Sociologia Criminal

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Modulo Criminología

Curso Sociología Criminal


Facilitador Gerardo Valdés Durán

Introducción
La Sociología analiza la relación entre la delincuencia y distintos segmentos. Analiza la tasa social
de criminalidad y su interrelación con la estructura social, económica u otros factores
ecológicos.

Toda creación o manifestación humana es siempre fenoménica, aun en el campo jurídico, de allí
que tenga niveles de observación y teoría psicológicos, biopsicológicas, psicosociales,
sociológicos, de esa cuenta la sociología criminal es la ciencia que estudia el delito como
fenómeno es decir, la criminalidad en toda su complejidad y la pena en cuanto reacción social,
en sus orígenes, evolución y significación y en sus relaciones con los demás fenómenos sociales
relacionados con una y otra

Hasta mediados del siglo XX, el estudio de la criminalidad se realizaba a través de concepciones
positivistas, Posteriormente, estos estudios positivistas fueron suplantados por análisis
sociológicos, en otras palabras, el delito fue estudiado como un fenómeno social. A dicha ciencia
se le concibió como sociología criminal.

El punto de vista sociológico, busca destacar la importancia del medio y del aprendizaje para la
definición de criminalidad, ya que consideran al delito como una manifestación de ciertos
individuos a los estímulos de la organización social.

Es decir, que el acto criminal se trata de la respuesta a las influencias que se ejercen de modo
selectivo sobre las personas que constituyen una colectividad.

Sin embargo, estas influencias y/o estímulos pueden proceder de distintos factores, por lo que,
la escuela social busca examinar estos agentes y su fin estriba en determinar cuáles son las
posibles causas del crimen y de la desorganización dentro de cada estructura social y cultural.

La Sociología Criminal, como disciplina criminológica, se debe al sociólogo y jurista italiano


Enrico Ferri (1856-1929), representante de la escuela positivista del Derecho Penal quien, a partir
de la tercera edición, dio ese título a su famoso libro Los nuevos horizontes del Derecho y del
procedimiento penal (Bolonia-Italia, 1881); Ferri incluyó en la nueva ciencia, no solo a la
Antropología y a la Estadística Criminales, sino a las Ciencias Pedagógicas, la Penología, e
incluso al Derecho Penal del que decía era solo un capítulo de la Sociología Criminal.

La Sociología Criminal es la ciencia, que tiene por objeto el estudio del delito en cuanto al
fenómeno social, así como el de los factores sociológicos que intervienen en su producción.

La Sociología Criminal analiza la relación entre la delincuencia y sus distintos segmentos y


Analiza la tasa social de criminalidad y su interrelación con la estructura social, económica u
otros factores ecológicos, en tal virtud se interesa más por la importancia del “medio” o
“entorno” en la génesis de la criminalidad, contemplando el hecho delictivo como fenómeno
“social”, y pretendiendo explicarlo, en función de un determinado marco teórico.

Teorías sociológicas de la delincuencia.

La escuela de Lyon.
Llamada también Escuela Antroposocial o Criminalsociológica estaba integrada
fundamentalmente por médicos. Acudían con frecuencia al símil del microbio para explicar la
trascendental importancia del medio social o entorno en la génesis de la delincuencia.

El microbio es el criminal, un ser que permanece sin importancia hasta el día que se encuentra el
caldo de cultivo que le permite brotar.

Juan Alejandro Eugenio Lacassagne (1934-1924) exponente principal, junto a su escuela se


caracterizaron por la influencia la tesis de Luis Pasteur, declarando que el criminal es un
microbio, y así consideran que el microbio como tal, en un estado de asepsia, cuando no se
encuentra en un ambiente adecuado, es inofensivo, pero si a este microbio se le introduce en un
ambiente adecuado se reproducirá, y reaccionara como veneno.

