A Is For Abstinence - Kelly Oram
A Is For Abstinence - Kelly Oram
A Is For Abstinence - Kelly Oram
Traductoras
Moni Val_17 CrisCras
Mel Cipriano Nikky CamShaaw
Adriana Tate Dannygonzal Anelynn*
Sofía Belikov Juli ElyCasdel
Jane Niki florbarbero
Vani Julieyrr Vanessa Farrow
3 Verito
Mire
BeaG
Miry GPE
Jasiel Odair
Correctoras
Miry GPE Laurita PI Victoria
Melizza Daniela Agrafojo Michelle♡
Val_17 CrisCras NnancyC
Emmie Jasiel Odair Mire★
Key Mel Cipriano Niki
Marie.Ang SammyD Dannygonzal
Esperanza florbarbero
ElyCasdel LucindaMaddox
Valentine Rose GusFuentes
Lectura Final
Juli
Diseño
Yessy
Índice
Sinopsis Capítulo 13
Capítulo 1 Capítulo 14
Capítulo 2 Capítulo 15
Capítulo 3 Capítulo 16
Capítulo 4 Capítulo 17
Capítulo 5 Capítulo 18
Capítulo 6 Capítulo 19
Capítulo 7 Capítulo 20
4 Capítulo 8 Capítulo 21
Capítulo 9 Capítulo 22
Capítulo 10 Capítulo 23
Capítulo 11 Capítulo 24
17 Intenté tan duro mantener bajo control los estribos, pero ahora ya
no quería hacerlo. Me sentía un poco nervioso. —¿Tú estabas herida? —le
grité—. ¿Cómo crees que me sentí? En cualquier momento en los últimos
dos años y medio, podrías haberme preguntado por Valerie. En su lugar,
elegiste herirme y humillarme delante de todos nuestros amigos. Y lo peor
de todo fue que te gustó. Vi la mirada en tus ojos cuando te diste cuenta
de que me caía a pedazos por dentro.
Hice una pausa, dándole la oportunidad de defenderse, pero su
culpabilidad la mantuvo en silencio.
Volví la cabeza hacia atrás, a la vista. —Si te preocupabas por mí la
mitad de lo que yo lo hacía, nunca habrías sido capaz de tratarme así.
Mucho menos de deleitarte con tu victoria.
—Kyle...
Oí el llanto en la palabra, pero me negué a mirarla. No se merecía mi
compasión o perdón. —Terminamos, Adrianna. Deja tu llave y mi anillo en
el mostrador cuando salgas.
Dudó un momento, pero se fue sin decir una palabra. Esperé hasta
que escuché el golpe en la puerta del frente antes de dirigirme hacia el
interior. Me sentí aliviado cuando encontré una nota del trío de chicas
Laker al lado de la cafetera vacía, y aún más agradecido de ver a Shane
parado allí, asaltando mi nevera. Fue por las sobras en la caja de comida
para llevar que yo todavía no había comido.
—Una rubia, una morena y una pelirroja entran en un bar —dijo
mientras se daba la vuelta y se apoyaba en el mostrador—. ¿Cuál te llevas
a casa?
—¿Por qué conformarse con una cuando puedes tener las tres? —
bromeé.
Sacudió la cabeza y metió un bocado de cerdo agridulce en su boca.
—Y no las encontré en un bar. —Le robé la caja de cartón y el
tenedor de las manos. Comí un gran bocado y le sonreí al hombre con la
alegría que no sentía—. Eran porristas. Chicas Laker, para ser exactos.
Las traje de un juego.
Shane levantó una ceja. Trató de mantener la cara seria, pero
finalmente rompió en carcajadas. —Eso es impresionante, incluso para ti.
—Supongo que es bueno saber que todavía lo tengo.
Suspiré y me dejé caer en la mesa de la cocina con mi comida china
fría. Él se conformó con un plátano y un vaso de leche, y se unió a mí. Su
tono de voz se calmó un poco cuando preguntó—: ¿Cómo lo manejó
Adrianna?
—De la forma en que esperas que lo hiciera. —Froté las manos sobre
18 mi cara en un intento de alejar el dolor de cabeza. Me encontraba bastante
seguro de que tenía más que ver con Adrianna que con los tragos de
tequila de la noche anterior—. Diría que me sentí mal por ella, pero...
—Sí, lo he oído. Brutal. ¿Estás bien?
Le eché un vistazo sobre la caja de carne de cerdo. —No necesito
llorar sobre tu hombro si eso es lo que estás preguntando, idiota.
Él soltó un bufido. —Bueno, ¿podrías al menos darle a mi novia lo
que necesita? Me envió aquí para asegurarse de que todavía vas a venir a
la boda este fin de semana, pero sólo me dio permiso para permanecer
aquí durante veinte minutos. Ocurría algún tipo de crisis de centros de
mesa esta mañana y se está volviendo loca. Realmente no quiero lidiar con
una crisis de centros de mesas.
Tomó la nota del equipo de animadoras y se rió entre dientes. Se
hallaba cubierta de besos con lápiz labial y números de teléfonos. —A
menos, claro, que quieras dejarme por una mejor oferta.
Gemí. —Honestamente, creo que me he hartado de las mujeres por
un tiempo. Prométeme un día de nada excepto películas de acción sin
sentido, videojuegos, hamburguesas y una caja de cerveza, y voy a llorar
lágrimas de verdad para tu novia psicópata.
Shane se apoderó de mi hombro y dio a luz una mirada solemne que
me hizo reír. —Mi héroe.
3
B es por Boda
Traducido por Adriana Tate
Corregido por Val_17
Sólo hay una cosa peor que las bodas y son las bodas libres de
19 alcohol. El padre de Cara era un alcohólico sobrio desde hace ocho años,
así que prohibieron todo el alcohol en la recepción. Respetaba su decisión,
pero de verdad necesitaba un trago.
Al menos el DJ era decente. Por supuesto, esta era la boda de Cara,
así que no habría esperado otra cosa. Siempre ha tenido un excelente
gusto en la música y no tenía ninguna duda de que se puso noviazilla con
la lista de reproducción.
En realidad, en lo que respecta a las bodas, esta era una bastante
increíble, a pesar de la falta de alcohol. La comida era estupenda, la
música estaba buenísima, la lista de invitados era pequeña, Cara era una
novia hermosa —y oye, era en Hawái. Si tan sólo pudiera conseguir que
alguien me trajera un maldito vaso de whisky, para ayudarme a olvidar el
hecho de que hace dos semanas hacía las pruebas del pastel con mi propia
noviazilla.
—¿Por qué vine a esta cosa?
Era una pregunta retórica, pero mi ex compañero de banda, Dustin,
la respondió de todos modos—: Porque es Shane. —Tomó un trago de su
soda y se encogió. El pobre no quería estar sobrio en estos instantes más
de lo que yo quería. Por supuesto, él nunca quería estar sobrio. Soltó un
eructo y luego añadió—: Sabes que Cara habría hecho un épico ataque de
histeria si no hubieses venido.
Eso era cierto. Cara se esforzó mucho por tenernos a todos aquí. Era
la primera vez que los chicos se habían reunido desde el funeral de Reid.
Toda la banda reunida fue el único regalo de bodas que nos pidió. Era
bastante incómodo, pero Cara tenía razón: Hoy teníamos que estar aquí
por Shane. Además, aquí entre nosotros, tenía miedo de esa mujer. Si ella
decía salta…
—Oye, hombre, al menos vas a sacar algo bueno de esto. —Dustin le
dio un empujoncito a mi hombro y señaló al otro lado de la habitación—.
Las damas de honor han estado follándote mentalmente desde que
apareciste.
Seguí su mirada hacia la pista de baile donde la mujer en cuestión
participaba en el baile obligatorio con el padrino. El hermano menor de
Shane, miraba sus pechos mientras ella me miraba. Cuando me encontré
con su mirada, su rostro se calentó con deseo. Conocía muy bien esa
mirada. Ni siquiera tendría que entablar una conversación con ella.
Simplemente podía señalar con mi cabeza hacia la salida y me seguiría a
mi habitación de hotel.
Era sexy. No había duda de ello. Era una actriz en esa telenovela
junto a Cara. Estoy bastante seguro que obtuvo ese papel por dos razones,
las dos razones por las que su compañero de baile, apenas un adolescente,
20 todavía babeaba.
—Tal vez debería ir a salvarla de ese imbécil.
Dustin me dio una mirada curiosa, pero no mencionó lo que tenía en
mente. En cambio, se encogió de hombros y dijo—: Si no lo haces tú, lo
haré yo.
Miré a Dustin de nuevo y vi algo que me molestó. Lástima. Me
empujaba hacia una chica fácil porque sentía lástima por mí. De repente,
decidí probarle al mundo —y especialmente a Dustin— que Kyle Hamilton
no es un hombre para sentir lástima, me dirigí a la pista de baile. A la
mierda el hecho de que este era el “primer baile”, o lo que sea. Lo iba a
interrumpir.
—Disculpa, te importaría si…
—¡Me encantaría!
La dama de honor ya se hallaba en mis brazos antes de que el pobre
Ben siquiera se diera cuenta que me encontraba allí. No le hice caso a su
mirada y acerqué a la hermosa mujer. Olía bien y llevaba un vestido que
casi no dejaba nada a la imaginación.
Batió un par de grandes ojos marrones y mordió su labio inferior,
muy lleno y sexy. —Esperaba que me pidieras bailar —dijo.
Había hecho esto tantas veces en el pasado que mi respuesta era
automática. —¿Cómo me podría resistir a la mujer más hermosa del
salón?
—Será mejor que no dejes que Cara te escuche llamarme así hoy.
—Será nuestro secreto.
Le guiñé un ojo y me dio una seductora sonrisa antes de apoyar su
cabeza en mi hombro. La forma en que su pecho se presionó contra el mío
no fue accidental. Esta mujer estaba tan familiarizada con el juego como
yo, una profesional. Aun así, sólo era por buena educación hablar un poco
antes de arrastrarla hacia las escaleras. —Así que, ¿trabajas con Cara?
—Sí. —La dama de honor miró alrededor del salón y luego me dio
otra sonrisa coqueta—. ¿Qué te parece si movemos este baile a algún lugar
más privado? Tengo una habitación arriba.
Sonreí. Tanta cortesía. —¿No tienes algún tipo de deber como dama
de honor?
Se encogió de hombros. —Será al menos dentro de cuarenta y cinco
minutos antes de que corten el pastel y tiren el ramo de flores.
Mis ojos cayeron a sus pechos. Sé que acababa de criticar a Ben por
21 eso, pero no podía evitarlo. Eran unos grandes pechos —caros, sin duda—
y el resto de ella era igual de perfecto. Intenté imaginarme todas las cosas
que podía hacer con un cuerpo como el suyo, intenté entusiasmarme por
eso.
