Relatos de Vida de Personas Trans Privadas de La Libertad

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Título: “DESDE EL ALMA: RELATOS DE VIDA DE Coordinadoras

PERSONAS TRANS PRIVADAS DE LA LIBERTAD” Daniela Esmeralda Vázquez Matías


Laura Alejandra Pedraza Pinto
Almas Cautivas
Es una organización que trabaja a favor de la Diseño editorial
población LGBTI+ privada de la libertad, sin olvidar Janet Jácome Campos
a otros grupos en situación de vulnerabilidad como:
indígenas, personas adultas mayores y personas con Diseño de portada
discapacidad. La asociación también busca generar Pablo Pulido Bernal
condiciones que permitan mayores oportunidades
de desarrollo para las personas LGBTI+ en libertad e Fotografía
impulsar una cultura de respeto e inclusión. Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad
www.almascautivas.org Ciudadana de la Ciudad de México

Edición: 2022

Este libro se ha realizado con la ayuda financiera del Fondo Internacional Trans.

Este documento o fragmentos de él pueden ser reproducidos citando la fuente.


A las autoridades de la Subsecretaría del Sistema
Penitenciario de la Ciudad de México por la autorización
para llevar a cabo este proyecto en los diversos centros

AGRADECIMIENTOS penitenciarios de la Ciudad.

A los directores de los centros penitenciarios y la directora


del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha
Acatitla por las facilidades para el ingreso y la atención
a través de las personas que se encargan de los grupos
vulnerables.

Al área de Comunicación Social de la Subsecretaría del


Sistema Penitenciario, quien se ha encargado de la toma de
las fotografías a las personas trans privadas de la libertad.

A Laura Alejandra Pedraza Pinto por sus aportaciones y su


valiosa colaboración para con este trabajo.
A Isolé Valadez quien facilitó parte del equipo para la
grabación de las entrevistas.

Y a todas las personas trans que tuvieron la disposición


para relatarnos sus historias.


Muchas gracias.
El libro “DESDE EL ALMA” busca ser el espacio para
que cada una de las personas que fue entrevistada
plasme sus sentires en torno a diferentes realidades e
interpretaciones de sus historias de vida. Este proyecto
ha permitido abordar el tema de la identidad trans y de
la experiencia carcelaria desde la perspectiva de cada
participante, lo cual concede un acercamiento directo
a estas narrativas permeadas por discriminación,
dolor, violencias, miedos, amor, esperanzas y sueños.

Estas son historias situadas, atravesadas por la


edad, la clase social, y por el género: las vidas de
mujeres y hombres trans que nos permiten conocer
las dificultades que han tenido que experimentar,
usualmente asociadas al control cisheteronormativo
que se encuentra presente en la sociedad mexicana y
PRÓLOGO

que se ha proyectado en sus vidas a través de violencia


física, psicológica, económica, emocional, entre tantas.

Algunas de estas historias pueden resultar


desgarradoras, pero también nos invitan a dignificar
y significar nuestras vivencias y procesos como seres
humanos. Por medio de sus biografías, lxs participantes
nos inducen a adoptar una postura crítica frente a
las convenciones sociales basadas en la tradición
y los esencialismos, llevándonos a entender lo que
significa la resistencia no solo de las normas sexo/
género si no también de las injusticias y de la falta de
oportunidades a las que se han visto sometidxs a lo
largo de su vida. Además, nos comparten lo que para
ellxs representa la justicia y la libertad, esta última contradictoriamente
obtenida en algunas ocasiones durante su reclusión.

Sin duda, sus experiencias, conocimientos, resistencias y agenciamientos


nos brindaran una nueva forma de entender como las personas trans
viven en un (cis)tema que no estuvo pensado para ellas. Estas narraciones,
buscan visibilizar el panorama de la lucha por su reconocimiento en
todos los ámbitos de la sociedad y también de los avances que, gracias
a su existencia e insistencia se han logrado obtener en el sistema
penitenciario, pues actualmente existe una apertura y disposición por
parte de las autoridades hacia la comunidad LGBTIQ+ que no existía hace
10 años, según lo comentado en algunas de las entrevistas.

Solo queda apostar por que lxs lectorxs de esta publicación puedan
acercarse a estas experiencias libres de prejuicios, que puedan abrir
su corazón y su mente para conocer las situaciones por las que pasa
una mujer trans o un hombre trans en una cárcel y de esta manera se
pueda generar consciencia de todo lo que han tenido que vivir y tal vez
se animen a visitar a quienes no tienen a nadie, a respetar su identidad
de género y a no juzgar tan rápido a una persona que cometió un delito.

Ciudad de México, mayo de 2022


Laura Alejandra Pedraza Pinto
Las entrevistas que conforman esta publicación fueron
llevadas a cabo en centros penitenciarios de la Ciudad
de México que se ha posicionado como una de las
entidades federativas con mayores avances en cuanto
al respeto a los derechos humanos de las personas
trans. En el año 2008 permitió que las personas trans
a través de una vía judicial pudiesen modificar su acta
de nacimiento para reconocer su identidad de género,
INTRODUCCIÓN
unos años más tarde se llevó a cabo una reforma a la
Ley de Salud para que se brindara atención psicológica,
así como el acceso a la terapia de sustitución
hormonal. A inicios del año 2015 se publicó un nuevo
decreto en el que se instauraba la vía administrativa
para el reconocimiento de la identidad de género,
permitiendo que más personas pudiesen acceder a
este derecho. En 2021 fue inaugurada la Unidad de
Salud Integral para las Personas Trans ofreciendo así
un espacio dedicado a esta población, único en el país.
A su vez, desde el 2014 la Ciudad de México, contempla
en la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación la
identidad de género y la expresión de rol de género
como características por las cuales una persona no
puede ser sujeta de discriminación, en esta misma Ley
se establece que la “transfobia: es el rechazo, odio,
aversión, temor, repudio, discriminación, ridiculización,
prejuicio y/o violencia hacia las personas que son o
parecen transexuales, transgénero o travestis”. En
2016, lo que era el Distrito Federal pasó a ser la
Ciudad de México, entidad federativa número 32. En
el año 2017, fue publicada en la Gaceta Oficial de
la Ciudad de México, la Constitución Política de la entidad la cual en
el artículo cuarto prohíbe toda forma de discriminación basada en la
identidad de género y la expresión de género. Además, reconoce como
grupos de atención prioritaria:

a. A las personas LGBTTTI. Instando a “las autoridades a establecer


políticas públicas y adoptar las medidas necesarias para la atención y
erradicación de conductas y actitudes de exclusión o discriminación
por orientación sexual, preferencia sexual, identidad de género,
expresión de género o características sexuales.”
b. A las personas privadas de su libertad. Estableciendo que
“tendrán derecho a un trato humano, a vivir en condiciones de
reclusión adecuadas que favorezcan su reinserción social y familiar,
a la seguridad, al respeto de su integridad física y mental, a una vida
libre de violencia, a no ser torturadas ni víctimas de tratos crueles,
inhumanos o degradantes y a tener contacto con su familia.”

En la relación a las normas del sistema penitenciario en la Ciudad de


México, la Ley de Ejecución de Sanciones Penales y Reinserción Social de
la CDMX integra la identidad de género como característica por la cual
no podrá existir diferencia de trato, no obstante deja fuera la expresión
de género:

La reinserción social, así como la modificación y extinción de la pena y medidas de


seguridad, deberán aplicarse imparcialmente; en consecuencia, no se harán diferencias
de trato fundadas en prejuicios de raza, color, sexo, lengua, religión, opinión política o
de cualquier otra índole, de origen nacional o social, posición económica, nacimiento,
discapacidad física, mental o sensorial, identidad de género, orientación sexual, edad, o
toda otra situación discriminatoria no contemplada por la presente ley.
Para el caso de la Ley de Centros Penitenciarios de la CDMX emitida
en septiembre de 2021, en el apartado de los Derechos de las Personas
Privadas de la Libertad aun cuando incluye una cláusula antidiscriminatoria
deja fuera a la identidad de género y expresión de género. El Reglamento
de los Centros de Reclusión de la Ciudad de México también omite tanto
a la identidad de género como la expresión de género. Sin embargo, el
sistema penitenciario de la Ciudad de México cuenta con un Programa
de Atención a las Personas Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual,
Transgénero e Intersexual Privadas de su Libertad, a través del cual
establece acciones de cooperación con asociaciones civiles para apoyar a
las personas de la diversidad sexual y de género privadas de libertad, por
medio del programa se ofrecen y organizan talleres y diversas actividades
encaminadas a la reinserción social.

Teniendo en cuenta los antecedentes socio jurídicos mencionados y el


trabajo realizado a lo largo de estos años en los centros penitenciarios
de la Ciudad de México, este trabajo surge de la iniciativa de presentar
relatos de vida que ayuden a comprender las distintas vulnerabilidades
a las que las personas trans se enfrentaron antes de su ingreso a los
centros penitenciarios, así como describir las diversas situaciones que
viven durante la privación de su libertad. El objetivo de esta publicación
busca generar empatía y solidaridad, llegar a quienes lean estas historias
de vida desde un lugar sincero, motivándoles a eliminar el cristal del
estigma y el prejuicio a través del cual han mirado a las personas trans
privadas de libertad.

Para llevar a cabo las entrevistas, se seleccionaron los centros


penitenciarios que albergan el mayor número de personas trans; en
total se entrevistaron a 8 personas en el Reclusorio Preventivo Varonil
Norte, 4 personas del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, 3 personas
de la Penitenciaría (un centro varonil) y 2 personas del Centro Femenil
de Reinserción Social Santa Martha Acatitla. De estas entrevistas se
seleccionaron 14 que componen el presente material, las imágenes que
se reproducen así como los relatos cuentan con el consentimiento firmado
de las personas trans privadas de libertad.

Es preciso mencionar que existía un particular interés por entrevistar a


varias mujeres trans del Reclusorio Preventivo Varonil Norte ya que en
el año 2015 la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México
emitió la Recomendación: “Uso indebido, tratos crueles, inhumanos
y degradantes, violación al derecho a la igualdad y no discriminación
en agravio de las personas de la comunidad LGBTTTI privadas de la
libertad en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte”. Concluyendo que en
el caso investigado se habían violado los siguientes derechos: derecho
a la integridad personal, derecho a la protección judicial, derecho a las
garantías judiciales y seguridad jurídica, derecho a la igualdad y no
discriminación. Si bien el Sistema Penitenciario ha avanzado en cuanto
al respeto de los derechos de la comunidad trans, resultaba necesario
escuchar de viva voz las experiencias de las personas trans que habitan
cada uno de los centros.

Quienes lean las historias de vida que aquí se exponen se preguntarán


por qué las mujeres trans se encuentran en centros penitenciarios
varoniles, la respuesta a esta pregunta tiene que ver en primera parte
a que si bien en la Ciudad de México existe el reconocimiento de la
identidad de género que permite a las personas trans solicitar una nueva
acta de nacimiento, hay una parte de esta población que aún no accede
a ese derecho, por lo tanto enfrentan un proceso penal o una sentencia
en centros penitenciarios varoniles. De las personas trans entrevistadas,
Sharon es la única que incluso con su acta de nacimiento rectificada fue
enviada a la Penitenciaría, un centro penitenciario varonil. Actualmente
solo una mujer trans se encuentra en el Centro Femenil de Reinserción
Social Santa Martha Acatitla y una más en el Centro Femenil de Reinserción
Social “Tepepan”.

Por otro lado, en el país existen alrededor de 16 entidades federativas


de un total de 32 que aún no cuentan con reformas en sus leyes para
el reconocimiento de la identidad de género, de los 14 relatos de vida,
2 personas provienen de esos estados: Veracruz y Guanajuato. Otras
dos mujeres trans provienen de Nayarit y Morelos, que sí reconocen la
identidad de género y un hombre trans nació en el Estado de México,
entidad donde en este año -2022- entraron en vigor las reformas para el
reconocimiento de la identidad de género de las personas trans.

Las voces de los relatos corresponden a personas trans pero también a


personas migrantes -una de las participantes se identificó a sí misma
como indígena hablante de chinanteco-, la mayoría con bajo nivel
educativo, solo una cuenta con estudios de nivel superior realizados en
una escuela privada. De las 14 personas entrevistadas, 12 no formaban
parte del mercado laboral formal, algunas se dedicaban al trabajo sexual
y otras a actividades fuera de la ley que las llevaron a la privación de la
libertad. Estas historias dan cuenta de la exclusión y la falta de acceso
a múltiples derechos, exponen un sistema de justicia que lejos de ser
imparcial trata de manera diferenciada a las personas con base en su
identidad de género, los relatos dejan ver una reinserción social fallida,
nos hablan del miedo a recuperar la libertad, de enfrentarse de nuevo
a un lugar sin apoyo familiar, con pocas oportunidades laborales, con
prejuicios y estigmas que aun impregnan a la mayor parte de la sociedad,
pero también nos hablan de sueños, de esperanzas que las personas han
develado en sus historias, que han compartido desde el alma.
Finalmente, la idea de entrevistar a las personas trans y compartir sus
relatos de vida se había venido gestando desde hace ya varios años,
no obstante producir materiales de esta naturaleza en la mayoría de
ocasiones enfrenta una dificultad: las instituciones que apoyan a las
organizaciones de la sociedad civil, ya sean nacionales o internacionales
raramente incluyen entre sus rubros este tipo de iniciativas, es por ello
que se extiende un agradecimiento al Fondo Internacional Trans por su
confianza y apoyo a este proyecto durante el periodo 2021-2022 y se
deja de manifiesto la necesidad de instaurar estímulos para la creación
y divulgación de materiales que tengan en cuenta todas las realidades
sociales.

Daniela Esmeralda Vázquez Matías


Antes era diferente, antes sí había
discriminación, pero yo no la viví como
tal porque a mí no me tocó la cárcel como
era antes, el sistema poco a poco se fue
depurando y la conciencia fue abriéndose más.

ANDREA
A N D R E A

Reclusorio Preventivo Varonil Oriente


19 de octubre de 2022
Primero me gustaría que me digas que nombre deseas usar para esta entrevista.
Andrea.

Andrea y tú ¿cómo te identificas a ti misma, como mujer trans, como persona trans, como
travesti, chica transgénero, transexual?
Como mujer trans.

¿Qué edad tienes?


38 años.

¿Dónde naciste?
Aquí en la ciudad de México. En la delegación Benito Juárez, en el hospital de ahí de
Benito Juárez, pero yo soy de aquí de Iztapalapa, de la colonia Santa María Aztahuacán.

¿Y ahí vivías con tu familia?


Sí, siempre he vivido con ellos.

¿Eres indígena?
No.

Cuéntame un poco de tu infancia.


Pues toda mi vida he sido orgullosamente de Santa María Aztahuacán, alcaldía
Iztapalapa. Mi infancia siempre ha sido ahí en esa colonia. Cursé el kínder ahí. La
primaria la cursé en un internado del ejército, se llama Ejército Número 2, en la
delegación Azcapotzalco, ahí por el metro Ferrería. No sé si exista todavía el internado.
Esto era porque mi mamá se dedicaba a trabajar, se dedicaba a hacer quehacer en
casas para poder mantenernos a tres hermanos. Estoy muy orgullosa de que mi mamá
trabajaba para nosotros, porque no tuvimos un padre. Yo soy la más chica, de ahí
sigue un hermano y de ahí sigue mi hermana, la más grande, que falleció el 6 de junio
del año pasado. Ella era el único apoyo moral, físico, económico, todo; mi hermana
era como mi mamá, porque se dedicó a cuidarnos desde que éramos niños mientras
mi mamá trabajaba. Fue un golpe muy fuerte para mí la perdida de mi hermana,
porque me quedé sin visitas. Sí hablo con mi familia, pero tiene mucho que no tengo
nada de visitas.
Mi infancia la viví como Oscar, como un niño, pero desde que tengo uso de razón me
llamaban la atención los compañeritos pero yo no entendía el porqué. A los 14 años
tuve mi primera pareja. Nunca me vestí de mujer ni nada de eso, hasta que llegué
aquí al reclusorio. Siempre viví como gay, pero siempre como algo guardado ante la
familia. Mi primera relación con una persona, él tenía 18 y yo tenía 14 o 15 años. Mi
mamá se enteró y me corrió de la casa. Yo cursaba la secundaria aquí en la colonia
Santa Cruz Meyehualco, era secundaria para trabajadores. En la mañana me iba a
estudiar y en la tarde trabajaba de ayudante de tablajero, de carnicero. Entonces le
ayudaba a mi mamá para sustentar mi secundaria y pues que me cacha mi mamá. Los
vecinos empiezan a hablar de que “Oscar anda con otro chavo”, que “se esconden en
las calles”, que “se ven muy juntos, besándose”. En esos entonces no era tan bien visto,
no había tanta apertura como el día de ahora que ya la gente casi no señala. Cuando
mi mamá me corre de la casa renté un cuartito y mi pareja me empezó a ayudar, me
junté con él. Entonces yo no conocía ni los antros, yo no sabía que había más mundo
para la gente homosexual. Yo veía a las chicas trans que se dedicaban a trabajar en

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la noche y no entendía bien su mundo. Crecí con mis primos y tengo solamente un
hermano, y su mundo es diferente, es de hombres. Yo llegué a tener novia pero no
me sentía bien porque no era plena. Tuve novias para tapar el ojo a mi mamá porque,
como ella es de pueblo, lo ve mal. Entonces, para tapar eso tenía que andar con una
mujer y yo no me sentía bien, esto desde los 13 años. Entonces, cuando me corre
mi mamá y se entera que yo era homosexual traté de regresar a mi núcleo familiar
y engañarme y engañar a la demás gente. Decidí andar con una chica para que me
acepte mi familia y no me sentí satisfecha, no era yo, hasta ahorita que soy Andrea me
siento plenamente como Andrea y vivo como Andrea y soy Andrea. Así fue mi infancia.

Después me metí a trabajar a empresas, fui creciendo y conociendo los antros, lugares
de más amistades gays, de ver que había un mundo más allá del que yo pensaba.
Sólo conocía mi núcleo familiar, mi sociedad y todo eso era en mi colonia. Trabajé en
empresas cerca de mi casa, tuve mis amistades cerca de mi casa y no conocía más
allá.

¿Y el internado era sólo para niños o era mixto?


Era para niños y después, como a los 2, 3 años, lo hicieron mixto, pero era un internado
varonil. Pero pues en la primaria todavía no tenemos el uso de razón ni la conciencia
de que “ay, yo ya me etiqueté y soy gay”, no, sino que la gente te señala y decía: “ay, es
que eres jotito, sal del clóset”. En la primaria no hay eso, entonces no lo expresaba.

¿Tu papá por qué no estaba con ustedes?


La verdad no conozco esa historia, nunca he cuestionado a mi mamá sobre eso. Una vez
me contó que él era de nacionalidad salvadoreña. Lo conoció cuando ella trabajaba
en una casa, él era chofer y como no se casaron lo regresaron a su país y de ahí ya
no se más de esa historia. Ella cuenta que él es del departamento de Uusulután de
El Salvador, San Salvador, es lo único que sé, no conozco ni su rostro ni su mirada.

¿Te hubiera gustado?


Sí me hubiera gustado, es algo que te falta en la vida.

¿Sientes que te faltó tu papá?


Sí, como ser humano, porque como Andrea estoy contenta, pero como ser humano te
falta algo, y en el corazoncito falta la imagen de quien fue mi papá, escuchar su voz
o ver su mirada o una fotografía, porque ni fotografías existen de él, y te queda un
vacío. Creo que ese vacío siempre lo voy a llevar hasta el día de mi muerte, porque
no supe quien fue mi padre.

¿Hasta qué grado estudiaste?


Hasta la secundaria, nada más.

¿Y por qué ya no seguiste?


Porque me tuve que dedicar a trabajar desde los 14 años. Quise reintegrarme cuando
terminé con mi pareja. Duré cuatro años con él pero mi relación se volvió algo
fastidioso porque esta persona empezó a golpearme, a maltratarme, a encerrarme.
Vivíamos en un departamento que él pagaba. Cuando me llevaba a una cena con su
familia -su familia era muy recatada y su mamá era muy seria- tenía que ir como él
quería que yo fuera vestido, era como su llaverito: “te voy a llevar con mis amistades
pero ni voltees ni nada, no hables, no rías, no bailes, no salgas”. Y de repente se
convirtió en golpes, comenzó a encerrarme en casa con llave, se fragmentó la relación.
Hasta que los vecinos de al lado se dieron cuenta. Eran un judicial y una chava súper
católica. Yo siempre estaba encerrado hasta que ella una vez me dijo:
- ¿Por qué siempre estás encerrado?
- Es que mi pareja…
- Ah ¿no son hermanos?
- No, somos pareja.
- ¿Y qué te pasa?
- Pues es que me golpea pero yo ya no sé cómo deshacerme de él.

Aparte de arrastrar esa frustración de una falta paterna y tu autoestima está por los
suelos, imagínate que ya de grande te estén humillando y que te golpeen y que no
tengas la ayuda de nadie, porque esa persona hasta me encerró y me arrancó del
núcleo familiar. Pero también de lo malo siempre hay que agradecer, porque de lo
malo siempre vienen cosas buenas, siempre de un sufrimiento viene una sonrisa, de
una lágrima viene hasta una caricia, viene algo más, siempre lo he dicho, de lo malo
vienen cosas buenas, y gracias a él empecé a salir. Antes de esto yo no sabía por qué
el sentimiento, por qué me gustaban los compañeritos, nadie me dijo “es porque tú

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eres homosexual”. Todo eso yo lo fui descubriendo. Entonces, la vecina se da cuenta
y el esposo que es judicial va y me saca de la casa. Me llevaron a la delegación,
levantamos un acta y ahí fue donde mi familia interviene, me llevan a mi casa otra
vez, pero me vuelvo a salir, ya me gustaba estar fuera de mi núcleo familiar. Empecé
a rentar un cuartito y a trabajar en fábricas como ayudante general, vivir un mundo
de hombre, pero siempre escondiendo la homosexualidad.

¿Y cómo llegaste aquí?, ¿a qué edad llegaste?


Yo llegué a este centro a los 29 años de edad. Entré a trabajar a una empresa donde
me aceptaron sin tener preparatoria, en el área administrativa. Ahí empecé a conocer
gente de todos los ámbitos, gente que se prostituía, que eran chichifos, todo ese
mundo en Zona Rosa, y me empecé a enrolar en los antros. Tenía la inquietud de
festejar mi cumpleaños en un antro. Tenía un amigo en Zona Rosa, en Hybrido. En
ese entonces era de relaciones públicas: Alan Villalobos. Era mi amigo y le pedí
el favor para el festejo. Te cuento esto porque de ahí se desenvuelve todo esto de
llegar al Reclusorio Oriente. El caso es que un 18 de febrero festejo ahí con todas
mis amistades, los más allegados, y de ahí me voy a seguir festejando, pero mi festejo
fueron días. Entonces salgo del antro y me voy con mis amigos a una colonia que se
llama Santa Martha Acatitla, seguimos festejando en unos departamentos. Dicen que
cuando tu tocas la puerta de la cárcel ésta se abre y lo que pides es un decreto, y
si lo decretas sucede. Pasé frente de la Penitenciaría hace muchísimos años cuando
vine a visitar a uno de mis primos antes de que yo conociera la cárcel. Y se me
ocurre decir ¿qué se sentirá estar adentro?. Pero no aquí, sino que en el Oriente.
Y en verdad suceden las cosas. Tres días después estaba cruzando la aduana del
Reclusorio Oriente. Por un problema que tuve afuera de la Vocacional 7 injustamente
me acusaron. Llego a mi casa, me invita una amiga de mi colonia a ir a un antro en
Neza -yo no conocía antros de ahí- entonces, vamos a la Vocacional 7 y nos quedamos
tomando ahí esa noche y salió un agravio con una persona en ese lugar, en la esquina
de Ermita Iztapalapa y la Vocacional 7. La verdad, quiero omitir eso, pero a raíz de eso
me detienen y me llevan a Cabeza de Juárez.

A las diez y media de esa noche estaba cruzando la aduana del Reclusorio Oriente.
Y pues empezar a caminarle. Cuando llegué al Reclusorio desde la delegación sentí
miedo. La única que me ayudó, la única que supo el problema, fue mi hermana Eliveth
Cárcamo Ramiro, que en paz descanse. Y nunca me soltó. Me acuerdo que cuando
crucé la aduana el judicial que me trajo aquí, todavía en una gasolinería de Cabeza
de Juárez, me dijo: “órale, cena, te voy a regalar tu última Coca y tus últimas papas para
que cenes, porque vas a la grande”. Entonces yo tenía mucho temor. A mi familia no le
avisaron, no le notificaron que iba a llegar yo aquí, no le avisan a nadie. Me acuerdo
que una judicial de la comunidad me sacó de los separos de la delegación. No sé si
se oiga mal, yo no soy muy despectiva con las etiquetas, pero era muy machorra, muy
mala, muy grosera, muy déspota. Me saca y me dice: “órale, jotito, ¿qué crees?, vas a
ir al Oriente por esto que hiciste, te la vas a tragar toda allá adentro de la cárcel”.
Me saca, me esposan y me meten a la patrulla de los judiciales. El oficial, bien buena
onda, en vez de que ellos fueran los malos, los que te dijeran jotito -porque ya se
me notaba pero no me vestía de ella aún-, cuando llegué a la aduana, ¿qué crees
que hizo? Había un custodio en la mera entrada de la aduana y varias patrullas que
llegan a dejar a internos aquí y me dice:
- Ay, hijo de tu… conque tú eres esto ¿no? Pues te vamos a hacerla vivir aquí.
Voltea el judicial y le dice -nunca se me va a olvidar, no recuerdo su nombre-,
pero le dijo:
- No, carnal, él viene de a Pablito, él viene de a pagador.
Pensé que me iban a golpear y resultó que el judicial me hizo el paro para que no
me dieran en la madre al entrar a este lugar. Yo creo que si hubiera venido vestida de
Andrea -quién iba a pensar que iba a existir Andrea, porque nunca pensé que me iba
a vestir- pienso que las cosas habrían sido diferentes. Ahora hay más tolerancia y nos
ven como una comunidad y no nos tocan, no hay tanta violencia.

Pensé que me iba a pasar algo más, pero el custodio ya no dijo nada. Me llevaron a
certificarme en servicio médico y dije “bueno, soy homosexual, me van a comer aquí
adentro, me va a pasar todo, no sé qué va a pasar”. Pensaba en la incertidumbre de mi
familia. Yo no le deseo esto a nadie, yo no les deseo esto que pasas. Mucha gente dice
“qué bueno que están en la cárcel”, pero mucha gente, si estuviera un minuto dentro,
vería que hay mucha gente inocente dentro. Cuando salga le voy a decir a la gente
esta frase: “el que esté libre de pecado que aviente la primera piedra”, porque a veces
la gente señala, dice que todos los presos son malos y hay gente que es mala y está
allá afuera, y aquí hay muchos seres humanos y muchos ángeles como no tienen idea.

Llego a servicio médico, me certifican y me dicen:


- ¡Ay cabrón, eres tú, te estábamos esperando! ¿De dónde eres?
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- Santa María Aztahuacán.
- Ah, eres del barrio.

Y me hicieron el paro, no me pasó nada. Y así fui caminando. Llegué a ingreso, me


robaron mis tenis ahí. No me metieron a la celda de la comunidad LGBT porque yo
no había expresado que era de la comunidad por temor. Pensé: “si digo que soy de
la comunidad me van a dar en la madre, me van a golpear o me van a hacer algo”.
Entonces, llegué con gente heterosexual y me tocó ‘tapiñarme’, como decimos aquí:
taparnos más. Pasé ingreso, COC (Centro de Observación y clasificación), y ahí expreso
que soy de la comunidad LGTB. Y llegué con la comunidad, todavía vestido de niño,
todavía no me había reencontrado bien y así mi camino comenzó aquí adentro en la
cárcel.

Al pasar del tiempo tenía que buscar un sustento económico, así que empecé a
trabajar aquí en la población de mesero. La gente me decía:
- Oye ¿eres gay’
- Sí, manita. ella, sal”. Y yo pensaba que si no lo
- ¿Y por qué no te vistes de mujer? hice en la calle por qué lo voy a hacer
La misma visita me decía eso y yo dentro de la cárcel. Si salgo del clóset
respondía: la población me va a comer, me van a
- Es que me da pena. señalar o los custodios me van a decir
“pinche joto”. Me tatúe unas estrellas
La misma visita, a escondidas, te en los hombros, ya me estaba haciendo
regalaba un lapicito, un perfumito, no femenina para caminar y me estaba
sé, algo para que te pintaras. La misma gustando. La gente y las chicas que
gente de la comunidad me decía: “oye, venían en aquellos años a visitar a sus
Oscar, ¿por qué no te vistes? Si tú eres esposos iban a comer conmigo y ya me
decían ‘manita’ y me preguntaban: hay un mundo, no te frustres en el
- ¿Cómo te llamas?, ¿o cómo te Oscar, no te frustres”. Le platicaba que
dicen, manita? luego te señalaba la gente, que no me
sentía a gusto, y entonces me empiezo
Yo todavía no usaba el nombre de Andrea a afeminar un poquito más, a cambiar la
y ya me estaba transformando poquito voz, ya sabes, el trayecto que pasamos
a poquito. Las chicas de la comunidad las chicas trans, empezar a salir poquito
me decían “vístete”. Había una chica a a poquito, que primero el aretito… poco
la que le decían La China que me decía: a poco a liberarme y ya después me
“ya no te cortes el cabello cortito, mana, decían:
ya vístete de ella, se tú, sal. Hermana, - ¿Y cómo te llamas?

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Yo todavía no había definido un nombre, no sabía cómo llamarme: Juana, Petra, un
nombre. La gente me decía Estrellita por los tatuajes. Había una compañera que se
llamaba Thalía a quien a veces como que se le iba el cerebrito, y siempre iba a mi
celda y se me quedaba viendo y me decía:
- Oye, te pareces mucho a una amiga que ya falleció que se llamaba Andrea.
- Ah órale.
A mí me daba miedo la compañera. De repente llegaba otra vez a la celda, tocaba y
decía:
- ¿Disculpa, no se encuentra mi hermana Andrea?
Y todos así de:
- ¿Quién es Andrea?
- Ella dice que yo soy Andrea.
- Tú eres mi hermana Andrea, porque me recuerdas mucho a mi hermana Andrea,
tú te llamas Andrea.

Y una vez me dice: “hola, Andrea. Tú vas a ser Andrea”.


Ella ya me decía Andrea acá arriba y la gente en la visita ya me empezaba a decir
así, ya no me decían Oscar, ni me decían Estrellita. Hasta que un día una chica me
pregunta:
- Oye ¿cómo te llamas?
Y agarro y le digo:
- Me dicen Andrea.
- ¿Te dicen Andrea o te llamas Andrea?
- Me llamo Andrea.

Y a partir de tu creértela: eres Andrea y saca a Andrea y haz nacer a Andrea, dale vida
a Andrea. Desde ahí soy Andrea y voy caminando en la cárcel. Así nació Andrea.

¿Entonces cuando tú te asumes como Andrea, esta feminidad cada vez la refuerzas más?
Bastante, me empecé a hormonizar a escondidas. Aquí seguridad y custodia ha visto
mi evolución. Cuando llegas te toman la primera foto y se queda plasmada en las
fichas sinalépticas y te vas detallando poco a poco, que el lapicito, que esto, que
el otro, que te dejas crecer poquito el cabello. Yo tengo pareja ahorita. Él fue parte
también fundamental.
¿Cuánto llevas con él?
Ya voy para 7 años.

Entonces tú ya te asumes como Andrea, empiezas a vestirte más femenina y empezaste


a tener pareja. Cuéntame esa historia de cómo te llegaste a casar, cuéntame de cómo
conociste a esa pareja, cómo se dio la relación, cómo era y cómo fue acabando.
Trabajaba de mesera todos los días en la visita y había un chico que se dedicaba a
vender pan. Se llamaba Trinidad. Empezamos a conocernos, me comenzó a rondar y a
platicar pero sin ningún ligue. Nada de que yo quiero ser tu novia o yo quiero ser tu
novio. Yo llegué en el 2012 y a él lo conocí en el 2013. Entonces mi cabeza apenas
estaba llegando a la cárcel, yo estaba llevando un proceso, me habían sentenciado
en el 2012 a 11 años y medio por una juez injusta y pues mi cabeza estaba nada más
en mi caso, que duró tres años para resolverse. En aquel tiempo mi cabeza no estaba
en tener parejas, mi cabeza no estaba para ver si me pelan más los hombres, no. Pero
fui conociendo esta persona y me fui enamorando y él también.

Empezamos una relación de pareja en el 2013, no recuerdo bien la fecha. A veces


en la cárcel es bueno olvidar las fechas, nada más vivir el día, porque ¿para qué
23
recuerdas cosas de la cárcel? No es mala la cárcel, no se maldice, porque también
te da cosas buenas. Bueno, él se hace mi pareja, la gente empieza a reconocernos
como pareja, empezamos a caminar en la cárcel juntos, nos apoyábamos y, de repente,
un día se lo llevan de traslado. Sin saberlo se despidió de mí en la noche y al día
siguiente que bajo a trabajar a la visita la gente me dice: “¿qué crees? Se llevaron a
tu novio de traslado a CERESOVA”. Y pues sí lloré y sufrí, yo pensé que la relación ya
había acabado.

¿Y por qué lo trasladaron?


Es parte de los protocolos que hay aquí. Si el juez de ejecución y sentencias decide
que tienes que ir a compurgar a tal lugar, tienes que irte a compurgar. Yo pensé que ya
no tenía nada, busqué la forma de comunicarme con él y nada, hasta que después de
unos meses mi hermana me dice: “¿sabes qué? Se logró comunicar Trinidad conmigo,
qué siguen en pie”. Yo dije: ¿cómo le hago? No sé qué va a pasar. En el 2014 llega un
documento que dice “oiga, señora Andrea, hay un interno allá en CERESOVA que se
llama Trinidad y que se quiere casar con usted”. Me mandaron a llamar los licenciados
y yo dije “¿cómo que se quiere casar si tanto tiempo el día de la boda. De ahí
yo ya no tengo contacto con él?” Yo te pasó como un mes y fracción en lo que
digo una cosa: sí, te enamoras, pero si se hacían los trámites para podernos
de repente te lo arrancan pues ¿qué dar la íntima y la convivencia, porque
puedes hacer? Ni modo que te quedes era de dos centros diferentes. Entre
prendida a algo que ya no va a ser, personas heterosexuales, una chica de
porque son centros diferentes, no es Santa Martha y alguien de Oriente, se les
como que estar en la calle donde vas da rápido, pero a nosotros nos trataron
y lo buscas, aquí no, como un proyecto
en la cárcel no y a ver cómo
se puede, aquí funciona. Me
hay muros, dieron la
custodios, íntima una
no puedes vez al mes,
saltarte c u a n d o
de un se tiene
reclusorio que dar
a otro. Yo cada 8 días.
me empecé a Me dieron la
hacer a la idea convivencia una
y a purgarme de mi vez al mes, que son
corazón, ya fue, ya no te todos los sábados, y poco
engañes. Entonces, en el 2014 a poco se dio la apertura y ya
me avisan que esta persona se nos la dieron cada 8 días.
quiere casar conmigo y yo dije “bueno,
pues vamos adelante”. Y sí, se hace ¿Y él venía o tú ibas?

todo eso y querían que me casara en No, él venía, lo traían para acá. Yo

CERESOVA. Los licenciados me dijeron estaba enamorada de él, digo estaba

que no, que tenía que ser aquí en porque ya no lo estoy. En ese inter yo

Oriente, porque Oriente no ha tenido tenía un amigo aquí, no lo engañé, era

bodas LGTB. Y dije: sí, vamos a pelear también su amigo, yo siempre platicaba

por esa boda, y fue la primera boda inter con él. Me la pasé bien con Trini, hasta

reclusorios, la primera íntima, la primera que al año nos suspendieron la íntima

convivencia. Lo volví a ver después de de repente y no vino un lunes. Y vino el


sábado y le pregunté:
- ¿Por qué no te trajeron?
Y me dice:
- No sé qué problemática hay.

Sabía que tenían que renovar otra vez el permiso porque supuestamente se renovaba
cada medio año o cada año, y de repente otra vez no viene un lunes y viene el
sábado y así estuve un mes sin saber que pasaba. Hasta que después me dicen: “oye,
te tenemos que mandar a hacer unas pruebas”, y yo dije ¿por qué? Pensaba que el
problema era allá en CERESOVA, no aquí, y él me decía “yo lo voy a resolver”. Y sale
positivo a sífilis. Yo en ese entonces no sabía cómo se trasmitía.
Me dicen que debo ir a Clínica Condesa: “te tenemos que hacer las pruebas porque tu
esposo salió positivo en sífilis”. Yo salgo negativa y le pregunté al doctor: ¿por qué se
da?, y me dice “por contacto sexual”. Y dije ¡ah bueno! Luego una es intuitiva y dije:
este wey me va a querer marear. Llego a la visita el sábado y le digo:

25
- ¿Qué crees? Que me mandaron a llamar para hacerme las pruebas y me van a
traer los resultados, pero dicen que tú estás positivo en sífilis, ¿por qué no me
dijiste nada?

Él estaba escondiendo que ya tenía relaciones sexuales con otra persona, él me


estaba utilizando. En CERESOVA no trabajaba, no tenía sustento ni nada. Realmente,
cuando ya abrí los ojos dije: bueno él se casó con plan con maña, él no se casó por
amor, él se casó porque quería regresar a Oriente, él tramitó los papeles para casarse
con el plan de ver si lo podían regresar ya que yo le daba todo aquí, porque gracias a
dios tenía trabajo, lo proveía de ropa, comida, de todo, lo apoyaba, mi familia también,
y cuando veo todo esto dije: bueno, a él ya lo están apoyando de aquel lado. Un
custodio que lo traía de CERESOVA que era muy mi amigo -era un personaje muy
buena onda, un ser humano muy grande- me dijo: “mira, Andrea, desengáñate, él está
andando con otra persona allá”. Y pues mejor dije adiós. Cuando suspendieron la
íntima hice inmediatamente el trámite para quitar la convivencia porque terminé
muy dolida. Se supone que a partir de esa fecha ya no tenía que venir y me lo dejan
4 sábados más, un mes más, yo creo que para ver si realmente podíamos arreglar las
cosas, pero yo ya no quería, salí muy dolida y vi que estaba siendo utilizada. Yo me
casé por amor e hicimos historia, y eso es lo rescatable de entre lo malo. Ahora ya no
tengo nada que ver con él y este amigo
con el que platicaba se convirtió en
mi pareja. Él es el que me ha tenido
agarrada de la mano y he estado con
él caminando. Le dicen El Perrito:
Luis Alberto Varela Méndez. Con él he
caminado. Me presentó a su mamá,
una señora hermosa. Él me ha ayudado
bastante.

¿Y con tu ex entonces cómo terminó todo?


Desde que pasamos a la sesión ya no
vino. Yo todavía fui dos visitas. Se da
la sesión por parte de Consejo Técnico
y él sigue viniendo. Yo no me explico
por qué si ya se había dado de baja.
Nunca cuestioné, nunca fui con Consejo
Técnico a decirle “¿por qué me lo sigues
trayendo?” Yo dije: él quiere rescatar
algo que ya no es rescatable. Y cuando él
venía tenía que pagar la mesa, yo tenía
que pagar la comida, tenía que pagar
todo y aparte regalarle una monedita
para que no se fuera mal. Pero yo no lo
hacía con el afán de pagar amor sino
de ayudar, porque si aquí te ayuda un
compañero, un amigo, pues cuanto más
tu pareja. Aquí por eso se dice que en la
pareja deben ser parejos, pero él no lo
veía así, ni yo lo veía como lo que era.
Hablé con él y le dije: yo ya no quiero
nada, ya quédate así, ya tienes a tu
pareja allá, ahí muere. Los últimos dos
sábados ya no vine. El último sábado
que lo vi le dije:
- Mira sabes que, yo no tengo para invitarte nada, no tengo ni para que te dé de
comer.Discúlpame por lo que voy a hacer, no te quiero humillar, pero si quieres
fumar un cigarro, toma, te dejo 5 pesos y eso es lo que vales. Ya no quiero saber
nada de ti.

Ya no volvió a venir. Después se fue a la calle, no sé en qué fecha, ya no supe nada


de él. Regresó, ahora está en el área de COC, me mando a buscar desde su llegada,
me notificó el licenciado Ricardo para que yo estuviera enterada porque no estamos
divorciados. Lo he intentado una y otra vez de mil formas pero no tengo dinero para
divorciarme.

¿Cuánto dinero necesitas para divorciarte?


Me dicen que cuesta como 12 mil, 16 mil. De repente los abogados me dicen que sale
en 10, me dicen varios precios.

¿Y eso no lo pueden hacer por abogado de oficio?


No sé si hagan eso. Una vez fui a hablar con jurídico y me dijeron que no, que esos
27
trámites ellos no lo hacen, que busquemos la forma con mi familia, pero pues yo ya
no tengo quien, mi mamá ya es una persona de la tercera edad, mi hermano no está
aquí, él vive en Michoacán. A la pareja que tengo ahorita no lo involucro en eso,
porque creo que eso es parte de mí, eso no lo quiero compartir con él. Sí me gustaría
divorciarme por mis propios medios y poderme casar otra vez, porque esta persona
si vale mucho la pena.

Me decías que aquí trabajabas primero como mesera, ¿ahora en qué trabajas?
Corto cabello.

¿Cómo aprendiste a cortar cabello?


Viendo, así como aprendí a maquillarme. Vi cómo la gente cortaba cabello.

¿De quién aprendiste?


Bueno ahí te va, seguía trabajando allá abajo con la visita pero quise entrar a un
curso de peluquería. Cuando mi hermana se enteró me regaló una máquina para
cortar cabello y una persona de ahí de mi trabajo me dijo:
- ¿Vas a cortar cabello? No, wey, para qué cortas cabello, dedícate a trabajar
aquí. Véndeme la máquina, yo mejor la uso para mi barba.

Un compañero que también era mesero me dijo:


- Andrea, la visita no va a durar para siempre y puedes hacer algo bien por ti.
Te voy a dar el consejo de tu vida: yo he estado en centros federales, en otros
reclusorios, y a través del camino que he tenido he visto que ustedes tienen el
feeling, la chispa para cortar cabello. Aprende y te vas a acordar de mi toda tu
vida.

Y ¿qué crees? Que una vez me peleó con el patrón y me quiere humillar enfrente
de la gente, de la clientela, y yo le renuncio. Me quedé 15 días sin trabajo y el poco
dinero que tenía pues me lo fui gastando y dije “¡chin! ora que hago”. Estaba yendo a
los cursos de peluquería, pero no practicaba, simplemente iba por cumplir, hasta que
me acordé de mi amigo, el que me dio el consejo de mi vida:
- Oye, wey ¿no estás trabajando? Ponte a cortar cabello, tienes la máquina, ¿o
la vendiste?
- No, no la vendí, ahí la tengo.

Y me puse a cortar cabello, a tusar a la banda por una cuota voluntaria de 5 pesitos, 3
pesitos. Y poco a poco conocí a mucha gente. Muchos me apoyaron y me decían “corta
el cabello así”. Yo no sabía cómo agarrar la máquina, ni cómo echarle el aceitito, ni
nada de eso. Me enseñó un amigo colombiano, Gio se llamaba. Me enseñó cómo
desvanecer el cabello y como que fue el plus y ya iba “levantando rating”. Ya me
llamaban: “¿Andrea, puedes venir a cortarme el cabello?” Así di un paso muy grande.
Por eso te digo que la cárcel te quita pero también te da. La cárcel no se maldice, se
bendice porque también hay cosas buenas, aquí hay mucha gente que vale la pena,
aquí aprendí a cortar cabello y una cosa muy importante: que soy Andrea, eso es lo
más importante, que tengo una vida, que valgo, que si la gente me señala no me
importa, lo siento, yo soy Andrea.

Población general ¿te ha señalado?, ¿te ha violentado alguna vez?


Sí, pero eso fue al principio. Al salir a caminar en la cárcel como que sí te señalan
pero es que tú misma también te etiquetas. Si vas caminando y te dicen “pinche
puto”, “pinche tiragusanos” o algo así y volteas y agredes de igual forma, pues te
van a agredir más. Van a decir “mira como sí le dimos en el ego”. Si te pintaste mal
y caminas con inseguridad, si la gente se te queda viendo porque traigo el cabello
largo y porque vengo con una chichi arriba y la otra abajo, pues la gente te va a
bulear. Pero si sales con la actitud de me vale todo y caminas segura en medio de mil
hombres “con el tacón bien puesto en el kilómetro” y convencida de que eres Andrea
y te lo crees, no pasa nada, al contrario.

¿Los custodios te han marginado?


No, al contrario. No conozco la cárcel de hace años, yo conozco la cárcel de mi
tiempo, del 2012 para acá, y he tenido mucha aceptación. Desde los comandantes, los
licenciados, los administrativos, jurídicos, salud… de repente sí hay unas licenciadas
que te dicen: “a ver, señor”. Hasta te lo marcan.

¿Como de qué área?

29
No sé, puede ser en los juzgados. Ellos no saben cómo te llamas acá dentro, ellos
están fuera, pero deberían tener un poco más de sensibilidad. Si te veo chica trans,
pues te hablo de ella.

No se dirigen a ti en femenino.
Te dicen: “a ver, señor fulano de tal”.

¿Y crees que lo hacen porque no están capacitadas o lo hacen porque aun teniendo esa
capacitación es como una manera de hacerte sentir mal?
De las dos formas, porque sí están capacitadas. En estos tiempos no podemos decir
que no están capacitados, todos están capacitados. Por ejemplo, a los custodios les
dan cursos de derecho humanos. Yo camino el kilómetro y ningún custodio me dice
“él”, todos me dicen: “¿cómo estás, Andrea”? ¨Porque saben nuestros nombres, porque
somos una comunidad muy reducida, de 8 mil personas heterosexuales, 30 personas
somos trans. Aunque somos menos aquí en el Reclusorio Oriente, somos como 15.

Si bajas a la visita como hombre nadie te va a pelar, pasas como un interno normal,
pero si bajas como chica trans voltean a verte desde la chica que viene a ver a su
marido, el mismo marido, la tía, la abuelita… y te vuelves el centro de atención, porque
se les hace raro, por morbo: “ah, mira, se ve bien” o “ah, mira, se va mal”. O se sienten
atacadas. No hay mucho bullying, antes sí había porque era como que más cerrada
la bronca, antes éramos mucho más internos y el sistema penitenciario ha cambiado
bastante, se ha estado depurando al cien por ciento, día a día se va depurando.
Antes, creo eran hasta como 14 mil personas cuando llegué en el 2012, era una
población super densa. Como chica trans tenías que caminar segura, con fortaleza, y
al primer wey que se pase de lanza pues a darle en la madre. Por eso hasta decían
“pinches putos rudos” o “pinche puto chacal”, pero no te dejabas, porque si ellos te
amedrentaban tú también le echabas huevos. Todo eso ha cambiado bastante.

Yo antes tenía un lugar donde ponía la estética, una mesita, no creas que una estética
producida, era una mesita con las máquinas y la gente llegaba a cortarse el cabello.
A mí ya me falta un año para irme a la calle, yo ya quité todo eso, yo ya camino de
dormitorio en dormitorio, de anexo en anexo en las diferentes áreas. Los custodios
ahora te llaman: “a ver, chicas trans, van a bajar al módulo a hacer labor social, a
cortarles el cabello”, porque es nuestra comisión, cortarle el cabello a los internos.

Eso te va abriendo las puertas. Llegas al módulo y le cortas el cabello a gente que
son muy malotes, pero no son malos, son unos seres humanos bien chingones, y
cortando el cabello te ganas un respeto. Gente que se pensaría que es el más malote
narcotraficante de algún cartel, un asesino, un violador, convives con ellos. Con narcos,
con asesinos, con rateros… y ellos conviven con un transexual. Dirían que es la crema
y nata de lo malo, pero ellos son hasta más sensibles. Dirá la gente ¿pero cómo? si
mató a mi familia, mató a mi hermano, me secuestró, sí, pero también son sensibles
los cabrones y ellos nos han dado nuestro lugar acá adentro. Acá no hay poderes. No
estoy diciendo que hay un poder, sino que ellos, que tal vez tuvieron poder en la calle,
aquí adentro te ven como tal. Cuando le corto el cabello a alguien que fue un matón
allá afuera y le dieron periodicazo no me dice: “a ver, joto”, sino que me dice: “buenos
días ¿cómo está usted?”, “¿me podría cortar el cabello?”, “¿cómo se llama?” Se hace un
lazo, una amistad y un respeto.

Como chica trans, si decides dedicarte a la prostitución -que no se está prohibido-


pues te van a agarrar como chica del desmadre, pero si llegas con esa seguridad de
decir “voy a trabajar y a eso vengo” te ganas un respeto. La misma banda te da ese
respeto. Hay lugares donde uno diría “ay, no, yo no paso porque me da miedo, son
puros cabrones tatuados, malotes, cholotes”, pero llegas y son como ositos: “pásale”,
“hola, manita, ¿cómo estás?”, “¿quieres un vasito de agua?”, “siéntate a comer, cabrona”,
y te pagan el corte de cabello y hasta te regalan una monedita más . O algunos te
dicen: “vino mi esposa y se le olvidó este maquillaje, toma, te lo regalo; se le olvidó
esta pincita, toma, te la regalo”.

Antes era diferente, antes sí había discriminación, pero yo no la viví como tal porque a
mí no me tocó la cárcel como era antes, el sistema poco a poco se fue depurando y la
conciencia fue abriéndose más. Ahora, gracias a los derechos humanos, asociaciones
como ustedes de Alma Cautivas, se ha logrado concientizar a la gente, han ido
sensibilizando a las personas para que respeten a la comunidad LGTB, porque
también la gente de la comunidad respeta a la gente heterosexual. El día que me
casé salí al otro día en el periódico, me sacaron en la televisión, y en vez de recibir
bullying al día siguiente, cuando bajé a trabajar de mesera, no te miento, la gente

31
me veía y me decía: “te casaste”, “felicidades”. Y los de la banda -o sea, la gente del
reclusorio- te decían: “eres tú, te casaste”. Y las señoras viejitas llegaban hasta donde
estaba trabajando de mesera y me decían “hija, te recorté el periódico, toma, te lo
regalo”. Hay ya una sensibilidad muy grande.

Tú me cuentas que te hormonizaste. ¿Cómo empezaste a hormonizarte?, ¿cómo te


enteraste de que había hormonas y cómo las ingresabas? Porque hasta donde yo sé no
es tan fácil.
Bueno, esa parte está media curiosa. Una amiguita, una chica trans de aquí, me decía:
“¿por qué no te hormonizas?” Aquí hay chicas que se meten, por la falta de conciencia,
aceite en el cuerpo. Me tocó ver a una interna que le inyectaron en su celda aceite
de cocina, le inyectaron medio litro en cada glúteo. Yo tenía una amiguita que se
llamaba Marieta que se fue a la Peni por VIH positiva y ya no supe de ella para
nada, pero a ella le dolían los pies y yo le ayudaba a drenarse porque se le hacían
como unas llagas hasta abajo cuando el aceite se le bajaba. Y yo decía “¿por qué
se meten eso?” En ese entonces todavía no había Clínica Condesa para nosotros y
tampoco tratamientos. Entonces, una amiga me dijo: “mira, aquí tengo unas hormonas,
inyéctate”. Yo no conocía que el cuerpo amarillo, que perlutal y perludil y no sé qué
tanto, y me las empecé a inyectar y me empezaron a crecer los senos, a rellenarse de
agüita. Mi pareja me dijo: “pues va, si ya te estabas vistiendo es recio, es recio”. Él vio
la transición de Oscar a Andrea, de Oscar cuando se casó con su esposo y de Andrea
cuando fue abandonada, él estuvo conmigo. Pero suspendí las inyecciones porque me
empezó a hacer daño, me empezó a lastimar el hígado y el riñón. Además, cambiaba
mucho de humor, estaba bien y al rato estaba llorando, y no entendía el porqué. Para
mí el mundo trans era nuevo, tuve mi primera amiga trans aquí, tuve contacto con las
trans aquí en la cárcel no en la calle, en la calle nunca, sólo la chica trans que por
su delito estoy aquí. Ahora entiendo cuando dicen “pegar paletazo”: que yo hago un
delito y tú te vas a chingar.

¿Cuánto tiempo te hormonizaste?


Más de un año, pero se me estaba volviendo un vicio; nada más veía las ampolletas
y se me hacía agua la boca, a fuerzas quería inyectarme por la mala información o
desinformación que tenemos las chicas que apenas vamos empezando. Ahora veo y
escucho que hay chicas trans que desde los 14, los 13, ya se están hormonizando y
se ven bellas y felices, pero una que está encerrada y a mis 29 años… Nadie te dice
qué te va a hacer la hormona o que te tienes que meter más, pero sí fui cambiando,
poco a poco, aunque yo creo que para ser una chica trans no es tanto la hormona, no
son las chichis, ni el trasero, una chica trans no es el cabello largo, una chica trans
es tú, soy yo: yo soy Andrea, yo valgo mucho, yo soy ella. Veo a mujeres que traen el
cabello corto y se llaman Paola, Verónica, y son ellas. Vi un papelito por ahí que decía
que una chica trans vive, ama, está en espera de amor, de todo eso. El día de ahora
no me hormonizo.

¿Y cómo te diste cuenta que te estaba afectando el hígado y los riñones?


Por los dolores que me daban a la hora de orinar, mi cuerpo estaba reteniendo mucho.
También psicológicamente me estaba poniendo mal. No hay alguien que te vaya
guiando en esto, que te diga que te ayuda si quieres hacer la transición.

O sea, tus amigas nada más te recomendaban las hormonas pero hasta ahí.
Es lo que falta aquí en el sistema penitenciario, que si un interno tiene alguna duda
o algún problema psicológico sea atendido. No tiene nada de malo que te vuelvas
trans en la cárcel, porque mucha gente dice: “ay sí, ya te volviste puto en la cárcel”.
Esto puede ser afuera o adentro, es como cuando se te muere un familiar: se te puede
morir acá adentro o allá afuera.
“ Pasé frente de la En mi caso, Andrea nació aquí, pero falta
aquí en el sistema penitenciario alguien

Penitenciaría hace con la capacidad psicológica de escucharte,


de guiarte, de decirte “no te vayas a meter
muchísimos años eso porque es malo”. Yo me voy a ir el 22 de

cuando vine a visitar a septiembre del 2022, llevo 9 años y medio


aquí, y no hay una atención psicológica que
uno de mis primos antes te diga “vas a salir, te vamos a preparar para
tu reinserción, para que te reincorpores a
de que yo conociera la la sociedad y a tu familia”, y eso para una
cárcel. Y se me ocurre persona heterosexual. Ahora, imagínate
para una chica trans, o imagínate para una
decir ¿qué se sentirá chica trans que nació aquí como Andrea.

estar adentro? Pero ¿Cómo va a salir a la sociedad? Si Andrea


no ha caminado en la calle como Andrea,
no aquí, sino que en el
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no se ha subido al metro como Andrea, no

Oriente. Y en verdad ha ido a comer a un centro comercial como


Andrea. El mundo allá afuera, la sociedad,
suceden las cosas. Tres mi colonia no sabe que existe Andrea.

días después estaba


¿Te da miedo?
cruzando la aduana del Sí. Pensaba pedir ayuda, que me apoyen

Reclusorio Oriente. ” psicológicamente para perder ese miedo,


porque quiero salir como Andrea. A veces
me entran las dudas y pienso que debo
dejar a Andrea aquí y va a tener que salir Oscar, pero es un retroceso tonto, sería
engañarme a mí misma y regresar a otra vida que no es, a regresar a un clóset. Aquí
yo me siento libre, aquí tengo unas alas bien grandes como no tienes una idea, tengo
las alas bien grandes, pero me da miedo salir a la calle. Cuando llegas a la cárcel te
da miedo entrar, pero ahora es al revés, me da miedo salir a la sociedad y al mundo,
la gente dice “no, pues, ya te gustó la cárcel”. No te puede gustar la cárcel, pero no
viviste un día aquí, voy a cumplir 10 años y medio de mi vida dentro de la cárcel,
vestido de beige. Allá afuera, uno: te van a etiquetar que fuiste preso; dos: por un
delito que no cometiste. A todo eso agrégale el temor de que la persona que me
metió aquí tome represalias en contra de mi persona. Cuando robas haces un daño
psicológico porque se trauma la persona que a la que asaltas, cuando violas dejas un
trauma psicológico, cuando secuestras dejas un trauma a la persona que afectaste,
pero cuando te afectan sin haber hecho nada… O sea, esta persona me señaló de un
delito que no cometí, a mí me dañó y la sociedad eso no lo sabe y el juez no lo sabe.
A mí me dijo el juez: “para mi eres culpable porque esta persona te señaló”.

Voy a decir una estupidez, a ver si no me meto en broncas: dicen que la justicia es
ciega e imparcial. No, la justicia es ciega y pendeja por quienes la manejan. Son
gente corrupta. Estoy muy sentida contra la juez, contra el juzgado número que me
acusó de un delito que no cometí. La persona que me acusó está allá afuera y tenía
antecedentes penales por abuso sexual, robo y portación de arma y ni al Ministerio
Público ni a la juez les importó eso. A mí me hizo un daño psicológico, ¿quién lo va a
reparar? Y no me estoy haciendo la víctima, porque yo le agradezco a Dios y a la vida
haber estado aquí.

“ elque esté libre de pecado que aviente la


primera piedra”, porque a veces la gente
señala, dice que todos los presos son malos y
hay gente que es mala y está allá afuera, y aquí
hay muchos seres humanos y muchos ángeles
como no tienen idea. ”
Si alguna vez una persona dice “¿qué se sentirá estar muerto?, ¿qué pasaría al día
siguiente de que yo muriera?” Es lo que pasa aquí. De repente ya no llegas a dormir
a tu cama, ya no estás con tu esposa, con tus hijos, ya no estás en tu núcleo familiar,
desapareces. Cuando les dan una sentencia grande a mis compañeros, las esposas se
van, quedas solo.
Yo quise meter pruebas y decir no lo hice, pero una juez me sentenció. Apelé tres
veces y la juez me dijo: “para mí eres culpable”. Antes el sistema judicial era diferente,
ahora le ves la cara al juez, al Ministerio público, la cara del acusador. Antes no, antes
llegabas a una ventanilla, una rejilla, y te decían: a ver, fulano de tal, fírmele aquí
porque ya se llevó a cabo su audiencia. ¿Y mi abogado? No, nos interesa fírmele.
Hablé con la juez y le dije:
- Señora juez, es que yo no soy culpable, me están acusando injustamente.
Me dijo:
- No me interesa.

Tenía que traer cuatro causas y esas nunca las agarraron.


- Es que esa persona tiene antecedentes penales y yo no.
- No me interesa, él puede ser narcotraficante o el secuestrador más famoso
del mundo, pero te está señalando a ti. Para mí tu eres culpable y deja de estar
apelando.

Y me cerró la ventanilla en la cara. Imagínate qué frustración. Me sentencian y me


quedo con diez años y medio. Entonces, te vas haciendo de frustraciones. Y ¿quién
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te ayuda psicológicamente para salir a la calle?, ¿quién te dice “te vamos a ayudar
para que no salgas en contra de la sociedad?” Porque no vas a salir como un perro
queriendo morder, con resentimiento, pero no puedes salir en contra de la sociedad y
pensar “como a mí me metieron entonces ya voy a robar o voy a matar”. Aquí convives
con mucha gente, te mezclas, estás sentado un día al lado del wey que salió en las
noticias y lo ponen como el peor narcotraficante, cuando igual ni lo era y le dan el
periodicazo. Y de repente está sentado a tu lado, estás platicando con él. Gente que
ves en la tele y dices “ese es malote”, lo tienes al día siguiente platicando contigo o
está durmiendo al lado de ti, o en mi caso ya le estoy cortando el cabello, ya se hizo
mi valedor. Entonces, sales con esa frustración, yo tengo ese miedo. Aquí en la cárcel
está regresando mucha gente que salió libre, está regresando porque les fabrican un
delito, entonces ese es mi miedo. Imagínate que salgo con un antecedente penal -que
no debería tenerlo ni lo merecía- y que tal si te agarran otra vez. Ese es mi temor.
Y hablando de estos temores, pero también de esperanzas, cuándo salgas ¿te gustaría
cambiar tus documentos? Porque Almas Cautivas te puede ayudar.
Sí. Yo te digo una cosa, yo me llamo Andrea pero también estaría padre que en
un documento dijera Andrea Cárcamo Ramiro. Sería padre. Nosotras somos como
rezagadas, nosotras estamos en una bolita de cristal. Somos chicas trans de la cárcel
y no conocemos el mundo de afuera de ahora, de que ya puedes trabajar para la
delegación, o como ustedes, hacer una labor loable y ayudar a las chicas que están
en los centros, de ver por ellas, de regalarles un jaboncito, una esperanza. Créeme
que cuando le regalas un jabón o una pasta de dientes a un interno, es una sonrisa,
es una esperanza, es un: ¡ay wey, no mames! Hay alguien que ve por ti, alguien que no
es de mi familia voltea a vernos. Nosotras cuando ustedes vienen nos emocionamos
en serio, las chicas trans y los chicos de la comunidad LGTB se emocionan en verdad
y se agradece muchísimo. Apenas les dieron un reconocimiento y eso es aplaudible.
Qué chingón sería que nosotros al salir pudiéramos decir “pues tú me ayudaste allá
adentro y yo puedo ayudar como sociedad trans de la cárcel, ayudar a los que van
llegando, a los que están en ingreso y COC”. Ellos llegan en el limbo y, tú que ya le
caminaste nueve años ¿qué puedes hacer por ellos? Aunque sea llevarles un jaboncito.

