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A los Hinojosa y sus fascinantes combinaciones: Vivian Mansour Manzur

Hinojosa-Hinojosa. Hinojosa-Meza, Ilustracíones de Dario LuCÍo


HirlOjosa-Medina e Hinojosa-Huesca.
Sin ellos, la vida en este planeta sería terrible.
Para lrirw. mi nueva amiga rusa.

DI RECCI(N EDI11)RIAL:Antonio Moreno Paniagua


GERENCIA EDI11)RIAL:Wilebaldo aya Reyes
CoORDINACI(N DIlLACOLECCI
Cm DADO
(N: Karen Coeman

DIlLAEDICI(N: Pilar Armida y Obsidiana Granados


SUPERVISI (N DIlAR'lli:Alejandro Torres
Ladridos
DI SEÑaDIlPORTADA:
FORMICI
Gil G. Reyes
(N: Zapliro Design

Ladridos en el infinito

Texto D.R. 2008. VivíanMansour Manzur


en f
el in inito
Ilustraciones O.R. © 2008, Darío Lucio

PRIMERA EDICIÓN:marzo de 2008


SEXTAREIMPRESIÓN: enero de 2013
D.R. © 2008. Ediciones Castillo. S.A. de C.v.
Castillo ® es una marca registrada

Insurgentes Sur 1886. Col. Florida.


Del. Álvaro Obregón.
C.P. 01030. México. O.E

Ediciones Castillo forma parte


del Grupo Macmillan

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[email protected]
Lada sin costo: 01 8005361777

Miembro de la Cámara Nacional


de la Industria Editorial Mexicana.
Registro núm. 3304

isbn: 978-970-20-0978-8

Prohibida la reproducción
medio o método. o en
o sistema para recuperar
o transmtslón
cualquier
lalnformación,
parcial o total de esta obra por cualquier
forma electrónica o mecánica. incluso
sin permiso escrito del editor.
fotocopia ~. l.
Castillo ~ de la lectura
Impreso en Me ICo/Príntecl;" Mexico
1
LAS CALLES DE Moscú

¡QUé
~
bien huelen las calles de Moscú!
En invierno, el frío tiene aroma a mármol y
leche escarchada, a cebo y a chocolate; en el
verano, huele a polen mezclado con el olor
ácido de las hormigas; cuando aterriza el
otoño, nada me gusta más que el perfume
crujiente y polvoriento de las hojas secas
para aplastadas con mis patas, que todos
los días tienen prisa. Y es que los perros
siempre tenemos prisa. Prisa por oler y
caminar; prisa por hacer amigos y prisa por
huir de los que no lo son tanto. ¿Qué sería
de la vida sin los amigos? Y hablando de
ellos, ahí, junto a la carnicería, Albina me
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esperaba. Lengua flexible, pelo blanco, ojos
que, de tan claros, casi parecen ciegos. Pero
Albina es todo menos cegatona: al primer
vistazo, sabe detectar un pedazo de pan
tirado en el asfalto y lo pepena de un largo
lengüetazo como si fuera un camaleón.
Pero también es generosa, y cuando yo no
encuentro comida, me comparte alguno de
sus suculentos hallazgos.
Un día, trotamos juntas rumbo al parque
para dormir una siestecita. Buscamos un
poco de sol, y ahí nos echamos, sintiendo en el asunto me inquietaba, pues en ese
la panza una sabrosa tibieza. vecindario vivían nuestros archienemigos,
Después de dormir un par de horas, una banda de perros presumidísimos con
Albina abrió los ojos, estiró cada músculo cierto pedigrí, con quienes habíamos tenido
como si fuera independiente y bebió agua de muchos enfrentamientos.
la fuente cuchareando la lengua. -¿Quieres que te acompañe? -me atreví
-. No vamos a vernos por algunos días a preguntarle, para calarla un poco.
-me informó mi amiga. Ella me miró extrañada y respondió
-¿Porqué? categóricamente que no, que de ninguna
-. Tengo asuntos que resolver en el manera.
vecindario de al lado. ¿Qué diablos iba a hacer Albina con
No me gustó que Albina no fuera más esa bola de presumidos, hueleaxilas, que
explícita. Se veía que tenía un secreto y que siempre caminaban con el hocico hacia el
no quería compartirlo conmigo. Además, cielo? La duda me carcomía como las pulgas,
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pero no había rascadura que tranquilizara platicara jamás sería una novedad para sus
ese picor. Entonces lo decidí: iba a seguir experimentadas orejas.
a Albina. Sabía que no era correcto, pero Otra que competía en pedantería con la
yo quería saborear ese secreto como quien Husky era una French Poodle, un cachorro
añora chupar el tuétano más sabroso de un de rizos perfectos y de una cursilería
hueso de carnero. fuera de serie. Le gustaba beberse el agua
La noche siguiente, me levanté para de colonia de sus amos. Se notaba porque
seguir a Albina. Sabía que dormía en una la sudaba por cada poro de su cuerpo y las
calle cercana, cubierta con una cobija raída emanaciones llegaban hasta mi sensitiva
que escondía hábilmente debajo de un nariz. Además, era asidua a las revistas
coche. Me oculté en el recibidor techado de del corazón. Siempre daba suspiritos y
un edificio para poder observada mejor. hablaba con frases como: "Nunca cambies",
Cuando el reloj de la plaza marcó las 11 "Te quiero chorros", "Gracias mil" y "Eres
en punto, Albina se levantó como impulsada lo máximo" . El fin de semana, sus amos
por un resorte y se dirigió al vecindario de la peinaban con trencitas y le colocaban
al lado, Con sólo acercarme unos metros al un moño rosa en cada orej a. Jamás había
indeseable lugar, mi olfato se llenó con los tenido que ganarse el pan con el sudor de su
aromas de cada uno de los presumidos perros frente, como nosotros, los perros callejeros.
que ahí vivían: identifiqué, de inmediato, a Preocupada, seguí la ruta de Albina.
la Husky Siberiana, tuerta y casi inválida Afortunadamente, pasó de largo por las
por la edad, que se daba aires de gran casas de dichos caniches. Mi amiga siguió
viajera. Había viajado una sola vez fuera trotando hasta que se detuvo en una casona
de Moscú, pero sentía que le había dado la tipo imperio que yo no conocía.
vuelta al mundo. Según ella, sabía todo, Ladró dos veces, como dando una señal.
había visto todo y cualquier cosa que se le Olisqueé el aire para intentar descifrar qué
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raza saldría por la puerta. Lo más insólito es un viraje súbito en su loca carrera para
que ningún aroma se introdujo en mis fosas regresar hasta donde ella estaba. A mi
nasales. amiga se le iluminó la mirada al vedo.
El portón de metal gris se abrió para Entendí que Albina se había enamorado
dejar salir al perro más extraño que yo de ese perro, más parecido a una flecha
hubiera visto: era alto, altísimo, y la curva que a un animal, y que yo no tenía por qué
de su espalda era muy pronunciada. Tenía intervenir. Regresé con el ánimo decaído
el pelo semirrizado y la cara larga, como hasta la calle donde solía vagabundear en
de zorro. Saludó a mi amiga con un breve mis noches de insomnio.
ladrido y salió como bólido. Albina se Después de tres días, Albina reapareció
quedó un tanto desconcertada e intentó en el barrio. Se veía feliz, como si se hubiera
alcanzado, pero no pudo. Quedó jadeante y zampado 12 gatos con limón. Yo ya sabía lo
con la lengua de fuera, que ondeaba como que iba a decirme:
una bandera derrotada. El galán pareció -Estoy enamorada.
darse cuenta de su descortesía, porque dio

