Toxicología 2
Toxicología 2
Toxicología 2
Introducción a la
toxicología alimentaria
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
1.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
1.2. Conceptos de toxicología y evolución histórica 4
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A fondo 28
Test 30
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
La toxicología se puede definir como la ciencia que estudia los venenos y los
envenenamientos, aunque en una acepción más moderna se utilizarían los conceptos
de tóxico e intoxicaciones. Se entiende por el término veneno aquella sustancia
empleada por el hombre desde tiempos lejanos que se caracteriza por sus
propiedades nocivas o por sus efectos adversos sobre los organismos vivos.
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El uso de los venenos es paralelo a la propia historia evolutiva del hombre. En sus
inicios, se asocia con la observación de que ciertos frutos o plantas provocan la
muerte de personas o de animales, por lo que empiezan a utilizarse como
instrumento de caza. Probablemente, los productos vegetales, como frutos, hojas o
raíces fueron los primeros tóxicos en ser utilizados. Existen pruebas arqueológicas
sobre la utilización de venenos en el Paleolítico, con los que se impregnaban puntas
de flecha o lanzas. Posteriormente, se empezaron a utilizar también venenos de
serpientes o arañas [1].
A partir del siglo XIX, se produce el tránsito hacia una toxicología más científica
gracias al papel de Mateo Orfila (Mahón, 1787 – París, 1853) (Imagen 1), un español
que estudió medicina y química y llegó a ser catedrático y decano en la Facultad de
Medicina de París. En 1814 publicó su Tratado de Toxicología General, obra clásica y
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A partir de este momento, se va generando una relación cada vez más estrecha entre
el derecho y la toxicología, ya que surge la necesidad de identificar y cuantificar la
presencia de compuestos en el organismo humano que puedan tener relación con
envenenamientos o intoxicaciones. En estas circunstancias, empieza a tomar
importancia la figura del perito en la investigación de la presencia de estas
sustancias. Este método fue utilizado en el famoso caso Lafarge en 1842, en el que se
investigaba la muerte de Charles Lafarge, ocurrida en circunstancias extrañas.
En principio, casi se podría afirmar que cualquier sustancia puede tener propiedades
tóxicas con la única salvedad que esta capacidad vendría determinada por la dosis
que se introduce en el organismo.
De una manera genérica, los efectos que los tóxicos provocan sobre el organismo van
a tener un efecto último sobre las células de las que estos están compuestos y, en
particular, estos efectos pueden actuar induciendo la destrucción total de las células
sobre las que actúan o intervenir sobre partes concretas, alterando su normal
funcionamiento. Esta alteración puede ser reversible permitiendo la regeneración de
la actividad celular una vez retirado el tóxico o irreversible cuando esta actividad
celular no se puede revertir.
• Selectivos. Aquellos que van a ejercer su acción sobre algunas partes concretas
de las células (por ejemplo, el ADN o algunos orgánulos celulares) o sobre
algunos tipos celulares específicos.
• Sistémicos. Aquellos que se distribuyen por todo el organismo actuando sobre
tejidos u órganos concretos.
Esta área tiene un alto interés porque, en muchos casos, las situaciones que se
plantean pueden afectar a un número elevado de individuos, alcanzando niveles
incluso de salud pública.
Por otro lado, los factores exógenos incluyen las características de los tóxicos, sus
concentraciones, la forma de exposición, la presencia simultánea de otros
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En esta área de la toxicología interesa la adición de agentes sobre los alimentos que
con un carácter fraudulento pueden provocar intoxicaciones agudas. Existen
Desde el punto de vista del origen, es posible agrupar los tóxicos presentes en los
alimentos en cinco grupos principales [2]:
Tóxicos naturales
El plancton vegetal marino también puede verse afectado por algas microscópicas
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que sirven de alimento a otras especies animales, como moluscos bivalvos o larvas
de crustáceos. Cuando las condiciones climatológicas son favorables, puede
producirse un aumento de algas marinas que en ocasiones provocan intoxicaciones
en humanos que consumen animales que se han alimentado de las mismas. Un
ejemplo lo constituye la intoxicación diarreica.
Por otro lado, aunque sea más difícil hablar de intoxicación, sí se puede comentar la
necesidad de establecer algunas medidas preventivas para manejar adecuadamente
el efecto de ciertas sustancias vegetales, como es el caso de las metilxantinas, donde
la teína es un buen representante por sus propiedades excitantes.
También es necesario mencionar que los efectos adversos pueden estar provocados
por las características genéticas de los individuos. Por ejemplo, la deficiencia genética
en glucosa 6 fosfato deshidrogenasa (G6PD) puede provocar crisis de anemias
hemolíticas en caso de consumo de habas frescas, en una enfermedad denominada
favismo.
Los hongos superiores presentan un alto potencial tóxico. Según el Instituto Nacional
de Toxicología y Ciencias Forenses, en la Península Ibérica existen alrededor de 100
especies que contienen sustancias tóxicas. Aproximadamente el 90% de las muertes
por intoxicación con setas son debidas a la amanitina, presente en la Amanita
phalloides, la Amanita virosa, la Amanita verna, la Amanita gemmata y en algunas
especies de los géneros Galerina y Lepiota, como Lepiota brunneoincarnnata [4].
En este sentido, según la OMS en un reporte de 2017, los alimentos insalubres que
contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de 200
enfermedades, que van desde la diarrea hasta el cáncer [6]. En la misma línea, estima
que cada año enferman en el mundo unos 600 millones de personas por ingerir
alimentos contaminados y que 420.000 mueren por esta misma causa [6].
Las infecciones bacterianas son las más frecuentes por consumo de alimentos
contaminados, provocando intoxicaciones con diferentes niveles de gravedad, desde
diarreas o vómitos hasta enfermedades más severas.
En el otro extremo están los componentes orgánicos, cada vez más frecuentes como
consecuencia de la actividad agraria e industrial. Estos contaminantes incluyen los
plaguicidas, los compuestos derivados del cloro, los medicamentos de uso veterinario
Los residuos pueden aparecer en la carne, la leche, los huevos u otros productos
derivados, donde si bien la concentración puede no ser suficiente para producir
efectos específicos, sí que puede activar procesos alérgicos o aumentar el riesgo de
carcinogénesis. Por otra parte, su presencia puede afectar a la microbiota
gastrointestinal y contribuir al aumento de resistencias a antibióticos, aspecto de
gran interés en la actualidad por cuestiones de salud pública.
Los efectos sobre la salud estarán en función de la propia toxicidad del material
plástico, la capacidad de migración, la naturaleza del alimento, la solubilidad del
compuesto en el alimento y el nivel de exposición humana.
sobre el potencial tóxico de estos componentes por lo que se requieren estudios que
aporten evidencias científicas en este campo.
Otros tóxicos
humanos.
procedentes de ella contengan los mismos grados de seguridad alimentaria que los
aplicados en el interior de esta, de manera que los productos exportados tengan los
mismos niveles que los consumidos en su interior.
13. European Food Safe Authority [Sede Web]. [Acceso 26 de diciembre de 2017].
Disponible en: https://www.efsa.europa.eu/
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Bartomeu, JR. La verdad sobre el caso Lafarge. Investigación y Ciencia. 2012; (431): 46.
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.uv.es/bertomeu/lafarge.pdf
Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=RWNoIF0SVVY
Piqueras-Carrasco, J. Intoxicaciones por setas, una actualización. Rev. Esp. Med. Legal.
2014; 40(1): 19-29.
En este artículo se realiza una actualización sobre las intoxicaciones por setas y se
discuten aspectos clínicos, de diagnóstico y tratamientos para mejorar su abordaje.
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-medicina-legal-285-articulo-
intoxicaciones-por-setas-una-actualizacion-S0377473213000369
IARC
Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección:
https://www.iarc.fr/
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3. Según su potencial tóxico como carcinógeno, el IARC clasifica la carne roja dentro
del grupo:
A. 1.
B. 2 A.
C. 2 B.
D. 3.
7. Según su potencial tóxico como carcinógeno, el IARC clasifica las dioxinas dentro
del grupo:
A. 1.
B. 2 A.
C. 2 B.
D. 3.
A. La IARC.
B. La EFSA.
C. La Unión Europea.
D. La OMS.
Toxicocinética y
toxicodinamia
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
2.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
2.2. Principios esenciales de la toxicocinética y
toxicodinamia 4
2.3. Procesos LADME 7
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2.4. Biodisponibilidad 27
2.5. Mecanismos de acción 34
2.6. Principales cuadros clínicos 38
2.7. Referencias bibliográficas 43
A fondo 45
Test 47
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
Procesos de absorción
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De forma general, la exposición de tóxicos por vía oral presenta una toxicidad menor
que por otras vías (por ejemplo, la parenteral), ya que la absorción va a estar
condicionada por toda una serie de mecanismos de control de paso de compuestos.
Además, la mayor parte de las sustancias absorbidas pasan en primer lugar por el
hígado, donde van a ser metabolizadas, dando lugar a compuestos con diferente
grado de toxicidad. En algunos casos, será menor y en otros generará compuestos
más tóxicos. Por tanto, es necesario destacar el alto grado de exposición a los tóxicos
que presenta el hígado.
En este sentido, existen una serie de factores que pueden influir en la absorción de
tóxicos por esta vía y, por lo tanto, afectar a la toxicidad que presentan. Entre estos
factores, los más relevantes son los siguientes:
Por un lado, el flujo sanguíneo y los factores que lo pueden condicionar. Por
ejemplo, después de las comidas, el flujo sanguíneo puede aumentar hasta un
30%, de manera que los tóxicos ingeridos durante las comidas son de esperar que
sean absorbidos más rápidamente. También, la administración de sustancias
vasoconstrictoras (como la vasopresina) ralentizarán la absorción por disminución
del flujo sanguíneo, mientras que sustancias vasodilatadoras, como el etanol,
provocarán un aumento en la absorción. Este aspecto es de especial interés, por
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En cualquier caso, en último término, los compuestos tóxicos deben atravesar las
membranas celulares, que, actuando a modo de barrera semipermeable, regula el
paso de sustancias de una manera selectiva.
Así, moléculas de bajo peso molecular sin carga (como el O2 o el CO2) o moléculas
polares sin carga (como el agua o el etanol) van a atravesar la membrana celular
rápidamente mediante mecanismos de difusión, pasando a través de la membrana.
Sin embargo, moléculas más grandes o moléculas con carga no pueden atravesar la
membrana celular por este tipo de mecanismos y necesitan recurrir a mecanismos
de transporte específicos, que les faciliten el paso del medio extracelular al
intracelular (o viceversa).
Por ejemplo, las lectinas son proteínas de origen vegetal que tienen una alta afinidad
para unirse a hidratos de carbono. En este sentido, pueden unirse a glicoproteínas de
membrana en un proceso que confiere la capacidad de aglutinar eritrocitos,
mecanismo que hace que se empleen en el desarrollo de sistemas específicos para la
absorción de fármacos por su capacidad para unirse a enterocitos del intestino
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delgado.
Otro tipo de contaminación que pueden sufrir los alimentos es a través de las
micotoxinas, que pueden producir un gran número de especies de hongos. Un
ejemplo lo constituye la ocratoxina A, producida por ciertas especies de los hongos
Penicillium y Aspergillus. Esta toxina ejerce su efecto tóxico a través de un mecanismo
competitivo por el grupo amino de residuos de fenilalanina. De esta manera, se
dificulta la síntesis de proteínas, activando procesos de peroxidación lipídica e
inhibiendo la síntesis de ATP y afectando, por tanto, a la respiración celular [2].
Los efectos tóxicos de esta micotoxina son muy variados y la Agencia Internacional
de Investigación contra el Cáncer (IARC) la ha clasificado como posible carcinógeno
humano, incluyéndola dentro del grupo 2B [6].
Los nitratos (NO3-) presentes en los alimentos pueden sufrir reacciones de reducción
para rendir nitritos (NO2-), que son iones muy reactivos y con alto potencial tóxico.
Estos nitritos pueden, posteriormente, unirse a aminas para generar nitroasaminas,
compuestos con potencial carcinogénico.
Las proteínas plasmáticas que unen compuestos pueden condicionar los efectos del
tóxico, ya que cuando están unidos, el compuesto no es activo. Es preciso que se
encuentren en forma libre para poder actuar sobre los receptores. En este sentido,
algunas patologías que cursan con deficiencias de proteínas circulantes incrementan
los efectos de los tóxicos, por cuanto pueden dar lugar a proporciones más elevadas
de fármaco libre.
Las proteínas plasmáticas van a unir los xenobióticos mediante uniones débiles pero
estables y, en cualquier caso, reversibles. Estos enlaces pueden ser de tipo puentes
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Procesos de transformación
Fase II. En esta fase se producen una serie de reacciones de conjugación, es decir,
de unión a otros compuestos propios del organismo (endógenos), que van a
modificar la estructura del tóxico, facilitando su eliminación.
Imagen 5. Esquema de los procesos de transformación que puede sufrir un tóxico a nivel celular
[7].
Desde un punto de vista biológico funciona catalizando reacciones en las que produce
la hidroxilación de los sustratos, haciendo que se transformen en moléculas más
solubles en agua y, por lo tanto, más fácilmente eliminables (Imagen 6).
Esta fase del proceso de biotransformación incluye una serie de reacciones en las que
los tóxicos o los productos de su metabolismo (procedentes de la fase I) se unen a
compuestos endógenos para formar productos que sean más fácilmente eliminables
por la orina o por la bilis (en general se denominan reacciones de conjugación). Esta
circunstancia se produce principalmente porque la unión de estos compuestos
permite, por un lado, su transformación en productos más solubles en agua y por
otro que sean más fácilmente transportables por los fluidos biológicos para facilitar
su eliminación. Estas reacciones también, al igual que ocurre con las reacciones de la
fase I, están catalizadas por enzimas, fundamentalmente transferasas.
Los compuestos endógenos a los que se van a unir los tóxicos son principalmente el
ácido glucurónico, aunque también se pueden conjugar con sulfatos, acetatos o
aminoácidos. Adicionalmente, este tipo de reacciones consumen energía en forma
de ATP.
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En todos estos procesos, es importante tener en cuenta que no todos los tóxicos se
transforman de una única manera en el organismo, es decir, que un tóxico que en
fase I puede dar lugar a diferentes productos (por seguir diferentes vías de
transformación) y estos pueden sufrir distintas reacciones en fase II, dando lugar a
diferentes productos finales y en diferentes proporciones.
Factores ambientales. Entre los factores ambientales que pueden influir en los
procesos de transformación de tóxicos encontramos la presencia de agentes
inductores o inhibidores de los sistemas enzimáticos que actúan en la
transformación. Habitualmente, suelen ser fármacos o elementos procedentes de
la dieta, los que pueden intervenir sobre los sistemas enzimáticos haciendo que
estos funcionen de una manera más rápida (emulando a un metabolismo rápido)
o lenta (emulando a un metabolismo lento), provocando que la eliminación final
de los tóxicos sea más o menos eficaz.
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Factores fisiológicos. En este punto cabe destacar que algunos factores como la
edad, el sexo o diferentes situaciones fisiológicas (embarazo, ciertas patologías,
fundamentalmente del hígado) pueden también influir en las condiciones de
transformación de compuestos tóxicos.
