Hispanoamerica Como Invernadero - Bernd Marquardt

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MARQUARDT. B. Historia universal del Estado. Tomo 3: El Estado de la doble revolución.

La Carreta Histórica. Bogotá, Colombia. 2009.

, .
4. Hispa noam e~ca como el invernadero del Estado
constitucional repub licano -demo crátic o en el largo siglo XIX

SJ. se pide a estudian tes suizos o colomb ianos que efectú


uál E d d 1 en una ev
al . ,
, acerca de c es sta os e mundo fueron los consa.·tu . uac1on a1m
espon
,-
canea 11 b , . c1on ente mas
desarrollados ~n. 1865, e os no~ ra~ ,np1came~te Francia, Inglaterra y los EE.UU., lo
ustra plasttcamente la onentac 1on de la literatura constitucio al •
que il d d , . . . h .
n existente acta
ocos Estados e mo a y el defic1t de la histona constitucional
unoS P . comparada.
Tanto m~s ~ande es la sorpresa , s1 _se presenta n co~o _los líderes del ranking del
constiructonalismo para el 1865, medido en los trece mdicadores de transformación
desarrollados ante_s, cua~o. Estados de una zona del mundo completamente diferente:
Colombia, Argennna, Mexico y Venezu ela.

América Latina forma parte de estos lugares del mundo sobre los cuales el prome-
dio europeo educado academ icament e posee varias imágenes de un paraíso virtual y de
pesadilla, pero del que no conoce mucho en concret o722• El acercamiento científico es
dificultado por varios problem as paradigmáticos. En primer lugar, es necesario indicar
d estigma de un supuest o "tercer mundo" , popular izado desde los años 1950 como
una nueva denominación despect iva del hasta entonce s nuevo mundo723• Esto ha lle-
vado, como el prejuicio domina nte de los juristas, politólogos y economistas del norte,
al "síndrome de los volunta rios en la ayuda para el desarrollo", que evalúan lo encon-
trado en el sur del modo desdeño so y displice nte724; conside ran la perspectiva histórica
como desacertada, pues en su modelo lineal de tiempo solo el futuro puede traer la
salvación; y reproducen incluso en las escalas para medir comparativamente las demo-
cracias, las supuestas frontera s entre el "primer " y el "tercer mundo"725• Este para-
digma tercermundista sugiere una cercaní a entre África, Asia y Latinoamérica que
resulta altamente ficticia: primero , no existe ninguna proximi dad entre las curvas de
~sf~nnación a largo plazo de las socieda des preestat ales subsaharianas, del an~guo
Cl!lturon mediterráneo-surasiático de las civilizaciones agrarias Y de las progres1stas
repúblicas nuevo-europeas del siglo XIX · r no
· occ1'denta}726 · Ad
en el herrus1e ema' s, tam-
---- ---- ---- ---
:: ~fANN, Lateinamen/eanische Geschichte, op. cit., pp.9 y ss.
~S~to ª las raíces: HOBSBAWM, Das Zeitalter der Extreme, op. cit., pp.432 Y ss, 448 · NuscHEL
ER,
':1 pllfwick/1mgspolitik, op. cit., pp.98.
or ejempl .
reco . 0 escn6e el constitucionalista alemán HERDEGEN: "La fund·º, n de la constitución ,, ( es.
tft,.,~~da_entretanto en grandes partes de América Latina". La palabra pequeñ~ "entret~ t? ";1~
en:~lllta imprudentemente dos siglos de la tradición constitucionaliSra ~n His~ano ~en¡a. h 51
staatsgedaEGEN, MAnHIAs "Herausf orderung en für den Rechtsstaat in LatemamerikA ·a, i erd . ~r,c ts-
nke . '
•.. li011t11, No un politischen Diskurs" , en KONRAD ADENAUER STI FflJNG (Ed.)' ,man szn;on11a-
•l Yéas . 1/ 1999, pp. 36-45. ..
e el Panor . 89 423 donde está bien v1S1ble una
'1i-. supuesta co ama _de SC~IDT , Demokratietheorien, op. cit., PP· 3 - 'enas democracias.
Yéas ngtuencia entre lildustrializadas sociedad es de consumo Y bu
e1os m
apas en las img. 44 - 49.

