Ensayo Tema III Pueblos Indígenas y Sist. Jurídicos

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
VICERRECTORADO DE DESARROLLO TERRITORIAL
EJE GEOPOLÍTICO REGIONAL HEROÍNA JUANA LA AVANZADORA
EJE MUNICIPAL “INDIO WARAO”
ALDEA: ESCUELA BOLIVARIANA CARABOBO
ESTADO BOLIVARIANO DELTA AMACURO

Facilitador: Participantes:
Prof. Contreras Secundino Alfonzo Carmen, C.I. 9.866.123
UC: Pueblos Indígenas y Sistemas Jurídicos Andrews Neil, C.I. 11.205.899
PFG-EJ Semestre V 2022-I Castillo Jesús, C.I. 5.336.657
Salazar Joelys, C.I. 11.210.419
Salazar Yanireth, C.I. 11.213.886
Ambiente: único SB-RS

Tema III: El Estado y los Pueblos Indígenas en Venezuela antes de la Constitución de 1.999

El texto de este ensayo, se desarrolló sobre el análisis e interpretación del contenido; Las
Constituciones Venezolanas y el derecho indígena antes del proceso constituyente de 1.999, el
pluralismo cultural en Venezuela antes de la CRBV y la lucha por la inclusión en las
Constituciones y leyes venezolanas. Este trabajo va dirigido principalmente a los estudiantes del
PFGEJ, con el propósito de formar el nuevo perfil del egresado, para conocer la evolución
constitucional del derecho de los pueblos originarios y así abonar a la consolidación del Estado
multiétnico y pluricultural.

Antes de abordar este ensayo el contenido temático, nos parece apropiado empezar con un
breve esbozo que aportara mucho al entendimiento de esta obra, específicamente sobre el
eurocentrismo, entendido como una mirada del mundo a partir de la experiencia europea
occidental, donde las ventajas o beneficios para los europeos y sus descendientes, se buscan a
expensas de otras culturas, justificando esta acción con paradigmas o normas éticas que
proclaman beneficios universales para todos.
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En este sentido, es correcta la apreciación sobre la adopción formal de las instituciones


jurídicas europeas en América Latina, en particular durante el proceso de colonización y luego
del independentista, pero no hay que dejar a un lado la enorme importancia de la forma como tal
y de su papel estrictamente legitimador de un orden político, independientemente de la valoración
ética que merezca cada uno de los procesos.

Tampoco deja de ser importante insistir en que el orden jurídico que llegó de Europa se
impuso a sangre y fuego. Si la población indígena ha estado sometida a lo largo de su historia al
exterminio no sólo de sus vidas sino de su hábitat, éste se ha expresado con gran fuerza y
crueldad en los procesos de transculturación y aculturación que ha soportado. Educar, durante
siglos ha sido sinónimo de transculturizar, vaciar al indígena de sus valores y cambiárselos por
otros, europeos o norteamericanos, de acuerdo con el centro hegemónico de ese proceso
denominado globalización, que pretende la uniformación cultural del mundo según unos patrones
que ellos imponen.

En este orden y en cuanto a los derechos indígenas antes de la constitución de 1.999,


podemos iniciar comentando que en la primera Constitución de Venezuela promulgada y
redactada por Cristóbal Mendoza y Juan Germán Roscio, siendo sancionada por el Congreso
Constituyente en la ciudad de Caracas en diciembre de 1811, nace la primera República, y no se
hace referencia a los pueblos indígenas (nada dice esta Constitución sobre indigenismo). Muchas

de las Constituciones siguientes dejaron rezagados a los primeros pobladores, reconociendo


derechos a los grupos que por su origen y por su fuerza lograron imponerse a este grupo débil en
algunos aspectos, por lo tanto lograron el sometimiento, la humillación, y hasta la muerte de
muchos de los integrantes de estos grupos étnicos.

Es así como en la Constitución de 1.819 no se evidencia tampoco rasgo alguno de


protección o reconocimiento de los pueblos indígenas, en cuanto que en la constitución de 1.821
tampoco hay disposiciones al respecto, solo los derechos adquiridos en las anteriores
constituciones, por lo tanto aun se obligaba a estos ciudadanos practicar la Religión Católica
traída por los europeos durante la mal llamada “Conquista”.
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En cuanto a las Constituciones de 1.830 y 1.857 olvidan también la protección de los


pueblos indígenas, parece que a estos se les deja metidos en un grupo social sin reconocimiento a
sus derechos como cultura independiente de los pueblos españoles. Una somera evidencia de
protección a estas personas o grupos indígenas se encuentra en el Artículo 99 de la constitución
de 1.857, el cual dicta que no se establecerá de nuevo la esclavitud en el territorio venezolano, y
se asume así que en este artículo también entran protegidos los indígenas.

