Capitulo 1
Capitulo 1
Capitulo 1
Año 2018
Capitulo 1
ADRIÁN STONE
Estaba recostado en mi sillón, tranquilo; con varias cosas que hacer, sin mas
no me importaba hacerlas enseguida. Era un gran irresponsable, perezoso;
holgazán y todo aquello relacionado a una persona de malos caracteres. -
Nadie me conoce a la perfección como yo mismo lo hago-. Después de horas
recostado, me levante; solo para ir a traer comida al refrigerador, mi vida era
completamente solitaria; no tenía a casi nadie, excepto: mi madre, mi padre y el
resto de mi familia. El resto no es como si los detestara, les tenía cierto aprecio;
pero el pensar en sus nombres, hacia que me recordara a lo mucho que mis
padres me comparaban con ellos, me hacía sentir de menos.
Segundos, minutos; horas, el tiempo se fue volando como si nada, bien decía
mi abuelo: el tiempo vale oro -y yo, estaba en la ruina absoluta-.
Y así llego el tan esperado "Lunes" -Odiaba los lunes y los demás días de la
semana, más bien; odiaba todos los días de mi asquerosa vida-.
-Esto es una mierda- sin darme cuenta hable en voz alta, odiaba que me
pasara, no era la primera vez que pasaba y no esperaba que fuera la última.
-Controle su lenguaje, Adrián- el profesor hablo con tal tranquilidad, ya era casi
una costumbre para él, escuchar a sus estudiantes decir groserías.
Todo estaba yendo igual que siempre, sin darme cuenta; una compañera se
acerco a mi.
Hola -dijo con un gran resplandor en sus ojos verdes y con una hermosa
sonrisa-.
¿Hola, tu quien eres? -pregunte con incertidumbre, era algo nuevo que alguien
me hablara y más si era una chica-.
¡Me llamo Lizeth! volvió a sonreír con ternura, -sin duda su sonrisa era hermosa
y sus ojos también, no sé como nunca la vi en el aula, tenia duda de porque no
la había visto antes-.
Hola... Dije sin ponerle mucha atención a sus palabras, yo seguía impactado
con sus ojos.
Algo así... respondió la chica, volvió a sonreír -parecía que le gustaba sonreír,
definitivamente éramos dos personas totalmente distintas a simple vista.
No sabía qué hacer, aparte de sonreír, solo para no parecer un raro a la par de
ella.
¿Y bien, cual es el asunto por el cual me hablaste? -lo dije con un tono serio,
pues no sabía cuáles eran sus intenciones-.
Las clases siguieron como de costumbre, hasta que llego la hora de salida,
cuando decidí voltear a ver al asiento de la chica, me sorprendió ver que no se
encontraba en el, rápidamente guarde mis cosas en mi mochila y salí corriendo
a buscarla, me detuve un segundo, no recordaba su nombre... -Estúpida
memoria dije entre dientes-... Intentaba recordar su nombre, no quería parecer
una mala persona, de esas que prometen algo y nunca lo hacen.
¡Liz! -dije con suma felicidad, sin darme cuenta lo había pronunciado en voz
alta-. al menos lo había recordado, eso ya era algo.
¿Sí? -escuche decir a lo lejos, era ella probablemente-. Yo solo seguí el camino
de donde había venido la voz, era ella.
Liz, el cuaderno que me pediste antes, te olvidaste de él, -ella estaba atónita,
no sabía el porqué, ¿acaso lo que hice no fue normal o la incomode con mi
acto?-, me encontraba con gran duda en ese momento.
Si no necesitas nada más, me iré. Tengo que hacer las tareas que dejaron, no
te olvides de traer mi cuaderno cuando termines. -ya no quería estar cerca de
ella, era un poco incomodo y no sabía cómo reaccionar ante sus palabras-.
No, ya no necesito nada más, gracias por traerlo hacia donde me encontraba y
perdón lo olvidadiza que fui, -ella hablo rápidamente, como si estuviese
apenada por lo que hizo o más bien, por lo que yo hice-
-No sabía que decir, sin más; di la media vuelta y me marche del lugar, me
sentí mal por hacerlo, pero no era mi culpa no saber hablar, o bueno quizás sí
lo era.