El documento describe los diferentes sabores básicos percibidos por el sentido del gusto como ácido, salado, dulce y amargo. Explica que la percepción del gusto se produce en las papilas gustativas de la lengua y paladar. Además, introduce el sabor umami como un quinto sabor básico y describe las teorías sobre las características moleculares responsables de cada uno de los sabores.
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El documento describe los diferentes sabores básicos percibidos por el sentido del gusto como ácido, salado, dulce y amargo. Explica que la percepción del gusto se produce en las papilas gustativas de la lengua y paladar. Además, introduce el sabor umami como un quinto sabor básico y describe las teorías sobre las características moleculares responsables de cada uno de los sabores.
El documento describe los diferentes sabores básicos percibidos por el sentido del gusto como ácido, salado, dulce y amargo. Explica que la percepción del gusto se produce en las papilas gustativas de la lengua y paladar. Además, introduce el sabor umami como un quinto sabor básico y describe las teorías sobre las características moleculares responsables de cada uno de los sabores.
El documento describe los diferentes sabores básicos percibidos por el sentido del gusto como ácido, salado, dulce y amargo. Explica que la percepción del gusto se produce en las papilas gustativas de la lengua y paladar. Además, introduce el sabor umami como un quinto sabor básico y describe las teorías sobre las características moleculares responsables de cada uno de los sabores.
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EL SENTIDO DEL GUSTO
DOCENTE: MSc. ING. RENZO BRUNO CHUNG CUMPA
La percepción del gusto se efectúa en las papilas gustativas situadas en la lengua y en el paladar. Las sustancias no tienen en general un sabor único: lo que se percibe suele ser una sensación compleja originada por uno o más de los gustos básicos: ácido, salado, dulce y amargo. Sin embargo, debemos considerar al sabor umami como un quinto sabor, ya que posee características de sabor propias. Los productos que presentan gustos ácidos, salados y dulces permiten ,en general, establecer reglas asociadas a las funciones químicas o a la estructura química del producto. Los gustos salinos provienen en general de sales inorgánicas; los gustos dulces pueden predecirse a partir de la estructura química; los gustos ácidos están definidos por funciones carboxílicas en producto orgánicos y en el gusto característico de los ácidos inorgánicos. El gusto amargo no obedece a reglas y en general suelen presentarse gustos amargos en estructuras químicas muy dispares. Sin embargo, en aminoácidos y péptidos de bajo peso molecular existen reglas bastante bien documentadas para predecir el gusto. Como curiosidad, señalaremos que el gusto amargo en bajas concentraciones sirve para resaltar o mejorar el sabor de los alimentos y en ciertos casos como medida de la calidad. EL SABOR DULCE Existe históricamente la idea de que el sabor dulce esta asociado a los grupos hidroxilo (-OH) debido a que su presencia es característica en los azúcares. Sin embargo, los compuestos polihidroxilo varían grandemente en capacidad edulcorante, y muchos aminoácidos, algunas sales metálicas, y otros compuestos no relacionados, como el cloroformo (CHCl3) y la sacarina, son también dulces. Se ha propuesto una teoría ampliamente comprobada para describir y/o determinar el sabor dulce: teoría de la unidad AH/B o unidad sápida. La unidad sápida se consideró inicialmente como la combinación de un protón H de enlace ligado covalentemente y un orbital electronegativo situado a una distancia del protón de unos 3 Å . Así pues, son esenciales para que una molécula tenga sabor dulce la existencia de átomos electronegativos vecinales. Además, uno de los átomos debe poseer un protón H de enlace. Los átomos de oxígeno, nitrógeno y cloro frecuentemente juegan este papel en las moléculas dulces y los átomos de oxígeno del grupo hidroxilo pueden cumplir la función AH o B de la molécula. A continuación se indican relaciones AH/B sencillas para el cloroformo (I), sacarina (II), y glucosa (III). Se ha añadido