Acerca de La Coincidencia de Los Opuestos
Acerca de La Coincidencia de Los Opuestos
Acerca de La Coincidencia de Los Opuestos
lia, XX {1999)
* El presente trabajo constituye una ¡n·imera parle de una investigación más amplia
acerca de este tenia cusano. Pensamos que el abordaje inmediato y el análisis directo de los
primeros capítulos de La. Docla Ignorancia constituyen, dada la decisiva importancia que
tienen para su obra, el punto de partida obligado para captar el sentido original de su
propuesta. Asimismo, esperamos que en posteriores estudios podremos poner de manifies-
to la relevancia y riqueza implícita en este punto de partida.
** El autor es profesor titular de Historia de la Filosofía Medieval en la carrera de
Filosofía de la Universidad del Salvador, Buenos Aires.
'Hoy día asistimos a un redescubrimiento del pensamiento de Nicolás de Cusa. Mucho
se ha avanzado desde los importantes estudios de Ernst Cassirer, a principios de siglo,
aunque sus puntos de vista estén hoy día superados. Ver: Dos Erkenntnisproblem in der
Philosoph.ie und Wissenscha./t in dcr neuerem Zeil, I, (Berlín, 1906), hay trad. cast. EC.E.,
Buenos Aires, 1965; lndividuum. u.nd Kosnws in der Phi/osophíe der Renna.issa.nce (Leipzig-
Berlín, 1927), trad. cast. Emecé, Buenos Aíres, 195L
Asimismo la clásica obra de Edmond Vansteenberghe: Le Cardinal Nicolás de Cu.es.
L'a.ction - La. pensée (Lille, 1920), pionero en la invtistigación histórica de los manuscritos
cusanos.
Para una detallada y actualizada presentación ver Giovanni Santinello: Introduzione
a Niccoló Cu.san.o (Laterza, Roma/ Bari, Hl87J, con una importantísima "Storia della cri-
tica" y un amplísimo repertorio bibliográfico.
Ver también: K. H. Volkmann - Schluck: Nicolaas Cnsanu.s: Die Philosophie im
Obergang uom Mittelalter zur Neu.zeil (KlosLermanu - Frankfurt a. M., 1957).
No podernos dejar de mencionar el Institu!. für Cusanus Forschung, 'l'réveris, res-
ponsable de la edición crítica de las obras completas de Nicolás de Cusa y que a través de
]os "Mitteilungen und Forscbungsbeitriige der Cusanus - Gesellschaft", las "Cusanus
Lecture" y la "Buchreihe der Cusanus Gesellschal't" proporciona material de primera línea
para los investigadores del pensamiento cusano.
ACERCA DE !,A COINCIDENCIA DE LOS Ol'UlsSTOS
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En lo que se refiere a la cuestión acerca de la "coincidencia de los opuestos",
ésta ha sido objeto de múltiples estudios e interpretaciones 2 •
Quisiéramos sin embargo, sin desconocer el valor <letales investigaciones, apor-
tar una reflexión que, fundada en una lectura atenta del texto cusano, constituya un
incentivo para adentrarse en la amplitud <le su riquísimo pensamiento.
La importancia del tema es destacada por el mismo Nicolás de Cusa pues en la
carta al Cardenal J. Cesarini con que epiloga su obra, relata el episodio extraordina-
rio en el que tuvo la intuición fundamental, don del Padre de las luces, para "com-
prender en la docta ignorancia lo incomprensible de modo incomprensible":,_
Ciertamente no significa esto que no puedan seflalarse los antecedentes de esta
doctrina acerca de la docta ignorancia y también acerca de la coincidencia de los
opuestos 4 •
Existen numerosos lugares, tanto en obras anteriores, cuanto en los sermones
que predicai·a, como asimismo en los autores que frecuentó durante su estudio de la
teología en Colonia ( 1425). Todos olios permiten descubrir en el pensamie11to cu sano
la presencia de una rica tradición patrística y medieval r,,
Pero nuestro análisis habrá de ocuparse de los capítulos iniciales de La docta
ignorancia como hemos advertido en la nota preliminar.