Lacassagne dirige el estudio del criminal hacia la sociedad, de tal suerte es conocido por su
máxima: “las sociedades tienen los criminales que se merecen” resaltando la importancia del
medio social, como el caldo de cultivo del microbio criminal. Es de suponer que el científico de
Lyon compartía el pensamiento criminológico de Rousseau que sostenía que: "a mayor
desorganización social, mayor criminalidad; a menor desorganización social, menor
criminalidad; existe más criminalidad entre las sociedades y los estados desorganizados que
entre los estados y sociedades mejor organizados"

Lacassagne distinguió dos clases de factores criminógenos y los llamó: “predisponentes de


carácter somático y los determinantes

Los sociales, decisivos, clasificación que corresponde a la efectuada por Aubry (factores
predisponentes, como la herencia, y factores transmisores del contagio, como la educación, la
familia.

La Escuela de Lyon dio un gran avance a la Criminología, pero no llegaron a hacer Sociología
Criminal porque obviamente no eran sociólogos

Escuela Social: Émile Durkheim


La introducción de elementos sociológicos al discurso de la criminología se debe sobre todo, en
su faz inaugural, a los estudios funcionalistas de Emile Durkheim 2

Esta escuela no tiene su fundamento en el contrato social sino en la dialéctica. Esta escuela tiene
antecedentes en la Lyon, en especial en Lacassagne, quien considera que el criminal solamente
es peligroso en cuanto esté en un medio adecuado; lo adecuado es “el medio social, es el caldo
de cultivo de la criminalidad

La Sociología Criminal contemporánea tiene dos vertientes, el europeo y el norteamericano. El


europeo, se debe al tratadista Durkheim, y es de corte academicista, responsable de la teoría de
la “anomia”. Pedagógicas, la Penología, e incluso al Derecho Penal del que decía era solo un
capítulo de la Sociología Criminal.

Émile Durkheim (Épinal, Francia, 15 de abril 1858 – París, 15 de noviembre 1917) fue un
sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y, junto con Karl Marx y Max
Weber, es considerado uno de los padres fundadores de dicha ciencia.

Creó el primer departamento de sociología en la Universidad de Bordeaux en 1895, publicando


Las reglas del método sociológico. En 1896 fundó la primera revista dedicada a la sociología,
L'Année Sociologique.

Su influyente estudio, El suicidio (1897), un estudio de los tipos de suicidios de acuerdo a las
causas que lo generan, fue pionera en la investigación social y sirvió para distinguir la ciencia
social de la psicología y la filosofía política. En su obra clásica, Las formas elementales de la vida
religiosa (1912), comparó las vidas socioculturales de las sociedades aborígenes y modernas, con
lo que ganó aún más reputación.

Durkheim perfeccionó el positivismo que primero había ideado Augusto Comte, promoviendo el
realismo epistemológico y el método hipotético deductivo. Para él, la sociología era la ciencia de
las instituciones, y su meta era descubrir "hechos sociales" estructurales. Durkheim fue un mayor
proponente del funcionalismo estructuralista, una perspectiva fundacional tanto para la
sociología como para la antropología. Según su visión, las ciencias sociales debían ser
puramente holísticas; esto es, la sociología debía estudiar los fenómenos atribuidos a la
sociedad en su totalidad, en lugar de centrarse en las acciones específicas de los individuos y
propone una transformación sociológica en la criminología contemporánea en su Teoría
Estructural Funcionalista.

Norteamérica: Escuela de Chicago.


La Escuela de Chicago debe caracterizarse como un grupo teórico-ecológico aplicado a la
etiología y lucha contra el crimen; se fundaba en la identificación de los sectores,
geográficamente localizables y ecológicamente cambiantes, de desorganización social.

