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TTPC-3.21.

LOS MIEMBROS DE LAS FAS


COMO AGENTES DE LA
AUTORIDAD

MARZO - 2021
(PÁGINA INTENCIONADAMENTE EN BLANCO)
ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA

TTPC-3.21.1 LOS MIEMBROS DE


LAS FAS COMO AGENTES DE LA
AUTORIDAD

MARZO DE 2021
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(ESTA PUBLICACIÓN ESTÁ DISPONIBLE EN LA INTRANET)

(http:/intra.mdef.es/portal/intradef/Ministerio_de_Defensa/CCDC/CCDC/Publicaciones/Nacional)

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Jefe de Estado Mayor de la Defensa

CARTA DE PROMULGACIÓN

En uso de las atribuciones que me otorga la Ley Orgánica 05/2005 de la


Defensa Nacional, declaro reglamentaria en las Fuerzas Armadas Españolas
la publicación TTPC-3.21.1 “Los miembros de las FAS como agentes de la
autoridad”.
La presente publicación entrará en vigor el día siguiente de su fecha de
promulgación.
La TTPC-3.21.1 es una publicación de USO OFICIAL.

EL ALMIRANTE GENERAL
JEFE DE ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA
Firmado digitalmente por LOPEZ CALDERON
LOPEZ CALDERON TEODORO ESTEBAN |51319812G, JEMAD
Nombre de reconocimiento (DN): c=ES,
TEODORO o=MINISTERIO DE DEFENSA, ou=PERSONAS,
ou=CERTIFICADO ELECTRONICO DE EMPLEADO
PUBLICO, serialNumber=IDCES-51319812G,
ESTEBAN | sn=LOPEZ CALDERON |51319812G,
givenName=TEODORO ESTEBAN, cn=LOPEZ
51319812G, JEMAD CALDERON TEODORO ESTEBAN |51319812G
Fecha: 2021.03.09 17:37:57 +01'00'

- Teodoro Esteban López Calderón -

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HOJA DE CAMBIOS

PÁGINAS
Nº CAMBIO MOTIVO FECHA
AFECTADAS

A fin de mejorar la calidad de esta TTPC, se ruega a los usuarios que comuniquen al Centro Conjunto de
Desarrollo de Conceptos cualquier error, sugerencia o cambio, citando claramente la página y párrafo o
figura a que se refieran. Dirección de comunicación:

Centro Conjunto de Desarrollo de Conceptos (CCDC)

DIVDEF-EMACON

Calle Vitruvio, 1. 28006. Madrid.

Email: [email protected]

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PREFACIO
1. La presente TTPC-3.21.1 establece las responsabilidades, tácticas, técnicas y
procedimientos necesarios para el empleo de los miembros de las FAS como agentes de la
autoridad.
2. Será vinculante para todo el personal de las FAS que, por razón de su cargo, actúe en el
ámbito de sus competencias en auxilio a la Autoridad designada, tanto en el marco conjunto
como combinado.
3. Reglamentación legislativa nacional relacionada:

- Constitución Española.
- Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio.
- Ley Orgánica 6/1984, de 24 de mayo, reguladora del procedimiento de «Habeas
Corpus».
- Ley Orgánica 6/85, de 1 de julio, del Poder Judicial.
- Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
- Ley Orgánica 4/1987, de 15 de julio, de la competencia y organización de la
Jurisdicción Militar.
- Ley Orgánica 2/89, de 13 de abril, Procesal Militar.
- Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
- Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional.
- Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la Carrera Militar.
- Ley Orgánica 11/2007, de 22 de octubre, reguladora de los derechos y deberes de los
miembros de la Guardia Civil.
- Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las
Fuerzas Armadas.
- Ley Orgánica 8/2014, de 4 de diciembre, de Régimen Disciplinario de las Fuerzas
Armadas.
- Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de Protección de la Seguridad ciudadana.
- Ley Orgánica 14/2015, de 14 de octubre, del Código Penal Militar.
- Ley 2/1985, de 21 de enero, sobre Protección Civil.
- Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas.
- Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público.
- Real Decreto 194/2010, de 26 de febrero, por el que se aprueban las Normas sobre
seguridad en las FAS.
- Real Decreto de 14 de septiembre de 1882 por el que se aprueba la Ley de
Enjuiciamiento Criminal.
- Real Decreto 769/1987, de 19 de junio, sobre Regulación de la Policía Judicial.
- Real Decreto 96/2009, de 6 de febrero, por el que se aprueban las Reales Ordenanzas
de las Fuerzas Armadas.

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- Real Decreto 194/2010, de 26 de febrero, por el que se aprueban las Normas sobre
seguridad en las Fuerzas Armadas.
- Real Decreto 372/20, de 18 de febrero, por el que se desarrolla la estructura orgánica
básica del Ministerio de Defensa.
- Tribunal Supremo: sentencia de 28 de enero de 1982.
- Acuerdo de la Sala de Gobierno nº 91 del Tribunal Militar Central “Informe sobre
colaboración de la Policía Militar con la Policía Judicial”.
- Orden Def. 316/2015, de 23 de febrero, por la que se aprueban los medios de
identificación que sobre el uniforme deben portar los miembros de las FAS que
tengan carácter de agente de la autoridad en el ejercicio de sus funciones.
- Disposición adicional tercera de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la Carrera
Militar. Carácter de autoridad en el cumplimiento de sus funciones.
- Artículo décimo del RD 1097/2011, de 22 de julio, por el que se aprueba el Protocolo
de Intervención de la Unidad Militar de Emergencias.
- Artículo 4 Punto 7 de la Orden Def. 160/2019, de 21 de febrero, por la que se regula
la organización y funcionamiento de la UME.
- Directiva de Defensa Nacional 2020.
- Directiva 07/15 del JEMAD. En revisión. Afecta capítulo 2 y capítulo 3.
- Directiva de Seguridad 05/11.
- Directiva 01/10, sobre Operaciones de apoyo a Autoridades Civiles.
- Directiva 06/07, sobre las acciones del ET en la Lucha Contraincendios.
- IG-00-03 Doctrina de Protección de la Fuerza en el ámbito del Ejército del Aire.
- IG-10-19 Organización y funciones de la Seguridad en el Ejército del Aire.
- IG-10-28 Cinología en el EA.
- IG 90-30 Protección de Autoridades en el Ejército del Aire.
4. Publicaciones doctrinales existentes en el ámbito de las FAS:

- PDC-01 (A) Doctrina para el empleo de las FAS.


- PD2-001 (vol. 6) Operaciones. Apoyo a Autoridades Civiles en Territorio Nacional (ET).
- PD3-205. Procedimientos de Inteligencia, Contrainteligencia y Seguridad (ET).
- PD3-308. Reglamento de Inteligencia Táctica (ET).
- MI-000. Protección de autoridades militares.
- OR7-004. El derecho en conflictos armados (tomos I, II y III).
- Guía de puesto táctico “Agente de la Autoridad” GIPT-35.
- Orientaciones para la unidad de Policía Aérea.
- Las publicaciones y manuales establecidos por la UME.
- PDE1-001 Concepto de Empleo de la UME. Enero 2020.
- PDE2-001 Capacidades de la UME. Enero 2020.
- PDE3-013 Riesgos tecnológicos y medioambientales (RRTT y MA) de la UME. Febrero
2021.
- Publicaciones Doctrinales de Emergencias (PDE) de nivel 4 del árbol doctrinal de la
UME, donde se detallan los conceptos de empleo de cada uno de sus módulos de
intervención (actualmente en desarrollo).

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5. Los Ejércitos, Guardia Real y UME, vinculados por esta publicación, cuando actúen en su
ámbito específico podrán adaptar el contenido de la misma a las circunstancias particulares
según los cometidos y situación.
6. La presente publicación incluye únicamente los cometidos relacionados con el apoyo a
autoridades civiles, aquellos correspondientes a otros procedimientos de actuación de
personal militar como agente de la autoridad quedarán recogidos en publicaciones
específicas como la TTPC 3.21.2 Policía Militar.

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ÍNDICE
Página
PREFACIO....................................................................................................................................... 9
CAPÍTULO 1. MARCO NORMATIVO ............................................................................................. 15
1.1. LEGISLACIÓN ..................................................................................................................... 15
1.1.1. Generalidades............................................................................................................... 15
1.1.2. Fundamento constitucional. Art.8. Título preliminar CE .............................................. 18
1.1.3. Derecho penal .............................................................................................................. 20
1.1.4. Derecho penal y sancionador militar ........................................................................... 24
1.1.5. Derecho procesal .......................................................................................................... 28
1.2. EL AGENTE DE LA AUTORIDAD Y EL EMPLEO DE LA FUERZA ............................................ 32
1.2.1. Carácter de agente de la autoridad .............................................................................. 32
1.2.2. Legalidad del uso de la fuerza ...................................................................................... 37
1.2.3. Legítima defensa y ejercicio legítimo del cargo ........................................................... 43
1.3. NORMATIVA DE SEGURIDAD ............................................................................................ 46
1.3.1. Ley Orgánica 9/2011, de derechos y deberes de los miembros de las FAS ................. 46
1.3.2. Ley 39/2007 de la Carrera Militar. Disposición adicional tercera ................................ 46
1.3.3. Ley de Defensa Nacional .............................................................................................. 46
1.3.4. Real Decreto 96/2009, de Reales Ordenanzas para las FAS ......................................... 47
1.3.5. Real Decreto 194/2010, de Seguridad en las FAS ........................................................ 47
CAPÍTULO 2. ENTORNO DE ACTUACIÓN DEL MILITAR COMO AGENTE DE LA AUTORIDAD ....... 49
2.1. INTRODUCCIÓN................................................................................................................. 49
2.2. AUXILIO Y COLABORACIÓN CON AUTORIDADES CIVILES.................................................. 50
2.3. TIPOS DE OPERACIONES DE CONTRIBUCIÓN A LA SEGURIDAD PÚBLICA ......................... 53
2.3.1. Operaciones de contribución militar a la protección civil ............................................ 53
2.3.2. Operaciones de contribución militar a la seguridad ciudadana ................................... 55
CAPÍTULO 3. ACCIONES ESPECÍFICAS DE LAS FAS EN APOYO A LAS AUTORIDADES CIVILES .... 57
3.1. INTRODUCCIÓN................................................................................................................. 57
3.2. PROCESO DE OBTENCIÓN DE INFORMACIÓN DE APOYO A LA INTERVENCIÓN................ 57
3.2.1. Obtención de información ........................................................................................... 57
3.3. ALBERGUES Y CAMPAMENTOS DE DAMNIFICADOS (CDAM/ADAM) ................................ 61
3.3.1. Introducción ................................................................................................................. 61
3.3.2. Introducción módulos tipo ADAM/CDAM .................................................................... 61

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3.3.3. Control de accesos al ADAM/CDAM........................................................................... 62


3.3.4. Consideraciones en la actuación del personal militar ............................................ ... 65
3.4. DESALOJO, EVACUACIÓN Y CONFINAMIENTO DE POBLACIONES .................................. 67
3.4.1. Introducción................................................................................................................ 67
3.4.2. Coordinación con FCSE y organismos civiles .............................................................. 67
3.4.3. Consideraciones específicas para un plan de evacuación .......................................... 68
3.4.4. Terminología ............................................................................................................... 68
3.4.5. Tipos de evacuación.................................................................................................... 69
3.4.6. Tipos de rutas ............................................................................................................. 70
3.4.7. Designación de un punto de evacuación .................................................................... 70
3.4.8. Actitud de la población civil ........................................................................................ 71
3.4.9. Confinamiento ............................................................................................................ 72
3.4.10. Protocolo de actuación en una evacuación-desalojo ................................................. 73
3.5. APOYO A LAS EMERGENCIAS TECNOLÓGICAS Y AMBIENTALES..................................... 74
3.5.1. Introducción................................................................................................................ 74
3.5.2. Catástrofes tecnológicas ............................................................................................. 74
3.5.3. Materiales Tóxicos Industriales (TIM)......................................................................... 76
3.5.4. Terrorismo NRBQ ........................................................................................................ 77
3.5.5. Finalidad del control de accesos ................................................................................. 77
3.5.6. Protección física .......................................................................................................... 78
3.5.7. Clasificación de los trajes NBQ.................................................................................... 79
3.5.8. Equipo para la intervención ........................................................................................ 80
3.5.9. Procedimiento de colocación del kit básico NRBQ ..................................................... 82
3.5.10. Procedimiento para quitarse el traje .......................................................................... 84
3.5.11. Sellado del traje .......................................................................................................... 84
3.5.12. Niveles de protección ................................................................................................. 85
3.5.13. Clasificación del cuerpo de bomberos ........................................................................ 85
3.5.14. Protección respiratoria ............................................................................................... 86
ANEXO A ...................................................................................................................................... 87
ACRÓNIMOS Y ABREVIATURAS ................................................................................................... 87
ANEXO B ...................................................................................................................................... 89
TÉRMINOS Y DEFINICIONES......................................................................................................... 89

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CAPÍTULO 1. MARCO NORMATIVO


1.1. LEGISLACIÓN
1.1.1. Generalidades
1. Con carácter previo al desarrollo de las diversas responsabilidades, tácticas, técnicas y
procedimientos que son el objeto de esta publicación doctrinal, es conveniente conocer
diversas definiciones y conceptos que ayuden a una mejor comprensión del texto.

1.1.1.1. Definiciones
1.1.1.1.1. Derecho penal
2. Disciplina jurídica que regula la reprensión o castigo de los crímenes o delitos por medio
de la imposición de las penas. Es el instrumento jurídico más enérgico del que dispone
el Estado para evitar las conductas que resultan más indeseables a la sociedad. Para el
personal militar es de aplicación, además del Código Penal, aprobado por Ley Orgánica
10/1995, de 23 de noviembre (en adelante CP), el Código Penal Militar, aprobado por
Ley Orgánica 14/2015, de 14 de octubre (en adelante CPM).

1.1.1.1.2. Delito militar


3. El artículo 10 del CP define que “son delitos las acciones y omisiones dolosas o
imprudentes penadas por la ley”. La vigencia del principio constitucional de legalidad
(art. 25.1 de la Constitución, art. 1 del CP y art. 1 del CPM) permite castigar penalmente
sólo aquellas conductas que de acuerdo con la Ley aparecen definidas como delito (art.
9 del CPM):
a. Son delitos militares las acciones u omisiones dolosas o imprudentes previstas en el
Libro Segundo de este Código.
b. Asimismo, son delitos militares cualesquiera otras acciones u omisiones cometidas
por un militar y tipificadas en el Código Penal como:
i. Delitos de traición y delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de
conflicto armado y aquellas acciones que se perpetraren con abuso de
facultades o infracción de los deberes establecidos en la Ley Orgánica 9/2011,
de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas
o en la Ley Orgánica 11/2007, de 22 de octubre, reguladora de los derechos y
deberes de los miembros de la Guardia Civil.
ii. Delito de rebelión, en caso de conflicto armado internacional.

1.1.1.1.3. Autoridad
4. El artículo 24.1 del CP establece el concepto legal de Autoridad, señalando:
A los efectos penales, se reputará autoridad al que por sí solo o como miembro de
alguna corporación, tribunal u órgano colegiado, tenga mando o ejerza jurisdicción
propia. En todo caso, tendrán la consideración de autoridad los miembros del

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Congreso de los Diputados, del Senado, de las asambleas legislativas de las


comunidades autónomas y del Parlamento europeo. Se reputará también Autoridad a
los funcionarios del Ministerio Fiscal (artículo 24.1 del CP).
5. Asimismo, la definición de Autoridad Militar queda expuesta en el artículo 3 del CPM:
a. El Rey, el Presidente del Gobierno, el Ministro de Defensa y quienes les sustituyen en
el ejercicio de las atribuciones constitucionales o legales inherentes a sus
prerrogativas o funciones.
b. El Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el Subsecretario de Defensa y los Jefes de
Estado Mayor del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire y el Director
General de la Guardia Civil.
c. Los oficiales generales con mando, jefatura o dirección sobre fuerza, unidad, centro
u organismo o que, por razón del cargo o función, tengan atribuida jurisdicción en un
lugar o territorio determinado.
d. Los militares que, en las situaciones de conflicto armado o estado de sitio, ostenten
la condición de Jefe de Unidad que opere separadamente, en el espacio a que alcanza
la acción militar.
e. Los Auditores Presidentes y Vocales de los Tribunales Militares, los Fiscales Jurídico
Militares y los Jueces Togados Militares.
f. Mientras permanezcan fuera del territorio nacional, los comandantes de buques de
guerra o de aeronaves militares y los Oficiales destacados para algún servicio en los
lugares, aguas o espacios en que deban prestarlo, cuando en ellos no exista autoridad
militar y en lo que concierna a la misión militar encomendada.
g. Los Jefes de Unidades que tomen parte en operaciones en el exterior, impliquen o
no el uso de la fuerza, durante la participación de la Unidad en tales operaciones,
mientras permanezcan fuera del territorio nacional.

1.1.1.1.4. Funcionario público


6. Se considerará funcionario público todo el que por disposición inmediata de la ley o por
elección o por nombramiento de autoridad competente participe en el ejercicio de
funciones públicas. (Artículo 24.2. del CP).

1.1.1.1.5. Agente de la autoridad


7. En nuestro ordenamiento jurídico no existe una definición de “agente de la autoridad”,
por lo que se utilizará la definición que aporta el Tribunal Supremo, en sentencia de 28
de enero de 1982:
Se califica como agente de la autoridad a quien, por razón de cargo, esté obligado a
auxiliar a la autoridad en el ejercicio de sus funciones mediante la ejecución de sus
providencias, acuerdos, órdenes y mandatos

1.1.1.1.6. Policía militar, naval o aérea


8. Se entenderá por policía militar, naval o aérea (en adelante policía militar), el militar
que, teniendo la formación y titulación adecuada y haciendo uso de los distintivos

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acreditativos, preste servicios legalmente encomendados en unidades de policía militar,


o como policía militar con carácter temporal y cumpla los cometidos específicos que por
ley le vengan atribuidos (Artículos 29 y 30 del Real Decreto 194/2010, de 26 de febrero,
por el que se aprueban las Normas sobre seguridad en las Fuerzas Armadas).

1.1.1.1.7. Fuerza Armada


9. A los efectos del CPM, se entenderá que son fuerza armada los militares que, vistiendo
uniforme, presten un servicio reglamentariamente ordenado que legalmente esté
encomendado a las Fuerzas Armadas y, en el caso de la Guardia Civil, que no sea
encuadrable en el ejercicio de funciones de naturaleza policial (artículo 5 Real Decreto
1438/2010) y, en todo caso, en situación de conflicto armado, en estado de sitio o
cuando se encuentren integrados en unidades de las Fuerzas Armadas (Artículo 35.3 del
CPM).

1.1.1.1.8. Centinela
10. Es centinela, a los efectos del CPM, el militar que, en acto de servicio de armas y
cumpliendo una consigna, guarda un puesto confiado a su responsabilidad, portando a
la vista el arma de fuego que por su cometido le corresponda (Artículo 4 del CPM).
11. Tienen además dicha consideración los militares que sean:
a. Componentes de las guardias de seguridad en el ejercicio de su cometido.
b. Operadores de las redes militares de transmisiones, comunicaciones o informáticas
durante el desempeño de sus cometidos.
c. Operadores de sistemas electrónicos de vigilancia y control de los espacios confiados
a los Centros o estaciones en que sirven u observadores visuales de los mismos
espacios, durante el desempeño de sus cometidos.
12. Asimismo, en el Artículo 24 del RD 194/2010, de Seguridad en las FAS establece:
a. Son centinelas los componentes de la guardia de seguridad que, en acto de servicio
de armas y cumpliendo una consigna, guardan un puesto confiado a su
responsabilidad portando a la vista el arma de fuego que por su cometido les
corresponda.
b. El centinela se empleará para la defensa y protección de lugares o instalaciones
sensibles donde el grado de seguridad lo exija y su utilización será restrictiva.
c. Tienen además la consideración de centinela aquellos que, por la importancia o
trascendencia de las funciones o cometidos que desempeñen, así les sea reconocida
por la legislación vigente.

1.1.1.1.9. Actos de servicio


13. Establece el Artículo 6 del CPM:
Son actos de servicio todos los que tengan relación con las funciones que
correspondan a cada militar en el cumplimiento de sus específicos cometidos.

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A los efectos de este Código, son actos de servicio de armas todos los que requieren
para su ejecución el uso, manejo o empleo de armas, cualquiera que sea su naturaleza,
conforme a las disposiciones generales aplicables o a las órdenes particulares
debidamente cursadas al respecto, así como los actos preparatorios de los mismos, ya
sean individuales o colectivos, desde su iniciación con el llamamiento a prestarlo hasta
su total terminación, y cuantos actos anteriores o posteriores al propio servicio de
armas se relacionen con éste o afecten a su ejecución.
Asimismo, tendrán esta consideración los actos relacionados de forma directa con la
navegación de buques de guerra o el vuelo de aeronaves militares o con medios de la
Guardia Civil semejantes. También la tendrán los servicios de transmisiones,
comunicaciones o informáticos, detección y análisis del espacio radioeléctrico o
cibernético, imágenes o datos y cualesquiera otros servicios de vigilancia y control de
los espacios en que se desarrollen las operaciones militares.

