Anales de La Universidad. GIRO - florES.pereIRA.
Anales de La Universidad. GIRO - florES.pereIRA.
Anales de La Universidad. GIRO - florES.pereIRA.
ANALES
DE
LA UNIVERSIDAD
Entrega N.» 112
SUMARIO: v.Historia del Uruguay» por el doctor Eduardo Acevedo, tomo IV.
AÑO 1923
MONTEVIDEO
IMPRENTA NACIONAL
1923
y
I
GOBIERNO DE GIRÓ.—1852-1853
ANALES DE LA UNIVERSIDAD
AÑO XXXII II MONTEVIDEO 1923 ENTREGA N." 112
HISTORIA D E L U R U G U A Y
POK HL
CAPÍTULO I
Movimiento político
l i a elección de Giró.
¡El olvido del pasado! Tal era la suprema asipiraoión dsl mo-
mento, no s'ólO' aquí, en eli Uruguay, sino también, en la Argen-
tina a despecho de las medldajs que allí se tomaban contra los
vencidos en Caseros, bien distinita de n'uestra fórmula de pa-
cificación: "ni vencidos ni vencedores".
"Mirar para atrás en estos tiempos, — decía el general Mi-
tre al asumir la redacción de "El NacionaJl" en 1853, es expo-
nerse a ser convertido en estatua de sal, como la mujer de
Lotlh".
Des'puéis de un sitio de nueve años, antecedido de guerras san-
grientas, en que la población y sus fuentes de riqueza habían
Bldo cruelmente eactermiinadas, el sentimiento de la paz predo-
minaba en todo® los esipíritus, y el nueivo golbierno surgía, en
consecuencia, bajo un ambiente de plena y entusiaista concor-
dia cívica-
(Para cerrar la puerta a peligroso® debates y facilitar así la
cicatrizaiCión de las heridas de la guerra, uno de los diputados
on la mayoría, el doctor Eduardo Acevedo, propuso en antesa-
las, desde los comienzos de la labor parlamentarla, un proyecto
de declaración que decía asii:
"Considerando que durante la situación que acaba de termi-
nar con el restablecimiiento del orden eonstitucioniail, han existi-
do dentro y fuera de la Capital diferentes autoridades; Conside-
rando que si la República no puede reconocer como suyos ni san-
jionar como leigí'timos hechos inicompatibües con la condición
fundamental de su existencia o con disposiciones de la ley, debe,
sm embargo, aceptar aqu.ellio en que nO' haya habido inifracción
a la ley. . . Todos los actois de los gobiernos y autoridades que
han regido el país durante la lucha que acaba de terminar, en que
no haya habido íniíracción a la ley, se tendrán por válidos y sub-
sistentes. En cada caso particular, siendo necesario, los Trlbunar
les decidirá/n si ha habido o no inírajoción de la ley".
La sanción de este proyecto haibría dado a la proipia Asam-
blea una norma salvadora para resolver mutíhos de los con-
flictos que ya asomaban, evitainido controversias que a la fueraa
tenían que excitar las paisiones de todos los que habían actuado
en la guerra que tan patrióticamiente se trataba de olividar.
Desgraciadamente no triuafó, y como tampoco se hizo na;la
para revalidar los actos difel goibierno de la Defensa, com,o ss
t a b l a hecho en 1839 al termiruaír la dictadura de Rivera, quedó
la Asamhlea abocada a graves y terribles debates históricos.
2.
18 Anales de la universidad
cho constar Que nos falta toda la libertad de que debe gozar un
Estado como el nuestro, para hacer un tratado válido con una
nación con que se halla en paz y que ©s una de las' signatarias
del tratado solemne que en 1828 estipuló con la Argentina la
integridad de nuestro territorio, nuesíra libertad y nuestra in-
dependencia . . . El Brasil, señores, ha traspasado nuestra fron-
tera cas.i al mismo tiempo que se celebró la convención de 8 de
octubre con un ejército que la ocupó después de la guerra civil.
Esos tratados son perjudiciales y atentatorios contra nuestra in-
dependencia y nuestra libertad. Por más que sie diga que hoy te-
nemos libertad para discutirlos y rechazarlos y que su aproba-
c.ón es legal, yo sóstenigo y sostenldré lo conltraTio".
En un editorial de "La Prensa Uruguaya", escrito o inspirado
por el constituyente cuyas palabras acabamois de reproducir, se
comentaba así al año siguiente una Información de Río Grande
sobre disidencias en la demarcación de la línea fronteriza:
•'Bastante se ha heoho por parte de ésta (la República Orien-
tal) en obsequio a la paz. El año pasado se le hizo guardar si-
lencio, se le impidió hablar y discutir en esta materia. Entonces
todo se conjuraba en nu'estro daño: fuerzais extranjeras domi-
nando o amenazando en la campaña, la prensa del Estado vecino
hostilizándonos en una cuestión en que es preciso no tener ni
una gota de sangre española en las venas para no mirar sin do-
lor la injusta e impolítica desmembración de nues.tro territorio.
En fln: no teníamos de hecho libertad de imprenta ni de tribu-
,na, como lo proibaremos cuando se quiera y si hay alguno que
lo dude. Ajsí se ha ventilado en silencio y por mudos, como si
estuviéramos en Constantinopla, la cuestión de los tratados, y
asi se ha conseguido esa aprobación nula arrancada a las Cáma-
ras Legislativas por la fuerza, por el temor. No importa, esto
hará brillar más la justicia que en el decurso de medio siglo está
dando sangrientas lecciones y proclamando entre ruinas que fue-
ra de la moral y de los derechos del pueblo no hay más que
abismos".
Triunfó la fórmula de la Cámara de Diputados en el Senado',
quedando así sancionada la ratificación en julio de 18152 "con
la esperanza de ulteriores modificaciones que pongan de
acuerdo las estipulacioneB de los t r a t a d o s . . . con los viendiaderlos
intereses de la Repüblica".
Para algunos de los impugnadores de! preámbulo, se tra-
taba de un voto platónico. Para oíros, de una ofensa al Impe-
46 Anales de la universidad
lieformas electorales.
El doctor Juan Carloia iGómeiz que era uno de lois que encabe-
zaban la resistencia a la convocatoria, presentó un tercer pro-
yecto de ley, por el cual se suspendían duranta tres años los
ejepciciois de la Guardia Nacioniaji. Eira una idea cjue ccMiitaba
con el apoyo decidido del Miniíatro Flores, quien en su Memo-
ria anual a la Aisamblea invocaba la necesidad en que estaban
U-.f. vecindaWois rurales de contraeinse al culidaido de sus intereses.
Rebatiendo el proyecto del doctor Gómez, decía la Comisión
Militar de la Cámara do Diputados:
La Guardia Nacional es una institución que está en conso-
nancia com nuestro sistema demoiorát'co, y la suspensión de sus
ejercicios dejaría un vacío difícil de llenar. Sólo a los gobier-
nos arbLtrarios puede infundir repugnancia el enrolamiento de
los ciudadanos. La Guardia Nacional es más bien un derecho
qje un deber, una prerrogativa de 'la que no debe ser privado el
ciudadano. Y en cuanto a los inconvenientes, ninguno puede re-
sultar si los ejercicios se limitan a los días festivos de un tri-
mestre del año, es decir, a 12 o 16 días inútiles para el trabajo.
