ALVAREZ, Graciela E. La Oralidad y Su Importancia en El Derecho

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La Oralidad
y su importancia
en el Derecho

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Graciela E. Alvarez
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!t0l,nsftturo de Esludlos PoIltfcos


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INDICE

Introducción ............................................................ 5

Capítulo 1:
La comunicacíón oral ........................................... 13

Capítulo 11:
La adquisición de la competencia oral ................. 33

Capítulo 111:
Aspectos pragmátícos de la comunicación
verbal .................................................................... 49

Capítulo IV:
La Retórica y el discurso oral ............................... 81

Capítulo V:
La recepción de los discursos oratorios ............. 129

Capítulo VI:
La oralidad en el proceso judicial ....................... 151

Apéndice ............................................................ 173

Bibliografía ......................................................... 245


La Oralidad
v su import;;1l1cia en el Derecho
!D Grat'icla E. Álvar",

Instituto de E.s!udio, Políticos e Internacionales

Apartado Oi-: 16-0460 I


Pa"alll,L ReplÍoliea de Panam;í
I é-lila il: iepi pa (0' e w panama, nd

I'rnlllhida la rl'p,,,,lucción parcial () total de esta


oh,a po, cllalquin llIedlo () procedimiento, incluida
la fotocopia, de 'll'lIcnlo a las leyes \'i~clllL's ell la
Rl'plíh] ica dl' l'al1:uII';, sal\'o aUlori/ilciún del aulo!'.

lmpn's" por l'niw,sa¡ Bo()~,

Panamá, RepúbliL'i1 dl' l'allalll<Í.


CAPiTULO VI
LA ORALIDAD EN EL PROCESO
JUDICIAL

En el seno de la sociedad Siempre está pre-


sente la necesidad de debatir y argumentar, ya sea
para defender nuestras ideas, para controvertir las
de otros o para concertar acuerdos.
En el campo juridico y, en particular, en los SIS-
temas que contemplan diversas instancias orales en
el proceso, los actores intervinientes deben contar
con un conjunto de competencias y habilidades para
diseñar estrategias, establecer diálogos, narrar los
hechos de manera clara y verosímil, participar en
el examen de las pruebas, realizar interrogatorios y
contrainterrogatorios, estructu rar sus in tervencio-
nes, exponer convenientemente los fundamentos de
derecho en los que ha basado su teoria del caso.
refutar los argumentos de la parte contraria y produ-
cir alegatos comprensibles y persuasIvos.
SI bien la oralidad tiene la ventaja de que pone
a las partes frente a frente para que le hablen direc-
tamente al órgano juzgador - juez, tribunal o jurado
- sin Intermediarios, la formación del abogado
tiende, en general, a soslayar el entrenamiento en
el uso y perfeccionamiento del discurso oral por
considerar que las dotes oratorias constituyen u na
habilidad natural en todo aquél que ha abrazado
la carrera de abogado. Compartimos con Arturo
Majada" la Idea de que ese criterio es erróneo y

;:5 Ell: "T('cllrca del informe anle jLlz~lados y tribunales" 8mcdorkL


Bosch 1991
152 - GR~CICL~ E. ÁLVAREZ

que la oratoria es un importante auxiliar del abo-


gado. Manuel Atienza dice que el ejercicio de la
profesión de abogado "consiste en argumentar y la
cualidad que mejor define lo que se entiende par
un buen jurista tal vez sea la capacidad para idear
y manejar con habilidad argumentos. Sin embargo,
muy pocos juristas ha leido alguna vez un libro
sobre la materia y seguramente muchos ignoran por
completa que exista algo así como una teoría de la
argumentación juridica ". ""
Como hemos visto, la oratoria es el arte de
hablar con organización y método para poder
transmitir nuestro pensamiento de modo de influir o
persuadir al aud itorio al que está destinado para que
acepte nuestras pretensiones. Hoy siguen vigentes
las finalidades que la retórica antigua adjudicaba
a la oratoria judicial: acusar, defender y refutar las
tesis del adversario.
En todo proceso, se establece una relación
Jurídica triádica entre el órgano juzgador y las partes
que sostienen posturas contrarias. No basta con
tener razones y argumentos que sustenten nuestra
posición, también hay que saber comunicarlos.
Lo más importante para u n abogado que par-
ticipa en un proceso oral es tener sólidos conOCI-
mientos de Derecho sobre la materia objeto del
litigio y haber elaborado previamente su teoría del
caso. El auditorio percíbe inmediatamente SI algUien
está improvisando o si se ha preparado con antici-
pación; de esto depende no sólo la serenidad con

