VIOLENCIA DE Género EN PERSONAS TRANS Y TRAVESTIS ARG Monografía
VIOLENCIA DE Género EN PERSONAS TRANS Y TRAVESTIS ARG Monografía
VIOLENCIA DE Género EN PERSONAS TRANS Y TRAVESTIS ARG Monografía
MONOGRAFÍA
VIOLENCIA DE GENERO Y VULNERACIÓN DE DERECHOS
A MUJERES TRANS Y TRAVESTIS, EN ARGENTINA.
Comisión nº 4
Docentes de Trabajos Practicos:
Antonella D´alessio.
Jess Gutman
Melina Bottoni
Alumna:
Silvina Queirolo. LU 29382125 0.
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Introducción
Para la definición de la temática a desarrollar en este trabajo, se tuvo en cuenta
una problemática actual, a fin de sumar en la promoción de la igualdad de
derechos y de oportunidades para la diversidad de género. Dando visibilidad a
los estragos que resultan de las relaciones de dominio, que se ejercen a nivel
social, cultural y económico con las mujeres trans y travestis. Con ello se busca
expresar, la magnitud de las graves consecuencias, que sufren las personas
excluidas de un sistema capitalista y patriarcal.
Y aunque como movimiento instituyente, la diversidad se presenta cada vez
mas como opción posible, sobre todo en las nuevas generaciones, la violencia
de género a personas trans, se constituyó como un problema grave y difícil de
erradicar en Argentina y en Latinoamérica. Si ser mujer en el mundo, ya
conlleva dolor y lucha, ser travesti representa un esfuerzo mayor por abrirse
camino en todos los ámbitos de una sociedad.
Violencia de género
Entendiendo que puede definirse violencia de género, de muchas formas; para
este documento, se tomará la definición expresada en La Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia de género,
conocida también como la Convención Belem do Pará. Se define así a
cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico.
Se distinguen distintos tipos y modalidades de violencia. Si se toma en cuenta
la ley nacional N° 26.485, que refiere a la protección integral para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Y se comprende que, en
este caso, se hace referencia, para abordar la problemática de las mujeres
trans / travestis. Pueden definirse estos cinco tipos de violencia: Psicológica,
física, sexual, simbólica y económica.
Al mismo tiempo, se tiene en cuenta que los ámbitos, donde puede ejercerse
violencia, son múltiples, Ej: el doméstico, institucional, laboral, mediático, etc.
Género
Cuando en este texto, se habla de género, se habla de un concepto, que
expresa una construcción social. El género, como relacional. Siguiendo a Judith
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Butler (1990): El género se construye culturalmente: por esa razón, el género
no es el resultado causal del sexo ni tampoco es tan aparentemente rígido
como el sexo. (p.54). El sexo se determina por las características biológicas al
nacer, diferenciando a las personas por contar con vulva o pene según el caso.
Y está asociado a la categorización social impuesta por el sistema binario, que
distingue entre sexo femenino o masculino y responde a la heteronormatividad
como sistema hegemónico de ordenamiento.
Las identidades de género trans, travestis, y todas las que conforman el
colectivo LGBTTTIQ+, rompen con la arbitrariedad de pensar inexorablemente
a la biología como destino de género, ya que no se identifican con el sexo
otorgado al nacer.
Biopolítica
El contexto Cultural, histórico y socioeconómico, si bien varía a través del
tiempo y las diferentes épocas, se ve teñido por una constante reproducción de
nociones hegemónicas, propias del sistema capitalista y patriarcal, que define a
través de sus alineamientos biopolíticos, formas y comportamientos de
normalización, distintos roles de los géneros, su expresión, como también las
prácticas sexuales y el disfrute de los cuerpos.
Estas dimensiones de poder, regulan y establecen, la heterosexualidad como
un régimen político. Y al mismo tiempo definen una lógica binaria, jerárquica y
atributiva de los géneros. Es decir que el sistema prepara a la sociedad para
pensar como posibilidad lo femenino y masculino, dejando por fuera las
disidencias. Y estableciendo como imaginario social, a lo masculino como
género fuerte, y a lo femenino como lo débil y delicado. Los roles, se ven
naturalmente asociados a determinados comportamientos y elecciones,
mientras que las expresiones disidentes quedan excluidas de esta
“normativización” siendo patologizadas por los discursos epistémicos
hegemónicos.
Teniendo en cuenta esta perspectiva, la travesti, (como concepto) se instituye
como posición política, que desgarra la lógica binaria. Pudiendo nombrarse sin
recurrir a la identificación con el rol de mujer u hombre. Exigiendo nombrarse. Y
entendiendo que… “Lo que no se nombra no existe, y lo que no existe, no tiene
derechos.”