En cuanto al anterior artículo, de igual manera lo señalaba la constitución de 1.854, pero


esta vez en su artículo 13, añadiéndole que quedan libres todos los esclavos que pisen el territorio
venezolano, y en el artículo 4 de dicha constitución, “Los territorios despoblados que se destinen
a colonias y los ocupados por tribus indígenas, podrán ser separados de las provincias a que
pertenezcan, por los congresos constitucionales y regidos por leyes especiales”. Más adelante en
la constitución de 1.864 en su artículo 43 Numeral 22, se establece la denominación de
territorios, del régimen especial con que deben existir temporalmente regiones despobladas o
habitadas por indígenas no civilizados; tales territorios dependerán inmediatamente del Ejecutivo
de la Unión.

En la constitución de 1.901 se permite la libertad de cultos. En el artículo 89 de la


constitución de 1.909, referido a las atribuciones del presidente de los Estados Unidos de
Venezuela en el ordinal 18 establece; “Prohibir entrada al territorio de la República, de los
extranjeros dedicados especialmente al servicio de cualquier culto o religión, cualquiera que sea
el orden o jerarquía de que se hallen investidos. Sin embargo el Gobierno podrá contratar la
venida de Misioneros que se establecerán precisamente en los puntos de la República donde hay
indígenas que civilizar”. Es el caso de esta constitución (de 1.909), donde solo hace referencia de
los indígenas, cuando al reglamentar el proceso electoral, en aparte único del artículo 38 expresa
“Único: No se permitirán en la base de la población los indígenas que viven en estado salvaje”.

Lo anterior pareciera una protección al derecho de la libertad de culto, más sin embargo
no establece claramente o de manera puntual que los pueblos indígenas tienen derecho a sus
cultos ancestrales. Más adelante en el tiempo, en las constituciones de 1.914, 1.922, 1.925, 1.928,
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1.929, 1.931 y 1.945 se mantuvo el régimen de excepciones sobre los territorios federales
dándose la eliminación a la contratación de misioneros. Es en esta última constitución señalada
(de 1.945), que menciona a los indígenas cuando en su artículo 56, referente a la elección de
diputados establece; “No se computaran en la base de población los indígenas no reducidos”.

Puntualmente en 1.947 la constitución se plantea la anexión del ciudadano indio a la vida


nacional, más esto no significa mayor garantía de los derechos individuales de estas personas, ya
que no se toman en cuenta las condiciones de vida de los grupos autóctonos, así como su cultura
o practicas ancestrales, olvidando también que para incorporarlo a la vida social hay que
protegerlos y considerarlos como grupos vulnerables, esta constitución al respecto reza lo
siguiente en su artículo 72 “Corresponde al Estado procurar la incorporación del indio a la vida
nacional”. En las constituciones de 1.952 y 1.953 se evidencia un alargamiento en cuanto a la
legislación en materia de protección de los pueblos indígenas, para este periodo es notorio que el
interés de los legisladores estaba enfocado en otros intereses los cuales subyugaron a estos
grupos.

En la constitución de 1.961 se dedica un artículo a los indígenas en el cual establece,


Artículo 43 “Todos tienen derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad, sin más
limitaciones que las que derivan del derecho de los demás y del orden público y social”. Esto
considerando que los indígenas son venezolanos y con igualdad de derechos es algo positivo,
pero desde el punto de vista social estos grupos aun con este artículo no se les protege su
cosmovisión (Manera de ver e interpretar el mundo), sabemos que este articulo expresa que cada
quien puede ser como quiera hasta tanto no vulnere los derecho del otro, ¿pero qué pasa con los
indígenas?, ¿cómo pueden ser ellos mismo dentro de una sociedad que discrimine?, ¿Cómo viven
ellos en su ambiente sin las medidas necesarias que aseguren su bienestar?, ¿Cómo viven en un
territorio el cual cada día más se ve vulnerado por la inconsciencia y la codicia de las llamadas de
la sociedad civilizada?.

