Koselleck, R. & Gadamer, H. G. - Historia y Hermenéutica (Ocr) (Por Ganz1912)

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 117

ganz1912

lícinliart Koscdleck
llans-G oorg (¿adamer
Historia v homi<Miówli<a
l nt roduerion de
José Luis \ illarañas ) Faustino Oncina
l’aidós l.C.E I H.A.R

l’eiisaimeiilo ( Contemporáneo i 3
■ M - ' f ’'
ganz1912

H is to ria y h e r m e n é u tic a

R e in h a rt K o s e lle c k
H istó rica y h e rm e n é u tic a

H a n s -G e o rg G a d a m e r
H istó rica y le n g u a je : u n a re s p u e s ta

L a d iv ersid ad de la s le n g u a s
y la c o m p re n sió n d el m u n d o

In tro d u cció n d e J o s é L u is V illacañ as


y F a u stin o O n cin a

E d ic io n e s P aid ós
l.C .E . de la U n iv ersid ad A u tó n o m a d e B a rc e lo n a
Barcelona - Buenos Aires - México
ganz1912

Títulos originales:
a) «Henneneutik und Historik», Heidelberg, C. Winter Universitatsverlag,
1987.
b) «Die Vielfalt der Sprachen und das Verstehen der Welt. Ein Studium-
generale-Vortragi.; en Gesammelte Werke, vol. VIII, Asthetik und Poe-
tik, 1, Kunst als Aussage, Tubinga, J.C.B. Mohr (Paul Siebeck), 1993,
págs. 339-349.

Traducción y notas de Faustino Oncina

Cubierta de Mario Eskenazi

1a edición, 199 7
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares
del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción
total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución
de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

© de a): 1987 by C. Winter Universitatsverlag, GmbH., Heidelberg


© de b): 1993 by J.C.B. Mohr (Paul Siebeck), Tubinga
© de esta edición:
Ediciones Paidós Ibérica, S.A.,
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona,
e Instituto de Ciencias de la Educación
de la Universidad Autónoma de Barcelona, 08193 Bellaterra

ISBN: 84-493-0324-9
Depósito legal: B-3.431/1997
Impreso en Novagrafik, S.L.,
Puigcerda, 127 - 08019 Barcelona
Impreso en España - Printed in Spain

https://tinyurl.com/y794dggv
https://tinyurl.com/y9malmmm
ganz1912

S U M A R IO

I n t r o d u c c i ó n , José Luis
Villacañas y Faustino O m ina . . . 9
I. Begriffsgeschichte filo só fica ........................................... 10
11. Begriffsgeschichte historiográfica: más allá de la herme­
néutica y de la historia de las ideas................................ 20
111. Problemas filosóficos de una historia conceptual: re­
laciones entre historia conceptual, historia social y
semántica h istó rica ............................................................. 30

R e f e r e n c ia s b ib l io g r á f ic a s , José Luis Villacañas y Faustino


Oncina................................................................................................. 55
I. Bibliografía de Reinhart Koselleck............................... 55
11. Bibliografía sobre historia conceptual........................... 58
III. Bibliografía adicional sobre semántica histórica . . 61

N ot a d e l e d it o r a l e m á n , Wol/gang W i e l a n d ........................ 63

Histórica y hermenéutica, Reinhart K o s e lle c k ........................ 65


I. H istórica................................................................................ 70
11. Histórica y hermenéutica.................................................... 86

Histórica y lenguaje: una respuesta, Hans-Georg Gadamer. . 95

La diversidad de las lenguas y la comprensión del mundo,


Hans-Georg Gadamer..................................................................... 107
I ntroducción

La Begriffsgeschichte, o historia conceptual, se dice y, sobre todo,


se practica de muchas maneras. D e ahí que se imponga una elucida­
ción genealógica de sus diversos sentidos, para comprender el tras­
fondo de la controversia entre Koselleck y Gadamer. Aunque la fór­
mula Begriffsgeschichte surge en el siglo XVIii, sólo a mediados del xx
alcanza rango filosófico. D e un modo tópico y genérico, la historia
conceptual actual se entiende a sí misma como un instrumento metó­
dico autónomo para la teoría filosófica. Mas no pretende ser un suce­
dáneo ni una mera propedéutica de la filosofía. Brinda algo más que
un agregado de materiales históricos y no se agota en absoluto en fi­
lología erudita de la terminología especializada. Se integra en la filo­
sofía, concebida como una comprensión racional del mundo natural
y social, al acreditar la eficacia histórica de los conceptos y aquilatar
su uso en un contexto significativo.
A pesar de todo, un dato merece ser subrayado: una teoría de la
Begriffsgeschichte es todavía hoy un desiderátum, tanto en su acepción
filosófica, como en la historiográfica. La Histórica de Koselleck es un
serio ensayo de cumplimentarlo. Esa teoría buscada debiera analizar
y esclarecer críticamente el entrelazamiento de los distintos puntos
de vista y momentos estructurales (hermenéuticos, terminológicos,
metaforológicos, lingüísticos, etc.) de la historia conceptual.
En esta introducción no podemos pretender llenar este vacío
teórico. Aspiramos más bien a tareas menores, como, por ejemplo,
10 J O S É L U IS V IL L A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

describir el sentido de esta aproximación, todavía imperfecta, a ese


cruce radical de historia y lenguaje sin el cual no podemos entender
el ser humano ni la realidad social. Para ello, analizaremos primero la
historia conceptual com o práctica cercana a la historia de la filoso­
fía. En el segundo epígrafe expondrem os las cualidades de la historia
conceptual en comparación con otras perspectivas presuntamente
afines. Finalmente, en el tercer epígrafe, hablaremos de la historia
conceptual como propuesta decididamente actual de la crítica histó­
rica y de los filosofemas centrales que la sostienen. Estos filosofemas
harán comprensible la propuesta de una Histórica, tal y como se
ofrece en el texto principal que ahora presentamos, si bien el ajuste en­
tre semántica histórica e Histórica puede quedar como un problema
abierto, d d que quizás el propio Koselleck no tenga una idea cerrada.

I. B egriffsgeschichte f il o s ó f ic a

Los tres tramos que debemos atender en este primer punto poseen
un rasgo común: los autores que estudiaremos son representantes de
una conciencia filosófica posthegeliana. Todos analizan la relación de la
filosofía con su propia historia sin despreciar los contenidos extralógi­
cos que caracterizan el devenir histórico en su concreción. Mas también
ofrecen resistencia al heg^^elsm o de otra forma. Para el gran pensador,
la historia de la filosofía era redundante respecto del contenido con­
quistado en la Ciencia de la lógica, por mucho que explicitara el proce­
so de su conquista. Para estos pensadores, por el contrario, ningún con­
tenido lógico agota un concepto ni proceso alguno muestra su lógica.
D e hecho, hay un momento extralógico en todo concepto que sólo se
puede captar en relación con la práctica del discurso, con los nichos tra­
dicionales de su uso y con los componentes imaginativos del ser huma­
no. Estamos, por tanto, ante una propuesta interna al discurso de la his­
toria de la filosofía que, si bien amplía la noción de verdad propia de la
disciplina, no reflexiona sobre los discursos adyacentes, ni rebaja el aná­
lisis conceptual a fondón que sólo obtiene su pleno sentido en contex­
tos más amplios de la acción social. Todos estos autores se adhieren, en
IN T R O D U C C IÓ N 11

mayor o menor medida, a una concepción relativamente autónoma


de la filosofía, y, por ende, están anclados en concepciones vetustas.

1. La historia de los conceptos tradicional. Sólo a partir de los


años 50 la Begriffsgeschichte encuentra un caldo de cultivo propicio
entre los historiadores de la filosofía. Recibirá un importante impul­
so de la Academia de las ciencias y de la literatura de Maguncia, con
la creación del Archivo para una historia conceptual (Archiv fü r Be­
griffsgeschichte), revista periódica de enorme difusión e implantación
en Alemania. Su principal promotor, con un compromiso indiscuti­
ble con la historia de la filosofía, es E. Rothacker, a quien pronto se
sumarán K. Gründer y H .-G . Gadamer. E l primero se muestra muy
severo con el proceder de Eisler y sus diccionarios, influidos por
W undt y la visión de la filosofía como un saber que se orienta, en lo
tocante al método y al contenido, según las ciencias de la naturaleza y
que se propone una suerte de síntesis de las ciencias particulares.
Consecuentemente, ya en 1927 Rothacker había tildado las
obras de Eisler de meras «cajas de fichas» (Zettelkasten), cuyo único
valor residía en ser un «tesoro de citas» (Zitatenschatz). El mismo
Rothacker, a quien Koselleck considera un pionero de su propia em­
presa, se halla dentro del radio de acción de Dilthey y Eucken, y hace
un llamamiento en favor de un «manual de los conceptos fundamen­
tales de todas las ciencias del espíritu y de la filosofía de la cultura»,
recurriendo expresamente al instrumental del trabajo histórico y ter­
minológico de dichos círculos.
Afincado en la filosofía de la vida y la Geistesgeschichte, tres dé­
cadas después, en el prólogo al primer volumen del Archivo, reitera­
ría la necesidad de elaborar los «materiales para un diccionario histó­
rico de la filosofía». E l Historisches Worterbuch der Philosophie,
coordinado por Joachim Ritter desde Münster, representa una tem­
prana respuesta a ese reto (aunque se declara seguidor de las empre­
sas de Eisler, y, por lo tanto, está aquejado de sus mismos males). Va­
liéndose del ariete hermenéutico, Gadamer cargará contra otro de los
flancos de la historiografía neokantiana: la concepción de la historia
de la filosofía como historia de los problemas.
12 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

La capitalidad geográfica de la Begriffsgeschichte, en su cruce con


la historia de la filosofía, estuvo compartida. Münster ganó lustre uni­
versitario al auspiciar a dos estrellas fulgurantes en este cosmos inte­
lectual, Hermann L übbe y Hans Blumenberg, deudores ambos de la
iniciativa de Rothacker y Ritter, y miembros de la Academia de M a­
guncia. L übbe publicó en 1965 un libro de gran calado, Seculariza­
ción. Historia de un concepto, con una introducción titulada «Sobre la
teoría de la historia conceptual» (Zur Theorie der Begriffsgeschichte).
Allí tendría ocasión de aplicar su método al concepto de seculariza­
ción y declararía: «M etódicamente se trata de una investigación his-
tórico-conceptual de las funciones cambiantes que ha cumplido la
“secularización” como programa y lema, como categoría descriptiva
de procesos sociales o como esquema de interpretación — crítico de
la civilización— de la historia moderna de Europa hasta hoy» (pág. 7).
L übbe se desmarca del historicismo y d e cualquier aproximación al
pasado de las categorías basada en afanes museísticos o en intereses
psicológicos de compensación empática, propios de sujetos arrojados
en presentes culturales estériles. Su intención reside más bien en
«colmar el aparente hiato entre el carácter vinculante presente de un
concepto, su “definición” normativa, por un lado, y su génesis fáctica
por otro. [... ] En general, el lenguaje de la filosofía alcanza el funda­
mento de su carácter vinculante presente en el uso tradicional de este
lenguaje». Lübbe, tras manifestar que su fuente de inspiración brota
del segundo Wittgenstein (págs. 11-12), pretende derivar la fuerza nor­
mativa del uso histórico del concepto. Asimismo se puede columbrar la
impronta de C. Schmitt, con cuya renovación de los conceptos de lo
político, a partir de un escrupuloso análisis de la teología política mo­
derna, Lübbe estaba familiarizado gracias a la figura de Ritter (pág. 72).
Secularización adscribía dos tareas a la historia conceptual: una
subsidiaria y otra principal. La subsidiaria entra en juego en casos ex­
cepcionales (Lübbe menciona el ejemplo del concepto de dialéctica
tras la primera guerra mundial), a saber, cuando se constata un uso
promiscuo y arbitrario de un término filosófico. Entonces le corres­
ponde al historiador «intervenir corrigiendo, a fin de tornar el con­
cepto practicable de nuevo», restaurando continuidades quebradas
IN T R O D U C C IÓ N 13

en el uso filosófico del lenguaje y reconociendo rasgos vinculantes


que operan como un sustitutivo de la definición. Esta pretensión nor­
mativa se logra «en la medida en que, a través del trabajo histórico de
su génesis, recomienda fijarlo preeminentemente a aquella definición
acreditada por la plausibilidad y coherencia de dicha génesis». La di­
ficultad de esta empresa resulta obvia. Pues el autor o bien bordea
permanentemente la falacia naturalista, que implica hacer de la histo­
ria el elemento de la definición, o bien escapa a esa coacción en vir­
tud de la libertad y creatividad filosóficas. E l dilema deberá romper­
lo el complejo nudo teórico de Koselleck, al dejar de ver en la historia
conceptual una propedéutica meramente epistemológica.
La relevancia exclusivamente teórica de la empresa, tal y como la
entiende Lübbe, queda demostrada por el hecho de que el cometido
principal de la historia conceptual no es otro que la aspiración expresa
de convertirla en historia de la filosofía. Tal investigación, caso por caso,
vuelve visible el trabajo del concepto que impulsa el progreso de la filo­
sofía (pág. 14). Evocando la metáfora hegeliana, con la que Lübbe aca­
ba confesando su última voluntad contemplativa, esta Begriffsgeschichte
«presupone que los conceptos no son magnitudes eternas atemporales,
sino momentos de contextos categoriales que cambian» (págs. 15-16).
Nadie puede negar la dimensión práctica de los conceptos, mas la
historia conceptual sirve al conocimiento. Los conceptos son «esquemas
de orientación y de acción para la praxis y la teoría», pero Lübbe sope­
sa sobre todo la relación de estos e s q u í a s con el discurso de la historia
de la filosofía. Ésta, en cuanto historia conceptual, no sólo se atiene a los
«conceptos centrales de la antigua tradición como “dialéctica”, “razón”,
“teoría”, etc.», sino que siente una especial predilección por aquellos
conceptos mediante los cuales la filosofía se implica en la praxis de la
vida, en las luchas políticas e ideológicas de la época. En suma, está in­
teresado en una filosofía que se entiende como lucha espiritual (Geis-
te s fá ^ fe ) (págs. 16-21), que recuerda el estado natural hobbesiano o el
enfrentamiento civil de la metafísica, descrito al comienzo de la Crítica
de la razón pura. Pero siempre se trata de una disolución de dificultades
teóricas, propias del conocimiento contemplativo de la historia.
Con ello el presente de la acción, el sujeto mismo de la praxis, no
14 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

se introduce en el instante de la historificación. A lo sumo L ü b b e otor­


ga a la historia conceptual una ulterior función: mostrar cómo ciertos
conceptos, en ciertas situaciones históricas, intensifican no tanto la ca­
pacidad teórica de la razón cuanto la disposición de la voluntad a
comprometerse y tomar posición en el terreno de las ideas políticas.
Ciertos conceptos se han vuelto significativos en la historia de la filo­
sofía menos por su fuerza de manifestación de la realidad que por la
provocación para la formación de frentes idealpolíticos (pág. 22). Pero
si esta iluminación conceptual posee relevancia para el uso igualmen­
te idealpolítico del ahora, o para la intervención en la propia realidad
del sujeto que investiga, esto resulta más bien implícito en Lübbe.

2. Historia de metáforas y de mitos. Mientras tanto Blumenberg


ha ido desarrollando las líneas trazadas por un célebre artículo suyo,
«Paradigmas para una metaforología», editado por Rothacker en 1960
en el Archivo, hasta construir una obra fascinante por su riqueza, suti­
leza y estilo. La posterior receptividad de este editor a la trascenden­
cia filosófica del problema de la metáfora — que todavía resonará en
Koselleck— contrasta con la alevosa indiferencia — comentada acer­
bamente por Blumenberg— que le dispensa a esta entrada el Diccczo-
nario histórico de la filosofía de Ritter. A la sazón, el catedrático de
Münster, recientemente fallecido, pensaba que la metaforología ofre­
cía una metodología al servicio de la historia de los conceptos.
Aunque casi veinte años después, en el ensayo titulado «Vista pa­
norámica sobre la teoría de la inconceptualidad» (Ausblick auf die
Theorie der Unbegrifflichkeit), apéndice a un trabajo de 1979, Nau­
fragio con espectador (Schilfbruch mit Zuschauer), Blumenberg mati­
zase su inicial declaración, ha permanecido en el fondo fiel a su pro­
grama: «Desde entonces [1960] no ha cambiado nada en la función
de la metaforología, si acaso en su referente; ante todo, porque hay
que concebir la metáfora como un caso especial de la inconceptuali-
dad. La metafórica no se considera ya prioritariamente com o esfera
rectora de concepciones teóricas aún provisionales, como ámbito
preliminar a la formación de conceptos, como recurso en la situación
de un lenguaje especializado aún sin consolidar. Al contrario, se con­
IN T R O D U C C IÓ N 15

sidera una modalidad auténtica de comprensión de conexiones que


no puede circunscribirse al limitado núcleo de la “metáfora absoluta”.
Incluso ésta se definía ante todo por su no disponibilidad “a ser susti­
tuida por predicados reales” en el mismo plano del lenguaje. Se podría
decir que se ha invertido la dirección de la mirada: ésta no se refiere
ya ante todo a la constitución de lo conceptual, sino además a las co­
nexiones hacia atrás con el mundo de la vida, en cuanto sostén moti-
vacional constante de toda teoría, aunque no siempre se tiene presen­
te. Si ya hemos de reconocer que no podemos esperar de la ciencia la
verdad, querríamos saber al menos por qué motivo queríamos saber
algo cuyo saber va ligado a la desilusión. En este sentido las metáforas
son fósiles guía de un estrato arcaico del proceso de la curiosidad teó­
rica; el hecho de que no haya retorno a la plenitud de sus estimulacio­
nes y expectativas de verdad no quiere decir que sea anacrónico».1
D e esta manera, el propio Blumenberg ponía límites a las exigen­
cias teórico-hegelianas de L übbe y demás discípulos de Ritter. Cual­
quiera que contemple el arsenal discursivo del ser humano a lo largo
de la historia no puede reconducirlo a un logos, que aumenta en efi­
cacia especulativa conform e aumenta en autoconciencia. E l progreso
en la transparencia de nuestras herramientas conceptuales queda ex­
cluido. No es de extrañar que Blumenberg reclame para su propia
tradición la compleja determinación que sufre la verdad a causa de
los contextos paradigmáticos — a lo Kuhn— entregados por grandes
cuadros metafóricos. Estos macroesquemas permiten a Blumenberg
engarzar los discursos y los campos conceptuales con el profundo te­
rritorio de la experiencia precategorial, concediendo al husserliano
«mundo de la vida» un sentido fértil, que el logicismo del maestro de
Friburgo no podía sospechar. En efecto, hay un punto de desilusión
en Blumenberg con el ideal de ciencia estricta propuesto por el fon-
dador de la fenomenología. Sin llegar al simple abandono del ideal
científico global, Blumenberg nos acerca a una especie de interpreta­

l. Suhrkamp, Francfort del Meno, 1993 (4.“ ed.), pág. 77 (ed. cast.: Visor, Ma­
drid, 1995, págs. 97-98). Véase «Beobachtungen an Metaphern», en Archiv fü r
Begrif/sgeschichte, (1971), págs. 161-162.
16 J O S É L U IS V IL L A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

ción del fracaso del sueño racionalista, aquel sueño cuyo final Hus-
serl reconoció como factor central del fracaso del hom bre occidental.
Como enquistadas en el ser humano, las representaciones figurativas
se alzan de continuo frente al telos de la racionalidad integral.
Ciertamente, Blumenberg no está muy lejos de la antropología.
Freud aparece en el núcleo de su discurso y a él hace referencia este
«estrato arcaico del proceso de la curiosidad teórica». Justo por esa
dimensión antropológica no es seguro, sin embargo, que no haya re­
torno a la plenitud de las expectativas de verdad de estas metáforas.
Quizás estamos hablando de otra forma de verdad cuya valencia ja­
más abandona a las metáforas, y que nada tiene que ver con su aspi­
ración científica. Quizás aquí Blumenberg sigue anclado en un con­
cepto de verdad equivalente al de la ciencia. Por eso a la postre
resultaría más fértil complementar sus desarrollos con una teoría de
la verdad propia del símbolo. Así, a través de Freud, se emprendería
el camino de regreso a Cassirer, regreso que Blumenberg ha intenta­
do en Realidades en las que vivimos (1981).
Este autor ha marcado las diferencias entre su primera propuesta de
1960 y la que defenderá con posterioridad. Fue, no obstante, aquélla la
que desencadenó una prolífica investigación. Invocando la lógica de la
fantasía de Vico frente al ideal cartesiano de claridad y distinción — su­
giriendo su complementariedad más que su antagonismo— , nuestro
autor se interroga acerca de las condiciones de posibilidad bajo las
cuales «las metáforas pueden tener legitimidad en el lenguaje filosófico».
A este respecto menciona dos posibilidades. En primer lugar, las
metáforas pueden ser «existencias residuales» (Restbestiinde), «rudi­
mentos» del paso del mito al logos. La metaforología sería aquí refle­
xión crítica, que «ha de descubrir lo impropio del enunciado transla-
ticio». Desde la posición cartesiana, toda historia conceptual tendría
sólo este valor destructivo, de «demolición de aquella carga abigarra­
da y opaca de la tradición». En segundo lugar, Blumenberg m encio­
na como legítimas en el lenguaje filosófico las «metáforas absolutas»,
«existencias fundamentales» (Grundbestánde) que, como translacio­
nes, son irreductibles a la propiedad de la lógica. La metaforología
sería entonces, en cuanto «constatación y análisis de su función enun-
IN T R O D U C C IÓ N 17

dativa no resoluble conceptualmente, una parte esencial de la histo­


ria conceptual (en el sentido así ampliado)». D e hecho, sería el com­
plemento inexcusable de una historia de la filosofía convencional, y
recogería aquel conjunto de materiales que Hegel despreciaba en su
historia de la filosofía como vida del espíritu en el mero tiempo.
D e esta manera se demostraría como irrealizable el programa car­
tesiano y husserliano de la «teleología de la logización». Una nueva
descripción del nexo entre logos y fantasía debería conducir a «tomar
el ámbito de la fantasía no como sustrato para transformaciones en lo
conceptual — donde, por así decirlo, elemento por elemento podría
ser elaborado y modificado hasta el agotamiento de la reserva de imá­
genes disponibles— , sino como una esfera catalizadora, en la que se
enriquece continuamente el mundo conceptual, pero sin modificar ni
consumir con ello esta provisión de existencias».2 E l mérito de B lu
menberg radica en que ha acompañado sus escritos teóricos con un
acopio impresionante de datos extraídos primordialmente de la his­
toria de la filosofía, de la literatura, de la mitología de todas las épo­
cas, que hacen de sus libros un tapiz fascinante.

3. La historia del concepto. O tro impulsor — ya lo hemos consig­


nado— de la historia conceptual, esta vez desde la atalaya hermenéu­
tica, es H .-G . Gadamer. Como presidente de la comisión para la in ­
vestigación en el campo de la historia conceptual auspiciada por la
Deutsche Forschungsgemeinschaft en los años 50, se erige en pre­
cursor de una Begriffsgeschichte interdisciplinar, que procura clari­
ficar «importantes conceptos fundamentales de la filosofía y de las
ciencias en un intercambio entre los representantes de las ciencias
particulares y la filosofía».3 Su apología de la Begriffsgeschichte es pa­
ralela a su desprecio de la Problemgeschichte de tradición neokantia-
na, en la que el propio Gadamer se formó.

2. «Paradigmen zu einer Metaphorologie», en Archiv fü r Begriffsgeschichte, 6


(1960), págs. 5-6.
3. «Arbeitsbericht der Senatskommission für Begriffsgeschichte», en Archiv fü r
Begriffsgeschichte, 9 (1964), pág. 7.
18 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

E l título de un artículo suyo de 1970 es harto elocuente: «La his­


toria del concepto como filosofía».4 En él defiende con vehemencia la
tesis del título y recurre para fundamentarla a la observación — pro­
cedente de los viejos actores de la metacrítica contra Kant, como
H erder y Hamann— de que «el lenguaje [... ] es la primera interpre­
tación global del mundo y por eso no se puede sustituir con nada.
Para todo pensamiento crítico de nivel filosófico, el mundo es siem­
pre un mundo interpretado en el lenguaje» (pág. 83). D e ahí que no
se pueda hallar un suelo rocoso y neutro para alcanzar los elementos
universales de toda experiencia, los a priori del sujeto trascendental.
Tal suelo ofrecería también un lenguaje concreto y necesitaría de una
crítica ulterior, y así sucesivamente.
P or eso la relación del concepto con el lenguaje no se debe consi­
derar sólo como «la relación de crítica lingüística, sino también como
un problema de búsqueda lingüística. Y creo que éste es el drama pa­
voroso de la filosofía: que ésta sea el esfuerzo constante de búsqueda
lingüística o, para decirlo más patéticamente, un constante padecer de
penuria lingüística» (pág. 87). Un estadio último de iluminación con ­
ceptual es literalmente una utopía: los conceptos con los que aclara­
mos los conceptos están a su vez necesitados de aclaración. Gadamer
le reconoce a la historia del problema típica del neokantismo el mérito
de «conjurar los peligros de una relativización historicista de todo
pensamiento filosófico», en la medida en que permite una concentra­
ción de las tareas esclarecedoras de la inteligencia a través de la histo­
ria; pero alberga un «momento dogmático» al presuponer irreflexiva­
mente la identidad del problema de los planteamientos clásicos y
contribuir al entumecimiento de los llamados «conceptos química­
mente puros» de la terminología filosófica académica (págs. 85-86, 93).
P or el contrario, el programa de una Begriffsgeschichte filosófica
consiste en «seguir un movimiento que siempre rebasa el uso lingüís­
tico ordinario y desliga la dirección semántica de las palabras de su
ámbito de empleo originario, ampliando o delimitando, comparando

4. Traducido al castellano en Verdad y m étodo JI, Sígueme, Salamanca, 1992,


págs. 81-93.
IN T R O D U C C IÓ N 19

y distinguiendo» (pág. 92), y d e esta manera n o s e pretende sólo ilus­


trar históricamente algunos conceptos sino, vinculando los conceptos
filosóficos con el humus del lenguaje en acto y uso, «renovar el vigor
del pensamiento que se manifiesta en los puntos de fractura del len­
guaje filosófico que delatan el esfuerzo del concepto. Esas “fractu­
ras” en las que se quiebra en cierto modo la relación entre palabra y
concepto, y en las que los vocablos cotidianos se reconvierten artifi­
cialmente en nuevos términos conceptuales, constituyen la auténtica
legitimación de la historia del concepto como filosofía» (págs. 92-93 ).
Tendríamos así un resultado muy diferente del que pretendía el neo-
kantismo. Pues la historia de un concepto sería, además, la historia de
las impurezas que a lo largo de su uso ese concepto ha ido recogien­
do en su contacto con el barro de la vida cotidiana.
Gadamer no cesa de reiterar el mismo mensaje a lo largo de su ar­
tículo: «La aportación de la historia del concepto consiste en liberar
la expresión filosófica de la rigidez escolástica y recuperarla para la
virtualidad del discurso» (pág. 93). Identifica el modelo de ese «arte»
en los diálogos platónicos, donde, lejos de alcanzar una definición ca­
paz de estabilizar el uso de un concepto, se nos presentan escenas en
las que lo más humilde — la caspa de Sócrates o los arreos del artesa­
no— puede determinar una revitalización especulativa de una catego­
ría. Una similar toma de posición la encontramos en su artículo «La
historia conceptual y el lenguaje de la filosofía» (Die Begriffsgeschich-
te und die Sprache der Philosophie) de 1971, donde Gadamer asigna a
la reflexión conceptual la misión tanto de cuestionar la obviedad, in-
ductora al error, de nuestros conceptos, como de fomentar también
en el lenguaje «una conciencia crítica frente a la tradición histórica».
Gadamer se halla lejos de una reducción de los conceptos a fun­
ción, como ocurre en la discursividad científica. Por eso exige no li­
mitar la historia conceptual a la deducción de palabras conceptuales
(Begriffsworten) ni al hallazgo de una definición a semejanza del uso
científico del lenguaje. En sintonía aparente con Blumenberg, G ada­
mer aprecia ventajas en el carácter metafórico de los conceptos abs­
tractos, por su fuerza evocadora y cognoscitiva, conquistada median­
te su inevitable uso entre palabras sin valor conceptual. En medio de
20 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

un océano de palabras, los conceptos son com o camaleones, que re­


sultan coloreados por su entorno ecológico. Las palabras y sus signi­
ficados son relevantes así para la orientación lingüística del mundo
sólo cuando comparecen «fundidos en el movimiento de su entendi­
miento recíproco».5 D e este modo, Gadamer enlaza esta visión de la
historia conceptual con sus tesis hermenéuticas: los conceptos de
la filosofía no pueden vivir sin la protección de una tradición que,
como conjunto de prácticas discursivas, los acogen y fecundan. Pero
las prácticas discursivas se juegan realmente en contextos de otras
prácticas que Koselleck pondrá de manifiesto en la conferencia que
prologamos. D e hecho, al texto de Koselleck le subyace una teoría de
la acción social, todavía no explicitada por el insigne historiador.

11. B egriffsgeschichte historiográfica :


MÁS ALLÁ DE LA HERMENÉUTICA Y DE LA HISTORIA DE LAS IDEAS

1. La producción científica de una historia conceptual. Antes de­


claramos que se echa de menos una teoría de la Begriffsgeschichte. In ­
cluso con frecuencia, valedores y detractores han sostenido que es
preeminentemente una praxis científica. E l producto más acabado de
esa praxis ha sido un diccionario monumental. Sin embargo, las preo­
cupaciones teóricas no han estado del todo ausentes de ese macro-
proyecto desde los mismos albores, a mitad de los años 60. El trabajo
de 1967 del mismo Koselleck en el Archivo para una historia concep­
tual, «Líneas directrices para el léxico de conceptos político-sociales
de la época moderna» (Richtlinien fü r das Lexikon politisch-sozialer
Begriffe der Neuzeit) así lo sugiere. La publicación a partir de 1972
del diccionario Conceptos históricos fundamentales. Léxico histórico
del lenguaje político-social en Alemania, a cargo de O. Brunner, W . Con-
ze y R. Koselleck, ha constituido un hito importante para este enfo­
que metodológico, pues, a la vez que intenta esclarecer su relación

5. G esam m elte W erke, Tubinga, 1987, vol. 4, págs. 78-94. Véase Verdad y m étodo,
Sígueme, Salamanca, 1991, pág. 655.
IN T R O D U C C IÓ N 21

con la historia social, pretende superar la tradicional historia de las


ideas (Geistesgeschichte).
Y a desde 1967, y obedeciendo a la impronta sociológica de su
origen, la Begriffsgeschichte plantea la relación de convergencia entre
la historia de los conceptos y la historia de la sociedad. E l Centro para
la investigación interdisciplinar (Zentrum für interdisziplinare For-
schung) de Bielefeld sirve en 1975 y 1976 como foro de debate entre
diversos especialistas con las miras puestas en esa convergencia, y
aquí se halla el embrión de un grupo de trabajo, surgido oficialmente
en 1977, que se enfrentará a la problemática de los confines entre lin­
güística e historia. Este tema lo ha abordado Koselleck con mayor ex-
haustividad en los artículos de Futuro pasado. Para una semántica de
los tiempos históricos (1979).6
Los conceptos son registros de la realidad y, a la vez, factores de
cambio de la propia realidad. Con los conceptos se establece tanto el
horizonte de la experiencia posible como los límites de ésta. Por eso
la historia de los conceptos puede suministrar conocimientos que no
se pueden extraer del análisis de la propia situación fáctica. La atala­
ya que construye permite divisar una dimensión de la realidad social
— posición ante ésta, expectativas de futuro— que no se nos abre
desde el mero contexto: «Un concepto no es sólo indicador de los
contextos que engloba; también es un factor suyo. Con cada concep­
to se establecen determinados horizontes, pero también límites para
la experiencia posible y para la teoría pensable. P or esto la historia
de los conceptos puede proporcionar conocimientos que desde el
análisis objetivo no se tomarían en consideración. El lenguaje con­
ceptual es un medio en sí mismo consistente para tematizar la capaci­
dad de experiencia y la vigencia de las teorías» (FP, pág. 118). Abar­
ca esa zona de conurbación en la que el pasado y sus conceptos
desembocan en los conceptos de hoy. D ebe mostrar lo contemporá­

6. Hay una versión castellana en Paidós (Barcelona, 1993 ), cuya paginación — pre­
cedida por la abreviatura FP— consignaremos, aunque no nos atendremos literalmen­
te a esta traducción. Para lo que sigue remitimos también a la crucial introducción al
primer volumen de Geschichtliche G rundbegriffe, Klett-Cotta, Stuttgart, 1972.
22 JO S É L U IS V IL L A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

neo y lo anacrónico, describir el grado de correspondencia o de des­


viación entre una situación histórica objetiva y las experiencias subje­
tivas expresadas en sus conceptos coetáneos, y el de éstos con los
nuestros.
Ese diccionario colosal se apresta a indagar la disolución del vie­
jo mundo y el surgimiento de la modernidad al historiar los concep­
tos que captan esa gestación. La hipótesis interpretativa es que el
cam bio de los conceptos fiduciarios del nacimiento del mundo mo­
derno se efectúa en el ámbito alemán entre 1750 y 1850. En ese arco
cronológico emergen nuevas referencias para palabras añejas e inci­
pientes acuñaciones que entrañaron una transformación de la socie­
dad, catalizada por nuevas expectativas de foturo. Los conceptos so-
ciopolíticos de ese período sobresalen por su doblez: por un lado, se
hacen eco de coyunturas que ya no son inteligibles para nosotros sin
una traducción; pero, por otro, logran una significación que ya no ne­
cesita ser traducida para que hoy la entendamos. Entre 1750 y 1850
los conceptos experimentan un cuádruple proceso metamórfico que
sigue las pautas descritas con los criterios de democratización, tem-
poralización, ideologización y politización. Además, asistimos a la
constitución de la «historia» (Geschichte) en singular (singular colec­
tivo), capaz de unificar las distintas historias en plural.
La irrupción de la modernidad depende de la ósmosis entre dos
categorías trascendentales, «espacio de experiencia» (Erfahrungs-
raum) y «horizonte de expectativa» (Erwartungsraum). Esa trascen-
dentalización, kantiana en su espíritu, de la historia, la Histórica,
constituye una de las claves de sus afectos y desafectos con la herme­
néutica y la analítica existenciaria: «A la historia conceptual le com­
pete medir y estudiar esta diferencia o convergencia entre conceptos
antiguos y categorías actuales del conocimiento. En este sentido [...]
la historia de los conceptos es una especie de propedéutica para una
teoría científica [epistemología] de la historia (Wissenscha/tstheorie
der Geschichte); ella conduce a la Histórica» (FP, pág. 334). Estas ca­
tegorías se proyectan sobre la conciencia moderna del tiempo: «sólo
se puede concebir la modernidad (Neuzeit) como un tiempo nuevo
(neue Zeit) desde que las expectativas se han ido alejando cada vez
IN T R O D U C C IÓ N 23

más de las experiencias hechas hasta entonces» (FP, págs. 342-343 ).


Antes de la época moderna, en el mundo campesino y artesano, las
experiencias precedentes de los antepasados alimentaban las expec­
tativas de las generaciones siguientes, el futuro se hallaba varado en el
pasado. Esta situación sólo cambió con el descubrimiento de un nue­
vo horizonte de expectativa resultante de la experiencia del progreso.
E l horizonte de expectativa, hasta entonces rehén del pasado, ganó
una cualidad históricamente nueva, susceptible de una permanente
dilatación utópica. La experiencia del pasado y la expectativa del fu­
turo ya no se corresponden. E l progreso las disocia.
«Experiencia» (recuerdo) y «expectativa» (esperanza) son dos de
las categorías formales que fijan las condiciones de posibilidad de his­
torias. En su polémica con Heidegger y Gadamer, Koselleck apela a
otras: amo y esclavo, amigo y enemigo, exterior e interior, secreto y pú­
blico, etc., pero las dos precitadas ostentan un rango difícilmente supe­
rable de universalidad e indispensabilidad en su uso, oficiando incluso
de metacategorías. Las equipara a las intuiciones a priori de Kant, espa­
cio y tiempo (FP, pág. 335). Su enfrentamiento con los dos titanes her-
menéuticos no excluye su seducción por ellos. Pero el elenco de cate­
gorías que introducen como reacción contra la filosofía de la conciencia
y contra la metafórica especular se ve incluso desplazado por la fascina­
ción que Carl Schmitt — con un sino común al heideggeriano— ejerce
entre quienes profesan la Begriffsgeschichte en Alemania. Allá por los
años 50 el círculo de J . Ritter en Münster, con Hermann Lübbe como
miembro aventajado, y el «club de fans» schmittianos surgido de los
alumnos disidentes del sociólogo Alfred W eber en Heidelberg, entre
ellos R Koselleck, que años más tarde creó su propio entorno en Biele-
feld (cuya universidad fue fundada a instancias de la política académica
de Lübbe, secretario de Estado de Renania Westfalia del Norte, donde
el mismo recaló efímeramente [1969-1971] tras su abandono del M i­
nisterio), representan pruebas rotundas de esa hiedra conservadora de
la que tanto ha recelado y continúa recelando Habermas.

2. La historia conceptual frente a la historia de las ideas. La Be-


griffsgeschichte se propone expresamente franquear las limitaciones
24 JO S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

del historicismo. La reconstrucción historicista del pasado sucumbía


complaciente pero irreflexivamente a la tentación del anacronismo.
Eliminar este riesgo y la incrustación en la historia social forman par­
te de los denuedos de Koselleck, cuyo Diccionario evita la Geistes-
geschichte preconizada por la escuela de Dilthey y la historia de las ideas
políticas (politische Ideengeschichte) alentada por Friedrich Mein-
ecke. La Geistesgeschichte historia la cultura y las ideas engarzando los
varios sedimentos intelectuales de una sociedad o una época median­
te las concepciones del mundo (Weltanschauung). La filosofía goza
de un status privilegiado frente a los demás estratos culturales (teolo­
gía, literatura, ciencias). E ste paradigma de la Geistesgeschichte se
concebía a sí mismo al margen de las relaciones con el poder, avalan­
do la escisión entre cultura y política. M einecke, a la vez que asumió
este enfoque, pensó que la historia de las ideas políticas trascendía la
Geistesgeschichte al recuperar lo que había sido relegado a la perife­
ria de la investigación, a la ganga de la historia: la política real. Sin
embargo, nunca llegó a traicionar la Geistesgeschichte al encumbrar
las grandes personalidades y optar por la comprensión intuitiva como
vía de acceso a la historia, pues se funda en la afinidad entre el suje­
to-historiador y el o b jeto de su estudio, figuras notorias y geniales.
Entre las alternativas más recientes cabe destacar una, también en
lengua alemana, promovida por Rolf Reichardt y Eberhard Schmitt. El
Manual de conceptos político-sociales fundamentales en Francia 1680­
1820 responde a una orientación a horcajadas sobre la lexicometría fran­
cesa y una Begriffsgeschichte sabedora del arraigo social del lenguaje.7
Esta concepción se eleva por encima de citas y de acontecimientos lin­
güísticos puntuales hasta las convenciones, hasta la norma. Esta fonción
social de filtro y dasificación del lenguaje precisa la ayuda de la sociolo­
gía del conocimiento (A. Schütz, P. Berger y Th. Luckmann). Para Reich­
ardt los Geschichtliche Grundbegriffe remedan la Geistesgeschichte. E l
reputado intendente de la biblioteca universitaria de Maguncia censura
al léxico inspirado por la semántica histórica sus «paseos por las alturas»

7. H andbuch politisch-sozialer G rundbegriffe in Frankreich 1680-1820, Olden-


bourg, Munich, 1985, págs. 62 y sigs.
IN T R O D U C C IÓ N 25

(Gipfelwandemngen), que «dan prioridad a los grandes teóricos canóni­


cos desde Aristóteles hasta K. Marx, sin probar su representatividad so­
cial y sin penetrar en el lenguaje ordinario». Prodama, en cambio, la ex­
celencia de su semántica histórico-social. El vasto lapso temporal en que
de facto se examinan conceptos en la Begri/fsgeschichte, desde la Anti­
güedad hasta la Edad Moderna, menoscaba la posibilidad de discriminar
con rigor sus cambios y su utilización por todos los frentes sociales invo­
lucrados en cada período. Su objeción principal consiste en que «la rele­
vancia socio-histórica de la Begriffsgeschichte no se puede fundamentar
teóricamente de manera convincente mediante el carácter referencial de
los conceptos, puesto que, por ejemplo, las situaciones cambiantes de ca­
pas socioeconómicas se pueden esclarecer con mayor inmediatez y exac­
titud a partir de fuentes colectivas tales como actas notariales que a par­
tir de designaciones lingüísticas como “burgués” o “capitalista”» (págs.
64-65). Reichardt es consciente de la indigencia del análisis lexicométri-
co, pues, al ceñirse a la consignación de la frecuencia estadística de las
palabras, no consigue extraer conclusiones sobre la lengua como una
norma supraindividual o propiciar las comparaciones de varios auto­
res. Hay que concederle, no obstante, el mérito de haber apostado por
una técnica más ambiciosa, aunque también más compleja en su manejo,
capaz de fraguar una coalición francogermana que gana para su causa a
la óptica foucaultiana del discurso y la sociología del conocimiento.8
La History o f ideas que prolifera en el mundo académico anglo­
sajón tam poco es perfectamente conmensurable con la Begrii/fsge-
schichte. El norteamericano A. O . Lovejoy, por ejemplo, discrimina
«unit ideas», unidades dinámicas de la historia del pensamiento, bus­
cando verificar su continuidad y recurrencia a lo largo de diversas
épocas y en distintas áreas del conocimiento.9La Begriffsgeschichte se

8. Próximo a Reichardt, Dietrich Busse pretende apuntalar el programa de la se­


mántica histórica con contrafuertes tales como la filosofía del lenguaje del segundo
Wittgenstein, Hans Hormann y H. P. Grice, por un lado, y de nuevo Foucault, por
otro (Historische Semantik. Analyse eines Programms, Klett-Cotta, Stuttgart, 1987).
9. La gran cadena d e l ser (1936), Icaria, Barcelona, 1983, págs. 10 sigs.; «Reflec-
tions on the History of Ideas», en Jo u r n a lo fth e History o f Ideas, 1 (1940), págs. 22-23.
26 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

siente, sin embargo, comprometida con el giro lingüístico, compro­


miso del que está exonerado Lovejoy. La centralidad que en ella tie­
ne ese ingrediente para alumbrar el tránsito a la sociedad política mo­
derna la aproxima al planteamiento renovador de la New History de
la denominada Escuela de Cambridge. A Koselleck le concierne más
el giro herm enéutico (W ende zur Sprachlichkeit), y a Quentin Skin-
ner y a J . G . A. Pocock, el analítico (linguistic turn). E stos vindica­
dores de la teoría republicana clásica, un tanto pretenciosos por pen­
sar que su enfoque escapa al círculo hermenéutico en la comprensión
de un texto, propugnan un tipo de interpretación en estos términos:
«La tarea inicial es obviamente recuperar la sustancia del argumento
mismo. Si deseamos, empero, llegar a una interpretación del texto, a
una comprensión de por qué sus contenidos son como son y no de
otra manera, nos aguarda aún la ulterior tarea de recobrar lo que el ■
autor pueda haber querido decir al argumentar en la precisa forma en
que lo hizo. Debemos, pues, estar en condiciones de dar cuenta de lo
que él hacía al presentar su argumentación, esto es, qué serie de co n ­
clusiones, qué curso de acción estaba apoyando o defendiendo, ata­
cando o rechazando, ridiculizando con ironía, desdeñando con polé­
mico silencio, etc., a lo largo de toda la gama de actos de habla
encarnados en el acto, vastamente complejo, de comunicación inten­
cional que puede decirse que toda obra de razonamiento discursivo
comprende». Skinner acusa de filisteo al enfoque ortodoxo y restric­
tivo que busca en la historia de la filosofía la autoafirmación de las
propias creencias y supuestos. Su réplica reza como sigue: «M e pro­
pongo sugerir que pueden ser precisam ente los aspectos del pasado,
que a primera vista parecen carecer de relevancia contemporánea­
mente, los que, examinados más de cerca, resulten poseer una signi­
ficación filosófica más inmediata. Pues su relevancia puede estribar
en el hecho de que, en lugar de proporcionarnos el placer habitual y
cuidadosamente amañado del reconocimiento, nos ponen en condi­
ciones de retroceder en nuestras creencias y en los conceptos que em­
pleamos para expresarlas, obligándonos quizás a reconsiderar, a re­
formular o aun [... ] a abandonar algunas de nuestras convicciones
actuales a la luz de esas perspectivas más amplias [... ], abogo, pues,
IN T R O D U C C IÓ N 27

por una historia de la filosofía que, en lugar de suministrar recons­


trucciones racionales a la luz de los prejuicios actuales, procure evitar
estos últimos tanto cuanto sea posible». 10
E l método de Skinner rezuma filosofía analítica del lenguaje, des­
de la teoría de los actos de habla de Austin, Searle y Strawson hasta la
ligazón del significado con el uso sostenida por el segundo Wittgen-
stein. A diferencia de la semántica histórica, la unidad de su análisis no
radica en el concepto ni en el currículum que éste presenta en el cur­
so del tiempo, sino en el discurso o la ideología — en cuanto raciona­
lización subjetiva de acciones intencionales— , cuya comprensión de­
pende de la emersión de su fuerza ilocucionaria.

