Trabajo de Fruticultura
Trabajo de Fruticultura
Trabajo de Fruticultura
Tema: TICU
Cítricos
Turno: Noche
INTEG
RANTE
1. César Mosqueira
2. Juan Nequi
3. Yulian Sosa S
4. Silvina Barrios
ITA -
PAR
OBJETIVO
Contribuir efectivamente al mejoramiento productivo, económico, social, y medio
ambiental del Paraguay implementando un sistema de manejo integral (producción,
transformación, comercialización, infraestructura y equipamiento) de la cadena
productiva del cítrico.
INTRODUCCIÓN
En la mayoría de las regiones agroecológicas del Paraguay, encontramos condiciones
apropiadas para el cultivo de los cítricos, tal es así que en épocas pasadas según cuentan
los agricultores, las naranjas tuvieron una gran importancia socioeconómica, ya que se
exportaba principalmente a la Argentina a través del transporte en trenes.
Posteriormente fue decreciendo por la dificultad de transporte y con la aparición
principalmente de enfermedades hasta decaer al punto de no exportar e inclusive desde
hace un buen tiempo ya no se cubre la demanda interna de consumo de frutas cítricas, lo
que implica importar para satisfacer la demanda local. Esto significa que a pesar de
tener condiciones de clima y suelo adecuado para la producción en la actualidad somos
importador de esta fruta desaprovechando los recursos naturales disponibles, reduciendo
la oferta alimentaria para el pequeño productor y provocando la desocupación de mano
de obra local.
El origen de los cítricos se localiza en Asia Oriental, en una zona que abarca desde la
vertiente meridional del Himalaya hasta China Meridional, Indonesia, Tailandia,
Malasia e Indochina.
Los Cítricos pertenecen a la familia de las Rutáceas. Las especies más cultivadas del
género Citrus son: las Naranjas dulces Citrus sinensis (L.) Osbeck, Naranjas agrios
Citrus aurantium L., Mandarinas Citrus reticulata Blanco, Pomelos Citrus paradisi
Macf, Limas ácidas Citrus aurantifolia (Christm.) Swing., Limones verdaderos Citrus
limón (L.), Cidras Citrus medica L., Toronjas Citrus máxima (L.).
Las plantas del género Citrus, cultivadas comercialmente son compuestas por dos
partes. La parte superior, que incluye parte del tronco, ramas, hojas, frutos denominada
copa. La parte inferior, que también es formada por parte del tronco, generalmente los
primeros 15 centímetros del suelo de donde emerge todo el sistema radicular.
Las hojas de los cítricos son unifoliadas y de nerviación reticular, sin embargo, en el
género Poncirus y sus híbridos son trifoliadas. Las nerviaciones son reticuladas, los
peciolos son alados en muchas especies como en el naranjo amargo, el apepú, los
pomelos y las toronjas., mientras que los peciolos son pequeños en las naranjas y
mandarinas y en los limones apenas son visibles. La raíz de los cítricos es sólida, blanca
y bajo condiciones de cultivo poseen una gran cantidad de pelos radiculares
superficiales. Presenta una raíz principal del que salen las raíces secundarias formando
una maza densa de raíces.
La flor aparece generalmente después del reposo invernal o tras un periodo de sequía, se
inicia la formación de flores a partir de las yemas situadas en las axilas de las hojas. La
diferenciación floral tiene lugar al mismo tiempo que se inicia la brotación, de modo
que las yemas inicialmente dan lugar a brotes vegetativos, pero en ocasiones el
meristemo apical del brote en crecimiento se transforma en una flor terminal.
El fruto de los cítricos en una baya denominada hesperidio surge como consecuencia del
crecimiento del ovario. El pericarpio es la parte más externa del fruto y está formada por
el exocarpo, el mesocarpo o albedo y el endocarpo donde se inician los sacos de jugo o
vesículas que abarcan la mayor parte de los frutos en desarrollo.