Ya para terminar, algún sueño que quieras compartirnos, algún último mensaje que
quieras compartir para quien vaya a leer tu historia.
Pues hay que vivir la vida, día tras día, aquí en la cárcel se vive mucho. El que esté libre
de pecado que aviente la primera piedra. Y para la gente que está allá afuera, que viva
al cien por ciento, no dejen de acariciar a su papá, a su mamá, a sus hermanos. A mí se
me fue alguien muy importante hace un año, yo no sé si fue por COVID pero falleció
en esa época y es un dolor y un duelo que no se ha podido depurar. Iveth Cárcamo
Ramiro, mi hermana, era todo para mí. Mis lágrimas no son de tristeza, son de alegría
porque sé que tengo un ángel ahora allá. Y a las chicas trans, lejos de posarnos,
darnos cuenta que somos seres humanos, y las chicas trans que estamos aquí en la
cárcel somos seres humanos igual, y tenemos alas para volar. Un sueño que tenía era
volver a ver a mi hermana, pero ya no se pudo, pero voy a ver a mi madre, voy a ver
a mi sobrino y poderme reinsertar a una sociedad y podré ser Andrea y ayudar a la
gente, y, si puedo, entrar a una asociación para poder ir a las cárceles a ayudar. Porque
yo tuve quien me ayudara, me regalaron una sonrisa y se les agradece a ustedes,
a Almas Cautivas, a la subsecretaría, al sistema penitenciario, a los comandantes…
gracias a ustedes, que conforman todo esto, estamos abriendo puertas. Aunque no
podamos salir a la calle, estamos abriendo puertas, estamos haciendo historia, porque
el sistema penitenciario está cambiando y se está sensibilizando con la gente trans.
Hace años no hubieran permitido esta entrevista, ni que trajéramos un lapicito, ni
maquillaje, ni el cabello largo, eso hay que tomarlo en cuenta. A las chicas trans en la
cárcel no se les estaba permitido traer el cabello largo, ni ser ellas, hoy se ha podido
hacer. Eso es todo. Gracias.

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Sufrí en ingreso porque en ingreso a nosotros
nos tienen aislados, nos tienen en una sola
celda y casi no nos dejan salir. No querían que
nos hicieran nada, ni que nos gritaran, ni que
nos mandarAn a recoger, ni hacer fajina, como
aquí dicen. Sufrí mucho el encierro.

DOMENECK
D O M E N E C K

Reclusorio Preventivo Varonil Oriente


19 de octubre de 2021
Hola compañera, ¿qué nombre deseas usar para esta entrevista?
Domeneck, porque es mi nombre real y no tengo nada que esconder.

Me gustaría que me dijeras ¿cómo te identificas a ti misma? ¿Cómo mujer trans, como
transexual, como travesti?
Bueno yo me identifico como una chica trans porque la verdad yo ya vengo así desde
la calle y la verdad me gusta mi identidad, me gusta mi género. Me gusta vivir bien y
me gusta notar que todos sepan lo que ahorita voy a contar que es mi vida.

¿Qué edad tienes?


Tengo 32 años, soy de Irapuato Guanajuato y vivo aquí en la Ciudad de México.

¿A qué edad te viniste para acá?


Me vine para acá a los 13 años.

Y antes entonces vivías en Irapuato. ¿Cómo era en ese entonces la relación con tus papás?
La relación con mis papás siempre ha sido buena, mis papás me supieron comprender
y me supieron apoyar, nunca sufrí discriminación de ninguna persona, menos de mi
familia, al contrario, mi familia me apoya y me sigue apoyando y de eso me tengo que
sentir muy orgullosa.

Tu familia ¿a qué se dedicaba?


Mi papá es comerciante ambulante, mi mamá es ama de casa.

¿Viven allá en Irapuato?


Sí, mi mamá vive allá en Irapuato y mi papá se sale, como es comerciante ambulante
trabaja en León, Celaya, Abasolo, Pénjamo, incluso aquí en la Ciudad de México.

Cuando ibas a la escuela, ¿cómo era tu relación con los demás niños, con las niñas? ¿Con
quién te juntabas más? Cuéntame sobre eso un poco.
Bueno cuando yo estaba en la escuela, cuándo estaba chiquito pues la verdad me
llevaba bien con mis compañeros, sí sufrí un poco de discriminación, uno u otro
compañero si me decía groserías, pero pues la verdad no les tomaba importancia. Yo
seguía con mis compañeras porque con ellas me juntaba, me daban su apoyo a mí no
me interesaba el bullying, no le tomaba tanta importancia, al contrario, me hice de
muchos amigos.

¿Los maestros nunca te dijeron nada?


No, nunca sufrí ningún acoso al contrario, me apoyaron y también les dijeron a mis
papás, hablaron con mis papás porque pues me notaban raro, me notaban que yo
tenía tendencias de mujer, que me gustaban cosas de mujer, que era femenina.

¿Cómo externabas tu feminidad?


Yo externaba mi feminidad, me juntaba con mis amigas y les pedía tantito gloss, les
pedía prestadas sus muñecas y sus cosas y mis amigas con tal de verme bien me las
prestaban.

Entonces tú vienes de Irapuato para acá a los 13 años, ¿te viniste sola?

41
No, mi mamá me trajo para acá con mi abuelita. Mi abuelita me crió.

En la adolescencia como a los 13, 14 años ¿cómo era tu relación con la gente?
Ah bueno, ahora sí que como yo vivo en una unidad habitacional, pues toda la gente
ya me conocía. Incluso iba a la secundaria, pero fue cuando ya me cambiaron el
nombre, ya no me llamaba Omar, ya me decían Tamara y la verdad pues me llevé
súper mega bien con mis amigos de la secundaria e incluso con mis maestros y
empecé a andar con el hijo de la directora de mi escuela.

¿Sufriste bullying en la secundaria?


No, realmente no. Era popular, “que Domeneck se va a pelear”, “Domeneck esto”,
“Domeneck lo otro” y toda la escuela me seguía y todas mis compañeras y mis amigas
me apoyaban, era una piececita única.

Y, ¿por qué te peleabas?


Me peleaba porque luego me gritaban los niños de cosas.
¿Cómo qué cosas te gritaban?
Me gritaban “pinche puto” y pues yo no me dejaba y volteaba y les decía que lo puto
lo tenía él en ya sabes dónde y pues me tenía que pelear.

No te dejabas.
No me dejaba y terminaban golpeados.

¿A esta edad tu ya utilizabas ropa femenina?


No, la ropa femenina la llegué a usar después de los 18 años, fue cuando conocí la
ropa, el maquillaje, el planchado de pelo, los pupilentes, las uñas.

Y ¿por qué antes no lo hacías?


Antes no lo hacía porqué me daba pena, me daba vergüenza, pensaba: “qué me van a
decir si me visto”, “si me maquillo como me voy a ver”. La verdad pues si me daba un
poco de pena y vergüenza, pero mis papás me fueron abriendo los ojos y me fueron
apoyando, ya hasta ellos mismos me compraban mis cosas, mis zapatos. Mi mamá me
compraba mis vestidos, mis extensiones, todo femenino.

Cuándo ya empezaste a vestirte más femenina, ¿tuviste novio?


Domeneck: Sí, llegué a tener muchos novios, incluso no se me notaba que era una
chica trans.

¿Cómo te trataban tus novios?


Okey, mis novios me trataban súper bien, me llevaban a comer, no les daba pena salir
conmigo, invitarme a un restaurante, invitarme a un antro. No les daba pena nada y
eso me hacía sentir más segura de mí misma.

¿Eso cómo a qué edad?


Como a los 19, 20, 21, 22, 23.
¿Hasta qué grado estudiaste?
Estudié hasta primero de secundaria.

¿Por qué ya no seguiste?


Tuve problemas en la secundaria por andar con el hijo de la directora.
A ver cuéntame esa historia.
Bueno mira, esa historia fue que yo iba entrando a mi escuela y en la primera clase, al
salir fui al baño y volteé, estaba un chavo guapo de ojos de color verde y me llamó la
atención, me empezó a hacer la plática, él era más grande que yo, ya iba en la prepa
y yo estaba en primero de secundaria.

O sea ¿tenías 12 años?


Exactamente.

Y ¿él qué edad tenía?


Como 16 y pues haz de cuenta que ese mismo día salí de la secundaria y en eso me
meto en una papelería que estaba frente a mi escuela y volteó y me ve y me dice:
“oye quiero platicar contigo, ¿te puedo invitar un refresco o un agua?” Yo acepté y
nos fuimos a tomar el refresco, así fue como empezó nuestra relación; dos semanas
después, me enteré de que era el hijo de la directora.

¿Cuánto tiempo anduvieron?


Anduvimos tres meses.
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¿Cómo era tu relación con él?, ¿a dónde iban?, ¿qué hacían?
Pues como él se tenía que esconder de su mamá, haz de cuenta que me subía yo a la
azotea de mi edificio y nos subíamos los dos y ahí convivíamos, comprábamos papas,
refrescos. Nos la pasábamos todo el tiempo arriba de mi azotea cocteleando.

Y en esta época, ¿él te trataba de manera femenina o de manera masculina?


Él me trataba de manera femenina ¿por qué? Porque él era activo y yo era pasiva y
pues congeniábamos.

Y ¿tú en esa época también te maquillabas un poco o no?


No, andaba de niño.

Y después que dejaste la escuela, ¿a qué te dedicaste?


Después que dejé la escuela, primero me metí a trabajar en una fábrica de paletas y
la verdad no me convenció mucho el salario porque ganaba $550 a la semana. Luego
me fui de comerciante ambulante a la merced, ahí vendía cosas con una señora,
vendía yo de temporadas, por ejemplo, en diciembre vendía cohetes, en septiembre
vendía lo de la bandera de México, en Halloween vendía todo lo de Halloween y así
por temporadas.

Ahí trabajaste ¿hasta qué edad?


Ahí trabajé hasta los 19 años

Después de los 19 ¿qué pasó?


Después de los 19, me convertí en una chica trans y me gustó salir de noche, me gustó
andar caminando sola, me gustaban ya las amistades como cuando vas caminando y
te encuentras a un chico y te dice: hola mira qué bonita estas y tú te das la vuelta e
igual aceptas, todo eso me gustaba.

Y ¿en qué empezaste a trabajar?


Empecé a dedicarme a la prostitución.
¿En dónde trabajabas?
Trabajaba yo en el metro chabacano, saliendo del metro chabacano. La verdad me
llevaba bien con mis amigas y desde ahí empezó mi trabajo, ahí fue.

Yo llegué ahí porque una amiga trans me dijo: “vente a trabajar conmigo, ganas bien,
te va bien, compras lo que quieres, consigues clientes, amigos” y la verdad me llamó
la atención lo que ella dijo y desde ahí empecé a frecuentar la prostitución.

¿Ganabas bien?
Sí, ganaba muy bien, pero tener sexo con los clientes no era lo mío, había clientes
que me tocaban y me daba un poquito de asco por el olor de su piel, por el olor de
su boca, por cómo te tocan, pero me gustaba ganarme mi propio dinero y por eso yo
dejaba que me hicieran todo eso. Me iba bien, en una noche me tenía tres mil, cuatro
mil pesos.

Y en esa época cuándo tú empezaste a trabajar, ¿ya vestías con ropa femenina?, ¿usabas
hormonas?
No, yo nunca me he inyectado hormonas. La verdad no las conozco, pero la verdad
si me gustaría tratar eso, conocerlas, pero la verdad si me vestía ya como mujer. No
me daba pena llegar a mi casa, así vestida de mujer, porque como les cuento, tuve
mucha relación con mis papás. Mis papás me apoyaron y en todo lo que yo siempre
he decidido, siempre me han apoyado.

¿Ellos no te decían nada porque te dedicabas al trabajo sexual?


Mis papás nunca se enteraron a que me dedicaba, yo les decía que trabajaba en un
Oxxo en la noche, pero nunca supieron de qué trabajaba.

De tu el trabajo ¿podrías contarme alguna historia, alguna anécdota con tus compañeras
de trabajo o con algún cliente?
Okey con mis compañeras de trabajo me llevaba bien, la verdad te voy a contar una
cosa, yo conocí un chico que se llamaba Juan, trabajaba en el Palacio de los Deportes
y no sé qué le di o no sé qué me dio, pero empezó primero como un cliente y después
el señor se fue enamorando de mi o no sé, a lo mejor le caí bien por la confianza

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y porque no me dedicaba a robar, me dedicaba a trabajar bien, de ahí, el señor me
pidió el número de mi casa, pasaba por mí a mi casa, me pagaba el tiempo que estaba
conmigo. El 31 de diciembre, el 24, me compraba mis regalos, me compraba mis cosas,
me llevaba a cenar, me llevaba a comer, hubo una relación, así como tipo pareja, pero
yo no lo veía como pareja porque yo sabía que él era un cliente, pero pues él me
miraba, así como pareja, me invitaba al cine, me invitaba a muchos restaurantes, no
le daba pena salir conmigo.

¿Él qué edad tenía?


Él tenía como 39, 40 años.

¿Y tú?
Yo apenas tenía 20.

Cuándo trabajabas en la calle ¿sufriste violencia por parte de los clientes, de los policías
o de la gente?
Mira fíjate que todo eso, tú sabes bien que sí se ve ¿no? Mira yo en mi caso nunca
sufrí maltrato ora sí que de un cliente o de un policía, al contrario, soy buena onda y
me gusta ser así porque siendo buena onda y no haciendo tonterías tienes el acceso y
la puerta abierta a muchas cosas y la verdad nunca sufrí violación, nunca sufrí daños
psicológicos, golpes o cosas así. La verdad, no.

Generalmente cuando trabajas en la calle te ofrecen muchas cosas, drogas por ejemplo,
¿tu consumías alguna sustancia?
Mira la verdad yo sé que la droga es una perdición total. Yo en la calle no me drogaba,
mi única drogadicción era la coca y los cheetos, eso sí. Todas las noches me compraba
mi coca, mis cheetos, mis doritos, lo que fuera, cualquier chuchería, incluso hasta
tortas pero así de que yo consumiera alguna droga, no. De hecho, yo en la calle era
así como que muy mensa porque no conocía yo un tipo de droga.

¿Tus compañeras si consumían?


Sí, mis compañeras consumían perico y cosas así, pero nunca me enviciaron, nunca
me dijeron, toma. Al contrario, me cuidaban y me decían, esta niña no consume y no
la hagan consumir y me alejaban.

Entonces de las hormonas, nunca te has hormonizado, ¿alguna intervención quirúrgica


qué te hayas hecho?, ¿qué te hayas inyectado alguna substancia en tu cuerpo?
Fíjate que nunca me he inyectado nada y la verdad sí me gustaría operarme mi nariz,
operarme varias partes de mi cuerpo, pero a la vez me da miedo porque es muy
riesgoso.

¿Por qué te gustaría operarte y cambiar tu cuerpo?


Me gustaría operarme mi nariz porque operándote de la nariz cambias mucho de tu
cara y de mi cuerpo nada más me operaría mis bubis, nada más.

¿Te sentirías más segura con esas operaciones?


Exacto, me sentiría más segura, mas, así como que más llamativa, si de por sí así ya
me quiero mucho, ahora imagínate operada, me voy a querer súper mega más.

Cuéntame, ¿cómo llegaste aquí?


Aquí llegué por medio de la droga, porque pues voy a contar todo, mira yo pues
estaba muy perdida ¿por qué? Porque me enamoré de una persona, me enamoré de
un chico y ese chico me pagó mal. La verdad
yo de la desesperación y de la depresión,
agarré la droga. Después de la droga, agarré
los chochos y el alcohol, todo eso lo combiné
y por eso fue que vine a parar aquí.

¿Por qué dices qué te pago mal, ¿qué pasó?


Me enamoré de él y él me fue infiel con otra
mujer trans.

Entonces ¿te deprimiste mucho?


Me deprimí mucho y la verdad pues no me
gustaría contarlo, pero lo voy a contar. La
verdad pues sí me deprimí mucho porque era
mi primer amor, o sea que yo me encariñe
con él, era la primera vez que yo lo hacía por
una persona y me falló, me pagó mal. Caí en
depresión, sufrí, lloré, incluso llegué hasta
47
matar por él.

Cuándo tu andabas con él ¿qué planes tenías?,


¿te veías con él estando mucho tiempo?, ¿vivías
con él?
No, no vivía con él. De hecho, yo vivía en
mi casa y él en la suya. Me presentó con su
familia, con su mamá, con sus hermanos, yo me
sentía otro tipo de persona, ya estando con él
me sentí como halagada, me sentí como una
persona especial en su vida, aceptada, pero
cuando me falló, sufrí mucho y eso mismo
hizo que yo me portará mal, hiciera cosas
indebidas y pues no les recomendaría estar
en mis zapatos.
Ahora con todo lo que has aprendido, si regresaras en el tiempo, ¿crees que actuarías de
la misma manera o no?
Si regreso el tiempo atrás y si yo hubiera sabido que iba a pasar todo esto pues no
lo hago, a parte estaba pues muy chica, no sabía bien lo que yo quería, incluso ya
cuando haces las cosas te arrepientes y quieres aventar el tiempo atrás pero ya no
se puede, lo que se puede hacer es ser fuerte, echarle ganas y sacar tu vida hacia
adelante.

Ahora cuéntame un poco de cuándo llegaste aquí ¿cómo te trataron por ejemplo en
ingreso?
En ingreso me desvistieron toda totalmente para poder ingresar a la población y la
verdad eso no me gustó. Sufrí en ingreso ¿por qué? Porque la verdad cuando llegas
casi no tienes apoyo de nadie, ni nada de eso. Incluso, le marcaba yo a mis papás
diciéndoles que tenía miedo, por mi papá y mi mamá fue que me hice fuerte aquí y
gracias a ellos, ahorita estoy viva, estoy sana y le estoy echando ganas.

¿A qué edad llegaste aquí?


Aquí llegué a los 23 años

Y ¿por qué dices que sufriste en ingreso? ¿Qué fue lo qué pasó?
Sufrí en ingreso porque en ingreso a nosotros nos tienen aislados, nos tienen en una
sola celda y casi no nos dejan salir. No querían que nos hicieran nada, ni que nos
gritaran, ni que nos mandarán a recoger, ni hacer fajina, como aquí dicen. Sufrí mucho
el encierro.

¿Cómo era tu relación con los guardias, con los administrativos, con gente de salud?,
¿cómo te han tratado?
La gente de seguridad es gente que nos apoya, nos han tratado súper bien porque
ellos saben que la población vulnerable tiene un respeto, así como ellos nos respetan
nosotras también tenemos que respetar a ellos. Incluso a los externos, que luego
vienen a acompañarnos y nos vienen a dar platicas yo siento que todos esos apoyos
pues no cualquier persona te los da y esos apoyos son los que debes de aprovechar.
¿Cuándo tú llegaste a ingreso traías el cabello largo?
Sí, lo tenía largo.

¿Te lo cortaron?
Sí me lo cortaron, pero fue voluntario, no fue de que me lo cortará custodia o equis
cosa, no, no. Mi corte fue voluntario porque yo quise cortarme el pelo cortito.

Pero ahora veo que traes el cabello largo.


Sí, un poco.

O sea que realmente aquí respetan tu identidad.


Sí, te respetan tu identidad, tu género. Nada más que yo por cortarme el pelo por
no querer saber nada de la vida, pero después me di cuenta de muchas cosas, me di
cuenta de que la vida vale mucho y te debes querer mucho para sobrevivir aquí.

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¿Te cortaste el pelo por todo lo que traías?
Exacto yo me corté mi pelo y sufrí mucho por lo mismo, desde que yo estaba en la
calle sufrí mucho. Incluso, lo que yo hice no lo hice consciente, yo lo que hice lo hice
drogada, bien chocha, bien alcohólica, bien drogada. La verdad esas son las cosas de
las que me arrepiento porque drogada haces cosas, despiertas y dices ¿qué hice? No
te acuerdas de nada.

¿Quién te defendió?, ¿tuviste abogado privado o fue defensor público?


La defensora pública que tuve, ella me defendió, pero mi proceso fue muy rápido
porque a mí me sentenciaron al mes que yo llegué. El juez me sentenció muy rápido
y me sentenció a 55 años de prisión.

Entonces ¿tú dirías que estás aquí como consecuencia de lo que te pasó en tu relación
amorosa?
Exacto por lo que yo sentía, por lo que yo cargaba, por todas esas cosas yo me sentía
mal, yo ya llevaba muchos meses de estarme drogando y alcoholizando, Mi vida no
era así, yo era una chica trans sana, bonita, bella, otra onda, pero después que tuve
esa mala experiencia mi vida se convirtió en un completo desastre e incluso cuando
me agarraron me hicieron confesar, ellos me dieron alcohol y me hicieron confesar
hartas tonterías.
Ellos, ¿quiénes?
Los que me agarraron, los de la PGJ. Ellos me agarraron y me llevaron a la delegación,
me pusieron borracha y la verdad me hicieron a que dijera que yo lo había hecho y
sí lo aceptó, yo lo hice, pero lo hice drogada, alcoholizada, lo hice chocha. Toda mi
declaración está así como desvariada, en mi declaración digo muchas tonterías, digo
que ellos me manosearon, que ellos esto y que ellos lo otro y pues así no fueron las
cosas. En realidad, no me acuerdo de todo eso, lo que pasó.

Tú hiciste una declaración bajo la influencia del alcohol y de la droga.


Exactamente porque ellos fueron los que me dieron las cosas para que yo declarara
y bueno, ya llevó aquí 9 años.

Alguna anécdota que me quieras contar de lo que hayas vivido aquí.


Aquí la verdad he tenido varias parejas. Todas las parejas que tengo me brindan su
atención, me brindan su apoyo, me brindan todo pero la verdad yo soy muy mensa,
por mi drogadicción y por la manera de ser como soy, he perdido a varias personas.
Con mi actual pareja que ahorita estoy la verdad agarro la onda y trato de no hacerle
cosas que con las demás parejas yo hice.

¿Como qué les hacías?


Los robaba, les quitaba su dinero para drogarme, infinidad de cosas, los engañaba a
todos.

Y ¿qué hacían ellos cuándo se enteraban?


Cuando se enteraban, agarraban y se enojaban, se daban media vuelta para no
pegarme o no lastimarme, se daban la media vuelta y se iban a su dormitorio o
estancia.

¿Nunca te ha pegado un novio acá adentro?


No, nunca me ha pegado ningún novio, nada mas el único que me ha pegado es mi
actual pareja. Bueno nada más una vez lo hizo y eso fue porque lo engañé. Pero él
también se cobró.
En general los chicos con los que has andado ¿tienen visita?, ¿son casados?
Tuve un novio que la verdad venía su mamá a verlo, él me presentó a su mamá y no
le dio pena decirle que yo era su pareja, a pesar de que él ya estaba casado y tenía
un hijo. Él ya se fue libre.

Y, por ejemplo, él que ya se fue ¿alguna vez te volvió a llamar? o ¿cuándo se van ya no
sabes nada?
De hecho, lo sigo contactando, le hablo y me contesta, me contesta su mamá.

¿Acá adentro se da mucho que los hombres busquen a las chicas trans?
Sí, ¿por qué? Porque somos su única alternativa, porque ellos nos ven como una
mujer, como un apoyo, como un cariño que ellos no tuvieron de sus esposas. Por
ejemplo a mí me buscan porque a veces quieren desahogarse conmigo, o porque
quieren tener relaciones conmigo, hacer cosas que con su esposa o que allá a fuera
nunca hicieron y acá las vienen a hacer con nosotras.

Aquí en el centro, ¿estudias, trabajas o te mantienen tus novios?


Bueno la verdad estudiar pues no, trabajar pues menos. La verdad, él único que me
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mantiene es mi pareja actual.

¿Tienes contacto con tu familia?


Sí, tengo contacto con mi papá, con mi mamá, con mis hermanos. De hecho, me apoyan,
pero no es lo mismo que te apoyen a que te vengan a ver.

¿Ellos no te visitan?
No, no vienen.
¿Ellos viven aquí en la ciudad?
Sí, viven en la Ciudad de México, en la alcaldía Iztacalco.

¿Desde que ingresaste nunca han venido?


Vienen pero cada 6, 8 meses o algún día festivo.
Y entonces las cosas que tú tienes, las
cosas que necesitas como shampoo, jabón, “ Por ejemplo a mí
¿eso cómo lo obtienes?
me buscan porque
Mira las cosas que yo tengo como
shampoo, mis perfumes, mis maquillajes a veces quieren
es porque mi novio me apoya y la
desahogarse conmigo,
asociación que viene, también nos
apoya. Y la verdad por medio de ellos, o porque quieren tener
yo tengo mis cosas personales y mi
relaciones conmigo,
ropita que de hecho la cuido mucho.
hacer cosas que con
¿Aquí has ejercido el trabajo sexual?
su esposa o que allá
Sí porque luego se me antoja una
bebida, un coctel, se me antojan así afuera nunca hicieron
muchas cosas aquí y pues como no
y acá las vienen a
tengo cómo hacer dinero aquí, luego si
accedo, pero cuando una persona me hacer con nosotras. ”
gusta, cuando una persona no me gusta
pues no, cuando no me llegan al precio,
no.

Y de amistades que tenías antes de


ingresar aquí ¿ya nadie te visita?
No, las amistades tú sabes que se ven en
los casos reales, cuando tú tienes una
amistad y ese amigo es tu amigo o es
tu amiga no te deja, así seas como seas,
te drogues o no te drogues, vivas como
vivas, te vistas de color o no de color,
una amistad cuando es una amistad no
se pierde.
Y ¿qué opinas por ejemplo del trabajo de
“ cuando yo era Almas Cautivas?

chiquito y cuando no Pues la verdad yo me siento muy feliz,


porque ya se los dije, no cualquier
era todavía una chica persona te brinda la mano, te da la

trans, mi sueño era confianza, o sea te llegan a regalar


cosas, no cualquier persona hace eso. Yo
ser modelo. Mi sueño me siento muy feliz con las chicas trans

no era dedicarme que luego vienen y nos apoyan porque


te das cuenta de que no estás sola, que
a la prostitución, te están apoyando.

a hundirme en las
¿Amistades has hecho acá adentro o
drogas, ese no era también es difícil?

mi sueño, eso lo hice Sí he tenido muchas amistades,

53
incluso yo tenía una amiga mía de mi
porque yo quise y propia estancia, pero tuvimos un gran

fue una muy mala problema y ella no sé si quedó frustrada


por una cosa que le hicieron en la calle
experiencia, pero o no sé, pero simplemente pues no me

mi sueño era ser gustó su tipo de amistad y mejor opté


por cortarla.
modelo, aparecer en
una revista, en una ¿Amigos gays?
Amigos gays pues sí, pero fíjate que así
portada ” que tu digas que yo tenga amigos y me
junte con ellos mismos, pues no.

¿Casi no te juntas con la gente?


Con la gente de aquí casi no me gusta,
me gusta mejor andar sola, me gusta
observar, ver, platicar, pero yo solita o
con mi pareja.
Y ¿cómo sobrellevas estar aquí? No sé, ¿a
través de sustancias?
Mira la verdad yo estoy consciente de
que estoy aquí y voy para una sentencia
muy larga, pero a pesar de eso no me
voy para abajo, soy fuerte, lucho por
sobrevivir día a día. La verdad sí, en la
actualidad sí me drogo, no voy a decir
que no, soy una persona adicta, pero
con mucho sentimiento y humildad y
con el valor suficiente de enfrentar mis
verdades y consecuencias.

¿Tú crees que tu sentencia tuvo que haber


sido diferente?
Mira yo pienso que mi sentencia tuvo
que haber sido diferente porque no
lo hice conscientemente. Sí lo hice
pero estoy consciente también que las
personas que me sentenciaron y me
juzgaron pues que me juzguen bien
porque yo no lo hice conscientemente
como lo estoy haciendo ahorita en este
momento, teniendo esta plática.

Cuando ingresaste aquí tú no habías


cambiado tus documentos por eso te
mandaron a un centro varonil. ¿A ti te
gustaría cambiar tus documentos?
Sí me gustaría pero la verdad a mí no
me da pena, ni me avergüenza, yo nací
así, siempre voy a ser así, nunca se me
va a olvidar. Yo pienso que por más que cambiemos nuestros nombres, por más que
cambiemos de identidad, por más que cambiemos de género, nunca se nos va a
olvidar quien somos realmente.

Cuéntame algún sueño, algo que quieras compartir con la gente que va a leer tu historia.
Okey mi sueño, siempre ha sido este: cuando yo era chiquito y cuando no era todavía
una chica trans, mi sueño era ser modelo. Mi sueño no era dedicarme a la prostitución,
a hundirme en las drogas, ese no era mi sueño, eso lo hice porque yo quise y fue una
muy mala experiencia, pero mi sueño era ser modelo, aparecer en una revista, en una
portada y la verdad que cualquiera que lea mi historia me gustaría que supieran un
poquito de mí, porque no me gusta decir mentiras, me gusta decir verdades.

Algo más que quieras contar.


Lo que yo quiero contar es que muchas gracias porque con esta plática yo me

55
desahogue, a mí me gusta platicar, me gusta reír, me gusta gritar, me gusta llorar y
sí me siento un poquito feliz, al saber que ustedes me están brindando este tipo de
amistad y este tipo de confianza. Muchas gracias por estar aquí con nosotras.

Muchas gracias Domeneck.


yo también soy vulnerable porque yo
pertenezco a la comunidad LGBT aquí en
México. Y a lo que yo he leído en artículos
debemos tener una defensa por igualdad

RUBÍ
R U B Í

Reclusorio Preventivo Varonil Oriente


19 de octubre de 2021
¿Qué nombre te gustaría utilizar para esta entrevista?
Rubí

Bueno para iniciar me gustaría que me dijeras, ¿cómo te identificas a ti misma?


Como una persona trans.

¿Cuántos años tienes?


37

¿Dónde naciste?
En Querétaro

¿Siempre viviste ahí?


No, en el 85 me fui para Estados Unidos.

Puedes contarme antes de esa parte que es bastante interesante, un poco sobre tu
infancia ¿a qué edad empezaste a expresarte como mujer?
Pues mira yo me empecé a identificar como lo que yo soy, a los 11, 12 años. Saliendo
de la escuela, de la primaria estuve un año con mi familia en mi casa, en un pueblo
que se llama Pinal de Amoles, Querétaro. Allá soy nacida y pues estuve un año
después de salir de la escuela con mi mamá y mis hermanos, pero nunca me gustó
ver a mi familia o a mi mamá trabajar mucho. Así que me fui para Estados Unidos.
Llegué cumpliendo 14 años allá. Llegué al Estado de Oregón.

¿Con quién te fuiste?


Me fui con unos amigos.

¿Ya en esa época usabas ropa femenina?


No, no. Me fui como un niño, como hombrecito. Después de un tiempo allá, me sentí
independiente ayudando a mi mamá y pues decidí en ser yo misma, lo que yo siempre
he querido ser, una mujer atrapada en un cuerpo de un hombre. Ya, allá me identifiqué
tal y como soy, como Rubí.
Tú mamá era sola ¿tú papá no estaba?
La mía es mamá soltera.

Y ¿en qué trabajaba ella?


Ella, en casa.

¿Cuántos hijos eran?


Somos 9

¿Tú eres la menor o la mayor?


Soy como la del medio. Y pues allá en Estados Unidos empecé a trabajar en el campo:
en la fresa, en la blueberry y en la mora. Duré tres años en el campo, en Oregón.
Después mi vida dio un giro, me fui para otro Estado: a North Carolina y ahí empecé
a trabajar en una fábrica de Levi´s.

59
¿Cómo hacías con el inglés?, ¿les entendías?
Cuando trabajé en el campo en Oregón, me iba una hora para la iglesia, era la iglesia
de Pentecostés y daban clases de inglés, ahí aprendí a saberme mover un poco. No
hablaba inglés al cien porciento, pero pues ya me defendía para buscar trabajo y para
salir a comprar algo.

¿Tú por dónde cruzaste?


Yo crucé por Laredo, Texas. En ese tiempo podías caminar como unos 30 minutos y ya
cruzabas. Te levantaba la van y ya te llevaba a Phoenix, Arizona y de ahí para donde
ibas.

O sea que no fue difícil pasar la frontera.


No, lo que fue difícil es estar allá porque es una soledad, dejas a toda tu familia y
estás muy lejos de todo.

Y tú muy joven.
Y yo muy joven, prácticamente toda mi adolescencia, allá la pasé. Quiero mucho a mi
mamá y a toda mi familia, pero nunca he estado con ellos. Después de 7 años allá,
regresé aquí a México ya como Rubí a ver a mi mamá.
¿Cómo fue todo? ¿Ya le habías enviado fotos antes?
Cuando tuve mi primer pareja allá le envié fotos como era
yo y después me llevé a uno de mis hermanos a Estados
Unidos a Tennessee. En ese tiempo yo ya trabajaba en una
zona hotelera, era housekeeping, después fui manager. Me fui
superando, siempre he sido una persona que me gusta tener
bien mi trabajo. He sido una persona muy responsable, no soy
adicta a nada, al trabajo solamente, hasta que vine a dar un
tropezón que nunca lo esperé que aquí en mi propio país. Me
vine, por ejemplo, yo impuesta a las leyes de allá de Estados
Unidos, allá tanto rico o pobre por igual te trata la ley y aquí
en México pues no es así. Aquí en México si tienes dinero te
tratan bien y si no lo tienes pues te ven mal. Y ahorita en esta
situación que yo estoy, hubo mucha discriminación cuando a
mí me arrestaron, desde los policías y todo, porque un policía
no tiene derecho de agarrar a una persona trans como nosotras
y revisarla. Ni discriminarte prácticamente por lo que eres, ni
agredirte verbalmente. Me quedé yo como un poco sacada de
onda a como es aquí en México todo esto.

Bueno tú le mandaste fotos a tu mamá con tu pareja y ella ¿te


mandaba cartas en esa época?
En esa época yo le mandaba dinero de allá y cuando se iba a
venir alguien en diciembre, en las fechas especiales a México
le mandaba dinero, dólares para que guardara acá. Por ejemplo,
si alguien venía de allá del otro lado y traía camioneta, le
mandaba una televisión o algo.

¿Tú sentías que había un apoyo por parte de tu familia respecto


a tu transición?
Mis hermanos intuían y mi mamá pues si sabía desde
chamaquito lo que era yo. Mi mamá mandaba a mis hermanos
a trabajar al campo y a mi jamás me mandaba, a mi me decía: “no, Rubí se queda aquí
para que me ayudé a lo de la casa”. Ella sabía que no podía andar allá yo con ellos.

¿Nunca hubo un trato fuerte? ¿Siempre fue muy considerada tu mamá?


Mi mamá siempre supo lo que era yo, que no me lo decía porque pues era un tiempo
diferente, ella sí lo aceptaba, pero entre la gente era mal visto. Era mal visto tener
un hijo puto o maricón.

Ella quería protegerte.


Sí y me dijo: “hiciste muy bien hijo de que te fuiste, de que tomaste tu camino. Lo
tomaste para bien, aquí en el pueblo siempre ibas a ser mal visto”. Y yo cuando
regrese acá a México después de 13, 14 años pues nadie me conocía. Todos me
confundían con una de mis hermanas que está en Tijuana. “Ya llegó tu hija Rosy
¿verdad?” Le decían a mi mamá.

61
¿Por qué volviste?
Porque mi mamá fue operada tres veces y en la tercera vez me llamó y me dijo: “Rubí
yo creo que en esta operación ya no te voy a volver a ver”. Pues a mí me ganó el
corazón y me tuve que regresar, en esa misma semana que la iban a operar, agarré
lo indispensable y le digo a mi pareja: “¿sabes qué? Yo me voy a México, voy a ver a
mi mamá”.
¿Tu pareja era mexicano?
Puertorriqueño.

¿Cómo era tu relación con él?, ¿lo amabas?


Demasiado, fue una persona que me protegió desde el momento en que nos juntamos,
él me protegía de todo. Con él me sentía yo segura como si fuera una persona yo de
allá porque yo con él aprendí muchas cosas, él me enseño a desenvolverme en un
país dónde no cualquiera lo hace. Muchos mexicanos llegan allá y si no se vuelven
alcohólicos, se drogan porque es muy barato todo allá y yo no.

¿Y tú donde lo conociste a él?


En la zona hotelera cuando trabajaba, él era los que suben a los huéspedes su
equipaje, ahí lo conocí. Yo ya entraba de chavita a trabajar en el hotel.
¿Tú ya te presentabas como Rubí?
Con mi nombre de hombre, pero se sacaban de onda cuando les decía mi nombre
de hombre, me decían, pero ¿cómo? Pues si tu eres una chica. En ese tiempo pues
te estoy contando mis 19, 20 años. Estaba joven, que bueno aún lo sigo siendo, pero
como te explico es algo muy diferente aquí. Aquí tengo una nueva pareja en México,
pero es algo muy diferente.

¿Te sientes diferente?


O sea, si quiero mucho a la persona, está mucho en mi corazón, pero es algo muy
diferente a mi primera relación. Fue mas intensa, él vio como me iba yo transformando,
le llamaba la atención a mi pareja al puertorriqueño como me arreglaba yo, me decía:
- En 15,20 minutos estás lista.

Mientras yo me estaba maquillando, él se quedaba en la cama viéndome como me


arreglaba yo, y le decía:
- ¿Tú también eres así?”.
- No, yo soy hombre, te lo juro que nunca he estado con una persona, así como
tú, pero en ti hay algo de mujer que me llama mucho la atención y no por tu
apariencia, como que tienes algo.

Siempre he sido una mujer muy guerrera e impongo siempre a la persona que sea a
mi manera. Él me decía:
- Me sorprende como te has superado, tú aquí sin familia, sin nada.

Porque no es igual a tener una amistad, yo muchos diciembres, cuantos diciembres


yo pasé sola. Le hablaba a mi mamá, créemelo que a veces si me ponía a llorar, por
ejemplo cuando era el grito de la independencia en el Zócalo en México, te acuerdas
del país y tan lejos que estas. Yo veía el grito por la tele en esas fechas, y ves todos
los puestecitos de tacos, todo lo que pues allá no hay. Yo extrañaba a mi familia, y
pues por mi mamá que tuvo esas operaciones regresé, si no créemelo que no estaría
yo por aquí dándote esta entrevista.
Empezaste tu transición en Estados Unidos y allá había mucha mas apertura de la gente,
¿usaste hormonas?
Hormonas, estuve a punto de usar.

¿Cómo supiste de las hormonas?, ¿por amigas?


Amiguitas que una conoce que se quieren hacer transexuales y se hormonan, más
grandes que yo y mas avanzadas, mas abiertas, mas vividas. Cómo yo tenía licencia
en Estados unidos, una vez me dijeron que las llevará a California, y fuimos a San
Francisco, ahí es una ciudad en donde en los restaurantes, hoteles, casinos, casi hay
puro gay, desde manager en fábricas, en los restaurantes, como si fuera una comunidad
de gays. Hay doctores, te regalan hormonas, te operan, te hacen cirugías muy baratas
y profesionales. En ese tiempo, se operaron dos amigas que llevé, las transformaron
ahí, duramos 15 días en San Francisco, se pusieron bubbies, les operaron la cara.

En ese tiempo pagaron cuatro mil dólares. Era mucho dinero en ese tiempo también,

63
pero a mí me daba miedo. Mis amigas me decían:
- Opérate, te ayudamos.
- No, yo no

Porque en ese momento yo estaba chavala. Me daba miedo como decían que te
puedes quedar en el quirófano por una cirugía, por eso no me operé allá.

Entonces tú dijiste uso mi ropa y mis hormonas.


Sí, mis hormonas, mi pelo larguísimo. Hasta aquí en México me lo corté porque lo
doné. Lo doné para una niña que le quitaron sus dos pechitos por cáncer de mama,
se lo regalé para que le hicieran una peluca. Le habían comprado una peluca de seis
mil pesos, pero le salían ronchitas. Esa niña era mi ahijada y cuando yo llegué acá a
México le regalé mi cabello.

Entonces decidiste volver por tu mamá y, ¿llegaste directo a Querétaro a verla?


Llegué a León, Guanajuato de allá yo me vine, te digo que así (chasquea los dedos) y
ya de ahí a la casa, me fui al pueblo a ver a mi mamá.
¿Cómo estaba ella?
Estaba en el hospital. Haz de cuenta llegué a la casa, descansé, me bañé y para el
hospital y sí, gracias a Dios a mi mamá la tengo viva y todo. Ahorita, estoy luchando
para salir de este lugar porque quiero estar con ella, ya está grande mi mamá, ahorita
la verdad si quiero estar con ella.

“Y ahorita en esta situación que yo estoy,


hubo mucha discriminación cuando a
mí me arrestaron, desde los policías y
todo, porque un policía no tiene derecho
de agarrar a una persona trans como
nosotras y revisarla. Ni discriminarte
prácticamente por lo que eres, ni
agredirte verbalmente. ”
¿Y por qué llegaste acá al reclusorio?
Haz de cuenta que me instalo con mi pareja en México a vivir.

¿Aquí en Ciudad de México?


Sí.

O sea tu llegaste a León, te pasaste a Querétaro a estar con tu mamá y luego te viniste a
la Ciudad de México ¿para ya no regresar a Estados Unidos?
No, no era mi tirada quedarme yo aquí en México. Renté una casa por Perinorte. Tengo
una amiga que estuvo también conmigo en Estados Unidos, igual que yo transexual.
Ella tiene una vecindad, pusimos una estética y trabajé con ella, entre las dos, nos
asociamos y trabajamos como 3 años juntas. De ahí me habla
mi hermano, que se va a casar una hermana que tengo en
Veracruz, yo con tal de no ir, porque mi hermana tenía más
de 11 años que no la veía y le digo: “no, no voy a ir porque la
verdad no tengo dinero”, pero yo por no querer ir y me dice
mi hermano, el que está en Estados Unidos, en California, me
dice: “yo te voy a mandar para que vayas, allá esta mi mamá y
se va a casar Isabel y quiero que vayas”. Pues que me manda
dinero para ir, me voy a Veracruz, mi hermana vive en Jalapa,
adelantito como una hora, el pueblito se llama Trapiche del
Rosario y allá conocí a mi pareja actual con la que me quedé
yo aquí en México.

¿En ese viaje? Mira y tú no querías ir.


Yo no quería ir, lo conocí y pues yo me vine a México y él se

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quedó allá. Regresé a los 15 días a verlo, entonces hubo una
fiesta y en esa fiesta se vino conmigo. Nos juntamos y decidí
quedarme en México a darme una oportunidad, mi familia no
estaba de acuerdo, ni mi hermano.

O sea ¿ellos querían que te regresaras a Estados unidos?


Sí.

¿Te quedaste por amor?


Sí prácticamente, y porque mi pareja no era nada de lo que
yo esperaba. Mi familia decía: “¿qué te va a dar él?” Tú estas
impuesta a traerte lo mejor, te gusta trabajar para ti. Y ya pues
yo llegué allá, fui al baile, en la boda de mi hermana lo conocí
y pues se dieron las cosas. Me decía mi hermana, que era primo
de su esposo y decía: “no te conviene, él es un borracho, no
te conviene Rubí, tú estas acostumbrada a otro tipo de vida”.
Mi mamá me decía “regrésate, acá no vas a ser feliz, aquí hay
mucha discriminación en México”. Y pues ahí voy de terca y me
quedo. Fui bien vista por toda la familia de él.
¿Te recibieron bien?
Me recibieron bien, o sea para la mamá de él, yo era su nuera. Entonces a los eventos
que íbamos, cuando yo me junté con él, me presentaba como su nuera, me presentaba
con sus amistades a pesar de que era de pueblo. Al momento si se molesto con él,
conmigo no. Yo le dije si tu mamá me hace una grosería olvídate que yo vuelvo a ir
a tu casa. Pues me sentí tan bien que ya ahorita con él llevo, llevamos aquí 9 años.
Luego digo, no he sido una mujer mala. Yo siento que las personas que nos metieron en
este problema fue por dinero. La verdad me iba bien, soy una estilista muy preparada,
mis estudios los hice en Tijuana, Baja California en el seminario de Alfaparf. De la
persona que dicen que yo soy y por lo que nos acusan pues prácticamente no. Y pues
estoy muy arrepentida de no haber agarrado los abogados de Jorge Garralda cuando
quisieron agarrar mi caso, mi hermano me puso un particular y prácticamente nomás
nos robó porque no hizo nada. Hasta ahorita se andan apenas acomodando las cosas.

¿Tu hermano te está ayudando con este proceso con los abogados?
Ahorita ya no, porque yo pedí un abogado de oficio, el que llevaba mi defensa iba
bien. Y este de ahorita, pues estoy en espera de que me resuelvan todo esto.

¿Todavía no tienes condena?


Sí, pues no hay pruebas. En las audiencias que fuimos nos han dicho que solo con
la declaración del chamaco y de la mamá, pero yo le dije al juez: “tanto como el
chamaco es vulnerable, como yo también soy vulnerable porque yo pertenezco a la
comunidad LGBT aquí en México. Y a lo que yo he leído en artículos debemos tener
una defensa por igualdad”.

Y ¿qué te dijo el juez?


Que sí, el ministerio público se dirigía a mi como mi nombre normal y el juez lo
regaño, le dijo que no que se dirigiera a mí con ese nombre, que se dirigiera a mí en
femenino: “¿cómo quiere que se dirija a usted?” Como Rubí. Lo que sí no me gusta de
aquí es que acá te sacan con todos los demás internos, por ejemplo, vas a audiencia
y te pasan por los túneles y luego a veces ni luz hay, oscuros. Y voy sola.
¿Puede ser peligroso?
Hay mucha gente que es mala y eso es lo
que una vez le dije al director “¿por qué
no nos sacan a la hora de la audiencia?”
Si mi audiencia es a las 3 de la tarde
“¿por qué me sacas a las 3:30 o 4 de la
mañana?” En los papeles que mandan,
te dicen que te tienes que presentar
una hora antes o dos horas antes. Una
vez me sacaron a las 3:30 de la mañana
y mi audiencia era a las 6 de la tarde.
Y eso es por ahorrarse trabajo aquí los
custodios o como se organicen. Los de
la PBI (Policía Bancaria e Industrial)
son un poco mas civilizados, si hay una

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mujer ella es la que te revisa.

Te dan trato como mujer y, ¿tú esposo


esta también privado de la libertad?
Sí esta también privado de la libertad.

“Yo no quisiera
¿Están juntos aquí?
Sí, haz de cuenta que le dimos permiso que tuvieran un
de quedarse a un chavo en la casa. Era
tropezón como el
cliente de la estética que pasaba a
cortarse el pelo frecuentemente. Tenía mío por ser buena
15 años, nos pidió permiso, nos dijo que
lo había corrido su mamá y nos mandó
gente, Miren donde
mensajes para que le dijera a mi marido estoy por ser
que le diéramos permiso. Le dimos
permiso, yo me imagino que él se había
confiada ”
puesto de acuerdo con su mamá, lo que
querían era dinero, como sacar dinero,
y ya dijo que nosotros lo habíamos privado de su libertad, le mando a su mamá la
ubicación de su teléfono, le mandó unas fotos, entonces la mamá llamó al 911 y
llegaron a la ubicación de mi casa.

Yo digo esto es como una película, el niño no sé si este mal de su cabeza o la mamá
quería algo y no se le concretó ¿me entiendes? Llegaron preguntando por él, pero
imagínate, que la mamá llamó al 911. El 911 no te manda con una patrulla y 6
personas, si fuera un secuestro o privado de la libertad, oye como voy a llegar, ni el
policía puede llegar así, entrar a mi casa, sin una orden. Entraron como 6 policías y 2
mujeres y la mujer me decía: “eres un puto”. Me dijo muchas cosas, haz de cuenta me
torturó psicológicamente.

Yo soy una persona muy explosiva pero no le contesté porque dije, estoy en México,
aquí en México es puro mitote de los policías. Porque los policías, un policía aquí en
México no es como un policía en Estados Unidos. Un policía en Estados Unidos te
para y te da un ticket y tú ni te bajas de tu carro, no mas abres la ventanilla le das tu
aseguranza y tu licencia y te pone un ticket por lo que ibas, si al máximo de velocidad
porque te hayas pasado un alto o equis. Pero aquí no. Aquí ya me había pasado, iba
con una amiga y le ayudé a manejar y me paro el policía, se me acerca y me dice “¿qué
no se piensa bajar del carro?” “A ver vámonos arreglando con tanto”, me pedía 500
pesos para dejarme ir. Bueno para no hacértela larga, llegó la policía, el muchacho
les mando la ubicación, nos arrestaron de una manera arbitraria.

No me dejaron hacer ninguna llamada cuando me llevaron al bunker. Yo decía, me


hubieran dejado hacer una llamada para yo hablarle a mi hermano o a alguien, un
abogado. No me dejaron hasta que entré aquí al Reclusorio Oriente el 4 de octubre.
Fíjate cuando me tuvieron el 30 de septiembre me agarraron como a las 11:30 de la
noche, me agarraron, me tuvieron que 3 días en el bunker, hasta el 4 de octubre, ya
aquí hice una llamada y le avisé a mi familia que estaba aquí. Desde ahí el abogado
no hizo nada. Hay muchas cosas que son tan irregulares.
Y ¿a ti te hubiera gustado ir a una cárcel de mujeres o en este reclusorio estas bien?
Pues aquí hay muchas trans y pues yo digo que pues que no van a hacer una excepción
y menos aquí en México.
¿Pero a ti qué te gustaría? Si pudieras.
A mí pues, la verdad no me gustaría ni estar en ninguna, ni una de mujeres ni hombres,
la verdad ya quisiera irme de aquí.

Pero pues, aquí ahorita ya hay un poco más de dónde quejarse uno, ya hay Derechos
Humanos y todo. Y también pues estar con una mujer en una cárcel de mujeres ya son
muchos problemas, muchos conflictos, no me gustaría. Por un rato seríamos amigas,
pero pues ya estar del día y noche, sería mucha discordia entre nosotras. Ahorita a mí
me gustaría solucionar mi problema, ya salir de aquí.

¿Tienes visitas?
Ahorita ya tiene un año, 3 meses que no entra visita a verme. Mi Mamá no me gusta

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que venga, ya esta grande. Mi hermana, una vive en Veracruz, otra en Tijuana, la otra
esta en Estados Unidos. Y mi esposo esta aquí.
Ahorita he hablado a muchos lados para que me apoyen y un abogado revise bien mi
carpeta, he tratado de hablar a los abogados de la comunidad porque pues a veces los
de oficio tienen mucho trabajo y pues no es igual. He hablado a Derechos Humanos
para que vean como va mi proceso, les digo que han violado mucho mis derechos
porque a mi no me van a sentenciar por algo que yo no hice. Ya van dos años.
Ya absuelta, yo a esas personas las voy a demandar, aunque no me paguen con dinero
o psicológicamente pero que paguen con cárcel porque imagínate cuanto tiempo yo
llevo aquí. Perdí mi salón, todo, por ellos.

Siempre has sido muy trabajadora y la gente lo sabe.


Sí, la gente se quedo sorprendida. Ven a la persona esta y le dicen: “lo que le hicistes
a Rubí, tú y tu hijo, no tiene madre, porque Rubí no es así. Rubí, todos la conocemos
aquí en el mercado, Rubí ponía vals para quinceañera, iba a su show, trabajaba todo el
día en su estética”. Mi marido trabajaba con unos amigos en las tiendas de Liverpool,
en las bodegas, ganaba bien.
Los dos tenían trabajo.
Mi marido ni se droga ni nada. Lo que veían estas personas es
que uno tuviera dinero y a veces tienes un negocio y la gente
piensa lo peor, que ya tienes mucho. Y me imagino que querían
sacar eso.

Pero lo llevaron a otro nivel.


A otro nivel, ellos pensaban asustarnos yo me imagino y ya
vieron muy grande el problema y se espantaron porque ahorita
no se han presentado a audiencia, ni nada. Ahorita la gente
dice que se fueron a otra colonia a vivir porque la gente les
decía: “pues ten cuidado que no salga dice, porque así como los
putos son buena gente y ayudan, así también son muy culeros
y más que nada por algo que no hizo la persona, pídele a Dios
que no salga Rubí”.

¿Tú tienes alguna experiencia dentro del centro penitenciario que


haya tenido un impacto significativo en tu vida? Bueno aparte
del hecho de estar acá.
El simple hecho de estar acá, yo cuando llegue psicológicamente
fui muy fuerte de todo, porque aquí te puedes ir para abajo a
las drogas y cualquier cosa. He sido una persona muy fuerte
y muchas amistades que yo tengo de afuera, me dicen: “eres
muy fuerte Rubí”, porque me conocen. Eres aguerrida, pero
eres fuerte porque cualquiera de nosotras ya hubiera caído
en drogas. Yo digo que no se de donde saco fuerzas porque
yo siento en mi corazón que, si me voy a ir libre pronto,
porque yo sé que no lo hice, ni mi pareja, mi pareja es una
persona de pueblo, sin malicia, sin nada. Él casi se enfermaba
psicológicamente aquí, porque él nunca ha estado encerrado,
el siempre ha estado trabajando, cuando estaba en su pueblo,
en el campo siempre andaba movido, él se iba al corte de
mango, de chayote.
Pero ¿tú crees que es diferente tener una pareja aquí adentro que
no tenerla?
Sí, pero a el no lo señalan para nada, me señalan más a mí. Él
me sirve mas estando allá afuera que acá adentro. Yo aquí me
dedico a cortar cabello, estoy comisionada desde que llegué
aquí al Oriente para que me ayude a solucionar este problema,
además no he sido una persona de problemas, no he tenido un
castigo, ni he andado ahí en mitotes, nada.

¿Llevas una buena relación con los guardias?


Siempre.

Y ¿con los demás reclusos?


Pues no, es como juntar el agua con el aceite. Hay personas
que son drogadictas y no puedo esperar yo nada de ellos, una

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amistad sincera, tampoco. Aquí no hay amistades, aquí vive la
gente de mucha hipocresía, mucha mentira. Acá adentro es un
pueblo chiquito donde todos se conocen, allá afuera sí puedes
conocer una amistad sincera, aquí no, aquí puedes conocer una
entre cien.
¿Qué piensas que significa la justicia para ti? Ya que estas en una
situación de injusticia.
Pues yo he visto aquí muchos casos que se van personas,
mucha como se podría decir, mucha corrupción. Se va la
persona que sí lo hizo y se va libre, se queda pura gente
pagadora para aparentar que aquí esta lleno, aunque haiga
mucha gente inocente. La verdad si yo me fuera, yo me uniría
a la comunidad para trabajar y ver por muchas personas que
están aquí inocentemente.
¿Qué piensas del trabajo que hace Almas Cautivas?
Almas Cautivas ayuda a muchas persona así como nosotras de la comunidad, porque
yo veo que aquí hay muchas personas que no tienen visita, son personas abandonadas
que ya las deja su familia al olvido y pues la asociación regala cobijas, regalan
insumos: shampoo, crema, pasta de dientes, jabón para bañarse.

¿Cuándo tienes audiencia?


Pues ahorita están por notificarme en esta semana, y me dijo el licenciado que el
abogado no había metido los videos de la cámara de seguridad de donde se ve
que entra el muchacho por su propio pie, con nosotros caminando y que no había
presentado lo de los celulares, lo de los mensajes de donde mando el tiempo real,
como se mensajeo con su mama y que le contestó su mama, las fotos y todo.

Yo tengo dos perros, tengo un perro pastor alemán negro y un perro bulldog. Fíjate
con las cuerdas que los sacábamos a correr al deportivo, como cuerdas de hilo, con
eso se amarró el chamaco las manos y se puso un paño en la cara y mando las fotos o
sea ¿cómo las va a mandar? Y luego en el celular se ve si lo puso en tiempo, minutos
o segundos para que se tomará la foto. Eso es lo que quiero que pidan, pero aquí solo
vale su palabra de él porque es menor de edad.
Yo exijo todo eso. Yo quiero un peritaje, con todo. Él no me va a venir a arruinar
mi vida, ni él, ni su mamá. Yo he vivido afuera una vida muy desahogada, no tengo
necesidad de nada de lo que ellos me están acusando.

Cuando salgas ¿te gustaría cambiar tus documentos?


Cuando salga pues me gustaría cambiar mis documentos. Si Dios me da permiso de
salir pronto de aquí, saliendo lo primero que voy a hacer es cambiar mi identidad y
operarme, ponerme bubbies.

¿Te gustaría regresar a Estados Unidos?


Pues, puedo ir porque pues tengo mi visa.
Ya para terminar ¿qué mensaje quisieras compartir con las personas que leerán tu
historia?
Pues que no por ser buena gente hagan esto. Yo no quisiera que tuvieran un tropezón
como el mío por ser buena gente, miren donde estoy por ser confiada. Aquí adentro
te transformas en otra persona, dejas de ser confiada, mejor la gente de lejecitos.

¿Cuál es un sueño que tengas?


Salir de acá, poner mi salón y darle mucho trabajo a muchas personas como yo,
siempre mi sueño fue poner un salón grande y meter puras personas como yo, tanto
de hombre como de transexuales a trabajar. Un salón grande, eso es lo que quiero.

Pues que así sea Rubí. ¿Algo más que quieras agregar?
Pues que no se olviden de las personas de aquí, que en verdad necesitan muchas
cosas porque hay personas de muy bajos recursos aquí, lamentablemente.

73
Sí, hay mucha discriminación en la calle
contra nosotras, la verdad y más que nada los
hombres, pero ¿te digo una cosa? Son los que
más van a pedir servicio, la verdad.

KENDRA
K E N D R A

Reclusorio Preventivo Varonil Oriente


19 de octubre de 2021
¿Qué nombre deseas utilizar para esta entrevista?
Kendra.

Me gustaría que me contaras, ¿cómo te identificas? Como una chica trans, una persona
transexual, travesti, transgénero.
Yo me identifico como una chica trans.

¿Cuántos años tienes?


Tengo 33, los acabo de cumplir el 18 de agosto

Cuéntanos un poquito de ti. ¿Dónde naciste?


Yo nací en Cuernavaca, Morelos, pero tengo 20 años viviendo aquí en la Ciudad de México.

¿Puedes contarnos un poco de tu infancia?


Pues yo la verdad ya nací así. Tengo facciones de mujer, yo ya nací así. Yo trabajo en la calle.
Me dedico a la prostitución. La verdad pues mi papá no me quería, ultimadamente porque
como yo era así desde chiquito, me pegó mucho. Pero ya cuando yo empecé a madurar a
los 15 años, ya mi mamá le dijo que ya me dejara y pues mi papá no quería que me vistiera
de mujer, ni que me maquillara.

¿A los cuántos años empezaste?


A los 14 años empecé a vestirme de mujer, a maquillarme, agarraba las pinturas de mi
hermana, me las llevaba a la escuela.

¿Cuántos hermanos son?


Somos 6, yo soy la más chica.

¿A qué se dedicaban tus papás?


Mi papá era comerciante, que en paz descanse. Ya falleció. Y mi mamá, también es
comerciante, se quedó con el negocio de mi papá. Yo con esta llevo 4 veces que he caído
en el reclusorio, ¿por qué? Porque me dedico a la calle y tú muy bien sabes que nosotras
tenemos la maña de robar.
Quisiera que me contarás como empezaste a ejercer el trabajo sexual.
Yo empecé desde los 16 años, una amiga me dijo que si no queríamos trabajar y me llevó
a trabajar a la calle, yo le dije que a mí me daba miedo.

¿Ahí en Cuernavaca?
No, aquí en México. En Zaragoza.

¿Cómo llegaste a la Ciudad?


Me vine desde los 10 años, me vine con una tía para acá. Mi mamá se vino para acá y se
radicó aquí, hizo su terreno y ya me quedé con ella aquí en México.

Y tú papá, ¿también vivía acá? ¿Todos se mudaron acá?


Sí, todos se vinieron para acá

¿Cómo era la relación con tu familia cuando empezaste a vestirte como mujer?

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Pues mi papá era muy machista, la verdad. No me quería al principio porque decía qué
como yo iba a hacer eso, que cómo yo me iba a vestir de mujer. Y yo le dije pues que yo
quería ser así porque yo veía a mis hermanas como se maquillaban y a mí me llamaba
la atención. Ya con el tiempo ya fue agarrando la onda y todo. Un día fue la fiesta de mi
sobrinito, y yo di show en su fiesta. Mis tías le dijeron a mi mamá:
- ¿Quién es ella?
- Es Francisco.
- ¡Ay pero se ve bien guapa!

Y ya pues todos mis tíos empezaron a agarrarme así cariño.

A reconocerte.
Mis primos me quieren un montonal. Mis tíos me respetan, me hablan de mujer, mis
hermanas igual, me quieren un montonal. Me apoyan y todo. Mi mamá, más que nada se
ha enojado porque volví a caer aquí al reclusorio y la que me ha apoyado es mi hermana
la más chica.
Viniste a los 10 acá a la CDMX, a los 16 empezaste a trabajar en la
calle, ¿ya no ibas a la escuela?
No, ya no iba.

¿Hasta qué grado hiciste en la escuela?


Estudié hasta tercero de secundaria. Ya no la terminé.

Entonces tú empezaste a maquillarte y, ¿usabas hormonas?


Sí me empecé a hormonizar desde los 14 años

¿Cómo conociste las hormonas?


Unas amigas me empezaron a decir: “te vamos a hormonizar para
que te pongas más guapa”, pero a mí me daba miedo todo eso,
porque yo dije ¿cómo crees que me voy a meter aceite en mi
cuerpo? Porque hay unas que se inyectan aceite de cocina, aceite
mineral, hasta aceite de carro y yo he visto como se les echa a
perder el cuerpo. Se les pudre, se les pone duro y para sacar todo
ese líquido es caro.

A algunas se les va a los pulmones.


