Sobre El Bajo Rendimiento Escolar

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I

EL BAJO RENDIMIENTO
ESCOLAR
Cada año, al final del curso escolar, miles de estudiantes en el país reciben la noticia de
que deben repetir el grado o rehabilitar asignaturas durante el verano. Son los niños y jóvenes
con bajo rendimiento académico, que constituyen una carga pesada para el sistema educativo y
una pesadilla para sus atribulados padres. No pocos de estos alumnos fracasan un grado por
segunda o tercera ocasión y algunos, especialmente de escuelas públicas, abandonan las aulas y
la esperanza de tener una vida mejor en el futuro. Otros, se ven forzados a buscar otras escuelas
sin garantía de que su rendimiento mejore ya que no se atacan directamente las causas de su
deficiente aprendizaje.
Y si bien es verdad que una historia de bajas calificaciones escolares no es necesariamente
aviso de un fracaso total en la vida, ya que hay quienes habiendo sido brillantes en la escuela
posteriormente por otras razones han fracasado, y quienes habiendo sido alumnos malos o
mediocres en la escuela, han encontrado luego el camino del éxito (personal y profesional), sí
es reflejo de que no se está aprendiendo satisfactoriamente o no se está cumpliendo con las
responsabilidades, por lo que se hace necesario investigar y corregir el problema que mientras
dura produce muchos inconvenientes a nivel individual, familiar y educativo.
Independientemente de que la deficiencia en el rendimiento académico impida o no el
acceso posterior a buenas universidades, o signifique o no un desempeño exitoso en la vida,
trae otras consecuencias inmediatas que merecen ser consideradas. Los efectos de un mal
aprendizaje que se evidencia con las calificaciones bajas son:
Disminución de la autoestima académica y de la confianza en las propias
capacidades intelectuales.
Reacciones depresivas especialmente en niños mayores y adolescentes.
Desinterés por esforzarse en adquirir buenas notas constituyéndose así un círculo
vicioso.
Aumento de la deserción escolar o absentismo de clases.
Desprecio por parte de algunos docentes y de compañeros.
Castigos frecuentes por parte de los padres o tutores que pueden llegar al maltrato
físico y psicológico. En ocasiones los castigos impuestos a los adolescente
privándolos de privilegios como fiestas, paseos, utilizar el teléfono, la computadora
o salir con amistades pueden producir reacciones impulsivas en ellos como un
intento de suicidio que afortunadamente no suele acabar en deceso.
Carga económica para la familia que debe gastar en maestros o profesores
auxiliares o en consultas especializadas, lo cual supone en bastantes casos casi
como pagar dos veces o más la mensualidad de la escuela.
Repetición de grados sobrecargando el sistema escolar.
Paso a los siguientes niveles educativos con preparación insuficiente.
Necesidad de utilizar el tiempo de vacaciones para continuar estudiando y haciendo
exámenes.
Cambio a escuelas de menor calidad que se convierten así, especialmente algunas
privadas, en reservorio de malos estudiantes.
Ansiedad y depresiones en padres de estos estudiantes, especialmente las madres
que suelen enfrentar el problema más directamente por ser quienes más a menudo
ayudan a sus hijos con las tareas y acuden a citas con los maestros. Puede darse el
caso también, más frecuentemente en padres varones, que se sientan desilusionados
con el hijo y lo traten en forma despectiva.
El estudiante se acostumbra a tener que hacer sus tareas y estudiar con otras
personas (familiares o tutores) desarrollando excesiva dependencia en este sentido
lo cual contribuye más a su inseguridad y baja autoestima.
Las causas de este problema son diversas aunque pueden darse en combinación. Mi
experiencia me dice que la mayoría de estos casos no son bien estudiados ni detectados a
tiempo, y cuando llegan a una consulta, ya tienen varios años de bajo rendimiento o ya han
repetido grados. Desde que un niño ingresa al sistema educativo preescolar se pueden ir
conociendo las señales de un posible aprendizaje deficiente, lo cual se hace más fácil en las
escuelas privadas que cuentan con niveles de maternal y prekinder, pues las escuelas públicas
no los tienen.
