Motivación y Disciplina
Motivación y Disciplina
Motivación y Disciplina
Aprendizaje
Atención Memoria Motivación de nuevas
conductas
La filosofía japonesa del Ikigai (ver imagen 1), lo explica bellamente. La motivación llega
cuando somos capaces de concentrarnos a tal punto que nos apropiamos de la tarea
encomendada, olvidando todo aquellos que nos distraiga de la misma.
Por su origen, la motivación se puede clasificar en tres categorías (ver Imagen 2). La
motivación externa es el resultado de buscar recompensas (generalmente objetos o dinero),
que satisfacen nuestras necesidades más apremiantes. Es la más sencilla de activar, pero
Goleman propone en su libro Triple Focus (2016), la teoría de que la atención del sujeto se
centra de forma dinámica en tres aspectos: su mundo interior, la interacción con los demás y
su respuesta al entorno donde se desenvuelve. De la combinación dinámica entre estos tres
focos de atención resaltan los comportamientos básicos que un sujeto demuestra en
determinadas circunstancias de su vida (ver imagen 3).
3. Gestión emocional
Motivación y emoción están muy relacionadas, las emociones condicionan nuestra
motivación, pues energizan y dirigen la conducta. Saber identificar nuestras emociones nos
permitirá gestionar con mayor eficacia nuestros sentimientos y las acciones consecuentes.
Estar atentos a lo que nos dice cada emoción nos facilitará la toma de decisiones, el
aprendizaje y la socialización, a continuación, se muestra una breve lista con las emociones
más comunes:
a. El miedo: Nos motiva a actuar para evitar las consecuencias negativas.
b. La ira: Nos motiva a luchar contra los errores y la injusticia, a poner límites.
c. La tristeza: Nos motiva a pedir ayuda y apoyo a los demás.
d. La repulsa: Nos impulsa a demostrar que no podemos aceptar algo.
e. La curiosidad: Nos motiva a explorar y a aprender.
f. La sorpresa: Nos motiva a dirigir la atención hacia algo inesperado.
g. La alegría: Nos motiva a buscar reproducir ese acontecimiento.
Visto de esta manera, pareciera que las emociones operaran en nuestra contra y que estamos
destinados a caer en una apatía generalizada tarde o temprano. Afortunadamente, la mente
humana se ha adaptado a estas disfuncionalidades al generar un complejo sistema emocional
que puede desacelerar o incluso revertir la espiral negativa de la apatía (ver Imagen 5).
De acuerdo con el proceso del comportamiento aquí propuesto: los eventos nos generan
preocupaciones, lo que nos llevan a valorar la situación en función de nuestras preferencias
personales. El comportamiento que expresemos será el resultado de la conjunción del afecto,
el nivel de estrés experimentado (arousal) y cómo nos preparamos para la acción en función
de las normas regulatorias que decidimos seguir.
Cuando estamos tranquilos y descansados, decidimos seguir un conjunto de normas y valores
que nos definen y regulan nuestro comportamiento (sistema frío). Sin embargo, conforme el
estrés y la ansiedad se van acumulando (sistema caliente), los procesos regulatorios van
perdiendo poder y significado, generando actitudes indeseables para nuestro sano desarrollo
psicológico.
Una de las formas más efectivas de regulación del comportamiento es proponernos pequeños
retos y cultivar buenos hábitos lenta pero persistentemente. Es una forma excelente de
ampliar nuestra fuerza de voluntad. Así cómo es posible mejorar el desempeño de cualquier
músculo por medio de la práctica y el esfuerzo constante. De la misma forma, el autocontrol
se ejercita cuando asumimos nuevos retos y se fortalece cuando los supera. Lo contrario
Carecer de objetivos por pesimismo o ser poco realistas al asumir nuevos retos por exceso de
optimismo pueden afectar gravemente nuestra motivación y autocontrol. En consecuencia, la
mejor forma de ejercitar la fuerza de voluntad y la disciplina es por medio de una buena
estrategia de planificación fundamentada en la ecuanimidad como camino para alcanzar un
enfoque realista de nuestra situación (ver Imagen 6).
