Clase2 110 - Alimentacio
Clase2 110 - Alimentacio
Clase2 110 - Alimentacio
Clase 2:
Determinantes
socioculturales de
la alimentación
Alimentación sana, segura y soberana: un derecho
Introducción
Luego de la primera clase, en la que desarrollamos el enfoque de derechos vinculado a la
salud, la alimentación y el agua, y presentamos la situación epidemiológica nutricional
actual, comenzamos esta segunda clase, que nos permitirá ampliar la mirada sobre la
alimentación reflexionando sobre los aspectos que influyen en ella.
Objetivos de la clase
- Identificar las dimensiones socioculturales de la alimentación.
Contenidos
- Dimensiones de la alimentación: aspectos culturales, socioeconómicos, religiosos,
políticos, vinculares. La publicidad y el consumo de alimentos.
Itinerario de la clase
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¡Empecemos!
¿Podemos relacionar cada una de estas comidas con una región de nuestro país? ¿Por qué?
http://catalogo.inet.edu.ar/pages/doc_territorial_index
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Podemos comenzar esta clase preguntándonos:
- ¿Por qué no todas las personas comen lo mismo?
- ¿Cuáles son los factores que influyen para decidir qué es lo “comestible”?
- ¿Todas las personas comen en cualquier circunstancia?
- ¿Todas las personas entienden lo mismo cuando hablamos de “alimentación”,
“alimentarnos saludablemente”, “comer” y “comida”?
Todos sabemos que se necesita “comer para vivir”, y esto nos parece un hecho “normal”.
Los seres humanos necesitamos incorporar los nutrientes que contienen los alimentos para
vivir, tanto los macronutrientes (como carbohidratos, proteínas, grasas); como los
micronutrientes (como minerales, vitaminas, etcétera).
Somos omnívoros; esto implica que no es posible obtener todos los nutrientes de una
sola fuente alimenticia, y necesitamos recurrir a una gran variedad de alimentos. Sin
embargo, a pesar de esta necesidad de recurrir a distintas fuentes alimentarias, las
culturas y pueblos han ido seleccionando a lo largo del tiempo aquellas sustancias que
consideran comestibles.
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Dimensiones de análisis para comprender la alimentación
Para comprender la complejidad de la alimentación, les proponemos analizar tres
dimensiones: la biológica, la afectiva/vincular y la socio-cultural. Teniendo en cuenta que
la dimensión biológica es la más difundida y abarca aspectos más conocidos en torno a la
alimentación/nutrición, en esta clase nos proponemos ampliar la mirada y explorar
especialmente las dimensiones afectivo/ vinculares y socio-culturales.
1. La dimensión biológica suele aparecer con más frecuencia para explicar la ingesta
de nutrientes a través de los alimentos y su relación con las funciones del
organismo. Desde esta perspectiva se le da importancia a la influencia de la genética
en nuestras necesidades nutricionales, y a la forma en que procesamos y
asimilamos los alimentos en el cuerpo. También desde esta dimensión biológica se
explica que el funcionamiento del gusto está basado en la detección de moléculas
y enzimas de los alimentos, disueltas por la saliva, a través de las papilas gustativas.
Estas están ubicadas en la lengua y se asocian con la detección de los distintos
sabores, en un proceso en el que intervienen impulsos nerviosos y mensajes
enviados a la corteza gustativa en el cerebro.
Por su parte, la dimensión afectiva/vincular explica la importancia que tienen los
lazos sociales cercanos en la construcción de nuestras prácticas alimentarias
desde el inicio de la vida. Aprendemos a reconocer y gustar de la comida en el
marco de un grupo (familia, amigos, comedores, escuela, comunidad) en el que
se enseña cómo hacerlo, siempre en referencia a las relaciones que se construyen
en esos procesos.
Los espacios cotidianos, como la mesa familiar, son lugares donde se juegan estas
cuestiones y donde es constante la exposición a una serie de alimentos y
preparaciones, a las formas de clasificarlos y a reglas de comensalidad. El rol de
los NNyA es activo en estas situaciones: observan, imitan, exploran, aceptan,
rechazan, modifican las preparaciones culinarias y las normas que encuadran las
situaciones alimentarias.
2. Por su parte, los/as adultos tienen un papel fundamental, ya que dejan marcas
perdurables en estas circunstancias. Las acciones cotidianas no pasan
desapercibidas y tienen un valor especial para la construcción de las prácticas
alimentarias. Así, es muy probable que aquellas comidas que se consumen en la
infancia en situaciones placenteras, en lugares y con compañía agradables y
emociones positivas, luego se busquen y vuelvan a elegir, porque recuerdan el calor
y el amor recibido en aquellas circunstancias.
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Es importante identificar, además, que en la infancia y en la adolescencia se destaca
la influencia del grupo de pares en las prácticas alimentarias. Por observación,
imitación e identificación, nuevos ingredientes y preparaciones ingresan al
repertorio de lo elegido. Así, la escuela, el comedor comunitario y la plaza, entre
otros lugares, forman parte de la multiplicidad de experiencias en las que los/as
NNyA activamente construyen aprendizajes alimentarios, delimitados por ciertas
características de estos entornos.
Por su parte, también en esta dimensión afectiva/ vincular, se puede identificar la
manera en que los estados de ánimo repercuten en nuestra forma de alimentarnos.
Una emoción es un estado mental y fisiológico conectado a una amplia gama
de sentimientos, pensamientos y conductas. La ingesta emocional se define
conceptualmente como el comer en respuesta a estados afectivos, generalmente
vinculados a emociones negativas. Dentro de este grupo de emociones
encontramos la ansiedad, la tristeza, el enojo, entre otros.