La mayoría de la Cámara desechó el proyecto del doctor Gó-
mez después de un largo debajte, en que también terció a favor
de la suspensión de los ejercicios el doctor José María Muñoz,
que era el verdadero jefe de la minoría colorada.
Advertiremos que en el curso de esos debates quedó incorpo-
rada a la Ipy de Presupuesto General de Gastos del Ejercicio
1854 una partida de 80,000 pesos, oon destino a la plana mayor
de la Guaridla Nacional de toldo el país, y otra de 30,000 pesos
CTU idestino al servicio activo de; la parte de la Guardia Naicional
que fuera convocada.
Había, como se ve, una fuerte discrepancia entre la minoría
y la mayoría del Cuerpo Legislativo en lo que atañe a la orga-
nización y convocatoria de la Guardia Nacional.
La mayoría quería que los jefes y oficiales fueran elegidos
popularmente por los mismos ciudadanos enrolados. Quería que
hubiera ejercicios doctrinales en los días festivos de tres meses
al año. Y quería que una parte de la Guardia Nacional fuera
llamada a prestar servicio activo a la par del ejército de línea.
,La minoría colorada, en cambio, quería que la elección de los
jefes y oficiales emanara del Gobierno y, como medida transito-
ria, que la Guardia Nacional no fuera conivoioada, ni para prac-
ticar ejercicios doctrinales, ni menos para prestar servicio ac-
.tivo.
70 Anales de la Universidad
Preparando la revolución.
El motín militar.
La confesión brasileña.
Movimiento económico
Montevideo 33,994
Canelones 17,817
San José 13,114
¡Coilonia 7,971
Durazno 5,591
Soriano 9,031'
Paysandú 6,247
Salto 7,364
Tacuarembó 6J567
ICerro Largo 6,451
Maldonado 9,733'
Minas 8,089
Nacionalidad:
Orientales 67,(5,68
(EixtranijeroB 28,58 6
100 Anales de la Universidad
Estado civil:
Casados 22,915
Solteros 69,574
Viudos 5,104
Raza:
Blancos 84,-525
Negros 6,i5i37l
Mulatos 5,031
Estado sanitario:
Sanos . . 92,620
Enfermas 1,(318
Organización de la estadística.
La corriente inmigratoria.
Bayona 598
Coruña 266
Genova 219
Burdeos 128
Brasil 95
La edificación.
En toda la República
Casas de azotea
í con paredes de material
Kanchos
108 Anales de Ja Universidad
El espíritu de asociación.
Todavía la esclavitud.
íle; impulso inicial da idaa una ley de julio de' 185 2 autorizando
al Poder Ejecutivo para contratar con don Hipólito Dbinnel una
gran aduana, con muelles, ramblas y calles de acceso, de costo
máximo de 600,000 pesos. La propuesta aceptada fijaba como
asiento de la obra 8,000 varas de terrenos del empreisario y
ü.OOO que se ganarían al mar en la zona llaimada "Baño de los
Padres", adoptándose como modelo el plano de la mejor aduana
francesa. El Estado no quedaba obligado a desembolsar suma
alguna, aun cuando pokjría hacer anticipos cada vez que la situa-
c'ón del Tesoro lo permitiera. Los 600,000 pesos sé cubrirían
con el producto de los derechos de almacenaje y eslingaje de los
edificios y muelles proyectados.
El censo de 1852 demostró la existencia en toda la. República
de 114 casas de comercio mayoristak y 1,769 minorisiflas, entran-
do en esas cifras el Departamento de Montevideo con 73 de las
primeras y 794 de las segundas.
He aquí algunas de sus cifras más importantes:
Boticas 40
Cafés 87
Confiterías 51
Carpinterías 231
Fondas 94
Herrerías 108
Hornos 104
Hojalaterías 35
Jaboneriias 21
Panaderías 54
Platerías 50
Quintas de verdura . . . . 400
Saladeros y mataderds . . . 57
Sastrerías 85
Sombrererías 32
Velerías 12
Zapaterías 193
Xúmero de patentables.
Sirvientes blancos 63
'• de color 315
Lavanderas blancas 197
" de color 721
Cocineros blancos 107
de color 455
Amas de leche blancas 38
de color 56
Costureras 32
Plandhadoras 47
2,031
Anales de la universidad 113
Gestiones comerciales.
CON LA AEGENTINIA.
CON EL BBASIL.
CON ITALIA.
De ultramar 620
De cabotaje 1,104
Descarga 5,941
Trasbordo 11,325
Reeonbarco 4,585
Embanque 2,il29
La riqueza ganadera.
Ti>iporta«ión de ganados.
PJagas de la campaña.
Zafras Arrobas
1848-i49 2.433,915
1849-50 2.16'5,07S
1850-51 2.215,869
1851-52 2.184,634
1852-53 2.260,256
1853-54 1.904,127
1854-55 '.'. 1.668,350
Zafras Arrobas
1850-511 618,926
1851-52 _. 256,076
1852-53 231,030
1853^54 212,545
1854-15:5 126,002
La agricultura.
margen del Uruguay con 200 casas, que tendría por asiento el
paraje conocido pox Nueva Palmira. El Estado cederiia las tie-
rras fiscales comprendidas dentro de esa zona.
La de don Martín Martínez Castro, don Federico Nin Reyes
y don Carlos Cairo para el establecimiento de una "Colonia
Agrícola Pastoril de Merinos" en un camipo de 4,000 cuadras, de
propiedad del primero de los proponentes, destinando mil cua-
dras a la erección de un pueblo y tres mil a Qbaoras de 16 cua-
dras cada una. El Estado debería esitablecer las autoridades, ha-
bilitar el puerto de Carmelo o el de Higueritas y eximir de dere-
chos de importación durante tres años los artículos destinados
al consumo de los colonos.
La de don Lucas Moreno y don Luis Gil para la colonización
de los suburbios de la ciudad de la Colonia, sobre la base de
la contratación de 50 fanyiilias canarias y el fraccionamiento de
una suerte de estanjcia .Las acciones destinadas a la realización
de este plan fueron suscritas en gran parte desde el primer mo-
mento.
La de don Domingo Gounouilhou ipara la colonización del
ejido y villa de Soriano. Pedia el proponente la adjudicaqión de
todas las tierras dentro y fuera de Soriano que no fueran de
Piopiedad particular, con él comipromdso' de colocar 200 per-
sonas en cada legua cuadrada que se le escriturara por ese con-
cepto. La Junta Bconócmico-Administrajtiva aceptó la propuesta,
pero reduclénidola a la villa' de Sotlano y con estas modiflcacio-
r e s : en calda legua cuadrada se estalbleoerían 7i5 familias; a cada
familia se le adjudicarían diez •cuadras cuadradas; en cada le-
gua habría por lo menos 10 familias nacionales; por cada
legua abonaría el concesionario 2,000 patacones.
La del agrimensior don Manuel Egula para el planteamiento de
una colonia en los alrededores de 1^ viMa de Meló, compuesta de
80 chacras de 40 cuadras cuadradas cada una, de acuerdo con
un plan ya esibozado y aceptado en las postrimerías de la Gue-
r r a Grande.
