ESI Foro 2
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● Promuevan que quienes participan lean las intervenciones del resto de sus
colegas.
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Caja de herramientas para el acompañamiento tutorial en el foro
● ¿Te llamaron la atención tus porcentajes del test acerca de los roles sexuales? ¿Por
qué?
● En función de lo que hemos trabajado en el módulo, ¿qué características o
preguntas del test te hicieron más ruido?
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● ¿Crees que es un recurso útil para ironizar la detección de estereotipos sexo-
genéricos?
● ¿Qué preguntas le incorporarías al tets en la clave de su propuesta?
● ¿Cuáles sospechas que podrían haber sido los porcentajes de la China Iron y de
Josefina?
● En relación a la anécdota que se relata en el inicio del artículo de Joaquín Linne
¿Qué es lo que perdura de la escena “Jóvenes compañeros del secundario
comiendo en una parrilla”? ¿Qué te imaginas que el movimiento de mujeres y
disidencias sexo-genérica puso en cuestionamiento?
● Recordemos que estas son las preguntas que orientan nuestra clase 1. ¿Qué es la
expresión de género? ¿Cómo nos permite cuestionar nuestros prejuicios de
género? ¿Qué son los estereotipos sexo- genéricos? 2. ¿Cómo podemos re-pensar
las masculinidades desde la perspectiva de género?
● El objetivo del test según el sitio donde está alojado: “Este test clasifica tu
personalidad como masculina o femenina basándose en los estudios de la Dra. Sandra
Lipsitz Bem. Aunque los estereotipos de género son controvertidos, es importante
señalar que el trabajo de Bem ha sido probado en varios países y se ha demostrado
repetidamente que tiene altos niveles de validez y fiabilidad de test-retest. El test
evalúa exclusivamente los conceptos inmanentes del género (en otras palabras, no
teoriza sobre si los roles de género son biológicos, culturales o ambos). En
consecuencia, la prueba ha sido utilizada tanto por las feministas como un
instrumento de crítica cultural, como por los tradicionalistas de género que buscan
confirmar que los roles de género son naturales y hereditarios”.
● Sandra Lipsitz y su marido, Daryl Bem, defendieron la igualdad de los sexos. El equipo-
matrimonio ha reclamado altamente como testigos en los impactos negativos que
producen los estereotipos en función del sexo, tanto en lo individual como en lo social.
Se ocuparon de redactar sobre los efectos limitativos de las funciones del sexo
tradicional, comprometidos con los movimientos de liberación femenina. En conjunto
han escrito Inventario de Roles Sexuales de Bem (BSRI), el cual propone que en lo
individual se pueden exhibir iguales características, tanto mujeres como hombres. Es
un auto-informe que planteó la realidad de las libertades y derechos en la década de
1970. El BSRI fue utilizado para medir la flexibilidad psicológica e indicadores
conductistas, pero no artículo con la noción de género. Pensemos en los aportes de la
mirada de género para esos registros que proponía la Dra. Lipsitz.
● Históricamente las maneras de ser hombres y mujeres han sido pensadas desde
lugares fijos, estereotipados, pero ¿qué son los estereotipos?, son imágenes sociales
simplificadas e incompletas que supuestamente caracterizan a un grupo de personas.
Los estereotipos pueden referir a múltiples aspectos de la vida social, la religión, la
nacionalidad, el sexo, la etnia, la orientación sexual, entre otros. Por ejemplo, cuando
se afirma “todos los argentinos son…”, el estereotipo está armado en función de la
nacionalidad. También puede haber estereotipos en función del sexo, como cuando se
dice: “todas las mujeres son…” (débiles, sensibles, charlatanas) o “los varones son…”
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(inquietos, desprolijos, fuertes). Los estereotipos implican una imagen limitada acerca
de cómo son las personas, niegan sus particularidades, sus individualidades y en su
lugar se ubica una caracterización que se supone alcanza a todos los individuos del
grupo al que se está haciendo referencia. Ahora bien, ¿cuándo se habla de
estereotipos de género a qué nos referimos? A esas representaciones simplificadas,
incompletas y generalizadas que se realizan teniendo como base al sexo biológico. Por
ejemplo, son estereotipos asumir que sean solo las mujeres quienes se tengan que
ocupar o sean responsables de la crianza de las niñas y los niños, de las personas
mayores o del trabajo doméstico. El estereotipo femenino está asociado con los
cuidados, la emoción, la fragilidad, la docilidad, la obediencia a la autoridad masculina.
