Modulo 4
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cognitivas
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Índice
Objetivos....................................................................................................... 5
Bibliografía................................................................................................. 33
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Objetivos
3. Familiarizaros con las técnicas más utilizadas por los modelos cognitivos.
1.1. Introducción
Las contribuciones más reconocidas como cuerpo central de las terapias cog-
nitivas las realizaron Aaron Beck (1967) y Albert Ellis (1962), aún hoy consi-
derados los principales representantes de este modelo. Ambos provenían de
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Ellis prefirió el desarrollo de una actitud más activa y de diálogo con sus pa-
cientes. El enfoque que surgió se caracterizó por la creencia de que los pensa-
mientos irracionales de las personas causan su sufrimiento psicológico, y que
éstos podrían ser sustituidos conscientemente por otros más razonables. De
ahí que se dedicara con gran esmero a conocer qué pensaban sus pacientes
acerca de lo que les sucedía.
Por su parte, Beck, quien empezó estudiando los sueños de pacientes depre-
sivos para verificar hipótesis psicoanalíticas, derivó en la creación de sus co-
nocidos postulados acerca de la depresión. Su conocida tríada de la depresión
plantea que las personas con trastornos depresivos tienen una visión sesgada
sobre lo negativo del mundo, de sí mismos y del futuro. En este caso dichos
pensamientos podrían ser identificados y modificados con la obtención de la
"evidencia", que podría cuestionar su validez. Beck también acuñó el nombre
de terapia cognitiva.
Por otra parte, las terapias conductuales fueron evolucionando hasta conver-
tirse en terapias cognitivo-conductuales. Bandura (1969) fue uno de los inicia-
dores de la tendencia cognitiva en la terapia conductual. Su contribución a
este proceso consistió esencialmente en lo siguiente:
ta. También se vieron influidos por las ideas de Vigotsky acerca del papel del
lenguaje y el pensamiento (lenguaje interiorizado) como regulador de la con-
ducta.
En los años setenta las terapias cognitivas tuvieron un gran auge, y en los
ochenta la contribución de los italianos Guidano y Liotti, con la ayuda de
Mahoney, dieron un nuevo color al panorama de las terapias cognitivas. Su
visión constructivista da supremacía a la capacidad de cada ser humano de
construir y dar sentido a su mundo a partir de sus propios significados, sin
dejar de lado la importancia e influencia de la vida emocional y los significados
socialmente compartidos.
Los aspectos comunes de las terapias cognitivas pueden ser derivados de los
postulados descritos por Mahoney (1977) para lo que él denominó paradigma
de�aprendizaje�cognitivo, de la manera siguiente:
Dobson y Block (1988) se refieren a los tres aspectos fundamentales que carac-
terizan las terapias cognitivo-conductuales de la forma siguiente:
preta lo que percibe desde una perspectiva personal, subjetiva, que pretende,
además, conservar la "salud interna" del sistema. Por tanto, estas creencias son
por lo general fuertemente defendidas, aunque estén ocasionando sufrimiento
a la persona o exista evidencia opuesta a ellas. Basándose en ellas, la persona
establece los significados que da a sus vivencias de cada día.
Así pues, encontramos que el rasgo común en los modelos cognitivos es que
se enfatiza la importancia de las cogniciones entendidas como "patrones com-
plejos de significado en los que participan emociones, pensamientos y con-
ductas" (Bruner 1990), tanto en la génesis de los trastornos psicopatológicos
como en el cambio terapéutico. Por lo tanto, las terapias cognitivas en general
parten de la base de que las cogniciones influyen en la conducta de las perso-
nas y en su estado emocional. De este modo podemos observar que los pensa-
mientos tienen un papel central como mediadores en la génesis de conductas
y emociones.
Actividad
"No son las cosas mismas las que nos perturban, sino las opiniones que tenemos de las
cosas."
Explicad y justificad tres ejemplos a los que se pueda aplicar esta frase.
Beck y Ellis son considerados los principales representantes del modelo cog-
nitivo tradicional. Ambos autores desarrollaron una visión particular de los
trastornos psicológicos. Ellis (1962) reemplazó la escucha pasiva de la herencia
psicoanalítica por la llamada terapia�racional�emotiva (actualmente la lla-
ma racional-emotiva-conductual). Ésta consiste en que el terapeuta mantenga
una actitud activa y directiva que le permita conocer la filosofía de vida de
sus clientes y, por tanto, la manera que tienen de pensar acerca de lo que les
sucede. De este modo identifica los pensamientos que generan la mayoría de
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1) Es absolutamente necesario ser amado y aprobado por los demás casi en todo momento.
