Derechos Humanos Individuales y Colectivos

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Derechos humanos individuales y colectivos

En el apartado sobre el contenido de la Declaración Universal se ha utilizado una


clasificación según las características de cada uno de los artículos.

En el apartado sobre los derechos humanos de tercera generación se ha presentado una


clasificación de los derechos humanos basada en las épocas en las que se han asumido
como tales los distintos derechos.

Otra clasificación, coincidente en parte en la basada en distintas generaciones de derechos


consiste en la división en derechos de autonomía, frente al Estado (no ser detenido
arbitrariamente, no ser torturado), correspondientes a la primera generación de derechos, y
aquellos derechos exigibles al Estado, en relación a los cuales se espera una acción positiva
por parte de los poderes públicos (la existencia de un sistema de enseñanza, de sanidad, de
seguridad social...), correspondientes a la segunda generación de derechos. Esta división se
completaría con un tercer grupo de derechos, que regularían la necesaria intervención de
Estado cuando la vulneración de los derechos del primer grupo la perpetraran particulares o
agrupaciones privadas (violencia doméstica, secuestros o torturas por parte de agentes
ajenos a los cuerpos de seguridad del estado, limitación de la libertad sindical por parte de
las empresas...).

Puede establecerse también una clasificación de los derechos humanos basándose en su


condición individual o colectiva. La Declaración Universal en principio es una proclamación
de derechos individuales. Y decimos en principio ya que sólo es verdad hasta cierto punto,
en la medida que muchos derechos sólo alcanzan su sentido, sólo se hacen posibles, dentro
de la colectividad. Por ejemplo, el derecho a la participación política tiene una dimensión
individual, el derecho de toda persona a participar activamente en ella, y una dimensión
colectiva, la necesidad que existan formas de organización social en el marco de las cuales
se pueda dar realmente la participación política.

Leyes nacionales sobre derechos humanos


Reconocimiento defensores o sus derechos (artículo 1 y artículo 5)

El derecho a defender derechos humanos.-EI Estado reconoce el derecho de toda persona,


individual o colectivamente, a promover y procurar la promoción, protección y realización de
los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Para los efectos de la presente Ley debe entenderse por; 1) Defensor(a) de Derechos
Humanos: Es toda persona que ejerza el derecho, individual o colectivamente, de promover y
procurar la protección y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales
en el marco del derecho nacional e internacional; entre éstos se encuentran comprendidos
los defensores del medio ambiente y conservadores de los recursos naturales.

Protección y promoción de sus derechos/ derecho participación/ derecho recurrir (artículos 4,


6, 8, 9, y 10)

Para efectos de la presente Ley, las y los Defensores de Derechos Humanos, periodistas,
comunicadores sociales y operadores de justicia, individual y colectivamente, tienen entre
otros, los derechos siguientes: 1) Participar individual o colectivamente, en actividades
pacíficas contra las violaciones de los derechos humanos y las libertades fundamentales; 2)
Formar organizaciones, asociaciones o grupos no gubernamentales, afiliarse, participaren
ellos y/o retirarse libremente de los mismos; 3) Protección eficaz por parte del Estado, a
través de las autoridades competentes, al protestar u oponerse por medios pacíficos, a los
actos u omisiones imputables al Estado que causen violaciones de los derechos humanos y
las libertades fundamentales; 4) Denunciar y exigir el cese de los actos de violencia
perpetrados por grupos o particulares que afecten el disfrute de los derechos humanos y las
libertades fundamentales; (…)9) Tener la oportunidad de participar efectivamente en el
gobierno de su país y en la gestión de los asuntos públicos; 11) Presentar denuncias o llamar
la atención sobre cualquier aspecto de su labor que pueda obstaculizar o impedir la
promoción, protección y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales;
12) Ser protegidos y disponer de recursos legales eficaces, de existir violación de los
derechos humanos y las libertades fundamentales; 13) Presentar denuncia o petición, por sí
misma o por conducto de un representante, ante autoridad competente, independiente e
imparcial o cualquier otra autoridad establecida por !a Ley, a que esa denuncia o petición sea
examinada rápidamente y a obtener de esa autoridad respuesta sin dilación y de
conformidad a los plazos establecidos en la presente Ley;

Derecho de los pueblos indígenas


Desde el año 1994, se celebra el Día de los Pueblos Indígenas cada 9 de agosto. Hoy, en la
Tierra, existen más de 5.000 grupos indígenas, cifras que se traducen en 370 millones de
personas —aproximadamente un 5 % de la población mundial— que siguen sufriendo
marginación, explotación, represión, persecución, tortura y asesinato.