● Debemos recordar que desde el eje de la ESI la perspectiva de género nos permite
Reconocer la diferencia sexual entre unas y otros, analizar las desigualdades ancladas
en la diferencia sexual entre las personas, problematizar las concepciones rígidas sobre
lo considerado exclusivamente masculino o exclusivamente femenino, identificando
prejuicios y estereotipos de género, así como las consecuencias negativas que
provocan en las personas y el restablecimiento del binarismo sexual. Si repasamos los
Lineamientos Curriculares de la ESI allí encontraremos en los distintos niveles
educativos y modalidades una preocupación central sobre la detección y
cuestionamiento de los estereotipos sexuales. Es importante recuperar en nuestras
prácticas pedagógicas las habilitaciones sociales y normativas a los estereotipos
binarios para poder cuestionarlos.
● En los últimos años, la heterocisnormatividad que impacta en la construcción binaria
de los géneros se ha ido problematizando. Recordemos que la cisnormatividad es el
sistema que estructura las expectativas, las prácticas y las instituciones sociales sobre
el supuesto de que todas las personas son cis (género), es decir que su género está
determinado por la genitalidad con la que nacieron. Y la heterosexualidad obligatoria o
heteronormatividad presuponen que la heterosexualidad es la única opción de
orientación válida, sana, buena y esperable.
● Es importante seguir reflexionando en torno a la propia construcción de la identidad
de género, retomamos lo que vimos en el módulo anterior, acerca de cómo la docente
Quimey Ramos nos recuerda que “Todes tenemos identidad de género, pero algunas
identidades no han sido puestas en duda jamás”.
Varias escenas de la película nos muestran los signos del paso de la infancia a la adolescencia
en las mujeres: el primer corpiño de algodón blanquísimo, las revistas de chismes de novelas,
las horas frente a espejo, los granitos en la espalda, el crecimiento del vello en el pubis y
algunos mitos como “no me puedo mojar porque tengo la sangre”. Clase 2, p. 5, Módulo 3.
La identidad de género refiere a la “vivencia interna e individual del género tal como cada
persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del
nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación
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de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra
índole, siempre que ello sea libremente escogido” (Clase 2, p. 2, Módulo 2).
En nuestro país existe una Ley Nacional que permite que las personas puedan cambiar el
género asignado al nacer por aquel que se corresponda con el que ellas se identifican y
expresan. La Ley de Identidad de Género (Ley 26.743) establece la obligatoriedad de
reconocimiento a “la identidad de género y el libre desarrollo de la persona en virtud de la
misma” (Clase 2, p. 2, Módulo 2).
Cuando hablamos de identidad de género, generalmente nos referimos a las personas trans,
pero es muy importante entender que todas las personas tenemos una identidad de género
que se construye subjetivamente en el marco de un contexto social, cultural y político (Clase 2,
p. 5, Módulo 2.)
En la película El último verano de la Boyita hay una insistencia en que las nenas no sean
varoneras y que los varones expresen y den muestras de su masculinidad.
Los estereotipos sexo-genéricos son aquellos que estipulan que las mujeres son frágiles,
buenas, emotivas, con instinto materno, cuidadosas, prolijas, buenas alumnas, no ejercen
violencia... y el estereotipo de la masculinidad hegemónica y homosocial que describimos en
las primeras páginas de la clase 1. ¿Recuerdan? Los estereotipos de género son imágenes
estáticas que delinean atributos universales para lo femenino y lo masculino y que pretenden
pasar por naturales e incuestionables. Sobreviven estos estereotipos en nuestros espacios
familiares, en la escuela, en nuestras relaciones amorosas (como veremos en la clase tres), en
los espacios laborales, en los ámbitos de salud. El sistema sexo- género que presentamos en la
clase anterior es el que otorga significados, roles y valores a las personas según su sexo (el que
inscriben al momento de nacer), su edad, su clase social, su color de piel. (Clase 2, p.8, Módulo
3)
Estos estereotipos sexo-genéricos que estuvimos trabajando crecen sobre modelos ideales y
universales que se exigen socialmente. No solamente las feminidades son objeto de ese
proceso de construcción, sino también las masculinidades. Escuchemos lo que nos plantea el
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sociólogo argentino. Daniel Jones en el video de la clase se pregunta qué pasa con las nuevas
masculinidades y los varones. Es muy interesante la pregunta sobre “qué tipo de varones
queremos ser” y cómo la escuela puede construir valores contrahegemónicos
(contraculturales). (Clase 2, p. 9. Módulo 3)
La OMS calcula que el 1,7 % de la población no entra dentro de las categorías binarias
masculino y femenino, y que existen según Mauro Cabral más de 40 formas de ser
intersexuales.
