Tepantitla
Tepantitla
Tepantitla
ISSN: 1405-7778
[email protected]
Escuela Nacional de Antropología e Historia
México
Paulinyi, Zoltán
La Diosa de Tepantitla en Teotihuacan: una nueva interpretación
Cuicuilco, vol. 14, núm. 41, septiembre-diciembre, 2007, pp. 243-272
Escuela Nacional de Antropología e Historia
Distrito Federal, México
Zoltán Paulinyi
Departamento de Teoría del Arte-Universidad de Chile
RESUMEN: Se presentan evidencias en favor de que la deidad en el mural de Tepantitla podría corresponder
a una diosa del agua o a la diosa del agua teotihuacana, aparentemente vinculada al Dios de la Lluvia,
aunque de menor importancia que éste. En el mural de Tepantitla no sólo puede observarse a la diosa en
cuestión, sino además debajo de ella se aprecia el emblema del Dios de la Lluvia en un marco que podemos
identificar como la cueva de la plataforma-montaña. En el arte teotihuacano tanto esta diosa como el Dios
de la Lluvia aparecen como árboles cósmicos, al igual que Tláloc varios siglos más tarde. La Diosa de
Tepantitla, pese a que según su naturaleza pertenece al universo acuático, en su papel de árbol cósmico
parece encarnar la oposición interna agua-fuego de éste, exhibiendo además símbolos de fuego. También
las cuatro trompetas de caracol ubicadas bajo el árbol cósmico de Tepantitla corresponden a los símbolos
acuáticos de las direcciones cardinales, lo cual convierte a dicho árbol en el centro del universo.
ABSTRACT: Evidence suggests that the deity on the mural of Tepantitla is a water goddess or the
Teotihuacan water goddess, apparently connected with the Rain God, although of less importance than
the latter. In the Tepantitla mural itself not only this goddess can be seen, also below her, the emblem of
the Rain god appears within a frame identifiable as the cave of the platform-mountain. In Teotihuacan
art this goddess appears, as does the Rain God, as the cosmic tree, just as does Tlaloc several centuries
later. The Goddess of Tepantitla, although by nature belonging to the aquatic universe, in her role as
cosmic tree appears to embody the same internal water-fire opposition we find in the cosmic tree, both
exhibiting fire symbols. Evidence also suggests that the four conch shell trumpets below the cosmic tree
of Tepantitla correspond to the aquatic symbols for the cardinal directions, which transforms this tree in
the center of the universe.
PALABRAS CLAVE: Teotihuacan, iconografía, Tepantitla, diosa del agua, axis mundi, Pirámide de la Luna
KEY WORDS: Teotihuacan, iconography, Tepantitla, water goddess, axis mundi, Pyramid of the Moon
* Agradecimientos. El artículo es resultado del Proyecto núm. 1020764 del Fondo Nacional
de Investigación Científica y Tecnológica (fondecyt), cuyo investigador responsable fue el
autor. Agradezco respectivamente a George L. Cowgill, Leonardo López Luján, Elisa C.
Mandell y María Elena Ruiz Gallut su generosidad para compartir conmigo sus respectivos
manuscritos inéditos, y a Helena Horta las correcciones estilísticas al texto original.
EL GÉNERO DE LA DEIDAD
Esta deidad, quien fuese el punto de partida para crear el conglomerado llama-
do “Gran Diosa”, en realidad expone una ocurrencia reducida entre las obras
conocidas del arte teotihuacano: aparece tres veces en total, en los murales de los
conjuntos habitacionales teotihuacanos en Tepantitla (figuras 1A y 1B) y Tetitla
(Figura 2) así como en un relieve descubierto en el conjunto Plaza Oeste de la
Calle de los Muertos (Figura 3). Sin embargo, aunque sólo se trata de tres imá-
genes, la complejidad de cada una, sobre todo la de Tepantitla, ofrece un amplio
espacio para el estudio iconográfico. Puesto que la imagen más representativa de
la deidad se encuentra en este lugar, la llamaré Diosa de Tepantitla. No obstante,
de inmediato surgen dos preguntas pendientes: ¿realmente es una diosa?, ¿la
deidad representada en el relieve es la misma en ambos murales?
1
Mi trabajo se centró casi por completo en refutar la idea de la “Gran Diosa”. Debido a su
extensión y la complejidad de la argumentación, tengo que remitir al lector al trabajo men-
cionado para evaluar los argumentos en pro y contra de este tema.