Procesos de eliminación
Los principales mecanismos de eliminación de tóxicos son la orina, la bilis, las heces
y el aire espirado (en el caso de compuestos volátiles). En menor proporción se puede
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La orina, como producto final de proceso de excreción renal, es el medio a través del
cual se van a eliminar la mayor parte de los compuestos tóxicos, ya que los riñones
Este proceso incluye un primer filtrado de la sangre que da lugar a una orina inicial,
la cual va a ser posteriormente sometida a un proceso de reabsorción (en el cual se
van a recuperar gran cantidad de sustancias) hasta constituir la orina definitiva, con
un volumen aproximado de 1,5 litros al día. A través de esta vía se van a eliminar
principalmente compuestos hidrosolubles pequeños, sales y alcohol. En este proceso
interviene el pH de la orina debido a su influencia sobre el grado de ionización de los
tóxicos ionizables, como los ácidos débiles, cuya eliminación será más elevada en
orinas alcalinizadas.
Por las heces van a ser eliminados los compuestos que no han sido digeridos o
aquellos que han sido excretados a través de la bilis.
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2.4. Biodisponibilidad
Después del ámbito laboral, los alimentos constituyen la principal vía de exposición a
tóxicos, lo que refleja la importancia de esta situación. La capacidad de originar un
efecto tóxico por esta vía está en función de la cantidad de tóxico ingerida y de la
proporción disponible para el organismo, es decir, la biodisponibilidad del mismo.
de la biodisponibilidad.
Se pensaba que el aluminio no era disponible, ya que al disolverse por acción del HCl
del estómago, formaba complejos insolubles en el duodeno. Sin embargo, se observó
que al igual que otros elementos que precipitan a pH neutro, el aluminio permanece
soluble a lo largo del tránsito intestinal y puede ser absorbido en los diferentes
tramos.
El citrato, que forma complejos neutros con el aluminio en el rango de pH 1,0 a 4,0,
favorece la función ligante, de manera que las máximas concentraciones séricas de
aluminio alcanzadas son testigo de su absorción en el intestino delgado.
Adicionalmente, el citrato también facilita los procesos de absorción paracelular del
Al (III), de manera que el citrato, que es un componente habitual de la dieta,
incrementa la permeabilidad de la mucosa al alumnio, facilitando su absorción.
Otros ácidos orgánicos (ascorbato, lactato, malato, oxalato, etc.) permiten que el
aluminio se mantenga soluble a valores de pH ligeramente básicos, facilitando su
absorción. Sin embargo, los fosfatos forman complejos insolubles con el aluminio,
impidiendo su absorción.
Arsénico (As)
Cadmio (Cd)
Los efectos tóxicos del cadmio se han asociado fundamentalmente con alteraciones
renales, ya que en ingestas elevadas se acumula en cantidades importantes en el
córtex renal.
Los alimentos con mayores cantidades de cadmio son las vísceras, mariscos y
crustáceos y algunas setas. La OMS estableció en 2010 una ingesta tolerable mensual
de cadmio de 25 μg/kg [9].
En este sentido, es necesario mencionar que algunos alimentos que aportan Cadmio
también pueden ser fuente de otros elementos con los consiguientes efectos sobre
su absorción.
Mercurio (Hg)
En relación con la absorción, los compuestos orgánicos son absorbidos por vía
gastrointestinal en valores cercanos al 100%, en forma de metilmercurio, aunque
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Plomo (Pb)
El estudio de los mecanismos de acción de los tóxicos representa una parte esencial
en toxicología, ya que permite entender qué tipo de alteraciones provoca el tóxico
a nivel bioquímico. Al mismo tiempo, plantea la posibilidad de desarrollar
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De manera genérica, la acción tóxica puede actuar a dos niveles. Por un lado,
procesos que afectan a la estructura celular y, por otro, procesos que afectan a la
función celular. Sin embargo, en la práctica no es posible entender uno sin el otro,
por cuanto se trata de procesos absolutamente ligados.
Por otra parte, la acción del tóxico puede dar lugar a efectos reversibles,
normalmente de tipo funcional, o irreversibles, normalmente de tipo estructural.
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Sin embargo, hay que tener en cuenta que determinados agentes externos también
pueden conducir a un fenómeno de apoptosis como respuesta biológica, cuando la
célula recibe estímulos diferentes y/o contradictorios. Un ejemplo lo constituye el
As2O3, que puede inducir la acción de ciertas proteínas caspasas, conduciendo a una
apoptosis mediante alteración de las mitocondrias o el Pb, que a través de un
mecanismo de afectación mitocondrial, también puede activar caspasas con el
mismo efecto de apoptosis.
Aquellos que no están mediados por receptores y que pueden provocar un efecto
específico o inespecífico.
Estas alteraciones pueden abarcar desde una serie de efectos locales restringidos a
un área u órgano específico hasta un síndrome generalizado más complejo, que
puede causar incluso la muerte del individuo.
Por otra parte, aunque cualquier célula del organismo es susceptible de sufrir la
acción lesiva de un tóxico, en la realidad existen órganos más susceptibles que otros
Importancia del papel fisiológico de las moléculas sobre las que actúa el tóxico.
Por ejemplo, las proteínas de la cadena de transporte de electrones tienen un
papel fundamental en la generación de energía en forma de ATP.
Actividad fisiológica normal del órgano o tejido. Por ejemplo, el hígado o los
riñones pueden estar en contacto íntimo con concentraciones importantes de
tóxico por su actividad fisiológica.
El hígado contiene una gran población de macrófagos, las células Kupffer, que
pueden ser activadas por los tóxicos e incrementar su toxicidad, ya que también
pueden producir mediadores proinflamatorios.
Los efectos de los tóxicos pueden dar lugar a un afloramiento de un trastorno renal
preexistente en el individuo. En otras ocasiones pueden provocar alteraciones que
serán la base para el desarrollo de nefropatías posteriores y, en otros casos, podrán
producir lesiones directas sobre la nefrona.
Como consecuencia de esto, la acción de los tóxicos puede dar lugar a efectos a corto,
medio o largo plazo. En general, los tóxicos pueden originar consecuencias muy
diversas sobre estas células sanguíneas, por ejemplo, pancitopenias, como resultado
de la destrucción de las células hematopoyéticas, anemias, leucopenias o
trombocitopenias. Estas alteraciones tóxicas pueden ser consecuencia del efecto de
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los tóxicos sobre la capacidad de proliferación de las diferentes líneas celulares o por
efectos sobre la capacidad de maduración.
Desde el punto de vista de la acción de los tóxicos sobre el sistema nervioso, estos
pueden afectar a cambios morfológicos a nivel de las neuronas (bien en el cuerpo
celular o en el axón). También pueden tener efectos neurofisiológicos por la
interacción con ciertos neurotransmisores y su efecto sobre la acetilcolinesterasa.
Además, afectan a procesos cognitivos (memoria, estado de alerta, etc.), motores
(coordinación, capacidad de respuesta, etc.) o sensoriales (visión, equilibrio, etc.).
Los efectos de los tóxicos sobre el sistema inmunitario pueden dar lugar a reacciones
de inmunoestimulación, en las que el tóxico actúa como un hapteno con capacidad
para unirse a una molécula endógena. Así, el sistema inmunitario lo reconoce como
un elemento extraño y reacciona generando anticuerpos frente a ese complejo.
4. Bressler JP, Olivi L, Cheong JH, Kim Y y Bannona D. Divalent metal transporter 1 in
lead and cadmium transport. Ann N Y Acad Sci. 2004; 1012:142-52.
Influencia de la
microbiota en el efecto
de los tóxicos
alimentarios
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
3.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
3.2. Introducción a la microbiota 4
3.3. Composición de la microbiota del tracto
gastrointestinal 6
3.4. Funciones de la microbiota del tracto
gastrointestinal 11
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A fondo 30
Test 32
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
Sin embargo, se ha observado que junto a esta cantidad de células conviven otro
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Por otra parte, es necesario resaltar que la mayor parte de estos microorganismos
son residentes del intestino, ya que en el estómago, por su estructura y
características fisiológicas (pH muy ácido), el número y complejidad de esta
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bacterias por gramo de saliva. Como resultado del reflejo de tragar, estas bacterias
son continuamente transferidas al resto del tracto gastrointestinal.
En este sentido, el estudio del gen codificante del ARN ribosomal (ARNr) 16S ha sido
la aproximación más utilizada, ya que este gen está presente en todas las bacterias y
arqueas y contiene 9 regiones variables que permiten que las diferentes especies
sean fácilmente diferenciadas. A partir de aquí, se han desarrollado técnicas más
complejas, llegando hasta la secuenciación de genomas completos de
microorganismos, con altos niveles de resolución y sensibilidad.
Por otra parte, tampoco es sencillo señalar qué microorganismos pueden ser
potencialmente patógenos y cuáles beneficiosos para la salud humana. Algunos de
Así, a valores de pH inferiores a 3,0 prácticamente todas las bacterias son eliminadas.
Sin embargo, la ingesta de alimentos provoca la neutralización de los ácidos gástricos
haciendo que en este momento las bacterias puedan sobrevivir e incluso proliferar.
Esta situación, en condiciones normales, se puede considerar transitoria hasta que
los jugos gástricos vuelven a generar un pH inferior a 3,0, donde las bacterias vuelven
a ser eliminadas.
De manera adicional, estos ácidos grasos de cadena corta son utilizados como una
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Proteínas
Otros estudios también han mostrado que algunos géneros de bacterias promovidas
por la ingesta de carne roja se han asociado igualmente con niveles elevados de óxido
de N-trimetilamina, un compuesto proaterogénico que incrementa el riesgo de
enfermedad cardiovascular (Imagen 1).
Imagen 1. Impacto de las proteínas de la dieta sobre la microbiota y efectos sobre la salud. (SCFA’s:
ácidos grasos de cadena corta; TMAO: óxido de N-trimetilamina; Tregs: células T reguladoras; CVD:
enfermedad cardiovascular; IBD: enfermedad inflamatoria intestinal) [4].
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Es bien conocido que el consumo de dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans
incrementan el riesgo de enfermedad cardiovascular a través de la regulación del
LDL-colesterol y colesterol total. Por otra parte, las grasas mono y poliinsaturadas
ejercen un efecto positivo en la prevención de enfermedades crónicas [4].
Diferentes estudios han puesto de manifiesto que una dieta rica en grasas incrementa
la cantidad de microorganismos anaerobios y el recuento de Bacteroides. Asimismo
se ha observado que una dieta baja en grasas se asocia con un incremento de
Bifidobacterium con una concomitante disminución de glucosa en ayunas y del
colesterol total. En el otro extremo, una dieta rica en grasas saturadas provoca el
aumento de otros tipos de microorganismos como los Faecalibacterium (Tabla 3).
Estudios realizados con animales de experimentación han mostrado que ratas con
dietas ricas en grasas presentan una disminución en los niveles de Lactobacillus
intestinalis y una desproporción en las especies productoras de propionato y acetato.
Adicionalmente, la presencia de este Lactobacillus se correlaciona negativamente
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Hidratos de carbono
que en numerosos casos se han asociado con el síndrome del colon irritable (Tabla
4).
Los edulcorantes artificiales también han sido objeto de estudio por el papel que
desempeñan sobre el metabolismo y la microbiota. Estudios recientes han
evidenciado que el consumo de edulcorantes artificiales puede inducir, con mucha
probabilidad, a una mayor intolerancia a la glucosa que el consumo de glucosa y
sacarosa. Curiosamente, se piensa que los edulcorantes artificiales participan en este
efecto precisamente a través de alteraciones de la microbiota intestinal. Estudios
realizados con animales alimentados con sacarina mostraron un incremento relativo
de Bacteroides y una disminución de Lactobacillus reuteri. Estos cambios de la
microbiota son precisamente opuestos a los detectados cuando se consumen
azúcares naturales (Tabla 4).
Tabla 4. Efectos de los azúcares naturales y edulcorantes sobre la microbiota intestinal [4]
Aunque no son degradados, son transportados a través del intestino grueso donde
sufren fermentaciones por medio de la acción de los microorganismos residentes. En
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Una dieta pobre en estas sustancias se asocia con una reducción global en la cantidad
total de microorganismos de la microbiota. Numerosos estudios han sugerido que
una dieta rica en hidratos de carbomo no digeribles incrementa significativamente
las poblaciones de Bifidobacteria y Lactobacilli.
Los alimentos que contienen bacterias lácticas, como el yogur, representan una
fuente de microorganismos ingeribles que pueden regular la salud intestinal de una
manera beneficiosa, complementando sus efectos con los de la flora residente,
posiblemente también a través de una inducción de la interleukina 10.
También se han asociado este tipo de compuestos con la diarrea. Por ejemplo, en un
estudio con pacientes con síndrome de intestino irritable y diarreas crónicas, estos
presentaban una disminución en la cantidad de Lactobacillus. Curiosamente,
Lactobacilli y Bifidobacteria se han utilizado con éxito en la prevención profiláctica de
la diarrea del viajero.
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Los polifenoles de la dieta, que incluyen, entre otros, los flavonoides o los ácidos
fenólicos, han sido profusamente estudiados por sus propiedades antioxidantes. En
general, las bacterias de la microbiota que se ven incrementadas como resultado de
Otros efectos negativos que pueden generar las bacterias intestinales son las
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Por otra parte, los microorganismos transforman los componentes de la dieta, bien
directamente a través de su metabolismo, bien de forma combinada con el
metabolismo del hospedador. En general, las reacciones bioquímicas que realizan los
microorganismos son de tipo degradativo, en las que rinden compuestos más
pequeños desde el punto de vista estructural.
Hidrólisis
trombocitopenias.
Desmetilación
La eliminación de grupos metilo inducidos por bacterias del intestino pueden ser
producidas por reacciones de O- y N-desmetilación. Los flavonoides, por ejemplo,
pueden sufrir desmetilación, dando lugar a la formación de O-dihidroxifenoles,
pudiendo tener un efecto antitiamina.
Deshalogenación
Reducción
Estas reacciones son catalizadas por bacterias sulfato reductoras que reducen el
sulfato y el sulfito a sulfuro. Se trata de bacterias específicas Gram negativas
anaerobias presentes en el intestino delgado.
4. Singh RK, Chang HW, Yan D, Lee KM, Ucmak D, Wong K et al. Influence of diet on
the gut microbiome and implications for human health. J Transl Med. 2017; 15(1):73.
6. Claus SP, Guillou H, Ellero-Simatos S. The gut microbiota: a major player in the
toxicity of environmental pollutants? NPJ Biofilms Microbiomes. 2016; 2:16003.
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Evaluación de la toxicidad
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
4.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
4.2. Evaluación de la toxicidad 4
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4.3. Bioensayos 9
4.4. Ensayos de carcinogénesis, mutagénesis y sobre
el desarrollo 18
4.5. Referencias bibliográficas 25
A fondo 29
Test 31
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
En este tema se estudiarán los conceptos relacionados con la evaluación del riesgo,
que pueden provocar los tóxicos sobre los organismos. Se revisarán los diferentes
tipos de estudios empleados en la evaluación de la toxicidad, así como sus objetivos,
características y fines.
La valoración del riego que puede generar los compuestos tóxicos supone la
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Desde una perspectiva global, todos estos objetivos persiguen la integración de toda
la información disponible que permita la estimación del riesgo de la utilización de
determinados compuestos, en diferentes condiciones, con los niveles de seguridad
También es preciso considerar que todo este tipo de aproximaciones que debe seguir
la experimentación toxicológica, están sometidos al cumplimiento de una serie de
normativas de carácter regulador. Estas exigen que las sustancias sean evaluadas
teniendo en cuenta el uso previsto con protocolos de trabajo estandarizados y con el
cumplimiento de las buenas prácticas de laboratorio, así como de normativas de
protección de animales de experimentación.