3. Histórica frente a hermenéutica. Si bien Gadamer ha insistido


preferentemente en la importancia de la Begriffsgeschichte para la his­
toria de la filosofía antigua, su antiguo discípulo en Heidelberg,
R. Koselleck, ha dirigido su mirada a la modernidad. Mientras que
Gadamer se siente dispuesto a utilizar la historia conceptual como un
proceder relevante para revitalizar el propio discurso de la filosofía,
Koselleck, cuya obra fundamental se acredita en el campo de la his­
toria social, pretende utilizar aquella disciplina como un procedi­
miento auxiliar de la investigación histórica y, en cierto modo, de la
ciencia social. Lejos de la compleja mediación weberiana, que recu­
rría a la historia comparativa para definir las herramientas ideal típi­
cas de la sociología comprensiva, la historia conceptual diluye estas
mismas categorías en su uso, para mostrar finalmente la imposibili­
dad de una pretendida objetividad categorial en las ciencias sociales.
L o que a la postre resulta es una apreciación nietzscheana: las cate­
gorías se comprenden cuando se pregunta quién las emplea.
La acepción historiográfica de la historia conceptual, que todavía

10. «La idea de libertad negativa: perspectivas filosóficas e históricas», en R.


Rorty, J. B. Schneewind y Q. Skinner (comps.), La filosofía en la historia. Ensayos de
historiografía d e la filosofía, Paidós, Barcelona, 1990, págs. 238-239. M Richter y, en­
tre nosotros, J . Abellán y F. Vallespín han confrontado entre sí la Escuela de Koselleck
y la Escuela de Cambridge (véase nuestra Bibliografía).
28 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

alberga indudables déficit de fundamentación, está sostenida por dos


pilares paralelos: la historia se condensa en conceptos com o medio de
elaboración de la experiencia humana, y los conceptos poseen una
historia que se puede rastrear a través de los tiempos. Aunque su deu­
da gadameriana es constatable, Koselleck, que se ha tomado en serio
la premisa posthegeliana de la historicidad del ser humano com o di­
mensión trascendental de sentido, ha querido marcar sus distancias
en Hermenéutica e Histórica (Hermeneutik und Historik) y realizar un
ajuste de cuentas tanto con Ser y tiempo como con Verdad y método.
Los afluentes de la Begriffigeschichte de Koselleck, en la medida
en que aspira a servir de presupuesto filosófico de la investigación
histórica en su pluralidad, son más numerosos y su caudal más abiga­
rrado. Sin ninguna duda, Koselleck sabe de todos sus antecedentes
de los años 20 y 30, con las investigaciones de E . Rothacker en histo­
ria de la filosofía, de W . Jager en filología clásica, de J . Kühn en la
Geistesgeschichte, de C. Schmitt en la historia del derecho, y de los
medievalistas W . Schlesinger y O . Brunner.u Con ese bagaje afronta,
en la primera conferencia que traducimos, el reto de una Histórica, la
«doctrina de las condiciones de posibilidad de historias» (pág. 70 de
nuestra edición), que trataría de llevar a buen término la obra de
Droysen. Esas condiciones son «una especie de categoría trascenden­
tal de posibles historias» (pág. 76).
Reconociendo el rostro jánico de toda historia — que encuentra su
correspondencia en la noción de experiencia de Kant, y que apunta
tanto a la sucesión y nexo de acontecimientos como a su exposición o
representación— , Koselleck avanza hacia el reconocimiento de la hete­
rogeneidad de los tiempos históricos que atraviesan la comprensión
misma de la historia. La forma en que los hombres viven la historia y la
cuentan depende de la forma en que comprenden el tiempo. Ha cam­
biado al hilo de la propia experiencia, desde el tiempo cíclico que en­
tregó su rasgo central a la intelección clásica del mundo — cifrada en la
sentencia historia magistra vitae— , hasta el tiempo acelerado de la con­
temporaneidad, pasando por el más uniforme de la modernidad.1

11. Historische Sem antik und Begnffsgeschichte, Klett-Cotta, Stuttgart, 1979, pág. 9.
IN T R O D U C C IÓ N 29

Tales supuestos de la historia, en el doble sentido citado, que no


se agotan en el lenguaje ni se desvanecen en textos, que no se concre­
tan en el contenido de las acciones, sino que, como a priori, se refle­
jan en ellas y fijan su sentido, d e jacto impiden considerar la Históri­
ca — que debe estudiarlos y reunirlos— como un subcaso de la
hermenéutica. Por una parte, la oferta de categorías heideggeriana,
esto es, las determinaciones de la finitud y de la historicidad de la
analítica existenciaria, que en su más profunda estructura antropoló­
gica persiguen a su manera la subjetividad trascendental kantiana, le
resultan insuficientes a Koselleck para derivar los trascendentales de
las historias, los cuales se deben cosechar o inducir a partir de la
propia experiencia histórica. Por otra parte, cabe subrayar la prela-
ción de la Histórica respecto a la hermenéutica, pues aquélla estable­
ce decisiones de sentido que determinan la interpretación.
La Histórica remite a procesos a largo plazo que no están acota­
dos por textos en cuanto tales, sino que más bien los inducen, los
provocan. D e ahí que proponga distinguir entre la historia efectual
que se muestra en la continuidad de la tradición ligada a textos y la
historia efectual que, aunque viable y vadeable lingüísticamente,
puede, sin embargo, ambicionar algo más que lenguaje (págs. 9 1 ­
93 ). Quizá late aquí la vieja aspiración weberiana, que n o renuncia­
ba a la historia com o saber de imputación causal. Quizá la clave úl­
tima resida en una doble comprensión de la praxis: mientras que en
la hermenéutica ella busca concretarse en la idea de aplicación del
sentido, en la Histórica se apunta a la intervención en el mundo, a la
producción de efectos responsables de naturaleza política. Luego en
la actitud frente al texto se halla la piedra de toque de ambas. E l pro­
ceder de los juristas, teólogos y filólogos — la alcurnia de la herme­
néutica— coincide en atribuirle al texto una posición prístina e irre-
basable (pág. 90). E l historiador, en cambio, se sirve de los textos
sólo como testimonios, para averiguar a partir de ellos una realidad
que late en su trasfondo y que, al fin y al cabo, también pretende
transformar con su intervención. La H istórica, a diferencia de los
exégetas, siempre tiene en cuenta un estado de cosas extratextual,
aun cuando constituye su realidad sólo con rudimentos lingüísticos.
30 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

La doble naturaleza de los conceptos, como índices y factores de la


experiencia histórica, encuentra aquí su dimensión hermenéutico-
práctica.

III. P roblemas filosóficos de una historia conceptual:


RELACIONES ENTRE HISTORIA CONCEPTUAL, HISTORIA SOCIAL
Y SEMÁNTICA HISTÓRICA

1. Historia social y filosofía del presente. Nicola Auciello, en su


ensayo «Vortice e forze (storiografia e riflessione)» 12 ha planteado los
dilemas de la historia conceptual con solemne claridad, pero con ex­
cesivo celo crítico. Comenzaremos este apartado con dos citas decisi­
vas. L a primera, de Koselleck, constituye una declaración de inten­
ciones y retos. «¿En qué medida la historia conceptual contiene una
pretensión genuinamente teórica, sin satisfacer la cual es posible
practicar la historia social sólo de modo insuficiente?» (FP, pág. 106).
Luego se trata de realizar una historia social satisfactoria, y con miras
a este fin se impone la necesidad de una aspiración teórica que es la
propia de la historia conceptual.
La segunda cita procede del artículo que H. G . Meier dedica a la
voz Begriffsgeschichte en el Historisches Worterbuch d er Philosophie:
«La teoría contemporánea de la historia de los conceptos en el marco
de la lexicografía debe reclamar para sí un concepto de filosofía m e­
diante el cual se pueda hacer evidente la función histórica para ■el fi­
losofar actual. La historia conceptual se supera a sí misma si se sepa­
ra la función sistemática de la filosofía de su historia; en ese sentido,
siempre se remite la historia conceptual a la filosofía de la historia de
la filosofía» (pág. 798). Aquí se da prioridad a las relaciones entre fi­
losofía e historia de la. filosofía. Si combinamos las citas, la historia
conceptual se propone como una necesidad para la historia social,
que define estructuras históricas vigentes a largo plazo, pero que

12. N. Auciello y R. Racinaro (comps.), Storia d eico n cetti e semántica storica, Edi-
zioni Scientifiche Italiane, Nápoles, 1990, págs. 19-91.
IN T R O D U C C IÓ N 31

apunta también a convertirse en instrumento de una filosofía creati­


va que sirve a la acción social en el presente. La historia conceptual se
ofrece como mediadora entre el pasado (sea mediante la historia so­
cial o la historia de la filosofía} y la novedad filosófica e histórica
(concretada en cada presente creativo). No se puede cumplir ningu­
no de estos papeles sin una fundamentación teórica.

2. Conceptos. ¿Q ué permite a la historia conceptual mantener re­


laciones internas con la historia social? ¿Q ué hace de la historifica-
ción de los conceptos una propedéutica de la historia social? Sólo
desde cierta comprensión teórica se puede legitimar una tarea que
asume los conceptos, primero como unidades de análisis histórico-
social e histórico-filosófico, y segundo como unidades de filosofía y
de praxis creativa en nuestro presente.
Esta posición debe contar con una teoría del concepto, que Gada-
mer ha preparado con la diferencia entre palabra y concepto. Kosel-
leck abunda en esta diferencia. Aunque tanto palabras como concep­
tos son polisémicos, los últimos añaden a una pretensión concreta de
universalidad la cualidad de tener más de un significado de manera
esencial, esto es, no pueden devenir unívocos. 13 Los concentrados de
contenidos semánticos propios de los conceptos proceden de la nece­
sidad de expresar la multiplicidad de la realidad y de la experiencia his­
tórica. El carácter de resumen para amplias estrategias de pretensión
universal, la intervención continua en prognosis y diagnósticos, la con­
currencia de las intervenciones de una época alrededor de los mismos
conceptos, explican la polivocidad connatural a los conceptos. Todas
estas dimensiones van unidas, pero prima la índole pragmática de un
concepto: un uso masivo, con pretensiones de universalidad, jamás
puede ser unívoco. Sólo el contexto discursivo brinda razones para de­
cidir una intepretación en su arriesgada e inevitable equivocidad.

13. FP, págs. 116-117. Aquí dice: «Una palabra se convierte en concepto si la
totalidad de un contexto de experiencias y significaciones sociales y políticas, en el
cual y para el cual se usa una palabra, entra, en su conjunto, en esa única palabra»
(pág. 117).
32 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

Hablamos, por tanto, de una antifenomenología del espíritu. No


hay un único lugar histórico para un concepto, ni un único significa­
do. D e hecho, Koselleck remite aquí a los §§12-13 del «Tratado se­
gundo» de la Genealogía d e la moral de Nietzsche (FP, pág. 117). La
resultante de esta recepción dice que los conceptos filosóficos son in­
terpretables como conceptos político-sociales y los sistemas filosófi­
cos como ensayos de organización de la sociedad. Por eso no se pue­
de obtener el significado de los conceptos filosóficos fuera de su uso
en la historia de la sociedad,14 fuera de una apelación a las relaciones
de acción social.
«Concepto», en este sentido, posee una estructura muy precisa.
Es un índice (Nietzsche diría un «indicio») que da a conocer las trans­
formaciones sociopolíticas y orienta la prospectiva histórica. Pero, a la
vez, él mismo transforma las acciones históricas y sus expectativas.
Son índices y factores, por lo tanto, realidades teórico-prácticas. Las
luchas político-sociales quedan registradas en los conceptos, pero las
luchas por «los términos apropiados» — la lucha semántica— forman
parte de la lucha política y la determinan. Por eso la historia conceptual
(y no la vieja historia de la filosofía) confluye en la historia social. Cons­
truir la historia del concepto es un procedimiento necesario para cons­
truir la historia social, no sólo en la medida en que así describimos las
luchas sociales, sino también los sujetos en lucha. D e otra manera la
historia conceptual degenera en mera crítica de fuentes (FP, pág. 113).
La permanencia y la variación del concepto constituyen un mecanis­
mo óptico para evaluar la pervivencia o no de estructuras sociales,
pero también las intenciones y la voluntad de los actores.
E l tempo de los conceptos, sin embargo, no es el tempo de las es­
tructuras sociales. Por eso la historia conceptual afronta el problema
temporal de la duración, cambio y novedad de los conceptos dentro
del estudio de la temporalidad de las estructuras sociales, de su dura­
ción, cambio y novedad. Según Koselleck, la historia conceptual se debe

14. «Dentro de la exégesis textual, la consideración específica del uso de los con­
ceptos político-sociales, el estudio de sus significados, alcanza el rango de la historia
social» (FP, pág. 109).
IN T R O D U C C IÓ N 33

realizar autónomamente, para luego cotejar sus resultados con los


contenidos extralingüísticos de la historia social y el tempo lento de
las estructuras que ésta destaca.
E l trabajo científico reclama tanto esta primera y diferente direc­
ción de las dos disciplinas, como el posterior intento de convergen­
cia: «En este sentido, el tema de la historia de los conceptos es la con­
vergencia entre concepto e historia, por usar una formulación drástica»
(FP, pág. 118). Pero no se puede hacer esta convergencia unilateral­
mente desde ninguna de ellas, sino desde ambas: hay que alternar
el análisis semasiológico con el onomasiológico (FP, pág. 119). La his­
toria conceptual no es fin en sí misma, pero tiene su propio método
autónomo. Plantea los problemas a la historia social acerca del tempo
lento de las estructuras (FP, pág. 123 ), de su metamorfosis, su vigen­
cia, su dirección, desde el tempo rápido de los conceptos que la his­
toria conceptual registra.
Nos hallamos ante algo diferente de la relación entre la historia
y la sociología de W eber (FP, pág. 125), a pesar de lo que sugiera
Koselleck. Pues no se trata de que el análisis comparativo de la his­
toria desvele ideales tipos de la acción social, sino de la convergen­
cia temporal entre conceptos y estructuras. En esta convergencia o
divergencia se sitúan las fracturas básicas de la acción política mis­
ma, en la que se traslucen los diversos modos de entender el senti­
do de las estructuras sociales. Se trata, por tanto, de la verdad his­
tórica y de la verdad en el presente político-práctico de esa verdad
histórica.
Lo decisivo es que aquella convergencia entre historia social e
historia conceptual, que construiría una genuina semántica histórica
capaz de estudiar todas las dimensiones de sentido, tanto las lingüís­
ticas como las extralingüísticas, deriva de comunes premisas teóricas
(FP, pág. 122). ¿Qué premisas comparten estas dos disciplinas, cuya
convergencia constituye la semántica histórica y cuya divergencia de­
sencadena la lucha política? En esta pregunta se manifiesta tanto el
montante científico como el práctico de los discursos elaborados por
Koselleck. N o es posible comprender su obra sin reparar en el efecto
de clarificadora autoconciencia que proyectaría sobre las armas lin­
34 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

güísticas de la batalla política. Una semántica histórica, así la conce­


bimos, debería estar en condiciones de colaborar en la producción de
una retórica política racionalmente persuasiva.

3. Premisas teóricas: la crítica de Luhmann. Las premisas vienen


dadas por una teoría de las estructuras del tiempo histórico o de la
temporalización, de la que se puede inferir una teoría de la m oderni­
dad. Las críticas de Luhmann, que ha recogido Auciello, quizá no ha­
yan contado con esto. Luhmann define los conceptos como meras
fuerzas, no como índices, negándoles así la posibilidad de genuina va­
lencia en relación con la verdad. La autoilustración escaparía radical­
mente a los actores y dependería de una teoría social propia de los
observadores, que se especializarían en penetrar en el valor indiciario
y veritativo de los conceptos. Luhmann, consecuentemente, puede
reprochar a la historia conceptual que su déficit resida en no dispo­
ner de una teoría de la sociedad y de sus mutaciones.15L e faltaría un
cuadro de las condiciones estructurales de las transformaciones del
patrimonio semántico.
Pero parece un reproche injusto. Koselleck ha dicho que la histo­
ria conceptual trabaja en vista de la historia social, en la que se defi­
nirían esas estructuras. En ambos casos, sin embargo, se trata de his­
torias y no de teorías. Koselleck no puede contemplar una teoría
social salvo en la medida en que resulte de la historia social y, por tan­
to, de la semántica histórica. W eberianamente hablando: no hay teo­
ría social sin historia social. Pero no hay historia social sin que forme
parte de la semántica histórica. No es que la historia conceptual ca­
rezca de teoría social, sino que se brinda a una alianza con la historia
social para producirla. Luhmann pretende contar con una vía de ac­
ceso privilegiado a la teoría social desde el modelo abstracto y me-
tahistórico de la teoría de sistemas, pero presenta problemas en su
aplicación para realizar con acierto diagnósticos y prognosis que per­
mitan hacer previsiones de la m uerte o metamorfosis de las relaciones

15. Struttura ¿ella societá e sem án tica, Barí, Laterza, 1983 (cit. en Auciello,
págs. 12-13).
IN T R O D U C C IÓ N 35

sistema-mundo. Koselleck, más en la línea weberiana, comprende


que sólo a partir de la historia de la modernidad — una historia basa­
da en la semántica— puede emerger una teoría de la modernidad con
capacidad de diagnóstico, prognosis y expectativas de futuro. Las dis­
ciplinas de Koselleck, al operar con actos humanos — no simplemente
con textos— , deberían estar en condiciones de proyectarse sobre la
vida social con más vitalidad que el abstracto modelo técnico-sistémico.
Ahora bien, el terreno de discusión con Luhmann debería diluci­
dar aquellas premisas teóricas comunes tanto a la historia social como
a la historia de los conceptos, premisas que dan por sentado un decur­
so de la acción social en el seno del cual se puede conferir un sentido
histórico general a las mutaciones semánticas, aunque no proponer
normas para tales mutaciones. Podemos aproximamos a estas premisas
teóricas al hilo de la crítica de Luhmann: si el concepto tiene el carác­
ter de índice para sus contemporáneos, entonces su capacidad indica­
tiva sería equivalente a su carácter de fuerza. Esta voluntad de reduc­
ción de la complejidad teórico-práctica del concepto olvida cierta idea
de la estructura de la acción histórica que es una premisa de Koselleck.
Por eso nos vemos obligados a sostener aquellafdualidad índice-fuerza,
que no es incompatible con la combinación de acontecimientos y es­
tructuras que prevé la historia conceptual. En su realidad de índice de
una estructura, el concepto puede generar una fuerza como suceso y
acción; pero, a su vez, un concepto puede ser índice de una acción que
se comporta como factor de formación de una estructura. Que el con­
cepto sea índice para los contemporáneos de modo diferente de como
lo es para el historiador no cambia nada. Lo mismo ocurre con la fuer­
za: es fuerza en sentido diferente para nosotros y para los actores del
pasado, pero ambos somos actores y provocamos los sucesos con los
conceptos que empleamos en las acciones comunicativas. Para Kosel­
leck, frente a Luhmann, al final siempre hay hombres activos y finitos.
La premisa básica y antiluhmanniana de estos razonamientos
radica en que los conceptos no revelan nunca la totalidad de la pro­
pia experiencia histórica ni su propia fuerza semántica, lo que Ko-
selleck explícitamente acepta. Si una época agotara en su concien­
cia su propia realidad, la tarea del historiador sería meramente
36 J O S É L U IS V IL L A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

receptiva y la historia perdería su interés práctico. Koselleck se está


com prom etiendo con dimensiones formales de los conceptos, cuyo
contenido es variable, com o corresponde a la falta de autotranspa-
rencia de la realidad de una época para su propia conciencia. T en e­
mos aquí la tesis kantiana de que el ser excede a la conciencia y al
sentido, afín a la tesis hemernéutica de que el ser del lenguaje ex ce­
de a sus aplicaciones discursivas, o a la tesis pragmática de que la si­
tuación semántica de un acto de habla exced e al sentido de las p a­
labras empleadas.
Se puede aclarar esto con la noción de acción social Significati­
va de W eber, donde una cosa es el sentido mentado y otra el senti­
do objetivo de toda acción, sea la de los contemporáneos, sea la del
actor en el presente. P or eso la diferencia entre faerza e índice no es
relativa al tiem po pasado o presente,16com o si los conceptos fueran
entonces faerza y sólo ahora fueran índices. L a relación entre tiem ­
po y concepto no se vierte bien en estas correlaciones, porque con
eUas se olvida su inseparable estructura teórico-práctica. La faerza
concierne a la individualidad del hecho histórico, mientras que el ín­
dice se refiere a la inteligibilidad de éste y a su apropiación. Luego se
ha reconocido la necesidad de actuar desde una comprensión teóri­
ca de los procesos reales. E l concepto es la síntesis, y por eso permi­
te conocim iento y comprensión, verdad y apropiación, intervención
y acción.
Un acontecimiento, un suceso debe tener una apertura hacia el
pasado y el futuro, en un horizonte de continuidad (FP, págs. 123,
149 y sigs.). N o existe dimensión de faerza sin dimensión de índice,
ni viceversa. Sólo de su unión surge la comprensión histórica con pre­
tensión de proyectarse sobre la acción social (comprensión más ads­
cripción de efectividad, de causalidad en sentido weberiano).

4. La disponibilidad de la historia. E l exceso que se da entre los


conceptos y el sentido, la imposibilidad de una ilustración definitiva
sobre ellos, enlaza con la estructura misma de la acción histórica. La es-

16. Véase Auciello, págs. 38-39.


IN T R O D U C C IÓ N 37

tructura social posee una impenetrabilidad que pone fin al mito de la


disponibilidad perfecta de la historia, que es de hecho el ideal regulati­
vo de la Ilustración sociológica de Luhmann. No debe extrañar que el
ensayo que Koselleck dedica al tópico tenga que ver con la diferencia
entre el actor y el narrador, inapropiado en la historia contemporánea.
«Uno hace la historia, otro la escribe.» ¿Quién podría decir esto tras
Marx, tras W eber, tras Schmitt? Esta fórmula del barón Eichendorff
parece la clave escondida de la crítica de Luhmann (FP, pág. 252).
D e acuerdo con esa fórmula, la historia es doblemente disponi­
ble, para el que la hace y para el que la narra. Es el mito moderno. L i­
mitarlo puede ser una manera de aportar premisas teóricas comunes
a la historia social y a la conceptual, que podrían producir un relato
sobre la modernidad como forma concreta de semántica histórica.
Sólo tras la Revolución de 1789 el hombre cree que puede programar
la historia y realizarla, esto es, que los conceptos son índices y facto­
res transparentes de la historia. Las premisas de la historia conceptual
son premisas estructurales de la modernidad, salvo en la idea de la
transparencia perfecta. Esta idea brota de una autoconciencia histó­
rica limitada y poco realista. En efecto, al configurarse en la época re­
volucionaria este singular colectivo, la historia en general o la historia
en sí y por sí, se renunció a toda instancia extrahistórica (FP, pág. 255).
Con ello la capacidad de planificación y de ejecución de la historia se
tornó absoluta, sin intervención extraña. Schelling es invocado como
testigo.17 La confesión reside justo ahí: que sólo la historia determine
la historia no implica que la determinación sea transparente. Fichte
ofrece categorías más certeras con su teoría de la acción inconsciente,
una de cuyas formulaciones Koselleck recordará al final del ensayo
que traducimos.
En esta visión singular de la historia está la clave de una seculari­
zación de la figura de Dios en el hom bre que el idealismo schellin-
guiano ha propiciado. Una teodicea auténtica sería una teodicea de la

17. «Panorámica general de la literatura filosófica más reciente» («Allgemeine


Übersicht der neuesten philosophischen Literatur») (1798), en F. W. ]. Schelling. Expe­
riencia e historia, edición a cargo de J . L. Villacañas, Tecnos, Madrid, 1990.
38 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

historia, en el sentido de K ant,18pues tod o en la historia se debería al


hom bre, sería obra suya, y la vieja disputa entre la teología y la antro­
pología quedaría resuelta. E l marxismo depende de esta visión: en su
materialismo hay un idealismo humanista conforme al cual el hombre se
hace a sí mismo. E l mito moderno consiste en que el hombre transfiere
la autonomía de la razón ética a la autonomía en la historia, sin perca­
tarse de las dificultades de la primera ni de la segunda. Decididamente,
no se ha querido entender que la relación perenne entre ética e historia
se presenta bajo la figura de la crítica histórica, no según la forma del sis­
tema. La semántica histórica estaría así preparada para captar esta dife­
rencia. D e jacto, sería una concepción muy elaborada de la crítica.
Koselleck cuestiona «la historia como una organización ejecutiva
temporalizada de la moral» (FP, pág. 258). La filosofía de la historia se
convierte, en esta concepción, en una síntesis de voluntarismo y de
objetividad. La objetividad de la m archa histórica se convierte en
aliada de la propia voluntad. Libertad y necesidad no serían sino las
formas de existencia de lo histórico: una vez en la conciencia, otra vez
en la realidad. Los conceptos serían índices y factores, pero sólo si se
conocen las demandas del tiem po histórico que proceden de ideales
metahistóricos. Ésta es una versión devaluada de una genuina ilustra­
ción. La meta y el supuesto es que los sucesos producidos por los

18. Las dificultades de esta teodicea han sido expuestas e n j. L. Villacañas, Trage­
dia y teodicea d e la historia, Visor, Madrid, 1993. Según Kant (véase Ü ber das Mi/Slin-
gen allerphilosophischen Versuche in der Theodizee), la razón práctica que dispone del
poder sería la teodicea auténtica. Pero precisamente esto es lo que muestra la tragedia:
la imposibilidad de que la razón práctica disponga del poder. Indudablemente existen
otras formas de recambio para la teodicea. Basta pensar en Droysen: «Dejem os a los
otros medir y calcular, nuestra tarea es la teodicea. [ ... ] Se aprende a adorar». Ranke
comparte el punto de que cada época está en inmediata relación con Dios. Esta posi­
ción deriva de Herder. Se ha convertido la historia en un único milagro. No existe el
azar porque nada es repetible. Con esto se cancelaron los residuos motivacionales y se
redujo la ansiedad de previsión del futuro (FP, págs. 170-171). En el fondo esto llevó
al ocasionalismo romántico. La casualidad neutralizada es considerada como ocasión
para la intervención de Dios (véase F. Oncina, «El arcano: entre la postrevolución y la
contrarrevolución», en R. R. Aramayo, J. Muguerza y A. Valdecantos (comps.), E l in­
dividuo y la historia, Paidós, Barcelona, 1995, págs. 215-249).
IN T R O D U C C IÓ N .3 9

conceptos avanzan hacia e l momento en que previsión y realización


coincidirán. La acción plenamente autoconsciente permite avanzar
hacia la autoconciencia plena. La finitud de la crítica, consistente con
la verdadera libertad sin contrapartidas coactivas, se anula frente a la
interpretación concreta e infalible de lo que hay que hacer, propor­
cionada por los especialistas en los fines metahistóricos de la historia.
Frente a este idealismo, Koselleck establece que <<la previsión hu­
mana, los planes humanos y su ejecución se disocian siempre en el
curso del tiempo» (FP, pág. 262). Es el resultado trágico de la teodicea
de la historia, y de ahí obtiene la crítica su perenne función. La historia
no está totalmente disponible para nosotros: la dimensión de índice y
de factor de un concepto jamás es simétrica. La diferencia entre ten­
dencia de larga duración, imposiciones estructurales y decisiones po­
líticas hablan de una limitada disponibilidad de la historia. No de un
destino, pues el destino sólo se impone a los que quisieron afirmar la
ilimitada disponibilidad. En estos intersticios habita la responsabili­
dad, una categoría teórica que también es práctica y resulta común a
la historia social y a la historia conceptual.
Aquella disimetría obliga a los hombres a responder de las dife­
rencias entre intenciones y resultados. Responsabilidad es una cate­
goría propia de la disponibilidad limitada (FP, págs. 265-266). La res­
ponsabilidad no sólo alcanza a la faceta de índice de los conceptos, sino
también a la de factor. No sólo somos responsables de lo que hacemos,
sino también de lo que decimos. La opacidad del lenguaje y de la ac­
ción reclama la misma forma ética. La semántica histórica nos obliga,
para ser responsables en el presente, a hacernos cargo del pasado.
Estas reflexiones son sistemáticamente desplegadas en los trabajos
«Representación, acontecimiento y estructura» y «E l azar como resi­
duo de motivación en la historiografía», que exigen la complementa-
riedad de la historia conceptual como narración de usos lingüísticos,
dependientes de los sujetos, y la historia social como descripción de
estructuras independientes de ellos y ampliamente coactivas: «La His­
torie remite a las condiciones de un futuro posible, que no pueden ser
derivadas simplemente de la suma de los acontecimientos particula­
res. [. ..] Así muestra la Historie los confines de una posible alteridad
40 J O S É L U IS V IL L A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

de nuestro futuro, sin por eso poder renunciar a las condiciones es­
tructurales de ^ a posible repetibilidad» (FP, pág. 153). Ésta es la es­
tructura del movimiento de nuestra historia. Y sin reconocerla no se
puede intervenir en ella.

5. Estructuras y contextos semánticos. E ste punto viene recogido


en el artículo «La prognosis histórica en el escrito de Lorenz von
Stein sobre la constitución prusiana». La tesis de fondo plantea una
ley paradójica: la disponibilidad de la historia es proporcional a la li­
mitación de esa disponibilidad. La disponibilidad es tanto mayor
cuanto más tiene en cuenta las dimensiones estructurales y coactivas
de la acción histórica. Esta tesis no dice que las estructuras no se cam­
bian, ni que sólo estén en nuestra mano los acontecimientos. No
quiere decir que las estructuras sean el fatum y los sucesos los ele­
mentos de la responsabilidad. L o que dice es que las prognosis y las
intervenciones son tanto más exitosas cuanto más tienen en cuenta
las estructuras. Esta tesis inspira la contestación a Gadamer en el en­
sayo que traducimos. L a máxima inspiradora procede de Stein: «Es
posible predecir el porvenir, con tal de no querer profetizar lo parti­
cular» (FP, pág. 87). Expresado weberianamente, las estructuras son
los a priori de la racionalidad histórica que hacen previsible la acción
social. Pero en cada acción social esta previsión resulta interpretada
por los agentes desde el uso de sus herramientas lingüísticas. Así con­
quistamos el argumento primordial para defender la necesidad de
síntesis entre historia conceptual e historia social. En esa síntesis se
elimina la aparente y abstracta libertad de la utopía y se alcanza la res­
ponsabilidad práctica conveniente.
La centralidad de la historia de estructuras, como contexto don­
de interpretar los conceptos de los actores, emerge desde formas no
románticas de reducir la complejidad de los eventos modernos, su ra­
pidez, su ritmo veloz, su imprevisibilidad, la urgencia del futuro.
Aquella historia social quiere escapar al laberinto del movimiento
que impone la presencia rotunda de los referentes del progreso, en
especial la técnica. Se trata de dominar el movimiento de la historia,
no de contemplarlo estéticamente. E sto se hace distinguiendo entre
IN T R O D U C C IÓ N 41

d u r a c ió n y t e m p o r a lid a d d e l e v e n to . E l r e c o n o c i m i e n t o e s t r u c t u r a l
m a r c a e l s e n t id o d e l o p o s i b l e p o lí t i c a m e n t e e n e l s e n o d e l m o v i­
m ie n t o s o c ia l. S u v o lu n ta d e s la d e u n if ic a r e s t r u c t u r a s y fu e r z a s m o ­
t r ic e s , e s t a b le c e r c o n c e p t o s q u e a s u m a n su d u a lid a d d e ín d ic e s y f a c ­
to re s, e s p a c io s d e la p o s ib ilid a d d e n tro d e l o s e s p a c io s d e la
n e c e s id a d , a c c ió n d e n t r o d e la v e r d a d , c o m o la e s t r u c t u r a d e la r e s ­
p o n s a b ilid a d y la lib e r t a d d e a c t u a r ( F P , p á g . 9 4 ) .
A q u í s e a d iv in a la a s p ir a c ió n d e L o r e n z v o n S te in : h a c e r d is p o n i­
b l e la h is to r ia m o s t r a n d o q u e la s fu e r z a s s o c ia le s s o n la c la v e d e la s
o r d e n a c io n e s ju r íd ic a s . S u m é t o d o c o n s is t e e n p a s a r d e la d ia g n o s is a
la p r o g n o s is y n o a l r e v é s ( F P , p á g . 9 6 ) , e n t o r n a r v is ib le la re a lid a d
h is t ó r ic a e n la c u a l « la s c o n d ic io n e s e x is t e n t e s s ig n if ic a n s ie m p r e a lg o
d is tin t o y m á s a m p lio q u e l o q u e s o n » ( F P , p á g . 1 0 2 ) .
L a c a t e g o r ía c a p ita l d e e s ta d ia g n o s is e s t r i b a e n q u e l a n o r m a liz a ­
c ió n d e l E s t a d o d e m a n e r a c o n s titu c io n a l p r o v ie n e d e la h o m o g e n e id a d
s o c ia l m a y o rita ria y e n q u e p r o f u n d iz a r e n e lla e s a lg o d is p o n ib le h is ­
t ó r ic a m e n t e . L a d in á m ic a e n tr e s o c ie d a d c iv il y E s t a d o s ig n ific a f u n ­
d a m e n ta lm e n t e q u e s ó lo s o b r e u n a s o c ie d a d h o m o g é n e a e l E s t a d o
p u e d e d e s e m p e ñ a r su p a p e l sin c e d e r a la t e n t a c ió n d e se r u s a d o c o m o
a r m a d e la g u e r r a c iv il la r v a d a . L a « h o m o g e n e id a d s o c ia l» e s u n c o n ­
c e p t o d e v a s to d e s t in o e n la r e f l e x i ó n p o lí t i c a e u r o p e a , d e s d e C a r l
S c h m it t a B a ta ille . P u e s u n E s t a d o e r ig id o s o b r e u n a h e te r o g e n e id a d
p r o f u n d a n o e s s in o u n E s t a d o d e d o m in a c ió n . E n e s ta s c o n d ic io n e s
n o p u e d e h a b e r u n a d e m o c r a c ia p a r la m e n t a r ia . P e r o c o n e llo ya s e
p r o p o n e u n a te o r ía s o c ia l e n lo s p r o c e s o s d e la m o d e r n id a d .

6 . D i s p o n i b i l i d a d d e l o s c o n c e p t o s y c r ít ic a . Q u e d é m o n o s c o n la
s ig u ie n te c o n c lu s ió n : e l s ig n if ic a d o e s s ie m p r e a lg o m á s q u e l o d ic h o
y r e a liz a d o , y d iv e r s o d e e s t o . T a m b i é n l o e s e l s ig n if ic a d o d e lo s c o n ­
c e p t o s , c o m o ín d ic e s y c o m o f a c to r e s . P e r o la a s im e tr ía s ie m p r e p o s i ­
b l e d e lo s v e c to r e s ín d i c e - f a c t o r d e t e r m i n a la p o s ib ilid a d d e la c o n ­
t e m p o r a n e id a d d e l o n o c o n t e m p o r á n e o . E s p o s i b l e q u e s e h a g a
p r e s e n t e y s e u s e c o m o ín d i c e u n c o n c e p t o q u e d e h e c h o n o t ie n e r e s ­
p a ld o e s t r u c t u r a l y e n t o n c e s a p a r e z c a c o m o f a c t o r u n c o n c e p t o q u e
t ie n e fu e r z a p e r o n o v e r d a d , o q u e t e n g a v e r d a d p e r o n o fu e rz a .
42 JO S É L U IS V IL L A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

La voluntad de la semántica histórica, que vincula la historia del


concepto con la historia de una estructura, aspira a discernir entre lo
disponible y lo no disponible de los conceptos. Y ésta es la diferencia
entre pasado y presente en el seno del concepto que usamos (FP,
pág. 114). Dado que estos conceptos son también elementos de la lu­
cha política, la diferencia entre lo disponible y lo no disponible marca
también la normatividad de las luchas políticas, de su realidad o de su
dimensión ideológica, de su capacidad de producir efectos responsa­
bles y libres, o de encerrarse en conceptos sin referencia estructural,
como conceptos puros sin esquemas, utópicos. Luego la historia con­
ceptual y la historia social pueden cumplir con su impulso crítico de
claro alcance político (FP, pág. 118). E n este sentido, la semántica his­
tórica juega dentro de las tareas críticas asignadas a las ciencias sociales
por W eber.
Pero no debemos ofuscarnos. E l problema reside en que el pre­
sente reclama su pensamiento y su acción, y aparentemente la his­
toria conceptual desemboca en «definiciones prescriptivas» como su­
cedía en el diccionario de Rudolf Eisler. No es así de hecho. La crea­
tividad filosófica se plasma en la pretensión de la historia conceptual
de controlar semánticamente el uso lingüístico actual. Mas no tanto
respecto de su utilidad o inutilidad, como sugiere AucieUo,19cuanto
de su capacidad de movilizar a la acción no ideológica, libre y res­
ponsable, apta para producir expectativas previsibles y controlables
mediante las oportunas acciones comunicativas. La creatividad filo­
sófica renueva la capacidad de entendimiento y acción comunicativa
de nuestros conceptos en los contextos pragmático-políticos. W eber
aquí puede ser invocado con éxito: se trata de una acción social que
reconozca la dimensión índice-factor de los conceptos, la lógica de
valor contenido en ellos y las formas de actuar responsables con ella.
La semántica histórica destaca los ajustes y desajustes temporales en ­
tre estructuras objetivas de la historia social y los significados con­
ceptuales de las luchas políticas.
Este impulso crítico viene expresado por Koselleck mediante la

19. Op. cit., pág. 28.


IN T R O D U C C IÓ N 43

metafórica de estratos temporales que rompe la alternativa entre dia-


cronía y sincronía. Esta metafórica permite entender que sean con­
temporáneos estratos de contenido conceptual no contemporáneo
(FP, pág. 123 ), que determinados supuestos pragmáticos necesarios
para el uso significativo de nuestros términos ya no se den en el pre­
sente histórico. E l término sería contemporáneo, pero el contexto
pragmático — identificado por la historia social— necesario para su
uso sería inexistente. No se apunta a una vieja comprensión de la es­
cala del progreso para legitimar alguna acción sociopolítica como
contemporánea o ideológica, sino a la relación semántica entre con­
texto pragmático y uso significativo de conceptos. E l objetivo es cap­
turar e identificar condiciones para la persuasión de los conceptos de
la praxis. Los conceptos, en la medida en que impulsan prácticas, no
pueden dejar de contrastar su papel de índice (esto es, de términos
con supuestos cognitivos y epistémicos), porque no puede existir li­
bertad sin verdad.
Mas no se puede contraponer la historia como dimensión verita-
tiva a la historia como punto de vista. Por eso sólo cabe una ilustra­
ción parcial. Ésta es la esencia de la crítica. Una vez más, tras cada es­
quina, surgen los dilemas de la metodología weberiana. Verdad y
acción, alojadas en estructuras de transparencia limitada, no pueden
jamás tom arse absolutas, sino que deben asumir el tópico del punto
de vista, del perspectivismo pragmático (FP, págs. 173-201).
L a dimensión d e factor d e un concepto es un vector divergente
de su dimensión de índice. Éste tiende a la objetividad y aquél a la
toma de posición (FP, pág. 175). N o obstante, la noción de «índice»
ya declara una objetividad limitada y la expresión «factor>> implica ya
una pluralidad de factores. D e esta manera se ha esfumado la metá­
fora moderna de Voss, que declara la historia como speculum vitae
humanae (FP, pág. 176). E l punto de vista no es un defecto sino un
presupuesto. Pero sólo porque ya no cabe confundir punto de vista
con parcialidad. Naturalmente, este proceso vino posibilitado por la
centralidad de la fuente escrita y su pluralidad de significados. Como
observa Schlozer, «un hecho puede parecer por ahora extremada­
mente insignificante, y convertirse, en un futuro más o menos próxi­
44 J O S É L U IS V ILLA C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

m o , e n a lg o d e u n a i m p o r t a n c ia d e c is iv a p a r a la h is to r ia m is m a o a u n
p a r a la c r ític a » ( F P , p á g . 1 8 7 ).
L a r e la c ió n d e l p r e s e n t e c o n l a v e r d a d e s m ó v il, y n o e s t r u c t u r a l,
c o m o im p o n ía u n a h is t o r ia b a s a d a p r e f e r e n t e m e n t e e n la s f u e n te s
o r a le s y lo s t e s t ig o s o c u la r e s . L a c o n s e c u e n c ia e s q u e la s t r e s d im e n ­
s io n e s d e l t ie m p o s e v u e lv e n p r o b l e m á t i c a s . D e a h í p r o c e d e n la s
c o a r t a d a s d e la f ilo s o f ía d e l a h is t o r ia q u e b u s c a n la to t a lid a d d e lo s
p u n t o s d e v is ta . O e l h is t o r ic is m o d e a n t ic u a r io , q u e s e r e s is te a te m a s
q u e s e p u e d a n r e la c io n a r c o n e l p r e s e n t e . P e r o e n t r e a m b a s s a lid a s
c a b e h a b l a r d e u n a t e o r í a h i s t ó r i c a q u e t r a s c i e n d e la s f u e n t e s , e n la
m e d id a e n q u e b u s c a n o lo s s u c e s o s s in o l o s m a r c o s e s t r u c t u r a le s d e
lo s s u c e s o s , c o m o p r o c e s o s , e s t r u c t u r a s d u r a b le s c a p a c e s d e f ija r y l i ­
m it a r l a s e m á n t ic a d e lo s c o n c e p t o s . A q u í l o s d if e r e n t e s p u n t o s d e
v is ta p r o y e c t a d o s e n e l a n á lis is d e la s f u e n te s v ie n e n d e te r m in a d o s
p o r l a v o lu n ta d d e in t e r v e n ir e n e s t o s m is m o s p r o c e s o s d e la r g a d u ­
r a c ió n . P e r o , e n t o d o c a s o , lo s p u n t o s d e v is ta d e b e n s e r e x p lic it a d o s
ju n t o c o n lo s e le m e n t o s t e ó r i c o s , p u e s l a t e o r í a n o e s u n a f u e n t e m á s ,
s in o u n p u n t o d e v is ta s o b r e l a f u e n te . Y , s in e m b a r g o , d e b e s e r e s ­
c r u p u lo s a m e n t e f ie l a l a fu e n te .