En "Las L;1Z01l8S dC!1 dp:~cho" Barcelona. Aric!, 2003, [)(1g, 19


que el orador exponga su discurso sino también la
impresión de credibilidad que genere
La modalidad expresiva que se adopte para
exponer la teoria del caso dependerá del tipo de
jUicio oral al que se deba hacer frente. Para lograr
el convencimiento del auditorio el orador tiene a su
disposición estrategias para convencer y para con-
mover. Cuando se busca convencer. los argumen-
tos deben tener una base racional y estar dirigidos
al intelecto de los destinatarios. en cambio, cuando
lo que se busca es conmover se debe trabajar
sobre las emociones y los sentimientos. Asi, cuando
se tiene enfrente a un juez profesional o a un tribu-
nal técnico es desaconsejable adoptar el registro
didáctico, ya que seguramente. en estos casos, el
destinatario privilegiado del orador conoce tanto o
más que él la materia sobre la que se está expo-
niendo (teorías. normas, jurisprudencia). Es conve-
niente centrar la exposición en argumentos dirigidos
al intelecto, y exponer las razones probatorias y
juridicas que sustentan la teoria del caso pero sin
descuidar mostrarse convencido y entusiasmado
con lo que se está diciendo. En cambiO, cuando el
abogado se enfrenta a un Jurado, se puede poner
el acento en lo afectivo sin discuidar las razones
de hecho y de derecho pero expresadas éstas de
manera clara y sencilla en lugar de utilizar un len-
guaje criptlco o demasiado técniCO que impida la
decodificación del mensaje que queremos transmi-
tir. De todos modos, el desarrollo de un jUicio oral
en cualquiera de sus modalidades pone a prueba la
elocuencia de los actores intervinientes.
154 - GRACIELA E~ ÁLVAREZ

Cicerón ~i' nos dice que el hombre elocuente


es aquél que delClnte de los jueces, del pueblo o
del Senado sabe probar, agradar y conmover la
práctica de la oralidad debe estar dirigida a adquiril
serenidad, confianza y dominio de si mismo para
poder hacer frente al lógico nerviosismo que se
siente al exponer ante un auditono. El desarrollo
de un proceso oral requiere, además, que el oradDr
forense tenga autodominio sobre sus emociones
y capacidad para improvisar réplicas de manera
creativa y lúcida.
El Cluditono de un juicio oral no es pasivo sino
que establece vinculos con el orador, quien recibe
una influencia que en mayor o menor medida lo
condiciona. la parte contraria escucha y toma notas
para luego contra argumentar y el órgano Juzgador
lo hace valorando lo que escucha para después
pronunciar su fallo. Escuchar con atención le
permite al Juez, tribunal o Jurado ir sopensando las
pruebas y argumentos que se esgnmen.
la teoría del caso que cada parte expone, debe
contener la ídea central que se quíere comunicar y
que se aspira a que el órgano juzgador haga suya.
Incluírá también el planteamiento de los hechos
relevantes, las pruebas que los sustentan y los
fundamentos JurídiCOS en que se apoya. Ouien
la expone debe estar atento a las reacciones
del receptor para ir produciendo ajustes en su
discurso. SI el orador percibe que el mensaje que
está emitiendo fue Interpretado erróneamente,
puede recrearlo de manera diferente recurriendo

EIY "La invcncioll rl;torlcfl" MílcJrid, Gredos. 1997


a estrategias discursivas como, por ejemplo,
"me parece que no se entendió bien lo que estoy
queriendo decir ... " . En estos casos, las reacciones
no verbales a las que hay que estar atento son, por
ejemplo, que el juez o algún integrante del tribunal
o del jurado arquee las cejas, gesticule, frunza el
ceño, bostece o adopte una actitud displicente.
En toda audiencia, la comunicación es circular, ya
que los actores intervinientes están relacionados
de tal manera que la acción de cada parte provoca
reacciones.
El abogado debe tener en cuenta que el desti-
natario privilegiado de su d ISCU rso está constituido
por quienes integran el órgano juzgador, que la
otra parte funciona como un contra - destinatario a
quien debemos destinarle un discurso del orden de
la refutación y que el público es un destinatario se-
cundario ante el cual hay que evitar lucirse ya que,
muchas veces, por buscar la aprobación del público
como SI se estuviera protagonizando u n espectá-
culo, se puede descuidar el objetivo central que es
persuadir a quien va a resolver.