183
·oeconómico es probable un "tercer mundo" , pues según
1 presente soCl . . .
poco en e Humano de las Naciones Urudas, baJando desde 1 e1
di de Desarro 11o . , . . os valor
In, ~e eos en particiones de cien727, Amenca Lattna aparece 1 . es
maxnnos noreurop l Af . b h . , unto con
. al la segunda clase, pero e nea su sa anana en la quinta
Europa onent , en . . di . S . , sexta y
. , lo que significa que 1a stanc1a entre wza y Colombia es h
séptima categona, . ali728 1 alm mue 0
existente entre Colombia yM . gu ente, para el pasado socioeco-
menor que la . il 1as dir .
, . pectatt·vas de aquel tiempo ustran ecciones de los. flui·os de nu-.
nomico, 1as ex .
., e dieron hasta aproxunadame nte 1950 .desde . Europa a Hispanoam'enea, .
gracton, que s · . .
. . soooambiental
los mdicadores es .preindustriales, que
no en la otra dirección729. Según .
dependieron de la relación entre lo~ terntonos agr~nos produ~tlvos usados para la
transformación de energía solar en b1omasa y la densidad poblac1onal, así como de los
recursos de metales de moneda en la corteza terrestre, América Latina se había perci-
bido como relativamente rica.

El segundo marco paradigmático ambi~o, el de ~ dependencia eterna, es el equi-


valente hispanoamerica no del tercennundism o. Ha myectado la autoestima, sicoló-
730
gicamente poco sana, de la pobre víctima perpetua , desde la cual no es posible recla-
mar su lugar histórico y pensar en la opción de que Hispanoaméric a estuvo una vez
entre los protagonistas del constitucionali smo occidental. Precisamente, el subdes-
arrollo no existe en las realidades históricas, sino más bien en la autoestima de los
observadores.

El tercer estigma problemático, es el del autocratismo notorio que generaliza re-


ttoactivamente las dictaduras militares de los años 1960 hasta 1980 y describe la histo-
ria constitucional latinoamerican a con palabras extraconstituci onales como "cau-
dillismo"731 y "clientelismo" , sin revisar si el "caudillo" puede ser, en vista de la fun-
ción clásica de todos los gobiernos de liderar el proceso político, una categoría seria de
distinción, ni si las repúblicas de Hispanoaméri ca del siglo XIX habían sido relativa-
mente exitosas en virtud de la rotación estricta de sus ciclos de gobierno y de la exten·
dida prohibición de la reelección inmediata al evitar líderes excesivos como, por
ejemplo, los METIERNICH, BISMARCK, GU~ERMO II o HITLER de la hist0ria ale-

Argefl·
727
~i el valor máximo de Noruega e Islandia es de 968, se hacen las particiones en 865 (cercaª
tina), 765 (cerca a las Filipinas), etc. t\L
728 V' l {ENT PROGIL
ease e mapa 72 en el capítulo D 6 y los datos en UNITED N ATIONS D EVELOn
H11man Development &port 2007 / 2008, op. cit, pp.229 y ss. Friflcfort
729
SASSEN, SASKIA, Wgranten, Siedler, Flüchtlinge V on der Massenauswanderung zur
Fe g st1111 E~rvP;;
a11d tJit"i,
del Meno, Fischer Taschenbuch Vetlag, 1996 (fítulo de la traducción en inglés: ~~ op- cit.
º·
1999), p.SS. Véase también: )ANSEN, Nach Amerika, A uswanderung im 19. und 2 Jahrbllll e '
730 85
Crítico: BERNECKER & TüBLER, Staat, Wirtschaft, Gese/lschaft, op. cit., pp.4 Yss, y s. ,itJrt f½.~~-
73t Al D EN /j1.. ,md auto 'rl op·
r~pecto: AB E,América LAtina en el siglo XX, op. cit., p.1 4. LINZ, Tota . ª~ 19_¡ab1h1111111 •
0
P, at., PP· 126 Yss. ÜROZCO, Die Gestaltung des A usnahmezustandes in Kolumbzetl ¡,n
cit, p.23. REHRMANN, LAteinamerikanische Geschichte, o p . cit., pp.122 Ys.