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Vulneración de derechos y crímenes de odio
Es relevante destacar, de todas maneras, que en los últimos años se han
producido importantes avances en el reconocimiento de la identidad de género
de las personas trans1.
En argentina, se sentó precedente con la ley de identidad de género,
promulgada en el año 2012. Que se considera la mejor ley de este tipo, ya que
no exige diagnósticos médicos o psiquiátricos, como sí se exige en otros
países latinoamericanos. Antes de la promulgación de la ley, decirse travesti en
argentina, implicaba en muchos casos, una serie de dificultades y procesos
violentos, si por ejemplo se pretendía un cambio en el DNI.
Lohana Berkins (En La Diferencia desquiciada. Géneros y diversidades
sexuales. De Fernandez y Siqueira Peres) cuenta como las solicitudes de
cambio de DNI, implicaban pedidos de diagnósticos psiquiátricos y médicos,
donde la persona, debía constatar que sentía como “mujer” (si era nacido,
biológicamente varón) o que había nacido en un cuerpo equivocado. No era
posible definirse como travesti, sin pasar por la violencia simbólica y
psicológica que se ejercía y muchas veces se sigue ejerciendo en la actualidad
con la población travesti. En argentina, las personas pueden cambiar su DNI,
sin tener que probar su identidad de género de ningún modo. Este gran cambio
se dio a raíz de muchos años de lucha, que se inició en el 2003, con la
implicancia y compromiso de entidades y organizaciones de la diversidad sexo-
género. Aún así, todavía se evidencian múltiples vulneraciones de derechos,
que restringen el pleno desarrollo de las mujeres trans. En América latina, el
mayor porcentaje de violaciones de derechos y de integridad personal a
mujeres trans, se registra en América central y México, siguiendo la región
andina con 25%, y en el cono sur, se registra un 22% de violación de derechos.
Si se segmenta la información, puede afirmarse que un 40% corresponde a
discriminación, un 30% a golpizas y agresiones físicas, 25% a asesinatos y 5%
a violaciones o abuso sexual. (CeDosTALC, RedLacTrans)
1
En este documento se utilizará el término Trans, y no transgénero. Ya que la palabra Trans es la que
mayormente se utiliza en dicho colectivo. Al utilizar esa denominación se hace referencia a personas cuyo
sentido de identidad de género difiere al sexo asignado al nacer, e incluye a personas travestis,
transexuales y transgénero. Para referencias a personas con identidad de género femenina, se utiliza
“mujer trans” en correspondencia con los términos utilizados por ATTA. (Asociación de Travestis
Transexuales y Transgéneros de Argentina).
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Las mujeres trans sufren altos niveles de violencia, como consecuencia de la
estigmatización y la discriminación social, institucional, doméstica, laboral, etc.
Y muchos crímenes de odio, de las cuales son víctimas, no son caratulados
como tal, por concebirlos como “crímenes pasionales” y con frecuencia se las
denomina a las mujeres trans, como hombres vestidos de mujer, o travestidos.
Lo que dificulta tener un registro preciso, que permita cuantificar las denuncias
sobre los crímenes de odio.
Teniendo en cuenta los datos reflejados por CeDosTALC, del periodo 2016 a
2017, los mayores agresores en Argentina de las mujeres trans, son los
siguientes: 45% fuerzas de seguridad, 15% cliente de trabajo sexual, 15% la
pareja, 12% trabajadores de la salud, 5% persona desconocida particular, 4%
trabajadores/as de la educación y 4% familiar.
“En el año 2018, en Argentina se registraron ciento cuarenta y siete (147)
crímenes de odio, en donde la orientación sexual, la identidad y/o la expresión
de género de todas las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio
para la vulneración de derechos y la violencia.” Información tomada de Informe
del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT. (2018).
Del total de las personas de la comunidad LGBT víctimas de crímenes de odio
registrados durante ese año, la mayoría de los casos corresponden a mujeres
trans (travestis, transexuales y transgéneros), con un 64%, en segundo lugar,
se encuentran los varones gays cis, con el 28%, en tercer lugar con el 7% de
los casos le siguen las lesbianas y por último, los varones trans, con el 1%.
Esto refleja la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran expuestas
las mujeres de esta población, tanto en ámbitos públicos como privados.
Aunque la mayor cantidad de agresiones se contabilizan en la vía publica y en
la zona del trabajo sexual.