2) Debo ser infaliblemente competente y perfecto en cualquier actividad que emprenda.
3) Las personas que me hieren o me hacen daño son malas, perversas y ruines. Debo culpar-
las, condenarlas y castigarlas con severidad.
4) Es horrible, terrible o catastrófico que las cosas no vayan por el camino que a uno le gusta-
ría que fuesen.
5) Los sucesos externos causan gran parte de la infelicidad humana y tengo poca capacidad
para controlar mis sentimientos o para librarme de la depresión, la hostilidad y sentimientos si-
milares.
6) Encuentro más fácil evitar enfrentarme a las muchas dificultades y responsabilidades de la
vida que comprometerme con formas provechosas de autodisciplina.
7) Si algo me parece peligroso o amenazante debo preocuparme y perturbarme por ello.
8) Mi pasado sigue siendo importante y sólo porque algo haya ejercido una enorme influen-
cia en determinado momento de mi vida, eso mismo tiene que seguir determinando mis senti-
mientos y conductas del presente.
9) Las personas y las cosas deberían ser mejores de lo que son, y debo considerar horrible y es-
pantoso no encontrar rápidamente soluciones buenas a los problemas de la vida.
10) Puedo alcanzar la felicidad por medio de la inercia y la no acción, o "disfrutando de mí
mismo" pasivamente y sin comprometerme.
11) Todas las cosas tienen que estar ordenadas y yo debo estar seguro de ello para sentirme
bien.
12) La calificación global que me doy a mí mismo como humano, mi valoración general y au-
toaceptación dependen de la perfección de mis acciones y del grado de aprobación que me
den los demás.
Actividad
Para cada una de las creencias irracionales indicad si la creencia en cuestión puede subya-
cer al relato de la paciente. De ser así, indicad qué pensamientos debería tener la paciente
al respecto para que la creencia se aplicase.
Me siento muy irritada por lo que me ha pasado hoy. Me acerqué a un puesto del mercado
y vi que estaban atendiendo a dos personas y no había nadie esperando, por lo que pedí la
vez. Al poco llegó otra persona, y cuando la dependienta quedó libre y preguntó "¿Quién
va ahora?", dije que iba yo, y la mujer que había llegado después me increpó diciendo
que ella había pedido la vez y se había ausentado sólo por un momento (en el que yo
llegué). Las otras la apoyaron y me avergonzaron. Tuve que marcharme por las ganas de
llorar que tenía.
Ejemplo�de�respuesta�para�la�primera�creencia
Por su parte, Beck plantea que cada uno de nosotros organizamos nuestras
experiencias en "esquemas" que nos permiten seleccionar, codificar y evaluar
los estímulos, categorizando y valorando las experiencias. Dichos esquemas
también van acompañados de "supuestos" que son entendidos como reglas
mediante las cuales se organiza la percepción. En el caso de aquellas personas
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Lista de los errores cognitivos descritos por Beck (adaptada por Feixas y Miró,
1993)
Actividad
Identificad los tipos de error cognitivo que se dan en estas tres situaciones:
b) sobregeneralicación.
c) etiquetado.
d) engrandecer lo negativo.
e) deberes e imperativos.
a) descalificación de lo positivo.
b) deberes e imperativos.
c) sobregeneralización.
3. Habéis estado intentando adelgazar. Esta semana habéis pasado nervios, y como no
teníais mucho que hacer, habéis estado picando. Después del cuarto caramelo, os decís a
vosotros mismos: "Es que no puedo controlarme. Mi dieta y mis ejercicios se han echado
a perder. Debo parecer un globo. No debería haber comido eso. No puedo soportarlo.
Voy a estar mordisqueando todo el fin de semana." Empezáis a sentiros tan culpables que
os ponéis otro dulce en la boca en un fútil intento por sentiros mejor. Vuestra forma de
pensar es del tipo...
b) sobregeneralización.
d) deberes e imperativos.
e) descalificación de lo positivo.
Solución
1.�a,�b,�c.
2.�a,�c,�d.
3.�a,�b,�c.