7. R e f l e x i v i d a d d e la h i s t o r i a c o n c e p t u a l y e l p r o b l e m a d e l t i e m p o
h i s t ó r i c o . D ijim o s q u e , p o r e n c im a d e las d im e n s io n e s e s t r u c t u r a le s
d e la a c c i ó n , e l m a y o r c o n t e x t o e n e l q u e ju e g a n la s e m is io n e s l in ­
g ü ís tic a s o lo s u s o s c o n c e p t u a l e s , e n e l q u e m á s s e o c u lt a n la s f u e n te s
a s í m is m a s , e l q u e m á s d e te r m in a la fu e r z a d e lo s c o n c e p t o s f u n d a ­
m e n t a l e s , e s l a c o m p r e n s i ó n d e l t ie m p o h i s t ó r i c o . L a s e m á n t ic a h i s ­
tó r ic a s ie m p re d e p e n d e d e u n a su e rte d e s e m á n tic a tr a s c e n d e n ta l q u e
d e te r m in a l a c o m p r e n s ió n d e l t ie m p o d e s d e l a q u e se h a b la . Y e s ta
c o m p r e n s ió n d e l t ie m p o d e b e s e r e x t r a íd a t a n t o d e la s f u e n te s c o m o
d e u n a r e f l e x i ó n t e ó r i c a s o b r e e l t ie m p o y e l h o m b r e .
E s t a d o c t r in a t r a s c e n d e n t a l, q u e e x p l i c i t a c o n d ic i o n e s d e s e n t id o
d e la e x i s t e n c ia h u m a n a e n c u a n t o e x i s t e n c ia f in ita , a c a b a r á s ie n d o
d e lin e a d a e n la c o n f e r e n c ia « H i s t ó r i c a y h e r m e n é u t i c a » . P u e s n o s ó lo
e x p l i c a c ó m o s o n p o s ib le s lo s r e la t o s h is t ó r ic o s p lu r a le s , s in o c ó m o
e s p o s i b l e la e x i s t e n c ia h i s t ó r i c a a b ie r ta . E l d e s p lie g u e d e e s t a s e m á n ­
IN T R O D U C C IÓ N 45

tica trascendental — que d e jacto es una antropología trascendental


asentada en el hecho de la finitud y de la existencia social del hom­
bre— proporcionará las premisas comunes a la historia conceptual y
a la historia social. Esta proyección del esquema kantiano, con sus
ejemplares variaciones sobre los trascendentales del espacio, del
tiempo y de la insociable sociabilidad, entregará las bases para una
semántica histórica, para la que no sólo los conceptos son ininteligi­
bles sin su historia, sino que la historia sólo se puede entender como
sentido finito.
La Histórica, empero, está necesitada, para suministrar las m en­
cionadas premisas, de un sólido complemento: una teoría de la ac­
ción social, una teoría de las esferas de acción. La insuperable necesi­
dad de la pluralidad de esferas de acción constituye una exigencia de
la finitud y de la historicidad del sentido. Mas estos complementos
sistemáticos exceden nuestro propósito aquí. Sólo queremos bosque­
jados para subrayar lo arduo del trabajo que inspira la obra de Kosel-
leck.
No se puede cimentar la semántica histórica únicamente en una
historia conceptual o en la historia social, ni tampoco en su mera sín­
tesis. H e ahí un déficit filosófico que debemos saldar. Para establecer
la historia de los conceptos en los que se ha expresado la compren­
sión del tiempo histórico, una teoría formal tiene que descubrir pre­
viamente los rasgos del último. La investigación descubrirá en las
fuentes sus variaciones materiales concretas, pero ella misma no forja
el sentido formal de lo buscado. Hay aquí una reflexividad limitada.
Ningún análisis de las fuentes puede hacer emerger una teoría formal
del tiempo histórico, cuya pretensión última aspira a descubrir en las
fuentes sus variaciones temporales implícitas, como contexto semán­
tico determinante de la fuerza de los usos conceptuales y de las accio­
nes sociales: «Sin una determinación metahistórica que apunte a la
temporalidad de la historia, caeríamos inmediatamente, al emplear
nuestras expresiones en la investigación empírica, en el torbellino in­
finito de su historización» (FP, pág. 338).
Esta dimensión metahistórica propone la dimensión teórica que
la historia conceptual reclama como premisa compartida con la his­
46 J O S É L U IS V ILLA C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

toria social y clave de la semántica histórica. E sta dimensión teórica


no se puede conquistar sin trascender las fuentes históricas, pero sólo
a través de las fuentes, interpretándolas desde una teoría. La me-
tahistoricidad no es incompatible con la autorreflexión, sino conver­
gente con ella. La noción de tiempo histórico, que sirve de sustrato
teórico a la historia conceptual y social, es un problema metahistóri-
co que traspasa las fuentes. Pero ha dejado su rastro en el lenguaje
y en los conceptos, en los textos y en los movimientos. No es una o p ­
ción filosófica sin registros en la conciencia moderna. No es una m e­
tafísica, sino una teoría. Pues la conciencia moderna se ha formado
siempre en una concepción del tiempo implícita que la historia con­
ceptual recoge y explicita como justificación de sí.
L a modernidad ha operado con una clara conciencia histórica
que determina la historiografía y los hechos, la narración y la res ges-
tae, las vertientes de índice y de factor de sus conceptos. La reflexivi-
dad no puede excluir la circularidad: desde el primer paso, ya se re­
quieren las categorías metahistóricas o filosóficas que han de orientar
la práctica de la historia conceptual. Esta práctica debe sacar a la luz
sus propios supuestos y elevarlos a teoría del tiempo histórico sobre
la que la historia conceptual misma se legitima. La historia concep­
tual comparte así la estructura circular de la hermenéutica tanto
como el destino del análisis trascendental kantiano. Al fin y al cabo,
Kant debe trabajar con las categorías de la experiencia que deben
brotar en su análisis de la experiencia.
Pero, al hacer explícita la forma del tiempo histórico propia de la
modernidad, la historia conceptual revela formas posibles de la com ­
prensión del tiempo histórico, muestra los límites de la comprensión
moderna y la posibilidad de superarla justo al hacerla plenamente
consciente. L a iluminación antiideológica de los conceptos históricos
tiene su caso más relevante en la iluminación antiideológica del con ­
cepto de tiempo histórico. Una historia — en Kant, de la razón; en
Koselleck, de la conciencia moderna del tiem po— muestra una ge-
nuina teoría trascendental de las condiciones de posibilidad de lo que
se historifica (en Kant, espacio, tiempo y categorías; en Koselleck, la
estructura del tiem po histórico). Autorreflexión histórica, circulari-
IN T R O D U C C IÓ N 47

d a d s is te m á tic a y t e o r í a m e ta h is t ó r ic a n o s o n i n c o m p a tib le s c o n la
ü u m in a c ió n c r ític a d e la s h e r r a m ie n t a s c o n c e p t u a le s .

8. L a estructura del tiempo histórico y sus metamorfosis. E l tie m p o


h is t ó r ic o — la d e te r m in a c ió n d e la d if e r e n c ia e n t r e e l p a s a d o y e l f u ­
t u r o (o , s o b r e e l p la n o a n t r o p o ló g ic o , e n t r e e x p e r i e n c i a y e x p e c t a t i ­
va) (FP, p á g . 1 5 )— e s u n a e s t r u c t u r a t r a s c e n d e n t a l t a n t o d e la e x i s ­
t e n c ia h is tó r ic a c o m o d e la e s c r itu r a d e la h is to r ia . L a s f u e n te s
a b o r d a n situ a c io n e s h is tó r ic a s c o n c r e ta s , p e r o n in g u n a h a b la d e l p r o ­
b l e m a d e l t ie m p o h is tó r ic o . É s t e e s m á s b i e n la p la t a fo r m a d e s d e la
q u e h a b la m o s d e la s f u e n te s o d e s d e la q u e a c tu a m o s , y e n e s t e s e n t i­
d o a lb e r g a u n a d im e n s ió n t r a s c e n d e n t a l d e la c ie n c ia h is tó r ic a y d e la
h is to r ic id a d . P e r o ig u a lm e n t e d e la e x is t e n c ia h is tó r ic a , e n la m e d id a
e n q u e e s a d if e r e n c ia e n tr e p a s a d o y f u t u r o d e te r m in a la f o r m a d e l p r e ­
s e n te , la f o r m a d e e x is t ir e n e l tie m p o c o m o p a c ie n te y a g e n te , la f o r m a
d e la f in itu d h u m a n a . A q u í e s tá la c la v e d e la d is p o n ib ilid a d lim ita d a
d e la h is to r ia . A q u í ro z a m o s la cla v e d e la d o b l e d im e n s ió n d e lo s c o n ­
c e p to s .
E s t e tie m p o h is t ó r ic o e s u n d e s c u b r im ie n t o a c t u a l y, p o r c o n s i­
g u ie n te , la ir r u p c ió n d e la a u t o c o n c ie n c ia t r a s c e n d e n t a l e s u n a c o n t e ­
c im ie n to , u n s u c e s o q u e , a d e m á s , p e r m it e e n te n d e r lo s o t r o s s u c e s o s
y a s í m is m o e n su h is to r ic id a d . L a m o d e r n id a d e s la é p o c a e n la q u e
ex
la r e la c ió n f u t u r o -p a s a d o d e b e s e r c o n t in u a m e n t e c o o r d in a d a
novo. L a m o d e r n id a d s e r ía la é p o c a d e la te m p o r a liz a c ió n c o n t in u a ­
d a : « E n la m e d id a e n q u e e l p r o p i o t ie m p o s e h a e x p e r im e n ta d o
c o m o u n t ie m p o s ie m p r e n u e v o , c o m o “t ie m p o m o d e r n o ” (Neuzeit),
e l re to d el fu tu ro n o h a c e sa d o d e c r e c e r ca d a vez m á s» (FP, p á g . 1 6 ).
E n e l b a l a n c e s u b je t iv o d e la e x p e r i e n c i a d e lo s c o n t e m p o r á n e o s , e l
p e s o d e l f u t u r o c r e c e d e b id o a d o s m o tiv o s : la s t r a n s fo r m a c io n e s t é c ­
n ic o -in d u s t r ia le s y e l o lv id o d e lo s c o n d ic io n a m ie n t o s d e m á s la rg a
d u r a c ió n , q u e d e b e r e v e la r la h is to r ia s o c ia l. E n su t é r m in o e s tá a q u e ­
lla a c e le r a c ió n (Beschleunigung) c a r a c t e r ís t ic a d e l t ie m p o m o d e r n o .
L a im p o r t a n c ia d e l f u t u r o g e n e r ó n o s ó lo la s f o r m a s d e la f ilo s o ­
fía d e la h is to r ia , s in o t a m b ié n la p r o g n o s is r a c io n a l lig a d a a la s it u a ­
c ió n p o lític a . L a p r o g n o s is e s u n m o m e n t o c o n s c ie n t e d e a c c i ó n p o l í ­
48 J O S É LU IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

tica. H ace referencia a eventos nuevos, favoreciendo su nacimiento.


Es una síntesis de imprevisibilidad y predecibilidad, pues el futuro
del progreso destaca por la aceleración con que se acerca y por ser
desconocido. D e este modo, como ya percibió Benjamin, se acorta el
espacio y la densidad de la experiencia, se priva de estabilidad y se
ponen continuamente en juego nuevos ingredientes ignotos. E l pre­
sente se sustrae por eso a su propia experiencia, fenómeno que co­
mienza a ser visible en la Revolución Francesa y llega a ser angustio­
so en las hordas juveniles de las ciudades, típicas de una sociedad que
ha abandonado la enseñanza de las humanidades y la conciencia his­
tórica equilibrada.
Esta aceleración del tiempo histórico ha sido posible por una ma­
siva aplicación de la mentalidad apocalíptica, aliada natural de las
utopías que han recorrido la conciencia moderna. E l portador de la
moderna filosofía de la historia es el burgués que se emancipa del ab­
solutismo y de la tutela eclesiástica, que rompe con el siglo XVII y sus
dilemas, pero que seculariza los viejos planteamientos teológicos. Se
trata del profeta filósofo (FP, pág. 37). La aceleración del tiempo ya
es una categoría escatológica que se transforma en el deber de una
planificación terrena. E sto ocurre antes de que la técnica abra com ­
pletamente el espacio de experiencia adecuado para esta aceleración
del tiempo. La planificación total de la historia y la aplicación masiva
del cronos acelerado del apocalipsis son las dos aliadas de la teodicea
de la historia que ha penetrado en la modernidad y que permite desve­
lar la importancia del tiempo histórico como trascendental del dis­
curso y de la praxis.
E l juego entre reacción y revolución sólo se puede manifestar den­
tro del vórtice de la aceleración del tiempo propia de la filosofía de la
historia. La negociación entre la revolución y la reacción se entregó a
esta aceleración del progreso, por la cual se quería llegar a la meta de
la revolución en el menor tiempo posible, como si se presintiera que las
dudas acerca del progreso implicaban el enfrentamiento social entre
aquellas dos fuerzas. Este juego cruzado de revolución y reacción es
comprensible como un futuro sin futuro, que acaba prefigurando un
continuo noch nicht, y que acoge la estructura de un continuo «deber».
IN T R O D U C C IÓ N 49

Pero, de la misma manera que el tiempo del apocalipsis y el tiem­


po del anticristo impiden hacerse cargo de las realidades intramun-
danas y de las causas reales del decurso histórico, el tiempo acelerado
de la modernidad deja en el olvido ese otro tiempo más estable de las
estructuras. Estamos ante figuras de la conciencia romántica: «E l he­
cho de que los sujetos agentes estén fijados a un estado final se mues­
tra como pretexto para un proceso histórico que se sustrae a la com­
prensión de los participantes. Por eso resulta necesario recurrir a una
prognosis histórica que vaya más allá de los pronósticos racionales de
los políticos y que, como hija legítima de la filosofía de la historia, re-
lativice el proyecto de esta filosofía» (FP, pág. 38).
Sobresale en este desplazamiento la asignación a la propia histo­
ria de los atributos divinos de omnipotencia, justicia y santidad. En
estos atributos se concreta la comprensión de la historia como un
gran sujeto. E l trabajo de la historia es el propio de un agente que do­
mina a los hombres. Se trata ahora de un singular colectivo. Hasta
1748 la palabra se emplea en plural: como Historiae, cadenas singu­
lares y adicionales de acontecimientos que pueden ser objeto de na­
rraciones. El proceso pasa de esta form a plural hasta este singular co­
lectivo, un único gran acontecimiento, una única G ran Historia, que
sólo se abrió paso sobre el esquema de la única salvación procedente
de la teología.
La posibilidad de la historia supone la destrucción de la diferen­
cia entre historia sacra e historia profana, para asumir sólo una histo­
ria en sí que de hecho ha absorbido toda la sustancia de la historia sa­
cra. Esta unicidad de la historia, reflejada desde la unicidad de la
salvación, se refleja en algo decisivo que emerge también por esas fe­
chas: la transferencia a la historia de la categoría del juicio universal.
La historia antigua tambien debía filndar sentencias. Pero las suyas
eran sentencias plurales. La historia única debe producir un juicio úni­
co y definitivo. Esto sólo pudo surgir de una potente divinización del
devenir temporal mediante la teología panteísta, o desde una consi­
deración globalizante y gnóstica del tiempo como aquello que debía
acabar para la em ergencia del suceso salvador. La primera visión se
halla en la línea de Herder, luego heredada por Humboldt. La se­
50 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

gunda, más plenamente romántica, somete la categoría del tiempo a


la de la noche perenne en la que finalmente debe irrumpir el Ereignis,
el acontecimiento salvador.
Lo anterior llevó consigo una singularización masiva de los elemen­
tos históricos: se pasó de las libertades a la Libertad, de los progresos al
Progreso, de las revoluciones a la Revolución. La Gran Revolución
Francesa favoreció tanto como obedeció esta Gran Singularización que
dejó sin valor al saber clásico, y sin utilidad la pluralidad de los sucesos
hasta entonces ejemplares, que recababan su significado dentro de
un sistema de virtudes morales oriundas del paganismo. Esta historia
fue una última expulsión del paganismo y con ella se inaugura una
nueva edición del monoteísmo de la historia. Esto condujo a una ra­
dical pérdida de valor de lo circunstancial, que el saber pagano había
pretendido medir y regular, sostenido por la retórica.
Singularización y filosofía de la historia constituyen un único
evento. A través suyo se anuncia un tiempo específicamente históri­
co, una temporalización de la historia que se destaca de una cronolo­
gía ligada a la naturaleza. Se trata de un tempo determinado sólo so­
bre la base de la historia. La primera forma de aparición de este
tiempo fue el progreso com o tiempo transnatural inmanente a la his­
toria. La estructura de este tiempo ha sido diseñada por la palabra he-
geliana Au/hebung. Pues el sentido del pasado como ejemplo desapa­
rece: sólo vive el pasado si se conserva en la realidad individual del
presente. Pero entonces el sentido del pasado se debe mostrar en el
presente. D e ahí la llamada fortuna indirecta y el axioma de la com-
plementariedad: el individuo no puede aprender de la historia, pero
debe ser consciente de que es usado por la astucia de la razón para
mayor gloria del presente que no tiene entidad en sí mismo, sino
para preparar el futuro acelerado.
Hegel puede asumir que la historia no ha enseñado nada, porque
subjetivamente los hombres no coinciden con el sujeto historia.25 Se
trata de la esencia de la experiencia com o post festum. Pasado y fu­
turo no coinciden jamás, no sólo p or la irrepetibilidad del pasado,20

20. D ie Vernunft in d e r G eschichíe, Hamburgo, 1961, pág. 156.


IN T R O D U C C IÓ N 51

sino también porque únicamente se tiene una visión completa de


éste cuando ya no se tiene futuro. Sieyes tam poco cree ya que el pa­
sado deba ser el juez del presente: «Juzgar lo que sucede según lo
que ha sucedido es, me parece, juzgar lo conocido según lo desco­
nocido». Es el pensamiento de la Revolución. P or eso se prohíbe es­
cribir más historias mientras no esté ultimada la constitución en
Francia. Por eso un sátrapa de Napoleón podrá decir: «En un Esta­
do como el nuestro [se refiere a Westfalia en 1808], fundado en la
victoria, no hay pasado». E l futuro, por ignoto, puede ser planifica-
ble y exige ser planificado. La prepotencia, la supremacía (Über-
macht) de la historia corresponde a su factibilidad, a su realizabili-
dad (Machbarkeit) (FP, pág. 62). Pero con cada nuevo plan se
introduce un nuevo elemento que no puede ser objeto de experien­
cia (iJnerfahbarkeit).
Como resumen, Koselleck dice que «tras la singularización de la
historia ( Geschichte), tras su temporalización, tras su supremacía
ineluctable y su producibilidad (Produzierbarkeit) se anuncia un
cambio de experiencia que domina nuestra modernidad. La Historie
perdió por ello su finalidad de influir directamente sobre la vida. La
experiencia pareció desde entonces enseñar más bien lo contrario»
(FP, pág. 63). Desde entonces, la historia paradigmática no enseña
nada, sino que sólo puede enseñar algo el futuro. E l historicismo, el
afán desmedido de estudiar cualquier pasado, dada su general irre­
levancia para el presente, encuentra aquí su coartada final. E l histo-
ricismo sólo puede apelar a la historia como pasado, y así elimina la
posibilidad de la historia como ciencia histórico-práctica: «La crisis
del historicismo coincide siempre con el historicismo mismo» (FP,
pág. 66).
Frente a este historicismo, no menos que contra su propio presu­
puesto, a saber, la necesidad de acelerar el futuro, y las falsedades que
intercala en la conciencia, la semántica histórica blande sus argumen­
tos. En la medida en que la Histórica quiere escapar al par revolu­
ción-reacción, también obligará a rediseñar el mapa de las filiaciones
políticas. D e hecho, la semántica histórica se coloca al final de las ilu­
siones de la modernidad. Si hay alguna definición precisa de la post­
52 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

modernidad, habría que adscribirla a Koseleck, pues sólo él ha pujado


por alterar seriamente el sentido de los trascendentales del tiempo
histórico propio de la modernidad. Al hacerlo, recoge motivos típicos
del conservadurismo, pero los ubica en otros contextos que no entra­
ñan una huida del mundo, sino antes bien el máximo reconocim ien­
to de sus estructuras.
N o es el único, desde luego, al hacerlo así. La idea de la moder­
nidad ha producido su propia inversión. Ésta es la tesis de Lübbe.21
En virtud de las excesivas expectativas, la voluntad de conquista de la
utopía, dados los desastres consiguientes, ha sido sustituida por una
general cautela. E l pasado y su experiencia comienzan a reconquistar
el derecho a funcionar como factor directivo. La historia vuelve a re­
cuperar la posibilidad de enseñar algo. Realizándose, el progreso m o­
difica la asimetría que daba prioridad al futuro incierto y juega con el
rico pasado frente a un horizonte lleno de peligros. Con ello la época
moderna se dirige a su fin, que coincide de hecho con el final de la
guerra civil revolucionaria. D e esta manera, la época de la moderni­
dad permanece transformada. En cualquier caso, la semántica histó­
rica establece dispositivos de regulación del movimiento histórico,
ahora ya autoconsciente de la necesidad de equilibrio entre todos los
factores que la modernidad discriminó como rivales y opuestos, entre
el pasado y el futuro, entre la experiencia y la expectativa, entre la
diagnosis y la prognosis.

Sin duda, hay escritos de Gadamer que abordan exhaustiva y mo­


nográficamente las relaciones de la hermenéutica con la historia. La
elección de la segunda conferencia de este autor, «La diversidad de las
lenguas y la comprensión del mundo», cuyo tema principal no es el es­
tudio de esas relaciones — pero sí un crucial episodio— , obedece, por
u n lado, al interés de la editorial en publicar textos inéditos, y, por
otro, a las lógicas exigencias, en lo concerniente a la extensión, de la
colección en que aparece este volumen.

21. Zeit-Verhaltnisse. Zur K ulturphilosophie d es Fortschritts, Verlag Styria, Graz-


Viena-Colonia, 1983, págs. 102-104, 109-110.
IN T R O D U C C IÓ N 53

Este trabajo forma parte del proyecto de investigación P B 9 4 ­


0131- C 03-03 de la D .G .L C .Y .T . La Max-Planck-Gesellschaft finan­
ció una estancia de Faustino O ncina de tres meses durante el verano
de 1995 en el Instituto Max-Planck de Historia del Derecho Europeo
de Francfort del Meno para su contribución a esta edición.

J o s é Luis VlLLACAÑAS
Universidad de Murcia

F a u s t in o O n c in a
Universidad de Valencia
R eferencias BIBLIOGRÁFICAS

I. BIBLIOGRAFÍA DE R e INHART KoSELLECK

Kritik und Krise. Eine Studie zur Genese d er bürgerlichen Welt, Karl
Alber, Friburgo/Munich, 1959 (con varias reediciones en Suhr-
kamp, Francfort del Meno; hay traducción casteUana: Rialp,
1965) — tesis doctoral.
Preuften zwischen Re/orm und Revolution. Allgemeines Ltindrecht,
Verwaltung und soziale Bewegung von 1791 bis 1848, Klett-Cotta,
Stuttgart, 1981 (publicado por primera vez en 1967) — tesis de
habilitación.
«Richtlinien für das Lexikon politisch-sozialer Begriffe der Neuzeit»
(redactado en 1963), en Archiv fü r Begriffsgeschichte, XI/1
(1967), págs. 81-89.
Das Zeitalter der eu ro p iich en Revolution 1740-1848, Fischer,
Francfort del M eno, 1969 (ed. cast.: Siglo X X I, Madrid, 1976)
(La autoría del libro es triple, compartiéndola con L. Bergeron y
F. Furet.)
«Einleitung», en O . Brunner, W . Conze y R . Koselleck (comps.),
Geschichtliche Grundbegriffe. Historisches Lexikon zur politisch-
sozialen Sprache in Deutschland, Klett-Cotta, Stuttgart, vol. 1,
1972, págs. X ffl-X X V IL
«Geschichte, Historie», en O. Brunner, W . Conze y R. Koselleck
(comps.), op. cit., vol. II, 1975, págs. 647-717.
56 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

«W ozu noch H is to rie ? » , en H. M. B a u m g a r tn e r y J. R ü sen


( c o m p s .) , Geschichte und Theorie, F r a n c f o r t d e l M e n o , 1 9 7 6 ,
p á g s . 1 7 - 3 6 ( a p a r e c id o p r im e r a m e n t e e n 1 9 7 0 ) .
« Ü b e r d ie T h e o r i e b e d ü r f t i g k e i t d e r G e s c h i c h t s w i s s e n s c h a f t » , e n
T . S c h ie d e r y K . G r a u b i g ( c o m p s .) , Theorieprobleme der G e­
schichtswissenschaft, D a r m s t a d t , 1 9 7 7 , p ág s. 3 7 - 6 0 ( a p a r e c id o
p r im e r a m e n t e e n 1 9 7 2 ) .
Historische Semantik und Begriffsgeschichte, K le t t - C o t t a , S t u tt g a r t ,
1 9 7 9 (a d e m á s d e s e r c o m p ila d o r d e e s ta c o le c c ió n d e c o n t r i b u ­
c io n e s d e d iv e r s o s a u t o r e s , d e s t a c a c o m o a u t o r d e la im p o r t a n t e
Einleitung (p á g s . 9 - 1 6 ) y d e l t e x t o p r o g r a m á t ic o « B e g r if f s g e ­
s c h i c h t e u n d S o z ia lg e s c h ic h te » (p á g s . 1 9 - 3 6 ) — r e c o g id o d e s p u é s
en Vergangene Zukunft).
« S p r a c h w a n d e l u n d s o z ia le r W a n d e l im a u s g e h e n d e n A n d e n R é g i-
m e», en Studien zum achtzehnten ]ahrhundert, 2/ 3 ( 1 9 8 0 ) , p á g s .
1 5 -2 0 .
Graduate Faculty Philos-
« T i m e a n d R e v o lu t io n a r y L a n g u a g e » , e n
ophy Journal, N u e v a Y o r k , I X / 2 ( 1 9 8 3 ) , p á g s . 1 1 7 - 1 2 7 .
Vergangene Zukunft. Zur Semantik geschichtlicher Zeiten, S u h r k a m p ,
F r a n c f o r t d e l M e n o , 1 9 8 4 (ed . c a s t.: P a id ó s , B a r c e l o n a , 1 9 9 3 ) . (E s
u n a r e c o p i l a c ió n d e a r t íc u lo s d e c r u c ia l im p o r t a n c ia .)
« F o r t s c h r i t t u n d B e s c h le u n ig u n g . Z u r U t o p ie d e r A u f k la r u n g » , e n
A A .V V ., D er Traum der Vernunft. Vom Elend der Aufklirung.
E in e V e r a n s t a ltu n g s r e ih e d e r A k a d e m ie der K ü n ste , B e r lín ,
L u c h te r h a n d , D a r m s t a d t , 1 9 8 5 , p ág s. 7 5 - 1 0 3 .
« R iv o l u z i o n e - S c ie n z e s o c ia li, S t o r ia d e i C o n c e t t i, M e t a f ó r i c a » , e n
Fenomenologia e societá, M ilá n , 5 ( 1 9 8 5 ) , p á g s . 4 4 - 6 0 .
« E in le it u n g » a H . W h i t e , Auch Klio dichtet oder die Fiktion des Fak-
tischen: Studien zur Tropologie des historischen Diskurses, K le t t -
C o tt a , S t u tt g a r t , 1 9 8 6 , p á g s. 1 -6 .
Mein Leben in Deutschland vor und nach
« V o r w o r t » a K a r l L o w it h ,
1933. Ein Bericht, S t u tt g a r t , 1 9 8 6 (e d . c a s t .: V is o r , M a d r id , 1 9 9 2 ,
p ág s. 1 3 -1 8 ).
Akten des 26. Deutschen
« G e s c h ic h te , R e c h t u n d G e r e c h tig k e it» , e n
Rechtshistorikertages ( 2 2 - 2 6 d e s e p tie m b r e d e 1 9 8 6 ) , l u s C o m m u -
R E F E R E N C IA S B IB L IO G R Á F IC A S 57

ne-Sonderhefte 30, Klostermann, Francfort del Meno, 1987,


págs. 129-149.
«Anmerkungen zum Revolutionskalender und zur «Neuen Zeit»»,
en R. Koselleck y R. Reichardt (comps.), D ie Franzosische Revo-
lution als Bruch des gesellschaftiichen Bewu/Stseins, R. Olden-
bourg Verlag, Munich, 1988, págs. 61-64. En este mismo volu­
men se recogen varias intervenciones de Koselleck a guisa de
réplica a otros ponentes.
«Erfahrungswandel und Methodenwechsel. Eine historisch-anthropo-
logische Skizze», en Chr. Meier y J . Rüsen (comps.), Theorie der
Geschichte. Beitrage zur Historik, vol. 5, DTV, Munich, 1988, págs.
13-61 — reimpr. en: H. E. Bodeker y E. Hinrichs (comps.), Alteu-
ropa-Ancien Régime-Frühe Neuzeit?, Frommann-Holzboog, Stutt-
gart-Bad Cannstatt, 1991— . (El grupo de estudios «Theorie der
Geschichte» es el promotor de una colección con este mismo rótu­
lo, en la que KoseUeck aparece como coeditor de otros dos volú­
menes: Objektivitat und Parteilichkeit in der Geschichtswissen-
schaft [vol. 1] y Formen der Geschichtsschreibung [vol. 4].)
Accelerazione e secolarizzazione, Edizioni Scientifiche Italiane, Nápo-
les, 1989.
«Einleitung: Zur anthropologischen und semantischen Struktur der
Bildung», en R. Koselleck (comp.), Bildungsbürgertum im 19. Jahr-
hundert, vol. 2, Stuttgart, 1990, págs. 11-46.
«W ie sozial ist der G eist der W issenschaften?», en ^ A .W . (W.
Frühwald y otros), Geisteswissenschaften heute: ein e Denkschri/t,
Suhrkamp, Francfort del Meno, 1991, págs. 112-141.
«Vorwort», en O . Brunner, W . Conze y R. Koselleck (comps.), Ge-
schichtliche Grundbegriffe, Klett-Cotta, Stuttgart, vol. V II, 1992,
págs. V -V III.
«Einleitung: Von der alteuropaischen zur neuzeitlichen Bürger-
schaft. Ihr politisch-sozialer Wandel im Medium von Begriffs-,
Wirkungs- und Rezeptionsgeschichten», en R. Koselleck y K.
Schreiner (comps.), Bürgerschaft. Rezeption und Innovation der
Begri/flichkeit vom Hohen Mittelalter bis ins 19. Jahrhundert,
Klett-Cotta, Stuttgart, 1994, págs. 11-39.
58 J O S É L U I S V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

«Einleitung», en R Koselleck y M. Jeism ann (comps.), D er politische


Totenkult. Kriegerdenkmiiler in der Moderne, Wilhelm Fink Ver-
lag, Munich, 1994, págs. 9-20.
«Sorne Reflections on th e Tem poral Structure o f Conceptual
Change», en W . M elching y W . Velema (comps.), Main Trends
in Cultural History. Ten Essays, Rodopi, Amsterdam/Atlanta,
1994.

Il. B ibliografía sobre historia conceptual

A bellán , J.: « “Historia de los conceptos” (Begri/fsgeschichte) e his­


toria social. A propósito del diccionario Geschichtliche Grundbe-
griffe», en S. Castillo (comp.), La historia social en España, Siglo
^XXI, Madrid, págs. 47-64 (una versión abreviada de esta contri­
bución ha sido publicada en Chile en Revista de Estudios Históri-
co-Jurídicos, X IV , 1991, págs. 277-289).
A uciello , N. y RAciNARO, R (comps.): Storia deiconcettie semantica
storica, Edizioni Scientifiche Italiane, Nápoles, 1990.
B lum enberg , H.: «Paradigmen zu einer Metaphorologie», en Archiv
/ ür Begriffsgeschichte, 6 (1960), págs. 5-147.
B lum enberg , H .: «Beobachtungen an Metaphern», en Archiv fü r Be­
griffsgeschichte, X V (1971), págs. 161-214.
B lum enberg , H .: Schii/fbruch mit Zuschauer. Paradigma einer Da-
seinsmetapher, Suhrkamp, Francfort del Meno, 1979 (ed. cast.:
Visor, M adrid, 1995).
BussE, D .: Historische Semantik. Analyse eines Programms, Klett-
Cotta, Stuttgart, 1987.
BussE, D .: « “Chaoten und Gewalttater". Ein Beitrag zur Semantik des
politischen Sprachgebrauchs», en A. Burkhard (comp.), Sprache
zwischen Militar und Frieden: Au/rüstung derBegriffe?, Narr Ver-
lag, Tubinga, 1989, págs. 93-121.
BussE, D .: «W as ist die Bedeutung eines Gesetzestextes?», en F . Mül-
ler (comp.), Untersuchungen zur Rechtslinguistik, Duncker y
Humblot, Berlín, 1989, págs. 93-148.
R E F E R E N C IA S B IB L IO G R Á F IC A S 59

C hignola , S.: «Storia concettuale e filosofía política. Per una prima


approssimazione», en F i l o s o f í a p o l í t i c a , IV/1 (1990), págs. 5-35.
G adamer , H .-G .: «Arbeitsberichte der Senatskomission für Begriffs-
geschichte bei der deutschen Forschungsgemeinschaft», en A r -
c h i v f ü r B e g r i f f s g e s c h i c h t e , 9 (1964).
GADAMER, H.-G.: «lkgrifsgeschichte als Philosophie>> (1970), en G e s a m -
m e l t e W e r k e , Tubinga, 1986, vol. 2, págs. 77-91 (hay versión caste­
llana en V e r d a d y m é t o d o I I , Sígueme, Salamanca, 1992, págs. 81-93).
G adamer, H .-G .: «D ie Begriffsgeschichte und die Sprache der Phi-
losophie» (1971), en G e s a m m e l t e W e r k e , Tubinga, 1987, vol. 4,
págs. 78-94.
I ggers , G . G .: G e s c h i c h t s w i s s e n s c h a / t i m 2 0 . J a h r h u n d e r t , Vanden-
hoeck & Ruprecht, Gotinga, 1993.
K nobloch , C.: «Überlegungen zur Theorie der Begriffsgeschichte
aus sprach- und kommunikationswissenschaftlicher Sichte», en
A r c h i v f ü r B e g r i f f s g e s c h i c h t e , X X X V (1992), págs. 7-24.
L ü bbe , H.: S a k u l a r is i e r u n g . G e s c h i c h t e e i n e s i d e e n p o l í t i s c h e n B e g r i f f s ,
Karl Alber, Friburgo/Munich, 1965.
L ü b b e , H .: «Begriffsgeschichte als dialektischer Proze.B», en A r c h i v
f ü r B e g r i f f s g e s c h i c h t e , XIX/1 (1975), págs. 8-15 (reimpr. en H.
Lübbe, D i e A u f d r i n g l i c h k e í t d e r G e s c h i c h t e : H e r a u s f o r d e r u n g e n
d e r M o d e r n e v o m H i s t o r i s m u s b i s z u m N a t i o n a l s o z i a l i s m u s , Graz-
Viena-Colonia, 1989, págs. 81-87).
M arramao, G .: P o d e r y s e c u l a r i z a c ió n , Península, Barcelona, 1989.
M e ie r , H . G.: «Begriffsgeschichte», e n J. Ritter (comp.), H i s t o r i s c h e s
W o r t e r b u c h d e r P h i l o s o p h i e , Darmstadt, 1972, págs. 788-808.
O ncina C oves , F.: « E l arcano: entre la postrevolución y la contra­
rrevolución», en R. R. Aramayo, J. Muguerza y A. Valdecan-
tos (comps.), E l i n d i v i d u o y l a h i s t o r i a , Paidós, Barcelona, 1995,
págs. 215-249.
PococK, J. G . A.: T h e M a c h i a v e l l i a n M o m e n t , Cambridge University
Press, 1975.
PococK, J. G . A.: «T he concept o f a language and the m é t i e r d ’h i s -
t o r i e n : sorne considerations on practice», en A. R. Pagden
(com ps.), T h e L a n g u a g e s o f p o l i t i c a l t h e o r y i n e a r l e y m o d e r n E u ­
60 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

ropa (Ideas in context), Cambridge University Press, 1987,


págs. 19-38.
P ococK , J . G . A.: Politics, Language and Time. Essays on Political
Thought and History, The University o f Chicago Press, 1989.
R ic H T E R , M.: «Conceptual History (Begriffsgeschichte) and Political
Theory», en Political Theory, 14/4 (1986), págs. 604-637.
RicHTER, M .: «.Begriffsgeschichte and the History of Ideas», en Jour­
nal o fth e History o f Ideas, 48 (1987), págs. 247-263.
R i c H T E R , M.: «Reconstructing the History o f Political Languages:
Pocock, Skinner and the Geschichtliche Grundbegriffe», en His­
tory and Theory. Studies in the Philosophy o f History, X X I X
(1990), págs. 38-70 (posteriormente traducido al alemán: «Zur
Rekonstruktion der Geschichte der Politischen Sprachen: Po­
cock, Skinner und die Geschichtlichen Grundbegriffe», en H. E.
Bodeker y E . Hinrichs, op. cit., págs. 134-174).
R ic H T E R , M.: «Begriffsgeschichte in Theory and Practice: Recons-
tructing the History o f Political Concepts and Languages», en
W . Melching y W . Velema, op.cit. (1994).
R o t h a c k e r , E .: «Hilfsmittel des philosophischen Studiums. Be-
richt», en Deutsche Vierteljahrschrift fü r Literaturwissenschaft
und Geistesgeschichte, V (1927), págs. 766-791.
Rmz T o r r e s , P.: E l tiempo histórico, Eutopías, 2“ época, vol. 71, V a­
lencia, 1994.
S k i n n e r , Q .: «Meaning and Understanding in the History o f Ideas»,
en History and Theory, 8 (1969), págs. 3-53.
S k i n n e r , Q .: «Motives, Intentions and the Interpretation o f Texts»,
en New Literary History, 3 (1972), págs. 393-408.
S k i n n e r , Q.: «Sorne Problems in the Analysis of Political Thought
and Action», en Political Theory, II/3 (1974), págs. 277-303.
S k i n n e r , Q .: «Hermeneutics and the Role of History», en New Lite­
rary History, 7 (1975), págs. 209-232.
S k i n n e r , Q .: «La idea de libertad negativa: perspectivas filosóficas e
históricas», en R. R o rty ,J. B. Schneewind y Q. Skinner (comps.),
La filosofía en la historia. Ensayos de historiografía de la filosofía,
Paidós, Barcelona, 1990, págs. 227-259.
R E F E R E N C IA S B IB L IO G R Á F IC A S 61

T ü i í y , J . (comp.): M e a n i n g a n d C o n t e x t , Polity Press, Cambridge


/Nueva York, 1988 (contiene varios de los trabajos precitados de
Skinner, además de contribuciones críticas con su enfoque).
V a l l e s p í n , F.: «Aspectos metodológicos en la historia de la Teoría
Política», en H i s t o r i a d e l a T e o r í a P o l í t i c a , Alianza, Madrid, vol.
I, 1990, págs. 19-52.
V a l l e s p í n , F .: «G iro lingüístico e historia de las ideas: Q. Skinner y
la “Escuela de Cam bridge”», en R. R. Aramayo, J. Muguerza y
A. Valdecantos (comps.), E l i n d i v i d u o y l a h i s t o r i a , Paidós, Bar­
celona, 1995, págs. 287-301.
V i l l a c a ñ a s , J . L.: «D el espacio: Acerca de cierta problemática tras­
cendental de la razón histórica», en J . Apalategui y X . Palacios
(comps.), S í m b o l o s y m i t o s ( I I ) , Instituto de Estudios sobre Na­
cionalismos Comparados, Vitoria, 1994, págs. 115-134.

III. B ib l io g r a f ía a d ic io n a l s o b r e s e m á n t ic a h is t ó r ic a

B a rth es, R.: «Le discours de l ’histoire», en I n f o r m a t i o n s u r l e s S c i e n ­


ces S o c ia le s ,
VI/4 (1967), págs. 65-75.
B ax, M .: «D ie lebendige Dimension toter Sprachen. Zur pragma-
tischen Analyse vom Sprachgebrauch in historischen Kontex-
ten», en Z e i t s c h r i f t f ü r g e r m a n i s t i s c h e L i n g u i s t i k , 11 (1983),
págs. 1-21.
B e r d i n g , H .: «Begriffsgeschichte und Sozialgeschichte», en H i s t o -
r i s c h e Z e i t s c h r i f t , 223 (1976), págs. 98-110.
C h e r u b i m , D.: «Sprachwandel und Sprachkritik im 19. Jahrhundert.
Beitrage zur Konstitution einer pragmatischen Sprachgeschichte»,
en L i t e r a t u r u n d S p r a c h e i m h i s t o r i s c h e n P r o z e fi. V o r tr iig e d e s
d e u t s c h e n G e r m a n i s t e n t a g e s , vol. 2, Tubinga, 1983, págs. 170-188.
W.: «Linguistik und Sozialgeschichtsforschung», en R.
D ie c k m a n n ,
Bartsch y T . Vennemann (comps.), L i n g u i s t i k u n d N a c h b a r n w i s -
s e n s c h a fte n ,Kronberg, 1973, págs. 141-159.
D ie c k m a n n , W .: P o l i t i s c h e S p r a c h e , P o l i t i s c h e K o m m u n i k a t i o n .
V o r t r a g e , A u f s a t z e , E n t w ü r f e , Heidelberg, 1981.
62 J O S É L U IS V ILL A C A Ñ A S Y F A U S T IN O O N C IN A

D u bo is , J . : « L e x i c o l o g i e e t a n a ly s e d ’é n o n c é » , e n Cahiers d e Lexico-
logie, 2 ( 1 9 6 9 ) , p á g s . 1 1 5 - 1 2 6 .
G rün ert, H . : « P o l it i s c h e G e s c h i c h t e u n d S p r a c h g e s c h ic h t e . Ü b e r le -
gungen z ^ Z u s a m m e n h a n g v o n P o l i t i k u n d S p r a c h g e b r a u c h in
G e s c h ic h te und G e g e n w a rt» , en Sprache und Literatur, 5 2
( 1 9 8 3 ) , p á g s. 4 3 - 5 8 .
G u m brech t, H . U .: « H i s t o r i s c h e T e x t p r a g m a t i k a l s G r u n d la g e n w is -
s e n s c h a f t d e r G e s c h i c h t s s c h r e ib u n g » , e n Lendemains, 6 ( 1 9 7 7 ) ,
p ág s. 1 2 5 -1 3 6 .
L uhmann , N .: Gesellscha/tstruktur u nd Semantik , F r a n c f o r t d e l
M eno, 1980.
PRESC H , G .: « Z u r B e g r ü n d u n g e in e r h is t o r is c h e n P r a g m a lin g u is tik » ,
e n J . K le i n y G . P r e s c h ( c o m p s .) , Institutionen, Konflikte, Sprache.
Arbeiten zur linguistischen Pragmatik, T u b in g a , 1 9 8 1 , p á g s .
2 0 6 -2 3 8 .
S ch lieben -L ange , B .: Traditionen des Sprechens. Elem ente einer
pragmatischen Sprachgeschichtsschreibung, S t u t t g a r t , 1 9 8 3 .
S 1t t a , H . ( c o m p .) : Anslitze zu einer pragmatischen Sprachgeschichte,
Z ü r c h e r K o llo q u iu m 1 9 7 8 , T u b in g a , 1 9 8 0 .
Text als Handlung, M u n i c h , 1 9 7 5 .
S t ie r l e , K .:
T aubes, J . : « G e s c h i c h t s p h i lo s o p h i e u n d H i s t o r i k » , e n Geschichte-
Ereignis und E tá h lu n g, M u n i c h , 1 9 7 3 , p á g s . 4 9 0 - 4 9 9 .
W ellmann, H .: « H i s t o r i s c h e S e m a n t ik ( 1 9 6 8 - 1 9 7 3 ) » , e n Wirkendes
Wort, 2 4 ( 1 9 7 4 ) , p á g s . 1 9 4 - 2 1 3 , 2 6 8 - 2 8 5 .
W iehl, R .: « B e g r if f s b e s t im m u n g u n d B e g r if f s g e s c h i c h t e » , e n Herme-
neutik und Dialektik, 1, 1 9 7 0 , p á g s . 1 6 7 - 1 8 2 .
N ota del editor alemán

Con motivo del octogesimoquinto cumpleaños de Hans-Georg


Gadamer, la Academia de las Ciencias de Heidelberg, junto con el
Departamento de Filosofía de la Universidad de Heidelberg, convo­
có el 16 de febrero de 1985 a un solemne acto en la vieja aula magna
de la Universidad. Reinhart Koselleck pronunció una conferencia
conmemorativa de este aniversario con el título «Histórica y herme­
néutica», a la que respondió Hans-Georg Gadamer. La sección his-
tórico-filosófica de la Academia manifestó el deseo de publicar con ­
ferencia y respuesta en sus propios boletines y agradece a ambos
oradores que hayan dado su consentimiento a esta publicación.