La degradación del ambiente se genera en épocas de acelerado cambio social, sea a través de
los desplazamientos sucesivos de grupos poblacionales a zonas de transición en el ámbito
urbano, sea en función de las corrientes migratorias (predominantemente extranjeras) de origen
campesino que se enfrentan a las pautas de la vida propias de una sociedad urbana industrial;
en estas condiciones se registra una disminución de la influencia de las reglas de
comportamiento existentes sobre los miembros del grupo o sobre los habitantes de las zonas de
desorganización social; aquí parecen debilitarse los lazos sociales y la fuerza contenedora de las
normas y de los valores.

De esta manera, el comportamiento criminal es más bien producto de un déficit en la contención


social, que deja sin gobierno los impulsos individuales hacia la satisfacción de las necesidades
propias o del grupo de pertenencia. (Virgolini, Julio “Crímenes excelentes. Delitos de cuello
blanco, crimen organizado y corrupción”. Del Puerto. Buenos Aires, 2004. Pág. 17.)
Con la Escuela de Chicago, de la que surgirán, progresivamente, los diversos esquemas teóricos,
identificados como las teorías ecológicas, sub culturales, del aprendizaje, de la reacción social o
del etiquetado.

En la actualidad las reflexiones teóricas más consistentes y continuadas sobre la delincuencia se


originaron en los Estados Unidos. La “Escuela de Chicago” se caracterizó, desde un principio, por
un particular “empirismo” y por su finalidad pragmática, concentrando sus investigaciones en
los “problemas sociales” del momento.

Desde las primeras décadas del siglo XX, los sociólogos de la Universidad de Chicago iniciaron
esta reflexión que ha sido continuada por otras generaciones de sociólogos de aquel país. Es por
esta razón que buena parte de los teóricos a que se alude en este apartado son sociólogos
norteamericanos porque ellos son los que han desarrollado las teorías más conocidas sobre la
materia.

Entre sus representantes pueden citarse a Park, Burgess, Mckenzie, Tharasher, Shaw, McKay.El
marco de atención de estos autores es la gran ciudad como unidad ecológica, y su reflexión, es
que existe un claro paralelismo entre el proceso de creación de los nuevos centros urbanos y la
criminalidad de los mismos, en cuanto a la criminalidad urbana se dice que “La ciudad produce
sus delincuentes”.

La primera obra que asume el esquema “ecológico” se debe a Park, Burgess y Mckenzie (1928),
quienes mantienen que, el crimen es producto de la “desorganización” propia de la gran ciudad,
en la que se “debilita” el control social y se deterioran las relaciones humanas, propagándose un
clima de vicio y corrupción “contagioso”.

Otra obra paradigmática es el “Defensible Space”, de Newman. Por “defensible space” entiende
Newman “un modelo para ambientes residenciales que inhibe la intención del individuo a
cometer el delito, creando la expresión física de una fábrica social que se defiende a sí misma”.

Según Newman, el diseño urbano y arquitectónico favorece el crimen, bien porque permite el
fácil acceso de extraños (Múltiples entradas a las viviendas o parqueos de vehículos (parkings),
centros comerciales que atraen visitantes al vecindario. bien porque los propios residentes o la
Policía cuentan con limitadas posibilidades de vigilancia y observación de las áreas públicas
adyacentes, como sucede con las Calles, parques, aparcamientos de vehículos.

Newman propone cuatro medidas muy precisas:

 Subdividir las áreas públicas en zonas más pequeñas, para que los vecinos adopten
actitudes de propiedad.
 Adecuada ubicación de las ventanas, potenciando al máximo la capacidad de
observación de estas áreas.
 Emplazar zonas concurridas junto a actividades públicas que no son fuente de peligros,
como, pequeños parques y zonas de recreo infantil.
 Construir áreas públicas de modo tal que sus eventuales visitantes se sientan
observados.
La propuesta intenta de abordar el problema criminal, optando por la Psicología comunitaria por
una vía realista de intervención, sugiriendo una profunda reestructuración de la vida urbana y el
fortalecimiento de las instituciones intermedias, que median entre la privacidad del ciudadano y
la vida pública.

