Introducción

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Introducción

El hombre perece, el cuerpo se convierte en polvo, todos sus contemporáneos vuelven a la tierra; gracias a los libros, su
recuerdo se transmite de boca en boca. Vale más un libro que una casa bien construida o un templo, más que una
fortaleza o que una estela erigida en un santuario.
Anónimo egipcio, siglo xiv a.C.
¿Qué tienen los libros para que sobrevivan a sus creadores y, según el texto egipcio, valgan más que las casas, los
templos o las fortalezas? Los libros son un espejo de lo que somos y deseamos, registran lo que nos pasa, contienen
todo el conocimiento adquirido y lo transmiten a los demás. Lo que contienen permanece en nuestra memoria, se
combina con nuestras experiencias y nos ayuda a resolver dudas, problemas o desentrañar secretos de la vida y la
muerte. Los libros nos muestran ejemplos de conducta, nos divierten o nos hacen sufrir, sin exigirnos más que el empleo
de su propio instrumento de expresión: las palabras.
Definición de literatura
En forma muy general, la literatura (del latín litteratura) se define como el arte que emplea la lengua como medio de
expresión. Es decir que, mediante el uso de palabras, el artista comunica fantasías, emociones e ideas con la intención
de lograr algo bello. Ésta es una definición muy simple; sin embargo, detrás de la creación literaria hay procesos
complejos que conviene que conozcas para que tu acercamiento a ella sea consciente y justo.
La literatura es un fenómeno social de comunicación. Desde siempre, el hombre ha experimentado la necesidad de
relacionarse con los demás para solucionar problemas o manifestar necesidades de manera inmediata, pero también
con la intención de que sus ideas y pensamientos perduren y lo hagan trascender en el tiempo. El anhelo de permanecer
en los demás, ya sea por medio de versos que se repiten, himnos que se cantan o textos que se leen, es una aspiración
humana natural y, hasta ahora, insustituible.
Se han inventado muchos recursos para efectuar el proceso de comunicación, pero ninguno tan eficaz, seguro y bello
como la palabra. Pensamientos e ideas toman forma gracias a ella y se activan en un proceso más o menos continuo en
el que emisor y receptor, hablante y oyente, escritor y lector intercambian experiencias mientras ejercitan sus facultades
intelectuales y emocionales.
Observa la siguiente representación del proceso comunicativo de la lectura:
Desde siempre, el hombre ha buscado la manera de que sus pensamientos trasciendan.
:

Intención comunicativa y función poética.


Según el diagrama la obra literaria es resultado de un ejercicio creativo en el que el talento y las emociones del autor
dan origen a un universo total o parcialmente original que no existían hasta que él los imagino pero que en la obra
adquieren forma y aspiran ser comunicados gracias a las palabras. el preceptor lector decodifica el mensaje cuando
activa su propio intelecto experiencia y sentimientos para interpretar y hacer suyo el universo que la obra le ofrece en
forma de relato poema discurso o acción es decir recrea la obra la vuelve a crear porque aporta a la interpretación ideas
nuevas a la vez qué se divierte con ella el proceso de la comunicación literaria se cumple sólo en la medida en que un
lector activo le da vida al texto leyendo e interpretándolo.
La materia de las primeras manifestaciones comunicativas es el mundo exterior, lo que rodea al ser humano y determina
sus necesidades básicas: la Naturaleza, la propia subsistencia y su relación con los demás (individuos y grupos). Estas
necesidades se manifiestan, por ejemplo, en la lucha por sobrevivir, la expectación ante los fenómenos naturales, la
petición de ayuda a fuerzas superiores y un continuo aprendizaje por medio de la experiencia. También como una
actividad propia de su condición, el hombre registra los sucesos que le afectan y en los que participa. Una vez que lo
hace, pone atención a sus emociones: mira dentro de sí mismo para reconocer su universo interno o subjetivo. En
ambos casos, la palabra —oral o escrita— es el instrumento que da forma a las ideas y sirve tanto para expresar
sentimientos y estados de ánimo como para hablar de la realidad o crear realidades nuevas que también aspiran a ser
comunicadas. Ésta es la razón por la que, en el discurso literario, aun en sus manifestaciones primitivas, tienen
aplicación todas las funciones de la lengua, que nos permite describir, imaginar, recordar, comprender, participar,
emocionamos y apreciar los universos creados por el autor. Habiéndolos formado con su imaginación y sus emociones,
el creador gobierna sobre mundos nuevos, que no tienen la obligación de responder a las leyes de la Naturaleza, aunque
pretendan reflejarla. Y si el resultado de ese proceso creativo es un todo capaz de interesar, emocionan conmover,
deleitar con sus ideas y con las palabras que lo configuran, entonces entramos en el territorio de la literatura.