A menudo, el robo de sus derechos los convierte en refugiados e incluso les obliga a
abandonar su lengua, sus costumbres y su pueblo. La marginación les condena a carencias
educativas, sociales, sanitarias y laborales; por todo ello, en Ayuda en Acción, llevamos
varias décadas luchando por el respeto de todos los pueblos del mundo, el respeto a la
cultura y la conservación de una identidad propia, y de estas aspiraciones junto a muchas
otras nace la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos
indígenas, y antes, el Convenio 169 de la OIT y la Convención 107.
Entendiendo el derecho indígena

Definimos el derecho de los indígenas como el reconocimiento colectivo de los derechos


colectivos de un pueblo natural de una región, donde se incluyen los derechos humanos, así
como también el derecho a su propio idioma, su cultura, religión y el territorio que,
tradicionalmente, había habitado su pueblo; en especial esto último tiene una gran relación
con el colonialismo y la invasión de la tierra en épocas anteriores y en la justa retribución
actual para la pervivencia de los pueblos originarios, de su cultura, su forma de pensamiento
y su perspectiva del mundo.

Probablemente, el ejemplo más recurrente es el de los nativos de Norteamérica, pero esta es


una realidad que también se ha dado en Centroamérica y Sudamérica, así como en Australia
y Nueva Zelanda, África y en cualquier latitud: en Asia, los pueblos akha, karen, hmong,
judíos, palestinos y kalbelya; en África, los senufo, los tuareg, los pueblos bamba, peul o
fulani y los masái; y muchos otros, como el pueblo rom o romaní y los armeníos, en Europa,
o los menonitas, navajos, mayas, mapuche, pijao y decenas de pueblos amerindios en
América.
En cualquier caso, resulta complejo generar una fórmula que acoja todas estas identidades
con relaciones muy distintas tras la colonización de los extranjeros; entendiéndose siempre
que los pueblos indígenas han sufrido injusticias históricas e intentando reparar esta
situación desde, por lo menos, mediados del siglo XX, cuando la OIT publicó el primer
Convenio sobre poblaciones indígenas y tribales: el Convenio C107. Al tratarse de un
documento ampliamente superado, hoy nos centraremos en las dos grandes herramientas
que lo han sucedido: el Convenio 169 de la OIT y la Declaración sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas.

Derechos económicos, sociales y culturales


Los Derechos Económicos Sociales y Culturales (DESC) son los derechos humanos relativos
a las condiciones sociales y económicas básicas necesarias para una vida en dignidad y
libertad, y hablan de cuestiones tan básicas como el trabajo, la seguridad social, la salud, la
educación, la alimentación, el agua, la vivienda, un medio ambiente adecuado y la cultura.

Los derechos humanos proporcionan un marco común de normas y valores universalmente


reconocidos, y establecen obligaciones del Estado para actuar de determinada manera o de
abstenerse de ciertos actos. Constituyen una herramienta importante para asegurar la
rendición de cuentas de los Estados y cada vez más actores no estatales que han cometido
violaciones, y también para movilizar los esfuerzos colectivos para desarrollar comunidades y
marcos globales que conduzcan a la justicia económica, el bienestar social, la participación y
la igualdad. Los derechos humanos son universales, inalienables, interdependientes e
indivisibles.

¿Dónde se establecen los DESC?

En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas(link is external) adoptó la Declaración


Universal de los Derechos Humanos(link is external) (DUDH), en la cual se establecen los
derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales fundamentales de los que deben
disfrutar todas las personas. En 1966, los DESC quedaron reflejados como derechos legales
en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales(link is external)
(PIDESC) - que junto con la DUDH y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
forman la denominada Carta Internacional de Derechos Humanos - y en otros tratados
universales(link is external) y mecanismos regionales. Hasta la fecha, más de 160 Estados
han ratificado el PIDESC. Asimismo, numerosos países han articulado su compromiso con
los DESC por medio de sus constituciones nacionales y legislación nacional.

¿Cuáles son los principios fundamentales relativos a los DESC?

El PIDESC esboza una serie de principios importantes para la realización de los DESC que,
a menudo, están incluidos también en otros tratados relacionados con los DESC. Bajo el
PIDESC, un Estado tiene la obligación de tomar medidas progresivas “con el máximo de sus
recursos disponibles” hacia la plena realización de los DESC. En concreto, un Estado
(incluidos sus niveles subnacionales) tiene las siguientes obligaciones:

Respetar los DESC (abstenerse de violarlos)


Proteger los DESC (impedir que otros los violen)
Cumplir los DESC (tomar las medidas necesarias para hacerlos efectivos, como aprobar
legislación, disponer partidas presupuestarias y otros procesos administrativos)
Buscar y proporcionar asistencia y cooperación internacional en la realización de los
DESC.