LA DIOSA DE TEPANTITLA EN TEOTIHUACAN: UNA NUEVA INTERPRETACIÓN 245
FIGURA 1A
El mural de la diosa en Tepantitla, Teotihuacan
Cuicuilco volumen 14, número 41, septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
FIGURA 1B
El mural de la diosa en Tepantitla, Teotihuacan
FIGURA 2
La Diosa de Tepantitla en un mural de Tetitla, Teotihuacan
FIGURA 3
La Diosa de Tepantitla en un relieve del Conjunto Plaza Oeste
en la Calle de los Muertos, Teotihuacan
Cuicuilco volumen 14, número 41, septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
torno al género de sus dueños (Figura 4). Este tipo de orejera —con un colgante
en forma de trapecio y emplumado en el borde inferior— es un elemento ex-
clusivo en las representaciones de mujeres.2 Además, una imagen demuestra que
el vestido de los acompañantes de la deidad es femenino: en una vasija pintada
hay una persona con un quechquemitl y luce esta orejera en conjunto con la misma
prenda larga que exhiben nuestras ofrendantes (Figura 5). Más tarde, en la época
de la Conquista española esta vestimenta con traslape correspondió a un tipo de
representación de la falda femenina (cueitl) en el Altiplano Central de México
[Anawalt, 1990:33-35 (ejemplo 2q, figura 23, ejemplo 4n)]. En consecuencia, las
figuras que acompañan a la Diosa de Tepantitla deben ser mujeres. Como estas
ofrendantes portan el mismo tocado que la deidad de Tepantitla, así como sus
pulseras y collar con varias hileras de cuentas esféricas, es razonable suponer que
la deidad también tenga un carácter femenino: en la representación estaríamos
frente a una diosa y sus sacerdotisas, aunque tampoco se puede excluir la posi-
bilidad de que sean sacerdotes vestidos de mujeres.
2
Varios personajes femeninos —vestidos de quechquemitl— lucen este tipo de orejera. Así son
las ofrendantes de los murales en La Ventilla [De la Fuente, 1995:Figura 17.20], imágenes
frontales y en perfil de vasijas pintadas [Séjourné, 1959:Figura 171; Von Winning, 1968:Figu-
ra 212; Conides, 2001:Items 4, 101, 115], y una figurilla [Séjourné, 1959:Figura 58c].
248 ZOLTÁN PAULINYI
FIGURA 4
Ofrendante del mural de Tepantitla
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FIGURA 5
Personaje femenino en una vasija estucada
En cuanto a la deidad del relieve en la Calle de los Muertos (Figura 3), Pasztory
[1988:73] señaló que se trataba de una imagen de la “Gran Diosa”, sin embargo
Cowgill [1997:149-151; 2005] ha expresado dudas al respecto. A mi juicio, podría
ser una representación de la Diosa de Tepantitla, pues muestra un conjunto de
atributos claves que aparecen en sus respectivas representaciones de Tepantitla y
Tetitla: luce la misma nariguera con colmillos, exhibe el mismo tocado ancho con
dos elementos diagnósticos observados en las otras dos imágenes de la diosa: la
cabeza frontal de pájaro (en este caso dos cabezas) y el motivo central semioval
(que aparece tanto en Tetitla y en Tepantitla, aunque en posición invertida) (figu-
ras 1 y 2). También porta las pulseras dobles que vemos en Tepantitla y el collar
con varias hileras de cuentas: estas joyas frecuentemente caracterizan a personajes
femeninos en el arte teotihuacano. Por otra parte, la representación del relieve tam-
bién presenta atributos particulares que no aparecen en las otras dos imágenes. Es
el caso de las flores de cuatro pétalos y las dos cabezas de felino o de cánido en el
tocado y los cetros sostenidos por sus manos, compuestos por varios motivos.