Conocemos muchos casos de niños que son promovidos a un segundo y hasta un tercer
grado sin saber leer o con un nivel de lectura insuficiente y que por no ser catalogados como
retardados mentales en las evaluaciones psicométricas, no son ubicados en aulas especiales y
continúan en el sistema regular. Algunos, los menos, pueden conseguir que se les dé una ayuda
especial unas horas a la semana, pero normalmente deben buscarla fuera del plantel educativo
al que asisten. Cuando un estudiante fracasa el primer grado o a medio año ya se ve que no
logrará superarlo, debería estarse estudiando si es que no se le han detectado síntomas en el
preescolar o no asistió al mismo; no obstante se suele esperar a que termine el año y se haga
oficial su imposibilidad de pasar al segundo grado para entonces acudir en busca de ayuda
profesional.
Los factores que se relacionan con el bajo rendimiento escolar son los siguientes:
Trastornos físicos que dificultan el aprendizaje,
Trastornos del desarrollo del lenguaje.
Lento aprendizaje.
Trastornos específicos del aprendizaje: dislexia, disgrafía y discalculia.
Trastornos de la psicomotricidad.
Trastornos emocionales y enfermedades psiquiátricas.
Trastorno hipercinético y de la atención.
Trastornos de la conducta.
Estudio insuficiente y/o deficiente.
Enseñanza deficiente.
Mala relación maestro-alumno.
Estos factores etiológicos afectan las disposiciones y capacidades básicas para un buen
desempeño académico que son las siguientes:
La motivación.
La atención.
La concentración.
La asimilación y comprensión.
La memoria.
El razonamiento.
La transmisión de lo aprendido.
•-LOS TRASTORNOS FÍSICOS QUE DIFICULTAN
EL APRENDIZAJE
Los trastornos físicos que más comúnmente afectan el aprendizaje son los defectos
visuales, los auditivos y enfermedades como la anemia y la desnutrición. La mala visión puede
deberse a miopía, hipermetropía, astigmatismo o estrabismo. No incluiremos aquí a los niños
que padecen de ceguera o de una pérdida visual suficiente como para necesitar una educación
especial para estos casos.
La miopía consiste en una disminución de la visión leja na, o visión corta, debido a que el
rayo de luz se proyecta, o converge, delante de la retina y no en ella lo que es causado por un
alargamiento del globo ocular. Los niños con este defecto visual no logran ver bien las letras
sobre el tablero desde donde están sentados, especialmente si lo están muy atrás. En la
hipermetropía sucede al revés, la luz se proyecta por detrás de la retina ya que el globo ocular
es muy corto. La mala visión obliga al niño a acercarse mucho a los objetos o a los libros para
poder enfocar mejor, dando como consecuencia dificultad para leer.
En el astigmatismo, debido a que la córnea tiene forma ovalada las imágenes se forman
distorsionadas dando mala visión tanto lejana como cercana. El astigmatismo puede
combinarse con la miopía o la hipermetropía. En el estrabismo hay pérdida del paralelismo de
los ojos estando ambos o uno de ellos desviado hacia dentro, hacia fuera arriba o hacia abajo.
En el estrabismo se produce visión doble, disminución de la agudeza visual de un ojo respecto
al otro, pérdida de la visión binocular y posiciones anómalas de la cabeza.
Todas estas condiciones que hemos descrito pueden ocasionar dolores de cabeza y
cansancio además de los defectos de visión. Existen tratamientos adecuados para cada una de
ellas y por eso es importante detectarlas temprano y referir al niño a una clínica oftalmológica.
Las revisiones periódicas de la capacidad visual de los niños, desde la etapa preescolar, en
forma anual o bianual, permitirá detectar estos defectos y corregirlos a tiempo.
La medición de la capacidad auditiva es otro examen que se requiere con regularidad. Los
niños pueden tener una audición defectuosa por congestión nasal y del oído medio después de
resfriados o procesos alérgicos, así como también por obstrucción del oído con cerumen u
objetos extraños. La medida de la audición es lo que se conoce como audiometría y nos da la
capacidad auditiva en decibelios (dB). Se toma como normal una audición hasta 20 decibelios.
Cuando está entre 20 y 40 dB puede haber dificultad para escuchar sobre todo si se les habla en
voz baja a cierta distancia y existe ruido de fondo. Por debajo de 40 dB escuchar y entender una
conversación es mucho más difícil. Cuando se trata de niños escolares con obstrucción del
oído por cuerpo extraño, congestión serosa, o cerumen solamente se da la pérdida auditiva en el
oído afectado que se compensa si el otro oído está bien.
El maestro tiene que estar atento a la posibilidad de que un estudiante con bajo rendimiento no
esté oyendo bien. Es posible que este alumno no le responda cuando le hable de lejos o sin que
aquél le vea la
cara. Antes de calificarlo como desobediente debe estar seguro de que oye normalmente.
