APRENDIZAJE

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Introducción

    Un aspecto clave en cualquier deporte es la iniciación. Los comienzos que cualquier
deportista tenga en su práctica, en gran medida condicionarán el resto de su participación en el
mundo del deporte.

    Actualmente existe una importante tendencia a considerar al niño/a como un sujeto, que
ante todo ha de aprender divirtiéndose, de acuerdo con su proceso evolutivo, sin
especialización e incidiendo en aquellos aspectos relacionados con la adquisición natural de las
distintas capacidades. La especialización temprana, puede ser una auténtica contradicción. No
obstante en las etapas de iniciación se plantea la duda de la especialización temprana. Hemos
de considerar que un joven y futuro futbolista, ha de probar todas las posiciones para no
desarrollar una estereotipación a edad temprana. Sin embargo ¿qué hacer con el que, desde
pequeño desea ser portero e incluso presenta las cualidades para ello?

1.     El deporte como medio educativo

    El deporte en las primeras edades debe entenderse como una actividad más que va a ayudar
a la formación de los niños y niñas que deseen aprender. Esto quiere decir que debemos huir
de planteamientos elitistas donde sólo los mejores tienen cabida en la práctica deportiva. Este
tratamiento necesariamente educativo del deporte en edades tempranas no debe ir en contra
de un proceso de enseñanza-aprendizaje correcto donde todos los jugadores vayan mejorando
en la medida de sus posibilidades.

    Desde este punto de vista es necesario estudiar y profundizar diferentes aportes sobre la
práctica deportiva.

    Contreras (1989) estudia el deporte educativo y la aplicación de la iniciación deportiva en


primaria estableciendo que le deporte no es educativo por sí mismo, sino será la metodología
que utilicemos en su enseñanza, las condiciones en las que se desarrolle, lo que hará que nos
pueda servir como medio de formación. Será el profesor/a el que liberará al deporte de sus
características no educativas como el elitismo, la falta de coeducación, la excesiva importancia
del resultado o la especialización temprana.

    Algunas notas generales en el proceso de enseñanza de cualquier deporte, aplicado, como
no al fútbol son:

 En las primeras edades deben predominar claramente el empleo de estrategias


globales, con sus variantes, sobre las analíticas.
 Evitaremos utilizar técnicas demasiado instructivas con objeto de permitir una
mayor libertad de los participantes en el desarrollo del juego, lo que ayudará a
la consecución de jugadores mejor formados motriz y cognitivamente.
 Utilización de estilos de enseñanzas como la resolución de problemas cuando
comenzamos a enseñar aquellas habilidades genéricas más relacionadas con
nuestra práctica deportiva, y el descubrimiento guiado cuando comenzamos a
enseñar las habilidades específicas más básicas y sencillas. A partir de ahí,
sobre los 12-14 años, se utilizarán estilos algo más directivos como la
asignación de tareas para el aprendizaje de medios técnico-tácticos más
complejos.
 Se impone que el aprendizaje sea en fases y progresivo, de lo conocido a lo
desconocido, de lo menos a los más complejo. Sería utópico, construir
situaciones con un alto grado de dificultad, incluso basadas en las estrategias
globales, para niños/as que se encuentran en la fase de la familiarización con el
juego.

1.1.     El trabajo del entrenador/a como profesor/a

    El profesor/a es el encargado no sólo de enseñar la técnica desde las edades infantiles, sino
ser modelo educador, en todos aquellos parámetros relacionados con el deporte y la
enseñanza.

    Ser profesor/a, no basta, hay que ser un profesor/a eficiente, y eso implica la posibilidad de
tener los recursos como para dotar y ofrecer a los niños/as las herramientas necesarias para
conseguir el éxito.

    Uno de los elementos clave para el buen funcionamiento del aprendizaje está en saber que
hay que decir y cuándo decirlo. Las instrucciones eficaces son aquellas que indican al jugador/a,
de una manera bien clara, qué ha de hacer y cómo lo ha de hacer (Marcel, 1999).

    De tal forma que algunas técnicas interesantes son:

 Captación de la atención de los alumnos/as: necesidades de que vean y


aprecien los gestos y de que escuchen.
 Dar la información adecuada: el objetivo de las tareas con las palabras
justas, mucha información podría sobrecargarles (Ruiz, 1994; Marcel,
1999).
 “Una imagen vale más que mil palabras”.
 Proporcionar suficiente tiempo para las prácticas.
 Utilizar situaciones reales de juego.
 Practicar las habilidades o ejercicios complejos por partes.

2.     Niveles de trabajo en el fútbol

Nivel I.     Etapa de la no especialización (9-10 años, benjamín)

La Educación

    Lo fundamental de esta etapa es educar al niño/a, siendo el entrenador/a más un educador
que un técnico deportivo.