Para ilustrar el uso social de la comida, podemos ver los resultados de una vieja encuesta
que señala cómo en diferentes sociedades los comensales usamos la comida para lo mismo
(Baas, Wakefield, 1979):
- Satisfacer el hambre y nutrir el cuerpo,
- iniciar y mantener relaciones personales y de negocios,
- demostrar la naturaleza y extensión de las relaciones sociales,
- proporcionar un foco para las actividades comunitarias,
- expresar amor y cariño,
- expresar individualidad,
- proclamar la distintividad de un grupo (por ejemplo, la diferencia de un grupo o
minoría dentro de otro mayor),
- demostrar la pertenencia a un grupo,
- hacer frente a estrés psicológico o emocional,
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- señalar el estatus o la posición social,
- proveer recompensas y castigos,
- reforzar la autoestima y ganar reconocimiento,
- ejercer poder político y económico,
- prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades mentales,
- prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades físicas,
- simbolizar experiencias emocionales,
- manifestar piedad o devoción,
- representar seguridad,
- expresar sentimientos morales,
- significar riqueza.
Está claro que el acto de comer da cuenta de procesos que van más allá de lo individual, y
tiene fuertes relaciones con aspectos colectivos, sociales y culturales. Aquello que
comemos está influenciado por experiencias, aprendizajes conscientes e inconscientes,
sensaciones, estatus social, necesidad de pertenecer o de no pertenecer. Aunque no lo
notemos, estos aspectos se esconden detrás de las prácticas alimentarias que
cotidianamente llevamos adelante.
Desde esta perspectiva, se puede decir que el gusto por determinados sabores es sobre
todo una construcción social. Si bien es parte esencial de la percepción humana, es mucho
más que solo una impresión o respuesta sensorial gustativa que se manifiesta en la lengua
ante estímulos químicos, tal como lo presenta la tradición científica occidental. Aunque
todas estas características biológicas son compartidas en la especie humana, es importante
resaltar que las diversas culturas han desarrollado múltiples clasificaciones y significados
sobre la comida y los sabores. La comida constituye una parte importante de la cultura de
una sociedad y, como tal, está fuertemente relacionada con la identidad y el sentimiento
de pertenencia social de las personas.
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Un problema frecuente relacionado con la publicidad de alimentos y bebidas es la
transmisión de información confusa y engañosa sobre la alimentación. Las estrategias
publicitarias buscan hacernos creer que determinados productos son de mayor calidad a la
vez que transmiten la ilusión de que su consumo otorga felicidad, prestigio, aceptación por
parte del resto de la sociedad, o que determinados nutrientes son necesarios para practicar
deportes, entre otras posibilidades.
El impacto que tiene la publicidad en sus diferentes formas se magnifica cuando está
dirigida a NNyA, para quienes se emplean distintos personajes famosos, juguetes y
canciones en los medios a los que están expuestos. El discurso científico y médico también
aparece recomendando o avalando ciertos alimentos que no siempre son saludables,
contribuyendo a mensajes que son confusos.
En este sentido, una investigación realizada en nuestro país (FIC Argentina, 2015)
identificó que:
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De manera cada vez más temprana, los/as NNyA se convierten en el público objetivo de la
publicidad de alimentos. Esto se debe a la influencia que ejercen en la elección de las
compras de las familias y, también, a que muchos de los hábitos de consumo que se
establecen en esta etapa pueden prolongarse por el resto de sus vidas. La publicidad
dirigida a los/as NNyA está presente en los espacios donde ellos conviven, como escuelas,
espacios públicos, parques y restaurantes, y se sirve de los medios de comunicación a los
que los niños están más expuestos, como la televisión e internet. Por esta razón, es
fundamental ayudar a desarrollar en los/as NNyA una mirada crítica hacia las publicidades
de alimentos y bebidas.
Cierre de la clase
La alimentación humana es un fenómeno complejo que está atravesado por múltiples
aspectos, que sobrepasan ampliamente a la función de incorporación de nutrientes en el
organismo y de saciar el hambre. Luego de analizar especialmente sus dimensiones
afectivo/vinculares y socioculturales podemos afirmar que las prácticas alimentarias, los
gustos y preferencias se construyen en el marco de los entornos en los que somos
socializados. El entorno es el espacio físico, social y cultural donde se vive cotidianamente
(el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, el vecindario, la vereda, el municipio, la ciudad) y
donde se establecen relaciones sociales que determinan una manera de vivir y de ser. Esto
es fundamental, porque muchas veces se responsabiliza individualmente a las personas por
sus prácticas alimentarias, y se pone el foco en la “falta de voluntad” y se invisibiliza la
variedad de factores que influyen socialmente en su desarrollo.
Frente a esta complejidad, ¿cómo nos posicionamos como docentes para propiciar
mejoras en las elecciones alimentarias de los NNyA?
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Síntesis de la clase
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Actividades
Los invitamos, además, a realizar una actividad lúdica muy sencilla que les
permitirá repasar conceptos fundamentales de esta clase.
Encontrarán el recurso de selección de opciones en el aula.
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Material de lectura de referencia
Baas, M., Wakefield, L. (1979). Community Nutrition. Nutrition and Individual Food Behaviour.
Minnesota: Burgess press.
Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación (2018). Manual para la aplicación de las
Guías Alimentarias para la población argentina. Capítulo 5. Recuperado de:
http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000001011cnt-2018-12_manual-
aplicacion_guias-alimentarias-poblacion-argentina.pdf?fbclid=IwAR2MUdOMHA-
F_qzDrvx5ocwJdzHYeWJX9y5K3T3BAA5szh-j2y9Vw1xbjig
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Créditos
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