W o L F G A N G W lE L A N D
R e INHART KoSELLECK

H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A

Querido señor Gadamer, queridos huéspedes:

Una vida puede ser larga o breve. Si es breve, com o la de Schiller,


Kleist o Büchner, un sentimiento de duelo invade la biografía, por­
que la vida no pudo continuar escribiéndola. Si es larga, como la de
Kant o Heidegger, se tiene la sensación de que también el futuro his­
tórico está plenamente contenido y articulado en su obra tardía. Ya
nunca sabremos lo que acaso habría podido decir Schiller en 1813,
Kleist en 1830, Büchner en 1848. Podemos, sin embargo, aventurar
lo que Kant habría dicho en estos años, y Heidegger dejó formulado lo
que quería decir acerca de nuestro futuro.
La longevidad de un hombre modifica de manera evidente la ca­
lidad de vida por el progresivo acortamiento de sus lapsos de tiempo
biológico. Con el paso de los años, la falta de tiempo gana una densi­
dad de experiencia imposible de adquirir en el caso de una vida inte­
rrumpida precozmente. A lo sumo ha sido forzada como en Schiller
o bloqueada conscientemente, como en Kleist; o bien las posibilida­
des de una intensidad creciente se desvanecieron simplemente por
causas fisiológicas, que no permitieron otra cosa que la muerte, como
ocurrió con Büchner.
E l caso de nuestro homenajeado, Gadam er, es, desde este pun­
to de vista, un caso muy especial. Se rejuvenecía y parecía más lleno
de vida a medida que envejecía, cuanto más envejece. Ha concluido
68 R E IN H A R T K O S E L L E C K

su o b r a f u n d a m e n t a l Verdad y método c u a n d o r o n d a b a l o s s e s e n t a
a ñ o s y , b a s á n d o s e e n t a l o b r a , h a d ir ig i d o su a t e n c i ó n , m u c h o m á s
q u e e n lo s a ñ o s p r e c e d e n t e s , h a c ia a s p e c t o s d e l p a s a d o y d e l f u t u r o .
D e e s t a f o r m a d is p o n d r ía m o s y a d e u n a v ía b i o g r á f i c a d e a c c e s o a l
p r o b l e m a c e n t r a l d e su p l a n t e a m ie n t o c i e n t í f i c o : a s a b e r , c ó m o s e
r e la c io n a la h e r m e n é u t ic a c o n e l t ie m p o . T o d a c o m p r e n s ió n (Verste-
hen ) s in u n ín d ic e t e m p o r a l s e q u e d a m u d a . Y a s e tr a te d e la c o m ­
p r e n s i ó n d e u n t e x t o o s e e n t i e n d a é s ta o n t o l ó g i c a m e n t e c o m o p r o ­
y e c to (Entwur/) d e e x i s t e n c i a h u m a n a q u e p r o p e n d e a t e n e r u n
s e n t id o , t o d o c o m p r e n d e r e s t á v in c u la d o p o r p r i n c i p io a l t ie m p o ,
n o s ó lo a la s i t u a c i ó n t e m p o r a l o a l e s p ír i t u d e la é p o c a q u e d e t e r ­
m in a n s i n c r ó n i c a m e n t e a l h o m b r e , n o s ó lo a l d e c u r s o y a l c a m b i o
d e l t ie m p o ; la c o m p r e n s i ó n p a r a G a d a m e r e s t á lig a d a r e t r o s p e c t i ­
v a m e n te (zurückgebunden) a la h i s t o r i a e f e c t u a l (Wirkungsgeschich-
te), c u y o s o r íg e n e s n o s e p u e d e n c a lc u la r d ia c r ó n ic a m e n t e , y c u y o
p u n t o c e n t r a l c o n s i s t e e n q u e s ó lo s e p u e d e e x p e r i m e n t a r e n e l p r o ­
p i o t ie m p o d e c a d a u n o . L a v id a d e G a d a m e r ilu s t r a su e x p e r i e n c i a
h e r m e n é u t i c a . E l t ie m p o n o e s s ó lo u n a s u c e s i ó n lin e a l d e d a to s ó n -
tic a s ; se c u m p lim e n ta (vollziéht sich ) e n l a m a d u r a c ió n d e q u ie n l l e ­
g a a s e r c o n s c i e n t e d e su t i e m p o c o m p r e n d i é n d o l o , r e u n i e n d o e n s í
t o d a s la s d im e n s io n e s t e m p o r a l e s y , p o r c o n s i g u i e n t e , a g o t a n d o
c o m p l e t a m e n t e la p r o p i a e x p e r i e n c i a . L a h e r m e n é u t i c a f il o s ó f i c a
d e s a r r o lla d a p o r G a d a m e r y la c u e s t ió n d e la s c o n d i c i o n e s h i s t ó r i ­
c a s — p o r q u é n e c e s i t a m o s c o m p r e n d e r p e r m a n e n t e m e n t e si q u e r e ­
m o s v iv ir — e s t á n e n tr e la z a d a s . P o r e s o , la h e r m e n é u t i c a d e G a d a -
m e r t ie n e q u e v e r c o n l o q u e la c i e n c ia h i s t ó r i c a r e c la m a p a r a sí
m is m a e n c u a n t o H i s t ó r i c a (Historik): e s t o e s , t e m a t iz a r la s c o n d i ­
c i o n e s d e p o s i b i l id a d (Bedingungen moglicher Ge-
d e h is to ria s
schichten) ^ e s d e c i r , c o n s i d e r a r la s a p o r ía s d e la f in itu d d e l h o m b r e
e n su t e m p o r a lid a d .

l. La demarcación entre los términos H istorik, G eschichte e H istorie la ofrecemos


en nuestra siguiente nota.
Para distinguir entre las notas del propio Koselleck y las del traductor, las prime­
ras serán indicadas mediante un asterisco y las segundas con guarismos. (N. d e l t.)
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 69

La cuestión que aquí se plantea y que intento resolver con algu­


nas reflexiones, en la medida de su alcance, es, por consiguiente, la
relación de la Histórica con la hermenéutica.
La hermenéutica de Gadamer contiene implícitamente, y en par­
te explícitamente, la pretensión de abrazar la Histórica. Como la teo­
logía, la jurisprudencia, la poesía y su interpretación, también la
historia (Geschichte) se convierte en un subcaso del comprender exis-
tencial. Para poder vivir, el hom bre, orientado hacia la comprensión,
no puede menos que transformar la experiencia de la historia en algo
con sentido (in Sinn) o, por así decirlo, asimilarla hermenéutica-
mente.
Luego admitamos desde el comienzo que la historia (Historie),
como ciencia de la historia (Wissenschaft von der Geschichte) y como
arte de su representación o narración (Darstellung oder Erzahlung), es
parte del cosmos hermenéutico proyectado por Gadamer. A través
del escuchar, del hablar y de los textos, también el historiador se
mueve sobre la misma plataforma sobre la cual se mueven las otras fi­
guras paradigmáticas de la hermenéutica gadameriana: el teólogo, el
jurista y el exégeta de la poesía. Admitamos, por consiguiente, que la
historia (Historie) sea abarcada elásticamente por la hermenéutica
existencial de Gadamer y que apenas pueda zafarse de ella conve­
nientemente. Quien tiene necesidad del lenguaje y de los textos, no
puede sustraerse a la pretensión de esta hermenéutica. Esto vale tam­
bién para la historia (Historie). Pero, ¿vale también para la Histórica,
esto es, para una teoría de la historia (Theorie d er Geschichte) que no
estudia los hallazgos determinables empíricamente de historias pasa­
das, sino que pregunta cuáles son las condiciones de posibilidad de
una historia? ¿Se agotan las condiciones de posibilidad de una histo­
ria en el lenguaje y en los textos? ¿O hay condiciones extralingüísti­
cas, prelingüísticas, aun cuando se busquen por vía lingüística? Si
existen tales presupuestos de la historia que no se agotan en el len­
guaje ni son remitidos a textos, entonces la Histórica debería tener,
desde el punto de vista epistemológico, un status que le impida ser
tratada como un subcaso de la hermenéutica. Ésta es la tesis que
quiero fundamentar. Para ello procederé siguiendo dos pasos.
70 R E IN H A R T K O S E L L E C K

E n p r i m e r lu g a r , p r e s e n t a r é e l e s b o z o d e u n a H i s t ó r i c a q u e d ir i­
g e la a t e n c ió n h a c ia su s c a r a c t e r ís t ic a s p r e lin g ü ís t ic a s . I n t e n t a r é h a ­
c e r lo m e d ia n t e u n a l e c t u r a d e S er y tiempo, p u e s t o q u e , s in e s ta o b r a ,
la h e r m e n é u t ic a e x i s t e n c ia l d e G a d a m e r n i s iq u ie r a se r ía c o n c e b ib l e .
E n s e g u n d o lu g a r , c o n f r o n t a r é lo s r e s u lt a d o s e s b o z a d o s p r e v ia m e n t e
d e u n a H i s t ó r i c a q u e a p u n ta a l o p r e lin g ü ís t ic o c o n p o s ic io n e s d e ­
fe n d id a s p o r G a d a m e r e n su g r a n l i b r o Verdad y método.

I. H is t ó r ic a '

P r o p o n d r é a lg u n a s in d ic a c io n e s c o n m ir a s a u n a H is tó r ic a p r e lin ­
g ü ística . A d ife r e n c ia d e la h is to r ia (Historie) e m p ír ic a , la H is tó r ic a
c o m o c ie n c ia t e ó r ic a n o s e o c u p a d e la s h is to ria s(Geschichten) m is m a s ,
c u y a s re a lid a d e s p a s a d a s , p r e s e n te s y q u iz á fu tu ra s s o n te m a tiz a d a s y e s ­
t u d ia d a s p o r la s c ie n c ia s h is tó r ic a s (Geschichtswissenschafien). L a H i s ­
t ó r i c a e s m á s b i e n la d o c t r in a d e la s c o n d ic i o n e s d e p o s ib ilid a d d e
h is to r ia s (Geschichten). In q u ie r e a q u e lla s p r e te n s io n e s , ^ rn d a d a s t e ó r i­
c a m e n te , q u e d e b e n h a c e r in t e lig ib le p o r q u é a c o n te c e n h is to r ia s , c ó m o
p u e d e n c u m p lim e n ta r s e y a s im is m o c ó m o y p o r q u é se la s d e b e e s tu ­
d ia r , r e p r e s e n ta r o n a r r a r . L a H is tó r ic a a p u n ta , p o r c o n s ig u ie n te , a la
b ila t e r a lid a d p r o p ia d e to d a h is to r ia , e n te n d ie n d o p o r ta l t a n t o lo s
n e x o s e n tr e a c o n te c im ie n to s (Ereigniszusammenhange ) c o m o s u r e ­
p r e s e n t a c ió n .
H e id e g g e r o f r e c ió e n Ser y tiempo u n e s c o r z o d e o n t o lo g ía f u n ­
d a m e n ta l, q u e a s p ir a b a e n t r e o t r a s c o s a s a d e r iv a r , d ir ía q u e c a s i n e ­
Historie a s í c o m o la
c e s a r ia m e n te , la c o n d ic ió n d e p o s ib ilid a d d e u n a
c o n d ic i ó n d e p o s ib ilid a d d e u n a Geschichte2a p a r t i r d e l a n á lis is e x is -

2. La diferencia y posterior convergencia a partir del siglo XVm entre H istorie y


G eschichte la expone Koselleck en «Historia magistra vitae»: «En el ámbito lingüístico
alemán, por empezar con ello, se produjo un deslizamiento semántico que vació de su
sentido al viejo topos o, al menos, impulsó este vaciamiento. La palabra extranjera H is­
torie, que había obtenido carta de naturaleza alemana y significaba preferentemente la
relación, el informe (Bericht), la narración de lo sucedido (E táhlu n g von Geschehenem )
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 71

t e n c ia r io (E x i s t e n t i a l a n a l y s e ) d e l D a s e i n 3 f in ito . T e n s a d a e n tr e n a c i ­
m ie n t o y m u e r t e , la e s t r u c t u r a f u n d a m e n t a l d e l D a s e i n h u m a n o e s su
m a d u r a c ió n : b r o t a d e la e x p e r ie n c ia in s u p e r a b le d e a q u e lla f in itu d
q u e p u e d e s e r e x p e r im e n t a d a s ó lo e n e l p r e c u r s a r la m u e r t e ( i m V o r -
l a u f z u m T o d e ) . C o m o d ijo I n o c e n c i o I I I : « M o r i m o s m ie n t r a s v iv i­
m o s y s ó lo c u a n d o d e ja m o s d e m o r ir , d e ja m o s d e v i v i r » .*
L a i n t e n c ió n s is te m á tic a d e H e id e g g e r e r a p r e c is a m e n t e te m a ti-

y especialmente las ciencias históricas (historischen W issenscha/ten), fue relegada visi­


blemente en el curso del siglo XVm por la palabra Geschichte. La marginación de la
H istorie en favor de la G eschichte se realizó aproximadamente a partir de 1750 con una
vehemencia medible estadísticamente. Pero G eschichte significa en primer lugar el
evento (Begebenheit) o una serie de acciones efectuadas o sufridas, cometidas o pade­
cidas; la expresión se refiere más bien al mismo acontecer que a su informe. Cierta­
mente, y ya desde hace tiempo, la Geschichte incluía en su significado también el in­
forme, así como, a la inversa, la H istorie indicaba el acontecimiento mismo. [.. . ]
Cuanto más convergían la Geschichte como acontecimiento (Ereignis) y como repre­
sentación (Darstellung), tanto más se preparaba lingüísticamente el viraje trascenden­
tal que debía conducir a la filosofía de la historia del Idealismo. La Geschichte como
nexo entre acciones se fusionó con su conocimiento. La afirmación de Droysen de que
la Geschichte sólo es el saber de ella misma es el resultado de esta evolución. Esta con­
vergencia de un doble sentido obviamente modificó también el significado de una His­
torie como magistra vitae>> (Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos pasados,
Paidós, Barcelona, 1993, pág. 50 — no nos hemos atenido literalmente a esta traduc­
ción— ). Véase asimismo el artículo «Geschichte, Historie» perteneciente al vol. 2 del
léxico Geschichtliche Grundbegriffe, Klett Verlag, Stuttgart, 1975, págs. 593-717. Ante
la imposibilidad de encontrar correlatos exactos de ambos términos en castellano, he­
mos optado por traducirlos como «historia», incluyendo entre paréntesis el original
alemán. En caso de omitir el paréntesis, nos referimos a G eschichte, pues este térmi­
no sumará a su significado originario de historia acontecida el de H istorie o historia
relatada, indicando tanto la serie de acontecimientos como su narración. A fin de dis­
tinguir la Histórica (H istorik), en cuanto doctrina trascendental de la historia, del ad­
jetivo «histórica» (geschichtlich, historisch), emplearemos la mayúscula para la prime­
ra. (N. d e l t.)
3. Preferimos mantener en alemán, como tecnicismo heideggeriano, el término
D asein introducido en Ser y tiem po para referirse al ser ahí o al estar ahí humano.
(N. d e l t.)
* Inocencio III, D e contemptu m undi, Lib. I cap. ^ X IV (Migne, J. P., PL 217 Sp.
714 A).
72 R EIN H A R T K O SELLEC K

z a r d e t a l m o d o la p o s ib ilid a d d e l n o - s e r e n e l « p r e c u r s a r » la m u e r t e
( V o r la u / z u m T o d e ) q u e e l h o r i z o n t e d e s e n t id o d e t o d a e x p e r ie n c ia
d e l s e r d e b ía a p a r e c e r e n la m a d u r a c ió n d e l D a s e i n . P e r o e n e l a n á li­
sis d e su d e t e r m in a c ió n d e la f in itu d s e in t e r c a la r o n , s in e m b a r g o ,
n u m e r o s a s c a t e g o r ía s e i n t e r p r e t a c io n e s l e g ib l e s a n t r o p o ló g ic a m e n ­
t e , s u s c e p t ib le s d e s e r p e r fe c c io n a d a s y a m p lia d a s , p o r m u c h o q u e e l
p r o p i o H e id e g g e r s e a fa n a s e p o r o p o n e r s e a s e m e ja n t e « a n t r o p o lo g i-
z a c ió n » . A s í e n su s a n á lis is se h a n i n t r o d u c id o c o n c e p t o s c o m o
« c u r a » ( S o r g e ) y « a n g u s t ia » ( A n g s t ) , o c o m o « a c e p t a c i ó n d e l d e s t in o »
( S c h ic k s a ls ) e « h is t o r ia c o m o s i n o » ( G e s c h i c k ) , c o n c e p t o s c o m o « p r o ­
p ie d a d e im p r o p ie d a d » ( E i g e n t l i c h k e i t u n d U n e i g e n t l i c h k e i t ) , « p u e ­
b l o » , « f id e lid a d » , « h e r e n c ia » , « s e r l ib r e p a r a la m u e r t e » ( F r e i s e i n
z u m T o d e ) y, f in a lm e n te , « m u e r t e » , « c u lp a » ( S c h u ld ) , « c o n c i e n c ia »
( G e w i s s e n ) y « l i b e r t a d » ( F r e i h e i t ) . E n su m a , ya n o se p o d ía c a n c e la r
la s e m á n t ic a p o lí t i c a d e e s ta t e r m in o lo g ía a d o p t a n d o m e d id a s p r e v e n ­
tiv a s d e o r d e n m e t o d o ló g ic o . Q u i e n a n t e s d e 1 9 3 3 h a b l a b a d e r e s o ­
l u c ió n p r e c u r s o r a d e la m u e r t e ( z u m T o d e v o r l a u / e n d e r E n t s c h l o s s e n -
h e i t ) , d e s p u é s d e 1 9 4 5 ya n o p o d ía s u s tr a e r s e a la id e o lo g iz a c ió n . d e
e s ta e x p r e s ió n . M u c h a s d e e s ta s d e te r m in a c io n e s e s tá n h o y d e s v a í­
d a s , s a b e n a r a n c io o s e h a n q u e d a d o o b s o le t a s y n e c e s ita n ya u n a t r a ­
d u c c ió n h is tó r ic a p a r a c o n t in u a r s ie n d o le g ib le s c o m o c a t e g o r ía s d e
u n a o n t o lo g ía f u n d a m e n t a l y p r e t e n d e r p e r d u r a r . P e r o a q u í n o s e t r a ­
ta d e e l u c i d a r e l p a t h o s d e lo s a ñ o s 2 0 d e s d e e l p u n t o d e v is t a d e la
c r ít ic a d e la s id e o lo g ía s . P a r a n o s o t r o s s e p la n t e a a h o r a m á s b i e n la
c u e s t ió n d e ju z g a r si la s d e t e r m in a c io n e s d e H e id e g g e r , c ita d a s d e u n
m o d o g e n e r a l, b a s ta n p a ra d e s a r r o lla r u n a H is tó r ic a q u e lo g r e d e r i­
v a r t a m b ié n la s c o n d ic io n e s d e p o s ib ilid a d d e h is to r ia s a p a r t ir d e la
d e t e r m in a c ió n fu n d a m e n t a l d e la f in itu d y d e la h is to r ic id a d . M e p a ­
r e c e q u e , a l r e s u lt a r in s u f ic ie n te s , é s t e n o e s p r e c is a m e n t e e l c a s o .
E l h o m b r e c o m o D a s e i n n o e s to d a v ía l ib r e p a r a su p r ó jim o — u n a
te m á tic a d e L o w it h — 4 n i a b ie r to e n su c o n f lic t iv id a d c o n su s s e m e ja n ­
te s . L o s t ie m p o s d e la h is to r ia n o s o n id é n t i c o s y n i s iq u ie r a d e r iv a b le s

4. Véase el Prólogo de R. Koselleck a Karl Lowith, M i vida en A lem ania antes y


después d e 1933. Un testim onio, Visor, Madrid, 1992, págs. 13-18. (N. d e l t.)
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 73

e n te r a m e n te d e la s m o d a lid a d e s e x is t e n c ia le s d e s a r r o lla d a s e n e l h o m ­
b r e c o m o D a s e i n . D e s d e e l c o m ie n z o , l o s tie m p o s d e la h is to r ia e s tá n
c o n s t itu id o s p o r in t e r r e la c io n e s h u m a n a s . S e t r a ta s ie m p r e d e la c o n ­
t e m p o r a n e id a d d e lo q u e n o e s c o n t e m p o r á n e o (G l e i c h z e i t i g k e i t e n d e s
U n g l e i c h z e i t i g e n ) , d e d e te r m in a c io n e s d e d if e r e n c ia s q u e c o n t ie n e n su
p r o p ia f in itu d ir r e d u c t ib le a u n a « e x i s t e n c ia » ( E x is t e n z ) .
P o r lo t a n t o , q u e r r ía e n p r im e r lu g a r a m p lia r la o f e r t a d e c a t e g o ­
rías. M e p a r e c e o p o r t u n o c o m p le t a r e s p e c ia lm e n t e la s d e te r m in a c io ­
n e s d e f in itu d d e la a n a lític a d e l D a s e i n d e H e id e g g e r p a r a d ir ig ir la
a t e n c ió n a la p o s ib ilid a d d e h is to r ia s f a c t u a le s (t a t s a c h l i c h e r ). E l p a r
a n t i t é t i c o ( O p p o s it i o n s p a a r ) c e n tr a l d e H e id e g g e r — e l « e s t a r a r r o ja ­
d o » 5 [ G e w o r f e n h e i t ] ( c o n s id e r a d o e m p ír ic a m e n t e , e l n a c im ie n t o ) y e l
« p r e c u r s a r » la m u e r t e W o r l a u f e n z u m T o d e ] ( e m p ír ic a m e n t e , e l t e ­
n e r q u e m o r ir ) [ S t e r b e n m ü s s e n ] — s e p u e d e c o m p le t a r c o n o t r a s d e ­
t e r m in a c io n e s a n t it é tic a s , q u e d e fin e n e l h o r iz o n t e te m p o r a l d e n u e s ­
tr a s e x p e r ie n c ia s d e f in i t u d c o n m a y o r r i g o r y, e n c u a lq u ie r c a s o ,
t a m b ié n d e u n m o d o d iv e r s o . Y n a d a d e b e t u r b a r n o s e l h e c h o d e q u e
s e t r a t e d e c a te g o r ía s q u e a c o n s e ja n u n a a m p lia c ió n e n la a n t r o p o l o ­
g ía h is tó r ic a , p u e s fu e r o n ju s ta m e n t e la s c a t e g o r ía s d e l p r o p io H e i ­
d e g g e r la s q u e , p o r su le g ib ilid a d e i n t e r p r e t a b i li d a d a n t r o p o ló g ic a s ,
p r o v o c a r o n u n a H is t ó r i c a , a u n q u e ta n s ó l o p e r m it ía n u n a f u n d a m e n -
t a c ió n in s u fic ie n te . E n e f e c t o , c o n la s n o c io n e s d e « p r o v e n ie n c ia » ( H e r -
k u n f t ) , « h e r e n c ia » , « f id e lid a d » , « s i n o » , « p u e b l o » , « d e s t in o » , « c u r a »
y « a n g u s t ia » , p a ra r e p e t i r s ó lo a lg u n a s d e t e r m i n a c io n e s im p o r t a n t e s ,
n o s e lo g r a u n a f u n d a m e n t a c ió n s u fic ie n te d e la s c o n d ic io n e s d e p o ­
s ib ilid a d d e h is to r ia s .
Q u e r r ía se rv irm e d e c i n c o c a te g o r ía s b i e n c o n o c id a s q u e p a r e c e n ,
s in e m b a r g o , id ó n e a s , e n c u a n t o p a r e s a n tité tic o s , p a ra te m a tiz a r a lg o
a s í c o m o la e s tr u c tu r a f u n d a m e n ta l te m p o ra l d e p o s ib le s h is to ria s .
1. P a r a p o s ib ilit a r h is to r ia s , la d e te r m in a c ió n c e n tr a l d e H e id e g -

5. Este término heideggeriano se ha vertido también al castellano como «arroja-


miento» o, conforme a las versiones de Gaos {El ser y e l tiem po, Fondo de Cultura Eco­
nómica, México) y de Sacristán (Las ideas gnoseológicas de H eidegger (1959), Crítica,
Barcelona, 1995), ««estado de yecto» y «derelicción», respectivamente. (N. d e l t.)
74 R E IN H A R T K O S E L L E C K

g e r d e l « p r e c u r s a r la m u e r t e » ( V o r l a u fe n z u m T o d e ) d e b e s e r c o m ­
p le t a d a c o n la c a t e g o r ía d e l « p o d e r matar>> ( T o t s c h l a g e n k o n n e n ). L a s
h i s t o r i a s d e lo s h o m b r e s s e c a r a c t e r iz a n p o r e l h e c h o d e q u e s ie m p r e ,
u n a y o t r a v e z , h a n c o n v e r tid o e n o b je t i v o d e su s d e n u e d o s la s u p e r ­
v iv e n c ia , y e l l o n o s ó lo e n e l h o r i z o n t e d e su t e n e r q u e m o r i r (S te r-
b e n m ü s s e n s ). D e s d e la s h o r d a s r e c o l e c t o r a s y c a z a d o r a s , h a s ta la s su -
p e r p o t e n c i a s b i e n e q u ip a d a s d e a r m a s a t ó m ic a s , la l u c h a p o r la
s u p e r v iv e n c ia e s tá s ie m p r e b a jo la a m e n a z a d e m u e r t e a lo s o t r o s o
m á s a ú n p r o f e r id a p o r e l o t r o . E s t a a m e n a z a p u e d e , c o m o e s s a b id o ,
l im i t a r e l u s o e f e c t iv o d e la f u e r z a . E l v e r d a d e r o rie s g o d e la s u p e r v i­
v e n c ia e n tr a ñ a la o p o r t u n id a d d e q u e lo s h o m b r e s o r g a n iz a d o s se
m a t e n m u t u a m e n t e y q u e a v e c e s in c l u s o c r e a n , p o r r a z o n e s d e s u ­
p e r v iv e n c ia , q u e t ie n e n q u e m a ta r s e ( u m b r i n g e n ) e n t r e sí. « E n c ie r t o
s e n t id o u n a c a r g a d e c a b a lle r ía s e a s e m e ja b a s t a n t e a la v id a o r d in a ­
ria . M ie n tr a s t e m a n te n g a s f ir m e s o b r e la s illa , c o n t u c a b a ll o s u je t o y
b i e n a rm a d o , m u c h o s d e tu s e n e m ig o s t e d e ja r á n l ib r e e l c a m in o .
P e r o t a n p r o n t o c o m o h a y a s p e r d id o u n e s t r ib o , s e te h a y a p a r t id o
u n a r ie n d a o c a íd o e l a rm a , e s té s h e r id o tú m is m o o lo e s t é t u c a b a llo ,
e n t o n c e s s e r á e l m o m e n t o e n q u e d e s d e t o d o s la d o s tu s e n e m ig o s se
a b a la n z a r á n s o b r e ti.» A s í d e s c r i b e C h u r c h i l l u n a d e la s ú lt im a s b a t a ­
lla s a c a b a ll o e n la s q u e é l m is m o p a r t i c i p ó e n S u d á n . « B lo q u e a d o s e n
m e d io d e la m a s a e n e m ig a , a s e d ia d o s p o r to d a s p a r t e s , a c r i b il l a d o s y
la c e r a d o s p o r la n z a s y s a b le s , [m is c a m a r a d a s ] f u e r o n d e r r ib a d o s d e
su s c a b a llo s y d e s p e d a z a d o s p o r la fu r ia e n e m ig a .» *
E n la d ic c ió n d e H e id e g g e r c a b e a s e v e r a r d e m a n e r a fu n d a d a q u e
e l « p o d e r m a ta r s e » ( S i c h u m b r i n g e n k o n n e n ) m u t u a m e n t e e s ta n o r ig i­
n a r i o c o m o e l « p r e c u r s a r la m u e r t e » , m ie n tr a s s e t r a t e d e l D a s e i n
c o m o u n D a s e i n h is t ó r i c o . P o r e so e l m a n t e n im ie n t o y la p r e s e r v a c ió n
d e la p a z o su r e s t a b l e c im i e n t o t r a s u n a g u e r r a c o n s t itu y e n t a m b ié n
u n a c o n q u is t a h is tó r ic a .
¿ Q u é tip o s d e f e n ó m e n o s h i s t ó r i c o s e n e l c u r s o d e l t ie m p o s e te -
m a tiz a n t a m b ié n p a r a in v e s tig a r lo s r a s g o s c a r a c t e r ís t ic o s d e u n a p o ­

* Winston S. Churchill, W eltabenteuer im D ienst, Hamburgo, 1954, pág. 122 [es


la versión alemana de M y Early L ife, Londres, 1930, págs. 206-207]. [N. del t.]
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 75

s i b l e g u e r r a y d e u n a p o s i b l e p a z , s u s a r t e s y su s a s p e c t o s c o m u n e s ?
S in la c a p a c id a d d e p o d e r m a ta r a s u s s e m e ja n te s , s in la c a p a c id a d d e
p o d e r a b r e v ia r v io le n ta m e n te e l la p s o p o s ib le d e v id a d e ca d a u n o d e
lo s o t r o s , n o e x i s t i r ía n la s h is to r ia s q u e t o d o s c o n o c e m o s .
2. T r a s e l p a r a n t i t é t i c o « t e n e r q u e m o r i r » y « p o d e r m a ta r » h a y
o t r a o p o s ic ió n , la d e « a m ig o » y « e n e m i g o » .6 E s d e s o b r a c o n o c id o
q u e e s ta p a r e ja d e c o n c e p t o s p r o c e d e d e l m is m o c o n t e x t o p o lít ic o
q u e h a d a d o a S e r y t i e m p o su v a lo r e s p e c íf ic a m e n t e e p o c a l, q u e lo
h a c e y a h o y le g ib le c o m o u n t e x t o h is t ó r i c o . P e r o sin p e r ju ic io d e l
sesg o p o lít ic o - id e o ló g ic o d e e s t o s t é r m in o s y d e su a p lic a b ilid a d a las
c o s m o v is io n e s , d e b e m o s te n e r c la r o q u e e l p a r a n t it é t ic o a m ig o -e n e ­
m ig o c o n s id e r a d e u n m o d o e n t e r a m e n t e f o r m a l f in it u d e s q u e s e m a ­
n if ie s t a n s o b r e e l t r a s f o n d o d e to d a s la s h is to r ia s d e a u t o o r g a n iz a c ió n
h u m a n a . S e a q u e e n la h is to r ia f a c tu a l h a y a n c o m b a t id o g r ie g o s c o n ­
t r a b á r b a r o s o g r ie g o s c o n t r a g rie g o s , c r is tia n o s c o n t r a p a g a n o s 7 o

6. Esta pareja de opuestos forma parte de la definición de lo político expuesta en


el texto de Carl Schmitt E l concepto d e lo político de 1932 (ed. cast.: Alianza Universi­
dad, Madrid, 1991). (N. del t.)
7. Véase «Sobre la semántica histórico-política de los conceptos antónimos asimé­
tricos», en Futuro pasado, págs. 205-250. Los pares aquí mencionados («helenos y bár­
baros» y «cristianos y paganos») son denominados «conceptos antónimos asimétricos»
(asymmetrische Gegenbegriffe): «Llamaremos “asimétricas" a aquellas atribuciones con­
trarias de manera desigual y aplicables sólo unilateralmente. [. . .] La historia conoce así
numerosos conceptos antónimos que sirven para excluir un reconocimiento recíproco.
Del concepto de sí mismo se deriva una determinación extraña (Frem dbestim m ung) que,
para quien es designado como extraño, puede equivaler lingüísticamente a una priva­
ción y d e jacto a una expoliación. En estos casos se trata de conceptos antónimos asimé­
tricos. Su oposición es contraria, pero de un modo desigual. Como en la vida cotidiana,
el uso lingüístico en la política se basa una y otra vez en esta figura fundamental de los
conceptos antónimos asimétricos» (págs. 205-207). En cambio, «la pareja de conceptos
amigo y enemigo se distingue por su formalidad política, proporcionando una red de
posibles antítesis sin nombrarlas propiamente. A causa de su negación formal, se trata
aquí por primera vez de conceptos antónimos estrictamente simétricos, dado que para
“amigo” y “enemigo” existe una determinación de sí mismo o del enemigo que se pue­
de aplicar, inversamente en los dos sentidos, por ambas partes. Son categorías del cono­
cimiento cuyo contenido puede servir, de acuerdo con la experiencia histórica, para col­
mar asimétricamente ambos campos semánticos» (págs. 249-250). (N. d el t.)
76 R E IN H A R T K O S E L L E C K

c r i s t i a n o s e n t r e sí, s e a q u e la s u n i d a d e s m o d e r n a s d e a c c i ó n s e c o n s ­
tit u y a n e n n o m b r e d e la h u m a n id a d y c o m b a t a n e l e n e m ig o c o m o i n ­
h u m a n o , o q u e la s u n id a d e s d e a c c i ó n s e c o n c i b a n c o m o s u je t o s d e
c la s e s p a r a s u p r i m ir la s c la s e s e n g e n e r a l, la e x p a n s i ó n e m p ír ic a p r e ­
s u p o n e s ie m p r e , e n su s u c e s i ó n d ia c r ó n ic a , e l p a r a n t i t é t i c o a m ig o -
e n e m ig o . E n l e n g u a je c a t e g o r ia l s e t r a t a a q u í d e u n a o p o s i c i ó n f o r ­
m a l, q u e p e r m a n e c e a b i e r t a a t o d a a t r i b u c ió n d e c o n t e n i d o ; p o r
c o n s ig u ie n te , s e t r a t a d e u n a e s p e c ie d e c a t e g o r ía t r a s c e n d e n t a l d e
p o s i b l e s h is to r ia s . Y q u i e n p o r i n t e lig e n c ia o s im p a tía h u m a n ita r ia
p e r s e v e r a e in s is te e n e l m a n d a m ie n t o c r i s t i a n o d e l a m o r a l e n e m ig o
— su o b s e r v a n c ia a c a s o s e a h o y u n m a n d a m ie n t o d e la a u t o c o n s e r -
v a c ió n e n n u e s t r o g l o b o , p o r m o t iv o s p u r a m e n t e m a q u ia v é lic o s — ,
a s í c o m o q u ie n p ie n s a s e r v ir s e d e l a m o r c r is t ia n o a l e n e m ig o , p r e s u ­
p o n e c o n n e c e s id a d ló g ic a e l p a r a n t i t é t i c o a m ig o -e n e m ig o . C o m o
d e t e r m i n a c io n e s e x i s t e n c ia r i a s (e x i s t e n t i a l e ),89 la s c a t e g o r ía s s o n m á s
r íg id a s y n o s e p u e d e n e x p o n e r s iq u ie r a a u n a id e o lo g iz a c ió n . A m ig o
o e n e m ig o c o n t ie n e n d e t e r m i n a c io n e s t e m p o r a le s d e l fu tu r o , e n las
q u e e l s e r p a r a la m u e r t e ( S e i n z u m T o d e ) p u e d e q u e d a r s u p e r a d o e n
to d o i n s ta n te p o r e l se r p a ra m a t a r ( S e in z u m T o t s c h l a g e n ) . Q u i e n
c o n o c e la f r o n t e r a m ó v il e n t r e I s r a e l y L í b a n o o q u ie n e n t a b la n e g o ­

8. Para distinguir entre existentiell y existential, los traduciremos respectivamente


como «existencial» y «existenciario». (N. d el t.)
9. La traducción de esta pareja no está exenta de controversia. El primer miem­
bro, S ein zum Tode, se ha traducido por «ser para la muerte» — siguiendo, aunque no
a pie juntillas, la propuesta de Gaos y atentos a la fórmula de Manuel Sacristán «ser
respecto de la muerte)^—. Aceptamos, no obstante, la precisa observación crítica de
Félix Duque, quien reprueba una cristianización en demasía de Heidegger por su afi­
nidad con el h o m o viator y ofrece, con miras a evitar esa distorsión, la alternativa de
«estar a la muerte» (véase O. Poggeler, E l cam ino d e l p en sar en Martin Heidegger,
Alianza Universidad, Madrid, 1986, pág. 46). E l problema reside en el segundo miem­
bro, pues la fórmula castellana «estar a matar», antítesis del anterior, expresa una acti­
tud de enemistad que se nos antoja, sin embargo, insuficiente para recalcar la conno­
tación de violencia que entraña Sein zum Totschlagen. Esta última expresión aporta un
matiz específico de brutalidad que no tiene el otro término también vertido como «ma­
taD> (umbringen, más genérico y neutral). Totschlagen es una forma de Umbringen; lite­
ralmente significa «matar a golpes» y, por lo tanto, evidencia violencia física. (N. d e l t.)
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 77

c i a c io n e s e n G i n e b r a s o b r e lo s t e m a s d e l a r m a m e n t o s a b e q u e n i n ­
g u n a c r í t i c a id e o ló g ic a b a s t a p a r a i m p e d i r q u e e n c u a lq u i e r m o m e n ­
t o s e l le n e n y c o lm e n e x i s t e n c ia l m e n t e ( e x i s t e n t i e l l ) la s c a t e g o r ía s
e x is t e n c ia r ia s . E n e l r e c o n o c i m i e n t o d e l o t r o c o m o e n e m ig o y n o
c o m o e n c a r n a c ió n d e l m a l q u e s e d e b e e r r a d i c a r y a s e a lb e r g a u n a
e s p e r a n z a d e p a z . I n c l u s o q u i e n c o n s id e r a a c a s o u n a e x ig e n c ia d e s ­
m e d id a la c r e c ie n t e e x a c e r b a c i ó n d e la n e c e s i d a d d e d is tin g u ir e n tr e
a m ig o y e n e m ig o y q u ie r e e s c a p a r a e s ta e x ig e n c ia , s e r e s e r v a a l m e ­
n o s la c o n v ic c ió n d e q u e s e t r a t a d e u n c a s o e x t r e m o , q u e p o r su p o ­
t e n c ia l r e c u r r e n c ia h a c e p o s ib le s t a m b ié n h is to r ia s v e n id e r a s .
3. D e t r á s d e la a g u d a e x a c e r b a c i ó n h a y , e n e f e c t o , u n p a r a n tité ti-.
c o m á s u n iv e r s a l, a s a b e r , la c o n t r a p o s ic ió n ( G e g e n s a t z ) e n t r e « i n t e ­
r i o r » y « e x t e r i o r » , q u e c o n s t itu y e la e s p a c ia lid a d h is tó r ic a . S i H e id e g -
g e r h a m o s tr a d o la e s p a c ia lid a d d e l D a s e i n c o m o c o o r ig in a r ia c o n su
s e r -e n -e l- m u n d o (In -d e r -W e lt-S e in ), una H is tó r ic a debe e n to n c e s
c o m p le t a r e s ta d e te r m in a c ió n e n e l s e n tid o d e c o n s id e r a r t o d o D a s e i n
h is tó r ic o d iv id id o e n u n e s p a c io in t e r io r y u n e s p a c io e x t e r io r . N o h a y
n in g u n a u n id a d d e a c c ió n s o c ia l o p o lí t i c a q u e n o se c o n s titu y a d e li ­
m it a n d o o tr a s u n id a d e s d e a c c ió n . S i t o d o s lo s h o m b r e s s o n n u e s t r o
p r ó jim o , c o s a in n e g a b le , h is tó r ic a m e n t e lo e s c a d a u n o d e m a n e r a d i­
v e rs a . N o h a y h is to r ia d e a m o r q u e n o se c r e e su s p r o p ia s r e la c io n e s
in te rn a s y e x te r n a s , p o r cu y a t e n s ió n n o se d e je al m is m o tie m p o t r a n s ­
p o r ta r . Y la o p o s ic ió n e n t r e « in t e r n o » y « e x t e r n o » a p a r e c e e n to d a s
la s h is to ria s , in c lu s o c u a n d o la s u n id a d e s d e a c c i ó n c o n fig u ra n u n a g re ­
g a d o d e m á s d e d o s p e r s o n a s . T a m b i é n f o r m a n p a r t e d e to d a r e la c ió n
in te r n a y e x t e r n a , c o n su g r a d u a c ió n e s p a c ia l e n p r o f u n d id a d , d e te r ­
m in a c io n e s d e lim ita d o r a s d e l o in t e r n o r e s p e c t o d e lo e x t e r n o . D e s d e
u n a p e r s p e c t iv a d ia c r ó n ic a , c a m b ia n n a t u r a lm e n te lo s e s p a c io s , su
d e n s id a d y su m a g n itu d a s í c o m o su s c o n fin e s . E ig u a lm e n te v a ría n lo s
c o n f lic t o s , d e s e n c a d e n a d o s y d e n u e v o r e g u la d o s p o r e v e n tu a le s t r a ­
z a d o s d e la s fr o n te r a s .o b i e n r e s u e lt o s p o r u n d e s p la z a m ie n to d e ésta s.
L a s é p o c a s d e la h is to r ia u n iv e rs a l p o d r ía n d e fin ir s e , d e s d e e l p u n ­
t o d e v is ta d e l c o n t e n i d o , s e g ú n la s c o r r e la c io n e s e n t r e lo in t e r n o y lo
e x t e r n o , c o m e n z a n d o p o r lo s g r u p o s n ó m a d a s y c a z a d o r e s y p a s a n d o
a t r a v é s d e la s fo r m a s c o m p le ja s d e o r g a n iz a c ió n d e la s c u ltu r a s a v a n ­
78 R E IN H A R T K O S E L L E C K

z a d a s h a s ta lle g a r a la a c t u a l s o c ie d a d m u n d ia l c o n su c o n t r o v e r t id a
p lu r a lid a d . E n la s itu a c ió n p r e s e n t e p a r e c e q u e lo s c o n f in e s ( G r e n z e n )
s e h a n t o r n a d o o s m ó tic o s , p o r q u e la p r e s ió n c r e c ie n t e e je r c id a p o r
lo s la z o s e c o n ó m i c o s y t é c n i c o s h a a u m e n ta d o la r e c íp r o c a d e p e n d e n ­
c ia d e to d a s la s u n id a d e s d e a c c ió n d e n u e s t r o g lo b o . P e r o t a m b ié n lo s
c o n f in e s o s m ó tic o s c o n t in ú a n s ie n d o c o n f in e s , c u y a p e r m e a b ilid a d se
c o n t r o la h o y p o lític a m e n t e d e m o d o m á s s e v e r o q u e e n e l p a s a d o . E l
s o la p a m ie n to d e e s p a c io s e n m ú ltip le s e s t r a t o s n o in v a lid a la o p o s i ­
c i ó n fu n d a m e n t a l e n t r e la s c a te g o r ía s d e « i n t e r n o » y « e x t e r n o » , s in o
q u e ju s ta m e n t e la p r e s u p o n e . E s t o se h a c e e s p e c ia lm e n t e e v id e n t e e n
e l c a so d e la s u n id a d e s m ilita r e s d e a c c ió n p r o p ia s d e la s o r g a n iz a c io ­
n e s d e g r a n d e s e s p a c io s ( G r o f l r a u m o r g a n i s a t i o n e n ) 10 e n e l E s t e y e n e l
O e s te . L a i n t e r d e p e n d e n c ia g l o b a l q u e c r e a e s p a c io s c o m p le jo s y m u l-
tie s tr a tif ic a d o s b io ló g ic a o e c o n ó m ic a m e n t e , c o n d ic io n a d a e n tr e ta n to
t a m b ié n e c o ló g ic a m e n te h a sta e l p u n t o d e in c id ir e n la s f a c tu r a s d e la
c a l e f a c c i ó n y p r o v o c a r la in s t a l a c i ó n d e c a t a liz a d o r e s , n o b a s t a p a ra
e s t a b iliz a r m e jo r la d e fin ic ió n d e e s p a c io s n o p o lític o s .
L a c o n t r a p o s i c i ó n d e « p ú b l i c o » y « s e c r e t o » ,11 n e c e s a r ia m e n t e

10. El concepto de Gro/5raum procede de Cari Schmitt, quien lo rescata de su ori­


ginario contexto técnico-industrial-económico para conferirle un sentido geopolítico.
Schmitt considera la Doctrina Monroe como un precedente del Gro/5raumprinzip en el
derecho de gentes o derecho internacional. Un texto fundamental a este respecto lo
constituye la conferencia que pronunció el 1 de abril de 1939 en la Universidad de Kiel
con el título Volkerrechtliche Groferaumordnung m it Interventionsverbot fü r raumfren-
d e M achte - E in B eitrag zum R eichsbegriff im V olkerrecht (Deutscher Rechtsverlag,
Berlín/Viena/Leipzig, en la colección Schriften des Instituts für Politik und Interna-
tionales Recht an der Universitat Kiel, Neue Folge, Band 1\ hay varias ediciones inme­
diatamente posteriores y ya en 1941 se tradujo al castellano). La editorial berlinesa
Duncker & Humblot ha sacado al mercado la reimpresión de la versión de 1941 y
anuncia la publicación de trabajos schmittianos sobre esta cuestión (Staat, Groftraum,
Nomos. A rbeiten von Cari Schmitt aus den Jabren 1916-1969, edición a cargo de G.
Maschke). E l congreso de historiadores alemanes celebrado en Trier en 1986 estuvo
dedicado al tema «Espacio e historia» {Raum und G eschichte), y la conferencia de clau­
sura (no publicada) la dictó Koselleck. {N. d elt.)
11. Esta contraposición le sirve a Koselleck como hilo conductor para explicar el
tránsito del absolutismo a la Ilustración y su culminación en la Revolución Francesa
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 79

e n tr e c r u z a d o u n o e n o t r o , c o n s t itu y e u n a s p e c t o p a r t ic u la r d e n u e s ­
t r a d e te r m in a c ió n d e la a n t ít e s is d e « i n t e r n o » y « e x t e r n o » . T a m b i é n
e s ta o p o s i c i ó n e s t r u c t u r a la s c o n d ic io n e s d e to d a s la s h is to r ia s p o s i ­
b le s , ya n o s r e f ir a m o s a h o r a a r i t o s d e in i c i a c i ó n d e c o m u n id a d e s d e
c u l t o o a a s o c ia c io n e s p r o f e s io n a le s y g r u p o s d e in t e r e s e s e c o n ó m i ­
c o s , y a q u e r a m o s t r a t a r d e p r o c e d im i e n t o s e l e c t o r a l e s p o lí t i c o s (y
t a m b ié n d e su s m o d a lid a d e s d e p a g o ) o d e lo s ó r g a n o s d e d e c is ió n
e n p o lí t i c a i n t e r i o r o e x t e r io r . T o d o s e c r e t o d e lim it a p e r d e f i n i t i o n e m
u n e x t r a r r a d i o p ú b l i c o ; t o d o e s p a c io p ú b l i c o , u n a v e z in s t i t u c i o n a l i ­
z a d o , r e p r o d u c e n u e v o s e s p a c io s s e c r e t o s p a r a p o d e r c o n t in u a r h a ­
c ie n d o p o lític a . E s t o a b a r c a d e s d e la p o lí t i c a d e la O N U h a s ta la d e
n u e s t r a s n u e v a s f a c u lt a d e s . S u p u b l i c id a d p lu r a l, p r o d u c id a c o r p o ­
r a t iv a m e n t e , c o n d u c e f o r z o s a m e n t e a f o r o s d e d e b a t e s e c r e t o s d e lo s
g r u p o s o r g a n iz a d o s q u e d e b e n p r e c e d e r a la s ju n ta s d e f a c u lt a d , a
f in d e q u e é s ta s s ig a n c o n s e r v a n d o s u c a p a c id a d d e t r a b a jo . L u e g o
to d a s la s r e la c io n e s in te r n a s y e x t e r n a s , e n c u a n t o t e n d e n t e s a u n a
d e lim it a c ió n d e s e c r e to . y p u b lic id a d , p o s e e n s ie m p r e u n c o e f i c i e n t e
o p e r a t iv o t e m p o r a l, cu y a e f e c t iv id a d p u e d e s e r m a y o r o m e n o r . D e
o t r o m o d o n o e s p o s i b l e m a n t e n e r e n m a r c h a la c a p a c id a d o p e r a t iv a
d e lo s a g e n te s . P o r s u p u e s to , la i n t e r a c c ió n p u e d e s e r d o s if ic a d a d e
m a n e r a d if e r e n te . L o s lím it e s e n t r e « s e c r e t o » y « p u b lic id a d » s o n
m u c h o m á s p e r m e a b le s e n la s d e m o c r a c ia s o c c id e n t a l e s , y su d e te r ­
m in a c ió n p o s ib ilit a u n a e la s t ic id a d q u e se c o r r ig e m u t u a m e n t e , a u n ­
q u e f a v o r e c e t a m b ié n u n a r e la tiv a l e n t i t u d d e l a c t u a r . E n la z o n a
b a jo r é g im e n c o m u n is t a e l c o n t r o l d e f r o n t e r a s s irv e p r e f e r e n t e m e n -

