Defensa Doctora Alba Gutiérrez

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

DEFENSA DOCTORA ALBA GUTIÉRREZ

Afirmaciones que aparecen en la queja disciplinaria:

(a) Primera afirmación: la Juez Segunda Penal del Circuito Especializada,


en repetidas oportunidades, se ha acercado en diversas oportunidades,
estando inclusive rindiendo declaración las víctimas, para obtener
información y suministrarla al señor GERMÁN RESTREPO, lo que evidencia
un tráfico de influencias y un favorecimiento al agresor.

Contrargumentos:

1. Inicialmente debo manifestar que, en efecto, sí conocía al señor


GERMÁN RESTREPO por cuanto yo hacía parte de su feligresía y, en
consecuencia, asistía a sus misas y ritos religiosos. Igualmente resulta
cierto que tuve conocimiento, por su propia voz y los medios de
comunicación, que le estaban adelantando un proceso penal en razón
de haber cometido, supuestamente, delitos sexuales en contra de niñas
menores de edad. Sin embargo, todo lo correspondiente a la afirmación
relacionada con mis supuestas visitas a la Fiscalía de CAIVAS o al
despacho en el que se adelantaba la investigación penal en contra del
señor GERMÁN RESTREPO es, sencillamente, falsa. En consecuencia:

i) Jamás intenté influir negativa o positivamente en las funcionarias


que adelantaban el proceso penal en contra del señor GERMÁN
RESTREPO.
ii) Jamás me acerqué a la Fiscalía de CAIVAS para preguntar por el
proceso penal seguido en contra del señor GERMÁN RESTREPO.
iii) Jamás asistí a la práctica de las entrevistas que la Policía Judicial
pudiera haber realizado con ocasión del supuesto delito cometido
por el señor GERMÁN RESTREPO.
iv) Jamás dialogué, fuera o adentro del Palacio de Justicia, con
funcionarias del CAIVAS acerca del proceso penal seguido en
contra del señor GERMAN RESTREPO.
v) Jamás tuve contacto con los miembros de la Policía Judicial, ni con
las funcionarias de la Fiscalía General de la Nación buscando tener
conocimiento acerca del proceso penal seguido en contra del seññor
GERMÁN RESTREPO.
vi) Jamás accedí, ni por petición formal ni informal, al proceso de
radicado 540016106079201700010 ni a sus evidencias.
vii) Por lo tanto, desde el plano físico y material nunca existió
contacto entre los funcionarios asociados al proceso penal del señor
GERMÁN RESTREPO y mi persona.
2. De esta manera, se presentaría una inexistencia del hecho atribuido en
la queja disciplinaria lo cual puede se corroborado fácilmente a través
de las siguientes pruebas:

Ya practicadas:

i) El día 08 de octubre de 2018 la doctora SANDRA YARIMA


RODRÍGUEZ CÁRDENAS remitió oficio 20470-01-02-03-398
mediante el cual señaló: primero, el decurso procesal de la
actuación penal seguida en contra del señor GERMÁN RESTREPO;
segundo, las evidencias documentales que fueron recaudadas hasta
ese momento y los diversos actos de investigación realizados; y
tercero, los sujetos procesales que han intervenido en la indagación
adelantada en contra del procesado. Allí se evidencia con suma
claridad lo siguiente:

(a) Como se especifica en respuesta al punto número 3 de dicho


oficio “la doctora ALBA GUTIÉRREZ YÁÑEZ no ha intervenido en
ninguna diligencia ni como particular, ni como servidora judicial”.
(b) Adicionalmente, se tiene que de acuerdo con la relación de
oficios, evidencias documentales y actos investigación
adelantados, jamás participé formal o informalmente en ninguno
de ellos, puesto que, si así fuera, se habría dejado constancia de
tal situación, pero como puede observarse fui completamente
ajena a dicho trámite.
(c) De la misma manera, no obra dentro del expediente penal
declaración o documento allegado por el indiciado en el cual
exprese que yo le brindé información de algún tipo.
(d) Finalmente, el Código de Procedimiento Penal establece en su
artículo 206, inciso tercero, que el Entrevistador debe dejar
“constancia” de sus observaciones y de todo lo sucedido en la
entrevista. Sin embargo, no se observa en las evidencias
aportadas por la Fiscalía y los Quejosos al proceso disciplinario
que en las Entrevistas efectivamente se hubiese dejado alguna
constancia relativa a la participación de una funcionaria, juez o
mi persona durante la realización de las mismas, lo que pone de
presente que tal hecho jamás existió como lo afirme de forma
precedente.