Nicolás de Cusa inicia su exposición a partir del deseo de la naturaleza hacia la
perfección. Para lograr su fin, nos dice, el hombre se vale del "insaciable discurso
intelectual"'\ Pero este esfuc¡zo debe aceptar las limitaciones que impone el proce-
dimiento de la .comparación. En efecto, "toda investigación, nos dice, es comparatíva
_yse vale del medio de la proporción"''. En la medida en que puede establecerse esta
comparación proporcional el juicio será más fácil; pero cuando no puede interponer-
se la comparación, no parece que pueda hablarse de avance en el conocimiento.
Allí no cabe afirmar sino la ignorancia, Y ésle es precisamente el caso, cuando
queremos referirnos a lo infinito, toda vez que entre lo finito y lo infinito no es dable
establecer ninguna proporción. Por lo cual lo infinito es ignorado 8,
Pero aquí se plantea la cuestión; i.implica esto reconocer la ignorancia como
lfmite infranqueable para nuestras posibilidades, por cuanto nunca llegaremos a la
perfecta precisión en el conocimiento de las realidades a las que tiene acceso el inte-
lecto _ypor tanto lo infinito como tal estará fuera de nuestro alcance, o bien es posible
proponer un otro modo de conocer liberado ele las reglas de la proporción comparati-
va que supere el discurno intelectual habitual?".
Pero ante la di/icultad Nicolás, quo sabe de una larga tradición de pensadores
que ha trabajado para superar el desafío de la ignorancia, agudiza su esfuerzo para
seíí.alarnos un camino posible rn_
Particularmente elocuente nos parece la cita aristotélica que consigna "la difi-
cultad que tenemos para conocer las cosas más manifiestas en la naturaleza, de modo
similar a la dificultad del murciélago que intenta ver el sol" 11, pues en la contraposi-
ción aludida puede verse un símil del oncandilamiento del conocer humano ante la
excelencia deslumbrante de Dios. Por ello mismo so podrá decir que nuestra ignoran-
cia será el mejor testigo do que nos encontramos ante lo infinito y ello explica la
fórmula cusana tan paradoja!: "Si logramos plenamente esto: saber que ignoramos,
habremos alcanzado la docta ignorancia y seremos tan Lo más doctos, cuanto más nos
sopamos ignorantes" 12 . A partir de esta afirmación la l'ellcxión cusana nos traslada a
una segunda instancia; en ella nwstra.rá la necesidad ele la coincidencia de los opuestos.
En efecto, el capítulo segundo del libro primero caracteriza esto cmpeúo como
la "maxima ignorantiae doctrina" i", es decir, el grado sumo del saber acerca de la
ignorancia. La expresión parece transgredir todo límite ligando saber con ignorancia
cognoscendi, ne sit frustra appetilus.« Quarn ob rem sanu m liberum intellectum verum,
quod insaíiabiliter indito discursu cunda perlustrandi atLingere cupít ... ".
7 D.I. libr.I. ibid.: "Comparativa igítur esl omn ís inquisitio medio proportionis utens."
8 D.L librJ., nº :3:"Onrnis igilur inquisilio in comparativa proportione facili ve! difficili
existit. Propter quod infinitum ut infinitum, cum ommim proportionem aufugiat, ignotum
est."
9 D.L libr. I, n 2 4: "Praecisio vero combinationum in rebus corporalibus ac adaptatio
congrua noti ad ignotum humanarn rationem supergrnditur".
'º DJ. lib. I, nº 4. No sólo alude al dicho socrático: "sé que no sé", sino recuerda al
sapientísimo Salomón (Ecl.1,8) y al paciente Job (28, 21), ambos como testimonios de una
fuente más excelsa de la sabiduría. Para la vigencia de la tradición apofática en Nicolás de
Cusa ver R.1-Iaubst, 8treifzüge, o. cit., p. 117 ss.
"D.L lib. I. ibid. "Si igitur hoc ita est, ut etiam profundissimus Arist.oteles in prima
philosophia affirmat in natura rnanifestissimis talem nohis difficultatem accidere ut
nocticoraci solem videre attemptanti." La cita aristotélica pertenece a la Met. II, 993b 10.
