Caballo Et Al. (2019) - IMAS
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Stefan G Hofmann
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Resumen
Se presenta un nuevo programa de tratamiento para la ansiedad social,
específicamente para el trastorno de ansiedad social (fobia social) y el trastorno de
personalidad por evitación. Su nombre, Intervención multidimensional para la
ansiedad social (IMAS), indica que gira alrededor de las cinco dimensiones que
nuestro equipo de investigación encontró trabajando en ansiedad social con 20
países durante más de 15 años, como son: 1) Interacción con desconocidos, 2)
Interacción con el sexo opuesto, 3) Expresión asertiva de molestia, desagrado o
enfado, 4) Quedar en evidencia/Hacer el ridículo, y 5) Hablar en público/Interacción
con personas de autoridad. Incorpora tanto técnicas tradicionales de la terapia
cognitivo conductual como estrategias de las terapias de tercera generación. El
programa IMAS se aplica en formato grupal a lo largo de 15 sesiones de
tratamiento de 2,5 horas cada una, más una sesión de apoyo y las sesiones de
evaluación pre/postratamiento y seguimiento. Creemos que en estos momentos
constituye el mejor programa de tratamiento para la ansiedad social y en los
próximos meses estaremos en disposición de demostrar esta afirmación.
PALABRAS CLAVE: programa IMAS, intervención multidimensional, ansiedad social,
fobia social.
Abstract
This article presents a new treatment program for social anxiety, specifically
for social anxiety disorder (social phobia) and avoidance personality disorder. Its
name, Multidimensional Intervention for Social Anxiety (MISA), indicates that it
revolves around the five dimensions that our research team found working on
social anxiety with participants from 20 countries for more than 15 years, namely
(1) Interaction with strangers, (2) Interaction with the opposite sex, (3) Assertive
expression of annoyance, disgust, or displeasure, (4) Embarrassment or criticism,
and (5) Speaking in public/interaction with persons of authority. It incorporates
both traditional techniques of cognitive behavioral therapy and strategies of third-
generation therapies. The MISA program is applied in a group format through 15
treatment sessions of 2.5 hours each, plus one booster session, and pre/post-
treatment and follow-up assessment sessions. We believe that it is currently the
best treatment program available for social anxiety and in the coming months we
will be able to substantiate this claim.
KEY WORDS: MISA Program, multidimensional intervention, social anxiety, social
phobia.
Introducción
posibilidad es que la fobia social no sea tan perturbadora como otros trastornos
psicológicos con los que puede ocurrir de forma comórbida (p. ej., trastorno de
depresión mayor, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno por consumo de
sustancias) y que las personas que la padecen decidan sobrellevar sus vidas mal que
bien en vez de afrontar las dificultades que conlleva el TAS y aprender nuevas formas
más auténticas de vivir sus vidas.
