Historia de La Gran Misión Vivienda Venezuela

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Historia de la gran misión vivienda Venezuela

El Ministerio de Vivienda y Hábitat fue creado oficialmente por la Presidencia 
dela República mediante el decreto 3.570, publicado en Gaceta Oficial número 
38.162 del 8 de abril del 2005.

Se dió el 3 de marzo de 2009, a través del Decreto Presidencial N° 6.626


una fusión de los Ministerios de Infraestructura y Vivienda y Hábitat en
el Ministerio del PoderPopular para las Obras Públicas y Vivienda, Mopvi.

La Gran Misión Vivienda Venezuela constituye el plan de construcción de


viviendas del Gobierno Bolivariano del Presidente Hugo Chávez que
solucionará de manera estructural el histórico déficit habitacional que ha
padecido la población venezolana, particularmente los sectores sociales más
desfavorecidos y vulnerables.

Producto del modelo socioeconómico impuesto en Venezuela desde la época


colonial hasta nuestros días, en el que predominaba básicamente una economía
de puertos y de carácter extractiva, se privilegió durante décadas la
concentración de la población de manera desigual en la franja costera del
territorio, ubicándose el 60% de los venezolanos en la zona norte del país.

Este desequilibrio originó que en las principales ciudades se creasen cinturones


de miseria y que la población de menores recursos económicos viviese en
terrenos inestables y con carencia de servicios básicos, versus los sectores
pudientes de la sociedad que han contado con las mejores tierras.

Actualidad sobre Crisis de la Vivienda en Venezuela

El déficit habitacional en Venezuela es un fenómeno que ha existido


durante casi todos los años de la democracia.

Son miles, o quizás millones de venezolanos que no cuentan con una


vivienda digna.

Quizás una de las más estrepitosas fallas del gobierno actual ha sido
en esta área de gran interés para el país, puesto que en numerosas
oportunidades se ha prometido la construcción de una determinada
cantidad de viviendas, y apenas se ha cumplido una pequeña fracción
de esta meta. Adicionalmente, las pocas que se han construído, han
resultado caras y malas. A pesar de los cambios de nombre del
ministerio en cuestión y los organismos relacionados, y luego de
varios ministros designados, los resultados no se han materializado.

Aquí presentamos algunas de las noticias más relevantes en torno al


tema de la vivienda.

El problema de la vivienda en Venezuela y los intentos del Gobierno


Bolivariano para solucionarlo

En Venezuela, al igual que el resto de Latinoamérica y los países en


vías de desarrollo, el problema de la vivienda padecido por los más
desposeídos tiene como principal consecuencia la formación
anárquica de asentamientos irregulares en las afueras de las
principales ciudades; estos son llamados popularmente a lo largo del
continente: barrios, ranchos, comunas, villas, favelas, tomas e
invasiones. En ese punto, es generalmente cuando las instituciones
gubernamentales reaccionan, en formas diversas pero en fondos
similares, para dar solución con este problema.

¿Y cuál es el problema que desean solucionar nuestros gobiernos: el


problema de la miseria en la sociedad y uno de sus síntomas en la
vivienda, o el problema de los asentamientos irregulares y su impacto
en las urbes?

En primer lugar debemos aclarar algunas nociones, la más


importante, la vivienda y el hábitat:

Vivienda es cualquier estructura que ofrece refugio y habitación a las


personas con el fin de garantizar protección frente a los elementos de
la naturaleza y sus amenazas. La necesidad de vivienda es tan
antigua como los mismos inicios de la especie humana, sin ella, el
hombre entendió que estaba a merced del clima, los depredadores y
otras amenazas.

La vivienda ha sufrido varias transformaciones que se adaptan a las


necesidades materiales y sociales del ser humano, la satisfacción
completa de esas necesidades se define como hábitat.

El problema de la vivienda de la clase obrera.


Entonces, el problema de la vivienda es en realidad el de la clase
obrera sometida a ocupar viviendas precarias, que no alcanzan los
mínimos de calidad requeridos para satisfacer sus necesidades
materiales y sociales, evitando así la consolidación de su hábitat.