Las partes y su relación con los testigos


En un proceso oral es importante la relación
de inmediación que se establezca con los testigos.
tanto en el momento del interrogatorio como del
contrainterrogatorio.
Los testigos son personas distintas a los sujetos
procesales, que deben concurrir a una audiencia
ya sea por requerimiento legal o de alguna de las
partes con el fin de apoyar con su testimonio a otras
sobre sucesos de la más variada indole. Las partes
156 - GRACllLA E. ÁL VAREZ

buscan que el testimonio de esas personas actúen


como medios de prueba y ofrezcan convicción al
órgano juzgador sobre la teoria del caso que cada
una sustenta.
Cada una de las partes debe elaborar las
preguntas con anterioridad para cada testigo que
ofrezca y preparar a éstos procurando que en la
audiencia se muestren serenos y seguros de lo que
están diciendo. Para ello es fundamental informarles
sobre cómo se va a desarrollar el juicio, qué sucede
antes y durante el interrogatorio y familiarizarlos con
el ambiente fisico en el cual se va llevar a cabo la
audiencia.
Si el testigo es ofrecido por la parte contrana,
se buscará desvirtuarlo y tornar sus dichos poco
creíbles. Para ello es necesario conocer de quién
se trata, qué relaciones tiene con el cliente al que
se defiende y con la parte contraria, cómo percibió
los hechos y cuál es su interés en participar del
juicio, ya que el testimonio puede estar viciado por
elementos no racionales extraños a la causa.
Para refutar o poner en duda el testimonio de
un testigo adverso, es un tÓpiCO común referirse a la
relatividad de los testímonios humanos basándose
en el engaño al que muchas veces nos llevan
nuestros propios sentidos y a las circunstancias en
que se produjo la percepción, lo que puede haber
conducido al error.
En cuanto al testimonio en parllcular, es impor-
tante verificar si tiene relaCión con un hecho preciSO
y constatado directamente o con ver:3iones recogi-
das en el entorno. SI quien testimonia en alguien
con un escaso nivel de instrucción o con dificultadas
para hablar, se puede alegar que, por dichas ca-
renCias, no puede formular con precisión lo que ha
Visto o entendido. SI, por el contrario, los testigos
tienen una importante formación o son personas
calificadas se puede aducir que es necesario tomar
recaudos sobre lo que dice alguien que tiene soltura
y facilidad para expresarse.
Las operaciones retóricas y la elaboraCión de la
teoría del caso
Para construir dlscursivamente la teoría del
caso, el primer paso conSiste en tener en claro cuál
es el objetiVO que se busca.
La invención - la operación retórica más creati-
va en la producción de los alegatos - consiste en la
bLlsqueda de información, de las fuentes que Sirvan
para alcanzar el objetivo que el abogado se ha pro-
puesto.
Cada una de las partes plantea una hipótesis
de solución al problema llevado hasta el estrado.
La teoría del caso supone una toma de pOSICión en
cada una de las partes intervinientes, tanto frente a
los hechos como en la evaluación de las pruebas y
en la calificación jurídica de la conducta.
El proceso judiCial constituye una contienda
entre hipótesis que entran en competencia y Que el
órgano juzgador tiene que dirimir. Cada pretensión
define [os contenidos de su discurso y para ello
es fundamental que se tenga en claro la hipóteSIs
Central Que se va a defender, cuáles son los
problemas Juridicos Que se plantean y qué pruebas
y razones soportan la propuesta de solución a [os
hechos objeto de controversia. La versión que
158 - GRACIEL.A E. ÁLVARE?