1.1.1.1.10. Orden
14. Es orden todo mandato relativo al servicio que un superior militar da a un subordinado,
en forma adecuada y dentro de las atribuciones que le corresponden, para que lleve a
cabo u omita una actuación concreta (Artículo 8 del CPM).
15. El Real Decreto 96/2009, de 6 de febrero, por el que se aprueban las Reales Ordenanzas
de las Fuerzas Armadas, define el cumplimiento de órdenes como los mandatos relativos
al servicio que un militar da a un subordinado, en forma adecuada y dentro de las
atribuciones que le correspondan para que lleve a cabo u omita una actuación concreta.

1.1.1.2. Jerarquía normativa


16. El principio de jerarquía normativa se consagra constitucionalmente, al igual que el de
legalidad, en el artículo 9.3 de la Constitución Española. De forma sucinta, se puede
enumerar en primer lugar de la escala jerárquica de las normas de nuestro
ordenamiento jurídico, la Constitución, luego los Tratados Internacionales publicados,
las Leyes Orgánicas y Ordinarias, los Decretos-Leyes, los Decretos Legislativos, los
Reglamentos aprobados por el Gobierno y expedidos por Real Decreto y los
Reglamentos aprobados por Orden Ministerial. Como complemento de las normas
anteriores se encontrarían la costumbre, los principios generales del derecho y la
jurisprudencia. Todo ello sin perjuicio de señalar la primacía del derecho comunitario
que siempre exige su adaptación por parte del derecho nacional.
17. Así, las disposiciones administrativas de carácter general (Reglamentos) se ajustan a la
siguiente jerarquía normativa: 1º Real Decreto del Consejo de Ministros; 2º Órdenes de
las Comisiones Delegadas del Gobierno; 3º Órdenes Ministeriales; 4º Disposiciones de
autoridades y órganos inferiores (Directivas, Circulares, Instrucciones).

1.1.2. Fundamento constitucional. Art.8. Título preliminar CE


18. La Constitución española (en adelante CE), distingue un doble contenido: la parte
“orgánica”, en la que se organizan y estructuran los poderes del Estado, y una parte
“dogmática”, que contiene una serie de principios básicos entre los cuales se reflejan los
derechos fundamentales. Estos derechos fundamentales son la garantía del Estado de

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derecho y al estar contemplados en la norma suprema disponen de la máxima


protección legal.
19. En el cumplimiento de las misiones encomendadas a las Fuerzas Armadas actuando
como agente de la autoridad, puede llegarse a limitar estos derechos a terceros, por lo
que se deben conocer estos derechos y actuar con las máximas garantías y protección
de los mismos.

1.1.2.1. Los derechos fundamentales y libertades públicas


20. Los derechos fundamentales y libertades públicas están recogidos en el título primero
de la Constitución:
a. Artículo 14 - Derecho de igualdad.
b. Capítulo II, sección 1ª. De los derechos fundamentales y las libertades públicas (arts.
del 15 al 29).
c. Capítulo II, sección 2ª. De los derechos y deberes de los ciudadanos (arts. del 30 al
38).
21. Todos los derechos del artículo 14 y el capítulo II, sección 1ª, gozan de una excepcional
protección, ya que poseen un sistema de garantías basado en un procedimiento
preferente y sumario ante los tribunales ordinarios y se puede llegar al recurso de
amparo ante el Tribunal Constitucional. Los de la sección 2ª, tienen un nivel de
protección ordinario, resolviéndose los contenciosos en un tribunal ordinario, aunque
vinculan a todos los poderes públicos.

1.1.2.2. Los límites de los derechos fundamentales


22. El ejercicio de los derechos fundamentales está sujeto a límites, más allá de los cuales
resultan ilegítimos. Estos límites son, por un lado, los marcados por el legislador y
controlados por los tribunales y, por otro, los que se resuelven en el caso de
confrontación en el derecho al ejercicio de los derechos fundamentales.

1.1.2.3. El procedimiento de “Hábeas Corpus”


23. La Ley regulará un procedimiento de “Hábeas Corpus” para producir la inmediata puesta
a disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente (art. 17.4. CE).
24. Este procedimiento está regulado en la Ley Orgánica 6/1984, de “Hábeas Corpus”.
25. El procedimiento de “Hábeas Corpus” es un proceso judicial rápido y sencillo (24 horas),
que refleja el derecho de cualquier ciudadano a solicitar su comparecencia inmediata
ante el juez para que, una vez expuestos sus argumentos, se pronuncie sobre si la
privación de libertad y las condiciones en las que se ha desarrollado se encuentran
dentro de la legalidad.
26. El agente de la autoridad, funcionario público o autoridad, están obligados a comunicar
al juez la solicitud de “Hábeas Corpus” formulada por la persona privada de libertad que
se encuentre bajo su custodia.
27. La comparecencia o escrito que da inicio al procedimiento debe presentarse ante el juez
de instrucción del lugar en que se encuentre la persona detenida, y si no se conoce, el

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del lugar en el que se produjo la detención y, en su defecto, el del lugar en el que se


tuvieron las últimas noticias del detenido. En el ámbito militar, será competente para
conocer los procedimientos de “Hábeas Corpus”, el Juez Togado Militar Territorial
perteneciente a la circunscripción jurisdiccional en la que se efectuó la detención o, en
su defecto, el del lugar en donde se encuentra el solicitante.
28. Si incumplieren esta obligación, serán apercibidos por el Juez, sin perjuicio de las
responsabilidades penales y disciplinarias en que pudieran incurrir.
29. Son consideradas detenidas ilegalmente aquellas personas que:
a. Lo fuesen por una autoridad, agente de la misma, funcionario público o particular,
fuera de los supuestos legales o sin haberse cumplido las formalidades y requisitos
que se exigen legalmente.
b. Se encuentran internadas ilícitamente en algún lugar o establecimiento.

c. Las que estuviesen detenidas por un plazo superior al establecido si, transcurrido el
mismo, no fuesen puestas en libertad o entregadas al juez del lugar más próximo a
aquel en que se produjo la detención.
d. Los detenidos a quienes no les sean respetados los derechos que
constitucionalmente se reconocen en estos casos.

1.1.3. Derecho penal


30. El derecho penal establece y regula la reprensión o castigo de los crímenes o delitos por
medio de la imposición de las penas.

1.1.3.1. Principios
31. Legalidad. La ley es la única fuente del derecho penal. Este principio implica cuatro
garantías:
a. Garantía criminal: solo son delitos los que como tales se hallen definidos en la Ley.
b. Garantía penal: no se castigará ningún delito con pena que no esté legalmente
establecida con anterioridad.
c. Garantía judicial: no podrá imponerse ninguna pena sino en virtud de sentencia firme
y tras un juicio previo.
d. Garantía ejecutiva: toda pena debe ejecutarse con las formalidades previstas en la
ley.
32. Igualdad. Todos somos iguales ante la Ley, todos gozamos de la misma protección y
todos estamos sometidos a las mismas penas.
33. Irretroactividad. Solo se aplican leyes, con carácter retroactivo, cuando favorecen al
reo.
34. Non bis in ídem. No se puede juzgar a nadie dos veces por el mismo delito.
35. Territorialidad. La ley se aplica en el territorio del Estado con independencia de la
nacionalidad. Hay casos en que la ley penal se aplica a delitos cometidos fuera del

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territorio nacional por españoles o extranjeros nacionalizados, cuando concurren ciertos


requisitos previstos en el artículo 23 de la Ley Orgánica 6/85, de 1 de julio, del Poder
Judicial.

1.1.3.2. Delitos
36. Son delitos las acciones y omisiones, dolosas o imprudentes, penadas por la ley (artículo
10 del CP). Los delitos pueden ser graves, menos graves o leves. Los delitos se castigan
con penas que guardan relación con los delitos cometidos.

1.1.3.2.1. Elementos del delito


37. La acción (o conducta no punible). Es la conducta humana con trascendencia exterior
por acción u omisión, que produce un resultado, que deriva de una relación de
causalidad entre dicha acción y el resultado.
38. La antijuridicidad. Es el comportamiento que contradice las reglas del derecho, en
nuestro caso, contrario al derecho penal, en cuanto las normas, los delitos, recogidos en
el Código Penal y leyes especiales penales y, por lo tanto, suponen el catálogo de
conductas prohibidas que, en caso de cometerse, llevan aparejadas una pena.
39. La tipicidad. No es más que la concreción de la antijuridicidad, por lo que puede
considerarse una antijuridicidad específica. Esto quiere decir que para que una conducta
sea típica, debe constar específica y detalladamente como delito dentro de un Código.
Esta categoría del delito cumple formalmente con un esencial requerimiento derivado
de la propia Constitución como es el principio de legalidad, que está recogido en su
artículo 25.1.
40. La culpabilidad. Para poder responsabilizar a alguien de un hecho delictivo, tiene que
ser imputable. La imputabilidad supone la capacidad de atribuir a alguien un hecho.
Actúa culpablemente el que, con arreglo a la ley, podría haber actuado de modo distinto
a como lo hizo. Actúa culposamente el que omite la diligencia debida.
Se pueden considerar dos formas de culpabilidad:
a. Dolo: es la conciencia y voluntad del sujeto de realizar el hecho tipificado
objetivamente como delito (sabe y quiere hacerlo).
b. Imprudencia: es la omisión de un comportamiento que hubiera evitado la
realización de la conducta expresamente penada en la ley (no quiere, pero hay
comisión del delito).
41. La punibilidad. Este elemento representa la nota distintiva entre la infracción
administrativa y la penal. La pena, por suponer una restricción a un derecho
fundamental como es el derecho a la libertad, requiere ley orgánica. El delito, requiere,
por tanto, la posibilidad de imponer una pena, la cual ha de guardar proporción con la
gravedad del hecho cometido

1.1.3.2.2. Personas criminalmente responsables


42. Son responsables criminalmente de los delitos los autores y sus cómplices (artículos 27,
28 y 29 del CP).

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43. Autores. Serán considerados como autores del delito:


Quienes realizan el hecho por sí solos, conjuntamente o por medio de otro del que se
sirven como instrumento.
Los que inducen directamente a otro u otros a ejecutarlo.
Los que cooperan a su ejecución con un acto sin el cual no se habría efectuado.

44. Cómplices. Los que, no hallándose comprendidos en el artículo anterior, cooperan a la


ejecución del hecho con actos anteriores o simultáneos.

1.1.3.2.3. Grados de perpetración de los delitos


45. Son punibles el delito consumado y la tentativa de delito (artículo 15 CP). Los grados de
perpetración se gradúan en:
Consumación: cuando la conducta punible se produce completamente.
Tentativa: cuando el sujeto practica todos o parte de los actos que deberían producir el
delito y, por causas externas, éste no se produce.
Conspiración: cuando dos o más personas se ponen de acuerdo para delinquir.
Proposición: cuando el que decide delinquir invita a otros a cometer el delito.
Provocación: existe cuando se incita a cometer un delito.
Apología: forma de provocación que se realiza públicamente.

1.1.3.2.4. Circunstancias modificativas de la responsabilidad


46. Son circunstancias que varían la pena impuesta por la comisión de un delito (artículos
19 al 23 del CP):
Eximentes: anulan la responsabilidad no se impone pena.
Atenuantes: disminuyen la responsabilidad.
Agravantes: aumentan la responsabilidad.
Mixta de parentesco: puede atenuar o agravar la responsabilidad, según la naturaleza,
los motivos y los efectos del delito.

1.1.3.2.5. Causas de exención de la responsabilidad penal o criminal


47. Son aquellas que liberan de culpa y/o pena a los que cometen determinadas
infracciones. Conocer las causas que eximen de responsabilidad criminal facilita al
agente de autoridad la comprensión de muchas situaciones, que le permitirán mantener
más eficazmente el control emocional y, por tanto, la aplicación de procedimientos de
empleo de la fuerza de la menor intensidad posible:
Anomalía o alteración psíquica (artículo 20.1 del CP). Siempre que no pueda
comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión.
Estado de intoxicación plena por el consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas,
estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras que produzcan efectos análogos

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(artículo 20.2 del CP). La propia Ley establece, para que se puedan aplicar, una serie de
condiciones.
Tener gravemente alterada la conciencia de la realidad por enfermedad (artículo 20.3
del CP).
Legítima defensa (artículo 20.4 del CP). Es la reacción necesaria y proporcionada que se
lleva a cabo para evitar una agresión ilegítima y no provocada, actual o inminente, de la
persona y/o derechos, propios o ajenos, amenazados por la acción de un ser humano y
siempre que se cumplan los tres requisitos siguientes:
a. Agresión ilegítima.
b. Necesidad racional del medio empleado para defenderse impedirla o repelerla.
c. Falta de provocación suficiente por parte del defensor.
El agente de la autoridad, en el ejercicio de sus funciones, deberá ajustarse al marco
legal para no provocar una agresión ilegítima, la cual podría iniciar una actuación de
legítima defensa por parte del agredido.
Estado de necesidad (artículo 20.5 del CP). Aquel en el que no existe otro remedio que
la vulneración del interés de un tercero ante una situación de peligro actual de la
persona y/o derechos, tanto propios como ajenos. Existen dos puntos que caracterizan
el estado de necesidad: la colisión de bienes jurídicamente protegidos y la inevitabilidad
del mal ocasionado.
Deberán concurrir además los siguientes requisitos:
a. Que el mal causado no sea mayor que el que se trate de evitar.
b. Que la situación de necesidad no haya sido provocada intencionadamente por el
sujeto.
c. Que el necesitado no tenga, por su oficio o cargo, obligación de sacrificarse.
Miedo insuperable (artículo 20.6 del CP). Se basa en la limitación de la voluntad y el
intelecto que hace que no se pueda exigir otra conducta al sujeto.
Cumplimiento de un deber o el ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo (artículo
20.7 del CP). Se trata de una circunstancia que produce la exención de responsabilidad
criminal al no existir antijuridicidad.

1.1.3.3. Las penas


48. En función de su naturaleza y duración, las penas se clasifican en graves, menos graves
y leves, así se establece los tipos de penas (tanto principales como accesorias) y su
duración en el artículo 33 del CP.

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1.1.4. Derecho penal y sancionador militar


1.1.4.1. Especificidad de la legislación militar
49. La jurisdicción militar ejerce la potestad jurisdiccional en el ámbito estrictamente
castrense y en los supuestos de estado de sitio, de acuerdo con los principios de la CE y
con arreglo a lo que la ley determine, según proclama el artículo 117.5 de la CE.
50. El artículo 3.2 de la LOPJ, en relación a la competencia de la jurisdicción militar en el
orden penal, señala que quedará limitada al ámbito estrictamente castrense respecto
de los hechos tipificados como delitos militares por el CPM y a los supuestos de estado
de sitio.

1.1.4.2. El delito militar (CPM)


51. El artículo 9 del CPM contiene el concepto de delito militar:
a. Son delitos militares las acciones u omisiones dolosas o imprudentes previstas en
el Libro Segundo de este Código.
b. Asimismo, son delitos militares cualesquiera otras acciones u omisiones cometidas
por un militar y tipificadas en el Código Penal como:
i. Delitos de traición y delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de
conflicto armado, incluidas las disposiciones comunes, siempre que se
perpetraren con abuso de facultades o infracción de los deberes establecidos en
la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros
de las Fuerzas Armadas o en la Ley Orgánica 11/2007, de 22 de octubre,
reguladora de los derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil.

ii. Delito de rebelión, en caso de conflicto armado internacional.

1.1.4.3. Las penas


52. Las penas que se pueden imponer por los distintos delitos se clasifican en dos tipos:
principales y accesorias (artículos 11 a 15 CPM).

1.1.4.3.1. Las penas principales


53. Graves
a. Prisión superior a tres años.
b. Pérdida de empleo.
c. Inhabilitación absoluta para mando de buque de guerra o aeronave militar.
54. Menos graves:
a. Prisión de tres meses y un día a tres años.
b. Prisión de dos meses y un día a tres meses.
c. Suspensión militar de empleo, de tres meses y un día a tres años.
d. Multa de dos a seis meses.
e. La pena de localización permanente de dos meses y un día a seis meses.

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1.1.4.3.2. Las penas accesorias


55. Las penas accesorias son las siguientes:
a. La pérdida de empleo.
b. La suspensión militar de empleo.
c. La revocación de ascensos.
56. Las penas de privación de libertad impuestas a militares se cumplirán en el
establecimiento penitenciario militar designado por el Ministerio de Defensa, salvo que
se trate de pena privativa de libertad impuesta por delito común que lleve consigo la
baja en las Fuerzas Armadas o en la Guardia Civil, en cuyo caso se extinguirá en
establecimiento penitenciario ordinario, con separación del resto de los penados.
57. La pena de localización permanente se cumplirá, conforme a lo previsto en el Código
Penal, en el domicilio del reo o, en su caso, en el establecimiento penitenciario
designado por el Ministerio de Defensa.
58. La pena de pérdida de empleo, que es de carácter permanente, produce la baja del
penado en las Fuerzas Armadas, con privación de todos los derechos adquiridos en ellas
a excepción de los pasivos que pudieran corresponderle.
59. La pena de suspensión militar de empleo, entre otras consecuencias, privará de todas
las funciones propias del mismo durante el tiempo de la condena.

1.1.4.4. La obediencia debida


60. Según la jurisprudencia dictaminada por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo
(1132/2018), la “obediencia debida” no es motivo para eximir de responsabilidad a un
miembro de las Fuerzas Armadas que transgrede la ley bajo órdenes. Dicha sentencia
también añade que nuestra normativa obliga al no cumplimiento de una orden que
constituya delito o infrinja el ordenamiento jurídico.
61. Por lo tanto, en ningún caso incurrirán en responsabilidad criminal los militares por
desobedecer una orden que entrañe la ejecución de actos que manifiestamente
constituyan delito, en particular contra la Constitución, o una infracción manifiesta, clara
y terminante de una norma con rango de ley o del Derecho Internacional de los
conflictos armados.

1.1.4.5. Artículos de especial relevancia en el ámbito penal


62. La actuación del militar, en su consideración de agente de la autoridad, está
especialmente protegida en las leyes penales y disciplinarias.
63. Código penal militar.
Artículo 34.

El que desobedeciere o hiciere resistencia a órdenes de centinela será castigado con


la pena de tres meses y un día a dos años de prisión. Si le maltratare de obra será
castigado con la pena de cuatro meses a tres años de prisión, sin perjuicio de la pena

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que pueda corresponder por los resultados lesivos producidos conforme al Código
Penal.

Se impondrán las penas superiores en grado a las respectivamente señaladas en el


párrafo anterior cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:

a. Si el hecho se verifica con armas u otro medio peligroso.


b. Si la acción se ejecuta en situación de conflicto armado, estado de sitio o en el
curso de una operación internacional coercitiva o de paz.
Artículo 35.

a. El militar que cometiere alguno de los delitos previstos en los artículos 550 a 556
del Código Penal, contra autoridad militar, fuerza armada o policía militar, en sus
funciones de agentes de la autoridad, será castigado con las penas allí previstas,
cuyo límite máximo se incrementará en un quinto, salvo cuando la condición de
autoridad o funcionarial del sujeto activo de la infracción penal ya haya sido
tenido en cuenta por la ley al describir o sancionar el delito. Todo ello sin perjuicio
de la aplicación del artículo 21 del presente Código.
b. El que, en situación de conflicto armado, estado de sitio o en el curso de una
operación internacional coercitiva o de paz, cometiere estos delitos será
castigado con las penas superiores en grado a las respectivamente señaladas en
el Código Penal.
1.1.4.6. Atentado contra la autoridad
64. El CP regula los atentados contra la autoridad, sus agentes y los funcionarios públicos y
de la resistencia y desobediencia en los artículos 550 al 556.
65. En relación con el concepto de atentado, dispone el artículo 550 del CP:
Son reos de atentado los que acometan a la autoridad, a sus agentes o funcionarios
públicos, o empleen fuerza contra ellos, los intimiden gravemente o les hagan
resistencia activa también grave, cuando se hallen ejecutando las funciones de sus
cargos o con ocasión de ellas.

66. Los elementos que deben concurrir para que se de este tipo delictivo son:
a. El sujeto pasivo tiene que ser una autoridad, agente de la misma o funcionario
público.

b. Dicho sujeto ha de hallarse ejecutando las funciones propias de sus cargos o con
ocasión de ellas.

c. La acción ejercida sobre él ha de causarle una grave intimidación o resistencia


también grave.

d. Que el sujeto activo del delito actúe con ánimo de ofender al sujeto pasivo. No es
necesario que se consiga el fin propuesto.

