TP 2A Imperialismo
TP 2A Imperialismo
TP 2A Imperialismo
Facultad de Humanidades.
Departamento de Historia.
Historia Universal General Contemporánea.
Practico A. Comisión Martes Mañana.
TP 2: Imperialismo, I Guerra Mundial y socialismo. Hacia el fin del largo Siglo XIX.
ACTIVIDAD A
Fuente Disraeli
La fuente presenta un claro carácter político y en ella se va a hablar de la necesidad
que tiene Inglaterra de reconstruir el Imperio Británico. El discurso pertenece a Benjamin
Disraeli, político inglés que fue dos veces Primer Ministro del Reino Unido (1868, 1874-
1880) y tres veces ministro de hacienda, perteneciendo siempre al Partido Conservador.
El discurso tuvo lugar en 1872. Nos encontramos al inicio de la denominada era de los
Imperios, donde las potencias capitalistas buscan aumentar sus zonas de acción para
ampliar sus mercados y conseguir nuevos campos de inversión. Además debemos tener
en cuenta las ambiciones políticas de Disraeli, se encuentra en la oposición lanzándose
nuevamente en la carrera política frente a Gladstone, líder del Partido Liberal, esto se
refleja claramente cuando dice “en mi opinión ningún ministro en este país cumplirá con
su deber si rechaza cualquier oportunidad de reconstruir en la medida de lo posible
nuestro imperio colonial.”
El aristócrata avala la expansión imperialista británica frente a los sectores de la
sociedad que ven en ella un perjuicio económico. Basa su argumento en la idea de un
deber moral del hombre blanco de expandir su cultura y gobernar a otras razas. Ve como
positivo el autogobierno de las colonias pero siempre dentro de la unidad del Imperio.
Fuente Hall
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En este caso, nuevamente, nos encontramos con una fuente de carácter político, el
discurso, fue pronunciado por Lord Salisbury en el Albert Hall por lo que tiene una
naturaleza pública.
Lord Salisbury fue un político británico de finales del siglo XIX, perteneciente como
Disraeli, al Partido Conservador siendo tres veces Primer Ministro del Reino Unido (1885-
1886, 1886-1892, 1895-1903), teniendo también como principal rival a Gladstone.
El discurso tuvo lugar el 4 de mayo de 1898, en pleno apogeo del Imperio Británico y
durante la Guerra hispano-estadounidense. El autor utiliza el darwinismo social para
explicar el imperialismo. Los países más poderosos avanzarán sobre los más débiles
ocupando sus territorios, lo que llevará inexorablemente a la lucha entre los estados más
fuertes a la hora de la repartición de las naciones más desfavorecidas. Esto ya nos indica
las causas que van a llevar a la Primer Guerra Mundial.
Fuente de Chamberlain
Esta fuente, continua en el lineamiento político, está justificando la ocupación colonial
británica, y es de carácter público, ya que es un discurso que realizó en el Royal Colonial
Institute.
Joseph Chamberlain fue un político inglés de finales del siglo XIX, defensor del
imperialismo. Comenzó en las filas del Partido Liberal, llegando a ocupar el Ministerio de
Comercio durante el segundo gobierno de Gladstone pero, tras una serie de
discrepancias en materia de política imperialista - Chamberlain apostaba por el
autogobierno irlandés - dimitió. Posteriormente pasó a las filas del Partido Conservador
siendo Ministro de Colonias durante la última presidencia de Salisbury.
El discurso de Chamberlain está fechado en 1897. Nos encontramos en la plenitud del
Imperio Británico, llegando a su máximo auge territorial. El capitalismo había sobrevivido a
la crisis de 1873 utilizando como válvula de escape al imperialismo, llegando a una fase
monopolista del mismo, donde el mundo se encuentra repartido entre las principales
potencias capitalistas.
Chamberlain no basa su idea de Imperio en cuestiones económicas, como dice que
ocurrió en épocas pretéritas. El imperialismo debe sentar sus bases en la noción del
deber que tiene el hombre blanco, de llevar la civilización occidental, la única válida en
este marco eurocentrista, a las demás sociedades. La presencia británica sobre sus
colonias, se justifica al llevar “felicidad y prosperidad” a las mismas, y si bien en ocasiones
se ha de llegar a la violencia, esto se debe a que es necesario destruir “las prácticas de
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barbarie (…) que durante siglos han devastado”. Ya no se debe hablar de las colonias
como dependencias, sino como parte integrante de la nación británica que debe ser
cultivada.
