La Sangre Es El Líquido Rojo Que Circula Por Sus Arterias y Venas
La Sangre Es El Líquido Rojo Que Circula Por Sus Arterias y Venas
La Sangre Es El Líquido Rojo Que Circula Por Sus Arterias y Venas
Recoge los productos de desecho de sus tejidos y los entrega para ser eliminados
Transporta las células y las proteínas que ayudan a su cuerpo a defenderse de sustancias extrañas
Todas las células de su cuerpo necesitan oxígeno y agua para vivir. Sus células también necesitan
nutrientes como azúcar, proteínas y grasas. Su sangre recoge oxígeno de sus pulmones y agua y
nutrientes de su estómago e intestinos.
Sus células crean productos de desecho cuando procesan nutrientes. El oxígeno y los nutrientes se
convierten en dióxido de carbono y en los productos químicos de desecho que forman parte de la
orina. Su sangre transporta dióxido de carbono a los pulmones, donde se exhala. Los productos de
desecho son transportados a sus riñones, donde se filtran a la orina desde la sangre. Su sangre
transporta otros productos de desecho a su hígado para su posterior procesamiento y eliminación.
Líquido (plasma)
Plaquetas
En la médula ósea, que se encuentra en el interior de los huesos, se producen constantemente
glóbulos rojos y blancos, además de plaquetas.
Plasma
El plasma está compuesto principalmente por agua. El plasma también contiene importantes
minerales y sales (electrólitos) y muchas proteínas útiles. Algunas de las proteínas contribuyen a la
formación de coágulos de sangre. Otras proteínas atacan a los invasores, como los gérmenes.
Los glóbulos rojos contienen un material de color rojo llamado hemoglobina. Cuando la sangre
circula a través de sus pulmones, la hemoglobina recoge oxígeno para llevarlo a sus tejidos. La
hemoglobina también devuelve el dióxido de carbono a sus pulmones para que usted pueda
exhalarlo.
Los glóbulos blancos forman parte del sistema inmunológico de su cuerpo contra las infecciones y
el cáncer. Los glóbulos blancos sanguíneos (leucocitos) viajan a través de su sangre para encontrar
y combatir sustancias extrañas como gérmenes y células cancerosas. Una vez combaten una
determinada sustancia, los glóbulos blancos generalmente la recuerdan para poder combatirla
más rápido la próxima vez que aparece.
Plaquetas
Las plaquetas (trombocitos) son partículas diminutas, más pequeñas que los glóbulos rojos y
blancos. Actúan junto con proteínas de su sangre para contribuir a la coagulación sanguínea de
modo que usted pueda dejar de sangrar.
Tener muy pocos glóbulos rojos (anemia) causa debilidad y cansancio porque los tejidos de su
cuerpo no pueden recibir suficiente oxígeno. Tener demasiados glóbulos rojos puede causar un
problema de salud llamado policitemia vera.
Tener muy pocos glóbulos blancos le hace más propenso a contraer una infección. Tener
demasiados glóbulos blancos puede ser un signo de un tipo de cáncer de la sangre llamado
leucemia.
Tener muy pocas plaquetas aumenta su riesgo de sangrado después de una lesión, una
intervención quirúrgica o incluso sin ningún motivo. Tener demasiadas plaquetas dificulta la
coagulación normal de su sangre. Esto último puede causar una coagulación excesiva o una
coagulación insuficiente.rpo. Su corazón bombea constantemente sangre por todo su cuerpo.
La leucemia mielógena crónica es una enfermedad de progresión lenta, en la cual las células que
normalmente evolucionarían a neutrófilos, basófilos, eosinófilos o monocitos se vuelven
cancerosas (véase también Introducción a la leucemia).
Las personas afectadas pasan por una fase en la que tienen síntomas inespecíficos, como
cansancio, pérdida del apetito y pérdida de peso.
A medida que la enfermedad progresa, los nódulos linfáticos y el bazo aumentan de tamaño y
aparecen también palidez, fácil formación de hematomas y sangrados.