67. Especialmente relevante es el artículo 554.1 y 2, CP al señalar:

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a. Los hechos descritos en los artículos 550 y 551 serán también castigados con las
penas expresadas en ellos cuando se cometieren contra un miembro de las Fuerzas
Armadas que, vistiendo uniforme, estuviera prestando un servicio que le hubiera sido
legalmente encomendado.
b. Las mismas penas se impondrán a quienes acometan, empleen violencia o intimiden
a las personas que acudan en auxilio de la autoridad, sus agentes o funcionarios.

1.1.4.7. Régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas


68. El régimen disciplinario, establece entre sus infracciones, las siguientes:
Faltas leves (artículo 6.5.)

La inexactitud en el cumplimiento de las órdenes e instrucciones de los centinelas,


fuerza armada, miembros de la policía militar, naval o aérea o de los componentes de
las guardias de seguridad, en su función de agentes de la autoridad y la falta de
consideración hacia ellos.

Faltas graves (artículo 7.4.)

Las expresiones o actos ofensivos y la inobservancia de las órdenes e instrucciones de


centinelas, fuerza armada, miembros de la policía militar, naval o aérea o componentes
de las guardias de seguridad, en su función de agentes de la autoridad.

1.1.4.8. Órganos jurisdiccionales


69. El artículo 21 de la Ley Orgánica de la Competencia y Organización de la Jurisdicción
Militar, en adelante, LOCOJM, establece que:
El ejercicio de la potestad jurisdiccional militar, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado,
en los asuntos de su competencia, corresponde exclusivamente a los órganos judiciales
militares establecidos por esta ley.

70. El título II de la LOCOJM, establece los siguientes órganos judiciales:


Tribunales y Juzgados:
a. Sala Quinta de lo Militar en el Tribunal Supremo.
b. Tribunal Militar Central.
c. Tribunales Militares Territoriales.
d. Juzgados Togados Militares.

Fiscalía Jurídico Militar (dependiente del Fiscal General del Estado): Fiscalía Togada
(Fiscal Jefe de la Sala Quinta del Tribunal Supremo).

Fiscalía del Tribunal Militar Central.

Fiscalía de los Tribunales Militares Territoriales.

Secretarios relatores.

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1.1.5. Derecho procesal


1.1.5.1. Generalidades
71. El proceso penal es el instrumento que tiene la Justicia para ejercer su función (juzgar y
hacer ejecutar lo juzgado).
72. El sistema procesal español se desarrolla en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (en
adelante, LeCrim) y la especificidad del proceso penal militar, en la Ley Orgánica 2/89,
de 13 de abril, Procesal Militar (en adelante, LPM).
73. El sistema procesal español es del tipo acusatorio mixto, se divide en dos fases, una
primera fase llamada de instrucción y una segunda llamada de juicio oral.
Fase de instrucción: el inicio de esta fase puede ser de oficio o a instancia de parte, el
juez de instrucción (juez togado en la justicia militar), realiza y dirige la investigación, la
fase es escrita y secreta para el público, pero no para las partes (salvo que se decrete
secreto de sumario).
Fase de juicio oral: el inicio de esta fase precisa de un acusador, que puede ser el
Ministerio Fiscal o un ciudadano, pero no puede ser el órgano judicial. La sentencia no
podrá condenar a nadie que no haya sido acusado ni condenarle por delitos diferentes
a los que se juzgan.
El juez que juzga es distinto al juez que instruye (excepto en los juicios rápidos).

1.1.5.2. Estructura del proceso penal


74. En el proceso penal español, se distinguen dos fases diferenciadas, una denominada fase
de instrucción o sumario, que tiende a la investigación de los hechos, a la averiguación
de los culpables, y en definitiva, a la preparación del juicio oral (artículo 299 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal) y otra de juicio oral propiamente dicho, las cuales para
garantizar al máximo su imparcialidad, se desarrollan ante autoridades judiciales
distintas, la sumarial ante un Juez de Instrucción, y la de juicio oral, ante un órgano de
enjuiciamiento, que normalmente será, salvo supuestos de aforamientos de algunas
autoridades a ciertos Tribunales o excepto respecto de algunos delitos especiales, ante
el Juez de lo Penal o la Audiencia Provincial.

1.1.5.3. Inicio del proceso penal


75. El proceso penal puede iniciarse a través de tres medios distintos: la denuncia, la
querella o de oficio por el juez instructor. También se le da inicio desde el momento en
que el juez toma conocimiento de la “notitia criminis”, esto es, desde que un juez tenga
conocimiento de unos hechos que presuman estar ante un supuesto delictivo.
76. Denuncia (en el ámbito militar, un parte): es la puesta en conocimiento de la Fiscalía, de
la Policía, del Mando militar… de un hecho que pueda constituir una infracción penal.
Tratándose de delitos públicos todo ciudadano está obligado a denunciar y si son delitos
militares, todo militar está obligado a dar parte.
77. Querella: es una denuncia con declaración de voluntad de mostrarse parte del proceso.

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78. Atestado: conjunto de diligencias practicadas por cualquier cuerpo policial como
consecuencia de una denuncia, parte o como consecuencia del ejercicio de sus
funciones y que se trasladan a la autoridad judicial.
79. Conocimiento directo (de oficio): el juez tiene conocimiento directo de un hecho
presuntamente delictivo y ordena instruir diligencias para investigar los hechos.

1.1.5.4. La detención en el ámbito de las Fuerzas Armadas


80. La detención consiste en una breve limitación del derecho a la libertad de una persona
sospechosa de haber cometido un delito, que pueden adoptar la autoridad judicial y
fiscal, la policial e incluso los ciudadanos en ciertos supuestos, con la finalidad última de
poner al detenido a disposición judicial, para valorar si procede elevar la detención a
prisión o dejarla sin efecto, y acordar su libertad.
81. Constituye, una medida cautelar de naturaleza personal, como también la prisión, si bien
difiere en que la duración de la detención es mucho más breve, al no poder sobrepasar
de las 72 horas, carácter preventivo que es destacado por el artículo 17 de la
Constitución.
82. La casuística con la que puede encontrarse a las Fuerzas Armadas en relación con la
naturaleza y competencia para el entendimiento de los hechos delictivos sobre los que
pudiera tenerse, en su caso, conocimiento, es la tratada a continuación.

1.1.5.4.1. Delitos cuya competencia corresponda a la jurisdicción militar


83. Se establece en el art. 12 de la Ley Orgánica 4/1987, de 15 de julio, de la competencia y
organización de la Jurisdicción Militar. Se aplicará fundamentalmente a los delitos
comprendidos en el CPM y todos los tipificados en la legislación española, siempre que
el inculpado sea español y se cometan en acto de servicio o en los lugares o sitios que
ocupan Fuerzas o Unidades militares españolas (con carácter general los cometidos por
miembros de contingentes nacionales en operaciones, en acto de servicio). La
desobediencia (en TN o en ZO), o agresión sexual cometida en una base española (con
independencia de la nacionalidad de la víctima) son ejemplos de este tipo.

1.1.5.4.2. Delitos cuya competencia corresponda a la jurisdicción


ordinaria
84. Los previstos en el Código penal que se encuentren al margen de los comprendidos en
el apartado anterior y sean cometidos, con carácter general, en territorio nacional o en
aguas internacionales. Ejemplos de este tipo los encontramos cuando personal civil
desobedece a un agente de la autoridad en territorio nacional o mediante acciones de
piratería en aguas internacionales.

1.1.5.4.3. Delitos sobre los que la jurisdicción española no sea


competente
85. Con carácter general serán aquellos cometidos en operaciones por parte de personal,
ajeno al contingente nacional, cuya actuación se ajustará al NATO SOFA o en los

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acuerdos internacionales establecidos al efecto con la autoridad de la nación anfitriona.


Ejemplo: homicidio llevado a cabo por parte de un particular sobre otro, fuera de
territorio nacional.
86. Como norma general a los supuestos previstos en los apartados 1.1.5.4.1 y 1.1.5.4.2 y
sin perjuicio de la detención por orden de la Autoridad Judicial o del Ministerio Fiscal,
los miembros de las FAS sólo podrán detener en los siguientes casos:
El Real Decreto 194/2010, de 26 de febrero, por el que se aprueban las Normas sobre
seguridad en las Fuerzas Armadas:
Artículo 32 Intervención ante delitos flagrantes
Estando de servicio y en ausencia de miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad los
miembros de la policía militar, naval o aérea intervendrán ante delitos flagrantes de
acuerdo con lo previsto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Tan pronto como les sea
posible recabarán la presencia de aquellos y darán cuenta de su actuación a sus
superiores.
En territorio nacional, la entrega al juez más próximo mencionado anteriormente, debe
entenderse sustituida por la entrega a los miembros de las FCS, que ostentan el carácter
de Policía Judicial.
En el supuesto en el que se proceda a la detención ante la presunta comisión de los
delitos que no son competencia de la jurisdicción española, los procedimientos se
ajustarán a lo dispuesto en el apartado 1.1.5.4.3. Normalmente la entrega de los
detenidos se realizará al Jefe de la Fuerza para que inicie el procedimiento previsto. En
caso contrario, se hará entrega a las autoridades locales.
La Ley de enjuiciamiento criminal desarrollado en los artículos 489 a 501.
Artículo 490.
Cualquier persona puede detener:
a. Al que intentare cometer un delito, en el momento de ir a cometerlo.
b. Al delincuente in fraganti (en el mismo momento en el que se está cometiendo el
delito).
c. Al que se fugare del establecimiento penal en que se halle extinguiendo condena.
d. Al que se fugare de la cárcel en que estuviere esperando su traslación al
establecimiento penal o lugar en que deba cumplir la condena que se le hubiese
impuesto por sentencia firme.
e. Al que se fugare al ser conducido al establecimiento o lugar mencionado en el
número anterior.
f. Al que se fugare estando detenido o preso por causa pendiente.
Artículo 492.
La autoridad o agente de policía judicial tendrá obligación de detener:
a. A cualquiera que se halle en alguno de los casos del artículo 490.

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b. Al que estuviere procesado por delito que tenga señalada en el Código penal
superior a la de prisión correccional.
c. Al procesado por delito al que esté señalada pena inferior, si sus antecedentes o las
circunstancias del hecho hicieren presumir que no comparecerá cuando fuere
llamado por la autoridad judicial. Se exceptúa de lo dispuesto en el párrafo anterior
al procesado que preste en el acto fianza bastante, a juicio de la autoridad o agente
que intente detenerlo, para presumir racionalmente que comparecerá cuando le
llame el juez o tribunal competente.
d. Al que estuviere en el caso del número anterior, aunque todavía no se hallase
procesado, con tal que concurran las dos circunstancias siguientes:
i. Que la autoridad o agente tenga motivos racionalmente bastantes para creer en
la existencia de un hecho que presente los caracteres de delito.
ii. Que los tenga también bastantes para creer que la persona a quien intente
detener tuvo participación en él.
En el supuesto de que se proceda a la detención ante la presunta comisión de los
delitos que son competencia de la jurisdicción ordinaria (generalmente cometidos por
personal civil), se tendrá en cuenta lo siguiente:
Artículo 496.
El particular, autoridad o agente de policía judicial que detuviere a una persona
en virtud de lo dispuesto en los precedentes artículos, deberá ponerla en
libertad o entregarla al juez más próximo al lugar en que hubiere hecho la
detención dentro de las veinticuatro horas siguientes al acto de la misma. Si
demorare la entrega, incurrirá en la responsabilidad que establece el Código
Penal cuando la dilación hubiere excedido de veinticuatro horas.
Artículo 520 ter.
A los detenidos en espacios marinos por la presunta comisión de los delitos
contemplados en el artículo 23.4.d) de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del
Poder Judicial, les serán aplicados los derechos reconocidos en el presente
capítulo en la medida que resulten compatibles con los medios personales y
materiales existentes a bordo del buque o aeronave que practique la detención,
debiendo ser puestos en libertad o a disposición de la autoridad judicial
competente tan pronto como sea posible, sin que pueda exceder del plazo
máximo de setenta y dos horas. La puesta a disposición judicial podrá realizarse
por los medios telemáticos de los que disponga el buque o aeronave, cuando
por razón de la distancia o su situación de aislamiento no sea posible llevar a los
detenidos a presencia física de la autoridad judicial dentro del indicado plazo.

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1.2. EL AGENTE DE LA AUTORIDAD Y EL EMPLEO DE LA FUERZA


1.2.1. Carácter de agente de la autoridad
1.2.1.1. El militar como agente de la autoridad
87. Ante la importancia de este concepto, las últimas reformas legislativas le han dado a
este carácter de agente de autoridad un rango de ley al incluirlo en la Ley de la Carrera
Militar, que, en su Disposición Adicional Tercera, establece que:
Los miembros de las Fuerzas Armadas que presten sus servicios como policía militar o
que intervengan en las operaciones descritas en el artículo 16.e) de la Ley de la Defensa
Nacional 1, tendrán carácter de agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones,
en las circunstancias y con las condiciones que reglamentariamente se determinen.

88. El Real Decreto 194/2010, de 26 de febrero, por el que se aprueban las Normas sobre
seguridad en las Fuerzas Armadas, para completar el tratamiento del carácter de agente
de la autoridad de los miembros de las Fuerzas Armadas, incluye una DA 1ª, en
desarrollo de la DA 3ª de la Ley de la carrera militar, en la que se establecen las
circunstancias y condiciones en la que tendrán el citado carácter, señalando:
a. Los miembros de las Fuerzas Armadas tendrán el carácter de agentes de la autoridad
en el ejercicio de sus funciones cuando intervengan encuadrados en la Unidad
Militar de Emergencias, bajo mando o control operativo de ésta, o en otras unidades
de las Fuerzas Armadas, en las operaciones descritas en el artículo 16.e) de la Ley
Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, en las circunstancias
que se indican a continuación:
i. En los supuestos de emergencia, grave riesgo, catástrofe y calamidad y en otras
situaciones de necesidad pública.
ii. Actuar en apoyo de las FCSE en operaciones de vigilancia y protección o como
consecuencia de atentados terroristas u otros ilícitos o violentos.
iii. Prestar servicios como policía militar (PM), de manera permanente o temporal,
durante la ejecución de la guardia de seguridad y siempre como componentes de
la misma 2.
b. En su actuación deberán cumplir las siguientes condiciones (simultáneamente):

i. Deberá mediar una orden 3 en ejecución de decisiones tomadas por la autoridad


con competencia para ello.

1 La Ley de la Defensa Nacional, en su artículo 16 “Tipos de operaciones”, indica: “El cumplimiento de las misiones
de las Fuerzas Armadas y el desarrollo de su contribución complementaria o subsidiaria de interés público requieren
realizar diferentes tipos de operaciones, tanto en territorio nacional como en el exterior, que pueden conducir a
acciones de prevención de conflictos o disuasión, de mantenimiento de la paz, actuaciones en situaciones de crisis
y, en su caso, de respuesta a la agresión. En particular, las operaciones pueden consistir en: e) La colaboración con
las diferentes Administraciones públicas en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades
públicas, conforme a lo establecido en la legislación vigente”.
2 Artículo 15 R.D. Seguridad.
3 Concepto de orden: consultar artículos 45 a 48 de las RR. OO. para las FAS y artículo 8 del Código Penal Militar.

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ii. Tendrán formación y preparación adecuadas, que serán impartidas dentro de la


enseñanza militar y de la instrucción y adiestramiento, con el fin de que conozcan
sus obligaciones y derechos.
iii. Llevarán una identificación fácilmente visible sobre el uniforme que les acredite
como agentes de la autoridad.
Si no se cumplen estas tres condiciones, la protección legal que le corresponde al
militar será la de centinela o fuerza armada, cuyas disposiciones se encuentran
recogidas en los artículos 34 y 35 del Código Penal Militar.

c. También tendrán dicho carácter de agentes de la autoridad en el ejercicio de sus


funciones los miembros de las Fuerzas Armadas que presten sus servicios como policía
militar, naval o aérea, de acuerdo con lo que establece el capítulo IV de las Normas
sobre seguridad en las Fuerzas Armadas, que aprueba este real decreto. El capítulo IV,
artículos 29 a 32, desarrolla la policía militar, naval o aérea.

En concreto el artículo 29 señala que se entiende por policía militar y su carácter:

i. Las unidades de policía militar, naval o aérea son aquellas que, dotadas del
armamento, material y equipo adecuados, están organizadas, instruidas y
capacitadas para cumplir los cometidos a los que se refiere este capítulo.
ii. Los miembros de las Fuerzas Armadas que presten su servicio como policía
militar, naval o aérea, sin perjuicio de su carácter de fuerza armada cuando
proceda, tendrán el carácter de agente de la autoridad en el ejercicio de sus
funciones.
d. Los miembros de las dotaciones de los buques de la Armada tendrán el carácter de
agentes de la autoridad en el ejercicio de funciones de vigilancia y seguridad marítima
atribuidas legalmente o por convenios internacionales suscritos por España, que se
llevarán a cabo sin perjuicio de las que están atribuidas a los miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado y a los integrantes de los organismos públicos con
funciones de vigilancia marítima en el ejercicio de sus competencias.

En este caso, se atribuye el carácter de agente de la autoridad a la dotación de un buque


de la Armada, en dos supuestos:

i. Durante el ejercicio de las funciones previstas en el artículo 16 a) de la LO 5/2005,


consistente en la vigilancia de los espacios marítimos, como contribución a la acción
del Estado en la mar y aquellas otras actividades destinadas a garantizar la soberanía
e independencia de España, así como a proteger la vida de su población y sus
intereses.

ii. En cumplimiento de los convenios internacionales suscritos por España, tal es el


caso, entre otros, de los siguientes acuerdos internacionales:

1. Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, hecho en Montego
Bay, el 10 de diciembre de 1982 (artículos 107 y 111).

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2. Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la navegación


marítima, denominado Convenio SUA, celebrado en 1988 y su protocolo de
enmienda de 2005 (artículo 8 bis).
3. Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional, hecho en Nueva York el 15 de noviembre de 2000 (artículo 9.4).
4. Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias sicotrópicas, hecha en Viena el 20 de diciembre de 1988 (artículo
17.10).

e. El personal del Ejército del Aire tendrá el carácter de agente de la autoridad cuando
participe en los siguientes tipos de operaciones:

i. En operaciones de vigilancia, seguridad, control y policía aérea en los espacios


aéreos de soberanía, responsabilidad e interés nacional (artículo 4 de la OM
86/2012).
ii. Operaciones multinacionales de vigilancia, control, seguridad y policía aérea en y
desde el espacio aéreo cuando España asuma su liderazgo (artículo 4 de la OM
86/2012).
89. Finalmente, se debe acudir a la Orden DEF/316/2015, de 23 de febrero, por la que se
desarrollan los medios de identificación que sobre el uniforme deben portar los
miembros de las Fuerzas Armadas que tengan carácter de agente de la autoridad en el
ejercicio de sus funciones. Se establecen dos grupos de funciones en los que el personal
militar actúa como agente de la autoridad:
a. Grupo formado por los militares que desarrollan las misiones descritas en la
disposición adicional primera, apartados 1 y 4, del Real Decreto 194/2010, de 26 de
febrero.

b. Grupo formado por los militares que ejercen funciones de Policía Militar, Naval o
Aérea.

Esta misma Orden regula cuatro medios de identificación:

a. Brazalete.
b. Chaleco.
c. Distintivo de identificación personal.
d. Tarjeta de identificación personal.

En el desempeño de misiones internacionales, los medios de identificación visuales a


utilizar se basarán en su propia normativa, según cada operación y en los mandatos de
la organización, nación anfitriona o coalición internacional responsable.

1.2.1.2. Implicaciones de adquirir la condición de agente de la


autoridad
90. Agente de la autoridad es aquel que por razón de cargo está obligado a auxiliar a la
autoridad en el ejercicio de sus funciones y ejecutar y llevar a efecto sus providencias,
acuerdos, órdenes y mandatos.

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1.2.1.2.1. Presunción de veracidad


91. De acuerdo con lo establecido en el artículo 77.5 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del
Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, los documentos
formalizados por los funcionarios a los que se reconoce la condición de autoridad y en
los que, observándose los requisitos legales correspondientes, se recojan los hechos
constatados por aquéllos como prueba, salvo que se acredite lo contrario y siempre que
actúen en el ejercicio de una función pública inherente a su cargo que autorice la
constatación directa de dichos hechos.