Enseñarle a organizarse ante retos complejos será una de sus principales herramientas para
no perder la motivación, ordenar las tareas, crear una lista de objetivos y descomponerlos en
pequeños y sencillos pasos, dándole el hábito de mantenerse tranquilo y organizado ante los
retos laborales.
Aprender a mantener una buena actitud resulta de vital importancia para la motivación del
sujeto. Por lo que es de vital importancia enseñarle a tolerar la frustración y el fracaso
viéndolos como una oportunidad para mejorar. Para mantenernos congruentes en este
sentido, es recomendable valorar su progreso personal antes que la calificación de su
desempeño. Pues la idea es que el sujeto aprenda a disfrutar de la sensación de satisfacción
derivada de su esfuerzo.
Una clara línea conductual se convierte en aquella "línea brillante" de la que hablan los
abogados al momento de establecer los límites de una ley. Para ejercer un autocontrol
efectivo necesitamos líneas claras de acción, reconocer con facilidad las causas y
consecuencias de nuestras acciones nos permitirá una regulación exitosa de nuestras acciones
y un reforzamiento adecuado del carácter. Imaginemos a un fumador que desea dejar de
hacerlo: si se impone una regla de sólo fumar un poco, será muy difícil que logre su objetivo
pues la línea entre fumar moderadamente y demasiado es muy difusa; pero si la regla fuese
no fumar un solo cigarro, mantener su objetivo será mucho más sencillo en el día a día.
Debemos tener en cuenta que es mucho más sencillo mantener una línea de comportamiento
si esta se limita al corto plazo, pues nuestra mente suele menospreciar las recompensas que
están demasiado lejos en el futuro. A este fenómeno se le denomina el "descuento temporal
hiperbólico", pues siempre preferiremos una gratificación moderada en el presente a una
gratificación más amplia en el futuro. De este modo, es más fácil para un alcohólico en
recuperación seguir la norma de "no beber hoy" y recibir una ligera aprobación de sus
conocidos, que seguir la norma de "no beber nada en diez años" y esperar a recibir un gran
premio por su esfuerzo.
Fortalecimiento de la conducta
Supresión de la conducta
Castigo negativo.
Reforzamiento negativo.
Su retirada provoca que disminuya la
Se suprime Es un estímulo insufrible cuya
probabilidad de la conducta, es decir, que quitar
retirada incrementa la probabilidad
un estímulo lleva consigo que esa respuesta
un estímulo de ocurrencia de la respuesta.
disminuya.
(Quitar algo desagradable)
(Quitar algo agradable)
Al comenzar a aplicar la disciplina, los sujetos reaccionan bien cuando las reprimendas son
entregadas de manera breve, tranquila y consistente. Sin embargo, cuando los supervisores
son inconsistentes, dejando que una infracción se desplace, sobre–reaccionarán en la próxima
oportunidad, generando la sensación de injusticia en el colaborador. La situación anterior
requiere menos autocontrol por parte de los supervisores: pueden ser amables cuando se
sienten bien, y luego castigar severamente si están enojados o la mala conducta es atroz.
Ahora imaginemos cómo se ve esto desde el punto de vista del colaborador. Algunos días el
sujeto hace una observación inteligente y su supervisor asiente o se ríe en signo de
aprobación. En otras ocasiones una observación similar trae una reprimenda o la pérdida
importante de privilegios. Las diferencias aparentemente mínimas o incluso aleatorias en el
comportamiento o situación, hacen muy pequeña la diferencia entre ningún castigo y uno
muy molesto.