Las medidas propuestas responden a la llamada Psicología comunitaria, muy próxima a la


Psicología “ambiental,” que es un nuevo concepto de “intervención”, de su objeto, técnica y
destinatarios.

Los postulados de la Psicología comunitaria son: la intervención ha de tener un impacto


preventivo, incidiendo en aquellos lugares donde se presenta el problema; que no se conforma
con la reforma personal del individuo, sino que pretende producir cambios institucionales, por
entender que una reorganización ambiental incide significativamente en la conducta de los
miembros o individuos de la institución; que los programas de intervención deben contemplar
variables de tipo legal, sociológico, político, económico y organizacional.

La “Psicología comunitaria” es un enfoque ambientalista, con claras connotaciones ecológicas,


que surge en la década de los sesenta como reacción a los modelos psicológicos clínicos y, al
propio tiempo, como expresión de un cambio sociopolítico que reclama un papel más activo de
las pequeñas comunidades, es decir una reorganización de la vida urbana, con la cual se
pretende estimular la acción de las instituciones mediadoras entre la vida privada del individuo
y el espacio público que le rodea.

Las teorías de la delincuencia adulta: La teoría de la anomia

La teoría de la anomia en su versión moderna fue desarrollada por el conocido sociólogo


norteamericano Robert K. Merton en su ensayo Estructura social y anomia publicado
originalmente en 1938 y reeditado en la década del 60 en su célebre libro Teoría y estructura
social. En su planteamiento conceptual, Merton se apoya en el concepto de anomia acuñado por
Emilio Durkheim, el gran sociólogo francés de la segunda mitad del siglo XIX y el primer cuarto
del siglo XX.

Anomia viene del griego a que significa sin y nomos, normas. Desde el punto de vista
etimológico, anomia significa sin normas. Durkheim utilizó el concepto de anomia para referirse
a esos momentos en la vida de las sociedades humanas en los cuales las normas y valores
tradicionales entran en crisis, es decir que, se ven socavados sin ser sustituidos por otros, por lo
que se vive en una situación anómica. Bajo estas circunstancias, la gente se desorienta y pierde
la relativa confianza que da existencia de normas fijas y estables en virtud de las cuales orientar
su vida y sus actos. Durkheim desarrolló el concepto de anomia para explicar un fenómeno
social tan importante como el suicidio.

Merton modificó el concepto de anomia de Durkheim para "determinar la manera como las
estructuras sociales ejercen una presión definida sobre ciertas personas de la sociedad para que
sigan una conducta inconformista y no una conducta conformista" y para referirse a la tensión
social a que se ven sometidos los individuos cuando los valores aceptados entran en conflicto
con la realidad social.
En la sociedad norteamericana, explica Merton, la situación de anomia resulta del hecho de que
la misma pone un gran énfasis en los triunfos económicos como medida del éxito personal y
señala como medios legítimos para obtenerlos la autodisciplina y el trabajo duro.

De acuerdo a este argumento, las personas que son disciplinadas y trabajan duro pueden
triunfar independientemente del ambiente en el que crecieron. Esto no es completamente
cierto, ya que aún alto porcentaje de la población se encuentra en situación de desventaja y
tienen oportunidades muy limitadas para prosperar económica y socialmente.

Los que no consiguen "triunfar", se sienten condenados, como nos explica un conocido
sociólogo británico, por su aparente falta de capacidad para hacer progresos materiales. Bajo
estas condiciones, los individuos se ven presionados a "salir adelante" por los medios que sea,
legítimos o ilegítimos. (Giddens, 1991)

Merton identifica cinco posibles reacciones a los valores socialmente aceptados y los medios
limitados para alcanzarlos.