1.2.1.2.2. Protección legal del agente de la autoridad


92. El carácter de agente de la autoridad refuerza la protección penal del militar, pero se le
protege ante delitos específicos contemplados en el CP, en su Título XXII, Capítulo II,
artículos 550 a 556, atentados contra la autoridad, sus agentes y los funcionarios
públicos, así como de la resistencia y desobediencia, con inclusión de la agravación de
las penas de otros delitos, cuando la víctima sea agente de la autoridad. También
establece el CP (art. 215) que las ofensas, calumnias e injurias a agente de la autoridad
serán perseguidas de oficio.
93. En el artículo 514.3 del CP se refleja el empleo de violencia en reuniones o
manifestaciones contra agente de la autoridad (castigado en su mitad superior).
94. El Real Decreto de seguridad en las FAS da la consideración de policía militar temporal
al personal de la guardia de seguridad, por lo que se le añade la protección legal al
amparo del artículo 34 del Código Penal Militar.
95. En contraprestación a esa protección penal, el legislador exige más al agente de la
autoridad que al ciudadano y no sólo perderá esa protección cuando actúe
indebidamente o abuse de sus funciones, sino que le serán de aplicación los ilícitos
penales agravados en determinados delitos (delitos contra la salud pública, asociación
ilícita, prostitución, corrupción de menores…) o por estar sometido a delitos propios de
agente de la autoridad (desobediencia, denegación de auxilio, interceptar
comunicaciones…).
96. Como cualquier ciudadano, el militar agente de la autoridad puede alegar como
circunstancia eximente la legítima defensa (siempre que se cumplan los requisitos de
agresión ilegítima, necesidad racional del medio empleado y falta de provocación), pero
el legislador le ofrece otra protección adicional que es la eximente por cumplimiento de
un deber en ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo (art. 20.7 CP).

1.2.1.2.3. Obligaciones del agente de la autoridad


97. El militar, en el ejercicio de sus funciones como policía militar, policía militar temporal o
como agente de la autoridad, y ante la ausencia de miembros de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad, tiene la obligación de intervenir ante un delito flagrante, de acuerdo con
lo previsto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (artículos 490 a 492). Tan pronto como
sea posible recabará la presencia de aquellos para que se hagan cargo de los posibles
detenidos y darán cuenta de su actuación a sus superiores.

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98. Se debe tener presente que se entiende por flagrancia el delito que se está cometiendo
o que es inmediata su ejecución, y que esta deja de existir si el delincuente se pone a
salvo. Asimismo, la puesta a disposición de las FCSE debe realizarse sin demora tan
pronto como la situación así lo permita.

1.2.1.3. Empleo de las armas de fuego por parte de un agente de la


autoridad
99. Con carácter general, el uso de las armas de fuego debe hacerse de forma restrictiva. El
militar en funciones de agente de la autoridad solo podrá portar las armas que
reglamentariamente se le asignen, en concordancia con el servicio que se le
encomiende.
100. Sólo podrá utilizar sus armas en aquellas situaciones en que exista un riesgo
racionalmente grave para su vida, su integridad física o la de terceras personas, o en
aquellas circunstancias que puedan suponer un grave riesgo para el cumplimiento de las
misiones de seguridad asignadas. En cualquier caso, siempre deberá intentar producir
la menor lesividad posible.
101. En acta de la reunión nº 14 de la Secretaría de las Naciones Unidas en Milán, resolución
1986/10 sobre los principios básicos sobre el empleo de la fuerza, se especifica que
antes de utilizar la fuerza se deben agotar todos los demás medios menos nocivos, antes
de utilizar un arma se deberá dar una advertencia clara, y si esta se llega a utilizar se
deberá prestar (cuando las circunstancias lo permitan) asistencia médica.
102. Por otro lado, se deberá tener en cuenta que, para tener la condición de agente de la
autoridad, una de las condiciones necesarias es el tener una formación específica y que
según sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de fecha 17/02/86, “… el
otorgamiento de un título profesional supone fundada e indudablemente una
presunción de pericia, además de saber utilizar el arma en cada momento”.

1.2.1.4. El policía militar como agente de la autoridad


103. La Ley de la Carrera Militar, en su disposición adicional tercera, establece el carácter de
agente de la autoridad señalando que:
Los miembros de las Fuerzas Armadas que presten sus servicios como policía militar o
que intervengan en las operaciones descritas en el artículo 16.e) de la Ley de la Defensa
Nacional tendrán carácter de agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones,
en las circunstancias y con las condiciones que reglamentariamente se determinen.
104. En el Real Decreto 194/2010, sobre Seguridad en las FAS, se especifica en su art. 29.1:
“Los miembros de las Fuerzas Armadas que presten su servicio como policía militar,
naval o aérea, sin perjuicio de su carácter de fuerza armada cuando proceda, tendrán
el carácter de agente de la autoridad en el ejercicio de sus funciones”.
105. La especificación de “en el ejercicio de sus funciones” acota la actuación del militar como
agente de la Autoridad, para no actuar de oficio y determina que para que se le
considere agente de la autoridad se deben de cumplir los siguientes requisitos:

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a. Existencia de una orden de servicio.

b. Utilización de su identificación reglamentaria.

c. Haber recibido la formación específica.

106. El carácter de agente de la autoridad no sitúa, en este caso, al policía militar en ninguna
situación de privilegio, es más, la protección penal no ampara el exceso, abuso o mal
uso de sus facultades, sino que agrava los posibles tipos delictivos que cometa. Ahora
bien, le ofrece un mayor carácter disuasorio al poder alegar las figuras delictivas de
atentado, resistencia o desobediencia a un agente de la autoridad (art. 550 a 556 del
CP), que son tipos delictivos agravados. Además, el Estado dota a sus agentes de la
autoridad de la fuerza coercitiva para poder ejecutar sus órdenes, si bien el empleo de
la fuerza será siempre sometido a la valoración y análisis posterior de la actuación.

1.2.2. Legalidad del uso de la fuerza


1.2.2.1. Uso legítimo de la fuerza
107. El empleo de la fuerza queda condicionado por factores como las normativas legales en
vigor, las órdenes emitidas por sus mandos directos y las capacidades que proporcionan
los medios para actuar. Con carácter general, ante la posibilidad de tener que hacer uso
de la fuerza, se debe tener presente:
a. Que exista la necesidad de utilizar la fuerza. Esta necesidad, de forma general y en
abstracto, debe entenderse como que el uso de la fuerza sea imprescindible para
cumplir las misiones asignadas al militar, y que de no ser así quedarían incumplidas.
Igualmente, la necesidad del uso de la fuerza debe aplicarse de manera concreta
ante cada situación. Esto significa que dicho uso sea preciso y adecuado al fin que se
persigue en cada momento y desde un punto de vista lo más amplio posible.

b. Que se produzca la menor lesividad posible. Este principio requiere que se utilicen
los medios de que se dispone: armas, defensas, grilletes..., con la intensidad
adecuada para cumplir el cometido asignado, de acuerdo con los principios básicos
de actuación en el empleo de la fuerza. Cuando un militar hace uso de la fuerza, esta
actuación siempre estará ligada a un posterior análisis de la legitimidad de dichos
actos, y ello vendrá dado por el cumplimiento de una orden legítima, ejecutada de
forma gradual y proporcionada y de acuerdo con la legalidad o las reglas de
enfrentamiento vigentes. En ausencia de ellas, el militar que en el transcurso de un
servicio haga uso de la fuerza, deberá conocer en qué circunstancias podría incurrir
en responsabilidad penal y en cuáles no. Para ello, el conocimiento práctico del
ordenamiento jurídico es tan necesario como el conocimiento de las técnicas,
tácticas y procedimientos (TTP) a emplear en cada momento.
108. Por último, cuando se habilita a alguien para el uso legítimo de la fuerza y con mayor
motivo si es mediante una titulación, en el posterior análisis de la legalidad de sus actos,
le puede ser de aplicación el principio de empleo según el cual “el otorgamiento de un
título profesional supone fundada e indudablemente una presunción de pericia”. La
aplicación de este principio exige al militar una mayor profesionalidad en sus

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actuaciones y eleva el nivel de exigencia de los responsables de la enseñanza, formación


y adiestramiento de las capacidades del militar.

1.2.2.2. Principios básicos de actuación en el empleo de la fuerza


109. Estos principios serán de aplicación, no solo para las unidades de Policía Militar, o
personal que preste sus servicios de seguridad, sino para todo militar que deba actuar
como agente de la autoridad. Con carácter general, su empleo se regirá por los
principios de legalidad, necesidad, congruencia, no discriminación, oportunidad y
proporcionalidad, utilizando las armas sólo ante situaciones de riesgo para su vida o la
de terceros.
110. Toda actuación deberá ser acorde al ordenamiento jurídico (autorización legal expresa,
cumplimiento de las reglas de enfrentamiento, en su caso, respeto a la dignidad de la
persona).
111. Legalidad: es la obligación que se impone a toda persona, institución u órgano de
someter su actuación al mandato legal.
112. Necesidad: impone que nadie puede ser privado de sus derechos sino en virtud de lo
marcado por la ley.
113. No discriminación: prohíbe el trato de inferioridad dado a una persona o grupo de
personas por motivos de nacionalidad, sexo, raza u origen étnico, religión o creencias,
discapacidad, edad u orientación sexual.
114. Humanidad: el principio de humanidad establece la prevención y alivio del sufrimiento
humano en todas las circunstancias, a través de la protección de la vida y la salud y del
respeto al ser humano.
115. Oportunidad: necesidad o no de recurrir a la coacción física en la actuación, de acuerdo
con los datos conocidos sobre la situación y el sujeto o sujetos sobre los que actuar. El
militar deberá sopesar las circunstancias propias del lugar, el conocimiento de las
personas sospechosas, su peligrosidad o reacciones previsibles y su experiencia previa
para determinar si la actuación puede realizarse mediante la utilización de los medios
menos violentos que la técnica profesional pone a su alcance.
116. Congruencia: supone que el militar, una vez haya decidido el empleo de la fuerza
(oportunidad) y para que éste sea legítimo, habrá de elegir, de entre los medios legales
previstos y disponibles, el que sea más idóneo y que mejor se adapte a la situación
concreta, valorando para ello las prestaciones del medio agresivo, sus características,
grados y demás efectos que respondan a la situación y finalidad legal pretendida. El
militar actuará con la destreza adquirida en la instrucción recibida, tanto en el dominio
del medio agresivo como en el conocimiento de sus técnicas de empleo y mantendrá la
serenidad emocional y el autocontrol, aun en situaciones de riesgo. El medio más
adecuado será normalmente el menos lesivo y el menos peligroso, adaptándolo siempre
a la situación de una forma progresiva, y con el fin de que la intervención se realice con
el menor daño posible a las personas y cosas, debiendo además cumplirse:

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Que el sujeto o sujetos objeto de nuestra actuación sean conscientes de que se va a


proceder contra ellos empleando la fuerza.

Que el militar tenga pleno dominio y control de los medios y técnicas que emplea.
117. Proporcionalidad: una vez decidido el empleo de la fuerza (oportunidad) y el medio
idóneo (congruencia), el militar deberá adecuar la intensidad de su empleo, de forma
que no sobrepase la estrictamente necesaria para conseguir el control de la persona,
quedando absolutamente prohibido todo exceso. Para ello, el militar deberá tener en
cuenta los siguientes criterios:
a. Tendrá la obligación de causar la menor lesividad posible. La selección de las partes
no vitales, la graduación en la contundencia y el modo de ejecución de los actos
violentos deben estar dirigidos a neutralizar a las personas objeto de la intervención.
b. Proporcionará una respuesta gradual y apropiada a cada situación. La graduación de
la mayor o menor fuerza empleada por el militar se corresponderá a la agresividad
de la respuesta de los adversarios, debiendo volver a ser descendente en la medida
en que la situación se vuelva propicia para cumplir la misión.

1.2.2.3. Empleo gradual de la fuerza


118. No es posible determinar criterios unitarios de actuación que dependerán de cada caso
concreto, pero parece conveniente por no ser proporcional usar armas contra agresores
que no las utilizan contra los agentes, ni tampoco usar fuerza frente a quienes no se
resisten activa ni pasivamente a una detención y mucho menos cuando un delincuente
ya ha sido reducido. Pero sí se puede observar que los principios antes reseñados, son
base de la normativa de referencia, así:
El artículo 25.3 del RD 194/2010, Seguridad en las FAS, establece para el centinela que:
“Cuando resulte amenazada la seguridad de su puesto, su persona o el cumplimiento
de la consigna, previas las conminaciones dirigidas al potencial agresor para que
abandone su actitud y de la advertencia de que se halla ante un centinela, podrá hacer
uso gradual y proporcionado de su arma, procurando causar el menor daño posible”.

Sobre el vigilante, en su artículo 28.3 señala que: “En su actuación se ajustarán a las
normas de utilización gradual y proporcionada del arma para impedir o repeler una
agresión en cuanto racionalmente no puedan ser utilizados otros medios”.
119. Para explicar de manera gráfica la utilización gradual y proporcionada de la fuerza se
utilizará el esquema de la pirámide de la fuerza. Esta figura constituye un modelo gráfico
de cómo se debe graduar el empleo de la fuerza en cualquier situación.
120. Los diferentes niveles de la pirámide se corresponden con una determinada tipología de
situaciones, cuyas características aconsejan la adopción de distintos tipos de respuestas
mediante la aplicación de procedimientos determinados. El empleo de los
procedimientos responderá a un criterio de progresión racional, siendo más
contundentes cuanto más peligrosa se presente la situación.

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Figura 1.1: Pirámide de empleo de la fuerza. Niveles y procedimientos

121. Dependiendo de la respuesta del individuo al que nos enfrentemos, debemos aumentar
o disminuir el nivel de nuestra respuesta. A los efectos de adopción de medidas de
seguridad y establecimiento de procedimientos de actuación, se establecerán cuatro
niveles.

1.2.2.4. Niveles de seguridad en el empleo de la fuerza


122. Esta forma de estudio y categorización permite asociar los procedimientos de actuación
a las características de cada situación, pero a su vez es un eficaz instrumento para
describir un estado general del entorno donde se opere y poder establecer unas
categorías o niveles que permitan informar sobre la gravedad y características del riesgo.

1.2.2.4.1. Nivel de normalidad


123. Es aquel en el que no hay ningún motivo o indicio para pensar que exista riesgo alguno.
a. Procedimientos de disuasión por la presencia e imagen. Consiste en mostrar o dejar
constancia de la presencia de la fuerza, lo que significa la posibilidad y la firme
voluntad de hacer empleo de la misma si fuera necesario. El prestigio de la Unidad
interviniente y las actitudes y maneras de presentarse ante la población y posibles
adversarios, son elementos que tienen una influencia importante y pueden alterar
en un sentido u otro el potencial de este nivel.

b. Procedimientos de comunicación dialogada. Cuando la sola presencia de la fuerza no


provoca la disuasión esperada, se puede producir el paso al siguiente procedimiento
denominado comunicación dialogada. Aquí la distancia con el adversario puede
reducirse, siendo necesario identificarse y explicar la razón de nuestra presencia.
Además, deberán escucharse las pretensiones de los adversarios o personas a las que
nos dirigimos. Estos procedimientos podrán ser aplicables en los niveles más
elevados de seguridad, siempre que no se materialice la agresión.

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1.2.2.4.2. Nivel de alerta


124. Es aquel en el que se dispone de información o se aprecian indicios que inducen a la
sospecha de que existe algún tipo de peligro (comisión de hechos delictivos, alteraciones
del orden público, resistencias pasivas o activas de bajo perfil de riesgo, etc.).
a. Procedimientos de advertencias imperativas. Si el diálogo no ofrece los resultados
deseados, el siguiente procedimiento será la manifestación, con carácter imperativo,
de las advertencias necesarias para que se deponga la actitud mostrada. En este
nivel se va a intimidar al adversario, es decir, se le exigirá de una forma firme e
imperativa el cumplimiento de nuestras instrucciones, con la advertencia clara y
precisa de la firme intención del empleo de medios más contundentes para hacerlas
cumplir.
b. Procedimientos de demostraciones de fuerza no letal. Una vez constatada de forma
irreversible la desobediencia y la intención de no deponer su actitud en el
procedimiento anterior, se procederá a la exhibición de medios y actitudes de INL,
con la finalidad de ejercer la coacción necesaria para lograr el objetivo deseado.
1.2.2.4.3. Nivel de peligro
125. Es aquel en el que se tiene conocimiento o se identifica la existencia de un peligro,
resistencia o amenaza real (individuos peligrosos, armas ocultas, etc.). También se
declara cuando se produce una agresión directa, con o sin armas, que pone en riesgo la
seguridad física propia, la de terceros y/o los bienes custodiados, siempre y cuando la
amenaza no se valore como letal.
a. Procedimientos de empleo de fuerza no letal. La actuación en este nivel podrá estar
ocasionada como consecuencia de la necesidad de repeler algún tipo de agresión
aparentemente no letal (a manos vacías o incluso con algún tipo de arma u objeto
contundente), intento de desarme, apropiación de material o medios propios,
agresión a terceras personas u otras circunstancias en las que no sea necesario o
conveniente el empleo de medios y/o procedimientos más contundentes. Esta
actuación deberá permitir reducir, controlar y conducir a las personas implicadas.
b. Procedimientos de demostraciones de fuerza letal. Considerando que el empleo de
medios no letales no es suficiente para resolver la situación planteada, se pueden
realizar demostraciones de fuerza letal (disposición de las armas de fuego para ser
usadas con carácter coactivo, efectuar disparos al aire, etc.).

1.2.2.4.4. Nivel de alto riesgo


126. Es aquel en el que la situación alcanza tal intensidad y violencia que pone en peligro la
vida o integridad corporal del militar o de terceras personas.
127. Asimismo, en este nivel se inscribe un tipo de situaciones de características especiales,
derivadas de las nuevas formas de utilización de explosivos o sustancias peligrosas
(personas, a pie o en vehículos, animales o dispositivos que portan artefactos explosivos,
sustancias peligrosas, etc.).

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a. Procedimientos de demostraciones de fuerza letal. Estos procedimientos se pueden


utilizar tanto en el nivel de peligro como en el de alto riesgo (ver nivel anterior).

b. Procedimientos de empleo de fuerza letal. Cuando se hayan superado los niveles


anteriores, o resulten inviables el resto de procedimientos (incluida la conminación
al abandono de las armas y de su actitud) y cuando se tenga la certeza de estar ante
una agresión ilegítima donde se cumplen los preceptos establecidos en las
correspondientes ROE, se estará ante una situación en la que se encuentra
justificado el empleo de los medios letales, de acuerdo todo ello con los principios
básicos de actuación en el empleo de la fuerza.
128. Cuando el mando establezca restricciones para el uso de la fuerza, el conocimiento y
asimilación de este modelo facilitarán la aplicación de los procedimientos de actuación
según sean los condicionantes que rodeen el cumplimiento de la misión.
129. Lo que aparentemente puede resultar fácil de comprender, resulta algo más complejo
en el momento de hacerlo operativo, y es que, para asimilar esta forma racional de
emplear la fuerza, el combatiente debe haber recibido una instrucción eficaz que le
permita alcanzar una determinada capacitación en cada uno de los niveles de aplicación,
debe disponer de medios adecuados para poder materializarla y debe poseer una
información precisa del entorno en el que se va a producir dicha actuación.
130. Por otra parte, el carácter continuo del desenlace de un enfrentamiento puede situarnos
en uno u otro nivel de una forma rápida, tanto en sentido ascendente como
descendente. Habrá que tener la capacidad de percepción suficiente para poder
reaccionar con la máxima anticipación ante estas circunstancias, lo que a su vez tendrá
una repercusión directa sobre nuestra disposición, conducta, efectos y consecuencias.
En este caso, la preparación psicológica será puesta a prueba de una forma, a veces,
muy exigente.

1.1.2.2.5. Proceso del empleo de la fuerza


131. Toda situación en la que sea necesario el empleo de la fuerza deberá seguir el siguiente
análisis:
a. Observar el entorno e identificar la amenaza. Si es posible, confirmarla (señales de
advertencia, láser, luces, etc.) e informar.
b. Valorarla en función de los posibles efectos que puede producir (nivel) y las
capacidades propias de neutralizarla (procedimiento).
c. Decidir si debe emplearse la fuerza (principio de oportunidad).

d. Elegir el medio apropiado (principio de congruencia).

e. Decidir el efecto que se desea producir (intención letal o no letal, principio de


proporcionalidad).

f. Intervenir, evaluando permanentemente los puntos anteriores hasta resolver la


situación.

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g. Vuelta a la normalidad, incluye prestar o solicitar asistencia sanitaria si fuera


necesario (principio de humanidad).

1.2.3. Legítima defensa y ejercicio legítimo del cargo


132. La figura de la legítima defensa es uno de los supuestos contemplados en el CP (art. 20.4)
en los cuales se acepta la exención de responsabilidad criminal. Debe tenerse en cuenta
que es una figura jurídica pensada para proteger principalmente la actuación de un
particular, ya que al funcionario al que el Estado le autoriza el uso de la fuerza, también
le da otras figuras legales de protección a su actuación. Nos centraremos en este punto
en la legítima defensa, ya que además un ciudadano la podría alegar contra una
actuación nuestra.
133. Legítima defensa es todo acto que realiza el hombre, contra un ataque humano,
ilegítimo, inminente o inmediato, para defender su vida, la de sus parientes o extraños
y los bienes y derechos de estas mismas personas, siempre que utilice medios racionales
y proporcionados al peligro al que se enfrenta y no haya habido provocación por parte
suya.