Para que una persona esté dispuesta a invertir en un esfuerzo constante y de largo plazo, es
necesario que la conducta buscada sea coherente con los objetivos y retos personales del
receptor. Una norma conductual efectiva tiene un bucle cognitivo: por un lado, el colaborador
debe conocer sus debilidades y/o limitaciones y por el otro lado, el supervisor debe conocer
los objetivos y motivaciones centrales del sujeto receptor. Una supervisión constante y una
auto–observación honesta serán los precursores de la implementación de medidas
disciplinarias negociadas y enfocadas en el crecimiento de los colaboradores.
Una vez establecida la media conductual necesaria para lograr un desarrollo constante,
sostenido y con la menor cantidad de imprevistos, es posible determinar las medidas para
fortalecer o suprimir los comportamientos del sujeto. Cuando el colaborador demuestra
avances significativos en la línea deseada, se puede reducir la exigencia (refuerzo negativo)
o hasta otorgar un incentivo o privilegio (reforzamiento positivo) para fortalecer este tipo de
conductas. En cambio, cuando el sujeto tiene retrocesos en sus comportamientos, será
recomendable aumentar el nivel de exigencia (castigo positivo) o llegar al punto de retirar
ciertos privilegios (castigo negativo) para suprimir la conducta indeseada (ver Imagen 8). Es
conveniente tratar de mantener las medidas disciplinares cerca de la media conductual,
aumentando o reduciendo las exigencias de acuerdo con el comportamiento observado en el
sujeto.
La disciplina positiva debe ser enseñada, pero también se aprende y afina mientras se enseña,
pues se enfoca en que el sujeto aprenda habilidades de interacción e introspección que le den
la oportunidad de alcanzar sus objetivos personales. Para que esto suceda debe enfocarse en
desarrollar relaciones donde prevalezcan la amabilidad y el respeto mutuo, (no es punitiva,
pero tampoco permisiva). Para lograr este enfoque, Nelsen (2007) propone un modelo de
disciplina positiva apoyado en ocho principios básicos:
Para favorecer un
Control, supervisión, exigencia,
buen Desarrollar sensación de pertenencia
instrucciones, decirle qué hacer y
comportamiento el e importancia.
qué no hacer.
niño requiere
Bajo este enfoque, mantener una comunicación abierta, sana y constante con el colaborador
es crucial. Si el supervisor logra expresarse asertiva y amablemente, logrará una sensación
de conexión y motivación suficiente para que el trabajador se mantenga enfocado en su
aprendizaje y autocontrol. Una forma de lograrlo es darle al sujeto opciones para hacerlo
sentir empoderado, pero dentro de un marco de comportamiento prefijado.
Una fuerte cultura organizacional se construye sobre estos cinco pilares de interacción
personal. Dando certeza y confianza a todos los colaboradores a la vez que permite y propicia
su crecimiento personal y profesional. Ya lo decía Kauro Ishikawa –experto en el tema de la
calidad organizacional–, una empresa que sólo genera utilidades no debería de existir en el
mercado. Es decir, una buena organización genera beneficios que van mucho más allá del
aspecto económico, su principal aporte siempre será el bienestar que genera en los grupos de
personas que interaccionan con ella.
BIBLIOGRAFÍA
Goleman, D. (2016). The triple focus: A new approach to education. Barcelona: Edic. B.
Guise, S., & Avnaim, L. (12 de Mayo de 2017). Mini Habit Mastery: The scientific way to
change your habits. Obtenido de Udemy: www.udemy.com/minihabit-mastery/
Harzer, C. &. (2016). Your strengths are calling: Preliminary results of a web-based
strengths intervention to increase calling. Journal of Happiness Studies, 2237–2256.
Lambert, N., Gwin, A., Finchman, F., & Stillman, T. (2011). Feeling tired? How sharing
positive experiences can boost vitality. International Journal of Wellbeing, 307-314.
Proyer, R., Ruch, W., & Buschor, C. (2013). Testing strengths-based interventions: A
preliminary study on the effectiveness of a program targeting curiosity, gratitude, hope,
humor, and zest for enhancing life satisfaction. Journal of Happiness Studies, 275-292.