La verdad es que en cada etapa de la historia de las sociedades de


clase ha existido la miseria frente a los privilegios, y eso se ha
reflejado también en la vivienda. En tiempos de feudalismo, se podía
encontrar viviendas precarias construidas con materiales de mala
calidad y con múltiples familias viviendo en ella en situación de
hacinamiento a menos de un kilómetro de distancia del castillo del
señor feudal. Y de la misma forma ha sucedido a lo largo de toda la
historia, muy bien lo resaltaba Friedrich Engels, ya en 1872, en el
prólogo deContribución al Problema de la Vivienda:

“Esta penuria de la vivienda no es peculiar del momento presente; ni


siquiera es una de las miserias propias del proletariado moderno a
diferencia de todas las clases oprimidas del pasado; por el contrario,
ha afectado de una manera casi igual a todas las clases oprimidas de
todos los tiempos”.

Por lo tanto, el problema de la vivienda merece ser reconocido como


prioridad por todo el movimiento obrero a nivel mundial.

¿Qué es una vivienda digna?

Asumiendo que hasta los momentos, en su forma más avanzada, esta


debe serfamiliar urbana para satisfacer las necesidades materiales y
sociales, y generar así el hábitat; una vivienda digna necesariamente
debe contar con dos elementos:

Ubicación en una ciudad. Siendo el hábitat por excelencia del hombre,


solo en las ciudades se puede materializar lo realmente urbano a
través del acceso efectivo de los espacios de uso público en los que
se desarrollan las actividades que complementan a las de habitación
y trabajo, como son todas aquellas que ofrecen bienestar social y
sentido de comunidad. Además, la industria y el comercio tienen su
lugar en las ciudades, y son precisamente la principal fuente de
trabajo masivo en la sociedad actual.

Adecuada para la familia. Una vivienda digna para una familia de la


clase obrera debe adecuarse al tamaño de la familia, no la familia
adecuarse al tamaño de la vivienda. El hacinamiento ha sido una
constante histórica de precariedad, presente en el Manchester de
1850 donde en un edificio de cuatro pisos vivían cientos de familias
con una sola letrina; y presente también en cualquier barriode
Latinoamérica, donde en terrenos ocupados por las capas más
sumergidas en la miseria, habitan miles de familias en viviendas de
mampostería, amontonadas unas sobre otras, sin acceso a los
mínimos servicios de agua o electricidad, negando absolutamente el
hábitat humano pero propiciando el ideal para brotes de
enfermedades mortales y epidemias.

El problema de la vivienda para la clase obrera en Venezuela ocurre


por la escasez, en el interior del país, de servicios públicos de toda
índole (educación, salud, cultura y deporte), así como de fuentes de
trabajo formal y productivo. Esta escasez es originada por la
centralización de las pocas industrias y los principales centros de
comercio en la región costa-montaña; lo que hace migrar a las
personas de las zonas rurales a las ciudades, quienes buscando una
mejor calidad de vida, se encuentran con urbes no planificadas, con
un mercado inmobiliario de viviendas inaccesible para ellos y sin una
industria o agroindustria en donde trabajar productivamente. Esta
distribución dispareja se da en parte por la dependencia del país de la
renta petrolera.

La dinámica de la economía venezolana alrededor de la apropiación


de la renta petrolera, dificulta el desarrollo de las fuerzas productivas,
salvo aquellas vinculadas con su extracción. En cambio, potencia el
comercio altamente especulativo basado en la importación; y para los
menos afortunados, el empleo informal y precario. Lo que resulta en
un ejército nacional de obreros desempleados, que viven
precariamente en asentamientos de viviendas irregulares periféricos a
las grandes ciudades, y que para sobrevivir recurren a la buhonería, y
demás ramas del empleo informal, y en muchos casos a actividades
económicas delictivas y precarias.

Es por ello que no es posible dar solución al problema de la vivienda


de forma aislada. Pretender limitarse a la simple construcción masiva
de viviendas, sin tomar en cuenta ningún otro aspecto, evidenciaría la
aplicación de una solución superficial a un problema que es
esencialmente estructural.

