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Medidas Desjudicializadoras y La Criminología

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

CRIMINOLOGÍA Y POLÍTICA CRIMINAL, SECCIÓN “L”, LICENCIADO OVIDIO


ANTONIO FLORES OLIVA

TEMA: Las medidas desjudicializadoras y la criminología

ESTUDIANTE: Cecily Melissa Montejo Delgado


CORREO ELECTRÓNICO: montejodelgado201904114@gmail.com
CARNÉ: 201904114

Guatemala 27 de diciembre 2021


Introducción

Las medidas desjudicializadoras son una institución reguladas dentro del Código
Procesal Penal, las cuales tienen como objetivo principal resarcir el daño
ocasionado, a través de distintos que ayudan a agilizar el proceso penal,
buscan quitarle trabajo al Organismo Judicial y hacer más eficaz la aplicación de
la ley Penal.
La criminología como ciencia, se encuentra relacionada a dicha institución, por lo
que el contenido de este material se basa en la relación que existe entre ambos
temas y la forma en que ha ido evolucionando las diferentes acepciones que han
surgido en la historia del derecho y la criminología, tan bien se abordan temas que
han tenido gran influencia dentro del derecho penal y la criminología.
El presente documento contiene conceptos, definiciones y ejemplos que facilitan la
interpretación del mensaje que se busca transmitir al lector, de igual manera
ayudan a comprender con claridad temas relevantes en el estudio del derecho
penal y la criminología, tomando en consideración que los conceptos puramente
jurídicos están entrelazados con los conceptos criminológicos.
El estudio y análisis que se realiza en las próximas páginas tienen como objetivo
principal afianzar los conocimientos acerca del tema principal que se aborda, y
obtener nuevos conocimientos.
MEDIDAS DESJUDICIALIZADORAS Y LA CRIMINOLOGÍA

Las medidas desjudicializadoras son una institución que se encuentra regulada del
articulo 25 al 31 del Código Procesal Penal, en el cual se ubica el criterio de
oportunidad que es aquel que consiste en que el proceso se detiene durante un
año y aplica para todos aquellos delitos que tiene una sanción distinta a la prisión,
el criterio de conversión, la mediación y la suspensión condicional de la
persecución penal, estos delitos se caracterizan porque las penas por las que se
puede dar, son delitos menos graves.

Por lo antes mencionado, me parece importante tomar como punto de partida El


Delito, ya que es necesario definirlo y expandir los conocimientos que se tiene de
este para poder desarrollar de mejor manera el tema en cuestión y entender de
manera objetiva, clara y concisa la relación que tiene con la ciencia de la
criminología.

Abordemos el tema cuestionando ¿Qué es el delito? Según Carlos Fontán


Balestra el delito es la acción típicamente antijurídica y culpable, así mismo este
se puede abordar desde dos perspectivas, entre las cuales se encuentra la parte
objetiva del delito, se puede decir que está constituida por el aspecto externo de la
conducta y la parte subjetiva que es constituida por la exteriorización de un
proceso y se caracteriza por el estado mental del agente.

El tema del delito resulta bastante amplio puesto que también abarca la
clasificación del delito, que es importante explicar para poder tener una mejor
compresión del tema, según lo que establece el acuerdo número 29-2011de la
Corte Suprema de Justicia en su artículo 1 clasificación de los delitos y
competencia, litera a) los delitos menos graves son aquellos cuya pena máxima de
prisión sea de hasta cinco años, regulados en el Código Penal y leyes penales
especiales, siempre y cuando no tengan competencia especializada para la cual
se ha creado órgano jurisdiccional específicos. Siendo competentes para conocer
los jueces de paz en forma progresiva… b) Delitos graves: son delitos graves
aquellos cuya pena es mayor de cinco años de prisión y que no sean de mayor
riesgo, según lo establece el artículo 3 de la Ley de Competencia de Procesos de
Mayor Riesgo. Siendo competentes para conocer los jueces de sentencia de
forma unipersonal. c) Delitos de mayor riesgo: Son delitos de mayor riesgo todos
aquellos contenidos en el artículo 3 del Decreto número 21-2009 del Congreso de
la República que contiene la Ley de Competencia de Procesos de Mayor Riesgo…

De lo anterior mencionado resulta interesante destacar las diferencias entre las


distintas clasificaciones que se hacen del delito, por ejemplo el tipo de pena que
se establecen para cada uno y los jueces que tienen competencia para conocer
los delitos.

Como bien sabemos, el proceso penal guatemalteco consta de cinco etapas, las
cuales son: etapa preparatoria, etapa intermedia, etapa de juicio o debate, etapa
de ejecución y las impugnaciones, las medidas desjudicializadoras tienen como
objeto principal la reparación del daño y se aplican hasta antes de la etapa
intermedia del proceso penal, salvo el criterio de oportunidad y la suspensión
condicional de la persecución penal, puesto que pueden aplicarse antes del
debate según lo establezca el juez encargado del caso.

Estas mismas buscan agilizar el proceso y quitarle trabajo al organismo judicial a


través de medidas alternas que tiene por objeto resarcir el daño ocasionado.

Para aterrizar en idea, dentro de la criminología y su relación con las medidas


desjudicializadoras podemos iniciar analizando lo que establecía
Cesare Lombroso, uno de los máximos exponentes de la Escuela Positiva
Italiana de la criminología del último tercio del siglo XIX.

Lombroso desarrolla el criterio del Criminal Nato, establecía que una persona
determinada comete delitos por factores hereditarios, según el contenido de su
obra expone que los sujetos que cometen un delito se caracterizan por una serie
de anomalías físico.psíquicas, sujetos que no han evolucionado lo suficiente lo
que los conduce a delinquir.
Para Lombroso, el estudio del delincuente se convirtió en el eje de su teoría, al
cual describía como un “subtipo humano” diferente al resto de las personas.