La leucemia mieloide crónica (LMC) puede afectar a personas de cualquier edad y sexo, aunque es
poco frecuente antes de los 10 años de edad. La enfermedad aparece con mayor frecuencia en
adultos de 40 a 60 años de edad. La causa suele ser un reordenamiento de dos cromosomas (9 y
22) particulares en uno que se denomina cromosoma Philadelphia. El cromosoma Philadelphia
produce una enzima anormal (tirosina cinasa), que es la responsable de la producción aumentada
(siguiendo un patrón de crecimiento anormal) de los glóbulos blancos (leucocitos) en la LMC. A
veces se producen anomalías genéticas adicionales (llamadas mutaciones) que hacen que la LMC
sea más resistente al tratamiento.
La enfermedad tiene tres fases
Fase crónica: un periodo inicial que puede durar 5 o 6 años, durante el cual la enfermedad
progresa muy lentamente.
Fase acelerada: la enfermedad comienza a progresar más rápidamente, los tratamientos son
menos eficaces y los síntomas empeoran.
Fase blástica: aparecen células leucémicas inmaduras (blastos) y la enfermedad empeora, con
complicaciones tales como infecciones graves y sangrado excesivo.
En la LMC, la mayoría de las células leucémicas provienen de la médula ósea, pero algunas se
producen en el bazo y en el hígado. A diferencia de las leucemias agudas, en las cuales existe un
gran número de blastos, la fase crónica se caracteriza por un fuerte incremento en el número de
glóbulos blancos (leucocitos) de apariencia normal y, a veces, en el número de plaquetas. En el
curso de la enfermedad, más y más células leucémicas llenan la médula ósea y otras entran en el
torrente sanguíneo.
Con el tiempo, las células leucémicas sufren más cambios y la enfermedad progresa hacia una fase
acelerada, y luego, inevitablemente, hacia la fase blástica. En esta última solo se producen células
leucémicas inmaduras, una señal del empeoramiento de la enfermedad. El agrandamiento masivo
del bazo, la fiebre y la pérdida de peso son frecuentes en la fase blástica.
Síntomas
Al inicio, en su fase crónica, la LMC es asintomática. Sin embargo, algunas personas se sienten
cansadas y débiles, pierden el apetito, bajan de peso, tienen sudoración nocturna, y sensación de
plenitud abdominal, generalmente como consecuencia del aumento de tamaño del bazo. Otros
síntomas incluyen dolores en las articulaciones, zumbidos en los oídos, estupor y prurito. Cuando
la enfermedad evoluciona hacia la fase blástica, las personas empeoran porque el número de
glóbulos rojos, neutrófilos y plaquetas disminuye, lo que provoca infecciones, palidez, hematomas
y sangrados. La fiebre, los ganglios linfáticos agrandados, el aumento de glóbulos blancos
inmaduros y ciertas erupciones cutáneas suelen ser signos de enfermedad avanzada.
Diagnóstico
Análisis de sangre
Análisis cromosómico
PRUEBA ANALÍTICA
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Pronóstico
Antes los tratamientos no curaban la leucemia mielógena crónica (LMC), pero hacían más lento su
progreso. El uso de nuevos fármacos ha aumentado la supervivencia de pacientes con LMC. Con el
uso de los medicamentos más nuevos, el 90% de las personas sobreviven al menos 5 años y la
mayoría de ellas están bien 10 años después del tratamiento.
Tratamiento
Los TKI son eficaces y por lo general sus efectos secundarios son leves. Es preciso llevar a cabo más
estudios para determinar durante cuánto tiempo debe prolongarse el tratamiento con TKI y si es
seguro interrumpirlo durante las remisiones.
Los TKI, combinados con quimioterápicos más antiguos, están mostrando éxito en el tratamiento
durante la fase blástica, que antes provocaba la muerte en un plazo máximo de unos pocos meses.
El trasplante de células progenitoras (células madre) combinado con altas dosis de quimioterapia
puede ser curativo en personas que no responden bien a otros tratamientos.
¿Qué es la leucemia?