Según lo anterior, el propósito de la obra literaria es comunicar ideas y expresar emociones, pero no de manera directa,
como ocurre con los textos científicos, sino a través
Haikú: género poético de origen japonés compuesto de 17 sílabas y ordenado en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas. La
estructura del español modifica este tonteo silábico, lo cual da como resultado un poema de tres o cuatro versos cortos.
Refleja la meditación del poeta ante algún aspecto de la Naturaleza.
de lo que constituye su realidad: hechos, situaciones y criaturas que, aunque pueden ser ficticios, adquieren vida dentro
del universo creado por el autor. El manejo de las palabras es fundamental, pues ellas dan forma a lo imaginado por el
artista, expresan sus emociones directamente o por medio de los personajes, nos convencen de lo que leemos y nos
hacen reflexionar, gozar, sufrir, emocionarnos o dudar. Además, la combinación de las diversas funciones lingüísticas y el
énfasis especial que se da a la poética, les proporcionan a las palabras efectos sorprendentes, nuevos significados y
matices expresivos que aportan a la obra un valor artístico que la distingue de otras formas de comunicación verbal.
Tomemos como ejemplo la sandía, que, según el diccionario, es el fruto de una planta herbácea de la familia de las
cucurbitáceas, que se cultiva en climas cálidos y tiene un alto contenido de agua y azúcar. La pulpa de este fruto es roja,
cubierta con una corteza blanca en la parte interna y verde en la exterior. Si un artista decide trabajar con esta realidad y
transformarla en una realidad nueva, puede darnos el siguiente resultado:
Connotaciones: significados que se dan arbitrariamente a las palabras, por analogía o por libre asociación de ideas.
José Juan Tablada (1871-1945), poeta y prosista mexicano a quien se le atribuye el mérito de señalar el rumbo de la
poesía mexicana posterior al modernismo.
Marcas de literariedad
Uno de los rasgos más distintivos de la literatura es el uso del lenguaje. Así como los pintores se valen del color para
crear sus obras, los escultores manejan volúmenes y texturas especiales para dar forma a las suyas y los músicos hacen
lo propio con sonidos y silencios armónicamente combinados, los escritores disponen de la palabra como instrumento
de comunicación y de creación estética. No obstante que los vocablos empleados por ellos son los que utilizamos para
comunicarnos quienes hablamos la misma lengua, en el texto literario adquieren significados distintos, matices nuevos y
a veces sentidos insólitos y sorprendentes. Estos significados no los podemos encontrar en un diccionario, son dados de
manera arbitraria por el autor, que generalmente piensa en el objeto que quiere describir o en la emoción que desea
comunicar y, en vez de expresarlos como lo haría cualquier persona, elige palabras que identifican de modo especial y
único al objeto, o realiza comparaciones subjetivas entre éste y algo más, lo que tal vez no se le hubiera ocurrido a
nadie, pero que resulta novedoso y bello. Este manejo connotativo de la lengua caracteriza a la literatura y le
proporciona esa cualidad estética que la distingue como un arte. Y no sólo eso; si el texto creado es un poema, entonces
las palabras son combinadas de tal forma que al decirse producen efectos musicales.
Por eso en el ejemplo de José Juan Tablada, el poeta pudo hablar sin ningún problema de la sandía como una carcajada
fría y roja del verano: no empleó el lenguaje en su forma denotativa y real, sino de manera artística, completamente
subjetiva y personal, dependiendo de su poder de observación, de la capacidad de relacionar dos objetos que en
apariencia no tienen nada en común y de encontrar exactamente aquel rasgo que pudiera conectarlos. Además de las
características mencionadas, el lenguaje literario incorpora las llamadas marcas de literariedad, que lo distinguen de
otras formas del lenguaje. Algunas de estas marcas son: metáfora, paralelismo, aliteración, hipérbaton, comparación,
etcétera.
También es muy común en el lenguaje literario el empleo de epítetos; es decir, adjetivos que identifiquen directamente
a personas, objetos o situaciones. Por ejemplo, el epíteto que corresponde a noche es oscura; a juventud es alegre; a
invierno es frío. Pero para resaltar misia cualidad, el epíteto se coloca antes del sustantivo: oscura noche, alegre
juventud, frío invierno.