En esta premisa, hay que considerar que puede haber excepciones que es preciso
manejar. Por ejemplo, algunas características genéticas específicas en algún
individuo, que provoquen una respuesta diferente a la esperada o la necesidad de
que se den una serie de circunstancias particulares, que no haga posible su
extrapolación de una especie a otra. También es necesario tener en cuenta la
dificultad de interpretar adecuadamente los resultados que se pueden obtener,
ya que en el caso de animales, únicamente se podrán registrar los signos
(objetivos), mientras que los síntomas (subjetivos) no es posible valorarlos en
animales.
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Utilización de especies centinela. Con el fin de poder estimar de una manera más
precisa los efectos que puede provocar en el ser humano un determinado tóxico
se suelen emplear especies con niveles de sensibilidad similares. En este sentido,
a la hora de elegir estas especies, también hay que tener en consideración otros
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4.3. Bioensayos
Al margen de los estudios de tipo básico o aplicado que se puedan realizar con el fin
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Toxicidad aguda
efectos adversos tras exposición a una dosis única o múltiple a lo largo de un periodo
máximo de 24 horas y durante un periodo de observación de al menos 14 días.
En este sentido, más que como un valor exacto, tiene interés conocer unos intervalos
de dosis que pueden producir la toxicidad, de forma que se utilice como un
parámetro de referencia. Esto servirá de apoyo en la selección de las dosis de ensayo
para los estudios de toxicidad por dosis repetidas. De forma adicional, sustancias que
presenten una DL50 inferior a 25 mg/kg o superior a 5000 mg/kg no merecen ser
estudiadas con precisión, ya que las primeras serán clasificadas como fuertemente
tóxicas y las segundas como escasamente tóxicas.
Los procedimientos actuales para este tipo de ensayos deben ser realizados de
acuerdo a normativa internacional de la UE o de la OCDE, que exigen reducir al
máximo el número de animales empleados, así como su sufrimiento. Debe elegirse
una dosis inicial en función de estudios teóricos (propiedades fisicoquímicas,
modelización de la relación estructura – función, etc.) o estimados a partir de la
bibliografía existente, y ensayar una sola dosis cada vez para orientar en los ensayos
siguientes en función de los resultados.
Los métodos más habituales para estimar la toxicidad aguda en compuestos que se
administran por vía oral son: de dosis fija, de la clase tóxica aguda y el denominado
arriba y abajo.
El método de la dosis fija no permite establecer con precisión unos valores de DL50,
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pero permite clasificar los compuestos en las diferentes categorías. Este estudio se
realiza en dos fases:
Tabla 5. Resultados posibles e interpretación del método de la dosis fija para evaluación de la toxicidad aguda
[1].
Como norma general, una intoxicación aguda provoca la muerte antes de las 24
horas, aunque, debido a que en ocasiones este tiempo puede dilatarse, es necesario
mantener la observación durante un periodo mínimo de diez o quince días, hasta un
mes. En cualquier caso, es preciso proceder al sacrificio, necropsia y análisis
histológico de los animales empleados en los experimentos.
Este tipo de ensayos utilizados para analizar los efectos de los tóxicos, y que son
administrados de una manera prolongada, habitualmente consisten en la
administración diaria de sustancias tóxicas durante un periodo inferior al 10% de la
vida media del animal utilizado [1].
administración de tóxicos por vía oral durante un periodo de catorce y veintiocho días
se realizan siguiendo la directriz GT 407 de la OCDE [4], definida para experimentos
con roedores. Cuando se requieran estudios posteriores para evaluar plazos más
amplios (periodos de 90 días), se toma como referencia la directriz GT 408 de la OCDE
para roedores [5] y la GT 409 para no roedores [6].
La administración deber ser diaria los siete días de la semana, ya que se ha observado
en estudios que, cuando se administra durante cinco días, el periodo de descanso de
dos días puede hacer que se recuperen los efectos adversos. Este tipo de ensayos
habitualmente se realizan con dos especies de animales y en ambos sexos.
Normalmente se emplean cuatro lotes; uno como control sin tratamiento y otros tres
con niveles diferentes de dosis. Como regla general, se toma como dosis de referencia
la DL50 y el tiempo en el que se produce la muerte con esa dosis.
Los estudios de toxicidad crónica a medio plazo deben prolongarse por un periodo
mínimo de tres meses, mientras que los de toxicidad a largo plazo deben realizarse
por un periodo mínimo de seis meses y prolongarse hasta uno o dos años (teniendo
en cuenta las características de la especie animal utilizada y su longevidad media).
En este tipo de estudios las observaciones deben ser mucho más detalladas que en
los de toxicidad aguda. Durante el periodo de aplicación del protocolo es necesario
observar cualquier alteración morfológica, así como tomar muestras biológicas a los
animales para la investigación de cualquier modificación histológica, bioquímica o de
comportamiento.
En cualquier caso, estos ensayos concluyen con el sacrificio del animal, necropsia y
estudio anatómico a nivel macroscópico. Posteriormente, deben analizarse
alteraciones microscópicas en órganos, debiendo realizarse con mayor detalle en
bazo, timo y nódulos linfáticos que pueden poner de manifiesto alteraciones de tipo
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inmunotóxico.
Desde el punto de vista conceptual, estos estudios in vitro comprenden el uso de [7]:
Estos estudios proporcionan una información más profunda sobre los mecanismos
de acción tóxica y de alguna manera persiguen ser empleados como pruebas
sustitutivas de los ensayos con animales. Al tiempo también intentan ser utilizadas
como pruebas de criba previas a ensayos con animales y, en cualquier caso, servir
como pruebas complementarias con el fin de mejorar la sensibilidad y especificidad
de los estudios realizados con animales.
Se trata de estudios que desde el punto de vista ético y moral son más aceptables.
Precisan de un número inferior de animales ya que se puede trabajar con
fracciones de órganos.
El material biológico empelado es mucho más homogéneo.
Se puede utilizar material humano (biopsias, cadáveres, intervenciones
quirúrgicas), aspecto que permite en cierta medida la extrapolación de datos.
Posibilitan el estudio en poblaciones celulares o fracciones subcelulares aisladas
que se estiman como diana de los tóxicos.
Facilitan la realización de estudios especializados y complementarios.
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Como limitaciones hay que mencionar que se trata de ensayos muy costosos, tanto
desde el punto de vista de tiempo como del coste y, adicionalmente, la extrapolación
de resultados a la especie humana es compleja.
tumores p53, ratones transgénicos zeta-globina v-Ha-ras (Tg.AC) [10] o el ratón XPA
-/-, deficiente en mecanismos de reparación [11].
En cualquier caso, la utilización de este tipo de animales puede servir como parte de
la estrategia de ensayo, pero los resultados no pueden considerarse como definitivos.
Respecto a los efectos sobre el desarrollo, estas alteraciones incluyen aquellas que
se manifiestan durante el desarrollo del feto y tras el nacimiento.
Ensayo de control del incremento del peso uterino para estimar la actividad
estrogénica de los tóxicos.
5. OECD/OCDE. Guidelines for the testing of chemicals. Test Nº 408: Repeated dose
90-day oral toxicity study in rodents. Recuperado de http://www.oecd-
ilibrary.org/environment/test-no-408-repeated-dose-90-day-oral-toxicity-study-in-
rodents_9789264070707-en;jsessionid=1209arct95foc.x-oecd-live-02
6. OECD/OCDE. Guidelines for the testing of chemicals. Test Nº 409: Repeated dose
90-day oral toxicity study in non-rodents. Recuperado de http://www.oecd-
ilibrary.org/environment/test-no-409-repeated-dose-90-day-oral-toxicity-study-in-
non-rodents_9789264070721-en
11. Van Steeg H, de Vries A, van Oostrom CTh, van Benthem J, Beems RB y van Kreijl
CF. DNA repair-deficient Xpa and Xpa/p53+/- knock-out mice: nature of the models.
Toxicol Pathol. 2001; 29 Suppl:109-16.
14. OECD/OCDE. Guidelines for the testing of chemicals. Test Nº 474: Mammalian
Erythocyte Micronucleus Test. Recuperado de
http://www.oecd.org/env/ehs/testing/Draft%20TG%20474.pdf
16. OECD/OCDE. Guidelines for the testing of chemicals. Test Nº 422: Combined
Repeated Dose Toxicity Study with the Reproduction/Developmental Toxicity
Screening Test. Recuperado de http://www.oecd-ilibrary.org/environment/test-no-
422-combined-repeated-dose-toxicity-study-with-the-reproduction-developmental-
toxicity-screening-test_9789264070981-en
17. OECD/OCDE. Guidelines for the testing of chemicals. Test Nº 415: One-Generation
Reproduction Toxicity Study. Recuperado de http://www.oecd-
ilibrary.org/environment/test-no-415-one-generation-reproduction-toxicity-
study_9789264070844-en
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18. OECD/OCDE. Guidelines for the testing of chemicals. Test Nº 416: Two-
Generation Reproduction Toxicity Study. Recuperado de http://www.oecd-
ilibrary.org/environment/test-no-416-two-generation-reproduction-
toxicity_9789264070868-en
Ideas clave 4
5.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
5.2. Tóxicos de los alimentos. Clasificación 5
5.3. Tóxicos naturales en los alimentos 6
5.4. Biotoxinas marinas y toxinas cianofíceas 19
5.5. Micotoxinas e intoxicación por setas 34
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A fondo 64
Test 66
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
Hay que tener en cuenta que en un mismo alimento pueden encontrarse más de un
tipo de micotoxinas, lo que daría lugar a una sinergia en su acción con lo que se
incrementaría la toxicidad. El compuesto más tóxico clasificado como carcinógeno
para el hombre es aflatoxina B1.
Por último, veremos las intoxicaciones por consumo de setas (micetismo), que se da
de forma estacional, debido al desconocimiento por parte del recolector de las
especies comestibles. También hablaremos de los problemas del consumo de la
carne de caza, causado por los acúmulos de plomo debido a los perdigones y
sustancias orgánicas persistentes por contaminación ambiental. Terminaremos el
tema con las posibles pero infrecuentes intoxicaciones por un exceso de vitaminas,
sobre todo las liposolubles.
Aditivos alimentarios.
Los tóxicos naturales pueden encontrarse de forma inesperada en los alimentos con
una concentración tal que causen diversas sintomatologías, incluso la muerte. Son
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Sustancias antinutritivas.
Sustancias antinutritivas
Inhibidores enzimáticos
Dentro de este grupo están las sustancias que afectan a las proteínas en su digestión
y absorción, así como la utilización de aminoácidos. Su función en los alimentos en
los que se encuentran es de defensa contra insectos o mohos, al inhibir sus sistemas
enzimáticos o con función reguladora, almacenando compuestos nitrogenados
proteicos. Los más importantes, desde el punto de vista nutricional, son los
inhibidores de proteasas y de amilasas que se unen a su centro activo.
Cabe destacar los que actúan sobre la tripsina, enzima presente en el jugo
pancreático, que degrada las proteínas de la dieta, inhibiendo la liberación de
aminoácidos como lisina, valina y treonina. Están presentes en legumbres, soja,
habas, guisantes, tubérculos y en alimentos de origen animal como el huevo
(ovomucoide), el calostro de mamíferos (con efectos positivos al impedir que las
inmunoglobulinas sean hidrolizadas) y la leche. La soja posee grandes cantidades de
estos antinutrientes: antitripsina de Kunitz y el inhibidor de Browman-Birk con
actividad antitripsina y antiquimiotripsina [2, 3].
Los inhibidores de las proteasas parecen causar retraso en el crecimiento, así como
un bajo índice de la eficacia proteica, parámetro que se emplea para medir la calidad
de las proteínas. El efecto de los inhibidores de la proteólisis sobre el páncreas
provoca una hipertrofia de dicho órgano, con un aumento de la actividad proteolítica
sin modificarse ni la actividad lipasa ni la amilasa.
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Antiminerales
también puede formarse por la acción de las bacterias de nuestro intestino. Sea
cual sea su origen, este forma en la reacción de detoxificación tiocianato, que
como se ha comentado inhibe, el transporte activo del yodo al tiroides [3].
Antivitaminas
dando lugar a una hidrazona inactiva [3]. Puede llegar a producir anemia,
pilineuritis y convulsiones en niños [2].
La enzima fitasa, presente en los granos, hidroliza los grupos fosfato obteniendo
productos intermedios hasta monoinositol. Ello se ha aprovechado para la
eliminación de estos compuestos de los alimentos, sometiéndolos a germinación,
malteado o fermentación [3].
Fitotóxicos
Las sustancias con acción deletérea se pueden dividir en los siguientes grupos en
función de su efecto tóxico [1], algunos ya estudiados en el apartado anterior, al
tratarse de sustancias antinutritivas:
Fitoestrógenos
Son compuestos con propiedades similares al 17β-estradiol, con una afinidad menor
por los receptores estrogénicos. Entre ellos figuran isoflavonas como genisteina,
genistina, daidzen, biocanina, aformononetina y pratenseina; cumarinas como
cumestrol y 4-metoxicumestrol, y lactonas como zearalenona, que también es una
micotoxina sintetizada por especies de Fusarium. Dichos compuestos están presentes
en semillas y brotes de soja; frutas como cerezas y manzanas; cereales como trigo,
maíz, cebada, etc.
La vicina y convicina, β-glucósidos presentes en semillas de habas (Vicia faba), son los
causantes de la enfermedad que causa crisis hemolítica, conocida como favismo. Son
los metabolitos de dichas sustancias, producidos por acción de β-glucosidasas de
bacterias intestinales (pirimidinas divicina e isouramilo), los que generan gran
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cantidad de radicales libres [1]. Actúan en personas con déficit del enzima glucosa-6-
P deshidrogenasa, fundamental para asegurar la integridad celular de los eritrocitos
[1].
Glucósidos cianogénicos
Son productos que dan lugar a ácido cianhídrico (HCN) por cianogénesis, acción de
enzimas presentes en las propias células vegetales que, tras la masticación o la
preparación del alimento, entran en contacto con los glucósidos, hidrolizándolos. Se
encuentran en vegetales (lima, melocotón, albaricoque, sorgo), pero también en
productos de origen animal. El HCN inhibe la citocromo oxidasa (respiración celular),
además de otras enzimas dependientes o no de metales [1].
Glucosinolatos
Alcaloides de pirrolizidina
Aminas vasopresoras
Son una serie de aminas (histamina, dopamina, triptamina, fenil etilamina, etc.) que
alteran la función cardiovascular, no presentando problemas habitualmente, aunque
si hay que tener especial atención en pacientes tratados con inhibidores de la MAO,
ya que estas aminas se metabolizan rápidamente por desaminación oxidativa,
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Biotoxinas marinas
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Son producidas por algas dinoflageladas que causan toxicidad al hombre y, algunas
de ellas, a los animales marinos, a partir de los cuales entran en nuestra dieta. Estas
algas planctónicas microscópicas (dinoflagelados, diatomeas) son críticas para los
armata se descubrieron los isómeros A, B y C del AD. En células de plancton, así como
de tejido de mariscos se aislaron otros tres isómeros (ácidos isodomoico D, E y F) y el
diastereomero C5'.