2. Clima
Entre los factores climáticos que ejercen influencia sobre los Cítricos, se destacan la
temperatura y la humedad. En un rango de temperatura inferior a 10 °C y superior a 39
°C, el desenvolvimiento metabólico de las plantas es prácticamente interrumpido. La
faja comprendida entre 13 a 32 °C, con aumento progresivo de la temperatura, se da un
aumento en el crecimiento, en el caso que no haya otros factores limitantes, como el
estrés hídrico. La temperatura óptima varía entre 20 a 30 °C, la cual varía durante el día.
Los cítricos son cultivados en varias regiones del mundo, con amplia variación de la
precipitación pluvial, oscilando desde 250 mm (Israel) anuales hasta 4.000 mm (Selva
Peruana - Amazonia). El consumo anual de agua por las plantas varía de 600 a 1.200
mm, dependiendo de la variedad copa y porta-injerto, característica de suelo y edad de
las plantas. La mayor exigencia en consumo de agua es durante el desarrollo vegetativo
y el crecimiento de las frutas, que normalmente coincide con la época de mayor
precipitación pluvial en primavera verano en nuestro país.
Los Cítricos son plantas exigentes en luz para los procesos de crecimiento,
florecimiento y fructificación, que ocurre principalmente en la parte exterior de la copa.
A mayor exposición de las plantas a la luz solar resulta en mayor y más rápido
crecimiento de las plantas y los frutos.
3. Suelo para Cítricos
Los cítricos son cultivados en suelos con una gran diversidad de características físicas y
químicas, teniendo una gran capacidad de adaptación a un variado tipo de suelos. Es así
que en las diferentes regiones citrícolas del Paraguay tenemos cultivos en suelos
arenosos como los de San Pedro y en suelos lateríticos con alto contenido en arcilla
como los del Departamento de Itapúa. Esto no significa que los cítricos no tengan sus
exigencias. La longevidad, el estado sanitario, su productividad y lo que es más
importante, la calidad de la fruta, dependen de una u otra manera de las características
del suelo. Los portainjertos, por su sistema radicular, tienen distintos grados de
capacidad de adaptación a los diferentes tipos de suelo. Es por eso que se debe elegir el
portainjerto adecuado para cada situación. Cuando se planifica la realización de una
plantación cítrica, el suelo debe ser examinado en forma criteriosa teniendo en cuenta
sus propiedades. Los suelos deben de tener una buena aireación y permeabilidad y no
estar sujetos a encharcamiento por periodos prolongados lo que conduciría a una asfixia
radicular y a una mayor incidencia de enfermedades como la gomosis (Phytophthora
sp.) o pudrición del pie; También la profundidad es importante de modo a permitir un
desarrollo radicular completo, la profundidad mínima estaría en torno de 1 a 2 metros.
Es evidente que suelos ricos en elementos nutrientes deben ser preferidos en relación a
aquéllos que son muy pobres. El análisis químico del suelo nos dirá en qué proporción
se encuentran los índices esenciales para la nutrición de las plantas, tales como materia
orgánica, nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y micronutrientes. Es importante
conocer también el pH del suelo, o sea el grado de acidez o alcalinidad del mismo,
considerándose valores adecuados los que se encuentran entre 5.5 y 6.5. Dentro de estos
niveles están en máxima disponibilidad los elementos que la planta necesita. Los
inferiores al mínimo indicado pueden ser corregidos con el agregado constante todos los
años de materia orgánica y con la aplicación de cal agrícola.
Es preferible evitar suelos con mucha pendiente y a su vez con poca profundidad, por
las dificultades que plantea durante los largos años del cultivo. Resumiendo, podemos
remarcar que los mejores suelos para cítricos son los de textura media a arenosa
(arenoso-franco a franco-arenoso), profundos (60 a 120 cm), de pendientes no muy
pronunciadas, de un pH no demasiado bajo ni muy alto y una buena disponibilidad de
elementos minerales y materia orgánica.
La productividad y el éxito del cultivo está relacionado directamente a los cuidados que
se les brinden a las plantas durante el tiempo productivo. Es decir, en cultivos que no
fueron atendidos durante mucho tiempo se tornan improductivos debido al incremento
constante de plagas y enfermedades y a la pérdida de la fertilidad debido a la extracción
de los minerales por las frutas cosechadas durante los periodos de cultivo.