Deslicé las manos hacia abajo, disfrutando de un anticipo de los
eventos que iban a suceder, no apto para menores de trece años. La dama
de honor se estremeció de placer. Alzó su barbilla, separando sus labios
ligeramente. Era una clara invitación, así que la besé.
El beso fue bastante intenso. Ella estaba envuelta. Definitivamente.
Pero yo no. No había nada allí para mí. No había fuego. No había chispa.
Sólo seguía los movimientos. Sabía que ir a la habitación con ella me haría
soltarme, pero por alguna razón todavía no parecía valer la pena.
Dejé de besarla, sorprendido por mis pensamientos. ¿Sexo casual
con una hermosa mujer no parecía valer la pena? ¿Qué demonios?
—¿Hay algún problema? —susurró mientras deslizaba sus labios
sobre mi garganta.
¿Había algún problema? No tenía idea. No tenía ninguna idea de lo
que pasaba en estos momentos. Nunca antes había experimentado nada
como esto.
La dama de honor detuvo su asalto oral a mi cuello cuando alguien
se aclaró la garganta. La novia y el novio se habían girado y nos miraban
con miradas divertidas en sus rostros.
—Veo que has conocido a Aphrodite —bromeó Cara.
¿El nombre de la dama de honor era Aphrodite? ¿Qué clase de
nombre era Aphrodite? Un nombre artístico. Porque era una actriz. Como
el idiota que folló a mi prometida. Odio a los actores.
—No nos hemos conocido apropiadamente. —Aphrodite rió—. ¿Les
importaría esperar para el pastel y el ramo de flores y todo eso por un
rato? Prometo que no tardaremos mucho tiempo.
Esperé que Cara explotara en un ataque de ira, pero no parecía
sorprendida por la petición de su amiga. Rodó los ojos y dijo—: Treinta
minutos o lo lanzaré sin ti.
Aphrodite sonrió y le lanzó besos a Cara. —Te quiero, nena. ¡Eres la
mejor!
Agarró mi mano, pero la retiré antes de que pudiera arrastrarme
fuera del salón. Cuando me preguntó, no sabía que decirle. No sabía cuál
era mi problema. Pero luego me encontré diciendo—: En realidad, creo que
me quedaré aquí.
Sorprendí a Shane, a Cara y especialmente a una muda Aphrodite.
Ella se quedó boquiabierta con esos grandes ojos azules como si no
pudiera comprender lo que sucedía. —Lo siento —le dije—. Eres una mujer
22 hermosa y todo, pero no va a pasar. Al menos no conmigo. —Señalé a mi
solitario compañero de banda y agregué—: Sin embargo, Dustin
probablemente te daría una oportunidad.
Los ojos de Aphrodite se desorbitaron y sabía lo que venía. Ni
siquiera intenté evitar la bofetada cuando levantó la mano. Me la merecía.
Me llamó por una muy impresionante cadena de malas palabras y luego se
fue pisoteando hacia el baño de mujeres.
Me giré hacia mis dos amigos y les di mi mayor sonrisa. —Al menos
no tenía una copa de champán en la mano. He oído que esa cosa pica
cuando se te mete a los ojos.
Ambos continuaron mirándome con la boca abierta, esperando por
una explicación que no tenía.
—¿Qué demonios fue eso? —preguntó Cara.
Me encogí, dándome cuenta que pude haber enojado a la novia en su
gran día. —Lo siento si acabo de arruinar tu boda o algo así. No fue mi
intención insultar a tu amiga. Simplemente no lo sentí.
Esperé por el tipo de arrebato emocional que Adrianna sin duda
habría tenido si estuviera en la posición de Cara, pero ella se echó a reír.
—¡Nunca, jamás pensé que vería el día! —exclamó, jadeando a través de su
ataque de risa—. Kyle Halmiton abofeteado por negarse a una oferta en
lugar de haber hecho una.
—¡Rápido, llama a Record Guinness! —intervino Shane. Se reía tan
fuerte que tuvo que agarrarse de mi hombro para evitar caerse—. Esto
tiene que ser alguna especie de récord.
Ellos no tenían la intención de herirme, pero aun así me irrité. Sabía
que era bastante irónico, pero simplemente no podía compartir su humor.
Esto no era gracioso para mí. Era perturbador. ¿Qué diablos me ocurría?
Suspiré y forcé una sonrisa en mi rostro que sabía no engañaría a
nadie. —Felicidades, chicos. Si me necesitan, estaré en el bar del hotel.
***
26
4
R es por Recuerdos
Traducido por Sofía Belikov
Corregido por Emmie
1 Kyle dice “Lo juro”, que en inglés sería “Cross my heart and hope to die”, por eso Cara
dice “Desearás morir”, que viene de “Hope to die”.
Shane me enseñó el dedo y luego me empujó escaleras arriba. —
Apresúrate. Hay suficiente gente aquí como para que no se dé cuenta de
que hemos desaparecido, pero si nos ve irnos, estamos muertos.
Logramos llegar al estudio de Shane a salvo. Había una mesa de
pool, un mini bar y un equipo de música asesino. Sonreí mientras miraba
la habitación. Debería haber traído la máquina de pinball después de todo.
—Me gusta —dije, desplomándome en el sofá de cuero.
Shane abrió otra cerveza y me la tendió.
—Oye, ¿se puede cerrar con seguro la puerta? —pregunté—. En
serio tengo que permanecer escondido. Tu esposa está tratando de
concertarme una cita de nuevo. Con Jolly Rancher, o Snickers o algo así.
—Candy. —Shane tembló—. Huye mientras puedas. Esa mujer está
loca.
Un cómodo silencio se estableció entre nosotros mientras bebíamos
nuestras cervezas.
—Así que, ¿cómo te va la vida de casado? —pregunté.
Shane dejó escapar un suspiro y movió la cabeza. —Es genial. No es
muy diferente a los últimos tres años que hemos vivido juntos, pero Cara
30 luce más feliz.
Tenía que estar de acuerdo. —Esta noche estaba deslumbrante.
Shane sonrió. —A la mujer le encanta entretener.
Terminé mi recorrido y noté que en la esquina más lejana de la
habitación se encontraba todo lo dedicado a la música de Shane.
Fotografías enmarcadas colgaban de las paredes junto a algunos de
nuestros premios como banda y sus instrumentos se hallaban todos en
sus puestos, pulidos y brillantes.
Vacié lo último de mi cerveza, luego me acerqué y cogí un bajo. Mi
voz era mi instrumento principal, pero tocaba un poco de piano como
también algo de bajo, y guitarras tanto eléctricas como acústicas.
Mis dedos se curvaron alrededor del cuello de la guitarra. No había
cogido una en meses, pero puntear las cuerdas era algo instintivo.
—Oye, ¿recuerdas esta? —pregunté, riéndome un poco. Conecté la
guitarra a un amplificador y toqué la música de fondo
de “Orion” de Metallica.
Shane se rió. Conectó su guitarra también y asintió. Antes de que lo
supiéramos, tocábamos de la forma en que solíamos hacer cuando íbamos
en secundaria. Una canción se convirtió en dos, y dos en tres. Metallica,
Pink Floyd, Los Beatles. Diablos, incluso tocamos algo de Chili Peppers.
Luego, de repente, sin ninguna razón, comencé a tocar “Verdadera
lástima”. Shane no me cuestionó; sólo me siguió mientras yo entraba en
un torbellino. Cuando abrí la boca, las palabras salieron
apasionadamente, llenas de confusión, ira, e incluso desesperación. Vertí
mi corazón como no lo había hecho en años.
43
6
V es por Valerie
Traducido por Vani
Corregido por Marie.Ang
51 No, si puedo evitarlo. —Por supuesto, sólo por esta vez. Lo juro.
Mientras le juraba a Val, con la cabeza gesticulé “no” a la audiencia,
haciendo reír a todos y animándolos de nuevo. Oh, sí. Definitivamente
extrañaba esto.
7
R es por Reuniones
Traducido por Verito & Mire
Corregido por Esperanza
Val pidió una pausa de diez minutos antes de la firma, así que usé el
52 tiempo para despedirme de mis compañeros de banda —todos me
desearon suerte mientras se divertían de mí— y usar el baño. En mi
camino de vuelta al estudio principal, me detuve en la sala de invitados
por una botella de agua y algunos bocadillos que me ayudarían a pasar la
siguiente hora. Estuve muy nervioso y emocionado antes del show para
comer algo, pero ahora la astuta mesa me atraía como un canto de sirena.
Nunca es una buena idea interactuar con los fans teniendo el estómago
vacío, o con Val en este caso. En realidad, nunca es una buena idea tener
el estómago vacío.
Me detuve en seco, olvidando mi búsqueda de comida cuando entré
en el salón y vi a Val. Se encontraba parada sola en la oscuridad, apoyada
en uno de los sofás. Me daba la espalda y lo suficientemente distraída para
no escucharme entrar. Abrí la boca para decir algo gracioso sobre sus
intenciones de tenerme a solas cuando ella tomó una gran inspiración y su
cuerpo comenzó a temblar. Me di cuenta de que no se apoyaba contra el
sofá, sino que se aferraba a él como si fuese lo único que la mantenía de
pie.
Nunca vi a Val tan alterada. Sólo nerviosa de forma regular en el día.
Siempre empujé sus límites a propósito, tratando de conseguir que se
rompiera su fuerte fachada y jamás lo conseguí. Era la persona más fuerte
que conocía. Que pidiera un descanso para recomponerse antes de hacer
la firma conmigo dice mucho sobre su estado emocional.
Sabía que probablemente quería esos pocos minutos a solas, pero no
podía irme. No podía dejarla así. Me aclaré la garganta para llamar su
atención y saltó ante la intrusión. Se dio vuelta y se apresuró a enjugar
una lágrima o dos mientras se forzaba a borrar sus emociones y volver a la
mujer calmada y controlada que vi en el escenario.
Abrió la boca para explicarse pero la cerró de nuevo, dándose cuenta
de que no podía ocultar lo que acababa de presenciar. En cambio decidió
ignorarlo. —Kyle Hamilton. —Fue un cálido saludo y un suspiro a la vez.
Su sonrisa era sincera y sus ojos tenían auténtico placer, pero se
veía una desconfianza que me dio miedo acercarme. Nos miramos en
silencio, viendo los cambios que hicieron los cuatro años. No estaba seguro
de qué hacer o como romper el silencio entre nosotros, así que Val tomó la
iniciativa. —No creí que te vería de nuevo —dijo con un pequeño
movimiento de cabeza.
—Yo tampoco. —Finalmente salí de mi estupor y le di una pequeña
sonrisa—. ¿Un abrazo para este viejo amigo?
Abrí los brazos, aún sin dar otro paso, dejando que ella viniera a mí
en sus términos. Se tomó un momento para decidir, pero al final dejó que
la sonrisa subiera hasta sus ojos y cruzó la habitación hasta mí.
***
62
8
P es por Planes
Traducido por Val_17
Corregido por ElyCasdel
***
68
Entre los dos, prácticamente ordenamos todo el menú de Taco Bell.