Según estudios con animales, las tasas de absorción del AD vía gastrointestinal son
muy bajas. No se encontró evidencia de biotransformación de la biotoxina, ya que se
recuperaba como tal.
Los estudios farmacológicos indican que los fotoisómeros del ácido domoico se unen
con menos fuerza a las proteínas receptoras del cainato que el propio DA, sugiriendo
que no son tan tóxicas como el amino ácido padre. El AD afecta al sistema nervioso
central y al periférico. Las manifestaciones de la intoxicación se dan a nivel
gastrointestinal manifestándose con arcadas, diarreas y vómitos, y a nivel
neurológico provocando amnesia, ataques, coma y muerte.
Alimentos contaminados. Estos compuestos no solo son tóxicas para los seres
humanos, sino también para los peces, mamíferos marinos y las aves, pero no para
los mariscos. De hecho, son los que presentan mayor cantidad de brevetoxinas.
Estructura química. Las brevetoxinas son moléculas con varios anillos, en torno a diez
u once. Se han llegado a aislar e identificar diez de estas moléculas. En la imagen 7 se
recogen las estructuras químicas de las brevetoxinas tipo A y tipo B, respectivamente
[5].
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Las brevetoxinas son sustancias despolarizantes que accionan los canales de sodio de
las membranas celulares sensibles al voltaje. Por lo cual, se alteran las propiedades
Las biotoxinas más relevantes son el ácido ocadoido, las dinofisistoxinas, las
pectenotoxinas y las yesotoxinas, aunque estas dos últimas ya no se consideran
dentro de este grupo, entre otros motivos porque no producen diarreas.
Grupo de toxinas ácidas formado por varios compuestos lipófilos que se acumulan
en el tejido adiposo de los mariscos:
Grupo de las toxinas neutras y compuestos tipo poliéter lactona del grupo de las
pectenotoxinas (toxinas PTX). Se han aislado diez PTX, habiéndose identificado
químicamente seis de ellas.
Grupo de los poliéteres sulfatados y sus derivados: las yesotoxinas (toxinas YTX).
Actualmente los grupos PTX y YTX se consideran un grupo aparte de las biotoxinas
DSP, principalmente porque no producen diarrea.
metabólicos importantes para la célula (5, 7). Aunque la diarrea es el síntoma más
representativo de la intoxicación por estas biotoxinas, hay otros síntomas muy
importantes como náuseas, vómitos y dolores abdominales.
Son biotoxinas producidas por Dinophysis fortii y Dinophysis acuta, aunque la única
que se ha aislado de ellas es la toxina PTX-2. Se cree que el resto de las toxinas del
grupo identificadas son metabolitos provenientes de la biotransformación de la PTX-
2 en mariscos. La estructura química de estas biotoxinas es diferente a la del AO,
presentando un anillo característico en el carbono C33 [7]. Este grupo de toxinas no
provoca trastornos gastrointestinales.
Esta intoxicación se produce por el consumo de pescado que está contaminado por
la ciguatoxina, producida por un dinoflagelado bentónico (Gambierdiscus toxicus). La
ciguatera no se ha asociado nunca con ningún indicador como la «marea roja».
Las ciguatoxinas son compuestos lipídicos poliéteres, formados por trece o catorce
anillos unidos por enlace éter con una estructura muy rígida. Son el resultado de la
biotransformación en los peces de las gambiertoxinas [5]. Gambierdiscus toxicus es
el organismo productor de los dos tipos de gambiertoxinas: maitotoxinas y
ciguatoxinas. Estas últimas son producidas por algunas cepas de G. toxicus y se
distinguen las procedentes del Pacífico y las del Caribe.
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Las ciguatoxinas actúan sobre las membranas excitables al unirse a los canales de Na+
sensibles a los voltajes que los abren a potenciales de membrana normales para las
células en reposo. Una consecuencia del aumento de la permeabilidad al sodio es que
la membrana del plasma no es capaz de mantener el ambiente interno de las células,
Al ser las ciguatoxinas solubles en lípidos, presentan una absorción rápida a nivel
gastrointestinal. También penetran en nuestro organismo a través de la piel y las
mucosas, como pasaba con las brevetoxinas que están vinculadas con ellas. Se
acumulan en el organismo siendo la ruta principal de eliminación la bilis y heces. Se
transmiten a la leche y pueden atravesar la placenta afectando al feto. Los síntomas
de una intoxicación son gastrointestinales y neurológicos [5].
Tetrodotoxinas
La tetrodotoxina (TTX) es una toxina marina muy potente que, a diferencia del resto
de biotoxinas marinas, no la produce un alga. Parece ser que intervienen bacterias
simbióticas. Dicha toxina se encuentra en el hígado, los ovarios y el intestino de varias
especies de peces sopladores, siendo los más tóxicos los pertenecientes a la familia
Tetraodontidae.
Legislación
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El Reglamento (CE) 853/2004, de 29 de abril, indica que los moluscos bivalvos vivos,
equinodermos, tunicados y gasterópodos marinos, así como los productos derivados
de estos, no deben contener biotoxinas marinas en cantidades totales (el cuerpo
entero o cualquier parte consumible por separado) que sobrepasen los límites
Toxinas cianofíceas
Lipopolisacáridos (LPS).
activando las captasas, con la consiguiente muerte celular de los hepatocitos por
apoptosis (8, 9). Las cilindrospermopsinas inhiben la síntesis proteica causando daños
renales en animales de experimentación [8, 9].
acción. Las más importantes, desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, son
las producidas por los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicilium.
Los mecanismos de acción de las micotoxinas sobre las células son muy diferentes
debido a la gran variabilidad de estructuras químicas que presentan. Del mismo
modo, los efectos sobre la salud serán diferentes, aunque comprenden
hepatotoxicidad, nefrotoxicidad, actividad inmunosupresora, teratogenicidad,
mutagenicidad, carcinogenicidad, estrogenicidad y acción diabetógena [11].
Aflatoxinas. Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus: Aflatoxina B1, B2, G1, G2,
M1 y M2.
Toxinas de Fusarium. Género Fusarium (Fusarim graminearum): Zearalenona y sus
metabolitos; Deoxinivalenol; Nivalenol; Toxinas T-2 y HT-2; Fumonisina 1 y
Funomisina 2.
Ocratoxina A: Aspergillus ochraceus y Penicillium verriosum.
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Tabla 2. Principales tipos de micotoxinas, hongo productor, efectos tóxicos y alimentos afectados [12].
Aflatoxinas
El término aflatoxinas fue acuñado a comienzos del decenio de 1960, cuando miles
de pavos, patos y otros animales domésticos murieron a causa de una enfermedad,
conocida como «enfermedad X de los pavos», que se atribuyó a la presencia de
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La toxicidad de las aflatoxinas puede ser tanto aguda, aunque esta se da más bien en
países subdesarrollados por ingesta de grandes cantidades de micotoxinas, como
crónica. El IARC clasifica a la aflatoxina B1 dentro del grupo 1, sustancia carcinógena
cuyo órgano diana es el hígado. Por ello, la exposición continua a largo plazo, incluso
a muy pequeñas cantidades a través de la dieta, tiene consecuencias muy graves.
Los órganos afectados por estas toxinas son principalmente el hígado, ya que es su
órgano diana, el pulmón, el miocardio, los riñones e incluso se acumulan en el
cerebro. A dosis altas las aflatoxinas pueden llegar a producir efectos teratogénicos
en algunas especies de animales [10].
Algunas enfermedades causadas por las aflatoxinas son cáncer de hígado, hepatitis
crónica, ictericia, hepatomegalia y cirrosis e incluso se ve afectado el sistema inmune.
Como ya se ha comentado, la aflatoxina B1 es una sustancia carcinógena e incluso es
un potente mutagénico. OMS/IARC, en el caso de las aflatoxinas, aplica el principio
de ALARA (as low as reasonable achievable) [11].
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Ocratoxinas
Las ocratoxinas son micotoxinas producidas por hongos de los géneros Penicillium (P.
verrucosum, P. viricatum), característicos del almacenamiento en zonas templadas
El órgano diana de la OTA es el riñón. Por tanto, provoca toxicidad renal, nefropatía
e inmunodepresión en varias especies animales, además de que es carcinógena en
animales de experimentación [14]. En estudios de experimentación animal, se ha
tenido constancia también de su poder teratogénico y efectos a nivel reproductivo,
así como su acción en el sistema inmune de algunos mamíferos [10]. El Comité Mixto
Toxinas de Fusarium
Las micotoxinas de Fusarium son toxinas producidas por diferentes especies del
género Fusarium. Están muy distribuidas en los diferentes eslabones de la cadena
alimentaria, pero son los cereales, en especial trigo y maíz, y los productos
elaborados a partir de ellos, las principales fuentes de ingesta para los hombres y
animales [22]. Las toxinas de Fusarium más evaluadas han sido aquellas que son las
que con más frecuencia aparecen en los controles analíticos y de las que menos datos
toxicológicos se poseen, siendo: Deoxinivalenol (DON) o vomitoxina; Zearalenona;
Fumonisinas: FB1, T-2 y HT-2, y Nivalenol-.
Deoxinivalenol (DON)
El DON es una micotoxina producida por hongos del género Fusarium, como F.
culmorum y F. graminearum, presentes en gran número de cereales (trigo, maíz,
cebada, avena, arroz), así como en productos procesados (malta, cerveza, pan).
Se llama comúnmente vomitoxina por los vómitos que produce en una intoxicación.
El DON casi siempre se forma en el campo, cuando los hongos contaminan las espigas
en flor. Pertenece al grupo de los tricotecenos, cuyas estructuras se recogen en las
imágenes 13 y 14.
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Los mecanismos de acción del DON son: inhibición de la síntesis de DNA y RNA;
inhibición de la síntesis de proteína a nivel ribosomal; efecto hemolítico sobre los
eritrocitos; afección de la actividad serotoninérgica en el sistema nervioso central, y
actuación sobre los receptores de la serotonina a nivel periférico [22].
El DON está clasificado por IARC en la categoría 3 «no puede ser clasificado respecto
a su carcinogenicidad para el ser humano». Tampoco hay evidencias de su acción
mutagénica ni teratogénica [22]. La toxicidad aguda y subaguda se caracteriza por
vómitos, rechazo de la comida, pérdida de peso y diarreas. Tras una intoxicación
aguda también se han detectado necrosis de tejidos como la médula ósea,
gastrointestinal y linfático [22]. Se ha establecido una ingesta diaria tolerable inferior
a 1 g/kg p.c./día [20].
Zearalenona
Estructura química. Así como se ha indicado para el DON, también este es estable en
el proceso de molido, almacenamiento, procesado y tratamiento con calor. Su
estructura se muestra en la imagen 16.
Fumonisinas
T-2 y HT-2
Son toxinas producidas por diferentes especies del género Fusarium, en concreto F.
acuminatum, F. poae y F. sporotrichioides, siendo este último el mayor productor de
dichas micotoxinas. No se encuentran normalmente en el grano durante la cosecha,
ya que dicho hongo es saprofita y crece en las plantas con actividades de agua altas,
sino que se produce cuando el grano ha estado mucho tiempo en el campo o
almacenado en climas fríos y, sobre todo, en granos húmedos [29].
Estructura química. Ambas micotoxinas son toxinas del grupo A de los tricotecenos.
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Síntesis de proteínas, ya que la toxina T-2 tiene una gran afinidad por subunidad
ribosomal 60S e inhibe la actividad de la peptidil transferasa y, por lo tanto, la
síntesis de las proteínas en la fase inicial. También se ha demostrado la inhibición
de esta síntesis por parte de la toxina HT-2.
Patulina
Las setas se pueden clasificar atendiendo a muchos criterios, siendo uno de los más
útiles el realizado en función del tiempo que trascurre entre su ingesta y la
manifestación de los primeros síntomas. Así distinguimos entre en aquellas con un
periodo de latencia breve y las que presentan un periodo de tolerancia largo o
prolongado [31].
Los síntomas tras la ingesta de las setas que están dentro de este grupo, se
manifiestan a partir de las seis horas e incluso pueden aparecer al cabo de diez o
quince días [31]. Son intoxicaciones graves: setas con hidracinas, setas nefrotóxicas
o síndrome orellaniano, setas hepatotóxicas o síndrome faloideo [31]. En la tabla
siguiente se presentan dichas intoxicaciones, junto con las setas que las causan, sus
toxinas y síntomas.
La carne procedente de animales de caza está muy cotizada por su alto poder
nutritivo, estando cada vez más presente en el mercado y los restaurantes. Aunque
no presenten residuos de antibióticos, hormonas u otros fármacos, el consumo de su
carne no está exento de riesgos para la salud. Además de los riesgos bióticos
(parásitos o microorganismos), puede presentar contaminantes ambientales como
metales pesados (plomo, cadmio), residuos de plaguicidas, dioxinas, dibenzofuranos,
así como PCB´s y, en menor medida, micotoxinas. Las especies cinegéticas se han
empleado como indicadores biológicos de contaminación ambiental de las zonas
donde viven.
La Directiva 92/45/CEE del Consejo de 16 de junio define la caza silvestre como «los
mamíferos terrestres silvestres de caza (incluidos los mamíferos silvestres que viven
en territorios cerrados y en condiciones de libertad similares a las de los animales de
caza silvestres), y las aves de caza silvestres».
Dentro de la caza se distingue la caza mayor (mamíferos silvestres del orden de los
ungulados), caza menor (mamíferos silvestres de la familia de lepóridos y las aves de
caza silvestres destinados al consumo humano) y carne de caza silvestre (todas las
partes de la caza silvestre que sean aptas para el consumo humano) [35].
Hay que destacar el problema del plomo en las aves de caza. Su presencia se debe a
los perdigones que quedan dentro de su organismo (plomo metálico impactado) y,
por otro lado, a la ingesta de los perdigones fallidos que quedan en las zonas húmedas
(plumbismo de las aves acuáticas), que provoca anualmente en todo el mundo
millares de muertes de aves acuáticas [36].
Los contaminantes orgánicos persistentes (COP) son los residuos más importantes
que controlar, no solo en los productos cinegéticos, sino en toda la cadena
alimentaria. Nos referimos a los compuestos clorados como plaguicidas, dioxinas y
PCB, similares a dioxinas, sin olvidarnos de otros plaguicidas, micotoxinas y sustancias
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5.7. Vitaminas
Por lo general, una persona que lleva una alimentación equilibrada no presentará
exceso o déficit vitamínico [37].
Las vitaminas hidrosolubles que presentan toxicidad son: vitamina B3 (niacina) con
hepatotoxicidad a dosis elevadas de 5 g/día, causando una elevación de
transaminasas y bilirrubina [38] y la vitamina B6 (piridoxina) presenta toxicidad aguda
baja, pero no destacable.
16. Martínez MM, Vargas LM y Gómez VM. Aflatoxins: incidence, impact on health,
control and prevention. Biosalud. 2013; 12(2).
