PGP Primeros Auxilios Psicológicos
PGP Primeros Auxilios Psicológicos
PGP Primeros Auxilios Psicológicos
En esté articulo se busca brindar una guía de fácil aplicación en situaciones de emergencia, para el
abordaje del aspecto emocional. Es un aspecto importante a tener en cuenta en situaciones de crisis o
posterior a un desastre como actualmente han venido siendo los sismos. Esta guía busca poder facilitar el
proceso de atención, poniendo de relieve los problemas de la salud mental en los preparativos y la respuesta
para casos de desastres.
Es difícil determinar el impacto de un desastre; sin embargo, se pueden usar ciertas cifras como
indicadores. A menudo, la consternación del público es directamente proporcional al número de fallecidos.
Sin embargo, durante dicho periodo, se ha estimado que la proporción de personas afectadas fue 400 veces
mayor que el número de fallecidos. En muchos grupos se observaron problemas de salud mental: los heridos
graves, otras víctimas del desastre e incluso los habitantes de otras zonas no afectadas por el desastre que
hayan perdido amigos y familiares. El número de muertos es sólo el principio del problema.
Los desastres causan diversos tipos de traumas. Las consecuencias para la salud mental
generalmente se clasifican en tres categorías:
Después de un desastre, las reacciones psicológicas de los pobladores pueden variar y por lo
general cambiar con el tiempo. Por lo tanto, las intervenciones psicológicas posteriores a los desastres deben
ser flexibles y basarse en una evaluación continua de las necesidades.
La técnica de los Primeros Auxilios Psicológicos en casos de catástrofes fue preparada por la
Asociación de Psiquiatría Americana (APA), su traducción adaptación la realizo el Dr. Baltasar Caravedo y
publicado por la revista militar del Perú en 1972, sus principios continúan vigentes motivo por el cual lo
presentamos en esta publicación como una técnica aleatoria o de reforzamiento a la de la primera ayuda.
El manual de la APA menciona que básicamente se pueden presentar cuatro tipos de respuestas
individuales a los desastres:
B) Reacciones paralizantes.-
Se puede esperar también encontrar personas que por un tiempo se queden paralizadas, pueden
quedarse paradas o sentadas en medio del caos, como si estuvieran solas en el mundo, su mirada
estará perdida, cuando se les habla no podrán responder a todo o simplemente se encogerán de
hombros o pronunciarán una o dos palabras, parecen libres de reacción emocional, son incapaces de
ayudarse.
C) Reacciones hiperactivas.-
Estas personas pueden estallar en ráfagas de actividad, sin un propósito definido, hablarán
rápidamente, bromearán en forma inadecuada y harán sugerencias y demandas inaceptables, pero
de poco valor real, pasarán de un trabajo a otro y parecerán incapaces de resistir la más mínima
distracción, se muestran intolerantes a cualquier idea que no sea la suya.
D) Reacciones corporales.-
Algunas reacciones corporales han sido ya mencionadas como respuestas temporalmente normales,
aunque estos síntomas normales son algo molestos mientras dura, generalmente no interfieren
seriamente con la habilidad de la persona para llevar adelante una actividad constructiva en una
situación difícil, algunas de estas reacciones, especialmente la debilidad, el temblor, el llanto, pueden
no aparecer hasta después de que una persona ha enfrentado y superado efectivamente el peligro
inmediato.
Las reacciones corporales mas serias pueden sin embargo incapacitar verdaderamente y es
importante reconocer su significado emocional, las náuseas y el vómito son particularmente comunes, estas
reacciones se deben de diferenciar de las producidas por radiaciones o contaminaciones químicas.
Tenga presente que sin embargo la posición de otra persona puede ser similar a la propia, pero cada
persona ha tenido ciertas experiencias únicas que pueden afectar fuertemente sus sentimientos en
relación con los sucesos subsecuentes en sus vidas.
Más allá del horror y el temor que puedan sentir, las personas reaccionarán en términos de cómo
esta experiencia encaja con sus ideas pasadas acerca de sí mismo y sus aspiraciones en el futuro.
Al prestar primeros auxilios psicológicos, rara vez estará usted seguro de por qué algunas personas
se trastornan más que otras, su expresión, su postura, su aspecto integro puede decirle eso, aún
cuando ella no le diga con palabras, permitirle a un accidentado saber que usted quiere entender
como él se siente puede ser el primer paso para ayudarlo, esto puede hacerse con unas pocas
palabras o aún con un simple gesto. No lo abrume con su compasión. Esto sólo le hará sentir más
incomodo y confirmará sus peores temores acerca de sí mismo, haga lo indispensable para
establecer contacto con él.
C) Mida las posibilidades del accidentado en forma tan exacta y rápida como sea posible.-
Mientras usted se da cuenta de las limitaciones de una persona perturbada, usted estará atento de
las habilidades y otros recursos que pueda utilizar y reavivar, una persona muy trastornada puede
fácilmente hacerle olvidar que podría ser de verdadera ayuda para usted tanto como para sí mismo y
que usted puede ayudarlo a iniciar el camino hacia la reorganización de su mundo. Averigüe con
tacto que fue lo que sucedió, permítale responder de su propio modo.