1.2.3.1. Requisitos de la legítima defensa


134. Según la consolidada jurisprudencia del Tribunal Supremo, la legítima defensa necesita
imprescindiblemente que concurran los siguientes requisitos:
1º. Agresión ilegítima. La agresión ilegítima constituye el ataque actual, inminente y
grave, un acontecimiento iniciado inequívocamente, sin causa, motivo o fundamento. El
Tribunal Supremo ha declarado que ni los insultos, ni las injurias, ni las discusiones lo
son, mientras no vayan acompañados de actos de agresión. Las meras discusiones, por
acaloradas que fueren, y los excesos verbales no constituyen agresión ilegítima.
Agresión es acción de agredir e implica un acometimiento o ataque a derechos que
pertenecen a otros. Exige fuerza física, o sea, “que debe ser acometimiento material,
que debe contener un riesgo para la vida, integridad personal, o derechos de los
ciudadanos”. Cuando se amenaza con un palo, con una piedra, o con una navaja, pero
sin acometer, no son estas acciones agresiones ilegítimas.

2º. Necesidad racional del medio empleado. La racionalidad equivale aquí a proporción,
forma proporcional en la defensa en relación con el agente injusto. La defensa que ha
de realizarse contra el injusto proceder agresivo contrario, debe ser proporcionada en
lo imprescindible para repeler el ajeno acometimiento y, por consiguiente, adecuada e
idónea, sin excesos que sobrepasen lo necesario, lo que habrá de determinarse de
acuerdo con una valoración objetiva de la situación y de sus circunstancias,
especialmente las referidas a la intensidad del ataque y la relación de ambiente, tiempo
y lugar, así como la personalidad de los contendientes, causas motivadoras, y medios
empleados, para así determinar la exigibilidad y posibilidad de ciertas conductas.

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3º. Falta de provocación suficiente. Por provocación ha de entenderse cualquier acción,


palabra o ademán tendente a excitar, incitar u hostigar a otra u otras personas
despertando la agresividad de las mismas.
Cuando la provocación es leve no es suficiente, y si esta leve provocación genera una
respuesta agresora desproporcionada, cabe contra esta legítima defensa, mientras que
cuando la provocación es suficiente la reacción del provocado, si es proporcional, no se
puede repeler amparado en la legítima defensa, porque no cabe la misma. Las simples
discusiones no constituyen actos provocados.
Cuando la defensa no es racional, y no tiene proporcionalidad con la agresión, se da el
exceso en la defensa. A veces el exceso en la legítima defensa se produce como
consecuencia de que la víctima es invadida por el miedo y sus actos carentes de
voluntad producen un daño mayor del que la legítima defensa exige. En este caso
estamos en la atenuante de miedo insuperable.

135. Cuando no se dan los requisitos que exige la legítima defensa, se podrán alegar otras
formas de exoneración total o parcial, pero nunca utilizando el recurso de la legítima
defensa.

1.2.3.2. Miedo insuperable y estado de necesidad


136. El concepto legal de esta eximente de la responsabilidad criminal se extrae del CP, en su
artículo 20.6, al disponer que está exento de responsabilidad criminal el que obra
impulsado por miedo insuperable de un mal igual o mayor.
137. El miedo insuperable debe entenderse aquel estado emocional, de mayor o menor
intensidad, producido por el temor fundado de un mal efectivo, grave e inminente, que
le priva de su raciocinio y domina su voluntad.
138. Diferencias con otras figuras afines:
a. Respecto a la "fuerza irresistible", consiste en una violencia física, que anula la
voluntad del sujeto, mientras que, en el miedo insuperable, la violencia es de índole
moral, coaccionando la voluntad del sujeto sin llegar a anularla.
b. Respecto a la "legítima defensa", ésta se cataloga como una causa de justificación y
quien obra en tal situación se comporta con arreglo a derecho, mientras que en el
caso del "miedo insuperable", quien obra impulsado por miedo, no actúa
legítimamente, sino antijurídicamente, aun cuando resulte exento de
responsabilidad criminal por razón de su inculpabilidad.

1.2.3.3. Cumplimiento del deber o ejercicio legítimo de un derecho,


oficio o cargo
139. El artículo 20.7 del CP establece que está exento de responsabilidad criminal el que obre
en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo.
140. Asimismo, el artículo 44.3 del CPM establece que en ningún caso incurrirán en
responsabilidad criminal los militares por desobedecer una orden que entrañe la
ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito, en particular contra la

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Constitución, o una infracción manifiesta, clara y terminante de una norma con rango
de ley o del Derecho Internacional de los conflictos armados.
141. En la mayor parte de los casos, esta eximente se aplica en las actuaciones de
funcionarios, agentes de la Autoridad y cargos públicos. Sin embargo, conceptualmente,
los meros ciudadanos también pueden ser amparados por esta circunstancia,
especialmente en los casos en los que concurra el deber de declarar como testigos o de
denunciar los delitos.
142. La diferencia con lo estipulado en la legítima defensa es que, en este caso, no se requiere
que el desencadenante sea una agresión ilegítima (hay que recordar que es el supuesto
imprescindible en la legítima defensa), sino que basta con que el agente de la autoridad
se encuentre ante una situación que exige intervención para la defensa de intereses
ajenos por los que deban velar las Fuerzas Armadas.
143. Esta circunstancia resulta aplicable en aquellos supuestos en los que la Autoridad o sus
agentes ejercitan la coacción que es monopolio del Estado, lo que lleva consigo la
realización de actuaciones que lesionan bienes jurídicos de los ciudadanos (la libertad
en el caso de la detención, la integridad física en el caso de la compulsión sobre las
personas), acciones de orden público o protegiendo la seguridad de terceros.
144. El uso de la fuerza por parte de un militar, en el ejercicio de su cargo, deberá ejercerse
con absoluto respeto al ordenamiento jurídico y, de esta manera, habrá de ser
considerado como cumplimiento de un deber, derivado de su cargo o profesión.
145. La obligación de actuar se recoge en el artículo 450 del CP:
El que pudiendo hacerlo con su intervención inmediata y sin riesgo propio o ajeno no
impidiere la comisión de un delito que afecte a las personas en su vida, integridad, salud,
libertad o libertad sexual, será castigado....
146. Para que este uso de la fuerza quede amparado como una causa de justificación, se
requiere:
a. Que el sujeto se halle en cumplimiento de sus funciones:
i. Debe existir subordinación jerárquica para que la orden del superior genere en el
subordinado el deber de obedecer.

ii. Es necesario que la orden del superior esté dentro de los límites de su respectiva
competencia, actuando en todo caso conforme a la Constitución y a las leyes.
iii. El subordinado debe ser competente para ejecutar la orden.

iv. La orden ha de ser expresa y estar revestida, en su caso, de las formalidades


legales.

v. Creencia racional y fundada del subordinado en la legitimidad de la orden.


vi. La orden debe estar referida a asuntos del servicio.

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vii. Si las órdenes entrañan la ejecución de actos constitutivos de delito, en particular


contra la Constitución y contra las personas y bienes protegidos en caso de
conflicto armado, el militar no estará obligado a obedecerlas.
b. Tiene que ser necesario el uso de la fuerza.
c. Que la fuerza que se ejercita sea proporcional al hecho. Naturalmente, es necesario
el estudio detenido y particular de cada caso para poder emitir calificación. El exceso
intensivo da lugar al delito de imprudencia.
d. Acción legítima y conforme a derecho. Hay que distinguir cuándo el uso de la fuerza
no procede del legítimo ejercicio o cargo, ha de ser un ejercicio lícito y dentro de los
cauces legítimos de un derecho.
e. Ejercicio legítimo de un cargo. Los actos por obligaciones específicas derivadas del
cargo o funciones. Si se deriva de un cargo estará justificado. El problema es
determinar el límite del cumplimiento de las obligaciones de ese cargo, analizando
caso por caso.

1.3. NORMATIVA DE SEGURIDAD


1.3.1. Ley Orgánica 9/2011, de derechos y deberes de los miembros de
las FAS
147. Artículo 6. Reglas de comportamiento del militar. Ajustará su conducta al respeto de las
personas, al bien común y al derecho internacional aplicable en conflictos armados. La
dignidad y los derechos inviolables de las personas son valores que tienen obligación de
respetar y derecho a exigir. En ningún caso los militares estarán sometidos, ni someterán
a otros, a medidas que supongan menoscabo de la dignidad personal o limitación
indebida de sus derechos.

1.3.2. Ley 39/2007 de la Carrera Militar. Disposición adicional tercera


148. La Disposición adicional tercera de esta ley, determina el carácter de agente de la
autoridad de los miembros de las Fuerzas Armadas que presten sus servicios como
policía militar o que intervengan en las operaciones descritas en el artículo 16.e) de la
Ley de la Defensa Nacional en el ejercicio de sus funciones y en las circunstancias que
reglamentariamente se determinen”.

1.3.3. Ley de Defensa Nacional


149. El Artículo 16 regula los diferentes tipos de operaciones para las FAS: El cumplimiento
de las misiones de las Fuerzas Armadas y el desarrollo de su contribución
complementaria o subsidiaria de interés público requieren realizar diferentes tipos de
operaciones, tanto en territorio nacional como en el exterior. Pueden conducir a
acciones de prevención de conflictos o disuasión, de mantenimiento de la paz,
actuaciones en situaciones de crisis y, en su caso, de respuesta a la agresión. En el
empleo legítimo de la fuerza hará un uso gradual y proporcionado de la misma, todo ello
de acuerdo con las reglas de enfrentamiento establecidas para las operaciones en las
que participe.

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1.3.4. Real Decreto 96/2009, de Reales Ordenanzas para las FAS


150. Artículo 11. Dignidad de la persona.
Ajustará su conducta al respeto de las personas, al bien común y al derecho internacional
aplicable en conflictos armados. La dignidad y los derechos inviolables de la persona son
valores que tienen obligación de respetar y derecho a exigir. En ningún caso los militares
estarán sometidos, ni someterán a otros, a medidas que supongan menoscabo de la
dignidad personal o limitación indebida de sus derechos.

151. Artículo 12. Derechos fundamentales y libertades públicas.


En su actuación, el militar respetará y hará respetar los derechos fundamentales y
libertades públicas reconocidos en la Constitución, sin perjuicio de que en su ejercicio
deba atenerse a las limitaciones legalmente establecidas en función de su condición
militar.

152. Artículo 50. Actitud ante el personal de servicio.


Todo militar, cualquiera que sea su empleo, atenderá las indicaciones o instrucciones de
otro que, aun siendo de empleo inferior al suyo, se encuentre de servicio y actúe en virtud
de órdenes o consignas que esté encargado de hacer cumplir.

153. Artículo 84. Uso legítimo de la fuerza.

En el empleo legítimo de la fuerza, el militar hará un uso gradual y proporcionado de la


misma, de acuerdo con las reglas de enfrentamiento establecidas para las operaciones en
las que participe.

1.3.5. Real Decreto 194/2010, de Seguridad en las FAS


154. La Disposición adicional primera establece las circunstancias y condiciones de actuación
de los miembros de las Fuerzas Armadas como agentes de la autoridad. Lo harán
siempre en el ejercicio de sus funciones cuando intervengan encuadrados en unidades
de las Fuerzas Armadas y dentro de las operaciones descritas en el artículo 16.e) de la
Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional.
155. También tendrán dicho carácter de agentes de la autoridad en el ejercicio de sus
funciones los miembros de las Fuerzas Armadas que presten sus servicios como policía
militar, naval o aérea.
156. Los miembros de las dotaciones de los buques de la Armada tendrán el carácter de
agentes de la autoridad en el ejercicio de funciones de vigilancia y seguridad marítima
atribuidas legalmente o por convenios internacionales suscritos por España, que se
llevarán a cabo sin perjuicio de las que están atribuidas a los miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado y a los integrantes de los organismos públicos con
funciones de vigilancia marítima en el ejercicio de sus competencias.

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157. A su vez, y con carácter temporal, al regularse las guardias de seguridad, se les da a todos
los componentes de la guardia el carácter de policía militar temporal durante la
prestación del servicio, adquiriendo así la condición de agente de la autoridad.
158. Artículo 15. Carácter de los componentes de la guardia de seguridad.
1. Los componentes de la guardia de seguridad prestarán su servicio como policía
militar, naval o aérea durante la ejecución de la misma, por lo que llevarán durante
este la identificación visual sobre el uniforme que así lo acredite.
2. Las guardias de honor se consideran de seguridad y se regirán, además de por estas
normas, por las suyas específicas, aunque no será necesario que lleven la
identificación visual sobre el uniforme citada en el apartado anterior.
159. Artículo 25. Obligaciones del centinela.
1. El centinela dedicará toda su atención a la consigna encomendada, sin hacer nada
que le distraiga de sus cometidos. Nunca dejará el arma de la mano ni la entregará a
persona alguna bajo ningún pretexto y permanecerá en su puesto mientras no sea
relevado. Hará cumplir las órdenes recibidas.
2. Dará la alarma cuando la situación lo requiera e informará de las novedades que se
produzcan utilizando el procedimiento establecido.
3. Cuando resulte amenazada la seguridad de su puesto, su persona o el cumplimiento
de la consigna, previas las conminaciones dirigidas al potencial agresor para que
abandone su actitud y de la advertencia de que se halla ante un centinela, podrá
hacer uso gradual y proporcionado de su arma, procurando causar el menor daño
posible.
160. El Capítulo IV de este RD 194/2010, desarrolla la figura de la Policía Militar, Naval o
Aérea, en concreto, en su artículo 29 señala que estarán organizadas, instruidas y
capacitadas para cumplir los cometidos a los que se refiere este capítulo, que sin
perjuicio de su carácter de fuerza armada cuando proceda, tendrán el carácter de agente
de la autoridad en el ejercicio de sus funciones. No obstante, el desarrollo de los
cometidos, apoyos entre policías, e intervención ante flagrantes delitos, es objeto de
desarrollo en la TTPC de Policía Militar, a la que procede remitirse.

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CAPÍTULO 2. ENTORNO DE ACTUACIÓN DEL


MILITAR COMO AGENTE DE LA AUTORIDAD
2.1. INTRODUCCIÓN
161. Si bien el personal militar puede ser agente de una autoridad militar con carácter
particular, también lo puede ser, con carácter general, de cualquier autoridad con
competencia en materia de seguridad, las cuales vienen enumeradas en el artículo 5 de
la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana
(Ministro del Interior, Delegados del Gobierno, etc.).
162. En el artículo 7 de dicha ley se dispone que todas las autoridades y funcionarios públicos
deben colaborar con las autoridades competentes en materia de seguridad, prestando
el auxilio necesario para asegurar y proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades
y garantizar la seguridad ciudadana, manteniendo las condiciones adecuadas a tal
efecto, asegurando la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de las vías y
espacios públicos y previniendo la comisión de delitos y faltas. Matiza este artículo que
el auxilio será prestado en la medida de las posibilidades de quien lo presta y parece
evidente que las FAS tienen recursos suficientes para actuar en la consecución de
dichos fines.
163. La manera de actuar del personal militar, en caso de intervención en delitos de carácter
civil, viene reflejada en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en sus artículos 489 al 496,
y puede resumirse en la obligación de poner a disposición de la autoridad judicial más
próxima (o de alguno de sus agentes) al detenido o detenidos en el plazo más breve de
tiempo posible, y en cualquier caso antes de 24 horas.
164. Si el o los detenidos lo exigieran, se les debe de justificar haber obrado en virtud de
motivos racionalmente suficientes para creer que se hallaba cometiendo un delito o la
sospecha de ser un preso fugado o condenado en rebeldía.
165. Con independencia de que las diferentes autoridades dispongan de sus agentes
específicos que las auxilien en la ejecución de las competencias que tengan legalmente
atribuidas, la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público,
establece, en su artículo 141, la obligatoriedad de la cooperación entre
administraciones en orden a conseguir el puntual cumplimiento de lo establecido en las
diferentes disposiciones legales. Este mismo artículo matiza lo relativo a esta
cooperación, obligando a cada administración a respetar el ejercicio legítimo de otras
administraciones en sus competencias, aunque prestando activamente la asistencia que
le pudiera ser requerida.
166. Por lo tanto y en caso necesario, cualquier autoridad civil podría recabar el concurso de
elementos militares para que le auxilien en el cumplimiento de los fines enumerados en
el artículo 3 de la Ley 4/2015, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana. Dentro de
la institución militar deberán tener la formación e instrucción adecuadas para llevarlo a
efecto.

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167. En la Ley Orgánica 10/95, de 23 de noviembre, del Código Penal, aparecen descritos en
sus artículos 410 al 413 y 450 varios supuestos delictivos en los que incurriría el
funcionario público o autoridad que no prestase el auxilio debido al requerimiento
hecho por un particular en evitación de algún delito, o bien rehusase colaborar, tras
requerimiento efectuado por la autoridad competente, en el auxilio debido para la
administración de justicia u otro servicio público.
168. Merece especial atención estudiar las posibilidades de actuación de que dispone el
militar ante casos de intromisión por parte de civiles en el interior de bases,
acuartelamientos u otras instalaciones militares. Este análisis, aunque superficial, se
considera importante dada la relativa frecuencia con que se han producido en el pasado
y la posibilidad real de que el propio militar se vea enfrentado en algún momento ante
situaciones de este tipo en las que estará implicado personal civil.
169. Asimismo, en la Ley Orgánica del Código Penal Militar viene tipificado, en su artículo 29,
el delito de allanamiento de base, acuartelamiento o establecimiento militar o la
vulneración de sus medidas de seguridad. La comisión de este tipo de delito puede ser
realizada por personal civil y es objeto de la jurisdicción militar, independientemente de
que el hecho delictivo se cometa en tiempo de paz o en tiempo de guerra. La detención
de los infractores puede ser realizada por personal militar, según dispone el artículo 201
de la Ley Orgánica 2/1989, Procesal Militar, en su función de agentes de la autoridad
militar. Si en las personas detenidas no concurre la condición de militar se observarán
las normas de la legislación común al respecto.
170. Si este u otro delito se considera competencia de la jurisdicción militar existe la obligación
de ponerlo en conocimiento del juez togado militar, según dispone el artículo 134 de la Ley
Procesal Militar.
171. Finalmente, se debe reseñar que en los artículos 202 y 203 del Código Penal se
contempla el delito de allanamiento de domicilio de personas jurídicas o
establecimientos abiertos al público, por lo que, de considerar el allanamiento de
establecimiento militar cometido por civiles como incluido en uno de estos supuestos,
a los infractores se les entregaría a la autoridad judicial o a sus agentes.

2.2. AUXILIO Y COLABORACIÓN CON AUTORIDADES CIVILES


172. En España, la colaboración de las Fuerzas Armadas con las autoridades civiles engloba
las acciones u operaciones que suponen la utilización de personal, medios o unidades
militares en beneficio directo o indirecto de la población, autoridades, organismos o
entidades civiles españolas. De esta forma y en el marco de actuación operativo de
contribución a la seguridad pública, tienen lugar las operaciones militares o de
contribución militar, donde se utilizan medios militares con la finalidad de apoyar a las
autoridades civiles para proteger y apoyar a la población y contribuir a la seguridad de
las personas y bienes en TN.
173. Las Fuerzas Armadas, junto con las Instituciones del Estado y las Administraciones
públicas, deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos
de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas, conforme a lo

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establecido en la legislación vigente. Los tipos de operaciones de contribución a la


seguridad pública pueden ser de apoyo y contribución a la seguridad ciudadana o a la
protección civil.
174. Entre sus actuaciones destacan: la extinción y prevención de incendios, inundaciones,
situaciones de alerta por condiciones meteorológicas adversas, búsqueda de personas
desaparecidas, control de fronteras, etc.…, aunque también se incluye el apoyo a
autoridades civiles en territorio nacional, donde se realizan todas aquellas acciones que,
entre otras, se orientan a preservar la seguridad y bienestar de la población.
Habitualmente, se llevan a cabo cuando las capacidades civiles se vean desbordadas por
la magnitud de los acontecimientos y, siempre, bajo la petición de la autoridad civil
correspondiente.
175. Dentro de las acciones tácticas que se contemplan en cada tipo de operación se
encuentran las ofensivas, defensivas, de estabilización, de contribución y de apoyo.
Aunque estas últimas son obviamente las predominantes cuando se habla de las
operaciones de apoyo a autoridades civiles en territorio nacional, el resto se consideran
complementarias y se pueden desarrollar de manera simultánea, a diferente escala,
dentro de cualquier operación.
176. Las acciones de apoyo son las que enlazan, facilitan o crean condiciones para el resto de
las acciones, bien sea en actividades de contribución en tiempo de paz, de estabilización
para el restablecimiento de la seguridad o del combate generalizado. También incluye el
apoyo a las FCSE en la lucha contra el terrorismo que ponga en peligro la vida de la
población y sus intereses. A estos efectos, el Gobierno designará la autoridad nacional
responsable, arbitrándose los procedimientos de actuación de las unidades militares
intervinientes.