Un individuo que piensa que él no vale, que todo es inútil (esquema), muy posiblemente
se sienta triste y desanimado (emoción) y no actúe cuando deba hacerlo (conducta). Este
hecho le refuerza su infravaloración, ya que no toma decisiones ni afronta las dificulta-
des que se le presentan y, además, tiende a atribuir lo que le sucede a la suerte u otros
elementos externos que están fuera de su control. De este modo mantiene la idea de su
propia incapacidad.
En efecto, estas personas se ven como con falta de valor, indeseables y perma-
nentemente culpables por los defectos personales o de los demás. También
consideran que cometen errores frecuentemente o que actúan de una manera
inadecuada. Sus experiencias suelen tener un tinte oscuro y tienden a minimi-
zar las experiencias positivas, con lo cual sienten las actividades diarias como
grandes retos difíciles de alcanzar para ellos. Presentan la tendencia de atribuir
los logros a variables externas que escapan de su control, como la suerte. Al
mismo tiempo, son pesimistas acerca de su futuro, anticipando dificultades,
fracasos, reproches, pérdidas, etc.
Ejemplo
Un paciente que de niño fue humillado, criticado y descalificado por no cumplir con las
expectativas de sus padres, al no poder cumplir con determinadas expectativas actuales,
activa el esquema de éxito-fracaso. Se posiciona en el polo "fracaso", y entonces aparecen
las distorsiones perceptuales y cognitivas que inducen a la minimización de sus logros,
la magnificación de sus errores y los continuos autorreproches, con lo cual se inciará un
ciclo que, de no ser detenido, acaba en depresión.
Existen varias teorías psicológicas que están influidas parcial o totalmente por Bibliografía
esta posición epistemológica. Tal es el caso de las teorías de Piaget y Vigotsky,
G. Feixas y M. Villegas
la concepción de la memoria de Barlett, el construccionismo social de Gergen, (2000). Constructivismo y psi-
las perspectivas narrativas y hermenéuticas, la terapia posracionalista de Gui- coterapia (3a ed.). Bilbao: Des-
clée de Brouwer.
dano, la teoría de los procesos de cambio de Mahoney y, finalmente, la teoría
R. Neimeyer y M. Mahoney
de los constructos personales de Kelly. (Comp.). (1995). Constructi-
vismo en psicoterapia. Barcelo-
na: Paidós, 1998.
1.3.1. El enfoque de los constructos personales
"El constructo personal es una dimensión evaluativa bipolar, simbolizada o no por una
etiqueta verbal, que discrimina entre elementos en función del atributo específico que
abstrae... por ejemplo ’constructivista vs objetivista’ [...]".
Esta revisión debe ser constructiva, puesto que muchas veces se vuelven a em-
plear las mismas construcciones que ya han sido invalidadas, y es aquí donde
se da la psicopatología y el sufrimiento, puesto que el nuevo ciclo de expe-
riencia volverá a invalidarse (precisamente por no haberse reconstruido o no
haber dado con una construcción alternativa más viable).
Imaginaos que vuestra vida es como una película que ha empezado con vues-
tro nacimiento. En ella sois los actores principales y, a la vez, los narradores
de la historia. O sea, esta película tendría dos niveles: uno vivencial, en el que
se experimentan las emociones y sensaciones (la experiencia, el mí), y otro
más racional (la explicación, el yo), en el que el narrador de esta historia se
cuenta a sí mismo lo que ha sucedido. Así como Kelly habla del ciclo de la
experiencia, Guidano habla de los niveles de la experiencia y los llama el nivel
tácito y el nivel explícito. En todas y cada una de las situaciones de vuestra
vida, momento a momento, os encontráis en ambos niveles de la experiencia.
Por otra parte, el narrador va contando la historia de tal modo que al verla
o recordarla sepamos que su protagonista ha sido siempre la misma persona,
a pesar de los cambios producidos a lo largo de la vida. Esto se conoce como
el sentido�de�sí�mismo, que lo podréis entender como la sensación que os
da saber que sois vosotros mismos y no otra persona a lo largo del tiempo; es
vuestra identidad.
Desde que sois niños, se van formando una serie de esquemas cognitivos de los
que se derivan patrones emocionales y conductuales característicos. Además,
experimentáis una amplia gama de emociones características de cada manera
de organizar la experiencia. En cómo llegamos a organizar nuestras experien-
cias de adultos se da una gran influencia de las relaciones de apego tempranas
y de la forma en que se supera la etapa adolescente. A partir de la experien-
cia clínica, Vittorio Guidano ha realizado una descripción y clasificación de
los estilos de funcionamiento personal en cuanto a la manera de construir el
propio mundo que denominó OSP. Su nombre se relaciona con determinadas
disfunciones características de cada manera de organizar la experiencia: OSP
fóbica, OSP de trastornos alimentarios, OSP depresiva y OSP obsesiva.