El Nitrógeno
El nitrógeno es un mineral esencial relacionado con la productividad y la calidad
del fruto, formando parte de un gran número de compuestos orgánicos como
aminoácidos, proteínas, ácidos nucleicos, clorofila etc. La deficiencia de este
elemento se manifiesta con el amarillamiento de las hojas, falta de brotación,
floración muy abundante y, lo que es peor, la manifiesta falta de cuajado de los
frutos, que redunda en una cosecha extremadamente reducida. Los frutos que
logran ser cosechados en general son más pequeños.
La provisión adecuada del nitrógeno para los cultivos de cítricos especialmente
para los productores de escasos recursos de la región de Caazapá se puede
relacionar con un recurso orgánico abundante, pero no utilizado como el
estiércol vacuno tan abundante en la zona, es así que cada productor rural posee
animales ya sea vacunos o aves que defecan continuamente en lugares
establecidos como corrales o gallineros donde observamos una cantidad
importante de estiércol acumulado no aprovechado, si los productores se
dispusiesen a recoger y distribuir el estiércol debajo de copa de los arboles sin
incorporarlos solo depositando y distribuyendo en forma uniforme debajo de la
copa todos los años, estas plantas tendrían menos deficiencia de nitrógeno y
menor acidez del suelo debido a la capacidad reguladora de la materia orgánica.
El período de abonado está dado en función de la capacidad de absorción de las
raíces, comenzando de manera reducida al inicio de la primavera, lográndose un
aumento creciente de la absorción con un punto máximo al promediar el verano.
El período primaveral es el periodo de mayor demanda, debido a la presencia de
la flor, del cuaje y multiplicación de la célula del fruto. Este período entre la
máxima absorción y la mayor demanda, debe ser cubierto con la suficiente
provisión para su acumulación y utilización en el tiempo adecuado.
El fertilizante más utilizado en citricultura es la urea que tiene una alta
solubilidad una vez agregado al suelo, Es por ello que este fertilizante debe ser
agregado en forma fraccionada de acuerdo a las recomendaciones del análisis de
suelo y en función de la productividad de la parcela, y acompañado, en lo
posible, con estiércol o fertilizantes orgánicos que actuarán como reguladores de
la absorción.
El Fósforo
El fósforo es otro de los elementos macronutriente esenciales para la planta.
Provee la energía necesaria para funciones de vital importancia, por ejemplo, en
la división celular (ATP-ADN) y la fotosíntesis. Influye, además, en la calidad
del fruto y su firmeza. Las plantas deficientes en fósforo la floración es escasa,
los brotes se rompen fácilmente, los frutos son de mayor tamaño, pero con
menos jugo y corteza más gruesa, separándose los segmentos entre sí y del eje
central. El diagnóstico del elemento se logra adecuadamente con el análisis de
suelo. A diferencia de lo que sucede con el nitrógeno, que se lava fácilmente en
el suelo, el fósforo agregado con los fertilizantes se acumula en él y forma
compuestos poco solubles, transformándose en una verdadera reserva. En los
suelos ácidos los fosfatos reaccionan con los iones de hierro y aluminio
fijándolos, tornando poco disponible este elemento para las plantas; esta
situación bastante común en la región de Caazapá, por lo tanto, resulta
fundamental realizar las correcciones del PH de los suelos para posibilitar la
absorción de este elemento mineral. La aplicación de los fertilizantes correctivos
realizar después de detectar deficiencias, preferentemente a finales de la época
invernal.
Potasio
El potasio es un elemento esencial indispensable para el crecimiento y desarrollo
de los cítricos.
Se ha demostrado la esencialidad del K como coenzima de numerosas enzimas,
así como la exigencia de elevadas cantidades de K durante la síntesis proteica,
siendo particularmente importante en la fotosíntesis y como regulador de agua
en las células vegetales.