Vemos como los textos se encuentran fechados dentro del periodo imperialista, de
1872 a 1898. Durante el mismo, las naciones más poderosas, fueron ocupando y
repartiéndose tanto formal como informalmente la mayor parte de África y del Pacífico,
esto tuvo diferentes causas y fue avalado de diferentes formas. Por un lado encontramos
razones económicas, el imperialismo se explicaría como una etapa más del capitalismo
donde, especialmente tras la crisis de 1873, se buscaría ampliar los mercados y las áreas
de inversión de las potencias capitalistas. Por otro lado encontramos factores raciales,
donde el hombre blanco tenía el deber moral de expandir su cultura sobre los pueblos
más atrasados, lo que también iría de la mano con las teorías del darwinismo social, que
avalan el derecho de las sociedades más fuertes de imponerse sobre las más débiles.
Esto acabaría llevando a una lucha por el reparto de los nuevos territorios entre las
principales potencias mundiales que terminaría en la Primer Guerra Mundial.
ACTIVIDAD B
1. Primeramente, consideramos importante, remarcar que los cuatro autores propuestos
por la cátedra, Geoff Eley, Elena Hernandez Sandoica, Eric Hobsbawn y Wolfgan
Mommsen, presentan en sus obras, diversas posiciones sobre el fenómeno del
imperialismo.
Por esta razón, podemos detectar tanto acercamientos, como así también
oposiciones en las ideas de cada uno de ellos, principalmente en la interpretación sobre
las cuestiones centrales para el estudio del imperialismo. Las posiciones historiográficas,
que detectamos en los autores, nos llevan por un recorrido, en donde de manera conjunta
detectamos que la mono causalidad no permite comprender la temática. Cada uno de
ellos reconoce la existencia y el aporte de diversas cuestiones para explicar el
imperialismo; del mismo modo, se apoyarán de manera más acabada tanto en una como
en otra.
En lo que se refiere a una mirada que centra su interpretación en el ámbito
económico del imperialismo, detectamos como Hernández Sandoica, reconoce que la
expansión europea del “nuevo imperialismo” recorre un camino similar al antiguo
colonialismo pero con renovados bríos aportados por el capitalismo. La mundialización de
la economía industrial, de la mano del librecambio como herramienta indispensable para
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el desarrollo capitalista, y el ímpetu de las inversiones financieras, serán los motores que
empujen a reconocer el fenómeno imperialista como un concepto económico. La autora,
no deja de lado cuestiones sociales, políticas, culturales, tecnológicas, etc. pero remarca
claramente que la cuestión económica es el punto central para comprender las razones
del expansionismo europeo del SXIX.
Por el contrario, si nos ubicamos en una postura que apoya su atención en el plano
político, podemos reconocer como en la obra de Mommsen, se ponderan los aportes de
las ideologías políticas y su impacto para el devenir del imperialismo europeo. Para el
autor, la pugna que entre las fuerzas políticas del liberalismo, conservadurismo y
nacionalismo, así como los diversos giros que van surgiendo y elevando tanto a una como
a otra postura, son el hilo conductor que explica el devenir imperialista, motivo por el cual
nos dice “Solo en la encrucijada de las rivalidades nacionalistas, el capitalismo moderno
empezó a desarrollar rasgos imperialistas” (Mommsen, 2003, pág. 13). De esta forma, el
autor no es que desecha las cuestiones económicas, sino que no le asigna el mismo peso
a los requerimientos del capitalismo, como sí lo hace, a las acciones políticas.
De modo similar, Geoff Eley, dará cuenta dentro de un análisis político sobre cómo
responden las distintas posiciones, dentro del socialismo, al devenir de las políticas
imperialistas en los diversos países del continente europeo. Sin dejar de incluir cuestiones
económicas, sobre todo el impacto del imperialismo en el desarrollo industrial, el autor no
deja pasar la oportunidad de reconocer el aporte del imperialismo al devenir industrial y
así la ampliación de oportunidades para el aumento de la fuerza productiva.
Por último, la postura de Hobsbawm, resume las posiciones anteriores y a su vez,
elabora una explicación del fenómeno que engloba ambas esferas; por un lado lo político,
y por el otro, lo económico. Para el autor, el nuevo imperialismo, así como lo hace
Hernández, está determinado, dentro de las cuestiones económicas, principalmente por la
rivalidad entre potencias industriales que imponen el proteccionismo como herramienta de
defensa de sus mercados locales ante los competidores. Sin embargo, detecta que para
comprender el imperialismo, se debe colocar al mismo nivel, lo político. Para esto, recurre
a la importancia del status frente a dichos adversarios en la carrera por la supremacía
global, la posesión de múltiples territorios, por más que su aporte económico llegue
incluso a ser deficitario, no doblegará la voluntad de continuar con dicho dominio, con tal
de no otorgarle ninguna oportunidad, a sus contrincantes de ganar un nuevo espacio.