Los Estados deben evitar la discriminación en el acceso a los DESC basada en motivos
especificados en el PIDESC, incluyendo la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la
opinión política o de otra índole, el origen nacional o social, la posición económica y el
nacimiento. En su trabajo, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales(link is
external) (CESCR) de la ONU ha identificado motivos adicionales para prohibir la
discriminación, como la discapacidad, la edad, la nacionalidad, el estado civil y la situación
familiar, la orientación sexual e identidad de género, el estado de salud, el lugar de
residencia y la situación económica y social. La eliminación de la discriminación y ciertas
obligaciones mínimas identificadas por el CESCR en algunas de sus observaciones
generales(link is external), no están sujetas a una realización progresiva, sino que son
obligaciones inmediatas.

Derechos civiles y políticos


Los derechos civiles y políticos son dos categorías de derechos que a veces suelen
estudiarse de forma conjunta. En general, son derechos que protegen las libertades
individuales de su quebrantamiento ilegal (represión) por parte del poder (sea el de los
gobiernos o el de cualquier otro agente político público o privado), y garantizan la capacidad
del ciudadano para participar en la vida civil y política del Estado en condiciones de igualdad,
y sin discriminación.

Los derechos civiles son los reconocidos por todos los ciudadanos y por la ley; y en ello se
distinguen de los derechos humanos y de los derechos naturales. Los derechos civiles son
concedidos dentro de un Estado, mientras que los derechos naturales o los derechos
humanos son internacionales, y, se tienen, o bien por el mero hecho de nacer, según la
teoría iusnaturalista, o bien por la mera constitución de la sociedad, según la teoría
contractualista (el iuspositivismo, que separa moral y derecho, no se plantea la existencia de
derechos naturales). John Locke sostuvo que los derechos naturales a la vida, la libertad y la
propiedad debían ser convertidos en derechos civiles y protegerse por el Estado soberano
como aspecto del contrato social (derechos constitucionales).

Los derechos políticos constituyen la primera porción de la Declaración Universal de


Derechos Humanos de 1948 (así como los derechos económicos, sociales y culturales
comprenden la segunda parte). La teoría de las tres generaciones de derechos humanos
considera a este grupo de derechos como los "derechos de primera generación", y la teoría
de los derechos negativos y positivos (libertad negativa y positiva) los designa como
derechos negativos. No obstante, en cuanto los derechos sociales o positivos se justifican en
la reparación de deficiencias que obstaculizan gravemente el ejercicio de la plena condición
de ciudadano, son también "civiles", al tener su correspondiente definición precisa en la
contrapartida de una obligación establecida por parte de los poderes públicos.1

Instituciones nacionales y organismos internacionales de protección


Las instituciones nacionales de derechos humanos (INDH) son órganos administrativos
creados para proteger y promover los derechos humanos en un país determinado. Hay unas
112 INDH, la mayoría de las cuales cumplen con las normas establecidas por los Principios
de París y reconocidas por las Naciones Unidas.
El cumplimiento de los Principios es requerido para la acreditación ante la ONU, que
únicamente para las instituciones nacionales, no se lleva a cabo directamente por un
organismo de la ONU sino a través de revisión por pares realizado por el Comité
Internacional de Coordinación de las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos
(CICINDH). Las instituciones acreditadas por el CICINDH con 'estatus A', es decir, el pleno
cumplimiento de los Principios de París, disfrutan de un acceso mucho mayor a los comités
de tratado y otros órganos de derechos humanos de la ONU. La secretaría para el proceso
de revisión (para la acreditación inicial y renovación de la acreditación cada cinco años) es
proporcionada por la Sección Mecanismos Regionales e Instituciones Nacionales y de la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (CNDH).1

Las instituciones nacionales se pueden agrupar en dos grandes categorías: Comisiones de


derechos humanos, y agencias de Defensor del pueblo u Ombudsman. Aunque la mayoría
de las defensorías del pueblo ejercen sus facultades por una sola persona, las comisiones de
derechos humanos tienen varios miembros, y son generalmente representativas de los
diversos grupos sociales y tendencias políticas. A veces son como estos creadas para tratar
temas específicos, tales como discriminación, aunque algunos son organismos con
responsabilidades muy amplios. Instituciones nacionales especializadas existen en muchos
países para proteger los derechos de un grupo particularmente vulnerable, por ejemplo las
minorías étnicas y minorías lingüísticas, los pueblos indígenas, los niños, los refugiados o las
mujeres.

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