Siguiendo con la Constitución de 1.961, su artículo 60 consagra que no se permiten la


discriminación de ningún tipo en nuestro país. Entendiendo entonces que todos nosotros somos
considerados personas y como tales merecedores de derechos, sin especificar los derechos de
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grupos originarios. Finalmente es en el artículo 65 de esta carta magna donde se garantiza la


libertad de cultos. “Todos tienen el derecho de profesar su fe religiosa y de ejercitar su culto,
privada o públicamente, siempre que no sea contraria al orden público o a las buenas costumbres.
El culto estará sometido a la suprema inspección del Ejecutivo Nacional, de conformidad con la
ley. Nadie podrá invocar creencias o disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento de las
leyes ni para impedir a otro el ejercicio de sus derechos”.

Así también el artículo 77 de la Constitución de 1.961, “El Estado propenderá a mejorar


las condiciones de vida de la población campesina. La ley establecerá el régimen de excepción
que requiera la protección de las comunidades de indígenas y su incorporación progresiva a la
vida de la Nación.” Esta norma constitucional se mantuvo complementadas por otras normas
legales señaladas a continuación: Ley Penal del Ambiente de 1992 en su Artículo 67, la Ley de
Procuraduría Agraria en sus Artículos 31, 32, 35, 36 y 161.

También se establecía que hasta tanto se dicte la Ley del Régimen de Excepción para las
comunidades indígenas que ordena el Artículo 77 de la Constitución de 1.961, quedan exentos de
las sanciones previstas en esta Ley, los miembros de las comunidades y grupos étnicos indígenas,
cuando los hechos tipificados en ella ocurriesen en los lugares donde han morado ancestralmente
y hayan sido realizados según su modelo tradicional de subsistencia, ocupación del espacio y
convivencia con el ecosistema. En ningún caso quedan exentas de la aplicación de las sanciones
contempladas en esta Ley, las personas naturales y jurídicas que instiguen o se aprovechen de la
buena fe de los indígenas para generar daños al ambiente

Es ahora en la CRBV de 1.999, contenido que será ampliado y desarrollado en temas


siguientes de esta UC, donde se reconoce formalmente de manera expresa a todos los pueblos y
comunidades indígenas.

Toda esta evolución de la que fue sujeto nuestras Constituciones, son producto de las
luchas indígenas, necesarias por el aumento en las violaciones a los derechos a estos pueblos los
cuales no se encontraban plenamente protegidos, y por el progreso de los derechos humanos a
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nivel internacional en materia de definición y protección de los derechos de los pueblos


indígenas.
Venezuela siempre se ha caracterizado por ser un país pluricultural, debido al intercambio
que existe entre las distintas comunidades, las cuales nos aportan su forma de sentir pensar o
actuar y es a través de ese intercambio que se origina la mezcla de cultura. Aunque existan
diversos modos de sentir pensar o actuar, debemos tener en cuenta que ningún individuo merece
ser discriminados y que a todos por igual debemos tratarlo con respeto y dignidad como ser
humano que son.

Es en parte por ser Venezuela un país pluricultural, que se dieron las luchas de los pueblos
indígenas por la inclusión en las instituciones y leyes venezolanas. En 1.941 se inicia una
organización intercultural integrada por Wayuu y Alijuna y entre otras organizaciones surge el
comité de defensa del Guajiro, posteriormente aparecen otras organizaciones como la asociación
indígena Zuliana y las federaciones indígenas en los diferentes estatus hasta que en 1.989 se
constituyó el CONIVE (Consejo Nacional Indio de Venezuela).

El 20 de septiembre de 1979, se trata de implantar el régimen de educación intercultural


bilingüe en las poblaciones indígenas del país. Se elaboró un diseño curricular donde se
incluyeron las bases legales, históricas, geográficas, antropológicas, demográficas,
socioculturales, lingüísticas, religiosas, los conocimientos y valores de los pueblos indígenas y su
“adaptación” a la cultura y vida nacional. En 1988 la Resolución 750 de Ministerio de Educación
en su artículo 5 dispone el plan de estudio para el nivel de educación básica indígena. La Ley
Orgánica de Educación de 980 en el artículo 80 y también en el artículo 64 de su Reglamento
(1986) contempla la creación de servicios y programas educativos especiales para los estudiantes
indígenas.