Dentro de este amplio movimiento colonizador no podían que-
dar olvidadas las familias nacionales que vagaban por la cam-
paña o se estacionaban en los camiinos y en las márgenes de los
TÍOS, sin hogar y sin otros recursos que los del robo de ganados.
E! abatimiento de la riqueza rural — decía "La Constitu-
ción" — limita considerablemente la demanda de brazos y los
desocupados tienen que buscar su alimento por medios ilícitos^
132 Anales de la Universidad
üiversas industrias.
Movimiento administrativo
Febrero 4 103,747
Marzo . 130,274
Abril 105,796
Mayo 109,762
iSeptiembre 153,000
Junio $ 79,000
Julio 65,000
Agosto 60,000
Septiembre 120,000
Octubre 73,000
Noviembre 250,000
Diciembre 120,000
$ 7167,000
El déficit.
Kl monto de la deuda.
25.074,224
Piítentes de giro.
Papel sellado.
Jlnajenacióii de rentas.
Abolición de impuestos.
11.
ltí"2 Anales de la Universidad
l'resupues|to8-
E L DE 1853. "
Puerto $ 8,000
Policía de Montevideo 30,000
Correo 9,000
'Corrales de Mointeivide'o 36,000
Juzgado OrdinaJrio 800
Su'edos $ 23,760
Gastos 3,329
Aliquileres 1,584
Estado Mayor Activo Estado Mayor Pasivo Plazas del Ejército de Línea
E L DE 1854.
Departamento
Los demás
de
departamentos
Montevideo
« 14,220 $ 57,560
Estado Mayor Activo Estado Mayor Pasivo Plazas del Ejército de Línea
97 Subtenientes.
2,498 « 934,371
legi.do por 'el Presulpuesto d'e 18'5E. Fa(lta)ba todo el segundo se-
mestre de 18153. Pero el délfioit ya producido ,y lilquidado se aiproxi-
maba a un imillón y medio de pesos, computando las partidas
adicionales que había votado la misma Asamblea por 498,000
Ijesas, ^ log pagos íuera de Presu|p.uíeato 'que montaban a 955,000,
inciluídloa 43'9,000 del déficit que ya existía a mediados de 1852
y 179,000 ipeisos pagados al Tesoro franic(és por oon'ceipto de reem-
bolso del subsidio al gobierno de Ga 'BefEensa.
Como mo bajstaba votar los ipagoisi, deáde que el desequili-
brio financiero seguía acentuándose, la As^imblea autorizó t i m -
bién por otra ley la contratación de una operación de crédito por
vn millón da pesos con garanitfa de un deredho adicional de
Aduana creado con ese objeto..
Pesaba ya tan rudamente el déficit en mayo de 1853, que la
Cámara de (Diputados sancionó una moción del doctor Eduardo
Acevedo por la que se establecía que el Poder- Ejecutivo disron-
(íría íliKreiE'ente d)e los forados destinados al .paigio de las dietas
de los legisladores,, mientras no quedara resíuifcrizado el sueldo
de los empleados p''.blicos.
Conflictos de jurisdicción.
iNSTBÜCCrÓN PMMARIA.
12.
178 Anales de la Universidad
Jur.isa)Tudien<íia 28
Filosofía 17
Matemáticas 24
Latín 15
Fraacés 3 OÍ
Enseñanza primar'ia elemental
y suiperior 120
Advertía eil iReator iqu'e esias clíras eran inferiores (a las de 1851,
año de guerra, pior efecto de los nuevos rumbois abiertos a los
emigrados argentinos y a lo» de nuestra campaña q<ue habían
vuelto a sus hogaJres o <iiue encontraban ajqjul misimo trabajo re-
munerador que lea obligaba a abandonar laa autlaa.
Y termlnalba su iaforme diciemdo que estaba "urgentemente
reclamada la erección de las aulas de Medicina y Ciencias Natu-
rales".
Un año des(puiés el nueivo Rector de la Unlversiidad don Flo-
rentino Casteílantfs presienta^ba este otro resumen de la pobla-
ción universiitajria:
Jurilsiprudencia 20
FiLosofla 401
Flsico-IMatemáticas 16
•Latín 36
Inglés 27
FrauíCés 55
Colegio Nacional 55
Bniseñanza primaria 216
Orientales en Europa.
Trabajos de codificaolóii.
El abigeato.
Cárceles.
ICistiadística Jiidi|cijal.
Intereses municipales.
El «eirvicio de sereiios.
El alumbrado a gas.
Hospitales.
ciel mismo año. Los ingresos habían subido a 9,6i45 pesos, co-
rresipondiendo 5,|500 a la loteríla, 2,400 aJl % % de Aduana y
el resto a diversos rubros.
La población extranjera tendía a la vez a descongestionar el
Hospital de Caridad mediante la organización de establecimien-
tos particulares. En mayo de 1853 fué colocada la piedra fun-
damental del Hospital Italiano.
Durante todo el período del sitio había estado el Hospital de
Caridad a cargo de la "Sociedad de Caridad Pública", instituida
por decreto de noviembre de 1844. El gobierno de Giró derogó
ese decreto en 1852 y puso ^1 Hosipital bajo la depemidencia de
¡a Junta Econé(mico-iAdiminisitratiiva.
Por otro decreto de fines deil misimo año, correspondiente al
interinato de don Bernardo P. Berro, fué nombrada una comi-
sión compuesta por don Eduardo Acevedo, don Juan Carlos Gó-
mez, don Cándido Joanicó y don Francisco Magariños para .pro-
yectar Ja fundación de una sociedad de señoras que tendría in-
tervención en los establecimientos de beneficencia. La comisión
se expidió en un informe que fué aceptado por el Gobierno y
que sirvió de base a lia creación de una sociedad de señoras bajo
el título de Sociedad de Caridad que tendría a su cargo las es-
cuelas de niñas, las casas de expósitos y los hospitales de mu-
jeres.
Para el servicio de cuarentenas, previsto de tiempo atrás en
los reglamentos redactados por el doctor Vilardebó, fué habili-
tada la Isla de la Libertad.
El servioio de coirr*eos.
El ejército de línea.
La reforma mlUtar.
Servicios de la Policía.
bía dejaido en una situacíión ima'l deflnilda, que daba margen a in-
cidentes de todo género. De acuerdo con la ordenanza respectiva
todas las pardas y morenas dedicadas al servicio doméstico de-
berían oottourrir a la Pollicía caída Vez que cambiaran de casa, a
fln de hacer constar la causa de la salida, en forma de que que-
dara esitablecida la buena o maila, conducta observada.
Tam'bién se ocuipó la Policía de mejorar algunos de loS servi-
cios más urgentes de limpieza. B-n 1852 publicó un aviso haciendo
saber a la poblaioión que había celebrado un contrato que permi-
tiría la recolección de las basuras -domioiliarias tres veces por
semana, salvo el caso de lluvias muy copiosas en que el servicio
ouedaría suspendido hasta el día siguiente. Prevenía a la vez
Que desde ese momento quedaba absolutamente prohibido arro-
jar basuras a la calle, a los "huecos" y a la costa del mar.