(véase su tesis doctoral — presentada en Heidelberg, donde Gadamer enseñó filosofía


desde 1949— Crítica y Crisis. Un estudio sobre la patogénesis del mundo burgués (1959),
ed. cast.: Rialp, Madrid, 1965). E l autor dedica este trabajo a Carl Schmitt, quien, como
es notorio, además de subrayar la importancia de la literatura del arcano, imputa a la
Ilustración — al carácter pernicioso de la publicidad— y a la Revolución la presunta res­
ponsabilidad de las patologías modernas. Este lastre schmittiano motiva el repudio de
las tesis del libro por parte de Habermas en su reseña Critica a la filosofía de la historia
(1960) (en Perfiles filosófico-políticos, ed. cast.: Taurus, Madrid, 1915, págs. 58>-5%6), a
pesar de las apreciables concomitancias con la obra del último Historia y crítica d e la opi­
nión pública (1962) (ed. cast.: G. Gili, Barcelona, 1981). (N. d el t.)
80 R E IN H A R T K O S E L L E C K

t e p a r a d ir ig ir la o p i n i ó n p ú b l i c a ( Ó f f e n t l i c h k e i t ) d e m a n e r a f u n c i o ­
n a l s e g ú n la im p e n e t r a b le p l a n i f ic a c i ó n in t e r n a d ic t a d a p o r l o s ó r g a ­
n o s d e l C o m ité C e n tr a l. P o r m á s q u e a q u í se a p o s ib le a c tu a r c o n
m a y o r c e le r id a d , i m p e r a n , s in e m b a r g o , la r ig id e z y la f a lt a d e e l a s t i ­
c id a d .
I n c l u s o e l t e s t m o r a l d e la p u b l i c id a d q u e K a n t r e c la m a p a r a o r ­
d e n a m ie n t o s ju r í d i c o s c o n f o r m e s a la r a z ó n ,1213 n o p u e d e im p e d i r
q u e la v ia b ilid a d d e la s m o d if i c a c i o n e s p e r m a n e z c a lig a d a a s u s f a ­
s e s s e c r e t a s d e p l a n i f ic a c i ó n . D e l o c o n t r a r i o , t o d a r e f o r m a f r a c a s a ­
r í a ya p o r l o s p r o p i o s p r i n c i p io s q u e la i n s p ir a n . L a h i s t o r i a d e la s
r e f o r m a s p r u s i a n a s c o n s t i t u y e u n b u e n e je m p l o d e c ó m o lo s p r i n c i ­
p i o s d e la l i b e r a l i z a c i ó n , q u e s o n s u s c e p t i b l e s d e p u b l i c id a d y e x i ­
g e n p u b lic id a d , s e p u d ie r o n im p o n e r s ó lo m a n t e n ie n d o a p a r t a d a d e
lo s p r o c e s o s d e d e c is i ó n , l o m á s l e jo s y e l m á x i m o t i e m p o p o s i b l e , la
p u b l i c i d a d p o l í t i c a m e n t e r e i n a n t e , d o m in a d a p o r lo s e s t a m e n t o s
n o b l e s , s it u a c ió n q u e s e p r o l o n g ó h a s t a q u e s e p u d i e r o n p o n e r e n
m a r c h a la s r e f o r m a s e n n o m b r e d e u n a p u b l i c id a d f u t u r a d e n u e v o
c u ñ o ( z u k ü n f t i g e n O f f e n t l i c h k e i t ) . S i lo s v ie jo s e s t a m e n t o s h u b i e ­
r a n p a r t i c i p a d o y a e n la f a s e e n q u e la s r e f o r m a s e c o n ó m i c a s e s t a ­
b a n e n p r o y e c t o , n o s e h a b r í a a c o m e t i d o n in g u n a r e f o r m a e n a b s o -
l u t o . 13
Y q u ie n f o r m u la e l p o s t u la d o d e u n a d is c u s ió n l ib r e d e t o d a d o ­
m in a c i ó n (h e r r s c h a f t s f r e i e n ) s e s ir v e d e a q u e lla f r a n q u ic ia t e m p o r a l
( Z e i t e n t h o b e n h e i t ) q u e n o p u e d e e x i s t i r e n v is ta d e la d e te r m in a c ió n
d e lo s lím it e s e n t r e « s e c r e t o » y « p u b lic id a d » r e le v a n te s p a r a la a c ­

12. Especialmente en el A péndice a L a p az perpetua (vol. V III de la edición de la


Academia de Berlín, págs. 381-386). (N. del t.)
13. Koselleck ha estudiado exhaustivamente este tema en su escrito de habilitación
Preufien zwischen Re/orm und Revolution. A llgem eines Landrecht, Verwaltung und so-
ziale Bewegung von 1791 bis 1848 (1967). Inspirado por Koselleck, Lucían Holscher ha
discriminado los diferentes significados del término alemán Ó ffentlichkeit ^-opinión
pública, público, sociedad civil, aparato o administración pública, publicidad— sobre
todo en los siglos XVIII y ( (Óffentlichkeit und Geheim nis. E in e begriffsgeschichtliche
Untersuchung zur Entstehung der Óffen tlichkeit in der frü hen Neuzeit, Klett Cotta,
Stuttgart, 1979). (N. d e l t.).
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 81

c i ó n . D e e s t e m o d o , la a n títe s is e n tr e « s e c r e t o » y « p ú b l i c o » f o r m a
p a r t e , e n c u a n to a s p e c t o e s p e c ia l d e la a n títe s is e n tr e « i n t e r n o » y « e x ­
t e r n o » , d e la s c o n d ic io n e s e s t r u c t u r a le s d e p o s ib le s h is to r ia s . E n su
c o n ju n t o e s t á n b a jo la p r e s ió n d e l t ie m p o , p a r a c u y a e x o n e r a c ió n o
c o m p e n s a c ió n e l lím it e e n t r e l o s e c r e t o y l o p ú b l i c o s e d e b e t r a z a r y
o b s e r v a r d e n u e v o u n a y o t r a v e z . E l c a s o « W a t e r g a t e » r e p r e s e n tó
u n a v io la c ió n c r im in a l d e e s ta b a r r e r a .
4. E l a n á lis is d e la f in itu d , m e d ia n t e e l c u a l H e id e g g e r h a h e c h o
a f lo r a r e l h o r iz o n t e d e la t e m p o r a lid a d y d e la h i s t o r i c i d a d p a r a d e ­
m o s t r a r la p o s ib ilid a d d e la h is to r ia e n g e n e r a l, n e c e s it a a ú n u n a u l­
t e r i o r d if e r e n c ia c ió n . H a y q u e d if e r e n c ia r a su v e z e l a s í d e n o m in a d o
« e s t a r a r r o ja d o » ( G e w o r f e n h e i t ) — q u e , a p e s a r d e su s a s o c ia c io n e s
c o n e l r e in o a n im a l, s e r e f i e r e a la c o a c c i ó n p a r a a c e p t a r e l p r o p io D a -
s e i n y, h a b la n d o e m p ír ic a m e n t e , a l n a c im ie n t o c o n q u e s e in ic ia la
v id a y, p o r t a n t o , t a m b ié n y a la m u e rte , e s ta d e te r m in a c ió n d e la fin i-
tu d d e cu y a p r e m is a f á c t i c a p u e d e s e r d e riv a d a la m a d u r a c ió n — p a ra
f u n d a m e n ta r la s c o n d ic io n e s d e p o s ib ilid a d d e h is to r ia s . P r o p o n g o la
c a t e g o r ía d e la g e n e r a tiv id a d , e n c a s o d e a d m it ir e l u s o d e e s te t é r m i ­
n o t é c n i c o . H a n n a h A r e n d t h a b la e n e l m is m o s e n t id o d e n a t iv id a d o
n a ta lid a d ( G e b ü r t l i c h k e i t o d e r N a t a l i t a t ) .14 D e s d e e l p u n t o d e v ista
b i o ló g ic o e q u iv a le a la s e x u a lid a d n a tu r a l, d o n d e s e o r ig in a la p r o c r e a ­
c ió n d e la p r o le . E n e lla s e f u n d a la t r a n s f o r m a c ió n a n t r o p o ló g ic a
q u e , a p a r t ir d e u n a b a s e z o o ló g ic a , c r e a u n a r e a lid a d u n iv e r s a lm e n te
h u m a n a . A q u í s e q u ie r e s ó lo m o s tr a r q u e la r e la c ió n e n t r e h o m b r e y
m u je r c o n d u c e , a tra v é s d e la g e n e r a tiv id a d , a la d e te r m in a c ió n d e la
r e la c ió n e n t r e p a d r e s e h ijo s , e n t r e g e n e r a c io n e s . A la g e n e r a tiv id a d ,
e n c u a n t o d e te r m in a c ió n — p o r d e c ir lo a sí— tr a s c e n d e n t a l, c o r r e s ­

14. Hannah Arendt emplea este término como una categoría central del pensa­
miento político en su obra T h e H um an Condition, The University of Chicago Press,
Chicago, 1958, págs. 8-9, 177-178, 190-191, 247 (ed. cast. en Paidós, Barcelona, 1993,
págs. 22-23, 201-202, 214, 266). La acción es el ejercicio de una facultad de iniciativa
que la autora judía entiende en un sentido radical; esto es, la acción — aunque también
la labor y el trabajo— se halla profundamente arraigada en la condición humana de la
natalidad (natality), por la capacidad del hombre de empezar algo nuevo y, por tanto,
de actuar (pág. 9; ed. cast., págs. 22-23). (N. del t.)
82 R E IN H A R T K O S E L L E C K

p o n d e , d e s d e e l p u n t o d e v is t a e m p ír ic o , la s e x u a lid a d h u m a n a ,
c o m o t a m b ié n la r e a lid a d y la a c t iv id a d d e la s g e n e r a c io n e s e n su s u ­
c e s ió n d ia c r ó n ic a . E n la g e n e r a tiv id a d e s tá c o n t e n id a a q u e lla f in itu d
p e r t e n e c i e n t e a lo s p r e s u p u e s t o s t e m p o r a le s p a r a e x p e le r s ie m p r e
n u e v a s h is to r ia s p o s ib le s . L a s u c e s ió n i n e v it a b le d e g e n e r a c io n e s , e n
su r e e n g e n d r a d o r a s u p e r p o s ic ió n f á c t i c a y te m p o r a l, lle v a s ie m p r e a
n u e v a s e x c lu s io n e s , a d e te r m in a c io n e s d ia c r ó n ic a s d e lo in t e r n o y lo
e x t e r n o , a l a n te s o a l d e sp u é s r e s p e c t o a la s u n id a d e s d e e x p e r ie n c ia e s ­
p e c íf ic a s d e c a d a g e n e r a c ió n . S i n e s t a s e x c l u s i o n e s n in g u n a h is to r ia
e s p e n s a b le . L o s c a m b io s y c h o q u e s g e n e r a c io n a le s s o n c o n s t itu t iv o s
p o r a n t o n o m a s ia d e l h o r iz o n t e t e m p o r a l f in ito , p o r c u y o r e s p e c t iv o
d e s p la z a m ie n to y s o la p a m ie n to g e n e r a tiv o a c o n t e c e n la s h is to r ia s .
L a s e x p e r i e n c i a s s o n e s p e c íf ic a s d e c a d a g e n e r a c i ó n y, p o r t a n t o , n o
s o n t r a n s m is ib le s in m e d ia t a m e n t e .
L a re v u e lta e s tu d ia n til d e fin a le s d e lo s a ñ o s 6 0 f u e c o n d u c id a p o r
la p r im e r a g e n e r a c ió n q u e n o h a b ía lle g a d o a v iv ir la se g u n d a g u e r ra
m u n d ia l. E s t a g e n e r a c ió n , sin e m b a r g o , sí q u e d e b ió c o n f r o n t a r s e c o n
la s e x p e r ie n c ia s d e su s p a d re s, q u e h a b ía n v iv id o la é p o c a d e l n a c io n a l­
s o c ia lis m o y q u e q u e d a r o n m a r c a d o s p o r eU a. L a r u p tu r a g e n e r a c io n a l
e s ta b a p r e p r o g r a m a d a , p o r d e c ir lo así, a m o d o d e r e p r o c h e ; la s s itu a ­
c io n e s c o n flic tiv a s e s ta b a n a p u n ta d a s e n la fr a c tu r a e n tr e g e n e r a c io n e s
y, a te n d ie n d o al c o n t e n id o , su s m o tiv o s p u e d e n fu n d a m e n ta r s e ta m ­
b i é n h is tó r ic a m e n te . S ó lo r e s u ltó im p o s ib le r e s o lv e r d ir e c ta m e n te la
e s tr u c tu r a d e l r e p r o c h e in h e r e n te a e s te c o n f lic t o g e n e r a c io n a l.
L u e g o to d a s la s h is to r ia s f a c tu a le s s e p u e d e n s u b d iv id ir s e g ú n d o s
p o s ib ilid a d e s : o b i e n e s p o s ib le t e n d e r u n p u e n te s o b r e la f r a c t u r a s ie m ­
p r e d a d a p r e v ia m e n t e e n tr e la s g e n e r a c io n e s , o n o lo e s. P ié n s e s e e n lo s
r itu a le s q u e p r e te n d e n re g u la r e l in g re s o d e la s su ce siv a s g e n e r a c io n e s
e n e l m u n d o d e lo s a sí lla m a d o s a d u lto s m e d ia n te u n a in ic ia c ió n o p r u e ­
b a , e s d e c ir , m e d ia n te e l in g r e s o e n n u e v a s r e la c io n e s in te rn a s y e x t e r ­
nas. O p ié n s e s e e n la s in s titu c io n a liz a c io n e s d e riv a d a s d e lo s ju r a m e n ­
to s p r e s ta d o s , p o r d e p r o n t o a tít u lo p e r s o n a l, p a r a r e n o v a r c o n ca d a
n u e v a g e n e r a c ió n la id e n tid a d d e la c o m u n id a d d e a c c ió n . O p ié n s e s e
e n lo s c o m ic io s e le c to r a le s r e c u r r e n te s p a r a p o d e r in te g r a r p o lític a ­
m e n t e e n u n sis te m a d e m o c r á t ic o la s e x p e r ie n c ia s c a m b ia n te s d e las g e ­
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 83

n e r a c io n e s s ig u ie n te s . O p ié n s e s e e n la in s titu c ió n d e la e m a n c ip a c ió n ,
c u y a e s tr u c tu r a ite r a tiv a p o s ib ilit a p o r s í so la su d u ra c ió n . S e r ía u n
e r r o r c r e e r q u e la e m a n c ip a c ió n , q u e e s tá s ie m p r e c o n d ic io n a d a g e n e ­
r a c io n a lm e n te , p u e d a u n d ía s e r d e fin itiv a y u n iv e rsa l. N o c a b e e te r n i­
z a r o n to ló g ic a m e n te la m a y o ría d e e d a d (M ü n d i g k e i t ) c o m o ta l o co sifi-
ca rla e n lo q u e r e s p e c ta a l c o n te n id o . E l le m a c o n m o v e d o r « n o c o n fíe s
e n n a d ie m a y o r d e tr e in ta a ñ o s» , d e l q u e ta n t o se e n o r g u lle c ía n lo s e s­
tu d ia n te s , s ó lo p o d r ía h a b e r s id o v e r d a d e r o si, d ie z a ñ o s d esp u é s, n o
h u b ie r a p u e s t o a e s t o s m is m o s e s tu d ia n te s d e l la d o d e lo s a g ra v ia d o s .
E n v is ta d e la m a d u r a c ió n d e l a s g e n e r a c io n e s , c u a lq u ie r c la s e d e
e m a n c ip a c ió n q u e c o m p o r t e u n a in n o v a c ió n ju r íd ic a , p o lític a o s o c ia l
p u e d e h a c e r s e r e a lid a d s ó lo si e s r e p e t i b l e c o m o d e te r m in a c ió n f o r ­
m a l, p u e s e l c o n t e n i d o n u n c a p u e d e s e r f ija d o p o r e s c r i t o n i e t e r n iz a ­
d o , p o r e je m p lo c o m o u n a p r e s u n ta m e ta d e la h is to r ia .
O b v ia m e n t e , la e x p e r i e n c i a d a d a d e la f r a c t u r a , i n t r ín s e c a a la g e -
n e r a t iv id a d , p u e d e c o n d u c i r t a m b ié n a a lte r a c io n e s v io le n ta s , c o m o
s o n h a b itu a le s e n la s g u e r r a s c iv ile s o r e v o lu c io n e s . E l r e c h a z o g e n e ­
r a c i o n a l c o n s titu y e u n o d e lo s p r e s u p u e s t o s e le m e n t a le s d e t o d a h is ­
t o r ia q u e v a m a d u r a n d o , ya se a n e u t r a liz a d a in s tit u c io n a lm e n te o
m o d ific a d a r e v o lu c io n a r ia m e n t e . E s t o , n o o b s t a n t e , es u n a c u e s tió n
d e la h is to r ia f á c tic a , y la d e te r m in a c ió n d e su p o s ib ilid a d e s tá c o n t e ­
n id a e n la g e n e r a tiv id a d .
5. P e r te n e c e a n u e s tro c o n te x to u n p a r a n tité tic o q u e , a p e s a r d e
s e r u n a n a c r o n is m o p r o p io d e la a n tig u a E u r o p a , c o n s e r v a la m is m a
fo r m a lid a d y f u e r z a e x p lic a t iv a q u e to d a s la s c a t e g o r ía s m e n c io n a d a s
h a s ta a h o r a . M e r e f i e r o a « a m o » y « e s c la v o » . P la t ó n e n u m e r a s e is d i­
v e r s a s r e l a c i o n e s c o n f o r m e a la s c u a le s s u r g e n p o r n a t u r a le z a v ín c u ­
lo s d e d e p e n d e n c ia q u e a y u d a n a c r e a r r e la c io n e s d e d o m in a c ió n
( H e r r s c h a ft s v e r h a l t n i s s e ) e n e l c a m p o d e l o p o lític o , p e r o ig u a lm e n te
c o n f li c t o s p o lític o s . P la t ó n d e fin e c o m o d e p e n d e n c ia , q u e p o r n a t u ­
r a le z a n o p r o v o c a r ía c o n f li c t o s o p r e t e n s io n e s h e te r ó n o m a s , s ó lo u n a
r e la c ió n : v iv ir se g ú n le y e s .15 D e s d e e l p u n t o d e v is ta fo r m a l, s e tra ta ,

15. L as Leyes, III, 690 a-d. Este par antitético puede vertirse asimismo al castella­
no, siendo una traducción habitual, como «señor» y «siervo». A propósito de la for-
84 R E IN H A R T K O S E L L E C K

p o r c o n s ig u ie n te , d e r e la c io n e s [ je r á r q u ic a s ] d e a r r ib a a b a jo . T a m ­
b i é n e lla s p e r t e n e c e n a la s d e te r m in a c io n e s d e la f in itu d , s in la s c u a ­
le s , a p e s a r d e t o d o s lo s a d e la n to s t é c n i c o s d e la a u t o o r g a n iz a c ió n p o ­
l í t i c a , n o s o n p o s ib le s h is to r ia s . U n a d e e s ta s c a r a c te r ís t ic a s e s la
d e s n u d a r e l a c i ó n d e p o d e r ( M a c h t v e r h a l t n i s ) d e lo s f u e r t e s f r e n t e a
lo s d é b ile s . E l d iá lo g o d e lo s m e lio s d e T u c í d i d e s h a s id o s in d u d a r e ­
p e t i d o e n M o s c ú , c u a n d o D u b c e k b u s c a b a s a lv a r la lib e r t a d d e P r a ­
g a . E n e l d iá lo g o e n t r e a t e n ie n s e s y m e lio s 16 y e n e l d iá lo g o e n t r e
M o s c ú y P r a g a , s e p u e d e m o s t r a r e m p ír ic a m e n t e q u ié n e s t a b a a r r ib a
y q u ié n a b a jo . L a s it u a c ió n n a d a v a r ía , p u e s e n t r a n e n ju e g o s ie m p r e
n u e v a s d e p e n d e n c ia s , s iq u ie r a se a p a r a lle g a r a d o m in a r la s c o n d ic i o ­
n e s f in ita s d e h is to r ia s p o s ib le s . D e s p o t i s m o o t ir a n ía , c o m o fo r m a s
m a n ifie s ta s d e in ju s tic ia , s o n s ó lo c a s o s e x t r e m o s q u e lla m a n la a t e n ­
c ió n s o b r e p e lig r o s p o s ib le s , p e r o n o n e c e s a r io s , m ie n t r a s la s r e l a c i o ­
n e s d e d e p e n d e n c ia p e r m it a n a l m is m o t ie m p o u n c a m b io o in v e r s ió n
p o r p a r t e d e la a u t o r id a d , lo s u s o s y c o s t u m b r e s o la tr a d ic ió n , o p o r
a c u e r d o y le y . T o d a r e v o lu c ió n q u e h a a lte r a d o la s r e la c io n e s d e f u e r ­
z a (G e w a l t v e r h a l t n i s s e ) d e m o d o v io le n to a c a b a e s t a b le c ie n d o n u e v a s
r e la c io n e s d e fu e rz a . L a l e g it im a c ió n s e r á ta l v e z n u e v a , o t r a s s e r á n
la s r e la c io n e s ju r íd ic a s , q u iz á s in c lu s o m e jo r e s , p e r o n u n c a s e h a c a m ­
b i a d o n a d a e n la r e l a c i ó n a r r ib a - a b a jo r e in s t a u r a n d o f o r m a s d e d e ­
p e n d e n c ia o r g a n iz a d a s d e n u e v o y r e g u la d a s le g a lm e n te . H a s ta u n
a c u e r d o e n tr e ig u a le s r e c u r r e a la fu e r z a p o lí t i c a p a r a e s t a b iliz a r la s
r e la c io n e s .
¿ D ó n d e s e e n c u e n tr a , p o r t a n t o , e l p u n t o d e c o n f lu e n c ia d e lo s
c i n c o p a r e s a n t i t é t i c o s c it a d o s q u e p r e p a r a e l c a m in o p a r a u n a H i s t ó ­
r ic a ? S e g ú n H e id e g g e r , s e t r a ta d e d e te r m in a c io n e s e x is t e n c ia r ia s
( e x i s t e n t i a l e n ) , e s d e c ir , e n c i e r t o m o d o d e c a t e g o r ía s t r a s c e n d e n t a le s
q u e n o m b r a n la p o s ib ilid a d d e h is to r ia s , sin p o r e s o h a c e r y a s u fi­
c i e n t e m e n t e d e s c r ip t ib le s h is to r ia s c o n c r e ta s . E l c a t á lo g o d e c a t e g o ­
ría s a p u n ta a l c u m p l i m i e n t o ( E i n l o s u n g ) e m p ír i c o , s in p o r e s o p o d e r

malidad de estas categorías véase « “Espacio de experiencia” y “Horizonte de expecta­


tiva”, dos categorías históricas» (Futuro pasado, págs. 334-335). (N. d el t.)
16. Historia d e la G u erra d e l P elopon eso, libro V, 84-96. (N. del t.)
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 85

c a p t a r la v a r ie d a d d e la s h is to r ia s q u e e f e c t iv a m e n te a c o n t e c e n . S i e m ­
p r e d e b e n a ñ a d ir s e c o n d ic i o n e s s u p le m e n ta r ia s p a r a p o d e r c o n f e r i r a
u n a h is to r ia su c a r á c te r d e r e a lid a d , c o m o q u ie r a q u e e s t é c o n s tr u id a .
M e n c i o n e m o s s ó lo lo s n u m e r o s o s á m b ito s d e la v id a q u e h a y q u e
a ñ a d ir a lo s q u e s e d e r iv e n d e la e s f e r a r e lig io s a , c u lt u r a l, e c o n ó m ic a ,
p o lític a , s o c ia l o d e fin id a d e c u a lq u i e r o t r o m o d o , p a r a p o d e r h a c e r
r e p r e s e n t a b l e la h is to r ia .
¿ P o r q u é e n t o n c e s e n u m e r a r la s c o n d ic i o n e s m ín im a s t r a s c e n ­
d e n ta le s ? C o m o p a r e s a n t i t é t i c o s , s o n id ó n e a s p a r a i lu s t r a r la s e s ­
t r u c t u r a s d e la f in itu d q u e , p o r e x c l u ir s e m u t u a m e n t e , e v o c a n t e n s io ­
n e s t e m p o r a le s n e c e s a r ia s e n t r e la s u n id a d e s d e a c c ió n y d e n t r o d e
é s ta s . L a s h is to ria s a c o n t e c e n s ó lo p o r q u e la s p o s ib ilid a d e s in s c r ita s
e n e lla s s u p e r a n c o n c r e c e s la s q u e d e s p u é s se p u e d e n c u m p lir (e i n -
g e l o s t w e r d e n k o n n e n ) . E s t e e x c e d e n t e d e p o s ib ilid a d e s d e b e s e r c o n ­
s u m id o p a r a p o d e r r e a liz a r ( v e r w i r k l i c h e n ) a lg o « e n e l t ie m p o » . P o r
t a n t o , s o n n e c e s a r ia s d e t e r m in a c io n e s a n t i t é t i c a s q u e e x p r e s e n a q u e ­
lla f in itu d t e m p o r a l e n c u y o h o r iz o n t e s u r g e n t e n s io n e s , c o n f lic t o s ,
f r a c t u r a s , in c o n s is te n c ia s q u e , e n su c a lid a d d e s it u a c io n e s , s ie m p r e
s o n in s o lu b le s , p e r o e n c u y a s o lu c ió n d ia c r ó n ic a d e b e n p a r t ic ip a r y
a c tiv a r s e to d a s la s u n id a d e s d e a c c ió n , se a p a r a c o n t in u a r v iv ie n d o ,
se a p a r a ir s e a p iq u e . A m i g o y e n e m ig o , p a d r e s e h ijo s , a lte r n a n c ia d e
g e n e r a c io n e s , a n te s o d e s p u é s , la s t e n s io n e s e n t r e a r r ib a y a b a jo así
c o m o la s te n s io n e s e n t r e in t e r n o y e x t e r n o o b i e n e n t r e s e c r e t o y p ú ­
b l i c o s ig u e n s ie n d o c o n s titu tiv a s d e la f o r m a c i ó n , d e l d e s a r r o llo y d e
la e f ic a c ia d e la s h is to r ia s .
H a s ta a h o r a s e h a t r a t a d o d e u n e s b o z o t e ó r i c o , c i e r t a m e n t e o s ­
t e n t a t iv o , q u e d e b e lle v a r a d e la n te e l a n á lis is e x i s t e n c ia r i o ( E x is t e n -
t i a l a n a l y s e ) d e H e id e g g e r e n u n a d ir e c c ió n q u e e s te a u to r n o t o m ó e n
c o n s id e r a c ió n . E s d e c ir , se t r a t a d e e n te n d e r la p o s ib ilid a d d e h i s t o ­
r ia s , m ie n t r a s q u e H e id e g g e r s e c o n t e n t ó c o n la c a t e g o r í a d e la h is ­
to r ic id a d . E s t a c a t e g o r ía , p o r a s í d e c ir lo , e x p o n ía la e x p e r i e n c i a d e la
r e la tiv id a d d e l h is to r ic is m o e n u n a d u r a c ió n l e g ib l e p o s itiv a m e n te ,
s in a y u d a r d e ta l m a n e r a a f u n d a m e n t a r t r a s c e n d e n t a lm e n te la d iv e r ­
s id a d d e h is to r ia s re a le s .
86 R E IN H A R T K O S E L L E C K

II. H ist ó rica y hermenéutica

E n - e l e s b o z o d e u n a p o s ib le H is tó r ic a h e o m itid o a s a b ie n d a s
h a s ta a h o ra u n a c a te g o r ía q u e to d o s lo s p r e s e n te s e s p e r a b a n o ír c o n
ra z ó n p r e c is a m e n te a q u í y h o y , te n ie n d o e n c u e n ta n u e s tra te m á tic a :
la lin g ü is tic id a d . P a r tie n d o d e H e id e g g e r , p e r o ta m b ié n s o b r e p a s á n ­
d o lo — g r a c ia s , e s p e c ia lm e n te , a su g ra n d e z z a h u m a n is ta y c ie n t ífi­
c a — , G a d a m e r h a c o lo c a d o e s te a s p e c to e n e l c e n tr o d e su h e r m e ­
n é u t ic a filo s ó fic a . E l t r a d ic io n a l c ír c u lo h e r m e n é u tic o 17 e n el p ro ceso
d e c o m p r e n s ió n d e c u a lq u ie r te x t o y d is c u r s o — p o r c u a n to p a r te y
to d o s e p re s u p o n e n ' r e c íp r o c a m e n te p a ra p o d e r s e r c o m p re n d id o s —
h a b ía s id o s itu a d o e n u n p la n o m á s p r o f u n d o y a p o r D ilt h e y y H e i ­
d e g g e r . L a e x is t e n c ia ( E x is te n z ) h u m a n a e s u n D a s e in h is tó r ic o , p o r ­
q u e e s t á s ie m p r e o r ie n t a d o h a c ia la c o m p r e n s ió n d e u n m u n d o q u e e s
a la v e z a p r e h e n d id o y c o n s t i t u i d o l in g ü ís t ic a m e n t e e n e l m is m o a c to .
L a re m is ió n d e to d a e x p e r ie n c ia d e l m u n d o a su in te r p r e ta c ió n d e l
m u n d o e s c o o r ig in a r ia c o n la p o s ib ilid a d d e s u e x p r e s ió n lin g ü ís t ic a
(s p r a c h l i c h e n E r m o g l i c h u n g ) y , p o r c o n s i g u i e n t e , c o m o t o d a l e n g u a ,
e s t a m b i é n h is t ó r ic a . A s í p u e s , la h e r m e n é u t ic a , a n te s d e to d a s la s d i ­
fe r e n c ia c io n e s c ie n tífic a s y a p lic a c io n e s m e tó d ic a s , e s p r im o r d ia l­
m e n t e la d o c t r i n a d e la i n s e r c i ó n e x i s t e n c i a l e n l o q u e s e p u e d e
d e n o m in a r h is to r ia ( G e s c h ic h te ), p o s ib ilit a d a y tr a n s m itid a lin g ü ís t i­
c a m e n te . A G a d a m e r le im p o r ta la v e r d a d h is tó r ic a y s ó lo s u b s id ia ­
r ia m e n te e l m é to d o . E l t ít u lo V e r d a d y m é t o d o tie n e en s í a lg o d e p r o ­
d u c tiv a in d u c c ió n a l e r r o r . L a c ó p u la « y » n o lig a v e r d a d y m é to d o
c o m o e n e l c a s o d e m u je r y h o m b r e . P e r o e l m é t o d o ta m p o c o e s la
c o n v e r s ió n d e la v e r d a d e n m o n e d a p a r a e x p lo t a r h a s t a e l ú lt im o c é n ­
tim o . P e r m íta s e m e m á s b ie n e s te p a r a n g ó n : se tr a ta d e u n a d o c tr in a
c lim á t ic a u n iv e r s a l, e n la q u e t a m b ié n u n p e q u e ñ o a g u a c e r o e n c u e n ­
tr a s u p r o p io lu g a r .
L a h e r m e n é u t i c a , c o m o d o c t r i n a d e la c o m p r e n s ió n , p o s e e u n

17. Véase Verdad y m éto d o , Sígueme, Salamanca, 1991, págs. 227, 244 y sigs., 331
y sigs., 360 y sigs., 620 (N. del t.).
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 87

r a n g o h i s t ó r i c o - o n t o l ó g i c o , y la lin g ü is t ic id a d c o n s t itu y e e l m o d o d e
e je c u c ió n ín s ito e n e lla q u e n o s e d e ja o b je t i v a r m e tó d ic a m e n t e . S in
e s t e t ip o d e p o s ib ilid a d d a d a p r e v ia m e n t e d e e x p e r ie n c ia d e l m u n d o ,
e l D a s e i n h u m a n o , m á s a llá d e t o d a s la s c ie n c ia s , n i s iq u ie r a e s p e n s a -
b le . D e e s ta m a n e r a la d e te r m in a c ió n d e la r e la c ió n e n t r e h e r m e n é u ­
t ic a e H is tó r ic a s e m u e s tr a sin d u d a b a jo u n a n u e v a luz.
¿ Q u é c a r a c te r iz a b a e l p r o y e c t o c a t e g o r i a l c o n e l c u a l la H is tó r ic a ,
ta l c o m o s e h a d e s c r it o , d e lin e a la s c o n d ic io n e s t r a s c e n d e n t a le s d e
p o s ib le s h is to r ia s ? S e t r a t a b a s ie m p r e d e d e t e r m in a c io n e s q u e a p u n ­
t a b a n a e s t r u c t u r a s p r e lin g ü ís t ic a s y e x t r a lin g ü ís t ic a s . P u e s t a n t o e n
e l c a s o d e la s d e te r m in a c io n e s f o r m a le s u n iv e r s a le s d e « d e n t r o » y
« f u e r a » , « a r r ib a » y « a b a jo » , « a n t e s » o « d e s p u é s » , c o m o e n e l d e la s
d e te r m in a c io n e s f o r m a le s m á s c o n c r e ta s d e « a m ig o » y « e n e m ig o » , d e
« g e n e r a tiv id a d » , d e « a m o » y « e s c la v o » y d e « p u b l i c id a d » y « s e c r e ­
t o » , s e t r a t a b a s ie m p r e d e d e te r m in a c io n e s c a t e g o r ia le s q u e a p u n ta n
a m o d o s d e s e r ( S e i n s w e i s e n ) q u e , a u n d e b i e n d o s e r m e d ia d o s l in ­
g ü ís tic a m e n te , n o se d ilu y e n o b je tiv a m e n t e e n la m e d ia c ió n lin g ü ís ti­
ca , s in o q u e p o s e e n t a m b ié n su p r o p i o v a lo r a u t ó n o m o . S o n , p o r c o n ­
s ig u ie n te , c a t e g o r ía s t e n d e n t e s a u n m o d o d e s e r d e h is to r ia s p o s ib le s
q u e p r o v o c a n s ó lo a lg o p a r e c id o a e n t e n d e r y c o m p r e n d e r . L a h e r ­
m e n é u tic a e s t a r ía e n t o n c e s , p o r a s í d e c ir lo , c o n d e n a d a a r e a c c io n a r
a n te u n a c o n t e c i m i e n t o p r e d e t e r m in a d o t e ó r ic a m e n t e p o r la H i s t ó r i ­
ca . L u e g o la H is tó r ic a r e m i t e — f o r m u la d o e n t é r m in o s s e n c illo s — a
n e x o s d e a c c io n e s , a f o r m a c io n e s d e f in itu d e n u n á m b ito t a m b ié n
e x t r a lin g ü ís t ic o ; la h e r m e n é u t ic a r e m ite a su c o m p r e n s ió n . E s t a r e s ­
p u e s ta t ie n e in d u d a b le m e n t e u n c i e r t o v a lo r in t r ín s e c o , p e r o r e s u lta
d e m a s ia d o s im p le p a r a s e r s ó lo v e r d a d e r a .
P o r e s o , e n c o n c lu s ió n , n o s p r e g u n t a m o s t o d a v ía u n a v e z m á s p o r
e l s t a t u s l in g ü ís tic o d e la s c a t e g o r ía s e m p le a d a s e n n u e s t r a d e s c r i p ­
c i ó n d e la s c o n d ic io n e s t r a s c e n d e n t a le s d e p o s i b l e s h is to r ia s . U n a o b ­
je c i ó n q u e p o d r ía p la n t e a r la h e r m e n é u t ic a r e z a r ía c o m o s ig u e : e s t e
tip o d e H is tó r ic a a q u í e s b o z a d o es s ó lo u n c o r t e lin g ü ís tic o (s p r a c h l i c h e r
A u s s c h n i t t ) , u n a s p e c t o ; i n c l u s o e s s ó lo u n a e n t r e o t r a s p o s i b l e s H i s ­
t ó r i c a s p e n s a b le s . E s u n a H i s t ó r i c a q u e a p u n t a a a q u e lla s c o n d ic i o ­
n e s m e ta h is t ó r ic a s q u e e l h o m b r e c o m p a r te t a m b ié n c o n lo s a n im a ­
88 R E IN H A R T K O S E L L E C K

le s . N o e s u n a H i s t ó r i c a d e r iv a b le , p o r e je m p lo , d e la s c a t e g o r ía s d e
t r a b a jo y d iv is ió n d e l t r a b a jo , c o m o e n M a r x . S ó l o si s e c o n s id e r a e n
e l h o r iz o n t e d e s u g é n e s is lin g ü ís tic a es p o s ib le c o m p r e n d e r h e r m e -
n é u t ic a m e n te c ó m o s e h a lle g a d o a e s ta o a a q u e lla o t r a H is tó r ic a . A l ­
g u n o s r e s t o s d e t e x t o s v a n a la d e riv a a r r a s t r a d o s p o r la c o r r i e n t e d e l
a c o n t e c e r d e la t r a d i c i ó n ; s o n f r a g m e n t o s t e o r é t i c o s p r o c e d e n t e s s o ­
b r e t o d o d e la h i s t o r i a e f e c t u a l d e la t e o r í a p o lí t i c a , d e s d e P l a t ó n h a s ­
ta C a r l S c h m it t . U n p o b r e h i s t o r i a d o r e s tá a f in c a d o e n la o r illa d e e s t e
r ío o se f ig u r a e s t a r a l l í y e s c o g e e n t r e e s o s r e s t o s a q u e llo s q u e l e s ir ­
v e n p a r a p o d e r c o n t in u a r n a v e g a n d o e n e l r ío d e l a c o n t e c e r , b i e n
p r o v i s t o d e n u e v o s a p a r e jo s t e o r é t i c o s .
A h o r a b i e n , a p e s a r d e la d e s a f o r t u n a d a m e tá f o r a , e s ta d e s c r i p ­
c ió n n o e s e n t e r a m e n te fa ls a . A t in a e n l o t o c a n t e a la p r o v e n ie n c ia
lin g ü ís tic a , a la a c e p t a c ió n d e la h e r e n c ia , a la c o n t r o v e r s ia c o n la t r a ­
d ic ió n p r e c e d e n t e d e H is tó r ic a s e s c r ita s y a la s d e fin ic io n e s d e e n la c e
{ A n s c h l u f i d e f i n i t i o n e n ) e n e l h o r i z o n t e d e la c o n t in u id a d , llá m e n s e
c o m o s e q u ie r a n . P e r o c o n e llo la H i s t ó r i c a d e s a r r o lla d a a q u í s ó lo a
t ít u l o d e e je m p lo t o d a v ía n o s e h a c o n v e r tid o , e n l o c o n c e r n ie n t e a su
c o n t e n i d o , e n u n s u b c a s o d e la h e r m e n é u t ic a : n o b a s t a c o n q u e e l o r i ­
g e n d e la t e o r í a h i s t ó r i c a se a d e m o s t r a b l e lin g ü ís tic a m e n t e o c o n q u e
e s ta t e o r ía p u e d a s e r c o n c e b id a c o m o u n a r e s p u e s ta l in g ü ís tic a a u n a
p r e g u n t a p r e v ia m e n t e d a d a .
P a r a la t a r e a c i e n t íf i c a d e u n a H i s t ó r i c a i m p o r t a lo q u e e s c a p a z
d e o f r e c e r a n a lít ic a m e n t e a fin d e e n c o n t r a r u n o r d e n r a c io n a l e n e l
c a o s d e h a lla z g o s h i s t ó r i c o s o d e la p r e s c ie n c ia h is tó r ic a . L a h is to r ia
m is m a , u n a v e z a c e p t a d o e s t e v o c a b l o c a r g a d o d e id e o lo g ía , e s i n s e n ­
s a ta — s e n s a to e s a l o s u m o su a n á lis is — . L o im p o r t a n t e , p o r c o n s i­
g u ie n te , p a r e c e s e r e s to : ¿ t e m a t iz a u n a H i s t ó r i c a e s t r u c t u r a s d e p o ­
s ib ilid a d d e h is to r ia s a n te la s c u a le s u n a d o c t r in a d e la c o m p r e n s ió n
s ó lo p u e d e r e a c c io n a r ? A u n c u a n d o s e p u d ie r a d e m o s t r a r p o r q u é v ía
e l h is t o r ia d o r h a lle g a d o a su H i s t ó r i c a , n a d a s e h a b r ía e s t a b le c i d o t o ­
d a v ía a c e r c a d e s i e l r e s u lt a d o e s a p lic a b le o n o a lo s h a lla z g o s p r e c i ­
ta d o s o , d ic h o d e o t r o m o d o , s i h a c e v is ib le y a l m is m o t ie m p o m e t ó ­
d ic a m e n te c o n t r o l a b l e la v e r d a d .
L a d e te r m in a c ió n d e r e la c ió n s e t o r n a e n t o n c e s sin d u d a to d a v ía
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 89

m á s c o m p lic a d a , si s e s u p o n e q u e a m b a s , h e r m e n é u t ic a e H is t ó r i c a ,
r e m ite n p e r m a n e n t e m e n t e a la lin g ü is t ic id a d p a r a p o d e r r e f le x io n a r
s o b r e su s t a t u s r e c íp r o c o .
P a r t a m o s d e d o s te s is f u e r t e s ( s t a r k e n ) q u e G a d a m e r d e fie n d e d e
c o n t in u o y q u e s o n e s c la r e c e d o r a s p a ra n u e s t r o p r o p ó s ito . E n p r im e r
lu g a r , G a d a m e r a fir m a q u e , a u n q u e n u e s t r a e x p e r ie n c ia d e l m u n d o
e s p o s ib ilit a d a y m e d ia d a lin g ü ís tic a m e n t e , n u n c a e s s ó lo u n p r o c e s o
lin g ü ís t i c o n i se a g o ta e n e l le n g u a je . A l c o n t r a r i o , e n t o d o p r o c e s a ­
m ie n t o lin g ü ís t i c o ( V e r s p r a c h l i c h u n g ) im p o r t a e l o b je t o q u e e s e x p r e ­
s a d o lin g ü ís tic a m e n t e . P o r t a n t o , t a m b ié n e l o b je t o d e la H i s t ó r i c a
p e r m a n e c e e n e l á m b i t o d e la h e r m e n é u t ic a u n iv e r s a l. P e r o G a d a ­
m e r , e n su d is c u s ió n c o n H a b e r m a s y A p e l , l le g a h a s ta e l e x t r e m o d e
s u b r a y a r la i n a s e q u ib ilid a d ( U n e i n h o l b a r k e i t ) , la i n a lc a n z a b le p r e t e n ­
s ió n d e s e n t id o (u n e r r e i c h b a r e S i n n v o r g a b e ) q u e la h is to r ia im p o n e a
t o d o i n t e n t o d e c o m p r e n d e r y q u e la h a c e s u p e r io r a t o d o e s fu e r z o
h e r m e n é u t ic o . « E s t o n o e s s in o la e lu c id a c ió n d e la v e r d a d e r a t e m á ­
t ic a h e r m e n é u t ic a . E ll a e n c u e n tr a su p r o p ia y c o m p le t a le g it im a c ió n
e n la e x p e r ie n c ia d e la h i s t o r i a .» * L a s u p e r io r id a d d e lo q u e s e d e b e
c o m p r e n d e r n o e s n u n c a e n te r a m e n te a s e q u ib le ( e i n h o l b a r ) m e d ia n ­
t e u n a i n t e r p r e ta c ió n . P u e s e n to n c e s la t e m á t ic a d e la H is t ó r ic a se ría ,
p o r d e c ir lo así, u n c a s o m u y p a r t ic u la r e n e l c u a l t o d o le n g u a je se a fan a
en v an o.
E n s e g u n d o lu g a r , G a d a m e r d e s ta c a q u e , in c l u s o e n e l m a r c ó m e ­
t ó d ic a m e n t e m á s r e d u c id o d e la s c ie n c ia s lig a d a s a t e x t o s y d e su s i n ­
t e r p r e ta c io n e s , la a c t i t u d h i s t ó r i c a f r e n t e a la s f u e n te s d if ie r e c o n s id e ­
r a b le m e n te d e la s c ie n c ia s d e l e s p ír itu a fin e s q u e t r a b a ja n a s im is m o
v in c u la d a s al t e x t o . E n t r e la s c ie n c ia s in t e r p r e ta t iv a s d e t e x t o s , la c ie n ­
c ia h is tó r ic a p o s e e u n ra n g o q u e r e p r e s e n ta c a s i la s u p e r a c ió n d e t o d o
p r o c e d e r h e r m e n é u t ic o . E x p liq u é m o s lo b r e v e m e n te .