La desnutrición es un problema que encontraremos en las escuelas rurales y en las urbanas
donde asisten niños de familias pobres que no ganan lo suficiente como para proporcionarles
una alimentación adecuada. Estos niños desnutridos carecen de la energía suficiente para
soportar la jornada escolar, especialmente si las condiciones del aula son malas (excesivo calor,
mala iluminación, ruidos). Presentan cansancio, tendencia al sueño, mala atención y
concentración, y generalmente bajos índices de capacidad intelectual si la desnutrición es
crónica.
La anemia, o disminución de la hemoglobina o de las células sanguíneas encargadas de
transportarla o glóbulos rojos, puede producirse por carencias alimentarias como es el caso de
la anemia por falta de hierro o falta de vitamina B12; por formación anómala de los eritrocitos
(glóbulos rojos) como en la anemia falciforme o la talasemia; por pérdida constante de sangre
o por falta de producción por la médula de los eritrocitos debido a la acción tóxica de algún
químico, radiaciones, medicamentos o algunas enfermedades. No obstante la más frecuente y la
que más se ve en los niños de escasos recursos es la anemia ferropénica o por falta de hierro.
La hemoglobina tiene que estar en el organismo en una cantidad de 11 a 14 gramos por
decilitro de sangre, de modo que por debajo de la primera cifra empiezan los niveles de anemia.
Algunos niños pueden funcionar aparentemente bien con niveles algo bajos, pero al llegar
a valores como 8 gr/dl o menos pueden manifestarse más intensamente los síntomas
(cansancio, palidez, pobre atención). Los suplementos nutricionales y el hierro en estas
poblaciones carenciadas ayudan a suprimir la desnutrición y la anemia como causa de fracaso
escolar.
Otros trastornos físicos como enfermedades crónicas (asma, diabetes juvenil, epilepsia,
cáncer, etc.), también pueden interferir con el desempeño académico sobre todo por el
absentismo debido a situaciones de crisis y hospitalizaciones. Los niños con estas enfermedades
que los obligan a internamientos largos, necesitan de tutores que les ayuden a continuar sus
estudios en el centro hospitalario en la medida que permitan sus condiciones médicas, siendo
este un servicio que debe coordinarse entre el departamento de trabajo social del hospital, la
familia y la escuela.
•-TRASTORNOS DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE
Cuando un niño llega a la escuela, ya desde el maternal, es de esperar que disponga de un
amplio vocabulario, esté formando frases completas y entendiendo bien lo que se le dice en una
conversación con términos de uso común. Nos referimos a niños de capacidad intelectual
normal y mayores de tres años. En el caso contrario, le será difícil la adaptación y el
aprendizaje especialmente cuando esté en el kinder o en un primer grado y necesita dominar los
conceptos básicos de tiempo, espacio y lugar, así como tener la capacidad para manejar
símbolos lingüísticos. Aprender la lectura y la escritura se dificulta igual que poder expresarse
verbalmente.
El trastorno del lenguaje puede ser expresivo, receptivo o combinado. Cuando el niño
presenta un trastorno expresivo su lenguaje escrito será muy similar al verbal, con defectos
parecidos. En el caso de un trastorno receptivo o mixto, la situación es más grave ya que la
comprensión está comprometida. Este tema de los problemas del desarrollo del lenguaje se
tratará más ampliamente en otro capítulo pero aquí baste decir que todo niño que estando en un
nivel preescolar, entre los tres y los cinco años de edad y no tenga un lenguaje adecuado a su
edad necesita ser evaluado por un especialista en la materia (médic o foniatra y/o
fonoaudiólogo) y recibir estimulación de lenguaje.
•-LENTO APRENDIZAJE
En esta categoría incluimos a los estudiantes que presentan incapacidad o inmadurez en
las funciones cognitivas básicas para el aprendizaje: atención y concentración, asimilación y
comprensión, razonamiento y memoria. En la adolescencia tienen mucha dificultad para el
razonamiento abstracto. Son niños que requieren mucha supervisión y ayuda; se distraen
constantemente y no participan activamente en clases. Se frustran con facilidad y muestran
mínima disposición al estudio.
Entran dentro de este grupo los que presentan niveles de inteligencia bajos como:
Los retardados (niveles de cociente intelectual por debajo de 70).
Los de inteligencia limítrofe (C.I. entre 70 y 79).
Los de inteligencia normal baja (C.I. entre 80 y 89).