Ajá y hasta se les sube yo dije que no, mejor no. Y mi amiga me dijo:
“sí, vamos yo te voy a inyectar”, yo le dije “bueno” y ella me metió la
perlutal. Yo me metí la perlutal pero se me bajó porque como me
drogaba, empecé a agarrar la droga. Y tú sabes que en la fiesta y
en la tomadera pues yo empecé a agarrar la droga y pues por eso,
ya no me funcionó.

Entonces dejaste de tomar las hormonas porque no te estaban


sirviendo, ¿ya empezaste a trabajar de lleno en la calle?
Sí, ya empecé a trabajar de lleno en la calle.

¿Tú familia sabía que trabajabas en la calle?


Mi mamá, porque yo le dije a mi mamá y mi mamá me dijo: “¿qué
tal si te pasa algo?” “¿qué tal si te matan?” Porque en la calle es
peligroso y le digo: “ay no”. Yo la verdad luego me salía a escondidas, a escondidas de mi
casa porque mi mamá me cuidaba mucho. Me decía: “no, ya no, mejor ponte a trabajar en
otro lado”, porque yo antes era modista, hacía vestidos de 15 años. Yo le hice a mi sobrina
su vestido de 15 años, entonces ya empecé a agarrarle el modo, aunque era muy trabajoso
hacer un vestido pero bueno me gustó, pero una vez me envició una amiga en la calle,
empecé a trabajar en la calle y en la prostitución. Tengo 10 años trabajando en la calle.

¿Cómo piensas que eso te afectó? ¿Estás acá por robo, cierto?
Vengo por robo, por un cliente.

¿Cuánto tiempo te dieron?


Voy a cumplir 2 años en enero. Me dieron tres seis.

¿Es la cuarta vez qué estás acá?


Sí, dos aquí. Una en el norte y una en Neza.

Y cuándo sales ¿qué dices, esta vez no vuelvo?


No pues dije yo me voy a portar bien porque no creas nosotras ya tenemos la maña de 79
trabajar en la calle y nos gusta, yo sé que es dinero fácil excepto por las enfermedades que
están canijas, pero siempre me he cuidado y he salido bien, todos mis exámenes que me
he hecho de sangre, del VIH, han salido bien.

¿Crees que ser trans de alguna manera te ha generado alguna discriminación en la calle?
Déjame decirte que sí, o sea tú vas caminando y luego empiezan a echar indirectas: que
“joto”, que “mira a ese joto” y más que nada personas o las mujeres que te dicen joto. Sí, hay
mucha discriminación en la calle contra nosotras, la verdad y más que nada los hombres,
pero ¿te digo una cosa? Son los que más van a pedir servicio, la verdad.

Y digamos ya has ingresado varias veces y ¿en cada reclusorio el trato es diferente hacia ti
como mujer trans? O ¿es igual?
Pues la verdad yo siempre que he caído a los reclusorios, la verdad me tratan bien. Siempre
tenemos el apoyo de los custodios, de los comandantes, o sea que si hay discriminación
entre los chavos ¿por qué? Porque como es un reclusorio de varoniles entonces no
permitían eso, porque antes no se permitía eso, de dejarnos vestir de mujer, ni nada, pero
como ya entró derechos humanos.
Entonces ¿tú si has visto un cambio con los años de cómo se trata a las mujeres trans en los
reclusorios?
Sí porque antes nos trataban bien feo, o sea entraban al dormitorio, nos aventaban rancho,
orines, hasta popo y agua caliente. No nos querían.

¿Los compañeros o los guardias?


Los compañeros, porque como es un reclusorio varonil empiezan a insultarte, pero siempre
tenemos el apoyo de los comandantes y de los custodios, y nos dan más apoyo a nosotros.

¿Consideras qué te respetan como mujer?


Pues ahorita sí, porque antes no me respetaban

¿Te dicen Kendra?


Nos dicen de groserías los chavos, pero así entre nosotras si nos hablamos por nuestro
nombre de niñas.

¿Tú trabajas acá adentro?


Sí, pero me cuido.

¿Te da miedo?
Sí, sí me cuido. Fíjate que he intentado buscar un trabajo, yo le dije a mi hermana que me
metiera material para hacer bolsas de estambre porque luego ya si me da miedo, la verdad
hay mucho cochino aquí, hay enfermedades. Entonces sí me da miedo.

Porqué además eres modista. ¿No coses acá?


Sí, luego me pongo a coser.

Eso estaría bien, y hacer otras cosas, ¿no hay trabajos acá que ustedes pudieran hacer?
No, ahorita no. Antes sí pero ahorita no. Son puros talleres de varoniles, artesanías y todo
eso. Yo tengo comisión. Estoy comisionada por lo de mi sentencia, como es corta. Tengo la
de artesanos, la de CECATI, la del auditorio y la de la escuela.
¿Tú tienes alguna experiencia en algún centro penitenciario que haya tenido un impacto
significativo en tu vida? Algo que nos quieras contar.
Cuándo yo llegué la primera vez aquí si la viví. Me daba miedo salir al kilómetro, a los anexos,
me ponía a llorar y decía: “es que ya me quiero ir” y lloraba, lloraba y en la impotencia de no
salir de aquí. Yo estuve en la delegación detenida 3 días, me dijeron: “¿sabes qué? Te vas a
ir al reclusorio, háblale a tu familia”. Ay yo dije: “no, ¿cómo crees?” El miedo, la impotencia.
Y yo dije: no me vayan a hacer nada, no me vayan a pegar o vayan a abusar de mí porque
como nosotras somos trans entonces a mi si me daba miedo.

O sea ¿antes entraba una chica trans y la abusaban?


Sí, ya ahorita ya no, antes sí. Yo nunca quería salir de mi anexo, siempre estaba ahí, yo no
quería ir al kilómetro, no me vayan a hacer algo, no me vayan a pegar y antes se permitía
todo eso, pero ahorita como ya entró derechos humanos, ya es diferente.

¿Tú aquí tienes amigas trans?

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Sí, claro. Vivo con pura trans.

¿Tienes marido?
Ya, no. Es que yo andaba con un chavo del anexo 6 pero era muy ¿cómo te diré? Pues
al principio me lavó la cabeza, que se iba a portar bien conmigo y todo, duré con él seis
meses, pero ya no, porque ya me quería pegar. Ay no, yo dije no puede ser. Y luego a mí,
sabiendo yo que ya me la sé, sabiendo que ya viví experiencias así con personas como
ellos. Sabiendo que yo ya tengo 10 años trabajando en la calle entonces dije mejor ya no.

¿Te empezó a tratar mal?


Se volvió muy celoso, un día yo bajé a la visita con una amiga y me dijo:
- ¿Cómo te vas a ir así?

Porque iba yo en falda. Y le digo:


- No pues, déjame bajar ¿no? yo voy a bajar con mi amiga porque yo la conozco de
otro reclusorio. Y vinimos a caer otra vez aquí las dos, pero ella ya viene aparte y yo
vengo aparte, pero nos conocimos allá. Y entonces me dijo que quería bajar conmigo
porque la mamá de ella me quería conocer.
Yo iba bien guapa y me dijo:
- ¿Cómo crees que vas a andar así?

Y me rompió la falda. Yo le dije:


- ¿Cómo crees que me vas a hacer eso?
- Tú no vas a bajar a ningún lado y te vas a quedar aquí conmigo.

Me rompió la ropa y le digo:


- ¿Cómo te atreves a romperme la ropa que mi hermana me mete con mucho
trabajo? Hasta tiene que pagar allá afuera para meterme la ropa de mujer y ¿tú me
la quieres romper?
Y me quería pegar, y que me le pongo y dije:
- Ay no, mejor ya no.
Porque luego hay personas como él, que luego quieren que los mantengan y ay no, ni
trabajo tengo para mí, luego voy a estar manteniendo un chavo.

“ Me fui con un cliente y me quiso matar. Me dio


con un cúter. Estábamos en el hotel, haz de
cuenta que a mí me daba miedo meterme con los
drogadictos, porque cuando una persona en un
varonil se droga, se pone loco, completamente
y él se puso bien loco, me tiró a la cama, quiso
abusar de mí, me quería penetrar sin condón,
me trató bien feo, me pegó, me hizo esto con un
cúter. ”
¿Es difícil ingresar una falda?
Sí porque le cobran a mi hermana, para ingresar los maquillajes, los brasieres, todo lo
cobran. Nos cobran por meter esas cosas.

¿Se pueden maquillar y todo?


Sí.

Pura ropa beige es la única regla pero ¿puedes usar sostén?



¿Te visita tu familia?
Sí, cada ocho días me viene a ver mi hermana, pero ahorita la tengo cancelada.

¿Por qué la tienes cancelada?


Porque les dan una credencial allá afuera para entrar, entonces ella dijo que la había
dejado en la cabaña allá abajo y no la dejó, ella la llevaba ahí en la bolsa, por eso le dijeron

83
que le van a suspender la visita 45 días. Pero ya va a entrar este sábado.

¿Ella es la que viene y te consiente?


Sí, es que mira, ella es la que siempre ha dado por mí, siempre, siempre. Cuando he caído
en el hospital, cuando estuve detenida en la delegación, cuando me querían matar y todo
eso, ella siempre ha estado conmigo.

¿Por qué te querían matar?


Porque como nosotras estamos en la prostitución pues hay clientes que luego si se quieren
pasar. Entonces un día, yo me metí con una pareja y me quisieron ahogar en el jacuzzi, los
dos. Yo no sé cómo me salí del jacuzzi y los aventé y que me salgo corriendo y eso porque
me ayudó mucho mi San Judas, si no yo ya estaría muerta. Fue lo más pesado que he
pasado en la calle. Nosotras estamos muy expuestas a muchas cosas en la calle. Si no nos
matan, nos pican. Son muchas cosas que una pasa y se han muerto muchas, en la calle no
se sabe con qué tipo nos subimos y entonces pasa eso.

¿Tú crees que aquí en el centro penitenciario se puede hacer amigas? ¿Se puede tener marido?
Amigas sí. Un marido no. Donde vivo, tengo amigas que la verdad son bien buena onda, por
ejemplo una amiga cuando llegó por primera vez aquí yo la recibí, ella se dedica a cortar
el cabello y nos decimos hermanas. O sea yo tengo amigas así y tengo amigas que son
payasas, hay amigas que se creen que porque están operadas, tienen los millones y como
tienen a sus maridos piensan que ya vas a coquetear con sus maridos y hasta te quieren
pegar y todo.

¿Tú crees que siendo una chica trans cuando entras a un reclusorio tu buscas a otras chicas
trans para convivir con ellas?
Ya las conozco, yo ya es la segunda vez que caigo en este reclusorio y me fui en el 2010 y
volví a caer.

¿Qué piensas de la justicia? ¿Piensas que deberías estar acá tanto tiempo?
Pues yo digo que no. Yo sé que cometí mi error, yo sé que es poco tiempo porque si hay
gente que tiene una sentencia grande porque vienen por madrota, por trata, vienen por
muchas cosas y les dan 50 años, 30 años, por homicidio, por daños a la salud. Yo siempre
he caído por robo, gracias a Dios, a mí no me gustan esas cosas, ni de matar, ni secuestrar,
ni nada de eso.
Fíjate que yo sé poner uñas, aprendí también a poner uñas en la calle, tengo mi kit, lo
compré en la calle, me costó 1200. Entonces fíjate que mi hermana cuando me viene a ver
se pone triste porque me dice: “mira tú eres mi hermana, tú eres mi carnala, yo voy a dar
siempre por ti pero ya quiero que te pongas bien, ya no quiero que andes cayendo en los
reclusorios porque está feo caer en un reclusorio, yo te estimo porque eres de mi sangre”.
Y la última vez que vino me dice: “ya quiero que acabe esto, ya pórtate bien, mira tú sabes
coser vestidos, hacer vestidos, tú sabes poner uñas ¿qué esperas ahora? ¿qué salgas a la
calle y ahora si te maten?”
Yo la verdad sí me he puesto a pensar y luego me desespero porque ya me quiero ir, ya me
quiero ir. Y luego, le digo a mi hermana:
- Hermana ya sácame de aquí.

Y me dice:
-¿Cómo te voy a sacar de aquí, si no te dieron ni fianza? Si no ya te hubiera sacado yo
de aquí, a mí no me importa sacar dinero prestado y yo te saco de aquí, pero mejor
espérate que ya te falta poco.
Y ¿sabes qué? Más que nada lo voy a hacer por mí, mi mamá y mi hermana, porque la
verdad son las que siempre han dado por mí y son las que siempre me han apoyado en
todo. Yo también las he apoyado, cuando yo trabajaba, les daba dinero y las apoyaba. Y
tengo unos sobrinos que la verdad los quiero un montonal, son mi adoración esos niños
y me quieren también y me respetan. Entonces ella siempre ha estado ahí. Siempre ha
estado en las buenas y en las malas.

¿Por qué estuviste en el hospital?


Por esto (señala la cicatriz que tiene en el pecho).

¿Qué te paso?
Me fui con un cliente y me quiso matar. Me dio con un cúter. Estábamos en el hotel, haz de
cuenta que a mí me daba miedo meterme con los drogadictos, porque cuando una persona
en un varonil se droga, se pone loco, completamente y él se puso bien loco, me tiró a la
cama, quiso abusar de mí, me quería penetrar sin condón, me trató bien feo, me pegó, me

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hizo esto con un cúter. Bien feo la viví con él, pero bien feo.

Y ahí ¿qué hiciste?


O sea hay cámaras en el hotel, pero la verdad le puso seguro a la puerta, no me dejaba salir.
Me puse a llorar, le dije:
- Ya déjame salir, te doy mi dinero, pero ya déjame ir.

Me dice:
- No, ahorita te voy a matar.

Y le digo:
- No ¿cómo crees?

Y me hizo eso con un cúter, ya a lo último pasó una camarera y ya vio y empezó a gritar,
llamaron a la policía y se lo llevaron porque si no sí me hubiera matado.

¿Te llevaron al médico?


Ajá, a Balbuena, luego, luego me atendieron en Balbuena.
Te quedó la cicatriz.
Sí, pues esta fea, mira (señala la cicatriz en su pecho).

¿Tienes prótesis?
No, estoy hormonizada.

¿Te estás hormonizando aquí adentro? Las hormonas ¿qué efectos secundarios tienen?
Pues me da mucha hambre. Las hormonas dan mucha hambre. Me las mete mi hermana.

Que bueno, tu sigues constante en tu proceso.


Si, ajá porque gracias a Dios no le hago a la droga. Ya no le hago a la droga porque acá
está muy cara. Me fumo un cigarro, puro cigarro. Porque yo en la calle si agarré el vicio,
pero tremendo.

“Pues pórtense bien, cuídense mucho


porque esta canijo caer en un reclusorio
y más nosotras, la vivimos más feo aunque
ahora ya está mejor. La verdad no es
necesario que caigas en un reclusorio.
Cuando estás aquí valoras muchas cosas,
lo que es el agua, la comida y hasta
cualquier cosa ”
¿Qué consumías?
A la piedra le metía. Y la verdad, por un cliente que me envició y dije: ay bueno. Ya después,
mi hermana me dijo: “ya quiero que cambies, ya pórtate bien, hazlo por mí”.

¿Tú tienes documentos femeninos?


No, de hombre, pero ya saliendo los voy a cambiar.

¿Te quieres casar algún día?


Pues es bonito la boda de una trans, por ejemplo, yo tengo dos amigas que se acaban de
casar, cuando estuve en la calle, se casaron dos amigas.

¿Tú quieres una boda con vestido?


Ajá, así con padrinos y todo. La verdad si es bonito porque yo fui madrina de bodas de una
de mis amigas y si es bonito.

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¿Con quién vivías antes de ingresar al centro penitenciario?
Yo vivo con mi mamá y mi hermana.

¿Ellas rentan?
No, es la casa de mi mamá. Cuando llegamos aquí a la Ciudad de México, yo llegué primero,
después llegaron ellos porque allá tenía también su casa mi mamá, pero la vendió por una
tía que la verdad no se llevaba bien con ella, se trataban mal. Entonces, por ella la vendió,
porque tuvo muchos problemas con mi tía.

¿Tú qué mensaje quisieras compartirle a las personas que van a leer tu historia?
Pues pórtense bien, cuídense mucho porque esta canijo caer en un reclusorio y más
nosotras, la vivimos más feo aunque ahora ya está mejor. La verdad no es necesario que
caigas en un reclusorio. Cuando estás aquí valoras muchas cosas, lo que es el agua, la
comida y hasta cualquier cosa.

Un peso es oro me dijeron ahorita.


La verdad, hasta por un cigarro se andan matando.
Cuéntame un sueño que tu tengas.
Mi sueño es casarme con un chavo guapo.
He tenido chavos guapos, a mí me siguen
mucho los chamacos. Entonces, mi orgullo
es casarme allá afuera con un chavo
guapo, tener mi casa, adoptar un bebé, me
gustan mucho.

¿Si quieres ser mamá?


Si me gustan, me encantan los niños. Me
encantan.

¿Por eso amas a tus sobrinos?


Al mediano lo amo. Es mi bebé, siempre
que hablo por teléfono con él, me habla
de tía. El grandecito me dice: “¿cuándo vas
a venir?”, “¿dónde estás?” Y le digo: “estoy
trabajando, hijos. Ya muy pronto voy a
estar contigo”.

Entonces quieres ser mamá, ¿ese es tu


sueño?
Ajá porque la verdad cuando me dejaban
mi sobrinito yo lo cambiaba, le quitaba el
pañal. Yo decía, yo quiero tener un bebé.

¿Para ti qué qué es el amor?


La verdad yo quiero un hombre que este
conmigo, en las buenas y en las malas.
Fíjate que yo viví con un chavo en la calle,
viví 2 años con él, este niño era bien lindo,
era un amor para mí, era mi bebé. Estuvo
conmigo en las buenas y en las malas
Estabas enamorada.
Sí, pero ya después de un tiempo me dijo que se tenía que ir a trabajar. Yo le hablaba
por teléfono, pero ya no era lo mismo porque cuando vivió conmigo era bien tierno, me
acompañaba a todos los lados, andaba conmigo, me abrazaba. Era de las personas que
salíamos a la calle y no le daba pena. Me abrazaba, no me bajaba de mi niña, siempre me
hablaba de mujer, siempre.

¿Nunca te pegó?
No, la verdad nunca me pegó ese niño. En cambio, yo si le pegue a él una vez.
Fíjate que yo viví una experiencia con él hermosísima, todo lo que yo le pedía, me lo
compraba. Me conocía su familia, su mamá me quiso un montonal, sus hermanos también
me trataban como mujer. Su mamá me llevaba que una blusita, o así cualquier cosa me
llevaba la señora.

Y ¿no has vuelto a querer a otro hombre así?

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No, más que a él y fíjate que le habló a mi hermana apenas y le preguntó por mí. Y le digo:
no le vayas a decir que estoy en el reclusorio, dile que estoy trabajando o que me fui con
mi tía a Cuernavaca.

Kendra pues muchísimas gracias, no sé si quieres decirme algo más.


No. Es todo.
esto es algo nuevo para ellos, para las
penitenciarías y para los preventivos, no saben
donde ponernos porque físicamente no somos
mujeres, pero ante la ley somos mujeres.

SHARON
S H A R O N

Penitenciaría
25 de octubre de 2021
Para empezar me gustaría que me dijeras que nombre deseas usar para esta entrevista.
Sharon.

Tú cómo te identificas a ti misma como mujer trans, como persona trans, como transexual,
como travesti, transgénero. ¿Cómo tú te identificas?
Como transgénero.

¿Qué edad tienes?


34

Cuéntame en dónde naciste, qué colonia era, cómo fue tu infancia, cómo te llevabas con
tus compañeritos de la escuela o tus vecinos, todo eso.
Bueno yo nací en nací en la Ciudad de México, nací el 6 de marzo de 1987. Soy
originaria de la colonia Tacubaya, bueno toda mi vida he sido de ahí, pues la verdad
no sé bien donde nací pero sí ubico el hospital y eso bueno donde mi mamá me dio
a luz y pues la verdad crecí en Tacubaya.

¿Y ustedes vivían en casa propia, rentaban?


Bueno mi mamá rentaba.

¿Vivías con tu mamá y tu papá o solo tu mamá?


Solo mi mamá y mis hermanas.

¿Y tu papá?
Nunca lo conocí.

¿Cuántos hermanos tienes?


Éramos 4

¿Los 4 viven todavía?


No, ya falleció una.

¿Tú eres la mayor?, ¿la menor?


No, soy la segunda.
¿Tienes hermanos hombres, mujeres?
Bueno el que falleció era el que seguía de mí, tengo un hermano más chico y mi
hermana que es la más grande.

¿Y cómo te iba con los niños ahí en Tacubaya? ¿Fuiste a la primaria?


Sí. Pues bien, de hecho no tuve estudios nada más que la primaria porque yo desde
chico sabía pues quien era, que me atraían los hombres, bueno ahora ya se dice que
es trans y es la palabra correcta pero antes era que te atraían los hombres y todo eso.

¿Desde qué edad te diste cuenta que te gustaban los niños?


Desde los 6 años.

¿Y cómo te diste cuenta?


Porque pues me gustaban los chiquillos, los de mi escuela, de hecho mi primera
relación sexual la tuve a los 7 años con uno de mis primos de unos 13 o 14 años.

¿Y en la primaria no te hacían burla o te acosaban los niños?


De hecho no era muy amanerado de pequeño, de hecho hasta tenía novia para que
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no se me viera, para aparentar. Habíamos varios compañeros en la primaria que pues
sabíamos que ya desde chiquillos nos gustaban los hombres, pero lo aparentábamos
teniendo novias para que no hubiera un problema y nos hicieran bullying.

¿Tu mamá tampoco sabía?


De hecho mi mamá ya sabía porque yo en mi casa yo trataba de ser como yo quería
ser, en mi casa no me escondía, de hecho cuando yo empecé mi transición a ser una
chica trans, empecé a los 11 años.

¿Cómo empezaste?
Pues en primera me salí de mi casa a los 11 años, porque pues por el miedo de que
mi familia no me aceptara, por mi mente pasaron muchas cosas de que me fueran a
correr y equis, entonces me salí de mi casa a los 11 años y me fui con unas amigas
trans, ya más grandes ellas.
¿Cómo las conociste a ellas?
En los bailes porque me gustaba mucho ir a los bailes ahí en Tacubaya. Yo me salí de
mi casa porque ya quería ser como yo era: mujer, que no lo hacía en mi casa por la
discriminación tanto en la familia como en la sociedad, con los vecinos, entonces se
me hizo más fácil salirme de mi casa iniciar mi transición pero en otro lado, no con
mi familia.

¿Y cómo iniciaste tu transición?


Empecé hormonizándome.

¿Quién te dijo de las hormonas, cómo las conociste?


Mi amiga, Sheila. De hecho en ese tiempo y hasta en la actualidad tu sabes que
estaba según que el biopolímero y todo eso, entonces como yo tenía mi cuerpo
todavía no desarrollado entonces yo me quería ver pues con nalga y chichis y todo
eso y pues buena onda la chica me dijo que no, que mejor me hormonizara y que ya
a cierta edad ya podía yo ponerme el biopolímero porque todavía mi cuerpo no se
desarrollaba como debería de ser.

Entonces a los 11 empezaste a ponerte hormonas y ¿eran inyectadas o tomadas?


Inyectadas

¿Te acuerdas qué te ponías?


La perlutal, me la ponía cada 15 días o cada mes una nomás.

¿Viste cambios en tu cuerpo?, ¿cómo te sentiste con el uso de hormonas?


Pues de hecho yo nada más me inyecté las hormonas porque quería tener pecho y
bueno que me viera un poco más femenina, porque yo soy de cuerpo robusto y pues sí
me hizo unas facciones más femeninas, como todavía no me acababa de desarrollar
en ese tiempo pues sí me ayudó un poco, pero muy poco.

¿La gente se daba cuenta de esos cambios?


Sí.
¿Cómo te trataba la gente?
Pues fíjate que yo cuando me salí de mi casa tardé dos años en volver a mi casa,
llegué cuando ya iba a cumplir 14, pero llegué ya como mujer.

¿Y qué te dijo tu mamá?


Pues la verdad corrí con la suerte de que yo no tuviera discriminación en mi familia
de nadie, todos me apoyaron de hecho hasta la fecha me siguen apoyando mis
hermanos, mis abuelos en paz descanse yo no sufrí esa discriminación de la familia,
sino que el error fue mío de que pues no sabía que show, yo creo hubiera sido
diferente el que me quedara en mi casa a haberme salido.

¿Esos años que estuviste fuera de tu casa, qué hacías, de qué vivías?
Pues no te podría decir que fue la perdición, pero probé cosas que no me hubiera
gustado haber probado, como el prostituirme y empezar a consumir drogas.

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¿Todo eso con tus compañeras?
Pues no con mis compañeras que yo vivía, pero ya ves que cuando empiezas a incluirte
en ese núcleo pues conoces de todo, no falta la chica que te invita la copita y que la
piedrita y pues una por idiota, una no sabe, y al no estar en tu núcleo familiar pues
una se orilla a eso.

¿A esa edad con los clientes nunca tuviste problemas?


Pues la verdad no, me sentía millonaria, eran los cuajos, yo de 12, 13 años tener mil,
dos mil pesos en la bolsa me hacía sentir como traer mucho dinero.

Entonces cuándo regresas a vivir con tu mamá, ¿en qué trabajabas?


De hecho cuando yo llegué a mi casa me brindaron estudios, estudié Cultura de
Belleza, soy maestra, bueno ahora ya soy maestra y doy clases, pero no me gusta, me
fui más por prostituirme, que de hecho yo también lo hice porque yo de chica tuve
muchas carencias en mi familia en lo económico.
“ si esto les sirve de experiencia, sobre todo a
las chicas trans, pues que le echen ganas que
no estamos solas y que todos nuestros sueños
y proyectos si se pueden lograr. Siempre
tengamos una vida sana, y no sentirnos menos
que las demás gente. ”

¿Tu mamá a qué se dedicaba?


Mi mamá siempre ha trabajado de limpieza y era alcohólica, entonces eso también
me ayudó a prostituirme y pues mantener a mis hermanos. Yo regresé a mi casa pero
seguía prostituyéndome.

¿En esa época te seguías hormonizando?


Sí.

¿Cuántos años estuviste en hormonas antes de que llegaras aquí?


Como diez años, pero pues como tomaba mucho no me hacía tanto efecto.

¿En esos diez años que te hormonizaste, también te inyectaste el cuerpo?


Sí, con aceite.

¿Quién te moldeó el cuerpo?


De hecho la primera vez que caí en el Reclusorio ahí fue que me hicieron el cuerpo.

¿En dónde fue?


En el Reclusorio Oriente.
¿Y hace cuánto fue?
Hace nueve años.

¿Quién te inyecto?, ¿fue otra compañera trans?


Fue una compañera de ahí, le decían la Carísima, una morena, ella era la que hacía
los cuerpos.

Cuándo te inyectaste, ¿te sentiste mejor?, ¿te gustó tu cambio?


La verdad sí, como que más exquisita, más segura.

¿Hasta ahora no has tenido problemas por lo que te inyectaste?


La verdad no, ahora sí ya me da miedo porque pues digo ya no es lo mismo que
tengas 20 años a la edad que tengo, ya me da un poco más de miedo.

¿En dónde te inyectaste?

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En las pompis.

¿Nada más?, ¿en la cadera?, ¿piernas?


No, pura pompi.

¿Y te gustaría hacerte la operación del busto?


Pues fíjate que por lo mismo, sí he tenido la oportunidad, pero le doy más prioridad
a mi familia que hacerme cirugías.

O sea tu trabajabas y apoyabas a tu familia.


De hecho, hasta la fecha lo sigo haciendo.

¿Les mandas dinero?


Bueno es que aquí no es lo mismo pero allá afuera pues sí.

¿Y tu mamá sigue viviendo?


Sí. Solo hablo con ella, no tengo visita, ella está enferma, de hecho me pongo así
triste porque pues yo allá afuera era la que veía por ella.
¿Tus hermanos no veían mucho por ella?
No, como ya son casados pues no. Entonces yo si me siento mal el haber llegado otra
vez aquí porque está sola ella, no sé por qué estoy aquí nuevamente pero pues es
por algo.

Esta es la segunda, la primera vez había sido en Oriente, ¿cuántos años estuviste en
Reclusorio Oriente?
Tres años.

Cuando tu llegaste al Reclusorio Oriente en esa época, ¿cómo te trataron los guardias,
las autoridades?
Qué crees que ahorita que tengo mi cambio de identidad he sufrido más discriminación
que la primera vez, la primera vez como traía el nombre de antes no había tanto
problema como ahora, yo llegué al Reclusorio Oriente como cualquier chica normal
de ahí, pero ahora he sufrido más discriminación.

Cuando saliste del Reclusorio Oriente ¿quién te apoyo para que hicieras tu cambio de
identidad, cambiar tu INE?
Yo sola.

¿Cómo te enteraste?
Bueno pues la que me comentó fue mi mamá, que si no me quería cambiar, ella fue la
que me motivó a cambiar mis documentos y ya investigué y fue rápido y de hecho el
nombre que traigo es por ella, porque a ella le gusta el nombre de Daniela y pues a
mi siempre me han dicho Sharon, por eso me puse Sharon Daniela, es algo que para
mi me satisface, de hecho que somos pocas y contadas que lo hacen y pues sí ella fue
mi motivación para hacer mi cambio de identidad.

Entonces fuiste al registro, te dieron tus papeles y ¿en qué trabajaste después?
De hecho cuando antes de hacer mi cambio de identidad yo trabajé en el gobierno
en áreas verdes, me gusta mucho, ahí estuve laborando 6 años, has de cuenta que salí
del Reclusorio Oriente y me olvidé de vicios, de drogas, de marido, de putería.
¿Cuántos maridos has tenido?
Uno.

¿Dónde lo conociste?
En el Reclusorio Oriente.

¿Cuánto tiempo duraron?


Fíjate que chistoso porque yo tengo una amiga que de hecho tu la conoces que es
Kenya Cuevas, yo trabajé con ella, de hecho yo fui promotora de salud en PSI México,
yo a ella la conocí cuando salió de aquí, le dieron trabajo ahí en PSI, bueno no era mi
amiga ha sido mi conocidita entonces has de cuenta que yo llego, de hecho la primera
vez que estuve presa, fue por lo mismo que me acusaron de robo por prostituirme y
andar en el desmadre.

¿Y sí lo habías hecho o fue algo falso?

99
No, nada más fue como ahorita igual.

Quién te acusó, ¿fue un cliente, policía?


No, un chavo que pasó y pues me la dejaron ir. Entonces te digo que ahí en PSI fue
cuando conocí a Kenya, cuando yo llegué al reclusorio me dijo: “ahí está mi pareja”,
pero yo no sabía quien era su pareja sino que pues las cosas se dieron por sí mismas,
entonces ya como a los 3 meses va Kenya a visitarlo y ya me manda a llamar y me
dice:
- Ay no que te voy a presentar a mi marido
- Ah sí, lo quiero conocer.

Y ya que lo veo ahí, ¡ay no!, era mi marido, ella nunca supo nada sino que ya cuando
salió él le dijo que andaba conmigo y todo eso. Fíjate que ha sido una de las personas
que valoro mucho, ya falleció el chico, fue muy lindo ora sí que no lo comparo con
nadie, era drogadicto y borracho lo que tu quieras, pero a mí me daba mi lugar, como
lo que una quiere, me daba mi lugar como chava y no voy a encontrar otro como él. Yo
me fijo en un hombre no por lo económico ni nada sino por sus sentimientos porque
lo que busco es no estar sola, yo sé que el día de mañana que fallezca mi mamá yo
no voy a tener un soporte para no caer y lo extraño mucho.
¿Cómo se llamaba?
Santiago.

Los tres años que estuviste en Oriente, ¿duraste con él los tres
años?
Y tres afuera, él salió un año antes que yo, pero me seguía
apoyando, de hecho yo pensé que ya no lo iba a volver a ver
porque ya ves que cambia, pero no, el chico buena
onda me siguió apoyando y salimos y nos juntamos,
vivimos tres años, tres adentro y tres afuera.

¿Y aquí adentro ahora tienes pareja?


No me hubieras tocado ese tema, porque voy
a llorar otra vez. No, pues supuestamente
ando con un chavo pero pues no se deja
guiar, se droga mucho y tu sabes que
estando aquí encerrada que es lo que
buscas, ¿cariño no? Porque es muy inútil
que yo te diga ay ya me enamoré si no
me quiero a mi misma me entiendes.
Entonces conocí a un chavo aquí, muy
buena onda el tipo y todo pero tiene un
gran defecto que se droga mucho y pues
ando así por él porque no se deja guiar.

¿No tienes otros pretendientes?


De hecho sí, pero ya no soy de la idea,
será que como me hice el cambio
luego me dicen las compañeras: ay es que eres bien mamona, ya no cotorreas, y
bueno al menos para mí tener mi cambio de identidad y ser una mujer ya no me hace
incluirme tanto en las joterías de las demás, ya como que digo, ya soy mujer y ora sí
con perdón de la palabra, me vale verga lo que digan, pero yo ya tengo un status de
mujer y ya no me puedo mezclar tanto con las compañeras y con su bufes y todo eso,
porque sí hay una que otra que bufa y todo eso pero pues no caigo en su juego. De
hecho cuando yo llegué aquí pues fui la sensación:
- ¿Y de dónde vienes?
- Del femenil.

Y hasta los custodios:


- ¿Tú vienes del femenil?
- Sí.

A ver entonces a ti el juez o la jueza ¿te había mandado al femenil?


Te comento cuando yo caí, del Ministerio Público, cuando yo dije que mi nombre ya
era Sharon Daniela, me mandaron al femenil y ya del femenil tuve el tercer día mi
audiencia donde yo ya presenté mis papeles y la juez dictó que yo tenía que estar
en un preventivo pero femenil, de mujeres, tuviera o no tuviera la vaginoplastia pero
yo ante la ley ya aparezco como mujer, entonces estuve ahí en el Centro Femenil de
Santa Martha quince días.

¿Y cómo te trataron a tu ingreso en Santa Martha las autoridades?


Pues fíjate que tuve más discriminación de las autoridades que de las mismas
101
compañeras, porque pues me decían que yo era hombre, que era gay, que era trans,
que no podía estar yo ahí, de hecho me cortaron mi cabello, me quitaron las uñas
postizas, pestañas, me discriminaron mucho. Cuando entré me desnudaron y fue con
palabras obscenas, con groserías, pues fue una experiencia de las autoridades, de
hecho al tercer día fue una custodia y me sacó en la noche y me empezó a cortar el
cabello que porque yo era hombre, yo creo que era homofóbica la tipa y yo le dije:
ay pues no puedo hacer nada, estoy en tus manos, pero ora sí no te encuentre afuera
porque te voy a dar en tu madre.

¿No te gustaría meter una queja por el trato que recibiste ahí?
Pues la verdad sí, pero no, ora sí que, yo lo que quería era salir de ahí porque estaba
aislada.

Entonces cuando tu llegaste te aislaron.


De hecho me tenían en cautelares, yo de ahí no podía salir que supuestamente corría
el riesgo de que me metiera con una tipeja y bueno algo absurdo, de hecho tuve la
visita de la directora y ella me juró y del Sur me regresaron al Femenil y del
me perjuró que yo iba a estar ahí, que Femenil me mandaron al Norte y del
no me iban a mover a ningún lado que Norte a Tepepan y ya de Tepepan me
porque mi delito no era grave, ahí me mandaron a Oriente.
dijeron que me iban a apoyar para que
mi proceso fuera rápido pero lo cual ¿En Tepepan como te trataron?
no fue nada cierto, de hecho no fui la Igual, de lo peor, entonces de Oriente
única, fuimos como cinco chicas que nos ya me mandaron a la Peni, de hecho
trasladaron, cinco chicas con cambio tuve una audiencia por traslados
de identidad que habían llegado a ilegales que nada más me reconocieron
Santa Martha, entonces nos estuvieron tres, pero el juez, has de cuenta que
rotando por todos los reclusorios, a mí estuvo el Ministerio Público, Derechos
primero me mandaron al Reclusorio Sur, Humanos, porque esto es algo nuevo
para ellos, para las penitenciarías y para los preventivos, no saben donde ponernos
porque físicamente no somos mujeres, pero ante la ley somos mujeres, entonces ellos
deben de tener un protocolo o un espacio donde estemos libres, ese fue el problema
que yo tuve. Entonces me querían regresar a Tepepan pero yo hablé con el juez y le
dije que no porque ahí estaba aislada y me dice es que de hecho ahí hay una chica
Perla, y le digo sí pero ella ya está operada aunque tiene el nombre de hombre, o
sea es lo contrario de mi caso y de qué sirve que me lleven para allá si voy a estar
aislada, le dije yo lo que quiero es tener un espacio libre, de hecho pensé corbatearme
como dicen aquí porque entré en depresión y ya quería matarme, suicidarme de la
depresión. No tenía visita, dos meses sin ver a mi familia, mi familia desesperada que
qué había hecho. Era nada más que ahora estoy en el Norte y que ahora voy para allá
y sin poder hacer nada, estuve mes y medio en todos esos traslados.

Cuándo tú llegas aquí a la Penitenciaría, ¿cómo te recibe guardia?, ¿cómo te reciben las
autoridades?, ¿cuál ha sido el trato aquí en este centro penitenciario?

103
Pues la verdad me he sentido más cómoda aquí, bueno pues al principio algo novedoso
porque como Sharon y Sharon y para todas las autoridades y:
- ¿De dónde vienes?
-Vengo del Femenil.

Pero pues ya les fui explicando tantito y ya agarraron la onda porque hasta seguridad
y custodia:
- ¿Oye cómo te llamas?
- Pues Sharon,
- ¿Cómo si eres hombre?
- No, es que yo ya soy cambio de identidad y por protocolo yo decido estar aquí
no es porque me hayan mandado sino que es por mi decisión.

Me he sentido más segura aquí y más en confianza, y todos me dicen Sharon hasta
los compañeros, todos. Aunque luego me dice wey y yo me les quedo viendo y ya me
dicen ay perdón Sharon o me hablan pero ya en femenina, y entre las compañeras
pues sí hay bullying pues de desmadre, y me dicen “¿cómo le hiciste?” y “ahora que yo
salga también quiero mi cambio de identidad”.
Entonces aquí que ya no estás aislada, ¿qué haces?, ¿de qué vives?
Orita pues nada más estoy en cursos, estoy en proceso todavía, estoy en audiencias.

¿Quién te está defendiendo?


Un abogado de oficio.

Entonces tu caso no es muy grave, ¿y esta vez te señalaron nada más?


De hecho te voy a contar, yo venía saliendo de mi trabajo, yo trabajaba en un Oxxo,
era encargada de un Oxxo, entonces del trayecto de donde yo trabajo a mi casa pues
son como 10 minutos porque yo trabajo por Televisa San Ángel y yo vivo en Mixcoac,
entonces me queda ahí al ras, entonces haz de cuenta que yo venía pero un tipo me
venía acosando, como yo me vengo en el micro por Periférico pues me venía acosando
el tipo, yo lo que quería era ya llegar a mi casa, venía cansada estresada, entonces
me bajo y tengo que cruzar un puente para llegar a mi casa y el tipo con palabras así,
que me quería coger, pero te vuelvo a repetir por mi estatus ya como que soy más
recatadita, me enfocaba más en mi trabajo y ya el desmadre lo había hecho a un lado
y pues el tipo este se sobrepasó porque me empezó a manosear y le puse su chinga,
le di su chinga bien feo, de hecho me picó tengo picadas las piernas. Yo pedí apoyo
y me lo dieron, pero cuando llego al Ministerio Público el médico ordena que me
lleven al hospital porque traía heridas graves y de ahí bailó, me la cambiaron toda,
que según yo le había robado al tipo y que con armas y pues me la voltearon toda y
por eso yo llegué aquí.

¿Entonces estás en proceso?


Sí, primero dios me voy porque no es nada grave, de hecho me tocó una juez buena
onda que está de mi lado. Te comento también, fíjate que cuando yo llegaba a los
reclusorios en esto de los traslados, yo me sorprendía porque bajaban los directores
y luego:
- ¿Quién es Sharon? y ¿de dónde vienes?
- Del femenil.
- Lo que ocupes, no queremos tener problemas, lo que necesites.

Entonces pues no duraba más que uno o dos días y ya me mandaban a otro, aquí
pues no tuve el gusto de hablar con el director ni nada, simplemente hablé con la
licenciada Adriana que es la que me brindó su apoyo, muy buena onda la verdad y
pues me siento a gusto. Yo me lo imaginaba más feo, más de lo peor, porque sabes en
Santa Martha como se cataloga en la calle, pero no, es todo lo contrario.

Cuéntame alguna anécdota que te haya impactado estando aquí, alguna historia, algo
que hayas visto.
Pues no, de hecho cuando llegué, tengo amigas de aquí de población normal que
me fueron a ver luego, bueno que las conocí en la Cana pasada y que todavía se
acordaban de mí, que están aquí.

¿En dónde las habías conocido?


En el Oriente, ellas vienen por sentencias grandes, bueno de hecho cuando a mí me
agarran yo me declaro con VIH entonces no sé por qué hicieron tanto arguende si
pues soy población vulnerable, desde un principio me hubieran dicho no pues te
vamos a mandar a la Penitenciaría, fue más mi angustia que me trajeran de acá para

105
allá.

¿Cuándo te trajeron de un centro penitenciario a otro, te daban tu tratamiento o no?


No, hasta aquí sí me lo dieron, de hecho cuando estaba en el Femenil tampoco
me dieron tratamiento, mi tratamiento me lo pasaban de afuera para adentro, mi
hermana me lo llevaba.

¿En libertad en dónde recibías tu tratamiento?


De hecho yo estaba en el Seguro Social, al principio cuando me detectaron VIH si
estaba dada de alta en Condesa, pero como te comento que ya me empiezo a meter
en el trabajo bien, ya estaba en el Seguro y ahí me daban el tratamiento.

Los médicos aquí en el Centro penitenciario que les dan el tratamiento para el VIH,
¿cómo las tratan a ustedes?
A mí en lo personal, a mí me tratan bien de hecho lo que se les hace raro es el nombre
porque dicen “oye por qué tu si te llamas Sharon y ella se llama Hugo o equis” y les
digo pues es que yo así me llamo. “¿Y tu nombre de hombre?” No pues es ese es mi
nombre y así me llamo, entonces les sorprende.
Entonces con base en tu experiencia, ¿tú prefieres estar en un centro varonil o en uno
femenil?
Ay pues en el varonil, en el femenil hay mucha discriminación contra nosotras.

Y si existiera un centro especial para personas LGBTI ¿hubieras preferido que te mandaran
ahí?
Yo sí, bueno al menos yo por todo lo que he vivido y si es por estar bien y si yo me
encuentro tranquila pues sí.

Ya para terminar cuéntame algún sueño que tengas, algo que quieras realizar, alguna
esperanza.
Pues primero recobrar mi libertad porque estando aquí encerrada si puedes lograr
sueños pero es muy difícil, el encontrarme una pareja que me valore tal y como
soy, que no me vea por interés y pues tener mucha salud sobre todo para nosotras
que estamos aquí nos deprimimos mucho, pues nos sentimos solas, indudablemente
venga o no venga la visita el estar aquí te afecta psicológicamente.

¿Aquí no les dan apoyo psicológico?


Aquí yo creo no. De hecho es muy difícil hasta platicar con una compañera porque se
divulga todo y ya estás llorando por esto, que crees que yo hace poco me peleé con
el chavo con el que estaba y me fui con una compañera y me dice:
-Ay que tienes
- Me siento mal.

Y como hace un rato empecé a llorar.


- Y ¿por qué lloras?

Te digo me peleé con él y pues me gritó de lo peor que era puta y yo en mi plan
de mujer pues me hizo llorar y pues ya le dejé de hablar y nuevamente me fue a
buscar pero como se droga mucho, yo creo que ya le cayó el veinte, como ya no iba
a verlo, me fue a buscar, pero pues yo no puedo estar con una persona drogadicta
porque pues la ayuda también la necesito yo, porque en un momento estando en esta
situación puedo recaer y no sé como sea mi recaída tal vez ya no me pueda levantar y
sí me duele mucho pero la vida sigue. Cuando llegué todos me abordaban y más por
el cambio de identidad, no pues la pescada y todo eso, pero ya supieron que andaba
con este chavo todos huyeron y nada más me hablan de hola, y oye pues si no estoy
casada ni comprometida ni nada, y ahorita que ya no ando con él y pues todo se me
junta por eso estaba triste, porque tengo a mi mamá enferma, yo aquí adentro y luego
este tipo y llega el momento de que todo se me junta y platicar contigo me siento
segura.

¿Y aquí ya no te hormonizas?
No, pues ni hay como, ni sé como pedirlo ni a donde recurrir.

Pues con la chica de grupos vulnerables.


Pues sí aunque lo que más me interesa ahorita es recobrar mi libertad.

Muy bien Sharon, algún último mensaje que quieras dar para la gente que va a leer tu
historia.

107
Pues que si esto les sirve de experiencia, sobre todo a las chicas trans, pues que le
echen ganas que no estamos solas y que todos nuestros sueños y proyectos si se
pueden lograr. Siempre tengamos una vida sana, y no sentirnos menos que las demás
gente porque luego la gente y la sociedad es lo que le gusta. No todas somos iguales,
habemos unas que somos buena onda y nos apoyamos y otras que entre más abajo
te ven les gusta, pero pues si de algo les sirve mi experiencia pues que agarren algo
y que no se droguen, ese es el mensaje que yo les puedo dar.
Tuve una vida llena de excesos, los
excesos me tienen en prisión, mis malos
actos, pero ahora vivo sana, llevo
muchos años sobria, y dedicándome a las
pesas y eso es un modo de vida para mí ...

ANGIE
A N G I E

Penitenciaría
25 de octubre de 2021
¿Qué nombre deseas usar para esta entrevista?
Angie.

Bueno para iniciar me gustaría que me contaras un poco de tu infancia ¿cómo fue todo?,
¿tú eres de acá de la Ciudad de México?
Sí, sí. Viví con mi mamá y con mi hermana, tengo una hermana mayor que yo y pues
todo muy padre, no tuve necesidad de contarles ni de decirles que era gay, nunca
hubo como un prejuicio, siempre fue como que se dieron cuenta, no preguntaron y
pues no, la neta es que nací en una familia súper linda, súper linda, una familia súper
alivianada. De pronto, pues las únicas personas con las que vivía eran mi hermana y
mi mamá porque mis papás se separaron cuándo yo era muy chica.

¿Tú cuántos años tienes ahorita?


35, tengo 35 años y pues bueno viví muy bien. La verdad es que yo de pronto me
independicé un poco, pues por rebeldía, nada más, no porque no me aceptaran en mi

111
casa. La verdad es que tuve una familia muy linda, una infancia buena. No tuve ¿cómo
te explico? No me reprimieron para nada y mucho menos yo me reprimí, entonces mi
familia no lo hizo, tampoco yo. Viví plena, viví feliz y pues bueno tuve una infancia
linda.

¿Tú mamá a que se dedicaba?


Mi mamá se dedicaba a cuidarnos, a trabajar. Y mis papás se divorciaron cuando
yo tenía como 12 años o 10 y de pronto mi mamá solo se dedicaba a trabajar para
educarnos y mantenernos a mi hermana y a mí. Y pues bueno, la verdad una mujer
muy trabajadora, una mujer que daba y da todo por sus hijos y pues ahora nosotros
ya estamos grandes. Mi papá, pendiente pero lejos.

Bueno, ¿entonces tú te fuiste de tu casa jovencita?


Pues me salí como a los 16 pero iba y venía, iba y venía. Como a los 14 años comencé
a trabajar en una estética y comencé a cortar cabello y aprendí, me gustó, tomé
cursos y después trabajé en cadenas pues grandes, trabajé para L’Oreal, estudié en
L’Oreal, estudié colorimetría y me he dedicado siempre a eso.
¿Sigues trabajando en
eso?
Sí desde los 15 años
me dedico a la belleza
y ahora pues sigo en lo
mismo, ahora en prisión
sigo trabajando en
lo mismo, cortando
cabello y listo.

¿Hasta que curso hiciste


de la escuela?
La secundaria.

Fuiste a la secundaria y ¿te saliste a estudiar


belleza?
Sí, sí, estudiaba belleza y si tomé muy buenos cursos,
pero pues bueno ahora es mi forma de vivir.

O sea que tu empezaste tu transición ¿a los cuántos años?


Bueno yo empecé mi transición literalmente como a los
25, a los 25 comencé a tomar pastillas, ya grande. Siempre
tuve en mente y supe quién era y lo que quería y que había
nacido en un cuerpo equivocado, pero literalmente comencé a
tomar pastillas como a los 25 años.

¿Hormonas?
Hormonas.

Y ¿tú fuiste al médico? o compañeras o amigas te dijeron.


Pues sí, no fui al médico. Y comencé a tomar pastillas por medio de las amigas, de las
conocidas y así y listo, ahora estoy en tratamiento, estoy en una transición médica, me
ven endocrinólogos, psicólogos, psiquiatras y, pues bien.
O sea que tu trabajabas en todo lo de belleza antes de ingresar al centro penitenciario y
¿cómo es que llegaste acá?
Bueno pues ya sabes, viví una vida de adolescente que comencé con excesos: alcohol,
drogas y bueno cometemos errores y terminé presa.

Y acá llevas ¿varios años?


Sí, 8.

El proceso de transición ¿ha sido durante reclusión?


Sí, la verdad es que sí, logré lo que quiero y estoy en dónde estoy pues ya en prisión.

Y ¿cómo has logrado todo acá?


La verdad es que me metí a tratamientos hormonales y solicité al sistema penitenciario
que me sacaran porque por el tratamiento hormonal empecé a tener una hipotrofia
testicular, entonces me sacaron al urólogo y el urólogo determinó que solamente

113
tenía de dos: someterme a una transición sexual o dejarme de hormonizar. Y pues
obviamente, la segunda opción no era para mí. Y pues sí, acepté someterme porque
era lo que yo quería y es lo que yo quiero y pues bueno, me hicieron una orquiectomía
bilateral para quitar ese problema que tenía de hipotrofia testicular y pues bueno
de ahí empezó mi transición porque me cambiaron mi tratamiento hormonal, me
mandaron a terapia psicológica, psiquiátrica. Estuve en el psiquiatra mucho tiempo,
antes de operarme me mandaron a una terapia que se llama salud mental con el
psiquiatra, bueno el psiquiatra me iba a dar terapia de 18 meses y a los 3 meses me
dijo: yo no tengo nada que hacer contigo, te voy a dar de alta y listo. Y pues bueno
así ha sido.

¿Has tenido una buena relación con todos los médicos que te han tratado?
Sí, la verdad sí, médicos muy muy buenos. A decir verdad, la neta, me fue un poquito
complicado pues dentro del sistema porque no había quien apoyará tanto ahora sí
que a la comunidad y pues menos este tipo de cuestiones ¿me entiendes? No todas
podemos ir a endocrinología, pues bueno, aquí la licenciada Adriana, la subdirectora
es como la vocera de la comunidad y pues la verdad es como un ángel dentro de este
lugar, nos ha ayudado a todas nosotras y pues bueno ella trató de ayudarme en el
aspecto que por medio del sistema, me sacaran a endocrinología y pues sí.
O sea que ¿tu pasaste una solicitud al Comité Técnico?
Sí y me la negaron. Y de pronto, llegó la licenciada Adriana a este centro y es como
que ha acogido mucho a la comunidad, a las chicas trans y pues ella buscó el modo
de que todo fuera válido y pues por derecho, las mujeres trans por eso de la inclusión,
pues ella me ayudó para que me sacaran a endocrino y pues ahí me trataron. Hasta
ahorita, sigo en endocrinología, me han ayudado mucho.

¿Ya aquí dentro de reclusión te hiciste la orquiectomía?


Sí y pues obviamente en mis planes está terminar de hacerme la reasignación.

¿Tienes otras cirugías?


No, solamente tengo bichectomía y listo nada más, no tengo más nada.

Has sido muy afortunada, también.


Sí la verdad es que la neta sí puedo decir que soy demasiado bendecida porque
estamos en un lugar, en un sistema dónde no se puede. Antes no era tan bueno,
no éramos como tan vistas, no teníamos tanta atención. Ahora con la llegada de
la licenciada pues nos ayudó y pues ahora sí a todas. Pero ¿sabes qué? no todas
estamos como pasando los filtros para ir a endocrino y así.

¿Te hacen un examen médico?


Psicológico y psiquiátrico y bueno si pasas esos estudios pues obviamente tienes
derecho a pasar a endocrino. No todas, somos mujeres para transicionar ¿me
entiendes? No todas nacimos para ser mujeres trans. Entonces eso lo determina un
psiquiatra, literalmente porque si el psiquiatra autoriza pues listo, a terapia hormonal.

Y ¿cómo reaccionó tu familia ante tus cambios?


No pues mi mamá súper feliz, mi hermana, mi papá el hombre más feliz, mi papá
siempre apoyando todo, literalmente. Mis papás se divorciaron cuando yo era pequeña
pero siempre estuvo muy pendiente mi papá de nosotras y cuándo yo entre a prisión,
pues listo, ahora más comenzamos a ser amigos. Desafortunadamente murió el año
pasado.
Lo lamento mucho
Pero siempre apoyó, siempre apoyó, de que: ¿cuánto cuestan las hormonas? Y,
¿qué te llevo? Siempre me apoyó, literalmente éramos muy buenos amigos. Sí no
hubo necesidad de decirles nada, ya nada más les avisé: me voy a someter a una
orquiectomía bilateral y bueno pues les comenté lo que es y para qué es. Y he tenido
muchos cambios físicos y mentales.

¿Como cuáles? Cuéntanos un poquito


Físicos pues me hice más femenina, mi cuerpo cambió demasiado.

¿Con las hormonas?


Con la cirugía, con la orqui, con la orquiectomía bilateral es literalmente extirpación
de testículos y pues sin testículos no producimos testosterona y estoy en un
tratamiento siempre hormonal con estrógenos y pues ahora mi cuerpo cambio mucho,
no produzco testo.

¿Te gusta?
Sí, me encanta, yo feliz. Me siento aún todavía incompleta porque no estoy al cien,
115
pero vivo mi vida como una mujer al cien por ciento, ahora sí que veinticuatro siete
literalmente. Y soy feliz, estoy contenta.

¿Haces mucho ejercicio?


Demasiado.

Cuéntanos de eso.
Me dedico a las pesas, hago el fisicoculturismo y llevo 7 años haciendo pesas. Me
gusta el box, practico box. Corto cabello dentro de la Peni y pues mi vida es: trabajo y
gimnasio, trabajo y gimnasio. Ahora por cosas de la inclusión el sistema penitenciario
hace un concurso de fisicoculturismo y por primera vez en la historia del físico, se van
a incluir a chicas trans.

Genial
Va a ser el primer año y voy a participar. Es el 17 de noviembre la competencia y estoy
muy contenta, muy emocionada, obviamente por la oportunidad que nos está dando
el sistema. Los chicos de la federación son súper lindos, apoyando y pues bueno en
eso estoy. Estoy ahora sí que preparándome para la competencia. Muy contenta y
feliz.

¿Participas con otras chicas trans o con todas las chicas que quieran participar?
Con todas las chicas. De hecho, como que no me han dicho tantas cosas es como
apenas es el primer año, dónde se van a incluir por cuestiones de inclusión más que
otra cosa y pues listo. La verdad es que estoy bien, preparándome, contenta, contenta.

Oye Angie, yo te quería preguntar, si con tus compañeras o algo así ¿conoces estos
procedimientos de inyecciones de sustancias para moldear los cuerpos? Ya ves que
algunas chicas se inyectan aceite o silicona ¿qué me puedes contar de eso?
Bueno, afortunadamente no he probado nada, no estoy empapada en ese tema
porque lo haya probado en mí, no lo he probado en mí, no tengo ganas de probarlo.
Conozco muchos casos terribles y como que no estoy a favor de eso, la verdad, es
súper peligroso y digo se inyectan polímeros, biopolímeros, se inyectan aceite de
comida. La verdad sí es súper peligroso para la salud, para todas, o sea, no hay una
chica trans que viva sana que esté inyectada. Para mí sí no, no estoy de acuerdo
en eso, no lo apruebo y pues bueno si pudiera decirles a las chicas trans que se
dediquen al gym mejor.

¿Eso es lo que recomiendas?


Sí, que vayan al gimnasio, una buena alimentación, alejadas de drogas, excesos, pues
todas podemos tener buena pierna, buena nalga, y la prueba es que yo era muy
delgada, mucho, muy delgada, pesaba 52, 53 kilos y ahora peso 75 y pues todo es
por gimnasio. Les recomendaría a las chicas que fueran al gimnasio, comieran bien
y listo. Si, el aceite o esas cosas infiltradas no están padre. De pronto se ve bonito,
las ves y cuerpazo, pero pasa el tiempo y empiezan los problemas de salud, los
efectos secundarios: se manchan, se endurecen como piedra, cosas feas. Entonces, no
lo apruebo y les recomiendo que mejor vayan al gym.
Mejor el ejercicio, oye entonces me gustaría saber esto de ser una chica trans en prisión de
hombres ¿qué sientes? En lo personal ¿te gustaría estar más en una prisión de mujeres?
O ¿en esta estás bien?
Yo estoy bien, digo la verdad tampoco tendría un problema en que me llevaran a una
prisión femenil, la realidad es que yo vivo aquí bien, no siento agresión de nadie, ni
de las autoridades, ni de la población, de nadie. Yo vivo mi vida al cien como una
dama, como una mujer, así me tratan. Yo sí soy de la idea de cómo te ven te tratan y
entonces si te comportas como tal, así te van a tratar. Yo no le veo mayor problema a
estar en una prisión varonil, me gusta, me llevo muy bien con la población, no tengo
mayor problema y tampoco tendría problema si me trasladarán a una prisión femenil.
Digo: nací y crecí en una familia de puras mujeres y evidentemente crecí con mujeres
y no tengo problema en convivir con mujeres.

Decías que aquí te tratan muy bien, o sea que ¿no has tenido un problema de ninguna
clase?, ¿con nadie, ni con la población, ni con los administrativos, ni nada?

117
Muchas veces, un poquito más con seguridad y custodia, un poquito con seguridad
y custodia por la forma de como llamarte que te hablan de hombre, pero con la
población no tengo mayor problema, siempre me tratan bien, me tratan lindo. Y una
que otra persona de seguridad y custodia, no todos porque hay personas muy lindas
de seguridad y custodia y yo creo que la mayoría me tratan bien, hay uno que otro
que de repente no esta tan empapado de las cuestiones de identidad de género y
pues tratan como de llamarte como hombre o formas masculino, pero no pasa de eso.
No me siento ofendida, no me siento ofendida cuando lo hacen normalmente pero
cuando lo hacen ya por agredirme, sí, obviamente sí porque no me gusta sentirme
agredida. Soy demasiado respetuosa, pese a que vivo en una prisión de varones, soy
muy respetuosa y bueno si yo respeto, exijo respeto, entonces pues no me siento
ofendida cuando lo hacen por equivocación que me digan por mi nombre de hombre,
pero si ya lo hacen por joder, ya si me siento atacada y agredida y es uno que otro
no muchos.

Y ¿qué haces en esa situación?


Impongo el respeto, yo brindo respeto a todos ¿me entiendes? y así siempre lo he
hecho. Si me llaman hombre o en masculino, la verdad si les pongo un alto y sí exijo
respeto.
Y ¿tú acá tienes visitas? ¿te visitan?
Sí, mi mamá y mi hermana.
¿Tienes novio?
Este sí, sí tengo novio.

¿Lo conociste acá?


Sí, lo conocí acá adentro.

¿Tú piensas que estar privada de la libertad es diferente a cuando una está soltera a
estar en pareja? ¿puede ser mejor estar en pareja o no necesariamente?
Pues no, para mí ha sido igual porque si soy una mujer de respeto entonces sé vivir,
conozco la lealtad, conozco la fidelidad y conozco el respeto. Entonces tengo pareja,
normalmente soy muy estable en mis relaciones, soy muy, demasiado noviera pero
si soy demasiado estable. No soy de andar con un hombre hoy y mañana con otro y
pasado con otro, no. Mis relaciones siempre han sido muy estables, duraderas y pues
la verdad yo vivo, si es un poquito complicado por las cuestiones de celos y así, pero
más bien eso ya si es cuestión de uno. Obviamente la comunicación es indispensable
y más en este lugar. La verdad si es que soy una chica especial dentro de este lugar
porque habemos muy pocas chicas trans, eso sí pues mira, a mis novios se les ha
complicado un poquito pues por la cuestión de los celos, pero pues siempre trato
como de hablar y dejar cosas claras y pues bueno la seguridad que uno tenga se las
puedes brindar a tu pareja y listo. No pasa nada.

Me gustaría que me contaras una experiencia dentro del centro penitenciario que haya
tenido un impacto significativo en tu vida, algo que te haya pasado acá y tu digas me
marcó.
¿En bien o en mal?

En lo que tú quieras compartirnos o en bien y en mal, en ambas.


Bueno, este que ha marcado fuerte mi vida, mi vida dentro de prisión es la pérdida
de mi papá, mi papá murió el año pasado y éramos literalmente amigos y yo creo
que es lo más fuerte que he vivido en prisión, que ha marcado mi vida creo que para
siempre, no por estar nada más en prisión, yo creo que a cualquiera dentro de prisión
es algo súper complejo.
Mi papá murió en media pandemia, en
“ Me dedico a las pesas, el apogeo de la pandemia. Entonces,

hago el fisicoculturismo no pude verlo, no me lo pudieron traer


porque normalmente dejan traer las
y llevo 7 años haciendo personas cuando mueren, dejan que

pesas. Me gusta el vengan los difuntos, que los traigan.