184
El Estado constitucional republicano-democrático

mana. En contraste con todo esto, parece inevitable tratar a América Latina, América
del Norte y Europa con los mismos parámetros de consideración y crítica.

Hemos descrito ya en los capítulos anteriores que Hispanoamérica formó parte de


los tres puntos de partida revolucionarios de la transformación ilustrada del mundo.
Igualmente, se ha evaluado su rango e importancia en las primeras dos olas de trans-
formación. De este modo, se ha aclarado una diferencia intercontinenta1 fundamental:
mientras en Hispanoamérica la revolución ilustrada pudo obtener la victoria ya en la
primera ola de transformación y se profundizó en la segunda, el liberalismo ilustrado
de Europa tuvo que soportar una doble derrota. Desde los años 1820, el tacto político
del mundo fue dirigido de tal manera que durante aproximadamente un siglo, los jó-
venes Estados hijos de Europa732 en Hispanoamérica fueron la verdadera patria del
modelo de Estado de la revolución ilustrada. Allá, estuvieron no menos de dos tercios
de los Estados constitucionales republicano-democráticos existentes en aquel tiempo
en el mundo. En ninguna otra parte del planeta hubo más productividad constitucio-
nal: hasta 1848, se pudieron contar casi cien constituciones en al fin dieciséis repúbli-
cas733. Las constituciones maternas del año 1811, como la de la república de Tunja734,
utilizaron el material de las constituciones primarias de EE.UU. y Francia, codificadas
solo poco antes, así como los textos teóricos claves de la Ilustración política interna-
cional, pero formaron con ellos una combinación particular del constitucionalismo
ilustrado, que delineó una familia constitucional específica. En ninguna parte el idea-
lismo puesto a prueba fue más marcado, aunque también se perfilaron inconvenientes
inevitables, efectos secundarios imprevistos y distanciamientos. Por su parte, Europa
pudo acercarse al constitucionalismo ilustrado de Hispanoamérica por primera vez en
1918, aunque solo por un corto período, y pudo consolidar su correspondiente repu-
blicanismo solo después del fin de la segunda guerra mundial en 1945.

732
El carácter europeo de la historia del derecho en Hispanoamérica es puesto en relieve por ejemplo
por: B UCHER, Zu E Hropa gehifrt auch Lateinamerika, op. cit., pp.515-547. El título dice en traducción
"Latinoamérica pertenece también a Europa".
733
No se consideran textos constitucionales provisionales de gobierno durante la fase revolucionaria:
En Argentina 14 (1819, 1826, Santa Fe 1819, 1841, Tucumán 1820, Catamarca 1823, Corrientes
l824, 1838, 1847, Entre Ríos 1822, Córdoba 1821, 1847, Salta 1821, San Juan 1825); en Uruguay 1
(1829), en Paraguay 1 (1844), en Chile 4 (1822, 1823, 1828, 1833); en Bolivia 5 (1826, 1831, 1834,
1839, 1843), en Perú 6 (1813, 1826, 1828, 1834, 1836/ 1837, 1839); en Ecuador 5 (1812, 1830, 1835,
~843, l845); en Colombia 19 (1 en Socorro, 3 en Cundinamarca, 1 en Tunja, 3 en Antioquia, 1 en
ta~rtagena, 1 en Popayán, 1 ea Mariquita, 1 en Pamplona, 1 en Nciva, 1 en Istmo [1841], 5 en el Es-
Es~dcompleto 1811, 1821, 1830, 1832, 1843); en Venezuela 7 (Mérida, Trujillo, Barcelona, Caracas,
dos (~;ompleto 1811 , 1819, 1830); en la República Centroamericana 2 (1824, 1835) y en las Esta-
18}S, G ~;~s: de C~n~oamérica 10 (CR 1825, 1844, 1847, ES 1824, 1841, H 1825, 1848, N 1826,
1841 Yu , )), en Mexico 23 (1824, 1835/ 1836, 1824 - 1827 19 Estados federados, 1836 Texas,
734 Ca f . ,
catan y en Repu, bli ca D ominicana 1 (1844). En total suman 98 constituciones.
ns l!uczon de la Re ,bl . , . . .
rk Colombia y V. 1>u 'Jea de T111ya, op. cit. Al respecto: R.EsTREPO P IEDRAHITA, Pnmeras constztrmones
ss. eneZf'ela, op. cit., pp.77 y ss. SAMPER, Derechopúblico interno de Colombia, op. cit., pp.48 Y
.
Historia Universal d ¡ Estado· tomo j
e • ·