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-¿Ah, sí? -fingí demencia. mañana a una tardeada en el parque para
-Es maravilloso: guapo, elegante, darnos la bienvenida oficial a su club de
divertido e independiente. Tienes que amigos selectos. Pero, ¿qué te pasa? ¿Por qué
conocerlo. A él Y a sus amigos. estás vomitando? ¿Te cayó mal el desayuno?
Cuando vio que mi cara sólo reflejaba -No, me cayó malla idea -contesté.
indiferencia, agregó:
-Sí, ya sé que no te gusta mucho
ese barrio ni sus habitantes, pero ahora
que los he tratado más, puedo decirte que
estábamos equivocadas. Son perros de
mucha alcurnia y gran corazón. Tienes
quedarles el beneficio de la duda.
Duda era justamente lo que yo tenía, pero
Albina se escuchaba tan convencida ...
-¿Y de qué raza es tu maravilloso
compañero?
-Es un Borzoi, se llama Wolpi, pero todos
le dicen el Zar.
"¿Y con ese apodo ella cree que no es
presumido?", pensé para mis adentros.
-¿Y quiénes son sus amigos?
-Acuérdate, ya los conoces: son la
French y la Husky. No frunzas la nariz. Oye,
no me gusta que orines mientras te estoy
hablando. Déjame decirte que nos invitan
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2
LA CAPTURA

