El Derecho A La Reparación

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DERECHO A LA REPARACION

UN acto de tortura constituye una infracción de las obligaciones de un Estado en


virtud del derecho internacional. Tal infracción genera nuevas obligaciones para
el Estado, que debe investigar el acto de tortura, someter a los responsables a un
proceso penal justo y eficaz e imponerles un castigo apropiado. El Estado, además,
debe ofrecer a la víctima una reparación adecuada, que incluya una indemnización,
rehabilitación, restitución (devolución a su situación anterior), satisfacción (restitución
de la reputación y reconocimiento público del daño sufrido) y medidas para
garantizar que no se repetirá lo ocurrido. Al igual que sucede con las otras obligaciones
derivadas de un acto de tortura, el deber de proporcionar una reparación corresponde
al Estado, no a un determinado gobierno. En los casos en que ya no exista el gobierno
bajo cuya autoridad se produjo la acción u omisión victimizadora, el Estado o
gobierno sucesor deberá proveer al resarcimiento de las víctimas.
El derecho a obtener reparación incluye medidas individuales y medidas generales,
colectivas. Individualmente, las víctimas y sus familiares o las personas a su cargo deben poder
interponer un recurso efectivo. Tienen derecho a obtener:
restitución (devolución, en la medida de lo posible, a su situación anterior);
— indemnización (por los daños físicos o mentales sufridos, incluidas las oportunidades
perdidas, la difamación y los gastos de asistencia letrada);
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Principios Fundamentales de Justicia para
las Víctimas de Delitos y del Abuso del Poder (1985), Principio 11. Resolución 40/34 de la asamblea
General.

Las medidas colectivas incluyen el reconocimiento público por parte del Estado de su
responsabilidad y la adopción de medidas para garantizar la no repetición del delito. Entre
estas últimas se incluyen la revocación de las leyes que facilitan la tortura y los malos tratos
(como, por ejemplo, las disposiciones de excepción que permiten prolongar las detenciones en
régimen de incomunicación), la disolución de los grupos políticos armados y
la destitución de los altos cargos implicados en violaciones de carácter grave.
EL DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO
Las víctimas de tortura tienen derecho a un recurso efectivo: el derecho a hacer valer sus
derechos, si es necesario por la vía judicial. El derecho a este recurso efectivo es
de crucial importancia cuando el Estado no toma la iniciativa de investigar, procesar y ofrecer
reparación ante una alegación de tortura. Tal como escribió un especialista en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos:
A efectos prácticos, cualquiera que sea la naturaleza de la situación respecto a la existencia teórica
de los derechos y libertades reconocidos en el Pacto, su verdadero disfrute depende en última
instancia de garantizar la existencia de un «recurso efectivo»
para cualquier persona que denuncie una violación de sus derechos y libertades.
Varias normas de derechos humanos reconocen el derecho a interponer un recurso efectivo. Por
ejemplo, el artículo 8 de la Declaración Universal de Derechos Humanos
establece que:
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes,
que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la constitución o por la ley. Este derecho está consagrado en el artículo 2(3) del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos:
Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que:
a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados
podrá interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por
personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales;
b) La autoridad competente, judicial, administrativa o legislativa, o cualquiera otra autoridad
competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá .

En mayo del 2000, centenares de personas se manifestaron en Sierra Leona contra el Frente
Revolucionario Unido, grupo armado de oposición responsable de millares de atrocidades,
incluidas mutilaciones y violaciones sistemáticas. Unas 20 personas murieron y decenas resultaron
heridas frente a la vivienda de Foday Sankoh, dirigente del Frente Revolucionario Unido, cuando
sus fuerzas abrieron fuego contra la multitud. Foday Sankoh fue detenido más tarde en Freetown.
En agosto del 2000, el Consejo de Seguridad de la ONU dio un paso decisivo
para acabar con la impunidad al resolver la creación de un Tribunal Especial para Sierra sobre los
derechos de toda persona que interponga tal recurso, y desarrollará las
posibilidades de recurso judicial;
c) Las autoridades competentes cumplirán toda decisión en que se haya estimado
procedente el recurso.
Asimismo, el Convenio Europeo de Derechos Humanos establece en su artículo 13 que:
Toda persona, cuyos derechos y libertades reconocidos en el presente Convenio
hayan sido violados, tiene derecho a un recurso efectivo ante una instancia nacional, incluso
cuando la violación haya sido cometida por personas que actúen en el ejercicio de sus funciones
oficiales.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 25, contiene algunas
disposiciones sobre el derecho a recibir protección judicial

1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo
ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen
en ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados partes se comprometen:
a. a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre
los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b. a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c. a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya
estimado procedente el recurso.
La Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos de 1981 establece en su
artículo 7(1) que todas las personas tienen derecho a que su causa sea oída, derecho que
comprende:
el derecho a recurrir ante los tribunales nacionales competentes contra todo acto que viole los
derechos fundamentales que reconocen y garantizan las convenciones, leyes, reglamentos y
costumbres en vigor.
El derecho a un recurso efectivo engloba varias cuestiones. El relator especial de las Naciones
Unidas sobre la cuestión de la impunidad de los autores de violaciones de los
derechos humanos (derechos civiles y políticos)64 escribió lo siguiente:
[El derecho a la justicia] implica que toda víctima tenga la posibilidad de hacer valer sus derechos
beneficiándose de un recurso equitativo y efectivo, sobre todo para
lograr que su opresor sea juzgado y obtener reparación.