ofrece cada sujeto procesal es la que se pretende


que haga suya el juez, el tribunal o el jurado.
La operación de invención sirve para trazar
el recorrido metodológico del caso y su estructura
comprende tanto lo jurídico - el análisis de los ele-
mentos de Derecho - como lo fáctico - los hechos
en sí, subsumidos en lo juridico - y lo probatorio - la
determinación y clasificación de las pruebas. Con-
tiene los siguientes elementos:
Identificación de la materia y los hechos
jurídicamente relevantes
Determinación de las pruebas conducentes
Contenido de los interrogatorios y contra
Interrogatorios
• Organización de los alegatos de apertura y
de cierre
Este proceso, seguido minuciosamente, permite
conocer cuáles son las fortalezas y debilidades de la
teoría del caso que se ha preparado, Luego viene la
búsqueda de la InformaCión que apoye dicha teoria
y de los argumentos jurídicos y extra jurídícos - que
se van a esgrimir,
Se recomienda presentar la teoría del caso en
el alegato de apertura, Éste constituye una inter-
vención oral breve dirigida a poner en conocimiento
del órgano Juzgador las pretensiones de las partes,
con una narración convincente de los hechos y una
enunciación de la posición que se va a sustentar y
de las pruebas que se van a practicar
La segunda operación retórica - la dlspositio -
consiste en la organización de la estructura del diS-
curso y responde al Interrogante ",dónde decirlo?
Hay que tener en cuenta que un discurso bien
organizado da seguridad a quien lo va a pronunciar
y produce un efecto de credibilidad en el auditorio.
Es conveniente diagramar un esquema con
laS diferentes partes del discurso y colocar en cada
una de ellas una breve referencia a los tópicos y
argumentos que se van a utilizar.
Al igual que un ser viViente. un discurso ela-
borado posee su propia estructura: su cabeza. su
tronco y sus extremidades. Cada una de esas par-
tes debe estar coherentemente integrada con las
demás. Esto se logra con la utilización correcta de
los denominados conectores discursivos que produ-
cen la transición entre cada u no de los momentos
del discurso. resumen las Ideas que preceden. en-
fatizan conceptos e indican el paso a otras ideas. A
continuación proporcionamos ejemplos de distintos
tipos de conectores discurSIvos:
, AditiVOS: Agregan elementos que completan el
sentido: y. también, además, por otro lado, etc.
* Temporales Expresan conlinuidad en el
tiempo: cuando, después antes, a continuación, en
adelante, anteriormente, posteriormente. entretanto.
simultáneamente, etc.
, De contrariedad: Indican que entre dos ele-
mentos sucesivos, el uno constituye la negación del
otro: o, pero, no obstante, a pesar de, sin embargo,
en cambio. por el contrario, de otro modo, etc.
* Causales: Introducen una proposición que es
causa o razón de otra: en consecuencia, pOI' eso.
porque, por lo tanto, por esta razón, así, a causa de.
etc.
160 - GRACIELA E. ÁLVAREl

* Explicativos: Sirven para Indicar que Un


enunciado es explicación de otro: o sea, es decir, en
otras palabras.
* Comparativos: Permiten establecer una COm-
paración entre dos elementos: de igual modo, de la
misma manera, asi como, etc.
, Organizatlvos: Determinan el orden de pre-
sentación de los elementos de un texto: en primer
lugar, seguidamente, a continuación finalmente, por
último, en conclusión, etc.
, De reafirmación: Enfatizan una idea: sobre
todo, ciertamente, especialmente, lo que es mas
importante, de todos modos, en otras palabras, etc.
, De finalidad Como su nombre lo indica,
senalan un fin, un propósito: para que, a fin de que,
con el objeto de, con el propósito de, etc,
* De ejemplificación: Sirven para ilustrar: por
ejemplo, verbigracia, tal como, como caso tipico,
etc.
* Conclusivos: Para terminar, finalmente, por
último, en sintesis, en resumen, resumiendo, en
conclusión, etc
Un texto bien organizado se caracteriza porque
cada una de las partes esta conectada, hay una
auténtica trama.
La Retórica clásica establecia las sigUien-
tes divisiones del discurso juridico oral: exordio
o IntrodUCciÓn, narración, prueba de los hechos,
argumentación, refutación, conclusiones o epílogo.
En la actualidad, ésta no es una división rígida. En
la mayoria de los casos, la argumentación de la
teoría del caso y la refutación de la parte contraria
están imbricadas y no existe división entre ambas
Es posible también que, segLJn el tipo de causa de
que se trate, se suprima alguna de estas partes,
como por ejemplo el exordio, si la fuerza que tiene
la narración de los hechos así lo indica,
Sin embargo, consideramos que tanto la aper-
tura como el cierre de un discurso cumplen un
importante rol en relación con el auditorio, El exor-
dio tiene como meta captar la atención y preparar
favorablemente el ánimo de los destinatarios del dis-
curso, Hay un amplio repertorio de formas para ello:
desde una cita de una autoridad reconocida tlasta
preguntas retóricas y, i..por qué no?, una anécdota
o un enunciado contundente como "esta demanda
está construida sobre una falacia perversa" o "mi
representado es Inocente".
El exordio debe comunicar clara y brevemente
al auditorio la teoria del caso que se ha de sustentar
y el orden que se va a seguir en la exposIción: debe
ser pronunciado de manera pausada y firme a fin de
que sirva también para lograr la autoconfianza del
orador y el dominio sobre sí mismo.
La segunda parte del discurso retÓriCO Jurídico
corresponde a la narración de los hechos y es un
resorte discursivo central para pOSibilitar la posterior
demostración y argumentación del caso. Es impor-
tante reconstruir los hechos para subsumirlos en la
norma y presentarlos en forma ordenada, verosimil
y persuasiva. La categoria de 'VerosimiIJlud" no está
referida a la verdad sino a la credibilidad que logre
el relato. Una narración fantasiosa, sin preciSiones
o plagada de inexactitudes resultará poco creíble al
órgano juzgador.
162 - GRACIFI A E. ÁLVARF7