Había logrado llegar a la mesa sin ser reconocido y Robin logró hacerlo sin
necesidad de una ambulancia, así que ambos estábamos de buen humor
mientras comíamos nuestra montaña de comida.
—Entonces, ¿de qué querías hablar? —le pregunté, una vez que
comí lo suficiente para mantener una conversación educada entre
bocados.
Robin dejó los nachos y me dio una mirada dura. —¿Estás
enamorado de Val?
La pregunta me hizo atragantarme con mi burrito. Tosí un minuto y
tomé un largo trago de refresco antes de contestar. —No. Por supuesto que
no. Eso es una locura.
Robin se recostó y cruzó los brazos sobre su pecho. —¿Lo es?
¿Por qué mi corazón de repente golpeaba en mi pecho? Quería
sacudir algo de sentido en Robin y obligarla a dejar de preguntar sobre
eso. Val y yo definitivamente teníamos una conexión, pero ¿cómo podría
amarla? —Casi no la conozco —dije—. No la he visto en cuatro años y
apenas la conocía en ese entonces.
—¿Entonces por qué pasar por todo esto?
—Porque quiero conocerla. Val y yo tenemos una conexión que vale
la pena explorar. Esta es la única manera en que me dará una
oportunidad.
Robin me estudió por un minuto. No estoy seguro de lo que trataba
de encontrar, o lo que pensaba que sabía, pero la mirada en sus ojos me
asustó. Me miró con una determinación que no había visto en nadie,
excepto tal vez en mí mismo y Val.
—Voy a ser honesta contigo, Kyle. Esta idea me asusta —dijo,
cavando en sus nachos de nuevo.
Me hallaba un poco ofendido. —¿Por qué? —Escuché la decepción en
mi tono y sabía que Robin también la oyó—. Sólo trato de ayudarte. Podría
darle mucha publicidad a tu fundación. Podría hacer mucho bien. Val
querría que yo hiciera esto.
—Ese es el punto. En realidad no entiendes lo mucho que significaría
para Val. No entiendes lo mucho que tú significas para ella.
Eso era lo último que esperaba que dijera. —¿Qué quieres decir?
Robin suspiró y empujó a un lado su comida. Me perforó con una
mirada profunda. —Si comienzas esto y luego lo arruinas, romperás su
corazón de una manera que nunca se recuperará.
69 Lo que sea que quiso decir con eso, era cien por ciento serio. Dejé mi
burrito, ya no de muy buen humor para terminarlo. —Explícate.
—Val me contó todo lo que pasó entre ustedes después del concierto
de esa noche. Lloró en mi hombro durante días después de que te fuiste.
Tenía miedo de haber hecho la elección incorrecta. Comenzó a dudar de sí
misma, le preocupaba esperar demasiado de la gente y que hubiera alejado
algo especial cuando te dejó ir. Ella estaba enamorada de ti, Kyle.
Me eché hacia atrás en mi silla, sorprendido por la confesión de
Robin y lo mucho que significaba. Cada palabra que dijo se sintió como un
golpe físico. Quería creerle, pero no quería escucharlo al mismo tiempo.
Odiaba pensar que había lastimado a Val.
No me gustó escuchar que la hice cuestionarse sobre sí misma. El
hecho de que fuera tan confiada y decidida, que supiera quién era y lo que
quería, era lo que más me gustaba de ella. Éramos parecidos en ese
aspecto.
Robin continuó con su sermón, negándose a contenerse nada. —Val
siempre esperó que algún día entendieras su decisión y la respetaras, pero
nunca pensó que realmente verías las cosas a su manera. No se permitió
la esperanza de que alguna vez estuvieras dispuesto a esperarla.
—Pero ahora lo estoy. ¿Por qué es eso algo malo?
Robin intentó sonreírme, pero era una sonrisa triste. Llena de
compasión. —Val confía en ti —dijo—. Siempre te tuvo fe. Vio algo bueno
en ti, incluso cuando no quería. Incluso cuando hice mi mejor esfuerzo
para convencerla de lo contrario.
—Vaya, gracias —bromeé, pero salió poco entusiasta. Entendía por
qué Robin querría advertirle a Val sobre mí.
Robin se encogió de hombros, sin arrepentimiento. —Si haces esto,
si te comprometes con esta causa, le darás la esperanza que se ha estado
negando por años. De repente, serás el hombre perfecto, el héroe, el
apuesto príncipe que viene a darle el “felices para siempre” que soñó toda
su vida. Va a enamorarse de nuevo, Kyle. Duro y rápido. Tienes que
pensar en eso. No juegues con su corazón.
—¿Estás diciendo que tengo que estar listo para casarme con ella si
quiero invitarla a salir?
—No, pero…
—No voy a jugar con esto —insistí, con voz baja. Me encontraba
seriamente frustrado. Tomé una respiración y me obligué a mantener la
calma así no llamaría la atención—. Hay algo entre Val y yo. Lo sabes —
dije, dándole una mirada a Robin para que lo negara.
70 —Lo sé —admitió con duda, pero la actitud defensiva en su tono
había disminuido.
Cuando hablé de nuevo, sonó como una súplica. —Quiero ver lo que
pasaría si nos diéramos una oportunidad real, pero no me la dará si no
puedo comprometerme a la cosa de la abstinencia. No estoy emocionado
por ello, pero vale la pena y quiero que lo sepa. Hacer esto la ayudará para
que vea que hablo en serio.
Robin sacudió la cabeza. —Lo entiendo —dijo—. Y creo que es genial
que estés dispuesto a intentarlo. Pero no creo que entiendas a lo que te
estás comprometiendo. Dijiste que sólo lo haces por Val, lo que significa
que aún no lo entiendes. El desafío de abstinencia no es un juego. No es
una broma. Hay muchas personas que lo toman en serio y al ser quien
eres, tu compromiso sería algo importante para un montón de gente.
Empecé a discutir, pero Robin no me dejaría interrumpirla. —Esto es
diferente a la fama —insistió—. Comprometerte con la causa y convertirte
en portavoz te haría un modelo a seguir. La gente te admiraría. Pondrían
su confianza en ti. Un error y los defraudarás. A unos pocos los
decepcionarás y a otros simplemente les darás la razón. Tendrían un día
de campo con tu fracaso. Si lo arruinas siquiera una vez, te harías mucho
daño a ti mismo y a Valerie y la campaña en la que ha puesto tanto
esfuerzo. Podrías destruir todo lo que ella construyó. ¿Estás listo para ese
tipo de responsabilidad?
—Yo…
No sabía qué decir. Había conducido a la fundación esta tarde, tan
seguro de mí mismo. Pasé horas discutiendo con mis representantes y eso
sólo había fortalecido mi decisión, pero de repente sudaba.
Robin estiró su mano sobre la mesa y apretó la mía. La ira y el
escepticismo desaparecieron, reemplazados con cariño. No entendía los
cambios de humor. Recién decidió que me odiaba y que pensaba que era
un caso perdido, así que no era seguro el por qué me daba una sonrisa.
—Eres un buen chico, Kyle —dijo—. Sé que te preocupas por Val y
sé que ella todavía se preocupa por ti. La quiero y quiero que sea feliz. Lo
creas o no, creo que podrías hacer eso. Tienes razón. Hay algo entre
ustedes. Siempre hubo algo. Me encantaría verlos juntos. Sólo quiero que
entiendas que Val viene con ataduras. Necesitas saber en qué te metes y
tienes que estar seguro que lo quieres antes de hacerlo. Tal vez deberías
hablar con Val primero. Es posible que quieras asegurarte que ella quiere
salir contigo antes de comprometerle tu abstinencia frente a todo el
mundo.
Tal vez no debería haber comido ese último burrito. De repente, me
sentí enfermo del estómago. —¿Crees que no me dará una oportunidad?
72
9
N es por Novia
Traducido por Nikky
Corregido por Valentine Rose
***
101 Me reí de nuevo. Así que Val no era una persona mañanera. No me
hubiera imaginado eso de ella. Había asumido que era una de esas
mujeres que siempre estaban alegres y completamente arregladas.
—¿Dónde está Kyle? —preguntó un hombre con una gran cámara—.
¿Podemos hablar con él? ¿Qué te hizo decidir romper tu promesa de
esperar hasta el matrimonio?
Los ojos de Val se ensancharon cuando finalmente se dio cuenta de
por qué estaban todos tan inquietos. Dejó escapar un suspiro y se frotó la
cabeza indicando que le dolía. —No he roto mi promesa —dijo—. Fui a una
cita. Eso es todo. Kyle me llevó a cenar y me trajo a casa alrededor de las
23:30. Me fui directamente a la cama. Sola.
—¿Entonces de quién es ese coche en tu camino de entrada?
—Tengo una compañera.
Me olvidé del desayuno cuando vi el dolor en los ojos de Val. Val
necesitaba ser rescatada. Hacía todo lo posible para mantener la
compostura delante de las cámaras, pero se sentía insultada por las
preguntas.
La casa de Val estaba a sólo tres cuadras del hotel y llegué allí en
menos de cinco minutos. Grazné para llamar la atención de todos cuando
llegué y salté fuera del coche, diciendo—: Bueno, gente, es tiempo de que
circulen. Nada escandaloso pasa aquí. Si Val me deja porque ustedes
pusieron en duda su virtud, voy a estar muy molesto.
El grupito de paparazzi entró en un frenesí. Me bombardearon con
preguntas, pero abrieron el camino para que llegara a la puerta principal
de Val mientras tomaban fotos y videos.
Val salió al pórtico, frotándose los brazos. Tal vez tenía frío, o tal vez
sólo trataba de ocultar el hecho de que no llevaba sujetador. Iba vestida
con unos pantalones de chándal y una camiseta sin mangas. Estaba
descalza, sin maquillaje y su cabello era un desastre. Decidí que ese look
de recién salida de la cama era muy sexy en ella. Aun así, me saqué la
chaqueta y la envolví a su alrededor. Sólo yo debería ser capaz de disfrutar
de ella de esa manera.
—Buenos días, hermosa —le dije mientras cerraba la chaqueta y la
besaba en la mejilla—. ¿Sabías que estás en directo en este momento? —
Señalé la furgoneta aparcada en la acera que decía que era del canal
nueve—. Te vi en la tele en el hotel y no pude dejarte tener toda la
diversión para ti sola.
Frunció el ceño, pero se derritió en mis brazos y dijo—: Gracias por
venir. ¿Cómo me deshago de ellos?
Me eché a reír. —Sonríe y contesta sus preguntas.
Eso me valió otro ceño fruncido, pero Val se compuso. —Bien —dijo,
102 y se obligó a sonreír para las cámaras—. ¿Qué es lo que quieren saber?
Todo el mundo gritó preguntas a la vez, pero hubo uno que se
destacó. —¿Es cierto que rompiste con Adrianna Pascal a causa de Val?