La leucemia es un cáncer de los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos realizan muchas tareas,
como ayudar al sistema inmunológico de su cuerpo a luchar contra la infección. Los glóbulos
blancos sanguíneos se forman en su médula ósea, el tejido esponjoso del interior de sus huesos.
Con leucemia, usted tiene un recuento elevado de glóbulos blancos. Sin embargo, los glóbulos
blancos cancerosos no funcionan correctamente, por lo que es probable que usted contraiga
infecciones. Estas infecciones pueden poner en peligro la vida.
Además, los glóbulos blancos cancerosos llenan su médula ósea, por lo que ésta no puede
producir células sanguíneas normales, como las siguientes:
Existen muchos tipos distintos de glóbulos blancos pero solo 2 tipos principales de leucemia:
Leucemia linfocítica: cáncer de linfocitos, que son uno de los tipos de glóbulos blancos
Agudo: cáncer de células jóvenes que se disemina rápidamente y puede causar la muerte en un
periodo de 3 a 6 meses si no se trata
La LMA comienza en la médula ósea, el tejido esponjoso que hay dentro de los huesos.
Determinados tipos de células muy jóvenes (llamadas células madre mieloides) en la médula ósea
que se desarrollan en diferentes tipos de glóbulos blancos se vuelven cancerosas. Las células
cancerosas proliferan y se diseminan por su sangre y por otras partes de su cuerpo.
"Aguda" significa que este tipo de leucemia mieloide se disemina muy rápido y necesita
tratamiento inmediato. Es potencialmente mortal.
La leucemia mieloide aguda (LMA) es la leucemia más frecuente en adultos, pero puede aparecer
en personas de cualquier edad
Usted puede estar cansado o pálido, ser propenso a contraer infecciones y fiebre y sufrir
fácilmente hematomas y hemorragias.
Los médicos hacen análisis de sangre y de médula ósea para detectar la LMA
Sin tratamiento, la mayoría de las personas con LMA mueren en pocas semanas o meses pero, con
tratamiento, entre el 20% y el 40% de las personas afectadas pueden curarse
Existen varios tipos de leucemia mielógena aguda (LMA). Uno de los tipos, denominado leucemia
promielocítica aguda, actualmente tiene unas tasas muy elevadas de curación.
Encías inflamadas
Las células leucémicas entran en su torrente sanguíneo y se desplazan a otros órganos. Pueden
formar pequeños bultos dentro o debajo de su:
Piel
Encías
Ojos
Las células de la leucemia mieloide aguda (LMA) también pueden diseminarse al cerebro y a la
médula espinal, causando síntomas como:
Vómito
¿Cómo pueden saber los médicos si sufro leucemia mielógena aguda (LMA)?
Tomarán una muestra de su médula ósea para analizarla (examen de médula ósea)
Otras pruebas para ver si la leucemia mielógena aguda (LMA) se ha diseminado a los órganos
principales pueden incluir:
Análisis de orina
Radiografía de tórax
Ecografía
Los médicos tratan la LMA con quimioterapia. La quimioterapia, a menudo llamada "quimio",
consiste en la administración de uno o más medicamentos muy fuertes para matar sus células
cancerosas. A menudo se emplean otros tipos de medicamentos y tratamientos junto con la
quimioterapia para tratar el cáncer. El objetivo es la curación. Si usted está curado, no le quedan
células cancerosas en el cuerpo. Si la curación no es posible, el objetivo pasa a ser reducir el
número de células cancerosas y mantener ese número bajo durante el mayor tiempo posible.
La quimioterapia puede hacer que se encuentre peor antes de mejorar. Los medicamentos:
Inducción
Consolidación
La inducción consiste en recibir varios fármacos antineoplásicos (quimioterápicos) fuertes. El
objetivo de la inducción es eliminar la mayoría o la totalidad de sus células cancerosas (lo que se
denomina remisión).
Recidiva (recaída)
La recidiva (recaída) es muy habitual. Una recaída consiste en la reaparición de una enfermedad
después de haber sido tratada con éxito. Si no recae dentro de los 5 años siguientes se le
considera curado.