Ya no quería ir, por supuesto, pero tenía


una cuenta pendiente con Albina.
Ella no sabía que la había seguido yeso
me llenaba de remordimiento. Así que
acepté para lavar mi culpa.
Tuve que bañarme cuidadosamente en la
fuente municipal y masticar algunas hojas
de col cruda para limpiar mis dientes y
refrescar mi aliento.
Albina, por su parte, se acicaló con un
poco de cal que encontró cerca de una
construcción. Mi amiga quedó aún más
blanca, y ningún lunar se asomaba ya entre
su pelaje.
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Lo único bueno de la noche era la gran un rincón lleno de suculentos huesos y
luna llena que iluminaba Moscú. chuletones.
Siempre pensé que la luna llena era de [Mmmml Ya me estaba gustando la
buena suerte, aunque yo estaba consciente compañía de estos canes tan considerados.
de que, a veces, afectaba el ánimo de los Un perro Salchicha nos mostró su
seres vivos. habilidad para cavar hoyos en tiempo
Me gustaba mirada y ladrarle un poco, récord, lo cual provocó una oleada de
como si mis ladridos pudieran chocar contra ladridos entusiasmados.
su refulgente superficie y caer, de nueva Después, y para regocijo de la audiencia,
cuenta, sobre todos los habitantes de la una banda de perros Bóxer persiguió a un
Tierra en forma de luciérnagas. gato.
Al llegar al vecindario, todos los mastines Al término de los actos, un San Bernardo
nos dieron la bienvenida con un concierto dio por inaugurado el baile en nuestro
de aullidos. honor.
-¡Qué gusto que hayan venido! Mi
casa es s~ casa, o mejor dicho: mi perrera
es su perrera -ladró la French, quien de
inmediato nos ofreció unas vasijas llenas
de una bebida dulzona decorada con una
flor rosa.
-¿La flor también se come? -pregunté,
admitiendo en silencio que el brebaje no
sabía nada mal.
-' No -contestó la French con su voz
chillona-, pero esto sí -y nos mostró
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Me incorporé a los danzantes, pero A la French, al Salchicha y a los demás
Albina no se estaba divirtiendo tanto como sólo les echaron una ojeada, pero en cuanto
yo: a cada rato volteaba hacia la casa donde uno de los hombres nos vio a Albina y a mí,
vivía Wolpi, que no aparecía por ningún nos amarró con unas correas sin darnos
lado. tiempo de defendernos.
En lugar del afamado Zar, apareció por En ese momento, apareció Wolpi,
un callejón un grupo de tres personas que corriendo a su velocidad increíble. El perro
se aproximaron a nuestra fiesta. entendió de inmediato la gravedad de la
Se trataba de seres humanos, de edad situación, porque se acercó valientemente
mediana y aspecto inofensivo, pero cuando a donde nos encontrábamos amarradas,
comenzaron a observarnos de manera asustadísimas por los humanos.
extraña, con la mirada muy fija, -¡No te arriesgues! -gritó Albina,
se desencadenó el pánico: desconsolada.
-¡Son los de la perrera municipal! Sin escucharla, Wolpi se abalanzó contra
_. gritó, histérica, la French. ellos, pero lo dejaron fuera de la jugada de
Todos mis congéneres huyeron una sola patada.
desenfrenadamente. Yo no estaba tan Los de la perrera también atraparon
segura de que fueran los de la perrera, a otro can de aspecto callejero, que se
.porque no portaban su característico encontraba hurgando la basura y que no
uniforme, sino que iban vestidos de manera formaba parte de la selecta fiesta.
diferente. Los hombres nos metieron cuidadosamente
Sin embargo, la French parecía estar en a una pequeña camioneta, que arrancó
lo cierto, porque los hombres empezaron a enseguida, dejando atrás la celebración, a
seleccionar perros y, para nuestra desgracia, sus invitados y a Wolpi, que nos decía adiós
eligieron a los de raza indefinida. lloroso e impotente.
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En el interior de la camioneta, a Albina le Por su parte, Albina lloraba, ya no de
castañeaban los dientes de miedo. Yo volteé miedo, sino de emoción.
a ver a la perra que no conocíamos, y le -¡Qué valiente fue el Zar!, ¿verdad? ~ijo.
pregunté: -¿Qué tuvo de valiente, si nada más
-¿Cómo te llamas? se acercó y no hizo nada? -sabía que mi
-Mushka. comentario era bastante antipático, pero ya
-Mucho gusto, Mushka. Ella es Albina y estaba cansada del meloso enamoramiento
yo... no tengo nombre. de mi amiga.
Este asunto me incomodaba, así que Ella me miró, dolida. Ahora, mis dos
cambié rápidamente de tema. compañeras lloraban. Todo era muy extraño
-¿Tú crees que nos lleven a la perrera porque, en realidad, en lugar de miedo
municipal? sentí, en la piel del lomo, la emoción de lo
-Sí, estoy segura. ¡Yyo que había desconocido.
descubierto un buen bistec en la basura!
-lloriqueó Mushka.
-Miren, no quiero albergar falsas
esperanzas, pero estos hombres no me
parecieron malos. Nos metieron a la
camioneta con mucho cuidado y uno de
ellos hasta me acarició la cabeza
-reflexioné.
-Nos tienen compasión porque vamos a
morir -hipeó Mushka.
Parecía que nuestra compañera de viaje
era de naturaleza pesimista.
22 23
3
LAS PRUEBAS