La versión de Moerbeke, ampliamente difundida, propone el si¡,'1lienle texto: "Sicut enim
nyticoracum oculi ad lucem diei se habent, sic et animae nostrae intellectus ad ea quae
sunt omnium natura manifestissíma,"
12 D.l. lib. I., ibid. "I-Ioc si ad plenum assequi poterimus, doctam ignorantiam
assequemur ... Et tanto quis doctior erit, quanto se sciverit magis ignorantem."
13 D.I. lib. I, cap. 2, nº 5. "'l'raclaturus de maxima ignorantiae doctrina ipsius
maximitatis naturam aggredi necesse habeo."
ACERCA DE l,A COlNGIDENC!A nr,:!,OSOlªlil•;ST()S
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y por ello mismo advierte Nicolás la necesidad de clarificar la naturaleza de tal
maximidad como punto de partida.
Focalizada la pregunta en la naturaleza de la maximiclacl, podremos compren-
der qué signifique el saber o docLrina máxima. Pero notemos que Nicolás se pregunta
no por un término abstracto cuyas notas cscncíales deba señalar, sino por una reali-
dad concreta cuyo significado quiere comprender. Este enfoque se evidencia, en primer
lugar porque habla de lo máximo ("maximum"l '"y no do maximidad ("mruümitas").
Pero enseguida explicita el sentido con una fórmula de clara resonancia anselmiana:
"Ahora bien, llamo máximo a esto: lo que nada mayor que ello puede sor" rn_
Aunque la expresión parezca referirse sólo a la exclusión de límites, su verdade-
ro significado es el de la plenitud. Tal riqueza es designada por Nicolás como "abun-
dancia, la cual no puede no ser -agrega--• sino unidad" por cuanto nada hay que se le
contraponga y por ello mismo está "des-vinculada", -ah-sol u ta-, de toda dependen-
cia, determinación y división. En consecuencia no puede oponérsele ninguna diferen-
ciación y por ello es la "maximidad absoluta"'". Abundancia, unidad, ma:ximidad
son, por tanto, las notas propias y exclusivas de "lo máximo o absoluto".
Precisamente en este momento de su especulación incorpora Nicolás, como algo
obvio y evidente, el tema de la coincidencia de lo mínimo con lo máximo: "Y puesto
que nada se le opone -a lo máximo-, con él coincide simultáneamente lo mínimo" l'I_
Notemos la expresión: se afirma, en primer lugar que "lo mínimo coincide con
lo máximo" y no a la inversa 1". De esta manera se alude, indudablemente, a un movi-
miento que va desde aquello menor a lo cual nada puede haber (mínimo), hasta aque-
llo mayor a lo cual nada puede haber (máximo). Este movimiento concluye en la
coincidencia, es decir, queda su¡wrada toda contraposición, diferencia, distinción.
Por la coincidencia lo máximo asimila consigo toda pequeñez.
La reflexión cusana que sigue nos confirma la corrección de esta lectura; "Por
ello, nos dice, lo máximo está en todas las cosas. Y porque es absoluto, entonces es en
acto todo ser posible, no quedando contracto a las cosas en nada; de él vienen todas
ellas" 19 • Llegado a este punto en que la absolutez y totalidad de lo máximo elimina
cualquier oposición, Nicolás nos presenta toda la articulación que aplicará para pre-
sentar, desde la docta ignorancia, toda su síntesis.
Así pues, el primer libro estudiará "lo máximo absoluto", es decir, Dios bendito;
en el segundo desarrollará el tema de "lo máximo contracto", es decit~ el universo; en
14 D.I. líb.l, cap.2. ibid. "Maximurn autem ... ". Entendemos que el término es utilizado
por Nicolás como sustantivo neutro, haciendo siempre referencia a una realidad recono-
cida. Por ello lo traduciremos siempre como "lo máximo".
