superior a la materia y al espíritu. El Uno es identificable con el Bien. Del
Uno procede el espíritu, en donde se dan las Ideas, y de éste el alma.

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