Usted no puede dejarlo divagar interminablemente, ofrecerle un par de minutos en los cuales él
pueda hablar libremente de sus propias experiencias le mitigarán notablemente algunos de sus
sentimientos de desesperanza e impotencia. Averigüe si el herido se preocupa particularmente de
sus familiares o amigos, dele tan honestamente como pueda una información acerca de donde,
cuándo y cómo puede él razonablemente esperar tener contacto con aquellos que le son queridos.
Si él está demasiado deprimido para hablar fácilmente una exposición de lo que puede haberle
sucedido (basado en su conocimiento general del desastre) puede acrecentar su confianza en usted,
hasta el punto de que él pueda hablarle un poco.
Preguntas breves acerca de su ocupación normal pueden darle a usted algunas pistas sobre sus
habilidades e interés básico, para muchas personas que están anonadadas emocionalmente el
trabajo que pueda hacerse en forma automática y rutinaria podría ser el primer paso que los haga
volver hacia la normalidad efectiva.
Una razonable y sincera apreciación de sí mismo es parte muy importante de su preparación para
prestar primeros auxilios psicológicos. Un trabajador de primeros auxilios físicamente herido puede
continuar haciendo un buen trabajo curando las heridas de los accidentados. Pero sí está
“emocionalmente herido” tendrá grandes limitaciones para proveer ayuda a otros.
Los autores tratan de aclarar este dilema clasificando a las víctimas en seis ampliar categorías,
dependiendo de su relación directa o indirecta con el desastre, de esta manera tenemos los siguientes:
A) Que hacer:
- Desarrollar el sentido de escucha-responsable. Escuchar atentamente, sintetizando brevemente los
sentimientos del afectado. Hágalo sentir que usted lo entiende y comprende por lo que esta pasando,
esto es la empatía.
- Ser cortés, honesto y transparente; ganarse la confianza y cooperación del afectado.
- Ser realista y objetivo.
- Favorecer la dignidad y libertad para que las víctimas trabajen en sus problemas.
- Favorecer la confianza y seguridad.
- Estar alerta sobre las oportunidades de dar énfasis a las cualidades y fuerzas de la persona.
- Aceptar el derecho de los afectados de sentirse así.
- Realice preguntas saludables y efectivas.
- Pida una retroalimentación para ver si está usted comprendiendo.
Las reacciones postraumáticas que pueden aparecer como una manifestación normal en
circunstancias anormales, tanto en los niños, jóvenes o adultos, deben ser atendidas rápidamente y
oportunamente. Por el contrario, si se piensa que los niños “No sienten o no entienden” se comete un grave
error que los deja expuestos a sufrimientos y temores. La explicación sencilla del origen de los fenómenos
naturales ayuda a los niños a entender y manejar de una manera más racional sus angustias.
Los maestros, trabajadores de atención primaria en salud, agentes comunitarios y las familias
pueden ser adecuadamente capacitados para reconocer este tipo de problemas en los niños, identificando
las reacciones normales y diferenciándolas de las patológicas.
Problemas psicosociales que pueden ser manejados, por lo general, en el ámbito familiar y
comunitario:
- Pesadillas.
- Mojar la cama.
- Ansiedad, miedo, fobias.
- Agresividad, problemas disciplinarios.
- Tristeza o nostalgia.
- Mal desempeño en la escuela.
- Enfermedades, dolores psicosomáticos (dolores causados por factores emocionales)
- Falta de concentración, hiperactividad.
- Exagerado apego a los adultos.
- Comportamientos regresivos, pérdida de nuevas habilidades.
Manifestaciones sintomáticas más frecuentes en niños, niñas y adolescentes según grupo de edades.
- Cambios inesperados de conducta. Por ejemplo, los niños activos se vuelven pasivos
y los pasivos, activos.
- Dolores corporales (cabeza, pecho, estómago, etc.)
- Preocupación extrema por el proceso de recuperación de sus padres. Evitan
molestarlos a ellos con sus propias angustias.
- Preocupación excesiva por otras victimas y sus familiares.
- Sentirse inquietos, confundidos y asustados por sus propias reacciones ante el dolor
y la perdida.
- Miedo a fantasmas.
Adolescentes, - Culpa por haber sobrevivido.
de los 12 a los - Desinterés por la vida.
18 años: - Pena, sensación de vulnerabilidad (estar indefenso).
- Se comportan diferentes. Puede aparecer uso de drogas, delincuencia, conductas
sexuales inapropiadas, etc.
- Conductas autodestructivas. Tendencia a tener o provocar accidentes.
- Cambios repentinos en sus relaciones con las personas.
- Deseos y planes de venganza.
- Deseos de entrada prematura a la edad adulta. Por ejemplo, abandonar la escuela,
buscar un trabajo, casarse, tener un hijo, etc.
