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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ......................................................................................................... 3
1.1. El régimen económico previsto en la Constitución Política del Perú para las
empresas.................................................................................................... 5
1.2. La normativa interna de las empresas y su aplicación en el ámbito penal
nacional ...................................................................................................... 8
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MÓDULO 1
DERECHO PENAL ECONÓMICO Y DERECHO PENAL DE LA EMPRESA
INTRODUCCIÓN
Así, la figura del delincuente tradicional dejó de ser entendida como un individuo de
escasos recursos económicos y sin ninguna preparación profesional, para pasar a
comprender a aquellas personas pertenecientes a las clases media y alta de una
sociedad, con carreras profesionales y pertenecientes al ámbito laboral formal.
Asimismo, entre los cambios que trajo consigo el desarrollo del sector económico en
las sociedades, se encuentra el surgimiento de un nuevo sujeto activo del delito: las
empresas. Las cuales inicialmente fueron concebidas como contextos favorecedores de
esta nueva clase de delincuencia y, actualmente, son entendidas por la doctrina y gran
parte de la legislación internacional como auténticos centros de imputación penal.
Incluso, los últimos aportes doctrinarios afirman la necesidad de construir una propia
Teoría del delito para las personas jurídicas, la cual deberá ser distinta a la que
actualmente existe y que originalmente fue formulada sobre la base de los individuos.
Los cambios anteriormente señalados no han sido ajenos a la realidad nacional. Tal
es así que, la promulgación del Código penal de 1991 trajo consigo la regulación de un
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gran número de delitos destinados a proteger los diferentes alcances del régimen
económico peruano, como son los delitos financieros, tributarios y de la competencia1.
En atención a lo expuesto, corresponde estudiar en este primer módulo del curso dos
temas que serán determinantes para comprender la asignatura. En primer lugar, se
analizará cuál es el régimen económico previsto por el legislador peruano para las
empresas, logrando identificar de esta manera el grado de intervencionismo estatal
dispuesto desde la normativa penal para los entes colectivos. Y, en segundo lugar, se
estudiarán las similitudes y las diferencias que existen entre los conceptos de Derecho
penal económico y Derecho penal de la empresa, centrando así el campo de análisis
sobre el cual versarán las demás temáticas del curso.
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Actualmente derogados por los Decreto Legislativo N.º 1034 y Decreto Legislativo N.º 1044.
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1.1. El régimen económico previsto en la Constitución
Política del Perú para las empresas
Esta interpretación sistémica del texto constitucional ha sido seguida por el propio
Tribunal Constitucional, el cual incluso ha llegado a afirmar que a las empresas les
asisten los mismos derechos fundamentales que a los individuos, en la medida que así
lo permita su propia naturaleza jurídica, como son el derecho a la buena reputación, el
derecho a la libertad contractual y el derecho de defensa; a su vez, el máximo intérprete
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de la Constitución afirma que el Estado se encuentra en la obligación de garantizar a las
empresas el ejercicio de tales derechos2.
Bajo la premisa de que a las empresas les asisten los mismos derechos que a los
individuos, resulta necesario adentrarnos a los alcances de tales facultades en lo
competente al régimen económico, para lo cual se deberá atender a lo dispuesto en los
artículos 58.º y 59.º de la Constitución Política del Perú:
Como se puede apreciar, las disposiciones anteriormente citadas postulan que el país
se rige bajo una Economía Social de Mercado, la cual se caracteriza porque los agentes
económicos que participan de la misma actúan bajo la lógica de la libre competencia,
quedando reservado el papel del Estado a actuar subsidiariamente, como regulador
de la economía de los particulares y como agente económico de aquellos
campos de especial incidencia social en los
que hay poca o nula participación de los
agentes privados y/o sean aspectos de
especial incidencia social,
como es el caso de la
explotación de los recursos
naturales.
En atención a lo afirmado,
se puede concluir que el Estado
peruano no sigue una
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, Expediente N.º 0905-2001-AA/TC, del 14 de agosto del 2002.