Anne Fausto Sterling, una bióloga feminista explica cómo los cuerpos de personas
intersexuales han sido objeto de numerosas investigaciones, estudios, usos, abusos,
violaciones, mutilaciones. La insistencia en que somos cuerpos de un solo sexo, con genitales
de forma, tamaño, color, longitud, grosor, consistencia y textura preestablecidos producen
cuerpos para un sexo. Sterling recupera distinta literatura clínica respecto al protocolo seguido
por la medicina en casos de nacimiento de personas intersexuales: nace un cuerpo que no
tiene definidas las características sexuales (órganos genitales externos) y un equipo de
expertos define el sexo en función de la mejor adaptación de los genitales existentes a lo que
se consideraría (ya estamos viendo que estos parámetros siempre son cuestionables) una vida
sexual normal. Las clasificaciones clínicas de estos mal considerados desórdenes corporales se
revierten con terapias hormonales, cirugías correctivas y tratamientos psiquiátricos. Este
conjunto de expertos presenta como solución (¿es qué había un problema?) un tratamiento
para corregir (¿es que había un error?) el cuerpo en cuestión y construir un cuerpo con un solo
sexo (o ¿un sexo en un cuerpo?) Las intervenciones biomédicas sobre las corporalidades
intersex prometen ordenar una nueva naturaleza sexual, única, sin ambigüedades. (Clase 2,
p.16, Módulo 3).
En los años ochenta del siglo XX, desde algunas autoras como Raewin Connell, surge el
concepto de masculinidad hegemónica, entendido como un modelo de prácticas (es decir,
cosas hechas, no solo un conjunto de expectativas o una identidad) que permite la continuidad
del dominio de los varones sobre las mujeres y legitiman ideológicamente la subordinación
global de las mujeres cis a los varones cis, que reciben así los beneficios del patriarcado. De
este modo, algunas características de la masculinidad hegemónica son las siguientes:
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✔ Es la manera concreta de expresar el género masculino, la más
corrientemente aceptada, la que aporta legitimidad al patriarcado y garantiza
la posición dominante de los varones y la subordinación de las mujeres.
✔ Es la forma culturalmente idealizada de la virilidad que es social y
jerárquicamente exclusiva: preocupados por ganar el pan cotidiano los
varones se diferencian por su dureza, la competitividad, la contrariedad e
inestabilidad psicológica y propensión a la crisis.
✔ Otro rasgo de la masculinidad hegemónica es que se construye en oposición a
lo femenino. Ser varón significa no ser mujer y esto implica eliminar todo un
conjunto de sensaciones, afectos, debilidades, sensibilidades y necesidades.
✔ La definición de “verdadero varón” va ligada al mandato de heterosexualidad.
El no cumplimiento de este mandato es sancionado socialmente como
homosexualidad o baja del estatus de hombría.
✔ Un hombre que se precie de tal tiene heroísmo y coraje, no tiene que tener
miedo y debe proteger a las personas a su cargo.
✔ Su naturaleza de varón protector no le permite rehuir el combate y además
ser competitivo y tener éxito.
✔ El varón es macho, amante, agresivo, sexualmente potente y activo.
✔ El varón tiene necesidad de enfrentarse a retos: físicos, profesionales, entre
otros.
✔ El varón debe traer el pan a casa: alimentación, vestido y éxito económico.
✔ En síntesis, es poseedor de las Tres “p”: protección, provisión y potencia.
(Clase , p. 9 y 10, Módulo 3)
● Varias escenas de la película nos muestran los signos del paso de la infancia a la
adolescencia en las mujeres: el primer corpiño de algodón blanquísimo, las
revistas de chismes de novelas, las horas frente a espejo, los granitos en la
espalda, el crecimiento del bello en el pubis y algunos mitos como “no me
puedo mojar porque tengo la sangre”.
● Jorgelina se refugia y juega con la Boyita que está arrumbada en el fondo del
patio de su casa en Rosario. Explora su cuerpo a través de la masturbación:
Perca, la persona que trabaja cuidándola, la reta y le advierte que “si se rompe
la telita que tenés adentro esa no se cose” (haciendo referencia al himen).
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¿Alguna vez escuchamos este reto o este rumor sobre “las telitas” que se
rompen? Es el rumor sobre la necesidad de cuidar el himen para las mujeres,
cuidarlo de que no se rompa por andar en bicicleta, jugar fuerte, hacer danza o
andar a caballo. Es un signo de virginidad.