Aunque a nivel de tratamiento ha habido importantes avances, disponiéndose
hoy de intervenciones claramente eficaces (Society of Clinical Psychology, APA,
Division 12, 2018), no está tan clara la evolución del TAS a nivel del concepto teórico
desde que empezó a utilizarse en el ámbito clínico (Janet, 1903, 1909) ni de su
evaluación. Así, por ejemplo, la última versión del sistema de clasificación del DSM
(DSM-5) eliminó el subtipo de fobia social generalizada (“temor a la mayoría de las
situaciones sociales”) e incluyó uno nuevo, el subtipo de fobia social de sólo
actuación (“cuando el temor se limita a hablar o actuar en público”). Creemos que
este cambio no está basado en datos empíricos e incluso desatiende a datos
aportados por estudios con población española, portuguesa y latinoamericana
(Caballo et al., 2012, 2015; Caballo, Salazar, Arias, et al., 2010; Caballo, Salazar,
Irurtia, et al., 2010; Caballo, Salazar, Nobre-Sandoval, et al., 2017; Caballo, Salazar,
Robles, Irurtia y Equipo de Investigación CISO-A México, 2016; Salazar, Caballo,
Arias y Equipo de Investigación CISO-A Chile, 2018; Salazar, Caballo, Arias y Equipo
de Investigación CISO-A Colombia, 2016), lo que constituye un retroceso en el
concepto de TAS. En estos momentos, y si hiciéramos caso al DSM-5, no habría
diferencias diagnósticas entre un sujeto que teme únicamente a un tipo de
situaciones sociales (salvo que fueran situaciones de hablar o actuar en público) y
aquél que teme a la mayoría de las situaciones sociales, cuando, a nivel clínico, las
diferencias son enormes. Además, no está claro por qué el “hablar o actuar en
público” constituye un tipo especial de situación social y no otras clases de
situaciones como pueden ser la “interacción con desconocidos” o el “temor a hacer
el ridículo”. Nuestras investigaciones sobre ansiedad social durante 15 años con más
de 50.000 participantes no clínicos y más de 1.000 pacientes en 20 países no arrojan
características especiales al tipo de situaciones que tienen que ver con hablar o
actuar en público (Caballo et al., 2012, 2015; Caballo, Salazar, Arias, et al., 2010;
Caballo, Salazar, Irurtia, et al., 2010). Dudamos que este cambio introducido en el
DSM-5 constituya algún avance en la comprensión del TAS.
Por otra parte, existe un importante solapamiento entre el diagnóstico de TAS
y el de trastorno de la personalidad por evitación (TPE). La eliminación del subtipo
generalizado en el DSM-5 (APA, 2013) no ayuda tampoco a esa diferenciación, dado
que con el término TAS se está incluyendo desde el temor a una situación social al
temor a la mayoría de las situaciones sociales y este temor generalizado es el que
caracteriza al TPE. “Parece poco lógico tener dos categorías nosológicas distintas
que muestran la misma fenomenología y responden más o menos a los mismos
tratamientos, especialmente en ausencia de datos claros sobre las diferencias en la
etiología o en el curso” (Bellack y Hersen, 1990, pp. 240-241). Tanto los individuos
con TPE como los que tienen TAS están muy preocupados por las percepciones que
los demás tengan de ellos, desean en exceso la aceptación de los demás, sufren un
deterioro laboral o social por sus temores sociales y les inquieta sobremanera que
152 CABALLO, SALAZAR Y HOFMANN
los demás descubran sus deficiencias. Como señalaba Widiger (1992), “una persona
que satisface los criterios de la fobia social generalizada y del TPE no sufre dos
trastornos mentales comórbidos, sino simplemente un trastorno que satisface los
criterios de dos diagnósticos diferentes” (p. 341).
Otra cuestión controvertida es que en el área de la evaluación de la ansiedad
social, nuestras investigaciones han establecido cinco dimensiones básicas de la
misma: 1) Interacción con desconocidos, 2) Interacción con el sexo opuesto, 3)
Expresión asertiva de molestia, desagrado o enfado, 4) Quedar en evidencia/Hacer
el ridículo, y 5) Hablar en público/Interacción con personas de autoridad. Estas
dimensiones deberían ser consideradas siempre al evaluar ese constructo, pero que
nunca se encuentran completas en los cuestionarios que habitualmente se utilizan
para tal fin, como la “Escala de ansiedad social de Liebowitz” (Liebowitz Social
Anxiety Scale, LSAS; Liebowitz, 1987), el “Inventario de ansiedad y fobia social”
(Social Phobia and Anxiety Inventory, SPAI; Turner, Beidel, Dancu y Stanley, 1989),
el “Inventario de fobia social” (Social Phobia Inventory, SPIN; Connor et al., 2000),
la “Escala de ansiedad en la interacción social” (Social Interaction Anxiety Scale,
SIAS; Mattick y Clarke, 1998), la “Escala de fobia social” (Social Phobia Scale, SPS;
Mattick y Clarke, 1998) o la “Escala breve de fobia social” (Brief Social Phobia Scale,
BSPS; Davidson et al., 1991). Así, sólo dos de esas dimensiones, Interacción con
desconocidos y Hablar en público, surgen como dimensiones consistentes en los
cuestionarios más empleados en todo el mundo (SPAI, LSAS, SPIN, SIAS, SPS y BPS).