Cuicuilco volumen 14, número 41, septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
cual surge hacia arriba una plataforma-montaña (Figura 1). A su vez, de ella
emerge la figura de la diosa, rodeada por sus ofrendantes y plantas que crecen en
el agua, mientras que sobre su cabeza se yergue una gran copa de árbol. El borde-
marco del mural está cubierto por figuras del Dios de la Lluvia intercaladas y
sobrepuestas a franjas de agua entrelazadas. La figura de la diosa primero fue con-
siderada representación del Dios de la Lluvia [Armillas, 1945:36-51; Caso, 1942,
1966:252-259]. Pese a ser errónea, esta opinión no surgió por azar: la deidad de
Tepantitla aparece efectivamente con numerosos motivos acuáticos. Luego, tanto
Kubler [1967:7, 10] como Furst [1974:193-198] la consideraron una diosa vincula-
da al agua y la lluvia. Sin embargo, la opinión de ambos autores sólo se basó en
la percepción general del mural, sin un estudio más detallado, el cual sí fue rea-
lizado posteriormente mediante la exhaustiva monografía de Pasztory sobre los mu-
rales de Tepantitla [1976:127-145, 161-174]. Aunque Pasztory advierte que dicho
mural es la representación acuática de mayor riqueza en todo el arte teotihuaca-
no, en su análisis final —cuando procede a interpretar a la deidad— los atributos
acuáticos quedan en segundo plano. Por mi parte, en cambio, retomaré la pista
descubierta hace tiempo por Kubler y Furst. Las observaciones que presentaré
a continuación favorecen la idea de una diosa acuática, relacionada estrechamente
con el Dios de la Lluvia.
Antes que nada, es necesario destacar que la representación de la diosa en
Tepantitla aparece como dadora del agua: por una parte, esparce enormes gotas
250 ZOLTÁN PAULINYI
con las manos; por otra, de su boca salen dos espirales dobles que se asemejan a
las olas y están cubiertas por símbolos de agua en forma de media estrella. Su fi-
gura parece reinar sobre las olas. Es importante destacar que, aparte de la diosa,
el Dios de la Lluvia es la única deidad en el arte teotihuacano que esparce gotas
de agua con las manos.
La diosa porta una nariguera con tres o más colmillos, incluso la cabeza de
pájaro que aparece en el centro de su tocado, en los murales de Tetitla, tiene
una versión de la misma nariguera (figuras 1 y 2). Ésta también dirige nuestra
atención hacia la semejanza que muestra con la dentadura característica del Dios
de la Lluvia. En sus trabajos tempranos, Pasztory [1976:173, 1973:158] consideró
acertadamente el uso de dicha nariguera como una referencia al Dios de la Llu-
via. Ahora bien, más allá de la semejanza general entre ambas, hay que precisar
que los colmillos de la nariguera corresponden exactamente a una versión de la
dentadura del Dios de la Lluvia, que podemos apreciar en los murales de Atetel-
co (Figura 6) y de la Zona 3 de Teotihuacan [Miller, 1973:Figura 85]. Por lo tanto,
es razonable suponer que este tipo de nariguera podría imitar la dentadura de
dicho dios.3
FIGURA 6
Cara del Dios de la Lluvia, detalle de mural, Atetelco, Teotihuacan
Cuicuilco volumen 14, número 41 septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
3
Taube [1983:109-110 Figura 7], a su vez, planteó la idea de que la nariguera representaba
la boca de una araña, sin embargo, en el arte teotihuacano no se han encontrado arácnidos
con boca semejante.
LA DIOSA DE TEPANTITLA EN TEOTIHUACAN: UNA NUEVA INTERPRETACIÓN 251
FIGURA 7
Personaje portando la nariguera con colmillos,
detalle de mural, Atetelco
Cuicuilco volumen 14, número 41, septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
la Lluvia también emerge de una vasija de agua (Figura 8), esto califica a ambos
dioses como seres acuáticos. Más adelante veremos que la vasija ubicada en el
mural de Tepantitla en posición invertida representa claramente el labio superior
(la bigotera) del Dios de la Lluvia. Observando la vasija de la diosa en Tetitla se
descubre un nuevo punto de contacto entre las dos deidades. La parte central de la
vasija donde aparece la diosa se encuentra cubierta por un motivo de significado
desconocido, denominado “objeto E” por James Langley [1986:313]. A su vez, el
Dios de la Lluvia e imágenes relacionadas con él pueden aparecer con el motivo
no menos enigmático “objeto F” [ibid.], muy semejante al “objeto E” o tal vez una
variante suya [Matos, 1990:Figura 120; Paulinyi, 2001:21 y s.].
El mural de Tetitla también cuenta con otros símbolos y motivos de agua.