ES REPUPLIC ANAS DE HISPANOA MÉRICA


CONSTITU CION DE 1812 A 1833

• COlllfflTUCIO"
OON8TITUCl•!'f
C,ONS TITtH'ION
p•I. g,Tt.DO n~
CAll1'AOllN A pt INDIAS
-
PROVINCIAS UNIDAS

18•••---•c•,
itltC'fOWtD" y IIIANIA•t PU ■ ll C ált
DI u 11tcrnn uc1. PIU>t.auL

m:
•t.NC:.IOJCADI.
CENTllO-AMERICA
,ou11.f)IO co11a1•10
• -r....,l,i •t>'- UIIL r.E~S UL CO~ITIT~_, •_t_KTP ~
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COJVSTJTlJCJOJV Wiiiiii\íCIO'll IPOLl'ol'IG&


, .
CONSTITUOION
FEDERAL
DI! LOI UT.u>ol 17l11DOA

~ ~
11L CONORBBO OENEI\AL
- ., ..
',{¿. fl ,6 .A,.,..• flH. '.
IIIIC,

...... -.. ~~...,._,........


.......""~~
.. ...,...;,...a.,....,uu,4L.

1mg. 53 - 58: Las portadas de las constituciones republicanas de Cartagena de Indias


de 1812, de Argentina de 1819, de Centro-América de 1824, de México de 1824, de Perú
de 1828 y de Chile de 1833735

En 1864, el constitucionalista colombiano CERBELEÓ N PINZÓN (1813 - 1870) jus-


tificó el camino americano del modo siguiente:

"El sistema republicano es el más favorable a la garantía de los derechos individu-


ales, la vida, la libertad, la seguridad, la igualdad, la reputación y la condición domestica;
y como la protección y el goce efectivo de estos derechos es el gran fin con que se esta·
blecen los gobiernos, el gobierno republicano es el mejor de los que conocen los h~~-
bres. Si los derechos de la humanidad, si la dignidad del hombre, si las libertades publi-

735
Con~titución del Estad~ de Carta?ena de Indias, sancionada en 14 de junio del año de 1_812,
Indias, Imprenta Diego Espmosa, 1812. Lugar: Biblioteca Nacional de Colombia, Bogo ' es f
Ca::~::;
Antiguo'. Fondo Pined~ 734. Ed. por: MARQUARDT, BE~~ (Ed.), "C?nscituci~nal
Colombia 1793 - 1853 , en DIPPEL, HORST (Ed.) Constrtuhons 0 r the IForld Onl111e, http . ., ,, s,td·
0
D~/;n~ero-
. . 1
l (16.01.2009). Constitución de las Prowmas Cnuu,, '
. ' '1 · ·
const1rut1ons.de/ CO-CA-1812-06-14-es-1.htm . Consfit11dáR
América (1819), op. cit. Constifllcw11 de la &pública Federal de Ce11tro-h11ética (1824), 0 P· CJt. (1828),
Federal de los Estados Unidos Mexicanos (1824), op. cit. Constitución Polítrºca de la República Peruana
op. cit. Constitución de la &pública de Chili (1833), op. cit.