ii) El día 06 de agosto de 2019 la doctora SANDRA YARIMA


RODRÍGUEZ CÁRDENAS, al rendir su declaración, fue clara en
explicar cuál fue el desarrollo que se llevó a cabo en la indagación
adelantada en contra del señor GERMÁN RESTREPO,
evidenciándose que su criterio jamás fue influido por agentes
extraños al contenido mismo de los elementos materiales probatorios
que logró recopilar y la dinámica propia de las audiencias
preliminares acorde lo establece la Ley 906 de 2004. Ahora bien, con
relación a mi supuesta influencia en su despacho para favorecer los
intereses del indiciado en el proceso penal mencionado, se tiene que
la doctora RODRÍGUEZ afirmó lo siguiente: “En cuanto a que la
queja se refiere a una juez, más exactamente la doctora ALBA
GUTIÉRREZ, me permito manifestar que hasta ese momento no la
conocía, no había tenido ningún trato con ella, jamás se me acercó
esa doctora a preguntarme por este caso, postertior a esta queja la
distingo pero al día de hoy, jamás es curzado una plabra con ella.”

iii) Adicionalmente, aplicando el onus probandi incumbit actori se tendría


que el quejoso realizó afirmaciones incriminatorias sin fundamento
material alguno, razón por la cual se encontrarían carentes de
prueba y no podrían suportar ni siquiera el inicio de un acción
disiplinaria en su fase más primigencia. En consecuencia, como no
allegó prueba alguna de que efectivamente me hubiese reunido con
los funcionarios de la Fiscalía o de la Policía Judicial, su afirmación,
sencillamente ha caido en el vacío y no alcanza a ser algo más que
un producto de su imaginación.

3. Lo expuesto me permite manifestar, a manera de conclusión, que:

i) Jamás influí ni intenté influir en otro servidor público, prevaliéndose


de mi cargo o de cualquier otra situación o relación derivada de mi
función o jerarquía para conseguir una actuación, concepto o
decisión que le pudiera generar directa o indirectamente beneficio de
cualquier orden a un tercero.

Ley 734 de 2002, Art. 48 numeral 42.

ii) Igualmente, nunca me ofrecí ni accedí a realizar la conducta


anteriormente descrita.

Ley 734 de 2002, Art. 48 numeral 42.


ARTÍCULO 48. FALTAS GRAVÍSIMAS. Son faltas gravísimas las
siguientes: 42. Influir en otro servidor público, prevaliéndose
de su cargo o de cualquier otra situación o relación derivada
de su función o jerarquía para conseguir una actuación,
concepto o decisión que le pueda generar directa o
indirectamente beneficio de cualquier orden para sí o para un
tercero. Igualmente, ofrecerse o acceder a realizar la conducta
anteriormente descrita.

iii) Finalmente, tampoco en mi calidad de servidora pública, utilicé


indebidamente, en provecho de un tercero, influencias derivadas del
ejercicio de mi cargo o de mi función como Juez Segunda Penal del
Circuito Especializada, con el fin de obtener cualquier beneficio de
parte de otro servidor público en asunto que éste se encontrara
conociendo o fuera a conocer, como lo sería lo relacionado con el
proceso penal seguido en contra del señor GERMÁN RESTREPO.

Ley 734 de 2002, Art. 48 numeral 1.


ARTÍCULO 48. FALTAS GRAVÍSIMAS. Son faltas gravísimas las
siguientes: 1. Realizar objetivamente una descripción típica
consagrada en la ley como delito sancionable a título de dolo,
cuando se cometa en razón, con ocasión o como consecuencia
de la función o cargo, o abusando del mismo.

Código Penal. ARTICULO 411. TRAFICO DE INFLUENCIAS DE


SERVIDOR PUBLICO. <Ver Notas de Vigencia en relación con el
artículo 33 de la Ley 1474 de 2011> <Penas aumentadas por el
artículo 14 de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de enero de
2005. El texto con las penas aumentadas es el siguiente:> El
servidor público que utilice indebidamente, en provecho propio
o de un tercero, influencias derivadas del ejercicio del cargo o
de la función, con el fin de obtener cualquier beneficio de parte
de servidor público en asunto que éste se encuentre conociendo
o haya de conocer, incurrirá en prisión de sesenta y cuatro (64)
a ciento cuarenta y cuatro (144) meses, multa de ciento treinta
y tres punto treinta y tres (133.33) a trescientos (300) salarios
mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas de ochenta (80) a
ciento cuarenta y cuatro (144) meses.

(b) Segunda afirmación: se dice que yo me desempeño como “asesora


jurídica de la iglesia que lidera el supuesto sacerdote”.