Competencia lingüística
La gran cantidad y variedad de obras literarias producidas a lo largo del tiempo ha obligado a clasificarlas conforme a
distintos criterios; esto facilita su estudio y valoración, a la vez que permite regular su lectura. La clasificación más
común y probablemente más antigua es la de géneros, que las agrupa no por el momento en que fueron producidas,
sino por el modo como se organizan o estructuran. En este libro trabajaremos las obras literarias siguiendo un criterio
genérico, no cronológico; es decir, las estudiaremos según su género y no propiamente por el momento histórico en que
se crearon.
La clasificación de las obras literarias se hace con fines de estudio.
Aunque hay discrepancias respecto de qué género aparece primero y cuál después, los estudiosos de la literatura
consideran el surgimiento de los géneros literarios como un proceso ligado a la percepción que el ser humano tiene de sí
mismo y del mundo que lo rodea, la cual se manifiesta en el uso del lenguaje. Cuando además de comunicar la expresión
lingüística busca hacerlo en forma bella, entonces hay poesía, entendiéndose como tal el resultado del trabajo creador y
estético del artista, que puede presentarse en formatos distintos, según el género al que pertenezca la obra. A
continuación encontrarás los tres géneros literarios principales y algunas de sus características:

Género épico o narrativo. En general, se narra en tercera persona gramatical. En su proceso creador, el poeta captura el
mundo que lo rodea y lo explica, describiéndolo en sus múltiples aspectos. Es una especie de cronista que, alejado de los
acontecimientos que relata, habla de seres ajenos a sí mismo: él, ella, ello, ellos, manteniéndose él mismo fuera del
relato o descripción. En principio, el recuento de tradiciones, leyendas y glorias nacionales del pasado constituyen el
universo épico; sin embargo, más tarde, el término se extendió para abarcar otra clase de temas y acortar la distancia
entre relato y narrador, pudiendo este último formar
parte activa de la historia.
Género lírico. Tradicionalmente, este género se sirve de la primera persona gramatical: yo. Desde el fondo de su alma, el
individuo expresa sus sentimientos íntimos, dama por ayuda a la divinidad o exterioriza sus anhelos. Las emociones y los
estados de ánimo personales son la temática del género lírico, y el manejo del lenguaje en su forma más bella y rítmica
lo identifican desde el punto de vista formal.
Género dramático. Agrupa las obras que han sido creadas para que ocurran ante los ojos del espectador, en un
escenario. La acción —el elemento más importante— se desenvuelve a partir de un conflicto que afecta a los personajes
y se resuelve en un desenlace. En este género no existe un narrador; el autor se esconde tras los hechos y quienes los
viven, y todo se da a conocer por medio de las acciones y diálogos de los personajes, sin necesidad de que una
tercera persona cuente la historia.
Los géneros literarios son mucho más de lo que aquí se dice. En el siguiente cuadro organizativo podrás identificar sus
elementos más característicos y algunas variantes de cada género:
Los géneros literarios
Épico Dramático Lirico
escritos para contarse o leerse representarse en un leer sí o contarse
escenario
elementos esenciales argumentó los hechos acción el conflicto que expresión de sentimientos y
que se narran se ve emociones
recursos expresivos prosa descripción y relato por eso verso dialogo y versos figuras políticas y lenguaje
monólogos connotativo
estructura capítulos y episodios actos y escenas versos y estrofas
propósito convencer a quien lee o provocar la reflexión cómo ver evocando en el lector
escucha sobre la realidad del espectador situaciones anímicas semejantes
de los hechos relatados respecto del conflicto
representado
formas más comunes epopeya cuento novela tragedia drama gran variedad de estrofas y poemas
leyenda comedia farsa décimas romances sonetos, odas
Interrelación de géneros
Hay que tomar en cuenta que las obras literarias no se crean a partir de un modelo al cual deban apegarse por completo
(de hecho, son tan abundantes y variadas que difícilmente podrían limitarse al relato de acontecimientos, la expresión
de emociones o la acción generada por un conflicto). La mayoría conjuga elementos de varios géneros, de modo que
muchos relatos épicos (como las novelas y los cuentos) incluyen momentos dramáticos y sentimentales, así como los
poemas líricos y las obras dramáticas suelen presentar aspectos narrativos. Podemos afirmar que los géneros literarios
pocas veces se muestran puros, de modo que la clasificación de las obras dentro de alguno de ellos se debe
fundamentalmente al predominio de ciertos elementos estructurales y recursos empleados por el autor.