Eran esos los tres vaciaderos a que recurría la población. Los
"i'ecinos que tenían que valerse de sus propios brazos, se limita-
ban a volcar sus tachos en la calzada; los que tenían algún mu-
chacho a su servicio, hacían conducir les basuras a los huecos,
es decir, a los solares baldíos situados entre dos edificios; y las
de mayores recursos o que no tenían huecos próximos, enviaban
ift carga hasta la costa del mar.
La matanza de perros, otro de los números del programa poli-
c'al, quedó reanudada a raíz de la Guerra Grande sin modifica-
ción sustancial en los procedimientos de exterminio.
En 1852 las policías de extramuros maniobraban con sus lan-
zas a todo el correr de los caballos. Al año siguiente iniciaba
uno de los diarios el estudio comparativo del palo y del veneno
para la matanza en las calles de Montevideo, con marcada pre-
ferencia a favor del primero. Y el palo entró a figurar en la or-
den del día de la Jefatura, seguramente porque dentro de las
angustias del Tesoro público significaba un ahorro sobre el ve-
neno.
Dando cuenta de la matanza inaugurada en marzo de 1853,
refería uno de los diarios que en la puerta principal del mercado
de la Cindadela (actual Plaza Independencia) actuaba un grupo
de celadores armados de lazos y de gruesos palos y que el ex-
terminio se realizaba allí mismo a la vista del público estacio-
nado para presenciar el horrible espectáculo. De cómo se com-
probaba la importancia de cada jornada instruían los partes
diarios de los Comisarios al Jefe Político, que solía publicar la
prensa de la época. Uno de ellos comunicaba la matanza de 21
Anales de la Oniversidad 201
OrgAülzacióii de la estadística.
Movimiento político
14.
210 Anales de la Universidad
La confesión brasileña.
rantir aciuella convención; ctue los fines aue se propone son los
de sostener incólume la soberania de este Estado y concurrir a
la estabilidad de su independencia combatida por tantos elemen-i
tos disolventes; y que estando reconocido y coaslguado en do-i
cumentos clásicos y solemnes que el interés que mueve al Go-i
tierno Imperial es santo y legitimo porque se funda en compro-
misos piúblicos y propende a afianzar la paz y todas las garantías
sociales, no trepidamos en declarar a V. E. que el concurso que
el Brasil ofrece a la República es considerado por nosotros como
generoso, noble, desinteresado, sin que empañe en lo más mí-
nimo la dignidad nacional. Una serie de años calamitosos para
este pueblo, lo ha conducido a la anárquica y difícil posición
en que lo ve sumido V. E., y para que el comercio y la industria
y todos los elementos de prosiperldajd y de riqueza puedan des-
envolverse, sólo se necesiita paz, garantías sociales y concordia
entre sus, hijos. Si para conseguir tan benéficos resultados fuera
-necesario el auxilio de la intervención armada, como ya lo es
el de medios pecuniarios para atender a los gastos de la Admi-
nistración, esa intervención armada sea bien venida, porque lle-
nará nuestros deseos y servirá de sostén al orden y las institu-
ciones de la República. Estos son, Excelentísimo Señor, los mo-
tivos que llevan a la po'blación de esta Capital a presentar a
V. E. la franca exposición de sus sentimientos, y lo hace con
tanta mayor satisfacción cuanto que es grande la certeza que
tiene de las altas cualidades personales y elevado caráctet
de V. E.".
El otro documento que llevaba a su pie las mismas firmas,
era una declaración de propósitos que decía así:
"Nosotros, los ciudadanos orientales que firmamos la repre-
sentación anexa, declaramos que lo hacemos persuadidos de que
la intervención armada a que ella alude es indispensable no sólo
para darnos garantías sociales, pero también para ponernos en
el pleno goce de nuestros derechos políticos, d e ' los cuales de
facto nos hallamos privados, porque anarquizado el país, sin
garantías de género alguno, necesitamos de la Intervención ar-
mada a fin de que el Brasil, en cumplimiento de los tratados de
12 de octubre de 18l51, haga efectivos y duraderos la paz, el or-
den y el imperio de las instituciones".
Ambos documentos fueron firmados el 30 de enero de 1854,
es decir, el mismo día exactamente en que el Ministro Amaral,
Inspirador de los trabajos, se dirigía al ex Presidente Giró para
ÁnaTes de la Universidad 225
15.
226 Anales de la Universidad
El Partido ConseirTador.
Cómo repercute entro los hombres del Partido Blanco esta pro-
paganda partidista.
video con noble altruismo, sin ánimo de conquista, sólo para es-
"tablecer la paz entre los orientales que se estaban despedazando
emjpujados unos contra otros por la ipropia diplomacia imperial!
Esa circular fué expedida el 19 de enero de 1854, el prdpio
día en que el general Rivera, uno de los miembros del triunvi-
rato, era sorprendido por la muerte al llegar al arroyo Conven-
tos, en viaje para Montevideo a donde lo llamaba el ejercicio
de su alta investidura.
iBl Brasil, que dirigía precisa,m«nte su proa contra el triunvi-
rato por las sospeelias que le inlfunidía Rivera, resolvió entonceá
entenderse con Flores a fin de instalar más rápidamente y con
más economía de sangre sus batallones en el centro de la codi-
ciada presa.
Antes de finalizar el mes de enero llegaba a Montevideo el
doctor Amarali, munido de las instrucciones necesarias para dar
curso a las ideas de la circular.
"La misión que S. M. el Emperador del Brasil se ba dignado
C'iroeterme, — decía en su discurso de recepción — tiene por
fin prestar a la noble Nación Oriental la cooperación del Brasil,
desinteresada .pero enérgica, para ell restabliecimiento del orden.
Ja (pa2 y las instituciones constitucionales".
Y horas después de la ceremonia obtenía el doctor Amaral la
conformidad que anhelaba para la entrada del cuerpo de ejér-
cito encargado de la conquista pacifica de nuestro territorio.
"Reconociendo — decía el encabezamiento del acuerdo d e 31
d e enero de 1854 firmado por Florea y sus Ministros don Enri-
que Martínez y don José A. Zubillaga —• eii los actuales momen-
tos, como de la mayor imiportancía 1^ entrada al territorio de la
Eepú/blica de una fuerza de cuatfiro njiil hombres del ejército ibra-
sileño, de conformidad a las altas y ©letvadas miras de S. M. el
Emperador del Brasil, parqnB esto importaría la má,s eficaz ga-
1 a.ntía para los interes'esi generalles de la Nación, que S. M. tan
generosa y dignamente p r o t e g e . . . "
La tropa cruzaría la frontera el 30 de marzo y sus gastos ctí-
rrerlan de cargo del Tesoro uruguayo.
Otro acuerdo complementario firmó el Ministro Amaral me-
diante ©1 cual se obligaba el Tesoro brasileño a entregar al Go-
bierno Oriental un subsidio mensual de 30,000 patacones. La
suma debió parecer insuficiente para restablecer loa pagos y
asegurar el equilibrio financiero, porque una semana después
.se dirigía Flores a la Legación solicitando que fuera etlevada a
236 Anales de la Universidad
le.
242 Anales de la Universidad
La demarcación de limites.
"Es de creer, sin embargo, que esas dudas, tengan una solu-
ción razonable y pronta y no embaracen la continuación de la
demarcación".