OSP�obsesiva: el sentido de unidad de sí mismo de una persona con esta OSP Bibliografía
se caracteriza por ser ambivalente (por ejemplo, bueno/ malo) y dicotómico.
V. F. Guidano (1991). El sí
Se desarrolla en un proceso de crecimiento que viene determinado por crite- mismo en proceso: Hacia una
rios de elección del tipo "todo o nada". Por ello, buscan permanentemente la terapia cognitiva postracionalis-
ta. Barcelona: Paidós, 1994.
certeza absoluta de sus ideas y sentimientos. Si surge algún desequilibrio, es V. Guidano (2001). El mode-
inmediatamente experimentado como una falta total de control, la cual es vi- lo cognitivo postracionalista
(comp. y notas de A. Quiño-
vida en concordancia con una serie de pensamientos intrusivos experimenta- nes). Bilbao: Desclée de Brou-
dos como extraños y perturbadores. El obsesivo busca la certeza de sus ideas wer.
inicio de la aparición de ciertos síntomas que tienen que ver con cada OSP.
Dicha situación es vivida como si la mente no fuera en concordancia con el
corazón.
Como ya sabéis, una relación terapéutica tiene que iniciarse con el estableci-
miento del rapport o vínculo terapéutico, dado que éste facilitará la libre ex-
presión del paciente en un contexto de aceptación, empatía y calidez.
Por otra parte, el terapeuta muestra y explica cómo funcionan los círculos vi-
ciosos en el paciente de manera que mantienen sus síntomas. Se dan, así, los
elementos necesarios para que el paciente llegue a comprender cómo se rela-
cionan sus pensamientos erróneos con el sufrimiento emocional en su caso
específico. Mediante una serie de preguntas el terapeuta profundiza, sin reali-
zar juicios ni sermones de ningún tipo, en el tema que trae el paciente con
el fin de evaluar su capacidad de detectar, identificar, diferenciar y registrar
adecuadamente sus emociones, pensamientos y situaciones.
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• Pretende entrenar al paciente para que afronte sus problemas actuales. Es-
tas técnicas se pueden utilizar en el futuro como forma de prevención de
nuevos trastornos.
En 1955, Kelly definió el trastorno como aquellos casos en los que un cons-
tructo sigue utilizándose a pesar de haber sido invalidado en muchas ocasio-
nes, lo cual impediría el surgimiento de modificaciones en los significados que
damos a las situaciones vividas y, por ende, una traba para el crecimiento o la
evolución hacia un sistema de constructos más complejo. Así pues, el objetivo
de la terapia sería la superación del bloqueo evolutivo del sistema de construc-
tos, y esto implicaría el logro de una mayor riqueza de significados que haría
que el individuo pudiera moverse en el mundo de una forma más satisfactoria.
A continuación vamos a ver cómo resumirían este proceso los siguientes au-
tores:
"[...] la actitud del terapeuta u orientador debe respetar un delicado equilibrio entre cam-
bio y mantenimiento de la identidad, combinando la validación de las construcciones
del cliente con la invalidación. La validación permite confirmar los aspectos más nuclea-
res de la identidad y la invalidación tiene que cuestionar aspectos más periféricos o algu-
nas implicaciones de constructos más supraordenados, pero raras veces los constructos
nucleares mismos".
Por último, debéis saber que aunque este enfoque constructivista proporciona
una serie de técnicas específicas de intervención, existe una apertura en cuan-
to al uso de diversas técnicas de otros enfoques, siempre que sean aplicables al
caso particular y beneficien el proceso de autoexploración y autoconocimien-
to. Lo que caracteriza la terapia de los constructos personales no son las téc-
nicas, sino el enfoque de la terapia.
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El mismo proceso se lleva a cabo con los pensamientos y conductas que ex-
perimenta el paciente, respondiendo a las preguntas acerca de qué imágenes
y pensamientos surgieron ante una situación problemática y cuál fue su reac-
ción. De este modo, el paciente logra ir distinguiendo entre las emociones,
pensamientos y conductas que le surgen y qué relación puede haber entre
éstas. Por ejemplo, los pacientes se dan cuenta de que muchas veces llegan
a responder agresivamente ante determinada situación como respuesta a la
frustración que les genera no lograr algo que desean.