20. OMS [Sede Web]. Evaluations of the joint FAO/WHO expert committee on food
additives (JECFA). Recuperado de http://apps.who.int/food-additives-contaminants-
jecfa-database/search.aspx
21. OMS [Sede Web]. Evaluations of the joint FAO/WHO expert committee on food
additives (JECFA). Mycotoxoin. Recuperado de http://apps.who.int/food-additives-
contaminants-jecfa-database/search.aspx?fc=52
29. INCHEM [Sede Web]. De Richard A. Canady et al. T-2 and HT-2 toxins.
Recuperado de http://www.inchem.org/documents/jecfa/jecmono/v47je06.htm
37. Carbajal A. Capítulo 11: vitaminas. En: Carbajal A, editora. Manual de Nutrición y
Dietética. Madrid: Universidad Complutense. Recuperado de
http://eprints.ucm.es/22755/1/Manual-nutricion-dietetica-CARBAJAL.pdf
38. López, MC, López H Y Olea MF. Las vitaminas. En: Campeán AM y Repetto M,
editores. Toxicología alimentaria. Madrid: Ediciones Díaz de Santos; 2006. Pp. 539-
552.
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Toxicología de sustancias
nocivas resultantes de
procesos tecnológicos
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
6.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
6.2. Compuestos generados en el calentamiento y
oxidación de aceites y grasas 4
6.3. Componentes pirorgánicos 8
6.4. Compuestos no pirolíticos derivados de
aminoácidos y azúcares 26
6.5. Compuestos formados por el tratamiento
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alcalino de proteínas 29
6.6. Compuestos producidos por degradación o
reacción de contaminantes 30
6.7. Referencias bibliográficas 36
A fondo 39
Test 41
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
Los componentes naturales que causan efectos tóxicos pueden ser constituyentes
mayoritarios, como determinados ácidos grasos, o minoritarios, que se encuentran
formando parte de la fracción insaponificable de los aceites y grasas.
Dentro de los componentes mayoritarios hay ácidos grasos como el ácido erúcico
presente en grandes cantidades en el aceite de colza (20-35 %), que puede llegar a
provocar disminución del crecimiento y alteraciones en hígado, riñones, bazo y
corazón, así como afectar a la reproducción. Hoy en día existen variedades de colza
como la canoa, obtenidas por ingeniería genética, con valores bajos de este ácido
graso [1].
Los procesos tecnológicos a los que sometemos a los alimentos grasos, como fritura
e hidrogenación parcial de aceites, también influyen en la oxidación de las grasas. La
presencia del alimento en las grasas y aceites calentados da lugar a una serie de
reacciones oxidativas que producen hidroperóxidos, radicales libres y compuestos
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derivados, así como reacciones de hidrólisis que dan lugar a ácidos libres,
monoglicéridos, diglicéridos y glicerina pudiendo ésta última formar acroleína [1]. La
hidrogenación parcial de aceites vegetales da lugar a ácidos grasos trans, que por
otro lado también están presentes en grasas de origen animal, los cuales elevan el
colesterol LDL, no modificando el colesterol HDL del plasma [1].
Los compuestos más importantes por su toxicidad dentro de este grupo son los
hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), las aminas heterocíclicas (AH) y la
acroleína.
Los HAPs son un grupo de estos compuestos con dos o más anillos aromáticos,
conteniendo solo carbono e hidrógeno. Alguno de ellos también puede presentar
oxígeno, nitrógeno o azufre [1]. En la siguiente figura se recogen las estructuras de
los 12 HAPs más relevantes junto con su clasificación IARC (International Agency
Research on Cancer) [2].
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Hay diferentes factores que determinan la cantidad de los HPAs en los alimentos
como consecuencia del procesado, entre ellos [1, 2]:
Fuente de energía utilizada. El carbón genera más tóxicos que una fuente
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eléctrica.
Parafinas y aceites minerales derivados del petróleo empleadas para lubricar las
piezas de las fuentes en contacto con los alimentos.
Tipo de cocinado. Los niveles más altos se dan en los asados y la barbacoa antes
que en frituras y productos hervidos.
En el caso particular del ahumado, hay una serie de factores particulares que hay que
tener en cuenta como son: el tipo de madera, el tipo de humo (el natural genera más
HAPs que el generado, denominado “aromas de humo”), el tipo de ahumado (el
directo genera más que el indirecto en el que existe un proceso previo de filtración
del humo) y las condiciones de tiempo, temperatura y humedad [2].
Toxicocinética
Tras la ingesta, los HAPs, pasan a través de los enterocitos, al torrente sanguíneo, los
cuales se distribuyen rápidamente por todo el organismo gracias a su carácter
lipofílico, especialmente en tejidos con mayor contenido en grasa. No se
bioacumulan, excretándose por vía urinaria, biliar y fecal.
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Toxicodinamia
Los HAPs son fuertes inductores enzimáticos, como por ejemplo de hidrolasas, de
hidrocarburos aromáticos y de arilaminas [1]. Los HAPs en nuestro organismo se
oxidan, en las reacciones de biotransformación, por oxidasas microsómicas de
Estos epóxidos se transforman por acción de la enzima epóxido hidratasa para dar
lugar a dihidroles menos tóxicos que ellos, excepto un compuesto que es más
cancerígeno y mutagénico: 7,8-dihido-7,8-dihidroxibenzopireno.
Los conjugados del epóxido con el ácido glucurónico no son compuestos detoxicados,
ya que al ser más hidrosolubles pueden distribuirse mejor por el organismo y cuando
llegan a los tejidos, por la acción del enzima β-glucuronidasa, se libera el epóxido
cancerígeno [1].
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Toxicidad
En general, pueden producir irritación por contacto con la piel y los ojos, problemas
respiratorios tras su inhalación y afectación del sistema nervioso. La toxicidad crónica
debido a la ingesta puede llegar a producir problemas en los procesos de coagulación
y en el sistema inmunitario, al disminuir las plaquetas y los leucocitos
respectivamente e incluso alguno de ellos, cáncer [2].
Los efectos que causan cada uno de los HAPs sobre la salud no son exactamente
iguales, pero quince de dichos compuestos presentan actividad genotóxica y
mutagénica: benzo(a)antraceno, benzo(b)fluoranteno, benzo(j)fluoranteno,
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Reglamentación
Finalmente indicó que un sistema HAP8 no aportaría mucho valor añadido con
respecto a un sistema de cuatro sustancias (HAP4) [9]. En la imagen 8 podemos ver
los marcadores propuestos por la EFSA para la presencia de HAPs en los alimentos
[2].
El siguiente grupo de compuestos pirorgánicos que vamos a estudiar son las aminas
heterocíclicas formadas tras la aplicación de unos 250ºC o temperaturas superiores
a alimentos con alto contenido en proteínas, como las carnes y pescados. También
pueden estar presentes en aromatizantes comerciales, así como en alimentos
precocinados, extractos de carne de ternera y pirolizados de aminoácidos (1, 10). En
la imagen 9 se recogen valores de distintas AH encontrados en carnes y pescados
sometidos a distintos tratamientos térmicos.
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Mecanismos de formación de AH
pueden ser sustratos para las reacciones de la Fase II en las que intervienen enzimas
como glutatión-S-transferasa y UDP-glucuronisil transferasa (UGT). De esta manera,
se eliminan moléculas reactivas por la orina y la bilis [1]. La actividad de las enzimas
que intervienen en estas biotransformaciones está influenciadas por factores
Por otro lado, también hay alimentos de la dieta que poseen componentes que
contrarrestan o inhiben la acción tóxica de estas aminas. Podemos destacar los
ácidos grasos insaturados como Omega 3 y Omega 6; componentes de la fibra
alimentaria; bacterias lácticas presentes en los productos lácteos fermentados;
retinol, clorofila o pigmentos pirrólicos, presentes en el tracto gastrointestinal y
compuestos alilo y otros productos organosulfurados, entre otros.
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Acroleína
Acrilamida
reacciones de Maillard.
No solo los alimentos son la vía de exposición de la acrilamida para el hombre, ya que
también está presente en el humo del tabaco, también está presente como producto
Distintos alimentos donde se encuentra la acrilamida son: café, galletas, crackers, pan
tostado, pan de molde, cereales de desayuno, patatas fritas de bolsa, patatas fritas y
alimentos infantiles.
Imagen 9. Formación de acrilamida a partir de asparagina y azúcar reductor tras aplicar calor [12].
Los MOE establecidos para los efectos de la acrilamida relacionados con el cáncer
indican un peligro potencial para la salud pública. Sin embargo, para los efectos
genotóxicos y neurológicos la acrilamida no presenta un riesgo para la salud, aunque
en el caso de bebes y niños con una alta exposición a través de la dieta está muy
Estas son las reacciones que motivan el color oscuro que aparece en algunos
alimentos tras su calentamiento a pH alcalino. Estas reacciones se dan en varias
etapas:
Uno de los procesados utilizados para hacer digeribles determinadas materias primas
o alimentos para destinarlos, posteriormente, tanto a la alimentación animal, como
humana, es la hidrólisis alcalina. Dicha digestión da lugar a reacciones químicas que
facilitan la digestibilidad, pero también se forman productos tóxicos como la lisino-
alanina (LAL), ornitinoalanina (OAL) y lantionina, cuyas estructuras químicas se
recogen en la siguiente imagen.
Los nitratos no plantean problema a nivel toxicológico, ya que son poco tóxicos. Su
importancia radica en sus metabolitos y productos de conversión: nitritos por
reducción bacteriana en el propio alimento, durante el procesado y almacenamiento,
así como en el organismo (saliva y tracto gastrointestinal); y en formación de
nitrosaminas y nitrosamidas tras reaccionar con aminoácidos en el estómago [13].
oxígeno, cuyo signo más característico es la cianosis y la hipoxia tisular. Esta es una
enfermedad que afecta de manera especial a aquellos bebés y niños de corta edad
que están expuestos a altas concentraciones de nitratos a través de la dieta.
El panel de CONTAM estableció que los beneficios del consumo de vegetales supera
el riesgo potencial de los nitratos, pero que hay que tener especial atención con la
población vulnerable, como los niños pequeños (entre 1 y 3 años), sobre todo, por el
consumo de espinacas y acelgas [14]. Existe una susceptibilidad especial de los niños
a estos productos debido a cuatro motivos: acidez gástrica disminuida, favoreciendo
el desarrollo de microrganismos reductores que convierten el nitrato en nitrito antes
de su absorción; la ingesta de agua que es muy superior a los adultos; la hemoglobina
fetal se oxida más fácilmente a metahemoglobina, y, por último, el desarrollo
incompleto del sistema NADH-metahemoglobina reductasa.
Compuestos N-nitrosos
Las nitrosaminas se absorben por la piel y el tracto gastrointestinal y las volátiles por
vía pulmonar. Se metabolizan en el hígado y se excretan por la orina principalmente,
un porcentaje bajo por las heces y las volátiles se exhalan [1].
1. Cameán AM, Jos A, Moreno IM, Pichardo S y Repetto M. Tóxicos formados durante
el procesado, preparación y almacenamiento de los alimentos. En: Campeán AM y
Repetto M, coordinadores. Toxicología alimentaria. Madrid: Ediciones Díaz de
Santos; 2006. 494-516.
Contaminantes biológicos
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
7.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
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A fondo 34
Test 35
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
Uno de los principales responsables del desarrollo de cuadros patológicos son los
contaminantes biológicos presentes en los alimentos. Estas enfermedades,
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Botulismo
Este patógeno es un bacilo anaerobio, Gram positivo, que forma esporas y con
capacidad de desplazamiento al disponer de flagelos.
Estos síntomas incluyen una primera fase con signos más inespecíficos (cefalea,
vómitos, diarreas, etc.) y una segunda fase con la manifestación de síntomas
neurológicos propios como midriasis, diplopía, paresias, calambres y dificultades
respiratorias. La recuperación suele ser lenta y larga, persistiendo algunos síntomas
durante 6-8 meses.
Los factores que influyen en su crecimiento, y cuyo control para evitar las
contaminaciones es más importante que los factores que influyen en los procesos de
esporulación, son los que se describen a continuación:
Las fuentes de contaminación suelen ser carne y productos derivados, así como
productos de pastelería y verduras que han sido contaminados antes o después del
cocinado. Existen varias situaciones que pueden explicar la contaminación: el
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Las toxinas se generan a temperaturas que oscilan entre los 40 – 45 ºC, dentro de un
amplio rango de pH (entre 5,0 y 9,6). Adicionalmente, S. aureus resiste la ausencia
de humedad y las temperaturas de refrigeración y soporta concentraciones de NaCl
del 5% (algunas cepas, hasta el 20%).
Son numerosos los microrganismos que las pueden producir (tabla 4) y abundantes
los alimentos que pueden intervenir. En la mayoría de los casos se produce por
contaminación de los alimentos como carne, pescados, moluscos, pastelería, leche,
etc. El grupo más frecuente de infecciones se produce a partir de las mayonesas y
huevos. La contaminación se produce a través de contacto con aguas contaminadas,
reservorios o heces, etc.
Salmonelosis
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Se produce por acción de bacterias del género Salmonella, de la que existen multitud
de serotipos. S. typhimurium es el más frecuente en las infecciones humanas.
Una vez que las bacterias llegan al intestino, invaden el tejido conjuntivo y
desencadenan un proceso inflamatorio que cursa con la activación de una serie de
mecanismos que provocan la pérdida de agua y electrolitos.
Cadena del frío. No mantener los alimentos fuera del congelador más de dos horas
y en caso de refrigerador, como norma, no consumirlos tras períodos posteriores
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a tres días.
Se han descrito varias cepas de E. coli con actividad patógena, con diferentes
características que dan lugar a diversas manifestaciones clínicas. En la tabla 5 se
muestran las principales cepas con sus particularidades.
Shigelosis
Se trata de infecciones causadas por bacterias del género Shigella. Los síntomas
suelen comenzar entre dos y tres días después de la exposición. Al principio comienza
con fiebre, dolor abdominal y diarrea. En una segunda fase se manifiesta con sangre
en las heces, deposiciones escasas, etc. En casos graves, puede provocar entre otras
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Campylobacter
El período de incubación oscila entre tres y cinco días e incluyen diarrea, fiebre alta,
dolor abdominal y de cabeza, náuseas y vómitos. El cuadro clínico suele ceder a los
tres o cinco días, aunque puede durar una o dos semanas.
La presencia de estos compuestos data de los años 40 del siglo XX, cuando unos
trabajadores de una fábrica de herbicidas clorados empezaron a desarrollar una serie
de signos y síntomas concretos tales como eccemas, dolores en articulaciones,
nerviosismo, etc. En ese momento no se asociaron con su situación laboral. Sin
embargo, en los años 50, se identificó que el causante de esos síntomas eran unos
compuestos que se denominaron dioxinas.
Desde un punto de vista estructural, las dioxinas comprenden una serie de sustancias
que tienen como núcleo común la dibenzo-para-dioxina. Tomando como referencia
esta molécula, surgen los derivados clorados, denominadas genéricamente
dibenzodioxinas policloradas (PCDD), de las que la 2,3,7,8-tetraclorodibenzo-p-
dioxina (TCDD) es la molécula de referencia por ser la de mayor toxicidad.
Los PCB son estructuras bicíclicas, mientras que los PCDD/F contienen tres anillos. En
función de las combinaciones de los sustituyentes se pueden formar numerosos
compuestos diferentes, aunque únicamente 7 PCDDs y 10 PCDF presentan efectos
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tipo dioxina.
Por ello, se hizo necesario definir un término que permitiera asignar unos índices de
toxicidad a cada compuesto por separado. Así surgió el concepto de I-TEF (Factor
Equivalente Tóxico Internacional) para cada molécula independiente. De manera
complementaria se definió el término I-TEQ (Cantidad Equivalente Tóxica
Internacional), que permite establecerlo de manera relativa para cada compuesto,
tomando como referencia la toxicidad del más potente.