Hay muchas diferencias entre estos niños en cuanto a su desempeño en la vida diaria,
siendo los últimos, los de C.I. normal bajo, quienes con excepción de sus dificultades escolares,
que no siempre tienen, pueden llevar una vida por lo demás normal. Por otra parte, los
retardados graves y profundos con niveles intelectuales por debajo de 49 no son capaces de un
aprendizaje escolar aunque sea con planes especiales, y los que están entre 50 y 69 de C.I.
también pueden mostrar importantes diferencias en su funcionamiento personal, social, y en el
aprendizaje. No obstante, el aprendizaje lento es más frecuente en los niños y jóvenes que en
las evaluaciones psicométricas obtienen cocientes por debajo de lo considerado normal
promedio que corresponde a 90. En el capítulo que trata sobre retardo mental se explicará
mejor lo relacionado con el tema.
•-TRASTORNOS ESPECÍFICOS DEL APRENDIZAJE
En este apartado describimos tres tipos de trastornos que dificultan el aprendizaje en niños
que tienen capacidad intelectual normal o incluso alta y son la dislexia, la disgrafía y la
discalculia.
La dislexia se conoce como la dificultad para el normal aprendizaje de la lectura y la
escritura. También se le ha denominado ceguera para las palabras. Según la teoría más
aceptada, la dislexia es un problema de base lingüística en el que existe una disfunción en las
áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje como los lóbulos temporal y parietal izquierdos.
Se requiere para su diagnóstico que el aprendizaje de la lectura y la escritura sea inferior a la
edad, la inteligencia del individuo y el grado escolar en el que está.
Lo típico de los niños disléxicos es la incapacidad en mayor o menor grado para la
comprensión de la lectura, la lentitud al leer, las omisiones, sustituciones, distorsiones e
inversión de letras o palabras, y la dificultad para recordar lo leído. Estas dificultades las tienen
tanto para la comprensión visual como auditiva de los símbolos verbale s ( ya sea que lean o se
les dicte cometen errores). Con frecuencia se asocia a problemas de lateralidad, esquema
corporal, del ritmo e inestabilidad motriz y de capacidad visomotora. La atención disminuida y
alteraciones emocionales se ven también a menudo en ellos como consecuencia de sus
problemas en el rendimiento. La dislexia es un trastorno que debe detectarse cuando el niño ya
está en el kinder y a más tardar en los dos primeros años de la primaria.
La disgrafía es un trastorno de la escritura que se da en ausencia de otros problemas
(sensoperceptivos, intelectuales, pedagógicos o emocionales) y que se caracteriza porque el
niño escribe con letras o muy grandes o muy pequeñas, con unión defectuosa de letras o
palabras, fuera del renglón, en espejo, o de manera ininteligible. No es raro que se asocie con la
dislexia y con otras disfunciones de la motricidad. Nos hemos referido a la disgrafía primaria
pero pueda darse la disgrafía como consecuencia de patologías neurológicas o sensoriales y a
otras edades. La disgrafía primaria suele notarse cuando ya el niño lleva avanzado el primer
grado de la primaria y se espera que no cometa ciertos errores que son normales como parte del
proceso inicial de aprendizaje de la escritura.
La discalculia consiste en una dificultad primaria para las matemáticas. Se afectan en este
caso la capacidad para el manejo de símbolos matemáticos y la habilidad para razonar con
números. Los niños con discalculia quedan rezagados en el aprendizaje de las operaciones
aritméticas básicas, y se apoyan, para sus cálculos en objetos tangibles como los dedos de la
mano mucho más tiempo que los que no la padecen. La memorización y comprensión de las
tablas de multiplicar es engorrosa y lenta. Muchas veces llegan a la secundaria sin haberlas
aprendido. La discalculia es un problema que también debe diagnosticarse en los primeros dos
años de la escuela primaria.
•-TRASTORNOS DE LA PSICOMOTRICIDAD
La psicomotricidad trata de las relaciones entre las cualidades de los movimientos
musculares y la actividad psíquica de quien los realiza. Los defectos de la psicomotricidad
acompañan muchas veces a los trastornos específicos del aprendizaje y a otros trastornos del
desarrollo, como el retardo del lenguaje, ya que en esos casos, forman parte de un grupo de
efectos de una disfunción cerebral subyacente.
No obstante, cuando la falta de una adecuada integración psicomotora es predominante o
primaria, los problemas en la lectura, la escritura y la torpeza para actividades como la
educación fís ica, el arte o la música, se dan en forma secundaria. Síntomas de una disfunción
psicomotriz son la inestabilidad y torpeza motora, los problemas de ritmo, de lateralidad, de la
habilidad visomotora, de ubicación del cuerpo en el espacio en relación con los demás objetos y
para integrar a nivel superior la propia imagen corporal.