15 D.I. lib. I, cap. 2, nº 5: "Maximum autem dico, quo nihil maius esse potest". Ver S.
Anselmo, Pros!. cap. XV; Nicolás de Cusa en su obra de m11durezel "Trialogus de possest"
(1460) analiza con profundidad esta denmninación de Dios que reúne dos vocablos: "posse" -
"''essen.
m D.I. lib .I, cap. 2. ihid. "Ahundantia vero tmi convenit. Coincidit itaque maximitati
un itas, qua e est et entítas, quod, sí ipsa ta lis u nítas ab omni respectu et contractione uni-
versaliter est absoluta, nihil sihi opponi manífestum est, cum sit maximitas absoluta."
17 D.L lib. I, cap. 2. ib. "Et quoniam nihil sibi opponilur, secum simul coincidít
n1ininiun1.,.
'" cf. G. von Bredow, art. citado, p. :360: "'Minimum cum maximo coincidere', diese
forme! ist nicht beliebig umkehrbar. Soviel icb sehe, ist die prinzipielle Nichtumkehrbarkeit
der Coinciden tia von Maximum und Minímum wenig beachtet worden."
19 D.I. lib.I, cap.2, n~ 5: "Quare et in omníbus. Et quia ahsolutum, tune est actu omne
el tercero habrá de tratar de lo máximo que es, a la vez, contracto y absoluto, es decir
Jesús'".
En consecuencia, por el descubrimiento de la coincidencia de lo mínimo con lo
máximo, Nicolás de Cusa ha podido descubrir un principio único y suficientemente
rico que permita no sólo superar toda limitación, sino que, precísamente, posibilite
considerar tal limitación en la plenitud de su fuente original.
Asegurada esta primera instancia que atiende a la riqueza ontológica de lo máxi-
mo queda, sin embargo, pendiente lúgrar una más profunda comprensión de este
principio, de modo que se descarten todas las objeciones posibles. Nicolás no ignora
que al haber afirmado que "de lo infinito a lo finito no es dable establecer ninguna
proporción" i.1 se origina una seria dificultad: no parece estar conforme con nuestro
modo ele conocer proponer semejante coincidencia; por el contrario, si se la acepta
quedaría invalidada la vigencia del principio de contradicción. La objeción no es menor
y por eso se impone, en primer lugm; una revisión sobre nuestra actividad cognoscitiva.
El capítulo tercero está dedicado a esta problemática. Dado que nuestro entendi-
miento se vale de sem~janzas para conocei·, siempre será impotente para compren-
der, con toda exactitud, las cosas que dicha semejanza refleja. Siempre es posible
acrecentar y perfeccionar el conocimiento, aunque éste nunca llegará a la igualdad
con la cosa a la cual se refiere 23 •
La conclusión, entonces, es que: "acerca de lo verdadero nosotros no sabemos
otra cosa que lo que sabemos: que lo verdadero mismo tal como es, precisamente, es
incomprehensible y que la verdad se comporta como necesidad absolutísima que no
puede ser ni más ni menos de lo que es" 2".
De ahí que "cuanto más experimentados seamos en esta ignorancia tanto más
sabios resultaremos accediendo mejor a la verdad" 1 ·1•
Si entonces nos planteamos cómo puede ser nuestra comprensión de lo máximo,
deberemos responder con una expresión paradójica que ponga en evidencia esta insu-
ficiencia nuestra: "Lo máximo, porque es verdad infinita, no lo alcanzamos de otra
manera sino incomprehensihlemente" 2''. No está lo máximo en el nivel de lo que
puede ser más o menos; está por sobre todo lo que puede ser concebido por nosotros.
La máxima igualdad supera todo intclecto 2". Si lo máximo no puede ser mayor, tam-
poco puede ser menor, por cuanto es todo lo que puede ser. Ahora bien, "lo mínimo,
20 D.L lib.I, cap.2, n 2 5: "Iloc maximum, quod et deus ... , primo libello supra humanam
rationem incomprehensibiliter inquirere."
Ibid. nº 6. "Secundo loco ... ita et universal is unitas essendi ab illa, quae maximum
dicitur ab absoluto, et hinc contracte existens ut universum."