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En relación con la toxicidad que provocan estos compuestos, los efectos más
importantes son los que se manifiestan a largo plazo como consecuencia de una
exposición profesional continuada o de la acumulación en la cadena trófica.
Los efectos más importantes y más complicados de controlar son los que se producen
a largo plazo, entre los que se pueden citar los siguientes.
Se trata de una formación similar al acné de los adolescentes, que surge como
consecuencia de una exposición prolongada a dioxinas.
Efectos inmunitarios
Hepatotoxicidad
En ratas se ha observado que el TCDD provoca una disminución en las camadas, con
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Carcinogenicidad
estadísticos.
Otros PCDD, con mecanismos de acción también vinculados al receptor AhR, no han
sido incluidos en el grupo I de la IARC, sino que aparecen en el grupo 3 «no
clasificados como carcinógenos para humanos».
Por su parte, la IARC ha clasificado los PCB dentro del grupo 2 «probables
carcinógenos humanos», ya que sus conclusiones afirman que no hay evidencias de
su asociación con tumores humanos, aunque si se han relacionado en animales de
experimentación.
En la leche materna, los niveles de dioxinas son mayores que en la mayor parte de
los alimentos y la dieta mediterránea contribuye de una manera importante a los
altos niveles de ingesta de PCDD/F [12].
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Existen dos clases de compuestos que pueden actuar como disruptores endocrinos:
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En los años 90 comenzó la preocupación por los efectos que ciertos compuestos
químicos utilizados en la agricultura y en el procesado de alimentos podían ejercer
sobre el desarrollo del sistema endocrino, así como sobre las respuestas que
diferentes órganos podían producir.
los animales.
Algunas plantas como la soja, el dátil o las granadas presentan sustancias de estas
características. Su efecto se observó por primera vez con unas ovejas australianas
que pastaban en prados ricos en una especie de trébol y que presentaban
Desde un punto de vista químico, presentan una estructura muy variada (por
ejemplo, terpenos, lignanos, isoflavonas y fenantrenos). En cualquier caso, es
diferente de la de los estrógenos endógenos.
De manera adicional, otra fuente relevante de compuestos que pueden interferir con
el sistema endocrino son los materiales plásticos, en sus diferentes composiciones,
que están en contacto con los alimentos. Se trata de compuestos macromoleculares
obtenidos por diferentes procesos químicos, como la polimerización, la
policondensación o la poliadición.
Hasta los años 20 del siglo pasado, los principales polímeros utilizados eran las resinas
termofenólicas, baquelita, celofán, acetato de celulosa y derivados del caucho. A
partir de los años 50 surgen nuevos materiales como las resinas endurecidas (con
derivados del formol, celulósicos, polivinílicos, poliestirenos, etc.). Estos envases
están compuestos por una resina base y otros materiales, como barnices, que les
dotan de propiedades particulares.
Uno de los elementos más utilizados como material plastificante para obtener una
mayor flexibilidad de los envases son los ftalatos. Estos compuestos, de naturaleza
liposoluble y con alta afinidad por el tejido adiposo, han mostrado un efecto
carcinogénico en ratas, incrementando el riesgo de cáncer hepático. Otros estudios
han puesto de manifiesto la inducción del citocromo P450 como respuesta a la
presencia de ftalatos. De manera adicional, también se ha observado un efecto
estrogénico de los ftalatos en ensayos in vitro e in vivo.
3. Deshpande SS. Handbook of food toxicology. Nueva York: Marcel Dekker; 2002.
8. Cole P, Trichopoulos D, Pastides H, Starr T y Mandel JS. Dioxin and cancer: a critical
review. Regul Toxicol Pharmacol. 2003; 38(3):378-88.
9. Ott MG y Zober A. Cause specific mortality and cancer incidence among employees
exposed to 2,3,7,8-TCDD after a 1953 reactor accident. Occup Environ Med. 1996;
53(9):606-12.
10. Manz A, Berger J, Dwyer JH, Flesch-Janys D, Nagel S y Waltsgott H. Cancer
mortality among workers in chemical plant contaminated with dioxin. Lancet. 1991;
338(8773):959-64.
12. Domingo JL, Schuhmacher M, Granero S y Llobet JM. PCDDs and PCDFs in food
samples from Catalonia, Spain. An assessment of dietary intake. Chemosphere. 1999;
38(15):3517-28.
Residuos de
componentes plásticos
alimentos. Residuos de
medicamentos de uso
veterinario. Residuos de
plaguicidas
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
8.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
8.2. Residuos de componentes plásticos en alimentos
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4
8.3. Residuos de medicamentos de uso veterinario 19
8.4. Residuos de plaguicidas 28
8.5. Referencias bibliográficas 36
A fondo 41
Test 44
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
El uso agrícola de fitosanitarios para luchar contra las plagas que merman la
producción o su deterioro en la postcosecha.
Cada vez nos llevamos a casa más alimentos envasados, siendo los materiales
plásticos los envases que predominan sin duda alguna. A lo largo de toda la cadena
alimentaria, los alimentos entran en contacto con envases en diferentes momentos:
máquinas e instalaciones durante su producción; utensilios de cocina durante su
preparación; cuando los comemos con platos, cubiertos, vasos, y durante el
Como podemos entender, dichos materiales no son inertes y pueden ceder a los
alimentos, en mayor o menor medida, sustancias que pueden ser perjudiciales para
nuestra salud a medio o largo plazo. Todos estos materiales que aún no están en
contacto con alimentos han de identificarse claramente como aptos para ello, por
ejemplo, con símbolos como en que aparece en la imagen 1.
Imagen 1. Símbolo que indica que un material es apto para estar en contacto con alimentos [1].
El Reglamento (CE) 1935/2004 establece los requisitos que han de cumplir estos
materiales y objetos destinados a entrar en contacto con los alimentos, en el que se
indica claramente que no transferirán sus componentes a los alimentos en
cantidades que puedan [2]:
Los plásticos son los materiales más usados por la industria agroalimentaria, ya que
presentan muchas ventajas, entre ellas su resistencia. Los polímeros plásticos se
pueden clasificar en: polímeros superiores, que son insolubles y tienen gran inercia
química; y polímeros de bajo peso molecular, solubles y carentes de inercia química,
o no adecuados para su uso con alimentos. Generalmente los que más se usan son
los de elevado peso molecular, como los indicados en la imagen 2.
Imagen 2. Símbolos de los distintos tipos de materiales de plástico empleados en envases y objetos
destinados a entrar en contacto con alimentos [3].
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PVC. Cloruro de polivinilo que puede adoptar una gran variedad de formas (rígido,
fino como una película, flexible o correoso). Es utilizado principalmente en la
fabricación de film transparente.
PEBD. Polietileno de baja densidad usado para hacer bolsas de comida congelada,
envoltorios de plástico adherente, botellas flexibles, revestimiento de los tetrabrik
y vasos de bebidas.
El plástico se forma a partir de monómeros y otras sustancias de partida, que tras una
reacción química dan lugar a una estructura macromolecular (polímero),
componente estructural de los plásticos. A dicho polímero se le añaden diversos
aditivos con el fin de obtener plásticos diferentes para las distintas aplicaciones
tecnológicas (imagen 3).
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Las disposiciones comunitarias generales que aplican a los materiales plásticos son:
Ensayos de migración
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Por otro lado, el límite de migración específica (LME) es «la cantidad máxima
permitida de una sustancia dada, liberada desde un material u objeto en alimentos o
simulantes alimentarios». Cuando hablamos de simulante alimentario nos referimos
al medio de ensayo que imita un alimento en cuanto a la migración [5].
Para la elección de los simulantes en los ensayos de migración específica, hay que
recurrir a una tabla, que figura en el cuadro 2 del anexo II del Reglamento (UE)
10/2011, en el que se describen con detalle los diferentes alimentos clasificados en
distintas familias. Por ejemplo, en la figura 4 se refleja el caso de los productos
lácteos.
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Una vez seleccionados el o los simulantes alimentarios para realizar los ensayos de
migración, sea global o específica, hay que determinar las condiciones y el tiempo
que han de estar en contacto el objeto plástico.
Una vez seleccionado el o los simulantes, así como las condiciones del ensayo en
tiempo, temperatura y si el envase será de uso repetido o no, se establece la relación
de superficie de contacto del simulante con el alimento y se procede a realizar los
ensayos en sí mismos. Estos se encuentran normalizados en las normas UNE-EN 1186.
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Los polímeros no presentan riesgos para nuestra salud, ya que son sustancias con un
elevado peso molecular que no son capaces de ser absorbidos por nuestro
organismo. Los que plantean un problema de seguridad alimentaria son los
monómeros que no han reaccionado en la polimerización, aditivos como
antioxidantes antiestáticos, plastificantes, estabilizantes térmicos, colorantes tintas,
protectores UV, derivados epoxídicos, etc., así como los llamados NIAS, sustancias no
adicionadas intencionadamente, presentes como consecuencia de productos de
reacción o degradación e impurezas. Hemos seleccionado algunos ejemplos
representativos.
Bisfenol A
kg-1 p.c. día [10]. IARC lo clasifica dentro del grupo 2A «probablemente cancerígeno
para el hombre».
El formaldehído está clasificado por IARC dentro del grupo 1 («cancerígeno para el
hombre»). Además, es teratogénico, ya que es capaz de atravesar la placenta
causando lesiones al feto [11].
Ftalatos
Los ftalatos son una serie de sustancias añadidas a los plásticos con el fin de hacerlos
más elásticos y manejables. No son compuestos que se acumulen en los órganos por
sus características químicas, ya que son solubles en grasas, pero provocan efectos
sobre la salud.
animal.
Influir positivamente en la producción, la actividad o el bienestar de los animales,
especialmente actuando en la flora gastrointestinal o la digestibilidad de los
piensos.
Tener un efecto coccidiostático o histomonostático [12].
El tejido diana suele ser aquel donde la sustancia con actividad farmacológica se
acumula en mayor cantidad. En el caso de aves, a parte de sus correspondientes
órganos dianas establecidos, se tendrán en cuenta los huevos. Lo mismo ocurre con
la leche en el ganado bobino, ovino y caprino. El residuo marcador es el medicamento
administrado, metabolitos o una combinación de ambos, cuya concentración tiene
una relación conocida con la concentración del residuo total en cada una de las partes
del animal que se consume [17].
El Reglamento (CE) 470/2009 establece las normas y los procedimientos para poder
determinar el LMR y el valor de referencia a efectos de intervención, es decir, el nivel
del residuo de un medicamento establecido por motivos de control en el caso de
determinadas sustancias para las que no sea fijado un LMR.
Esta evaluación científica de los riesgos debe tener en cuenta los procesos de
biotransformación (metabolismo), los residuos que se producen, la eliminación de
estas sustancias en los animales para los que van a ser destinados, así como la
cantidad de dichos compuestos que pueden llegar a ser consumidos por el hombre
durante toda su vida sin riesgo aparente para su salud, expresada por la IDA (ingesta
diaria admisible).
Los residuos a los que podemos estar expuestos son [15, 17]:
Identificación de la peligrosidad.
Evaluación de la dosis/respuesta o exposición/respuesta.
Evaluación de la exposición del hombre.
Caracterización del riesgo estableciendo el IDA para cada sustancia
farmacológicamente activa a partir del NOAEL (nivel sin efecto adverso
observable) y aplicando un factor de seguridad entre 100 y 1000.
El manejo del riesgo incorpora los resultados de la caracterización del riesgo y las
consideraciones sobre la salud pública, socioeconómicas y sociales [17]. Los riesgos
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Desarrollo precoz sexual. Se han producido este tipo de casos en Italia y Puerto
Rico por el consumo de carne con residuos con actividad estrogénica. Las
sustancias empleadas como agentes anabolizantes son: hormonas esteroideas
endógenas (testosterona, estradiol) y compuestos sintéticos (trembolona,
zeranol), así como promotores del crecimiento. Se han prohibido varias sustancias
dentro de este grupo por ser genotóxicas y carcinógenas, por ejemplo
dietiletilbesestrol, hexestrol y dienestrol [10]. Otras sustancias prohibidas en la UE
son [17]:
Efectos inmunológicos.
Son bien conocidas las alergias generadas a los antibióticos, por ejemplo, a la
penicilina, que pueden manifestarse desde un sarpullido cutáneo hasta anafilaxia
grave. Se considera poco probable que la pequeña cantidad de residuos
medicamentosos veterinarios sean desencadenantes de las alergias en relación con
las dosis que recibimos terapéuticamente.
Otros compuestos tóxicos que se detectan en los alimentos de origen animal son
plaguicidas, especialmente organoclorados debido a su persistencia, como
consecuencia de la contaminación del agua y/o el pienso, tras su uso en las estancias
de los animales [17].
Organoclorados
Son liposolubles, por lo que tienden a acumularse en diversos tejidos. Por otro lado,
son estables a la luz solar, la humedad, el aire y el calor, por lo que son muy
persistentes en el medio ambiente, acumulándose en el suelo y las aguas
subterráneas. Esto ha provocado que la mayoría de ellos estén prohibidos.
Organofosforados
Carbamatos
Son compuestos sintéticos, derivados del ácido carbámico, con funciones tanto de
insecticidas y fungicidas, como de herbicidas. Los componentes de este grupo
presentan baja toxicidad para el medio ambiente, ya que son degradados y
metabolizados rápidamente.
Piretrinas y piretroides
Mientras las piretrinas son compuestos naturales con acción insecticida, los
piretroides son compuestos análogos obtenidos sintéticamente. Químicamente son
ésteres de ácidos derivados del ciclopropano.
Las triazinas son derivados heterocíclicos del nitrógeno, constituidos por anillos
triazínicos con distintos sustituyentes en las posiciones 1, 3 y 5 (imagen 8) [24]. Son
los herbicidas clásicos.
Imagen 8. Estructura química de anillos triazínicos con distintos sustituyentes en las posiciones 1, 3
y 5 [28].
Entre las sustancias dentro de este grupo tenemos: atrazina, simazina o terbutilazina
(imagen 9).
Ureas sustituidas
Estos compuestos son herbicidas cuya estructura química base es la urea. Podemos
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Los grupos R1 y R2 suelen ser metilos y el grupo R3 generalmente un protón [24, 29].
Son sustancias que se aplican directamente sobre el suelo y, a partir de él, la planta
lo absorbe por las raíces. Se degradan en los suelos por actividad microbiana. Actúan
sobre la fotosíntesis de las plantas produciendo clorosis, necrosis y muerte.
En base a los buenos resultados obtenidos, EFSA indicó que es muy bajo el riesgo que
supone la posible presencia de plaguicidas en los alimentos para la salud de los
consumidores. Menos de un 3% de las muestras analizadas incumplían la legislación;
de la agricultura ecológica solo un 0,7 % y con respecto a los alimentos para niños un
No obstante, hay que tener en cuenta que la presencia de pesticidas en los alimentos,
e incluso cuando se supera el LMR, no implica un problema de seguridad, ya que
cuando se fijan los LMR no son niveles tóxicos, sino que están basados en las buenas
prácticas agrícolas para que se emplee la menor cantidad posible de producto
fitosanitario.
4. Cobos RR. El polietilén tereftalato (PET) como envase de aguas minerales. Bol Soc
Esp Hidrol Méd. 2016; 31(2): 179-190.
que modifica el Reglamento (UE) no 10/2011 por lo que respecta a la restricción del
uso de bisfenol A en biberones de plástico para lactantes. Diario Oficial de la Unión
Europea, 2 de abril de 2011.