Curiosamente, la dimensión de Interacción con el sexo opuesto no fue identificada
en la estructura factorial de ninguna esas medidas. Esto parece sorprendente, dada
la importancia de este problema en las vidas de individuos con ansiedad/fobia social.
Esos cuestionarios incluyen muy pocos ítems, si es que hay alguno, que se ocupen
de la ansiedad en la interacción social con el sexo opuesto. Por ejemplo, la SPS y el
SPIN no incluyen ningún ítem y la SIAS y la LSAS incluyen un único ítem que evalúa
este problema. El SPAI, por su parte, incluye 17 de los 96 ítems. Sin embargo, estos
17 ítems son realmente subítems agrupados en cada ítem con otros tres subítems
(miedo a los extraños, personas con autoridad, y la gente en general) para dar la
puntuación media de 17 ítems de nivel “superior”. Entendemos que esto es una
limitación del procedimiento de corrección del SPAI (Caballo, Salazar, Irurtia, et al.,
2010).
Otra dimensión que aparece con poca frecuencia en los cuestionarios
tradicionales que evalúan ansiedad social es la Expresión asertiva de molestia,
desagrado o enfado. El SPIN, el SPAI y la SPS no incluyen ningún ítem sobre este
problema y la SIAS sólo tiene un ítem. Únicamente la LSAS incluye algunos ítems
sobre asertividad. De nuevo, esto es un dato sorprendente dada la importancia de
los problemas de asertividad en la ansiedad social (Caballo, Salazar, Irurtia, et al.,
2010).
Finalmente, la dimensión de Quedar en evidencia/Hacer el ridículo suele estar
representada en exceso en los cuestionarios existentes, aunque generalmente
difieran en los nombres que le ponen a esta dimensión. A pesar de que el miedo a
ser observado es una preocupación importante entre los individuos con ansiedad
social, las medidas parecen enfatizar en exceso este tema mientras omiten otras
Intervención Multidimensional para la Ansiedad Social (programa IMAS) 153
áreas problemáticas. Por ejemplo, la mayoría de los ítems de la SPS y del SPIN lidian
con el temor a situaciones embarazosas (Caballo, Salazar, Irurtia, et al., 2010).
Existen también ciertas situaciones sociales incluidas en la mayoría de los
instrumentos de autoinforme vistos anteriormente que puede que no se apliquen a
España y los países latinoamericanos. Por ejemplo, la situación de “beber en
público” no parece ser una preocupación típica entre las personas socialmente
ansiosas en esos países. Las personas de países latinoamericanos pasan una parte
importante de su tiempo de ocio fuera de sus hogares por la noche, sentados afuera
o en bares, bebiendo en público. Por lo tanto, beber en público rara vez es un
problema, incluso entre individuos socialmente fóbicos. Un problema mayor en esas
culturas es no tener amigos con los que participar en esta actividad. No creemos que
ítems como beber en público reflejen un comportamiento representativo de
personas socialmente ansiosas en los países de habla española y portuguesa. Se
pueden plantear preocupaciones similares con algunos otros elementos, como el
uso de baños públicos. Tenemos la impresión de que la “paruresis” (incapacidad
para orinar en un baño público) no es un problema importante en las culturas
española y latinoamericana.