—Rompí con Adrianna porque se fue a casa con el hombre
equivocado en mi cumpleaños. Es decir, sé que Brian me interpretó en la
película V es por Virgen, pero el parecido entre nosotros no es tan fuerte.
—¿Entonces están oficialmente juntos, chicos?
Val dijo “no” a la vez que yo dije “sí”, y la multitud se echó a reír.
Le di a los paparazzi una gran sonrisa y dije—: Disculpen un
minuto. —Me volví hacia Val y le dije—: Vamos. ¿No lo pasaste bien
anoche?
—Sí.
—¿No quieres volver a salir?
Dudó en contestar, como si estuviera esperando una trampa. ¿He
mencionado que es una mujer inteligente?
—Sí… —dijo lentamente.
Sonreí. Entra directa en mi trampa, señorita. Jensen. —¿Y no estarías
molesta si comenzara a salir con alguien más en este momento?
No respondió, pero entrecerró los ojos y apretó la mandíbula. ¡Bingo!
Juego. Set. Partido. Ganador —Kyle Hamilton. Novia —Virgen Val.
—Eres sexy cuando estás celosa —bromeé—. Ahora que hemos
establecido que no tengo permitido ver a otras personas y por cierto tú
tampoco, admite amablemente ante estas bellas personas que eres mi
novia.
Levantó la vista al cielo y dejó escapar un suspiro de exasperación.
—Está bien. —Lanzó una mirada inexpresiva hacia las cámaras y dijo—:
Supongo que es oficial.
Sonreí como un idiota y la atraje hacia mí. —Gracias. —Le di un
beso en los labios antes de presentarla ante las cámaras—. Todo el
mundo, saluden a mi nueva… —Miré a Val de nuevo—. ¿Cuál es la palabra
que estoy buscando? ¿Eres mi qué?
Ella rodó los ojos pero esbozó una sonrisa cuando dijo—: Soy tu
novia. Incluso me aseguraré de actualizar mi estado de Facebook.
¿Quién es el hombre?
La multitud comenzó a disparar preguntas de nuevo. Era el tipo de
las noticias del Canal Nueve, que obtuvo su respuesta cuando sostuvo su
micrófono hacia mí y dijo—: ¿Cómo van a manejar el tema del sexo?
Levanté mi muñeca con una mueca y esperé los jadeos.
***
Pensé que la entrevista había ido muy bien, pero fue obvio que yo
era el único disfrutando en el momento en que la puerta se cerró entre los
reporteros y nosotros. Val dejó escapar un largo gemido cuando se quitó la
chaqueta de cuero y se dejó caer en el sofá.
—No fue tan malo —dije, uniéndome a ella.
Extendí los brazos para que se acurrucara en ellos y conseguí una
mirada feroz en su lugar. —¿Las Vegas, Kyle? Ahora todo el mundo piensa
que estamos comprometidos en secreto y que sólo nos vamos a casar para
que puedas dormir conmigo.
En serio no lo veía tan grave. —¿A quién le importa?
—A mí.
104 —Mierda. Alguien está de mal humor esta mañana. —Su estado de
ánimo era contagioso y me encontré trabajando para mantener el control
de mi temperamento—. Mira, la gente me conoce, ¿de acuerdo? Y te
conocen. Puede ser que piensen que soy capaz de ello, pero nadie va a
creer que tú habrías corrido a Las Vegas conmigo. Fue sólo una broma.
—No, fue un acto de circo. Siempre lo es contigo. —Se levantó y se
acercó a la ventana del frente. Al tirar de la cortina, frunció el ceño—. Ni
siquiera has estado en mi vida durante veinticuatro horas y ya tengo a los
medios acampados en mi jardín.
Dejó caer la cortina y se dio la vuelta para mirarme. —Voy a empezar
un programa de postgrado intensivo en septiembre en una de las escuelas
más competitivas del país. Nunca voy a lograr pasarlo si los paparazzi me
están acosándome veinticuatro horas al día, siete días a la semana.
Se frotó las sienes de nuevo, seriamente estresada. Quería ayudar de
alguna manera, pero no había nada que pudiera hacer con respecto a los
reporteros y a los fotógrafos. Siempre estarían allí. Eran parte de la vida
para mí.
Me levanté y crucé la habitación hacia ella, aliviado cuando me dejó
tomar sus manos entre las mías. —Esto es sólo porque somos novedad en
este momento —le prometí—. El frenesí de los medios va a apagarse antes
de empezar la escuela.
Me golpeó con una mirada severa. —No, no lo hará. Eres un
instigador, Kyle, un espectáculo. Te luces para las cámaras y te siguen por
ahí como perros esperando que les lances otra delicia. Tu vida será
siempre así. —Alzó su mano en dirección a la puerta, indicando a los
periodistas sobre el césped—. Yo no quiero eso. Odio la locura.
Su tono era enojado, acusatorio y me dolió tanto como me molestó.
—Ah, ¿y cómo es que salir contigo va a ser un día de campo?
Val se estremeció, así que traté de controlar mi temperamento. —
Quiero tener sexo contigo —admití—. Más que nada. —Ante su sorpresa,
la sostuve entre mis manos y se encogió de hombros con impotencia—.
Quiero llevarte a tu habitación ahora mismo y hacerle a tu cuerpo cosas
que te harán gritar mi nombre en éxtasis. Nunca he querido nada más en
toda mi vida. Odio no poder tocarte. Lo odio.
Val tiró para liberar sus manos y dio un paso atrás, un paso lejos de
mí. —Pero… —Sus ojos se posaron sobre la pulsera en mi muñeca—. Ya
estás absteniéndote. Renunciaste al sexo por tu cuenta.
—Renuncié al sexo ocasional —aclaré—. Renuncié al sexo con
extrañas. Me he abstenido porque no he tenido a nadie que me importara.
Ya no quiero que hacer el amor sea algo sin sentido. Pero si estoy en una
relación comprometida, eso cambia las cosas.
105 Me miró atónita.
—Lo siento, Val, pero resulta que pienso que la intimidad sexual es
una parte vital de una relación. Puedo admitir ahora que el sexo es
especial y que se debe esperar a que alguien te importe para estar con
ellos, pero nunca voy a entender por qué tienes que tener un sello de
matrimonio en primer lugar. Sin duda nunca estaré de acuerdo con eso.
Sigo pensando que haces una elección estúpida. Esperar al matrimonio no
tiene sentido.
Los ojos de Val se llenaron de lágrimas. No quería hacerle daño, pero
necesitaba ella saber cómo me sentía. Tenía que ser honesto. Yo iba a
luchar con esto, y ella necesitaba saberlo.
—Entonces, ¿qué haces aquí? —preguntó—. Si lo odias tanto y
piensas que estoy siendo una idiota, ¿por qué volver? ¿Por qué pedirme
estar en una relación?
Esa era la pregunta del momento, ¿no? —Porque tú lo vales.
Di un paso hacia ella de nuevo y cuando trató de retroceder, seguí
acercándome hasta que quedó arrinconada contra una pared. Volvió la
cabeza hacia otro lado, pero agarré su barbilla y la obligué a mirarme a los
ojos. Si alguna vez hubo una cosa que quería que ella entendiera, una
cosa que necesitaba que creyera, era esto.
—Estoy dispuesto a hacer el sacrificio, porque creo que tú lo vales.
No me va a gustar todo de ti y a ti no te va a gustar todo de mí, pero eso no
significa que no podamos hacer que esto funcione.
Val cerró los ojos contra más lágrimas. Por mucho que me odiara por
ser la causa de su tristeza, pensé que se veía hermosa con el enredo de
agua en sus pestañas. Una gota escapó y cayó por su mejilla, y la limpié
con mi pulgar.
—Tenemos algo especial —dije en voz baja—. Puedo sentirlo. Creo
que tú también puedes hacerlo. Así que voy a tomar lo malo con lo bueno y
pedirte que trates de hacer lo mismo. No puedo evitar la fama. No sólo es
mi trabajo, me encanta. Soy una puta en busca de atención. Eso lo sé. No
voy a negarlo. Te estoy pidiendo que lo aceptes. Sé que lo odias, pero es
tan parte de mí como lo de ser virgen es una parte de ti.
Val se tragó sus emociones y asintió. —Está bien. —La promesa salió
pequeña y estrangulada—. Tienes razón. No puedo esperar que tú hagas
todos los sacrificios. Voy a encontrar una manera de lidiar con la fama.
Un peso que no me había dado cuenta que estaba allí se elevó de mi
pecho y solté el suspiro que había estado conteniendo en mis pulmones. —
Gracias —le dije mientras presionaba un ligero beso en sus labios.
113 Esperó una respuesta pero no sabía que decir. Seguía imaginando
un planificado gigante día con la totalidad de su programación borrada y
reemplazada con la palabra “KYLE” en grandes letras mayúsculas.
Cuando no pude hablar, empezó a divagar. —Todavía habrá alguna
conferencia telefónica al azar y tengo algunas cosas de dama de honor
para la boda de Stephanie que voy a tener que…
La interrumpí con un beso. La mujer acababa de renunciar a su
trabajo por mí. La necesitaba en mis brazos. La atraje más cerca y la besé
hasta que ella se derritió. Me miró, su cara roja, con una sonrisa tímida. —
Así que, ¿está bien que viniera?
—¿Está bien que mi novia quiera pasar su verano en la misma
ciudad que yo? —Fingí pensar en ello—. Creo que voy a sobrevivir.
Su sonrisa se volvió más segura. —¿Y está bien si hoy comparto el
centro de atención contigo? Tantas personas se pusieron en contacto
conmigo después de esa aventura en frente de mi casa; pensé que hacer la
entrevista juntos ayudaría a responder muchas preguntas. Cuando Robin
se lo mencionó a tu gente, parecían muy emocionados.
—Primero se roba a mis fans, entonces quiere hacerse cargo de mi
entrevista —le dije, con un suspiro juguetón—. ¿Y dices que yo soy el
glotón por la atención?
Val rodó los ojos y no pude evitar besarla de nuevo. —Gracias por
venir.
***
118
14
V es por Vídeo
Traducido por BeaG
Corregido por Mel Cipriano
5 Juego de palabras con “key” que significa llave y nota musical en inglés.
—Hola, cariño. Podrías haber usado zapatos deportivos —me burlé—
. Hollywood generalmente mantenía el área de trabajo bastante casual.
Val pestañeó entre Cara y yo y luego inhaló. —Supongo.
Suspiré cuando su cara palideció. —Supongo que debería haberte
dado alguna advertencia, ¿verdad?
Val tragó en seco y su voz todavía fallaba un poco cuando dijo—:
Probablemente hubiera sido algo bueno.
—¿Ni siquiera le advertiste? —dijo Cara entre dientes.
—No pensé en ello.
—Idiota.