Toda narración contiene tres momentos: ini-


ciación, nudo o complicación y desenlace. En la
actualidad sigue vigente la recomendación de los
retóricos clásicos en cuanto a no comenzar el relato
demasiado lejos con respecto a los hechos objeto
del litigio para no desviar la atención del auditorio de
los que se han tomado como relevantes en la teoria
del caso elaborada.
E n el relato de los hechos hay que procu rar
dejar claramente establecidas las coordenadas
espaciales y temporales y respetar, en lo posible. el
eje de la temporalidad. En el proceso de elaboración
de la teoria del caso es conveniente tratar de
responder a los sigUientes interrogantes: ¿quién?
¿que, .. ?
.? ¿a qUien, ? ¿cuan
¿como., . d?o., ¿d'on d e.,
?
¿con qué?, ¿por qué?, ¿para qué?
En la narración se utiliza también otra tipología
textual: la descripción. Esta modalidad descriptiva
está al servicIo de la caracterización de los per-
sonajes, de la ubicación en los distintos espacIos
materiales donde transcurren las acciones y de la
presentación de los de objetos que van a estar al
servicio de la prueba.
El desarrollo de la narración constituye un pro-
ceso de episodios que se van encadenando hasta
llegar al desenlace. De los episodios participan per-
sonajes que se constituyen en sujetos prlnci pales
de las acciones, participes necesarios y actores se-
cundarios. El rol que juegan estos personajes debe
quedar claro para el auditorio a los fines de la califi-
cación jurídica de la conducta de cada uno de ellos
La Importancia de la presentación de los hechoS
en el proceso judicial ha quedado consagrada en
el célebre aforismo atribuido a los jueces romanos:
"Oadme los hechos y os daré el derecho"
Sobre los mismos hechos fácticos. cada parte
construye su relato desd e la perspectiva de sus
intereses. destacando o minimizando algunos.
soslayando otros.
A la narración le sigue la demostración, es
deCir. la acreditación de los hechos juridicamente
relevantes.
La demostración constituye un razonamiento
que debe establecer la relación necesaria entre la
hipótesis del caso y la conclusión a la que se desea
arribar. Cuando lo que se alega está respaldado por
pruebas y éstas se presentan a través de razona-
mientos estructurados sólidamente, es probable que
la convicción que manifiesta el orador se transmita
al auditorio. No basta con indicar los medios de
prueba utilizados (documentos, testimonios, peri-
tajes); es necesario producir la valoración de los
mismos, "hacer hablar a las pruebas materiales" y
explicitar las razones por las cuales quien tendrá
que juzgar debe otorgarles credibilidad.
En cuanto al orden en que es aconsejable pre-
sentar las pruebas, la mayoria de los especialistas
aconsejan seguir el orden homériCO: ordenar estra-
tégicamente los medios de prueba más sólidos al
comienzo y al final y los más débiles en el medio.
Luego de la demostración viene la argumenta-
Ción del caso. Anthony Weston manifiesta que "dar
un argumento significa ofrecer un conjunto de razo-
nes o pruebas en apoyo de una conclUSIón" ... "no
es simplemente la afirmación de ciertas opiniones,
164 - GRACIEIA E. ÁIVARlL