•-TRASTORNOS EMOCIONALES Y ENFERMEDADES
PSIQUIÁTRICAS
Aquí es menester distinguir entre situaciones de índole emocional provocadas
por circunstancias externas y que pueden ser de carácter transitorio o crónicas, y
las enfermedades mentales. Todas ellas causan interferencia en el proceso normal
de aprendizaje por afectar las condiciones básicas del mismo. Entre las primeras
la ansiedad y las alteraciones del ánimo son las causas habituales de bajo
rendimiento académico.
Factores externos como problemas familiares, duelo, divorcio de padres, cambios de
escuela con pérdida de amistades, rechazo de parte de los compañeros son los que más
comúnmente producen estados de ánimo bajo y estados de ansiedad. Cuando estas
circunstancias se prolongan por varias semanas la situación se torna crónica y las calificaciones
del alumno afectado tienden a ir bajando, lo que se hace más evidente en casos de estudiantes
con buen rendimiento previo. Estos niños con problemas de tipo emocional suelen mostrarse
tristes, apartados, con poco interés en participar de la clase o hacer trabajos, distraídos y en
ocasiones querellantes o agresivos. Se trata de niños deprimidos.
Otras veces se muestran nerviosos, pidiendo muchos permisos para ir al sanitario,
inquietos, inatentos, inseguros a la hora de rendir exámenes o dar una lección
oral. Son los niños en estado de ansiedad. Algunos niños son ansiosos por
temperamento y desde que ingresan a la escuela, pero mayormente después del
período preescolar, sus niveles de ansiedad entorpecen el proceso de aprendizaje.
En este caso es un problema crónico. Cuando hay problemas familiares o
interpersonales de larga duración también la ansiedad o el estado anímico alterado
se hacen persistentes si el niño no ha logrado adaptarse y superar la situación
traumática. Cuando lo logra o cuando el asunto que causa su malestar se normaliza en poco
tiempo, entonces su desequilibrio emocional dura poco y por tanto su rendimiento retorna a su
nivel previo.
Las enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia, el trastorno afectivo bipolar, el
abuso habitual de drogas, los casos graves del síndrome de Gilles de la Tourette, la anorexia
nerviosa en sus etapas avanza das y los casos de síndrome obsesivo-compulsivo muy intensos,
impiden un rendimiento normal por incidir negativamente sobre las funciones psicológicas y
emocionales. Nos estamos refiriendo a enfermedades de larga duración que no estén tratadas
eficazmente , ya que otras que son transitorias y reversibles, o las mencionadas cuando están
controladas, no tienen que inhabilitar a la persona para aprender, al menos no
significativamente. De cada una de estas enfermedades se tratará después más ampliamente,
pero interesa saber que generalmente aparecen en la pubertad y en la adolescencia.
•-EL TRASTORNO HIPERCINÉTICO Y DE LA ATENCIÓN
La inatención, la impulsividad y la inquietud son los tres síntomas que componen el
núcleo básico de este trastorno. Suele tratarse de niños de inteligencia normal y sin anomalías
sensoperceptivas ni trastornos de la comprensión del lenguaje. Acompañando a la tríada básica
hay dificultad para organizarse y actitudes emocionales inmaduras sobre todo cuando el niño es
hiperactiv o. Asociados a este síndrome se encuentra a menudo conducta oposicionista y otros
trastornos conductuales.
También puede combinarse con trastornos específicos del aprendizaje. La disminución del
tiempo de atención, la impulsividad y la desorganización al escribir y hacer sus tareas y
exámenes traen como consecuencia que el rendimiento desmejore o que no sea acorde con la
capacidad intelectual del estudiante. El niño hipercinético generalmente tiene aversión a la
lectura y al trabajo intelectual encontrando más interés en actividades prácticas y deportes. Si
el niño además de tener déficit de atención e hipercinesia presenta algún trastorno específico
del aprendizaje, su aprovechamiento es aún más deficiente.
•-LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA
Los alumnos catalogados como mal portados que no son ni de lento aprendizaje, ni
presentan déficit atencional o trastornos alguno que le impida aprender, son a la vez
normalmente malos estudiantes porque:
No tienen motivación por estudiar.
Pierden el tiempo y se distraen fomentando el desorden en el aula.
No llevan sus tareas a la casa, no terminan los trabajos o no los entregan.
