2017 UNLu - EGPYTS TF MFernandez
2017 UNLu - EGPYTS TF MFernandez
2017 UNLu - EGPYTS TF MFernandez
Alumna:
Mónica Fernández
Legajo: 125.856
Profesor Orientador:
Rodolfo Bertoncello
Año 2017
1
Índice General
Pág.
Introducción 2
Desarrollo 6
Consideraciones 95
Finales
Bibliografía 98
General
Fuentes 98
primarias
Fuentes
secundarias 100
2
Introducción
3
Se hace referencia, por un lado, a la existencia de numerosas economías
regionales de base agropecuaria, dentro de las que se destaca la producción
histórica del espacio agrario pampeano, por el rol hegemónico detentado a través
del tiempo, devenido en buena medida, de su contacto con los mercados
internacionales. Asimismo, en una segunda lectura, desde el enfoque patrimonial,
se alude a la construcción social de una tradición identificatoria de “lo argentino”
con “lo pampeano”, ello con “lo rural”, y de esto con “lo estanciero”.
Desde el siglo XVI, la llegada de los españoles al Río de la Plata, en
función de sus estrategias de colonización, desató un proceso de configuración
espacial, en el cual la dotación de recursos autóctonos y alóctonos fueron
funcionalizados de diferentes maneras en cada etapa de desarrollo. Se produjo en
el área de la pampa húmeda argentina, la organización de los espacios rurales
que ha sido central, tanto en el período colonial, como posteriormente en la etapa
independiente. Además, considero que el espacio estanciero, ha concentrado la
doble connotación, por un lado económica: de ser el establecimiento productivo
típico de la región pampeana, y por el lado cultural, de ser el espacio mítico de la
concentración de tradiciones regionales “nacionalizadas” por el proceso histórico
de la construcción social del país.
La escala espacial en la que se trabajará considera la suerte de estancia
de origen colonial, demarcada sobre el Arroyo de la Choza, de cuyas 2150
hectáreas, quedan en la actualidad 890 componiendo el predio estanciero de Los
Talas. Esta escala de análisis en el estudio de caso, se relaciona a lo largo de
toda la periodización establecida, con las diferentes coyunturas políticas, sociales
y económicas que alcanzan a la pampa argentina a nivel regional y al pago,
Juzgado de Paz y partido de Luján, en el proceso de configuración de las
jurisdicciones de orden local, provincial y nacional.
El arco temporal considerado es bastante amplio, ya que si bien el estudio
en profundidad se centrará en la consideración del proceso de configuración
estanciero durante los siglos XIX y XX, fue menester considerar las raíces más
profundas del proceso de partición de las tierras y el cambio del estatus jurídico de
las mismas debiendo remontar mi análisis al impacto en la campaña de la
4
fundación de Buenos Aires por Juan de Garay en 1580. A partir de entonces,
como se analizará en los fundamentos de la periodización utilizada, el parcelario
hispano y la propiedad privada fueron el sello distintivo de la campaña
bonaerense, en la que se inscribe nuestro caso de estudio.
El presente Trabajo Final de Especialización en Gestión del Patrimonio y
Turismo Sostenible, propone la posibilidad de investigar en profundidad el proceso
de construcción de la valorización patrimonial de la pampa, poniendo en diálogo y/
o contrapunto el análisis de la pampa como condición y condicionante explicativa y
la percepción que de ella tuvo Jorge Martín Furt, manifiesta en su obra literaria. En
este sentido y con la base de los estudios realizados en la citada Tesis de
Doctorado, se propone analizar y evaluar el proceso de valorización de la pampa
como elemento constitutivo del patrimonio cultural argentino, tomando como caso
de estudio la Estancia “Los Talas” (sita en el partido de Luján, Provincia de
Buenos Aires, Argentina) y la Obra literaria de Jorge Martín Furt (1902- 1971),
escritor, humanista y hacedor del Proyecto Cultural del Archivo y Biblioteca
J.M.Furt.
5
Desarrollo
1. Estado actual del conocimiento sobre la cuestión:
6
Martín Furt, contenida en su biblioteca permitirán testimoniar el papel de condición
y condicionante de la pampa puesta en perspectiva del análisis del patrimonio
histórico cultural.
1
Moreno, Carlos, (1988),”San Martín de Cañuelas. Un pasado, un futuro”, Buenos Aires, ICOMOS.
2
Fernández, Mónica, (1999), “Relevamiento crítico del uso de la estancia como categoría de análisis” ,
Buenos Aires, Seminario de Doctorado dictado por el Dr. Enrique Tándeter, (mimeo). Actualizado hasta el
7
sentido de estas producciones, tienen un lugar en especial para la región
pampeana las obras de María Sáenz Quesada y Yuyú Guzmán, que muestran
fotográficamente y describen a las estancias como enclaves sociales en el agro
pampeano3.
En cuanto a la escala nacional, en Argentina, desde el ámbito oficial se
han promovido iniciativas de legislación y de reflexión que acompañan esta
ampliación de la mirada sobre lo patrimonial originadas en otras latitudes. Se nota
una disparidad conceptual entre las producciones relacionadas con la
administración y centros de estudios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
los de la provincia homónima. Mientras que sobre la gran urbe del Plata se revisa
la cuestión del patrimonio histórico cultural en torno a nuevas formas de expresión,
la historia oral, la valorización de la nomenclatura, la trama urbana, etc 4, en el
ámbito provincial se tiende a mantener un perfil conservacionista, religado a los
restos materiales, como muestran los documentos emanados de la Dirección
Provincial de Museos, Monumentos y Sitios históricos5. Otra apertura presentan,
sin embargo, espacios de discusión operativamente realizados a través de la
Provincia, pero emanados de la administración nacional. Las perspectivas de
análisis tienden a ser menos reduccionistas y a permitir un diálogo más fluido con
las comunidades afectadas. Ejemplo de ello fue el ciclo de Seminarios sobre
Gestión Patrimonial Pública y Privada llevados a cabo por el INAP (Instituto
Nacional de la Administración Pública) en 1997. En el caso de Luján, se
presente y discutido con las Directoras de Tesis, ha servido de base para comenzar el Estado de la cuestión de
la misma.
3
Sáenz Quesada, María, (1992), “Estancias argentinas…; Sáenz Quesada, María, (1972)“Estancias”,
Guzmán, Yuyú, (1998), “Estancias de Tandil” y “Estancias de Azul”, Buenos Aires, Verlap; así como los
aportes de Y. Guzmán en la prensa periódica sobre aspectos descriptivos de las estancias y las costumbres de
época, Cfr., La Nación, en Sección 5: Campo, Guzmán, Yuyú, (2006, 15 de junio), “El raro encanto de los
palomares de estancia”, Buenos Aires.
4
Algunos ejemplos de nuevos estudios se pueden localizar en la Colección dirigida por la Comisión para la
Preservación del Patrimonio Histórico-Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, (1997), “Temas de Patrimonio
Cultural”, Editorial Universitaria de La Plata, La Plata. Los más renovadores consideramos son , Jurado,
María “Nuevas formas del patrimonio cultural”; Barela, Liliana, “Diez años de Historia Oral en el Instituto
histórico”; Maronese, Leticia, “La nomenclatura urbana como uno de los componente del patrimonio
histórico cultural de un pueblo”; Peña, José M., “Cultura, Arquitectura y Patrimonio”, Varela, Eduardo, “La
trama de Buenos Aires”.
5
Dirección de Museos, Monumentos y Sitios Históricos, (1986), “Listado de Museos, Monumentos, Arboles
y Sitios Históricos de la Provincia de Buenos Aires”, Publicaciones Oficiales,La Plata; (1996), “Catálogo de
Museos, Monumentos y Sitios Históricos”, La Plata, (mimeo)
8
implementó a través del Complejo Museográfico “Enrique Udaondo” 6. La actual
gestión del citado Complejo Museográfico ha dado muestras de variar el rumbo de
su perspectiva de trabajo al Firmar un Convenio Marco con la Universidad
Nacional de Luján con motivo de la Celebración del Bicentenario de la
Independencia Argentina (julio 2016), mostrando una voluntad en aproximar su
gestión a la investigación, docencia y difusión llevadas a cabo en la citada
Universidad.
Una mirada más abarcadora, superadora de las cuestiones locales,
propusieron los estudios emanados del Instituto Internacional de Medioambiente y
Desarrollo – IIED- de Latinoamérica, que bajo la inspiración de Jorge Enrique
Hardoy, a su vez Presidente de la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares
Históricos desde 1984 hasta su fallecimiento en 1993, marcaron un rumbo
reconocible, desde la perspectiva de dejar atrás a las concepciones patrimoniales
reduccionistas y estáticas y avanzar hacia propuestas explicativas
multidimensionales7.
Orientado por ese enfoque ha sido implementado el Diploma en Gestión
Cultural, Patrimonio y Turismo, que bajo la Dirección del Arquitecto Ramón
Gutiérrez, ofrece la Fundación Ortega y Gasset de Argentina, con el auspicio de la
Fundación Ortega y Gasset de España, la Fundación CEDODAL y el Centro
Cultural Borges. En ocasión de dictarse el Tercer Diploma en el país, he podido
cursarlo y aprobarlo en el ciclo lectivo 2003. Los aportes teóricos, metodológicos y
sobre la resolución de casos aportados por dicho Diploma, han sido beneficiosos
para la realización de la presente investigación, así como para la de Tesis de
Doctorado.
El escenario académico latinoamericano reconoce en la obra de Jorge
Enrique Hardoy a un pionero en la proposición de estudios interdisciplinarios de
escala regional latinoamericana, en los que el patrimonio cultural,
preferentemente arquitectónico fue protagonista. Trató de adaptar al caso
6
Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), (1997), “Primer seminario de Gestión Pública y
Patrimonio Cultural”, materiales de apoyo, Buenos Aires.
7
IIED-LA, “Medioambiente y urbanización”, publicación periódica que desde comienzos de los ´80 puso a
los estudios patrimoniales en fecunda relación con la perspectiva ambiental a escala latinoamericana hasta el
presente..
9
argentino en el contexto de Latinoamérica las recomendaciones, convenciones y
declaratorias generales, emanadas de organismos internacionales como la
UNESCO. Las miradas se concentraron inicialmente sobre los núcleos urbanos, y
en especial sobre los centros históricos8 de estos, parece justificarse por la
evidencia material y vívida, por el espesor del espacio socialmente construido e
imaginado en las urbes9. Aún en casos de áreas no metropolitanas como el de la
ciudad de Luján (Provincia de Buenos Aires), el interés de centros de
investigaciones nacionales e internacionales promovieron estudios patrimoniales
del centro histórico10.
El reconocimiento de las trazas urbanas como relictos de la memoria
colectiva, localizaciones de la identidad socialmente vivenciada, pueden
apreciarse en iniciativas alentadas por actores sociales internacionales como la
John Simon Guggenhein Memorial Foundation. El caso de la “Cartografía Urbana
Colonial de América Latina y del Caribe” de Jorge Enrique Hardoy11, es una
iniciativa de relevamiento crítico de piezas cartográficas asociadas a la producción
espacial, y por lo tanto significativas al momento de disponerlas para los estudios
de la multidimensionalidad patrimonial. Más actual, la mencionada iniciativa se
concretó en la muestra a la que aludimos y los trabajos de investigación previos
sobre Buenos Aires en 191012
En Latinoamérica y el Caribe, las “Normas de Quito” (1977),
sintetizan el estado de discusión patrimonial y sus alcances hasta el momento.
Acortan la brecha entre los sistemas de diagnósticos, relevamiento y
reconocimiento de bienes patrimoniales europeos y la dolorosa realidad muchas
veces presente en la región latinoamericana. Se reconoce la existencia y
exigibilidad de los DESC (Derechos Económicos, Sociales y Culturales), con el
8
Hardoy, Jorge E. y Margarita Gutman, “Impacto de... op.cit., p. 27.
9
García Canclini, Néstor, (1999), “La globalización imaginada”, Paidós, Buenos Aires; Santos, Milton,
(1979), “Espaco e Sociedade” (Ensaios), Voces, Petrópolis; Santos, Milton, (1988), “Metamorfoses do
espaco habitado. Fundamentos teóricos da Geografía”, Sao Paulo, Hucitec.
10
Gutman, Margarita, Marquiegui, Dedier y Mónica Fernández, (1996), “Le trasformazioni dello spazio
urbano”, en Piccinato, Giorgio (a cura di), “Alla ricerca del centro storico. Il caso di Luján”, Francoangeli,
Istituto universitario di architettura di Venezia, Dipartamento di urbanistica, Milano, pp. 98 a 131.
11
Hardoy, Jorge E., “Cartografía Urbana Colonial de América Latina y el Caribe”, Grupo Editor de América
Latina, Buenos Aires, 1991.
12
Gutman, Margarita V., (2000), “Buenos Aires 1910: …op.cit.
10
consecuente avance para la cuestión patrimonial de incorporarse entre los
Derechos Humanos junto a otros aspectos consagrados13. Los “centros históricos”
son considerados
“...aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por
una estructura física proveniente del pasado, reconocibles como
representativos de la evolución de un pueblo...”14.
Existe un reconocimiento de las vivencias sociales pasadas en relación con
la complejidad de la vida presente. Una irreductible actualización que vuelve al
problema patrimonial un tema social candente y contemporáneo. Este proceso va
de la mano con la revalorización de fuentes alternativas, no convencionales para
los estudios históricos, pero si respetadas en el ámbito de las ciencias
antropológicas y etnográficas, como son la Historia oral, las Historias de vida, los
testimonios de tradiciones de diversa índole que, determinados actores sociales,
por imposibilidades de vario tenor no escribieron hasta el momento 15. Los estudios
patrimoniales se enriquecieron mucho con las perspectivas de la vida campesina u
obrera que, muchas veces personas analfabetas, faltas de hábito o interés o
perseguidas, no dejaron por escrito. Así también como la Historia del género se
enriqueció con las informaciones transmitidas por las mujeres a través de milenios,
que por razones de analfabetismo o de condicionamiento socio- cultural no
escribieron. Perseguidos políticos, raciales, religiosos se volvieron canteras de
información que enriquecieron los estudios y contribuyeron a reforzar identidades
de grupos, clases, géneros y naciones.