Teniendo en cuenta todos los problemas anteriores, nuestro equipo desarrolló
el “Cuestionario de ansiedad social para adultos” (CASO) donde se evitan algunos
ítems poco representativos y se encuentran presentes las cinco dimensiones que
indicamos anteriormente (Caballo et al., 2012, 2015; Caballo, Salazar, Arias, et al.,
2010; Caballo, Salazar, Irurtia, et al., 2010). Los resultados obtenidos con este
cuestionario, validado en España, Portugal y la mayoría de los países de
Latinoamérica (p. ej., Caballo et al., 2012, 2015, 2016; Caballo, Salazar, Arias, et
al., 2010; Caballo, Salazar, Irurtia, et al., 2010; Caballo, Salazar, Nobre-Sandoval, et
al., 2017; Salazar et al., 2016, 2018), han constituido la base para el desarrollo de
una nueva Intervención multidimensional para la ansiedad social, el programa IMAS.
El resto del artículo lo dedicaremos a la descripción de este nuevo programa
cognitivo conductual para el tratamiento de la ansiedad social.
Primeros pasos
correctamente. Otros autores utilizan del término descentrarse (decentering) (p. ej.,
Eftekhari, 2017) e incluso algunas perspectivas “espirituales” manejan también el
concepto de distanciarse de los pensamientos (Tolle, 1997). Este último autor
también utiliza el concepto del aquí y ahora, similar, en buena media, al concepto
de la atención plena.
Además de estas “nuevas” estrategias para el tratamiento de la ansiedad social,
mantuvimos algunas de las técnicas clásicas y que ya se han demostrado eficaces
para el TAS, como el entrenamiento en habilidades sociales (EHS) y la exposición,
además de algunos elementos provenientes de la reestructuración cognitiva (en
especial, la identificación de pensamientos disfuncionales) e incluso utilizamos la
estrategia de relajación muscular progresiva pero adaptada al propósito de atender
plenamente a las sensaciones corporales.
Figura 1
Estructura general del programa de Intervención multidimensional para la ansiedad social
(IMAS)
cariñosa hacia ellas mismas, su historia, de modo que les resulte más fácil ser
conscientes de sus propias vivencias, del mismo modo que sujetarían un
objeto frágil en las manos mientras lo contemplan de cerca y
desapasionadamente (Hayes y Smith, 2005).
9. Tareas para casa. Las tareas para casa son actividades o ejercicios que el
paciente tiene que realizar en su vida diaria, entre sesión y sesión, con el fin
de generalizar a la vida real lo que ha aprendido en la clínica. Las tareas para
casa son una parte esencial del programa IMAS y el éxito del mismo depende,
en gran medida, de las actividades que realice el paciente cuando no está con
el terapeuta. Normalmente, cada sesión del programa empieza y termina con
una discusión sobre las tareas para casa, que son diseñadas específicamente
para alcanzar los objetivos de la terapia. Conforme el programa va
avanzando, una parte de cada sesión se dedica a preparar a los pacientes para
las próximas tareas para casa y la dificultad de las tareas se aumenta
gradualmente conforme progresa el tratamiento. Hay que tener en cuenta
que con respecto a las tareas para casa:
a. Algunas de ellas se elaboran y acuerdan con los pacientes, mientras que
otras muchas se encuentran especificadas en el libro del paciente.
Intervención Multidimensional para la Ansiedad Social (programa IMAS) 161
El formato elegido por el programa IMAS es grupal, debido a las ventajas que
este formato tiene cuando tratamos con problemas de interacción social, entre las
que se encuentran las siguientes:
a. El grupo ofrece una situación social ya establecida en la que los participantes que
siguen el programa pueden practicar con las demás personas. Un grupo
proporciona diferentes tipos de personas necesarias para crear las
representaciones de papeles y para proporcionar un mayor rango de
retroalimentación.
b. El grupo procura a sus miembros una serie de personas a quienes conocer y con
quienes practicar lo que acaban de aprender en la sesión clínica. Además, ofrece
un contexto de apoyo en donde los pacientes, al encontrarse en un grupo de
personas con una posición similar a la suya, se sienten identificados y menos
intimidados.
c. Las situaciones sociales que se representan en el grupo tienen la ventaja de ser
reales en vez de simuladas, como suele suceder en las sesiones individuales, y las
oportunidades de que la nueva conducta se generalice a otras situaciones
sociales aumentan.
d. El formato grupal hace un uso más económico del tiempo del terapeuta, lo que
permite también un menor gasto de dinero por parte del paciente.