186
- cas, y · 1 . d b" b . b
El Estado constitucio nal republican o-democrá tico

el progreso social merecen y deben ser atendidos , el sol no debiera brillar sino
sobre las republicas, nt e aire e 1ere attr otras anderas que la republica na"736.

El lector podría pregunta rse ¿por qué Hispano américa? La respuest a no puede ba-
rse en una única causa. Por un lado, es necesari o tener en cuenta el factor militar de
~ suerte en la guerra, que fue parc1·a1mente ~asual, pero que tuvo también razones
la
estrocturales. En el continen te american o no hubo en el tiempo de la revolució n cen-
tros dinásticos propios, sino solo sustituto s en el máximo rango de virreyes de los
monarcas, que residían a miles de kilómetr os de distancia en Londres , Madrid y Lis-
boa. La represión de la revoluci ón desde Europa se enfrentó a un obstácul o insupe-
rable, a saber, el extenso espacio geográfi co del mundo atlántico , que en la época de
las conexiones por embarca ciones de vela, evitó el reforzam iento de las tropas. A dife-
rencia de Europa, las revoluci ones american as estuviero n vinculad as con la perspect iva
atractiva del autogobi erno en Estados propios, mientras que las élites american as de
origen europeo, a diferenci a de los Incas del siglo XVI, no tuvieron ninguna desven-
taja en el armamen to. Además, los revolucio narios de la educada burguesí a hispano-
americana no toleraron la solución canadien se de provinci as en tierra firme todavía
reales, sino que incluso el Perú y el Alto Perú, originalm ente leales a la corona, fueron
rápidamente receptor es de la exportac ión de la revoluci ón por parte del ejército de
liberación colombi ano de SIMON BoúvAR. En este sentido, desde 1826 no existiero n
más Estados vecinos capaces de liderar una contrarre volución desde fuera • Del
737

mismo modo, no existió ninguna élite interna de poderosa s dinastías de la alta no-
bleza, sino que las élites existente s con sus dos ramas, la urbana-b urguesa y la rural-
latifundista, se presenta ron en su mayoría prorepub licanas. En la política exterior, las
jóvenes república s se apoyaron mutuame nte, como lo hizo por ejemplo EE.UU. por
medio de la Doctrina MONROE de 1823, dirigida a favor del republica nismo ameri-
cano en contra de la restaurac ión europea del Congres o de Viena de 1815 • Además,
738

la renuncia de las república s de Hispano américa a toda· política exterior de poder, si-
milar al caso de la Suiza republica na, facilitó que las potencia s de la pentarqu ía europea
no vieran en ellas ninguna compete ncia seria.

Además, los pueblos estatales de Hispano américa no sufrieron en el "largo siglo


XIX", a diferenci a de Europa, ninguna crisis de la pobreza de masas, causada en el
viejo mundo por el incontro lado crecimie nto demográ fico de la primera fase de la
industrialización, pues la relación entre inmenso s territorio s converge ntes de la energía

736
PINZÓN, CERBELEÓ N, Catecismo republicano para educación pública, redactado a escitación del ciudadano presi-
dente de ros Estados Unidos de Colombia Manuel Muriilo, Bogotá, El Mosaico, 1864, pp.51 Y s.
737
La monarquía española solo defendió las islas caribes de Cuba y Puerto Rico (hasta 1898), pues las
élites locales vieron en el gobierno español la garantía para la perduració n de la esclavitud.
738 Concepto: América para los americano s. E d. por: GREWE, Fontes historiae iuris gentium, tomo 3, o p.
cit., pp.212 y ss. Al respecto: CRESSON, WILLlAM P ., The ho!J alliance, The European background ef the
Monroes doctrine, Nueva York, Oxford University Press, 1922.

