El Problema Razón-Fe en La Edad Media

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TEMA 8: EL PROBLEMA RAZÓN-FE EN LA EDAD MEDIA

A. LOS PRESUPUESTOS DE LA FILOSOFÍA CRISTIANA

Comenzamos situando el problema en la Edad Media, en el marco del nacimiento de la religión


cristiana. El cristianismo nace como nueva religión en el siglo I, a finales de este siglo ya hay
cristianos por todo el Imperio Romano y de todos los estratos sociales.
Esta religión supuso un cambio de mentalidad con respecto a la del mundo greco-romano. La cultura
griega, en líneas generales, fue asimilada por Roma. Los principios del cristianismo vienen
determinados por las verdades reveladas de la misma religión. En muchos casos, estas verdades
chocaron profundamente con la mentalidad establecida. Algunos de estos principios son:

● Metafísica creacionista: El concepto de “creación” es propio del cristianismo. Antes no se


entendía lo que era eso. Simplemente tenemos que echar un vistazo al demiurgo de Platón o
al Motor Inmóvil de Aristóteles. Ambos no son creadores, simplemente son “copiadores” y
“ordenadores” de la realidad. No tienen poder para crear la propia materia de la que se forma
la realidad material.
El cristianismo entiende que todo ha sido creado por Dios “de la nada”. El Dios cristiano es
infinitamente superior al no depender de ninguna materia o principio metafísico previo a la
existencia de la realidad material.
● Antropología de la libertad: el mundo grecorromano entendió que la vida humana estaba
sometida al destino (Platón fue uno de los primeros en oponerse a esta mentalidad).
El cristianismo expone que Dios nos ha creado libres, son nuestras decisiones las que hacen
que nuestra vida sea de una forma u otra. Nosotros somos dueños de nuestro propio destino.
Este concepto de “libertad” conlleva la responsabilidad individual.
● Nueva forma de entender el tiempo y la historia: el mundo grecorromano considera que el
tiempo tiene un movimiento cíclico.
El cristianismo expone que el tiempo es algo lineal y ha sido Dios quien lo ha puesto en
marcha. El universo tiene un principio y un final. Dios solo va a aparecer dos veces, al
comienzo y cuando acabe.
● Nuevo sentido de la muerte: Hasta este momento, la realidad y la propia vida era entendida
como un ciclo, un círculo. Todo tiene un principio y, al final de todo, se volverá otra vez a ese
mismo principio. Prueba de esta mentalidad es Heráclito de Éfeso y su concepto de “eterno
retorno”. Desde el punto de vista de la antropología, el hombre estaría sometido a infinidad
de reencarnaciones. Prueba de esto es el concepto platónico de “transmigración de las
almas”.
A partir de ahora el cristianismo establece que la muerte no es el final de nada ni la
posibilidad de retornar de nuevo a la vida. La muerte es el principio de una vida nueva y
plena, llena de la más absoluta felicidad. Esta nueva vida es eterna.
● Sentido de la existencia humana: según las filosofías de Aristóteles y Platón, la sociedad
debe regirse por la justicia.
El cristianismo promueve el concepto de “fraternidad”, considera que todos somos hermanos,
es decir, hijos de Dios. No importa la raza, la cultura, etc. Otro concepto es el amor,
entendido como “caridad”, es un tipo de amor dado en forma material.

Esta religión lo que va a plantear es una nueva mentalidad, que va en contra del pensamiento
grecorromano.

B. PLANTEAMIENTO INICIAL DEL PROBLEMA


En Grecia, la filosofía y la religión no tuvieron ningún enfrentamiento. Existió una única excepción con
Sócrates, al ser el ateísmo una de sus acusaciones falsas.

El nacimiento del cristianismo trae conflictos con la filosofía, ya que esta última trataba de explicar la
realidad mediante la razón, buscaba las causas. La filosofía necesita una demostración de las cosas
para creérselas.
En el cristianismo hay una serie de verdades que uno tiene que creer, también llamadas Dogmas.
Estas verdades no se pueden demostrar, hay que creérselas, tener fe; Dios nos las ha dado a
nosotros, nos las ha revelado y son verdades impepinables.
El problema entre ambas se produce cuando empiezan a chocar sus ideas.