Un pasado en el que el coleccionismo de objetos artísticos, muchas veces
por su carácter exótico, excepcional, original, así como de piezas sueltas de la
imaginería de los grupos sociales con capacidad de atesorarlos16, le sucedieron
criterios inclusivos más amplios que evidenciaron un concepto de patrimonio
13
Unesco, “Declaración de Quito”, en http://193.242.192.2.www.encuentro-desc.org/declaración.htm.pp. 1 a
20.
14
Ibidem.
15
Moss, W., Portelli, A., Fraser, R y otros, (1991), “La Historia oral”, Buenos Aires, Centro Editor de
América Latina; Magrassi, G. y M. Rocca, (1990), “La Historia de vida”, Buenos Aires, Centro Editor de
América Latina.
16
Hardoy, Jorge E. y Margarita Gutman, (1992), “Impacto de la urbanización en los centros históricos de
iberoamérica. Tendencias y perspectivas”, Mapfre, Madrid, p. 28.
11
histórico cultural más cercano a los fenómenos sociales de masas, característicos
de la segunda mitad del siglo XX.
En cuanto a los marcos de análisis internacionales de escala global, Es
posible señalar, respecto de las convenciones que enmarcan a las reflexiones
patrimoniales, que evidencian una ampliación en los criterios de inclusión de los
fenómenos sociales considerados de interés. El reconocimiento del bagaje de
producciones orales, inmaterial e intangible, como parte de las tradiciones de los
pueblos ha significado un gran avance en este sentido. Así lo recomienda la
“Declaración en Salvaguardia de las Tradiciones Culturales y Folklore”, (París,
1989)17.
Puesta en una esfera de complejidad creciente, asistimos a fines de la
década de 1980 a la discusión en torno de la pertinencia del enfoque de los
problemas patrimoniales dentro de la cuestión ambiental. La inclusión de temas de
sustentabilidad económica en las agendas de las agencias públicas, ONGs, y
agentes particulares del mercado, marcaron el comienzo de perfiles y enfoques
interesantes y renovadores. Estudios como los de Leff y Martínez Allier, pusieron
la cuestión de la fragilidad de los sistemas naturales, culturales y por ende
patrimoniales, sobre el tapete18. Los desafíos actuales son afrontados en esta
perspectiva por el Getty Conservation Institute, el cual ha generado un espacio de
reflexión y de trabajos de intervención en la conservación patrimonial, que
contemplan el enfoque económico y la perspectiva del desarrollo19.
Los conflictos bélicos mundiales, con su secuela de daños generalizados,
parecen haber contribuido a la percepción de que las pérdidas patrimoniales eran
también muy amplias, en su lesión a las memorias e identidades de las
comunidades20.
17
Unesco, (1989), “Masterpieces of the Oral and Intangible Heritage of Humanity”, París, en http://
193.242.192.2.www unesco.org/ culture/heritage/ intangible/masterp/ html_ eng/guide 1.shml.
18
Leff, Enrique (Coord), (1986), “Los problemas del conocimiento y la perspectiva ambiental del
desarrollo”, Siglo XXI, México; Martínez Allier, J. (1986), “Economía ambiental”, seminario dictado en la
Universidad Nacional de Luján.
19
Getty Conservation Institute, (1999), “Economics and Heritage Conservation”, reunión organizada por el
Getty Conservation Institute, diciembre de 1998, Los Angeles, The J.Paul Getty Trust, Los Angeles; http: //
www.getty.edu/conservation/resourses/newsletter/14_1/feature1.htm.
20
Sobre las consecuencias sociales, civiles, patrimoniales del fenómeno de “guerra total”, Cfr. Crouzet,
Maurice, (1982), “La época contemporánea”, Barcelona,, vol I, pp. 26 a 41.
12
La gestión subsecuente de las organizaciones internacionales con el
antecedente de la Liga de Naciones, luego de la Paz de Versalles (1919), pero con
mayor claridad después de la constitución de la Organización de las Naciones
Unidas, en la segunda posguerra, generaron foros de discusión para un amplio
espectro de problemas que excedían el marco de los estados nacionales.
Así, la UNESCO (Conferencia General de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura)21, como una de sus agencias dependientes,
encaró cierta reflexión y se volcó a la acción de medidas cautelares de aquello que
comenzaba a llamarse “bienes patrimoniales en peligro”, ante la posibilidad de
nuevos conflictos bélicos. La “Convención sobre la Protección de los Bienes
Culturales, en caso de conflicto armado” (La Haya, 1954), testimonia a las claras
dicho estado de la cuestión. La definición de bienes culturales alcanzaba, sobre
todo a los bienes muebles, de carácter artístico o emblemático, identificados con
las culturas de las comunidades invadidas22. Toda la reglamentación pautaba la
restitución de dichos bienes a las comunidades de origen (franceses, judíos,
polacos, etc.), su imposibilidad de ser considerados “botín de guerra”, y de
retenerlos después de finalizado un conflicto en concepto de reparaciones. La
existencia de esa preocupación denota que, a pesar de su carácter de
monumento aislado o recortable del entorno de su sistema social de origen, se fue
gestando una aceptación tácita de su valor en el proceso de identificación cultural
y sentido de pertenencia de las comunidades23. Dicha Convención fue revisada y
actualizada en 1999, en virtud de la persistencia de los conflictos bélicos.24
Del carácter excepcional, reduccionista y aún cargado de valores subjetivos
sobre la valorización de los bienes, es una clara muestra la “Recomendación
relativa a la protección de la belleza y del carácter de los lugares y paisajes”,
emanada de la Unesco (París, 1962). En ella se entiende por “...protección de la
belleza y del carácter de los lugares y paisajes, la preservación y, cuando sea
21
“La Organización de las Naciones Unidas”, en Fuentes, María José y otros, (1991), “Documentos
históricos”, Didascalia, Madrid, pp. 142 a 145.
22
Unesco, (1954), “Convención para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado”, La
Haya, en http:// 193.242.192.2www/culture /laws /hague /html_sp/ page 8.htm.
23
Ibidem.
24
Unesco, (1999), “Convención para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado”, La
Haya, en http:// 193.242.192.2www/ culture/ legal protection/war/ html_sp/ protocolo 12.htm.
13
posible, la restitución al aspecto de los lugares y paisajes naturales, rurales y
urbanos debidos a la naturaleza o a la mano del hombre, que ofrecen un interés
cultural o estético o que constituyen medios naturales característicos”25. Tal
definición deja implícito que quedará a juicio de quienes consideren lo bello o de
carácter a determinados paisajes, el recorte de qué será lo que se va a preservar.
Hay también un propósito reparatorio en el caso de daños devenidos de diferentes
prácticas, como la construcción de edificios públicos y/ o privados, de carreteras,
expendios de carburantes, carteles publicitarios y anuncios luminosos, líneas
eléctricas, aeródromos, tala de árboles, contaminación de agua y aire, explotación
de minas, trabajos hidráulicos, camping, depósito de desechos y detritos 26.
Si bien la mirada se evidencia ampliada, aún poseedora de
connotaciones ambientales bastante fuertes, queda abierto el camino a la
selección espacial y temporal de los grupos sociales que tuvieran a cargo el
diagnóstico de los bienes a proteger. En perspectiva espacial, por medio de la
noción de escala, determinada para los conjuntos y paisajes a resguardar. En
perspectiva temporal también se permite una selección, ya que se podría escoger
el legado de una civilización, época, o estilo en perjuicio de otros. Tal fue el caso
de la recreación neocolonial que a comienzos del siglo XX en Latinoamérica
privilegió la herencia colonial ibérica, en detrimento de los legados indígenas, por
no identificarse con ellos, así como los legados del siglo XIX, por percibirlos
como muy modernos27. Un rescate muy interesante de la idea de continuidad y de
integralidad de espacios y tiempos, evitando recortes que mutilen los testimonios y
sesguen la explicaciones puede hallarse en el trabajo coordinado y curado por
Margarita Gutman al frente de un equipo interdisciplinario e internacional para la
muestra “Buenos Aires 1910: Memoria del Porvenir”28. Así como a escala
latinoamericana dicho enfoque de integralidad puede verse en trabajos de rescate
25
Unesco,(1962), “Recomendación relativa a la protección de la belleza y del carácter de los lugares y
paisajes”, París , en http: // 193.242.192.2www/ culture/ laws/landscapes/html_sp/page 1.htm.
26
Ibidem.
10. Hardoy, Jorge E. y Margarita Gutman, “Impacto de...op.cit., pp 27 a 28.
28
Gutman, Margarita V., (2000), “Buenos Aires 1910: Memoria del porvenir. Historia de una exposición”, en
Medio Ambiente y Urbanización, “Ciudad global: desafíos para la Historia y la identidad”, Nº 16, Instituto
Internacional de medio Ambiente y Desarrollo de América Latina, pp. 1- 26.
14
patrimonial especialmente aplicados a espacios urbanos altamente simbólicos
como las ciudades de Quito, La Habana y Salvador29.
Esta visión internacional de la temática del patrimonio histórico cultural de
los pueblos, tuvo en la década de 1970 nuevos bríos, al calor de las miradas y las
producciones que pretendían encuadrar y controlar los acuerdos sobre los relictos
patrimoniales a distintas escalas. A nivel internacional, el marco de referencia más
abarcativo lo constituye la “Convención sobre la Protección del Patrimonio
Mundial, Cultural y Natural”, firmada por los países miembros de la ONU en París,
entre octubre y noviembre de 197230.
Esta Convención es valiosa por el carácter de su Declaratoria y por la
articulación de medidas que, si bien tienen el alcance que le marcan las
organizaciones de origen, constituyen un avance en la concepción de los
principios patrimoniales. En este caso se eleva a la categoría de “...Patrimonio
Mundial de la Humanidad Entera...” a “...ciertos bienes del Patrimonio Cultural y
Natural que presentan un interés excepcional...”. Los califica de “... únicos e
irremplazables, cualquiera que sea el país a que pertenezcan...” 31. Por ello,
efectúa en su articulado una Reglamentación de los compromisos nacionales e
internacionales, para encontrar caminos que, sin lesionar los principios soberanos
de los estados afectados, garanticen el cuidado que la comunidad internacional se
compromete a prestar. Para ello crea un Comité Intergubernamental, así como un
Fondo para implementar la protección y la asistencia requeridas. Asimismo,
propone la ampliación de programas educativos para concientizar acerca del
problema patrimonial y generar acciones preventivas32.
Algunos de los aspectos más interesantes de esta Convención, verdadero
marco de referencia de la cuestión del patrimonio cultural y natural hasta nuestros
29
Rojas, Eduardo y Paulina Burbano de Lara, (2000), “La rehabilitación del centro histórico de Quito. Un
esfuerzo de asociación entre los sectores público y privado”, en Medio Ambiente y Urbanización… op.cit,
pp 51- 65; Rodríguez, Eduardo Luis, (2000), “Retorno a la utopía. Escuelas Nacionales de Arte: El renacer de
una arquitectura heroica”, en Medio Ambiente y Urbanización… op.cit, pp. 34- 50; de Figueiras Gomes,
Marco Aurelio, (2000), “Historia, cultura y turismo en la ciudad contemporánea: Algunas reflexiones sobre la
rehabilitación del Pelourinho”, en Medio Ambiente y Urbanización… op.cit, pp.66- 78.
30
Sobre los paises signatarios, alcance, discusiones, Cfr., Unesco, http:// 193.242.192.2
www.unesco.org/whc/world_es.htm.
31
Ibidem.
32
Unesco, “Convención sobre...op..cit. en http:// 193.242.192.2 www. Unesco org...op.cit..pp. 3 a 14.
15
días, fueron retomados por reuniones que acotaron la mirada al enfoque de alguna
de las aristas de la cuestión. Ejemplo de ello es la “Recomendación relativa a la
Salvaguardia de los Conjuntos Históricos y su función en la vida contemporánea”
(Nairobi, 1976)33. En ella se produce un salto hacia el realismo propuesto por la
vida contemporánea, especialmente en los centros urbanos, pero en general,
considerando una transformación del sentido de conservación o congelamiento
hacia una postura de preservación, caracterizada por el uso consciente de las
condiciones de identidad social y memoria colectiva que los “conjuntos históricos”
aludidos poseen.
“Los conjuntos históricos ofrecen a través de las edades los testimonios
más tangibles de la riqueza y de la diversidad de las creaciones culturales,
religiosas y sociales de la humanidad, y que su salvaguardia y su
integración en la vida de la sociedad contemporánea es un factor básico del
urbanismo y la ordenación territorial”34.
De la unívoca presencia del monumento, se pasa a la evocación
directa de los “conjuntos” y, en la aguda observación de Margarita Gutman,
comienza a haber convergencias entre las actividades urbanística y proyectual por
un lado y los marcos gubernamentales y académicos por el otro35. Esta etapa, en
el estado de la cuestión del tratamiento patrimonial, gana en compromiso, ya que
ámbitos y actores sociales que trabajaban desde la perspectiva académica
conviven y comparten espacios con sus pares del mundo empresarial de la
construcción pública y privada, lo cual redunda en beneficio de un abordaje
interdisciplinar y más integrado.
33
Unesco, (1976), “Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la
vida contemporánea”, Nairobi, en http:// 193.242.192.2 www culture/laws/historic/html_sp.page 1.htm.
34
Ibidem.