    El adulto (técnico o educador) tiene el deber para con el niño/a deportista (Ruiz, 1987: 125):

 Dotarle de una adecuada capacidad física que le permita


participar de forma provechosa en la actividad deportiva.
 Incluirle en competencias donde no existan diferencias de nivel
elevadas.
 Considerarle como una persona en proceso de crecimiento y
que debe disfrutar del deporte.
 Prever la asistencia médica adecuada.
 Dotarle del material adecuado.
 Evitar trasladar al niño/a sus frustraciones.
 Disminuir el estrés deportivo.
 Controlar al máximo los posibles peligros.
 Conocer el deporte en cuestión al máximo y su influencia en el
crecimiento.
 Poner como objetivo inicial la salud integral del niño/a, después
la marca o resultado.

    Aspectos como la respiración durante la carrera o durante las distintas ejecuciones técnicas,
el calentamiento, etc., son fundamentales en esta etapa educadora. El objetivo fundamental y
general de esta etapa es desarrollar las habilidades y destrezas motrices básicas del niño/a
donde destaque una metodología lúdica.

    Se deberán potenciar los siguientes aspectos:

 Desarrollo del esquema corporal y capacidades de movimiento.


 Desarrollo de percepciones y dimensión espacio-tiempo.
 Aprender habilidades y destrezas motrices básicas.
 Desarrollo de la motivación.
 Adquisición de hábitos higiénicos deportivos y relaciones
psicoafectivas.

Nivel II.     Etapa de iniciación (11-12 años, alevín)

La Contextualización

    En esta etapa se busca el desarrollo del esquema corporal del niño/a, pero aumentando la
dosis técnico-táctica. Es una etapa donde el niño/a empieza a sentir interés por la competición.

    El objetivo general consiste en desarrollar y perfeccionar las habilidades y destrezas motrices
básicas, así como aprender los fundamentos técnicos, tácticos y reglamentarios del fútbol, sin
olvidar aspectos físicos.

    En resumen se basa en perfeccionar lo aprendido en la etapa anterior y además en:

 Conocer las reglas del fútbol.


 Participar en competiciones no trascendentes.

Nivel III.     Etapa de desarrollo (13-14 años, infantil)

Los Cambios
    En esta etapa llena de cambios debido a la pubertad el joven futbolista no deberá realizar
esfuerzos prolongados porque su potencia energética ha de ser reservada para los fenómenos
de anabolismo de los tejidos.

    Los objetivos generales residen en la continuación del trabajo de las anteriores etapas, pero
incidiendo en los mecanismos perceptivos y de toma de decisiones.

    En esta etapa el trabajo fundamentalmente se centrará en reforzar dos aspectos:

 Desarrollar minuciosamente la condición física y la táctica


individual de la posición en la que se esté jugando.
 Buscar hábitos permanentes en la práctica de una posición
específica, a través de lo asimilado en la etapa anterior y lo
continuado en ésta.

Nivel IV.     Etapa de perfeccionamiento (15-16 años, cadete)

La Precompetición

    Debe existir una selección para conformar los valores futbolísticos del niño/a debido a la
proximidad al alto rendimiento.

    Como objetivos generales fundamentales hablaremos del perfeccionamiento de los aspectos
técnicos, asentados sobre la táctica. Así mismo también, pulir la capacidad táctica individual.

Nivel V.     Etapa de alto rendimiento (17 años ó más, juvenil y amateur)

3.     Metodología de enseñanza

    En la enseñanza del fútbol debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones
metodológicas:

 La motivación para los niños/as que comienzan su práctica deportiva es


fundamental, y las situaciones globales y reales son lo más recomendable, para
luego, en etapas posteriores ir aumentando el trabajo específico.
 No encontramos mayores ventajas en la metodología global (comprensiva) que
en la conservadora o analítica.
 Los porteros no han de ser olvidados, y no se ha de situar al jugador más alto
o más torpe en el terreno de juego como tal, sino al que quiera ser portero.
 El proceso de enseñanza se divide en fases claramente diferenciadas, pero que
se interrelacionan, basándose en la continuación de unas sobre otras.
 En las primeras fases el entrenador/a ha de actuar como educador y profesor
que transforme el entrenamiento en una escuela de valores.
 El acondicionamiento físico, progresivamente se va pasando de una
preparación general hacia objetivos y formas de trabajo más específicas.
 La enseñanza táctica se hace fundamental en las primeras edades, superando
el trabajo técnico.
 Desde las edades infantiles se ha de inculcar al futbolista la adecuada
colocación.
 En la iniciación todos los jugadores han de pasar por todas las posiciones.

Bibliografía

 CONTRERAS, A. (1989) El departamento de Educación Física y Deportes. En


VV.AA. Bases para una nueva Educación Física. Zaragoza. Cepid.
 TAELMAN, R. (1988) El entrenamiento del portero. Lérida. Agonos.
 GARCÍA ARROYO, M. (1974) Puesta en marcha de un equipo de
fútbol. Salamanca.
 SANCHEZ BAÑUELOS, F. (1984) Didáctica de la Educación Física y el deporte.
Gymnos. Madrid.

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