ni se trata simplemente de una disputa. Los argu_


mentos son intentos de apoyar ciertas opiniones
con razones. "-1
En el capitulo V hemos desarrollado el tema
del a argumentación como objeto de la Retórica.
Aqui haremos referencia al rol que desempeña la
argumentación en la construcción de la teoria del
caso para un proceso judicial oral. Para ello es
fundamental que se respondan dos interrogantes
¿qué se está tratando de probar? y ¿cuál es la
conclusión a la que se desea llegar y que el órgano
juzgador haga suya?
Las premisas que se elaboren constituyen las
razones en las que se va a apoyar la conclusión. Es
conveniente disponer de un abanico de argumentos
lo más variado posible para poder escoger los que
se consideren más concordantes y menos contro-
vertibles con la teoria del caso que se defiende.
Esto se consigue si el profesional logra ir más allá
de su propia teoria para contemplar todas las posi-
bilidades de solución del caso y cada una de las
tesis susceptibles de ser esgrimidas por la parte
contraria. Sobre este tópico Weston realiza algu-
nas observaciones interesantes: "No haga que su
argumento parezca bueno caricaturizando a su opo-
nente. Generalmente. las personas defienden una
posición con razones serias y sinceras .... Si usted
no puede Imaginar cómo podría alguien sostener el
punto de vista que usted está atacando, es porque
todavía no lo ha entendido bien. w·

A Weslon: op dt., póq 13


A Woston op eil p<lg ?G
la comprensión del caso requiere la búsqueda
y clasificación de los argumentos en pro y en contra
del punto de vista que se ha elegido. Para ello hay
que tener la mente abierta y no obcecarse en una
postura cerrada. El profeSional que hace el ejercicio
de tratar de analizar los hechos como los percibe la
parte contraria. es capaz de predeCir las posibles
deCISiones del órgano juzgador. evitando crear en
su represe ntad o falsas expectativas,
Es aconsejable realizar una síntesis antes de
exponer en detalle los argumentos Y. al finalizar,
resumir lo que se ha quendo demostrar,
En la búsqueda de argumentos y de sus premi-
sas se puede recurrir a la tópica, diSCiplina a la que
hemos hecho referencia en el capítulo IV En este
sentido, el carácter Instrumental de la tópica permite
que el abogado pueda acudir a ella tanto desde lo
jurídiCO como desde lo extra jurídiCO pues como
expresa J. A. García Amado, "cada cuestión proble-
mática se puede discutir atendiendo a una plurali-
dad de tópicos y cada tópico general sirve para ser
aplicado en una pluralidad de problemas distintos. ",
la exposición de los argumentos que sustentan
la teoría del caso que se ha abrazado. conlleva, a
su vez. la refutaCión de los argumentos esgrimidos
por la parte contraria, En ocasiones, la refutación de
una prueba o de un argumento adverso forma parte
del enunciado de los propios argumentos; en otras.
la refutación de los argumentos de la otra parte se
realiza antes de enunciar las tesIs propias

J.A GarCla Amado: "Teorías de Id 16plca jUridicJ" Madrid. Civllas


- Universidad U(.; OVlcdo. 1988, póg. 64
166 - GRACléLA E. ÁLVAREZ

Cada orador deberá evaluar, según la causa


de que se trate, la conveniencia de refutar los argu_
mentos de la otra parte uno por uno o todos a la vez
- refutación en detalle o refutación en bloque -. Esta
segunda opción en aconsejable si los argumen_
tos contrarios son tan débiles que con uno solo es
suficiente para reve rtlrlOS o SI reposan en una sola
afirmación. De lo contrario, conviene analizarlos
separadamente y en orden. Una regla de oro en la
refutación juridica es no dejar sin responder un solo
argumento del adversario. Una tentación frecuente y
que es preciso evitar es la de refutar por anticipado
argumentos que la otra parte no ha esgrimido ya
que esta demostración de vanidad intelectual puede
hacer que el adversario - quien no la había tenido
en cuenta en la preparación de su teoría del caso
- la retome en su contra argumentación y la haga
valer para sus propios fines.
Antes de producir la refutación es necesario
distinguir entre los argumentos que fundan la tesIS
del adversario y los que sólo son accesorios u orna-
mentales. El orador puede ignorar estos últimos o
simplemente decir que no tienen relevancia jurídica.
Lo que se debe atacar prioritariamente es el argu-
mento que se considere más fuerte o el que parezca
haber surtido mayor efecto en el órgano juzgador.
La dialéctica como técnica del debate debe ser
tenida en cuenta en los programas de formación
de los futuros abogados en un contexto de orali-
dad. enseñando a defender una tesis y a atacar
let contretrlet, ya que la contradicción es uno de los
principios fundamentales en los que se basa el pro-
ceso adversaria!. Hay que potenciar la capacidad
Li, 11L-iJ\~ 'I)II,J Y :";'• .1 IM~-'nR.TM~(,I¡\ ¡ore. ;::-1 DU~E(~'lr) - - 167

