Religion 4 Periodo PT 2

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¿Qué voy a aprender?

La doctrina Social de la Iglesia (DSI). Comprende una serie de principios y normas


relacionados con la economía, la política y la realidad social de la humanidad. La
enseñanza y la difusión de esta doctrina forman parte de la misión evangelizadora de
la Iglesia. La iglesia de Cristo invita a los creyentes a realizar cambios en sus vidas para
su propio beneficio; instruye a las personas sobre la manera de vivir en comunidad y
llevar una vida de servicio, y promulga normas morales para asegurar el logro de la
justicia. La DSI constituye un cuerpo de principios y enseñanzas que están contenidos
principalmente en las encíclicas papales.

Lo que estoy aprendiendo

La DSI busca instaurar en la sociedad actual un humanismo integral y solidario. En este


sentido, propone normas que persiguen el respeto de los derechos de todas las
personas y la promoción del bien común.

Presenta la solidaridad como la características indispensable de los hijos e hijas de Dios,


quienes están comprometidos de Manera radical con el amor al prójimo. En cuanto a
los aspectos sociales y económicos, reconoce las normas sobre la propiedad pública
y privada; el trabajo y el salario digno; las huelgas y los sindicatos; el auténtico objetivo
de la política y el compromiso sociopolítico de los cristianos.

Práctico lo que aprendí.


Ahora sí vamos a realizar nuestro trabajo
Analizo un texto de la iglesia

Los derechos del trabajador

Los derechos de los trabajadores, como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza
de la persona humana y en su dignidad trascendente. El Magisterio social de la Iglesia ha
considerado oportuno enunciar algunos de ellos, indicando la conveniencia de su
reconocimiento en los ordenamientos jurídicos: el derecho a una justa remuneración; el
derecho al descanso; el derecho « a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no
comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral »; el
derecho a que sea salvaguardada la propia personalidad en el lugar de trabajo, sin que sean
« conculcados de ningún modo en la propia conciencia o en la propia dignidad »; el derecho
a subsidios adecuados e indispensables para la subsistencia de los trabajadores desocupados
y de sus familias; el derecho a la pensión, así como a la seguridad social para la vejez, la
enfermedad y en caso de accidentes relacionados con la prestación laboral; el derecho a
previsiones sociales vinculadas a la maternidad; el derecho a reunirse y a asociarse.658 Estos
derechos son frecuentemente desatendidos, como confirman los tristes fenómenos del trabajo
infra remunerado, sin garantías ni representación adecuadas. Con frecuencia sucede que las
condiciones de trabajo para hombres, mujeres y niños, especialmente en los países en vías de
desarrollo, son tan inhumanas que ofenden su dignidad y dañan su salud.

El bienestar económico de un país no se mide exclusivamente por la cantidad de bienes


producidos, sino también teniendo en cuenta el modo en que son producidos y el grado de
equidad en la distribución de la renta, que debería permitir a todos disponer de lo necesario
para el desarrollo y el perfeccionamiento de la propia persona. Una justa distribución del rédito
debe establecerse no sólo en base a los criterios de justicia conmutativa, sino también de
justicia social, es decir, considerando, además del valor objetivo de las prestaciones laborales,
la dignidad humana de los sujetos que las realizan. Un bienestar económico auténtico se
alcanza también por medio de adecuadas políticas sociales de redistribución de la renta que,
teniendo en cuenta las condiciones generales, consideren oportunamente los méritos y las
necesidades de todos los ciudadanos.

1. Nombra y explica algunos derechos que se mencionan en el texto leído para


completar la tabla.

Rta:
 Derecho a subsidios: (Seguridad Social) Prestación en dinero hecha a una
persona para hacer frente a una necesidad. En el derecho de la seguridad
social rigen múltiples subsidios.