La fertilización de potasio repercute en forma muy importante en el concepto de
la calidad de la fruta, la deficiencia produce una disminución del vigor
vegetativo de la planta y una disminución de cosecha. Provoca también frutos de
reducidas dimensiones, corteza extremadamente delgada, problemas fisiológicos
relacionados con la textura de la cáscara como la arruga o pliegue (creasing) y el
rajado o cuarteo de la cáscara (splitting).
4. Fertilización
El manejo nutricional de producción busca obtener la máxima productividad y
calidad de los frutos, teniendo en cuenta la necesidad de la planta sin que
ocurran excesos o deficiencias.
El análisis de suelo y la productividad esperada deben ser consideradas en la
definición de las dosis de fertilizantes a ser adicionados a la plantación.
En la tabla 1 encontramos un ejemplo que puede servir de base para la
aplicación de fertilizantes en función de la edad de la planta. En todos los casos
es importante que las fertilizaciones a realizar sean monitoreadas por medio del
desenvolvimiento de las plantas, productividad de las plantaciones y el análisis
de suelo con el objetivo de realizar un programa de fertilización racional.
9. Control de Malezas
Las plantas dañinas compiten con los cítricos por agua, nutrientes y luz,
dependiendo de la edad de las plantas. En plantaciones donde el control no se
realiza en época oportuna o hecho de forma inadecuada, las malezas que
proliferan en áreas donde fue distribuida abono, compiten con los cítricos por los
nutrientes minerales y agua. La intensidad de esta competición depende de la
especie, de la densidad y de la época del año.
En razón de los espacios utilizados en las plantaciones de cítricos, grandes áreas
pueden quedar sin cobertura vegetal cuando las malezas son completamente
eliminadas del cultivo, dejando el suelo expuesto a la acción directa de la lluvia,
el viento y el sol, provocando una pérdida considerable del suelo por erosión.
Aparte de eso, los suelos sin cobertura vegetal, y trabajo de las maquinas
contribuyen para aumentar la compactación y degradación, reduciendo las macro
porosidades y la capacidad de retención del agua. Ese ambiente reduce el
desenvolvimiento del sistema radicular, reduciendo directa o indirectamente la
absorción de nutrientes por la planta, siendo una de las principales causas de la
caída de la producción y la reducción de la longevidad del cultivo.
Mantener la plantación con malezas bajas, trae una serie de ventajas, tales como
menor competencia con las plantas cítricas por agua y nutrientes.
Dependiendo del tamaño de la plantación el control de las malezas debe
realizarse sin remover el suelo debajo de la copa y la proyección de esta para no
afectar la zona de mayor expansión y desarrollo radicular. La mejor forma de
efectuarlo es con rotativa entre las hileras y debajo de la copa y posteriormente
mantenerlo protegido ya sea con cobertura vegetal producto de las malezas
cortadas y/o con aplicaciones de materia orgánica de cualquier origen.
En los primeros años de la implantación del cultivo se pueden cultivar abonos
verdes para facilitar el control de malezas, mantener la humedad del suelo entre
las hileras, aumentando el contenido de materia orgánica, fijación de nitrógeno y
la protección del suelo para prevenir a erosión. Es importante que la especie
utilizada para la cobertura sea bien manejada, para evitar que entren en
competencia con las plantas cítricas por agua, nutrientes, luz y espacio.
Los cultivos utilizados como cobertura verde deben cumplir con ciertas
características, como ser: elevada cantidad de materia verde que pueda
incorporarse por unidad de área, adaptación al suelo y clima del lugar, habito de
crecimiento erecto y no trepador y facilidad de control.
Se recomienda la utilización de una leguminosa con alta producción de masa
verde y con habido de crecimiento determinado, para evitar su crecimiento sobre
las plantas cítricas y que sea de fácil eliminación, es decir que no sea perenne.
Entre las leguminosas más indicadas para nuestro medio se encuentran la
Mucuna ceniza (Mucuna pruriens), crotalaria (Crotalaria juncea L.) y poroto
(Vigna unguiculata L.) La elección de la especie está ligada también a los
buenos cuidados culturales a que serán sometidas.