Son castigados frecuentemente en la escuela y en la casa lo que aumenta su rechazo
por el estudio.
No acostumbran a leer.
Cuando estudian lo hacen de manera superficial y rápida.
Estos estudiantes díscolos exhiben comportamientos infantiles o son más agresivos de lo
normal, más interesados en llamar la atención o imponerse a los demás. En los grados de
secundaria se enfrentan muchas veces con los profesores en forma violenta, verbal o física, lo
que crea un ambiente de rechazo hacia ellos y poco apto para el proceso de enseñanza y
aprendizaje.
•-ESTUDIO DEFICIENTE Y/O INSUFICIENTE
El mal hábito de estudio es una de las causas más importantes de fracaso escolar y más
común que las descritas hasta ahora. Es parte generalmente del problema que tienen los mal
portados, los hiperactivos y de los que sufren de aprendizaje lento o trastornos del aprendizaje,
pero por si solo está muy extendido. Se caracteriza por:
Ausencia de un horario acostumbrado de estudio.
Estudio en lugares o posturas inadecuadas como estudiar en la cama, en el suelo, en
sitios donde hay muchos distractores, con la televisión encendida o con música a
alto volumen, etc.
Lectura rápida, poco profunda y con uso casi exclusivo de la memoria sin entender
a cabalidad el contenido de la materia.
Preparación de exámenes de un día para otro.
Estudiar solamente lo que piensa que preguntarán en el examen.
No interesarse por ampliar la materia investigando en otras fuentes que no sea el
libro de texto o los apuntes de clase.
Lo que motiva este mal hábito de estudio es la escasa o nula motivación para aprender; no
se tienen una conciencia clara de qué utilidad tiene hacerlo y la escuela es más bien algo
aburrido y fastidioso que no debería existir. Muchos alumnos con estas características,
especialmente de escuelas públicas, abandonan los estudios no superando un primer año de
secundaria o a lo más un tercero o primer ciclo. Otros, de escuelas privadas acaban la
secundaria después de varios cambios de colegio y con notas mínimas, o en una escuela militar
en el exterior si son varones. Relacionado con el poco estudio está el patrón inadecuado de
sueño que consiste en dormir poco de noc he y hacer largas siestas en la tarde. La costumbre
de ver televisión o utilizar la computadora hasta muy entrada la noche, es causa de cansancio y
somnolencia en la escuela y al mediodía, lo que se traduce por menos atención en clases y
sueño vespertino que le resta al estudio las horas más apropiadas.
•-ENSEÑANZA DEFICIENTE
La mala preparación preescolar hace que muchos niños inicien el prime grado de la
primaria con desventajas importantes en el aprendizaje de la lectura, la escritura y la
Matemática lo que se hace más evidente cuando el alumno pasa a otra escuela donde el sistema
es más exigente o debe competir con niños que han tenido un mejor apresto. Alumnos muy
inteligentes con estímulos suficientes en sus hogares pueden superar en poco tiempo esta
desventaja, pero los menos aventajados o provenientes de medios sociofamiliares pobres en
estímulos intelectuales pueden quedar rezagados y fracasar, si no el grado, por lo menos esas
materias fundamentales.
Igualmente puede suceder más adelante, en otros niveles académicos con asignaturas
como las ya citadas, los idiomas, la Química y la Física, materias que requieren de una
adecuada preparación inicial para poder tener éxito en las etapas siguientes. La enseñanza
deficiente ya sea por incapacidad docente del maestro o profesor, ya sea por otras razones
(período escolar muy corto con muchas interrupciones, falta de recursos apropiados para la
enseñanza), no tiene que generar un fracaso total del estudiante sino solamente en aquellas
áreas específicas en las que la instrucción resultó pobre. Otra consecuencia de una enseñanza de
baja calidad son los fracasos en las pruebas de ingreso a los centros de enseñanza superior.
•-MALA RELACIÓN MAESTRO-ALUMNO
Como sucede con la enseñanza deficiente, en estos casos el bajo rendimiento se da en las
asignaturas impartidas por el docente con quien se tiene conflictos. Si se trata de una maestra de
primaria que enseña las materias básica del pénsum, entonces el fracaso es más amplio. Hemos
tenido la experiencia de niños de escuela primaria poco motivados o a veces rechazados por sus
maestros que al ser asignados a otro educador ya sea en la misma escuela o en una nueva,
mejoran automáticamente sus calificaciones. También lo hemos visto en casos de alumnos de
secundaria que siempre fracasan con los mismos profesores con quienes no mantienen empatía,
pero tienen mejores resultados con los que se llevan bien. Esto pasa incluso con alumnos que
no tienen problemas para aprender y dedican en sus casas tiempo suficiente al estudio. No es
infrecuente que el bajo rendimiento por mala relación con el docente se combine con una
enseñanza deficiente de parte de éste.