Las religiones anteriores al cristianismo son naturalistas, en cambio el cristianismo es una religión
revelada. Las naturalistas cogen elementos de la naturaleza y los convierte en algo divino
(antropomorfización).
El problema comienza con las reveladas, en este caso el cristianismo.

Ante este problema, en líneas generales hubo dos posibles caminos


1. La fe busca ser entendida. Lo que uno cree se tiene que llegar a comprender. La filosofía se
va a utilizar para intentar explicar estas verdades (anteriormente tratadas). Uno de los temas
que se trataron fue el de la Trinidad. San Anselmo de Canterbury decía “la fe busca ser
comprendida”, “Fides quaerens intellectum”.
2. El entendimiento que busca la fe. El hombre es un ser limitado, finito, imperfecto; nuestro
conocimiento tiene un límite. Nosotros nunca podremos conocerlo todo. Por encima del
conocimiento se encuentran las verdades (Dogmas), y solo podremos acceder a ellas
mediante la fe.
Desde este punto de vista, la razón y la fe son complementarias.

C. SAN AGUSTÍN DE HIPONA (S. IV-V)


Según él, el auténtico conocimiento tiene que aunar la verdad y la felicidad. Vivir en la mentira, no
hace a uno feliz. San Agustín coincide con Sócrates y Aristóteles en este tema. Las personas
tenemos que ser coherentes.
El filósofo no puede pensar correctamente, si no utiliza la virtud. No hay que tener vicios, no son
buenos para la razón. El creyente necesita de la filosofía para llegar a entender esas verdades de la
fe.

Para llegar a la consecución de la verdad hay que llevar a cabo unos pasos.
El primer paso consiste en las Artes Liberales, como son la dialéctica, astronomía, etc. El segundo
paso es la filosofía, en la que hay que cultivar la razón y las inquietudes del alma, tiene que ser un
saber práctico, un proceso desde las cosas materiales hacia la intimidad del alma (Dios). La filosofía
es una preparación a la teología. La religión es la culminación de la razón llegando a la fe, aquí se
encontraría la verdad plena acompañada de la felicidad.

San Agustín opina que fe y razón se complementan. Lo que la filosofía no alcanza, la fe sí; “Entiende
para creer, cree para entender”.

D. FILOSOFÍA ÁRABE-JUDÍA: AVERROES (S. XII)


El islam nace en el siglo VII. El Imperio musulmán llegó a tener un alto nivel cultural, esto se
hizo posible gracias a la conquista de numerosas zonas helenizadas (Alejandría). Lograron
recolectar mucha información de matemáticas, filosofía, etc. Sus científicos comenzaron a
trabajar sobre todo esto. Conocieron muchas obras de grandes filósofos griegos (Platón,
Aristóteles, etc), de hecho los musulmanes llevaban a los europeos mucha ventaja en todos
los aspectos. Nuestra cultura únicamente era consciente de la existencia de una obra de
Platón.

Los árabes desarrollaron su propia filosofía, llamada “Falsafa”. Esta es una mezcla de la
filosofía griega con los supuestos islámicos. El objetivo de esta es comprender la fe
revelada.
Los musulmanes eran muy respetuosos con los judíos, ya que dentro del Imperio musulmán
existían muchas ciudades judías.

A Averroes se le conoce como “el comentador de Aristóteles”. Los europeos conocían la


existencia de Aristóteles gracias a él. Respecto al problema razón-fe , opina que existe una
coordinación entre ambas, aunque despreciaba un poco la teología. Exponía que el teólogo
tenía la función de enseñar el sentido literal del texto, y el filósofo interpretaba el Corán.