La Gran Misión Vivienda Venezuela

En abril del 2011, el Gobierno Bolivariano lanzó la Gran Misión


Vivienda Venezuela con el objetivo de dar solución a este problema
que ha azotado a los más desposeídos en el transcurrir de la historia,
con ese fin, se decretó la creación del Órgano Superior del Sistema
Nacional de Vivienda y Hábitat, integrado por los ministerios
referentes a vivienda y hábitat, transporte terrestre, industrias
básicas, ciencia y tecnología, defensa, y comunas; además se creó el
cargo de Ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de
la Gran Caracas; y se promulgaron leyes que regulan un nuevo
régimen de propiedad de las viviendas por construir, formas de
acceder a terrenos aptos para la construcción de viviendas por parte
del Estado, y un sistema que pretende desburocratizar las obras
publicas. Además, el Gobierno ha comprado la industria del cemento
y la siderúrgica, rubros fundamentales en la construcción, también ha
decretado la creación de la Empresa Nacional de Obras Públicas, que
estará a las órdenes del Órgano Superior del Sistema Nacional de
Vivienda y Hábitat.

Por todo lo anterior, podemos observar que se están dando


importantes pasos para dar con una solución. Sin embargo, debemos
profundizar en las causas, ejecución y consecuencias de este nuevo
plan, y al mismo tiempo preguntarnos si de verdad tales políticas
públicas son realmente orientadas a dar solución de forma
estructural, y de lo contrario, debemos organizarnos y proponer una
solución revolucionaria al problema de la vivienda de la clase obrera
en Venezuela.

Las fórmulas aplicadas por cualquier gobierno de un estado liberal-


burgués para solucionar el problema de la vivienda no son efectivas a
los ojos de la clase obrera. En el mejor de los casos, se limitan a
ocultarlo demoliendo barrios enteros para construir museos y grandes
avenidas, sin importar que a pocos kilómetros un nuevo barrio nace
de la mano de los desplazados, fuera de la vista de los turistas. Y la
razón de ello es que tan necesaria solución es inherente a la lucha
última del proletariado: la abolición de la propiedad privada de los
medios de producción. Porque en un mundo donde los medios de
producción son privados, no se hace lo necesario sino lo que brinde
más rentabilidad, por ejemplo: la industria de la construcción y el
hecho de que las viviendas solo se construyen para quien las pueda
pagar, no necesariamente para quien las necesita; debido a que,
como todo en el modo de producción capitalista, las viviendas
también son una mercancía. Es decir, no escasean los medios
necesarios para construir centros comerciales o empresariales, pero
si para construir viviendas dignas y hábitats para la clase obrera.

¿Revolucionariamente qué alternativa tenemos?


Es necesario hacer de propiedad pública toda la maquinaria,
tecnología e infraestructura necesaria para la construcción, así como
también todos los terrenos que sean aptos para ello; con el objeto de
crear ciudades que permitan consolidar un hábitat digno para los
trabajadores y trabajadoras que así lo requieran, creando además
fuentes de empleo formal y socialmente productivo en ramas
industriales y agroindustriales, y de esa forma, solucionar el
problema de la vivienda, la miseria urbana, el rentismo, el
centralismo, el desempleo y el empleo precario.

Es importante destacar que la clase obrera en Venezuela no sólo


carece de viviendas, tampoco cuenta con empleos que posibiliten la
evolución de sus potencialidades técnicas y organizativas. Entonces,
la creación de ciudades planificadas y productivas representa una
solución integral, dialéctica y revolucionaria al problema de la
vivienda en su más amplio concepto: el hábitat.

Con esto claro, es más fácil comprender que no es posible solucionar


el problema de la vivienda de la forma como lo ha venido intentando,
hasta el momento, el Gobierno Bolivariano, esto es: pagando, al
precio especulativo del mercado inmobiliario, a constructoras
privadas nacionales y transnacionales para construir viviendas
aisladas, con débil accesibilidad a los servicios públicos (debido a los
ahorros de costos necesarios para maximizar el lucro por parte de las
constructoras), sin equipamiento urbano ni centros de empleo masivo
industrial que funcionen para alimentar la capacidad productiva del
país y generar fuentes de empleo formal.