Su teoría se concentró más en las características físicas de las personas que


cometían un delito, según el autor “la tendencia al delito tienen que manifestarse
en estigmas corporales”, centró su estudios exclusivamente en el autor de un
delito, reconociendo menos relevancia en otros factores que podían estar
incidiendo en la génesis del delito.

Nunca analizó por ejemplo: los distintos grados de complejidad de los delitos, los
distintos grados de dolo, los distintos grados de culpa, que podrían ser factores
importantes dentro del estudio de la criminología.

Por otra parte, tenemos a Cesare de Beccaria que constituye uno de los más
grandes influyentes del derecho penal contemporáneo, en su obra “de los delitos y
las penas” expone acerca de que las penas deben ser equivalentes al tipo de
delito que se comete.

A grandes rasgos, para entrar más a detalle, desarrolla el dolo, la culpa y los
derechos de las personas, establece que no todos los delitos deben ser
castigados de la misma manera, sino que el castigo debe estar sujeto a la
magnitud del daño ocasionado, es decir, al establecerse la magnitud de la pena,
deben tomarse en cuenta los deseos e impulsos (dolo y culpa) que motivaron a la
persona a delinquir, de igual manera no se debe dejar a un lado el fin que
perseguía al momento de realizar el acto delictivo.

Para Beccaria estas valoraciones eran necesarias, partiendo de que la sociedad


tiene derecho a defenderse, que es importante salvaguardar los derechos de los
individuos para poder garantizar el orden social.

Establece también que no todos los criminales tienen el mismo nivel de


peligrosidad y que la pena debe ser equivalente al delito cometido o sea que las
medidas tienen que ser proporcionales al delito.
Verbigracia: “Una persona que ha robado una gallina no puede ser condenada a
cadena perpetua o un asesino convicto y confeso no puede ser castigado a pocos
días de cárcel”.

Tomando como base lo que establecía Cesare de Beccaria, podemos hablar de


los delitos menos graves, los cuales se desarrollaron con anterioridad, en ellos se
ve reflejado que a través de una valoración de la magnitud del bien jurídico
tutelado se establecen las penas que corresponden, lo cual puede ser la
aplicación del alguna de las medidas desjudicializadoras, puesto que constituye un
delito en que la pena máxima es de cinco años.

Es un ejemplo claro de que entre un delito menos grave y un delito grave


corresponden penas diferentes, puesto que los primeros se castigan con un
máximo de cinco años de prisión, mientras que los delitos graves tiene una pena
mayor de cinco años de prisión, lo que comprueba que debido al grado de
peligrosidad que se determina a través de una serie de juicios de valoración se
establece la pena equivalente para poder resarcir el daño ocasionado, sin tener
que violentar los derechos humanos que corresponden a las personas que
cometen el acto delictivo.

La criminología ha avanzado a lo largo del tiempo lo que nos ha permitido


entender que no todas las personas tienen el mismo grado de peligrosidad y que
no todas las personas nacieron siendo delincuentes, que el cometer un acto
delictivo no se deben a estigmas corporales y que todos los seres humanos que
habitan en una sociedad merecen una pena justa y que al pagar su pena ya ha
resarcido el daño con la sociedad.

Aun sabiendo todo esto, la sociedad sigue castigando a las personas que cometen
actos delictivos, a través de estigmas con una carga moral-social.

Es importante recordar que aunque las medidas desjudicializadoras se den, se


debe resarcir el daño causado (que es su objetivo principal), lo cual significa que
no se extingue la responsabilidad civil, lo único que se modifica es la pena o sea la
forma de la aplicación de la ley al delito.

Tomando otros temas de criminología podemos relacionar las medidas


desjudicializadoras con la pena moral, que es aquella que siempre existe, aunque
la pena judicial no se ejecute (a pena moral me refiero a la mente, a como se
siente la persona psicológicamente por haber cometido un acto punible) y como la
condena social castiga aun teniendo medidas desjudicializadoras, podemos
destacar de este juicio, que la sociedad funciona más allá del sistema punitivo del
estado, puesto que castiga de forma diferente, estigmatizando, juzgando y
excluyendo a las personas que han cometido un acto delictivo.

La evolución de la criminología en razón a los cambios que han ocurrido en la


sociedad, es bastante evidente, no obstante a pesar de que se entiende que la
persona no es un delincuente nato, que merece una pena justa y que al pagar o
cumplirla ha resarcido daño, la sociedad aun lo sigue castigando, ¿cómo es que a
pesar que el juez tenga el criterio de quitarle esa carga judicial a una persona, la
sociedad lo estigmatiza con una carga moral-social?
Conclusión

Existe dentro de la criminología y el derecho penal una relación que ha ido


evolucionando a lo largo del tiempo, un claro ejemplo de ello se ve reflejado en la
historia del estudio criminológico del delito, las penas y las medidas
desjudicializadoras, es decir, un desarrollo que constituye un cambio en la
criminología también se refleja en el derecho penal, o viceversa.

Un antecedente que marcó de forma significativa el derecho penal contemporáneo


fue la concepción y estudio que Cesare de Beccaria hizo del delito y las penas,
puesto que estableció el criterio (que hasta la fecha está vigente y constituye
derecho positivo) de que las penas deben ser fijadas a través de una valoración de
la magnitud del daño ocasionado, y es precisamente lo que sucede con las
medidas desjudicializadoras, puesto que hacen una valoración de la gravedad del
delito para poder aplicarlas.

Aun cuando el derecho y la criminología han evolucionado es notorio que se


necesita seguir reforzando de manera ordenada y sistematizada los conocimientos
y postulados que se han obtenido de ambas disciplinas.

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