Estuvo en la pandemia súper feo, en el
box, practico box. momento de la pandemia que estábamos

Corto cabello dentro en el semáforo tres veces rojo y no se


pudo. Y pues eso marcó mucho mi vida
de la Peni y pues mi dentro de prisión, yo creo que es lo que

vida es: trabajo y más lamento, no haber podido estar y


estar dentro de prisión cuando pasó
gimnasio, trabajo y esto.

gimnasio. Ahora por De cosas buenas, algo que ha marcado

119
mi vida mucho dentro de prisión, lindo,
cosas de la inclusión el es que tuve una relación de muchos

sistema penitenciario años con un chico que se dedica a los


mismo que a mí, fue el que me inculcó
hace un concurso de esta parte del físico, del fisicoculturismo

fisicoculturismo y y pues ahora somos muy buenos


amigos, ya no estamos juntos, pero
por primera vez en la hay demasiado amor todavía, un amor

historia del físico, se para siempre. Entonces es un amor que


marcó mi vida y es algo lindo que ha
van a incluir a chicas pasado en mi vida dentro de prisión y

trans. ” pues bueno ahora esto de esta parte


que él me inculcó y que me hizo tenerle
amor, que me hizo hacer un modo de vida para mí, el físico, dedicarme al ejercicio
pues ahora lo hago sola, lo hacemos por separado, él tiene su vida y yo la mía, ya no
seguimos juntos.
Pero bueno ahora con lo de la competencia, el primer año, también es algo muy
padre que está marcando mi vida, que estoy viviendo y bueno esto también del
físico si Dios me permite va a ser para siempre. Estoy muy enamorada del físico, del
culturismo, de lo que es eso, y vivo sana. Tuve una vida llena de excesos, los excesos
me tienen en prisión, mis malos actos, pero ahora vivo sana, llevo muchos años
sobria, y dedicándome a las pesas y eso es un modo de vida para mí y está padre me
siento plena, me siento contenta, me siento sana de alma, de espíritu y de cuerpo,
todo. Me siento muy bien.
La neta yo puedo decirte en lo personal: Angie, sí ha crecido como persona, sí ha
crecido como ser humano. Angie sí ha crecido en todos los aspectos, alejada de los
excesos, la prisión me alejo de los excesos que es lo más importante ¿sabes? Porque
sí viví una vida complicada, complicada porque yo lo quería evidentemente y ahora la
prisión me hizo tener una vida o conocer a un ser humano que yo no conocía.
Aprendí a valorar, a muchas cosas ¿me entiendes? Este niño mi ex me inculcó muchos
valores. Principios pues ya los tenía, afortunadamente por mi mamá, pero este niño
me inculcó muchos valores, es una persona muy sana, obviamente la disciplina. Y
pues bueno esta vida me encanta y la verdad es que sí aplaudo y sí apoyo y sí impulso
a todas las chicas trans que se alejen de todas esas cosas, excesos, vivir una vida
fuera de excesos, sin drogas, sin vicios es vivir padre, es vivir nice, es vivir lindo y está
súper padre, yo me siento feliz.

Angie una pregunta ¿tú crees que aquí en reclusión o en prisión se puede tener una
familia? ¿Se pueden hacer amistades reales?
Sí, la verdad es que sí. Tengo amigos aquí, la verdad es que sí tengo varios amigos,
amigos reales, amistades sinceras y tengo dos o tres y si creo en la amistad real.
Sí creo que dentro de prisión existen personas buenas todavía, de buen corazón y
sentimientos y decimos los mexicanos, de buena leche. Sí creo que existe la amistad,
una amistad dentro de prisión se deriva a ser parte de la familia.
La neta muchas personas que llegan a prisión les pasa lo contrario que a mí ¿sabes?
Caen en drogas, caen en depresiones y cosas así, no todos corremos con la misma
suerte. Desafortunadamente cada ser humano tiene sus intereses en la vida, y el mío
era no preocupar a mis padres porque mis padres vivieron muchos años preocupados
por mí, no sabían si vivía, si dormía, si moría, no sabían nada mis padres de mí,
entonces yo llegué a prisión y dije: no más, no sé cuánto tiempo voy a estar. Decidí
que mis papás tenían que vivir en paz y pues bueno dentro de prisión encontré a
una persona que me rescató y al paso del tiempo, también me inculcó todas esas
cuestiones porque él es una persona muy sana.
“ Tuve una vida llena de excesos, los excesos me tienen en
prisión, mis malos actos, pero ahora vivo sana, llevo muchos
años sobria, y dedicándome a las pesas y eso es un modo de vida
para mí y está padre me siento plena, me siento contenta, me
siento sana de alma, de espíritu y de cuerpo, todo. Me siento
muy bien. ”

Qué buena persona que le vaya muy bien a él, también. ¿Va a participar en el concurso?
Sí, es el campeón de Santa Martha. Él es el campeón desde hace muchos años y
bueno tiene que representar a Santa Martha este año, él me está ayudando, me está
ayudando mucho, me está ayudando en mi preparación, pero pues bueno a ver qué
pasa.

Te va a ir bien, les va a ir bien a los dos. Oye y ¿por qué elegiste el nombre Angie?
¿Por qué me llamo Angie? Me llamo Angie porque me llamo Ángel. Mis padres me
121
pusieron Ángel y siempre me han dicho Angie. Desde que yo llegué a prisión me
pusieron Angie y a mí me gustaba que me llamarán Angie y ahora pues apenas con
lo de estas chicas, hay una asociación que también viene a visitarnos como ustedes y
están haciendo los cambios de identidad y así me puse, yo me puse Angélica Jetzabel
porque me llamo Ángel Jetzabel entonces ese nombre quiero.

¿Entonces Angie nació en Santa Martha?


Angie nació en Santa Martha y bueno pues toda mi familia me dice Angie y listo.

Y cuándo salgas ¿cómo va a ser Angie fuera de acá?


Pues la Angie que no conoce la familia, la que no conocen. Porque las únicas
personas que me visitan son mi mamá y mi hermana y ellas conocen a Angie, pero mi
demás familia no conoce a Angie. Entonces pues la misma, sana, dedicada con lo del
fisicoculturismo porque literalmente es para mí para toda la vida. Mientras pueda y
tenga salud para hacerlo lo voy a hacer siempre y pues bueno a cortar cabello y a
enseñarles y a compartirles a mi familia la nueva persona que
soy y la que ni yo conocía. La verdad es que sí.

Oye mencionabas que hay otra asociación que viene y te quería


preguntar ¿tú qué piensas del trabajo que hace este tipo de
asociaciones como Almas Cautivas o la asociación que vino a
colaborarte con el cambio de documentos? ¿Qué piensas de ese
tipo de asociaciones del trabajo que hacen en los reclusorios?
Ah no pues súper bien, súper aplaudido de mi parte. Se me hace
que es súper nice, súper lindo de su parte porque la verdad es
que, sí estábamos dentro del sistema penitenciario, estábamos
como muy abandonadas, la comunidad. Entonces ahora con la
ayuda de ustedes y con ayuda de la licenciada Adriana y la
recalcó mucho porque la verdad que, si nos ha ayudado mucho
a todas las chicas, a todas las chicas. Entonces muy bien, a mí
se me hace muy nice lo que hacen ustedes por nosotras.

Gracias. Angie, o sea ¿qué tú ya cambiaste tus documentos?


Pues hice un trámite que nos lo hicieron aquí, literalmente a
las chicas trans que queríamos cambiar de identidad y pues
bueno yo lo hice hace como unos 4 meses, no me han dicho
nada, no me han resuelto nada, pero bueno, se llevaron mis
papeles y listo.

Angie, me gustaría preguntarte ¿qué significa la justicia para ti?


Justicia, bueno: realidad. Realidad porque la verdad es que
dentro de prisión hay demasiadas injusticias y no solo para
la comunidad ¿me entiendes? A veces también para toda
la población en general: hombres, mujeres, homosexuales,
mujeres trans. Siento que las chicas en los femeniles están
como más abandonadas y pues bueno, la verdad es que siento
que la justicia es algo que deberíamos de impulsar todos ¿me
entiendes? Ustedes como asociación si han demostrado mucho
la justicia y pues bueno eso está padre, siento que es algo muy muy importante
porque siento que hay muchas injusticias dentro.

Angie me gustaría preguntarte ¿qué esperanzas o sueños tienes? Un sueño que tu tengas
y nos quieras compartir.
Un sueño que yo tengo es salir de prisión. Salir de prisión y quiero poner un gimnasio
y una estética, cuidar a mi mamá, a mi hermana, a mi familia, ese es el sueño que hoy
tiene Angie en prisión.

Angie por último ¿qué mensaje quisieras compartir con las personas que van a leer tu
historia?
Pues bueno principalmente a las mujeres trans que se alejen de los excesos, que
siempre piensen bien antes de someterse a tratamientos estéticos que no son buenos,
ni aceptados. La verdad es que uno comete muchos errores en la vida y digo cada
cabeza es un mundo, todos tenemos intereses distintos y cada quien puede tener el

123
interés que quiera, pero vivir una vida sana es una vida bonita, una vida plena y pues
eso nada más. Impulso mucho el ejercicio, es parte de mi vida, de cómo vive Angie y
yo pienso que esa parte cuando haces ejercicio liberas energías malas y todas esas
cuestiones.

¿Algo más que nos quieras agregar? Cualquier cosa.


Pues bueno a ustedes las conozco desde hace mucho tiempo ¿me entiendes? Y yo les
agradezco esta parte que siempre han tenido con nosotras. A Ari, tú, Dani, Frida, todas
a todas las conozco. Si se me olvida mencionar a una, discúlpenme, pero la verdad
es que yo aplaudo mucho su labor altruista que siempre tienen con nosotras y pues
bueno nada más, que Dios las bendiga y gracias siempre por todo lo que hacen por
nosotras.

Muchas gracias a ti.


Mis compañeritos siempre me respetaron,
yo me di cuenta de que yo era Cristal desde
que tenía 8 años, porque en la primaria me
gustaba juntarme con las niñas en vez de
los niños, prefería a las niñas.

CRISTAL
C R I S T A L

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Reclusorio Preventivo Varonil Norte


10 de enero de 2022
Buenos días, compañera. Para empezar, me gustaría que me dijeras qué nombre deseas
usar para esta entrevista.
Cristal.

Muy bien Cristal. ¿Cómo te identificas a ti misma? Como mujer trans, como transgénero,
como persona trans, como transexual…
Como una mujer trans.

¿Qué edad tienes?


Tengo 25 años.

¿En dónde naciste?


En el estado de Veracruz.

Cuéntame un poco de ahí donde naciste. ¿Cómo se llama?, ¿cuántos años viviste ahí?,
¿cómo es el lugar?
Pues mi pueblo se llama Playa Vicente, Veracruz. Es un pueblo muy bonito y ahí
estuve viviendo 15 años, y ya después me vine a la Ciudad de México.

¿Fuiste a la primaria, al kínder?, ¿con quién vivías allá?


Allá en Veracruz vivía con mi mamá, y ya después nos vinimos a vivir aquí y estudié
hasta la primaria.

¿Tú hablas alguna lengua indígena?


Sí, exactamente. Hablo un idioma que se llama Chinanteco.

¿Y qué fue lo que aprendiste primero, chinanteco o español?


Pues digamos aprendí las dos, porque me enseñaron tanto el español como el mismo
idioma al mismo tiempo. Me enseñaba mi abuelita, mi mamá mis tías… Y yo también
escuchaba hablar a mis tías en dialecto y luego a mis tíos en español, y así aprendí
poco a poquito.

¿En Playa Vicente la mayoría habla chinanteco, o chinanteco y español?


Chinanteco y español.
¿Cómo cuántas personas viven en tu comunidad?
En mi pueblo somos ocho mil y tantos.

¿Hay mar, ríos?


Hay un río. Es un río por eso se llama Playa Vicente. Es un río muy bonito.

¿Tú te ibas a bañar ahí de chiquita?


Sí, la verdad, ahí iba, me bañaba. Nos íbamos a hacer travesuras con mis amiguitas,
con mis tías.

¿Y desde cuándo te diste cuenta que tú eras una mujer trans?


Mis compañeritos siempre me respetaron, yo me di cuenta de que yo era Cristal
desde que tenía 8 años, porque en la primaria me gustaba juntarme con las niñas en
vez de los niños, prefería a las niñas.

Las niñas me decían “¡ay, quiero que seas mi noviecito!”, y yo rápido les decía “¡ay no,

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a mí no me gustan las niñas!”. Ya se daban cuenta y yo ya me daba cuenta de que
desde esa edad me gustaban los niños.

¿Y tus compañeritos qué te decían?


Pues nada, me respetaban, pues allá es un pueblo muy respetado, cada quien su
santo, su creencia, no nos dicen nada.

¿Tu familia profesa alguna religión?


Son católicos todos, pero mi mamá siempre me ha apoyado, mi abuela igual.

¿Y tu papá?
Mi papá la verdad no lo conozco, nada más conozco a mi mamá, es la que me sacó
adelante.

¿Nunca supiste nada de tu papá?


No, hasta la fecha no sé nada. La que me apoya es mi mamá.

¿Tienes hermanas, hermanos?


Sí, de hecho, tenía una hermana trans; hace un año la mataron. Nada más me queda
una hermana que es mujer.
¿Y tu hermana a qué edad transicionó?
Ella tenía 32 años cuando la mataron. Ella transicionó a los 18 años.

¿Qué impacto tuvo tu hermana en ti?


Mi hermana, pues siempre me apoyó. Me aconsejó muchas cosas. Me decía que
debo de cuidarme y si ando en el ambiente debo de cuidarme, porque hay muchas
enfermedades. Me dijo qué cosas no debo de hacer para sobrellevar una vida larga y
vivir mejor. Ella me apoyó mucho. Por ejemplo, me decía “si es tu decisión ser trans,
yo te apoyo”. Desde la primera vez que me vestí, ella me regaló una peluca, me regaló
un vestido. Yo empecé a vestirme a los 17 años y ella me apoyó. Por eso estoy muy
agradecida con ella.

¿Ella a qué se dedicaba?


Ella, pues para qué negarlo, pues era trabajadora sexual.

“ Yo tenía ocho años y decía “quiero ser niña,


quiero mi cabello largo, quiero tener un
maridito” y siempre ese fue mi deseo. Y hasta la
fecha he cumplido mi objetivo. ”

¿Quieres contarme un poco de ella, cómo murió?


Pues digamos, ella tenía un problema con una compañera de allá de Tláhuac y, la
verdad, pues creo que fue por venganza; porque a ella la mataron en calzada de
Tlalpan. La mataron por ahí por el metro Portales.

Cuando tú vienes aquí a la ciudad a vivir, ¿viene toda tu familia?


Nos venimos. Lo que pasa es que mi mamá tiene una casa en la ciudad y, digamos, ella
se vino aquí a vivir, porque tuvimos problemas. Bueno mi papá nos andaba buscando
y ella, como no quería saber nada de él, mejor nos vinimos a la ciudad.
¿Tu hermana ya estaba aquí?
Ya. Ella se vino muy chica. Ella se vino a los 10 años, porque ella vivía con mi tía.
Porque tengo mi tía y mis tíos aquí en la Ciudad de México.

¿Cómo sentiste tú el cambio de un pueblo a la ciudad?


Pues, digamos, raro, ¿no? Porque aquí es una ciudad muy grande, muchos carros,
muchas caras. Nuevas caras ves y, pues, ya poco te vas acomodando. Te vas llevando
bien con las personas, y eso me sorprendió mucho de venir aquí a la ciudad, pero,
poco a poco, me fui acostumbrando.

¿Guardas bonitos recuerdos de tu pueblo?


Sí, la verdad sí. Por ejemplo, nosotros somos muy católicos. Entonces, hacemos fiesta
patronal cada santo. Digamos, es mucho día de los santos: una virgen la sacan en
barcos, en carros. Y es lo que me gusta de allá de mi pueblo, las tradiciones de allá
de Veracruz.

Por ejemplo, se muere alguien y se hace fiesta. A pesar de estar triste la gente, se
ponen a cantar, se ponen a tomar, para que la familia no esté tan triste del dolor, la
129
pérdida de alguien. Toda la gente se conoce. Por ejemplo, si se muere alguien, todo
mundo va a visitar al muerto, le dejan su ofrenda, su despensita.

Y es lo que me gusta de la tradición de los pueblos, que todo el pueblo es unido. Por
ejemplo, si llega la mafia o alguien así, y quiere atacar el pueblo, pues no; porque
allá son las campanadas de la iglesia, y rápidamente se reúnen, y “aquí en el pueblo
no queremos escándalos”. Todo el pueblo está unido y pues, como dicen, el pueblo
unido jamás será vencido.

Y la secundaria, ¿por qué ya no la estudiaste?


Porque tuvimos un problema. Nos quedamos sin dinero, más bien, y ya no pude yo
terminar mi estudio.

¿A qué se dedicaba allá tu mamá?


Pues mi mamá se dedicaba a hacer tortillas y venderlas.
¿Tú sabes hacer tortillas a mano?
Sí, se hacer tortillas a mano, también tamales. Sé cocinar, vendíamos comida.

¿Tú le ayudabas a tu mamá?


Sí.

¿Cuál fue la reacción de tu mamá cuando tu empezaste a transicionar?


No, pues mi mamá me apoyó. Ella siempre me dijo: “si es tu decisión ser así, yo
respeto. Yo no soy nadie para juzgarte, yo te acepto tal como eres. Mi hijo, llevas mi
sangre, yo no te voy a negar nunca”.

¿Y qué hacías tú cuando tu familia llegó a la ciudad?


Aquí todavía me quedaba en mi casa con mi mamá, con mi hermana; o luego le
ayudaba a mi mamá a lavar la ropa; o luego, en lo que mi mamá trabajaba, yo me
encargaba de la casa, lavar los platos.

¿Tu mamá a qué se dedicaba aquí en la ciudad en esas fechas?


Ella trabajaba en una casa de limpieza. Y ya de ahí, ella salía a trabajar y yo me
quedaba en la casa. Lo que podía, le echaba la mano a hacer el quehacer de la casa.
Ella llegaba en la casa y ya lavaba la ropa.

O sea que, desde chiquita y hasta la adolescencia, siempre has tenido roles femeninos,
de lavar la ropa, de hacer cosas de mujer.
Yo tenía ocho años y decía “quiero ser niña, quiero mi cabello largo, quiero tener un
maridito” y siempre ese fue mi deseo. Y hasta la fecha he cumplido mi objetivo.

¿Te has hormonizado alguna vez?


Sí. Un tiempo estuve hormonizada en la calle, pero dejé de hormonizarme, porque
luego me ponía de malas y, pues, mejor dejé el tratamiento hormonal.

¿Y quién te dijo qué tomar, cada cuánto?


Pues, igual por medio de mi hermana. Yo veía que se inyectaba dos inyecciones cada
ocho días. Ella me dijo “hormonízate para que no te crezcan los pelos, para que
cambie el tono de voz”. Y ya ahí empecé a hormonizarme.
131
Pero, ya cuando empezaron los cambios ¿Y cómo conseguiste el dinero para
de humor, dije “¡ah no, mejor dejo las pagarte los implantes?, ¿cómo conseguiste
hormonas y estoy más tranquila!”. al cirujano?, ¿todo fue con ayuda de tu
Porque me sentía enojada. No me hermana?, ¿o de alguien más?
podían hacer algo, porque ya explotaba. Pues yo empecé a trabajar ahí en
Y ya dije “mejor dejo el tratamiento”. un antro, ahí en Garibaldi, el Teatro
Garibaldi. Ahí yo trabajé de mesero, ya
Cuando yo me puse las prótesis, el de ahí junté un dinerito. Y de lo poco
cirujano dijo: “No. Es que no podemos que tenía mi mamá, me puso tanto y
operarla, porque no tiene base para mi hermana, pues. Entre mi mamá y mi
poder meter el implante. Entonces, hermana me apoyaron. Sí, hasta eso. Mi
tiene que tener un tratamiento hermana siempre me dijo “como somos
hormonal”. Entonces, por eso me puse del mismo papá”, y como mi hermana,
el tratamiento hormonal, para que la más chiquita, es mi hermanastra,
se hiciera la base. Eso a los 18 años, entonces por eso siempre me apoyó.
porque yo me operé a los 19 años. Me
puse los implantes.
La más chiquita está con su papá. Cuando mi mamá decidió dejarse con mi padrastro,
pues, la niña prefirió el dinero y se fue con mi padrastro. Entonces, casi no la veo.
Nada más la saludo cuando va a ver a mi mamá.

¿Y en dónde te operaron?
A mí me operaron en la zona rosa, en Florencia y Hamburgo con el doctor Garduño.
Ahí me llevó mi hermana, y me dice “No, pues yo te apoyo”. Y me trataron bien, todas
las veces que fui.

¿Te acuerdas de cuánto gastaste en tus implantes?


35 mil pesos. Eso fue hace como 7 años.

¿No tuviste complicaciones de los implantes?


Sí tuve complicaciones, porque, cuando una vez que fui a visitar a mi hermana, ahí
en Tlalpan, unas compañeras me pegaron. Y ahí sí, pues, tenía un mes de haberme
operado. Y sí me dieron unos golpes encima, pero no se me abrió la herida. Y fui con
el cirujano otra vez para que me checara, y todo bien, gracias a Dios.

¿Por qué te pegaron las compañeras?


Porque no me conocían. Bueno, fui allí a ver a mi hermana, porque íbamos a ir a tomar
al antro. Y ya de ahí, yo me quedé y ella se fue a trabajar. Y me dice “aquí espérame”.
Y ya, pues, cuando se fue ella, entonces pasaron unas que ni las conozco y me dijeron
“aquí no te puedes parar”, y yo les dije “pues yo estoy esperando a mi hermana”. “Ah,
pues aquí no te puedes parar. Muévete o métete a algún lugar”.

¿En qué zona fue de Tlalpan?


Ahí, por la altura de Villa de Cortés.

¿Y has tenido pareja?


Allá afuera tuve un noviecito. Tenía una relación cuando caí, de hecho. Estaba en
pareja con alguien, llevaba un año. Yo lo conocí en mi trabajo. Y también en un
tiempo me dediqué a una marisquería, ahí sobre el metro la Viga, ahí trabajaba igual.

Era la encargada de ahí, porque una vecina mía que vive al lado de mi casa me dice:
“oye amiguita, tú no eres como las demás, que nos meten la mano, nos roban. Eres
bien, y, la verdad, te considero como una amiga. Entonces, para que no andes en
peligro”, porque ella vio cuando me pegaron, “entonces, para que no sufras eso, mejor
vente a trabajar conmigo”.

Y me fui a trabajar con ella como seis meses, 7 meses. La verdad, yo conocí a ese
chico, porque llegaba y siempre se compraba su vuelve a la vida. Llegaba y “dame un
vuelve a la vida grande”. Y ya de ahí lo conocí. Hasta me sorprendió, porque me regaló
una caja de chocolates y me pidió mi número: “nos vamos a mensajear”. Hasta que me
dijo “quiero andar contigo”, y yo dije “bueno sí, pues ando tranquila”. Pero, pues, me
aloqué un día y terminé aquí.

¿Y por qué llegaste aquí?


Porque ese día yo me peleo con mi mamá, me peleo con mi abuela, nos hicimos de
palabras. Entonces yo me sentí como sola ¿no? Me quería desahogar. Y, la verdad, yo
nunca había tomado lo que se llama unos chochos. Y una compañera ahí en el antro
en el 33 de Garibaldi, encuentro una amiga de mi hermana, me dice:

133
-Tú eres hermana de Allison
- Sí.
- ¿Cómo estás?
- Bien.

Me dice:
-Ya supe lo de tu hermana.
- Ah sí.
-Pero no estés triste.

Porque, igual, a mi hermana la agarraron y ella fue a caer al Sur. Ella estuvo seis
meses allá y salió.
-Sí, vamos a tomar unas cervezas.

Ella me invitó, pero yo nunca pensé que en su copa de ella tenía chochos. Y yo nunca
había tomado lo que es un chocho. Pues me aloqué: ya empiezo a pelearme. Y ya iba
a ir a mi casa, y ya iba yo borracha, de hecho. Le estaba marcando a mi pareja para
que fuera por mí, pero él estaba trabajando, eran las 7 y media de la noche.
Y ya, de ahí, me dice ella:
- Quédate otro rato.

Le digo:
-Ah, sí.

Porque mi pareja me dijo “voy por ti a las 8, espérame en lo que salgo de trabajar”,
entonces le digo: “Sí”. Y ya me quedé. Y llegaron otras compañeras que, igual, que
eran de ahí del barrio. Pero yo no me llevaba con ellas, y dije “para evitar problemas
yo mejor me retiro”.

Y yo tomo un taxi y ya me vengo. Y ya, pues, digamos, como yo andaba un poco


borracha y el taxista me robó el teléfono y me sacó una navaja, pues yo me defendí
con la misma navaja, pues, lo piqué. Pero yo de lo loca que andaba, pues me defendí
como pude. Porque dije “es mi vida y me tengo que defender”. Y, la verdad, lo piqué
dos veces, pero con eso tuvo para que se muriera.

Fue en defensa propia, pero no me lo tomaron así, porque, cuando me agarraron,


me hicieron como un anti-doping creo, para ver que tanto andaba yo de drogada y,
supuestamente, en juzgado no presentaron esa hoja tampoco. Y yo me acuerdo muy
bien que me llevaron a uno de desintoxicación para que me hicieran el antidoping y
esa hoja no la presentaron.
La verdad, yo me acuerdo que me agarré con él, pero ya de ahí no me acuerdo como
me llevaron a la delegación, hasta el siguiente día, porque llegó mi padrastro, la
nueva pareja de mi mamá y me dijo:
-Tu mamá no quiere venir a verte porque tiene miedo a que le hagan algo.

Le digo:
- Sí, no hay problema.
Dice:
- Ahorita te van a trasladar para el Reclusorio Norte.
Le digo:
- Sí.

Ya me trajeron de la delegación aquí a la aduana. Aquí en la aduana me revisaron


para ver si no traía nada y después me pasaron a ingreso.
¿Y cuándo tú llegaste aquí ya estabas sobria?
Ya se me había bajado todo. Ya de ahí no es que yo me acuerde, pero me decían “no, es
que tu dijiste esto y esto”. Pues, la verdad, yo no me acuerdo. Yo nunca había tomado
lo que se llama chocho. Hasta la fecha yo no tomo eso. Yo no sabía que la bebida
tenía chocho. Me drogaron. La que me lo dio era una amiga de mi hermana.

¿Tú crees que lo hizo por maldad?


Yo creo que sí. Yo había ido tres, cuatro veces ahí en donde trabajaba mi hermana y,
la verdad, pues hay mucha envidia entre nosotras: “¡no, pues, cómo puede ser, si ella
es nueva y ya tiene chichis, ya tiene esto!”. Y, la verdad, pues yo con esas personas no
convivía mucho, no teníamos buena amistad.
Y una vez me dijo:
- ¡No, pues, te voy a pegar!

Y yo le dije:
- ¿Pero por qué me vas a pegar si yo no me estoy metiendo contigo?, ¡usted

135
pégame cuando yo me meta o te haga algo!
- ¡No, pues, que te sientes mucho!

Y ya, desde ese día, mi hermana me dijo “¿sabes qué? ya no vengas. Para no meternos
en problemas, mejor ya no vamos a venir”. Y yo le dije “pues yo te vine a visitar, porque
tú me trajiste” Y ya de ahí empezó el conflicto con esa persona.

¿Cómo te recibe guardia y custodia aquí en el Reclusorio?, ¿cómo fue el proceso?, ¿cómo
te trataron cuando tú llegas aquí?
Pues, cuando llegué a ingreso, la verdad, me trataron bien. Yo llegué ahí en ingreso
en la dos cinco, la estancia era la dos cinco. Yo llegué como a las nueve de la noche.
Me metieron ahí a ingreso. Yo pasé a juzgado como a las 4 de la tarde. En lo que
hacen el papeleo para pasarte a ingreso, como a las nueve de la noche ya llegué. Ya
me metieron a la dos cinco, la zona 2, estancia 5.

Ya de ahí, había como 7 chicos que no eran de la comunidad. Y yo dije “ah pues por mí
no hay problema”. Ya me dicen “nada más desocupen un camarote para ella”. Y llega
un señor y dice “no, es que ella no puede estar mezclada con la población general,
porque es de la comunidad”. Entonces sí me dieron la preferencia. Desocuparon la
estancia y me metieron ahí. Y al siguiente día, llega otra compañera. Y ya de ahí nos
quedamos las dos juntas.
Ahí en ese lugar estuve una semana. Ya de ahí me pasaron para COC, igual una
semana. Y ya, de COC me pasaron al dormitorio uno, que es de medidas cautelares. Y
ya, ahí si estuve viviendo un año y cuatro meses, lo que duró mi proceso.

Ya cuando te pasan a la estancia de cautelares ahí, ¿con quién vivías?


Ahí en cautelares es una estancia, en la uno uno. Ahí vivíamos varias compañeras,
igual que están en su proceso de sentencia. Éramos cinco, nos llevábamos muy bien,
porque a dos las conozco. porque también eran amigas de varias mis compañeras.
Las conozco a ellas de la calle, ya de vista, “¡ah no, que tu eres hermana de fulanita!”
y “¿por qué vienes?”. Ya de ahí nos tratamos bien.

“No pues que mi mamá viene mañana”, “no que mi mamá también”, compartíamos.
“No, que a mí me toca poner esto de comer”, “vamos a encargar carne”, y así.
Venía visita de cada quien y ahí compartíamos bien.

Compramos una parrilla para hacer de comer y, la verdad, gracias a Dios, vivimos muy
bien ahí.

¿En ese tiempo que estuviste en esa estancia de cautelares tu recibiste visita o no?
Sí, mi mamá venía visitarme.

¿Cuándo tu mamá empieza a visitarte?


Desde que yo llegué a la cárcel. Si no venía ella, venía su pareja de ella. Yo si recibía
visita, pero pues ahorita no por lo del COVID. Como mi mamá ya está grande, ella
tiene 56 años, yo le digo “Mejor que pase la pandemia y ya vienes a verme. Yo prefiero
a qué estés bien, a que por mí por venir a verme te pueda pasar algo”.

¿Tú crees que el hecho de tener visita te ha ayudado en sobrellevar estar aquí?
La verdad, sí, porque es como si fuera un consuelo para mí. El saber que mi mamá,
hasta la fecha, me sigue apoyando, poco o mucho, pero me da y eso es lo que a mi me
da motivación para seguir adelante, no para tropezar. Porque hay varias compañeras
que están igual y dicen “no, es que yo no cuento con el apoyo de mi familia” y, ¿qué
es lo que hacen?, se hunden en el vicio.

La verdad, yo también un tiempo me hundí en el vicio, pero mi familia habló conmigo:


“Es que tu no tienes que ser eso. Sabes que poco o mucho te apoyamos, pero lo
hacemos de corazón”. Y yo, con eso, me sentí tan tranquila y dije “tengo que dejarme
de drogar, por mi mamá, por ella”. Porque yo quiero mucho a mi mamá. La verdad,
es mi adoración. Si le llega a pasar algo no sé que sería de mí, porque ella, poco o
mucho, te apoya.

¿Te manda dinero?


Sí, cada ocho días, cada quince poco pero sí me manda.

¿Y aquí en ese tiempo que estabas en la estancia de cautelares, tú trabajabas?


Sí.

¿Qué hacías?
Yo les lavaba la ropa a los chicos.

¿Y cuánto te pagaban?
Pues, digamos, se cobraba cinco pesos la pieza, por una playera un pantalón. Entonces,

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yo me hacía mis 50 pesos, mis 60 pesos.

¿Entonces siempre has sido trabajadora?


Sí, siempre. Y ya, pues, digamos, ellos mismos dicen “no, pues, cómete esto”, y, digamos,
hacían de comer. Y me decían “no pues te invito de comer y aparte me echas la mano
lavando la ropa”. Por ejemplo, si lavaba 60 pesos, me daban 100 pesos, casi del diario.

Cuando tu llegaste a cautelares, ¿tu tenías contacto con las otras chicas que estaban en
otros dormitorios?
En población sí, porque tenía, bueno, más bien, ellas iban a cortar pelo en el dormitorio
uno. Y ya me hablaban “¿cómo te llamas?, ¿qué necesitas? ah, mañana te traigo un
shampoo”, o ellas mismas me regalaban un lápiz labial, un rímel.

Yo ya, cuando bajé a población, me apliqué. Puse un puesto de tamales oaxaqueños


y, gracias a Dios, me fue bien. Pero tuve un conflicto con una compañera, porque ella
me puso por robo, cuando yo ni le había hecho nada. Bueno, no era una compañera
trans, era gay y ya de ahí me cuadró. Y me dejaron de población en el uno. Cuando
bajé de población, ya no tenía mis cosas: ni mi parrilla, ni mi tamalera, nada. Ya de
ahí, yo me vine para abajo, porque aquí ingresar una tamalera cuesta.
¿Esa tamalera quién te la había traído?
Esa yo me la compré aquí, con un señor que vivía en el dormitorio tres. Pero él se fue
libre y ya me dice “yo ya me voy libre, regálame 500 pesos y yo te dejo la tamalera
con todo y parrilla”. Y le di los 500 pesos. Pero, yo cuando bajé de mi sanción, ya no
estaba, ni la tamalera ni nada. Y, la verdad, sí me gustaría volver a tener la tamalera,
porque es mi herramienta de trabajo. Yo aprendí a hacer tamales allá en Veracruz,
porque mi abuelita sabe hacer tamales. Ella me enseñó a cocinar, a hacer tortillas a
mano, a hacer mixiotes, a hacer barbacoa. Yo sé cocinar una sopa, spaguetti, crema de
champiñones, de zanahoria.

¿Ahorita en qué estás trabajando entonces?


Bueno, ahorita, mi mamá me deposita 300, 400. Entonces, yo luego compro unos 20,
30 o 40 pesos de tortilla, porque aquí te dan un bonchito bonito. Entonces, yo lo
pico y hago chilaquiles y lo vendo por plato a 25 el plato de chilaquiles, y con eso
sobrellevo.

¿Y después del año y medio que estuviste en la estancia de cautelares a dónde te pasaron?
Al dormitorio seis, aquí en la población. Y ya, cuando tuve ese problema, me
reubicaron para el anexo ocho en la uno siete, que es el dormitorio de las trans, de
la comunidad LGBTTTI. Ahí nosotras vivimos, desde la uno siete hasta la uno doce,
todas son estancias de la comunidad.

Oye y antes se contaba que cuando tu llegabas a una estancia donde había puras chicas
trans, te daban tu bienvenida, ¿aquí pasa todavía lo mismo o ya no?
No, ya no, antes sí, si te daban tu bienvenida, pues ahorita no. Desde que entraron los
técnicos penitenciarios todo cambió. Ahora lo único que te piden es tu cloro, tu jabón,
tu fabuloso. Por el bien de la estancia. Para limpiar, te piden una escoba, tu jerga. Es
lo que te piden.

También cuentan que en cada estancia hay una mamá de cantón, ¿eso todavía existe o
ya no?
Pues, digamos que eso sí existe, porque es la más vieja de la estancia. Pero digamos
no, ella tampoco te dice “haz esto”. Es por el bien todos. Pues, como vas llegando,
tienes que hacer la estancia, lavar los trastes, mantener limpia la estancia. Es lo único
que te piden.
¿Y cuánto tiempo dura eso?
Pues, hasta que llegue otra compañera que ocupe tu lugar.

¿Cuánto tiempo tu estuviste en eso?


Yo estuve en la fajina como seis meses, hasta que llegó otra persona.

¿En tu estancia vivían puras trans o también gays?


Pues, digamos, estamos combinados entre trans y gays. Pero sí hay estancias donde
viven puras trans. Por ejemplo, a mí no me afecta vivir con los gays. Yo me llevo chido
con ellos. En mi estancia, yo soy la única trans que vivo ahí. Vivo con dos gays, pero al
final son más niña. A mí me gusta convivir con ellos, y les digo “ay vamos a hacer esto
de comer y yo pico esto”, y otro dice “y yo hago esto”. Es una armonía en la estancia,
me llevo muy bien con ellos.

Aparte del conflicto que tuviste con la persona que te acusó de robo, ¿has tenido algún
otro conflicto?

139
No, ya no, ya me porté bien, porque esa vez me alejaron seis meses de población. Pero
después yo tuve una quemadura en el cuerpo, porque una compañera que andaba
drogada me aventó agua caliente en el cuerpo. Eso fue como a las siete de la noche.
Y, pues, me llevaron al servicio médico. Estuve hospitalizada como veinte días en el
hospital Rubén Leñero, porque fue toda esta parte. (Señala el costado derecho, desde
el área abdominal hasta la rodilla, en toda esta área se le nota aun la cicatriz de la
piel quemada).

Por eso, yo también me tatué. Para disimular la cicatriz. Y, pues, mi mamá la demandó,
pero yo retiré la demanda, porque yo dije “mejor no voy a proceder, Dios es grande y
Dios hace justicia”. Y mira, lamentablemente, pues esa compañera ya falleció. Falleció
aquí en el centro. No sabemos de qué falleció. Kenya le decían.

¿Ya era grande?


Pues sí, era más grande que yo.

¿Este incidente hace cuánto fue?


Hace como cuatro años.
Entonces, me decías que aquí también has tenido novio. ¿a ver, cuéntame cuando fue que
lo conociste?
Yo llego al anexo ocho cuando me reubicaron del dormitorio seis. Había un muchacho
que andaba con una chica, pero su pareja se fue libre. Gracias a Dios, yo tengo
este, ¿cómo podré decir? Un ejemplo que mi familia siempre me dio: que tengo
que respetar a la persona cuando está en una relación. Eso siempre mi abuelita me
enseñó “tu debes de ser fiel. No debes de meterte con los maridos de la gente que ya
están casados. Tú respeta para que te respeten”. Fueron los principios y valores que
me enseñaron mis abuelos.

Ya, pues, digamos, yo no podía hacer nada. Y el chamaco me buscaba y yo le decía.


-No, tú tienes tu pareja. No te hagas tonto.
-No que ya se va mi pareja.
-Ah pues cuando ya se vaya tu pareja, hablamos.

Y ya, pasaron tres meses que se fue su pareja. Y yo, bajo de mi sanción. Y el niño fue
a verme hasta el dormitorio de castigo, y me dice:
-Ya se fue mi pareja libre, te voy a esperar.

Y le dije:
- Sí, me faltan tres meses para bajar.

Ya de ahí ya bajo yo al anexo ocho en la uno siete y él vivía en la uno diez que es de
bisexuales. Ya me dice:
-Ahora sí, ya no le marco a mi pareja, ya se consiguió otro wey allá afuera en
la calle.

Le digo:
- Bueno, ¿qué quieres?
-Es que me gustas. Vamos a formar una relación.
- “Va.”

Nos tratamos, tres meses de noviecitos. Por lo cual, le digo a la licenciada Angélica,
que es la encargada de grupos vulnerables, que quería vivir con él. Entonces, se hace
su cambio para que pasara a mi estancia. Y viví con él dos años. De hecho, tiene poco
que se fue libre. Ya se fue libre hace ocho meses. Y, pues, ahí le sigo hablando, luego
me marca. Por ejemplo, la que viene a verme es su mamá. Luego viene cada quince
días, cada mes. Me regala 100 pesos del diario para que coma y no me ande drogando.

Cuando caíste en las drogas, ¿qué era lo que consumías?


Perico y activo. Una compañera me dice “te voy a invitar una monita” y dije “pues me
gustó y quiero otra, y otra, y otra”.
Y ya de ahí, un día mi mamá me dice:
- No te voy a ir a visitar mañana, porque tengo que hacer unas cosas.

Pero mi mamá ya sospechaba que yo andaba en las drogas. Le digo:


-Sí, está bien.
- Te voy a dar mandar un dinerito, pero te lo voy a mandar hasta las ocho y
medio de la noche.
- Sí, está bien.

Ya me mandó mi mamá. Y dije “me voy a comprar un chesquito y un polvito”.

141
No, pues, pasó el sábado en la noche. Y el domingo a las diez y media de la mañana
ya vienen por mí, me dicen “te buscan allá abajo”, no es que dice “es un señor que te
quiere ver”. Cuando yo bajo toda desarreglada y drogada todavía, me dice mi mamá:
- ¡Así te quería agarrar! Ya me habían dicho que te andabas drogando. Te vas a
dejar de drogar, o dejo de venir a visitarte.

Le digo:
- No, pues yo te quiero ver a ti.

Y, por eso, yo dejé las drogas, por ella.

Y en tu proceso ¿Quién te apoyó?, ¿fue un abogado de oficio?, ¿contrataron a algún


abogado?
Fue un abogado de oficio, pero era muy bueno, la verdad. Y porque ese abogado tenía
el caso de un compañerito, hijo de una vecina, igual y la vecina me dijo “no, pues, este
abogado aunque es de oficio, pero si le damos para un refresquito se aplica más”.
Entonces sí me ayudó mucho, porque me querían dar 50 años y me quedé con 18
años, cuatro meses.
Y ahorita tengo mis cursos, voy a box, tengo dibujo básico, tengo dominó. Apenas que
vino mi mamá, le regalé un arbolito de navidad, pero de puro periódico con esferitas.
Ahorita ya llevo cinco años, el trece de mayo cumplo cinco.

En general ¿cómo ves el reclusorio?, ¿cómo ves el trato a las chicas trans?
Digamos, no hay quien nos falte el respeto. Porque sí hay gente que dice “los
tiragusanos”, “los putos”. Eso nos dicen internos que no son de la comunidad, que son
de población general. Del anexo cinco, dormitorio tres, que son los dormitorios más
pesados, pero una palabra no te va a lastimar.

Pero de guardia y custodia, nada. Ellos siempre nos apoyan a nosotros, nos dan la
preferencia. La verdad, no puedo hablar mal de ellos.

En el 2014 hubo un incidente aquí en este centro entre guardia y custodia y personas
trans ¿tú ya estabas aquí?
No, cuando yo llegué era el director Enrique Flores Serrano. La verdad, ha cambiado
mucho. La verdad, hasta los mismos custodios piensan, en vez de pegarnos, “no, pues,
si les pegamos, es problema para nosotros”. Sí que hay unos custodios que se ponen
al brinco y todo eso. Luego nos dicen “es que ustedes no se les puede hacer nada,
porque son intocables”, pero a pura palabra, si nos dicen.

¿Entonces aquí nunca has tenido problemas por tener el cabello largo o por traer ropa
femenina?
No la verdad no. La verdad, nos dicen “tú te ves mejor así, arréglate”. Te dicen “tú trata
de ser mejor, no seas como ellas, como las que caen en el vicio”. Porque ellos también,
ellos ven la forma en la que una sobrelleva su cana.

Por ejemplo, a mí me ven. Cuando yo vendía mis tamales, yo me bañaba y me arreglaba


y agarraba mi tamalera y vámonos y ya me ponía a vender. La verdad es que tú misma
te das a conocer. Dicen “ella es chambeadora” y, entonces, cualquier problemita, le
dices “oiga jefe pasó esto” y ellos dicen “no, es que ella sí es muy tranquila, muy
trabajadora. Pásale tu para acá”. Y, la verdad, sí nos apoyan.

Tú usas sostén y ropa interior femenina, ¿quién te lo trae?


Hay señoras que venden cosas. Por ejemplo las abasteras. Y les decimos “tráeme un
mallón, tráeme una blusa” y te la traen. O tu familia igual. No hay problema si mi
mamá me trae, porque los custodios saben que lo traen para alguien de la comunidad.
¿Y aparte de tus cursos, no te ha interesado estudiar la secundaria acá adentro?
Sí, es lo que estoy pensando. Porque también creo, porque, si me dan chance, me
puedo ir con el 50 por ciento de mi condena o el 80 por ciento. Entonces, yo debo
tener cursos, comisión y estudios para que me puedan dar el beneficio.

Entonces, es lo que me estaba comentando mi mamá, “yo voy a luchar para que salgas
pronto de ahí de la cárcel”. Por eso, también mi mamá no me manda mucho dinero,
o me dice “mejor yo ahorro acá afuera”. Porque también, cuando me va bien en los
tamales, viene el fin de semana y le doy un dinerito para que me lo guarde. Y ya de
ahí, poco o mucho, cuando ya tengamos tanto, poder ofrecer al juez, y a ver si puedo
salir. Por eso ella también me dice “ponte a estudiar allá adentro”.

Y aquí alguna anécdota, algo que te haya impactado que me quieras contar.
No, pues la verdad no… ¡Ah sí!. Pues, algo que yo no sabía es que aquí se podía dar
show travesti. Y entonces, una vez, me dice una compañera “yo voy a bajar a dar show,
allá abajo en el auditorio”.

No, pues cuando vi que una compañera imitó a Jenni Rivera, pues me impresioné.
Dije “¡ay qué bonito!”. Y también hay varias compañeras que imitan a Gloria Trevi a
143
Alejandra Guzmán, es bonito.

En junio del 2021 nosotras vinimos cuando hicieron el Festival de la Diversidad, ¿tú
estuviste?
En esas fechas yo estaba con mi pareja todavía y, como él era más reservado, me
decía “no vayas”. Pero ahorita es lo que estaba comentando con las compañeras. Si
Dios quiere, ojalá que el 10 de mayo caiga en un día de visita, porque quiero imitar a
Jenni Rivera, para sorprender a mi mamá. Porque a mi mamá le encanta, es fanática
de Jenni Rivera. Y aquí en el auditorio hay muchos vestidos bonitos, pelucas y todo
eso. Y es lo que yo quiero. Quiero dar show travesti para mi mamá.

Cuando tu llegaste aquí, ¿todavía estaba Mónica Mandujano a cargo de grupos


vulnerables?
No, ya estaba Angélica. Pero las compañeras me dijeron “vamos a convencer a la
licenciada Mónica Mandujano para que nos dé permiso, nos de chance para hacer
un show el 10 de mayo”. Pero tenemos que checar si cae día de visita o no, para que
puedan ingresar las mamás.
Ya estamos planeando. ¡No! que una quiere invitar a Dulce, otra a Gilda, yo a Jenni
Rivera. Aquí también hay cursos de baile, yo estuve en salsa, aprendí un poquito a
bailar.

Y también aprendí ajedrez, y luego voy a la panadería. Ahí voy a aprender para hacer
pan. Sí sabía un poco a hacer pan, pero son muy diferentes los panes que hacen
allá en Veracruz a los que hacen aquí. Porque allá en Veracruz le dicen pan de piso.
Lo meten a un horno de barro, es como si fuera un bolillo, pero es dulce. Le echan
canela y huevo. Pues aquí lo hacen muy diferente, y es lo que estoy aprendiendo
en la panadería, porque me llevo muy chido con los chamacos de la panadería. El
encargado es mi vecino de allá de la calle, y me dice: “para que no estés pensando en
tontería, mejor vente aquí te enseñamos a hacer pan, bolillo, teleras”.
Cuando salgas ¿te gustaría dedicarte a todo eso de la cocina?
No, pues primero Dios, si salgo algún día, lo que le prometí a mi madre: poner una
cocinita allá afuera. Porque me dijo mi mamá, “si tu sales de la cárcel, yo no te voy a
dejar. Nos vamos directamente al pueblo. Allá ponemos una cocina. Aquí ya no vamos
a estar.”

Nos vamos de la ciudad, porque aquí en la ciudad mataron a mi hermana, yo en la


cárcel y, pues, la muerte de mi hermana le dolió mucho a mi mamá. La verdad, mi
mamá se derrumbó mucho, mucho, cuando murió mi hermana. Mi mamá, por ejemplo,
hacía la cena navideña enorme y el día de los muertos igual. Mi mamá, cuando matan
a mi hermana, se encerró en un mundo; mi mamá ahora ya no hace cena navideña,
ni el 31. Y ella decía “Yo como voy a estar haciendo cena navideña si ya no tengo a
mis hijos. Una está muerta, la otra está en la cárcel”. Y yo le digo “No te pongas así,
má. La vida sigue”. Y me dice “hasta que tu salgas de la cárcel, ya haremos cena, pero
mientras, no hay nada”.

¿A ti como te afectó la muerte de tu hermana?


Pues, la verdad mucho. ¿No? Te cuento como fue la historia:
Yo le marco a ella, le digo:
- Oye, carnalita, necesito un dinero.
- ¿Para qué?
- La verdad es que encargué unos maquillajes.
- Está bien, pásame tu número de cuenta y ya márcame mañana a las cuatro, en
lo que yo salgo a comer y ya te deposito.
Y yo le marco y no me contesta y no me contesta. Me manda a buzón. Y dije “¡ah chinga!
¿por qué no me contesta, si siempre a la primera llamada ella me contestaba?”.

Y ya le marco a mi mamá y me dice: “Qué bueno que me marcas. Te tengo una mala
noticia: anoche mataron a tu hermana.”

No, pues, yo me sorprendí. Dije “¿pues cómo? ¡si apenas anoche todavía yo hablé con
ella!”. La mataron a las 3 de la mañana y yo le había marcado a las 7 de la noche. Fue
un golpe muy terrible para mí, la verdad. Y mis tíos me decían “no, pues, no te tienes
que poner triste, ella ya está en un mundo mejor”.

Yo antes, la verdad, era un poquito más liosa. Pero la muerte de mi hermana me ayudó
a bajar los pies. Cuando ella vivía, yo fui a trabajar un mes con ella ahí en Tlalpan,
pero ella me decía “mira hermana, yo te digo, aquí en la calle nosotras sufrimos
muchas cosas: nos avientan orines, nos avientan piedras, varias veces te avientan el
carro… y, la verdad, no me gustaría que tu pasaras lo que yo pasé”.

Porque ella me comentaba que llegaba el operativo, las subían a la perrera, se las
llevaban, llegaban a la delegación, las mojaban con agua fría. Y ella me decía “no,
145
pues, la verdad, a mí no me gusta que tú pases lo que yo pasé. Mejor tú ponte a
trabajar por la derecha”. Y, por eso, ya no me dediqué a eso. Porque mi hermana no
sabía cocinar, pero me decía “tú tienes un talento, sabes cocinar, saber hacer muchas
cosas. Entonces, relájate y vete por la derecha”.

¿Y qué opinas del trabajo de Almas Cautivas, que luego nosotras venimos a visitarlas?
Pues, es muy bonito, porque nadie nos venía a visitar más que ustedes. Entonces, es
como un privilegio que ustedes vengan, nos traigan algo que nos hace falta. Y las
tenemos a ustedes como amiguitas de la calle, que son Almas Cautivas. Y, pues, la
verdad, si agradecemos lo que nos apoyan.

¿La gente que no es gay y que no es trans, qué opinarán que ustedes reciben visitas y les
traen cosas?
No, pues se sorprenden. Porque dicen “ustedes que son de la comunidad y entre
ustedes compañeras trans se apoyan”. Hablan maravillas de ustedes, porque es un
esfuerzo lo que ustedes hacen al venir a apoyarnos a nosotras.
“ El saber que mi mamá, hasta la fecha, me
sigue apoyando, poco o mucho, pero me da
y eso es lo que a mi me da motivación para
seguir adelante, no para tropezar. Porque
hay varias compañeras que están igual y
dicen “no, es que yo no cuento con el apoyo
de mi familia” y, ¿qué es lo que hacen?, se
hunden en el vicio. ”

Y acá adentro, aparte de tener novio, ¿has tenido amigas o has hecho amigos?
Sí, tengo unas amigas. Bueno, es que aquí, en la cárcel, debes saber escoger a tus
amistades. Porque aquí hay muchas personas que te hablan bien y detrás de ti hablan
mal. Yo, cuando tengo una amiga, la considero como una amiga y no me gusta hablar
mal de ella. Yo soy muy fuerte. Yo le digo “sabes que a mí no me gustan los chismes
ni la gente hipócrita”.

¿A ti te gustaría cambiar tus papeles cuando salieras de aquí?


Sí, la verdad, sí.

¿Qué nombre deseas usar?


Pues, yo estaba en trámite de cambiar mi identidad cuando me agarraron.
Supuestamente, ya tengo mis papeles. Digamos, nada más que yo ya solo tenía que
ir en 15 días. Pero me agarraron. Y mi mamá me dijo: “mejor espérate a que salgas.
Ahorita despreocúpate, porque yo no sé, yo nunca he pisado una cárcel, y tu sí. Mejor
relájate. Ya habrá tiempo, Dios es muy grande”.

¿Qué sueños o metas te gustaría alcanzar, ya sea acá adentro o allá afuera?
Pues allá afuera me gustaría casarme. Salir de aquí, conseguir a alguien de afuera,
casarme, poner un negocio. Porque yo quiero salir y apoyar a mi mamá. Esa es mi
meta. Eso es lo que siempre sueño, porque ella ya está grande y ella me apoya. La
verdad, yo como le dije a ella: “tú eres mi reina, tú eres mi corona, y todo lo que tú
haces por mí, yo te lo voy a dar el doble”. Si Dios quiere, salgo y me voy a poner a
trabajar, para que ella ya no tenga que trabajar.

¿Algo más que quieras agregar para la gente que va a leer tu historia?
Pues, que cuiden mucho a su familia, que no cometan errores. Porque estar separada
de tu familia es muy feo. Los quieres abrazar y no puedes. Es un error haber llegado
a este lugar. Que no cometan el mismo error, para que puedan estar con su familia.

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mi sueño es salir, viajar, conocer Acapulco, tener una
mascota, tal vez si yo quiero compañía, que sea con un
ser vivo que realmente me va a dar cariño y amor. Ellos
incondicionalmente te brindan amor, no sé, meterme a
estudiar, ya no ser la persona que era o que hacía de
fardear, ya no quiero eso, ya no quiero esa vida.

SONIA
S O N I A

Reclusorio Preventivo Varonil Norte


10 de enero de 2022
¿Qué nombre deseas usar para esta entrevista?
Sonia.

Sonia me gustaría preguntarte, ¿cómo te identificas, como una


chica trans, travesti, transexual?
Transexual, porque estoy en el proceso.

¿Tú qué edad tienes?


Tengo 34 años.

¿Dónde naciste?
Aquí en la Ciudad de México.

Me gustaría que me contaras un poco acerca de tu infancia.


Mira mi infancia fue un poco dolorosa porque ¿cómo se dirá?
A la edad de 5 años, pues me separaron de mi familia, y fui a
dar a la casa de unos tíos, estuve viviendo unos dos o tres años
con ellos y recibí violencia familiar a causa de los estudios
porque pues sí era un poco mala en matemáticas. Después de
eso, como a la edad de los ocho o nueve años fue cuando yo
ya me estaba dando cuenta de mi sexualidad, pero a mí me
daba miedo decirle a mis familiares. Al principio yo decía: si
le digo a mi papá me va a pegar, si de por sí me pegaban muy
feo, entonces decidí guardarlo en secreto hasta como por la
edad de los catorce años que empecé a liberarme, a sacar mi
género, pero mi papá no lo aceptaba, entonces me corrió de la
casa, estuve un tiempo en la calle, me estuve quedando ahora
sí que en algún lugar, algún sitio así de las casas, a veces me
corría la gente.

¿Tú empezaste a los catorce años, ya a vestirte?


¡Ajá! Me ponía faldas, me ponía zapatos, medias, me arreglaba,
yo me veía bonita. Pero mi tía me decía que no, que no era mi
género, que, porque iba a la escuela así, porque ya llegó un
grado que yo iba a la secundaria así, hasta que se dio cuenta una de mis maestras y
me dijo que porque iba así, si no era del género femenino y yo le dije que sí que yo
si era de género femenino.
La maestra me decía:

- Eres un puto, no eres una mujer, y no es para que andes así; debes venir con
cabello corto y vestido como lo que eres.

Yo le dije:
- Pues yo no voy a venir así.

Y me terminaron corriendo de la escuela.

¿Hasta qué grado hiciste de la escuela?


Terminé la secundaria. Inicié la prepa, pero cuando inicié la prepa tuve muchos

151
conflictos por eso, por mi género.

¿Decidiste no volver?
No pues no.

Y entonces cuando te corrieron de tu casa a los catorce ¿qué hacías para vivir?
Pues en sí había veces que, en Garibaldi ahí yo me quedaba y gracias a unos mariachis
luego me llevaban de comer, o me decían:

- Ven, ayúdame a bajar los instrumentos.

Y yo les ayudaba. Estaban tocando así música y me decían:


- Nada más cuídanos de que no vengan las patrullas.

Porque ves que luego se los llevan a ellos, y pues los cuidaba.

¿Como que te adoptaron?


¡Ajá! Ya hasta que mi papá llegó ahí me dijo que porque me había ido, llorando, me
dijo que regresara a la casa, que no era para que me hubiera ido, porque me andaban
busque y busque y ellos no sabían. Hasta en los cartones de leche salió mi foto.
¿Y regresaste?
Sí regresé con él, me pidió perdón, me dijo que no era para que me hubiera ido así
de la casa, que él pensaba que yo estaba jugando o que lo hacía no más por amague;
pero jamás pensó que yo realmente me iba a ir, ya hasta que después él aceptó que
yo me metiera hormonas. Me empecé a meter hormonas.

¿A los cuántos años empezaste con las hormonas?


Como a los 16 años, no te puedo decir a los catorce porque te digo todavía fue un
trance entre la familia para que me aprendieran a aceptar, porque unas tías de parte
de mi papá no me aceptaban, ya hasta que poco a poco como que fueron asimilando
y aceptando la familia que yo era así y que nunca iba a cambiar.

¿Y tú escuchaste lo de las hormonas por amigas o fuiste al médico?


No, conocí de las hormonas por amigas, porque en Garibaldi se quedaba también otra
chava, pero ella tenía menos edad, tenía como 10 años. Ella se apegaba a mí, o sea
las dos andábamos del tingo al tango, nos hicimos amigas, yo la jalaba y ella me dijo:
“oye ¿por qué no te metes hormonas?” Y yo si la veía a ella como niña, a esa edad ella
ya se veía niña, ella ya se estaba metiendo hormonas desde hace tiempo, ya hasta
que le dio cáncer y falleció.

Pero entonces tú dijiste bueno voy a iniciar con el proceso y ¿empezaste a ver cambios?
Sí, cambios hormonales, el crecimiento de las uñas, la disminución del vello, el
crecimiento del busto.

¿Andabas contenta con tus hormonas?


Sí.

¿Y todavía tomas?
Pues ahorita lo dejé hace dos años, a causa de una pareja que tengo. O sea tengo que
seguir contando mi vida para que me entiendas.

Claro, cuéntame todo.


Haz de cuenta que a la edad de los 17 a los 24 años, en ese tiempo la verdad me metí
en la prostitución, por amigas, ya sabes del ambiente:
- Vente vamos a cotorrear, vas a conocer amigos.

Yo no sabía, yo pensaba que eran amigos, yo jamás sabía la palabra de amigos con
derechos, ya hasta que una me dijo:
- Amigos con derechos es que tengas relaciones con él, pero él es amigo, luego
viene y te busca, así amigos, no una relación.

A causa de eso pues sí para que te miento, sí me iba enamorando de dos o tres
personajes que me llegaban a mi vida. Eran ahora sí que personas que cometían
delitos, eran drogadictos o si no eran drogadictos eran de los mismos que rentaban
a las sexoservidoras, yo no sabía, yo en ese entonces tenía, te digo como 19 o 20
años. Ya hasta que poco a poco yo fui abriendo los ojos viviendo en ese ambiente
que la verdad no era para mí. Yo me decidí salir a los 24 años de la prostitución se
puede decir, del ambiente rojo. Por eso varias compañeras luego que están acá en
la población, unas me conocen de aquí y otras me conocen de afuera. Haz de cuenta

153
que ya de mis 24 a mis 29 años yo decidí ya no andar con nadie. Te voy a decir por
qué me salí de ahí, por eso les quiero compartir mi historia. A la edad de 22 años,
conocí a un ex procurador, al principio él me llevaba como dama de compañía, no sé
si sepas, o sea no es sexo, nada más de compañía. En el hotel mientras él se droga o
estaba viendo la tele o se estaba bañando yo lo atendía. Al poco tiempo me dice que
él quiere una relación fija conmigo. Yo le dije que ¿por qué él quería una relación
conmigo? agarró y me dijo:
- No es que estás muy bonita muy simpática, te arreglas padre, te ves inocente,
no te ves como las demás que son muy vividas, unas ya me hubieran robado, ya
me hubieran sacado más dinero, tú se ve que eres buena onda.

Y yo le dije:
- Mejor hay que pensarlo.

De ahí, me dice:
- ¿Qué te parece si te llevo a mi casa?

Yo en ese entonces tenía que pagar pago de piso, o sea el lugar a donde yo llegué
a pararme, tenía que dar a mi madrota, pagar a la mera, a la más vieja, le tenía que
dar cierta cantidad por estar ahí. Y ella me pegan, o sea grandotes. Yo le di las
me traía así, o sea no me podía estar cosas, y le dije:
tardando mucho tiempo y ese día me fui - Mira, es que hice esto.
toda la noche, me llevó a su casa, estuve
conviviendo con él, tuvimos relaciones, Y ella dijo:
se quedó dormido el señor, para que te - Ah bueno está bien, siendo así
miento, yo lo robé, le quité pertenencias no te preocupes.
de su casa y me salí en la madrugada
estando él ya dormido en la cama. Pues Y yo vivía con ella. Entonces haz de
¿qué crees? al otro día fue a buscarme cuenta que a la semana bajamos ella y
al punto y yo no estaba, no pues me fue yo, y le dicen mis compañeras que las
como en feria, casi me da en la madre, habían ido a balacear, que me andaban
dos tipos que tenía la madrota, casi buscando dos güeyes en un carro negro,
que estaba pregunte y pregunte por mí. Resulta que el ex procurador mandó a dos
personas a que me mataran por haberle hecho eso y ella me decía:
- No te preocupes, nada te puede hacer, nada te puede pasar.