Otro método de control de malezas es la utilización de herbicidas (control
químico), el cual se efectúa aplicándolo con pulverizador debajo de la copa. La
utilización de herbicida tiene como principales ventajas, que no produce
movimiento del suelo y no causa herida al tronco ni a la raíz en el momento de
aplicarlo. Es una operación que debe ser ejecutada con mucho cuidado, siendo
muy importante no alcanzar (mojar) las hojas de la planta cítrica con el
herbicida.
Entre los herbicidas más utilizados, podemos citar el glifosato con acción pos-
emergente.
10. Poda
Esta operación tiene como finalidad principal la de regular el crecimiento de la
planta en función de la producción. Trata de conseguir un equilibrio fisiológico
que permita un crecimiento controlado de la parte vegetativa y una producción
uniforme y abundante. En los arboles adultos a veces encontramos algunos con
copas demasiadas compactas con un elevado índice de área foliar que produce
un sombreamiento de las hojas situadas en las partes internas de la copa,
resultando en una baja taza fotosintética, la forma para aumentar la superficie
que intercepta la luz, para lograr una mayor producción es realizando podas que
pueden estar en función de la edad del árbol y del manejo del cultivo. A
continuación, abordamos los tipos de poda a realizar en el cultivo de cítricos.
Poda de formación y conducción
La poda de formación en cítricos debe ser realizada de manera criteriosa para
favorecer el crecimiento de las plantas y permitir el inicio de la producción lo
más rápido posible con la mayor productividad. En plantas jóvenes la
producción está relacionada directamente al tamaño de copa y al número de
hojas.
Las mudas producidas en macetas deben de tener un tallo único hasta una altura
de 50 a 60 centímetros a partir del cual realizaremos una poda apical para
seleccionar las tres ramas opuestas surgidas de lugares diferentes del tallo a
diferentes alturas evitando el efecto horquilla, es decir que las ramas surjan una
misma altura. En la etapa de formación es importante eliminar todas las
brotaciones del portainjerto cuando aún estas son tiernas, recién brotadas porque
de esa forma el daño al tallo principal es imperceptible.
La definición de la arquitectura de sustento de la planta se inicia con la selección
de las ramas que garanticen el máximo aprovechamiento de la radiación solar,
soportar toda la parte aérea incluyendo los frutos y el viento durante todo el ciclo
del cultivo. Las tres ramas seleccionadas darán sustento físico al árbol,
eliminando aquellas mal formadas, secas o que no favorezcan al desarrollo
arquitectónico normal.
Poda de limpieza
La poda de limpieza tiene por objetivo mejorar la calidad del fruto, minimizar la
alternancia de producción, controlar el crecimiento vegetativo, estimular la
formación de nuevas ramas fructíferas, aumentar la luminosidad y aireación de
la copa.
En cultivos con alta densidad de plantas con el correr del tiempo surgen
problemas con la productividad por la sobreposición de copas y hojas así como
por la competición entre plantas provocando un menor rendimiento del cultivo
por la menor taza fotosintética en el interior de la copa, por tanto en plantas con
copa cerrada la producción ocurre exclusivamente en los ramas externas, además
de esto las partes internas permanecen sin aireación favoreciendo la
proliferación de plagas y enfermedades y dificultando la penetración de los
defensivos agrícolas.
La poda de limpieza consiste en eliminar los chupones (ramas jóvenes,
vigorosas, que crecen erectas e improductivas) como también aquellas mal
ubicadas o retorcidas, enfermas, rotas y finalmente, toda rama seca, a fin de
mantener a la planta libre de focos de infección, y aliviarle de material
innecesario.
El corte de ramas secas y mal formadas debe hacerse en forma recta al tronco sin
dejar protuberancias de modo a facilitar la cicatrización posterior. Los cortes
realizados deben de ser protegidos porque constituyen una ventana abierta para
entrada de patógenos que pueden afectar el desarrollo posterior; debemos de
pincelar todas las heridas con una pasta a base de fungicidas cúpricos.