187
Historia Universal del Estado: tomo 3

radial del sol en biomas a'aly una densid ad de poblac ión bai·a ·bil' . ----- -----
. d . ' pos1 1 to seg_u.n, .
res agríco1as prem ustn es, duna prospe ndad relativamente al ta que' cv1t , indica<] o.
. , . 1 .1
e stg o XIX estuvo de algu'n m o d o cerca a tensi()n
O
sociales. La H1spa noame nca . . , . es
sociales de una d emocrac1a agraria tardía basada en una clase d . 1os idea]. .
. e terraterue --s
dos y acomo dados, los cuales eran propio s fide los ilustrados cu nt~s e<luca.
, prem. d ustn'al, aunque su econon ua , se undo, efectiv ament yo dpensanu ento era
todavia e cad a vez tná
d d 1 ' · · d 'al d e transpo rte. El inicio . . s en las
nuevas post'bili'da es e regime n m ustn 1
democ racias en Hispan oamér ica se dio despué s de los años 1930' cuan e da cnsis de las
., m . d ustn'al 11egaron tambié n a Suramérica y p o los etectos
sociales de la revo1uc1on . . , . revocaron d
- ' esde
los anos 1950, una crisis demog rafica que conduJ o al pauper ismo v; que hi zo expl
0
las estruct uras del sobera no de la democ racia y. del pueblo estatal· En E uropa p tar
. , ' . or el
contra no, despue s de la segund a guerra mundi al se estabilizaron las dem ocrac1as en
'd d d e masas d e 1a socied . ad de consum o, posibilitada
vista de la prospe n a por la se·
. , r- il ,. . d 'al
gunda revoluc1on 10s -energ ettca m ustn .

Si se califica a Hispan oamér ica como el invern adero del Estado constitucio 1
public ano-de mocrát ico del "largo siglo XIX", es necesa rio distinguir países conn~~~
micas de poder y cultura s polític as muy diferen tes. Las habilidades para las dispu~
democ ráticas tuviero n que ser aprend idas en la práctic a, sondea ndo los límites de lo:
medios _de compe tición_permit idos, hacien do abstrac ~ión entre diferencias políticas y
percep ciones del enermg o y proban do el compr ormso moder ado necesario. No en
todos los Estado s esto salió del mismo modo bien, aunque hubo originalmente una
igualdad entre los aprend ices en el mome nto de la caída del antiguo régimen. Las re-
públicas de Colom bia y Chile desarr ollaron rápida mente una cultura política relati-
vamen te estable del cambi o constit uciona l de los gobier nos en el marco de los tiem-
pos y proced imient os prescri tos, aunqu e en Bogot á según signos más liberales que en
Santiago. Desde la consol idació n de la constit ución de 1853, tambié n Argentina res-
a
petó el orden constit uciona l de sucesió n. En Venez uela hubo más accesos violentos
la presidencia, aunque tambié n allá predom inaron gobier nos constitucionales, los
cuales tuviero n un perfil preside ncial más domin ante, que fue calificado varias veces
como un "cesar ismo democ rático"739. Sin embar go, los titulares del poder respetaron
en general la prohib ición constit uciona l de la reelecc ión. En cambio , las repúblicas de
Bolivia (1839 - 1880) y Uruguay (1843 - 1882) fueron caracte rizadas por fases largas de
la sucesió n violent a de la dignid ad preside ncial740. Guatem ala por su parte violó los
límites del sistema , pues con JOSÉ RAFAEL CARRERA (1851 - 1865) se instaló un pr~:
sidente conser vador como dictad or vitalici o. Del mismo modo, Paraguay prefirio
hasta 1870 gobier nos dictato riales 741.