La solución razonable era, naturalmente, la de seguir avan-
zando en territorio oriental!
y por las leyes", y que los que las mantuvieran serían tratados
con toda severidad.
Ante ese ultimátum los revolucionarios, que estaban venci-
dos, se dirigieron al muelle y se embarcaron en número de dos-
cientos y tantos entre civiles y militares, sin que nadie los mo-
lestara.
La lucha se había prolongaido desde el 25 hasta el 2 9 de
noviembre. Cinco días de fueigo durante los cuales hubo 2 0
hombres muertos y 30 heridos, según las relaciones del ecóno-
mo del Hospital de Caridad y de uno de los médicos que se ocu-
paban de la recogida de los caídos.
El Gobierno pasó en el acto a la Comisión Permanente un
mensaje en que daba cuenta de las medidas adoptadas y denun-
ciaba como jefes del movimiento y responsables de todo lo ocu-
rrido, a los diputados don José María Muñoz, don Eduardo Bel-
trán y don Fernando Torres.
Don Fernando Torres se apresuró también a dirigir a la
Comisión Permanente un extenso documento en que descri-
bía los sucesos en la forma que extractamos a continuación:
Desde mediados de noviembre corrían rumores alarmantes,
y yo vi al Presidente para .aconsejarle un cambio ministerial y
la organización de un batallón de guardias nacionales, con jefes
y oficiales que nombraría el Gobierno mismo para evitar los in-
cidentes partidistas ya ocurridos. Otros ciudadanos se aproxi-
m á r o n l a ! Presidente para darle análogos consejos. La atmós-
fera se fué caldeando. El 24 se supo que en el Cabildo habla un
centenar de soldados *de caballería. Fué una noticia que alar-
mó mucho. En casa de don José María Muñoz se congregaron
40 ciudadanos y habiéndosie interrogado sin resultado satisfac-
torio acerca del objeto de ese armamento, pasaron el doctor
Muñoz y sus amigos al cuartel de artillería cuyo jefe estaba
también muy alarmado. En nuevas entrevistas se hizo saber al
Presidente que su conducta daba lugar a que algunos creyeran
en la existencia de vínculos de solidaridad con don Manael Ori-
be, creencia robustecida por la filiación política de varios de
los oficiales reunidos en el Cabildo. Antes de la ruptura de las
hostilidades, reanudáronse las conferencias sobre la base de un
cambio ministerial, siendo nombrado entonces Ministro general
don Juan Miguel Martínez, que satisfacía a los revolucionarios,
al misimo tiempo que era atacado uno de los cantones de la re-
282 Anales de la Universidad
19-
290 Anales úe la universidad
Movimiento eeonómico
lia población.
Entradas Salidas
Mi movimiento comercial.
Tratados de comercio.
¡ Valores
I Número Tonelaje
embarcados
Bstiinulando el cabotaje.
Servicio de faros.
La agricultura y la colonización.
Intereses ganaderos.
Otras industrias.
Ferrocarriles y telégrafos.
La tierra pública.
La tnoncda circulante.
Movimiento administrativo
El subsidio brasileño.
El Impuesto de Aduana.
El Presupuesto de 1855.
Total ,. f 2.718,866
L a d e u d a p r o c e d e n t e d e p e r j u i c i o s d e gueiTa.
Sueldos $23.370,559
Empréstitos 4.366,770
Pólizas 1.681,450
Reforma militar 1.643,453
Servicios e v e n t u a l e s 369,161
Indemnizaciones 2.134,753
Diversos 105,381
Perjuicios 24.647
Depósitos 126,310
C o m p r a de p r o p i e d a d e s . . . . 1.5i63,574
Deuda flotante 54,106
Alquileres 2.160,027
Suministros 9.994,733
No e s t a b a t e r m i n a d a la operación. Q u e d a b a n t o d a v í a nume-
r o s o s e x p e d i e n t e s en los d e p a r t a m e n t o s de c a m p a ñ a , cuyo monto
se c a l c u l a b a en doce m i l l o n e s . L a liquidaición definitiva oscila-
r í a , p u e s , s e g ú n la J u n t a de Crédito P ú b l i c o , a l r e d e d o r de se-
Anales de ¡a üniversidal 329
Consolidación de la deuda.
$ 55.893,,19'8
La bancaiTota..
El monto de la deuda.
$ 113,774
Con algo más de cien mil pesos habían quedado, pues, extin-
guidos tres m'llenes largos de deuda consolidada.
De empréstito en empréstito.
Enjudiriamiento de un Ministro.
DEPARTAMENTOS Habitantes
Varones Niñas
Canelones 21.000 1 1 25 36
San José 17,000 3 — 165 —
Colonia . 12,000 8 1 42 38
Durazno 8,000 1 — 25 —
Soriano . 13,000 2 3 45 82
Paysandú . 10,000 1 — 20 —
Salto. . . 8,000 1 1 i 71 —
Tacuarembó 7,000 1 1 15 30
Cerro Largo 9,000 1 1 68 8S
Maldonado . 15,000 3 3 39 48
Minas 9,000 1 1 27 40
El estado de la enseñanza.
La enseñanza secundaria.
Beorganización de la uija^straitura.
23
354 Anales de la Universidad
Cárceles.
Homicidios 35
Robos y abigeatos 23
Heridas 10
Varias 2
Higiene pública.
Hospitales.
Mejoras municipales.
El Ejército.
liliación, idea peregrina que fué recibida con vivas y mueras, di-
?olviéndose en seguida la reunión.
Hasta en el seno mismo del Gobierno empezó entonces a abrirse
camino la idea de restablecer el ejército de línea, según lo demues-
tran estas palabras del Presidente del Senado al abrir las sesiones
del Cuerpo Legislativo en febrero de 1856:
«Es necesario, honorables señores, que la formación de una
fuerza de línea venga a reemplazar a las fuerzas ciudadanas, pues
que de ahí resultarán grandes ventajas que no se ocultarán a
vuestra alta penetración.»
La reforma militar.
La Policía.
Correos.
Centros y sociedades.
GOBIERNO DE PEREIRA.—1856-1860
CAPÍTULO VII
Movimiento político
Preliininaíres de la elección presidencial áe 1856.—lia, candida-
tura de don Gabriel Antonio Pereira.
24.
370 Alíales de la Universidad
tía por tal o cual partido, el jefe del Estado, padre de la gran fami-
lia oriental, no tendrá más colores que los purísimos colores de
la bandera de la patria. Debajo de su sombra cabemos todos; esos
colores simbolizan recuerdos sin mancha; son acaso el único víncu^
lo que puede todavía unimos. Ellos me impondrán el deber de
iniciar mi gobierno proclamando la unión, la concordia, el olvi-
do de nuestras malas pasiones... Mande quien mande, la mitad
del pueblo oriental no puede conservar en eterna tutela a la otra
mitad».
23.