para descubrir y desentrañar falacias, puesto que


muchas veces un razonamiento aparentemente
correcto contiene errores como, por ejemplo, una
premisa que no es verdadera y que hemos consig-
nado en el cuadro de estructuras argumentativas
del Capitulo IV.
Al atacar la postura de la parte contraria, es
necesaria aclarar SI la refutación versa sobre los
hechos, sobre las pruebas o sobre cuestiones de
derecho, ya que puede suceder que ente ambas
partes haya acuerdo sobre los hechos pero se
discrepe sobre la interpretación juridica de los
mismos o sobre aplicación de la norma
El epilogo o alegato de cierre es la última opor~
tunidad que se le presenta al abogado para influir
en la decisión del órgano juzgador. Una conclusión
débil puede arruinar todo lo que se ha construido en
las otras partes del discurso. Arturo Majada opina
que si se termina de una manera tibia o vacilante, la
impresión se debilita y que los recuerdos, como los
ecos, responden siempre a las últimas palabras que
resonaron.-'
Es tan desaconsejable un cierre abrupto del
discurso como una conclusión demasiado extensa,
Cuando se anuncia varias veces que va a terminar y
se continúa con otros enunciados. Lo más oportuno
es cerrar el discurso naturalmente y sin anunciarlo
previamente
La función estratégica de la conclusión es que
el auditorio recuede los fundamentos de la teoría
del caso propuesta, que otorgue credibilidad al
168 - GRACIELA E. ÁLVAREL

relato de los hechos principales y que se quede


con una Imagen positiva de la argumentación. Las
diversas formas que puede adoptar un alegato de
cierre pueden ser:
Breve resumen de las ideas principales
Cita significativa o pregunta retórica que pro-
duzcan un impacto emotivo
• Una anécdota ejemplarizadora
La tercera operación retórica es la elocutio o
lexi5 que Implica poner en palabras lo que se ha
elaborado en la inventlo y se ha diagramado en la
disposltlO. Responde al interrogante ¿cómo deCIrlo?
El estilo es una manifestación de la persona-
lidad humana pero el abogado que actúa en ins-
tancias orales debe cultivar la "elegancia jUrls": un
estilo armónico y sobriO para comunicar la expre-
sión lógica de los conceptos.
Es innegable que escuchar a un orador que se
expresa con claridad. precisión y brevedad predis-
pone el ánimo del auditorio para aceptar sus razo-
nes. La expresión oscura, demasiado técnica y de
difiicil comprensión, produce la reacción contrana.
Una expresión correcta y fluida de las ideas se
logra mediante el dominiO de la Sintaxis y la grama-
tica de la lengua y a través de lecturas heterogé-
nas, pertenecientes a los más diversos campos del
saber.
Quien no posee el dominio de la lengua tiene
dificultades para poner en palabras las mejores
ideas y corre el peligro de que el auditorio compren-
da exactamente lo contrario de lo que quiso tranS-
mitir.
Algunos factores a tener en esta operación de
elocutio son los siguientes:
Sólo podemos expresarnos bien cuando
dominamos el tema y lo hemos meditado lo
suficiente: pensar primero y hablar después,
La mayoría de las oraciones deben construir-
se siguiendo el orden normal de las palabras
en español: sujeto, verbo y complementos,
Cuando las necesidades expresivas lo exi-
Jan o se quíera resaltar las circunstancias en
que se produjeron determinados hechos, se
puede recurrir a la figura sintáctica del hipér-
baton que consiste en la alteración de ese
orden, colocando al principio el complemento
circunstancial.
Decir lo esencial sin que falte nada, evitando
dispersarse por las ramas,
• Lograr preCisión en la utilización del léXICO
buscando los términos apropiados y huyendo
de las palabras de significaCión muy general
("algo", "cosa", "bueno", "eso que se parece
a", etc,),
Evitar la triple o múltiple adjetivación: "la
actitud adoptada por mi cliente fue clara,
honesta y transparente",
La actio la operación retórica que consiste en
la puesta en acto del discurso que se ha elaborado
para exponer la teoría del caso,
Aquí interVienen todos los aspectos desarro-
llados en los Capítulos II1 y V, que adqUieren una
especial relevancia en un juiCIO oral. La expresión
corporal, el tono de voz, los gestos y movimientos
170 - GRAClEi.A E. Ál VARE¿