La camioneta se detuvo bruscamente,


después de unos 3Ominutos de recorrido.
Las puertas traseras del vehículo se
abrieron y la luz que entró como un salivazo
hizo que nuestras pupilas se contrajeran.
Apareció uno de los hombres quien, después
de examinarnos detalladamente y susurrar
un tranquilizador "ushh, ushh, ushh", nos
guió a lo que sería nuestro nuevo hogar.
Se trataba de un edificio que ocupaba
toda una manzana; era hermético y con
muy pocas ventanas. Las paredes estaban
recubiertas de lámina y rematadas con
grandes clavos. Parecía una gran prisión.
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"¿Una cárcel de perros? ¿O una de de tres perras callejeras, fuéramos tres
hombres?" , me pregunté. maravillosas promesas.
Agucé el oído, pero no detecté lamentos -Algo me dice, camarada Georgi, que
de ser humano ni de animal alguno. Alerté hicimos una buena elección -habló el
mi olfato y percibí el aroma ferroso de los barbado y sonrió, mostrando los dientes
lugares donde hay mucha maquinaria. parejos que suelen tener los humanos.
-Tengo miedo -ladró Mushka por Después salió, cerrando la puerta.
enésima vez. Cuando nos dejaron solas, Mushka se
-Yo tengo hambre -agregó Albina. abalanzó sobre la comida.
"y yo quiero saber qué hacemos aquí" , -¿No estará envenenada? -detuvo su
pensé. hocico a escasos centímetros de la carne. .
Pero todavía tendríamos que esperar -No lo creo. Si quisieran acabar con
mucho tiempo para recibir alguna nosotras, ya lo habrían hecho desde antes
respuesta. Uno de los hombres nos condujo -la tranquilicé.
por una pequeña puerta que tenía un grosor
increíble, y que, a juzgar por los esfuerzos
de nuestro captor para empujada, pesaba
muchísimo. La puerta daba a un patio
bastante amplio, cuyo techo era un gran
domo de plástico.
Otro hombre, mucho más alto y de barba
rizada, trajo tres platos con abundantes
porciones de carne que colocó en un
extremo del patio, mientras nos miraba
con orgullo y admiración, como si en lugar
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-Es verdad. Además, me muero de entrado antes a ese edificio. Los únicos
hambre -dijo Albina mientras se acercaba animales que habían traspasado sus
a uno de los platos y se ponía a mascar a dos puertas eran una familia de ratones y un
carrillos. mono. Había obtenido esa información de
Comimos y nos quedamos a esperar a que un gato del rumbo que le debía algunos
la puerta se abriera de nuevo. Después de favores.
mucho rato, entró un hombre. Mala señal. Y me dio peor espina cuando
-A ver... empecemos contigo -le dijo el por fin se abrió la puerta y entraron Mushka
compañero del barbado, a quien llamaban y Dimitri. La perra estaba temblando. Él
Dimitri, a Mushka, que otra vez se puso a hizo algunas anotaciones en una tabla de
temblar de pies a cabeza. El hombre tomó la registro que llevaba en la mano, le hizo un
correa y se la llevó a rastras. mimo en la frente y salió.
Pasaban las horas y Mushka no -¿Qué sucedió? ¡Cuéntanos!
regresaba. Escuchamos algunos perros Mushka se veía mal, y sus pupilas giraban
ladrar a lo lejos. Albina se entusiasmó enloq uecidas.
mucho cuando reconoció, entre el ramillete -Quiero un poco de agua -alcanzó a
de aullidos, la voz inconfundible del Zar. farfullar.
-¡Óyelo, óyelo! Viene a rescatarnos. Voy Le acercamos un tazón con agua
a ladrar lo más fuerte posible. como de rayo. Sorbió un poco y nos miró
Ladridos. Más ladridos, fuertes y lastimosamente.
entusiastas. -Fue horrible. Me llevaron al piso más
-Dice que me ama y que me extraña. alto del edificio en un elevador. Vi miles de
-Pregúntale si sabe dónde estamos. oficinas con humanos observando unas
El Zar no lo sabía. De acuerdo con sus enormes máquinas. Me trasladaron a una
investigaciones, ningún perro había sala donde había una camita acolchada.
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!,

Me amarraron a ella con un cinturón muy Estuve toda la noche encerrada ahí dentro
ajustado. [No podía ni moverme! sin poder moverme ni ver ni oír nada.
-¿Cómo estabas? ¿Sentada o acostada o Al poco rato, Dimitri volvió a entrar. Yo di
boca arriba? -pregunté, porque el relato de algunos saltos y me arrimé a su pierna para
Mushka me confundía. tratar de ser la elegida, y aunque me miró
-Estaba sentada. Después cubrieron con simpatía, se decidió por Albina:
la camita con una especie de tapa metálica, -A ver, perrita blanca, es tu turno.
como si fuera un ataúd. Mushka la miró con compasión. Albina
-¿Y luego? todavía seguía hechizada por la declaración
-Luego ... nada. Me dejaron ahí durante amorosa de Wolpi, así que se marchó sin
muchísimas horas. oponer resistencia.
-¿Eso fue todo? -¡Pobrecita! -musitó Mushka-. ¿Crees
-¿Te parece poco? -gimoteó Mushka-. que regrese?
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-Si tú regresaste, ¿por qué ella no? O...
-se me ocurrió darle un giro a nuestra
plática- quizá tú tengas buena suerte.
Las orejitas de Mushka se levantaron
emocionadas y luego se destensaron, como
si fueran un neumático ponchado.
-¿Que yo tengo buena suerte? No lo creo.
Soy como tú: todos mis días son idénticos,
sólo pienso en no ser atropellada por los
autos y en conseguir un buen bocado. El
único cambio en mi vida ha sido éste. Yo
tendría buena suerte si pudiera salir de aquí.
Anochecía cuando Dimitri regresó con
Albina, que se veía bastante contenta. Él
consultó sus anotaciones y nos dejó con el
hocico abierto cuando le dijo a Mushka:
-Tú, perrita temblorosa, has terminado
las pruebas, y nosotros hemos finalizado
contigo. Así que, desde ahora, eres libre.
La tercera perra no empezará sus pruebas
hasta mañana. Ha sido suficiente por hoy.
Mushka brincó de gusto y siguió a Dimitri.
Antes de separarnos, se despidió:
-¡Amiga, tenías razón: soy una perra
afortunada!
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Una vez que Mushka se alejó, me dediqué -No lo sé. Son muchas preguntas. Yo
a interrogar a Albina: sólo tengo una en mente: ¿crees que al Zar
-Amiga, cuéntamelo todo. ¿Qué te le guste como estoy, o crees que tenga que
hicieron? ¿Lo mismo que a Mushka? bajar otros kilitos?
-Sí, me metieron un rato en la misma -Esa pregunta es mucho más difícil de
camita. responder que todas las. demás -resoplé.
-¿Y qué sentiste?
-Nada, porque me dormí, lo cual pareció
disgustar a los humanos, que me sacaron de
ahí y me llevaron a otro cuarto de paredes
acolchadas. Los hombres se colocaron
atrás de una pared de cristal para poder
observarme y hacer anotaciones. Creo que
era una especie de baño sauna, porque
hacía muchísimo calor. Empecé a sudar y
sudar. Seguramente hasta bajé unos kilitos.
Al final, me dej aran salir y me ofrecieron
una limonada un poco salada. En fin, no me
la pasé tan mal. ¿No será que estamos en un
club para perros?
-N o, no lo creo. Pero aquí suceden cosas
muy raras. ¿Por qué habrán dejado salir
a Mushka? ¿Nos dejarán libres en algún
momento? ¿Por qué sólo eligen perras? ¿Y
por qué a nosotras tres?
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4
LA REVELACIÓN