Si los síntomas persisten luego de tres meses o si se acentúan a pesar de la atención, debe
pensarse en la necesidad de una evaluación más profunda para definir la remisión especializada. Igualmente,
se impone la remisión a un especialista cuando se detectan signos y síntomas de alarmas
Debe organizarse el tiempo de los niños para que superen el duelo y vuelvan a la normalidad. Se
debe favorecer la socialización mediante la relación con otros niños en grupos.
Las técnicas lúdicas, expresivas, plásticas y dinámicas son un instrumento de primer orden para el
trabajo con niños. Los menores se proyectan a través del juego, los dibujos, la escritura, escenificaciones,
títeres. Se reestructuran los acontecimientos impactantes para que se les encuentre una lógica temporal,
reconstruir lo sucedido y definir claramente causas y efectos que les permitan quedar libres de falsas culpas.
Los maestros, trabajadores de salud y agentes comunitarios necesitan instrumentos concretos para
trabajar con los niños. La narrativa de cuentos es otro recurso muy utilizado, se leen los cuentos a los niños
pero además crean canciones y preparan escenificaciones y teatro de títeres con los personajes de los
cuentos. Los títeres ayudan a los niños y jóvenes a proyectarse y hablar a través de ellos expresándose de
una manera más libre.
Las siguientes recomendaciones, acorde con las alteraciones específicas que se evidencien, son
útiles para los padres y maestros:
Alteraciones
Consejos a los Padres Consejo a los Maestros
Observadas
Trastornos del - Tranquilícelos. Detecte el problema (por ejemplo, si
sueño - Firmeza sobre la hora de dormir. observa que el niño esta excesivamente
- Acompáñelo un rato. cansado)
- Luz tenue prendida.
- Acuda si se despierta por completo y
asustado (pesadilla), tranquilícelo; si lo
recuerda al día siguiente, hablen de la
causa del temor. Si no se despierta por
completo (terror), no lo despierte, pues
no lo recordará al día siguiente.
Apego excesivo - Tranquilícelo. Permita la presencia de los padres en el
- Permítale la cercanía física y consiéntalo. aula, por un tiempo, disminuyendo este
Duelo - Permita que el niño perciba su propia Informe a los compañeros cuando el
tristeza. alumno se incorpore a las clases.
- Permita la expresión libre de Explíqueles brevemente las reacciones
sentimientos y recuerdos (tristeza, ira, normales que presentará.
culpa) y hable de ello en el grupo Dé apoyo emocional.
familiar. Facilite espacios para hablar de manera
- Provea acompañamiento y individual, pero no permita que se centre
manifestaciones afectivas. la atención en el niño.
- No oculte la realidad. Promueva su participación en
- No fomente la negación, hable de las actividades regulares educativas y
pérdidas señalando su carácter definitivo, recreativas.
a pesar de lo cual es necesario “seguir Vigile la evolución y detecte signos de
adelante” y tratar de normalizar la vida lo alarma (tristeza que se acentúa, ideas
más pronto posible, lo que incluye las de muerte, de suicidio, etc.).
actividades sociales conjuntas e Establezca contacto con los padres y
individuales. coordine acciones.
- Permita la participación en los ritos de
duelo (entierro, eventos religiosos, en
caso de muerte, etc.)
- Contrarreste la ira y la culpa posibles
explicando las circunstancias reales de la
pérdida o la muerte).
- Permita a los adolescentes elaborar el
duelo antes de asumir nuevas
responsabilidades.
Es fundamental la estrecha comunicación entre los padres y maestros. Las expectativas y métodos
de ayuda en el hogar y en la escuela deben ser coherentes entre sí.
Es necesario, como regla general, evitar el castigo físico, los gritos y las amenazas. Si es necesario
establecer algún castigo, lo más conveniente es adoptar por un tiempo corto una actitud de indiferencia,
explicando que se está molesto o triste. Debe tenerse especial cuidado de no manifestar disminución de
afecto (“sí no, no te quiero”), amenazas de abandono o actitudes que culpan (“por tu culpa estoy enfermo”,
“me vas a matar de la rabia”, etc.).
NOTA IMPORTANTE:
1. Si los síntomas duran mas de 4 semanas, referir al niño(a) al Centro de Salud o Centro
Especializado para la atención Psicológica.
2. Los auxilios emocionales para los más pequeños, funcionan también para los más grandes.
BIBLIOGRAFÍA
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Infancia y la Adolescencia. (Capitulo V, Pág. 97 a 125). [Adobe Acrobat Reader]: www.paho.org/desastres
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Moderno: México, D.F.
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OPS/OMS. (2002). Manuales y Guías sobre Desastres. Protección de la Salud Mental en Situaciones de
Desastres y Emergencias. OPS/OMS: Washington, D.C.
OPS/OMS. (2001). Biblioteca Virtual de Salud para Desastres. [CD Rom Multimedia].
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