386 Anales de la universidad
Véase cómo describía «El Comercio del Plata» el estado del país
a mediados de julio:
«Ss intenta voltear el ministerio, diicen unos, y no expresan
quién lo intenta ni por qué. Habrá un conflicto, dicen otros, luego
que las Cámaras se cierren, y no se dice por qué ni para qué. El
Gobierno está preparado y toma sus medidas, es también una mo-
neda que corre y tiene crédito. Los generales del pacto se aprestan
y cada uno reúne más o menos ostensiblemente sus recursos. Y en
medio de esta lluvia de rumores y de cálculos en que no intervienen
sino los deseos puramente individuales, pocos se acuerdan de que en
un país eonstitucionalmente dirigido, que tiene su carta clara y ex-
plícita, que se halla en una época rigurasamente normal, radie go-
bierna sino el Gobierno, y que cada uno de esos rumores que to-
ma cuerpo como los fantasmas de la noche en la imaginación de
los niños, aleja de Montevideo a todo el que tiene algo que per-
der y en qué emplear su tiempo tranquila y utilmente. Así, de día
en día, merced a esa fiebre de creaciones políticas, nos vamos que-
dando sin comercio, sin rentas, sin población, porque no hay que
engañarse: si a media docena de individuos puede convtnir que
el río se revuelva, 'a 3ien mil no les conviene sino que cerra tran-
quilo y claro como es natural».
Para el Presidente Pereira la causa principal del malestar ema-
naba de la pobreza ílscal, de manera que dominada ésta el país te-
nía que entrar en un período de prosperidad. Véase cómo se expre-
saba al cerrar las sesiones ordinarias del Cuerpo Legislativo, ca-
si a la misma hora en que «El Comercio del Plata» presentaba el
cuadro que acabamos de reproducir:
«Aunque la presidencia del I.» de marzo se ha dedicado empeño-
samente a la conservación de la paz pública y del orden social por
medio de una política equitativa fundada en las prescripciones de
la Constitución, no puede lisonjearse de haberlo conseguido com-
pletamente, porque sólo el tiempo y la constancia han de remover
los obstáculos que las antiguas y prolongadas disensiones civiles han
creado. La pobreza fiscal es uno de esos obstáculos, el más difícil
de vencer, el que requiere mayor dedicación y más energías. Era,
pues, necesario buscar por una parte recursos y arbitrios y dismi-
nuir por otra parte las erogaciones y los gastos; y como la Hono-
rable Asamblea General al sancionar el Presupuesto no ha efectua-
do ni reducciones ni reformas, las sesiones legislativas terminan
quedando el Poder Ejecutivo sin lo indispensable para el servicio
pxiblico».
Anales de la Universidad 387
La propaganda partidista.
Al doctor Juan Carlos Gómez, que era quien atizaba más for-
midablemente el fuego desde las columnas de «El Nacional», se
atribuía el doble propósito de promover un movimiento revolu-
cionario contra el gobierno de Pereira, análogo al que había de-
rrumbado al de Giró, y de trabajar a favor de la reincorporación
de la República a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Había vivido el doctor Gómez tres años en Buenos Aires, ac-
tuando en la prensa como leader del partido unitario en una gran
campaña contra Urquiza, llena de incidentes que culminaron en
diciembre de 18S6 con una radha de duelos provocada por
don Nicolás Calve desde las columnas de «La Reforma Pacífi-
ca». Ei primero fué con el propio doctor Gómez que redactaba
«La Tribuna». Se realizó en Palermo a 15 pasos de distancia,
con una pistola cargada y otra sin cargar. Sonadas las palmadas
reglamentarias, tiró Calvo. Pero su pistola estaba descargada. Juan
Carlos Gómez no hizo funcionar la suya. — ¿Por qué no tira us-
ted?, increpó Calvo. — Porque mi objeto, al venir aquí, contestó
Gómez — ha sido mostrar a usted que sé morir defendiendo los
principios que sostengo, pero de ningún modo el de matar a usted».
Cuando triunfante ya su propaganda, resolvió el redactor de
«La Tribuna» regresar a Montevideo, sus amigos le despidieron
398 Anales de la Universidad
Movimiento político
Kl episodio de Quinteros.
lorado a las fuerzas policiales del comandante Zenón Freiré que ha-
bían salido a su encuentro. En el rápido tiroteo que se produjo al
avistarse las fuerzas, murió don Luis Pedro de Herrera, Comisario
da una de las policías dispersadas. Y tal es la única baja que re-
gistran las crónicas de la época, que agregan que el cadáver del
Comisario fué mutilado.
¡Con un doble objeto realizaba ese movimiento el jefe revolucio-
nario: recibir una expedición que debía salir de Buenos Aires y fa-
cilitar una conspiración que debía estallar en la plaza de Montevi-
deo.
Comprendía dos partes el programa de la conspiración: el alza-
miento de una compañía del cuerpo de artillería, hecho que se pro-
dujo, pasando al campo revolucionario los soldados con su jefe el
sargento mayor Aurelio Freiré; y la captura del Presidente Pereij;.
ra por un grupo de cuarenta italianos, que fueron descubiertos a
tiempo y atacados en la casa donde estaban reunidos para realizar
su plan.
Dominada la conspiración de «los lombardos», como fué llamada,
e] Presidente Pereira publicó un manifiesto, en el que recomendaba
a los extranjeros la más estricta neutralidad y que tuvieran con-
fianza en la paz, en el orden, en el acatamiento a la Constitución y
rv la ley. «Sólo así — agregaba — no se renovarán tentativas san-
grientas, como las que con el auxilio de la Divina Providencia han
sido descubiertas y dominadas; sólo así el Presidente de la Repú-
blica no se verá colocado en el caso de ejercer sobre ciertos hom-
bres el rigor de la autoridad y de la ley».
La expedición preparada en la Argentina realizó su viaje en la
goleta «Maipú», un barco de propiedad del gobierno de la Provin-
cia de Buenos Aires.
La «Maipú» arribó en pleno día al puerto de Montevideo el 6 de
enero de 1858 con setenta y tantos hombres bajo el mando del ge-
neral César Díaz, comandantes Eugenio Abella y Juan C. Vázque?,
sargentos mayores Felipe Arroyo, >Esteban Sacarello y José M. Ca-
bot y capitanes Manuel Pagóla y Juan Manuel de la Sierra. El des-
embarco se produjo en la costa del Cerro, donde ya se encontra-
ban los coroneles Silveyra, Caballero, Hubo, Pollo y los sargentos
mayores Freiré y Farías, con un millar de hombres, según la re-
lación de uno de los expedicionarios don Juan Manuel de la Sie-
rra. Un día después, las fuerzas del Gobierno se apoderaban de la
goleta «Maipú», que había Quedado abandonada en el saladero de
Lafone.
Anales de la universidad 409
La defensa de la plaza.
que él tenía el derecho de ser creído, porque tal derecho debía te-
ner «el veterano que desde la Independencia servía a su patria sin
haber mancillado jamás su larga carrera por un acto de des-
lealtad».
Era título glorioso y saneado, sin duda alguna, el que invocaba
el viejo guerrero de los tiempos heroicos de la Independencia. Pe-
ro de esos tres documentos contradictorios, todos ellos con su fir-
ma, ¿cuál era el que decía la verdad? ¿El primero, en que un
parlamentario ofrecía una capitulación que era aceptada? ¿el se-
gundo, en que un parlamentario ofrecía una capitulación que era
rechazada? ¿o el tercero, en que aparecían uno tras otro tres par-
lamentarios con propuestas que eran invariablemente rechazadas?