que se realicen en una audiencia pública serán lei-


dos por el auditarla. Esta lectura será paralela a la
decodificación del discurso e incluso percibida antes
que aquél. ASimismo, el orador Jurídico que está en
uso de la palabra, deberá estar atento a todas las
señales no verbales que provengan del auditorio
- sobre todo de quienes Integran el órgano juzga-
dor - para reformular y aclarar concepto o, incluso,
cambiar de estrategia discursiva sobre la marcha.
En el caso específico del juiCIO por jurados
hay que tener en cuenta que generalmente hay
una o dos personas que son las que guían las
deliberaciones o influyen sobre los demás. Es
conven'lente, además de conocer lo mejor posible a
cada uno de los integrantes, estar atentos a quién
toma notas. quién será posiblemente el portavoz del
jurado y dirigirles constantemente nuestra mirada a
todos, sin cargar la presión sobre nadie en particular
ni ignorar a ninguno de sus miembros. Aquí también
es Importante no dar por sentado que conocen
aspectos técnicos o Jurídícos y explicarlos con un
lenguaje sencillo que facilite su aSimilación.
La última de las operaciones retóricas consiste
en el la mnemé o recurso a la memoria. Esta
operación no está tanto referida a la memorizaCión
literal de lo que se ha producido en la operación
de elocutio sino a la facultad de recordar los
argumentos y las Ideas prinCipales así como el
orden que hemos elaborado en la dlspositio.
"Llevar nuestra argumentación debidamente
preparada, ayudará a solventar 10$ impreVistos
Aprenderse toda nuestra argumentación de memO-
ria, palabra por palabra, únicamente puede condu-
cimas a uno de los mayores temores a la hora de
hablar en público' el hecho de quedarnos en blanco.
puesto que querer decir nuestro alegato palabra por
palabra. estar atentos a hacerlo lan exactamente.
nos puede provocar que si en un momento dado no
recordamos una determinada palabra o frase. nos
quedemos en blanco unos instantes oo. que parecen
una eternidad. w,
Es conveniente ensayar varias veces los alega-
tos de apertu ra y de cierre. Ejercitarse en el uso de
las dotes oratorias facilita la expresión de las ideas
y contribuye a adquirir seguridad y confianza en lo
que se va a decir. Escucharse a si mismo con capa-
cidad de autocrltica permite corregir posibles erro-
res, perfeccionar el tono de voz, eliminar muletillas,
adecuar la postura y los movimientos del cuerpo asi
como la expresión del rostro. También sirven como
recursos para este fin la grabación de nuestras in-
tervenciones y la observación por parte de terceros
que luego comuniquen con sinceridad sus impreSIo-
nes.
En el desarrollo de la audiencia se puede recu-
rrir a ayudas visuales: objetos, gráficos. planos,
organigramas pero el Juicio oral no debe convertirse
en un juicio leído. Sólo es pertinente leer algo lite-
ralmente cuando se trata de citar datos especificos
de un documento, cifras u otros datos numéricos,
fechas, o para hacer una cita de autoridad.
Independienteme de las actividades de forma-
ciÓn y de los estudios y prácticas que se realicen

1\ J. GarCFl Ranli~'ez' "Estrategia de maiorlrl practica para abogados"


Madrid. Colex. 2008. pago e3
172 ~ GRACIELA E. ÁLVAREZ

para adquirir las destrezas que exige el proceso


oral, la repetición de experiencias en la sala de au-
diencias constituirá para el abogado el mejor entre-
namiento al que pueda aspirar.

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