* Hans-Georg Gadamer, R eplik, en: H erm eneutik und Ideologiekritik, Theorie-


Diskusion, Francfort del Meno, 1971, pág. 302 [ed. cast.: «Réplica a Herm enéutica y
crítica d e l a ideología», en Verdad y m étodo U, Salamanca, Sígueme, 1992, pág. 255. Sin
embargo, la traducción castellana omite varias palabras de la versión original. Noso­
tros no nos hemos atenido a esta versión]. [N. d e l t.]
90 R E IN H A R T K O S E L L E C K

E l m o d o d e p r o c e d e r d e l ju r i s t a , d e l t e ó lo g o y d e l f iló lo g o t ie n e n
e n c o m ú n e l h e c h o d e a t r i b u ir a l t e x t o u n a p o s ic ió n g e n u in a , [c u y o
t r a s f o n d o ] e n c ie r t a m a n e r a n o e s c u e s t io n a b le (n i c h t h i n t e r f r a g b a r e ).
L a e x é g e s is d e l a s le y e s o r d e n a l a s r e s p e c t iv a s c a s u ís tic a s d e ta l
s u e r t e q u e su s e le m e n t o s s o n s u b s u m ib le s b a jo e l e n u n c ia d o d e la ley
p a r a p o d e r i n f e r i r u n a s e n t e n c ia ju s ta . U n c a s o ju r í d i c o s u b s u m id o
b a jo u n a le y e s e s t r u c t u r a d o lin g ü ís tic a m e n t e d e m o d o d if e r e n te d e l
c a s o p la n te a d o d e s d e e l p u n t o d e v is ta p s ic o ló g ic o o h is tó r ic o - s o c ia l.
E l a t e n e r s e a l t e x t o l it e r a l d e la le y p r e f o r m a la h is t o r ia d e l c a s o d e
u n a m a n e ra q u e in f lu y e e n la d e c is ió n y f a c ilit a la a p lic a c ió n . E l t e x t o
d e la le y t ie n e , p o r c o n s ig u ie n te , u n a f u n c ió n re g u la tiv a e n la i n t e r ­
p r e t a c i ó n d e la h is to r ia q u e le e s a t r ib u id a . E l c a s o q u e a c a b a , p o r
e je m p lo , e n u n v e r e d ic t o d e c u lp a b ilid a d , b a jo o t r o s a s p e c to s — a l
tr a s lu z d e la p s ic o lo g ía , la m o r a l o la c r í t i c a d e la id e o lo g ía — p u e d e
m o s t r a r su i n o c e n c i a , c o n t r a r i a m e n t e a la i n t e r p r e t a c ió n ju r íd ic a .
S i la i n t e r p r e t a c ió n d e la le y s e m o d if ic a c o n a r r e g lo a la s c o n d i ­
c io n e s p o lí t i c o - s o c i a le s v a r ia b le s , la e x é g e s is d e l t e x t o h i s t ó r i c o n o le
v a a la zag a. D e b e h a b e r f a c to r e s p r e v io s a l c a m b i o d e l a n á lis is d e la
c o m p r e n s ió n y d e la a p lic a c ió n . Y si u n a ju r is p r u d e n c ia c r e a tiv a , v a ­
r ia b le , p r e s e n t a u n c a s o b a jo u n a n u e v a lu z , e n c o n t r a d e la e x é g e s is
le g a l v ig e n t e , e n t o n c e s la p a r t e p r o d u c t iv a y r e a c tiv a a la h is to r ia e s
m á s f u e r t e q u e l o q u e p o d ía s e r lo h a s ta a h o ra e n la h e r m e n é u tic a ju r í­
d ic a la p a r t e i n t e r p r e ta t iv a y r e c e p tiv a . P e r o la d e c is i ó n d e si u n t e x ­
t o d e b e s e r n u e v a m e n t e in t e r p r e t a d o o la le y i n c l u s o m o d if ic a d a , p o r
la a p a r ic ió n d e u n n u e v o e s t a d o d e c o s a s (S a c h v e r h a l t e ) ,18 e s u n a c t o
p r o d u c t iv o q u e c o r r e s p o n d e p r im e r a m e n t e a la H i s t ó r i c a c o m o f u n ­
d a m e n to t e ó r i c o y s ó lo s e c u n d a r ia m e n t e a la h e r m e n é u t ic a . E n u n a
d e s u s te s is G a d a m e r a fir m a q u e la h is to r ia s e c u m p lim e n t a sin t o m a r

18. Como se puede constatar, nos hemos sumado a la tradición wittgensteiniana de


verter este término, al hilo del Tractatus, por «estado de cosas». No obstante, más ade­
lante, en la Respuesta de Gadamer, se lo desmenuza en sus partes para mostrar que li­
teralmente significa el modo en que la cosa se comporta o se conduce (Sache = cosa,
Verhalt = comportamiento o conducta). Luego «estado» no se refiere aquí a ningún
momento de pasividad. (N. d e l t.)
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 91

e n c o n s id e r a c ió n a lo s h o m b r e s . A l a c o m p r e n s ió n lin g ü ís tic a , q u e r e ­
c u r r e a u n t e x t o le g a l d a d o , le d e b e p r e c e d e r , p o r c o n s ig u ie n te , u n a
c o m p r e n s i ó n d e la h is to r ia o , m á s e x a c t a m e n t e , d e l c a m b i o h is t ó r ic o
q u e s e r e f le ja e n n u e v a s le y e s o e n i n t e r p r e t a c io n e s r a d ic a lm e n te n u e ­
v a s d e v ie jo s t e x t o s .
E n c o m p a r a c ió n c o n l o s t e x t o s ju r íd ic o s , lo s t e ó l o g o s y lo s f il ó lo ­
g o s e s tá n to d a v ía m á s e s t r e c h a m e n t e lig a d o s a l s t a t u s d e su s fu e n te s .
E l t e ó l o g o d e b e r e m i t i r s e s ie m p r e a la p a la b r a d e D i o s t a l c o m o s e h a
r e v e la d o e n e l t e x t o d e la B ib li a . E in c lu s o si, c o m o d e c ía N ie t z s c h e ,
D io s h a b ía a p r e n d id o m a l e l g r i e g o c u a n d o d i c t ó e l N u e v o T e s t a ­
m e n t o ,19 a u n e n t o n c e s e l t e x t o d e la r e v e la c ió n c o n s e r v a su fu e r z a e x ­
p re s iv a p o te n c ia lm e n te d o g m á tic a . A u n q u e e l o b je t o t r a t a d o e n e l
t e x t o b í b l i c o p u e d a s e r r e la tiv iz a d o h is t ó r ic a m e n t e y r e c o n s id e r a d o
e n v is ta d e lo s n u e v o s d e s a fío s , s in e m b a r g o , la B ib lia , c o m o t e x t o d e
la r e v e la c ió n , m a n t ie n e su p r e te n s ió n d e u n ic id a d a n te la q u e e l c r e ­
y e n t e d e b e r e a c c io n a r d e in m e d ia to .
T a m b i é n e l f il ó lo g o e s t a r á in c lin a d o a c o n f e r ir u n p e s o p r o p io a l
t e x t o p o r é l e d ita d o y c o m e n ta d o , p e s o q u e se rá a ú n m a y o r si la f o r ­
m a lin g ü ís tic a h a l o g r a d o la i n c o n f u n d ib ilid a d e in s u p e r a b ilid a d d e
u n a p o e s ía . E l o b je t o e x p r e s a d o e n e l t e x t o p e r m a n e c e s o m e t id o a su
f o r m a lin g ü ís tic a .
E l h i s t o r i a d o r p r o c e d e d e o t r o m o d o : s e s ir v e b á s i c a m e n t e d e
lo s t e x t o s s ó lo c o m o t e s t im o n io s p a r a a v e r ig u a r a p a r t i r d e e llo s u n a
r e a lid a d e x i s t e n t e a l le n d e lo s t e x t o s . P o r c o n s ig u ie n t e , t e m a t iz a ,
m á s q u e t o d o s lo s o t r o s e x é g e t a s d e t e x t o s , u n e s t a d o d e c o s a s q u e
e n c u a l q u i e r c a s o e s e x t r a t e x t u a l , a u n c u a n d o é l c o n s t i t u y a su r e a l i ­
d a d s ó lo c o n m e d io s l in g ü ís t ic o s . S u e n a c a si a u n a ir o n ía . F u n d a ­

19. E l aforismo de Nietzsche, perteneciente al apartado «Sentencias e interludios»


de M á s a llá d e lb ie n y d e l m al, reza como sigue en el original alemán: «Es ist eine Fein-
heit, daB G ott griechisch lernte, als er Schriftsteller werden wollte - und daB er es nicht
besser lernte» (Friedrich Nietzsche, W erke in drei Biinden, edición a cargo de Karl
Schlechta, Carl Hanser Verlag, 1966, vol. II, pág. 633). A. Sánchez Pascual lo traduce
así: «Constituye una fineza el que Dios aprendiese griego cuando quiso hacerse escri­
tor... y el que no lo aprendiese mejor» (Alianza Editorial, Madrid, 1978, 4 a edición,
pág. 101). (N. d e l t.)
92 R E IN H A R T K O S E L L E C K

m e n t a l m e n t e e n la u n ió n c o n la s c i e n c ia s d e l e s p ír i t u , y n o e n la p r a ­
x i s d e la i n v e s t i g a c i ó n , e l h i s t o r i a d o r t ie n e m e n o s d e p e n d e n c i a d e
l o s t e x t o s q u e e l ju r i s t a , e l t e ó l o g o o e l f i l ó l o g o . S u s t e x t o s , a l s e r
t r a n s f o r m a d o s e n f u e n t e s m e d i a n t e p r e g u n t a s , p o s e e n s i e m p r e s ó lo
c a r á c t e r in d ic a t iv o d e a q u e lla h i s t o r i a e n c u y o c o n o c i m i e n t o e s t á i n ­
te re sa d o .
E s c r i b i r la h i s t o r i a d e u n p e r í o d o s i g n if ic a h a c e r e n u n c ia d o s
q u e n o p u d i e r o n s e r h e c h o s n u n c a e n e s e p e r ío d o . B o s q u e ja r la h i s ­
t o r i a b a s á n d o s e e n c o n d ic i o n e s e c o n ó m i c a s s ig n if ic a i n t e n t a r u n
a n á l i s i s d e f a c t o r e s q u e n o s o n d e r iv a b le s i n m e d i a t a m e n t e d e n i n ­
g u n a fu e n te .
C u a n d o la H i s t ó r i c a a p r e h e n d e la s c o n d i c i o n e s d e u n a p o s i b l e
h i s t o r i a , r e m i t e a p r o c e s o s a l a r g o p la z o q u e n o e s t á n c o n t e n i d o s e n
n in g ú n t e x t o c o m o t a l, s in o q u e m á s b i e n p r o v o c a n t e x t o s . R e m i t e
a c o n f li c t o s i n s o l u b le s , f r a c t u r a s , d is c o n t i n u i d a d e s , m o d o s e l e m e n ­
t a le s d e c o m p o r t a m i e n t o q u e s e p u e d e n b l o q u e a r , y n o m b r a r lo s
(b e n e n n e n ) l i n g ü ís t i c a m e n t e r e p r e s e n t a ya u n a f o r m a d e r a c i o n a ­
l iz a c ió n , p r e c is a m e n t e c u a n d o lo s e s t a d o s d e c o s a s e n u n c ia d o s o
a lu d id o s o i n c l u s o lo s e v o c a d o s lin g ü ís t i c a m e n t e s o n d e l t o d o i r r a ­
c i o n a l e s . E l sin s e n t id o ( U n s i n n ) l i n g ü í s t i c o s e p u e d e d e s c u b r i r l i n ­
g ü ís t i c a m e n t e . P e r o e l s in s e n t id o q u e , c o n a y u d a d e l le n g u a je , d i ­
m a n a d e m o t iv o s y c o a c c i o n e s q u e e s c a p a n a l le n g u a je , s ó lo s e
p u e d e e n c a u z a r e n e l m a r c o d e u n a c o n s id e r a c ió n ra c io n a l m e d ia n ­
te u n p r o c e s o a d ic io n a l d e tr a d u c c ió n . A s í se a lc a n z a n lo s lím ite s d e
la f a lt a d e t o d o s e n t id o ( S i n n l o s i g k e i t ) , p e r o s in p o s ib ilid a d de
t r a n s g r e d ir lo s .
P e r m ít a n m e i lu s t r a r l o a n t e r i o r c o n u n e je m p lo . H a y u n t e x t o
t r is t e m e n t e f a m o s o , m á s o m e n o s c o n o c id o , M i l u c h a ( M e in K a m p j )
de H i t l e r . S i n o s a t e n e m o s a lo e n u n c ia d o lin g ü ís tic a m e n t e en e s t e
t e x t o s e d e s p r e n d e q u e e l e x t e r m i n i o d e l o s ju d ío s e r a u n a m á x im a
p o s i b l e d e a c c i ó n d e la p o lí t i c a f u t u r a . L a s p a la b r a s , c o n s id e r a d a s e n
su s e n t id o lit e r a l, n o d e ja n lu g a r a d u d a s a e s t e p r o p ó s it o , a u n c u a n ­
d o e l t e x t o n o f u e e n t o n c e s t o m a d o r e a l m e n t e e n s e r io c o m o u n p a n ­
f le t o a n tis e m ita , a l m e n o s e n u n p r im e r m o m e n t o .
N o o b s t a n t e , la h is to r ia s u b s ig u ie n t e q u e c o n d u jo a A u s c h w itz n o
H IS T Ó R IC A Y H E R M E N É U T IC A 93

e s d e r iv a b le n e c e s a r ia m e n t e d e M i lu c h a ( M e in K a m p f ) . T o d o h a b r ía
p o d id o s u c e d e r d e m o d o d if e r e n te . P e r o e l h e c h o d e q u e h a y a s u c e ­
d id o c o m o h a s u c e d id o y a n o e s u n p r o b le m a d e l t e x t o o d e la e x é g e -
sis d e l t e x t o . L a r e a lid a d h a s o b r e v e n i d o ta l c o m o l o s h o m b r e s la h a n
p r o d u c i d o — p r o d u c id o e n s e n t id o lit e r a l— ; p o r e je m p lo , e l g e n o c i ­
d io lle v a d o a c a b o d e f o r m a in d u s tr ia l. E s t a h is to r ia e s m á s f u e r t e q u e
t o d a d e r iv a c ió n o d o c u m e n ta c ió n t e x t u a le s e x p o s t .
D e s p u é s d e A u s c h w itz c a m b ia t a m b ié n e l s t a t u s d e M i l u c h a
( M e i n K a m p f ) . C u a n t o H i t l e r h a b ía e s c r i t o q u e d ó in c o n m e n s u r a ­
b l e m e n t e s u p e r a d o p o r lo s h e c h o s , y d e e s te m o d o su d is c u r s o g a n a
u n n u e v o s e n t id o , u n s e n t id o q u e a n t e s n o p o d ía n i s iq u ie r a s e r p e r ­
c ib id o .
P o r c o n s ig u ie n t e , d e b e m o s d if e r e n c i a r a l m e n o s m e t ó d i c a m e n ­
t e e n t r e o r ie n t a r la c o m p r e n s i ó n h a c ia l o s t e x t o s , a f in d e e n t e n d e r
su e n u n c ia c i ó n d e u n e s t a d o d e c o s a s , e i n q u i r i r a lg o q u e se f il t r a s in
q u e r e r l o a tr a v é s d e lo s t e x t o s y q u e s ó lo m á s t a r d e r e s u lt a s e r la
v e r d a d h is tó r ic a . N in g ú n t e x t o d e u n a f u e n t e c o n t ie n e a q u e lla h i s ­
t o r i a q u e s e c o n s t itu y e y e x p r e s a s ó lo c o n la a y u d a d e f u e n te s t e x ­
tu a le s .
D e b e m o s d if e r e n c ia r e n t r e la h i s t o r i a e f e c t u a l q u e m a d u r a e n la
c o n t in u id a d d e la tr a d ic ió n lig a d a a lo s t e x t o s y d e su e x é g e s is , p o r u n
la d o , y , p o r o tr o , la h is to ria e f e c tu a l q u e , a u n q u e p o s ib ilit a d a y m e ­
d ia d a lin g ü ís tic a m e n t e , v a m á s a ü á d e lo q u e e s a s e q u ib le c o n e l l e n ­
g u a je . H a y p r o c e s o s h i s t ó r i c o s q u e e s c a p a n a t o d a c o m p e n s a c ió n o
in t e r p r e ta c ió n lin g ü ís tic a . É s t e e s e l á m b ito h a c ia e l q u e la H i s t ó r i c a
s e d ir ig e , a l m e n o s t e ó r ic a m e n t e , y q u e la d is tin g u e , a u n c u a n d o p a ­
r e z c a s e r a b r a z a d a p o r la h e r m e n é u t ic a f ilo s ó f ic a .
L u e g o , d e s d e e l p u n t o d e v is ta d e su t e o r í a y d e su m é to d o , la
H i s t ó r i c a e s a lg o m á s q u e u n a c i e n c ia lig a d a f il o ló g ic a m e n t e a l t e x ­
to . E n c ie r t a m e d id a , la H i s t ó r i c a e s f á c i l m e n t e d is c e r n ib l e d e u n a
h e r m e n é u t i c a lig a d a a l t e x t o . P e r o , ¿ e s p o s i b l e d e li m it a r l a t a m b ié n
r e s p e c t o a u n a h e r m e n é u t i c a e n la q u e s e i n s e r t a t o d a H i s t ó r i c a
c o m o o b r a l in g ü ís tic a ( a l s e i n e s p r a c h l i c h e L e i s t u n g ) ? S e g u r a m e n t e ,
e n e l s e n t id o d e q u e s u t e m a d a d o , la h is to r ia , p r e c e d e a t o d a c o m ­
p r e n s ió n . ¿ Q u é d e c ía F i c h t e ? « ... y t o d a e s t a r e a lid a d c o m o t a l... n o
94 R E IN H A R T K O S E L L E C K

e s e n a b s o l u t o n a d a m á s q u e la t u m b a d e l c o n c e p t o q u e q u e r ía p r o ­
b a r s e e x p o n i é n d o s e a la l u z » .* T a m b i é n e l c o n c e p t o d e la h i s t o r i a
p o d r í a s e r u n c o n c e p t o q u e s e c o n s u m e e n la r e a lid a d . P o r e s o a g r a ­
d e z c o q u e e l s e ñ o r G a d a m e r d ig a la ú lt im a p a la b r a .

* Johann Gottlieb Fichte, N achgelassene W erke, edición a cargo de I. H. Fichte,


Bonn, 1834, vol. 2, pág. 151. [La cita está extraída de la octava conferencia de la Doc­
trina d e la Ciencia de 1804, aparecida póstumamente en la edición del hijo de Fichte y
publicada en su integridad por Reinhart Lauth bajo los auspicios de la Academia bá-
vara de las Ciencias en J. G. Fichte. Gesam tausgabe, Frommann, Stuttgart-Bad Cann-
statt, 1962 y sigs., vol. 11/8, pág. 120.] [N. d el t.1
H ans-G eorg G adamer

H IS T Ó R IC A Y L E N G U A JE :
U N A R E SP U E ST A
H IS T Ó R IC A Y L E N G U A JE :
U N A R E S P U E S T A 20

D e b ie n d o r e s p o n d e r a l d is c u r s o d e R e in h a r t K o s e lle c k , m e e n ­
c u e n t r o e n a lg u n a s d ific u lta d e s . P o r u n la d o , a p e n a s c o n s ig o m a n te n e r
la c o n c e n tr a c ió n e n u n m o m e n t o e n e l q u e e s to y c o n f u s o p o r e l c ú m u ­
lo d e c o s a s q u e lo s o r a d o r e s d e l d ía d e h o y y to d a s la s a m a b le s p e r s o ­
n a s q u e d e a lg ú n m o d o se h a n a lle g a d o a m í q u ie r e n h a c e r m e c r e e r . I n ­
c lu s o a lg u ie n m e h a lla m a d o « u n g r a n s a b i o » ( G e l e h r t e n ) . H e s e n tid o
q u e m e t e m b la b a n la s p ie rn a s. L o q u e e l sig lo x i x q u is o c a r a c te r iz a r ta n
d ig n a m e n te c o n e s te c o n c e p t o se h a lla a u n a d is ta n c ia in a lc a n z a b le
p a ra to d o s n o s o tr o s . A u n p o r m u y e le v a d a q u e se a la o p in ió n q u e , c o n
ra z ó n , p u e d a te n e r d e s í m is m o u n o u o t r o in v e s tig a d o r e n el c a m p o d e
la s c ie n c ia s h u m a n a s, n in g u n o d e n o s o tr o s c u e n ta s iq u ie ra c o n u n a p o ­
s ib ilid a d ta n s ó lo d e c o m p a r a r s e c o n e l c o n c e p t o d e l « g r a n s a b i o » .21
D e m a n e r a p a r t ic u la r e n p r e s e n c ia d e l o r a d o r m e v e o e n la s it u a ­

20. La respuesta de Gadamer, excepto el primer párrafo y la frase introductoria


del segundo, ha sido también incluida, con el título H istórica y lenguaje, en el último
volumen de la edición de sus obras: Hans-Georg Gadamer. G esam m elte W erke, vol. 10.
H erm eneutik im R ü ckb lick,J. C. B. Mohr (Paul Siebeck), Tubinga, 1995, págs. 324-330.
(N. d el t.)
21. La acuñación de un concepto de tales resonancias (no sólo culturales) en Ale­
mania es obra principalmente de Fichte. Véanse sus célebres Algunas lecciones sobre el
destino d el sabio (Einige Vorlesungen über d ie Bestimmung des G elehrten) ( 1794) y So­
bre la esencia d el sabio y sus m anifestaciones en e l dom inio de la libertad (Über das We-
sen des G elehrten und seine Erscheinungen im G ebiete der Freiheit) (1805). (N. d e l t.)
98 H A N S -G E O R G G A D A M E R

c i ó n e x t r e m a d a m e n t e d if íc il d e t e n e r q u e r e f l e x i o n a r s o b r e u n a e v o ­
l u c ió n u l t e r i o r a p a r t ir d e i n ic io s c o m u n e s . N o e n v a n o R e in h a r t K o -
s e l l e c k h a e m p e z a d o r e c u r r ie n d o a S e r y t i e m p o d e H e id e g g e r p a r a
m o s t r a r c ó m o , a p a r t i r d e lo s p la n t e a m ie n t o s d e l h i s t o r i a d o r , e s m e ­
n e s t e r a m p lia r y m o d if ic a r la s e s t r u c t u r a s f u n d a m e n ta le s d e l a n á lisis
d e l D a s e i n d e H e id e g g e r . E s t o c o r r e s p o n d e e n c ie r t o s e n tid o a m is in ­
t e r e s e s f ilo ló g ic o -e s t é tic o s , d e s d e lo s c u a le s h e in t e n t a d o d e s a r r o lla r
d e u n a f o r m a p r o p ia la s te s is in ic ia le s d e H e id e g g e r y e l im p u ls o p o r
é l r e c ib id o . P a r a m í n o e s f á c il, sin e m b a r g o , d e c ir u n p a r d e p a la b r a s
se n sa ta s a c e r c a d e l c u r s o q u e s ig u e n lo s p e n s a m ie n to s d e u n h is to r ia ­
d o r. M e s ie n to o b lig a d o a t e n e r q u e r e c o r d a r u n a fa m o s a e x p r e s ió n d e
H e g e l, q u ie n lle g ó a a fir m a r q u e e l p e r ió d ic o e r a p a ra e l p e n s a d o r la
b e n d ic ió n m a tu tin a d e reaH d ad ( r e a lis t is c h e M o r g e n s e g e n ) . A a lg o s im i­
la r a u n a b e n d ic ió n m a tu tin a d e re a lid a d m e h a s o n a d o ta m b ié n a m í la
l e c c ió n q u e h o y h a p r o n u n c ia d o e n m i h o n o r R e in h a r t K o s e l l e c k . M e
s i e n t o v e r d a d e r a m e n t e h o n r a d o , y n o s ó lo p o r t r a t a r s e d e u n o d e m is
a m ig o s y d is c íp u lo s q u e , d e m o d o t a n c o n s e c u e n te y s e g u r o , h a d a d o
c u e n t a d e lo q u e h a c e y d e l o s r e s u lta d o s a lo s q u e h a lle g a d o . P a r a m í
e s t o d a v ía m á s s ig n ific a tiv o e l h e c h o d e q u e n o s h a y a p r e s e n t a d o e s te
i n f o r m e e n e s ta f o r m a y e n e s ta o c a s ió n . L o c o n s id e r o d e v e r d a d c o m o
u n a c o n f ir m a c ió n d e m is p r o p io s e s fu e r z o s . Q u ie n ju z g a i m p o r t a n t e la
h e r m e n é u t ic a d e b e s a b e r a n t e t o d o q u e es n e c e s a r io e s c u c h a r y q u e se
p u e d e h a c e r c o m p r e n d e r a lg o s ó lo a q u ie n e s c a p a z d e e s c u c h a r . H o y
h e m o s s id o in v ita d o s a u n d iá lo g o ( G e s p r a c h ) y m i d e s e o s e r ía p o d e r
c o n t in u a r lo m á s a m e n u d o . S e g ú n su in t e n c ió n f ilo s ó f ic a f u n d a m e n ­
ta l, m i p r o p io p r o y e c t o h e r m e n é u t ic o n o e s m u y d is tin to d e la e x p r e ­
s ió n d e la c o n v i c c i ó n d e q u e n o s a p r o x im a m o s a la s c o s a s s ó lo p o r v ía
d e l d iá lo g o . S ó l o si n o s e x p o n e m o s a la p o s ib ilid a d d e u n a v is ió n c o n ­
t r a r ia , t e n e m o s la o p o r t u n id a d d e t r a s c e n d e r la e s t r e c h e z d e n u e s tr a s
p r o p ia s p r e v e n c io n e s ( V o r e i n g e n o m m e n h e i t e n ) . A h o r a b ie n , n o p u e ­
d o e s p e r a r c ie r t a m e n t e l o g r a r d a r, e n e s t e m o m e n t o y e n ta l s itu a c ió n ,
la r é p lic a , a q u e lla r e s p u e s ta q u e n o e q u iv a le a u n e s ta r c o n t r a , s in o
q u e , c o m o t o d a p a la b r a , e s re s p u e s ta , e s d e c ir , r e s p o n d e a a lg o d e lo
que se ha entendido, que es pregunta y que está dirigida a alguien exi­
g ie n d o u n a r e s p u e s ta . N o p u e d o e s p e r a r e n c o n t r a r e n e s t e in s ta n te
H IS T Ó R IC A Y L E N G U A JE : U N A R E S P U E S T A 99

u n a r é p lic a ta l q u e v a lie ra p o r la v e r d a d e r a r e s p u e s ta . S in e m b a r g o ,
t o d a te n ta tiv a d e re s p u e s ta , a u n c u a n d o n o se a la r é p lic a , i n t r o d u c e e n
e l h o r iz o n t e a b ie r to d e la p r e g u n ta a lg o , u n a d e te r m in a c ió n d e ' s e n ti­
d o q u e c r e a c o m u n ió n .
P e r m íta s e m e , p o r ta n to , e n la p r o s e c u c ió n d e l d iá lo g o i n f i n i t o lla ­
m a d o « p e n s a r » , t r a e r al le n g u a je a p a r t ir d e d is c u r s o y r é p lic a , r e ­
t r o s p e c t iv a y p e r s p e c tiv a , a d e la n te y a trá s, a lg u n o s d e e s o s e le m e n t o s
c o m u n e s q u e se n o s p r e s e n t a n e n ta l m o m e n t o . C u a n d o m e d e c la r é
d is p u e s to a p r o n u n c ia r u n a s p a la b r a s d e a g r a d e c im ie n to a l t é r m in o
d e l a c t o d e h o m e n a je q u e m e h a b é is d e d ic a d o , e r a p le n a m e n te c o n s ­
c i e n t e d e v iv ir e n u n a h o r a e s p e c ia l d e l m u n d o , e n u n m u n d o e n p e ­
l i g r o y c o n la c o n c ie n c ia d e u n f u t u r o a m e n a z a d o . T a l s e n t im ie n t o
e m b a r g a h o y a t o d o s lo s h o m b r e s y s in d u d a d e u n a m a n e r a p a r t i c u ­
l a r m e n t e in te n s a a lo s jó v e n e s . L u e g o d e q u ie n r e p r e s e n ta y h a r e p r e ­
s e n t a d o la e s p e c ia lid a d d e la f ilo s o f ía e n la e n s e ñ a n z a a c a d é m ic a a ú n
c a b e e s p e ra r a lg o d is tin t o d e u n a s im p le r e tr o s p e c tiv a lle n a d e g r a t i­
tu d s o b r e e l p r o p io it i n e r a r i o v ita l e in t e le c t u a l, a c o m p a ñ a d o y e n r i ­
q u e c i d o p o r n u e s t r o s m a y o r e s , p o r c o e tá n e o s y s ie m p r e p o r n u e v o s
jó v e n e s . E n e l f o n d o , t o d o s s a b e m o s q u e la p o s ib ilid a d q u iz á m á s
g r a n d e q u e la v id a n o s o f r e c e u n a y o t r a v e z e s la d e la t e o r ía , la d e la
d is ta n c ia t e ó r i c a y la d e u n a v is ió n l ib r e a lc a n z a b le d e s d e a h í y q u e
s ie m p r e p e r m a n e c e lig a d a a c o n d ic io n e s , c o m o h a e x p r e s a d o h o y d e
u n m o d o t a n v ig o r o s o e l s e ñ o r K o s e lle c k . M e r e f i e r o a la s r e a lid a d e s
p o t e n t e s e n la s q u e s e d e s e n v u e lv e la c o n v iv e n c ia h u m a n a . S i d ir ig i­
m o s la m ir a d a h a c ia e lla s , e n to n c e s e l « p la c e r d e l s e n t id o » (F r e u d e a m
S i n n ) , e s ta « f ilo lo g ía » o m n ic o m p r e h e n s iv a (a l l u m f a s s e n d e ), p u e d e
p a r e c e r u n a e v a s ió n , u n a h u id a a u n m u n d o d e e n s u e ñ o . B a s t a c o n
p e n s a r s ó lo q u e e l m u n d o e s p ir it u a l e n e l q u e u n h o m b r e in t e n t a m o ­
v e r s e s e g ú n su d e s t in o m á s p r o p io ( e i g e n s t e n B e s t i m m u n g ) c o n v e r ­
g e c o n u n h e c h o ta n t r e m e n d o c o m o la in v e n c i ó n d e la g u e r r a p o r
e l g é n e r o h u m a n o . P o r o t r a p a r t e , n o s u c e d e n a d a a n á lo g o e n la n a ­
t u r a le z a e n t r e m i e m b r o s d e u n a m is m a e s p e c ie e n e l c a s o d e s e r e s
v i v o s c o n u n a l t o g r a d o d e o r g a n i z a c i ó n . Y a e s t e p r i m e r e n v it e d e l
d is c u r s o d e l s e ñ o r K o s e l l e c k m e h a e n f r a s c a d o e n p e n s a m ie n t o s ,
c u y o h i l o t a m b ié n y o h a b ía s e g u id o c o n f r e c u e n c i a . S o y p l e n a m e n ­
100 H A N S -G E O R G G A D A M E R

t e c o n s c ie n te d e q u e la m ir a d a d e q u ie n c o m p r e n d e sig u e t o d a h u e lla
d e s e n t id o y b u s c a s ie m p r e e l s e n t id o q u e l e p e r m it e a b r ir c o n s t a n t e ­
m e n t e , e n m e d io d e la in s e n s a te z d e l a c o n t e c e r y d e la h is to r ia , a lg o
p a r e c id o a h o r iz o n t e s d e e x p e c ta t iv a , d e e s p e r a n z a , d e o s a d ía y d e n o -
a b y e c c ió n . Q u iz á s h a b r ía q u e d e c ir q u e la fu e r z a s u p r e m a d e l h o m b r e
c o n s is t e e n e s to : r e s is tir a to d o s lo s d e s a fío s q u e la r e a lid a d n o s i m p o ­
n e m e d ia n t e e l s in s e n t id o ( U n s in n ) , la d e m e n c ia ( W a h n s i n n ) y la d e s ­
c o n c e r t a n t e a b s u r d id a d (S i n n l o s i g k e i t ) , y h a c e r l o p e r s e v e r a n d o e n
u n a b ú s q u e d a in c a n s a b le d e l o c o m p r e n s ib le y d e l s e n tid o .
A p e n a s c a b e e s p e r a r q u e h o y c o n s ig a e x p r e s a r m e c la r a y b r e v e ­
m e n t e a c e r c a d e lo s f u n d a m e n t o s d e e s ta v e rd a d . P r e t e n d e r f o r m u la r
la p e c u lia r id a d d e l s e r h u m a n o c o n m e d io s a r is t o t é lic o s — y A r i s t ó t e ­
le s e s a la p o s t r e e l m a e s t r o d e a q u e llo s q u e s a b e n — ,22 q u i e r e d e c ir r e ­
f le x io n a r s o b r e lo q u e s ig n if ic a q u e e l h o m b r e p o s e a e l le n g u a je .
S e g u r a m e n t e e s v e r d a d q u e , r e s p e c t o a lo s p r o p io s f a c t o r e s d e t e r m i ­
n a n t e s d e l s e n t ir y d e l c o m p o r t a m i e n t o h u m a n o s , e l le n g u a je e s e n
c i e r t o s e n t id o ( S in n ) c a s i m á s u n a s u e r t e d e r e c u p e r a c ió n c o m p r e ­
h e n s iv a ( u m / a s s e n d e N a c h h o l u n g ) . Y , sin e m b a r g o , A r is t ó t e le s t ie n e
r a z ó n c u a n d o s o s t ie n e q u e lo q u e d is tin g u e a l h o m b r e d e lo s a n im a ­
le s e s e l le n g u a je ; e s t o e s , e l h o m b r e n o s ó lo i n t e r c a m b i a c o m u n i c a ­
c i ó n m e d ia n t e s ig n o s d e f i n e s d a d o s in s tin t iv a m e n t e o d e p e l i g r o s i n ­
m in e n t e s , c o m o h a c e n p o r e je m p l o lo s p á ja r o s c o n su s s e ñ a le s d e
a la r m a o d e r e c la m o , o c o m o s o n to d a s la s o t r a s f o r m a s d e c o m u n i ­
c a c i ó n d e lo s a n im a le s m e d ia n t e s ig n o s. E l h o m b r e , e m p e r o , e s tá d e s ­
g a ja d o d e la e s t r u c t u r a d e la s a p t itu d e s y c a p a c id a d e s n a t u r a le s d e t a l
m o d o q u e e n e s ta lib e r t a d e s tá d e p o s it a d a s im u lt á n e a m e n t e la r e s ­
p o n s a b ilid a d d e sí m is m o y d e lo s s u y o s , d e s í m is m o y d e t o d o s
n o s o t r o s . E s t o e s l o q u e e n v i r t u d d e n u e s t r a p o s i c i ó n p a r t ic u la r y
ú n ic a e n e l c o n ju n t o d e la n a tu r a le z a v iv ie n te n o s e s in n a to : a l ig u a l q u e
lo s o t r o s s e r e s n a t u r a le s , s e g u im o s , c o m o im p e lid o s , c o a c c i o n e s , im ­
p u ls o s y d is p o s ic io n e s , y, sin e m b a r g o , c o n s e r v a m o s u n c a m p o d o n d e

22. « ‘L maestro di color che sanno» (alusión de Dante a Aristóteles en el pasaje


de La divina com edia que describe a los filósofos — E l Infierno, canto 4, verso 131— ).
(N. d e l t. )
H IS T Ó R IC A Y L E N G U A JE : U N A R E S P U E S T A 101

entran en juego posibilidades, un campo de juego (S p i e l r a u m ) de otro


tipo abierto para nosotros. Es el espacio ( R a u m ) de las posibilidades
ofertadas, de las plausibilidades, que no son sólo aquellas compren­
didas en el campo de lo dejado abierto con el que juega el pensa­
miento, sino que incluyen tam bién las decisiones entre las cuales se
desarrolla la lucha continua por la supremacía y el aherrojamiento,
esto es, el campo de juego de la historia humana. Así pues, la célebre
definición del hombre, conocida en su versión latina a n i m a l r a t i o n a -
l e , también aparece en el escrito de Aristóteles sobre la política. Pero
lo que el texto griego nos enseña de veras es que aquí no está en jue­
go tanto la razón com o el lenguaje. No consiste en un m ero inter­
cambio de señales como el grito de alarma o de reclamo de los ani­
males. Su distintivo estriba más bien en presentar estados de cosas
( S a c h v e r h a l t e v o r z u s t e l l e n ) , a sí mismo y a los otros. Ya la propia pa­
labra [alemana] S a c h v e r h a l t [S a c h e = cosa + V e r h a l t = comporta­
miento] tiene algo muy peculiar. Hay en ella algo desinteresado desde
el momento en que le concedemos a la cosa ( S a c h e ) un comporta­
miento ( V e r h a l t e n ) propio y en nuestro comportamiento nos plega­
mos al suyo. Eso es parte de lo que llamamos fundadamente «razón»
y que vive en nuestro actuar racional. Eso es representado en el mila­
gro de la distancia que estamos en condiciones de experimentar en el
lenguaje: la posibilidad de dejar algo incierto, sin decidir ( e t w a s
d a h i n g e s t e l l t s e i n z u l a s s e n ) . Si se me permite decirlo dentro de los lí­
mites modestos en los que debo sentirme corresponsable, la herme­
néutica es la elaboración de este poder ( K o n n e n s ) tan maravilloso
como peligroso. Poder dejar una cosa incierta, sopesarla y reconside­
rarla una y otra vez en sus posibilidades no es simplemente una más
de las dotes naturales útiles de un ser vivo. Aristóteles continúa afir­
mando: pues precisamente gracias a esta capacidad del l o g o s el hom­
bre discierne lo beneficioso de lo perjudicial. Esto significa que es ca­
paz de entender cómo algo que de momento quizá no resulta
atractivo, sea, sin embargo, prometedor para lo venidero. Posee, por
consiguiente, la particular libertad de proyectar objetivos lejanos y de
buscar los medios justos que contribuyen a la consecución del fin.
Proyectar una cosa con vistas al futuro es una capacidad maravillosa,
102 H A N S -G E O R G G A D A M E R

p e r o p e lig r o s a , c o m p a r a d a c o n la s a b id u r ía y e l c a r á c t e r f ir m e m e n t e
d e te r m in a d o d e la s fu e rz a s n a t u r a le s . E l h o m b r e t ie n e e l s e n t id o d e l
t ie m p o . A é l e s tá lig a d o ( c o m o d a a e n te n d e r A r is t ó t e le s , s e g ú n u n a
ló g ic a in t e r n a ) e l s e n t id o d e la ju s tic ia y la in ju s tic ia . P a r t e d e e s t e a r ­
g u m e n t o lo c o n s t a t a m o s d e c o n t in u o , h a b id a c u e n t a d e la d u d o s a l i ­
b e r t a d d e l p o d e r y q u e r e r c o m p r e n d e r . S i e m p r e s e c h o c a c o n la s r e a ­
lid a d e s y s o b r e t o d o c o n la r e a lid a d d e l p r ó jim o . E l « d e r e c h o » e s , e n
e l f o n d o , e l g r a n o r d e n a m ie n t o c r e a d o p o r lo s h o m b r e s q u e n o s p o n e
l ím it e s , p e r o t a m b ié n n o s p e r m i t e s u p e r a r la d is c o r d ia y , c u a n d o n o
n o s e n te n d e m o s , n o s m a lin te r p r e t a m o s o i n c l u s o m a lt r a t a m o s , n o s
p e r m i t e r e o r d e n a r t o d o d e n u e v o e in s e r t a r lo e n u n a r e a lid a d c o m ú n .
N o s o t r o s n o « h a c e m o s » t o d o e s t o , s in o q u e t o d o e s t o n o s s u c e d e .
L u e g o , t a l c o m o h a e v id e n c ia d o r a z o n a b le m e n te la m ir a d a c e r te r a y
s o b r ia d e l h is to r ia d o r , e s e x a c t o q u e n u n c a s e r e m o s d u e ñ o s d e la h is to ­
ria . C o n o c e m o s s ó lo h is to r ia s y , p a ra h a c e r p o s ib le s la s h is to ria s , s ie m ­
p r e a c a b a m o s a d e n tr á n d o n o s e n to d a s la s c o n tr a p o s ic io n e s fu n d a m e n ­
ta le s , in e x o r a b le m e n te se v e ra s, ilu stra d a s p o r e l h is to ria d o r: s o n las
c o n tr a p o s ic io n e s d e « a m ig o » y « e n e m ig o » , d e « s e c r e t o » y « p ú b l i c o » y
la s o tr a s c a te g o ría s fu n d a m e n ta le s , cu y a p o la r id a d e s p r o p ia d e c a d a
« h is to r ia » . A m b a s c o s a s e s t á n u n id a s y c o n s titu y e n la n o t a d is tin tiv a d e l
h o m b r e : la p o s e s ió n d e l le n g u a je y d e la h is to r ia . E s , p o r t a n t o , p e r f e c ­
ta m e n te le g ítim o p o r p a rte d e u n h is to r ia d o r le e r S e r y t i e m p o d e sd e e l
p u n t o d e v ista d e su c o n t e n id o e n u n c ia tiv o a n t r o p o ló g ic o y d e s p le g a r
la s c a te g o r ía s d e la h is to r ic id a d ta l c o m o lo h a h e c h o a q u í K o s e lle c k . N o
o b s t a n t e , re s ta n a ú n e n e s e c a s o c a te g o r ía s , c o n c e p t o s fu n d a m e n ta le s d e
u n m u n d o o b je tiv o y d e su c o n o c im ie n t o . M e p a r e c e q u e s o n b á s ic a ­
m e n t e d ife re n te s d e lo s c o n c e p t o s h e id e g g e r ia n o s , q u e p r e t e n d e n e la ­
b o r a r la h is to r ic id a d d e l D a s e i n y n o la s e s tr u c tu r a s fu n d a m e n ta le s d e la
h is to r ia y d e su c o n o c im ie n to . C ie r ta m e n te , ta m b ié n la a n a lític a d e l D a ­
s e i n p r o p u e s ta p o r H e id e g g e r p u e d e a su v ez ser c o m p r e n d id a p o r e l
h is to r ia d o r , d e sd e e l d is ta n c ia m ie n to h is tó r ic o (in g e s c h i c h t li c h e m A b s -
t a n d f;, c o m o u n f e n ó m e n o h is tó r ic o o a l m e n o s c o m o u n f e n ó m e n o d e la
h is to r ia c o n te m p o r á n e a . L a h is to r ia e s u n « u n iv e r s a l» ( U n iv e r s a le ) . L a
H is tó r ic a d e K o s e l l e c k o f r e c e u n a d o c t r in a d e l a s c a te g o ría s d e e s te u n i­
v e r s o q u e a rtic u la u n e n o r m e c a m p o d e o b je to s d e l c o n o c im ie n t o h u ­
H IS T Ó R IC A Y L E N G U A JE : U N A R E S P U E S T A 103

m a n o ; p e r o e s ta d o c t r in a d e la s c a te g o r ía s n o q u ie r e d a r u n a le g itim a ­
c ió n d e l in te r é s e n e l m u n d o o b je tiv o d e la h is to ria y d e la s h isto ria s. Y ,
s i n e m b a r g o , e n t o d o c o n o c im ie n t o h is tó r ic o a n id a u n « c o m p r e n d e r » .
L a « H i s t ó r i c a » d e D r o y s e n l o d e c la r a r e s u e lt a m e n te y p o r e s o e s
u n a « h e r m e n é u t i c a » . E s t o n o s ig n ific a q u e D r o y s e n p ie n s e s ó lo e n e l
le n g u a je y e n lo s t e s t im o n i o s lin g ü ís t i c o s c u a n d o d e fin e la ta r e a d e l
h is to r ia d o r c o m o « c o m p r e n d e r in v e s t ig a n d o » ( fo r s c h e n d v erste-
h e n ) .2324 S c h le ie r m a c h e r , t e ó lo g o y e x é g e t a , c o n c e b ía así la ta re a d e la
h e r m e n é u t ic a , y D i l t h e y d e s ig n a b a e x p l íc it a m e n t e c o m o su o b je t o la s
« e x p r e s i o n e s d e la v id a c o n s e r v a d a s p o r e s c r i t o » . C o n s id e r a n d o la
h e r m e n é u tic a e n ta l s e n t id o , t a m b ié n la H i s t ó r i c a a b a r c a 2 4 s e g u r a ­
m e n t e t o d o n u e s t r o h a c e r l in g ü ís t i c o e n la m e d id a e n q u e , e n e n u n ­
c ia d o s f o r m u la d o s lin g ü ís t ic a m e n t e , s a b e r e p r e s e n t a r r e f e r e n c ia s
t e m p o r a le s y a m b ie n t a le s , p o r e je m p lo al a t e n d e r a la s t r a n s fo r m a ­
c io n e s q u e e x p e r im e n t a e n e l t ie m p o e l u s o d e l le n g u a je y e n p a r t i c u ­
la r la c o n c e p t u a lid a d d e u n a é p o c a ( B e g r i f f l i c h k e i t e i n e r Z e i t ). L a
h e r m e n é u t ic a f ilo s ó f ic a n o c o h o n e s t a , s in e m b a r g o , e s ta t r a d ic ió n d e
la h e r m e n é u t ic a , sin o q u e b u s c a su f u n d a m e n t o e n e l m u n d o d e la
v id a . N o h a d o ta d o s im p le m e n te d e u n a m a y o r a m p lit u d y u n iv e r s a ­
lid a d a la ta r e a d e l c o m p r e n d e r q u e e l in v e s tig a d o r d e la h is to r ia p e r ­
s ig u e a b u e n s e g u r o ju n t o a o t r a s ta r e a s q u e l e s o n p r o p ia s , si, c o m o
H e id e g g e r , sig u e u n a « h e r m e n é u t ic a d e la f a c t i c i d a d » , d e la a u to in -
t e r p r e t a c i ó n d e l D a s e i n y , p o r e s o , e m p la z a e n e l c e n t r o la lin g ü is t ic i-
d ad . N o a b a r c a ú n ic a m e n t e t o d o s lo s g é n e r o s d e t e x t o s , p o r e je m p lo