15. Reglamento (CE) 470/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 6 de mayo
de 2009 por el que se establecen procedimientos comunitarios para la fijación de los
límites de residuos (LMR) de las sustancias farmacológicamente activas en los
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21. Real Decreto 562/2009, de 8 de abril por el que se modifica el Real Decreto
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27. Isern, MD. La química de los pesticidas y su metodología analítica. Rosario: UCEL;
2002.
Toxicología de aditivos
alimentarios
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
9.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
9.2. Uso de aditivos alimentarios con relación a su
seguridad 5
9.3. Requerimientos de ensayos toxicológicos para
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A fondo 35
Test 37
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
Veremos que la FDA (Food and Drug Administration) tiene una lista de sustancias
entre las que se encuentran algunos aditivos, denominada GRAS, en la que se
incluyen sustancias que se consideran inocuas, es decir, que han demostrado que las
dosis de ingesta no producen daños para la salud.
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El uso de aditivos alimentarios está regulado a nivel europeo, incluyendo no solo las
sustancias que están autorizadas para adicionarse a los alimentos, sino también a qué
dosis y en qué circunstancias. Los aditivos fabricados por las correspondientes
empresas deberán cumplir una serie de requisitos de identidad y de pureza, los cuales
están recogidos en un reglamento europeo que aplica a todos los Estados miembros.
Los aditivos se han venido utilizando durante siglos con el fin de conservar los
alimentos. Algunos ejemplos son la sal, el azúcar o el dióxido de azufre. Cuando la
producción de los alimentos se industrializó, se empezaron a necesitar un gran
número de aditivos para garantizar que los alimentos procesados permanecieran
seguros y en buenas condiciones desde los centros de producción hasta los
consumidores finales. Hoy en día hay varios miles de aditivos alimentarios, cuyo
origen puede ser sintético o de derivados de plantas, de animales o de minerales. Sea
cual sea su procedencia, realizan una función específica en el alimento [1]. La
OMS/FAO agrupa dichos aditivos en tres categorías según su función:
Hay otros aditivos empleados con el objetivo de conservar, dar color y/o sabor
(edulcorantes). Pueden adicionarse a los alimentos a lo largo de toda la cadena,
desde la fabricación hasta su almacenamiento.
El Reglamento 1333/2008, clasifica los aditivos según la función que realiza y que
recogemos a continuación [2]:
Edulcorantes.
Colorantes.
Conservadores.
Antioxidantes.
Soportes.
Acidulantes.
Correctores de la acidez.
Antiaglomerantes.
Antiespumantes.
Agentes de carga.
Emulgentes.
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Sales de fundido.
Endurecedores.
Potenciadores del sabor.
Espumantes.
Gelificantes.
Los aditivos deben figurar en la lista de ingredientes de las etiquetas que acompañan
a los alimentos, indicando la función que desempeñan en el mismo. Pueden estar
listados por su nombre o por el denominado número E, que es el código con el que
se autorizan en la Unión Europea [3].
Solo podrán ser autorizados aquellos aditivos cuyo uso sea justificado, sean seguros
y eficaces tecnológicamente. Respecto a este punto, la FAO/OMS indican que
deberán conservar la calidad nutritiva del alimento; proporcionar componentes
esenciales a alimentos destinados a grupos de consumidores con necesidades
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Antes de que un aditivo sea empleado en los alimentos, se requiere una evaluación
exhaustiva sobre los posibles efectos tóxicos que pudieran causar sobre la salud
humana. El organismo internacional responsable de evaluar dicha inocuidad es el
Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (Joint Expert
Committee on Food Additives, JECFA). Solo los aditivos alimentarios que JECFA
considera seguros pueden ser empleados y siempre por debajo de las dosis
establecidas.
Las evaluaciones realizadas por JECFA son utilizadas para que, posteriormente, las
autoridades competentes establezcan los niveles de uso máximo de aditivos en
alimentos y bebidas. A partir de este momento es cuando se establecen reglamentos
de obligado cumplimiento para los países miembros, que regulan qué aditivos se
pueden usar, en qué alimentos y en qué condiciones. El comité responsable de
evaluar la seguridad de los aditivos en Europa es el Comité Científico para la
Alimentación Humana de la Unión Europea (Scientific Committee for Food, SCF) [1,
4].
Fisicoquímicos y biológicos de los compuestos, así como sus analogías con otros
compuestos para los que ya existen datos toxicocinéticos y toxicológicos.
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Las evaluaciones que JECFA realiza sobre cada aditivo están basadas en exámenes
científicos de toda la información referente a datos bioquímicos, toxicológicos y otros
pertinentes. Como pruebas obligatorias a realizar están los ensayos en animales de
laboratorio, estudios de investigación y observaciones en humanos. Las pruebas
toxicológicas requeridas incluyen: estudios de toxicocinética, estudios de toxicidad
aguda, subcrónica y crónica, así como efectos sobre la reproducción, mutagénesis,
carcinogénesis y efecto sobre el comportamiento [1, 4].
Como se ha comentado la determinación del IDA se realiza a partir del NOAEL, siendo
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La FDA (Food and Drug Administration) establece una lista de sustancias reconocidas
generalmente como seguras, denominadas GRAS (Geneally Recognized As Safe) [5].
Aditivos cuyo uso se permite en los alimentos en general, salvo alguna indicación
contraria, de conformidad con las buenas prácticas de fabricación (BPF).
En dicha norma solo se incluyen aditivos que han sido evaluados por el Comité
Conjunto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios, y que cumplen con los
requisitos establecidos para su uso en alimentos [1]. En Europa, es el SCF quién
establece los aditivos autorizados en la UE a los que asigna un número E, siendo
aditivos autorizados y seguros para la salud.
Los aditivos autorizados por la Unión Europea para alimentos y bebidas figuran en el
Reglamento (UE) 1129/2011. En él, se indican los alimentos que no pueden llevar
ningún aditivo, como por ejemplo la miel o los aceites vegetales y la lista de todos los
aditivos autorizados clasificados en colorantes, edulcorantes y aditivos. Además,
incluye todos los alimentos en varias categorías, para, finalmente, indicar qué aditivo
puede emplearse en un alimento y en qué condiciones [7].
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Como puede verse en dicho reglamento, un mismo aditivo puede estar autorizado
para varios alimentos, hecho que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar su
toxicología, sobre todo en dietas monótonas, junto con las posibles sinergias de los
aditivos entre sí. Con relación a ello, no debemos olvidarnos de los grupos
poblacionales más sensibles, como mujeres embarazadas, niños o ancianos, así como
Los efectos tóxicos de los aditivos alimentarios pueden provenir de ellos mismos, de
biotransformaciones producidas en el propio alimento durante su preparación o
almacenamiento, de interacciones entre aditivos o de la biotransformación
producida en el organismo. Los aditivos muchas veces no inducen manifestaciones
tóxicas, sino que exacerban una patología ya existente. De entre estas
manifestaciones podemos destacar las funcionales, las alteraciones inmunitarias, las
orgánicas no neoplásicas y las alteraciones neoplásicas [4].
Los colorantes son un grupo de aditivos adicionados a los alimentos para recuperar
su color inicial o para hacerlos más atractivos al consumidor. No es un grupo muy
grande, por lo que su estudio toxicológico no es difícil. La preocupación toxicológica
de dichos compuestos no solo era por su toxicidad intrínseca, sino porque
enmascaraban la calidad de los alimentos, aparte de ser, en algunas ocasiones,
portadores de metales pesados, como arsénico o mercurio, utilizados en su
fabricación [9].
Dentro de los colorantes tenemos los naturales y los artificiales o sintéticos. Otro tipo
de clasificación los divide en orgánicos e inorgánicos. También podemos organizarlos
según su solubilidad en solubles e insolubles. Los naturales se consideran inocuos,
mientras que los colorantes sintéticos se han estudiado mucho más ante el
incremento de su uso en la industria alimentaria. La FDA se refiere a inocuo como un
compuesto que no produce daño en ninguna especie, en ninguna cantidad y en
ninguna circunstancia [9].
Dentro del grupo de colorantes naturales están [9]:
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Por último, entre los colorantes inorgánicos se incluyen los pigmentos y las lacas.
Colorantes azoicos. Son compuestos que cada vez se usan menos, ya que se
cuestionan como tóxicos debido a que los no autorizados sí que los son, aunque
ambos grupos poseen propiedades distintas en cuanto a polaridad y solubilidad.
Recientemente se ha establecido la potencial carcinogenicidad de metabolitos,
Este tipo de colorantes son metabolizados por la flora intestinal, dando lugar a
aminas cíclicas. Cuando los metabolitos producidos son apolares, al absorberse
con facilidad por las membranas biológicas, no van a ser legales. Sin embargo,
cuando sus metabolitos son polares, como se eliminan fácilmente por el
organismo, no tendrán problema en ser autorizados. Su color se debe al grupo azo
(-N=N-), conjugado con anillos aromáticos que tienen en su estructura química en
ambos extremos (9, 11). Uno de los ejemplos es la tartrazina (E-102):
Colorantes trifenil metánicos. Dentro de este grupo existen tres colorantes: azul
patentado (E-131), azul brillante FCF (E-133) y verde ácido brillante BS (E-142),
siendo utilizados estos dos últimos en confitería y jarabes. EFSA estableció, en
2013, un IDA para el azul patentado de 5 mg/kg p.c. día, aunque no ha mostrado
mutagenicidad, ni posibilidad de dañar el ADN o el aparato reproductivo. Su
toxicidad se presenta reduciendo el valor de hematocritos, el valor de
hemoglobina y de células rojas. También han sido notificados casos de reacciones
alérgicas debidas a este colorante. JECFA ha establecido un IDA para el azul
brillante en 10 mg/kg p.c. día y para el E-142 de 5 mg/kg p.c. día. Los estudios
toxicocinéticos de ambos colorantes confirman su baja absorción, excretándose
prácticamente en heces sin metabolizarse [11].
Los conservadores son sustancias que prolongan la vida útil de los alimentos,
protegiéndolos del deterioro causado por microorganismos o del crecimiento de
microorganismos patógenos. La acción antimicrobiana de los conservadores la
realizan al inhibir el metabolismo y crecimiento de bacterias, mohos y levaduras [4].
Los mecanismos de acción de los conservadores son muy variados y podrían afectar
también a nuestras células, pero para ello las dosis deberían ser mucho más altas [9].
En función de la dosis administrada, la función de dichos productos inhibirá el
crecimiento o eliminará a los microorganismos:
Entre ellos encontramos: ácido sórbico y sus sales (sorbatos); ácido benzoico y sus
sales (benzoatos); ésteres del ácido p-hidroxibenzoico, y ácidos orgánicos como
láctico, propiónico o acético.
El ácido sórbico y sus sales (E-200 a E-203) son conservadores cuyo pH de acción
óptimo es 3,5, siendo su mecanismo de acción la inhibición de enzimas como
enolasas, lactato deshidrogenasas y enzimas del ciclo de Krebs. Son eficaces tanto
para bacterias como mohos y levaduras a concentraciones de 0,05 a 0,1 %.
El ácido benzoico y sus sales (E-210 a E-213) son conservadores cuyo pH de acción
óptimo es entre 4 y 4,5, siendo su mecanismo de acción la inhibición de enzimas que
intervienen en la fosforilación oxidativa y del ciclo de Krebs. Son eficaces para
bacterias, mohos y levaduras a concentraciones de 0,05 a 0,1 %, pero poco eficaces
frente a bacterias lácticas y Clostridium.
Su toxicidad crónica en ratas se da a dosis altas (alrededor de un 5 % en el alimento),
no presentando ningún efecto a valores del 1 % [9].
Los ésteres del ácido p-hidroxibenzoico (E-214 a E-219) desnaturalizan las proteínas,
son inhibidores competitivos de coenzimas celulares y actúan sobre la membrana [9].
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Son eficaces para bacterias, mohos y bacterias Gram (+) a concentraciones de 0,05 a
0,1 %. No presenta toxicidad en las dosis reglamentadas.
Los ácidos orgánicos láctico, propiónico, acético y derivados (E-270, E-280, E-260)
actúan al modificar el pH del alimento impidiendo, por lo tanto, el crecimiento
microbiano; requieren estar presentes a concentraciones superiores al 1 % y ello
Inorgánicos
Entre ellos encontramos: dióxido de azufre y derivados (sulfitos), así como nitratos y
nitritos.
Los llamados sulfitos incluyen varios compuestos químicos: SO2, sulfito, bisulfito y
metabisulfito. En función del pH del medio, podemos encontrarnos las diferentes
especies químicas, siendo a pH inferiores a 4,5 cuando está presente la forma activa
frente a los microorganismos: ácido sulfuroso.
Las sales sódicas y potásicas de nitritos y nitratos (E-249 a E-252) son conservadores
cuyo pH de acción óptimo es ácido, siendo activos frente a bacterias y lactobacilos,
pero lo más importante de ellos es que son los únicos conservadores eficaces contra
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Antibióticos
Edulcorantes
Las autoridades sanitarias están haciendo en los últimos años una campaña para
reducir la ingesta de hidratos de carbono y, sobre todo, de azúcares refinados, ya que
están implicados en enfermedades como la obesidad, la diabetes mellitus, problemas
cardiovasculares y caries dentales. Todo ello ha provocado que el consumidor
concienciado busque productos con cero azúcares o con un reducido aporte calórico.
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Todos los edulcorantes bajos en calorías tienen un poder endulzante mucho mayor
que el azúcar. Este hecho ofrece a los fabricantes de alimentos y bebidas y a los
consumidores una ventaja crucial: disponer del sabor dulce, eliminando o reduciendo
notablemente las calorías de un alimento o bebida.
El primer edulcorante bajo en calorías que se utilizó fue la sacarina. Después, se han
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ido introduciendo en el mercado unos cuantos más, siendo los más utilizados en la
Unión Europea: acesulfamo-K, aspartamo, ciclamato, sacarina, sucralosa y los
glucósidos de esteviol.
pero los hay de origen natural, como el glucósido de esteviol. No aportan calorías,
con alguna excepción como el aspartamo (4 kcal/g). Otros compuestos con sabor
dulce son los polioles o polialcoholes, cuyo origen es natural o semisintético, los
cuales tienen aporte calórico con un poder edulcorante inferior a la sacarosa [14].
realizados con ratas a dosis altas, se producían cánceres de vejiga en dichos animales.
La sacarina en sí misma no tiene efectos cancerígenos y parece ser que los efectos
que se encontraron se debían a impurezas presentes en la misma, usadas a unas dosis
Aspartamo (E-951)
Es un edulcorante que presenta baja solubilidad en agua, por ello no es muy utilizado.
Se usa en bebidas, productos lácteos, edulcorantes de mesa y confitería, incluido el
chicle, gracias a su perfil de sabor dulce.
Sucralosa (E-955)
Los antioxidantes son aditivos adicionados a los alimentos con el fin de frenar los
procesos de oxidación que sufren ante agentes externos, como la luz y el oxígeno. La
oxidación de los alimentos altera las características sensoriales de los mismos,
reducen su valor nutritivo y generan compuestos tóxicos. Además, reducen la vida
útil de los alimentos con las consiguientes pérdidas económicas. En la tabla 2 se
recogen tres de los antioxidantes más empleados en la industria alimentaria y sus
características, así como el IDA para cada uno de ellos.