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tendencia económica de carácter intervencionista, sino que la misma se basa en el libre
intercambio de bienes y servicios entre los agentes económicos de una sociedad. Por
lo que, la regulación estatal de la economía no debe estar destinada a frenar dicha
libertad de actuación; sino que, por el contrario, debe remitirse a sancionar aquellas
manifestaciones que buscan frenar el normal desarrollo de la libre competencia.
Este último extremo tiene plena concordancia con los temas materia de estudio en la
presente asignatura, ya que cabría preguntarnos: ¿cuál debe ser el contenido del
Derecho penal económico y el Derecho penal de la empresa en el Perú? Pues bien, la
definición y los alcances normativos que se establezcan para ambas ramas del Derecho,
deben tener plena coherencia con el régimen económico establecido en el país. Así, por
ejemplo, no resultará acorde al texto constitucional que se tipifiquen como delitos las
manifestaciones de libre competencia, toda vez que éstas son legítimas en nuestro
Ordenamiento jurídico. Por el contrario, resultará coherente que se consideren delictivas
aquellas conductas que resulten contrarias al intercambio de bienes y servicios bajo los
alcances de la libre competencia, como es el caso del lavado de dinero.
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Atendiendo a las ideas aquí expuestas será necesario remitirnos a la legislación
infraconstitucional aplicable a las empresas, a efectos de saber qué figuras jurídicas
compondrán el contexto de estudio del Derecho penal.
En primer lugar, se deberá tener en cuenta lo previsto en los artículos 77.º y 78.º del
Código civil:
Artículo 78.- “La persona jurídica tiene existencia distinta de sus miembros
y ninguno de éstos ni todos ellos tienen derecho al patrimonio de ella ni están
obligados a satisfacer sus deudas.”
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de personas jurídicas formalmente constituidas. No encontrándose dentro de dicho
contexto, las sociedades irregulares o los entes colectivos que no cuenten con una
inscripción en el registro correspondiente, es el caso –por ejemplo- de los contratos
asociativos, los cuales incluso sí tienen efectos normativos para el ámbito tributario.
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personas jurídicas plenamente constituidas, señalando como ejemplos a la sociedad, la
asociación, la fundación, la cooperativa y el comité.
Sin perjuicio de lo afirmado hasta este punto, resulta conveniente poner especial
atención a dos supuestos que requieren un particular análisis en nuestra
realidad nacional: i) la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada; y,
ii) los entes colectivos informales.
Por otro lado, el segundo aspecto que no resulta ajeno a la realidad peruana sobre la
cual se deberá aplicar el Derecho penal empresarial, está referido a la elevada tasa de
informalidad que existe en el país. Es así que, por ejemplo, ante la introducción de la
responsabilidad penal de las personas jurídicas, el legislador penal deberá plantearse
la necesidad de incluir como sujetos activos del delito a las sociedades irregulares.
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Las dificultades que presenta esta realidad ya han sido analizadas con la
promulgación del artículo 2.º de la Ley N.º 30424, conforme a la cual se contempla que
los entes colectivos que carecen de constitución pueden ser pasibles de sanciones
administrativas ante la comisión del delito de cohecho activo trasnacional, previsto en el
artículo 397.º-A del Código penal. Sin embargo, también resulta sencillo identificar que
la referida regulación no guarda coherencia con el tenor de las sanciones administrativas
establecidas para tal efecto, como son los casos de la clausura de locales, la disolución
de la persona jurídica y las multas, pues tales medidas resultarán de imposible ejecución
por parte de los operadores de justicia penal.
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principales: el Derecho penal en sentido estricto y el Derecho
penal en sentido amplio.
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decir, si el legislador penal
debe decantarse por la
protección del Orden
económico desde sólo uno
de los ámbitos de protección
anteriormente delimitados.