Las obras que trabajaremos en este curso muestran con claridad las características de un género específico, por lo que al
analizarlas podrás comprobar por qué se les clasifica dentro de ese género y cuál es la función de los recursos
empleados por los autores.
Las obras de arte reflejan las motivaciones de su creador.
El Poema de Gilgamesh es considerado la primera obra literaria.
Movimientos literarios
Toda obra de arte es producto de una serie de circunstancias que rodean su creación. Además del estilo y las
motivaciones propias de cada artista, en la creación artística también intervienen e influyen elementos corno la época,
el lugar, los conflictos sociales, hechos impactantes como guerras, descubrimientos o fenómenos naturales. La literatura
en especial refleja los intereses, valores y preocupaciones del individuo que la crea, así como los del ámbito en que éste
se desenvuelve.
Por su origen etimológico, la palabra contexto se refiere al hilo con el que se realiza un tejido. Aunque no se ve, ese hilo
está presente en el tejido o la tela resultante, pues es parte esencial de la materia prima con la que ésta se construyó.
Por analogía, empleamos la palabra contexto para referirnos a todo lo que nos rodea en un determinado momento y
que afecta nuestras ideas y acciones; por ejemplo, el ambiente físico, cultural y social en el que hemos crecido y nos
desenvolvemos. La creación de una obra artística está determinada por el contexto que rodea al autor, y éste se refleja
en la obra. De igual modo, la obra de ficción, los personajes y sus acciones tienen lugar en un contexto creado por el
autor, que, como en la realidad, afecta el desempeño de los personajes literarios.
Es dentro del contexto que rodea a los autores que surgen los movimientos literarios, en donde se agrupan los escritores
que comparten una temática y una forma de presentar sus obras, que corresponde al movimiento histórico-social en el
que éstas se producen. La literatura ha recorrido un largo camino desde la época más remota hasta nuestros días,
recorrido en el cual se aprecia una amplia gama de concepciones y estilos, producto, como ya se ha mencionado, del
contexto del autor y su obra. Para su mejor comprensión y manejo, todo este cúmulo de obras literarias se ha integrado
en tres periodos:

a) Literatura antigua
b) Literatura moderna
c) Literatura contemporánea
La literatura antigua es el periodo comprendido entre la invención de la literatura y el siglo y, aunque ni los primeros
escritos sumerios ni los jeroglíficos egipcios están considerados como literatura porque no tienen, de acuerdo con los
especialistas, valor en este sentido.
La literatura antigua abarca a la producida en el Oriente Próximo, el Extremo Oriente (China, Japón e India, dividida en
literatura sánscrita y la escrita en prácrito) y la correspondiente a Europa, representada por la antigüedad clásica
(grecolatina). Es alrededor del año 2000 a.C., cuando aparece lo que hoy en día es considerada corno la primera obra
literaria de la historia: el Poema de Gilgamesh, que narra la epopeya del héroe sumerio, y poco después El libro de los
muertos, escrito en el Papiro de Ani. Las grandes culturas me-sopotámica y egipcia fueron testigos del nacimiento de la
literatura, aunque casi siempre transmitida por tradición oral y en muy contadas ocasiones por escrito. Dentro de este
periodo también encontramos situadas algunas partes de la Biblia, como el Pentateuco.
Oriente Próximo : Sumerios Mitos: El descenso de Inanna a los infiernos; el mito del
diluvio
y los mitos babilónicos de Enki y Tammuz. Poesía épica:
Epopeya de Gilgamesh. Poesía: Los trabajos de Ninurta
extremo Oriente China Sun Tzu: El arte de la guerra.
- Anadetas.
- Tao Te Ching.
Japón Kojiki: Memorias de los sucesos de la humanidad. -
Nihonshoki. Anales de Japón.
- Manyoshu. Colección de diez mil hojas.
India - Textos sagrados del hinduismo: Los Vedas.
- Epopeyas: Mahabharata y Ramayana.
- Textos dramáticos: Kalidasa El reconocimiento de
Shakunta/a y Meghaduta.
antigüedad clásica los griegos Poesía épica, Hornero: La ¡liada, La Odisea.
- Poesía lírica: la obra de Safo.
