De Las Reacciones Animales A Las Respuestas Humanas

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De las reacciones animales a las respuestas humanas

En el estudio de este tema trataremos la actividad simbólica del hombre en una forma más
detallada, al distinguirlo de otros modos de comportamiento simbólico que se dan en el reino
animal. Ya los experimentos de Pávlov y Wolfe nos proporcionan una muestra empírica del
comportamiento animal. Según Wolfe, los resultados de diversos y prolongados experimentos
de aprendizaje han mostrado que en el comportamiento de los monos antropoides tienen lugar
los procesos simbólicos.  Recientemente, George Revéz ha publicado una serie de artículos
en donde analiza el tema del lenguaje.

El lenguaje conceptual es únicamente propio del ser humano. Si partimos de una definición
clara y precisa de éste, resultan automáticamente eliminadas todas las otras formas de
expresión que encontramos también en los animales. Los símbolos, en el sentido propio de
esta palabra, no pueden ser reducidos a meras señales. Señales y símbolos corresponden a
dos universos diferentes del discurso: una señal es una parte del mundo físico del ser; un
símbolo es una parte del mundo humano del sentido.

Un ejemplo de este reflejo condicionado es el alimento (o algún tipo de substancia química)


que al ser colocadas en la boca, producen saliva, este fenómeno fisiológico permite que la
comida sea alterada químicamente para que, tras ser diluida, pueda producirse el proceso
digestivo. Lo que Pavlov observa es que dicha secreción puede ser evocada a distancia
cuando un órgano sensorial (olfato o vista) detecta la presencia de algún alimento. De esta
manera, aún el plato en el que se acostumbra a alimentar al perro es suficiente para que se
produzca el reflejo condicionado de la secreción salival: "Y más adelante la secreción puede
ser provocada con la sola vista de la persona que trae la vasija, o por el sonido de sus pisadas
(Pavlov, 1927).

Los casos clásicos de Laura Bridgman y de Helen Keller, dos criaturas ciegas y sordomudas
que aprendieron a hablar gracias a métodos especiales. La señora Sullivan, maestra de Helen
Keller, ha registrado la fecha exacta en que la niña empezó a comprender realmente el
sentido y la función del lenguaje humano. Aprendido que cada cosa tiene un nombre y que el
alfabeto manual es la llave para todo lo que desea conocer... Después que Laura aprendió el
uso del alfabeto manual, también alcanzó repentinamente el punto en que comenzó a
comprender el simbolismo del lenguaje humano. El principio del simbolismo, con su
universalidad, su validez y su aplicabilidad general, constituye la palabra mágica, el "sésamo
ábrete" que da acceso al mundo específicamente humano, al mundo de la cultura.

Las señales, aun siendo entendidas y utilizadas como tales, poseen, no obstante, una
especie de ser físico o sustancial; los símbolos son universales y variables y poseen
únicamente valor funcional. Si tenemos presente esta distinción podremos abordar uno de los
problemas más controvertidos. La cuestión de la inteligencia de los animales ha constituido
siempre uno de los mayores rompecabezas de la filosofía antropológica, si bien es cierto que
el animal posee imaginación e inteligencia práctica, el hombre ha desarrollado una nueva
fórmula: inteligencia e imaginación simbólica.

En resumen, un signo o señal está relacionado con la cosa a que se refiere de un modo único
y fijo. Todo signo concreto es individual y se refiere a una cierta cosa individual.  Un símbolo
humano genuino no se caracteriza por su uniformidad sino, por su variabilidad.  Por lo tanto,
sin el simbolismo la vida del hombre sería, la de los prisioneros en la caverna de Platón,
confinados en los límites de sus necesidades biológicas y de sus intereses prácticos; sin
acceso al mundo ideal y al universo simbólico.

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