● En la clase se sugiere una escena donde Jorgelina y su padre están cenando en
la casa del campo del Entre Ríos. Frente a las preguntas de Jorgelina a su padre
sobre qué significa “probar ser un hombre” ...la respuesta es “acá las cosas son
así”. ¿Esta expresión que naturaliza las cosas que un hombre debe hacer las
hemos escuchado en nuestras infancias? ¿Recordamos algún reto o llamado de
atención durante nuestras infancias sobre temas vinculados a la sexualidad, a
cómo debíamos comportarnos en función de nuestra identidad de género?
¿Recordamos si alguna vez en la infancia nos exigieron que demostráramos
socialmente nuestras habilidades como mujeres o como varones?
● Un día después de un paseo Jorgelina ve que Marito tiene sangre en el
pantalón y le pregunta si se cortó. En otra escena Marito está enfermo, solo en
su altillo, y le dice a Jorgelina que la sangre que tiene es de la menstruación. La
nena lo corrige y le dice que la menstruación es para las nenas, que a los nenes
no les pasa. Hay una escena donde vemos que Marito se saca la remera y está
fajado a la altura de los pechos. También vemos escenas de Jorgelina con libros
de medicina, mirando lo que allí se revela sobre el cuerpo de las mujeres y de
los varones. Compartimos la escena donde los personajes cuentan sus secretos
en la clase. Ese diálogo entre Jorgelina y Marito es revelador: la nena acompaña
el secreto de su amigo, lo cuida, y juntos miran los libros para saber qué pasa
con esos cuerpos en tránsito que sangran...con la sospecha de que hay una
menstruación femenina y masculina. Marito le cuenta que “no es normal” y ella
con ese amor por su amigo le dice “me gustas, así como sos”. ¿Qué
sospechamos que pasa con Marito? ¿Por qué sangra? ¿Por qué dice que no es
normal?
● El cuerpo de Marito podría ser definido como un cuerpo intersex (repasemos
los conceptos presentes en el módulo 2). En otras épocas esas corporalidades
eran entendidas como hermafroditas. En varios pasajes de esta clase
señalamos que la diferencia sexual es una construcción social y cultural, es
decir, la forma en que leemos los cuerpos, la realidad corporal, también está
sujeta a etiquetas de género y a estereotipos de género. El padre de Jorgelina
le explica a la niña lo que pasa con el cuerpo de Marito. Antes se lo había
explicado a Elba, la madre de Marito. Compartimos la escena de la película
donde se revela el secreto sobre las hormonas sexuadas en los cuerpos. El
cuerpo de Marito queda al descubierto. Los análisis celosamente guardados por
la madre del nene confirman lo que Héctor, el padre de Jorgelina sospecha.
Mario tiene útero y su clítoris al momento del nacimiento fue leído como un
pene. Por eso lo nombraron varón y lo socializaron en la masculinidad. El padre
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de Marito cuando se entera de lo que le pasa al niño le vende el caballo, le
pega y el niño huye.
Ej.: “Ahora que estamos llegando al cierre, quiero agradecerles por la participación y el
compromiso en este trabajo colectivo.”
- Destacar el valor de las reflexiones e intercambios que se produjeron en el marco del foro:
Ej.: “Es muy valioso destacar que en este foro pudimos analizar a partir de lo trabajado en
clase y los recursos que en ella tenemos.”
Ej.: “Esta clase nos permitió recorrer conceptos que vinculan las construcciones del binarismo
sexual en la materialidad de los cuerpos, a partir de la detección de los estereotipos sexuales.
Definimos masculinidad hegemónica, retomamos lo trabajado sobre las expresiones de género
y los cuerpos intersex y reflexionamos a partir de la historia de Jorgelina y Marito sobre el
binarismo sexual, la infancia y la adolescencia en los rituales de pasajes y las identidades
sexuadas de los cuerpos.
En la clase siguiente vamos a indagar específicamente como estas formas binarias de exclusión
de identidades y experiencias que refuerzan el sistema cisgénero se traman con los modos de
la violencia por razones de género.
Ej.: “Les comparto una breve síntesis de lo desplegado en este foro, que será insumo para las
próximas actividades.”
Ej.: “En la próxima clase del módulo (clase 3) vamos a desarrollar la violencia por razones de
género retomando lo trabajado y analizando a partir de un repertorio artístico las formas de
visibilización de las desigualdades ancladas en la diferencia sexual. Si bien las actividades son
optativas, ya se orientan a la construcción del trabajo final y como ya saben, seguiremos en
contacto.”