23. J. G. Droysen. «Historik», en: Historisch-kritische A usgabe, edición a cargo de


Peter Leyh, Frommann-Holzboog, Stuttgart-Bad Cannstatt, 1977, vol. I, pág. 22. Droy­
sen empleó el rótulo Historzk (Histórica) para los cursos sobre metodología y teoría de
la historia que impartió entre 1852 y 1857. Hay sendas ediciones, aunque incompletas,
de estas lecciones, en castellano (Histórica. Lecciones sobre la Enciclopedia y m etodología
d e la historia, Editorial Alfa, Barcelona, 1983, pág. 35) y en catalán (H istórica. S obre en­
ciclopedia i m etodología d e la historia, Edicions 62, Barcelona, 1986, pág. 49). (N. d e l t.)
24. Para evitar confusiones entre las traducciones de los verbos umfassen y verste-
hen y sus participios presentes (um fassend y verstehend), allí donde sea posible el ma­
lentendido, hemos vertido los primeros com o abarcar y com prender, y los segundos
como com prehensivo/a y com prensivo/a, respectivamente. (N. d e l t.)
104 H A N S -G E O R G G A D A M E R

lo s ju r í d i c o s y r e lig io s o s y , p o r c o n s ig u ie n te , t a m b ié n e l t e x t o d e u n a
H i s t ó r i c a e n c u a n t o é s ta s e f o r m u la lin g ü ís t ic a m e n t e . L a lin g ü is t ic i-
d a d q u e la h e r m e n e ú t ic a e m p la z a e n e l c e n t r o n o e s s ó lo la d e lo s t e x ­
t o s ; p o r ta l e n t ie n d e ig u a lm e n t e la c o n d ic i ó n d e l s e r f u n d a m e n t a l d e
t o d o a c t u a r y c r e a r h u m a n o s c o m o A r i s t ó t e l e s h a r e c la m a d o e n é r g i ­
c a m e n t e d e s t a c a n d o e l c o n c e p t o d e £épov / .y o v £% o v [ a n i m a l ra cio -
n a !J p a r a d is tin g u ir lo d e t o d o s lo s o t r o s s e r e s v iv o s . L a s c a t e g o r ía s
h is t ó r ic a s d e a m ig o y e n e m ig o , p a d r e s e h ijo s , la s u c e s ió n d e g e n e r a ­
c io n e s , a n t e s o d e s p u é s , la s t e n s io n e s e n t r e a r r ib a y a b a jo , a s í c o m o
la s t e n s io n e s e n t r e d e n t r o y fu e r a o e n t r e s e c r e t o y p ú b lic o , s e p u e ­
d e n h a l l a r e n c i e r t a m e d id a t a m b ié n e n la s s o c i e d a d e s a n im a le s . L a
e t o l o g ía p u e d e e n s e ñ a r n o s m u c h o s o b r e e l h o m b r e , p u e s t o q u e la s
s o c ie d a d e s a n im a le s s o n m u y s im ila r e s y , sin e m b a r g o , m u y d iv e r s a s .
P e r o p r e c is a m e n t e e s t e s e r o t r o , e s ta a lte r id a d (A n d e r s - S e i n ) d e lo s e ­
m e ja n t e e s l o i m p o r t a n t e . L a l u c h a e n t r e a r r ib a y a b a jo , e n t r e s u p r e ­
m a c ía y s u m is ió n , m u e s t r a e n lo s h o m b r e s e s t r u c t u r a s d iv e r s a s y p r o ­
p ia s . L o q u e s e a n u n c ia d e ta l m o d o e n la lin g ü i s t i c i d a d d e l h o m b r e
y h a c e h u m a n a s e s ta s f o r m a s n o e s n in g ú n d o n s u p le m e n t a r io q u e
p u e d e t a m b ié n d e s a p a r e c e r . E s m á s b i e n u n a r e l a c i ó n f u n d a m e n t a l­
m e n t e d if e r e n t e c o n e l t ie m p o y e l f u t u r o , y c o n la m u e r t e . L a g u e r r a
p a r e c e , p o r c o n s ig u ie n te , u n a in v e n c ió n e s p e c íf ic a m e n te h u m a n a , al
ig u a l q u e e l s u ic id io y la s fo r m a s d e d if e r e n c i a c i ó n e n tr e lo p ú b lic o y
lo s e c r e to . P e r o s o b r e t o d o s o n h is to r ia s , d e c u a lq u ie r t ip o , s ie m p r e
n a r r a d a s , n a r r a b le s . L o q u e c a r a c te r iz a a to d a s n u e s tr a s h is to r ia s y la s
c o n v ie r t e e n t a le s e s e l h e c h o d e q u e la s c o n t a m o s , y c o n t a m o s e s ta s
in n u m e r a b le s h i s t o r i a s u n a y o t r a v e z . H a y c i e r t a m e n t e u n a d if e r e n ­
c ia e n t r e h i s t o r i a s q u e s e n a r r a n c o m o n a r r a d o r y q u e s o n v e r d a d e r a s
sin s e r v e r d a d e r a s , y la s h is to r ia s t r a n s m it id a s p o r m e d io d e u n a r e ­
p r e s e n t a c ió n h i s t o r i o g r á f i c a ( h i s t o r i o g r a p h i s c h e D a r s t e l l u n g ) y r e ­
c o n s t r u id a s c o n a y u d a d e la i n v e s t ig a c ió n c r í t i c a , a p a r t ir d e la s c u a ­
le s « la h i s t o r i a » s i e m p r e s e r e c o m p o n e y r e e s c r i b e d e n u e v o . E l t e x t o
d e la h is to r ia n o e s tá n u n c a c o n c l u i d o p o r c o m p l e t o , n i e s tá n u n c a f i ­
ja d o d e fin it iv a m e n te p o r e s c r i t o . H a b l a r h o y d e e s c r i t o d e fin itiv o
s u e n a a u n a p r o t e s t a im p o t e n t e d e l e s p ír itu lin g ü ís tic o c o n t r a e l f lu jo
s ie m p r e c a m b ia n t e d e l n a r r a r . E n t ie n d o p e r f e c t a m e n t e p o r q u é e n la
H IS T Ó R IC A Y L E N G U A JE : U N A R E S P U E S T A 105

é p o c a d e la c ie n c ia m o d e r n a la h i s t o r i a ( H i s t o r i e ) s e c o n s id e r a a sí
m is m a m á s f ilo s ó f ic a q u e la p o e s ía — e n A r i s t ó t e l e s 25 n o q u i e r e d e c ir
s in o q u e c o n t ie n e m á s c o n o c im i e n t o , q u e e s m á s c i e n t íf i c a — . E ll a
[ H i s t o r i e ] s e e x p o n e e n t e r a m e n t e a l e n ig m a d e la c o n t in g e n c ia y se
d e s v a n e c e e n é l. L a f a c t i c i d a d d e l f a c t u m c o n s t a t a d o p o r e l h i s t o r i a ­
d o r n u n c a p o d r ía c o m p e t i r e n im p o r t a n c ia c o n la f a c t i c i d a d q u e c a d a
u n o d e n o s o t r o s — e n e l m o m e n t o e n q u e r e a liz a la c o n s t a t a c i ó n o
t o m a n o t a d e ta l f a c t u m — c o n o c e c o m o la su y a y q u e t o d o s n o s o tr o s
ju n t o s c o n o c e m o s c o m o la n u e s tr a .
C ie r t a m e n t e e l h is to r ia d o r n o c u e n t a s ó lo h is to r ia s . É s t a s d e b e n
h a b e r a c a e c id o c o m o la s c u e n t a . P e r o e n t o n c e s e s p r e c is o p l a n t e a r ­
n o s la s c u e s t io n e s s ig u ie n te s : ¿ q u é n o s im p o r t a n to d a s e s a s h is to r ia s
su y a s? ¿ P o r q u é t a n t o e s f u e r z o p o r p r e s e r v a r e in v e s tig a r ? C i e r t a ­
m e n t e n o p a r a e n c u m b r a r s e a l d o m in io d e la s u e r t e d e l h o m b r e , d e
m o d o a n á lo g o a c o m o e l e s t u d io d e la n a tu r a le z a p o s ib ilit a u n d o m i­
n i o d e lo s f e n ó m e n o s n a t u r a le s o s e e n c a m in a a su u t iliz a c ió n p a r a f i­
n e s h u m a n o s . N i t a m p o c o p a r a a p r e n d e r d e la h is to r ia a s e r m á s i n ­
t e lig e n te s ( k l ü g e r ) . J a c o b B u r k h a r d t t e n ía r a z ó n : la h is t o r ia y e l
c o n o c im i e n t o h i s t ó r i c o n o p u e d e n a y u d a r n o s a s e r m á s in te lig e n te s ,
s in o a s e r s a b io s ( w e i s e ) p a r a s ie m p r e . ¿ P o r q u é n o s e n c a d e n a n la s
h is to r ia s ? E x i s t e s ó lo la r e s p u e s ta « h e r m e n é u t i c a » a e s ta p r e g u n t a :
p o r q u e n o s r e c o n o c e m o s e n lo o t r o , e n l o o t r o d e lo s h o m b r e s , e n lo
o t r o d e l a c o n t e c e r . E s t o v a le t a m b ié n p a r a lo s p a r e s d e c a te g o r ía s q u e
K o s e l l e c k h a m o s t r a d o ta n c o n v in c e n t e m e n t e .
E l r e c o n o c i m i e n t o p r e s u p o n e la d is ta n c ia , p e r o s im u lt á n e a m e n ­
t e la a n u la . E l r e c o n o c i m i e n t o q u e p u e d e s e r a f ir m a d o y d e s c r it o c o n
to d a s e s ta s c a t e g o r ía s h is tó r ic a s n o s e a g o ta , sin e m b a r g o , e n la c la s i­

25. La correcta interpretación de la tesis aristotélica la encontramos en este cono­


cido pasaje de la Poética: « Y también resulta claro por lo expuesto que no corresponde
al poeta decir lo que ha sucedido, sino lo que podría suceder, esto es, lo posible según
la verosimilitud o la necesidad. En efecto, el historiador y el poeta no se diferencian por
decir las cosas en verso o en prosa [ . la diferencia está en que uno dice lo que ha su­
cedido, y el otro, lo que podría suceder. Por eso también la poesía es más filosófica y ele­
vada que la historia; pues la poesía dice más bien lo universal, y la historia lo particular»
(1451 a 36-1451 b 5) (edic. cast.: Gredos, Madrid, 1974). (N. delt.)
106 H A N S -G E O R G G A D A M E R

f i c a c i ó n s a t is f e c h a d e a c o n t e c i m i e n t o s d e o t r o s t ie m p o s y d e m u n d o s
d e s c o n o c id o s . E s r e c o n o c i m i e n t o d e n o s o t r o s m is m o s y , p o r t a n t o ,
s e a d e n t r a c o n s t a n t e m e n t e e n la c o r r i e n t e d e p r o b l e m a s q u e s e n o s
im p o n e c o m o h o m b r e s . S e t r a t a d e la v ie ja c u e s t ió n s o c r á t ic a d e l
b i e n . E s t o d e b e r í a r e c o r d a r n o s la c a r a c t e r iz a c ió n a r is t o t é lic a d e l l e n ­
g u a je .26 N o p o r q u e t o d o se a le n g u a je . E l le n g u a je n o h a b la d e s í , s in o
d e lo q u e e s o p r e s u m ib le m e n t e e s (v e r m e i n t l i c h i s t ) . P e r o p u e s t o q u e
e l le n g u a je s e o r ie n t a h a c ia l o a b ie r to , h a c ia e l t o d o y la a m p lit u d d e l
t ie m p o y d e l f u t u r o , d e la l i b r e e l e c c i ó n y d e l p r o b l e m a a b ie r to , s e d e ­
lin e a e l v a s to h o r i z o n t e d e l « a h í » d e m u n d o s h u m a n o s . P o r e s o e s c u ­
c h a m o s a q u ie n n a r r a h is to r ia s . A u n q u e n o e s c u c h a m o s s im p le m e n te
h is to r ia s , s in o q u e p r e g u n t a m o s p o r su v e r d a d h is tó r ic a , r e s ta e l i n t e ­
r é s p o r e l r e c o n o c i m i e n t o d e l o q u e e s h u m a n a m e n t e p o s ib le y d e lo
q u e e f e c t iv a m e n te h a a c a e c id o . E l m u n d o a n t ig u o d io y a e n e l b l a n c o
a l n o e q u ip a r a r la h is to r io g r a f ía ( H i s t o r i o g r a p h i e ) , i n c l u y e n d o t a m ­
b i é n la d e u n m a e s t r o d e la c r í t i c a c o m o T u c í d i d e s , c o n lo s m a t h é m a -
t a d e lo s « m a t e m á t ic o s » , s in o c o n la p o e s ía d e lo s p o e ta s , s i b i e n e lla
n o a lc a n z a la p o te n c ia d e r e c o n o c im ie n t o d e e sta ú ltim a . T a m b i é n
n o s o t r o s , c o n n u e s tr a s h is to r ia s — c o m o c o n c a d a u n a d e n u e s t r a s d e ­
c is io n e s d e la v id a p r á c tic a — c o la b o r a m o s e n la c o n s t r u c c ió n d e u n a
c o m u n id a d b a s a d a e n lo q u e t ie n e s e n tid o p a ra n o s o t r o s , e n a q u e llo
q u e n o s p a r e c e l o b u e n o , lo m e jo r , l o ju s t o . C o n e s ta s g ra n d e s y b e ­
lla s p a la b r a s m e s ie n to c a s i h e r e d e r o d e su le g a d o , a p e n a s h o y c o n ­
s e r v a d o , y , s in e m b a r g o , e n t i e n d o q u e t o d o s d e b e r ía m o s , p le n a m e n ­
t e c o n s c ie n t e s d e l p r o g r e s iv o a g r a v a m ie n t o d e la s t e n s io n e s , d e l
d e s o r d e n c r e c ie n t e , d e l o b r a r m a l y d e l o b r a r e r r ó n e o , d ir ig ir n u e s tr a
m ir a d a c o m p r e n s iv a (v e r s t e h e n d e n ) h a c ia l o q u e t o d o s t e n e m o s e n
c o m ú n y r e c o n o c e m o s e n e l o t r o m e jo r q u e e n n o s o t r o s m is m o s .
N u n c a d e b e r ía m o s r e n u n c ia r a i n s e r t a r la s d u r a s r e a lid a d e s d e la h i s ­
t o r i a , s ie m p r e y d e n u e v o , e n n u e s t r a s p o s ib ilid a d e s h u m a n a s .

26. Esta caracterización queda ilustrada en De interpretatione (sobretodo, págs. 16


a 3-8) y en Metafísica, págs. 1003 b 5 y sigs. Véase su lectura gadameriana en Verdad y
m étod o, págs. 517 y sigs. Quiero agradecer a mis colegas J . García Roca y Juan de Dios
Bares su inestimable ayuda en la localización de los textos de filosofía antigua. (N. d e l t .)
H ans-G eorg G adamer

L A D IV E R S ID A D D E LA S L EN G U A S
Y L A C O M P R E N S IÓ N D E L M U N D O
L A D IV E R S ID A D D E L A S L E N G U A S
Y L A C O M P R E N S IÓ N D E L M U N D O 1

U n a c o n fe r e n c ia e n e l S tu d iu m g e n e r ó le
(1 9 9 0 )

[ L a d iv e rsid a d d e la s le n g u a s y la c o m p r e n s ió n d e l m u n d o ] e s u n
te m a d e la m á x im a a c tu a lid a d . E n e l fo n d o , se tra ta d el te m a p o lític o p o r
e x c e l e n c i a p o r e l q u e d e b e r e m o s r e s p o n d e r a n te la h is to r ia d e la h u m a ­
n id a d , p u e s la tre m e n d a y c r e c ie n t e d is ta n c ia e n tr e e l p o s e e d o r d e la s a r­
m a s y e l d e s a rm a d o n o s h a lle v a d o a v iv ir e n u n m u n d o e n e l q u e e l te ­
m o r m u tu o a c o n tie n d a s b é lic a s lo d o m in a to d o . E s u n s e n tim ie n to d e
te m o r ju s tific a d o , e n a b s o lu to c a u s a d o s ó lo p o r la p e c u lia r id a d d e la
e n e rg ía a tó m ic a , c o m o a v e ce s se p ie n sa . E l p r o g r e s o e n la lo g ística y e n
la té c n ic a d e l u s o d e la s a rm a s e s ta n in v e ro sím il q u e s ó lo se p u e d e a fir­
m a r: tod a te n ta tiv a in c o n tr o la d a d e la h u m a n id a d d e m e d ir sus fu e rz a s
c o n s ig o m is m a e q u iv a le a u n in te n to d e s u ic id o c o r o n a d o p o r e l é x ito .
E l h o m b r e e s u n s e r v iv o d o ta d o d e u n a g r a n c a p a c id a d d e in ­
v e n c ió n , y h a in v e n ta d o la g u e rra . A p a r te d e l h o m b r e , n o c o n o c e m o s
e n la n a t u r a le z a n in g ú n o t r o c a s o d e s e r e s a lt a m e n t e o r g a n iz a d o s e n
q u e h a y a g u e r ra d e n t r o d e la m is m a e s p e c ie . C o n o c e m o s e n c a m b io
lo s c o n s a b id o s r ito s d e su m is ió n , c o n lo s q u e s e d a n p o r te r m in a d a s

1. Conferencia pronunciada dentro del programa de actividades del Studium ge­


n érale en el semestre de verano de 1990 en la Universidad de Heidelberg. Fue publi­
cada por primera vez en Sprache. Vortrage im Som m ersem ester 1990, edición a cargo de
la Ruprecht-Karls-Universitat Heidelberg, Heidelberger Verlagsanstalt, Heidelberg,
1991, págs. 165-175; y posteriormente en Hans-Georg Gadamer, G esam m elte W erke,
J. C. B. Mohr (Paul Siebeck), Tubinga, 1993, vol. 8, A sthetik und Poetzk, « l. Kunst als
Aussage», págs. 339-349. (N. d el t.)
110 H A N S -G E O R G G A D A M E R

la s lu c h a s p o r la s u p r e m a c ía je r á r q u i c a e n t r e a n im a le s d e u n g r u p o , y
e llo n o s lle v a a la c u e s t ió n q u e h a c e d e n u e s t r o t e m a u n a s u n to e s p e ­
c ia lm e n t e u r g e n t e : ¿ c ó m o s e p o d r á s a lv a r a la h u m a n id a d d e s í m is ­
m a y d e s a r r o lla r e l e s p ír itu c o m u n ita r io , la s o lid a r id a d n e c e s a r ia p a r a
la v o lu n t a d d e v iv ir y d e s o b r e v iv ir ?
P u e s t o q u e y a n o c a b e p r e s u p o n e r sin m á s u n b u e n c o n o c im i e n ­
t o d e la B ib lia , m e p e r m it o c it a r , a g u isa d e i n t r o d u c c i ó n , u n t e x t o d e l
A n t ig u o T e s t a m e n t o . E s e l c é l e b r e r e l a t o d e la t o r r e d e B a b e l . A l lí
s e c u e n t a q u e u n p u e b lo , q u e s e h a b ía e s t a b le c id o e n la r e g ió n d e la
M e s o p o ta m ia a s iá tic a , d e c id ió c o n s t r u ir u n a g r a n t o r r e q u e lle g a s e
h a s ta e l c ie lo . Y a h í s e d ic e :

« Y h a g á m o n o s u n n o m b r e , p o r si n o s d e s p e r d ig a m o s p o r t o d a la
fa z d e la t ie r r a » . B a jó Y a h v e h a v e r la c iu d a d y la t o r r e q u e h a b ía n e d i­
f ic a d o lo s h ijo s d e lo s h o m b r e s , y d ijo Y a h v e h : « H e a q u í q u e t o d o s so n
u n s o lo p u e b lo c o n u n m is m o le n g u a je , y é s t e es e l c o m ie n z o d e su
o b r a . A h o r a n a d a d e c u a n t o se p r o p o n g a n le s s e r á im p o s ib le . E a , p u e s ,
b a je m o s , y u n a v e z a l c o n f u n d a m o s su le n g u a je , d e m o d o q u e c a d a
c u a l n o e n tie n d a e l d e su p r ó jim o » . Y d e s d e a q u e l p u n t o lo s d e s p e r d i­
g ó Y a h v e h p o r t o d a la fa z d e la tie r r a , y d e ja r o n d e e d if ic a r la c iu d a d .2

E n la c o y u n t u r a a c t u a l, n o s e p u e d e l e e r u n t e x t o a sí ú n ic a m e n t e
e n e l c o n t e x t o r e lig io s o d e l A n t ig u o T e s t a m e n t o . E s m e n e s te r r e f le ­
x io n a r , a u n s in q u e r e r lo , a c e r c a d e q u e , e v id e n t e m e n te , l o im p o r t a n t e
d e v e r d a d a q u í e s la u n id a d y s o lid a r id a d d e u n le n g u a je c o m ú n ,
q u e e n c a r n a e n e r g ía s i n d o m a b l e s d e la v o lu n t a d y u n a c o n f ia n z a s in
l ím it e s e n la p r o p i a v o c a c ió n p a r a la d o m in a c ió n ( H e r r s c h a f t ) . S i p a r ­
t im o s d e e s t e t e x t o d e l A n t ig u o T e s t a m e n t o , n o p o d r e m o s d e ja r d e
p re g u n ta rn o s p o r e l c a riz q u e p re se n ta e n to n c e s n u e s tr o m u n d o , en e l
q u e lo s h o m b r e s n o tie n e n n i, s e g ú n c r e o , t e n d r á n n u n c a a c ie n c ia
c ie r t a la u n id a d d e u n le n g u a je . P e r o ¿ s o m o s in m u n e s a la t e n t a c ió n
d e u s a r n u e s tr a s f u e r z a s t e m e r a r ia m e n t e ? S e a c o m o f u e r e , é s ta e s la r a ­
z ó n d e q u e e l r e la t o d e la t o r r e d e B a b e l n o s t u r b e ta n to .
M i t a r e a c o m o f iló s o f o e s c l a r i f ic a r lo s c o n c e p t o s c o n lo s q u e a q u í

2. Génesis 11,4-8. (N. d elt.)


LA D IV E R S ID A D D E LAS LE N G U A S 111

tr a b a ja m o s . A e s t e r e s p e c t o c a b e p la n t e a r s e v a r ia s p re g u n ta s : ¿ Q u é
e s e l l e n g u a j e ? ¿ Q u é e s e l m u n d o ? Y ¿ q u é s ig n if ic a a q u í m ú l t i p l e ( V e ­
le s ) y q u é es u n o ( e i n e s ) ? L a t o r r e d e B a b e l r e p it e , e n u n a f o r m a i n ­
v e r tid a , e l p r o b l e m a d e la u n id a d y la p lu r a lid a d ( V i e l h e i t ) . A h í la
u n id a d r e p r e s e n t a e l p e lig r o y la p lu r a lid a d su c o n ju r a c i ó n . E l r e l a ­
t o a p a r e c e c o m p le t a m e n t e a is la d o e n e l c o n t e x t o n a r r a t iv o d e l p r i ­
m e r l ib r o d e M o is é s , y s e g u r a m e n t e e s p a r t e d e l m a te r ia l m á s a n tig u o .
L o s e s tu d io s o s d e l A n t ig u o T e s t a m e n t o s a b r á n d e d ó n d e p r o c e d e ,
p e r o , e n c u a lq u ie r c a s o , p o s e e u n t r a s f o n d o ta n e x p r e s iv o q u e a p e n a s
s e p u e d e e l u d ir la a c tu a liz a c ió n d e l r e la t o .
P o r c o n s ig u ie n te , p l a n t e o ta le s p r e g u n t a s c o n t o t a l i n d e p e n d e n ­
c ia d e e s t e r e l a t o y n o c o n e l p r o p ó s i t o d e in t e r p r e ta r lo . Q u i e r o d e c ir
c o n e l l o q u e e s lo b a s t a n t e c o n m o v e d o r c o m o p a r a q u e c a d a c u a l
p u e d a e s c u c h a r lo c o n o íd o s d e h o y . S i t o m a m o s e s t e r e l a t o c o m o
p u n t o d e p a rtid a , e n t o n c e s , c o n m ir a s a la d iv e r s id a d d e la s le n g u a s
e n t r e lo s h o m b r e s , d e b e r ía m o s p r e g u n t a m o s : ¿ q u é a s p e c t o t ie n e la
t o r r e d e B a b e l, o l o q u e s e le p a r e z c a , e n n u e s t r o m u n d o ?
L a h is to r ia d e O c c i d e n t e h a d a d o c o n s u fic ie n te c la rid a d u n a r e s ­
p u e s ta a e s t e r e la to . L a r e s p u e s ta s e h a lla e n e l c a m in o e s p e c ia l d e la
h u m a n id a d se g u id o e n O c c i d e n t e c o n e l s u r g im ie n to d e la c i e n c ia — la
c ie n c ia y lo q u e h o y ju s ta m e n te d e n o m in a m o s « la c ie n c ia » , es d e c ir ,
p r e fe r e n te m e n te la s c ie n c ia s d e la n a tu ra le z a — . L a « c ie n c ia » , p o r su e rte
o p o r d e s g ra c ia , n o e stá c o n d ic io n a d a p o r su d e p e n d e n c ia lin g ü ís tic a ;
q u iz á lo e s tá d e o t r a m a n e r a , p e r o n o c o m o c ie n c ia . P r e c is a m e n t e e l g i­
g a n te s c o p a s o d a d o p o r la h u m a n id a d ya c o n e l s u r g im ie n to d e l p e n s a ­
m ie n to g r ie g o c o n s is te e n q u e h a le g itim a d o , p o r a sí d e c ir lo , e l lo g o s , la
ló g ic a y, p o r ta n to , la s c o n s e c u e n c ia s n e c e s a r ia s d e l p e n s a m ie n to e n su
a b s tr a c c ió n sin m ir a m ie n to s . ¿ N o e s la m a te m á tic a e l le n g u a je u n ita r io
d e la é p o c a m o d e r n a ? É s t e e s e l o r ig e n d e la s itu a c ió n d e la h is to ria
u n iv e rsa l e n q u e s e e n c u e n tr a h o y e n d ía la h u m a n id a d , ta l c o m o s e f o r ­
m u la b a e n e l t e x t o c ita d o . P a r e c e c o m o si a h o ra f u e r a p o s ib le lle v a r a
c a b o t o d o c u a n to u n o p u e d a p r o p o n e r s e . E s t o s e lo d e b e m o s a la c a ­
p a c id a d d e a b s tr a c c ió n d e l h o m b r e y a su m a te m á tic a , e n la q u e s e f u n ­
d a e l d o m in io ( B e h e r r s c h u n g ) d e la s fu e r z a s n a tu ra le s y q u e in d ir e c t a ­
m e n t e c o m p r e n d e t a m b ié n n u e s tr a s fu e rz a s s o c ia le s .
112 H A N S -G E O R G G A D A M E R

S i p a r tim o s d e e s ta r e f le x ió n , q u e d a p e r fe c t a m e n t e c la r o lo q u e
s ig n ific a n p a r a n u e s t r a n a tu r a le z a h u m a n a la s le n g u a s q u e h a b la m o s .
E s t o s e o b s e r v a ya a l p r i n c i p io e n e l m o d o e n q u e lo s g r ie g o s , c o m o
to d a c u lt u r a v iv a , c o n s id e r a n su le n g u a c o m o la le n g u a « c o r r e c t a » p o r
n a tu r a le z a . L o m is m o v a le e n e l f o n d o p a r a t o d a c o m u n id a d lin g ü ís t i­
ca . E n a lg ú n lu g a r , s ie m p r e e n r a z ó n d e la im p r o n ta d e ja d a e n n u e s tr a
c o m p r e n s ió n d e l m u n d o p o r n u e s t r a le n g u a m a te r n a , se h a t e n id o e l
e x t r a ñ o s e n t im ie n t o d e q u e « c a b a ll o » s e d ic e « h o r s e » e n o t r a le n g u a .
S in e m b a r g o , e s o n o d e b e r í a s e r a s í c o n p r o p ie d a d . D e lo q u e a q u í se
t r a ta e s d e c ó m o e l i m p o n e n t e e s f u e r z o d e a b s t r a c c i ó n r e a liz a d o p o r la
h u m a n id a d m e d ia n t e su s le n g u a s e n c ie r r a u n c o m p le t o o lv id o d e l l e n ­
g u a je . L o s g r ie g o s t e n ía n u n a ú n ic a p a la b r a p a r a t o d o s lo s q u e n o h a ­
b l a b a n g r ie g o : e r a n lo s b á r b a r o s , lo s b a r b a r o i . T o d o s c o n o c e m o s e s ta
p a la b r a , n o s ó lo p o r e l u s o h a b itu a l d e n u e s t r o e x t r a n je r i s m o « B a r ­
b a r » , s in o t a m b ié n p o r la t é c n i c a t e a tr a l. P a r a q u e s u r ja u n m u r m u llo
p o p u la r , t o d o e l m u n d o t ie n e q u e d e c ir « r u i b a r b o » 3 (así e r a a l m e n o s
a n te s ; q u iz á s h o y h a c e n e s t o la s m á q u in a s ). D e c ir « r u ib a r b o » e q u iv a ­
l e a d e c ir a lg o i n c o m p r e n s ib l e , a lg o q u e n o e s e n a b s o lu t o l e n g u a je .
D e s d e e s t e p u n t o d e p a r t i d a d e le n g u a je s h a b l a d o s q u e d a m u y
c l a r o c u á l e s e l d e s p e r t a r d e O c c i d e n t e a su g r a n v ia je , e l d e s p e r t a r a
la c ie n c ia , s o b r e e l q u e n o p u e d o e x t e n d e r m e a h o r a e n d e ta lle . S o n
d o s la s c u ltu r a s lin g ü ís tic a s m e d ia n t e la s c u a le s s e f o r m a r o n e l m u n ­
d o a n t i g u o y la h is to r ia d e la s c i e n c ia s y s o b r e c u y a b a s e la é p o c a m o ­
d e r n a s e h a i m b u i d o d e n u e v a s f u e r z a s : la l e n g u a g r ie g a y la le n g u a
la tin a . C o m o le n g u a s d e c u lt u r a ( K u l t u r s p r a c h e n ) e je r c i e r o n su h e g e ­
m o n ía s o b r e la to t a lid a d d e la a n tig u a o i k u m e n e , e l m u n d o h a b ita d o .
C o m o le n g u a e r u d it a , e l l a t í n h a d o m in a d o in c l u s o m u c h o m á s t ie m ­

3. R habarber y B arbar son términos emparentados etimológicamente. El primero


(del griego rhá, rheon y bárbaros) significa literalmente «raíz o planta extranjera». El
nombre de la planta parece estar vinculado al antiguo nombre del Volga (Rha), en cuya
desembocadura se cultivaba (Friedrich Kluge, Etymologisches Worterbuch d er deutschen
Sprache, Walter de Gruyter, Berlín/Nueva York, 1989, 22a edición, págs. 598-599.
Véase J . Corominas y J. A. Pascual, D iccionario crítico etim ológico castellano e hispáni­
co, vol. V, Gredos, Madrid, 1983, págs. 90-91). (N. d el t.)
LA D IV E R S ID A D D E LAS L E N G U A S 113

p o , h a s ta lo s a lb o r e s d e la é p o c a m o d e r n a . P o r l o g e n e r a l s e o lv id a
q u e la m is m a C r í t i c a d e l a r a z ó n p u r a d e K a n t e s im p líc it a m e n t e u n a
t r a d u c c ió n d e l la tín al a le m á n . V e r e m o s e l s ig n if ic a d o d e q u e e n la
é p o c a m o d e r n a h a y a q u e d e s a r r o l la r l e n g u a s n a c io n a l e s p r o p i a s
p a r a c o m u n ic a r a lg o a l p r ó jim o , y c ie r t a m e n t e t a m b ié n p a r a e n t e n ­
d e r s e u n o s a o tr o s . F u e u n p r o c e s o d e la h is to r ia u n iv e rs a l, e n e l c u a l
e l le n g u a je e r u d it o y e l e c le s iá s t ic o d e l M e d ie v o c o n d u je r o n f in a l­
m e n t e , t a m b ié n a tr a v é s d e la s t r a d u c c io n e s d e la B ib li a , a l d e s a r r o llo
d e la s le n g u a s n a c io n a le s . D e s d e e n to n c e s , s ó lo e n la c ie n c ia n a tu r a l
m a te m á t ic a y e n su s é x i t o s t é c n i c o s s e p u e d e e n c o n t r a r e l le n g u a je
ú n i c o , q u e q u iz á n o s e h a b la , p e r o q u e t o d o s d e b e n le e r .
P i n t o s ó lo u n c u a d r o a p r o x im a d o p a r a r e c o r d a r c ó m o s e h a l l e ­
g a d o a q u e h o y e l c a m in o m á s c o r t o e n t r e lo s in v e s tig a d o r e s d e la n a ­
t u r a le z a , s o b r e lo s q u e d e s c a n s a n u e s t r a p e r f e c c i ó n t é c n ic a , se a e n
m a y o r o m e n o r g r a d o e l c a m in o a la p iz a r r a e n la q u e e s c r ib e n s ím ­
b o l o s p a r a n o s o tr o s c a s i in in t e lig ib le s . E s t o t ie n e p o c o q u e v e r c o n e l
le n g u a je e n c u a n t o le n g u a m a te r n a d a d a y e s t r e c h a m e n t e lig a d a a n o ­
s o tr o s , c o m o t r a t é d e ilu s t r a r c o n e l e je m p lo d e la p a la b r a « c a b a llo » .
N u e s tr a s it u a c ió n m u n d ia l es, p o r c o n s ig u ie n te , é s ta : e l c o n ju n t o d e
fó r m u la s d o m in a n te s h a p o s ib ilit a d o u n a t é c n i c a y s im b o lo g ía m a t e ­
m á tic a s d e u n a g r a n d io s a p e r f e c c i ó n . E l l o q u i e r e d e c ir a l m is m o
t ie m p o q u e to d o s n e c e s ita r e m o s n u e s t r a r a z ó n p a r a e n c a u z a r e l i n ­
m e n s o p o t e n c i a l d e c o n o c im i e n t o s y c a p a c id a d e s a n u e s t r a d is p o s i­
c i ó n h a c ia a p lic a c io n e s r a c io n a le s . É s t e h a s id o e l p u n t o d e v ista e n
v ir t u d d e l c u a l h e c o n t a d o e l r e l a t o d e la t o r r e d e B a b e l .
D e h e c h o , y m e r c e d a l p r o g r e s iv o d o m in i o ( B e h e r r s c h u n g ) d e la
n a t u r a le z a y d e la s o c ie d a d g r a c ia s a la c ie n c ia m o d e r n a , la c o n e x ió n
e n tr e e l m u n d o y e l h o m b r e p a r e c e p o r l o p r o n t o u n in e q u ív o c o p r e ­
s u p u e s to p a r a n u e s t r a v id a , y t o d o s s a b e m o s q u e la c i e n c ia y la t é c n i ­
c a s o n u n a c o n d ic ió n in d is p e n s a b le p a r a n u e s t r a s u p e r v iv e n c ia , si es
q u e a c a s o s e c o n s ig u e a lim e n ta r a l n ú m e r o e x t r a o r d in a r ia m e n t e c r e ­
c i e n t e d e h o m b r e s s o b r e e s t e p la n e t a . P e r o e s t o n o s ig n if ic a q u e lo s
h o m b r e s , c o n a y u d a d e la c ie n c ia c o m o ta l, e s t é n e n s it u a c ió n d e r e ­
s o lv e r lo s p r o b le m a s q u e d e b e m o s a f r o n ta r : o r g a n iz a r la c o e x is t e n c ia
p a c íf ic a e n tr e lo s p u e b lo s y p r e s e r v a r l o s r e c u r s o s d e la n a tu r a le z a .
114 H A N S -G E O R G G A D A M E R

E s n o t o r i o q u e e l f u n d a m e n t o d e la c iv iliz a c ió n h u m a n a n o e s la
m a te m á t ic a , s i n o la c o n s t i t u c i ó n lin g ü ís tic a d e lo s h o m b r e s . S i n e m ­
b a r g o , e l g r a n e n ig m a d e l le n g u a je , lo p r o p i o d e l le n g u a je , e s q u e se
c u m p lim e n t a e n tr e e x t r e m o s . E l h o m b r e in s titu y e l o s n o m b r e s p a ra
t o d o , t a l c o m o s e d e c ía e n e l A n t i g u o T e s t a m e n t o , y a lo s o jo s d e e s ta
n a r r a c i ó n s e e m b a r c a — tr a s e l p e c a d o o r ig in a l— en u n a em p resa
c o n t r a r i a a D io s . ¿ Q u é o c u r r e e n r e a lid a d c o n e l le n g u a je ?
L a s te n t a t iv a s p a r a lo g r a r u n a le n g u a u n ita r ia , u n a A r s c o m b i n a ­
t o r i a , c o m o f u e d e s a r r o lla d a v e r b ig r a c ia p o r L e ib n i z y l o s m a te m á t i­
c o s d e la é p o c a , h a n a b i e r t o e l c a m in o a e n o r m e s p r o g r e s o s p a r a la
e v o lu c ió n f u tu r a d e la h u m a n id a d y c o n e l l o t a m b ié n p a r a n u e s t r a c a ­
p a c id a d t é c n i c a . A p e s a r d e t o d o , e s tá c l a r o q u e s e n e c e s it a b a u n a
s u e r t e d e c o n t r a a v is o , q u e c o m e n z ó c o n e l r o m a n tic is m o a le m á n :

C u a n d o y a n i c if r a s n i fig u r a s
s e a n la s c la v e s d e to d a s la s c r ia t u r a s ,
c u a n d o a q u e llo s q u e c a n ta n o s e b e s a n
s e p a n m á s q u e lo s m á s p r o f u n d o s s a b io s ;
c u a n d o e l m u n d o v u e lv a a la v id a l ib r e
y e sté d e reg reso al m u n d o ,
c u a n d o d e n u e v o lu z y s o m b r a s
s e d e s p o s e n p a r a e n g e n d r a r c la r id a d a u t é n tic a ,
y, e n c u e n t o s y p o e m a s ,
s e r e c o n o z c a n la s e t e r n a s h i s t o r i a s d e l m u n d o ,
e n t o n c e s d e u n a s o la , s e c r e t a p a la b r a ,
h u ir á t o d o s e r p e r v e r t id o .4

4. Tiecks Bericht über die Fortsetzung [von H einrich von O/terdingen] (1802) en
Novalis, Schriften. D ie W erke Friedrich von H ardenbergs, vol. l. Das dichterische W erk,
edición a cargo de Paul Kluckhohn y Richard Samuel, Verlag W. Kohlhammer, Stutt-
gart, 1977 (3a edición), pág. 360. Hemos optado por hacer una traducción lo más lite­
ral posible. Se pueden leer traducciones acaso más literarias en Inform e d e T ieck sobre
la continuación d e Enrique d e O/terdingen, en Novalis, Enrique de Ofterdingen, edición
a cargo de José Miguel Mínguez, Bruguera, Barcelona, 1983, pág. 261; y E pílogo d e
T ieck a Enrique d e O/terdingen, Editora Nacional, edición a cargo de Eustaquio Bar-
jau, Madrid, 1981 (2a edic.), págs. 278-279. (N. d e l t.)
LA D IV E R S ID A D D E LAS LE N G U A S 115