35
Gutman, Margarita, (2000), “Del monumento aislado a la multidimensionalidad”, en Carrión, Fernando,
(Editor), “ Los Centros Históricos en América Latina: de medio siglo al tercer milenio”, UNESCO, Banco
Interamericano de Desarrollo y Ministerio de Cultura de Francia, París.
16
2. La pampa:
Condiciones y condicionantes del escenario geográfico
Figura 1:
Entrada a Los Talas
(Ruta provincial 47, kilómetro 19, partido de Luján,
Provincia de Buenos Aires)
La doble tranquera de entrada, marca en ingreso al camino que lleva al casco, que
puede visualizarse en la espesura de la arboleda, al fondo de la imagen. En primer plano
el cartel de metal circular (antiguo disco de un arado), que indica “Los Talas, 1824”, en
letra cursiva, como puede apreciarse.
Fuente: fotografía de la autora, noviembre de 2004.
17
Mapa 1:
Ubicación de la Estancia Los Talas
(Km 19, Ruta Provincial 47, partido de Luján, Provincia de Buenos Aires)
Fuente: Instituto Geográfico Nacional (en adelante IGN), “Carta General San Martín”, 1:
25.000, Buenos Aires, 1978
Mapa 2:
Detalle de la ubicación de la Estancia Los Talas
(Km 19, Ruta Provincial 47, partido de Luján, Provincia de Buenos Aires)
18
Es importante consignar que en el proceso de configuración espacial de
esta estancia enclavada en la pampa ondulada bonaerense actúan los
elementos de la materialidad natural y sus dinámicas propias, condicionando y
a la vez siendo condicionados por los sistemas sociales históricamente
producidos. El paisaje estanciero, así como refiere Enric Tello para los paisajes
agrarios mediterráneos, resulta un logro de la dinámica coevolutiva 36.
36 Tello, Enric, (1999) “ La formación histórica de los paisajes agrarios mediterráneos: una
aproximación coevolutiva”, Síntesis del debate y propuestas de investigación del Primer seminario
sobre la evolución de los suelos y paisajes como punto de encuentro transdisciplinar, celebrado en
Granada los días 4 y 5 de noviembre de 1999, en el marco del V Encuentro entre técnicos e
historiadores.
37 Para ampliar sobre el pensamiento propuesto por Rafael Mata Olmo, Cfr, MATA OLMO, R.
(2006): “Un concepto de paisaje para la gestión sostenible del territorio” y “Métodos de estudio del
paisaje e instrumentos para su gestión. Consideraciones a partir de experiencias de planificación
territorial”, en MATA OLMO, R. y TARROJA, A. (eds.) (2006): El paisaje y la gestión del territorio.
Criterios paisajísticos en la ordenación del territorio y el urbanismo. Barcelona, Diputació de
Barcelona-UIMP, p. 17-40 y 199-239
19
Así podemos reconocer al paisaje de la pampa ondulada como específico y
a la vez generalizable, al observar las características y modificaciones
realizadas en su clima, suelo y vegetación por las diversas sociedades y etapas
culturales que tomaron intervención en su proceso de configuración.
20
Es interesante tener en cuenta los análisis que proponen enfoques
interdisciplinares para el abordaje de la cuestión agraria, en este caso integrando
elementos de las bases naturales y procesos ecológicos, con las dinámicas socio-
históricas, lo cual propone una revalorización de ambos sistemas de elementos en
su interacción específica, como base del análisis para espacios rurales 40
Se propone aplicar una estrategia de observación consistente en la
realización de un relevamiento visual del terreno, siguiendo un itinerario que
apunta a brindar una imagen panorámica del establecimiento, identificando los
elementos o rasgos de su producción espacial, datándolos respecto de qué
etapa del desarrollo productivo proceden, analizando qué metodología de
estudios patrimoniales e históricos permitirán hallar las relaciones de
correspondencia o no, que apunten a explicarlos. El objetivo de este ejercicio
es decodificar el sistema paisajístico actual a la luz de las procedencias
históricas de sus elementos, rescatando sus funciones originales y presentes,
para explicar los cambios o rupturas y las pervivencias o continuidades, que
han sido objeto de análisis en particular41.
40Zarrilli, Adrián G., (1997), “Ecología, capitalismo y desarrollo agrario en la región pampeana
(1890- 1950). Un enfoque histórico- ecológico de la cuestión agraria”, Universidad Nacional de La
Plata, Centro de Estudios Histórico- Rurales, 978-84-693-8042-0
41Los conocimientos sobre el relevamiento visual efectuado por la autora, se complementan con
los de la Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez , 21 de junio de
2000.
21
moderno a la vez, donde la decodificación de los rasgos paisajísticos
producidos en cada etapa de su desarrollo, evidencian el proceso de
configuración socioeconómico que les dio origen42.
42 Nos ha servido como referente ara esta parte del trabajo la obra, Capacci, Alberto, (2003), (a
cura di), “Paisaje, ordenamiento territorial y turismo sostenible”, Génova, Brigati.
43 Para ahondar en el enfoque del patrimonio multidimensional, Cfr., Gutman, Margarita V., (2000),
22
Figura 2:
Puente sobre afluente del arroyo La Choza
Puede observarse como este curso de agua de poco caudal atraviesa el camino de
entrada a la estancia. Sobre el mismo se ha construido un puente de ladrillos, hacia 1910,
el que ha sido menester reparar sucesivamente debido a las crecidas del arroyo y a la
condición lábil de los materiales.
Fuente: fotografía de la autora, septiembre de 2007.
Un segundo tramo del camino une el dicho puente con el “guarda- ganados”
(sucesión de barras de metal y fosas que impide el paso del ganado bovino por
el camino) que, incrustado en el suelo, marca el inicio de la importante avenida
de eucaliptos que, implantada hacia 1920 lleva hasta “las casas”, un tramo del
mismo puede apreciarse en la Figura 3.
23
Figura 3:
Guardaganados (1920)
45 Ibidem.
24
Figuras 4 y 5 :
Alambrados tradicionales y “boyeros eléctricos”
25
Figura 6:
Avenida de eucaliptos de la entrada al casco
26
de Estancias”, concebido por sus propietarios, en el que se convertirían en
dependencias para dar albergue y comida a los visitantes46.
Figura 7:
Estilización de la marca de ganado (1882)
27
Figura 8:
Detalle de la tranquera del casco
La doble tranquera forjada en hierro martillado que señala el final del camino de
ingreso y el inicio de las 20 hectáreas destinadas al casco, posee un detalle de la marca
de ganado histórica (1882) de la estancia en cada una de sus hojas. Se considera que
este es un rasgo común en los establecimientos estancieros que contribuye a consolidar
la identidad del mismo, como marcando una territorialidad frente a quienes acceden al
núcleo habitacional principal de la estancia.
Fuente: fotografía de la autora, diciembre de 2004.
28
Figura 9:
Detalle de la antigua puerta de acceso y la marca de ganado
47 Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez, 28 de enero de 2002.
29
Figura 10:
Vista panorámica de “las casas patronales”
(Casco de Los Talas)
48 Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez, 28 de enero de 2002.
30
cipreses donde, en un proyecto paisajístico que quedó inconcluso, Jorge M.
Furt y Biaus planeaba construir un espejo de agua rectangular (del que quedan
restos de mampostería), rodeado de dichos árboles, al estilo de las ”villas
italianas” (florentinas) renacentistas, que había conocido en su viaje a Europa,
en las décadas de 1920 y 1930.
Figura 11:
El monte frutal de higueras
Este monte está enmarcado por una reja con pórtico de mampostería,
donde trepan plantas de frambuesas y otras especies de enredaderas. Se halla
separado de la casa antigua por un camino de tierra y rodeado de “cortinas de
cañas de la India”, como se puede observar en la Figura 12, traídas al país en
31
tiempos de la influencia hegemónica del capital británico (segunda mitad del
siglo XIX, etapa agroexportadora). Hacia el noreste el talar autóctono y los
arbustos espinosos avanzan sobre las pasturas. El límite de este área está
señalado por una antigua zanja, construida hacia 1850 con la idea originaria de
detener el desbande de los ganados, antes de la instalación de los
alambrados49. En la actualidad se la mantiene sin malezas buscando detener el
avance de los talas y de los acacias, verdaderas competencias de las pasturas.
Hasta comienzos del siglo XX, aproximadamente, ambas especies fueron
explotadas para servir como combustible, en un área carente de leña como la
pampa húmeda50.
Figura 12:
Entrada al monte ornamental del casco
49Ibidem.
50Sobre las influencias de los talares en la pampa húmeda puede consultarse, , La Nación , B”, en
Sección 5: Campo, Bugatti, Cristina L. de, (2006, 2 de diciembre), “La noble función de los talares”,
Buenos Aires.
32
El parque puede ser calificado como “no planificado”, ya que especies
exóticas como magnolias (en sus tres versiones: foscata, reginata y purpurata),
robles, nogales, se mezclan con especies nativas como ceibos y lapachos. Esta
característica muestra una interacción entre los espacios de residencia y de
trabajo. Este rasgo distingue a Los Talas de las estancias construidas con
posterioridad al 1900, donde los jardines y parques poseían un diseño
generalmente europeo, cuyos responsables eran expertos contratados, como el
paisajista Charles Thays. Las únicas líneas estructuradas geométricamente en
función de un propósito se evidencian en la traza de la citada avenida de
eucaliptos (ver Figura 6) del camino de ingreso, que dibuja una especie de eje
longitudinal del establecimiento con una nueva doble línea de eucaliptos de
disposición perpendicular a la anterior, dispuesta detrás de la casa antigua (uno
de sus tramos puede verse en la Figura 13), y usada temporariamente como
acceso alternativo y conexión entre los potreros del norte y del sur. Constituye
una forma de eje transversal del casco y entre ambas prefiguran una cruz, vista
desde lo alto, característica de las estancias pampeanas hacia principios del
siglo XX51.
51 Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez, 28 de enero de 2002.
33
Figura 13:
Línea de eucaliptos en crucero
Esta línea de eucaliptos recorre el casco por detrás de la “casa nueva”, formando
una cruz con la prolongación imaginaria de la avenida de eucaliptos ya vista en la
entrada. Esta disposición constituyó una característica frecuente en las estancias
pampeanas del siglo XIX y XX.
Fuente: fotografía de la autora, marzo de 2003.
34
convenir en aquellos conceptos más adecuados y a la vez constantes a lo largo de
esta investigación.
Respecto de Cultura productiva, se ha centrado el análisis en la llamada
cultura de la producción, como parte de cultura en sentido amplio. Lo cual incluye,
según el punto de vista filosófico, además aquello que
“… se diferencia de la naturaleza por no ser, como esta, por decirlo así,
mera presencia”, ó como dice Ricket, “el conjunto de lo nacido por sí y
entregado por su propio crecimiento”, sino objeto o proceso al cual está
incorporado un valor, que tiende a un valor y está subordinado a él. De ahí
que un objeto natural pueda ser un objeto cultural y viceversa…” 52, aquello
que hace al cómo se hacen o los modos, prácticas, costumbres, actividades
de las comunidades, “… la cultura no es solamente lo creado, lo formado y
lo transformado; es también un acto de esta transformación, el proceso de
esa actividad humana que se objetiva en los bienes…”53.
52 Ferrater Mora, José, (1971), “Diccionario de Filosofía”, Sudamericana, Buenos Aires, Tomo 1,
pp. 390-391.
53 Ibidem.
54 Sánchez Cerezo, Sergio, (Director), (1984), “Diccionario de las Ciencias de la Educación”,
Santillana, Madrid, vol 1, p. 342.
55 Sánchez Cerezo, Sergio (Director), “Diccionario … op.cit, vol 2, p. 1150.
35
“.. .cada sociedad se caracteriza por una configuración definida de fuerzas y
relaciones de producción, social e históricamente constituidas, que son la
base sobre la cual se asientan otras relaciones económicas y sociales…”56.
56 Bottomore, Tom (Director), (1984), “Diccionario del pensamiento marxista”, Tecnos, Madrid.
57 Para ampliar sobre los conceptos de Habermas, Jurgen, (1986), “Historia y crítica de la opinión
pública”, Gili, Barcelona.
58 Ferrater Mora, José, (1971), “Diccionario ... op.cit, p. 391.
36
cinematografía, exposiciones de arte, etc.59. En general ponen el acento en el
carácter deliberado y objetivo de producir un espacio y un mensaje cultural, en el
sentido de un recorte específico del concepto general de cultura antes visto. En
este rumbo, las Ciencias de la Educación aportan un enfoque aplicable a la
educación y a la cultura, en perspectiva de actividades sociales,
“… si se considera a la educación como un producto, resultado de un
proceso de confluencia de determinados factores (edificios, tecnología, trabajo…),
le es aplicable el mismo tratamiento económico que a los demás bienes y
servicios…”60 .
37
4. El proceso de configuración patrimonial pampeano:
cultura de la producción y producción cultural libresca
61
Para lograr un panorama amplio de la situación de doblamiento de la pampa ondulada,
Cfr, Politis, Gustavo, (2012), “Las poblaciones prehispánicas”, en Otero, Hernán, (Director de
tomo, 2012), “Historia de la Provincia de Buenos Aires. Población, ambiente y territorio”, Buenos
Aires, Edhasa, pp. 213 a 247.
38
no los poblaron. Allí comienza a disociarse la estancia, de las tierras de pan llevar
y los solares urbanos. Las relaciones de la ciudad y el campo evolucionan al ritmo
de los tiempos, y con ello los sistemas agrarios, de modo que a las distintas
coyunturas económicas corresponden distintas fisonomías y funcionalidades de
los establecimientos de campo.