39
, Bibl. Ayacucho, 1991 •P·9·
; VALLENILLA LANz, LAUREANO, Cesarismo democrático y otros textos, Caracas
19
;-40 ARGUEDAS, ALODES , Historia General de Bolivia 1809 - 1921 La Paz Ed. Arnó Hermanos, 22-
KóNIG Kki G . . . ' ' •
, ne eschichte LAtnnamenkas, op. cit., pp.424 y ss, 476 y ss.
741
TORRE VU.LAR & GARCÍA LAGUARDIA, Desarrollo histónco del constitucionalismo
hirpanoamericano, op. oc.,
,
pp. 158 y SS. LóPEZ-A LVES • E s,aao • , • • • 5
Y uemocracra en Amenca Lanna, op. cit., pp.27 Y55 ·
.J J

188
co
El Esta do constitucional republicano-democráti

anoam enc· ano se pued e


Analizado cron ológicamente, el constitucionalismo hisp .
. transformación occi-
estr uctu rar en se1s_ fase~,_que corre~~onden a las siete fases de 1a
prim era 1ase
de. 1a uruon de 1a sexta y séptima fase. Así, a 1a
e
dental cone1a mo difi cao on.
1a cual el Est ado constitucional repu-
., .
de 1a tran s1o rma oon ong man a (1810 - 1847), en
blicano-democrático se instaló y se pro bó, sigu
ió 1a segunda fase del triunfo del alto
que tran sfor mó a Colombia, Argentina,
liberalismo idealista (1848 - déc ada de 1880),
ales líderes de Occidente. Las repúbli-
México y Venezuela en los Est ado s con742stitucion
temala743 entr aron a esta segunda fase
cas originalmente mod erad as de Chi1e y Gua
constitucional madurado (aprox. 1880
en 1a década de 1870. La tercera fase del Est ado
de la estatalidad nacional y del ord en
- 1916) estu vo bajo el sign o de la consolidación
la paz inte rna, a lo cua l per tene ció tam bién la involución de varias transformaciones
de
lo suficientemente maduras para una
del liberalismo radical, que todavía no estaban
Colombia con el laicismo pur o en un
aceptación mayoritaria, tal com o sucedió en
744 • La cua rta fase del com plem ento del republica-
pue blo cató lico , rev oca do en 188 6
(1917 - 1949), tuvo su pun to de par-
nismo ilustrado por el con stitu cion alis mo social
alcanzó en 1925 a Chile746, en 1936 a
tida en 1a con stitu ción mex ican a de 1917 y
745

ta fase fue 1a del Est ado hispanoameri-


Colombia 747 y en 1949 a Arg enti na • La quin
748

,
BRAvo LrRA, Historia de las instituciones políticas
de Chile, op. cit., pp.1 94 y ss. 200. CAMPOS HARRIET
742
Historia constitucional de Chile, op. cit., pp.2 93 y ss.
743 Constitución de la República de Guatemala, 11.12.1879. Ed.
por: DIPPEL, HORST (Ed.), Constitutions of the
Amen'ca, Microfiche Edition, Múnich, KG . Saur
World, 1850 to the Present, Part 2, North and S011/h
No. 823, 1-13.
Verlag, 2005, 2.11., Inte rim Inde x 6, Microfiche
.
otá, Imp rent a de Echeverría Herm anos , 1886
144
Conslit11ció11 de la República de Colombia (1886), Bog
República, Bogotá, Sala de Libr os Raros y Ma-
Lugar: Biblioteca Luis Áng el Aran go del Ban co de la ,
nuscritos. Al respecto: ARANGO, Lz construcción
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SIERRA MEJ1;A,
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189
• • d la transformación industrial (1949 - década de 1980)
cano en la cns1s e d, , cuand
. . d , fico y la urbanización explotaron e1 emos desde debai·0 El O el
crecmuento emogra uil · · hech
. 1 Bogotá pasara de ser un tranq o y antiguo casco urb o
d~ que dporl eJville~p ºa ser un monstruo de ocho millones de habitantes en el ª~º en el
circulo e as as, . d . circulo d
. . bl s superó las capacidades de la emocrac1a para vencer la . . e
los barios misera e , d d . ct1s1s. L
,. . . e veían a sí mismas como porta oras e1 Estado, mstrurnentali as
elites vie1as que s .. di , . Zara
•tt·o para el maneJ· 0 de la cns1s, al como suce o casi permanentern n
el estad o d e s1 d ente e
. tr l 948 y 1990749 1
0 entregaron el Esta o a as manos de los di t d n
Co1omb1a en e ' d d , . . e a ores
culminante de 1976 solo cuatro Esta os e Amenca Launa no f ·
E n e1 pun to '. f: ueron
gobernad o S dictatorialmente1so. .
Fmalmente, la sexta ase, la de la regeneraci ,
, . . , . on de!
Estado constitucional republicano-democrattco en Hispanoamenca , ha empezado en
1985 y continúa hasta ahora751 •