Ibid. nº 7. "Tertio loco maximum terliae considerationis ... quod simul est contractum
el absoluturn, quod Jesum nominamus."
2 ' D.I.lib.l,cap.a,nº 9:"Quoniam ex se manifestmn est infinití ad finitum proportionem
non esse."
22 D.l. lib. I, cap. a, n 2 9: "Et quuniam aequalitatem reperimus gradualern, ut unum
aequalius uní sit quam alteri ... patet non posse aut duo aut. plura adeo sinülia et aequalia
reperiri, quin adhuc in infínitum similiora esse possint."
23 D.I. lib. I, cap. :3, nQ10: "Patet igitur de vero nos non alíud scire quam quod ipsum
21 D.I. libr. I, cap. 4, ibid. "Mínimum autem est quo minus esse non potest. Et quoniam
max.inrnm est hujusmodi, mani fes tu m est mín i mu 111 cum maximo coincidere."
2 " D.I. libr. I, cap, 4, ng lL "Absolve igitur a quantitaLe maximum et mínimum subs-
por tanto, ante una ignorancia que impone renunciar a toda palabra. A través del
análisis de la maximidad hemos descuhiei'to la posibilidad de referirnos a lo infinito
superando ios límites de nuestro conocer.
Es importante advertir, además, como lo hace Nicolás de Cusa en la última
parte del capítulo cuarto, que se debo insistir en la necesidad de superar nuestros
conceptos: aun los que hablan de máximo y de mínimo. Ello no responde sino al
reconocimiento constante do la oxcolencia absoluta do Dios,
"Lo máximo y lo mínimo, tal como se los considera en este libro, son términos
trascendentes de significación ahsn1uta" ''". Están, por tanto, por sobre todo límite
que pueda imponerles nuestro modo do razona!\
Llegados a la conclusión ele estos primeros capítulos quisiéramos destacar, par-
ticularmente, lo siguiente:
En primer lugar, la ignorancia no os una barren1 que impide avanzar en la in-
vestigación, sino que puede convertirse en un acicate y desafío para descubrir, por
nuevos caminos, el encuentro con una sabiduría más perfecta.
De ahí que es muy importante evaluar las modalidades de nuestro conocer y
sobre todo advertir el límite que implica estar sometido, en el ejercicio de la razón
cognoscitiva, a la proporción y a la comparación.
En contraposición podemos establecer que lo máximo, por naturaleza, no es
sino abundancia, unidad, maximidad absoluta. Aunque ello no pueda expresarse con
el lenguaje del ser.
Porque sólo hay una forma de hacerlo: descubrir la coincidencia de los opuestos
y, al superar la oposición que depende del ejercicio de la razón, producir un lenguaje
cuya paradoja pone en evidencia tal superación.
En lo máximo infinito convergen todas la~ diferencias y oposiciones.
Indudablemente a pa1-tir de estos enunciados se plantean múltiples interrogantes.
En ese sentido será muy importante investigar cómo el mismo Nicolás aplica en La
Docta lgnoranáa. los principios enunciados. Por otra parte, en una obra casi contem-
poránea, De Coniecluris (1444-45), se analiza el tema desde el punto do vista del
conocimiento. Otro texto importante, De Beryllo ( 1458), confronta la tesis cusana
con las concepciones filosóficas, particularmente con la aristotélica. Además en un
tratado importante estudia el toma ele la coincidencia en rolución con la visión de
Dios (De Visione Dei, 14/i3). Por último en un escrito último, De Venatione Sapientiae
(1462), recoge y explicita nuevamente cstt1 problemática. Es, precisamente, nuestro
propósito abordar tales obras en un próximo estudio, con la intención de mostrar la
riqueza y plenitud del principio de la coincidencia de opuestos.
absolutam maximitatem viclemus infinitam esse, cui nihi.l opponitur, cum qua mínimum
coincidit."
'" D.I. libr. I, cap. IV, ibid. "Maximum autm11 et m inimum ut in hoc !íbello sumuntur,
trascendentes absolutae signilícalinnis termini existunL"