 Los conformistas son aquellos que aceptan tanto los valores generalmente aceptados
como los medios convencionales de lograrlos, independientemente que triunfen o no. La
mayor parte de la población pertenece a esta categoría.
 Los innovadores son aquellos que, aceptando los valores socialmente compartidos,
utilizan medios ilegítimos o ilegales para tratar de lograrlos. Los delincuentes que tratan
de hacerse ricos con actividades ilegales son un buen ejemplo de este tipo de respuesta.
 Los ritualistas son aquellos que actúan de acuerdo con los valores socialmente
compartidos pero que han perdido de vista los valores que originalmente impulsaron su
actividad. Se trata de aquellos que siguen las reglas como si fueran un fin en sí mismas,
sin un fin concreto, de un modo compulsivo. Un ritualista sería aquel que realiza un
trabajo aburrido, aunque carezca de perspectivas profesionales y no le reporte
beneficios significativos.
 Los retraídos son aquellos que han abandonado el enfoque competitivo por completo,
rechazando tanto los valores dominantes como los medios para conseguirlos. Este es el
caso de los vagabundos, los drogadictos, los psicóticos, es decir, los desheredados de la
sociedad, como escribió el propio Merton.
 La rebelión es la reacción de los individuos que rechazan tanto los valores existentes
como los medios normativos y desean sustituirlos por otros nuevos y por otro sistema
social. Los miembros de los grupos políticos revolucionarios pertenecen a esta categoría.
(Merton, 1965 y Giddens, 1991).

Desde el punto de vista conceptual, la teoría de la anomia ha sido criticada debido a las
dificultades que experimenta para explicar porque se da un tipo de adaptación a la tensión y no
otro (por ejemplo, innovación en vez de retraimiento), o por qué algunos individuos bajo
tensión se conforman mientras otros se marginan. Ha sido criticada también por ser demasiado
general y porque el concepto de desviación que usa es visto más como un resultado que como
un proceso.
Teoría de la asociación diferencial o de la subcultura.
La teoría de la asociación diferencial o de la subcultura fue formulada por Edwin H.
Sutherland en el año de 1921 y trata de explicar el origen de la conducta criminal. A juicio de
Sutherland, la conducta criminal no es innata. Es aprendida. Esto significa que la conducta
criminal no es hereditaria y que el individuo que no haya sido educado en el crimen, no inventa
la cultura criminal.

La conducta criminal, señala Sutherland, se aprende en un proceso de interacción con otras


personas en un proceso de comunicación. Esto implica que la conducta criminal se aprende en el
contexto de los denominados grupos primarios (la familia, la escuela, el grupo de pares,
etc.). Entre estos grupos, Sutherland, destaca el grupo de pares, es decir, el grupo de personas
de la misma edad con los cuales el adolescente o el joven interactúan. Esto hace que en un
ambiente en el cual el nivel de delincuencia sea alto, un muchacho sociable y extrovertido,
establezca con relativa facilidad relaciones con otros muchachos del barrio, aprende de éstos la
conducta delictiva y acabe convirtiéndose el mismo en un delincuente.

Un individuo se convierte en delincuente, sostiene Sutherland, en función de sus contactos con


modelos criminales que le sirven como marco de referencia y cuando hay un exceso de
definiciones favorables a la violación de la ley respecto a las definiciones desfavorables a la
violación de la misma, esto es, cuando según un cálculo racional, hay mayores posibilidades para
actuar impunemente que ser castigado por su conducta. El aprendizaje de la conducta criminal,
puntualiza Sutherland, incluye las técnicas del crimen y la específica canalización de
motivaciones, impulsos, racionalizaciones y actitudes.