Por ejemplo, de las manos de la diosa brotan franjas de agua orladas por olas
estilizadas, que esparcen pequeños objetos preciosos de piedra verde. En su ves-
timenta hay quincunces, símbolo que probablemente representa el centro y las
cuatro direcciones de la tierra, y forma la parte central en el emblema del Dios de
la Lluvia. Asimismo, podemos observar hileras compuestas por círculos y óva-
los alargados que se alternan; estos últimos aparecen asociados al mismo dios
[Miller, 1973:Figura 85]. En el marco del mural se aprecia una larga secuencia de
conchas marinas emplumadas.
La existencia de dos imágenes transicionales que unen los atributos de la
diosa y el Dios de la Lluvia es otro indicio de la cercanía evidenciada entre ambos.
LA DIOSA DE TEPANTITLA EN TEOTIHUACAN: UNA NUEVA INTERPRETACIÓN 253
FIGURA 8
El Dios de la Lluvia en la vasija de agua
Cuicuilco volumen 14, número 41, septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
Fuente: Cortesía de Rubén Cabrera Castro
FIGURA 9
La plataforma-cerro de la Diosa de Tepantitla
Cuicuilco volumen 14, número 41, septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
Fuente: Kubler, [1967:5 detalle]
dios tiene tres o más círculos sobre la bigotera, bajo la cual acostumbra figurar
un quincunce, pero éste puede ser reemplazado por otro motivo [Winning, 1987,
ii:65 y 66, y Figura 4f] o en su forma más sencilla el emblema sólo puede tener los
círculos y la bigotera (figuras 10A y B) [Langley, 1986:Figura 26a; Winning, 1987,
ii: Los Glifos, cap. i:Figura 5]. En el caso de nuestro mural falta el quincunce:
podemos observar los tres círculos ubicados sobre la bigotera, de la cual nace la
franja vertical con semillas y gotas de agua. Se trata de una ambivalencia visual,
la bigotera del dios es simultáneamente un contenedor invertido, el cual consti-
tuye la fuente de la existencia humana: semillas y agua.
Según esto, bajo el motivo-arco ya mencionado nos encontramos con el em-
blema del Dios de la Lluvia. En cuanto a la cueva propuesta por Pasztory, debe-
mos hacer notar que en el arte teotihuacano no se ha identificado con claridad
ninguna representación de cueva. Pese a ello, creo que efectivamente hay aquí
una cueva, pero diferente a la versión planteada por dicha autora. El motivo-
arco, considerado por Pasztory como el borde exterior, aparece con frecuencia
en el arte teotihuacano: ha sido interpretado por Conides [2001:148-153] como
un portal del mundo terrenal o un portal que une los ámbitos humano y divino.
Como en nuestro caso el motivo-arco se encuentra en el interior de la plataforma-
256 ZOLTÁN PAULINYI
cerro, y a la vez el emblema del Dios de la Lluvia, señor del inframundo acuáti-
co, está debajo de él, el motivo en cuestión debe poseer el significado de cueva o
portal del inframundo.
FIGURA 10A
El emblema del Dios de la Lluvia; versión completa
Cuicuilco volumen 14, número 41 septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
FIGURA 10B.
El emblema del Dios de la Lluvia; versión abreviada
FIGURA 11
Imagen frontal del Dios de la Lluvia, Tepantitla
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ra, el árbol de Tepantitla tiene dos troncos helicoidales, cuyas ramas presentan
símbolos ígneos (a la izquierda, flores de cuatro pétalos) o acuáticos (a la derecha
anillos de jade, conchas marinas y otros). También, supone este autor, ha sido
representado el ascenso/descenso, mediante mariposas que suben por el tronco
frío y arañas que bajan por el otro.
¿Cómo es la relación entre la diosa y la copa de árbol que se yergue sobre
ella? Caso [1942:134], quien publicó el mural, menciona dos árboles que brotan
del tocado de la deidad. Sin embargo, posteriormente los autores en general han
supuesto que la diosa está delante del árbol [López Austin, 1994:228; Pasztory,
1976:62-63; Taube, 1983:107]. Más recientemente, Schele [1996:110-112] consideró
que en el mural podemos observar una deidad como árbol cósmico, partiendo de
observaciones hechas en el arte olmeca y maya, donde existen representaciones
semejantes. En mi opinión, tanto el acercamiento de Caso como el de Schele son
correctos. En realidad, bajo la copa del árbol no hay tronco que la sostenga: la
diosa juega el rol de tronco. Es probable nos encontremos frente a una nueva ima-
gen ambivalente en el arte teotihuacano, siendo diosa y tronco de árbol al mismo
tiempo. A su vez, la plataforma-cerro, con el emblema del Dios de la Lluvia en la
cueva, confluye con el busto de la diosa, como si fuera la parte inferior de su cuerpo.