Para qué le hice caso, me paró un jueves todavía. El jueves que me voy a trabajar de
noche, me arreglo, bueno bien nice, yo iba a pararme. Como alrededor de 11-11:30
de la noche nos pasan balaceando a todas unos tipos, y todavía se veían corriendo
y gritando: “bájense, bájense”, porque mi punto es el Parque Hundido sobre avenida
Insurgentes, el parque está sumido, entonces nosotras trabajábamos sobre la orilla
de Insurgentes, cuando pasaban así que los operativos, que te subían o cosas así,
corríamos al parque y nos escondíamos entre los arbustos. Una me dijo:
- Córrele, córrele, son los tipos que te andan buscando.

Y yo les dije:
- ¿Quiénes?

155
- Pues los que te dijimos, mensa.

Y nos pasaron balaceando, yo pensé que me estaban choreando, y ya cuando vi que


empezaron: taz, taz, taz. Se oía así como cohetazos del carro. Yo veía que todas corrían
hacia adentro de los arbustos y pues sí me dio miedo. Entonces me meto al parque,
me corretearon adentro del parque, dos tipos, y me iban aventando tiroteadas. Gracias
a Dios, yo creo mucho en la santísima Virgen, o sea soy católica, pero soy más devota
a la Virgen santísima, me ha protegido mucho. No sé, por obra de ella, me aparecieron
dos policías en bicicleta que estaban escondidos y se empezaron a agarrar a balazos
ahí, y yo corriendo. Un policía me dijo:
- Corre al módulo, corre al módulo.

Yo estaba pidiendo ayuda y ellos me estaban apoyando con sus pistolas.O sea nos
empezaron a respaldar, como vieron estas personas que había policías, se retiraron
del lugar. Me entrevistaron y me dijeron que ¿por qué me andaban correteando? Me
hicieron una revisión. Yo no me drogo ni nada de eso, entonces ya cuando me sacan
mis pertenencias, me dicen:
- Hija, ¿por qué te andan correteando? ¿por qué estas personas te querían
matar?
Les expliqué:
- No, es que yo le hice una maldad a una persona poderosa de la República,
bueno no me refería a él como poderosa, les dije a un ex procurador.

Y se empezaron a reír, pensaban que les estaba mintiendo y me dice uno:


- Ya dime ¿a qué le metes?

Y yo le dije:
- ¿Cómo que a que le meto?
- Sí. ¿Eres drogadicta?
- No, yo no soy drogadicta.
- Ah, ya, ¿entonces es en serio?
- Sí, es en serio, estoy diciendo la verdad.
- Mejor hija, yo te lo digo por tu bien, se ve que estas personas son malas, no
te pares por aquí en un tiempo, desaparécete porque si no te van a terminar
matando.

Yo agarré y me empezó a dar un chingo de nervios, de miedo, y dije ¿qué hago, qué
hago?, ahorita no tengo a dónde ir. Cuando me fui a la prostitución, mis familiares
me lo advirtieron que si yo me iba, ya no iba a poder a regresar a mi casa, ya no iba
a poder pisar mi casa.

¿Tus familiares si te aceptaban como chica trans, pero no que ejercieras el trabajo sexual?
No les gustaba en lo que yo me estaba metiendo. Estaba dejando mis estudios por
irme por lo más fácil, para conseguir dinero fácil, mala vida se puede decir, entonces
yo dije ¿qué hago?, ¿qué hago? Y me tuve que ir a andar otra vez en la calle.

¿Pero ya a otro punto?


Me fui a lo que es la colonia Guerrero y Tepito para andar en hoteles, diario rentaba
hoteles, me paraba en las mañanas y pues me estuve un tiempo de limpia parabrisas,
un amigo que conocía me dijo: “vente, aquí sale dinero”.
Y gracias a la chambita me iba más o menos para subsistir, sustentarme ¿no?, estar en
un cuartito más o menos, ya estando ahí trabajando y yo como veía que generaba, yo
dije bueno, bien o mal como descanso ¿qué más quiero? ¿no? Estuve un tiempo así,
ya hasta que conocí a mi pareja con la que anduve siete años, con el que aun ando
hoy en día.

¿Cuéntame cómo lo conociste?


A él lo conocí en Revolución. Haz de cuenta que estaba limpiando parabrisas, conocía
una trans que le dicen ´la Oaxaca´, que en paz descanse también ya falleció, ella me
vio muy mal, porque en ese tiempo me dijo que ¿qué era lo que tenía?, que me veía
muy triste, y le dije: “es que ya tiene tiempo que no veo a mi papá”. Cuando yo fui a
ver a mi papá como a los 26 o 27 años, qué sorpresa, resulta que ya había fallecido.
Mis tíos no querían ni verme, mi abuelita estaba bien enojada conmigo, me dijo que
no me quería ver en su entierro, porque lo estaban velando el día que ella me llevó.
Mi misma amiga me convenció para ir a mi casa, yo no quería ir por miedo de lo que
me fuera a decir mi familia, cuando llegué la sorpresa es que a mi papá lo estaban
velando, se murió de tristeza de que no sabía nada de mí.

157
¿Tú tenías hermanos?
No.

¿Eras hija única?


Sí, entonces te imaginarás la carga de que yo, por mi culpa mi papá se murió.
Empezaron muchos sentimientos encontrados dentro de mí que me impresionó
tanto. Esta chica me apoyó en el aspecto económico. Me dice: “vente, vamos, quédate
acá conmigo, en mi cuarto”.
Un día ella se va a trabajar y yo estaba muy mal, yo me sentía muy triste porque muy
dentro de mi decía: yo lo maté, yo maté a mi papá. Imposible que él se haya muerto y
ya toda mi familia no me quería ver, no me querían ni en pintura, entonces yo lloraba,
y un día así agarré un cuchillo y ya estaba a punto de cortarme las venas, cuando ella
va entrando y me dice:
- ¿Qué haces?
- Nada.
- ¿A ver qué tienes en la mano?

Y ya me estaba tasajeando aquí, ahora sí que las venas, y agarra y me dice:


- ¿Estás loca?, ¿qué te pasa?
- No.
- Como que no, con eso no resuelves nada, aparte de que embarcas acá a la
gente del bar, si te llegas a morir a mí también me carga el payaso, ¿por qué
haces esas tonterías?
- Es que me siento muy mal, extraño mucho a mi papá, siento que yo lo maté.

Yo le decía Oax de cariño, en vez de Oaxaca le decía Oax.


- Siento muchos sentimientos muy dentro de mí Oax.

Y llore y llore y pues me abrazó, me desahogué con ella, al otro día me dijo:
- ¿Sabes qué? Vente, vámonos, no te quiero acá, vente vámonos.

Entonces agarró y me arregló, yo no tenía ni ánimos, para que te miento, tú sabes que
cuando una persona que va a tener ánimos ni para agarrar y arreglarse, ya como pudo
pues me arregló y yo dije:
- Bueno, vamos.

No queriendo y no queriendo iba ahí detrás de ella. Ella trabajaba en Revolución, que
en paz descanse, se paró en su punto y me dijo:
- Espérame aquí, ahorita vengo.
Y yo pues estaba triste a la vez, y dije: “¿qué hago aquí?” Me veía con la ropa y yo no
me sentía a gusto, me sentía incómoda, sentía que estaba otra vez en lo mismo y yo
no quería andar así. Quién sabe en el tiempo que yo estaba viéndome y asimilándome,
no me hallaba en ese lugar. No más veo a un chico todo borracho, chaparrito con una
chava y pues yo nomás me di la vueltecita así y volví a ver, y lo tenía casi a un metro,
así fue como conocí a mi pareja.

¿Y qué te dijo?
Me dijo:
- ¿Cómo estás, cuánto cobras?
- No, yo no cobro.
- ¿Qué, no tienes ganas de irnos a tu casa?
- No pues es que no te conozco.
- Ay, no seas así, soy nada más un amiguito, no te voy a hacer nada que no
quieras. Estaba todo borracho y pues abrazándome y todo.
- Bueno, vamos.

¿A ti si te llamó la atención?
Sí, a mí sí me llamó la atención y por eso le dije, bueno vamos, y pues me lo llevé
a la casa en ese entonces y llego y lo meto al cuarto, pasó lo que pasó, tuvimos
relaciones sexuales, después al otro día él me dijo, que lo disculpara porque lo había
visto borracho.
Ya era medio día y estábamos viendo la tele, y ya habíamos comido juntos, y me dijo:
- Ahorita vengo, ¿te parece que ahorita vengo? voy por unas cosas a mi casa, voy
y vengo.

Y yo le dije:
- Bueno.

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Se va y cuando se va yo dije, él ya no va a venir. Porque me gustó, estaba guapo, para
mí estaba guapo. Se fue y como a las dos horas regresa, y regresa con comida, regresa
con su ropa y me dijo:
- ¿Puedo pasar?,
- Si, te dije que te podías ir y regresar cuando quisieras.
- Mira te traje algo de comer.
- ¡Gracias!
- No es mucho, pero, aunque sea te traje algo.

Y me dice:
- Traje mis cosas, ¿me vas a dejar quedar?

Y pues si ya se había quedado.


- Bueno está bien, pásate, no hay problema, te dije que no ando con nadie, si
quieres andamos.
- Yo sí quiero andar contigo y ¿tú?
- Pues, sí, tú me llamas la atención, me atraes, estás guapo, ¿por qué no?
Pero ¿tú no sabías él a qué se dedicaba, no sabías nada, o sea sólo te enamoraste?
Sí me enamoré, me dijo el hombre, así, así y asado. No pues resulta que al poco
tiempo ya me di cuenta de que él trabajaba en desperdicio industrial, o sea él era de
los que se llevan el fierro viejo y lo venden, pero con unos primos de él, yo también
supe que él vivía en San Cosme, tenía sus familiares en Sor Juana y Sabino 112, ahí
está su unidad habitacional, ahí me llevó conocí a sus familiares. Conocí a su entorno,
a sus familiares, sus amigos, sus primos.

¿Te presentó como la novia?


Sí. A la vez fíjate que estuvo chido, porque no me conocía a nadie de todas sus
amistades, al principio pues me conocieron y pues hasta ahí, pero ya después, ya
conociéndolos me empecé a dar cuenta de cómo eran esas personas, no creas que
eran muy buenas conmigo, o sea no aceptaban la relación.

¿No?
No, le decían que cómo era posible que se hubiera juntado conmigo siendo una
persona así, cuando a él lo conocieron con chavas; una de sus tías que vivía ahí, le
decía:
- ¿Cómo es posible que andes con una persona trans? Sí te conocí a varias
chavas, ¿qué te pasa?

Haz de cuenta que un día íbamos llegando y como su tía se baja y vende quesadillas,
a mí me dijo él que me metiera a la unidad a pedirle dinero a uno de sus amigos
que le debían, y en lo que yo me metí a pedirle dinero, y saliendo, yo iba saliendo y
empecé a escuchar todo desde la puerta. Decía:
- ¿Cómo es posible que te andes con una persona así?

Y una de sus primas:


- Sí güey, ¿cómo es posible que andes con una persona así? Estará guapa y
estará simpática y femenina, pero eso no le quita que es un hombre. ¿Te va a
dar un hijo? ¿Vas a tener futuro con ella? y pues le empezaron a meter intriga
a él, yo me sentí triste en ese entonces.
Pero ¿tú no le armabas problemas por
“ Yo ya viví una eso?

experiencia horrible, No, salí y ya cuando terminó su


conversación de ellos, salí.
créeme que yo ya no - Ay Sonia, ¿ya regresaste?

quiero, yo preferiría
Y yo dije:
mil veces decirles a - Gente hipócrita.

ellas que se amen y se


Muy dentro de mí y agarré y le dije:
quieran como personas “Luis”, se llama Luis Alberto.

que son y si no las - Luis, amor, ¿ya nos vamos?


- ¿Qué tienes, te veo muy seria?
acepta la familia como - Nada.

en mi historia, que no

161
Trataba de disimular que estaba que me
me llegó a aceptar llevaba el diablo por lo que había oído.

mi familia, les den la No pues haz de cuenta que nos vamos


a la casa y ya camino hacia la casa le
oportunidad que yo empecé a decir:

no le di a mi familia, - Tu tía te empezó a decir, esto y


esto y esto.
no nada más agarrar - Sí, pero a mí no me importa,

y salirse, denle la yo quiero estar contigo, a mí no


me interesa lo que diga la gente,
oportunidad a la mientras yo esté bien contigo, voy

familia de aprenderlas a estar bien contigo.

a aceptar, a valorar A la vez yo dije: “que lindo, que chido”.

a las personas como Pues ya empezaron a pasar los años,


nos distanciamos de esa unidad
son. ” habitacional por un tiempo, como año y
medio, para ese entonces al año o año
y medio que llevábamos juntos pues ya
rentábamos ya vivíamos juntos. Cuando lo conocí, vivía en un hotel, pero él me sacó
del hotel, nos fuimos a vivir a una casa de huéspedes.

¿Y vivían del sueldo de él?


¡Ajá!

¿Y tú no trabajabas?
No, me empezó a tener en la casa, él se iba a trabajar y cuando él llegaba pues yo
tenía que tener la comida lista.

Las cosas de la casa.


Las cosas que una chava hace, cuando él se va pues obvio su ropa, lavada, planchada,
cuando él llegaba pues, comida, en el transcurso del día, atenderlo. Como su mujer
que era, ¿no? Los primeros años fueron así, los dos primeros años con él fueron así.
Ya al tercer año, me di cuenta de que él tomaba, empezó a tomar mucho, no sé de
repente un día me llegó bien borracho a la casa, quiso tener relaciones a la fuerza, o
sea yo me enojé para empezar, porque lo vi bien borracho, diciéndome cosas:
- ¿Qué te pasa? si al fin de cuentas eres una puta, te conocí como una puta.

Ya faltoseándome.
- Oye Luis ¿qué te pasa?, está bien que estés borracho, pero ¿por qué me dices
eso?
- Pues es lo que eres, ven acá.
(Ya queriéndome agarrar a fuerzas y yo enojada).
- ¿Sabes qué? mañana hablamos, que se te baje.
- No, no, es que yo quiero, ven acá.

Y a fuerzas hasta que le di lo suyo, pero créeme que, en vez de disfrutarlo con él ese
día, me sentí como acosada, como si nada más me hubiera usado en el momento. Al
otro día que amanece se despierta y me dice:
- Buenos días.
- Buenos días (pero seria).
- ¿Qué tienes?
- No, nada.
- ¿No te pareció que tomara verdad?
- Pues es que es la verdad, yo te conocí así tomado pero tú no tomabas, ¿por
qué estas tomando mucho?
- No, es que si supieras.
- Por eso dime, ¿qué debo de saber?
- No nada, dame mi ropa y yo me voy.

Ya ni desayunó y ya se fue molesto a trabajar, otra vez en la noche me llega borracho,


yo dije: “¿qué está pasando?”. Pues resulta que ya lo habían corrido de su trabajo,
sus primos que le daban el trabajo, ya la tía les había dicho que andaba conmigo,
entonces como que los primos no me aceptaban también. De repente cambiaron muy
feo con él, decían que eran muy chidos con él, y se le voltearon ¿si me entiendes?, le
voltearon bandera, ya no le querían pagar, ya no lo querían contratar.
Yo me di cuenta de eso a los pocos días, porque me llegó al segundo día borracho y
dije: “¿qué está pasando?” Al otro día que se va, que me vuelve a hacer la misma, y

163
dice:
- Ya me voy.
- Está bien.

A la hora que se va, yo lo sigo, me salgo detrás de él. Sin que él me viera yo lo fui
siguiendo, se subió a un camión y yo me subí atrás en otro camión, pero el chiste es
que lo fui siguiendo, cuando llegué a su vecindario, resulta que él estaba tome y tome
con todos sus amigos.

O sea desde temprano, no iba a trabajar si no que se iba a tomar.


Y veo que su tía y su prima, risa y risa y bien felices de la vida y yo desde lo lejos
estaba viendo todo, y muy dentro de mí dije: que poca madre ¿cómo es posible que él
esté haciendo esto? Que esté tomando con sus amigos y ponerse a pensar que se nos
vienen los gastos, porque él ya sabía que se venía la renta, y ya le estaba empezando
a valer gorro todo.
Pues resulta que su prima y su tía, le estaban metiendo ahí cizaña, yo vi como su
misma prima le llevó una chava, así yo vi como le estaba presentando una chava
porque le acercó una chava y luego se saludaron y hasta de besito de cachete. Cuando
llegó a la casa, bueno yo me regresé a la casa, yo no quise seguir viendo eso, me fui
llorando, me puse a llorar todo el día, ya cuando él llegó, llegó alrededor de las 12
de la noche. Me llega y me dice:
- Ya llegué, ¿qué tienes de comer?
- Hice tinga de pollo, frijoles refritos, tostadas, ya están calientes.
- ¿Cómo es posible que me estés haciendo de comer tanto, pues que tuviste
fiesta o qué?

Y que me avienta toda la comida a los pies, yo todavía esmerándome, todavía que lo
había visto haciendo sus tontadas, llegué y le hice de comer esmerada, y todo me lo
avienta a los pies. Le dije:
- ¡Qué poca madre! Yo sí me solté a llorar. ¿Cómo es posible que tú tires la
comida, sabiendo que hay gente que la necesita?
- Que te importa si al fin de cuentas yo te doy el dinero, entonces cállate.
Ya hablándome más como hombre, o sea ya más machista, yo sí agarré y le dije:
- Oye, ya cálmate, tú conmigo no eras así, ¿por qué estás tomando este papel?
- No, yo no me estoy tomando el papel de nada, simplemente quisiste tener
marido, ¿no?
- Sí, pero no quise tener un marido borracho, y que me tratara machistamente,
no soy mujer, así como tú me lo dijiste, no soy mujer, y así como no soy mujer
también me sé defender, no creas que vas a agarrar a una mujer débil y frágil,
imagínate si hubiera sido una cómo me tendrías ahorita.
- ¿Qué te pasa?

Y ahí me quiere pegar y es cuando le detengo la mano.


- Sabes que, a mí no me pegas, porque ni a mi papá yo le permitía que me
pegara, menos a ti, una cosa es que te quiera, te ame, pero ya que me tengas
como tu chacha, desde la mañana lavándote, planchándote, haciéndote de
comer, esperándote a que comamos juntos ¿te has puesto a pensar si yo ya
comí?

Todo el día yo no había comido nada, estaba que me llevaba el diablo del coraje y
a la vez pues venía tarde, tomaba los dulces para mantener el hambre, porque pues
sí tenía mucha hambre. Yo agarré la costumbre con él de comer juntos, entonces
ya no me acordaba, porque estaba haciendo sus cosas y pues a causa de que se
iba a emborrachar y todo, pues cambió todo de la noche a la mañana. O sea de que
comíamos juntos y todo al principio, ahora todo era peleas, discusiones, llegaba y ya
no quería ni comer, y ya no comía conmigo porque durante todo el día que se iba
con los amigos, la tía le daba gorditas, quesadillas, y pues como iba a comer. Y yo
aguantándome, bueno a tal grado que me dio gastritis y me empecé a enfermar, me
dio gastritis, principios de cirrosis, yo llegué a un momento en que una doctora me
dijo:
- ¿Qué estás muy mensa?
- ¿Cómo? ¿Discúlpeme?
- Discúlpame, no soy quién para decírtelo, pero estás muy mensa, está bien que
seas una mujer trans, pero no es para que tú te doblegues ante un hombre y
luego que no comas. ¿Cómo es posible que no comas?, a mí me hace eso mi
esposo y yo lo mando al carajo, tú come, ya si él quiere llegar a comer, pues ahí
está caliente la comida, que se haga.

165
Yo le dije:
- No, es que lo amo, siempre tengo que esperarlo.
- O sea que si él te dice: “tírate al barranco, te tiras”, casi casi es lo que me estás
diciendo. ¿Por un hombre, estás haciendo todo eso?
- Es que la verdad lo amo.
- Te entiendo que lo ames, pero eso no es amor. Amor es una persona que se
preocupa por ti.

Cuando él cambió así tanto contigo, ¿tú que hiciste?


Yo ya me quería ir de él, para ese entonces ya habían pasado cuatro años de mi vida
con él, yo ya lo quería dejar, porque si él no me ama, él no me quiere, si él supiera que
yo lo amo y lo quiero, cuando yo le empecé a dar las pautas de que:
- ¿Sabes qué? Mejor tu por tu lado y yo por el mío
- Entonces te quieres ir de puta, como te conocí, quieres ir a conocer pitos por
otros lados, quieres ir a saber de otros hombres ¿verdad? Pues si ya te urge irte.

¿Y te pegaba?
A veces me pegaba, pero cuando me pegaba, yo me defendía, yo también le daba, o
sea era mutuo, o sea créeme que de los primeros golpes que yo le di, o nos dimos, yo
lloré más en la noche y él dormido, él no se dio cuenta. Yo estaba llore y llore. En mi
mente pasó: esto ya no es una relación, esto ya no es amor. Él me pega, antes no me
pegaba, ¿qué le está pasando?

¿Bueno, pero siguieron juntos?


Sí, seguimos juntos, seguí con él, estaba con él y resulta que, ahí te va: ya íbamos a
cumplir 5 años de relación, el quinto año fue muy tóxico, resulta que unos tíos a mí
me dan dinero para que me ayude, pero yo el dinero lo use para comprarle una moto
a él, pensando que él podía trabajar con la moto, se podía deslindar de su trabajo que
dizque de sus amigos que le daban y pues para que no le hicieran feo, no le siguieran
haciendo bullying o lo que él decía. Pues resulta que cuando le compro la moto me
dijo: “ay me compraste una moto, que padre”.

O sea él bien feliz con la moto, los primeros meses del último año, fueron lindos, se
portó buena onda, llegaba a la hora, según yo estaba trabajando en Rappi, cuando
se iba pues igual yo vi que ya estaba cambiando, ya no tomaba mucho, ya tomaba
nomás los fines de semana conmigo, y yo: bueno, está cambiando, está haciendo lo
que puede, a fin de cuentas toma ya conmigo, ya no con sus dizque amigos o sus
primos, no sé.

Ya hasta que después me empieza a llevar él a su vecindario, empiezo ya a conocer


bien a su entorno, ya conocí bien a su prima, a su tía, yo dije muy dentro de mí: bueno
y si son hipócritas, voy a tratar de ser hipócrita y voy a tratar de hacer lo mismo que
ellas, para analizar y ver su situación de cómo está esto; ya empecé a hablarles a
sus amigos, antes no les hablaba, ya les empezaba a hablar, ya empezaba a conocer
cómo eran las personas de su entorno. Pues resulta que uno de sus amigos, era él que
siempre lo ponía borracho a él, siempre llegaba y le decía: “oye güey, ¿no tienes para
una cerveza? Es que yo no tengo”.

Y el otro sacando dinero, o sea a él sí le daba dinero y a él le dolía cuando yo le pedía


dinero para la renta, para comer, ya le dolía un poco. “¿pero por qué gastas tanto?”,
“te doy tanto”, o sea ya estaba tratando de solventar los gastos menos, para darles
más, y yo dije: ¿cómo es posible? si yo soy la que le tengo su ropa limpia, yo le hago
de comer, bien o mal está conmigo, le compré la moto para que trabaje, ¿cómo es
posible que a ellos les dé más que a mí?
Pues resulta que llega un día una amiga, esa tal amiga era la chava que yo vi años
atrás que él había saludado, pues resulta ser que era amiga de una de sus primas,
de Aline, la que te digo, de la que te hablé, y solita me sacó la conversación y yo
platicando con ella le saqué la conversación de que se llama Yoali, pues que la chava
esta era ex pareja de él, y yo dije: ¡ah ya! Ahora entiendo porque la saludó ese día
de besito.
Ese día llega y le dice:
- Hola Luis, ¿cómo estás?
- Bien Yoali ¿y tú?

Y besándose así, igual que la otra vez; yo estaba nada más viendo todo, ya medio
borracho y la otra bien facilota.
- Ay mira te traje una cerveza.

Hasta una cerveza le traía, y yo dije: “ah, entonces que esta también lo pone borracho,

167
muy dentro de mí, o sea esta lo solapa”.
Pues tal cual, se pone a tomar él y a los pocos minutos veo que la otra trae una
caguama y también se pone a tomar con él, salen todos sus amigos de la vecindad, sus
primos igual se empiezan a poner bien borrachos; yo ahí con la tía de las quesadillas
dizque comiendo quesadillas, pero viendo todo, y yo muy dentro me dije: “o sea que
este es tu entorno, según este es tu trabajo al que vienes”, pues resulta ser que el ya
no trabajaba, que él se iba a robar OXXOS.

Él agarraba y decía:
- Ahorita vengo.
- ¿A dónde vas?
- Voy a pedirle dinero a un amigo.

Era lo único que me decía al principio, hasta que un día, yo lo veo que pasa bien lleno,
o sea a mí me tenía con la tía, o sea yo esperaba con la tía en su puesto, y veo que un
día, me dice: “ahorita vengo, voy a pedirle dinero al de siempre”, y al poquito rato veo
que pasa en chinga con la moto, o sea siguió derecho bien rápido que hasta yo me
espanté, y dije: bueno ¿este porque pasa así? Y ahí lo venían correteando patrullas,
porque ya lo habían puesto los del OXXO. En ese entonces yo dije: ¿por qué lo siguen
o qué? Ya cuando regresa bien nervioso me dice:
- Mete la moto, mete la moto a la vecindad.
- ¿Qué tienes?
- Que tú metas la moto chingada madre.

Ay me ves a mí, yo metiendo la moto andando, y veo que él se queda con su tía
hablando y saca un cuchillo. Un cuchillo de la panza y se lo da a su tía, y yo sí me
quedé así, yo me dije: este anda haciendo cosas, luego un cuchillo, ¿por qué trae un
cuchillo? Tú sabes, no somos mensos los seres humanos.

¡Claro!
Bien o mal, más o menos te das idea, pues ya meto la moto, y ya cuando salgo, lo
empiezo a escuchar: “sí tía, me fue chido, mire cuánto me lleve”, y la tía bien feliz de
la vida, y yo me quedo, bueno ¿qué pedo que está pasando aquí. Ya salgo y le digo:
- Bueno ya metí la moto.
- Ay, está bien, veme a comprar unas cervezas.
- ¿Yo? Manda a tus amigos.
- Te estoy diciendo que me vayas a comprar una cerveza, ¿o es que no puedes?
- Sí, está bien.

Me voy primero, yo me fui caminando al OXXO de la esquina a comprarle unas


cervezas, no sé qué se quedó hablando con su tía, pero le estaba diciendo que le
había ido bien por lo que oí, ya cuando regreso de las cervezas, agarra y me dice:
- Ven, vamos para adentro quiero hablar contigo, mira la verdad es que yo ando
haciendo esto y esto y esto.

Me confesó que andaba robando OXXOS, que andaba asaltando OXXOS por su colonia,
y yo le dije a él:
- ¿Cómo es posible que te pongas a robar, estás de acuerdo que eso te va a
conllevar a que llegues a la cárcel? Yo ya te lo comenté en nuestra relación, que
yo pisé la cárcel. ¿Tú quieres estar ahí, quieres que nos separen?

¿Tú ya habías estado en la cárcel?


Sí.
¿Cuánto tiempo?
Eran traguitos, tres meses.

¿Por robo?
Por fardo, por robo, y si haz de cuenta que ya cuando él me empieza a decir:
- Es que yo lo hago para que estemos bien, y te traigo dinero.
- Sí, ¿pero este dinero para que lo quiero?
- Pues, no que me estabas jodiendo, que la renta, pues ahí está lo de la renta.
- Sí, pero al rato te cae la policía, es más pesado lo tuyo.
- No te preocupes, yo me cuido.

Bueno, lo dejé. ¡Para que lo dejé! Empezó a agarrar como que la maña; pasó un año,
año y medio y antes de cumplir los 7 años que ahorita llevo con el de relación pues
ya haz de cuenta que ya hace poco, hace unos meses atrás le hablo; le dije:
- Yo ya no quiero que andes así.

169
- ¿Por qué no?
- Mejor nos metemos a estudiar o a trabajar.
- ¿Es que crees que soy pinche albañil para meterme a trabajar y que me paguen
bien poco? Tú déjame en lo mío.
- Entonces déjame trabajar, o déjame meterme a estudiar, a terminar mis
estudios, yo sí quiero terminar mis estudios.
- No, tú lo que quieres es ir a ver güeyes, ir a ver vergas a la escuela. No, tú te
quedas en la casa, y hazme de comer y hazme esto, esto y esto.
- ¡Está bien!

Y se iba, y ya regresaba medio tomado, pero ya no regresaba tan borracho, ni tan


prepotente conmigo, llegaba y: “¿ya me hiciste de comer?”. Comía y se dormía. Yo muy
dentro de mí decía: ¿qué voy a hacer?, ¿qué está pasando?, ¿qué hago?, ¿me voy de
su lado? Me va a doler mucho dejarlo, no sé por qué él está haciendo esto. Se para
al otro día y me dice:
- ¿Cómo ves, quiero ir a hacer esto, esto y esto?
- No, no hagas eso, mejor metete a trabajar con tus primos o tus amigos, no sé
que sean.
- Ya te dije que son mis primos de chocolate, pero no, ellos ya no quieren darme
trabajo.
- ¿Entonces?
- No sé qué vamos a hacer, ya se viene la renta y no hay dinero.
- ¿Pues no que sabes fardear, por qué no te metes a fardear?

¿Fardear, cómo es eso?


Fardear es meterte a un centro comercial y guardarte por ejemplo unas cosas, y
salirte sin pagar y llevarte el producto. Yo le dije:
- Yo ya te había dicho que no quería hacer eso desde que te conocí yo dejé de
hacerlo. En el tiempo en el que yo me anduve prostituyendo, muchísimos años
atrás, lo tenía que hacer desgraciadamente para salir adelante, pero a mí no me
gusta.
- Pues no va a quedar de otra, ¿de dónde más sacamos dinero?, ¿quieres que
vaya y me arriesgue, y pues que pase lo que vaya a pasar, ahora sí que a la
suerte?
- No, pues no.

Y ahí me tienes a mí, yéndome a fardear a las tiendas. Los primeros días, nos empezó
a ir bien, y ya casi como al mes del séptimo año, nos estaba ya yendo muy bien en
el fardo y el agarraba ya de que: “vámonos, te llevo a las tiendas en la moto”, ya me
llevaba, ya llegábamos y ahí ya íbamos con dinero, y así.

Se iban los dos, y se iban a la casa ya los dos juntos, trabajaban juntos.
Pues ya antes de octubre del año que pasó, del 2021, yo le decía a él:
- Tengo un presentimiento, ya no hay que hacer esto.
- No, pero si nos está yendo bien, ¿qué no ves?

Ya me cansé yo de estarme moviendo porque, cuando yo empecé a esto, que el me


empezó a decir que volviera a fardear, los primeros meses nos empezó a ir peor
porque el llevaba las cosas a su vecindad, y todo se le iba ahí, todas las cosas, se
le iban y se le iban y se le iban, pues no nos dejaba dinero y antes de octubre del
año que pasó, yo empecé a sentir que algo malo me iba a pasar, yo lo presentía muy
dentro de mí, de que iba a volver a pisar estos lugares, yo le dije un día:
- Oye, ¿qué crees? Yo presiento que yo voy a caer.
- ¿Cómo es posible que me digas tus tonterías? Si es lo que quieres, ya te dije
que quieres ir a probar pitos, allá adentro, ¿eso es lo que quieres no?
- No, no es eso, no me cambies el tema, yo a ti te quiero, te respeto.
- ¿Entonces por qué me dices eso? Tú sabes que yo siempre voy a ver por ti y te
voy a estar cuidando. No, no vas a caer, no seas así, no pienses así.
- Bueno, está bien.

Pues, seguimos y mírame, estoy aquí.

¿Y, cómo te agarraron?


Haz de cuenta que ese día, vamos a una tienda yo me meto primero, y él me dice:
- Pues yo te espero en la puerta de la tienda, métete como que haces tus
compras y ya ahorita sales, ya ahorita nos vamos chaparrita.
- Bueno, está bien.

Me metí hice lo que hice, fardear, meterme cosas en la panza y ya cuando paso por

171
la caja y pagó las cosas que estaba pagando, a la salida me detienen señoritas de La
Comer, y me dicen:
- Disculpe señorita, ¿le puedo hacer una revisión? Es que me acaban de decir
por radio que la vieron sustrayendo cosas de la tienda y metiéndoselas en sus
bolsillos y en su panza, en la altura de su estómago, la vieron metiéndose o
escondiéndose cosas de la tienda y no las pago, ¿me podría enseñar su ticket?,
¿podría hacerle una revisión mi compañero?

Y a la hora que les di el ticket, les dije:


- Sí, está bien.

Me va a revisar la chava y le dije:


- Sí mira.

Y le abro mi bolsa, y no traía más que mis cosas personales y agarra y me dice:
- ¿Me deja revisarle, su área de su estómago, por favor, señorita?
- No, pero como, si ya te enseñé mi bolsa y ahí adentro no hay nada.
Y no me dejaba y no me dejaba, y la chava, quería revisarme. “No, es que no se deja”.
De repente lo veo a él salir de la tienda pero con mochila y dice:
- ¿A mí también me va a revisar?
- Sí, a usted también lo vamos a revisar, primero estamos revisando a la
damita, a ver, ¿me deja revisar señorita? Nada más déjeme tocarle su área de su
estómago, para ver si no lleva nada.

Y yo con los nervios dije:


- ¿Qué hago, qué hago?

Y era la hora de que él empuja a una de las chavas y me dice:


- ¡Córrele, córrele, vete!

Entonces me salí de la tienda y ya me iba a echar a correr, cuando me alcanzó una


moto, me llega y me dice:
- Oiga, disculpe, le hicimos la detención porque la señorita de atrás de la tienda
nos está diciendo que usted se sacó cosas de una tienda, sin pagar, ¿podemos
regresar a la tienda por favor?

Ya voy de regreso a la tienda, y cuando llego a la tienda:


- Sí, es ella, es ella, no se deja revisar oficial.
- A ver ¿cómo está la situación?

Dice el policía. Estábamos todos ahí, se calmó todo y dicen:


- Oficial las cosas están así, esta señorita se metió a comprar, pero se está
robando cosas, y no las está pagando y las lleva a escondidas en el área de su
abdomen.
- A ver señorita ¿me deja hacerle una revisión?

Ya los policías queriéndome sacar las cosas, las pertenencias.


- No, pues la vamos a tener que remitir a la delegación, ¿tiene dinero para
pagar?
Sí teníamos dinero para pagar, pero yo dije: “bueno si nos vamos ahorita los dos,
estos nos llevan a la delegación, nos van a llevar a la delegación, la moto, se va a
quedar perdida en la avenida, ¿quién va a venir por ella?” Luego, tenía mi mascota, o
sea llevábamos una gatita que yo tenía, era mi mascota, y ella nos estaba esperando
en la moto, en su porta gatos, y pensé en ella y mejor dije: mejor que él se lleve las
cosas, y si quiere que a mí me lleven.
Él les dijo:
- No, que yo pago lo que lleva la señorita.
- No, ¿pero usted porque va a pagar si usted no viene con ella, o viene con
usted para que de una vez nos los llevemos a los dos?

Cuando dijo eso el policía, dije:


- No la verdad yo no lo conozco, no se quien sea esa persona, yo vengo sola.
- Entonces hijo, mejor pásate a retirarte.

173
Y él no se quería ir y no se quería ir por lo mismo. Y dice una señorita:
- No, ya de por sí los tenemos ubicados oficial, si usted supiera, no es la primera
vez, que vienen, que casualidad, que viene ella y a los minutos entra él cada vez
que viene a comprar, o entra él, y a los minutos que entra él, entra ella, ya los
tenemos bien ubicados, tenemos videos.

El policía dijo:
- No va a haber chance, ni paro, quiero remitir a ella, que es la que está robando,
la quiero remitir a la delegación.

Pues ya pasaron las horas, sacaron los productos que yo estaba sustrayendo de la
tienda, hicieron el ticket y me remitieron a mí a la delegación, en la Gustavo A.
Madero; ya en la Gustavo A. Madero me remitieron a una de género trans, aquí en la
Guerrero, una especializada, una agencia especializada para nuestro género, ya ahí
estuve dos días y a los dos días me trajeron para acá. Y acá estoy.

¿Y cuánto te dieron, o sigues en proceso?


Todavía, no me sentencian. De hecho yo tenía el beneficio de salir, bajo arraigo
domiciliario y llevar mi proceso por fuera, pero como mi INE tiene la colonia Guerrero
y el presentó un comprobante de domicilio, que es de la casa de su tía de aquí arriba
que es en Lomas de Cuautepec, entonces como no concuerdan las direcciones el
Ministerio Público se opuso en mi primera audiencia y le dijo al juez que como era
posible, que a mí me fueran a sacar bajo ese beneficio, si ellos tienen miedo de que
yo me fuera a dar a la fuga, y pues el juez determinó medida cautelar.

¿Y, tu chico sigue visitándote?


Cuando a mí me trajeron al reclusorio, todavía él me venía siguiendo en la patrulla,
y decía:
- Échale muchas ganas.

Venía con mi cuñada, o sea su hermana de él, y un sobrinito que nació, y venía mi
cuñada con su bebé y él en la moto, siguiendo la patrulla, que me traían hasta acá, y
en la entrada ellos me gritaban:
- No te preocupes, chaparra, no te preocupes gordita, estamos contigo, échale
ganas, vamos a ver tu caso, cuídate mucho, te voy a venir a ver el jueves.

Y yo dije: bueno, al menos yo arriesgué mi libertad para que él estuviera afuera y


se hiciera cargo de su sobrino que apenas nació de su hermana; sí me va a venir
a ver, yo muy dentro de mí decía. La primera semana no lo dejaron pasar, porque
él me hablaba por teléfono, no lo dejaron pasar, que porque no estaba vacunado,
no tenía un comprobante de domicilio que concordara con el INE que él traía, que
nada más tenía que arreglar esos papeles para que pudiera pasar, fue lo que me dijo
por teléfono. Pasaron dos semanas, tres semanas, nada más me mandó unas cosas,
lo personal me hizo llegar, los famosos barcos acá les dicen, que te llegan cosas,
productos de tu familia, cuando no los dejan pasar, nada más me llegó una vez, me
llegó unas notitas que me amaba, que me quería mucho, que me quería ver afuera,
que me cuidara mucho, que no hiciera tonterías, que él iba a ver mi caso y ver por
mí. Pasó una semana, dos semanas, me mandaron a llamar a la segunda audiencia, en
la segunda audiencia ya me di cuenta de que él me estaba apoyando, porque metió
abogados particulares, sustituyó al de oficio por particulares, y yo dije: pues bueno.
Me llegó una nota, una mini cartita, donde él me decía que yo no me opusiera a nada
que hiciera lo que ella me dijera, y bueno yo dije: “él me está ayudando, me está
apoyando”.
¿Y, ya no volvió?
Haz de cuenta que me mete a esta abogada y lo único que hizo fue alterar el proceso
que yo ya llevaba con el abogado de oficio, me lo hizo más difícil, en vez de ayudarme
me perjudicó, porque la abogada no sabía ni qué onda y apenas vio mi caso, entonces
yo le dije a él por teléfono:
- ¿Sabes qué? Yo no quiero a la abogada, yo quiero que regreses al abogado de
oficio, no al particular.
- No, pero cómo es posible, si la abogada te va a ayudar, nos está pidiendo
quince mil pesos, ahorita estoy viendo si vendo la moto, o la tele.

Le dije:
- No, no vendas nada de eso, no te deshagas de las cosas, yo no quiero esa
abogada particular, quiero un abogado de oficio, lo mío no es muy difícil, es un
fardo, es un robo simple por lo que me dijeron acá las compañeras, que yo me
enteré, en el tiempo que he estado aquí, que no es tan difícil, hoy en el nuevo
proceso no es tan difícil salir por eso.
- No, pero ¿cómo es posible? si yo le di mil pesos y te está ayudando.
- No, a mí no me está ayudando, la segunda audiencia ni siquiera sabía que era 175
lo que se me estaba inculpando, o por qué delito venía, ¿tú crees que me va a
ayudar, ya cuánto tiempo llevo aquí? Ya llevo casi dos meses.
- Está bien voy a sustituir a los abogados, pues allá tú.

Me cuelga, ya después le vuelvo a marcar, y cuando le vuelvo a marcar, ya es la última


vez que hablo con él, porque me contesta y me dice:
- ¿Hola cómo has estado?
- Bien. ¿Qué haces?
- No, pues ya me voy a ir a trabajar, acá en Lomas de Cuautepec con una de mis
tías, me estoy quedando con ella, mi hermana Rosa ya se fue con una de sus
tías, ya se llevó al bebé y pues van a venir por nuestras cosas y se las van a
llevar.
- Bueno si necesitas dinero vende mi ropa, vende mis cosas, no sé, con tal de
que ganes algo, porque yo necesito dinero para las listas, para mis gastos.
- Está bien, no te preocupes, cuenta conmigo (llorando), te extraño, te quiero, no
sabes cuanto me duele que estés ahí, no te preocupes voy a ver si nos ponemos
al día, estoy tratando de ver si puedes salir.
- No te preocupes, a ver si no me tardo en salir, y nos
vamos a volver a ver, pero la verdad me duele que no me
vengas a ver, ni una visita, ni nada.
- No, no te pongas así, ya te dije que yo no tengo ninguna
vacuna, me están pidiendo una vacuna, ya saqué la hoja
de concubinato, ya tengo mis papeles, ya nada más me
falta vacunarme.
- ¿Y es que no te puedes vacunar? Ya va para dos meses
desde que estoy aquí, es lo que me vienes dice y dice.
- No, si chaparra, ya me van a vacunar el cinco de
diciembre, o sea en diciembre pasado del 2021.

Esa llamada la recibí como por noviembre, como por el 14 de


noviembre, el 18 de noviembre, le vuelvo a marcar para ver
si ya andaba haciendo su papeleo y como estaba, para saber
cómo estaba. Buzón de voz, buzón de voz, buzón de voz, y dije:
- Bueno debe estar apagado o descargado el celular.

Deje pasar dos tres días más y otra vez vuelvo a marcar:
- El número que usted marcó se encuentra fuera del área
de servicio, favor de llamar más tarde.

Y así ha venido todo este tiempo. Ya no sé nada de él.

¿Tú no recibes visitas, de nadie?


No.

¿Él era el único?


Que me apoyaba.

¿Y no tienes amigas que sepan, de afuera?


No, tenía unos números telefónicos, de su tía en Lomas de
Cuautepec, y recibí dos llamadas con ella, o sea comunicándome.
Pero el tiempo que estaba acá en la estancia, los compañeros
como hacen aseo en la mañana vieron unos números y no me
dijeron que estaban tirados, y me los tiraron y ahorita no tengo
ni forma de cómo comunicarme.

¿Y el abogado de oficio te está llevando el proceso, todavía?


Pues resulta que el dos de diciembre me llegó apenas del
año que pasó, una notificación en donde los abogados estaba
sustituyéndose por uno de oficio, y que mi proceso iba a
cambiar al noveno, al juzgado noveno de control, pero yo tenía
el quinto, según iba a recibir una audiencia, y esa audiencia
no se llevó a cabo, nada más me llegaron estas notificaciones.

¿Te cambiaron el abogado?


Todo me cambiaron, y apenas como por el trece o catorce de
diciembre que pasó, volvió a llegar otra notificación, donde ya

177
me estaba notificando el juzgado noveno que mi audiencia es
el trece de enero, o sea ya en unos días.

En tres días casi. Ya casi. Y ¿cómo te sientes?


Pues con nervios, a la vez, para que te miento, todo este tiempo
me ha resultado muy difícil porque estaba muy apegada
a él, o sea comíamos juntos, íbamos a trabajar juntos, todo
lo hacíamos juntos. Y además que ya no sé nada de él, me
preocupo por él, no sé qué le esté pasando, no sé cómo esté
afuera. Para que te miento, todos estos días he estado muy
preocupada, si me suelto a llorar, tengo una amiga aquí.

¿Tienes amigas acá?


Me hice muy amiga de unas compañeras que apenas van
llegando, bien o mal pues me echan la mano, una me pone
a vender tags, otra amiga está conmigo todo el tiempo y es
la que más me anima, cuando ve que estoy medio deprimida,
luego a veces hay problemas en la estancia que, por la renta
de la tele, pelean por cositas equis y a mí me ponen de enojo
que yo digo: “¿se van a pelear por esto?”, sin saber que hay problemas que otros
están pasando y que los tienen adentro y no los quieren sacar porque cuando tú los
sacas es motivo de burlas para ellos. “Ay, ja ja ja, está llorando” ¿si me entiendes? He
recibido bullying de dos o tres personajes.

¿Tú crees que de alguna manera, has hecho amistades valiosas, aquí adentro?
Pues amistades valiosas, nada más dos, pero sí, sí he hecho, sobre todo mis compañeros,
nomás dos personas.

¿Y, qué haces, haces algo acá, trabajas, estudias, acá adentro?
Bueno, en COC no podemos hacer nada. Sí, hasta que estemos en población. Yo hago
pulseras, pulseritas de esas que les dicen corregendas, pulseritas, como de este tipo.

Ah, qué bonito, y ¿las vendes acá? Están muy lindas y ¿con eso te haces algo de dinero?
¡Sí!

Y me gustaría preguntarte, siendo una chica trans aquí en la cárcel, ¿qué te dicen los
guardias por tu apariencia, hay respeto de parte de ellos?
Pues no, para que te miento, no, o sea sí nos ven los custodios, sí nos respetan, pero a
las espaldas hacen bullying, “dile que te la”, ya sabes. O por ejemplo mi amiga Laura,
ella es trans, pero parece más masculina que trans, ella dice que es trans, yo no sé,
ahorita a ella le hacen mucho bullying, como le cortaron ahorita el pelo, parece no
sé qué, bueno yo no soy quien, para ofender, pero por ella como que le hacen mucho
bullying. Y yo no soy de esas personas, soy de las personas que va en contra del
sentimiento, si tú no tienes envidia, ¿por qué me tienes envidia? A mí no me gusta ser
envidiosa, no me gusta ser encajosa, ni mucho menos violenta, cuando me buscan me
encuentran, para que se meten conmigo, pero pues soy muy tranquila yo.

Y digamos que si a ti te hubieran dicho: ¿quieres ir a una cárcel de hombres o de mujeres


a cuál irías, irías a una de mujeres o te quedarías aquí?
Pues, es lo mismo, pero si fuera de mujeres, pues ellas dicen, bueno las trans con las
que estoy, dicen que la cárcel de mujeres es peor para nosotras que somos trans, que
porque ahí le hacen más feo al género LGBT, allá del nombre que les ponen y una
amiga me dice: “no pues yo prefiero mil veces estar acá que en la de mujeres, porque
en la de mujeres es más difícil el rollo para nosotras”. Pues yo me iría así, pues si
me dijeran que a uno de mujeres pues a uno de mujeres, y si me dijeran a uno de
hombres, pues a uno de hombres, a la que me manden.

¿A ti te gustaría que te cambiaran los documentos?


Ya los hice. Nada más que resulta, que en la delegación cuando él llegó, llegó con la
INE vieja mía, no llegó con la nueva, y era la que más estaban pidiendo.

Oye Sonia, ¿alguna experiencia o historia así que tengas dentro de la cárcel que haya
tenido un impacto en tu vida?
Aquí sí tuve una historia fea, hace como 9 años atrás, de hecho yo conozco a una de
las más viejas de aquí, le dicen Violeta, ella haz de cuenta que es la mamá de los
pollitos, hoy en día, ella mueve según a todas y sí, antes sí movía a todas, pero a lo
que voy, ella no era violenta, ella era buena onda, amable, bueno conmigo fue muy
amable, yo a ella la conocí cuando ella tenía como 19 años, ella me conoció de 17

179
años; mi primer cárcel fue aquí, pero ya tiene mucho, te estoy hablando como de
hace unos que, tengo 34, como unos 13 o 14 años atrás. Yo llegué aquí entre gay y
travesti, o sea todavía no podía decir que era transgénero, y gracias a ella pues me
enseñó más o menos a maquillarme a ponerme vestidos, porque yo no me sabía ni
arreglar, fue chida conmigo el tiempo que estuve, aunque también viví experiencias
malas, porque a las nuevas las traen de chachas, si no le parece a unas pues te
pegan. Hace poco, hace como 8 o 9 años, que volví a estar aquí, ya llegué organizada.
Seguía Violeta, se hizo un motín, y ese día que se hizo un motín, si puedo explicar
que fue una experiencia muy fea para mí. Porque yo nunca había visto eso de que;
vamos a quemar colchones y vamos a picar, y la misma banda picaba a los custodios,
voladera de papeles, piedras, golpes, de todo había, tanto de custodios como de
personas como nosotros. Se metían los custodios en bola y el primero que veían en el
kilómetro o en el pasillo de los dormitorios, una santa madrina, y los dejaban tirados
y ensangrentados y el que sigue, y así, para tratar de calmar el disturbio; custodios
aventaban como con unas pistolas, unas bolas que botaban y caían y empezaban a
girar a distancia y empezaban a soltar un chingo de humo, humo, que si tú lo olías
como que te sofocaba.
¿Cómo gas lacrimógeno?
Sonia: Sí, te picaba así los ojos, fue mi primera experiencia en donde todos se agarraron
y ahora sí que la mamá del cantón estaba con nosotras: “agarren las cobijas, mójenlas
con algo y envuélvanselas a la altura de la nariz y la boca, si se puede y pueden abrir
los ojos, mójense tantito, con su misma ropa mójense y échense agua, y sí me estaban
aventando gas lacrimógeno. Luego la gente que se amotinó bien feo, con palos, así a
darnos a palazos, pues sí eso fue lo más fuerte para mí. Nunca había visto eso, gente
que solita llegaba y los estaban picando, y la sangre, todos contra todos, ahora sí que
todos contra todos, custodia contra los de beige, los mismos de beige contra beige,
ya no se sabía; nada más lo que hicimos todas las de la zona de aquí del anexo ocho,
cerrar las estancias, apañarnos.

¿Y quedarse quietitas?
Y quedarnos quietas.

Oye Sonia, para terminar, ¿qué esperanzas o sueños tienes? Un sueño que tengas, y nos
quieras compartir a las personas que vayan a leer tu historia?
Pues mi sueño. Mira, te voy a ser sincera, unos años atrás yo tenía el sueño de vivir
con una pareja, estar estable, llegar a vieja con él, tener una moto, viajar; con esta
pareja que estaba en la actualidad, que no puedo decir que terminamos porque no
he aceptado la causa del destino; con este chico pues sí viví viajes, viví experiencia
de tener la moto, yo hasta la fecha lo sigo considerando como mi pareja hasta no
salir y ver cómo está la situación, pero ese era antes mi sueño. Ahora, hoy en día, mi
idea de sueño ya cambió, es salir y como me lo dijeron varias amigas trans que han
pasado a población y que están conmigo ahorita, de hecho Paola también me lo ha
dicho y varias compañeras trans que ya están operadas, que están en COC conmigo,
y ella me ha dicho:

- Es que tienes que ver por ti, estuviste dando mucho tiempo de tu vida a un
hombre, y mira si te soy sincera y no es para que te molestes, ni te enojes, tal
vez no soy quién para decírtelo pero si no te valoró, no le importas, te está
dejando morir sola, porque es la realidad, es para que tú Sonia hoy en día
empieces a ver por ti, por primera vez tú salgas y digas, voy a hacer esto por mí,
¿te quieres hormonizar? Continúa con tu hormona. No dejarla porque fulano de
tal le dijo a tu pareja que causaba cáncer, no dejarla porque tu pareja es celosa
y no quiere que te hormonices más. No, eso está mal, porque eso te favorece, no
te perjudica, o veme ¿me perjudica a mí?
- Pues no, yo te veo bonita, quisiera estar así.
- ¿Y entonces?

Agarré y me dije muy dentro de mí, entonces mi sueño es salir, viajar, conocer
Acapulco, tener una mascota, tal vez si yo quiero compañía, que sea con un ser vivo
que realmente me va a dar cariño y amor. Ellos incondicionalmente te brindan amor,
no sé, meterme a estudiar, ya no ser la persona que era o que hacía de fardear, ya no
quiero eso, ya no quiero esa vida.

Ya vas a ver que cuando salgas y si te lo propones, lo vas a lograr. Para finalizar, ¿algún
mensaje que le quieras compartir a las personas que van a leer tu historia, un consejo,
algo que quieras decir?

181
Que si alguna vez en la vida, alguien como yo, una chica transgénero se llega a
enamorar de alguien, antes de enamorarse, aprendan a catalogar a la gente que les
llega, porque puede llegar la persona más linda y bonita del mundo, pero no sabes
qué tipo de persona es en realidad, porque de la noche a la mañana cambian, que no
den todo, que vean si la relación es mutua, entonces que sea mutuo el cariño, si no es
mutuo, va a ser muy doloroso para ellas. Yo ya viví una experiencia horrible, créeme
que yo ya no quiero, yo preferiría mil veces decirles a ellas que se amen y se quieran
como personas que son y si no las acepta la familia como en mi historia, que no me
llegó a aceptar mi familia, les den la oportunidad que yo no le di a mi familia, no
nada más agarrar y salirse, denle la oportunidad a la familia de aprenderlas a aceptar,
a valorar a las personas como son.

Muchas gracias, Sonia.


La cárcel no es tan fea como podría pensarse.
Si uno busca realmente detrás de todo lo
que pasa, hay cosas grandes y esto de la
transición para mí, es eso.

ELI
E L I

Reclusorio Preventivo Varonil Norte


12 de enero de 2022
¿Qué nombre deseas usar para esta entrevista?
Me gustaría usar: Eli; que va a ser uno de mis nombres y es parte de mi apellido,
entonces me gustaría usarlo.

Perfecto, me gustaría que me contaras como te identificas a ti misma, como chica trans,
transexual, travesti, transgénero.
Hoy, me identifico como chica trans. Y eso es poco, poco que lo vengo haciendo, pero
me considero una chica Trans.

¿Qué edad tienes?


33 años.

Bueno Eli, cuéntame un poquito acerca de tu infancia, ¿eres de acá de la Ciudad de


México?
Sí nací aquí en la Ciudad de México, tengo 3 hermanos y crecí con ellos, con mis
padres también, soy el tercero de los cuatro hermanos en total, somos dos hombres
y ahora somos dos mujeres.

¿Tus papás a que se dedicaban?


Mis papás se dedicaban, bueno cuando era pequeño, al comercio, vendían comida,
cerveza, bebidas, llegaron a tener tiendas y así.

¿Y tú ayudabas?
Yo les llegué a ayudar, bueno muy pequeño no tanto, pero si después ya más grande
fui parte de esos deberes.

¿Hasta que grado hiciste en la escuela?


Yo estudié licenciatura, estudié arquitectura.

¿Y dónde estudiaste?
Yo me gradúe de arquitectura en la Universidad del Valle de México. Yo siempre quise
ser arquitecta.
Bueno, pero entonces ¿tú durante todo ese tiempo te sentías como un chico gay?
Sí, siempre, desde muy pequeño, desde que tengo uso de razón, me sentí gay, sabía
que yo, mis preferencias las tenía muy bien definidas y hasta hoy creo que las tengo
muy firmes. Desde pequeño, me supe así.

Esto de tu transición es nuevo como me dijiste al principio, ¿pero de niño no te sentías


niña?
Sí, de niño o pequeño ya me ponía cosas en el cabello, o simulaba algunos ademanes
de niña, o sea yo ya veía esa parte femenina en mí, pero con el tiempo la fui
reprimiendo por, pues por como le veían los demás, por lo que me llegaron a decir
que quizá ni siquiera me acuerdo, entonces lo fui reprimiendo. Hoy me doy cuenta de
eso, hasta que llegué aquí, aquí en la cárcel fue donde me di cuenta que esto lo debí
haber hecho desde mucho tiempo atrás, y es algo que no me arrepiento, que no me
estoy arrepintiendo, al contrario quiero seguir luchando para hacerlo.

185
¿Cuánto llevas acá?
Acá llevo 4 años en la cárcel.

¿Y hace cuánto empezaste?


¿Con la hormona?

Sí.
Bueno el tratamiento hormonal lo empecé hace 3 meses. Es muy poco.

¿Cómo te has sentido?


Muy bien, bueno creo que he tenido síntomas: falta de aire, dolor en los pechos, pero
me he sentido muy bien.

¿Te han aumentado los pechos?


Me han aumentado los pechos. Me han aumentado de tamaño, y me gustaría a lo
mejor en esa parte, ¿tener más conocimiento no? Buscar un poco más de información
o ver si a partir de aquí si puedo, puedo tener esa información. Me gustaría más
información, porque quiero hacer esta transición, pero de una manera bien, correcta
y que no me perjudique. Nada de aceites, nada que me pueda morir ¿no?
Si claro, y ¿te gustaría intervenirte Bueno, pero nos adelantamos un poquito,
quirúrgicamente? antes de ingresar al centro, pues ¿cómo
Sí, sí también. era tu vida? Estabas en la universidad,
me dices que terminaste la licenciatura
¿Qué te gustaría hacerte? en arquitectura, ¿trabajabas como
A lo mejor, perfilar algunas facciones, no arquitecta?
sé, el mentón, la barbilla, y la depilación Sí llegue a ejercer, justo venía de
láser. La nariz a lo mejor hacérmela más terminarla, antes de llegar aquí justo
chiquita. venía de terminar la carrera, estaba en
mis primeros años de dedicarme al área
Pero ya tienes rasgos muy finitos. profesional y bueno lo que me trajo
¿Sí? ¡Ay muchas gracias! Me gustaría a aquí fueron mis excesos.
lo mejor afinarlos más para poderme
sentir más mujer. Cuéntame sobre eso.
Tuve una pareja, con la cual, pues nos
drogábamos, y se empezó a volver tóxica
187
la relación, cada vez era más droga, cada y estaba buscando. Ya tenía una carrera
vez ya eran más compromisos, él quería y todo, pero dentro de la carrera donde
que yo vendiera droga, quería que yo acomodarme y bueno conocí a esa
me prostituyera incluso, bueno todo persona y probé las drogas, ya había
eso me decía él, entonces una noche probado las drogas anteriormente.
él me quiso sacar del departamento y Bueno a veces me cuesta trabajo hablar
empezamos a pelear. de esta situación. Bueno resulta que
esa persona, esa noche nos empezamos
¿Vivían juntos? a agredir y lo ataqué ¿no? Con la droga,
No vivía conmigo, pero de repente se con el miedo, con todo lo que pasó, nos
llegaba a quedar. atacamos. Lo ataqué, él me atacó con
unas tijeras y bueno desgraciadamente
¿Tu vivías sola? falleció él.
Yo vivía sola, tenía poco también, o sea
apenas me estaba acomodando la vida
Y bueno hoy estoy haciéndome responsable por este error, por esta equivocación,
pero esto fue por causa de las drogas. Una lección muy grande, un cambio muy
grande porque a partir de llegar a la cárcel perdí muchas cosas, perdí amigos, quizás
no los perdí y en algún momento lo recupere, pero por el momento pues muchas
cosas se fueron, pero gané otras cosas ¿no?, y hoy en día, después de esto, saber que
tengo una vida nueva y que no soy aquella persona que era antes, me siento muy
bien. La cárcel no es tan fea como podría pensarse. Si uno busca realmente detrás de
todo lo que pasa, hay cosas grandes y esto de la transición para mí, es eso.

Entonces, tú empezaste la transición acá y ¿cómo fue?, ¿le contaste a tu familia?, ¿te
visitan?
Sí vienen a visitarme. Mi mamá viene, es la que más ha estado viniendo y mi hermana,
son las que más me apoyan, y aunque mis hermanos no vienen, mi papá no viene y
otras personas no vienen, me siguen apoyando también afuera.

Tú empezaste la transición y ¿cuál fue la reacción de tu mamá?


Ella como que me invitó a hacerlo. Sí porque, ella veía lo mejor. Yo llegué aquí a la
cárcel y empecé a tener una depresión, no sé si era, y en parte sí porque ahora que
estoy viviendo esta transición no me siento tan triste como antes. Antes de llegar a
la cárcel me sentía muy inseguro, muy frustrado, las veces que me llegué a arreglar
de mujer afuera, me sentía bien insegura.

¿Ah, pero si te llegaste a arreglar de mujer?


Si lo llegué a hacer, pero para eventos, a escondidas, si lo llegaba a hacer a escondidas
aunque en mi familia no era algo mal visto ¿no?, cuando éramos pequeños mi mamá
tuvo amigas trans viviendo en casa, entonces no era algo mal visto, pero pues mi
inseguridad, mis prejuicios, quizá. Y eso hacía que yo no me atreviera a contárselo a
mi familia, y a que lo hiciera y lo disfrutara nada más en algún show, en algún evento,
o a escondidas, pero no de lleno, y una vez mi mamá me dijo: “es que tú eres una
mujer atrapada en el cuerpo de un hombre”. Y entonces eso me dijo, “bueno” le dije, “sí
tienes razón”. Fue como decirle: pues siempre te lo quise decir, pero nunca supe cómo
y a partir de ahí empecé a ponerme ya cosas, a enchinarme las pestañas.
Acá yo llegué al anexo tres, porque yo llegué con una apariencia masculina y siempre
llegué abiertamente gay, declarado ser de la comunidad, nunca me he escondido, ni
tengo ningún tema con eso y menos ahora, pero no quise llegar al anexo ocho porque
me platicaban cosas muy feas de las chicas aquí adentro.
¿Cómo cuáles?
Pues que vivían muy mal, que las violaban, que eran muy conflictivas.

Claro, ya venías con un montón de información de miedo.


De información de miedo, y muchas veces errónea, o quizás en algunos tiempos así
fue, pero hoy en día aquí en la cárcel hay mucho respeto hacia nosotras, no faltan los
patanes, pero bueno.