Al día siguiente. algo me decía que por


fin llegaría mi turno, y así fue. Se abrió la
puerta, pero no entró Dimitri, sino otro
hombre. No fue necesario que él me hiciera
ninguna señal: me paré de un salto y lo
seguí con el corazón galopante.
Recorrimos un largo pasillo que conducía
a un elevador. Él oprimió con decisión la
flecha ascendente. Las puertas del elevador
se abrieron como una gran mandíbula y
mi acompañante me dejó pasar primero.
Nos acomodamos y él marcó el piso siete.
De los nervios, me dieron ganas de hacer
pipí. Esperé a que las puertas se abrieran

, 37
y, sin decir "[agua va!", dejé un pequeño
charquito en el primer lugar que encontré,
es decir, en un portafolio apoyado contra
la pared. El humano que me guiaba rio
estrepitosamente.
-Nikolai, me temo que una buena
llovizna refrescó tus papeles.
El tal Nikolai, un hombre bajito, de ojos
muy grandes y de bigotillo tan breve que
má:s bien parecía una pincelada negra
abajo de dos redondas manchas, se acercó a
revisar su goteado portafolio. Sacó algunos Sin embargo, debo reconocer que
papeles que, al parecer, quedaron intactos. no recibí regaño alguno y sí muchas
Se acercó a mí con el bigote tembloroso de amabilidades. Me condujeron a través de
risa. Colocó su mano en mi frente y me dijo: una serie de cuartitos con personas que
-Pequeña traviesa. Ya aprenderás que aporreaban máquinas de escribir hasta que
todo tiene su lugar y su momento. llegamos a un cuarto de techo alto.
Pero, ¿por qué tenían que regular mis -¿La metemos de una vez a la cámara
ganas de orinar? Había oído algo acerca sorda? -le preguntaron a Nikolai Koutyrne,
de esa manía de los humanos por boca de el hombrecito de bigote, quien resultó ser el
otros animales domésticos: que si tienes que jefe de todos.
hacer pipí aquí, que si popó acá, y que si una -Sí, es la prueba más fácil. Todos los
andaba en celo, se armaba la de san Quintín. Sujetos la han superado sin problemas
¡Como si ellos no supieran de estas cosas y +-respondíó su jefe.
)no las llevaran a cabo! Alerté mis sentidos al entrar al cuarto.

( 38 39
En medio estaba la famosa camita -Sí, hasta se metió voluntariamente a la
acolchada. Me introduje de un salto en cápsula, no como el mono, que no dejó de
ella. Dimitri me amarró con unas cintas de retorcerse, ¿te acuerdas? No soportó ni una
seguridad algo incómodas. hora de experimentos.
-Mira perrita, debes quedarte quieta -Fue buena idea cambiar a los sujetos
muchas horas. Aquí hay dispensadores de por perros. Son más listos. Además, su nivel
agua y comida, para cuando tengas hambre proteínico se parece más al de los seres
y sed. humanos.
Yo ladré para hacerle saber que entendía Dimitri cerró la cápsula a la que llamaban
las instrucciones. cámara sorda y a mí sólo me tocó esperar.
-Esta perra es muy cooperadora. No sé cuánto tiempo estuve encerrada
ahí dentro. Cuando tuve hambre, comí.
Busqué el dispensador, que era una pequeña
vasij a plástica a la altura de mi cara. Para
abrirlo, sólo le di un pequeño empujón
con mi hocico. Adentro había carne seca
deshidratada, pero de buen sabor. Beber
agua resultó un poco más difícil. Había que
tomarla de un dispositivo más complicado, y
mi hocico y mi lengua, como los de todos los
perros, son temblorosos e incontrolables. Sin
embargo, lo logré.
Luego me puse a pensar que Albina y yo
sólo sabíamos que formábamos parte de
Un experimento científico. No me gustaba

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mucho la idea de que me fueran a inyectar Luego abrí el hocico y saqué la lengua para
o a operar por el bien de la humanidad. refrescarme. Así logré tolerar el calor por
Yo quería hacer algo por el bien de la más tiempo.
animalidad. Cuando salí, escuché que Dimitri
Finalmente, después de mucho tiempo, la comentaba con su compañero:
cubierta de la camita se levantó y apareció -Esta perra está obteniendo buenos
la cara de Dimitri. Estaba sonriente, resultados en todas las pruebas. Yo creo que
pero concentrado en examinarme. Me tanto ella como la perra blanca son buenas
tomó el pulso y escuchó mi corazón con candidatas a astronautas.
el estetoscopio. Luego me ofreció una -Mañana haremos las pruebas de
galleta de premio. Yo salí de la cabina algo vibración y aceleración al otro sujeto. El
entumida, pero ilesa. universo está cada vez más cerca. ¿No es
-La primera prueba es una de las más cierto? -remató Nikolai.
fáciles, damita. Ahora vamos a asolearnos "lAstronautasl", me dije, sorprendida.
un poco. ¡Chispas! [Así que de eso se trataba el
Nos dirigimos a un piso superior del experimento! No podía creerlo. [lban a
inmenso edificio. Me llevaron a otro cuarto mandar un perro al espacio!
vacío. Sin embargo, sentía como si mil ojos,
escondidos en alguna parte, estuvieran
observándome. Me imagino que empezaron
a subir la temperatura del cuarto porque, de .
súbito, un calor infernal empezó a salir de
las paredes .
.Mi instinto me ordenó aplastarme
contra el piso para evitar la sudoración.
42 43
5
EL RESCATE

Cuando me regresaron al cuarto con


Albina, le conté mi descubrimiento.
-iNos van a mandar al espacio!
-exclamó Albina-. Y ¿para qué?
-No sé. Supongo que para demostrar
la superioridad de los seres humanos sobre
todas las especies.
-Oye, ¿y por qué no van ellos? ¿Por qué
qUieren mandar perros?
Entonces, la respuesta vino a mi mente:
-Ellos no son tan valientes. En el fondo,
no son tan superiores como parecen. Les da
llliedo el infinito, el espacio, y, sobre todo, les
da miedo no regresar.