La respuesta a dicha
interrogante ya ha sido
analizada con los ejemplos
anteriormente brindados y es
que, ninguna economía del
mundo sigue un régimen
económico estricto o sujeto a
un único modelo, sino que en
su mayoría éste se postula
como un régimen mixto y dinámico, susceptible de ajustarse a las necesidades que
demanda cada sociedad en particular.
En tal sentido, el legislador peruano puede optar por proteger penalmente el Orden
económico desde la perspectiva que considere adecuada para asegurar la no
vulneración de dicho bien jurídico, sea que sus esfuerzos estén destinados a
comprender tanto las manifestaciones más intervencionistas del Estado cuanto sus
alcances como mero regulador de la economía nacional.
La rama del Derecho penal que corresponde analizar en el presente apartado incluye
a todas aquellas manifestaciones delictivas que se circunscriben a dos ámbitos de
análisis: i) a la empresa como contexto delictivo; y, ii) a la empresa como centro de
imputación delictiva. Si bien ambos extremos de protección jurídica responden a lógicas
distintas, en la actualidad se perciben como campo de trabajo común para el Derecho
penal de la empresa.
Pero, por qué decimos que los ámbitos de protección antes identificados responden a
lógicas de trabajo distintas. Pues bien, debe tenerse en consideración que la empresa,
como contexto delictivo, incluye a todas aquellas manifestaciones ilícitas que están
intrínsecamente relacionadas con el objeto social de una entidad. Es el caso, por
ejemplo, de los delitos que frecuentemente se producen al interior de una empresa por
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parte de los directivos y los subordinados, como es el caso de la Administración
fraudulenta, Defraudación tributaria, Estafa y Apropiación ilícita.
No obstante lo señalado, al ser aún reciente el desarrollo legislativo que viene teniendo
la responsabilidad penal de las personas jurídicas en los diferentes Ordenamientos del
mundo, el comentario formulado en el párrafo anterior no encuentra plena
correspondencia con la doctrina que actualmente existe para describir el concepto de
Derecho penal de la empresa. Sobre todo en realidades como la nuestra, en la que
todavía estamos discutiendo la necesidad de introducir la responsabilidad penal de las
personas jurídicas.
Así las cosas, la doctrina nacional deberá entender por Derecho penal de la empresa
a aquellos ilícitos que se producen al interior de un ente colectivo y que se encuentran
estrechamente relacionados con sus actividades económicas diarias. En dicha línea,
por ejemplo, podrá verificarse que la comisión de un homicidio culposo forma parte del
Derecho penal de la empresa, si este se produce como consecuencia de
la falta de diligencia del Jefe de Almacén de una fábrica en
supervisar la labor de los operarios. Sin embargo, un caso
manifiestamente alejado de dicho campo de acción
se configurará con la producción de un homicidio que
es consecuencia de un asalto, toda vez
que esta actividad no forma parte de
las actividades
económicas
de una
empresa.
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2.3. Concordancias y diferencias entre el Derecho penal económico y el Derecho
penal de la empresa
Sin perjuicio de lo antes señalado, se deberá tener en consideración que no todos los
ilícitos pertenecientes al Derecho penal económico llegarán a configurarse en la
actuación de una única empresa, ya que –por lo general- cada ente colectivo se basa
en el principio de especialización de actividades y, por tanto, sus operaciones se
circunscriben a un único mercado y/o a un solo sector productivo.
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Finalmente, una diferencia pasible de evidenciarse entre el Derecho penal de la
empresa y el Derecho penal económico está referida al sujeto activo del delito. Si bien
en nuestro país aún no se introduce la responsabilidad penal de las propias personas
jurídicas, sí han existido diversas propuestas legislativas que estuvieron destinadas a
su regulación en el medio. Asimismo, la reciente promulgación de la Ley N.º 30424, a
través de la cual se introdujo la responsabilidad administrativa de las personas jurídicas
por la comisión del delito de cohecho activo trasnacional, inicialmente estuvo redactada
bajo los alcances de una responsabilidad penal para los entes colectivos; por lo que, se
puede concluir que dicha realidad no resulta del toda ajena a nuestra legislación.
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