¿Y entonces ya ahí pediste tu traslado después?


Ah, estábamos en lo del anexo ¿verdad?, y entonces siempre cuando me hicieron
la entrevista de la comunidad les pedí que me dejaran en la ubicación que había
llegado, en cautelares y así me dejaron y cuando me hicieron el cambio acá a la
población, también me respetaron el no querer estar en una estancia, o bueno no
se si me lo respetaron, pero yo lo externé y así me pude quedar. Y ahora que estoy
haciendo un cambio vivo con personas que no son de la comunidad, pero siempre he
respetado mucho.

¿Y te respetan? 189
Y procuro respetar para que me respeten y gracias a Dios estoy con gente que lo ha
manejado bien.

¿Y otros compañeros no se burlan?, ¿no te dicen cosas?


Si hay gente que se burla, personas que se burlan que nos ofenden en el kilómetro,
pero he aprendido también a vivir con ellos. La verdad es que soy muy explosivo
también, de carácter soy muy explosivo y si me molesto mucho cuando me gritan
algo, me gustaría regresarme y golpearlos ¿pero que gano? más problemas, más
castigo. Que me peguen, que no nos respeten más, que nos sigan faltando al respeto.

Sí exacto. Caer en provocaciones a veces es peor.


Es proponer cambios, y el cambio es ignorarlos y solitos se van a cansar.

Bueno digamos que tú, llegaste y también viste que hay un respeto a la identidad, ¿o
que había un respeto a la identidad de tus compañeras y te sentiste más en confianza de
poder hacer la transición?
Eso, exactamente eso me dio la seguridad, el ver que aquí en la cárcel, pues si había
discriminación en ciertos puntos pero que no era tan difícil como parecía, siendo un
lugar tan hostil, eso me dio mucha seguridad.

Es paradójico que en el lugar donde pierdes tu libertad…


Recuperes tu otra libertad, que no tenías afuera.

“ hoy estoy haciéndome responsable por este error,


por esta equivocación, pero esto fue por causa de
las drogas. Una lección muy grande, un cambio muy
grande porque a partir de llegar a la cárcel perdí
muchas cosas, perdí amigos, quizás no los perdí y en
algún momento lo recupere, pero por el momento pues
muchas cosas se fueron, pero gané otras cosas. ”
¿Por qué piensas que fue tan difícil afuera hacer esa transición?
No sé, tal vez buscar más a fondo que hay detrás de todo lo que pasa en mi mente,
pero, pues si más bien fue el ver que no eran tan, que no era mal visto. Realmente
los prejuicios estaban en mí, o era yo quien no veía bien eso, o lo juzgaba o le daba
alguna carga que no tenía y ahora se las he quitado.

Genial, oye te vi hace algunos meses muy bailarina. Cuéntame de eso.


Bueno me dediqué muchos años a bailar, desde pequeño desde los 12 años me metí a
una escuela de baile, de danza, danza regional mexicana y ahí tomé otras disciplinas:
contemporánea, danza clásica, y ahí empecé a gustar del baile, y estudié en la nacional
de danza hace algunos años, no terminé, pues por cuestiones de rebeldía. Pero yo
siempre bailé, siempre seguí bailando, luego dejé el folclor y me dediqué a la danza
clásica, que fue lo que siempre me llenó. Ya después no lo pude hacer profesional
porque ya tenía la edad límite para entrar a las escuelas profesionales, pero lo seguí
haciendo en pequeñas compañías, tuve la oportunidad de viajar y bailé también en
otros lados.
¿En dónde?
En Brasil. En Brasil fui a bailar, y estuve en una escuela de danza, también allá hice un
intercambio de arquitectura y aproveché para bailar también. El baile me ha abierto
muchas puertas, y aquí también por ejemplo me ha ayudado a seguirme sintiéndome
libre.

¿Y acá sigues practicando?, ¿das cursos?
Doy cursos, pero de idiomas. Doy cursos de francés, aquí.

¿Cuántos idiomas hablas?


Hablo cuatro idiomas.

¿Cuáles?
Español, francés, portugués y un poco de hebreo, pero poquito.

¿Entonces, das clases de idiomas?


De idiomas, si, acá sólo he dado francés y portugués. Y ahorita tengo un buen grupo
de francés, muy lleno, y eso me gusta porque a pesar de que soy un profesor de la 191
comunidad, también he visto que en ellos no hay tema con ello.

No hay conflicto. ¿Entonces cómo es un día de Eli?


¿Un día? Bueno aquí en la cárcel tenemos dos días, un día de visita y un día de no
visita, entonces te voy a explicar los dos días. El día de no visita, pues me levanto
temprano, limpio mi camarote, me voy a peinar a una de las jefas, me gusta peinar,
me gusta cortar cabello.
Bueno voy peino a una jefa y me preparo para después irme a dar clases. Vengo y
doy clases, a veces tomo cursos, a veces voy a hacer ejercicios, los días que no tengo
visita. O me voy al teatro, a veces tenemos actividades de obras, entonces preparamos
las obras en esos días o de baile y las preparamos. Y ya en las noches estoy en mi
estancia, con una pareja que tengo aquí, bueno es un amigo, no es mi novio, pero es
una compañía.

¿Cuánto llevan de relación?


Con él como un año, ya bastantito y nos llevamos bien, aunque a veces tenemos roces,
pero bueno entiendo que es el ambiente.
Pero ¿son monógamos o tienen más parejas?
No, somos monógamos, bueno eso es lo que es ahora. Eso es lo que dice, y le quiero
creer. Es lo que somos, es lo que yo busco, estabilidad, estar estable con una persona.

Y no andar con todos.


Y por otras cuestiones, las enfermedades.

Claro, las peleas.


Las peleas, y entonces así no estando con otras personas es inseguro, a veces o
celoso, entonces si lo hiciera a lo mejor provocaría más problemas.

Bueno, pero ¿entonces si viven en la misma celda?


No, él no vive en la misma celda, ya después se va y como a las nueve ya me quedo
ahí en la estancia. Los días se nos hacen muy cortos aquí, bueno personalmente los
días se me van muy rápido, siento que no hago mucho. pasa el tiempo más rápido,
entonces ese es el día de no visita. Y los días de visita, en las mañanas corto cabello,
como unas tres horas me paso cortando cabello, a veces hago pocos clientes, no me
encargo de mucho trabajo porque luego ando en muchas actividades y entonces no
me comprometo a tanto, pero si ofrezco servicios de corte de cabello, en las mañanas
los días de visita.

¿Eso lo aprendiste aquí?


Eso lo aprendí aquí.

¿Quién te enseñó?
Aquí hay un área que se llama CECATI, y ahí nos dan cursos. Y ahí nos dieron durante
tres meses el curso, me capacitaron y anteriormente ya había aprendido en cautelares
con una persona, que me había enseñado por su cuenta y ya después lo vi como una
manera de generar, aunque no genero mucho pero bueno me mantiene, me lleva mis
gastos diarios.

Bueno entonces tu cortas el cabello el día de visitas y después tienes tu visita.


Después tengo mi visita, me preparo y ya me bajo a la visita, hasta como las cinco de
la tarde que se van.
¿Cuánto dura una visita?
De 10 am a 5pm. Aunque llegan hasta la una o dos, siempre llegan tarde, los entiendo
a veces. La visita son como siete horas.

Te visita tu hermana, tu mamá.


Viene mi mamá y mi hermana, que son las que se alternan, mi mamá viene los martes
y mi hermana viene los sábados, porque mi mamá trabaja los fines de semana, bueno
las dos trabajan y se les complica venir a los dos días, pero si por ellas fueran las
tendría acá las cuatro visitas. Son muy cariñosas.

¿Y qué te dicen de todos tus cambios?


¡Ay! Pues es que ellas me motivan mucho, me apoyan mucho, son las que me traen
los maquillajes, alguna vez yo pensé en ya no seguir con la transición.

¿Por qué?
Pues porque mira yo tengo afuera una pareja que no le he platicado de mi transición,
ya se lo había platicado afuera y pues me dijo que no, que no era necesario, que me
aceptara como yo era, pero pues esto es lo que yo siento. Esto es lo que yo soy y ahora 193
yo me acepto, y no sé cómo lo vaya a tomar, eso me conflictúa un poco.

Hablas con esa persona por teléfono, pero no te visita.


No, no me visita, ni me apoya. Por fortuna no viene ni mucho menos, pero en algún
momento nos vamos a volver a ver, yo espero porque es una persona que trascendió
en mi vida.

Y tu así.
Y yo voy a estar así, entonces bueno no sé como lo vaya a tomar, pero lo importante
es como yo me siento. Y entonces cuando yo quise dejar de hacer esto, mi mamá me
dijo:
-No

Y mi hermana me dijo:
- No, yo sí te veo así afuera, yo si te visualizo así afuera.

Y me han apoyado mucho, me han motivado y me han dicho, si es lo que quieres


hazlo. Si es locura bendita locura, por todas partes me dan ánimos. El día del orgullo
las chicas me coronaron como reina.

¿Cómo fue esa coronación?


Pues bueno, fue muy simbólico, pero la mayoría quiso que fuera.

¿Hubo votación?
No sé si hubo, pero no hubo muchas propuestas, muchas no querían participar. A la
mera hora si ya después participaron y cuando estábamos en ensayos y eso no hubo
mucha participación, pero si se les invitó y ya después lo propusieron las que más
participaban, yo ni siquiera quería ser, tenía miedo tenía pena. Pero bueno ya me
eligieron y ahora “soy la reina del norte”.

Oye, Eli, me gustaría que me contaras alguna experiencia dentro del centro penitenciario
que haya tenido un impacto significativo en tu vida, como una anécdota o algo que se te
venga a la mente.
¿Aquí? Pues bueno no sé, a lo mejor la llegada siempre es algo muy impactante,
cuando vas llegando el hecho de no conocer nada de la cárcel y que sea algo nuevo.
Bueno y como vas pasando por áreas, por áreas y la misma gente que va llegando
contigo también te contamina de ese miedo. Y gente que ya ha estado aquí, que
por algo lo dicen ¿no? Quizás sí en algún momento fue muy difícil la cárcel, pero
nada más eso es lo que he vivido, nada más la angustia de no saber qué va a pasar
después, no saber que pasa después. Pero después me doy cuenta que no ha sido
tan difícil, no he tenido una experiencia horrible, doy gracias por vivir una cárcel
realmente llena de bendiciones. Mira te puedo dar una experiencia muy diferente a
lo mejor a lo que otras personas podrían hablar de la cárcel, pero en mi caso así ha
sido la cárcel. Muy bendecida.

Sí que afortunada. Eli ¿tú qué opinas por ejemplo del trabajo que hacen estas asociaciones
como Almas Cautivas, de venir acá a los centros penitenciarios?
Yo estoy muy agradecida con ustedes, ¿no? Porque hay mucha necesidad aquí
adentro, necesidad de verlas, de saber que ustedes, no es necesario que nos traigan
cosas a veces, si hay mucha necesidad económica y material, pero el saber que hay
alguien que se preocupa por nosotras, bueno es algo muy padre y es algo que yo les
agradezco mucho.
Me gustaría poder ayudar también en
algún momento, desde aquí adentro
también me gustaría ayudar, dar cursos
“ El día de no visita, pues
para las chicas de la comunidad a me levanto temprano,
través de ustedes quizás, agarrarme de
ustedes para que esto también se haga
limpio mi camarote, me
más grande. voy a peinar a una de las
Muchas gracias. Oye, cuéntame acerca de
jefas, me gusta peinar,
la amistad, de las amistades acá dentro me gusta cortar cabello.
del reclusorio.
¿Acá? Bueno voy peino a una jefa
y me preparo para después
¿Tú crees que existe la amistad sincera?
Bueno no creo realmente, aquí en el irme a dar clases. Vengo
reclusorio pues no he conocido gente
y doy clases, a veces
mala, pero tengo mis reservas hacia las
personas porque sin excepción, todas tomo cursos, a veces voy 195
me han demostrado no ser leales. No
siento que haya mucha lealtad aquí en a hacer ejercicios. ”
la cárcel, antes decían que aquí lo que
bufaba era la traición, son dichos de la cárcel. Hoy en día si creo que en la cárcel
no hay amigos, es difícil encontrar gente especial, no dudo que la hay porque todos
somos especiales, pero hay gente muy apagada en sus corazones, pues muy malos, y
siento que hay mucha gente que abusa de las chicas de la comunidad.

¿Hombres?
Hombres que se aprovechan de las chavas, quizás no sexualmente, pero si
psicológicamente, económicamente abusan, ese tipo de abusos si los veo mucho.

Y ¿tú qué haces?


Procuro no meterme en esas cosas, pero si doy consejos, si doy consejos y platico
sobre mis experiencias, porque he tenido experiencias un tanto fuertes, incluso una
que me trajo aquí, entonces les procuro abrir un poco los ojos.
¿Tú crees que esa situación que te trajo acá, si fue un parteaguas en tu vida para saber
cómo relacionarte con tus parejas?
Sí, eso me cambió mucho la vida. Hoy en día me cuesta mucho trabajo confiar en
los hombres, no los veo con confianza, dudo de cualquier persona que llegue a mi
vida. La veo con mucha inseguridad, con mucho miedo, con mucho recelo, pero bueno
tampoco dejo que eso gobierne porque me enfermaría. Sé que toda la gente no es
así y sé que en algún momento voy a encontrar a alguien que me quiera bien y que
me acepte como soy.

Eli, me gustaría que me dijeras ¿qué significa la justicia para ti?


Aquí en México es difícil hablar de justicia, en Latinoamérica y quizás en el mundo,
también podemos hablar en una escala más grande. Pues hay cosas muy injustas,
pero yo creo que la vida no es injusta ni Dios es injusto, entonces yo creo que quizás
el hombre podrá cometer errores de ser injusto pero la vida tarde que temprano todo
lo coloca en equilibrio. Y eso más creo, que uno obra mal y hay consecuencias, no
es un castigo, no creo que sea un castigo, ni la cárcel es un castigo simplemente es
asumir una parte responsable, ni con Dios hay castigos simplemente es pagar precios
de errores. Entonces yo creo más en eso, y procuro no cometer errores para no asumir
esos precios.

¿Eli y me dijiste que no has cambiado tus documentos verdad?


No he cambiado mis documentos

¿Y si los quieres cambiar?


Si los quiero cambiar, si me gustaría hacer un cambio de identidad.

¿Desde acá o cuándo salgas?


Pues bueno, no sé. No lo sé si desde aquí, yo espero irme pronto, traigo 20 años de
sentencia, pero bueno mi proceso no está complicado puesto que tengo un beneficio
del 50%, me puedo ir a los 10 años y todavía tengo el amparo que no he quemado,
entonces todavía podría ver mi salida en menos de unos seis años, siete años o
menos, primero Dios.

Además que tienes beneficios porque trabajas y das clases y estudias ¿verdad?
Eso me está ayudando mucho, eso va a ayudar y yo sé que ante Dios y ante todo,
eso va a compensar quizás el daño que hice o quizás el error que cometí más bien,
porque incluso la mamá de esa persona me perdonó.

¿Hablaste con ella?


No hablé con ella, pero mi mamá sí, entonces la señora me dijo que me perdonaba,
y que ella no quería la cárcel para mí, pero pues las cosas se salieron de control. Me
siento, me siento bien por ella.

Ya casi para terminar, ¿qué sueños tienes que nos quieran compartir?
Salir, bueno pues me gustaría seguir viajando, me gustaría seguir conociendo otros
lugares. Me gustaría seguir mi transformación allá afuera, someterme a cirugías.
¿Qué otros sueños tengo? Estar con mi familia. Lo más importante, a veces me siento
muy poco ambicioso porque ahora ya lo único que me importa es ser feliz, aunque
sea sin nada o sin nadie pero ser feliz y estar tranquila, pero si quiero estar con mi
familia, si quiero estar con ellos.

Pues yo no creo que seas poco ambiciosa, yo creo que mas bien ya aprendiste a valorar
las cosas sencillas de la vida.
Más bien ¿verdad?, mira qué bonito eso que me hiciste ver.
197
Por último, ¿qué mensaje quisieras compartir con las personas que van a leer tu historia?
Pues yo las invito a que sean felices, pues no es tan complicado, solamente es cuestión
de amarse, de amar al prójimo, de respetarse, de hacerse respetar. Que hagan las
cosas sin miedo, si quieren hacer una transición, una transformación que la hagan sin
miedo, que no se preocupen por lo que los demás digan, no es tan difícil, no es difícil
de hecho. Y no importa lo que los demás digan, lo que importa es lo que uno sienta,
y lo que te haga feliz es lo que importa.

Eli, ¿algo más que nos quieras compartir?


No sé, hablo poco pero, les quiero agradecer a ustedes Almas Cautivas y a todas las
fundaciones que nos vienen a ayudar, que nos vienen a escuchar, que nos apoyan.
Muchas Gracias.
mira yo ya me voy pero no quiero regresar a lo
mismo, quiero otro tipo de vida, porque ya viví
lo que es esto y es muy doloroso y muy fuerte
porque perdí todo, perdí a mi familia, perdí
comunicación con todos mis tíos.

ESTRELLA
E S T R E L L A

Reclusorio Preventivo Varonil Norte


10 de enero de 2022
Primero me gustaría que me dijeras que nombre deseas usar para esta entrevista.
Pues me llamo de las dos formas, Alexis o Estrella.

¿Y cuál prefieres más?


Estrella.

¿Cómo te identificas a ti misma, como mujer trans, como trans, transgénero, travesti,
transexual?
Ahorita me considero como chica trans.

¿Qué edad tienes?


36 años.

¿En dónde naciste?


Aquí en el Distrito Federal el 30 de junio de 1985. Nací en Tlatelolco no sé qué
alcaldía sea.

¿Cómo se llamaba la colonia?


San Juan de Aragón bueno ahí viví mucho tiempo de mi vida.

¿Ahí con quien vivías?


Ahí vivía con mi mamá, mi papá, con todos mis tíos, la familia de mi mamá como se
dice un muégano, entonces todos juntos vivíamos.

¿Vivían en casa propia, rentaban, era departamento, edificio?


Era casa propia, de hecho estaba grande, porque eran siete hermanos, más las siete
esposas y sus hijos aparte mis abuelitos hacían ganchos, entonces teníamos su taller
de hacer ganchos, los que eran de madera, cortaban la madera, hacían de todo, el
alambre, forjaba el alambre.

¿Cuántos hermanos son?


Yo tengo dos hermanos aparte de mí, todos varones, a excepción mía, ninguna niña
más que yo.
¿Tu familia entonces se dedicaba a la elaboración de ganchos?
A hacer los ganchos, anteriormente bueno mis abuelos y parte de mis tíos se ayudaban,
pero ya cuando fallecen mis abuelos ya cada uno de ms tíos empezó a buscar su casa
independiente y vivieron por separado.

Ahí vivías con tu familia, y, ¿fuiste a la primaria, a la secundaria?


Sí, desde el kínder, primaria, secundaria y hasta bachillerato trunco.

¿A qué edad te diste de tu identidad de género? ¿A qué edad te diste cuenta qué eras
Estrella?
Pues yo creo que desde que tenía uso de conciencia, ya empezaba. A la mejor mi
mamá decía que era juego pero yo ya empezaba con los bilés de ella, me pintaba, me
ponía sus tacones, pintaba toda la pared con muñecas, no me gustaba jugar el futbol,
siempre fui muy delicada, no me gustaba ensuciarme, siempre tenía mi voz muy fina.
Yo creo que desde los cinco o seis años ya me empezaba, me atraía más los juegos

201
de niña que estar con los niños, siempre me junté mucho con mis primas, casi con
mujeres, con mi mamá. No me gustaba salir a la calle, prefería los juegos de mesa o
estar pintando en la casa viendo la tele, además de que mi mamá era también muy
sobreprotectora entonces no me dejaba juntarme mucho en la calle o estar saliendo,
entonces siempre estaba en mi casa y jugaba con mis primas, con sus barbies.

¿Nunca te regañaron por eso?


Nunca, de hecho cuando a mi mamá yo le dije, me dijo nosotros ya sabíamos desde
que naciste porque se te veían esas facciones, y eras muy quietecita.

¿En la primaria con tus compañeritos?


En el kínder tampoco y en la primaria tampoco, no se si fue mi ángel o qué, pero me
sobreprotegieron mucho en la escuela, tenía yo otro compañerito que se llamaba
Ángel que igual era amanerado y a él si le hacían burla, a él sí el bullying, le decían
que era una niña, le aventaban cosas y a mí no. Yo siempre he sido muy tranquila,
muy aislada y siempre me gustaba estar sola o con tres cuatro amigas nada más,
pero también he sido muy lista desde niñita, porque yo veía que los que hacían daño,
los más groseros, o el que mandaba se puede decir en el salón lo hacía mi amigo
y le decía “oye ¿quieres ir a comer a mi casa?” y mi mamá también era muy amable,
entonces le decía mira ese niño es pobre, y mi mamá le mandaba un sándwich, una
torta, entonces así me lo ganaba y luego él llegaba y le decía a mi mamá: “señora
yo defendí a su hijo y no quiero que nadie le grite a su hijo”. Siempre me protegió
ese niño desde primero hasta sexto de primaria, yo nunca sufrí ese bullying o eso a
lo que están acostumbradas muchas, me acuerdo que una vez llevé mis huarachitos
de mujer, unos como flats de plástico, me los puse y me los llevé a la escuela y me
querían hacer burla: “es que esos son de niña”, y él llegaba y les pegaba y les decía
“con el no se metan molesten al otro”, entonces molestaban mucho a mi compañero
Ángel, ya después con el tiempo él también se declaró, pero él si vivió feo, yo nunca en
ese aspecto nunca he vivido ese bullying tan feo, pero a la larga me trajo problemas
como es el que ahora esté aquí adentro.

¿En la secundaria tampoco tuviste bullying?


Tampoco, empezaba con los pensamientos de que pues yo veía a las niñas con los
niños, las parejas y yo decía: “a mí me gusta este niño”, ya empezaba a definirme
en cierta parte, de decir yo no quiero andar con una niña, a mí me gusta este niño
y empezaba a sentirme mal emocionalmente porque a mí me gustaba pero ellos
en su mundo o conociendo a las chicas y en eso me empecé a sentir frustración, a
decir es que yo me quiero parecer a las niñas, fue cuando yo quiero empezar ya mi
transformación, decir yo quiero mi cambio, porque yo veo que a las niñas les hacen
caso y uno como hombre pues no.

“ Yo ganaba al día dos mil, tres mil pesos, entonces yo


a la semana tenía como diez mil, quince mil pesos, pero
empecé a conocer el vicio o sea una cosa me llevó a la
otra, los clientes empezaban a pagarme para fumar,
para acompañarlos, me decían “mira te voy a dar mil
pesos más si fumas conmigo, yo sé que tu no sabes
fumar pero yo te voy a enseñar como se fuma ”
Hubo un tiempo cuando me pasaron al turno de la tarde, los del turno de la tarde
eran como más mamones, o sea de que “eres putito”, “eres jotito”, pero nada más
estuve como dos meses luego me pasaron otra vez a mi turno pero pasó ahí eso ¿no?
Yo siempre he sido muy amable y accesible con la gente, no me gusta pelear, por
ejemplo como decía mi mamá: “para un pleito siempre debe haber dos personas y no
es cobarde que te des la media vuelta y te vayas a que te expongas”, entonces cuando
a mi me querían agredir o algo yo me daba la vuelta y decía están locos, entonces
siempre evité todo eso. Fui muy lista en la escuela fui a concursos de oratoria, me
gustaba mucho estar metida en la escuela, entonces me juntaba con la gente lista,
pues quieras o no ese tipo de personas tienen que como otro criterio, entonces nos
dedicábamos a estudiar, sí hacíamos un cotorreo pero sano, entonces nunca tuve ese
problema, emocional sí, pero con las personas, de mi preferencia pues no, cuando se
empezaron a enterar me decían si a ti te gusta es tu problema, nada más dile a tu
familia.

En la secundaria es cuando nace la idea de iniciar tu transición, ¿cómo empezaste este


proceso?
203
Empezó la idea de querer transformarme, a los 15 años como fui muy listo me metí a
lo de cerillo, eran los empacadores voluntarios en los supermercados, me pedían un
promedio de 8.5 para estar ahí, en donde yo iba conozco una tienda de un amigo, en
ese entonces era mi amigo. Afuera del centro comercial estaba la tienda, entonces a
la hora que me daban de comida yo iba a la tienda a comprar que mi refresco y hasta
que un día me dice:
- Oye ¿eres gay?
- ¿Por qué?
- Es que se te nota, eres así como amanerado, yo sí soy, a mí luego se me ve.

Y fue como lo empecé a conocer. Mi hora de comida diaria me iba a comer con él, a
tomar el refresco, fue mi primer amigo que tuve que ya era declarado, porque Ángel
era mi amigo de la primaria, pero en la secundaria ya nos separamos, él vivía a dos
calles de mi casa, pero con ese señor fue como ya dije: ah mira él si es gay desde
años atrás, él tenía 60 años. Ya falleció, se llamaba Armando era un señor me acuerdo
de él, era güero pero ya pelón. Él estuvo siempre frustrado porque me decía: “yo
siempre quise ser mujer pero en mi época no se permitía, entonces en mi época sí
nos golpeaban los papás, tienes que hacer trabajos de hombre, que jugar futbol, que
tu no debes de hacer de comer, tu no debes hacer cosas de mujer”. Entonces siempre
me decía: “tú no seas así”. Él era muy tomador pero me daba consejos, me decía “sé lo
que tu quieras ser, porque a la larga ve, sí nos trae consecuencias”.

Cuéntame, ¿cómo empezaste a transicionar?


Bueno yo iba a esa tienda con mi amigo Armando y conozco un chico que se vuelve
mi primer pareja se llamaba Javier él era más grande que yo, tenía 20 años, cinco
años más, era pareja de Armando. Entonces como el señor este era el que le daba el
dinero me dejó y me empezó a entrar la depresión y empecé a tomar y un día llego a
mi casa, estaban todos mis tíos, mi familia y todo y llego y me dicen: “¿por qué llegas
tomado?” Mi papá ya no vivía con nosotros, se había ido a los Estados Unidos, mi
papá se fue cuando yo estaba en segundo de primaria, entonces él regresa hasta que
yo iba en la preparatoria. Llego a mi casa y le digo a mi mamá “es que no te lo puedo
decir”, y todos me decían “dilo, no tienes por qué ocultarlo si ya sabemos qué nos vas
a decir”, y yo decía no, que tal si mi mamá se pone mal, ya no me quiere, entonces
mis tíos dicen “si ella no te apoya nosotros te vamos a apoyar no tengas ese miedo”,
entonces me sentaron y todos se sentaron alrededor de mí y ya les dije:” sabes que
mamá soy gay, y me gustan los niños y tenía mi pareja” y ya le empecé a platicar pues
que se separó de mí y que por eso llegué tomado, y no me hicieron tanto problema
de que era gay sino que me dijo mi mamá:
- ¿Y por eso tienes que tomar? Lo otro ya lo sabía, de lo otro ni te preocupes,
yo te voy a aceptar como tu quieras ser, nada más que tu problema de alcohol
es lo que no me gusta, debes de enfrentar las cosas, debes de ser valiente, si
tu me hubieras dicho antes que eres gay a lo mejor no te hubieras ido por ese
camino mal.

Entonces me aceptaron bien y fuimos al psicólogo, pero no fuimos para que me


cambiara sino para ver como empezarme a tratar, porque mi mamá decía es que hay
gays de los que se visten de niño, de los que les gusta vestirse de niña, entonces
tenemos que saber más del tema, empezamos a ir al psicólogo y me empezaba a
enseñar revistas de niño y me decía:
- ¿Qué le ves a este hombre?
- Ah no pues que está guapo y me
gusta mucho.

Y me enseña una muchacha:


- ¿Qué le ves?
- Ah es que tiene bonitos ojos, me
gusta su maquillaje, como está su
cabello.
- ¿Qué te atrae más físicamente
un hombre o una mujer?
-
No pues el hombre porque
tiene mejor cuerpo y de la otra
me gustaría tener su cuerpo, no
para tenerlo sexualmente sino yo
parecerme a ella.

Entonces cuando le empezó a decir la


psicóloga cuál era mi identidad, le dijo
205
a mi mamá, él se quiere transformar, él
quiere vivir como mujer, entonces le
tiene que empezar a hablar de mujer,
ya no le tienen que decir wey o cabrón,
a mis hermanos también los llevaron
para decirles mira él está en un cuerpo
de varón, pero es niña, se siente
identificada con una mujer, entonces
ya toda mi familia empezó a cambiar.
Antes yo estaba gorda, entonces me
decían “gorda, oyes gorda ven”, “oyes
hija ven”, a mi mamá al principio si le
costaba trabajo, me decía Alexis, me
decía: “pues Alexis es nombre unisex,
yo tengo amigas que se llaman Alexis,
entonces hasta en el nombre te ayudé”.
Y me decía Alexis, pero ya con el tiempo si me empezó a decir gorda y mis tías también
y a mis sobrinos les decían: “ella es tu tía no le digas tío”, entonces en ese aspecto
estuve bien con mi familia me aceptaron muchísimo. Ya cuando empecé a caer en
las drogas fue cuando yo tuve la separación con mi familia, cuando mi mamá murió,
también yo tuve esa separación, porque ya empezaba mi mamá a comprarme que
pantalones de mujer, pero como yo aun seguía en la escuela en enfermería, entonces
pues yo no podía empezar ya la transición o me costaba más trabajo, porque decía
no voy a encontrar trabajo para seguir estudiando enfermería.

Cuando hice el examen para la preparatoria para la escuela de enfermería, mi casa


la teníamos ahí en Ecatepec, de ahí iba yo hasta Texcoco, entonces yo me tenía que ir
desde las 4 de la mañana para llegar a las 7, me hacía tres horas de camino, de ahí la
escuela era todo el día, entonces salía yo a las 4, las 5, las 6 de la tarde y regresarme.
Era llegar hasta las 9, estar estudiando, haciendo las tareas, yo me dormía hasta las
12 o la 1 y párate a las 2 de la mañana para ir otra vez a la escuela entonces me dijo
mi mamá: “¿sabes qué? No, es muy pesado para ti”. Me cambia a una escuela de paga,
estaba como a una hora de la casa, entonces para mí en ese tiempo fue el problema
para mí, porque yo ya quería convertirme.

Yo seguía viendo a Armando porque de donde él tenía su tienda, estaba a 10 minutos


la escuela, entonces yo saliendo de la escuela me iba mucho allá y empezaron a
llegar sus amigas las que trabajaban en estéticas, tenían su cabello largo y yo decía
yo quiero ser como ellas, yo ya no quiero estudiar, yo ya quiero mejor dejar de estudiar
y cambiarme. Mi mamá se enferma de cáncer, yo me salgo de la escuela, tengo una
pareja, que me lastimó mucho, él desde un principio me dijo yo soy bisexual, me
gustan los hombres y las mujeres, me gustas tú, pero con el tiempo se decidió por
una mujer: “en la escuela no me ven bien contigo, me empiezan a decir que soy gay
entonces mejor lo vamos a dejar hasta ahí”.

Yo empecé a tomar mucho por esa decepción y dejé de ir a la escuela, empieza mi


mamá con los problemas de salud, me salgo de la escuela para empezar a trabajar
y ya empezar yo mi cambio. Empiezo con los pantalones de mujer ya empiezo que a
ponerme barniz transparente, rímel transparente, empezarme a delinear un poquito
más la ceja, mi mamá no tenía ningún problema con eso, a mi mamá primero le
operaron la vesícula, al mes no se componía y le hicieron otro estudio y resulta desde
que le habían quitado la vesícula ya tenía cáncer, entonces ya solo le dieron 6 meses
de vida, sí fue muy doloroso para mí, porque mi mamá fue la que siempre me apoyó,
la que estuvo en todo momento y mi papá en ese entonces ya regresó de Estados
Unidos por lo mismo de mi mamá, pero ya yo no tenía una buena relación con él, yo
a él por teléfono una vez le dije, papá soy gay y él me dijo “no te preocupes eres mi
hijo”, pero como yo nunca tuve presente esa imagen de papá.

Entonces para mí fue muy doloroso pasar todo el proceso del cáncer porque era muy
feo, nos íbamos a las quimios a las 5 de la mañana y salíamos a las 10 de la noche y
ya después de las quimios empiezan los mareos, las náuseas, yo era la que cuidaba a
mi mamá, le cambiaba el pañal, ella duró un año más. Muere mi mamá y fue cuando
yo empiezo a destramparme, cuando ya no tuve ese apoyo emocional, porque mi
mamá era la que me defendía, ella siempre les decía: “a ella la tratan como mujer”.

207
Fue cuando me di cuenta que mis hermanos me aceptaban de cierta manera pero ora
sí que como se puede decir de dientes para afuera, porque me dijeron: “pues sí eres
mi hermana pero aquí ya no vives”.

Porque yo empecé a cambiarme, empecé a dejarme el cabello largo, incluso con las
drogas, como estudié enfermería conozco a una amiga de una estética y ella empezó
a inyectar biopolímero, y aprendí a inyectar y me voy a Revolución a inyectar a una
chica, no me paga, entonces estoy yendo diario a cobrarle, me dejan pararme en el
punto, me dijeron te vamos a dejar pararte pero ya tienes que cambiarte, entonces
ya me ponía minifalda, pero en mi casa descubren que ya no trabajaba donde yo les
decía, porque yo les decía voy a trabajar de seguridad en las noches, pero yo me iba
al punto, iba de niño y ya me cambiaba, me empezaba a maquillar, mis tacones y ya
me salía como a las 5 o 6 de la mañana y me regresaba a la casa y mi papá me dice:
“¿por qué traes tanto dinero? Si en un trabajo de seguridad te pueden pagar hasta
1200 a la quincena”.
Yo ganaba al día dos mil, tres mil pesos, entonces yo a la semana tenía como diez mil,
quince mil pesos, pero empecé a conocer el vicio o sea una cosa me llevó a la otra,
los clientes empezaban a pagarme para fumar, para acompañarlos, me decían “mira
te voy a dar mil pesos más si fumas conmigo, yo sé que tu no sabes fumar pero yo te
voy a enseñar como se fuma” y de ahí empezamos a agarrar el vicio, entonces en mi
casa nunca les robé, pero mi papá ya veía mal que yo me dedicara al sexoservicio, yo
ya me descaraba más, yo ya iba con mis mallones, y mi papá decía: “es que va a decir
la gente que esto y que el otro. Si quieres seguir así, yo te acepto, tu eres mi hijo pero
búscale por otro lado donde vivir”.

Fue cuando yo ya me quedo totalmente en Revolución, todavía todos mis tíos me


dijeron: “si vas a ser puta porque es la palabra que eres, pero una elegante, no seas
de esas corrientes, cuídate mucho, porque existe el VIH, cuídate nada más, nosotros
no te vamos a decir que no, a nosotros no nos gusta tu manera de ser, tu mamá te
sobreprotegió mucho porque no te daba esa libertad de estar a lo mejor en la calle,
tu mamá no te puso límites, no te decía esto no lo tienes que hacer”.

Entonces a lo mejor en cierta parte sí es cierto porque se va ella y ya empiezo


a buscar en lugar de la libertad, el libertinaje, cuando se va mi mamá entonces
empiezo a explayarme y lo agarraba yo en excesos, entonces a lo mejor eso es lo que
a mi papá no le gustaba.

Tu inyectabas a las chicas, y tú ¿te inyectaste también el cuerpo?


Sí, me inyecté biopolímero, la primera vez me lo puse yo sola.

¿Quién te vendió todo eso?


Las mismas compañeras de ahí, en ese entonces me dieron el litro en 1800, más
comprar que las jeringas, no drogarme, fajarme, estuve 15 días fajada, y como yo
estudié enfermería, yo solita me volteaba y me ponía el catéter y ya con la jeringa, la
segunda vez ya me lo pusieron, tengo dos litros y medio en el cuerpo.

¿Hormonas usaste alguna vez?


Hormonas también empecé a usar casi como 10 años estuve con la hormona.

¿Quién te recetó o quien te recomendó?


Yo me empecé a hormonizar antes de salirme de mi casa, mi mamá se enojaba porque
yo le decía a las de la estética:
- Oye y como le haces para verte así, porque yo te veo tus facciones y veo que
son más de mujer que las mías, yo aunque me maquille pero se me nota cara
de hombre.
- Es que necesitas ponerte homonas, ponte la perlutal, una cada día o una cada
semana o cómprate las pastillas para hormonizarte.

Pero como una como no sabe yo me tomaba hasta dos, tres diarias y a mí me
empezaron a dar los bochornos, yo en diciembre usaba playeritas de tirantes y yo
sentía el calor y sentía el mal humor, y mi mamá me decía “pero síguete poniendo tus
cosas”, también la primera vez que me inyecté el biopolímero todavía vivía con mi
papá, me dolía horrible porque no me podía sentar y llega mi papá yo así ni sentada
y me dice:
- ¿Qué tienes? ¿Qué te pasó?
- Nada.
- Tú tienes algo raro.

209
Porque pues me vendé del abdomen, las piernas.
- Tú tienes algo, ¿qué tienes? ¿Qué te pasa?
- Nada.
- Oye por qué no me das la espalda.

Yo hasta caminaba para atrás.


- Voltéate ¿qué te hiciste?

Y yo pues hinchada porque cuando te lo pones te inflamas un poquito más.


- ¿Quién te lo puso?
- No pues lo hice yo sola.

No pues luego me llevó al doctor para ver si no estaba mal, qué es lo que me había
puesto. Y el doctor le dijo mire, se puso una sustancia. Y mi papá se enojó, ya después
si me empezó a regañar:
- Es que no debes hacerlo tu solo, hay gente especial que te lo puede hacer.

Pero como en ese entonces ya no tenía a mi mamá yo decía a quien recurro, ni


modo que le diga a él, cuando yo sé que él no lo iba a hacer, entonces ya yendo a
Revolución fue cuando yo ya empecé a hacerme el cuerpo porque me decían “no pues
para que tengas más clientes inyéctate tanto, inyéctate esto, hormonízate”, empecé
en el ambiente en el que me gustaba estar, y me sentía yo tranquila o sea siempre lo
que yo he dicho, a mí me gustaba estar en ese ambiente, porque yo decía cada quien
decide, a lo mejor no es la gente con la que yo tenía que estar pero pues fue la parte
que conocí y como a mi nunca me dejaban estar en la calle, mi mamá veía a alguien
drogándose con marihuana y nos dábamos la vuelta, entonces como que conocer
todo eso que nunca me dejaron conocerlo, todo era nuevo, ¡ay están fumando! A
ver cómo se siente, entonces yo quería experimentar todo eso, pero también me
desesperaba mucho, me entraba ese miedo de ver que sacaban las navajas y a veces
decía eso no es lo mío, pero yo ya estaba muy entrada en la droga, entonces tenía la
necesidad de estar ahí, me quedaba en la calle, ya después hubo un tiempo que ya
todo lo que ganaba me lo fumaba.

¿Qué fumabas?
Piedra.

¿Y ahí conociste la piedra con las compañeras?


Con los clientes, tuve un cliente que primero me llevaba a fumar y pues yo le compraba
su piedra y lo acompañaba, hasta que un día llegó un cliente y me dijo:
- Te voy a dar tanto pero vas a fumar conmigo.

Y le decía:
- La verdad es que yo no fumo, si quieres te acompaño
- Mira te voy a pagar tanto pero fuma conmigo.

Fue como empecé, al principio yo no sentía nada, yo sentía así de esa sensación
de rico, como de cachondez, yo lo sentía en ese aspecto de sentirme más caliente
y luego yo veía a mis compañeras como que les daba miedo y se asustaban y les
decía ¿por qué yo no siento esa sensación? Me decían: “es que tú vas empezando,
también en el proceso de la droga, hay un inicio y ya con el tiempo es otra cosa, tu
ahorita no has robado, no has quitado lo que sea por la piedra porque vas empezando
no tienes ese miedo de que nosotras hemos robado por eso, al fumar sientes ya
ese miedo”. Entonces ya después con el tiempo pues empiezo a ya no tener tantos
clientes, entonces ya el primer cliente que me llega ¡raz! A quitarle la cartera e irme.
Empiezo a sentir ese miedo pero es lo que te da la piedra, yo decía es que una compra
miedo, ósea yo no sé por qué nos gusta esa sensación de sentir ese miedo, porque yo
fumaba para sentir eso, yo luego me escondía, como tenía mi pareja, sentía que venía
él hacia mí, entonces me empecé a adentrar mucho en el vicio ya tanto que empecé
a quedarme en la calle.

Cuando tu mamá fallece, empiezas a trabajar en la calle y te sales de tu casa, ¿en dónde
vivías?
Vivía en hoteles, y luego me quedaba en la calle, le llamaban el escuadrón de la
muerte, en la esquina donde fumaban todos, ahí había colchones o las cobijas, ya me
quedaba ahí a dormir, ya en la mañana me paraba y medio me arreglaba y otra vez a
empezar a talonear, otra vez a empezar a trabajar para sacar el vicio.

¿Y cómo fue que llegaste a este centro penitenciario?

211
Empiezo a vender, empiezo a conocer a más gente y empiezo yo a vender la droga,
entonces me cuadran y me pone un compañero de ahí, fue cuando me agarran y me
traen aquí al reclusorio, yo tenía pues muchísimo miedo porque era algo que yo no
conocía, yo escuchaba a la gente de afuera que acá adentro te golpeaban, te violaban,
te hacían cosas feas, entonces yo caigo aquí hace tres años. Antes de caer tenía una
compañera que era mi amiga y la vi en la delegación, le llevé cosas, una compañera
que está aquí ahorita también estaba con ella y me dice:
- Ay viniste a visitarnos-
- No sabía que estaban aquí pero mira toma ropa, toma tortas y mañana vengo
a verlas.

A mí me agarran al otro día y ella a mi amiga la sueltan y a la otra chica la trasladan


para acá al reclusorio, entonces a mí me traen al otro día acá para el reclusorio y
llego a las galeras y yo con el miedo horrible, yo temblando, yo decía que me va a
pasar, no conozco aquí, cómo me van a tratar. Porque al principio yo llegué y:
- ¿Cómo te llamas?

Y a mí siempre me han conocido como por Estrella, entonces yo les decía:


- Estrella.
- No. ¡Tu nombre de cabrón!
- Pero es que así ya es.

Porque yo ya había iniciado mi transición de cambio de identidad, entonces a mí el


abogado me decía, tu empieza a poner como a va a quedar tu nombre, yo antes me
llamaba Alexis Emilio y quería quitar Emilio para dejarlo como Emily pero la gente
me empezó a decir Estrella, pues dije Alexis Estrella, entonces empecé a usar Alexis
Estrella, entonces cuando me agarran en la delegación yo les digo es que yo ya
estaba haciendo mi cambio, entonces en la delegación me dejan el nombre de Alexis
Estrella, ya llego aquí y me dicen:
- No, quítate el Estrella, tú eres un cabrón, mírate, y así vas a estar como Alexis
- Pero yo sé que yo soy Alexis Estrella, mi trabajo me ha costado, mi esfuerzo
me costó, dejar a mi familia y todo hasta en cierta parte para que tu me quieras
tratar así.

Pero yo también venía con ese miedo y decía ahorita me van a golpear o algo entonces
me dejan, yo llegó a ingreso y me iban a subir a una celda de hombres, porque en
donde me iban a poner decían que la chica era mala, el chico dice me dice:
- ¿Eres gay verdad? Porque yo tengo una compañera tuya pero la verdad es
peleonera, así y así, no te vaya a querer golpear.

Y le digo:
- ¿Cómo es?
- Es una chaparrita chichona, güera.
- Ah yo la conozco, yo la conozco de la calle.

Me dice:
- ¿En serio?
- Sí, la conozco de la calle.

Y ya me suben
- Hija de tu puta madre ¿qué haces aquí?, si me vistes en la delegación afuera.
- Pues mira me agarraron.
“ Vivía en hoteles, y luego me quedaba en
la calle, le llamaban el escuadrón de
la muerte, en la esquina donde fumaban
todos, ahí había colchones o las cobijas,
ya me quedaba ahí a dormir, ya en la mañana
me paraba y medio me arreglaba y otra vez
a empezar a talonear, otra vez a empezar
a trabajar para sacar el vicio. ”
Y ya con ella la verdad fue una buena compañera porque con ella ya pasé todo el
proceso de pasar de COC (Centro de Observación y Clasificación), de ingreso a COC,
213
cuando pasamos de ingreso a COC ella si traía la escuela de antes me decía:
- No sé cómo esté ahorita la cárcel Estrella.

Pero cuando nos pasaron, ella estaba hasta temblando y me decía:


- Y agárrate el cabello y cualquier cosa que te quieran hacer, que te quieran dar
“bienvenida”, no te dejes, tú métele y dales en la madre, que te quieran golpear
tu golpéales, así te estén agarrando entre veinte, tu dales también.

Porque ella iba temblando y yo también iba muerta de pánico, yo decía si ella que
es una cabrona, porque ella tiene la calle, si ella viene con ese miedo pues cuanto
más yo. En la cárcel la comida horrible, la verdad me dio mucho dolor, estuve mucho
sufriendo con mucho dolor de estómago, comía rancho, me daban dolores horribles
de estómago, diarrea, vómito, la comida no tiene sal, es una comida muy fea, luego me
pasaron a ingreso y a COC, en COC ya medio disfrazábamos la comida, ya empezaba
a lavar ropa, ya la gente me empezó a pagar dinero, empezamos también a hacer los
servicios, uno que otro servicio, se cobraba 30 o 40 pesos por un servicio, pero al
menos ya me compraba mi café, mi pan
o las cosas que tienes que tener aquí, “ De aquí sale una sin
porque aquí que jabón que tu shampoo,
nada, por ejemplo
tus cosas personales, yo no tengo ese
apoyo familiar, mi papá me dijo: “tú vas yo que no tengo ese
a la cárcel y es el único lugar donde no
apoyo de alguien, por
te voy a ir a ver”. Yo estuve en centros de
rehabilitación, ahí si me iban a ver, me ejemplo mi pareja
llevaban mi despensa, me dijo mi papá:
que salió él se fue a
“tu caes en la cárcel y ahí si olvídate que
tienes familia”. Mis tíos incluso hasta la casa de sus papás
cambiaron su número de teléfono para
y luego le dieron le
que yo ya no les marcara, como sabían
que estaba aquí en la cárcel, entonces dieron trabajo, pero
ya me dejaron sola.
pues porque él es
¿Entonces tú en todo tu proceso de ingreso diferente, es hombre,
no tenías visita?
su familia nunca
No tenía visita, entonces al no tener
visita no tenía ese ingreso económico supo de mí y ni van a
o de que traían la despensa, entonces
saber pero o sea yo no
tuve que empezar a buscar, a empezar
a lavar ropa, a hacer los servicios, a que tengo a donde llegar,
si querían que les lavara la estancia
entonces si estoy con
tenía que lavar la estancia, aquí lo que
se maneja que los que ya llevan tiempo la incertidumbre de no
ya no hacen nada, bueno eso ya se hace
saber qué hacer. ”
aquí, en ingreso solo es a lo tuyo y a
ver como te arreglas para comer, en el 1,
en medidas cautelares tenía que comer
rancho. Ya me pasan a población, me
peleo con una chica por el camarote,
porque en el momento que yo estaba
ya lo pinté, dije aunque sea para no
sentirme con esa tristeza, porque a lo mejor van a ser tantos años, entonces la arreglé
con pintura y lo dejé bonito y luego ella me dice:
- Yo me voy a pasar a tu camarote porque yo tengo más tiempo.

Y le dije:
- ¡Ay no como crees!

Entonces le dije a la licenciada de aquí, a la subdirectora le dije: “mire yo ya estoy


sentenciada y me quiero pasar a población porque aquí no tengo manera de trabajar”.
Lo que es COC, ingreso y el 1 es muy caro, todas las llamadas. Yo todavía le marqué
a mi patrona, entonces para las llamadas 5 pesos el minuto, un café 4 pesos, un pan
5 pesos y yo decía a mi el rancho me hacía daño, entonces yo decía ya quiero estar
en población, y ya paso sola, ya no paso con esta chica, entonces ya llego con el
miedo de “ay no me vayan a dar la bienvenida”, porque dicen que antes te hacían la
licuadora y todas las cosas, que el baño de agua, entonces ya venía con ese miedo.

Puedes decirme ¿qué te contaban qué era la licuadora?


La licuadora es te agarraban el cabello, se lo enredaban en la mano y te empezaban 215
a dar vueltas con el cabello.

¿Qué otra bienvenida daban?


Esa de que te golpeaban entre todas, empezaban por la mamá del cantón que es la
que tenía más tiempo y empezaba a darte en la madre y ahora vas tú y te tenías que
dejar y los “bombonazos” que es inflar el cachete y con el puño desinflártelos, “la
cama de agua”, “el sarcófago” que es dormir entre el piso y el camarote, lo que queda
hasta abajo dormir abajo, y “la cama de agua” es que en la mañana luego a las 5 de
la mañana te echaban el agua fría, ¡raz despiértate!

¿Y todo eso quién te lo contaba?


Las compañeras que ya llevaban tiempo aquí, ah bueno cuando yo llego aquí a
población me toca en el Anexo 8 en la uno nueve y vivían nada más tres chicas, una
trans y dos niños y la mamá del cantón me dice:
- ¿ Cómo te llamas
- Estrella
- Ah espérate deja que acabe mi novela.
Porque ella ya tenía su televisión y cuando acaba su telenovela y veo que se agarra
el cabello, se lo amarra y se baja y dice:
- Pues vamos a darle la bienvenida a la niña.

Ay no pues yo me puse a temblar y se empieza a reír, dice:


- No te preocupes, eso ya no se acostumbra tu tranquila.

Porque yo estaba muy nerviosa, empecé hasta a llorar dije no o sea ahorita me van a
empezar a pegar me dice:
- No, no te preocupes, ¿eres niña verdad? Eres trans, ¿traes cuerpo verdad
- Sí la verdad sí.
- ¿Cómo te llamas?
- Estrella.
- ¿Cómo te llamas tú?
- Me dicen Pocket. Pues mira llegaste a muy buena cárcel, yo no soy mamona
solo te voy a pedir lo que es, en la mañana se hace a candado, se hace el aseo
en la tarde y en la noche, y tienes que traer lo normal, jabón, cloro, cubetas,
escoba y ya acá yo te presto cosillas y te voy a llevar al punto.

Ya al otro día me arreglo, me presta sus cosméticos, me tocó muy buena estancia bien
¿no? Porque me prestó sus cosméticos y me lleva al dormitorio 6, me dice:
- Mira aquí te vas a parar, ya les vas a cobrar 40 o 50 pesos para que juntes para
tus cosas, yo te voy a dar una semana para que juntes todas las cosas.

Fue cuando me empiezo a parar allí, yo con el miedo porque yo veía a los custodios
que entraban y yo decía y donde lo voy a hacer, y ya me metía al baño y me dice uno
“mira la verdad te voy a dar nada más 20 pesos”, pues yo con tal de ganar dinero, fue
cuando ya empecé a trabajar ahí con ella y como era la única niña ella ya con cabello
largo y todo, entonces las otras me tenían envidia, porque ella no comía rancho y me
decía:
- Vente vamos a comprar unos tacos, unas hamburguesas. Y les decía: ella no es
de hombre como ustedes, ustedes son hombres, son jotos.

Ella si era muy fea, porque si los discriminaba, les decía: “aunque tu vivas aquí con
nosotras tu eres de niño y ve aunque te vistas quedas como payaso”, porque había
una que le llamaban La Flaca que le decía, tú te metiste a la cárcel y nada que ver
con ella, ella tiene cuerpo y tu estás flaco, entonces así es que empecé a chocar con
ella porque cuando yo llegué como que la desplazo y me dice Pocket:
- Tu ya no vas a hacer el aseo de candado, tu vas a hacerlo a la hora que tú
quieras.

Entonces ya empezaba yo a hacerlo más tarde, entonces empiezo a tener problemas


con La Flaca, pero ya empecé a tener mi pareja y le dije “a mi el rancho me duele
el estómago”, y ya empiezo a disfrazar la comida, el pollo por ejemplo lo lavábamos
bien, comprábamos jitomate, cebolla, entonces ya lo freías bien, entonces ya no me
daba tanto ese dolor, porque ya lo componías ¿no? A lo mejor te lo daban medio
crudo pero tu ya en tu casa con tu sartenera ya lo cocinabas y ya sabía diferente,
aquí lo que hay es el tianguis, entonces ahí puedes comprar knorr suiza, pero para
tener todo eso tienes que tener dinero y trabajar. Entonces yo tengo mi pareja, a él lo
conocí en el servicio y empecé a andar con él, él me decía: “no pues la verdad quiero
andar contigo, sigue trabajando yo no te voy a decir que no trabajes”.

Y hasta me lo tatúe en la loquera, duramos como 6 meses y lo dejé, lo dejo y encuentro 217
a mi pareja actual que todavía es hasta la fecha, porque ya se fue, ya compurgó, pero
le sigo marcando en la calle, me sigue contactando, de hecho a él la verdad sí lo amo,
porque él me cambió toda mi vida, porque con él ya no me dejaba comer rancho, ya
no me dejaba prostituirme, él me conoció también así, pero haz de cuenta nos vamos
a tener relaciones y él me dice:
- Me gustó pero yo no quiero que lo hagas con nadie más.

Y le dije:
- Pues yo para que no lo haga con nadie más tengo que tener algo o sea, ¿cómo
me vas a apoyar?
- No pues yo te voy a dar lo que tu quieras.

¿Qué edad tiene él?


Él tiene 30 años. Entonces ya me empezaba a ayudar. Antes de empezar a andar
con él, yo me voy libre, me dan el beneficio, me voy libre, pero como yo no tenía a
donde ir regreso al punto, a Revolución, entonces con las firmas, firmé ya dos meses
pero empiezo otra vez con los clientes y voy otra vez a drogarme y tengo orden de
reaprehensión, fue cuando me vuelven a regresar al Reclusorio, pero pues yo ya
sabía como iba el movimiento de aquí adentro, entonces en ingreso me llevan a mi
audiencia y me dice el juez: “se te van a quitar los derechos del beneficio porque se
te dieron y no los quisiste ocupar, entonces vas a tener que compurgar todo, hasta el
5 de septiembre del 2022”.

Entonces yo meto mi escrito para que directamente de ingreso me pasen a población,


porque dije, yo ya no quiero pasar por COC por el 1, porque no hay nada, entonces
sabes qué, yo ya estoy sentenciada pásenme a población, ya no llego a la uno nueve,
llego al anexo 8, a la uno ocho, una antes, la chica de ahí ya se iba a ir en diciembre
y me dijo:
- Ya no hagas fajina no hagas aseo, regrésate a la casa conmigo, te fuiste
cuatro meses, tu lugar ahí está.
- Le dije tu ya te vas.

Le digo la chica con la que vivía, se llamaba Martha, le digo es buena onda, ella ya
se va, entonces ya me quedé con la estancia. Entonces ya nos habíamos gustado
con este chico desde la otra vez que estaba, pero yo andaba con mi otra pareja,
entonces ya empezamos a tratarnos y fue cuando me dijo, no pues empezamos la
relación, entonces él ya me apoyaba, yo ya no hacía ni fajina, me compraba mi jabón
ya me empezaba a dar para los cosméticos, ya comprábamos comida hecha, yo ya no
guisaba, ya no me dejaba hacer nada, él era muy celoso, la verdad era bastante celoso,
me picaba, llegaba con las plumas. Yo tengo un puesto de café y plancha, entonces
ahí él se quedaba conmigo a trabajar, pero él era muy celoso, no podían llegar y yo
le decía:
- ¿Qué quieres que haga? Si vienen por un café ni modo que esté agachada y
así se lo dé.
- No que ya le estás sonriendo.

Y me empezaba a pegar ahí en el puesto, como que pasamos esas etapas de esa
relación peleábamos muchísimo y me cacheteaba ahí y a golpes, te digo que llegaba
hasta con una pluma y la agarraba así y me empezaba a picar:
- Es que ya estás de puta.
- No, no, no, o sea si vienen a comprar un café ¿entonces qué hago?, ¿o cómo los
atiendo?
- No pero es que ya no te vistas así.

Ahorita traigo mallón, él para nada, me veía así y:


- Vete a cambiar.

Me empezaba a comprar pants, él quería que usara puro pants, mi calzón, mi boxer
y el pants y me dejaba arreglarme pero puro pants, no me dejaba usar mallón, pero
pues ya después se le fue como que calmando esos celos, con él duré año y medio y
ya se fue, tiene dos meses que se acaba de ir.

¿Ahora no tienes nueva pareja?


No, lo sigo amando, le sigo hablando por teléfono, entonces todavía me apoya
económicamente de la calle.

Cuando tu llegaste aquí, ¿quién te apoyó?,¿fue un abogado de oficio?


Fue un abogado de oficio. Al principio me apoyó mucho porque salí con los beneficios,
219
todavía incluso la Asociación de Almas Cautivas fue también la que me ayudó a salir
de aquí, incluso Frida fue a pagar, porque en sí no era mucho lo que yo tenía que
pagar, eran 400 de reparación de daños y hasta que yo un día escuché como una
amiga le dijo oye yo ya voy a salir pero necesito tanto, y entonces me acerqué y le dije
mira yo con 400 pesos ya me voy libre y hasta me regañó, porque no les había dicho,
de hecho yo quería su número para el día que yo saliera pero yo con la emoción ya
no pude conseguir su número y me salgo y fue cuando me fui al punto, porque si
le hubiera marcado yo creo que hubieran venido por mí y hubiera sido totalmente
diferente ¿no? Porque pues a la mejor me hubieran llevado a otro lado o a conseguir
trabajo, pero como ya no le marqué incluso cuando ya regreso acá y me vuelve a
encontrar me regañó, me dijo:” te dijimos que nos marcaras, eres una necia”, sí me
regañó.

Pero dices que ya te falta poquito ¿no?


Me falta poco.
La primera vez que llegaste ¿cuánto te dieron de sentencia?
Tres años nueve meses, estuve un año tres meses, lo que me duró el proceso, que
dicen que estuvo bien lo que hizo el licenciado porque es lo que dura un proceso,
porque agarré lo que aquí le llaman el abreviado, me declaré culpable para que
me bajaran la sentencia y me dieran el beneficio de poder salir, también me ayudó
porque tenía otra, cuando me agarran la primera vez, me voy libre de esa, pero me
vuelven a agarrar entonces el licenciado metió una cosa que le llaman concurso de
delitos, entonces juntaron los dos delitos, traía una de robo y traía una de delitos
contra la salud, me las juntan y me quedo con la más chica, la más grande se come
a la más chica, entonces me quedo con la de tres nueve, fue en esa forma que me
ayudó el licenciado para no quedarme a pagar la de tres nueve, más la de dos cinco.

Pues te falta poquito para salir.


La calle está difícil, cuando salga yo sé que puedo llegar ahí. La primera vez que salí
llegué al punto y me ayudaron, me dieron mil pesos, me pagaron una semana de
hotel, pero a qué costo, otra vez llegar a lo mismo, yo ya no quiero eso, ya viví tres,
cuatro años aquí de mi vida y es difícil o sea si tienes que padecer. Vuelvo a tener
comunicación con mi papá, vuelvo a tener comunicación con un tío mío que fue el
único que no cambió su número, me dice:
- Yo no cambié mi número ¿sabes por qué? Porque sabía que me ibas a marcar,
entonces habla con tu papá, ahorita ya estas ahí, no has querido reaccionar, ve
hasta qué grado has llegado.

Entonces él me ayuda a comunicarme con mi papá, yo le comentó a mi papá, le digo


estoy aquí en la cárcel y me dijo:
- Irte a ver no puedo.

Porque mi papá ya es grande tiene 63 años, pero prácticamente este último año
me ha estado ayudando, yo le hice una videollamada y ya me vio gordita, ya me vio
así, mis hermanos también hasta como que se tranquilizaron, me dijeron: pues a lo
mejor tuviste que pasar todo esto para enderezarte, dicen no te podemos ir a verte
ahorita por lo de la pandemia, mi papá me apoya, no cada mes, pero por ejemplo
el 24 de diciembre me mandó dinero, me mandó el 31, me mandó el 15, ahora que
me enfermé de la muela me mandó para mis medicamentos, entonces ya tengo un
poquito más de comunicación con él, pero él me ha dicho: “llegar a la casa no vas
a llegar por tu hermano, te aceptamos, pero por el tipo de vida has llevado nos da
miedo que vayas a recaer”. A mi casa entonces sé que no puedo llegar, bueno tengo
el apoyo de ellos en cierta parte pero pues no puedo llegar, pero como le digo a él, a
mi pareja: “tú tienes a tu familia y tú no estás declarado”. Porque la verdad es que él
tiene hijos, tiene esposa, que se separó ya de ella, bueno según él. Me dice “yo ya no
ando con ella, si yo no te quisiera no te amara, créeme que mejor no te hubiera dado
mi número telefónico o no te hubiera buscado yo”. Porque él desde afuera me mandó
el número, pero él siempre me ha dicho: “quieres andar conmigo ponte chichis, nada
más en la calle es lo único que te faltaría para que yo anduviera bien contigo, y que
ya no regreses a lo mismo”. Dice “mira ahorita a mí me está costando trabajo”, porque
ahorita él junta el fierro viejo y lo separa y todo eso es a lo que se dedica ahora, me
dice “mira me ha costado muchísimo, porque fácil es salir a robar otra vez y ganar mis
5 mil, 10 mil pero yo ya no quiero regresar”, él estuvo aquí diez años, “yo ya no quiero
regresar y tampoco quiero una pareja que regrese a lo mismo, o sea nos va a costar

221
trabajo entonces búscale”.