C o n la d e lim it a c ió n r e s p e c t o a u n a Ilu s tr a c ió n q u e se t r a s c ie n d e
a s í m is m a , e l le n g u a je , e n su d iv e r s id a d y u n iv e r s a lid a d a u t o c r e a d o -
r a , e n t r ó e n la c o n c ie n c ia . W ilh e lm v o n H u m b o l d t f u e u n o d e lo s
f u n d a d o r e s d e la f ilo s o f ía d e l le n g u a je y d e la lin g ü ís tic a c o m p a r a d a .
L a e v o lu c ió n d e la lin g ü ís tic a c o n v ie r t e a su v e z e l l e n g u a je e n o b je t o .
P e r o e l p e n s a m ie n t o v iv e e n e l e le m e n t o d e l le n g u a je .
¿ C ó m o s e h a r e f le ja d o e s t o e n la f ilo s o f ía d e n u e s t r o s ig lo ? C o m o
e s b i e n s a b id o , e n e s t e s ig lo h e m o s r e a liz a d o u n a e s p e c ie d e l i n g u is t ic
t u r n [g ir o l in g ü ís t ic o ] , u n v ira je h a c ia la « lin g ü is t ic id a d » ( W e n d u n g
z u r S p r a c h l i c h k e i t ) . E s t o e s lo q u e s u c e d ió e n In g la te r r a c u a n d o u n o
d e lo s d is c íp u lo s m e jo r d o ta d o s d e B e r t r a n d R u s s e ll, L u d w ig W i t t -
g e n s te in , c o m p le t a m e n t e in in t e lig ib le p a r a e l p r o p io R u s s e ll, d e m o s ­
t r ó n u e v o in t e r é s p o r e l o r d i n a r y la n g u a g e , p o r e l u s o d e l le n g u a je ,
p o r la f o r m a e n q u e h a b la m o s a l c o m u n ic a r n o s u n o s c o n o t r o s . E l
n o m b r e d e W itt g e n s te in e s h o y u n o d e lo s g r a n d e s n o m b r e s d e la f i ­
lo s o f ía d e n u e s t r o sig lo .
U n s e g u n d o p r o c e s o , c o r r e la t iv o a l a n t e r io r , h a t e n i d o lu g a r e n
n u e s tra t r a d ic ió n a le m a n a . M e r e f ie r o a la t r a n s ic ió n d e l n e o k a n t is m o
a la f e n o m e n o lo g ía , y e n p a r t ic u la r a la e v o lu c ió n u lt e r io r d e la f e n o ­
m e n o lo g ía d e H u s s e r l, q u e d e s e m b o c a e n e l g ir o h e r m e n é u t ic o i n t r o ­
d u c id o p o r H e id e g g e r . P o r ta n to , l o lin g ü ís tic o — la c o n s t itu c ió n f u n ­
d a m e n ta l d e l D a s e i n h u m a n o — , s e r lin g ü ís tic a m e n t e , s e h a t o r n a d o
ta n e s e n c ia l y d o m in a n t e q u e h a s ta la m e ta f ís ic a , la d o c t r in a d e l o q u e
s ig n if ic a e l s e r , h a s id o s itu a d a e n u n n u e v o c o n t e x t o . E l le n g u a je e s
a c o n t e c e r lin g ü ís tic o , e s a c o n t e c im ie n t o . L a p a l a b r a q u e l e e s d ic h a a
a lg u ie n n o e s r e p r e s e n ta b le c o n s ím b o lo s c o n c e p t u a le s , a u n c u a n d o
s e p u e d a r e p r e s e n ta r l o d ic h o ( d a s G e s a g t e ) c o m o t a l d e f o r m a m a t e ­
m á tic a m e d ia n t e e c u a c io n e s . L a p a la b r a e x is t e m á s b i e n c o m o a lg o
q u e le lle g a a u n o . L a s e x p r e s io n e s e n W itt g e n s te in s o n m u y s im ila ­
re s . É l h a b la d e p r a g m á t ic a lin g ü ís tic a ; e s t o e s, e l le n g u a je p e r t e n e c e
a la p r a x is , a lo s h o m b r e s e n c u a n t o e s tá n ju n to s u n o s c o n o t r o s y
f r e n t e a o tr o s . L a h e r m e n é u t ic a a f ir m a q u e e l le n g u a je p e r t e n e c e a l
d iá lo g o ( G e s p r a c h ) ; e s d e c ir , e l le n g u a je s ó lo e s lo q u e e s si p o r ta t e n ­
t a tiv a s d e e n te n d im ie n t o ( V e r s t a n d i g u n g s v e r s u c h e ) , s i c o n d u c e a l i n ­
t e r c a m b i o d e c o m u n ic a c ió n , a d is c u t ir e l p r o y e l c o n t r a . E l le n g u a je
116 H A N S -G E O R G G A D A M E R

n o e s p r o p o s i c ió n y ju i c i o , s in o q u e ú n ic a m e n t e es s i e s r e s p u e s ta y
p r e g u n ta . D e e s t e m o d o , e n la f il o s o f ía d e h o y s e h a c a m b ia d o la
o r i e n t a c i ó n f u n d a m e n t a l d e s d e la q u e c o n s id e r a m o s e l l e n g u a je e n
g e n e r a l. C o n d u c e d e l m o n ó lo g o a l d iá lo g o ( D ia lo g ) .
Y a n o se t r a t a ú n ic a m e n t e d e l o s a b id o ( d a s G e w u f i t e ) , d e e s te
c o n t o r n o p e r m a n e n t e d e la s fig u r a s , c o m o la s e s p e c ie s e n la n a t u r a l e ­
z a v iv ie n te o e n la r e g u la r id a d d e la m e c á n ic a y d in á m ic a d e la f ís ic a
m o d ern a. Se tra ta ah o ra de a lg o d if e r e n t e , de e n te n d im ie n t o
( V e r s t á n d i g u n g ) . E n ta l c a s o n o b a s ta c o n s a b e r lo q u e r e s p o n d e i n ­
m e d ia t a m e n te a n u e s t r o p r o p io in te r é s . É s t e e s e l n u e v o p a s o e n e l
q u e n o s e n c o n tr a m o s : p e n s a m o s a s í e l le n g u a je c o m o u n e s ta r d e c a ­
m in o a l o c o m ú n d e u n o s c o n o t r o s ( e in U n t e r w e g s z u m M i t e i n a n d e r )
y n o c o m o u n a c o m u n ic a c ió n d e h e c h o s y e s ta d o s d e c o s a s a n u e s t r a
d is p o s ic ió n . S i, a c a s o d e u n a f o r m a d e s a f o r t u n a d a y s ó lo le g itim a d a
p o r la s c ir c u n s ta n c ia s , e s c o g í c o m o t ít u l o « L a d iv e r s id a d d e la s le n ­
g u a s y la c o m p r e n s ió n d e l m u n d o » , c a b r ía f o r m u la r lo d e o t r a m a n e ­
ra , c ie r t a m e n t e m á s p r e c is a . E n p r i m e r lu g a r : ¿ q u é s ig n ific a « e l m u n ­
d o » ( W e l t ) ? ¿ Q u é e s e s t o e n t o n c e s ? L o s la tin o s s e r e f e r ía n a e l l o c o n
e l t é r m in o d e « u n iv e r s u m » . C u a n d o la le n g u a n a c io n a l a le m a n a d e s a ­
r r o lló su a u t o c o n c ie n c i a , s e d e c ía e n a le m á n « e l t o d o » ( A l!) o « e l t o d o
d e l m u n d o » ( W e l t a l ! ) . Y , c u a n d o e l n e o h u m a n is m o e n la é p o c a c l á s i ­
c a d e G o e t h e p u s o e n p r i m e r p l a n o e l g r ie g o f r e n t e a l la tín y a la le n ­
g u a e r u d ita , s e lla m ó d e s ú b it o « c o s m o s » ( k o s m o s ) . L a c é le b r e o b r a d e
A le x a n d e r v o n H u m b o l d t lle v a p r e c is a m e n t e e s e t í t u l o ’ L u e g o s e p u e ­
d e a p r e n d e r m u c h o d e la h is to r ia d e la p a la b r a « W e l t » [ m u n d o ] . N o
t e n g o u n a g r a n o p in ió n d e la s e tim o lo g ía s , d a d o q u e e n su m a y o ría s o n
in v e n c io n e s d e lo s e s tu d io s o s , q u e lo q u e m e jo r s a b e n h a c e r e s r e f u ­
ta r s e m u tu a m e n te . P o r e s o t a m b ié n c o n t in u a m e n te s e p o n e e n d u d a la
m a y o r p a r te d e la s e tim o lo g ía s . P e r o e n e l c a s o d e « W e l t » a p e n a s p o ­
d e m o s d u d a r — in c lu s o s i p e n s a m o s e n e l t é r m in o in g lé s <<world>>—
q u e a q u í la ra íz « w e r » [ h o m b r e ] e stá m e tid a d e n tro : <<Weralt». P ié n s e - 5

5. Alexander von Humboldt (1769-1859), Cosmos. E nsayo de una descripción fís i­


ca del m undo (Kosmos. E ntw u rf ein er physischen W eltbeschreibung), 5 volúmenes,
Stuttgart, 1845-1862. (N. d e l t.)
LA D IV E R S ID A D D E LAS LE N G U A S 117

s e t a m b ié n e n « W e r g e ld » [v a lo r d e u n h o m b r e ] , « W e r w o lf » [ h o m b r e
l o b o ] . 6 E n to d a s e sta s p a la b r a s e s tá c o n t e n id a la p a r tíc u la «wer>>, es d e ­
c ir , « h o m b r e , h u m a n o » ( M e n s c h ) . E n s u m a , « m u n d o » e s m u n d o h u ­
m a n o , m u n d o d e l h o m b r e ( M e n s c h e n w e l t ) . É s t e e s e l s ig n if ic a d o o r ig i­
n a r io e n la s le n g u a s g e r m á n ic a s e in d o g e r m á n ic a s .
E s t o in f o r m a ya d e a lg o q u e d e b e m o s r e c o r d a r a q u í: q u e s e tr a ta
d e la c o m p r e n s ió n d e l m u n d o , n o ú n ic a m e n t e e n e l s e n t id o e n q u e se
h a c e e v id e n te , p o r e je m p lo , e n la e c u a c ió n u n iv e r s a l s o b r e la q u e r e ­
f l e x i o n ó H e is e n b e r g p o c o s a ñ o s a n t e s d e su m u e r t e . N o se tr a ta d e
u n a f o r m a ta l d e la c o m p r e n s ió n d e l m u n d o e n q u e la f ís ic a p o d r ía
a d h e r ir s e a u n s is te m a d o c t r in a l u n ita r io , c o m o s e lo g r a r á q u iz á s e n e l
c u r s o d e la in v e s tig a c ió n fís ic a p o s t e r i o r o d e o t r o tip o . N o s e tra ta d e
c o m p r e n d e r , d e e n t e n d e r ( v e r s t e h e n ) e l m u n d o e n e s te s e n tid o . E l
m u n d o e s p r im o r d ia lm e n te p a r a e l h o m b r e a q u e llo d e n t r o y e n m e ­
d io d e l o q u e e s tá . C ie r t a m e n t e , d e c im o s « e s t a r e n e l m u n d o » ( a u f d e r
W e l t s e i n ) c u a n d o u n r e c ié n n a c id o 7 h a v e n id o a l m u n d o ( a u f d i e W e l t
g e k o m m e n is t ) , c o m o s i e l m u n d o f u e r a a lg o c o m p le t a m e n t e d is tin to
d e l h o m b r e . N o c o n t e m p la m o s « e l m u n d o » c o n e s ta e n o r m e d is ta n ­
c ia c o n la q u e e l f ís ic o a fir m a d e m a n e r a s e r e n a : « Q u e r e m o s a n o t a r ­
l o » ( a n s c h r e i b e n ) . E s t a m is m a e x p r e s ió n « a n o t a r » , « e s c r i b i r » , d e la ta
q u é p o c o se t o m a e n c u e n t a e n la c ie n c ia m o d e r n a e l lo g r o d e u n e n ­

6. La primera palabra compuesta (W er = hombre, G eld = dinero) es un germanis­


mo usado también por nuestros juristas, pues se refiere al precio que, según el antiguo
derecho germánico, pagaba a título de resarcimiento el responsable de un delito de
agresión o muerte a la víctima o a su familia para quedar a salvo de la venganza que,
de acuerdo con las leyes, podían tomarse los agraviados o sus herederos. La segunda
(Wer = hombre, W ol/ = lobo) se refiere al licántropo (véase Friedrich Kluge, Etymologt-
sches W orterbuch der deutschen Sprache, 22a edición, Walter de Gruyter, Berlín/Nueva
York, 1989, pág. 788). Como bien recuerda aquí Gadamer, W elt resulta de una com­
posición de W er (hombre, varón) y alt (antiguo, edad) — en inglés ocurre otro tanto
con world— . Luego para el germano antiguo, m undo equivaldría a «edad o tiempo vi­
tal del hombre». De ahí que la obra de Schelling D ie W eltalter (L as edades d e l mundo)
(1811-1813) parezca un pleonasmo. Por supuesto, esta incursión etimológica debemos
tenerla presente más adelante al considerar los matices semánticos que incorpora el
neologismo welten (hacer o devenir mundo, «mundanear»). (N. d e l t.)
7. Literalmente «nuevo ciudadano de la Tierra» (neuer Erdenbürger). (N. d e l t.)
118 H A N S -G E O R G G A D A M E R

t e n d im ie n t o , q u é p o c o e n g e n e r a l e s tá e l l a a la m ir a « d e l o t r o » . « E n ­
t e n d i m i e n t o » n o s e r e f i e r e s ó lo a la c o s a , t a m p o c o a l e n t e n d i m i e n ­
t o q u e c o m ie n z a c o n lo s p r im e r o s b a l b u c e o s d e l l a c t a n t e y c o n la
p r im e r a c o m u n i c a c i ó n e n t r e m a d r e e h i jo . P o r c o n s ig u ie n te , e l t ít u lo
d e n u e stra c o n f e r e n c ia l o i n t e r p r e ta m o s m e jo r así: c o m p r e n d e r ,
e n t e n d e r ( V e r s t e h e n ) e s c o m p r e n d e r s e , e n te n d e r s e ( S i c h - V e r s t e h e n )
e n e l m u n d o . D e a q u í la u r g e n c ia c o n q u e s e n o s p la n t e a la t a r e a d e la
p lu r a lid a d d e la s le n g u a s .
¿ Q u é e s e n t o n c e s e s t e s e r e n e l m u n d o ( S e in i n d e r W e l t ) e n e l q u e
in t e n t a m o s e n te n d e r n o s ? E l m u n d o n o e s p o r e s o c ie r t a m e n t e o b je to .
Y a K a n t h a m o s t r a d o e n su d o c t r in a d e la s a n tin o m ia s , e n la fa m o s a
c r í t i c a a la « m e ta f ís ic a d o g m á t ic a » , q u e e l m u n d o c o m o t o d o n u n c a e s
a lg o d a d o y p o r t a n t o t a m p o c o p u e d e s e r e x p lic a d o c o m o u n t o d o
d a d o c o n las c a t e g o r ía s d e la e x p e r ie n c ia c ie n t íf ic a . A s í q u e d a c la r o e n
c u a lq u i e r c a s o y t a n t o m á s p a r a t o d o s n o s o t r o s — y a q u í r e t o m o u n o
d e m is c o n c e p t o s p r e d ile c to s — : e l m u n d o e x i s t e c o m o h o r iz o n t e .8
« H o r i z o n t e » e v o c a la e x p e r ie n c ia v iv a q u e t o d o s c o n o c e m o s . L a m i­
r a d a e s tá d ir ig id a h a c ia e l i n f in it o d e la le ja n ía , y e s t e in f in ito r e t r o c e ­
d e a n te n o s o tr o s c o n c a d a e s f u e r z o , p o r g r a n d e q u e sea, y c o n c a d a
p a so , p o r g r a n d e q u e sea , se a b r e n s ie m p r e o t r o s n u e v o s h o r iz o n te s .
E l m u n d o e s e n e s t e s e n t id o p a r a n o s o t r o s u n e s p a c io s in lím ite s e n
m e d io d e l c u a l e s ta m o s y b u s c a m o s n u e s tr a m o d e s ta o r ie n t a c ió n .
P e r o s a b e r si p o d e m o s b u s c a r e s ta o r ie n t a c ió n s ó lo p o r v ía d e lo s
p r o g r e s o s e n la s c ie n c ia s n a t u r a le s y d e s u e x p e r ie n c ia a c u m u la d a y
p o r v ía d e la s c ie n c ia s s o c ia le s a f in e s a e lla s e x ig e u n in s ta n te d e r e ­
f le x ió n . A h o r a s e t r a t a , sin e m b a r g o , d e q u e n o s ó lo e l m u n d o n o e s
a lg o d a d o , s i n o q u e t a m p o c o l o e s n u e s t r o s e r e n m e d i o d e l m u n d o .
L a p r e c a r i a p o s i c i ó n d e l h o m b r e , in t e r m e d ia e n t r e u n s e r v iv o d e la
e s p e c ie a n im a l y u n s e r n a t u r a l d o t a d o d e u n a p e lig r o s a c a p a c id a d d e
p e n s a r , l o h a p u e s t o f u e r a d e la s l ín e a s d e l i n s t i n t o a la s q u e la n a t u ­
r a le z a im p e le a lo s s e r e s v iv o s o , m e jo r d ic h o , lo s s o m e t e o b e d i e n t e ­
m e n t e a su d ic t a d o ( d e m G e b o t d e r N a t u r ) .

8. Véase Verdad y M étodo, Sígueme, Salamanca, 1991,4“ edición, págs. 309 y sigs.,
págs. 372 y sigs. (N. d e l t.)
LA D IV E R S ID A D D E LAS LE N G U A S 119

L u e g o e l h o m b r e e s tá a s í p u e s t o a p a r t e e n u n a s in g u la r lib e r t a d .
K a n t h a s id o e l g r a n p e n s a d o r q u e h a b r ía d e b i d o e n s e ñ a r n o s d e u n a
v e z p o r to d a s e l s ig n if ic a d o m e ta f ís ic o d e l c o n c e p t o d e l ib e r t a d . H a ­
b r í a d e b i d o e n s e ñ a r n o s , p o r e je m p lo , q u e e r a u n a b s u r d o q u e ta n t o s
e s tu d io s o s e in v e s tig a d o r e s r e s p e t a b le s , in v o c a n d o e l p r in c ip io d e i n ­
d e te r m in a c ió n , s e p r e s t a r a n a d e c ir e n lo s a ñ o s 2 0 q u e a h o r a e s t á ­
b a m o s m á s c e r c a d e la d e m o s t r a c i ó n d e la lib e r t a d . S i la « c a u s a lid a d
p o r l ib e r t a d » (K a u s a l i t a t a u s F r e i h e i t ) 9 f u e r a e x p l i c a b l e m e d ia n t e la
c i e n c ia y d e e lla d e p e n d ie r a s e n t ir s e o n o r e s p o n s a b le d e a lg o , e s t o
c o n s t it u ir ía , s in e m b a r g o , u n a t r is t e c e s ió n d e lo s d e r e c h o s y d e b e r e s
s u p r e m o s , m á s p r o p io s y p e r s o n a le s , y s e r ía in c lu s o p e o r q u e la d r o -
g o d e p e n d e n c ia .
P o r e s o K a n t h a lla m a d o a la l ib e r t a d e l « h e c h o d e la r a z ó n » ( V e r -
n u n f t f a k t u m d e r F r e i h e i t ) .10E s t o s ig n ific a q u e , p a ra n o s o tr o s , c o m o
se re s q u e q u e r e m o s e n te n d e r n o s a n o s o t r o s m is m o s y e n e s te s e n tid o
s o m o s s e r e s r a c io n a le s , re s u lta in e v it a b le q u e n o s im p u t e m o s la r e s ­
p o n s a b ilid a d d e n u e s t r a d e c is ió n d o n d e t e n e m o s la p o s ib ilid a d d e
e le g ir . K a n t n u n c a h a a f ir m a d o q u e h a y a e n r e a lid a d u n a a c c i ó n l l e ­
v a d a a c a b o p u r a m e n t e p o r la v o lu n t a d lib r e . H a d ic h o s im p le m e n te :
a s í t e n e m o s q u e p e n s a r n o s s i q u e r e m o s v iv ir ju n t o s e n n u e s t r o m u n ­
d o c o m ú n y c o n s t r u ir i n s tit u c io n e s s o c ia le s , u n o r d e n a m ie n to ju r íd i­
c o y é t ic o y u n a c o n v iv e n c ia p a c íf ic a e n tr e lo s p u e b lo s d e n u e s t r o e n ­
t o r n o . T o d o e s t o h a s id o f u n d a d o e n e l c é l e b r e im p e r a tiv o c a t e g ó r ic o
d e la filo s o f ía m o r a l d e K a n t .
P o r c o n s ig u ie n te , ¿ q u é s ig n if ic a p r o p i a m e n t e , p a r a v o lv e r a n u e s ­
t r a p r e g u n t a in i c i a l , e n te n d e r s e e n e l m u n d o ? S ig n if ic a e n te n d e r s e
u n o s c o n o t r o s . Y e n te n d e r s e u n o s c o n o t r o s ( M i t e i n a n d e r - s ic h V e rs-
t e h e n ) s ig n ific a e n t e n d e r a l o t r o . Y e s t o t ie n e u n a i n t e n c ió n m o r a l, n o
ló g ic a . C o n s titu y e , sin d u d a , la ta r e a h u m a n a m ás a r d u a , y t a n t o m á s
p a r a n o s o tr o s , q u e v iv im o s e n u n m u n d o m a r c a d o p o r la s c ie n c ia s

9. Crítica d e la razón pura A 538 B 566 y sigs. (N. d e l t.)


10. Crítica d e la razón práctica (1788) (en la edición de la Academia de Berlín, vol.
V, págs. 6, 31-32, 42-43; hay una reciente reedición de la clásica versión castellana de
M. García Morente, Sígueme, Salamanca, 1994). (N. d elt.)
120 H A N S -G E O R G G A D A M E R

m o n o ló g ic a s . L a s c ie n c ia s s o n u n ú n i c o y g r a n m o n ó lo g o , y e s t á n o r -
g u llo s a s d e e l l o ; d e h e c h o , p u e d e n e s t a r l o , y a q u e la s s e g u r id a d e s ,
c e r te z a s y p o s i b i l id a d e s d e c o n t r o l q u e h a n in t r o d u c id o n o s p r o t e g e n
e n g r a n m e d id a d e n u e s t r a s d e b ilid a d e s y d e lo s e v e n tu a le s a b u s o s
p o r p a r t e d e lo s o tr o s . N o o b s t a n t e , s e t r a t a e v id e n t e m e n te — e n
n u e s t r o m u n d o y p a r a t o d o s n o s o t r o s , in c lu y e n d o la c ie n c ia y su i n ­
v e s t i g a c i ó n — d e a lg o d is tin t o d e ta l s e g u rid a d .
N u e s t r a ta r e a c o n s is t e e n a p r e n d e r c ó m o t e n e m o s q u e a f r o n t a r e l
e n ig m a d e n u e s t r o D a s e i n e n f o r m a s v e r d a d e r a m e n t e a d e c u a d a s , y
d e ja r d e c o n s id e r a r q u e , d a d a n u e s t r a c a p a c id a d d e p e n s a r , s o m o s s e ­
r e s d e s tin a d o s a e r ig ir n o s e n e l m u n d o e n u n a s u e r t e d e d o m in a d o r e s
u n iv e r s a le s ( W e l t h e r r s c h a f t ) . T o d o s h e m o s d e a p r e n d e r q u e e l o t r o
r e p r e s e n ta u n a d e t e r m in a c ió n p r im a r ia d e lo s lím it e s d e n u e s t r o
a m o r p r o p i o y d e n u e s t r o e g o c e n t r is m o . E s u n p r o b le m a m o r a l d e a l­
c a n c e u n iv e r s a l. T a m b i é n e s u n p r o b l e m a p o lí t i c o . E n e s ta s s e m a n a s
y m e s e s n o p u e d o e n a b s o l u t o s u b r a y a r c o n s u f i c i e n t e s e r ie d a d c u á n
c r u c ia l e s la n e c e s id a d d e a p r e n d e r a c o n s e g u ir u n a s o lid a r id a d r e a l­
m e n t e e f e c t iv a e n tr e la d iv e r s id a d d e la s c u ltu r a s lin g ü ís tic a s y d e la s
t r a d ic io n e s . E s t o s e lo g r a r á s ó lo le n t a y la b o r io s a m e n te , y r e q u ie r e q u e
e m p le e m o s la v e r d a d e r a p r o d u c tiv id a d d e l le n g u a je p a r a e n te n d e r n o s ,
e n lu g a r d e a f e r r a m o s o b s t in a d a m e n te a to d o s lo s s iste m a s d e re g la s
c o n lo s q u e d if e r e n c ia r e n tr e c o r r e c t o y fa ls o . S in e m b a r g o , c u a n d o h a ­
b la m o s , p e n s a m o s a n t e t o d o e n v o lv e r n o s c o m p r e n s ib le s a n o s o tr o s y
a l o t r o d e ta l m o d o q u e e l o t r o p u e d a r e s p o n d e r n o s , c o n f ir m a r n o s o
r e c tif ic a r n o s . T o d o e llo f o r m a p a r t e d e u n a u t é n t i c o d iá lo g o .
H e id e g g e r h a u s a d o a lg u n a v e z d e jo v e n u n a e x p r e s ió n q u e c o n
e l t ie m p o , g r a c ia s a la p u b l i c a c i ó n d e su s c u r s o s d e ju v e n tu d , s e h a
h e c h o c o n o c id a : « E s w e lt e t » [ S e h a c e m u n d o ] .11 ¡ Q u é m a r a v illo s a
e x p r e s i ó n ! R e c u e r d o q u e u n o d e m is a m ig o s d e ju v e n tu d — e r a u n
p o e ta e x p r e s io n is t a y p o r e s o , c o m o e s n a tu r a l, e s p e c ia lm e n t e r e c e p ­
t iv o a la s a u d a c ia s lin g ü ís tic a s — e x c l a m ó lle n o d e e n tu s ia s m o : « ¿ N o
e s m a r a v illo s o ? » . E n e f e c t o , c u a n d o s e h a c e m u n d o , h a v e n id o a l l e n ­

11. Aunque literalmente el neologismo welten equivaldría a «mundanear», en


Heidegger sería más preciso traducirlo por «hacer o devenir mundo». (N. d e l t.)
LA D IV E R S ID A D D E LAS L E N G U A S 121

g u a je a lg o p le n a m e n te e s e n c ia l, la e c l o s ió n e n h o r iz o n t e s a b ie r to s , el
fu n d ir s e c o n m ú ltip le s h o r iz o n t e s a b i e r t o s .12 Q u i e n e s c u c h a a l o t r o , e s ­
c u c h a s ie m p re a a lg u ie n q u e tie n e su p r o p i o h o r iz o n te . O c u r r e e n t r e y o
y tú la m is m a c o s a q u e e n t r e lo s p u e b l o s o e n t r e lo s c ír c u lo s c u ltu r a le s
y c o m u n id a d e s re lig io sa s . P o r d o q u ie r n o s e n fr e n ta m o s a l m is m o p r o ­
b le m a : d e b e m o s a p re n d e r q u e e s c u c h a n d o al o t r o se a b r e e l v e rd a d e ro
c a m in o e n e l q u e s e f o r m a la s o lid a rid a d . S u c e d e e x a c ta m e n te l o c o n ­
t r a r io d e a q u e llo q u e e n e l r e la t o d e la t o r r e d e B a b e l t e n ía e n m e n t e
la g e n t e c o m o id e a l d e lir a n te . A llí s e d e c ía : « T e n e m o s q u e h a c e r n o s u n
n o m b r e , p o r si n o s d e s p e r d ig a m o s p o r la faz d e la t ie r r a » . ¿ B a jo q u é
n o m b r e q u e re m o s p e r m a n e c e r ju n to s ? E s e l n o m b r e q u e se tie n e y q u e
le p e r m ite a u n o , p o r a sí d e c ir lo , y a n o e s c u c h a r al o tr o .
L o q u e a m í m e im p o r ta e s m o s t r a r q u e n o s e n f r e n t a m o s a e s ta ta ­
re a , n o d e q u e r e r e lim in a r la d iv e r s id a d d e la s le n g u a s e n e l c u r s o d e u n
p r o c e s o d e o r g a n iz a c ió n — p o r e je m p lo , p o r m o tiv o s d e r a c io n a liz a ­
c ió n o b u r o c r a t iz a c ió n — , s in o d e q u e c a d a u n o a p r e n d a a sa lv a r la s
d is ta n c ia s y a s u p e r a r lo s a n ta g o n is m o s e n t r e n o s o tr o s . Y e s to s ig n ific a
re s p e ta r, a te n d e r y c u id a r a l o t r o y d a r n o s m u t u a m e n te n u e v o s o íd o s ,
a lg o d e l o q u e c a r e c e b a s t a n t e e s te m u n d o e n e l q u e se a p e la a lo s e x ­
p e r to s . C o n e s t o n o q u ie r o n e g a r q u e h a y a t a m b ié n e x p e r t o s q u e p r e s ­
ta n a t e n c ió n a la s n e c e s id a d e s d e la h u m a n id a d o d e la s o c ie d a d , p e r o
n o e n su c a lid a d d e e x p e r to s , s in o d e h o m b r e s q u e o b e d e c e n a u n f r a n ­
c o s e n tim ie n to d e r e s p o n s a b ilid a d p o r la h u m a n id a d y su d e stin o . N o
o b s t a n t e , c o n v ie n e a s im is m o o í r a lo s e x p e r t o s c o m o e s d e b id o .

12. Das Aufgehen in offen e H orizonte, in vielerlei offen eH orizon te hinein. Resulta
difícil verter al castellano el término A ufgehen por sus varias connotaciones semánti­
cas. Por un lado, su significado se infiere comparándolo con sus antónimos. A ufgehen
se opone a Untergehen (irse a pique, acostarse, tumbarse, descender, decaer); pero
también a Sichverbergen/Sichverschlieflen (ocultarse, encerrarse). De ahí que signifique
primeramente levantarse, mostrarse, salir, despuntar, abrirse, expandirse, en suma,
una suerte de eclosión. Por otro, A ufgehen in etwas equivale a «ser absorbido o ser uno
con algo y desaparecer o desvanecerse en esa unidad», a «fundirse con algo o en algo».
Este último sentido está relacionado con la importante noción gadameriana de «fusión
de horizontes» (Horizontverschmelzung) (véase Verdad y m étodo, págs. 377 y sigs., 453
y sigs., 477). (N. d el t.)
122 H A N S -G E O R G G A D A M E R

P o r t a n t o , e m p l a z o e l h o r iz o n t e lin g ü ís tic o , y é s t e e s u n p lu r a l,
ju n t o a l h o r iz o n t e d e l m u n d o e n q u e v iv im o s . A h í h a y u n a p lu r a lid a d
d e h o r iz o n t e s , q u e n o d e b e r ía m o s r e d u c ir , p o r e je m p lo , a c a u s a d e u n
p a r t ic u la r m e c a n is m o u n i t a r io . P a r a l o c u a l p o s e e m o s t r a d u c c io n e s
C Ü b e r s e t z u n g e n ). B ie n , é s t e e s n u e s t r o m u n d o lit e r a r i o . P e r o e l l o i m ­
p lic a q u e t e n e m o s q u e l e e r p a r a q u e s e n o s d ig a a lg o . H a c e r d e i n t é r ­
p r e t e { D o l m e t s c h e n ) e s y a a lg o m á s p a r e c id o a u n d iá lo g o . C u a n d o
t u v e q u e n e g o c i a r c o n lo s r u s o s c o m o r e c t o r d e L e ip z i g ,13 a p r e n d í
q u e l o im p o r t a n t e n o e r a c o n v e n c e r a m i i n t e r l o c u t o r r u s o c o n m is
p r o p i o s a r g u m e n to s , s in o g a n a r a l i n t é r p r e t e p a r a m i ca u sa . É s t e d e ­
b ía d e c ir lo q u e e r a ú t il p a r a m i p r o p ó s ito . S i s e h u b ie r a lim ita d o a
t r a d u c ir lo q u e y o d e c ía , p r e s u m ib le m e n t e y o n o h a b r ía t e n id o m u ­
c h o é x it o .
H a c e r d e in t é r p r e t e e s t o d a v ía u n r e s t o d e d iá lo g o v iv o , a u n q u e
m e d ia d o , in t e r r u m p id o , r o t o . P o r s u p u e s to , n o s e p u e d e s e r t a n e s ­
t u l t o c o m o p a r a r e c la m a r t r a d u c c i o n e s l it e r a le s , y e s t o n o s ó l o e s v á ­
lid o p a r a e l d iá lo g o e n t r e h o m b r e s d e d is tin t a s le n g u a s ; t a m b ié n s e
d e s c u b r e c u a n d o s e t ie n e q u e r e le e r u n t e x t o p r o p i o e n o t r a le n g u a .
¡ O h , D i o s m ío , q u é t e r r i b le m e n t e p r e c is o s h a b é is s id o c o n m ig o ! ¡Y a
n o h a y h o m b r e c a p a z d e e n te n d e r lo !
E n e s t o c o n s is t e p r im o r d ia l y p r o p ia m e n t e h a b la r , y la h e r m e ­
n é u t ic a s ir v e p a r a d e s a r r o lla r la p o s ib ilid a d d e t r a n s m it ir a l o t r o lo
q u e u n o p ie n s a d e v e r d a d y o b t e n e r d e é l la r e s p u e s ta , la ré p lic a d e su
m o d o d e p e n s a r . S o y p o r c o m p le t o d e la o p in ió n d e q u e d e b e m o s
u s a r y c u ltiv a r t a m b ié n la t r a d u c c i ó n c o m o m e d io a u x ilia r , p e r o s ó lo
s i c o n e llo s o m o s c o n s c ie n t e s d e q u e e l n u e v o t e x t o d e b e h a b la r d e
n u e v o . N o p u e d e se r o c u lta d o p o r to d o e l a rm a z ó n h e rru m b ro s o d e
la le n g u a d e o r ig e n y d e su r e t ó r ic a . S ó l o a s í n o s e s p o s ib le lle g a r a l
o t r o y a c e r c a r n o s a lo q u e q u ie r e d e c ir . P o r l o d e m á s , e s t o e s a s í n o

13. Gadamer fue profesor en Leipzig desde 1939 y, tras el desmoronamiento del
Tercer Reich, se convirtió entre los años 1946 y 1947 en rector de la Universidad bajo
la ocupación rusa; véase el capítulo que le dedica a este episodio de su vida en el libro
autobiográfico A ños d e aprendizaje filosófico (Philosophische Lehrjahre), Klostermann,
Francfort del Meno, 1977, págs. 111-138. (N. d e l t.)
LA D IV E R S ID A D D E LAS L E N G U A S 123

s ó l o a l tr a d u c ir ; e n n u e s t r a s r e la c io n e s c o n n u e s t r o s s e m e ja n t e s , s e
t r a t a s ie m p r e d e a c o g e r lo q u e e l o t r o e f e c t iv a m e n te q u ie r e d e c i r , y d e
b u s c a r y e n c o n t r a r e l s u e lo c o m ú n m á s a l lá d e su r e s p u e s ta .
T a l c o m o h a m o s t r a d o M a x W e b e r , la b u r o c r a t iz a c ió n e s e l d e s ­
t i n o p r o p i o d e n u e s t r a c iv iliz a c ió n . E s t o e s u n a g r a n v e r d a d , y su s ig ­
n i f i c a d o se h a c e c a d a v e z m á s e v id e n te . P r e c i s a m e n t e s e e v id e n c ia
t a m b ié n d e n t r o d e lo s d o m in io s d e l m u n d o a c a d é m ic o y d e su s ta ­
re a s , q u e , ju n to a lo s m e d io s d e c o m u n ic a c ió n d e m a sa s, la s e s c u e la s y
t o d o lo lig a d o a e llo , f o r m a n u n a u n id a d in te r n a , o r g á n ic a . D e lo q u e
se t r a t a s o b r e t o d o e s d e l ib e r a r e l le n g u a je e n su s p o s ib ilid a d e s c r e a ­
d o ra s y d e a lc a n z a r u n e n te n d im ie n t o .
E s t o n o se p u e d e lo g r a r m e d ia n t e m e r a s in s tit u c io n e s , s in o s ó lo
c o n e l in t e r c a m b io v iv o d e id e a s , y p o r e s o e l p lu r a lis m o e n e l q u e v i­
v im o s p o s e e u n s ig n if ic a d o v e r d a d e r a m e n t e p r o d u c t iv o . E s t o v a le e n
to d o s lo s á m b ito s ; p o r e je m p lo , e n la m a n e r a e n q u e s u r g e n e s t ilo s a r ­
q u i t e c t ó n i c o s o m o d a s d e v e s tir , o e n e l m u n d o d e la s f o r m a s e n e l
q u e n o s m o v e m o s p e r m a n e n t e m e n t e e n la lite r a tu r a o e n e l a r t e o e n
o t r o s c a m p o s . A s im is m o ca d a o b r a p o é t ic a , c a d a o b r a d e a r t e es
s ie m p re o t r a c o s a , e s d if e r e n te d e u n m o d o a b ie r t a m e n t e d e s a f ia n te y
e x ig e s ie m p r e d e n u e v o n u e s t r a r e s p u e s ta .
É s t e e s e l p u n t o d e v is ta d e s d e e l q u e c o n t e m p lo la t a r e a d e la f i ­
l o s o f ía e n n u e s t r o t ie m p o . E l m u n d o p lu r a lis ta e n e l q u e n o s e n c o n ­
t r a m o s e s c o m o la n u e v a B a b e l . P e r o e s t e m u n d o p lu r a lis t a c o n t ie n e
ta re a s , q u e c o n s is t e n n o t a n t o e n la p r o g r a m a c ió n y p la n if ic a c ió n ra-
c io n a liz a d o r a s c u a n t o e n la s a lv a g u a r d ia d e lo s e s p a c io s l ib r e s d e la
c o n v iv e n c ia h u m a n a , in c lu s o p o r e n c im a d e l o e x t r a ñ o . E l le n g u a je
t a m p o c o e s lo q u e s o le m o s d e n o m in a r le n g u a je p e r io d ís tic o (Z e it u n g s -
d e u t s c h ) , e n e l c u a l c u a lq u ie r a s e p e r c a ta d e q u e e s t o ya n o e s p r o p i a ­
m e n t e u n a le n g u a , s in o u n s im p le t r a b a jo in f o r m a t iv o q u e a d q u ie r e
su v a lo r y su n e c e s id a d c o m o f o r m a c ió n d e o p in ió n , p e r o q u e n o p u e ­
d e s u s titu ir a l p r o p io p e n s a m ie n t o y a l in t e r c a m b i o v iv o d e id e a s e n
q u e c o n s is t e e l d iá lo g o .
E n v is ta d e la i n f o r m á t ic a u n ifo r m a d o r a d e to d o , g r a c ia s a la c u a l
e n e l f u t u r o s e a m p lia r á n la s d is p o n ib ilid a d e s e n n u e s t r a v id a s o c ia l
— p r o b a b le m e n t e , e n u n a p r o p o r c i ó n im p e n s a d a — , e s m e n e s te r c u l ­
124 H A N S -G E O R G G A D A M E R

tiv a r t a n t o m á s e l le n g u a je e n su s p o s ib ilid a d e s m á s p r o p ia s . P a r a e llo


e s n e c e s a r io e n c o n t r a r la p a la b r a p r e c is a y ta m b ié n a p r e n d e r e l s ile n ­
c i o e lo c u e n t e ; e n s ín te s is , e s t a r p r e s e n t e e n e l d i á l o g o ( i m G e s p r á c h
s e i n ) . L o v e r d a d e r a m e n t e o p u e s t o es la r u tin a d e l d iá lo g o p o lé m ic o ,
d e la d is p u ta ( S t r e i t g e s p r á c h s ) , c u a n d o s e r e a c c io n a a n t e c u a lq u i e r t e ­
sis ú n i c a m e n t e c o n la p r e g u n t a : « P e r o , ¿ n o h a y a h í u n a c o n t r a d ic c ió n
l ó g i c a ? » . E n n a c io n e s d e d e b a t e ( D e b a t t i e m a t i o n e n ) , a la s q u e , ju s t a ­
m e n t e p o r t a le n t o , lo s a le m a n e s n o e s t a m o s lla m a d o s a p e r t e n e c e r ,
e s o e s a m e n u d o u n a s im p le t é c n ic a . C o n t r a e llo d e b e m o s d e f e n d e r e l
d iá lo g o e n su p o s ib ilid a d in te r n a d e v e r d a d , y e n e s p e c ia l c o n t r a la
s u m is ió n a la s r e g la s d e u n a m e r a ló g ic a a p a r e n t e ,1415c o n o c id a c o m o
s o fís t ic a .
M e g u s ta r ía d e c ir q u e h e m o s g a n a d o c o n e l l o u n m e jo r c o n c e p t o
d e r a z ó n . E s t o n o e s a lg o ir r a c io n a l, p o r q u e e s e c o n c e p t o c i e r t a m e n ­
t e n o e s s ó lo c a lc u la r o d e d u c ir c o n n e c e s id a d ló g ic a . O f r e c e , a l c o n ­
t r a r i o , u n a im a g e n m á s p o li f a c é t ic a d e la r a z ó n , 15 ta l c o m o d e c im o s e n
n u e s t r a le n g u a : « ¡ P e r o sé r a z o n a b le y n o a r g u m e n te s a to n ta s y a l o ­
c a s ! » . ¿ Q u é s ig n if ic a e s t o , c u a n d o q u iz á s e s tá e n lit ig io q u e u n o d e b a
s e r r a z o n a b le ? O b v ia m e n t e , d e b e s ig n if ic a r q u e u n o d e b e r í a h a c e r
su y o e n su s p o s itiv a s i n t e n c io n e s a q u e l lo q u e e l o t r o h a q u e r id o d e ­
c ir . S ó l o s i se e n t ie n d e a l o t r o e n e s t e s e n t id o , e s p o s ib le ta l v e z lle g a r
d e c o n s u n o a s o lu c io n e s e n la s c u e s t io n e s e n litig io . T o d a d ip lo m a c ia
d e s c a n s a e s e n c ia lm e n te e n a p r o v e c h a r ta le s p o s ib ilid a d e s .
P a r a t e r m in a r m e g u s ta r ía d e c ir to d a v ía a lg o s o b r e e l c o n c e p t o d e
f o r m a c ió n , d e e d u c a c ió n , d e c u lt u r a ( B i l d u n g ) . A v e c e s s e h a b la d e l
c iu d a d a n o c u lt o ( B i l d u n g s b ü r g e r ) , d e l o s t ie m p o s d e la c u lt u r a s u p e ­
r io r . O t r a s s e h a b la d e l c o n f li c t o e n t r e c la s e s c u lt a s e in c u lta s , c o n ­
f li c t o q u e h a r e s u l t a d o b a s t a n t e d u d o s o y f u n e s t o e n n u e s t r a h is to r ia
a le m a n a y e n n u e s t r a s o c ie d a d d e b i d o a la e x a g e r a d a « p a t e n t e » d e
c u a lid a d e s a c a d é m ic a s . P e r o ¿ e l h e c h o d e a p r o b a r u n e x a m e n n o s
c o n v i e r t e e n p e r s o n a s c u lta s , f o r m a d a s ? ¿ Q u é e s p r o p ia m e n t e f o r m a ­

14. Crítica d e la razón pura A 61 B 85-86. (N. d e l t.)


15. « E in vielseitigerer Anblick». E l sustantivo equivale tanto a «imagen», «espec­
táculo», como a «mirada». (N. d elt.)
LA D IV E R S ID A D D E LAS L E N G U A S 125

c i ó n ? P e r m íta n m e c i t a r a e s t e p r o p ó s i t o a u n o d e lo s g ra n d e s . S o n p a ­
la b r a s d e H e g e l: f o r m a c i ó n s ig n ific a p o d e r c o n t e m p la r la s c o s a s d e s ­
d e la p o s ic ió n d e o t r o . 1617E n e s t e s e n t id o le s d e s e o a t o d o s u s te d e s q u e
su s e s tu d io s lo s a y u d e n a a d q u ir ir n o s ó lo c a p a c id a d r e a l o p a t e n t e s / 7
s in o t a m b ié n la f o r m a c ió n p a ra a p r e n d e r a e n t e n d e r a o t r o d e sd e su s
p u n t o s d e v ista .

16. Se refiere a la F enom enología d e l espíritu, de la que se ha ocupado en reitera­


das ocasiones; véanse, p. ej., L a dialéctica de la conciencia en H eg el (1973), Cuadernos
Teorema, Valencia, 1980; L i dialéctica d e Hegel. Cinco ensayos herm enéuticos (1971),
Cátedra, Madrid, 1980. En Verdad y m étodo lleva a cabo una sucinta historia d ela pa­
labra form ación (Bildung) (págs. 38-48). (N. d el t.)
17. Nuestra última reforma del plan de estudios universitarios ha introducido, a
modo de híbrido entre el modelo norteamericano y el alemán y también con resultados
nefastos, como asevera Gadamer, el sistema de paten tes o créditos. (N. d e l t.)
R einhart Koselleck / Hans-Georg Gadamer
H istoria y herm enéutica

«Histórica y herm enéutica» corresponde al texto de la conferen­


cia que pronunció Reinhart Koselleck para celeb rar el
octogésimoquinto cum pleaños de su antiguo m aestro en
Heidelberg, Hans-Georg Gadamer. Pero, lejos de tratarse' de un
protocolario panegírico, el historiador y m etodólogo de la
historia acaso m ás im portante de los últimos tiempos en
Alemania, desvela sin ambages las tensiones entre la doctrina
de la historia y la doctrina de la com prensión, entre la histórica
y la h erm en éu tica, negándose a que la p rim e ra s e a absorbida
por la segunda.
En su respuesta, «Histórica y lenguaje», G adam er, desde su
com prom iso con la ontología universal del lenguaje — tan arrai­
gada en los antiguos y en H eidegger— , subraya la contribución
de su propio proyecto filosófico al q u ehacer de los historiadores
y a la teoría trascendental de la historia. Y afronta de nuevo el
esclarecim iento de su posición en la conferencia «La diversidad
de las lenguas y la com prensión del mundo», donde, tras una
recontextualización m oderna del relato bíblico de la torre de
Babel, insiste en el principio fundam ental de la herm enéutica,
el diálogo — frente al m onólogo impuesto por la racionalidad
científica de hoy— com o la única vía posible para lograr el
entendim iento humano.
En lo que se refiere a los introductores, José Luis Villacañas es
catedrático de Filosofia en la Universidad de M urcia y actual­
m ente investigador — en comisión de servicios— en el Instituto
de Filosofía del CSIC (M adrid), m ientras que Faustino Oncina es
profesor titular de Historia de la Filosofia Moderna y Contempo­
ránea en la Universidad de Valencia.

También podría gustarte