- Teatro: Esquilo: La Oriestiada; Sófocles: Edipo rey,
Antígona Eurípides: Las Bacantes, Troyanas, Medea...
los romanos Virgilio: La Eneida.
- Ovidio: Metamorfosis.
Petronio: Satiricón.
- Teatro: Comedias de Plutarco y Terencio
Las obras de la literatura medieval, que algunos autores sitúan entre la literatura antigua y otros como un periodo
independiente, se centraron en la religión por lo que los textos más antiguos son hagiografías o vidas de santos y la
dramaturgia que se dedicó casi exclusivamente al tema de los misterios y las representaciones de la pasión, con el
objeto de difundir la creencia cristiana entre el pueblo.
Por otra parte, hay importantes muestras de literatura no religiosa de carácter épico, filosófico y profano.
Religiosa Beda: Historia ecclesiastica gentis Anglorum.
Prudencio: Psychomachia.
Godofredo de Monmouth: Historia Regum Britanniae.
No religiosa Cantares de gesta (épico): Beowulf, el cantar de mio Cid
los nibelungos, la canción de Roldán.
- Giovanni Boccaccio: El Decamerón. Dante
Alighieri: La Divina Comedia. Infante Don Juan Manuel: El
libro de los ejemplos del Conde Lucanor.
Literatura moderna
La literatura moderna ocurre entre los siglos XV y XVIII. En este periodo se producen dos de los grandes sucesos
culturales de la historia: el Humanismo y la Ilustración. Dentro de éstos tomarán forma movimientos artísticos como el
renacimiento, el barroco y el neoclasicismo.
Renacimiento Anónimo: Lazarillo de Tormes Tomás Moro: Utopía.
Siglo XVI William Shakespeare: Poesía lírica, tragedias, dramas
históricos y comedias teatrales.
Christopher Marlowe: obras de teatro. Moliere: Teatro.
Miguel de Cervantes Saavedra: Don Quijote de la
Mancho, novelas ejemplares, comedias y entremeses .
Lope de Vega: Poesía lírica, dramas, comedias y autos
sacramentales .
BARROCO Las obras de Sor Juana Inés de la Cruz, Luis de Góngora,
SIGLO XVII Francisco de Quevedo, Bemando de Balbuena y John
Donne.
NEOCLASICO XVIII John Locke: Ensayo sobre el entendimiento humano.
Goethe: Las cunas del joven Werther.
L'Encyclopédie (Obra monumental del conocimiento
humano organizada por Diderot y D' Alambert).
Juan Jacobo Rousseau: Emilio.
Jonathan Swift: Los viajes de Gulliver.
Voltaire: Cándido.
Juan Bautista Poquelin "Moliere": comedias.
Juan Racine y Pedro Corneille: tragedias
El David, de Miguel Ángel, refleja la nueva visión del hombre del renacimiento.
El renacimiento parte de una renovación general del conocimiento, producto de la revalo¬ración de la cultura y el
descubrimiento de América, así como las modernas concepciones en
la ciencia y la investigación, todo lo cual genera nuevas formas artísticas basadas en el modelo armónico grecolatino.
El barroco, a diferencia del renacimiento, se caracteriza por un estilo suntuoso y recargado que hace un uso desmedido
de la adjetivación, el hipérbaton, la elipsis, la metáfora, la perífrasis, la antítesis y las alusiones mitológicas. Las temáticas
más recurrentes son el desengaño, el pesimismo y la vida como lucha, sueño o mentira, así como el nacionalismo
español y su espíritu contra reformista.
El neoclasicismo derivado de la ilustración es el periodo de la literatura cuyas características son el predominio de la
razón sobre la emoción o la imaginación, el laicismo, la promoción de la tolerancia, la igualdad, la libertad y el
cuestionamiento del poder político.
Literatura contemporánea
El periodo de la literatura contemporánea corresponde a los siglos lux y xx comprende movimientos como el
romanticismo y postromanticismo, el realismo, el modernismo y las vanguardias.
El romanticismo abarcó tanto lo cultural como lo político y surgió a fines del siglo xviii. Los románticos consideran la
libertad como el bien supremo tanto en lo social como en lo personal. En oposición al neoclasicismo, el romanticismo
rechazaba la razón como principio y anteponía el sentimiento y la fantasía en el arte.