Al viejo servidor de la Independencia le habían hecho firmar
declaraciones sucesivas, de acuerdo con las modificaciones que se
operaban en el ambiente de la Casa de Gobierno, y de ahí sin
duda alguna las contradicciones en que incurría.
Y la última de ellas debió sonrojar a sus propios autores, cuan-
do teniéndola en su poder desde el día 8, recién se resolvieron
a darla a la prensa el 28, o sea veinte días después!, en que fué
publicada por «La República», en la sección de documentos ofi-
ciales.
sar Díaz y demás jefes del Estado Mayor, resolvieron hacer una
capitulación, p a r a ©vitar el d e r r a m a m i e n t o de sangre entre her-
m a n o s . . . Se mandó un p a r l a m e n t a r i o con proposiciones y por
conclusión el general Medina, jefe de las fuerzas del Gobierno,
se avino a dar fianza a todos los jefes y tropa dei ejército; p a r a
]os jefes les dio un pasaporte con la g a r a n t í a del Jefe Político
tie Cerro L a r g o don Dionisio Coronel, y firmado por el mismo
general Medina, cuyo pasaporte e r a p a r a el Brasil e iríamos es-
coltados por una fuerza h a s t a la frontera; pero h a s t a la fecha no
h a sucedido. Hoy hemos venido al Durazno como prisioneros y ro-
deados de centinelas».
De don Vicente Garzón a su m a d r e : «Hemos sido vencidos por
la incapacidad de n u e s t r o g e n e r a l ; el enemigo h a sido m u y gene-
loso con nosotros. Lasala me ha sacado de e n t r e los prisioneros y
me tiene a su lado».
Según el sargento mayor don J u a n Manuel de la S i e r r a la car-
la del general César Díaz a su h e r m a n a fué dada al coronel Lasa-
la, quien la puso bajo sobre dirigido a persona de su familia (don
I g n a c i o S o r i a ) y la e n t r e g ó al mismo oficial c o n d u c t o r del p a r t e
oficial del general Medina.
Llegaron, pues, las cartas del general Díaz a Montevideo el mis-
mo día que el parte oficial dirigido por el general Medina al Pre-
sidente P e r e i r a .
En el acuerdo de gobierno que de inmedáato se celebró, quedó
resuelto bajo la presión de las exaltaciones políticas del día el
fusilamiento de los jefes prisioneros.
E l general E n r i q u e Martínez, p a d r e político del general César
Díaz, asilado a la sazón en el Consulado de los Estados Unidos, tra-
tó entonces de salvar la vida de los prisioneros, m e d i a n t e una oir-
cular al Cuerpo Diplomático, d a t a d a el 2 de febrero, en la que de-
cía los siguiente:
«Ayer vino a mis m a n o s la carta que he depositado en las de S. E.
el señor E n c a r g a d o de Negocios de Su Majestad Británica, en que
el general Díaz participa a mi familia que se ha entregado a las
fuerzas del Gobierno bajo la fe de u n a capitulación en que se pro-
metía a los vencidos el poder p a s a r libremente ai territorio ve-
cino del Imperio del Brasil, otorgándoles el respectivo pasaporte».
La prensa afín al Gobierno dijo que no se había entregado el
original, sino una copia. P o r su p a r t e el Ministro de Relaciones
Exteriores doctor Antonio de las C a r r e r a s , dirigió u n a contracir-
cular al Cuerpo Diplomático, en que decía lo que extractamos a
continuación: ' .
432 Anales de la Universidad
28.
434 Anales de la Universidad
Después de la polémica.
D E LA MUNICIPALIDAD DE MONTEVIDEO.
D E LA ASAMBLEA.
Movimiento político
29.
450 Anales de la Universidad
30.
466 Anales de la universidad
Un acta histórica.
N u e v a s notificaciones a l a p r e n s a .
Movimiento económico
Cálculo de la población.
Habitantes
Montevideo 45,000
Canelones 12,000
San José 15,000
Florida 13,000
Colonia 10,257
Soriano 17,000
Paysandú 10,673
iSalto 16,000
Tacuarembó 15,000
Cerro Largo 15,000
Maldonado 15,499
Minas 15,000
Durazno 15,000
214,429
Habitantes
-
Ciudad 4 500
100
50
250
San Eugenio . . . . 500
Chacras alrededor de los pueblos y
campaña 7,600
13,000
Es una cifra bastante más baja que la del cuadro que antecede,
prueba palpable de la poca prolijidad de los cálculos.
Pertenece a la Memoria del Ministerio de Gobierno correspon-
diente a 18Ó6 el sig-uiente resumen recapitulaiivo de las defuncio-
nes ocurridas en Montevideo:
Montevideo 1,067
Cordón y Aguada 209
Unión 111
(No figuran Reducto, P. del Molino, etc.) —
1,387
Orientales 911
Extranjeros 467
Se ignora 9
1,387
1858 1859
Franquicias a la inniigTaciión.
1856 1858
1856 1858
Quintales
1855 18,000
1856 29,820
1857 99,520
Quintales
1.010,600
Todo Precios
ANOS Montevideo exclusivamente
el Kío de la Plata
1
168,100 243,300 2V2,000
378,300 675,600 625,000
190,000 280,000 360,000
Toneladas
ANOS Fanegas de sal de Pies de pino
carbón de piedra
1859 1880
Seguros marítimos.
NaTegación de cabotaje.
El cabotaje en 1858.
ENTRADAS SAL.IDAS
Ferrocarriles y telégrafos.
Lü industria ganadera.
33.
514 Anales de la Universidad
C a r n e p a r a el c o n s u m o d e l a p o b l a c i ó n .
P r e c i o s d e l g a n a d o y d e l o s campos.
CUEROS VACUNOS
ANOS Lanas Tasajo
Secos Salados
Marcas y señales.
El robo de ganados.
La agricultura.
El comercio interno.
Destacábase ya el D e p a r t a m e n t o de T a c u a r e m b ó en el movimiento
a d m i n i s t r a t i v o por las múltiples denuncias de m i n a s de oro a que
daba lugar.
O t r a s industrias.
Tierras públicas.
Bancos y monedas.
La Sociedad d e C a m b i o s y el B a n c o C o m e r c i a l .
El Banco Mauá.
Bancos departamentales.
Otros bancos.
34.
530 Anales de la universidad
Mauá Comercial
$ 393,859 $ 604,349
381,547 807,244
f 775,406 $ 1.411,593
Acuñación de monedas.
1853 De 40 Va peniques a 43
1854 » 40 » » 41 ^/,
1855 » 40 V2 » » 42
1856 . 40 s/s » » 45
1857 » 40 ^U » . 46 V.
1858 r> 4 0 » » 44
Bolsa de Comercio'.
Movimiento administrativo
Gastos generales:
Gastos departamentales:
Policías $ 17,920
Juntas Económico-Administrativas . . 340
Instrucción Pública 4,718
$ 22,978
En conjunto, 144,122.
Para atender al pago de la partida de 121,144 pesos cuenta, la
Tesorería con 90,578 pesos mensuales por* concepto de los siguien-
tes ingresos:
Aduana. Está calculada su renta en 112.000 pesos. Deduciendo lo
que absorben el Directorio del 48, los créditos igleses y france-
ses y otras situaciones, queda un saldo disponible de 72,562.