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2. En primer lugar, las fuentes acercadas por la cátedra para el presente práctico, nos
permiten reconocer las posiciones de diversos personajes, quienes con sus palabras nos
remiten a las visiones imperantes al momento de su producción. Las nombradas fuentes
(en la actividad a), han permitido a diversos autores el estudio del imperialismo, a
continuación detallamos algunos puntos destacados entre las fuentes y los autores
trabajos anteriormente.
Para el caso del discurso de Disraeli, la conexión más significativa, la encontramos
con la obra de Mommsen, puesto que los giros políticos y su posterior impacto en el
devenir de las colonias, principalmente en los referido al control de las mismas, así como
también en la absorción de recursos y el status del imperio británico frente a las demás
potencias europeas, son de suma importancia en la explicación del historiador alemán.
En lo que se refiere a la obra de Salisbury, su contextualización del mundo en base al
darwinismo, es retomado por Hobsbawm, para realizar (como ya nos tiene
acostumbrados) una introducción en cada capítulo de su obra, que presenta y describe
rápidamente las posiciones imperantes en la temática que desarrollará. El peso del
darwinismo social, hará eco de manera concluyente en muchas visiones de la Europa del
siglo XIX.
Finalmente, en el discurso de Chamberlain, detectamos como tanto Hernández
Sandoica, como así también Hobsbawn, reconocen la impronta de la posibilidad del auto
gobierno y el dominio tanto formal como informal que llevó adelante el imperio británico.
Para el primer autor, la diversidad será el factor clave que diferenciará a la gestión
británica, del resto de las administraciones; mientras que, para el segundo, se deberá
colocar el acento en el rol de las elites locales.
ACTIVIDAD C
1. La obra de Lenin, publicada para el año 1917, entra en el debate sobre el imperialismo,
que hacía tiempo a tras ya había incorporado los aportes de diversos autores tales como
Hobson, Kautsky y Hiferding, entre otros. En su obra, Lenin, recaer firmemente en el
desarrollo del capitalismo, sus consecuencias para el proletariado y el impacto en la
sociedad que trae aparejado. En este último punto, el autor no duda en referirse a la
primera guerra mundial como la primera guerra imperialista.
El fin que persigue Lenin en esta fuente, es el reconocer los elementos básicos que
conforman la economía mundial y las relaciones internacionales que llevaron al conflicto
bélico de la primera guerra mundial. Entrando en el capítulo acercado por la cátedra,
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reconocemos que se centra fundamentalmente en hallar y definir los elementos
esenciales que debe desarrollar el capitalismo, para elevarse hacia una evolución del
propio sistema, el imperialismo.
Para el autor, el imperialismo es el desarrollo de una de las etapas del capitalismo,
cuando éste alcanza una fase en donde el libre comercio es superado, y su
desplazamiento le da lugar a una supremacía absoluta del monopolio. De esta forma,
define el concepto como, “El imperialismo es el capitalismo en aquella etapa de desarrollo
en que se establece la dominación de los monopolios y el capital financiero; en que ha
adquirido señalada importancia la exportación de capitales, en que empieza el reparto del
mundo entre los trust internacionales, en que ha culminado el reparto de todos los
territorios del planeta entre las más grandes potencias capitalista.” (Lenin, 1974, Pág.
110).
Antes de dar paso a la segunda parte de la actividad, quisiéramos compartir la visión
de Kautsky, centrada en los aspectos políticos que, de manera muy dura es criticada por
Lenin; para el primero el imperialismo se define como “… tendencia de toda nación
capitalista industrial a someter a su control o anexionarse todas las vastas regiones
agrarias… con independencia de los pueblos que las habitan.” (Lenin, 1974, Pág. 112).
2. En primer lugar, los aportes de Lenin a la temática del presente práctico, han servido de
referencia para la mayoría de los pensadores que deseen abordar el imperialismo. No
obstante, dentro de los aquí trabajados, consideramos que Eric Hobsbawn, es quien no
solo expone las posturas leninistas sobre el imperialismo, sino que además, las confronta
con aquellas anti leninistas.
Desde su visión, el historiador británico, plantea cómo la economía global es la
creación de mayor impacto dentro del siglo XIX, siendo esta también la justificación de
cómo se puede entender la expansión de las potencias europeas hasta los confines más
alejados del planeta. Sin entrar en un debate sobre, si la política es reaccionaria de la
economía, o es a la inversa; esto significa, cuál de las dos da los primeros pasos, lo que
consideramos que plantea Hobsbawn, es no dejar de lado ningún aspecto al momento de
estudiar el imperialismo.