La delincuencia, es una conducta subcultural que se aprende en los grupos que viven en zonas
de transición caracterizada por los bajos ingresos de sus habitantes y el valor de los alquileres,
en los cuales es más evidente y sentida la desorganización social, término que en la sociología
norteamericana va asociado al slum, al ghetto, al barrio pobre y a las dificultades que este
hecho trae consigo para participar en el estilo de vida típico de la clase media. (Sutherland y
Creessey, 1966, Lamnek, 1987 y Pitch, 1980)

Algunos autores han tratado de reformular algunos aspectos de la teoría de Sutherland para
hacerla más operativa. Un ejemplo de ello es el intento de Daniel Glaser quien sostuvo
reformulando a Sutherland que un individuo sigue la conducta criminal en la medida en que se
identifica con personas reales o imaginarias desde cuya perspectiva su conducta criminal parece
aceptable.

Con esta reformulación, Glaser remarca el hecho de que la conducta criminal es libremente
escogida por los individuos que optan por ella y que para comprenderla es necesario integrar los
valores, las frustraciones precedentes, los códigos morales aprendidos, la participación en los
grupos y otros elementos de la vida de un individuo.(Pitch, 1980, pp. 65-67).
Teoría del etiquetamiento
Los teóricos de etiquetamiento interpretan la conducta delictiva como el resultado de un
proceso de interacción entre los desviados y no desviados. Ellos señalan que los que representan
las fuerzas de la ley y el orden, o puesto en términos más generales, los que desde posiciones
de autoridad pueden imponer las definiciones de moralidad convencional a otros, constituyen la
principal fuente de etiquetaje. En consecuencia, las etiquetas utilizadas para crear categorías de
desviación social reflejan, por tanto, las estructuras de poder en la sociedad y son diseñadas por
los más ricos para calificar a los más pobres, por los hombres para las mujeres, por los mayores
para los más jóvenes y por las mayorías étnicas para las minorías.

Una vez que un individuo es etiquetado como delincuente, él o ella, es considerado como
criminal y tratado como tal. El individuo acepta eventualmente esta etiqueta y se comporta
como espera que se comparte, como un delincuente.

El primer acto de este drama de etiquetamiento ha sido calificado por el sociólogo


norteamericano Edwin Lemert en una obra Desviación humana. Problemas sociales y control
social (1972) con el nombre de desviación primaria. La desviación secundaria se produce cuando
el individuo acepta la etiqueta que se le ha colgado, se considera a sí mismo como delincuente y
se comporta como tal.

El proceso de aprender a "ser delincuente", suele verse acentuado por las propias
organizaciones que supuestamente se encargan de corregir la conducta consideradas como
delictivas: reformatorios, cárceles e internados. Como puede verse, la teoría del etiquetamiento
llama nuestra atención sobre los efectos que tienen los agentes externos en el control y
tratamiento de las conductas que usualmente se consideran como delictivas y su potencial de
refuerzo en la conducta delincuencial. (Giddens, 1991 pp. 163-164)

Howard Becker sociólogo Estadounidense afirma: “Que los grupos sociales crean la desviación al
hacer las reglas cuya infracción constituye en la desviación y al aplicar dichas reglas a ciertas
personas en particular y calificarlas de marginarías. Desde este punto de vista la desviación no
es una cualidad del acto cometido por una persona sino una consecuencia de la aplicación que
los otros hacen de las reglas y las sanciones para un “delincuente”. El desviado es una persona a
quien se ha podido aplicar con éxito dicha etiqueta, la conducta desviada es la conducta así
etiquetada por la gente”

A H. Garfinkel también sociólogo Estadounidense lanzo una expresión “ceremonia de


degradación del status, con la cual grafica la atribución al condenado de un estigma imborrable,
que conduce a una redefinición de su personalidad y a la adopción de una nueva imagen de sí
mismo”.

Resumen.

Una pregunta incómoda los teóricos del etiquetamiento ¿Qué ocurre con la delincuencia
efectuada por quienes detentan el mando? ¿Cómo delinque aquél de una posición política o
económica predominante en el medio? ¿Cómo tratar las causas de la delincuencia económica o
de “cuello blanco”, la criminalidad dorada” o de los poderosos. ?” Será que todo queda en la
cifra negra, en la estadística ignorada.

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