a la teoría AH/B una tercera característica para ampliar su validez a las sustancias intensamente dulces como la aspartama. Esta adición incorpora a las moléculas dulces regiones lipofílicas estereoquímicamente apropiadas, designadas como γ, las cuales son atraídas por regiones lipofílicas similares del receptor gustativo. Las porciones lipofílicas de las moléculas dulces son frecuentemente grupos metileno (-CH2-), metilo (-CH3), o fenilo (-C6H5). La estructura dulce completa está geométricamente situada de tal modo que se produce el contacto triangular de todas las unidades activas (AH, B y γ ) con la molécula del receptor para las sustancias intensamente dulces. Los cambios de la estructura y estereogeometría de las moléculas dulces conduce a una pérdida o supresión del sabor dulce o la inducción del sabor amargo. EL SABOR AMARGO El amargor se asemeja al dulzor debido a su dependencia de la estereoquímica de las moléculas que desencadenan el estímulo; las dos sensaciones son puestas en marcha por características similares de las moléculas, haciendo que algunas moléculas produzcan ambas sensaciones amarga y dulce, incluso simultáneamente. Si bien las moléculas dulces tienen que poseer dos grupos polares que pueden ser complementados con un grupo no polar y un grupo hidrófobo. Sin embargo, la mayoría de las sustancias amargas poseen una unidad sápida AH/B idéntica a la de las moléculas dulces, así como el grupo hidrófobo. La orientación de las unidades AH/B en la cavidad del receptor proporcionan la discriminación entre dulce y amargo. Si la geometría de la molécula permite orientarse en ambas direcciones la molécula daría respuesta amargo-dulce. Este modelo describe adecuadamente la respuesta dulce-amarga de los aminoácidos en los cuales los isómeros D son dulces y los isómeros L son amargos. Las sales amargas poseen un mecanismo de recepción diferente relacionado con la suma de los diámetros iónicos de los componentes aniónicos y catiónicos de la sal. Las sales con diámetros iónicos inferiores a 6,5 Å tienen un gusto puramente salino (LiCl = 4,98 Å , NaCl = 5,56 Å y KCL = 6,28 Å ). Cuando aumentan los diámetros iónicos (CsCl = 6,96 Å y CsI = 7,74 Å ), las sales resultan cada vez más amargas. El cloruro de magnesio (8,50 Å ) es por tanto muy amargo. EL SABOR SALINO Y ÁCIDO El cloruro sódico (NaCl) es el representante clásico del sabor salado, junto con el cloruro de litio (LiCl). Las sales tienen sabores complejos, que combinan gustos dulce, amargo, ácido y salino. El mejor ejemplo de ello, es el hecho experimentalmente y comprobado de que la sal común en concentraciones bajas es dulce y no salada. La complejidad del gusto de las sales, hace que a veces no sea posible describirla empleando los gustos básicos y se empleen términos como químico, jabonoso o metálico. Independientemente del mecanismo de percepción del gusto salino, se conoce que los cationes causan el gusto salino y los aniones lo inhiben. Las sales inorgánicas de de sodio y litio producen únicamente sabores salinos, el potasio y otros cationes producen gustos salino y amargo. En las sales orgánicas complejas y en sales inorgánicas como polifosfatos, los aniones no sólo inhiben el gusto salino sino que contribuyen al gusto por sí mismos como en el caso de jabones (sales de sodio de ácidos grasos de cadena larga) o sulfatos detergentes como el lauril sulfato sódico enmascarando completamente el gusto del catión. En el gusto ácido contrariamente a la creencia popular, la acidez de una solución no parece ser determinante de la sensación ácida; más bien, otras características moleculares poco comprendidas, parecen tener una importancia primaria (por ej., peso, tamaño, y polaridad). No se dispone de datos suficientes para determinar si los hidrogeniones (H3O+), los aniones inorgánicos u orgánicos, o las moléculas no disociadas tienen mucha influencia en la respuesta ácida. En conclusión, mencionamos que: • Para la determinación estándar de gusto dulce se emplea usualmente glucosa. • Para la determinación estándar de gustos amargos se emplean usualmente cafeína y quinina. • Para la determinación estándar de gustos salinos se emplea NaCl y para el gusto ácido