 Derecho a la pensión: El sistema de Seguridad Social, consagrado en la


Ley 100 de 1993, garantiza el derecho irrenunciable de la persona y la
comunidad para obtener la calidad de vida acorde con la dignidad
humana mediante la protección de las contingencias que la afecten.

 Derecho al reposo: Artículo 24: Toda persona tiene derecho al descanso,


al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del
trabajo y a vacaciones periódicas pagadas. Ya en el siglo XIX se reconocía
que trabajar demasiadas horas representaba un peligro para la salud de
los trabajadores y para sus familias.
2. Escribe como entiendes esta frase:

Rta: algunas veces los bienes son producidos de manera corrupta o ilegal y no
los distribuyen de manera equitativa, y no existe la igualdad.

3. Explica, desde el punto de vista del pensamiento de la DSI, por qué es importante
dar solución a las siguientes problemáticas.

Rta:

Es importante ya que quieren


En el congreso se discute una ley robarle esta plata a las personas
que pondría fin a las pensiones que tuvieran una enfermedad o
por enfermedad o vejez por la misma vejez.
En el congreso se discute una ley
que pondría fin a las pensiones
por enfermedad o vejez

Es importante ya que dan por alto


Por las malas condiciones de los accidentes y los
trabajo, muchos mineros mueren “recompensan” con un salario
cada año digno pensando que así
disminuyen los accidentes
en accidentes

Los principios que sustentan la DSI

1. EL BIEN COMÚN: El principio o el criterio del bien común es un principio fundamental en lo que es la vida humana
y en lo que son las relaciones de los seres humanos. Para la doctrina social de la Iglesia el principio del bien común
es el primero de todos los principios: todos los bienes que existen son bienes para todos los seres humanos. La
concepción es clara: Dios creó todo lo que existe para todos los seres humanos, no para una sola persona. De ahí
que el principio del bien común quiere mirar no solamente a un individuo sino a todos los individuos, no a una
persona sino a todas las personas. Por eso, este principio del bien común es una tarea que nos compete a todos, y
de ahí que los bienes que existen sobre la tierra han de llegar a todos los seres humanos. Para nosotros, es un
criterio que tiene que estar siempre claro y es el criterio que se exige en la conducción de la vida política; por eso,
un político es aquel que debe trabajar el bien común y colige con ese principio cuando busca sus propios intereses,
sus propios bienes o el bien particular; y los bienes que hay en una nación, si los miramos bien, son para todos y
por eso se busca que haya una igualdad en la repartición de los bienes. Reflexionar una y otra vez sobre el bien
común nos coloca y nos sitúa en un principio clave en el desarrollo y en el progreso de todo ser humano y de todos
los seres humanos.

2. EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES: El principio del bien común que guía la doctrina social de la Iglesia va
muy unido al principio del destino universal de los bienes. Este principio nos recuerda a nosotros que todo cuanto
existe tiene una dimensión universal. Nosotros hablamos del derecho de propiedad. El derecho de propiedad
privada también tiene su sentido. La propiedad privada ayuda a que las personas puedan tener un mínimo de
espacio para vivir, para que se respete su libertad; sin embargo, cuando la propiedad privada se excede y viola el
principio universal de los bienes, entonces, la propiedad privada ha de estar sujeta a lo que es este principio
universal de los bienes. El Papa Juan Pablo II repetía que: “Sobre toda propiedad privada, hay una hipoteca de los
bienes que han de llegar a todos”. Y ese llegar a todos es llegar a todo ser humano y a todos los seres humanos y
nosotros hemos de repetirlo continuamente: Dios creó todas las cosas, no para un grupo, sino para todos. De tal
manera es así, que hay que buscar caminos para una justa distribución de los bienes y de las riquezas, sean éstas
las que sean.