Por eso es que te dije mira yo ya me voy pero no quiero regresar a lo mismo, quiero
otro tipo de vida, porque ya viví lo que es esto y es muy doloroso y muy fuerte porque
perdí todo, perdí a mi familia, perdí comunicación con todos mis tíos. Tengo otro
proceso, pero te digo que el abogado me ayudó porque cuando yo salgo a los cuatro
meses, me peleo con las chicas de afuera, con unas chicas del servicio y me ponen
con los patrulleros, entonces me agarra la patrulla y me ponen cuatro bolsas de
mariguana que según yo las traía, eso sí no lo cometí, pero ya estando aquí adentro
me llega la orden de aprehensión, porque como ya no fui a la audiencia y todavía el
abogado hizo que compurgara esta para ya eliminar la otra que era de 6 meses, yo
me voy este año el 5 de septiembre.
Y, ¿aquí en el centro penitenciario no has tenido problemas para expresarte así de
manera femenina?
No, hasta eso, como yo ya venía así de la calle, no nos dicen nada, en la calle ni
te fuman, a la mejor aquí si es un poquito más, los cabrones te dicen “¿qué eres?
¿animal, monstruo o pariente de Juan Gabriel?” Pero te vas acostumbrando o sea yo
ni los pelo, pero ya no hay tantas agresiones como antes, ahora también ya entraron
los derechos humanos, porque como estoy en un problema legal con los custodios
de aquí adentro porque llegan y hacen revisiones y llegan a mi estancia, llegan y se
meten, cuando se meten yo los vi, yo me dormía sin ropa interior, entonces no me
querían dejar poner nada y la compañera con la que vivo dice “que se ponga una
toalla”, y al empezarme a revisar, una siente cuando te tocan de qué manera y pues
si no traigo nada qué me van a revisar si no traigo nada, me mete la mano en el
culo y entonces mi compañera demandó por como nos trataron y todo, nos acosaron,
entonces en ese aspecto solo tuve ese conflicto con los custodios, pero como siempre
acato todas las reglas, si me dicen te tienes que meter a tal hora, yo me meto a tal
hora.

¿A qué hora pasan la lista en la mañana?


Aquí pasan la lista a las 7, a las 2 y a las 6.

¿Y tienes que pagar?


Anteriormente yo no pagaba, yo vivía en el anexo 8, me pasan, deshacen mi estancia,
pasamos a Consejo y la licenciada de aquí nos dice que según por buen comportamiento
de ustedes que son las más tranquilas se van a pasar al dormitorio 6 y entonces al
llegar nosotras acá vivíamos con otro compañero, nadas más vivía él y nos pasaron
al cuatro, pero de ahí pues ese dormitorio es de puro comisionado, entonces son más
mamones. La Tía nos pidió pintura, botes, entonces yo decía en lugar de beneficiarnos
la verdad nos afectaron, porque yo acá tengo mi puesto, entonces tengo que pagar
para guardar mis cosas, más acá en este dormitorio si nos piden lista, no nos piden
mucho, nos piden 15 o 20 pesos al día, pero son 2 por 7 son 140, 150 a la semana
solo por pasar la lista, pero sí acá sí paso lista.

Entonces ya casi para terminar, cuando tu salgas ¿cuáles son tus sueños?, ¿qué quisieras
hacer cuando salgas ahora?
Pues yo saliendo tengo ese miedo, sí estoy pensando qué voy a hacer porque regresar
al mismo lado no quiero, el apoyo de mi familia lo tengo en cierta parte nada más,
yo sé que si salgo y le digo a mi papá présteme dinero para ir a rentar a algún lado,
él me lo va a prestar, pero o sea, pero ahí qué voy a hacer, entonces estoy con eso,
¿dónde voy a trabajar? Ya no quiero regresar a lo mismo, pero pues tengo que, no sé
si yo misma me pongo esa barrera o tengo esa barrera porque no sé qué voy a hacer,
o qué es lo que puedo hacer. De aquí sale una sin nada, por ejemplo yo que no tengo
ese apoyo de alguien, por ejemplo mi pareja que salió él se fue a la casa de sus papás
y luego le dieron le dieron trabajo, pero pues porque él es diferente, es hombre, su
familia nunca supo de mí y ni van a saber pero o sea yo no tengo a donde llegar,
entonces si estoy con la incertidumbre de no saber qué hacer.

¿Pero hay algo que te gustaría?


Pues yo siempre tuve ese sueño de estudiar estilismo o de la estética, me gustaba
pintar, en la calle también trabajaba también un poco de pintar, aquí no he estudiado
porque tampoco tengo la solvencia económica, aquí dan clases por ejemplo de cortar
cabello, pero pues te piden que el material, tu máquina de cortar, tijeras y pues
ahorita yo no tengo eso, pero si como que me gustaría en la calle salir a cortar
el cabello, me gusta mucho la colorimetría, pintar el cabello, moldearlo, peinarlas,
entonces ese sería como que para mí mi sueño trabajar en algo así.

Algo más que quisieras agregar para la gente que va a leer tu historia.

223
Pues que se vean, que se reflejen las compañeras de la comunidad, que a donde
puedes llegar por la drogadicción. Yo prácticamente tengo dos tipos de vida: la vida
de casa cuando estuve con estudios, me dieron todo y que vean eso, a donde puede
llegar tu libertinaje, a donde puedes llegar por los excesos. Porque yo por mis excesos
fue lo que me llevó a caer aquí y más que nada a los padres que en verdad quieran a
su hijos como son, porque a lo mejor mi mamá si me quería pero se me fue, porque yo
luego digo si mi mamá no se hubiera ido, yo digo que no hubiera conocido todo esto,
porque me hubiera seguido apoyando y aceptándome, porque en la casa que vive mi
papá, ella desde un principio les dijo a mis hermanos: “esta casa es de Alexis, ¿por
qué? Porque ustedes como hombres van a tener que buscar a sus esposas y se las van
a llevar a vivir, ella no va a tener a nadie, no va a tener una pareja que le diga mira
te voy a llevar a vivir acá, la vida de Alexis va a ser más difícil porque va a estar sola,
si tiene a su pareja no sabemos si la vaya a tratar bien, si la vaya a golpear, si vaya
a quedarse con ella, entonces ella aquí tiene su casa segura, ustedes como hombres
pues se van a querer independizar, entonces busquen”. Pero fallece mi mamá y ¿qué
hacen? Lo contrario. Yo ya no me pude quedar con la casa porque ellos se quedaron
con todo. Mi papá los apoya y solo dice: “pues ya cuando me muera ya sabrán ustedes
que hacen”. Entonces en ese aspecto el ya no tener ese apoyo de mi mamá, por eso
he pasado por todo esto.
las cuatro veces que he estado en el
reclusorio, han sido por mis adicciones
porque de que me falte algo o de que no
tenga yo pues no.

ZULEIMA
Z U L E I M A

Reclusorio Preventivo Varonil Norte


10 de enero de 2022
“Yo siempre he sido adicta a la marihuana,
como le repito hay amigos que dicen:
“ando bien chocha y acá, regálame uno
mana a ver qué se siente” y es cuándo
yo desgraciadamente desvarío, pierdo
la noción o desconozco a la gente y es
cuando yo vengo a parar a este tipo de
lugares. ”
¿Qué nombre deseas usar para esta entrevista?
Hola. Yo me llamo Zuleima.

Zuleima ¿cuántos años tienes?


44 gracias a Dios.

Me gustaría que me contaras tú como te identificas, cómo una mujer trans, travesti,
transgénero, transexual.
Trans, como una chica trans.

¿Dónde naciste Zuleima? Cuéntame un poquito de ti.


Nací en el DF. Soy de aquí, nací en la colonia Guerrero.

Puedes contarme un poquito de tu infancia ¿cómo fue tu vida?


Pues tuve una infancia pues bonita, la verdad. Tuve a mi papá, a mi mamá, a mis
hermanos. Mi papá se fue cuando yo tenía 9 años, falleció, pero quedé con mi mamá,
mis hermanas, mis hermanos y pues fue una infancia, como todo chamaco, de repente
desenfrenada, con problemas, pero bonita.
¿A los cuántos años te empezaste a sentir como una niña?
Como a los 9 años más o menos, comencé a sentir atracción hacia los niños o me
decía mi mamá: ve a jugar futbol con tus primos o ve esto, pero a mí me llamaba más
la atención lo de niñas que lo de varón, las pelotas, los carritos, yo lo hacía a un lado.
Me llamaba más la atención jugar a la comidita, a las muñecas, a la casita, pues al
papá y a la mamá, ya sabes lo clásico. Tuve una infancia muy bonita, la verdad.

¿Empezaste a vestirte como niña desde los cuántos años?


Me empecé a vestir yo como desde los 13 años, que fue cuando ya me empecé a
depilar, me empecé a medio maquillar, pero obvio no muy descarado porque era
un chamaco ¿no? y eran otros tiempos, era más reprimido esto, pero yo me empecé
a depilar, a maquillarme, a ponerme el aretito, el corte de pelo un poquito más
afeminado.

Y ¿qué te decía tú mamá?

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Qué porqué ese corte. “Oye, si yo te mandé a la peluquería a hacerte casquete, yo no te
mandé a la estética”.
Y bueno le puedo dar gracias a Dios que fui consentida y me decían:
-Bueno es la última vez de que te lo cortas así porque van a venir tus hermanos
y ¿qué te van a decir? Échate gel, antes de que venga tu hermano el mayor,
échate gel antes de que venga Víctor.
- Sí mamá.

Y ya pues mi hermano, si se daba cuenta y decía:


- Oye mamá ¿no se fue Oscar a cortar el cabello?
-No, si fue.
- No, no es cierto, a ver que venga para acá.

Y me veía y me decía, es que eso no va contigo. Tú eres hombrecito y tienes pues


que jugar con los niños y pues yo si me sonrojaba y a veces lloraba y sí como que mi
mamá lo fue haciendo entender, si le costó trabajo, pero si este, pues si me entendió
¿no? Y no solo era yo, también tenía un hermano que ya falleció que también era
trans.
¿Era mayor o era menor?
Era mayor que yo, ahorita tuviera, este mes el 24 cumpliría 50 años. Tiene 10 años
que falleció.

¿Se llevaban bien?


Uy nos llevábamos súper bien. Bueno, mi hermano se podría decir que era pues más
tonto, más noble. Yo siempre he sido más arrebatada, más loca, más pues peleonera
se podría decir y él era todo lo contrario de mí, era muy noble. La verdad que ora sí
que como dice el dicho, si le dabas una cachetada como cristo te ponía la otra, era
muy noble.

Somos 5 hermanos en total, supuestamente somos 3 hombres y tres mujercitas pero


de ahí salieron 4 mujeres ¿verdad? Entonces con mi hermano siempre tuvimos la
confianza y a veces mi familia le echaba la culpa, que por su culpa yo era así. Incluso,
nos llevaron con psicólogos, nos llevaron con doctores y decían que no, decían es que
así son. Incluso, llegaron a decir que, si él me llegó a violar, lo cual jamás, nunca me
tocó, al contrario, siempre de chico me protegió, ya de grande yo fui quien lo protegí,
pero siempre nos llevábamos muy bien y yo fui que me empecé a vestir primero de
mujer, que chistoso, él era mayor y es para que se haya vestido primero, y sin embargo
me vestí yo primero. En aquel entonces, nos empezamos a hormonizar a escondidas
de mamá.

Y ¿ustedes cómo se enteraron de las hormonas?


Porque empezamos a conocer chicas igual de nuestro género, les decía: “oye ¿cómo
haces para tener busto?” “No, pues es que inyéctate esto, inyéctate lo otro” o truquitos
¿no? Y me llamó la atención la inyección y nos empezamos a inyectar y decíamos: a
ver a quién, de las dos va a ser más chichona, si tu o yo. Y yo le decía, pues órale y ya
cuando nos empezamos a inyectar, yo conocí un muchacho de Puerto Rico y por él yo
me empecé a vestir de mujer y él me ayudó.

¿Era tu novio?
El muchacho de Puerto Rico, sí. Y él me quería ver vestida de mujer y yo le dije a mi
hermano:
- Fíjate que así y así.
- ¿Y mi mamá? ¿Y mis hermanos que van a decir?
- Pues a escondidas.

Y nos fuimos a unos baños públicos y ahí me ayudó a arreglarme. Yo fui primero que
fui a una disco gay y yo llegaba y le comentaba:
- Oye, fíjate que fui a la disco y los chavos me sacaban a bailar.
- Pero ¿cómo? ¿hombres?
- Sí, chavos, chavos vestidos así normal.
- Ay ¿a poco sí?
- Sí, me invitaron una copa y que esto y lo otro.
- Ay no te creo. Pues vamos si quieres el otro sábado.

Y ahí fue cuando ya empezamos los dos a desenvolvernos los dos como mujeres ¿no?
ya empezamos a depilarnos más, a pintarnos el cabello.

229
Y ¿se pusieron su nombre de mujer?
Sí, yo me puse el nombre de Zuleima porque había una comedia que se llamaba
“Simplemente María” y había el papel de una actriz que se llamaba, Zuleima. Yo me
identifiqué mucho con ella. Yo le dije a mi hermano:
-Ay yo me voy a llamar Zuleima.
- Ay tú estás loca.
- A mí me gusta Zuleima.
- ¿Por qué?
-Es que tal artista interpreta ese papel y me gusta porque me reflejo en ella.

Y me decía:
-Ay tú estás loca.

¿Y ella como se puso?


Ella se puso Jacqueline por Jacqueline Andere que le gustaba la señora guapa y decía:
- Es que a mi me gusta Jacqueline Andere.

Y le decía:
- Dices que estoy loca, pero estás más loca, tú.
Y el chiste es que ella se puso Jacqueline Y yo estaba maquillada y ya él me
y yo me puse Zuleima. destapo y me dijo:
- ¿Cómo que te maquillaste?,
Entonces ¿tú la empezaste a sacar? ¿quién te maquilló? Seguro fue
Sí. Yo le decía, ándale vente vamos. Pablo.

Pero ¿todo a escondidas al principio? Y pues ya hablamos con él. Sí, fue un
A escondidas, de mi familia, de mis golpe muy duro para él. Ahora sí como
hermanos, de mis hermanas. diría, fue como una decepción, pero si
lo entendió y hasta eso mis tías, mis
Y ¿cómo decidieron ya salir? primas y pues si han sido muy abiertos y
Por mí, porque un día se dieron cuenta. hablaron con él y con mi mamá y gracias
Mi hermano el mayor se dio cuenta que a Dios nos entendieron, nos aceptaron.
yo llegué y me acosté y me dice:
-Párate a almorzar. ¿Y ya empezaron ustedes a vivir su vida
de mujeres?
Y le digo: Ya empezamos a vivir nuestra vida de
- Orita. mujer, pero siempre nos llevamos muy
-¡Pero ya! bien, siempre regresamos a la familia.
Yo ya no tengo ni mamá, ni papá, pero tengo a mis hermanas, tengo mis primos que
me aceptan. Que yo sea tremenda es diferente, pero gracias a Dios toda mi familia
me acepta, amigos.

Tú ya empiezas a vivir como Zuleima ¿a los cuántos años?


A los 15 años. Fíjese que he tenido la oportunidad de operarme, pero por cierta razón
o circunstancias me gasto el dinero o pasa alguna cosa y ya no me he operado. Pero
mi ilusión es operarme mi nariz y mi busto.

¿Hasta qué grado estudiaste?


Hasta primero de secundaria y de ahí yo empecé a trabajar en cocinas, de ayudante
de cocina, lavando trastes, trabajé en farmacia y ahí empecé ora sí que yo a solventar
mis gastos.

¿Pero seguías viviendo en tu casa?

231
Sí, siempre, hasta incluso, hasta la fecha yo sigo con mis hermanas. De repente me
salía por temporadas, pero yo nunca me he alejado de mi familia.

Y ¿qué pasó con él puertorriqueño?


Ah pues ese fue un muchacho que trabajaba en un circo y pues ya ve que ese tipo
de gente sólo es por temporadas que van a ciertos países y pues fue ora sí que muy
corto el noviazgo, pero fue bonito y ya no lo volví a ver.

Y ya de ahí ¿tuviste otro novio?


Conocí a un muchacho que se llamaba Mario, ese sí fue mi primera pareja, duré con
él dos años y medio.

¿Viviste con él?


Un año, viví con él. Ora sí que el último año fue lo que vivimos juntos. Como toda
pareja tuvimos altas y bajas, risas, tristezas, pero pues no me arrepiento porque era
un chavo muy buena onda y espero y todavía viva.

Oye y entonces ¿tú conseguías trabajo en lo que fuera?


Sí por decir, yo trabajaba y mis vecinos me decían:
- Oye güero o güera. ¿Cómo quieres qué te digamos?
- Ah pues como usted quiera.
- No, pues es que tu dinos.
- Bueno llámeme güera.
- Si quieres trabajar, pero vas a empezar lavando trastes.

Y yo pues les decía:


- Sí no importa yo quiero ganar dinero para comprarme mis cosas.

Y al rato me enseñaron a hacer que frijolitos, que el arroz. Y ahora sí que como en
todo trabajo, empiezas desde abajo y vas subiendo.

Y ¿te llevabas bien con tus compañeros y compañeras de trabajo?


Sí, con algunos, siempre hay unos choques con algunos, soy enojona como que al
momento me enojo, pero a los 10 minutos me olvido, soy de esas personas como que
al rato me olvido, de vamos a hablar a ver que pasó, tú tuviste la culpa o yo la tuve.

O sea también eres noble.


No soy orgullosa, no soy muy rencorosa, hasta eso no. Soy como le repito, me enojo,
pero a los 10 minutos yo misma te busco o veo la manera de que nos encontremos
y hablemos, a ver ¿por qué te enojaste? No pues es que por esto o por esto, pero así
que yo diga que soy muy rencorosa u orgullosa, no. Al momento, si me enojo y grito y
aviento, si soy muy explosiva pero ya después, ahora sí que como dicen los chamacos,
se me resbala.

Y ¿tú has escuchado o te han propuesto amigas inyectarte aceite o silicona?


Yo tengo aceite en las pompas.

¿Cómo fue todo? Cuéntame.


Yo empecé a andar en una disco que se llamaba “Dandys” y conocí a unas chicas que
daban show y pues yo las veía muy pomponas, pues bonitas la verdad. Y había una
muchacha, no sé si todavía viva, Paulina. Y le decía:
-Ay mana, estás bien nalgona ¿cómo le haces?
“ Fíjese que, en aquellos Pues al principio me engañó, me decía:
-Pues ponte unas esponjitas y así y así.
tiempos, la primera
Y yo luego decía:
vez que yo llegué, allá - Ay, pero ¿cómo?

en el año del 96, no


Pa pronto, un día que voy a su casa, la vi
nos respetaban, nos desnuda y si tenía sus glúteos un poco

trataban ahora sí que manchados y se ponía malo, pero ya sabes


uno pues ignorante y no sabes nada de eso.
parejo, aquí no era Yo decía, ay no, pinche Paulina envidiosa,

de que eres hombre como ella ya está nalgona, quiere que las
demás estemos planas y yo investigué
o mujer, aquí eres donde vendían el líquido y todo, fui y lo

cabrón, aquí estás en compré, investigué quien lo aplicaba y me

233
lo apliqué. Este año que viene, cumpliría
un reclusorio para 30 años con el líquido, pero lo que yo me
inyecté, ya ahorita si es peligroso porque
cabrones, aquí nada de es aceite mineral, se mancha la piel, se
que tus chichis, ni tus pone como piedra.

nalgas, aquí usted es Y ¿a ti te pasó eso?

cabrón y se va a portar Yo tengo mis glúteos, pero los tengo


manchados. Mis glúteos parecieran que
como lo que es y si no le yo tuviera dos piedras. O sea, nunca me

rompemos su madre. ” he puesto mala, nunca he ido a parar a un


hospital.
A muchas chicas se les ha ido a los pulmones, incluso a los testículos y se mueren.
Yo le puedo dar gracias a Dios que nunca me he puesto mal. Así de repente, siento
malestar, pero así que yo diga que me tienen que llevar a un hospital o me tienes que
drenar, hasta ahorita gracias a Dios, no. Y pues tengo busto también inyectado, pero
ahí si tengo hormonas, ahí no tengo nada de aceites.
Y ¿cuánto duraste tomando hormonas?
Hormonas como más o menos 10 años.

¿No tuviste efectos secundarios?


Fíjese que hay diferentes tipos de hormonas. Había una que se
llama, no sé si todavía exista, se llama cuerpo amarillo, pero yo
con esa me ponía muy mal, haga de cuenta que me inyectaba
ahorita y a los 10 minutos, era como si hubiera caminado yo
kilómetros y kilómetros. Me sentía casi una semana en cama
de que yo me ponía muy mala con esa hormona. Luego me
puse otras y ahora si fue que, pues ahora si como dicen, pues
busca la que te queda ¿no? Y gracias a Dios hasta ahorita, todo
bien que yo sea tremenda, que yo sea arrebatada es diferente.

Y ¿por qué eres tan tremenda?


Pues lo que pasa es que a mí, mi familia me acostumbró o me
mal acostumbró a que, pues si he trabajado, me sé ganar la
vida, pero casi todo me lo daba mi mamá.

¿Tú mamá a qué se dedicaba?


Ella era contadora pública. Mi papá falleció y pues gracias
a Dios no me puedo quejar, nunca me faltó nada y pues me
dejaron ora sí que mal acostumbrada a que todo lo que yo
quería hacer me daban, se hacía todo lo que yo quería.
Entonces hay veces que si compañeros aquí del reclusorio me
dicen: mire tía, usted es bien buena onda y acá, pero usted
quiere que las cosas se hagan al momento y hay veces que no
toda la gente está disponible o a su disposición, usted debe
de entender eso. Y pues es el único hábito que tengo es que
quiero que se hagan las cosas a mi manera y cuándo yo digo.

Y ¿cómo es qué llegas acá?


Pues mira la verdad es que este no es un orgullo porque no
es un orgullo estar en esta clase de lugares. Pues siempre las
cuatro veces que he estado en el reclusorio, han sido
por mis adicciones porque de que me falte algo o de que no tenga yo pues no.
Yo siempre he sido adicta a la marihuana, como le repito hay amigos que dicen:
“ando bien chocha y acá, regálame uno mana a ver qué se siente” y es cuándo yo
desgraciadamente desvarío, pierdo la noción o desconozco a la gente y es cuando yo
vengo a parar a este tipo de lugares.
Mi primera vez fue en el 96, del 96 al 2010 pasaron 14 años para mi segunda vez.
Luego la tercera vez, pasaron 7 años y luego la cuarta vez, esta vez no más pasaron 2
años, pero sí han sido esporádicas. No han sido, digamos de meses o una tras otra, no.

Y esta ¿de cuánto es?


Esta ya tengo dos años 3 meses aquí. Si me quedo a compurgar mi pena es hasta el
2026 y si me atengo a los beneficios, tengo beneficios para irme, pero yo estoy aquí
por un novio. Incluso muchas chicas me dicen: “Tía, si usted tiene el beneficio de irse,
váyase”. “Hay mucha gente que no tiene esos beneficios y hasta llora para que le den

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un beneficio y usted que tiene todos los beneficios. Ahora que nos apoyan tantas
organizaciones de chicas gays, de chicas trans ¿cómo es posible qué usted esté aquí?
Por un hombre, habiendo tantos allá afuera”.

Y ¿ese hombre lo conociste aquí?


Fíjese es de mi barrio y nunca lo conocí, lo vine a conocer aquí. Y ora sí que se puede
decir que fue amor a primera vista y por eso estoy aquí.

Y ¿a él le quedan más años?


Casi vamos por los mismos. Incluso él me ha dicho que me vaya. Me dice:
-Vete.

Y yo le digo:
- No me voy hasta que tú te vayas.

Esta guapo el muchacho, es güero, de ojos grises.


Y todas me dicen:” ay, tía pero que suerte tienes”. La verdad ¿cómo se podría decir? Si
soy un poco ¿cómo se puede decir? Creída o soberbia, tengo la suerte o la dicha que
si me siguen los muchachos jóvenes y guapos.
¿Cómo fue cuándo murió Jacqueline?, ¿fue terrible para ti?
Mi hermana, antes si me daba pena decirlo, pero falleció pues de VIH y una decepción
amorosa. Para no hacer tan largo el cuento, conoció un muchacho, se enamoró de
él, le platico pues que la verdad era seropositiva, él muchacho la aceptó, incluso
hasta la familia la aceptó, pero tardaron como 4 años y este muchacho conoció a
una muchacha y pues se enamoró y mi hermana fue como quien dice, falleció pues
de amor.
Cuando falleció mi mamá, nosotras hicimos un pacto que, con todo respeto, no
por cualquier cabrón, nos íbamos a separar. Y así fue, hasta sus últimos momentos
estuvimos juntos. Ahora sí que fue la depresión la que se la llevó, no fue tanto la
enfermedad sino fue la depresión, la decepción.

Bueno, ¿tú tienes amigas aquí adentro?


Ah sí tengo amigas aquí.

Y ¿todas te respetan?
Fíjese que a lo mejor es por la edad o no sé, pero todas las muchachas me respetan,
lógico yo también me doy a respetar ¿verdad? Pero sí: “tía esto”, “tía lo otro”, cuándo
ha habido problemas, “no con la tía no te metas”, tía que esto y que lo otro.

Y ¿por qué te dicen la tía?


Pues este, yo tengo de hecho 44 años, pero desde chica he andado en la calle y le
he hecho, he tenido muchas adicciones, muchos descuidos en mi persona y muchos
me dicen es que usted no tiene 44 tía, usted tiene como 50 y yo les hago creer, ay si
yo tengo 50 y por eso es, porque aquí a las personas ya mayores se les respeta y se
les dice tíos o tías. A mí en este caso me dicen tía y se los agradezco, pero es porque
represento más edad.

Y de tus experiencias en las cuatro veces que has estado acá, ¿crees qué ha cambiado el
respeto a la comunidad trans?
Uy muchísimo, muchísimo. Fíjese que, en aquellos tiempos, la primera vez que yo
llegué, allá en el año del 96, no nos respetaban, nos trataban ahora sí que parejo,
aquí no era de que eres hombre o mujer, aquí eres cabrón, aquí estás en un reclusorio
para cabrones, aquí nada de que tus chichis, ni tus nalgas, aquí usted es cabrón y
se va a portar como lo que es y si no le rompemos su madre. Y si nos pegaban e
incluso nos tenían revueltos con los varones y ahora no. Ahora se nos clasifica con
las mismas personas de nuestra comunidad, de nuestro género.

Y ¿tú crees que es mejor?


Es mejor porque pues no tenemos problemas, no es tanto la carrilla como dicen
aquí: “ay mira mana, ay esto”. Ya ve cómo son los muchachos. Ahora vivimos todas,
son varias estancias, pero todas son de chicas trans, de la comunidad, ya que uno
tenga su pareja es diferente pero ahora ya se nos clasifica como lo que somos, de la
comunidad gay o trans, como usted nos quiera llamar y antes no, antes nos revolvían,
nos cortaban el cabello, no podíamos andar maquilladas, no podíamos tener uñas
largas, no podíamos traer ropa de mujer, no podíamos traer sostén. Teníamos que
andar como lo que es el reglamento de un reclusorio para hombres y ahora se nos
respeta, incluso hasta se nos hace valer más que a los varones, a nosotros no se
nos puede golpear, no se nos insulta o sea si, agradezco mucho a quien haya hecho

237
esa ley, esa reforma porque se nos trata como lo que somos, mujeres o como lo que
queremos aparentar. Antes, no.
Antes se nos golpeaba y decían, no pues te pegó, ve para acá, se acaba de ponchar,
ponchar aquí es de que vas te quejas y te volvían a pegar. Y ahora no, ahora los
mandan luego, incluso hasta porque le mienten a uno la madre, van a parar a castigo.
Antes no, antes hacían y deshacían con nosotros.

O sea eso hace que las respeten más los guardias.


Sí, los guardias, los licenciados, el director, la subdirectora, todos nos tratan como
“mis niñas”, “ay son mis niñas” y pues uno si se siente protegido, se siente uno acogido
de que dices, ya hay quien me proteja, ya hay quien me eché la mano, antes nos
trataban por parejo, nos paraban igual, nos hacían todo igual y ahora tenemos ciertos
privilegios nosotras como chicas trans, lo cual se les agradece al gobierno o a quien
haya hecho esta reforma y estas leyes porque es para nuestro bien. Porque antes si
se nos discriminaba muy feo.

O sea ¿respetan tu identidad de género?


Sí, sí. Andemos como andemos, si nos respetan.
¿Tienes visitas?
Tengo a mi primo, porque mis hermanas la verdad desde la primera vez que yo estuve
en la cárcel, me dijeron: “mira Oscar, te queremos, eres nuestro hermano, eres nuestra
sangre, eres de la familia, pero tú bien sabes que aquí no te hace falta un plato de
arroz o de frijoles. Que tú salgas a delinquir, a robar, es porque tú quieres, no porque
nosotros te mandemos”.
Tengo una hermana pues muy sincera, muy fuerte y ella sí dice: “si por mis hijos
que son mis hijos, no voy a ir a parar a esos lugares, menos por ti. Al menos de mi
parte nunca esperes una visita”. El único que viene aquí a visitarme es un primo que
también es gay y él es el único que viene, le dicen, es que tú le alcahueteas, tú le
consecuentas todo, tú la consientes y por eso es así. Y por medio de él es que me
mandan cosas, me mandan dinero, pero mis hermanas, mi hermano, nunca, nunca
vienen.

Pero ¿si estás allá afuera si vas a visitarlos?


Ah no pues como le repito, yo vivo con ellos, vivo con mi hermana.

Y te dicen que no vayas a hacer cosas malas.


Ah sí, yo les digo:
- Fíjate que estoy detenida

Me escuchan y:
- ¿Qué paso?
-No, pues es que ya voy para el reclusorio.
-Ah pues ese es tu problema, hasta luego.

E incluso mi hermana, ya ve que ahora todo es rápido.


-Márcame en media hora

Y ya cuándo marcó: el número que acaba de marcar ha sido temporalmente suspendido.


Ella si de plano es así, cómo me dice:
-Yo no te mando, yo no tengo porque ir a perder mi tiempo a esa clase de
lugares.
Sí eres mi hermano, te quiero, pero yo no te mandó a hacer eso. Entonces tienes que
entender y si vas a estar ahí pues ahí te quedas.
E incluso esta vez, ellos mandaron la garantía, el dinero de mi garantía para yo poder
obtener mi libertad y yo me quedé por el motivo que le digo, por el muchacho este
y me dijeron:
-Si te quieres quedar, pues quédate, pero no te vamos a ir a visitar.

Incluso mi primo me dijo:


- Ya no voy a venir como venía antes, voy a venir cada que yo pueda o cada que
me necesites.

Pero ahora sí que esa fue mi decisión ¿verdad?

Me gustaría que me contaras una experiencia dentro del reclusorio que te haya impactado,
o sea que haya tenido un significado en tu vida, alguna anécdota, alguna historia.

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Pues así algo muy impactante, muy impactante lo vi pero en el primer proceso. En
ese proceso yo vi cómo, como le repito, antes el sistema era más duro, más rígido
y yo llegué a ver cómo picaban a los muchachos, como los apuñaleaban. Incluso a
un joven, yo estaba en ese entonces viendo la tele, estaba en mi estancia y llegó, se
oyó como corrió, el muchacho todo ensangrentado. Mi estancia estaba abierta y se
metió y el otro sujeto, entró y lo terminó de picar allá adentro y volteó así con una
naturalidad muy sencilla y me dijo: “no pasa nada. Tú quédate quieto”.
Y si pues eso se podría decir que fue algo muy impactante como apuñalan a alguien
delante de ti, y como si fuera una bolsa, un costal, sin piedad la verdad. Pero pues
ora sí que en esta ocasión como lo repito, ha cambiado el sistema y ya las cosas son
mas relajadas, más respetuosos. Ya no hay tanta cosa como hace años atrás, de que
picaban, de que robaban incluso a la visita, ahora ya la visita es muy sagrada. Uno
como interno, si uno insulta a su propia visita, lo castigan, le quitan la visita porque,
como dicen: “dale gracias a Dios que te vienen a ver, que te traen un taco porque
hay muchos compañeros que no vienen a verlos y anhelan lo que tú ahorita estás
rechazando”.

Oye y me gustaría que me dijeras ¿a ti te gustaría cambiar tus documentos?


En el 2019, yo andaba viendo lo del cambió de identidad, pero la licenciada con que
yo lo estaba arreglando me dijo que yo tenía que terminar de firmar porque yo tuve
otro proceso antes que este y me dijo: “no es que tú tienes que terminar tu proceso
antes para que se te pueda hacer el cambio de identidad”. O sea que aquí las cosas
son revueltas porque el día que me fueron a detener me dijeron, es que tú en este
momento incluso puedes hacer el cambio de identidad. Entonces yo quiero primero
solucionar todo esto, todos mis procesos y ya poner mis papeles bien en regla. Si me
gustaría tener mis papeles como mujer.

Oye y ¿qué piensas por ejemplo de este tipo de asociaciones como Almas que vienen a
visitarlas?
No, ora sí que son ángeles bajados del cielo porque nos ponen incluso hasta
licenciados, a mí no me ha tocado, pero yo he escuchado que hay compañeras que no
tienen asesoría jurídica o no les hacen caso en su juzgado como debe de ser y aquí
las chicas de Almas Cautivas nos dan teléfonos o nos proporcionan licenciados y
pues yo digo, son ángeles porque antes no teníamos ese apoyo, ora sí que nos tocaba
aguantar lo que dijera el sistema, ahora ya no, si no es con Almas Cautivas puede ser
con otra asociación, con diferentes asociaciones, las cuales nos dan su apoyo y se les
da las gracias, como les repito son ángeles bajados del cielo. Hay muchas chicas que
no tienen visita. Ellas vienen y nos proporcionan cobertores, nos traen hasta pastel,
nos traen cosas que antes no se podía ver aquí.

Me gustaría que me contaras un sueño o una esperanza que tengas y nos quieras
compartir.
Mi sueño, mi sueño pues es tener mi pareja, quien sea. No necesariamente con el
que estoy, porque dice el dicho “uno pone, Dios dispone, entra el diablo y todo lo
descompone”, pero si mi sueño es salir, volver a poner mi negocio, yo soy estilista.
Volver a poner mi negocio, tener mi pareja, volver a estar bien con toda mi familia.
Ese sería mi mayor sueño, tener mi negocio. Mi casa, gracias a Dios tengo mi casa,
pero estar bien con mi familia y ya no volver a delinquir por ninguna manera, porque
para empezar no estoy en edad para andar en esos trotes. Me gustaría estar con mi
familia, con mis sobrinos, con mis hermanos.
Sinceramente he sido una oveja muy descarriada, a veces veo compañeras que incluso
hasta fallecen en la cárcel, que no tienen familia o la tienen, pero la familia los
rechaza y llegan a vivir en la calle. Entonces un trauma y miedo que yo tengo en mi
persona es terminar en la calle o que vayan a la casa de mis hermanas y les digan:
“oye ve a recoger a tu hermana porque está ahí tirada en la calle”. Eso para mí sería
terrible.

Un mensaje que quisieras compartir con las personas que van a leer tu historia. Algo que
les quieras decir.
Pues que no sean tontos, que aprovechen si tienen a su familia, que no delincan
como uno, que yo he tenido todo a manos llenas y no lo he sabido aprovechar, que
aprovechen a su familia, a sus papás y pues que no sean tontos. La verdad que la vida
es muy bonita y pues que agarren todo lo bueno y lo malo lo hagan a un lado. Eso
sería algo para quien lee mi historia, que agarren todo lo bueno y que dejen todo lo
malo, lo desechen, la basura a la calle y las flores a la mesa para que adornen.

Muchas gracias, ¿algo más qué nos quieras decir?


Pues que gracias por el apoyo de todas las asociaciones que ahora han surgido en

241
estos tiempos, gracias al sistema penitenciario que nos apoya, no nos discriminan, no
nos hacen a un lado y pues bendiciones a todos.
Al principio cuando yo llegué a ingreso la
padecí mucho, porque me bañaba con una
teja de jabón, no comía nada, tenía que
comerme un bolillo duro, no tenía para
comprarme un café de 5 pesos.

MARITSA
M A R I T S A

Reclusorio Preventivo Varonil Norte


12 de enero de 2022
Para iniciar me gustaría que me dijeras qué nombre deseas usar para esta entrevista.
Maritsa.

¿Cómo te identificas a ti misma?


Me identifico como mujer.

¿Qué edad tienes?


39 años.

¿En dónde naciste?


En Jalcocotán Nayarit, municipio de San Blas.

¿Jalcocotán es una comunidad indígena?


Viene siendo un rancho cerca de Tepic, Nayarit.

¿Hablan alguna lengua indígena?


Sí, huichol.

¿Tú hablas alguna lengua indígena?


No.

Ahora me gustaría que contaras un poco sobre tu infancia, ¿cómo la recuerdas?, ¿con
quién vivías?
Recuerdo que desde los 5 años mi hermana me llevaba al preescolar cuando mi
mamá no podía. Mi hermana ella se encargaba de llevarme a la escuela, mi mamá se
dedicaba a hacer tostadas, raspadas, para poder venderlas y sustentarnos a nosotros
y a mis hermanos.

¿Cuántos hermanos son?


Tengo cuatro hermanos y somos dos hermanas trans, en total somos 6. Los cuatro
hombres ya están casados.

Tu hermana ¿qué lugar ocupa dentro de los hermanos?, ¿es la primera, la segunda?
Yo soy la más chica de la casa, mi hermana me gana por 10 años. Yo fui a la primaria,
empecé a estudiar gracias a mis padres, mi hermana de hecho no quiso estudiar
porque no le gustaba el estudio, la mandaban a la escuela, se iba debajo del puente y
pues mis papás cansados de estar pagando la escuela mejor la sacaron. Ella no quiso
estudiar. Mi hermana iba a escuela pública, mi familia es de bajos recursos, poco a
poco fueron ayudándonos.

¿Tu papá vivía con ustedes?


Sí.

¿A qué se dedicaba tu papá?


Mi papá es campesino agricultor.

¿Sembraba maíz o qué sembraba?


Sembraba pepino, maíz, calabazas, aguacate, café, mango.

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Y tú de chica ¿ayudabas en las labores que hacía tu papá o las que hacía tu mamá?
Desde chica le ayudaba a mi mamá, me acuerdo de que íbamos al río y mi mamá se
llevaba, tres cuatro cubetas llenas de ropa de todos mis hermanos y yo le ayudaba
a lavar en el río. Me acuerdo que a una piedra se le dice lavadero y nos poníamos
a lavar ahí, tenía como unos 7, 8 años y pues mi papá se molestaba más que nada.
En ese tiempo mis papás siempre fueron muy estrictos, mi papá digamos que era
homofóbico porque realmente nos contó mi mamá que cuando estaban empezando
de novios, una chica trans se le insinuaba, llevó a mi mamá al cine y esa chica trans
le echaba miradas, se le insinuaba, le hacía señas y por eso desde allí empezó la
homofobia y ya después él decía que si le salía un hijo gay o una hija trans que la iba
a matar y pues el temor y todo, todas estas dificultades las pasó mi hermana.

Entonces ella fue la primera que sufrió esta dificultad con tus papás y tus hermanos, ¿y
tú veías como la trataban?
Sí, yo realmente miraba como la hacían de menos mis hermanos, como mi papá no
la tomaba en cuenta y pues sí miraba como se ponía triste mi hermana como ella
trataba de salir adelante y pues más que nada no tomar todas esas palabras que le
decían y hacer como si no le doliera, como que si no pasara nada.
¿Tus hermanos y tu papá le llegaban a
decir cosas feas?
Mis hermanos sí varias veces o mi papá
también, eran discusiones fuertes y pues
todo eso yo creo que me afectó mucho,
más que nada por las calificaciones
que no podía subir de promedio en la
escuela.

¿Tu hermana a qué edad empezó a


manifestar que era una mujer trans?
Mi hermana empezó a los 18 años.

Y cómo viste tu su cambio, ¿empezó a usar


ropa femenina?, ¿se maquillaba?, ¿cómo
externaba que era una mujer trans? “ Al principio tenía
Empezó a trabajar en bares, en cantinas
miedo, yo sin recursos
y yo veía como se maquillaba, como
se pintaba, como iban varias amigas económicos, me
con ella, sus compañeras, amigas y
decían que se pagaba
ponían música y yo miraba como se
maquillaban, como se arreglaban las la lista, de hecho la
cejas, el pelo y pues sí poco a poco fui
padecí mucho, bajó
entendiendo todo esto a través de la
vida. mi autoestima, bajé
un poco los humos se
¿Ella hasta qué edad vivió con tus papás?
Ella toda la vida ha estado con mis puede decir, de ser
papás, pero hubo un tiempo que por
una persona que podía
su trabajo en las cantinas de hecho iba
cada ocho días, cada tercer día para mirar todo hacia el
poder estar cerca de ellos.
frente, tenía que bajar
la mirada. ”
¿A dónde se iba a trabajar ella?
Se iba a Ixtapa, a Zacualpan, a lugares cerca del rancho de ahí de Jalcocotán.

Entonces tu tuviste ese referente de tu hermana, ¿y de ti en la primaria los niños se


daban cuenta que eras diferente?
Sí, realmente toda la vida yo tuve puras amigas, nunca me juntaba con niños. De
hecho como mis primas son de la misma edad que yo pues nos poníamos a jugar
en mi casa, me ponía la ropa de mi mamá, me ponía una toalla en mi pelo para
sentir que era mi cabello largo y hacíamos obras de teatro, actuábamos como en
telenovelas que han pasado.

¿En la primaria los niños no te hacían bullying?


En la escuela nunca pasé discriminación porque siempre los maestros fueron muy
estrictos, el director de hecho mandaba a hablar a los papás o en las juntas que se
hacían, se hablaba de esto, que se tenían que respetar los compañeros, tanto uno

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como otro.

¿Cursaste la secundaria?
Sí.

¿En la secundaria cómo fue?


Desde la primaria pues de hecho fui una persona muy inquieta, de hecho sí me
gustaba hacer mis trabajos, juntarme con los compañeros en equipo, hacíamos las
tareas en equipo y realmente salía al voli, al basquet, siempre con mis amigas, conocía
tres muchachas, eran muchachas de mi edad y eran digamos las más populares de
ahí, eran las más fresas y ya pues me decían oye vente vamos a jugar y vas a mi casa
en la tarde, de hecho pues así fue mi vida. Pero cuando se trataba de que me pedían
un libro pues ya no podía, sí se me complicaba mucho porque mis papás no me lo
podían comprar, yo le decía a mi mamá, porque tenía más confianza con ella, también
le decía a mi papá, pero mi papá siempre me decía: “no pues ese libro sale caro,
sale en 250 pesos y nomás lo vas a ocupar por un rato, ve con un compañero, ve con
alguien que te pase los apuntes, yo no te lo puedo comprar”.
Realmente era obligatorio ese libro, aceite y ya se le pone lo que es el pollo
mi mamá trataba de echarle ganas en para prepararse, el pollo, los frijolitos y
su trabajo, en casa lavar ropa, vender se vendían muy bien de hecho.
tostadas, hacer tostadas, nos íbamos a
la leña para poder prender la fogata En esta época en la secundaria, ¿tus
para que las tostadas salieran bien. hermanos cómo te trataban?
Recuerdo que un ciento de tostadas Mis hermanos pues toda la vida me han
las daba en 50 pesos, ya doscientas respetado siempre por ser la más chica
tostadas le daban 100 pesos, era muy de mi casa, nunca me faltaron el respeto,
poco. Las tostadas son tortillas hechas siempre se llevaron muy bien conmigo,
a mano y está una piedra grande que ellos con mi hermana no tuvieron gran
le dicen metate, se agarra la piedra comunicación porque pues mi hermana
ovalada y se agarra con las dos manos nunca se ha dejado, le dicen una cosa
y se raspa y ya se pone en el comal a y es rezongona de más, yo siempre
calentar y ya que queda medio dura sin callada como mi mamá, siempre sumisa,
que se queme, se saca, ya que están así le decían cosas y callada, seria.
se ponen a calentar a fuego lento en el
Con el tiempo cuando estaba todavía en la secundaria me enamoré de un niño,
yo tenía como 15, 16 años, ese niño me gustaba, era mi vecino y para tapar las
murmuraciones de la gente para que nadie supiera ni mi familia nos mirábamos a
escondidas. En esa época también tenía un primo lejano que también me gustaba, me
llamaba la atención y yo a él, nos íbamos a las playas y había mucha comunicación y
anduve con él. Anduve con mi primo y anduve con mi vecino.

¿Y la familia de tu primo se enteró alguna vez o no?


Ya en esta actualidad mi tía que es mi madrina de hecho supo que anduve con su hijo.

¿Y el otro niño?
El otro cuando yo cumplí 17 años él se fue a los Estados Unidos, yo me salí de mi
casa, tengo una sobrina que le gusta andar de un lado a otro y pues me invitó, me
dijo: “Mari, si gustas nos vamos a Tijuana y allá rehaces tu vida, puedes salir, puedes
ser lo que tú quieres ser”.

Y pues sí allá en Tijuana hice mi cambio, duré 10 años fuera de mi casa. Me fui a
Tijuana, mi sobrina duró un año, estábamos rentando una casa. Yo estaba trabajando
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en una maquiladora, era una empresa que hacían ventiladores, ahí conocí a un niño
trans, se volvió mi amigo y ya nos fuimos a vivir juntos, conocimos a una amiga
también y ya vivíamos los tres, ya cuando mi sobrina me dijo que si nos regresábamos
a Nayarit, ya no quise regresarme porque ya estaba rehaciendo mi vida. Nos íbamos
de compras, nos comprábamos zapatillas, mirábamos las bolsas y yo decía “¡ay esa
la quiero!”. Ya estábamos ganando bien, ya nomás nos preocupábamos para la renta,
para el mandado de cada 8 días, nos apoyábamos las tres. Mi primer prenda como
mujer fue un vestido largo de noche para la boda de una amiga, empecé a comprar mi
primer peluca, una peluca lacia negra y pues de ahí empecé poco a poco a vestirme
como mujer.

¿Cuál era la reacción de la gente a estos cambios?


La gente se me quedaba mirando, se me quedaba observando pero pues las personas,
las señoras que yo conocía se ponían a platicar conmigo, nunca me dijeron nada, al
contrario, me daban consejos, hubo muchas señoras que se me acercaban y me decían
“échale muchas ganas, tú vales mucho, que no te importe lo que te digan los demás”
y siempre hasta hoy en día recuerdo las palabras de mi madre: “que no te importe lo
que diga la gente, tu sé tu misma, la gente no te da de comer, mientras seas tu misma
y te ganes tus cosas con tu propio esfuerzo, no importa lo demás, que no te preocupe
nada ni nadie, para criticar, para decir cualquier cosa estamos nosotros que somos
tus padres.”

¿En tu trabajo empezaste a ir ya vestida como mujer?


Al principio si me daba miedo, me daba temor, qué dirán mis jefes de cada área, un
día me mandaron a hablar, me dijeron: “tu te puedes vestir tal y como quieras, puedes
venir como quieras, como desees, como te sientas, aquí no discriminamos a nadie”.

¿Cómo te sentiste con ese apoyo?


Pues me sentí feliz, a gusto, abierta conmigo misma, a veces cuando una va
empezando y no puede ser lo que una quiere se siente encarcelada y realmente sentí
una tranquilidad enorme.

Cuando estabas en Tijuana, ¿tenías comunicación con tus papás?


Duré varios años sin comunicación con mis padres por el miedo al rechazo, de que me
pudieran decir algo que me afectara, el día que me le marqué a mi mamá le dije estoy
bien, estoy con unas personas muy buenas, tengo amistades, no se preocupen por mi

“Aquí tomé cursos, talleres, tenemos


un área que se llama CECATI, se trata de
talleres de capacitación para el trabajo
y aquí tomé el curso de peluquería, tomé
cuatro cursos, me dedicó ahora a eso, voy
a apoyar, a cortar pelo por la comisión,
ya llevo dos años comisionada. ”
y pues recuerdo que ella me dijo que regresara, que ya había
platicado con mi papá y que quería verme, que necesitaba
verme: “no quiero que estés tanto tiempo lejos de mí, tal vez
yo te vaya a faltar algún día”.

De hecho cuando yo nací mi mamá traía tumor en la matriz,


los doctores le dijeron que estaba su vida o estaba mi vida,
le dijeron señora podemos salvar a uno nada más, a usted o
a su hijo, mi mamá me contó que ella prefirió que mejor me
salvaran a mi y quedar ella ahí en la plancha por la operación
que le iban a hacer, gracias a dios todo salió bien. Mi papá
realmente quería que mi mamá se salvara pero siempre las
mamás dan todo por los hijos y después de esa operación
vinieron muchas más como unas 6 operaciones, después que
operaron a mi mamá le vino otra operación cuando yo tenía

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8 años, ya después de eso mi mamá se sentía débil, tenía
varias dolencias y ya no había quedado bien de la matriz, en
el estómago traía varios parches, aun así trataba de echarle
ganas. Por culpa del trabajo, por hacer tostadas y la fogata
todo el humo le hizo daño al pulmón, ya le diagnosticaron
el cáncer, más el tumor que traía en la parte de la matriz ya
los doctores no le daban vida. Le dijeron “señora si tiene otra
operación ahí va a quedar usted”.

Yo ya tenía buen rato en Tijuana, 10 años, ya al pasar los 10


años mi mamá me avisó que la iban a operar y mi hermana:
“no pues yo la voy a cuidar, nadie de tus hermanos la quiere
cuidar y tú tienes que regresar porque mi mamá quiere verte,
no sabe si de la operación pueda regresar en vida o pueda
quedar ahí”. Yo tuve que regresar a mi casa, recuerdo que al
momento de regresar tomé la decisión de ya no estar tanto
afuera de mi casa sino que dedicarme a mi mamá, cuando yo
regresé ya hablé con mi papá, recuerdo que yo llegué a las 12
de la noche, mi mamá estaba dormida, yo abro la puerta de mi
casa, toco, me abre mi hermana y mi mamá estaba dormida y pues sí al momento de
verme pensó que era un sueño me dice:
-Ya estás aquí hijo.
-Sí mami ya no me voy a ir
-No tengo nada que darte de comer, solo frijolitos.

Le dije:
-No importa están muy ricos.

Y ya me puse a comer con ella hasta que nos dieron las 5, 6, 7 de la mañana, hasta que
amaneció, llegó mi papá a tomar café. Mis papás de hecho nunca se divorciaron, solo
hubo separación, mi papá vivía como a 3, 4 cuadras de mi casa y solo en las mañanas
iba a tomar café, mi mamá era de las personas que se levantaba a las 4 y media de
la mañana para poner el café, para hacer tortillas a mano, para preparar la comida y
a las 8 ya teníamos que estar en la mesa desayunando.

Cuando tú llegas y tu mamá ve que ya eras Maritsa, que ya habías transicionado, ¿qué
te dice?
Yo le mandé fotos a mi mamá anteriormente y le dije:
- Mami estoy aquí para platicar contigo para platicar con mi papá si realmente
me rechaza yo me regreso de donde vine y si no pues me quedo con ustedes.
Al momento de platicar con mi papá yo le dije:
- Padre, perdóname realmente por lo que soy, realmente yo no tengo la culpa
de ser así, yo no tengo la culpa de nacer así, simplemente quiero que respetes
mi decisión que es tal y como soy. Yo no quiero herencia, no quiero nada,
simplemente respétame tal y como soy nada más.

Mi papá al principio pues se quedó trastornado y me dijo:


- Yo realmente quería un hombre, a lo menos el último hombre en mi familia
que eres tú, porque a ti te debería de tocar toda la herencia, yo quería un
hombre para que pudiera trabajar las tierras.
- Discúlpame que te haya decepcionado pero no fue así, yo no me siento a gusto
ser la persona que realmente no puedo ser y así me siento a gusto, me siento
feliz, por eso hice mi cambio, porque me sentía encarcelada. Cuando estaba en
mi cuarto, en mi recámara, me ponía a llorar porque no podía ser lo que yo era,
me miraba en el espejo trataba de tomar un lipstick de mi mamá, pintarme los
labios, cerraba los ojos y miraba otra persona. ¿Qué persona puedo ser en el
futuro? Y pues me miraba en el espejo y miraba otra, yo no podía ser lo que tu
querías que fuera.

Yo ya había hecho mi transformación, porque en Tijuana empecé a ponerme hormonas,


ya me empezaron a crecer un poco los senos, me iba a las playas con mis amigas,
usaba vestidos de licra y así fui haciendo mi transformación.

¿Tu mamá te recibió bien?


Sí, ella me dijo:
- Yo te acepto tal y como eres, eres mi hijo. ¿Cómo crees que te voy a rechazar si
naciste de mí? Te cargué por 9 meses, te vi nacer, te vi crecer, te cambié, cuando
estuviste enfermo yo te cuidaba, yo te llevaba al doctor, ¿cómo crees que te iba

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a rechazar? Claro que no, y no voy a permitir que tu papá te humille o te diga
algo.

¿Allá en Tijuana tuviste novio?


Sí tuve un novio, yo tenía 19, él tenía 22 era de Sinaloa. Yo vivía en la colonia El
Pípila, una colonia muy humilde, pero también muy peligrosa por tanto cholo que
hay. Pero yo de mi trabajo a mi casa, de mi casa a mi trabajo y pues tenía muchos
amigos, me hablaban todos con educación, me ponía a hablar con mis vecinas unas
señoras ya grandes, me invitaban a fiestas, a bailes, a bodas, quinceaños, fue una
convivencia mutua. A mi novio yo lo conocí cuando un día que salí de mi casa porque
se me habían antojado unas sabritas y unas sodas. Iba saliendo y él iba pasando, traía
un jeep, un carro moderno y yo mientras iba caminando, me va hablando y yo sin
querer voltear, en ese momento volteo y lo voy viendo y le digo:
- Sí, ¿qué se te ofrece?
- ¿Cómo te llamas?
- Maritsa.
- Ah mucho gusto me llamo Carlos.

Y pues de ahí empezó nuestra relación, ya después iba diario, una, dos horas, pero al
pasar los meses me dio miedo porque él traía problemas en su casa, me decía que
quería regresar a Sinaloa pero que le daba miedo porque él desde chico miró como
mataron a su papá. A mí me daba miedo porque traía un arma en su carro y desde ese
momento intenté alejarme de él, tenía miedo de que me pudiera disparar, que en un
coraje que tuviera me pudiera hacer daño.

¿Él como te trataba?


Era super lindo, era romántico, me llevaba a los mejores restaurantes, me compraba
lo que yo quisiera, me daba tarjetas de crédito:
- Mari para que nada te falte, no quiero que me digas que te falta algo, puedes
comprarte lo que tu quieras, ropa cara, zapatillas.

Me compraba cualquier bolsa que miraba, Lacoste, perfumes carísimos y pues sí, lo
que nunca tuve en mi vida, en mi infancia, todas las cosas caras que yo quería él
trataba de comprármelas.

¿Cuánto duró tu relación con él?


Mi relación duró dos años, terminó cuando yo realmente quise regresar a mi casa,
decidí regresar a mi casa, le hablé claramente: “sabes qué yo me voy a ir, ya no nos
vamos a ver, yo tengo que regresar a mi casa”. Nunca le di la dirección, nunca le di
un número de teléfono porque no quería que me localizara por la forma como era él.
Cuando regresas a Nayarit, ¿cuánto tiempo te quedas?
En Nayarit, desde los 17 años que me salí a los 27 que regresé ya no me fui. Ahí me
quedé, no sabía en qué trabajar de hecho pues estaba limitada de dinero, regresé de
Tijuana como se puede decir vacía, sin dinero, yo le dije a mi mamá: necesito trabajar
para poder salir adelante, no puedo estar así. En los momentos que a lo menos me
ponía a trabajar, le ayudaba a hacer el quehacer, la limpieza, tenía una calle como de
dos cuadras y me ponía a limpiar la cuadra, la calle es de terracería, sacaba lo que es
la manguera de mi casa y me ponía a echar agua y tener limpia la casa tanto la calle
y ya pues mis vecinas me miraban y me decían:
- Mari me puedes limpiar acá.
-Sí señora.
Y ya pues ellas me daban trabajo en sus casas, ya me iba a las 9 de la mañana, salía
a las 2, 3 de la tarde, me pagaban 200 pesos.

¿Y cómo llegaste a la Ciudad de México?


La Ciudad de México la conocí por un amigo que es de la comunidad LGBTTTI, él se
llama Ricardo Hernández, es activista de Tepic, Nayarit. Ricardo Hernández ayuda a
la comunidad desde hace muchos años. También tenía comunicación con el diputado
Guadalupe Acosta Naranjo, el diputado y su esposa ayudaron mucho a la comunidad
gay.

¿De dónde era ese diputado?


Era diputado de aquí del Distrito Federal hace como 4, 5 años y de hecho pues él
bajaba apoyos para que pudiéramos venir para acá a las marchas, él tenía mucho
apoyo del presidente de Tepic y bajaba el apoyo para que pudiéramos venir.

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¿Así conociste la Ciudad de México?
Sí, a través de Ricardo Hernández.

“ Yo cuando llegué a población, me dedicaba


de sexoservidora, para comprarme mis cosas.
En la estancia me pedían jabón, cloro, escoba,
me pedían trapeador, me pedían pintura y pues
todo sale caro y para pagar todo eso trataba de
hacer servicios sexuales, aunque no me gustaba
tenía que hacerlo. ”
¿Hace cuánto fue?
Eso fue hace como 6, 7 años. En la ciudad hace 5 años fue que me detuvieron. Aquí
al D.F. venía nada más a las marchas y me regresaba, yo no conozco aquí, no soy de
aquí, me detuvieron el 11 de enero de 2017 por daños contra la salud. En ese tiempo
mi mamá había salido del hospital cuando a mí me detuvieron, estaba baja de bajos
recursos no tenía dinero, tenía que pagar las quimioterapias, mi familia muy desunida
no querían apoyarnos a mí y a mi hermana, yo la miraba difícil, necesitaba aportar
junto con mi hermana dinero y pues sí, se me hizo fácil ganar, 15, 20 mil pesos en
un rato. Una compañera, una amiga me dijo: “yo tengo trabajo, en un día o dos días
ganas 15, 20 mil pesos y puedes ayudar para las quimioterapias de tu mamá”.

¿Era una amiga trans?


Sí. Ese día yo pedí permiso a mi trabajo, trabajaba con una licenciada Antonia Migón,
del municipio de San Blas y le dije:
-Necesito vacaciones Antonia.
-Sí, está bien Mari, me sorprende porque tu nunca me pides vacaciones, siempre
te la pasas trabajando.
-Pues sí, pero tu sabes que mi mamá realmente acaba de salir del hospital y
pues sí necesito ayudar a pagar las quimioterapias, salen caras.

Y pues mi amiga me dijo:


- Mari mañana salimos.

Ese día salimos a Guadalajara, tomamos se puede decir que el cargamento porque sí
era mucho, cuatro maletas de mariguana, eran demasiados, yo nunca le he puesto a
la mota, de hecho me da náuseas, me da asco pero pues realmente la necesidad de
ganar dinero, tomé la decisión de viajar de Guadalajara para acá, ya al llegar aquí
al DF a la Central de Autobuses del Norte, ya nos bajamos, tomamos dos maleteros,
ella dos y yo dos y ella se fue adelante, ya iba a salir la puerta y yo me quedé atrás
esperando al maletero, cuando veo que vienen 4, 5 federales, 4 hombres y una mujer:
-Te vamos a hacer revisión.
-Sí está bien.
Pero ya en ese momento yo ya sabía lo que iba a pasar, dije, ya están las maletas y
qué puedo decir, son mías, yo las traigo, no puedo realmente mentir, porque nunca
me enseñaron a mentir. En ese momento pude haber dicho no. Pero pues también
tenía un problema que nadie entendería en la vida, la necesidad de ayudar a alguien
enfermo de vida o muerte y pues hace año y medio falleció mi mamá, pero no la pude
ver, ese fue mi pago de estar aquí más que nada y pues sí me duele demasiado y me
arrepiento de ese grande error que he tenido en la vida, un tropiezo fuerte, de no
poder verla, ni despedirme ni de decirle te amo, te quiero.

Entonces te aprehenden los federales y luego ¿te llevan al ministerio?


Sí, me llevan a la caseta ahí me quitan mi celular, me quitan mis cosas, desde este
momento ya estaba privada de mi libertad, la chica de la policía me dice:
- Desde este momento te vas a quedar, te esperan muchos años de cárcel,
despídanse de todo lo que han vivido.

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¿Detuvieron a las 2?
Sí, a las 2. Primero nos llevaron a Camarones, recuerdo que el 14 de enero de enero
de 2017 llegamos a Reclusorio Norte por acá por la entrada de juzgados.