HCl. ALGUNOS TÉRMINOS RELACIONADOS CON EL GUSTO Potenciadores del sabor Los potenciadores de sabor como el glutamato monosódico, el inosinato o el guanilato se han empleado desde siempre en la preparación de alimentos (mediante productos fermentados como extracto de soja, quesos y otros) ya que contribuyen al gusto “umami” o delicioso de los alimentos cuando se utilizan a niveles que sobrepasan su umbral de detección propio y simplemente aumentan el sabor de otras sustancias. El mecanismo de actuación de estas sustancias es desconocido y sus efectos son notables y deseables para el sabor (no sólo el gusto) de hortalizas, productos lácteos, carnes, aves, pescados, etc. Para la determinación estándar de potenciadores de sabor se emplea usualmente glutamato monosódico. Astringencia Se le describe como una sensación seca asociada al sabor percibido, en la cavidad bucal (no en la lengua) que produce un fuerte encogimiento de los tejidos y es ordinario, debido a la asociación de taninos o polifenoles con proteínas o mucopolisácaridos de la saliva para formar precipitados o agregados fuertemente hidrófilos. Es frecuente para muchos confundir o asociar la sensación astringente con el gusto amargo, ya que numerosos polifenoles o taninos presentan ambos sensaciones. Algunos ejemplos de astringencia controlada presente en alimentos son el vino tinto y el té. En el caso del vino se suele reducir la presencia de taninos y polifenoles mediante la adición de proteínas de sangre (Hemoglobina), hidrolizados de colágeno o gelatina. En vegetales o frutos vegetales como el plátano o los nísperos, cuando la maduración es insuficiente aumenta la astringencia confiriendo al producto sabores no deseables. Efecto picante Existen varias sensaciones no específicas o del trigémino neural que proporcionan una contribución importante a la percepción del sabor mediante la detección de la sensación picante, refrescante, de frío, umami o de atributos deliciosos, en los alimentos o sustancias en general. La sensación característica quemante, cortante, aguijoneante que se conoce colectivamente como picante es difícil de separar de las producidas por los efectos de irritación química general y por los efectos lacrimógenos, que se consideran sensaciones independientes del sabor. Existen sustancias picantes estrictamente orales (no contienen volátiles) como la pimienta negra y el jengibre, y otras como la mostaza, los rábanos, las cebollas, el ajo o especies aromáticas como el clavo que producen picor y aromas característicos. Las sustancias picantes se añaden a los alimentos, en general, para aumentar su apetecibilidad y aceptación. Para la determinación estándar del efecto picante se emplea pimienta negra y blanca. Efecto refrescante Esta sensación se produce cuando ciertas sustancias químicas entran en contacto con los tejidos nasal u oral y estimulan receptores específicos del gusto o del olor. Son ejemplo de este efecto la menta, la hierba buena o el xilitol. Para la determinación estándar del efecto refrescante se emplea xilitol. EL SENTIDO DEL TACTO A través del sentido del tacto se puede percibir la textura de los alimentos, aunque esta característica presenta un carácter multisensorial, ya que la textura puede definirse como la manifestación sensorial y funcional de las propiedades estructurales, mecánicas y superficiales de los alimentos detectados a través de los sentidos de la vista, del oído, del tacto y de la cinestesia. Quizás la textura presente un papel menos consciente que el gusto a la hora de percibir o apreciar el sabor de los alimentos, pero no menos importante. La textura de un alimento comienza a apreciarse incluso antes de introducirlo en la boca, por ejemplo, cuando se manipula con los cubiertos o se observa, aunque realmente se evalúa durante el proceso de masticación y deglución. La firmeza, la suavidad, la cremosidad, el grosor y el crujiente de los alimentos son ejemplos de cualidades que ayudan a conceptualizar la textura y son determinantes de suma importancia que indican la calidad del alimento y su aceptación por parte del consumidor. Se destaca el papel de la textura en relación con la ingesta alimentaria. Algunos estudios muestran