La plataforma-montaña con dicho emblema, la diosa y la copa de árbol, fusiona-
dos entre sí, forman un eje vertical que difícilmente puede ser otra cosa que el
LA DIOSA DE TEPANTITLA EN TEOTIHUACAN: UNA NUEVA INTERPRETACIÓN 259
Cuicuilco volumen 14, número 41, septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
interés que en la tradición religiosa nahua del Altiplano Central aparezcan ju-
gando este rol los cuatro tlaloque o dioses de la lluvia de las direcciones cardi-
nales [López Austin, 1994:178-180]. Si estoy en lo correcto cuando afirmo que el
Dios de la Lluvia —cuya continuidad esencial con el Tláloc azteca está fuera de
toda duda— asumió el papel del árbol cósmico, entonces podemos suponer que
el concepto tlaloque-postes cósmicos de la tradición nahua podría tener sus raíces
en Teotihuacan.
Aunque ambos dioses son deidades independientes, aparecen al mismo
tiempo como dos caras diferentes (masculina y femenina) de lo acuático, y a la
vez como dos caras distintas del árbol cósmico. El Dios de la Lluvia es el señor
del mundo acuático —también la deidad principal del panteón y el dios tutelar
del estado teotihuacano— y la diosa a su vez —aunque de importancia infe-
rior— puede ser su contraparte femenina o una de sus contrapartes femeninas.
Entre los atributos de la diosa no figuran los símbolos del rayo y la lluvia; en
Tepantitla ésta aparece reinando sobre olas de agua. En la posterior tradición na-
hua existe una pareja de deidades que parece ser semejante: Tláloc, el Dios de la
Lluvia y de todas las aguas y Chalchiuhtlicue, la diosa de los lagos, ríos y fuentes,
son quienes gobiernan en Tlalocan, en los dominios de Tláloc.
Como mencioné anteriormente, en el mural de Tepantitla la diosa —pese a
su esencia acuática— exhibe una franja de fuego, cuyos rombos corresponden
a sus ojos; franjas semejantes también aparecen en su tocado. Como argumenté
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FIGURA 12
Dios de la Lluvia con árbol sobre su tocado
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¿Cómo debemos entender esta oposición interna de cada deidad? Antes que
nada, la dualidad acuática-ígnea se observa en la propia copa de árbol cósmi-
co en Tepantitla. Séjourné [1957:115-118] advirtió por primera vez la dualidad
agua-fuego de la diosa que en aquel entonces era considerada como Tláloc, tam-
bién se dio cuenta que uno de los troncos entrelazados en dicho árbol presentaba
carácter acuático; y el otro, en cambio, ígneo; concluyó que ambas dualidades
eran análogas. Después López Austin [1994:229], en cuya interpretación sobre el
árbol —ya vista en líneas anteriores— la oposición dinámica entre agua y fuego
es esencial, ha considerado que la deidad (de cuya identificación más precisa se
abstiene) y el árbol encarnan la misma oposición agua-fuego. Nuestra conclu-
sión anterior es que la diosa es el árbol cósmico. Tanto el tronco acuático como
el ígneo nacen de su tocado. Por ello, la diosa puede exhibir atributos de agua y
fuego al mismo tiempo, pero, independientemente de su papel de árbol cósmico
sigue siendo una deidad del agua.
Cuicuilco volumen 14, número 41, septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
dad son trompetas de caracol marino con boquilla, están dispuestos de manera
simétrica en dos pares. Los dos caracoles interiores tocan las esquinas de la fran-
ja ancha que sale de la bigotera del emblema del Dios de la Lluvia (figuras 1 y 9);
los dos exteriores, en cambio, ya no están bajo la plataforma-cerro. Cada par se
ubica en posición diagonal, con las puntas orientadas en direcciones opuestas.
Las grandes olas de agua, que ondulan desde el centro hacia los extremos del
mural, parten precisamente de las cuatro trompetas de caracol: las primeras dos
olas de cada lado surgen del interior de las trompetas. En consecuencia, éstas
constituyen la fuente de la impresionante masa de agua en el mural. Por otro
lado, sólo estas cuatro olas exhiben en sus contornos conjuntos de tres pequeños
cuadrados, los cuales suelen caracterizar en el arte teotihuacano las espirales de
voz. Así, las olas parecen ser de agua y al mismo tiempo, de sonido. Quizá esto
alude a que las de agua nacen con el sonido y soplo emitido por las trompetas.