3. LA SUBSIDIARIDAD: En la búsqueda del progreso y el desarrollo de toda persona humana, de todo ser humano,
de su dignidad, hay un principio que no se tiene muchas veces en cuenta y que hay que recordarlo también con
frecuencia y volver el pensamiento y la mirada hacia él. Es el principio de la subsidiaridad, palabra que no es fácil
de pronunciar, pero que es sumamente importante. Nosotros los seres humanos debemos producir lo que nosotros
debemos producir. Cada ser humano tiene una responsabilidad, ante sí mismo y ante los demás, como cada grupo,
como cada sociedad, pero hay limitaciones que nosotros tenemos, y es ahí donde se necesita el apoyo subsidiario.
Venir en apoyo de las familias que no pueden alcanzar las metas que deben alcanzar, de los individuos, de las
personas, de los grupos, sean estos los que sean. Por eso, el Estado tiene la responsabilidad de cuidar, de velar
para que cada uno de nosotros haga lo que tenga que hacer, pero que podamos recibir también el apoyo en aquello
que nosotros no podamos hacer. Ese principio de subsidiaridad ayuda a que los pueblos puedan progresar y los
grupos puedan avanzar. Y esto hay que decirlo no solamente a nivel nacional, hay que decirlo, también, a nivel
universal: nos hemos de acompañar mutuamente los pueblos, y aunque esto no lo pidiera Dios, ni lo pidiera la
doctrina social de la Iglesia, lo pide el sentido común y lo pide la razón. Se ha de apoyar a todo aquel que no puede
dar todo lo que él quisiera o pudiera dar.

4. LA PARTICIPACIÓN: Otro principio claro en la doctrina social de la Iglesia es el principio de la participación. Es un


tema sobre el que nosotros volvemos una y otra vez. La participación, como algo inherente al ser humano, hace
parte de nuestra existencia. Nosotros queremos participar y esa participación nos hace mostrar a nosotros un
deber, el deber que tenemos todos los seres humanos de participar en la vida, en el desarrollo, en el progreso de
los pueblos. Por eso, una persona que no participa en los gastos de un pueblo, con sus impuestos, es una persona
que no está cumpliendo con su deber. Una persona que no participa en las elecciones, por ejemplo, es una persona
que se siente limitada en lo que es su derecho de participar en la elección de aquellos que lo dirigen. Esta dimensión
de la participación muestra un derecho, pero también muestra un deber. Derecho y deber, el derecho de participar
y el deber de participar. Por eso, cuando las personas no pueden participar todo lo que pueden en la vida nacional,
se sienten limitadas. Las dictaduras limitan la participación, pero también la participación se vuelve un desorden
cuando no es regulada. Volvamos una y otra vez la mente sobre la participación, sobre nuestro deber de participar
en la vida familiar, en la vida social, en la vida del barrio, en la vida nacional, en la vida internacional. Pensemos
en la participación, como un derecho y un deber.

5. LA SOLIDARIDAD: La solidaridad es uno de los grandes principios, o si se quiere, uno de los grandes valores que
más se trata en el mundo de hoy. Hemos venido muchas veces sobre esta temática y hay que volver continuamente
sobre ella. La solidaridad nos está mostrando a nosotros como la humanidad es una y cómo tiene que apoyarse
mutuamente. La solidaridad que nos mueve a nosotros a vernos como sólidos en uno nos indica que los pueblos
no pueden existir si no son solidarios entre sí y que la humanidad también es así, y esto se ve de una manera muy
clara en las crisis y en los problemas. Somos solidarios, hemos de ser solidarios, queramos o no queramos, pero
hemos de hacerlo de manera consciente. Los países más ricos tienen necesidad de ser solidarios con los demás y
los Países pobres también han de tomar conciencia sobre esto. El Amazonas no pertenece ya a Brasil o a los países
del Cono Sur, es un bien de toda la humanidad, porque lo que pasa allí afecta a la humanidad. Somos solidarios, y
los seres humanos somos como un racimo de guineos: o caminamos juntos o nosotros perecemos, pero hemos de
estar juntos. El principio, el criterio, el valor de la solidaridad es temática sobre la que hay que pensar y volver una
y otra vez porque no solamente se ha de esperar solidaridad de los demás, sino que cada uno de nosotros ha de
poner su granito de arena en el camino y en la construcción de un mundo solidario.