Las “suertes de estancias”, desde el parcelamiento efectuado en la
fundación de Buenos Aires, por Juan de Garay, en 1580, fueron inicialmente
apoyadas en los cursos ríos, constituyendo una temprana manifestación del
ordenamiento espacial colonial. Las sucesivas divisiones debidas a
fraccionamientos por herencias, compra- ventas, etc., dieron lugar a las llamadas
“estancias de cabezadas”, que cortaban a las suertes originales y podían o no
apoyarse o ser atravesadas por otros cursos de agua. No muy lejos,
temporalmente, de este comienzo, se produjo la adjudicación de los terrenos que
compondrían Los Talas.
En las Mensuras Antiguas relevadas en el Ministerio de Obras,
Infraestructura y Vivienda de la Provincia de Buenos Aires, se registra la primera
representación de estas tierras realengas, en cuya memoria se lee:
“… El 22 de septiembre de 1796, practicó el mismo Agrimensor la segunda
mensura del mismo terreno y en los términos siguientes. Para dar principio
se dirigió al mojón que divide las suertes principales del Río de Luján con
las cabezadas correspondientes a don Pablo Méndez, que obtuvo de su
abuelo por compra que hizo a los Regulares: en ese estado se presentaron
don Pablo Peñalba y don Franco (Francisco) Villarroel, acreditando que en
1766 sus pasados compraron a los PP (Padres) de la Compañía de Jesús,
dos leguas de frente y dos de fondo y lo restante al segundo, esto es, 99
has (hectáreas) de frente y su fondo competente; es ese mojón tiró el
rumbo SO de la aguja, y midió por esta dirección hasta la distancia de
10.500 varas, con la cual vino a dar con la cañada principal del Arroyo Las
Conchas, nombrado 39TML39nal39t la Cañada de La Chosa (Choza); en su
término puso un mojón para dividir las tierras de don Juan Pablo Méndez,
con las de Peñalba y Villarroel, y de él tiró el rumbo SO de la aguja y midió
con esta dirección hasta la distancia de 12.000 varas, que son las que
corresponden a los Villarroeles y Peñalbas, y en su conclusión puso un
mojón desde el cual por el mencionado rumbo del SO siguió midiendo, a
más de las 12.000 varas hasta la distancia de 24.400 varas y en su final
colocó otro mojón, cuyo terreno es el que corresponde a don Pedro Díaz de
Vivar. Desde este último mojón, para medir el frente del fondo, siguió el
rumbo del NO de la aguja y midió por esta dirección hasta la distancia de
39
20.000 varas, en cuyo término conceptuó, llegaría la suerte principal de
9.000 varas del Río de Luján, colocando en su conclusión otro mojón.” 62
Barral, María Elena (1995), La iglesia en la economía y la sociedad de una región de la camapaña
bonaerense. Pilar, Luján y Conchas, 1770- 1820”, Tesis de licenciatura en Historia dirigida por
Raúl O. Fradkin, Biblioteca, Universidad nacional de Luján, momeo, págs 24 y 25.
64 Sobre la Obra de la Compañía de Jesús en territorio argentina, Cfr. Page, Carlos (Director),
(2002), “El camino de las estancias. Las estancias jesuíticas de Córdoba y la Manzana de la
Compañía de Jesús. Patrimonio de la Humanidad”, Latingráfica, Córdoba.; así como para seguir el
tema en el tiempo, Cfr. Barral, María Elena, (2006), “La acción eclesial en la campaña bonaerense
en la primera mitad del siglo XIX”, Universidad Nacional de Luján, Departamento de Ciencias
Sociales, en “Memorias de las Primeras Jornadas de Investigación del Departamento de Ciencias
Sociales, Jornasoc- 2006”, Luján, pp. 187- 198.
40
Figura 17:
El Arroyo de La Choza y las tierras de Los Talas
El curso del Arroyo de la Choza, como tantos en la pampa húmeda, sirvieron para
deslindar en el terreno la partición de las tierras. Sobre el meandroso trazo del curso medio ,
en dirección a la ciudad de Luján, sobre la izquierda de la fotografía pueden apreciarse las
tierras de la estancia llamada de “las puntas de la Choza” a comienzos del siglo XIX. En la
actualidad estas tierras forman parte de la estancia San Mariano, separada de Los Talas en
la sucesión de Jorge Aquiles Furt en 1941.
Fuente: fotografía de la autora, septiembre de 2007.
41
Figura 18:
Detalle de las nacientes del Arroyo de la Choza
42
Mapa 3:
Primera mensura de las tierras de Pedro Díaz de Vivar (1796) (Adquirida en
1824 por José Mariano Biaus y Piñeiro)
43
arroyo de la Choza, se toma como referencia la propiedad de Pedro Díaz de
Vivar65
En el Título de Propiedad Original de la familia Biaus (antecesores de los
Furt, actuales dueños), se registran las alternativas de traspaso dadas en tiempos
coloniales y primeras décadas independientes:
“Sea notorio como yo, Don Pedro Diaz de Vivar, vecino de esta
ciudad (Buenos Aires), por la presente otorgo que vendo y doy por
venta por… (José) Mariano Viaus (Biaus y Piñeiro), vecino de la Villa
de Luxan (Luján)… tres mil quinientas varas de tierras, de las que
tengo y poseo pacíficamente en las bandas del río Luxán (Luján), de
que me hizo gracia y donación de su libre y espontánea voluntad,
Doña Teodora de Leyba (Leiva) y Vergara, viuda del Capitán de
Dragones don Manuel de Leyva, como heredera de Doña Juana y
Doña Antonia de Leyva, quienes lo fueron en subvención del Rexidor
Don Juan de Vergara por merced, que le hizo de ellas el señor Don
Pedro Esteban Dávila, Maestre de Campo Gobernador y Capitán
General y Justicia Mayor de las Provincias del Río de la Plata, … el
10 de diciembre del año pasado de 1635… y de su consecuencia se
practicaron las diligencias de mensura y amojonamiento que se
hallan archivadas en la Escribanía Mayor de Gobierno, y de las
dichas 3500 varas de frente con 7000 de fondo en el costado
nordeste, y en el costado sudeste 8250 lindan por su frente principal
con el arroyo de la cañada de la Chosa (Choza) y por el fondo con el
finado Agustín Rodríguez, y por el costado nordeste con el finado
Aparicio, y por el sudeste con Hilarión Méndez, y por cuyo título y …
los linderos expresados le hago esta venta… Buenos Aires, 8 de
octubre de 1836”66
44
documentales de que José Mariano Biaus y Piñeiro, comprador e iniciador de la
ocupación y producción de la estancia en propiedad de la familia con continuidad
hasta el presente, provenía de una familia vasco- francesa radicada en Buenos
Aires, según reza la constancia de Bautismo de su hijo Mariano Biaus y Córdoba,
segundo “patrón” de Los Talas:
“… Bautismo de Mariano Biaus y Córdoba, hijo de Don José Mariano
Biaus y Doña Ventura Córdova (Córdoba), en el legítimo matrimonio … en
la parroquia de la Santa Concepción de Buenos Aires, 9 de septiembre de
1831”68.
45
estancia antigua…”71. Considero que este periodo fundacional proporciona a la
configuración espacial de Los Talas, su conformación como la estancia mítica,
aún presente hacia mediados del siglo XX cuando J.M. Furt le escribe así:
“Tranqueó el gran Don Mariano viejo, con sus criollos, esta tierra chúcara y
porfiada: le quedó su estancia dura de morir, retacona y fuerte, eterna…” 72.
71 Furt y Biaus, Jorge M. , (1947), “Libro de Compañía”, Buenos Aires, Colombo, p. 142.
72 Furt y Biaus , Jorge M., (1974), “ Ciento cincuenta años de Los Talas… op.cit. Sin número.
73 Cartas a la casa de campo de las “Puntas de la Choza”, abril de 1827, en Caja 1, AE “LT”, en
AyB “JMF”.
74 Furt y Biaus , Jorge M. “ Ciento cincuenta años de Los Talas… op.cit. pp. 17 y 18.
46
Figura 14:
Paisaje rural: talas y aguadas
75Para consultar el Registro de Marcas del Partido de Luján, Archivo del Juzgado de Paz del
Partido de Luján, Archivo Histórico del Complejo Museográfico “Enrique Udaondo” de Luján; sobre
los Juzgados de Paz an la provincia de Buenos Aires, Cfr., Díaz, Benito, (1952), “Juzgados de Paz
… op.cit.
47
la gastronomía campera, ineludiblemente representada por el asado. A este se
agregan, como especificidad del día de yerra, los testículos de los terneros que
son consumidos asados a la parrilla en el momento76. Lo cual encierra también un
ritual tradicionalista cuyo sentido profundo no es el objeto de análisis de esta
Tesis, y se inscribe en el proceso de transición entre las vaquerías y el rodeo en la
región pampeana.
“Patrones y peones iguales en el trabajo y descanso: una voluntad de
afincarse en este sitio donde duraban aun, derruidos los rastros de otros
españoles más viejos vencidos por las lunas y los soles, lluvias y secas, las
epidemias y los vientos y la soledad con sus indios y alimañas
espiando…”77
76Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez, 21 de junio de 2000.
77Furt y Biaus , Jorge M. “ Ciento cincuenta años de Los Talas… op.cit. pág. 18.
78 Furt y Biaus, Jorge M. (1947), “Libro de compañía... op.cit., p. 151.
48
década de 1980, acerca del predominio de la estancia pecuaria de explotación
extensiva.
49
Del documento anterior se desprende que los Biaus poseían el usufructo
previo de las tierras de Bragado en enfiteusis, por lo que, radicados en la ciudad
de Buenos Aires, en este periodo que llamamos de la “estancia saladeril”,
adquieren en propiedad los campos en al área de Luján y de Bragado. Ello tiene
una implicancia directa en la producción espacial de Los Talas, concebida como
un punto de apoyo en el camino a Bragado. Ello genera que la primera casa,
construida en la década de 1820-1830, “la antigua”, como se ha visto, no fuera
sino un “parador”, donde se alojaban quienes cuidaban la hacienda y “hacía noche
el patrón” en su camino hacia los campos del interior82. Es una clave interesante
de proponer, el hecho de entender a Los Talas no como una estancia aislada, sino
en el contexto de las propiedades de la familia, por los que es posible detectar
rasgos que se deben a decisiones de la función que esta estancia lujanense tenía
en ese conjunto. Dicha función, puede verificarse, que ha ido cambiando en los
distintos contextos, cuando pasa de ser un sencillo parador, a ser la residencia de
verano y luego una residencia permanente. Esas decisiones han dejado
construcciones, disposiciones y rasgos paisajísticos que constituyen
manifestaciones del patrimonio cultural pampeano.
“Humearon su humo agrio las hornallas de ladrillo, junto a los pisaderos con
el barro para los adobes, los asientos, los reboques. Las altas carretas de
castillo, los carros de vara, ahí en el galpón descansando, trajeron las
maderas y los fierros. Se arrimaron de esas lagunas por Navarro los juncos
para techar y la pajabrava para quinchar con chorizo los ranchos…”83
82 Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez, 28 de enero de 2002.
83 Furt y Biaus , Jorge M. “ Ciento cincuenta años de Los Talas… op.cit. pág. 20.
84 Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez, 28 de enero de 2002.
50
pamperos, cara al campo, el poblado de los primeros ranchos. Quedaron
viejos y amarrados a su propia tierra…”85
Figura 15:
Paisaje rural: acacios y aguadas
85 Furt y Biaus, Jorge M., (1974), “ Ciento cincuenta años de Los Talas… op.cit. pág. 20.
86 Ibidem.
51
Durante el periodo lanar, con el uso más intenso del suelo, se ha hallado
documentación probatoria de que comienza un proceso de amojonamiento de los
linderos que Biaus llevará a cabo respecto de sus vecinos, por ejemplo Domingo
Olivera, como analizaré en el capítulo siguiente.
“Afincada quedaba vida en los pagos de estas “Puntas de la Choza”:
dejaron los chajás en tiempos de la postura de alertar siempre con su grito
vigilante y áspero. Aquel viejo Biaus, caminando con el Ramón mulato
inseparable, podía mirar sus gentes y animales aquerenciados ya en Los
Talas”87
Mapa 4:
Plano catastral del partido de Luján (1865)
87 Ibidem.
52
Podemos observar al sur del partido de Luján la presencia de las tierras originarias
de la estancia Los Talas, adquiridas en 1824 por José Mariano Biaus y Piñeiro., apoyadas
sobre el arroyo de la Choza.
Fuente: MOIVPBA, Plano Catastral del Partido de Luján (1865)
53
estrechamente vinculado a la posibilidad de contar con aguadas permanenes.
Salvador María del Carril informa a Lavalle en carta del 20 de agosto de 1840
“… Dicen que de los Cerrillos de Luján para adelante no hay pastos a 10
leguas a las cercanías de Buenos Aires, no hay cómo mantener caballo;
que las caballadas del norte son las únicas servibles hoy en la Provincia de
Buenos Aires. Esto me ha dicho un estanciero que ha venido poco hace de
por allá y se lo transmito aunque sea impertinente…”90
90 Carta de Salvador María del carril a Juan G. de Lavalle, 20 de agosto de 1840, en Barba,
Enrique, “La Campaña Libertadora …op.cit, , pp. 542- 543.
91 Carta de Florencio Varela a Juan G. de Lavalle, del 4 de octubre de 1840, en Barba, Enrique, “
54
Jorge M. Furt y Biaus, en su interés por conservar los saberes que hacen a
la memoria de la vida cotidiana de su estancia y sus gentes, recupera el
conocimiento que de las pasturas de Los Talas poseían sus pobladores,
“Alguna vez tendré que escribir el elogio de don Pablo (Torres), capataz de
campo… Criollo de verdadera ley. Nombraba al galope del pingo los pastos
tiernos – trébol, gramilla, alfilerillo, cebadilla, cola de zorro, flor morada- los
pastos fuertes – té pampa que blanquea, flechilla, puna, altamisa-, los
pastos malos – romerillo, abrojos, quiebrarado, cepa caballo- las pajas –
espadaña, junco, cortadera, paja brava…”93
Figura 17:
Detalle de pasturas naturales e implantadas
92 Carta de Florencio Varela a Juan G. de Lavalle, del 4 de octubre de 1840, en Barba, Enrique, “La
Campaña…”, op.cit., pp. 592 a 593.