Le di una mala mirada a Cara y volví mi atención a Val. Era difícil
ver su rostro, porque los flashes habían comenzando a dispararse en mi
cara mientras un par de personas revoloteaban a nuestro alrededor,
probando el nuevo equipo de iluminación. —Lo siento —dije—. Estarán
listos aquí en un segundo, luego tendré algunos minutos para mostrarte el
set. ¿Suena bien?
Val asintió y dejó que el asistente la arrastrara hasta encontrar una
silla sin decir una sola palabra más. —Definitivamente te van a dejar —
123 murmuró Cara.
Antes de que pudiera responderle, el Director de Fotografía nos dijo
a Cara y a mí que podíamos levantarnos. Prácticamente la empujé de
encima mío y tenía a Val en mis brazos antes de que ella pudiera sentarse.
—Oye —dije, jalándola para darle un beso—. Estoy contento de que hayas
podido venir.
El beso que me dio fue amable y su sonrisa era un poco forzada. La
preocupación arrugó mi frente y la apreté más fuerte contra mí. —Lamento
mucho haber olvidado avisarte lo de hoy. Ni siquiera pensé en ello. Sólo
estaba emocionado porque vendrías. ¿Estás bien?
—Si, por supuesto —dijo.
No estaba seguro de creerle, pero ella trataba de ser valiente. No
tenía la intención de que pasara nada de esto, pero después de un
momento me di cuenta que era algo bueno. Desafortunadamente, esto era
parte de mi trabajo. No me pasaba tan seguido como a Cara, pero sí de vez
en cuando. Mientras más pronto Val estuviera expuesta a ello, menos le
molestaría. A Shane tampoco le gustaba mucho, pero trataba con ello.
—¿Segura que estás bien?
Asintió. —Estoy bien. Sólo fue una sorpresa.
—Bueno, déjame mostrarte algo entonces, para que no hayan más
sorpresas.
Enrosqué su mano con la mía y comencé a arrastrarla a través de la
habitación a un gran panel de corcho donde el artista del guión gráfico
había clavado los bocetos para cada escena del vídeo. Cada boceto tenía la
correspondiente línea de la letra de la canción debajo de ellos. Eran
bosquejos, pero eran suficientes para ayudar a visualizar el proyecto
entero, para saber cómo iba a funcionar todo junto.
—Cara está haciendo el papel de mi chica de fantasía —expliqué—.
La historia es que estoy soñando porque tengo que esperar, así que no
podemos estar juntos y me está volviendo loco. No la puedo tocar en la
vida real, por lo que me acecha en sueños. ¿Ves cómo despierto solo al
final?
Señalé los últimos bocetos y esperé por algún tipo de reacción de
parte de Val. Permaneció callada mientras miraba los dibujos y me moría
por saber lo que pensaba. La amaba, pero esta era su canción. Quería que
ella también la amara. Aunque había odiado “Verdadera lástima” tanto que
había temido ver el vídeo. Quería asegurarme de que eso no pasara de
nuevo. Había trabajado mucho para encontrar algo que pensara que ella
apreciaría cuando me senté con mi equipo y discutí los conceptos.
—Estoy muy emocionado al respecto —dije mientras ella continuaba
examinando la pizarra—. Es un rodaje de bajo perfil. Estaba feliz cuando
124 accedieron a un concepto más de acecho, casi misterioso y no sólo sobre el
sexo hasta el punto de lo ordinario como en un montón de vídeos
musicales. La canción es mucho más que quererla en la cama. Es más
profundo, sabes. Él trata de hacer lo que quiere ella, pero está luchando.
El vídeo se va a centrar en la lucha. Va a mostrar la emoción de la
canción.
Val finalmente alejó sus ojos de los pizarrones para encontrarse con
mi mirada, pero aun así no dijo nada. Era como si se hubiera quedado sin
palabras. Su frente estaba arrugada y mordía su labio inferior como si le
preocupara algo.
—Carlos es un gran director —le aseguré, adivinando su
preocupación—. He trabajado con él. Hablamos mucho de esta canción y
de lo que significa para mí. Lo entiende y eso saldrá en el producto final.
Se verá fantástico. Nada ordinario, lo prometo. Será sólo para mayores de
trece años.
Val tragó y luego forzó otra sonrisa.
—¿No te gusta? —dije tratando de no dejar que eso me decepcionara.
Sacudió la cabeza rápidamente y forzó más entusiasmo en su rostro.
—Me gusta —dijo—. Estoy segura de que será un vídeo estupendo.
—¿Entonces qué pasa? Algo va mal.
—Nada está mal. Lo prometo. Solamente esperaba… algo distinto.
Pensé que habría una banda y luces y máquinas de humo. Esperaba
mirarte cantar la canción tantas veces seguidas que estaría soñando con
eso por un mes.
Me reí y la jalé hacia mis brazos, aliviado de que ella sólo estuviera
decepcionada porque no me escucharía cantar. —Eso fue ayer, pero si
estás tan desesperada por escuchar la canción, llamaré a los chicos y los
haré venir a tocar para ti cuando hayamos terminado.
Por fin me dio una sonrisa genuina y se apoyó contra mí, dejando
que la sostuviera por un minuto. Dejó caer su mejilla en mi hombro y sus
manos se deslizaron alrededor de mi cintura. El momento en el que se dio
cuenta de que yo no usaba una camisa y de que ella tocaba mi piel
desnuda, se tensó. Pasó un latido y luego, lentamente, dejó que sus dedos
se deslizaran por mi espalda. El delicado toque me prendió en fuego,
encendiéndome de adentro hacia fuera.
Era una locura, el toque más simple de parte de Val me afectaba en
maneras que toda una legión de animadoras nunca podría lograr. Suprimí
un escalofrío y forcé a mis manos a comportarse. Aunque no pude evitar la
manera en cómo se apretó mi agarre a su alrededor y eventualmente
simplemente tuve que besarla.
125 Me regresó el besó con más entusiasmo del que había esperado y
tomó toda onza de autodominio para no tomarla en mis brazos y tirarla en
la cama de la habitación. Afortunadamente, Carlos nos interrumpió antes
de que eso pasara. —Esta debe ser la musa —dijo, reprimiendo una risa.
Con orgullo, empujé a Val hacia él. —La única. Estaba teniendo una
recarga de inspiración antes de empezar a filmar de nuevo.
Carlos se rió y señaló hacia una esquina de una habitación. —Eso
debe ser lo que Cara está haciendo también.
Val y yo seguimos su mirada donde Cara atacaba a Shane. —No —
me reí—. Esos sólo son Cara y Shane. Siempre son así.
La nariz de Carlos se arrugó y eso me hizo reír aún más. —Bueno —
dijo—. Te dejaré que los interrumpas. Estamos listos para comenzar de
nuevo. Estamos adelantados. El consejo general nos hará evitar el
almuerzo para que terminemos temprano. Creo que podremos terminar
para las tres.
—Suena bien para mí —miré a Val—. ¿Te molesta?
Ella sacudió la cabeza. —Sólo si no te importa que invite a Robin y
Alan a que nos acompañen para la cena. Llamó y dijo que Celebrity Gossip
le envió el borrador sobre nuestro artículo. Quería mostrárnoslo.
—Está bien —concordé.
—Le dejaré saber a los otros —se apresuró Carlos.
Val trató de caminar de nuevo a su silla, pero no la dejé escapar. —
Ya que estamos negociando —dije, trayéndola de nuevo a mis brazos—, iré
a cenar con todo el mundo si estás de acuerdo en irte conmigo después,
sólo nosotros dos.
Val pretendió pensar en ello. —Supongo que puedo hacer eso. Si de
verdad tengo que hacerlo.
Mi ansiedad se desvaneció con su burla. Si ella se burlaba, entonces
estaría bien. La apreté en mis brazos y me incliné para besarla en el punto
suave detrás de su oreja. —Oh, sí —susurré—, realmente debes hacerlo.
Cuando mis labios tocaron su piel, el calor recorrió mi cuerpo.
Arrastré mi boca por su cuello y hacia su mandíbula. Estaba a segundos
de hacer algo inapropiado, pero no podía controlarme. Todo dentro de mí
dolía con el deseo. Mi pecho se hizo pesado mientras luchaba por
mantener el aire en mis pulmones. Jalé el cuello de su camisa y besé su
clavícula.
—Kyle, detente —jadeó—. Estamos en público.
Puso las manos contra mi pecho. Creo que intentaba alejarme, pero
sus dedos se enroscaron contra mi piel, excitándome aún más. —Lo siento
—dije, apenas reprimiendo el gemido—. Las escenas calientes como esta
126 siempre me hacen acumular tensión.
Las manos se Val se tensaron en mi pecho. —¿Estás excitado?
Me reí entre dientes, bajo y gutural. —No soy el único. ¿Viste a
Cara? Al menos ella ha tenido una vía de escape todo el día. —La apreté
más contra mí—. He estado muriendo por estar contigo por horas. Más
tarde voy a necesitar ayuda para liberarme de esta tensión. Aunque,
definitivamente vamos a necesitar la regla de la cinta adhesiva, no hay
manera de que pueda mantener mis manos lejos de ti.
No podía mantenerlas lejos de ella ahora. En este momento vagaban
sobre todo lo que no me haría ser abofeteado. —Ahora que lo pienso, las
esposas puedan ser más seguras. No te preocupes, tengo un par que
puedes usar.
Aparentemente, la presioné demasiado con lo de las esposas porque
ella se desinfló en mis brazos. —Sólo apurémonos con esto y terminémoslo
—dijo, empujándome hacia el set.
Era algo bueno que lo hubiera hecho ella, porque yo no habría
tenido la fuerza de voluntad para lograrlo por mí mismo.
15
N es por Necesitado
Traducido por Miry GPE
Corregido por SammyD
142
17
H es por Hermanos
Traducido por CamShaaw
Corregido por LucindaMaddox
150 Agachó un poco la cabeza para ocultar sus sonrojadas mejillas. —No
tengo novia —murmuró.
—¿Qué? ¿Sin novia? —prácticamente grité y miré alrededor,
haciendo contacto visual con varias chicas lindas—. Bueno, vamos a tener
que arreglar eso, y pronto. ¿Vienes a mi fiesta del lanzamiento del disco?
—Uh… ¿Sí?
Echó un vistazo a la multitud y se sonrojó de nuevo. Debía haber
habido treinta o cuarenta chicos de pie en los alrededores escuchando
nuestra conversación y todos ahora miraban boquiabiertos a Brody en
estado de shock.
—Increíble. ¿Alguna persona que quieras añadir a la lista de
invitados? ¿Alguna estrella en particular que te gustaría conocer?
Brody me miró con unos ojos que parecían preguntar si yo hablaba
en serio. —Uh…
—Tengo acceso a la lista A, amigo. Toma ventaja.
—Um. —Pensó por un momento y dijo—: ¿Miley?
No pude evitar estallar en carcajadas. —Apuntando alto, ¿eh? Me
gusta. Siempre digo; ve a lo grande o vete a casa.