Pulgones
Los pulgones o áfidos son artrópodos de la clase insecta perteneciente al orden
Hemíptera que se especializan en chupar la savia de las plantas de todos los
cítricos. Las especies predominantes en el país son el Toxoptera citricidus
Kirkaldy y T. Aurantii B. de F.
Los pulgones se organizan en colonias sobre el envés de las hojas jóvenes y de
todos los brotes tiernos recién formados, así como también sobre las flores. La
necesidad de aminoácidos para su desarrollo los obliga a succionar una gran
cantidad de savia, que en su mayor parte es excretada al exterior y debido a la
riqueza de azúcares que la savia posee se produce la presencia de melaza sobre
las hojas, la que se convierte en un sustrato para el desarrollo de la fumagina
(Capnodium citri Berk. & Desm.) y alimento de otros insectos como las
hormigas. Si observamos mucho movimiento de hormigas en el cultivo, es que
está siendo colonizado por los pulgones que establecen una asociación de mutua
de colaboración donde las hormigas protegen a los pulgones de los predadores y
a cambio obtienen melaza como alimento.
Los daños producidos por los pulgones pueden ser directos o indirectos. Los
primeros son ocasionados por la absorción de savia que, resta vigor a la planta, y
por la inyección de saliva que generalmente produce una reacción Fitotóxica que
provoca la deformación y enrollamiento de las hojas. Los daños indirectos son la
secreción de melaza que facilita la aparición de fumagina y la transmisión de
enfermedades virósicas como el virus de la tristeza de los cítricos (CTV).
Control. Es común observar que en las poblaciones de pulgones se encuentran
predadores como la mariquita que están realizando el control natural, sin
embargo,
vemos que debido a la alta tasa de multiplicación de los pulgones nos obliga a
realizar algún control directo para evitar daños, retraso y deformaciones de los
brotes nuevos.
El control químico se puede realizar con insecticidas disponibles como los
piretroides o utilizar productos a base de aceites vegetales emulsionados con
detergente ambos al 2%, teniendo cuidado de realizar aplicaciones directamente
sobre los insectos que se desea controlar.
Mosca de la fruta
Las moscas de las frutas (Ceratitis capitata y Anastrepha fraterculus) son
dípteros que como su nombre lo indica afecta a diferentes tipos de frutas en
maduración, causando una pudrición que inutiliza la fruta tanto para su consumo
en fresco como para la industria. Las frutas y verduras maduradas o fermentadas
son las que atraen a los adultos para su ovoposición. Cada fruta individual es
visitada por una sola hembra. La larva completa su desarrollo en el interior del
fruto en una semana, de donde saltará a tierra donde empupan, y luego de un
periodo de 10 días dará lugar a un adulto nuevo. El ciclo biológico se puede
completar en 20 a 50 días. El número de generaciones anuales varía mucho en
función de las condiciones climatológicas y de la disponibilidad de frutas de
cualquier especie en estado de maduración.
Control:
a. Enterrar profundamente en el suelo (10 centímetros como mínimo) y/o
destruir los frutos afectados para evitar la dispersión de los adultos y su
posterior ovoposición en otras frutas.
b. Colocar trampas con jugo de fruta fermentado en botellas de plástico las
que se perforan en su parte superior facilitando la entrada de las moscas
adultas, quedando así atrapadas. Se sugiere colgar de los árboles o
arbustos del cultivo de modo a ir reduciendo la cantidad de moscas
adultas.
Enfermedades
Control del HLB: Diversas medidas deben de ser tomadas para evitar una
mayor
diseminación de la enfermedad.
Control:
Mancha negra
13. Cosecha
Los frutos cítricos presentan muy pocas alteraciones en cuanto a la calidad
interna después de la cosecha y durante el almacenamiento, por tanto, la
evolución de los azúcares y ácidos que son los principales componentes que
determinan el sabor, es interrumpida con la cosecha, por eso es importante que
la cosecha sea realizada cuando los frutos hayan alcanzado su punto ideal de
consumo, o sea en términos prácticos que hayan llegado a su madurez.
