Capitulo 1

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Capitulo 1

Año 2018

Capitulo 1 

ADRIÁN STONE

Estaba recostado en mi sillón, tranquilo; con varias cosas que hacer, sin mas
no me importaba hacerlas enseguida. Era un gran irresponsable, perezoso;
holgazán y todo aquello relacionado a una persona de malos caracteres. -
Nadie me conoce a la perfección como yo mismo lo hago-. Después de horas
recostado, me levante; solo para ir a traer comida al refrigerador, mi vida era
completamente solitaria; no tenía a casi nadie, excepto: mi madre, mi padre y el
resto de mi familia. El resto no es como si los detestara, les tenía cierto aprecio;
pero el pensar en sus nombres, hacia que me recordara a lo mucho que mis
padres me comparaban con ellos, me hacía sentir de menos.

Segundos, minutos; horas, el tiempo se fue volando como si nada, bien decía
mi abuelo: el tiempo vale oro -y yo, estaba en la ruina absoluta-.

Y así llego el tan esperado "Lunes" -Odiaba los lunes y los demás días de la
semana, más bien; odiaba todos los días de mi asquerosa vida-.

Al llegar al instituto, todos se me quedaban viendo como de costumbre, de


todos los que cursaban conmigo, no me importaba hablarle a nadie, no quería
a nadie en mi vida, no quería saber nada de conocidos, amigos; pareja o cosas
así, no quería ser un simple estorbo para ellos estando en sus vidas, prefería
ser un estorbo estando lejos.

-Solo no quería llenarlos de mis problemas, son mis problemas, no de ellos-.


Las clases pasaban tan lentamente... eso parecía que estuviese en cámara
lenta, mi rostro solo representaba sufrimiento. Era insoportable escuchar a los
profesores hablar de cosas, que en mi puta vida iba a poder entender, -el solo
escucharlos me hace sentir torpe-.

-Esto es una mierda- sin darme cuenta hable en voz alta, odiaba que me
pasara, no era la primera vez que pasaba y no esperaba que fuera la última.

-Controle su lenguaje, Adrián- el profesor hablo con tal tranquilidad, ya era casi
una costumbre para él, escuchar a sus estudiantes decir groserías.

Después de tanto tiempo, la clase termino, mis compañeros salieron a la


cafetería, al caso contrario mío, que no tenía la mínima energía o entusiasmo
para querer levantarme de mi asiento, cinco minutos después que todos se
fueran, tuve la iniciativa de levantarme, tenia hambre.

Luego de refaccionar, fui directo al salón, donde me tocaba la siguiente clase,


no quería pero debía recibir clase. -Era mi obligación-.

Todo estaba yendo igual que siempre, sin darme cuenta; una compañera se
acerco a mi.

Hola -dijo con un gran resplandor en sus ojos verdes y con una hermosa
sonrisa-.

¿Hola, tu quien eres? -pregunte con incertidumbre, era algo nuevo que alguien
me hablara y más si era una chica-.
¡Me llamo Lizeth! volvió a sonreír con ternura, -sin duda su sonrisa era hermosa
y sus ojos también, no sé como nunca la vi en el aula, tenia duda de porque no
la había visto antes-.

Hola... Dije sin ponerle mucha atención a sus palabras, yo seguía impactado
con sus ojos. 

Tu apellido, ¿me lo dijiste? -le pregunte, pues no me acordaba de sus


palabras-.

¡Green! dijo la chica, - como tus ojos, respondí-.

Algo así... respondió la chica, volvió a sonreír -parecía que le gustaba sonreír,
definitivamente éramos dos personas totalmente distintas a simple vista.

No sabía qué hacer, aparte de sonreír, solo para no parecer un raro a la par de
ella.

¿Y bien, cual es el asunto por el cual me hablaste? -lo dije con un tono serio,
pues no sabía cuáles eran sus intenciones-.

Pues... era para saber si me podrías prestar tu cuaderno de matemática para


copiar los ejercicios más tarde, cuando salgamos del instituto. Claro... respondí,
-no le iba a negar eso, sabía que era importante. Sin más ella se fue a su
asiento, habiendo quedado que le prestaría mi cuaderno, yo solo me quede en
mi asiento, esperando la llegada del profesor.

Las clases siguieron como de costumbre, hasta que llego la hora de salida,
cuando decidí voltear a ver al asiento de la chica, me sorprendió ver que no se
encontraba en el, rápidamente guarde mis cosas en mi mochila y salí corriendo
a buscarla, me detuve un segundo, no recordaba su nombre... -Estúpida
memoria dije entre dientes-... Intentaba recordar su nombre, no quería parecer
una mala persona, de esas que prometen algo y nunca lo hacen. 

¡Liz! -dije con suma felicidad, sin darme cuenta lo había pronunciado en voz
alta-. al menos lo había recordado, eso ya era algo.

¿Sí? -escuche decir a lo lejos, era ella probablemente-. Yo solo seguí el camino
de donde había venido la voz, era ella.

Liz, el cuaderno que me pediste antes, te olvidaste de él, -ella estaba atónita,
no sabía el porqué, ¿acaso lo que hice no fue normal o la incomode con mi
acto?-, me encontraba con gran duda en ese momento. 

No me recordaba que te lo había pedido antes, gracias por tu ayuda Adrián -


No es nada, dije para que ella no quedara sola hablando ante un poste de luz
el cual era yo. 

Si no necesitas nada más, me iré. Tengo que hacer las tareas que dejaron, no
te olvides de traer mi cuaderno cuando termines. -ya no quería estar cerca de
ella, era un poco incomodo y no sabía cómo reaccionar ante sus palabras-.

No, ya no necesito nada más, gracias por traerlo hacia donde me encontraba y
perdón lo olvidadiza que fui, -ella hablo rápidamente, como si estuviese
apenada por lo que hizo o más bien, por lo que yo hice-
-No sabía que decir, sin más; di la media vuelta y me marche del lugar, me
sentí mal por hacerlo, pero no era mi culpa no saber hablar, o bueno quizás sí
lo era.

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