Averroes dice que, en principio, no debe haber contradicción entre las verdades religiosas y
filosóficas. Si alguien ve alguna contradicción, el problema es de esa persona, de su
conocimiento.
El creyente básico encuentra contradicciones entre ambas verdades, el teólogo también
vería contradicciones entre ambas, pero el filósofo no encontraría ninguna.
Esta teoría fue muy mal recibida en Europa, se llama “teoría de la doble verdad”. Los
europeos piensan que Averroes dice que existen dos verdades, cuando en realidad no es
así.
Sto. Tomás de Aquino escribió “De veritate” en contra de esta teoría.

E. STO TOMÁS DE AQUINO (S. XIII)


La opinión de Tomás sobre el problema razón-fe la podemos concentrar en estos argumentos.
Él parte de unos principios sacados del cristianismo. 1.- La fe cristiana no va en contra de la razón.
Esto indica que la fe no sería irracional ni absurda. Tampoco se puede entender que sea enemiga de la
filosofía. 2.- La filosofía tiene un gran valor para dar veracidad a la fe y explicar sus principios.
Como gran defensor del aristotelismo, para explicar que la fe y la razón no son enemigos, recurre al
planteamiento metafísico de Aristóteles con respeto a los tres tipos de sustancia. Tomás, siguiendo a
Aristóteles, entiende que está la sustancia sensible y la sustancia suprasensible. La primera
corresponde al universo, a la naturaleza que ha sido creada por Dios. La segunda sería ajena a esta
naturaleza, sería sobrenatural y correspondería al ser pleno y absolutos: Dios.
¿Cómo podemos llegar a conocer estos dos tipos de sustancia? Epistemológicamente, la primera de
ellas la podríamos conocer por medios de la razón, de la filosofía. De esta forma, la filosofía tendría su
propia autonomía y su propia lógica para explicar todo lo referente a la sustancia sensible y su
funcionamiento. La segunda se escapa a la filosofía. Sólo se podría acceder por medio de la Revelación
divina. Al creyente sólo le queda aceptarlo por la fe. La razón aquí no puede hacer nada ni tiene
acceso. Para esto segundo estaría la teología.
Según esto, podemos ver que, razón y fe no se contradicen, sino que se tienen que perfeccionar
mutuamente y se tienen que complementar. La razón, lo mismo que el conocimiento del hombre, tiene
sus propias limitaciones y la fe, puede ayudar con esas verdades. Por otro lado, el creyente es un ser
racional, Dios nos ha creado así y como tal, tiene que hacer un esfuerzo para llegar a comprender su fe.
Para esto último estaría la filosofía.
Además de esta cuestión, Tomás tiene una interesante aportación sobre el acceso a la verdad, bien
sea de razón o de fe (ambas relacionadas con los dos tipos de sustancia del principio). Solamente
existe una verdad (directamente va contra la “Teoría de la doble verdad” de Averroes que se puso muy
de moda en las universidades europeas). Lo que sucede es que existen varias formas de acceder a
ella. Están las verdades de razón que se accede por medio de la razón, de la filosofía. Están las
verdades de fe que se accede por medio de la fe, de la teología. Y hay un tipo de verdades a las que se
puede acceder epistemológicamente desde la filosofía y desde la teología. Este tipo de verdades las
llama “preámbulos de la fe”.

F. GUILLERMO DE OCKHAM (S. XIII)


Ockham es un fraile franciscano que acaba realmente con la mentalidad medieval. Fue un hombre
problemático que fue salvado por el emperador de Alemania de ser quemado en la hoguera.

Ockham no está de acuerdo con Sto Tomás de Aquino, ya que expone que el preámbulo de
la fe no existe, no hay espacio común entre fe y razón. Esto lo justifica diciendo que cada
uno tiene sus propios contenidos y métodos, no hay nada en común entre ellas. Ockham
plantea que son dos mundos completamente distintos. La filosofía no puede explicar la
religión, no puede demostrar nada. Guillermo afirma que ni la existencia de Dios, ni la
inmortalidad del alma pueden ser demostradas por la filosofía.
La religión y la filosofía deben centrarse cada uno en sus asuntos. Con esto lo que consigue
es separar la filosofía y la religión, y darles autonomía e independencia

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