Esclavitud para Platon
Esclavitud para Platon
Esclavitud para Platon
ETIENNE HELMER2
1
Estoy muy agradecido a la Dra. María del Pilar Montoya y al Dr. Bruno Ferrer
i Higueras por su ayuda en la revisión de este artículo.
2
Universidad de Puerto Rico, Departamento de Filosofía. Correo electrónico:
[email protected].
INTRODUCCIÓN
La idea de que la esclavitud fue clave para las sociedades antiguas nos
parece tan familiar y repugnante, que la mayor parte de las exégesis con-
temporáneas solo se centran en la cuestión de saber si algunos pensadores
antiguos denunciaron esta institución o no (Garnsey, 1996, pp. 23-101). A
excepción de algunos estudios sobre el Libro 1 de la Política de Aristóteles,
raras son las interpretaciones acerca de la significación que los filósofos po-
drían haberle dado. En cuanto a los demás filósofos griegos, a menudo se
da por sentado que admitieron la esclavitud simplemente porque era una
institución imprescindible de su tiempo. Este tipo de acercamiento fue usa-
do con Platón3: el debate académico sobre la esclavitud institucional en su
obra se ha limitado hasta ahora a la pregunta de si esta está presente en sus
ciudades justas y paradigmáticas. Si la respuesta es claramente afirmativa
para la ciudad de Magnesia en las Leyes, las cosas son menos claras respecto
a la Calípolis de la República: algunos creen que contiene esclavos (Vlastos,
1968), mientras que otros lo niegan o, al menos, llegan a la conclusión de
que no se puede establecer con certeza (Prauscello, 2014; Calvert, 1987).
Por legítimo que sea, este debate sigue siendo muy limitado por cuatro
razones. En primer lugar, no explica cuáles son las razones filosóficas —y no
solo las históricas y contextuales— que llevaron a Platón a integrar la escla-
vitud en sus construcciones políticas teóricas. En segundo lugar, el debate
académico clásico no nos permite comprender la compleja cuestión de las
relaciones entre la esclavitud como institución de la ciudad, ni —otro as-
pecto del término en Platón— la esclavitud moral como condición del alma
cuando su parte racional cae bajo el control de sus partes irracionales, es
decir, los apetitos y la parte emocional. En tercer lugar, este debate ignora el
problema de la tensión, entre, por un lado, la presencia de la institución de
la esclavitud en la ciudad ideal o justa, y, por el otro, el carácter problemáti-
co que caracteriza la división entre esclavos y hombres libres, como lo con-
firman ciertos pasajes de los diálogos de Platón, y en particular un complejo
pasaje de las Leyes (6.776b-778a). Finalmente, el acercamiento académico
clásico no puede dar cuenta de cómo Platón, en vez de tomar los conceptos
de esclavos y esclavitud sin cuestionarlos, revela el carácter convencional de
los mismos, así como su sentido dentro de una reflexión de carácter político.
Mi hipótesis es la siguiente: un examen detallado del pasaje de las Leyes
mencionado anteriormente (6.776b-778a) revela que la esclavitud no está
3
La segunda parte del libro de Garnsey, «Theories of Slavery», no tiene ningún
capítulo sobre Platón, solo uno sobre Aristóteles; 1996, pp. 107-127.
4
Utilizo la traducción de Lisi, F. (1999), pp. 482-485.
Según Ducat 1994, p. 43, el modo optativo debe ser entendido como potencial.
5
1.132.4 y 4.80.2-4.
los mesenios, que también fueron ilotas al servicio de los espartanos (777c).
Por último, solo un pequeño grupo de intérpretes presta más atención al
verbo «concebir», y observa que el Ateniense no solo plantea una cuestión
pragmática, sino también teórica. Sin embargo, este grupo no da su signifi-
cación exacta al acercamiento teórico de este personaje al tema de la escla-
vitud. Por ejemplo, la historiadora Ilaria Ramelli piensa que el Ateniense es
consciente de la contradicción entre la esclavitud y la preocupación por la
«dignidad humana» (Ramelli, 2016, p. 36). Pero este es un valor anacróni-
co, ausente del pasaje y del resto de las Leyes. Solo Garnsey observa que el
Ateniense plantea la cuestión de la naturaleza de los esclavos: «[el término]
“comprensión” se refiere al dilema del filósofo, que debe conceptualizar algo
que es al mismo tiempo un hombre, pero Platón solo plantea la cuestión
derivada y práctica de cómo tratar a los esclavos» (Garnsey, 1996, pp. 23-
24)7. Sin embargo, su lectura de estas líneas se expresa en una terminología
más aristotélica que verdaderamente platónica, y no examina cómo Platón
elabora su concepto de esclavitud8.