93 Furt y Biaus , Jorge M. “ Ciento cincuenta años de Los Talas… op.cit. pág. 64.
55
Una de las consecuencias previsibles de la oposición de Biaus al rosismo
fue la confiscación o “pase a disposición”, en el lenguaje de época, de sus bienes
al gobierno. En una nota de seis páginas de extensión, el Gobernador de la
Provincia de Buenos Aires comunica al Juez de Paz de la Villa de Luján
“… ordenando la venta de lotes, los bienes unitarios, menos estancias,
hacienda y terrenos, casas y sitios…”94.
94Copia de la nota del Gobernador Delegado Felipe Arana al Juez de Paz de la Villa de Luján,
Buenos Aires, 16 de septiembre de 1840, en Caja 1 del AE “LT”, en AyB “JMF”.
95 Copia de la Carta del Coronel Edecán de Juan Manuel de Rosas, Pedro Ramos al Juez de Paz
56
El documento dice además que es destacada la temprana presencia de
inmigrantes franceses (Biaus, ya comentado) e irlandeses (Colman), en el área
que a partir de la división del partido (1854), ocupará el cuartel 3ero. Las prácticas
de ganadería ovina se asocian a la llegada de miembros de comunidades
nacionales mencionadas que, durante el periodo rosista se fueron asentado en el
área y que participarán de la vida social y económica, como se verá en la Parte III
de esta Tesis. En los Registros de Marcas del Partido de Luján aparece por
primera vez la de Mariano Biaus y Córdoba (idéntica a la actual), en 1882. No así
en el primer libro de esa naturaleza del partido, que se guarda en el Archivo del
Complejo Museográfico “Enrique Udaondo” de Luján.96
En los documentos referidos a la relación entre las autoridades rosistas de
la campaña bonaerense, se hace evidente el clima de control de las formas
violentas a la oposición, habida cuenta de las resistencias presentadas al
régimen. En nota del Edecán de Rosas al cuartel de Santos Lugares, se reporta
haber encontrado armas ocultas en Los Talas
“…un cañón, una tercerola, una lanza, una bayoneta, una macana, y una
… na (sic, palabra incompleta) de bronce, la que ha sido encontrada en la
casa de campo que, perteneciendo al salvaje unitario (José) Mariano Biaus
(y Piñeiro), como escondida entre los pastos… Le recomiendan remitir toda
arma hallada en el partido…”97.
96 Registro de Marcas del Partido de Luján, 1865, 1882, Archivo del Complejo Museográfico
“Enrique Udaondo” de Luján (en adelante ACM “EU” L).
97 Copia de la carta del Coronel Edecán de Juan Manuel de Rosas, Don Pedro Ramos al Juez de
Paz de la Villa de Luján, Santos Lugares, 9 de octubre de 1840, en Caja 1, AE “LT”, en AyB “JMF”.
98 Copia de la carta del Juzgado de Paz de la Villa de Luján al encargado de la estancia
57
Por otro lado, respecto de las actividades del establecimiento productivo,
una Relación de vecinos del partido que “… han dado auxilio… “al gobierno 100,
muestra las cantidades y proporciones de tales aportes. En ella puede observarse
que el establecimiento de J.M. Biaus y Piñeiro aparece contribuyendo con en 2,70
% de los caballos y el 14,62 % de los vacunos. Es posible que un porcentaje tan
alto, en relación con el resto de los estancieros, se deba a la condición de
confiscación que pesaba sobre Los Talas, así como a su capacidad de
producción, a juzgar por documentación que se analizará enseguida.
100 Carta del Juez de Paz de Luján a Juan Manuel de Rosas, Arroyo de la Choza, 13 de agosto de
1840, en Caja 1, AE “LT”, en AyB “JMF”.
101 Entrevista a Celia EtelvBiaus y Suárez, 1 de febrero de 2005.
58
de franceses, provenientes de Burdeos, entablando una relación social y cultural
que signa, en alguna medida, una herencia identitaria102. En este contexto
aparece como coherente la elección del Colegio de Lacordaire de los dominicos
franceses para que realizaran sus estudios los hijos del matrimonio y donde, al
fallecimiento de su madre en 1917, Jorge Martín y Mariano Emilio fueran
internados como pupilos.
En el período que va desde los albores del siglo XX hasta la crisis de 1930,
Jorge A. Furt encuentra una estancia de 2.000 hectáreas, en un momento de
perfilamiento de sus rasgos básicos; y se aboca a diseñar las 20 hectáreas del
casco, implantando la emblemática avenida de eucaliptus, cuya prolongación
imaginaria se corta con una línea transversal de eucaliptos que pasa por “detrás
de las casas”. También es en esta etapa que se instalan la caballeriza, casa de los
peones y se parquiza el casco, logrando “un todo funcional” en el que la vida
familiar y la explotación agropecuaria dictan las pautas y lógicas de los diferentes
cambios y continuidades.
Asimismo, es al calor de la modernización que proponen los mercados
internacionales a la ganadería bovina, que se completan los apotreramientos con
alambrados, se provee de agua en superficie con la dotación de molinos eólicos
(llamados “de viento”, en el campo) y tanques “australianos”, que mediante un
nuevo sistema de bebederos, permite que la hacienda abreve en cada rincón del
campo. El Archivo gráfico de la estancia, es muy rico en fotografías de patrones,
mayordomos y peones retratándose frente a tantas innovaciones tecnológicas 103.
Jorge A. Furt es el último de los patrones que orientan inversiones y producción
hacia el agro exclusivamente, pretendiendo que su hijo Jorge Martín Furt hiciera lo
propio, oportunamente104
102 Entrevista a Celia Etelvina Furt – Biaus y Suárez de Rodríguez, 24 de septiembre de 2007
103 Arhivo Grafico de “Los Talas”, en AyB “JMF”.
104 Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez, 1 de febrero de 2005.
59
Figura 18:
Jorge Martín Furt y Biaus
(1902-1971)
Los hijos de Etelvina Feliciana Biaus y Castaño y Jorge Aquiles Furt: Jorge
Martín y Mariano Emilio, heredaron la estancia, subdividida a la muerte de su
padre en 1940, conservando Jorge Martín el “casco histórico” a cambio de la
resignación de superficie (11 hectáreas) a manos de Mariano, quien fundó en las
tierras ubicadas hacia el suroeste la estancia San Mariano. Jorge Martín Furt
heredó Los Talas, que con sus 890 hectáreas conservadas hasta la actualidad,
comenzó a regentear a partir de 1941 y hasta su muerte en 1971.
60
Ambos hijos estudiaron en el Colegio de los frailes franceses de Lacordaire,
pero mientras Jorge Martín siguió estudios universitarios y a la vez alcanzó una
gran formación autodidacta (la que se analizará a continuación), Mariano Emilio
permaneció ayudando a su padre en los negocios “… mi abuelo lo tenía para los
mandados…”, refiere C.E. Furt- Biaus y Suárez de Rodríguez105. La relación entre
los hermanos era buena, existiendo un sentimiento de admiración de parte de
Mariano Emilio hacia la cultura y la obra de su hermano mayor, Jorge Martín Furt y
Biaus106.
Mientras que Mariano Emilio Furt y Biaus se casó con Sara Uhalde y no
tuvieron hijos, la historia de Jorge Martín Furt y su esposa Celia Suárez adquiere
tintes propios del romanticismo literario que tanto Jorge M. Furt admiraba. Refiere
su hija Celia Etelvina Furt-Biaus y Suárez de Rodríguez, que su mamá era hija de
un matriminio de puesteros criollos de condición humilde, y vivía con su familia en
una casa ubicada a la vera del camino de Luján a Navarro, por el lado sur (como
se muestra en la imagen 33 y la cartografía en el plano 14). Jorge Martín Furt
montaba a caballo luciendo poncho y guitarra, remedando la figura de su admirado
Esteban Echeverría. En estas circunstancias inició una relación sentimental con la
quinceañera Celia Suárez y la llevó a vivir con él al casco de la estancia Los
Talas107. De esa unión nació un primer hijo que falleció inmediatamente y
aproximadamente un año después, el 5 de noviembre de 1931, nació Celia
Etelvina Furt- Biaus y Suárez. Lo hizo en la casa que su padre alquiló en la calle
Rivadavia de la ciudad de Luján, para que una partera pudiera asistirla
adecuadamente. A los once meses nació Jorge Mariano Furt-Biaus y Suárez. La
pareja contraería enlace en la ciudad de General las Heras, aproximadamente una
década después108 . Esta historia de vida nos remite a la sociedad rural de la
primera mitad del siglo XX en la pampa argentina, donde la estratificación social,
condición laboral y de género presentan especificidades que ubican a las
personas en determinados lugares del entramado socio- cultural.
105 Entrevista a Celia Etelvina Furt – Biaus y Suárez de Rodríguez, 24 de septiembre de 2007.
106 Ibidem.
107 Ibidem.
108 Ibidem.
61
La relación de Jorge Martín Furt con su padre, Jorge Aquiles Furt, se da por
los carriles formales de las clases acomodadas. Jorge y su mencionada familia
viven en Luján pero, semanalmente Jorge Martín viaja a Buenos Aires para comer
con su padre. Lo hacen en su residencia, la que Celia Etelvina Furt-Biaus y Suárez
de Rodríguez califica como lujosa. Por ejemplo, narra que su padre le refería que
si el menú constaba de langosta, la mesa se servía con mantelería y vajilla de
color rosado, para combinar la coloración. También cuenta que en esas
oportunidades Jorge A. Furt convidaba a su hijo un cigarro habano “Partagás”,
pero que este no encendía frente a su padre, aunque tenía más de 30 años.
Respecto de los veranos, en este contexto de costumbres familiares, Jorge
Aquiles Furt viajaba quince días a Mar del Plata con sus hijos varones solos, para
disfrutar de lujosas vacaciones109.
Jorge Aquiles Furt no conoció a sus nietos habidos de Jorge Martín y Celia
Suárez. Celia Etelvina Furt-Biaus y Suárez de Rodríguez relata que cuando
falleció su abuelo (1941) les mandaron un coche con chofer para llevarlos a
Buenos Aires al sepelio. Refiere su asombro ante las vestimentas lujosas
(vestido, tapado y sombrerito), con que ella y su hermano Jorge Mariano (trajecito
de pantalón corto y corbata) fueron ataviados110. Del relato se pueden inferir
rasgos costumbristas de época, de diferencias sociales, de estilos de vida rurales
y urbanos, así como de cuestiones de género muy interesantes de observar.
El fallecimiento de Jorge Aquiles Furt provoca la subdivisión de la estancia
Los Talas original entre los dos herederos, como se ha mencionado. Comienza
una época en la que Jorge Aquiles Furt se afirma más en su proyecto de vida,
viaja a Rosario con su esposa e hijos, donde Celia Suárez, es sometida a una
cirugía estética en sus labios. Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez de Rodríguez,
refiere que su familia permaneció hospedada en un hotel de la ciudad de Rosario
para esperar la recuperación de Celia, a quien define como “una morocha muy
bonita”, de la intervención quirúrgica111. Su hija se refiere a ella como una gran
109 Ibidem.
110 Ibidem.
111 Ibidem.
62
compañera de vida de Jorge Martín Furt, ubicada en un discreto segundo plano,
que lo acompañó en sus andanzas por Buenos Aires, Luján, Villa del Lago
(Córdoba) y los viajes a Europa. Aficionada a la jardinería plantó y cuidó los
jardines de los lugares en donde vivió con su familia. Especial referencia
merecieron el propio jardín en el casco de Los Talas, así como el jardín de rosas
ubicado frente a su residencia de Villa del Lago, en Córdoba. Relata su hija que
los transeúntes le pedían flores para llevar al cementerio local y ellas las
obsequiaba112.
La gestión de Jorge M. Furt y Biaus, como se analizará en los capítulos que
siguen, reorienta el sentido de las inversiones y las producciones, de la exclusiva
producción agropecuaria a una complementación de esta con la producción
cultural, libresca y erudita. Resulta evidente que existe “… un antes y un
después…” de su gestión, Celia Etelvina Furt-Biaus y Suárez, su sucesora y sus
cinco hijos: Etelvina Inés (llamada Etelvinita), María Isabel (Isabella), María
Mercedes, Ricardo Pedro (Ricardito) y María Elena Rodríguez Furt, nacidos entre
1955 y 1964, siguen esa tendencia, en consonancia con las realidades de la
segunda mitad del siglo XX y los cambios que a nivel regional e internacional
constituyen su contexto histórico.
112 Ibidem.
63
Figura 19:
Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez de Rodríguez y
Ricardo Rodríguez
Tanto Jorge M. Furt y Biaus como su hija Etelvina, son los “patrones” de
Los Talas postsubdivisión sucesoria, o sea, de las 890 hectáreas que reciben de
Jorge Aquiles Furt, incluyendo el casco histórico. En la mensura de tierras que
sigue, puede observarse su parte heredada como 1ª Fracción y la de Mariano
Emilio como 2da. Fracción.
64
5.1. Las influencias culturales nativas y europeas.
113 Luchetti de Fernández Monjardín, María Adela, (1997, 6 de noviembre), “Jorge Martín Furt: un
argentino trascendente”, publicado en el diario La Nación, Buenos Aires, El Civismo, Luján, 17 y 31
de enero y 3 de febrero de 1979 y Biblioteca Jorge M. Furt (folleto con la biografía ampliada),
Luján, 1983, la compilación fue publicada en la Colección “Luján y su gente”, Luján, Librería de
Mayo, 1996, pág. 186.