Con esta técnica se pretende que la persona pueda hacer la distinción entre
cada uno de estos elementos, o sea, distinguir que es una emoción o un pen-
samiento ante una situación determinada. Este primer paso le ayudará a anali-
zar mejor las hipótesis que automáticamente llega a plantearse ante ciertas si-
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Con esta técnica se anotan los pensamientos automáticos en una tabla de re-
gistro en la que se incluyen: una situación, la emoción, la valoración de la
emoción, los pensamientos e hipótesis. Se sugiere que la persona preste aten-
ción a qué está pasando por su cabeza en el momento justo en que está expe-
rimentando alguna emoción intensa vinculada con algo. Esta técnica se puede
utilizar para que el paciente trabaje con situaciones cotidianas entre sesiones,
dado que así podría ir reconociendo su manera de funcionar y reaccionar, lle-
gando a modificarlas por medio de la identificación e implicaciones de cada
una.
• ¿Qué estaba pasando por mi cabeza justo antes de empezar a sentirme así?
• ¿Qué dice de mí? ¿Qué es lo que quiere decir de mí, mi vida, mi futuro?
• ¿Qué imágenes o recuerdos se me vienen a la cabeza con esta situación?
• ¿Hay alguna cosa pequeña que yo no vea que pueda contradecir mis pen-
samientos?
• Dentro de cinco años, si pensara en esta situación, ¿la vería de forma di-
ferente?
Situación Emociones Pensamiento au- Evidencia que da so- Evidencia que no da so- Pensamiento alterna- Valoración de la
y valoración tomático (ima- porte al pensamiento porte al pensamiento tivo o equilibrado emoción
gen)
Actividad
A continuación os invitamos a que prestéis atención a alguna emoción intensa (al menos
dos) que hayáis tenido recientemente, que sea desagradable o que no comprendáis, y a
que iniciéis el ejercicio del registro paso a paso. Primero, empezáis por la identificación
de una situación distinguiendo pensamientos y emociones. Luego seguís con el registro,
guiándoos por las preguntas que facilitan el proceso de registro. Si no se os ocurre nada,
podéis empezar con la emoción que os origina la propuesta de este ejercicio. También
podéis observar las dificultades que os genera este proceso.
Bibliografía
Este libro es muy práctico, con muchos ejercicios y ejemplos, ideal tanto para terapeutas
como para clientes.
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Esta técnica fue propuesta por terapeutas cognitivos durante los años ochenta.
Consiste en observar la cadena de inferencias que realiza una persona a partir
de un hecho concreto. Para ello se elabora una pregunta en cadena que conecta
una conclusión con otra de orden superior. Neimeyer (1993) propone usar esta
técnica desde una orientación constructivista: a diferencia del uso cognitivo
racionalista, propone evaluar las reglas tácitas de implicación que guían la
conexión entre evidencia y conclusión. El cuestionario y la redefinición de
cada eslabón se pueden considerar una meta terapéutica en sí mismos.
• Evaluar las reglas tácitas de implicación que guían la conexión entre evi-
dencia y conclusión.
Para aplicar la técnica, tenéis que seguir una serie de instrucciones: en primer
lugar, identificar el pensamiento suscitado por un hecho determinado; segun-
do, preguntar al cliente qué significaría para él si lo que ha pensado fuese cier-
to. Se aplica la idea del "como si" tratando "como si" cada eslabón fuese cierto.
Veámoslo en un ejemplo:
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Bibliografía
Botella, L. y Feixas, G. (1998). La teoría de los constructos personales: Aplicaciones a la práctica
psicológica. Barcelona: Laertes.
Bandura, A. (1969). Principles of behaviour modification. New York: Rinehart and Winston.
Beck, A. T. y Emery, G. (1985). Anxiety disorders and phobias: A cognitive perspective. New York:
Basic Books.
Beck, A. T. (1967). Depression: Causes and treatment. Filadelfia, PA: University of Pensylvania
Press.
Dobson, K. S. y Block, L. (1988). Historical and philosophical bases of the cognitive beha-
vioural therapies. En K. S. Dobson (Ed.). Handbook of cognitive-behavioral therapies. New
York: Guilford.
Kelly, G. A. (1955). The psychology of personal constructs (2 Vols.). New York: Norton.
Kelly, G. (2001). La psicología de los constructos personales: Textos escogidos. Barcelona: Paidós.