Me puse de pie y le tendí una mano para ayudarlo a levantarse. —
Miley ya respondió que sí —dije, mientras limpiaba un poco de hierba de
mis pantalones. Le quité la pelota de las manos—. Ella va a estar allí. Por
desgracia para ti, tu hermana me mataría si te pongo en contacto con ella.
Sin embargo, ¿cómo te sientes acerca de Bella Thorne? He oído que es un
amor.
El puchero de Brody se fundió en una sonrisa esperanzada. —¿Bella
Thorne? Diablos, sí.
—Hecho. —Sacudí la cabeza—. Y hablando de tu temerosa hermana
que sostiene una correa invisible en mi cuello, debemos ir a buscarla antes
de que me meta en problemas por abandonarla toda la noche.
151
18
S es por Sorpresas
Traducido por Jasiel Odair
Corregido por GusFuentes
***
6 Demonio que toma forma de mujer atractiva para seducir a los hombres.
—Te necesito —gruñí. Era tanto una advertencia como una
declaración—. Y en un par de segundos, voy a tomar lo que necesito a
menos que me detengas.
Finalmente reaccionó y volvió en sí. —Está bien —dijo, y salió de mi
regazo.
Se sentó en silencio —insegura— con las rodillas dobladas contra el
pecho y los brazos envueltos apretadamente alrededor de ellas mientras yo
trataba de recuperar un poco de control. Me tomó mucho tiempo. No me di
cuenta que se disgustó hasta que susurró—: Lo lamento. —Y oí el nudo en
su voz.
Me acosté y la arrastré conmigo. —No lo lamentes —le dije, la
acurruqué contra mí y envolví los brazos a su alrededor—. Yo no lo
lamento. No tienes idea de cuánto significa para mí lo que acabas de
hacer.
—De todas formas. Lamento no haber podido darte más.
Le besé la frente y enredé nuestros dedos en la cima de mi pecho. —
Esto es suficiente —prometí—. Esta noche fue suficiente. Duerme un poco,
Val. —Al final se relajó contra mí y cuando la apreté en otro abrazo,
susurré—: Te amo, Virgen Val Jensen.
182 Gimoteó y en repuesta susurró—: Yo también te amo, Kyle.
22
M es por matrimonio
Traducido por Vanessa Farrow
Corregido por Mire
184 —Quiero esto —le dije, apretándola, como si al sostenerla más fuerte
se asentaría el repentino cosquilleo en mi pecho—. Quiero despertar
contigo así cada mañana.
—Eso definitivamente no es una buena idea —rió Val—. Un poco de
tentación de vez en cuando es una cosa, pero no duraríamos una semana
si hiciéramos esto todos los días. Kyle, anoche casi no duramos.
—Entonces cásate conmigo.
Las palabras salieron de mi boca antes de que incluso me diera
cuenta de que se hallaban en mi cabeza. Ambos nos congelamos,
conmocionados. Val se sentó y me miró con los ojos muy abiertos,
tratando de averiguar si de verdad dije lo que acababa de decir. —¿Qué?
—preguntó.
Mi cerebro era un lío revuelto, pero cuando me senté allí tratando de
averiguar qué demonios sucedió, me di cuenta de que la sensación dentro
de mí, no era pánico. Era emoción. Quería esto.
—Cásate conmigo —le dije. Sonaba tan asombrado como lucía ella,
pero se sentía bien. Era lo correcto. Cuando volví a hablar, mi voz pasó de
sorprendida a insistente—. Sé mi esposa, Val. Sé la mujer que se despierta
en la cama conmigo cada mañana por el resto de nuestras vidas. Pelea
conmigo como lo hacen Robin y Alan. Hazme el amor. Ten a mis hijos. —
Sus ojos se abrieron tanto que me reí y le dije—: Tú sabes, con el tiempo,
algún día.
—Kyle… yo…. ¿hablas en serio?
No tenía intención de pedírselo, pero ahora que lo hice, si decía que
no, me mataría. —Odio admitirlo, pero he pasado por suficientes mujeres
para saber que no hay otra como tú por ahí. Eres la única, Val. Si me
aceptas, no habrá nadie más para mí.
Tardó una eternidad para decir algo. Esperé, con la respiración
contenida en mis pulmones por su respuesta.
—Pero estamos a punto de despedirnos —dijo, arrugando el ceño
con preocupación y su voz cayendo a un susurro—. ¿No te preocupa un
poco eso?
Lo temí durante todo el verano, pero ahora me sentía seguro. Sonreí.
—Val, ¿cuántas veces tengo que decirlo? Vale la pena esperarte.
No apreció la broma. —Lo digo en serio, Kyle.
—Yo también. Superaremos la separación. Son sólo un par de
meses mientras estoy de gira y puedes alcanzarme cada fin de semana, si
quieres. Programaremos largas pausas entre la gira por el país y los
diferentes tramos de la gira mundial, y puedo asegurarme de tener libres
todos los mismos días festivos que tú. Estarás tan ocupada con la
universidad que el tiempo pasará volando. —Dejé escapar un bufido y
185 añadí—: Además, estar separados por todo el compromiso podría ser la
única manera de hacer que llegues al altar siendo virgen.
Val me sorprendió con una risa. —Eso es definitivamente la verdad
—murmuró.
No sabía qué hacer con eso. ¿Eso fue un sí? Esperaba que fuera un
sí. Esperaba obtenerlo de ella, porque cuanto más hablaba de ello, más me
convencía de que esto estaba predestinado. Me sentía prácticamente
mareado cuando tomé sus manos entre las mías y le dije—: Val, si somos
capaces de sobrevivir a una relación sin sexo, somos lo suficientemente
fuertes como para sobrevivir a lo que nos lanza la vida. Te amo tanto.
Quiero que seas mía para siempre. Dime que te casarás conmigo.
Todavía dudaba, así que arqueé una ceja para hacerle saber que
hablaba en serio, cuando dije—: No me obligues a hacer algo drástico,
como pedírtelo en televisión en vivo, así tendrás que decir que sí. Porque
sabes que lo haré.
Dejó escapar un carcajada histérica y estalló en lágrimas cuando
lanzó los brazos alrededor de mí. —¡No! —exclamó y mi corazón dio un
vuelco hasta que dijo—: Absolutamente no hagas propuestas en televisión
en vivo. Te mataré. Esta propuesta fue perfecta y la única que necesitas
hacer.
Me aparté para poder mirarla a los ojos. —¿Eso es un sí?
Sonrió entre las lágrimas y volvió a reír. —Es un sí.
Empezó a decir algo más, pero hablar no era algo para lo que estaba
de humor por más tiempo. La pasión se apoderó de mí, y abrumado con
tanto amor por la mujer sentada delante de mí tuve que besarla justo en
ese segundo.
Planeaba nunca dejar de besarla, pero seguía arruinando el ánimo
por reírse bajo mis labios. Antes de que lo supiera, los dos nos reíamos
demasiado para mantener el ritmo de los besos. —Te gusto —me burlé de
ella, recordando una broma de hace siglos—. Te gusto un cien por ciento.
Volvió a reír y sacudió la cabeza. —Me gustas un ochenta y nueve
por ciento, como máximo. Pero te amo al cien por ciento.
Traté de actuar dolido, pero no podía borrar la sonrisa de mi cara. —
Bastante bueno.
Por un momento nos sentamos allí, sonriéndonos como idiotas. Val
cubrió un bostezo con la mano y se estiró. —Por favor, dime que tienes
café por aquí en alguna parte.
—Sí.
—¿Practicando? —Val rió disimuladamente.
Puse los ojos ante la broma cursi. Comprometernos nos había
186 convertido los cerebros en papilla. —Así que, señorita No Soy Una Persona
Mañanera, ¿qué te gustaría hacer hoy? —Tomé su mano y la besé—.
¿Quieres ir de compras para que pueda poner una piedra adecuada en
este dedo? Fue una mala manera pedirte que te cases conmigo antes de
que tuviera uno.
—Oye, no critiques mi propuesta accidental —dijo—. No fue una
mala manera. Fue perfecta. Tu corazón habló antes de que tu cerebro
pudiera detenerlo. En realidad, fue muy propio de ti.
Eso le valió otro beso. —La cafetera está en la cocina. El café debería
estar justo al lado. Por qué no lo pones a hacer mientras me visto y luego
te llevaré de compras. Te conseguiremos un cambio de ropa mientras
estamos afuera porque no quiero llevarte a casa.
—Suena como un plan.
Val sonrió y envolvió los brazos alrededor de mí. Después de que me
besara de nuevo, le dediqué una sonrisa maliciosa. —Voy a elegir tu ropa
interior.
Me golpeó juguetonamente en el brazo, pero me di cuenta de que
salió de la habitación y que no se negó a la idea.
***
Val se encontraba en la terraza con su taza de café cuando la
encontré. Estaba pie en la barandilla mirando hacia el océano, todavía
usando nada más que mi camisa de vestir. Me tomé un momento para
disfrutar de sus piernas kilométricas, pero eso sólo me hizo desesperarme
por tocarlas así que caminé detrás de ella e hice eso.
—Ya ves, esto está predestinado —le dije mientras pasaba las manos
sobre sus caderas y sus piernas—. Ya conoces la rutina. Bebo mi café aquí
cada mañana.
Se estremeció de nuevo y se recostó en mi pecho. —Es una vista
magnífica.
—Ha mejorado mucho en los últimos tiempos.
Me sonrió. —Déjame adivinar, ¿porque mi apariencia de recién
salida de la cama es sexy?
—Tú sabes que sí. Y sabes que tengo una debilidad por estas
piernas. Deberías usar nada más que esto de ahora en adelante —le dije,
haciendo que me besara de nuevo. Nunca me iba a cansar de besarla. Ni
siquiera esos piquitos rápidos. Dentro de cincuenta años, todavía iba
hacerla besarme cada vez que la viera.
Llevamos nuestras tazas humeantes al sofá del patio y nos
187 sentamos en silencio por un momento, simplemente disfrutando de la paz
entre nosotros. Val rompió el silencio primero. —Entonces —dijo—,
pensaba en toda esta cosa del matrimonio.
—¿Ya te acobardas? —bromeé—. Eres una gallina.
Sonreía, pero se mantenía pensando. Tenía algo en su mente y no
iba a dejarme hacerle perder la concentración. —¿Cuál es tu opinión sobre
las bodas?
Uy. La charla de la boda ya empezaba. Contuve un gemido y me
recordé que Val lo valía. —¿Qué quieres decir?
—¿Tienes alguna preferencia? ¿Grande, pequeña, destino... tema?
¿Tema? Me estremecí y la miré. —Yo quiero lo que quieras.
Soltó un bufido. —Hablaste como un verdadero hombre.
—No, hablé como un hombre que ha conocido un par de novias. Una
boda es para la mujer. Es tu día, Val. Podemos hacer lo que quieras.