RECOMENDACIONES PARA LOS MAESTROS
Los pasos a seguir para conocer las posibles causas de bajo rendimiento escolar en un
estudiante deben ser los siguientes:
Evaluación médica que incluya valoración del estado nutricional, visión y audición.
Investigación del estilo de vida que incluya hábitos alimentarios, patrón de sueño y
hábitos de estudio.
Conocimiento de la situación familiar para saber si existe alguna situación
traumática que lo afecte.
Evaluación psicológica para determinar sus capacidades cognitivas, psicomotoras,
psicolingüísticas, habilidades, motivaciones e intereses.
Evaluación psiquiátrica para conocer su estado de salud mental.
Evaluación del lenguaje en caso de notarse dificultades en esta área de su
funcionamiento.
Estado de sus relaciones interpersonales dentro del grupo.
Estado de sus relaciones con maestros o profesores.
Preparación obtenida en grados previos.
Calidad del docente y de sus clases.
En esta investigación deben colaborar profesionales de diferentes especialidades y la
misma escuela por medio de su gabinete psicopeda-gógico. En lo que respecta a los puntos 9 y
10, la Dirección del centro educativo necesita adoptar una posición imparcial y objetiva.
Para afrontar adecuadamente los casos de mal rendimiento o fracaso escolar el primer
paso es llegar a un diagnóstico para así poder planificar el tratamiento apropiado. En el manejo
de estas situaciones podemos establecer unos puntos generales y otros específicos. Los
primeros son:
Una actitud comprensiva y de disposición a ayudar por parte de los educadores y de
la Dirección de la escuela.
Establecer un ambiente de aprendizaje dinámico, entretenido y cordial para
interesar y motivar a los alumnos.
No perder de vista que fracasar no es la meta del docente, y por tanto debe hacer lo
que esté a su alcance para que los alumnos aprendan.
Tener un enfoque flexible y persona lizado de la enseñanza, y no establecer
objetivos inalcanzables para los estudiantes de un determinado nivel escolar.
Tener conciencia por parte de los educadores de que los niños con alguna dificultad
para el aprendizaje o el rendimiento, requieren más atención de ellos que los que
no los tienen.
No saturar a los alumnos con trabajos para la casa y procurar que hagan la mayor
parte, o lo más importante dentro de la escuela y con su supervisión.
Utilizar un sistema de evaluación más justo, en el que un solo examen con una baja
nota no arruine todo lo que el alumno ha logrado día a día como sucede con los
exámenes bimestrales.
Mejor preparación de los docentes en temas como la inclusión de estudiantes
especiales y en manejo de disciplina en el aula.
Coordinación estrecha entre escuela y padres de estudiantes con bajo índice
académico para planificar estrategias de ayuda. No rechazar la responsabilidad de la
escuela dejándosela toda a la familia del alumno.
Detección temprana de los problemas de rendimiento desde el preescolar y cada
inicio de año académico en todos los grados. Los maestros y profesores deben
mantener informados a los que les sucederán el siguiente año acerca de los
estudiantes que requieren ayuda.
No improvisar. Tener planes ya elaborados para afrontar diferentes tipos de niños
con dificultades de aprendizaje.
Las pautas específicas se relacionan con cada una de los problemas que causan el
bajo rendimiento:
Corrección de cualquier anomalía física como los defectos visuales, la hipoacusia,
la desnutrición o la anemia.
Terapia del lenguaje para niños con retraso en el desarrollo del mismo o defectos de
la expresión verbal.
Afrontar los casos de lento aprendizaje y de estudio insuficiente mediante:
El conocimiento de la situación pedagógica del alumno;
establecer un plan para ayudarlo a superar el atraso que pueda tener en
asignaturas como Español y Matemática y si se trata de un niño con un C.I.
incluirlo en un programa de enseñanza especial integrada;
mejorar su autoestima académica;
establecer en coordinación con sus padres o tutores un plan sistemático y efectivo
de estudios;
ayudarlo paulatinamente a ser independiente en sus estudios;
no someterlo a exigencias para las que aún no está preparado; adaptar el ritmo de
trabajo a sus capacidades en la medida de lo posible;
darle tiempo para que transcriba la lección del tablero y animarlo a hacerlo en
caso de que esté renuente a ello;
hacer que dedique más tiempo a la lectura comprensiva en la casa con la
supervisión de un adulto;
mantener una relación más estrecha, incluso por vía telefónica, con el maestro de
grado o con los profesores consejeros;
incluir ayuda psicoterápica con un psicólogo clínico o psiquiatra pediatra en caso
de que sus problemas escolares lo hayan afectado emocionalmente;
orientar a los padres para reducir su ansiedad, enseñarles a sobrellevar la
situación y a cómo guiar al niño en sus deberes escolares.