Generalmente los frutos cítricos no entran en abscisión cuando alcanzan el punto
de consumo, lo que permite planificar el periodo ideal de cosecha en función a
los precios y requerimientos del mercado. El tiempo entre el punto adecuado
para el consumo de los frutos y la senescencia depende del clima.
La producción y la calidad de los frutos están definidos en gran parte por los
tratos
culturales, el control de las plagas y enfermedades, por el clima y por los
cuidados durante la cosecha, el almacenamiento y el transporte.
En general, se recomienda que las naranjas y mandarinas sean cosechadas con
por lo menos 10 grados ºBrix medidas con el refractómetro. En condiciones de
campo se pueden “probar” varias frutas de diferentes árboles de la parcela para
determinar si están listas o no para su comercialización.
En nuestras condiciones sub tropicales las naranjas maduras adquieren una
coloración amarilla y no naranja como ocurre en regiones más frías. No siempre
el cambio de color indica que las frutas están listas para su comercialización, es
así que tenemos casos donde la fruta ya puede ser comercializada, sin embargo,
sigue verde como el caso de variedades precoces como W. Navel y otras como
la Valencia, donde conviene esperar una pérdida de acidez que acompaña el
desarrollo final del fruto, a pesar que las frutas adquieran una coloración
amarilla.
Manejo postcosecha
La fruta cosechada idealmente puede ser sometida a un proceso de lavado y
clasificación, que en muchas regiones se realizan con máquinas modernas
especialmente fabricadas para los cítricos.
Sin embargo, en nuestra situación de Caazapá, solo algunos productores limpian
y clasifican sus naranjas, obteniendo en todos los casos ganancias muy
superiores a aquellos que comercializan a granel a los acopiadores.
14. Comercialización
La comercialización de las naranjas en la región del proyecto, se realiza en la
mayoría de los casos directamente del productor a los acopiadores, que aparecen
en la época de maduración del fruto. Estos acopiadores, sin mucho esfuerzo
adquieren las naranjas de los productores a un precio irrisorio para después
simplemente llevarlos a una distancia de entre 20 a 50 kilómetros y ganar
fácilmente cinco veces más de lo que ellos pagaron.
Es común que el acopiador compre a 100 guaraníes la fruta y lo venda por lo
menos en 300 a 500 guaraníes cada una (En la mayoría de los casos venden
entre 4000 a 6000 guaraníes la docena).
Para obtener mayores ganancias los productores citrícolas deben considerar
entre otros, los siguientes puntos:
Mejorar la calidad y presentación de las naranjas a comercializar (Frutas
limpias, clasificadas por tamaño y empaquetadas).
Control oportuno y adecuado de plagas y enfermedades para obtener
frutas sin manchas ni daños en la cáscara.
Realizar en forma oportuna los tratos culturales para mantener bien
nutrida a la planta realizando aplicaciones constantes de materia orgánica
y cal agrícola para corregir la alta acidez de los suelos.
Darles mayor valor agregado a sus productos; como ser venta directa al
consumidor final por medio de la venta asociada.
CONCLUSIÓN
Los cítricos constituyen el rubro principal de explotación de la fruticultura paraguaya.
La naranja, mandarina, pomelo, y limón son las cuatro especies cítricos con mayor
volumen de producción en el país (MAG, 2007-11). La producción de las especies
mencionadas es ventajosa en el Paraguay por las características de suelo y clima,
representando su cultivo una opción de negocio.
Corte superficial para no dañar las semillas y separar por mitades iguales haciéndolo
girar en sentido contrario.
Las semillas limpias poner a secar sobre papel diario a la sombra por 2 días
Una vez que las semillas están secas se pueden dividir en bolsitas plásticas y guardarlas
en el refrigerador en la parte de las verduras.
INJERTOS
Selección de yemas
Extracción de yema
Cubrir totalmente el injerto recién realizado atándola bien fuerte con una cinta plástica
PLANTACIÓN
PLAGAS