Algunos elementos claves de la e~tatalidad ~o~sti~cional il~strada, se profundiza-


rán en los capítulos siguientes, analizando pnontanament e eJemplos hispanoameri-
canos. El enfoque temporal será el largo siglo XIX, básico para la formación del
nuevo modelo, y el geográfico será el republicanismo de Colombia y Chile, que fueron
los representantes más exitosos del Estado constitucional republicano-democrático en
Suramérica. KARL LOEWENSTEIN ha calificado a Colombia en su estimada teoría
constitucional comparativa de 1957, como el "Estado democrático más sólido de La-
tinoamérica" hasta entonces752 • Un motivo para la selección de ejemplos de Hispano-
américa es, además de su antelación, que manifiestan durante sus dos siglos de cons-
titucionalismo todo el espectro de luz y sombra del Estado constitucional republicano-
democrático, más auténticamente que los Estados de la democracia de consumidores
en masa de la Europa occidental desde la década de 1950.

pp.45 y ss. RivADENEIRA, Historia constitucional de Colombia, op. cit., p.145. ROLL, Un siglo de amb~iit-
dad, op. cit., pp.64 y ss. TASCÓN, Historia del derecho constitucional colombiano, op. cit., pp.249 y s.
748 Constitución de la Nación Argentina, 11.03.1949. Ed. por: DIPPEL, HORST (Ed.), Constitutions ofthe llí'orld,
1850 to the Present, Part 2, North and South America, Microfiche Edition, Múnich, K. G. Saur Verlag,
2005, 2. TI., Interim Index 1, Microfiche No. 36, 1-20.
749
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excepción en Colombia, Bogotá, Ed. Leyer, 1996, p.141. GóMEZ S., LAUREAN0, E l control co11stit11cio11al tn
Colombia, Bucaramanga, Unab, 2001, pp.132 y s, 137, 150. ÜR0ZC0 A., Combatientes, Rebeldes)' Terro-
ristas, op. cit., pp.171 y ss, 190 y ss. SERRANO, Uso y abuso del Estado de Sitio, op. cit., pp.52 y ss.
75
° Colombia, Venezuela, Costa Rica y México. Al respecto: BERNECKER & T0BLER, Staat, IVi~sc~aft,
Gesellschaft und AuJenbe:dehungen Lateinamerikas, op. cit., pp.70 y ss. BRAvo LIRA, El Estado co11shfJ1C10~al
en Hispanoamérica 1811 - 1991, op. cit., pp.186 y ss. DABENE, América Latina en el siglo XX, op. Clt,
p.127. NOLTE, Die Vorherrschaft der Milita'mgime in den 60er und 70er Jahren, op. cit., pp.15 Ys, 23 Yss_.
751
DAB~NE,América Latina en el siglo XX, op. cit., pp.185 y ss. KRENNERlCH, Demokratie in Latei11::e!'.
op. at., pp.6-13. MERKEL & THIERRY, Systemwechsel, op. cit., pp.196 y s. UNJTED NATIO
VELOPMENT PR0GRAM, La Democracia en América Latina, op. cit., pp.75, 78 y s. ·
752
LoEWENSTEIN, Ve,jassungslehre, op. cit., p.458.

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