Figura 2.1: Cuadro resumen de las acciones desarrolladas atendiendo al espectro del conflicto

177. En las Reales Ordenanzas de las FAS, de 6 de febrero de 2009, dentro de su título IV
(capítulo IV, artículos 98 al 103) ya se habla explícitamente de las operaciones de
seguridad y bienestar de los ciudadanos.
178. En la Directiva de Defensa Nacional (DDN 2020) se refiere, al tratar sobre la
cooperación con otros organismos, a la necesidad de conseguir una coordinación

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eficaz entre los elementos civiles y militares que participen en operaciones de ayuda
humanitaria, de gestión de crisis y de apoyo a autoridades civiles, así como a colaborar
en el sistema de protección civil y, junto con otras instituciones del estado,
particularmente las FCSE, contribuir a preservar la seguridad y bienestar de los
ciudadanos. Por ello, se refuerza la necesidad de conservación de las capacidades de las
FAS en orden a, entre otros objetivos, “apoyar a las autoridades civiles en caso de
emergencia”.
179. También la Ley Orgánica 5/2005, de 17 noviembre, de la Defensa Nacional, establece
en su artículo 15 que una de las misiones de las Fuerzas Armadas es la de preservar la
seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe,
calamidad u otras necesidades públicas, conforme a lo establecido en la legislación
vigente.
180. La misión anterior se desarrolla en la Directiva 07/15, actualmente en revisión, la cual
regula la actuación de las Fuerzas Armadas, en apoyo a las autoridades civiles, con
ocasión de intervención ante una emergencia producida en casos de grave riesgo,
catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas, y donde se recogen las siguientes
restricciones e imposiciones:
a. La protección de la Fuerza es primordial y, en consecuencia, era utilizada en
cometidos que entrañen un riesgo adicional para el cual no haya sido preparada
anteriormente.
b. La UME es la Unidad de primera intervención de las FAS ante una emergencia
producida en casos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otra necesidad
pública en apoyo a las Autoridades Civiles. La colaboración de otras capacidades
y medios de las FAS será por el periodo de tiempo estrictamente necesario y para
suplir las carencias de la UME relativas a unas capacidades concretas.
c. El apoyo de las FAS a las Autoridades Civiles, ante una emergencia producida en
casos de grave riesgo, catástrofe, calamidad o necesidad pública; se realizará con
los medios disponibles más adecuados a cada situación y con la necesaria
coordinación entre las Autoridades Militares y Civiles relacionadas con la
emergencia.
d. En relación a las capacidades y medios de las FAS susceptibles de prestar apoyo
en caso de una emergencia, se tendrá en cuenta lo dispuesto en el Acuerdo del
Consejo de Ministros de 6 de mayo de 1994 en su punto primero, en el sentido de
quedar excluidos de la asignación a los planes territoriales las unidades militares
y los recursos y medios de las FAS.
e. Los efectivos de la UME actuarán siempre encuadrados y dirigidos por los Mandos
de la Unidad, ajustando su actuación a lo establecido en la legislación vigente en
materia de protección civil, y especialmente a lo relativo a la distribución de
competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas.
f. Quedan excluidas de lo contenido en esta Directiva, aquellas colaboraciones de
las FAS que se encuentren reguladas por convenios o acuerdos específicos.

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181. Los cuarteles generales de los ejércitos actualizan el catálogo de capacidades y medios
disponibles en caso de emergencia, determinando las necesidades de sostenimiento de
las fuerzas participantes en la emergencia, poniéndolos a disposición de la UME y
planificando el desarrollo de los cometidos derivados de su relación con la UME y la
activación de los apoyos requeridos que anula al anterior Plan de Contingencia
(COPLAN) Tormenta Negra y sus planes derivados Tormenta Blanca del Ejército de
Tierra, Tormenta Azul del Ejército del Aire y Tormenta Amarilla de la Armada.
182. El Jefe de la UME, como autoridad militar de coordinación de emergencias, debe
establecer y actualizar el plan operativo para la actuación de las Fuerzas Armadas en
emergencias, así como:
a. Informar a las autoridades militares y civiles implicadas en la emergencia de las
actividades realizadas bajo su mando.
b. Evaluar las necesidades de apoyo de otros ejércitos.
c. Enlazar y tramitar las solicitudes de las autoridades civiles.
d. Designar los coordinadores militares de emergencia (CME), que estarán bajo su
mando, en los ámbitos geográficos correspondientes.
183. Los CME servirán de enlace con las autoridades civiles, controlarán y coordinarán la
actuación, ejerciendo el control táctico de las unidades de las Fuerzas Armadas y
mantendrán informado a las autoridades militares.

Figura 2.2: Centro de coordinación de emergencia

2.3. TIPOS DE OPERACIONES DE CONTRIBUCIÓN A LA SEGURIDAD


PÚBLICA
184. Toda operación realizada en apoyo a las autoridades civiles se puede encuadrar,
inicialmente, en dos ámbitos de actuación que engloban la protección civil y la
seguridad.

2.3.1. Operaciones de contribución militar a la protección civil


185. Si bien la mayoría de estas operaciones se realizan dentro de lo contemplado en la
Directiva 07/15, es posible que se produzcan otras que, por diversas circunstancias, no

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tengan cabida en la citada directiva y, por lo tanto, no se ajusten a los procedimientos


establecidos en la misma. En concreto, estas Operaciones no contempladas en la
Directiva 05/08, pueden clasificarse en:
Operaciones relacionadas con la prevención de incendios forestales:
a. Directiva 06/07 del JEME, “Acciones del ET en la lucha contraincendios”.
b. Acuerdos del Consejo de Ministros por los que se refuerzan las medidas contenidas
en el plan de actuación de prevención y lucha contra incendios forestales.

Figura 2.3: Lucha contra incendios forestales

Las posibles tareas asignadas en la lucha contra incendios forestales son las siguientes:
a. Limpieza y apertura de cortafuegos, acopio de tierra y barrido de cenizas.
b. Vigilancia de la zona del incendio y de zonas ya quemadas.
c. Protección de las personas y bienes que puedan resultar afectados por los efectos
del incendio.
d. Colaboración con las autoridades civiles en la evacuación de personal de las
poblaciones afectadas, así como en la asistencia sanitaria a las personas afectadas
como consecuencia de los incendios.
e. Colaboración con las autoridades civiles en el aislamiento de la zona afectada.
f. Contribución a la rehabilitación inmediata de los servicios públicos esenciales.
g. Abastecimiento de agua para labores de extinción.
h. Transporte, acarreo y tendido de materiales contra incendios.
Apoyos a autoridades civiles que no puedan asumir la neutralización y desactivación
de munición y artefactos explosivos.
Hay que distinguir entre el caso de que se trate de municiones reglamentarias en las
FAS o, por el contrario, procedan de anteriores conflictos bélicos o sean artefactos
improvisados.
En este último caso, este cometido está siendo asumido por los servicios de

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desactivación de las FCSE o de las comunidades autónomas. No obstante, las


capacidades de las unidades de las FAS, que disponen orgánicamente de equipos de
desactivación de explosivos (EDE), están a disposición de las autoridades civiles para
el caso de que se ordenase el apoyo a las mismas para neutralizar o desactivar
municiones procedentes de anteriores conflictos.

Figura 2.4: Esquema general de la contribución a la seguridad ciudadana

2.3.2. Operaciones de contribución militar a la seguridad ciudadana


186. En aquellas situaciones de grave riesgo, amenaza o agresión por parte de grupos
terroristas o saboteadores, ante eventos en territorio nacional de marcada importancia
y trascendencia, y en el marco del COPLAN “Cota de Malla” de apoyo de las FAS a las
FCSE en la protección de los objetivos que se designen, las FAS pueden ejecutar gran
cantidad de operaciones en el ámbito de la seguridad.
187. Finalmente, un aspecto que no se puede contemplar estrictamente como cooperación
o auxilio a las autoridades civiles son aquellas situaciones derivadas de la declaración
de los estados de alarma, excepción y sitio (legislados en la Ley Orgánica 4/1981, de 1
de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio).

Figura 2.5: Seguridad en instalaciones ferroviarias civiles

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188. Concretamente en el estado de sitio (cuya declaración por parte del Gobierno se
contemplaría en caso de que se produzca o amenace producirse una insurrección o acto
de fuerza contra la soberanía o independencia de España, su integridad territorial o el
ordenamiento constitucional, que no pueda resolverse por otros medios), la situación
se invierte, siendo las autoridades civiles las que colaborarían y auxiliarían bajo la
coordinación y dirección de autoridades militares.

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CAPÍTULO 3. ACCIONES ESPECÍFICAS DE LAS FAS EN


LABORES DE APOYO A LAS AUTORIDADES CIVILES
3.1. INTRODUCCIÓN
189. En este capítulo debemos hacer referencia a las principales intervenciones que las FAS
pueden realizar en todas las situaciones de emergencias, sin perjuicio de aquellas otras
que puedan solicitarse por las autoridades civiles y sean aprobadas por la autoridad
militar correspondiente conforme a la legislación en vigor. El caso específico de la UME,
el RD 1097/2011 “Protocolo de Intervención de la UME” establece cuales son este tipo
de relaciones con Autoridades Civiles (AA.CC.).

3.2. PROCESO DE OBTENCIÓN DE INFORMACIÓN DE APOYO A LA


INTERVENCIÓN

3.2.1. Obtención de información


190. La obtención de información demandada es variada y diferente, las actividades que se
programarán para obtener la información irán en consonancia con las necesidades
solicitadas. Todas estas actividades se engloban en diferentes reconocimientos.

3.2.1.1. Reconocimiento de itinerarios


191. El motivo del reconocimiento de un Itinerario es lógico en virtud del trabajo que
desarrolla la Unidad es ”verificar que la Unidad que interviene en una Emergencia se
pueda desplazar hasta su zona de acción con la mayor seguridad y rapidez posible”, así
como “proporcionar al Mando la información del estado de la ruta o posibles
alternativas para efectuar el movimiento.”

Figura 3.1: Motorista durante un reconocimiento

192. Teniendo en cuenta el motivo del Reconocimiento se pueden distinguir dos tipos:
a. Reconocimientos antes de la Emergencia: Realizados con tiempo suficiente
para su realización.

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b. Reconocimientos durante la Emergencia: Realizado por el elemento de


reconocimiento de la Unidad con antelación a la salida de los Elementos de
Intervención, a fin de conocer la situación real o posibles alternativas a la ruta
elegida para el desplazamiento de las Unidades. Se caracteriza por la escasa
disposición de tiempo para su realización.

3.2.1.2. Reconocimiento de zonas


193. Estos serán realizados conjuntamente por miembros de la Unidad actuante con el
elemento de reconocimiento de itinerario. Los aspectos importantes a tener en cuenta
cuando se reconoce una zona son:
a. Accesos a la zona y sus limitaciones de paso para los diferentes vehículos de la unidad
militar.

b. Posibilidad de establecer una seguridad mínima para realizar la actividad


determinada en dicha zona.
c. Determinar su situación geográfica (coordenadas, situación en el mapa…) y su
dependencia territorial (ayuntamiento responsable de la zona, comarca que
pertenece, posibilidad de finca privada…).

d. Localización de estaciones de servicio, con preferencia de la empresa contratada.


e. Posibilidad del establecimiento de un aparcamiento dentro de la zona reconocida
para vehículos propios.
f. Puntos de aguada, tomas de corriente y evacuación aguas domésticas.
g. Puntos para establecimiento del CORIMEC ABLUCIÓN.

h. Dimensiones de la zona y capacidades para las diferentes unidades.


i. Cobertura para transmisiones.

j. Localización de centros sanitarios y farmacias más cercanos.

k. Punto de contacto de personal ayuntamiento responsable en la zona

l. Situación de FCSE más cercanas y punto de contacto.

m. Localización de zonas con servicios.

3.2.1.3. Reconocimiento de instalaciones


194. Estos serán realizados durante el reconocimiento de itinerario y de zona mencionados
anteriormente. Lo importante a reseñar cuando se reconoce una instalación
determinada es:
a. Realización de croquis a escala de las instalaciones a reconocer. En dicho croquis se
detallarán las distancias y medidas. Los croquis serán por lo general uno de la
instalación desde el exterior y otro del interior por plantas.

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b. Capacidades de alojamiento (nº personas) dentro de las instalaciones, detallando la


higiene y salubridad de las instalaciones en relación a las actividades que se quieran
desarrollar dentro de éstas.
c. Destacar la existencia de corriente eléctrica (tomas, conexiones de fuerza…),
saneamiento, agua corriente e iluminación.

d. Posibilidad de salida de emergencia o diferentes accesos.

e. Aislamiento del edificio y posibilidad de calefacción y agua caliente.

f. Existencia de cobertura para telefonía móvil dentro de las instalaciones.

g. Posibilidad de cuarto de seguridad para guardar material sensible/armamento.


h. Punto de contacto con persona responsable apertura/cierre de las instalaciones.

i. En el exterior, posibilidad de aparcamiento para vehículos de autoridades, prensa,


visitas, equipo sanitario y demás elementos de intervención.

Figura 3.2: Reconocimiento de un edificio

3.2.1.4. Vigilancia de rutas y áreas


195. Una de las misiones que se le pueden encomendar a las FAS (tanto dentro o fuera del
TN) es la vigilancia y control de rutas y áreas. En este tipo de misiones lo más importante
es conocer el nivel de amenaza, si existiera, y el marco legal que ampara nuestra
actuación (ROE, SOFA, MOU…), ya que va a condicionar en todo momento el desarrollo
de nuestra misión de Vigilancia y Control.
196. Se establecen dos escenarios para estos tipos de misiones: en territorio nacional y en el
exterior.

3.2.1.4.1. En territorio nacional


197. En TN este tipo de misiones suelen estar englobadas dentro de las colaboraciones entre
distintos organismos oficiales (como es el caso de la vigilancia de vías férreas). Cuando
se participe en ellas se debe saber:
a. Nivel de amenaza en la zona, si existiese.

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b. Misiones asignadas a nuestra Unidad (vigilancia, puntos de control, escolta de


convoyes, balizamientos, etc.)

c. Área que corresponde vigilar, que normalmente se corresponderá con la Base


Logística (BL) perteneciente a la emergencia.

d. Otras unidades (militares o civiles como pueden ser Guardia Civil y/o policías locales)
presentes en el área y con las que se deba enlazar y colaborar.

e. En caso de detenciones de personal civil cuál será el procedimiento a seguir.

f. El carácter que habrá que tener en el desarrollo de nuestras funciones es el de Agente


de la Autoridad.

3.2.1.4.2. En el exterior
198. Este tipo de misiones fuera del TN se encuadran normalmente dentro de una
Organización Internacional como la ONU, OTAN, UE, en la que se mantendrá un status
que marcará las actuaciones y la forma de llevarlas a cabo. Se incluye en este epígrafe
principalmente por la posibilidad de actuar en el extranjero con Unidades encuadradas
en los equipos USAR (urban search and rescue). En este escenario se deberá tener en
cuenta:
A nivel normativo:

a. ROE (Reglas de Enfrentamiento), en caso de agresión. En ellas se marcan lo que se


puede o no hacer en caso de enfrentamiento con otras fuerzas.
b. SOFA (Acuerdo de Estatus de la Fuerza). En este acuerdo se establecen los derechos
y deberes que se tiene dentro del país anfitrión (ej.: daños producidos por las FAS
extranjeras, jurisdicción dentro de las Bases).
c. MOU (Memorando de Entendimiento). Entre la nación anfitriona y un país extranjero
para el desarrollo de la misión encomendada en el territorio de la primera. En este
documento se va definir las misiones que se puede realizar dentro del país anfitrión.

A nivel táctico:
a. Amenaza Dentro de las misiones asignadas a están las de dar seguridad a las
Unidades de emergencia fuera del TN. En este tipo de escenarios la amenaza más
probable sería la del pillaje y vandalismo tras una catástrofe, tras la que las FCSE
locales no son capaces de contener y controlar las actuaciones de determinados
grupos, esto incluiría protección de la fuerza actuante en misiones de búsqueda y
rescate u otras (ej.: misión de ayuda humanitaria en Haití, en 2010).

b. Escolta de convoyes propios o ajenos a España, pero de interés para la misión.

c. Seguridad de Instalaciones (PC, hospitales, aeropuertos…).

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3.3. ALBERGUES Y CAMPAMENTOS DE DAMNIFICADOS (CDAM/ADAM)

3.3.1. Introducción
199. Una situación catastrófica obliga a desalojar a un gran número de personas de sus
hogares, precisando ser realojadas en distintas instalaciones de carácter temporal y
necesitando asistencia de primera necesidad.
200. Cuando las circunstancias de la emergencia impidan que las fuerzas y cuerpos de
seguridad puedan hacerse cargo de la seguridad de los CDAM/ADAM, o en su apoyo, la
unidad militar lo realizará.

3.3.2. Introducción módulos tipo ADAM/CDAM

3.3.2.1. ADAM (albergue de damnificados)


201. El alojamiento se realizará en base a instalación fija (polideportivos o nave similar), con
una duración de ocupación máxima de 15 días y donde la alimentación será en frío, no
proporcionándose servicio de cocina.
202. La capacidad de alojamiento para el ADAM tipo será de unas 340 personas, la cual viene
determinada por las dimensiones estándar de una pista de deportes.
203. Los alimentos, productos de primera necesidad y atención psicosocial serán
proporcionados por Cruz Roja Española (CRE).
204. El registro y control de accesos de dicho punto será proporcionado por las FAS.

Figura 3.3: Polideportivo utilizado como ADAM

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3.3.2.2. CDAM (campamento de damnificados)


205. El alojamiento se realiza en base a tiendas con una duración de ocupación superior a 15
días y donde se mejoran considerablemente las condiciones de vida de los damnificados.
La capacidad de alojamiento para el CDAM tipo será de unas 500 personas y estará
dotado de cocina para confección de comida en caliente.
206. La atención sanitaria y psicosocial será proporcionada por Cruz Roja Española y el
registro y control de accesos será proporcionado por las FAS.
207. La composición y material necesario del módulo CDAM tipo se detalla en el siguiente
gráfico.

Figura 3.4: Módulo CDAM TIPO para 500 personas

3.3.3. Control de accesos al ADAM/CDAM


208. El Control de accesos tiene por objeto limitar el acceso al campamento de damnificados
y a las diferentes zonas únicamente al personal autorizados y evitar la entrada de
elementos de riesgo (ya sean personas u objetos) no autorizados.
209. El control de accesos a instalaciones debe realizarse con la cantidad mínima de puertas,
siendo una la mejor opción, procurando utilizar las otras puertas existentes
exclusivamente en situaciones de emergencia.
210. Los medios materiales que se emplean en los controles de acceso serán:
a. Tornos, bien con apertura magnética o bien con apertura manual.

b. Detectores manuales de metales.


c. Sistema encaminado a la identificación/filiación de personas a la entrada al
campamento.

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3.3.3.1. Objetivos y funciones


211. Son los siguientes:
a. Proporcionar seguridad a los componentes de la unidad militar durante el montaje,
desmontaje y sostenimiento de ADAM y CDAM.

b. Identificar a las personas que intenten acceder o salir del campamento.

c. Impedir el paso de las personas no autorizadas.

d. Establecer un control de presencia eficaz dentro del campamento.


212. Para alcanzar de forma satisfactoria estos objetivos, el control de acceso debe contar
con medios humanos, técnicos y las medidas organizativas adecuadas que le permitan
llevar a cabo una serie de funciones básicas que se citan a continuación:
Identificar: comprobando y verificando con la mayor veracidad posible (TMI, DNI, etc.)
la personalidad del individuo que intenta acceder al área o recinto protegido.

Inspeccionar: a fin de que no sea introducido en el interior del recinto ningún objeto o
sustancia expresamente prohibida o que suponga riesgo potencial no asumible. Puede
ser necesario un arco detector de metales en esta estación.

Autorizar acceso al recinto: si la persona ya identificada está facultada para ello.


Acreditar: mediante algún elemento visible que indique su condición de persona
autorizada al acceso (tarjetas, pegatinas, etc.).

Controlar: sabiendo en todo momento el personal que hay en el interior del recinto y en
qué condiciones de estancia se encuentra.
La acción más eficaz en un control es la de equilibrar la velocidad de paso y la fiabilidad
de control de ese acceso, actuando únicamente contra los intrusos, ya que a las personas
autorizadas el acceso debe serles permitido y, si es posible, simplificado.

Figura 3.5: CDAM. Recinto ferial de Lorca, filiación de damnificados

3.3.3.2. Organización de un control de accesos


213. El control de accesos a desarrollar será tanto para personas como para objetos y
materiales no deseados. Deberá haber una zona para la entrada y otra para la salida,
perfectamente diferenciadas.