Hasta los momentos, lejos de planificar y construir ciudades


productivas en el interior del país, la Gran Misión Vivienda Venezuela
se ha limitado a construir viviendas en las urbes más pobladas,
acrecentando aún más el deterioro de los servicios públicos en estas
latitudes y dejando a un lado el problema estructural, para solucionar
el problema coyuntural. Un triste ejemplo de esto es Caracas, que es
mi ciudad natal, y en donde, según locuciones del Ministro de Estado
para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas, Francisco
Sesto, se han construido siete mil doscientas veintidós (7.222)
viviendas; y están en proceso de construcción cincuenta y cuatro mil
ochocientas cuarenta y un (54.841) viviendas más. Esto en una
ciudad de solo 433 kilómetros cuadrados que tiene, según el Instituto
Nacional de Estadística, 1.943.901 habitantes para una densidad
poblacional de 4.489,4 habitantes por kilómetro cuadrado, frente al
22,5 habitantes por kilómetro cuadrado del país entero; contando
solamente el Distrito Capital, es decir, sin contar el área
metropolitana de la Gran Caracas y su periferia que incluye el estado
Vargas y 15 de los 21 municipios del estado Miranda.

En el gráfico 1 podemos apreciar la distribución territorial entre


Caracas y los estados más poblados de la región cercana con relación
al resto del país. Fuente: Instituto Nacional de Estadística.

Gráfico 1:

Y en el gráfico 2, la distribución poblacional de los mismos estados


con el resto del país. Fuente: Instituto Nacional de Estadística.

Gráfico 2:
La realidad venezolana, es que el 32% de la población vive en estos
estados que ocupan solo el 2% del territorio nacional. Y sumando a
esta ecuación el resto de los estados de la región costa-montaña, en
Venezuela el 71% de la población vive en el 20% del territorio.

Al igual que sucede en la mayoría de las ciudades no planificadas de


Latinoamérica, Caracas presenta un deterioro importante en los
servicios públicos, que se acrecienta día a día con la construcción
sostenida de viviendas, y su desproporción con la inversión en los
servicios públicos. Por ejemplo: para el año 2011, se registraron
462.649 vehículos, lo que colapsa el sistema de vías públicas en las
horas críticas de entrada y salida de los lugares de trabajo, por la
saturación de las autopistas y calles principales.

Otro de los problemas de esta capital es su ausencia de industrias,


para el 2011, Caracas contaba con un índice de desempleo de 6,9% y
un empleo informal de 27,2%, para un total de 335.773 caraqueños
en esta situación precaria.

En el gráfico 3 se aprecia la distribución de la población activa,


empleo formal, informal y desempleo en Caracas. Fuente: Instituto
Nacional de Estadística.

Gráfico 3:
El 32% de los habitantes de Caracas, se encuentran en este
momento combatiendo la precariedad, y constituyen la reserva de
empleados sin empleador de la ciudad y lógicamente, sumar
desempleados a Caracas no puede ayudar en nada. Es matemática
simple, si le agregamos más viviendas a una ciudad en esta situación,
los servicios públicos colapsaran aún más y habrá más desempleo,
empleo precario, y criminalidad. Y hasta los momentos, eso es
precisamente lo que esta haciendo la Gran Misión Vivienda
Venezuela, no solo en Caracas, sino en toda la región costa-montaña
que se encuentra en igual o incluso peor situación que la capital.

Por todo lo anterior, desearía que la filosofía del Ministro de Estado


para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas fuese
replantear el urbanismo de la capital y no amontonar una Caracas
encima de la que ya está. Definitivamente, en Caracas no cabe otra
Caracas.

 Imágenes:
La Gran Misión Vivienda Venezuela constituye el plan de construcción de
viviendas del Gobierno Bolivariano del Presidente Hugo Chávez que
solucionará de manera estructural el histórico déficit habitacional que ha
padecido la población venezolana, particularmente los sectores sociales más
desfavorecidos y vulnerables.

Producto del modelo socioeconómico impuesto en Venezuela desde la época


colonial hasta nuestros días, en el que predominaba básicamente una economía
de puertos y de carácter extractiva, se privilegió durante décadas la
concentración de la población de manera desigual en la franja costera del
territorio, ubicándose el 60% de los venezolanos en la zona norte del país
Para alcanzar la meta de construcción, el Gobierno Bolivariano ha realizado un
análisis exhaustivo y estudio pormenorizado de la situación, lo que ha permitido
trazar una estrategia nacional, que incluye la convocatoria al pueblo
organizado, los gobiernos regionales y municipales, así como al sector privado
(banca y empresariado), mientras que en materia internacional se han suscrito
acuerdos en materia de vivienda y hábitat con países del Sur, Europa, Medio
Oriente y Asia.

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