En segundo lugar, si pensamos los aportes en relación a los expuestos por Hernández
Sandoica, quien considera a Lenin como “… el más frágil de todos aquellos analistas en
teoría económica, aunque se hiciera el más influyente y hasta el más popular…”
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(Hernández Sandoica, 2001, pág. 364-365), observamos una clara oposición. Incluso se
desprende de su análisis otra crítica en cuanto al posible impacto negativo de las
inversiones de las potencias imperiales en el extranjero, a sus propias cuentas fiscales.
A modo de cierre, quisiéramos retomar la idea primeria, sin importar la corriente o la
ponderación de lo expuesto por Lenin en su obra, consideramos a los aportes de soviético
como innegables al momento de analizar la cuestión.
ACTIVIDAD E
1. En un mundo, en donde predominaba un tipo de relación comercial impuesta por los
países desarrollados, por sobre el resto, detectamos como entre 1875 y 1914, las
potencias europeas se “lanzan” hacia una competencia por el dominio del resto del globo.
Dicho periodo, se caracteriza por la construcción de imperios basados en la
supremacía tanto económica, como militar de los países capitalistas, los cuales no habían
sufrido ningún desafío serio, en su intento de anexión y conquista de los continentes
Africanos y Asiáticos principalmente. Estos territorios, se vieron divididos en sectores
sujetos a un dominio que adoptó dos formatos, principalmente se trató de una presencia
formal de tipo colonial, pero en determinados espacios, se recurrió a una presencia e tipo
informal. En lo que se refiere a los estados protagonistas de dicho proceso de expansión,
debemos nombrar no solo a Gran Bretaña, sino que también a Francia, Alemania, Italia,
Rusia y Estados Unidos, como participantes de un proceso de ocupación que abarcó
desde África, pasando por el Pacifico, Asia Central, e inclusive el Continente Americano.
Respecto al plano económico, los flujos comerciales dentro de los territorios pueden
analizarse a través de las actividades en donde las potencias invertían financieramente en
sus colonias. Motivo por el cual, podemos rescatar la fuerte presencia de capital Ingles en
ferrocarriles, bancos, etc. en América del norte, India, el sur de África, como en Asia
(donde compite y supera a Francia), y Oceanía.
Por parte el imperio Alemán, a pesar de sus inconmensurables deseos, solo se pudo
conformar con pequeños enclaves en África, donde compite tanto con Gran Bretaña como
con Francia, del mismo modo, la rivalidad se detecta en Asia. Pa concluir, no quisiéramos
pasar por alto el rol de Estados Unidos, el cual enfoca sus recursos en América,
apoyándose en la doctrina Monroe.
Bibliografía.
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Hernández Sandoica, Elena, La expresión de los europeos en el mundo, Cap. 6,
pp. 349 – 362. En Aróstegui, Buchruker y Saborido (dirs): El mundo
contemporáneo: historia y problemas, Biblos/Crítica, 2001.
Hobsbawn, E., La era del Imperio, 1875 – 1914. Ed. Labor, Barcelona, 1989, Cap.
3: “La Era del Imperio”, pp. 56 . 84.
Hobson, J.A., Introducción. Estudio del imperialismo: Nacionalismo e imperialismo
17-27. En Hobson-Lenin. Imperialismo. Madrid. Capitán Swing. 2009
Lenin, V., El imperialismo, etapa superior del capitalismo (ensayo pupular). Buenos
Aires, Ed. Anteo, 1974. Sección VII: “El imperialismo como etapa particular del
capitalismo”, pp. 108 – 122.
Mommsen, W., La época del imperialismo. Europa 1885 – 1918. Madid. Siglo XXI,
1973. Parte A Cap. 1: “Las ideologías políticas. Pp. 1 – 30.
Páginas Web:
http://laeradehobsbawm.wordpress.com/materiales-sobre-la-era-del-
imperio/materiales-para-historia-de-la-era-del-imperio/mapas-para-historia-de-la-
era-del-imperio/flujos-comerciales-a-comienzos-del-s-xx/
http://cartographie.sciences-po.fr/fr/royaume-uni-volution-de-l-empire-britannique-
1763-1931
http://missiontice.ac-besancon.fr/hg/grenier/minisite/cart_M/monde_1900.htm
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Anexo. Mapas.
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La evolución del Imperio Británico.
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