Nos quedamos silenciosos de nuevo y lancé la mirada al océano
mientras trataba de averiguar qué tipo de boda le gustaría a ella. No
pensaba que estaría tan loca como Adrianna, pero después de ayer ver su
trabajo al público con mi mamá, podía ver una boda como un tipo de
evento de gran política en mi futuro con un destacado planificador de
bodas y mi mamá tomando todas las decisiones. Una tortura.
En el lado positivo, estaría de gira la mayor parte de la planificación,
así que esperaba que pueda dejarlas hacerse cargo y no tener que hacer
mucho.
Val me sacó de mis pensamientos de pesadilla. —¿Y si no quiero
una?
No sabía cómo responder. ¿Qué quiso decir? ¿Antes lo tomé el pelo,
pero en realidad daba marcha atrás? Mi pulso se aceleró ante la idea. —
¿Qué quieres decir? ¿No quieres casarte?
Cuando se rió, mi pecho se relajó.
—Quiero casarme contigo —dijo—, ¿pero, y si simplemente saltamos
la parte de la boda? ¿Estarías decepcionado?
¿Sin boda? ¿Sólo casarse? ¿Bromeaba? Tenía miedo de contestar. —
¿Es una pregunta con trampa? ¿Una especie de prueba de chica?
Volvió a reír y sacudió la cabeza. —No es una prueba. Sé lo mucho
que odias todas las cosas sofisticadas, que supongo incluyen las bodas.
Además, dijiste que querías despertar conmigo cada mañana y me parece
un buen plan. ¿Por qué no hacerlo realidad?
—Espera, ¿dices que deberíamos fugarnos? —No había forma en el
188 mundo de que en realidad quisiera decir eso. No soy tan afortunado.
Val se encogió de hombros. —¿Sabes lo que pasará si tú y yo
anunciamos nuestro compromiso? Será un completo circo mediático. La
gente nos seguiría todo el tiempo, queriendo cada detalle y juzgándonos
por las decisiones que tomamos. Probablemente nos pedirían que
hiciéramos un reality show de nuestra boda. Quiero que mi boda sea mía.
No quiero compartirla con el mundo entero.
En realidad, podía verlo completamente así. Y Val tenía razón. Ella
odiaría toda esa atención.
—Podríamos hacer algo pequeño —le dije—. No tienes que fugarte. Si
quieres que tu familia y amigos estén allí, estoy seguro de que podríamos
encontrar una manera de mantener todo privado.
Val sacudió la cabeza y tomó un sorbo de café. —Soy Virgen Val,
Kyle. ¿Sabes lo que significaría un matrimonio para el mundo? Significaría
que la virgen por fin tendrá sexo. La gente se volverá loca por eso. Incluso
si nos las arreglamos para mantener la boda privada, la gente estaría en
mi cara cada segundo hasta el día de la boda, preguntándome todo tipo de
cosas personales que no querría contestar. Y luego encontrarían una
manera de acecharnos después. Los paparazzi nos seguirían a nuestra
suite de hotel esa noche y acamparían en el vestíbulo con el fin de
conseguir la primera entrevista con la publicación sexual de La Virgen.
Suspiré, porque tenía razón. Me hubiera gustado decirle que
podríamos evitar que suceda eso, pero era sensato. Estuve tratando con
los paparazzi por demasiado tiempo para ser ingenuo acerca de lo que
eran capaces de hacer. No me sorprendería si alguien fuera capaz de
averiguar qué habitación era la nuestra y encontrar una manera de tomar
fotos de nosotros en el acto.
Val iba a estar bastante nerviosa en su noche de bodas. No
necesitaba añadir ese estrés. Quería que ella disfrutara de su primera vez,
sin temer que tuviera que enfrentarse al mundo por la mañana.
—No quiero eso —dijo—. No quiero que los medios de comunicación
arruinen la primera vez que nosotros hagamos el amor.
Mi cerebro se volvió completamente loco otra vez. Dijo “nosotros”.
Dijo la primera vez que “nosotros” hagamos el amor. Hablaba de nosotros
teniendo sexo y de repente no podía pensar en nada más. Todo lo que
podía hacer era sentarme allí e imaginar exactamente cómo sería.
—Sé que van a preguntar —dijo Val—. Sé que no puedo huir de la
prensa siempre. Soy Virgen Val. Tendré que hablar de ello por lo menos un
poco. Pero si nos casamos y no le decimos a nadie, podríamos mantenerlo
en secreto por una semana o dos. Podríamos darnos algo de tiempo para
disfrutarnos uno al otro antes de que comience el circo mediático.
Siguió hablando como si no se diera cuenta de que sermoneaba. Me
189 convenció desde el comentario “saltar la boda”.
Dejó su tasa en el suelo y se volvió hacia mí. Tomó mis manos entre
las suyas y me miró con tanta intensidad que podía sentirlo. —Cuando me
entregue a ti, quiero que seas la única persona en mi cabeza. Quiero ser
capaz de pensar en nada más que tú y yo. Olvidarme del mundo. Esto se
trata de nosotros. Puede que sea un modelo a seguir para muchas
personas, pero me guardé para ti, no para ellos. Me guardé por mí. Esto es
lo que quiero. Siempre y cuando estés de acuerdo con esto. También,
mientras que sea lo que quieras.
No creo que nunca haya llorado. Ni una sola vez en toda mi vida
adulta, que recuerde. Y no lloré ahora, pero esto era lo más cerca que
llegué de hacerlo. Mi garganta se sentía como si se hubiera cerrado, mis
ojos ardían y mi nariz hormigueaba. Era perfecta. Ella era absolutamente
perfecta y era mía. O lo sería, muy, muy pronto.
Cubrí el ataque emocional con una risa. —Val, me preguntas si
quiero evitar meses de crisis de centros de mesa, mi prometida convertida
en una noviazilla, mi madre transformándose en algo un millón de veces
peor y una fiesta en la que estaría obligado a llevar un esmoquin durante
todo el día, todo para que pueda tenerte para mí y no tener que compartir
con nadie. ¿Estás loca? Todavía estoy esperando el remate del chiste.
Val pensó por un minuto, buscando en mis ojos alguna insinuación
de que no me encontraba muy emocionado. No la encontró. Una vez que
por fin creyó que estaba a bordo, sus labios se curvaron en una sonrisa
malvada. Era la clase de mirada que yo le daba regularmente, pero nunca
la vi en su rostro y logró bombear mi sangre como un loco.
—Qué tal esto para el remate… —susurró, mojándose los labios
mientras su mirada se posaba en mi boca. La acción hizo que me olvidara
de respirar—. Cásate conmigo hoy y me volveré a quedar esta noche, sólo
que esta vez en lugar de pedirte que te detengas, te rogaré que no lo hagas.
Aspiré una bocanada de sorpresa y me ahogué con mi propia saliva.
La forma en que la agarré y la devoré en un beso era completamente
animal, tan primitiva como mi necesidad por ella. Mis manos encontraron
sus muslos, todavía maravillosamente desnudos y gemí.
—No lograremos llegar a Las Vegas —gruñí cuando la jalé a mi
regazo.
—Podemos hacerlo en la oficina del secretario del condado —jadeó
Val.
Eso sonaba mucho más cerca. Y más cerca era bueno. —Está bien.
Iremos allí. Ahora mismo.
—Es lunes por la mañana. Tienes ensayo en unas pocas horas.
—Me reportaré enfermo. Acabo de enfermarme de algo que tomará
190 por lo menos una semana de recuperación.
—No tengo nada que ponerme.
—Encontraremos un centro comercial en el camino. Y ahora, en
realidad puedo escoger las bragas.
23
¡S es por Sexo!
Traducido por Jasiel Odair
Corregido por Niki
197
24
A es por Anuncios
Traducido por Sofía Belikov
Corregido por Dannygonzal
Val y yo no dejamos la casa por cuatro días, pero la vida tenía que
198 seguir. Había preparaciones de la gira y ensayos que atender, un puñado
de presentaciones que hacer, champús de chicas y jabones que comprar,
porque Val odiaba “oler como hombre”, y teníamos familiares y amigos a
los que contarles las buenas noticias antes de que los medios lo
descubrieran y lo hicieran por nosotros.
Primero le dijimos a Cara, Shane y Robin. Cara gritó por diez
minutos y luego me golpeó por no invitarla. Cuando le eché la culpa de
todo el secretismo a Val, me golpeó de nuevo. No se calmó hasta que le
permitimos ver el vídeo de la boda. Extrañamente, aunque todo fue
bastante cómico, tanto Robin como Cara lloraron como nenas todo el
vídeo. (Los tres minutos de duración).
Después visitamos a los padres de Val, quienes lucieron
sorprendentemente aliviados. Habían sospechado que un compromiso se
acercaba y se sentían tan preocupados por una boda a nivel nacional como
ella. Tuve un mal comienzo con sus padres, pero comenzaron a aceptarme
lentamente después de que se dieron cuenta de que la respetaba lo
suficiente como para esperarla. Ahora sólo se sentían felices de verla tan
contenta.
Mis padres eran una historia totalmente distinta. Se molestaron,
pero Val suavizó las cosas prometiéndoles que iríamos a casa para Acción
de Gracias y preguntándole a mamá si le gustaría hacer nuestra recepción.
Ya que yo iba a estar ocupado en la gira y ella pegada a sus tareas, le dio a
mi madre el control total del evento. Era un gran error permitir que mi
madre estuviera a cargo, pero me quitó un peso de encima, así que
mantuve la boca cerrada y sufriría a través de la pesadilla de fiesta que de
seguro haría.
Después de eso, las únicas personas que nos faltaban por decirles
era el resto del mundo y sabía exactamente cómo quería hacerlo. Val
nunca habría estado de acuerdo, así que no se lo conté.
Volando Solo era el nombre de mi primer álbum como solista, y
desde que Val y yo nos casamos, había estado bromeando acerca de que
necesitaba cambiar el nombre, porque ya no iba a volver a volar solo.
La noche del primer concierto de la gira de Volando Solo, se sentía
bastante bien estar de regreso en el escenario, pero completamente irreal.
Me encontraba de regreso en el centro de Staples, el mismo estadio donde
comenzó la gira de S es por Sexo hace unos años y, una vez más, vibraba
de energía porque tenía una canción que cantarle a Val.
El concierto fue increíble. A la multitud le encantó el nuevo material
y parecía que se sentían tan felices de tenerme de regreso como yo amaba
estarlo. Además, entre cada canción podía mirar hacia un lado y ver a Val
sonriéndome desde los bastidores. Cara y ella estuvieron bailando y
cantando todo el tiempo, mientras Shane y yo rockeábamos con el
corazón. Era todo lo que alguna vez había deseado en mi vida.
199 A parte de la inminente recepción de la boda, era bueno ser yo.
Al final de la presentación, salí corriendo del escenario y abracé a
Val. Después de besarla, bajé la mirada hacia sus vaqueros y suspiré. —Lo
único que falta esta noche es Sassy.