Papel sellado y patentes. Están calculados en 25,000 pesos. Dedu-
cido lo que absorben el barón de Mauá y otros, y asimismo los
errores de cálculo al fijar anticipadamente la renta, quedan sólo
9,500 pesos.
Contribución directa. En la Capital 2,916 pesos.
Derecho adicional de corrales, 1,300.
Escribanía de Registro, 420.
Derechos de puerto, 377.
Montepío, 3,500.
Para atender al pago de la partid'a de 22,978 pesos, cuenta la
Tesorería con 13,332 pesos por concepto de los siguientes ingresos:
Contribución Directa, 3,000; derechos departamentales, 6,666; co-
rrales, 2,000; policías, 1,666.
Hecho el balance — concluía el Ministro — entre el total de los
Ancles de la Universidad 541
E l oro brasileño.
P r o s i g u e l a crisis h a s t a el f i n a l d e l g o b i e r n o d e P e r e i r a .
1856 1857
35.
546 Anales de la universidad
El únpnesto departamJdntal.
El impuesto de herencias.
El impuesto de abasto.
Pesca de anfibios.
Correos.
1857 1858
Descentralización de rentas.
E l Presupuesto de 1856.
El Presupuesto de 1857.
Gobierno $ 552,462
Guerra 990,799
Hacienda 727,415
Tribunales 56,358
Número Sueldos
de individuos y pensiones
El Presupuesto de 1858.
De déficit en déficit.
l i a Deuda Consolidada.
El precio de la Consolidada.
$ 202.000,000
Otras deudas.
La enseñanza primaria.
37.
578 Anales de la Universidad
La enseñanza universitaria.
La Univei'siiíad Menor.
38.
594 Anales de la universidad
La ley de hipoitecas.
Estadística judicial.
Salidos 1,078
Pasados al Juzgado del Crimen 115
Destinados a las armas 31
Muertos en el Hospital 3
Existencia que pasa a 1860 47
Lias cárceles.
No era sólo por razones de justicia social que había que reaccio-
n a r contra esa inconcebible pereza en la t r a m i t a c i ó n de las causas.
LiO exigían también imperiosas razones de higiene moral, que en
dos oportunidades se e n c a r g a r o n de exteriorizar l a J u n t a Econó-
mico-Administrativa de Montevideo y el Ministerio de Gobierno.
He aquí lo que en 1857 decían al Gobierno don J u a n R a m ó n Gó-
mez y don J u a n Manuel Besnes e Irigoyen, P r e s i d e n t e y Secreta-
r i o respectivamente de la Municipalidad de la Capital:
«Las cárceles h a n sido creadas para corregir y castigar a los de-
lincuentes y de n i n g ú n modo p a r a pervertirlos, privándolos de los
consuelos espirituales y de todo cuanto constituye y hace estima-
ble la vida del h o m b r e civilizado. Abandonarlos a sí mismos, de-
jarlos dueños de sus inclinaciones en la holganza y en el vicio,
dejarlos en contacto con sus iguales, es obrar contra la ley, contra
la sociedad, es educar y fomentar el vicio. La J u n t a Económico-
A d m i n i s t r a t i v a que tiene por la Constitución de la República el
encargo de velar por la seguridad individual, l e v a n t a su voz con
toda la energía de l a razón p a r a pedirle a V. E. u n p r o n t o remedio
Anales de la universidad 597
La firma de letrado.
ausentado del país sin permiso, incurriendo por tal causa en re-
petidas inasistencias a los estrados en las horas del despacho pú-
blico. Reclamó el interesado y la pena fué revocada, pero con la
advertencia expresa de que los procuradores de número estabati
«por razón de su oficio», bajo la dependencia inmediata de la alta
autoridad judicial.
1856 1858
1.291 1,848
1.038 l,f)68
188 248
Militares 26 Expósitos 64
Civiles 16.'} Kmpleados . . . . 50
Mujeres 43 Nodrizas y amas secas 64
Dementes 34
444
El Liazareto.
El presupuesto de beneficencia.
La lotería.
El número de víctimas.
Marzo
Abril .
Mayo .
Los recursos.
L a traqueotomía en Montevideo.
Servicios d e h i g i e n e p ú b l i c a . L o s caños m a e s t r o s .
El alumbrado a gas.
l,a Policía.
Ordenanzas militares.
La Escuela Militar.
La Guardia Nacional.
Fundación de pueblos.
El extenso territorio de San José fué dividido en dos departa-
montos a mediados de 1856: el de San José y el de Florida.
Anah;s de la Universidad 621
Obras públicas.
Censura teatral.
Intereses eclesiásticos.
40
626 Anales de la universidad
I. Gobierno de Giró. — 1 8 5 2 - 1 8 5 3
Págs.
PáffS.
Págs.
Págs.
Págs.
Págs.
PágB.
Faga.
do de comercio y el de permuta de territorios, 462 —
El tratado de límites. Procedimientos de ejecución
durante el gobierno de Pereira, 463 — Extremos a
que llegaba la absorción brasileña, 465 — Un acta
histórica, 467 — Cuando el Brasil apretaba el torni-
quete era cuando nuestro Gobierno tenía mayor ne-
cesidad de recurrir a su tesoro y a su ejército, 467
—El tratado de neutralización de la República Orien-
tal, 468 — Resistencia que el tratado encuentra en
las Cámaras, 470 — Otro proyecto más amplio de
neutralización, 473 — El proyecto del doctor Joani-
có es sancionado por la Cámara de Diputados, 473
—lEl gobierno de Pereira reanuda su tentativa a
favor del tratado de permuta de territorios, 474 —
La libertad de la prensa durante el gobierno de Pe-
reira, 475 — Nuevas notificaciones a la prensa, 477.
CAPITULO X. MOVIMIENTO ECOXÓMICO 479
Cálculo de la población, pág. 479 — Los esclavos del
Brasil en territorio oriental, 481 — La corriente in-
migratoria, 482 — Franquicias a la inmigración,
483 — Estímulos para la colonización, 484 — La
edificación y la vialidad en la ciudad de Montevideo,
486 — El comercio exterior, 488 — La exportación
ganadera en 1856 y 1858, 489 — Un cuadro más am-
plio de las exportaciones, 490 — El comercio inte-
rior, 491 — Las exportaciones ,de tasajo, 492 — Im-
portación de sal, carbón de piedra y madera, 498 —
Guerra de tarifas en el Plata, 494 — Nuestro inter-
cambio con Italia y España, 496 — Establecimientos
de giro que existían en 1856 — La crisis comercial
de 1858, 497 — La zona franca en la Colonia, 498 —
El Uruguay y el Brasil arriban en 1857 a un trata-
do de comercio con tendencias al libre cambio, 498—•
Trata el Gobierno de propiciarse el apoyo del país,
502 — Pero la prensa de oposición dirige su proa con-
tra el tratado, 502 — El tratado de comercio ante el
Parlamento, 504 — Escasa duración de este tratado,
506 — La cláusula de la nación más favorecida en
los tratados de comercio, 507 — Seguros marítimos,
507 — Navegación de cabotaje, 508 — Obras de aba-
Anales de la universidad 641
Págs.
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642 Anales de la üiiiversidad
'Pékgi.
Págs.