Referir a un especialista en trastornos del aprendizaje en caso de que se
trate de un estudiante con dislexia, disgrafía o discalculia para iniciar la terapia
pedagógica correspondiente.
Referirlo a terapia de estimulación o reeducación psicomotriz si presenta
disfunciones psicomotoras.
En los casos de niños con bajo rendimiento por trastornos de ansiedad,
depresión o enfermedades psiquiátricas, la referencia debe hacerse directamente a
una clínica de Psiquiatría de Niños y Adolescentes para su debido tratamiento. Los
educadores necesitan conocer la naturaleza del problema psicológico del estudiante
para no cometer errores como calificarlo de vago, rebelde o irresponsable; deben
brindarle apoyo emocional y flexibilizar el programa para que pueda cumplirlo,
especialmente si tiene que ausentarse muchos días por el malestar psíquico o
porque está internado. Pero también están obligados a ser discretos y respetar la
privacidad del alumno no divulgando su estado a los demás estudiantes o a otros
educadores no relacionados con aquél.
Cuando es un niño con diagnóstico de trastorno hipercinético y de atención,
la administración de un medicamento tiene que ser a discreción del médico que lo
recetará cuando así lo considere necesario, y no por presiones de personas profanas
en cuanto a psicofarmacología se refiere. Otros aspectos del manejo psicológico y
pedagógico de estos niños se tratarán en el capítulo correspondiente al tema.
Los alumnos con trastornos de la conducta con o sin el trastorno
hipercinético y de la atención, con o sin trastornos de aprendizaje, no es adecuado
enviarlos muy pronto a una clínica psiquiátrica o psicológica, siendo preferible que
se le ayude a superar su mala conducta con la intervención conjunta de los
maestros con el gabinete psicopedagógico, o si no lo hay, con la
Dirección de la escuela. Tampoco se debe culpar sin conocimiento de causa a la
familia ni rechazar al alumno pues agravaría su problema conductual. El
tratamiento dentro de la escuela se basa en:
Tratar de observar mejor la conducta para determinar sus antecedentes y
consecuencias (qué la provoca y qué efectos tienen);
Intentar saber si existen condiciones familiares que provoquen los trastornos
comportamentales del estudiante;
Conocer cómo es la relación del alumno con sus maestros o profesores;
Reunión de trabajo cada dos o tres días con el alumno mal-portado por parte de
un miembro del gabinete psicopedagógico o del consejero;
Establecer compromisos y acuerdos con el estudiante respecto a su conducta
(privilegios o castigos);
Evitar el castigo por suspensión o expulsión;
Reforzar las conductas normales o buenas que pueda exhibir el alumno;
Darle responsabilidades que lo animen a un buen comportamiento;
Tratar de que comprenda que no debe esperar que se le imponga la disciplina,
sino que debe ser una actitud personal, por convencimiento, que favorezca
el normal aprendizaje;
No comunicar a los padres la mala conducta del hijo con un afán de que se le
castigue o maltrate, ni tampoco pensando que toda la solución la tienen ellos. En
todo caso, para que sepan que la escuela está trabajando en eso y pedirles su
colaboración en aras de una acción conjunta y coordinada;
Solamente referir a los profesionales de la salud mental cuando no ha sido
efectivo el tratamiento intraescolar o de situaciones muy graves.
La mala relación de algún alumno con el maestro o con un profesor obliga a éstos a
revisar sus propias actitudes hacia aquél, y hacer gala de más madurez como adultos para crear
un clima de mayor entendimiento y cordialidad. Si al docente le resulta difícil dar ese paso,
entonces debe intervenir el personal especializado del gabinete psicopedagógico o la Dirección
de la escuela para ayudar a mejorar la relación entre ambas partes. De no lograrse el objetivo el
estudiante se beneficiará al ser asignado a otro maestro o profesor. En algunos casos donde
aquél se siente rechazado por varios maestros o profesores, un cambio de escuela sería lo
indicado de no mejorar la situación.

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