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214. Se deberá tener previsto el lugar dónde se colocarán las personas que se deba proceder
a su identificación y toma de datos para no impedir el paso a personal autorizado y así
dotar de la necesaria agilidad al control.
215. Es importante disponer de un medio de comunicación rápido entre el control de accesos
y el responsable del mismo, así como con los medios de reacción. Asimismo, y
dependiendo de la instalación, se deberá de disponer de una sala de espera para visitas.

Figura 3.6: Control de Acceso CDAM (Entrada peatonal y vehicular)

3.3.3.3. Personal de control de acceso y misiones

3.3.3.3.1. Composición
216. ADAM.
Personal para control de acceso: dos cabos/soldados, para control. Cuando el flujo de
entrada lo permita, se reducirá la presencia a uno.
217. CDAM.
Personal para control de acceso: dos cabos/soldados, para control. Cuando el flujo de
entrada lo permita, se reducirá la presencia a uno.
Patrullas de vigilancia y reacción. Dos cabos/soldados que pueden ser empleados como
apoyo al control de accesos y para la realización de controles aleatorios de personal en
el interior del CDAM.

3.3.3.3.2. Misiones
218. Control de acceso.
Procederá según las normas de actuación que rigen los procesos de identificación y las
particulares que se implanten en los ADAM y CDAM.

Proporcionará seguridad durante el sostenimiento de ADAM y CDAM.

Pedirá con voz clara, la tarjeta de identificación, comprobado su autenticidad, prestando


especial atención en salvaguardar el orden en el proceso de identificación y en el control
del personal que espera. Saludará cortésmente, permitiendo el acceso al campamento.

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En el CDAM estará enlazado mediante transmisiones para solicitar apoyo a la patrulla


de vigilancia y reacción, en caso de necesidad. Su uniformidad y policía será impecable
y cuidará gestos y vocabulario, cuando proceda a la identificación.

Figura 3.7: Interior CDAM (Alojamiento en tiendas)

219. Patrullas de vigilancia y reacción.


Estarán compuestas por dos militares, uno activo, sobre el que recae la responsabilidad
de establecer el contacto y el otro pasivo, cuya misión es la protección de su compañero
y la suya propia.
Realizarán patrullas por el interior del CDAM para mantener el orden y establecerán
controles aleatorios de identificación del personal, comprobando que nadie está en una
zona no autorizada, proporcionando de esta manera, sensación de seguridad en el
personal alojado en el campamento.
Proporcionarán seguridad durante el sostenimiento del CDAM, evitando la comisión de
delitos o infracciones. Estarán preparados para reaccionar de forma inmediata, así como
el apoyo al control de acceso.

3.3.4. Consideraciones en la actuación del personal militar

3.3.4.1. Principios de actuación


220. Son los siguientes:
a. Salvaguardar la imagen de las FAS.

b. Apoyo a las FCSE cuando participen en la seguridad exterior o interior de los ADAM
y CDAM.

c. Evitar molestias innecesarias, a los damnificados.

3.3.4.2. Objetivos básicos


221. Son los siguientes:
a. Seguridad de los ciudadanos.

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b. Seguridad del personal que participa en emergencias.

c. Eficacia.

Figura 3.8: Recinto ferial de Lorca, filiación de damnificados con FCSE

3.3.4.3. Uso de armas


222. Sólo podrá hacer uso de las armas reglamentarias en el ejercicio de sus funciones y en
situaciones en que exista un riesgo racionalmente grave para la vida o integridad física
propia o de terceras personas. En circunstancias en que se amenace de forma
inminente, con grave riesgo para la seguridad ciudadana y de conformidad con los
principios de CONGRUENCIA, OPORTUNIDAD Y PROPORCIONALIDAD y siempre que se
trate de evitar un mal de igual o mayor gravedad que aquél que se puede producir.
223. El personal debe recibir una instrucción específica, con objeto de dar una respuesta
adecuada y proporcionada ante situaciones anómalas, incidentes o reacciones
imprevistas del personal alojado (ebrios, toxicómanos, agresiones y peleas entre ellos,
detenciones, negativa ante identificación, accidentes etc.

Figura 3.9: Alojamiento de damnificados en Células de Habitabilidad Provisional (CEHAPOS)

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3.4. DESALOJO, EVACUACIÓN Y CONFINAMIENTO DE POBLACIONES

3.4.1. Introducción
224. Una evacuación es la acción de desocupar ordenadamente un lugar. Este
desplazamiento es realizado por las personas para su protección cuando existe un riesgo
que haga peligrar sus vidas de tal modo que son trasladados a otro lugar evitando de
esta manera cualquier daño inminente.
225. El concepto de evacuación también incluye el traslado de los bienes y documentación
que se consideren no recuperables o de gran importancia.
226. Una evacuación rápida y oportuna es la forma de evitar pérdidas entre las propiedades,
bienes personales y principalmente de vidas humanas, por lo que requiere que sea una
actividad muy organizada por los elementos que están directamente comprometidos en
ella.
227. Recibida la orden de evacuación, el/los equipos encuadrados en los elementos de
intervención, tendrán en cuenta los siguientes aspectos:
a. Tipo de riesgo: Incendio, nevada, inundación, seísmo, etc.
b. Si hay presencia o no de FCSE.
c. Extensión de la zona de evacuación.
d. Sector y zona asignada.
e. Presencia de otros organismos: Cruz Roja, Protección Civil, etc.
f. Actitudes por parte de la población civil en el momento de la evacuación.
g. Recabar de los PINFO toda la información posible de la zona.
h. Actividades antisociales de la población civil si los hubiera.
i. Medios materiales de los que disponen los equipos.
j. Medios dispuestos para la evacuación por cualquier organismo civil/militar.
k. Lugar de destino del personal evacuado.

3.4.2. Coordinación con FCSE y organismos civiles


228. Es importante y necesario en cualquier tipo de intervención la coordinación con las FCSE
y de los organismos civiles. Siendo el objetivo principal de todos los elementos
intervinientes, la evacuación y puesta a salvo de la población civil afectada.
229. Una vez que se despliega en la zona lo primero que tienen que hacer las unidades
destacadas es comprobar si existe presencia de FCSE en la misma.
230. La evacuación de dicha zona por norma va a estar liderada por las FCSE, siendo éstas las
responsables de la evacuación, control y traslado a la zona prevista para el personal
afectado. Puede darse el caso que Fuerza militar les apoye en el desempeño de estas
tareas, si bien para ello será necesario previamente la autorización por parte del mando

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y petición expresa por parte de las mismas ante la falta de personal u otras
circunstancias que se den en cada situación.

Figura 3.10: Combinación de FCSE y FAS en el trascurso de una emergencia

231. No obstante, también puede ocurrir que los miembros de las FAS tengan que realizar la
evacuación al no estar presente las FCSE y existir una situación de peligro extremo que
requiera actuaciones urgentes en este sentido. Para ello y previamente, se habrá
recibido dicha orden del Puesto de Mando.

3.4.3. Consideraciones específicas para un plan de evacuación


232. En la zona se encontrarán personal de otros organismos (Cruz Roja, Protección Civil, etc.)
que colaborarán en la zona de evacuación o en cualquier punto que se determine para
que se traslade al personal afectado. Especialmente pueden ser de gran ayuda si
cuentan con personal sanitario y de apoyo psicológico para tratar a las personas que así
lo requieran o lo necesiten durante la evacuación.

3.4.4. Terminología
233. Zonas de evacuación: son aquellas zonas de las que se pretende desalojar
temporalmente a sus ocupantes a causa de un riesgo próximo, como medida de
protección.
234. Zona segura: es aquella zona que se encuentra fuera del radio de acción de la catástrofe
y en la que se establecen los distintos tipos de alojamientos y servicios para el personal
evacuado.
235. Sectorización. De acuerdo a las características de la LOCALIDAD O ZONA A EVACUAR se
determinarán sectores, asignándoles un valor numérico (ej. Sector 1) así mismo dentro
de cada sector se pueden asignar diferentes zonas que se designará con letras (ej. Sector
1, Zona B), esto facilitará el control de la evacuación cuando deba hacerse. Para una
mayor rapidez en la evacuación y si existen medios suficientes (FCSE, Cruz Roja…) la
sectorización será compartida entre las unidades participantes.
236. Rutas de evacuación. Son aquellos itinerarios dentro de la zona de evacuación por los
que se dirigirá el flujo del personal evacuado hacia una zona segura. Estas rutas de
evacuación se deben plasmar en un mapa si se dispone de él y todo el personal implicado
en la evacuación debe conocer estas rutas (inicio, recorrido, fin, desvíos, posibles puntos
conflictivos…) evitando así movimientos innecesarios por la zona de evacuación.

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237. Puntos de reunión: son aquellos puntos de la zona de evacuación en los que se
concentra el personal que no puede salir de la misma por sus medios, pueden marcarse
varios en las rutas de evacuación.
238. Comunicaciones. Todo el personal que participe en la evacuación ha de tener enlace
con el resto de unidades. Se empleará la megafonía local, si existe, o vehicular para dar
las instrucciones necesarias a la población.
239. Asistencia sanitaria. Si se dispone en la zona de personal sanitario, se situará en los
puntos de reunión donde puede existir mayor concurrencia de personal. En caso de no
disponer de personal sanitario el personal militar debe estar capacitado para reaccionar
ante el nerviosismo que la población pudiera manifestar ante una evacuación, hay de
tratar de convencer a la gente para que abandone la zona de evacuación hacia zona
segura donde podrán recibir la ayuda necesaria. Hay que pensar que la gente evacuada
está dejando sus domicilios, trabajos, bienes, etc… sin saber qué va a ser de ellos. Esa
situación hay que tenerla presente y el personal afectado debe ser tratado con empatía
al mismo tiempo que con firmeza y decisión.

3.4.5. Tipos de evacuación


240. Otra definición de evacuación es la acción de traslado planificado de un grupo de
personas afectadas por una emergencia, de un lugar a otro provisional establecido de
acuerdo con la disponibilidad física y la estructura complementaria para la asistencia y
recepción de los afectados.
241. La evacuación ha de ser, en principio, una medida de protección a la población ante un
riesgo inminente. Entraña en sí misma suficientes riesgos como para que previamente
deba de ser valorada en profundidad. Pueden producirse dos tipos de evacuaciones: la
evacuación preventiva y la evacuación espontánea.

3.4.5.1. Evacuación preventiva


242. La evacuación preventiva es aquella actuación dirigida y controlada, destinada a la
protección de las personas y sus bienes ante un riesgo o siniestro, mediante su traslado
y posterior alojamiento.
243. En el momento de plantearse una evacuación de una zona o un sector de población se
preverán lo siguiente:
a. El número de personas y/o familias a evacuar.
b. El traslado de los afectados, facilitando en lo posible el uso de vehículos privados.
c. Los centros de acogida y albergue con el siguiente orden de preferencia:
i. Casas de familiares y amigos.
ii. Establecimientos hoteleros de la zona, dependiendo de las decisiones de las
Autoridades locales.
iii. Equipamientos escolares dotados de cocina.
iv. Otros equipamientos culturales y deportivos locales.

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244. Se deberá determinar si la evacuación preventiva del personal, en caso de realizarse,


debe ser parcial o total dependiendo de la extensión afectada a evacuar y si ésta
requiere medios externos de apoyo.
Evacuación parcial: Cuando no es necesaria la evacuación del total de la población por
las características del riesgo.
Evacuación total: Cuando es necesaria la evacuación del total de la población por las
características del riesgo.
En ambas hay que tener estudiada la ruta de evacuación principal y una ruta alternativa,
ya que la principal puede estar colapsada y cortada al tráfico.

3.4.5.2. Evacuación espontánea


245. La evacuación espontánea es aquella acción realizada por la población de forma
descontrolada causada por un riesgo, un siniestro o una información incorrecta. En tal
caso sólo cabe reconducir la evacuación y dirigirla lo antes posible a los planteamientos
de una evacuación preventiva.

3.4.6. Tipos de rutas


246. Las rutas a utilizar, si es posible, se realizarán por distintas vías (terrestres, aéreas o
incluso marítima).

3.4.6.1. Rutas de evacuación


247. Será una ruta practicable que no se encuentre afectada por la emergencia (incendio,
inundación, etc.…) y que llegue hasta un punto de evacuación. Sobre esta ruta, los
medios de evacuación de la emergencia (autobuses, camiones, vehículos ligeros, etc.)
trasladarán a las personas que no tengan medios propios, y las que dispongan de estos
medios, seguirán esta vía hasta encontrarse en zona segura.
248. Podrán ser utilizadas para la entrada a la zona dañada por los medios sanitarios de
salvamento de víctimas, por lo que si fuera necesario, y la ruta no dispusiera de doble
sentido, hay que prever la regulación del tráfico rodado en todo el recorrido.

3.4.6.2. Ruta de escape


249. Es aquélla que se utilizará ante la necesidad de abandonar la zona de evacuación (en
ocasiones será la misma que la ruta de evacuación). Ésta debe ser una ruta libre de
obstáculos y que hay que utilizar en caso de que la emergencia nos sorprenda o sea
inminente su llegada. Si es posible será diferente de la ruta de evacuación y sólo se
empleará en caso de no poder utilizar ésta.

3.4.7. Designación de un punto de evacuación


250. El punto de evacuación será aquel más cercano a la localidad a evacuar y que reúna las
siguientes garantías:
a. Comunicaciones seguras.

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b. Posibilidad de albergar a las personas evacuadas.


c. Que se encuentre en la zona segura.
d. Que existan servicios sanitarios.
251. El punto de evacuación deberá ser conocido por todo el personal militar que participe
en la evacuación, puesto que al personal evacuado se le debe redireccionar hacia ese
punto. La colaboración es muy importante para dar información y transmitir
tranquilidad al personal que se está evacuando.

Figura 3.11: Polideportivo empleado como ADAM

TODO EL PERSONAL QUE INTERVENGA EN LA EVACUACIÓN DEBE CONOCER LAS


RUTAS DE EVACUACIÓN Y ESCAPE.

3.4.8. Actitud de la población civil


252. Nadie podrá negarse a ser evacuado cuando esté en riesgo su vida. En caso de que el
individuo persista en su actitud se utilizará todos los medios disponibles a nuestro
alcance para hacerle desistir de su comportamiento. Como herramientas para
conseguirlo se empleará la disuasión y el convencimiento. Cabe recordar que la actitud
de NO colaboración del personal en su evacuación, podría poner en riesgo además de
su propia vida, la de otras personas y la nuestra propia.
253. Durante la evacuación los miembros de las FAS podrán facilitar la información que sea
dispuesta por el mando, a título de ejemplo, podría ser:
a. Características de los riesgos a los que están expuestos los ciudadanos.
b. Medidas adoptadas para evitarlos o minimizarlos.
c. Medidas que debe tomar la población para protegerse de los riesgos.
254. La confianza de la población y la credibilidad en las Autoridades encargadas de dar la
información son dos factores fundamentales para el éxito de todo el proceso de
evacuación.
255. Hay diferentes formas de informar sobre los riesgos, pero el mejor sistema es aquel que
se ajusta a las condiciones específicas de cada zona y de cada población.

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Figura 3.12: Personal esperando a ser evacuada

256. Una vez realizada la evacuación, las FCSE tomarán las correspondientes medidas de
seguridad para evitar el posible pillaje en la zona evacuada.

Figura 3.13: Personal evacuado observando la evolución del incendio

3.4.9. Confinamiento
257. El confinamiento consiste en el refugio de la población en sus propios domicilios, en
otros edificios o recintos próximos en el momento de anunciarse la adopción de esta
medida.
258. Esta medida suele ser aconsejable cuando:
a. La catástrofe es súbita e inesperada.
b. El riesgo residual es de corta duración.
c. Cuando afecta a mucha población.
d. Cuando la medida sea considerada como la menos perjudicial de las que se puedan
adoptar en ese momento dadas las características del siniestro que se está
desencadenando.
259. El confinamiento presenta los siguientes inconvenientes:

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a. Falta de información de la población que es confinada, lo que puede provocar miedo,


desinformación, caos circulatorio y colapso de las rutas de evacuación.
b. Posibles altercados en los puntos de distribución de recursos críticos (agua,
alimentos, combustible…). Así como en los comercios de estos recursos en el área de
confinamiento.
c. Si la duración es superior a 48 horas, los confinados pueden sufrir desabastecimiento
de productos básicos.
Ejemplo: Urbanización en zona forestal amenazada por un incendio forestal.
260. En este caso, los condicionantes para decidir entre la evacuación y el confinamiento son
muchos, en principio, si el peligro no es inminente, y se puede planificar
adecuadamente, la evacuación es la mejor opción. Pero si las rutas de evacuación están
afectadas por el fuego, o si la población a evacuar es altamente vulnerable (hay que
imaginar que entre el personal a evacuar hay gran número de niños o personas con
movilidad reducida) y existe posibilidad de confinamiento en condiciones seguras
(plantas bajas o sótanos, cerrando las puertas, ventanas y conductos de ventilación para
evitar que pase el humo), quizá sea ésta la mejor opción.

3.4.10. Protocolo de actuación en una evacuación-desalojo


261. No se dejará vivienda sin examinar, incluso las que parezcan no habitadas y estén
cerradas. Asimismo, se señalizarán todas las viviendas/edificios con un símbolo de color
determinado visible, cerca de la puerta de acceso principal cuando hayan sido
registradas completamente y con otro símbolo de color diferente aquellos que se
consideren incompletas por falta de revisión de algún piso o dependencia.

Figura 3.14: Personal evacuado en un polideportivo

262. Se establecerán los equipos de tráfico, transporte y evacuación:


a. Equipo de tráfico: Mantendrá libres la ruta de evacuación y escape (tanto para la
evacuación como para el confinamiento).
b. Equipo de transporte: Se organizará en columnas y efectuará el transporte del
personal y material imprescindible a zona segura.

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c. Equipos de evacuación: Comenzarán a realizar la evacuación por las zonas más


alejadas del punto de evacuación más cercano a su sector. Confirmarán en la medida
de lo posible, que los edificios han sido completamente evacuados y marcarán los
mismos para facilitar el trabajo de los equipos posteriores.
263. Se facilitará que el personal que, por sus propios medios pueda ir al punto de
evacuación, lo haga siguiendo la ruta de evacuación establecidas.
264. Se mantendrá enlace con el equipo sanitario, por si se produjeran incidencias sanitarias
durante la evacuación.
265. Se priorizará el personal a evacuar según estos criterios:
a. Menores de edad acompañados de sus padres/tutores.
b. Personas mayores con especiales necesidades y/o de reducida movilidad.
c. Resto del personal.
266. Una vez comprobada la zona se darán novedades al Jefe de Evacuación.

3.5. APOYO A LAS EMERGENCIAS TECNOLÓGICAS Y AMBIENTALES

3.5.1. Introducción
267. El personal militar desarrollará sus cometidos específicos, principalmente balizaje y
control de acceso a zonas y seguridad del personal militar interviniente, adaptando las
medidas de autoprotección, lo que incluye el uso del EPI más adecuado. Para ello
contarán con el asesoramiento del personal especialista NBQ del GIETMA u otra unidad
de defensa NBQ.

Figura 3.15: Equipos del GIETMA

3.5.2. Catástrofes tecnológicas


268. El desastre tecnológico se puede definir como una situación, derivada de un accidente,
en el que hay involucradas sustancias tóxicas peligrosas, que causa graves daños a las

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personas, al medio ambiente, al componente socioeconómico y a la infraestructura


productiva de una nación.
269. Se define emergencia tecnológica como cualquier situación imprevista que tiene
consecuencias negativas o la probabilidad de que estas ocurran afectando a las
personas, materiales o el medio ambiente, la cual involucra el derrame, fuga, escape,
incendio, explosión o ruptura de cualquier sustancia objeto o producto tóxico o
peligroso; incendios forestales o terremotos, que puedan llegar a afectar a instalaciones
tecnológicas (depósitos hidrocarburos, centrales nucleares, hospitales, laboratorios…).
Asimismo, habría que contemplar la vulnerabilidad de las infraestructuras económicas y
tecnológicas ante riesgos naturales, haciendo que un riesgo natural se transforme en un
riesgo tecnológico, también conocido como “Natech”.
270. El trabajo en emergencias tecnológicas se desarrollará en ambientes y atmósferas muy
adversas, y frecuentemente requerirá equipos y medidas de protección muy
específicos.
271. Los campos de actuación se van a basar en ambientes NRBQ:
Nuclear (N): una emergencia nuclear se produce cuando un suceso en una central
nuclear perturba su funcionamiento normal y ocasione un accidente en el que fallen los
sistemas de protección del reactor, se produzcan errores de operación en la instalación
o exista la posibilidad de alcanzar niveles anormales de exposición a radiaciones
ionizantes o de contaminación radiactiva dentro o fuera del emplazamiento de la
central.
Radiológico (R):
a. Instalaciones de almacenamiento de combustible NUC.
b. Fabricación combustible NUC.
c. Instalaciones NUC en desmantelamiento.
d. Almacenamiento residuos RAD.
e. Instalaciones RAD.
f. Fuentes fusionadas con chatarra.
g. Vertido RAD de instalación extranjera buque en localización española.
h. Nube RAD de instalación NUC extranjera,…
Biológico (B): se entenderá dentro de estos riesgos tanto los microorganismos como
todas las sustancias de origen biológico, ya sean producidas por un organismo vivo o
sintetizadas por el hombre, capaces de generar enfermedades en el hombre, animales
o plantas.
Químico (Q): sucesos en los que intervienen propiedades tóxicas de ciertos
compuestos químicos.