114 Carta del Dr. Emilio Ravignani a Jorge M. Furt y Biaus, Buenos Aires, 13 de enero de 1925,
Correspondencia de J. M. Furt y Biaus, 1924- 1945, Caja 14, AE “LT“, AyB. “J MF”.
65
Figura 20:
Pinturas y libros
A lo largo de su vida Jorge M. Furt y Biaus adquirió pinturas, como las de la escuela
cuzqueña que se hallan en proceso de limpieza y restauración en la UNSAM (Taller TAREA),
en el marco del Convenio existente entre la Fundación Jorge M. Furt y este centro
universitario.
Fuente: fotografía de la autora, noviembre de 2006.
116
Ibidem y la del 21 de mayo de 1925.
117Carta del Dr. Emilio Ravignani a Jorge M. Furt y Biaus, Buenos Aires, 14 de abril de 1930,
Correspondencia de J. M. Furt y Biaus, 1924- 1945, Caja 14, AE “LT”, AyB “JMF”.
66
“… he recibido su primoroso trabajo (primoroso en forma y contenido),
sobre la Leyenda de Fray Luis Bolañoz”, lo felicito, sinceramente, por el
esfuerzo de información que revela y el signo de distinción que
traduce…”.118
Esa relación intelectual con E. Ravignani perduró entre los años 1925 a
1945, aproximadamente, de acuerdo a la información relevada de su
correspondencia. Vuelto Jorge M. Furt y Biaus de Europa y habiendo comenzado
a reunir su Biblioteca, como veremos más adelante, Amalia Ravignani de Moler,
hija de Emilio, ofrece parte del archivo documental de su padre a Jorge M. Furt y
Biaus.
“… quisiera hacer la venta total, fuera del catálogo que le remití, le reservo,
de acuerdo con los herederos, un lote de documentos excepcionales, que
no irán a la venta…”120.
118 Carta del Dr. Emilio Ravignani a Jorge M. Furt y Biaus, Buenos Aires, 24 de noviembre de 1926,
Correspondencia de J. M. Furt, 1924- 1945, Caja 14, AE “LT“, AyB “JMF”.
119 Carta del Dr. Emilio Ravignani a Jorge M. Furt y Biaus, Buenos Aires, 20 de mayo de 1940,
1945, Correspondencia de J. M. Furt, 1924- 1945, Caja 14, AE “LT”, AyB “JMF”.
121 García Hamilton, José Ignacio, Una vocación destinada a perdurar en el tiempo”, Homenajes a
Jorge M. Furt, bisemanario El Civismo, edición digital, 02 de mayo de 2002, Luján, pág. 1.
67
Estuvo en Europa más de dos años, viviendo, trabajando y recorriendo
bibliotecas conventuales. Trabajó fichando libros en la Biblioteca Vaticana, bajo la
dirección del erudito Cardenal Albareda, así como en la clasificación del material
proveniente de las excavaciones de Pompeya y Herculano, sepultadas por las
cenizas volcánicas122. Tomó clases en la Universidad de Nápoles con el profesor
Rafaele Corso, considerado una autoridad en la época en la “ciencia del folklore”.
Con Arturo Farinelli tomó clases de literatura comparada en la Universidad de
Turín123, y compartió veladas con D´Annunzio y sus discípulos, la imagen que
vuelca en el “Libro de Compañía”, sobre la casa de este escritor en las montañas
de Italia, nos deja la impresión de una prefiguración del proyecto de radicar su
biblioteca en las sierras cordobesas, como ya veremos:
“… La casa cuadrada, recia y limpia, sobre el lago Maggiore. Rodeada de
castaños y de ardillas. Su cuarto de escribir lleno de libros. Los muebles de
palo, rústicos y cómodos. La paz silenciosa y profunda de la montaña. La
comida simple – pan y pastas y frutas caseras- en las escudillas de madera,
los vasos del vino doméstico. El sol tibio en el día; el fuego chisporroteante
y perfumado de piñas en la noche mientras nevaba y nevaba. Las sábanas
ásperas de lino oloroso de espliego…”124.
122 Furt- Biaus y Suárez, Celia Etelvina, “Prólogo a la Antología de Jorge M. Furt”, Buenos Aires,
Secretaría de Cultura de la Nación/ Editorial Bonum, 1994, pág. 14.
123 Ibidem.
124 Furt y Biaus, Jorge M., “Libro de Compañía... op. cit, pág. 160.
68
Sapienza, y brindó una Conferencia sobre Angel Estrada el 18 de mayo de 1926.
Dice su hija Etelvina “… tenía 23 años…”125
Por el valor de sus trabajos sobre folklore, en Europa fue incorporado como
miembro a instituciones dedicadas a los estudios americanistas: el 30 de mayo de
1927 a la Hermann Barth Gesellschaft de Berlín y Viena, por iniciativa del Profesor
Friedrich Krauss, y el siguiente 20 de junio a la Société des Américanistes de París
por invitación del destacado cientista Paul Rivet 126. Es muy interesante comprobar
la percepción que de Furt tienen los europeos, al que ven como a un
“americanista”, así como en el medio local se hace sentir su influencia
“europeísta”.
De este viaje a Europa, que completa pasando de Italia a Suiza, Francia y
Austria recoge una gran experiencia en el conocimiento de las Bibliotecas,
religiosas y laicas, al igual que las bibliotecas conventuales, en que había
trabajado y vivido en Argentina. Allí convergen sus experiencias nativas con las
nuevas vivencias europeas, ya que en Argentina, como pupilo de los dominicos de
Lacordaire, había tenido ocasión de viajar y trabajar en las bibliotecas
conventuales de las provincias de Santa Fe y Córdoba127. Este dato no es menor
al momento de evaluar, por un lado su aficción y aprecio, así como su
conocimiento específico sobre manuscritos y libros antiguos, y por otro lado,
resulta clave para aquilatar la red de contactos que, probablemente en su primera
juventud fuera cultivando de manera no intencional, relacionándose con
bibliotecarios, archiveros y libreros en Argentina y en Europa, vitales como se
analizará más adelante, para la concreción de su proyecto bibliófilo.
“La biblioteca, toda antigua, recibe mi adolescente cariño por los libros
viejos. Uno por uno todos me dan su algo – cuanto pueden darle a un
muchacho sin años, desentendido-: cierta página linda, cierta ilustración de
madera, cierta línea elocuente, cierta portada estudiada en letras, tintas y
formas, cierta encuadernación que pide una mano para tenerla. Las polillas
y yo viviremos juntos un buen tiempo…”128, dice J.M.Furt en su “Libro de
Compañía”.
69
En su retorno a la Argentina, Jorge M. Furt y Biaus trae varios cajones de
libros comprados, especialmente en Italia. Allí fue relevante su relación con el
eminente librero y entendido en materia de libros Leo S. Olschki, propietario de
librerías en Roma y en Florencia, con el que ya desde Argentina Jorge M. Furt y
Biaus siguió mateniendo una copiosa correspondencia, como se informa más
adelante en la presente Tesis129. Reunidos con los libros franceses heredados de
su madre, conformarán el comienzo de su colección. Su amigo Ricardo Molinari lo
asesoró también en la adquisición de obras, especialmente de poesía e impresos
antiguos españoles. En los sucesivos años, el librero Jorge Peña, desde Cordoba
y el anticuario Jorge Rothstein, en Buenos Aires lo asistieron en la adquisición de
primeras ediciones y ejemplares valiosos130.
Hacia 1931, año en que nace su hija Celia Etelvina Furt-Biaus y Suárez la
biblioteca ya cuenta con un crecido número de ejemplares que la familia de Jorge
M. Furt va trasladando consigo a los distintos domicilios que habita en la ciudad de
Luján, como puede apreciarse en las imágenes 64 y 65, de las viviendas en que
residió la familia en la década de 1930.
Jorge M. Furt reunió materiales provenientes de otras calificadas bibliotecas
que, por distintas circunstancias, se vendían o corrían el riesgo de que sus
ejemplares se dispersaran. Fue el caso de la biblioteca de Abel Chaneton, de cuya
correspondencia con la viuda a propósito de la adquisición de los libros, se analiza
más adelante. También se incorporarán volúmenes de la colección de libros de
Eleuterio Tiscornia, a la vez su profesor de guitarra, como se verá en el análisis de
la correspondencia. J.M.Furt adquirió igualmente las bibliotecas de Clemente
Fregeiro, Víctor Tappone y Arturo Marasso131.
129 Fraga, Rosendo, “Biblioteca y Archivo Furt, un tesoro argentino a descubrir”, en Asociación
Amigos del Museo de Bellas Artes, Buenos Aires, 2003, en http://
www.aamnba.com.ar/otras_furt1.asp. pág 2, (fecha de consulta 25 de septiembre de 2007).
130 García Hamilton, José Ignacio, Una vocación destinada a perdurar en el tiempo”, Homenajes a
Jorge M. Furt, bisemanario El Civismo, edición digital, 02 de mayo de 2002, Luján, pág. 2 (fecha
de consulta 25 de septiembre de 2007)
131 Fraga, Rosendo, “Biblioteca y Archivo Furt, un tesoro argentino a descubrir”, en Asociación
70
En 1946 adquiere de los descendientes de un hijo natural de Juan Bautista
Alberdi, pensador liberal, jurisconsulto y diplomático, su archivo personal,
utilizando para ello el dinero obtenido ($40.000) de la hipoteca del campo de
Bragado (estancia La Colorada, como se ha analizado antes en esta Tesis), de
680 hectáreas. De esta manera evitó la dispersión del archivo y su posible venta a
compradores brasileños132 . Dicho archivo está compuesto por: un fondo
documental de 119 libretas y hojas sueltas de apuntes, borradores y originales,
7.190 cartas cuyo destinario fue Alberdi 8 fechadas entre 1832 y 1884, firmadas
por figuras públicas de la época, 225 cartas a terceros, pero relacionadas con las
anteriores, legajos con documentación jurídica, diplomática, política y privada,
legajos con documentos escritos de terceros133
La adquisición del Archivo Alberdi evidencia a las claras el transpaso de
capitales que se propone como explicación en el presente trabajo desde el sector
agropecuario al cultural- erudito. Celia Etelvina Fur- Biaus y Suárez de Rodríguez
aclara con mayor precisión en el Estudio Crítico a la Antología de su padre:
…” Lo había adquirido en 1946, a la viuda de don Francisco Cruz, quien a
su vez lo obtuvo de la señora Josefa Escobar Sársfield de Pérez, a cuyo
cuidado viviera sus últimos años Manuel Alberdi, muerto en 1900 sin
sucesión, poseedor de los papeles de su ilustre padre en virtud de un
arreglo celebrado con los únicos herederos legítimos de Juan Bautista
Alberdi, hijos de su hermana doña Tránsito Alberdi de García”134.
Luego del fallecimiento del hijo de Jorge Martín Furt, Jorge Mariano Furt-
Biaus y Suárez (1933- 1950), en un accidente automovilístico en la ruta camino a
la residencia de Villa del Lago, y por no desear regresar a ese lugar la esposa de
132 Ibidem y Entrevista a Celia Etelvina Furt – Biaus y Suárez de Rodríguez, 24 de septiembre de
2007.
133 Sobre el Archivo Alberdi están llevándose a cabo estudios específicos desde la Escuela de
Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín, entre los editados figura, (2004), “Archivo
Alberdi”, Centro de Investigaciones Filológicas “Jorge M. Furt”, Escuela de Humanidades,
Universidad Nacional de San Martín, Buenos Aires, versión en Disco Compacto (CD), y Burucúa,
José Emilio (Director General), (2004), “Papeles, ganados e ideas”, proyecto de investigación
presentado a la SECyT en noviembre de 2004, Lois, Elida, “Archivo Alberdi”, mimeo. Integraremos
este Proyecto de Investigación realizando la investigación de las relaciones políticas y
socieconómicas en el Archivo de Estancia.
134 Furt- Biaus y Suárez, Celia Etelvina, (1994), “Antología a …, op.cit, pág. 24.
71
Furt, Celia Suárez, se decide el traslado de la Biblioteca a la estancia Los Talas,
de Luján135.
Entre 1940 y 1950 el establecimiento agropecuario Los Talas continuaba
su desenvolvimiento con tareas rurales mixtas, es decir que se realizaba
ganadería, fundamentalmente bovina y agricultura subsidiaria en función de
aquella. Otras actividades como la horticultura, fruticultura, cría de caballos,
ovejas, cerdos y aves de corral tenían que ver con el autoabastecimiento en esos
rubros. La llegada de la Biblioteca, destinada al uso familiar y de un escogido
número de amigos, no alteró el desarrollo de las tareas del agro, pero sí demandó
cierta inversión para su instalación y la continua adquisición de libros y
documentos.
La Biblioteca describe un periplo que reproduce el itinerario de residencias
de la familia. Se recordará que a los libros heredados por Jorge M. Furt y Biaus a
la muerte de su madre en 1917, se sumaron los adquiridos en Europa y que luego
siguió comprando en diversos países, en las décadas de 1920 y 1930. Este fondo
bibliográfico fue reunido en las dos viviendas que Jorge M. Furt y Biaus alquiló
para vivir con su familia en la ciudad de Luján. Ante el nacimiento de Celia Etelvina
Furt- Biaus y Suárez y, en 1941 el fallecimiento de su padre, Jorge Aquiles Furt, la
familia se muda a Córdoba. Se pretende subrrayar el hecho de que más allá de la
decisión accidental de mudar la biblioteca a Luján, ante la muerte de su hijo Jorge
Mariano Furt- Biaus y Suárez en 1950, Jorge M. Furt y Biaus vivió e hizo crecer su
biblioteca como parte de su proyecto de vida. Ese estilo de vida y compromiso con
la unidad del patrimonio reunido fue transmitido a su hija sobreviviente Celia
Etelvina Furt- Biaus y Suárez de Rodríguez como una misión. Ella lo toma para sí
y transmite a su familia como un compromiso de continuidad, a la vez identitaria y
legitimante, que se evidencia en las decisiones tomadas a partir de 1971 cuando,
al fallecer su padre, se hace cargo de la estancia y asume la apertura del Archivo
y Biblioteca a diferentes públicos.