La asociación del Dios de la Lluvia— mediante su emblema— con las trom-
petas de caracol en el mural de Tepantitla se repite en otros casos. En el Palacio
de los Jaguares pueden observarse representaciones de estos animales ricamente
ataviadas haciendo sonar estas trompetas, de las cuales emergen espirales de
sonido y caen gotas en forma de lluvia, mientras que en el marco de este mismo
mural se aprecian caras frontales del Dios de la Lluvia [en Miller, 1973:Figura
26]. En Tetitla aparece este mismo dios entre dos trompetas de caracol simétrica-
mente dispuestas de manera semejante a como ocurre en Tepantitla; de dichas
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FIGURA 13
El Dios de la Lluvia con trompetas de caracol en un mural
de Tetitla
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Conjunto Plaza Oeste.
FIGURA 14
La escultura femenina de la Ofrenda-entierro 2
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FIGURA 15A
La Ofrenda-entierro 2 de la Pirámide de la
Luna. Plano de la Ofrenda-entierro
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FIGURA 15B
La Ofrenda-entierro 2 de la Pirámide de la Luna. La escultura
femenina erguida en el centro de la Ofrenda-entierro
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nueve direcciones indicadas por las hojas de obsidiana (probablemente imáge-
nes de bastones-rayos) podrían corresponder a las nueve direcciones de la tierra.
Además, una escultura secundaria de la ofrenda principal, que muestra a un
personaje desnudo de sexo indefinido, también fue puesta sobre nueve hojas
de obsidiana. Destaquemos aquí que tal vez tanto las cinco direcciones como
las nueve del mundo se expresan mediante la iconografía del Dios de la Lluvia,
usando sus dos insignias más destacadas: las vasijas Tláloc y los bastones-rayos. Es
interesante que la importante Estructura A, al pie de la escalera en la Pirámide de
la Luna, representa a la tierra y sus nueve direcciones, como un gran conjunto
de altares correspondientes a cada una de dichas orientaciones [Cabrera Castro,
2002:206 y s]. El plano de la Estructura A es un argumento fuerte en favor de
que mis observaciones referidas al simbolismo de las nueve direcciones en las
ofrendas-entierros tienen validez.
¿Cómo debemos interpretar el núcleo de la ofrenda principal, vale decir, el
conjunto formado por el personaje femenino, el espejo y las nueve hojas de ob-
sidiana? Primero, reiterar que el papel de la escultura femenina como elemento
central de la superficie de la tierra es muy enfatizado por los tres contextos mencio-
nados (las cinco vasijas Tláloc, las nueve hojas de obsidiana y las nueve ofren-
das). Por otra parte, llama la atención que la escultura fue dispuesta erguida, en
posición vertical (Figura 15b) y el efecto de la verticalidad crece si consideramos
que se encuentra sobre el espejo, el cual a su vez está ubicado sobre las nueve
268 ZOLTÁN PAULINYI
hojas de obsidiana: son tres elementos, uno sobre otro. Este conjunto vertical
en el centro de la tierra simbólicamente representada podría corresponder al
axis mundi. Según esto, la escultura femenina de la Ofrenda-entierro 2 estaría
jugando el mismo rol de árbol o pilar cósmico que el de la diosa en los murales
de Tepantitla.
De esta forma, podemos dar por finalizada la comparación entre la escultura
femenina de la Ofrenda-entierro 2 y la Diosa de Tepantitla. Las analogías me
parecen suficientes para plantear la posibilidad de que en ambos casos se trate
de la misma diosa (o su representante). De ser así, y debido a la extrema impor-
tancia de la Ofrenda-entierro 2, el culto a la Diosa de Tepantitla se habría podido
centrar en la Pirámide de la Luna, el tercer templo más importante de la ciudad.
Sin embargo, tampoco podemos excluir otros posibles candidatos como deidad
de dicha pirámide: también podría tratarse de la (s) diosa (s) representada (s) por
las dos esculturas monumentales femeninas mencionadas que fueron encontra-
das en la Plaza de la Luna.
CONCLUSIONES
La intensamente debatida deidad en el mural de Tepantitla, Teotihuacan, pro-
Cuicuilco volumen 14, número 41 septiembre-diciembre, 2007, México, ISSN 1405-7778
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