Ámbito educativo
Según una investigación realizada por Fundación Huesped y ATTA. En el
ámbito educativo, hay un alto nivel de deserción. De las mayores de edad, 6 de
cada 10, abandonaron el secundario sin completarlo. Y se considera que la
causa estaría asociada, a la discriminación sufrida durante un periodo tan
vulnerable como el de la adolescencia., 7 de cada 10 casos sufrieron bullying
por parte de pares, y 4 de cada 10 lo sufrió de parte de docentes y directivos.
5
Según el INADI, el 60% de la población trans aseguró que vivió discriminación.
Y según investigación de RedLacTrans, en el año 2009, el 100% de mujeres
trans reportaron ser discriminadas. La falta de políticas públicas que garanticen
los derechos a la educación, así como la estigmatización social, generan la
expulsión de la diversidad en los recintos educativos.
Ámbito laboral
La desprotección de derechos en relación con la educación y al empleo,
favorece a que muchas mujeres trans opten por el trabajo sexual, como medio
de subsistencia. Esto afecta la integridad de las personas, en tanto los clientes
figuran entre los mayores agentes de agresión, como hemos visto mas arriba.
Aunque la precariedad laboral afecta tanto a hombres como a mujeres trans,
estas ultimas son las que con mayor frecuencia se dedican al trabajo sexual, ya
que no acceden a oportunidades laborales.
Con la ley de identidad de género, se produjo un cambio positivo, pero aun así
solo una minoría se desempeña en un trabajo formal. El trabajo sexual se
encuentra naturalizado y asociado estrechamente a la mujer trans argentina.
Acceso a la salud
Según el estudio realizado por Fundación Huesped y ATTA. Las experiencias
negativas relacionadas a la discriminación en centros de salud son altas,
aunque se han reducido en parte con la ley, esto se traduce en no haber sido
llamadas por su nombre de elección, haber sido burlada o agredida por el
personal del servicio, haber sido internada junto con varones, o no haber sido
atendida directamente. Lo que implica muchas veces evitar acercarse a un
centro de salud. Y en algunas ocasiones realizar construcción de identidad por
su cuenta y sin control médico. Recurriendo a inyección de aceite de avión o
siliconas, implantes mamarios, y tratamiento de hormonas sin seguimiento
médico. En América Latina y el caribe, las/os profesionales de la salud se
encuentran entre los mayores agentes de violencia a mujeres trans.
Por otro lado, debido a las consecuencias del trabajo sexual, se halla una gran
prevalencia de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual en esta
población a diferencia de los hombres trans.
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Como ejemplo de respuestas a parte de esta problemática, se creó “Transvivir”,
una estrategia comunitaria, de un grupo de activistas travestis y trans
autoconvocades2, que, dentro de algunos hospitales de CABA y provincia de
buenos aires, trabajan en la contención y acompañamiento de las personas
trans para garantizar el acceso a la salud integral que exige la ley de identidad
de género.
Conclusión
El desarrollo de la temática expuesta permite afirmar que las mujeres trans,
vivencian múltiples situaciones de desigualdad en la mayoría de los ámbitos
donde las personas se desenvuelven en la vida. Su integridad se ve afectada
por la discriminación social y los sistemas jurídicos, de salud, educativos y
laborales. Lo que implica una clara necesidad de diseño e implementación
efectiva de políticas públicas que garanticen el libre ejercicio de la identidad de
género en las mujeres trans.
Aunque la ley actual argentina de identidad de género representa una de las
mejores leyes de identidad en el mundo. En el país todavía se discute la
implementación de ESI con perspectiva de género en las escuelas, (donde ya
es obligatorio por ley). En los espacios creados y ganados por el feminismo,
como por ejemplo, el encuentro nacional de mujeres, instituido en Argentina,
recién este año se llegó a plantear de forma mas concluyente pero todavía sin
definición formalizada por las comisiones organizadoras, la posibilidad de que
se considere y nombre al encuentro, como encuentro plurinacional, de mujeres
y disidencias. Esto todavía genera discusión entre las representantes más
radicales del feminismo.
Como sociedad, esta problemática nos debe interpelar, para erradicar cualquier
tipo de violencia y de carácter transfóbico. Cooperar en la defensa de los
derechos de todas las personas y repudiar cualquier expresión de
discriminación. Visibilizando las diferencias desigualadas que afectan a las
mujeres trans. Nos lo debemos como sociedad, como estudiantes y
profesionales de la salud, que debemos levantar la voz por las poblaciones
mas vulneradas.
2
En el presente documento se utiliza la incorporación de lenguaje inclusivo, en los casos donde se hace
referencias a personas, que podrían ser de diversos géneros.
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BIBLIOGRAFÍA
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sexuales (pp. 91 – 96). Buenos Aires, Argentina: Biblos
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