Revelación de Jesucristo 2
Revelación de Jesucristo 2
Revelación de Jesucristo 2
La semana pasada terminamos hablando como el Señor Jesucristo, después de haber resucitado estuvo
40 días con sus discípulos enseñándoles sobre el reino, vimos también que el predico más del reino que
de salvación, también tocamos el tema del cielo nuevo y tierra nueva.
El mismo vino a mostrarnos el reino para que a su vez gobernemos con él, no tiene sentido que
vayamos a disfrutar de todo lo que el gano después de que muramos, el reino está aquí y ahora, ¿Qué
sentido tendría predicar a los pobres y a los enfermos un reino futuro sin solución a sus
problemas actuales? ¿Podríamos llamarles "Buenas Nuevas"?
Si el Reino no está en medio de nosotros cómo algunos suponen, posponiéndolo hasta después de la
segunda venida, entonces la obra de la cruz y las nuevas del Evangelio no tienen sentido. ¿Para qué nos
enviaría Jesús a predicar algo que no se cumpliría hasta irnos al cielo? ¿Por qué dijo que la gloria de la
casa postrera era mayor que el de la primera, si esto no se iba a cumplir? (la casa primera es el
antiguo pacto, la postrera, el nuevo).
En las escrituras del Nuevo Testamento, vemos que los apóstoles tenían claro que Dios nos había
devuelto la comunión con Él, el dominio y el Reino.
Jesús les está diciendo que a ellos les era entregado el Reino, no en un futuro, no en dos mil años, no se
lo estaban entregando en el momento que el Espíritu Santo descendiera sobre ellos, lo que el Señor hizo
con sus discípulos fue entrenarlos para que aprendieran a manifestar el Reino que él había venido a
traer.
Entonces les he venido diciendo que apocalipsis es un libro de gobierno, en cual Cristo nos dejó para
enseñarnos como es que debemos gobernar sobre la tierra.
Hasta aquí les he hablado sobre dos cosas importantes, cielo nuevo y tierra nueva, y la primera
venida de Cristo.
Sigamos avanzando en este tema, hablemos sobre el tabernáculo de carne y la nueva Jerusalén.
Si este tema nos queda claro, muchas de las dudas que puedan surgir quedaran resueltas,
veremos con más claridad el rompecabezas.
Estas escrituras no es más que el cumplimiento de lo que dijo el profeta Ezequiel en el capítulo
37:26-28.
Todas las teologías están de acuerdo en que esta profecía se cumple en la primera venida de Cristo,
cuando el Señor hace Su morada en nosotros, sus hijos.
Juan 14:23
Es por medio del Espíritu Santo que el Padre y el hijo vienen y hacen morada, casa en nosotros, lo
ilógico es que al leer este texto en Ezequiel todos están de acuerdo que ya se cumplió, pero al leerlo en
apocalipsis, es donde vienen los inconvenientes ya que la mayoría cree que esto es para el futuro. Al fin
que ¿ya paso o va a pasar?
Apocalipsis 21:2-3
Dios no establecerá su tabernáculo en medio de los hombres en un futuro. ¡Él ya lo hizo! La Iglesia es
Su templo, Él legítimamente mora en los verdaderos creyentes. Pensar que Él no ha hecho su
tabernáculo en nosotros es negar el corazón mismo del evangelio.
Luego, si esto es una verdad fundamental, me llevará a interpretar correctamente el resto de este
capítulo 21. La segunda escritura que me da absoluta seguridad de que este pasaje se refiere a algo que
ya ocurrió es:
Apocalipsis 21:6
Estas son las mismas palabras mencionadas por Jesús antes de morir, cuando dijo: "Hecho está". Con
esto, dejó claro que su obra redentora había terminado y que, en ese momento, culminaba el Antiguo
Pacto para dar lugar al Nuevo. Tenga en consideración que cuando Jesús aseveró estas palabras en la
cruz, Él todavía no vivía en el corazón de ningún creyente. Legalmente, quedó comprado el derecho
para vivir en nosotros, pero no se manifestó hasta el día de Pentecostés.
También en este pasaje de Apocalipsis hace una invitación a beber de la fuente de la vida, lo que es un
claro llamado a la salvación. Es lo que le dijo a la mujer Samaritana en el pozo, y al igual que a ella,
Jesús está hablando a un pueblo que vive en un sequedal, que vive regido por la muerte y que necesita
beber de Él.
21:1 Este mar que menciona aquí la escritura, no son los hermosos océanos que Dios creó, sino una de
las tres regiones más importantes de la muerte que Jesús conquistó en la Cruz del Calvario y por la
eternidad ya está vencida. El Apocalipsis habla de tres diferentes tipos de mares.
1) El mar de Dios.
Apocalipsis 15:2
2. El mar terrenal, esto es, los océanos.
3. El mar, una región de muerte, que se encuentra bajo los océanos.
Apocalipsis 20:13
Note que aquí el mar entrega a los muertos. Si este fuera el océano y se refiriera a los ahogados en él, el
pasaje diría: El mar entregó a sus muertos y la tierra a sus difuntos. Pero no dice eso. Habla de tres
regiones espirituales desde donde gobierna la muerte.
El mar (también llamado el abismo), la muerte y el Hades. Este lugar de muerte es también el que
sustenta a Babilonia, "la gran ramera". El ángel que decreta su juicio arroja una piedra de molino sobre
la región de muerte que sustenta esta estructura espiritual. Esta región se encuentra sobre muchos
pueblos y naciones.
Apocalipsis 18:21
A lo largo de las Epístolas Paulinas, vemos el tema de la Jerusalén celestial como una de las formas en
que Dios llama a su Iglesia. La Jerusalén física, era el lugar donde Dios habitaba durante el Antiguo
Pacto, y la Jerusalén de arriba, la Celestial, somos nosotros los creyentes tanto judíos como gentiles.
Gálatas 4:25-26, hebreos 12:22.
En estos dos pasajes vemos, claramente, que la Iglesia nacida del Espíritu es la Jerusalén Celestial y
que nosotros somos el Templo de Dios, la ciudad Celestial. Está ciudad Celestial ya fue establecida en
medio de nosotros por Jesús, por lo tanto, Él ya está en medio de Su pueblo, como el Árbol de la vida,
vivificando a Su cuerpo como la vid a sus pámpanos.
La ciudad Celestial es nuestro diseño como Iglesia gloriosa. La Ciudad es el Tabernáculo de Dios con
los hombres. Si la ciudad fuera para un futuro entonces actualmente tampoco somos el Templo de Dios.
Apocalipsis 21:9-11
La nueva Jerusalén no es nada más ni nada menos que la esposa de Cristo, ósea su iglesia. Esto lo
profundizaremos más adelante.