45
-¿Qué quieres decir? nuestra ventana para darle a su amada las
-Que temen morir. últimas noticias:
Me gustaba que los humanos dependieran -La Husky intentó emprender otro de sus
de nosotras para realizar la hazaña. Eso le supuestos viajes. Sus amos se preocuparon
daba a la aventura una dimensión menos muchísimo debido a su avanzada edad.
humana y más universal. Lo bueno es que pudieron encontrarla
-Oye, ¿y tú tienes ganas de ir al espacio? fácilmente siguiendo su rastro.
-le pregunté a Albina. -¿Cuál rastro?
-Pues ... no lo sé. Por un lado, en el -El reguero de baba que dejó por el
espacio están las estrellas y, sobre todo, camino.
la luna, que, como a todos los perros, Risas.
siempre me ha fascinado. Pero aquí, en la -Bueno, pero no iba a platicarles eso.
Tierra, están los buenos huesos con carne, Quiero entrar adonde están ustedes para
el agua de las fuentes, los árboles y, lo rescatarlas. Tengo un plan.
más importante, aquí está el Zar. Y a ti ¿te Albina y yo dejamos de jadear un
gustaría ir al espacio? momento para escuchar con atención.
Lo pensé por un momento. Nada me ataba -Localicé al mono que liberaron antes
a la Tierra: ni los atardeceres, ni el aroma de que ustedes llegaran aquí. Vive en el
de las hojas quemadas, ni el amor. En zoológico moscovita, y me contó que,
cambio, la luna me había arrojado un todas las semanas, llega una camioneta
irresistible anzuelo de plata. de lavandería para llevarse las prendas
que usan los seres humanos. Mi idea es
Durante estos días, Albina y yo mantuvimos ocultarme entre las pilas de ropa limpia.
comunicación con el mundo exterior gracias -Pero aquí hay dos problemas que
a que, todas las noches, el Zar se acercaba a resolver -dije yo-o El primero, ¿cómo vas
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a meter te al vehículo? Y el segundo, ¿cómo -El regreso será un poco más complicado.
vas a lograr que no te descubran en el El mono me sugirió que bajáramos por el
camino? árbol cuyas ramas están muy cerca de su
-Ya pensé en todo: con ayuda del perro ventana. [Nl que fuéramos gatos! Como no
Salchicha, que, como recordarán, es un somos trepadores, pensé que lo mejor sería
buen excavador de hoyos, vamos a hacer correr. Yo soy muy veloz y de gran altura, así
grandes agujeros en el camino cercano al que las dos pueden subirse a mi lomo.
edificio. La camioneta tendrá que detenerse "Este perro se cree caballo", pensé,
a tapar los huecos y luego proseguirá su dudando de la eficacia de su plan. Me sentí
marcha. Aprovecharé la distracción para culpable por no compartir su entusiasmo,
abrir las puertas traseras, que no cierran así que, para despistar, pregunté:
con llave, y me meteré en ella. Sé que no -¿Cuándo vas a intentarlo?
me descubrirán, porque soy la única raza -Mañana mismo -respondió el Zar.
que no tiene olor. Una ventaja que la madre
naturaleza otorgó a los Borzois para que a
los lobos se les dificulte cazarnos. De esta
forma no impregnaré la ropa con mi aroma,
y los humanos tampoco percibirán mi
presencia.
-¿Cómo llegarás hasta aquí? Y lo más
importante, ¿cómo vamos a salir juntos?
-U stedes me guiarán con sus ladridos.
Ya ubiqué la ventana donde se encuentran.
Están en el tercer piso, ¿cierto?
-Cierto.
48 . 49
A la mañana siguiente, Albina y yo -Al parecer, te respondió que sí -se rio
nos sentíamos muy nerviosas. El aire el hombre llamado Sergei Korolev.
estaba cargado de chispas eléctricas que Mejor me quedé callada.
vaticinaban acontecimientos inesperados. Nos llevaron de vuelta a nuestro cuarto
Mi amiga y yo completamos las pruebas para comer y descansar. A pesar de los
matutinas con mucha distracción, nervios que nos causaba la llegada del Zar,
hecho que fue registrado en los reportes nos dispusimos a devorar la magnífica carne
científicos. que siempre nos servían. Afuera no se oía el
-¿No estarán en celo? -preguntó rumor de ningún auto.
Dimitri. Estábamos un poco adormecidas,
Yoladré enojada, porque ésa era la concentradas en nuestra digestión, cuando
clásica explicación que los machos daban los ladridos desesperados del Zar nos
a cualquier comportamiento femenino que despertaron. Preguntaba dónde estábamos.
ellos no entendieran. -¡Aquí! [Aquí' -ladró Albina.
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-Vino directamente hasta acá, como si
buscara a nuestras damas.
-Oye, ¿y si aprovechamos su ingreso
voluntario para someterlo a las pruebas? A
lo mejor estamos ante un nuevo astronauta
-sugirió Sergei.
-Mmm ... definitivamente no, colega.
Este perro es muy alto; pesaría demasiado y
no se adaptaría bien a las dimensiones de la
cápsula. Es mejor que lo guiemos a la salida.
Desde luego, Albina empezó a aullar y
el Zar le hizo coro. Se llevaron al novio a
Escuchamos el conocido trote de pisadas rastras, y tuvieron que detener a Albina,
causadas por cuatro patas, pero también pues quería irse con él. Yolo sentí por ellos,
oímos los característicos pasos humanos, pero no por mí. Una vez más, confirmaba mi
que seguían a las primeras. Estaban deseo de viajar a la luna.
persiguiendo al Zar, y aunque era muy
veloz, su desconocimiento del lugar lo ponía
en desventaja. ElZar abrió nuestra puerta
de un golpe. Albina y él se abrazaron, Claro
que a ninguno de nosotros se nos ocurrió
cerrar la puerta, y enseguida entraron los
científicos atropelladamente.
-¡Ah, qué perro tan rápido! Por poco se
nos escapa.
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6
UN NUEVO NOMBRE