que el ritmo de consumo de los alimentos varía dependiendo de su textura. Los alimentos y las bebidas más viscosas y de consistencia más dura se consumen de forma más lenta que los que presentan una textura más suave. También la forma y la textura de los alimentos puede hacer creer al consumidor que el alimento o bebida que va a ingerir, presenta un mayor efecto saciante. Los alimentos que son percibidos como más largos y más gruesos hacen que se perciban como más abundantes y, por tanto, como más saciantes. Por otro lado, el efecto del espesor o la textura está ampliamente documentado, implicando a los líquidos como factores «enmascarantes» de las señales de saciedad generadas por vías fisiológicas y sensoriales. Este efecto se debe en particular a la rápida ingesta y vaciado gástrico de los líquidos al ser ingeridos, en comparación con los sólidos y semisólidos (p. ej., yogur) y el consumo excesivo de energía asociado (sobre todo en el caso de bebidas azucaradas). LA PIEL La piel es un tejido delgado y resistente que recubre todo el cuerpo, proporcionándole una cubierta protectora e impermeable. Es muy fina en algunos puntos, como los párpados (0,5 mm de espesor), y más gruesa en las palmas de las manos y las plantas de los pies (hasta 5 mm de espesor). La piel se compone de tres capas superpuestas: la epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo. La epidermis es la cobertura más exterior. Presenta una capa córnea, más superficial, formada por células secas que se convierten en una sustancia dura, la queratina. Una capa más profunda, la capa mucosa o de Malpighi, está formada por células que se renueva de forma constante y reemplazan las células de la capa córnea. La dermis también presenta dos capas: la capa papilar, con numerosos vasos sanguíneos y nervios, y la capa reticular, en donde se encuentran las glándulas sebáceas, productoras de sebo o grasa, y los receptores táctiles de las terminaciones nerviosas: los corpúsculos de Vater - Pacciní, Ruffini, Meissner y Krause, que permiten percibir el calor, frío, presión, forma, movimiento y demás estímulos táctiles externos. Estas terminaciones nerviosas son más numerosas en determinadas zonas de la piel, como la punta de la lengua y las yemas de los dedos, lo que las hace más sensibles. Los receptores táctiles permiten que el cerebro no sólo identifique la naturaleza de un estimulo (presión, calor...), sino que también localice el lugar exacto donde se ha producido. Hay varios tipos de receptores táctiles: Corpúsculos táctiles: pueden ser terminaciones nerviosas libres o terminaciones nerviosas encapsuladas. Son sensibles al contacto porque los pelos, al rozar con los objetos, estimulan las terminaciones sensitivas. • Corpúsculos de Meissner: sensibles al contacto, son muy abundantes en las yemas de los dedos y en la punta de la lengua. Nos permiten saber la superficie y la extensión de los cuerpos.
• Corpúsculos de Vater-Paccini: están en la parte más
profunda de la dermis y son sensibles alas deformaciones de la piel, es decir, a las fuerzas ejercidas sobre ella. • Corpúsculos de Krause: están en la superficie de la dermis y son sensibles a las bajas temperaturas, por lo que a ellos se debe la sensación de frío.
• Corpúsculos de Ruffini: se localizan a mayor
profundidad que los corpúsculos de Krause y son sensibles a los aumentos de temperatura, por lo que se encargan de la sensación de calor. Las características de textura se clasifican en: mecánicas, geométricas y de composición. • Los atributos mecánicos, tienen que ver con el comportamiento mecánico del alimento frente a la deformación y se clasifican en primarios y secundarios. • Los atributos geométricos, son aquellos que están relacionados con la forma, y/u orientación de las partículas del alimento, como la fibrosidad, la granulosidad, la cristalinidad, la porosidad, la esponjosita, etc. • Los atributos de composición tienen que ver con la presencia aparente de un componente en el alimento como la humedad, la granulosidad, la harinosidad, entre otras. CARACTERÍSTICAS MECÁNICAS PRIMARIAS DE TEXTURA CARACTERÍSTICAS MECÁNICAS SECUNDARIAS DE TEXTURA
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