135 Entrevista a Celia Etelvina Furt–Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez, 21 de junio de 2000.
72
Debía buscarse un lugar físico donde instalar la Biblioteca. En el casco de
Los Talas, recordamos la existencia de dos casas patronales: la “vieja” de 1824 y
la “nueva” de 1860. Furt decide emplazar la Biblioteca hacia el sur de esta última.
Prácticamente “apoyándola” sobre la fachada de estilo italianizante que el
constructor Palet había diseñado para su frente.
Figura 21:
Vista del frente de la “Casa Nueva” (1860)
Este es el detalle del primitivo frente de la casa que queda convertido en parte del
Patio de las Bibliotecas, al “apoyarse” sobre él, en 1957, el diseño arquitectónico que
albergó al Archivo y Biblioteca Jorge M. Furt en Los Talas.
Fuente: fotografía de la autora, noviembre de 2002.
73
Figura 22:
El Patio de las Bibliotecas
En la imagen puede apreciarse el lado opuesto del patio de las Bibliotecas que se ha
mostrado en la Figura 77, del antiguo frente de la “casa nueva”. El elemento central y
organizador de la circulación es la palmera correntina, plantada allí a fines del siglo XIX. En
su entorno se ubican las salas de la Biblioteca. Al fondo se distinguen las puertas de hierro
y de madera, respectivamente, marcando el “adentro” y el “afuera” del ámbito bibliotecario.
Fuente: fotografía de la autora noviembre de 2002.
74
histórico que Furt deseaba recrear136. Por ejemplo, la puerta de la biblioteca fue
comprada al párroco de San Andrés de Giles, como reza el comprobante
respectivo
“…28 de mayo de 1943,… Puerta de iglesia de San Andrés de Giles a
Estancia “Los Talas”, … Recibo $625 (Pérez), Comisión $50 (Manzo), Flete
$30 (Romeo), total: $705…”137.
136 Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez y Ricardo Rodríguez, 28 de enero de 2002.
137 Comprobante de compra de puerta de la Biblioteca de Los Talas, de la Iglesia de San Andrés de
Giles a Jorge M. Furt, 28 de mayo de 1943,en Correspondencia de J.M.Furt y Biaus, 1924- 1945,
Caja 14, en AE “LT”, en AyB “JMF”
138 Furt- Biaus y Suárez, Celia Etelvina, (1994), “ Antología a …op cit, pág., 11
139 Benarós, León, (1973), “Un humanista argenino en Italia”, Buenos Aires, Lyra, año XXXI, Nos
225/27, en Luchetti de Fernández de Monjardín, María Adela, (1997), “Jorge Martín Furt..op. cit,
pág 217.
75
Fernández de Monjardín, porque combina el respeto de la naturaleza de las obras
con su aparición cronológica. (Ver Anexo).
Figura 23:
Antiguo emplazamiento del “Espinillo”
Inspirado en el campo, sus presencias, las costumbres de sus gentes, en 1930 Jorge
M. Furt y Biaus publica en La Nación “El Espinillo”, con ilustraciones de Macaya. Alude
al espinillo nativo, crecido en el frente de la “casa antigua” (1824), símbolo de lo agreste
del lugar. La fotografía muestra su emplazamiento original.
Fuente: fotografía de la autora, mayo de 2003.
140 Lois, Ëlida, “Instituto de Investigaciones Filológicas Jorge M. Furt”, Origen del nombre, en
Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
http//www.unsam.edu.ar/escuelas/humanidades/centro/c_furt/presentación, p. 1. (fecha de consulta
25 de septiembre de 2007).
76
De la información relevada se desprende que la obra de Furt ha sido vasta,
que ha transitado temáticas de la cultura europea (la mitología clásica, el
renacimiento, las órdenes religiosas españolas), así como americanas (la
acción de dichas órdenes en América, las culturas indígenas, las tradiciones
populares, el folklore). Ha revestido diversas formas poéticas (sonetos,
elegías), y narrativas (ensayo histórico, cuento, artículos periodísticos,
prólogos). Se puede decir que ha tenido etapas, recorriendo desde sus veinte
años hasta los casi setenta con que fallece, primando los estudios del folklore,
entendido como “ciencia”, con enfoques propios de la Antropología y la
Historia de la Cultura, especialmente de pueblos indígenas y comunidades
criollas argentinas. Luego abordando una etapa literaria, la que representa el
trayecto culto en sus temas y en sus formas, pero recreando, temáticamente el
mundo rural, el ámbito pampeano y serrano cordobés, donde sus experiencias
personales y familiares se mezclan con sus estudios sobre las tradiciones.
Respecto de la calidad de su obra, decía Daniel Devoto al comentar su
“Libro de Compañía”…
“El primero que me habló de Furt fue Eduardo Jorge Bosco. Recuerdo
cómo andaba con el Libro de prosa, y con la Antología gauchesca, como
nos hizo leer, a Salas y a mí, el Echeverría. Ahora – promesa de Don
Francisco, y cumplimiento de Don Osvaldo Colombo- tengo en las manos el
Libro de Compñía, lindo título para tan lindo libro…Lindo libro, con tantas
cosas buenas, y a veces con tantas que en otros serían defectos (defecto
es “falta de”) y que en Furt son Furt. Y es que a Furt no puede medirselo en
gramáticas: escribe más allá de toda superstición palabrera, y puede
permitirse (sin osadía, y con tranquilidad auténtica) sus conjugaciones
insólitas y la sonante riqueza de ciertas palabras castellanas que ya nadie
se atreve a escribir…”141.
141 Devoto, Daniel, (1940- 1941), “Jorge M. Furt… op.cit., págs. 145 t 146.
77
Respecto de las temáticas que transitan, “Libro de Compañía”, Tomo I, en
buena medida autobiográfico (se recuerda que el Tomo II permanece inédito),
D.Devoto reconoce “amigos y presencias en común”. Respecto de los primeros
señala:
“… en admiración y hasta en trato: a Francisco Capello, Güiraldes,
Ricardo Viñes, Arturo Farinelli, Don Eleuterio Tiscornia, Morera,
Borges, Molinari…”142; y entre las segundas presencias que también
forman compañía: su infancia en el campo que ahora también es
nuestra, y la de los altos nombres que ruedan en este libro de
recuerdo y recreación: Leopardi, Chenier, Don Juan de Pineda,
Guerin y Echeverría, la catedral de Chartres; D´Annunzio y las
iglesias italianas: porque Furt es quizás el único escritor nuestro que
siente el fuerte peso de Italia, directa o indirectamente en nuestra
cultura latina…”143.
142 Ibidem.
143 Ibidem.
144 Carta del Dr. Emilio Ravignani a Jorge M. Furt y Biaus, Buenos Aires, 24 de noviembre de 1926,
en Correspondencia de J.M.Furt y Biaus, 1924- 1945, Caja 14, en AE “LT”, en AyB “JMF”.
78
Figura 24:
Escritorio de Jorge M. Furt y Biaus en Los Talas
79
“Heredero de bienes materiales, los puso al servicio del espíritu. Salvó
libros, cuadros y colecciones de la indiferencia, del olvido y la
expatriación… Ayudó a escritores y a artistas y reeditó libros agotados.
Desinteresadamente… Las ediciones fueron generalmente limitadas, y
sus obras, extensas o no, distribuidas entre amigos, gente de letras y
bibliófilos… fue excepcional su preocupación y amor por cada edición.
Elegía el papel – se podía entonces-, el tipo de letra, la diagramación,
las viñetas. Cuidaba a la perfección de las ilustraciones. Por eso estuvo
siempre ligado a los Colombo, artistas impresores excepcionales…”145.
145 Luchetti de Fernández de Monjardín, María Adela, (1997), “Jorge M. Furt, ... op. cit., págs 195-
196.
146 Entrevista a Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez, 1 de febrero de 2005.
147 Rodríguez, Ricardo, (1991), “Biblioteca y Archivo Furt”, Buenos Aires, Centro de Estudios para
80
Antigua, mientras que J.M.Mayer el Archivo Alberdi, en el que de hecho trabajó
para su investigación de la obra “Alberdi y su tiempo”148.
Ingresando a la biblioteca por la galería de la “casa nueva”, en la primera
sala se encuentran los recuerdos familiares, cuadros, esculturas, platería antigua,
marcas de ganados, latas de esquilar, un piano antiguo fabricado en Hamburgo en
el siglo XIX. Entre otras obras se encuentran los “Cuadernos de Historia de
España”, dirigidos por Claudio Sánchez Albornoz entre 1947 y 1987; la colección
completa de la “Biblioteca de la Nación” del diario La Nación desde 1901; 200
ediciones de partituras de tangos; 250 libros encuadernados, entre los que se
encuentran catálogos de bibliotecas, universidades y otras instituciones, así como
libros de música y espiritismo. Este detalle fue realizado por el propio Furt y
publicado por Ricardo Rodríguez, en el citado Catálogo del Centro de estudios
Unión para la Nueva Mayoría149.
En esta sala también se encuentran enmarcados una carta original de Fray
Luis Bolaños y un grabado dedicado a Santa Juana de Aza. Testimonio de la
vinculación de Furt con los Dominicos, así como su obra sobre fray Luis de
Tejada. Existe también una colección Vita Christi Cartuxano, el primer libro salido
de la imprenta de Alcalá de Henares entre 1502 y 1503 de Ludolfo de Saxonia,
otra edición de esta obra de París de 1534. También se cuenta con el Cortegiano
del Conde Castiglione, famosohumanista italiano, edición publicada en 1528, y
una segunda publicada en español realizada en Toledo en 1539.
Sobre autores griegos se encuentran las ediciones de Platón de Jehan Petit
de 1533, de los latinos hay una edición de la Metamorfosis de Ovidio de 1509 y de
Cicerón varios ejemplares que van desde la edición de Florencia de 1532 a la de
Valencia de 1780150. Existen numerosas obras del siglo XVIII ofrecidas a la
Biblioteca Furt por su amigo el poeta Ricardo Molinari el 20 de noviembre de 1932
148 Fraga, Rosendo, “Biblioteca y Archivo Furt, un tesoro argentino a descubrir”, en Asociación
Amigos del Museo de Bellas Artes, Buenos Aires, 2003, en http://
www.aamnba.com.ar/otras_furt1.asp. pág 2, (fecha de consulta 25 de septiembre de 2007).
149 Rodríguez, Ricardo, (1991), “Biblioteca y Archivo Furt”, Buenos Aires, Centro de Estudios para
la Nueva Mayoría.
150 Fraga, Rosendo, “Biblioteca y Archivo Furt, un tesoro … op.cit.
81
mientras los Furt- Biaus vivían, un año después de nacer Celia Etelvina, en la
citada primera casa de la ciudad de Luján.
Cabe destacar la presencia del Oráculo Manual y Arte de la Prudencia de
Baltazar Gracián, ejemplar considerado “incunable”, publicado en Huesca en en
1647. De este original Jorge M. Furt y Biaus hizo 300 ejemplares facsimilares, en
la imprenta Coni en 1963. En 1931 incorpora la biblioteca Fregeiro, de 20.000
volúmenes, especializada en obras del siglo XVIII151.
En la Sala que oficiaba como escritorio de Jorge M. Furt y Biaus, se han
organizado las obras del autor, publicadas e inéditas, estudios de folklore, lírica,
colección de estudios y textos literarios y diversos apuntes.
En la Sala de las Literaturas se hallan libros de literatura española y de
otras lenguas. Existen cancionesros, ediciones facsimilares del Quijote… de
Cervantes Saavedra, numerosas traducciones de la obra de Dante Alighieri, libros
en francés e italiano y curiosidades bibliográficas, como una colección de autores
latinos editados en París de 1850 (27 volúmenes)152
La sala de historia y geografía y literatura argentina y americana es
imponente dada su estructura cuadrangular y su disposición de libros del piso al
techo en todas sus paredes. Guarda obras historiográficas de numerosos países
americanos, existinendo un mayor número de José de San Martín y de Juan
Bautista Alberdi. Se destaca una edición del Primer Censo Argentino de 1869153.
151 Ibidem.
152 Ibidem.
153 Ibidem.
82
Figura 25:
Interior de la Sala de Literatura Biblioteca Jorge M. Furt.
83
La contribución de Jorge M. Furt y Biaus a la Exposición del Libro,
Conmemorando el Quinto Centenario de la Invención de la Imprenta (1940), con la
incorporación del Archivo de Juan Bautista Alberdi (1946), es todo un símbolo de
la época fundacional de la Argentina. Así como su participación en el II Congreso
de la Industria Gráfica (1964); ambos acontecimientos constituyen sólidos
testimonios de su estrecha vinculación con el mundo erudito y bibliófilo,
concretado, invirtiendo el patrimonio heredado y producido, de origen
agropecuario en bienes culturales.