“Sassy” era la minifalda asesina que había estado usando el día que
la vi por primera vez. También era la falda que usó la última vez que la
llevé al escenario conmigo. Se sentía mal que fuera a hacer de nuevo un
espectáculo de ella sin mi atractivo favorito —sus piernas— a la vista.
—Sé que es decepcionante —se burló—, pero estoy demasiado vieja
para estar corriendo por allí con una minifalda.
—Oh, difiero totalmente.
—Estoy segura de que sí. —Se rió y me besó en la mejilla—. Están
gritando tu nombre, estrella de rock. Es mejor que salgas allí para otra
canción.
Escuché a la multitud cantar y sonreí. En serio amaba ese sonido.
Con un último beso, me envió de nuevo al escenario, golpeándome en el
trasero mientras salía. Era tan impropio de ella que moría de risa cuando
me encontré con la audiencia de nuevo.
Una vez recuperé mi compostura, me giré y le sonreí a la multitud.
—Quiero agradecerles por estar aquí esta noche. Han pasado unos
cuantos años y es bueno estar de regreso.
La multitud concordó conmigo, rugiendo con sus aplausos. Esperé a
que se calmaran y dije—: ¿Cuántos de ustedes se encontraban aquí
conmigo hace cuatro años, para la gira de S es por Sexo?
Por como sonaba, estuvo la mayoría de ellos. Me sentí feliz por eso.
—Deben recordar que en ese entonces escribí una canción sobre una chica
y si no lo sabían, ¡lo he hecho de nuevo!
Los chillidos en respuesta sonaban tan animados que tuve que
reírme. —¿Les gusta la nueva canción? —De nuevo, se volvieron locos—. Sí
—dije tan pronto como pude—. A Val también le gusta. De hecho, creo que
ha estado esperando toda la noche para oírla.
Me giré hacia un lado del escenario y encontré lo que buscaba, a
quien buscaba. Me lanzó un beso y le hice señas con la mano. —Ven aquí,
Val. Ven a saludar a todos.
Me dio una mirada cortante, pero rápidamente se transformó en una
sonrisa poco entusiasta. Cuando entró al escenario y me tomó la mano, la
multitud se volvió completamente demente. Comenzaron a corear su
nombre justo como habían gritado el mío.
—¡Virgen Val! ¡Virgen Val! ¡Virgen Val!
—¿Ahora quién es la estrella de rock? —bromeé mientras le extendía
200 el micrófono—. Di hola, Val.
—Hola a todos.
Cuando el sencillo y educado saludo volvió a todos locos, Val se rió.
—¿Qué dices, Val? —pregunté cuando un tramoyista puso un
taburete para ella—. ¿Puedo cantarte una canción? ¿Por los viejos
tiempos?
Aunque no le gustaba ser el centro de atención, siempre había sido
buena con la multitud. Se alejó de mí y llevó un dedo a su barbilla,
fingiendo pensarlo, luego cogió el micrófono de mis manos. —¿Qué dicen,
señoritas? —le preguntó a la audiencia—. ¿Deberíamos permitirle
cantarnos una última vez? Suena como un sí —dijo cuándo cada mujer en
la audiencia gritó.
Extendí la mano para que me entregara el micrófono y me sonrió. —
¿Qué? —preguntó—. ¿Necesitas esto para cantar? —Se alejó de mí con
una sonrisa juguetona—. Entonces es mejor que vengas a buscarlo —dijo,
poniéndolo detrás de su espalda.
Estuve sobre ella tan rápido que la sorprendí. La empujé en mis
brazos y le planté un beso de película mientras le quitaba el micrófono de
las manos. La multitud se volvió loca y la música comenzó. No me alejé de
sus labios hasta el último segundo y casi me perdí la primera línea de la
canción.
Val permaneció en su taburete y me dejó cantarle con una sonrisa
secreta en su rostro que me hacía sentir feliz porque ninguno de nosotros
saliéramos hasta mañana. Sólo tenía unas cuantas horas más con ella
antes de que nos separáramos por una semana o dos en unos meses, y no
iba a desperdiciarlas.
Cuando la canción terminó, me incliné y luego bajé a Val de su
taburete para que también hiciera una reverencia. Permanecimos allí y
dejamos que la multitud chillara por un minuto, pero entonces ella
comenzó a salir del escenario. Puse una mano en su muñeca y la acerqué
a mí de nuevo. —¿Qué haces? —preguntó, confundida.
—Todavía no hemos terminado.
Val tenía esa mirada llena de pánico que tanto amaba, esa que ponía
cuando sabía que iba hacer una escena. —¿Qué vas a hacer?
Si alguna vez había habido una ocasión para sonreír con suficiencia,
era justo en ese momento. —Dijiste que nada de propuestas en vivo —le
dije—, pero no dijiste nada sobre anuncios en vivo.
Sus ojos se abrieron tan amplios como platillos y movió la cabeza. —
Kyle, no. Ahora no. Así no.
—Oh, sí —dije, ignorando sus protestas—. Hay un momento y un
201 lugar para todo, Val, y justo ahora, justo aquí, definitivamente es el
momento exacto para dejar que el mundo sepa la verdad.
Ignoré sus otras quejas y puse el micrófono en mi boca. —Oigan,
todos, oigan, ¿puedo pedirles silencio por un minuto? Tengo algo que
quiero decirles antes de que se vayan.
Era increíble cuán rápido podía callarse un estadio lleno de personas
y darme toda su atención. Con un último guiño en la dirección de Val, di el
anuncio que había estado muriendo por gritar a los cuatro vientos desde el
momento en que nos convertimos en marido y mujer.
—Hace cuatro años, comencé la gira de S es por Sexo en este mismo
estadio, y Val y yo nos reconciliamos aquí. —Estampé mi pie en el suelo
para darle énfasis—. Me tuvo de rodillas esa noche y parece que también
lo hará esta vez.
Caí sobre mis rodillas frente a ella y luego le sonreí a la multitud. —
Bueno —dije—, quizás esta vez sólo necesito estar sobre una rodilla.
Cuando ajusté mi posición para así encontrarme en una rodilla por
Val, la multitud pensó que iba a proponerle matrimonio y enloquecieron
completamente. Gritaron y chillaron tan fuerte que tembló todo el edificio.
Tuve que esperar tanto tiempo a que se calmaran que mi rodilla comenzó a
doler. —Val —dije una vez que las personas pudieron oírme de nuevo—,
hay algo que me gustaría preguntarte.
Eso, por supuesto, envió a volar a la multitud de nuevo y tuve que
esperar otro rato. Lo que era bueno, sin embargo, porque disfrutaba
mucho la mirada confundida en su rostro. No podía imaginarse a dónde
quería llegar con esto.
—¿Val? —dije de nuevo cuando me cansé de esperar por la multitud.
Se callaron al segundo en que comencé a hablar—. Lo que quiero
preguntarte es… —Me detuve y todo el estadio tomó una respiración
colectiva mientras esperaban el resto. Sonreí de nuevo. Esto iba a ser
divertido—. ¿Podemos decirle ya al mundo que nos casamos la semana
pasada? Estoy cansado de esperar para presumir a mi esposa.
Tomó un segundo para que lo entendiera la multitud. Hubo un
momento de silencio y luego miles de jadeos, y finalmente una erupción de
chillidos que hicieron temblar a todo Los Ángeles. Me puse de pie, besé la
mano de Val y luego la empujé hacia la audiencia. —¡Déjenme presentarles
a mi esposa, la señora Valerie Hamilton!
Lo grité tan fuerte como pude. Creo que podría haber estado más
emocionado que la multitud. —Le pedí que se casara conmigo la semana
pasada, y me metió a un coche y me llevó al juzgado. La mujer no podía
esperar para poner finalmente sus manos en mí —le conté a la multitud,
ganándome una mirada en blanco de Val. Le guiñé.
202 Ella había estado preocupada por lo del sexo, así que me imaginé
que también podría quitarle ese peso de encima ahora y en nuestros
propios términos. —No hace falta decir que la Virgen Val Jensen ya no es
virgen. Me aseguré de eso. Muchas, muchas veces.
La multitud silbó, gritó y chilló mientras ella se sonrojaba y me
golpeaba en el brazo. Pero se reía conmigo, siendo tan buena chica como
siempre.
—Así que, ahora que finalmente lo hemos hecho, sólo queda una
cosa por hacer. —Extendí la mano y curvé mis dedos en un gesto que
decía “dámelo”—. Entrégamelo. Me lo he ganado.
Val sabía de lo que hablaba. Sacudió la cabeza y se rió mientras
desabrochaba el infame collar de su cuello. —Sí, supongo que te lo
mereces —dijo en el micrófono mientras ponía la cadena con esa pequeña
V de oro blanco en mi mano. En un tono seco, añadió—: Muchas, muchas,
muchas veces.
Esa vez, me reí junto a la multitud. Desabroché mi brazalete y lo
extendí frente a mí. —Definitivamente, ya no necesito esto. Sé que es tuyo,
pero ha sido un buen amuleto de la suerte para mí, así que voy a
quedármelo. Como sea, te compré algo para reemplazar tu collar. —Puse
mi brazalete en mi bolsillo y saqué el collar que había llevado para
reemplazar la V de Val. Era de oro blanco justo como su antiguo collar,
pero en lugar de una V, tenía una pequeña y brillante K colgando de él.
Se lo extendí y observé brillar los ojos de Val. Supuse que había
acertado. Se mordió el labio inferior mientras me estiraba para ponerlo en
su cuello y luego pasó las manos por el dije cuando cayó en su pecho. —Es
hermoso —dijo en el micrófono—, pero, ¿por qué la K?
La multitud se rió y la empujé contra mí. —Bésame7 —dije.
No me sentía seguro de si era la respuesta a su pregunta o
simplemente una orden, pero de todas formas, dijo—: Bien. —Y deslizó los
brazos alrededor de mi cuello.
Todavía me sentía emocionado por la presentación y ese beso iba a
enviarme por el borde. Era hora de terminar ese show y ocuparme de
disfrutar el resto de mi noche. —¡Creo que necesitamos terminar con un
estallido esta noche! —le grité a la multitud tan pronto como rompí
nuestro beso—. ¡Shane! ¡Tenemos que hacerlo, hermano! ¡Cuenta!
Miré a Shane y me dio una gran sonrisa, gritando—: ¡Un! ¡Dos! ¡Un,
dos, tres, cuatro!
Fin
7En inglés “Kiss me”.
Sobre la autora
Kelly Oram escribió su primera novela a los
quince años, un fan-fiction sobre su grupo de
música favorito, The Backstreet Boys, sus
familiares y amigos todavía se burlan de ella.
Está obsesionada con la lectura, habla
demasiado y le gusta comer glaseado a
cucharadas. Vive en las fuera de Phoenix,
Arizona con su esposo y cuatro hijos. Más
información en www.kellyoram.com o síguela en
Twitter.
www.twitter.com/kellyoram
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