Hay que tener en cuenta, dentro de este grupo, una serie de sustancias denominadas
«sinérgicos de antioxidantes» o «agentes acomplejantes», ya que refuerzan la acción
de los antioxidantes al eliminar del medio trazas de ciertos metales que facilitan la
oxidación [10]. En la tabla 3, se describen las características de algunos de estos
compuestos junto con sus aplicaciones y sus efectos.
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Nuevos alimentos e
ingredientes funcionales
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
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A fondo 25
Test 27
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
En los últimos tiempos hemos asistido a enormes cambios en los procesos y sistemas
de producción, transformación y procesado de alimentos. Las nuevas aportaciones
técnicas y la aplicación de la biotecnología han provocado que la velocidad y
capacidad, tanto para producir como para procesar alimentos, haya alcanzado un
ritmo vertiginoso.
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Sin embargo, todas estas novedades positivas han traído, en algunos casos, de
manera simultánea la aparición de compuestos con algún papel perjudicial para el
ser humano y para el medio ambiente.
Para ello, lo primero que hubo que hacer fue definir el concepto de «nuevo alimento»
para poder establecer un marco legal internacional alineado con la necesidad de
evaluar estos alimentos que presentan algún elemento de innovación en su proceso
de elaboración, en la materia prima o en la forma en que se consume.
El reglamento no se aplica a:
Este reglamento que fue pionero en la regulación de los nuevos alimentos, ya no está
vigente; sino que ha sido sustituido por la Posición (UE) Nº 6/2010 del Consejo en
primera lectura con vistas a la adopción del Reglamento del Parlamento Europeo y
del Consejo sobre nuevos alimentos, por el que se modifica el Reglamento (CE) Nº
Esta nueva norma, tomando como referencia la anterior, actualiza el texto indicando
que el Reglamento se aplicará a la comercialización de nuevos alimentos en la Unión,
entendiéndose como nuevo alimento aquel no se utilizó de manera significativa para
el consumo humano en la Unión Europea antes del 15 de mayo de 1997, y que
cumplan las siguientes características [3]:
En cualquier caso, la referencia actual a nuevos alimentos incluye a los siguientes [1]:
en 1996.
A modo de ejemplo, el pasado 1 de enero de 2018, entró en vigor en todos los Estados
de la Unión Europea el nuevo Reglamento (UE) 2015/2283 del Parlamento Europeo
y del Consejo de 25 de noviembre de 2015 relativo a los nuevos alimentos, por el que
se Modifica el Reglamento (UE) nº 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo
y se Derogan el Reglamento (CE) nº 258/97 del Parlamento Europeo y del Consejo y
el Reglamento (CE) nº 1852/2001 de la Comisión, después de ser publicado el 11 de
diciembre de 2015 [5].
Sin embargo, los alimentos son mezclas, con diferentes niveles de complejidad, de
compuestos muy variados en su composición y su valor nutricional. Todo ello hace
que la evaluación de la seguridad presente algunas dificultades intrínsecas del tipo
que se describen a continuación.
A los puntos anteriores hay que añadir las incorporaciones que realizan los
consumidores de alimentos nuevos en detrimento de alimentos tradicionales que
pueden suponer cambios a nivel nutritivo.
Desde un punto de vista práctico, son muy pocos alimentos sobre los que se realizan
estudios toxicológicos, pero se acepta que son inocuos.
A modo de ejemplo, se deben evaluar los efectos a corto y largo plazo del papel
de los sustitutos de grasas sobre el metabolismo de las vitaminas liposolubles. En
este sentido, y atendiendo a esta circunstancia, se desaconsejó la ingesta de
mantequilla con fitoesteroles en embarazadas y niños menores de 5 años.
Esta lista incluye los siguientes alimentos: cacahuetes, nueces, semillas de soja, leche,
huevos, pescado y crustáceos. Las alergias a frutas y hortalizas suelen ser de tipo leve,
en cualquier caso, mediante mecanismos diferentes a los comentados anteriormente
y generalmente quedan confinados a la región orofaringea.
Normalmente los alérgenos presentes en los alimentos son proteínas. Tras una
primera exposición del individuo a estas proteínas no se produce una respuesta
alérgica, sino que se produce la liberación de la IgE, que se unen a la membrana de
los mastocitos; el individuo se ha sensibilizado. En exposiciones posteriores al
alérgeno, se produce la unión a la IgE y se pone en marcha un mecanismo de
respuesta intracelular que culmina con la liberación de histamina y heparina.
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En otros casos, los alérgenos pueden ser moléculas diferentes de las proteínas que
se comportan como haptenos, es decir, moléculas suficientemente pequeñas que por
sí mismas no tienen actividad alérgena pero que se unen a otras proteínas (del
En este sentido, hay proteínas que son bien conocidas en el campo de las alergias,
como las albúminas 2S ricas en metionina (presentes en pipas de girasol o granos de
mostaza) de manera que, si el nuevo alimento contiene alguna proteína de este tipo,
debe ser evaluado con gran detalle.
Un aspecto importante en relación con estas pruebas es la selección del origen de las
proteínas recombinantes que se van a ensayar:
En cualquier caso, se considera que los modelos con animales no están aun
suficientemente validados para los estudios de alergias.
Este punto es crucial por lo que resulta imprescindible comprobar que el ADN
introducido en el hospedador no va a codificar ninguna sustancia indeseable al
tiempo que hay que verificar que la construcción final con la inserción del nuevo
material genético es estable (no sufre transposiciones, ni inversiones, etc.).
Una posible consecuencia, al menos teórica, que también hay que tener en cuenta es
la posible transferencia de ADN vegetal a microorganismos o animales que se
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En relación con los mamíferos, no se conoce con exactitud si las células con ADN
exógeno son fagocitadas o si el ADN es hidrolizado y degradado. En cualquier caso,
no existen evidencias de que ese ADN se mantenga y sea capaz de replicarse en las
células somáticas del organismo; tampoco existen evidencias de que se pueda
transmitir por línea germinal.
3. Posición (UE) nº 6/2010 del Consejo en Primera Lectura con Vistas a la Adopción
del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre Nuevos Alimentos, por
el que se Modifica el Reglamento (CE) no 1331/2008 y se derogan el Reglamento (CE)
no 258/97 y el Reglamento (CE) no 1852/2001 de la Comisión. Disponible en:
http://eur-lex.europa.eu/legal-
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content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52010AG0006&qid=1515861400857&from=ES
Seguridad alimentaria
como prevención de las
intoxicaciones
alimentarias
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
12.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
12.2. Desarrollo de la legislación europea con
relación a la seguridad alimentaria 6
12.3. Ley General de los alimentos y el «paquete de
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higiene» 12
12.4. Política de seguridad alimentaria en la UE 21
12.5. Normalización y certificación 23
12.6. Referencias bibliográficas 29
A fondo 33
Test 35
Esquema
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Para estudiar este tema debes leer y comprender estas «Ideas clave».
En este tema vamos a estudiar cómo una serie de crisis alimentarias acaecidas en
Europa durante las décadas de los años 80 y 90 pusieron de manifiesto que las
políticas de la Unión Europea (UE) en materia de seguridad alimentaria no eran
eficaces. A partir de dichos acontecimientos se hizo una profunda reflexión y se
llevaron a cabo cambios sustanciales que dieron lugar al actual sistema de seguridad
alimentaria.
Los cambios empiezan con la publicación del Libro Verde sobre los principios
generales de la legislación comunitaria que posteriormente dará lugar al Libro Blanco
sobre la seguridad alimentaria. Ambos textos supusieron una nueva etapa en la
legislación alimentaria europea y la adopción de un enfoque global e integrado de
todas las etapas de la cadena alimentaria: producción, transformación, transporte y
distribución.
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Como actuación del Libro Blanco surge la primera regulación europea que determinó
el marco de la legislación alimentaria; el Reglamento (CE) 178/2002 del Parlamento
Europeo, basado en los principios de excelencia, independencia, transparencia y
exhaustividad. En dicho reglamento se establecen los principios y requisitos
generales de la legislación alimentaria europea y se crea la Agencia Europea de
Dado que los principios del APPCC son generales, algunos sectores han desarrollado
normas y estándares propios para la gestión de la seguridad alimentaria que en los
últimos años han tenido un gran crecimiento. Entre ellos encontramos: BCR, IFS y
GLOBALGAP.
Todos estos sistemas de calidad son voluntarios, pero ofrecen grandes ventajas a las
empresas que los implantan como son el asegurarse de que cumplen con la
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Libro Verde
Libro Blanco
Tras el Libro Verde, la Comisión Europea publicó en el año 2000 el Libro Blanco sobre
seguridad alimentaria. Este libro supuso un nuevo punto de partida para lograr el
máximo nivel posible de protección de la salud de los consumidores aplicado a todos
los alimentos o piensos ya fueran a ser comercializados en el mercado interior como
destinados al mercado internacional [3]. A partir de dicho momento, la seguridad
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debe tener dicho organismo, así como las tareas que se le deben asignar [5].
Otro punto que se trata en el Libro Blanco son los controles oficiales, a nivel
comunitario para tener un enfoque armonizado, en todos los eslabones de la cadena
Se refuerza el sistema de alerta rápido (RASFF) que la Comisión europea y los Estados
miembros utilizan para actuar de forma rápida en el supuesto de posibles peligros o
riesgos relacionados con la seguridad alimentaria.
Paquete de higiene
Del Libro Blanco de Seguridad Alimentaria deriva el paquete de higiene que entró en
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Se establece también que todos los agentes económicos del sector alimentario,
distintos de los que desempeñan su actividad en el sector primario, y que operen en
Los principios del sistema APPCC han sido establecidos en el Codex Alimentarius, una
recopilación de normas alimentarias internacionales elaboradas por la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Controles oficiales: la aplicación por parte de los agentes económicos del sector
alimentario de los principios APPCC no deberá sustituir los controles oficiales
efectuados por la autoridad competente.
Dicho reglamento trata de los productos de origen animal donde se han observado
con frecuencia riesgos microbiológicos y químicos; y establece medidas para el
control de la temperatura, el mantenimiento de la cadena de frio, el muestreo y los
análisis [8].
Reglamento 854/2004
Tiene por objeto cubrir las lagunas de la legislación existente en materia de control
oficial de piensos y alimentos. Los controles oficiales se definen como «toda forma
de control que efectúe la autoridad competente o la Comunidad para verificar el
cumplimiento de la legislación sobre piensos y alimentos, así como las normas
relativas a la salud animal y el bienestar de los animales» [10].
Sistema APPCC
Los principios del sistema APPCC constan de una serie de requisitos que deben seguir
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Previamente hay que realizar los 12 pasos del Codex Alimentarius para la elaboración
de un plan de APPCC que se describen a continuación y se indican en el esquema de
la figura 2.
Paso 5. Confirmar el diagrama de flujo in situ: habrá que realizar una visita a la
empresa o industria (explotación agrícola, fábrica, almacén, etc.) con el fin de
comparar la información recogida en el diagrama con la situación real.
Paso 7. Determinar los puntos de control PCC, que es el principio 2 del APPCC.
Deberán recorrerse una por una todas las etapas del diagrama de flujo del
producto estudiando la importancia de cada uno de los peligros identificados.
El equipo deberá determinar si puede producirse el peligro en esta fase y, en
caso afirmativo, si existen medidas de control.
Paso 8. Establecer límites críticos para cada PCC, principio 3 del APPCC. Deberán
especificarse y validarse límites críticos para cada PCC.
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Paso 11. Verificar el Plan de APPCC, principio 6 del APPCC. Una vez elaborado el plan
APPCC y validados todos los PCC, deberá verificarse el plan en su totalidad.
La verificación supone la utilización de métodos, procedimientos, ensayos y
otras evaluaciones, además de la vigilancia, para determinar que las
actuaciones previstas en el plan APPCC se cumplen.
Las guías de prácticas correctas son un instrumento valioso para ayudar a los
operadores de empresas alimentarias en todos los niveles de la cadena alimentaria a
cumplir las normas sobre higiene de los alimentos y a aplicar los principios de APPCC.
Se han creado una serie de guías prácticas elaboradas por los agentes económicos de
los diferentes sectores, revisadas y aprobadas por los Estados miembros, con
orientaciones sobre las normas generales de higiene y los principios APPCC. Existen
muchas guías al respecto ejemplo de una de ellas es la publicada por la Comunidad
de Madrid para el sector de la pastelería en la Comunidad de Madrid [14].
Los animales pueden circular libremente por toda la UE aplicando las mismas normas
de seguridad y bienestar que cuando los animales están en la granja. Ante la aparición
de brotes de enfermedad, la UE tiene los mecanismos y procedimientos para actuar
rápidamente. Las plantas y el material vegetal pueden circular por la UE sin
restricciones, pero siempre que estén libres de plagas. El examen del material vegetal
importado y los controles del territorio de la UE se establecen para detectar plagas
incipientes [15].
El ciclo PHVA permite a la empresa asegurarse de que sus procesos cuenten con los
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Productor primario.
Material de embalaje.
Fabricante de piensos.
Productos de limpieza.
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Productor de alimentos.
Aditivos e ingredientes.
Transporte.
Fabricantes de equipos.
Almacén.
En breve se publicará una nueva revisión de dicha norma con el objeto de actualizar
la parte de gestión de la calidad en base a la UNE-EN ISO 9001 DEL 2015.
Este sistema voluntario creado por Alemania, Francia e Italia, al igual que BCR, va
destinado a empresas suministradoras de productos alimenticios, con marca propia,
en fases posteriores a la producción primaria [21]. Este sistema requiere la
implantación previa de un sistema de calidad, el sistema APPCC y la implantación y
gestión de prerrequisitos e instalaciones. Los programas de prerrequisitos dependen
de la cadena alimentaria en la que opera la organización y el tipo de organización.
Ejemplos son las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), Buenas Prácticas Veterinarias
(BPV), Buenas Prácticas de Fabricación (BPF o BPM), Buenas Prácticas de Higiene
(BPH), Buenas Prácticas de Producción (BPP), Buenas Prácticas de Distribución (BPD)
o Buenas Prácticas de Comercialización (BPC).
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GLOBAL GAP (Certificación de productos agrícolas en todas las partes del mundo)
3. Guàrdia MD. Higiene y seguridad alimentaria: una visión europea. Eurocame 2011;
201: 37-44. Disponible en:
http://www.eurocarne.com/daal?a1=boletin_imagenes&a2=20101.pdf
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10. Reglamento (CE) 882/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril
de 2004 sobre los Controles Oficiales Efectuados para Garantizar la Verificación del
Cumplimiento de la Legislación en Materia de Piensos y Alimentos y la Normativa
sobre Salud Animal y Bienestar de los Animales.
11. Reglamento (CE) 183/2005 del Parlamento Europeo y del Consejo de 12 de enero
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17. Asociación Española de Calidad, Medio Ambiente y Prevención. [Sede web]. Qué
son las Normas UNE, EN, ISO y CTN y su significado. Disponible en:
http://asociacioncalidad.com/significado-normas/
20. AENOR [Sede web]. Certificación de Protocolos Privados BRC. Disponible en: BRC
http://www.aenor.es/aenor/certificacion/seguridad/seguridad_brc.asp#.WlJqmKjib
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IU
21. AENOR [Sede web]. Certificación de Protocolos Privados IFS. Disponible en: IFS
http://www.aenor.es/aenor/certificacion/seguridad/seguridad_ifs.asp#.WlJrmajibI
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