DesPués del rescate fracasado, Albina


perdió la concentración y empezó a fallar
en el entrenamiento. En cambio yo, sin
ninguna distracción en mi mente, seguí
esforzándome por entender y obedecer las
instrucciones que me daban los humanos.
Además de aguantar las pruebas de
aceleración, las de tolerancia a la radiación
solar y las de gravedad, pude mantenerme
inmóvil en espacios cada vez más reducidos
durante mayores lapsos de tiempo.
. Una mañana, Dimitri me llevó a un piso
que no habíamos visitado. Las puertas que
aparecieron frente a nosotros decían
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"Sala de entorno". Dimitri tecleó unos mientras alguien me sacudía el esternón
números sobre una placa. Pasamos a una simultáneamente.
pequeña plataforma. Tres escalones bajaban -Este sujeto está tolerando muy bien las
al piso principal, cuyas paredes estaban pruebas, Sergei -dijo Nikolai-. A menos que
recubiertas de todo tipo de pantallas y cintas ustedes opinen lo contrario, ya no queda duda.
magnéticas en loco movimiento. Una de Los resultados iniciales de la perrita blanca la
las paredes de la nueva sala era de cristal. siguen manteniendo como candidata, pero
Me hicieron entrar en una cabina y me ya no es la primera opción. Enviaremos a esta
acostaron sobre una plancha. Luego me perrita al espacio. Viajará en el Sputnik IIla
sujetaron con varias cintas y me pusieron primera semana de noviembre.
unos cables en el pecho. Las pantallas se -¡Guauuu! -alcancé a ladrar cuando
llenaron de luces parpadeantes. comprendí el sentido de sus palabras.
-Esto que ves acá-me explicó Dimitri, Los tres hombres se rieron.
señalando una de las pantallas-, son los -Por cierto, ¿cómo se llama este
latidos de tu corazón, perrita. cachorro? -preguntó Nikolai.
-Bien, vamos a comenzar las pruebas -Mmm ... me parece que aún no tiene
de presión, aceleración y despresurización nombre -respondió Sergei.
-dijo Sergei Korolev. Yo me puse a ladrar desde mi camita,
De pronto, la cabina donde me encontraba pues cada vez que alguien me recordaba mi
empezó a vibrar y a estremecerse. La anónima identidad me entristecía.
respiración se me entrecortaba y sentía -¡Ya sé! -exclamó Dimitri-. Le
que una mano invisible me oprimía la pondremos Laika, o sea, "ladradora".
cabeza. Eran sensaciones extrañas, pero Ambos abrieron la puerta de cristal, me
no insoportables. Sentía como si me desamarraron y me acariciaron, mientras
hubiera subido a una rueda de la fortuna me decían:
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-Ya estás como Mushka -respondí
enérgicamente-o Si dejaron salir al mono, .
no veo por qué quieran dejarte aquí. ¿En
serio no te importa no participar en esta
aventura?
-Mira, suena fantástico, pero desde que
conocí al Zar, algo cambió. Mi época de celo
está por venir y quiero formar una familia.
Es lo que me dicta el instinto. ¿A ti no te
habla tu propio instinto?
-Pues, ahora que lo dices, mi instinto me'
está dando otra orden: ir a la luna.
-Es que a lo mejor el que habla no es tu
-Muchas felicidades, Laika. instinto, sino tu corazón.
Ladré aún más emocionada. [Yatenía -y en tu caso, ¿no es también el corazón
nombre! ¡Yme gustaba! Ahora, gracias a la el que te habla?
luna, ya no era una perra callejera anónima: Nos quedamos en silencio. No supimos
tenía un nombre y una gran aventura por qué responder. Pero ambas estábamos
vivir. satisfechas de nuestras decisiones.
Cuando regresé al patio, le conté a Albina
que muy pronto se llevaría a cabo la misión
y que, al parecer, yo era la elegida.
-Eso significa que me dejarán salir en
esas fechas, a menos que ... ¿Tú crees que me
sacrifiquen?
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7
LA PARTIDA