Como soporte de esta aseveración allegan los Quejosos los siguientes


documentos:

i) Contrato de mano de obra No 001 en el que al final del mismo


aparece mi nombre y mi firma con la expresión “revisó”.
ii) Liquidación final de la obra del anterior contrato en el que al final
del mismo aparece mi nombre y mi firma con la expresión “Vo. Bo.
Asesora jurídica”.
iii) Acta de recibo final de obra No 001 en el que al final del mismo
aparece mi nombre y mi firma con la expresión “asesora jurídica”.
iv) Contrato de prestación de servicios profesionales del ingeniero Jose
Luis Baez Fuentes de fecha 03 de febrero de 2016 en el que al final
del mismo aparece mi nombre y mi firma con la expresión “revisó”.

Contraargumentos:
1. Inicialmente debo manifestar que la Iglesia Una Santa Apostólica Jesús
de la Buena Esperanza era una entidad religiosa y privada aprobada
mediante Resolución 0115 del 28 de enero de 1999. Esto resulta
relevante porque, al tener una personería jurídica y unos estatutos,
también debían poseer un mecanismo formalizado para el ingreso de
los abogados y particulares a los empleos que ofreciera dicha Iglesia,
entre ellos, el de Asesor Jurídico. En consecuencia, una persona no
podría reputarse como “Asesor Jurídico” tan solo porque apareciera
enunciada con dicha calidad en un contrato de obra, sino que,
adicionalmente, se requería que el “abogado” hubiese firmado Contrato
de prestación de servicios con la entidad religiosa cuyo objeto fuera,
precisamente, la prestación onerosa de los servicios profesionales de
asesoría jurídica y éste, además, se encontrara vigente para el momento
en el cual se realizara la correspondiente “aprobación” o “revisión” del
contrato de obra o similar. Desde dicha óptica, es claro que nunca tuve
la calidad de “Asesora jurídica” de la Iglesia Una Santa Apostólica
Jesús de la Buena Esperanza porque, aún cuando por un lapsus calami
de quien redactó la liquidación final y el acta de recibo de la obra 001
puso erradamente que yo tenía dicha calidad, lo cierto es que:

i) Nunca di consejo jurídico a dicha entidad religiosa en ningún


aspecto.

ii) Jamás firmé contrato de prestación servicios profesionales de


ninguna clase con dicha entidad religiosa y menos uno cuyo objeto
consistiera en asumir la representación o asesoría jurídica de la
Iglesia mencionada, lo cual puede ser corroborado solicitando a esta
corporación la certificación respectiva de qué personas fueron, en
verdad, las o los asesores jurídicos de ella.

iii) La persona encargada de asesorar jurídicamente a la Iglesia Una


Santa Apostólica Jesús de la Buena Esperanza fue la doctora SONIA
VELÁSQUEZ GARCÍA. En consecuencia, mi visto bueno y rúbrica
consistió en simplemente dar fe que la información contenida en
dicho documento era cierta, razón por la cual mi intervención dentro
de tales contratos, liquidación final y acta de recibo se circunscribió
a la de actuar como una “testigo o veedora” de los hechos
consignados, y NO a brindar asesoría o consejo jurídico de algún
tipo, pues esa función la cumplió otra persona. De esta manera,
únicamente verifiqué, firmé y otorgué mi visto bueno porquese
corroboró que los datos allí consignados correspondían a los
soportes respectivos y a la información real a la cual se refería. Por
ejemplo, fue posible verificar que los números de cédula eran
correctos, que los nombres estaban bien escritos, que el valor inicial
y final del contrato era el mismo, que las cantidades de materiales
relacionadas correspondían a las que físicamente aparecían y al
valor de las facturas aportadas, etc. Es decir, mi firma y visto bueno
no implicó la aprobación de los aspectos jurídicos del contrato,
sino la verificación de la información allí contenida, para lo cual no
se requería ni requirió de conocimiento jurídico alguno sino
solamente de una competencia: saber leer para confrontar la
información allí contenida y comprenderla, razón por la cual con
haber aprobado el curso de primero de primaria me bastaba, lo que
deja en evidencia que para ello no se requerían conocimientos
jurídicos especializados, pues la verificación era simplemente física y
material, mas no de tipo valorativa.

iv) Así mismo, se tiene que cuando firmé el acta de liquidación y de


recibo vi que tenía un error consistente en que me habían puesto
debajo del nombre “asesora jurídica”, aun cuando en realidad no
tenía ese cargo sino la de una simple testigo de la información allí
contenida. Sin embargo, decidí dejarla de esa manera porque el
señor GERMÁN RESTREPO necesitaba con urgencia entregar dicha
documentación y ya había sido firmada por las otras personas,
razón por la cual si no lo hacía en ese momento tendrían que volver
a imprimir y recoger las correspondientes firmas. Por lo tanto, como
se trataba de una irregularidad intrascedente, dado que
materialmente otra persona era la que fungía como asesora jurídica
y ello estaba absolutamente claro para todos los firmantes, accedí a
signarlo con ese pequeño yerro producto de un lapsus calami de la
amanuense, solicitando que hicieran luego la correspondiente
aclaración en otro documento a lo cual accedieron, pero finalmente
desconozco si en efecto se efectuó o no la respectiva corrección.

