Padilla, Ivan-Relatoría-Seminario de Estética
Padilla, Ivan-Relatoría-Seminario de Estética
Padilla, Ivan-Relatoría-Seminario de Estética
En pos del deber del gobierno colombiano de darle respuesta a esta interrogante
sobre el periodo histó rico donde se desató la violencia de nuestro país; en Mayo de
1958, la junta militar crea la comisió n nacional investigadora, de las causas y
situaciones presentes de la violencia en el territorio nacional 3. Dicho estudio titulado
como la “bibliografía sobre la violencia” a mediados de los sesenta, es descrito por
1
Realismo má gico: Movimiento literario hispanoamericano surgido a mediados del siglo XX que se
caracteriza por la inclusió n de elementos fantá sticos en la narració n, con lo que se pretende
profundizar en la realidad a través de lo má gico que hay en ella.
2
Ivá n Vicente Padilla Chasing. Profesor asociado, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá ,
Colombia[[email protected]]
3
Parafraseo: (Padilla, Iván. 2018. Pg: 9)
1
Carlos Miguel Ortiz como una constatació n de libros que se escriben con vínculos má s
o menos orgá nicos, o al menos afectivos, con uno de los bandos en punga 4, esto es: el
partido conservador, liberal o comunista. Por consiguiente, se puede entender a partir
de Miguel Ortiz que: los estudios e investigaciones de dichos libros de la comisió n
nacional investigadora, obedecen a los intereses, interpretaciones, justificaciones […]
de cará cter sectario por parte de los bandos estipulados. No obstante, el autor nos
“señ ala que ante el incremento de mú ltiples formas de violencia hacia el final de la
década de 1980, el gobierno nacional convocó un nuevo grupo de consulta que al
estudiar el fenó meno trascendiera la circunscripció n temá tica y temporal vigente
hasta entonces” (10):
El resultado de esta segunda comisió n investigadora se conoce bajo el título
Colombia: Violencia y Democracia (1989). Aquí se orienta el estudio de la
violencia hacia toda actividad humana, individual o de grupo cuyo fin es
atentar contra la integridad y limitació n de los derechos humanos: estas
nuevas lecturas aunque consideran la década de 1940 como punto de quiebre
del orden social colombiano, van má s allá del puro fenó meno político, de la
exclusió n política generada por el Frente Nacional, el surgimiento y
proliferació n de las organizaciones armadas revolucionarias activas de 1970 y
1980, y lo relacionan con el problema de tenencia de tierras, el surgimiento de
economías de exportació n, la consolidació n de nuevos sectores econó micos y
la organizació n armada para conseguir fines políticos, territoriales y
econó micos, la violencia sistemá tica para tener el control sobre la població n y
asegurar el intercambio mercantil en condiciones de amenaza e
incertidumbre5. (Deas y Gaitá n 1995; Deas, 1999, Cote, 2007, Pizarro
2004; Posada, 2002.)
2
encuentra asociado no solamente el entendimiento de la violencia, sino que también
su representatividad en los á mbitos del arte o la literatura. En un primer momento, la
comprensió n de la violencia en Colombia tenía que ver exclusivamente con una
mirada al conflicto armado bipartidista o a las fuerzas revolucionarias. De igual modo,
la representació n de la violencia en el arte o en la literatura tenía que ver con la
representació n de la misma, pero de una manera cruda-realista en el á mbito de lo
visual, y de también de una manera tergiversada, en lo relacionado con la literatura.
“Todas las manifestaciones de violencia se han convertido en objeto estético no solo de la
literatura y el drama, sino también de las artes plásticas y visuales en general”. (Padilla,
Ivan, 2018. Pg: 12). Por ende, al convertirse las manifestaciones de violencia en objeto
estético del arte de esa época, de la política o la literatura, esta se justificaba o
recriminaba en pos de una narrativa particular. Por ejemplo: los actos de barbarie de
los conservadores seguramente eran justificados por X o Y razones, pero los de los
liberales, seguramente recriminados y viceversa.
Gabriel García Má rquez fue un escritor colombiano puede decirse que contemporá neo
a esa forma tradicionalista de representar la violencia en Colombia a través de la
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(Iván Padilla. 2018, Pg: 34)
3
literatura. Fue a la vez un gran crítico de esta ú ltima, en la medida que consideraba
que esta no debe estar permeada por fuentes políticas sectarias e institucionalistas, ni
mucho menos debe representar la violencia de en forma de testimonios, tipo
documentales o tipo denuncias, ya que para este autor lo má s importante en la
narració n literaria tenía que ver con lo que esta lograba suscitar en nosotros como
seres humanos, porque a veces no importa que tan preciso es un testimonio, o un
documental, si no logra generar en el sujeto un estado reflexivo, de consciencia y de
valor estético.
En la identificació n de estas problemá ticas Ivá n Padilla, y creo que al igual que Gabriel
García Má rquez o Herná n Telles, entre otros, estos no nos tratan de decir que la
representació n de la categoría de la violencia debe ser ajena a periodizaciones que
traten de dar sentido a su origen, ni tampoco a los aná lisis y descripciones
socioculturales, pero lo que si nos tratan de decir, es que estos no son analó gicamente
similares que los procesos estéticos o literarios.
Por un lado tenemos que los procesos histó ricos y sociales que describen el fenó meno
de la violencia de Colombia de una forma crudamente-realista, testimonial,
denunciante, o documentalista, que en ú ltimas pueden generar má s bien un ambiente
de entretenimiento e irreflexivo y de naturalismo. Por otro lado, tenemos los procesos
estéticos-literarios cuyo fin es suscitar la moral del sujeto, su perspectiva, generar
conciencia, expresar un significado […] De igual forma, el proceso literario debe ser
algo mucho má s representativo que un testimonio preciso u autentico, pues de él y su
metodología descriptiva en aras de un realismo má gico, se obtiene un valor estético de
las representaciones o manifestaciones de la violencia.
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ubica en unos momentos histó ricos que corresponden al surgimiento de unos
conflictos específicos. Sin embargo, de acuerdo a un segundo momento de
investigació n acerca de la violencia, y segú n el aná lisis de Ivá n padilla […] “la violencia
remonta la época de la colonia y es presentada como algo natural que nos ha hecho
indiferentes, apáticos e insolidarios, etc.”. (2018. Pg: 41) En otras palabras, el detonante
de la violencia no solo se considera como: “ una realidad polimorfa resultante de
diversos factores y actores sociales y como algo cuya práctica genera ventajas
económicas individuales: a los grupos armados, por ejemplo, que, en la transición de
grupos ideológicos de izquierda (guerrillas) a grupo terrorista, se benefician del negocio
del narcotráfico”. (Padilla, Ivá n. 2018. Pg: 10), sino también como un estado natural
propio de la vida de los colombianos. Esta problemá tica acerca de la naturalizació n de
la violencia tiene mucho que ver con las descripciones y manifestaciones violentas por
parte de la literatura […] en el entorno social. Por ejemplo: cuando se presentan
testimonios, documentales, series, novelas, películas, obras de arte, imá genes;
desprovistas de un sentido significativo, teleoló gico, o de valor estético y de cará cter
crítico, se corre el peligroso riesgo de normalizar y naturalizar la violencia debido a su
acaecer o sentido cotidiano, el cuá l constituiría solamente una literatura para el gran
pú blico (51).
Bibliografía:
7
(Padilla, Ivan, 2018. Pg: 30-31)