Si su leucemia mielógena aguda (LMA) reaparece después del tratamiento, los doctores pueden
hacer:
Quimioterapia
Con tratamiento, cerca de 3 de cada 10 personas con leucemia mielógena aguda (LMA) se curan.
Las personas más jóvenes, que pueden tolerar un tratamiento más fuerte, tienen mejor
pronóstico. En la leucemia promielocítica aguda, los tratamientos pueden curar a más de 7 de
cada 10 personas.
Si el tratamiento no funciona, es posible que usted y sus médicos deseen considerar los cuidados
paliativos (por ejemplo, en una unidad especializada en cuidados paliativos).
Síndrome mielodisplásico
Por Ashkan Emadi , MD, PhD,
University of Maryland
University of Maryland
Los síntomas dependen de qué tipo de células se ven afectadas, pero pueden incluir cansancio,
debilidad y palidez, o fiebre e infecciones, o sangrado y hematomas.
Para el diagnóstico son necesarios análisis de sangre y el examen de una muestra de médula ósea.
El tratamiento con azacitidina y con decitabina puede ayudar a aliviar los síntomas y disminuir la
probabilidad de que evolucione una leucemia aguda.
En los síndromes mielodisplásicos se desarrolla una estirpe de células idénticas (clon) que ocupa la
médula ósea. Estas células anormales no crecen y maduran con normalidad, interfieren la función
normal de la médula ósea y provocan un déficit de
Síntomas
Los síntomas pueden evolucionar muy lentamente. Es frecuente la aparición de fatiga, debilidad y
otros síntomas relacionados con la anemia. Si disminuye el número de glóbulos blancos
(leucocitos) puede aparecer fiebre debida a infecciones. Si el número de plaquetas disminuye, es
probable que se produzcan sangrados anormales y que aparezcan hematomas con facilidad.
Diagnóstico
Análisis de sangre
Pruebas moleculares
En algunos centros se llevan a cabo pruebas para determinar qué anomalías genéticas o
cromosómicas son las causantes del síndrome mielodisplásico (a veces, estas pruebas reciben el
nombre de análisis molecular). En la actualidad se dispone de tratamientos experimentales
dirigidos a algunas de estas anomalías específicas.
Pronóstico
Se cree que los síndromes mielodisplásicos constituyen un tipo de preleucemia que puede
progresar de manera gradual durante un periodo que oscila entre varios meses y años. En un 10 a
30% de los casos, un síndrome mielodisplásico se transforma en una leucemia mieloide aguda
(LMA).
Tratamiento
Quimioterapia
Las personas con síndromes mielodisplásicos suelen necesitar transfusiones de glóbulos rojos
(eritrocitos). Un medicamento llamado lenalidomida, que ataca a las células que funcionan con
una anomalía cromosómica específica, disminuye la necesidad de transfusiones de sangre.
Únicamente se transfunden plaquetas en caso de hemorragias incontrolables, o si es necesaria
una intervención quirúrgica y el número de plaquetas es bajo.
Las personas que presentan un número muy bajo de neutrófilos (los glóbulos blancos que
combaten las infecciones) mejoran con inyecciones periódicas de un tipo especial de proteína
denominado granulocyte colony-stimulating factor. También pueden beneficiarse de dos
proteínas: la eritropoyetina, que contribuye a la producción de glóbulos rojos, y la
trombopoyetina, que estimula el desarrollo de plaquetas.
Recursos de temas
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Policitemia vera
Mielofibrosis primaria
La cantidad de células productoras de sangre en la médula ósea también puede aumentar como
reacción a otro trastorno subyacente. Por ejemplo, la falta de oxígeno puede hacer que los
glóbulos rojos aumenten, una infección grave puede hacer que los glóbulos blancos aumenten y la
inflamación puede aumentar las plaquetas. En estos casos, un mayor número de células en la
médula ósea no se considera una neoplasia mieloproliferativa, sino una reacción benigna. El
tratamiento del trastorno subyacente restaura el número de células sanguíneas producidas hasta
un valor normal.
TABLA