¿Y cómo fue el trato que te dieron aquí cuando llegaste a este centro penitenciario?
Al principio tenía miedo, yo sin recursos económicos, me decían que se pagaba la
lista, de hecho la padecí mucho, bajó mi autoestima, bajé un poco los humos se
puede decir, de ser una persona que podía mirar todo hacia el frente, tenía que bajar
la mirada. Nunca tuve apoyo de que me mandaran dinero, un depósito, una visita.
Cuando me detuvieron mi familia sí se enteró pero por los recursos no pudo venir, mi
hermana no podía venir como mi mamá apenas se había salido del hospital no podía
dejarla sola. Cuando mi mamá estuvo en el hospital todavía me tocó cuidarla, nos
turnábamos mi hermana y yo, ella una noche, yo otro día, todo el día y toda la noche
y así nos la pasábamos, de mis 4 hermanos, de ninguno recibimos apoyo, me decían:
“no puedo voy a trabajar”. Yo sí me les ponía del coraje: “es su madre”, “la tierra no
los parió”. Les decía: “recuerden que es su madre y 9 meses los estuvo cuidando, les
dio todo, les dio educación”, sí unos no se quisieron recibir de maestros porque no
quisieron, se casaron y pues sí me daba coraje y hasta ahorita mi familia está muy
desunida, no le hablan a mi hermana.
¿Te has comunicado con tu familia o recibiste visitas de tu familia después que te
aprehendieron?
Mi hermana después de que yo tenía ya un año aquí, ella vino, me trajo un poco de
comida, digamos que una bolsa de comida, un cambio de ropa. Al principio cuando
yo llegué a ingreso la padecí mucho, porque me bañaba con una teja de jabón, no
comía nada, tenía que comerme un bolillo duro, no tenía para comprarme un café
de 5 pesos. Si se me antojaba un dulce, una paleta, tenía que aguantarme y estaba
deprimida, no quería ni comer, al salir al rancho los muchachos son muy groseros
y mejor no salía de mi estancia, yo estaba en ingreso e iban las chicas de aquí de
población para allá a molestarnos y una me me dijo:
- ¿Tú eres la nueva?

Le dije:
- Sí, ¿por qué?

Porque me dijo una amiga, no te dejes, porque las de aquí como ya llevan más años
te van a hacer de menos y pues sí me acuerdo que me jaló las greñas, le dije:
- Yo no te hago nada simplemente porque está la reja, pero realmente o sea tú
estás allá y yo estoy acá, pero tarde que temprano voy a estar allá.

Yo cuando llegué, cuando estaba en COC, yo hablé con la licenciada, con una de las
licenciadas, le dije:
- Mire jefa no tendré la mejor educación del mundo, se puede decir segundo de
prepa, pero eso sí soy muy callada, muy seria, pero yo no me voy a dejar, así me
mande a castigo o haga lo que haga yo no me voy a dejar, si alguien me busca
yo voy a meter las manos, porque así me educaron mis padres, de que no me
dejara de nadie, por más callada, por más seria, por más humilde.
-No pues sí Mari está bien, así a como dices, pero trata de no buscarte pleitos.

Y hasta hoy en día así lo he hecho.

Después que estuviste en COC ¿ya te mandaron al dormitorio?


Sí, me dijo la licenciada:
- ¿Conoces a alguien de ahí de población?
- Sí.

Iba una chica Darian, de pelo rojo iba para allá, iba a cortar pelo.
- Mari, ¿cómo estás? No estés deprimida trata de comer, cuando te manden a
población puedes llegar a mi casa.

Y pues sí, gracias a ella yo estuve en su estancia.

¿Y en general aquí en este centro penitenciario tú crees que respetan tu identidad?


Como yo lo dije anteriormente, un día que pasé a consejo técnico, me siento feliz, me
siento alegre, tal vez no pueda estar con mi familia pero realmente aquí me aceptan
tal y como soy y me siento a gusto conmigo misma, puedo vestirme tal y como soy
pero sin romper el reglamento, el color beige y pues realmente sí me siento a gusto,
si me siento feliz, porque si estuviera en un reclusorio federal no tuviera el pelo

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largo como viene siendo Tepic, Nayarit, no anduviera vestida de mujer y no hubiera
tanto respeto.

¿Te gustaría algún día hacerte alguna intervención estética?


Si tuviera la posibilidad del recurso sí.

¿Qué te gustaría?
La parte íntima y los senos, nada más.

¿Cuántos años te faltan para terminar tu sentencia?


Por falta de licenciado no he podido meter mi beneficio, me faltan dos años para
compurgar.

¿No tienes abogado de oficio?


No, no tengo abogado, mi licenciado hace un año hablé a las oficinas federales, me
dijeron que había fallecido y pues de hecho no me han mandado ni un licenciado
ni una licenciada, tengo dirección y todo pero por falta de alguna persona, algún
familiar aquí afuera que vaya no ha avanzado mi caso.
¿Qué es lo que necesitas que te apoyen?
Que me ayuden a meter mis papeles, ir a la sede de aquí de afuera, ya llevo el 75%
de mi sentencia. Cuando yo llegué si tenía abogado, pero por el COVID ya no vino.

¿Y aquí tu ejerces algún trabajo?


Soy peluquera, estilista.

¿Aprendiste aquí?
Aquí tomé cursos, talleres, tenemos un área que se llama CECATI, se trata de talleres
de capacitación para el trabajo y aquí tomé el curso de peluquería, tomé cuatro
cursos, me dedicó ahora a eso, voy a apoyar, a cortar pelo por la comisión, ya llevo
dos años comisionada. De hecho no he cobrado, lo hago para apoyar al Reclusorio
Norte ya que se les corta el pelo a las personas que pasan a Consejo Técnico, que
las autoridades los quieren con el pelo corto, que no lleven melena, nada más he
apoyado al Reclusorio pero por dinero no lo he hecho. De hecho no corto pelo para
cobrar porque de los años que llevo con mi pareja aquí adentro, no me ha dejado a
cortar pelo y cobrar por eso.

¿Cuándo empezaste a andar con tu pareja?


En el 2018 yo empecé a andar con él, ahorita llevo cuatro años con él.

¿Entonces él te apoya?
Sí, realmente es una persona muy celosa que no deja que yo me dedique a cortar
pelo, que me ponga a trabajar, él me dice:
-Mari tu no tienes necesidad de cortar pelo, toda la responsabilidad cae en mí,
tu sabes que realmente no recibes apoyo de tu familia ni de nadie y para mí no
se me hace pesado.

¿Cómo lo conociste a él?


Yo cuando llegué a población, me dedicaba de sexoservidora, para comprarme
mis cosas. En la estancia me pedían jabón, cloro, escoba, me pedían trapeador, me
pedían pintura y pues todo sale caro y para pagar todo eso trataba de hacer servicios
sexuales, aunque no me gustaba tenía que hacerlo. Está un lugar que se llama “el
punto” donde actualmente ahorita vivo, dormitorio 6 afuera, ahí están unos baños,
ahí se ponían las chicas, cuando yo empecé a ir ahí, se ponían 6, 8 chicas, 3 chicas al
frente, y 5 chicas acá en los baños de atrás. Ahí nos íbamos con una compañera que
era mudita y pues yo miraba que ella se arreglaba a las 7 de la noche, le decía con
señas: “¿a dónde vas?” Y pues sí, sabía decir puta nada más, y ya pues la acompañaba
para que no se fuera sola, después ya empezaba a ir a ese lugar, ya estaba con ella, a
veces ella se iba temprano, yo tarde, a las 9 y media, 10 de la noche ya estábamos en
la estancia porque pues los custodios nos cierran temprano y nos andaban buscando,
así que para evitar problemas entrábamos antes de las 10. Mi pareja ahí lo conocí,
anteriormente, antes de que me mirara ahí, iba a mi estancia, recuerdo que era la
primera vez que yo llegaba aquí a población, y él era amigo de la mamá del cantón,
de la que tenía más años, de Darian, era muy amigo iba a visitarla y le dice:
- ¿Cuáles son las nuevas que te llegaron?

Y pues ya me miró a mi que era más seria, más tranquila y pues mi causa que le
encanta mucho platicar y todo eso, convivir.

¿Él que edad tiene?


39 y pues él compraba los refrescos, compraba las palomitas, que las botanas pero
261
yo no le hablaba, yo en mis cosas, haciendo mis cosas encerrada, ya cuando empecé
a ir a ese lugar “el punto” ya que empezaba a trabajar, él me buscaba, fue primero mi
cliente y pues me daba no mucho, 70, 80 pesos y a lo menos me ayudaba para algo y
ya me mandaba a hablar con otras chicas en la mañana:
- Mari te hablan en aquel lugar.
- ¿Quién es?

Nunca me decían y pues ya cuando iba llegando abría la cortina y ya lo miraba a él,
y ya ahí empezó nuestra relación. Día a día, lloviera o no lloviera, cayera la tormenta,
yo trabajando y pues él me miraba y todo, diario iba para allá, él si le gusta fumarse
su toque de mota y un día se acercó a mí me dijo:
- Mari vamos a cenar.

Pero era con la condición de que no me pusiera a trabajar, de que no me quería ver
ahí trabajando. Le digo:
- Si va la muda sí, porque no vengo sola.
Y pues sí a las dos nos llevaba a cenar.
- Tomen lo que quieran de la tienda.

Ya comprábamos refrescos, que un yogurt, que cosas así, que un jugo, unos panqués
grandes.
- ¿No quieren algo más?
- No, con esto.

Y ya aparte a mi compañera le daba 50 pesos, le digo:


- Dale dinero para que se apoye
- Sí, sí le iba a dar.

A mí me dejaba dinero. En ese momento platicó conmigo:


- Ya no quiero que trabajes, lo que ocupes, yo te lo puedo dar, porque te ves
muy mal ahí parada y más que nada pues hace frío y todo eso, tú sabes cómo te
faltan el respeto y pues las personas nada más te van a querer para un rato, yo
no quiero que trabajes, eso no es para ti.

Y desde ese momento me sacó a trabajar:


- Quiero que te dediques nada más a tus cursos a echarle ganas a salir adelante
para que te vayas muy pronto.

Y desde ese momento ya no me dejó trabajar.

¿Y cómo te sientes con él, estás contenta?


Me siento a gusto, me siento feliz, sí es celoso, me ha hecho teatrito de celos, ataques
de celos, nunca me ha golpeado, nunca me ha maltratado y pues sí me siento muy
feliz, muy alegre.

¿Tú cuando salgas te gustaría cambiar tus documentos para que te reconozcan tu nombre?
Sí me gustaría.
Ya para terminar quiero que me cuentes, algún sueño, alguna esperanza, alguna meta
que tengas.
Me gustaría salir y poner mi propia estética, dedicarme a la estética, a poner uñas, a
poner tintes, hacer cambios de imagen, al igual pues también dedicarme a lo shows
como los hacía antes.

¿También hacías shows?


En mi rancho ayudaba mucho a la iglesia, estaba una persona que se encargaba de
los jóvenes, ayudaba mucho a la secundaria para recaudar fondos para la clausura y
pues ellos ponían el lugar, se puede decir una discoteca y yo los apoyaba dando show.

¿Te gusta?
Sí, de hecho tengo muchas pelucas en mi casa, unas 10, 15.

Ahora que fue el Festival de Diversidad Sexual el año pasado, ¿tú participaste?

263
Sí, hice a Gloria Trevi.

¿Y qué opinas de que este centro penitenciario da esa facilidad para hacer eventos así?
Me siento feliz y realmente me siento alegre porque realmente nos apoyan en esto y
cuando queremos hacer algún evento tenemos que acudir a ellos para que nos den
permiso, la autorización.

Algo más que quieras decir para la gente que quiera leer tu historia
Pues realmente siempre sé tú misma y nunca cambies, realmente la vida te hizo así,
siempre vas a ser así y realmente seas como seas tienes que valorarte, todos tenemos
defectos y nadie es perfecto en la vida, debes de valorarte, de sentir que eres tu
misma y siempre ser humilde. La fuerza más valiosa que puede haber en la vida: ser
humilde y ser tu misma.

Muchas gracias.
me agarraron porque, yo vivo en una
vecindad ahí en Tepito, en una vecindad
donde venden droga y entraron los
policías al predio pero yo estaba afuera,
estaba en otra vecindad.

PAOLA
P A O L A

Reclusorio Preventivo Varonil Norte


12 de enero de 2022
¿Qué nombre deseas usar para esta entrevista?
Paola.

Me gustaría que me dijeras ¿cómo te autoidentificas? Como chica trans, transexual,


travesti, transgénero.
Transexual.

¿Qué edad tienes?


33 años.

¿Dónde naciste?
Aquí en la Ciudad de México.

Paola ¿podrías contarme un poquito de tu infancia?


Mi infancia, pues mi infancia fue muy buena por parte de mis padres, todo nos dieron.

¿Cuántos hermanos son?


Somos 4. Yo soy la tercera.

Y ¿tus papás a qué se dedican?


Comerciantes.

Entonces ¿no les faltó nada?


Nunca nos faltó nada, mis papás se podían quedar sin comer ellos pero nosotros no.
Qué no nos faltara ropa, que no nos faltara un plato de comida.

Y ¿tú en qué momento empezaste a sentirte como niña?


Cómo desde pues los 14 años, si yo comencé a sentir eso. Bueno un poquito más
joven, como a los 8 años, pero yo sí sentía así algo pero en realidad no sabía que me
estaba inclinando a eso, porque yo decía: “no, a lo mejor es nada más un ratito ¿no?”
Pero de a medida de como fui creciendo, me fui dando cuenta qué si era que me
gustaban los hombres.

Y después ¿tú empezaste a vestirte con ropa femenina?


Me empecé a vestir de mujer pero a escondidas de mis papás, porque mi mamá ya se
comenzó a dar cuenta. Se empezaba a dar cuenta de mis comportamientos y de como
me quedaba viendo mucho a los hombres, mi mamá se daba cuenta.

Y ¿qué te decía?
Mi mamá:
-Sí tú te vuelves puto, te vas de la casa.

Pero yo tenía como 14 años, pero yo soy muy apegada a mi mamá y yo entonces traté
de ocultar mi identidad o sea que no se diera cuenta que yo era así hasta como a los
18 años.

Fueron bastantes años a escondidas, pero ¿tú salías vestida de chica a la calle?
Salía vestida de mujer pero en las noches. Me iba con una amiga, a una cuadra de mi
casa y ahí me vestía de mujer y yo veía que mi mamá me veía pero no sé daba cuenta

267
que era yo. Mi mamá me decía:
- Ya me han dicho que te andas vistiendo de mujer. Nada más dónde yo te vea
ya vas a ver cómo te va.

Y yo pues decía:
-No pues como crees mamá.

En eso, una amiga mía, pues muy apegada a mí, con la que yo salía. Ella decía que
era mi novia con tal que mi mamá estuviera bien, para fingir, pero pues ella y yo
sabíamos que onda. Y pues sí, yo veía que mi mamá me veía cuando me subía al taxi,
pero nunca se dio cuenta.

Y ¿tú hasta que curso hiciste en la escuela?


No, yo terminé nada más la primaria pero en sí, en sí, nunca me gustó la escuela.

Entonces ¿tú que hacías? Digamos después de qué terminaste la primaria ¿a qué te
dedicabas?
Me dedicaba a los negocios de mi papá, me ponía a trabajar, por ejemplo, tenía un
puesto de ropa y ahí me ponía a trabajar.
¿En qué momento decides ya no - Ay no, que se vaya. Ahorita me va
esconderte más? a pegar mi mamá, no sé.
Bueno, yo no decido sino que
simplemente una tía mía que ya falleció Y pues si la hizo entrar en razón.
hace como 3 años, se llamaba Sara. Yo
estaba en mi cuarto, yo estaba en mi ¿Qué le dijo a tú mamá?
casa y yo veo que llega mi tía. Mi tía, le empieza a decir:
- Es que tu hijo, pero no te vayas a
¿Vivías con tus papás? enojar.
Sí vivía con mis papás, y veo que mi tía
va y ya, se pone a platicar con mi mamá, Porque era su prima.
le dice que tenía que platicar algo - No te vayas a enojar porque tú
sobre mí y yo luego me imaginé que era debes querer a tus hijos, tal y como
eso, que iba a hablar de mi sexualidad y son, luego por eso se suicidan y
pues yo entré mi mente decía: luego los papás los rechazan y
todo eso.
Y le dice,
- Tu hijo es así, es gay y se viste de mujer.

Y ya mi mamá decía:
- No, como crees. Yo tuve hijos para que tengan hijos y quiero nueras.

Bueno, el chiste es que seguían dialogando hasta que entraron a un acuerdo y mi


mamá de repente le contesta:
- Bueno, si mi hija es así pues yo la voy a aceptar.

Y ya me hablan. Bueno mi nombre verdadero es Martín, ya me dicen:


- Martín, ven para acá. Qué vengas para acá o voy por ti.

Yo no quería salir, duré como unos 10 minutos en el cuarto. No quería salir, no sabía
que iba a pasar, si me iba a correr de la casa. Y ya, bueno el hecho es que ya salí, ya

269
me senté en la mesa y mi mamá me dice:
- ¿Entonces tú eres gay? ¿te gustan los niños? ¿Entonces la que se vestía de
mujer si eras tú? La que yo veía.

Le digo:
- Sí mamá.

Pero yo llorando. Le digo:


- No, pero yo no quería ser así. Yo no sé qué me pasó. Yo no sé, no sé que me
pasó.

Y se puso a llorar mi mamá, me dice:


- Bueno, si tú quieres ser así, yo voy a aceptarte porque tú eres mi hijo y yo no
quiero que te pase nada. No quiero que te vayas de la casa, ni nada.
- Ay mamá, perdóname.

Y me decía:
- Ay no, pero ya te voy a querer como sea. Si te gusta vestirte de mujer, te vas a
vestir como mujer. Y bien arreglada del diario y báñate del diario.
Bueno el chiste es que ya se acabó eso y ya pasa otro día y ya me habla mi mamá y
me dice:
- Ya vente vámonos, acompáñame.

Y me lleva al centro y vamos a unos tiendas de ropa de mujer, donde vende ropa
de mujer pero yo todavía me vestía de niño y pues imagínate, fue muy drástico el
cambio, me dice:
- Te vas a vestir de mujer, ¿te gusta vestirte de mujer? Pues te vas a vestir de
mujer y ¿qué te gusta?

Y le digo:
- Ay no mamá ¿cómo crees?
Y yo ya estaba en la tienda de ropa de mujer y me decía:
- ¿Te gusta esta blusa?
- No mamá, como crees.

Y yo tímida, así. Me dice:


- Bueno, te voy a comprar esta blusa y este pantalón y te los vas a poner.

Así fue que ya que me puse mi primer pantalón y mi primera blusa. Me acuerdo que la
blusa era verde y un pantalón pegadito acampanado, bueno porque en esos tiempos
se usaba más acampanado y me acuerdo que sí me gustó como me quedó y bueno ya
me vestía de mujer y pues sí. Y pues mis tíos se quedaban así, como diciendo ¿qué
onda, no? Y mi mamá me decía:
- Sí tus tíos, tu abuelita te dicen algo, mándalos a la chingada porque yo te
estoy aceptando. Si alguien te dice algo, tus hermanos, todo, mándalos a la
chingada.

Y ¿ahí ya escogiste tú nombre o como te empezaron a llamar?


Paola, o sea yo escogí mi nombre de Paola porque yo veía la telenovela de La
Usurpadora. Yo veía esa telenovela y yo decía, yo quiero ser como ella, o sea yo tenía
creo 12 años y yo decía, quiero ser como ella y me puse Paola por esa telenovela.
“ Estaba muy enamorada. Y ya no lo dejé ir solo,
me aventé yo 6 meses y a él le dieron 9 años.
Yo salí a los 9 meses, fue muy triste porque,
cuando nos sentenciaron yo pensé que le iban
a dar una sentencia cortita también o qué iba a
salir conmigo, pero cuando le dijeron 9 años,
sin derecho a fianza, ni nada pues sí le cayó y
también a mí me cayó pesado y ya nos pusimos a
llorar. ” 271
Bueno entonces ¿le dijiste a tú mamá que te empezará a decir Paola?
Sí, ya.

¿Tus hermanos qué decían?


No, mis hermanos no me decían nada. Al contrario, mis hermanos jugando, nunca
abusaron de mí, ni nada pero jugando, me decían:
- Si tú eres puto, te vamos a coger.

Pero jugando, eso nunca pasó.

Y ¿tú qué les decías?


No, pues a mí me daba pena todavía, desenvolverme con ellos pero sí, nos
carcajeábamos de risa.
Entonces comenzaste ya a vivir tú vida como mujer, cómo Paola y ¿usaste hormonas o
algo así?
No, nunca usé hormonas porque mis rasgos siempre fueron muy así, muy femeninos.

¿Nunca tus amigas te dijeron Paola ponte esto o hazte esto?


No, porque no me gusta juntarme con trans.

¿Por qué? Cuéntame


Porque su ambiente de varias, ya son muy pesados. Ahorita soy callejera pero por
mí, porque me junto mucho con hombres, casi no me junto con mujeres. Soy muy
callejera por los hombres porque me gusta juntarme con los hombres.

Entonces ¿cómo fue todo viviendo como Paola?, ¿empezaste a tener novios?
Sí, mi primer novio fue a los 18 años pero mi mamá no sabía todavía, porque todavía
me daba pena de decirle. Duré dos años con él, lo conocí en zona rosa y así.

¿Estabas enamorada?
Sí, fue mi primer novio.

¿Fue una relación bonita?


Fue una relación muy bonita pero después me di cuenta porqué solo me iba a ver
una vez a la semana, yo me conformaba con eso. Siempre pasaba por mí, porque tenía
carro y nos íbamos a Cuernavaca, a diferentes lados pero siempre a un hotel, nunca
me llevó a un restaurant, pero yo me conformaba con eso, y ya después de las últimas
veces ya casi cumpliendo dos años me enteré que salía con más trans y le dije, no con
eso ya no, ya lo terminé.

Y ¿qué te dijo?
Que sí, porque por ejemplo, nosotras las trans somos muy orgullosas y no queremos
que nuestros novios anden con otras trans. Queremos ser las únicas y yo dije no,
entonces no.
¿Después de eso tuviste otros novios?
Sí pues novios estables, he tenido 4. Con uno, el primero duré 2 años. Con el otro, 9
años, con el otro 5.

9 años es un montón, tienes relaciones súper largas.


Paola: Me gustan las relaciones serias.

9 años y ¿vivían juntos?


Vivimos juntos, sí.

¿Por qué terminaste con el novio de 9 años?


Porque haz de cuenta que él empieza a robar y yo le decía, no robes, no tenemos
necesidad de robar.

¿Tú seguías trabajando en el comercio?

273
Sí pero como él se drogaba, no se drogaba mucho como en la actualidad, pero él por
mantener su vicio pues robaba, porque él quería más, él quería más vicio.

¿Qué consumía él?


Cocaína. Y a base de que robaba pues a mí no me gustaba dejarlo sólo. Yo era, se
puede decir que yo era su sombra, no lo dejaba sólo porque me daba miedo que le
pasara algo y ahí iba yo, también a acompañarlo a hacer sus fechorías, a robar. Yo no
hacía nada, yo manejaba la moto nada más.
- Tú estate aquí. Y yo me subo a la moto y tú te arrancas.

En una de esas, lo agarran. Lo agarran. Bueno, robó, fue en la noche y pasó otro
día, bueno ese día no pasó nada, en la noche no pasó nada. Pasó otro día y se para
temprano y sale y enfrente de su casa hay un deportivo y se va a robar a otro chamaco
y lo agarran. Y ya se lo llevan a la delegación y yo voy a la delegación y pues ya digo
lo que pasó en la noche y en eso veo llegando a los otros chamacos de antenoche y
me dicen:
- ¡Ella fue!
Y que nos agarran a los dos. Me detienen a mí y que nos llevan al reclusorio, al
Reclusorio Sur. Eso ya fue hace 9 años que paso.

Y ¿allá estuvieron un rato?


Estuvimos, y todavía en la delegación, a mi papá le dijeron que había “bisne” conmigo
pero yo le dije a mi papá:
- No ¿sabes qué? Yo me quiero ir con él, no des dinero. Yo me quiero ir con él,
yo me quiero ir con él.
- ¿Estás segura?
- Sí. Me voy con él.
- Bueno, está bien.

¿Tú estabas enamoradísima?


Estaba muy enamorada. Y ya no lo dejé ir solo, me aventé yo 6 meses y a él le dieron
9 años. Yo salí a los 9 meses, fue muy triste porque, cuando nos sentenciaron yo
pensé que le iban a dar una sentencia cortita también o qué iba a salir conmigo, pero
cuando le dijeron 9 años, sin derecho a fianza, ni nada pues sí le cayó y también a
mí me cayó pesado y ya nos pusimos a llorar. Pero él se echó la culpa, él dijo que yo
no fui.

Entonces tú sales, él se queda dentro y ¿lo seguías visitando?


Lo seguía visitando. De esos 9 años, lo visité 5 años pero como no se dejaba de
drogar, le dije:
- Tienes que parar de drogarte porque yo te llevo cosas y todo, ropa, tenis y
todo lo empeñas y todo lo pierdes. Tú lo empeñas por vicio y lo pierdes, no vale
la pena, yo ya me cansé.

Y ¿qué te dijo?
Que sí, ya iba a cambiar, lo dejé de visitar dos meses, y fui después de dos meses, pero
antes de ir al reclusorio a visitarlo, ya me decían:
- Tu viejo ya anda con otro, ya está andando con otro. Hay otro que lo va a ver.

Y pues si me quedé con la duda y ya voy otra vez de visita y sí ya andaba con otro,
con uno que iba de visita. Un hombre pero era gay, o sea no se vestía de mujer, no se
viste de mujer, es un gay normal. Y yo le decía:
- Ya déjalo.
- Es que no lo puedo dejar porque ya me ha ayudado mucho.

El chiste es que no lo dejó y se casó, se casó allá adentro.

Y cuándo se casó ¿te afectó?


Se casó después de 2 años pero ya no me dolió tanto porque ya había pasado un
tiempecito. Sí se casó y sí sentí feo pero no fue para que me tirara.

Bueno y entonces después de eso tú seguiste con tu vida.


Yo seguí con mi vida y después como al año empiezo a andar con otra persona, con
él de los 5 años. Y ya él me terminó por mi carácter porque soy muy celosa y es que
me terminó y aparte por su mamá porque su mamá no me quería y lo que le decía su
mamá pues él lo tenía que hacer. Si le decía, quédate aquí conmigo los domingos o

275
tales días, se quedaba. Nosotros ya llevábamos más de dos años y yo le decía:
- ¿Sabes qué? Tú ya no puedes hacer tanto lo qué dice tú mamá porque nosotros
ya vivimos juntos y tú no puedes estar haciendo lo que dice tú mamá, y yo no
te digo que la dejes de ver pero eso de que te diga, que te vas a quedar tal día
conmigo. No.

O de que luego lo invitaba a fiestas familiares y yo le decía:


- Yo no tengo la necesidad de ir a tus fiestas pero no te puedes mandar solo a
que te vayas a la fiesta sin mí ¿sabes qué? Le dices a tú mamá, va a ir Paola o
no voy a ir yo. Simplemente porque eso de que te estés yendo a las fiestas, yo
que sé que estés haciendo allá, que tú mamá te va a presentar a alguien porque
con eso de que no me quiere.

Más que nada por su mamá fue que también terminamos, pero si fue muy bonito.

Entonces ¿cómo es qué llegas a este centro penitenciario? ¿Cuánto llevas acá?
Llevo 5 meses. Ah pues aquí me agarraron porque, yo vivo en una vecindad ahí en
Tepito, en una vecindad donde venden droga y entraron los policías al predio pero yo
estaba afuera, estaba en otra vecindad, pero a mí me dicen:
- Ya entraron los policías ahí a tu vecindad.

Y yo voy porque tienen la costumbre de meterse en la casa sin ningún permiso, sin
ninguna orden. Y yo voy y le digo a los policías que están en la puerta, les digo:
- Déjame pasar por favor.
- No, no vas a pasar.
- Déjame pasar porque si no van a robarse cosas de mi casa, ya van varias veces
que lo hacen.
- No, no vas a pasar.

Y ya me doy media vuelta y habló al 911 para dar parte de lo que estaba pasando y
ya y les digo que no me dejaban pasar y que estaban haciendo un operativo sin orden
y ya me dijeron:
- Te vamos a mandar una unidad, ahí espérenos.

Pero yo me desespero y quiero entrar otra vez a la vecindad porque no llegaba la


patrulla y quiero entrar y ya me dejan pasar, no me dicen nada y ya estando adentro,
que me agarran y que me dicen:
- Ah ¿te sientes bien chingona? Pues ahorita te vas a ir a chingar.

Y ya que me traen.

¿Bajo qué cargos?


Daños contra la salud. Venimos 4.

¿Cuándo tienes audiencia?


Ayer tuve audiencia, íbamos a ver si nos aceptaban el abreviado para la sentencia
pero nos la negaron que porque el delito que traíamos. Y pues ahorita, hasta el 17
de febrero tenemos audiencia otra vez a ver si nos aceptan el abreviado y ya si nos
va bien, nos dan una sentencia de 3 años 8 meses, la mínima. Y con eso salimos bajo
fianza, si nos va bien. Si no nos va bien porque como tengo causas, como somos 4, ya
sería arriba de 5 años y ya no alcanzamos fianza. Primero Dios que todo salga bien.
Es que yo todavía les decía que hay video que no coincide que cuando la camioneta
ya está ahí y yo estoy todavía al frente de una cámara, no sé si me enfoco pero yo
pedí esos videos, dónde no coinciden los tiempos, o sea la camioneta ya estaba ahí,
cuándo llegan los policías que hicieron el operativo, la camioneta ya estaba parada
al frente de la calle y yo en ese momento estoy parada en otra calle donde me enfoca
una cámara y yo pedí esos videos pero no me las quisieron dar.

¿Tienes abogado de oficio?


Tenía él de oficio, pero ahorita ya tengo un particular.

Para que él pida esos videos.


Sí pero ¿sabes qué? A mí me llevan a Santa Martha y no me sabía ningún número de
familia y pues mientras me tuve que aguantar con el de oficio, que si hubiera tenido
un particular se hubiera puesto listo y hubiera pedido los videos, pero como pasaron
más de 7 días después y esos videos los borran.

Y ¿cómo te tratan acá? ¿Respetan tu identidad como chica trans?

277
Sí, la respetan.

¿No te molestan?
Sí hay uno que otro que sí, igual como en la calle ¿no? hay uno que otro que si grita
sus cosas pero ahorita no ha pasado a más.

¿Tienes amigas acá?


Sí tengo amigas acá.

Y a ti que no te gustaba juntarte con las trans.


Sí, no me gusta pero si acá tengo que convivir con ellas.

¿Has hecho varias amigas acá?


Sí y hay unas que ya conocía de la calle.
Me gustaría que me contaras una historia que te haya pasado acá dentro del reclusorio,
una anécdota que quisieras contar.
Ahorita de que conocí a un chavo, ahí en COC y ya hasta se pasó conmigo a vivir, ahí
en la misma celda y ahorita pues dormimos juntos y pues se me pasa más rápido el
tiempo, no es tan pesado.

Entonces ¿es tu pareja?


Es mi pareja, ahorita.

Y ¿él cuánto tiempo va a estar acá? ¿También está en proceso?


También está esperando el proceso.

Paola y entonces ¿tú tienes cambio de documentos? ¿Te gustaría cambiarlos?


Todavía no, pero sí, sí me gustaría cambiarlos, el nombre legalmente.

Si pudieras elegir ir a una cárcel de mujeres o a una de hombres ¿cuál elegirías?


Pues ¿qué crees? Ya estaba yo en la cárcel de mujeres en Santa Martha y aún no me
he cambiado el nombre. Es que yo en la delegación les dije:
- Yo ya me cambié el nombre. Yo me llamo Paola.
- Te vamos a buscar. Es que no me apareces.
- Es que apenas me cambié el nombre, hace un año.
- Es que no me apareces.
- A lo mejor, por el cambio de nombre está mal el sistema.

Y ya entre ellos haciéndose preguntas, es que no nos aparece y si nos mete en una
bronca y yo los escuchaba y ya pues, decidieron:
- Vamos a mandarla a Santa Martha.

Me llevaron a Santa Martha y ya después, yo duré dos meses allá y ahí yo pedí mi
cambió para acá.

¿Por qué lo pediste?


Porque bueno es que yo me iba a sentir más segura, bueno no más segura pero mejor
acá porque yo en realidad no sé cuánto tiempo voy a estar aquí. Y yo quería así como
estar con alguien y pues allá en la cárcel de mujeres, las lesbianas tienen su pareja y
duermen juntas. Y pues, yo quería lo mismo. No sé cuánto tiempo vaya a estar aquí y
quiero alguien que me haga compañía. Por eso me pasé para acá.

Oye Paola y ¿tú qué piensas de estas asociaciones qué vienen a visitar a los chicos?
Sí, está muy bien. Porque a parte te distraes y a base de estas historias a lo mejor se
puede llamar la atención para ver los casos de las chicas trans. Para que los policías
no sean homofóbicos y no estén culpando las chicas sin nada que ver, que nada más
las quieran culpar por culpar, sin que hayan cometido algún delito, cómo yo.

Tú por estar en el lugar equivocado.


Sí es que varias veces si se me han metido a mi casa y si se me han robado bastantes
cosas.

Oye Paola, me gustaría que me contaras un sueño que tengas. ¿Cuál es tu sueño?

279
Ahorita tengo una fantasía o un sueño, no sé cómo llamarle. Vestirme de novia, un
vestido rojo, escotado de aquí del pecho, un rojo como satinado con swarovski rojo
e irme al Zócalo, rentarme una limusina y llevar a mi pareja también y vestirlo de
blanco. No casarme, ni entrar a la iglesia ni nada de eso, sino celebrar, pasearme en
el zócalo, en el Ángel.

Y por último ¿qué mensaje te gustaría compartir a las personas que van a leer tu historia?
Pues que sigan trabajando así, de esta manera, visitando los centros penitenciarios,
venir a visitar a las chicas trans porque ayuda a desahogarte, porque acá ya casi no
te escuchan porque están en lo suyo, acá no te escuchan como tal, ni para darte un
consejo, por ejemplo, ustedes aquí si nos escuchan y nos pueden dar un consejo.

Muchas gracias por la entrevista.


Sí, desde esa época, desde los 10 años,
los 11 años, yo me di cuenta que me
gustaban las niñas. Entonces por lo
mismo que no era aceptado en mi casa, me
salí a los 14 años de mi casa.

ALEXIS
A L E X I S

Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla


30 de marzo de 2022
Hola buenos días, para empezar me gustaría que me dijeras que nombre deseas usar
para esta entrevista.
El mío, Alexis.

¿Cómo te identificas a ti mismo?


Como hombre.

¿Qué edad tienes?


40 años.

¿En qué estado y ciudad o pueblo naciste?


En el Estado de México, en Ciudad Satélite.

¿Cuántos son en tu familia?


3, un hombre, una mujer y yo. Somos dos hombres. Yo soy el último de la familia.

Cuéntame de tu infancia, ¿cómo la recuerdas?


Todo fue relajado, yo siempre me di cuenta que me gustaban las niñas y de quien era,
solo que no era bien visto en la familia.

¿Tu familia a qué se dedicaba?


A la compra y venta de carros.

Con tus hermanos, ¿cómo te llevabas?


Con mi hermana bien, pero con mi hermano había roces, yo creo porque es homofóbico,
pero no lo entiendo, no me soporta a mí pero si ha tenido relaciones con chicas trans
pero no entiendo porque siempre ha habido roce o por el título del único varón en
la casa, el único niño en la casa.

A lo mejor por competencia, ¿tú te comportabas como niño desde esa época?
Sí, desde esa época, desde los 10 años, los 11 años, yo me di cuenta que me gustaban
las niñas. Entonces por lo mismo que no era aceptado en mi casa, me salí a los 14
años de mi casa.
¿A dónde te fuiste?
A un estado, a Guerrero, Acapulco. Bueno entonces me fui para allá porque yo soy de
la idea de que cada quién vive la vida como le gusta y como quiere, entonces yo no
tenía por qué estar con un hombre puesto que a mí no me gustaban y no por darle
gusto a mi familia ¿no? entonces por eso decido yo salirme de mi casa a los 14 años.

¿Estudiaste el kínder, la primaria?


Todo, hasta segundo semestre de preparatoria

Y por ejemplo en la escuela, en la primaria, en el kínder ¿tú siempre tuviste esta expresión
masculina, de que te comportabas más como niño?
Sí de hecho, siempre jugaba futbol con mis compañeros o quemados o cosas así pero
nunca estaba con las niñas.

Y los demás niños ¿qué te decían?, ¿te aceptaban?

283
Era curioso porque a pesar de que no era bien visto en ese entonces, corrí con suerte
que siempre fui aceptado en el lugar que me pare como niño o con mis preferencias
sexuales siempre fui aceptado, el único lugar en el que no era aceptado era en mi
casa.

¿De parte de quién sentías que no eras aceptado?


De mi mamá.

¿Cómo te lo hacía sentir?


Había comentarios pues a veces grotescos e insultantes y ofensivos para mí, para
gente que era igual que yo y de otro lado, decía que tener un hijo así o una hija
así era el tiro de gracias. Y pues yo con 11 o 10 años pues me quedaba callado, no
sabía todavía lo que era defender lo que te gusta y entonces conforme fui creciendo,
empezó de cierta manera el bullying en mi casa: “¿Y el novio?” “¿Te vas a quedar para
vestir santos?”
A todo eso, yo dije: ya se está poniendo tenso aquí y yo no voy a traer a un hombre
que no me gusta para taparle el ojo al macho. Entonces decidí a los 14 años decidí
salirme de mi casa.
¿Tu familia no te busco?
No, yo fui el que regresó a los 17 años, pero ya transformado totalmente en niño.

En Acapulco ¿a qué te dedicaste?


A delinquir. A delinquir nada más y a eso fue lo que me dediqué puesto que no sabía
hacer nada, estaba acostumbrado a que todo se me daba en la casa.

En tú casa digamos que ¿vivías una vida holgada con tu familia?


Sí.

¿Tenías todo?
Todo, hasta iba a escuela particular, iba en La Salle entonces no tenía preocupaciones.

Sí porque Satélite es un lugar de gente que tiene cierto nivel económico.


Sí, entonces pues iba, te vuelvo a repetir en La Salle, después en El Tepeyac, hasta el
grado de que yo no quise ir a la escuela a los 11 años y mi mamá tuvo que ir a la SEP
para pedir una autorización para yo pudiera entrar con el uniforme de niño o sea el
pantalón a la escuela porque yo fui renuente a esa edad y ya no quería ir a la escuela.
Entonces mi mamá pensaba que era acto de rebeldía nada más porque me gustaba
mucho el basquetbol, me había metido al americano en perros negros, entonces
decía que por el deporte que yo hacía que quería estar más cómoda, no aceptaba al
cien por ciento mis preferencias.

Y desde esa edad ¿a ti te gustaba por ejemplo la ropa de niños?, ¿todo lo de niño?
Toda la vida, así incluso a nosotros se nos acostumbraba que si a nosotros se nos
daba tanto dinero cada seis meses para que nos compráramos ropa y pues yo la
mayoría eran pantalones y playeras, quizás no tan varoniles porque aún tenía el
temor de mi casa, pero si eran de muñecos animados, cosas que no fueran tan de
niña. La gorra a escondidas. Yo tuve una pelea muy fuerte con mi mamá, incluso
hasta unas nalgadas me llevé a los 11 años porque yo llegué de la escuela ya con el
cabello corto, entonces esa fue la situación.

¿Te cortaste el cabello a escondidas?


Sí, a escondidas de mi mamá, fui a la estética y dije: así lo quiero como el que está
ahí.
285
Entonces fuiste a escondidas de tu mamá Pues muy chiquito y en la escuela
y te cortaste el cabello. entonces ¿tú no tenías problemas con tus
Y cuando llegué, me dieron unas compañeras ni con tus compañeros?, ¿no
nalgadas sabrosas. te hacían burla por verte como niño?
Nada, corrí con suerte, te digo que
Y ¿antes te habían pegado? o ¿fue la siempre jugaba que el futbol, que los
primera vez? quemados con los niños, en lugar de
No, mi mamá era de mano dura, era el irme a sentar con las niñas a platicar
clásico de la cachetada o un manazo y nunca fui rechazado en nada, corrí
y eso, pero ese día si fue bastante las hasta con suerte.
nalgadas y las cachetadas que me
tocaron por haberme cortado el cabello
como niño y desde los 11 años así ya
ando.
Dices que regresaste a los 17 años a tu casa otra vez con tu identidad masculina ¿por
qué regresaste?
Por buscar el acoger de la familia, el estar tranquilo porque no me gustaba delinquir,
entonces a mí me llamaba mucho la atención la escuela y el deporte, pero a raíz de
no aceptar mis preferencias, yo fui el que tomé el camino fácil, desgraciadamente
se nos acostumbró a tener todo y al no tener nada me orilló a no saber hacer nada.

Cuando tu regresas a tu casa, ¿cómo fue el recibimiento de tu familia?


Fue chistoso porque mi mamá no me reconocía, cuando yo llego me preguntaba
todavía y le hago burla de que me dice:
- ¿A quién busca usted joven?

Y hasta que hablé fue cuando me dijo:


- ¡Ay mijo!

Pero ya fue la palabra de hombre: “mijo”, incluso de ahí no tuvo problemas mi mamá
porque cuando yo me salí de la casa o sea yo por teléfono le dije todo, por el temor
que tenía yo, así de distancia yo sentía que llegaba mi mamá, porque le teníamos
mucho respeto en la casa o le tenemos. Entonces, ella ya sabía, los años que no me
vio y todo, yo creo que por eso lo acepto de cierta manera porque me llevaron a una
escuela que se llama “La Escuela de la Conducta” en Polanco que son psicólogos y
todas esas situaciones y mi mamá decía que, porque quizás me había pasado algo
en la infancia, entonces yo gracias a Dios, hasta el día de hoy, nunca bueno no sé, lo
que se siente ser acosada por un hombre, nunca, nunca. Entonces yo con el psicólogo
llegué y prácticamente le dije: “tú cobra lo que tienes que cobrar wey, a mí me gustan
las mujeres y no voy a cambiar”.

Y me acuerdo tanto de la contestación que el psiquiatra le dio a mi mamá: “que mis


preferencias eran genéticas” y no sé a qué se haya referido con que eran genéticas y
que no se me iba a quitar con una pastilla como si fuera gripa, entonces que la que
tenía que ir a terapias era mi mamá, no yo, porque yo tenía muy planteado lo que
me gustaba o lo que sé que me gusta. Entonces ya fue más tranquilo y más relajado
cuando regresé a casa.
Y ¿tú papá?
Mi papá falleció desde que yo tenía los 11 años y fue chistoso porque mi papá sabía
mi secreto y la contestación de él también por lo mismo, por el respeto que se le
tenía a mi mamá fue: “no le digas a tu mamá, yo voy a buscar el momento preciso para
yo poder hablar con ella y se lo vamos a decir”.

Pero en ese lapso ¿qué te gusta? Como dos meses, enfermó y falleció, entonces
tampoco hubo el tiempo como para que mi papá se lo comentará a mi mamá ¿no?
entonces siempre lo he dicho, él se fue con mi secreto hasta la tumba.

¿Sentías el apoyo de él?


Mucho, mucho. Mi papá fallece y a mí se me acaba el mundo, a pesar de tener a mi
mamá y a mis hermanos. Fallece mi papá y a mí se me viene el mundo encima.

Entonces a los 17 años tu ya habías cambiado la forma de vestir, tu cabello.

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Todo, todo, incluso yo llego y te vuelvo a lo mismo, si hubo una rivalidad con mi
hermano porque cuando yo regresé, regresé a los 17 años y mi hermano ya se había
casado y se había divorciado, me lleva 13 años. Entonces, él presenta una chica en la
casa de mi mamá, yo no sabía, ya habían repartido hasta las invitaciones para la boda
y resulta que pues yo tuve que ver con su novia ¿no? entonces de cierta manera fue
un desquite por todo lo que me hacía, que intentaba a veces pegarme por lo mismo.
Él era, como decimos aquí, él que le daba cuerda a mi mamá para que me regañara,
para que me tuvieran más controlado, entonces fue como manera de desquite y de
cierta manera, hoy después de eso, sí hay una rivalidad de él hacía mí, de mi hacia
él no.

¿Tú en algún momento tomaste hormonas para masculinizar tu cuerpo?


Tome testosterona. Testosterona me inyectaron como cuando tenía 15 o 16 años.

Entonces te inyectaste hormonas y ¿cómo las conociste?


Porque yo después de estar en Acapulco, me voy para Cuernavaca y empiezo a entrar
al círculo de las personas gays, entonces empiezo a entrar a ese círculo y pues ellas
eran las que me decían, yo veía que ellas se inyectaban hormonas y cosas así y
ellas me pusieron el clásico apodo “el mayate”, entonces me decían: ven, te vamos a
inyectar.
Y yo me dejaba hacer de todo, me decían que me iban a transformar en más niño.

¿Te inyectaron chicas trans?


Trans, chicas trans fueron las que me inyectaron la famosa testosterona.

¿Dónde dices qué pasó eso?


En Cuernavaca, antes que regresara a mi casa.

Anduviste en Acapulco y en Cuernavaca, o sea andabas en varios lugares.


Sí, como trotamundos.

Y ¿qué sentías cuando te empezaste a hormonizar? o ¿cuándo te inyectaban?


Me gustó, pero de verdad yo si lo llegó a platicar, cuando tocamos ese tema, que a
mi si me dolió porque yo no tenía la espalda que tengo, o sea yo tenía cuerpo de
niña vamos, y ahora me veo y no tengo ni parado de niña. Entonces, pues sí, la voz,
el cásico porque tenía la voz muy delgadita, no tenía vello ni nada en los brazos.
Toda esa transformación a mi realmente me dolió porque yo sentía que la espalda
realmente se me abría, como si me cortarán o sea a mí si me dolió todo ese cambio,
físicamente. Emocionalmente estaba al cien porque era lo que yo quería.

¿Cuánto tiempo te estuviste hormonizando?


Como dos años, pero con dos años fue suficiente porque fueron dos años consecutivos,
fue como ellas me lo dijeron porque ellas sabían, yo las veía y eran unas niñas, unas
damas, entonces yo decía: si ellas pudieron, yo también puedo.

Y ¿tú como veías que te trataba la gente cuando empezaste a ver esos cambios? O sea
¿ya veían a un chico?
Sí, fue chistoso porque yo entraba, no sé a los centros comerciales, al cine, a algún
restaurant, al baño y entraba seguridad por mi porque inconscientemente me metía
al de las niñas aún. Yo siempre me acepté con mis preferencias sexuales y el cuerpo
que tenía, yo nunca tuve ese choque conmigo, entonces yo entraba al baño de las
niñas, aunque me vieran como niño, y entraba seguridad por mí, al principio era
vergonzoso. Conforme yo vi todas esas situaciones, yo opté por entrar al baño de los
niños y no pasaba nada, todo tranquilo, entonces desde esa edad, me acostumbré más
a vivir la vida que yo quería, de un niño.

Y ¿te sentías bien entrando a los baños de hombres?


Incluso en los antros gays pudiendo pasar a cualquier baño, yo me metía al de los
niños, o sea inconscientemente el patrón de vida que llevaba, ya había cambiado
también, ya no había solamente cambiado físicamente si no también el patrón de
vida que llevaba.

Entonces te regresas a tu casa a los 17 y a ¿qué te dedicaste en esa época?


A estudiar la preparatoria, porque la dejé al mismo tiempo que me salí de mi casa,
entonces estudié.

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¿Terminaste la prepa?
No, en el segundo semestre me quedé porque ya había conocido la calle. Me refiero
a la calle, en la situación de mis preferencias, de que el círculo con que yo me
juntaba, con la banda como decimos aquí, pues no había bronca que la niña anduviera
conmigo y fui aceptado por toda mi banda, entonces me sentía más aceptado y más
tranquilo ¿si me entiendes? Porque incluso yo soy muy broncudo y entonces en la
calle pues soy más. Entonces en la calle, yo buscaba pleitos ¿no? pues con hombres
y mis amigos los que eran niños, me tiraban un paro sin decir que yo era niña ¿no?
era el niñito de la banda y salían ellos, en lugar de que incluso hasta me regañaran
porque ellos eran los que andaban pegándose, les daba risa, entonces yo me sentía
más protegido, más aceptado y más en confianza con amigos ¿no? que en mi casa,
entonces opté por volver a salirme de mi casa.

¿A qué edad te volviste a salir?


Estuve nada más como un año y medio, como a los 18.

¿A dónde te fuiste?
Nuevamente a Cuernavaca.
Y ¿por qué Cuernavaca?
Me gusta porque ahí conocí a muchas niñas trans y este mundo de la sexualidad gay,
lo conocí ahí y abrí los ojos ahí y sabía lo que yo quería y me transformé ahí, entonces
como que es un lugar en el que me siento seguro.

Y ¿cómo es que llegas a este lugar? ¿Ya habías estado antes en un centro penitenciario?
Ya.

¿Cuándo fue la primera vez?


Antes de los 18 años.

Antes de los 18 años, ¿en dónde te recluyeron?


En Cuernavaca.

¿Por qué razón?


Por robo.

¿Cuánto tiempo estuviste?


Como un año y meses.

“ Toda esa transformación a mi realmente


me dolió porque yo sentía que la espalda
realmente se me abría, como si me cortarán o
sea a mí si me dolió todo ese cambio, físicamente.
Emocionalmente estaba al cien porque era lo
que yo quería. ”
O sea todavía no cumplías los 18
No, yo me hice pasar por mayor de edad porque, por toda la libertad que decían que
había en la cárcel y lo que no había en uno para adolescente pero pues yo quería
vivir pues mi vida, digámoslo así y todo lo que no podía hacer en mi casa, yo quería
comerme el mundo, entonces yo siempre deseaba tener más edad para poder entrar
a lugares que no podía entrar, como La Casa del Dictador si no enseñas la credencial,
no te dejan pasar o cosas así, y entonces yo decía: no es que yo tengo más edad.

Entonces esa fue la primera vez que llegaste a un centro penitenciario y en el centro
penitenciario ¿cómo te sentiste?, ¿fuiste a uno femenil?
Bien, me sentía en como dice el dicho: “en el país de los ciegos, el tuerto es el rey”,
llegué como el tuerto. Me sentía muy bien, me gustaban las mujeres, llegué a un
lugar que estaba lleno de mujeres, donde a veces ya lo llegué a entender, que a veces
la soledad orillaba a mis compañeras o a las que fueron mis parejas en ese entonces
a estar conmigo y fue donde, de cierta manera me sentí bien.

¿Encontraste el amor?
No tanto el amor pero sí engrandecerme como el niño que me sentía y ahora ella
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y ahora ella. Gracias a Dios como soy, he tenido más suerte que los niños, entonces
como que mi ego subió mucho, como que mi rating conmigo mismo subió mucho, eso
fue lo que provocó llegar a una cárcel de mujeres.

¿Cuánto tiempo estuviste en esa cárcel?


Como año y meses. También tuve un problema en el reclusorio por mis preferencias.

¿Ahí en ese centro?


En otro, en Cuernavaca, pero tiempo después.

En ese otro centro que me cuentas, ¿por qué tuviste problemas?


Porque no era aceptado, yo llegué como el único niño, vestido de niño totalmente
a ese penal, sí habían lesbianas pero no estaban vestidas de hombre. Entonces yo
llego con vestimenta de hombre y todo y pues llamo la atención, y por eso intentaron
matarme, por andar con una chica ahí.
¿Quién o quiénes intentaron matarte?
Una lesbiana que estaba enamorada de ella, pero la otra andaba de niña y entonces
llegó yo como el niño y la atención la tengo yo. Y entonces pues, me picaron, llegué
hasta el hospital, hasta operación y todo. En ese mismo reclusorio, tuve mucha
discriminación porque la directora de ese penal, no me aceptaba. Yo no tenía como
tal una visita intima, ni nada por el estilo. Entonces, el hecho que a mí me vieran
a mi o a mi pareja con uno o dos chupetones por esa razón fuimos acreedores de
muchas sanciones y después a mí me trasladan por lo mismo y yo meto una demanda
en derechos humanos, donde afortunadamente por discriminación la gano y a la
directora la cesaron de todas las áreas de gobierno por 5 años, pero sí, en esa cárcel
sí tuve discriminación por parte de seguridad o sea por funcionarios porque por mis
compañeras, no.

Y en estas épocas, en estas dos ocasiones que tu estabas en centros penitenciarios ¿tú
familia se enteró?
No, en ninguno de los dos.

O sea ¿nunca recibiste visita de familia ni nada?


Hasta el día de hoy, no recibo visitas.

¿Cuándo llegaste aquí a este centro?


Hace 13 años

Y ¿en esos 13 años nunca has recibido visita de tu familia?


No, de nadie, no tengo una visita, ni siquiera en el kárdex hay alguien.

¿No tienes alguna amistad?, ¿alguien que venga?


No, nada. La única que tengo es a mi pareja que acá esta.

¿Cuánto años llevan?


Llevamos poquito, nos conocemos desde hace 10 años y siempre ha sido mi amiga,
pero de relación llevamos 8 meses.
Me puedes contar por qué llegaste a este centro penitenciario.
Por secuestro y homicidio.

Y hace 13 años ¿cómo te recibieron aquí guardia y custodia, las autoridades, todos?
Me recibieron bien, yo nunca tuve una discriminación por ese lado. Y ¿sabes por
qué? Cuando yo llegó aquí, ya encuentro a más niños trans, entonces nunca tuve,
al contrario, fui como que más aceptado porque somos pocos los niños trans aquí,
entonces que llegara otro niño trans: vente, vente para acá no hay bronca. Como más
libertad en las preferencias sexuales encuentras en un lugar como este, talvez no
sea porque le guste a las demás chicas, lo entiendo y te lo vuelvo a repetir, quizás
sea por la soledad que se vive aquí adentro de este lugar. Yo lo he llegado a pensar
de las que son parejas de nosotros porque si tú les preguntas en la vida de ellas,
nunca han andado con niños trans en la calle, su vida se relaciona o se gira en torno
a un hombre, por la familia, por ellas, porque siempre tuvieron novios, entonces son
muy pocas las que llegan a decir: si tuve parejas afuera. Entonces también lo llego a

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entender, pero como que los niños trans somos más aceptados hasta con seguridad,
somos los consentidos. De verdad, porque seguridad no es fea con nosotros, bueno
al menos yo te hablo por mí, bueno es que mucho me hacen burla que soy el niñito
consentido de seguridad. Si mi pareja quiere salir a algún lado y no lleva pase, me la
regresan, yo nada más soy de agarrarla de la mano y:
- Jefa, ahorita vengo
- Sí, Alexis no te tardes
O sea como que somos más apapachados, la verdad.

Y entre ustedes, los machines como dicen aquí ¿no hay rivalidad?
Mucha, mucha, pero más que nada es la envidia porque él trae una novia más bonita
que yo, si yo me pongo más loción qué él. Más que nada es la envidia, dirían por ahí
“el brillo de uno, a otros deslumbra” y más que nada es eso ¿sabes de dónde viene la
rivalidad? De las personas que llegan y no saben qué onda con su sexualidad, llegan
aquí y ven que el niño es apapachado o que al niño le llevan de comer, entonces
se cortan el cabello, se vuelven niños y quieren la atención para ellos, pero si tú te
sientas a platicar con ellos son más femeninas que una niña porque te hablan de
dos, tres, cuatro hijos. Entonces no sabías lo que quieres, llegas aquí y quieres la
comodidad. Es en ese momento donde se pone la rivalidad, porque yo te puedo decir
que los niños que venimos, digámoslo como lo decimos aquí, hechos de la calle, no
tenemos un pedo con nadie, pero los que se vienen a hacer aquí, son los que vienen
a competir mucho.

Cuando tú llegas aquí a este centro penitenciario ¿tú tuviste algún abogado que te apoyó?
Llegué y teníamos abogado particular porque yo vengo con una causa, con otra chica.
Entonces, tenemos abogado particular desde que llegamos.

¿Era tú pareja?
Sí, con la que llegué sí.

¿Cómo ha sido el apoyo del abogado?


Pues bien, tan bien que ha peleado hasta el último instante, todavía no nos han
sentenciado, después de 13 años.

¿No tienes sentencia?


No, y ha sido de cierta manera algo favorable para nosotros porque es un delito en el
cual es una sentencia excesiva. A mí, el hecho de delinquir en la calle, yo sabía que
lo que estaba haciendo no era nada bueno, tenía los pies sobre la tierra, entonces no
me queda llorar. Pero dentro de todo lo que ha hecho el abogado es que no nos han
sentenciado y eso como que es una puerta abierta para poder salir de aquí.

Tienen todavía una puerta.


Una puerta, una luz.

Entonces tú me dices que aquí en el centro penitenciario, no has recibido discriminación


de la autoridad.
La única pequeña discriminación es que no la han querido pasar a vivir a ella conmigo
porque ponen muchas situaciones, que aquí no vienen a meter parejas juntas, pero
no vamos a ser los únicos, es la única pequeña discriminación que hemos tenido,
¿verdad amor? (le pregunta a su novia que está sentada junto a él).
¿Pero si lo han pedido?
Sí, hay incluso escritos ante el consejo y todas las áreas y cartas responsivas y ni aun
así.

Y ¿tú te has sometido a alguna intervención quirúrgica?


No

¿Te gustaría?

¿Qué te gustaría?
Quizás, no ser el hombre al cien por ciento, pero no bueno, yo no tengo ningún
problema conmigo, no tengo nada de niña y tú me dirás: te fajas o algo, pero lo único
que traigo es una camiseta porque ni top traigo, yo me acepté y acepté que no era
aceptado en mi casa y entonces desde pequeño me acepté, hoy en día no tengo un

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problema con mi cuerpo.

Te lo pregunto porque ya ves que muchos chicos trans se operan del busto.
Quizás de la cintura para arriba sí, pero el clásico lavaderito y cosas así pero no tengo
un problema con mi cuerpo. Me acepto, que piense, me vista y actúe como un niño
es muy distinto, yo me he aceptado y más en el tiempo en que digamos me destapé,
pues era mucho más fuerte la crítica y todo, entonces como que puse una barrera: yo
me acepto para que nadie me lastime.

Y ¿aquí trabajas en algo?


Pues sí, trabajo en el área de visita.

¿Y ya no estudias?
No
En este recorrido que has hecho dentro de estos tres centros penitenciarios ¿tienes alguna
anécdota que te haya impactado?, ¿algo que te haya afectado, que hayas conocido o algo
que hayas visto?
Pues nada más lo único que medio me impactó fue de cierta manera hasta donde
llego la agresión por una pareja que tuve, el hecho de que estuve internado y casi me
muero, yo creo que es lo que más ha impactado en mi vida. Eso es lo que más me ha
impactado en mi haber como niño.

Si tu llegaras a salir, ¿te gustaría cambiar tus papeles?


Sí, de hecho, lo estuve viendo aquí también para cambiarlo, Leo y yo era lo que
estábamos tramitando para cambiar el nombre, pero pues realmente no tengo
problema porque mi nombre es Alexis, no es sobrenombre, pero el segundo nombre
que tengo si me lo quiero cambiar.

Si te dieran a elegir, entre estar en un centro varonil, en este centro femenil o si hubiera
algún centro para personas LGBT, ¿en cuál te gustaría estar?
En un centro de la comunidad LGBT. Sí, porque son personas, quizás no maduras
pero si centradas en lo que queremos y muchas veces por personas que no saben lo
que quieren, los que sí sabemos o que defendemos lo que queremos, llegamos a ser
agredidas. Entonces en un lugar donde esté la comunidad LGBT, sí me gustaría estar
si hubiera un lugar así.

¿Tú tienes una idea o te has hecho una idea de qué es la justicia para ti?
No.

¿Tienes algún sueño o alguna meta que quisieras lograr?


Sí, salir de este lugar porque yo creo que, si tú tienes tu libertad puedes cumplir
con todos los sueños que tengas, pero si estas encerrado ¿cómo los haces? porque
siempre hay limitantes para todo aquí, entonces yo creo que mi sueño y mi meta
a corto plazo es el salir de este lugar, ya de ahí todo viene por añadidura porque
estando libre puedes alcanzar y corretear tus sueños, aquí no. Aquí se quedan en eso,
sueños, nada más.
Y si sales, ¿te gustaría llevar un modo de vida diferente al que has llevado antes de
entrar a este centro?
Sí, incluso yo aquí llevo muy poco tiempo con ella y a lo mejor no me lo cree ella,
pero le digo que yo ya conocí lo que tenía que conocer, quiero sentar cabeza y sí,
cambiar mi modo de vida, ya no el delinquir y todo, aparte ella me inspira porque
me regaña. Yo le digo que soy un chavoruquis, le digo que soy un adolescente de 40
años y todavía no maduro, y yo cotorreo y aunque no sea el invitado, ahí voy hasta
adelante y ella lo que a veces hace es regañarme, para presionarme al modo de que
yo sea mejor persona, aún dentro de este lugar. Desde que yo estoy con ella, yo he
cambiado mi manera de ser aquí, porque te vuelvo a repetir yo era muy broncudo, me
gustaba la droga.

Y ¿con quién te bronqueabas?


Con todo el mundo, con todo el mundo. Así sea el psicólogo, si no me gusta algo, yo
ya me estoy peleando con él, o el de mantenimiento, o la jefa, o la comandante, mis
compañeras, o sea con todo mundo. El hecho de estar con ella, ella me ha hecho que
me esfuerce pero para ser para bien, no me ha dado por el lado de que “es el niño, es
Alexis y grita y todo el mundo le hace caso y déjalo”. No, si ella ve que yo hago mal o
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volteo y veo mal a la gente, ella se voltea y me dice: “la ves bien y te comportas”, hace
que sea mejor persona, aún dentro de este lugar.

Entonces es una buena influencia.


Sí, mi sueño sería casarme con ella y que no se fuera. Bueno, sí que se fuera pero no
de mi lado.

Ahora ya se pueden casar, ahora ya es posible. ¿Algún mensaje más que quisieras dar a
las personas que van a leer tu historia?
Pues yo nada más diría que se acepten tal cual son, las preferencias sexuales siempre
van a estar latentes, no las vamos a tapar con un dedo, pero si tú te aceptas no habrá
nada que te dañe porque estas contigo, esa es la conexión entre tú y tú. Si te aceptas
no habrá algo que te dañe, al contrario, los comentario malos te van a dar ánimos
para ir defendiendo lo que tú quieres aunque a la gente no le parezca.

Muchas gracias Alexis.

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