Llegó el gran día. Me levanté más


temprano que de costumbre. Cuando
me asomé por la ventanita, aunque ya
estaba amaneciendo, todavía alcancé a
distinguir la luna un poco pálida en el cielo
mañanero, tan madrugadora y expectante
como yo misma. Sin querer, desperté a
Albina con mis ruidos. Se acercó adonde yo
estaba y también observó el cielo. Puso su
pata sobre la mía y me deseó suerte.
Sergei, Nikolai, Dimitri y Georgi vinieron
a recogerme. Esta vez nos dirigimos al nivel
E4, en donde nunca había estado. Cuando
se abrieron las puertas del elevador, un
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gigantesco garaje se reveló ante mis ojos.
Ahí, reposando inmóvil, como si fuera un
inmenso insecto, se encontraba la nave
espacial llamada Sputnik II, en la cual haría
mi viaje.
El Sputnik II era una cápsula del tamaño
de tres perreras. La compuerta estaba
abierta y el asiento del tripulante se veía
cómodo, aunque reducido. Se parecía
mucho a la camita acolchada donde había
hecho mis primeras pruebas. Yo ya estaba
dispuesta a meterme de un salto, pero Sergei
me lo impidió:
-No tan rápido, Laika. Primero
necesitamos prepararte.
Me trasladaron a un cuartito ubicado
junto al garaje. En una tina metálica, me
bañaron escrupulosamente con alcohol.
Después me cepillaron el pelo. Una mujer,
a quien nunca antes había visto, pintó
mi pecho con unas motas de algodón
impregnadas de yodo.
-Colóquenle los electrodos en el corazón.
-Confirmar monitoreo.
-Confirmado.
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-Temperatura de la nave. Moví la cola, entusiasmada. Entré en la
-La temperatura es de16 grados. cápsula y me amarraron con un arnés.
-Revisión del ventilador interno y La puerta de la nave chasqueó al cerrarse, y
del sistema de absorción del anhídrido los sonidos del exterior se quedaron afuera.
carbónico. Una escotilla panorámica me servía de
-Revisado. mirador. Gracias al entrenamiento, todo
-¿Dispositivos de alimentación? me resultaba de algún modo familiar, con
-En orden. excepción del olor a plástico y a nuevo, que
-Bueno, pues ya estamos listos. Muy bien, me desagradó profundamente.
pequeña amiga, salúdanos a las estrellas El Spuinik II se trasladó con lentitud al
-me pidió Nikolai con toda seriedad. exterior del edificio por una gran puerta
Había llegado el momento. eléctrica, que se abrió automáticamente.
Después, se dirigió hacia una rampa. Un ruido ensordecedor lastimó mis
-Empieza el conteo: diez ... oídos. La cápsula salió impulsada como un
"Adiós, Albina" . chisguete de orina en la fuente transparente
-Nueve ... de la atmósfera, pero a una velocidad
"Espero que muy pronto te reencuentres supersónica, que ni un millón de perros
con el Zar" . Borzoi hubieran podido igualar.
-Ocho ... El mundo se aplastó bajo mi mirada y
"Después me contarás qué se siente tener el cielo se convirtió en un remolino en el
cachorros" . que me sumergía como si fuera agua. El
-Siete ... aire me comprimió como un puño y, por un
'Adiós, calles de Moscú" . momento, me arrepentí de haber aceptado
-Seis ... esa loca misión. Pero después de unos
"Hubo muchos huesos que no me comí... ". minutos, esta sensación desapareció. Los
-Cinco ... latidos de mi corazón se estabilizaron y la
"... y muchas peleas que logré evadir" . presión sobre mi cabeza disminuyó. Poco a
-Cuatro ... poco, caí en la cuenta de lo que ocurría. La
'Adiós a los rencores contra la French, emoción volvió a ocupar el lugar del miedo,
que, en realidad, nunca tuvieron una razón y ladré de alegría: estaba camino a la luna.
de ser".
-Tres ... En la Tierra, a millones de kilómetros
'Adiós a la familia que no conocí. ..". de distancia, Albina también ladraba de
-Dos ... alegría: lamía a sus ocho cachorros. Cada
"... y a las siestas bajo el sol" . una de nosotras había logrado lo que quería.
-Uno ... [Despegue!
"[Adiós, planeta Tierra!".

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NOTA DE LA AUTORA espacial ni lograron mantenerse quietos por
largos periodos de tiempo.
En años siguientes, otros perros
astronautas completarían misiones
espaciales: Belka y Strelka, Chernushka
y Zvezdochka y, por último, en 1966,
Verterok y Ugolyok. Toda una banda de
canes verían con sus propios ojos el reflejo
de las estrellas en sus daltónicas pupilas.
Quizá sea por esto que los perros siempre le
ladran a la luna, saludando a sus héroes y
La nave en la que viajó Laika logró dar heroínas de cuatro patas.
2570 vueltas' alrededor de la Tierra. Sin Para conmemorar este primer vuelo,
embargo, el programa espacial soviético varios países crearon timbres postales con.
no había contemplado cómo resolver su la imagen de Laika.
regreso. El 4 de abril de 1958, cuando la En 1997, se construyó, en la Ciudad de
nave entró en contacto con la atmósfera las Estrellas, un monumento para recordar
terrestre, se desintegró. Después de este a los héroes de la astronáutica rusa. En una
viaje, ninguna otra misión tripulada por de las escenas del monumento se ve a Laika,
perros fue lanzada sin tener un sistema para que espía por entre las piernas de uno de los
el retorno seguro del animal.
• cosmonautas.
Los perros fueron los mejores astronautas.
Se intentaron algunas pruebas con monos,
pero debido a su naturaleza nerviosa, no
toleraron el-espacio cerrado del simulador
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