6. VALORES FUNDAMENTALES: El tema de los valores está sobre el tapete. Es un tema sobre el que hemos de volver
una y otra vez, y podemos preguntarnos sobre los muchos valores que hay, y podemos enumerar decenas de
valores: ¿cuáles son los fundamentales?, ¿cuáles son los más importantes, aquellos necesarios para que funcione
una sociedad y que son clave también para el progreso de los pueblos? Los cuatro grandes valores son estos: La
verdad, la libertad, la justicia y el amor. Y me voy a referir ahora a los tres primeros porque el amor, que nos une
a los demás, necesita un tratamiento especial. La verdad: sin la verdad ningún pueblo podrá avanzar. Jesucristo
decía, y es lema del pueblo dominicano: “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. La verdad y la libertad:
la libertad, que nosotros los dominicanos disfrutamos después de tantas dictaduras, se torna también en desorden
y en libertinaje cuando no la sabemos usar. La libertad se manifiesta en la democracia, pero necesitamos de una
libertad sabiamente usada. Por eso, volver la mente y la mirada sobre la libertad, es clave, y sobre todo en estos
tiempos en las que disfrutamos de la libertad, para no volver a las dictaduras, pero tampoco para que la libertad
se vuelva para nosotros un enemigo. Y la dimensión de la justicia: si quieres la paz, trabaja por la justicia. Si
nosotros queremos guardar las relaciones como debe ser, es clave y fundamental, ¿quién lo puede negar? el valor
de la justicia. Sabemos que tenemos muchos desórdenes cuando impera la mentira, el libertinaje y la injusticia.
Por eso, en la doctrina social de la Iglesia esos tres valores son fundamentales y clave para la vida de cualquier
sociedad.

7. LA VÍA DEL AMOR: Podemos hablar y tocar temáticas como esta: el bien común, el destino universal de los
bienes, la participación, la solidaridad, los valores de la verdad, la justicia y la libertad. Pero tenemos que decir que
el vínculo que une todo esto es el amor. Sin amor, nosotros no podremos llegar a eso que deseamos: a una mayor
distribución de las riquezas, a un mundo donde impere la verdad, la justicia, la libertad; donde los bienes realmente
sean comunes, donde se busque el bien común. No podemos pedirles a los políticos que se preocupen de buscar
los intereses del pueblo dominicano y no sus propios intereses, si ellos no tienen amor. Se lo podemos pedir en
nombre de la justicia, en nombre del respeto a los demás; el amor es necesario para todo ello. Podemos pedirle a
un juez que haga la justicia, pero si ese juez no respeta a la persona humana, si ese juez no ama al ser humano y
no ama a los dominicanos, será injusto. Los valores que nosotros necesitamos poner en práctica, y son necesarios
todos, necesitan un fundamento, un guía, que es el amor. Por eso, el progreso de los pueblos, el bienestar de los
pueblos, la mejor distribución de las riquezas, todo aquello que nosotros deseamos no se dará en efecto y en
verdad, si los seres humanos son egoístas. De ahí que el camino del amor, la vía del amor, es y seguirá siendo el
camino del desarrollo de los pueblos, del respeto a las personas y de los derechos humanos.

4. Observa las siguientes ilustraciones y escribe, para cada una, un pie de foto en
que la relaciones con algún principio de la DSI.

Rta:

Trabajo

Solidaridad
Participación

Solidaridad

¿CÓMO EVALUAS TU ACTIVIDAD FRENTE A ESTE TEMA?

Sobresaliente. ___

Bueno: ___x__

Bajo: ____

¿Por qué? Hice mi trabajo a conciencia pero fuera del tiempo.

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