RESTITUCIÓN, INDEMNIZACIÓN Y REHABILITACIÓN

Para la prevención de la tortura a manos de agentes del Estado, de Amnistía Internacional,


establece que las víctimas de tortura y las personas a su cargo deben tener derecho a recibir del
Estado una reparación inmediata, que incluya la restitución, una indemnización justa y adecuada y
la atención y la rehabilitación médica apropiadas.

El derecho a recibir una reparación restitución, indemnización y rehabilitación incluidas


está consagrado en varias normas internacionales. La Convención contra la Tortura
dispone en su artículo 14 que:
1. Todo Estado Parte velará por que su legislación garantice a la víctima de un acto
de tortura la reparación y el derecho a una indemnización justa y adecuada, incluidos
los medios para su rehabilitación lo más completa posible. En caso de
muerte de la víctima como resultado de un acto de tortura, las personas a su cargo
tendrán derecho a indemnización.
La Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura dice lo siguiente
en su artículo 9:
Los Estados partes se comprometen a incorporar en sus legislaciones nacionales normas
que garanticen una compensación adecuada para las víctimas del delito de tortura.
El Estatuto de Roma (1998) de la Corte Penal Internacional contiene en su artículo
75 disposiciones detalladas sobre la reparación debida a las víctimas:
1. La Corte establecerá principios aplicables a la reparación, incluidas la restitución,
la indemnización y la rehabilitación, que ha de otorgarse a las víctimas o a sus
causahabientes. Sobre esta base, la Corte, previa solicitud o de oficio en circunstancias
excepcionales, podrá determinar en su decisión el alcance y la magnitud de los
daños, pérdidas o perjuicios causados a las víctimas o a sus causahabientes, indicando
los principios en que se funda.
2. La Corte podrá dictar directamente una decisión contra el condenado en la que indique
la reparación adecuada que ha de otorgarse a las víctimas, incluidas la restitución,
la indemnización y la rehabilitación. Cuando proceda, la Corte podrá ordenar
que la indemnización otorgada a título de reparación se pague por conducto del
Fondo Fiduciario previsto en el artículo 79.
3. La Corte, antes de tomar una decisión con arreglo a este artículo, tendrá en cuenta
las observaciones formuladas por el condenado, las víctimas, otras personas o Estados
que tengan un interés, o las que se formulen en su nombre.
El conjunto de principios para la protección y promoción de los derechos humanos
mediante la acción con el fin de combatir la impunidad, incluidos en el informe de 1997
del relator especial sobre la cuestión de la impunidad, Louis Joinet, se conocen como
los «Principios de Joinet». Según éstos, los derechos de la víctima se dividen en tres
categorías: el derecho a saber, que contiene principios sobre el derecho inalienable a conocer
la verdad sobre las violaciones de derechos humanos ocurridas en el pasado, los derechos y
consulta de los archivos a fin de determinar las violaciones de derechos
humanos; el derecho a la justicia, que contiene principios sobre la delimitación de competencias
entre las jurisdicciones nacionales, extranjeras e internacionales;
y el derecho a obtener reparación, que contiene principios sobre los procedimientos
de reparación y el ámbito de aplicación de este derecho y garantías para la no repetición
de las violaciones.
En el año 2000, el relator especial sobre el derecho de restitución, indemnización y
rehabilitación de las víctimas de violaciones graves de los derechos humanos y las
libertades fundamentales.
Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Adjuntó al informe un borrador de los principios
y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones de derechos
humanos y del derecho internacional humanitario a interponer un recurso y a recibir
reparación (Principios Van Boven-Bassiouni). En estos principios y directrices básicos
se reconocen las siguientes formas de reparación: restitución, indemnización, rehabilitación,
satisfacción y garantías de no repetición.
Según estos principios y directrices básicos, la restitución implica la devolución de la libertad, los
derechos legales, la posición social, la vida familiar y la ciudadanía, el
regreso al lugar original de residencia, la recuperación del empleo y la devolución de los bienes. La
rehabilitación incluye asistencia médica y psicológica y atención de los servicios jurídicos y
sociales. La indemnización debe cubrir cualquier daño valorable económicamente resultante de la
violación, incluidos los daños físicos y mentales, las oportunidades perdidas, los daños materiales y
la pérdida de ingresos, los daños a la reputación o a la dignidad y los gastos necesarios para cubrir
la asistencia jurídica o pericial, la asistencia médica y los medicamentos y los servicios psicológicos
y sociales.
Estos principios y directrices básicos recomiendan que los Estados diseñen un método para
informar a las víctimas de violaciones y a la población en general de estos derechos y reparaciones
y de todos los servicios jurídicos, médicos y de otro tipo a los quelas víctimas pueden y tienen
derecho a acceder.
A menudo los Estados incumplen su obligación de proporcionar una reparación
adecuada a las víctimas, e, incluso en los casos en que éstas reciben una indemnización y otras
formas de reparación, los resultados de los procedimientos civiles rara vez
derivan en causas penales.

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