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Figura 3.16: Apoyos de FAS y FCSE de seguridad a GIETMA

3.5.3. Materiales Tóxicos Industriales (TIM)


272. Los TIM se dividen en aquellos materiales de origen radiactivo (TIR), los que poseen un
origen químico industrial (TIC) o los que proceden del ámbito biológico- sanitario
(TIB).

3.5.3.1. Materiales Tóxicos Radiológicos (TIR)


273. Los TIR (Toxic Industrial Radiological) son materiales, de origen natural o artificial,
capaces de generar radiactividad y que son empleados por el hombre de diversas
maneras.

3.5.3.2. Materiales Tóxicos Biológicos (TIB)


274. Una emergencia de carácter biológico se puede generar por materiales procedentes del
ámbito biológico-sanitario, tanto en su manipulación como en su transporte. La
liberación de ciertos TIB (Toxic Industrial Biological), bien por accidente, ataque o daño
colateral a una instalación o transporte que contenga este tipo de producto puede dar
lugar a la propagación de una enfermedad que potencialmente se puede convertir en
una epidemia.

3.5.3.3. Materiales Tóxicos Químicos (TIC)


275. Los productos químicos tóxicos de origen industrial (TIC) se encuentran presentes en
multitud de formas y compuestos por toda la superficie del planeta. Su liberación
incontrolada puede provocar daños en humanos, animales o vegetales, según el tipo
de TIC del que se trate, inhabilitando grandes zonas de terreno que necesitarían de
complicadas y extensas labores de descontaminación.

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Figura 3.17: Colaboración entre distintos organismos

3.5.4. Terrorismo NRBQ


276. El terrorismo NRBQ es la deliberada liberación de virus, bacterias, toxinas u otros
agentes nocivos perjudiciales utilizados para causar enfermedad o la muerte en
humanos, animales o plantas. Estos agentes son normalmente encontrados en la
naturaleza, pero es posible que sean mutados o alterados para incrementar su habilidad
de causar enfermedades, resistir a los medicamentos o incrementar su transmisibilidad
en el medio ambiente.
a. Terrorismo radiológico/nuclear.
b. Terrorismo químico.
c. Terrorismo biológico.

3.5.5. Finalidad del control de accesos


277. El control de accesos tiene por objeto delimitar e impermeabilizar la zona de
intervención controlando la entrada y salida del personal y vehículos. Esta tarea se
realizará en colaboración con FCSE que establecerán un primer anillo externo y el
segundo anillo interior se realizará con personal de la UME especializado en riesgos
tecnológicos u otras unidades con la formación y medios para poder intervenir en zona
templada/contaminada.
278. Las zonas de intervención se denominan:
ZONA CALIENTE: Sólo se contempla la entrada de elementos de intervención
directamente implicados en la emergencia.
ZONA TEMPLADA: Se sitúan estaciones de descontaminación y personal de los
servicios sanitarios con EPI y formación adecuada.
ZONA FRÍA: En esta zona se sitúa el personal que no intervenga directamente en la
emergencia. Estará separada de la zona templada mediante controles policiales que

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se establezcan, la necesidad de los EPI vendrá determinada por las condiciones


particulares del incidente.

Figura 3.18: Agente con traje anti salpicaduras

3.5.5.1. Objetivos y funciones


279. Son los siguientes:
a. Proporcionar seguridad a los participantes durante su intervención.
b. Identificar a las personas que intenten acceder o salir de la zona.
c. Impedir el paso de las personas no autorizadas o que no lleven el EPI ordenado
por el mando.

3.5.5.2. Consideraciones en la actuación del personal


280. Dentro del marco de la seguridad de los ciudadanos y del personal de emergencias
actuante, se considera necesario destacar que el uso de las armas se realizará solo en
aquellas situaciones donde exista un riesgo racionalmente grave para la vida o
integridad física propia o de terceras personas, así como en circunstancias en que se
amenace, de forma inminente, con grave riesgo para la seguridad ciudadana y de
conformidad con los principios de CONGRUENCIA, OPORTUNIDAD Y
PROPORCIONALIDAD, siempre que se trate de evitar un mal de igual o mayor gravedad
que aquel que se puede producir.

3.5.6. Protección física


281. Uno de los aspectos fundamentales de la defensa NBQ es la protección ante los
efectos de estas sustancias o agentes. La presencia de productos nocivos para la salud
es el motivo principal por el que, en una intervención, es necesario adoptar una
protección adecuada.
282. La gravedad de los efectos que se derivan de esa presencia depende de múltiples
factores entre los que se pueden citar como principales:

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a. Propiedades de la sustancia en sí.


b. Tiempo de exposición.
c. Concentración de la sustancia.
d. Vía de incorporación al cuerpo humano.
e. Dosis incorporada al organismo.
283. Los equipos requieren que los materiales de los que están fabricados presenten una
determinada especificidad frente al peligro contra el que protegen, consiguiendo así una
barrera adecuada entre el usuario y el agente. Las propiedades fundamentales a tener
en cuenta son: resistencia del tejido o material, la permeabilidad, la penetración y la
degradación.

3.5.7. Clasificación de los trajes NBQ


284. Según normativa UNE, los trajes con protección química se clasifican en una escala de
seis niveles en orden decreciente de hermeticidad (el 1 indica el mayor grado de
hermeticidad y el 6, la mínima). Esta protección está referida al riesgo químico; si
además queremos que nos brinde una protección de tipo Biológico se requiere que en
el etiquetado aparezca la letra “B”, que confirma la protección ante agentes biológicos.

Figura 3.19: Traje anti salpicaduras

TIPO 1/1-B: Herméticos a productos químicos gaseosos, o en forma de vapor. Cubren


todo, incluyendo guantes, botas y equipo de protección respiratoria.
TIPO 2/2-B: Son como de del tipo 1C, pero sus costuras no son estancas. Todos
ellos están constituidos por materiales no transpirables y con resistencia a la
permeabilidad.
TIPO 3/3-B: Tienen conexiones herméticas a productos químicos líquidos en forma
de chorro a presión. Todos ellos están constituidos por materiales no transpirables y con
resistencia a la permeabilidad.

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TIPO 4/4-B: Tienen conexiones herméticas a productos químicos líquidos en forma


de spray. Pueden estar constituidos por materiales transpirables o no, pero que tienen
que ofrecer resistencia a la permeabilidad.
TIPO 5/5-B: Tienen conexiones herméticas a productos químicos en forma de
partículas sólidas. Están confeccionados por materiales transpirables y el nivel de
prestación se mide por la resistencia a la penetración de partículas sólidas.
TIPO 6/6-B (traje anti salpicaduras): Ofrecen protección limitada frente a pequeñas
salpicaduras de productos químicos líquidos. Están confeccionados por materiales
transpirables y el nivel de prestación se mide por la resistencia a la penetración de
líquidos. (EPI que pueden utilizar los militares en su apoyo al GIETMA).

3.5.8. Equipo para la intervención

3.5.8.1. Máscara con filtro multipropósito


285. El EPI se completará si es necesario, con la utilización de las máscaras y filtros.
Estos filtros ofrecen protección contra una determinada sustancia. Es necesario conocer
el agente a enfrentarse para escoger adecuadamente el filtro necesario. No obstante,
existen filtros denominados “de espectro largo” que previenen contra varios
contaminantes a la vez.
286. La eficacia en el filtrado de gases se mide en la concentración máxima de agresivo
(en partes por millón) en la que se puede utilizar, de acuerdo con la siguiente
clasificación:
Clase 1: capacidad baja, concentración máxima 1000 ppm.
Clase 2: capacidad media, concentración máxima 5000 ppm.
Clase 3: capacidad alta, concentración máxima 10000 ppm.
287. La relación ente filtros y sustancias para las que son aptos viene definido por un
código de colores y letras según se muestra en la tabla que se expone a continuación.

Figura 3.20

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3.5.8.2. Guantes
288. Para los guantes, se definen los siguientes índices de protección: siendo 1 el de menor
protección (tpaso > 10 minutos) y 6 el de máxima ( tpaso >480 minutos).
289. Han de ser fabricados a partir de materiales impermeables como, por ejemplo: Látex,
Nitrilo, (utilizados en los EPI anti salpicaduras), Neopreno, Vitón, Butilo. Si hay riesgo de
corte, se deben de utilizar encima de los anti corte policial.

3.5.8.3. Botas o cubrebotas


290. En el caso de incidentes NBQ se requiere, por noma general, calzado con suelas y
empeines resistentes e impermeables que permitan hacer frente a los agresivos
presentes.

3.5.8.4. Mascarillas autofiltrantes y semimáscaras


291. Mascarillas.
Filtrado de fuera hacia adentro.
No utilizamos máscaras auto filtrante con válvula de exhalación, ya que no limita la
propagación de la contaminación.
Cada uno de los tipos de mascarilla auto filtrante se caracteriza por su capacidad de
filtrado:
FFP1, tiene un poder de filtrado de un 78% (deja pasar un 22%, sin filtrar, hacia el
interior). No garantiza protección suficiente frente a organismos infecciosos.
FFP2, tiene una capacidad de filtrado del 92% (deja pasar un 8% hacia el interior).
FFP3, tiene una capacidad de filtrado del 98% (deja pasar un 2% hacia el interior).

Figura 3.21: Cuadro resumen mascarillas autofiltrantes

292. Semimáscaras.
Protegen de fuera hacia adentro. Todas tienen válvula de exhalación, por lo que
protegen pero no limitan la propagación del contagio.
El índice de protección depende del tipo de filtro que le añadamos: P1, P2 ó P3. Esta
nomenclatura se corresponde con las características de las máscaras Auto filtrantes

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FPP1, FPP2 y FPP3. Protegen de infecciones, excepto la que porte filtro P1.

Figura 3.22: Correspondencia filtros

293. Mascarillas quirúrgicas. (NO son EPI, son Producto Sanitario).


Son desechables.
Eficacia de dentro hacia afuera. Evitan que un paciente contagie a alguien sano.
Existen tres tipos de mascarillas quirúrgicas:
Tipo I. Eficacia mayor a 95%. A utilizar sólo por pacientes, no por personal médico.
Tipo II. Eficacia mayor del 98%. Profesionales sanitarios en quirófano o entorno
médico.
Tipo IIR. Eficacia mayor del 98% y resistente a las salpicaduras. Profesional sanitario
con riesgo de salpicaduras.

3.5.9. Procedimiento de colocación del kit básico NRBQ


294. Antes de colocarse el uniforme es necesario asegurarse de que ha sido inspeccionado
visualmente y está libre de defectos. En determinadas situaciones (determinadas por el
usuario y / o profesionales de seguridad) puede ser aconsejable usar dos personas para
la colocación, teniendo a alguien disponible para ayudar mientras se produce la puesta.
295. El uniforme de instrucción se debe usar bajo el traje químico. Como mínimo, una camisa
de manga larga y pantalones largos son recomendables. En ciertas ocasiones puede ser
necesario el uso de ropa interior ignífuga. Los pasos a seguir serán:
Paso 1. Retire todos los efectos personales que puedan dañar el uniforme y todo lo que
tenga en los bolsillos del uniforme de instrucción o mono de intervención.
Paso 2. Quítese las botas de instrucción.
Paso 3. Sentado, coloque los dos pies en las piernas del traje suministrado en el kit.
Paso 4. Introducir los brazos en las mangas (pidiendo asistencia si es necesario) y suba
las dos cremalleras.

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Paso 5. Ponga los pies en las botas, estas pueden ser especifica o cubre botas para las de
uso normal, colocando el pantalón del traje por encima de las botas.
Paso 6. Ponga los guantes de protección y ponga por encima las mangas del traje, siendo
recomendable colocarse primero unos guantes interiores de algodón, no suministrados
en el presente KIT.
Paso 7. Ponga el filtro en la máscara y colóquese la máscara con la capucha por encima
de la misma.
296. Finalmente, asegúrese de que el traje está totalmente cerrado antes de su uso,
utilizando el sistema de doble cremallera y sellando la máscara, guantes y botas con
cinta de protección química o en su defecto cinta americana.

Figura 3.23: Orden de colocación del traje

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3.5.10. Procedimiento para quitarse el traje


297. ATENCIÓN. Si el uniforme ha estado expuesto a productos químicos peligrosos, realizar
el procedimiento de descontaminación antes de retirar el uniforme, normalmente
ducha de descontaminación.
298. Quitar el uniforme, siguiendo en orden inverso de los pasos dados para ponérselo,
quitándose la máscara en último lugar. Evite tocar las áreas del uniforme que puedan
haber estado expuestas a productos químicos.
299. El uniforme será de un solo uso en caso de sufrir contaminación. Si no ha recibido
contaminación de manera fehaciente, podrá reutilizarse si se encuentra en buen estado.
300. Si la contaminación ha existido, los procedimientos de descontaminación serán
aplicables y el uniforme debe ser desechado de una manera segura tras su retirada.
301. IMPORTANTE: El compañero llevara el nivel de protección adecuado para el proceso de
ayuda al desvestido del traje de descontaminación.

3.5.11. Sellado del traje


302. Para el sellado del equipo se utilizará preferentemente cinta de protección química, en
su defecto se utilizará cinta americana, siendo muy importante dejar un doblez al final
del sellado para su fácil retirada a la hora de la descontaminación o retirada del
traje.

Sellado de máscara

Sellado guante

Sellado botas Figura 3.24: Sellado del traje

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3.5.12. Niveles de protección


303. La existencia de múltiples escenarios (incendio, derrame, emisión en forma de gas…) en
los que se puede enmarcar un incidente NBQ y las diferentes aéreas de trabajo en el
ámbito de un mismo evento, permite deducir que no en todos los intervinientes tienen
el mismo nivel de peligro por lo que la protección del personal no necesita ser siempre
la misma.
304. Como se ha comentado depende de varios factores como son la naturaleza de la
sustancia, el tipo y el tiempo de exposición, los peligros añadidos y la naturaleza de la
actividad a desarrollar.
305. Es por ello que diferentes entidades y organismos han realizado clasificaciones según
niveles de intervención, que no están centrados exclusivamente en criterios de
protección frente a agentes nocivos, sino que contemplan también los de intervención.

3.5.13. Clasificación del cuerpo de bomberos


306. Nivel de Protección I: comprende el traje de intervención contra incendios completo, es
decir chaquetón, pantalón, casco, botas, guantes y verdugo, y además el Equipo de
Respiración Autónomo (ERA). Este equipamiento está destinado principalmente a
proteger el sistema respiratorio contra gases tóxicos y proporcionar protección corporal
en caso de incendio.

Figura 3.25: Nivel de Protección I

307. Nivel de protección II: está compuesto por un traje contra salpicaduras que va colocado
encima del equipo del Nivel I, más ERA. Esta protección no es estanca a gases ni cuenta
con presión positiva por lo que no debe utilizarse en concentraciones altas de gases
tóxicos. También es utilizado para realizar tareas de descontaminación.

Figura 3.24: Nivel de Protección II

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308. Nivel de protección III: se compone de un traje de protección química estanco a gases
y un ERA de presión positiva. Su principal característica es la estanqueidad, lo que
permite trabajar en ambientes tóxicos. Este nivel se adoptará principalmente cuando las
características corrosivas y/o toxicas prevalezcan sobre el peligro de inflamabilidad.

Figura 3.26: Nivel de Protección III

309. Nivel de Protección IV: consta de un traje de Nivel 3 y reforzado con protección al frío
(criogénica). Son especialmente indicados cuando nos encontramos en presencia de
gases fríos tales como el amoniaco, cloro, etc., el cual puede provocar que el material
del traje se haga frágil y se convierta en quebradizo.

Figura 3.27: Nivel de Protección IV

3.5.14. Protección respiratoria


310. Es evidente que la vía más importante de penetración en el organismo, de un posible
agente NBQ, es la respiratoria. De una manera general, las situaciones que pueden hacer
que un entorno no sea compatible con la respiración son:
a. La deficiencia de oxígeno en ese entorno.
b. La presencia de sustancias nocivas sea en forma de partículas o vapor.
c. Entorno ambiental.
311. Los equipos de protección respiratoria se clasifican en dos grandes grupos según utilicen
el propio aire del entorno tras filtrarlo (equipos dependientes de la atmosfera ambiental
o filtrantes) o suministren aire al sujeto de forma independiente al del entorno (equipos
independientes de la atmosfera ambiental o aislantes).

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ANEXO A
ACRÓNIMOS Y ABREVIATURAS
Abreviatura Significado

ADAM Albergues de damnificados

CCM Centro de Control de Movimientos

CCTP Centro de Control de Transportes

CDAM Campamentos de damnificados

CDOC Custodia de documentos

CE Constitución Española

CME Coordinadores militares de emergencia

COPLAN Plan de Contingencia

CP Código Penal

CPM Código Penal Militar

CRE Cruz Roja Española

DDN Directiva de Defensa Nacional

DPRE Campo de desplazados y refugiados

EDE Equipos de desactivación de explosivos

EDM Establecimiento disciplinario militar

ERA Equipo de respiración autónomo

FAS Fuerzas Armadas

FCSE Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado

GIETMA Grupo de Emergencias Tecnológicas y Medioambientales

LOPJ Ley Orgánica del Poder Judicial

LOCOM/LOCOJM Ley Orgánica de la Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar

LeCrim Ley de Enjuiciamiento Criminal

LPM Ley Procesal Militar

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Abreviatura Significado

MOU Memorando de entendimiento

NUC Nuclear

PM Policía Militar

RAD Radiológico

ROE Reglas de enfrentamiento

SOFA Acuerdo de Estatus de la Fuerza

TIB Materiales tóxicos biológicos

TIC Materiales tóxicos químicos

TIM Materiales tóxicos industriales

TIR Materiales tóxicos radiológicos

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ANEXO B
TÉRMINOS Y DEFINICIONES
Término Definición

Acciones de apoyo militar a Acción militar táctica que tiene por finalidad preservar la
autoridades civiles seguridad y el bienestar de los ciudadanos en los supuestos de
grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades
públicas. También incluye el apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo que ponga
en peligro la vida de la población y sus intereses.

Acuerdo de Estatus de la Es un acuerdo suscrito entre la organización que lidera la misión


Fuerza (SOFA) y el Gobierno del país o países en el/los que se vaya a llevar a
cabo la misma.

Agente de la autoridad Aquél que por razón de cargo está obligado a auxiliar a la
autoridad en el ejercicio de sus funciones y ejecutar y llevar a
efecto sus providencias, acuerdos, órdenes y mandatos.
Centro de acogida Es el dispositivo básico que permite acoger, clasificar, desarmar
(en su caso) y cuantificar el flujo de desplazados y refugiados
que acceden a un campo.
Coordinador militar de Es el enlace militar con las autoridades civiles en caso de
emergencia (CME) emergencia. Controlará y coordinará la actuación militar
durante la emergencia, ejerciendo el control táctico de las
unidades de las Fuerzas Armadas. Informará a las autoridades
militares de las que depende de todas las actuaciones que lleve
a cabo en el ámbito de sus competencias.
Corredor humanitario Zona de terreno por la que discurre un itinerario principal y, en
ocasiones, uno secundario, con posibilidades de alternancia en
algunos tramos, por el que se desplaza población civil, unidades
principalmente logísticas (de manera ocasional) y medios civiles
de ayuda humanitaria que, por su situación, están sujetos a la
acción de elementos hostiles.
Desplazado Individuo que, formando parte de un movimiento masivo de
personas, se ha visto forzado a huir de su domicilio de forma
repentina con motivo de un conflicto armado, internacional o
civil, de violaciones sistemáticas de derechos humanos o de la
posibilidad de ellas, o de desastres naturales o causados por el
hombre, y que no ha cruzado ninguna frontera internacional
reconocida.

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Término Definición

Prisionero de guerra (POW) Combatiente con estatuto protector adquirido, en virtud del
derecho internacional (III Convenio de Ginebra) y nacional
aplicable, que estando fuera de combate, es capturado por la
fuerza de una parte beligerante, hasta el momento del cese de
dicho estado de capción por liberación o repatriación
definitivas. Además, existen algunos casos de no combatientes
con dicha consideración.
Uso de la fuerza Se trata del empleo militar que se da a la fuerza ante una
situación determinada. Queda condicionado por factores como
las normativas legales en vigor, las órdenes emitidas por sus
mandos directos y las capacidades que proporcionan los medios
para actuar.

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