Son características de este movimiento un predominio del yo, la evasión de la realidad al abordar temas medievales o
leyendas, en especial las que exponen un exotismo oriental; asimismo hay un nacionalismo acendrado expresado por el
interés en el arte popular, las costumbres y folclor nacional. Se impone la libertad en la forma creativa, temática y
formal, en contraposición al academicismo del neoclásico y, finalmente, se busca la armonía fuera de la armonía y del
equilibrio utilizando lo sobrenatural y lo macabro, como en la novela gótica.
La literatura realista surge a mediados del siglo XIX como un rechazo a los excesos del romanticismo. Considera de mal
gusto el sentimentalismo, la anarquía de la forma y los temas
fantásticos.
Alegoría de las bendiciones de paz (1629-1630), de Pedro Pablo Rubens
Los crobodoras (1859), de Gustave Courbet
Son características del realismo la documentación en la realidad, las descripciones puntuales minuciosas y, en la mayoría
de los casos, expresa posiciones políticas progresistas o radicales Así como un cierto anticlericalismo. Cuando el realismo
se excede en la presentación de temas, personajes y situaciones deprimentes y enfermizas recibe el nombre de
"naturalismo". Hay dos
vertientes de la literatura realista:
a) La novela social que reproduce ambientes de la sociedad de clases producto de las revoluciones burguesas.
b) La novela psicológica que se aboca a los temperamentos y motivaciones de los personajes a quienes intenta
describir atendiendo tanto a su aspecto como a sus acciones y
reacciones ante los conflictos.
El modernismo, movimiento artístico surgido en América y adoptado en Europa, tiene al hombre como centro de la
creación artística, expresa su amor por la libertad y, por ende, rechaza las reglas. Su esteticismo lo lleva a manejar un
lenguaje "de lujo", además se fomenta la creación de recursos estilísticos novedosos.
Las vanguardias se desarrollan en el siglo xx y retoman la angustia del hombre surgida en el periodo de entreguerras y
acrecentada por las crisis económicas y el totalitarismo. En este contexto, las vanguardias proponen la
internacionalización, en oposición al individualismo previo; buscan la originalidad expresiva y un rechazan la tradición,
en contraposición a las corrientes del siglo anterior. Se busca la espontaneidad y se muestra una deshumanización del
individuo. Dentro de las vanguardias encontramos diferentes movimientos artísticos como son el futurismo, el
dadaísmo, el surrealismo, el ultraísmo y el creacionismo, el teatro del absurdo y el existencialismo.
Romanticismo primera mitad del siglo XIX Poesía: Lord Byron, Walt Whitman, Logfellow, Gustavo
Adolfo Bécquer, José de Espronceda, Manuel Acuña.
Novela: Walter Scott: Quentin Durward, Victor Hugo: El
jorobado de Notre Dame y Los miserables; Alejandro
Dumas: Los tres mosqueteros, El Conde de Montecristo;
Ignacio M. Altamirano: El zarco, Clemencia; José
Hernández; Martín Fierro; Jorge Isaacs: María.
Teatro: José Zorilla: Don Juan Tenorio
realismo segunda mitad del siglo XIX Honorato de Balzac: La comedia humana.
Charles Dickens: David Copperfield, Oliver Twist.
Benito Pérez Galdós: Los episodios nacionales, La
Malquerida. José María Eca de Queirós: El crimen del
padre Amaro.
Stendhal: Rojo y Negro.
Gustav Flaubert: Madame Bovary; . Federico Gamboa:
Santa.
modernismo último cuarto del siglo XIX Poesía: Rubén Darío; Manuel Gutiérrez Nájera, Amado
Nervo, José Martí, Enrique González Martínez.
Valle Inclán: Tirano Banderas.
Antonio Manchado: Poesía.
Juan Ramón Jiménez: Platero y yo
vanguardia siglo XX Generación del 27 en España: Federico García Lorca,
Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández.
Destacan en Hispanoamérica: Jorge Luis Borges, Alfonsina
Storni, César Vallejo, Pablo Neruda, Vicente Huidobro,
Gabriela Mistral, Octavio Paz, Jaime Sabines.
Novela: J.D. Salinger: El guardián entre el centeno;
William Golding: El señor de las moscas; Herman Hesse:
El lobo estepario; Marcel Proust: En busca del tiempo
perdido, Franz Kafka: La metamorfosis.
Teatro: Eugene lonesco, August Strindberg, Samuel
Beckett, Antonin Artaud, Fernando Arrabal, Tennessee
Williams.
o) Retrato de Pablo Picasso, por Juan Gris (1912).
b) Autoretrato de Modigliani (1919).
c) Rueda de bicicleta, de Du-champ.

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