El Régimen de Educación Intercultural Bilingüe en Venezuela se implementó en 140


comunidades de 9 pueblos indígenas, pero fue un fracaso. Todos lo anterior podría catalogarse
como intentos de “civilizar” y apaciguar (desde una visión transculturizadora) a los pueblos
indígenas, tratando de frenar la lucha por la reivindicación de sus derechos ancestrales.
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Contrario a los deseos Bolívar, desde la primera República, la sociedad criolla


(descendientes de europeos) se hizo poco a poco de las tierras de los pueblos originarios,
imitando así a los conquistadores e invasores que años atrás ellos mismos habían desalojado
durante la gesta independentista. Por la fuerza y por leyes creadas para este fin, fueron tomadas
grandes extensiones de lo que fuera hogar de los pueblos ancestrales. Las tierras reconocidas
como propiedad indígena se convierten en «reservas» (leyes de 1844 y 1895), mientras que sólo
los pueblos que vivían en la Guajira, al noroeste del país y en el Amazonas, son reconocidos
como indígenas.

Si hacemos referencia al pluralismo cultural, en la Constitución de 1961, la cultura es


aludida en términos ya superados y sustituidos. La alude vagamente cuando habla de “conservar
y acrecer el patrimonio moral e histórico de la Nación...”; en el Art. 30, que señala a la cultura
como comprendida entre “las materias propias de la vida local...”.» en su Art. 78, que establece el
derecho al «acceso» a la educación y la cultura, y en el Art. 83, que plantea la obligación del
Estado de fomentar la cultura y velar por la protección y conservación del patrimonio.
Definitivamente, la constitución de 1961 no desarrollaba el concepto de cultura de la manera
moderna, aun menos entender y mencionar el termino pluralismo cultural, aunque la sociedad
durante su vigencia definitivamente era (y es) pluricultural y multiétnica.

Tampoco existe el término “pluricultural” en otras constituciones ni en la legislación


anterior a 1999, casi como negando la existencia de la esencia étnico - social Venezolana. La
diversidad cultural, a pesar de ser un tema que traspasa los Estados latinoamericanos desde su
misma conformación, no ha merecido una reflexión teórica ni análisis hasta, prácticamente, las
últimas dos décadas. Las razones de esta falta de interés o abandono deben buscarse en una suma
de diferentes factores.

A lo anterior, puede agregarse los procesos de exterminio a los que fueron sometidos los
pueblos indígenas, así como los procesos migratorios europeos que empujaron a construir un
Estado alrededor de la idea de "crisol de razas" que análogamente a los fenómenos migratorios
que se produjo en Estados Unidos se fortalecía en la homogeneidad, y en la disolución de las
diferencias para no discriminar. En este escenario, los pueblos indígenas no tenían mayor cabida.
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Sin embargo, y por impulso de movimientos sociales que promueven el reconocimiento


de los derechos de los pueblos indígenas a nivel constitucional, la diversidad cultural se hace
cada día más visible, provocando que los Estados deban dar cuenta de la protección de
determinados derechos, lo que se habían negado a reconocer amparados en el principio de
igualdad.

Cuando surge, entonces, la necesidad de reflexionar seriamente acerca del respeto de las
diferencias, y de las consecuencias prácticas que se derivan para el ordenamiento jurídico vigente
de considerar que coexisten, dentro de los límites de un mismo Estado, sistemas de regulación
social claramente diversos, es insoslayable abordar el tema desde múltiples dimensiones, que
puedan dar cuenta del fenómeno de la diversidad y a la vez orienten el mejor modo de plasmar
una política criminal que contemple la igualdad ante la ley paradójicamente tolerando y
respetando la diferencia.

A partir de la segunda década del siglo pasado, y con movimientos indígenas que
empiezan a consolidarse, se produce el salto al siguiente modelo aplicado, el integracionista. Se
reconoce la existencia de comunidades diversas, pero sólo por la necesidad económica de
negociar, y porque estaba en discusión quiénes eran propietarios de la tierra. Se inicia así una
suerte de reconocimiento de los derechos, pero absolutamente limitados, y sin admitir que el
reconocimiento, para ser tal, debía ser más profundo.

Para terminar el texto de este ensayo, y dejando muchas cosas en el tintero, que de todo lo
dicho anteriormente se deduce que el grado de profundidad y evolución alcanzado por un sistema
democrático se mide por el grado de participación y de control ejercido por la población en la
gestión de gobierno y que, por lo tanto, la participación democrática de la gente es la fuerza
fundamental de toda obra de transformación social. Entonces el protagonismo político de los
pueblos indígenas se enmarca en los derechos históricos de nuestros pueblos.

En Tucupita, Mayo de 2022

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