2. Adicionalmente, es fundamental tener presente que:

i) Mi intervención como simple fedante o testigo y NO como asesora


jurídica, se realizó sobre un Contrato privado de obra y NO sobre un
asunto judicial, administrativo o policivo. Y ello fue así porque la
realización del contrato de obra, la liquidación final y el acta de
recibo no fueron actuaciones ejecutadas ante un juez y dentro de un
proceso judicial (civil, penal, laboral o administrativo) que hubiese
comenzado. Tampoco se trató de un trámite originado con ocasión
de una infración de tránsito o del Código de Convivencia Ciudadana
de la policía nacional, razón por la cual no fue de tipo policivo. Y,
finalmente, no podemos afirmar que se tratara de un trámite
administrativo porque el Contrato de obra de privada no constituye
un procedimiento de vía gubernativa, ni una actuación que se
adelante ante ningún órgano de tipo estatal.
ii) Igualmente, mi función en dichos documentos no constituyó una
representación, litigio, gestión o asesoramiento de tipo jurídico
porque: el representante legal era el señor GERMÁN RESTREPO, no
existía ni existió litigo con ocasión de dicho contrato de obra, jamás
se gestionó tal acuerdo laboral entre los intervinientes y la asesora
jurídica era la doctora SONIA VELÁSQUEZ GARCÍA. Por ende, lo que
yo hice fue cumplir un rol no jurídico que implicó la verificación
material de la información consignada en los documentos que firmé.

iii) Finalmente, el Contrato de obra, su liquidación y acta de recibo no se


trataron de asuntos relacionados con las funciones propias de mi
cargo, pues como Juez Segunda Penal del Circuito Especializada con
Funciones de Conocimiento únicamente tengo el rol de decidir la
responsabilidad penal de las personas que infrinjan la disposiciones
jurídico penales que aparecen relacionadas en el artículo 35 del
Código de Procedimiento Penal.

Ley 734 de 2002, Art. 48 numeral 1.


ARTÍCULO 48. FALTAS GRAVÍSIMAS. Son faltas gravísimas las
siguientes: 1. Realizar objetivamente una descripción típica
consagrada en la ley como delito sancionable a título de dolo,
cuando se cometa en razón, con ocasión o como consecuencia
de la función o cargo, o abusando del mismo.

Código Penal. ARTICULO 421. ASESORAMIENTO Y OTRAS


ACTUACIONES ILEGALES. <Penas aumentadas por el artículo 14
de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de enero de 2005. El
texto con las penas aumentadas es el siguiente:> El servidor
público que ilegalmente represente, litigue, gestione o asesore
en asunto judicial, administrativo o policivo, incurrirá en
multa y pérdida del empleo o cargo público.

Si el responsable fuere servidor de la rama judicial o del


Ministerio Público la pena será de prisión de dieciséis (16) a
cincuenta y cuatro (54) meses, e inhabilitación para el ejercicio
de derechos y funciones públicas por ochenta (80) meses.

Ley 734 de 2002. Arts. 35 y 50, inc. 2

ARTÍCULO 35. PROHIBICIONES. A todo servidor público le está


prohibido: 22. Prestar, a título personal o por interpuesta
persona, servicios de asistencia, representación o asesoría en
asuntos relacionados con las funciones propias del cargo, o
permitir que ello ocurra, hasta por el término de dos (2) años
después de la dejación del cargo, con respecto del organismo,
entidad o corporación en la cual prestó sus servicios, y para la
prestación de servicios de asistencia, representación o
asesoría a quienes estuvieron sujetos a la inspección,
vigilancia, control o regulación de la entidad, corporación u
organismos al que se haya estado vinculado.

ARTÍCULO 50. FALTAS GRAVES Y LEVES. Constituye falta


disciplinaria grave o leve, el incumplimiento de los deberes, el
abuso de los derechos, la extralimitación de las funciones, o la
violación al régimen de prohibiciones, impedimentos,
inhabilidades, incompatibilidades o conflicto de intereses
consagrados en la Constitución o en la ley.

SOLICITUD: con base en lo expuesto solicito me sea archivado el proceso


disciplinario de la referencia teniendo en cuenta que no realicé ninguna
de las conductas que fueron señaladas por los Quejosos, de conformidad
con lo establecido en el artículo 73 de la Ley 734 de 2002.

También podría gustarte