No obstante, el programa IMAS podría aplicarse también en formato individual,
únicamente adaptando los ejercicios de las sesiones a este formato. Además, esta
modalidad de formato puede ser la única aceptable cuando el paciente tiene una
ansiedad excesiva y le sería muy difícil adaptarse al grupo. Para este tipo de personas
sería útil comenzar el entrenamiento de forma individual y, una vez que ha
disminuido el nivel de ansiedad, introducirles en el formato grupal. En otras
ocasiones, puede que no haya suficientes pacientes para formar un grupo, de modo
que es necesario el entrenamiento individual. En cualquier caso, sea al formato
individual o grupal, el sujeto participante necesita disponer del libro del paciente, ya
que tendrá que seguir muchos de los ejercicios por dicho libro, rellenar tareas para
casa que se incluyen en él y adquirir información adicional sobre asuntos que se
abordan en la terapia, pero sobre los que no da tiempo de extenderse durante la
misma. Igual de indispensable resulta el libro del terapeuta para el psicólogo que
conducirá el grupo. Esto tiene la ventaja de proporcionarle una guía estructurada
sesión a sesión, paso a paso, incluyendo todos los materiales que necesita para llevar
a cabo el grupo desde la primera sesión hasta la última. La publicación del programa
tanto para los pacientes como el terapeuta, permite un mayor control sobre el
162 CABALLO, SALAZAR Y HOFMANN
desarrollo del programa y una aplicación más uniforme que si nos basáramos en
cursos o en la palabra hablada.
El tamaño de los grupos puede variar, aunque un formato grupal adecuado se
encontraría entre los seis y los ocho miembros. Es conveniente que el grupo incluya
una distribución equilibrada de pacientes de ambos sexos. Con respecto a la edad
de los participantes, no hay restricciones respecto al límite superior, pero deben
tener de 18 años en adelante. Es probable que la composición del grupo con
respecto a esta variable dependa de la disposición de los pacientes que accedan al
grupo de intervención.
para abordar las situaciones sociales temidas desde una perspectiva diferente.
Los pacientes ya no se acercan a esas situaciones prestando atención a sus
pensamientos, sino haciéndolo a los elementos presentes en la situación social.
4. Desvinculación de pensamientos. La desvinculación es otro de los
procedimientos esenciales del programa. Convertir a los pacientes en
observadores de sus pensamientos, hacer que se distancien de ellos, es un
aspecto clave de la intervención. Junto con la atención plena ayuda a que los
pacientes aborden las situaciones sociales desde una perspectiva diferente y con
una mayor seguridad en sí mismos.
5. Entrenamiento en habilidades sociales (EHS). Esta estrategia, utilizada desde los
años 70 como parte de la TCC, ha demostrado ser eficaz para el tratamiento
del TAS (fobia social). Las habilidades sociales y la ansiedad son dos áreas con
una estrecha relación (p. ej., Caballo, Salazar y CISO-A España, 2018) y el
aumento de las primeras suele reducir la segunda. En el programa IMAS, al
ensayo de conducta del EHS le añadimos la aceptación, la atención plena y la
desvinculación de los pensamientos, de modo que el paciente se sienta más
confiado y con más estrategias cuando se exponga a las situaciones sociales
temidas de la vida real (tareas para casa).
6. Exposición. Este procedimiento es otra de las técnicas de tratamiento clásicas de
la TCC y también ha demostrado ser eficaz para el tratamiento del TAS. En el
programa IMAS, la exposición se ve reforzada por todas las estrategias
anteriores, con lo que la posibilidad de que sea eficaz aumenta notablemente.
Discusión
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