Principios de Criminología
Principios de Criminología
Principios de Criminología
I. Concepto:
El objeto de estudio seleccionado causó en su tiempo un impacto revolucionario pues
permitió vislumbrar claramente las falencias o contradicciones intrínsecas al sistema
penal. Obligó a afrontar ciertos problemas de fondo de la criminología como lo es la
real distribución de la conducta desviada entre las distintas capas sociales, y la
consecuente ruptura con la ficción que consideraba al delito como patrimonio
exclusivo de las "lower class", el convencimiento acerca de la existencia de una "cifra
negra" de la delincuencia y de que la ley penal se aplicaba diferenciada y
selectivamente. El contexto en el que se desarrolló este concepto fue especialmente
propicio para que su estudio captara la atención social. Estados Unidos se
caracterizaba por el clima social de urbanización. Las primeras décadas del siglo
produjeron en los habitantes fuertes sentimientos de desorganización social, producto
de la creciente concentración industrial. Todo ello trajo aparejado importantes
manifestaciones en el campo delictivo destacándose entre ellas la corrupción
administrativa, la prostitución, los negocios ilegales de la época de la ley seca, entre
otros. No resulta causal, entonces, que criminólogos destacados se dedicaran al
estudio del "crimen organizado". La Escuela de Chicago, de donde surge Sutherland, se
caracterizó porque seleccionó como objeto de estudio a las ciudades.
II-Características:
Si bien la definición en sí misma asigna características específicas, otros autores la
complementaron, de este modo consideran que la delincuencia de cuello blanco se
distingue del resto por: - la lesión de la confianza en el tráfico mercantil. -el uso de la
credulidad o ignorancia de la víctima, una especial astucia (apariencia legal del hecho)
o afección de vastos sectores de la población, e incluso a países enteros. Todo lo dicho
torna prácticamente imposible la identificación del autor -la circunstancia de que la
sociedad tenga conciencia de la ilicitud del hecho, pero no de su trascendencia criminal
-la imagen de honorabilidad del autor, debido a su posición política, social y
económica. Su respetabilidad obligó a establecer una relación cercana entre poder
económico y poder político. -la escasa visibilidad del delito -la volatilización de la
cantidad de víctimas. -las estructuras anónimas de comunicación. -El no aparecer en
las estadísticas criminales a pesar del alto costo social causado; sea por la
imposibilidad de desenmascararlos, o por los obstáculos para perseguirlas por vía de la
administración de justicia penal.
YIDG 12