En resumen, estas interpretaciones pasan por alto que la preocupa-
ción del Ateniense es principalmente, aunque no exclusivamente, teórica.
Y cuando lo perciben, no dan cuenta de ella de manera satisfactoria. Hay
al menos dos evidencias de que el interés del Ateniense en la esclavitud es
fundamentalmente teórico. Primero, como hemos visto anteriormente, la
preocupación explícita de este personaje versa sobre la ambivalencia del
discurso acerca de los esclavos (λέγομεν; τὰ λεγόμενα, 776c; εἴποιμεν ἂν, 776d;
ταῦτα γὰρ περὶ δούλων λεγόμενα, 776e). En segundo lugar, los ejemplos histó-
ricos mencionados son de poblaciones serviles que pertenecen a ciudades y
que se usan en común (Cartledge, 2002, pp. 139-141; Cartledge, 2003). Por
esta característica, no es tan fácil catalogarlos como esclavos, y sobre todo
como «esclavos-mercancías», lo que señala indirectamente la consciencia,
por parte de Platón, de una discrepancia entre, por un lado, un concepto co-
mún de esclavitud y, por el otro, su realidad concreta, así como la conciencia
del carácter convencional de esta noción. En efecto, estas poblaciones pa-
recen estar en una posición intermedia entre la esclavitud y la libertad. Por
un lado, son extremamente serviles, ya que liberan completamente a otras
7
Véanse también Andreau y Descat, 2006: «¿Cómo entender la esclavitud? Los
dos grandes filósofos del siglo IV, Platón y Aristóteles, plantearon la pregunta. Platón
busca solucionarla de una manera práctica» (p. 211).
8
Aristóteles, Política 1254a14-17: «El que, siendo hombre, no se pertenece por
naturaleza a sí mismo, sino a otro, ese es por naturaleza esclavo. Y es hombre de
otro el que, siendo hombre, es una posesión. Y la posesión es un instrumento activo
y distinto».
9
Citado por Libanio, Discurso XXV, 63-64.
10
Citados respectivamente por Cartledge, 2002, p. 139, y Cartledge, 2003. Sobre
el estatus intermedio de los ilotas, véase Plácido Suárez, 2008, pp. 314-315 (agradez-
co a Bruno Ferrer i Higueras por esta última referencia). Contra: véase Hodkinson,
2009, pp. 152-155.
11
Según Critias, citado por Libanio, véase nota 9.
12
En las Leyes —y en la obra platónica en general— el hombre libre se caracteri-
za por sus virtudes (Leyes I, 631b-632a).
13
«De la mitad de la inteligencia de los hombres despojó Zeus, / el del intenso
trueno, a los que llega el día de la esclavitud», Odisea XVII 322-323, en Leyes I, 777a.
14
«Mas el hombre, así sostenemos, de por sí manso, a pesar de que si obtiene
una correcta educación y una naturaleza afortunada suele llegar a ser el animal más
divino y manso, si no se lo educa suficientemente o no se lo educa bien, es el más
salvaje de todos los que engendra la tierra», Leyes VI, 766a.
15
Véanse el retrato del tirano tiranizado por sus propios apetitos y esclavo de sí
mismo en República 574e-575a; 579d.
16
Traducción F. Lisi modificada.
17
Liddell, H.G., Scott R., Jones H.S., 1996. A Greek-English Lexicon, 9th ed. rev.
Oxford, s.v. II.2.
18
Véase la nota 14.
19
«[…] la naturaleza mortal [del alma, es decir sus apetitos y su parte emocional]
empujará [al ser humano] siempre al exceso y a la actuación en interés personal,
puesto que busca de manera irracional evitar el dolor y perseguir el placer, y colocará
siempre a estos dos por delante de lo más justo y mejor y, al producir en sí misma la
oscuridad, se llenará a sí misma y a toda la ciudad de todos los males hasta el final»,
Leyes IX, 875b-c.
20
Sobre los castigos en las Leyes: Saunders, T. J. (1991). Plato’s Penal Code. Tradi-
tion, Controversy, and Reforme in Greek Penology. Oxford: Oxford University Press.
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS
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Bertrand, J.-M. (2001). Sur le statut des esclaves dans la cité des Magnètes : fictions
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Cartledge, P. (2003). Raising Hell? The Helot Mirage – A Personal Review. En Lu-
raghi, N., y Alcock, S. E. (eds.). Helots and Their Masters in Laconia and Messenia:
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ter for Hellenic Studies. http://chs.harvard.edu/CHS/article/display/5619
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