En 1940 se produce en Buenos Aires la Exposición del Libro
Conmemorando el Quinto Centenario de la Invención de la Imprenta, organizada
por Teodoro Becú, exponen los siguientes miembros de la Sociedad Bibliófila
Argentina: Eduardo J. Bulrich, Carlos M. Mayer, Alejandro Shaw, Jorge Beristayn,
Carlos A. Pueyrredón, Carlos Ahumada, Marcelo Schlimovich, Jorge M. Furt y
Biaus. Quien expone :
“La Leyenda de Fray Luis Bolaños”, de su autoría, impreso en Florencia, en
1926, numerados del 1 al 5, en papel antiguo 154
154Ros, Vicente, (2001), “Furt bibliófilo », Buenos Aires, Disertación pronunciada en la Sociedad
científica Argentina, el 24 de octubre de 2001, Homenaje a Jorge M. Furt y Biaus, Artesanías
Gráficas.
84
Figura 26:
Parte de la hemeroteca:
(Archivo y Biblioteca Jorge M. Furt (2007)
85
Figura 27:
El interior del Archivo y Biblioteca “Jorge M. Furt”
En el interior de las ocho salas se alinean del piso al techo 40.000 volúmenes,
aproximadamente. Al fondo de la imagen que muestra la fotografía se guarda el Archivo de
Estancia, relevado de la documentación original en la presente Tesis.
Fuente: fotografía de la autora, septiembre de 2002.
86
Figura 27:
Frente del Archivo y Biblioteca “Jorge M. Furt”
Puede observarse la puerta de amplias hojas de madera maciza comprada por Jorge
M. Furt y Biaus a la iglesia de San Andrés de Giles, según prueba la documentación. Por
detrás aparece la doble puerta forjada en hierro que comunica con el “Patio de las
Bibliotecas”. Delante, en un cantero, un ceibo, la flor nacional argentina, como parte de la
parquización implantada.
Fuente: fotografía de la autora, diciembre de 2003.
87
Figura 28:
Archivo y Biblioteca
88
El ceibo como “flor nacional” fue una inspiración para Jorge M. Furt, que lo hizo
colocar frente a su Biblioteca. Fue un precursor de los estudios nativistas y flokloristas en
Argentina.
Fuente: fotografía de la autora, septiembre de 2007
la Nueva Mayoría.
158 Fraga, Rosendo, “Biblioteca y Archivo Furt, un tesoro … op.cit, pág 2.
89
última, en el marco de la obra cultural de Jorge M. Furt y Biaus volcada a la
escala local, desde 1933 a 1939 fue miembro de la Comisión Directiva, desde
1934 se desempeñó como Director de Publicaciones de la Biblioteca y desde 1936
como Presidente de la Comisión Directiva. Aportó su actividad, conocimiento,
contactos personales y profesionales y, finalmente dinero y recursos para llevar
adelante la obra institucional159. Ejemplo de sus acciones son la edición y
sostenimiento económico del Boletín mensual de la Asociación, como medio para
comunicar las actividades realizadas por la institución al público en general.
También publicó catálogos de exposiciones y los libros de la Nueva Biblioteca
Argentina, incluyendo obras de Javier Villafañe, Ricardo Molinari y las “20
estampas de Luján” de Constante Orlando, las que pueden apreciarse en su
Biblioteca. Además, Jorge M. Furt y Biaus adquirió para la Asociación Cultural
Florentino Ameghino de Luján un predio de 4 hectáreas en el barrio La Loma de
Luján, destinado a instalar un club polideportivo (hoy predio del Luján Rugby
Club), para esparcimiento de los socios. De ello, en el marco de los homenajes
realizados en Luján por el centenario de su nacimiento, mayo de 2002, Hugo
Cortabarría, presidente de la asociación Cultural Ameghino, concluye:
“…fue la época de oro de la Asociación…”160
90
Figura 30:
Sala de Libros Antiguos
Biblioteca Jorge M Furt
91
CONSIDERACIONES FINALES
161 Véase: “Los fundamentos de la periodización: el sistema agrario hispano criollo (1580- 1860)”,
Parte II, Cap. 2, pp. 65- 66, de esta Tesis.
162 Véase: “La estancia saladeril (1824- 1871)”, Parte II, Cap. 1, 1- 1, pp. 77- 97, op.cit
163 Véase: “Los Biaus y los Furt”, Parte III, Cap. 1, 1-1, pp. 208- 222, op.cit.
92
San Mariano, respondiendo al patrón de subdivisión colonial de la tierra, con el
frente sobre un curso de agua (el arroyo de La Choza), y las cabezadas en el
fondo164.
La dinámica interna de la producción ganadera lleva al aquerenciamiento
del ganado, el establecimiento de la marca, la presencia permanente de peones y
capataces, la construcción y/o consolidación de las casas, etc. La dinámica
externa es la que deriva de su ingreso en el mercado internacional, con la
valoración de la carne (tasajo), las lanas, y las carnes de frigorífico, que significan
distintos grados de intensidad en el uso del suelo, mejor equipamiento: aguadas,
molinos, alambrados, etc. Entre las fuerzas fortuitas se interpreta a hechos tales
como la expropiación de la estancia por Juan Manuel de Rosas, y la presencia de
Jorge Martín Furt y Biaus y su proyecto cultural concretado en el archivo y
biblioteca.
Desde el último cuarto del siglo XIX el sistema agrario se complejiza,
densifica y articula diferentes escalas espaciales -local, regional e internacional-,
a través de la compra de insumos y de la venta de su producción.
Del desarrollo lanero y sus improntas en el paisaje estanciero existen
distintos testimonios, como la cada vez más clara delineación de la posición del
área del casco, el apotreramiento y los puestos. La necesidad de la instalación de
alambrados específicos, de mayor cantidad de mano de obra (representada por
los puesteros, medieros, tercieros, peones jornaleros y mensuales), transforman a
la estancia cerril en un establecimiento de poblaciones permanentes 165. En el área
del casco se instalan las “casas patronales” (antigua y moderna), la “casa de los
peones”, el galpón de esquila, los galpones de acopio y depósito, las caballerizas,
los montes frutales y ornamentales, la avenida de acceso. Prácticamente, el
casco adquiere una fisonomía reconocible en el presente, la cual ha podido
relevarse y reconocerse en este trabajo monográfico por medio de la
aproximación efectuada desde el enfoque de los estudios patrimoniales 166.
93
En el caso de la que se ha denominado “estancia mixta” se destaca que, sin
renunciar a los usos anteriores (como la explotación ovina), se intensifica y mejora
la explotación bovina, para lo cual desarrolla cierto grado de agricultura
complementaria. Los factores de la producción tienen entre fines del siglo XIX y
comienzos del XX, mayores exigencias en la intensidad de su uso. Así los
apotreramientos, la instalación del sistema de provisión de agua, la implantación
de pasturas, el control sanitario y algún grado de desarrollo genético y de
selección de razas, refuerzan los rasgos de esta estancia cada vez más
reconocible en la actualidad167.
En la sucesión de Jorge Aquiles Furt en 1941 se separan de la suerte de
estancia original, las 890 hectáreas que llegan a nuestros días bajo la
denominación de estancia Los Talas. Jorge Martín Furt y Biaus elige conservar el
sector en el cual se encuentra localizado y configurado el casco estanciero desde
1824, de testimonios e improntas del trabajo productivo más antiguas.
Existió en la gestión de Jorge Martín Furt y Biaus un cambio de rumbo en
la vida cotidiana, en el sistema productivo y en el perfil de la labor de este nuevo
patrón frente a su estancia. Escritor, bibliófilo, humanista, su gestión al frente del
establecimiento (1941- 1971) marcó un punto de inflexión en el destino de los
recursos provenientes del agro, tratando de llevar a la realidad su “proyecto
cultural”. Hombre de su tiempo, originario de la clase terrateniente argentina que
en las primeras décadas del siglo XX se encuentra en pleno proceso de
“europeización”. Figuras como Victoria Ocampo o Ricardo Güiraldes comparten
con Jorge Martín Furt y Biaus cuna terrateniente e inclinaciones literarias y
culturales.
Desde la formación de sus fondos bibliográficos a partir de la herencia
materna de un puñado de libros franceses, hasta su educación universitaria
nacional y europea y sus contactos con libreros y anticuarios, influyeron en este
“patrón de estancia” devenido en “decisor cultural”. Su voluntad de seleccionar y
atesorar un patrimonio documental y bibliográfico que diera cuenta de las letras y
167 Véase: “La estancia mixta (1895- 1940)”, Parte II, Cap. 3, 3-2, pp. 144- 207, op.cit.
94
humanidades de origen clásico, romance, hispano, americano y argentino, marcó
el itinerario geográfico que acompañó e inspiró la herencia familiar.
Del primer emplazamiento (en dos sucesivas moradas) en la ciudad de
Luján hacia Villa del Lago (Villa Carlos Paz, provincia de Córdoba), y nuevamente
a Luján, pero en 1957, en el casco de Los Talas, el proyecto cultural creció nutrido
de influencias que testimonian verdaderos “mapas intelectuales”, que constituyen
fértiles líneas para nuevas investigaciones168.
La herencia material y la misión moral de preservar esta realidad productiva
y estanciera, a la vez que cultural y bibliófila cuidando su integridad, son recibidas
por Celia Etelvina Furt- Biaus y Suárez de Rodríguez en 1971. De su gestión y la
de sus hijos, hasta el presente, se desprende la obediencia al mandato de no
atomizar este todo de valor patrimonial en cuanto sistema de representaciones,
por sobre el valor de cada pieza por separado 169. Estancia y biblioteca conforman
un todo, una unidad de sentido en la cual se explican a la vez testimonios
genéricos y excepcionales. Los genéricos son los de la “cultura productiva”, los de
la estancia como establecimiento agropecuario pampeano atravesada por los
ciclos del desarrollo económico, que ha dejado en ella testimonios de su
existencia170. Son testimonios excepcionales de la “producción cultural”, los
constituidos por el archivo y la biblioteca, cuyo proceso de formación, si bien tiene
su origen en la bonanza de la actividad productiva agropecuaria en el período de
agroexportación, obedece a la decisión de Jorge Martín Furt y Biaus de invertir en
bienes culturales, especialmente documentales y bibliográficos171.
168 Véase: “Jorge M. Furt y Biaus (1902- 1971). Su archive y su biblioteca”, Parte III, Cap. 2, pp.
228- 283, op. cit.
169 Ibidem.
170 Véase: “El análisis del proceso de configuración del establecimiento productivo: estancia Los
95
sus estancias y a la vez valorizaron los rasgos recortados de una cultura nacional
con características simbólicas. La reflexión sobre las consideraciones realizadas
por Jorge M. Furt sobre la pampa en su obra literaria, especialmente en Libro de
Compañía, tomos I y II han permitido comprender la significación del proceso de
construcción de valoración cultural realizado.
Resulta sumamente interesante el diálogo y contrapunto entre la estancia en
construcción y la literatura de Furt en proceso de construcción y significación de
un universo estilizado en el movimiento literario criollista, pero a la vez testimonio
de un proceso espacio- temporal que representa a la pampa ondulada argentina.
La literatura de Furt recupera para el acervo literario expresiones camperas
específicas, regionales y temporalmente significantes a cada paso, cuando habla
de “animales alzados”, “cimarrones”, del campo y “sus gentes”, de los “palenques
y adobes” estancieros no hace más que delinear un estilo de vida propio de ese
universo pampeano tan fértil al momento de acuñar el patrimonio cultural
argentino.
Profundamente geográfico en la localización de ese “rincón del campo”, allá en
las “puntas de la Choza…” sitúa y testimonia en sus Cartas de las puntas de la
Choza, un espacio pampeano en construcción a través de la ganadería vacuna
extensiva, heredera de una economía colonial mercantilista enraizada en suelo
bonaerense.
Sus descripciones relacionales del clima, flora, fauna, caminos y transportes,
arquitectura y sociedad rural aportan a la comprensión de este fenómeno complejo
que podemos distinguir como el campo pampeano. La literatura en la pluma de
Furt deviene en patrimonio cultural artístico, en sí misma, así como en vehículo y
fuente de información sobre la pampa argentina. Como Furt, esa …” estancia dura
de morir, retacona y fuerte, eterna…” habla por sí y habla por otros, para
permitirnos atisbar un patrimonio en permanente dinámica de construcción.
96
Bibliografía General y Fuentes de información:
3.) Archivo del Complejo Museográfico “Enrique Udaondo” de Luján (ACM “EU”)
(sito en Padre Salvaire esquina 25 de Mayo, Luján, Provincia de Buenos Aires)
98
Se consultan allí las Secciones de: Archivo de estancia, Correspondencia de
Jorge M. Furt y Biaus, Hemeroteca, Documentación relativa a la Biblioteca y
Archivo y a la Fundación Jorge M Fur. (Según se detalla a continuación)
4.1.) AyB “JMF” Archivo de Estancia: consiste en 15 cajas de documentación
relativa al establecimiento productivo Los Talas y a temas relacionados,
ordenadas por rubros de información :
4.2.) AyB “JMF” Correspondencia de Jorge M. Furt y Biaus (1924-1971) :
4.3.) AyB “JMF” : Hemeroteca: Artículos periodísticos referidos a Los Talas
(Selección)
4.4.) Documentación relativa al Archivo y Biblioteca Jorge M. Furt, y a la
Fundación Jorge M. Furt.
- AyB “JMF”, Estatuto, Reglamento y Libro de Actas de la Fundación “Jorge M.
Furt” (Asociación Civil sin fines de lucro)
- AyB “JMF”, Convenio entre la propietaria de la estancia Celia Etelvina Furt- Biaus
y Suárez de Rodríguez y la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional
de San Martín (USAM), para la creación del Instituto Jorge Martín Furt.
- AyB “JMF”, Fundamentaciones de los Premios en relación con la actividad
cultural recibidos por la señora Etelvina Furt, de la Universidad General San
Martín, de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, de la
Municipalidad de Luján.
- AyB “JMF” Biblioteca: consta de un fondo bibliográfico de, aproximadamente
40.000 volúmenes, los que se reparten en cuatro grandes Salas.
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